Versión Libre

El difícil papel de Rubalcaba

La decisión de Zapatero de promover una reforma de la Constitución para incluir el techo del déficit ha generado un clima de profundo malestar en buena parte del PSOE. En unos casos, por la propia naturaleza de la iniciativa: numerosos socialistas están en contra de elevar a rango constitucional –con las consecuencias restrictivas que ello implica– una herramienta muy útil aún en manos de los gobiernos para hacer frente a los vaivenes económicos. En otros casos, por la inoportunidad de la misma: a sólo tres meses de las elecciones generales y con unas encuestas bastante adversas. El candidato Rubalcaba ha expresado en anteriores ocasiones su rechazo a incluir el techo del déficit en la Constitución; y, en el terreno práctico, la decisión de Zapatero puede perjudicar sus esfuerzos por atraer a los ya muy decepcionados votantes izquierdistas. Por ello, cabe entender que ahora intente marcar distancias con una iniciativa que, según ha subrayado el propio candidato, se la comunicó el presidente del Gobierno como un hecho consumado tras pactarla con el líder del PP. La posición de Rubalcaba es muy complicada, ya que no se prevé que vote contra la reforma o que exija un referéndum para ratificarla, como ayer reclamaban más de 70.000 ciudadanos en las redes sociales. Dentro de su estrecho margen de maniobra, propugnará ampliar el consenso en torno al polémico proyecto legislativo –con el objetivo de que se incorporen CiU y, algo casi imposible, IU– y lograr garantías para que la reforma no afecte al Estado del bienestar. La incógnita es si conseguirá que los votantes entiendan –y, sobre todo, acepten– sus argumentos.

Más Noticias