en Público – Pensamiento crítico https://blogs.publico.es/vicenc-navarro La opinión de Vicenç Navarro en Pensamiento crítico sobre actualidad politica, historia, sanidad en Público Wed, 22 Mar 2023 16:57:43 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.4.3 Lo que no se está informando sobre las políticas ultraneoliberales del Gobierno Zelensky en Ucrania y sus consecuencias https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2023/03/22/lo-que-no-se-esta-informando-sobre-las-politicas-ultraneoliberales-del-gobierno-zelensky-en-ucrania-y-sus-consecuencias/ Wed, 22 Mar 2023 19:45:01 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6464 Lo que no se está informando sobre las políticas ultraneoliberales del Gobierno Zelensky en Ucrania y sus consecuencias
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky (derecha), y el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, llegan para una declaración conjunta luego de su reunión en Kiev el 8 de marzo de 2023. Serguéi SUPINSKY / AFP

Una de las características de la narrativa sobre lo que ocurre en Ucrania, compartida por la mayoría de los grandes medios de comunicación españoles, es el sesgo laudatorio de sus reportajes sobre el gobierno ucraniano y, muy en particular, de su presidente, el Sr. Zelensky, a quien se presenta como gran dirigente no solo de Ucrania, sino de todo el mundo occidental, en su lucha contra Rusia y su presidente Putin, en defensa de los valores democráticos que el gobierno de Ucrania y sus aliados -los países de la OTAN-, supuestamente representan.

Esta imagen es muy fácil de sostener como consecuencia del brutal ataque e invasión de Ucrania por parte de las fuerzas militares del estado ruso, que se ha caracterizado por su hostilidad hacia la población civil ucraniana. Existe evidencia, y así ha sido publicado por la revista The Lancet entre otros medios (Ver Paul B. Spiegel, Pavlo Kovtoniuk, Katarzyna Lewtak, The War in Ukraine One Year On, February 21, 2023), de que el estado ruso dictatorial y sus fuerzas militares están violando masivamente los derechos humanos de la población civil ucraniana promovidos por las Naciones Unidas, derechos que deberían ser escrupulosamente respetados en cualquier conflicto bélico.

Los argumentos utilizados por Putin exigiendo la integración de Ucrania al estado ruso, y la brutalidad que utiliza para conseguir su objetivo, han determinado una necesaria condena por parte de la mayoría de los países de las Naciones Unidas. Ahora bien, en esta presentación de la figura de Zelensky como héroe defensor del mundo democrático, se está dejando de lado que él, y el partido que fundó, están aprovechando el estado de guerra para llevar a cabo políticas ultraliberales que ya habían sido propuestas antes de que se iniciara la invasión, -pero que no se habían aplicado debido a su enorme impopularidad-. Estas políticas se están aplicando ahora con el argumento de que la victoria de Ucrania sobre la Rusia de Putin requiere que se tomen urgentemente; y muchas agencias internacionales conocidas por su promoción de políticas neoliberales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), están también presionando para que se lleven a cabo. Fueron estas organizaciones internacionales, y muy en especial el FMI, las que ya exigieron al gobierno ucraniano una serie de medidas ultraliberales como condición para flexibilizar y retrasar el pago de la deuda externa.

Estas medidas incluían grandes privatizaciones de empresas públicas, mayores recortes del limitado estado de bienestar del país, desregulación de los mercados y gran liberalización de la actividad económica -favoreciendo la entrada de grandes empresas extranjeras en los sectores punta de la economía ucraniana, como, por ejemplo, el agrícola-. El FMI requirió que el gobierno y el parlamento aprobaran el derecho de las empresas agrícolas extranjeras a comprar tierra en Ucrania, posibilidad inexistente antes y que ha sido aprobada recientemente por el parlamento de este país. Tal propuesta -repito: sumamente impopular- también se había hecho antes de que se iniciara la guerra, pero no se había podido aprobar hasta ahora, cuando se ha aducido que era necesaria para estimular la inversión extranjera y facilitar la recuperación económica. Como reconoció la ministra de economía del gobierno ucraniano, la señora Yulia Sviridenko, se han estado aplicando medidas que el gobierno ya había propuesto en tiempos de paz; la excepcionalidad que representa la guerra ha creado la oportunidad de que se aprobaran ahora.

Las consecuencias para Ucrania y para la Unión Europea

Algunas de estas medidas ultraliberales que han sido aprobadas por el gobierno Zelensky y por el Parlamento que controla, son políticas antisindicales que reducen los derechos de la clase trabajadora ucraniana utilizando el conocido argumento neoliberal de que es necesario flexibilizar el mercado de trabajo, reduciendo los derechos laborales, a fin de facilitar la recuperación económica del país. El gobierno estuvo ya tratando, también, de llevar a cabo estas medidas ultraliberales antes de que se iniciara la guerra, y por ser, también, muy impopulares, no se llevaron a cabo.

Tales medidas son opuestas por los sindicatos ucranianos y han alarmado a sindicatos de la Unión Europea. Estos últimos han criticado y denunciado tales reformas señalando que tales medidas  se distancian  mucho de las prácticas, leyes, y regulaciones laborales existentes en la Unión Europea y que deberían imposibilitar la integración en tal deseada organización por parte del Sr. Zelensky y su partido. Un estudio de las normas de la Organización Internacional del Trabajo y de la legislación laboral de la Unión Europea muestran claramente que las medidas aprobadas por el parlamento ucraniano van en dirección opuesta a la de tales organizaciones. Tal como ha señalado el Sr. Jan Willem Goudriiani, Secretario General de la Federación Europea de Sindicatos de Empleados Públicos (EPSU), "Las autoridades ucranianas han atacado los derechos sindicales y excluido a los trabajadores y sindicatos en el proceso de reformas del país", distanciándose con ello de su deseada integración a la Unión Europe.

Esta opinión fue también compartida por expertos que atendieron la reciente reunión UE-Ucrania del 3 de Febrero último, en la que el gobierno ucraniano fue informado de las preocupaciones que les motivaban varias leyes aprobadas y otras consideradas por el Parlamento ucraniano (Ver EU concerned by ukranians’ controversial labor reforms de Katerina Semchuk y Thomas Rowley, Social Europe, March 2, 2023. Social Europe es la revista de política social más importante publicada en Europa). Nicolas Schmit, de la Comisión Europea para Empleo y Derechos Sociales, recibió a sindicalistas ucranianos en Bruselas y simpatizó con su protesta, la cual trasmitió a la presidenta de la comisión, Ursula von der Leyen. También les aconsejó que le trasmitieran a ella directamente sus protestas, pidiéndole que interviniera para atenderlas, pues estaban en contradicción con las leyes laborales existentes en la Unión Europea. No hay evidencia de que haya habido alguna gestión de la Presidencia de la Comisión encaminada a alertar de que tales medidas pueden imposibilitar la entrada de Ucrania a la Union Europea. Antes al contrario, la Presidenta de la Comisión ha declarado estar impresionada por los avances que está haciendo Ucrania para sumarse a los 27 miembros de la Union Europea. El Presidente Zelensky de Ucrania en una reunión con Charles Michel, el Presidente de Consejo Europeo, y la Presidenta de la Comision, indico que las negociaciones para alcanzar la Unión deberían realizarse ya este año.

La guerra es utilizada para aprobar medidas antisindicales que el Gobierno de Zelensky deseaba aplicar ya en tiempos de paz que no pudieron ser llevadas a cabo cabo de la impopularidad de tales medidas 

El argumento constantemente utilizado por el gobierno Zelensky es que la guerra exige tomar tales medidas, ignorando que estas mismas medidas se habían ya propuesto por el gobierno en tiempos de paz. Ni que decir tiene que la situación de guerra puede requerir medidas excepcionales que puedan afectar el ejercicio de los derechos de la ciudadanía, incluyendo de sus organizaciones como sindicatos. Pero un estado que aspira ser aceptado como democrático no puede actuar como lo ha hecho el gobierno ucraniano, tomando tales medidas sin siquiera consultar con los sindicatos que, según testimonios creíbles, han estado excluidos del proceso de decisión sobre tales cambios. En contraste, las organizaciones empresariales, máximas beneficiadas por tales medidas antisindicales, sí fueron consultadas en el proceso de decisión. Según los autores del artículo citado en  la sección anterior , el presidente de la Comisión de Política Social del Parlamento Ucraniano, miembro del partido fundado por Zelensky, respondió a las peticiones  de  sindicatos ucranianos y europeo  de que el parlamento y el gobierno ucraniano respetaran las normativas de la Organización Internacional del Trabajo, con el comentario despectivo de que tal organización internacional estaba en realidad promoviendo el comunismo, tal como las ultraderechas neoliberales a nivel internacional han definido tal organización.

Es frustrante, aunque predecible, que los grandes medios de información en España han silenciado esta situación en Ucrania, brevemente mostrada en este artículo, y sobre cuya existencia hay clara evidencia. La aplicación de tales medidas ultraliberales y el comportamiento mostrado por el gobierno de Ucrania hasta ahora puede tener un enorme impacto no solo para el futuro de Ucrania sino también para el futuro de Europa, en caso de que Ucrania se integrara en la Unión Europea. En este momento, los pasos que se están tomando en la Unión Europea son para acelerar la integración de Ucrania en tal Unión, que en el caso de las medidas ultraliberales aprobadas y/o propuestas por su gobierno no cambiaran su orientación, tal integración reforzaría todavía más a las derechas europeas (cada día más parecidas a las ultraderechas de la UE). No es por casualidad que uno de los mayores aliados de la Unión Europea es Polonia, cuyo estado ha mostrado tener muy poca vocación democrática y que ha sido sancionado por la propia Unión Europea en múltiples ocasiones.

En realidad, muchos de los países del Este de Europea que habían sido parte de la Unión Soviética, recientemente integrados en la Unión Europea, toman como referencia el modelo neoliberal estadounidense y no el modelo socialdemócrata que había sido dominante en varios países de la Europa Occidental después de la II Guerra Mundial. El liderazgo que el gobierno federal de EEUU está ejerciendo en la OTAN está favoreciendo esta orientación neoliberal de tales países. Es frustrante pero previsible que la Comisión Europea  no este presionando para que se desarrolle un modelo alternativo al actual neoliberal  que responda mucho mejor a las necesidades del pueblo ucraniano. Centrarse solo en lo militar es olvidarse que lo militar debiera ser solo un medio para alcanzar un fin. Y este fin no puede ser favorecer intereses económicos y financieros (ya sean particulares o internacionales) sino alcanzar  el bienestar de  la población, hoy enormemente dañado por la brutal invasión rusa, dirigida por Putin, pero también perjudicado por las políticas neoliberales del gobierno ucraniano. Tales medidas afectan primordialmente a las clases populares del país, que constituyen la mayoría de su población. El enfoque exclusivamente centrado en el tema militar está ocultando una realidad que debe cambiarse para el beneficio de las poblaciones ucranianas y europeas. La evidencia de que el modelo neoliberal afecta muy negativamente la calidad de vida y bienestar de los países que lo siguen, es abrumadora.

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La ocultada historia de la España alternativa: la republicana https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2023/03/08/la-ocultada-historia-de-la-espana-alternativa-la-republicana/ Wed, 08 Mar 2023 19:45:33 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6447 Una mujer coloca una rosa en una pared durante una ofrenda floral y encuentro abierto entre familiares de las víctimas y estudiantes daneses del franquismo, en el cementerio de La Almudena, a 12 de abril de 2022, en Madrid (España). Foto: Isabel Infantes / Europa Press
Una mujer coloca una rosa en una pared durante una ofrenda floral y encuentro abierto entre familiares de las víctimas y estudiantes daneses del franquismo, en el cementerio de La Almudena, a 12 de abril de 2022, en Madrid (España). Foto: Isabel Infantes / Europa Press

Desde el inicio de la dictadura, a finales de los años treinta del siglo pasado, hasta el día de hoy, la historia de la población española republicana no se conoce en España. Ha estado silenciada y ocultada durante la mayoría de este periodo por los mayores establishments políticos y mediáticos del país. Y ello a pesar de que, en el periodo citado, la mayoría de la población fue y ha sido, según las encuestas creíbles, favorable a la República.

La historia que se conoce y se promueve por tales establishments (monárquicos en su mayoría), tanto en el periodo dictatorial como en el periodo democrático, es la historia de la España monárquica de siempre, la de los vencedores de todos los conflictos bélicos y golpes de estado que han abundado en el pasado de este país. La historia de los vencidos, los republicanos, sin embargo, se ha ocultado. Y esta historia (que es la historia de la gran mayoría de las clases populares del país) no se ha contado, y continúa silenciada.

Se me dirá que, aunque esta descripción de la realidad haya sido cierta durante muchos años, ya no lo es. Se asume que los intentos de corregir el sesgo profundamente conservador de la historia de España por parte del Estado (mediante medidas correctoras de la desmemoria histórica) han sido exitosos, permitiendo que se conozca ya la historia real de las clases populares de este país. Se dice que en las escuelas de España se enseña ya tal historia, y como prueba de ello se muestran los libros de historia que muestran una versión corregida de la tergiversada y dominante en periodos anteriores. Y también se dice que en los mayores medios de comunicación han aparecido artículos y programas radiofónicos y televisivos cubriendo la parte ocultada de aquella historia.

Pero una cosa es lo que debería ser y otra es lo que ocurre. En realidad, casi nunca se cubre, por ejemplo, la historia de la II República y sus grandes logros en la enseñanza pública. Y en los grandes medios de comunicación, formación y persuasión (la mayoría de los cuales son de derechas), raramente cuentan la historia tal como fue, mostrando tales logros. Tampoco explican las movilizaciones populares llevadas a cabo contra la dictadura que forzaron su fin. En su lugar se presenta este fin como resultado de las decisiones lideradas por figuras claves del régimen dictatorial. Y en ambos casos sé de lo que hablo, pues como hijo de los vencidos (de los que lucharon en defensa de la República y de sus reformas) y como uno de los que lucharon en la resistencia antifascista, he podido constatar que lo que se enseña todavía hoy sobre nuestro pasado es distinto a lo que yo conocí y viví, ignorándose la realidad tal como ocurrió. Veamos los datos.

¿Qué es lo que se oculta?: los importantes cambios iniciados en la II República

Y tengo que referirme a mi propia experiencia. Lo hago con cierta incomodidad, pues nací en una familia en la que se veía con malos ojos que uno hablara de sí mismo. Pero habiendo aconsejado a los republicanos que hablaran de su pasado a fin de recuperar una memoria silenciada, por mera coherencia tengo que hacerlo yo ahora con el mismo fin.

Mi padre y mi madre fueron maestros que participaron activamente en las reformas educativas de la II República. También mis tíos y tías trabajaron en tal profesión, y todos ellos y muchos otros me mostraron y explicaron lo que la escuela pública-republicana hizo. Tales reformas educativas estaban destinadas a establecer una escuela pública para todos los infantes y adolescentes, libre y gratuita, laica y solidaria, dedicada a establecer una sociedad justa y democrática, un objetivo del quehacer público altamente popular.

Tales reformas incluían también la alfabetización de las poblaciones rurales, componente importante de aquellas reformas en un país en el que al principio de la II Republica solo el 3.1% de la población entre 14 y 19 años había hecho estudios secundarios, porcentaje incluso menor entre las mujeres.

Las medidas liberadoras republicanas también incluyeron una legislación muy avanzada, aumentando los derechos políticos y sociales de las clases populares, con notable mejoramiento del bienestar y calidad de vida de la población y muy en especial de las mujeres, que habían sido sujeto de amplia explotación durante los gobiernos anteriores (para mayor expansión de los datos ver mi reciente libro, Una Breu Historia Personal de Catalunya y Espanya, Editorial Icaria, 2023).

En realidad, las reformas educativas que se hicieron durante la II República llamaron la atención internacional. Gente de todo el mundo venía a ver qué se hacía en tales reformas educativas en España.

Otra ocultación: la enorme represión de la dictadura

Tampoco se ha informado correctamente de la enorme represión llevada a cabo por una de las dictaduras más sangrientas que haya existido en Europa en el siglo XX. Según el mayor experto en fascismo europeo, el profesor Malefakis de la New York University, por cada asesinato político del régimen de Mussolini, el régimen de Franco fue responsable de 10,000. Aquella dictadura ha sido responsable del mayor número (proporcionalmente) de asesinatos políticos (con cuerpos desaparecidos) en el mundo en el siglo XX, después de otra dictadura, la de Camboya.

Y un grupo profesional especialmente reprimido fueron los maestros, represión que incluyó fusilamientos, campos de concentración, expulsión del cuerpo docente, exilio y muchas otras medidas. A mi padre y a mi madre les expulsaron de la escuela pública de un pueblo, Gironella, en la zona pre pirinaica de Cataluña, Berguedà, donde dirigían las escuelas públicas, mi padre la de niños y mi madre la de niñas.

A mi padre, el Tribunal golpista que lo juzgó y castigó, le acusó de "rojo" y "separatista", la peor combinación posible, según los fascistas gobernantes. En realidad, mi padre y mi madre eran socialistas, pero de separatistas no tenían nada. Los dos amaban profundamente a España, pero no la España jacobina profundamente injusta, insolidaria, y enormemente reaccionaria, dominada por las instituciones económicas, financieras, religiosas, y militares opuestas a una España justa, democrática, plurinacional y solidaria a la que sí amaban y a la que habían dado toda su vida.

Toda esta represión en contra, predominante, de las clases populares del país, incluyendo de sus instituciones educativas, se ha ocultado por mucho tiempo, resultado del miedo que todavía existe. Y esto lo pude ver recientemente.

Hace solo diez años que recibí una llamada de una persona anciana de Gironella, el pueblo donde mis padres habían sido maestros, que me preguntó si yo era el hijo de la maestra que había tenido durante la República y que había estimado enormemente. Al decirle que sí lo era, me dijo que le encantaría verme y me invitó a ir a conocerla. Acepté encantado y con mi esposa y hermano fuimos a verla.

Y nuestra gran sorpresa fue que al llegar a la escuela pública donde nos había citado, nos encontramos con un grupo de aproximadamente quince personas ancianas, todas ellas alumnos y alumnas de mi madre y mi padre. Fue una sesión de recuperación de la memoria histórica muy emotiva. Nos dijeron cosas de nuestros padres (a los que mostraron una gran estima y aprecio)  de lo que habían hecho que ni siquiera mi hermano y yo sabíamos. Lo que era sorprendente es que al hablar de aquella época y de mis padres, bajaban el tono de la voz, que simbólicamente representaba el temor que todavía tenían a la hora de hablar de aquella experiencia.

Gironella había estado gobernada por mucho tiempo durante el periodo democrático por la derecha catalana muy próxima a la Iglesia Católica. La Iglesia y la Falange habían sido los denunciantes de mis padres. Y la Iglesia tenía de nuevo la escuela privada para la gente de bien del pueblo. Los estudiantes de mis padres habían hecho una petición al gobierno municipal de derechas catalanas para que hicieran una placa en la escuela pública en su memoria. Tal petición había sido desatendida, pero debido a la presión de las generaciones más jóvenes lograron por fin tal reconocimiento, aprovechando el cambio de signo político del gobierno municipal.

Más ocultaciones: el desconocimiento de la diáspora republicana a nivel mundial y de la resistencia antifascista en España durante la dictadura

Y lo que tampoco se conoce es lo que le paso a mis tíos y tías que dejaron España y fueron a Francia cuando perdieron la guerra. Muchos otros fueron a otros países, y muy en particular a países de Latinoamérica.

Esta diáspora significó una gran pérdida de recursos progresistas, responsables de la enorme mediocridad intelectual de la cultura dominante durante la dictadura. En general, la mayoría de los países en América Latina dieron bienvenida a tal diáspora. Pero no así la Europa llamada democrática que no ayudó en nada a las fuerzas republicanas en su lucha contra el fascismo. Mientras Hitler y Mussolini apoyaron militarmente a los golpistas fascistas, las llamadas democracias no ofrecieron ninguna ayuda, y no recibieron con los brazos abiertos a los exilados republicanos.

En Francia, además, el país fue ocupado por los nazis, quienes asumieron con razón que la mayoría de los españoles en Francia eran antifascistas. Ello explica que fueron precisamente los republicanos españoles los que iniciaron la resistencia antinazi en Francia, hecho desconocido en España, pero conocido y reconocido en Francia después de la II Guerra Mundial.

Se sabe ya algo en España de la heroica lucha llevada a cabo por las tropas españolas republicanas en el ejército francés liderado por el General de Gaulle. Su famosa División Novena liberó París, llevando la bandera republicana al lado de la francesa. Pero lo que todavía no se conoce en España es que la resistencia antinazi fue iniciada por españoles republicanos. Una de ellas fue mi tía, Amparo, que fue detenida en un campo de concentración nazi. Cuando fue liberada, el gobierno francés le otorgó más tarde una medalla de distinción por su contribución a la liberación de Francia y recibió una pensión del gobierno francés durante el resto de su vida. En España, nunca hubo ningún reconocimiento ni agradecimiento por su lucha contra el fascismo y contra el nazismo. El que dirigió tal resistencia antinazi española fue Manolo Azcarate, una de las personas que conocí más tarde en la resistencia antifascista española que más me impresionó por su capacidad de servicio para alcanzar una España justa y democrática.

Tal desatención y olvido de la diáspora republicana ha ocurrido también con los que lucharon en la resistencia antifascista durante la dictadura, resistencia que jugó un papel determinante en forzar el fin de la dictadura. La crueldad de la dictadura se mostró hasta el último día de su existencia.

Yo viví en la Sagrera, en Barcelona, el barrio obrero más conocido en aquella ciudad. Fue en aquel barrio en donde se iniciaron las luchas obreras en contra de la dictadura, y donde hubo mayor actividad antifascista en Barcelona y en Cataluña, reflejando el liderazgo en aquella resistencia de la clase trabajadora, tanto la nacida en Cataluña como fuera de ella.

Barcelona era la ciudad con más trabajadores y trabajadoras en España. En el año 1972 Barcelona tenía 138.911 empresas con más de un millón de trabajadores, siendo la ciudad de España con mayor número de trabajadores, y también siendo la Sagrera uno de los barrios donde la resistencia tuvo mayor incidencia, no solo en resistir la enorme represión, sino también en desarrollar organizaciones que consiguieron victorias en sus luchas contra el régimen.

Uno de los honores que valoro más en mi vida fue la invitación del barrio a que diera yo el pregón de la fiesta mayor de la Sagrera. Más tarde, ya en democracia. Fue ahí donde se iniciaron Comisiones Obreras que jugaron un papel clave en la defensa del mundo del trabajo, apoyando todas las huelgas de la clase trabajadora en contra del régimen, siendo España el país en Europa donde más agitación laboral de tipo político existía.

El Partido Comunista fue la mayor fuerza dentro de tal movimiento antifascista y fue sujeto de especial represión debido a ello. Su labor y tarea para derrotar la dictadura y facilitar el resurgimiento de la democracia no solo ha sido ignorada, sino que ha sido incluso demonizada por los grandes establishment políticos y mediáticos del país, la gran mayoría monárquicos.

La ausencia de pluralidad ideológica en los mayores medios de información y persuasión del país, con ausencia de medios de izquierdas, tanto en Cataluña como en el resto de España, ha reproducido una cultura profundamente conservadora en la que se pone al Partido Comunista en la misma categoría que Vox, definiéndolo como "extremista". Viví en muchos países durante mi largo exilio (obligatorio primero y voluntario después); Suecia, Gran Bretaña, y Estados Unidos, trabajando también en muchos otros, y en ninguno de ellos he visto la cultura mediática tan derechizada como en España, resultado del enorme poder que las derechas desde siempre han tenido en este país.

La falta de diversidad, no solo ideológica sino también nacional

Las izquierdas fueron las únicas fuerzas políticas existentes en la resistencia antifascista y su objetivo era crear una España justa, libre, democrática, y plurinacional. El enorme dominio de la ideología fascista durante la dictadura y su todavía existencia en amplios sectores del Estado y de la sociedad, explica que frecuentemente la visión plurinacional se identifique en los medios como separatismo. Por desgracia no ha habido suficiente recuperación de la memoria histórica para saber que tanto el socialismo como el comunismo en España estuvieron comprometidos con la plurinacionalidad del estado en la época de lucha contra la dictadura.

La ideología jacobina uninacional del régimen fascista, era enormemente opresiva. La primera vez que yo tuve problemas con la Policía de aquel régimen fue a la muy temprana edad de los once años, cuando hablando en Catalán, mi lengua materna, un gris (como se llamaba a la policía franquista) me paró y me dio un bofetón en la cara y me gritó: "No hables como un perro, habla como un cristiano". Yo le respondí escupiéndole en la cara, lo que causó que me llevaran al cuartelillo llamando a mis padres. Siempre recordé que mi padre me acarició la cabeza diciendo para sí mismo: "tan joven ya". Y mi madre me dio uno de los besos más fuertes y políticos que una madre haya dado a un niño en Cataluña para mostrar lo sumamente orgullosa que estaba de mí. Mi catalanidad no me hacía menos español, sino que era la manera mía de ser español, considerándome parte de una identidad más amplia, compartida con otras nacionalidades y pueblos cuyas clases populares tenían mucho más en común entre ellas que con las clases dominantes de sus distintas nacionalidades, lo cual continúa ocurriendo en este país. Los datos están ahí para mostrarlo (ver mi libro "El Subdesarrollo Social de España: Causas y Consecuencias", Editorial Anagrama, 2016).

Por desgracia, no hay todavía comprensión en grandes sectores de la población española por la necesidad de este reconocimiento de la plurinacionalidad de la España republicana, falta de reconocimiento que está originando unas tensiones innecesarias que benefician a las derechas nacionalistas tanto jacobinas como periféricas.

La interesada ocultación de la historia de las izquierdas republicanas españolas, incluyendo las catalanas, explica lo absurdo de presentar la llamada Guerra Civil en España como una guerra entre Cataluña y España. Tal versión histórica promovida por algunos sectores del independentismo catalán olvida que la enorme represión de la dictadura en contra de las clases populares de todos los pueblos del país era precisamente el resultado de su percepción (acertada) de que tenía a la gran mayoría de ellas (que sumaban la mayoría de la población española) en contra.

En realidad, el presidente Companys de la Generalitat de Catalunya era uno de los políticos más populares entre tales clases en el resto de España, habiendo este expresado su gran apoyo al Madrid sitiado por las tropas golpistas con su famoso grito, "Madrileños, Catalunya os ama". Las fuerzas republicanas nunca identificaron el jacobismo monárquico centrado en la Capital del Reino con el pueblo madrileño, victima de aquel régimen.

Una última observación: la ocultación del carácter fascista del franquismo

En España, el término fascismo no es ampliamente utilizado para definir la ideología de la dictadura franquista. El mayor ideólogo del uso del término franquismo para definir lo que existía en España durante la dictadura fue el politólogo Juan José Linz que definió tal régimen como autoritario, pero no totalitario. Por totalitario, definía Linz aquellos regímenes como los comunistas, que según él tenían una ideología totalizante que se imponía a la población y que abarcaba todas las dimensiones del ser humano. Estos regímenes, a diferencia de los regímenes autoritarios, eran de difícil, casi imposible, transición a sistemas democráticos. Los regímenes autoritarios, por el contrario, podían transformarse fácilmente en sistemas democráticos, una vez desaparecido el Dictador. Y en estos países autoritarios, la dinámica de cambio, por regla general, surgía de la propia clase dirigente del sistema autoritario. Linz, (que fue otorgado en el año 1987 el Premio de Asturias de Ciencias Sociales) presentó el régimen dictatorial español, dirigido por el General Franco, como ejemplo de estado autoritario que nunca fue totalitario.

Linz, hijo de familia vencedora de la llamada Guerra Civil, pertenecientes sus padres al Movimiento Nacional, parece no haber detectado el carácter invasivo y brutalmente totalizante de la ideología promovida por aquel régimen que abarcaba todas las dimensiones del ser humano, desde el lenguaje permitido que la gente utilizara hasta la manera de realizar la sexualidad.

Bajo tal dictadura no había área de actividad humana que no estuviera controlada a fin de crear una sociedad basada en la superioridad de clase, de raza (el día nacional se llamaba "el día de la raza") y de género (relegando la mujer a ser un mero apéndice del varón con promoción de la virilidad y de la fuerza física) dominantes. En realidad, un indicador del error de Linz es que la ideología totalizante (de claras características fascistas) que caracterizó lo que él definió como franquismo autoritario, ha continuado después de la muerte del dictador y está extendida en algunos aparatos del estado llamado democrático y en amplios sectores de la derecha española. La falta de cultura de las derechas españolas es enorme, definiendo como ilegal cualquier gobierno distinto al suyo. Definir tal dictadura como meramente autoritaria me parece una enorme simplificación y frivolidad. De la misma manera que no se define al nazismo como Hitlerismo, o al fascismo italiano como Mussolinismo, no es científico definir al fascismo español como Franquismo. El hecho que así se haga en España es debido al intento exitoso de promover la visión histórica, primordialmente por parte de las derechas, de que la dictadura era una dictadura personal que desapareció con la muerte del dictador. El fascismo español fue la versión española del fascismo que fue la ideología promovida por las oligarquías y clases dominantes de todas partes del país. (ver mi artículo Franquismo o Fascismo. Publico Diciembre 15, 2017)

Algunos politólogos próximos a Linz han llegado a admitir que el fascismo caracterizó al régimen, pero solo al principio y por una etapa muy breve de la dictadura que coincidió con la influencia del partido fascista (La Falange) en su momento inicial.

Pero definir un sistema por el tamaño de una formación política en su espectro partidista es un error profundo. Hoy el liberalismo económico y político es la ideología dominante en el mundo occidental y, en cambio, los partidos liberales son en general muy minoritarios. Lo que define el carácter de un sistema político son las relaciones de poder de clase, raza, y género reproducido a través de sus instituciones. La perpetuación del fascismo, bien en su totalidad o en alguna de sus características en la cultura dominante en varias dimensiones del estado y sociedad española, se debe a la función que tal ideología tiene en la reproducción de las relaciones dominantes de poder dentro del país, incluyendo las relaciones de poder por clase social.

La postura de Linz, indicando que el empresariado español tenía poca influencia sobre el estado autoritario español, es otra enorme falsedad. El empresariado tenía el dominio de los sindicatos verticales, con gran intercambio de cargos políticos y empresariales (tanto públicos como privados). Es más, mientras el mundo empresarial continuaba teniendo sus propios organismos, a los obreros nunca se les autorizó que tuvieran los suyos. (Ver el reciente libro de Xavier Domenech Sanpere, "Lucha de Clases, Franquismo, y Democracia. Obreros y Empresarios (1939-1979)" Editorial Akal, 2022).

Y la legislación sistemáticamente favoreció al empresariado a costa de la clase trabajadora que sufrió la represión más brutal de las ejecutadas en los estados dictatoriales existentes en aquel momento. En realidad, el fascismo fue el máximo defensor del mundo empresarial, que era el centro de la clase dominante en España.

El surgimiento de nuevos movimientos a los dos lados del Atlántico Norte con características típicas del fascismo se debe a la enorme crisis de los sistemas democráticos tanto en Europa como en Norteamérica, y surgimiento de movimientos contestarios y alternativos que amenazan la permanencia de las estructuras clasistas, machistas, racistas y jacobinas de poder. (Ver mi artículo, "El predecible resurgimiento del fascismo y nazismo a los dos lados del Atlántico Norte y sus consecuencias" Público, octubre 5, 2022).

El fascismo en los años treinta y cuarenta del siglo pasado fue la respuesta de tales estructuras para mantener su poder. Y una situación semejante está ocurriendo ahora. De ahí la enorme urgencia de que se recupere la historia ocultada de la población republicana en España, enriqueciendo a las fuerzas republicanas actuales, aprendiendo de sus intervenciones que facilitaron su éxito cuando ocurrió (que las derechas han ocultado) y de las intervenciones que lo obstaculizaron.

A la juventud (de todas las edades) en este país hay que concienciarlas de que hay una continuidad en el proceso de democratizar nuestras sociedades y hacerlas más justas, enriqueciendo a las luchas actuales con el conocimiento de sus antecesores, definiéndose así mismas como herederas de las anteriores. Hay enormes puntos en común entre lo que pasó ayer y lo que pasa ahora y más importante todavía, lo que ocurrirá mañana.

Mirar el pasado no es ser anticuado, sino aprender de la experiencia y enriquecerse con su cultura y conocimiento adquirido. La ley de gravedad es muy antigua, pero no es anticuada. Si no se lo cree, salte de un cuarto piso y lo verá. Y esto ha pasado en muchas ocasiones en sectores progresistas también.

Propuse que se usara la bandera republicana hace muchos años durante el 15M en el cual participé activamente. Me alegra ver que muchas de las formaciones políticas enraizadas en el 15M, que no eran favorables de ello entonces, hoy lideran el movimiento republicano de izquierdas, siendo la alianza y coalición entre las fuerzas que lucharon ayer a favor de la República, y más tarde en contra de la dictadura y las nuevas fuerzas generadas por el 15M, las que sean hoy el eje del espacio transformador del país para alcanzar mañana la España Republicana justa, democrática, y plurinacional que las fuerzas progresistas siempre desearon.

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Dictadura,España,Franquismo,II República
El crecimiento de las ultraderechas a nivel mundial como consecuencia de la Guerra de Ucrania y de la II Guerra Fría https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2023/01/19/el-crecimiento-de-las-ultraderechas-a-nivel-mundial-como-consecuencia-de-la-guerra-de-ucrania-y-de-la-ii-guerra-fria/ Thu, 19 Jan 2023 06:45:23 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6429 El crecimiento de las ultraderechas a nivel mundial como consecuencia de la Guerra de Ucrania y de la II Guerra Fría
Manifestación neonazi en Suecia (IMAGEN DE ARCHIVO).- AFP

Uno de los impactos más notables de la guerra de Ucrania es la enorme derechización de la vida política en Europa (tanto occidental como oriental), así como en Norteamérica (y muy en especial en Estados Unidos). Tal derechización está afectando de una manera muy negativa el bienestar de las clases populares que constituyen la mayoría de la población en todos los países en estos continentes. Pero antes de mostrar los datos que afirmen tal realidad es necesario aclarar qué entendemos por "guerra de Ucrania". Este término incluye muchas dimensiones. Una, la más visible mediáticamente, es el conflicto bélico entre las Fuerzas Armadas de dos estados, el ucraniano y el ruso, que está afectando no solo a la población militar, sino también -y de una manera brutal y masiva- a la población civil, y muy en particular a la que vive en Ucrania. Pero además de este conflicto bélico, existen otros conflictos dentro del propio Estado ucraniano que están afectando el desarrollo del conflicto militar, y que apenas tienen visibilidad mediática.

LO QUE ES MENOS CONOCIDO DE LA GUERRA DE UCRANIA: EL CONFLICTO CULTURAL E IDENTIDAD NACIONAL Y EL CONFLICTO DE CLASES

Uno de ellos es el conflicto cultural y de identidad nacional entre el sector de la población ucraniana de habla ucraniana y el de habla rusa, conflicto que está ganando el de habla ucraniana (que controla los aparatos del Estado ucraniano desde 2014) a costa de una pérdida de poder muy marcada del sector de habla rusa. El conflicto bélico ha facilitado esta transferencia de poder.

Otro conflicto, silenciado en los mayores medios de información occidentales, es el conflicto de clases sociales que aparece en la aplicación de las políticas públicas del gobierno ucraniano  (de clara orientación neoliberal, próximo al mundo empresarial) como la desregulación del mercado laboral, la reducción de los derechos laborales, y la reducción y privatización de la Seguridad Social, con reducción de los derechos sociales. Tales medidas habían ya sido propuestas por el mismo gobierno antes del inicio de la guerra, pero han sido aprobadas durante la guerra, justificadas como necesarias para atraer a los inversores extranjeros a fin de conseguir la recuperación económica. Tales medidas, que fueron muy impopulares, fueron protestadas por los sindicatos ucranianos y desoídas por el gobierno y por el parlamento, controlado por el partido fundado y dirigido por el Presidente del gobierno, Volodymyr Zelenskyy. Otra intervención neoliberal, también muy impopular, aplicada por el mismo gobierno, ha sido permitir la propiedad extranjera de la tierra ucraniana (que no era permitida) a fin de atraer empresas agrícolas no ucranianas a invertir y controlar sectores agrícolas del país. Tal medida fue propuesta por el Fondo Monetario Internacional y por el Banco Mundial como condición para permitir la renegociación del pago de la deuda externa del país. En este caso, el conflicto militar también ha facilitado que se aprobaran tales medidas impopulares que benefician a unos sectores de la población a costa de otros. Estas realidades son partes olvidadas de la guerra de Ucrania y que apenas son noticia. Una causa de estos silencios es que tal guerra está configurada y determinada por un conflicto mayor y más amplio que determina qué es lo más o menos visible de lo que ocurre en Ucrania y en el mundo.

El ESTABLECIMIENTO DE LA II GUERRA FRÍA

Este mayor conflicto es el existente entre la OTAN, por un lado, y Rusia, por el otro y que frecuentemente se presenta como una reanudación de la Guerra Fría. Es decir, del conflicto entre "el mundo libre y democrático occidental", representado por la OTAN y "el mundo comunista", asumiendo que el régimen Putin es una mera continuación del régimen soviético comunista anterior. Esta interpretación del régimen Putin como comunista queda reforzada por la alianza existente entre Rusia y China, país gobernado por el mayor Partido Comunista existente hoy en el mundo. Lo que se intenta con ello es ver tal alianza, como una alianza de sistemas económicos alternativos, supuestamente opuestos, al modelo económico dominante en el mundo liberal democrático.

Esta visión del conflicto "mundo libre y democrático frente al mundo comunista" está ampliamente promovido por gran numero de los principales medios de información existentes en Norte América y Europa Occidental. El caso más reciente son las declaraciones de Elon Musk, el nuevo propietario del sistema Twitter, uno de los sistemas de información más extensos en el mundo occidental, supuestamente gran defensor de la libertad de prensa y de la democracia, que ha definido el comunismo como "la mayor maldición sobre la humanidad que hay que exterminar". Este conflicto entre dos sistemas ideológicos supuestamente opuestos -el democrático y el comunista -es el que está teniendo un impacto devastador para la mayoría de la población mundial, pues las medidas económicas que se están tomando por las dos partes del conflicto están creando una enorme crisis económica y social que afecta la salud, la calidad de vida y el bienestar de las clases populares de todos los países del mundo.

LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA II GUERRA FRIA

La gran escasez de productos vitales, energéticos y alimenticios, resultado de la guerra y de las sanciones, contribuye al enorme incremento de la inflación que golpea directamente a la gente normal y corriente que ve su capacidad adquisitiva descender radicalmente. Este enorme sacrificio popular, muy marcado a los dos lados del Atlántico norte (siendo más acentuado en Europa que en Estados Unidos) se intenta justificar como sacrificio necesario para defender la democracia y la libertad del mundo occidental, pues la derrota de Ucrania y el triunfo de Rusia significaría el triunfo de un sistema económico alternativo –el comunismo- que acabaría dañando enormemente a las poblaciones de tales países. No es, pues solo, la solidaridad con el pueblo ucraniano lo que debiera motivar la aceptación del sacrificio que están realizando las clases populares, sino también la autodefensa de su propia libertad y democracia. Este fue el mensaje que quiso trasmitir la reciente visita del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky a Estados Unidos. Durante su discurso en el Congreso, subrayó enfáticamente que el pueblo ucraniano está luchando para defender la democracia en el mundo, incluyendo la de Estados Unidos.

LOS QUE SE BENEFICIAN DE TAL CONFLICTO

Promoviendo esta ideología hay intereses económicos muy marcados que están utilizando la II Guerra Fría como mecanismo de expansión de sus intereses económicos. El caso más claro, pero no único, es el de las empresas de energía no renovable que temían su desaparición debido a la fuerza del movimiento verde ecológico a nivel mundial y que hoy están gozando de un protagonismo y de unos beneficios sin precedentes. Un tanto igual aparece con la industria armamentista, que está teniendo unos beneficios enormes, cuando solo hace unos años estaba preocupada, pues se discutía la posibilidad de que la OTAN desapareciera, como había indicado el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Tal industria militar, liderada por lo que el presidente Eisenhower de EEUU definió en su día como el "complejo industrial militar", tiene una enorme influencia política en tal país, que ha alcanzado unas dimensiones nunca conocidas en su gasto militar. Un tanto semejante está ocurriendo en Europa, donde tal crecimiento está ocurriendo a costa de no corregir los grandes déficits públicos en sus servicios públicos como la sanidad, déficits que la pandemia mostró con toda viveza. Y a nivel mundial, la escasez de productos agrícolas provenientes de las áreas en conflicto militar, así como la inflación y carestía de vida que ello conlleva, han creado un problema de enormes dimensiones responsable del crecimiento de la mortalidad en los países en lo que se llama ahora el Sur Global, causando un mayor número de muertos que el que ocurre en Ucrania.

LA FALSEDAD DE LOS SUPUESTOS IDEOLÓGICOS QUE SOSTIENEN LA II GUERRA FRÍA

Pero el gran beneficiario de la expansión de tal ideología es el propio modelo económico liberal que domina y se expande en ambos lados del conflicto y del cual ni se habla ni se denuncia. Tal modelo en su dimensión económica se presenta como defensor del mercado que se asume es determinante de la distribución de los recursos en las sociedades, con mínima intervención estatal. Tal definición no refleja, sin embargo, la realidad existente en la mayoría de los países en conflicto, sea este militar o solo económico. En estos países, grandes grupos económicos y financieros dominan a los estados para conseguir el máximo poder político y beneficio empresarial. Este es el modelo neoliberal que domina a ambos lados del conflicto. Es la lucha por los intereses económicos y financieros dominantes en cada bloque para conseguir mayores esferas de poder político, frecuentemente a costa de los intereses de las clases populares. Las clases populares de Estados Unidos, por ejemplo, no se benefician del dominio de tal modelo económico, ni del enorme gasto militar en su país. Antes al contrario, la pandemia ha mostrado con toda claridad los enormes déficits sociales que tiene el país con el mayor número de muertos por Covid (más de un millón) en el mundo. Y a nivel político, la democracia en Estados Unidos está enormemente limitada con grandes déficits en los derechos sociales y laborales de sus clases populares, lo cual está siendo acentuado por la II Guerra Fría, reproduciendo lo que ya ocurrió en la I Guerra Fría. Los grandes gastos militares no dieron mayor seguridad a las clases populares. Y la creación de empleo e innovación tecnológica conseguida a través de tal gasto hubiera sido incluso mayor y más relevante en su creación científica si tal enorme gasto se hubiera hecho en la infraestructura del país y en la investigación sanitaria y social. Muchas ciudades estadounidenses tienen problemas graves en sus sistemas de adquisición, mantenimiento y distribución de agua potable. Y el porcentaje de la población con acceso a los medios digitales es de los más bajos de los países de la OECD.

Y por el otro lado, presentar a Rusia como un modelo económico alternativo al modelo liberal económico es ignorar que Rusia es hoy uno de los países con mayor explotación capitalista en el mundo, con grandes desigualdades y pobreza. La renta del ciudadano adulto en la Unión Soviética de los años setenta era un 70% del promedio de la Europa occidental. Pasó a ser solo un 40% durante la época de las reformas neoliberales ( apoyadas por los sucesivos gobiernos federales de EEUU)  lideradas por Yeltsin  (cuya mano derecha era Putin) que privatizaron la mayoría de los medios de producción de Rusia, una vez deshecha la Unión Soviética, convirtiéndose en una dictadura muy reaccionaria y corrupta, solidificada con la Iglesia Ortodoxa Cristiana. Hoy la pobreza alcanza casi un 38 % de la población. En cuanto a China, el presidente Deng, uno de los dirigentes de lo que los maoístas llamaban Capitalist Roaders, invitó a Milton Friedman y otros ultraliberales economistas a que les asesoraran en su privatización de la economía. Incluso, llegó a enviar una delegación al Chile de Pinochet para aprender de la brutal aplicación de las medidas extremas liberales de la escuela de Chicago aplicadas por aquel dictador en aquel país (Isabel Weber, How China Escaped Shock Therapy. The Market Reform Debate. Routledge 2021), transformándose en lo que Branco Milanovic ha definido como "capitalismo de Estado". China representa hoy la mayor proveedora de trabajadoras y trabajadores con salarios bajos y mal protegidos para las mayores empresas del mundo occidental.

LA ENORME CRISIS Y DESLEGITIMACIÓN DEL MODELO LIBERAL ECONÓMICO

La crisis económica causada tanto por la guerra a Ucrania como por la II Guerra Fría están contribuyendo a la deslegitimación del sistema político económico, que ya estaba ocurriendo antes de que se estableciera la Guerra Caliente en Ucrania y la Guerra Fría a nivel mundial. Es cierto que tanto el conflicto caliente como el frío han reforzado el poder de los grupos dirigentes a los dos lados del conflicto. La desastrosa retirada de Afganistán por parte del presidente Biden se ha olvidado. Y se acepta su liderazgo en la alianza atlántica por parte de los gobiernos de la OTAN. Por otra parte, las izquierdas gobernantes en Europa han perdido gran credibilidad porque aplicaron medidas neoliberales que dañaron a las clases populares y hoy, se las percibe como meros satélites de las políticas lideradas por la administración Biden, siendo responsables de las medidas criticadas anteriormente que están dañando el bienestar de sus clases populares. Y es en este contexto que el creciente enfado de tales clases populares frente al establishment liberal es canalizado por la extrema derecha en la mayoría de los países que, directa o indirectamente, están afectados por tales conflictos. Es el surgimiento y expansión de la ultraderecha neofascista y neonazista que he documentado en otro artículo, (Vicenç Navarro, El predecible resurgimiento del fascismo y nazismo a los dos lados del Atlántico Norte y sus consecuencias, Público 6/10/22)

En Estados Unidos el trumpismo ha continuado expandiéndose y adquiriendo más y más poder. En las últimas elecciones federales consiguió el control del Partido Republicano y del Congreso. Tiene también el apoyo de grupos mediáticos poderosos a nivel occidental, como el sistema Twitter y la cadena Fox, una de las cadenas de televisión más populares en aquel país. Varios intelectuales, dirigentes, y periodistas republicanos han expresado sus simpatías por Putin y viceversa, la televisión pública rusa ha expresado su apoyo al trumpismo en Estados Unidos. Y a nivel internacional, uno de los ideólogos republicanos, Steve Bannon, explícitamente apoyó el intento de golpe militar de Bolsonaro, admirador de Trump, el cual estaba en Florida (donde reside Trump) al mismo tiempo que estaba ocurriendo el intento de golpe militar en su país. Por su parte, Putin ha mostrado sus simpatías hacia el trumpismo, siendo este apoyo explícito por parte la televisión pública rusa. Este nuevo movimiento internacional de ultraderecha representa una amenaza frontal a los principios democráticos y al bienestar de las clases populares de los países en conflicto bélico y económico a nivel mundial descritos en este artículo. De ahí la enorme importancia de que las fuerzas progresistas exijan políticas opuestas al neoliberalismo económico, que responda a las necesidades populares y que demanden la reforma de las instituciones políticas que auténticamente las democratizan, anulando la enorme y excesiva influencia de los grandes poderes económicos cuyo poder debería reducirse substancialmente por medidas públicas y redistributivas. Toda la evidencia científica muestra que la calidad de vida y bienestar de las poblaciones y la mera supervivencia de la humanidad exigen tales cambios, estableciéndose modelos económico alternativo que eviten la enorme concentración de la propiedad de los recursos por individuos y grupos que caracterizan el modelo económico liberal que está configurando la vida económica y determinando las instituciones políticas del mundo.

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extrema derecha,Ultraderecha
Los mayores problemas de la sanidad pública española: causa y consecuencias https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/11/30/los-mayores-problemas-de-la-sanidad-publica-espanola-causa-y-consecuencias/ Wed, 30 Nov 2022 06:49:35 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6422 Miles de personas marchan durante una manifestación contra el desmantelamiento de la Atención Primaria, en la columna que ha salido de Nuevos Ministerios, a 13 de noviembre de 2022, en Madrid (España). -Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
Miles de personas marchan durante una manifestación contra el desmantelamiento de la Atención Primaria, en la columna que ha salido de Nuevos Ministerios, a 13 de noviembre de 2022, en Madrid (España). -Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Una de las características de la sanidad pública española es su pobreza de recursos, teniendo un gasto público sanitario muy bajo. Tanto si se utiliza el indicador de gasto público sanitario en porcentaje del PIB como si se utiliza el gasto público sanitario por persona, la conclusión es la misma. El Estado español gasta poco en sanidad, por debajo del promedio de los países de la Unión Europea de los Quince (UE15) que son los quince países de mayor desarrollo económico de la UE. Y ello no se debe a que seamos más pobres que el promedio de la UE15. En realidad, no somos pobres. Nuestro nivel de riqueza (medida por el PIB por capital) es ya cercano al promedio de estos países. En cambio, el gasto público sanitario está muy por debajo del promedio de gasto sanitario público de este grupo de países de la UE.

Tal escasez de recursos ocurre en todos los servicios públicos del Estado del bienestar español. Y ello ha sido una constante durante todo el periodo democrático (para analizar con detalle la evolución del gasto en los servicios del Estado del bienestar durante el periodo democrático, ver mi libro, Bienestar Insuficiente, Democracia Incompleta. De lo que no se habla en nuestro país). Y una de las consecuencias de este déficit del sector público es el bajo porcentaje de la población adulta que trabaja en los servicios públicos de tal Estado del bienestar, déficits que son particularmente acentuados en sanidad, educación, y servicios de ayuda a las familias (tales como escuelas de infancia y servicios de atención a la dependencia). Solo un 9% de la población adulta trabaja en estos servicios comparado con 25% en Suecia, el país que junto con Noruega tienen mayor desarrollado su estado del bienestar.

¿CUALES SON LAS CAUSAS DE ESTA POBREZA DE RECURSOS?

Las causas de esta escasez de recursos son fáciles de ver aunque el lector raramente lo leerá en los mayores medios de información y persuasión del país que se caracterizan por su conservadurismo. Tales causas son predominantemente de naturaleza política, y tienen que ver con el gran dominio que las fuerzas conservadoras (que en España se conoce como las derechas) han tenido sobre el Estado español durante la mayoría de su historia, incluyendo su periodo democrático. Países donde las fuerzas conservadoras han dominado las instituciones del Estado durante la mayoría de su periodo democrático, tales como, además de España, Grecia, Portugal y Italia, tal subdesarrollo ha sido constante y permanece.

Una consecuencia de este poder de las derechas es la existencia de una dualidad publica-privada en los servicios sanitarios que tipifica los países del Sur de Europa y la mayoría de países en América Latina. Esta dualidad se refleja en que el sector privado atienda en general al 20-25% de la población que tiene mayor renta en el país y el sector público atiende al 75-80% de la población restante. Y lo que caracteriza a España y los otros países del Sur de Europa es que todos ellos han sufrido largos periodos de dictaduras fascistas o fascistoides, seguidas de democracias incompletas en las que las fuerzas conservadoras han continuado teniendo gran influencia sobre sus Estados. Y el caso extremo es España que ni siquiera tuvo una ruptura del estado democrático con el estado dictatorial que le precedió. En lugar de ruptura hubo una transformación (en España definida por las estructuras de poder del estado y por la mayoría de medios de información como "modélica") en la que, aunque hubieron grandes cambios que permitieron la aparición de elementos importantes de democracia en el Estado español (facilitando por ejemplo la aparición del Servicio Nacional de Salud en la década de los ochenta), permaneció, sin embargo, la gran influencia de los grupos conservadores sobre el Estado y también, por cierto, sobre los mayores medios de comunicación. El contraste con el Norte de Europa, como Suecia, Noruega, y Dinamarca, (donde las fuerzas de izquierda han gobernado en coalición por la mayoría del periodo democrático desde 1945) es enorme. Miren los recursos humanos que el Estado dedica a atender el bienestar de la población en aquellos países y compárelos con los de España y verán la enorme diferencia. Ya indiqué en un parágrafo anterior que el porcentaje de población adulta trabajando en todo los servicios del Estado del bienestar en Suecia es casi tres veces mayor que en España. Si tuviéramos los porcentajes suecos, no tendríamos desempleo en España (uno de los constantes problemas de nuestra economía).

Tal relación entre fuerzas de las derechas y déficit del gasto sanitario se da claramente en España también. Aquellas comunidades autónomas que han estado gobernadas por las derechas por mayor tiempo durante el periodo democrático, como son Cataluña y Madrid, son también las que tienen mayor polarización pública-privada por clase social de la sanidad (y de la educación también). Y una característica de tal dominio es la reducción del gasto público (con la consiguiente desatención y privatización de lo público) y el incremento del sector privado. Lo segundo lleva inevitablemente a lo primero. Y es parte de esta estrategia conservadora el que su aplicación va acompañada con la promoción de lo privado sobre lo público. El Conseller de Sanidad del Gobierno de Cataluña, del partido pujolista Convergencia (la derecha nacionalista, hoy independentista) el Señor Boi Ruiz, explícitamente animó a las clases de renta mediana-alta a que se hicieran miembros de las compañías de seguros sanitarios privados, alentándoles a que usaran sus servicios.

Puesto que la sanidad privada ofrece mayor confort (una cama por habitación hospitalaria), con mayor tiempo de visita y menos tiempo de espera se explica que el deterioro de la pública motive a sectores de la población con recursos a usar la sanidad privada. Pero la evidencia muestra que, en general, la calidad del personal profesional y la infraestructura científica y técnica son mejores en la pública que en la privada, lo cual explica que cuando los pacientes en la privada empeoran considerablemente se les transfiere a la pública. Tenemos mucha evidencia de ello.

LA CRECIENTE PRIVATIZACIÓN DE LA SANIDAD PUBLICA

Pero además de la privatización citada en los parágrafos anteriores, en la que los servicios privados están financiados con fondos privados, también estamos viendo en gran número de países que tienen Servicios Nacionales de Sanidad Pública (como la Gran Bretaña y España) el crecimiento de servicios privados financiados públicamente. Y como consecuencia, el gasto público para financiar servicios públicos está disminuyendo a costa del aumento del gasto público para financiar servicios privados, incluyendo servicios privados de carácter comercial dirigidos por empresas con afán de lucro.

Esta contratación significa inevitablemente un deterioro muy marcado de la calidad de la atención médica, pues el objetivo de optimizar los beneficios empresariales (intrínseco en la empresa privada con ánimo de lucro) inevitablemente conduce a un deterioro muy marcado de la calidad de la atención médica, pues tal optimización de los beneficios se hace a costa de la reducción del personal, incluyendo el profesional, y de la calidad de su formación. La evidencia existente, tanto nacional como internacional, muestra claramente que la privatización de la medicina gestionada por las compañías con afán de lucro (compañías de seguro, entre otras) es enormemente costosa, ineficaz e impopular. El país que muestra las consecuencias negativas de tal tipo de financiación y gestión es EEUU. Es la máxima expresión del modelo liberal. Es el país que tiene el gasto sanitario (tanto público como privado) más alto entre los países de elevado nivel de desarrollo económico (19% del PIB). Y no es por casualidad que es el país en que hay mayores problemas de cobertura sanitaria, mayor ineficiencia en su gestión, mayor carga administrativa y mayor desagrado popular con el sistema de financiación y gestión sanitaria.

EL ENORME ERROR DE TOMAR EL MODELO LIBERAL SANITARIO (COMO EL EXISTENTE EN EEUU) COMO PUNTO DE REFERENCIA

En EEUU, la mayoría de la población que tiene asegurada el acceso a los servicios sanitarios, lo tiene bien a través de fondos públicos (Medicare para los ancianos y Medicaid para los pobres) o fondos privados. Estos últimos son, por lo general, compañías de seguros privados, la mayoría con ánimo de lucro. Tal aseguramiento privado nunca cubre por completo el coste del servicio, puesto que además de la póliza para pagar el seguro privado, el paciente tiene que pagar copagos y deducibles que significan una cantidad muy importante. Los gastos sanitarios para una familia normal y corriente perteneciente a las clases populares estadounidenses representan un 11% de los ingresos familiares (el mayor porcentaje de gasto después del alquiler o hipoteca y de las escuelas de infancia) lo cual puede implicar una dificultad para acceder a los servicios sanitarios para gran parte de la población. Durante los últimos tres meses de 2021, casi el 30% de la población retrasó o incluso dejó de ir al médico debido al temor de no poder pagar el servicio. (Data Update: Health Care Crisis, Spring 2022 Newsletter, Physicians for a National Health Program). Las limitaciones en su cobertura sanitaria, a pesar del enorme gasto sanitario va acompañada de enormes costes administrativos y gran desagrado popular hacia la gestión y financiación de la sanidad. La evidencia de ello también es abrumadora.

Los efectos perniciosos de la privatización en la financiación y gestión del sector sanitario se ha dado también en el Servicio Nacional de Salud británico durante los largos periodos de gobiernos conservadores. Todos ellos han favorecido una privatización muy marcada en tal sistema nacional de salud, que era considerado la joya de la corona del estado del bienestar británico. Desde 2013 a 2020, el outsourcing (la privatización de elementos y servicios sanitarios) aumentó de un 6.4% a un 11.5% del gasto sanitario total, contribuyendo al deterioro del SNS británico publico. Su elevado grado de popularidad descendió como resultado de la aplicación de tales medidas. Hoy estos días, está programada una huelga en el SNS británico liderado por las enfermeras, cuyas condiciones del trabajo han empeorado enormemente.

LA SITUACIÓN ACTUAL EN ESPAÑA

El establecimiento del Servicio Nacional de Salud en España en la década de los años noventa fue un gran paso positivo hacia la universalización de los servicios sanitarios públicos. Fue, sin duda, una de las intervenciones públicas más populares que haya llevado a cabo el Estado español. Y creó las bases para que pasara a ser un punto de referencia internacional entre estudiosos de política social y sanitaria. Y aunque su vocación de servicio y su garantía, casi universal, de tener acceso a los servicios sanitarios se merecía tal atención internacional, el punto flaco de tal Servicio Nacional de Sanidad fue que siempre tuvo un déficit de gasto público desde su principio. Y ello debido a que las fuerzas conservadoras del país continuaban teniendo una excesiva influencia en el diseño de las políticas económicas, presupuestarias y fiscales del Estado español. Un indicador de ello es que en todo los gobiernos españoles, las personas encargadas de desarrollar las políticas fiscales y económicas han sido, casi siempre, muy próximas a los sectores financieros y empresariales del país. Incluso ministros de gobiernos socialistas responsables de tales sectores han llegado a afirmar que "su mayor éxito durante su mandato ha sido mantener gasto público al mismo nivel", (Pedro Solbes, Ministro de Economía de los Gobiernos Felipe González y Zapatero) dicho en el país europeo que tiene uno de los gastos públicos más bajos, o "solo socialistas anticuados como Vicenç Navarro todavía piden hoy en España un aumento del  gasto público", (Jordi Sevilla, asesor económico del candidato y después presidente Zapatero, y más tarde Ministro de Administración Publica de su gobierno) o, "la mejor política industrial en un país es no tener política industrial" (Carlos Solchaga, Ministro de Economía del Gobierno Felipe González). Que tales afirmaciones aparezcan en declaraciones de personajes encargados de la política económica y/o fiscal de gobiernos socialistas dice mucho sobre la escasísima vocación transformadora del personal encargado de tales funciones en estos gobiernos.

Otro factor contribuyente al bajo gasto público sanitario (y, por lo tanto, a la polarización pública-privada según la clase social de la población) fue el conservadurismo, poder e influencia del propio aparato del Estado, que se tradujo en que los funcionarios estatales tienen el derecho al acceso a los servicios privados, lo cual da un sesgo de clase social a tal funcionario distanciándolo de la experiencia de las clases populares (que son la mayoría de la población española). En realidad, un elevado porcentaje de la clase política-mediática dominante utiliza la sanidad privada (financiada por fondos públicos y gestionada por empresas privadas). Incluso el término utilizado para definir tal personal "funcionario público" traduce una visión jacobina del Estado, que contrasta con el termino anglosajón, civil servant, (servidor a la sociedad), utilizado en otros países para definir un sector tan importante del Estado.

Añadiéndose a este conservadurismo existe la visión hospitocéntrica que domina el sector sanitario con una subvaloración de la atención primaria, valoración negativa que es incluso mas acentuada en los servicios de salud pública como se vio claramente durante la pandemia. España es el país en Europa que ha tenido una mortalidad acumulada, (mortalidad por COVID19 desde el principio de la pandemia hasta ahora) más alta. Aunque hay excelentes agencias de salud pública en España, como la existente en la ciudad de Barcelona, tales servicios están, en general, muy poco desarrollados. Es más, los ayuntamientos, que tienen gran responsabilidad en la aplicación de medidas de salud pública ,tienen muy poco poder normativo y sancionador para aplicar tales medidas.

Por otra parte, la relación entre el Estado central y los 17 gobiernos autonómicos no está diseñada para resolver problemas conjuntos que afectan a todo el territorio español, necesitándose mayores recursos para poder responder solidaria y colectivamente a los problemas urgentes y colectivos como las pandemias, y la crisis climática. .

EN ESPAÑA HAY FONDOS PARA RESOLVER EL PROBLEMA DEL DÉFICIT SANITARIO

En contra de lo que dicen las derechas conservadoras y liberales en el país, no es cierto que España no tenga los recursos para un gasto de servicios sanitarios mucho mayor del que tiene. Juan Torres, Alberto Garzón, y yo escribimos un libro, Hay Alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España (que tuvo gran difusión y fue promovido por el movimiento 15M), en el que mostrábamos la falsedad de los argumentos utilizados para reducir el gasto público sanitario, aduciendo que no había alternativas a los recortes que caracterizaban las políticas públicas durante la crisis económica de la Gran Recesión. Ya entonces mostramos que se podía obtener 5,300 millones de euros más si se hubiera eliminado la bajada de impuestos a las empresas que facturaban más de 150 millones de euros al año. También señalamos que se podrían conseguir 2,100 millones de euros recuperando el impuesto de patrimonio o 2,552 millones de euros eliminando la reducción de los impuestos de sucesiones. Y también documentamos que se podrían conseguir 44,000 millones de euros eliminando el fraude fiscal de las grandes fortunas, de la banca y de las grandes empresas. Constantemente aparecen ideólogos conservadores y liberales en los medios de comunicación, la mayoría economistas de gran renombre, que reproducen los dogmas del liberalismo que no tienen ninguna evidencia que los apoye. Y es ahí donde aparece el factor político de nuevo. La transición inmodélica que ocurrió en el país explica también que la mayoría de los grandes medios de información sean parte del déficit democrático del país, pues carecen de la diversidad ideológica que debería tener un país más democrático. Y se oyen auténticas frivolidades que se presentan con un tono de gran autoridad por economistas que son meros ideólogos de la estructura de poder que los sostienen. En ese sentido, agradecería que el lector, que está de acuerdo con esta observación, distribuya este artículo ampliamente. Hay que informar a la ciudadanía que lo que la estructura de poder les dice no es cierto. Hay recursos para eliminar el enorme déficit de la sanidad pública española. El que no se haga se debe a causas políticas, no económicas. El excesivo poder e influencia sobre el estado de las fuerzas conservadoras y liberales que continúan dominando las instituciones del Estado (tanto central como autonómicos), así como los mayores medios de información y persuasión del país. La evidencia de ello es también abrumadora.

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sanidad pública
Las enormes limitaciones de la democracia liberal estadounidense y sus consecuencias en las últimas elecciones https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/11/16/las-enormes-limitaciones-de-la-democracia-liberal-estadounidense-y-sus-consecuencias-en-las-ultimas-elecciones/ Wed, 16 Nov 2022 19:55:11 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6411 Continuar leyendo "Las enormes limitaciones de la democracia liberal estadounidense y sus consecuencias en las últimas elecciones"]]> Un miembro del personal del Capitolio coloca las banderas de EEUU para la recepción de los nuevos congresistas de las recientes elecciones de 'midterm'. REUTERS/Leah Millis
Un miembro del personal del Capitolio coloca las banderas de EEUU para la recepción de los nuevos congresistas de las recientes elecciones de 'midterm'. REUTERS/Leah Millis

A raíz de que las fuerzas de ultraderecha estadounidenses, lideradas por el expresidente Trump, tenían la posibilidad de ganar las elecciones al Congreso de EEUU el pasado 8 de noviembre, apareció una alarma de que la democracia en aquel país podría sufrir un enorme retroceso, con  desaparición del propio sistema democrático. Como indicó el analista político, John Nichols, "Las elecciones del 9 de noviembre podrían ser las últimas de una desaparecida democracia."

Parecería, una vez conocido el resultado de las elecciones, que el temor estaba solo parcialmente justificado, pues la ultraderecha – el Partido Republicano- ganó las elecciones en la Camara de Representantes, una de las dos cámaras legislativas que tiene el Congreso, pero no las elecciones de la otra cámara, el Senado, que continúa estando controlado por el Partido Demócrata. De ahí que hubo un respiro en la mayoría de medios de información estadounidenses (excepto los próximos a la ultraderecha) asumiendo que la democracia se había salvado. ¿Pero está este optimismo justificado? En este artículo mostraré datos que cuestionan tal relajación generalizada en la gran mayoría de tales medios.

Es uno de los sistemas menos democráticos de los existentes hoy

En general, siempre se ha presentado el sistema democrático de EEUU como uno de los sistemas democráticos más avanzados en el mundo. De ahí que muchos países democráticos acepten fácilmente el liderazgo del gobierno de EEUU en asociaciones y alianzas internacionales que se proclaman defensoras de la democracia, como es el caso de la OTAN. Esto ocurre claramente en España donde la percepción de EEUU como un país de democracia muy avanzada está muy generalizada y promovida por la mayoría de los grandes medios de comunicación del país. El más reciente ejemplo de ello es la definición, por parte de una de las periodistas más conocidas en España, la señora Ana Pastor (de la cadena televisiva La Sexta, supuestamente la mayor televisión de izquierdas en España) de la democracia estadounidense como  "uno de los sistemas democráticos más desarrollados que existe hoy en el mundo."

Tal percepción está muy generalizada dentro de la Alianza Atlántica promovida por los dirigentes de aquel país, incluyendo el Presidente actual Joseph Biden que definió recientemente a EEUU como "el país más democrático del mundo." La evidencia, sin embargo, muestra que esta percepción es profundamente errónea. Los datos - que mostraré en este artículo - señalan que EEUU es uno de los países menos democráticos y menos representativos entre los países democráticos existentes hoy. No puede entenderse lo ocurrido el 8 de noviembre sin comprender las enormes limitaciones de su sistema político. Veamos los datos.

La escasa representatividad del senado, del colegio electoral que elige al presidente de los EEUU y de la cámara de los representantes

El Senado es la cámara legislativa más poderosa que existe en el gobierno federal de EEUU, pues tiene que aprobar, entre otros asuntos, el presupuesto federal, el nombramiento del ejecutivo propuesto por el presidente, incluyendo sus ministros, y también los miembros de la Corte Suprema. Y lo primero que salta  a la vista cuando se analiza la composición de tal cámara es que es muy poco representativa, pues cada estado, de los 50 existentes, tiene el derecho a elegir 2 Senadores, independientemente del tamaño de su población. Así pues, el estado de California, que tiene más de 40 millones de habitantes, tiene el mismo número de Senadores, 2, que el estado de Wyoming, que solo tiene medio millón. Un californiano tiene, por lo tanto, ochenta veces menos poder para incidir en las elecciones del Senado que un ciudadano de Wyoming. Los estados pequeños tienen, pues, mucho más poder que los estados grandes y suelen ser más rurales, más conservadores y más votantes del Partido Republicano (que hoy sostiene posturas de la ultraderecha) que los estados grandes. Esta es una de las razones por las que el Senado tiende a ser muy conservador.

Una situación semejante ocurre en la elección del Presidente de EEUU, la cual se realiza, no por elección directa por parte del electorado de EEUU, sino por miembros del Colegio Electoral que son 538 miembros elegidos por asambleas estatales dentro de unas reglas que, de nuevo, favorecen a los estados pequeños y desfavorecen a los estados grandes donde los centros urbanos e industriales existen. Ello explica de nuevo una orientación conservadora del Consejo Electoral que elige al Presidente de EEUU. Como consecuencia de ello, en muchas ocasiones, el Presidente elegido por tal Colegio Electoral, no es el que la mayoría de la población ha escogido. Desde el principio del siglo XXI, año 2000, hasta el año 2016, el partido Republicano obtuvo menos votos de la población votante (excepto en 2004) que el Partido Demócrata y, sin embargo, durante la mayoría del periodo 2000-2016, el Colegio Electoral escogió Presidentes Republicanos. En 2000 el candidato demócrata obtuvo 543.000 votos más que el Presidente Bush, y la candidata demócrata Hilary Clinton ganó 3 millones de votos más que Trump, y, sin embargo, en ambas ocasiones el Comité Electoral eligió a un Presidente Republicano, Bush en 2000 y Trump en 2016.

En cuanto a la otra Cámara del Congreso, la Cámara de Representantes, se basa en distritos electorales que son diseñados según las preferencias electorales de los que configuran tales distritos, que son los partidos gobernantes a nivel del estado. No es infrecuente, por ejemplo, que los barrios donde la mayoría son ciudadanos negros que suelan votar Demócrata, sean diseñados y divididos en fracciones pequeñas que pasan a ser parte de distritos electorales blancos a fin de desempoderar a la población negra. Es también conocido que, para muchos sectores, como la población negra y sectores pobres de la clase trabajadora blanca, tienen dificultades en el proceso de votar siendo el partido Republicano el mayor promotor de tales dificultades.

El proceso electoral no permite la pluralidad y fuerza el bipartidismo

El sistema electoral estadounidense fuerza un bipartidismo que impide la diversidad. El sistema electoral no es proporcional, es decir, el porcentaje de parlamentarios que tiene un partido en  una cámara legislativa no es el mismo que el porcentaje de votos que recibió tal partido, lo cual permitiría establecer bloques parlamentarios según el tamaño de su electorado. El sistema es bipartidista, permitiendo en la práctica solo dos partidos, uno, el Partido Republicano, hoy de ultraderechas (mayoritariamente Trumpista) y el otro, el Partido Demócrata, hoy de derechas, de sensibilidad liberal, la mayoría perteneciente a la misma familia política a la cual pertenecía, por ejemplo, el Partido Convergencia de Cataluña (bajo la dirección del Señor Pujor) o el partido actual, Ciudadanos. Estos dos últimos partidos son parte de la Internacional Liberal de la cual el Partido Demócrata era parte como observador. El grupo parlamentario del Partido Demócrata tiene miembros de sensibilidad socialista que por lo general se asocian al Grupo Progresista de tal partido, grupo que, aun siendo minoritario dentro de tal formación política, tiene creciente influencia.

Un nuevo partido tendría que conseguir como mínimo cincuenta y uno por ciento del voto popular para poder tener representación. Esto implica que tanto da que consiga el cuarenta y nueve por ciento del voto o solo el uno por ciento. Si no obtiene un 51%, lo pierde todo, lo cual  dificulta mucho la aparición de nuevos partidos. De ahí que los partidos minoritarios como el Partido Socialista presentan sus candidatos en las primarias del Partido Demócrata y pueden ser elegidos individualmente, pero sin constituirse como grupo parlamentario. El caso más conocido es el del socialista Bernie Sanders que casi ganó las primarias del Partido Demócrata en el año 2016, siendo uno de los políticos más populares que hay en aquel país. El aparato del Partido Demócrata es profundamente antisocialista y los miembros elegidos en sus primarias con sensibilidad socialista están claramente discriminados por parte del Partido Demócrata. En EEUU no hay un partido de izquierdas con representación parlamentaria en el Congreso.

La financiación del proceso electoral es predominantemente privada

Otra gran limitación del sistema electoral en EEUU es que está financiado predominantemente con fondos privados, de manera tal que la mayoría de los fondos son privados, donados por grupos económicos financieros y profesionales que financian a representantes parlamentarios para defender sus intereses. De ahí que es muy frecuente que las comisiones parlamentarias encargadas de regular las actividades de empresas y sectores de la economía están compuestos por personas muy próximas a tales empresas que en teoría están reguladas por la comisión. Un ejemplo claro es el Senador del Partido Demócrata, Manchin de West Virginia, financiado por las industrias del carbón y del petróleo y que preside la poderosa Comisión de Energía en el Senado. Lo mismo ocurre en la Comisión de Sanidad donde las grandes compañías de seguros sanitarios (que dominan la gestión del sector sanitario), han financiado a muchos miembros de tal comisión. Es bien conocido en EEUU que la gran mayoría de miembros de tales comisiones son muy próximos a las empresas que la comisión tiene que regular y supervisar. Estas donaciones, que en muchos países europeos serían consideradas como actos de corrupción, son legales y no se definen como corrupción.

Tal práctica ha alcanzado su máxima expresión en las elecciones del 8 de noviembre pasado que determinaron la composición de las Cámaras Legislativas Federales, y también Estatales, así como Gobernadores y otros cargos políticos. Según el Washington Post, 50 billonarios dieron 1,100 millones para financiar la campaña de sus candidatos preferidos para las elecciones a las cámaras legislativas. Masivas cantidades de dinero se dieron también por parte de billonarios para financiar no solo candidatos a las cámaras legislativas, sino también para las elecciones del cuerpo jurídico como jueces. Así, uno de los billonarios en la clase empresarial de Chicago (Barre Seid) dio 1,600 millones de dólares para promover la elección de jueces conservadores, defensores de sus intereses económicos, garantizando el control del cuerpo jurídico. Tal realidad (corrupción) vicia el proceso de la elección popular de los representantes, senadores, gobernadores y jueces, así como de los  referendos, ampliamente utilizados a nivel federal y estatal. (Ver The Largest Political Donation in U.S. History Took Place in the 2022 November Election, Truthout, November 11, 2022)

Gran parte de este dinero va a la compra de espacio mediático en el cual no hay ningún tipo de regulación. Como consecuencia, aquellos candidatos con mayores fondos tienen mayores posibilidades de exposición pública. La gran mayoría de los medios de comunicación, tanto televisivos como radiofónicos, están controlados por grupos económicos o financieros, o por magnates billonarios cuyo primer objetivo es la promoción de sus intereses, comerciales y políticos. Un ejemplo claro es el nuevo billonario considerado hoy de los más ricos del mundo, el señor Elon Musk, que acaba de comprar el Twitter, que ya ha mostrado su simpatía por Trump y que facilitará el amplio acceso de los trumpistas a tal poderoso sistema de comunicación. Es interesante que este señor que se define como liberal haya sido, en parte, una creación del Gobierno Federal, pues sin la masiva aportación de fondos públicos federales en los negocios creados por tal personaje, desde el coche eléctrico hasta la comunicación espacial, sus negocios no podrían haberse establecido.

La consecuencia de ello es la enorme carencia de derechos sociales, laborales, y económicos de la mayoría de la población

Una consecuencia de lo dicho anteriormente es la gran distancia que existe en EEUU entre lo que la gente quiere y lo que el Estado Federal (gobiernos, cámaras legislativas y el sistema judicial) ejecuta y/o propone. Ejemplos de ello hay a montones. La Corte Suprema ha anulado prácticamente el derecho al aborto que tenían las mujeres en aquel país, medida que cuenta con el apoyo de la mayoría de la población estadounidense y de la población votante, (como atestiguan los resultados afirmativos de referendos estatales del 8 de noviembre donde la existencia de tal derecho se debatía). En realidad, tal defensa del aborto fue una de las causas del aumento de la participación electoral de la juventud. La misma Corte Suprema también  ha derogado leyes de protección del ambiente y de los trabajadores que la mayoría de la población también apoya, como señalaron también los resultados afirmativos en otros referendos estatales.  El Senado se ha resistido por muchísimos años a regular el acceso a las armas y ello a pesar de que la mayoría de la población desearía una mayor regulación en el acceso a las armas por parte de la ciudadanía (la causa mayor de mortalidad en niños y jóvenes es el disparo por arma). Y tanto el Senado como la Cámara de Representantes se oponen a aumentar sustancialmente los impuestos a los beneficios empresariales de las grandes corporaciones, medida muy popular en EEUU. La gran mayoría de la población desearía también la universalización del derecho de acceso a los servicios sanitarios, derecho inexistente en EEUU. La gran mayoría de la ciudadanía también desearía que se eliminaran los enormes obstáculos para conseguir la sindicalización de los trabajadores, sin que el Senado o la Cámara de Representantes hayan tomado medidas para corregir este enorme déficit.

Otra prueba de las enormes limitaciones de la democracia estadounidense es el elevado porcentaje de la pobreza en EEUU, uno de los más elevados de la OECD. Y las desigualdades por clase social y por género son también de las más elevadas entre las democracias liberales. Hoy hay una falta de credibilidad del sistema político que ha dado pie a un sentimiento popular de anti-gobierno federal que está canalizando la ultraderecha. La participación electoral es de las más bajas y la abstención es de las más altas entre los países democráticos. La abstención electoral de EEUU, llega a alcanzar en las elecciones federales a casi la mitad de la población que podría votar, abstención que es incluso mucho mayor en las elecciones estatales (50 estados) que llega a ser, como promedio, un setenta por ciento. Estas son las causas de los escasos derechos laborales y sociales tanto a nivel federal como estatal.

Esta percepción de escasa representatividad de las instituciones democráticas está ampliamente extendida entre la mayoría de las clases populares que son la mayoría de la población (y que en EEUU se conoce como "people without a college degree" que sería equivalente a personas sin educación superior). A la pregunta de quién controla el estado, la respuesta más común es "la corporate class", el término que se utiliza para definir a la clase de propietarios y gestores de las grandes empresas del país. Ello explica el escepticismo y alineación política que existe entre las clases populares de EEUU en que casi el 50% de la población no participa en las elecciones al Congreso de EEUU (en los años cuando coincide con las elecciones al Presidente), porcentaje que es incluso mayor, el 70%, en los años donde no coincide con las presidenciales. Ello explica que, por lo general, el partido que está en la oposición suele ganar gran cantidad de puestos parlamentarios en las elecciones al Congreso que ocurren a los dos años después de haber sido el Presidente elegido, mostrando su decepción y enfado con el Presidente elegido dos años antes. El hecho de que tal rechazo ocurriera con menos intensidad de lo normal este 8 de noviembre no se debe a una mayor aprobación del gobierno Biden sino a una movilización en contra del Trumpismo, de la misma manera que la victoria de Biden en 2020 se debió más a la movilización anti-Trump que al entusiasmo por Biden. En realidad, las encuestas muestran la impopularidad del Presidente Biden y el escaso apoyo popular que tiene. Hay un desencanto y enfado con su gestión de la crisis económica, que explica que la inflación es una de las preocupaciones mayores de la población, inflación que se atribuye a las medidas tomadas por Biden. El 54% de la población cree que el Presidente Biden ha sido responsable de tal inflación. El Presidente Biden no apoyo las propuestas del Canciller alemán, Olaf Scholz, y del Presidente francés, Emmanuel Macron, de firmar un tratado con Putin que hubiera evitado la Guerra en Ucrania. Y en su lugar se convirtió en el mayor donante de armas al Gobierno Ucraniano en una guerra cuyo objetivo es, tal como reconoció explícitamente el Presidente Biden, debilitar a Putin en un conflicto eterno que ha tenido como consecuencia, además de un enorme crecimiento del gasto militar, una escasez de recursos energéticos y alimentarios que provocó la inflación.

Ultimas observaciones. Las ultraderechas han aumentado su poder

Es un error leer las elecciones en EEUU como un debilitamiento de la ultraderecha – es decir del Trumpismo. En realidad, su poder ha aumentado y ahora controla la Cámara de Representantes que no controlaba antes. Es más, el Trumpismo, aun siendo la fuerza mayor en el Partido Republicano, no tenía todavía pleno control de la dirección parlamentaria de tal Partido. Y es probable que ahora (una vez conseguido el control de la Cámara de Representantes) lo consiga. Por otra parte, no puede considerarse la retención del control del Senado por parte del Partido Demócrata como resultado del éxito de las políticas de Biden. La popularidad de Biden continúa siendo muy baja. Y la percepción de su gobierno es también negativa y deficiente. Sus políticas han sido decepcionantes. Incluso en el caso de la defensa del aborto, una de las fuerzas motores  de la movilización anti-Trump han sido los movimientos sociales y no el gobierno de Biden, cuya repuesta a la decisión de la Corte Suprema fue tímida, tardía, y poco contundente. Un tanto igual ocurrió en otros temas como fueron la defensa y expansión de los servicios sanitarios, que había prometido en su programa electoral (proponiendo el establecimiento de un sistema sanitario público), propuesta que nunca realizo. Y él aparato del Partido Demócrata fue un obstáculo para la movilización de las bases electorales de tal Partido, pues como se vio en el estado de Nueva York, (donde intentaron la eliminación de las fuerzas progresistas en el Partido Demócrata), debilitando enormemente tal capacidad de movilización frente al Trumpismo. Nunca entendieron que la única manera de parar el Trumpismo era responder a las clases populares con medidas muchas más transformadoras que las realizadas a cabo por el gobierno de Biden. Su dependencia de la financiación privada y su complicidad con la clase donante de dinero (lo que la gente normal y corriente define como la clase donante y dominante) les imposibilita para entender y realizar los cambios necesarios. Como consecuencia, el Trumpismo es más poderoso que antes de las elecciones del 8 de noviembre y continuara creciendo (en contra de lo que afirman los mayores medios de persuasión e información que están promoviendo la imagen de que el Trumpismo se está debilitando cuando la realidad muestra lo contrario. La enorme crisis de legitimidad del sistema democrático liberal estadounidense requiere cambios muchos más substanciales (tanto en sus políticas económicas como sociales) que los considerados por la administración Biden y por el Partido Demócrata. Es urgente y necesario que se apliquen medidas más transformadoras para mejorar la calidad de vida y el bienestar de las clases populares (que son la mayoría de la población). Y una condición para que ello ocurra es una profunda democratización del sistema político actual que permita la realización de la esplendida frase inicial en su Constitución que comienza con las frases "We the people decide" (Nosotros el pueblo decidimos...). Está claro que el liberalismo actual es un obstáculo para que ello ocurra. Y su fracaso puede llevar al triunfo del fascismo.

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Las ignoradas causas políticas de la gran crisis económica internacional y sus consecuencias https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/11/03/las-desconocidas-causas-politicas-de-la-gran-crisis-economica-internacional-y-sus-consecuencias/ Thu, 03 Nov 2022 06:04:42 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6372 Las ignoradas causas políticas de la gran crisis económica internacional y sus consecuencias
Imagen de una tienda en liquidación en Londres.- EFE

Las grandes limitaciones del debate económico actual

Hoy estamos viendo una crisis económica muy profunda que está afectando muy negativamente el bienestar de la mayoría de la población, no solo de los países a los dos lados del Atlántico Norte, sino también, de todo el mundo. Y las explicaciones del porqué está ocurriendo esta crisis son, en general, explicaciones de tipo económico. Se atribuye, por ejemplo, la inflación a la interrupción del proceso de producción y distribución de los bienes y servicios que ocurrió durante la pandemia y que creó una escasez de tales recursos en un momento de incremento de su demanda. Este incremento se atribuye, a su vez, a un cambio del tipo de consumo originado por la pandemia y/o por un aumento del gasto público requerido para el control de la pandemia y para la disminución del daño causado por ella. Y a esta causa, se le añade otra -la Guerra de Ucrania- que afectó de una manera muy acentuada la escasez de productos energéticos y alimenticios, resultado de la disminución de su producción en los países directamente afectados por el conflicto bélico, tales como Ucrania y Rusia, mayores productores de tales productos. Esta escasez se acentúo por la política de sanciones en contra de Rusia, que ha afectado especialmente a la Europa occidental, qué depende particularmente de los productos energéticos importados de tal país.

Estas explicaciones y otras parecidas centran los mayores debates sobre la crisis económica. Sin desmerecer la importancia de estos debates, la realidad muestra sus insuficiencias para explicar tanto el origen como las consecuencias de la crisis económica. Una mirada a nuestro pasado reciente muestra las limitaciones de los argumentos económicos para explicar la crisis económica. En realidad, la situación actual señala la necesidad de cuestionar el discurso económico dominante, regido siempre por las reglas del supuesto mercado, puesto que ignora cambios de naturaleza política que han sido los determinantes en la aparición y desarrollo de tal crisis económica y de los cuales apenas se habla.

Las causas políticas de la crisis económica

Mirando a nuestro entorno, podemos ver que la realidad política ha cambiado de una manera muy acentuada en un periodo de tiempo muy corto. Por ejemplo, parece haberse olvidado que hace poco más de dos años, la OTAN estaba bastante desprestigiada y muchos dirigentes internacionales, incluyendo el presidente Trump de Estados Unidos y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, habían cuestionado la razón de su existencia y/o habían propuesto cambios muy substanciales que redujeran su protagonismo. Otro hecho importante también olvidado, fue el enorme desprestigio internacional del gobierno estadounidense liderado por el presidente Biden, que había sufrido una humillante salida de Afganistán, mostrando una imagen de debilidad, que disminuyó su prestigio y credibilidad. Se le creó al presidente Biden un problema grave de imagen. Por otra parte, también parece haberse olvidado que las grandes compañías energéticas no renovables, tales como petróleo, gas y carbón  (que tienen gran poder político sobre el gobierno federal de Estados Unidos) estaban muy preocupadas por su futuro incierto, pues los planes de control de la crisis climática desarrollados por muchos países del mundo exigían la disminución e incluso la eliminación de tales fuentes de energía no renovables, cuestionando su propia existencia.

Por otra parte, un lugar que ocupaba gran atención mediática y política en Europa era Ucrania, donde había un enfado y desencanto de la población hacia la clase política absorbida por un conflicto de nacionalismos contrapuestos, entre el ucraniano y el ruso dentro del mismo país. Este enfado popular se tradujo en una victoria apabullante del candidato que se percibió como antiestablishment, el señor Zelensky, que debía su popularidad a su programa de televisión en que ridiculizaba a tal clase política. Y su programa de gobierno implicaba un deseo de diluir y resolver las tensiones entre los nacionalismos internos en el país. Una vez en el gobierno, sin embargo, no aplicó sus propuestas que fueron substituidas por otras que causaron gran desencanto, como la reforma laboral regresiva que limitaba los derechos laborales de la mayoría de la clase trabajadora, así como la reforma de la propiedad agraria que permitía a compañías agrícolas extranjeras convertirse en propietarios de grandes terrenos en Ucrania, propuesta hechas por el Fondo Monetario Internacional y por el Banco Mundial como condición para permitirle al Estado ucraniano retrasar el pago de su deuda externa. Estas propuestas altamente impopulares junto con la decepción creada por el gobierno ucraniano debido a no aplicar mucho de su programa creo un enorme bajón de la popularidad del presidente del gobierno, el señor Zelensky, habiendo alcanzado un nivel de popularidad muy bajo, precisamente antes de que se iniciara la invasión.


Y en Rusia, el presidente Putin había sido la mano derecha de Yeltsin, (el político ruso preferido y promovido por el presidente Clinton), el cual había privatizado masivamente los medios de producción en la Unión Soviética creando en la nueva Rusia una enorme crisis responsable de los mayores aumentos de mortalidad en el país desde la II Guerra Mundial. Putin había seguido las políticas de Yeltsin dirigiendo un país con grandes riquezas naturales, pero con un sistema de propiedad concentrada por una estructura oligarca y corrupta. El nivel de desigualdad era muy acentuado, con un porcentaje de la población pobre también muy alta (35%). El grado de descontento de la población rusa con Putin era elevado en el periodo de preinvasión.

La situación de hoy: la gran popularidad de los que eran muy impopulares

Hoy, en menos de dos años, la situación ha cambiado radicalmente. Por una parte, el presidente Biden y su gobierno lideran la OTAN y la gran mayoría de países democráticos en su supuesta defensa de la democracia y la libertad apoyando militarmente al gobierno ucraniano frente a la brutal invasión rusa. La memoria de Afganistán ha desaparecido completamente. Y la OTAN tiene una lista de espera para países ansiosos de entrar en él, como ha sido el caso con Suecia y Finlandia. Y el señor Zelenskyy aparece como el gran defensor de la democracia y libertad, no solo en Ucrania sino en el mundo, siendo muy popular en su país según las encuestas occidentales. Por otra parte, los otros grandes beneficiarios de la guerra son las empresas energéticas no renovables que estaban en una situación de declive y que hoy están ganando unos beneficios exorbitantes. Las cinco compañías de petróleo estadounidense más importantes han hecho durante los tres últimos meses 50 mil millones de dólares. Y una situación semejante ha ocurrido en otros sectores. Las compañías alimenticias, que han incrementado los precios de sus productos un 23%, han ingresado unos beneficios de 382 mil millones de dólares.

Por otra parte, en el gobierno ruso, Putin también ha visto su popularidad aumentada enormemente pues la mayoría de la población rusa lo apoya, lo cual es muy preocupante, pues el argumento utilizado por Putin para justificar la invasión ha sido el de recuperar Ucrania, que, según él, había sido parte de Rusia. La aplicación de este principio tendría un impacto devastador en Europa, donde muchos países han sido parte de otros en su historia. Hay rusos, sin embargo, que apoyan la invasión de Ucrania, no tanto porque estén convencidos de la argumentación imperialista de Putin, sino porque consideran necesaria la protección de Rusia frente a la hostilidad de tener bases militares a su alrededor, como ha ido ocurriendo durante el periodo de la Guerra Fria. Después de todo y como bien alertó en su día, el Sr. Baker, ministro de Asuntos Exteriores del gobierno Bush, las políticas de la OTAN de rodear a Rusia con bases militares llevaría a tal conflicto militar, tal como hubiera respondido Estados Unidos si hubiera estado rodeado de bases militares hostiles.


El enorme coste político de estos cambios: las consecuencias políticas de la crisis económica en Estados Unidos

El presidente Biden está pagando un coste elevadísimo en su deseo de recuperar la gran popularidad a nivel internacional, pues la situación económica de crisis profunda (causada en parte por el conflicto ucraniano) es la que afecta más intensamente a las clases populares de Estados Unidos, las cuales atribuyen tal crisis a las políticas de Biden, siendo la guerra de Ucrania una de ellas. Durante este último año, el coste del aseguramiento sanitario (en un país con notable reducción de su esperanza de vida) ha incrementado un 25%, su alquiler de casa un 7%, el coste de la cesta de comida un 18%... Y el porcentaje de las clases populares que tiene dificultades para llegar a fin de mes es casi un 38%. No hay duda de que el nivel de vida de estas clases populares (que son la mayoría de la población estadounidense) está descendiendo, pues los salarios no están subiendo para compensar estos incrementos de la inflación. No hay que olvidar que gran parte de la ayuda militar a Ucrania está financiada por los impuestos de las clases populares estadounidenses. Y tampoco hay que olvidar que la mayoría de tales clases populares tiene un escepticismo crónico sobre las guerras constantes que Estados Unidos ha estado experimentando desde la II Guerra Mundial, que siempre se han presentado como defendiendo la libertad y la democracia. De ahí que un dato muy preocupante para el Partido Demócrata y para el presidente Biden es que el 56% de la población en Estados Unidos cree que, bajo Trump, no hubiera habido ni una invasión ni una guerra en Ucrania. Y muchas encuestas muestran que el Partido Republicano es probable que gane la próxima semana las elecciones tanto del Senado como del Congreso. Si así fuera, se iniciaría un proceso de una enorme hostilidad de ambas cámaras legislativas hacia el g¡Gobierno Biden con la posibilidad de que se estableciera un proceso de inhabilitación (impeachment) del presidente Biden.

Los trumpianos, que contralan hoy el Partido Republicano, han hecho de la situación económica del país el centro de su crítica a Biden en su campaña electoral, al contrario del Partido Demócrata que ha centrado su campaña en la defensa del derecho del aborto, de la necesidad de controlar la distribución de las armas entre la población y la defensa de la democracia como sus puntos esenciales. La gran mayoría de la población, entre un 42% y un 53% según el Estado, consideran los temas económicos (salarios y coste de vida) más importantes que el aborto o la democracia. Y estos porcentajes incluso son más acentuados entre la población que votará, entre los cuales los trumpistas están más movilizados que los demócratas. En realidad, excepto en el tema de aborto (que han movilizado sectores feministas) el electorado demócrata está muy desmovilizado. El porcentaje de mujeres que según las encuestas apoyarán el Partido Republicano son muy semejantes a los porcentajes que votarán al Partido Demócrata. Y lo que es una situación nueva, iniciada ya en la época Clinton, es que las mismas encuestas señalan que hay más miembros de la clase trabajadora (mayoritariamente blanca) que votarán al Partido Republicano (55%) que al Partido Demócrata (41%), siendo al revés entre los miembros de la clase media profesional, que votarán mucho más al Partido Demócrata que al Partido Republicano.

Un futuro más que preocupante no solo para Estados Unidos

La victoria de Biden a nivel internacional puede estar costando su derrota electoral a nivel nacional. Ni que decir tiene que la guerra de Ucrania es solo una de las causas de su escasa popularidad, pues hay muchas otras. Biden, típico senador del Partido Demócrata, fue suficientemente astuto para percibirse que el Partido Demócrata tenía que recuperar el apoyo de la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares. De ahí que programara un intento de renovar el New Deal que se centrara en la necesaria ampliación de los derechos laborales y sociales del país junto con la reconversión de la economía centrada en la economía verde y social con la necesaria ampliación de los derechos laborales y sociales del país. Las encuestas mostraban la popularidad del programa electoral de Biden en 2020 incluso entre los republicanos. La oposición interna dentro del aparato del Partido Demócrata, profundamente liberal, frenó tal propuesta causando una enorme decepción entre sus bases electorales. Y algo semejante está ocurriendo también en Europa. La única manera de parar a la ultraderecha es precisamente hacer los cambios profundos en las políticas económicas y sociales que respondan a las necesidades de la mayoría de las clases populares, con gran sensibilidad hacia las clases trabajadoras que son las que sufren más las consecuencias de las crisis y que han sido olvidadas y marginadas, incluso por muchos partidos de izquierda y progresistas.

Ha sido precisamente el abandono de la vocación transformadora de tales fuerzas políticas que explica el crecimiento del fascismo y nazismo a los dos lados del Atlántico Norte. El trumpismo fue consecuencia de lo que en Europa se llama la Tercera Vía iniciada por el Presidente Clinton en el Partido Demócrata. El trumpismo es consecuencia de la enorme crisis del establishment político mediático liberal que domina el gobierno federal de Estados Unidos. Y tal movimiento trumpista tiene características semejanzas al fascismo como he mostrado en escritos anteriores (ver mi artículo: El predecible resurgimiento del fascismo y nazismo a los dos lados del Atlántico Norte y sus consecuencias, Publico, 6/10/22). La extensión del trumpismo ha significado a nivel de los Estados gobernados por los republicanos una persecución de los movimientos de protesta tales como Black Lives Matter (movimiento de liberación de la población afroamericana), de los partidos de izquierda de sensibilidad distinta, del movimiento feminista, del movimiento LGBTQ y otros muchos. Tal persecución ha incluido la purga de libros por autores pertenecientes a cualquiera de estos colectivos en las bibliotecas públicas. Existe también una persecución de religiones no cristianas con un antisemitismo notable. La mayoría de las personas que se definen como miembros o simpatizantes del Partido Republicano creen que Estados Unidos debería declararse y definirse en la Constitución estadounidense como una nación cristiana. Y en el mundo académico muchos Estados republicanos están proponiendo la eliminación de los contratos fijos para el cuerpo docente a fin de purgar las voces críticas dentro de tal mundo. Y una dimensión particularmente notable es su expansión en la propiedad y control de los mayores medios de información tanto televisivos como escritos y orales incluyendo redes tan influyentes como Twitter, que acaba de cambiar de propietario siendo su nuevo dueño el señor Elon Musk que ha abierto su red y dado la bienvenida al expresidente Trump del cual había sido excluido por su notoria falta de veracidad y credibilidad. Tal personaje, Elon Musk, hoy una de las personas más rica del mundo, debe su fortuna precisamente a fondos públicos recibidos en el inicio de su trabajo empresarial tanto en la elaboración de automóviles eléctricos (Tesla) como espaciales (Space X) y muchos otros como ha ocurrido con muchos otros famosos ricos superbillonarios a los dos lados del Atlántico Norte.

Sin lugar a duda las elecciones del próximo martes en Estados Unidos tienen una importancia especial y pueden afectar claramente el futuro de Europa, incluyendo España. Es sorprendente la falta de atención que se está dando a esta expansión de la ultraderecha en Estados Unidos resultado de un conocimiento muy limitado y sesgado de tal realidad por parte de los mayores medios de información españoles. Espero que estas últimas notas en el artículo sobre Estados Unidos ayude a corregir tal déficit.

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El predecible resurgimiento del fascismo y nazismo a los dos lados del Atlántico Norte y sus consecuencias https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/10/05/el-predecible-resurgimiento-del-fascismo-y-nazismo-a-los-dos-lados-del-atlantico-norte-y-sus-consecuencias/ Wed, 05 Oct 2022 18:45:37 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6359 Imagen combinada de Adolf Hiitler, Benito Mussolini y Francisco Franco. -Wikipedia Commons
Imagen combinada de Adolf Hiitler, Benito Mussolini y Francisco Franco. -Wikipedia Commons

EL ORIGEN DEL FASCISMO Y DEL NAZISMO

El fascismo y el nazismo fueron fruto de la Gran Depresión. El enorme deterioro de la situación económica, que afectó muy negativamente el bienestar de las clases populares, creó un problema grave de credibilidad y legitimidad de los sistemas y de los gobiernos democráticos. Ambos, el fascismo (en el sur de Europa y en EEUU) y el nazismo (en el centro y norte de Europa y también en EEUU) capitalizaron este descontento que creció substantivamente en el periodo pre II Guerra Mundial, adquiriendo notable influencia en ambos lados del Atlántico Norte, llegando a gobernar en varios países de la Europa Occidental.

Su mensaje era autoritario y antidemocrático (considerando ilegítima cualquier opción política distinta, sujeta a ser eliminada), con un nacionalismo extremo, supuestamente defensor de la civilización cristiana, basado en un racismo y machismo (promotor de la fuerza y violencia hacia el contrario, definido como enemigo), profundamente antisindical así como anticomunista y antisocialista. Esta última característica los hacía atractivos a los grandes estamentos de poder económico y financiero de cada país que se sentían amenazados por movimientos contestatarios procedentes del movimiento obrero que cuestionaban su poder. De ahí que grandes sectores de tales estamentos en cada país financiaran al fascismo y al nazismo.

LA DERROTA DEL FASCISMO Y NAZISMO EN LA II GUERRA MUNDIAL: EL EMPODERAMIENTO DE LAS CLASES POPULARES Y LA APARICIÓN DE LOS ESTADOS DEL BIENESTAR Y REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES

Tanto el fascismo como el nazismo fueron derrotados militarmente en la II Guerra Mundial, que fue precisamente una guerra contra el fascismo y el nazismo, resultado de una amplia alianza de fuerzas políticas y sociales para conseguir tal objetivo. El triunfo sobre ambas opciones políticas, y sobre los poderes económicos y financieros que los habían apoyado, permitió una redefinición de las relaciones de poder entre las clases propietarias y gestoras del capital por un lado y las clases trabajadoras de cada país por el otro, abriendo nuevas posibilidades, siendo una de ellas el empoderamiento de las clases populares que determinó el establecimiento de los Estados del bienestar en cada país y la reducción de las desigualdades. Donde la clase trabajadora era más fuerte como en los países escandinavos, la redistribución de las rentas y de la propiedad del capital fue mayor y el Estado de bienestar más extenso. Donde la clase trabajadora era más débil, tal como en el sur de Europa y en EEUU, tal redistribución y establecimiento del Estado del bienestar fue prácticamente inexistente (como ocurrió en España y Portugal, gobernados por un gobierno fascista, el primero y fascistoide, el segundo), o muy limitado (como pasó en EEUU). Este último país tenía (y continúa teniendo) un sistema democrático poco desarrollado y muy sesgado a favor de las fuerzas políticas conservadoras y liberales. Su clase trabajadora era (y continúa siendo) muy débil con sindicatos prohibidos por ley (Taft Harley Act) de actuar en nombre de toda clase trabajadora, limitándoles a defender solo intereses corporativos, única y exclusivamente en sectores segmentados y muy descentralizados. Una huelga general estaba prohibida en EEUU. Por otra parte, su sistema político era y es muy poco proporcional, teniendo una cámara legislativa, el Senado, constituida de una manera escasamente representativa y mus sesgada a favor de los territorios conservadores y rurales del país. La financiación del proceso electoral era y es fundamentalmente privada, dando gran oportunidad a la compra de políticos por parte de los establecimientos financieros y económicos. Era y es el "modelo económico y político liberal" por excelencia.

La derrota del fascismo y nazismo había redefinido las relaciones de poder, empoderando a las clases trabajadoras (que habían jugado un papel clave en una guerra popular en contra de tales movimientos clasistas). Una consecuencia de ello fue un aumento de las rentas derivadas del trabajo (como parte de la renta nacional con descenso proporcional de las rentas del capital durante el periodo post II Guerra Mundial hasta finales de la década de los años setenta).

LA RESPUESTA DE PROPETARIOS Y GESTORES DE GRAN CAPITAL FRENTE AL AVANCE DE LAS CLASES POPULARES: EL NEOLIBERALISMO QUE CREÓ LAS BASES PARA EL CRECIMIENTO POSTERIOR DEL FASCISMO Y NAZISMO

Este crecimiento del poder de las clases populares llevó más tarde a la protesta de los estamentos económicos y financieros que establecieron como respuesta el neoliberalismo iniciado por el presidente Reagan de los EEUU y la señora Thatcher en la Gran Bretaña e incorporada más tarde en la mayoría de los partidos socialdemócratas (el partido mayoritario dentro de las izquierdas europeas) a través de la Tercera Vía. Esta nueva versión del liberalismo consistía en la promoción de la globalización de la actividad económica y financiera con plena libertad de movilidad de capitales, y de la fuerza del trabajo (con gran aumento de las migraciones y desplazamiento de capital, sobre todo el industrial a los países del Sur Global). Tal globalización incluía también la desregulación del mercado de trabajo, el aumento de las políticas fiscales regresivas y de austeridad, y la gran contención del gasto público.

Tales políticas tenían como objetivo debilitar a la clase trabajadora en los países a los dos lados del Atlántico Norte y revertir la distribución del capital y de las rentas a favor de las rentas de capital. El punto central y liderazgo de esta revolución neoliberal fueron el gobierno federal de los EEUU (y más tarde de los gobiernos de la Unión Europea, predominantemente de sensibilidad conservadora y liberal) y otras organizaciones lideradas por el gobierno federal de EEUU como la OTAN. Esta expandió su área de influencia en áreas del Atlántico Norte en las que estaba inexistente en la etapa anterior, tales como los países del Este de Europa y ahora últimamente Ucrania, programando su incorporación a la OTAN. El objetivo de tal organización era y es la promoción del modelo neoliberal existente en EEUU. Un ejemplo de ello es lo que esta ocurriendo en las políticas económicas y laborales que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (claramente influenciadas por el gobierno de EEUU y de Europa Occidental) están forzando a Ucrania a supeditar el retraso del pago de la deuda externa del Estado ucraniano a la aprobación por parte de tal Estado de una modificación del derecho de propiedad de la tierra en Ucrania a fin de permitir que empresas internacionales (primordialmente estadounidenses y europeas) tengan también tal derecho de propiedad, hoy restringido en aquel país para extranjeros. El gobierno ucraniano, también de orientación neoliberal, es favorable a esta medida, que es por cierto muy impopular, como también es impopular la desregulación masiva del mercado de trabajo que tal gobierno había ya propuesto antes de la guerra y que ha aprobado hace unas semanas. Ambas medidas han sido impuestas por aquellos organismos internacionales y aprobadas por el gobierno ucraniano bajo el supuesto que son necesarias para "atraer el capital extranjero para facilitar la reconstrucción del país". Capital extranjero quiere decir empresas estadounidenses y europeas.

LA CONVERSIÓN DE LAS IZQUIERDAS GOBERNANTES AL NEOLIBERALISMO Y SUS CONSECUENCIAS INCLUSO, EN PAÍSES DE LARGA TRADICIÓN PROGRESISTA COMO SUECIA

Las reformas neoliberales a partir de los años ochenta fueron expandiéndose a lo largo de todo el Atlántico Norte, en la medida que las izquierdas gobernantes diluían su resistencia a ellas y terminaban haciéndolas suyas también. A mayor fuerza de estas izquierdas, el retraso en la aplicación de tales políticas ha sido mayor. Y el último caso más notorio ha sido en Suecia, el país donde las fuerzas progresistas históricamente han tenido mayor poder y el partido socialdemócrata ha gobernado por más tiempo. Desde 1932 a finales de los años setenta, el partido socialdemócrata gobernó Suecia con un promedio de apoyo del 48% del electorado. Los cambios se iniciaron en los años ochenta, aunque fue a partir de los años noventa y a principios del siglo XXI cuando las políticas neoliberales alcanzaron su máximo desarrollo. La expansión del fascismo era consecuencia directa de la aplicación de tales medidas neoliberales. Era fácilmente predecible que tal movimiento crecería casi exponencialmente en la medida que el efecto perjudicial de tales políticas neoliberales afectaría el comportamiento electoral de las clases sociales afectadas. Y así lo escribí en mi artículo ¿Qué pasa en Suecia?, Publico (09/06/2013). Fue precisamente el gobierno sueco socialdemócrata el que inició las medidas neoliberales dirigidas por su ministro de Finanzas que fueron más tarde expandidas por la alianza de conservadores y liberales (conocida en Suecia como Alianza Burgesa). Estas medidas incluyeron todas las medidas neoliberales tales como la desregulación del mercado de trabajo (que permitió a los empleadores pagar a los trabajadores según su propio criterio con lo cual los empleadores, incluso el Estado, comenzaron a contratar y pagar menos a los trabajadores más débiles, es decir, los inmigrantes), el facilitamiento del crecimiento de la inmigración que aumentó espectacularmente, la introducción de la privatización (incluyendo por empresas privadas con afán de lucro) de la gestión de los servicios públicos tales como sanidad y educación, y la desregulación del precio de vivienda entre muchas otras medidas.

La gran mayoría de estas medidas afectaron muy negativamente el bienestar y calidad de vida de la clase trabajadora sueca, con grandes sectores de tal clase distanciándose del partido socialdemócrata, absteniéndose electoralmente o votando al partido Nazi que se presentó como el "antiestablishment liberal", en contra de la clase política y que arrasó en las últimas elecciones. Repito que era totalmente predecible que ello ocurriría.  

Ni que decir tiene que la clase capitalista sueca favoreció estas políticas neoliberales, aunque sectores afines al partido socialdemócrata se encontraran  incómodos con el lenguaje y valores sostenidos por el partido Nazi. La gran mayoría de medios de comunicación (que están controladas por grupos económicos perteneciendo a tal clase) hicieron todo lo posible para destruir a los partidos a la izquierda del partido socialdemócrata, a fin de evitar que canalizaran el enfado antiestablishment neoliberal existente en las clases populares suecas. Y repito, de nuevo, que todo esto que pasó era predecible también.

LA ENORME CRISIS POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL DEL MODELO PROGRESISTA SUECO

En las últimas elecciones ocurridas hace unas semanas la alianza progresista –el partido socialdemócrata, el partido de izquierdas, y el partido verde, consiguieron 163 puestos en el Parlamento, 3 menos que las derechas, 166– el partido conservador, el partido liberal, y el partido Nazi (llamados Demócratas Suecos). Tal partido, fundado en 1968 como heredero del partido Nazi sueco, consiguió un 20% del voto pasando a ser la segunda fuerza en el Parlamento sueco. El partido mayoritario continúo siendo el partido socialdemócrata que fue más votado con 30,3%. El partido Nazi atrajo un gran número de votantes de los otros partidos de la derecha, pero también de sectores de la clase trabajadora que votaban antes al partido socialdemócrata. El apoyo al partido nazi ha crecido incluso entre los sindicalistas del sindicato más próximo al partido socialdemócrata (el LO), la mitad de los cuales apoyaron al partido nazi, siendo mayoritario entre los hombres. En realidad, el 60 % de los hombres en las elecciones de este año votaron a las derechas, incluyendo al partido nazi.

Las causas de estas transferencias de votos son fáciles de ver: las políticas neoliberales iniciadas por el partido socialdemócrata y expandidas por la alianza conservadora liberal que gobernó Suecia por seis años. Tal alianza fue después sustituida por el partido socialdemócrata que ha estado gobernando en los últimos seis años durante los cuales mantuvo aquellas políticas añadiendo además otras medidas de austeridad como la reducción del seguro público de enfermedad e incapacidad que fueron muy impopulares. 

Las políticas de austeridad, y la desregulación del mercado de trabajo fueron especialmente importantes para explicar también el antagonismo a la inmigración que aumentó substancialmente en este periodo. Fue en 2015 cuando ocurrió la crisis inmigratoria con la llegada de 662.000 personas extranjeras procedentes muchas de ellas de Syria, Turkia, Irán y Afganistán. Todas estas medidas explican el crecimiento tan marcado del partido Nazi durante este periodo. Habían conseguido en las elecciones del 2011 solo un 5.7% del voto emitido (solo el 8% de la población en aquel año creían que la inmigración era un problema). Solo cuatro años más tarde, en 2015, cuando culmino el crecimiento casi exponencial de la inmigración, el partido Nazi consiguió el apoyo del 20% de la población y un año más tarde, el 24% de la población indico que la inmigración era el mayor problema que tenía Suecia. Y últimamente el 44% de la población citó la inmigración como uno de los mayores problemas del país. El eslogan utilizado por el partido Nazi durante las últimas elecciones fue el que los socialistas estaban "reduciendo los derechos sociales para liberar fondos públicos a fin de asistir a los inmigrantes". A este eslogan se añadió otro: "Suecia es para los suecos", que indicaba que los inmigrantes no se merecían los derechos de los auténticos suecos.

LA EXPERIENCIA EN EL OTRO POLO AL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO NORTE: LA ENORME CRISIS POLÍTICA DEL MODELO NEOLIBERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS

El crecimiento del fascismo en EEUU era igualmente predecible. El neoliberalismo reaganiano que se inició en los años ochenta fue expandiéndose y fue el presidente Clinton el que lo incorporó plenamente en el Partido Demócrata y en su gobierno. Su programa de 1992 era relativamente progresista adoptando incluso en su propuesta programática el establecimiento de un programa nacional de salud que había hecho la candidatura de izquierdas de Jesse Jackson en las primarias del Partido Demócrata del 1988 y que hubiera garantizado el derecho de los estadounidenses de acceder los servicios sanitarios de aquel país. Clinton, sin embargo, cambió una vez elegido y además de aprobar el altamente impopular tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá, y Méjico, renunció de muchas de sus propuestas, incluyendo el establecimiento del programa nacional de salud. Y más tarde su esposa, Hilary Clinton, Ministra de Exteriores durante el gobierno Obama, promovió el proceso de globalización con un aumento muy notable de la movilidad de industrias a lo que se llama el Sur Global.

Las consecuencias de esta globalización neoliberal fueron devastadoras para la clase trabajadora de los sectores industriales. Ejemplos hay miles. Baltimore, donde está situada la Johns Hopkins University, tenía durante muchos años la industria siderúrgica como uno de los centros de empleo más importantes de la ciudad. La mayor compañía siderúrgica abandonó la ciudad y los barrios de los trabajadores de tal industria (la mayoría blancos de cuello azul y bien pagados) cambiaron dramáticamente y hoy están desolados. La mortalidad de tales barrios ha aumentado espectacularmente debido a las enfermedades conocidas como las enfermedades de la desesperación (suicidio y adicción a drogas.) La gran mayoría de la población de estos barrios votaron a Trump.

Hoy el establishment político y mediático neoliberal está profundamente desacreditado entre las clases populares y muy especialmente entre la clase trabajadora, primordialmente entre la blanca (que mayoritariamente se abstiene en el proceso electoral). Esta es la fuente del crecimiento de la ultraderecha que antecede Trump, pero que este ha utilizado de una manera muy astuta presentándose como "antiestablishment liberal". He explicado en otro artículo que tal movimiento tiene las características del movimiento fascista del sur de Europa, presentándose como los defensores de la patria y de la civilización cristiana. Su ideólogo principal es Steve Bannon, que está intentando estructurar una Internacional nueva de ultraderechas que incluyen a Putin, Bolsonaro, Le Pen Vox , entre muchos otros.

¿ES EL TRUMPISMO UN MOVIMIENTO FASCISTA?

El establishment del partido republicano ha ido perdiendo su capacidad movilizadora, siendo sustituido por el trumpismo, caracterizado por un discurso orientado principalmente a las clases populares con una terminología obrerista, que presenta como enemigo al establishment político-mediático federal, basado en Washington. Hoy tal movimiento controla la mayoría del partido republicano que muy probablemente ganará las elecciones al Congreso este noviembre y más tarde en 2024 la presidencia, con consecuencias devastadoras no solo para EEUU sino también para el mundo, una realidad que parece ser ignorada por el establishment político mediático europeo basado en la dirección de la Unión Europea.

El partido demócrata, cuyo aparato está controlado por el Clintonismo (cuya influencia mayor es en su política exterior) está dirigido por Biden que astutamente (y presionado por las izquierdas dirigidas por Bernie Sanders) se presentó como un heredero de Roosevelt favoreciendo un Nuevo New Deal que tenía elementos claramente progresistas, pero que han sido boicoteados o eliminados por resistencia interna dentro del partido y por intereses económicos y lobbies empresariales y corporativos. Esta situación ha decepcionado a grandes sectores del electorado demócrata.

Las medidas extremistas del trumpismo, como la abolición del aborto por parte de la Corte Suprema de EEUU, ya controlada por tal movimiento, ha movilizado alguna resistencia, pero el punto central hoy es el deterioro económico que moviliza a la mayoría de la gente y de ahí la previsibilidad de que ocurra lo que indiqué antes.

Una última nota sobre EEUU. No hay plena conciencia en los establecimientos políticos y mediáticos de la Unión Europea del carácter fascista del trumpismo ya que consideran tal definición como una exageración. Una anécdota, sin embargo, refleja el error de estas reservas. Trump intentó movilizar a generales del ejército estadounidenses para que realizaran un golpe militar el 6 de diciembre, hecho documentado por Peter Baker y Sussan Glasser del New Yorker (y comentado extensamente en el New York Times del 08/09/2022) . La falta de receptividad del estamento militar frustró y enojo a Trump, al desobedecer sus órdenes y/o no estar de acuerdo con su propuesta. Y explícito que deseaba unos generales leales como había tenido Hitler. Más tarde y en una conversación privada, un ayudante le recordó que algunos generales alemanes habían tratado de asesinar a Hitler y que casi lo consiguieron, a lo cual Trump respondió, con un enfado característico de tal personaje, que no era cierto. Según él, los generales habían sido totalmente fieles a Hitler y era esto lo que él deseaba de su generalato. Y así lo había exigido al jefe del Estado mayor de las fuerzas armadas de EEUU, Mark A. Miller, antes de proponerle para el cargo. Este sí que le prometió que haría cualquier cosa que le pidiera. Lo que el general no se esperaba es el tipo de peticiones que Trump llegaría a hacerle. Lo detectó rápidamente cuando en una demostración del movimiento de liberación negro Black Lives Matter en Washington, el presidente Trump ordenó al general que las tropas dispararan directamente contra los manifestantes, hecho al cual él se negó. Tras muchos otros casos, el general dimitió y escribió una carta al Presidente publicada en el New Yorker, (y comentada ampliamente en el New York Times) en la que le acusaba de tener valores propios del fascismo y del nazismo. Discutiendo la II Guerra Mundial, que había sido una guerra en contra del fascismo y el nazismo, el General hacía las siguientes observaciones al presidente. Es obvio para mí ahora ver que usted no entiende el significado de aquella guerra. Usted no comprende lo que aquella guerra significó. En realidad, usted suscribe muchos de los principios que nosotros luchamos en contra. Yo no puedo ser parte de este proyecto.

El hecho de que el general citado no apoyara el intento de golpe militar del presidente no significa que no hubiera sectores del Ejército y de los servicios de seguridad de que si lo estuvieran.

ÚLTIMAS NOTAS: LA SITUACIÓN EN ESPAÑA: EL FASCISMO NUNCA FUE DERROTADO

En España el fascismo nunca fue derrotado. Fueron las fuerzas democráticas y muy en particular las izquierdas las que lo fueron. Y la transición de la dictadura a la democracia, lejos de ser modélica, dejó elementos claves del Estado en manos de los que en España se definen como franquistas y que debieran llamárseles fascistas. Lo que existió en España durante la dictadura fue mucho más que una dictadura autoritaria de tipo personalista. Fue una dictadura totalizante con el objetivo de imponer una ideología que afectaba todas las dimensiones del ser humano basándose en unos valores propios de la versión española del fascismo. Y tal ideología está ampliamente extendida no solo en las fuerzas armadas, en los servicios de seguridad, y en el sistema jurídico, sino también en amplios sectores de la sociedad, tanto en las instituciones docentes, (desde el sistema escolar hasta el sistema universitario) como en las iglesias que han dificultado la recuperación de la historia real de este país.

He escrito extensamente sobre este punto y solo quisiera subrayar que el peligro de que la ultraderecha gobierne el país es elevado, pues las derechas españolas tienen muchos elementos en común con tal ideología, como el considerar a los gobiernos socialistas antes y de coalición ahora como ilegítimos intentando su derrota por todos los medios, con la colaboración de partes del Estado donde los fascistas conservan gran poder. La transición creó un régimen político, basado en el bipartidismo (apoyado por las derechas nacionalistas periféricas) en el que las fuerzas conservadoras fueron dominantes. Y las izquierdas, incluso las gobernantes, estuvieron  muy limitadas en su capacidad de transformación del país, contando con la oposición de la mayoría de medios de información y persuasión, que presionaron para transformar al partido socialdemócrata en uno de los que se adaptaron al neoliberalismo más rápido y más intensamente en la Europa Occidental. Como consecuencia, España continúo siendo uno de los países con mayores desigualdades de renta en la Europa occidental y con menor desarrollo de su estado del  bienestar, habiendo sido uno de los países con mayor mortalidad acumulada por covid-19 en Europa y Norte América durante la pandemia.

Y precisamente la estrategia de los establecimientos político-mediático dominantes ha sido la misma que en todos demás países. Diluir la capacidad transformadora del partido de izquierdas dominante y reprimir por todos medios a las fuerzas a su izquierda para evitar el desarrollo de una alternativa progresista. Esto ha ocurrido en todos los países a los dos lados del Atlántico Norte. Ahora bien, en España hubo una situación excepcional que explica que el partido mayoritario de izquierdas continúe siendo el partido socialdemócrata. Y ello se debe al cambio de su dirección que en caso de no realizarse hubiera significado la desaparición de tal partido como ocurrió en Francia. Pero el 15 M tuvo un gran impacto en el país, abriendo toda una serie de posibilidades, incluyendo la revuelta de las bases de tal partido eligiendo otra dirección. Y la aparición de Podemos primero y Unidas Podemos más tarde crearon un polo de atracción que presionó al PSOE a establecer la coalición actual. La enorme hostilidad del establishment político mediático frente a este nuevo espacio es un indicador del temor que se reavive la transformación necesaria. De ahí el crecimiento de Vox claramente dulcificado por los medios. El PP está inevitablemente evolucionando y radicalizándose y podría ganar las elecciones en caso de no hacerse las transformaciones deseadas. La necesaria movilización del voto progresista y de izquierdas favorable a la transformación necesaria no ocurrirá, sin embargo, a no ser que los cambios propuestos se realicen. Esta es la realidad que ha ocurrido en el resto de Europa y en EEUU , detallada brevemente en este artículo, y que también está ocurriendo en España.

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Fascismo
Ni Ucrania es Guernica, ni la guerra está acelerando su fin, ni las sanciones están alcanzando sus objetivos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/09/08/ni-ucrania-es-guernica-ni-la-guerra-esta-acelerando-su-fin-ni-las-sanciones-estan-alcanzando-sus-objetivos/ Thu, 08 Sep 2022 06:00:18 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6345 Escombros de un edificio residencial dañado por un ataque militar ruso en Kharkiv, Ucrania. -REUTERS
Escombros de un edificio residencial dañado por un ataque militar ruso en Kharkiv, Ucrania. -REUTERS

Característico del ambiente belicista militante que domina la presentación de la guerra de Ucrania en la mayoría de los medios de información de los países de la Alianza Atlántica, es que cualquier postura crítica que se haga de la OTAN se presenta como "sostenedora y defensora de las tesis del enemigo, Putin". Ello se hace con el fin de vetar y apagar cualquier debate sobre el desarrollo de tal guerra y del conflicto OTAN-Rusia que está creando una crisis mundial sin precedentes. Esta manera de responder a esta crítica a la OTAN es frecuente en España, país conocido por la escasa diversidad ideológica en sus medios.

Un claro ejemplo de ello ha sido la respuesta a mi artículo reciente "El conflicto entre la OTAN y Rusia centrado en la guerra de Ucrania era previsible, predecible, y evitable: ¿Por qué continúa?" (Público, 27/7/2022) en el que critico a la OTAN por haber contribuido a crear las condiciones para que ocurriera, más tarde, la invasión de Ucrania por parte de Putin. No dije que fuera esta la única causa (léanse el artículo y lo verán), pero es evidente que la expansión de la OTAN hacia los países del este de Europa ha contribuido a incrementar las tensiones entre la OTAN y la Unión Soviética (más tarde Rusia), al sentirse esta última amenazada por un número creciente de bases militares en su entorno, con misiles apuntando a su territorio desde un número creciente de países vecinos. Era obvio que, de la misma manera que EEUU nunca toleró estar rodeado de bases militares hostiles con misiles apuntando a su territorio, la Unión Soviética tampoco permitiría que bases de la OTAN la rodearan, amenazando a su ciudadanía. Y de ahí que algunos diseñadores de la Guerra Fría en el gobierno federal de EEUU habían sido contrarios a la expansión de la OTAN a los países vecinos de la Unión Soviética, pues podría provocar una respuesta militar por parte de ella.

LOS ENORMES COSTES SOCIALES DE LA GUERRA FRÍA (ES DECIR, DEL CONFLICTO OTAN-UNIÓN SOVIÉTICA, MÁS TARDE RUSIA)

Por otra parte, la Guerra Fría significó un costo elevadísimo para ambos lados del conflicto. Una de sus consecuencias fue el enorme gasto militar que sustrajo gran cantidad de recursos públicos para atender a las necesidades sociales de sus poblaciones. Los intereses corporativos que presionaban para que aumentaran el armamento en la OTAN fueron un factor importante en el crecimiento de tal gasto. En EEUU, fue el presidente Eisenhower (que antes de tener dicho cargo, fue general del Ejército), quien, en su discurso de despedida como presidente, había ya alertado a la sociedad estadounidense del excesivo poder que la industria del armamento (the "military-industrial complex") tenía sobre el Estado federal. Esta influencia política no fue la única ni la determinante, pero sí jugó un papel importante en la enorme expansión del capítulo de defensa en EEUU, y elevadísimo gasto militar en la OTAN que se ha hecho en aquel país a costa de un enorme subdesarrollo social. Los derechos laborales y sociales están muy poco desarrollados en EEUU, careciendo, por ejemplo, del derecho de acceso universal a los servicios sanitarios, entre muchos otros servicios básicos y esenciales para el bienestar de la población.

En el lado soviético hubo también elevada preocupación del enorme gasto militar que suponía la Guerra Fría y que se hacía a costa de importantes déficits en los servicios universales de protección social que existían. Como documenté en mi libro Social Security and Medicine in the USSR, dichos déficits afectaban negativamente a la mayoría de la población, excepto a su minoría gobernante. Fue el presidente Gorbachov el que intentó hacer reformas significativas del sistema universal de protección social, el que señaló que el elevado gasto militar estaba obstaculizando el desarrollo social del país, y el que también intentó diluir y resolver las tensiones de la Guerra Fría, aceptando la reunión de la Alemania dividida, retirando a la vez sus tropas del este de Alemania. Fue en este contexto en que el gobierno federal de EEUU se comprometió, como respuesta, a no expandir la OTAN hacia el este, es decir, hacia la Unión Soviética.

LA OTAN NO RESPETÓ EL ACUERDO QUE HABÍA PERMITIDO LA UNIÓN ALEMANA

La OTAN más tarde negó la existencia de tal acuerdo entre la misma OTAN y la Unión Soviética para que no se realizara tal expansión. Pero los datos están ahí para quien quiera verlos. Vayan a los documentos del National Security Archive del Estado Federal Estadounidense y lean, entre muchos otros documentos, "Record of Conversation between Mikhail Gorbachev and James Baker" (ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno Bush padre) del 9/2/1990 en el cual Baker dice al presidente Gorbachev "La OTAN es el mecanismo que asegura la presencia EEUU en Europa. Si la OTAN desapareciera no existiría tal mecanismo de retención de EEUU en Europa. Nosotros entendemos que no solo para la Unión Soviética, sino también para otros países europeos, es importante garantizar que si EEUU continua presente en Alemania dentro del framework de la OTAN no habrá ninguna expansión de la OTAN en la dirección este. Nosotros garantizamos que la unidad de Alemania no será seguida por la expansión de la organización militar OTAN al este". No podía haberse dicho de una manera más clara y contundente. (Para un análisis y documentación del compromiso de no expansión de la OTAN a los países del este de Europa, es decir, a los países que rodeaban a la Unión Soviética, ver el artículo de Jonathan Feldman en Counterpunch, 03/06/2022 "A Response to Yuriy Gorodnichenko, Bohdan Kukharskyy, Anastassia Fedyk and Ilona Sologoub Regarding Their Critique of Noam Chomsky on the Russia-Ukraine War").

