La trama mediática

Precocinados constitucionales

Creo que ya sé para qué existe la Constitución: para que en su aniversario los legionarios de la opinión dejen su columna precocinada y puedan disfrutar del acueducto festivo en su honor sin mayores preocupaciones. Tres días, tres, lleva este servidor de ustedes dando cuenta de esas viandas enlatadas sin fecha de caducidad. ¿O me van a decir que la cursi epístola que le dirigió desde Cope Cristina López Schlichting no vale para este año, el que viene o hace quince? Vean: "Aquí cada uno va a lo suyo, y el objetivo es destruir: los nacionalistas, la nación común; los anticlericales, la tradición cristiana; los republicanos, la Corona. Así estás, hija, así estás, hecha unos zorros. Querida Consti, [les juro que la llama así] memoria de un pasado conciliador, ¡qué humano es unir y qué inhumano, dividir!" Un Almax, por favor.

Y otro para dentro de un rato, que llega César Vidal a colarnos otra vez su viejo truco de los amigos americanos que le dan la razón, miren por dónde, en sus filípicas de La Razón. Ahí va: "Hace un par de veranos, un amigo catedrático en una universidad de EE UU me señalaba: 'Desengáñate, vuestro sistema siempre tuvo una bomba de relojería que es el Título VIII. Conociendo a los nacionalistas, es sabido que la Constitución española tiene los días contados'. Tras el estatuto catalán no tengo yo duda alguna de la razón de mi amigo". Curioso: tres de cada cuatro conciudadanos de Obama creen que España está pegadita a México, y resulta que Vidal se trata sólo con frikis que saben poner en el mapa Arrasate o Castelldefells.

La muerte como ingrediente

¿Bostezan? Lo comprendo. Ya les había advertido que era todo pitanza recalentada en el microondas. Pero ahora les traigo una excepción. El humorista gráfico de ABC, Martinmorales, sí fue al mercado de la actualidad antes de servirnos un plato reciamente especiado. La muerte, el pasado viernes, de Jordi Solé Tura le inspiró al dibujante una viñeta en la que la caricatura de Zapatero decía: "Cuando hayan muerto todos los padres de la Constitución, seguiré ya sin disimulo despreciando su obra".

¿Fuerte? Pues nada, volvamos a los platos recalentados como el editorial de ayer de ABC, aliñado con perejil monárquico de conveniencia: "En sintonía con la gran mayoría social, Su Majestad el Rey reclama una y otra vez respeto y aplicación efectiva de los valores que inspiran ese texto que los españoles aprobamos en referéndum hace ahora 31 años". Salud.

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