Un paso al frente

Pedro Morenés, la zorra que se comió todas las gallinas

La zorra que se comió todas las gallinas

Pedro Morenés pasará a la historia como uno de los mayores exponentes de la decadencia y la corrupción inherentes a la alternancia política entre PP y PSOE.

El último festín de la zorra ha sido comerse una de las pocas gallinas que quedaba viva, es decir, conseguir que el gobierno adjudicase, en diciembre pasado, contratos por valor de 37 millones de euros a la empresa Segur, la cual presidió. Para hacernos una idea de lo que ello supone, basta con saber que esta cantidad es casi el doble de lo que el grupo Segur recibió en los tres últimos años del gobierno socialista (5.6, 11.9 y 2.7 millones de euros en 2009, 2010 y 2011, respectivamente).

Pedro Morenés fue durante el gobierno de Aznar uno de los grandes impulsores de los PEAs (Planes Especiales de Armamento) que supusieron unos 30.000 millones de euros en armamento (de los que todavía debemos unos 21.500 millones) y que se componían de armamento que "no necesitamos, para escenarios que no se van a producir y que no podíamos pagar ni antes ni ahora" (Constantino Méndez, PSOE, secretario de Estado de Defensa, 2011).

Durante su estancia en el ministerio de Defensa ha reconocido haber firmado 32 contratos con antiguas empresas suyas y también hemos sabido de sus compras ocultas por casi 30 millones de euros a sus antiguas empresas.

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Por desgracia, Pedro Morenés se ha comido muchas más gallinas. Un año antes de terminar la legislatura, en noviembre de 2014, se publicó el compromiso de compras de armamento militar por valor de 10.000 millones de euros (la misma cantidad que se recortó en educación). Entre las compras de armamento destacaban, por su alto coste, las fragatas F-110 y, aunque parezca mentira, un aumento del presupuesto del submarino S-80 para conseguir que flote, lo cual no se había logrado después de más de 2.150 millones de euros. Parece ser que el asesoramiento de los yankis ha conseguido solventar el problema y nos anuncian que ya flota el submarino (hace tres años también lo anunciaron y no fue así), aunque mientras llega a nuestra armada los tripulantes de los actuales submarinos de la clase S-70 "Galerna", "Mistral" y "Tramontana" se juegan la vida diariamente en lo que podría convertirse en un nuevo Yak-42.

Uno pensaría que semejante aberración, unos 40.000 millones de euros tirados a la basura entre armamento que no funciona y que no se necesita, lo que supone casi un rescate bancario, habría sido suficiente para que el PSOE ejerciese presión y denunciase públicamente la situación. Ello, además, habiendo quedado demostrado que Constantino Méndez, del PSOE, era pleno conocedor de lo que sucedía. No fue así porque este partido tiene tanto que esconder en este feo asunto como el PP. Para empezar estuvo en el gobierno entre 2004 y 2011 sin tomar medida alguna para solventar dicha situación y convendría no olvidar, por ejemplo, que el sistema de propulsión del submarino que no flota, la joya de nuestra corona, es fabricado por Abengoa, una de las empresas más vinculadas al PSOE, especialmente en Andalucía.

Del compromiso de 10.000 millones de euros de noviembre de 2014 supimos hace poco lo que escondía cuando Pedro Morenés fue obligado a abstenerse porque dichas fragatas iban a instalar los misiles de la empresa, MBDA, que también dirigió años antes.

En otras ocasiones habríamos tenido la voz de Irene Lozano denunciando la infamia del PP y la complicidad del PSOE con aquello de Suiza y Sicilia, del PPSOE, de la puñalada por la espalda, de la mafia y del cortijo. Ahora esquía en Suiza y veranea en Sicilia junto a los mismos a los que denominaba mafiosos de forma evidente, sin que en las vacaciones falte Zaida Cantera y Carme Chacón, que fue precisamente la que ascendió al acosador sexual de esta. Dios los cría y ellos se juntan... en Suiza y Sicilia, claro. Esa es la regeneración del PSOE, silenciar las voces discordantes a cambio de un sillón y unos miles de euros mensuales.

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... y mató a sus propios cachorros

Por si los dispendios no fueran suficiente, Pedro Morenés ha sido capaz de engañar a todos los ciudadanos con los presupuesto anuales de Defensa y, también, dejar morir a los militares españoles con sus negligencias.

Dos accidentes aéreos costaron la vida de siete militares en el Servicio Aéreo de Rescate (cuatro en 2014 y tres en 2015, debido al uso de piezas de segunda mano) y otros dos accidentes despedazaron a ocho expertos en explosivos que utilizaban minas en mal estado (cinco en 2011 y tres en 2013), quedándose sin la indemnización que merecen.

En las Fuerzas Armadas nadie tiene pensado aumentar el gasto del seguro para que la prima por fallecimiento mejore los 23.000 euros actuales en los que se tasa la muerte de un militar. Ello, claro está, mientras el césped del campo de golf de los altos mandos militares está impecable (132.00 euros en 2014, 245.000 euros en 2015102.000 euros en 2016). Es en este momento cuando suscribo las palabras de Sebastián Ruiz, padre de uno de los fallecidos en accidente de helicóptero, sobre los altos mandos militares: deben ser los más mediocres y pelotas.

En Afganistán, la embajada atacada (diciembre de 2015) en la que murieron dos policías se encontraba en una de las zonas más peligrosas de Kabul mientras el embajador dormía en la zona segura conocida por "green zone", exactamente donde se localizan la mayoría de las embajadas. El dinero solo llegó para que el embajador durmiese en zona segura, para que el césped del campo de golf estuviera en perfecto estado y para que tengamos un avión de transporte con problemas para volar (cuatro muertos y dos heridos en 2014), un avión de combate que se estrella sin que le disparen (accidentes en 2002 sin bajas, en 2010 con un muerto y 2014 con otro muerto), un submarino con problemas para flotar y un carro de combate con problemas para disparar. Sería para reírse si todos estos disparates no estuvieran salpicados de cadáveres.

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Silencio infame

Tanto la cúpula militar como el PP, el PSOE y los medios de comunicación callan ante lo que debería ser un gran escándolo. Se han malgastado cerca de 40.000 millones de euros, se han recortado partidas presupuestarias que han puesto en peligro la vida de los militares y que han matado a muchos de ellos (62 en el Yak-426 en los blindados que carecían de inhibidor en Líbano, los comentados -23 en total- y otros que se podrían incluir).

La sociedad se podría haber ahorrado mucho dinero y las Fuerzas Armadas muchos muertos, pero ello habría supuesto terminar con las puertas giratorias de las que se lucran el PSOE, el PP y los altos mandos militares. Las mismas puertas que denunció Irene Lozano cuando no vivía en Suiza y Sicilia y que han legitimado 12.746.223 ciudadanos al votar al PP y al PSOE en la últimas elecciones...

Nosotros también somos responsables, convendría no olvidarlo.

 

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra y autor de las novelas "Código rojo" (2015) y "Un paso al frente" (2014).

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