La trama mediática

Ingeniería social

Ya se puede dejar la garganta la ministra de Igualdad aclarando que nunca ha propuesto que el estudio del feminismo sea una asignatura universitaria troncal, que le van a hacer el mismo caso que la lideresa a su ex benefactor Tamayo. Santa Rita Rita, un titular, por falso que sea, no se quita. Y menos, si da para alimentar las obsesiones editoriales de un vetusto diario, pongamos ABC, que ayer aprovechaba la noticia que no lo es para calzarnos otra dosis de su raca-raca sobre la ingeniería de las masas: "Es parte de esa agenda social del Ejecutivo socialista de inocular en la sociedad, a través del sistema educativo, una ideología sedicente progresista que dé carta de naturaleza a los tópicos de manual sobre género, igualitarismo -la igualdad es otra cosa-, familia, matrimonio y otros valores similares".

Tal vez se pregunten cuáles son, entonces, los valores fetén para el periódico centenario. Ignacio Ruiz Quintano, el día anterior asesor fiscal y ayer formador del espíritu nacional, nos lo dejaba claro en su previsible reivindicación de un auténtico día del padre con bigote reglamentario: "El día del padre es hoy el día del progenitor combinado con la lógica de conjuntos: progenitor A y progenitor B. O progenitores A y A y progenitores B y B. De aquí el imparable decaer de la tauromaquia, proyección, al fin y al cabo, de la fuerza y la virilidad procedentes de la cueva del tiempo". Muy poético lo de "cueva del tiempo", pero hasta el rey sin audífono habría entendido "caverna". No hay quien los saque de ahí.

Pederastia eclesial y provocación

Como mucho, asoman la cabeza para justificar lo injustificable. Esto va por Cope, que en su enésimo lavado de manos por los casos de pederastia en el seno de la Iglesia, se quedó a un centímetro de decir que la culpa es de los padres que visten a las criaturas como... ya me entienden. Pásmense, si les queda capacidad: "La llamada revolución sexual ha disparado el fenómeno de los abusos en las últimas décadas. Un solo caso en la Iglesia sería demasiado. Pero lo cierto es que en otras instituciones y realidades sociales la lacra de los abusos se ha convertido en un fenómeno por desgracia mucho más frecuente y extendido que entre el clero". Tras esa exhibición de rostro, el editorialista de la radio de los obispos se atrevía a rematar así: "La Iglesia se ha puesto a la vanguardia de una autocrítica sincera y del examen a fondo de lo sucedido". Cualquiera lo diría.

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