La trama mediática

Wyoming mató a Manolete

Aclarado el caso Tertsch. ¿Una gresca de bar? ¡Infundios! Esto fue lo que ocurrió: El Gran Wyoming contrató a un pelanas de Lavapiés para que se adentrara en la noche de Chueca -probablemente en una Kangoo-, localizara al periodista y le atizara por la retaguardia. Luego, el malvado showman se gastó otra pasta del fondo de reptiles del Sindicato de la Ceja en untar a unos cuantos para que lo señalaran como culpable. Y lo mejor: no lo hizo por odio a su rival, sino para subir la audiencia de El Intermedio y, de paso, su caché. Brillante teoría, ¿eh? Lástima que no sea mía, que no tengo carné de peón negro, sino de Cristina López Schlichting, que la expuso a su modo en Cope y La Razón. Atiendan: "José Miguel Monzón nunca ha conocido mayor protagonismo social que en estos días, su programa es seguido por tirios y troyanos, que aprenden en él la línea a seguir y el objetivo de turno: que si Rouco, que si Berlusconi, que si Tertsch... Cada sketch, cada gag, cada risotada tiene mayor eficacia cotidiana que Público, El País o la Ser juntos". Todo por el share, ya ven.

Munilla, ve y sálvalos de sí mismos

Desvelado ese misterio terrenal, las fuerzas del Bien se aplican en resolver otro de carácter semidivino. ¿Por qué ocho de cada diez curas de Gipuzkoa no quieren a Munilla como obispo de su diócesis? Ya saben que Dios escribe con renglones torcidos. Lo que están pidiendo a gritos los sacerdotes es que venga el redentor. Palabra del editorialista de La Razón: "La propia nota demuestra por sí sola que la Diócesis necesita cambios muy profundos, pero además la trayectoria de buena parte de ese clero equidistante entre verdugos y víctimas, cuando no cómplice con los terroristas, o el desplome imparable de la vida eclesial justifican la urgencia de una suerte de catarsis que sea capaz de reflotar una diócesis, que en otros tiempos fue una de las más importantes de España hasta la llegada de monseñor Setién".

La tesis es idéntica a la del editorial de ABC: "Si con la misma urgencia y firmeza que ahora critican a Munilla hubieran condenado sin fisuras a ETA, tal vez ahora tendrían autoridad moral para el reproche. Pero su respuesta les delata y refuerza aún más las razones para el nombramiento de su obispo". El Mundo pone la puntilla al recordar que la democracia no va a misa: "¿Qué hay del respeto de estos curas a la jerarquía de la Iglesia?, ¿desde cuándo el Papa tiene que pactar sus nombramientos?" O sea, ajo y agua.

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