La aprobación de la unión alemana por parte de la Unión Soviética había sido pues, consecuencia del entendimiento entre los gobiernos de EEUU y Rusia de que la OTAN no se extendería al este de Europa, rodeando a Rusia con bases militares de una alianza hostil. Tal como indicó Bill Fletcher en su entrevista a Noam Chomsky, era un acto extraordinario que la Unión Soviética aprobara la unión de las dos Alemanias, sobre todo teniendo en cuenta que la Unión Soviética perdió más de 20 millones de ciudadanos en la II Guerra Mundial, causada por el gobierno alemán de entonces. Era lógico, por lo tanto, que este acto fuera condicionado a que no se expandiera la OTAN, continuando armando a los vecinos de Rusia en contra de su existencia. Algunos autores, defensores de la OTAN, niegan la existencia de tal acuerdo al no conocerse un documento firmado por ambos gobiernos, olvidando que otros acuerdos en temas semejantes entre el gobierno federal de EEUU y el de la Unión Soviética (como el acuerdo entre Kennedy y Khrushchev) tampoco tuvieron documentos públicos firmados, y a pesar de ello los acuerdos se aplicaron escrupulosamente por ambos lados.

El presidente Bush padre respetó el acuerdo. El presidente Clinton, sin embargo, jugó con ambigüedad, tal como señaló críticamente (después de jubilarse) el embajador estadounidense Chas Freeman, Assistant Secretary of Defense for International Security Affairs durante 1993-1994. En realidad, incluyó a Polonia, Hungría, y Eslovenia en la OTAN a pesar de las protestas de Yeltsin, a quien Clinton había promovido para suceder a Gorbachov como dirigente de la Unión Soviética. Y fue ya el presidente Bush hijo quien alentó a Ucrania a que se uniera a la OTAN, haciéndolo con toda claridad y anuncio general. El objetivo de tal presidente era integrar a Ucrania lo más pronto posible a la OTAN. No era, pues, de extrañar, que la gran mayoría de la población rusa, incluyendo los partidos de la oposición, se sintieran amenazados y se opusieron a la integración de Ucrania en la OTAN. Como indiqué antes, EEUU jamás hubiera aceptado que su país estuviera rodeado por bases militares de una alianza en su contra, por muy "defensiva" que tal alianza se autodefiniera.

LA PREVISIBLE RESPUESTA DE RUSIA A LA EXPANSIÓN DE LA OTAN

La respuesta militar de Rusia en general y de Putin en especial era previsible, como ya habían alertado varios dirigentes del establecimiento federal estadounidense, diseñadores de la Guerra Fría, que se habían opuesto a la expansión de la OTAN al este de Europa. El argumento que utilizó Putin para justificar la invasión de Ucrania (en su famoso discurso el día que se inició tal invasión) parecería confirmar aquellos temores. Pero añadió, además de los argumentos en contra de rodear a Rusia con bases militares hostiles, otro argumento de cosecha propia que respondía a su ideología profundamente nacionalista extrema, que he criticado extensamente en artículos anteriores (ver, por ejemplo, "El nazismo y fascismo en los años treinta, el trumpismo y previsiblemente el putinismo ahora" Público, 14/4/22). Según Putin, tal invasión era primordialmente para incorporar a Ucrania dentro de Rusia, de la cual siempre había sido parte. Es más, llegó incluso a criticar hostilmente a los fundadores de la Unión Soviética por haber respetado la nacionalidad soberana de Ucrania, cuando en realidad, según él, era un territorio ruso. Era el discurso de un nacionalismo imperialista ruso, anterior al establecimiento de la Unión Soviética, que intentaba con su intervención recuperar el territorio perdido, transformando aquel acto de invasión en un acto de claro carácter imperialista. Putin, al centrarse en esta visión imperial de Rusia (viendo Ucrania como una mera parte de Rusia) perdió gran cantidad de apoyo internacional (la gran mayoría de países de las Naciones Unidas condenaron la invasión de Ucrania por parte de Rusia -135 frente a solo cinco que la aprobaron con 35 abstenciones- dañando además el argumento popular que había sostenido la Unión Soviética antes (y Rusia después) en contra del establecimiento de bases militares de la OTAN en Ucrania apuntando sus misiles a la población rusa.

Las fuerzas democráticas existentes en el abanico político que hay en los países de la OTAN tienen que respetar y ser sensibles a este argumento anti-expansivo de la OTAN, sostenido por las izquierdas rusas (hoy encarceladas o silenciadas en su país), a la vez que tienen que denunciar y criticar el argumento imperialista de Putin. Hacer lo último sin señalar lo primero es favorecer a Putin y antagonizar a la gran mayoría de la población rusa que está en contra de la existencia de bases militares cuyos misiles apuntan a su población, y que a la vez no están de acuerdo con la visión imperialista de su dictador. Ponerlo todo bajo el saco de Putin es dificultar enormemente la resolución del problema ucraniano (y ruso). En realidad, cualquier intento de resolver el problema creado por la guerra de Ucrania requerirá el reconocimiento del derecho del pueblo ruso a no estar rodeado de bases militares enemigas, sin que ello implique ninguna simpatía a los argumentos imperialistas reflejados en el discurso y práctica de Putin.

LA VICTORIA DE LA OTAN EN LA GUERRA FRÍA FACILITO El ESTABLECIMIENTO DEL RÉGIMEN DE YELSIN PRIMERO Y DE PUTIN DESPUÉS

Tal régimen putinista ha sido fruto de la victoria de la Guerra Fría, que resultó en el fin de la Unión Soviética con la máxima privatización de la mayoría de los medios de producción del Estado Soviético y eliminación de su protección social, proceso liderado por Yeltsin y mas tarde por el que había sido su mano derecha, Putin. Tal proceso causó el crecimiento más marcado de la mortalidad que haya sufrido la población rusa desde el fin de la II Guerra Mundial. Por otra parte, el abandono del federalismo, del reconocimiento de la soberanía de Ucrania, y de su derecho a la autodeterminación que habían caracterizado el establecimiento de la Unión Soviética por parte de sus fundadores,( hostilmente criticados por Putin) y que había reconocido y aprobado Gorbachov en su ley que otorgó el derecho de autodeterminación a los estados, (que muchos utilizaron para alcanzar su independencia), señala la otra gran ruptura de Yeltsin y Putin con la ideología de los fundadores del Estado Soviético. Presentar a Putin como continuador de la Unión Soviética, como hacen la mayoría de las derechas europeas, es un absurdo reflejo de la promovida ignorancia que les define.

Frente a las grandes limitaciones de la Unión Soviética que yo había documentado en mi libro sobre tal país, (que alcanzó su máxima expresión durante el gobierno Brezhnev) habían dos posibles alternativas. Una, fallida, representada por Gorbachov, era hacer cambios muy notables en el país tales como su democratización, su aprobación del derecho de autodeterminación, y su priorización del tema social sobre el militar, intentando terminar con la Guerra Fría, creando una Seguridad Europea desde el Atlántico a los Urales. Esta no era la vía preferida por los gobiernos de EEUU puesto que disminuía su protagonismo. La otra vía, favorecida por los gobiernos de EEUU, estaba representada por Yeltsin que era la imposición de  privatización y mercantilización masivas de los medios de producción y distribución siguiendo un modelo económico ultraliberal  con escasísima protección social, que fue incluso más acentuado por Putin  más tarde. Una característica acentuada de Putin fue la gran alianza entre los aparatos de la nomenclatura próximos a la seguridad que había dirigido Putin (durante el periodo soviético) con la Iglesia ortodoxa rusa, alianza que se caracteriza por un profundo nacionalismo extremista con connotaciones racistas y religiosas, y por culturas fuertemente conservadoras y anti-democráticas, que tiene características parecidas a las nuevas ultraderechas que incluyen desde Trump en EEUU,(claramente favorecido por Putin) hasta las ultraderechas europeas y de América Latina.

¿ES POSIBLE LA PAZ?

El establecimiento de un pacto en el que no se acepte el rodear un país (Rusia o EEUU) con bases militares en su contra, a la vez que se respete la soberanía y seguridad de sus países vecinos, ya ha mostrado ser posible. En realidad, ya había ocurrido un tipo semejante de acuerdo entre la OTAN y la Unión Soviética cuando el presidente Kennedy de EEUU exigió que se retiraran los misiles rusos enviados a Cuba para defender al país de una posible invasión estadounidense, petición que Khrushchev, dirigente de la Unión Soviética, aceptó a condición de que el presidente Kennedy asegurara que el gobierno federal de EEUU no invadiría Cuba, (además de retirar algunos armamentos en específicas bases militares que rodeaban a Rusia, amenazándola). En realidad, el acuerdo de Minsk propuesto por Francia y Alemania, acordado con Rusia y Bielorrusia, y que el gobierno de Ucrania aprobó, tenía elementos comunes con aquel acuerdo, reconociendo la soberanía de Ucrania y su derecho a la seguridad sin ser parte de una alianza antirrusa.

LOS OBJETIVOS DE LA OTAN AHORA

Según el presidente Biden de EEUU y su ministro de Defensa, el objetivo de la guerra era y es debilitar a Putin, alargando el conflicto, aunque sea a costa del enorme sacrificio de la población ucraniana, con la esperanza en la victoria, debilitando y sustituyendo a Putin. Esta estrategia es de dudosa eficacia y sumamente peligrosa. No hay evidencia que tal estrategia esté debilitando Putin o afectando su popularidad. Y sabemos que significa unos costes humanos enormes, no solo para las poblaciones que están sufriendo directamente el conflicto bélico-militar (como es Ucrania), sino también para las poblaciones de los países que son parte del conflicto político-económico OTAN-Rusia. Las políticas y sanciones aplicadas primordialmente por los países de la OTAN a Rusia, así como la respuesta de este país a las sanciones, están originando una crisis económica sin precedentes a nivel mundial. Y a tal coste hay que añadirles el enorme sacrificio a amplios sectores de la población global, debido a la falta de recursos procedentes de Ucrania y Rusia (el 30% del trigo exportado en el mundo procede de estos dos países) que abastecen a gran parte de la población del Sur Global. Estas y otras razones explican que a pesar de la impopularidad a nivel internacional de la invasión rusa de Ucrania, ningún país africano, latinoamericano o asiático (excepto Japón y Corea del Sur) haya aprobado las sanciones.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LAS SANCIONES

Las consecuencias más visibles y acentuadas de las sanciones realizadas por la OTAN a Rusia, así como la respuesta de este país, son el gran crecimiento de los precios de los recursos energéticos. Según el Financial Times (30/07/22), el precio de gas (producto energético esencial en un país) creció un 20%, como resultado de la disminución de la producción de tal producto por parte de Rusia, consecuencia directa del intento de la sanción que busca disminuir la dependencia de Europa del gas ruso. Este aumento del precio del gas ha sido una de las causas del crecimiento de la inflación. Sin lugar a duda, la reducción de este producto está teniendo un enorme impacto negativo en la calidad de vida de las poblaciones, así como en la actividad económica de los países. Y el gran temor es que Rusia misma interrumpa definitivamente la provisión de su gas a los países europeos, creando un problema económico mayor para Europa y en particular para Alemania, (cuya dependencia del gas ruso es muy acentuada). Según el mismo artículo del Financial Times, si Rusia interrumpiera la provisión de tal producto, (que está ya ocurriendo) el crecimiento económico de los países de la UE (muchos de ellos miembros de la OTAN) disminuiría de una manera muy significativa creando una Gran Recesión, que sin duda afectará intensamente a las clases populares de tales países.

LA APARICIÓN DE CRÍTICAS Y DESACUERDOS

Según los datos recientes, el valor del rublo, que cayó cuando se inició la invasión de Ucrania, se ha recuperado y los ingresos derivados de las ventas del gas como del petróleo ruso se han aumentado y recuperado. Es cierto, sin embargo, que las sanciones limitan la libertad de utilizar estos fondos para mantener el desarrollo técnico e industrial ruso al limitar el número de importaciones permitidas. Se intenta conseguir así uno de los objetivos de las sanciones definido por el vicepresidente de la UE, Valdis Dombrovskis, como "proveer Ucrania con el apoyo necesario para poder defenderse y al final vencer".

Hay un número creciente de críticas hacia tales sanciones en varios países de la OTAN y de la UE. Las más visibles son aquellas que cuestionan la política de reducción de recursos energéticos de origen ruso que, algunos consideran, están dañando más a las poblaciones europeas que a Rusia. El New York Times (31/07/22) acaba de publicar una editorial muy crítica de la política de sanciones, muy en especial sobre los productos energéticos y en particular del petróleo. No tiene sentido, dice el New York Times, intentar dañar a Rusia disminuyendo el consumo de petróleo ruso si ello conduce a un aumento del precio del producto que Europa compra a Rusia. En realidad, la cantidad de petróleo ruso consumido en Europa ha disminuido, mientras que el precio pagado por Europa para conseguirlo ha crecido enormemente. Y hace unas semanas, el Financial Times (12/08/22) subrayó que las sanciones han tenido un impacto mucho menor en disminuir la producción de productos energéticos (y muy en especial del petróleo) rusos, pues predeciblemente ha encontrado otros compradores muy rápidamente.

EL ENORME COSTE HUMANO DE LAS SANCIONES: EL CRECIMIENTO DE LAS CRISIS SOCIALES Y POLITICAS Y LAS INCOHERENCIAS DE LA RETÓRICA OFICIAL

El enorme crecimiento de las desigualdades es, en parte, una consecuencia más de la crisis actual. Y toda la evidencia existente muestra que las clases populares son las más afectadas por los efectos negativos de las sanciones, como es la inflación. Y es ahí donde el dominio de la OTAN y su ideología conservadora neoliberal contribuye al problema, contrastando su supuesta lucha para la libertad y democracia con la realidad que nos rodea, en que la democracia ya muy limitada y menguada a los dos lados del atlántico se está reduciendo. Tanto EEUU como Ucrania son ejemplos de ello. EEUU, como señalé en mi artículo anterior, y aunque pueda parecer paradójico, tiene una democracia limitadísima. La financiación predominantemente privada del proceso electoral corrompe al sistema democrático. Un ejemplo de ello es la reciente aprobación por el Senado de una propuesta, inicialmente muy ambiciosa, de desarrollar un programa de respuesta urgente al cambio climático. Tal propuesta fue gestionada y dirigida por dos senadores muy financiados por las energías no renovables tales como el gas y el petróleo. El senador del partido demócrata Joe Manchin, del estado de Virginia del Oeste y presidente de la Comisión de Energía del Senado, está claramente financiado por las compañías de energías no renovables en EEUU, y Chuck Schumer, del estado de Nueva York y presidente del Grupo Parlamentario Demócrata en el Senado, también está financiado por la industria de gas. Estos son algunos ejemplos de muchos otros senadores, también del partido demócrata, que reciben fondos de tales empresas. De manera tal que, como indicó el senador socialista Bernie Sanders, la propuesta final variaba mucho de la original, siendo bastante decepcionante y de limitado impacto. ¿Es así como se construye la democracia por la cual las clases populares, incluyendo las estadounidenses, están sacrificándose para apoyar a la democracia en Ucrania?

Una situación alarmante ocurrió también en Ucrania, en la que hace dos semanas su parlamento aprobó una ley que redujo dramáticamente los derechos laborales de sus trabajadores, con el fin de facilitar la inversión de empresas extranjeras para reconstruir el país. Como indiqué en mi artículo anterior, su parlamento (donde las izquierdas están muy poco representadas y algunas incluso prohibidas) aprobó una propuesta que el gobierno ucraniano ya había hecho en el periodo preguerra, que debilitaba enormemente los derechos de la protección social del 70% de la población laboral ucraniana. Cuando la propuesta finalmente se aprobó, hubo una gran protesta de los sindicatos no solo ucranianos sino también de la federación europea sindical. Todos los datos (ignorados en la mayoría de los grandes medios de información de la Alianza Atlántica) han sido proveídos por autores de gran credibilidad, como Thomas Rowley y Serhiy Guz, en un artículo escrito en la revista, Social Europe de gran prestigio y reconocimiento internacional, (Thomas Rowley and Serhiy Guz, Ukraine to pass laws wrecking workers’ rights, Social Europe 07/22/2022). ¿Es así también como se construye la democracia en aquel país? Los enormes sacrificios que las clases populares están haciendo hoy para defender la democracia (que ha sido y es muy limitada en aquel país), exigen comportamientos muy distintos por parte de sus dirigentes. No es sostenible que en el discurso retórico oficial del país se subraye que están luchando para defender su democracia, y a la vez promuevan y apliquen leyes que limitan estructuralmente (y no solo coyunturalmente por causas de la guerra) los derechos políticos y laborales de sus ciudadanos. Y tampoco es coherente para un gobierno, sea del color que sea, promover la defensa de la nación y de la patria, y a la vez promover políticas económicas y sanciones que están dañando el bienestar de sus clases populares.

Por otra parte, la enorme crisis social que ha creado el crecimiento del conflicto OTAN-Rusia está deteriorando el bienestar y calidad de vida de las poblaciones de los países a los dos lados del conflicto. Un análisis detallado de los determinantes sociales y económicos de este malestar general muestra que la gran mayoría de tales países tienen causas comunes parecidas (incluso antes de que estallara la guerra de Ucrania). Y tienen más intereses en común que diferencias que les separen. Todos ellos han sufrido políticas públicas que han deteriorado sus sistemas de protección social debido a un proceso de globalización económica neoliberal que se ha seguido en ambos lados del conflicto. Y que se ha hecho todavía más intensa debido a la militarización y al conflicto bélico. Debiera ser obvio que esta realidad hace incluso más difícil desarrollar la cooperación, solidaridad y complicidad a nivel mundial necesarias para resolver los problemas mayores que tiene hoy la humanidad, como son el cambio climático y la perpetuación de las pandemias.

UNA ÚLTIMA OBSERVACIÓN. LA UTILIZACIÓN OPORTUNISTA POR PARTE DEL PRESIDENTE ZELENSKY DE UCRANIA DE LO QUE OCURRIÓ DURANTE LA ESPAÑA REPUBLICANA EN GUERNICA PARA PROMOVER LA CAUSA DE SU GOBIERNO

El presidente del gobierno ucraniano, Zelensky, en su petición de ayuda militar al parlamento español, utilizó la imagen de Guernica para establecer una semejanza entre lo que ocurrió en España durante la Guerra Civil y lo que está ocurriendo en su país. Ucrania estaba siendo bombardeada por el enemigo Rusia, tal como la ciudad de Guernica había estado bombardeada por aviones nazis alemanes durante la guerra civil española. De la misma manera que el gobierno republicano español había estado pidiendo ayuda internacional entonces, el ucraniano lo estaba haciendo ahora pidiendo ayuda al Parlamento Español. Era lógico y loable que la mayoría de los parlamentarios aplaudiera la referencia. El contexto, sin embargo, era muy diferente, casi opuesto, lo que explica las enormes diferencias en la respuesta internacional a la petición de ayuda militar entonces (a la España Republicana) y ahora (a la Ucrania actual).

Lo que ocurrió en España era una guerra entre la mayoría de la población, las clases populares de los distintos pueblos y naciones en España, frente a una minoría que deseaba mantener el orden económico y político existente (con la ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista) para poder preservar sus beneficios basados en las grandes injusticias existentes en aquel momento. Las clases populares estaban pidiendo cambios profundos en el injusto sistema económico y social vigente en España. Ello explica, por cierto, que el gobierno español democráticamente elegido no recibiera ninguna ayuda de las democracias europeas, debido a que los establecimientos políticos, económicos y mediáticos que gobernaban tales países tenían miedo de que sus propias clases populares fueran contaminadas por la movilización popular que había en este país. Solo la Unión Soviética y Méjico apoyaron al gobierno popular español. Las llamadas democracias occidentales no dieron ni un céntimo mientras que la Alemania Nazi y la Italia Fascista ofrecieron toda la ayuda militar que permitió la victoria del fascismo en España. La imagen de Guernica, bien reflejada en la pintura de Picasso, muestra el bombardeo de la población por parte de la aviación Nazi alemana en apoyo de los golpistas fascistas dirigidos por el General Franco. El contexto en el que el bombardeo ocurrió no podía ser más distinto del que ocurre en Ucrania hoy.

La guerra en tal país tiene una dinámica muy distinta y el gobierno ucraniano tiene una orientación política también muy diferente al gobierno de unidad popular existente en la República española. Ucrania es un país con gran concentración del poder económico en un sistema oligárquico en el que los cambios de gobierno (en un sistema democrático muy limitado e insuficiente) refleja más una alternancia de partidos de sensibilidad primordialmente nacionalista y escasamente social, lo cual explica la orientación conservadora neoliberal de los dos partidos históricamente mayoritarios, cuyo elemento diferencial es el nacionalismo y no la clase social de su electorado. De ahí, que la guerra de Ucrania ocurra en temas de carácter nacionalista que oculta políticas que debilitan al mundo del trabajo a costa del beneficio de grupos económicos y financieros internacionales. La reciente aprobación del parlamento ucraniano debilitando la protección laboral de la mayoría de los trabajadores ucranianos a fin de favorecer las inversiones extranjeras es prueba de ello (y de lo cual no se habla en ninguna parte en los medios internacionales). Es, en teoría, una guerra de nacionalismos dentro del sistema económico profundamente injusto y neoliberal, en el que las élites gobernantes que han dominado el pasado de este país continúan dominándolo ahora y continuarán haciéndolo en el futuro. De ahí que estén recibiendo tanto apoyo de los establishments políticos, económicos, mediáticos y empresariales occidentales. Precisamente lo opuesto a lo que ocurrió en España. ¿Qué habría ocurrido en Ucrania si el gobierno hubiera tenido una composición semejante a la unidad popular de España, luchando para cambiar democráticamente el sistema político económico y enfrentándose con la sabiduría convencional de la globalización neoliberal? ¿Hubiera conseguido la ayuda que ahora está recibiendo? De ahí que la "lucha por la democracia" no puede ni debe limitarse a defender el statu quo, sino que debe incluir cambios substanciales de manera de que los que sufren más dentro de cada país puedan vivir mejor después. Es urgente y necesario que se pare la guerra que está causando tanta miseria, dolor, y mortalidad, y se antepongan los intereses de las clases populares de ambos lados del conflicto sobre los intereses de las minorías de siempre (industrias armamentistas, energías no renovables, oligarcas corruptos- no solo rusos sino también ucranianos y de países miembros de la OTAN, y políticos afines) que están utilizando la guerra para optimizar sus ganancias y beneficios. La lucha por la democracia debe ser mucho más que la lucha para mantener el estatus quo. Y esto es lo que está ocurriendo, a un gran coste para las clases populares de los dos bandos.

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El conflicto entre la OTAN y Rusia centrado en la guerra de Ucrania era previsible, predecible y evitable: ¿Por qué continúa? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/07/27/el-conflicto-entre-la-otan-y-rusia-centrado-en-la-guerra-de-ucrania-era-previsible-predecible-y-evitable-por-que-continua/ Wed, 27 Jul 2022 05:30:23 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6324 El conflicto entre la OTAN y Rusia centrado en la guerra de Ucrania era previsible, predecible y evitable: ¿Por qué continúa?
Una mujer pasa frente a una escuela parcialmente destruida como resultado de un ataque con misiles en la ciudad de Kostyantynivka, región de Donetsk, el 25 de julio de 2022.- AFP

INTRODUCCIÓN: LAS FALSEDADES QUE SE ESTAN PROMOVIENDO SOBRE ESTE CONFLICTO

Existe un conflicto, primordialmente entre la OTAN por un lado y Rusia por el otro, que alcanza su dimensión militar en la guerra de Ucrania, que está creando una crisis enorme que está afectando muy negativamente el bienestar de la mayoría de la población mundial tanto del Norte como del Sur y tanto de un bloque como del opuesto, incluyendo también de aquellos que no están en ningún bloque. Y lo que es muy preocupante es que, como ocurre en cada guerra, los mayores medios de comunicación participan en esta guerra transformándose en medios de promoción y propaganda en lugar de información. En cada lado del conflicto se ve la demonización del enemigo al cual hay que destruir o hacer desaparecer. Así se crea una cultura bélica que impide la resolución del problema. Y esta es la situación actual en la que nos encontramos, en la que lo que se presenta como la única solución de esta guerra, es la derrota completa del enemigo. Y como esto no parece que vaya a ocurrir pronto, se concluye que tenemos guerra para rato, lo cual puede llevarnos a un auténtico desastre mundial. De ahí la enorme importancia y necesidad de entender lo que está ocurriendo. Sin negar la gran responsabilidad que la dirección de Rusia liderada por Putin ha tenido en iniciar la invasión criminal y la guerra de Ucrania, hay también que informar (lo cual los mayores medios de comunicación no están haciendo) como la OTAN ha ido también contribuyendo a crear el contexto en el cual tal invasión tuvo lugar. Y ello dificulta en gran manera que se entienda lo que está pasando y por lo tanto dificultando que se pueda llegar a una situación adonde se pueda terminar este conflicto, responsable de una de las mayores crisis económicas y sociales que el mundo ha visto en los últimos cincuenta años.

Este artículo continúa otros anteriores donde he hecho críticas de la (1) Unión Soviética (2) de la transición que ocurrió en Rusia tras el colapso de la Unión Soviética y las políticas públicas realizadas por Yeltsin y su mano derecha, Putin, que originaron el mayor crecimiento de la mortalidad de la población rusa desde la II Guerra Mundial y (3) la conversión del equipo dirigente del nuevo sistema (heredero del aparato del estado soviético anterior), de un nacionalismo extremo, profundamente conservador cristiano, parte de una nueva internacional de ultraderecha muy preocupante. En este artículo hago una crítica de las falsedades que se están promoviendo por gran parte de los medios informativos en España sobre la OTAN que están negando sus responsabilidades en haber creado las condiciones para que se realizara la invasión criminal de Putin en Ucrania.

LA IDEALIZACIÓN DE LA OTAN

Existe una percepción generalizada en los establishments políticos y mediáticos españoles de que la OTAN se creó como una respuesta a la amenaza que la Unión Soviética representaba para las democracias existentes a los dos lados del Atlántico Norte. Había que frenar las supuestas ansias expansionistas de la Unión Soviética estableciendo un sistema armado en defensa de la democracia en aquellos países. De ahí que se estableciera la Alianza Atlántica y su rama militar (la OTAN) liderada por el gobierno federal de EEUU, que jugó desde el principio un gran protagonismo presentándose (y siendo percibido por sus aliados en la Alianza Atlántica) como el gran proveedor de seguridad y garantía de sus democracias. En esta percepción, Seguridad, Fuerzas Armadas y OTAN eran conceptos y realidades intercambiables necesarias para la defensa de España. Esta percepción ha sido y continúa siendo promovida por la gran mayoría de los medios de información en España, alcanzando su máxima expresión durante las recientes reuniones de la dirección de tal organización en Madrid hace solo unas semanas.

LA FALSEDAD DE TAL IDEALIZACIÓN DE LA OTAN

 Para construir esta percepción idealizada y falsa de la OTAN y del gobierno estadounidense que la lidera, se han tenido que ignorar hechos históricos y eventos actuales que cuestionan los pilares sobre los que se sustentan tal falsedad. Tales medios debieran preguntarse: si la OTAN se estableció por la Alianza Atlántica para defenderse de la Unión Soviética, ¿cómo se explica que este organismo haya seguido existiendo después de que la Unión Soviética desapareciera? Es más, el mayor crecimiento de la OTAN fue después del fin de la Unión Soviética, no antes. ¿Cuál era pues el objetivo de la OTAN para seguir creciendo, si el enemigo ya había desaparecido? ­­­­­Otra serie de preguntas que tales medios deberían también hacerse es porqué la OTAN, supuestamente defensora de la democracia a los dos lados del Atlántico Norte, ha tenido la gran mayoría de intervenciones militares en otros continentes distintos a Europa y Norte América, su lugar de ubicación, y no precisamente en contra de la Unión Soviética, sino en contra de otros enemigos.

 ¿ES LA INTENCIÓN DEL LIDER DE LA ALIANZA ATLÁNTICA DEFENDER LA DEMOCRACIA?

 Otra realidad que cuestiona la veracidad del argumento que se utiliza en defensa del liderazgo del gobierno estadounidense en esta Alianza, es la escasa evidencia de que tal gobierno se haya distinguido por su compromiso con la democracia a nivel mundial. Es cierto que en la II Guerra Mundial el gobierno de EEUU jugó un papel importante en la derrota del Nazismo, aunque en Europa la mayor responsabilidad de la victoria, como Winston Churchill subrayó, se debió a la determinante intervención de la Unión Soviética. Los costes humanos de tal conflicto fueron mayores para este último país que para EEUU. La Unión Soviética perdió en este conflicto 24 millones de ciudadanos (8 a 10 millones militares y 14 millones civiles). El número de estadounidenses fue muchísimo menor (418,500, de los cuales solo 1700 fueron civiles). Estados Unidos fue determinante en la victoria  al Japón Imperial en el Pacífico, y aunque en Europa también fue importante, allí la fuerza determinante fue la Unión Soviética.

Pero desde entonces, desde el fin de la II Guerra Mundial, la política exterior de EEUU se caracterizó por su apoyo a dictaduras enormemente opresivas y represivas existentes en el mundo, incluyendo en Europa. En España, el gobierno federal de EEUU jugó un papel clave, junto con el Vaticano, en el proceso de reconocimiento internacional de una de las dictaduras más crueles y sangrientas en la  Europa del siglo XX: la dictadura fascista española liderada por el General Franco.  Según el Profesor Malefakis de la Columbia University en Nueva York, experto en el fascismo europeo, por cada asesinato político por parte del régimen fascista italiano liderado por Mussolini, el régimen fascista español liderado por Franco asesinó a diez mil. El gobierno estadounidense fue también instrumental en el establecimiento y apoyo de dictaduras reaccionarias, crueles, y sangrientas en otras latitudes. En varios países de América Latina, incluyendo Chile, cuando yo estaba asesorando al Gobierno Allende, pude ser testigo directo de la intervención del Gobierno Nixon en el golpe militar del General Pinochet.  Y lo mismo ocurrió en otros continentes. En Latinoamérica el único país asociado a la OTAN es Colombia, que a petición del gobierno Uribe (de la derecha dura colombiana), fue admitido en condición no de miembro, pero sí de "aliado principal". Y hoy EEUU cuenta entre sus grandes aliados a países como Arabia Saudita, carentes de los más mínimos derechos humanos (dictadura peor que la rusa liderada por Putin), que ha estado invadiendo a Yemen con la ayuda militar de EEUU. Considerar al gobierno federal de EEUU como gran defensor de la democracia no se corresponde con su récord histórico.

¿CUÁL ES PUES EL OBJETIVO DE LA OTAN?

La OTAN no es solo una alianza militar. Es bien conocido que el gobierno federal de EEUU ha intervenido activamente en la política interior de países alrededor del mundo para defender sus intereses. Estas intervenciones han incluido el uso de la OTAN para presionar e intervenir en la política interior de la mayoría de los países miembros de tal organización en Europa, con el fin de debilitar a aquellas fuerzas políticas y sociales opositoras al modelo económico y social neoliberal estadounidense. Ejemplo de ello ha sido la promoción del sindicalismo corporativista frente al sindicalismo de clase (que está prohibido en EEUU, por la Ley conocida como Taft Hartley Act, aprobada por el congreso en el año 1947, a pesar del veto del Presidente Truman), la privatización en la financiación y gestión de la sanidad, y muchos otros casos y ejemplos. El gobierno federal del EEUU organizó frecuentemente sesiones para intelectuales y académicos de los países miembros de la OTAN a fin de promover el modelo neoliberal característico de su sistema económico y político.

De ahí que su animosidad política se centrara no solo en los partidos comunistas de la Europa Occidental, sino también en la mayoría de los partidos de izquierda. Incluso cuando los partidos comunistas rompieron con la Unión Soviética, su animosidad hacia muchos de estos partidos no se diluyó. Lo ocurrido en el Sur de Europa es un ejemplo de ello. Y hemos visto que en Europa la admisión de nuevos miembros de la OTAN procedentes del este de Europa, , han sido en su mayoría gobernados por la derecha, incluyendo la derecha extrema, como son los casos de Polonia y Hungría. La entrada a la Unión Europea de estos países ha reforzado también a las derechas en el Parlamentó Europeo. Y ello es probable que ocurra con la admisión de Ucrania, gobernada por un establecimiento político que se ha caracterizado por la aplicación de medidas económicas y sociales de clara sensibilidad neoliberal. La gran mayoría de medios de información no han informado de las propuestas realizadas por el nuevo gobierno ucraniano (ya en el periodo pre-guerra) y aprobadas recientemente por el parlamento ucraniano que debilita enormemente los derechos y la protección social del setenta por ciento de la población laboral ucraniana. Los sindicatos ucranianos han protestado y la federación europea sindical ha denunciado tal reforma (Thomas Rowley and Serhiy Guz, Ukraine to pass laws wrecking workers’ rights, Social Europe 07/22/2022, Social Europe es una de las revistas de Políticas Social de mayor credibilidad y prestigio en Europa. Uno de los autores, Guz, es un periodista ucraniano que escribe de temas laborales y uno de los miembros de la comisión sobre periodismo ético de aquel país).  Hoy uno de los países que apoya más la continuidad de la guerra de Ucrania es Polonia, un país que fue sancionado en su día por la Unión Europea por la escasa democracia de sus instituciones políticas.

 OTRA FALSEDAD: ¿PUTIN COMO CONTINUADOR DE LA UNIÓN SOVIÉTICA?

 El hecho de que se expandiera la OTAN después de la caída de la Unión Soviética podría explicarse si se viera a Putin como continuador del sistema soviético. Esta ha sido la interpretación que las derechas en España han querido dar para justificar la continuidad de la OTAN. Es más que preocupante que este argumento también esté sostenido por amplios sectores de las izquierdas españolas, lo cual refleja una enorme ignorancia sobre lo ocurrido en Rusia en los últimos años. Escribí ya hace muchos años un libro ("Social Security and Medicine in the USSR" Lexington Books, 1977) muy crítico de la Unión Soviética, donde ya señalaba los graves problemas de aquel sistema, que no era un sistema universal de derechos, sino dual con dos sistemas de protección social, uno para la mayoría de la ciudadanía y otro para las jerarquías y sus descendencias. Tal crítica originó que se me declarara persona "non grata" en aquel país y que mis libros fueran prohibidos. Es interesante remarcar que otro conocido analista de la Unión Soviética basado en Harvard (con una posición conservadora), nunca fuera declarado persona non grata y sus libros continuaran leyéndose en aquel país. Era claro que las criticas procedentes de las izquierdas, como era el caso de mi libro, le representaba al gobierno soviético una amenaza, a diferencia de las críticas realizadas por autores con ideologías  de derecha.

 LA OTAN APOYÓ MAS A YELTSIN Y PUTIN QUE A GORBACHOV

Putin fue la mano derecha de Yeltsin, quien en realidad representaba los sectores dominantes del liderazgo de la Unión Soviética opuesto a las reformas propuestas por Gorbachov, que había propuesto el establecimiento de un sistema de seguridad europeo que abarcara toda Europa, acabando con la Guerra Fría y con la necesidad constante de expandir el poder armamentista, que venía siendo sostenido por enorme cantidad de recursos públicos, que como consecuencia empobrecieron los servicios públicos generales (la sanidad, la educación y la protección social). Fue el gobierno de EEUU de entonces el que se opuso al establecimiento de la seguridad europea, pues ello habría disminuido su protagonismo. De ahí que favoreciera claramente a Yeltsin, quien privatizó masivamente los mayores medios de producción  que pasaron del Estado a las manos privadas de los jerarcas de régimen, generando una enorme crisis social sin precedentes, responsable de los crecimientos de mortalidad más altos que haya conocido aquel país tras la II Guerra Mundial.

EL ENORME COSTE HUMANO QUE SIGNIFICARON LAS POLÍTICAS DE PUTIN PARA LA POBLACION RUSA

Tal privatización fue asesorada por un grupo de bien conocidos economistas neoliberales estadounidenses que habían aconsejados antes a gobiernos neoliberales de América Latina, y que establecieron un capitalismo sin guantes (es decir, sin protección social) claramente extremista, que causo el daño al cual hago referencia en el parágrafo anterior. Hoy hay una clase empresarial de carácter caciquil que controla aquel Estado. La pobreza abarca a una tercera parte de su población. Su ideario es un nacionalismo étnico y racista, profundamente cristiano y conservador (con clara complicidad entre el Estado y la iglesia ortodoxa cristiana rusa) de clara tendencia imperialista, muy crítico de la antigua Unión Soviética (y de su fundador Lenin), por ser una Federación de Estados que siempre había respetado el derecho de Ucrania a ser una nación con su propio Estado, contrario a la consideración de putinismo de que Ucrania sigue siendo parte integral de Rusia.

CÓMO LA OTAN FACILITÓ EL CRECIMIENTO DEL PUTINISMO Y EL EXTREMISMO NACIONALISTA

Y el crecimiento de tal ideología nacionalista ha sido precisamente facilitada por el comportamiento de la OTAN, que ha rodeado a Rusia de bases nucleares militares apuntando a Moscú amenazando la seguridad de dicho país. El gobierno federal de EEUU nunca aceptó que se rodeara a EEUU de bases militares nucleares y el Presidente Kennedy, en su momento, forzó la retirada de las bases soviéticas establecidas en  Cuba. Y personas que habían sido arquitectas de la Guerra Fría,  como Kissinger, habían ya alertado de no expandir las bases de la OTAN hacia el este de Europa, una vez la Unión Soviética aceptara la unión de Alemania tal como hizo Gorbachov. Un acuerdo para que ello ocurriera fue precisamente que la OTAN no se expandiera hacia el Este lo cual no se respetó. La OTAN continuo expandiéndose en el este de Europa. Y antes de que ocurriera la invasión rusa, la OTAN tenía ya personal trabajando en Ucrania trabajando con las fuerzas armadas ucranianas (tal como ha señalado el New York Times) ignorando los acuerdos de Mintz que el gobierno ucraniano anterior al actual había aprobado junto con Francia, Alemania, Bielorussia y la propia Rusia y que garantizaba la seguridad de Ucrania sin la participación de la OTAN. La guerra podría haberse evitado si aquel tratado se hubiera respetado. Pero ni el gobierno ucraniano ni el gobierno de EEUU favorecían tal acuerdo. Y ahí está la raíz del problema. Esta clarificación no es para justificar lo indefensible, la brutal invasión a Ucrania, sino una explicación de que la OTAN contribuyó a crear la situación en la que nos encontramos.

Fue un enorme error que muchos países europeos de la OTAN no apoyaran a Francia y Alemania en el acuerdo de Mintz. Su vasallaje hacia el gobierno de EEUU ha sido un enorme error. Y ha indirectamente reforzado a la extrema derecha en Europa, incluyendo a Polonia (la máxima defensora de la continuidad de la guerra de Ucrania),. Polonia es, junto con la Gran Bretaña, la mayor fuerza europea defensora de la continuación del conflicto militar y la mayor aliada del gobierno de Ucrania después de EEUU.

LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA, CRISIS QUE ERA PREVENIBLE

Hoy estamos viendo una enorme crisis económica y social que afecta predominantemente a las clases populares, no solo de Ucrania sino también de Rusia, de Europa, de EEUU y también del resto del mundo y muy en particular del Sur Global, crisis que se debe en gran parte a las sanciones y a la guerra. Y entre los beneficiados están grupos económicos y financieros que tienen gran influencia sobre los gobiernos de EEUU y de la Unión Europea por una parte y de Rusia por otra. Y están consiguiendo sus objetivos. Los grandes temas que exigen colaboración mundial – tales como la pandemia, la crisis climática, y la crisis social actual – han desaparecido de la atención de los mayores establishments políticos y mediáticos internacionales. En este lado del conflicto las grandes empresas del armamiento y de las energías no renovables (muchas de ellas basadas en el territorio de EEUU) están haciendo beneficios sin precedentes, beneficios que en EEUU se están consiguiendo también en parte a costa de un enorme sacrificio de las clases populares estadounidenses, que son las primeras víctimas de tal modelo económico, político, y social de orientación neoliberal. EEUU es uno de los países a los dos lados del Atlántico Norte con menos derechos sociales y laborales, con problemas enormes debido en parte a un sistema democrático muy limitado en que la distancia entre lo que las clases populares desean y lo que el gobierno federal realiza son enormes. Un dato publicado ayer en  EEUU es un indicador de ello. La muerte por armas de fuego en EEUU es la causa de mayor mortalidad entre niños y jóvenes, siendo el poder de la National Rifle Association sobre la clase política enorme, y ello a pesar del gran apoyo popular de medidas de control en la provisión y distribución de tales armas.

EL PREOCUPANTE FUTURO: EL CRECIMIENTO DE LA ULTRADERECHA AL NIVEL MUNDIAL

Hoy, como consecuencia del gran deterioro de la situación económica y social de la mayoría de los países del mundo, en parte debido al conflicto cristalizado en la guerra de Ucrania, hay una enorme instabilidad política y social (que ya se había iniciado durante la Gran Recesión y más tarde con la pandemia), muy acentuada en los países del Atlántico Norte que está cuestionando la legitimidad del sistema político democrático. Hoy en EEUU hay una enorme crisis política con un enfado generalizado en amplios sectores de la clase trabajadora aprovechada y explotada por la ultraderecha trumpiana, que es muy probable que gane las próximas elecciones parlamentarias este próximo Noviembre y la presidencia en las elecciones del 2024. Algo semejante está ocurriendo en Europa, donde la ultraderecha está creciendo, con clara empatía había e trumpismo estadounidense, y que  puede llegar a gobernar varios países de la región, y que podrían terminar  asociándose  con Putin para establecer  una alianza de gobiernos ultraderechistas y conservadores sin precedentes a nivel mundial (ver mi artículo "El nazismo y el fascismo en los años treinta, el trumpismo y previsiblemente el putinismo ahora" Público, 04/14/22).

La única alternativa es precisamente cambiar radicalmente este modelo económico, político y social neoliberal, haciendo aquellas reformas profundas que respondan a las necesidades de la mayoría de las clases populares, rompiendo con la globalización neoliberal, sustituyéndola por un internacionalismo en el que se vea que las clases populares de todos los países, tanto los del Norte como los de Sur Global, y tanto los que pertenecen a un lado como al otro, tienen más intereses en común que no en conflicto. Es obvio que las clases populares rusas, así como las clases populares europeas y estadounidenses, están viendo como su calidad de vida y bienestar se están deteriorando notablemente. Y también está ocurriendo en la mayoría de los países del Sur Global. Y no digamos ya de la población ucraniana que está siendo brutalmente atacada con un enorme sacrificio aún mayor de sus clases populares. Y de ahí la gran necesidad de reconocer y denunciar la responsabilidad que tiene la Alianza Atlántica en desarrollar y facilitar las condiciones para que ello ocurriera. Se avisó tanto al gobierno de EEUU como a los otros miembros de la OTAN que su política llevaría a esta situación. Y así ha ocurrido.

Ello no excusa la enorme responsabilidad del régimen de Putin que está sosteniendo su invasión con fines claramente políticos para mantenerse en el poder en Rusia. Creerse que la guerra debilitaría su liderazgo es no conocer el régimen putinista. Por otra parte, el enorme militarismo que el Presidente Biden está sosteniendo (para debilitar a Putin) a fin de reforzar su liderazgo en el mundo occidental es y será enormemente impopular debido a los enormes costes que significa la aplicación de tales políticas para la calidad de vida de­­­­­ su población puesto que tales costes se realizan a costa de un enorme empobrecimiento social de las clases populares. La continuación del conflicto y falta de resolución de los enormes problemas políticos, económicos y sociales creados está facilitando el crecimiento de movimientos de  protesta, que en los países del Atlántico Norte  está canalizando las ultraderechas profundamente antidemocráticas. Y de ahí la enorme urgencia de desarrollar una cultura  opuesta a la bélica, militarista y conflictiva existente, sustituyéndola con otra solidaria que anteponga los intereses de las clases populares de los países en conflicto, mostrando que tienen mucho más  en común que no en conflicto, oponiéndose a los intereses minoritarios y dominantes responsables de su continuidad y de esta enorme crisis. Debiera ser obvio que los grandes problemas que las poblaciones actuales y venideras tienen, que amenazan su propia supervivencia, requiere una cultura opuesta a la existente que entienda seguridad  como bienestar compartido en lugar de insolidaridad  y fuerza militar.

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El urgente y necesario cuarto pilar del estado del bienestar https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/07/04/el-urgente-y-necesario-cuarto-pilar-del-estado-del-bienestar/ Mon, 04 Jul 2022 05:40:47 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6314 El urgente y necesario cuarto pilar del estado del bienestar
Sillas de ruedas y andadores apilados en una residencia de mayores. EFE/ Juanjo Martín

Es frustrante que cada vez que faltan trabajadoras y trabajadores para tener suficientes contribuyentes a la Seguridad Social (para pagar las pensiones) y/o para llenar los puestos de trabajo que están vacíos, se piensa en la necesidad de aumentar la inmigración. Es tan frecuente que esto pase, que uno tiene que asumir que los que siempre defienden esta postura no conocen (o no quieren conocer) que hay medidas alternativas o complementarias a la inmigración para resolver los problemas derivados de la falta de trabajadores. Y esto último casi nunca ocurre. Un ejemplo es la propuesta del Ministro de I­­­­­­nclusión Social y Seguridad Social, el Sr. José Luis Escrivá, quien ha indicado que para resolver el problema del déficit de la Seguridad Social se necesitan 270.000 inmigrantes al año hasta el 2050 para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, puesto que estas personas se convertirían en contribuyentes a la Seguridad Social. En principio, esta propuesta parece lógica, pero habría que añadir que es también necesario continuar el aumento de los salarios aprobado por el gobierno este año, para todos los próximos años también, que habían estado bajando durante la época de dominio neoliberal en los gobiernos anteriores.

Estas propuestas son distintas y opuestas a las medidas neoliberales aplicadas por aquellos gobiernos, que llevaron a cabo la misma receta de siempre, la de reducir las pensiones y retrasar la edad de jubilación, lo cual empeoró notablemente la situación de los pensionistas. Ahora bien, tales propuestas del Ministro Escrivá, aunque significan un paso adelante, son insuficientes, pues la experiencia muestra que hay otras alternativas incluso mejores que también deberían proponerse y aplicarse. Y me estoy refiriendo a la necesaria y urgente integración de la mujer española en el mercado del trabajo, lo cual es necesario no solo para la liberación de la mujer, sino también para la mayor eficiencia económica del país. La igualdad de la mujer pasa, por su integración al mercado del trabajo en condiciones semejantes a las del hombre, quien debe también compartir las responsabilidades familiares en bases iguales. Estos principios de equidad son básicos en una sociedad avanzada comprometida con el mejoramiento de la calidad de vida de su población. Pero lo que no se reconoce es que esta liberación de la mujer significaría un enriquecimiento económico que beneficiaría también a toda la población. La evidencia existente de ello es abrumadora pero constantemente ignorada. Aquellos países que facilitan la integración de la mujer al mercado de trabajo al igual que el hombre han visto mejorar el bienestar de toda la población, pues aumentan el numero de contribuyentes a la Seguridad Social y también los recursos humanos en la sociedad.  Los datos están ahí para los que quieran verlos. Y una de las medidas más eficaces para facilitar la integración de la mujer al mercado de trabajo es, entre otras, los servicios de ayuda a las familias tales como escuelas de infancia desde los 0 años y los servicios de atención a la dependencia, ya sea domiciliaria o institucional. En España hay un gran déficit en estos servicios, que deberían llamarse El Cuarto Pilar del Estado de Bienestar para resaltar su importancia complementando el Primer Pilar (el derecho de acceso a la sanidad), el Segundo Pilar (el derecho a la educación), y el Tercer Pilar (el derecho a la jubilación). Este Cuarto Pilar sería el derecho individual y universal a los servicios de atención a las familias incluyendo los cuidados a la infancia y la adolescencia, así como a las personas ancianas y con dependencias.

Los países nórdicos de Europa que han estado gobernados durante la mayoría del periodo después de la II Guerra Mundial por coalicionas de gobiernos progresistas y de izquierda tienen porcentajes muchos más altos de mujeres en el mercado de trabajo en comparación a España. Suecia 80.2 %, Noruega 76.56 %, Finlandia 74.5 % y Dinamarca 64 %. Para darnos cuenta del retraso de España tenemos que reconocer que si España tuviera el porcentaje de mujeres en el mercado de trabajo que tiene Suecia, hubiéramos tenido antes de la pandemia 2.7 millones de personas más trabajando y cotizando a la Seguridad Social, aportando 16,650 millones de Euros adicionales, que casi cubrirían el déficit que existía en tal institución el año antes de la pandemia (18,286 millones de Euros). Suecia tenía entonces el Cuarto Pilar de Bienestar más desarrollado del mundo. En aquel país las familias tienen mayor calidad de vida y la fertilidad, por cierto, es mucha más alta que la española que es de las más bajas del mundo.

¿POR QUÉ NO HA EXISTIDO ESTE CUARTO PILAR DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN ESPAÑA?

 La respuesta a esta pregunta es fácil de responder. Se debe a la enorme influencia que las fuerzas conservadoras han tenido y continúan teniendo sobre el Estado Español, responsables de la falta del escaso poder de la mujer y de la desatención que las familias tienen en las políticas públicas del Estado. En España a la familia se la pone retóricamente en un altar para luego crucificarla .Y cuando en España decimos "familia", lo que queremos decir es "mujer", y la única fórmula familiar promovida, es el tipo de familia patriarcal que es la que limita más a la mujer, que es quien cuida a los infantes, a los adolescentes, a los jóvenes que viven en casa como promedio hasta los 29 años, al esposo o equivalente y además el 61 % de ellas están también trabajando en el mercado laboral. No es de extrañar que la mujer española tenga tres veces más enfermedades debidas el estrés que el hombre y que la fertilidad (el número de infantes por mujer fértil) sea de las más bajas del mundo. Este país es también uno de los países Europeos con menor desarrollo de los servicios del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar. La causa de todo ello es el escaso poder de la mujer y de las fuerzas progresistas del Estado Español además de la escasa sensibilidad feminista en los establecimientos económicos, mediáticos y políticos del país. Esta falta de sensibilidad, por cierto, aparece claramente en la constante erotización de la mujer que aparece en los medios de información y persuasión en España que llega a niveles absurdos y enormemente opresivos.

¿POR QUÉ EL MODELO PROGRESISTA NÓRDICO ES MUCHO MEJOR PARA LAS MUJERES, PARA LAS FAMILIAS Y PARA LA SOCIEDAD QUE EL MODELO LIBERAL ESTADOUNIDENSE?

 En los países nórdicos la mujer tiene mucho más poder que en el sur de Europa y su fortaleza no deriva de tener un partido feminista que canalice las demandas de la mujer (pues no existe), sino de la fortaleza de la sensibilidad feminista en todos los partidos progresistas, lo cual no ocurre en los países de sensibilidad liberal como son los Estados Unidos. En tal modelo liberal, cada grupo de liberación va por su cuenta y hay movimientos sociales de todo tipo, que compiten entre ellos para recibir la atención del Estado. Y como tal, el movimiento feminista es muy débil, como se muestra ahora con la abolición del derecho constitucional del aborto en aquel país. En los países nórdicos, sin embargo, que han estado gobernados durante largos periodos de tiempo por coaliciones progresistas y de izquierda, la sensibilidad feminista es fuerte en la mayoría de tales partidos, que al gobernar conjuntamente ofrecen espacios comunes para todos los movimientos de liberación. El punto clave es encontrar elementos comunes entre tales movimientos de liberación. Y es ahí la causa del enorme problema de los Estados Unidos: la falta de un espacio político de izquierdas en el panorama estatal estadounidense que haga suyo todas las demandas de los movimientos de liberación como parte de su proyecto de transformación profunda de la sociedad. Las mujeres de Estados Unidos tienen muy poco poder, pero los ancianos también tienen muy poco poder, los trabajadores también tienen muy poco poder, los negros y latinos tienen también muy poco poder, los ecologistas también tienen muy poco poder, y el sistema democrático liberal estadounidense es muy poco representativo y muy poco democrático. Y la causa de esta situación es la ausencia de partidos políticos de izquierda en EEUU que tengan representación parlamentaria para promover un modelo de sociedad distinta que elimine las distintas formas de explotación. En otras palabras, los movimientos de liberación tienen elementos en común que son esenciales para articularse entre ellos, empoderándose a través de la unidad de acción. Y la tragedia (que beneficia al establecimiento político y mediático del país) es que en EEUU cada movimiento de liberación va por su cuenta. Es el país de los movimientos sociales sin partidos de izquierda con representación parlamentaria que presenten alternativas a las propuestas conservadoras y liberales existentes en la vida política de aquel país.

Ello contrasta con la experiencia nórdica de Europa en donde las izquierdas desde su inicio siempre incorporaron la liberación de la mujer como una obligatoriedad en sus programas. Y un elemento clave para ello, ha sido la concientización de que la mayoría de las mujeres pertenecen a la clase trabajadora, que ha alcanzado tal dimensión en muchos países donde la mayoría de la clase trabajadora son mujeres. Y ello ha contribuyó a que se relacionara la liberación de la mujer con la liberación de la clase trabajadora, percepción enraizada en la tradición de izquierda escandinava. No es de extrañar pues, que sean los países nórdicos de Europa de tradición progresista como Suecia, los que tienen menores desigualdades por clase social y también por género. Por lo contrario, la sensibilidad de clase social está muy poco desarrollada en el movimiento feminista estadounidense, precisamente lo opuesto de lo que históricamente ha ocurrido en Suecia, un país que creo conocer bien porque he vivido y  tengo familia allí y he podido ver cómo funciona el Cuarto Pilar del Bienestar en aquel país.

LA ACEPTACIÓN DEL CUARTO PILAR DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN ESPAÑA

El Cuarto Pilar del Estado de Bienestar se introdujo tímidamente en España por el gobierno de Zapatero con la introducción de los servicios domiciliarios de dependencia que ya desde su origen estuvieron muy poco financiados, manteniendo la mayoría de los servicios de dependencia institucional en el sector privado, gestionadas incluso por empresas comerciales que antepusieron sus objetivos de acumulación de beneficios económicos privados sobre las necesidades colectivas.

Las medidas aplicadas por el Gobierno Español actual significan un cambio cualitativo de gran calado y significado. Gran número de protestas encajan dentro del modelo del Cuarto Pilar del Bienestar de manera tal que puede decirse que el modelo de este pilar ya existe en la cultura política del País. Las recientes declaraciones de la Vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Diaz  y del Secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, así lo atestiguan (ver tweet de Nacho Álvarez: https://twitter.com/nachoalvarez_/status/1530193707965853696). Existe hoy en España una exigencia popular para que se establezca este Cuarto Pilar del Estado de Bienestar. Un Manifiesto firmado por más de mil representantes de movimientos sociales, asociaciones feministas, sindicalistas de distintos sectores de la economía, desde industriales a servicios, asociaciones de ancianos, asociaciones en defensa de las familias, ecologistas, entre muchas otros y pertenecientes a distintas sensibilidades políticas, son un indicador de ello, (aunque el predecible silencio mediático dificultó su difusión). Tal manifiesto fue precedido por una presentación a las Cortes Españolas por un grupo de expertos especializados en política sociales y económicas, basados en un centro reconocido de gran prestigio académico, JHU-UPF Public Policy Center. Y muchas otras iniciativas han también facilitado el reconocimiento de tal necesidad y es muy positivo que el Gobierno responda a esta presión popular. Otra de las medidas más recientes que encajan con el modelo del Cuarto Pilar del Bienestar, es la reforma muy necesaria y urgente a las residencias de ancianos y personas dependientes introducida en una conferencia de prensa  por la Ministra de Derechos Sociales Ione Belarra, así como los cambios que ha venido realizando uno de los ayuntamientos más progresistas de Europa, el de Barcelona, liderado por Ada Colau, además de muchas otras actividades, muchas de ellas ignoradas por la mayoría de los medios de comunicación que continúan reproduciendo una cultura de escasísima sensibilidad social y muy favorable al dominio neoliberal de los establecimientos económicos y financieros de España.

No hay duda de que hay una enorme resistencia al desarrollo del Cuarto Pilar del Bienestar por parte de grupos económicos que se benefician de la situación actual deficitaria de tales servicios públicos, así como una hostilidad debida al cambio cultural que implica una nueva concepción de lo que es la familia, crítica de la tradicional familia patriarcal promovida por las fuerzas conservadoras del país, que tienen gran poder sobre el Estado Español. Y también hay que reconocer que hay cierta resistencia, incluso dentro el Gobierno, de enfrentarse con los poderos fácticos de siempre y del rol de la mujer en la sociedad. De ahí que aplauda estos cambios citados  introducidos por partidos progresistas. Pero también aconsejo su profundización dando mayor protagonismo a la responsabilidad pública, pues ya tenemos evidencia que la privatización de tales servicios con fines comerciales ha sido un error, no solo en España si no también en los países nórdicos, incluyendo Suecia. En este país, el Gobierno liberal conservador que antecedió al Gobierno de coalición progresista actual, privatizó las residencias de ancianos, incluyendo criterios de gestión que favorecieron intereses comerciales sobre los colectivos deteriorando su calidad. Por otra parte, favoreció la inmigración creando tensiones dentro la clase trabajadora que ha dado pie al crecimiento de un partido ultraderechista que ha alcanzado unas dimensiones alarmantes en el Parlamento Sueco. Sectores de la clase trabajadora se sintieron amenazados por el crecimiento de tal inmigración, pues el mundo empresarial aprovecho esta disponibilidad de inmigrantes para disminuir los salarios y empeorar las condiciones de trabajo. De esta manera la composición laboral del personal en los servicios de dependencia cambio también notablemente. De ahí la importancia de utilizar la experiencia de otros países, tanto las positivas como las negativas para mejorar el nuestro.

La importancia del Cuarto Pilar del Estadio de Bienestar es posicionar a la familia dentro de los temas centrales de la España social, cuestionando el control que han hecho las derechas y ultraderechas del concepto de familia, presentándose como los grandes defensores de ella, lo cual ha contribuido a su atractivo en grandes sectores, incluida la clase trabajadora. Hay que señalar claramente que las políticas promovidas por ellos han perjudicado a las familias, a las mujeres, a los infantes y jóvenes, a los ancianos y a los trabajadores, siendo las fuerzas progresistas enraizadas históricamente en el movimiento obrero las que han sido más pro-familia. Tal énfasis también es necesario dentro de las izquierdas donde frecuentemente la familia no entra en el diseño de sus propuestas. Por ejemplo, la bienvenida propuesta de reducción del tiempo de trabajo por semana no ha considerado que un punto clave de tal propuesta debería ser el impacto en la familia, pues no es lo mismo disminuir el tiempo de trabajo convirtiendo el fin de semana en tres días en lugar de dos, que disminuir el número de horas por día que se trabaje, para dar más tiempo a que las trabajadoras y los trabajadores pasen más tiempo con sus familias. Los datos muestran que las trabajadoras con infantes y adolescentes prefieren más lo segundo que no lo primero. Otra intervención es en la repartición de las responsabilidades familiares. Según el European Institute for Gender Equality, la diferencia entre el tiempo que dedica la mujer Sueca en las tareas del hogar y el hombre es de 3.6 horas mientras que en España es más que el doble, 8.6 horas. Igualdad en las tareas domésticas quiere decir  que desde la infancia se rompa con el estereotipo de cuáles son las funciones femeninas y cuales las masculinas dentro del seno familiar. Ya en las escuelas de infancia se tienen que cambiar los estereotipos y el Gobierno Español ha hecho muy poco en esa dirección.

La liberación de la mujer no quiere decir que no tenga que atender funciones domésticas, sino que el hombre tiene que participar en la misma medida que lo hace hoy la mujer. Es frustrante ver la poquísima atención que los grandes medios prestan a estos temas. La ignorancia de ello es un desastre para la familia y para todos los demás. Los cambios de alimentación que están sufriendo las familias está también condicionada por la escasez de comida fresca y excesiva dependencia de la comida enlatada, una de las mayores causas de que la alimentación de las generaciones actuales sea más deficiente que la de las generaciones anteriores. De nuevo hay que subrayar que los distintos tipos de opresión social están relacionados entre sí y que la liberación de la mujer es elemento clave para el bienestar general. Es también muy importante que el movimiento feminista encuentre y desarrolle puntos de conexión con otras causas y movimientos de liberación, y muy en particular con los que tienen más elementos en común. El hecho de que hoy la mayoría de las mujeres pertenecen a la clase trabajadora y que la mayoría de la clase trabajadora este compuesta por mujeres, establece unas áreas de complicidad que permitan una unidad de acción, donde el modelo solidario es mucho más eficaz que el modelo liberal.

 

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El anti-abortismo, los crecientes asesinatos escolares y el deterioro democrático está implícito en el trumpismo y en sus versiones internacionales https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/05/31/el-anti-abortismo-los-crecientes-asesinatos-escolares-y-el-deterioro-democratico-es-implicito-en-el-trumpismo-y-en-sus-versiones-internacionales/ Tue, 31 May 2022 07:02:27 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6302 El anti-abortismo, los crecientes asesinatos escolares y el deterioro democrático está implícito en el trumpismo y en sus versiones internacionales
Personas visitan hoy las cruces instaladas en memoria de las 21 víctimas asesinadas el martes en la masacre de la escuela primaria Robb, en la plaza central de Uvalde, Texas (EE.UU).- EFE

Uno de los hechos políticos más importantes que han estado ocurriendo a nivel mundial es el desarrollo y expansión de movimientos de ultraderecha que incluyen partidos políticos de tal sensibilidad extrema (con características semejantes, aunque no idénticas al nazismo y fascismo de la primera mitad del siglo XX), que se están constituyendo como una asociación internacional de partidos y movimientos del cual el trumpismo en EEUU, es un punto de referencia para muchos de ellos.

La ideología de tales movimientos y partidos, incluyendo el trumpismo, es un nacionalismo extremo con características racistas en defensa del suprematismo de la cultura blanca cristiana, profundamente clasista, racista y machista. Como tal, es muy hostil a los movimientos obreros, a los movimientos en defensa de los derechos civiles, a los movimientos feministas y a los movimientos ecológicos, así como a cualquier movimiento que ponga en peligro o cuestione las estructuras de poder tradicional, y culturas dominantes y sus valores conservadores (como las campañas de salud pública anti COVID-19) que se sienten amenazadas por aquellos movimientos alternativos. Profundamente antidemocráticos y con clara vocación dictatorial, aspira a controlar todos los aparatos del Estado (el ejecutivo, el legislativo y el judicial) para imponer un estado autoritario que elimine los frenos al máximo desarrollo del capital nacional, asumiendo que lo mejor para este último es lo mejor para el resto de la sociedad.

LA PREDECIBLE EXPANSIÓN DEL TRUMPISMO

Estados Unidos está en una etapa bastante avanzada de la aplicación de tal ideología. Controla ya la Corte Suprema y muy probablemente controlará a partir del próximo noviembre el Senado y la Cámara de Representantes del Congreso, y también probablemente la Presidencia en 2024. Y por si fuera poco, gobiernan ya 29 Estados, más de la mitad de los 50 Estados, donde gobierna el Partido Republicano, donde el trumpismo es la ideología mayoritaria. Que ello haya ocurrido podía ya preverse (como algunos así lo hicimos) desde hace años, incluso antes de que el candidato Trump ganará las primarias a la presidencia del Partido Republicano primero y de Estados Unidos después, en 2016.

Las causas de esta expansión fueron las políticas neoliberales que los gobiernos estadounidenses, tanto Republicanos como Demócratas, aplicaron durante los últimos treinta años, incluyendo la globalización económica y comercial que crearon una enorme crisis social, acentuada todavía más por la pandemia. El trumpismo supo utilizar ese enfado de las clases populares subalternas (y muy en especial de sectores amplios de la clase obrera y de la clase media de ingresos bajos e inestables) que pasaron a ser un sector importante de su base electoral. Ello ha significado un cambio sustancial de la población votante de los partidos políticos. En Estados Unidos la clase trabajadora mayoritariamente se abstiene debido a una falta de legitimidad del sistema electoral y político entre las clases populares. Entre la minoría votante en la clase obrera, la mayoría lo hacía por el Partido Demócrata, pero esto ha estado cambiando. Vota ahora por el Partido Republicano, controlado por el trumpismo, mientras la clase media con educación superior vota ahora por el Partido Demócrata.

¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO EN ESTADOS UNIDOS? EL RÁPIDO CRECIMIENTO DE LA INFLUENCIA DE LAS ULTRADERECHAS EN LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS Y SUS CONSEQUENCIAS

Hoy hay un ataque frontal por parte del trumpismo a los valores progresistas. Solo en un par de semanas han ocurrido varios hechos que documentan esta realidad. Varios Estados Republicanos están intentando eliminar la diversidad ideológica de los centros públicos de educación, desde escuelas a universidades, eliminando los contratos fijos entre los docentes, para facilitar la purga de maestros progresistas. También están ocurriendo intentos, en Estados Republicanos, de eliminar los libros de autores de movimientos sociales alternativos en bibliotecas públicas. Y desde hace ya años, el partido Republicano ha intentado exitosamente dificultar la participación electoral, sobre todo de la población negra y de la latina, temerosos de que la expansión de tales comunidades, incrementada en parte por la inmigración, pueda sustituir a la población blanca, convirtiéndola en una minoría dentro de su país. Otra medida es la propuesta de eliminar el aborto como Derecho Constitucional hecha por un miembro de la Corte Suprema con muchas posibilidades de que se acepte por la mayoría que es trumpista.

EL MOVIMIENTO CONTRARIO AL ABORTO EN SU SUPUESTA DEFENSA DE LA VIDA

Hay que entender que el Estado Federal de EEUU es uno de los Estados menos democráticos del llamado mundo democrático. El "modelo liberal demócrata", cuya máxima expresión es el Estado Federal Estadounidense, es muy poco representativo. Ejemplos de ello son miles y ocurren en bases diarias. El Senado, por ejemplo, acaba de rechazar la aprobación de una ley que hubiera protegido la constitucionalidad del aborto que la Corte Suprema quiere eliminar, a pesar de que la mayoría de la población estadounidense (más de un 66 % de la misma), incluyendo la ciudadanía de religión cristiana y católica favorecen mantener el aborto como derecho garantizado por la Constitución (este porcentaje es incluso mayor, 82%, cuando la salud de la madre lo requiera, posibilidad prohibida en la propuesta sometida a la Corte Suprema, que esta probablemente aceptará). La jerarquía católica favorece la abolición, pero no sus fieles: hay más creyentes que la apoyan que aquellos que la quieren eliminar. El obispo del distrito donde vive la Presidenta del Congreso de Estados Unidos, de religión católica, la Señora Nancy Pelosi, le ha prohibido a esta comulgar debido a su apoyo al aborto, tal como la Iglesia católica estadounidense también en su día, prohibió comulgar al presidente Biden, también católico, debido también a su apoyo al aborto.

Ahora bien, a pesar del elevado apoyo popular para mantener el aborto, el Senado no paso la ley que hubiera permitido salvar el derecho al aborto. Y ello se debe a que el Senado es profundamente anti representativo y no representa a la mayoría de la población, pues los Estados conservadores más rurales y más pequeños tienen mucho más poder que los Estados grandes e industriales. Cada Estado tiene dos senadores, independientemente del tamaño del Estado. California, que tiene 40 millones de personas, tiene la misma voz -dos senadores- que Wyoming, que solo tienen medio millón de habitantes. Ello explica que la mayoría en el Senado represente solo a una minoría del país. Se calcula que, en el año 2040, el 30 % de la población (la de los pequeños Estados) tendrán más votos que el resto de los Estados mucho más grandes (70% de la población).

Esta clarificación es esencial que se haga, pues es importante que se sepa que el trumpismo está dominando un número creciente de instituciones del Estado Federal a pesar de no ser mayoritario en el país. Es importante subrayar que el trumpismo siempre ha sido una minoría y continúa siéndolo. Son una minoría, pero muy militante y movilizadora. Insisto que es muy probable que controlarán al Congreso a partir de noviembre de 2022 y la rama ejecutiva del Estado desde 2024. Y más de la mitad de los parlamentarios de los Estados son ya Republicanos. Esta realidad es enormemente importante y a pesar de la enorme gravedad de esta noticia apenas aparece en los mayores medios de información.

¿ES EEUU UN PAÍS DEMOCRÁTICO?

 La pregunta de si Estados Unidos es un país democrático no es una pregunta frívola. La democracia estadounidense es sumamente limitada (ver Vicente Navarro "What is happening in the US. How Social Class influences political life in the US" Monthly Review,  June 1st, 2021) debido a la falta de representatividad y proporcionalidad del sistema electoral a lo cual hay que añadir la financiación privada del proceso electoral. Las empresas compran políticos y un ejemplo de ello es el Senador por el Partido Demócrata, Joe Manchin, Presidente de la Comisión de Energía del Senado, que está comprado por la industria del carbón y que vota sistemáticamente con el Partido Republicano, lo cual explica que, aun cuando el Partido Demócrata tiene mayoría numérica en el Senado (51 votos, contando con la Vicepresidenta) pierde frecuentemente por los votos de Demócratas financiados por lobbies, como Manchin. En realidad la situación ha ido deteriorando enormemente, de tal manera que el expresidente de EEUU, el Sr. Jimmy Carter ha declarado que EEUU "...se ha convertido en una oligarquía sin límites en su compra y venta de políticos, acentuada incluso más a partir de la decisión de la Corte Suprema del 2014, que elimino todos los límites a las contribuciones a  campañas políticas pervirtiendo nuestro sistema político"( Jimmy Carter "US is an Oligary with Unlimited Political Bribery", Rolling Stone). Esta observación es muy importante pues contribuye a explicar la enorme distancia entre lo que la gente desea y lo que el gobierno hace, determinado esto último no por la voluntad popular sino por los lobbies que han comprado a políticos. Ello explica, por ejemplo, el que la mayoría miembros de las Comisiones Parlamentarias (Senadores o Representantes de la Cámara), encargadas de legislar sobre áreas concretas, sean políticos financiados por lobbies de grupos afectados por sus decisiones.

LAS CONSECUENCIAS DE LAS ENORMES LIMITACIONES DE LA DEMOCRACIA. LOS CONTINUOS ASESINATOS EN LAS ESCUELAS.

 Hace unos días se vio de nuevo las consecuencias de esta limitadísima democracia. En pocas semanas se han reportado cuatro masacres en diferentes lugares del país, de las cuales la última en una escuela en Texas, cobró la vida entre otros, de 19 menores. La sociedad estadounidense es muy violenta y la frecuencia de dichas masacres, es consecuencia del fácil acceso a las armas por parte de la población. Un adolescente pudo comprar sin ningún control una ametralladora y sin más fue a una escuela y mato a 19 estudiantes y dos maestros. La semana anterior, otro adolescente asesino a muchos ciudadanos negros en un acto racista. Y hace tres semanas algo parecido paso en otra escuela. Y así constantemente. Ha habido 213 casos de intento de asesinatos colectivos en las primaras veintiuna semanas de este año. La población está cansada y horrorizada de tanta violencia y desea el control del fácil acceso a las armas y su regulación, exigiendo una intervención pública, que no ocurre debido a la enorme influencia de los lobbies, como el National Rifle Association, que se gasta más de 50 millones de dólares en comprar e influenciar políticos, incluyendo el que fuera candidato en las primarias primero y Presidente del país después, Donald Trump. Su congreso anual se hizo a los pocos días del asesinato de los 19 estudiantes en una escuela próxima a done ahora se realizó tal congreso, inaugurado por Trump, quien en su discurso se opuso a que se controlara el acceso a cualquier tipo de arma, proponiendo en su lugar, como también lo propone la National Rifle Association, que el problema se resuelva a base de expandir la distribución de más armas para que la gente se proteja, armando por ejemplo, a los maestros, medida opuesta por los sindicatos del sector y por la población. En realidad, la gran mayoría de la población estadounidense está a favor de las medidas de control de las armas, dificultando y regulando su acceso y prohibiendo todo tipo de armas de carácter militar y policial. Por porcentajes elevados (que van del 65 al 80%) la población apoya propuestas de eliminar armas de asalto, y las de uso militar o policial, apoyando también la regulación de la venta de armas. No es cierto lo que se ha indicado en algunos medios televisivos españoles, como sucedió en la discusión del sábado último, en La Sexta, donde Maruenda y compañía (que definió la democracia en EEUU como ejemplar), indicara que la población estadunidense está dividida en dos partes iguales a favor y en contra del control de las armas.

No es el deseo de la población en general sino la enorme influencia de la industria armamentistas la que determina las decisiones de los gobiernos responsables de una enorme pasividad frente a una situación que debería ser intolerable. La empresa que produjo la ametralladora utilizada en el último asalto escolar por el asesino, un joven de 18 años, la Daniel Defenese Firearm Company, ha liderado la promoción de las armas que produce a una población primordialmente joven (en lugar de a los adultos de edad madura que era la clientela tradicional). Distribuye videojuegos en que las armas utilizadas en los combates de los juegos son las armas que la compañía produce y vende. El joven asesino era un asiduo adepto a estos videojuegos. Por lo visto el consumo de tales armar ha crecido muy notablemente entre los jóvenes aumentándose con ello el número de muertes por armas de fuego entre la juventud, siendo hoy la causa mayor de muerte entre los jóvenes del país seguida de los accidentes de coche.

Es un enorme error pues, considerar las acciones del Gobierno Federal como fruto de un deseo popular, un error que cometen constantemente autores y políticos de derechas españoles que consideran que las críticas que hacen sectores de la izquierda a las políticas del gobierno de EEUU son, según ellos, consecuencia de un anti-americanismo que caracteriza a tales izquierdas. Según tal frivolidad, el pueblo estadounidense es también anti-americano, pues también está en desacuerdo con muchísimas decisiones de su gobierno. Ello explica la enorme abstención de la población en las elecciones de aquel país, la más alta de todos los países democráticos.

LA HIPOCRESÍA DEL TRUMPISMO

Una de las razones que las ultraderechas justifican su hostilidad al aborto es su supuesta defensa de la vida, y muy en especial la de los infantes y bebés. Según esta postura hay que salvar tantos nacimientos cómo se pueda. Para olvidarse de ellos después. El Senado (la mayoría de los Senadores Republicanos más algunos Demócratas) acaba de votar en contra de una propuesta del presidente Biden de financiar con 22,000 millones de dólares la compra (por parte de la Agencia Federal del Alimento) de papillas que puedan resolver el problema que se presenta hoy donde los bebés recién nacidos no tienen qué comer en Estados Unidos debido a la escasez y carestía de tales productos, esto como resultado de la gran monopolización de la producción de las papillas para infantes. Solo cuatro empresas para millones de bebés reflejan la situación monopolística que conduce a unos precios prohibitivos. Es más, como consecuencia de su influencia durante la presidencia de Trump, este gobierno aumentó el coste de los productos importados con una tarifa especial, evitando la entrada inmediata de productos del extranjero. El mismo Senado que votó en contra del aborto para salvar la vida de los bebes, votó a favor de medidas que dificultaron que los mismos bebes puedan sobrevivir. La crueldad del trumpismo no tiene límites.

ÚLTIMAS OBSERVACIONES SOBRE LA RELEVANCIA DE LO QUE HE ESCRITO PARA ESPAÑA Y PARA EUROPA

En general la cobertura de la realidad estadounidense por parte de los mayores medios de información españoles es limitada cuando no insuficiente. Por lo general, los corresponsales de tales medios traducen el castellano lo que dicen los mayores medios de comunicación en aquel país reproduciendo la sabiduría convencional sobre aquella realidad promovido por sus establishments políticos y mediáticos. Y llegaron a la conclusión de que con la victoria de Biden, Trump había ya desaparecido del mapa político, percepción profundamente errónea. La realidad es la opuesta.

Y no hay plena conciencia en los establecimientos políticos y mediáticos españoles de que Estados Unidos cambiará sustancialmente, con el dominio casi absoluto del Estado por parte del trumpismo, erosionando todavía más sus instituciones democráticas, ya hoy muy limitadas, con un impacto muy negativo tanto en su política interior como en su política exterior. Será un mundo en el que las ultraderechas, lideradas por el trumpismo en sus diversas versiones, pueden llegar a dominar la vida política a los dos lados del Atlántico Norte, configurando una nueva etapa devastadora, eliminando los derechos sociales, económicos y políticos que se habían conquistado, profundizando todavía más las enormes crisis sociales que las clases populares están sufriendo.

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estados unidos
La pandemia continuará porque las coordenadas del poder mundial así lo determinan https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/05/22/la-pandemia-continuara-porque-las-coordenadas-del-poder-mundial-asi-lo-determinan/ Sun, 22 May 2022 20:02:10 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6284 Continuar leyendo "La pandemia continuará porque las coordenadas del poder mundial así lo determinan"]]> Varias personas con mascarilla a 24 de diciembre de 2021, en Madrid. — Marta Fernández / EUROPA PRESS
Varias personas con mascarilla paseando por las calles de Madrid en diciembre de 2021. — Marta Fernández / EUROPA PRESS

El fenómeno más importante que ha ocurrido en el siglo en el que vivimos, el siglo XXI, ha sido la pandemia causada por el virus COVID-19, responsable del mayor número de víctimas mortales - 15 millones, mucho más que cualquier otro evento desde los principios del Siglo XX. Solo la II Guerra Mundial produjo más muertes, 48 millones de civiles no combatientes. La I Guerra Mundial causó 6.8 millones de muertes entre la población civil; 2.9 millones en la Guerra de Corea, 2.1 millones en la Guerra de Vietnam; casi medio millón la de Irak; y 71 mil en Afganistán, (Barry Levy- From Horror to Hope: Recognizing and Preventing the Health Impact of War, Oxford University Press, 2022). Todavía  no hay cifras claras sobre la tasa de víctimas mortales entre la población civil en la invasión rusa a Ucrania,  pero ya hay información que parece indicar que el porcentaje de muertes civiles, aunque muy alto, parece ser menor que el que sucedió en el 2003 tras la invasión a Irak. Es parte de manipulaciones mediáticas el dar a entender que la elevada mortalidad de la población civil en Ucrania se deba a una causa correctamente definida como criminal mientras que no se utilice el mismo término -criminal-, para definir lo ocurrido en Irak; un evidente trato diferencial, dado a que la matanza en Ucrania esté siendo primordialmente responsabilidad del gobierno y ejército Ruso, mientras que la ocurrida en Irak, haya sido por parte del gobierno y ejército Estadounidense.

Sea como fuere, el hecho es que la pandemia está matando a muchísima más gente que cualquier guerra acontecida en los últimos tiempos. Y es más que probable que el número de muertos esté siendo incluso mayor del publicado, debido a los enormes déficits, sesgos y manipulaciones de los sistemas estadísticos de indicadores vitales -como son los de mortalidad- a nivel mundial. Por otra parte, la mortalidad causada por la pandemia incluye no solo las muertes debidas al virus, sino también a muertes resultado, por ejemplo, de escases de recursos sanitarios, al estar estos saturados por enfermos por COVID-19. Según el último informe de la OMS sobre la mortalidad causada por la pandemia, se incluye a España entre los países en que esta mortalidad indirecta ha sido más alta, lo cual evidencia una pobreza de recursos sanitarios. Hay que recordar que el gasto público sanitario en España es de los más bajos de la Europa Occidental, dato que apenas ha tenido atención mediática en este país. La característica de la Sanidad Española ha sido la polarización por clase social del sistema sanitario con la sanidad privada atendiendo al 30% de la población de renta superior (incluyendo a la mayoría de los funcionarios públicos del Estado que tiene derecho de acceso a la privada) y la sanidad pública para la mayoría de la población.

Tales indicadores de mortalidad, (tanto en su conjunto como en su distribución dentro de un país por grupo de edad, por clase social, por género, por raza, y por región) son muy importantes para conocer no solo la muerte sino también la vida de un país y su nivel de bienestar.

Las causas de esta elevada mortalidad son múltiples pero las más determinantes han sido la elevada transmisión y diseminación del virus y la baja inmunidad de las poblaciones expuestas, bien sea por causas naturales o bien sea por falta de vacunación (el porcentaje de la población vacunada a nivel mundial es muy bajo, menos de un 20%, cifra que es incluso de dudosa credibilidad debido a la escasa información existente en grandes partes del mundo). Otra causa de la elevada mortalidad es el escaso desarrollo de las medidas preventivas que puedan evitar el contagio y contaminación de las poblaciones. La mortalidad es, en el peor de los casos, el punto final de la enfermedad. Y esta tiene un impacto devastador a nivel biológico, psicológico, social y económico. Y este último, el económico, es el que ha adquirido mayor visibilidad política mediática pues afecta a la economía de los países habiendo creado la mayor crisis económica y social desde la anterior pandemia mundial a principios del siglo XX.

EL FRACASO DE LA GUERRA MUNDIAL CONTRA EL VIRUS

Todos los gobiernos en el mundo y las organizaciones internacionales se movilizaron en una campaña global para presentarle la pandemia a la opinión pública en términos belicistas, como una Guerra Mundial contra el virus. Guerra que no se ha ganado y que continúa y continuará a no ser que se tomen las medidas necesarias para controlarlo. Y dudo que se tomen, puesto que éstas entran en conflicto con la enorme concentración del poder económico, político, y mediático existente hoy en el mundo, que reproduce una cultura que prioriza el proceso de acumulación y concentración de la riqueza económica, así como la expansión del dominio político por parte de Estados y organismos económicos y financieros que favorecen tal proceso. Es esta cultura de los establishments, económicos, financieros, políticos y mediáticos, la que está hoy promoviendo y expandiendo la percepción errónea de que la pandemia esta ya controlada, habiéndose convertido ya en algo como la gripe. Esta falsedad es el dogma actual que se está imponiendo con un coste de vidas enorme.

Esta cultura, por cierto, es también la causante de la enorme crisis climática y de las grandes áreas de conflictos militares de las cuales la de mayor visibilidad política y mediática es en este momento Ucrania. Esta cultura es promovida por los grandes bloques de poder, tanto del Este como del Oeste, protagonistas de la vida económica y comercial del mundo, que basan su prominencia en ser los más exitosos dentro de un sistema vigente que promueve la competitividad  y la insolidaridad, creando un orden (o mejor: desorden) en el que la optimización de sus beneficios empresariales se toma como prioridad sobre el bien común de la gran mayoría de la población. En esta cultura, la crisis climática ha casi desaparecido de la atención mediática y los productores de energía no renovables contaminantes están, una vez más, liderando la política energética del mundo. Y la pandemia, también ha desaparecido del mapa. Y la militarización de los países, está alcanzando un nivel que amenaza con llevarnos a una guerra nuclear mundial.

Un ejemplo, entre muchos otros de este cambio de prioridades, en el mundo político mediático es lo ocurrido hace unos días en Estados Unidos, en donde el gobierno Biden, había propuesto un gasto de 22.5 billones de dólares (en terminología española 22.5 mil millones de dólares), para añadir a lo que ya ha gastado su gobierno en el control del COVID-19, a fin de expandir las medidas internacionales de control de la pandemia, en preparación de una reunión de Jefes de Estado para tratar este tema. El Congreso de EEUU, sin embargo, no aprobó estos fondos, prefiriendo gastar este dinero en ayuda militar a Ucrania (World Leaders Press United States to Fight Virus, The New York Times, Mayo 10, 2022). Este mismo Congreso había también estado en contra de la modificación del Tratado de Comercio Internacional para eliminar las patentes de las vacunas anti-COVID, Pfizer y Moderna, que hubiera permitido la fabricación de tales vacunas eficaces al nivel mundial. La industria farmacéutica es una de las industrias más poderosas y rentables del mundo. Y son las que han estado determinando la distribución y consumo de tales vacunas a nivel global. Este poder implica que miles de muertes ocurrirán por falta de vacunas, un número mayor que el número de muertos que están causando las guerras hoy en el mundo.

LOS DATOS MUESTRAN QUE NO SE HA CONTROLADO LA PANDEMIA

Sí miramos la curva de mortalidad por COVID en los países a los dos lados del Atlántico Norte (países de semejante nivel de desarrollo económico y estructura demográfica), veremos que unas de las tasas de contagiosidad, hospitalización y mortalidad (medida por el número de muertes por cada 100,000 habitantes) más altas desde el principio de la pandemia, fue para la mayoría de los países de tal parte del mundo, hace tres meses (diciembre 2021 enero 2022). Estas altas tasas de contagiosidad, hospitalización y mortalidad se debieron a la variante Ómicron, mucho más contagiosa que la anterior variante Delta. Es cierto que la primera era menos virulenta que la segunda. Pero ello no quiere decir que no fuera letal. Al ser mucho más contagiosa el número de gente enferma era mucho mayor y de ahí que, aun teniendo una tasa de mortalidad algo menor, el número de enfermos fuera muy elevado y el número de muertes también. Y lo que era destacable era que la mortalidad se centró mucho más en los grupos vulnerables, ancianos por encima de setenta años y personas con inmunidad limitada (debido a las condiciones y enfermedades crónicas que no en adultos, jóvenes e infantes, aunque la mortalidad en estos grupos etarios ha también crecido. Y estamos ahora viendo una nueva ola como resultado de que la variante Ómicron está produciendo virus cada vez más contagiosos.

El lector debiera preguntarse cómo es posible que solo unos meses después de una situación tan preocupante, se están promoviendo políticas de relajación de las medidas de prevención hasta prácticamente eliminarlas, actuando como si hubiéramos vuelto a la normalidad, bajo el supuesto de que la enfermedad COVID-19 ha evolucionado y ahora actúa como si fuera una gripe, asumiendo también que la mayoría de la población está ya inmunizada frente al virus debido  bien a la vacunación, bien a haber estado enferma de COVID y adquirido tal inmunidad. Ambos supuestos, sin embargo, son erróneos. Es cierto que hubo una mejora, pero que se está revirtiendo ahora, como algunos ya predijimos. En realidad, la inmunidad tanto natural como resultado de haber estado contagiado o resultado de estar vacunado es relativamente corta y de allí la importancia de, entre otras intervenciones, producir vacunas que sean más protectoras y por más tiempo, lo cual sería posible si hubiera habido mayor intervencionismo público no solo en la financiación, sino en la producción de las vacunas. Dejar estas dimensiones al mercado y al sector privado es suicida, pues el objetivo de tal sector es el de optimizar sus ingresos por encima de todo lo demás. No estoy haciendo una valoración moral sino una estimación de lo que es obvio y necesario puesto que no hay ninguna duda de que sumando y compartiendo el conocimiento científico existente, promoviendo el bien común en lugar de la comercialización y el mercadeo de los bienes y servicios esenciales, habríamos podido ir más rápido y más lejos de lo que se ha conseguido.

¿QUÉ DEBERÍA HABERSE HECHO EN LA SUPUESTA GUERRA CONTRA EL VIRUS?

Cualquier movilización bélica requiere que para alcanzar el objetivo deseado exista la voluntad de un sacrificio colectivo a fin de conseguir un bien común y que requiere anteponer tal objetivo a intereses partidistas y locales que dificultan tan movilización. Y si el conflicto es a nivel mundial, es necesario que haya una cooperación con una acción conjunta consensuada. Pues bien, esto no ha. ocurrido. La falta de solidaridad entre países y dentro de cada país ha sido una característica de la respuesta a la pandemia en gran parte de los países del mal llamado mundo occidental. El anteponer los intereses empresariales de ciertas industrias, como las productoras de las vacunas por encima de todo lo demás, ha sido una práctica común. Imagínese en una guerra  en la que la industria  del armamento fuera la que definiera la estrategia a seguir en el conflicto.

Hoy, un problema gravísimo a nivel mundial es la probable explosión de mortalidad que ocurrirá en China debido a al Ómicron, que podría reducirse con la masiva producción de vacunas de alta eficacia tales como las de Pfizer y Moderna en aquel país, lo cual evitaría la producción de nuevas variantes insensibles a las inmunidades existentes que puedan crear otro problema mundial. No hay duda de que, como dije antes, si la comunidad científica internacional trabajara conjuntamente y con plena solidaridad compartiendo el máximo de información, en lugar de competir en términos comerciales como ahora, estaríamos ahora mucho más protegidos con vacunas más duraderas en su creación de inmunidad y más fácil distribución. Como ocurre siempre el problema no es falta de recursos sino el control de estos recursos y el fin que se dé su uso. Lo que existe hoy es un desorden internacional que está causando un enorme dolor y un costo humano y todo ello para el beneficio de grupos económicos que influencian los poderes políticos y las agencias internacionales, directa o indirectamente a través de filantropías basadas en los países ricos, como ocurre con la Fundación Gates, que continúan promocionando la mercantilización de los productos incluyendo las vacunas, habiéndose opuesto a la eliminación a las patentes y favoreciendo en su lugar la asistencia a las industrias privadas (las productoras de vacunas), que es precisamente la raíz del problema. El economista más conocedor de la industria farmacéutica, Dean Baker (Director del Center for Economic and Policy Research en Washington D.C.), ha indicado que la mayoría de la investigación básica de la industria farmacéutica está financiada con fondo públicos, siendo solo la investigación aplicada, la realizada por tal industria. De ahí que reconociendo que esta última fue también financiada por recursos público, Dean Baker propone que el sector público no solo financie, sino que produzca tales productos farmacéuticos, ahorrándose una gran cantidad de dinero, produciéndose además productos más afines a las necesidades de la población en lugar de solo beneficiar a las empresas privadas.

LA PANDEMIA FORZÓ UN CAMBIO DE ORIENTACIÓN ECONÓMICA QUE AHORA SE QUIERE REVERTIR. Y DE AHÍ PARTE LA IDEA DE QUE LA PANDEMIA ES UNA GRIPE

La parte positiva de la llamada guerra contra el virus fue la presión popular para que se cambiaran las políticas económicas neoliberales, caracterizadas por su promoción de la austeridad de gasto público, y muy especialmente, del social, y que había causado la enorme crisis social que se acentuó todavía más con la pandemia. Tal presión explica el intervencionismo de los Estados con expansión de los sectores y responsabilidades públicas, sobre todo en las esferas sociales. Este intervencionismo fue mucho menor en las áreas económicas, donde la pasividad adoptada por la mayoría de los Estados frente a las enormes necesidades creadas por la pandemia ha sido una constante. Existe una enorme necesidad, por ejemplo, de introducir sistemas de control de las ventilaciones y filtraciones que eliminan las bacterias y los virus, sector muy olvidado a pesar de su gran necesidad. Tales sistemas debían de haber sido instalados masivamente en los lugares de trabajo, consumo, transporte y ocio, puesto que la evidencia científica es contundente de su eficacia en la prevención de los contagios virales y bacterianos. Muy poco se ha hecho en estas áreas.

La mayoría de la población se ha quejado con razón de que los sacrificios que la ciudadanía ha hecho han sido muy desiguales. Y para una minoría, la pandemia le ha ido muy bien. El enorme crecimiento de las desigualdades de capital y renta muestra esta realidad. La población, y muy en particular, las clases populares han estado pidiendo mayor intervencionismo público, que se está desoyendo por parte de las autoridades públicas, próximas a los intereses económicos de lobbies que están exigiendo "la normalización" que permita continuar las cosas como estaban antes de la pandemia. Un ejemplo de ello es que la mayoría de la ciudadanía de casi todos los países está a favor de la obligatoriedad de las vacunas, así como de las inversiones públicas en purificar los aires, como he indicado anteriormente, o utilizar las mascarillas en lugares cerrados incluyendo el transporte aéreo, entre otras muchas medidas ignoradas por gran parte de gobiernos. Pero la distancia entre lo que la mayoría de las poblaciones desean y lo que los gobiernos y agencias internacionales deciden o permiten es cada vez mas grande lo que explica que hoy estamos viendo no solo una de las mayores crisis sociales y económicas  conocidas sino también una enorme crisis política a nivel mundial.

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Los determinantes políticos de la felicidad https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/05/04/los-determinantes-politicos-de-la-felicidad/ Wed, 04 May 2022 04:34:53 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6272 .- PIXABAY
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Las Naciones Unidas acaban de publicar un informe que cada año produce su Grupo de Trabajo sobre Desarrollo Sostenible (United Nations Sustainable Development Solutions Network) que  ha catalogado a la gran mayoría de países de las Naciones Unidas según su Nivel de Felicidad. La edición de este año es la 10ª y su intento ha sido hacer una valoración de 148 países de tal organización por nivel de felicidad. Su intento de definir la felicidad se basa en la propia evaluación de la persona entrevistada, de su situación en la vida actual, así como sus respuestas a situaciones concretas de distinto contenido emotivo que puedan configurar tal medida de felicidad. Los investigadores son científicos sociales de disciplinas variadas que incluyen  primordialmente psicólogos, sociólogos y economistas. Y gran parte de la información ha sido recogida por Gallup World Poll.

LAS ENORMES LIMITACIONES DE UTILIZAR INDICADORES ECONÓMICOS PARA DEFINIR El DESARROLLO HUMANO

El objetivo de este tipo de análisis es presentar una alternativa a la manera más común de analizar el grado de desarrollo de un país centrándose en indicadores económicos, como por ejemplo su nivel de riqueza, medida por su Producto Interno Bruto, qué es el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos en un país en un determinado tiempo. Si el objetivo del desarrollo sostenible es alcanzar el mayor nivel posible de calidad de vida, bienestar y felicidad de las poblaciones actuales y venideras, entonces hay que admitir que la evidencia muestra que muchos de los mayores indicadores económicos que se utilizan hoy para medir el desarrollo son insuficientes, cuando no erróneos. Por ejemplo, ninguno de los países más ricos del mundo, con mayor Producto Interno Bruto (el indicador más frecuente para medir riqueza económica), como son los Estados Unidos no.1 , China no. 2, India no 7, y Rusia no.13, están entre los países más felices del mundo. Antes al contrario, todos ellos están, según este informe, en niveles bajos y la mayoría, muy bajos en este ranking de  felicidad:  Estados Unidos no.16, China no.72, Rusia no. 80 y la India no.136.

Estos países de elevada riqueza tienen modelos económicos distintos e incluso opuestos (ej. EEUU y China), pero todos ellos tienen enormes desigualdades sociales con enorme concentración de las riquezas, generando impactos negativos en el bienestar, calidad de vida y felicidad de la mayoría de sus poblaciones. Y esto sucede, en gran parte, como consecuencia de la excesiva influencia que los super-ricos (billonarios) tienen sobre sus gobiernos. En la lista del número de billonarios (empresarios, gestores, y accionistas de grandes empresas) por país, EEUU es no.1. China es no.2. India es no.3 y Rusia es no.5.

Ejemplos de cómo el poder económico se transforma en poder político de forma perjudicial para la felicidad de la mayoría de la población, son múltiples. Y ello ocurre en países de sistemas económicos distintos e incluso opuestos. En EEUU por ejemplo (el país más rico del mundo y uno de los más desiguales), los poderosos empresarios y dueños de la industria del carbón de aquel país hicieron fracasar la altamente popular propuesta energética del Gobierno Federal (que hubiera aumentado el bienestar, calidad de vida y felicidad de la mayoría de la población), esto debido al voto negativo en el Senado Estadounidense del Senador Manchin, miembro del mismo Partido Demócrata que está gobernando el país. Tal Senador está financiado por tales grupos empresariales de la industria del carbón, lo cual es legal en un sistema político considerado como Estado Liberal Demócrata, en donde la mayoría del sistema electoral está financiado privadamente. En el polo opuesto, en China (también uno de los países con mayores desigualdades), el propio Presidente, el señor Xi Jinping Jen, ha indicado en plena campaña electoral (pues se presenta para reelección de Secretario General del Partido Comunista Chino, el partido gobernante por definición), que por el bien del país, hay que controlar más a los oligarcas (término utilizado en China para definir a los billonarios), temeroso a que tengan excesiva influencia sobre el Estado Chino (que él ha estado presidiendo por muchos años), definido como Estado Popular.

Tampoco es una condición de felicidad el ser muy poderoso y tener gran poderío militar. De nuevo, ninguno de los países que tienen mayor gasto militar está entre los más felices. Antes al contrario, ninguno entre los cuatro países más armados del mundo, Estados Unidos no.1, China no.2, India no.3 y Rusia no.4 (que sumando su gasto militar representan más del 60 % del gasto militar mundial), están entre los países más felices. La mayoría de sus poblaciones dista mucho de ser feliz. En realidad, en muchos de estos países el elevado gasto militar se ha alcanzado a costa de un descenso del gasto público social. Por cierto, el país con menor nivel de felicidad es Afganistán no.146 (el país que ha estado en guerra por más tiempo).

¿CUÁLES SON LOS MÁS FELICES? ¿HAY ALGO EN COMÚN ENTRE ELLOS?

Según el informe, los 10 países más felices del mundo son: Finlandia no.1, Dinamarca no. 2, Islandia no.3, Suiza no.4, Holanda no.5, Luxemburgo no.6, Suecia no.7, Noruega no.8, Israel no.9 y Nueva Zelanda no.10. España por cierto es el no.29, por encima de Italia no.30. Es interesante señalar que tampoco hay una relación entre nivel de felicidad y PIB per cápita. Entre los 10 más felices, siete de ellos (Finlandia, Dinamarca, Islandia, Holanda, Suecia, Israel y Nueva Zelanda, no están entre los doce países con mayor PIB per cápita. Finlandia es el país más feliz del mundo, y en cambio es el no. 25 en la lista de países catalogados por su PIB per cápita. Nueva Zelanda es el no. 10 entre los más felices y solo el no.31 en cuanto al PIB per cápita. Por otro lado, Singapur, el no. 3 en la lista de PIB per cápita, es el no. 27 en cuanto a felicidad. Debería ser obvio que el indicador de PIB per cápita tiene también muy escaso valor, pues asume que la riqueza está igualmente distribuida entre los ciudadanos, lo cual nunca es cierto. Y de ahí que su valor para analizar el grado de bienestar y felicidad sea muy limitado, pues no define ni documenta un tema clave para determinar ambos indicadores, que es precisamente la distribución de la riqueza, así como de los bienes y servicios. Y ello queda claro cuando analizamos las características de algunos de los países catalogados como más felices.

En este sentido es importante destacar que los cinco países nórdicos escandinavos, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia, que están todos ellos entre los más felices, tienen características comunes que sorprendentemente el informe no detalla. Todos ellos han estado gobernados (por periodos largos después de la II Guerra Mundial) por coaliciones de partidos progresistas de izquierda que históricamente han priorizado las políticas redistributivas,  estando entre los países con menos desigualdades de renta y menos concentración de la riqueza, con menos desigualdades también por clase social y por género, con programas universales de derecho de acceso a la  asistencia sanitaria, a la educación y a los servicios  de ayuda a las familias, denominado este último como el Cuarto Pilar del Bienestar (el primero es el Derecho de Acceso a la Sanidad; el  segundo, a la Educación; el tercero, a la Jubilación; y el cuarto, a los Servicios de Atención Familiar, como son las escuelas de infancia y los servicios de atención a las personas dependientes). Es sorprendente la escasa atención del informe a estos servicios esenciales y transferencias del Estado de Bienestar, que juegan un papel clave en determinar la calidad de vida y el bienestar de la mayoría de la población. Y por cierto, estos países tienen relativamente bajo gasto militar. Su gasto militar es 1.22% del PIB en Suecia, 1.49% en Dinamarca y 1.53 % en Finlandia (mucho más bajos que el 2.88% en India, el 3.74% en EEUU y el 4.26 % en Rusia).

Ni que decir tiene que tales países escandinavos tienen problemas graves y algunos de ellos están diluyendo su vocación transformadora. Pero ello no desmerece la importancia de los datos que muestran que aquellas formaciones políticas que históricamente han llevado a cabo políticas redistributivas, basadas en principios de solidaridad  y equidad, hayan alcanzado niveles de bienestar y felicidad más acentuados que aquellos países gobernados (durante la mayor parte del periodo post II Guerra Mundial) por formaciones liberales y conservadoras poco redistribuidoras de la riqueza y del bienestar, y que priorizan la acumulación individual de bienes y servicios sobre la universalización de los derechos y el bien común. Y lo que es  también interesante es que, como ha tenido que reconocer incluso el Vaticano del neoliberalismo -Davos, están entre los países de mayor eficiencia económica.

ÚLTIMA OBSERVACIÓN. LO QUE EL INFORME NO CITA.

Como he indicado en el artículo, el enorme dominio del pensamiento neoliberal en las llamadas ciencias económicas explica la sobreutilización de indicadores económicos sesgados en los trabajos de evaluación del Desarrollo Sostenible, llevados a cabo por agencias e instituciones internacionales, que van desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a muchas agencias de las Naciones Unidas. De ahí que sea muy positivo desarrollar indicadores distintos, como hace este informe, que valoren más directamente la felicidad de la mayoría de las poblaciones, que por cierto, en cualquier país son las clases populares.

Ahora bien, también es importante que tales informes vayan más allá que la mera descripción del fenómeno y que traten de analizarlo para cambiarlo. Y ahí es donde el informe que he analizado tiene vacíos importantes. Y uno de ellos, es el silencio sobre la importancia del contexto político para configurar la naturaleza del Desarrollo Sostenible y sus objetivos. Entre las variables que hay que analizar  para explicar el nivel de felicidad de un país, hay que incluir las variables políticas, estudiando las políticas públicas de las formaciones políticas existentes en cada país, sean del color que sean. Y de ahí que pueda analizarse si hay alguna que mejoren más que otras su nivel de felicidad. Y es ahí donde radica el silencio sistemático en estos informes internacionales sobre este punto, pues la evidencia muestra claramente que algunas políticas públicas (por ejemplo, las redistributivas) características de opciones políticas progresistas, crean mayor seguridad, bienestar y felicidad que otras. Y esto es lo que incomoda a algunos gobiernos enormemente poderosos en estas agencias e instituciones internacionales.

Hay otros temas también en el informe que merecen mayor explicación, como el elevado nivel de felicidad de países como Arabia Saudita, bien conocidos por su explotación de clase y genero entre la mayoría de la población, así como la importancia que el informe atribuye a factores genéticos como determinantes de felicidad para algunas poblaciones. No creo que haya sido la intención de los autores, pero esta última consideración puede generar interpretaciones de determinismo racial, que sorprenden aún más si hacen parte de un informe de las Naciones Unidas. Por lo demás y a pesar de sus vacíos e imprecisiones, el informe es un paso importante en la búsqueda de alternativas a la sabiduría convencional neoliberal que domina los estudios sobre el Desarrollo Sostenible.

 

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Estamos yendo a una guerra nuclear https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/04/27/estamos-yendo-a-una-guerra-nuclear/ Wed, 27 Apr 2022 04:04:00 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6258 Estamos yendo a una guerra nuclear
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Desde finales de la II Guerra Mundial nunca habíamos visto una situación tan cercana a una guerra nuclear como ahora. Las probabilidades de que ocurra tal guerra son elevadas. En realidad, ya estamos en los dos lados del Atlántico Norte (Norteamérica y Europa, tanto occidental como oriental), en una guerra económica (con sanciones y embargos) y militar (con la transferencia y utilización de armas) que están dañando enormemente al bienestar (sobre todo de las clases populares) de los países que luchan a los dos lados del conflicto. Una población particularmente afectada es la población de Ucrania, pero no es la única. Las consecuencias de la guerra afectan también el bienestar de la población rusa y de los países de la OTAN, así como a grandes sectores de la población mundial al determinar fenómenos generalizados como la inflación y la escasez de recursos, incluyendo alimentarios, causando a la vez un enorme crecimiento de la pobreza, particularmente en Ucrania, pero también en Rusia, en los países de la OTAN y en la mayoría de los países del mundo de renta baja.

Y lo que es particularmente preocupante es que en la dinámica belicista que se ha creado en los mayores establishments políticos y mediáticos de los países contrincantes de cada bloque, el único debate que está ocurriendo es sobre la intensidad de la escalada del conflicto, pero sin nunca considerar la necesidad de parar esta guerra, tanto en lo militar como en lo económico. Y francamente no veo en ninguno de los protagonistas de los distintos bloques la voluntad para explorar el fin conflicto. En realidad, parece que la guerra les está beneficiando políticamente a cada uno de ellos, siendo su popularidad mucho mayor ahora en plena guerra que antes del conflicto. Veamos caso por caso, analizando cada protagonista.

LA CRECIENTE POPULARIDAD DE PUTIN EN RUSIA

Putin es mucho más popular en Rusia ahora que antes de que se iniciara la guerra. Según las encuestas realizadas por empresas independientes que miden la opinión pública en Rusia, Putin es ahora enormemente popular entre la población rusa, al cual se le ve como el gran defensor de Rusia frente a la crónica hostilidad de la OTAN, que ha ido rodeando al país por todos sus lados con bases nucleares orientados hacia ella, resultado de su creciente expansión, que ha querido alcanzar su máxima expresión con la inclusión de Ucrania, y ello a pesar de las promesas que la mayoría de Presidentes de EEUU habían hecho al gobierno ruso de que después de la reunificación de Alemania no continuarían expandiendo tal organización hacia Rusia. La realidad ha demostrado la falsedad de tales promesas. De ahí el apoyo que el pueblo ruso tiene hacia evitar el establecimiento de bases nucleares en Ucrania como parte de una organización que se estableció para debilitar y ganar un conflicto que implicó la desaparición de un estado, el Estado Soviético en el que Rusia era un componente fundamental.

Ahora bien, no parece que la mayoría de la población rusa acepté el argumento imperialista de Putin de que Ucrania sea una parte intrínseca de Rusia. Pero sí que parece aceptar el argumento de que no es conveniente para la seguridad de Rusia el estar siendo rodeada de bases militares. Y de ello deriva su apoyo a Putin, que como dictador que es, no permite que la población sepa de la salvajada que implica la forma en que se está ejecutando lo que llama "operación militar especial". De ahí que Putin se esté beneficiando de la guerra y ello a pesar de que no esté consiguiendo ninguno de los objetivos que al parecer había pretendido con la invasión. No está, por ejemplo, debilitando a la OTAN. Antes, al contrario, nunca ésta había estado más unida y más movilizada que ahora, motivando incluso a Finlandia y a Suecia a desear sumarse a la alianza. Y en su intento de corregir la discriminación de la población rusa en Ucrania, la brutalidad de su invasión está, en realidad, antagonizando incluso a gran parte de la población ucraniana-rusa a la cual supuestamente pretende estar defendiendo.

BIDEN, DEL DIRIGENTE DERROTADO EN AFGANISTAN AL DIRIGENTE INDISCUTIDO DE LA ALIANZA ATLÁNTICA

En Estados Unidos al Presidente Biden la guerra le ha permitido borrar un fracaso y mejorar su imagen. Después del desastre de la salida de Afganistán, Biden hoy ha pasado a ser un líder indiscutible de la Alianza Atlántica, con unidad de acción de todos los países de la OTAN con aceptación por parte de los países europeos dentro de la organización de jugar un papel secundario. Es más, en el contexto político estadounidense, Biden ha conseguido el apoyo del Partido Republicano, rompiendo con la polarización política existente en aquel país, y que está dividiendo incluso al Partido Republicano entre trumpistas y no trumpistas. Estos últimos habían casi ya desaparecido, y están ahora apareciendo de nuevo con gran intensidad.

Por otra parte, la agitación de las banderas siempre ha sido lo primero que ocurre en situaciones de guerra en Estados Unidos y el supuesto patriotismo y el compromiso con la libertad han sido siempre los argumentos utilizados para movilizar a la población y para justificar el gasto militar. El presidente Biden convocó hace unas semanas a las mayores empresas militares en la Casa Blanca para indicarles que van a tener que incrementar su producción y por tanto sus negocios debido a la situación de escasez de material bélico. Y para no ser menos, las compañías energéticas no renovables y contaminantes que estaban a la defensiva ahora están muy activas beneficiándose de la enorme demanda de sus productos.

ZELENSKIY, PASÓ DE MUY POPULAR CUANDO FUE ELEGIDO A MUY IMPOPULAR POCO ANTES DE QUE SE INICIARA LA GUERRA PARA SUBIR DE NUEVO CUANDO COMENZÓ LA GUERRA, HACIENDOSE SUPERPOPULAR

El Presidente Zelenskiy ganó en Ucrania las elecciones del 2019 por una enorme mayoría. Su victoria parecía significar un cambio radical del sistema político tradicional dividido entre los ucranianos rusos de simpatías con el gobierno ruso (el Gobierno Yanukovych) por un lado y los nacionalistas ultraderechistas ucranianos anti rusos que deseaban excluir el ruso como idioma co-oficial del país (el Gobierno Poroshenko) por el otro. Ambos habían gobernado Ucrania y ambos habían perdido gran parte de su popularidad. La población había alcanzado un gran cansancio y hartazgo con la clase política del país. Fue en este contexto que Zelenskiy se presentó como el anti-establishment, ganando por una enorme mayoría con el 74% del voto. En las elecciones previas las diferencias entre los dos partidos mayoritarios siempre habían sido menores. Zelenskiy despertó una gran esperanza. Ucraniano-ruso, propuso reincorporar el ruso como idioma oficial, receptivo a explorar posibles áreas de acuerdos con Rusia, como por ejemplo alcanzar la neutralidad del país que se había acordado en el Acuerdo de Minsk (firmado por los Gobiernos Ucraniano, Ruso, Bielorruso, Francés y Alemán), y también había propuesto reunirse con los ucranianos rusos independistas para terminar con la guerra que había costado ya 14.000 muertos.

Su popularidad, sin embargo, descendió y en el año 2021 ya estaba tan baja que el primer partido de la oposición le ganaba ya en las encuestas. Las causas de este descenso fueron múltiples (ver Volodyruz Iskchenko "Towards the Avis" New Left Review, Jan-April, 2021). Una de ellas es que ganó el personaje, pero sin tener un partido organizado detrás, teniéndose que valer de amigos y redes ligadas a su trabajo en la televisión donde había establecido su popularidad. Esta ausencia de organización le debilitó enormemente frente a los grupos más organizados como la ultraderecha, incluyendo los nazis, que tenían considerable influencia en las Fuerzas Armadas y que se opusieron a cualquier pacto con Rusia y con los independistas ucrano-rusos. Su limitada organización de apoyo partidista facilitó su personalismo con tintes autoritarios prohibiendo incluso programas televisivos muy populares y forzando a algunos periodistas a dejar el país. Incluyó prohibió partidos políticos. Ahora en plena guerra, es enormemente popular, tanto en Ucrania como en la OTAN y gran parte del mundo Occidental.

HAY GUERRA PARA MUCHO TIEMPO. LAS ESTRATEGIAS DE BIDEN POR UN LADO Y LAS DE PUTIN POR EL OTRO, ESTÁN INCREMENTANDO MÁS Y MÁS LAS TENSIONES, CON PELIGRO DE QUE HAYA UNA EXPLOSIÓN NUCLEAR.

Sin duda hay guerra para rato. La alternativa más posible es la conversión de la guerra de Ucrania en una guerra de guerrillas ucranianas en contra del ejército ruso de ocupación, tal y como ocurrió en Afganistán con las tropas soviéticas en los años ochenta, y que al final  tuvieron que dejar el país que habían invadido tras un enorme desgaste. Esta es la alternativa preferida por Biden. En esta estrategia, el Presidente de EEUU (y sus aliados en la OTAN) envían armas y los ucranianos proveen los cuerpos, soldados y muertes civiles, en una guerra larga que puede durar años, forzando a las tropas invasoras a retirarse por agotamiento y  debilitamiento del gobierno ruso, lo cual es el objetivo de la OTAN. La reciente visita de los Ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa del Gobierno Estadounidense a Ucrania confirma esta estrategia con objetivo de debilitar a Rusia como ha señalado el Financial Times, Abril 26, 2022. Existe ya pues una confrontación directa entre EEUU y Rusia, a través de Ucrania.

El mayor problema con tal estrategia es que causará una enorme destrucción y muertes en Ucrania (como ya está ocurriendo) y que puede durar mucho tiempo, polarizando el mundo como consecuencia de las sanciones contribuyendo a acentuar una enorme crisis en países de renta baja, como está ya ocurriendo en países tan dispares como Honduras, Pakistán, Perú y Sri Lanka, como resultado del enorme encarecimiento del alimento y de la gasolina en tales países.

Por otra parte, la alternativa favorita por Putin en este momento parece ser dividir a Ucrania en dos, una ucraniana y otra rusa, que como ocurrió en el caso de la división de Corea en Norte y Sur, sería una fuente constante de tensiones, polarizando Europa en dos bloques mundiales, la Europa Atlanticista por un lado y la Europa Asiática por el otro, estableciéndose una constante guerra fría con dimensiones mundiales, que apagaría y anularía cualquier posibilidad de resolver los graves problemas de la humanidad, tal como la enorme crisis climática y el terrible crecimiento de las desigualdades, acentuados por la falta de solidaridad a nivel mundial. La dramática situación actual, profundizada todavía más por la pandemia, ha mostrado una vez más que la solidaridad mundial es una condición indispensable para resolver los grandes problemas sociales de nuestros tiempos.

Esta es una de las razones que explica que la gran mayoría de países pobres en el mundo se abstuvieran en la reciente votación en las Naciones Unidas condenando la invasión de Ucrania. Solo cinco países se opusieron, Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea y Siria, mientras que la gran mayoría de los países del tercer mundo, donde la mayoría de la humanidad vive, se abstuvieron. Este voto no implicaba una insensibilidad hacia el enorme sufrimiento del pueblo ucraniano y su derecho a defenderse, ni tampoco renunciar a la necesaria denuncia de Putin por haber invadido Ucrania. El mensaje que la abstención transmitía era el rechazo hacia la reproducción de la Guerra Fría que tuvo unas consecuencias enormemente negativas para la paz y el desarrollo mundial. La acusación por parte del Presidente Biden de acto criminal realizado por Putin, ignoraba que el gobierno federal de Estados Unidos había realizado previamente una invasión semejante e ilegal internacionalmente contra Iraq (para supuestamente eliminar el equipamiento de armas de destrucción masiva que se mostró más tarde inexistente en aquel país), con la misma brutalidad con que Putin está ahora atacando a Ucrania, y con elevadísimo coste de víctimas civiles (incluyendo medio millón de menores de edad, debido a la guerra y a las sanciones económicas). Y el entonces Senador Biden apoyo tal invasión. Ninguno de los dos polos, ni EEUU ni Rusia han mostrado en su historia reciente una sensibilidad hacia los derechos humanos y al derecho internacional que pudieran justificar sus intervenciones militares o sanciones económicas.

QUÉ DEBERÍA HACERSE

Es importantísima una presión internacional que dé mayor protagonismo al pacto para que en primer lugar se pare la guerra y la enorme destrucción y sufrimiento del pueblo ucranio y que también se explore la detención de los embargos y sanciones que están produciendo tanto daño, no solo a los países contrincantes sino también a todos los países. Y que a la vez se exploren alternativas – que las hay – para garantizar la seguridad de todos los países europeos incluyendo a Rusia. No hay duda de que la mayoría de las clases populares de los países en conflicto así lo desean. De ahí que la imagen que promovió recientemente el Papa Francisco de presentar a una mujer ucraniana y a una rusa juntas (que ha creado tanta hostilidad por parte de los nacionalismos esencialistas de los dos bandos) abra posibilidades de entendimiento pues no hay duda de que los intereses de las clases populares de Ucrania y de Rusia coinciden en muchísimas dimensiones esenciales para su bienestar. Ellas sufren problemas semejantes. En Rusia, resultado de una política de una privación extrema de la economía de lo que había sido la Unión Soviética, realizada por Yeltsin (cuya mano derecha era Putin), con el apoyo entusiasta del Presidente Clinton, tiene una distribución de la riqueza en la que 0.01 % de la población ha sacado del país 200,000 millones de dólares empobreciendolo, siendo esta oligarquía la que representa Putin. Pero Ucrania tiene una distribución de la riqueza semejante, en la que los oligarcas tienen una enorme influencia en los partidos político-dominantes y de ahí precisamente el rechazo a la clase política que la Presidencia de Zilinskiy tendría que haber corregido. En realidad, la solución pasa para que las clases populares se den cuenta de los intereses comunes ocultados por los nacionalismos esencialistas que hoy están beneficiándose del conflicto que nos puede llevar a una guerra mundial.

 Debería ser obvio que los enormes problemas que tiene hoy la humanidad, como lo son la crisis climática y la pandemia, entre muchas otros, requieren de respuestas globales y mundiales basadas en solidaridad precisamente opuesta a la dinámica competitiva a ultranza que necesita de una cultura bélica-militar que la sostenga.

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El nazismo y el fascismo en los años treinta, el trumpismo y previsiblemente el putinismo ahora https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/04/14/el-nazismo-y-el-fascismo-en-los-anos-treinta-el-trumpismo-y-previsiblemente-el-putinismo-ahora/ Thu, 14 Apr 2022 04:39:12 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6249 El nazismo y el fascismo en los años treinta, el trumpismo y previsiblemente el putinismo ahora
Un manifestante sostiene un cartel que dice "De Trump a Putin, segundo peligro nuclear" durante una protesta contra la invasión rusa de Ucrania, en Madrid, el 20 de marzo de 2022.
ÓSCAR DEL POZO / AFP

El escaso conocimiento histórico de nuestro pasado (consecuencia de la enorme influencia que las fuerzas conservadoras que dominaron la dictadura existente en España en el proceso de transición) explica el desconocimiento entre la población española (y muy en particular entre la juventud), de lo que fue el fascismo y el nazismo en Europa y sus consecuencias para España. Tal dominio se perpetuó en grandes sectores del aparato del Estado durante el periodo democrático, siendo ello responsable del olvido histórico y de la falta de recuperación de la memoria histórica, causa de la reproducción de una visión tergiversada de nuestro pasado que se reproduce no solo en las instituciones educativas sino también en los mayores medios de comunicación.

Este déficit de conocimiento histórico adquiere especial significado en el período actual donde se están produciendo situaciones a ambos lados del Atlántico Norte, que tienen considerables parecidos a las existentes en los años 30 y principios de los años 40 en tal parte del mundo. El nazismo y el fascismo surgieron promovidos por los mayores poderes económicos, políticos y sociales en cada país, para terminar con los sistemas democráticos que habían permitido la aparición de movimientos político-sociales -el socialismo y el comunismo- que cuestionaron aquellos poderes.  El nazismo y el fascismo eran los instrumentos desarrollados y promovidos para parar aquellos movimientos con vocación transformadora. Aunque no eran idénticos, el nazismo y el fascismo tenían muchas características y objetivos comunes.

LOS ORÍGENES DEL NAZISMO EN ALEMANIA

El Partido Socialdemócrata Alemán era el partido gobernante durante la República Weimar y era su objetivo el conseguir la transformación de la sociedad alemana. La Gran Depresión y los estragos que esta causó entre la clase trabajadora explica su rápida expansión.  Para pararlo y eliminarlo se creó el Partido Nazi, que no fue fundado por Hitler, sino que éste lo captó más tarde dándole sus características más importantes. El partido Nazi era un partido de ultraderecha, con un nacionalismo extremo que se atribuía una superioridad moral, ética y cultural, sobre cualquier otra raza o grupo étnico, promotor de la violencia y ejercicio bélico para conseguir sus objetivos, sin ningún limite en su deseo de dominio, profundamente antisemita y anticomunista, siendo la fuerza política más hostil y antagónica a las formaciones políticas enraizadas en el movimiento obrero. Tenía además, una vocación imperial deseosa de expansión territorial.

Aunque se auto definió como anti-establishment, nunca se enfrentó con las fuerzas y clases dominantes, las cuales intentaron utilizarlos para exterminar a los partidos socialistas y comunistas. El gran bulo que el Nazismo promovió en el libro de Hitler Mein Kampf, fue el que Alemania, en realidad había ganado la Primera Guerra Mundial, pero había sido traicionada por los judíos y por los partidos socialistas y comunistas. A todos ellos se les debían eliminar y exterminar tanto en Alemania como en el resto del mundo. Entre ellos estaban españoles exiliados en Francia que habían iniciado, y en parte liderado la resistencia antinazi en aquel país, y de los cuales muchos terminaron en los campos de concentración nazis (incluyendo miembros de mi familia).

QUIENES APOYARON EL NAZISMO

 Hitler y el nazismo fueron promovidos por los grupos económicos más poderosos de Alemania y el establishment político conservador alemán, que consideraba a Hitler como una especie de payaso útil (tal y como lo había definido confidencialmente el presidente de Alemania del momento, Paul von Hinderburg, creyendo que lo podrían controlar fácilmente), cuando lo nombro primer ministro.  Hitler más tarde, destruyó la democracia, incluso quemando el parlamento alemán, instalando una dictadura profundamente nacionalista, centralista, que negó la diversidad territorial, racista, sexista, homófoba y profundamente reaccionaria y autoritaria, que negó cualquier forma de legitimidad a sus adversarios políticos, intentando controlar todos los aparatos del estado y los medios de información y orientación, infiltrando gran número de las instituciones para controlarlas eliminando todo vestigio de diversidad. Fue así como destruyó la democracia, iniciándose una de las páginas más represivas que ha existido en la historia de los países que controló.

EL FASCISMO EN ESPAÑA Y QUIENES LO APOYARON

En España el fascismo tuvo características comunes con el nazismo alemán y el fascismo italiano, como su nacionalismo extremo, jacobino, racista, sexista, homofóbico, y profundamente anti-clase trabajadora, intentando a la vez utilizar un lenguaje de partido seudo-obrerista, definiéndose como un movimiento nacionalsindicalista. Apoyado por las oligarquías económicas del país, promovió el bulo de que las izquierdas querían destruir y romper a España. En realidad la victoria de las izquierdas en el año 1936 fue lo que motivó el golpe militar que sin la ayuda del nazismo alemán y el fascismo italiano, no habrían conseguido ganar el golpe, pues la Segunda República y las medidas propuestas por el Frente Popular gozaban de gran apoyo popular, habiendo sido la república una de las etapas con mayor potencial transformador en España que de haber triunfado se habría generado décadas de desarrollo, pudiendo alcanzar el nivel de bienestar que han alcanzado los países nórdicos escandinavos de Europa, donde el movimiento obrero históricamente ha sido más fuerte dentro de sistemas democráticos.

EL FASCISMO Y EL NAZISMO EN ESTADOS UNIDOS Y DE DONDE SURGIÓ

En Estados Unidos hubo también varios movimientos con características fascistas apoyados por grandes poderes económicos y financieros a fin de parar los cambios realizados por las fuerzas progresistas. El más conocido fue liderado por Huey Long, y el sacerdote Charles Coughlin, profundamente antijudío, con claras simpatías hacia el nazismo y el fascismo europeos. En realidad, el banquero J.P. Morgan, quien se describió a sí mismo como "algo así como un misionero" del fascismo italiano, expresando su admiración por Il Duce, proveyó un préstamo a Mussolini de cien millones de dólares. Estos movimientos tenían milicias armadas y con simpatías dentro de sectores del ejército, que llegaron incluso a planear un golpe de estado, detrás del cual estaban, además de J.P. Morgan, otras conocidas personalidades dirigentes de la General Motors, entre muchos otros.  Su objetivo era terminar con las altamente populares reformas del New Deal llevadas a cabo por el Presidente Roosevelt, quien estableció las bases del Estado de Bienestar en Estados Unidos. Tal movimiento era profundamente anti-New Deal y antisocialista y anticomunista, con características de tales movimientos semejantes a aquellos movimientos de nacionalismo extremo, racismo, sexismo, homofobia, y anti-clase trabajadora. El golpe militar que al final fue interrumpido planeaba un golpe al capitolio (ver: Why is so little known about the 1930s coupe attempt against FDR? Por Sally Denton, The Guardian, 12/1/2022).

¿SE ESTÁ REPITIENDO AHORA LA HISTORIA?

Elementos en común que tenían el nazismo y el fascismo es que la estructura de poder económico, político y social que dominaba las sociedades citadas, promovieron las prácticas nazis y fascistas para parar y eliminar las propuestas de cambio, utilizando la violencia para destruir la democracia a fin de eliminar a sus adversarios. En realidad, todos ellos cuestionaron la legitimidad de sus adversarios, percibidos todos ellos como carentes de legitimidad. Este tipo de acusación, de nula legitimidad para gobernar el país, era una característica definitoria de tales movimientos. ¿Se está repitiendo esta situación ahora? Vemos como lo que está ocurriendo en Estados Unidos ahora (con la aparición del trumpismo), está jugando un papel semejante al de Alemania (con la existencia del nazismo) en los años 30 y 40, al de ser uno de los mayores ejes del movimiento reaccionario nacional e internacional.

