La trama mediática

Tengamos el Corpus en paz

Ustedes, que derrotan por el lado rojo y salvaje de la vida, no lo saben, pero el probo editorialista de La Razón, sí. De entre los tres jueves que relucen más que el sol, el de mayor brillo se celebró ayer en la invicta Toledo, gracias a Dios, con su parafernalia bélica, pese a la resistencia del laico poder civil. Él lo cuenta mejor: "La celebración del Corpus de Toledo, festividad de honda raigambre religiosa, social y cultural cuya fama traspasa fronteras, ha sido precedida por una agria polémica provocada por el Ministerio de Defensa, que dirige la señora Chacón". ¿Aún no les ha virado la página a sepia? Aguarden, que va el toque definitivo: "La imbricación de las manifestaciones religiosas con el Ejército forma parte sustancial de la historia de España, en especial tras la prolongada guerra entre los reinos cristianos y musulmanes que culminó en 1492". ¿No querían Memoria histórica? Pues ahí la tienen.

Querer cambiar eso está muy feo, hombre. Ya lo dice Isabel San Sebastián en su retreta de El Mundo: "El Gobierno ha tenido a bien marcarse otra tocadita de co...razones con nuestros militares, prohibiéndoles rendir honores al Cristo de la Buena Muerte en Málaga o a la Custodia que hoy sale en procesión por Toledo. ¡Que se jo...roben los uniformados! Parece ser la divisa de esta generala ecopacifista que les ha caído en gracia a nuestras tropas", escribía la oxigenada madrina de la tropa.

¡Insurrección!

Y menos mal que la ministra dio marcha atrás, porque desde ABC el aguerrido teniente Ignacio Román Méndez había empezado a meter matraca con el sable: "No veo reacción alguna dentro de la propia institución militar ante la erradicación del 'ser católico', íntimamente enraizado con la milicia desde tiempo inmemorial. Somos capaces de ir a defender a pueblos desconocidos en los lugares más peligrosos y hostiles pero no somos capaces de dar la cara por Dios cuando nos lo están quitando de nuestros acuartelamientos, bases y buques".

Tranquilos, que no habrá otro 18 de julio. Desde Cope, el sacerdote Manuel Bru perdonaba la vida a los paganos de Moncloa: "Hoy no es día de fijarse en el laicismo de nuestros gobernantes, a quienes en su ignorancia nadie les habrá explicado lo que se esconde dentro de las bellas custodias procesionales. Hoy es día, más bien, para unirse a los grandes poetas como Pemán, y recitar un himno eucarístico". Déjense de prejuicios, y a recitar. Aunque sea a Pemán.

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