En medio de la apatía agosteña, La Razón bosteza hacia la irredenta Vasconia. ¿La detención del presunto asesino de Joseba Pagazaurtundua? Bien, gracias, pero es más nutritivo enredar en el arrepentimiento -también presunto, insisten- de los presos de ETA trasladados a la prisión alavesa de Nanclares de Oca. El caricato Esteban, versión Pocoyo de Mingote, dibujaba a uno y ponía estas palabras en su boca: "Yo voy a pedir perdón a mis víctimas en euskera, que suena más coercitivo". La bilis también es un humor. Qué risa.

Como el resto de la artillería a la diestra del kiosco, el periódico de la mancheta azul y sus mariachis sostienen que todo es una farsa guionizada por la banda. Lo curioso es que el propio editorialista desmonte su propia tesis: "Los batasunos han empezado a maniobrar con la complicidad de EA y Aralar para presentarse a las próximas elecciones municipales, lo que está provocando fuertes disensiones internas". ¿En qué quedamos?

El mal habita en Moncloa

Si aún no conocen el videoblog de Jaime González en la edición digital de ABC, no saben lo que se pierden. Imaginen a Paco Martínez Soria recitando el monólogo de Hamlet y tendrán una idea aproximada. ¿Ya? Pues ahora traten de visualizar a González declamando las maldades de Zapatero: "Llama la atención la crueldad en la expresión del propio presidente del Gobierno. No le tiembla el pulso. Dicen que es frío, cerebral. Da la impresión de que a veces no tiene sentimientos, de que no quiere a nadie. Sólo se quiere a sí mismo". Sublime.

Ese docudrama fue uno de los regalos que recibió el inquilino de Moncloa, que ayer cumplía medio siglo. "Diez años que valen por cincuenta", festejaba La Gaceta junto a sendas fotos del antes y el después del leonés, apostilladas por este pie: "El presidente Zapatero cumple hoy 50 años en su peor momento político. Una década separa estas dos imágenes. El poder le sienta fatal". El insigne director del papiro intereconómico, Carlos Dávila, echaba aún más vinagre en la herida: "Un atentado del que no se conoce nada le alzó al poder. Desde entonces ha constituido una enorme pesadilla nacional. Diez años no es que sean muchos, es que son un horror".

Tampoco es para tanto. Miren al exhibicionista de yate Julián Muñoz, que ayer amenazaba a la humanidad en una almibarada y obsequiosa entrevista que le hicieron en El Mundo. "¡Voy a seguir poniéndome en pelotas!", advertía Cachuli. Michelle Obama, toma nota.