EL TRUMPISMO EN EEUU; PORQUE APARECIÓ AHORA Y NO ANTES

He explicado extensamente la génesis del trumpismo (ver mi artículo: "El crecimiento del fascismo o trumpismo en EEUU", Público, Oct 26 de 2020). De la misma manera que la Gran Depresión fue el caldo de cultivo para que se crearan las dinámicas para el establecimiento del nazismo y el fascismo, estamos ahora viendo como La Gran Recesión originada por las políticas neoliberales iniciadas ya por el reaganismo y adaptadas también más tarde por el Partido Demócrata (con Clinton y Obama) en EEUU, y por la Socialdemocracia (con La Tercera Vía) en Europa, fue la causa de una enorme hostilidad hacia el establishment político-mediático neoliberal y hacia el Estado Federal en Estados Unidos, percibido (erróneamente) como instrumentalizado por movimientos de derechos civiles de las minorías (como la afroamericana y la latina), y el movimiento feminista liderado por mujeres de clase media-alta profesional. El abandono de la tradición redistributiva (de carácter universal, característico del New Deal) por parte del Partido Demócrata y su sustitución por las políticas identitarias y antidiscriminatorias, programadas para la integración de las minorías y las mujeres en las estructuras de poder, explica el que Trump utilizara el racismo y el sexismo como medidas de movilización por parte de grandes sectores de la clase trabajadora y clase media blanca, hostiles hacia al gobierno federal. Trump canalizó este enfado y ganó las elecciones del 2016, iniciando una etapa enormemente reaccionaria y represiva, con purgas en las estructuras políticas mediáticas y educativas del país. Su profundo nacionalismo extremo, racismo, sexismo y homofobia, junto con su talante autoritario y anti-democrático, defensor de una cultura centralista uniforme, blanca y cristiana, machista y clasista, determinó toda una serie de políticas públicas que eran sumamente favorables a las rentas de capital a costa de las rentas del trabajo.

Y cuando apareció la pandemia, se opuso a los programas de salud pública orientados hacia su control, presentándolos como innecesarios e ineficaces. Controló rápidamente al Partido Republicano expulsando a los conservadores tradicionales, instrumentalizando el aparato jurídico, el de seguridad y el militar. Y gran parte de los medios de comunicación, jugaron un papel clave en su promoción durante la campaña electoral. Las investigaciones realizadas por el Congreso controlado ahora por el Partido Demócrata documentan el nivel de autoritarismo y prácticas antidemocráticas del trumpismo, que han forzado a la Administración Biden a establecer comisiones de investigación que documentan el grado de instrumentalización antidemocrática, que no excluyó incluso la violencia ni tampoco el golpe militar como medidas a considerar por la Presidencia Trump. Elemento clave de esta promoción era el bulo promovido por el trumpismo de que el Partico Demócrata no había ganado las elecciones, sino que las había robado, presentado al gobierno Biden como ilegitimo. Uno de los objetivos del nuevo Ministro de Defensa, un afroamericano, es precisamente el de prevenir y evitar la expansión del movimiento golpista dentro de las fuerzas armadas.

Sería un error ver tal movimiento como autónomo, pues detrás de él están los grandes grupos económicos del país. Robert Reich, quien fue en su día Ministro de Trabajo del Gobierno Clinton, ha documentado el apoyo al trumpismo de grandes empresas, representativas de los mayores sectores económicos del país, desde las industrias contaminantes, hasta las compañías de seguros sanitarios y a la industria farmacéutica. En realidad, el apoyo ha sido mucho más extenso que el definido por Robert Reich. Las desigualdades de renta aumentaron considerablemente, acentuándose aún más las existentes durante La Gran Recesión, que alcanzaron su máxima rentabilidad durante la pandemia, cuando los EEUU estuvieron gobernados por Trump. Los ingresos de los dirigentes de las grandes corporaciones estadounidenses has subido enormemente y han pasado de ser 20 veces el salario de los trabajadores en 1970 a 320 veces en 2021.   

 LA ARMA DEL NEOLIBERALISMO GLOBALIZADOR A NIVEL INTERNACIONAL: LA OTAN

 La globalización, favorable a las rentas del capital, con gran hegemonía del capital de ambos lados del Atlántico Norte, alcanzó su máximo desarrollo también en esta época (1980-2022), contribuyendo con ello al debilitamiento del mundo del trabajo. Y la rama armada de esta globalización neoliberal fue la OTAN, que en teoría había sido establecida para controlar y eliminar a la Unión Soviética, aunque su objetivo real iba mucho más allá: el de ampliar el dominio del globalismo neoliberal dominado por EEUU y sus aliados europeos a nivel mundial, como se demostró luego de que la OTAN continuará incluso después de la disolución de la Unión Soviética. Denominar a tal organización como una organización meramente defensiva, cuando había completamente rodeado a la Unión Soviética con bases nucleares a menos de 30 minutos de distancia nuclear era una enorme falsedad.

EL CRECIMIENTO DEL TRUMPISMO EN EUROPA

El neoliberalismo globalizador era también la ideología dominante en la dirección de la Unión Europea, cómo se vio en la aplicación de las políticas de austeridad que dañaron especialmente a las clases populares, y muy en particular del sur de Europa, alcanzando dimensiones especialmente dañinas en Grecia. Este daño creo un creciente malestar por parte de las clases populares qué se tradujo en una pérdida de confianza hacia las instituciones de la Unión Europea (que las encuestas de opinión habían ya mostrado que no eran muy populares, habiendo sido ello una de las causas de que no se aprobaran en muchos países los referéndums sobre la Constitución Europea). Y esta falta de confianza se tradujo en decepción y enfado con los instrumentos políticos que históricamente habían defendido los intereses de la clase trabajadora como los partidos de tradición socialdemócrata, algunos de los cuales prácticamente desaparecieron, como fue el caso de Francia e Italia entre otros. Fue este enfado el que, como ocurrió en EEUU, explica el crecimiento de la ultraderechas nacionalistas  que se presentaron como las únicas fuerzas creíbles anti establishment político-mediático neoliberal con una imagen de un nacionalismo (que rompía con la globalización), nostálgico del idealizado orden anterior, en el que dominaban los valores conservadores que habían regido un pasado mejor, hoy amenazado por unos valores e identidades que rompían con la cultura y civilización cristiana a la cual orgullosamente pertenecían y que veían como la única posible y necesaria. Estos eran también los valores del trumpismo y del putinismo, como explicaré a continuación.

EL CRECIMIEMTO DEL PUTINISMO

He explicado en otro artículo los orígenes del putinismo y la transformación radical que este tuvo sobre la antigua economía soviética, transformándola en una economía capitalista a ultranza con características semejantes al pinochetismo aplicado en Chile con el asesoramiento de la Escuela de Chicago (ver mi artículo "Causas y Consecuencias de la guerra de Ucrania", Público, 14 de Marzo de 2022, y también el artículo de Perry Anderson "Incommensurate Russia", New Left Review, Julio-Agosto de 2015). Esta transformación fue una victoria para el Presidente Clinton, quien favoreció la toma de poder por parte de Yeltsin, para realizar la masiva privatización de los medios de producción y distribución de aquel país, y cuya mano derecha fue más tarde, precisamente, Putin. Definir a Putin como comunista, o al sistema económico existente hoy en Rusia como enraizado en el sistema soviético es otra falsedad que la mayoría de los mayores medios de información de derechas han promovido en España. En realidad, el gran democratizador de la Unión Soviética fue Gorbachov, quien sí estableció un sistema parlamentario que iniciaba un proceso de representación, el cual fue posteriormente interrumpido por un golpe militar dirigido por Yeltsin, sustituyéndolo por un nuevo  parlamento de valor representativo limitado. El representante del Partido Comunista de la Federación Rusa en la reunión de partidos comunistas del mundo, que tuvo lugar recientemente en Hanoi, describió el sistema económico ruso como "un sistema monopolista, parasitario, y de un capitalismo decadente imperialista..., resultado de la restauración capitalista". Y más tarde añadió que "el país está dirigido por una clase dominante cuyas ganancias proceden del robo de los bienes públicos que ocurrió cuando la Unión Soviética colapsó" (ver Joe Sims "Biden, Putin and the threat of World War III", People’s World, March 30, 2022).

El putinismo es, en parte, el resurgimiento del nacionalismo pre bolchevique, que considera que Rusia está amenazada por el mundo occidental y por su supuesta cultura corrupta y antinacional, lejana y antagónica al orden y moralidad religiosa, predominante pero no exclusivamente cristiana. El putinismo es el nacionalismo conservador, ofendido y humillado por el rechazo que han sufrido sucesivos dirigentes de Rusia a su petición de que se deje de amenazar la seguridad de Rusia creando en cambio un sistema de seguridad europea que pueda incluir  a Rusia. Es esta amenaza, ampliamente sentida por la sociedad rusa, incluyendo sus clases populares, lo que explica el apoyo que le están dando ahora a la invasión de Ucrania, y que Putin utiliza para consolidar su poder dictatorial. En cuanto a la política económica, su visión es neoliberal, ligeramente modificada en cuanto a las áreas energéticas sujetas recientemente al control estatal.

ELEMENTOS EN COMÚN ENTRE EL PUTINISMO Y EL TRUMPISMO

Estas características tienen muchos puntos en común con el trumpismo, lo cual explica la buena relación personal existente entre Trump y Putin.  Y frente a la petición del Presidente Biden de que Putin debería dejar de ser presidente de Rusia, la televisión pública rusa propuso que el presidente Biden debiera dejar de ser Presidente de EEUU y ser reemplazado por el Sr. Trump. Esta respuesta a Biden decía: "hacemos una llamada al pueblo de EEUU a que cambie el régimen existente en EEUU lo mas pronto posible y elijan de nuevo a nuestro partner, el Sr. Trump, como presidente." (ver "Rusian TV host calls for regime change in the US" Daily Mail, 11 de abril de 2022). Trump mostró durante su mandato una falta de apoyo a la OTAN, habiendo incluso sugerido antes de que fuera elegido presidente de que no tenía sentido continuar con la esta organización una vez desaparecida la Unión Soviética.

LAS FALSEDADES QUE SE ESTÁN PROMOVIENDO POR PARTE DE LOS MAYORES MEDIOS DE INFORMACIÓN SOBRE LA GUERRA EN UCRANIA

La versión más extendida que se presenta hoy en los mayores medios de información es que Putin es el malo de la película, presentándolo como el único responsable de la situación actual, ignorando el papel muy importante que la OTAN ha jugado en crear las condiciones para que ocurriera lo que era predecible que ocurriría. El putinismo era tan predecible como lo es el trumpismo. Y la situación es probable que incluso empeore más. Estamos ya en una guerra mundial en la que los costes los absorben especialmente los ucranianos, pero también las clases populares, tanto rusas como europeas y norteamericanas, a las que se les está pidiendo enormes sacrificios para ganar una guerra que se está cronificando y que está teniendo unos efectos devastadores. No es sorprendente pues, que vaya creciendo un enfado popular que pueda canalizarse por las ultraderechas en todos estos países. Las elecciones de Francia el pasado domingo reflejan la expansión del trumpismo y del putinismo, en donde la candidata de ultraderecha Le Penn, muy afín a Trump y a Putin, logró conseguir una significativa mayor votación a la anteriormente conseguida en las elecciones anteriores.  Ahora tendrá la oportunidad de confrontar al Presidente Macron en una segunda vuelta, en donde su victoria tendría consecuencias desastrosas. Y el Presidente Macron es en parte responsable de lo ocurrido. Es importante pues que se expliquen y entiendan las causas de la enorme crisis actual, lo cual no se está haciendo por parte de la mayoría de los medios de información.

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Los costes sociales de la militarización y la desatención a la gravedad de la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/04/06/los-costes-sociales-de-la-militarizacion-y-la-desatencion-a-la-gravedad-de-la-pandemia/ Wed, 06 Apr 2022 18:55:30 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6240 Los costes sociales de la militarización y la desatención a la gravedad de la pandemia
Soldados ucranianos cargan a hombros los ataúdes con los restos de sus compañeros, en un funeral y entierro colectivo celebrado hoy miércoles en el cementerio militar de Dnipro de veinticinco soldados muertos en el frente este de la guerra contra Rusia. EFE/Manuel Bruque

La guerra de Ucrania ha centrado la atención mediática y política de la mayoría de los países del mundo presentándose como el evento más importante de los tiempos que vivimos y que determinará el futuro de nuestras sociedades. Se están tomando decisiones no solo sobre el quehacer militar sino también sobre actividades económicas, tales como sanciones y embargos, que están afectando muy negativamente a la vida y al bienestar de millones de personas no combatientes. Igualmente preocupante es que la centralidad de la guerra de Ucrania en los medios de información y en los círculos políticos dominantes ha puesto en segundo plano temas enormemente importantes como es la pandemia COVID-19, responsable de muchos más muertos que el conflicto bélico. Otro tema que también se ha dejado de lado es el tema de la crisis climática, que ha pasado a tener también una categoría secundaria y cuya insolvencia amenaza la supervivencia de toda la humanidad.

LA ENORME IMPORTANCIA DE LA GUERRA CONTRA EL VIRUS COVID-19

La guerra contra el virus es de una enorme importancia para la vida social y económica de todos los países del mundo. Es una guerra a nivel mundial cuya resolución requiere, entre otras cosas, de una solidaridad internacional. Es sin lugar a duda uno de los fenómenos que ha impactado a más gente y que ha afectado con mayor intensidad la calidad de vida de la población mundial. Se me dirá, con razón, de que el gran peligro de la guerra de Ucrania es que tiene el riesgo de transformarse en una guerra mundial nuclear. Pero no hay que ignorar que esta pandemia también tiene el peligro de cronificarse y eternizarse, con el crecimiento exponencial de sus muertos. Y existe el peligro de que no se resuelva, y que no se transforme en una gripe, como erróneamente se está asumiendo y como está ya ocurriendo. Es preocupante que se esté expandiendo una percepción equivocada de que la pandemia está a punto de desaparecer permitiéndonos volver a una normalidad. La pandemia ya ha causado más de seis millones de muertes y hay posibilidad (con elevada probabilidad) de que continúe, pues a no ser que se resuelva a nivel mundial no va a ser posible que se resuelva a nivel local. De ahí que sea un error el que en muchos países, como en España, se esté proponiendo y en otros como La Gran Bretaña se estén eliminado medidas preventivas, tales como el uso de mascarillas en el interior de los edificios (entre otras) que han mostrado su eficacia en prevenir la infección y la muerte.

LA PANDEMIA MUNDIAL NO HA DESAPARECIDO

Es cierto, que incluso antes de la guerra en Ucrania, se estaba ya creando un clima de optimismo de que la pandemia se estaba resolviendo y que se estaba transformando en una especie de gripe. Ello motivó entonces a que se iniciara el proceso de eliminar las medidas preventivas que habían sido eficaces en reducir la pandemia. Y la guerra acentuó todavía más esta situación, contribuyendo a la relajación en la implementación de aquellas medidas preventivas. He escrito recientemente artículos críticos de esta postura ya muy generalizada en donde indicaba que tal relajación iba a tener costes con un aumento de nuevo de enfermedades y muertes, revertiendo el descenso de la pandemia que había creado tal optimismo. Y me apena ver que la realidad ha mostrado que llevaba razón. Y la militarización actual debido a la guerra en Ucrania está intensificando esta situación, acumulada.

LOS COSTES DE LA MILITARIZACIÓN

Unas de las consecuencias más importantes de la creciente militarización de los países, con un espectacular crecimiento del gasto militar, es que va a hacer que tal incremento se haga a costa del gasto público social, incluyendo gastos en medidas preventivas de la pandemia, así como gastos sanitarios y de cuidados, como siempre ha ocurrido históricamente en momentos bélicos. Y que afectarán de manera muy marcada a aquellos países que tiene un gasto público social por debajo de lo que les correspondería por el nivel de desarrollo económico que tienen, como es el caso de España (ver mi libro El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias). En este país existe el peligro de que la muy urgente y necesaria corrección del déficit del gasto público-sanitario-social (déficit que ha aparecido con toda claridad durante la pandemia) se retrase a fin de aumentar el gasto militar.

El caso más claro es lo que está ocurriendo en el propio Estados Unidos, el mayor promotor de la militarización de los países de la OTAN. El gobierno federal de EEUU está aumentando el gasto militar de una manera muy acentuada debido a la guerra en Ucrania, con el apoyo casi unánime del Congreso. Y en cambio, no existía tal consenso en cuanto a aumentar el gasto federal para añadir una cuarta vacunación para los ancianos y personas inmunocomprometidas, argumentado que no había dinero para ello, siendo los congresistas del Partido Republicano (los mayores defensores de aumentar el gasto militar) los que se oponían más al aumento del gasto para controlar la pandemia. El trade off entre gasto militar y gasto social es bien conocido entre los expertos en políticas públicas. En general, a mayor fuerza de las fuerzas conservadoras en un país, mayor es el gasto militar y menor el  gasto social. Y al revés, a mayor fuerza de las fuerzas progresistas, mayor es el gasto social y menor el militar. De ahí que una de las consecuencias de la militarización actual vaya a ser el debilitamiento de los Estados de Bienestar en los países donde hoy existe tal militarización. De nuevo, EEUU, es un claro ejemplo de ello. El gasto militar es enorme (resultado del enorme poder del complejo industrial militar), y en cambio los servicios del Estado de Bienestar están muy poco desarrollados. En EEUU no hay todavía hoy el derecho universal de acceso a los servicios sanitarios.

EL COVID-19 NO ES UNA GRIPE

No es cierto que el descenso del COVID-19 lo haya transformado, pasando de ser una pandemia a una epidemia semejante a la gripe. Estamos lejos de alcanzar esta situación. En España, el nivel de infecciones y de mortalidad por este virus ha ido bajando, pero incluso considerando el nivel de infecciones y de muertes, estos días estamos a niveles superiores a los que existían en la parte mas baja de la ola en el verano anterior de 2021, momento en el que se decidió con razón, continuar las medidas preventivas, tales como la obligación de llevar máscaras, exigir la vacunación para utilizar ciertos servicios o atender cierto lugares de trabajo y de ocio, con medidas especiales en transporte y un largo etcétera.

¿PORQUÉ NO HACERLO AHORA?

Se ha dicho que no hace falta que continuemos con tales medidas porque los niveles de inmunidad son muchos mayores ahora que entonces. Pero este argumento que parece razonable está equivocado, pues no tiene en cuenta que la inmunidad conseguida a través de la vacunación o a través de haber tenido la enfermedad va disminuyendo con el tiempo, pues no tenemos vacunas todavía que faciliten, como la vacuna de gripe, la inmunidad por al menos un año (con el COVID-19 el tiempo es mucho menor). De ahí la necesidad de mantener muchas de las medidas que se están ahora eliminando, como llevar máscaras en interiores, lo cual es un enorme error. Sabemos que tales medidas evitan el contagio y disminuyen las muertes.

España es uno de los países de Europa Occidental que ha tenido más mortalidad acumulada por COVID-19 (mortalidad por millón de habitantes desde el principio de la pandemia). Las causas de esta situación son muchas, siendo una de ellas el déficit de recursos en los servicios de salud pública y servicios sanitarios sociales debido a un gasto público excesivamente bajo. Los países que han tenido una mortalidad acumulada menor desde el principio de la pandemia han sido Noruega, Dinamarca y Finlandia, donde las políticas de control de la pandemia han estado más desarrolladas. Ahora bien, debido a tener una mortalidad acumulada muy baja, fueron estos países algunos de los primeros en relajarse eliminando muchas medidas preventivas. Y como consecuencia, hoy están entre los países que han visto crecer con mayor intensidad su mortalidad diaria por COVID-19. Es preocupante que en España la mortalidad  haya últimamente dejado de descender, experimentándose una leve tendencia a volver a aumentar­­, muy probablemente debido a la relajación en la obligatoriedad de las medidas preventivas. Es probable que aumente más en la medida en que se vayan eliminando tales medidas.

MEDIDAS ERRÓNEAS QUE RESPONDEN A PRESIONES DE LOS LOBBYS

La presión de lobbys sobre las instituciones representativas están consiguiendo que las autoridades públicas estén cediendo, ignorando la opinión de la mayoría de la comunidad científica. Un ejemplo de ello es la presión que están ejerciendo hoy los directores de las grandes empresas de aviación a los representantes políticos para que se dejen de exigir, a partir del 18 de Abril, el uso de las mascarillas además de otras medidas anti COVID-19 que hoy se les exige a los viajeros. Y mucho me temo que las autoridades van a ceder. Estar en una habitación por grande que sea la habitación (y el avión es una gran habitación), sin máscara por varias horas es un error que tiene costes en vidas humanas, tanto para los que viajan como para los que trabajan en esta industria. Se dirá que en realidad tales medidas no son necesarias pues el sistema de ventilación y de filtros en el avión ya previenen la infección. De nuevo, en principio tal argumento parecería razonable excepto que se olvida que si alguien está contagiado de COVID en el avión y si sienta en un asiento rodeado de personas sin mascarilla por tanto tiempo, el riesgo de infección por mucho filtro y por mucha ventilación que exista, continúa existiendo. Frente a esta situación no hay filtro o ventilación que valga. De ahí, la enorme necesidad, de que se continúe con la exigencia de usar mascarillas, además de exigir los tests negativos que se han estado requiriendo.

Otra de las causas de no eliminar en este momento estas normativas es proteger a los trabajadores en estos sectores, disminuyendo las posibilidades de contagios. Es lógico que los sindicatos de azafatas y asistentes de vuelo de las aerolíneas estén en contra de la eliminación de tales mascarillas y de tales medidas de prevención. Un tanto igual ocurre en los sindicatos de los trabajadores de sanidad, educación, servicios sociales y del sector comercial. Uno de los temas, por cierto, que explican el éxito de haber conseguido la sindicalización en un centro de distribución de una de las mayores empresas de EEUU, Amazon, fue precisamente la presión de los trabajadores de tal centro para que se atendiera la seguridad de sus condiciones de trabajo, incluyendo la aplicación de medidas que garanticen su salud y calidad de vida, exigiendo la protección de los trabajadores de tal empresa, conocida por su falta de sensibilidad al trabajador en temas de higiene y salud laboral.

PROTEGER LA SALUD DE LOS USUARIOS Y TRABAJADORES ES TAMBIÉN NECESARIO PARA MEJORAR LA EFICIENCIA ECONÓMICA

El asumir que las medidas preventivas contra la pandemia interfieren con la eficiencia de la economía, como asume el pensamiento liberal conservador, es también un error. La mejor prueba de ello es lo que ha pasado en el Norte de Europa. Noruega, Dinamarca, y Finlandia han sido países ejemplares en su aplicación de tales medidas. Y todos ellos han tenido una mortalidad acumulada por COVID muy baja. Por otra parte sus economías han sido, como incluso ha reconocido DAVOS (el Vaticano del pensamiento neoliberal), las menos afectadas económicamente por la pandemia. Y fue precisamente la ideología neoliberal (con muy escasa intervención pública reguladora de los comportamientos sociales) introducida por las fuerzas conservadoras gobernantes en Suecia y mantenidas por el nuevo gobierno socialdemócrata que le siguió, la que hiciera de este país una excepción entre los países escandinavos, sufriendo en comparación unos indicadores mucho más altos de mortalidad acumulada por COVID-19.

No hay duda de que la pandemia podría controlarse y eventualmente convertirse en otra epidemia más, como la gripe. Pero no hemos alcanzado el nivel de contagios y mortalidad que nos permita una relajación en este momento. Se tienen que conseguir niveles más bajos de contagios y muertes y no solo aquí, sino también allá; es decir en todas partes. Y para ello se requiere una solidaridad entre generaciones, entre países y entre continentes, opuesta precisamente a la cultura belicista y competitiva de ahora que nos esta llevando a un desastre. Así de claro

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Silencios y falsedades sobre la guerra en Ucrania https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/03/31/silencios-y-falsedades-sobre-la-guerra-en-ucrania/ Thu, 31 Mar 2022 05:39:01 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6230 Continuar leyendo "Silencios y falsedades sobre la guerra en Ucrania"]]> Un militar ucraniano inspecciona un agujero producido por un misil ruso cerca de Kiev (Ucrania). EFE/EPA/STR
Un militar ucraniano inspecciona un agujero producido por un misil ruso cerca de Kiev (Ucrania). EFE/EPA/STR

El periodismo como propaganda política

Es reconocido que en situaciones bélicas una de las características del conflicto militar es la escasa veracidad de los mayores medios de información que en su vocación guerrera consideran la propaganda como práctica esencial en el "quehacer patriótico". Esto ocurre casi de manera natural sin que apenas se perciba pues es una practica (algo exagerada en tiempos de guerra) de lo que ocurre normalmente. Estamos viendo como la gran mayoría de los medios de información en España están denunciando, con razón, la falta de credibilidad de los medios de información en Rusia, (considerada como la fuerza enemiga) sin admitir que algo semejante también esta ocurriendo en este país (sin la necesidad del aparato represivo de la censura oficial que ocurre en Rusia), apareciendo claramente en el sesgo de las noticias y en los silencios  que acompañan sus reportajes sobre la guerra de Ucrania.

La movilización de los medios de información españoles en su cobertura de la guerra de ucrania

Como he indicado en otros artículos, una característica de la cultura política y mediática en España (consecuencia de un proceso de transición de la dictadura a la democracia en condiciones muy favorables a las fuerzas conservadoras que controlaban el Estado dictatorial), es su derechización, de manera tal que la derecha española es homologable, en el abanico político de la Europa Occidental, a su ultraderecha. España es el único país en la Europa Occidental en el que el partido conservador (PP, la derecha española) gobierna en muchas comunidades autonómicas con el apoyo de la ultraderecha (Vox), lo cual ha originado una protesta y denuncia por parte de dirigentes de partidos europeos conservadores, alarmados por este precedente.

Falacias comunes y no corregidas en los medios españoles

El sesgo tan extremista explica que según encuestas recientes el 44% de la población española cree que Unidas Podemos es el partido político más cercano y próximo a Putin, el presidente de Rusia,  lo cual no deja de ser sorprendente para cualquier persona que conozca bien lo que piensa y hace Putin en Rusia y lo que piensa y hace Unidas Podemos en España (que tiene como partido en tal coalición al Partido Comunista de España). Se asume que Putin es comunista y que por lo tanto la coalición de Unidas Podemos es la más próxima a él. Parecería lógico llegar a esa conclusión, excepto que es ampliamente conocido que Putin no solo no es comunista, sino que es profundamente anti-comunista y que la Unión Soviética dejo de existir ya hace mas de treinta años, siendo hoy uno de los países europeos  con un capitalismo mas desenfrenado.

La pregunta que debe hacerse pues es como una visión tan errónea de la realidad puede estar tan extendida en España. Un análisis de los contenidos de gran parte de los medios de información españoles permite entender que tal percepción errónea sea tan extensa. Una de las voces más conocidas de la derecha española, el señor Francisco Marhuenda, director del diario La Razón (un diario muy de derechas basado en Madrid), ha sido uno de los voceros de esta definición de Putin como comunista. Tal personaje, muy representativo de las derechas españolas, es acusado con frecuencia de mentir descaradamente. No estoy seguro, sin embargo, de que sea una mentira lo que está diciendo, pues para mentir se necesita saber la verdad. Si no se sabe la verdad, no se puede mentir. Y francamente dudo que conozca la verdad, es decir la realidad como es, pues es muy probable que se crea las falsedades que está promoviendo. Hay que reconocer que muchos de los dirigentes políticos y mediáticos de derechas se han formado en escuelas privadas, la mayoría de ellas religiosas, que tiene un sesgo dogmático y extremadamente conservador de la historia que les ha marcado para el resto de su vida y se creen lo que les conviene que crean para la reproducción de su realidad, y esto es lo que han aprendido. Se lo creen y asumen que el comunismo continua en Rusia. Y esta ignorancia dogmática puede ser más preocupante y dañina que la mentira pues es impermeable a la verdad. Por mucha evidencia científica que se les presente, jamás cambiaran, defendiendo sus tesis con gran hostilidad, interrumpiendo constantemente al que está en desacuerdo (definido como adversario, cuando no enemigo), dificultando cuando no impidiendo, el debate. Vean los mal llamados "debates políticos" en la Sexta Noche como ejemplo. Y es ahí donde el señor Marhuenda y sus colegas de la derecha española subrayan una y otra vez que Putin es comunista.

Falacias comunes y no corregidas: Putin es un comunista

Putin no es comunista. Putin es un anticomunista perteneciente a la sensibilidad de ultraderecha de un nacionalismo imperialista muy acentuado junto con un cristianismo ortodoxo ruso sumamente reaccionario profundamente anticomunista, que ha encarcelado y reprimido a dirigentes del Partido Comunista Ruso y qué en su día y como mano derecha del presidente Yeltsin, llevó a cabo una de las reformas más radicales de la propiedad del sistema económico soviético, privatizando la mayoría de los medios de producción y distribución, habiendo impuesto un modelo de "capitalismo salvaje" que creó una de las mayores crisis de salud (con mayor crecimiento de la mortalidad ) conocidas en la Europa del la segunda mitad del Siglo XX. Todo esto es, en general, muy conocido en la mayoría de los países a los dos lados del Atlántico Norte, excepto en España. En este país, para casi la mitad de la población (44%), la historia se detuvo en 1991 cuando colapsó la Unión Soviética y para algunos este colapso parece nunca haber ocurrido. No están pues mintiendo, sino que es una ignorancia alimentada por un dogmatismo que dificulta cualquier posibilidad de debate.

El silencio sobre lo ocurrido en Rusia: su transformación económica

Gorbachov fue el último presidente del gobierno comunista de la Unión Soviética. Gorbachov intentó una apertura de aquel régimen tanto a nivel político como a nivel económico. Ahora bien, su vía era lo que podíamos llevar en términos europeos, la vía social democrática. Tal vía no era ni la deseada por el gobierno de Estados Unidos ni la deseada por la oligarquía rusa que había ya comenzado a obtener elementos de propiedad dentro de los medios de producción rusos, controlando sectores de la economía y que querían formalizar esta propiedad a través de su privatización. Y fue Yeltsin el que llevó a cabo esa función junto con Putin siendo este su mano derecha.  Y para hacer ese cambio contó con la ayuda de Estados Unidos incluyendo a economistas ultraliberales conocidos en Estados Unidos como Jeffrey Sachs (que había también asesorado a varios gobiernos de derecha de países de América Latina en sus políticas privatizadoras).

Otra falsedad: Putin dice que ucrania es nazi, lo cual es una falsedad. Pero también es una falsedad decir que los nazis no pintan para nada en ucrania

Que Ucrania es nazi es una falsedad que está promoviendo Putin y que incluso utilizo para justificar su invasión con supuestos intentos de "desnazificar" a Ucrania. Tal acusación es también una falsedad. Ahora bien, también es una falsedad indicar que los nazis no tienen ninguna influencia en Ucrania, tal como ha indicado el embajador de Estados Unidos en Moscú, el señor Michael McFaul, subrayando que los nazis no pintan nada en Ucrania, lo cual tampoco es cierto. Sí que pintaron porque incluso estuvieron en el Gobierno y los datos hablan por sí mismos. La llamada Revolución Maidan en el 2014, reflejó una protesta frente al gobierno ucraniano ruso 9democraticamente elegido en 1991) en la que estuvieron activos fuerzas nazis, como el partido neo-nazi "Svoboda", cuyos dirigentes Oleh Tyahnybok y Andriy Parubiy, jugaron un papel importante en tal llamada revolución. Más tarde el gobierno de Yatsenyuk tuvo tres miembros de Svoboda en el nuevo gobierno, además del vice- primer ministro quien también era  miembro del tal partido. Es más, a los nazis se les cedió el control de un batallón del ejercito que lleva como tal el título de su formación política "Azov", siendo el único ejercito en Europa en el que esto ocurra (ver Medea Benjamin and Nicholas J. S. Davis " There is no wisdom in pretending that ucranian neo-nazis don’t exist", Portside, March 18, 2022).

Una de las primeras medidas del nuevo Gobierno fue eliminar el ruso como lengua oficial y además de hacer los nombramientos citados en el párrafo anterior, asignaron al batallón nazi la labor de batallar a los ucraniano-rusos secesionistas. Tal partido nazi y aliados consiguió un 10% de votos en las elecciones del 2014, ganando también en varios pueblos y ciudades de Ucrania en la que aparecieron ampliamente en el país estatuas de personajes nazis que habían luchado al lado de Hitler contra la Unión Soviética, como el famoso Stepan Bandera. Una cuarta parte de los judíos victimas del holocausto eran de Ucrania. Fue un gobierno que discriminó a la población rusa  y que creo grandes tensiones dentro de Ucrania. Desde su punto de vista económico era un gobierno ultra-liberal con medidas privatizadoras y claramente hostiles hacia los sindicatos y a los partidos de izquierda incluyendo el Partido Comunista Ucraniano, que en el 2002 había sido el tercer partido del país y que fue prohibido mas tarde.

Tanto el gobierno ucraniano ruso elegido en 1991 como el ucraniano nacionalista anti-ruso elegido en 2014 perdieron sin embargo el apoyo popular en parte debido  a las continuas tensiones de carácter étnico y cultural  y también en parte a la corrupción que caracterizó a ambos gobiernos, una característica del Estado Ucraniano.  El partido nazi bajó del 10% el 2014 al 3% en el 2019. Ahora bien, este descenso no indica que este partido dejará de tener cierto protagonismo en áreas importantes de la vida ucraniana. No es, pues cierto que el Estado Ucraniano sea nazi, pero tampoco es cierto que los nazis no pinten nada.

Cuando en 2019, Zelenskyy fue elegido (el candidato anti-stablishment), ganó por amplia mayoría con un programa que intentaba recuperar el ruso además del ucraniano como lenguas oficiales del país, y prometió resolver el problema de los pro-ruso independistas en Donbas, aunque el partido neo-nazi se opuso a que se uniera con los disidentes rusos secesionistas con los que quería negociar un pacto.

Otra falsedad:  la OTAN lucha por la libertad y por la democracia

Este percepción de lo que es La OTAN  es la que han utilizado ampliamente  los mayores medios de comunicación españoles, olvidándose del origen y el desarrollo de la OTAN el tema que he descrito en otro artículo (Causas y Consecuencias de la Guerra en Ucrania, Público, Marzo 14 de 2022 ). En realidad, la OTAN ha sido un instrumento a favor de la perpetuación y expansión de los intereses económicos y políticos del gobierno federal de los Estados Unidos y en segundo lugar de sus gobiernos europeos, que ha determinado su política exterior y que se intentó justificar presentándose como organización creada para defenderse frente a la Unión Soviética, falsedad que quedó clara cuando siguió funcionando luego de que la Unión Soviética desapareciera. Más que anticomunista, era y es un movimiento político social encaminado a extender los intereses económicos y políticos estadunidenses y de sus aliados europeos. Era totalmente previsible, por lo tanto, que cuando el Presidente Clinton rechazó la propuesta que le hizo Putin de que una vez desaparecida la Unión Soviética, Rusia pasara a ser miembro de La OTAN, el gobierno ruso percibiera tal rechazo como muestra de que el objetivo real de La OTAN fuera no solo el de eliminar a la Unión Soviética (lo cual ya habían conseguido), sino también el de destruir a Rusia, rodeándola de bases militares con armamento militar apuntando a su país. Fue ese rechazo, que como ha indicado el New York Times recientemente (27 de Marzo de 2022), el que contribuyó al crecimiento del nacionalismo esencialista basado en la recuperación de la Rusia pre-bolchevique en el que el conservadurismo cultural, basado en el cristianismo ortodoxo ruso, adquiriera mayor potencia facilitando el desarrollo del Estado Ruso actual. De ahí la visión imperial de Rusia, anti-bolchevique en la que se veía a Ucrania como mera parte de Rusia, lo cual los bolcheviques nunca aceptaron. De ahí la crítica de Putin hacia los fundadores de la Unión Soviética. Y de ahí también su defensa de los valores conservadores religiosos que se refleja en el gran poder que tiene hoy la jerarquía de la iglesia cristiana ortodoxa rusa dentro del Estado, que la hace tan atractiva a las ultraderechas en el mundo, incluyendo las españolas, frente a la supuestamente "decadente cultura occidental".

Por otra parte, la OTAN ya ni siquiera intenta presentarse como anti-comunista, sino que ahora batalla en contra de aquellos considerados como "enemigos de la civilización occidental", estén donde estén. Solo hay recordar las invasiones a Afganistán, Irak y Libia, entro otras. Todas ellas lejanas de Europa, que se han justificado como en defensa de los supuestos valores de libertad y democracia de tal civilización, y que ha causado mas víctimas civiles que las que están ocurriendo ahora en Ucrania, siendo la única diferencia de estas guerras el color de la piel de sus víctimas. Hoy hay casos semejantes al de Ucrania, como en Yemen, que apenas son noticia en los medios de comunicación españoles. Y en tales medios ha tenido muy poca visibilidad el que el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya aceptado que el futuro del Sahara, ex colonia del Estado Español, no lo determine el pueblo saharaui, sino un pacto entre el es ex Estado colonial España, y el Reino de Marruecos, una dictadura no más blanda que la rusa.

Hoy la OTAN está dirigiendo un bloqueo contra la economía y contra la sociedad rusa, que están dañando enormemente el bienestar de las clases populares rusas y también indirectamente de las clases populares predominantemente de los países europeos, pero también de las clases populares de Estados Unidos, pues la carencia de productos que conlleva el embargo está afectando su vida y bienestar. Es más, la fobia anti rusa que alcanza niveles absurdos, como la retirada por Netflix de las obras de teatro de Tolstoi, están dificultando enormemente el desarrollo de las condiciones para que se pueda terminar la guerra, pues tal hostilidad parece confirmar el mensaje de Putin de que el objetivo de La OTAN según él es destruir a Rusia. La estrategia del Presidente Biden no es conducente al fin de la guerra sino a su continuidad creando una especie de Afganistán para Rusia que se eternizaría debilitando enormemente a Rusia como le ocurrió a Estados Unidos.

Por lo demás, la guerra de Ucrania ha permitido a Biden recuperar el liderazgo de La Alianza Atlántica, muy débil antes como consecuencia del fracaso y salida del ejército estadounidense de Afganistán. Hoy la OTAN ha adquirido una unidad y protagonismo que la ha reforzado. Es más, la guerra ha ido muy bien, para crear una colaboración con el Partido Republicano, siempre favorable al complejo industrial militar de Estados Unidos que tiene una enorme influencia en el Gobierno federal, y cuya importancia ha aumentado con la guerra de Ucrania. Y en la Gran Bretaña lo que ha salvado la vida política del Premier Johnson ha sido la guerra. En realidad, sin ella hoy tal personalidad no estaría gobernando hoy la Gran Bretaña.

¿Por qué no se habla de que el gobierno de Estados Unidos estaba preparando la integración de ucrania en la OTAN?

El resultado de las elecciones del 2019 significó cambios importantes en Ucrania. Zelenskyy, que había ridiculizado la clase política ucraniana cuando hacía su programa en televisión, se le veía como alguien nuevo. Zelenskyy significó un cambio significativo en la gobernanza de Ucrania. Desde muy al principio ya se opuso a la ley de hacer del ucraniano la única lengua oficial. Insistió en revertir la ley promoviendo de nuevo el uso del ruso en la televisión y la cultura y al que también se le considere lengua oficial. También criticó las estatuas y el uso de los nombres de los nazis en calles y edificios llamando a honrar en vez a nuevos héroes de la República. Ahora bien, el proceso de militarización significó un aumento de los gastos que se hizo en parte a costa de una reducción del gasto social reduciendo el empleo público un 20%, privatizando 342 empresas públicas con reducción de los salarios y de las pensiones y privatizando la sanidad pública, así como descendiendo la educación pública, medidas que fueron impopulares y qué redujeron su popularidad, entre otros factores, de un 73% a un 23%. Ahora bien, otra circunstancia fue que, a pesar de su compromiso de reducir las tensiones con Rusia, éstas continuaron aumentando, puesto que Ucrania había firmado con el Gobierno estadounidense en el 1 de septiembre de 2021 un acuerdo en el que se consideraba a Ucrania como entidad soberana qué  debería ser considerada como posible miembro de la OTAN para lo cual se aceptó la necesidad de incrementar la cooperación militar de los dos Estados convirtiendo a Ucrania como "partner" de la OTAN. Este documento era claramente opuesto al acuerdo de Minsk,( firmado en 2015 por Ucrania, Rusia, Alemania y Francia en el que se aprobaba que Ucrania se declararía libre de pactos militares renunciando  a ser parte de la OTAN) y era inaceptable para Putin. Era pues predecible que podría ocurrir lo que ocurrió, condenando la población ucraniana a sufrir lo que está sufriendo.

La respuesta de Putin con la criminal invasión no puede nunca justificarse. Pero era probable que ocurriese y así ocurrió. Tal acuerdo del 1 de Septiembre de 2021, significó alejarse (como bien ha dicho Noam Chomsky en un discurso reciente en Madrid en un foro sobre Ucrania organizado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030) de la solución al problema de falta de seguridad tanto en la Europa Occidental como en Rusia.  Era y continúa siendo necesario establecer un sistema de seguridad desde el Atlántico hasta Los Urales. Este fue el proyecto que habían sostenido personajes como Willy Brandt de Alemania, De Gaulle en Francia y Gorbachov en La Unión Soviética. La OTAN no es el instrumento para proveer esa seguridad de Europa y tampoco de Rusia. La condición de seguridad basada en la fuerza militar es profundamente errónea. La experiencia muestra que es precisamente lo contrario. Los conflictos militares nunca resuelven estas situaciones. Son precisamente las negociaciones dentro de una cultura de pactos de las que se puede generar la seguridad. Y estas organizaciones de seguridad deberían también facilitar el desarrollo del bienestar social y calidad de vida de la mayoría de las poblaciones de los países afectados, dentro de unas reglas consensuadas a través de procesos participativos y preferentemente democráticos. Y esta necesidad es mas urgente que nunca. Y si se continúa ignorando estaremos yendo muy rápidamente a una guerra nuclear. Así de claro.

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El negacionismo trumpista y la pandemia: el caso Ayuso https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/03/22/el-negacionismo-trumpista-y-la-pandemia-el-caso-ayuso/ Tue, 22 Mar 2022 06:00:44 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6225 La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso (c), llega acompañada por la vicesecretaria de Política Social del PP, Ana Pastor (d), este martes a un colegio de la localidad madrileña de Alcobendas en el ámbito de la campaña electoral de cara a los comicios regionales del próximo 4 de mayo. EFE/Víctor Lerena
La presidenta de la Comunidad de Madrid durante la última campaña electoral en Madrid.- EFE/Víctor Lerena

Ha habido bastante material escrito críticamente sobre los movimientos que niegan el valor preventivo de las vacunas anti-Covid19 y que se oponen a su obligatoriedad en base, no solo a su supuesta violación de los derechos humanos de la persona a la que se le obliga a vacunarse, sino también a su supuesta ineficacia (pues no logra alcanzar su objetivo que debiera ser que la gente no se infecte, caiga enferma o se muera) o/a su malignidad (es decir que puedan causar más daño que beneficio). He escrito extensamente sobre estos movimientos y no pienso extenderme aquí en lo dicho en artículos anteriores (ver mi artículo "La irresoluble pandemia requiere cambios más profundos de los que se están considerando para evitar su cronificación" Público, 17/8/2021). Aquí quiero centrarme en otro tipo de movimientos, que, aunque tiene características comunes con la anti-vacuna, son distintos. Me estoy refiriendo a los movimientos que van más allá que la anti-vacuna  negando la eficacia de las medidas promovidas por las agencias de salud pública que han sido aplicadas por la mayoría de los gobiernos a los dos lados del Atlántico Norte para controlar la pandemia. Estas medidas incluyen un amplio tipo de intervenciones obligatorias que van desde la obligatoriedad de llevar mascarilla y mantener un distanciamiento físico entre las personas, hasta la normativa de evitar espacios comunes como restaurantes, bares, lugares de ocio y otros, o incluso de confinamiento en casa e irrupción de movilidad y control de transportes y de fronteras.

Este movimiento anti-medidas gubernamentales obligatorias coincide con los movimientos anti-vacunas en el argumento de que tales medidas son violadoras de los derechos humanos (al intentar forzar a la población a adoptar medidas anti-pandemia), además de ser ineficaces en su objetivo de reducir la mortalidad por COVID19. Pero lo que es particular y característico de este otro movimiento es que asume que tales intervenciones, además de ser erróneas e ineficaces, son perjudiciales a la economía del país. Este argumento tiene gran importancia en este segundo movimiento anti-medidas obligatorias de salud pública, que por economía entiende los intereses empresariales afectados por la aplicación de aquellas medidas. De ahí se deriva el gran apoyo y gran promoción de tales argumentos por parte de los mayores medios de información próximos al trumpismo en EEUU (la ultraderecha estadounidense), tales como Fox News, el New York Post, el Washington Times, e incluso el Wall Street Journal, entre otros, que con gran agresividad y manipulación de la información están promoviendo argumentos contra las políticas de salud pública estadunidense en su campaña de control de la pandemia, priorizando el mantenimiento del crecimiento económico sobre las medidas obligatorias de salud pública, a las cuales consideran ineficaces.

En España, tales voces trumpistas aparecen primordialmente en la ultraderecha, como en el partido VOX,  pero también en el Partido Popular, donde  la señora Ayuso, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, se ha destacado por su conocida animosidad hacia las medidas sanitarias y de salud pública obligatorias que han estado promovidas por el gobierno español y por la Organización Mundial de la Salud. La sintonía de estos sectores en España con el trumpismo estadunidense, aparte de ideológica, lo es también en estrategia y mecanismos de acción política. De tal manera que no sorprende que la señora Ayuso se este apoyando en material desinformativo que de los medios de ultraderecha estadunidense (FOX News entre otros) han estado distribuyendo para promocionar sus tesis.

Cómo el trumpismo estadounidense se reproduce en España por la señora Ayuso

El mayor problema de los que niegan el valor de las medidas de prevención de las pandemias a través de medidas obligatorias, como hace la señora Ayuso, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, es la falta de credibilidad científica de sus argumentos. De ahí que fue una noticia muy sorprendente que de pronto apareciera en EEUU un informe de un supuesto grupo de expertos en la pandemia, que concluyera qué todas las medidas obligatorias que se han estado aplicando "no han tenido ningún impacto en reducir la mortalidad por COVID-19. En realidad, el impacto ha sido muy pequeño o ninguno". Y lo que fue todavía más sorprendente es que se presentará tal informe como un informe de Johns Hopkins.  Tal universidad, The Johns Hopkins University, es una de las universidades de Estados Unidos que ha estado trabajando más en el tema de la pandemia y que además goza de gran prestigio internacional en temas de salud pública, política sanitaria y política social. De ahí que los medios afines al trumpismo, como FOX News, entre otros, hayan estado promoviendo este informe presentándolo como "un informe de Hopkins," el cual tiene el logo de la universidad ocupando casi la mitad de su portada. El mensaje promovido por los medios trumpistas era que la ciencia les daba la razón a los negacioncitas. Y solo un par de días después que la noticia apareciera en Estados Unidos, la Señora Ayuso publicó un tweet, cuya primera parte reproducía la conclusión de aquel supuesto informe de  Hopkins: "todas las medidas obligatorias que se han estado aplicando durante la pandemia no han tenido ningún impacto en reducir la mortalidad por COVID-19. En realidad, el impacto ha sido muy poco o ninguno". La segunda parte del tweet señalaba la autoría de tal frase atribuyéndola a "un grupo de investigadores de la Johns Hopkins", para terminar el tweet afirmando de que la ciencia apoyaba su oposición a aquellas medidas que habían sido ordenadas por el gobierno Español, subrayando que "Teníamos razón. Madrid Abierto es lo mejor para hacer frente a la pandemia". "Madrid Abierto" era y continúa siendo el eslogan que la señora Ayuso usa a favor de eliminar las medidas de confinamiento que se habían aplicado primordialmente al principio de la pandemia por parte del Gobierno Español, liderando la campaña para eliminar estas restricciones.

Problemas con el tweet negacionista de Ayuso

El mayor problema con este tweet de la señora Ayuso es que no es lo que se asume que es. Este trabajo escrito por tres economistas (de los cuales solo uno, Steve Hanke, es profesor de Hopkins), no es un artículo académico que haya sido publicado en una revista científica tras ser evaluado por expertos en la materia (a peer review article), sino que es un informe que define una postura mas política que científica, ampliamente criticado por conocidos expertos en las distintas áreas referidas en el informe por su muy deficiente metodología y por su selección muy sesgada de los datos y referencias, ignorando en su revisión bibliográfica la gran mayoría de estudios publicados que presentan evidencia contraria a su tesis . El profesor Steve Hanke  quien fue asesor del gobierno Reagan, es conocido por la beligerancia en su discurso, habiendo insultado recientemente a los gobiernos alemanes y francés de ser fascistas debido a sus políticas de contención de la pandemia a través del confinamiento de la población en el inicio de la misma. Tal profesor es uno de los directores del Instituto CATO, promotor, entre muchas otras medidas ultraliberales, de la total privatización de la Seguridad Social en EEUU.

El mal llamado informe Hopkins no es pues un informe o documento oficial de Hopkins. En realidad, el Vice Decano de la Escuela de Salud Pública de tal Universidad, el Profesor Joshua Sharfstein,  ha indicado que "tal documento no refleja ni la postura de la Universidad ni de la Escuela de Salud Publica" y podría añadirse, ni de la gran mayoría de profesionales que están trabajando en tal universidad en el tema de la pandemia. Como bien señaló el Vice Decano "Esta demostrado que el COVID-19 esta causado por un virus SARS-COV-2, que es un virus de contagio respiratorio que se transmite entre personas. De ello se deriva que reducir la transmisión de tal virus es esencial para reducir el numero de contagios, el numero de hospitalizaciones y el numero de muertos".

La enorme ignorancia de los negacionistas

El hecho de que el virus causante de la pandemia tenga su preferente área de incubación en la vía respiratoria, implica que un medio especial de transmisión sea el aire que se respira. De ahí que medidas como la utilización de las mascarillas, el mantenimiento de distancia entre personas, el control y ventilación de los espacios habitados, así como en casos excepcionales , el confinamiento de la población, fueron y siguen siendo medidas necesarias para prevenir la expansión del virus, la enfermedad y mortalidad por él creadas. Y la obligatoriedad de estas medidas, incluyendo el confinamiento, fue aplicada para disminuir el impacto nocivo del Covid-19, lo cual fue determinante para que disminuyera la mortalidad, primordialmente al principio de la pandemia, cuando no había todavía vacunas disponibles y la población no tenia ninguna inmunidad que les protegiera. La evidencia científica publicada en revistas científicas de gran prestigio y credibilidad es abrumadora.

De ahí que haya un consenso en la comunidad científica que trabaja en salud pública de que estas medidas son importantísimas y necesarias para poder controlar la pandemia. Y las diferencias en cuanto al tratamiento de la pandemia no son tanto en cuanto a su obligatoriedad sino a la forma y tipo de aplicación, incluyendo el momento  especifico en la evolución de la pandemia  en que deben aplicarse. Por lo demás, repito, hay un consenso científico entre los expertos en salud pública de la  necesidad y obligatoriedad de estas medidas. Es importante enfatizar este punto, sobre todo en este momento en el que se habla de la necesidad de alcanzar la normalización, pasando a considerar esta pandemia como una epidemia como la gripe, relajando y/o eliminando tales medidas.

El covid-19 no es equivalente a la gripe 

Desde el principio ha habido un intento de relativizar y minimizar la gravedad de la pandemia por parte de los trumpistas para justificar su inatención a las medidas promovidas por las agencias de salud publica. Y fue el trumpismo quien desde el principio manifestó que el COVID-19 no era peor que la gripe y que por lo tanto no se requerían de las medidas propuestas por las agencias de salud publica. Los datos, sin embargo, muestran la falsedad de tal postura. Durante los últimos diez años en España, la mortalidad debido a la gripe en el peor de sus años, el 2017 (temporada 2017-2018), fue de alrededor de 15.000 muertos. En los otros años la mortalidad varió entre 3.000 y 5.000 muertos. Concretamente en el año 2019 (temporada2019-20) fue de 3.900 muertos. Estas cifras son mucho menores que la mortalidad causada por COVID-19, que fue de 1ro de Marzo de 2020 al 1ro de Marzo del 2021 de alrededor de 70.000 muertos, y que ha sido desde el 1ro de Marzo del 2021 hasta el 27 de Febrero del 2022 de aproximadamente 30.000 muertes. Es más, la enfermedad por COVID-19 es mucho peor que la enfermedad de la gripe con secuelas mucho mayores. Hablar de semejanza en cuanto a su gravedad es profundamente erróneo.

Por otra parte, la inmunidad que se ha ido creando debido a la extensión de la enfermedad y también en gran parte debido a la vacunación, hace que la mortalidad así como la morbilidad (la tasa de enfermos) como consecuencia de la covid-19 haya ido bajando, lo cual en teoría podría reducirse a unos niveles semejantes a la gripe, pero estamos muy lejos de haber alcanzado este nivel. Existe un excesivo optimismo que es preocupante, pues al relajarse las medidas preventivas se estaría retrasando el mejoramiento de la situación, y lo peor es que podría dar pie a la aparición de nuevas variantes que además de ser más contagiosas, podrían también ser más virulentas.

De ahí que no es de extrañar que las agencias de salud pública y los mayores centros de investigación académica sobre la pandemia sean más cautelosos que los dirigentes políticos, más sensibles al cansancio y al agotamiento de la ciudadanía. El hecho de que el nivel de inmunidad esté alcanzando niveles muy elevados (al contrario de lo que pasaba al principio de la pandemia), explica que exista este descenso. Pero es un deber de los expertos en temas de pandemia, el ser más cautelosos, proponiendo una transición que garantice un descenso continuado de la mortalidad, dificultando que aparezca una reversión del proceso, aumentando la mortalidad por covid-19 de nuevo. Es cierto que un dato muy positivo es que la mortalidad por covid-19 ha estado descendiendo. Pero la realidad es que hoy, la mortalidad es mayor  que la existente en Noviembre del 2021 (antes de que se iniciara la ultima ola) cuando las medidas preventivas como la utilización de la mascarilla eran obligatorias, medida que ahora con mortalidad muchísimo mayor dejará de serlo, exponiendo a la población a ser infectada de nuevo. Estamos ya ahora viendo nuevamente un aumento de contagios (que explica la parada en el descenso de mortalidad),  que también se esta dando en países europeos que han estado relajándose en la aplicación de medidas preventivas, como Dinamarca, Gran Bretaña, Alemania, Holanda e Italia, entre otros. Y no hay duda de que ello se debe a tal relajación, así como a un descenso del efecto inmunizante de las vacunas (pues como en la gran mayoría de vacunas su capacidad de protección va disminuyendo, lo cual ha venido exigiendo revacunaciones, diferenciándose así de la vacunación contra la gripe, que por lo general es anual). Y otra causa del crecimiento de la mortalidad es la reciente aparición de una nueva variante B12 que es incluso mas contagiosa que Omicron. Ello explica que se haya enlentecido el descenso de la pandemia e incluso revertido.

Una última observación 

Estamos viendo estos días un enorme crecimiento del militarismo en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte, como consecuencia de la guerra en Ucrania (Ver mi artículo "Causas y consecuencias de la guerra de Ucrania", Público, 14 de Marzo de 2022). Esta militarización está significando un "dejar de lado" a los temas tan urgentes e importantes para la vida de la mayoría de las poblaciones como son (1) la propia pandemia, (2) la enorme crisis social y del bienestar de las clases populares, que existía ya antes de la pandemia y que ésta ha acentuado, (3) y la dramática crisis climática. Todas ellas esta creando muchas más muertes que la Guerra de Ucrania. Sin desmerecer la importancia de analizar el porque de aquella guerra y las medidas que debieran tomarse para resolverla y prevenirla (y que no será a base de aumentar el gasto militar) el hecho es que tal guerra y la movilización de las banderas y de las tropas se está, una vez más,  utilizando a los dos lados del Atlántico, incluyendo España, para no  resolver los problemas de la vida cotidiana de la gente normal y corriente, que es siempre la que paga los costes de las guerras. Así de claro.

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Coronavirus,pandenia
Causas y consecuencias de la guerra en Ucrania https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/03/14/causas-y-consecuencias-de-la-guerra-en-ucrania/ Mon, 14 Mar 2022 06:04:45 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6211 EL PELIGRO DEL CRECIMIENTO DE LAS ULTRADERECHAS A NIVEL MUNDIAL

Durante estos últimos años se ha ido estableciendo una nueva internacional de partidos de ultraderecha que se caracterizan por un nacionalismo extremo, de tipo esencialista, promotor de un pasado imperial ("el pasado siempre fue mejor"), defensor de una civilización cristiana profundamente clasista, racista, machista y homofóbica, que se siente amenazada por movimientos progresistas como el obrero (y las formaciones políticas derivadas históricamente de tal movimiento como el socialismo y el comunismo), el feminista, el de defensa de las minorías y de la diversidad étnica y racial, (así como por los movimientos ecológicos) que representan todos ellos una amenaza para aquella civilización y para los estamentos económicos, políticos y mediáticos dominantes que promueven tal civilización cristiana esencialista. Tales partidos de ultraderecha son autoritarios y profundamente antidemocráticos que favorecen un neoliberalismo económico muy extremo, aparentemente libertario, que en la práctica es profundamente estatista, pues el estado que defienden juega un papel muy importante en la defensa de un sistema oligárquico y oligopolista con escasísima protección social, dotado de un extenso aparato de seguridad, represivo y militar. Entre tales partidos y/o movimientos, los mas conocidos son el liderado por Trump en EEUU, por Le Pen en Francia, por Matteo Salvini en Italia, por Santiago Abascal en España, por Orbán en Hungría, por Kaczyński en Polonia, por Bolsonaro en Brasil, entre muchos otros.

PUTIN PERTENECE A ESTA INTERNACIONAL

La existencia de esta internacional es conocida. Pero menos conocido es su relación con Putin, el presidente de Rusia. En realidad, el Gobierno ruso, presidido por Putin, apoya a estos partidos y movimientos e incluso ha ayudado financieramente a muchos de ellos. Apoyó a Trump en las elecciones estadounidenses interviniendo activamente en el proceso electorado  de aquel país. Y el presidente Trump, a su vez, definió la invasión de Ucrania como obra muy genial e inteligente ("genius, ...and very savvy"). En Europa  uno de sus fans mas vociferosos en Italia ha sido Matteo Salvini, a quien se le ha fotografiado llevando la cara de Putin en su camisa tanto en la Plaza Roja en Moscú como en el Parlamento Europeo. Otra figura en Italia que ha expresado su admiración por Putin ha sido Silvio Berlusconi, al cual Putin había regalado una cama y que había aplaudido su liderazgo en Rusia, que definió que "estaba al servicio de la paz y de la defensa de Europa". La señora Marine Le Pen, dirigente máxima del Partido Nacional de Francia (enraizada en la ultraderecha  francesa que colaboró con la ocupación Nazi), ha recibido fondos de Putin. Otro dirigente de ultraderecha, el candidato a la Presidencia de Francia (y más popular que la señora Le Pen), el señor Eric Zemmour, ha indicado que su sueño era hacer en Francia lo que hizo Putin en Rusia, a quien ha definido como el "Restaurador del Imperio Zarista". En la Gran Bretaña, Nigel Farage que lideró el movimiento Brexit, aplaudió a Putin presentándose como un gran admirador suyo. En Alemania el partido Alternativa para Alemania (AfD), ha aplaudido el tipo de nacionalismo que defiende y practica Putin. (Ver "After long praising Putin, rightwing populist leaders are squirming" The New York Times, febrero 2 de 2022). En España, VOX, que ha indicado que el gobierno dictatorial del General Franco fue mejor para España que el gobierno actual (y que cuenta con amplio apoyo entre la judicatura, las fuerzas armadas y los servicios de seguridad del Estado Español), ha publicado declaraciones y escrito twits de varios dirigentes alabando a Putin y sus intervenciones en Siria y Ucrania. En Brasil Jair Bolsonaro reprimió a su vicepresidente por haber indicado que denunciaba la invasión de Ucrania por parte de Putin. Antes Putin había alabado a Bolsonaro por "su masculinidad".

CÓMO APARECIÓ EL PUTINISMO: EL COLAPSO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

La Unión Soviética, en los años setenta, había desarrollado una protección social avanzada  a pesar de la escasez de recursos del Estado debido al enorme gasto militar forzado por la Guerra Fría. Era un Estado Confederal con el derecho de autodeterminación para cada Estado que lo constituía, tal como constaba en su Constitución. Tal derecho permitía una diversidad dentro de una unidad mantenida, en gran parte, por la universalidad de derechos sociales que facilitaba el mantenimiento de tal confederación. Su Estado del Bienestar, clave para mantener tal Estado, tenía, sin embargo, dos grandes problemas. Uno fue la creciente escasez de recursos para financiarlos, como consecuencia del gran crecimiento del gasto militar, resultado del endurecimiento de la Guerra Fría. Y el otro era su creciente polarización por clase social. La nomenclatura del aparato del Estado tenía grandes privilegios dentro del sistema público que claramente contrastaba con el discurso igualitario del sistema (como documenté en mi libro escrito en 1977 titulado Social Security and Medicine in the USSR, publicado por Lexington Books, que fue prohibido en la Unión Soviética, declarándoseme persona non grata en aquel país).

Brézhnev fue sucedido por Gorbachov que era consciente de estos problemas existentes en el Estado Soviético. Intentó democratizarlo, dando además mayor énfasis a su aspecto social, lo que requeriría un descenso muy notable del gasto militar. Esta fue una de las razones, entre otras, para intentar disminuir las tensiones de la Guerra Fría, que le llevó incluso a visitar a Estados Unidos. El intento era llegar a un acuerdo por el cual La Unión Soviética se retiraría de los Estados del este de Europa, con la condición de que La OTAN no llenara ese vacío y no se extendiera hacia el este de Europa. En realidad, intentaba recuperar los principios del acuerdo que el presidente Kennedy de EEUU y Khrushchev de La USSR habían acordado años atrás para retirar los misiles soviéticos en Cuba, condicionando a la vez a que Kennedy se comprometiera a no invadir Cuba, ésto además de eliminar misiles estadunidenses en Turquía, pacto que  Kennedy cumplió. En este caso con Gorbachov, el gobierno de EEUU, sin embargo, no respetó lo prometido. La Unión Soviética se retiró del este de Europa, pero el gobierno de EEUU a través de la OTAN continuó expandiéndose hacia el este de Europa aproximando su dispositivo militar más cerca de la Unión Soviética. La agresividad hacia ésta fue una constante en la OTAN hasta alcanzar su disolución. De haber aceptado las propuestas de Gorbachov, se hubiera podido iniciar una entente que podría haber beneficiado a los dos lados del conflicto. Y en la Unión Soviética se perdió el intento de abrir y democratizar el sistema (su famoso glasnost), establecido por Gorbachov que cuestionaba el excesivo control de la nomenclatura soviética, disminuyendo sus privilegios.

La alternativa a Gorbachov fue Yeltsin, y más tarde su mano derecha Putin, privatizando masiva y rápidamente la economía del país, asesorados  por economistas ultraliberales estadounidenses que sometieron a la economía rusa a una "shock therapy", eliminando la mayoría de programas de protección social de carácter universal, cambios que fueron responsables de una de las crisis sociales más grandes que ha ocurrido en la segunda parte del siglo XX en Europa, aumentando dramáticamente la mortalidad de aquel país, reduciendo espectacularmente su esperanza de vida.  Nunca antes se había visto en un país europeo un aumento de mortalidad tan agudo. Tal Estado, con escasísima protección social se transformó en una dictadura ultraliberal  gobernada por oligopolios propiedad de oligarcas poseedores de enormes fortunas. Ese nuevo Estado dirigido por Putin durante los últimos 22 años, es profundamente anticomunista y reprimió brutalmente al Partido Comunista ruso durante la mayoría de sus 20 años de mandato. Putin es una persona de ultraderecha con un nacionalismo característico de la época pre-bolchevique, que éste quería recuperar, promoviendo una cultura cristiana ortodoxa, clasista, sexista, racista, homofóbica, profundamente antibolchevique y anticomunista, oponiéndose al ejercicio del derecho a la autodeterminación, y considerando a Ucrania como una parte indivisible de Rusia, tal como indicó recientemente en su discurso previo a la invasión de este país por parte de las tropas rusas.

Definir a Putin como comunista, como lo hace la derecha española, es muestra de una enorme ignorancia. Presentar las declaraciones de Putin en las que lamentó la desaparición de la Unión Soviética como prueba de su comunismo, es ignorar no solo su gran represión al Partido Comunista Ruso y enorme crítica a sus fundadores, incluyendo a Lenin, sino también ignorar que él fue, junto con Yeltsin, el arquitecto de la radical privatización de la gran mayoría de los medios de producción y distribución soviéticos pasando a ser una economía privatizada controlada por oligarcas, leales a el. Su lamento de que la Unión Soviética desapareciera no estaba motivado por una añoranza a aquel régimen político, sino a la aspiración la recuperar la extensión territorial de la antigua Unión Soviética. Lo que Putin desea es recuperar el territorio que tenia la Unión Soviética, bajo un Estado opuesto al creado por los comunistas.

LA CREACION DE LA OTAN Y DE LA GUERRA FRIA

La Segunda Guerra Mundial fue una guerra contra el fascismo y el nazismo, y la victoria significó la posibilidad de iniciar una alianza entre los países vencedores para construir un mundo mejor. La Unión Soviética jugó un papel determinante en esta victoria, costándole más de 26 millones de muertos. Como señaló Winston Churchill "La Unión Soviética jugó un papel clave y determinante en esta victoria sobre el nazismo y el fascismo en Europa".  Y se generaba la posibilidad de que se pudiera continuar esta alianza que incluyera una activa colaboración entre Estados Unidos (liderada primordialmente por el Partido Demócrata presidido por Roosevelt) y la Unión Soviética, liderada por el Partido Comunista. Fue en esta época que El Partido Comunista de Estados Unidos se opuso a la propuesta del Partido Socialista de EEUU de establecer un partido de izquierdas, promoviendo en su lugar, que las izquierdas actuaran a través del Partido Demócrata. El Partido Comunista y el Socialista jugaron más tarde un papel importante en el desarrollo del New Deal, que fue el establecimiento del Estado de Bienestar en EEUU. Es cuando se fundó en aquel país La Seguridad Social.

En ese entonces las derechas estadunidenses se opusieron frontalmente al New Deal, y en especial, el gran mundo empresarial se opuso por todos los medios, preparando incluso un golpe militar, que hubiera sido financiado por el gran banquero J.P. Morgan (quien también  financió al Partido Fascista italiano, alabando en su momento a Mussolini) y la dirección de la General Motors, entre otros. Y cuando La Guerra Mundial terminó, el Partido Republicano junto con los miembros del Partido Demócrata del sur de EEUU, aprobaron una ley (a la que el Presidente Truman se opuso), la ley Taft Hartley Act, que tuvo un impacto devastador sobre el New Deal, prohibiendo que se establecieran nuevos derechos universales, como el derecho de acceso a los servicios sanitarios (derecho todavía inexistente en EEUU) debilitando a los sindicatos, impidiéndoles que actuaran como instrumentos de clase (prohibiendo por ejemplo, las huelgas generales), limitándolos a competir entre si, respondiendo solo a demandas locales y sectoriales de la población laboral. Tal ley también prohibió a miembros del Partido Comunista a liderar sindicatos expulsándoles de tales instituciones. El macartismo, dominante ya en la vida política, mediática y laboral estadunidense, tenia como objetivo reducir el poder de la clase trabajadora. Así fue el inicio de La Guerra Fría. Un anticomunismo feroz, cuya máxima expresión internacional fue la animosidad y hostilidad hacia la Unión Soviética. El establecimiento de la OTAN fue el resultado de ello. Fue en este momento cuando se creo el sector definido por el General Eisenhower, mas tarde Presidente de EEUU, como "el complejo industrial militar", qué en su discurso de despedida como Presidente, alertó a la sociedad estadounidense de las consecuencias negativas de este poder al cual él había servido. EEUU , bajo la presidencia del General Eisenhower fue el primer mayor estado (junto con el Vaticano) en reconocer y legitimar la dictadura fascista española, alabando su "anticomunismo" y con ello  definiendo los pasos que llevarían mas tarde a la integración de España a la OTAN.

La OTAN era una alianza no solo militar sino también política y actuó en todos los países donde estuvo presente para neutralizar y erradicar a las fuerzas progresistas que presionaban para realizar cambios que benefician a las clases populares, y que el Gobierno Federal percibía como contrarios a los intereses de Estados Unidos, es decir, a los intereses de las corporaciones y empresas estadounidenses que ejercían gran influencia sobre aquel Estado. Una de las mayores víctimas de ese complejo militar fueron las clases populares estadounidenses en general, y la clase trabajadora en particular, pues tal enorme gasto militar y tal prioridad de los temas militares se hizo a costa de las inversiones sociales y del escasísimo desarrollo de los derechos laborales, siendo la clase trabajadora estadounidense la que tiene menos derechos y recursos a los dos lados del Atlántico Norte. La evidencia de ello es abrumadora.

El poder de tal complejo militar creció enormemente a partir del presidente Reagan, quien inició la revolución neoliberal, que tuvo efectos muy negativos sobre la calidad de vida y bienestar de la clase trabajadora en EEUU. En la Unión Soviética el incremento del gasto militar, que se hizo como consecuencia del crecimiento del gasto militar en EEUU, significo también un descenso notable del gasto social. La militarización de la sociedad significo en la mayoría de los países desarrollados, un empobrecimiento del Estado Social. La evidencia de ello es también abrumadora. La OTAN, liderada por el Gobierno Federal de EEUU, se ha estado gastando nada menos que 1.03 trillones de dólares, veinte veces mas que Rusia, una cantidad abrumadora y claramente innecesaria para atender las necesidades militares y de seguridad de tal alianza atlántica, lo cual solo puede explicarse por la excesiva y antidemocrática influencia que el complejo industrial militar tiene sobre los estados de tal Alianza, tal como el Presidente Eisenhower ya había alertado.

EL IMPACTO DE LA OTAN, PRIMERO EN LA UNIÓN SOVIÉTICA Y LUEGO EN RUSIA

La OTAN defendía los intereses de Estados Unidos y primordialmente los intereses de las empresas económicas y financieras que le influencian. Y su objetivo principal, aunque no el único, era la destrucción del comunismo y de la Unión Soviética. Se definía como una alianza defensiva, pero en realidad su objetivo era la eliminación del adversario. Ahora bien, cuando Gorbachov retiró las tropas rusas del este de Europa, tal como se había acordado con el presidente Bush, quien había prometido que la OTAN no se expandiría hacia el este, (cuando  Alemania del Este su juntara con la Alemania del Oeste, estableciéndose la Alemania actual, con Berlín como capital). Ello no ocurrió. Lejos de mantener este acuerdo, la OTAN continuó expandiéndose, incorporndo consecutivamente a Polonia, a la República Checa, a Eslovaquia, a Rumanía e incorporando incluso a países que habían pertenecido a la URSS como Letonia y Lituania. La OTAN también jugó un papel clave en la descomposición de la antigua Yugoslavia. Y mas tarde, después del septiembre 11, la OTAN incluso salió de Europa e invadió Afganistán y luego también Libia e Irak. No es pues extraño que el Gobierno ruso, que al principio de su existencia, una vez colapsada la Unión Soviética había explorado la posibilidad de aliarse con La OTAN para conseguir objetivos comunes (pues la pérdida del carácter comunista del Estado en Rusia parecía posible ampliar áreas de colaboración) se sintiera amenazada, descubriendo que la OTAN eran más que anticomunista. Su objetivo principal era aumentar la influencia  comercial y el poder militar del Estado federal de Estados Unidos y de sus aliados. No se respetó lo que se había acordado y continúo expandiéndose y ello en contra del parecer de  personas activas en la diplomacia estadounidense, como George Kennan o del estamento militar como el ex -Secretario de Defensa William Perry pues predecían que ello crearía una respuesta de Rusia, como ha pasado. El que había sido Embajador de EEUU en Rusia, perteneciente al Cuerpo Diplomático, Jack Matlock dijo pocos días antes de la invasión de Ucrania por Putin que "Dado que la principal exigencia de Putin es la garantía de que la OTAN no aceptara a más, y en concreto a Ucrania o Georgia, obviamente no habría existido ninguna motivación para la crisis actual si no hubiera habido una expansión de la Alianza Atlántica tras el final de la Guerra Fría o si la expansión hubiera tenido lugar de acuerdo con la construcción de una estructura de seguridad en Europa que incluyera  a Rusia". No era pues de extrañar que el gobierno ruso, fuera cual fuera su orientación política, se sintiera amenazado por esta expansión de la OTAN  cada vez mas cercana a Rusia, siendo ya Ucrania la ultima y mas importante adición .

En resumen, el rechazo a establecer un nuevo sistema de seguridad europeo que incluyera también la seguridad de Rusia (una vez disuelta la Unión Soviética) fue lo que alarmó a este país. Incremento su inseguridad, ofendió su orgullo nacional y facilitó el crecimiento de su nacionalismo esencialista que caracteriza al Estado Ruso bajo la presidencia de Putin. Ni que decir tiene que denunciar la invasión de Ucrania por parte de Putin es una obligación moral, pues ésta es una violación de los derechos humanos de una Nación Estado, realizada además, con una enorme crueldad, que debía movilizar una protesta y resistencia mundial y también dentro de la misma Rusia. Pero es un error explicar tal acto centrándose solo en la figura de Putin y su salud mental o falta de ella, como muchos comentaristas hacen en España, pues tal explicación evita analizar el contexto de lo ocurrido tanto en Rusia como en el resto de Europa y en Estados Unidos. Putin es un dictador de ultraderecha, nacionalista, esencialista, con las características definidas al principio del articulo, enormemente peligrosas. Y que ha desacreditado los argumentos contrarios y críticos de la OTAN utilizándolos para promover su nacionalismo esencialista característico de la ultraderecha. En realidad, Putin, con la invasión, ha estimulado el crecimiento de la OTAN en un momento que estaba en descenso, como habían indicado ya varios dirigentes de la UE, y muy en  particular, el presidente Macron de Francia, que hacía poco la había definido ya como "brain-dead" (clínicamente muerta). Putin la ha reavivado y han aparecido ahora inclusive nuevas intenciones por parte de otros países europeos para ser admitidos en la organización.

QUÉ ESTABA PASANDO EN UCRANIA ANTES DE LA INVASIÓN

Ucrania es un país multiétnico y pluri-lingüístico en el que los dos idiomas más importantes son el ruso (en su parte más occidental cercano a Rusia) y el ucraniano (en su parte oriental.) El gobierno ucraniano de Viktor Yanukovych hasta el 2014, había sido elegido con base electoral predominantemente ruso parlante y era cercano al Gobierno Ruso. En aquel momento las encuestas señalaban un escaso interés en la integración de Ucrania a la OTAN. El gobierno de Yanukovych fue con el tiempo perdiendo popularidad en parte debido a una notable  percepción de  corrupción.

En el año 2014 sin embargo, hubo una revuelta popular conocida como la Revolución Maidan,  qué significó un cambio sustancial, revocación del gobierno y convocación a nuevas elecciones, en las que ganó el candidato nacionalista Ucrano-parlante Peter Poroshenko, quien entre otras, anuló el bilingüismo decretando el Ucraniano como la única lengua oficial. Fue un gobierno de derechas nacionalistas con apoyo de elementos de ultraderecha, concretamente Nazis (que incluso erigieron monumentos a los Nazis ucranianos que habían luchado contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial). Tales grupos intervinieron también activamente en el ejercito ucraniano estableciendo unidades especiales que lucharon contra los separatistas ruso-parlantes favorables a la independencia de Donetsk y Luhansk en el este de Ucrania en la llamada guerra de Donbas. Según La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, para el año 2019 esta guerra ya había significado la muerte de aproximadamente 13 mil personas. El gobierno de Poroshenko tuvo escasa sensibilidad social, con enfrentamientos con los sindicatos y prohibición de la participación del Partido Comunista Ucraniano en las elecciones del 2019, partido, por cierto, que era soberanista y a favor de la independencia de Ucrania.

La llamada Revolución Maiden generó toda una serie de eventos, incluyendo, además del cambio de gobierno, la integración de Crimea a Rusia, el incremento de la transferencia de material militar procedente del gobierno ruso a los independistas de Donetsk y Luhansk, y la elaboración del pacto de Minsk firmado por Alemania, Francia, Rusia, Ucrania y Bielorrusia, en el cual se aprobaba el status de Estado neutral (llamada Finlandialización del Estado Ucraniano) condicionando al Estado Ucraniano a no aliarse con ningún bloque militar, incluyendo la OTAN. El nuevo gobierno de Poroshenko, sin embargo, no implementó ni desarrollo los términos de este acuerdo, facilitando la creación de un clima político anti-Rusia que determinó un aumento notable del deseo de integrar a Ucrania a la OTAN. La popularidad del Gobierno Poroshenko, al igual que al que sucedió, fue descendiendo debido también en parte, como ocurrió en el gobierno anterior, a la muy notable corrupción. La corrupción que ha sido una constante en el Estado Ucraniano, alcanzó su máxima expresión de rechazo popular en las elecciones del 2019,  cuando un candidato que había sido cómico en la televisión en programas que ridiculizaban a la clase política ganó por mayoría arrolladora. Tal persona, Volodymyr Zelenskyy, judío y de origen ruso-parlante, quien prometió en su campaña presidencial acabar la guerra de Donbas, había enfatizado la necesidad de la unión de los distintos grupos poblacionales que viven en Ucrania., intentando recuperar el ruso como lengua oficial, junto con el ucraniano Sus diferentes intentos de dialogo con los grupos separatistas rusos, y con Rusia no han tenido el efecto de conseguir la anhelada paz, pero hasta antes de la invasión habían logrado calmar en algo la intensidad del conflicto reduciendo las casualidades a menos del 50%. Ahora bien, en su programa electoral, pedía la vuelta de Crimea a Ucrania y la entrada en la OTAN consciente de la oposición del Gobierno Ruso a ambas peticiones.

LA  INVASIÓN DE UCRANIA POR PARTE DE PUTIN

Fue en este contexto que apareció la invasión, claramente preparada con más de un año de antelación por Putin. Tal invasión tiene como objetivo, según reconoció el propio Putin, volver al período anterior al bolchevique en el que Ucrania era parte de Rusia, y ello es consecuencia de la exacerbación durante los últimos años del nacionalismo esencialista por las razones ya explicadas en el texto. Es una maniobra enormemente negativa y que le hace perder cualquier elemento de entendimiento y simpatía al ser un caso claro de imperialismo. Esta invasión ha causado un gran daño a las izquierdas europeas pues ha validado y legitimado la supuesta llamada a la necesidad de la OTAN, cuando ya estaba siendo cuestionada por muchos países europeos. Había una conciencia creciente en amplios sectores progresistas europeos, de que  era necesario crear un sistema de seguridad europeo distinto a la OTAN, que tuviera en cuenta  la necesidad de un sistema de seguridad de Rusia. Esta posibilidad ha quedado paralizada con un coste elevadísimo para Europa, para Rusia y también para EEUU. En realidad, la propia imagen de la Unión Europea se ha ido deteriorando como resultado del olvido de la dimensión social, ésta a costa de la militar. Mientras la llamada Revolución Maiden en Ucrania abrazaba la bandera de la Unión Europea (junto con la bandera de la OTAN,) en Grecia, las clases populares la quemaban debido a las políticas de austeridad (que desmantelaron su Estado del Bienestar), impuestas por la Unión Europea, que crearon un enorme sufrimiento en ese país.

LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS DE LA INVASIÓN DE UCRANIA PARA ESTADOS UNIDOS Y EUROPA

El presidente Biden está recuperando la imagen de victorioso de la alianza con Europa, imagen que había perdido debido a la retirada de Afganistán. Ahora bien, las medidas de bloqueo a Rusia afectarán la economía con un aumento todavía mayor de la inflación, forzando el incremento del precio de la gasolina a unos niveles elevadísimos, lo que a la vez contribuirá a la continuación y expansión de la inflación, que es por cierto, el punto de Aquiles de la política económica de Biden. Las clases populares en EEUU ya no se creen que el Gobierno estadounidense esté ayudando a la libertad y democracia en el mundo, puesto que tal pueblo estadounidense ha sufrido en su vida costes enormes y consecuencia negativas de tales intervenciones militares. Es más, es probable que el trumpismo gane las elecciones al congreso de Estados Unidos en noviembre de este año y que Trump gane las elecciones del año 2024. Las primeras reacciones de Trump a la invasión de Ucrania fue felicitar a Putin,  de quien indicó que siempre ha tenido gran respeto hacia su persona. Y unos días antes que se iniciara la invasión, el ideólogo del trumpismo, Steve Bannon, definió en su podcast, a Putin como "un líder con valores y principios semejante a los nuestros". Según una encuesta reciente, la mayoría de gente que vota a Trump cree que la culpa de la guerra es de Biden, y no de Putin. No hay plena conciencia de los establishments político mediáticos de la Unión Europea y de  EEUU, de que la mayor amenaza al sistema democrático es el crecimiento de las ultraderechas en el mundo, citadas al principio de este artículo, lideradas por el binomio Trump-Putin. En EEUU la democracia puede desaparecer y lo mismo en varios países en Europa.

CONSECUENCIAS ECONOMICAS DE LA INVASION PARA EEUU Y EUROPA

Ni que decir tiene que hay intereses poderosísimos en Estados Unidos que ven con gran alegría la invasión a Ucrania. La industria del armamento y las compañías de gas y petróleo estadounidenses ven las sanciones de los países de la OTAN a Rusia cómo muy satisfactoria para sus intereses económicos. Habrá una reducción muy notable del flujo de petróleo y del gas ruso a Occidente y muy en particular a Europa pues el veinticinco por ciento del petróleo y el treinta y tres por ciento del gas natural consumido por los países de la Unión Europea proceden de Rusia. Para Alemania y Francia esta dependencia es incluso mayor. No hay duda de que la  guerra afectará muy negativamente el precio de tales productos. Ello también ocurrirá en EEUU, aunque en menor medida pues su dependencia de Rusia es menor. Compañías estadounidenses como Chevron y Exxon Mobil aumentaran sus exportaciones a Europa consiguiendo unos beneficios exuberantes como consecuencia de la enorme escasez de tal producto energético. Tal déficit incluso aumentara más como consecuencia de la decisión de EEUU de no comprar mas petróleo ruso y la resistencia de algunos países productores de petróleo de aumentar su producción. Y un tanto igual ocurrirá con las compañías de gas natural estadounidenses. La industria militar, muy extendida en EEUU, también se beneficiará de una manera muy acentuada debido al incremento del gasto militar en la mayoría de los países de la OTAN. Alemania y Dinamarca han anunciado ya que incrementaran tal gasto hasta un dos por ciento del PIB, lo cual significa un incremento muy  sustancial. Y ha sido la experiencia histórica de que, en general, el incremento del gasto militar ha sido a costa del aumento del déficit publico y/o del gasto social, lo cual en el sur de Europa podría empobrecer considerablemente sus Estados del Bienestar ya poco financiados. El caso de España es un ejemplo de ello.

LAS CONSECUENCIAS DE LA MILITARIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES A LOS DOS LADOS DEL CONFLICTO.

Hoy estamos viendo la movilización y militarización de Estados Unidos y de la OTAN por un lado, y del Gobierno Putin en Rusia por el otro. Conflicto que puede conducirnos a una Guerra Mundial. En realidad, tal guerra ya está ocurriendo. La única salida posible es la de revertir esta dinámica. Este cambio es esencial y requiere de una movilización sobre todo en Europa y en EEUU indicando que la OTAN tiene gran responsabilidad en haber conducido a la situación peligrosa en la que nos encontramos. Hay que admitir que tienen que haber cambios estableciéndose un nuevo sistema de seguridad europeo que incluya también una seguridad para Rusia. También se requiere detener la rusofobia, que además de injusta es profundamente errónea estratégicamente hablando. Es fundamental ayudar a los movimientos y fuerzas políticas rusas progresistas que se oponen a la invasión y que faciliten la desmilitarización del conflicto, en lugar de ofender y dañar a todos los rusos, lo cual facilita la movilización de la población por parte del dictador y su nacionalismo esencialista y reaccionario. No hay que olvidar que la movilización de amplios sectores de las clases populares estadounidenses en contra de la Guerra del Vietnam jugo un papel clave en terminar aquella guerra, como reconoció y agradeció el Gobierno Vietnamita en su momento. Es improbable que tanto la guerra en Ucrania como las tensiones provocadas por la Guerra Fría puedan resolverse sin la participación de movimientos y formaciones políticas rusas progresistas que se sienten agraviadas por el comportamiento de la OTAN, que afectan su seguridad pero no desean  resolver el conflicto a través de tal militarización. Ni que decir tiene que la Rusia actual es escasamente democrática y es mucho mas difícil lograr movilizaciones tan extensas como las que ocurrieron en EEUU durante la Guerra de Vietnam. Pero no hay duda de que la cronificación de la guerra (que es posible y probable) crearía un descontento general que Putin no podría ni ignorar ni controlar. Su abusivo control de los medios de información es una prueba de que es consciente de ello.

Tal movilización en contra de la militarización es fundamental que aparezca también en los países de la OTAN, militarización que esta ocurriendo y que esta apagando, ocultando y dificultando trabajar en los grandes problemas que tiene la humanidad (como son la pandemia, las enormes desigualdades sociales y crisis sociales que determinan, así como la agobiante crisis climática). Y no hay duda tampoco que la cronificación de la guerra y el sacrificio que estará haciendo la población, y muy en particular, las clases populares (como resultado de las medidas supuestamente "patrióticas" que se les ha estado exigiendo) crearan un revulsivo que puede terminar con la democracia en muchos de estos países. Y es en este contexto que el crecimiento de la internacional de ultraderecha citada al principio del artículo representa la mayor amenaza que el que se enfrenta el sistema democrático. Así de claro.

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Por qué los movimientos feministas son más exitosos en unos países que en otros https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/02/03/por-que-los-movimientos-feministas-son-mas-exitosos-en-unos-paises-que-en-otros/ Thu, 03 Feb 2022 05:29:48 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6194 Por qué los movimientos feministas son más exitosos en unos países que en otros
Manifestantes participan en la Marcha y Concentración de Mujeres por la Justicia en el Aborto en Austin, Texas, el 2 de octubre de 2021.

El hecho de que un derecho tan importante como es el derecho a abortar esté en peligro hoy en Estados Unidos era predecible (y así lo escribimos hace años algunos analistas de aquella realidad). Una causa muy importante de este hecho, que se veía venir, es la debilidad del movimiento que canaliza la demanda de tal derecho, es decir, del movimiento feminista, y su limitada influencia sobre el Estado Federal y sus aparatos, desde el legislativo (Congreso y Senado) al jurídico. Soy consciente que esta afirmación podrá sorprender a muchas lectoras y lectores, pues los mayores medios de información en España suelen presentar aquel país como el mayor representante del modelo liberal de sociedad que, en teoría, debiera priorizar a los derechos individuales y por tanto apoyar el derecho de la mujer a controlar su propio cuerpo. Es más, los mismos medios de comunicación presentan movilizaciones organizadas por tal movimiento, que reúne a cientos de miles de personas (la enorme mayoría, mujeres) en apoyo a sus demandas. Y sus dirigentes (la mayoría mujeres de clase media-alta con estudios superiores), tienen acceso a los grandes medios que por otra parte excluyen aquellas voces como la de Angela Davis, críticas del sistema liberal vigente en el país. Pero esta visibilidad mediática contrasta con su escaso impacto en las instituciones políticas. Y de ahí deriva su escaso poder.

LAS GRANDES LIMITACIONES DEL MODELO LIBERAL ESTADOUNIDENSE Y SUS CONSECUENCIAS PARA EL MOVIMIENTO FEMINISTA

Esta debilidad del movimiento feminista estadounidense se debe a muchos factores. Uno especialmente relevante, es la escasa representatividad de las instituciones democráticas de EEUU, como ya he documentado en varias ocasiones. Su sistema electoral es escasamente proporcional y está claramente sesgado para favorecer a las fuerzas conservadoras. En muchas ocasiones, el presidente de Estados Unidos ha sido del Partido Republicano, aún cuando el voto mayoritario ha sido a favor del Partido Demócrata. Y el Senado, que es el que aprueba el presupuesto federal y los nombramientos al Tribunal Supremo, es de escasísima representatividad, abusivamente sesgado a favor de los Estados pequeños y conservadores. Por ejemplo, el Estado de Wyoming, predominantemente republicano, tiene poco mas de medio millón de ciudadanos, y sin embargo, tiene el mismo numero de Senadores (2) que California, un Estado predominantemente demócrata, que tiene cerca de cuarenta millones (¡68 veces mayor!). Tal sesgo aparece también en el Colegio Electoral que es quien elige al presidente de EEUU. Es más, la compra de políticos, que en España se llamaría corrupción, es no solo legal en EEUU, sino que es la norma en el sistema electoral, de manera tal que los grandes grupos económicos y financieros dan enormes cantidades de dinero a los candidatos al Congreso y al Senado pertenecientes a los dos partidos con representación parlamentaria, el Republicano, un partido de ultraderecha, y el Demócrata, hasta recientemente un partido de centro derecha, observador en la Internacional Liberal. Es imposible para otros partidos poder establecerse debido a la escasísima proporcionalidad del sistema electoral. Los partidos de izquierda no tienen ninguna posibilidad de tener representación parlamentaria. Estas y muchas otras deficiencias (como es la falta de regulación del acceso y de los tiempos mediáticos durante las elecciones), explica que la limitadísima calidad del sistema democrático y la gran distancia (que explica también la enorme abstención electoral) entre lo que la ciudadanía desea y lo que el Gobierno federal aprueba sea enorme. Y uno de los ejemplos de esta distancia es precisamente, el apoyo al derecho al aborto. Según Gallup Poll, la mayoría de la ciudadanía apoya el derecho al aborto, pero la Corte Suprema no lo apoya. Y esta institución, y los intereses que representa, tiene mucho más poder que la mayoría de la ciudadanía.

De ahí deriva el número tan limitado de derechos de carácter universal (es decir, derechos de todas las personas ciudadanas y residentes del país, limitación incluso más acentuada entre las mujeres) en EEUU. La mujer tiene muy pocos derechos en aquel país y las consecuencias negativas para toda la sociedad son enormes. Una de las instituciones más afectadas por esta situación es la familia, que incluye todo tipo de enlaces familiares mucho más extensos y mayoritarios que la familia patriarcal tradicional claramente en declive. La debilidad de la mujer aparece pues, no solo en el número muy limitado de congresistas y senadoras, de los más bajos entre las democracias liberales, sino también en el escaso desarrollo de los servicios de ayuda a las familias, tales como las escuelas de infancia y los servicios de atención a las personas dependientes y ancianas. Las tareas familiares continúan recayendo en las mujeres, y de ahí que la mujer se encuentre con muchísimas dificultades para poder compaginar su trabajo laboral con su trabajo familiar. El fin de la educación presencial durante la pandemia con el cierre de establecimientos escolares, ha significado una retirada masiva de la mujer del mercado de trabajo, una de las mayores causas de la actual falta de personas en el mercado de trabajo que está enlenteciendo de una manera muy marcada la recuperación económica del país.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL MOVIMIENTO FEMINISTA MAYORITARIO  EN EL SISTEMA LIBERAL

El movimiento feminista mayoritario en EEUU, de sensibilidad liberal, moviliza más a las mujeres profesionales con educación superior de clase media alta que a la mujer de clase trabajadora. Su objetivo en Estados Unidos es la integración de la mujer en las estructuras de poder de la sociedad eliminando la discriminación. Así una de sus máximas movilizaciones fue el haber intentado elegir a la señora Hillary Clinton como Presidenta de Estados Unidos. Ahora bien, la experiencia ha mostrado que tal demanda era necesaria, pero profundamente insuficiente. Se olvidaban de que la señora Clinton fue la mayor promotora de la globalización mundial económica cuando fue Ministra de Asuntos Exteriores bajo la administración del Presidente Obama, globalización que (al estimular el movimiento de industrias y servicios basados en EEUU a otros países de salarios bajos y pésimas condiciones laborales), dañó enormemente a la clase trabajadora estadounidense de la cual las mujeres son la mayoría. Y la mayoría de las dirigentes de tal movimiento (NOW) que la apoyaron, se opusieron con gran hostilidad al candidato socialista Bernie Sanders, cuyas propuestas legislativas hubieran beneficiado mucho más a la mayoría de las mujeres trabajadores estadounidenses que no las proveídas por la señora Clinton. Angela Davis fue, por cierto, una de las pocas figuras conocidas del feminismo que apoyó a Bernie Sanders como el único candidato que según las encuestas mostraban que podría haber vencido a Trump en el 2016.

LA CAUSA MÁS IMPORTANTE DE LA DEBILIDAD DEL MOVIMIENTO FEMINISTA DE LOS ESTADOS UNIDOS

Pero el punto más flaco del movimiento feminista liberal estadounidense, que se da también en la mayoría de los movimientos sociales, es que compiten con todos los otros movimientos sociales (los movimientos de las minorías, negros, latinos y asiáticos, así como el movimiento de ancianos, el movimiento ecológico, y un largo etcétera de movimientos) para recibir apoyos y recursos de las instituciones políticas y muy en especial del Estado Federal. Estados Unidos es el país de los movimientos sociales, y hay todo tipo de movimientos que compiten entre ellos, sin tener un espacio político común que pueda aunar y coordinar una estrategia conjunta de liberación. La única excepción fue el movimiento Arco Iris (Rainbow Coalition) fundado por el candidato a la Presidencia de EEUU, Jesse Jackson (alumno predilecto de Martin Luther King) al cual tuve el honor de asesorar, que intentó reunir al movimiento de las minorías, al movimiento feminista, al movimiento sindical, al ecologista, al de pensionistas y muchos otros, en un espacio político común. Casi ganó las primarias del Partido Demócrata en 1988, pero fue objeto de una enorme hostilidad por parte del aparato del Partido Demócrata. Por lo demás, no hay un espacio común de todos los movimientos sociales de liberación que vehiculen sus demandas al estado a través de uno o varios partidos políticos. Hay pues, muchos movimientos sociales pero ningún partido de izquierdas con representación parlamentaria ni en el Gobierno que pueda responder a como proponer y ejecutar sus propuestas.

Y ahí está la causa de la debilidad de este y muchos otros movimientos sociales, y como consecuencia la mujer, las minorías, el movimiento ambiental, los ancianos, entre otros, están huérfanos, carentes de instrumentos políticos que defiendan sus intereses, incluyendo sus intereses de clase, intereses que son fundamentales para la mayoría de las mujeres que pertenecen a las clases populares. La realidad muestra que hay tantos movimientos feministas como clases sociales existen en el país. Decir esto no es, cómo maliciosamente se desea interpretar, reduccionismo de clase, sino un reconocimiento de que la mujer trabajadora tiene intereses comunes con mujeres de otras clases sociales, pero también distintas o incluso antagónicas. Y esas diferencias afectan también sus intereses como mujeres. La evidencia de ello es enorme. Las feministas pertenecientes a lo que popularmente se conoce como las clases medias ilustradas, nunca pidieron el derecho universal (que incluye a todas las personas) a los servicios de ayuda a las familias, cómo escuelas de infancia y servicios de dependencia.

Esta situación está cambiando de una manera muy notable pues el trumpismo movilizó a amplios sectores en su contra consiguiendo el mayor número de votos que el Partido Demócrata haya jamás conseguido. Los éxitos de sus corrientes progresistas les ha empoderado y un nuevo movimiento feminista se está creando con personas que están mostrando cómo la liberación de la mujer es una condición necesaria para el bienestar de toda la sociedad, así como para la liberación de muchas otras causas  que deberían realizarse en un espacio común, de clara orientación trasformadora y colectiva. Otros países han ya mostrado que la liberación de la mujer ha mejorado la calidad de vida y bienestar de toda la población y es esta percepción la que se está hoy extendiendo en EEUU como resultado de un cambio sustancial del movimiento feminista y de otros movimientos conscientes de la existencia de adversarios comunes, requiriendo instrumentos políticos  que multipliquen sus esfuerzos, enfatizando propuestas que claramente relacionan la causa particular del movimiento con la causa general: el bien común de la gran mayoría de la población. Las nuevas feministas han estado liderando las demandas de los servicios de ayuda a las familias de manera tal que constituyen algunos de los elementos más importantes del programa social de la administración Biden. Y los datos muestran la certeza de los argumentos presentados en defensa de la clara relación entre la liberación de la mujer y el bienestar de la mayoría de la ciudadanía. Y Suecia es una de las fuentes de tales datos.

SUECIA ES DONDE LA MUJER TIENE MÁS PODER HOY EL MUNDO. ¿POR QUÉ?

Una decisión clave que el gobierno de coalición de fuerzas progresistas sueco tomó en los años 50 (a fin de resolver el problema demográfico de falta de gente para el gran tamaño del país) fue el de facilitar la integración de la mujer en el mercado de trabajo, en lugar de depender del aumento de la inmigración, como hicieron muchos países del centro y sur de la Europa Occidental. Esta medida también respondía a la sensibilidad feminista que tenía la coalición de partidos progresistas gobernantes. La ideología socialista que los sostenía creyó que la liberación de la mujer pasa por su integración en el mercado de trabajo. A fin de conseguir tal objetivo se estableció lo que se ha llamado el Cuarto Pilar del Estado de Bienestar, que era, repito, la universalización del acceso a las escuelas de infancia de 0 a 6 años, y a los servicios de dependencia tanto domiciliario como institucional. Estos servicios de ayuda a las familias fueron esenciales para facilitar la integración de la mujer en el mercado de trabajo, alcanzando el 78% de la población adulta femenina, un récord en Europa. Este derecho complementaba el derecho al acceso a la sanidad (Primer Pilar de Bienestar), el derecho a la educación (Segundo Pilar) y el derecho de jubilación (Tercer Pilar). Complementando estos servicios se hizo una reforma cultural profunda, incluyendo la educación de los hombres desde su infancia, con una redefinición de sus roles y promoviendo su corresponsabilidad en las tareas familiares.

Estas medidas también tuvieron gran impacto para mejorar el bienestar y la calidad de todos los miembros de las familias, además de ser esenciales para facilitar la liberación de la mujer y el mejoramiento de la sociedad. Y la fertilidad creció enormemente, casi dos infantes por mujer (1.8), mucho más elevada que en España (1.3), donde la baja fertilidad es un ejemplo más del enorme estrés de la mujer en este país. Pero lo que es más valioso de esta dimensión de la mujer sueca, es que su gran presencia en la sociedad empoderó a la mujer, siendo su mayor influencia consecuencia de haber sensibilizado a la sociedad de la necesidad del cambio eliminando su opresión como parte de una estrategia de liberación que termine también con otras formas de opresión. No es por casualidad que Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia, países donde coaliciones de izquierdas han gobernado por mas tiempo desde la II Guerra Mundial, tengan las desigualdades por clase social y por género más bajas del capitalismo desarrollado, y son las que tienen mayor conciencia ecológica y ambiental, con los Estados de Bienestar más desarrollados. Ni que decir tiene que mucho hay que hacer en aquellos países también, pero lo que han hecho merece ser reconocido y estudiado por otros, como los del sur de Europa que están por detrás. En España existen ya las bases para que se establezcan tales cambios, pero se requiere una mayor presión social, tal como el movimiento a favor del establecimiento del Cuarto Pilar del Estado de Bienestar como derecho individual que facilite la liberación de la mujer y aumente el bienestar familiar, mejorando la calidad de vida de la población y muy en particular de las clases populares, cuyos enormes déficits actuales deterioran especialmente la salud de la mujer, que como promedio tiene tres veces más enfermedades producidas por el estrés que el hombre. Esta iniciativa ha sido iniciada por más de mil representantes de movimientos feministas, movimientos sindicales, movimientos de pensionistas y otros pidiendo su establecimiento en este país dentro de la ruta de cambio que permita una sociedad mejor. (Ver: https://cuartopilar.es/).

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movimiento feminista
¿Estamos al final de la pandemia? ¿el ómicron como el punto final de ella? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/01/27/estamos-al-final-de-la-pandemia-el-omicron-como-el-punto-final-de-ella/ Thu, 27 Jan 2022 05:31:46 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6185 Continuar leyendo "¿Estamos al final de la pandemia? ¿el ómicron como el punto final de ella?"]]> REUTERS
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Me preocupa en gran manera que se está reproduciendo y expandiendo a los dos lados del Atlántico Norte una postura sobre cómo responder a la pandemia (que en Estados Unidos había sido promovida por el entonces presidente Trump) que consiste en dejar que la gran mayoría de la población se contagie con el virus hasta que se alcance lo que se conoce como "inmunidad de rebaño" (es decir que la mayoría de la población alcance el nivel de inmunidad al COVID-19 como resultado de haber sido contagiados y caer enfermos, desarrollando así las defensas contra el virus). Ello implica que mucha gente (y sobre todo los más vulnerables, incluyendo grandes sectores de la población anciana) morirá, realidad que debería aceptarse como el coste necesario para alcanzar la deseada inmunidad y con ello recuperar la normalidad.

Ni que decir tiene que este proceso de alcanzar la inmunidad de rebaño lleva su tiempo y puede durar varios años. Pero por suerte (dicen ahora tales proponentes de alcanzar la libertad a través de la inmunidad de rebaño) la variante nueva -Ómicron- es tan expansiva que ya en cuatro semanas ha alcanzado a todo el mundo, y que debido a su velocidad podríamos quizás lograr la deseada inmunidad de rebaño en solo cuestión de semanas. Se habla ya de febrero o marzo. En realidad, más del 50% de la población europea estaría ya infectada y por lo tanto estaríamos ya a la vuelta de la esquina para alcanzarla. Ello transformara la pandemia COVID-19 en algo parecido a una gripe, lo cual nos permitiría alcanzar la normalidad ya en cuestión de meses. La nueva variante está pues, facilitando que en cuestión de semanas podamos ya volver a la normalidad.

La versión progresista de cómo alcanzar la inmunidad de rebaño

Hay una versión de esta postura que está siendo adoptada por sectores de las izquierdas deseosas de alcanzar esa ansiada normalidad, mediante la conquista de la inmunidad de rebaño, lograda, no sólo por contagio, sino también a través de la vacunación, lo que podría reducir el tiempo necesario para alcanzar tal inmunidad, al incrementarse el número de personas inmunizadas vía vacunación. En esta versión, como en la anterior, se celebra la aparición de la nueva variante pues a través del enorme incremento de la enfermedad y de la consiguiente inmunidad que obtienen los que sobreviven la pandemia, permite llegar más rápido a la inmunidad de rebaño. Desde entonces, la mayoría de la gente ya estaría inmune frente a toda nueva variante pues esta encontraría ya una población inmunizada, pudiéndose así recuperar la normalidad.

Los errores de estas estrategias

Varios son los errores de estas estrategias. El mayor, como lo ha señalado el Dr. Fauci, (director del U.S. National Institute of Allergy and Infectious Diseases y asesor principal del Presidente Biden), es asumir que la nueva variante va a proveer inmunidad frente a cualquier otro tipo de variante que pueda aparecer de nuevo. La inmunidad que se origina a través del Ómicron no és, sin embargo, seguro que vaya a proteger frente a futuras variantes del virus. En realidad, es probable, de que no lo haga, pues una característica de este virus es su enorme variabilidad, desconocida en otros virus, lo cual incluso dificulta la producción de vacunas para que estas puedan proteger frente a todas las posibles variantes del virus por venir. La mayoría de virus son como el del sarampión, que apenas varía y por tanto permite que su vacuna ofrezca una inmunidad por largo tiempo, pero no así en este virus. Es más, esta variabilidad explica que la inmunidad de la vacuna disminuya más rápidamente que en otros virus más estables, como se ha visto en el hecho de que para conseguir la inmunidad deseada se ha tenido que complementar la primera dosis de las vacunas más eficaces (Pfizer y Moderna) con otras dos dosis en un tiempo relativamente corto.

Cuál será el futuro

Es muy probable que tengamos pandemias con mayor frecuencia de las que hemos tenido hasta ahora (una vez en un siglo). En realidad, la actual es la única pandemia que hemos tenido a nivel auténticamente mundial, y las causas que las determinaron y/o cronificaron (la globalización de la actividad económica y las políticas económicas neoliberales dominantes que la determinan, basadas no en solidaridad sino en acumulación y concentración sin limites de la riqueza, nunca tan acentuada como ahora, así como los movimientos migratorios y turísticos mundiales, y la proximidad entre el mundo animal y el humano) facilitan la reproducción de estos fenómenos. La pandemia ha mostrado los enormes déficits de este orden (en realidad: desorden) internacional. No puede resolverse la pandemia manteniendo el orden internacional tal como está. Es irreal. Lo dijo Fauci con toda claridad, hace unos días, en el lugar que podemos llamar "el vaticano del neoliberalismo" -DAVOS, durante el primer momento de su intervención: "Ustedes no podrán estar salvos a no ser que los estén todos los demás". Esta frase aplica tanto al orden internacional como al orden nacional. Fauci les informó que Estados Unidos, el país más rico del mundo (y con una de las riquezas peor distribuidas) muestra que las cifras de la pandemia están entre las más altas del mundo. Y su seguridad no existirá, hasta que no haya una respuesta global a un hecho que es global. De nuevo, como acentuó Fauci, "no podemos terminar con la pandemia y que el virus se convierta endémico en un país, mientras el resto del mundo lidia con la pandemia. Así no és como funciona". Se necesita concienciarse de que se requiere un cambio muy notable de la situación económica, social, y política a nivel mundial y a nivel local para poder mantener y controlar la pandemia, para transformarla en endemia y volver a una normalidad que tendría que ser distinta a la que existió en la época pre pandémica.

Condiciones para conseguir la gripalización

De ahí que la deseada conversión de la pandemia en un fenómeno semejante a la gripe (lo que se llama la gripalización de la pandemia), no ocurrirá a no ser que cambios más significativos de los que se están considerando se realicen. Llegar a la normalidad exige mucho más que la reproducción de la normalidad pre-pandémica. En realidad, esta última ya no es factible, pues su persistencia es la garantía de la continuidad de las pandemias. Lamentó que, en los debates de "los expertos sobre pandemias", en los medios de información convencionales, como la Sexta Noche, se centran en temas necesarios pero que son insuficientes para explicar por qué unos países lo estén haciendo mejor que otros en controlar la pandemia y conseguir menor mortalidad acumulada por millón de habitantes debido al COVID-19 desde su inicio hasta ahora. Me estoy refiriendo a las variables de orden político y social que configuran el tipo de políticas públicas que se hagan en uno u otro país.

Los países de orientación liberal, cómo Estados Unidos y la Gran Bretaña, iniciaron su respuesta a la pandemia favoreciendo la estrategia de alcanzar la inmunidad a través primordialmente de facilitar la extensión del contagio para alcanzar la inmunidad generalizada, llamada "inmunidad de rebaño". Estos países han tenido una mortalidad acumulada por COVID-19 muy elevada. En cambio, en el otro polo, el de mortalidad muy baja, encontramos países que han dado prioridad al intervencionismo público a través de las medidas salubristas, sanitarias, y sociales que garantizan el derecho a la vida y al bienestar, como ha sido Noruega, gobernada primordialmente por gobiernos progresistas de vocación redistributiva desde la Segunda Guerra Mundial (que es uno de los países con menores desigualdades por clase social y por género en Europa). Los números hablan por sí mismos. La mortalidad acumulada por COVID-19  ha sido 10 veces en el caso de Estados Unidos, y 9 veces en el caso de la Gran Bretaña, mayor que Noruega (La pandemia actual: lo que se dice y no se dice de ella, V. Navarro, Público 18/1/22).

España ha mostrado su gran éxito en la velocidad que ha vacunado a la ciudadanía, una de las más altas en Europa. Pero a pesar de ello la mortalidad acumulada ha sido elevada, 7.8 veces la de Noruega, lo cual muestra que la vacunación, aunque muy necesaria, no es suficiente. Se requieren las intervenciones públicas y sociales que empoderan y protegen a la población, tales como el desarrollo equitativo y universal de los servicios de Salud Pública y de los Servicios Sanitarios y Sociales Públicos, todos ellos poco financiados en España. Es conocido que el Estado del Bienestar en España está sub-financiado para el nivel de desarrollo económico que tiene, siendo ello una de las causas de que España sea uno de los países mas desiguales en la Europa Occidental.

La pandemia ha mostrado claramente la naturaleza de estos déficits, pero es sorprendente que no se hable de las consecuencias de estos déficits incluyendo su elevada mortalidad por COVID-19. Un ejemplo claro es el enorme déficit de financiación de los Servicios de Salud Pública, que están incluso más sub-financiados que los muy pocos financiados servicios de Atención Primaria. No puede pasarse a la "gripalización" sin unos servicios de vigilancia mucho más extensos de los actuales existentes en España. Es más, la importancia y relevancia de tales servicios de salud pública es fundamental no sólo en el control de las epidemias, sino en el control de la alimentación, del suministro de agua potable, del aire que se respira, del trabajo que se realiza y de lo que se consume. Como experto en políticas públicas, he trabajado en estos temas asesorando a muchos países por más de cincuenta años, y puede asegurarles que los servicios del Estado del Bienestar en España cuentan con excelentes profesionales, pero escasamente dotados de recursos públicos.  El gasto público per cápita en cada una de estas dimensiones de tal Estado es de los más bajos de la Europa Occidental. Y esta pobreza está basada en una polarización por clase social en el que el 30% de la renta superior del país utiliza los servicios privados y el 70% restante utiliza los públicos, polarización que está dañando tanto a los primeros (los más pudientes), como a los demás (la mayoría de las clases populares), pues su pobreza de recursos afecta a toda la población. Miren los datos y lo verán. La mortalidad por COVID-19 entre las clases pudientes españolas, es mayor que en tales clases en Noruega, y eso no se debe a que Noruega sea más rica, sino a que tiene menos desigualdades de renta y propiedad. Esto es lo que las fuerzas conservadoras y liberales no captan. Sus ideologías les dificulta conocer la realidad. Nunca parecen entender que la solidaridad es más eficaz y eficiente que el egoísmo individualista masificado por el sistema económico actual, incrementando las desigualdades sociales que están obstaculizando la resolución de la pandemia. Así de claro.

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ómicron,Pandemia
La pandemia actual: lo que se dice y no se dice sobre ella https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2022/01/17/6162/ Mon, 17 Jan 2022 06:00:35 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6162 La pandemia ocupa casi todo el espacio mediático hoy en la mayoría de los países de renta superior. Y a través de tal espacio se puede ver lo que se está diciendo y, más importante, lo que no se está diciendo sobre la pandemia en los establishments político-mediáticos en la  mayoría de tales países. Y las conclusiones que derivan de la realidad que les rodea son muy preocupantes. Veamos ejemplos de ello.

Y comencemos subrayando que todo lo que está pasando, incluso la aparición y expansión de la variante nueva ómicron, era predecible, cómo ya señalé en múltiples ocasiones (Todo lo que está pasando en la pandemia se sabía que pasaría y continuará pasando – Público, dic 29,2021). Es por lo tanto muy sorprendente que muchos dirigentes, incluyendo el presidente Biden en EEUU, hayan indicado que nadie se esperaba lo que ha pasado en las últimas semanas, cuando se creía que estábamos ya viendo el fin de la pandemia  y de pronto apareció una variante del virus en Sudáfrica, que en solo cuatro semanas se esparció por la mayoría de países de renta superior determinando un nivel de contaminación nunca visto antes. Y es muy probable que otras variantes puedan aparecer, que podrían incluso ser peores. Podríamos enfrentarnos en una futura ola con una variante que además de ser muy rápida y eficiente en su movilidad, fuera muy virulenta pues no es cierto, lo que se esta diciendo, de que las nuevas variantes tengan que ser menos virulentas que las anteriores. La Delta era mas letal que Alfa.

Y este riesgo continuará ocurriendo hasta que no se reduzca el nivel de contagio a nivel mundial. La gente no vacunada es un caldo de cultivo para que se vayan produciendo nuevas variantes. Y hay millones y millones de personas en el mundo que no están vacunadas, predominantemente en países de renta baja. El hecho de que haya una diferencia tan marcada entre el nivel de vacunación de los países ricos y los países de renta media y baja es un escándalo no solo moral sino también desde el de vista de salud pública. Contrario a lo que el pensamiento liberal, dominante en la mayoría de los países de renta alta promueve, las desigualdades no favorecen ni la eficiencia económica, ni la resolución de los grandes temas sociales, incluyendo la pandemia. Toda la evidencia científica muestra que la solidaridad es una condición para la resolución de la pandemia. La distribución de las vacunas que ha seguido una lógica comercial ha enlentecido y dificultado la resolución de este gran problema. Un tanto igual aparece en la distribución de las mascarillas y de las pruebas rápidas de antígenos, que se utilizan ampliamente para comprobar si una persona está o no contaminada. Ello explica que el acceso a estos y otros bienes de enorme importancia para controlar la pandemia este  determinado en gran manera por el nivel de renta de la persona y del país. Esta es una realidad de la que no se habla.

Gravedad y coste humano de la pandemia

El análisis del numero de muertos debidos la covid-19 por 1 millón de habitantes que se han acumulado desde el inicio de la pandemia, nos permite medir la gravedad y el coste humano de tal fenómeno, país por país. Y así vemos países entre los ricos, la mayoría de los cuales están a los lados del Atlántico Norte (que tienen estructuras demográficas parecidas) en los que el numero de muertos es muy bajo (como Noruega 247, Finlandia 298 y Dinamarca 583), seguidos de otros con números mas altos (como Alemania 1.360, Suecia 1.513, Francia 1.865 y España 1.928), y otros, incluso mas elevados (como Gran Bretaña 2.204 e Italia 2.306). Y terminan esta liga de mortalidad, países de elevadísima mortalidad (EEUU 2.521, Polonia 2.639 y Hungría 4.146). Cuando salimos de Norteamérica y Europa Occidental, vemos que hay países ricos como Nueva Zelanda con mortalidad acumulada bajísima (10). Y a nivel mundial, llama la atención, que hay países de renta baja como China (de más de mil millones de habitantes) con bajísimas tasas de mortalidad por COVID-19 (3), mientras que otros, sobre todo en América Latina, tienen tasas mucho más elevadas, como por ejemplo Brasil (2.998) y Perú (6.090).

Estos números ilustran un abanico enorme de niveles de mortalidad que incita a preguntarse el por qué de tal variabilidad. Ni que decir tiene que muchas son las causas de tal diversidad, pero otra observación que se deriva de tales datos es que el argumento muy utilizado por autores conservadores y liberales de que los países tienen que escoger entre enfatizar las medidas de salud pública para controlar la pandemia o salvar la economía, es una dicotomía falsa, pues se ven muchos países con escasísima mortalidad de COVID-19, resultado en gran parte a su estrategia de control de la pandemia, que tienen un elevado nivel de crecimiento económico, siendo China el caso más claro de ello. La bajísima mortalidad por COVID-19 en aquel país va acompañada con una elevada tasa de crecimiento económico (8% PIB 2021), siendo China hoy el centro industrial productor de los bienes, como mascarillas, que se están utilizando en los países ricos en tiempos de pandemia. En realidad, en los países ricos, excepto en la industria farmacéutica, ha habido una gran escasez de los productos necesarios para controlar la pandemia, cómo han sido las mascarillas y muchos otros bienes necesarios para el control de la pandemia, muchos de ellos producidos en China

Errores comunes en la estrategia de control de la pandemia

Es también sorprendente el enorme número de errores que se han hecho en los programas de control de la pandemia. Un ejemplo, es el que, cuando se descubrió el COVID-19, se hizo hincapié (incluso por la Organización Mundial de la Salud - OMS) en el contacto físico con materias infectadas, subrayando la necesidad de seguir una higiene personal, como lavado de manos y otras medidas, sin dar gran importancia a la transmisión aérea, grave error, cuando podía verse desde el principio de la pandemia que el principal medio de trasmisión era el aire y los aerosoles. Más de un dirigente político e incluso académicos, llegaron a subrayar al principio de la pandemia que las mascarillas no eran importantes, lo cual fue un gran error. Y tuvo un coste, causando una elevada mortalidad que era prevenible. De nuevo, varios subrayamos la importancia de los aerosoles y por tanto de las mascarillas para proteger a las personas que las llevaban, así como a las personas expuestas a los aerosoles procedentes de las personas sin mascarillas. Y es ahí lo que es más que decepcionante; la falta de información que se impartió por parte de los mayores medios de información sobre este tema. Incluso hoy estamos viendo una enorme distribución de todo tipo de mascarillas, la mayoría de las cuales tienen muy escasa capacidad de protección. Hemos visto recientemente una gran expansión de las mascarillas, debida a la rápida expansión de la nueva variante, elaboradas con materiales inapropiados tales como pañuelos, de limitada protección. Las mascarillas, para hacer la función que se les asigna, deben tener el material y diseño que proteja a las personas que las llevan y a las personas próximas. Hoy, en la gran mayoría de los países en los que se ha analizado este tema (EEUU entre ellos), casi el 60% de las mascarillas utilizadas tienen un mínimo de protección.

Esta falta de mascarillas eficaces y accesibles es un fallo del que hay que responsabilizar, en la mayoría de tales países, a las autoridades públicas y a los medios de información. La imagen constante que se promueve (de que estamos en una guerra contra el virus), entra en conflicto con el comportamiento súper laxo por parte de las autoridades hacia aquellos sectores industriales que deberían haber centrado su producción precisamente en la de material que protege al personal sanitario, así como a la ciudadanía, como es el caso de las mascarillas. En muchos países a los dos lados del Atlántico Norte que lucharon contra el nazismo y el fascismo en la II Guerra Mundial, las muertes en esta "guerra contra el virus" es mayor que la ocurrida en aquel conflicto. En EEUU, por ejemplo, las muertes por COVID-19 durante los 11 primeros meses del mandato del Presidente Biden (411.359 personas) fueron  mayores que las ocurridas en aquella guerra que duro tres anos (407.316). El Gobierno liderado por el presidente Roosevelt intervino muy activamente la economía estadounidense, mediante el New Deal, nacionalizando amplios sectores directamente relacionados con la guerra, siendo enormemente popular en su tarea de gobierno. Un tanto igual ocurrió en varios países europeos.

Debería considerarse como tema prioritario en los programas de recuperación económica, el cambio del sistema productivo para priorizar la manufacturación y suministro de los bienes y servicios de prevención y atención de salud pública, sanitarios y sociales, puesto que el déficit de tales bienes ha sido enorme durante la pandemia. Hoy el mundo de la producción sigue el criterio de la comercialización en la distribución de sus productos, lo cual, como he indicado en otras ocasiones, dificulta la resolución de la pandemia. Los gobiernos de los países ricos tenían que haber presionado para eliminar las patentes de las vacunas durante, al menos, durante la pandemia, y también presionar, por ejemplo, a sus empresas textiles a que produjeran materiales como mascarillas buenas y baratas y así muchos otros productos que han sido necesarios y que han tenido que importarse con grandes retrasos y excesivos costes. Su escasa valentía y servilismo a intereses particulares, anteponiéndolos al bien común, en esta "guerra contra el virus"  ha sido una de las causas de la escasa popularidad de algunos de los gobiernos excesivamente laxos en su exigencia a los poderes económicos y financieros de contribuir al control de la pandemia, muchos de los cuales se han beneficiado enormemente de ella.

La Importancia de la vacunación que es necesaria, peor no suficiente

He escrito también extensamente de la importancia de la vacunación tanto en la reducción de la infección como en la disminución de la morbilidad y mortalidad debida a COVID-19. Ni decir tiene que hay distintos tipos de vacunas basadas en distintas concepciones de la relación entre virus e inmunidad. Y parecería que la técnica mRNA ha sido particularmente eficaz. Iniciada en los países ricos (financiada predominantemente por fondos públicos) pueden también producirse en las industrias farmacéuticas basadas en países pobres, teniendo los recursos propios para así poder hacerlas, en contra de lo que los productores de aquellas vacunas están diciendo, y que de hacerse podría haberse vacunado muchísima gente en estos países pobres disminuyendo la probabilidad de la aparición de nuevas variantes. Vacunar a los no vacunados, debería continuar siendo un objetivo muy importante pues la evidencia es contundente de que los no vacunados mueren más que los vacunados. En la presente ola causada por la nueva variante ÓMICRON, el dato mas impactante es precisamente el elevado porcentaje de personas no vacunadas que se contagian y mueren debido a esta variante (según estudios recientes en EEUU, el promedio de contagio es 5 veces mayor para no vacunados en comparación a vacunados, mientras que el número de muertos de no vacunados es 20 veces más alto que entre vacunados). Y también la evidencia es contundente de que las personas no vacunadas son mas contagiosas y por más tiempo que las vacunadas.

La enorme importancia de los servicios salubristas (Salud Púbica), sanitarios y sociales para controlar la pandemia y asegurar la recuperación económicoa y para prevenir futuras pandemias

La vacunación es un eje importante de la estrategia de control de la pandemia, pero no es la única y en ocasiones no es incluso la más importante. Hay países que con tasas de mortalidad muy bajas como Nueva Zelandia, donde la vacunación ha sido tardía y reciente, cuando todo el periodo desde el principio de la pandemia la mortalidad ha sido bajísima, y ello ha sido debido a las medidas preventivas de salud publica, con la detección y seguimiento de casos, las cuarentenas de las personas infectadas, así como el uso de mascarillas y el mantenimiento de distancias. En realidad, la pandemia ha mostrado la enorme necesidad de tener buenos y bien dotados servicios de prevención y atención salubrista y sanitarios junto con servicios sociales universales como el Cuarto Pilar del Estado de Bienestar (servicios de ayuda a las familias, como escuelas de infancia y servicios de atención a las personas con discapacidades). No es por casualidad que la mayoría de los países escandinavos, con gran desarrollo de sus estados del bienestar (incluido su Cuarto Estado del Bienestar), sean los países europeos que tengan menos desigualdades sociales, por clase social y por genero, además de menor mortalidad acumulada COVID-19.

Varios países europeos han intentado cubrir parte de sus déficits de recursos en estos sectores, maximizados por la pandemia, con la importación de profesionales mediante la importación masiva de personal proveniente de países de rentas bajas. Alemania es uno de los mas conocidos, siendo el estado de Kerala en la India, uno de los máximos proveedores de enfermeras altamente cualificadas para cubrir las deficiencias del sistema alemán de atención sanitaria. Tal déficit de recursos ha ocurrido también en España. Habiendo sido, altamente exitosa en su vacunación, no pudo evitar un elevado grado de infectividad debido en parte, a la enorme escasez en sus servicios de salud pública y sanitarios, así como sociales, siendo uno de los países de la UE con menos recursos públicos en los servicios de su Estado del Bienestar. Este déficit es incluso más acentuado en los servicios de salud pública dentro de un sistema sanitario poco financiado y hospitocéntrico. Ello es causa y consecuencia de la existencia de una dualidad publica versus privada en los servicios sanitarios, alcanzando su máxima expresión en el Estado Español, donde sus funcionarios públicos tienen el derecho de acceder a la sanidad privada (financiada en su caso por el Estado). Esta situación facilita la perpetuación de tal dicotomía pública (que atiende a la mayoría de la población) y privada (que atiende a una minoría) en uno de los países europeos con mayores desigualdades por clase social, lo cual  reproduce la pobreza de la publica, que perjudica a todas las clases sociales incluyendo a las clases pudientes, pues en casos graves como la pandemia, es la pública la que desarrolla las funciones más importantes y su escasez de recursos afecta a todas las clases sociales incluyendo las pudientes. Y es de ahí que la solidaridad, es esencial no solo entre países sino entre los ciudadanos dentro de  un país, para resolver las pandemias.

 

 

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Todo lo que está pasando en la pandemia se sabía que pasaría y continuará pasando https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/12/29/todo-lo-que-esta-pasando-en-la-pandemia-se-sabia-que-pasaria-y-continuara-pasando/ Wed, 29 Dec 2021 06:15:32 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6147 Un médico sostiene un vial con la vacuna rusa Sputnik V contra la covid-19. REUTERS/Shamil Zhumatov
Un médico sostiene un vial con la vacuna rusa Sputnik V contra la covid-19. REUTERS/Shamil Zhumatov

Todo lo que está ocurriendo durante la pandemia era predecible, y así lo indicaron muchas asociaciones científicas internacionales que gozan de gran credibilidad en salud pública. Y una de las situaciones más predecibles es que mientras no se tomen las medidas necesarias, promovidas por tales asociaciones (y conocidas desde hace bastante tiempo), tendremos pandemia para rato. Ya van tres inviernos y continuaremos otros más, si se continúan desoyendo lo que han estado proponiendo aquellas asociaciones. En realidad, lo que estamos viendo es la cronificación de la pandemia. Y lo que ha ocurrido en estas últimas tres semanas, continuará ocurriendo. Cuando hace cuatro semanas parecía que estábamos volviendo a la normalidad (y la gente salía por la calle sin mascarillas y sin mantener distancias), de pronto apareció una variante del virus, que es incluso más contagiosa que la variante anterior Delta, y que en tres semanas aparece ya como la variante dominante en muchos países a los dos lados del Atlántico Norte (primordialmente Norteamérica y Europa Occidental, donde están ubicados gran parte de países de renta superior) y de virulencia semejante (aunque se considera algo menor a Delta, la variante más maligna conocida hasta entonces), y qué va arrinconando toda esperanza de comenzar la normalidad de nuevo. Y así continuará constantemente. No hay duda de qué variantes se seguirán produciendo (con características semejantes o peores de las que sustituyan) sobre todo en los países de renta media y baja que rápidamente se distribuirán a todo el mundo, alcanzando a los países de renta superior en periodos cada vez mas cortos y breves.

