La trama mediática

Huelga y nostalgia

Qué tiempos, apenas anteayer, en que los emplumados cavernarios ponían a los sindicatos de cobardes, gallinas y capitanes de las sardinas por no montarle una parda a Zapatero. Ahora que les han hecho caso, se ponen al otro lado de la barricada. "Dos de cada tres trabajadores no harán huelga", profetiza en primera La Razón, dando por verdad verdadera los datos de una escopeta de feria demoscópica llamada NC Report. El editorialista, que está que se lo guisa y se se lo come, sentencia: "Los abrumadores resultados constatan que este país no está para paros masivos ni parece dispuesto a movilizarse tras unas organizaciones discutidas y en una deriva de pérdida de prestigio social muy preocupante para su futuro".

Como había que añadir algo más al perol, César Vidal se adentra en la cocina y vierte su ponzoña: "Los sindicatos no pasan de ser una parte de la administración estatal, profundamente ideologizada y costosísima, es decir, los sindicatos verticales de la época de Franco, pero con muchos más pesebres y costando muchísimo más".

Es que ahora todo es muchísimo peor que en aquellos maravillosos años. Lo dice Vidal y lo sostiene, aún con más entusiasmo, Fernando Sánchez-Dragó en El Mundo: "En la España de Franco que conocí sólo sufrían persecución quienes desde posturas radicales -las mías, por ejemplo- y buscando pelea se enfrentaban al Régimen. Créame si le digo que éramos pocos. Mis recuerdos lo son de un país abierto, alegre, divertido y más libre, en lo menudo, que el de ahora.

Inventar la Historia

¿Y este soltarse el pelo? Ni idea, pero tiéntense las ropas, que parece epidemia. En La Gaceta, el senador del PP Juan Van Halen se apuntaba a la misma moda de vindicar las bondades de los ganadores del 36 y de ciscarse en los que han retratado sus miserias. "Quienes inventan la Historia a su gusto por intereses ideológicos siguen las tácticas totalitarias, fascistas o estalinistas, que para el caso tanto monta", tenía el cuajo de coronar su versión con sacarina del glorioso alzamiento nacional.

Desde ABC, el últimamente despojado de tribunas Juan Manuel de Prada se reservaba la última palabra en materia de manipulaciones históricas: "Con hombres o mujeres a los que se ha lavado el cerebro tan concienzudamente se puede hacer cualquier cosa, empezando desde luego por abjurar de la verdad histórica, siempre tan nefasta y enojosa". La "verdad histórica" es "su verdad histórica", ya saben.

Más Noticias