La trama mediática

Alégrame el día, torero

Silencio, que habla un intelectual: "Tenemos políticos que son peores que los terremotos y los tsunamis juntos". Pueden gritar "¡Ooolé!", y harán feliz al bruñidor de esa letanía, Santiago Martín, alias El Viti, de profesión, sus matanzas de cornúpetas, y ahora también espontáneo del columneo en ABC. El apoderado del vetusto diario, Ángel Expósito, le regaló toda la Tercera para que se explayase, y a fe que el diestro lo hizo. Va por ustedes: "Lo que ocurre en Cataluña es un crimen contra la libertad de expresión del pueblo, contra el derecho de sentir y actuar del mundo del toro y de toda su afición", escribió a puerta gayola y, gustándose, se recreó en el lance: "Va contra los derechos de la humanidad y es un desprecio a su propia historia".

No saquen aún los pañuelos -ni siquiera para enjugarse las lágrimas-, que aún queda faena. Deléitense con esta media verónica a la remanguillé: "Resulta evidente que lo que muchos pretenden es abolir aquello que les huele a España, pero los que buscan esa prohibición son el hazmerreír del analfabetismo". He ahí un torero de la opinión, en el mejor estilo -o sea, el peor- de Vidal, Losantos o Ussía. Claro que ninguno de ellos sería capaz de llegar a la suerte suprema con una estocada tan melodramática como esta: "Sólo le pido a Dios que, si se llega a prohibir la Fiesta, ese mismo día se acuerde mí y me lleve". Hala, ya pueden descogorciarse de risa.

Picasso, columnista de ABC, ¡ja!

Esta corrida literario-taurina que les acabo de resumir formaba parte de la feria que se montó ayer la cabecera madrileña de Vocento a mayor gloria del llamado arte de Cúchares, en riesgo de ser enviado a toriles en Catalunya. "Picasso ya defendió la Fiesta Nacional en ABC", exageraba en primera el periódico bajo la reproducción de una página amarillenta del diario sobre la que el pintor había dibujado la cabeza de un toro. Se pongan como se pongan en Carpetovetonia, haber utilizado el papel de uno de sus ejemplares como lienzo improvisado no convierte al genio malagueño en columnista de la publicación.

Sí lo es José María Carrascal, que se sumó al monográfico protaurino clavando un rejón a contrapelo a la tierra donde se debate el futuro del sangriento espectáculo: "Los menos pudientes, mientras, han de tragarse todo el bachillerato en catalán y salen de allí con un español de comanche, incapaces de escribir una frase sin faltas de ortografía, en español y en catalán". ¡Qué arte!

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