¿Por qué esta cronicidad? Las causas de la cronicidad no son científicas sino políticas de las que no se habla

Es un hecho común entre la gran mayoría de los gobiernos de países de renta superior, el pedir a sus ciudadanos que hagan sacrificios (como por ejemplo el confinamiento), para controlar la pandemia, justificando tal demanda con el argumento de que tal sacrificio es necesario, pues se asume que estamos en una "guerra contra el virus", que hay que vencerlo para la supervivencia de amplios sectores de la población. No me parece mal esta imagen, y esta expresión, pero si que, de continuar utilizándose, habría que exigir a los gobiernos que utilicen tal eslogan, la veracidad y coherencia en su llamada al sacrificio, pues no se puede ser arbitrario, incoherente, selectivo y discriminatorio, en su demanda de hacer sacrificios (exigiendo a unos y eximiendo a otros) para alcanzar el bien común (la eliminación y/o control del virus) salvando vidas y evitando muertes. Este principio, sin embargo, no se está respetando y ejemplos de ellos son miles.

La gran mayoría de gobiernos en los países de renta superior a los dos lados del Atlántico norte, está mostrando un comportamiento discriminatorio, favoreciendo a grandes grupos económicos (que tienen como objetivo incrementar sus beneficios empresariales) a costa de dificultar el control y eliminación de la pandemia. Ejemplos, de nuevo, hay a montones, comenzando con los productores de las vacunas anti-COVID, que utilizando el símil militar serían los armamentos necesarios para ganar la guerra. He escrito extensamente y está bien documentado de que las industrias farmacéuticas productoras de tales vacunas (empezando por Pfizer y Moderna), se han opuesto a que se generalice la producción de tales vacunas a nivel mundial, dificultando con ello el acceso a tales productos por parte de la gran mayoría de la población de países de renta media y baja. Tales empresas (que están consiguiendo unos beneficios exuberantes sin precedentes) se han opuesto a que tales vacunas se puedan producir en los países de renta media e inferior, manteniendo un monopolio en su producción y distribución (asegurando sus patentes) que impide que ello ocurra.

Y los Gobiernos de los países de renta superior, donde tales vacunas se están produciendo, no están tomando las medidas necesarias para impedir la continuación de tal monopolio que está dificultando enormemente la vacunación mundial para resolver el problema de la pandemia, incluyendo en sus propios países. Lo que está ocurriendo con Delta primero, y con Ómicron ahora, es un claro ejemplo de ello. La variante Delta se inició en la India, uno de los países que expertos en la producción de las vacunas anti-COVID han indicado que tiene el conocimiento y los medios para producir las vacunas anti-COVID de Pfizer y Moderna. En realidad, India es el país que produce mas productos farmacéuticos genéricos en el mundo, incluyendo genéricos que se consumen a los dos lados del Atlántico norte. Y produce vacunas anti-SIDA, que son de mayor complejidad que las vacunas anti-COVID. Y Suráfrica, donde se identificó Ómicron, es también (según los mismos expertos), competente para producir tales vacunas. Si se hubieran producido y distribuido tales vacunas en tales países es muy probable que no habríamos tenido los problemas que estamos teniendo.

Como he indicado en diferentes ocasiones, la solidaridad internacional es una condición indispensable para la eliminación de la pandemia. Y a no ser que la solidaridad aparezca, la situación se irá empeorando. El virus, variante Delta, descubierta en la India, tardo varios meses hasta que apareció con toda intensidad en Norteamérica y Europa Occidental. La siguiente variante, Ómicron, tardo solo tres semanas desde que se conoció en Suráfrica para llegar a ser dominante en aquellas mismas zonas del mundo de renta superior.

Las limitaciones del modelo liberal como causa de la no resolución de la pandemia

La actividad comercial y las mal llamadas leyes de mercado no pueden ser las que definan la producción y distribución del armamento (es decir de la producción y distribución de las vacunas) en esta "guerra contra el virus". Y, sin embargo, esto es lo que está ocurriendo. Y la mayor causa de ello es que son las empresas farmacéuticas las que tienen un enorme dominio y control sobre los Estados que no se atreven a enfrentarse a ellas debido a su enorme poder político y mediático. Incluso el Presidente Biden de EEUU, que estaba de acuerdo en anular las patentes en la producción de vacunas durante el período de la pandemia, no ha presionado al Congreso y Senado para llevar a cabo tal medida, sabedor que los Senadores y Congresistas financiados por tales empresas lo vetarían. La enorme debilidad de la democracia liberal aparece con toda claridad en la excesiva y antidemocrática influencia que grupos económicos, como en este caso, la industria farmacéutica productora de tales vacunas, tienen sobre las instituciones políticas y mediáticas. Hemos visto solo hace unos días, como en el Senado estadunidense, un senador, Joe Manchin, del mismo Partido Demócrata que el Presidente Biden, y que es nada menos que el presidente de la comisión de energía del senado (y financiado por la industria del carbón) ha parado una de las medidas más importantes y de mayor relevancia para la ciudadanía en aquel país que era la reconversión energética y social del país claramente favorecida por la mayoría de la ciudadanía del país.

Igualmente, estas mismas industrias farmacéuticas productoras de vacunas no solo se han opuesto a anular sus patentes provisionalmente, mientras estamos intentando ganar la batalla contra el virus, sino que también se han opuesto a que el Gobierno Federal de EEUU estableciera un Centro de Investigación y Producción de Vacunas contra posibles nuevos virus y variante para impedir nuevas epidemias y pandemias. Tal proyecto se remonta a varias administraciones y fue el presidente Obama el que lo intentó por última vez. Y de nuevo no se ha podido realizar ahora tampoco, bajo el Presidente Biden, por la enorme oposición de estas empresas. En su lugar han conseguido amplios fondos de financiación pública (sin los cuales no se habría podido haber realizado la producción de las vacunas, controlando ellos su producción y distribución). Es más, las supuestas leyes de mercado tampoco funcionan por la monopolización de su producción que ellas controlan de manera tal que son ellas las que definen el precio de estos y otros productos farmacéuticos, como hace el conjunto de la industria farmacéutica en la provisión de medicamentos para el programa federal Medicare (proveedor de servicios sanitarios a todos los ciudadanos ancianos). Tal programa no cubre la totalidad del coste de los productos farmacéuticos cuyos precios están determinados en gran parte por estas industrias. Ello conlleva que muchos ancianos no puedan comprar medicamentos con el consiguiente resultado de aumento de morbilidad y mortalidad, como bien ha documentado el National Boreau of Economical Research señalando que el aumento del coste de las medicinas determina la disminución de su utilización y por ende aumento de la mortalidad (How to Cope With Medicare’s Rising Costs, The New York Times, 26 de Diciembre de 2021). El Presidente Biden ha propuesto que sea el Estado Federal el que regule tales precios asegurando su accesibilidad con la virulenta oposición de la industria farmacéutica. Ni que decir tiene, que esta medida es muy popular, pero el que ello ocurra o no, no depende de lo que la ciudadanía desee, sino del poder que sectores económicos tienen sobre el Estado. Y esto ocurre no solo a nivel nacional sino a nivel internacional. Las supuestas leyes del mercado son las leyes de los grupos de poder que monopolizan la producción y distribución de bienes que debían de estar al servicio del bien común.

Última observación. La insolidaridad es la mayor causa de la perpetuación de la pandemia

La experiencia con la pandemia muestra claramente que la escasez de vacunas a nivel internacional o de medicamentos a nivel local, depende de la distribución de poder político, económico y mediático internacional y nacional, temas totalmente aparcados en el debate sobre la pandemia. Esta está mostrando el enorme coste que significa la mal distribución de tales poderes en los países tanto ricos como de renta media y baja. Las autoridades públicas deberían dar protagonismo a los sectores públicos sobre los privados acentuando la urgente necesidad de que los primeros antepongan el bien común por encima de los intereses particulares y privados de carácter comercial cuya lógica no puede reproducirse en la actividad y servicios públicos. No es por casualidad que los países que han tenido mayores problemas con la pandemia han sido aquellos que tienen sus servicios esenciales, como sanidad y servicios sociales privados con sistemas democráticos muy limitados que permiten una enorme influencia de los lobbies económicos en sus decisiones políticas. La insolidaridad dentro de un país, así como entre países es la mayor causa de que el enorme sufrimiento que está creando la pandemia no se resuelva. Miren los datos y lo verán.

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El pésimo consejo de 'El País' al Gobierno de coalición de España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/12/20/el-pesimo-consejo-de-el-pais-al-gobierno-de-coalicion-de-espana/ Mon, 20 Dec 2021 06:00:09 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6124 Continuar leyendo "El pésimo consejo de 'El País' al Gobierno de coalición de España"]]> Nadia Calviño y Yolanda Díaz, en el Congreso. / Juan Carlos Hidalgo (EFE)
Nadia Calviño y Yolanda Díaz, en el Congreso. / Juan Carlos Hidalgo (EFE)

El País acaba de publicar un extenso informe de lo que titula "La resurrección de la socialdemocracia europea" (publicado en la primera página del rotativo y con gran promoción), que resume el amplio sentir del establishment político mediático español (incluyendo el catalán), sobre el presente y futuro de la socialdemocracia, que merece ser respondido y criticado, pues sostiene  la tesis de que su futuro (y el de cualquier formula transformadora) dependerá de su moderación. Vale la pena leer la conclusión de los autores del informe, Andrés Ritzy y Marc Bassett, "El hallazgo de caminos intermedios es la historia de la socialdemocracia: su búsqueda de progreso a través de un reformismo moderado es parte central de la construcción europea. Es ahí donde ganó Scholtz, y  donde al otro lado del Atlántico, ganó Biden. Quien ocupa el centro, gana elecciones y no los extremos, pues la mayoría de la gente no es radical." Con este consejo de que no se radicalicen, terminan su informe sobre la supuesta resurrección de la Socialdemocracia, después de su muerte, que según los autores ocurrió durante  los últimos diez años.

Por qué el declive de la socialdemocracia y el redescubrimiento de la clase obrera

Un aspecto positivo del informe es que reconoce que el descenso del apoyo electoral a la Socialdemocracia tiene mucho que ver con el gran desencanto, decepción y enfado de la clase obrera hacia los que habían visto como sus representantes.  La adopción de las medidas liberales (como la promoción de la globalización de la actividad económica con hincapié en el desarrollo del proceso productivo a nivel mundial, o el abandono de las políticas públicas de carácter universal -garantizando derechos a toda la población- sustituyéndolas por medidas asistenciales, orientadas únicamente a sectores de la  población minoritarios, como por ejemplo los pobres o las reformas laborales antisindicales o las intervenciones fiscales regresivas que beneficiaron a las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo) claramente antagonizó a la clase obrera de cada país donde se dio el gran bajón del apoyo electoral a la socialdemocracia. También es positivo y sorprendente de que hablen específicamente de la clase obrera, termino prácticamente olvidado y no citado en los establishments político-mediáticos del país al asumir que tal clase ha desaparecido al transformarse en clase media. Es positivo, pues, que reconozcan que la clase obrera existe y que ha sido un factor determinante en el declive de la socialdemocracia al transformarse esta en la versión light del liberalismo frente a la versión heavy promovida por las fuerzas conservadoras y liberales. Por cierto, los autores no citan que las páginas económicas de El País jugaron un papel muy importante en la promoción de estas políticas liberales causantes del descenso y muerte de la socialdemocracia en muchos países.

¿Se tienen que moderar tales partidos para tener futuro?

Vayamos por partes y analicemos los tres países citados en el informe: EEUU, Alemania y España. Veamos si lo que están sugiriendo como MODERACIÓN es lo que se necesita para que continúen "resucitando". Verán que los datos muestran que precisamente la realidad es lo contrario, necesitando cambios mucho más radicales para recuperar el apoyo de la clase obrera y de la mayoría de las clases populares y para ello tenemos que entender que las causas del declive se remontan a mucho antes que los diez años que los autores citan. Analicemos caso por caso.

Estados Unidos: el abandono del New Deal y sus consecuencias políticas

Como he detallado extensamente Clinton fue el inspirador de la Tercera Vía (importada a la Gran Bretaña por Tony Blair, a Alemania por Schroeder, a Francia por Hollande y a España por Zapatero segundo mandato). La clase obrera estadounidense estaba en contra de las políticas económicas y sociales llevadas a cabo por Clinton, tales como la globalización de la actividad económica y el abandono de las políticas universalistas (que beneficiaban a toda la ciudadanía) por parte del Gobierno federal. Tal Gobierno pasó a ser  percibido como instrumentalizado por los grupos vulnerables beneficiados por las políticas sociales asistenciales y por las medidas antidiscriminatorias que habían sustituido a las políticas redistributivas de carácter universal, características del presidente Roosevelt, del presidente Truman y del presidente Johnson. En 2016 y en 2020 el voto a Trump era el voto antiglobalización y anti-política asistencial llevada a cabo por el Gobierno federal que no beneficiaba a la mayoría de la clase trabajadora (que era blanca) a la cual Trump dedicó su discurso.

El candidato Biden entendió este mensaje y su propuesta fue recuperar la herencia del New Deal, proponiendo programas universales basados en un aumento del gasto público muy notable, financiado no con aumento de la deuda pública, sino con medidas fiscales progresistas sobre las rentas del capital y de las rentas superiores afectando a toda persona que ingresara más de 400.000 dólares al año.  Ni que decir tiene que el establishment político-mediático del país lanzó el grito al cielo diciendo que era comunismo y socialismo inspirado por Cuba y Venezuela y ridiculeces semejantes a las que se utilizan en España frente al Gobierno de coalición de izquierdas por parte de las derechas.

Ni que decir tiene que los mundos empresariales y financieros se movilizaron y a través de sus instrumentos políticos y mediáticos, intentando diluir y parar tales reformas. Y es probable que lo consigan. Tal dilución aparece en la transformación de los programas y propuestas universales, como la extensión de la cobertura de los servicios sanitarios para cubrir los servicios dentales, los servicios farmacéuticos, y otros, a todos los ancianos (en el programa Medicare), limitándolo solo a los pobres, dejando a los Estados que definan pobreza, convirtiendo el programa de popular a impopular, pues todos los programas asistenciales carecen de popularidad debido a la manera muy regresiva de su financiación. Son las clases populares las que proporcionalmente aportan más impuestos para financiar tales programas que no les benefician. De ahí que un programa universal, aunque sea más ambicioso y radical, sea mucho más popular que un programa asistencial. Y entre tales medidas populares las que aumentan la carga impositiva de las grandes empresas y fortunas son altamente populares.

Los problemas que encuentra Biden

El aparato del Partido Demócrata es diverso, pero contiene un elemento clintoniano muy fuerte. Es el estamento de clase media de educación superior con un número creciente de negros y mujeres que tienen escasa relación con los instrumentos representativos y asociaciones sindicales del movimiento obrero. Suelen tener relaciones, en cambio, con el mundo empresarial, predominantemente financiero y con los establishments culturales y académicos. Representa ampliamente una base electoral basada en barrios de clase media de renta media superior cuyos valores y culturas son distintos a los de la mayoría de la clase trabajadora que en general no tiene estudios superiores (el college degree equivalente al bachillerato). Estos últimos son percibidos por los primeros como gente con escasa educación, más sensibles al racismo y sexismo, causas según ellos de su apoyo a Trump. Esta visión es parte de la "demonización" del votante a Trump, que refleja una enorme ignorancia que conlleva un desprecio y falta de respeto a tal sector de la población. En realidad, grandes sectores de tal clase supuestamente racista (de la cual la mayoría es blanca) votaron a Obama esperanzados con su mensaje de "sí se puede", que era el grito del sindicato de los trabajadores agrícolas en su campaña exitosa de conseguir su sindicalización. Más tarde muchos cambiaron y ya no apoyaron a la candidata Hilary Clinton, la cual, conocedora de la actitud de apoyo de gran aumento de votantes trabajadores a Trump, les había definido como "basura blanca". La señora Clinton había promovido activamente, cuando era Ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno Obama, la globalización económica que dañó a grandes sectores de la clase trabajadora, sobre todo del sector industrial.

Las políticas liberales dañaron así a la clase trabajadora, cuyo nivel de vida, resultado de las reformas llevadas a cabo por los partidos gobernantes, descendió creando gran inseguridad e inestabilidad. Durante la pandemia, gran parte de esta clase, los trabajadores esenciales, no pudieron confinarse, y estaban muy temerosos de la parálisis económica debido a la gran pobreza de la protección social acentuada todavía más por las políticas liberales. De ahí que, en grandes números, estos trabajadores esenciales votaran a Trump, que era el que favorecía la continuación de las actividades económicas por encima de todo, pues el único sustento era su bajo salario. Es también por esta razón que el incremento de la inflación qué está ocurriendo en Estados Unidos les afecta a ellos especialmente, siendo este incremento el punto más flaco de la administración Biden,  pues gran parte de los medios y sus opositores (incluyendo miembros del Partido Demócrata) atribuyen errónea y manipuladamente la inflación al gran incremento del consumo debido al estímulo económico y gasto público expansivo del Gobierno federal.

El presidente Biden es consciente de que la dilución del New Deal, siguiendo el consejo de moderación, que le dan los conservadores y los liberales (siendo también acusado de radicalismo, comunismo, socialismo o lo que fuera), le estaría dañando, pues hay la probabilidad alta de que los republicanos, como protesta, recogieran el voto de castigo, ganando las elecciones al Congreso del 2022 y de la Presidencia del 2024, lo cual significaría el inicio de una época enormemente regresiva y represiva a nivel nacional e internacional.

Alemania: las consecuencias políticas de la Tercera Vía

La victoria de la socialdemocracia hace unos días fue muy justa, con uno de los votos más bajos de su historia. El declive fue consecuencia de las políticas del Gerhard Schroeder, que abandonó a la clase trabajadora, tal como lo definió el New York Times. Sus políticas liberales de austeridad y de desregulación del mercado de trabajo disminuyeron dramáticamente el nivel de vida de grandes sectores de la clase trabajadora, con gran aumento de la pobreza en grandes sectores de tal clase, iniciándose a partir de entonces el desapego hacia el Partido Socialdemócrata y el incremento del voto a la ultraderecha (Alternative for Germany) y a la izquierda (Link). Tal partido perdió casi medio millón de votos de clase trabajadora. El descenso del nivel de vida de la clase trabajadora continuó, creándose una crisis social que se acentuó durante la pandemia. Fue precisamente durante este periodo que se vio claramente que todo el sistema económico dependía de esta clase, proveyendo los servicios esenciales tales como los servicios del Estado de Bienestar (sanidad y servicios sociales, así como los servicios de comercio y transporte fundamental para la sobrevivencia del sistema). La mayoría de estos trabajadores sociales eran mujeres (como también ocurre en la mayoría de los países de la Europa Occidental y Norteamérica).

La pandemia mostro también la necesidad del gasto público y liderazgo del Estado tanto a nivel central como autonómico y municipal para controlar y salir de la crisis. La moderación de las propuestas conservadoras y muy en particular del Partido Cristianodemócrata explica su derrota y la victoria del Partido Socialdemócrata. Su claro compromiso de aumentar el salario mínimo de 9.60 a 13.50 euros por hora (que afectarán directamente a 10 millones de trabajadoras), con activa inversión pública en muchos sectores como la vivienda (propuesta de construir casi medio millón de vivienda pública por año), así como su compromiso de mantener la capacidad adquisitiva de las pensiones, son pruebas de un compromiso de cambio significativo en las políticas sociales del país.

La necesidad de cambios profundos en los programas de reconversión energética

Una de las frases más utilizadas estos días en los centros del establishment político-mediático europeos es la necesidad de hacer cambios sustanciales para disminuir el peligro de la crisis climática, lo cual requiere transformar la economía de los países para pasar de depender de energías no renovables (gas, petróleo y carbón) a renovables, cambio que se supone en periodos de tiempo muy cortos.  Esta frase crea gran inquietud en amplios sectores de la clase trabajadora, predominantemente de los sectores industriales que viven con mayor contacto con los sistemas productivos y distributivos de la economía, y que son plenamente conscientes que ello requiere una transformación de enormes dimensiones que debido a la gran dependencia del sistema actual en fuentes no renovables puede significar la desaparición de millones de empleos. Y puesto que estos puestos de trabajo son un elemento clave para grandes sectores de la clase trabajadora, existe un gran recelo de que ello pueda pasar.

La única manera que estos temores podrían desaparecer es que hubiera un plan radical y ambicioso de crear empleo que sustituya al que se pierde. Y ahí está el problema: que muy poco se está haciendo en esa dirección. Es positivo que el programa socialdemócrata tenga un programa muy ambicioso en la construcción de vivienda. Pero es insuficiente y preocupante porque no hay un claro compromiso de sustituir los empleos suprimidos con nuevos. En EEUU la administración Biden ha ido mas lejos al proponer un programa extenso de inversiones para crear empleo, y muy en especial en las áreas sociales que permita la participación muy activa, sobre todo de las mujeres, en el mercado de trabajo. En realidad, la aplicación de esta sustitución no puede ser moderada sino casi revolucionaria. De ahí la enorme resistencia por parte de las fuerzas conservadoras y liberales, que están pidiendo moderación, esperando que el cambio necesario se haga a costa de las clases populares. El reto todavía no resuelto es que no habrá revolución verde sin que no haya una revolución social.

España: la lentitud de los cambios

El nuevo Gobierno de coalición de izquierdas ha iniciado cambios muy sustanciales, en dirección opuesta  a las políticas de austeridad que han sido dominantes durante el periodo pre-pandemia. En realidad, parece sorprendente que siendo un Gobierno con propuestas de cambio que claramente reflejan una sensibilidad social, no haya despertado un mayor entusiasmo electoral.  Antes, al contrario, las encuestas muestran que el PSOE ha ido perdiendo, aunque el UP permanece estable.  Ello se debe, en parte, a la lentitud, y en cierta manera a la moderación, de las propuestas del Gobierno debido sobre todo a que el partido mayoritario en el Gobierno de coalición, el PSOE, continúa frenando las propuestas más adelantadas del otro socio, Izquierda Unida, retrasándolas en una situación de crisis muy profunda en un país en que la mayoría de las clases populares están haciendo unos esfuerzos enormes que exigen respuestas rápidas. Estas tensiones están reflejadas simbólicamente en las tensiones entre la vicepresidenta Calviño y la vicepresidenta Díaz, que reflejan de cierta manera los conflictos entre el establishment económico y empresarial dominante entre las instituciones de la Unión Europea (que continúa estancado en el modelo liberal, y que  no es plenamente consciente de la profundidad de la crisis actual y del peligro real de resurgimiento del fascismo de nuevo), y la urgente necesidad de cambios mucho más profundos para ser sensibles a las necesidades de la mayoría de la ciudadanía, que está experimentando un enfado, al cual hay que responder. Hablar de moderación, como hace el informe y la mayoría de editoriales en El País, es no entender lo que está pasando en España. Hoy la mayoría de la juventud no vivirá mejor que sus progenitores. ¿Cómo se puede ser moderado frente a esta realidad?

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El predecible desastre pandémico y sus posibles consecuencias políticas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/12/15/el-predecible-desastre-pandemico-y-sus-posibles-consecuencias-politicas/ Wed, 15 Dec 2021 06:01:44 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6103 Una profesional sanitaria prepara una vacuna contra la covid en Barcelona. - Alejandro García / EFE
Una profesional sanitaria prepara una vacuna contra la covid en Barcelona. - Alejandro García / EFE

La aparición de una nueva variante del virus COVID 19, más contagiosa que Delta (y parecía, por un momento, más maligna y resistente a las vacunas que las anteriores) frenó el entusiasmo que se estaba creando a partir de la percepción de que estábamos ya en la recta final de controlar e incluso eliminar la pandemia. Esta percepción última había originado una euforia bastante generalizada que determinó una relajación en la aplicación de las medidas preventivas que se habían estado aplicando hasta entonces.

No hay duda de que la aparición de esta nueva variante ha originado una enorme decepción y desánimo en la población que tendrá consecuencias políticas muy importantes, sobre todo en aquellos países de rentas medias elevadas en ambos lados del Atlántico Norte conocidos como democracias liberales. Estas democracias han estado en crisis constantes y crecientes, primero durante la Gran Recesión, caracterizada por la aplicación de medidas de gran austeridad, seguidas por la pandemia que ha mostrado con toda claridad las enormes deficiencias creadas por tales medidas.

Ha sido también durante la pandemia que los gobiernos de tales países han tomado medidas que limitaban las libertades de la población, y muy en particular de las clases populares que representan en cualquier país la mayoría de la población. Estas medidas se justificaron presentándose como necesarias, exigidas en lo que se definió cómo "la guerra frente al virus", utilizando una terminología militar que intentaba remarcar el sacrificio popular necesario para alcanzar el bien común: la victoria sobre el virus. Y en gran parte y en su gran mayoría, la población respondió a tal llamada. Es interesante remarcar que esta loable actitud y argumentación no se ha utilizado ni aplicado en bastantes casos en que tal bien común (salir de la pandemia con el menor número de muertos posibles) exigía hacerlo.

LA TARDÍA OBLIGARIEDAD DE LAS VACUNAS

La vacunación, por ejemplo, no fue obligatoria y solo ahora, tras muchas olas y fracasos, comienza a tomarse en serio esta medida. Y la pregunta que podría hacerse es por qué se ha perdido tanto tiempo para hacer obligatoria tal vacunación. Está muy bien documentado que es esencial que para controlar una pandemia se tiene que controlar el número de personas que pueden contaminar a otras. Y no estar vacunado implica que esta persona es mucho más contaminante que la vacunada. Es defendible la tesis de que una persona pueda tener el derecho de terminar su propia vida, pero no es sostenible que una persona tenga el derecho de amenazar la vida de otra, contagiándola. ¿Porque se está tardando tanto en hacer obligatoria la vacunación o la utilización de otras medidas como el uso de mascarillas para disminuir el numero de muertos en un país? Encuentro incoherente que la Comisión de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, presidida por la que fue presidenta de Chile, la señora Michelle Bachelet, se oponga a la obligatoriedad de la vacunación precisamente en el momento que muchos países han comenzado a exigir tal vacunación como medida para frenar la nueva expansión de la pandemia, expansión precisamente facilitada por la elevada porción de personas no vacunadas en tales países. ¿Se opone la Comisión también a la vacunación obligatoria de los niños y niñas de las escuelas frente a la viruela? Se olvida la Comisión de que el respeto a la vida incluye la prevención de la muerte. Y tenemos evidencia más que suficiente que muestra que la vacuna disminuye la contagiosidad y por lo tanto la posibilidad de muerte de otros.

PORQUE LOS GOBIERNOS NO SE ATREVEN CON LAS INDUSTRIAS FARMACÉUTICAS ANTI-COVID QUE ESTÁN ANTEPONIENDO SUS INTERESES PARTICULARES SOBRE EL BIEN COMÚN

Científicamente sabemos cómo disminuir el numero de muertes por COVID 19. Si no se hace es porque los estados no se atreven a enfrentarse con grupos que anteponen sus intereses particulares al bien común. Un ejemplo claro de estos últimos son las empresas farmacéuticas productoras de las vacunas anti COVID y muy en particular Pfizer y Moderna. Como he escrito en varias ocasiones, no se podrá resolver la pandemia a nivel local a no ser que se pueda resolver a nivel mundial. Mientras los países de renta baja y media (que son la gran mayoría de la población mundial) no adquieran la inmunidad, continuarán apareciendo en ellos variantes del virus que podrían ser cada vez más dañinas, contagiosas y resistentes a las vacunas actuales.

Pues bien, tales industrias se han opuesto a que durante la duración de la pandemia tengan anuladas sus patentes para facilitar y permitir que se amplíe la producción de tales vacunas a nivel mundial. He mostrado en previos artículos que los argumentos utilizados por tales industrias para oponerse a ello no tienen credibilidad. En contra de lo que dicen sus portavoces (que tienen grandes cajas de resonancia en la mayoría de los medios de información y persuasión), la evidencia demuestra que tal medida de eliminación de las patentes y producción mundial de las vacunas es factible y aconsejable. La mayoría de las asociaciones científicas en salud pública así lo indican.

PORQUE LOS ESTADOS NO SE ATREVEN A ENFRENTARSE A TALES INDUSTRIAS

Incluso el presidente Biden en EEUU, que apoya tal medida, no se ha movilizado para neutralizar las resistencias del Congreso y sobre todo del Senado (donde tales poderes fácticos gozan de un enorme poder que alcanza unos niveles escandalosos como el que, por ley, el Estado federal ni siquiera puede negociar el precio de los productos farmacéuticos que el estado compra). No es sorpresa que tales industrias sean de las más exitosas siendo sus beneficios los más elevados en todos los sectores productivos. Tales beneficios han alcanzado unos niveles estratosféricos en el caso de la Pfizer y Moderna, empresas que, por cierto,  han recibido enormes cantidades de dinero publico para desarrollar tales vacunas.

Aconsejo al lector que lea el interesante informe del Financial Times sobre en comportamiento de Pfizer en la producción y distribución de sus vacunas anti-COVID, comportamiento que puede resumirse en las declaraciones de un dirigente del gobierno sudafricano que subraya que "es profundamente inmoral que personas se beneficien comercialmente a costa del enorme sufrimiento que imponen a la comunidad en su totalidad". (The Inside Story of the Pfizer Vaccine, Financial Times, 12.01. 2021). No me imagino ningún diario español publicando semejante articulo.

Pero este comportamiento es bastante generalizado. En realidad, las desigualdades económicas y sociales han crecido dramáticamente siendo ello resultado de las enormes acumulaciones de riquezas  a costa del empeoramiento del bienestar y calidad de vida de la mayoría de la población,  tan bien mostrado por la pandemia. En realidad, este virus podría haberse definido como el virus de la desigualdad, habiendo hecho palpable las injusticias tan acusadas que existen en el mundo. Decía correctamente el informe del Oxfam de enero pasado,  que "el virus contribuyó a acentuar todavía más una realidad en que la mayoría de la población estaba sufriendo las consecuencias de un sistema económico y político fallido, a la vez que los súper ricos continuaron acumulando sus beneficios". Las 10 personas más ricas del mundo amasaron desde el principio de la pandemia 540 billones de dólares de riqueza, cantidad que sería más que suficiente para vacunar a todo el mundo y evitar que la pandemia profundizara aún más su pobreza. Y los datos así lo confirman. Y ello es la base de la enorme polarización del panorama político en estos países. El desánimo y frustración de la población, y muy en particular de las clases populares, exigen respuestas mas contundentes de los estados y autoridades publicas hacia los intereses particulares que anteponen sus deseos de acumulación de riquezas a costa de la vida y bienestar de las clases populares.

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Quiénes son responsables de las crisis climáticas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/12/02/quienes-son-responsables-de-las-crisis-climaticas/ Thu, 02 Dec 2021 09:03:28 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6079 Quiénes son responsables de las crisis climáticas
Pixabay

Global Carbon Project acaba de publicar un informe sobre la contribución que cada país ha hecho a la producción de emisiones de CO2 en el mundo desde hace 170 años, una de las mayores causas de la crisis climática que padece hoy el mundo. El trabajo, que se dio a conocer en el New York Times el 13 de Noviembre último, muestra claramente que una minoría muy reducida de la población mundial (un 12% que vive en 23 países, la mayoría de los cuales están a los dos lados del Atlántico Norte) han producido la mitad de todas las emisiones de CO2 en el mundo. Estados Unidos ha producido un 24% de todo lo producido, seguido por Alemania (un 5.5%), Gran Bretaña (un 4.4%), Francia (un 2.3%), Italia (un 1.5%), España (casi un 1%), ... y Japón ha producido un 3.9% y Australia un 1.1%.

La otra mitad de CO2 emitida desde hace 170 años la han producido países (150) hoy de renta media o baja, (terminología que  utiliza el informe) en el que viven la gran mayoría de la población mundial. Entre ellos destaca China, que ha producido durante tal período el 13.9% de todas las emisiones seguida de Rusia (un 6 8%), India (3.2%), Sudáfrica (1.3%), México (1.2%), Irán (un 1.1%), Corea del Sur (un 1.1), Brasil (un 1%), y así una larga lista de países.

UNA MINORIA HA SIDO LA MAYOR CAUSANTE DE PRODUCCIÓN DE C02

De  tales datos se deriva que un numero reducido de países (Estados Unidos y Europa, predominantemente la Europa Occidental) donde vive una minoría de la población mundial, han estado emitiendo gran cantidad de CO2 en la atmósfera causante de la crisis climática de hoy, que se ha ido generando a lo largo de todo este largo período, siendo Estados Unidos el mayor emisor global.

El segundo dato de gran interés de este trabajo es la evolución de tales emisiones durante aquel periodo. Un análisis de tal evolución muestra que ha sido primordialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando aumentó tal emisión de CO2 de una manera rápida y sustancial por parte de países, no solo ricos, sino también de los países considerados hoy de renta media y pobre. Entre estos últimos, destaca China, que es hoy el país mayor emisor de CO2 seguido de la India (aunque Estados Unidos continúa siendo uno de los países con mayor producción de CO2). Tal crecimiento de producción en los países de renta baja, siguiendo el modelo de desarrollo industrial que caracterizó a los países ricos de hoy, contribuyó de una manera muy marcada al aumento de producción de CO2 a nivel mundial. La enorme crisis climática de hoy, que amenaza lo que se considera "la supervivencia humana", se basa en esa realidad. De continuar esta vía, los años de sobrevivencia están contados. De ahí que se haya extendido la percepción en amplios sectores conservadores y liberales, de que la causa de la crisis climática es el deseo de los países pobres de alcanzar el nivel de desarrollo de los países ricos, siguiendo su ejemplo. El eslogan de que "a mayor riqueza, mayor producción de CO2" parece ser la explicación de las raíces del problema climático.

¿HAY OTRA MANERA DE SALIR DE LA POBREZA?

Y de ahí deriva el pánico que comienza a extenderse entre sectores de opinión importantes en países ricos de que el deseo de romper con la pobreza de la mayoría de la población mundial pueda significar el fin de la humanidad, incluyendo de los países ricos. Raramente esta percepción se presenta con tal crudeza,  pero con mayor sutileza este mensaje se ha promovido por algunos voceros de los estamentos conservadores en los países ricos en la Reunión de Glasgow. El error de tal postura es que asume que hay solo una manera para dejar de ser pobre, cuando hay evidencia de que ello no es así. Y este es uno de los temas más importantes que existen hoy en día y del cual apenas se habla en los mayores medios de comunicación. Se habla constantemente de las distintas fuentes de energía existentes que son nocivas a la supervivencia de la humanidad. Pero como siempre ocurre, se intenta centrar el debate en formas de energía (como si fuera un problema técnico) sin tocar el tema clave, qué es el contexto político que determina que un tipo de energía u otro sea el que acabe empleándose. La despolitización de lo que es fundamentalmente político es característico del discurso internacional sobre la causa y solución de la crisis climática.

EL MODELO LIBERAL DE DESARROLLO (Y LOS QUE LO APOYAN Y LLEVAN A CABO) ES RESPONSABLE DE LA ACELERCIÓN DE LA CRISIS CLIMÁTICA

Existe amplia evidencia que el modelo liberal, que ha dominado la actividad económica en gran parte del mundo, y que ha causado el enorme crecimiento de las desigualdades entre países y dentro de cada país, con gran concentración de la riqueza y de la propiedad de los medios de producción y distribución ha sido una de las mayores causas de las consecuencias negativas del crecimiento económico y del rápido deterioro de la situación climática del mundo.

Y es precisamente en el país donde este modelo ha tenido mayor desarrollo, Estados Unidos, dónde hoy hay mayor cuestionamiento de su permanencia. Esta realidad muestra el gran error de aquellos autores, promotores de tal modelo liberal como Fukuyama , que consideraron que la victoria de Estados Unidos en La Guerra Fría (Cold War) determinaba ya la continuidad de tal modelo para siempre, habiendo supuestamente probado su superioridad sobre cualquier otro modelo poniendo así fin a la historia (el titulo de su libro) pues el objetivo se había ya conseguido. Era el único posible. Pero la realidad ha mostrado que hay muchos otros modelos y que el liberal hoy está siendo cuestionado incluso donde estaba mas fuerte, EEUU. El presidente de tal país está intentando recuperar de nuevo el New Deal del Presidente Roosvelt, con una gran inversión pública en las áreas ambientales y climáticas (el Green New Deal) y en las áreas sociales (el Social New Deal), favoreciendo el empoderamiento de las clases populares y muy en particular de la clase trabajadora, reforzando a los sindicatos. Predeciblemente, grandes sectores de la patronal de las empresas energéticas no renovables (petróleo, gas y carbón) así como de empresas en áreas sociales, como la industria farmacéutica (que se opone a la regulación publica del precio de los fármacos y acceso a las vacunas y medicamentos necesarios para controlar la pandemia, y muy en particular, en países de renta baja eliminando sus patentes) además empresas financieras gestoras de compañías de seguros sanitarios afectados por las reformas propuestas por la administración Biden, entre muchos otros poderes fácticos a los cuales hay que añadir la oposición de las personas que ingresan más de US$ 400,000 al año al aumento de sus impuestos así como el incremento de impuestos de sociedades de las grandes empresas transnacionales están hoy movilizándose con gran hostilidad hacia las autoridades federales para parar tales cambios.Tal oposición que aparece también dentro del sectores importantes del Partido Demócrata, sobre todo del Senado, muy influenciado por tales grupos de poder que se resisten a debilitar al modelo liberal.

LA URGENCIA Y LA IMPORTANCIA DE CAMBIAR EL MODELO ECONÓMICO DANDO MAYOR IMPORTANCIA AL SECTOR PUBLICO Y AL BIEN COMÚN

 Hoy a nivel mundial el problema climático, al cual hay que añadir la gran crisis social acentuada por la pandemia, requiere un cambio radical del quehacer económico, con la activa participación de las autoridades públicas que deben ponerse al servicio de las necesidades de la mayoría de las poblaciones a fin de anteponer el bien común sobre los intereses de acumulación de rentas y propiedad que ha alcanzado un nivel obsceno además de ser injusto y sumamente ineficaz e ineficiente. Como bien indicaba Mariana Mazzucato, a raíz de la reunión de Glasgow "The right institutions for the climate transition" Social Policy (noviembre 22, 2021) es imposible que el deterioro de la situación climática del mundo se pueda alcanzar sin un cambio muy profundo del rol de las autoridades públicas en priorizar el bien común aplicando políticas públicas claramente intervencionistas para revertir el deterioro que está ocurriendo en el bienestar de las clases populares relacionando el tema social con el tema climático y viceversa. Esta relación es esencial para conseguir la movilización de la ciudadanía para presionar por las políticas de cambio, lo cual está ya ocurriendo en varios países.

Decía recientemente Thomas Piketty, que hay en muchas partes del mundo situaciones semejantes a la que existía en Francia antes de que ocurriera La Revolución Francesa, cuando aparecieron unos movimientos de protesta inesperados frente al excesivo poder de la nobleza. Hoy la nobleza son las grandes empresas energéticas contaminantes, las empresas agrícolas que destruyen instrumentos de protección, las empresas financieras que especulan absorbiendo recursos que deberían tener objetivos sociales,  las empresas farmacéuticas que impiden el acceso a las vacunas y muchas otras que están afectando el acceso a los recursos y que ejercen una enorme influencia sobre los Estados y sobre los organismos internacionales. Y es ahí donde las movilizaciones en contra de los que se oponen al cambio están creando una dinámica que también cuestiona la distribución de poder dentro de los Estados,  pero para que ello ocurra es muy importante que el Green New Deal esté diseñado no solo para lo que se define como "salvar la humanidad", sino también para mejorar la calidad de vida de la mayoría de la población y no solo para volver a la llamada normalidad, que significa la continuación de un modelo económico liberal  que perpetúe las enormes injusticias y desigualdades que tal modelo ha causado. La evidencia de ello es clara y contundente.    

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¿Existe la clase trabajadora? Las consecuencias del abandono político https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/11/25/existe-la-clase-trabajadora-las-consecuencias-del-abandono-politico/ Thu, 25 Nov 2021 05:50:10 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6064 ¿Existe la clase trabajadora? Las consecuencias del abandono político
Unas 5.000 personas, según los sindicatos, y 1.500, según los cálculos de la Policía, han participado hoy en Cádiz en la manifestación de apoyo a la huelga de los trabajadores del metal, que ha acabado en graves disturbios cuando una parte de la protesta se ha escindido del recorrido oficial para intentar cortar el puente José León de Carranza. EFE/Román Ríos.

Un cambio substancial está ocurriendo en gran número de países a los dos lados del Atlántico Norte (Norteamérica y Europa Occidental) en el comportamiento electoral de la población, y muy en especial de amplios sectores de las clases populares y en particular de la clase trabajadora. En la Europa Occidental la gran mayoría de partidos de izquierda fueron creados por el movimiento obrero de cada país, y su apoyo electoral era históricamente más acentuado entre las clases trabajadoras que entre otras clases sociales. Naturalmente que amplios sectores de la clase trabajadora votaban, bien por motivos religiosos o culturales, a las derechas también. Pero históricamente las clases trabajadoras se abstenían y entre las votantes, los partidos de izquierda tuvieron la mayoría de su base electoral entre los miembros de tal clase. Esta situación ha estado cambiando en gran número de países en la Europa occidental.

En EEUU los dos partidos mayoritarios durante los siglos XX-XXI han sido el Parido Republicano y el Partido Demócrata, dentro de un sistema electoral que se ha caracterizado por su carencia de proporcionalidad (favoreciendo a los estados más conservadores, pequeños y rurales, a costa de los estados grandes e industriales), promoviendo, además, un bipartidismo que imposibilita que un partido de izquierda pueda llegar a tener representación parlamentaria. De ahí, que los partidos de izquierdas —socialistas y comunistas— participen en el proceso electoral exclusivamente a través de las primarias del Partido Demócrata, dentro del cual ejercen su influencia que alcanzó su máxima dimensión durante la administración Roosvelt, con el establecimiento de un New Deal con características semejantes (aunque no idénticas) a la socialdemocracia europea de aquel tiempo. Fue la época más progresista de la historia de los EEUU, siendo el Presidente Roosvelt el presidente más popular de aquel país (incluso hoy).

La vocación redistribuidora de recursos, rentas y propiedades, del Partido Demócrata de entonces y su expansión de los derechos sociales y laborales (estableció la Seguridad Social) explica que, sin ser un partido fundado por la clase trabajadora, contó con un apoyo electoral de la mayoría de los trabajadores estadounidenses votantes (ver People History Of The United States de Howard Zinn). Tal vocación permaneció con los Presidentes Truman y Johnson, creando este último Medicare (programa universal de derecho a los servicios sanitarios para todo ciudadano residente por encima de los 65 años). Pero se diluyó y desapareció con el Presidente Carter y más tarde con el Presidente Clinton, inspirador de la «tercera vía», liderada en la Europa Occidental por Tony Blair dirigiendo el Partido Laborista del Reino Unido. Como consecuencia el voto de la clase trabajadora (la mayoría blanca) al Partido Demócrata ha ido descendiendo.

La tercera vía y la supuesta desaparición de la clase trabajadora

La evidencia muestra pues que este voto a las izquierdas por parte de la clase trabajadora ha ido disminuyendo a partir del abandono o distanciamiento de los partidos de izquierda (en la Europa Occidental) y del Partido Demócrata (en EEUU) de su compromiso redistributivo y reversión de las crecientes desigualdades de renta y propiedad. En la medida que esta distinción entre los partidos de izquierda (favorables a la redistribución) y los partidos de derechas (contrarios a ella) se ha ido diluyendo, han ido aumentando la desafección de la clase trabajadora con los partidos de izquierda. La evidencia de la popularidad de las políticas redistributivas, tanto económicas como sociales (predominantemente expansión de derechos a toda la población, de carácter universal, y no solo asistencial) es contundente.

Las encuestas realizadas en gran número de estos países muestran, en altos porcentajes, que las clases trabajadoras de cada país (definidas estadísticamente como los ciudadanos y residentes del país que tiene ingresos por debajo de la mediana del país) consideran que las desigualdades de renta y propiedad son excesivas; que los impuestos a las rentas del capital y de las clases más pudientes deberían aumentarse; que debería ser responsabilidad de las instituciones públicas representativas el redefinir el nivel de desigualdades de renta y capital existentes en el país; que los derechos de acceso a la sanidad pública debían ser universales, así como el acceso a los servicios de ayuda a las familias (escuela de infancia y servicios de dependencia) y así una larga lista de derechos económicos y laborales. Estas son las prioridades económicas y sociales de la mayoría de la clase trabajadora. (Ver el ultimo estudio de las encuestas sobre la opinión de las y los trabajadores estadunidenses hecho por Common Sense Solidarity, publicado en Jacobin, Nov 2021. Para analizar los valores de la clase trabajadora en varios países europeos ver mi libro El Subdesarrollo Social De España, Causas Y Consecuencias, y también el libro de Walter Korpi, The Democratic Class Struggle).

También estos y otros libros han  documentado extensamente —tales como mi libro Ataque a La Democracia y al Bienestar. Critica al Pensamiento Económico Dominante, que la dirección de las políticas públicas en gran número de países gobernados por la socialdemocracia, versión «tercera vía» (incluido el Partido Demócrata en EEUU) ha ido en dirección contraria a lo que el sentido popular hubiera deseado que ocurriera. En realidad, el nivel de vida de la clase trabajadora ha ido bajando de tal manera que, un porcentaje elevado de jóvenes procedente de estas clases no vivirán mejor que sus padres. De ahí que no debería ser una sorpresa que la clase trabajadora abandone los partidos que sus antecesores crearon.

¿Cuál es la respuesta a esta realidad por parte de los dirigentes de la «tercera vía»?

En general, dirigentes e intelectuales próximos de los partidos socialdemócratas de sensibilidad «tercera vía» (la cual es la mera adopción del liberalismo en sus políticas públicas, apareciendo como la light version, al lado de las derechas que representan la heavy version) niegan que exista tal desapego por parte de la clase trabajadora, pues niegan incluso que exista tal clase trabajadora, a la cual consideran que ha desaparecido, habiéndose transformado en «clase media».

Este supuesto está muy extendido en los grandes medios de información en España. Algunos de ellos, sin embargo, aceptan que sí, que la clase trabajadora continúa existiendo, pero su elevado absentismo (supuestamente imposible de cambiar) la han hecho irrelevante, y por tanto es una pérdida de tiempo centrarse en sus problemas, siendo más productivo desde el punto de vista electoral centrarse en los problemas de las clases medias, y muy en particular de las clases medias profesionales, de educación superior, que consideran tienen mayor peso electoral.

La pandemia ha mostrado que hay clases sociales, incluyendo clase trabajadora

La pandemia ha mostrado el error de los argumentos anteriores. Ha señalado claramente que hay clases sociales y que la seguridad y protección de la ciudadanía está bastante determinada por la clase social de la población. Las familias con un nivel de renta superior al de la mediana del país pudieron, en su gran mayoría, estar en su casa y trabajar desde ella. No así las familias de renta familiar inferior a la mediana del país cuya gran mayoría tuvo que ir a trabajar para cubrir los servicios esenciales, siendo éste el sector de la clase trabajadora (la mayoría mujeres), que tiene una menor estabilidad laboral, peores condiciones de trabajo y menor nivel salarial y menor protección social.

Esta situación se dio en la mayoría de los países afectados por la pandemia en ambos lados del Atlántico Norte. La mayoría de los ciudadanos con renta por debajo de la mediana (la mayoría de clase trabajadora) no trabajaron desde sus casas durante la pandemia, como sí hicieron la mayoría de los ciudadanos y residentes con rentas superiores a la mediana, y tuvieron comportamientos políticos distintos. Los primeros votaron a aquellos que prometían dar prioridad al mantenimiento y creación de puestos de trabajo que necesitaban para sobrevivir económicamente (tales como Trump en EEUU y la ultraderecha en Europa) y los segundos votaban por los que dieran prioridad al control de la pandemia.

El abandono de los partidos progresistas y de izquierda por parte de la clase trabajadora

Esta clase trabajadora ha ido distanciándose de los partidos de izquierda en la medida que estos han ido abandonando su ideario socialdemócrata progresista. En EEUU (el punto de referencia internacional para los partidos liberales), la clase trabajadora (la que votaba) ha ido abandonando el Partido Demócrata desde finales de la década de los 70 cuando el Presidente Carter abandonó las políticas redistributivas sustituyéndolas por las políticas liberales, continuándose mas tarde por el Presidente Clinton y Obama. La vitoria de Biden se debió a la movilización en contra de Trump, más que por el apoyo al Partido Demócrata. La recuperación de la tradición New Deal por Biden es el intento de revertir este abandono y recuperar el apoyo a las clases populares, y muy en particular de la clase trabajadora.

Y algo semejante ha ido ocurriendo en muchos países de Europa. Estudios realizados sobre las causas de este distanciamiento demuestran que hay casos comunes en la mayoría de estos países, debido a tener prioridades semejantes, entre las cuales, las redistributivas (como mejoramiento de los salarios, de las condiciones de trabajo y poder negociador), la reducción de desigualdades de rentas y de propiedad, y la expansión del carácter universal de los derechos políticos y laborales son prioritarios, políticas todas ellas que han ido perdiendo interés en tales partidos, cada vez mas próximos a los poderes económicos y financieros que la clase trabajadora considera que tiene excesiva influencia sobre el estado y sus medios. Perciben a tales partidos envueltos mediáticamente en temas climáticos, temas que amplios sectores de la clase trabajadora consideran importantes, pero su mayor preocupación es "llegar a fin de mes", percibiendo que el tema climático acapara toda la atención, opacando temas económicos y laborales que configuran su realidad cotidiana. Y se sienten agraviados y muy enojados cuando la dirección de estos partidos y medios afines les definen como "ignorantes", de "escasa educación", "incapaces de entender el problema de la crisis climática" y otras expresiones derogatorias (ver el informe en Jacobin).

También perciben a tales partidos como captados por grupos de intereses o movimientos sociales que anteponen su causa particular por encima y a costa de sus intereses. Se oponen, por ejemplo, a programas sanitarios para los pobres -como Medicaid- favoreciendo, en cambio, la universalización de los servicios sanitarios. La reforma sanitaria del Presidente Obama (Obama Care) no fue tan popular como se esperaba debido a que no fue una propuesta universal y se financió, en parte, mediante el extra-pago de los servicios sanitarios de los obreros ya asegurados, en lugar de conseguir mas ingresos a través de impuestos de compañías de seguros y farmacéuticas que se beneficiaron enormemente de tales programas.

En realidad, el distanciamiento está sucediendo también entre trabajadores de sectores minoritarios (negros y latinos, y mujeres). La mayoría de las mujeres no apoyaron ni al partido Demócrata ni a la candidatura de Hillary Clinton para la presidencia de EEUU, no sintiéndose representada por ella, siendo el porcentaje de negros y latinos que votaron a Trump (que se presentó como el "anti-establishment") mayor en 2020 que en el 2016. Todo ello confirma que las demandas asistenciales (orientadas a grupos específicos y no a la totalidad) no son populares entre las clases populares ya que un sistema impositivo regresivo en la mayoría de tales países implica que haya una carga impositiva importante para las clases populares en este tipo de programas sin que la mayoría se beneficiara de ellos.

El candidato a la presidencia de los EEUU en 1984 Jessie Jackson, discípulo predilecto de Martin Luther King, se presentó como la voz de las minorías en las primarias del Partido Demócrata. Predeciblemente consiguió un voto muy minoritario. Cuando se presentó, sin embargo, como la voz de la clase trabajadora en 1988 (habiendo fundado el movimiento Arcoiris que agrupaba a todos los componentes raciales y étnicos de las clases populares) casi ganó las primarias de aquel año.

Última observación

Existe una creciente concienciación de este problema que explica la aparición de nuevas corrientes dentro de partidos de la tercera vía, y nuevas formaciones políticas que conscientes de esta realidad están intentando recuperar las políticas públicas que permitieron la creación y expansión del Estado de bienestar, (tan reducido por las políticas neoliberales de tales partidos) así como el empoderamiento de la clase trabajadora con sus demandas redistributivas que afectan desde el mejoramiento de la situación laboral hasta la reducción de los excesivos privilegios de las rentas del capital y su abusiva influencia anti-democrática sobre los estados y los medios de información y persuasión. El futuro dependerá de que las instituciones representativas se democraticen profundamente y realicen cambios sustanciales en la distribución de la riqueza del país, consecuencia de alianzas amplias entre los movimientos sociales, motores del cambio para establecer una unidad de acción que corrija las enormes injusticias que existen en tales países. La otra alternativa es el fascismo claro y simple de lo cual alerté en este articulo "Por qué la ultraderecha está creciendo a los dos lados del Atlántico Norte".

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Por qué la ultraderecha está creciendo a los dos lados del Atlántico Norte https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/11/15/por-que-la-ultraderecha-esta-creciendo-a-los-dos-lados-del-atlantico-norte/ Mon, 15 Nov 2021 07:00:49 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6049 Santiago Abascal, en Las Palmas de Gran Canaria.- Europa Press
Santiago Abascal, en Las Palmas de Gran Canaria.- Europa Press

A los dos lados del Atlántico Norte estamos viendo hoy un crecimiento muy marcado de partidos políticos de ultraderecha, junto con un desplazamiento de partidos de derechas mayoritarios hacia posturas de ultraderecha. Miren los datos y lo verán. En Estados Unidos el trumpismo, que controla hoy el Partido Republicano, en lugar de estar disminuyendo su apoyo electoral lo ha ido aumentando y es probable que, de seguir las tendencias, llegue a controlar el Congreso y el Senado de los EEUU en 2022 y también recupere la presidencia en 2024. En Europa la ultraderecha ha ido también aumentando en una gran mayoría de países y solo en algunos pocos países ha descendido. En España, por ejemplo, las últimas encuestas señalan como Vox y el PP están subiendo a un nivel con el cual podrían llegar a conseguir una mayoría parlamentaria, todo ello ayudados por un sistema electoral escasamente democrático que, como ocurre en la mayoría de los países del Atlántico Norte, les favorece.

Las causas del crecimiento de la ultraderecha

Hay dos hechos que, en gran parte, explican este crecimiento de la ultraderecha. Uno es la enorme crisis económica y social que vive la mayoría de tales países y que determina, a su vez, una gran crisis política. Estas crisis responden a causas comunes, entre las cuales hay que destacar el enorme daño causado al bienestar de las clases populares (que son la mayoría de la población) por la sostenida aplicación -por muchos años- de las políticas neoliberales, que han determinado un gran crecimiento de las desigualdades con un aumento muy marcado del bienestar de los sectores más pudientes de la población, a costa de un gran descenso en la calidad de vida de la mayoría de la ciudadanía.

Los datos no pueden ser más contundentes. Si analizamos la evolución de las rentas de la propiedad del capital en comparación con las rentas del trabajo (ambas como porcentaje de la renta nacional), vemos cómo las rentas del trabajo (de las cuales derivan los ingresos la totalidad de las clases populares en cualquier país) descendió muy marcadamente durante los últimos 40 años. Esta pasó en Estados Unidos de representar en 1978-1980 un 70% de todas las rentas a un 63% en 2012; en Alemania de un 70.4% a un 65.7% en el mismo periodo; en Francia de un 74.3% a un 68.2%; en Italia de un 72.2% a un 64.4%; en el Reino Unido de un 74.3% a un 72.2%; en el promedio de la Unión Europea de los 15, de un 72.9% a un 66.5%; y en España de un 72.4% a un 58 4%. Este gran descenso en las rentas de trabajo ha ido acompañado de un incremento de las rentas del capital, desigualdades que se han acentuado todavía más durante la pandemia.

El abandono generalizado de las políticas redistributivas de la socialdemocracia

Este aumento en las desigualdades se inició a partir del final de los años 70 con el presidente Carter y se expandió en los años 80 con el presidente Reagan en EEUU y la señora Thatcher en La Gran Bretaña, continuando más tarde en el resto de Europa, con el abandono de las políticas redistributivas que habían caracterizado a los partidos de izquierda gobernantes y su sustitución por las políticas liberales (característico de La Tercera Vía), causando un gran retroceso (e incluso desaparición en algunos países) de la socialdemocracia. Tal abandono de las políticas redistributivas causó un abandono masivo de su base electoral, predominantemente de las clases populares y muy en particular de las clases trabajadoras. En Italia y en Francia, la socialdemocracia prácticamente desapareció. En España, descendió muy marcadamente, salvándole la rebelión de las bases de tal partido, lideradas por el dirigente anti-aparato Pedro Sánchez (situado a la izquierda de lo que sostenía tal aparato). Fue el triunfo del guerrismo (sin Alfonso Guerra) y del borrellismo (con Pepe Borrell) dentro del PSOE. Sin lugar a dudas el surgimiento de Podemos, heredero del movimiento de los indignados, fue determinante para que tales cambios ocurrieran.

La desaparición de los partidos de tradición socialdemócrata creó un enorme vacío que explica el atractivo de los partidos que se presentaron como anti-establishment, es decir la ultraderecha reaccionaria que se caracterizó por una idealización del pasado, señalando que "en el pasado vivíamos mejor". Esta ultraderecha es la defensa a ultranza entre los sectores económicos y financieros (y sus instrumentos políticos y mediáticos) de sus privilegios, movilizando los temas identitarios de los cuáles el crecimiento del nacionalismo imperial y conservador, así como del racismo y del machismo adquieren gran importancia.

¿Cómo responder a esta situación?

Es de una enorme importancia y urgencia recuperar las políticas redistributivas que reviertan el enorme crecimiento de las desigualdades, interviniendo en todas las áreas (de las fiscales a las reformas laborales) del quehacer público, a fin de garantizar el bienestar de las clases populares, reduciendo el porcentaje de las rentas derivadas del capital a costa del aumento de las derivadas del trabajo. La respuesta más visible mediáticamente que ha ido en esta dirección ha sido la reaparición en EEUU de las políticas redistributivas en el Partido Demócrata, vencedor de las últimas elecciones presidenciales, liderado por el candidato Biden que, al ganarlas, intentó recuperar la línea "New Deal", con un programa que compaginaba la reforma climática con la social. La victoria del Partido Demócrata no fue, sin embargo, un voto pro Biden sino un voto anti Trump. En realidad, el Partido Demócrata estaba (y continúa) muy desacreditado precisamente por su identificación con el liberalismo. La astucia de Biden fue intentar recuperar el apoyo popular enfatizando sus propuestas redistributivas con elevado contenido social (ver mi artículo "El fin del neoliberalismo y la búsqueda de alternativas"). El elevado nivel de popularidad de las propuestas (incluyendo entre amplias bases electorales del Partido Republicano) parecían confirmar la certeza y sabiduría de tales medidas.

Ahora bien, la resistencia por parte de sectores del aparato del Partido Demócrata, así como de sus legisladores próximos a intereses financieros y económicos (cuyos privilegios quedarían afectados por tales medidas) han estado debilitando tales propuestas, de manera tal que ha creado un gran movimiento de frustración, decepción y desmovilización, aprovechado por el trumpismo para movilizar sus bases y conseguir derrotar a un gran número de candidatos demócratas en las elecciones estatales y municipales de hace una semana, que podría ser el prólogo de lo que podría ocurrir en las elecciones al Congreso y Senado del 2022.

La situación en España

En España las medidas tomadas por el Gobierno de Coalición de izquierdas tienen una clara vocación redistribuidora, muy necesaria (pero todavía insuficiente) para corregir las enormes desigualdades existentes en el país. Pero una tensión existe dentro del Gobierno de coalición, que no es solo entre la UP (Unidas Podemos) y el PSOE, sino que atraviesa también el PSOE, y es definitorio de lo que pase en el futuro (incluyendo la continua expansión de las ultraderechas), tensión que tiene elementos comunes con lo que está pasando ahora con las propuestas New Deal en Estados Unidos del Presidente Biden. La resistencia del establishment económico y financiero español, siempre muy influyentes en los equipos económicos del PSOE, se está sistemáticamente oponiendo a los elementos más impactantes de las políticas redistributivas, tales como las propuestas fiscales y la eliminación de la reforma laboral del PP. Esta resistencia está enlenteciendo la propuesta de cambio, que como en Estados Unidos está desalentando y debilitando el apoyo popular al cambio propuesto por el Gobierno. Estos frenos al necesario cambio son la causa de la desmotivación y falta de apoyo al Gobierno Demócrata de Estados Unidos y podría ocurrir también aquí con el Gobierno de Coalición en España. Es frustrante que la dirección del PSOE parece no ser consciente de ello lo cual puede significar un enorme coste para el país. Imagínense por un momento que el trumpismo gobernara en EEUU y la coalición de los partidos de ultraderecha gobernaran en España. Esto podría ocurrir y la responsabilidad de que ello ocurriera seria la excesiva moderación y complicidad de sectores importantes de las izquierdas gobernantes con los poderes económicos, financieros y mediáticos del país, máximos beneficiarios de las enormes desigualdades que existen a los dos lados del Atlántico Norte y que harán todo lo posible para mantener sus privilegios. La historia de España está llena de ejemplos de ello.

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Estamos muy lejos de resolver el problema de la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/10/28/estamos-muy-lejos-de-resolver-el-problema-de-la-pandemia/ Thu, 28 Oct 2021 05:55:02 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6040 Estamos muy lejos de resolver el problema de la pandemia
El personal del Ministerio de Salud prueba a una mujer para detectar COVID-19 en el complejo residencial Samanes 7 en el norte de Guayaquil, Ecuador, durante la pandemia de coronavirus, el 19 de abril de 2020.- Jose SANCHEZ / AFP

Existe una percepción bastante generalizada, en los establishments político-mediáticos que gobiernan los países a los dos lados del Atlántico Norte (Europa y Norteamérica), de que la pandemia de la covid-19 se está ya controlando y resolviendo dando pie a una relajación de las medidas preventivas que los gobiernos habían estado promoviendo (tales como la utilización de mascarillas, el mantenimiento de distancias entre personas y muchas otras) y que están ya casi desapareciendo. Ni que decir tiene que la masiva (o casi masiva) vacunación de la mayor parte de población en la mayoría de países de esta parte del mundo ha sido un factor determinante del descenso, en la práctica totalidad de ellos, de la mortalidad y de las hospitalizaciones por covid-19; y que esto es la causa de tal optimismo.

Las limitaciones del optimismo actual

Ahora bien, la inmunidad prevista por las vacunas más eficaces (las que han utilizado la tecnología mNRA -Pfizer y Moderna, principalmente- no es absoluta ni permanente). Gran parte del descenso de la mortalidad por covid-19 en el Reino Unido, uno de los países con mayor porcentaje de población vacunada contra la enfermedad, se ha revertido y es hoy uno de los países europeos con mayor mortalidad por covid-19, habiendo alcanzado un aumento alarmante de infecciones, y ello como consecuencia de que el gobierno conservador liderado por Mr. Boris Jonhson (lo más cercano a Trump en aquel país) ha abandonado prácticamente todas las medidas preventivas bajo el lema de defender la libertad.

Tal como también hacía y hace Ayuso en Madrid, el grito de libertad se presenta como la defensa de un supuesto derecho -la libertad de cada uno de hacer lo que le dé la gana-, que puede provocar la muerte de otros sin frenos ni cortapisas. Como indicó el presidente Biden en Baltimore (EEUU) hace unos días, "el grito de libertad es el derecho a hacer lo que uno quiere, sin frenos, a costa de la vida de los demás". La incoherencia de tal eslogan - "Viva la libertad, aunque cause la muerte"- es parecida a la del infame grito del criminal fundador de la Legión Española, el general Millán Astray: "¡Viva la muerte!, ¡Muera la inteligencia!"

Hay pandemia covid-19 para rato

El conocimiento científico actual indica que tendremos epidemia covid-19 durante bastante tiempo, y la causa de ello es que no se están tomando las medidas necesarias para resolverlo. Hoy la comunidad científica sabe cómo controlar la pandemia y recuperar una cierta normalidad. La evidencia de ello es abrumadora; pero no se están tomando las medidas para así conseguirlo, y la mayor causa de que ello sea así es política. No hay la voluntad política para hacerlo; y ello como consecuencia de que los agentes que podrían llevarlo a cabo tienen excesivo poder sobre los establishments político-mediáticos, que toman o dejan de tomar las medidas necesarias para hacerlo.

Un problema mundial no se puede resolver a nivel local

Cuando la pandemia apareció, varios científicos de la International Asociation for Health Policy indicamos que al ser una pandemia (es decir, una epidemia a nivel mundial), debería ser obvio que la solución no sería local, sino que requeriría que fuera mundial, y la realidad así lo está demostrando. Aunque la mayoría de la población en Europa y Norteamérica está ya vacunada (o en vías de estarlo pronto), esto no le garantiza que no puedan enfermar o morir de la enfermedad. La variante Delta ha mostrado que los virus están cambiando constantemente, y aparecerán nuevas variantes que serán incluso más dañinas que Delta (como ya está ocurriendo con la variante Delta plus, incluso más contaminante), variantes que pueden surgir de las poblaciones no vacunadas, que son la gran mayoría de la población mundial.

A este nivel citado, cada 100 personas han recibido nueve vacunas en una sola dosis, frente a las 155 vacunas por cada 100 personas que se han administrado en los países ricos; y este déficit es incluso más acentuado en los países de bajas rentas, llamados pobres (que son la mayoría), pues solo el 4% de sus habitantes ha obtenido algún tipo de vacunación. En otras palabras: el 96% de la población pobre mundial no está vacunada.  Es solo una minoría de la población mundial, la que vive en los países de renta superior -los ricos-, los que han sido vacunados (y están sentados sobre la cúspide de un volcán -la población mundial no vacunada- que está explosionando y afectando su supervivencia a diario).

¿Por qué en la mayoría de países del mundo no se está vacunando?

Por extraño que parezca, el problema de que la mayoría de la población mundial no esté vacunada no es la falta de recursos. Existen los recursos para que la gran mayoría de la población pudiera estar ya vacunada a mediados o final de 2022. El lector se preguntará, entonces, por qué esto no está pasando.

Hasta hoy, las vacunas más exitosas en prevenir la muerte y la enfermedad grave de covid-19 (Pfizer y Moderna) se están produciendo en EEUU y en Europa, poblados por una mínima población mundial. Ambas vacunas fueron producidas con subsidios públicos, sin los cuales no se habrían podido producir; pero los estados, en lugar de hacer las vacunas ellos mismos, contrataron a empresas privadas para que lo hicieran. Estas empresas venden ahora el producto a los estados ricos, que los distribuyen a sus poblaciones originando unos beneficios descomunales a los empresarios de estos productos farmacéuticos (según el New York Times, 23 de octubre de 2021), nada menos que 23 billones de dólares (utilizando la terminología estadounidense) solo este año.  Solo una minoría de sus productos llegan a los países de mediana y baja renta. Los precios, por cierto, son también escandalosamente altos.

"Caridad cristiana" o "competitividad política" tampoco son la solución

Las leyes del mercado que rigen las leyes de producción y distribución de los productos farmacéuticos son responsables de millones y millones de enfermos y de millones y millones de muertos en el mundo debidos a la covid-19. Una predecible respuesta a esta cuestión ha sido la constitución de organizaciones de países ricos que donen vacunas a los países pobres, y así alcanzar a la población que vive en tales países. Es ahí como los gobiernos de los países ricos, para limpiar su conciencia, hablan del "sacrificio" que hacen donando tales vacunas, a través, primordialmente, del proyecto llamado COVAX, que es, como indicó hace unos días el Financial Times, 25 de octubre de 2021, dramáticamente insuficiente. Este proyecto, inicialmente propuesto por Sudáfrica e India, era un intento de canalizar donaciones y recursos procedentes, en su mayoría, de los países productores de vacunas anti-covid-19 para resolver el problema de los países no productores de tales vacunas. (Ver Vicenç Navarro: "La irresoluble pandemia requiere cambios más profundos de los que se están considerando para evitar su cronificación". Público, 17 de agosto de 2021). Tal ayuda es, en realidad, parte de un marketing político, utilizando estas transferencias de vacunas como medida de promocionar a los sistemas políticos donantes.

La utilización de la pandemia para fines políticos: la nueva Guerra Fría

Existe una nueva guerra fría (llevada a cabo en el terreno ideológico) entre países autodefinidos como "demócratas" y países "autoritarios" (definición utilizada por los primeros para desmerecer a los segundos, la mayoría de ellos en el mundo del subdesarrollo y, muy en especial, China). En este escenario, los primeros están, de momento, perdiendo.

EEUU, que es el país del mundo, más golpeado por la pandemia, y ha padecido 670.000 fallecimientos y 42’2 millones de contagios, ha donado solo 160 millones de vacunas a países de renta baja y medio-baja (referidos generalmente como países pobres o subdesarrollados). El presidente Biden sin embargo, intentando recuperar la imagen del presidente Roosevelt (que defendió en su día a los EEUU, durante la segunda guerra mundial, como "el arsenal de la democracia"), presentándose como "el arsenal de vacunas para el Planeta", prometiendo 1.000 millones de vacunas (500 millones Pfizer) a los países pobres, que es una cifra que, de llevarse a cabo, es significativa, sobre todo a través de COVAX. Pero en tanto en cuanto a lo que se ha proveído, como a lo que se acaba de prometer, China ha aportado muchas más vacunas al  mundo del subdesarrollo (desde setiembre del año pasado, 770 millones de ellas), y prometido además mucho más: 2.000 millones a lo largo de este año, habiendo sido esta "ayuda" como parte de acuerdos bilaterales, y no, como en el caso de EEUU, a partir de acuerdos y organismos internacionales como COVAX (aunque incluso en COVAX, las ayudas chinas hayan sido significativas (550 millones de dosis, habiendo prometido, el gobierno chino, 100 millones más para este año).

Sin desmerecer la importancia de estas aportaciones por parte de los dos bandos de esta nueva guerra fría, el hecho es que además de ser insuficiente, esta ayuda reproduce una dinámica de competitividad política que dificulta la resolución mundial del problema.

Es obvio que así no se resolverá el citado problema. La solución requiere ir mucho más allá y tocar lo intocable: la propiedad del conocimiento y del capital. La solución pasa, en parte, por la socialización del conocimiento (al menos durante la pandemia, subrayando que el conocimiento es público, puesto que fue el dinero público el que lo hizo posible), poniéndolo a disposición de todos los países, incluso los de mediana y baja renta (la mayoría en el mundo). En realidad, tal transmisión del conocimiento científico es una práctica constante hoy en el mundo. La mayoría de productos farmacéuticos genéricos (genéricos son los mismos productos comerciales una vez la patente de los mismos ha dejado de existir), se hace en países de renta baja y, como se ha documentado por expertos en la tecnología MRAP, el proceso de producción de tales vacunas MRAP es incluso más sencillo que el empleado en la producción de vacunas ampliamente utilizadas como la del SIDA.

El beneficio empresarial continúa siendo el principio sacrosanto del sistema mundial en gran parte del mundo.

Las empresas farmacéuticas se oponen con toda intensidad, y por todos los medios, a la eliminación provisional   de las patentes que les garanticen los exuberantes beneficios empresariales; y se presentan todo tipo de argumentos (cada uno de escasa validez) para parar tal petición, a la cual, por fin, el Papa Francisco acaba de añadir su voz (y digo por fin, porque ha tardado año y medio en decir lo que se debería haber dicho en enero de 2020).

En realidad, es de aplaudir que, por fin, un Papa -el primer Papa no-europeo de la historia- pida a las empresas que sean humanas y ayuden a los que morirían en caso de que ellas no cambien de actitud: "Os pido, a las empresas farmacéuticas productoras de tales vacunas, que abandonéis las patentes, como gesto a la humanidad, permitiendo que cada país, cada pueblo y cada persona tenga acceso a las vacunas". Habría sido aconsejable que el Papa hubiera hecho la misma llamada a los establishments políticos europeos, controlados en su gran mayoría por partidos o fuerzas empresariales de derechas conservadoras, que se presentan como defensoras de la civilización europea cristiana, habiendo sido los conservadores alemanes, cristianos (señora Merkel y compañía) los que se han opuesto más a que las empresas citadas perdieran sus patentes. Lo mismo ha ocurrido en España, donde las fuerzas conservadoras supercristianas se han opuesto más a aquellas medidas.

En cuanto a las empresas, han continuado oponiéndose a la cesión de patentes, y en su lugar, anuncian que próximamente se expandirá su producción a aquellos continentes. Moderna piensa invertir 500 millones en abrir una fábrica en África (sin especificar dónde). Más recientemente, empresas solventes y de gran credibilidad científica en países pobres sugirieron que hubiera colaboración entre empresas productoras de genéricos en el mundo del subdesarrollo y empresas productoras de mRNA vacunas, de manera que los países pudieran utilizar el conocimiento de cómo producirlas y llevarlo a cabo a cambio de pagar a la casa madre -Moderna y Pfizer- los royalties por cada vacuna, medida que tales compañías tampoco aceptaron.

El excesivo y antidemocrático poder de la industria farmacéutica

El poder de la industria farmacéutica es enorme. Es uno de los lobbies más poderosos, tanto en Norteamérica como en Europa; y esto se ha visto tanto en el comportamiento tan insuficiente, como ineficaz mostrados por la Comisión Europea para conseguir las cantidades y precios de las vacunas necesarias para la población europea, que además sufrieron un  retraso en recibirse; y un tanto igual en EEUU, donde a pesar de que el presidente  Biden estaba de acuerdo en que las patentes dejaran provisionalmente -durante el período de la pandemia- de ser propiedad de las empresas productoras de tales vacunas, ello no ha ocurrido debido al gran poder de la industria farmacéutica sobre el Congreso y el Senado estadounidenses.

En realidad, hoy una de las causas de que el presidente Biden no pueda aplicar el New Deal prometido ha sido, precisamente, la oposición de dicha  industria farmacéutica (incluidas Pfizer, Moderna y Johnson& Johnson) a tal programa, en el que se regularía -en caso de que fuera aprobado por el Congreso y por el Senado- el precio de los productos farmacéuticos. Hoy, la senadora del Partido Demócrata, la señora Sinema, del estado de Arizona, es la que se opone a que el coste del New Deal lo pague el aumento de la carga impositiva de los ricos, oponiéndose también a que el estado federal intente regular el precio de los productos farmacéuticos. Sin su voto, y el del senador Menchin (representante de la industria del carbón de Virginia), Biden no podrá pasar su altamente popular New Deal social.

La solución al problema es obvia: la solidaridad es mucho más eficiente que la avaricia liberal

Toda la comunidad científica apunta a la puesta al servicio, de la mayoría de la población, del conocimiento científico y del capital necesario para la producción de las vacunas. En realidad, se ha calculado que con un coste relativamente menor (de 100 a 200 millones de dólares) se podría garantizar la producción de estas vacunas en los propios países de rentas bajas. Un grupo de expertos (en la producción de la tecnología mRNA) han  indicado  que habría ocho centros, en los citados países, que tendrían capacidad para desarrollarlas (situados en la India -el país más productor de medicamentos genéricos hoy en el mundo- Indonesia, Tailandia, Sudáfrica, Brasil y Argentina, con posibilidades en otros países), y lo que estos expertos han indicado es que, el establecimiento de tal infraestructura internacional, permitiría tener preparada una respuesta mundial a cualquier nueva variante que pudiera producirse.

En este aspecto, es esperanzador que se haya ido desarrollando, con un cierto consenso entre la comunidad científica internacional de salubristas, la percepción de que el sistema actual, liderado por la OMS, ha dado una respuesta a las pandemias que ha sido dramáticamente insuficiente; y de aquí que la urgente llamada a que, entre otras medidas, se establezca un sistema de producción, distribución y regulación de vacunas preventivas y medidas curativas de todo tipo de pandemias para poder responder y controlar rápidamente tales eventos, evitando la enorme crisis que la pandemia actual ha creado, y que continuará creando. Incluso la Vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, reconoció la urgente necesidad de establecer un fondo de prevención de estos fenómenos (proponiendo 10.000 millones de euros), aunque la elección de la ubicación que ella proponía (Banco Mundial) es desacertada, pues tal institución ha sido un obstáculo, más que una ayuda, al mejoramiento de la calidad de vida de la  mayoría de la población mundial, cuyo nivel de vida ha ido disminuyendo y no aumentando, como el citado banco está anunciando (ver mi artículo: "No es cierto que la pobreza en el mundo esté disminuyendo". Público, 6 de enero de 2020).

La denuncia de la situación mundial tiene que ir acompañada de la esperanza de cambio que se está ya percibiendo, resultado del enorme desencanto justificado frente a las causas políticas que sostienen un desorden internacional, que ha estado llevando a la humanidad a un desastre sin precedentes. Frente al barbarismo al que se está llegando, hace falta la movilización basada en la realización y convencimiento (avalado científicamente) de que la solidaridad es más eficiente que la avaricia liberal. Así de claro.

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El cuasifascismo podría triunfar en EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/10/21/el-cuasifascismo-podria-triunfar-en-eeuu/ Thu, 21 Oct 2021 05:45:21 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6025 Continuar leyendo "El cuasifascismo podría triunfar en EEUU"]]> Vista de los asaltantes al Capitolio, en Washington, en enero de 2021. REUTERS/Shannon Stapleton
Vista de los asaltantes al Capitolio, en Washington, en enero de 2021. REUTERS/Shannon Stapleton

Existe una percepción bastante generalizada en España, incluso en algunos círculos del PSOE gobernante, de que el peligro del renacimiento de la ultraderecha a nivel mundial se está exagerando por parte de algunas voces de izquierda, pues creen que en realidad estas fuerzas de ultraderecha (con mucha semejanza con las ultraderechas de antaño), están siendo derrotadas y van de capa caída. Así vemos como la que fue vicepresidenta Primera del primer gobierno de coalición de izquierdas, la señora Carmen Calvo, afirmó en un momento del debate en el programa El Ágora de la hora 2 de la SER, como prueba de tal percepción de la realidad, que el presidente Trump había sido derrotado en las últimas elecciones en EEUU, insinuando que su futuro era uno de descenso en lugar de recuperación y ascenso.

El trumpismo no está desapareciendo; antes al contrario, está creciendo

Creo conocer bien EEUU y me temo que la señora Calvo está equivocada. Es posible e incluso probable que el Partido Republicano, hoy controlado en su totalidad por Trump, recupere el control del Congreso y del Senado en 2022 y que gane las elecciones presidenciales del 2024. Las razones de esta percepción son múltiples, y las he ido elaborando en varios artículos, ya publicados en este rotativo.

Uno es el enorme desprestigio del establishment político-mediático liberal, identificado con el Partido Demócrata, que desde los años setenta con el presidente Carter y continuando con los presidentes Clinton y Obama, ha estado aplicando políticas liberales (iniciadas por Carter y expandidas por Reagan y los presidentes republicanos Bush, padre e hijo), que han beneficiado sistemáticamente las rentas del capital sobre las rentas del trabajo (como consecuencia de estas políticas liberales, los directivos de las 350 empresas más importantes de los EEUU, que ganaban en el año 1978, el inicio del período liberal, 1,7 millones de dólares al año, 33 veces más que el salario promedio del trabajador 51.200 dólares, pasaron a ganar, en el año 2019,  21,3 millones, 365 veces más que los últimos, 58.200 dólares). El abandono de las políticas redistributivas del Partido Demócrata, iniciadas por el presidente Roosevelt con el New Deal, fueron  sustituidas por el Partido Demócrata con políticas de identidad, favoreciendo la integración de los sectores discriminados, como las minorías negras y latinas (sobre todo la negra) y las mujeres dentro de la estructura de poder, medidas que, por muy loables que tales intervenciones fueran, beneficiaron a grupos minoritarios (de clase media alta, profesionales con educación superior), que pasaron a integrarse en las direcciones de las instituciones predominantemente públicas (y muy en particular, en los aparatos federales) sin que ello implicara un mayor beneficio de la gran mayoría de las minorías y de las mujeres pertenecientes a las clases populares. El hecho de que el presidente Obama fuera negro tuvo una enorme importancia simbólica, pero sus políticas liberales no beneficiaron a las clases populares, a las cuales pertenecían la gran mayoría de las minorías y también de las mujeres.

De ahí la gran capacidad de movilización de Trump en 2006, en un momento en que la clase trabajadora (la mayoría blanca) y otros sectores vulnerables dentro de las clases populares estaban sufriendo las consecuencias de las políticas neoliberales de liberalización económica, lideradas por los gobiernos del Partido Demócrata anteriores. Trump se presentó como la voz del antiestablishment liberal y globalizador frente al Partido Demócrata (supuesta causa de todos sus males) que lideraba un gobierno federal, al que se le presentaba cautivado por minorías y mujeres universitarias de clase media alta. Su mensaje, caracterizado por un nacionalismo extremo, retrógrado, añorando un pasado idealizado, de carácter imperial, basado en una superioridad racial, machista y cultural, defendiendo la civilización cristiana,  (convirtiendo al "Estado y a la Ley en instrumentos para asegurarse que se siga la voluntad de Dios en la sociedad" como  subrayó la juez Amy Coney Barrett, nombrada miembro del Tribunal Supremo en EEUU por el presidente Trump), así como a la "patria-nación" frente a sus enemigos (que incluye a todo aquel que no comulgue con su credo) fue muy movilizador.  El lector español recordará esta ideología como dominante durante la dictadura fascista en España.

La recuperación del New Deal como respuesta del Partido Demócrata al Trumpismo

La concienciación de este problema, y el coste que le ha significado al Partido Demócrata estar identificado con el liberalismo globalizador, explica que la dirección del gobierno Biden esté respondiendo a marchas forzadas con la recuperación del New Deal. El mayor obstáculo no es que no tenga el apoyo popular para hacer tales reformas, (que sí lo tiene), sino que no tiene los números en el Congreso que le permitan aprobar tal ambicioso proyecto (ver V. Navarro El fin del neoliberalismo y la búsqueda de alternativas, publicado el 14 octubre 2021 en Público). Necesitan 50 votos en el Senado y el Partido Demócrata solo tiene 48 votos que apoyen el New Deal de Biden, puesto que dos demócratas no lo están apoyando y son representantes (y portavoces) de intereses económicos que quedarían afectados por la aprobación de tales propuestas y que se oponen al New Deal: uno es el senador Joe Menchin, del Partido Demócrata del Estado de Virginia, financiado por la industria del carbón, y la otra senadora del Estado de Arizona, también del Partido Demócrata, Krysten Sinema, financiada por la industria farmacéutica que se opone a la regulación de precios de las medicinas, propuesta que hace Biden en su  New Deal.

¿Es EEUU una democracia?

Sí, pero muy limitada. Vayamos por partes. En primer lugar, el presidente de EEUU no es elegido directamente por la población. En realidad, en todas las elecciones desde el año 2000, los candidatos del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos han obtenido más votos que los candidatos republicanos (excepto Bush, hijo) y sin embargo los presidentes han sido, la mayoría, republicanos (durante el período 2000-2020, la mayoría de los votos fueron al candidato demócrata, excepto Bush, y sin embargo, los republicanos gobernaron más años, 12, que los demócratas, 8). Y ello se debe al hecho de que quien elige al presidente de EEUU es el Colegio Electoral, que sistemáticamente favorece a los estados rurales sobre los industriales y urbanos.

Lo mismo ocurre en cuanto a la composición del Senado, cámara enormemente poderosa, pues aprueba el presupuesto del estado federal, los nombramientos propuestos por el presidente, e incluso los miembros de la Corte Suprema. Cada estado tiene el mismo número de senadores: dos. California, estado en general demócrata, tiene cuarenta millones de habitantes, y tiene el mismo número de senadores, dos, que Wyoming, con medio millón de habitantes predominantemente en zonas rurales y predominantemente republicanos. Y, aquí también, sistemáticamente los demócratas consiguen más votos que los republicanos en las elecciones al Senado, y es más que probable que ello ocurra en el año 2022. Uno de los analistas electorales con mayor credibilidad, David Shore (New York Times, 10 de octubre de 2021) dice que en 2022 los demócratas podrían ganar, consiguiendo más del 51% del voto del Senado y, en cambio, conseguir solo 43 senadores, convirtiéndose en irrelevantes.

¿Quién tendrá mayor capacidad de movilización?

En este escenario, el futuro podría ser muy preocupante, pues, la única alternativa es que el Partido Demócrata consiguiera una gran movilización capaz de neutralizar la enorme desventaja que el sistema electoral supone para tal partido. Y aun cuando ello se consiguió en 2020, no es seguro que se consiga en 2022, pues es poco probable que las propuestas New Deal sean aprobadas por tal partido, contribuyendo con ello al desencanto popular.  Es importante subrayar que el desencanto es muy notable y muy en particular entre la clase trabajadora, incluyendo la negra, la latina y todas las clases populares sin educación secundaria, lo cual puede contribuir a una gran desmovilización de las clases populares, de lo cual, Trump se beneficiaría. La pérdida de control del Senado y del Congreso en el 2022 por parte de los demócratas, la victoria de las presidenciales por parte de los republicanos liderados por Trump, significaría un cambio de enormes consecuencias internacionales, además de nacionales, que debieran ser motivo de reflexión y reacción por parte de las fuerzas progresistas a nivel mundial. De la misma manera que el fascismo y el nazismo fueron resultado de la Gran Depresión, causada por las políticas liberales aplicadas en aquel entonces, sus herederos actuales han sido consecuencia de la crisis económica provocada por el liberalismo económico, iniciado en los años 70 y 80, que ha afectado muy negativamente el bienestar y calidad de vida de las clases populares, que la pandemia mundial ha puesto en evidencia.

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El fin del neoliberalismo y la búsqueda de alternativas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/10/14/el-fin-del-neoliberalismo-y-la-busqueda-de-alternativas/ Thu, 14 Oct 2021 05:17:55 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=6016 Continuar leyendo "El fin del neoliberalismo y la búsqueda de alternativas"]]> El fin del neoliberalismo y la búsqueda de alternativas
El presidente de Estados Unidos Joe Biden en un acto reciente.- EFE

La pandemia ha puesto de manifiesto el enorme daño causado por las políticas liberales que han sido aplicadas, durante la Gran Recesión (y años anteriores) en gran parte de los países de la OCDE (el grupo de países más ricos del mundo), daño que era predecible que ocurriera como algunos ya predijimos (ver el libro Hay Alternativas: Propuestas para crear empleo y bienestar social en España de Navarro, Torres y Garzón). Lo único que consiguieron (que era lo que sus autores deseaban) fue un enorme enriquecimiento de las minorías -las de siempre, que gozan de una enorme influencia política y mediática- a costa del bienestar de la gran mayoría de las poblaciones, habiéndose alcanzado niveles de desigualdad social sin precedentes. Hoy tales medidas liberales están totalmente desacreditadas, aunque sigan siendo influyentes en grandes forums económicos, financieros y empresariales españoles y sus partidos políticos afines. Tal descrédito del liberalismo ha dado pie a un cambio del pensamiento económico dominante, siendo sustituido por un pensamiento opuesto, que denuncia las consecuencias del pensamiento liberal anterior, habiendo afectado muy negativamente el bienestar de la mayoría de la población, llegando a amenazar su propia supervivencia, a través de la pandemia y de los cambios climáticos, facilitados, cuando no estimulados, por sus políticas.

Características de las políticas alternativas al liberalismo imperante:

En esta versión antiliberal hay dos visiones distintas. La tradicional -definida como keynesianismo-, consiste en invertir grandes fondos públicos en el estímulo del crecimiento económico, mediante el desarrollo de infraestructuras como transporte, comunicación, informática digital, carreteras y un largo etcétera que permita la modernización de la economía y la creación de buenos puestos de trabajo. Unos de los países que está promoviendo una mayor inversión de este tipo es Estados Unidos, donde el gobierno federal dirigido por el Presidente Biden está proponiendo gastarse más de un trillón (numeración estadounidense) de dólares en los próximos 10 años, modernizando la estructura del país y creando buen empleo. En realidad, a este proyecto se le ha titulado "AMERICAN JOB PLAN" (plan de empleo).

¿Por qué aparece tal cambio ahora en EEUU?

Existe un amplio consenso en el Partido Demócrata gobernante de apoyo a tal plan. Este consenso es consecuencia del elevado coste electoral que ha pagado por su identificación con el liberalismo dominante, que ha caracterizado la mayoría de las políticas públicas de su partido cuando ha gobernado, iniciándose con el Presidente Carter, continuando con el Presidente Clinton, y más tarde con el Presidente Obama y su ministra de asuntos exteriores Hillary Clinton, mayor defensora esta de la globalización liberal que afectó muy negativamente a la clase trabajadora estadounidense. El distanciamiento de tal clase (y sectores de la clase media) del Partido Demócrata, y el éxito del trumpismo, está basado, en gran parte, en la identificación del Partido Demócrata con las políticas liberales globalizadoras con plena movilidad del capital y del trabajo. De ahí el surgimiento de Trump, que se presentó como el "anti-establishment liberal" representado por el Partido Demócrata. El notable éxito electoral del trumpismo en el 2020 alarmó al Partido Demócrata alertándolo de que podría ganar en las elecciones al Congreso de 2022 y las presidenciales de 2024. De ahí el redescubrimiento del New Deal y abandono del liberalismo. Ni que decir tiene que las fuerzas progresistas, lideradas por el senador Bernie Sanders, han jugado un papel importante en este redescubrimiento del New Deal. Un cambio importante de este New New Deal y el anterior dirigido por el presidente Roosevelt es, sin embargo, que este proyecto debe desarrollarse conforme una redefinición del modelo productivo que dé prioridad al cambio de modelo energético para evitar el enorme deterioro del clima, lo cual requiere un cambio notable en el tipo de recuperación económica centrada en una economía verde, que adquiere una gran dimensión a lo largo del proyecto AMERICAN JOB PLAN, pues cualquier inversión tiene que evaluarse según su impacto climático.

La segunda versión antiliberal: la recuperación social como condición de la recuperación económica

La segunda versión antiliberal es la visión social, que no se limita al tipo de inversión tradicional (modificada para incluir una sensibilidad ecológica y verde), sino que ha expandido (en un segundo plano de inversiones) la inversión social poniéndola como sujeto central de la recuperación económica. En otras palabras, la tesis central de esta segunda versión es que crear escuelas de infancia, por ejemplo, tiene un mayor impacto en incrementar la eficiencia económica que la inversión en carreteras, como señalaba el premio Nobel de economía Paul Krugman en una columna suya reciente en el New York Times (5 de Oct. 2021). Esta segunda versión tiene múltiples dimensiones e incluye expansión de los derechos de acceso a la sanidad, a la educación (desde las escuelas de infancia desde los 0 años hasta el acceso a la educación superior y universitaria), a la vivienda, a los servicios de ayuda a las personas con dependencia, a los ancianos, a los servicios sociales y muchos otros; servicios que en Europa se llaman los servicios del Estado de Bienestar, y que incluye también en un lugar predominante la economía de los cuidados.

Esta parte del presupuesto es mucho mayor que la anterior, y es de 3.5 trillones de dólares que aspira a corregir algunos de los déficits más notables del estado del bienestar estadounidense que se caracteriza por sus enormes limitaciones en los derechos sociales de su ciudadanía, limitaciones que se extienden a todos los componentes de tal Estado de Bienestar. EEUU es la máxima expresión del "modelo liberal", siendo el país con menos protección social en la OCDE. Como consecuencia, sus indicadores de bienestar y calidad de vida están entre los más bajos en tal comunidad de países, siendo sus desigualdades por clase social las más acentuadas conocidas. Pero en el componente de su Estado de Bienestar donde las limitaciones son peores es en los servicios de ayuda a las familias y a sus componentes. Un indicador de ello es que EEUU es el país, por ejemplo, con mayor pobreza infantil siendo este uno de sus peores problemas sociales. Según datos de la OCDE, EEUU es de los países que gastan menos fondos públicos en los infantes, niños y niñas (500 dólares por año, niño, niña e infante). El contraste con los países nórdicos y escandinavos, de mayor sensibilidad social (donde coaliciones de partidos progresistas han gobernado por la mayoría del período post Segunda Guerra Mundial) es enorme: Noruega 29.700 dólares, Finlandia 23.400, Dinamarca 23.000 y Suecia 18.000. España, por cierto, está entre los más bajos, 9.100, y EEUU es misérrimo (500 dólares por infante). Esta falta de atención a los infantes significa un coste elevadísimo a la sociedad por sobrecarga a las familias, sobre todo a la mujer, dificultando su incorporación al mercado de trabajo, como está sucediendo ahora que hay un gran déficit de trabajadoras y trabajadores en momento de recuperación. Y también produciendo un retardo emotivo, formativo y educativo en el y la infante que dificulta más tarde su integración en el mercado laboral con buenos salarios. Condenar a casi un tercio de la población infantil a la pobreza no es sólo cruel, sino enormemente regresivo para la economía del país.

La inversión social -AMERICAN FAMILY PLAN- debe ser más que la mera suma de intervenciones sociales particulares

Pero lo que es especialmente llamativo de esta segunda versión que complementaría, de ser aprobada por el Congreso, la anterior es su orientación holística hacia la unidad de acción: las familias. El programa anti-pobreza infantil, por ejemplo, es multilateral pues las causas de tal pobreza son multicausales. Y comparte también los enormes déficits de atención a todos los componentes de la familia desde juventud a ancianos, con causas y consecuencias comunes. Tal diversidad de intervenciones es su riqueza (desde medidas en el mercado de trabajo a transferencias de servicios entre muchos otros tipos de intervenciones que son en muchos casos transversales, y de ahí que el título de este segundo componente sea AMERICAN FAMILY PLAN, el plan de acción de las familias). Es un plan, pues, que es más que la mera suma de sus componentes. No es, pues, extraño que los países que desarrollaron tal enfoque holístico de la atención a la familia fueran los países escandinavos, donde las desigualdades de género, además de las desigualdades de clase, son menores hoy en la OCDE. En realidad, a mayor poder de la mujer mayor desarrollo de estos servicios de atención a las familias. Y al revés, donde la mujer ha tenido poco poder, las familias son menos atendidas y el bienestar de todos  y todas sus miembros es menor como ocurre en EEUU, pero también en España. Y otra condición del éxito nórdico es que en aquellos países ha sido un movimiento amplio, transformador, que ha sabido relacionar las distintas formas de explotación preparando propuestas conjuntas que han tenido mayores consecuencias.

Una nota personal: mis experiencias asesorando gobiernos

Como conozco bien Suecia y países escandinavos, así como EEUU, hace ya años aconsejé al que era candidato a la presidencia del país en representación del Partido Socialista, Pepe Borrell (y que era profesor del JHU-UPF Public Policy Center que yo dirigía), que se creara el cuarto pilar del bienestar: el derecho de acceso a los servicios de ayuda a las familias, que incluía los servicios de atención a los infantes y a las personas dependientes incluyendo ancianos (y que complementaria el primero el derecho de acceso a la sanidad, el segundo el derecho de acceso a la educación, y el tercero el derecho de acceso a la jubilación). Pepe Borrell lo aceptó y apareció entonces la propuesta en su programa. Más tarde, cuando Joaquín Almunia lo sucedió, lo conservó y fue Zapatero cuando gobernó el que lo aplicó, pero reduciéndolo sólo a los servicios a la dependencia, sin incluir los demás; fue un paso positivo pero insuficiente ya que la financiación fue muy escasa. De ahí la enorme importancia de recuperar una visión más completa y holística expandiendo los diferentes servicios y transferencias de atención a las familias, no como una suma, sino como una sinergia de ayudas y asistencias transversales. Esta concepción está adquiriendo de nuevo una mayor concienciación, siendo el componente social del gobierno de coalición actual especialmente sensible a este desarrollo. El vicepresidente Pablo Iglesias fue un gran estadista y un gran promotor de este cuarto pilar del estado del bienestar.

Hoy, los Ministerios de Asuntos Sociales y de Igualdad en este gobierno de coalición están liderando una serie de cambios muy importantes en la dirección aquí indicada, pero el gran reto será la involucración del todo el gobierno de coalición, así como de los gobiernos autonómicos y municipales en la articulación de las distintas intervenciones en una acción y proyecto común, donde las fuerzas progresistas tendrán que liderar el cambio. Es urgente y necesario que se muestre la incoherencia de presentar a las fuerzas conservadoras como las grandes defensoras de las familias en España, propuesta que contrasta con la poca atención que han dado en sus políticas públicas a esta unidad social. Su defensa ha sido retórica, basada en una concepción patriarcal de la familia que reproduce unas relaciones de poder de clara explotación de la mujer. Pero el movimiento feminista, con ayuda de otros movimientos, ha estado redefiniendo esta concepción de la familia de manera tal que estamos viendo una transformación enorme de las familias en España, siendo la familia (en sus múltiples versiones) la categoría social que continua siendo más valorada por la población española en todo su territorio y que hasta hace poco ha estado más desatendida en este país.

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El reto mayor de los movimientos sociales progresistas: la unidad de acción https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/09/27/el-reto-mayor-de-los-movimientos-sociales-progresistas-la-unidad-de-accion/ Mon, 27 Sep 2021 05:00:16 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5997 Jesse Jackson interviene en un acto durante las primarias presidenciales del Partido Demócrata, en 1984.
Jesse Jackson interviene en un acto durante las primarias presidenciales del Partido Demócrata, en 1984.

Uno de los grandes retos que las fuerzas progresistas deseosas de una transformación de la sociedad que elimine las causas de los agravios y de las explotaciones que origina la existencia de movimientos sociales de liberación (como los movimientos feministas, el movimiento sindical, el movimiento ecológico, el movimiento climático, y el movimiento de ancianos entre otros) es el desarrollo de un proyecto común que aúne sus esfuerzos en busca de una sociedad alternativa. De ahí la gran urgencia e importancia de establecer los lazos transversales que permitan desarrollar estrategias comunes de cambio. He vivido en muchos países durante mi largo exilio, (parte forzado al inicio y voluntario más tarde), donde he podido directamente ver las consecuencias para tales movimientos sociales de que exista o no tal transversalidad y estrategia común. Y me centraré en dos polos opuestos en el panorama político de los países del Norte del Atlántico (donde he vivido por bastante tiempo y donde tengo familia y que creo conocer bien): Estados Unidos y Suecia.

Los movimientos sociales en Estados Unidos: el modelo liberal

Estados Unidos es un polo dentro del espectro político existente en los países del Atlántico Norte. Es el modelo liberal. Y es el mayor punto de referencia de los partidos políticos y movimientos sociales que siguen tal orientación política a los dos lados de aquel Atlántico. En Estados Unidos la gran mayoría de movimientos sociales actúan dentro de una cultura política conservadora-liberal existente en el país, de manera tal que cada movimiento va por su cuenta y suele competir con los otros movimientos para conseguir la legislación deseada, así como el apoyo y los recursos del Estado (primordialmente del Estado Federal), que está gobernado por un bipartidismo que incluye solo dos partidos. Uno, el Partido Republicano, que es la derecha conservadora (hoy de ultraderecha, dominado por el trumpismo, semejante a la ultraderecha europea). Y el otro partido es el Partido Demócrata, un partido liberal (observador en la Internacional Liberal, de centro derecha). No hay partidos de izquierda con representación parlamentaria en el Congreso ni tampoco en el Senado Federal. Hay un senador independiente, Bernie Sanders, que es socialista, pero no es parte de un partido socialista. Y hay Congresistas Demócratas que se consideran socialistas. Pero tampoco son miembros de un partido socialista. Como partidos políticos que puedan vehicular las demandas legislativas o presupuestarias de los movimientos sociales, solo hay dos partidos en el Estado Federal, uno de ultraderecha y otro de centra derecha.

El Partido Demócrata no es (ni se considera) de izquierdas, lo cual es una de las causas de las enormes limitaciones del Estado del Bienestar en EEUU, así como el gran déficit de sus derechos sociales, laborales y políticos que afecta a las mujeres, a los trabajadores y trabajadoras, a las minorías, a los ancianos, y a su ambiente y clima, cada uno de los cuales tiene sus movimientos sociales que compiten para influenciar al Estado, primordialmente a través del Partido Demócrata. Naturalmente que hay una diversidad de sensibilidades dentro de tal partido, incluyendo progresistas, pero la dirección del partido es claramente liberal de derechas, aunque últimamente, con el presidente Biden, tales fuerzas progresistas han adquirido mayor influencia recuperando la tradición del New Deal liderada por el presidente Roosevelt que fue el que aplicó políticas más cercanas a la social democracia europea de su tiempo. Tal tradición, sin embargo, experimentó un cambio muy sustancial de su orientación política, a partir de los presidentes Carter, Clinton y Obama. Fue precisamente el abandono de esta tradición New Deal en el Partido Demócrata lo que explica el distanciamiento de grandes sectores de la clase trabajadora de tal partido y su apoyo al trumpismo, que canalizo el enfado de grandes sectores de la población frente al establishment político mediático liberal representado por el Partido Demócrata.

La influencia del liberalismo en los movimientos sociales en una cultura conservadora-liberal, EEUU

La estrategia de liberación en la mayoría de estos movimientos sociales en EEUU ha sido la de centrarse exclusivamente en la causa que dio lugar a su origen. Su exclusividad les dificultó ver la relación existente entre las distintas explotaciones que hay en el país. Cada movimiento social luchaba por su cuenta sin buscar puntos de transversalidad con otros movimientos de liberación. Al individualismo, característico del liberalismo, se acompañaba la exclusividad de cada movimiento, compitiendo entre ellas y ellos. Y su proyecto incluía en lugar prominente, conseguir el mayor número de puestos de autoridad y responsabilidad dentro de los aparatos del Estado y del establishment político mediático liberal. La mayoría de los dirigentes de tales movimientos eran profesionales, de clase media alta con educación superior académica. La paradoja de tal situación es que, a pesar de ser movimientos extensos con visibilidad mediática, los derechos sociales, laborales y políticos de cada grupo discriminado y/o explotado continuaban y continúan muy limitadas. Las desigualdades de género, por ejemplo, están entre las más altas de los países del Atlántico Norte, siendo las mujeres estadounidenses las que tienen menos derechos. Un tanto semejante ocurre en cuanto a las desigualdades por clase social, las más acentuadas de tales países, con un desarrollo muy limitado de su protección social. Los servicios de atención pública a las familias (como las escuelas de infancia y servicios domiciliarios a las personas con dependencias, por ejemplo) es casi inexistente y la sanidad pública no es universal, con 38% de los pacientes terminales preocupados por como poder pagar sus facturas médicas (para ver una comparación internacional de los datos sobre desigualdades y niveles de atención pública, por clase social y género, según la tradición política en Europa y en Norteamérica, ver mi artículo Causas y consecuencias del subdesarrollo social en España, Público, 16/9/2021).

Evolución de los movimientos sociales en el modelo liberal

Quisiera subrayar que esta estrategia de los movimientos sociales de integración y entrismo dentro de las instituciones del Estado y del establishment político mediático tuvo conquistas importantes. El hecho, por ejemplo, de que el presidente Obama de Estados Unidos fuera un negro tuvo una gran importancia, sobre todo de carácter identitario, dando un mensaje de esperanza para la población negra, bien definido por el eslogan que el candidato Obama hizo suyo (originalmente utilizado por los sindicalistas de los trabajadores del campo), de que "Sí Se Puede". Ahora bien, una vez en el poder, el presidente Obama siguió las políticas liberales del Presidente Clinton que afecto negativamente a la gran mayoría de las clases populares, incluyendo a la población negra. Y su ministra de Asuntos Exteriores, Hillary Clinton, una mujer, fue una mayor proponente de la globalización liberal que dañó enormemente a la clase trabajadora estadounidense, no solo del sector industrial sino también de servicio, cuya mayoría fueron mujeres. Ello explica, en parte, que la mayoría de las mujeres, que eran de clase trabajadora, no votaron por la ministra, cuando fue la candidata feminista en las elecciones presidenciales del año 2018.

Ello causo la aparición de movimientos transversales como alternativa a los movimientos sociales más tradicionales . Y un gran paso en esa dirección fue la creación del Rainbow Coalition (Coalición Arcoíris) por parte del candidato a la presidencia de Estados Unidos en los años 1984 y 1988, Jesse Jackson (al cual tuve el honor de asesorar). En el año 1984, Jesse Jackson se presentó como la voz de las minorías negras consiguiendo movilizar sectores de tales minorías, pero quedo muy lejano de conseguir ganar las elecciones primarias para poder ser el candidato del partido Demócrata a la Presidencia de EEUU. Pero en el año 1988, Jesse Jackson, como fundador y presidente de la Coalición Arco Iris, se presentó, en cambio, como la voz de la mayoría de la población trabajadora y de las clases populares y de sus movimientos sociales, fueran estos y estas, blancos, negros, amarillos, verdes, o lo que fuera, invitándolos a todos y a todas a que se unieran, sin perder su identidad, en el movimiento de coalición en contra de cualquier forma de explotación, que le permitió casi ganar las elecciones primarias del Partido Demócrata en aquel año. Este fue el origen de la aparición más tarde de otra orientación en los movimientos sociales, presentándose en defensa de los intereses de las clases populares en sus distintas versiones y dimensiones, que ha causado una gran resistencia y hostilidad por parte de los movimientos sociales más tradicionales y también del establishment político mediático del país y que está teniendo un impacto muy importante dentro del Partido Demócrata, reforzando sus sectores progresistas y que explica muchas de las propuestas consideradas por el presidente Biden.

El otro polo es Suecia: los movimientos sociales como sensibilidades de espacios mayores

Los mismos datos que muestran el retraso de la mujer en Estados Unidos señalan el gran adelanto en Suecia (junto con Noruega, Dinamarca, y Finlandia), en donde la mujer tiene mayores derechos sociales, políticos, y laborales y donde las desigualdades de género y por clase social son las mas bajas en aquellos países del Atlántico Norte, al revés que en el mundo liberal. Y, sin embargo, lo que llama la atención, es que no hay movimientos feministas extensos, puesto que el sentimiento feminista esta ampliamente incorporado dentro de los espacios políticos. La cultura dominante ha sido la Social Democracia y el Socialismo, fuertemente enraizadas en la historia del movimiento obrero a través de partidos políticos progresistas que han gobernado en coalición, durante la mayoría del período desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora. Tales coaliciones progresistas gobiernan hoy todos los países escandinavos, Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia, siendo ellos los que tienen menos desigualdades de género y de clase social con mayores derechos laborales, sociales y políticos. En estos países la transversalidad de intereses y causas comunes han motivado una estrategia colectiva en que la suma y no la competitividad han empoderado al movimiento transformador. Y esta suma, es más que una suma, pues es la sensibilidad de cada movimiento que se ha incorporado y hecho suya por parte de toda la comunidad. En esa transversalidad, la clase social juega un papel importante, pues en todos los países, la mayoría de las mujeres pertenecen a la clase trabajadora. De ahí que la sensibilidad de la necesidad de la liberación de la mujer pasa a ser objetivo no solo del movimiento feminista sino de todo el movimiento transformador, favoreciendo la movilización de toda la clase trabajadora y de las clases populares, que es lo que las élites dominantes temen. Y de ahí que intenten dividir siempre al movimiento progresista entre sus componentes como bien muestra la experiencia estadunidense donde el racismo, por ejemplo, tiene una función importante para dividir a las clases sociales frente al adversario común, las clases pudientes gobernantes. En los países nórdicos los movimientos sociales tienen mayor conciencia de la importancia de los espacios transversales dentro de un proyecto común. Esta observación podría dar pie a un malentendido de que, en aquellos países, los movimientos sociales están instrumentalizados por los partidos políticos. Es precisamente al revés: los partidos son los instrumentos vehiculares de los movimientos sociales que tienen en común la lucha de todas y todos contra todo tipo de explotación, ya sea de clase social, de género, de raza, o de región, frente a la cultura liberal, qué antepone lo individual sobre lo colectivo y lo exclusivo sobre lo común.

La experiencia nórdica señala pues la necesidad de actuar conjuntamente en el diseño de una sociedad alternativa -el socialismo en aquel caso,- que debe tomar como punto central el fin de cualquier tipo de explotación y el máximo desarrollo democrático, con la aplicación de políticas públicas diseñadas para reducir las desigualdades sociales, por clase social, por género, por raza y por región (entre otros), garantizando la calidad de vida y el bienestar de la población desde la infancia a la vejez, con prevención del deterioro ambiental y crisis climática. Y lo que es de gran interés es que, en el análisis de sus políticas públicas, se ve que hay una relación estrecha entre ellas, y ello es la causa de que, como acentué en varias ocasiones en este artículo, tengan menos desigualdades de renta (Coeficiente de Gini es de los más bajos del mundo capitalista desarrollado: Suecia 28.2%, Finlandia 25.9%, Dinamarca 26.3%, Noruega 25.2%, más bajos que España 34.1% y mucho más bajo que Estados Unidos 39.1%); menos desigualdades de género (Índice de desigualdad de genero es de los mas bajos, Suecia 4.4%, Finlandia 5.8%, Dinamarca 4%, Noruega 5.1%, más bajo que España 8%, y mucho más bajo que Estados Unidos 18.9%), y mayor sensibilidad ecológica en la población. Es también interesante que estos países, excepto Suecia, han tenido, en general, una mortalidad acumulada por coronavirus (desde el principio de la pandemia hasta ahora por 100.000 habitantes) más baja que la gran mayoría de los países europeos y muy especial de Estados Unidos, que ha tenido una mortalidad muy elevada.

Ni que decir tiene que hay muchos vacíos y problemas pendientes y hay muchos artículos y libros escritos definiendo las deficiencias del sistema, tales como los excelentes trabajos de Goran Therbon y Walter Korpi. Pero los datos señalan que su modelo es más solidario y afín a lo que la mayoría de los movimientos sociales aspiran, que el modelo liberal, donde la solidaridad no es una característica del sistema, sino que es la competitividad, la exclusividad y las leyes del mercado (que siempre aseguran la permanencia de los más poderosos). Es sorprendente pues, que muchos intelectuales en España, incluyendo algunos progresistas, han dado mucha más atención a intelectuales y a portavoces de movimientos sociales estadounidenses que no a intelectuales y portavoces de los países nórdicos, explicándose tal atención por el dominio mediático que el pensamiento liberal continúa teniendo en nuestro país.

Esperanzas en España: cambio en la correlación de fuerzas que permitan el desarrollo del modelo solidario

En España la nota optimista es que están apareciendo nuevas orientaciones en los movimientos sociales que están desarrollando estrategias de transversalidad que permiten amplias coaliciones a favor de cambios que aúnen distintas causas en un proyecto común. Ejemplo de ello, es la atención que está recibiendo lo que se llama el Cuarto Pilar del Bienestar (que complemente a los 3 primeros pilares, el derecho a la salud, el derecho a la educación y el derecho a la jubilación), de clara inspiración escandinava, que garantiza el derecho individual de acceder a los servicios de atención a las familias (tales como los servicios de infancia y los servicios de dependencia). Tal derecho, que todavía no existe en España, está recibiendo un amplio apoyo del movimiento feminista (por el papel fundamental que juegan tales servicios en la liberación de la mujer en España), del movimiento sindical (por las implicaciones de mejoramiento de amplios sectores de la clase trabajadora), del movimiento de los ancianos (por la expansión y la definición de los servicios de ayuda a la dependencia), entre otros, que intenta presionar al Gobierno de coalición de izquierdas a atender uno de los problemas mayores que tiene la sociedad española, que es la escasa atención pública a las familias, resultado del enorme dominio que las fuerzas conservadoras históricamente han tenido en la vida política del país. Una nueva página de esperanza, sin embargo, se está escribiendo en su historia, pues están ocurriendo hechos que están cambiando las coordenadas de poder que permiten aberturas a una nueva sociedad. Y uno de tales hechos es la creciente concienciación y realización por parte de los movimientos sociales de que hay causas comunes en el origen de los distintos tipos de explotación. Y entre ellas destacan las limitaciones de la democracia resultado de la enorme concentración de poder económico, financiero, cultural, político y mediático que existe en España, dentro de un contexto político europeo, cuyas instituciones están también predominantemente dominadas por fuerzas conservadoras-liberales que facilitan y promueven tal concentración.

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Causas y consecuencias del subdesarrollo social de España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/09/16/causas-y-consecuencias-del-subdesarrollo-social-de-espana/ Thu, 16 Sep 2021 05:48:02 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5982 Causas y consecuencias del subdesarrollo social de España
Personas hacen cola ante el Banco del Bebé de la Fundación Madrina, en la parroquia Santa María Micaela de Madrid, que diariamente reparte alimentos (EFE)

Una de las características del Estado Español (tanto central, como autonómico y municipal), es su pobreza de recursos públicos tanto en gasto como en empleo, pobreza que aparece en todas las dimensiones de su Estado, y muy en especial, en los servicios del Estado del Bienestar,  tales como sanidad, educación, servicios sociales, servicios de ayuda a las familias, vivienda y muchos otros, que configuran la calidad de vida y bienestar de la población. Esta pobreza de empleo es una de las causas de que el porcentaje de la población ocupada en este país sea muy bajo. Tal porcentaje entre las personas de entre 20 y 64 años en España, era en el año 2019, (ya antes de iniciarse la pandemia), un 68%, frente al 74.2% del promedio de la Unión Europea de los 15 (el grupo de países más desarrollados dentro de la Unión Europea). Tal porcentaje era de los más bajos de tal comunidad. El más alto fue en Suecia, donde era 82 %.

El problema de desocupación es todavía peor para las mujeres y para las familias

Este déficit de ocupación pública es incluso mayor entre las mujeres. Ya antes de que comenzara la pandemia (en el 2019), el porcentaje de la mujer ocupada era del 61.2 % de la población femenina adulta, un porcentaje mucho más bajo que la del promedio de la Unión Europea de los 15, el 69.3% (de nuevo, uno de los más bajos de tal comunidad). El porcentaje más alto fue el de Suecia, 80%, siendo aquel país en el que la diferencia de ocupación entre hombres y mujeres es menor (solo 3 puntos). En España la diferencia es mucho mayor (7 puntos, más del doble de lo que ocurre en Suecia).

Las causas de tales déficits son varias, pero una importante es que el sector de servicios públicos del Estado de Bienestar, y muy en particular el de los servicios de ayuda a las familias, es decir, escuelas de infancia y servicios de atención a las personas con dependencia (sean domiciliarios o institucionales como las residencias de ancianos) están muy poco desarrollados en España, como consecuencia del escaso poder de la mujer y de las familias. Tales servicios se llaman El Cuarto Pilar de Bienestar, pues, en gran parte de países de la Europa occidental complementan los otros tres pilares (la salud, la educación y la jubilación). No así en España.

Por qué existen tales déficits en España

Tale servicios están ampliamente desarrollados en los países nórdicos y escandinavos gobernados en la mayoría del periodo desde de la Segunda Guerra Mundial hasta ahora, por coaliciones de partidos progresistas. Es en esta parte de Europa que las izquierdas han gobernado por más tiempo y como consecuencia tienen un elevado gasto y empleo público. El porcentaje de gasto público social sobre PIB en Suecia es de 49.3%, en Dinamarca 49.6%, Noruega 51.8 % y Finlandia 53.3%.

En España es solo un 41.9% (Eurostat 2019). El mayor gasto en estos países ha implicado también mayor empleo público en tales servicios del Estado de Bienestar, y muy en particular del Cuarto Pilar de Bienestar, que ha jugado un papel clave en la ayuda a las familias,  facilitando la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, creando, además, empleo. Tales servicios ayudan también a la  distribución mas igualitaria  entre los miembros del hogar en el desarrollo de las tareas familiares. Como resultado de ello, los hombres hacen aproximadamente el 40% de las tareas familiares, en contraste con el 15-20% de España.

La pandemia ha acentuado aún más el problema de la baja ocupación

Esta situación se ha empeorado todavía más por la pandemia. Y aunque este deterioro ha ocurrido en todos los países europeos, ha sido particularmente acentuado en España. La tasa de ocupación ha bajado marcadamente y ha sido más acentuada entre las mujeres que entre los hombres. Tal descenso, sin embargo, ya empezó durante La Gran Recesión tanto para hombres como para mujeres, siendo mayor entre estas últimas, y ello como resultado de las políticas de austeridad de gasto y empleo públicos llevadas acabo por los gobiernos españoles, que impactaron negativamente en los servicios del estado de bienestar y en la economía de los cuidados, y que se acentuó todavía más durante la pandemia. Ello causó un descenso muy notable del nivel de vida de familias y de sus miembros (y, de nuevo, más entre las mujeres que entre los hombres).

En España hay 1.3 millones más de hombres que de mujeres ocupadas, siendo una causa importante de su menor ocupación la mayor responsabilidad de la mujer en las tareas familiares. Tanto el confinamiento de las familias como el cierre de las escuelas han incrementado todavía más la sobrecarga de la mujer y su trabajo en el hogar forzándole en muchas ocasiones a disminuir, cuando no anular, su trabajo en el mercado laboral. Por otra parte, el sector económico en que la mujer representa la mayoría de la clase trabajadora (el sector servicios, tanto público como privado), ha sido de los sectores más afectados por la pandemia reduciendo considerablemente el número de puestos de trabajo, incrementándose la desocupación femenina.

El neoliberalismo disminuyó la cantidad y la calidad de la ocupación, y aumentó las desigualdades de género y clase social

La pandemia ha mostrado con toda claridad las consecuencias sociales y económicas de los enormes déficits del empleo en los servicios públicos del Estado de Bienestar que ha ocurrido en los países de mayor aplicación de políticas de austeridad. No es por casualidad que los países de mayor tradición progresista, los países nórdicos, además de ser los países europeos con menos desigualdades por clase social y por género, hayan tenido mayor expansión de los servicios públicos (incluidos los servicios de atención a las familias), y hayan tenido también menor mortalidad agregada por la covid-19 (número de muertos desde el principio de la pandemia por 100mil habitantes).

Y, por el contrario, los que han tenido mayores desigualdades por clases sociales y por género, como por ejemplo España y Estados Unidos,  y menos desarrollo de tales servicios públicos, tienen mayor mortalidad. La situación de esta realidad explica el enorme descrédito de las políticas neoliberales, reconocidas incluso por algunas de las instituciones como el Fondo Monetario Internacional, que fueron sus máximos proponentes y que ahora admiten "la necesidad de revertir las políticas económicas en las últimas cuatro décadas". Uno de los países donde este cambio ha sido también muy notable es Estados Unidos.

Qué está pasando en Estados Unidos. ¿El fin del trumpismo?

La realización del fracaso del neoliberalismo es uno de los hechos que ha causado mayores cambios en el desarrollo de las políticas de la administración federal estadunidense presidida por Biden, que rompió con el liberalismo extremo de la administración Trump, habiendo recuperado Biden la tradición del New Deal, invirtiendo masivamente en el sector servicios y muy en especial en el Cuarto Pilar de Bienestar, como garantía de la recuperación económica, facilitando con ello la integración de la mujer en el mercado de trabajo,  muy en particular en el sector servicios, facilitando así el crecimiento de la ocupación femenina, sobre todo en el sector de servicios esenciales.

Hay hoy en todos los países de Europa, en Estados Unidos y Canadá,  en estos momentos de recuperación económica, gran necesidad de trabajadoras, en especial en los servicios. Tal escasez de trabajadoras es atribuida por parte de los economistas liberales a un supuesto exceso de los programas de protección social, exigiendo recortes de tales programas para estimular la vuelta al trabajo. Pero la interrupción de tales programas no ha conllevado una mayor aparición de trabajadoras pues la causa principal de la bajada en la búsqueda de trabajo y un descenso de la ocupación ha sido el enorme crecimiento de la carga familiar resultado de las medidas de confinamiento, del cierre de las escuelas, o de los servicios domiciliarios. Los datos muestran que, a pesar del incremento del tiempo familiar, incluso de los varones, la carga en las mujeres ha sido incluso mayor,  agotando a las mujeres.

De ahí la enorme necesidad de la expansión de los servicios de atención familiar para liberar a la mujer, mejorar la calidad de vida de los hogares, y recuperar la economía. De ahí la declaración del Presidente Biden de que "invertir en escuelas de infancia y servicios domiciliarios sea tan importante para la economía como lo es invertir en la economía digital".

El cambio sustancial en España: el necesario y urgente cambio de las políticas públicas anteriores

Las políticas públicas en España han seguido una orientación opuesta a la realizada por los gobiernos anteriores, realizadas durante La Gran Recesión. Una de tales medidas ha sido el Ingreso Mínimo Vital aprobado el 29 de Mayo del 2020, que pueda frenar el gran aumento de la pobreza que hay en España y que ha alcanzado niveles extremos. La pobreza entre las familias con bajos ingresos alcanza a ser la mayor de la Europa occidental después de Bulgaria y Rumanía. Indicador de ello es que uno de cada cuatro infantes es pobre en este país.

Y la pandemia ha demostrado también las consecuencias del bajo gasto público y de ayuda a las familias (solo un 5 % de todo el gasto público social va a las familias, frente al 9 % de la Europa Occidental), forzando el cambio en  la orientación equivocada de tales ayudas, que se centraban sobre todo en la desgravación fiscal que siempre beneficiaba a las familias de ingresos superiores mas que a las de bajos ingresos. El programa de Ingreso Mínimo Vital significa un paso adelante, pues va en la dirección de garantizar el nivel de renta que permita salir de la pobreza. Es probable que beneficie de gran manera a las mujeres con infantes, que viven solas, sin pareja, y que son hoy las personas más vulnerables de estar en la pobreza en España.

Medidas de creación de empleo

La mayor medida que afecta a la mayoría de la población trabajadora han sido los ERTE, proveyendo ayuda para facilitar que las empresas retengan a sus trabajadoras y trabajadores durante esta crisis económica creada por la pandemia. Su impacto ha sido mayor. Ahora bien, hay otros dos tipos de intervención para crear empleo que han sido muy exitosas en aquellos países que las han implementado. Una es la de reducir el tiempo de trabajo, una medida que es particularmente urgente pues en España es donde las y los trabajadores trabajan más horas en promedio en la Unión Europea de los 15. Tal reducción ayuda también a mantener y a aumentar el número de puestos de trabajo.

Ahora bien, hay muchas maneras de reducir las horas de trabajo.  Y la reducción de número de horas de trabajo debería ser tal que facilitara alcanzar la conciliación familiar, que debe ocurrir en bases diarias y no solo en los fines de semana. De ahí que, para el cuidado de las familias (igualmente distribuidos entre hombre y mujer), es mucho mejor reducir las horas de trabajo de cada día,  trabajar alrededor de 6 en lugar de 8 horas al día, que no trabajar cuatro días de la semana. Hay que dejar más tiempo a las personas para gozar de la familia, entre otras actividades.

La creación y expansión del cuarto pilar de Bienestar

La otra alternativa es crear empleo público en todos los servicios del Estado de Bienestar. Y es motivo de alegría qué España comienza ya a ver conciencia de la necesidad del Cuarto Pilar de Bienestar. Más de 1000 personas de distintas sensibilidades políticas,  dirigentes de movimientos sociales y sindicatos, entre otros movimientos,  han firmado un manifiesto exigiendo a las autoridades públicas que desarrollen tal Cuarto Pilar de Bienestar. Y es prometedor que el Gobierno de coalición español esta ya desarrollándolo, canalizando recursos (incluso recibidos de la Unión Europea hacia los servicios de dependencia). Pero es urgente que además de expandir los recursos en estos servicios y otros, haya una redefinición y reconceptualización de tales servicios para garantizar un derecho universal, el de acceder a tales servicios definidos como Cuarto Pilar de Bienestar.

Hay que concienciar a las autoridades publicas de que lo que se denomina en España como guarderías, es mucho más que un aparcamiento para infantes mientras los padres y madres están trabajando. La evidencia muestra que tales guarderías,  si se transformaran en escuelas de infancia, podrían enriquecer el desarrollo emotivo y psicológico a los infantes. Tenemos gran evidencia de ello. Y un tanto igual ocurre con los servicios de dependencia institucional, donde hay una necesidad urgentísima a definir la atención a las personas dependientes, incluso a los ancianos. La redefinición de los servicios de los dos polos demográfico, infantes y ancianos, es urgentísima en España. Y un obstáculo para que ello ocurra, además de la pobreza de recursos,  es la excesiva atomización de responsabilidades en los gobiernos por cada uno de los componentes del Cuarto Pilar de Bienestar. Es necesario que, dentro de los gobiernos,  sean tanto central como autonómico y municipal, se crean responsabilidades transversales entre ministerios, consejerías y regidorías para desarrollar el tal Cuarto Pilar de Bienestar.

La necesidad de eliminar las desigualdades de género y clase social para mejorar la equidad social y la eficiencia económica

Las derechas se han presentado históricamente como las grandes defensoras de la familia consiguiendo gran rentabilidad política debido a la gran popularidad que tal institución tiene en la sociedad española. Los datos muestran, sin embargo, que sus políticas públicas han perjudicado a la mayoría de las familias y en particular a la mujer dentro de ellas, que sufren las grandes insuficiencias de los servicios públicos de atención a las familias, empobreciéndolas a ellas y a los miembros del hogar. De ahí la enorme urgencia de que, además de que los hombres adquieran mayor responsabilidad en tales tareas, se dote a todo tipo de familias existente, de aquellos servicios que permitan un mayor desarrollo de todos sus miembros, y muy en particular de la mujer, que es la mas sobrecargada del hogar.

