La trama mediática

Son incansables

No se lo van a creer, pero ahí siguen todos los columneros de corps venga y dale contra los que se niegan a pasar por el aro de la amnesia obligatoria. Es más, les van llegando refuerzos con munición fresca, como la que disparó ayer desde La Razón su señoría Enrique López, que será juez, pero también parte. Ya saben cuál, la de los buenos que salvarán de nuevo la patria: "En esto estamos la mayoría, salvo este grupo de nostálgicos que tratan ahora de curar su cobardía creyéndose los dueños de nuestra democracia, haciendo lo peor que se puede hacer, restar legitimad al adversario".

Tiene guasa el de la toga azul mahón. Por lo que han leído y por lo que van a leer. ¿A que ustedes no sabían que los que ganaron la guerra lo pasaron tan mal con Franco como los que la perdieron? Pues apréndanlo, que es doctrina: "No se dan cuenta de que tras una dictadura, toda la sociedad ha sido víctima de la misma, unos directamente y otros indirectamente". Belcebú nos libre de una sentencia razonada por este gachó.

Garzón, culpable como Sacco y Vanzetti

Lo malo es que el desahogo de López queda en anécdota cuando, en otra página del mismo diario cañí, encontramos a César Vidal mandando apiolar de nuevo a los iconos de la injusticia Sacco y Vanzetti. "Los agentes de la Komintern iniciaron un movimiento internacional de propaganda encaminado a lograr la liberación de Sacco y Vanzetti a sabiendas de que Sacco era efectivamente un asesino y de que Vanzetti era su encubridor", dice el remendador de virgos históricos. Con la carrerilla cogida, adosa el nombre de Garzón al de los dos anarquistas y regresa al presente: "Si la ley es despreciada y los jueces se amedrentan por los gritos de las hordas, entonces... entonces estaremos a un paso tan sólo de la creación de las checas".

Ya está ahí una de las palabras fetiche, checa. La otra es, como les dije en la columna anterior, aquelarre. Encuéntrenla en la siguiente vileza escrita en ABC por Juan Manuel de Prada: "La asistencia de un Pasqual Maragall enfermo de alzheimer al aquelarre de la Complutense es una alegoría que Quevedo no hubiese dejado escapar, para explicar satíricamente en qué consiste la memoria histórica". ¿Quevedo? Ya quisieras tú, melón.

Y para que vean con qué pan sueñan estos habrientos del ayer, les dejo con una frase de César Alonso de los Ríos también en ABC: "Odios del pasado, odio para el futuro. Así que puestos a recordar odios podríamos volver a matarnos".

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