La trama mediática

Kosovo, patria querida

Tres cuartos de la columnada de choque no pasaría hoy el test de estrés. Tienen las rodillas temblonas por culpa del Tribunal Internacional de Justicia y una sentencia que El Mundo ha visto como un Redbull de cien litros: "La decisión de La Haya sobre Kosovo da alas al soberanismo". Pero hay solución para que los cantonalistas patrios no se suban a la parra: no se acata el dictamen y punto. Lo proponía el editorialista del diario pedrojotiano, recordando que España nunca ha reconocido a Kosovo: "Esa posición, aunque minoritaria, debe ser mantenida firmemente porque a nadie se le escapa que la sentencia de ayer va a suponer un aval a las reivindicaciones independentistas en Cataluña, el País Vasco y Galicia".

Por ahí piaba también en ABC Rafael Bardají, para quien los jueces de La Haya no merecen más respeto que el jurado de Mira quién baila: "La comunidad internacional no reconoció en su día a Kosovo y no debería hacerlo porque ellos lo dicten ahora". Más taimado, el editorialista del vetusto diario recordaba que no hay sentencia que no se pueda manipular a beneficio de obra: "Cuando una diplomacia no puede evitar que se produzca una circunstancia, debe trabajar para ajustarla al máximo a sus intereses".

Felicidades, Zapatero

Sin cambiar de páginas, un acertijo. Díganme a quién se puede estar refiriendo Ignacio Camacho: "Un político sin solvencia ni preparación, veleidoso, frívolo, hueco, relativista, cuya propiedad más sólida es un sentido pragmático de la supervivencia a cualquier precio, adaptadizo, de ideas superficiales". Cierto, nueve de cada diez políticos encajan con la descripción, pero ustedes saben sumar dos y dos han adivinado que se trata de Zapatero, que acaba de cumplir diez años al frente del PSOE.

No ha sido Camacho el único amanuense que le ha agradecido al vallisoletano-leonés las decenas de columnas inspiradas por él y en él. Carlos Dávila también le enviaba su emocionado regalo envuelto en las páginas de La Gaceta: "Ha casado a los homosexuales y ha propiciado abortos para púberes; ésa es su gran obra social. ¿La política?: destruir literalmente España".

Para que Rajoy no se cele, Jiménez Losantos le dejaba en El Mundo un detallito: "En vísperas del nuevo 34, Rajoy ha decidido discursear, como Gil Robles en el 36. Y ante la secesión, o sea, en el nuevo 36, el PP irá a pedir ayuda al Rey y al Ejército, irreversiblemente apolillados. Todo igual, pues, pero peor". Glups.

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