Y tales servicios, que son fundamentales para aumentar el bienestar de la población, son también importantísimos para conseguir la recuperación económica, como lo muestran los países gobernados por más tiempo por fuerzas progresistas que han conjugado su compromiso con la equidad social con el de la eficiencia económica. El pensamiento liberal que asume que las desigualdades, configuradas por el mercado son condición para el éxito económico, han mostrado (como es el caso de España y Estados Unidos con gobiernos anteriores) su gran error, creando las enormes crisis sociales y económicas que estamos viendo hoy. De ahí la urgente necesidad de basar el desarrollo económico en la equidad y el bien común, reduciendo las desigualdades (tanto de clase social como de genero), mejorando el bienestar de la mayoría de la población en las clases populares, articulando las políticas de liberación de la mujer con la liberación de las clases populares, considerando ambas variables (género y clase social), como las determinantes del cambio social y económico del país.

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Desigualdad,Estado del bienestar,Pobreza
La Guerra Civil no fue una guerra fratricida entre dos bandos igualmente deshumanizados y violentos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/09/02/la-guerra-civil-no-fue-una-guerra-fratricida-entre-dos-bandos-igualmente-deshumanizados-y-violentos/ Thu, 02 Sep 2021 05:10:04 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5967 Continuar leyendo "La Guerra Civil no fue una guerra fratricida entre dos bandos igualmente deshumanizados y violentos"]]> Imagen de archivo de Franco almorzando con el general Dávila durante la Guerra Civil. — EFE

Imagen de archivo de Franco almorzando con el general Dávila durante la Guerra Civil. — EFE

En un artículo reciente ("Por qué es tan difícil recuperar la memoria histórica". Publico. Agosto 10, 2021), que causó gran revuelo, hice una crítica a los historiadores Paul Preston y Ángel Viñas por su aceptación —en una entrevista en La Vanguardia el último 18 de julio —de la tesis promovida por el establishment político-mediático español de que la transición de la dictadura a la democracia en España había sido modélica, definiéndola como "maravillosa" y "un milagro" (en el caso de Paul Preston) y "un éxito al desbaratar la estructura institucional política y jurídica del franquismo" (según Ángel Viñas). Indicaba en mi artículo que, resultado del gran desequilibrio de fuerzas en el Estado español (controlado en parte por los herederos de los vencedores en la Guerra Civil, que poseían también la mayoría de los medios de información y persuasión del país) el proceso de transición distó mucho de ser "modélico", "maravilloso" o "exitoso" pues el resultado de tal proceso fue una democracia muy incompleta, no homologable a la mayoría de las democracias europeas y con un bienestar muy insuficiente (para documentar tal afirmación ver mis libros Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en este país. Anagrama, 2002 y El subdesarrollo de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006). Terminaba  mi artículo alertando de que se estaban reproduciendo, incluso entre intelectuales de clara trayectoria progresista, tesis promovidas primordialmente por los vencedores de la Guerra Civil y sus herederos,  y ello como consecuencia de la profunda hegemonía que tal establishment tiene todavía hoy en la vida intelectual, cultural y académica del país.

La supuesta equidistancia y corresponsabilidad de los republicanos y los golpistas en determinar el fin de la II República

Otra tesis promovida también por el establishment político mediático español, relacionado con la tesis anterior, es que, en el análisis del fin trágico de la II República se establece una corresponsabilidad y equidistancia de responsabilidades atribuyéndose tal fin, por igual, al comportamiento de las fuerzas republicanas por un lado y a la rebelión militar, por el otro. Ambos lados (bandos)  del conflicto fueron así responsables de lo ocurrido, y siendo conscientes de su responsabilidad prefirieron el olvido del pasado, explicándose así la pasividad, tanto de los unos como de los otros en la recuperación de la Memoria Histórica. De esta manera, la falta de recuperación de la Memoria Histórica ha tenido como objetivo el olvidar aquel pasado pues todos ellos habrían contribuido por igual a los elementos tan negativos de tal historia.

Tal tesis aparece, en parte, en "Los diez tweets para explicar la Guerra Civil española" de amplia difusión, que leí con interés y también con preocupación, escrita por otro historiador, Julián Casanova, del cual he leído sus escritos con gran atención aún cuando en su narrativa de lo ocurrido utiliza una terminología y unos conceptos derivados mas de términos y conceptos de la cultura dominante de los vencedores que de los vencidos en aquel conflicto. Ha tenido una amplia difusión debido al formato en que se presentó su síntesis de la Guerra Civil española en 10 tweets. Ni que decir tiene que el lenguaje del tweet es súper telegráfico y poco útil para analizar situaciones complejas. De ahí a que no sea yo muy favorable a la cultura tweetera pues no permite el debate sosegado que cualquier tema histórico pueda generar. Pero admito que en la cultura actual uno tiene que participar utilizando cualquier medio que la gente, y sobre todo la juventud haga. Mi crítica pues, no es al sistema de comunicación escogido, los tweets, sino a lo que se dice en él.

¿El desorden y la actitud destructiva de los republicanos fue la causa (¿justificación?) del golpe militar?

Valga la aclaración de que hay varias de las diez observaciones presentadas como tweets de los que presenta Julián Casanova con las cuales estoy de acuerdo. Pero hay tres centrales en su artículo con los que estoy en desacuerdo. El primero es cuando, en el segundo tweet, habla del por qué se inició la Guerra Civil, indicando que "el Estado republicano se tambaleó, el orden quebró, y comenzó una revolución radical y destructiva". Ante tal realidad hubo una respuesta militar. "Era julio de 1936 y así comenzó la Guerra Civil". Se acentúa así que el desorden y la actividad radical  y destructiva de los republicanos fue lo que determinó el golpe militar. En la manera en como está escrito el tweet, tal origen de la Guerra Civil fue el resultado directo del comportamiento de los supuestos revolucionarios, radicales, destructivos que implica  (¿y justifica?) el golpe militar, creando un gran desorden que tuvo que ser muy reprimido pues tenía a mucha gente en contra. Poner la quebradura del orden causada por los "radicales" y "destructivos revolucionarios republicanos" como punto de partida de la Guerra Civil,  es una manera de expresarse que caracteriza más el discurso y explicación (y justificación) de las derechas que no el de las fuerzas democráticas progresistas. Sorprende pues que se utilice este lenguaje en ese contexto. Podría haberse clarificado añadiendo "injusto" después de la palabra "orden", y cambiando el término "destructivo" con el de "constructivo y alternativo". Pero tal como está escrito, el original es la versión derechista, no progresista de lo que ocurrió. Queda así ignorada que las propuestas del Frente Popular incluían reformas muy necesarias y urgentes para construir un país más justo, más democrático, más plurinacional y diverso, y más policéntrico y plural, dentro de un orden más justo y más social.

La deshumanización y el terror no fue política de Estado en la República

El otro desacuerdo es el de homologar el intento y comportamiento de los republicanos con el de los golpistas, cuando indica en el tercer tweet que "lo que caracterizó (a los dos bandos de la Guerra Civil) fue la deshumanización del contrario y la espantosa violencia que generó. La apelación al exterminio del contrario caracterizó ese doble proceso de rebelión militar y respuesta revolucionaria". Según tal tweet y tal tesis, tanto los golpistas como los republicanos fueron inhumanos, súper violentos, llamando al exterminio del contrario, corresponsabilidad y homologación que hace a vencidos y a vencedores corresponsables de tanta deshumanización y violencia. Tal afirmación es insostenible en base a toda la evidencia existente que muestra claramente que la intención de los golpistas fue de eliminar físicamente a todos los que estaban en desacuerdo con ellos, incluyendo a la mitad de la población española si ello fuera necesario, tal como dijo el dictador Franco, quien dirigió una de las dictaduras más sangrientas que ha habido en la Europa del siglo XX. Según el experto en Fascismo en Europa, el Profesor Malekafis de la Universidad de Columbia en Nueva York , por cada asesinato que hizo Mussolini, Franco hizo 10.000. Su política de terror no tenía paralelo ni en cantidad ni en intensidad, en el lado republicano. El terror no fue una política del Estado republicano como si lo fue en el lado fascista. Incluso hoy continua habiendo más de 120.000 personas asesinadas por el bando vencedor, totalmente desaparecidas, siendo España el segundo país del mundo con más personas asesinadas desaparecidas después de Camboya. El número de víctimas de aquel proceso iniciado por los golpistas supera el millón de víctimas dividido entre muertos y exiliados como ha señalado el mismo Preston en su "holocausto español". Hablar de tal deshumanización como responsabilidad compartida es profundamente injusto, (pero necesario, por parte de las derechas pues intentan así  relativizar su comportamiento).

¿Por qué perdió la República? La supuesta neutralidad de las democracias europeas

Los diferentes resultados en este conflicto (victoria versus derrota) según Casanova, son consecuencia de la diferencia de recursos (militares, apoyos externos, entre otros), mayores en el caso de los golpistas militares que el de los republicanos revolucionarios. "La intervención de la Alemania Nazi y de la Italia Fascista, y la retracción de las democracias condicionaron la duración del conflicto y su resultado final". No tengo ningún desacuerdo con esta observación aún cuando creo que la expresión "retracción" es un término confuso, pues hay otros términos para definirlo. Fue un abandono de las fuerzas democráticas progresistas y republicanas por parte de los gobiernos autodefinidos como demócratas, con tolerancia, cuando no complicidad, hacia el apoyo proveído por intereses financieros y económicos (en cada uno de tales países democráticos) a los golpistas militares, como petróleo en Estados Unidos y fondos bancarios en el Reino Unido. Tolerancia y abandono que se debía al temor de tales gobiernos a que el deseo de cambio profundo de la gran mayoría de clases populares de España contagiara a las clases populares de aquellos países.

Las propuestas constructivas de la II República para establecer el orden republicano

Las propuestas hechas por los gobiernos progresistas republicanos en los años 30 fueron de gran relevancia en su intento de establecer un país más justo, más social, más equitativo, más libre y democrático, más plural y más poliédrico y menos radial y central con mayor diversidad y reconocimiento plurinacionales, medidas, muchas de ellas, que fueron aprobadas después de la II Guerra Mundial en gran parte de los países democráticos europeos. Tales medidas perjudicaban los intereses financieros (y muy en especial de la banca), agrícolas (los grandes terratenientes), corporativistas (como las grandes empresas), eclesiásticas (los enormes privilegios de la Iglesia Católica) e instituciones públicas (como el Ejercito) que se opusieron a tales medidas mediante un golpe militar, frente a la gran mayoría de la población y muy especial de las clases populares, siguiendo una política de terror apoyada y financiada por la Alemania Nazi y la Italia Fascista con el silencio y tolerancia de los gobiernos democráticos europeos que mantuvieron silencios y apoyos procedentes de intereses financieros y petrolíferos a los golpistas favorables a sus intereses.

La transición de la dictadura a la democracia fue inmodélica, fruto del enorme poder que los herederos de los golpistas tenían sobre los aparatos del Estado y sobre medios de información del país, dominados por unas derechas con escasa cultura democrática, responsables de grandes limitaciones del Estado democrático y del bienestar español. Para entender hoy el comportamiento de las derechas en España (ultra derechas en el espectro europeo) y su constante agresividad y juego sucio con las izquierdas hay que conocer la historia de este país, incluyendo la II República y la Dictadura que siguió. De ahí que no quieran que se conozca su pasado.

Agradezco el esfuerzo de Julián Casanova en explicar brevemente lo que fue la Guerra Civil, añadiendo datos y puntos de vista críticos de la sabiduría convencional. Pero me permito aconsejarle que en la utilización de términos y conceptos para redactar su artículo, expresado en tweets, sea más cuidadoso para evitar la repetición de esta misma sabiduría convencional que nos ha llevado a una redefinición de la Guerra Civil considerada al principio como una Cruzada y más tarde como una guerra fratricida entre dos bandos igualmente responsables por el fin de la II República. Tal equidistancia es la versión "oficial" que continúa ocultando lo que en realidad ocurrió y que es fundamental que se conozca para entender lo que está pasando en España hoy, donde un gobierno de coalición de izquierdas (el primero desde la II República) está haciendo propuestas de cambio muy razonables, existentes en su mayoría en otros países europeos, que están creando una gran hostilidad por parte de las derechas de siempre acusando al gobierno de ilegítimo, radical y destructor del orden, tal como ocurrió en los años 30.

Pero esto es lo que, repito, no quieren que se conozca.

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La irresoluble pandemia requiere cambios más profundos de los que se están considerando para evitar su cronificación https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/08/17/la-irresoluble-pandemia-requiere-cambios-mas-profundos-de-los-que-se-estan-considerando-para-evitar-su-cronificacion/ Tue, 17 Aug 2021 05:05:55 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5952 Continuar leyendo "La irresoluble pandemia requiere cambios más profundos de los que se están considerando para evitar su cronificación"]]> Una ambulancia de la Cruz Roja lleva una mujer a urgencias del Hospital 12 de Octubre, en Madrd. REUTERS/Juan Medina
Una ambulancia de la Cruz Roja lleva una mujer a urgencias del Hospital 12 de Octubre, en Madrd. REUTERS/Juan Medina

Hay una sorprendente resistencia en las autoridades públicas españolas (tanto centrales como autonómicas) a aplicar medidas obligatorias a fin de poder controlar la pandemia lo cual no deja de sorprender pues la tasa de infección de la población por COVID-19 es de las más elevadas en los países a los dos lados del Atlántico Norte. Tal resistencia suele basarse en dos tipos de argumentos: uno, en el respeto al derecho individual (que se asume garantizado por la Constitución) subrayando que el Estado (en todos sus niveles) tiene que tener límites en su tarea normativa a fin de no afectar el derecho individual de las personas, a las cuales se las considera como plenas soberanas en decisiones sobre, por ejemplo, el ser o no ser vacunados. La libertad individual se considera sagrada en una economía liberal. Y son precisamente los partidos neoliberales los que utilizan el slogan LIBERTAD para oponerse a la obligatoriedad de las medidas de control de la pandemia, incluso la vacunación de los ciudadanos.

El otro argumento es el de priorizar el desarrollo económico por encima de todo lo demás. Se asume en esta postura que no puede permitirse que las medidas propuestas por las autoridades públicas para controlar la pandemia puedan afectar el crecimiento  y/o el quehacer económico, vital para la supervivencia de la sociedad. Se establece así una supuesta dicotomía en que hay que elegir entre medidas de higiene y salud pública para prevenir y controlar la pandemia por una parte (que frecuentemente  se presentan de escaza eficacia, como así afirman los partidos políticos afines al Trumpismo) y las políticas de estímulo económico (que siempre deben priorizarse) por el otro. Estos dos argumentos, la defensa del individualismo y la priorización del desarrollo económico, por encima de todo lo demás, suelen complementarse y forman el eje ideológico de las derechas conservadoras-neoliberales en España, reproduciéndose también en algunos sectores conservadores y liberales dentro de las izquierdas.

Las debilidades de tales argumentos neoliberales

El ejercicio del derecho de una persona, sin embargo, no puede poner en peligro la vida de otra. La libertad de una persona para escoger no vacunarse no puede permitirse si ello conlleva el peligro de que otra persona pueda morir o su salud puede estar afectada como consecuencia de ello.  De la misma manera que una persona tiene prohibido beber bebidas alcohólicas,  o no llevar el cinturón de seguridad mientras está conduciendo (pues la vida de otras personas, además de la suya, pueden quedar afectada) a una persona no puede permitírsele que permanezca no vacunada si ello implica que como consecuencia, otra persona pueda contagiarse, enfermarse o incluso morir. El individuo no vacunado es más contagioso que el vacunado y de ahí la necesidad de que se vacune la población no vacunada para, entre otros objetivos, disminuir la contagiosidad. En realidad, la naturaleza más contaminante y más dañina de la variante Delta del virus ha acentuado todavía más el peligro para la colectividad del ciudadano no vacunado.

Este peligro del individualismo alcanza su máxima extensión en el Trumpismo que suele además promover su argumento individualista como parte de un proyecto patriótico, presentando a la patria (EEUU) como la máxima realización del modelo neo liberal basada supuestamente en el individualismo. Tal sesgada visión de patria y patriotismo olvida que fue precisamente el presidente George Washington el dirigente de la liberación del país frente al Imperio británico, el que hizo obligatoria la vacuna de la viruela que estaba causando más muertes que el propio conflicto militar. En realidad, el Ejército británico enviaba a civiles enfermos de viruela a las áreas liberadas por las tropas de Washington para extender la enfermedad. De ahí que Washington, uno de los fundadores del país, mostrara claramente el deber patriótico a vacunarse, deber que fue más tarde afirmado por la Corte Suprema que utilizó como argumento que "toda comunidad tiene el derecho de garantizar la seguridad y el bienestar de su población", lo cual incluye la de vacunarse cuando así lo aconseje la comunidad científica y lo decida la comunidad. (Matt Ford. Vaccine Mandates are as American as Apple Pie. Portside. July 30, 2021).

¿Se puede recuperar la economía sin controlar la pandemia?

Pero el argumento que parece más convincente dentro del argumento neoliberal es el de anteponer la recuperación económica a las medidas de control de la pandemia, pues sin producción y consumo la gente no sobrevive. Pero tal argumento asume que existe una dicotomía: es decir, que se debe o puede escoger entre uno (la recuperación económica), o lo otro (las medidas de control de la pandemia). Esta dicotomía, sin embargo, economía versus salud es falsa. La evidencia acumulada muestra, claramente, que la manera más eficaz para recuperar la economía es precisamente, hacer mandataria la aplicación de medidas de control de la pandemia. Países que han intentado saltarse este orden, como en Estados Unidos durante la época de Trump, y que han propuesto estas medidas no como obligación sino solo en bases voluntarias han tenido una recuperación menor que aquellos en los que hubo tal aplicación. Un artículo de pronta publicación en la revista internacional International Journal of Health Services ha analizado con países comparables (en su estructura económica, política y demográfica) como Noruega y Suecia en Europa, o como Colorado, Washington y Massachusetts en Estados Unidos, comparando la evolución de la pandemia y de la economía en cada en cada uno de los países semejantes, agrupándolos según las políticas públicas de control de la pandemia sean obligatorias o sean voluntarias durante el mismo periodo de marzo 1, 2020 a octubre 19, 2020. Conforme tal estudio aquellos países con mandatos obligatorios de sus medidas de control de la pandemia, tales como Noruega en Europa y Colorado y Washington en Estados Unidos, han tenido menor mortalidad debida al virus, y mortalidad en general, y menos parálisis económica que aquellos como Suecia y Massachusetts con medidas voluntarias. Así, Noruega y Suecia, dos países nórdicos, escandinavos, de clara tradición social demócrata (la mayoría de años gobiernos desde la II Guerra Mundial fueron gobernadas por partidos social demócratas) con indicadores de desigualdades (Gini coefficient)  semejantes (Noruega 0.26, Suecia 0.28) han tenido unas tasas de mortalidad muy distintas, bajas en el caso de Noruega (5.1 x 100.000 habitantes), y otros muy altas en Suecia (58.5 x 100.000 habitantes), siendo ello el resultado, en gran parte, de que las medidas de confinamiento de control de movilidad, restricción de viajes, cuarentena en caso de contagio, no reuniones en público o la utilización de máscaras y estricto control de acceso a residencias de ancianos son obligatorias en Noruega, mientras que en Suecia todas estas medidas eran voluntarias. Pero lo que es interesante resaltar es que ha sido la economía de Suecia la que sufrió mayor depresión económica (su PIB cayó en un 8.6%) durante el periodo de la pandemia, mayor que Noruega (7.4%). Un tanto semejante ocurrió en Colorado y en Washington donde las medidas eran mandatorias mientras que en Massachusetts eran voluntarias. Algo parecido ocurrió en Asia, en donde el contraste por ejemplo, entre China y Nueva Zelanda (obligatorio) y la India (voluntario) ha sido bastante marcado. Todos estos datos cuestionan pues, aquellas voces bastantes estridentes hoy que continúan gritando "Libertad" (que quiere decir que cada persona haga lo que le dé la gana) como un nuevo eslogan con un coste humano y económico considerable. En realidad, el individualismo siempre es la defensa de aquellos que tienen más oportunidades que de los que tienen menos. Tal libertad en el contexto de gran desigualdad es el beneficio de una minoría a costa de la mayoría.

Estamos viendo la vuelta al pasado indeseado

Varios hechos han ocurrido en la evolución de la pandemia que muestran el grado de desorientación en gran número de gobiernos como consecuencia de la gran incertidumbre que todavía existe sobre este problema internacional y como resolverlo. Solo hace tres meses el Presidente Biden declaró la victoria sobre la pandemia pues parecía que por fin se estaba ya controlando la pandemia, permitiendo una gran relajación de las medidas propuestas por la mayoría de la instituciones científicas y aprobadas por el Gobierno Federal y por los Estados de la Unión que facilitaban la vuelta a la normalidad. Una de tales relajaciones, dictada nada menos que por la máxima autoridad en materia de pandemias del Gobierno Federal de Estados Unidos (que es el CDC) permitió a las personas vacunadas a eliminar el uso de mascarillas. Un tanto igual ocurrió en otros países, incluido España en donde el Presidente Sánchez también declaró la victoria sobre el virus, permitiendo una gran relajación de las medidas de control de la pandemia, en el camino vuelta a la deseada normalidad, incluyendo la eliminación de utilizar las mascarillas por parte de las personas vacunadas.

En todos estos casos, tales medidas anuladas han tenido que recuperarse al salir una nueva variante del virus , la variante Delta, cuya contagiosidad tomó a todos por sorpresa aumentando dramáticamente el número de contagios, hospitalizaciones e incluso muertes, llegando a niveles que se habían pensado que nunca volverían a ocurrir. En Estados Unidos, se predice que causará la muerte alrededor de 4.000 personas en bases diarias el mes de octubre. Y en España, el número de contagios ha vuelto a extenderse volviéndose a incrementar el número de personas hospitalizadas, siendo el caso particularmente acentuado en el grupo personas por debajo de 50 años, aunque también ha habido un incremento notable en las residencias de ancianos.

El problema español; excesivo voluntarismo

La versión en España ha sido de una excesiva abertura y relajación cada vez que la pandemia comenzaba a controlarse. Estas relajaciones han significado un retraso considerable tanto de la recuperación económica como de la salud de la población. El mejor ejemplo de esa situación, como indiqué antes, es la anulación de la obligación de llevar máscara para las personas. Esta última medida fue muy negativa, pues, además de suponer, incorrectamente que la persona vacunada no era contagiosa, también asumía una inmunidad absoluta de la persona vacunada lo cual tampoco era cierto. Además, con la eliminación de máscaras no había manera de reconocer quién era el más contagioso, creando un problema grave, resultado de este paso de obligatorio a voluntario, creando un gran crecimiento de los contagios.

Hay un cansancio de la anormalidad en la vida cotidiana que representa la pandemia pero hay que ser consciente de que, en contra de lo que se está informando a la población, la pandemia estará con nosotros para largo y es más que probable que más variantes del virus aparezcan que sean más resistentes a las vacunas que las actuales. Y el problema grave es que parece no haber consciencia de ello en las mayores establishments político-mediáticos internacionales. Como he indicado en varias ocasiones, no hay un sistema internacional capaz de responder a esta situación. En realidad, la humanidad está experimentando una situación nueva en la que, a no ser que el problema se resuelva a nivel mundial, no hay seguridad para ningún país. Esto ocurre en la crisis climática y esto ocurre en la pandemia también. A no ser que el problema de la pandemia se resuelva a nivel internacional no se resolverá a nivel local. La mayoría de la población mundial no está vacunada y ello es el caldo de cultivo para el surgimiento de una variante del virus que sea resistente a las vacunas existentes hoy. A Delta la está sucediendo otra (Lambda) surgida en América Latina, aparecida en Perú que parece resistente a las vacunas, con lo cual se comienza todo el proceso de nuevo. Y lo que es más preocupante es que no hay plena consciencia de que para resolver la pandemia el hecho de que la mayoría de la población mundial no esté vacunada representa un enorme obstáculo para resolver la pandemia. Esto todavía no se ha captado por las estructuras de poder económico, financiero, político y mediático responsables de las enormes crisis climática y pandémica que existen a nivel mundial. Una vez más la realidad muestra que la solidaridad es mucho más eficaz para conseguir el bien común que el individualismo egoísta que nos está llevando al desastre global.

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Por qué es tan difícil recuperar la memoria histórica https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/08/10/por-que-es-tan-dificil-recuperar-la-memoria-historica/ Tue, 10 Aug 2021 05:30:28 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5944 Continuar leyendo "Por qué es tan difícil recuperar la memoria histórica"]]> El dictador Francisco Franco junto al dirigente nazi Heinrich Himmler, durante su visita a Madrid (1940).
El dictador Francisco Franco junto al dirigente nazi Heinrich Himmler, durante su visita a Madrid (1940).

Tengo gran respeto por los trabajos de los historiadores Paul Preston y Ángel Viñas que han criticado extensa y detalladamente la historia tergiversada (que continúa existiendo en círculos del establishment político-mediático español) del reciente pasado español, y muy en particular de lo que se conoce en España como la Guerra Civil y la dictadura que le siguió, conocida también en este país como Franquismo. Aconsejo la lectura de sus textos que deberían ser ampliamente distribuidos en los centros de docencia, (a todos su niveles) a lo largo del territorio español por las razones que he explicado en muchas ocasiones: la urgente necesidad de corregir la historia sesgada y manipulada de este país.

Ahora bien, habiendo aplaudido y reconocido los méritos de sus libros, debo también mostrar mi sorpresa y desacuerdo con algunas de sus declaraciones hechas el 18 de julio de este año en La Vanguardia en la entrevista realizada por Ramón Álvarez en la que hacen unas observaciones que merecen ser discutidas y, creo también, criticadas, como su afirmación de que la transición de la dictadura a la democracia fue "maravillosa" y "un milagro", (en el caso de Paul Preston) y "un gran éxito al desbaratar la estructura institucional política y jurídica del franquismo", (según Ángel Viñas). Tales declaraciones son casi idénticas a la promovida por el mismo establishment político-mediático español que definió tal transición como "modélica", término utilizado por los mayores medios de información del país para definir los cambios del Estado dictatorial para convertirlo en un Estado democrático, supuestamente homologable a cualquier democracia existente en la Europa occidental. Con este término tal establishment intenta ocultar las enormes deficiencias de la democracia española, resultado del enorme dominio que las fuerzas conservadoras (herederas de los que ganaron la mal llamada Guerra Civil) tuvieron durante aquel proceso. Había un gran desequilibrio de fuerzas dentro del Estado español en el que los herederos de los vencedores —los golpistas de 1936 —tenían mucho más poder en las instituciones y aparatos del Estado que los herederos de los vencidos.

Los enormes déficits democráticos del estado español

La evidencia de este dominio de las derechas de siempre en el proceso de transición es abrumadora. Desde el continuo retraso social de España, con gran sub-financiación de los servicios y transferencias del Estado de bienestar, (ver mi libro: El subdesarrollo social de España, causas y consecuencias. Anagrama, 2006), a la falta de diversidad ideológica de los mayores medios de información y persuasión del país; a la obvia falta de cultura democrática predominantemente de los gobiernos y políticos de derecha del país; a la vocación represiva de los aparatos de seguridad y de la judicatura del Estado; a la proximidad de la mayoría de Ministros de Economía de todos los gobiernos españoles con los poderes económicos y financieros del país; al servilismo del Banco de España a los intereses de la Banca en su constante promoción del neoliberalismo; a la integración de miembros de los aparatos de los mayores partidos gobernantes en la estructura económica y financiera del país; a la amplia utilización de las cloacas por los aparatos represivos del Estado con amplia colaboración de los medios de comunicación para destruir las voces opositoras, y un largo etcétera. (Para expansión de estas enormes insuficiencias de la democracia española, ver mi libro: Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002).  No es de extrañar, pues, que la amenaza mayor para este Régimen del 78 fue la aparición en la segunda década de este siglo de unos movimientos sociales (primero) y socio políticos (después) que lo cuestionaron. Su eslogan (del 15M) altamente popular "no nos representan", lo decía todo. La radicalización de las derechas, con la aparición de la ultra derecha en la vida legislativa del país es la consecuencia de ello.

La continua redefinición de la memoria histórica

Y este conflicto, ultra derecha-izquierda, aparece en la redefinición de lo que es la memoria histórica de España. La España de los vencedores —incluyendo la Monarquía —se encuentra hoy claramente amenazada y crecientemente desacreditada. Las estridencias de la vida política, generadas por esta ultra derecha (que existe también ampliamente en la derecha) es resultado de ello. Homologar las estridencias, presentándolas como común tanto entre las derechas como entre las izquierdas, es la versión moderna de la supuesta equidistancia u homologación que supuestamente ocurrió durante la transición entre los vencedores y los vencidos, atribuyéndoles igualdad de responsabilidades en los hechos ocurridos en el pasado. El hecho de que la Amnistía, aprobada en la transición, considerara por igual a los autores de crímenes y represión, llevados a cabo por los vencedores, que los actos de lucha por la libertad y democracia de los republicanos vencidos, se repite ahora en que las grandes tensiones de la vida política en España con elevadas estridencias se considerara responsabilidad igual de las derechas y de las izquierdas. Y es ahí donde también estoy en desacuerdo con Paul Preston cuando dice que "la calidad de los políticos de izquierda es tan mala como los de la derecha", como causa de las tensiones en la vida política del país. Esta homologación entre derechas y izquierdas como causantes iguales del griterío político hoy está muy extendida en los mayores medios de comunicación españoles que están intentando desacreditar a los herederos del 15M, que junto con las renovadas izquierdas a la izquierda del PSOE, han denunciado al Régimen del 78, cuestionando los dogmas conservadores y neoliberales, y presentando alternativas que crean gran revuelo en la vida política del país acostumbrada a la placidez del bipartidismo. Ello explica la enorme hostilidad y el juego sucio, con la activa participación de las cloacas del Estado, con colaboración de los grandes medios en contra de las nuevas izquierdas (UP y sus coaliciones en Comú Podem y Galicia en Común). Poner la izquierda y la derecha en el mismo saco es profundamente injusto y frívolo en extremo.

En la redefinición de la memoria histórica, el establishment político mediático está dispuesto aceptar de que hay que encontrar a las víctimas, es decir a los muertos desaparecidos (más de 120 mil personas) pero no se les puede enjuiciar a los que les asesinaron pues ya fueron amnistiados en la transición cuando todos, tanto las víctimas como los victimarios fueron amnistiados por igual. Esta igualdad de responsabilidades alcanzó su máxima obscenidad cuando en un desfile militar, organizado por el gobierno socialista bajo la dirección de un hijo de los vencedores, el Ministro de Defensa el señor José Bono (el gran referente en la Sexta Noche), hizo desfilar a  soldados de la división Fascista que apoyaron el Nazismo en Europa junto a luchadores por la democracia y la libertad en España, poniendo al mismo nivel a los defensores del Nazismo (herederos de los golpistas españoles) que a los que lucharon contra él. (Tal personaje prohibió más tarde a los republicanos que lucharon por la libertad a que llevaran su bandera republicana en la reunión a los que se les convocó al Congreso). Y tales portavoces de esa versión de la memoria histórica asumen explícitamente que ha habido una reconciliación entre los vencedores y los vencidos consecuencia de que las heridas ya se cicatrizaron.

¿Qué heridas se cerraron, señor Bono?

Una de las grandes falsedades frente a la transición modélica fue considerar que los vencedores y los vencidos, con gran generosidad, conciliaron sus diferencias cerrando las heridas. Conozco a muy pocos herederos de los vencidos que consideran que las heridas están cicatrizadas. Mis padres y mi familia fueron brutalmente represaliados por el Fascismo primero, y en caso de mis tíos y tías por el Nazismo en Francia, después. Mi padre fue represaliado y expulsado del magisterio por enseñar, precisamente, los valores de democracia, libertad y justicia durante la República, en un pueblo de la región pirenaica catalana. Y mi tía, prisionera en un campo de concentración Nazi, por luchar en la resistencia anti Nazi en Francia (como miles de republicanos), condecorada más tarde por el gobierno francés del General De Gaulle, pero completamente olvidada en España como así ha ocurrido con la diáspora republicana en Latinoamérica. ¿Cuándo fueron aquellas heridas cicatrizadas? ¿Cuándo estos valores republicanos fueron enseñados en las aulas españolas? ¿Y cuando fueron los maestros represaliados por la dictadura, homenajeados y compensados por su enorme sacrificio? ¿Y cuando los gobiernos españoles han homenajeado a la diáspora republicana en el mundo? ¿Y hasta cuando los luchadores antifascistas continuarán olvidados? ¿Y cuándo se denunciarán a los que represaliaron, que todavía hoy gozan de todas las prebendas? Y ello no se debe a que todos los políticos son iguales, señor Preston, sino a que unos que continúan teniendo un gran poder ven alarmados el creciente clamor a favor del cambio y se sienten amenazados respondiendo con todo tipo de medidas represivas que intentan destruir las voces valientes que denuncian la situación actual. En realidad, la respuesta a la pregunta del título del artículo, "¿Por qué es tan difícil recuperar la memoria histórica?", es muy fácil de responder: las derechas heredadas de los vencedores de la Guerra Civil, continúan ejerciendo un gran poder político y mediático español, que evitan por todos los medios que se conozca la historia real en este país, habiendo contribuido a ello el consenso forzado en el proceso inmódelico de la transición, que impuso un silencio y una complicidad para no recuperar la historia del país. Y lo pude ver directamente cuando volví del exilio, unas de las cosas que me preocupó más cuando llegué de nuevo a España fue ver la enorme ignorancia que los estudiantes tenían de la historia reciente de este país. De ahí que una cosa que pedí en la universidad en donde yo enseñaba, es que se dieran clases sobre nuestro pasado y de nuestros valores republicanos. Ni siquiera la izquierda gobernante vio motivo para ello, pues creían que era mejor no tocar el pasado. Esta actitud ha sido muy común, hasta hace poco, incluso, entre algunos sectores de las nuevas izquierdas. En realidad, la clara recuperación de la bandera republicana en los movimientos contestatarios es un hecho reciente. En España los vencidos perdieron la Guerra Civil y perdimos gran parte de la democracia. Pero las movilizaciones en las calles parecen ser indicadores de que podemos recuperarla. Pero, hasta que esto se revierta no vamos a tener una ley de la memoria histórica que el país necesita y se merece.

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Franquismo,Memoria histórica
La vacunación es un derecho que debería también ser un deber https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/07/22/la-vacunacion-es-un-derecho-que-deberia-tambien-ser-un-deber/ Thu, 22 Jul 2021 05:10:11 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5935 La situación actual de la pandemia muestra claramente que en Europa, en algunos países más y en otros menos, hay una gran distancia entre lo que debería hacerse (según propone el conocimiento científico) y lo que se está haciendo por parte de las autoridades públicas en los distintos niveles de gobierno para controlarla. Tal distancia se explica por muchas razones, pero una importante es el desconocimiento, o ignorancia, de lo que tales autoridades suelen saber sobre la pandemia y sus consecuencias.

Los establishments político-mediáticos dominantes en la mayoría de los países de la Unión Europea están hoy deseosos de promover una visión incorrecta, de que estamos en la recta final de la pandemia, habiendo ya pasado la parte más dura de ella, caminando hacia la vuelta a la normalidad. La verdad objetiva, sin embargo, dista mucho de tal visión triunfalista de que estamos viendo el final de la pandemia.

En realidad, varios gobiernos europeos, como el holandés, han tenido recientemente que dar marcha atrás después de la supuestamente desaparecida pandemia que apareció de nuevo con la variante Delta, que cambió el pronóstico. Y un tanto igual ocurrirá en la Gran Bretaña donde el Primer Ministro Johnson declaró este lunes el Día de la Libertad, imitando a la Presidenta Ayuso, de la Comunidad de Madrid (de parecida persuasión política), liberando ya a la población de cualquier tipo de política restrictiva que se había aprobado para prevenir la extensión de la pandemia, indicando con ello la vuelta a la plena normalidad.

Les aseguro que verán como algo semejante a lo ocurrido en Holanda pasará también en la Gran Bretaña. España no ha llegado a este nivel, pero si existe cierto triunfalismo que ha dado pie a medidas claramente erróneas y precipitadas, tanto a nivel estatal central como autonómico, habiendo sido Madrid y Cataluña especialmente triunfalistas. El coste del triunfalismo es elevadísimo por la ignorancia que lo sostiene y promueve. Oculta una realidad muy distinta que siempre acabará imponiéndose.

El temor a enfrentarse a poderes fácticos por parte de las autoridades públicas

Además de ignorancia y desconocimiento, existe también otro fenómeno muy generalizado entre las autoridades públicas europeas encargadas de gestionar la pandemia y es el temor a enfrentarse con grupos de gran poder que tienen mucha influencia en la configuración de las políticas públicas que afectan la evolución de la pandemia.

El caso más evidente es el gran retraso en el inicio de la vacunación en la Unión Europea (y su generalización al resto del mundo). Resultado de la pésima gestión de la Comisión Europea (dominada por las fuerzas conservadoras y neoliberales – ver mi articulo "La ocultada causa del fracaso de la Unión Europea en la producción de vacunas anti COVID-19, Público - 21 de Abril, 2021), ésta no se atrevió a aplicar lo que estaban sugiriendo la mayoría de las instituciones científicas, que proponían a las autoridades públicas que interrumpieran los derechos de propiedad de las empresas farmacéuticas productoras de vacunas anti COVID, eliminando sus patentes para permitir su masiva producción tanto en Europa como a nivel mundial.

Esta situación dificulta enormemente el control de la pandemia. Y es éticamente insostenible, pues tales vacunas han sido financiadas públicamente, con lo cual el gasto público ha significado un apoyo imprescindible para la producción de las vacunas, beneficiando enormemente a las empresas productoras que han alcanzado unos exuberantes beneficios que se rigen única y exclusivamente por las leyes del mercado que están excluyendo a la mayoría de la población mundial que no podrá acceder a ellas (ver el artículo de Pierre Giuseppe Fortunato, Fighting COVID requires fewer patents and more State, Social Europe -July 20, 2021). Este protagonismo de los intereses empresariales que responden a un criterio meramente mercantil es un suicidio colectivo, pues la evidencia señala que a no ser que se resuelva la pandemia a nivel mundial, ésta no solo no se resolverá, sino que incluso se puede empeorar.

La necesaria vacunación y sus dificultades: el próximo problema en Europa

España está por fin vacunando rápidamente y hay que felicitar a las autoridades públicas por ello. Es una muestra más del éxito del Servicio de Nacional de Salud a pesar de su sub-financiación. Pero pronto España va a tener un problema puesto que es muy probable que el nivel de vacunación no alcance los porcentajes elevados que se requerirían para conseguir el grado de inmunidad colectiva necesaria para recuperar cierta forma de normalidad. Y esto se dará como consecuencia de la resistencia de sectores de la población a vacunarse, resistencia debida primordialmente a la ignorancia que hace vulnerable a sectores de la población a toda una serie de falsedades que transmiten en general las ultraderechas de siempre. El caso más claro es el trumpismo (que está ampliamente extendido en España), que explica que en los estados de Estados Unidos donde tal movimiento es muy fuerte, es donde el nivel de vacunación es menor. Y es posible que algo así ocurra en partes del territorio español.

Existe una cultura muy extendida en amplios sectores de las derechas y ultraderechas españolas, que enfatiza un individualismo muy acentuado que antepone el derecho individual sobre cualquier otro argumento, incluyendo el interés común. Es la actitud de menosprecio a los intereses colectivos. Esta actitud que antepone el deseo personal por sobre toda otra consideración, fue claramente expresada por el Presidente Aznar en su famosa frase "querer hacer lo que me dé la gana", o como decía otro individuo de orientación política semejante en La Sexta Noche: "Lo que me pase por los cojones", que junto con el anti-cientifismo son muy extendidos entre las derechas trumpistas en España. Estas posturas están muy generalizadas y representan una amenaza al control de la pandemia y que se está extendiendo a nivel internacional, claramente promovido por sectores económicos y financieros dominantes en los países europeos, que creen que la recuperación económica debe ser prioritaria, cualquier sea el coste humano que ello conlleve.

La otra alternativa al trumpismo es la de anteponer el bien común por encima del interés individual, incluyendo el protagonismo de lo público sobre lo privado, de los intereses comunes sobre los individuales, de la solidaridad sobre el egoísmo, y de la ciencia sobre la ignorancia. Al famoso grito un general fascista fundador de La Legión en el año 1936 frente a un discurso del intelectual Miguel de Unamuno: "¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!", hay que promover el alternativo "¡Viva la ciencia de la vida! ¡Abajo en la ignorancia y la muerte!". Y en esta cultura de solidaridad, la disponibilidad de las vacunas a todas las personas del mundo es un objetivo urgente y necesario, al cual hay que añadir el objetivo de que la vacunación también sea obligatoria.

El ciudadano no sólo tiene derechos, tiene también deberes

Este principio: "la obligación de vacunarse", es en general, ampliamente aceptado en el caso de infantes, que tienen que vacunarse obligatoriamente para protegerlos de toda una serie de enfermedades contagiosas como la viruela, el sarampión, el tétano y la tos ferina, cuya vacunación ha significado evitar la muerte de más de tres millones de Infantes a nivel mundial (Katie Gravagna et al. "Global assessment of national mandatory vaccinations policy", Science -17 Nov, 2020). Ahora bien, esta tolerancia o aceptación es menor cuando hablamos de adultos,  y todavía menor, cuando hablamos de la vacuna anti-COVID.

Hay bastante aceptación de que sea obligatorio para el personal sanitario que es el que tiene mayor riesgo y el que cuida a la mayoría de las pacientes con esta enfermedad. Y también se ha extendido esta obligación a personas que trabajan en atención domiciliaria en los servicios a personas dependientes. Y también en varios países, como en Francia, se ha incentivado la vacunación anti-COVID, haciendo que esta sea condición para poder viajar, para poder ir a restaurantes, al cine o a lo que fuera.  Pero no es suficiente en una situación donde la enfermedad es enormemente contagiosa, como es ahora el caso con la variante Delta, pues el control de la pandemia requiere una respuesta más activa. De ahí la necesidad de la obligación de la vacunación.

La oposición a la obligatoriedad de la vacuna en contra del COVID-19 argumenta qué no hay, en teoría, conocimientos suficientes sobre sus posibles daños colaterales, lo cual no es del todo cierto, pues ya existe gran experiencia,  precisamente para las vacunas COVID más exitosas y eficaces, que documentan claramente que los posibles efectos secundarios de la vacunación son mucho menores en comparación con el enorme daño causado a la persona y la colectividad a la cual pertenece en caso de no vacunarse.

Es necesario alcanzar niveles de vacunación de al menos un 70-80 % de la población para poder recuperar una situación de casi normalidad. Y podría hacerse,  pero para ello se requeriría de su obligación. En varios países como en Francia, ya se está haciendo indirectamente, al estar condicionadas muchísimas actividades del ciudadano a que presente tal documentación de vacunación. Y paradójicamente Estados Unidos, un país muy liberal, ha sugerido que en los lugares de trabajo se considera la obligatoriedad, pues no es justo que se perjudique a los trabajadores porque algunos no quieran vacunarse, contagiando a todos los demás. El gobierno federal así lo recomienda.  Y un punto fundamental es quien decide, a quien afecta, y donde se definen las excepciones.  Y es ahí donde la pandemia ( y ahora concretamente el proceso de vacunación), está generando una dinámica en la que las claras insuficiencias mostradas por ella están generando una demanda popular de mayor participación ciudadana en los procesos de decisión, redefiniendo y enriqueciendo la democracia, hoy todavía muy limitada en España.

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covid-19,Gran Bretaña,Holanda,Unión Europea,vacunación
Alberto Garzón lleva razón https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/07/15/alberto-garzon-lleva-razon/ Thu, 15 Jul 2021 10:12:10 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5925 Alberto Garzón lleva razón
Alberto Garzón durante el video sobre el consumo de carne y el cambio climático

El sesgo conservador que caracteriza amplios sectores de la cultura dominante en los establishments políticos mediáticos españoles -fenómeno al cual me he referido y documentado en varias ocasiones- explica un anti-cientifismo generalizado (semejante al que caracteriza el trumpismo en EEUU), que aparece constantemente en los debates políticos en el país. Y los costes de esta situación en donde la ignorancia está tan extendida son elevados. Estamos viendo la cuarta ola de la pandemia covid-19 siendo España uno de los países Europeos con mayores tasas de infección por esa enfermedad. Y somos también uno de los países en este continente con peores condiciones ambientales y con regulación más laxa en la producción y distribución de alimentos. Miren los datos y lo verán.

Una muestra de este anti-cientificismo es la reacción de amplios sectores de tal establishment político mediático español (incluyendo sorprendentemente a algunas voces dentro del grupo socialista en el gobierno de coalición Español), frente a las declaraciones del Ministro de Consumo, el señor Alberto Garzón, declaraciones que reflejan el claro sentir general de la comunidad científica sobre los temas que éste ha citado en su entrevista.

No creo que haya un científico que pueda estar en desacuerdo con la famosa frase utilizada por el Ministro de qué  "comer tanta carne perjudica nuestra salud y al planeta". La evidencia científica que apoya tal postura es abrumadora. El conocimiento científico ha documentado (Science, Meat consumption, health, and the environment, 20 Jul 2018), que el elevado consumo de carne tiene consecuencias negativas para la salud, creando mayores riesgos de cáncer coló-rectal y enfermedades cardiovasculares. En realidad, desde el año 2015 la carne procesada, ha sido clasificada por la OMS en un grupo de 120 carcinógenos probado junto con el alcohol, el asbesto y el tabaco.

Y en cuanto al impacto climático también existe abundanter evidencia ( Nature, Breaking the Habit: On the Highly Habitualized Nature of Meat Consumption and Implementation Intentions as One Effective Way of Reducing It,  5 Apr 2018), de que una reducción significativa en el consumo de carne es esencial para mitigar el cambio climático, especialmente a medida en qué la población humana aumenta, en 2300 millones proyectados para mediados del siglo actual. Un informe de The Lancet del 2007 (Food, livestock production, energy, climate change, and health, Sep 13, 2007), recomendó que, a nivel mundial, tal consumo de carne debería reducirse en un 50 % para mitigar el cambio climático. En realidad, ya en el año 2017, 15,264 científicos de todo el mundo pidieron entre otras medidas, reducir drásticamente el consumo de carne per-cápita en la humanidad.

Por qué el excesivo consumo de carne y su producción agrícola industrial dañan la salud y deterioran el ambiente cambiando el clima

El lector que no siga este tema se preguntará porque el consumo de la carne, y sobre todo la carne roja, afecta también al ambiente y estimula el cambio climático que está teniendo enormes consecuencias negativas para la mera supervivencia de la humanidad. Este consumo está aumentando enormemente. Según un reciente informe de las Naciones Unidas ( FAO Livestock's Long Shadow, Nov 29, 2006), el consumo de carne aumentará a nivel mundial un 76 % a la mitad de este siglo, año 50, incluyendo una duplicación en el consumo de aves de corral, un aumento de 69 % en las carnes de res, y un aumento del 42 % de la carne de cerdo.

Y la producción de carne, y muy en especia su producción agro industrial (dominante en el sector ganadero), en su búsqueda de la máxima rentabilidad y beneficios corporativos empresariales, alcanza niveles de maltrato animal así como de agresión ambiental, que tiene consecuencias catastróficas medioambientales, siendo "una de las fuentes más importantes de producción de gases de efecto invernadero GET, una de las causas más importantes de la contaminación ambiental incluyendo de las aguas", según ha declarado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

La conversión de bosques a campos de crianza y el drenaje de ríos y lagos para un cultivo de piensos y otros granos utilizados para animales está teniendo un impacto sustancial en los recursos hídricos. El sector ganadero de producción agrícola industrial ha sido el principal impulsor, por ejemplo, de la deforestación de la Amazonía, con alrededor del 80 % de todas las tierras que se utilizan para cría de ganado. El 91% de la tierra deforestada desde 1970 se ha convertido en tierra para el ganado. Y en España es bien conocido que el desecho de las granjas de cerdos también ha demostrado graves problemas sanitarios incluyendo el de las aguas subterráneas. Y en cuanto al conflicto de la calidad del aire, la deforestación empobrece la producción de oxígeno, mientras que la producción agrícola industrial de ganado, además de contribuir a la deforestación, genera los gases de efecto invernadero, causa mayor del cambio climático.

La ignorante respuesta a las declaraciones de Garzón

Alberto Garzón no dijo que había que dejar de consumir carne, sino que subrayó lo que ha dicho la ciencia ya muchas veces , y es que no debería de rebasarse el consumo de los 200 a 500 gramos semanales por persona (en España se gasta más de un kilo). Es pues la responsabilidad y el deber del Ministerio de Consumo, el alertar que desde el punto de vista sanitario debería aconsejar que general se redujera el consumo,  reducción que es aconsejable para disminuir el efecto invernadero en la atmósfera, que está causando un calentamiento de la tierra con efectos muy negativos.

Era predecible, que sectores de la derecha ignorante levantaran el grito al cielo, defendiendo lo contrario de lo que aconseja el Gobierno, bajo el argumento, como decía el Presidente Aznar, que "el ciudadano debe hacer siempre lo que le dé la gana, independientemente de las consecuencias que tal comportamiento tenga para los demás. Es esta arrogancia, basada en una suprema ignorancia, lo que caracteriza a grandes sectores de la derecha Española. Lo que es sorprendente y decepcionante, es que a ellos se sumen personajes socialistas del gobierno. Tales voces ignoran los compromisos ya adquiridos por el gobierno español que tienen entre sus propuestas las recomendaciones del Ministro Garzón, incluyendo la corrección del sistema agroindustrial que acentúa todavía más el daño creado por este tipo de producción masiva de ganado con escasa sensibilidad sanitaria y ambiental.

La función política de la ignorancia

No es por casualidad que la promoción de la ignorancia ha sido siempre la característica de las fuerzas conservadoras y ahora neoliberales que todavía tienen una enorme influencia en los establishments políticos y mediáticos del país. Ni que decir que los ignorantes no son en la mayoría de los casos conscientes de su ignorancia, pues se creen que ellos transmiten la verdad. Sin cuestionar que muchos de ellos mienten, hay que darse cuenta de que para mentir uno tiene que conocer la verdad (es decir, la lectura verídica de la realidad), que es obvio que muchos de los llamados mentirosos no saben, pues se creen lo que dicen. Y esto es incluso peor y es el origen de la función política de la ignorancia. Y gran cantidad de los medios españoles, profundamente sesgados hacia posturas muy conservadoras o neoliberales producen una visión de la realidad que favorecen las relaciones de poder existentes en la sociedad. La reproducción de estas relaciones de poder es la mayor causa de la promoción de la ignorancia. No es por casualidad que el anti-cientifismo es una característica de las derechas y ultraderechas. Negar y desmerecer que haya un cambio climático o que haya una pandemia gravísima, es característico de las derechas y ultraderechas a los dos lasos del Atlántico Norte.

Pero tal ignorancia también puede aparecer en círculos gobernantes a nivel central y autonómico que promoviendo un triunfalismo de que la pandemia está controlada o de que el cambio climático no es tan amenazante están aprobando medidas que son irresponsables y que muestran también su ignorancia de la realidad. Hay que darse cuenta de que la mal llamada irresponsabilidad de los jóvenes, a los que se atribuye la causa del enorme incremento de la infección entre ellos, ha ocurrido sin que rompieran ninguna norma o ley. Y es ahí donde tales círculos no han sido tan responsables como debiera haber sido. Tenían que haber adoptado medidas más tajantes para evitar el daño.  De ahí la necesidad de que haya ministros como Alberto Garzón que continúen promoviendo lo que es obvio, que a pesar de su obviedad continúa ignorado y desconocido.

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La reindustrialización no solo debe ser verde y digital, debiera ser también social https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/07/08/la-reindustrializacion-no-solo-debe-ser-verde-y-digital-debiera-ser-tambien-social/ Thu, 08 Jul 2021 05:06:00 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5916 La costumbre de poner lo social detrás de lo económico

Una percepción generalizada en amplios sectores del pensamiento neoliberal (todavía hoy dominante en amplios sectores del establishment político europeo), es el de que los temas sociales, a pesar de su importancia, son secundarios a los temas económicos, incluyendo los industriales, donde se juega el futuro de la Unión Europea y la de sus países miembros. De ahí qué en la distribución de responsabilidades del gobierno, tales sectores aceptan o toleran que las izquierdas gobiernen los sectores sociales,  pero se oponen a rajatabla a que los temas económicos e industriales recaigan en manos de tales partidos. Según tales sectores, los temas claves, la industria, o en el Estado, el aparato judicial y la política económica,  no pueden caer en sus manos. Son demasiado importantes para que sean las izquierdas las que lideren en tales sectores. Este pensamiento es dominante en la Comisión Europea, que siempre pone los temas económicos e industriales por delante, dejando los temas sociales para niveles menores del gobierno sin nunca relacionar los segundos con los primeros y viceversa. Son dos órbitas distintas relacionadas en un orden jerárquico, en que lo industrial y económico es lo primero, y lo social, secundario. Estas prioridades constantemente aparecen en sus criterios y normativas presupuestarias, incluyendo en su programa de reactivación de la economía europea y su reindistrialización.

Como ello aparece en las prioridades para la reactivación de la economía y la reindustrialización europea

Vemos así, que una gran importancia se da en esta recuperación europea a la reactivación industrial, que debe ser según el criterio de la Comisión, VERDE Y DIGITAL. En cuanto a lo verde, hay que celebrar que se considere como elemento clave de la transformación europea, la reforma del desarrollo industrial incorporando la sensibilidad ecológica como eje central de su desarrollo. Es también positivo que exista un compromiso hacia la revolución digital, muy en boga en estos días de grandes cambios tecnológicos, estimulados en parte por las nuevas condiciones creadas por la pandemia. De estos cambios se deriva la gran prioridad que se da a ambos cambios, estableciendo un 37 % de los fondos de tal recuperación a la revolución verde, y un 21 % a la revolución digital, porcentajes que se aplican a todos sus países independientemente de sus características. Los estados miembros de la Unión Europea tienen que presentar sus propuestas en sus presupuestos a la Dirección General para Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión siguiendo estos criterios.

Los temas sociales son centrales para la recuperación económica y la reindustrialización

Lo que esta propuesta está proponiendo es necesario, pero insuficiente. Parece que la Comisión no se ha dado cuenta de que Europa y el mundo están viviendo el evento más dramático e importante en la vida económica y social del mundo que haya ocurrido en los últimos 100 años. El drama social que ha creado tal evento, la pandemia, ha afectado todas las dimensiones del ser humano, y uno clave es el social. La crisis social es el tema más urgente y de mayor calado que viven hoy las poblaciones del mundo y que afectan todos los sectores incluyendo los sectores económicos e industriales. Es más que sorprendente que la Comisión Europea no se esté dando cuenta de ello, pues su importancia es tan grande para el diseño industrial del país y de Europa, que debería ser sujeto de preocupación el que no haya conciencia de ello en la dirección de las instituciones europeas. La pandemia ha mostrado lo que ya deberíamos de haber sabido antes de la pandemia, es decir que lo social configura lo económico y lo industrial. Veamos los datos. Pero aclaremos antes, qué es lo que queremos decir por "social".

¿Qué quiere decir social?

Lo social son las intervenciones públicas y privadas que van orientadas exclusiva y explícitamente a promover la calidad de vida y bienestar de la población, objeto fundamental de cualquier institución representativa que defienda los intereses de la mayoría de la ciudadanía. Incluye preferentemente los servicios públicos y transferencias del Estado de Bienestar, parte esencial de lo que se llama la economía de los cuidados. Y hemos visto lo que ha ocurrido en estos años con la pandemia. Hay déficits monumentales en intervenciones que garantizan tal calidad y bienestar de la población. Y en las áreas industriales hemos visto la carencia de productos sociales de primera magnitud, como las vacunas anti-COVID, medicamentos anti-COVID, mascarillas, ventiladores, jeringuillas, así como personal cualificado en los servicios públicos, que tienen como objetivo cuidar a la gente que facilite su bienestar. Hoy la producción industrial va orientada, sobre todo, hacia el mundo de consumo privado de los sectores más pudientes de la población, y que tiene una utilidad menor para la mayoría de la ciudadanía. En realidad, gran parte de la industrialización es dañina y perjudicial para la población. Y ello ocurre también en el sector público industrial. Es importante señalar que en muchos países la industria pública produce más productos militares y de seguridad, que no en productos de los sectores sociales. Estados Unidos es ejemplo de ello. Pero además de señalar las dañinas consecuencias sociales de las prioridades actuales de la política industrial, hay que señalar la otra parte de la moneda, es decir, las causas sociales del subdesarrollo económico e industrial. Me estoy refiriendo ahora, no solo a las consecuencias del déficit social de la producción industrial, sino también, a las consecuencias del déficit social en el desarrollo económico e industrial.

Cómo el déficit social afecta a lo industrial

Existe hoy, en los albores de la salida de la pandemia, un reconocimiento de que la recuperación  económica está siendo frenada por un fenómeno que se presenta en la mayoría de los países a los dos lados del Atlántico Norte: la falta de trabajadoras en el mercado de trabajo. Este déficit existe en todos los sectores y muy en particular en aquellos servicios básicos y esenciales, como la atención a los cuidados, uno de los sectores más importantes de la economía. Hay que ser conciente que hoy la mayoría de la clase trabajadora en estos países está constituida por mujeres muy poco remuneradas. ¿Y por qué este gran déficit de mujeres en el mercado de trabajo? Y dos son las grandes respuestas que se dan a esta pregunta: una, la neoliberal, muy extendida en las derechas,  pero también en algunos sectores de las izquierdas, que ven en la protección social, como el seguro de desempleo y las ayudas generalizadas a la población como parte de la respuesta a la pandemia, como responsables de que las mujeres no sientan la necesidad de trabajo. De ahí que la solución sea, para ellos, reducir las transferencias sociales a la población, para así forzarlas a tener que ir a trabajar. Pero existe otra respuesta, liderada hoy por el presidente Biden de Estados Unidos, cuyo origen procede de un grupo de economistas que trabaja con Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, ambos dirigentes socialistas,  y que indica que la enorme pobreza de los servicios de ayuda a las familias, como escuelas de infancia y de atención a las personas dependientes, dificultan la integración de la mujer al mercado de trabajo, lo cual ha alcanzado su máxima expresión durante la pandemia.  La falta de escuelas de infancia, mal llamados guarderías en España, ha sido una de las mayores causas de la falta de integración de la mujer en el trabajo. Como bien ha señalado el presidente Biden "lo social es esencial para resolver todo lo demás", y la evidencia puesta de manifiesto por la pandemia ha sido clara y contundente.  La división entre lo industrial, por un lado, y lo social por el otro, muestra la gran incomprensión de lo que significa lo social. La justificación de dar centralidad al tema verde se explica por qué no tener en cuenta lo verde hace peligrar la supervivencia de la humanidad. ¿Pero no son los déficits sociales también causa de que la propia supervivencia y recuperación de la sociedad está hoy en peligro debido a las enormes insuficiencias de lo social en la producción industrial y economía del país?

Dos estrategias de reindustrialización: la estadounidense y la europea

Los fondos para la recuperación económica han sido mucho mayores en los Estados Unidos que los que se han utilizado en Europa. Biden ha intentado recuperar la tradición de Roosevelt, que caracterizó al Partido Demócrata hasta el mandato del presidente Clinton, el fundador de la tercera vía y promotor del neoliberalismo a nivel global. Profundamente anti-austeridad, Biden ha considerado esencial la inversión pública social.

Ni que decir tiene, que este enorme gasto público social ha tenido un impacto estimulante muy acentuado de la economía, cubriendo a la vez parte del enorme déficit de protección social que tiene Estados Unidos. El gasto público social es mucho mayor en Europa que en Estados Unidos, como consecuencia del subdesarrollo del Estado de Bienestar en aquel país, resultado de la enorme debilidad de sus izquierdas y sindicatos. Pero el enorme crecimiento del gasto público social ha sido una de las causas del mayor crecimiento de la economía estadounidense. Se calcula que, en el 2022, Estados Unidos habrá crecido un 1 % por encima de la tasa de crecimiento que tenía el año anterior a la pandemia. La Eurozona estaría un 2 % por debajo (OECD Economic Outlook- 2021). La cantidad utilizada en la Eurozona para la recuperación económica durante el periodo 2021-2023, es mucho menor que la de Estados Unidos. Y lo que marca también una diferencia es que Biden aprovecha este gasto para facilitar el cambio político, reforzando el poder de los sindicatos, presentándose como promotor del sindicalismo para mejorar el bienestar de la clase trabajadora (elemento esencial de las clases populares), y dentro de ella, a la mujer trabajadora, que es la mayoría de la clase trabajadora, lo que permite fácilmente articular la causa feminista con la causa obrera, una novedad dentro del feminismo tradicional estadounidense, que había movilizado primordialmente a la mujer de clase media alta. Este maridaje explica el protagonismo de la economía de los cuidados en la protección social y también en las políticas industriales. Y es ahí donde medidas como el Cuarto Pilar de Bienestar (servicios de ayuda a las familias, como escuela de infancia y servicios de dependencia) en Estados Unidos, han adquirido gran importancia en las políticas de recuperación económica industrial. En España, como consecuencia de la presión de los ministerios con mayor sensibilidad social del gobierno, se ha conseguido mayor atención a esta dimensión que requiere una movilización general para evitar que pase lo que pasó en Estados Unidos con el presidente Trump, donde la mayoría de la inversión pública invertida en la recuperación industrial fue a beneficio de las grandes corporaciones que dominan el tipo de producción que no es el que el país necesita. Podría pasar en España si no se da tal movilización.

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Europa
Por qué no se resolverá la pandemia covid en las presentes circunstancias https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/07/01/por-que-no-se-resolvera-la-pandemia-covid-en-las-presentes-circunstancias/ Thu, 01 Jul 2021 05:49:36 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5904 Un trabajador sanitario con una jeringuilla con la vacuna Sputnik, en un centro de vacunación en Moscú (Rusia). REUTERS/Tatyana Makeyeva
Un trabajador sanitario con una jeringuilla con la vacuna Sputnik, en un centro de vacunación en Moscú (Rusia). REUTERS/Tatyana Makeyeva

Para resolver la pandemia se requiere un cambio sustancial de la relación existente entre las autoridades públicas (que, al menos en teoría, se presentan como los representantes de la ciudadanía en cada país), y el mundo empresarial privado, cuyo objetivo es optimizar los ingresos de sus propietarios y gestores. Su objetivo, legítimo en las coordenadas del orden económico actual, entra frecuentemente en conflicto con las necesidades de la población, que exige una respuesta de las autoridades públicas, que repito, defienden su legitimidad, subrayando su representatividad de la ciudadanía y defensa de sus intereses. Y la situación actual, la pandemia, ha mostrado claramente un conflicto de intereses. Los particulares de las empresas productoras de vacunas por un lado y las necesidades de la población tanto nacional como mundial por el otro.  La optimización de los intereses de unos -los propietarios y gestores de tales empresas-, está en claro conflicto con los intereses de la mayoría de la población.

Veamos los datos

Desde el estricto criterio comercial, la existencia de la pandemia y la existencia del COVID-19, es lo mejor que le puede pasar a estas empresas, pues garantizan una demanda continua y constante. Como decían los articulistas de la revista The Nation en Estados Unidos, Christopher Morten y Matthew Herder, en un artículo titulado "Big Pharma is a Lie" (28/6/21),  La perpetuación de la pandemia es mejor para las empresas productoras de las vacunas que su resolución, y de una manera indirecta, señalan tales autores, así lo ha reconocido un dirigente de una de las mayores productoras de vacunas anti COVID, al subrayar hace unos meses que la compañía veía como una gran oportunidad que el COVID se convirtiera en endemia, lo que aseguraría la continuidad de tal demanda. Ni que decir tiene que los intereses de la gran mayoría de la población están en el polo opuesto, es decir, que se eliminara el COVID-19.

La comercialización de las vacunas son parte del problema y las autoridades públicas no se atreven a cambiarlo

Un gran problema a los dos lados del Atlántico Norte es que hay una gran resistencia en resolver este conflicto de intereses (priorizando el bien común sobre el particular comercial), en gran número de países y muy en especial en la dirección política de la Comisión Europea. En realidad, el enorme déficit hoy existente de vacunas anti COVID a nivel mundial es un claro ejemplo de ello. La estrategia actual seguida por las mayores empresas productoras de vacunas en el mundo occidental, Pfizer-BioNtech, Moderna, Astra Séneca y Johnson y Johnson, es producir vacunas para la población de los países ricos de manera que la mayoría esté vacunada durante este año 2021. Están también vendiendo una minoría de vacunas a los países pobres (donde la mayoría de la población mundial vive), los cuales se podrán atender una vez atendida la población de los países ricos. Es decir, hasta el 2022, 2023 y 2024, no se atenderá masivamente a esta población pobre. El mayor problema de esta estrategia es que no se resolverá el control de la pandemia de esta manera, pues variantes del virus se están produciendo constantemente y nuevas formas pueden aparecer (y están ya apareciendo), que son muy resistentes a las vacunas y que afectarán también a la población de los países ricos. El caso de la variante Delta iniciada en India,  es un claro ejemplo de ello. Y habrá otras variantes peores, sin duda.

Hay que priorizar las necesidades públicas

De ahí la enorme urgencia de vacunar a toda la población mundial, lo cual, y en contra de lo que dicen las empresas productoras, sí que se puede, si hay voluntad política y si se anteponen los intereses comunes a los particulares. Sabemos cómo resolverlo, pues ha habido casos anteriores. El más conocido es el del control de la epidemia del SIDA, cuando la industria farmacéutica, basada en los países ricos también acentuó que no podían producirse más medicamentos anti-SIDA de los que ya estaban produciendo, añadiendo también que los países pobres no tenían el conocimiento científico ni técnico para producirlas. El argumento se mostró insostenible,  pues, al facilitar su fabricación en muchos países pobres, como la India,  entre otros, se pudo generalizar la producción y control del SIDA.  Los países pobres, asistidos, pueden fabricar medicamentos, incluso mejores y de elevada complejidad.

Qué debe hacerse

Sabemos pues cómo controlar la pandemia. La evidencia es abrumadora. La solución pasa por: (1) Anular las patentes de la producción de las vacunas COVID, al menos durante el periodo de la pandemia. (2) Compartir el conocimiento guardado como secreto en la patente. (3) Eliminar las restricciones en la exportación de las materias primas necesarias para su producción. (4) Invertir fondos públicos masivamente para crear empresas públicas productoras de las vacunas. (5) Aprovechar muchas empresas farmacéuticas productoras de vacunas que están siendo subutilizadas en países como Israel, Canadá, Sudáfrica, Dinamarca y Bangladesh, y que han ofrecido sus servicios. Y (6) invertir masivamente en crear los sistemas de producción y distribución de las vacunas, exigiendo a los sectores industriales mayor sensibilidad y respuesta para productos sociales (como máscaras, ventiladores, sistemas de transporte, etc.). Estas medidas permitirían la vacunación masiva,  y que, como varios centros de investigación han señalado, podrían realizarse en cuestión de meses y no de años. La continuación con el sistema actual, que prioriza lo particular sobre lo común, es un suicidio colectivo. Es así de claro.

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El gran fracaso del neoliberalismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/06/24/el-gran-fracaso-del-neoliberalismo/ Thu, 24 Jun 2021 05:18:31 +0000 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5890 Los entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, y primera ministra briktánica, Margaret Thatcher, en Camp David (EEUU), en diciembre de 1984. AFP
Los entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, y primera ministra británica, Margaret Thatcher, en Camp David (EEUU), en diciembre de 1984. AFP

Desde finales de la década de los años 70 (en la Gran Bretaña, con el Gobierno de la señora Thatcher),  y principios de la década de los años 80 (en Estados Unidos con el Gobierno del presidente Reagan), se inició lo que algunos autores han definido como La Revolución Neoliberal,  pasando a ser el neoliberalismo la ideología dominante del pensamiento económico, que más tarde hizo suya la socialdemocracia (en una versión más moderada) en Europa a través de La Tercera Vía con Tony Blair en la Gran Bretaña, Schröder en Alemania, Hollande en Francia y Zapatero en España, inspirados, estos últimos, por los cambios iniciados en el Partido Demócrata de los Estados Unidos (por el presidente Clinton seguidos más tarde por el presidente Obama).

Este pensamiento, que se convirtió en dogma, gestionado por su Vaticano, el forum de Davos, sostenía (en teoría) tres principios. Primero: el Estado, conocido como "El Gobierno", tenía que reducir sus intervenciones, (regulación y gasto público). Como decía el Presidente Reagan "Government is not the solution, rather it is part of the problem". Segundo: los mercados laborales, financieros y comerciales, deberían estar desregulados a fin de liberar el enorme potencial creador que tenían los mercados. Y tercero:  la movilidad global del mundo del trabajo y del capital debía facilitarse dentro de un proceso de globalización. Como consecuencia de la supuesta aplicación de estos tres principios, se señaló que hubo un enorme crecimiento de la economía mundial bajo un nuevo orden internacional, en que los Estados estaban perdiendo su poder siendo sustituidos por empresas multinacionales que centraron la actitud y la actividad económica en su globalización. Hasta aquí la teoría. Veamos ahora la realidad.

La falsedad de tal dogma: su carencia de credibilidad

El argumentario de tal dogma carece de credibilidad, pues cada uno de sus predicamentos son falseados por la evidencia empírica existente. Vayamos punto por punto, comenzando con la supuesta  reducción del gasto público que nunca se materializó. Así en Estados Unidos, el gasto público, medido  como porcentaje del PIB, o per cápita, ha aumentado considerablemente desde 1980 a 2003, pasando a representar del 34% del PIB en 1980, al 37% del PIB en 2003, mientras que por per cápita subió de US$4,148 per cápita a US$13,750 durante el mismo periodo. Un tanto parecido ha ocurrido en cuanto a impuestos. En Estados Unidos impuestos como porcentaje del PIB paso de representar el 35% en 1980, a un 39 % del PIB en el 2003. En realidad, tales hechos ocurrieron ya en los años del gobierno del presidente Reagan. El gasto público federal subió durante su mandato, del 21.6% de PIB al principio de su mandato, al 23% al final. Y lo que sorprenderá a muchos lectores es que Reagan fue el presidente de Estados Unidos que subió los impuestos del mayor porcentaje de la población estadounidense en tiempo de paz después de la Segunda Guerra Mundial. Reagan bajó, y mucho, los impuestos del 20% del nivel de renta superior de la población de Estados Unidos. Pero los incrementó, y mucho, al resto de la población.

Un tanto igual ocurrió con su supuesta reducción del gasto público: recortó mucho el gasto público social, bajándolo del 38 % del gasto federal al 32 %. Pero aumentó enormemente el gasto público en dos capítulos que nunca citó: el gasto militar (que pasó de representar el 41% de todo el gasto público federal, al 45%), y los subsidios y ayudas a empresas privadas que pasaron de representar del 21 al 23%. Como bien señaló John Williamson, el ideólogo del consenso neoliberal de Washington "tenemos que recordar qué lo que el gobierno de los Estados Unidos promueve en él exterior,  no lo realiza en el interior" (G. Williamson, What Washington means by policy reform, Institute for International Economics, Washington D.C., 1990).

Es importante demostrar la falsedad del discurso supuestamente anti-estado del pensamiento liberal. Pues el tema no es Estado o no Estado, si no quien controla el Estado, y para qué objetivos. El Estado, durante el periodo neoliberal, aumentó su intervencionismo para aumentar los intereses del capital a costa de los intereses del mundo de trabajo, y los datos no pueden ser más convincentes. Y esto ocurrió a los dos lados del Atlántico Norte, resultado de la aplicación de tales políticas neoliberales, cuando vimos, durante todo el periodo neoliberal, un descenso muy marcado de las rentas de trabajo como porcentaje del total de las rentas a consta de un aumento muy notable de las rentas del capital. Los datos hablan por sí mismos. Tal porcentaje de las rentas de trabajo bajaron como promedio en los países que más tarde serían llamados "la Unión Europea de los 15", pasando de un 72.4% de todas las rentas a finales de los años 70 a un 66.5% en el año 2012.  Durante el mismo periodo, en  Estados Unidos, pasaron del 70 % al 63.6%, y en España de un 72.4% a un 58.4% (ahí es donde descendió más). En el Reino Unido de un 74.3% a un 72.7%. En Italia, de un 72.2% a un 64.4%. En Francia de un 74.3 % a un 68.2 %. Y en Alemania de un 70% a un 74%.

Estas políticas neoliberales causaron la gran recesión económica

Era fácil de predecir y así lo hicimos algunos, que este descenso tan marcado en las rentas de trabajo (derivadas primordialmente de los salarios), crearían un descenso de la capacidad adquisitiva de la población al reducirse la demanda doméstica. Y así ocurrió. Y como consecuencia la tasa de crecimiento económico disminuyó.  Ahora bien, dos hechos ocurrieron que frenaron el descenso de tal crecimiento. Uno fue el gran estímulo económico que experimentó Alemania consecuencia de la aplicación de políticas públicas expansivas a fin de facilitar la integración de las dos Alemanias, la Alemania del Este y la Alemania del Oeste, realizada a costa de una gran inversión pública en la Alemania Oriental. Esto significó un enorme aumento del gasto público alemán. El Estado alemán pasó de estar en un superávit de 0,1% del PIB en 1989, a un déficit público equivalente un 3,4% del PIB en 1996. Tal crecimiento de la inversión pública significó un gran estímulo a la economía alemana. Y debido a su centralidad en la economía europea, a esta última también.

El crecimiento del capital financiero y el origen de la crisis financiera

La otra causa de que el crecimiento económico no bajara tanto (como consecuencia de la disminución tan marcada de las rentas del trabajo), como se esperaba (aunque fuera menor que en el periodo 1945-1980), fue el enorme endeudamiento que originó el gran crecimiento del capital financiero. La bajada de los salarios y de la capacidad adquisitiva de la población forzó a que la gente se endeudara. Pero tal crecimiento del capital financiero fue acompañado de un gran aumento de la inversión financiera especulativa debida a la baja rentabilidad que existía en la economía productiva, una consecuencia a su vez de la caída de la demanda doméstica. Y esa actividad especulativa de alto riesgo, llevó a las burbujas, muy en especial a la inmobiliaria, que temporalmente creó una sensación de falsa euforia hasta que explotó. Fue en este momento de gran euforia que el Presidente Aznar de España, subrayó que "España iba bien", a lo cual Jordi Pujol, Presidente de la Generalitat de Cataluña, añadió que "Cataluña iba incluso mejor". Y como siempre ocurre en España, en medio de esta falsa euforia, apareció de nuevo, la propuesta de bajar impuestos, la respuesta predecible de las fuerzas políticas conservadoras neoliberales (PP y CiU) en España (incluyendo Cataluña). Lo que era nuevo en esta situación, menos predecible, es que fueran también los socialistas, presididos por el señor Zapatero, los que añadieran también su voz a bajar los impuestos. Como anunció el Presidente Zapatero: "bajar impuestos es de izquierdas". Y así lo hizo, en 2006, cuando bajo el IRPF, y el impuesto de sociedades, con el apoyo, como era predecible de Convergencia y Unión. Consecuencia de la bajada de impuestos, los ingresos del Estado bajaron al año siguiente (del 2007 al 2008), 27.223 millones de Euros, consecuencia de la reforma tributaria realizada un año antes. Según las cifras del propio Estado, sé reconoció que el 72% de esta cantidad se debió al recorte de impuestos y solo el 28% al descenso de la actividad económica (ref. informe de recaudación tributaria del año 2008, elaborado por el Servicio de Estudios Tributarios y Estadísticas del Ministerio de Economía y Hacienda).

La nefasta política de recortes: el desmantelamiento del estado del bienestar y la reducción de la protección social

Cuando el agujero en los ingresos del Estado apareció con toda nitidez en el 2007, se asumió erróneamente que ello se debía al exceso del gasto público, cuando en realidad, el Estado español tenía superávit, y la deuda pública era la más baja de la eurozona. Y era basada en esta errónea lectura de la realidad, que el inicio de recortes del gasto público social tomó lugar. Zapatero congeló las pensiones para conseguir 1,200 millones de euros. En realidad, habría podido conseguir incluso mucho más dinero, manteniendo el impuesto de patrimonio, 2,100 millones de euros, o revirtiendo la rebajada de impuestos de sucesiones (2,552 millones de euros), o revirtiendo la bajada de impuestos sobre las personas que ingresaban mas de 120,000 euros al año (2,500 millones). El Presidente Rajoy, incluso recortó mucho más, 25,000 millones de euros en sanidad, educación y servicios sociales. De nuevo, habría podido conseguir incluso más dinero corrigiendo el fraude fiscal de las grandes fortunas, de la banca y de las grandes empresas que representan el 71% del fraude fiscal, 44,000 millones de euros. Y un tanto igual ocurrió en Cataluña. Los gobiernos de Artur Mas del 2010 al 2016, y el gobierno Puigdemont del 2016 al 2017, recortaron 626 millones en educación pública, 1,027 millones en sanidad, 336 millones en vivienda, 149 millones en protección social, etc. En realidad, Cataluña fue una de las Comunidades Autónomas que aplicaron con mayor dureza las políticas neoliberales de recortes, siendo una de las que tiene un gasto público social, en sanidad, en educción y servicios sociales más bajos de España. Juan Torres, Alberto Garzón y yo, escribimos un libro: Hay alternativas - Propuestas para crear empleo y bienestar en España, en el que documentamos que por cada recorte de gasto público que se hizo, había otras alternativas, probando con ello la falsedad de aquel argumento de que no había alternativas. Si que las había. Pero no había la voluntad política para así hacerlas. Ello explica que el movimiento de protesta 15M utilizara nuestro libro para mostrar la falsedad de tal argumento.

El elevado coste humano del neoliberalismo: la elevadísima mortalidad por covid

La reducción del nivel de vida de las clases populares y el descenso de su protección social y de los servicios públicos del Estado de Bienestar (como se ha visto durante la pandemia), produjo un aumento de la mortalidad de las enfermedades atribuibles al deterioro del bienestar y la calidad de vida de la población (deseases of despair),  responsable de un aumento de la mortalidad en amplios sectores de las clases populares con notable aumento de las desigualdades en la esperanza de vida entre las clases sociales   en la mayoría de los países  en los dos lados del Atlántico Norte, y con especial intensidad en los países del sur de Europa, donde las izquierdas han sido históricamente débiles y el neoliberalismo ha sido ampliamente promocionado por el Estado. No es por lo tanto es sorprendente que España (y Cataluña dentro de esta), sea uno de los países europeos con mayor mortalidad por COVID acumulada desde el principio de la pandemia.

El enorme descrédito del neoliberalismo

Consecuencia del enorme poder que las fuerzas conservadoras liberales han tenido sobre el Estado español, España se ha gastado siempre en su Estado de Bienestar menos de lo que debería gastarse por el nivel de desarrollo económico que tiene. Una estimación conservadora de tal déficit es la de que España debería gastarse al menos 66.000 millones de euros más, adicionales a los que se financia en su Estado de Bienestar. Su crónico subdesarrollado Estado de Bienestar ha sido consecuencia de ello. Un tanto igual ocurre en cuanto al nivel salarial y el nivel de ocupación y la solución requiere un cambio muy notable de políticas fiscales excesivamente dependiente de la grabación de las rentas de trabajo a costa de la baja grabación de las rentas de capital, entre otras características regresivas de su política fiscal. En este aspecto es positivo que el enorme descrédito que tiene hoy el neoliberalismo, (incluso en círculos y fórums que en su día lo promocionaron como el Fondo Monetario Internacional), que explica los cambios ocurridos incluso en el establishment de la Unión Europea. Ahora bien, existe el peligro que, una vez controlada la pandemia, si inicie de nuevo la aparición de nuevas versiones del neoliberalismo, promovidas por las voces próximas a los establishments económicos y financieros que ejercen enorme influencia sobre las instituciones representativas y mediáticas del país.

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Para resolver la pandemia hay que ir más allá que la eliminación de las patentes https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/06/14/para-resolver-la-pandemia-hay-que-ir-mas-alla-que-la-eliminacion-de-las-patentes/ Mon, 14 Jun 2021 06:00:24 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5878 Continuar leyendo "Para resolver la pandemia hay que ir más allá que la eliminación de las patentes"]]> Vista de una dosis de la vacuna contra la covid-19 de Moderna. EFE/Cj Gunther
Vista de una dosis de la vacuna contra la covid-19 de Moderna. EFE/Cj Gunther

Uno de los economistas que han analizado con mayor detalle la industria farmacéutica en Estados Unidos es Dean Baker, Director del conocido Center for Economic and Policy Research de Washington D.C., (al cual he citado en artículos anteriores sobre la producción de vacunas COVID), el cual está proponiendo  toda una serie de medidas que, de aplicarse en la producción de tales vacunas, tendrían una enorme  incidencia ayudando a resolver su gran escasez.

Dean Baker inicia su propuesta con una observación que tiene particular relevancia: la financiación de gran parte del proceso de producción de las vacunas COVID-19 ha sido pública. Así fue con Pfizer, MERX y Moderna. Y lo que él propone es que esta financiación pública se extienda para cubrir todo el coste de producción, pasando entonces el producto final de la vacuna anti- COVID  a ser un producto público carente de patente. Y que su fórmula y conocimiento de producción, sea públicos. Expande Baker, esta recomendación también, a la vacuna Oxford Astra Séneca que estuvo financiada casi en su totalidad con dinero público. Se eliminaría con ello, las enormes cantidades que las empresas se gastan en distintas dimensiones de sus actividades, que van desde marketing, a la generación de enormes beneficios con pagos a los accionistas y a los altos empresarios de tales corporaciones. Es bien conocido, por ejemplo, que Pfizer se gastó en el 2019 casi el doble en marketing y promoción de ventas, que en investigación y desarrollo de sus productos. Y su director Albert Bourla recibió en el 2020 una compensación de 21 millones de dólares, un incremento del 17 % de lo que recibió en el año anterior (citado por "Why big pharma’s arguments against patent waivers don’t add up" by Sonali Kolhatkunf). Y, otro factor a favor de la producción pública de tales vacunas es que, tal como sugiere Baker, eliminaría el coste de pagar el precio de las patentes, facilitando con ello la amplia producción de tales vacunas. 

Pero lo que hace especialmente atractiva tal propuesta, es que, al ser un conocimiento público    aceleraría el conocimiento científico al compartir información esencial, hoy guardada en   secreto para garantizar su control en el mercado. Tal ocultación entra en conflicto con el quehacer científico, que es ni más ni menos que el compartir y debatir su desarrollo. Tal práctica es común en el desarrollo científico y no puede obstaculizarse por objetivos comerciales y particulares. Si Pfizer hubiera compartido su información y tecnología, es más que probable que se hubiera descubierto antes que no era necesario guardar la vacuna en temperaturas tan bajas, como se ha descubierto más tarde. El sentido común de esta propuesta explica que tal propuesta se está expandiendo, siendo la última voz a su favor la del New York Times en una editorial reciente (NYT May 15/2021, pag.15). No me imagino ningún mayor rotativo en España que hiciera tal propuesta, reflejando el enorme conservadurismo de los medios de información en este país.

Se hubieran podido producir más vacunas, más masivamente

Tal formula, la producción pública de las vacunas hubiera permitido una vacunación masiva de la población mundial. El argumento utilizado con frecuencia por los defensores del statu quo, de que no hay materias primas para masificar la producción de las vacunas, falla por su propia lógica, pues no se puede afirmar, como tales voces sostienen, que las empresas privadas actuales puedan producir las vacunas de todo el mundo y a la vez subrayar que no haya materias primas suficientes para producirlas en caso de que sean públicas.

Y un tanto ocurre en cuanto a la supuesta falta de conocimiento tecnológico en los países en vías de desarrollo. Tal argumento ignora que son los países en vías de desarrollo los que han sido los más exitosos en producir productos genéricos, que son los mismos medicamentos con patentes una vez la patente ha dejado de existir. Y si el déficit tecnológico existiera, la transmisión de conocimiento científico es una constante en el mundo de las instituciones de investigación. La aplicación de las medidas propuestas por Baker hubiera producido beneficios enormes, pues la vacunación podría haberse acelerado tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, salvando millones de infecciones y de vidas. Es fundamental que a través de medidas que van mas allá que la anulación de las patentes, como es promover la responsabilidad publica en la producción de las vacunas, se facilite doblar rápidamente las tasas de su producción siguiendo un criterio que da prioridad a la población mas vulnerable, extendiéndose a todos los demás en cuestión de meses y no de años. Un think-tank progresista, Public Citizen, ha calculado que, con una inversión de 25 billones de dólares, (solo un 3% del presupuesto de defensa del gobierno federal), podrían establecerse industrias públicas productoras de vacunas COVID, junto con sistemas de distribución que permitirían vacunar a la mayoría de la población mundial en el periodo de un  año. Sin desmerecer la oferta de ayuda a los países en vías  de desarrollo enviándoles vacunas, las cantidades citadas más frecuentemente son el billón de vacunas propuesto por los países del G7, numero claramente insuficiente para cubrir el déficit de vacunas a nivel mundial. De ahí que se haya hecho una propuesta de producir y distribuir vacunas públicamente en todos lugares del mundo, por parte de 40 miembros del Congreso de Estados Unidos en una carta al Presidente Biden. Tales medidas, responden no solo a causas humanitarias sino a la gran urgencia de que se vacune a toda la población mundial, pues están apareciendo más y más variantes del virus-como Alfa en la Gran Bretaña, Beta en Sudáfrica y ahora Delta en la India, que son cada vez más infecciosas y en el caso de Delta más resistentes a las vacunas hoy conocidas. Su existencia masiva en la Gran Bretaña ha hecho introducir nuevas medidas de confinamiento en aquel país a pesar de que haya un elevadísimo porcentaje de la población que esta ya vacunada.

La irracionalidad del método actual defendido por la Comisión Europea

Lo que está ocurriendo ahora, es que las autoridades públicas en muchos países (Estados Unidos, Unión Europea, Japón, Corea del Sur y muchos otros), están financiando un consumo mayoritariamente público que garantiza sin ningún riesgo unas ganancias enormes. Sería mucho más económico y eficiente,  si el erario público cubriera todo el costo de producción, eliminando a su vez, todos los otros costes irrelevantes con la producción, eliminando también las patentes y convirtiendo el conocimiento público en un bien común, lo cual permitiría la máxima producción de las vacunas y el rápido mejoramiento de su efectividad.

Los dirigentes de la Unión Europea se reunieron recientemente en Portugal para reafirmar su compromiso con la solidaridad y unidad en su lucha contra el COVID, frase altisonante que contrastó con su negativa a considerar la eliminación de las patentes de los productos que habían financiado de gran manera: las vacunas anti-COVID. Fueron precisamente las instituciones dirigentes de la Unión Europea como la Comisión Europea, las que han estado aplicando políticas de austeridad y los recortes de gasto público sanitario que han debilitado enormemente los servicios sanitarios de los países de la Unión Europea, causando un incremento de la mortalidad (como la revista científica Británica Lancet mostró claramente en el caso de Grecia, y como también ha ocurrido en España). En realidad, el hecho de que España sea uno de los países de mayor mortalidad por COVID acumulada desde el principio de la pandemia hasta ahora, se debe precisamente en gran parte a la escasez de recursos en los servicios sanitarios y sociales, consecuencia de un bajo gasto público social, de los más bajos en la Europa Occidental. 

Lo que debieran hacer ahora, es, además de romper con el neoliberalismo, (eliminando la enorme influencia de lobbies farmacéuticos en sus instituciones representativas anteponiendo los intereses de la mayoría de la población a los intereses corporativos, como esta haciendo el Presidente Biden en EEUU )promover las intervenciones públicas, incluyendo la financiación pública en la producción de las vacunas convirtiéndolas en un bien común. Es un buen signo que el Parlamento Europeo votara por fin, por la eliminación de las patentes de las vacunas, aunque como indica Dean Baker, deberían ir incluso más allá y proponer la financiación y gestión de la producción de las vacunas COVID, pues el problema social y económico en el mundo hoy, acentuado por la pandemia, exige soluciones extraordinarias para resolver situaciones excepcionales.

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Las consecuencias del 15M: Del "no hay alternativas" al "sí se puede" de Unidas Podemos en el Gobierno https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/06/07/las-consecuencias-del-15m-del-no-hay-alternativas-al-si-se-puede-de-unidas-podemos-en-el-gobierno/ Mon, 07 Jun 2021 05:23:00 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5871 Continuar leyendo "Las consecuencias del 15M: Del "no hay alternativas" al "sí se puede" de Unidas Podemos en el Gobierno"]]> Gracias por haberme invitado para hablar del 15M y sobre sus causas y consecuencias. Permítanme, antes que nada, que cuente cómo descubrí el 15M. O, mejor dicho, cómo me llamó el 15M a mí. En pleno desarrollo de las políticas neoliberales (que se iniciaron ya en la segunda etapa del gobierno socialista liderado por el presidente Zapatero), que incluían políticas de grandes recortes del gasto público (incrementados exponencialmente después por el gobierno Rajoy) que hicieron un enorme daño a las clases populares de este país, escribí un libro, Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, junto con los economistas Juan Torres y Alberto Garzón, en el que denunciábamos la justificación esgrimida por los establishments político-mediáticos españoles (alentados por las autoridades de la Unión Europea) de que no  había alternativas a los recortes y demás políticas de austeridad (que estaban empobreciendo los ya escasamente financiados servicios y transferencias públicas del Estado del bienestar español, debilitando así la protección social de la población española). Según el gobierno español, eran medidas necesarias para reducir el déficit público, sacrosanto dogma del pensamiento neoliberal imperante. Nuestra denuncia incluía una gran cantidad de datos que demostraban que sí que había alternativas. El presidente Zapatero, por ejemplo, en lugar de recortar las pensiones para conseguir 1.200 millones de euros, podría haber revertido las bajadas de impuestos aprobadas en su reforma fiscal del año anterior (cuando dijo que "bajar los impuestos es de izquierdas"), que incluían el impuesto del patrimonio, el de sucesiones y el de sociedades para las empresas con beneficios de entre 120.000 y 300.000 euros al año, lo cual incrementó el déficit estructural del Estado, causando una reducción de los ingresos del estado de más de 27.000 millones de euros entre 2007 y 2008.

 

El libro iba a ser publicado por una editorial próxima a El País, la cual rompió el contrato porque nos negamos a realizar cambios en algunas partes del libro que la editorial consideró demasiado críticos con la banca española. Así pues, lo publicó una editorial menor y creímos que apenas se leería. No fue así. Sus lectores fueron sus mayores promotores, distribuyéndolo ampliamente y, para nuestra sorpresa, acabó por hacérselo suyo el movimiento 15M. Tal fue así, que en el primer acto fundacional del movimiento 15M en la Puerta del Sol, muchos jóvenes en la primera fila mostraban el libro a los medios que cubrían el acto, denunciando la falsedad de que no había alternativas. Sí que las había y los datos hablaban por sí mismos (véase aquí la imagen mencionada).

 

El 15M no pasó solo en Madrid, sino también en Barcelona y otras partes de España (incluso con más intensidad)

 

 

Este hecho generó que muchos nos llamaran a presentar las tesis del libro en muchas plazas de ciudades y pueblos del país. Yo, concretamente, recordaré siempre dos actos. Uno fue una charla en la mayor plaza de Barcelona –Plaça Catalunya- que es más grande, por cierto, que la Puerta del Sol y que estaba llena a rebosar; la otra fue una conferencia delante del sitiado Parlamento catalán, rodeado por el 15M (que protestaba pacíficamente por la aprobación del presupuesto de la Generalitat de Catalunya, que incluía los mayores recortes de todas las comunidades autónomas de España), obligando al Sr. Artur Mas, el presidente autonómico más neoliberal de España, a tener que llegar al Parlament en helicóptero. Me he encontrado en muchas situaciones excepcionales a lo largo de mi vida, pero nunca pensé que daría una clase o conferencia criticando el presupuesto de la Generalitat de Catalunya en una situación semejante delante al Parlament de Catalunya.

 

Qué significó el 15M: el cuestionamiento de la legitimidad del régimen del 78 y la denuncia de la escasa representatividad de las instituciones democráticas

 

Estos actos definían lo que fue el 15M, un muy necesario vendaval de aire fresco en la atmósfera asfixiante resultado de la aplicación de unas políticas públicas sumamente impopulares por parte de un establishment político-mediático español que estaba perdiendo su legitimidad política. Era el primer cuestionamiento masivo del Estado español derivado de un proceso de Transición de la dictadura a la democracia muy desequilibrado, con un gran dominio de las fuerzas conservadoras herederas de las que habían controlado el Estado dictatorial, lo cual produjo una democracia muy limitada, característica del régimen del 78. Un elemento clave en el establecimiento de este régimen con enormes limitaciones democráticas había sido la instauración del bipartidismo (PP y PSOE), basado en un cambio muy notable en el PSOE, tanto en su cultura política (ahora monárquica) como económica, convirtiéndose al neoliberalismo, es decir, pasando de ser socialdemócrata a socioliberal. Como había indicado Jordi Segura, ideólogo de Zapatero, en su libro De nuevo socialismo "sólo socialdemócratas tradicionales (la versión amable de anticuados) como Navarro todavía piden un aumento del gasto público...", escrito en uno de los países con menor gasto público per cápita (incluyendo gasto público social) de la Europa de los Quince (UE-15).

 

El resultado de esta conversión alcanzó su máximo exponente en la reforma del artículo 135 de la Constitución, que establecía como prioridad el pago de la deuda pública por encima de todo lo demás. El resultado de todo ello fue un rechazo masivo hacia la clase política gobernante, siendo el primer cuestionamiento masivo no solo de la imagen idealizada de la Transición "modélica", sino también de la eficacia de la clase política en el cumplimiento de su deber de facilitar el bienestar de la población, anteponiendo los intereses comunes a los de los poderes de siempre. El eslogan del 15M "no nos representan" lo decía todo. El 15M surgió, pues, como protesta frente a la clase política gobernante por su limitadísima vocación democrática y transformadora. Se la veía como una casta corrupta ("no hay pan para tanto chorizo") no comprometida con la democracia que utilizaba las instituciones políticas para defender los intereses de los enormemente poderosos grupos económicos y financieros que ejercían una enorme influencia sobre las instituciones políticas llamadas representativas, anteponiendo sus beneficios al interés común.

 

El 15M supo traducir en un lenguaje claro y popular las enormes deficiencias del Estado democrático y, por lo tanto, de la Transición (mal llamada "modélica") acusada por el 15M de no haber roto con el Estado anterior. Era un movimiento profundamente democrático que defendía la democracia representativa al mismo tiempo que promovía mayores dosis de democracia directa, con la activa participación ciudadana en las instituciones a través de referéndums y consultas, y que exigía a sus representantes unas políticas opuestas a las que estaban imponiendo (y digo imponiendo porque las políticas de recortes y de austeridad no estaban en los programas electorales de los partidos gobernantes).

 

La enorme crisis social causada por el neoliberalismo

 

La crisis social había provocado unos niveles de sufrimiento que explican la explosión social. La tasa de paro era enorme, con el 21% de la población activa (5 millones de personas en ese momento, aunque alcanzaría los 6,2 millones de personas en 2013), afectando con especial intensidad a los jóvenes. La tasa de paro juvenil era del 45%, casi la mitad de la juventud, llegando a alcanzar el 56% en 2013. Y los recortes y privatizaciones generalizadas (realizadas en aquel momento por un gobierno socialista) eran percibidos como inaceptables. El deterioro de la calidad de vida de millones de ciudadanos estaba alcanzando niveles sin precedentes en la época democrática. Todo ello por la aplicación del neoliberalismo, iniciado por Reagan en EEUU y la Sra. Thatcher en el Reino Unido, y hecho suyo por la socialdemocracia (convirtiéndose al socioliberalismo de la Tercera Vía) liderada por Blair en el Reino Unido, Schröder en Alemania, Hollande en Francia y Zapatero en España. El eslogan "qué pasa, qué pasa, que no tenemos casa" resumía la situación de desesperación juvenil también en materia habitacional. Pero, liderado por gente joven, el 15M consiguió un amplio apoyo popular, incluyendo ciudadanos de avanzada edad como los llamados "yayoflautas", un excelente grupo de pensionistas que luchaban para mejorar las pensiones y que dieron su total apoyo al 15M, participando activamente en él. Lo sé porque los vi, porque me invitaron a que me reuniera con ellos en Barcelona y porque estaban en la primera fila cuando di mi conferencia en la Plaça Catalunya. Lo que es importante de subrayar es que el movimiento era completamente pacífico y la única violencia que hubo fue por parte de la policía. El sitio del Parlament catalán fue pacífico. Comparar, como se ha hecho en los principales medios de comunicación conservadores y liberales españoles, ese acto con el asalto al Capitolio en Washington, en EEUU (donde los trumpistas causaron grandes destrozos en el Capitolio y amenazaron la vida de los congresistas y empleados) muestra la pobre calidad intelectual que, por desgracia, caracteriza a amplios sectores de las derechas españolas. La Sra. Esperanza Aguirre del PP incluso llegó a acusar al 15M de ser un movimiento influenciado y administrado por ETA.

 

La aparición del "Sí se puede" de Podemos

 

Resultado de nuestra relación próxima con el 15M, no fue sorprendente que cuando sectores importantes del movimiento social y político surgido del 15M pretendiera constituirse en partido político, sus dirigentes nos llamaran a Juan Torres y a mí para que los ayudáramos a crear el primer programa económico de Podemos. Aceptamos la petición y presentamos nuestra propuesta que, después de ser discutida y modificada por Podemos, pasó a convertirse en su primer programa económico. Era un programa de clara sensibilidad socialdemócrata (antes de que la socialdemocracia se transformara en socioliberal), inspirado sobre todo en la experiencia escandinava, concretamente la sueca (país donde cursé mis primeros estudios de economía social), adaptado a la realidad española por Juan Torres, mucho mejor conocedor de la realidad española que yo y, en mi opinión, uno de los mejores economistas del país. Era un plan ambicioso pero muy realista, con mucho sentido común y que cualquier progresista hubiera aceptado, pues deliberadamente renunciamos a algunas propuestas por temor a que fueran consideradas extremistas en el profundamente conservador contexto español.

 

A pesar de nuestra cautela, la respuesta fue de una enorme, repito enorme, agresividad. Recibimos una cantidad de insultos y bajezas que nunca había recibido a lo largo de mi vida profesional. He asesorado a muchos gobiernos y nunca había sido objeto de tanta hostilidad. La limitadísima cultura democrática de las derechas quedó demostrada por su enorme violencia y odio, que ha alcanzado niveles extremos contra el que ha sido el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Los dirigentes de las derechas españolas (comparables a la extrema derecha en Europa y en EEUU) son herederos de las fuerzas dominantes del régimen dictatorial. De ahí que esa hostilidad fuera predecible, pues Podemos era el primer espacio que tenía posibilidades reales de cambiar las relaciones de poder en España, habiendo alterado significativamente el régimen del 78. El establishment político-mediático siempre ha sido hostil hacia las personalidades de izquierda, que han sido definidas como contestatarias de la sabiduría convencional. Anguita y ahora Pablo Iglesias, con una extrema hostilidad contra este último. Todo ello era síntoma de que se percibía como una amenaza para el poder establecido, incluyendo el bipartidismo.

 

La gente de Podemos era gente indignada con el sistema -el movimiento fue inicialmente conocido como el movimiento "de los indignados"-, condición necesaria pero no suficiente para cambiar el país. Esta urgencia de cambio explica también su vocación de gobierno. Como dice el refrán, "más vale pájaro en mano que ciento volando". Y así ha sido dondequiera que gobernara. La acción política era lo inmediato, y cómo alcanzar este inmediato produjo varias estrategias que, aunque fueron percibidas como conflictos personales, eran más que personales. Algunos defendían la visión populista extrapolada de la experiencia latinoamericana. El futuro se configuraba como una constante puesta al día de lo que fuera necesario, haciendo un gran hincapié en el liderazgo carismático. Lo inmediato sustituía al futuro a medio-largo plazo, y la organización no era un punto a considerar. Una de las referentes de esta corriente, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, incluso ridiculizó el concepto de militancia (pues el término le sonaba a militar).

 

No era así para la corriente de Pablo Iglesias, que enfatizó la necesidad de aliarse con una fuerza política de izquierdas cohesionada y disciplinada como IU, desarrollando una unidad de acción en un proyecto común. Y de ahí surgió Unidas Podemos. Creo que acertó. Es más, fue la activa participación de las bases militantes lo que forzó el cumplimiento de lo prometido.

 

La enorme hostilidad hacia Pablo Iglesias y la dirección de PODEMOS es consecuencia de la enorme insuficiencia de la democracia española

 

Una última observación. A lo largo de los últimos años, Pablo Iglesias, a quien creo conocer bien, habiendo desarrollado una gran estima y aprecio por él, y a quien agradezco la labor extraordinaria realizada durante estos años para la mejora del país, ha sido sujeto de una hostilidad en los medios que nunca había visto en los numerosos países que he conocido y a los gobiernos de los cuales he tenido el placer de asesorar. Las falsedades vertidas sobre su persona son enormes. He asesorado a muchísimos dirigentes políticos, tales como al presidente Allende en sus propuestas sanitarias, al gobierno de Fidel Castro en el desarrollo de sus servicios sanitarios, a la Sra. Clinton en la Casa Blanca en la reforma sanitaria, a los gobiernos socialdemócratas suecos y españoles, al tripartito catalán, entre muchos otros, y considero a Pablo Iglesias como una de las personas con mayor visón política, con mayor honestidad, compromiso y valentía de todas las que he conocido, siendo un recurso único y una voz excepcional de denuncia de lo que, a pesar de ser obvio, continúa tan enmascarado.

 

En cuanto a su movimiento político, fue evolucionando rápidamente. De ser considerado un movimiento populista pasó a movimiento político-social que necesitó desarrollar una organización enraizada en un compromiso que tiene como origen no solo el 15M sino toda la tradición de luchas por la libertad y justicia social, es decir, con la tradición republicana progresista. Y más aún a partir de su alianza y colaboración intensa con IU, estableciendo un espacio común de gran potencial y futuro, en alianza con otros movimientos igualmente enraizados en el 15M, como En Comu-Podem y Galicia en Común, que han cambiado España de una manera profunda y notable en el mejoramiento de localidad de vida y el bienestar de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España.

La aparición de nuevas generaciones en una dirección colegiada dirigida por Ione Belarra

La súbita retirada de Pablo Iglesias de la vida política institucional -que espero sea provisional- ha dado pie a la aparición de una nueva generación de dirigentes, todos ellos ya de clara madurez y compromiso político en su proyecto de transformación del país sirviendo primordialmente a las clases populares. En este momento, y bajo una dirección colegiada dirigida por Ione Belarra, intenta la movilización de todos los sectores victimizados por un sistema económico social injusto y escasamente democrático, desarrollando un espacio político común para todos los movimientos de liberación (desde el feminismo al movimiento de la clase trabajadora, incluyendo muchos otros), con conciencia social y ecológica, que continuará transformando el país, siguiendo la labor hecha por generaciones anteriores para construir un país más justo,  más solidario,  más poliédrico y menos radial, respetuoso de su plurinacionalidad. Les deseo, por el bien del país lo mejor.

 

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Cómo podría haberse evitado la pandemia y por qué no se hizo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/05/26/como-podria-haberse-evitado-la-pandemia-y-por-que-no-se-hizo/ Wed, 26 May 2021 04:59:41 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5862 Continuar leyendo "Cómo podría haberse evitado la pandemia y por qué no se hizo"]]> Una mujer afiliada al IHSS acude a vacunarse contra el coronavirus este martes, en Tegucigalpa (Honduras).- EFE
Una mujer afiliada al IHSS acude a vacunarse contra el coronavirus este martes, en Tegucigalpa (Honduras).- EFE

La pandemia está poniendo al descubierto una vez más que el actual orden internacional imperante es uno de los mayores obstáculos en el mundo para la mejora del bienestar y calidad de vida de la mayoría de las poblaciones, tanto de los países desarrollados como de los que están en vías de desarrollo. Según científicos que gozan de gran credibilidad, este acontecimiento, uno de los que más daño han causado en los últimos cien años, podría haberse evitado si hubiéramos tenido organizaciones internacionales puestas servicio del bien común, anteponiéndolo a los intereses económicos, financieros y políticos particulares de grupos minoritarios de la población, así como de nacionalismos que obstaculizan la solidaridad internacional, sin la cual las poblaciones -tanto las de los países en vías de desarrollo como las de los países desarrollados- no podrán combatir las enormes crisis sociales y salubristas causadas por la pandemia. 

¿Cómo podría haberse evitado la pandemia?

Un comité establecido por la Organización Mundial de la Salud (la OMS) con el nombre de The Independent Panel for Pandemic Preparedness and Response, ha indicado que, sin lugar a duda, la pandemia podría haberse evitado si hubiera existido una agencia internacional de vigilancia epidemiológica, dotada de recursos suficientes, con pleno acceso a toda la información pertinente, sin retrasos ni dificultades y con autoridad para poder proponer medidas de prevención y control de pandemias. Los expertos incluso calculan el coste que supondría establecer esta agencia: entre 5.000 y 10.000 millones de euros para ser establecida, con 50.000 a 100.000 millones de euros para poder responder y atajar desde el principio la epidemia, evitando que se convirtiera en pandemia (ver The Financial Times "WHO and global leaders could have averted Covid catastrophe, say experts", 13.05.21).

El comité llega a esta conclusión tras analizar críticamente qué ocurrió al principio de la pandemia, señalando errores clave que podrían haberse evitado, y que eran no tanto fallos de competencia profesional, sino consecuencias de las coordenadas del poder institucional, que dificultaron la resolución de ese grave problema. Entre esos errores, estaba la falta de información por parte de la OMS así como del gobierno chino sobre el nivel de propagación de la epidemia en la provincia de Wuhan, con un retraso considerable en la alerta necesaria. La OMS tardó en declarar la emergencia salubrista y sanitaria, lo cual no hizo hasta el 31 de enero del 2020, esperando incluso hasta más tarde -el 11 de marzo- para definirla como pandemia. Tales retrasos desencadenaron errores aún más graves.

El comité también critica a la OMS por no haber reconocido desde el principio que el aire era la vía clave en la transmisión del virus, lo cual era fácil de deducir, pues era una enfermedad predominantemente respiratoria. La OMS no lo reconoció formalmente hasta mucho mas tarde; ni tampoco consideró propuestas más intervencionistas, como la suspensión del transporte internacional (fundamentalmente aéreo) hasta mucho más tarde. En un lugar prominente en su crítica incluía también a Europa y América del Norte, por su gran retraso en responder a lo que ya se sabía que era una pandemia creando una situación caótica que se mostró con toda claridad en su respuesta a la escasez de material de protección y tratamiento de la población (desde mascarillas a respiradores).

Tal documento debería ser de lectura obligatoria para las autoridades nacionales e internacionales que han gestionado la pandemia. En realidad, es una crítica, llena de sentido común, que es de improbable aplicación debido al sistema de poder internacional, que está precisamente en la base de por qué no estamos avanzando más rápidamente en la prevención y control de la pandemia, como lo exige la propia supervivencia de los seres humanos (tanto de los pobres como de los ricos).

Otro caso de desorden del orden internacional. La producción y distribución de las vacunas

Otro caso claro es la muy limitada respuesta ante el hecho de que millones de seres humanos están muriendo, cuando sabemos cómo podría evitarse. Sabemos que las vacunas proporcionan   inmunidad frente al virus, que es el que causa la enfermedad. Pero este virus va mutando constantemente, y el número de mutaciones y su gravedad dependen del tamaño de la población infectada, pues a mayor extensión de la población infectada mayores son las probabilidades de que aparezca una variación del virus que sea resistente a las vacunas existentes. De ahí que sea urgente que el tamaño de la población infectada se reduzca, siendo su vacunación un elemento esencial para el control de la pandemia. La población española puede estar inmunizada y, sin embargo, no está protegida frente a una nueva variante que sea resistente a la vacuna que recibió. Ello implicaría que la pandemia se cronificara, que es lo peor que puede ocurrir. Y de ahí la gran urgencia de la vacunación a nivel mundial.

En este aspecto, es importante destacar el reciente editorial del The New York Times "America, vaccinate the world", 15.05.21. Tal rotativo es de sensibilidad económica liberal que representa, en general, el pensamiento económico dominante en el nordeste de EEUU. Y, sin embargo, hoy está animando al presidente Biden a que se mueva incluso más a la izquierda pues, aun cuando este ha apoyado la suspensión de las patentes de las vacunas anti COVID-19, el The New York Times considera que debería ir más rápido y ser más efectivo en la ejecución de esta suspensión de las patentes, ya que la propia supervivencia de la humanidad dependerá de que se tomen decisiones más radicales que las que la administración Biden estaba considerando. El rotativo considera también que la propuesta de la OMS de crear un fondo común para adquirir vacunas, el COVAX (casualmente, la misma propuesta que el presidente Sánchez del gobierno español ha sugerido) es insuficiente, pues hasta ahora no ha podido cumplir su limitado objetivo de vacunar al 20% de la población del mundo subdesarrollado. Seguir por este camino, dice el editorial, retrasaría enormemente la vacunación masiva de la población, agravando todavía más la pobreza y el subdesarrollo de tales países. Insinúa también que la propuesta de la OMS refleja la falta de influencia de tal institución (la misma que la comisión citada en la primera parte del artículo hacía referencia). El dolor humano es enorme y ya se están dando muchas explosiones en zonas del mundo de gran inestabilidad política (como subraya The New York Times).

De ahí que sugiera un intervencionismo mucho más contundente por parte del gobierno federal, ofreciendo un mayor liderazgo en la resolución de este enorme problema. Y propone nada menos que la propiedad pública de la producción de tales vacunas, una producción que, según este rotativo, no puede ni debe ser sometida a las leyes del mercado, sino que debe estar puesta al servicio común. Y, por si fuera poco, el The New York Times propone también, que se otorgue esta potestad a todos los países (tanto a los ricos como a todos los demás). Subraya también el NYT, que la anulación de las patentes permitiría que los países pobres pudieran producir estas vacunas con el soporte técnico que se necesitara y con los productos que los países pudieran importar, cuyos precios deberían ser accesibles a su erario público. Ni que decir tiene que aplaudía también muchas de las medidas que está proponiendo Biden, cuya inspiración como gobernante es la del presidente Roosevelt (el fundador del New Deal) y cuya fotografía ha puesto en lugar prominente en su despacho. Esta suspensión de las patentes es la medida más inteligente y realista en respuesta a la pandemia. La solidaridad es necesaria para la supervivencia de la totalidad, "tanto del burgués como del trabajador", como afirmaba el socialista Sanders recientemente (y cuya influencia y la de sus fuerzas afines es considerable en el Congreso de EEUU).

En este sentido, la gran inteligencia (y astucia política) de Biden ha sido resultado de haberse dado cuenta de la necesidad de tomar medidas más contundentes, resultado de un amplio movimiento de protesta frente al trumpismo. Contribuyó a ello el éxito electoral de los socialistas liderados por Sanders, cuyos seguidores tienen muchos espacios de poder en lugares visibles del gobierno federal.

Observaciones sobre España

La gravedad de la pandemia en España (todavía hoy, es el vigesimoprimer país del mundo en cuanto a mortalidad acumulada por cada 100.000 habitantes desde el principio de la pandemia, debido al COVID-19) responde a sus enormes limitaciones y deficiencias, algunas compartidas con otros países y otras específicas de nuestro país, como he indicado a lo largo de varios artículos recientes. En cuanto a la vacunación, las izquierdas (excepto el partido mayoritario en el gobierno, el PSOE) y los verdes fueron las primeras fuerzas políticas en proponer las soluciones que incluían la suspensión de patentes, medidas ignoradas o desmerecidas tras la previsible acusación de radicales, extremistas y semejantes frivolidades, lo que refleja el enorme conservadurismo del establishment político-mediático español. Fueron las izquierdas las que propusieron y apoyaron la suspensión de las patentes, mientras que el PSOE, así como el PP, VOX y Ciudadanos, se opusieron. Es interesante que cuando el presidente Biden apoyó tal suspensión, el presidente Sánchez cambiara entonces de posición apoyando esta medida, lo cual es de celebrar, pero es preocupante que no se aprobara antes cuando las fuerzas progresistas lo propusieron. Han sido esta cautela y moderación del partido mayoritario del gobierno español las que han debilitado la capacidad de movilización de la población a favor del cambio tan notable que se requiere y que la población exige. El presidente Biden ha entendido que la mejor manera de frenar la expansión del trumpismo ha sido la de tomar las medidas profundas y necesarias para que mejore la calidad de vida de las clases populares. Sería bueno que ocurriera lo mismo en España, donde el trumpismo se está expandiendo rápidamente.

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La solidaridad es la única forma de salir del abismo de la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/05/06/la-solidaridad-es-la-unica-forma-de-salir-del-abismo-de-la-pandemia/ Thu, 06 May 2021 14:22:06 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5849 Continuar leyendo "La solidaridad es la única forma de salir del abismo de la pandemia"]]> Vista de una dosis de la vacuna contra la covid-19 de Moderna. EFE/Cj Gunther
Vista de una dosis de la vacuna contra la covid-19 de Moderna. EFE/Cj Gunther

Vicenç Navarro es catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, y Profesor de Health & Public Policy, The School of Public Health, The Johns Hopkins University

Lejos de mejorar, la pandemia se está agravando a nivel mundial. Ya han muerto 3,2 millones de personas debido al coronavirus, con más de 155 millones de infectados, devastando las economías. Y continúa empeorando. El número de nuevos casos diarios de coronavirus en el mundo se ha doblado desde principios de marzo, alcanzando las dos últimas semanas el pico más alto registrado hasta ahora (el anterior se dio a principios de enero). Y lo que es incluso más preocupante es que la crisis aparece en lugares en los que se creía que se había superado la pandemia, como son los casos de la India y de Uruguay. La India actualmente acumula el 40% de todos los nuevos casos a nivel mundial, con una mortalidad de más de 3000 personas al día. Uruguay, que se había mostrado como un país ejemplar, tiene ahora la tasa de contagio más alta del mundo. Y en Europa una cuarta ola está paralizando el continente, lo que retrasa todavía más la tan necesaria recuperación económica.

 ¿Por qué está ocurriendo esto?

 Para responder a esta pregunta, hay que entender qué está pasando con la pandemia. Y el primer elemento de la respuesta es saber que lo que está ocurriendo era previsible, pues importantes instituciones científicas ya lo habían estado anunciado desde hace tiempo. No se sabía cuándo ni dónde, pero se sabía cómo. Y así fue. El problema no es que no se conociera el peligro que conllevaba ignorar lo que se vaticinaba, sino el hecho de que las autoridades que lo sabían no informaran de ello a la población. Solo más tarde, cuando la pandemia apareció y explotó (y no hay otra manera de definirlo) surgieron las predecibles voces de los mecenas de siempre, personajes superricos y súper influyentes en los medios (como Bill Gates), que alertaron a los establishments mundiales de que estaba en peligro la supervivencia del orden económico actual, promoviendo soluciones que nunca alterarían este orden, al cual había y hay que salvaguardar por encima de todo.

Tales mecenas, voces del "sentido común" y de lo "razonable" promueven soluciones que respetan siempre las coordenadas del orden establecido, que está siendo cuestionado por un creciente enfado popular. El último ejemplo de ello es la movilización de Bill Gates alertando a los establishments políticos internacionales de la necesidad y urgencia de responder a los problemas creados por la pandemia, apareciendo en los principales fórums mediáticos donde la sabiduría convencional se reproduce pidiendo que se movilicen recursos para parar la pandemia, a la vez que se opone a la suspensión de las patentes de las empresas productoras de las vacunas anti covid-19 (lo cual permitiría que pudieran producirse en todas las partes del mundo, facilitando el control de la pandemia). Esta última medida, que es de enorme importancia y relevancia (al permitir la vacunación masiva y elevada inmunización de la población mundial) se topa con la oposición de la poderosa industria farmacéutica productora de las vacunas anti covid-19 y a la que Bill Gates, el gran mecenas, es próximo. Uno de los centros de investigación financiado por el Sr. Gates, el Institute for Health Metrics and Evaluation, mantiene importantes relaciones empresariales con compañías farmacéuticas tales como Pfizer, Merck, Novo Nordisk, Gilead, Glaxo Smitkline, Novartis y otras, lo cual explica su oposición a la suspensión de las patentes, causando con ello que la pandemia no se resuelva (ver Are Bill Gates’s Billions Distorting Public Health Data?, The Nation 12.03.21).

Evitando la resolución del problema

El gran error de aquellos que se oponen a suspender provisionalmente dichas patentes es que no tienen en cuenta que la pandemia no se resolverá en una parte del mundo si no se resuelve en el resto. Y esto es lo que oculta el Sr. Gates. La solución para contener la pandemia requiere no solo la vacunación de los ciudadanos de EEUU, del Reino Unido o de la UE, sino también la vacunación masiva del resto del mundo. La "ayuda" a los países pobres (que es lo que aconseja Gates, enviándoles cantidades de vacunas que son claramente insuficientes) esgrimiendo razones humanitarias (estimulando a la vez la supuesta responsabilidad social del mundo empresarial) es dramáticamente insuficiente, pues la vida de la población de los países ricos depende de la vida de todos los demás.

El porqué de la urgencia de vacunas para todo el mundo

Me explicaré. Supongamos que toda la población de los países ricos esté ya prácticamente vacunada. Pues bien, ello no es suficiente para evitar que se produzcan contagios y muertes, pues el virus cambia constantemente, mutando a nuevas variantes más peligrosas, algunas de las cuales pueden ser resistentes a las vacunas conocidas. Y ahí es donde está el problema: a no ser que en todos los países estemos vacunados e inmunizados, ninguno conseguirá la plena inmunidad. Ya lo estamos viendo ahora en la India. La novedad preocupante en la India es que la nueva variante del virus parece estar atacando también a personas que ya habían sido vacunadas anteriormente. Si es cierto que esto está ocurriendo masivamente, nos encontramos ante el temido y previsto problema. Los supuestos protegidos no lo estamos tanto. Y es ahí donde radica el problema. Los estudios más fiables afirman que sin cambios sustanciales (como la vacunación masiva de toda la población mundial) en el sistema actual de producción y distribución de las vacunas, no se alcanzaría el necesario porcentaje de vacunación para alcanzar niveles de inmunidad en los países en vías de desarrollo en menos de tres años. Y es casi imposible que las mutaciones del virus que constantemente están teniendo lugar no produzcan virus resistentes a las vacunas existentes durante este periodo. Esto significaría que tendríamos que comenzar todo de nuevo, cronificando un problema gravísimo. La famosa inmunidad de rebaño no funciona cuando hay una disparidad tan grande en la inmunidad de la población mundial.

De ahí la enorme urgencia de vacunar a todo el mundo y cuanto antes, lo que podría hacerse en cuestión de meses y no en cuestión de años. Ello explica la presión de más de 100 países (dirigidos por la India y Sudáfrica), junto con la OMS y miles de personalidades y gobernantes de muchas sensibilidades políticas diferentes, que están promoviendo la suspensión provisional (durante el tiempo que dure la pandemia) de las patentes de las vacunas de conocida eficacia para que las puedan fabricar muchos países, tanto los desarrollados como los que están en vías de desarrollo, lo cual podría resolver esta situación en menos de un año. Sabemos que existe la capacidad intelectual y los medios para fabricar estas vacunas (como ya lo hacen ahora, produciendo genéricos más baratos de los productos farmacéuticos existentes, muchos de ellos desarrollados en los países ricos). Y es ahí donde el filántropo y mecenas Bill Gates, cuando indica que los países en vías de desarrollo no son competentes para hacerlo, está equivocado. En realidad, la India, que hoy está sufriendo una crisis enorme por la covid-19, tiene la mayor industria farmacéutica del mundo. Los que se oponen a suspender las patentes sugieren que, en lugar de facilitar la expansión de la producción de vacunas en varias partes del mundo, los países ricos donen vacunas a los países pobres, lo cual están haciendo a una velocidad e intensidad claramente insuficientes que no resuelven el problema.

¿Por qué no lo hacen?

 La respuesta es, sencillamente, que no quieren (aunque sea provisionalmente) sentar un precedente: la propiedad intelectual debe respetarse por encima de todo, aun cuando sea a costa de todo lo demás, que es la vida de todos, incluyendo la de la población que está ya supuestamente inmunizada. Esa postura es resultado del enorme dominio de las derechas conservadoras y liberales en las instituciones de gobierno internacional (como las de la UE) que sostienen que el sistema actual ya funciona bien. Así lo indicaba nada menos que el Sr. Thierry Breton, Comisario Europeo del mercado interior de la UE y gran admirador del actual sistema de producción y distribución de las vacunas, que señaló que el sistema actual (supuestamente liderado por las empresas productoras de las vacunas) es el que nos ha permitido tener vacunas en unos meses cuando suelen tardar años. Tal personaje cree, por lo tanto, que son las empresas actuales las que pueden resolver el problema de falta de vacunas a nivel internacional, subrayando a la vez que el hecho de que todos los países pudieran tener acceso a las patentes de cada vacuna no resolvería el problema de la escasez de las mismas.

 El error o falsedad de los que se oponen a la suspensión de las patentes

Pero tal argumento olvida, ignora u oculta varios hechos. Uno es que el descubrimiento de estas vacunas se hizo gracias a una enorme inversión pública, tanto en la investigación básica que permitió el desarrollo de la aplicación práctica del conocimiento como en la contratación billonaria (mil millones de millones) por parte de los Estados. Sin estos fondos públicos el desarrollo de las vacunas no habría sido posible. Por cierto, es importante señalar también que, como el economista Dean Baker ha mostrado, Microsoft, la empresa fundada por Gates, no hubiera sido posible sin la enorme cantidad de recursos públicos que se invirtieron para su creación. En realidad, las prioridades de la industria farmacéutica regida por las conocidas "leyes del mercado" van frecuentemente en la dirección opuesta a las necesidades de la ciudadanía. Es más, la competitividad entre las fábricas productoras de vacunas determina una confidencialidad, privacidad y secretismo en la labor investigadora que dificultan incluso el desarrollo científico, pues este requiere la transmisión de conocimiento entre las distintas instituciones investigadoras y empresas productoras de vacunas, traduciéndose en un retraso enorme en el desarrollo normal del conocimiento. La evidencia de ello es enorme.

Todo esto explica que en situaciones excepcionales (como en estados de guerra) los Estados hayan intervenido exigiendo un cambio en la dinámica de trabajo, obligando a anteponer el bien común al interés particular de las empresas privadas. Por ejemplo, durante la II Guerra Mundial, el gobierno federal en EEUU forzó a todas las empresas farmacéuticas, además de dar prioridad a la producción de ciertos productos como antibióticos, a que compartieran todo el conocimiento del que disponían.

Otros ejemplos son la erradicación de la poliomielitis (conocida como polio), que fue posible gracias a la decisión de su descubridor, el doctor Jonas Salk, de no patentarla, no teniendo ninguna aspiración por privatizar el conocimiento derivado de su investigación. "Privatizar la investigación científica -decía él- es tan absurdo como intentar privatizar la luz solar." Y un tanto igual ocurrió con el control de la viruela. Fue el presidente de EEUU, Ronald Reagan -el primero en promover del neoliberalismo, junto con Margaret Thatcher en el Reino Unido- el que inició este proceso de expansión del derecho de propiedad a bienes comunes, con los enormes costes que ello ha implicado.

¿Son los países en vías de desarrollo incompetentes para producir las vacunas ellos mismos?

Este argumento en contra de la suspensión de las patentes se topa con la realidad de que actualmente la mayoría de fármacos en el mundo (que son genéricos) se producen en países en vías de desarrollo. Son estos países los mayores productores de genéricos, es decir, de los mismos productos farmacéuticos comercializados una vez su patente ha expirado. Son prácticamente las mismas sustancias que se venden a precios mucho más económicos que el original. Ya lo están haciendo y no hay razón para que no pudieran producir las vacunas anti covid-19, llevando un período corto de entre seis y diez meses para comenzar a producirla. En realidad, como ya he indicado, la India, uno de los países más golpeado por la pandemia, es el país que tiene las productoras farmacéuticas más grandes en el mundo. Y un tanto igual en países llamados incorrectamente "pobres". La gran mayoría de estos países tienen los recursos necesarios para salir de su pobreza. El hecho de que la mayoría de la población sea pobre se debe a que, por lo general, la mayoría no controla sus recursos. No hay duda de que permitir la máxima producción de las vacunas en varias partes del mundo no solo es posible, sino necesario y urgente. Como bien ha dicho el Director General de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom, la única solución a la pandemia es que los países ricos permitan producir las vacunas anti covid-19 que han mostrado su eficacia a los países en vías de desarrollo. Según él, "la solidaridad es la única forma de salir de este abismo".

Esta solidaridad es urgente también para la resolución de la pandemia en los países ricos (como España), pues además de que estos también se beneficiarían de la producción masiva de vacunas derivada de la suspensión de las patentes, ello facilitaría la vacunación generalizada previniendo la aparición de variantes que fueran resistentes a las vacunas actuales (lo cual es más que probable que ocurra si se continúa sin una vacunación masiva a nivel mundial).

La oposición de los partidos conservadores, liberales y socioliberales a eliminar provisionalmente las patentes de las vacunas anti covid-19

Es preocupante que, debido a la gran influencia de economistas de sensibilidad neoliberal en el PSOE, que gobierna en España (en coalición con Unidas Podemos), este partido votara en el Parlamento Europeo (junto al PP, Vox y Ciudadanos), hace unos días, en contra de la propuesta del eurogrupo parlamentario de izquierda (The Left) (que incluye a Unidas Podemos y otros partidos a la izquierda del grupo socialista) de suspender las patentes de las vacunas anti covid-19 (provisionalmente durante la pandemia) en el Parlamento Europeo. El constante apoyo del PSOE al principio de propiedad y su resistencia a interferir en las políticas del mercado (así como el crónico subdesarrollo de la inversión social en su política industrial) explican el enorme problema de falta de mascarillas y ventiladores en el país al principio de la pandemia. La abundante y exitosa industria textil (con grandes magnates y mecenas como Amancio Ortega, que quiso mostrar su apoyo para resolver la pandemia donando 63 millones de euros en equipamiento a la sanidad) tendría que haber producido mascarillas de forma masiva, bien voluntariamente o forzadas por el Estado, en lugar de producir vestidos de alta costura fuera de España, buscando salarios más bajos fuera del país. Habría sido más patriótico y eficaz que, al menos provisionalmente, hiciera mascarillas y material sanitario, fabricándolos en España, creando empleo. Fue un error que el gobierno no aprendiera de ello y que no interviniera reorganizando la industria española para producir aquellos equipamientos y herramientas que han sido fundamentales para responder a la pandemia (como está haciendo la Administración Biden en EEUU, rompiendo con el trumpismo imperante en aquel país).

El significado de los cambios en EEUU para España

No hay plena conciencia en España de lo que está pasando en EEUU, donde ha habido una protesta sin precedentes frente al trumpismo (que era la expresión extrema del neoliberalismo iniciado por el presidente Reagan, el autor del famoso eslogan "El gobierno no es la solución, sino el problema"), que ha cambiado profundamente la orientación de las políticas federales de EEUU. El trumpismo fue la máxima expresión de la revolución neoliberal, adoptada también, a través de la tercera vía, por la socialdemocracia europea, que pasó de socialdemócrata a socioliberal. Esta revolución suponía el triunfo del mundo empresarial y sobre todo del especulativo y financiero sobre el capital productivo y el mundo del trabajo. La primera medida tomada por el presidente Reagan fue derrotar al mundo sindical en la huelga de controladores aéreos. El grado de extremismo a favor del mundo empresarial que encarnó Trump aparece con toda claridad en su negacionismo, anteponiendo los intereses del mundo empresarial a todo lo demás. El binomio Vox-PP de Ayuso es la versión española de este trumpismo.

Pero lo que no se ha explicado bien en España es la intensidad de la protesta que tuvo lugar en EEUU frente al trumpismo, que se tradujo en la considerable fuerza que tuvieron las izquierdas durante las primarias del Partido Demócrata. Tal influencia derivó en un pacto entre Biden y Bernie Sanders, el candidato socialista, lo que explica el cambio de 180 grados de las políticas federales. Como ha señalado The New York Times, estas suponen la reactivación del New Deal, con una dimensión muy importante: redefinir el significado de política industrial, anteponiendo los productos sociales a la producción de bienes de consumo de carácter mercantil. No es justo ni eficiente para un país producir tanto automóvil, cuando hay tan pocos ventiladores en los hospitales, como tampoco lo es diseñar y confeccionar tantos vestidos de alta costura cuando lo que faltan son batas de protección y mascarillas, o no considerar la atención a los infantes y a las personas dependientes -incluyendo a los ancianos- como un elemento fundamental para garantizar la calidad de vida y bienestar de la población, objetivo que debería ser prioritario para cualquier gobierno que se defina como democrático.

El enorme fracaso del neoliberalismo y su máxima expresión, el trumpismo, explica que, resultado de una movilización popular, se considere que "el gobierno no es un problema sino es parte de la solución", como afirmó el presidente Biden en su discurso al Congreso, prometiendo en la campaña electoral frente a Trump, apoyar la eliminación de las patentes –tal como había promovido Bernie Sanders-, lo cual acaba de cumplir. No es cierto, por lo tanto, que fuera una sorpresa como han indicado varios medios en España, lo que refleja un conocimiento muy limitado de la realidad estadounidense. Está habiendo un cambio muy notable en el que es interesante subrayar que el The New York Times también apoye la propuesta, así como la máxima dirigente del Partido Demócrata, la Sra. Nancy Pelosi. Ello es un ejemplo más de la importancia de recuperar el New Deal en EEUU, de tal manera que nunca antes ha habido una mayor propuesta de inversión pública -incluyendo la inversión social- que ahora. Lo que es importante de destacar es que, según la encuesta de la cadena NBC, la gran mayoría de la población estadounidense está a favor de estas medidas, incluyendo a la mayoría de votantes republicanos, lo cual ha puesto al Partido Republicano, controlado por los trumpistas, en una situación difícil. La mayoría de la población está a favor de la solidaridad nacional e internacional.

La importante noticia de que el gobierno español acaba de declarar su apoyo a la suspensión provisional de las patentes anti covid-19

Acaba de salir la noticia importante de que el gobierno español ha decidido apoyar la suspensión provisional de las patentes de las vacunas. Sin lugar a dudas, ello se debe a la declaración del presidente Biden de suspenderlas, pues hasta ahora lo sucedido en el Parlamento Europeo iba en sentido contrario. Sería muy positivo que el partido gobernante, el PSOE, recuperara su vocación transformadora y fuera más atrevido para enfrentarse a los enormes lobbies económicos, financieros y farmacéuticos que están interfiriendo en la aplicación de políticas públicas necesarias para mejorar el bienestar de la población española. Es imposible que en España puedan resolverse los graves problemas existentes, magnificados por la pandemia, sin un cambio muy notable de sus políticas públicas, con un mayor intervencionismo del sector público en cubrir los enormes déficits sociales (en sanidad, en salud pública, en educación, en servicios sociales, en vivienda, y en la creación de empleo estable y de calidad). Tales déficits han creado una gran polarización social que dificulta la cohesión del país. No sería justo ni eficiente que, en un momento en el que la solidaridad es tan necesaria para resolver la crisis sanitaria y social, todavía se mantuvieran posturas como la oposición a la suspensión provisional de las patentes a nivel nacional e internacional para resolver y anular la pandemia y recuperar así la actividad económica y el bienestar de la población.

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El trumpismo que gobierna en Madrid es el heredero del fascismo de los años treinta https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/04/28/el-trumpismo-que-gobierna-en-madrid-es-el-heredero-del-fascismo-de-los-anos-treinta/ Wed, 28 Apr 2021 05:01:54 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5841 Continuar leyendo "El trumpismo que gobierna en Madrid es el heredero del fascismo de los años treinta"]]> La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso (c), llega acompañada por la vicesecretaria de Política Social del PP, Ana Pastor (d), este martes a un colegio de la localidad madrileña de Alcobendas en el ámbito de la campaña electoral de cara a los comicios regionales del próximo 4 de mayo. EFE/Víctor Lerena
La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso (c), llega acompañada por la vicesecretaria de Política Social del PP, Ana Pastor (d), este martes a un colegio de la localidad madrileña de Alcobendas en el ámbito de la campaña electoral de cara a los comicios regionales del próximo 4 de mayo. EFE/Víctor Lerena

La historia nunca se repite, pero hay distintos momentos de nuestra historia que, por muy diferentes que sean las circunstancias que los rodean, tienen bastantes elementos en común. Uno de esos momentos de parecidos históricos es el que ocurrió en Madrid en los años treinta, durante la II República, y lo que está pasando ahora en esa ciudad a raíz de las elecciones autonómicas. En ambos momentos, tan lejanos en el tiempo (separados por casi un siglo), las clases dominantes del país (ahora sus herederos) han promovido ideologías que, aun siendo distintas, tienen muchos puntos en común.

La ideología de las clases dominantes de los años treinta (ampliamente extendida en varios países de la Europa Occidental) era el fascismo, una ideología totalizante que en su versión española defendía la monarquía borbónica, centrada en la capital del reino, Madrid, con una visión jacobina del Estado español, que consideraba ilegítimas a las fuerzas políticas (hordas, se las llamaba) basadas en el movimiento obrero (socialistas y comunistas) que amenazaban con alterar su control sobre la sociedad, considerando que les pertenecía por derecho divino o histórico. Su objetivo principal era el de mantener por todos los medios, incluyendo los autoritarios y antidemocráticos, el poder institucional que les garantizaría su dominio político, económico y mediático del país. En los años treinta, Madrid se convirtió en un símbolo de la resistencia antifascista frente a las fuerzas militares que le estaban sitiando. Nunca antes había habido una solidaridad mayor entre las fuerzas democráticas a lo largo del territorio español en defensa de Madrid, sitiada por el fascismo. El entonces president de la Generalitat, Lluís Companys (fusilado más tarde por las tropas fascistas), acuñó entonces su famosa frase "Madrileños: ¡Catalunya os ama!".

El trumpismo es la versión del siglo XXI del fascismo

Actualmente, la ideología de las clases dominantes en Madrid (que son las herederas de las clases dominantes de aquel entonces) es el trumpismo. Tales clases tienen como sus instrumentos políticos a dos partidos políticos (PP y Vox, una escisión del PP) que fueron fundados por personajes de la dictadura establecida por un golpe militar en el que fue determinante el apoyo de las tropas enviadas por Hitler y Mussolini, imponiendo una de las dictaduras más sangrientas que hayan existido en la Europa Occidental en el siglo XX (por cada asesinato político que cometió el régimen fascista de Mussolini, el liderado por Franco cometió más de 10.000, según el mayor experto en fascismo europeo, el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, EEUU). La ideología que estos partidos apoyan ahora -el trumpismo- tiene muchas características semejantes al fascismo español de sus antecesores, desde su nacionalismo clasista, racista, xenófobo y machista extremos, a su autoritarismo, considerando ilegítimo (tanto Vox como PP así lo han indicado) al gobierno democrático de coalición de izquierdas, al cual desean expulsar de las instituciones.

 Dos ideologías -el fascismo y el trumpismo- con muchos puntos comunes

Hay más semejanzas entre estas dos ideologías que las aquí expuestas (para expansión de este punto, ver mi artículo "El trumpismo y sus consecuencias para Madrid y para España", Público, 15 de abril del 2021). Pero también hay diferencias, según el contexto político en el que se reproducen. Ambas son ideologías sumamente regresivas y reaccionarias en defensa permanente de los intereses de las clases dominantes. Pero de la misma manera que el fascismo nacional-católico españolista fue muy distinto al fascismo italiano, y ambos distintos al nazismo, el hecho es que todos ellos compartieron características comunes. Lo mismo ocurre ahora con el trumpismo. La versión españolista es distinta a la italiana, y esta a la francesa y a la alemana; pero todas ellas son instrumentos promovidos por las clases dominantes de estos países que quieren eliminar cualquier elemento contestatario a su dominio, Y muy en particular el comunismo y el socialismo, además del feminismo y el ecologismo. Es más, su adhesión a la teoría meritocrática como justificación de su dominio (que también comparte con el neoliberalismo) añade un componente de clase, de raza y/o étnico-cultural, que intenta justificar su supuesta superioridad y dominio a través de un autoritarismo y una cultura profundamente antidemocrática que les permite acusar de ilegítima la mera presencia del adversario en las instituciones, exigiendo su eliminación. La última noticia del trumpismo en EEUU es que el Estado de Florida (gobernado por el trumpista Ron DeSantis) ha hecho una propuesta que pide a los estudiantes que denuncien a los profesores de los centros académicos públicos que sean socialistas o comunistas, definiendo como tales a todos los que se oponen al trumpismo.

 El hecho de que no se perciba al trumpismo y al fascismo como semejantes se debe al desconocimiento de lo que es el trumpismo y al olvido y desmemoria histórica en España

Ahora bien, estas diferencias no deberían ocultar sus grandes semejanzas. Soy consciente de que muchos lectores, leyendo estas líneas, creerán que quizás se exagera en la descripción del trumpismo español (al cual se le reduce como un mero populismo) como una ideología semejante al fascismo. Pero me temo que esta lectura puede que sea resultado de un desconocimiento de la historia de España, así como de las grandes similitudes que el trumpismo tiene con el fascismo español, del cual se tiene un conocimiento muy limitado y tergiversado, resultado del olvido histórico fruto de una transición inmodélica de la dictadura a la democracia. Y es en ese punto donde los herederos del fascismo (Vox y la rama Ayuso del PP) se encuentran en una situación de gran ventaja sobre los antifascistas en España.

Los herederos del golpe militar del 1939 dominaron el proceso de transición de la dictadura a la democracia que consolidó el olvido histórico

La falta de recuperación de la memoria histórica en España (que es la corrección de nuestra tergiversada historia) explica el desconocimiento de lo que fue el fascismo y las consecuencias que tuvo para España, así como su continuación posterior en muchos aparatos del Estado y su influencia en la cultura de las derechas españolas (que siempre han estado en el extremo del ideario derechista europeo). Y que ello ocurriera se debe, en parte, a la complicidad de las izquierdas gobernantes en España, que no corrigieron, hasta hace muy poco, la enorme tergiversación de la historia de España. De ahí que se desconozca lo que fue, lo que significó y lo que se reproduce en la cultura dominante de las derechas en España. Ni que decir tiene que las derechas quieren evitar la corrección de este desconocimiento, y cuentan para ello con la colaboración de grandes medios de información. Este desconocimiento de nuestro pasado ha permitido que Vox se presente como algo nuevo, desvinculándolo de su pasado.

El coste de no corregir la tergiversada historia

Este desconocimiento ha tenido un coste enorme para las fuerzas democráticas, pues no se percibe a Vox y la corriente Ayuso dentro del PP como los sucesores de aquel fascismo, ya que para la mayoría de la juventud este pasado está tan deformado y es tan ignorado que Vox incluso parece gozar de una credibilidad para algunos sectores de la población, no solo de las clases pudientes (fue el partido más votado en tres secciones censales de los dos distritos más pudientes de Barcelona en las últimas elecciones al Parlament de Catalunya: Sarrià-Sant Gervasi y Les Corts) sino también de los barrios más deprimidos y pobres de tal ciudad (fue la segunda fuerza más votada en la zona norte de Nou Barris de Barcelona) que se sienten atraídos por su mensaje de protesta de "que se vayan todos", detrás del cual deberían añadir "para que continúen mandando los de siempre". En realidad, Vox surge cuando la hegemonía de las derechas se siente amenazada por la aparición en el panorama político de fuerzas -con amplia base popular- a la izquierda del PSOE que quieren corregir esta enorme concentración de poder económico y político en el país.

 Las políticas públicas propuestas por "los superpatriotas" dañan enormemente a las clases populares

Ahora bien, su programa económico, y muy en particular el de Vox (de nuevo, con gran simpatía por parte del grupo más radical del PP, liderado por la Sra. Ayuso) incluye predeciblemente medidas de gran apoyo a las clases dominantes y de gran hostilidad a la clase trabajadora. Lean su programa económico y lo verán.  Tales medidas incluyen: 1) una bajada de los impuestos de patrimonio y de sucesiones a los propietarios de capital y a las clases más pudientes, beneficiando predominantemente a las élites; 2) una reducción del gasto público y de los servicios públicos; 3) una privatización de los servicios públicos y, muy en especial, de la sanidad y la educación; 4) una desregulación de los mercados laborales (con una pérdida de poder adquisitivo para la clase trabajadora), y de los mercados comerciales, anulando medidas de protección del trabajador y del consumidor); 5) políticas de apoyo al mundo empresarial para que tenga plena libertad (sin limitación ni regulación en sus contratos); 6) promoción de las condiciones de competitividad a fin de permitir la máxima flexibilidad; 7) reducción de las pensiones cuyos costes se consideran inasumibles; 8) cómputo de toda la vida laboral del trabajador a fin de calcular su pensión pública (lo cual reduciría dramáticamente las pensiones); 9) sustitución de las pensiones públicas por privadas, con desgravaciones para estimular las pensiones privadas; 10) reducción de las cotizaciones sociales a la seguridad social de los trabajadores y de los empresarios; 11) sustitución de los servicios ofrecidos por el Estado, facilitando que sean las familias las que lleven a cabo las funciones de atención a sus integrantes, terminando así la dependencia de la población al Estado, pues "considera al estado como el camino más corto hacia la tiranía; 12) reducción de la escuela pública, repartiendo cheques escolares que favorezcan la libre elección del centro escolar; 13) reducción de los impuestos a la electricidad, el agua y el gas; 14) reducción de los impuestos de sociedades a un máximo del 12,5% (propuesta que es más trumpista que Trump, pues la reducción del impuesto de sociedades que aprobó en EEUU lo situó en un 21%. Vox la reduce casi el doble); y 15) bajada de impuestos a inversiones extranjeras para que estas aumenten.

Es difícil ser más favorable a las élites pudientes y dominantes y más hostil a las clases populares del país. Se dirá que estas medidas son distintas a las que llevó a cabo el fascismo. Y aun cuando ello es cierto, hay que tener en cuenta que el objetivo era el mismo en ambos movimientos políticos: favorecer a las clases pudientes a costa de las clases populares. Cómo lo intenten hacer varía según el contexto en el que se aplican, que es muy distinto ahora al existente en  los años treinta del siglo pasado.

 Las consecuencias negativas de la aplicación de tales políticas para las clases populares de Madrid y de toda España

El programa económico de Vox es incluso más extremo que la versión estadounidense del trumpismo, y que, de aplicarse, dañaría enormemente a las clases populares, incluyendo a las de la ciudad de Madrid, el Madrid popular. Es sorprendente lo poco que este programa se ha debatido en los medios, lo cual ha favorecido su aceptación como una opinión política más, facilitada además por la estrategia de tal partido -también característica del PP y, muy en particular, de Ayuso- de enfatizar los temas identitarios como "la patria" y "la nación", entre otros, a fin de ocultar su clara orientación de apoyo al poder de las clases dominantes.

La imagen del "madrileñismo castizo" que Ayuso presenta en su campaña intenta utilizar el hartazgo de la población madrileña frente a la pandemia y su deseo de volver a la normalidad, como escudo para ignorar su enorme incompetencia y el gran daño que ha causado a las clases populares, tal y como el trumpismo ha hecho en EEUU. En este último país, el desastre causado por el trumpismo desencadenó una protesta generalizada que ha dado paso a un nuevo gobierno -el gobierno Biden- que prioriza el control de la pandemia, haciendo así posible la gran recuperación económica que ya está teniendo lugar, llevando a cabo propuestas opuestas a las realizadas por la administración Trump.

En España, la victoria de Ayuso y Vox en Madrid, significaría una gran victoria para las fuerzas trumpistas españolas herederas de las fascistas, retrasando todavía más el control de la pandemia y la recuperación económica del país. La evidencia de ello es abrumadora. La derrota del Madrid progresista y democrático (como ocurrió en los años treinta del siglo XX) sería sumamente negativa para las fuerzas democráticas del país, como fue también la derrota del Madrid republicano popular por las fuerzas fascistas en el conflicto militar de los años treinta.

Una última observación: respuesta a 'El País, ¿quién está intoxicando la democracia española?

En un reciente editorial de El País del 25 de abril, este rotativo denuncia el comportamiento tóxico de Vox, que está obstaculizando el desarrollo democrático de España, subrayando que la enorme crispación existente en el país, a la que Vox contribuye en gran medida, contrasta con la cultura democrática civilizada que se presenta en los países vecinos como Alemania, Italia, Francia y Portugal (países todos ellos que sufrieron regímenes dictatoriales de ultraderecha semejantes al español). Es sorprendente que este editorial describa tal realidad sin intentar explicar el porqué de esta situación, que es fácil de ver y de entender. En todos estos países, el establecimiento de un régimen democrático supuso una ruptura con el régimen dictatorial anterior que sustituyó. Las fuerzas democráticas ganaron y las fuerzas fascistas fueron derrotadas militarmente en todos ellos, lo cual permitió un amplio y profundo cambio de sus Estados. No fue así en España. En contra de lo que El País ha promovido siempre, la Transición en España no fue una ruptura con el régimen político anterior, sino una "modificación" importante, pero sin ser rotura. En realidad, el Estado, incluyendo la mayor parte del establishment político del régimen y su funcionariado continuaron, manteniendo las ultraderechas (ahora presentadas como las derechas) su gran influencia sobre el Estado y, muy en particular, sobre sus aparatos, como la seguridad, las fuerzas armadas y la judicatura, cuya ideología es muy cercana a la del régimen que les precedió. Y sin ánimo de menospreciar los avances que tales cambios significaron para el Estado español, el hecho es que la gran influencia que los herederos de los vencedores de la Guerra Civil siguieron teniendo explica el carácter inmodélico de la Transición, perpetuando su enorme poder e influencia y negando la premisa central de la tesis de ejemplaridad de la Transición, que afirmaba que el resultado del proceso había sido una democracia homologable a la de los países europeos de su entorno. La enorme hostilidad y toxicidad de la vida política española, claramente expresada por las derechas, es prueba de la falsedad de tal premisa. La vida política de España nunca ha sido homologable a la de los países citados, y ello es resultado de la derrota de la ultraderecha en aquellos países y su pervivencia y excesivo poder en el nuestro.

Las izquierdas a la izquierda del PSOE siempre han sido tratadas por las derechas como sujetos a eliminar. La toxicidad es característica en las derechas (que en el panorama europeo serían consideradas ultraderechas) españolas. El grado de hostilidad hacia Pablo Iglesias y su familia (sin que haya habido una crítica extensa entre los medios, con una petición de intervención legal) es un síntoma, entre miles, de esa toxicidad. En realidad, la hostilidad de la gran mayoría de medios hacia Pablo Iglesias, hacia Podemos y ahora hacia Unidas Podemos, ha sido el campo abonado para alcanzar tal nivel de violencia verbal (prólogo de la posible violencia material).

Pero hay otros miles de ejemplos de las enormes insuficiencias de la democracia española, resultado del excesivo poder -autoritario y antidemocrático- que ejercen las derechas sobre el Estado español. Un resultado de ello es que España es uno de los países con mayores desigualdades por clase social en la Europa Occidental, estando desde siempre polarizado y dividido entre unas clases pudientes, minoritarias pero muy poderosas, por un lado, y las clases populares, por el otro. Miren los datos y lo verán. Ha sido así durante todo el período democrático; y ello se debe precisamente al enorme y excesivo poder de las derechas (ultraderechas en Europa) sobre el Estado.

¿Quién está polarizando a España?

De ahí que es un signo de incoherencia (o mera hipocresía) que en la misma editorial en la que se denuncia a Vox por su actitud tóxica, El País critica a Unidas Podemos y a su dirigente, Pablo Iglesias, por polarizar el país debido a sus propuestas y su discurso. Cualquier analista objetivo puede ver que las políticas propuestas por tal formación política tienen como objetivo reducir las desigualdades y la polarización del país, no incrementarlas. La denuncia de su existencia es condición necesaria para poder dar visibilidad mediática a tal problema estructural en el país, a fin de poder resolverlo. ¿Dónde está la toxicidad en Unidas Podemos? Entiendo que aquellos que representan a los sectores pudientes -muy poderosos en los medios de información- se sientan interpelados. En realidad, una constante en el comportamiento de las derechas españolas centradas en la capital del Reino ha sido su enorme hostilidad cuando ven el enemigo, UP, nada menos que en el gobierno español. No fue Vox, sino el PP, el que utilizó el término "ilegítimo y criminal" para referirse a este gobierno, por incluir a UP. Y esta hostilidad ha ocurrido desde el inicio de la democracia con todas las fuerzas o personalidades de izquierdas a la izquierda del PSOE. El grado de toxicidad de la vida política en España depende del nivel de peligro que las derechas sientan de ver sus privilegios amenazados, alcanzando su máxima expresión ahora cuando por primera vez ven al enemigo en el gobierno. El que la toxicidad haya alcanzado este extremo se debe a que, por primera vez, hay un gobierno de coalición de izquierdas que incluye un espacio político que quiere terminar con la excesiva influencia que la derecha heredera del régimen anterior ejerce sobre el Estado. Las clases populares de Madrid y del país se juegan mucho en las elecciones del 4 de mayo.

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La ocultada causa del fracaso de la Unión Europea en la provisión de las vacunas anti covid-19 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/04/21/la-ocultada-causa-del-fracaso-de-la-union-europea-en-la-provision-de-las-vacunas-anti-covid-19/ Wed, 21 Apr 2021 05:05:30 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5828 Continuar leyendo "La ocultada causa del fracaso de la Unión Europea en la provisión de las vacunas anti covid-19"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Health and Public Policy en The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Un sanitario prepara una vacuna contra el coronavirus, en Madrid. REUTERS
Un sanitario prepara una vacuna contra el coronavirus, en Madrid. REUTERS

Una de las características de las principales instituciones de la Unión Europea (desde la Comisión Europea al Parlamento Europeo) es que han estado gobernadas durante la mayor parte de su existencia por una mayoría conservadora-liberal ferviente creyente del dogma neoliberal, plenamente comprometida con la existencia y extensión de la globalización mundial de la actividad económica e impulsora de políticas de equilibrio presupuestario a nivel nacional (mediante austeridad de gasto público) sujeto a las reglas del capital financiero dictadas por el Banco Central Europeo. Estas políticas -como las de austeridad de gasto público- debilitaron los servicios públicos del Estado del Bienestar (como los sanitarios, los de salud pública y los sociales, entre otros) de gran parte de los países de la UE (y, muy en especial, de los del sur de Europa), disminuyendo su capacidad de responder a la pandemia y proteger a la población frente a sus estragos. La privatización de la sanidad pública, estimulada por sus políticas neoliberales, ha causado un enorme daño a la población, puesto que –predeciblemente- los servicios privados han tenido una eficacia limitada frente a la pandemia.

Otra consecuencia del neoliberalismo del establishment político europeo ha sido el enorme fracaso de la provisión de vacunas en la UE. Para resolver la urgente necesidad de vacunar a la población europea, se siguieron las sacrosantas leyes del mercado, intentando adquirir a buen precio las vacunas a las empresas farmacéuticas que las producen. Un tanto igual había ocurrido antes con la adquisición de mascarillas y ventiladores en el mercado internacional. El resultado de esta fe en el mercado global para adquirir las vacunas anti covid-19 ha favorecido claramente a las empresas farmacéuticas productoras (poseedoras del monopolio del mercado debido al derecho de propiedad privada, es decir, de las patentes, otorgadas precisamente por los Estados y por las instituciones reguladoras de los mercados internacionales) a costa de las poblaciones de los países desarrollados y, especialmente, de los países subdesarrollados que más las necesitan. Esto se debe a que estas empresas antepusieron el objetivo de optimizar sus beneficios a todo lo demás, respondiendo con celeridad al mejor pagador, incumpliendo incluso el calendario de entrega acordado con compradores como la UE, que creyó que había hecho una buena compra a un buen precio, hasta constatar que había sido descartada al disponer de compradores que ofrecieron mejores precios.

El reciente cambio de la política del establishment de la UE: la prohibición de las exportaciones

El enorme fracaso que supuso la respuesta neoliberal de la Comisión Europea (y de la mayoría del Parlamento Europeo) a la pandemia ha hecho variar su postura y se ha visto forzada a suspender su fe en el libre mercado, interviniéndolo mediante la prohibición a las industrias farmacéuticas de exportar las vacunas producidas en el territorio de la UE a países que no pertenecen a la UE. Se ha convertido así al nacionalismo más intervencionista que se opone a que se exporten vacunas producidas en la UE, limitando así las leyes del mercado a sus fronteras. El problema con esta postura es que deja a los Estados como España (que tiene nula producción de vacunas y de otros elementos y materiales imprescindibles para contener la pandemia) en una posición muy débil.

Cómo puede resolverse el grave problema de la falta de vacunas. La necesidad de ser coherentes.  ¿Estamos o no estamos en una guerra contra el virus?

La enorme escasez de vacunas que está sufriendo la UE exige dos respuestas que no están siendo consideradas todavía por parte del establishment europeo pero que se verán obligados a hacerlo si hay suficiente presión popular para que se haga. Una primera respuesta pasaría por eliminar las barreras que dificultan la producción de vacunas anti covid-19 así como otros productos esenciales. Y ello requiere eliminar las patentes -los derechos de propiedad- de los actuales productores para permitir que España, por ejemplo, las produzca masivamente, incentivando o forzando a las empresas farmacéuticas de su territorio a producirlas. En realidad, la suspensión de estos derechos de explotación debería hacerse a nivel mundial, autorizando a cualquier país o grupo de países a producirlas. Se dispone de suficiente materia prima y conocimiento científico para poder hacerlo en cualquier parte del mundo. La evidencia de ello es contundente, pese a lo que indican las empresas farmacéuticas, cuyo monopolio les está reportando unos beneficios enormes.

Esta postura, que cuenta hoy con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 100 países (entre ellos el Vaticano), las mayores asociaciones internacionales de salud pública y, más recientemente, 170 Premios Nobel y exmandatarios de gobiernos como Gordon Brown, del Partido Laborista británico, François Hollande, del partido socialista francés, y Jose Luís Rodríguez Zapatero, del PSOE, entre otros, está liderada en el Parlamento Europeo por el grupo parlamentario de las izquierdas The Left (al cual pertenecen los partidos y espacios políticos como Unidas Podemos, a la izquierda del grupo parlamentario socialista), apoyo que está expandiéndose a medida que la población -a la cual se le ha pedido enormes sacrificios- está exigiendo respuestas más eficaces y contundentes para resolver el problema de la escasez de vacunas. Es sorprendente que el mismo establishment político conservador neoliberal (en el cual incluyo amplios sectores de la antigua socialdemocracia, convertida al socioliberalismo) que utiliza constantemente el eslogan de que "estamos en un estado de guerra contra el virus" (a fin de justificar enormes sacrificios sociales y económicos exigidos a la población) se oponga al mismo tiempo a que se tomen medidas para ganarla. Y es decepcionante que el Gobierno español no apoye tal medida, a pesar del apoyo de su socio de gobierno -Unidas Podemos- y también, por cierto, de la mayoría de los votantes y militantes del PSOE. La excesiva influencia de su equipo económico de orientación socioliberal está obstaculizando la aprobación de tal medida que permitiría que se produjeran masivamente vacunas en España en cuestión de meses. No dudo de que en la XXVII Cumbre Iberoamericana que se está celebrando en Andorra, la voluntad del presidente Pedro Sánchez es la de ayudar a los países latinoamericanos (cuya población, que representa el 8,4% de la población mundial, ha asumido el 28,7% de las muertes por la pandemia) a controlar la pandemia mediante el envío de vacunas a aquel continente. Ahora bien, la mejor medida para ello sería permitir que esos países puedan fabricar las vacunas anti covid-19 que ya han demostrado su eficacia, pues tienen el conocimiento, instrumentos y materiales para hacerlo. Ayudarles enviando vacunas, como el presidente ha propuesto en la conferencia en la Cumbre Iberoamericana es insuficiente.

La incoherencia (hipocresía) del establishment conservador-liberal europeo. Exigen enormes sacrificios a la población pero no a los que podrían acabar con la pandemia

La incoherencia (algunos lo llamarían hipocresía) del discurso del establishment europeo es enorme. Repito que a las poblaciones europeas se les exige, con razón, enormes (insisto, enormes) sacrificios en cuanto a movilidad, confinamientos y otras medidas para intentar contener la pandemia; y esos sacrificios implican también enormes costes económicos. Nunca antes se había impuesto tanto sacrificio a la población europea (y mundial), y el establishment y los gobiernos europeos intentan justificarlo proclamando que "estamos en guerra contra el virus". ¿Se imagina el lector que en una situación de guerra los Estados tolerarían que las empresas armamentísticas del país dictaran el tipo de producción y los precios de sus productos? Esto nunca ha ocurrido. Lo que se considera el bien común -la supervivencia de la población- se antepone a todo lo demás. ¿Por qué este principio no se aplica ahora? ¿Por qué se anteponen los intereses de las empresas farmacéuticas productoras de las vacunas anti covid-19 eficaces (cuya financiación de la investigación, por cierto, ha sido primordialmente pública, otorgándoseles posteriormente el privilegio de monopolizar la producción a través de las patentes) por encima de los intereses de la población? Es escandaloso que ello se permita y pone en evidencia la hipocresía del establishment europeo. Su gran temor es que anular tal propiedad privada, suspendiendo las patentes (obligando a anteponer el bien común a los intereses comerciales) crearía un precedente que puede llegar a cuestionar la legitimidad del neoliberalismo que tanto ha beneficiado a las élites económicas, financieras, políticas y mediáticas que rigen y dominan la UE. Esta es la realidad que se pretende ocultar. Existe un gran temor de que el enfado popular pueda cuestionar el dogma tan extendido y del cual las minorías que representan tanto se ha beneficiado.

Por qué no se discute la suspensión de las patentes en España. La necesidad del cambio en el sistema productivo: hacia el New Deal Social

Esta suspensión temporal de las patentes mientras dure la pandemia serviría también para estimular un cambio profundo en la economía española, excesivamente orientada hacia la producción y el consumo de bienes y servicios de sectores pudientes y poco enfocada hacia la economía del bienestar de la mayoría de población. La pandemia ha dejado al descubierto las enormes carencias de esta última en España. Es urgente que se desarrolle una economía que anteponga las necesidades de la población y su deseo de felicidad y calidad de vida a todo lo demás. Tenemos evidencia de que han sido los países europeos (los escandinavos, en concreto) que prestan mayor atención a este bienestar social (con el objetivo de corregir las desigualdades sociales) los que han tenido mayor éxito en la contención de la pandemia y en la reactivación de la actividad económica. Los países escandinavos gobernados durante la mayoría del período después de la II Guerra Mundial por partidos comprometidos con políticas públicas redistributivas, imprescindibles para el máximo desarrollo de sus Estados del Bienestar, tienen menos desigualdades sociales y de género y menor tasa de mortalidad por covid-19 que la mayoría de países de la Europa Occidental. Aviso importante: para analizar el grado de eficacia de un país en su control de la pandemia hay que mirar los indicadores de gravedad de la pandemia (como la tasa de mortalidad por covid-19) acumulados, es decir, durante toda la pandemia, y no solo en un período concreto. Desde este punto de vista, el mejor indicador es el número de muertes por covid-19 por cada 100.000 habitantes desde que comenzó la pandemia. Al analizarlo podemos ver que aquellos países con menos desigualdades tienen menos mortalidad por covid-19. Los datos hablan por sí mismos: utilizando el conocido indicador de desigualdad de rentas, el coeficiente de Gini (a menor valor, menor es la desigualdad) podemos ver que Noruega (25,4) Dinamarca (27,5) y Finlandia (26,2), tienen todos ellos valores más bajos que España, con un coeficiente de Gini de 34 (uno de los países más desiguales en tal comunidad). El número de muertes por covid-19 por cada 100.000 habitantes en Noruega es de solo 12,9, en Dinamarca 42,8 y en Finlandia 15,8, cifras mucho más bajas que España, donde la tasa asciende hasta 163 (uno de los países de la UE-15 con mayor tasa de mortalidad por covid-19) (para expandir este punto ver "El trumpismo y sus consecuencias para Madrid y para España", Público, 15.04.21).

Un ejemplo de esta incoherencia y mala gestión es el gobierno de la Comunidad de Madrid presidido por Ayuso

Un tanto igual ocurre, por cierto, en cuanto a desigualdades de género, siendo estos países los que también tienen menos desigualdades.  En todos ellos, y como resultado de un compromiso político por priorizar lo social y lo público, han mostrado que una economía que valora el bien común tiene mejores indicadores de bienestar que las sociedades más liberales, que anteponen el bienestar individual sobre el colectivo. Y ello, por cierto, repercute en sus indicadores de eficiencia económica.

Esto me lleva a subrayar el otro gran error de la dirección de la UE (que comparte con el trumpismo), que separa el control de la pandemia de la recuperación económica, creyendo que lo segundo es posible sin lo primero. Esta postura está totalmente desacreditada, aunque continúa vigente en amplios sectores de las derechas en España, como Vox y la rama Ayuso en el PP, así como C’s. Los países que se han podido recuperar económicamente han sido aquellos que han sido más exitosos en el control de la pandemia, como los citados anteriormente, realidad que también queda demostrada en España en la Comunidad de Madrid, donde sus gobernantes -siguiendo la ideología trumpiana que sostienen-, al haber relajado o ignorado las medidas de salud pública (con el supuesto fin de recuperar la actividad económica), han obteniendo como resultado una de las mayores tasas de mortalidad por covid-19 sin conseguir una mayor recuperación económica.  

 La necesidad de cambiar el modelo productivo: el New Deal Social

En este sentido, es muy interesante observar lo que está ocurriendo en EEUU, la cuna del trumpismo y donde, como respuesta a este, ha surgido una movilización de protesta liderada por las izquierdas que está influenciando las posturas de la administración Biden en la dirección sugerida en este artículo. Sus políticas públicas podrían definirse como de promoción del New Deal Social, en el que la inversiones del Estado no se hacen solo en las áreas que han recibido mayor atención en los últimos años, como son la digitalización y transición ecológica, sino también en el área social, indicando explícitamente que el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar (es decir, los servicios de ayuda a las familias, como escuelas de infancia a partir de los 0 años y servicios de atención a las personas dependientes, tanto domiciliarias como residenciales), por ejemplo, es tan importante para la recuperación económica como la mejora del sistema de transportes. En este sentido, los cambios de políticas públicas en cuanto a recuperación económica en la UE con la transferencia de 140.000 millones de euros a España (aun siendo insuficientes) pueden ser un elemento importante si se prioriza la corrección del enorme (insisto, enorme) retraso social del país.

Por qué la suspensión de las patentes de las vacunas anti covid-19 es esencial para el control de la pandemia

 Uno de los hechos ampliamente documentados es que el virus causante de la pandemia muta constantemente, apareciendo variantes que son más peligrosas que las anteriores, bien porque sean más contagiosas, bien porque sean más malignas, o las dos cosas a la vez. Y estas nuevas variantes podrían ser más resistentes a las vacunas hoy existentes que las anteriores. De ahí que la actitud dominante en el pensamiento neoliberal del individualismo egoísta que solo se preocupa de su situación personal es suicida, pues es imposible resolver el problema de la pandemia a no ser que se resuelva a nivel mundial. EEUU o Europa pueden alcanzar niveles de vacunación elevados y, sin embargo, estarán amenazados por nuevas olas de contagio a causa de nuevas variantes del virus resistentes a las vacunas conocidas que puedan aparecer en los países donde la pandemia todavía existe.

En este sentido, ningún país puede resolver la pandemia por sí solo. Y es ahí donde queda claro que la solidaridad mundial, permitiendo a todos los países o grupos de países producir sus propias vacunas, es la mejor estrategia para resolver la pandemia en cada país. El establishment conservador liberal que dirige la Unión Europea (y el gobierno español) que se opone a aprobar la suspensión de las patentes debería saber que incluso en el caso de que pudiera vacunarse en porcentaje de la población suficientemente elevados para conseguir la "inmunidad de rebaño", continuaría sin eliminar totalmente los efectos de la pandemia, puesto que la existencia del virus en otras partes del mundo podría hacer que apareciera de nuevo en Europa (incluyendo a España). La solidaridad mundial es más necesaria que nunca, pues la vida y bienestar de uno depende de la vida y bienestar de todos. La evidencia científica que apoya esta postura es abrumadora. Y hay recursos más que suficientes para así poder hacerlo.

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El trumpismo y sus consecuencias para Madrid y para España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/04/15/el-trumpismo-y-sus-consecuencias-para-madrid-y-para-espana/ Thu, 15 Apr 2021 07:23:40 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5813 Continuar leyendo "El trumpismo y sus consecuencias para Madrid y para España"]]> La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, durante una visita el barrio de Sanchinarro este miércoles en Madrid. EFE/Kiko Huesca
La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, durante una visita el barrio de Sanchinarro este miércoles en Madrid. EFE/Kiko Huesca

Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Health and Public Policy en The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center.

El trumpismo es una ideología que tiene como elemento central la defensa a ultranza del orden económico establecido que se siente amenazado por supuestas "hordas comunistas y socialistas" que se asume controlan el Estado junto con movimientos sociales contestatarios ante el orden social vigente (como el movimiento feminista y el ecologista, entre otros), portavoces todos ellos de ideologías contrarias al mantenimiento de una visión conservadora e idealizada del pasado que se asume fue mejor. La recuperación de ese pasado (que representa las esencias de la nación) promulga un nacionalismo exacerbado, excluyente e imperial que define a cualquier otra visión del país como "enemiga de la patria", indigna de pertenecer a ella, cuestionando su propia legitimidad. Profundamente autoritario y antidemocrático, el trumpismo tiene como objetivo controlar todas las esferas del Estado, desde los aparatos de seguridad, policial y jurídico hasta los medios de comunicación, en su proyecto que no es solo autoritario sino también totalitario, es decir, promotor de una visión ideológica totalizante, tanto en su dimensión religiosa -el nacionalcristianismo- como en su vertiente económica -promoviendo el dogmatismo neoliberal-, defendiendo la jerarquía social existente como resultado del régimen meritocrático, el cual favorece a los que están arriba en la escala social (pues son los que tienen más mérito) sobre todos los demás.  

¿Tiene el trumpismo estadounidense semejanzas con el fascismo español?

Cualquier demócrata que haya vivido durante la dictadura instaurada por el golpe militar del 1936 en España podrá reconocer muchas de estas características definitorias del trumpismo en la ideología fascista que, como bien definió el profesor Malefakis de la Columbia University de Nueva York (máximo conocedor del fascismo europeo), era una ideología no solo autoritaria, sino también totalitaria, en el sentido de intentar imponer una ideología totalizante, es decir, que abarcaba todas las dimensiones del ser humano -desde el lenguaje hasta el sexo-, con un nacionalismo extremo excluyente en una cruzada del nacionalcatolicismo en contra del infiel y en defensa del imperio español, supuestamente amenazado por el comunismo y el socialismo.

Definir tal régimen como "franquista", como todavía hoy es conocido en el discurso oficial del país, es profundamente erróneo, pues asume que era un régimen meramente autoritario populista (caudillista) cuando en realidad era también totalitario, es decir, promovía una ideología totalizante que aspiraba a impregnar todas las esferas del individuo, en defensa de unos valores políticos, económicos y sociales que sostenían al régimen. En realidad, el mejor indicador de que el régimen "franquista" no era meramente populista es que, incluso cuando el general Franco murió, la ideología del régimen continuó estando presente en amplios sectores del Estado monárquico español (y, muy en particular, en gran número de sus aparatos de seguridad y jurídicos) ubicados mayoritariamente en la capital del reino, Madrid, y también en los partidos que debieron sus orígenes ideológicos y políticos de aquel régimen, como son el PP y Vox. El PP fue fundado por ministros del régimen fascista. Hoy, sus dirigentes están acusando al gobierno de coalición de izquierdas español de ilegítimo (del mismo modo que Trump ha acusado de ilegítimo al gobierno Biden). También el PP y, muy en especial, su sección más extrema, encarnada en Isabel Díaz-Ayuso, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, están oponiéndose, como Trump también hizo, a las medidas de contención de la pandemia, cuestionando su validez anteponiendo los intereses de la economía a todo lo demás (aun a costa de retrasar la propia recuperación económica). En realidad, son estos elementos en común (entre otros) entre el trumpismo y los herederos del fascismo – el Partido Republicano estadounidense por un lado, y Vox y el PP por el otro-, los que explican la proximidad de tales formaciones políticas y la semejanza de sus políticas.

Políticas comunes del trumpismo estadounidense y de los herederos del fascismo

Estas formaciones políticas infravaloran lo que es la pandemia y el enorme dolor que ha generado a fin de justificar sus políticas a favor de los intereses económicos de los grupos políticos y mediáticos más poderosos del país. De ahí su escepticismo, cuando no su cinismo, sobre el conocimiento científico salubrista y las consecuencias de ignorarlo. Esta insensibilidad quedó claramente plasmada en las afirmaciones hechas por un dirigente trumpista del Estado de Texas, el Estado donde el trumpismo tiene mayor fuerza de EEUU, que, aun reconociendo que la pandemia estaba causando la muerte de muchos ancianos, respondió que debían aceptar su muerte como parte del deber necesario para salvar a la "patria" (es decir, la economía que los "patrióticos" promueven). El sinsentido y crueldad de esta frase -que caracteriza al trumpismo- es tal que, en realidad, ignora que el incremento de la mortalidad y el sufrimiento que causa no está salvando, sino empeorando, la economía, retrasando su recuperación. La evidencia de ello es abrumadora.

Los costes de ignorar las propuestas de salud pública: elevada mortalidad

En EEUU se han visto dos hechos de gran relevancia: una es que aquellos Estados (la mayoría de Estados gobernados por el Partido Demócrata) que han seguido las políticas de control de la pandemia propuestas por las autoridades de salud pública (como distancia social, mascarillas y confinamientos, entre otros), han tenido menos contagios y muertes por COVID-19 que aquellos Estados (la mayoría de ellos republicanos trumpistas) que no han seguido tales medidas o las han aplicado con excesiva laxitud. Investigadores de The Johns Hopkins University han estudiado la evolución de las infecciones y mortalidad por COVID-19 durante todo el año 2020 en Estados republicanos y en Estados demócratas, y han documentado que mientras los Estados republicanos tenían menores índices de contagio y mortalidad por COVID-19 al principio de la pandemia (desde el principio hasta mayo o junio) fueron deteriorándose más rápidamente y de una manera más acentuada de manera tal que tras el primer período, las tasas de infección pasaron a ser mayores en los Estados republicanos que en los demócratas, siendo la causa principal el comportamiento de los gobiernos estatales, ignorando o dando poca prioridad a las directrices de las autoridades gubernamentales de salud pública. Tales Estados fueron comparados con características semejantes en cuanto a estructura etaria, densidad de la población, grado de ruralidad, región censal, raza, género, pobreza, número de recursos sanitarios, nivel de obesidad, enfermedades cardiovasculares, asma, y porcentaje de población fumadora. Los resultados publicados en la revista American Journal of Preventive Medicine (marzo de 2021) eran contundentes: el trumpismo era el causante del número extra de muertes por COVID-19 en cada Estado republicano.

Existe, pues, abundante evidencia de que las políticas trumpistas que obstaculizaron las políticas propuestas por las autoridades de salud pública del propio gobierno federal fueron responsables de la elevada mortalidad debida al coronavirus. El presidente Trump llegó a acusar a la máxima autoridad sanitaria, el Dr. Faucci (conocido por su independencia y rigor científico) de promocionar la utilización de mascarillas (como medida protectora) como una forma de mostrar oposición política a su presidencia.

La mayor mortalidad que caracterizó el trumpismo no significó una recuperación económica mayor, antes al contrario

La otra noticia relevante es que la evidencia científica tampoco demostró la credibilidad del segundo supuesto del trumpismo, es decir, que su no aplicación de las directrices salubristas favorecería la recuperación económica. La evidencia científica disponible no muestra evidencia de ello. Antes al contrario, algunos de los Estados más trumpista de EEUU -tales como Texas-, que han tenido las mayores tasas de mortalidad por COVID-19 (170 muertos por cada 100.000 habitantes durante todo el período de la pandemia, una cifra mayor que el promedio de EEUU, 158) han sido también los que están entre los que han tenido mayor deterioro de la actividad económica. En 2020, el retroceso económico ha sido de un 4% del PIB, mayor que el del promedio de EEUU, ha sido del 3,8%.

En realidad, en ninguno de los Estados de los EEUU el incremento de la mortalidad y el abandono de las medidas preventivas para evitarla se tradujo en un mejoramiento de la economía.  Un tanto igual ha ocurrido a nivel mundial, donde los países con gobiernos trumpistas, como Brasil -que tiene una de las mayores tasas de mortalidad por coronavirus del mundo-, han tenido, a la vez, una enorme crisis económica que, sumada a la mortalidad por coronavirus, explica su gran impopularidad (el 60% de la ciudadanía brasileña desea que se vaya, ejerciendo una gran presión para que se apruebe el impeachment a su presidente, Jair Bolsonaro). Algo semejante ocurre en Hungría, otro país gobernado por trumpistas que está entre los países europeos con mayor tasa de mortalidad por coronavirus.

 El trumpismo en España

 Y en España, lo mismo ocurre en la comunidad autónoma de Madrid, gobernada por las derechas trumpistas herederas del fascismo, que también son conocidas por su insensibilidad hacia las medidas de prevención de la mortalidad por coronavirus. Según datos del Ministerio de Sanidad de España, es la comunidad autónoma con mayor número de casos de personas con coronavirus por cada 100.000 habitantes (solo superada por la ciudad autónoma de Melilla), y está entre las CCAA que tienen mayor número de muertos por coronavirus por cada 100.000 habitantes desde que empezó la pandemia. Es también la comunidad autónoma que tiene un mayor porcentaje de camas de hospital ocupadas por coronavirus (solo superada por la ciudad autónoma de Melilla), y la que presenta un mayor porcentaje de ocupación en las UCI.

Esta elevada tasa de mortalidad de la Comunidad de Madrid se debe no solo a la insensibilidad de su gobierno a las directrices de las autoridades sanitarias para controlar la pandemia sino también a sus políticas públicas de recortes de los servicios sanitarios y sociales, que han debilitado muchísimo su capacidad de respuesta a la pandemia. Estas políticas de recortes del gasto público sanitario y social, con la activa privatización de tales servicios ha sido característico también de las políticas trumpistas (Trump ha reducido los fondos del Medicare para la atención sanitaria a los ancianos y del MedicAid a las poblaciones con menos recursos aumentando el número de personas sin ninguna cobertura sanitaria de 28 a 32 millones), siendo Madrid una de las CCAA con menor número de personal público sanitario, y mayor porcentaje de servicios sanitarios privados (que se han mostrado deficientes en su respuesta a la pandemia).

  Por otra parte, la realidad económica de la Comunidad de Madrid no se corresponde a la expresión de "milagro económico" que el gobierno Ayuso utiliza para definir la realidad madrileña. Durante el año 2020, la actividad economía descendió, según el Banco de España, un 10,3% del PIB, un porcentaje similar al promedio del país. El elevado sacrificio que significó el gran aumento de la mortalidad del coronavirus no se tradujo en unos indicadores económicos mejores.

El trumpismo aumentó todavía más el enorme déficit social de España, resultado de las políticas neoliberales de los gobiernos anteriores

La evidencia que demuestra que sin el control de la pandemia no hay manera de recuperar la economía es abrumadora. Y este control de la pandemia depende mucho de la sensibilidad social y sanitaria del Estado, dimensión poco desarrollada en España y todavía menos en las CCAA gobernadas por las derechas. No es por casualidad que Madrid (y Catalunya, gobernada también por las derechas) estén entre las CCAA con mayor tasa de mortalidad por coronavirus. Los dramáticos recortes de la sanidad pública, la privatización de la sanidad y de los servicios del Estado del Bienestar, los escasos recursos de los servicios públicos, el escaso desarrollo de sus sistemas de salud pública, son todos ellos claros indicadores de esta insensibilidad, situación que ha ido empeorando durante la Gran Recesión, y que explica que la esperanza de vida de la población estuviera ya descendiendo durante aquel período, alcanzando su máximo descenso durante la pandemia. En España, se espera que un recién nacido en el año 2020 viva 82,4 años, mientras que en 2019 se esperaba que lo hiciera 84 años, que fue el nivel de esperanza de vida del año 2010. Ha habido, pues, un retraso de veinte años. España ha sido uno de los países de la Europa Occidental que ha visto más reducida su esperanza de vida. Y, dentro de ella, la Comunidad de Madrid ha sido una de las que ha visto su esperanza de vida más reducida este año en España ("Health Crisis. Spain worst hit as EU nations suffered life expectancy drops", Financial Times, 8 de abril de 2021; y cálculos de las estadísticas vitales de la mortalidad en España del Ministerio de Sanidad y comunidades autónomas). Y ello se debe a la escasa dimensión social del Estado español, incluyendo la Comunidad de Madrid.

Los Estados con extensos servicios públicos del Estado del Bienestar son los que controlan mejor la pandemia

Han sido los países europeos con mayor desarrollo de su Estado del Bienestar (con sus extensos servicios de sanidad y sociales, servicios de atención a la dependencia domiciliarios y residenciales, escuelas de infancia públicas y vivienda social, entre otros servicios), con trabajos mejor retribuidos y más satisfactorios, y con políticas redistributivas reductoras de las desigualdades sociales, incluyendo por clase social y por género, los que han tenido una menor mortalidad por coronavirus. Noruega, Dinamarca y Finlandia están entre los países que tienen menos desigualdades por clase social y por género, y son los que tienen menos mortalidad por COVID-19 en Europa. España (y todavía peor, Madrid) es de los que tienen mayores desigualdades por clase social y por género y mayor tasa de mortalidad por COVID-19. Los datos están ahí para quien quiera verlos. Concretamente, las tasas de desigualdad social (medidas en coeficiente de Gini) de los países gobernados por coaliciones de izquierdas durante más tiempo desde la II Guerra Mundial en la UE-15 son Noruega (25,4), Finlandia (26,2) y Dinamarca (27,5); mientras que países como España (34), con Estados del Bienestar poco financiados y políticas escasamente redistributivas presentan valores de tasa de desigualdad social mucho más elevados. EEUU (39) con un nivel de desigualdad incluso mayor, según los últimos datos de Eurostat y OECD. Un tanto igual en cuanto a desigualdades de género, con niveles mucho menores en Noruega (4,4%), Finlandia (5,8%) y Dinamarca (4%), que en España (8%) y EEUU (18,9%). La tasa de mortalidad por coronavirus por cada 100.000 habitantes es mucho más baja en Dinamarca (41), Finlandia (15) y Noruega (12,7), que en España (131) o EEUU (158). Los países escandinavos de tradición progresista también están entre los que vieron disminuir menos su PIB durante la pandemia. Su reducción del PIB en 2020 fue: Noruega (-0,8%), Dinamarca (-2,7%) y Finlandia (-2,8%); mientras que en Alemania (-4,9%), Francia (-8,1%), Italia (-8,9%), España (-10,8%; Madrid -10,3%) el descenso del PIB fue mucho más acentuado, según datos de Eurostat.

La creciente movilización popular frente al declive del trumpismo y la aparición de alternativas

La situación sanitaria tan caótica causada por el presidente Trump y su gran crisis económica fueron la causa de la mayor protesta que haya habido recientemente en EEUU frente a un partido gobernante. Nunca antes se había movilizado tanta gente como muestra de rechazo a un presidente en el gobierno. 81,2 millones de votantes en las pasadas elecciones. La protesta exigía no solo un fin de las políticas trumpistas del Partido Republicano (favorables a la inversión pública en el sector militar como estímulo económico, privatización de los servicios públicos en las áreas sociales, medidas fiscales altamente regresivas, y un largo etcétera) sino también el fin de las políticas públicas neoliberales que dominaron las administraciones de los gobiernos anteriores del Partido Demócrata.

Como bien indicó The New York Times, "progresistas y socialistas, junto con los sindicatos, iglesias de la comunidad negra, y otras organizaciones de la clase trabajadora han presionado para que el presidente Biden haya tomado las medidas para que aumente considerablemente el nivel de vida de la clase trabajadora". Como consecuencia del enorme crecimiento de las izquierdas progresistas dentro del Partido Demócrata, el significado de "recuperación económica" se redefinió, rechazándose la "normalidad" -entendida como la normalidad existente antes de la pandemia- como el objetivo a alcanzar por esa recuperación económica. Resultado de tal presión, hoy está teniendo lugar un cambio muy importante en las políticas públicas del gobierno federal, dándose gran prioridad a las inversiones sociales (como, por ejemplo, el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, que es el derecho de acceso a los servicios de ayuda a las familias, que van desde escuelas de infancia a partir de los 0 años hasta los servicios de atención a la dependencia, tanto domiciliarios como residenciales), así como a las inversiones en la economía verde, dando gran importancia a las actividades encaminadas a asegurar la calidad de vida y bienestar de la población, y poniendo como objetivo último la felicidad de la ciudadanía y no solo la producción y el consumo. El 80% de la población estadounidense aprueba estas medidas (y ello incluye más del 50% de los republicanos).

Esta presión dentro del Partido Demócrata desde los sectores de izquierdas tiene claras similitudes con lo que ocurre en España. El problema del PSOE, especialmente desde el gobierno Zapatero fue su socioliberalismo, es decir, su incapacidad de romper con el dogma neoliberal, que frenó los cambios necesarios y que condujo como protesta el surgimiento de Podemos, primero, y de Unidas Podemos, después. En EEUU el giro del gobierno federal es que se han incrementado las políticas de inversiones y de gasto público (incluyendo de una manera muy notable las inversiones sociales), con un aumento del gasto público social, así como una expansión de las reformas fiscales de claro carácter progresista que permiten la financiación de estos programas, revertiendo las políticas de bajadas de impuestos a las grandes empresas estadounidenses que caracterizaron al trumpismo (Trump había bajado el impuesto de sociedades de un 35% a un 21%; y Biden lo ha subido de un 21% a un 28%, aunque la izquierda pedía vuelta al 35%). Biden ha aprobado tres paquetes de expansiones presupuestarias con un gran aumento del gasto público, recordando el New Deal del presidente Franklin Roosevelt. Una de las expansiones más reciente ha sido para la mejora de las infraestructuras sociales, creando una gran oposición por parte del partido republicano, a lo cual el Presidente Biden respondió que los servicios de atención a las personas dependientes y las escuelas de primera infancia son tan importantes como construir carreteras o electrificar el transporte. Quedó claro que el New Deal, además de ser verde, tiene que ser social, tal y como subrayó el senador Bernie Sanders, que dirige uno de los comités más poderosos del Senado sobre política económica y fiscal. Estas políticas han generado un apoyo mayoritario no solo entre los votantes demócratas sino también republicanos.

Y es ahí donde aplicando este símil a España y a Madrid, hay que aplaudir que, por fin, la UE apruebe la transferencia de fondos para financiar los planes de recuperación económica (importantes, pero todavía insuficientes) y también hay que apoyar que el nuevo el gobierno de coalición de izquierdas se haya comprometido a reducir el enorme déficit social que tiene España. Lo que es de especial importancia es que se vaya en dirección opuesta al trumpismo que hizo tanto daño a la población en general y a las clases populares en particular. Es ahí donde me permito animar al gobierno español a que incluso vaya más allá en reconocer que la inversión social es tanto o más importante que la inversión en la digitalización del país. Esto debería ocurrir también a nivel de las comunidades autónomas, donde todavía hay muchísimo por hacer, terminando con el trumpismo dominante, liderado hoy por la Comunidad de Madrid. Por el bienestar de las clases populares de tal comunidad y por el bien de España es importante que haya un cambio sustancial en el gobierno de tal comunidad en sentido opuesto al que ha gobernado hasta ahora. Los datos científicos presentados en este artículo muestran las enormes consecuencias negativas que el trumpismo (que es en verdad el fascismo del siglo XXI) crea cuando gobierna, sea en Texas o en Madrid.

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4-M,ayuso,trump
El abandono de las familias: el escaso desarrollo del cuarto pilar del bienestar https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/04/06/el-abandono-de-las-familias-el-escaso-desarrollo-del-cuarto-pilar-del-bienestar/ Tue, 06 Apr 2021 05:05:16 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5793 Continuar leyendo "El abandono de las familias: el escaso desarrollo del cuarto pilar del bienestar"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Public and Social Policy en The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center.

A principios de los años sesenta, tuve que irme de España por razones políticas (al tener que exiliarme debido a mi participación en la resistencia antifascista), forzándome a dejar el país en un día lluvioso de 1962 que recordaré siempre. Me fui a Suecia, país que conocía bien y cuyo gobierno había estado ayudando a la resistencia, invitándonos a que fuéramos a su país en caso de que nos viéramos obligados a dejar el nuestro. En Suecia conocí también la que se convertiría más tarde en mi esposa, lo que me dio la oportunidad de vivir y conocer bien la vida familiar en aquel país.

Muchos años más tarde -más de treinta- pasó algo que me marcó para el resto de mi vida, y que me hizo soñar que en algún momento pudiera también ocurrir en España. La madre de mi esposa se cayó y se rompió el fémur, y pude ver cómo el Estado del Bienestar sueco la cuidaba. Recibía cinco visitas al día de los servicios domiciliarios.

En la primera visita, por la mañana, la lavaban y le preparaban el desayuno; tenía otra al mediodía, en la que le preparaban la comida; otra, por la tarde, para llevarla con un carrito a pasear o para traerle un libro; otra, más tarde, para prepararle la cena; y, por último, una visita a las dos de la madrugada para llevarla al lavabo. Cinco visitas al día garantizadas como derecho individual. Estos servicios estaban gestionados por el gobierno municipal y financiados por este, juntamente con el gobierno regional y el Estado central, así como por la propia persona dependiente a través de la pensión que recibía.

Un día, cenando con el ministro de Sanidad y Asuntos Sociales del gobierno socialdemócrata al cual estaba asesorando, me dijo: "Vicente, hacemos esto por tu suegra por tres razones: una, porque es que es un programa muy popular. Incluso cuando ganan las derechas -conocidas en Suecia como los partidos burgueses- no se atreven a tocarlo, debido a su elevadísima popularidad. Otra razón es que es más económico tener a tu suegra en casa que en el hospital. Y tercero, creamos empleo". Uno de cada cinco adultos en Suecia trabaja en los servicios del Estado del Bienestar, tales como la sanidad, los servicios sociales, la educación, los servicios domiciliarios y las escuelas de infancia, entre otros.

Los enormes déficits de los servicios de atención a las personas dependientes en España

Me impresionó mucho aquella experiencia, y sin lugar a duda contribuyó a ello el hecho de que, en la misma semana que mi suegra se cayera y se rompiera el fémur, le pasara lo mismo a mi madre, de 86 años. Pude ver entonces, hace más de treinta años, cómo se trataba a una anciana en esta condición en nuestro país. No había esos servicios en Barcelona, donde mi madre vivía. Había unos servicios domiciliarios municipales para las personas muy necesitadas sin apenas recursos, y con una frecuencia de atención muy baja de tres visitas a la semana. Esta observación no implica una crítica al Ayuntamiento de Barcelona, ya entonces gobernado por las izquierdas, pues tales servicios no podían entonces -ni pueden ahora- ser financiados solo por los ayuntamientos. Había también unos servicios privados que enviaban personal de atención domiciliaria, pero a unos precios que mis padres, maestros republicanos represaliados por la dictadura que vivían modestamente en el barrio de La Sagrera (uno de los mayores barrios obreros de Barcelona), no podían pagar.

¿Quién cubría tales déficits?

¿Quién se ocupaba de mi madre? El lector ya conoce la respuesta antes de leerla: mi hermana Carmen, de mi edad. En España, es la mujer española quien cubría -y sigue cubriendo- este enrome déficit del Estado del Bienestar. Como consecuencia, la mujer tenía, y continúa teniendo, tres veces más enfermedades derivadas del estrés que el hombre.

Ni que decir tiene que mucho se ha avanzado desde entonces, y me alegra haber contribuido algo a ello, pues tuve el privilegio de asesorar al candidato Josep Borrell a la presidencia del gobierno, uno de los dirigentes del PSOE con mayor sensibilidad social (denunció la modificación de la Constitución que obligó al Estado español a pagar la deuda a los bancos por encima de todo lo demás), sugiriéndole que propusiera una ley de dependencia que hizo suya Almunia al substituirle y que pasó a estar en el programa de tal partido hasta que se aprobó por el gobierno Zapatero. La lástima es que la atención a la dependencia siempre estuvo subfinanciada, como ocurre en todas las dimensiones y componentes del Estado del Bienestar español: sanidad, educación, servicios de atención a la dependencia, escuelas de infancia, servicios sociales, vivienda y un largo etcétera. Estamos a la cola de los países de la Europa Occidental en cuanto al gasto público social que financia estos servicios.

Y, entre estos, los menos financiados son los servicios de ayuda a las familias, incluyendo las escuelas de infancia desde los 0 años y los servicios de atención a las personas dependientes, tanto a domicilio como residenciales. Estos servicios, conocidos como el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, están muy poco desarrollados, y la mayor causa de ello es el escaso poder que tiene la mujer en nuestro país. Se les llama "Cuarto Pilar" del Estado del Bienestar porque el derecho de acceso universal (que cubre a toda la ciudadanía) e individual a tales servicios complementaba, cuando se establecieron en los países escandinavos, los otros tres pilares: el acceso a la sanidad, el acceso a la educación y el derecho a la jubilación y a las pensiones.

 El enorme subdesarrollo de los servicios de ayuda a las familias

En España, solo un adulto de cada once trabaja en los servicios del Estado del Bienestar, siendo esta carencia en personal especialmente notable en estos servicios del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar. Destinamos solo un 0,75% del PIB en servicios de atención a la dependencia, más de cuatro veces menos que Suecia (el 3,2 del PIB). Este déficit se da también en las escuelas de infancia, pues gastamos solo el 0,23 del PIB en educación infantil de primer ciclo (de 0 a 3 años), la mitad de lo que se gasta en Suecia, que es el 0,5%. Las consecuencias de estas limitaciones son enormes. Solo una pequeñísima proporción de personas dependientes (el 6%) reciben atención domiciliaria más de 20 horas semanales. Hay más de 800.000 personas dependientes que están prácticamente excluidas de los servicios públicos, siendo los actuales también insuficientes para cubrir la población atendida. Es una situación desesperada que, por otra parte, podría resolverse si hubiera voluntad política para cubrir a esta población y expandir los servicios prestados. Para ello deberían crearse 500.000 nuevos puestos de trabajo e incrementar el gasto en 4.821 millones de euros. Esto significaría un incremento anual de 480 millones de euros en atención a la dependencia en un horizonte de diez años, algo totalmente asumible.

En cuanto a la educación de la primera infancia, la tasa de cobertura entre los niños y niñas de 0-2 años es del 35% (450.000 niños). Duplicar la cobertura, es decir, tener el 70% de los niños y niñas de entre 0 y 2 años escolarizados, implicaría un incremento de plazas en 450.000, la creación de 143.000 puestos de trabajo públicos y un gasto adicional neto de 1.521 millones de euros que, en cinco años, supondría un incremento anual de 300 millones de euros. El actual grado de (sub)desarrollo de todos estos servicios -servicios de dependencia, y servicios de educación a la primera infancia- se ha traducido en una enorme sobrecarga para la mujer, especialmente durante la pandemia, siendo su dedicación a las "responsabilidades familiares" (cuidado de sus niños y niñas y de las personas en situación de dependencia) el doble de la dedicación pre-pandemia (ver el documento presentado en las Cortes en junio de 2020, El Cuarto Pilar del Estado del Bienestar: una propuesta para cubrir necesidades esenciales de cuidado, crear empleo y avanzar hacia la igualdad de género).

El deterioro de la calidad de vida de las mujeres y de las familias que ha ocurrido durante la pandemia

Hay muchos indicadores que reflejan cómo la pandemia ha perjudicado gravemente la situación de la mujer: el 70% de las personas que han perdido su trabajo durante el mes de febrero eran mujeres (según los datos del Ministerio de Trabajo). Las mujeres ostentan más del 74% de los contratos a tiempo parcial, según datos de la UGT; el 30% de las madres europeas que conservan su trabajo aseguran que su capacidad de rendimiento en el trabajo ha bajado durante la pandemia, porcentaje que alcanza el 37% en España según un informe de la consultora Boston Consulting Group. Todo ello implica que con la pandemia pueden haberse "perdido 20 años en la carrera para cerrar la brecha de género" en el ámbito laboral, según el mismo informe.

De todo lo expuesto en este artículo, se deriva que hay gran urgencia en que el sector público se asegure de que la recuperación económica contribuirá a eliminar los obstáculos que impiden la igualdad entre hombres y mujeres, y que no contribuirá a reproducirlos o agravarlos. Concretamente, hay que establecer el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, proveyendo servicios públicos suficientes y de calidad para la educación de la primera infancia y la atención a la dependencia, garantizando a la vez que el trabajo debe ser estable y con jornadas de trabajo a tiempo completo más cortas (35 horas semanales en cinco días). Los hombres deben asumir la mitad del total de las tareas de cuidados en el hogar. La liberación de la mujer es condición sine qua non para la mejora del bienestar de las familias y del conjunto de la sociedad. No es por casualidad que aquellos países escandinavos sean los que tienen menos desigualdades por género y por clase social, y que sean los que presentan mejores indicadores de calidad de vida (ver mi artículo, "¿Cuál debería ser el objetivo de un proyecto emancipador? La relación entre las diferentes formas de explotación").

Buenos pasos en esa dirección

Un avance muy importante ha sido el gran incremento de fondos movilizados para expandir los servicios de dependencia en los Presupuestos Generales del Estado que, sin lugar a duda, facilitarán la resolución de algunos de los grandes déficits señalados en este artículo, resultado de la gran sensibilidad social de la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno y creciente peso de las fuerzas progresistas en las Cortes españolas. Concretamente, este 2021, el "Plan de Choque en Dependencia 2021-2023" aporta un incremento de 600 millones de euros para la mejora de la financiación del Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia (SAAD), 238 de los cuales provendrán de la Administración General del Estado y el resto de las Comunidades Autónomas.

Además, el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 se compromete a dotar al sistema con cantidades similares durante los ejercicios 2022 y 2023. Aunque la infrafinanciación sigue siendo importante, este Plan revierte los recortes de los últimos años en el ámbito de la dependencia con la expansión presupuestaria de 2021. El objetivo de este Plan es triple. Primero, reducir sustancialmente las listas de espera y los tiempos de tramitación de las solicitudes; segundo, asegurar que las condiciones laborales y profesionales de las personas que trabajan en el SAAD sean las adecuadas, lo cual revierte sobre la calidad de la atención que reciben las personas beneficiarias del sistema; y tercero, introducir mejoras en los servicios y prestaciones para garantizar la adecuada atención de las personas dependientes, preferiblemente mediante servicios profesionales de calidad.

Esta financiación debería dar pie a un nuevo diseño de los servicios a las personas dependientes, estableciendo un sistema público de atención a la dependencia, con servicios suficientes y de calidad y condiciones laborales dignas para las personas que trabajan y trabajarán en este sector, lo cual debería también ocurrir en los servicios de atención y educación a la primera infancia, que también deberían ser públicos, suficientes y de calidad.

Existe una gran demanda de tales servicios

En solo unas pocas semanas se han conseguido más de 1.000 firmas de personalidades de distintas sensibilidades políticas e ideológicas, y de asociaciones de la sociedad civil (desde movimientos sociales a sindicatos) reclamando el establecimiento de este Cuarto Pilar del Estado del Bienestar (ver www.cuartopilar.es). Estas expansiones deberían dar pie al establecimiento del derecho de acceso universal e individual a los servicios de ayuda a las familias (principal componente del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar) que, además de eliminar la sobrecarga de la mujer y mejorar el bienestar de las familias, facilitaría enormemente la recuperación económica del país, siendo una de las inversiones públicas que crearían más empleo.

Según las investigaciones más recientes, estos servicios serían fuente de 650.000 empleos públicos directos, sin contar el casi medio millón adicional de empleos indirectos. Es decir, más de un millón de puestos de trabajo de calidad en un momento de extrema necesidad. Es fundamental que los ministerios responsables de la recuperación económica se den cuenta de que, además de la urgente y necesaria revolución verde (con el consiguiente New Deal verde) hace falta también una revolución social (con el consiguiente New Deal social) a fin de reorientar la economía española. Está claro que la revolución verde es urgente y necesaria para poder garantizar la supervivencia de la humanidad en el planeta, pero no es menos urgente y necesario que se garantice la calidad y el bienestar de los seres humanos, que dista mucho de haberse alcanzado. España es un ejemplo de ello.

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Coronavirus,Estado del bienestar
Lo que los medios españoles no nos dicen sobre la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/03/22/lo-que-los-medios-espanoles-no-nos-dicen-sobre-la-pandemia/ Mon, 22 Mar 2021 07:00:15 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5757 Continuar leyendo "Lo que los medios españoles no nos dicen sobre la pandemia"]]> Profesor de Health & Public Policy en The School of Public Health y en The Johns Hopkins University. También es Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, por la Universitat Pompeu Fabra. 

Una consecuencia de haber vivido un largo exilio en varios países (Suecia, Reino Unido y EEUU) es que tengo por costumbre leer (en este orden) prensa sueca, británica, estadounidense y española cada mañana. Y me preocupan los graves déficits de cobertura informativa que existen en nuestro país. Ni que decir tiene que hay programas interesantes en algunas cadenas de televisión y que algunos periodistas son profesionales de gran valía. Pero, además de que la mayoría de los grandes medios tienen un sesgo conservador, su cobertura informativa es limitada, al menos en términos comparativos con la prensa de otros países que conozco y cuyos medios escritos leo cada mañana. Soy consciente de que esta declaración puede contribuir a que continúe estando vetado en los principales medios españoles, ya que no es la primera vez que hago estos comentarios. Pero hay que explicar por qué las encuestas confirman que los medios de información españoles están entre los que cuentan con menor confianza y apoyo popular en la Europa Occidental. Según el Digital News Report 2020 de Reuters Institute, que pregunta a los ciudadanos de numerosos países sobre si pueden "confiar en la mayoría de noticias la mayoría de las veces", España queda por debajo de la media de los países que conformaban la UE-15 (a excepción de Luxemburgo, que no presenta datos).

El gran silencio mediático sobre las consecuencias de mantener las patentes de las vacunas anti COVID-19 durante la pandemia

Hago esta observación a raíz de la cobertura informativa de la pandemia y el retraso existente en la provisión de vacunas hoy en la Unión Europea, retraso que es incluso mucho más acentuado en buena parte de los países en vías de desarrollo a nivel mundial. Hay actualmente un gran debate en los principales medios de información del continente europeo sobre por qué hoy uno de los mayores problemas existentes en el control de la pandemia de COVID-19 es la escasez de vacunas contra tal enfermedad. Y, paradójicamente, este gran debate es de los temas más silenciados por los medios españoles. Una de las razones de este silencio ensordecedor parece ser que tal déficit de vacunas muestra claramente la incompatibilidad del modus operandi económico y empresarial actualmente dominante en el mundo occidental con la urgente y necesaria vacunación de la población mundial. Veamos los datos.

Hoy, el dominio a nivel global de los sectores farmacéuticos privados responsables de la producción y distribución de estas vacunas anti COVID-19 (cuyo objetivo principal es la optimización de sus beneficios empresariales, que están alcanzando dimensiones sin precedentes) y su lucha para defender las patentes de sus fórmulas para producirlas (que han sido altamente subsidiadas con fondos públicos) son responsables de que no haya vacunas suficientes para todo el mundo. De ahí se deriva la propuesta hecha por gran número de asociaciones científicas de profesionales de salud pública, de suspender las patentes mientras dure la pandemia permitiendo a muchísimos países fabricarlas y no tener que estar esperando durante años (aproximadamente hasta 2024) a que les lleguen las vacunas monopolizadas por tales empresas farmacéuticas, tal y como se prevé que ocurra de mantenerse las patentes.

Debería terminarse con el monopolio de producción de vacunas que está enlenteciendo la producción y distribución de vacunas

Ni que decir tiene que las empresas productoras de las principales vacunas señalan que son las únicas capaces de producirlas y distribuirlas, alegando que son ellas las que tienen el conocimiento, las materias primas y los medios de transporte necesarios. Ahora bien, cada uno de tales argumentos ha sido respondido con evidencia y claridad por instituciones y asociaciones, demostrando su falsedad. En realidad, la mayoría del conocimiento científico básico sobre el cual tales vacunas se han desarrollado ha sido financiado con dinero público como he señalado y mostrado en artículos anteriores ("Por qué la Unión Europea tiene un grave problema de falta de vacunas", Público, 10.03.21; "Sabemos cómo controlar la pandemia, pero los dogmas neoliberales dificultan hacerlo", Público, 25.02.21; "Cómo los dogmas neoliberales están obstaculizando la resolución de la pandemia", Público, 03.02.21).

Esto ha sido reconocido incluso por el director general de la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers and Associations, Thomas Cueni, que escribió en un reciente artículo publicado en The New York Times el 10.12.20, "Es cierto que sin los fondos públicos de agencias como la US Biomedical Advanced Research and Development Authority o el Ministerio de Educación e Investigación del gobierno federal alemán, las multinacionales farmacéuticas podrían no haber desarrollado las vacunas contra el COVID-19 tal como lo han hecho". Es más, han sido los gobiernos los que, como compradores de las vacunas, eliminaron cualquier riesgo de falta de demanda del producto, habiéndose alcanzado, con el COVID-19, el mayor número de infecciones que jamás haya habido en un año por cualquier otra enfermedad infecciosa: 121.319.246 personas.

Otro argumento utilizado es la escasez de materias primas, que limita las posibilidades de expansión de su producción. Médicos Sin Fronteras ha documentado la falta de credibilidad de este argumento, siendo prueba de ello el propio comportamiento de los tres productores más importantes de las vacunas COVID-19, que han aumentado espectacularmente su producción en respuesta al crecimiento tan notable de la demanda. Y un tanto igual en cuanto a la ausencia del equipamiento de transporte que, incluso Pfizer, ha admitido que puede reducirse y simplificarse significativamente, habiéndose desarrollado un sistema de mantenimiento y refrigeración mucho más sencillo.

El control de la pandemia en los países desarrollados requiere, para ser eficaz, que se controle también a nivel mundial. La aparición constante de variantes del coronavirus muestra la gran urgencia de la solidaridad internacional, permitiendo a los países que tengan la capacidad y recursos para fabricar tales vacunas (y otros elementos necesarios) que lo hagan. Los costos de las vacunas en tiempos de pandemia no deberían estar condicionadas por las leyes del mercado ni por los intereses particulares de lucro. Dar el poder a corporaciones privadas de determinar los destinos de las poblaciones, secuestra a la humanidad a los designios particulares de tales empresas. En una guerra mundial contra el virus (que está ganando este último), no se puede dejar la producción y distribución del armamento (vacunas y otro material),  en manos del afán de lucro y de las leyes del mercado.

El ignorado debate en el Parlamento Europeo

Este debate ha llegado ya al Parlamento Europeo, sin que los medios españoles hayan prácticamente informado sobre ello. 115 eurodiputados y eurodiputadas han propuesto a la Comisión Europea y a los Estados miembros del ADPIC (el Acuerdo sobre los aspectos de los Derechos de la Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) que en la reunión del Consejo General de la Organización Mundial del Comercio apoyen la medida que permita a todos los países producir vacunas mediante su propia industria farmacéutica, acabando con la actual monopolización de su producción por parte de un número reducido de empresas farmacéuticas (establecidas en el mundo occidental, en general, y en EEUU y la Unión Europea, en particular) que se sirven de la propiedad privada de los medios de producción de tales vacunas para impedir su difusión. Sin lugar a duda, la suspensión de estas patentes no reduciría la producción de vacunas en EEUU y en la UE, sino que la aumentaría tanto en esta parte del mundo como en el resto, sin ningún perjuicio para las poblaciones en los países desarrollados (que también tienen, por cierto, gran escasez de vacunas).

Esta suspensión del copyright durante la duración de la pandemia permitiría que muchas empresas manufactureras, tanto en EEUU como en la UE, así como en otros países desarrollaos y en vías de desarrollo pudieran producir y distribuir estas vacunas. Esta propuesta ha sido liderada por de los partidos que integran la Izquierda Europea (GUE/NGL) y apoyada por los partidos verdes (The Greens/EFA) y un amplio abanico de parlamentarios progresistas de otras sensibilidades políticas, incluyendo partidos socialistas. No apoyando tal medida encontramos, ya sea absteniéndose o votando en contra, a partidos de centroderecha (liberales), derecha (conservadores) y ultraderecha que anteponen la defensa de los beneficios empresariales a la vida de las clases populares de sus propios países y de los países en vías de desarrollo. Este debate, que debería estar en la primera página de los rotativos, no aparece ni en la última. Una excepción (a aplaudir) fue el programa del 14 de marzo último de Jordi Évole en la Sexta.

El debate de Évole en La Sexta

La importancia de este debate sobre las patentes apareció indirectamente en el reciente programa de Jordi Évole, emitido el domingo 14 de marzo, en el que entrevistó a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y la persona del Ministerio de Sanidad responsable de informar a la población sobre la situación de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno español. Antes de comentar lo ocurrido durante el programa, siento la necesidad de hacer algunas observaciones personales. Una es que me gustan los programas de Évole (ya antes de que me entrevistara a raíz de mi activa participación en el 15M, y al que considero una de las pocas voces críticas en el panorama mediático español). También me gustó que intentara tocar este tema, invitando a una enfermera que trabaja en Mozambique como coordinadora de Médicos del Mundo, Neus Peracaula, la cual indicó la necesidad precisamente de anular las patentes. Quiero aclarar también que valoro positivamente la labor realizada por el Sr. Simón en el Ministerio de Sanidad, pero no me satisfizo su ambivalencia frente a la propuesta de la Sra. Peracaula. Un experto en salud pública de tan merecido prestigio como el Sr. Simón debería apoyar sin ninguna reserva la medida propuesta por una enfermera que estaba viendo morir a su gente por todas partes en un país muy pobre. Y, por cierto, añado también que las mascarillas han sido siempre útiles y han protegido también al que las utiliza, y no solo a los demás. Évole estaba en lo cierto cuando acusó tanto a la OMS como al Ministerio de Sanidad del gobierno español de haber infravalorado la utilidad de las mascarillas para, posiblemente, calmar a la población al no haber suficientes al inicio de la pandemia. La versión vertida por la OMS, por el Ministerio de Sanidad y por Fernando Simón al inicio de la pandemia (que las mascarillas tenían escaso valor para la población), fue un error, y así se debería reconocer. La evidencia científica en este sentido no deja lugar a dudas, y muchas instituciones, incluyendo The Johns Hopkins University, ya indicaron que el principal medio de transmisión del coronavirus era el aéreo, y que las mascarillas protegían tanto a las personas que las utilizaban como a las demás. Celebro que el Ministerio y el Sr. Simón hayan cambiado de opinión y que, en general, hayan tomado las medidas que se requerían en respuesta a la pandemia. El gran problema fue el fin del estado de alarma, cuando se disparó en Madrid y en Catalunya, cuyos gobiernos no fueron suficientemente sensibles o competentes, responsables del enorme incremento de las infecciones. De nuevo, la crispación política, alentada por los medios, demonizó al gobierno de coalición de izquierdas, contribuyendo al empeoramiento de la situación. Se debería analizar los medios no solo por sus silencios ensordecedores, sino también por sus estridencias y ánimo de crispar la vida política del país, convirtiendo la política en un espectáculo, como hacen muchas cadenas de televisión, empobreciendo así la democracia española. En realidad, tengo plena fe en la población española y estoy seguro de que la gran mayoría favorecerían el anteponer el bien común (facilitando una producción masiva de vacunas anti COVID-19, eliminando provisionalmente el monopolio que garantizan las patentes durante la pandemia) a costa de disminuir los enormes beneficios empresariales de un número reducido de empresas farmacéuticas productoras de tales vacunas que además se han beneficiado de abundantes fondos públicos, es decir, de fondos obtenidos por los autoridades públicas de la mayoría de la ciudadanía.

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Por qué la Unión Europea tiene un grave problema de falta de vacunas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/03/10/por-que-la-union-europea-tiene-un-grave-problema-de-falta-de-vacunas/ Wed, 10 Mar 2021 06:43:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5747 Continuar leyendo "Por qué la Unión Europea tiene un grave problema de falta de vacunas"]]> Un médico sostiene un vial con la vacuna rusa Sputnik V contra la covid-19. REUTERS/Shamil Zhumatov
Un médico sostiene un vial con la vacuna rusa Sputnik V contra la covid-19. REUTERS/Shamil Zhumatov

Vicenç Navarro
Profesor de Health and Public Policy en The School of Public Health, The Johns Hopkins University; Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Sociales, Universitat Pompeu Fabra

Si miramos el porcentaje de la población que vive en los países de la Unión Europea que está hoy vacunada contra la COVID-19, vemos que es sorprendentemente bajo, muy por debajo de la capacidad real de producir tales vacunas que tienen el colectivo de países que constituyen esta unión. En realidad, es mucho más bajo (7,5% de media con la primera dosis a 8 de marzo) que el país que había sido miembro de la UE hasta hace muy poco, el Reino Unido (33,6% con la primera dosis a 7 de marzo), el cual decidió salirse de ella mediante el proceso conocido como BREXIT, e incluso más bajo que EEUU, donde los porcentajes ya son muy superiores a los de la UE (18,3% con la primera dosis a 8 de marzo); si tomamos como indicador la población completamente vacunada (con dos dosis), los porcentajes son todavía más bajos (3% en la UE, 1,7% en el Reino Unido y un 9,4% en EEUU, a 8 de marzo). En realidad, un número creciente de países europeos, sobre todo de la Europa Oriental, se han ido saliendo del marco desarrollado por la UE para abastecerse de vacunas, comprando vacunas procedentes de Rusia, como la Sputnik V (en el caso de Hungría o Eslovaquia) o de China, como la desarrollada por Sinopharm (en el caso también de Hungría).

La capacidad de producción farmacéutica es de las más elevadas del mundo

Esta situación de gran escasez de vacunas es paradójica, pues los países de la UE tienen en su conjunto un gran tejido empresarial farmacéutico. Y sus máximas autoridades (como, por ejemplo, la Comisión Europea), así como gobiernos dentro de ella (como el alemán), habían manifestado, desde el principio de la pandemia, su interés en facilitar vacunas contra la COVID-19, proveyendo amplios fondos públicos para financiar la investigación que permitió más tarde el desarrollo y la producción de tales vacunas. La UE ha sido el segundo grupo de países en volumen, después de EEUU, en proveer fondos públicos para estimular dicha investigación y producción. La Comisión Europea (junto con la OMS) movilizó el 4 de mayo de 2020 casi 8.000 millones de dólares en apoyo a la investigación en la producción de vacunas contra la COVID-19 y material relacionado, como jeringuillas. Pocos días después, el 15 de mayo, el gobierno federal de EEUU invirtió 10.000 millones de dólares en facilitar tal producción. Posteriormente, ya a mediados de septiembre, BioNTech (la empresa alemana que se había aliado con la compañía estadounidense Pfizer) recibió 375 millones de euros del gobierno alemán y Oxford-AstraZeneca recibió 1.000 millones de dólares de fondos públicos (datos extraídos del informe "How Europe fell behind on vaccines", Politico, 27.01.21). Los fondos públicos fueron, pues, determinantes para la producción de las tres vacunas más conocidas en la UE: Pfizer-BioNTech, Moderna y Oxford-AstraZeneca. La evidencia de ello es abrumadora. Y los compradores de las vacunas han sido autoridades estatales. La producción, sin embargo, ha sido un negocio privado.

Las conocidas y discutidas causas de este retraso. La lentitud de la burocracia europea

Una de las mayores causas que han sido señaladas como  responsables de tal retraso es la lentitud de la agencia europea encargada de la regulación de la seguridad y eficacia de los productos de la industria farmacéutica, la European Medicines Agency (EMA), una agencia que, como ocurre también con una semejante en EEUU, la Food and Drug Administration (FDA), tiene la responsabilidad de garantizar que los productos farmacéuticos pueden distribuirse, exigiéndose su previa aprobación para poder ser comercializados en la UE. Esta crítica se hace predominantemente por parte de voces liberales, quejosas de la burocracia europea, conocida por su lentitud. Y, a la luz de los datos, tal crítica parece ser merecida, pues, por regla general, la EMA tarda más tiempo (unas tres semanas más, como promedio) en aprobar una vacuna contra la COVID-19 que lo que tarda su homóloga en EEUU, la FDA. El coste de este retraso es de casi 50.000 muertes por COVID-19 en tres semanas, el número de vidas que podrían haberse salvado si estas vacunas hubieran estado disponibles. Dicha agencia no ha aprobado todavía las vacunas rusas o chinas.

Otra causa citada: la exportación de las vacunas a otros países de la UE

Otro argumento que se ha utilizado para explicar la escasez de vacunas contra la COVID-19 es la exportación de dichas vacunas producidas en la UE a otros países no pertenecientes a ella, situación que ha forzado a Italia (a la que se ha sumado Francia) a prohibir que las empresas productoras las exporten a países ajenos a la UE. No hay duda de que, en la situación actual de gran escasez de vacunas en la UE, esa exportación contribuye a agravarla. Pero este problema dista mucho de ser la principal causa de la escasez, que es el excesivo poder de las empresas farmacéuticas productoras de tales vacunas y su comportamiento monopolístico en busca de la maximización de sus beneficios a costa del bien común. Veamos los datos.

Quién se beneficia más de esta escasez de vacunas: cómo funcionan las empresas privadas productoras

La industria farmacéutica tiene como objetivo el incremento de sus beneficios empresariales, que repercuten primordialmente en sus accionistas. Este es un objetivo muy legítimo en las economías de mercado, pero que puede entrar en conflicto (y lo hace frecuentemente en áreas sanitarias y de salud pública) con el bien común de la mayoría de la ciudadanía. Hay múltiples ejemplos de ello. Soy consciente de que últimamente se está hablando mucho de la responsabilidad social del mundo empresarial, intentando relativizar la importancia del primer objetivo, es decir, la optimización de los beneficios. Ahora bien, sin negar la posibilidad de que esta responsabilidad pueda darse, el hecho es que es una dimensión secundaria, como muestra el comportamiento de las tres empresas que producen las tres vacunas más utilizadas en la UE. Tales compañías (Pfizer, Moderna y AstraZeneca) tienen grupos de accionistas bien conocidos en el mundo del capital financiero. Pfizer es una de las mayores empresas (n.º 49) del mundo, con un capital de 194.000 millones de dólares. Entre sus accionistas predominan intereses financieros, incluyendo especulativos, como Black Rock y bancos internacionales. Moderna, estadounidense, establecida en 2010, tiene previsto alcanzar un capital en 2021 de 20.000 millones de dólares. AstraZeneca, británica, espera alcanzar 2.000 millones de dólares. Johnson and Johnson, estadounidense, 10.000 millones de euros. Y así un largo etcétera. Sus beneficios son enormes. Nunca se habían alcanzado unos beneficios tan elevados.

¿Por qué se alcanzan unos beneficios tan altos?

Estos beneficios de empresas privadas no se alcanzarían si no fuera porque los Estados y las organizaciones internacionales que estos establecen no solo lo permiten, sino que facilitan que así ocurra. Les han garantizado que, por un período largo, que puede durar hasta 20 años, ninguna otra empresa podrá producir y comercializar tales vacunas. Solo estas empresas podrán hacerlo, dándoles la exclusividad y el monopolio de venta de tales productos, vitales y esenciales para salvar vidas. Y la justificación para mantener este derecho de propiedad (el famoso copyright) es que hay que compensar a las empresas privadas por el coste de haber desarrollado y producido tales vacunas y haberse arriesgado a hacerlas (cuando, en realidad, gran parte de este coste fue cubierto con fondos públicos, además de tener asegurada de antemano la colocación del producto). Dean Baker, el economista que ha estudiado con mayor detalle el comportamiento de la industria farmacéutica, ha documentado extensamente la falta de credibilidad del argumento (ampliamente extendido entre economistas liberales) que afirma que la industria necesita que se le garanticen tales derechos de propiedad durante períodos tan largos para compensar los costes de la producción.

La realidad es que ese copyright es consecuencia del enorme poder político y mediático de dichas empresas. De hecho, el poder político está claramente influenciado por estas empresas, como fue el caso de la Administración Trump (cuyas campañas electorales estuvieron financiadas, en parte, por la industria farmacéutica) o de la Comisión Europea (dirigida por partidos conservadores-liberales de gran sensibilidad hacia el mundo empresarial, el gran benefactor y sostenedor de las sacrosantas leyes del mercado, siempre muy favorables a las tesis de optimización de los beneficios empresariales). Este poder político es el mayor responsable de que este copyright se mantenga, incluso a costa de sacrificar el bien común, como lo son las vidas de las personas que mueren, unas muertes que se hubieran evitado si se hubiera tenido la vacuna.

Es más, su monopolización del mercado ha creado unas situaciones que deberían denunciarse, como el elevadísimo precio que exigen a los países pobres, muchas veces superior al precio que exigen a los países ricos. Según un informe de UNICEF, la compañía Oxford-AstraZeneca, que pide 3,5 dólares por vacuna a la UE y 4 dólares a EEUU, exige 8,5 dólares a Uganda. Es más, a países en los que se llevó a cabo la fase experimental de las vacunas, como Argentina y Brasil, no se los tuvo en cuenta en el cálculo del coste del producto. Y en la UE, las farmacéuticas han ido modificando los precios pactados inicialmente a medida que la demanda internacional ha ido aumentando, según la ley del mercado.

¿Todo esto es evitable?

Está claro que en una situación tan dramática como la actual, en la que están muriendo casi 10.000 personas cada día en el mundo por COVID-19, no puede (o no debería) darse una situación como esta. Hoy esta enfermedad ha causado ya más muertos en el mundo que cualquier conflicto global anterior.

El número de muertes, y el enorme coste en el bienestar y calidad de vida de las poblaciones en todas las partes del mundo exigen un cambio sustancial en la dinámica productiva y distributiva de las vacunas y otros elementos necesarios (que van desde jeringuillas a personal de vacunación) a nivel europeo y a nivel mundial. Como ocurre en la otra gran crisis mundial que hoy sufre la humanidad, la crisis climática, la supervivencia y bienestar de las poblaciones está en cuestionamiento como consecuencia de la pandemia.

Y la medida más urgente es intentar movilizar masivamente a la industria farmacéutica a nivel local y mundial (así como a todos los servicios y empresas productoras de tales materiales) para, como se hizo para erradicar la poliomielitis en el mundo, se fabriquen estos productos poniendo, al menos provisionalmente (mientras dure la pandemia), el copyright en suspenso, de manera que cualquier país o grupo de países puedan producirlos. Y a unos precios asequibles, definidos política y democráticamente, que aseguran su universalidad.

En una supuesta guerra contra el virus es erróneo, inhumano y cruel en extremo que se permita anteponer el derecho de unos pocos al derecho de todos. Y ello trasciende la clásica división de países ricos versus países pobres, pues en los países ricos hay también gran escasez de vacunas, aunque no tanta como en los países pobres. Perpetuar esta situación sería equiparable a que en la II Guerra Mundial se hubiera permitido a la industria militar dictar los términos y precios de los productos bélicos necesarios.

Por fin estamos viendo que comienza a haber un cambio. Como consecuencia de una agitación social que se está expandiendo a los dos lados del Atlántico Norte, hoy hay manifestaciones populares en protesta por la falta de vacunas, lo que ha llevado en EEUU al presidente Biden a utilizar las leyes aprobadas durante la II Guerra Mundial para estimular y/o forzar la producción de vacunas en muchos puntos del país. ¿Por qué no lo hace la UE?

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Sabemos cómo controlar la pandemia, pero los dogmas neoliberales dificultan hacerlo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/02/25/sabemos-como-controlar-la-pandemia-pero-los-dogmas-neoliberales-dificultan-hacerlo/ Thu, 25 Feb 2021 06:08:13 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5741 Continuar leyendo "Sabemos cómo controlar la pandemia, pero los dogmas neoliberales dificultan hacerlo"]]> Vicenç Navarro
Profesor de Salud Pública en la School of Public Health de la Johns Hopkins University; Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Indiqué en un artículo reciente que hoy sabemos cómo contener la pandemia de coronavirus (Cómo los dogmas neoliberales están obstaculizando la resolución de la pandemia, Público, 03.02. 21). Soy docente e investigador de la Escuela de Salud Pública en The Johns Hopkins University, uno de los centros académicos que está trabajando en el tema, y puedo dar testimonio de que la comunidad científica sabe cómo contenerla, de manera tal que ya podríamos empezar a recuperar elementos importantes de la normalidad que nos permitieran salir del pesimismo generalizado y ver que sí que hay futuro, construyéndolo de manera que podamos evitar o al menos minimizar el daño causado por esta pandemia.

Ahora bien, el hecho de disponer del conocimiento necesario no es garantía de que pueda aplicarse, pues por paradójico que pueda parecer, hay comportamientos y creencias en instituciones internacionales de gran peso, influenciadas por intereses económicos y financieros, que gozan de gran influencia política y proyección mediática y que, consciente o inconscientemente, están dificultando la resolución del mayor problema al que se enfrenta hoy la humanidad.

Analicemos, por ejemplo, el caso de las vacunas anti-coronavirus. De nuevo, sabemos cómo prevenir las infecciones de coronavirus mediante la vacunación de la población y sabemos también cómo distribuir estas vacunas. También estamos, por cierto, en vías de introducir medicamentos para curar o al menos paliar la gravedad de la enfermedad causada por el virus. Y, sin embargo, la aplicación de todo este conocimiento está todavía muy lejana debido a la existencia de grandes resistencias y obstáculos a nivel nacional e internacional. Según los análisis de la agencia Bloomberg, al ritmo actual de vacunación, el mundo tardará siete años en alcanzar la inmunidad colectiva al coronavirus (con un 75% de vacunación global).

La situación actual de la vacunación a los dos lados del Atlántico Norte

El primer dato relevante y esperanzador en el análisis de la situación de las vacunas a los dos lados del Atlántico Norte es que están apareciendo un gran número de ellas, tanto en EEUU como en la Unión Europea. Además de las tres más conocidas (Pfizer, Moderna y AstraZeneca), otras están ya a punto de salir tras ser evaluadas por las agencias reguladoras y, eventualmente, tener garantizada su eficacia y seguridad. La última lista de previsión de nuevas vacunas que podrían ser producidas en EEUU y Europa ascendía a casi una decena entre este y el próximo año.

En esta producción de vacunas, los Estados y el gasto público han jugado un papel esencial, pues se han invertido enormes cantidades de fondos públicos que han permitido su investigación, desarrollo y producción. Este gasto se ha hecho mediante subsidios públicos y la compra de tales productos, garantizando una gran demanda sin ningún tipo de riesgo. Como indiqué en mi artículo anterior, actualmente la gran mayoría de fondos invertidos en la producción de vacunas han sido públicos, hecho reconocido por la Asociación Internacional de Industrias Farmacéuticas. Repito, sin estos recursos, ni se hubieran desarrollado las vacunas, ni lo podrían haber hecho a la velocidad que lo han hecho.

Por otro lado, la enorme demanda insatisfecha garantiza que no se cumplan las famosas leyes del mercado, pues las farmacéuticas productoras de tales vacunas tienen tantos clientes como quieren y determinan sus precios. De ahí que las ganancias sean astronómicas, pues sus clientes (los Estados) están desesperados por conseguir las vacunas. En realidad, la escasez de vacunas refuerza el poder de negociación de la industria farmacéutica que, en varias ocasiones, ha incumplido acuerdos y cambiado de comprador al encontrar otro mejor, ocasionando problemas como los causados por AstraZeneca en la Unión Europea, poniendo de manifiesto una deficiente capacidad negociadora por parte de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, causa del justificado enfado en varios países de la UE. El sistema de negociación de la UE ha dejado mucho que desear, y el lento ritmo de distribución de las vacunas en los países de la UE, además de insatisfactorio y súper caro, es resultado de ello. No hay duda de que la firme orientación política conservadora y liberal (creyentes del dogma liberal) de la mayoría de la dirección de las instituciones de la UE explica su deficiente gestión de la pandemia y de la provisión de las vacunas a la población europea.

Pero hay otra manera de hacerlo: poner el bien común por encima de los beneficios particulares de las industrias farmacéuticas

Tenemos experiencia que muestra que existen modus operandi para resolver esta gravísima situación distintos a los del modelo conservador-liberal. El caso más claro es la experiencia con la práctica erradicación de la poliomielitis a nivel mundial, una de las enfermedades que causó una mayor mortalidad en el mundo durante el siglo pasado. Analizando cómo se controló y erradicó la poliomielitis décadas atrás, podemos ver cómo se hizo y cómo se debería hacer ahora. Actualmente, esta enfermedad casi ha desaparecido y ello es resultado, primordialmente, de la manera en que se desarrolló su plan de erradicación. Con el objetivo final de erradicarla, se impulsó una campaña global, liderada en gran parte por la OMS, con la ayuda y el consenso internacional. Un elemento esencial de aquel hito es que no hubo ninguna patente que obstaculizara la producción de la vacuna a nivel mundial. Su descubridor, el Dr. Jonas Salk, insistió en que no la hubiera y que fuera de propiedad pública.

Claramente se antepuso el bien común por encima de todo lo demás. Se consideró que había bienes en el mundo, tal como indicó el Dr. Salk, que incluían el Sol que recibimos, el aire que respiramos y el conocimiento científico que salva vidas, que no pueden o deben apropiarse por ningún interés particular. El hecho de que el conocimiento fuera público permitió que muchísimos países produjeran vacunas. Y fue así como se superó esa pandemia, como ejemplo de la colaboración internacional, tanto en su producción como en su distribución y almacenamiento.

Pero la revolución neoliberal, iniciada a partir de los años ochenta, se expandió a nivel mundial en los años noventa y, en 1994, la Organización Mundial del Comercio, mediante el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (en inglés, Agreement on Trade Related Aspects of Intellectual Property Rights), aprobó la propiedad privada del conocimiento científico implicado en la producción de vacunas. Y ahí comenzó el problema. Se antepuso así el bien particular (conseguir el máximo beneficio a las empresas privadas) sobre el bien común (la vida de millones de personas). A partir de entonces, se ha visto cómo el conocimiento científico se ha puesto al servicio de la optimización de los beneficios de una industria, la farmacéutica, sobre los intereses de la población en general. Este acuerdo dificultó e imposibilitó la transmisión de conocimiento y colaboración científicas en la producción y distribución de las vacunas. Los beneficios empresariales han pasado por delante del bien común. Y a este enorme retroceso lo llaman "progreso" e "iniciativa empresarial". Como era predecible, ha sido el gobierno federal de EEUU y el de la Unión Europea (fervientes creyentes del dogma neoliberal y muy influenciados por estas industrias farmacéuticas) los que se han opuesto a eliminar el copyright (el derecho a la propiedad privada del conocimiento científico por encima de cualquier otra consideración), incluso de forma temporal mientras dure la pandemia.

Ante esta realidad, es obvio que en las condiciones actuales este sistema de producción y distribución de vacunas es sumamente limitado, insuficiente y -añado- inhumano, pues millones de vidas se perderán si se perpetúa este sistema de vocación empresarial. De ahí que varios países liderados por Sudáfrica y la India hayan propuesto a la Organización Mundial del Comercio suspender estos derechos de propiedad durante la pandemia a fin de producir vacunas de forma masiva y urgente. Esta propuesta continúa vetada por el gobierno federal de EEUU y por la UE, y ello a pesar de que las encuestas muestran el gran apoyo de la propuesta incluso por parte de la mayoría de los ciudadanos de ambos lados del Atlántico Norte. En este aspecto, la experiencia de la vacunación muestra que la división en el mundo no es solo entre países ricos y países pobres, pues en los primeros hay muchos pobres, y en los segundos hay ricos muy ricos que no están sufriendo las pandemias. La Johns Hopkins University está en Baltimore, donde solo el 5% de la población ha sido vacunada, siendo la clase trabajadora poco cualificada con salarios muy bajos, sobrerrepresentada por negros y latinos, la menos vacunada. Y ello a pesar de que algunas de las mayores fábricas de vacunas anticovid-19 de Estados Unidos están en Baltimore, sin que ninguno de estos productos, como señaló recientemente el Washington Post (In a virus-ravaged city, nearly 400 million vaccine doses are being made — and shipped elsewhere, 24.02.21), vayan a atender a la población de esta ciudad yendo, en su lugar, al "mercado nacional e internacional", es decir, a los mejores compradores, entre los cuales seguro que no se encuentran la gran mayoría de los países pobres.

De ahí que sería aconsejable que la población se movilizara en cada país y también a nivel mundial para forzar que el derecho de propiedad se supeditara al bien común en la producción de vacunas, jeringuillas y cualquier otro producto necesario para prevenir y curar la enfermedad y controlar la pandemia. Tanto en los países ricos como en los pobres, hay recursos para producir tales vacunas. Se necesita, pues, poner tales recursos al servicio de la mayoría de las poblaciones, dentro de un espíritu de colaboración y solidaridad mundial. La crisis climática ya hizo palpable la necesidad de desarrollar respuestas mundiales al gran problema. Por la misma lógica, es urgente que haya una respuesta semejante, anteponiendo los intereses de la mayoría de las poblaciones sobre los intereses particulares de minorías (intereses económicos y financieros con grandes cajas de resonancia política y mediática) que controlan hoy el orden (mejor dicho, desorden) mundial.

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Lo que no se está diciendo de las elecciones de Catalunya y sus consecuencias para España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/02/22/lo-que-no-se-esta-diciendo-de-las-elecciones-de-catalunya-y-sus-consecuencias-para-espana/ Mon, 22 Feb 2021 06:02:36 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5727 Continuar leyendo "Lo que no se está diciendo de las elecciones de Catalunya y sus consecuencias para España"]]> Lo que no se está diciendo de las elecciones de Catalunya y sus consecuencias para España
Imagen del hemiciclo del Parlament de Catalunya / EFE

El dato más significativo de las elecciones catalanas celebradas el 14 de febrero en Catalunya ha sido la enorme abstención. Nunca antes la participación en el proceso electoral había sido tan baja. ¿Por qué? La respuesta más inmediata a esta pregunta por parte de los mayores medios de información del país ha sido que se ha debido a la pandemia, y al temor de la población a salir a la calle y contagiarse de coronavirus. En principio, esta explicación parecería lógica y razonable. Pero hay un dato que cuestiona que la pandemia haya sido la única causa de esta elevadísima abstención. Y es que ha habido una variación muy marcada en el nivel de abstención según el nivel de renta media de las secciones censales. A menor la renta, mayor ha sido la abstención y su incremento. En realidad, tal incremento de la abstención ha sido incluso más acentuado en las secciones censales de los barrios populares, con una presencia mayoritaria de la clase trabajadora. Y estos son los barrios que se han visto más afectados por la gran crisis social y económica que ha sufrido Catalunya durante estos últimos años y que ha aparecido con toda su crudeza durante la pandemia. La pobreza en estos sectores ha alcanzado niveles sin precedentes en el período democrático (casi el 40 % de la población en los barrios populares está en riesgo de pobreza, porcentaje que alcanza más del 50 % para la población por debajo de los 18 años). Y ha sido, precisamente, en estos barrios donde ha habido no solo  una mayor abstención, sino también un crecimiento mayor de esta abstención.

La distancia entre lo que los establishments político-mediáticos consideran importante y lo que amplios sectores de la población definen como esencial está aumentando

Ello parece indicar que ha habido otras causas para la abstención, además del miedo al contagio por coronavirus, lo que sorprendentemente ha sido silenciado en los fórums mediáticos y políticos del país. Me estoy refiriendo al enorme desapego hacia las instituciones representativas democráticas por parte de la mayoría de la población catalana y muy en particular de las clases populares, fenómeno que se ha generalizado en muchos países a los dos lados del Atlántico Norte y que se da con especial intensidad en España y, en particular, en Catalunya. En esta parte de España hay una gran distancia entre lo que los establishments político-mediáticos consideran que son temas esenciales y ocupan un espacio central en sus debates, y lo que sectores muy amplios de la ciudadanía (y, muy en especial, sus clases populares) consideran importante. Este distanciamiento ha alcanzado también unos niveles sin precedentes, y ha contribuido a esta elevada abstención. Las encuestas creíbles muestran la dimensión de esta distancia entre lo que la gente normal y corriente considera importante y lo que los establishments político-mediáticos priorizan. El paro y los problemas cotidianos de carácter social -como la sanidad, la vivienda y las escuelas, entre otros- son los temas prioritarios para las clases populares, mientras que el debate nacional del supuesto conflicto España-Catalunya absorbe la atención de dichos establishments. Es lógico, por lo tanto, que el deterioro de la situación social de las clases populares que está teniendo lugar durante la pandemia acentúe todavía más esta distancia y esta alienación de la ciudadanía hacia la clase política catalana, y este distanciamiento explica que el dato más llamativo de las últimas elecciones catalanas haya sido el enorme crecimiento de la abstención que no puede explicarse solo debido a la pandemia, dato que casi ha pasado desapercibido en los mayores medios de información.

Los datos muestran, pues claramente que este aumento de la abstención ha sido más acentuado en los barrios obreros que en los barrios de mayor renta. En el barrio más rico de Barcelona, Pedralbes, el porcentaje de población votante pasó del 86% en 2017 al 67,1% en 2021, una disminución de 19 puntos. Como contraste, el barrio con menos renta, Ciutat Meridiana, pasó de un 68,5% en 2017 al 36,5% en 2021, un descenso de 32 puntos. Puesto que el voto independentista es mayor en la mitad de la población que tiene una renta superior a la media, a la vez que vemos que la abstención más acentuada se produce entre la mitad de renta inferior (donde predomina la mayoría no independentista), ello explica que con un voto independentista menor en 2021 que en 2017 se alcanzara el tan famoso y anhelado 51% de la población votante a favor de la independencia, como justificación para exigirla ya.

Los datos muestran también el gran declive del bloque independentista

La segunda característica de la abstención es que, a pesar de que aumentó en mayor medida entre los no independentistas que entre los independentistas, el hecho es que estos últimos perdieron también un gran número de votos, representando uno de los mayores retrocesos de este espacio político y, muy en particular, entre el sector heredero del pujolismo. He explicado en un artículo reciente en qué consiste el pujolismo: es un movimiento político profundamente conservador, con una ideología nacionalista supremacista excluyente, que se considera como la "auténtica Catalunya", menospreciando a las clases trabajadoras no nacidas en Catalunya (ver mi último artículo, El urgente y necesario cambio en Catalunya y en el resto de España, Público, 09.02.21), a las que definen peyorativamente como "charnegos". Lejos de haber desaparecido, el pujolismo es la ideología dominante en las derechas catalanas, cuyas luchas internas entre distintos sectores del aparato del partido han originado divisiones internas con la aparición de dos versiones principales del pujolismo: una, la visión más moderada del "procés" (el PDeCAT), liderada por Artur Mas, y otra, la rama más radical (JxCat), dirigida por Puigdemont y Torra. Pero ambas formaciones políticas son en política económica muy liberales, siendo JxCat la que tiene más economistas trumpistas en su lista. El Sr. Canadell, número 3 de la lista de JxCat (presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona), ha alabado explícitamente algunas de las políticas centrales del trumpismo (como ha hecho también Vox). Puede parecer paradójico que dos partidos a priori tan opuestos en el abanico nacional (JxCat y Vox), compartan propuestas políticas semejantes que perjudicarían a la clase trabajadora catalana. JxCat y el PDxCAT derivan de Convergencia Democrática, que fue, en su día, miembro de la familia liberal europea, junto con Ciudadanos, aunque este último presionó para que se la expulsara de tal grupo, acusándola de partido corrupto, lo cual parece probado por una larga historia de clientelismo a través del cual ejerce una gran influencia en los medios de comunicación de Catalunya, no solo públicos (TV3 y Catalunya Radio) -a los cuales instrumentaliza de manera abusiva-, sino también a los privados a los que ayuda con subsidios importantes.

De hecho, JxCat y el PDeCAT son sucesores del partido pujolista -Convergencia Democrática- que fue el principal aliado del PP cuando gobernaba para aplicar su política fiscal, empresarial, financiera y económica. Sus recortes del gasto público social han sido los más severos en España, perjudicando los servicios públicos del Estado del Bienestar catalán como sanidad, servicios sociales, educación, servicios de dependencia domiciliarios y residenciales, vivienda, entre otros, aumentando el enorme déficit de gasto público que tienen estos servicios y que ha aparecido con toda claridad durante la pandemia.

El fin de la versión moderada del pujolismo

Esta pérdida significativa de votos refleja un declive muy marcado del pujolismo, que significó su fin, en su versión moderada, el PDeCAT, permaneciendo ahora su versión radical, JxCat. Por lo demás, el largo periodo de gobierno de Convergencia Democrática se debe al apoyo que le dio la democracia cristiana catalana -Unió Democrática-, hoy prácticamente desaparecida, y más recientemente ERC (un partido de centroizquierda) y la CUP (un partido de izquierda), que han antepuesto su objetivo de alcanzar la secesión Catalunya del resto de España  sobre todo lo demás, siendo eso causa de su pérdida de voto, más ERC que la CUP (JxCat perdió 380.231 votos,  ERC 332.254 y la CUP 6.159). Esta gran pérdida del apoyo popular contrasta con el mensaje mediático triunfalista de que los independentistas han ganado las elecciones y son ahora -por fin- los representantes de la mayoría de la población (al haber obtenido el 51% de votos). En realidad, el primer posicionamiento que dio a conocer el gobierno independentista de la Generalitat tras las elecciones del domingo pasado fue que el independentismo había ganado las elecciones por primera vez por mayoría del voto popular y, por lo tanto, tenía pleno derecho a exigir la independencia en nombre de la mayoría de la población catalana. Lo que no se dice es que, en realidad, el voto independentista, en su totalidad, ha bajado espectacularmente, pasando de representar el 39,03% del censo electoral en 2017 al 27,07% en 2021. Así pues, solo uno de cada cuatro catalanes ha votado a un partido independentista. Es más, la ley electoral catalana es, como la española, profundamente sesgada para favorecer a las fuerzas conservadoras, pudiéndose haber hecho una ley electoral propia, Catalunya es la única comunidad autónoma al día de hoy sin una ley electoral propia (por que no ha interesado al pujolismo), de manera tal que si el sistema electoral catalán fuera proporcional (es decir que el número de escaños parlamentarios de los partidos fuese proporcional al numero de votos recibidos), el bloque independentista no habría alcanzado la mayoría parlamentaria que tenia y ahora tendrá. En el sistema electoral actual (diseñado por el gobierno Pujol), donde el bloque independentista (ERC recibió el 21,30 % del voto, JxCat el 20,04% y la CUP el 6,67%, sumando 48% del voto) no alcanzó la mayoría, se le asignarán a ERC 33 escaños, a JxCat 32 y a la CUP 9, sumando 74 escaños, proveyendo una gran mayoría parlamentaria, 6 escaños más de los necesarios para tener mayoría, aunque los tres partidos que tienen representación parlamentaria no tienen la mayoría del voto popular. Si el sistema fuera proporcional, la asignación sería diferente y los escaños serían ERC 29, JxCat 27 y CUP 9, sumando 65 escaños (que no llega a la mayoría de 68). En cambio, en casos de establecerse un tripartito de izquierdas (PSC, ERC y ECP), éste, que ya con el sistema actual tendría una mayoría de escaños (PSC 33, ERC 33 y ECP 8, sumando un total de 74 escaños), continuaría teniendo la mayoría en un sistema proporcional (PSC 31, ERC 29 y ECP 9, sumando 69 escaños), al revés del bloque independentista que no lo conseguiría. Ni que decir tiene que el sistema proporcional es más representativo y democrático, pero no es el que se utiliza en la mayoría de los países del sur de Europa, donde las derechas han sido siempre más poderosas que las izquierdas, al revés de lo que ocurre en el norte de Europa donde la democracia está más desarrollada y el Estado de Bienestar está más financiado.

"El superpatriotismo" de la derecha independentista y sus costes

Los datos anteriores muestran la falsedad del argumento del bloque independentista, hegemonizado por JxCat que está promocionando la imagen de que la mayoría de la población catalana es independentista. Esta realidad queda ocultada bajo su supuesta defensa de la "patria" catalana, adoptando una postura extrema (casi carlista) y radical en el caso de JxCat en su intento de mantener una amplia movilización, siendo su base electoral, primordialmente, la burguesía, pequeña burguesía, la clase media alta y la población rural. Las políticas públicas de recortes del gasto público social y las reformas laborales regresivas y punitivas a la clase trabajadora catalana son, en gran parte, las responsables de la enorme crisis social de Catalunya (las rentas del trabajo, como porcentaje de todas las rentas, son de las más bajas en España y en la Europa occidental, y las rentas de capital son de las más altas).

Lo que debe subrayarse es que Convergencia Democrática y JxCat no hubieran podido gobernar durante tanto tiempo sin el apoyo de ERC y la CUP. ERC tiene su base electoral (además de en zonas poco pobladas, algunas de ellas de ámbito rural junto con JxCat), en las clases medias catalanas como las que viven en barrios como la Sagrada Familia, algunas de antigua vocación independentista y otras con una vocación más reciente. Venció también en barrios trabajadores, primordialmente de clase trabajadora, como Poblenou, la Barceloneta, Sants, el Clot y Guinardó.

Las consecuencias del procés independentista: la división de Catalunya

Este bloque independentista, en su compromiso por alcanzar rápidamente la secesión (independencia exprés), ha creado como respuesta un voto hostil que han ido canalizando varias formaciones políticas en distintos momentos. En 2017, Ciudadanos, bien conocido por su hostilidad hacia el independentismo, canalizó este enfado y ganó las elecciones en Catalunya. Ahora, en 2021, lo ha hecho el PSC, cuyo candidato, además de ser identificado con una causa popular –el control de la pandemia y la vacunación-, situó como punto central de su campaña el hartazgo con el independentismo. Su BASTA YA tuvo un punto movilizador, con un mensaje orientado sobre todo a movilizar el voto trabajador que había perdido. Fue el candidato de izquierdas que constantemente habló en catalán y en castellano. Recuperó los votos que había perdido y ganó en la gran mayoría de barrios obreros de las zonas más pobladas, consiguiendo un total de 652.858 votos.

Vox, el otro vencedor de las elecciones (ganó 217.883 votos), representa el voto de ultraderecha nacionalista españolista, también hostil ante el secesionismo, presentándose con una imagen de protesta ("que se vayan todos"), acusando a todos los demás partidos de olvidar el daño que los inmigrantes están haciendo al pueblo español. No han escondido tampoco su añoranza y afinidad hacia el régimen autoritario anterior, promocionando "la ley y el orden", mensaje que atrajo a las clases pudientes, por un lado, y a sectores de la clase trabajadora no cualificada en barrios con un gran porcentaje de población migrante, por el otro. Entre las primeras, los barrios pudientes como Pedralbes, Sarrià o Sant Gervasi; y, entre las segundas, los barrios obreros del "cinturón rojo" de Barcelona. Poco apoyo obtuvo, sin embargo, entre las clases medias, excepto entre las comunidades religiosas de orientación españolista. También obtuvo gran apoyo en los barrios donde viven las fuerzas armadas, reafirmando la relación más que preocupante que existe en España entre estas y Vox.

El descenso popular de En Comú Podem (ECP)

ECP obtuvo su apoyo mayoritariamente en distritos y barrios de clase trabajadora (como Nou Barris y el Raval) y de las clases medias identificadas históricamente con las izquierdas. No ganó prácticamente en ningún distrito, pero tuvo apoyo (alrededor del 9% del voto) en los barrios citados anteriormente (y en algunos, como el Raval, incluso alcanzó el 14%). Su base electoral continúa siendo el sector leal de la izquierda tradicional y una parte del voto variable (que es un sector muy extenso) que en esta ocasión se desplazó en gran parte al PSC y en menor medida a Vox. Su candidata a la presidencia de la Generalitat de Catalunya, Jéssica Albiach, fue la gran sorpresa de la campaña y tuvo una soltura y saber hacer, con un discurso claro y directo, que le permitió mantener parte de su electorado popular. En realidad, un sistema proporcional le hubiera dado incluso un escaño más: 9 escaños.  Pero la campaña electoral no es suficiente para dotar de identidad a este espacio. Esta coalición de partidos de Catalunya en Comú y Podem Catalunya, ha perdido apoyos entre las clases populares y, muy en especial, entre la clase trabajadora no nacida en Catalunya (que simpatizó con el 15-M, origen de este espacio), entre la cual está creciendo una gran animosidad al independentismo que canalizó el PSC y VOX, pero no el ECP. Éste perdió 131.734 votos desde el 2017, en parte debido a que en un panorama muy polarizado sobre el debate nacional el ECP tiene dificultades en una Catalunya mas dividida que nunca, en donde la mayoría de los medios de información y persuasión, se centran en el conflicto nacional, ignorando el social.

¿Qué escenario se abre ahora?

Una hipotética coalición entre las izquierdas independentistas y las no independentistas sería la más idónea para resolver la enorme crisis social que vive Catalunya, pues esta ha estado determinada, en gran parte, por la división de las izquierdas en dos bloques, lo que ha propiciado que Catalunya fuese gobernada por las derechas liberales y conservadoras, una coalición con las derechas deseada por los poderes económicos, fácticos y mediáticos de Catalunya y España, las mismas derechas que han gobernado Catalunya durante casi todo el período democrático. El protagonismo del tema territorial y nacional ha servido para dividir a las izquierdas y también ocultar la enorme crisis social y sus responsables: las derechas españolistas en el estado español y las derechas independentistas en Catalunya. Los partidos de izquierda independentistas, al poner su deseo por la independencia por encima de todas las otras consideraciones, tienen una enorme responsabilidad por la crisis actual.

El argumento independentista de que la secesión de Catalunya de España conllevaría una mayor riqueza para Catalunya (argumento central de su discurso) y, por lo tanto, un mayor bienestar de las clases populares ignora la realidad (conocida ampliamente entre los expertos en temas de bienestar y calidad de vida) de que el bienestar de la mayoría de la población -las clases populares- no depende de la riqueza del país (el PIB per cápita), sino de la distribución de esa riqueza. Estados Unidos es el país más rico del mundo y, sin embargo, tiene los peores indicadores de bienestar y calidad de vida (como mortalidad infantil o esperanza de vida) entre los países a los dos lados del Atlántico Norte. Y la causa de ello es que desde la época del presidente Roosevelt nunca ha sido gobernado por una coalición o partidos de izquierdas. Y lo mismo ocurrido en Catalunya (excepto durante el tripartito) y podría ocurrir en una hipotética Catalunya independiente. El hecho de que Catalunya haya estado casi siempre gobernada por las derechas podría repetirse en esa eventual Catalunya independiente, puesto que las fuerzas que liderarían la transición pertenecerían, de mantenerse la correlación de fuerzas actuales, a las derechas de siempre, gobernando una Catalunya muy polarizada, con la mayoría de las clases populares y trabajadoras en contra.

Por último, es importante resaltar que el independentismo ha polarizado no solo Catalunya, sino también España, de manera tal que ha sido Catalunya la más perjudicada en esta polarización. El muy marcado declive y pérdida de protagonismo económico en España son consecuencia de ello. Ello exigiría un cambio notable de la correlación de fuerzas en Catalunya que, aunque es muy necesaria, es poco probable que ocurra en un futuro próximo. Mientras, la radicalidad del bloque independentista explica, en gran parte, el surgimiento del ultranacionalismo jacobino autoritario y antidemocrático españolista, heredero del régimen dictatorial fascista anterior, que está influenciando a todas las derechas en España, acentuando una polarización política a lo largo del territorio español que está teniendo consecuencias muy negativas par el país, dificultando el crecimiento de una España plural, poliédrica, y plurinacional con sensibilidad social que permita desarrollar una España alternativa, justa, y más democrática. Ni que decir tiene, que el Estado español, resultado de una transición inmodélica de la dictadura a la democracia, mantuvo unos aparatos represivos y antidemocráticos que ha estimulado el crecimiento del independentismo y se ha beneficiado de su radicalidad en busca de la independencia exprés. Pero ello ha sido a costa de haber mantenido un enorme subdesarrollo social y democrático en España incluyendo Catalunya. 

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Aspecto del hemiciclo del Parlament de Catalunya. — Quique Garcia / EFE

Está teniendo lugar en España una de las mayores crisis sociales que este país haya sufrido durante este siglo y el anterior, la cual está causando un enorme dolor y sufrimiento en el bienestar de la población y, muy en especial, de sus clases populares. A la crisis social y económica que surgió con toda intensidad a principios de este siglo, con la Gran Recesión, se le añadió el año pasado la enorme crisis sanitaria y social derivada de la pandemia. Ello ha ocurrido a lo largo de todo el territorio español, pero ha adquirido incluso mayores dimensiones en Catalunya, como lo reflejan importantes indicadores sociales como la pobreza infantil y juvenil (población menor de 16 años), que ya era mayor en Catalunya (33%) que en el promedio de España (30%) y en la UE-15 (20,6%) antes de que comenzara la pandemia. ¿Por qué es así? 

Características de la crisis social en Catalunya

Para comprender las causas de la gravedad de esta crisis hay que conocer las características que la definen. Una muy importante es el bajo gasto público social (gasto público en sanidad, educación, escuelas de infancia -mal llamadas "guarderías"-, servicios de dependencia y servicios sociales, entre otros), que se sitúa por debajo del promedio de España. Otro indicador de esta subfinanciación es el bajo porcentaje de población adulta que trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar, uno de los más bajos de España y de la Europa Occidental (solo uno de cada doce adultos en Catalunya, por uno de cada cinco en Suecia).

Este bajo gasto público determina otra característica de la situación social en Catalunya, la división de los servicios de atención a la ciudadanía en dos grandes grupos según el tipo de financiación. Uno, que incluye del 20 al 30% de la población, que son las clases con más recursos (burguesía, pequeña burguesía y clase media de renta media-alta), es atendido por los servicios privados, y el otro, la gran mayoría de la ciudadanía -que son las clases populares- es atendido por los servicios públicos. Existe así una polarización por clase social en la financiación y gestión de tales servicios, así como en su uso. Tal polarización contribuye a que Catalunya sea una de las partes de España y de la Europa Occidental con mayores desigualdades sociales.

Ni que decir tiene que el primer grupo social tiene mucha más influencia política y presencia mediática que el segundo. Y puesto que el primero considera (erróneamente) que los servicios privados (en general, más user friendly) les atienden de manera satisfactoria, no han sido plenamente conscientes de la pobreza de recursos en los servicios públicos, sobre los que ha recaído la mayor responsabilidad de responder a la pandemia, insuficiencias que han afectado a estas clases pudientes con toda intensidad. La pandemia ha mostrado las enormes insuficiencias de los servicios privados y la gran necesidad que hay de tener unos buenos servicios públicos, cuya escasez de recursos ha afectado a todos los sectores sociales. Incluso las clases más pudientes se han visto perjudicadas por la pobreza de recursos públicos y, aunque su tasa de mortalidad por coronavirus ha sido menor que la de las clases populares, ha sido mayor que las de sus homólogos en otros países europeos de semejante nivel de riqueza económica y mayores recursos públicos. Así pues, los ricos y la clase media de renta media-alta en Catalunya han muerto por coronavirus con mayor frecuencia que los ricos y clase media de renta media-alta de la mayoría de países de la Europa Occidental. 

Esta situación debe cambiar para el beneficio de todos

Hay que insistir en que la pandemia ha mostrado con toda crudeza los enormes déficits de los servicios públicos, que en momentos de crisis sociales son el elemento clave para resolverlas. Tal situación ya se había detectado incluso antes de la crisis. Es de sobras conocido que, en Catalunya, cuando un enfermo ingresado en las clínicas privadas más caras de Barcelona empeora en gravedad, es trasladado a los principales hospitales públicos universitarios -como el Clínic o Bellvitge- donde sí existen los recursos y conocimientos científicos para atenderlos y salvar sus vidas. Las clases de mayor renta no son plenamente conscientes de hasta qué punto los servicios públicos del Estado del Bienestar son un elemento clave para configurar la calidad de vida de todos los estratos sociales -incluido el suyo-. Su dependencia de la atención privada les afecta negativamente y pone en riesgo su bienestar presente y futuro. La crisis financiera durante la Gran Recesión ya mostró la fragilidad del sistema de pensiones privadas, mucho mayor que la del sistema de pensiones públicas. Y así, una constante.

¿Por qué pasa todo esto? La respuesta es clara: Catalunya ha estado gobernada por las derechas liberales y conservadoras durante la mayor parte del período democrático

La causa de esta situación, raramente mencionada en los medios de información públicos controlados por la Generalitat, es que Catalunya ha sido una de las partes de España que ha estado gobernada durante más tiempo desde el inicio de la democracia por una coalición de dos partidos de derechas, liderada por un partido de sensibilidad liberal. Excepto en el período del gobierno tripartito (que duró 7 años), Catalunya ha estado gobernada por un partido fundado por Jordi Pujol, CDC (y sus herederos), de orientación liberal, de derechas, perteneciente hasta hace poco a la familia de partidos políticos liberales europeos (que incluye también, por cierto, a Ciudadanos, y del cual fue excluido debido a la presión de estos, utilizando su conocida corrupción como justificación para que se lo expulsara). Su ideología es de un nacionalismo extremo, clasista y excluyente, muy conservador, con claros tintes racistas y de supremacismo étnico-cultural, que históricamente definía a los catalanes procedentes del sur de España -como murcianos y andaluces- con el término derogatorio de "charnegos", a los que Jordi Pujol atribuyó en los años cincuenta y sesenta tener una menor capacidad intelectual. Y lo sé personalmente, porque yo fui el médico de los supuestos "charnegos" en el barrio más pobre de Barcelona, el Somorrostro, donde vivían amplios sectores de la clase trabajadora que ha contribuido a la construcción de este país. Aunque tal extremismo se fue diluyendo, no desapareció del todo, y su actitud hacia las clases populares de los nacidos fuera de Catalunya permaneció.

Económicamente el pujolismo era (y sus herederos -JxCat, PDeCAT y PNC- lo siguen siendo), como he indicado, un partido neoliberal que, consecuente con su ideología, ha impuesto (y digo impuesto pues no estaba en su programa electoral) políticas públicas de austeridad, con amplios recortes del gasto público, con apoyo o abstención a las reformas laborales del PSOE y del PP, así como reformas fiscales altamente regresivas, políticas todas ellas aprobadas por las derechas españolas en las Cortes españolas. Entre los economistas próximos a este espacio político más conocidos y promovidos en los medios públicos de la Generalitat, como Catalunya Ràdio y TV3, los hay de ultraliberales -semejantes en su extremismo a los economistas de Vox- que aconsejan la privatización, por ejemplo, de las pensiones, como hizo el general Pinochet en Chile.

La mayor parte del período durante el que este partido (y sus herederos) ha gobernado lo ha hecho en alianza con un partido cristianodemócrata, UCD, muy próximo a la Iglesia y a las fuerzas conservadoras catalanas del país (muy enraizadas en la Catalunya rural), y cuando este desapareció, CDC (y sus hederos) han gobernado con la ayuda de ERC, que formó parte del tripartito de izquierdas mientras fue dirigido por su sector más progresista, hasta que este fue sustituido por el sector más independentista, que se alió con el pujolismo, pasando a ser parte del gobierno en un papel secundario, contando también con el apoyo de la CUP, un partido de izquierdas que siempre ha antepuesto su ideario independentista en su estrategia de coaliciones. Sin la CUP, la derecha catalana no podría haber gobernado tanto tiempo, haciéndolo con mayoría parlamentaria debido a una ley electoral con claro sesgo conservador. En realidad, la ley electoral catalana es la española, una ley que, por cierto, cuando el pujolismo tuvo la oportunidad no cambió, pues le era favorable. La coalición dominante de las derechas tenía su principal base electoral en las zonas rurales y en sectores predominantemente de la clase media y media-alta y con sensibilidad nacionalista excluyente. En cambio, en las grandes ciudades, en las elecciones municipales, con un sistema electoral proporcional, ganaban las izquierdas, predominantemente el PSC, que gobernaba los principales centros urbanos de Catalunya.

El pujolismo y sus sucesores (JxCat y el PDeCAT, entre otros) han sido y continúan siendo la fuerza política dominante que, a través de un absoluto control de los medios públicos de información, y mediante políticas clientelares (semejantes a las caciquiles en Galicia, también gobernada por las derechas durante la mayor parte del período democrático), tiene una mayor influencia y control de los elementos vivos de la sociedad civil y de la gran mayoría de los medios en catalán.

El surgimiento del independentismo como causa de su supervivencia

La causa de su supervivencia en el tiempo, a pesar de la aplicación de las políticas neoliberales, es su nacionalismo, presentándose como una fuerza defensora de la patria (con una visión muy conservadora de esta) y de la cultura catalanas, convirtiéndose en independentista a partir de la negación de los elementos clave del Estatut de Catalunya (inicialmente propuesto por Pasqual Maragall) por parte del Tribunal Constitucional. Es a partir de ese momento que el independentismo surge con mayor intensidad. En realidad, el comportamiento represivo del Estado español es la mayor causa del auge del independentismo. De ahí que las tensiones políticas, surgidas durante el "procés", favorezcan al grupo gobernante, ocultando con ello la aplicación de las políticas neoliberales que han dañado tanto a la población catalana. Así pues, el "procés" ha causado un enorme daño a Catalunya, incluida la aplicación del artículo 155 que su comportamiento determinó (es difícil de creer que los dirigentes de los partidos independentistas no fueran conscientes de las consecuencias que acarrearía su proceso). Y también crearon una gran polarización dentro de Catalunya entre el bloque independentista y el no independentista.

Por qué apoyo a En Comú Podem

Es fundamental para el bien de Catalunya que el bloque actual independentista pierda la mayoría, pues el mayor conflicto en Catalunya es el existente dentro de Catalunya, división creada por el "procés" independentista liderado por un gobierno dominado por las derechas. En cuanto a las izquierdas, el único espacio de izquierda con credibilidad es En Comú Podem, una coalición de dos espacios políticos, ambos nacidos del 15-M. Estos dos espacios responden a bases electorales algo distintas y representan unas nuevas izquierdas, rojas, moradas y verdes, que aglutinan un espacio heredero de las fuerzas de izquierda que lideraron la resistencia antifranquista, que combinaron la lucha por las clases populares, claramente enraizada en el movimiento obrero catalán, con la defensa de la identidad catalana, luchando por una república poliédrica (en lugar de radial, centrada en la capital del reino) y plurinacional. En realidad, así lo tuvo que reconocer incluso Pujol. Las derechas, con la excepción de Pujol, fueron, en realidad, inexistentes durante la resistencia y muchas, incluyendo la Iglesia Católica (y con ella el monasterio de Montserrat) apoyaron a la dictadura, de la que tardaron en distanciarse.

ERC tuvo en principio una vocación de izquierdas que explica que formara parte del tripartito, pero al anteponer el independentismo a todo lo demás, se convirtió en el apoyo necesario de la perpetuación en el poder de la derecha catalana, lo cual ha ocurrido también, como subrayé antes, con la CUP. El PSC fue un instrumento de la clase trabajadora y las clases populares, pero su adaptación al neoliberalismo (presionado por el PSOE) tuvo un coste elevado. El cambio de la Constitución para establecer como prioridad del Estado saldar la deuda con los bancos fue un indicador más de su abandono de la socialdemocracia, iniciándose entonces su declive. Su resurgir está causado por el cambio de su línea política, liderado por el que fue el candidato contra el aparato del partido, Pedro Sánchez, que cosechó el apoyo de las izquierdas dentro del PSOE. Ello permitió la alianza con Unidas Podemos. Sin embargo, las políticas económicas socialistas están lideradas por equipos económicos que no distan mucho de los anteriores y que frenan el cambio necesario. De ahí que el país (tanto Catalunya como España) necesite un movimiento político-social (Unidas Podemos y En Comú Podem) que hoy actúa como el motor social en España, que está revirtiendo las políticas neoliberales, y que ya ha mostrado, como lo ha hecho En Comú Podem en el ayuntamiento de Barcelona y en otros, su credibilidad en beneficio de las clases populares.

Última nota: la falsedad del argumento de las derechas independentistas catalanas

El argumentario de todos los partidos independentistas conservadores y liberales se centra en que la crisis social en Catalunya es resultado de que no sea independiente. Para resolverla hay que conseguir la independencia, pues, entre otras cosas, al ser más rica que el resto de España dispondría de más recursos si se separara de ella, y su producto interior bruto (PIB) per cápita sería superior.

El gran error de este argumento es que la calidad de vida de las clases populares no depende, primordialmente, del PIB per cápita. EEUU es el país más rico del mundo y, sin embargo, la calidad de vida de sus clases populares es muy limitada. La falta de derechos laborales y sociales universales explica que sus indicadores sociales, como la mortalidad, los suicidios, las enfermedades de la desesperación o la mortalidad infantil sean de los más elevados entre los países desarrollados.

No es la riqueza, sino su distribución, lo que determina el bienestar de las clases populares. Y esto último depende mucho de quién haya gobernado durante más tiempo en el país. EEUU nunca ha sido gobernado por un partido de izquierdas. Los dos partidos gobernantes han sido un partido conservador (el Partido Republicano) y uno liberal (el Partido Demócrata).

Y en Catalunya se da una situación semejante. El que sea uno de los países con mayores desigualdades es un indicador de ello. En realidad, dicha desigualdad es de las más grandes de la UE-15. Las rentas del trabajo representan solo el 45% de todas las rentas del país, mientras que las rentas del capital son las más altas, el 44%. En España, la distribución es 47% vs 42%, y en la UE-15 de 48% vs 40%. Y ello ha sido consecuencia del dominio que las derechas conservadoras y liberales han tenido en la aplicación de las políticas de la Generalitat y del gobierno español (aprobadas estas últimas, muy a menudo, con el apoyo de las primeras).

En cuanto a las derechas del PP y C’s, altamente influenciadas por Vox, tendrán un escaso apoyo en Catalunya, excepto la última, Vox, que es la versión más ultraliberal, lo cual esconde con un discurso claramente trumpista, antiinmigración y muy hostil hacia las fuerzas progresistas, profundamente autoritario y antidemocrático que puede capitalizar un enfado generalizado en sectores de la clase trabajadora que sean sensibles al argumento de "que se vayan todos". Es probable que ocupe un gran espacio de las otras derechas.

El resultado de las elecciones afectará en gran medida al resto de España. El futuro depende de quién gobierne en España y quién podrá gobernar en Catalunya. La evidencia muestra que se requiere una coalición de izquierdas con la participación y liderazgo de En Comú Podem.

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Cómo los dogmas neoliberales están obstaculizando la resolución de la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/02/03/como-los-dogmas-neoliberales-estan-obstaculizando-la-resolucion-de-la-pandemia/ Wed, 03 Feb 2021 06:22:08 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5702 Continuar leyendo "Cómo los dogmas neoliberales están obstaculizando la resolución de la pandemia"]]> Un sanitario prepara una inyección con la vacuna contra el coronavirus, en Barcelona. REUTERS/Nacho Doce
Un sanitario prepara una inyección con la vacuna contra el coronavirus, en Barcelona. REUTERS/Nacho Doce

Vicenç Navarro
Profesor de Health & Public Policy, School of Public Health en The Johns Hopkins University; Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Estamos inmersos en una de las mayores crisis sociales y económicas que el mundo haya vivido jamás. La evidencia científica que apoya tal observación de la realidad es abrumadora. Indicador tras indicador (desde los de mortalidad de la población hasta los de empleo) muestran el enorme dolor y sufrimiento que la pandemia está causando. Y la gente lo sabe. Los niveles de cansancio, frustración y enfado que la mayoría de la población está alcanzando en gran parte de los países a los dos lados del Atlántico Norte preocupa en gran medida a los mayores centros de reflexión de los establishments económicos y financieros, así como a los fórums políticos y mediáticos que les son afines en cada país.

De lo que no se habla en los debates sobre la pandemia

Y, en consecuencia, está teniendo lugar un gran debate y discusión sobre cómo responder a esta pandemia. Pero en este debate se empiezan a tocar temas que eran intocables hasta ahora. Me explicaré. Hay un dato que no se aborda en tales fórums políticos y mediáticos y que, sin embargo, es de una gran importancia. Sabemos ya cómo controlar, contener y, por lo tanto, superar la pandemia. Disponemos de los conocimientos científicos y de los recursos necesarios para solucionar algunos de los mayores problemas que existen y evitar tantas muertes. Es más, conocemos cómo podría controlarse la pandemia para recuperar cierto grado de normalidad. El lector debería conocer esta realidad. La ciencia sabe hoy cómo podría ir resolviéndose. Y no me refiero solo a la ciencia virológica y epidemiológica y otras ciencias básicas en salud pública, sino también a las aplicadas, como las ciencias sociales y económicas. Sé de lo que hablo. Soy también profesor de la Johns Hopkins University, incluida su bien conocida Escuela de Salud Pública, desde donde se realizan los bien conocidos estudios sobre la pandemia, conocidos y citados a nivel internacional. Y le puedo asegurar que sí, se sabe cómo controlar la pandemia. Sabemos, por ejemplo, que no podrá haber recuperación económica sin antes contener la pandemia. Ignorar lo segundo para corregir lo primero, como hizo la administración Trump, ha llevado a un desastre económico, social y de salud. No hay ningún país que lo haya conseguido. De nuevo, hay miles de datos que muestran el gran error de ignorar esta realidad. Ahora bien, el lector se preguntará: ¿si conocemos cómo controlar la pandemia y tenemos los recursos para hacerlo, por qué no se hace? Y otra pregunta que deriva de la anterior es: ¿por qué los medios no están informando sobre ello y los gobiernos no están actuando?

El silencio ensordecedor sobre por qué no se resuelve lo que es resoluble

La respuesta al último interrogante es fácil de conocer, y tiene que ver con la ideología y cultura dominantes en estos países, lo que dificulta ir más allá de lo que el pensamiento hegemónico permite considerar. Uno de estos obstáculos es, por ejemplo, el sacrosanto "dogma de la propiedad privada", que se considera fundamental para la pervivencia del orden social, marcado este último por otro dogma, el de las también sacrosantas "leyes del mercado" como mejor sistema de asignación de recursos. Estos dogmas rigen el comportamiento de los establishments político-mediáticos de la mayoría de grandes países a los dos lados del Atlántico Norte, y han jugado un papel esencial en obstaculizar el control de la pandemia.

Un claro ejemplo de ello. El porqué de la escasez de las vacunas

Tal y como indiqué en un artículo reciente ("¿Por qué no hay suficientes vacunas anti-coronavirus para todo el mundo?, Público, 30.12.20), el mayor problema que existe en el control de la pandemia hoy en el mundo es la falta de las vacunas contra el coronavirus, escasez que incluso se da en los países considerados ricos a los dos lados del Atlántico Norte, lo cual es absurdo, pues los países ricos (y, por cierto, un gran número de países pobres tienen los recursos para producir tales vacunas). En realidad, el desarrollo de la parte más esencial en la producción de las vacunas más exitosas (Pfizer y Moderna) se ha hecho con fondos públicos, en instituciones públicas, en los países ricos (y, muy en especial, en EEUU y en Alemania). Esto lo reconoce nada menos que el presidente de la Federación Internacional de Industrias Farmacéuticas, el Sr. Thomas Cueni, en un artículo publicado en el New York Times hace unas semanas, "The Risk in Suspending Vaccine Patent Rules", 10.12.20, en el que afirma que "es cierto que sin los fondos públicos de agencias [instituciones públicas del gobierno federal estadounidense] como la U.S. Biomedical Advanced Research and Development Authority o del ministerio federal alemán de Educación e Investigación, las compañías farmacéuticas globales no habrían podido desarrollar las vacunas covid-19 y hacerlo tan rápido". El Sr. Cueni podría haber añadido que ello ocurre también con la mayoría de grandes vacunas que se han ido produciendo desde hace muchos años (véase el artículo citado anteriormente para ver los millones de dólares y euros públicos invertidos). La parte fundamental en el desarrollo de cualquier vacuna es el conocimiento básico, que suele investigarse en centros públicos o con fondos públicos de investigación sanitaria y salubrista. La industria farmacéutica, que sin este conocimiento básico no podría desarrollar las vacunas, utiliza dicho conocimiento para avanzar en su dimensión aplicada, es decir, la producción de las vacunas. Pero lo que el presidente de tal federación internacional olvida mencionar es que, además de utilizar el conocimiento básico que los Estados han financiado, esos mismos Estados ofrecen a las farmacéuticas un gran regalo al garantizarles el monopolio en la venta del producto durante muchos años, que pueden llegar hasta veinte, lo que les asegura unos beneficios astronómicos (los más elevados del sector empresarial de cualquier país).

Ahí está el origen de la escasez de vacunas. Es tan simple como esto. La propiedad intelectual, garantizada por los Estados y por las leyes del comercio internacional y sus agentes, es la que crea una escasez "artificial" de vacunas, lo cual genera unos beneficios astronómicos a costa de no tener suficientes vacunas para paliar las graves consecuencias de la pandemia y prevenir la muerte de millones de seres humanos.

 

¿Qué podría hacerse?

Lo más lógico sería, que, como ha propuesto Dean Baker (el economista que ha analizado con mayor detalle, rigor y sentido crítico la industria farmacéutica internacional), los Estados que ya financiaron el conocimiento básico expandieran su intervención para incluir, además del conocimiento básico, el aplicado, produciendo ellos mismos las vacunas, lo cual sería mucho más barato (puesto que no habría que incluir en los costes de producción los enormes beneficios empresariales).

Y el lector se preguntará: ¿por qué no se hace lo que parece lógico? Pues la respuesta también es fácil. Por el enorme poder político y mediático de la industria farmacéutica a nivel nacional e internacional. Dean Baker documenta muy bien la naturaleza de estas conexiones (ver el vídeo "Dean Baker on Beating Inequality & COVID-19: Tackle Patent and Copyright Monopolies", 20.01.21, The Analysis News). En realidad, entre un gran número de expertos en salud pública en EEUU hay una postura generalizada de que el legítimo objetivo del mundo empresarial privado de poner como principal objetivo el conseguir optimizar sus beneficios económicos debería limitarse o incluso rechazarse en las políticas públicas que tienen como objetivo el optimizar la salud y minimizar la mortalidad. Esta percepción deriva del hecho que el propio EEUU muestra claramente que la privatización de la sanidad, gestionada por empresas con afán de lucro (que es la situación más común en aquel país), ha provocado un enorme conflicto entre los objetivos empresariales y la calidad y seguridad de los servicios. EEUU es el país que tiene un mayor gasto en sanidad (la mayoría, privado), y en el que hay más gente insatisfecha con la atención recibida, con un 32% de la población con enfermedades terminales preocupada por cómo sus familiares pagarán por su atención médica. La optimización de la tasa de ganancias es un principio insuficiente y enormemente peligroso para la salud de la población (la escasez de vacunas es un ejemplo de ello).

¿Estamos o no estamos en una situación de guerra, como se dice?

El lenguaje que constantemente utilizas las autoridades que están imponiendo enormes sacrificios a la población es un lenguaje bélico. Estamos luchando, se nos dice, "en una guerra contra el virus" (que la ultraderecha cataloga de "chino", intentando recuperar la Guerra Fría, sustituyendo la URSS por China). En realidad, en EEUU el número de muertes por covid-19 es mayor que el número de muertes causadas por la II Guerra Mundial. Lo que ocurre es que los que así hablan no se lo creen. Es un recurso que utilizan para forzar un control de los movimientos de la población (lo cual me parece lógico y razonable), pero, en cambio, siguen conservando meticulosamente los dogmas liberales de la propiedad privada y las leyes del mercado, dogmas dejados de lado en el pasado en situaciones de guerra de verdad. ¿Cómo puede justificarse que los gobernantes de las instituciones de la UE (la mayoría de los cuales son conservadores y liberales) respeten el copyright de las empresas farmacéuticas que han producido la vacuna contra el coronavirus? Durante la II Guerra Mundial toda la producción industrial se orientó a la fabricación del material de guerra necesario. ¿Por qué no se hace ahora lo mismo? Si se forzara la producción masiva de tales vacunas por parte de las empresas farmacéuticas en todos los países o en grupos de países, se podría vacunar rápidamente a la población no solo de los países ricos, sino de todo el mundo.

Como era predecible, la Unión Europea, desde su Parlamento hasta la Comisión Europea y sus otros órganos de gobierno (la mayoría gobernados por partidos conservadores y liberales), se ha opuesto a ello, pues es cautiva de sus dogmas, que ya han demostrado ser fallidos durante el período neoliberal y que, a pesar de su gran fracaso, continúa siendo dominantes en los establishments político-mediáticos a los dos lados del Atlántico Norte. Al menos en EEUU, la nueva administración federal del gobierno Biden, presionado por la comunidad científica (y por las fuerzas progresistas dirigidas por Bernie Sanders), están convocando La Ley De Producción De La Defensa del país (aprobada por el presidente Harry Truman), que obliga a toda la industria a ponerse al servicio de la defensa del país para producir el material necesario para prevenir y controlar la pandemia. La justificación para apelar a tal ley es que el bien común tiene que estar por encima de todos los intereses privados, exigiendo a la industria farmacéutica anteponer el bien común a sus intereses particulares. Lo mismo ocurre en cuanto a otros productos como las jeringuillas especiales y otros. Veremos si se lleva a cabo. Sería bueno que pasara lo mismo en Europa. Ni que decir tiene que las derechas de siempre –desde Trump hasta las derechas de España (incluyendo Catalunya)– acusan a los que quieren forzar dicha producción de "sociocomunistas". Pasa en todo el mundo. De ahí que la ciudadanía debería movilizarse para cuestionar tanto dogma que está haciendo tanto daño a la población. Animo a los lectores a que se organicen y envíen textos y cartas de protesta a tales instituciones, pues de poder hacerse sí que se puede. Lo que ocurre es que su dogmatismo y creencias les impiden verlo.

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Coronavirus,Desigualdad,neoliberalismo,Pandemia
Por qué la monarquía no es buena para España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/01/21/por-que-la-monarquia-no-es-buena-para-espana/ Thu, 21 Jan 2021 05:43:47 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5678 Continuar leyendo "Por qué la monarquía no es buena para España"]]> Fotografía de archivo de Felipe VI. - EFE
Fotografía de archivo de Felipe VI. - EFE

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy, The Johns Hopkins University. Director del JHU-UPF Public Policy Center

Como era predecible (tanto el rey actual como su padre lo han dicho en cada discurso de Navidad), Felipe VI subrayó en diciembre del año pasado que "los avances y el progreso conseguidos en democracia son el resultado del reencuentro y el pacto entre los españoles después de un largo periodo de enfrentamientos y divisiones". Reprodujo así la visión de nuestro pasado reciente –de la Transición supuestamente modélica y de la democracia que la siguió– que los establishments político-mediáticos del país promueven, atribuyendo su éxito a la generosidad de los dos bandos de la Guerra Civil que permitieron alcanzar un sistema democrático homologable al de cualquier otro país de la Unión Europea (en realidad, el decimosexto país más democrático del mundo según el semanario liberal ampliamente conocido y respetado por tales establishments, The Economist).

Estos dos bandos eran, por un lado, los herederos de los que llevaron a cabo lo que definieron como el "alzamiento nacional". En realidad, fueron los golpistas que se levantaron militarmente en defensa de los intereses y privilegios de las élites económicas y financieras responsables del enorme retraso de España, frente a un gobierno democrático-republicano que, en defensa de las clases populares, iba a llevar a cabo intervenciones que reducirían los intereses de dichas élites. La evidencia de que ello fue así es abrumadora, por muy ignorada u ocultada que esta realidad siga estando en España. Y fue gracias a la ayuda de las tropas nazis de Hitler y del régimen fascista de Mussolini que los golpistas instalaron una de las dictaduras más sangrientas que hayan existido en la Europa Occidental (tal y como atestiguó el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia en Nueva York, experto en el fascismo europeo, cuya investigación demostró que, por cada asesinato político cometido por Mussolini, Franco cometió diez mil). Pero, además de cruel y enormemente represivo, el Estado dictatorial fue altamente ineficiente y regresivo, causa del gran subdesarrollo económico y social de España (cuando la dictadura terminó en 1978, España tenía, y con mucho, el gasto público social más bajo de Europa). Al otro lado estaban los herederos de los defensores de la democracia (comprometidos con el progreso y el bien común, dentro de una España plurinacional y socialmente justa), que, repito, lucharon para mantener la II República y avanzar en el proyecto social de España, unos esfuerzos que las clases populares españolas apoyaron activamente, lo que requirió una enorme represión por parte de los golpistas para poder pararlas.

La versión histórica dominante durante la dictadura (todavía sostenida por amplios sectores de las derechas), que definían los dos bandos como los "nacionales defensores de la patria", por un lado, y los "rojos" y "separatistas" -la anti-España, por el otro, pasó a ser sustituida por otra versión durante la transición convirtiéndose en "las dos Españas", responsables a partes iguales de los errores y malas prácticas que tuvieron lugar durante y después de la Guerra Civil. En esta nueva versión, los dos bandos firmaron un acuerdo, sintetizado en la Constitución, que señalaba el camino a seguir, olvidándose del pasado y dejando de mirar atrás, lo cual estaba justificado con el argumento de que ambos lados habían sido igualmente responsables del dolor causado. Esto ha sido presentado por el establishment político-mediático del país, dirigido por el monarca, como un gran acierto que nos ha permitido vivir en paz y con un gran progreso, que ha supuestamente alcanzado tales dimensiones que hoy España no puede "ser reconocida ni por la madre que la parió" (tal y como dijo uno de los protagonistas de la Transición).

La enorme falsedad de la Transición modélica, que supuestamente significó una ruptura con el régimen anterior

Esta gran falsedad ha sido repetida y promovida tantas veces, en un país conocido por la gran limitación en su diversidad informativa y mediática, que ha sido aceptada como una verdad indiscutible, en ausencia de voces (con acceso a los principales medios) que la critiquen. Ahora bien, la testaruda realidad continúa señalando y mostrando la verdad que existe detrás de tanta mentira. Y utilizo el término mentira con cierta reserva, pues no excluyo la posibilidad de que los que sustentan tanta falsedad no estén mintiendo. Me explicaré. Para que uno mienta necesita antes saber la verdad, y ocultarla a través de la mentira. Pero me temo que la realidad es incluso peor. Los que sostienen esta visión del pasado no están mintiendo, pues creen que es la verdad. La cómoda ignorancia les permite la promoción de esa falsedad, reproducida en unos medios altamente controlados, hasta el punto de ser mostrada, simple y llanamente, como la historia de España. La historia que se enseña en las escuelas públicas (y todavía más en las privadas) olvida los avances que la II República representó sobre el sistema borbónico anterior. En realidad, desde las reformas agrarias hasta la enorme expansión del sistema educativo (ambas resistidas por la Iglesia católica, la mayor terrateniente del país, y en cuyas manos recaía el control del sistema educativo), fueron medidas de enorme relevancia. Dice mucho de la enorme falta de diversidad ideológica existente en España que haya habido escasísimos programas televisivos que analicen tales reformas que, de expandirse y desarrollarse, habrían cambiado profundamente el país. 

Las consecuencias de la desmemoria histórica

El hecho de que esta falsa historia de España (que incluye la demonización de la II República) haya sido aceptada en nuestro país por grandes sectores de la población se debe a varios factores. Uno es que la gran mayoría de los sucesores de los grupos y clases dominantes de la dictadura (y no me limito solo a incluir en esta categoría a su aparato gestor, sino que incluyo también a los sectores de la población tales como las clases pudientes, que se beneficiaron y continúan beneficiándose de las coordenadas de poder actual en el Estado) no han experimentado lo que supone ser herederos de los vencidos. Es decir, no sintieron en sus propias carnes lo que significó la derrota de los que lucharon para conseguir la democracia, sufriendo, como consecuencia, fusilamientos, detenciones, torturas, exilios, humillaciones, etc. Hablando con los herederos de los vencedores es fácil darse cuenta de ello. Y el primero entre ellos es el monarca, que proviene de una familia claramente privilegiada por la dictadura. Sin la dictadura, Felipe VI no sería hoy quien es. Su esposa, la reina, proviene de las derechas asturianas y madrileñas, ajenas a la vivencia de los vencidos. Y ello se aplica también a un sector importante de la población española, en general con un nivel de renta superior a la media, heredero y beneficiario de los vencedores.

La España heredera de los vencidos: la población republicana

Pero una gran parte de la población, si no la mayoría (incluso descontando la diáspora republicana), ha tenido una vivencia distinta. El lector me permitirá compartir mi experiencia (ver mi entrevista "Una breve historia personal de nuestro país: entrevista a Vicenç Navarro de Elvira de Miguel". Vengo de una de las millones de familias represaliadas y pude ver y experimentar de primera mano lo que significó la derrota de los españoles demócratas republicanos, tanto en España como en el exilio. Mis padres fueron maestros, jóvenes ilusionados con las reformas educativas de la II República, denunciados, expulsados y humillados por la Iglesia católica (que quería continuar controlando las escuelas del país) y la Falange, el partido fascista, y represaliados brutalmente por el régimen fascista. En Gironella –población de la comarca del Berguedà, en Catalunya– fueron expulsados de la población a la cual habían servido como maestros de su escuela pública acusados de "rojos" y, en el caso de mi padre, además, de "separatista". De lo primero estuvieron orgullosos, pues su compromiso con las clases populares era tal que llevaron a cabo grandes esfuerzos como, por ejemplo, ir a pueblos lejanos a dar clases o educar a los adultos cuando terminaba su jornada en la escuela. En cuanto a la acusación de separatista, mis padres amaban profundamente España, pero no la monárquica o fascista, sino la popular y republicana. Dedicaron toda su vida a ella.

Mis tíos y tías se fueron de España hacia Francia, donde, tras la invasión nazi, iniciaron, junto con miles y miles de españoles, la resistencia antinazi, en la que jugaron un papel determinante. Muchos otros lucharon también en las tropas del general De Gaulle que derrotaron al régimen de Pétain. Una de ellas –mi tía Amalia, miembro de la resistencia antinazi- fue encarcelada en un campo de concentración nazi. Al final de la guerra se juntaron con la diáspora republicana y se fueron, como muchos otros miles y miles de personas, hacia América Latina, donde más tarde los conocí; habían establecido una escuela de arte en Venezuela. España perdió más de un millón de exiliados (muchos más de los que constan en el recuento oficial de este país), lo que enriqueció a las Américas y empobreció a España. Este país nunca se recuperó de una pérdida semejante. Su gran retraso cultural se debió, en parte, a ello. Su historia, sin embargo, no se conoce; ha desaparecido. Páginas de la historia real de España que fueron eliminadas. Mi tía, en cambio, además de haber sido condecorada por el Estado francés, recibió una pensión de aquel país durante el resto de su vida.

¿De qué reencuentro están hablando el rey (y los herederos de los vencedores)?

Este olvido no se ha revertido y permite esta imagen de igualdad de responsabilidades entre los asesinos y los asesinados, entre los torturadores y los torturados, entre los que exilian y los exiliados, que no deja de ser una monstruosidad. Es impensable, repito, impensable, que en países que sufrieron regímenes idénticos (como Alemania, Italia o Francia) el jefe del Estado se refiriese a su pasado como un "largo periodo de enfrentamientos y divisiones". Poner en pie de igualdad al bando vencedor y al vencido en la Guerra Civil, convenientemente despojados de un pasado olvidado, para pretender hacer posible un futuro en paz es muy ofensivo, ofensa que alcanzó su máxima expresión en el acto organizado por el exministro socialista de Defensa, el Sr. José Bono, el día 12 de octubre de 2004, cuando puso al frente del desfile militar a un luchador de la resistencia antinazi pro-republicana al lado de un luchador de la División Azul, que apoyó a los nazis. ¿Cómo se puede llegar a tal grado de insensibilidad democrática? ¿Se imaginan en Alemania ver a un militar nazi y a un luchador de la resistencia antinazi yendo uno al lado del otro en un desfile militar organizado por el gobierno federal alemán? No es tampoco sorprendente que el mismo personaje (hoy el socialista con mayor visibilidad en La Sexta), cuando fue presidente del Congreso, reprendiera a uno de los expresos antifranquistas (a los que había recibido en un acto de homenaje) por enarbolar la bandera republicana. Repito, ¿cómo se puede ser tan insensible y antidemocrático? Soy consciente de que el padre de tal personaje fue un falangista y, por lo tanto, creció en el ambiente de los vencedores. Pero mis padres, ambos socialistas, lo hubieran abucheado por tanta vileza.

¿Y cómo pueden el monarca y el establishment político-mediático mantener tanto silencio y/u ocultar el escándalo –denunciado en la prensa extranjera– ante el hecho de que altos mandos (retirados) del ejército español pidieran el asesinato de 26 millones de españoles por ser antifascistas? De nuevo, sería inimaginable que ocurriera algo semejante en Alemania, Italia o Francia. ¿Cómo pueden mantener esta apariencia de normalidad democrática? Nunca ha habido ningún intento de apartar a personas y comportamientos claramente hederos de la dictadura, frecuentes en las Fuerzas Armadas. ¿Se imaginan que Alemania, Francia o Italia hubieran tenido un monumento a Hitler, a Mussolini o al general Pétain en la escuela militar de sus países hasta solo hace unos pocos años? Fue el caso de la Academia General Militar española, que tuvo una estatua en homenaje al dictador hasta el año 2006. Y ante estos hechos, se continúa intentando sostener la falsedad de que España es homologable al resto de democracias europeas y que la monarquía española es como cualquier otra en nuestro continente. La evidencia muestra que no lo es.

Una última nota: la predecible manipulación de las declaraciones de Pablo Iglesias en el programa Salvados

Un indicador de la agresividad que están recibiendo las voces críticas en este país, procedente predominantemente de las derechas españolas, se reflejó en  acusar al vicepresidente del gobierno español y dirigente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, de ser insensible con los exiliados republicanos, atribuyéndole errónea y maliciosamente posturas que no sostiene, como la de equiparar a Carles Puigdemont con los exiliados políticos republicanos durante la dictadura, cosa que nunca dijo. Por favor, vean la entrevista y lo verán.

Tal acusación por parte de las derechas españolas (PP, Ciudadanos y Vox) alcanza un nivel de cinismo parecido al que es capaz de mostrar el Sr. Trump en EEUU. Estas fuerzas han sido los principales instrumentos políticos que se han opuesto a corregir las enormes distorsiones que se han promovido sobre lo que fue la II República y el sufrimiento que causó el golpe de Estado fascista, incluyendo el exilio. Han hecho todo lo posible para que se mantenga la versión tergiversada de los hechos. E incluyo entre ellos a Ciudadanos, que tiene una visión de España parecida, si no idéntica, a la del PP, la cual se acerca cada vez más a la de Vox.

Ahora bien, lo que me apena es que algunas voces de izquierdas, incluyendo algunas por las que tengo gran estima y respeto, hayan contribuido a esta campaña de descrédito contra Pablo Iglesias. Quiero creer que no fuera su intención dañar una de las pocas voces republicanas con acceso a los medios, pero lamento que se dejaran utilizar por parte de las derechas y de unos medios que siempre intentan crear un clima de tensión, en el que las pocas voces críticas del país con acceso a los medios están siempre a la defensiva. La principal noticia de la entrevista de Salvados es que Pablo Iglesias dijera verdades como puños que raramente se escuchan en los medios. Mostró claramente lo enormemente limitada que es la democracia española, lo cual, por lo visto, no fue noticia para los medios. ¿Por qué?

El contexto de la manipulación de la respuesta

Es bien conocida mi crítica al gobierno independentista catalán por muchas razones, una de ellas por el enorme daño que su "proceso" ha causado a Catalunya y, muy en particular, a sus clases populares. Es casi imposible creer que sus dirigentes no supieran que lo que estaban haciendo (declarar la independencia de Catalunya), causaría la represión que hubo (en la que incluyo no solo el encarcelamiento y exilio de muchos de sus dirigentes), sino también el daño causado a la población catalana, la mayoría de la cual no es independentista, pero que quedó afectada muy negativamente por las medidas impuestas por el gobierno español con el 155. Los partidos independentistas antepusieron sus intereses partidistas a los intereses de Catalunya. Es difícil de creer, insisto, que no supieran que sus acciones desencadenarían una enorme represión por parte del Estado español, represión que, por otra parte, es la mayor fabricante de independentistas en España, como bien reconoció una dirigente del gobierno independentista, la Sra. Irene Rigau. Mostraron así un comportamiento antidemocrático, pues aprobaron una independencia que no apoyaba la mayoría del pueblo catalán.

Tal comportamiento exigía una sanción (como le pasó al presidente de la Generalitat, Artur Mas), pero no la que están recibiendo, pues además de estar sobredimensionada (por razones políticas más que jurídicas), dificulta todavía más la resolución de un conflicto que está dañando a Catalunya y al resto de España. El conflicto, por cierto, no es entre Catalunya y España (como los "superpatriotas" de los dos polos opuestos presentan), sino entre una visión de España, heredera de la borbónica uninacional, y otra visión republicana y plurinacional, que incluye opciones variadas, una de ellas (pero no la única, ya que tampoco es mayoritaria) la independentista. La pandemia ha mostrado claramente que hay tantas Catalunyas y tantas Españas como clases sociales tiene el país. En realidad, hay una gran cantidad de ejemplos que demuestran la existencia de preocupaciones transversales entre las clases populares de Catalunya y las del resto de España, unas clases que están siendo dañadas por el protagonismo partidista de los jacobinos uninacionales, por un lado, y de los independentistas gobernantes, por el otro, que frecuentemente han utilizado las banderas para ocultar el daño causado por la aplicación de políticas públicas neoliberales idénticas y pactadas, por cierto, entre ambos en las Cortes Españolas.

Este es el trasfondo del debate alrededor de la descripción de Carles Puigdemont como exiliado, en el cual ha habido una enorme manipulación, añadiendo leña al fuego de odio que se tiene, repito, a una de las pocas voces críticas que existen en España como Pablo Iglesias. Acusarle de insensibilidad hacia los exiliados republicanos es profundamente injusto. Unidas Podemos ha sido el espacio político que más ha estado criticando la forma como se ha desarrollado la desmemoria histórica promocionada por el estado monárquico, habiendo defendido a las Segunda República  y a sus exiliados, siendo el actor político que más ha defendido la justicia social y la democracia en este país. Esta no es una observación partidista sino empírica. Vean los datos; conozcan lo que está pasando en el Congreso. No los verán en los principales medios, pero hay manera de conocerlos si uno los busca.

También es profundamente erróneo e injusto acusar a Pablo Iglesias de proindependentista o de tener simpatías secesionistas. Es un absurdo más. Debería ser obvio que para abordar el problema nacional se requiere una reconfiguración del Estado español que dé salida a su redefinición, que va desde su reconversión en una España policéntrica en lugar de radial (centrada en la capital del reino), como proponía Pasqual Maragall, a una España federal e incluso confederal.  Redefinir España no significa, como la derecha insiste, romper España, todo lo contrario, significa salvarla y enriquecerla. Hay evidencia contundente de que una España poliédrica sería más próspera que una radial.

Dicho esto, decir que Carles Puigdemont está exiliado no quiere decir que su situación sea la misma que la que sufrieron los exiliados republicanos. Hay miles de formas y tipos de exilio. Y Pablo Iglesias lo aclaró. Las causas del exilio de Puigdemont, Comín y otros son más políticas que jurídicas (vean la composición de los principales tribunales españoles); es una obviedad. Y, por lo tanto, es un exilio causado por tribunales altamente politizados. Dicho esto, no quiere decir -y Pablo Iglesias nunca lo hizo- que sea un exilio comparable al que tuvo lugar durante la dictadura. Y conozco lo que digo porque los míos lo sufrieron. Cuando llegaron a Francia, la mayoría malvivió en campos de concentración y no en mansiones; y sus familiares que se quedaron en España fueron perseguidos y detenidos, y, en muchas ocasiones, sus propiedades, requisadas. Que Puigdemont y mis tíos fueran exiliados políticos no quiere decir que la situación de ambos fuera la misma. La democracia española, aunque sumamente limitada, no es una dictadura fascista. Y los motivos que han conducido a cada uno de ellos al exilio son distintas. Creerse que están en Bélgica porque son unos malhechores sin más expresa un gran desconocimiento de lo que está ocurriendo en España. Y esto es parte del problema que es más que preocupante. Lo peor de este manipulado debate, es que ha ocultado y silenciado lo que Pablo Iglesias dijo sobre la enorme influencia de los enormes poderes económicos y financieros sobre el estado español. Y con la ayuda de los medios, la derecha continuó intentando debilitar a las voces críticas, a costa de silenciar las enormes limitaciones de la democracia española, creando en su lugar un falso debate con la intención de desacreditar al autor de dichas denuncias.

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Monarquía
¿Es posible un golpe de Estado en España? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/01/13/es-posible-un-golpe-de-estado-en-espana/ Wed, 13 Jan 2021 06:51:20 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5657 Continuar leyendo "¿Es posible un golpe de Estado en España?"]]> Fachada del Congreso de los Diputados en la Plaza de las Cortes de Madrid. E.P./Óscar J.Barroso
Fachada del Congreso de los Diputados en la Plaza de las Cortes de Madrid. E.P./Óscar J.Barroso

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor of Public Policy de la Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Hace unos días hubo un intento de golpe de Estado en Estados Unidos, cuando un grupo de militantes de movimientos y partidos de ultraderecha intentaron interrumpir y evitar la aprobación, por parte del Congreso estadounidense, de los resultados de las elecciones presidenciales en aquel país, en las que el candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, fue ganador. Tales manifestantes tomaron por la fuerza el edificio del Capitolio, causando la muerte de cinco personas y forzando a los miembros del Congreso (tanto del Senado como de la Cámara de Representantes) a buscar refugio para salvaguardar su integridad física.

Nunca había ocurrido algo semejante en EEUU. Como era lógico, el impacto de la noticia a nivel internacional fue enorme, pues el hecho estaba ocurriendo en el país que se presenta frecuentemente como el abanderado de la democracia liberal. Si había ocurrido en EEUU, mucha gente se preguntó si podría ocurrir algo semejante en su propio país. La gente es consciente de que en un gran número de países está teniendo lugar un crecimiento de la ultraderecha, que cuestiona el orden democrático existente, intentando canalizar el enfado y frustración en amplios sectores de la población como resultado de la enorme crisis social, que ha estado golpeando a muchos países, acentuada todavía más con la expansión de la pandemia. Es lógico, por lo tanto, que, en muchos lugares, incluyendo España, mucha gente se pregunte si un golpe parecido podría ocurrir en su territorio.

Características de la ultraderecha en EEUU (y en muchos países europeos)

Aunque hay una gran diversidad dentro de estos movimientos de ultraderecha que existen a los dos lados del Atlántico Norte, tienen también características comunes, como son: un nacionalismo extremo, basado en una concepción de superioridad de raza y/o grupo étnico cultural, muy autoritario y antidemocrático, que va mucho más allá del fenómeno conocido como "populismo", pues aun cuando tiene con este una característica común -el caudillismo-, incluye otras dimensiones que son más próximas al fascismo que al populismo. Entre ellas, la de ser un movimiento con una cultura violenta, que se considera víctima de la aparición de nuevas fuerzas políticas que cuestionan su dominio y su visión del mundo, a las que cataloga como "socialistas" y "comunistas" que supuestamente están instrumentalizando el Estado para imponer un sistema totalitario carente de libertades que elimine su cultura e intereses. Su primitivismo, su visión reaccionaria y su religiosidad cristiana profunda, con vocación de cruzada contra otras religiones y formas de espiritualidad, son características que van más allá del populismo. En realidad, muchos de sus dirigentes no ocultan en EEUU sus simpatías pro-nazis y pro-fascistas, incluyendo la utilización de sus símbolos. Vean las imágenes de la toma del Capitolio y lo verán. Su racismo y antisemitismo apareció con toda su máxima expresión, con referencias constantes a un patriotismo entendido como la defensa a ultranza y por medios violentos del orden actual establecido, amenazado por los supuestos socialistas y comunistas que consideran están controlando el Partido Demócrata.

¿Podría ocurrir un golpe de Estado similar en España?

La respuesta a esta pregunta es un SÍ, pues ya ha ocurrido en varias ocasiones (como el 23-F de 1981), siendo además nuestro país uno de los más vulnerables a ello entre los países a los dos lados del Atlántico Norte. Soy consciente de que en los mayores fórums de "respetabilidad" política del país, donde se promueve la sabiduría convencional de los establishments políticos y mediáticos dominantes, tal afirmación pueda parecer una exageración. En dichos fórums nuestro sistema democrático se presenta como robusto, esto es, una de las democracias más maduras en el mundo, según el semanario liberal The Economist, siendo homologable a cualquier otro sistema democrático existente en la Europa Occidental, y suficientemente sólido como para descartar cualquier situación semejante a la ocurrida en Washington hace unos días. En esta visión idealizada del sistema político español, se considera que la transición de la dictadura a la democracia fue modélica, ya que supuso una ruptura con el régimen dictatorial anterior, habiéndose consolidado ya una cultura democrática a nivel de la población que excluye esta posibilidad. Es más, constantemente se asume que la Unión Europea no permitiría que tuviera lugar un golpe de Estado en España, siendo tal pertenencia a la UE una de las mejores garantías de que ello no pueda ocurrir en nuestro país.

¿Cuál es el contexto que favorece la aparición de tal golpe de Estado?

La imagen idealizada del sistema democrático español oculta varios hechos esenciales que cuestionan la credibilidad de la sabiduría convencional. Uno es que no hubo una transición modélica ni tampoco hubo una ruptura con el aparato dictatorial anterior. Sin ánimo de desmerecer los cambios importantes que tuvieron lugar durante y después de la transición, el hecho es que, en el Estado español, liderado, como Jefe del Estado, por el monarca actual (heredero del rey nombrado por el dictador), hay una parte de los aparatos del Estado y, muy en particular, sectores de los aparatos de seguridad y policiales, del sistema judicial y de las fuerzas armadas, que experimentaron pocos cambios, tanto de personal como de cultura política, hasta tal punto que incluso se mantuvo una estatua del dictador (responsable del mayor número de asesinatos políticos que hayan existido en España) en la Academia General Militar del Ejército hasta hace pocos años. Y es conocido que hay altos mandos de tales fuerzas armadas, así como del sistema judicial y de los cuerpos y fuerzas de seguridad, que comparten la cultura e ideología del régimen anterior.

En realidad, como he documentado en varios de mis libros (Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país y también El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias), el subdesarrollo social de España es consecuencia del enorme dominio que las derechas –y los grupos económicos y financieros que representan (muchos de ellos, herederos de las fuerzas dominantes durante la dictadura)– han tenido sobre el Estado español.  Han transcurrido más de cuarenta años de democracia y España continúa teniendo uno de los Estados del Bienestar menos desarrollados de la Europa Occidental. Los datos están allí para el que los quiera ver. El gasto público social continúa situado entre los más bajos de la Unión Europea de los Quince, el grupo de países de tal comunidad con mayor desarrollo económico.

¿Cuáles son las condiciones que hay en EEUU que explican el intento de golpe de Estado? ¿Cuáles de ellas existen también en España?

Si analizamos lo que pasó en EEUU, vemos que muchas de las condiciones que lo propiciaron las encontramos también en España. Una es la existencia de una profunda crisis social exacerbada por la Gran Recesión y agravada por la pandemia.

Otra es que haya un estado generalizado de insatisfacción y desánimo debido a las condiciones existentes, con la aparición de movimientos sociales que presentan propuestas alternativas de clara orientación reformista que, de aplicarse, significarían cambios sustanciales en el orden económico y social del país. En EEUU ha habido grandes movilizaciones de amplios sectores de la población, como por ejemplo: el movimiento de protesta frente a la represión policial (Black Lives Matter), muy marcada hacia las clases trabajadoras pobres (la gran mayoría, negros y latinos); un nuevo movimiento feminista claramente contestatario y con una clara orientación popular (distinta a la del movimiento feminista anterior, cuyo referente fue la Sra. Hillary Clinton, de orientación de clase media alta ilustrada) y que se centra en los temas cotidianos de las familias trabajadoras, movimiento dirigido primordialmente por mujeres negras y latinas de origen de clase trabajadora; nuevas movilizaciones obreras que han puesto a la defensiva a las fuerzas conservadoras y tradicionales, como las iglesias cristianas, grupos empresariales y poblaciones rurales, los cuales se consideran víctimas de una discriminación cultural reproducida por el lenguaje "políticamente correcto", que cuestiona su identidad blanca y "americana" (y que incluyen a amplios sectores de la clase trabajadora blanca). Tales sectores sienten amenazada su identidad y su dominio racial y cultural, acusando de comunistas y socialistas a cualquier institución o formación política que cuestione dicho dominio.

Una tercera condición es la existencia de un amplio entramado de medios de desinformación, los cuales promueven falsedades y promocionan la figura de un caudillo, Donald Trump (figura televisiva y gran especulador de la industria inmobiliaria de Nueva York, conocido por su corrupción y ultraderechismo), que es presentado como víctima de una discriminación por parte del gran establishment económico y financiero neoyorquino a causa de su oposición a dicho establishment. En este sentido, su principal punto de atracción para amplios sectores de las clases populares (que se sienten igualmente marginadas y discriminadas) es que odia a los mismos que ellos odian. Dicha imagen "antiestablishment" es promovida por tales medios de derechas.

Finalmente, una cuarta condición es contar con una base electoral muy leal, con una ideología ultraderechista

Algunas de estas condiciones existen en España

Muchas de estas condiciones existen en España, tales como:

    1. Una crisis económica y social muy acentuada (ver mi reciente libro digital Pandemia, economía y Estado del Bienestar. Causas, consecuencias y alternativas posibles ante la pandemia de coronavirus).
    2. La persistencia de una cultura heredada de lo que se llama en España el franquismo, extendida en amplios sectores del país como consecuencia del enorme dominio que tienen las fuerzas conservadoras, incluyendo en las instituciones (como la Iglesia Católica) influyentes en los medios de reproducción de valores.
    3. Una formación política de ultraderecha con muchos elementos ideológicos semejantes al trumpismo de EEUU, Vox, cuya influencia en los otros partidos de derechas en España es muy grande, no sólo por las alianzas políticas necesarias para que estos gobiernen, sino porque también "odian" a los que Vox odia: las nuevas izquierdas.
    4. Un discurso de odio y enorme hostilidad hacia el gobierno de coalición de izquierdas (y, muy en especial, en contra de los miembros de Unidas Podemos), al que acusan de ilegitimidad e incluso criminalidad (dándose en España la situación incluso más agravante y peligrosa que sectores del aparato judicial comparten la cultura del aparato del régimen dictatorial anterior). Esta situación no se ha dado en EEUU, donde incluso el Tribunal Supremo (profundamente conservador) se ha opuesto al intento de golpe de Estado. No estoy seguro de que también fuera así en España.
    5. Una cultura de enorme agresividad hacia los nuevos movimientos reformistas como Unidas Podemos, a los que se presenta como un elemento a exterminar, pues son vistos como un virus mortal que puede terminar con su dominio en la sociedad. Léanse, como indicador de ello, las cartas de los militares retirados amenazando con el asesinato necesario de millones de españoles para salvar a la patria de nuevo, y la enorme pasividad por parte de los aparatos judicial y de seguridad del Estado, y el silencio del Jefe del Estado.

Este odio va en aumento y tiene que ver con los enormes privilegios de tales estamentos y su gran inseguridad, lo que determina una enorme intolerancia hacia cualquier avance social o económico que ocurra y que afecte las coordenadas de poder dentro del Estado. De ahí que busquen una alianza con aquellas fuerzas que les son cercanas, pues de ahí deriva su esperanza de poder evitar el desarrollo de políticas públicas que reduzcan sus privilegios.

La Unión Europea no evitaría un golpe de Estado

En cuanto a la supuesta ayuda por parte del establishment político-mediático de la UE, ha sido precisamente tal establishment el que puso en marcha las políticas públicas neoliberales que han creado la enorme crisis social. Ellos fueron los causantes de las enormes crisis ocurridas en la UE y que han sido especialmente graves en España e Italia (y en Grecia). Su neoliberalismo fue la causa de la enorme crisis económica que luego dio paso a la crisis social. Creer que las instituciones europeas, gobernadas mayoritariamente por las derechas, y cuyo parlamento ha llegado a aprobar medidas profundamente retrógradas y reaccionarias, son una barrera democrática frente al golpismo es erróneo. En realidad, han podido gobernar sin grandes dificultades conviviendo con dos gobiernos claramente trumpianos en Polonia y Hungría.

Los continuos silencios de los medios frente a esta posibilidad de golpe de Estado

Como si de un intento de afirmar que lo que estoy alertando es una amenaza real se tratara, hace unos días ha aparecido una carta de un teniente general, remitida a la ministra de Defensa, Margarita Robles, donde se indica que la opinión expresada por los militares retirados está ampliamente extendida en el Ejército, lo cual, por desgracia, no puede descartarse. El peligro del golpismo en la cultura militar española es constante y si no se ha dado antes, después de Tejero, es debido a que nunca hubo una demanda más generalizada (que queda reflejada en la existencia de un gobierno de coalición de izquierdas) de cambio en el país que corrija el enorme desequilibrio de fuerzas que todavía persiste en España entre los herederos de los vencedores y los vencidos en la Guerra Civil. La creciente hostilidad de Vox hacia el gobierno español actual, reproducida por el PP y también por Ciudadanos, que constantemente definen a un gobierno democráticamente elegido como inconstitucional, ilegal y criminal, contribuyen a crear un clima de crispación en el que podrían darse actos como el del Capitolio en Washington, actos de los cuales, aunque no fueran realizados con el apoyo de tales partidos, estos también serían responsables por haber creado el clima político propicio para que ocurrieran. No estoy indicando con ello que tales partidos estén pidiendo directamente un golpe de Estado, pero sí que están creando, consciente o inconscientemente, la cultura que puede llevar a ello, tal y como afirmó recientemente uno de los periodistas más agudos y sutiles de los medios españoles, Enric Juliana.

Una última observación: lo que La Sexta ocultó

Vi el reportaje emitido el día 8 de enero en el programa "La Sexta Columna", de La Sexta, sobre lo ocurrido en EEUU. Fue interesante, pero insuficiente, pues lo más llamativo es que silenciaba algunos elementos importantes en su análisis del intento de golpe de Estado en Washington hace unos días (y el de Tejero del año 1981 en España). El principal conflicto existente en EEUU que se presentó en el programa fue el racial que, aun siendo muy importante, no explica el apoyo de amplios sectores de la clase trabajadora blanca a Trump, algunos de los cuales habían votado antes a Obama. Hay que tener en cuenta que, en Europa, muchos votantes de partidos de la izquierda tradicional acabaron votando a la ultraderecha, y lo mismo ocurrió en Estados Unidos. No se puede entender el fenómeno Trump sin comprender lo que ha estado pasando antes de él como resultado del impacto de las políticas neoliberales (ver mi artículo Las consecuencias de la escasa democracia en EEUU, Público, 11.11.20). Sobre esto hubo un silencio ensordecedor. Y otro silencio, igualmente ensordecedor, fue que La Sexta no se atrevió a citar que uno de los puntos más alarmantes para la democracia española no son solo las declaraciones de dirigentes de Vox y también del PP, acusando al actual gobierno español de ser ilegal (exactamente cómo define Trump a la futura administración Biden), sino también las declaraciones de miembros retirados del Ejército que igualmente lo han acusado de ilegal, sin que el Jefe del Estado, el monarca, se haya pronunciado al respecto. No creo que veamos en la supuestamente ejemplar democracia española (fruto de una transición también definida erróneamente como "modélica") un programa televisivo que analice el peligro de un golpe de Estado por parte de sectores del Ejército, unas fuerzas armadas que hasta hace muy pocos años, y como dije antes, tenían un monumento del dictador general Franco en su Escuela. ¿Se imaginan algo semejante en Alemania, Italia o Francia, que sufrieron regímenes similares? Y los medios de información, callados. ¿Y alguien se imagina que en un desfile militar se pusiera en la misma categoría a un aliado del nazismo (un soldado de la División Azul) y a un luchador en favor de la democracia, como hizo el ministro de Defensa socialista, el Sr. José Bono, tertuliano frecuente en La Sexta, en el desfile del 12 de octubre de 2004? Estos actos muestran la insensibilidad democrática que existe en España y su excesiva tolerancia para con el fascismo, término no utilizado en este país, donde el establishment político-mediático prefiera hablar de "franquismo", a fin de definirlo como un movimiento caudillista populista en lugar de lo que fue, un régimen fascista.

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Donald Trump,EEUU,Ultraderecha
El gran fracaso causado por el  neoliberalismo y sus respuestas ahora a la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2021/01/04/el-gran-fracaso-causado-por-el-neoliberalismo-y-sus-respuestas-ahora-a-la-pandemia/ Mon, 04 Jan 2021 06:00:18 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5645 Continuar leyendo "El gran fracaso causado por el  neoliberalismo y sus respuestas ahora a la pandemia"]]> El expresidente de EEUU, Donald Trump. / REUTERS

Vicenç Navarro

Profesor de Health and Social Policy en The School of Public Health y The Johns Hopkins University, Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

El pensamiento e ideología neoliberales están de capa caída y a la defensiva, pues las políticas públicas inspiradas en su dogma han mostrado claramente un enorme impacto perjudicial para la calidad de vida y el bienestar de las poblaciones expuestas a ellas. El gran dominio que este pensamiento tuvo en organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o en fórums como el de Davos, así como en los establishments político-mediáticos que lideran la Unión Europea (y, muy en especial la Eurozona) y en gran número de gobiernos, principalmente en los de los países localizados a los dos lados del Atlántico Norte, está siendo sustituido por otras sensibilidades políticas que están intentando revertir las reformas laborales regresivas (que debilitaron el mundo del trabajo) y sus políticas de austeridad y recortes de gasto público (que debilitaron la protección social frente a la pandemia), dando mayor protagonismo al intervencionismo público que intenta poner el bien común por encima de los intereses particulares de los lobbies empresariales y financieros que han dominado la acción pública de muchos de estos gobiernos en los últimos años.

Un hecho global que ha acelerado este abandono del neoliberalismo ha sido la pandemia de coronavirus, que ha mostrado con toda crudeza los enormes costes que ha tenido para la mayoría de esos países la aplicación de aquellas políticas, al debilitar -a base de recortes del gasto público- los servicios públicos, como la sanidad y otros servicios del Estado del Bienestar, imprescindibles para contener tal pandemia. El protagonismo de lo público ha sido, precisamente, resultado de las enormes limitaciones y daños causados por el neoliberalismo.

La respuesta del neoliberalismo, también llamado ultraliberalismo

No es extraño, por lo tanto, que la derecha neoliberal, apoyada por grandes grupos empresariales, se haya movilizado para criticar este nuevo énfasis en lo público y el deseo generalizado de aumentar el gasto público para corregir aquellos déficits tan marcados en los servicios públicos. El argumento de la ultraderecha es que es un gran error asumir que hay una necesidad de aumentar los recursos del sector público en servicios, por ejemplo, como la sanidad, pues según sostienen portavoces de este pensamiento, los países asiáticos han sido más exitosos que los países occidentales en el control de la pandemia, y ello a pesar de tener un gasto y un sector públicos mucho menores que, por ejemplo, el de los países europeos, concluyendo así que el énfasis en gastar más en sanidad y servicios públicos está equivocado, pues es irrelevante para dar solución a los problemas derivados de la pandemia.

Sostienen tales portavoces que el punto clave no es el tamaño del sector público, sino la calidad en la gestión de los servicios públicos, subrayando que los países asiáticos tienen unos Estados con gasto público mucho más bajo que en Europa y, en cambio, tienen indicadores de contagio y mortalidad por coronavirus menores debido, según tales portavoces, al estar sus Estados mejor dirigidos por sus clases políticas y mejor gestionados por sus empleados públicos que los países europeos. Atribuyen a aquellos Estados asiáticos una cultura empresarial, común en el mundo de los negocios privados en los países europeos, que perciben ausente en los servicios públicos europeos. El problema radica, pues, en la baja calidad del sistema de gobierno, tanto en el componente político como en su aspecto administrativo y funcionarial. De ahí que su solución sea el cambio profundo de estos sectores a través de la introducción de la cultura empresarial, tanto entre los políticos (incluyendo más empresarios provenientes del sector privado en la vida política) como entre el funcionariado y personal de la administración pública siguiendo las normas del mercado.

El neoliberalismo en España

En España, Vox ha sido el mayor promotor de esta postura en la ultraderecha española. En mi presentación ante el Grupo de Trabajo de Políticas Sociales y Sistema de Cuidados, en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados, propuse que se diera gran prioridad a la expansión del subfinanciado Estado del Bienestar español, incluyendo servicios como la sanidad, los servicios sociales y los servicios de ayuda a las familias -El Cuarto Pilar Del Bienestar, además de la vivienda, cuyos déficits se han hecho patentes durante la pandemia. El representante de Vox intentó menospreciar mi intervención, afirmando, en medio de una gran cantidad de insultos, que lo que yo pedía era irrelevante para el control de la pandemia en España, pues los países asiáticos lo habían hecho mejor, consiguiendo menor mortalidad debido al coronavirus que en España, a pesar de tener un gasto público en sanidad mucho menor. Me parecería normal y deseable que en las Cortes Españolas hubiera una posibilidad de debate, lo cual es difícil, cuando no imposible, cuando va acompañado del odio y la hostilidad que las ultraderechas siempre muestran para ocultar su enorme ignorancia.

En Catalunya los sostenedores de tal tesis neoliberal con mayor visibilidad mediática son economistas (conocidos algunos de ellos por su propuesta de privatizar las pensiones, como hizo el general Pinochet en Chile) ampliamente promovidos por los medios de información de la Generalitat de Catalunya (controlada e instrumentalizada en extremo por los sucesores del pujolismo), TV3 y Catalunya Ràdio. Estos economistas, también con un tono muy insultante, han definido a las autoridades de izquierdas, y muy en particular al gobierno español, como ineptos e incompetentes, señalando como prueba de ello su tardía respuesta a la pandemia, así como la gran escasez de mascarillas y material protector, que contrastaba con la rápida respuesta de los gobiernos asiáticos, los cuales dispusieron de abundante material protector desde el principio.

Veamos los datos ocultados o ignorados en el argumento neoliberal

Los países asiáticos que los neoliberales ponen como ejemplo son aquellos supuestamente representativos de la experiencia de aquel continente: Singapur, Taiwán, Corea del Sur y Japón, de los cuales los países europeos deberían aprender. Es interesante que no incluyan entre estos países a China o Vietnam, que tienen indicadores tan buenos o incluso mejores que los citados. De incluirlos, se debilitaría enormemente su argumento de que el éxito de estos países se debe a la calidad de sus equipos gobernantes, afirmación que es poco probable que los neoliberales vayan a hacer, considerando que son regímenes comunistas en los que el sector público juega un claro protagonismo, con escasa o nula gestión empresarial en los sectores sanitarios. En realidad, la causa del supuesto éxito de los países asiáticos, tanto de los democráticos como de los dictatoriales, tiene poco que ver con la actitud empresarial de sus Estados, y si mucho que ver con otras causas que no son citadas e ignoradas en los argumentos neoliberales.

Las causas ignoradas por los neoliberales de la mejor performance ante las epidemias de los países asiáticos

Una de las causas más importantes es que estos países han sufrido gran número de epidemias en los últimos años: la gripe asiática (H2N2) en 1957; la gripe de Hong Kong (H3N2), en 1968; la gripe aviar (H5N1) en 1997; el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en 2003; la gripe A (H1N1) en 2009; y el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) en 2015. Tienen, pues, experiencia y recursos disponibles y, por lo tanto, la pandemia de ahora no es una situación nueva para Asia. Las últimas epidemias, como el SARS en 2003 y el MERS en 2015, impulsaron a muchos países asiáticos a invertir en infraestructuras robustas de atención sanitaria y de salud pública, que estaban ahora bien equipadas para hacer frente a la pandemia de coronavirus. Todos ellos respondieron a la pandemia rápidamente, mucho más que los países occidentales, teniendo además los recursos protectores como mascarillas desde el principio.

En el mundo occidental no se tenía esa experiencia para responder a una situación tan nueva. De ahí que su respuesta fuera más tardía y no hubiera el material -como mascarillas y respiradores- que sí tenían los que habían sufrido pandemias anteriormente y con gran frecuencia. Es más, países como España e Italia habían visto reducir tales recursos de una manera muy notable en los años previos a la aparición de la pandemia debido a la aplicación de políticas publicas neoliberales por parte por sus gobiernos. Ello explica, en parte, la elevada mortalidad, incluso entre los profesionales y trabajadores del sector sanitario. En Europa, el país más exitoso en el control de la pandemia no ha sido Alemania (como erróneamente se afirmó en el programa Preguntes freqüents de TV3 por parte de uno de los economistas ultraliberales), sino Noruega, que tiene un gasto sanitario público mayor que Alemania, el cual también es mayor que el de España. Naturalmente que también ha habido otros factores que influyeron, pero no es correcto infravalorar la importancia de disponer de unos servicios sanitarios públicos bien financiados y dotados de recursos, refiriéndose a los países asiáticos (que tienen un gasto público menor) como prueba de que esta variable no es importante.

Impactos culturales

Como decía, hay otros factores que también son importantes. En gran número de los países asiáticos mencionados el uso de las mascarillas está muy extendido para protegerse de enfermedades respiratorias o para protegerse de las condiciones ambientales muy deterioradas en sus centros urbanos. No es así en los países occidentales, donde la mascarilla no es de uso generalizado. Añádase a ello una deficiente gestión de la OMS, que varió en sus propuestas tras haber negado lo que la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins University y muchos otros centros de estudio de la pandemia habían indicado desde el principio. La evidencia de que la mascarilla protege tanto al que la usa como al que se tiene enfrente está muy bien documentada. Es sorprendente que la OMS tardara tanto en reconocer la vía aérea como como una de las principales vías de transmisión, así como el impacto positivo de utilizar la mascarilla (siempre y cuando fuera adecuada).

Medidas de salud pública tomadas como consecuencia de la experiencia con epidemias anteriores, frecuentes en aquellos países

Fue también la exposición anterior a las pandemias lo que explica que aquellos países asiáticos, con la excepción de Japón, dieran gran prioridad desde el inicio del brote a hacer pruebas rápidas de rastreo y aislamiento de todos los casos (y no solo los más graves), mientras que en Europa estas medidas de rastreo han sido mucho más tardías. En China se hicieron rastreos a la población de ciudades enteras. Es más, los aislamientos y cuarentenas no se hicieron tanto en casa sino en instituciones, aplicando sistemas innovadores de vigilancia y rastreo mediante dispositivos electrónicos, utilizados ya ampliamente en los servicios de seguridad y la policía (como en Corea del Sur) y no tanto en salud pública. Las aplicaciones para hacer rastreo de contactos están masivamente instaladas en los teléfonos inteligentes de los ciudadanos, y son utilizadas para localizar a las personas contagiadas y a aquellas personas que han estado cerca de ellas. Estas y otras medidas, como el seguimiento en la utilización de las tarjetas de crédito y las imágenes en cámaras públicas de vigilancia, son también ampliamente utilizadas en muchos de estos países. Tales medidas parecen haber sido aceptadas por la población del continente asiático, la cual, repito, ha experimentado varias epidemias a lo largo de un período relativamente corto de tiempo, lo que ha creado una cultura de solidaridad y vigilancia colectiva que otros países -como los europeos- que no se han visto sujetos a tales situaciones en su pasado reciente podrían ser reticentes a aceptar.

Además de estos factores diferenciales de los países asiáticos hay otros elementos particulares que han contribuido al éxito de algunos de ellos, como es su insularidad y fácil control de sus fronteras como ha sido el caso de Taiwán. Pero en todos ellos, la pertenencia a un continente con amplia experiencia en epidemias ha socializado a la población y a la sociedad a responder rápida y efectivamente el peligro de esta pandemia de coronavirus.

Tal experiencia asiática no demuestra pues, que tener unos servicios sanitarios públicos (que incluyen los servicios de salud pública) bien dotados y financiados sea una variable de escaso valor e incluso irrelevante, ni tampoco es probable que el mejor control de la pandemia sea resultado de unos servicios públicos gestionados y dirigidos políticamente bajo una cultura empresarial favorable a seguir las sacrosantas leyes del mercado.

De hecho, hay gran diversidad de sistemas de gestión de sus servicios públicos en el continente asiático con culturas casi opuestas igualmente o más exitosas que las definidas como empresariales por los neoliberales. El quid de la cuestión es que todos estos países han tenido muchas más epidemias que los países occidentales, lo que les ha dado mayor experiencia. Todo ello sin descontar variables culturales y de experiencia común, que tienen poco que ver con los argumentos promovidos por los autores neoliberales. Para evaluar el impacto de una política pública de un país, no puede utilizarse el impacto de la misma política en otro país sin antes comparar el contexto económico, político, cultural y social de ambos, cosa que no hacen los neoliberales, asumiendo que tal contexto en los países a ambos lados del Atlántico Norte es comparable al de los países asiáticos, lo cual no es cierto.

El fracaso de actuar desde una óptica empresarial contra la pandemia: el caso de Trump

Otra postura ampliamente extendida entre las ultraderechas es la de que debe priorizarse la actividad económica por encima de todo lo demás, evitando por todos los medios los confinamientos domiciliarios. El mejor ejemplo de tal postura ha sido el presidente Trump, el máximo exponente del ultraliberalismo nacionalista. Lo que este argumento parece olvidar es que sin control de la pandemia no habrá recuperación económica. En realidad, la administración Trump ha mostrado a dónde lleva la introducción del espíritu empresarial en la administración pública: a una enorme ineficacia, además de corrupción, así como a un cuestionamiento y enfrentamiento con las sociedades científicas y expertos en salud pública, lo que ha llevado a una situación en la que un país como EEUU que representa solo el 4% de toda la población mundial, represente casi el 19% de todas las muertes por coronavirus. Es más, EEUU ha mostrado la enorme ineficiencia del modelo empresarial en la gestión de la sanidad, la mayor parte de la cual está privatizada. Es el país que se gasta más en sanidad (alrededor de un 17% de su PIB, la mayoría de gasto privado) y, en cambio, es el país que tiene uno de los indicadores más pobres de salud del mundo desarrollado (según el informe de Human development de las Naciones Unidas, EEUU es de los países con peores indicadores de salud entre los países desarrollados, el número 38 de un total de 40), con un mayor número de personas sin atención sanitaria y con un mayor porcentaje de la población que desea cambiar el sistema de gestión empresarial del sistema sanitario. Es un sistema con excelentes profesionales y centros sanitarios, pero la financiación y la gestión controladas por las compañías de seguro privadas son un desastre. Incluso el presidente republicano Nixon lo definió así. La pandemia ha mostrado claramente las enormes insuficiencias de tal modelo empresarial.

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¿Por qué no hay suficientes vacunas anti-coronavirus para todo el mundo? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/12/30/por-que-no-hay-suficientes-vacunas-anti-coronavirus-para-todo-el-mundo/ Wed, 30 Dec 2020 06:34:22 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5636 Continuar leyendo "¿Por qué no hay suficientes vacunas anti-coronavirus para todo el mundo?"]]> Un sanitario prepara una vacuna contra el coronavirus, en Madrid. REUTERS
Un sanitario prepara una vacuna contra el coronavirus, en Madrid. REUTERS

Vicenç Navarro
Profesor de Health and Social Policy en The School of Public Health y The Johns Hopkins University, Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

La pandemia está mostrando más claramente que nunca que el sistema económico que domina el mundo es incompatible con el bienestar y calidad de vida de los pueblos. El hecho de anteponer los intereses particulares por encima del bien común nos ha llevado a toda una serie de calamidades -desde el cambio climático hasta las pandemias- en las que la propia supervivencia del ser humano se está viendo seriamente amenazada.

Un claro ejemplo de esta anteposición de los intereses particulares (especialmente de las grandes empresas, enfocadas en maximizar sus beneficios por encima de todo lo demás) sobre los generales está ocurriendo estos días en los que se ha iniciado la distribución de vacunas que puedan prevenir el contagio de coronavirus de millones de personas. Este proceso está mostrando, una vez más, cómo se están anteponiendo los intereses de unas grandes empresas (farmacéuticas, productoras de las vacunas en este caso) por encima de todos los demás. En realidad, la escasa producción de vacunas, que son insuficientes para inmunizar a toda la población mundial que lo requiere, provocará que millones de personas continúen muriendo cuando podrían sobrevivir si fueran vacunadas en los primeros meses. Y esto ocurre no solo a nivel mundial, sino incluso a nivel de los países donde se ubican las fábricas y laboratorios que están produciendo tales vacunas. Ni siquiera son suficientes para vacunar a toda la población norteamericana y europea, áreas donde están ubicadas tales empresas. En EEUU, por ejemplo, se calcula que todavía 110 millones de ciudadanos adultos no tendrán acceso a las vacunas hasta como mínimo finales del 2021. Y a nivel mundial, el director de la División en Globalización y Estrategias de Desarrollo de las Naciones Unidas, el Sr. Richard Kozul-Wright, ha indicado que "está claro que los países en vías de desarrollo, y muy en especial los más pobres, no recibirán las vacunas en muchos años" ("One Vaccine Side Effect: Global Economic Inequality", The New York Times, 25.12.20).

¿Por qué ocurre esto?

Gran parte del problema está basado en el copyright (el derecho de propiedad) de las vacunas por parte de las empresas que las producen. Tal derecho de propiedad es justificado por la industria farmacéutica porque esta necesita incentivos para desarrollar cualquier producto. Se argumenta que estas empresas, que han invertido en el desarrollo y producción de dichas vacunas, gastándose mucho dinero, tienen ahora que compensarlo otorgándose el derecho de monopolizar la producción y venta del producto –las vacunas–, lo que les permitirá pedir por ellas un precio superior al coste de producción durante el periodo en el que tengan el copyright (que puede llegar a alcanzar hasta veinte años). Ni que decir tiene que a este coste de producción se le añade, en el cálculo del precio, el beneficio empresarial (siendo tal industria una de las que obtiene mayores beneficios en el mundo desarrollado; de hecho, en EEUU sus beneficios están muy por encima del promedio de las cien empresas más rentables de aquel país).

Este argumento, que se utiliza por parte de la industria farmacéutica para justificar su derecho de propiedad, es también el argumento de los economistas neoliberales que, por definición, bajo la retórica de que favorecen las leyes del mercado, lo que están haciendo es defender los intereses del mundo empresarial a costa, precisamente, de reducir tales supuestas leyes del mercado.

Los datos ocultos e ignorados por los defensores del copyright sobre las empresas productoras de las vacunas contra el coronavirus

En realidad, en la producción de cualquier medicamento hay una primera parte, el desarrollo del conocimiento científico básico, que es imprescindible para desarrollar su aplicación práctica, esto es, la producción de dicho medicamento. Pues bien, gran parte de este conocimiento básico se produce en unas instituciones de investigación la mayoría de las cuales están financiadas con fondos públicos. Un ejemplo de ello es que las dos vacunas más conocidas, la de Pfizer-BioNTech y la de Moderna, se desarrollaron a través del descubrimiento en 2016 de la proteína spike del coronavirus (que es el eje de las vacunas desarrolladas por ambas compañías), investigación desarrollada con fondos públicos a través de los NIH (National Institutes of Health), la agencia del gobierno federal de EEUU que se gasta 40 mil millones de dólares al año en investigación biomédica.

Pero la contribución de fondos públicos en el caso de la vacuna de Moderna ha ido mucho más allá. En realidad, el gobierno federal de EEUU ha financiado todo su desarrollo, incluidos sus componentes (hasta las pruebas médicas para evaluar su seguridad y eficacia). Todo, repito, pagado con fondos públicos. De ahí que economistas expertos en el análisis de la investigación farmacéutica, como Dean Baker, director de uno de los centros de investigación económica más conocidos de EEUU (el Center for Economic and Policy Research), cuestionen que se otorgue a la empresa Moderna el copyright de la vacuna, puesto que fue con dinero público que esta se produjo, y por lo tanto debería ser considerada un bien público, sin limitaciones en su producción y con un precio ampliamente asequible para toda la población estadounidense y del resto del mundo (ver Dean Baker, "Time to end patent monopolism", 21.12.20). El gobierno federal tiene la potestad para hacerlo, pues la situación de pandemia ha puesto de manifiesto más que nunca que la determinación del bien común debería radicar en la voluntad popular, expresada no a través de las inexistentes o muy limitadas leyes del mercado, sino a través del proceso democrático. El hecho de que sea muy improbable que los Estados nieguen el derecho de copyright a Moderna se debe al excesivo poder que la industria farmacéutica tiene sobre los Estados. Es impensable que el presidente Trump lo hubiera hecho, y es muy poco probable que Biden lo haga ahora. La ayuda pública a Moderna, Pfizer-BioNTech y AtraZeneca ha sido de más de 11.000 millones de dólares, provenientes tanto de EEUU como de la UE.

La creciente protesta internacional ante esta situación

Esta realidad explica que varios países, como Sudáfrica y la India, hayan pedido a la Organización Mundial del Comercio que los derechos de propiedad de estas vacunas sean suspendidos, al menos mientras dure la pandemia, a fin de que se pueda producir en los mismos países en vías de desarrollo. Como señaló el consejero de la Misión Permanente en Sudáfrica para la Organización Mundial del Comercio, el Sr. Mustaqeem de Gama, "¿Hasta cuándo el objetivo de optimizar los beneficios empresariales dominará el comercio internacional? ¿Hasta cuándo el sacrosanto derecho de propiedad se mantendrá intacto a costa de millones de vidas en el mundo? Estamos viendo a los gobiernos tomar medidas limitando las libertades individuales en aras del bien común. ¿Hasta cuándo se atreverán a no intervenir en el sacrosanto poder de la propiedad intelectual?". No se podría haber dicho mejor. En realidad, lo que hemos estado viendo es que los gobiernos han proporcionado todos los fondos, subsidiando a tal industria, la cual está anteponiendo su derecho particular al bien común al mantener el monopolio de la producción de las vacunas (garantizado por el copyright). Este sistema está llevando a la humanidad a un desastre.

Es cierto que Moderna ha indicado que está dispuesta a considerar algún tipo de colaboración con los países subdesarrollados durante el período de la pandemia, sin especificar, sin embargo, ni los términos de tal concesión ni el período de duración del acuerdo. Un tanto igual ocurre con la tercera vacuna, la de AstraZeneca, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford (para la que se está negociando una producción en la India, con el Serum Institute). Por lo demás, ninguna empresa farmacéutica ha apoyado la propuesta de la OMS (firmada por 40 países) de que las industrias farmacéuticas productoras de vacunas trasladen información tecnológica y científica que pueda permitir la producción de esas vacunas en aquellos países. Mientras, las acciones de tales empresas se han disparado al conocerse el exitoso desarrollo de las vacunas, consiguiendo en cuestión de días 15 millones de dólares en el caso de AstraZeneca, y 5,6 millones en el caso de Pfizer.

Pero un movimiento de protesta en contra del excesivo poder de la industria farmacéutica está surgiendo a nivel internacional. En Estados Unidos en concreto, el citado economista Dean Baker ha propuesto que deberían ser las autoridades públicas y, muy en especial, en EEUU, la agencia federal de Salud y Sanidad (los NIH), las que deberían financiar no solo el conocimiento inicial básico, sino también el aplicado en el desarrollo de las vacunas, con lo cual el coste para el Estado federal sería mucho menor y este tendría mayor capacidad de influencia en la cantidad de producto que se tiene que fabricar para resolver el enorme problema creado por la pandemia. La promoción del conocimiento científico debe tener como primer objetivo el mejoramiento del bienestar y calidad de vida de las poblaciones, objetivo que debe ser prioritario sobre cualquier otro, por muy legítimo que este pueda ser. El control de la pandemia debe ser el objetivo fundamental de cualquier autoridad, lo cual tiene todavía mayor importancia cuando es esta la que financia los instrumentos y medidas para poder hacerlo. Mantener el derecho de propiedad (copyright) a cualquier precio, como ocurre con las vacunas, es insostenible y debería considerarse inaceptable por parte de todos los Estados.

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Coronavirus
La alianza de la investidura, heredera de la alianza democrática que luchó contra la dictadura https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/12/21/la-alianza-de-la-investidura-heredera-de-la-alianza-democratica-que-lucho-contra-la-dictadura/ Mon, 21 Dec 2020 07:05:54 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5624 Continuar leyendo "La alianza de la investidura, heredera de la alianza democrática que luchó contra la dictadura"]]> La alianza de la investidura, heredera de la alianza democrática que luchó contra la dictadura
Los diputados de Bildu, Mertxe Aizpurua (i) y Oskar Matute (c), junto al diputado de Unidas Podemos Juan López de Uralde (d). EFE

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Professor of Public and Social Policy The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center en Barcelona

Estamos viviendo momentos históricos que implicarán cambios significativos en el presente y futuro de nuestro país. La alianza de las fuerzas políticas que apoyaron la investidura del presidente Pedro Sánchez propició el inicio de un cambio sustancial, que incluyó el establecimiento del primer gobierno de coalición de izquierdas desde la restauración de la democracia, que en alianza con las otras fuerzas políticas que apoyaron la investidura, posibilitan amplias mayorías que pueden facilitar cambios sustanciales en las políticas sociales y económicas, como lo atestigua la reciente aprobación de los presupuestos más progresistas, más justos y más sociales que haya conocido la España democrática. 

Un denominador común de esta alianza es que la gran mayoría de las fuerzas políticas que forman parte de ella son herederas directa o indirectamente de los partidos políticos que lucharon en contra de la dictadura, durante la resistencia antifascista, de la cual se ha escrito y se conoce muy poco debido a la desmemoria histórica, que no ha permitido corregir la sesgada historia del país que todavía se enseña en la gran mayoría de escuelas españolas. 

La tergiversada historia de España

    La transición de la dictadura a la democracia cambió la visión hegemónica de lo que se llamaba la Guerra Civil, y de la dictadura que la siguió. El bando vencedor de aquella guerra pasó de ser considerado como el salvador de la patria frente a los rojos y separatistas, a ser uno de los dos bandos (el conflicto entre las dos Españas) que compartía responsabilidades por igual con el bando vencido (los supuestos rojos y separatistas) por todo lo ocurrido, exigiéndose a ambos generosidad y olvido, para construir un futuro dejando atrás el pasado, utilizando la Constitución como el punto de referencia y guía de acción del Estado a partir de ese momento. Las izquierdas gobernantes contribuyeron en gran medida a esta visión sesgada de la transición. El hecho de que las fuerzas conservadoras (gestoras de la dictadura) continuaran teniendo una gran influencia sobre el Estado fue facilitado por la continuidad de la monarquía como el eje central de aquella transición, quedando ello oculto en la presentación y promoción de aquella transición como "modélica".

Ahora bien, la realidad (y los datos que arroja) ha continuado mostrando los grandes déficits de aquella transición inmodélica. Sin negar los grandes cambios sustanciales que han ocurrido durante los años de democracia (llevados a cabo a lo largo del territorio español primordialmente por las fuerzas herederas de la tradición democrática republicana y, muy en especial, por las izquierdas), el hecho es que todavía persisten graves problemas, tales como el escaso desarrollo del Estado del Bienestar (con una constante subfinanciación), así como la escasa sensibilidad por parte del Estado hacia la necesidad de posibilitar una España poliédrica, pluricultural y plurinacional (insensibilidad que ha estimulado la radicalización de los movimientos nacionalistas periféricos, empujándolos hacia el secesionismo) que sustituya a la España radial (centrada en la capital del Reino) unicultural y uninacional. 

La necesaria y urgente corrección de la historia reciente de España

La alianza de las fuerzas herederas de aquellos que lucharon contra la dictadura ofrece ahora una posibilidad de desarrollar esta otra visión de España, que ponga en el centro de su proyecto una visión republicana, progresista, comprometida con la corrección de los enormes déficits sociales y democráticos del país, deseosa también de una reconversión del modelo económico, que ponga como fin principal el alcanzar el bien común, sin anteponer el bien particular de empresas económicas y financieras sobre el de todos los demás, todo ello dentro de un proyecto poliédrico y plurinacional que conlleve una distribución de las agencias y de los departamentos estatales a lo largo del territorio español.

Para ello se requiere un claro compromiso con la restauración de la historia de España, corrigiendo la sesgada visión del pasado, incluyendo la de la transición, exigiendo que se corrijan los déficits que esta dejó como resultado del gran desequilibrio de fuerzas que la configuró. Dicha recuperación incluye la recuperación de la historia de España, así como la de Catalunya (cuya historia también ha sido tergiversada por el nacionalismo catalán conservador dominante) y la de la I y II República, y el papel retrógrado que las monarquías han tenido en la historia de nuestro país.

El peligro de la renovación del fascismo

En realidad, el gran peligro que existe hoy en España es que, en parte como consecuencia del desconocimiento general sobre nuestro pasado, las fuerzas fascistas están recuperando terreno, intentando canalizar el creciente enfado popular creado por la crisis pandémica, presentándose como las fuerzas anti-establishment. Este fenómeno, que está teniendo lugar en todos los países a los dos lados del Atlántico Norte (y cuya máxima expresión es el trumpismo en EEUU), es resultado de las consecuencias de las políticas neoliberales llevadas a cabo por los gobiernos en estos países. Ver al trumpismo (del cual Vox es la versión española) meramente como un nuevo populismo es un profundo error.

Los errores de las lecturas del pasado

En España hubo un intento exitoso de conocidos politólogos, como Juan José Linz, de presentar lo que en España se define como franquismo como un populismo de corte autoritario pero pasajero, que desapareció cuando el dictador murió. La historia de España demuestra lo falso de tal supuesto. No fue populismo sino fascismo, tema sobre el cual he escrito extensamente. Y es importante subrayar que las características que definen el fascismo se presentan también en el trumpismo y en sus distintas versiones. Dichas características incluyen un nacionalismo extremo, basado en una superioridad racial del hombre blanco, que le otorga la autoridad para oprimir y explotar a otras razas y grupos étnicos considerados inferiores, y cuya animadversión va dirigida a cualquier "otro", sea este inmigrante o local, el cual es percibido como una amenaza a su supremacía racial. Dicha supremacía se sustenta en una enorme represión; de ahí la alabanza hacia los servicios de defensa del orden y la seguridad, acompañada de una adulación a la masculinidad, la virilidad, la fuerza física y la actitud agresiva, a lo que se une una defensa (en términos de Cruzada) de la religión y la cultura cristianas frente a las masas infieles musulmanas (o cualquier otra religión fuera de la cristiana). 

A todo ello hay que añadir un machismo exacerbado, con una visión de la mujer como mero objeto reproducción, subsidiaria de la labor y el trabajo del hombre, así como una cultura militar y paramilitar que favorece dotar de armamento a los grupos civiles afines, con una actitud sumamente autoritaria y antidemocrática, siendo percibidas las fuerzas democráticas (y, muy en especial, las izquierdas de tradición socialista o comunista) como las enemigas, merecedoras estas últimas de su exterminio, que hay que conseguir por todos los medios. 

Tal fuerza y represión son ejercidas a fin de favorecer la continuidad de los poderes económicos y financieros que los financian y los apoyan, directa o indirectamente, a través de los medios de información que controlan, siendo también sus dirigentes altamente corruptos. El fascismo fue siempre una ideología promovida por las estructuras de poder que se veían amenazadas por fuerzas históricamente ligadas a los movimientos obreros, los cuales fueron percibidos como una amenaza. Y esta ideología no ha desaparecido en España. De ahí que frente a esta amenaza es importante que se establezca un bloque republicano que expanda la democracia y el bienestar social (como se decía durante la resistencia antifascista) de "los distintos pueblos y naciones de España".

Una última observación. Ha habido una gran movilización por parte predominantemente de las derechas españolas en contra de la activa participación de Bildu en la vida política y parlamentaria española, ejercida en las Cortes españolas. Tales derechas han utilizado los lazos de esta formación política con el antiguo entorno de ETA como muestra de la bajeza moral en la cual ha caído el gobierno de coalición de España, y muy en particular de Unidas Podemos, que ha sido el mayor promotor del establecimiento de tal alianza. Fui muy crítico con ETA en su día por su comportamiento durante el período democrático, que causó mucho daño, entre otros, a las izquierdas españolas (y no solo las vascas), pues el Estado justificó su gran represión por la necesidad de mantener "el orden y la paz", lo que ocultaba el gran desorden e injusticia que tal Estado estaba fomentando. Como cualquier demócrata, celebro el abandono de la lucha armada (totalmente injustificable durante el período democrático), ya que se está demostrando que por la vía parlamentaria se consiguen más cosas en democracia.

Ahora bien, encuentro repugnante que las mismas voces de la derecha y ultraderecha española, que nunca ha condenado explícitamente los asesinatos y víctimas que causó el golpe fascista y la dictadura que le siguió, estén exigiendo ahora que Bildu pida perdón a sus víctimas como condición para que sea aceptada en las Cortes Españolas, cuando ellas nunca han perdido perdón por los miles de asesinados, torturados, represaliados y exiliados que crearon sus antecesores. 

El argumento utilizado, de que los dos bandos de la Guerra Civil fueron igualmente responsables de todo lo acaecido, refleja la visión dominante durante la transición que hablaba de la equivalencia de los dos bandos para justificar su silencio. Ahora bien, no había tal equivalencia. No es cierto que los dos bandos tuvieran responsabilidades iguales. El bando vencedor de aquel conflicto fue responsable del mayor número de asesinatos de españoles que haya existido, y que algunos militares quieren repetir sin que se hayan tomado las medidas sancionadoras pertinentes que cualquier país con cultura democrática habría exigido. Compárese lo que ocurrió en Alemania, en Francia o en Italia cuando iniciaron la época democrática después de la Segunda Guerra Mundial con lo que ocurrió en España en la transición de una dictadura a una democracia. Llamar a tal transición "modélica" es reproducir esa imagen tan falsa de los dos bandos igualmente responsables. Ya es hora de que la juventud de este país conozca su historia y sepan por qué todavía hoy el Estado del bienestar en España es de los menos desarrollados de la Europa occidental, teniendo una de las mayores desigualdades sociales existentes en Europa. Y por qué cuenta aún con un Estado radial, centrado en la Capital del Reino, en lugar de un Estado poliédrico y plurinacional, heredero de los que lucharon en la resistencia antifascista por una España Republicana, justa, solidaria y respetuosa con su diversidad.

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Nuestro pasado como causa de una democracia y un bienestar insuficientes https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/12/03/nuestro-pasado-como-causa-de-una-democracia-y-un-bienestar-insuficientes/ Thu, 03 Dec 2020 06:53:00 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5613 Continuar leyendo "Nuestro pasado como causa de una democracia y un bienestar insuficientes"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Professor of Public and Social Policy The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center en Barcelona

Si analizamos cuáles son los temas que absorben la atención mediática y política en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte, podemos ver que la pandemia del coronavirus y la capacidad de los países para responder a ella es el tema más importante. Pero en esta discusión se ha prestado poca atención a los condicionantes que determinaron la gravedad de la situación, centrándose los análisis en las decisiones que los gobiernos están tomando para contener esta pandemia, ignorando con excesiva frecuencia el impacto que las decisiones que tomaron los gobiernos anteriores a la pandemia han tenido en dificultar enormemente la protección de la sociedad frente a tal evento. Esta situación es particularmente acentuada en España, donde la mayor parte de las responsabilidades de que la mortalidad haya sido tan elevada recaen precisamente en las políticas económicas de carácter neoliberal que aplicaron los gobiernos anteriores y, muy en especial, los gobiernos conservadores y socioliberales. En realidad, la situación presente es fruto de un largo pasado que se remonta incluso a la transición de la dictadura a la democracia. Veamos la evidencia de lo que digo.

¿Cuáles son los países más exitosos en controlar la pandemia?

Si agrupamos los países a los dos lados del Atlántico Norte (EEUU y los países de la Europa Occidental) según la tradición política que más tiempo los ha gobernado desde la II Guerra Mundial, podemos ver que los países gobernados por coaliciones de partidos progresistas (la mayoría, de izquierdas), como es el caso de los países escandinavos del norte de Europa, son los que tienen la mortalidad por coronavirus más baja por cada 100.000 habitantes (desde que se inició la pandemia) y son también los que tienen menos desigualdades de renta (por clase social) y menos desigualdades por género, así como mayor sensibilidad hacia los temas relacionados con la sostenibilidad y el cambio climático. Son también, por cierto, los países con mayor porcentaje de adultos trabajando en los servicios del Estado del Bienestar, incluyendo los servicios sanitarios y sociales.

Les siguen en esta liga de bienestar social los países del centro de Europa, que han sido gobernados, durante la mayor parte del mismo período, por partidos cristianodemócratas y conservadores. Y por debajo de ellos (y muy por detrás) están los países del sur de Europa, donde las izquierdas históricamente han sido más débiles. Centrándonos en España, nuestro país es el que tiene una de las mayores mortalidades por coronavirus (por cada 100.000 habitantes) desde que se inició la pandemia en los principales países de Europa. Es también el país con menor número de personas adultas trabajando en los servicios sanitarios (y demás servicios de su Estado del Bienestar), siendo también el país que tiene mayores desigualdades por clase social y de las más elevadas por género, así como menor conciencia y sensibilidad ecológica y ambiental. Los datos están ahí para quien quiera verlos (ver mi artículo "¿Cuál debería ser el objetivo de un proyecto emancipador? La relación entre las diferentes formas de explotación").

¿Por qué somos el país con unas de las mayores desigualdades sociales (por clase social y por género), menor sensibilidad ecológica, con menor gasto público social, menos recursos sanitarios y con una de las mayores mortalidades por COVID-19?

Para responder a esta pregunta tenemos que preguntarnos por nuestro pasado, que ha sido tergiversado en la historia oficial del país. Lo que se llama "recuperación de la memoria histórica" debería haber servido para corregir la versión dominante que existe en España de nuestro pasado. Y una de las áreas que requiere mayor corrección es la visión de que la transición de la dictadura a la democracia fue modélica. Según esta visión, hubo un pacto en el que los dos bandos (el vencedor de la Guerra Civil y gestor de la dictadura, y los vencidos de tal conflicto -que habían liderado la oposición a la dictadura-) cedieron a partes iguales, consiguiendo con ello desarrollar una democracia homologable a cualquier democracia de la Europa Occidental. Tal espíritu de pactismo (a veces ensalzado como acto de "generosidad") se exige ahora a los que gobiernan y a la oposición de derechas para salir adelante.

Tal visión, sin embargo, ignora que, aun cuando el movimiento obrero jugó un papel clave en forzar el establecimiento de la democracia, exigiendo el final de la dictadura, la realidad es que las ramas políticas de tal movimiento, esto es, los partidos políticos de izquierdas (PCE y PSOE), estaban poco desarrolladas y disponían de pocos recursos mediáticos y políticos a su alcance para enfrentarse al enorme poder de los gestores de la dictadura. Acababan de volver del exilio, o de salir de la cárcel y/o de la clandestinidad, y sentados alrededor de la mesa de negociación, las derechas tenían la gran mayoría de los recursos. De ahí el enorme desequilibrio de fuerzas, que quedó claramente plasmado en la Constitución, donde hay una distinción clara entre derechos (que son obligatorios) y los principios rectores (como el acceso a la sanidad, entre otros servicios del Estado del Bienestar), que son orientativos, pero no obligatorios. La sacrosanta Constitución refleja claramente aquel desequilibrio de fuerzas.

Las consecuencias de la transición inmodélica: una democracia incompleta y un bienestar insuficiente

Hubo, en realidad, una gran continuidad de las instituciones del Estado, centradas en la monarquía, sin grandes cambios en los aparatos del Estado, siendo tal continuismo especialmente acentuado en el aparato judicial y en el de "seguridad", lo que garantizaba "la ley y el orden" por encima de todo lo demás. España era (y continúa siendo) el país con uno de los mayores números de policías por cada 100.000 habitantes, y con menor porcentaje de la población adulta empleada en los servicios públicos de su Estado del Bienestar (sanidad, servicios sociales, educación, vivienda y otros). El gasto público social (que cubre la mayoría de transferencias y servicios del Estado del Bienestar) como porcentaje del PIB en España es solo del 27%, el más bajo de los principales países de la Europa Occidental. Es también el país, después de Grecia, que tiene el menor número de personal de enfermería en el ámbito sanitario. Tiene solo 57 enfermeros y enfermeras por cada 100.000 habitantes, comparado con los 118 en Suecia, los 147 en Finlandia, los 103 en Dinamarca, los 182 en Noruega, los 132 en Alemania, los 111 en los Países Bajos, los 81 en el Reino Unido, etc.

La escasa dimensión social era (y continúa siendo) la característica principal de este Estado monárquico, centrado en la capital del reino (Madrid), que era el punto desde donde salían todas las vías de comunicación hacia todas sus partes, un Estado que se niega a tener una estructura poliédrica en lugar de radial, contribuyendo con ello a la continuidad del Estado uninacional, oponiéndose al desarrollo de su plurinacionalidad. En realidad, el Estado de las autonomías (el "café para todos") fue un intento de diluir esa plurinacionalidad. Esa falta de sensibilidad hacia la plurinacionalidad llegó a ser de tal insensibilidad que se transformó en la principal causa de la radicalización de los movimientos nacionalistas periféricos, estimulando su conversión en partidos secesionistas, que han amenazado la continuidad de la unidad de España. Así pues, a pesar de los avances que se han realizado, tanto en reducir (sin nunca llegar a eliminar) el enorme retraso social, incluyendo la subfinanciación del gasto público social, así como en descentralizar el Estado español (sin querer admitir su plurinacionalidad), este pasado parece confirmar que no podrá alcanzarse una España justa económica y socialmente, así como poliédrica y plurinacional, dentro del marco monárquico actual. No puede resolverse el gran déficit social sin corregirse el enorme déficit democrático.

¿Qué puede hacerse? La gran oportunidad que representa el gobierno de coalición de izquierdas

Lo que pueda hacerse dependerá, en gran medida, de cómo evolucione la nueva experiencia histórica de tener un gobierno de coalición de izquierdas, que tiene como motor de cambio a Unidas Podemos (UP) que, junto con el PSOE, están transformando significativamente las políticas públicas económicas y sociales que podrían corregir este enorme retraso, reconstruyendo una alianza de fuerzas que me recuerda no solo a la alianza que hizo posible la investidura de Pedro Sánchez como presidente del gobierno, sino a la alianza de fuerzas de la resistencia antifascista, una alianza de las fuerzas progresistas (lideradas por las izquierdas) con los nacionalismos y, muy en particular, los catalanes y vascos, cuyos programas (tanto en el PSOE como en el PCE) proponían un estado republicano, comprometido con la democracia y con la justicia social, con clara vocación transformadora y comprometido con una visión plurinacional de España, reconociendo el derecho a decidir de sus diferentes pueblos y naciones. Esta era la esencia de la resistencia antifascista que yo viví y conocí. Léanse las propuestas hechas en los años cincuenta, sesenta y setenta por tales partidos, entre otros, y lo podrán comprobar. Y dicha alianza es la que podría producir el cambio social más importante que haya visto España. Los presupuestos generales propuestos por el Gobierno son un paso de enorme valor en la buena dirección hacia una nueva España justa, democrática, poliédrica y plurinacional.

Pero para conseguir este avance hay varios cambios que deberían producirse. Y uno de ellos es el cambio en la correlación de fuerzas dentro del PSOE. Los equipos responsables de sus políticas económicas han estado casi siempre imbuidos del socioliberalismo que ha dificultado la eliminación del retraso social. Ni que decir tiene que el PSOE ha sido una fuerza política que ha tenido una vocación reformista socialdemócrata y que ha transformado España. El Estado del Bienestar que existe en España se debe primordialmente al PSOE. Pero ha estado siempre subfinanciado. Y ello como consecuencia, en gran parte, del enorme poder de sus equipos económicos, muy ligados y cercanos a grupos económicos y financieros muy poderosos, determinantes del contexto político, económico y mediático que han limitado y frenado tal vocación transformadora, contexto en el que el mismo PSOE jugó un papel clave en su desarrollo. Veamos las pruebas de lo que expongo y comencemos por la primera etapa del PSOE en el gobierno.

La primera etapa del PSOE (1982-1996)

Es en el inicio de este período, siendo Miguel Boyer su ministro de Economía, cuando se toman algunas medidas, como la de sentar las bases del Servicio Nacional de Salud, la joya de la corona del Estado del Bienestar español. Se comienza también durante esta primera etapa a corregir el enorme déficit social heredado de la dictadura, siendo su gasto social, cuando el dictador murió, el más bajo de la Europa Occidental (del 14% del PIB en 1975).

Pero el establecimiento del Estado del Bienestar se hizo siempre a partir de 1986 dentro de una cultura de austeridad, iniciada por Carlos Solchaga, que dirigió lo que se presentaba como la "modernización" de la economía española que significó el establecimiento del IBEX-35 en 1992 y la entrada de España en el euro (firmando en el Tratado de Maastricht). El bien conocido y reconocido socioliberalismo de Solchaga, que daba gran protagonismo al sector hegemónico del capital español, se muestra en la manera en que se alcanza el criterio de Maastricht de bajar el déficit público de un 6% del PIB a un 3%. Ello se hace con una enorme disminución del gasto público mediante recortes de tal gasto, a fin de alcanzar el objetivo de reducción del déficit público al 3%, sin ni siquiera intentar resolverlo mediante un aumento de los ingresos al Estado, cuya pobreza se debía precisamente a la baja carga impositiva al capital y a las rentas superiores. El gasto público social, que había pasado del 14% en el año 1975 al 24% en 1993, bajó en picado al 21% en 2007. El grupo de países que pasarían a ser la UE-15, cuyo gasto en este ámbito había subido de un 22% en 1975 a un 28% en 1993, bajó solo a un 27% en 2007. Hay que subrayar que el aliado, en estas decisiones, fue la derecha catalana de CiU, rechazando una alianza posible con la otra izquierda, IU. No es sorprendente que el PSOE perdiera las elecciones en 1996, pasando a gobernar Aznar, que continuó y expandió las políticas neoliberales en aquel momento. El déficit de gasto público social per cápita (en paridad de poder de compra) entre España y la UE-15 se disparó.

La gran verdad que la mayoría de los medios de información en España (claramente instrumentalizados por el capital financiero) ocultaron es que la integración en el euro de nuestro país se hizo a costa del mayor empobrecimiento del ya pobremente financiado Estado del Bienestar, utilizado primordialmente por las clases populares en España. El hecho de que el 20% de la población española de renta superior utilice los servicios privados (sanidad y educación) explica que el establishment político-mediático apenas lo notara. Las clases populares, en cambio, sí que lo sufrieron.

La segunda etapa del PSOE (2004-2011)

Esta etapa comienza cuando Zapatero es elegido presidente en 2004. Su principal asesor económico es Jordi Sevilla, quien había escrito en su libro "De nuevo, socialismo" (2002) la frase que resume su postura política: "¿Alguien puede defender a estas alturas del siglo que un programa socialdemócrata deba ir a favor de más impuestos y más gasto público?", esto dicho y hecho en el país que tenía uno de los gastos públicos y de los ingresos al Estado más bajos. No es, pues, sorprendente que Zapatero lanzara el famoso eslogan de que "bajar impuestos es de izquierdas". Y los bajó, mucho. Sobre todo, los de las rentas superiores. Esta bajada de impuestos creó un enorme agujero en las cuentas del Estado que, erróneamente, fue atribuido al primer año de la recesión económica. En ese año 2007-2008, los ingresos al Estado bajaron 27.223 millones, de los cuales el 72% se debían al recorte de impuestos de Zapatero y solo el 28% al descenso de la actividad económica (según el informe de recaudación tributaria del año 2008, elaborado por el servicio de Estudios Tributarios y Estadísticas del Ministerio de Economía y Hacienda).

El ministro de Economía del gobierno Zapatero fue Pedro Solbes, que declaró en 2007 al diario El País que "el logro del que estoy más orgulloso es el de no haber aumentado el gasto público en España". Este gasto público incluye el gasto público social, siempre de los más bajos de la UE-15. Ni que decir tiene que el hecho de que todo el estrato funcionarial tuviera y continúe teniendo el derecho de ser atendido por los servicios privados (y pagados por el Estado), contribuyó a la demostrada insensibilidad de las autoridades públicas hacia la gran subfinanciación de servicios como el sanitario. Esa actitud liberal alcanzó su máxima expresión en 2011, cuando Zapatero reformó (con la ayuda de Rajoy) el artículo 135 de la Constitución para establecer que el primer deber del Estado es pagar las deudas a los bancos (predominantemente extranjeros). Ni que decir tiene que todo esto se hacía bajo el eslogan de que "no había alternativas". Juan Torres, Alberto Garzón y yo, sin embargo, mostramos que sí que las había (ver el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, Sequitur, 2011).

Esta etapa y las políticas que representaban fueron la causa de su derrota en las elecciones, siendo sustituido por Rajoy que, como antes había hecho Aznar, continuó y expandió las políticas neoliberales, con mayores recortes que los realizados por Zapatero. Su elevada corrupción fue el hecho que determinó la moción de censura en 2018, ganada por la oposición liderada por Pedro Sánchez, del PSOE, que pasó a ser tras ella presidente del gobierno. Fue Podemos el principal motor de aquella moción de censura. El fracaso de las políticas neoliberales de austeridad creó una rebelión entre las bases del PSOE frente a aquellas políticas públicas, promovidas por el aparato del partido. Ello creó un conflicto del que salió vencedor el que había liderado tal protesta, Pedro Sánchez, que al final prevaleció y permitió la materialización del gobierno de coalición.

Nueva situación en España: la unidad de acción de las izquierdas

La aparición de Unidas Podemos supone un factor determinante en la configuración de las izquierdas, estableciéndose una alianza de Podemos con IU y otras fuerzas como En Comú Podem y Galicia En Común que ha tenido un gran impacto en el panorama político del país, y que ofrece un liderazgo en la recomposición de las alianzas en las Cortes españolas para dar prioridad al tema social y a la recuperación de otra visión de España, con una concepción republicana y plurinacional que puede redefinir las relaciones de poder dentro del país, con la aparición de amplias movilizaciones sociales que presionan para que se produzca el cambio. Ello crea, como respuesta, la aparición del fascismo como parte de la internacional trumpista, que se convierte en un punto indispensable para establecer un gobierno de derechas en el país.

El cambio en España requiere un cambio en las prioridades del quehacer público, fruto de un cambio democrático profundo que permita el desarrollo del enorme potencial que tiene el país, con un cambio que ponga el bienestar y calidad de vida de la mayoría de la población en el centro de las políticas públicas del país, subrayando que la obtención de la felicidad, bienestar y calidad de vida de la gente es el principal objetivo de las instituciones democráticas, dentro de una visión que admita la plurinacionalidad y que consolide una visión poliédrica, en lugar de radial, con una clara cultura republicana. Como consecuencia de esta vocación transformadora, urge abandonar las políticas neoliberales que han hecho tanto daño y que han merecido un amplio rechazo por parte de la mayoría de sus víctimas: las clases populares. Su gran descrédito no es obstáculo para que lo que Rubén Juste ha llamado la clase dominante continúe para su aplicación. Que ello ocurra o no determinará claramente nuestro futuro.

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Estado del bienestar,Gobierno de coalición,Pandemia
El subdesarrollo del Estado de bienestar como causa de la elevada mortalidad por covid-19 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/11/23/el-subdesarrollo-del-estado-de-bienestar-como-causa-de-la-elevada-mortalidad-por-covid-19/ Mon, 23 Nov 2020 07:33:50 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5595 Continuar leyendo "El subdesarrollo del Estado de bienestar como causa de la elevada mortalidad por covid-19"]]> Una mujer con mascarilla, con lemas a favor de la sanidad pública, en una manifestación en Madrid. REUTERS/Juan Medina
Una mujer con mascarilla, con lemas a favor de la sanidad pública, en una manifestación en Madrid. REUTERS/Juan Medina

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Public and Social Policy en The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

La pandemia ha mostrado en España las consecuencias del escaso desarrollo de los servicios del Estado del Bienestar, tales como la salud pública y los servicios sanitarios, los servicios de apoyo a las familias (el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, que incluye desde escuelas de infancia hasta servicios de dependencia, tanto domiciliarios como residenciales), los servicios sociales, la vivienda social y las escuelas públicas, entre otros muchos servicios. Tal subdesarrollo se debe, en gran parte, a la escasísima financiación pública de cada uno de estos servicios, de las más bajas en la Europa Occidental. Los datos son muy claros y convincentes (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias). Detrás de esta documentada escasez de recursos en cada uno de estos servicios públicos del Estado del Bienestar español hay muchísimo sufrimiento, que se ha mostrado con toda su intensidad y crudeza durante la pandemia. El desbordamiento, por ejemplo, de los centros sanitarios (como hospitales y centros de atención primaria), así como el agotamiento y extenuación de su personal son producto de esta pobreza, reflejada también en sus deficientes condiciones de trabajo y en su limitada remuneración y estabilidad laboral. Las crecientes protestas laborales en estos sectores son un claro reflejo de esta situación.

Por qué esta enorme subfinanciación de los servicios del Estado del Bienestar

Parece que el establishment político-mediático español (que se ha caracterizado por su profundo conservadurismo) no es plenamente consciente de esta subfinanciación, pues utiliza en su gran mayoría los servicios privados. Cuando las personas pertenecientes a este establishment caen enfermas, recurren a la medicina privada, y envían a sus criaturas a las escuelas también privadas, por lo que desarrollan una escasa relación con los servicios públicos. En este sentido, el Estado del Bienestar español (y de la mayoría de los países del sur de Europa) se parece más a los existentes en América Latina que a los de la Europa Occidental. En la primera, existe una polarización social clasista, con unas clases pudientes que utilizan los servicios privados y unas clases populares que recurren a los públicos, a diferencia de los Estados del bienestar de la mayoría de los países de la Europa Occidental (que alcanzan su máxima expresión en los países escandinavos), en los que los servicios públicos son multiclasistas y, por lo tanto, son utilizados por todas las clases sociales del país. Tanto el banquero como el empleado de banca utilizan el mismo servicio médico y sus criaturas van a la misma escuela, una situación impensable en el sur de Europa y en la mayoría de los países de América Latina.  Esta situación en estos últimos países se debe al enorme poder político y mediático de las clases y grupos dominantes (el 20-30% de renta superior del país), que determinan un esquema que perpetúa la escasez de recursos en los servicios públicos.

Así pues, en España las clases más pudientes y sectores de las clases medias profesionales recurren a los servicios privados, de acuerdo con el supuesto (erróneo) de que los servicios privados son mejores que los públicos, percepción que no está sustentada en la evidencia, que claramente muestra lo contrario. Los primeros son, en general, más "user fiendly" (tienen menores tiempos de espera y proporcionan una cama por habitación en los hospitales), pero tienen menor calidad médica, menor apoyo instrumental científico y un menor número de personal de atención. En realidad, es una práctica habitual que cuando la enfermedad de un paciente ingresado en un hospital privado se complica, este sea trasladado a un hospital público.

La polarización del Estado del Bienestar por clase social

Esta polarización por clase social contribuye (es causa, pero también consecuencia) a que el gasto público social (que incluye el gasto global en el Estado del Bienestar) como porcentaje del PIB esté, en España, a la cola de la mayoría de los países de la Europa Occidental. Según cifras de EUROSTAT, España se gasta en tales servicios del Estado del Bienestar solo el 27% del PIB, lejos de la mayoría de los países de la Europa Occidental: Suecia se gasta el 34,2%, Noruega el 33,5%, Dinamarca el 36,8%, Finlandia el 36,9%, Bélgica el 33,4%, Alemania el 31,2%, los Países Bajos el 28,5%, el Reino Unido el 28%, Italia el 32,1% y Grecia el 28,1%. Y, si en lugar del gasto público como porcentaje del PIB queremos tomar el porcentaje de la población adulta que trabaja en los servicios públicos (y de los cuales la gran mayoría son los que trabajan en los servicios del Estado del Bienestar), podemos ver que España está también a la cola de estos países. Para citar solo dos extremos, en España este porcentaje es de solo un 9,8%, comparado con el 22,9% de Suecia. Esta escasez de recursos está presente en cada uno de estos servicios que juegan un papel clave en la configuración del bienestar y la calidad de vida de la población. De ahí que la dureza con la que la pandemia ha golpeado a España (que tiene una de las mayores tasas de mortalidad por coronavirus en Europa hasta la fecha) sea consecuencia directa de la pobreza de su Estado del Bienestar.

Acusar al gobierno de coalición de izquierdas de tal elevada mortalidad (como hacen las derechas conservadoras y liberales) es de un cinismo extremo, pues fueron los partidos de esta sensibilidad política los responsables de tal pobreza de recursos en el Estado del Bienestar español.

La enorme crisis sanitaria como resultado de tal subfinanciación

Cualquiera que sea el indicador que se escoja, podemos ver que la sanidad pública está muy poco financiada. Nuestro país es el que tiene un gasto público sanitario como porcentaje del PIB (6%) más bajo de los países de la Europa Occidental, solo por delante de Grecia (5%), según EUROSTAT. El porcentaje en países como Noruega (8,2%), Dinamarca (8,3%), Suecia (7%), Bélgica (7,6%), Alemania (7,2%), Reino Unido (7,5%) e Italia (6,8%) es superior al español. Si en lugar de este indicador, observamos el gasto público en euros per cápita, vemos de nuevo que España tiene el gasto público en sanidad per cápita más bajo (1.544 euros) entre estos países, solo por delante de Grecia (858 euros). Suecia (3.256 euros), Noruega (5.721 euros), Dinamarca (4.338 euros), Finlandia (2.977 euros), Bélgica (3.062 euros), Países Bajos (3.405 euros), Alemania (2.925 euros), Reino Unido (2.744 euros) o Italia (1.999 euros) tienen todos gastos per cápita más elevados. Y si en lugar de tales indicadores, queremos analizar el número de trabajadores en dicho sector vemos una situación semejante. Por ejemplo, según datos de la OMS para 2017, España es uno de los países con menor número de médicos por cada 100.000 habitantes (38), por detrás de países como Suecia (40), Dinamarca (40,1), Alemania (42,5) o Italia (40). Pero donde el déficit es enorme es en enfermería, con solo 57 enfermeras por cada 100.000 habitantes, el más bajo después de Grecia (36). En comparación, Suecia (118), Noruega (182), Dinamarca (103), Finlandia (147), Bélgica (194), Países Bajos (111), Alemania (132), Reino Unido (81) e Italia (58) están todos por encima.

Las causas políticas de tal subfinanciación

Las causas de este enorme subdesarrollo del Estado del Bienestar español son predominantemente políticas, es decir, se deben al enorme dominio que las fuerzas conservadoras (representantes de los grupos más pudientes de la población) tienen sobre las instituciones del Estado (desde las instituciones representativas, como las cámaras legislativas, hasta los aparatos del Estado, como el poder judicial), un dominio que ha sido constante durante el período democrático (1978-2020), herencia de una transición inmodélica e incompleta. En realidad, la pobreza del Estado del Bienestar español se remonta a la dictadura fascista (llamada "franquista" en España), pobreza que se vio algo reducida durante el período democrático y, muy en particular, durante los gobiernos socialistas, aunque nunca se llegara a eliminar (ver mi libro Bienestar insuficiente. Democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país). El déficit se redujo algo, para verse aumentado de nuevo durante la Gran Recesión; dicho retroceso se inició durante la segunda parte de la legislatura del presidente socialista Zapatero, como consecuencia de la aplicación de las medidas de austeridad impuestas por el dogma neoliberal dominante en las instituciones de la eurozona, muy influenciadas por el gobierno alemán y por el Banco Central Europeo (BCE). Tales políticas neoliberales de recortes (continuadas y expandidas más tarde por el gobierno Rajoy) tuvieron un impacto brutal, algo que la pandemia ha recordado con gran crudeza (ver la evidencia empírica que muestra la certeza de esta afirmación en mi libro PANDEMIA, ECONOMÍA Y ESTADO DEL BIENESTAR. Causas, consecuencias y alternativas posibles ante la pandemia de coronavirus, 2020, en formato digital). El número de muertes debido a la COVID-19 por cada 100.000 habitantes desde el 01/03/20 hasta el 18/11/2020 es de 88, el segundo más elevado de la Europa Occidental después de Bélgica, con 129. Los países que se caracterizan por un mayor desarrollo de sus servicios del Estado del Bienestar son los que han tenido, por el contrario, una mortalidad menor: Finlandia (6), Dinamarca (13) y Noruega (5). La excepción de Suecia, con 60 por cada 100.000 habitantes, se debe a la elevada mortalidad en las residencias de ancianos, que habían sido privatizadas por los gobiernos conservadores y liberales antes de que la coalición de izquierdas volviera a ganar. La privatización de tales residencias implicó un cambio para su personal, que vio cómo se reducían sus salarios y cómo aumentaban los contratos temporales (lo que los forzó al pluriempleo). Si tales muertes no se cuentan, la cifra de muertos en Suecia disminuye considerablemente, estando en el promedio bajo de mortalidad, y ello a pesar de no seguir un confinamiento obligatorio.

Una última observación que debe hacerse es que la escasez de recursos en el Estado del Bienestar español afecta a todas las clases sociales. Aun cuando la pandemia ha dañado sobre todo a las clases populares, el hecho es que ha afectado también a las clases pudientes. Y ello a causa de estas políticas neoliberales, que a pesar de haber afectado predominantemente también a las clases populares, han dejado sus huellas negativas en toda la población. Las rentas altas y medianas-altas españolas también han sido afectadas por la pandemia, teniendo, en general, una mortalidad superior a la de sus clases homólogas en los países escandinavos.

Las diferencias entre el norte y el sur de Europa, pues, se deben predominantemente a la expansión del Estado del Bienestar en los países del norte, causada, a su vez, por el mayor dominio que las izquierdas han tenido en la gobernanza de aquellos países durante el período posterior a la II Guerra Mundial. De ahí que sean también los países con menos desigualdades sociales, tanto por clase social como por género (ver mi artículo ¿Cuál debería ser el objetivo de un proyecto emancipador? La relación entre las diferentes formas de explotación"). Y, como he señalado, son los que han controlado mejor la pandemia.

En el polo opuesto está España, donde las derechas han gobernado durante la mayor parte del período post-Segunda Guerra Mundial (en nuestro caso incluso antes, desde 1939), con unas izquierdas (prohibidas durante los cuarenta años de dictadura) débiles y divididas desde 1978. Un tanto igual ocurrió en Grecia, en Portugal y, en cierto grado, en Italia. De ahí que sean países con un Estado del Bienestar poco desarrollado, poco redistributivo, con grandes desigualdades sociales (por clase social y por género), y en los que la pandemia ha causado grandes estragos.

La urgente necesidad de priorizar los servicios públicos del Estado del Bienestar, corrigiendo su enorme déficit

La gran mayoría de intervenciones públicas han tenido como objetivo modificar el comportamiento de la población (llevar mascarilla, mantener la distancia de seguridad, no reunirse en grandes grupos, quedarse en casa, y un largo etcétera). Y aun cuando estas medidas son muy necesarias, son insuficientes, pues hay que corregir rápida y urgentemente estos enormes déficits del Estado del Bienestar, ya que, si no se hace, la dramática situación derivada de la pandemia no se resolverá, y lo que es incluso peor, la calidad de vida de las clases populares -la mayoría de la población- continuará muy por debajo de un nivel aceptable y de lo que le correspondería por el nivel de riqueza que tiene el país. De ahí la urgencia de corregir los enormes déficits sociales.

Las medidas y el presupuesto que el gobierno de coalición español está proponiendo son pasos muy importantes y necesarios, ya que rompen definitivamente con las políticas de recortes y austeridad propuestas por los gobiernos anteriores, que hicieron tanto daño. Las medidas fiscales impositivas eran y son muy necesarias, y las transferencias de fondos de la UE son también necesarias y positivas. Pero permítaseme una última observación sobre tales transferencias. El supuesto éxito de Alemania ante la pandemia (subrayado en el programa Salvados del domingo pasado) se basa en la riqueza de recursos de su Estado del Bienestar, que tiene un nivel de gastos no tan elevados como el de los países escandinavos de tradición socialdemócrata, pero sí de los más elevados dentro de los países gobernados más tiempo por partidos cristianodemócratas. El "milagro económico" alemán permitió su elevado desarrollo social, que se traduce en que se destina el 7,2% del PIB a la sanidad pública. Ahora bien, en parte este "milagro alemán", liderado últimamente por el gobierno de Angela Merkel, se hizo a costa de las políticas neoliberales de recortes del déficit público que el establishment europeo (influenciado por el gobierno Merkel, entre otros) impuso a los países periféricos como España e Italia, y que permitieron que se pagara la deuda a los bancos alemanes (tal como exigía el mandato inscrito forzadamente en la Constitución Española, resultado del consenso del PSOE con el PP). Estas políticas han dañado enormemente a dichos países periféricos, donde los recortes del gasto público fueron enormes. Así, mientras Alemania ha crecido, Italia y España han retrocedido, y los recortes en estos últimos han sido dramáticos, hasta tal punto que la popularidad de la UE en estos países ha caído en picado.

Estas transferencias se hacen ahora con el objetivo de paliar este desencanto, y a pesar de que reúnen una cantidad importante, esta es minúscula comparada con lo que el BCE ha ido prestando -a unos intereses irrisorios- a la banca privada (pero de esto hablaré próximamente en otro artículo). Bienvenidas sean las transferencias de la UE, pero ya era hora de que se dieran cuenta de que su neoliberalismo (y la adopción por parte de las izquierdas gobernantes de tales políticas) ha causado un enorme daño al bienestar y calidad de vida de las clases populares y el crecimiento de la ultraderecha en Europa. La oposición de las derechas españolas a los presupuestos generales del Estado (de clara orientación social) propuesto por el Gobierno español -el primer gobierno de coalición de izquierdas desde 1939- muestra el porqué del enorme retraso en la financiación del Estado del Bienestar español, puesto que fueron estas mismas derechas y sus antecesoras las que tuvieron mayor responsabilidad por tal insuficiencia de recursos. Es un indicador de que la transición de la dictadura a la democracia fue inmodélica e incompleta, el hecho de que las derechas en España -herederas de las derechas que controlaron aquella dictadura- ejerzan todavía hoy (40 años después de la transición) tal grado de influencia para frenar el desarrollo de la España Social. Que fueran exitosas ahora sería volver a la España de siempre, con la pobreza de recursos que ha puesto a nuestro país a la cola de la Europa Occidental.

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Estado del bienestar,Sanidad
Las consecuencias de la escasa democracia en EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/11/11/las-consecuencias-de-la-escasa-democracia-en-eeuu/ Wed, 11 Nov 2020 06:33:42 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5583 Continuar leyendo "Las consecuencias de la escasa democracia en EEUU"]]> Seguidores de Donald Trump se manifiestan en Phoenix (Arizona) durante el escrutinio de los votos de las elecciones presidenciales que han dado la victoria al candidato demócrata, Jose Biden. REUTERS/Jim Urquhart
Seguidores de Donald Trump se manifiestan en Phoenix (Arizona) durante el escrutinio de los votos de las elecciones presidenciales que han dado la victoria al candidato demócrata, Jose Biden. REUTERS/Jim Urquhart

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Public and Social Policy en The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Como era predecible, las elecciones del 3 de noviembre en EEUU están siendo presentadas por los grandes medios de comunicación estadounidenses (pero también por los grandes medios europeos) como la gran "fiesta de la democracia", celebrando el ejercicio de la voluntad popular que supuestamente caracteriza a las democracias liberales y, muy en particular, la estadounidense, referencia internacional dentro del mundo democrático. Como indicó Joe Biden, candidato demócrata a la presidencia de EEUU, en un momento de celebración de su victoria electoral, "el sistema de gobierno estadounidense ha mostrado, durante sus 240 años, su ejemplaridad, despertando la envidia de todo el mundo."

Los datos, sin embargo, no corroboran ni apoyan esta interpretación idealizada -promovida por los establishments liberales a ambos lados del Atlántico Norte- de una realidad que es muy distinta. De hecho, estas elecciones han mostrado las grandes insuficiencias de la democracia neoliberal, que alcanzan su máxima expresión, precisamente, en el actual EEUU. Los resultados electorales muestran claramente los efectos de un sistema electoral profundamente sesgado a favor de las opciones más conservadoras y que limita enormemente el ejercicio de la voluntad popular. Según la última actualización del recuento de votos por formación política, el Partido Demócrata ha conseguido más votos que los obtenidos por el partido más conservador, el Partido Republicano, tal y como ha ocurrido en todas las elecciones presidenciales en los últimos veinte años (excepto en una ocasión, en el año 2004, cuando el presidente republicano, George W. Bush, obtuvo 3 millones más de votos que su oponente demócrata, John Kerry). Y a pesar de esta mayoría de votos del Partido Demócrata sobre el Republicano, ha sido este último el que ha gobernado el país durante la mayor parte de este período. Aquel eslogan de que "todos los votos valen lo mismo" (surgido del principio democrático de "una persona, un voto") no se cumple en la gran mayoría de sistemas democráticos liberales, y todavía menos en EEUU, el país con el sistema democrático menos representativo de todos los existentes tanto en Norte América como en la Europa Occidental, tal y como mostré en un artículo que escribí días antes del 3 de noviembre (Los grandes déficits de la democracia en EEUU: claves para entender lo que pasará mañana, Público, 02.11.20).

Es cierto que esta vez ganó el candidato demócrata, Joe Biden, pero no le resultó nada fácil y ganó por los pelos, a pesar de haber ganado por una amplia mayoría de votos (más de 4,5 millones más que Trump). Esta victoria "por los pelos" se basa en la escasísima representatividad del Colegio Electoral (que es el que elige al presidente), un órgano también muy sesgado a favor de las fuerzas conservadoras cuya composición es determinada, entre otros, por el Senado, la cámara menos representativa del Estado Federal en EEUU. Esta cámara es probable que continúe bajo el control del Partido Republicano como consecuencia de que cada estado (desde California, que tiene casi 40 millones de habitantes, al Wyoming, que tiene poco más de medio millón) tiene el mismo número de senadores: dos. Este hecho hace que en el sistema supuestamente "modélico y envidiable" estadounidense, el voto de un ciudadano del Estado más pequeño (y también más rural y conservador) puede ser hasta ochenta veces más valioso que el del ciudadano de California, un estado con grandes centros urbanos en los que se concentra, por cierto, la clase trabajadora.

Como resultado de tal desproporción, el Senado probablemente continuará teniendo un gran poder en manos del Partido Republicano, con la potestad de vetar las principales propuestas del gobierno Biden (promovidas por el candidato socialista en las primarias del Partido Demócrata, el senador Bernie Sanders), tales como un presupuesto federal muy expansivo (con una clara orientación social), argumentando que hay que controlar el déficit y deuda pública (argumento que nunca utilizaron cuando aprobaron los presupuestos del gobierno Trump, que aumentó el déficit y deuda pública en cantidades insólitas en los presupuestos del Estado federal).

Continuará la escasísima diversidad política existente en las instituciones representativas

Las elecciones han demostrado también las grandes limitaciones del sistema bipartidista, con una escasa proporcionalidad del sistema electoral, permitiendo el debate político solo entre dos opciones políticas, una profundamente conservadora (hoy de ultraderecha), representada por el Partido Republicano, y la otra de centroderecha de sensibilidad liberal, representada por el Partido Demócrata (durante muchos años fue observador y asociado a la Internacional Liberal). No ha habido ningún partido de centroizquierda o de izquierda que haya sido admitido en el debate. De hecho, era prácticamente imposible que los hubiera, pues el sistema electoral no es proporcional (en el que el número de representantes corresponde al número de votos) sino mayoritario, lo cual determina que su sistema de partidos sea bipartidista, imposibilitando en la práctica la aparición de una tercera opción política.  De ahí que los partidos de izquierda -bien de sensibilidad socialista o socialdemócrata, o bien partidos comunistas- no tengan ni puedan tener ninguna capacidad de representación. El único espacio posible para estas fuerzas es el que puedan conseguir dentro de los principales partidos mediante las primarias y, en el caso de las sensibilidades de izquierda, dentro del Partido Demócrata, funcionando como una corriente minoritaria dentro de este partido de corte liberal.

En este sentido, es importante subrayar que el número de congresistas progresistas próximos a los partidos de izquierda (mayoritariamente, del Partido Socialista) aumentó como resultado de las últimas elecciones, continuando, sin embargo, como una minoría muy exigua (aproximadamente 20 congresistas). En general, estos congresistas están marginados y reprimidos por el aparato del Partido Demócrata, que tiene una relación muy estrecha con la clase corporativa (the corporate class, que incluye a los propietarios y gestores de las grandes corporaciones), habiéndose desarrollado una especie de sistema de puertas giratorias entre los miembros del partido y la clase dirigente de los grandes grupos corporativos que ejercen una enorme influencia sobre los aparatos del Estado federal. Es cierto que la dirección del Partido Demócrata ha ido cambiando con el tiempo, incluyendo progresivamente en sus órganos de dirección a miembros de las minorías negras y latinas y a mujeres de clase media alta, con educación superior, aunque ello no ha conllevado un cambio significativo en su orientación política, mayoritariamente liberal. Como he indicado en el artículo citado anteriormente, el gran subdesarrollo del Estado del Bienestar en EEUU y su ausencia de derechos fundamentales básicos, tanto sociales (no hay, por ejemplo, derecho al acceso a los servicios sanitarios) como laborales (es muy fácil para los empresarios despedir a sus empleados y trabajadores), se basa en esta realidad. Y no es probable que esta situación cambie en el nuevo escenario político bajo el gobierno Biden.

Biden: representante del liberalismo que caracteriza a la dirección del Partido Demócrata

Joe Biden es un político con una larga trayectoria de defensa de los intereses de la clase corporativa dentro del Partido Demócrata, habiendo sido una voz importante de la ideología liberal promovida por su formación desde el mandato del presidente Clinton al del presidente Obama, del cual él fue vicepresidente. Su apoyo a la globalización y a los tratados de libre comercio dañaron el bienestar y calidad de vida de las clases trabajadoras de los sectores industriales, que vieron descender tanto sus salarios y estabilidad laboral como el número de puestos de trabajo durante la época de expansión neoliberal. Como resultado, se produjo un descenso muy marcado de la esperanza de vida de la clase trabajadora de los sectores industriales (la mayoría blanca), con un aumento de la mortalidad debido a la adicción a las drogas y suicidios, entre otras causas. De ahí que una parte muy importante de esta clase trabajadora blanca se convirtiera en el eje central del apoyo a Trump, que se presentó, tanto en 2016 como en 2020, como el candidato antiestablishment liberal. El trumpismo (como también mostré en mi artículo El crecimiento del trumpismo o fascismo en EEUU, Público, 26.10.20) tiene una orientación ideológica de características semejantes a las del fascismo español, con un nacionalismo exacerbado -que considera a su nación como la escogida por Dios para liberar al mundo del socialismo-comunismo- y un marcado carácter religioso, machista, anticientífico, autoritario, caudillista, antidemocrático y represivo.

Sería un gran error, sin embargo, considerar a todos los votantes de Trump como trumpistas. En realidad, el voto a Trump era el voto contra el establishment liberal del gobierno federal que había abandonado las políticas redistributivas para centrarse en las políticas identitarias que consistían primordialmente en integrar a personas profesionales negras y mujeres en las estructuras del Estado. El hecho de que el Partido Republicano haya conseguido, en estas elecciones del 3 de noviembre, el mayor número de votos de su historia (más de 71 millones), constata el éxito de Trump en canalizar el gran enfado de grandes sectores de la clase trabajadora, pasando de la abstención al voto Republicano, aumentando la participación hasta niveles récord. Según los datos del New York Times, recogidos en una encuesta a pie de urna, el 49% de los votantes sin educación media y superior -la mayoría de clase trabajadora no cualificada-, el 40% de los trabajadores sindicalizados y el 41% de los trabajadores en situación precaria de trabajo, votaron a Trump, canalizando el enfado y rechazo hacia el establishment liberal representado por el Partido Demócrata e identificado con la candidatura de Biden. Esta experiencia, por cierto, es semejante a la europea, donde la conversión de las izquierdas (predominantemente socialdemócratas) al neoliberalismo ha tenido como consecuencia el trasvase de voto de amplios sectores obreros que votaban a partidos de izquierda a una ultraderecha que consiguió canalizar el rechazo hacia aquellas políticas.

Trump, con gran astucia, ha estado acusando a los Demócratas de estar financiados por los grandes grupos económicos y financieros del país, utilizando la gran hostilidad que ha recibido de los medios (que estos grupos financian) como prueba de ello. En su último discurso de campaña se definió como el defensor de la clase trabajadora industrial (the blue collar workers), olvidada y maltratada históricamente por los gobiernos del Partido Demócrata. La movilización de esta clase trabajadora precarizada (mayormente abstencionista), así como de otras poblaciones olvidadas por el establishment liberal (como las poblaciones rurales) ha sido lo que más ha contribuido al aumento de más de 8 millones de votantes al Partido Republicano respecto a las elecciones de 2016. Ha sido precisamente el gran aumento de la participación electoral, con la movilización de amplios sectores abstencionistas a favor de Trump, lo que ha causado que fallaran casi la totalidad de las encuestas que auguraban un enorme triunfo de los Demócratas. Aunque Trump haya perdido las elecciones, ganó la gran batalla dentro del Partido Republicano, consiguiendo el mayor número de votos que el partido haya conseguido en su historia. Nunca antes el partido había tenido una base social tan amplia y movilizada como ahora. De ahí la importancia de este dato, ignorado o silenciado por gran parte de los principales medios de información en España.

La pandemia y su impacto electoral: la existencia de dos países en un mismo Estado

La pandemia ha mostrado de forma dramática la realidad social existente en EEUU, y ha puesto al descubierto el hecho de que hay dos países en un mismo Estado: el compuesto por clases pudientes, por la mayoría de las clases medias profesionales y por parte de la clase trabajadora sobre todo la cualificada (cuya participación también aumentó), por un lado, y todas las demás (la gran mayoría de la clase trabajadora), por el otro. Los primeros pudieron confinarse; los segundos -la mayoría de la clase trabajadora- no se lo pudo permitir. Y han sido precisamente los que no han podido confinarse los que han quedado más afectados por la crisis económica. De ahí que el enfado creciera y que también lo hiciera el apoyo a Trump, que promovía el mensaje de que había que priorizar la economía sobre todo lo demás (incluyendo el control de la pandemia). La encuesta a pie de urna del New York Times muestra que para la gran mayoría de la población cuyo nivel de renta era mayor al promedio del país y cuyo trabajo no se había visto afectado por la pandemia, pudiendo trabajar en casa, el tema central era -precisamente- la pandemia y el miedo al contagio, mientras que, para el resto de la población, en condiciones laborales difíciles, su situación económica y laboral eran lo más importante. La parálisis económica afectó predominantemente a los trabajadores manuales que no podían hacer el trabajo en casa, a diferencia de los trabajadores profesionales que sí pudieron teletrabajar. La propagación de los contagios mostró que los barrios obreros -donde vive la clase trabajadora no cualificada- eran los más afectados (pues en ellos había también una mayor movilidad) por la crisis económica y fueron, también, los que votaron más al presidente Trump, debido a que, como indiqué antes, fue el candidato que más enfatizó la necesidad de mantener la economía por encima de la prevención de la enfermedad. Para entender este comportamiento hay que tener en cuenta la escasísima protección social existente en la sociedad estadounidense, con un subdesarrollo muy notable de los derechos laborales y sociales de la mayoría de la ciudadanía. No tener trabajo es, pues, lo peor que le puede pasar a una familia obrera sin recursos.

De esta manera, la pandemia jugó un papel determinante en las elecciones, dividiendo y polarizando el país. La mitad que gozaba de mayor seguridad laboral y que quedó menos afectada por la desaceleración económica votó predominantemente a Biden, y la que se vio más afectada por la crisis económica votó a Trump. De ahí que Biden fuera el principal receptor de aportaciones para financiar la campaña por parte de la primera mitad, y que Trump (que recibió menos fondos) fuera el principal receptor de donaciones de la mitad más castigada, tal y como documenté en mis artículos citados anteriormente.

La gran movilización del elector abstencionista en una situación polarizada

Trump, en su discurso de enfado y rechazo tras conocer los primeros datos de las elecciones que no le eran favorables, además de acusar al Partido Demócrata de haberles "robado y manipulado" el proceso electoral, bien directamente o a través del voto por correo controlado en su mayoría por Estados demócratas (acusación que era a todas luces falsa), hizo una mención especial al hecho de que el establishment liberal se estaba movilizando para, una vez más, explotar al trabajador manual (blue collar worker) a costa de la gente pudiente del país. Su lenguaje obrerista y antiestablishment extraordinariamente movilizador, que había movilizado a grandes sectores de los trabajadores de la manufactura, contribuyó en gran medida a conseguir el mayor número de votantes republicanos en la historia de EEUU.

Sin embargo, el voto demócrata fue incluso mayor (casi 5 millones más de votos), procedente mayoritariamente de las clases medias profesionales, de las zonas urbanas y de los suburbios (la parte más pudiente de las clases medias). Su victoria se debe al apoyo de estos grupos sociales junto con amplios sectores de la clase trabajadora cualificada y de los más politizados (incluso muchos de los que habían votado a Trump en 2016, votaron a Biden en 2020), gracias al apoyo mayoritario que Biden recibió de la dirección de los sindicatos (el 57% de los trabajadores sindicalizados le votaron) y de la mayoría de clase trabajadora cualificada. En total, más de 76 millones de votantes demócratas que, junto a los más de 71 millones de votos republicanos, alcanzaron una participación electoral del 67%, la más alta en la historia reciente del país. Muy alta en EEUU, pero más baja de lo que es común en los mayores países europeos como Francia (74,6% en 2017), Alemania (76,2% en 2019), Dinamarca (84,6% en 2019) o Suecia (87,2% en 2018). España, uno de los países con menor participación de Europa Occidental, tuvo una participación casi idéntica a la estadounidense en las últimas elecciones generales (67%), hecho que en España se valoró muy negativamente por considerar bajo este porcentaje, mientras que en EEUU se considera una gran victoria. Está claro que el Sr. Biden no conoce estos datos, cuando considera la democracia estadounidense ejemplar y envidiable a nivel mundial.

La división de las clases populares en EEUU: el racismo y su importancia en la reproducción de tal división

Además de debilitada debido a la inexistencia de partidos que sirvan a sus intereses, la clase trabajadora está hoy claramente dividida. Y contribuyendo a esta división está la política racista seguida por el presidente Trump en respuesta a la creciente importancia de la rebelión de la población negra (y, en menor medida, la latina, excepto la del sureste de EEUU) frente al dominio blanco en las estructuras de poder. Esta rebelión ha jugado un papel importante en la movilización para parar a Trump, prototipo del personaje racista (sin ambigüedades ni disimulos) y, también, machista grosero. De ahí que la gran mayoría de negros (y de latinos, excepto en Florida) y de mujeres apoyaran a Biden. En este sentido, es importante destacar que la figura central de las elecciones fue en todo momento Trump, pues los votos de Biden no fueron necesariamente de apoyo a Biden (el político liberal y representante de la clase política bastante desprestigiada en EEUU), sino en contra de Trump. Sin ánimo de minimizar la enorme importancia del movimiento Black Lives Matter y la gran simpatía y apoyo que ha despertado a lo largo y ancho del territorio en EEUU, hay que aclarar que la importancia del tema racial no se debe a un incremento (inexistente) del racismo, sino a la utilización del racismo precisamente para dividir a la población, incluyendo a la clase trabajadora. La inseguridad y falta de estabilidad y protección social del obrero blanco es la mayor causa de su racismo. Hay que ser conscientes de que, resultado del dominio conservador-liberal en el Estado federal, el Estado del Bienestar está muy poco desarrollado y en su mayoría (excepto la Seguridad Social) está privatizado. No hay una universalización de los derechos laborales y sociales. El acceso a los servicios sanitarios no es un derecho, de manera que el 38% de enfermos terminales afirman estar preocupados por cómo ellas y ellos y/o sus familiares pagarán sus facturas médicas. Desafortunadamente, la propuesta sumamente popular del candidato Sanders de universalizar este derecho no la hizo suya Biden (que tampoco hizo suyo el Green New Deal), manteniendo un Estado del Bienestar de tipo asistencial, es decir, "para los pobres", que la mayoría de la población blanca cree erróneamente son mayoritariamente negros (la mayoría de pobres en EEUU son obreros blancos que viven en zonas rurales). De ahí que el obrero blanco en paro, sin ninguna protección social, no vea ningún beneficio por el pago de sus impuestos, y cree estos solo benefician a las minorías, y no a las personas como él.

La gran importancia y relevancia de lo que está ocurriendo en EEUU

No puedo finalizar este artículo sin destacar dos hechos que están ocurriendo en EEUU y que tienen una gran importancia y repercusión tanto para el bienestar de las clases populares estadounidenses, como para el resto de la humanidad. Uno es el haber parado los pies al máximo representante del trumpismo, que es la versión del siglo XXI del fascismo del siglo pasado. Esto ha sido posible gracias a una amplia alianza de distintas sensibilidades políticas y diferentes movimientos sociales se han unido para parar tal deriva. La alegría suscitada en la parte más progresista del país –que salió a la calle en cuanto se supo que Trump había perdido- refleja la esperanza de un mundo mejor que en ningún caso puede consistir en la restauración de la normalidad anterior. Que ello sea así dependerá de la correlación de fuerzas dentro de esta amplia alianza, que incluirá un amplio abanico de sensibilidades temerosas ante lo que significa el auge del trumpismo.

El segundo hecho, también de gran importancia, es que el trumpismo no fue derrotado. Perdió una batalla importante, pero consiguió el apoyo de casi la mitad del electorado estadounidense. Trump fue derrotado en el terreno electoral, pero no es una derrota absoluta, pues continúa teniendo un gran poder, incluyendo en aparatos del Estado tales como el Senado y la Corte Suprema. El eventual fracaso de la alianza anti-Trump en su estrategia de cambio puede conllevar la vuelta del trumpismo incluso con más fuerza. Que ello ocurra o no dependerá de que se apliquen las propuestas auténticamente transformadoras (democratizando el sistema político, económico y social, con la universalización de derechos políticos, sociales y laborales), promovidas por movimientos sociales dirigidos por Bernie Sanders, que empoderen a las clases populares y atraigan a aquellos que actualmente apoyan a Trump, pues sin parte de sus votantes será dificilísimo cambiar Estados Unidos y mejorar profundamente su democracia.

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Donald Trump,EEUU
Los grandes déficits de la democracia en EEUU: claves para entender lo que pasará mañana https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/11/02/los-grandes-deficits-de-la-democracia-en-eeuu-claves-para-entender-lo-que-pasara-manana/ Mon, 02 Nov 2020 07:00:04 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5567 Continuar leyendo "Los grandes déficits de la democracia en EEUU: claves para entender lo que pasará mañana"]]> Después de la II Guerra Mundial y como resultado de la victoria de los aliados, EEUU se presentó ante el mundo como el baluarte de las democracias, en defensa de lo que pasó a llamarse la "democracia liberal". Es sorprendente que esta percepción haya durado tanto tiempo, pero está perdiendo apoyo. Lo que está ocurriendo en los últimos años muestra que esta gran crisis de credibilidad de las instituciones representativas de EEUU, consecuencia de la enorme desconfianza que la ciudadanía estadounidense tiene hacia el sistema político democrático vigente en su país, ha alcanzado unos niveles que amenazan su continuidad y supervivencia.

 

Veamos los datos. Empecemos por un punto que parece desconocerse sobre la democracia estadounidense y que es que el candidato que gana las elecciones presidenciales en EEUU no es aquel que obtiene más votos el día de las elecciones (en este caso, el 3 de noviembre de este año, es decir, mañana), sino el que obtiene más votos en el Colegio Electoral, que es una institución distinta al Congreso y al Senado, y cuya composición está sesgada en beneficio conservador. Ello explica que, a pesar de que el Partido Republicano (que es el partido más conservador) haya ganado el voto popular solo una vez en las elecciones presidenciales que han tenido lugar en los últimos veinte años, ha controlado, sin embargo, la presidencia de los EEUU durante la mayor parte de este período. Este sesgo conservador del Colegio Electoral implica que, si el candidato demócrata Biden ganara en voto popular solo por uno o dos puntos porcentuales sobre Trump, este último conseguiría los votos del Colegio Electoral. Ello ocurriría incluso en el caso de que Biden ganara a Trump por más de un 3% del total del voto. Solo en caso de que le aventajara por más de un 6%, Biden ganaría a Trump.

 

Se preguntará entonces el lector por qué no se elimina al Colegio Electoral del sistema democrático estadounidense y la respuesta es que es dificilísimo que ello ocurra, pues requiere un cambio constitucional, aprobado en primer lugar por el Senado. Y el Senado es elegido siguiendo el procedimiento de una ley también profundamente sesgada, esta vez a favor de los Estados pequeños, rurales y conservadores. Cada Estado elige dos senadores. California, con casi 40 millones de habitantes, tiene el mismo número de senadores que New Hampshire, un estado muy rural que solo tiene algo más de un millón. De ahí que la composición del Senado sea, como resultado, profundamente conservadora. Ello explica que, aun cuando los Demócratas obtuvieron en las elecciones del 2016 y del 2018 muchos más votos que los Republicanos, estos fueron los que obtuvieron una mayoría en el Senado, con 53 de 100 senadores. Y por si ello no fuera suficiente, el Senado tiene una normativa interna que obliga a que, en decisiones muy importantes como sería cambiar o eliminar el Colegio Electoral, la mayoría requerida en la cámara sea del 60% de los senadores, lo cual es muy difícil de conseguir para el Partido Demócrata. Incluso en el caso de que ocurriera, tendría que contar además con el apoyo de dos terceras partes de los Estados. De ahí que sea más que probable que el Colegio Electoral continúe mucho tiempo sesgando la voluntad popular a favor de las fuerzas que mantienen el statu quo.

 

El sistema jurídico es profundamente conservador

El Senado juega también un papel determinante en el nombramiento de los miembros del profundamente conservador Tribunal Supremo, que es el que tiene que decidir en conflictos electorales entre los dos mayores partidos (el Republicano y el Demócrata). Y así lo ha hecho en el pasado, habiendo favorecido siempre al Partido Republicano. De ahí que una de las estrategias del presidente Trump sea el cuestionar y llevar a los tribunales el máximo número posible de casos de supuestas "irregularidades" en el proceso electoral. Estas querellas se presentarán por el Partido Republicano mucho más a menudo en barrios negros, latinos y, en general, en los barrios más próximos al Partido Demócrata, que en barrios blancos, más favorables al Partido Republicano. Esto es lo que ocurrió en Florida, donde el Tribunal Supremo aceptó las querellas presentadas por el Partido Republicano en ese Estado y, con ello, Bush hijo fue elegido sobre el candidato del Partido Demócrata, Al Gore, a pesar de haber obtenido menos votos. Puesto que el porcentaje de votantes que ejercerán su voto por correo ha aumentado considerablemente, es más que probable que este cuestionamiento del voto se dé sistemáticamente por parte del Partido Republicano, que ha hecho todo lo posible para dificultar el voto por parte de las minorías, así como el ejercicio del voto por correo. Trump ha recortado de una manera muy significativa los fondos públicos que se habían asignado al servicio postal para cubrir el gran volumen de correo generado durante las elecciones en tiempo de pandemia, admitiendo públicamente que hay que dificultar que la gente vote por correo (Marjorie Cohn, "Congressional Candidates and Votes Sue to Stop Trump’s Sabotage of USPS", Z Magazine, 17.09.20).

 

El proceso electoral estadounidense es también escasamente democrático

Hay varios hechos que agravan todavía más las enormes carencias de la democracia en EEUU. Uno de ellos es el sistema electoral, que carece de proporcionalidad y reproduce un bipartidismo que impide la posibilidad de que surjan otras alternativas políticas. En realidad, cuando surgen nuevos partidos suelen dañar al más afín a los dos partidos mayoritarios. Así, el partido progresista liderado por Ralph Nader fue el causante de la derrota de Gore, el candidato demócrata, al dividir el voto progresista. Por otra parte, no hay partidos de izquierda en EEUU con una base electoral amplia, pues el sistema electoral no lo permite. Hay, pues, solo dos partidos, y los dos son de derechas. Uno es de ultraderecha, el Partido Republicano, y el otro de centroderecha de sensibilidad liberal, el Partido Demócrata. Esto afecta todos los ámbitos de la vida en EEUU, y explica desde la enorme falta de protección social a la inexistencia de derechos tan fundamentales como el de acceso a la sanidad en tiempos de necesidad (en EEUU, mueren más personas por falta de atención médica que debido al SIDA).La pandemia ha mostrado todavía más la crueldad de esta realidad.

 

EEUU es también el país con mayores desigualdades en el capitalismo desarrollado. La diferencia entre la esperanza de vida por clase social entre las clases pudientes y las clases trabajadoras es de las más altas del mundo, con 15 años de diferencia entre las clases más adineradas y las de menos recursos, frente a los 7 años en la Unión Europea. También la falta de diversidad ideológica entre los grandes medios de información (aunque más abundante que la existente en España) es de las más limitadas en el mundo occidental. Por ejemplo, el intelectual estadounidense más famoso en el mundo, Noam Chomsky, nunca aparece por estar vetado en los grandes medios de comunicación (hay también intelectuales españoles reconocidos internacionalmente que tampoco aparecen en los grandes medios de información españoles). Y un tanto igual ocurre en el mundo académico, donde la diversidad ideológica en las universidades de EEUU es más limitada que la de la mayoría de las universidades de la Europa occidental.

 

El creciente atractivo del socialismo frente al capitalismo

Ahora bien, es importante resaltar que existe un creciente rechazo hacia los establishments conservadores y liberales del país que ha propiciado la aparición de pensamientos críticos, de tal manera que, en parte como consecuencia de la candidatura del socialista Sanders, hay grandes sectores de la población que son más favorables al socialismo que al capitalismo. Según la Fundación Pew Research Center, el 46% de todas las mujeres, el 65% de los negros, el 52% de los hispánicos, el 50% de los jóvenes de 18 a 29 años, el 47% de los no tan jóvenes de 30 a 49 años y el 50% de las familias que ingresan menos de 30.000 dólares al año tienen mejor impresión del socialismo que del capitalismo. Estas cifras corroboran otras encuestas también creíbles y que contrastan con la escasa visibilidad o frecuencia en que esta ideología aparece en los medios de persuasión generalistas de forma objetiva, ocultando incluso que algunas de las personas y figuras más populares en EEUU han sido socialistas, dimensión de tales figuras que usualmente están ocultadas o ignoradas. Ejemplos de ello son las figuras populares como Martin Luther King (cuyo día nacional es festivo en todo el país), Albert Einstein o Paul Robeson, W. E. B. Du Bois o Helen Keller ("Socialism’s Increasing Popularity Doesn’t Bring Media Out of McCarthy Era", FAIR, 09.10.20).

 

La privatización del sistema electoral

Otra limitación del sistema democrático es la privatización del sistema electoral. La mayoría de los fondos que se gastan las candidaturas a cargos políticos proceden de fondos privados que se gastan, en su mayoría, en comprar espacio mediático y televisivo, el cual está totalmente desregulado y abierto al mejor postor. No hay limitaciones o regulaciones en cuanto al espacio político y mediático que un candidato puede comprar en los medios televisivos y radiofónicos. Y, sin lugar a duda, esos fondos ayudan en gran medida a dar visibilidad a los candidatos.

 

Ahora bien, facilitar la presencia mediática no quiere decir que ello determine siempre la victoria del candidato más mediático. En este aspecto, Trump dispuso de menos fondos en 2016 que la candidata demócrata, la Sra. Hillary Clinton, y lo mismo está ocurriendo este año 2020. Biden ha recaudado más fondos privados que Trump, hecho que Trump astutamente utiliza para presentar a Biden como el candidato del establishment y del statu quo, lo cual le da fuerza para movilizar su base electoral, que es profundamente antiestablishment. Es importante señalar también que la financiación privada juega un papel clave en la selección de candidatos. Es, precisamente, al principio de las campañas, cuando los candidatos todavía no son muy conocidos, cuando los fondos privados recibidos provienen de grandes intereses y corporaciones empresariales (los miembros de lo que en EEUU se conoce como la clase corporativa, es decir la clase de los propietarios y gestores de las grandes empresas o corporaciones del país). Más adelante, ya durante la campaña, estos fondos privados pueden provenir simplemente de personas simpatizantes con uno u otro candidato. Y aquí es interesante resaltar que los fondos de particulares que recibe Biden vienen de personas pertenecientes a las clases de renta superior a la media del país, mientras que los que recibe Trump proceden de individuos que ingresan menos que la media del país. Según The New York Times, (26.10.20), en aquellos distritos postales cuyos ciudadanos ingresaban más de 68.703 dólares (en 2019), el salario familiar medio de EEUU, Biden ha conseguido 389 millones de dólares más que Trump. Y al revés, de las familias que se encuentran por debajo de esta cantidad, Trump ha conseguido 53 millones más que Biden. Podemos concluir entonces que, entre la ciudadanía, Trump ha conseguido un mayor apoyo -en términos económicos- entre los sectores con menos ingresos (principalmente trabajadores blancos no cualificados) que Biden.

 

¿Son fiables las encuestas?

No siempre, pues una cosa es la opinión y otra es el voto. El dato más notable en las elecciones al Congreso y al Senado en EEUU (incluso en los años en que se escoge al Presidente) es la gran abstención, sobre todo entre la clase trabajadora (que es la mayoría de las clases populares). Antes del presidente Clinton, los abstencionistas de clase trabajadora que se movilizaban votaban al Partido Demócrata. Pero esto dejó de ocurrir a partir de época Clinton, por las razones que expuse en un artículo reciente ("El crecimiento del fascismo o trumpismo en EEUU", Público, 26.10.20). Trump, que se presentó como el candidato antiestablishment, consiguió movilizar al voto antiestablihment haciendo que aumentara su participación electoral. Este aumento fue lo que no habían previsto la mayoría de las encuestas que habían dado por ganadora a la Sra. Clinton, como ahora hacen con Biden. Que gane uno u otro dependerá, sin embargo, de la movilización de sus bases electorales. No se trata solo de si aumentará la participación o no, sino la de quién. Y ese es el mayor interrogante del próximo martes. Las bases electorales del Partido Demócrata -e incluso sectores moderados del Partido Republicano-, y gran parte de las izquierdas, incluyendo la mayoría de sindicatos y de movimientos sociales (desde el de los derechos de las minorías hasta el movimiento feminista), se han movilizado y es posible que aumente su participación a favor de Biden. Pero tampoco hay que descartar que Trump pudiera mantener su base electoral que, aun cuando minoritaria, estaba muy movilizada en 2016, y lo sigue estando en gran medida. Pero también es probable que haya decepcionado a parte de la clase trabajadora que le apoyó debido a su pésimo liderazgo durante la pandemia y a sus políticas profundamente antisociales que la han estado dañando.

 

Ni que decir tiene que independientemente de quién al final del proceso se convierta en el presidente de EEUU, este país atravesará cambios importantes que o bien reforzarán el fascismo que Trump ha estado liderando, o bien lo debilitarán. Así, lo que ocurra en el Partido Demócrata es también de una gran importancia. Cuando en los años sesenta, a raíz de la Guerra de Vietnam y otros hechos, hubo una gran agitación social, se generaron las transformaciones que cristalizaron -en los años setenta- en cambios de gran calado en aquel país. Gran parte de la legislación en mejora de muchos derechos sociales y ambientales fueron consecuencia de tal agitación. También podría iniciarse algo semejante en esta ocasión. Sin embargo, no hay que excluir que el cambio fuera en dirección contraria por las razanos que he explicado en este artículo. Veremos.

 

Unas últimas observaciones

Este artículo se ha centrado en mostrar las enormes deficiencias del sistema democrático liberal estadounidense, señalando que, aun cuando algunas de estas (como la escasa proporcionalidad de su sistema electoral) se presentan también en otros países de los dos lados del Atlántico Norte, en ninguno se dan en la medida en que se presentan en EEUU. Las consecuencias de estas limitaciones las mostré en mi artículo reciente "El crecimiento del fascismo o trumpismo en EEUU" (Público, 26.10.20), donde analicé la situación política del país, hoy radicalizada, como consecuencia del enorme daño al bienestar de las clases populares, consecuencia de la aplicación de las políticas neoliberales realizadas por los sucesivos gobiernos federales desde los años ochenta, incluyendo los gobiernos del Partido Demócrata liderados por los presidentes Clinton y Obama, que causaron un alejamiento y abstención política de grandes sectores de las clases populares y un gran enfado que canalizó Trump en 2016, presentándose como el candidato en contra del establishment liberal que dominó el gobierno federal durante la mayoría del período neoliberal.

 

Trump lideró la expansión de una ideología con características semejantes al fascismo español, que pasó a dominar al Partido Republicano, convertido claramente en un partido autoritario y antidemocrático, semejante a los partidos gobernantes en Polonia, Hungría y Turquía, como bien ha documentado el instituto de Estudios Democráticos de la Universidad de Götteborg, Suecia. En cuanto al Partido Demócrata, continúa dominado por el aparato liberal, bien representado por el candidato Biden, que es el prototipo de político de su partido, y que varió algo su discurso y su oferta programática debido a la influencia de las izquierdas movilizadas tanto en 2016 como en 2020 alrededor de la candidatura de Bernie Sanders. Hoy, las izquierdas se dividen en dos sensibilidades distintas, definidas por su relación con Biden. Una es la "purista", representada por Ralph Nader, que aconseja que se vote con fines simbólicos a los candidatos de los partidos muy minoritarios de izquierdas; la otra, claramente mayoritaria, representada por Noam Chomsky, es la que defiende votar a Biden como manera de sacar a Trump del gobierno y presionar para influenciar su gobierno cuando gane: el objetivo central es el parar al fascismo que representa Trump. De no conseguirse, el futuro de la democracia está en peligro tanto en EEUU como en el resto del mundo.

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El crecimiento del fascismo o trumpismo en EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/10/26/el-crecimiento-del-fascismo-o-trumpismo-en-eeuu/ Mon, 26 Oct 2020 07:00:33 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5552 Continuar leyendo "El crecimiento del fascismo o trumpismo en EEUU"]]> El crecimiento del fascismo o trumpismo en EEUU
Trump, este sábado en un mitin en Wisconsin. EFE/EPA/KAMIL KRZACZYNSKI

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Profesor de Public and Social Policy en The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Como consecuencia de haber vivido bajo la dictadura fascista existente en España durante mi infancia y juventud, sé cómo reconocer a un fascista en cuanto lo veo. Y reconozco a Trump, en EEUU, como alguien que encaja en esta definición. Como ocurrió y continúa ocurriendo con el fascismo español, lo que define al trumpismo es un nacionalismo extremo, que considera a los EEUU como una nación designada por Dios para salvar al mundo del comunismo -que supuestamente controla al Partido Demócrata actual-, intentando recuperar un pasado imperial justificado por la superioridad de la raza blanca a la cual, se asume, pertenece la mayoría de la población del país. Tiene un ideario hostil hacia lo ajeno, bien sea inmigrante o alguien de raza o grupo étnico considerado inferior, indigno de ser ciudadano de pleno derecho en esa nación privilegiada. Su movimiento político es profundamente conservador y reaccionario, con una visión machista que se manifiesta en su desprecio hacia cualquier forma de humanismo, en su odio hacia la fragilidad humana y en su visión caudillista del poder, exigiendo fe ciega en el dictador, considerando al Estado como un mero instrumento de poder personal, autoritario y antidemocrático. Se presenta también profundamente religioso de sensibilidad cristiana y beligerante contra el conocimiento científico y, muy en particular, contra el que se centra en áreas de salud pública, sanidad y temas sociales y ecológicos, a los que ridiculiza constantemente. Hay muchísima evidencia que apoya la existencia de cada una de estas características en el discurso y la práctica política de Trump. Y aun así, millones de estadounidenses lo consideran su líder, al que muchos de ellos consideran dotado de poderes sobrenaturales (entre otras cosas, por su supuesta recuperación del coronavirus en solo tres días), que está conduciendo al país hacia un futuro en el que se recuperará un pasado idealizado, que había sido mejor que el presente. Desprecia la democracia y no duda en recurrir incluso a la violencia física y a la represión más brutal para lograr sus fines. No ha desautorizado a grupos armados de ultraderecha que han atacado a grupos en defensa de los derechos civiles y, muy en concreto, a grupos en contra de la discriminación racista.

Y, también como con el fascismo español (más conocido en España como franquismo), el discurso trumpista oculta una enorme ambición por conseguir la máxima riqueza personal posible, utilizando todos los aparatos del Estado a su alcance para su beneficio individual (incluyendo también el de su familia), habiéndose convertido en uno de los presidentes más corruptos que ha tenido EEUU, como ha documentado con gran detalle The New York Times. Se presenta también con un discurso contra el establishment mediático y político liberal, centrado en la administración federal con base en Washington (al que define como "ciénaga pantanosa, llena de podredumbre"), canalizando el enfado de grandes sectores de la población (sobre todo de la clase trabajadora blanca) hacia dicha administración federal, a la cual consideran controlada por una mafia liderada por "negros y feministas radicales" que usan los recursos públicos para coaptar a los dirigentes de los movimientos negros y de las feministas de clase alta representadas por la Sra. Hillary Clinton. Su principal hostilidad política es hacia el presidente Obama y esta excandidata demócrata a la presidencia, la citada Hillary Clinton, a los cuales (junto con Biden) quiere enjuiciar y encarcelar. 

¿Quién apoya a Trump en EEUU?

Lo que es sumamente preocupante es que, según las últimas encuestas publicadas en The New York Times, el 40% del electorado apoya a Trump, apoyo que alcanza unos niveles de movilización activa e incluso agresiva hacia aquellos que no comulgan con sus creencias. Trump ha instrumentalizado el Partido Republicano, radicalizándolo y convirtiéndolo en su propiedad privada. Y lo que es incluso más notorio y preocupante es que el grupo social que le es más fiel y leal es precisamente la clase trabajadora blanca, que constituye la mayoría de la clase trabajadora estadounidense. Según The New York Times, los estadounidenses sin estudios medios y superiores (clase trabajadora) apoyan primordialmente al candidato Trump (a excepción de negros y latinos).

 Aunque las mismas encuestas señalan una ventaja de los que apoyan a Biden, ello no significa que Trump vaya a perder las elecciones. En realidad, no sería la primera vez que un candidato republicano gana las elecciones presidenciales a pesar de haber recibido menos votos que el candidato demócrata. Ello pasó tanto en el año 2000, cuando Bush ganó a Al Gore pese a haber conseguido medio millón menos de votos, y en 2016 cuando Hillary Clinton perdió las elecciones con 3 millones más de votos que Trump. Ello es resultado de varios hechos, siendo uno de los más importantes el que el presidente del país no es elegido por los votos directos de la ciudadanía, sino por el Colegio Electoral, en un sistema muy poco proporcional (en realidad, no tiene nada de proporcional) que premia a unos estados más que a otros. 

Trump puede conservar la presidencia, aunque perdiera las elecciones. Cómo está planeando su estrategia

Otra causa de que Trump pudiera continuar siendo presidente (después de las elecciones del 3 de noviembre, a pesar de haber conseguido menos votos) es, además del sesgo conservador del Colegio Electoral, el dominio que las fuerzas conservadoras ejercen sobre el sistema judicial, que tiene que dirimir quién gana las elecciones a nivel local, estatal (equivalente al gobierno autonómico en España) y federal, cuando hay conflicto entre los dos partidos, el Republicano y el Demócrata, en cuanto al recuento electoral. Trump ya ha dado órdenes a sus seguidores (incluyendo algunos grupos armados) para que estén presentes en los centros de votación para vigilar el escrutinio e interrumpirlo en caso de que se detecten irregularidades. Y a nivel presidencial, es el Tribunal Supremo el que decide y ratifica el resultado electoral. En realidad, este Tribunal Supremo ha intervenido en varias ocasiones para que ganara el candidato republicano. El caso más reciente fue la derrota de Al Gore en el año 2000, que obtuvo más votos que Bush hijo, republicano. En esa ocasión, el Tribunal Supremo falló a favor del candidato republicano, en la lectura sesgada que hizo de los resultados del Estado de Florida, en el que dicho tribunal decidió que el recuento final favoreciera al candidato que sería el presidente más tarde, el Sr. Bush. 

Este sesgo derechista del Tribunal Supremo explica la estrategia que seguirá el Trump derrotado en las elecciones presidenciales, habiendo ya declarado que no aceptará el resultado de las elecciones en caso de que estas den mayoría a Biden, el candidato demócrata, lo que Trump atribuirá a irregularidades y manipulaciones del Partido Demócrata en el proceso electoral. De ahí que Trump haya propuesto llenar la vacante del Tribunal Supremo derivada de la muerte de la juez Ruth Bader Ginsburg, proponiendo como candidata a una juez muy joven, Amy Coney Barrett, profundamente conservadora y católica, que en su discurso a graduados de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Notre Dame, afirmó que "el objetivo de la ley es asegurarse de que se siga la voluntad de Dios en la sociedad". Actualmente, cinco de los nueve miembros del Tribunal Supremo ya son católicos, con lo cual la elección de dicha candidata por parte del Senado, controlado por los republicanos, daría una clara mayoría a los conservadores. La mayoría de la comunidad católica blanca apoya a Trump.

¿Por qué la mayoría de la clase trabajadora apoya a Trump? El surgimiento y auge de la hostilidad hacia el establishment político-mediático del país

Por raro que pueda parecer, es muy fácil de ver y entender este apoyo. En realidad, es bastante parecido a lo que ha estado pasando en muchos países de Europa, incluyendo España. Y como ocurre también en Europa, para entender el auge de la ultraderecha en EEUU hay que analizar y entender lo que ha pasado en las democracias a los dos lados del Atlántico Norte, y el fracaso de las izquierdas gobernantes en los últimos años, resultado de su abandono de la socialdemocracia y su conversión al neoliberalismo.

Esta transformación de la socialdemocracia al neoliberalismo (característica de la Tercera Vía) ha ido ocurriendo masivamente desde el mandato del presidente Clinton. Fue durante su mandato cuando se acentuó la sensación de desengaño de la clase trabajadora estadounidense con el Partido Demócrata (partido que en su día, en tiempos de Roosevelt, se había presentado como The People’s Party -el Partido del Pueblo-). El centro de esta conversión fueron los tratados de libre comercio que facilitaron la globalización económica de las grandes empresas industriales de EEUU.  

Clinton, que había ganado las elecciones de 1992 con un programa relativamente progresista (heredado, en parte, de la campaña de Jesse Jackson –al cual tuve el honor de asesorar– en 1988), cambió y pasó a apoyar la propuesta del presidente Bush de establecer el tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá y México (NAFTA), causa de que el Partido Demócrata perdiera las elecciones al Congreso de 1994 (perdiendo a la vez el control del Senado, debido a la abstención generalizada de la clase trabajadora, que se oponía a dicho tratado). Esta política de promoción de la globalización neoliberal (típica de la Tercera Vía que Clinton inició y Blair replicó en la Gran Bretaña) se tradujo en la deslocalización de empresas manufactureras estadounidenses a otros países con salarios mucho más bajos. La pérdida de buenos puestos de trabajo en la industria estadounidense creó una enorme crisis en los barrios obreros industriales de EEUU. Un ejemplo de ello es el mayor barrio obrero blanco de Baltimore, Dundalk (la mayoría de cuyos habitantes trabajaban en la industria siderúrgica), que pasó de ser un barrio con un elevado nivel de vida a un barrio muy pobre cuando los altos hornos de la industria del acero (uno de los principales creadores de empleo de la ciudad) dejaron Baltimore. Hoy es un barrio decadente y pobre. En 2016 sus electores votaron masivamente a Trump y, probablemente, volverán a hacerlo en unos días. Si se pasean por ese barrio estos días, podrán ver posters de Trump por todas partes. 

En 2016, el Partido Demócrata estaba además liderado por la ministra de Asuntos Exteriores del gobierno Obama, la Sra. Hillary Clinton (referente del movimiento feminista), gran defensora de la globalización neoliberal que ha comportado grandes ganancias de las empresas a costa de una gran pérdida de puestos de trabajo en EEUU. Las elecciones de 2016 fueron precisamente una lucha entre la figura del establishment del Partido Demócrata (un partido liderado por la clase profesional de renta alta, con claras conexiones con grupos financieros como Wall Street), la Sra. Clinton, que había sido la máxima promotora activa de la globalización económica en la Administración Obama, versus el candidato antiestablishment liberal, el Sr. Trump. Ella era la referencia del nuevo Partido Demócrata, que abandonó las políticas de clase (como la redistribución de la riqueza para favorecer a las clases populares a costa de la disminución de los privilegios de las grandes corporaciones financiera y económicas del país), para favorecer las políticas identitarias, encaminadas a la integración de las minorías y de las mujeres (especialmente, las de clase media alta) en las estructuras de poder. Fue en ese momento cuando la clase trabajadora abandonó masivamente el Partido Demócrata. De ahí que muchos barrios obreros blancos que habían votado a Obama en 2012 votaran a Trump en 2016.

El abandono por parte del Partido Demócrata de las políticas de clase, de carácter redistributivo, y su sustitución por las políticas identitarias 

Esta pérdida de la base electoral de la clase trabajadora convirtió al Partido Demócrata en el partido de las clases medias, abandonando a las clases trabajadoras. En realidad, incluso el término "clase trabajadora" prácticamente desapareció del discurso del Partido Demócrata, sustituyéndolo por el de "clase media". Esta transformación se justificó indicando que la clase trabajadora se iba desplazando y subiendo en la estructura social pasando a ser clase media. Esta percepción nunca se correspondió con la realidad. De hecho, si se le pide a la población a qué clase pertenece, hay más estadounidenses que se consideran de clase trabajadora que de clase media. En realidad, en lugar de este "ascenso social" de la clase trabajadora a la clase media, hemos visto lo contrario, el empobrecimiento de grandes sectores de las clases medias que ahora son clase trabajadora, en un proceso definido como la "proletarización de las clases medias", consecuencia de los cambios de las condiciones de trabajo de los grupos profesionales que han ido perdiendo más y más autonomía profesional para convertirse en meros empleados de las grandes empresas. Por otra parte, la pandemia ha mostrado claramente la existencia e importancia de la clase trabajadora, la gente cuyo trabajo no le permitió confinarse, y que contribuyó como ninguna otra a la supervivencia a todos los demás. Ello ha ocurrido en EEUU y en todos los países capitalistas desarrollados.

Han sido las políticas neoliberales impuestas por los partidos gobernantes de izquierdas las que han causado el gran declive tanto en su militancia como de su base electoral. Los datos así lo muestran. En España, también ocurrió con la conversión del gobierno Zapatero, en su segunda etapa, cuando se aplicaron las políticas neoliberales. En Francia y en Italia, los partidos socialdemócratas casi han desparecido. De ahí que el obrero del cinturón rojo francés que votaba a las izquierdas pasara a votar al Frente Nacional de Le Pen; y que aquí en Baltimore, los trabajadores pasaran de votar al Partido Demócrata a votar a Trump. 

¿Cuál sería la alternativa?

El Partido Demócrata de EEUU no es un partido de izquierdas. Durante muchos años fue próximo a la Internacional Liberal, la misma federación de partidos a la que perteneció durante muchos años Convergència Democràtica de Catalunya o CDC (el partido nacionalista -hoy independentista- mayoritario en las derechas catalanas) y Ciudadanos. No hay en aquel país partidos mayoritarios de izquierda, ya sean socialdemócratas o comunistas. Tales partidos son muy minoritarios y actúan como corrientes dentro del Partido Demócrata, y su fuerza se ve reflejada durante las primarias. El sistema electoral en EEUU no permite un sistema distinto al bipartidista, polarizado entre el Republicano (hoy ultraderecha) y el Demócrata (mayoritariamente liberal con también corrientes de izquierdas). Biden es muy representativo del establishment liberal, y representa una sensibilidad de centro derecha. Es cierto que las izquierdas dentro del Partido Demócrata han aumentado notablemente su influencia, lideradas por Bernie Sanders, un político perteneciente al Partido Socialista estadounidense, que conserva su vocación socialdemócrata, próximo a los partidos socialdemócratas escandinavos. Estas izquierdas han sido muy influyentes durante la campaña electoral, configurando en gran medida el debate alrededor de una serie de propuestas progresistas, como la de establecer un sistema nacional de salud y un cuarto pilar del bienestar, es decir, los servicios de ayuda a las familias. 

Sin embargo, Biden, que es una persona de gran astucia y experiencia política, ha diluido su liberalismo y ha hecho suyas algunas -pero no todas- de las propuestas de Bernie Sanders, hablando explícitamente de clase trabajadora y de la necesidad de cambiar e interrumpir la exportación de puestos de trabajo, dando prioridad a la población nacional y penalizando la dicha deslocalización. El gran interrogante es saber si podrá convencer a la base electoral perdida durante décadas de políticas neoliberales de que su compromiso social es creíble. Ayuda el apoyo que le brinda Sanders, pero lo que está por ver es si los seguidores de Sanders, sobre todo los jóvenes, se sentirán suficientemente interpelados para movilizarse a favor de Biden. En realidad, tanto en 2016 como en esta ocasión, Sanders habría sido el que hubiera podido canalizar el enfado que Trump había conseguido. Las encuestas mostraban que en 2016 Sanders podía haber ganado a Trump, pero el aparato clintoniano del Partido Demócrata destruyó su candidatura. Algo muy parecido a lo que ha ocurrido en 2020.

El futuro de EEUU

El futuro de EEUU se juega en los próximos tres o cuatro meses y depende, en parte, de quién sea reconocido como presidente. Ahora bien, gane o no gane Trump, los próximos meses serán dificilísimos, y no se descarta la posibilidad de que intervengan las fuerzas de seguridad y el ejército en la represión o resolución de las tensiones. Ya intervinieron cuando Trump envió tropas federales para reprimir movilizaciones sociales en varias partes del país. En realidad, algunos sectores de los sindicatos estadounidenses (AFL-CIO) han propuesto hacer una huelga general en caso de que el presidente Trump no respete los resultados de las elecciones del 3 de noviembre, propuesta que podría ser tomada en consideración (leer el artículo "Labor Prepares for Last-Minute General Strike If Trump Tries to Steal Election", Truthout, 22.10.20).

En cuanto al Partido Demócrata, su futuro depende de las movilizaciones sociales que han ido emergiendo para pedir un cambio sustancial en el partido que permita un giro fundamental en sus políticas.

¿Tiene el Partido Demócrata posibilidad de cambiar?

No es nada difícil entender qué es lo que debería hacer el Partido Demócrata para debilitar el fascismo y recuperar el apoyo de la clase trabajadora blanca. En primer lugar, debe promover programas de cobertura universal, es decir, que empoderen social y políticamente a la ciudadanía estadounidense, principalmente mediante el establecimiento de un programa nacional de salud que garantice el acceso a los servicios sanitarios (derecho que aún no existe en EEUU). Este programa debe sustituir el carácter asistencial de las políticas públicas federales, como el Medicaid, diseñado para las familias pobres -también denominadas "familias humildes"-, y las poblaciones vulnerables, que la clase trabajadora cree, erróneamente, que son los negros (en realidad, la mayoría de los pobres son blancos). Es bien conocido que los programas universales (que afectan a todos los ciudadanos y residentes) son más populares que los asistenciales (solo para grupos llamados "humildes" o "vulnerables"), como son la mayoría de los servicios y transferencias del Estado del Bienestar estadounidense (el trumpismo acusa al gobierno federal de ayudar solo a los negros y a las mujeres de rentas altas). Otra medida esencial es el empoderamiento de las clases trabajadoras y el aumento de su capacidad adquisitiva, facilitando una sindicalización hoy muy dificultada por las políticas aprobadas por el Congreso, que deberían ser revertidas. Y, por supuesto, aumentar la inversión pública, tanto en las áreas sociales como económicas, transfiriendo fondos del complejo militar-industrial a los sectores sociales y ecológicos. Que ello ocurra o no va a depender de la relación que exista entre las nuevas izquierdas que se movilizaron a raíz de la candidatura de Bernie Sanders en 2016 y que han continuado en 2020, y la nueva dirección del Partido Demócrata y su aparato liberal, que marcaría los términos del debate político en caso de que ganara Biden. En caso de no prevalecer las nuevas izquierdas, el fascismo o trumpismo continuará vigente e incluso aumentará para desgracia del pueblo estadounidense y de la humanidad. 

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No todos los políticos son igualmente responsables de la crispación política https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/10/21/no-todos-los-politicos-son-igualmente-responsables-de-la-crispacion-politica/ Wed, 21 Oct 2020 05:42:40 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5544 Continuar leyendo "No todos los políticos son igualmente responsables de la crispación política"]]> Vista del Hemiciclo del Congreso de los Diputados. E.P./E. Parra/Pool
Vista del Hemiciclo del Congreso de los Diputados. E.P./E. Parra/Pool

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Professor of Health and Public Policy, The Johns Hopkins University; Director del JHU-UPF Public Policy Center en Barcelona

Se está difundiendo en muchos medios de comunicación nacionales e internacionales una interpretación errónea de la enorme crisis social y económica en la que se encuentra inmersa España como resultado de la pandemia, y que se atribuye a una supuesta incapacidad e inoperancia de los políticos del país, criticando por igual, tanto al gobierno de coalición de izquierdas de España como a los partidos de la oposición, por una supuesta incapacidad del conjunto de la clase política para poder responder a la pandemia. Esta interpretación presupone una equiparación de responsabilidades entre los partidos gobernantes de izquierdas y los partidos de derechas en la crisis. Esta equivalencia es presentada por gran parte de los medios de información como muestra de objetividad y neutralidad, culpando tanto a las izquierdas como a las derechas de la situación de crisis actual, ocultada bajo una crispación política en la que, supuestamente, todos los partidos están envueltos a partes iguales. Un ejemplo de ello es el artículo de The Economist sobre el porqué del desastre de la pandemia en España, titulado "Bailando con la muerte (03.10.20), en el que se atribuye el gran impacto negativo de la pandemia en España a "la tóxica lucha política que caracteriza la vida política española".  En España, esta interpretación está ampliamente extendida y es promovida por grandes medios de comunicación, como, entre otros, La Sexta, que tanto en su programa La Sexta Noche, que se emite los sábados, como en El objetivo, los domingos, dieron gran cobertura televisiva a esta crispación política que, según estos programas, caracteriza la vida parlamentaria española actual, culpando por igual a todas las formaciones políticas, tanto a las izquierdas gobernantes como a las derechas en la oposición.

Esta percepción, sin embargo, oculta las verdaderas causas de la crispación y los partidos responsables de ella

La atribución a todos los partidos de la responsabilidad de tal crispación es una tergiversación de lo que ocurre en realidad, ocultando la causa real de estos conflictos, que no es otra que la enorme hostilidad y resistencia de las derechas, herederas y enraizadas en su mayoría en las fuerzas políticas que dominaron la dictadura y la inmodélica Transición, y que consideran las instituciones del Estado, incluyendo las representativas, como propias. Estas derechas -el PP y Vox- junto con las nuevas – Ciudadanos-, promovidas estas últimas por grupos bancarios, como el Banco Sabadell (como respuesta a la aparición de movimientos sociales -como el 15M- y de partidos políticos que denunciaron la democracia incompleta y el bienestar insuficiente que el dominio de las derechas en las instituciones políticas habían causado), habían sido responsables de enormes recortes de gasto público que habían debilitado enormemente la sanidad y la protección social, además de reformas laborales que habían deteriorado el bienestar de la clase trabajadora y la calidad de vida de las clases populares. Tal deterioro se ha hecho evidente con toda crudeza durante la pandemia.

No es pues, sorprendente, que haya habido una rebelión popular, reflejada electoralmente en la pérdida de la mayoría parlamentaria de esas derechas, las cuales no lo han aceptado todavía (como tampoco lo aceptaron en ocasiones anteriores), cuestionando incluso la legitimidad del nuevo gobierno. Detrás de la crispación se encuentra, en realidad, el conflicto entre el establishment económico y financiero y sus intereses mediáticos y políticos, por un lado, y los instrumentos de las clases populares que se rebelan y demandan un cambio de las políticas neoliberales que se les impusieron, por el otro. La pandemia ha mostrado claramente las consecuencias de aquellas políticas neoliberales, que han causado un enorme daño a la población en general y a las clases populares en particular. Y, respondiendo a la demanda de estas, el nuevo gobierno está actuando, intentando revertirlas frente a una gran hostilidad por parte de las derechas, utilizando todos los medios para frenar tales cambios, intentando romper la coalición de gobierno. Lo que ocurre en Madrid es un claro ejemplo de ello.

Las derechas madrileñas: la versión española del trumpismo

Las derechas que gobiernan Madrid (PP, Vox y C’s) son el bloque de las derechas que, como el presidente Trump en EEUU, anteponen los intereses económicos y financieros (a los cuales representan) a todos los demás. También, como Trump, son escépticos ante el conocimiento científico y han sido extraordinariamente laxos en la aplicación de las políticas recomendadas por los científicos necesarias para contener la pandemia y que el gobierno español ha requerido. La laxitud del gobierno de coalición de derechas de la Comunidad de Madrid explica que sea la región que tenga la tasa de infectados de coronavirus más elevada de Europa en los últimos 14 días: 524 por cada 100.000 habitantes. En Alemania, son 50. Si hay una crítica que puede hacerse al gobierno actual de España es haber permitido que esta tasa llegara a ser tan elevada en Madrid, sin intervenir y tomar las riendas de las autoridades sanitarias y salubristas en dicha comunidad que fracasaron estrepitosamente en su intento de contenerla. Definir la resistencia de las derechas madrileñas a esta intervención del gobierno central meramente como una crispación creada a partes iguales por las izquierdas gobernantes y las derechas de siempre me parece de una manipulación extrema.

Qué hay detrás del supuesto "ruido político"

Las derechas españolas -que en el panorama europeo son homologables a la extrema derecha (siendo las más trumpistas de Europa) están ahora utilizando la pandemia para intentar destruir la coalición de gobierno, que es en este momento el nivel de gobierno que tiene mayor responsabilidad constitucional para actuar en esta situación de emergencia. Aunque esperó demasiado en intervenir, el gobierno de coalición actuó correctamente en su aplicación del estado de alarma. Fueron las derechas nacionalistas españolistas, junto con las derechas nacionalistas (y ahora independentistas) periféricas, las que se opusieron a la prórroga del estado de alarma. Y, tras conseguir su objetivo, tomaron las riendas del control de la pandemia, relajando las medidas de control, anteponiendo dos de las comunidades autónomas más ricas de España (las dos gobernadas por las derechas), Madrid y Catalunya, los intereses económicos y financieros por delante de todo lo demás. Y así fue como la pandemia se descontroló.

Ante esta realidad, poner a todos los actores políticos en la misma categoría es, repito, profundamente injusto y manipulador. La pandemia ha mostrado la dureza de la realidad en la que vive el país. Una de las causas principales de la elevada tasa de mortalidad ha sido la escasez de recursos públicos, consecuencia de las políticas de austeridad, aplicadas por los gobiernos de derechas. Y ahora, cuando respondiendo a la presión popular, el gobierno está haciendo todo lo posible por revertir tales políticas, vemos a las mismas derechas de siempre utilizando incluso la judicatura para rebelarse contra el gobierno intentando romper la coalición. La mayor prueba de ello han sido precisamente las declaraciones de la presidenta de Madrid, la Sra. Díaz-Ayuso, en su entrevista a El Mundo (11.10.20), en la que indicó que era ella la que estaba liderando la oposición al gobierno, en alianza con los jueces (incluyendo también al rey).

¿Qué papel juega la judicatura en este "ruido"?

Lo que estamos viendo es que la pérdida de apoyo electoral de las derechas españolas hace que esta esté movilizando los aparatos del Estado controlados o altamente influenciados por ellas (enraizadas en el régimen dictatorial anterior), como es la judicatura, con el objetivo de forzar la aplicación de aquellas medidas que las derechas no pueden conseguir por la vía parlamentaria. Como bien reconoció la que fuera portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, el sistema judicial, controlado por el PP, es el "último dique de contención" ante los avances de los "sociocomunistas", expresión muy utilizada por las derechas en su intento de señalarles como los herederos del Frente Popular que sus antecesores derrotaron. Es importante señalar que la actual judicatura, a diferencia de las fuerzas armadas, no fue sometida a ninguna renovación de personal durante o después de la Transición. La Transición no tocó la judicatura, la rama más profundamente conservadora y de derechas en el Estado español, y de las más represivas y con menor sensibilidad social hoy en la UE-15. La resistencia del PP a la renovación de este órgano de gobierno del poder judicial es parte de su hostilidad hacia el cambio.

Las semejanzas con EEUU: el comportamiento semejante del trumpismo en EEUU y en España

En una situación parecida se encuentra EEUU, donde la pérdida de apoyo electoral del presidente Trump está movilizando al presidente y al Partido Republicano para intentar hacerse con el control del Tribunal Supremo de aquel país. Dicho control es parte de la estrategia del presidente Trump de permanecer en el poder (sin respetar el resultado electoral) alegando unas irregularidades no existentes en el proceso electoral que justificaría que se pudiera alcanzar la presidencia. De ahí la enorme importancia del nombramiento de su candidata a juez de ese tribunal, la Sra. Amy Coney Barrett, que podría aportar el voto decisivo para que el Tribunal Supremo decidiera a favor del Sr. Trump. Un tanto igual ocurre ahora en España. Al no haber conseguido la expulsión de Unidas Podemos del gobierno por la vía electoral, las derechas intentarán conseguirla por la vía judicial, que es más próxima a su sensibilidad política. De nuevo, ocultar toda esta realidad definiéndola como crispación y mala educación entre grupos políticos es disfrazar un intento de golpe de estado por vía judicial.

¿Estamos viviendo el renacer del fascismo?

Esta defensa del statu quo, motor principal del comportamiento de las derechas reaccionarias, reproduce también un "ruido mediático" a través de una cultura heredada del régimen anterior, muy presente en la derecha extrema del país, que ve con malos ojos llevar mascarilla, mostrar temor o cualquier cosa que implique ser menos macho al no ignorar el riesgo. Estos gestos los reproducen constantemente Trump y Abascal, y bastantes personalidades de las derechas de siempre. El canto a la fuerza y a la masculinidad forma parte de su menosprecio hacia los comportamientos preventivos y científicos. Este canto a la fuerza, con una concepción nacionalista extrema, marcada por un racismo muy acentuado (la derecha española celebraba el día del descubrimiento y la conquista de América Latina como el "Día de la Raza", mostrando su superioridad sobre los indígenas que fueron aniquilados) y un autoritarismo profundamente antidemocrático puesto al servicio de la estructura de poder económico y financiero (frente a las amenazas que representaban los nuevos movimientos sociales, como el 15M y las coaliciones de partidos políticos que denuncian la instrumentalización de las instituciones democráticas por intereses corporativistas privados a costa del bien común, y que se percibieron como una amenaza a tales intereses) fueron, por cierto, lo que caracterizó al fascismo. Y es lo que representa hoy claramente el trumpismo presente a los dos lados del Atlántico Norte. Describir esta situación como mero "ruido político", repito, es ocultar esta realidad. Lo que estamos viendo hoy es el resurgimiento del fascismo a ambos lados del Atlántico Norte, con la ultraderechización de las derechas (del Partido Republicano en EEUU) y del PP en España (en alianza con Vox y C’s) en el que predominan el nacionalismo extremo, basado en una visión racial y de superioridad étnica, profundamente hostil hacia el otro (sea inmigrante o de una nacionalidad "periférica"), profundamente centralista, con sus cantos a la fuerza, anticientífico, autoritario y antidemocrático. En otras palabras, lo que estamos viviendo es la expansión del fascismo, y su amenaza a la democracia.

Una última observación: el sesgo derechista de la cultura mediática y política del país

He criticado extensamente que la cultura política y mediática de España está sesgada hacia la derecha. He documentado que incluso los medios que se presentan como "liberales" están mucho más a la derecha que los medios liberales en otros países. Ejemplos de ello hay miles. El más reciente es el consenso promovido por los principales medios de información sobre la necesidad de privatizar Bankia, sin que ningún gran rotativo del país publicara ningún artículo de opinión a favor de convertirlo en una Banca Pública, siendo el sector bancario público español uno de los más reducidos de la UE. Otro ejemplo, en el debate económico de La Sexta Noche del pasado sábado, tanto el economista que representaba a la izquierda como el que representaba a las derechas coincidieron en no incrementar ningún tipo de impuesto, estando también en contra del incremento de las pensiones y de los salarios de los empleados públicos. Las izquierdas, tanto en EEUU como en la mayoría de países de la Europa occidental están, sin embargo, pidiendo aumentar los impuestos en sus países. Lo que varía es el tipo de impuesto. Pero la necesidad de aumentar de la carga impositiva en aquellos sectores que han visto aumentar sus rentas y el valor de sus propiedades durante la Gran Recesión y durante la pandemia es casi unánime en la mayoría de países del capitalismo desarrollado. Aquí en España, tales medidas se presentan como "extremistas" por la sabiduría mediática y política convencional.

Pero hay otros indicadores de este profundo conservadurismo. En el mismo programa, dos opinadores fueron preguntados por la Sra. Ana Pastor sobre el porqué de las supuestas crispaciones. Y una de estas personas, una mujer joven, dijo que las tensiones de la Guerra Civil todavía persistían, sin preguntar por qué. Por lo visto, no sabía que el enorme retroceso del Estado del Bienestar español, de los menos financiados en la UE-15, se debe precisamente a la enorme influencia que los herederos de los vencedores de aquel conflicto continúan teniendo sobre el Estado español, y ponen el grito en el cielo cuando se exige por mera salud democrática que dejen de tener tanto poder. Y el Sr. Pérez-Reverte, uno de los intelectuales más promovidos por los medios de información y persuasión, definía como causa de la crispación política lo que él llamaba "el rencor de los vencidos", confundiendo rencor con deseo de justicia, libertad y bienestar. Seguro que La Sexta puede encontrar personajes mejor informados sobre la realidad de este país que los individuos aquí citados. Pero, por lo visto, no se lo permiten. Debería haber una movilización de los espectadores, recordándoles a estos medios que están financiados, en parte, con fondos de la gente normal y corriente, vía impuestos, y que es su obligación ser más plurales y democráticos de lo que son ahora. La documentada escasa popularidad de los medios de información se basa precisamente en esta realidad. Los datos hablan por sí mismos.

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Liberar a las mujeres y mejorar el bienestar de las familias: el cuarto pilar del Estado del bienestar https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/10/05/liberar-a-las-mujeres-y-mejorar-el-bienestar-de-las-familias-el-cuarto-pilar-del-estado-del-bienestar/ Mon, 05 Oct 2020 05:40:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5529 alt --> Vicenç Navarro Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Profesor de Public Policy, The Johns Hopkins University; Director del JHU-UPF Public Policy Center en Barcelona Preguntas urgentes y respuestas necesarias en la España de hoy ¿Qué es el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar? El Estado del Bienestar incluye aquellos servicios … Continuar leyendo "Liberar a las mujeres y mejorar el bienestar de las familias: el cuarto pilar del Estado del bienestar"]]> Liberar a las mujeres y mejorar el bienestar de las familias: el cuarto pilar del Estado del bienestar

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Profesor de Public Policy, The Johns Hopkins University; Director del JHU-UPF Public Policy Center en Barcelona

Preguntas urgentes y respuestas necesarias en la España de hoy

¿Qué es el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar?

El Estado del Bienestar incluye aquellos servicios y transferencias que juegan un papel clave en configurar la calidad de vida y el bienestar de la población. Son muchos, pero hay tres son clave y fundamentales. Uno es la sanidad, otro es la educación, y un tercero es la jubilación. Los derechos universales e individuales de acceso a los servicios sanitarios públicos -el primer pilar-, a los servicios educativos -el segundo pilar- y a la jubilación con pensión que permita una vida digna -el tercer pilar- son derechos reconocidos en la Constitución Española. Pero falta un cuarto pilar, muy poco desarrollado en España, que es el derecho, también universal e individual, a los servicios de ayuda a las familias, que incluyen primordialmente el acceso a escuelas de infancia desde los 0 años -mal llamadas "guarderías" en España- y a los servicios de atención a las personas dependientes, tanto los servicios de atención domiciliaria como los de atención residencial. Estos derechos son conocidos en los países nórdicos como el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, que complementa a los otros tres derechos fundamentales.

¿A qué se debe el escaso desarrollo en España de este Cuarto Pilar del Estado del Bienestar? Parece paradójico que un país que presume de dar gran importancia a las familias tenga unos servicios públicos de ayuda a estas tan poco desarrollados.

La respuesta es obvia. Hay una hipocresía en el discurso oficial y retórico del establishment político-mediático del país, que se presenta como gran defensor de las familias y a la vez es responsable de que seamos uno de los países de la Unión Europea con menos desarrollo de tales servicios. Es una de tantas incoherencias de este establishment, que incluso es más acentuada en los fórums de sensibilidad conservadora, que se definen como los grandes defensores de las familias, cuando, en realidad, las políticas públicas que han implementado durante sus gobiernos han sido profundamente antifamilia, perjudicando su bienestar. 

La causa de este enorme subdesarrollo del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar es el escaso poder de las mujeres en España. En este país, "familias" quiere decir "mujeres". Y una consecuencia de ello es que son las mujeres las que cuidan a las familias, incluyendo los grupos más vulnerables de estas y de la sociedad, las criaturas, las personas mayores y las personas dependientes. Y por si ello fuera poco, el 61% de mujeres también trabajan en el mercado de trabajo lo cual implica que las mujeres españolas estén muy sobrecargadas. En realidad, tienen tres veces más enfermedades debidas al estrés que el hombre. Esta situación es profundamente injusta y se debe a que las mujeres tienen muy poco poder. Esta es la razón principal de que los servicios de ayuda a las familias estén tan poco desarrollados en España.

Contribuye a ello la insuficiente corresponsabilidad de los hombres. El machismo en nuestra sociedad es una de las principales causas de la persistencia de esta explotación de las mujeres. Pero hay otra gran causa, no tan reconocida en este país, y que es el poder de clase, o clasismo. Poder de clase y poder de género son las causas más importantes del escaso desarrollo del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar.

El machismo favorece la reproducción del clasismo: hay bastante consenso en considerar que el dominio de un género -el masculino- sobre el otro -el femenino- es una de las causas principales de la situación de debilidad o desventaja de las mujeres en la sociedad. Pero no existe la percepción de que sea el dominio de una clase sobre otras lo que también explique esa debilidad. 

La mayoría de las mujeres pertenecen a las clases populares, que son la mayoría de la población. Dentro de estas, la clase trabajadora ha jugado históricamente un papel determinante en el desarrollo del Estado del Bienestar. Ha sido donde estas clases han sido más fuertes y las mujeres han estado extensamente integradas en el mercado de trabajo (como han sido los países escandinavos, gobernados por coaliciones de partidos progresistas durante la mayor parte del período democrático posterior a la II Guerra Mundial), donde los servicios del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar han estado más desarrollados.

La importancia del contexto político para configurar el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar: Suecia, España y EEUU.

Me voy a permitir referirme a una experiencia personal. Tengo familia directa en ambos países, además de tenerla en España. En Suecia, mi suegra, una persona encantadora que vivía, hace más de treinta años, en Estocolmo, de 89 años, se cayó y se rompió el fémur. Y mira por dónde, mi madre, entonces con 94 años, una mujer extraordinaria que vivía en Barcelona, también se cayó en su casa, justo en la misma semana, y se rompió el fémur. Ello me dio la oportunidad de ver entonces, hace más de treinta años, cómo los servicios públicos suecos cuidaban a mi suegra y cómo los servicios públicos españoles cuidaban -o quizás debería decir descuidaban- a mi madre. El contraste era abrumador. 

En Estocolmo, mi suegra recibía cinco visitas al día: una por la mañana, donde la lavaban y le preparaban el desayuno; otra al mediodía, donde le preparaban la comida; otra por la tarde cuando la llevaban a pasear con la ayuda de un carrito o le traían libros; otra por la noche donde le preparaban la cena; y otra venía a las dos de la madrugada para llevarla al cuarto de baño. Cinco visitas al día realizadas por la misma o varias visitadoras. Y cuando yo cenaba con el ministro de Sanidad y Asuntos Sociales del gobierno sueco, al cual estaba asesorando, me decía: "Vicenç, proporcionamos estos servicios a tu suegra por tres razones: una es que es una medida muy popular. Cuando las derechas ganan, no se atreven ni a tocarla. La otra es que es más económico cuidarla en casa que en un hospital; y la tercera es que creamos empleo". Hoy en día uno de cinco adultos en Suecia trabaja en los servicios públicos, de los cuales los servicios del Estado del Bienestar son la gran mayoría. En España, en cambio, esta proporción es de uno de cada diez adultos. 

La política de tales servicios en España

En España no había estos servicios públicos universales, sino unos servicios municipales para gente muy pobre y que consistían entonces en dos visitas por semana. Y esta observación no pretende ser una crítica al gobierno municipal de Barcelona de aquel momento, ya entonces muy progresista. Un ayuntamiento no puede financiar tales servicios. En Suecia están financiados conjuntamente por el Estado central, regional y local, y por mi suegra, que recibía una pensión digna y pagaba parte de aquellos servicios. Los servicios públicos españoles de entonces, en cambio, no eran homologables a los suecos. Ahora han mejorado mucho, pero continúan siendo de mucho menor alcance. Lo que en España había y continúa habiendo son unos servicios primordialmente privados, que no están al alcance de las clases populares. La persona que cuidaba a mi madre era mi hermana, de mi edad. Y ahí está el drama de la sobreexplotación de las mujeres. Las clases populares, que son la mayoría de la población, no tienen sirvientas o ayuda privada, que sí las tienen las familias pudientes. De ahí que a su escaso poder de género haya que añadir su escaso poder de clase. 

La dualidad de servicios privados para las clases pudientes, y públicos (siempre escasamente financiados) para las clases populares, caracteriza todos los servicios del Estado del Bienestar en España, desde el sistema sanitario y el sistema escolar hasta los servicios de ayuda a las familias, que son los más infrafinanciados. Ello es reflejo de que las clases pudientes tienen mucho poder, y las clases populares muy poco. Insisto, no es solo el poder de género, sino el poder de clase lo que explica el subdesarrollo de los servicios de ayuda a las familias. Hay que subrayar, pues, que el poder de las élites y clases dominantes es una de las causas, junto con el poder de género, que explica del subdesarrollo y subfinanciación de estos servicios del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar. Esta es la realidad, ocultada en los principales fórums del establishment político-mediático del país. 

El modelo y punto de referencia liberal: EEUU 

EEUU simboliza la máxima expresión del modelo liberal. El Estado del Bienestar está, en su gran mayoría, privatizado. Y es por ello que la mayoría de las clases populares no tiene acceso a esos servicios públicos de ayuda a las familias. Es también importante subrayar que el principal movimiento de liberación de las mujeres –el movimiento feminista NOW- en aquel país es un movimiento distinto y separado, sin conexión o relación con el movimiento de mejora de la calidad de vida de la clase trabajadora. EEUU se caracteriza precisamente por tener muchos movimientos reivindicativos autónomos, que no se relacionan entre ellos. Es el país de los movimientos sociales, cada uno en favor de una causa, sin formar parte de una causa común. Es más, hay competencia entre esos movimientos para recibir la atención del Estado federal. No hay un movimiento transversal que los una, como podría ser un movimiento socialista, tal y como ocurre en los países escandinavos. Es más, en el caso del movimiento feminista estadounidense, sus dirigentes suelen ser mujeres con estudios universitarios y de clase media-alta, que interpretan la liberación como la integración de las mujeres en la estructura de poder. El movimiento NOW, el principal movimiento feminista, es muy grande. Y, sin embargo, las mujeres en general y las mujeres trabajadoras en particular tienen muy poco poder. De ahí que los servicios públicos de ayuda a las familias sean muy escasos. La gran mayoría de escuelas de infancia y servicios de atención a la dependencia son privados y solo las clases de renta superior se los pueden permitir. El modelo liberal, del cual EEUU es el principal punto de referencia, ofrece, repito, muy poco poder a las mujeres, en general, y a las mujeres trabajadoras en particular. Las mujeres están gravemente desatendidas y explotadas en EEUU. A todo ello hay que añadir que la sanidad está también privatizada, lo que provoca que casi el 45% de los pacientes terminales estén preocupados por cómo ellos o sus familias podrán hacer frente a los gastos médicos. Este es el modelo liberal de país que promueven los conservadores y liberales para España.

¿Cuál es la situación ahora en España?

En España se empieza a vislumbrar la posibilidad de cambio. Hay una protesta clara por parte de las clases populares hacia el establishment político-mediático del país, con amplias oportunidades de que los movimientos sociales puedan coordinarse y aliarse en un proyecto común, entre ellos los movimientos de liberación de las mujeres, que han estado adquiriendo mayor capacidad de movilización a favor de las mujeres y están claramente conectando e influenciando a los instrumentos políticos y mediáticos progresistas. Una de las grandes contribuciones del movimiento feminista español ha sido el poner de relieve la gran importancia de la economía de los cuidados para determinar la calidad de vida y el bienestar de la gente, así como la eficiencia y eficacia de la economía. Esta economía de los cuidados es la economía de lo que hacen predominantemente (y de forma desproporcionada) las mujeres: cuidar a la gente. Pero, dentro de esta economía de los cuidados, hay que resaltar el gran déficit que existe en los servicios de ayuda a los miembros más vulnerables de las familias, que son las criaturas y las personas mayores. 

¿Cómo se concretan estas ayudas para las familias? Por ejemplo, ¿cómo mejoran el bienestar de las criaturas? 

Sabemos que las escuelas de infancia facilitan el desarrollo emocional, cognitivo y psicológico de las criaturas. La evidencia de ello es abrumadora. Estas escuelas son más que guarderías; guardar a las criaturas es una función importante pero insuficiente, pues la criatura necesita una socialización desde el principio que complemente la formación que le dan sus progenitores. Hemos visto que estandarizando por las variables que pueden incidir en el desarrollo de las criaturas –como la clase social de los padres, el lugar de residencia, la edad, y otros factores–, los que van desde edad muy temprana a las escuelas de infancia tienen mayor desarrollo emocional e intelectual. De ahí que aquellas criaturas que no reciban este tipo de servicios tengan ya un hándicap que niega el sacrosanto principio de la democracia, es decir, el de garantizar una igualdad de oportunidades a todos sus criaturas y jóvenes.

¿Y cómo ayuda al bienestar de las personas mayores?

A través de los servicios de atención a la dependencia. Recuerden lo que contaba de Suecia, lo que pasaba con mi suegra. Es un error querer concentrar a los ancianos en residencias. Es un error y una gran injusticia. Ni que decir tiene que siempre habrá necesidad de tener residencias para personas con un elevado grado de dependencia. Pero es mejor y mucho más popular poner servicios domiciliarios para las personas dependientes, como las personas mayores, que no tenerlas en residencias. Tal y como me explicaba el ministro sueco, es mucho más popular y económico poner estos servicios domiciliarios que no institucionalizar a los dependientes o ponerlos en residencias.

El Cuarto Pilar del Estado del Bienestar como una inversión fundamental para la recuperación económica. 

Para denunciar esta situación y exigir a las autoridades políticas el establecimiento del pleno derecho de acceso al Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, varias personas procedentes de movimientos sociales (tales como el feminista, las mareas, los pensionistas, los sindicatos y otros) hemos publicado un manifiesto, junto con documentos elaborados por investigadores/as y expertos/as en políticas públicas y sociales, en el que se detalla cómo deberían implementarse los servicios derivados de este derecho, y que animo a firmar (véase, "Manifiesto por el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar en España: derecho universal e individual a la atención suficiente y de calidad por los servicios públicos de educación infantil y atención a la dependencia, esenciales para las familias"). En él se establece que es esencial la creación de medio millón de plazas de escuelas públicas de infancia, aumentando a la vez la calidad la calidad del empleo y la atención de los ya existentes, a la vez que se reconozca también el derecho universal a la atención a la dependencia pública y suficiente y de calidad, atendiendo a unas 800.000 nuevas personas dependientes que hoy no reciben cuidados. Además, hay que mejorar sustancialmente la atención a las personas con dependencia reconocida, promocionando la atención en el domicilio cuando sea posible, basándose en los servicios de gestión y provisión pública y revirtiendo las privatizaciones. Es también importante que se reviertan las últimas reformas laborales y que se establezca por ley la jornada laboral máxima de 35 horas semanales en 5 días (no en 4) permitiendo unos horarios más racionales y compatibles con la conciliación y la corresponsabilidad familiar. Todo ello debe acompañarse con las reformas de los permisos de maternidad y paternidad para que el 1 de enero de 2021 lleguen a ser iguales e intransferibles.

El establecimiento de estos servicios podría crear 143.074 puestos de trabajo en nuevos servicios de atención y educación a la infancia, y 508.000 en los servicios de atención a la dependencia. En total, 651.000 puestos de trabajo directos. Pero lo que es importante subrayar es que se crearían incluso más, pues tales servicios de ayuda a las familias facilitarían que las mujeres se integraran en el mercado de trabajo: hemos calculado unos 450.000 puestos de trabajo más. No hay ninguna inversión pública hoy que genere más empleo. Este dato es de una importancia enorme, sobre todo ahora que es tan necesario crear empleo. Hay que considerar que si tuviéramos el mismo porcentaje de mujeres trabajando en el mercado de trabajo que tiene Suecia, tendríamos 2,7 millones más de mujeres trabajando, lo que incrementaría su tasa de ocupación, todavía muy baja en España (61%, como decíamos antes, en comparación con el 80% en Suecia), creando riqueza.

 ¿Y cuánto costaría? 

Como es de esperar, el discurso de siempre defiende que son una serie de medidas inasumibles económicamente para España. Pero la realidad es que se podría pagar fácilmente. Aconsejo a los lectores que no acepten los dogmas neoliberales que guiaron durante tantos años las políticas públicas de los gobiernos españoles anteriores y de las instituciones europeas. El país tiene fondos. Dedicamos al gasto público social mucho menos de lo que deberíamos gastar por el nivel de riqueza que tenemos. El principal problema en España no es la falta de recursos, sino la enorme concentración de estos.

Se ha calculado, por los expertos y profesionales del conocido centro internacional JHU-UPF Public Policy Center que prepararon el informe que motivó el manifiesto, que el coste adicional total del establecimiento del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar sería de 6.342 millones de euros. La cantidad del aumento propuesto dividido por diez años sería aproximadamente 650 millones de media, que es una cantidad totalmente asumible. Por la parte de los beneficios del Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, se ha calculado que, además de crear más de un millón de nuevos puestos de trabajo, tal inversión pública aumentaría muy notablemente la demanda doméstica, en situación de gran declive hoy. Como es ampliamente conocido hoy en la mayoría de centros internacionales a los dos lados del Atlántico Norte, la única manera de salir de la crisis económica es mediante una gran inversión pública que garantice la supervivencia y mejore la calidad de vida y bienestar de las poblaciones. De ahí que esta inversión deba dar prioridad a los servicios y transferencias del Estado del Bienestar, entre los cuales su Cuarto Pilar es el menos financiado hoy. Es por ello por lo que se requiere una gran movilización de la sociedad civil para presionar a los representantes políticos de la sociedad española (entre la cual estos servicios gozan de gran popularidad) para que lo consideren una prioridad, incluyendo su reconocimiento en la Constitución.

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Lo que no se dice sobre la privatización y fusión de Bankia con CaixaBank https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/09/17/lo-que-no-se-dice-sobre-la-privatizacion-y-fusion-de-bankia-con-caixabank/ Thu, 17 Sep 2020 05:51:23 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5520 Continuar leyendo "Lo que no se dice sobre la privatización y fusión de Bankia con CaixaBank"]]> El logo de una oficina de Caixabank se refleja en la ventana de una sucursal de Bankia, en Barcelona. REUTERS/Albert Gea
El logo de una oficina de Caixabank se refleja en la ventana de una sucursal de Bankia, en Barcelona. REUTERS/Albert Gea

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Profesor de Public Policy, The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Las consecuencias de tales intervenciones

La posible privatización de Bankia y su fusión con CaixaBank ha sido una noticia que, como era de esperar, ha creado gran interés en los principales medios de información españoles, los cuales se han centrado primordialmente en la manera cómo se llevarían a cabo. Pero se ha prestado escasa atención al contexto político y económico en el cual se producirían tales intervenciones (que requerirían la aprobación de las autoridades y, muy en especial, del gobierno español, cuyo presidente, el Sr. Sánchez, parece inclinado a favorecerlas) y sus consecuencias para la sociedad española, no solo para los usuarios de tales entidades bancarias, sino también para la población en general, y para las clases populares en particular, que constituyen la mayoría de la ciudadanía de este país.

En realidad, uno de los resultados de la privatización de Bankia y su fusión con CaixaBank es que sería un paso más hacia el fortalecimiento del pensamiento dominante en los establishments económicos y financieros del país, así como de los gobiernos españoles de las dos últimas décadas, cuyas políticas públicas neoliberales han perjudicado significativamente el bienestar de las clases populares de este país. Las reformas laborales regresivas y los recortes del gasto público han tenido un efecto devastador en el bienestar de tales clases, como ha quedado patente durante la pandemia. La pandemia ha mostrado esta realidad con toda crudeza. La pobreza de los servicios públicos del Estado del Bienestar (como la sanidad y los servicios sociales) y el gran incremento de la precariedad en el mercado de trabajo han contribuido a que España sea uno de los países europeos donde la pandemia ha causado más estragos en el bienestar de las clases populares.

Tal fusión reforzaría todavía más la concentración bancaria y el excesivo poder político y mediático de la banca privada, la más extensa en términos proporcionales y la más poderosa de todas las bancas en la Unión Europea. No hay otro sector bancario privado en Europa más extenso y con un sector público financiero más reducido que el español. Un indicador -entre muchos otros- de la enorme influencia del sector bancario en la vida económica del país es que la supuesta agencia reguladora del sector bancario, el Banco de España, actúa, en realidad, como un lobby de la banca privada, transformando esta agencia pública en uno de los mayores promotores de las políticas neoliberales que han dañado enormemente, no solo el bienestar de la población como ya he indicado, sino también la eficiencia de la economía española. El descenso de los salarios y los recortes del gasto público, consecuencia de las reformas laborales regresivas y de las políticas de austeridad (medidas todas ellas promovidas por el Banco de España), provocaron un enorme descenso de la demanda doméstica (motor fundamental del crecimiento económico), causando el incremento de las inversiones de carácter especulativo (como las inversiones inmobiliarias) a costa de las inversiones de carácter productivo, creando la enorme crisis financiera del país, que llegó a destruir más de 3,5 millones de puestos de trabajo en España. Esta crisis creó, a su vez, el colapso de muchos bancos, que tuvieron que ser rescatados por el Estado. Bankia fue uno de ellos, recibiendo, entre 2012 y 2013, más de 24.000 millones de euros del Estado (de los cuales solo se han recuperado algo más de 3.000 millones). El Estado es, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que depende de la vicepresidenta tercera del Gobierno español y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, el que posee el 61,8% de Bankia.

El excesivo y antidemocrático poder de la banca privada en España

La banca privada española siempre ha recibido un trato preferencial por parte del Estado español. En realidad, tiene un trato impositivo especial, pues es uno de los sectores con mayores beneficios y con menor carga impositiva de la UE y, por cierto, es uno de los sectores que tiene mayores depósitos en paraísos fiscales. Según el informe del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, "La información fiscal en las memorias anuales de las empresas del IBEX-35", publicado en 2015, todas las empresas del sector bancario que pertenecen al IBEX-35 tienen sociedades (concretamente, 311) en paraísos fiscales. De hecho, después del Banco Santander, el BBVA y el Banco de Sabadell, Bankia y CaixaBank son las que tienen más sociedades en paraísos fiscales.

Es más, el poder judicial en España, que es profundamente conservador, sistemáticamente favorece los intereses bancarios. El caso más llamativo es el caso de las cláusulas suelo, con una sentencia por parte de la autoridad judicial a favor de la banca, y en contra de las personas endeudadas, lo que desencadenó la intervención del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) obligando a eliminar ese abusivo privilegio de la banca (ver mi artículo "La escandalosa complicidad de la banca privada y el estado: el caso de las cláusulas suelo", Público, 17.02.20). Últimamente, la banca privada ha estado obstaculizando la aplicación de medidas por parte del sector público para recuperar parte de los fondos públicos que ha recibido del Estado. De nuevo, ejemplos hay miles. Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho propuestas en el sentido de recuperar el dinero público gastado en ayudar a la banca (como han hecho muchos gobiernos europeos, incluyendo el conservador británico), pero ello no ha ocurrido en España. Antes del gobierno de coalición de izquierdas actual, el primer gobierno Sánchez estuvo a favor de un impuesto a la banca con este fin, pero finalmente se distanció de esta idea.

Tal poder se ejerce también a través de su enorme influencia sobre los partidos políticos, pues la gran mayoría están endeudados con la banca privada. Y un tanto igual ocurre con los medios de comunicación, pues gran parte de sus fondos provienen de o están vehiculizados por la banca. El gran dominio del pensamiento neoliberal en los medios de comunicación es una consecuencia de ello. Juan Torres, Alberto Garzón y yo pudimos sentir en nuestras propias carnes tal poder, cuando el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, (Sequitur, 2011), en el que explicábamos el impacto negativo que las políticas neoliberales estaban teniendo en España, proponiendo alternativas, y que iba a ser publicado por la editorial de El País, dejó de publicarse al negarnos a aceptar la supresión de un capítulo crítico con la banca. El País estaba en plena negociación de su deuda con el Banco Santander y no quería crear tensiones con dicho banco, objeto de nuestra crítica. Y esta experiencia es muy común. Hay un veto en los grandes medios hacia pensadores críticos con la sabiduría convencional del establishment económico-financiero español (incluido el catalán), lo que reduce notablemente el abanico de alternativas presentadas a la ciudadanía, convirtiendo a los medios de información en meros medios de persuasión más que de comunicación. El silencio en tales medios sobre los desmanes de la banca en España es ensordecedor. Mientras, según la Autoridad Bancaria Europea, los 125 ejecutivos españoles mejor pagados del sector financiero consiguieron, como promedio, unos ingresos anuales de 2,4 millones de euros por ejecutivo (ya en 2012), mientras que el usuario de la banca española es el que recibe más abusos y peores servicios entre los usuarios de los sistemas financieros europeos.

De lo que no se habla en el establishment político-mediático español (incluyendo el catalán)

España tiene uno de los sectores públicos más reducidos no solo en Europa sino también entre los países de la OCDE, el grupo de países más ricos del mundo, lo cual explica la escasa eficiencia del sistema financiero español debido a su profundo sesgo neoliberal. Todas las principales economías de esta comunidad económica tienen un sector bancario público mucho mayor que el español, incluso EEUU, el país considerado más liberal entre los países desarrollados. En realidad, en aquel país se han publicado una serie de estudios que han analizado el comportamiento de la banca privada en EEUU versus la pública, mostrando que el Estado (de los 50 que tiene EEUU) que tiene una economía más eficiente, mayor porcentaje de la población empleada, con el menor índice de desempleo, con los salarios más elevados y con un mayor superávit de las ventas es Dakota el Norte, que tiene el banco público más grande. Tal banco no es un banco de accionistas. Es un banco en el que, por ley, el Estado de Dakota del Norte invierte sus fondos públicos. Creado en 1919 por inmigrantes escandinavos, muy crítico con la banca privada, su función principal es la de ofrecer y garantizar el crédito a las instituciones y personas que viven en tal Estado. De ahí que fuera el único Estado que no tuviera problemas de crédito durante la crisis financiera. Ellen Brown, Profesora de Economía de la Facultad de Derecho de Orange (California) y una de las analistas más conocidas del sistema financiero de EEUU, explica que la causa de ello es que el Estado deposita todos sus ingresos en este banco, que tiene como objetivo ayudar a la economía del Estado, teniendo prohibido invertir fondos fuera del Estado, así como realizar prácticas especulativas. La Profesora Brown ha comparado el comportamiento del Estado de California con el Estado de Dakota del Norte y ha podido confirmar que el Estado de California, además de tener desregulado el sector bancario, depositó todos los fondos en la banca privada, que los utiliza fuera del Estado y con fines especulativos, lo cual contribuyó en gran medida a la gran crisis financiera en aquel Estado. Una situación semejante ocurre en España. CaixaBank, por cierto, invierte parte de sus fondos fuera de España, teniendo además filiales -como he indicado antes- en paraísos fiscales. La gran mayoría de países europeos tienen un sector público bancario mucho más extenso que el español.

Así pues, el Estado, en la mayoría de los países más ricos de Europa, juega un papel clave. Y no solo los Estados centrales, sino también los gobiernos regionales y ayuntamientos. Según los últimos tests llevados a cabo por la Autoridad Bancaria Europea en 2018, algunos de los bancos más eficientes y sólidos eran bancos públicos, incluyendo bancos de propiedad de los Estados centrales y/o regionales, como son algunos de los bancos públicos de los länder en Alemania. La ciudad de París, por cierto, ha tenido uno de los bancos más sólidos existentes en Europa; fundado en 1918, es el banco más antiguo de Francia.

Esta ausencia de bancos públicos en España contrasta con una realidad evidente, y es que la banca privada no existiría sin la ayuda constante y fundamental del Estado. La garantía que el Estado ofrece de garantizar 100.000 euros por cliente en caso de quiebra es esencial para la subsistencia del sistema bancario español, a la cual contribuyen también las enormes ventajas fiscales que el Estado ofrece, ventajas que incluyen fondos públicos en forma de subsidios que el Estado no recupera.

Las consecuencias negativas de privatizaciones anteriores

En España tenemos amplia experiencia en privatizaciones. La privatización de empresas públicas altamente rentables tales como Telefónica, Tabacalera, Repsol, Gas Natural y Endesa (entre otras), que tuvieron lugar durante los años noventa mientras gobernaba el PP, empobreció notablemente al Estado español. Las pérdidas de los fondos del Estado han sido enormes, con el agravante de que el Estado perdió gran capacidad de decisión para poder influenciar en tales instituciones para el bien común. La ciudadanía no es plenamente consciente de esta realidad debido al silencio mediático sobre estas pérdidas. Más recientemente, se intentó privatizar las Loterías y Apuestas del Estado, que en el año anterior a que se explorara esta posibilidad (2010), proveía unos beneficios al Estado de 2.594 millones de euros, que es una cantidad mayor que la que se consiguió congelando las pensiones y reduciendo los salarios de los empleados públicos, la predecible receta neoliberal, promovida por la banca y su lobby, el Banco de España.

Y una situación semejante ha ocurrido con las privatizaciones de las instituciones financieras Argentaria, Banco de Crédito Industrial y Banco de Crédito Agrícola (hoy parte del BBVA), todas ellas altamente rentables cuando fueron privatizadas. Y a la pérdida de fondos al Estado se añadió un mal incluso peor: la privatización del crédito ha dificultado enormemente la provisión de crédito público necesaria para mantener y estimular la actividad económica. Hoy, la única institución estatal que tiene como objetivo central esta garantía de crédito es el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Su capacidad, sin embargo, es excesivamente limitada, con unas cantidades todavía muy por debajo de las necesidades del país (y muy en especial para las empresas pequeñas y medianas, que constituyen la mayoría del tejido empresarial español).

Hoy la necesidad de bancos públicos es fundamental para poder realizar la transformación industrial del país (y otros sectores productivos de la economía). El New Deal Verde (al cual habría que añadir el New Deal Social) requiere una gran inversión, urgente y necesaria, para la propia supervivencia de la sociedad y el bienestar de la población. Este New Deal Social y Verde requiere una banca pública que anteponga los intereses del bien común sobre los intereses partidistas de los accionistas de la banca privada. Las insuficiencias de la banca privada son hoy claramente visibles. Si se desea una muy necesaria reforma profunda de la economía española, hay que impulsar los instrumentos (como la banca pública) que la faciliten. Privatizar Bankia ahora va en la dirección contraria, significando el fin de la posibilidad de una banca pública estatal, lo cual ya ocurrió en la década de los años noventa con la creación de Argentaria y su absorción por parte del BBV, resultando como producto final el BBVA. Tales privatizaciones han convertido España en el país de la UE donde el Estado tiene menor capacidad de incidencia en el sector financiero y, por lo tanto, en la economía del país. Ello explica muchos fenómenos, incluyendo la profundidad que alcanzan las recesiones económicas en el Estado, al no haber instrumentos que permitan incidir en los enormes vaivenes que caracterizan el sector financiero español. Centrarse, como están haciendo la mayoría de medios de información, en cómo se haría tal privatización es olvidar las enormes consecuencias negativas de esta, mostrando un sesgo neoliberal, reproduciendo una ideología -la neoliberal- en la cultura económica y financiera del país que, repito, ha hecho un enorme daño al bienestar de la población en general, y al de las clases populares en particular. El programa del nuevo gobierno de coalición de izquierdas en España incluye la creación de una banca pública. La privatización de Bankia no ayuda a ir en esa dirección. Todo lo contrario, lo dificulta. Hay que insistir, pues, en la necesidad de una movilización popular que resalte que para defender los intereses de tales clases así como para mejorar la eficiencia económica del país, la promesa del gobierno debe cumplirse, no permitiendo que la banca privada de siempre gane una vez más a costa de la pública.

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Los enormes costes de la desmemoria histórica https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/09/14/los-enormes-costes-de-la-desmemoria-historica-2/ Mon, 14 Sep 2020 05:00:57 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5508 Continuar leyendo "Los enormes costes de la desmemoria histórica"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

El enorme desequilibrio de fuerzas que configuró la transición de la dictadura a la democracia, con gran dominio en los aparatos del Estado por parte de aquellos que controlaban la dictadura, explica el carácter inmodélico de dicho proceso, que acabó desembocando en una democracia muy insuficiente y limitada que es responsable del enorme subdesarrollo social y político actual del país. Los indicadores de dichas carencias son múltiples. Desde el bajo gasto público social por habitante (en sanidad, en educación, en servicios sociales, en vivienda pública, en escuelas de infancia, en servicios de atención a la dependencia y un largo etcétera), uno de los más bajos de la UE-15 (el grupo de países europeos con un nivel de desarrollo económico similar al español); a la gran desigualdad, también de las mayores de la UE, tanto de la propiedad como de las rentas; pasando también por la escasa diversidad ideológica de los medios (con una clara escasez de grandes medios de información de izquierdas), muestran las grandes limitaciones de la democracia española, resultado del enorme dominio que las fuerzas conservadoras -enraizadas y herederas de las dominantes durante la dictadura- tuvieron y continúan teniendo en nuestro país (ver mi libro Bienestar insuficiente. Democracia incompleta: sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002).

La persistencia de la desmemoria histórica

Pero uno de los principales indicadores de este desequilibrio de fuerzas es la persistencia de la desmemoria histórica, que se ve reflejada en el gran desconocimiento de la historia reciente del país por parte de la juventud española. Esta desmemoria ha sido, además, promovida por las dos fuerzas políticas mayoritarias del país, el PP y, en menor grado, el PSOE, y sostenida por una enorme injusticia: el desconocimiento de la historia real del país. Lo vemos reflejado, por ejemplo, en la falta de reconocimiento a las personas que lucharon contra la dictadura y en la reproducción de las enormes falsedades difundidas y repetidas en el discurso oficial del Estado español sobre nuestro pasado. Tampoco se tiene plena conciencia, por ejemplo, de que la dictadura de Franco fue una de las más crueles que hayan existido en la Europa Occidental en el siglo XX. Según el profesor Malefakis, uno de los estudiosos del fascismo más conocidos del mundo, por cada asesinato cometido por el régimen de Mussolini, el de Franco cometió 10.000. Esta represión que tenía su lógica, pues era una minoría la que tenía a la gran mayoría de la población en contra. La crueldad de dicho régimen explica que todavía hoy haya más de 100.000 desaparecidos políticos (siendo España el país del mundo con más desaparecidos políticos después de Camboya) sin que el Estado democrático haya hecho nada para recuperarlos. En realidad, las izquierdas que han gobernado hasta ahora (el PSOE) han hecho muy poca cosa para corregir esta situación. Su insensibilidad hacia este tema solo se explica por su escasa conciencia democrática o, lo que es más probable, por su temor a antagonizar a estamentos todavía muy poderosos en España, desde la Monarquía a la Iglesia, pasando por la banca, y a la larga retahíla de intereses (y clases pudientes) que apoyaron y/o se vieron beneficiados por la dictadura.

La función política de la desmemoria

Esta desmemoria empodera claramente a las derechas en España. ¿Se imagina el lector que en el parlamento sueco, británico o estadounidense (tres países en los que viví durante mi largo exilio) se aceptara que una portavoz del partido mayoritario de derechas acusara a un luchador antifascista de "criminal" por el hecho de haber luchado en contra de una dictadura fascista? Por otra parte, no me sorprende la movilización de figuras históricas de la transición en contra de condenar a Martín Villa como un intento de defender una Transición supuestamente modélica. Incluso las declaraciones del expresidente Aznar eran previsibles, defendiendo la figura de Martín Villa (que condecoró a algunos de los torturadores más conocidos de la resistencia antifascista) como el gran "defensor de la ley y del orden", el mismo argumento que se utilizó para justificar el golpe militar del 1936. En cuanto a los presidentes socialistas, su apoyo a Martín Villa es también un intento de justificar su apoyo a la desmemoria histórica. Sin embargo, tengo que reconocer que me sorprendió el apoyo por parte de Cándido Méndez, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, tres dirigentes sindicales a los cuales tengo un gran respeto y estima.

La ocultación de la brutalidad del régimen dictatorial

Como bien indica Javier Pérez Royo en su excelente artículo "Martín Villa y la justicia argentina", publicado en elDiario.es el 03.09.20, la Transición en sí no fue una operación de genocidio, pero la Ley de Amnistía sí que fue un acto de encubrimiento y exención de responsabilidades de la operación del genocidio que se llevó a cabo durante la dictadura, labor en la cual Martín Villa tuvo un papel destacado.

El coste principal de esta desmemoria es que la juventud de nuestro país no sabe por qué no vivirá mejor que sus padres, o por qué los salarios y la masa salarial han ido bajando más y más mientras han ido aumentando las rentas derivadas de la propiedad, o por qué en España el conflicto de las banderas absorbe gran parte del espacio mediático mientras que la enorme crisis social y laboral permanece en gran medida ocultada. El gran dominio de las fuerzas conservadoras y supuestamente liberales ha hecho un enorme daño al bienestar de la población. Mientras tanto, la juventud desconoce el origen de esta precaria situación.

Ni que decir tiene que las movilizaciones ciudadanas y, muy en particular, las de amplios sectores de la clase trabajadora, jugaron un papel determinante en forzar la apertura del régimen dictatorial. En la década de los años setenta, España había sido el país europeo con más días de trabajo interrumpidos por huelgas ilegales que estaban amenazando el sacrosanto orden y la ley de la dictadura. Mientras los dirigentes de los movimientos contestatarios estaban en la cárcel o en la clandestinidad, las fuerzas del régimen tenían absoluto control sobre todos los aparatos del Estado y de los medios de comunicación, información y control. El desequilibrio no podía ser mayor. De ahí que, en las negociaciones para la elaboración de la Constitución, que había incluido elementos importantes, cediendo a las fuerzas democráticas (y muy en especial a las izquierdas) este desequilibrio fue utilizado para diluir el potencial transformador de la presión popular.

El profundamente conservador aparato jurídico del Estado fue el encargado de asegurar el orden establecido, interpretando la Constitución y reduciendo aquellos elementos progresistas conquistados por las fuerzas progresistas. El hecho de que algunos derechos sociales tan importantes como el acceso a la sanidad, a la educación y a los servicios de ayuda a las familias no fueran definidos como derechos fundamentales es una consecuencia de ello. Pero el elemento fundamental que posibilitó el continuismo fue precisamente la desmemoria histórica, es decir, la ausencia de corrección de la historia falseada y sesgada del país, promovida por los vencedores del golpe militar de 1936 y sus herederos. La protección de la Monarquía y la presentación de la Transición como modélica jugaron un papel clave en la consolidación de esta desmemoria y en el lamentable espectáculo de personalidades protagonistas de la Transición, defendiendo a Martín Villa. Un intento de mantener la imagen supuestamente "modélica" de aquella Transición, que nos dejó una democracia muy incompleta con un bienestar muy insuficiente.

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Memoria histórica
Los elevados costes del "procés" independentista para Catalunya y el resto de España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/09/07/los-elevados-costes-del-proces-independentista-para-catalunya-y-el-resto-de-espana/ Mon, 07 Sep 2020 05:10:10 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5495 alt --> Vicenç Navarro Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra Por fin, voces críticas del "procés" por parte de personalidades independentistas Andreu Mas-Colell, que fue Consejero de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (2000-2003) del gobierno de CiU (coalición de un partido liberal – CDC – y uno cristianodemócrata … Continuar leyendo "Los elevados costes del "procés" independentista para Catalunya y el resto de España"]]> Los elevados costes del "procés" independentista para Catalunya y el resto de España

Vicenç Navarro

Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra

Por fin, voces críticas del "procés" por parte de personalidades independentistas

Andreu Mas-Colell, que fue Consejero de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (2000-2003) del gobierno de CiU (coalición de un partido liberal – CDC – y uno cristianodemócrata – UDC -) presidido por el Sr. Jordi Pujol, y más tarde Consejero de Economía y Conocimiento (2010-2016) del otro gobierno de CiU, liderado esta vez por el Sr. Artur Mas, acaba de publicar un artículo, "Cal ser pragmàtic", en el diario ARA (de simpatías independentistas) el 29.08.20 (la versión castellana, "Hay que ser pragmático", se publicó el 31.08.20), que sería bueno que fuera ampliamente distribuido y conocido, pues en caso de llevarse a cabo las propuestas que expone en dicho artículo, podrían tener un gran impacto en la vida política del país. Hoy, esta opinión es todavía minoritaria dentro del movimiento independentista catalán, del cual Mas-Colell ha sido una figura clave, pero de convertirse su opinión en mayoritaria, las consecuencias serían inmediatas para Catalunya y también para el resto de España.

El gran interés del artículo radica en que es una crítica de la postura mayoritaria dentro de las direcciones del movimiento independentista, hoy bastante dividido, pero que continúa unido en su objetivo de alcanzar la secesión de Catalunya del resto de España a través de un referéndum unilateral, enfrentándose con el Estado central mediante una política - el famoso "procés" - de continua confrontación con el Estado central que ha generado una respuesta de sus aparatos represivos, incluyendo la judicatura, creando, a la vez, una gran polarización de la ciudadanía, tanto en Catalunya como en el resto de España, que ha desembocado en una enorme tensión por no haber conseguido el objetivo deseado – la independencia - debido a la inmovilidad del Estado, definido por Mas-Colell como una muralla de piedra inquebrantable. De ahí que el exconsejero considere que esta estrategia – la del "procés" - no es solo fallida (es decir, que no ha permitido ni permitirá alcanzar el objetivo deseado) sino que es también errónea y contraproducente, pues está obstaculizando, cuando no paralizando, otras muchas causas e intervenciones públicas que beneficiarían a la nación catalana.

Sabedor de que esta postura le hace vulnerable a la acusación de haberse "vendido" o de incluso "haber traicionado a la patria", añade que ser patriota no es sinónimo de pedir lo inalcanzable, pues, al ser imposible, es ineficaz, lo que equivale a golpearse la cabeza contra un muro (el Estado español) que no tiene ni la capacidad ni la voluntad de moverse, sea monárquico, republicano o lo que fuere. Según Mas-Colell, ni el Estado ni tampoco Europa jamás aprobarán o reconocerán la secesión de Catalunya. Señala además que las instituciones europeas denunciarán las medidas antidemocráticas del Estado español, así como la represión y encarcelamiento de los líderes independentistas, pero nunca reconocerán – añade Mas-Colell - el cambio de fronteras sin el reconocimiento y acuerdo previo por parte del Estado español. De esta lectura de la realidad concluye que, para los partidos independentistas, establecer una mesa de diálogo con el gobierno actual cuyo único objetivo sea alcanzar la independencia de Catalunya es una estrategia que está condenada al fracaso. Puede que sirva para movilizar al votante independentista (con fines partidistas) pero no para conseguir su objetivo. Como indica Mas-Colell, "patriota es el que lucha por la pervivencia y la prosperidad de la nación", pero continuar dando cabezazos contra un muro inamovible (con la esperanza de que se agriete) no es necesariamente ser más patriota. 

Espero haber resumido correctamente los puntos más significativos del artículo.

El fracaso del "procés" era previsible

Seguro que el artículo generará un gran malestar entre los independentistas en Catalunya, pero ya era hora de que se dijera lo que era evidente. En realidad, lo que considero más sorprendente del artículo es que Mas-Colell admite que todo lo que está ocurriendo se podría ya haber predicho antes de la declaración unilateral de independencia (DUI) del 27 de octubre de 2017. Ni que decir tiene que algunos (que no éramos ni somos independentistas) ya lo predijimos y advertimos entonces que el "procés" iba a tener un elevado coste para el país. La aplicación del artículo 155 de la Constitución tuvo enormes impactos negativos para Catalunya, cuya población no es mayoritariamente independentista. Es positivo, pues, para Catalunya y para el resto de España que ahora, por fin, una persona que ha ostentado cargos de peso dentro del movimiento y gobiernos independentistas reconozca esta realidad. Se agradecen su honestidad, integridad y valentía, que no es frecuente entre la clase gobernante de Catalunya. Termina el exconsejero el artículo proponiendo una alternativa que le parece más fructífera, y que consiste en que el movimiento independentista participe activa e inmediatamente en la vida política de España, incluyendo en las Cortes españolas, para enfrentarse a los enormes retos económicos y políticos existentes hoy tanto en Catalunya como en el resto de España.  

Mientras tanto, el "procés" ha ocultado el enorme deterioro de la situación social de Catalunya

El reconocimiento público de esta realidad por parte de un intelectual de gran prestigio y reconocimiento como Mas-Colell es un hecho de enorme importancia que seguramente, como decía, levantará mucha polvareda en el movimiento independentista, caracterizado por una tendencia creciente hacia la radicalidad en sus objetivos, así como en su estrategia a seguir, que ha desembocado en inoperancia, cuando no ineficiencia, en la resolución de los problemas reales del país. En este punto, difiero en la evaluación que hace Mas-Colell del gobierno Torra, al cual aplaude por "la gran labor que realiza en una situación extremadamente difícil consecuencia de la pandemia". Los datos no apoyan una visión tan positiva de éste o de los gobiernos independentistas anteriores. En realidad, como resultado en gran parte de las políticas públicas implementadas por la Generalitat de Catalunya, en 2019 el 31,1% de los menores de 16 años vivían en riesgo de pobreza, con un incremento del 30% desde 2016, según los últimos datos de IDESCAT, realidad que incluso ha empeorado más durante la pandemia. Su hostilidad (junto con la de las derechas españolas) hacia el estado de alarma, gestionado por el gobierno de coalición español y aprobado por las Cortes españolas, forzó el tener que interrumpirlo, lo cual ha sido muy contraproducente, como lo atestigua el hecho de que Catalunya haya visto aumentar de una manera muy notable la incidencia de la pandemia en su territorio a partir de aquel momento. Los datos publicados por el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, tanto en el número de casos como en la tasa reproductiva efectiva (Rt), es decir, el número medio de personas infectadas por cada positivo, prueban que la pandemia se disparó a partir de la finalización del estado de alarma, el 21 de junio. De los 28 casos positivos diarios al finalizar el estado de alarma se llegó a los más de 1.000 los últimos días de agosto; y de una Rt de 1 se llegó a más de 2 a mediados de julio. En realidad, la situación actual es de un enorme deterioro de la calidad de vida y bienestar de las clases populares en Catalunya. El movimiento y los gobiernos independentistas han estado dificultando enormemente la resolución de los problemas sociales y económicos de Catalunya (y del resto de España). Su anteposición del tema nacional sobre cualquier otro tema, incluyendo el social ha hecho mucho daño a las clases populares tanto catalanas como españolas. Otro ejemplo reciente de su insensibilidad social es su oposición a la aprobación de los presupuestos generales del Estado (que además de ser los más sociales que se hayan propuesto por parte del gobierno español – interrumpiendo y forzando el fin de las políticas públicas de austeridad – son los más favorables que se hayan propuesto para Catalunya). Esta anteposición de los objetivos independentistas sobre cualquier otro es una causa directa del claro deterioro de la situación social de Catalunya.

La utilidad política de las banderas

Pero la obviedad de esta observación (de que se antepusieron los fines partidistas de alcanzar la secesión por encima de toda otra consideración) no puede ocultar otra realidad, que es el olvido de la crisis social, derivada de una estrategia que respondía a la sensibilidad liberal y conservadora de los partidos gobernantes en la Generalitat de Catalunya. El apoyo a las reformas laborales y reformas fiscales regresivas en las Cortes españolas y los recortes de gasto público social (uno de los más acentuados de España) por parte de los partidos gobernantes en Catalunya, han debilitado enormemente su Estado del Bienestar (ver mi artículo, "Las causas de la desconocida y ocultada pobreza infantil en Catalunya", Público, 11.08.20) realidad ocultada bajo el argumento de "España nos roba" y otros semejantes, atribuyendo estas políticas a un exceso de solidaridad (o de explotación) con el resto de España. Pero tal desequilibrio no explica el gran retraso social de Catalunya, cuya causa principal es que es una de las comunidades autónomas que ha estado gobernada durante más años – 33 –por partidos de derechas durante el periodo democrático, situación que no ha cambiado significativamente con la sustitución de UCD por ERC como socio de gobierno de los sucesores de CDC (ahora PDeCAT y Junts per Catalunya). De 2010 a 2017, durante los gobiernos Mas y Puigdemont, se recortaron 2.209 millones de euros en las áreas sociales de la Generalitat (incluyendo 626 millones en educación y 1027 millones en sanidad). No es difícil imaginarse que si el tema nacional (la lucha de banderas) no centrara la vida político-mediática del país y, en su lugar, estuviera el tema social-económico, las derechas habrían dejado de gobernar Catalunya desde hace ya muchos años. De ahí su gran necesidad de mantener viva la lucha de banderas. Lo dijo muy claramente la Consejera de Bienestar Social y Familias del último gobierno Pujol (y posteriormente Consejera de Educación del gobierno de Artur Mas), Irene Rigau: "El mejor generador de independentistas en Catalunya es la represión del Estado español". El problema es que las clases populares de Catalunya (y del resto de España) son las mayores víctimas de este "procés" y de la represión del Estado.

¿Cuál es, pues, el camino a seguir?

No se trata, pues, de renunciar a su vocación independentista, ideología que no comparto, pero considero legítima. Ahora bien, de la misma manera que el socialismo es un objetivo legítimo y que puede enriquecer un país, a base de ir construyéndolo en la lucha diaria en las distintas dimensiones del país - social, económica, cultural, etc. - el independentismo puede también ser una estrategia encaminada a mejorar el bienestar de la población, manteniendo y expandiendo su identidad nacional, capacidad de decisión, estrategia y proyecto, estrategia con la que incluso otras formaciones políticas, incluyendo españolas, pueden estar de acuerdo.

De ahí que la toma de conciencia de que el independentismo no es viable por las causas que indica Mas-Colell (que, por cierto, no cita la causa principal de que la secesión no sea posible y que es que tal objetivo no ha tenido nunca el apoyo mayoritario en Catalunya durante el período democrático) debería forzar un nuevo planteamiento en el que el punto central de su estrategia debería ser no solo cambiar Catalunya, sino también cambiar España, de la cual es parte, dos objetivos que están íntimamente relacionados. Y en este sentido, habría que recuperar las raíces de las fuerzas progresistas que en la lucha antifascista tuvieron una visión plurinacional (defendiendo incluso el derecho de autodeterminación), aliándose con las fuerzas españolas que así lo desearan. Es posible, en contra de lo que dicen los dirigentes independentistas, que España cambie. Pero, para ello, se requiere un cambio en Catalunya, y viceversa. Los enormes problemas que tiene España - y algunos incluso más graves en Catalunya - hacen urgente e imprescindible esta transformación. 

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Por qué la vuelta al cole es especialmente difícil en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/08/31/por-que-la-vuelta-al-cole-es-especialmente-dificil-en-espana/ Mon, 31 Aug 2020 06:00:27 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5477 Continuar leyendo "Por qué la vuelta al cole es especialmente difícil en España"]]> Aula de un colegio.
Aula de un colegio.

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Public and Social Policy en The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

El bajo gasto público escolar en España y sus consecuencias para la reapertura

En un artículo anterior, Elementos esenciales pero olvidados de la reconstrucción social y económica (Público, 22.06.20) (basado en mi presentación a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica de las Cortes españolas), ya señalé la gran urgencia de que la sociedad española se concienciara de la enorme importancia que los sectores sociales (sanidad, educación, seguridad social y servicios sociales) tienen para el bienestar de la población y para el buen hacer de la economía. Expresaba entonces mi preocupación por el hecho de que se estaban proponiendo grandes inversiones públicas para subsidiar sectores industriales (que han cristalizado en la aportación de 3.750 millones a la industria automovilística) a fin de asegurar su adaptación a las circunstancias excepcionales derivadas de la pandemia, mientras que se estaba dando poca atención entonces a la urgente y necesaria corrección de la enorme subfinanciación de dichos sectores sociales.

Los datos claramente muestran que en España, la sanidad, la educación, la protección y seguridad social y los servicios sociales públicos están muy subfinanciados en relación al promedio de los principales países europeos, y ello a pesar de que juegan un papel clave en configurar el bienestar y la calidad de vida de la población. El gasto público español en sanidad es, por ejemplo, solo del 6% del PIB, frente al 7,2% de la UE-15 (el grupo de quince países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico que España) o al 8,3% de Dinamarca; en educación es del 4% del PIB, frente al 4,7% de la UE-15 o al 6,9% de Suecia; y en protección social es del 16,9% del PIB, frente al 19% de la UE-15 o al 24,1% de Finlandia. No es por mera casualidad que, en general, los países que tienen mayor bienestar y menos desigualdades -los escandinavos- sean también los que tengan más desarrollados estos servicios.

En España, esta subfinanciación del sector público explica la dualidad público/privado en cada uno de los cuatro pilares del Estado del Bienestar (sanidad, educación, protección social y pensiones, y servicios sociales). En educación, por ejemplo, el 33% de la población escolar (en general, de familias de renta superior a la mediana del país) van a escuelas privadas (incluyendo en esta última la privada-concertada, que recibe subsidios públicos), mientras que la gran mayoría de la población es atendida por las escuelas públicas (donde el gasto por alumno es menor que en las privadas). El hecho de que el primer grupo de la población (las clases pudientes) tiene más peso mediático e influencia política que el segundo (las clases populares) explica, en parte, que esta situación no se haya ido resolviendo, apareciendo ahora con toda claridad durante la pandemia, siendo las clases populares las más afectadas por ésta. El nuevo gobierno español es sensible a esta situación, destinando 2.000 millones de euros a las comunidades autónomas para educación. Hay que concienciarse de que esta cantidad es muy necesaria, y aplaudo tal decisión. Pero hay que subrayar que es una cantidad todavía insuficiente para corregir el gran déficit de gasto en las escuelas públicas y para permitirlas responder a las condiciones causadas por la pandemia. El déficit de personal, así como de espacios es enorme. Es más, 2.000 millones de euros es mucho menos de lo que se le ha asignado a la industria automovilística, a lo cual hice referencia al principio del artículo. Y les aseguro que la evidencia que muestra que para el futuro del país las escuelas son mucho más importantes que la industria automovilística, es clara y contundente.

Las consecuencias del déficit de gasto público escolar en la reapertura de las escuelas públicas

Hoy, la sociedad española se enfrenta a algunos de los mayores retos que tiene por delante, como es la reapertura de las escuelas a las criaturas y jóvenes en medio de una pandemia que continúa a unos niveles muy altos, lo cual es un dato preocupante pues las medidas a tomar en las escuelas dependen del nivel de gravedad de la pandemia en cada momento en las comunidades que las rodean. Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, España es el país de la UE con una mayor tasa de infectados por coronavirus (durante los últimos 14 días), con 192 positivos por cada 100.000 habitantes. Esta cifra es mucho más elevada que la de países de semejante nivel de desarrollo económico: Finlandia (7), Noruega (13), Italia (18), Alemania (21), Reino Unido (22), Dinamarca (25), Suecia (35) o Francia (70). España supera incluso a Estados Unidos, con 190 casos por 100.000 habitantes.

Los datos presentados en el párrafo anterior demuestran que estamos en una situación muy preocupante. Este hecho condiciona sobremanera las medidas y condiciones de la reapertura de las escuelas en España, que básicamente son tres. Una es el número y composición del estudiantado por clase escolar y por docente (las famosas "ratios"); otra, el espacio entre los distintos componentes e individuos en cada lugar y momento (la "distancia de seguridad"); y el tercero, las medidas preventivas para minimizar el riesgo de infección (medidas de higiene y desinfección, el uso de mascarillas, la estanquidad de los grupos, la intensidad de los cribados, etc.). Estas tres dimensiones son clave y condicionan el éxito o fracaso de la reapertura en cualquier país.

En cuanto al primer condicionante, un análisis de los planes propuestos por las diferentes comunidades autónomas parece indicar que los promedios de estudiantes por grupo o unidad en todos los niveles educativos serán de los mayores de la UE-15 (en Dinamarca, el número máximo de estudiantes por clase es de 15, mientras que, en España, se prevén grupos de hasta 30 estudiantes, como plantea la Generalitat de Catalunya en la ESO). Y un tanto igual sucede en cuanto a las medidas de distanciamiento, que ha puesto en evidencia un problema de espacios disponibles que minimicen los riesgos de contagio. Este déficit de espacios es conocido en el sistema escolar español, déficit que con la pandemia se hace especialmente crítico, hasta el punto en que algunas comunidades autónomas (como la Comunidad de Madrid) tengan que hacer uso de equipamientos destinados a otros fines, como bibliotecas o polideportivos, o que el Ayuntamiento de Barcelona haya ofrecido más de un centenar de espacios municipales a la Generalitat para evitar las aglomeraciones en las aulas. En ambos casos se ve que hay un gran déficit de recursos, que se suma al ya existente debido a gran subfinanciación del sistema educativo en el Estado español, señalada anteriormente.

El otro gran problema: el contexto político que dificulta la construcción de consensos para la reapertura escolar

En el análisis de las causas de la enorme gravedad de la pandemia, hay que añadir a la escasa financiación de los servicios de los sectores sociales la gran descentralización de su financiación y gestión, siendo éstas responsabilidad de las CCAA, lo cual ocurre dentro de un contexto político en el que hay poca cultura de colaboración y cooperación entre los distintos niveles políticos que existen en el Estado español, así como los espacios políticos que lo gobiernan. La falta de apoyo y la gran hostilidad de las derechas ante las medidas adoptadas por el gobierno de coalición de izquierdas (anteponiendo sus intereses partidistas a los intereses generales del país) es un indicador de ello (ver mi artículo La politización de la pandemia por parte de las derechas en España, Público, 03.04.20). Países más descentralizados como la Alemania federal han sido capaces de mantener una dinámica de colaboración más estrecha, facilitando el liderazgo y orden constitucional a una dirección central en casos excepcionales como la situación actual, permitiendo así una respuesta muy satisfactoria tanto desde el punto de vista social como económico.

En España, en cambio, la oposición mayoritaria de derechas ha estado obstaculizando el desarrollo de un marco dentro del cual se hagan los cambios a nivel autonómico. La oposición de las derechas (PP, Cs y Vox en España, y de JxCat (con el apoyo de ERC) en Catalunya) a la prórroga del estado de alarma es también responsable de la expansión de la pandemia, que ha alcanzado dimensiones alarmantes. El anteponer los intereses partidistas a los generales ha influido en gran manera en el empeoramiento de la situación actual. Es importante notar que donde tales derechas gobernantes (a los dos lados del Ebro) han mostrado mayor hostilidad ante la prórroga del estado de alarma a nivel del Estado, tales como la Comunidad de Madrid y Catalunya, son las que han tenido una mayor expansión de la pandemia después de su finalización, junto a los mayores déficits en los programas de recuperación escolar. Son también, por cierto, las que tienen un mayor porcentaje de la población escolar matriculada en educación privada. De ahí que, en estas circunstancias, el gobierno central debería utilizar todos los recursos a su alcance para influenciar las prioridades educativas de las comunidades autónomas, por ejemplo, utilizando los 2.000 millones para resolver los problemas de falta de personal y de espacios.

Condiciones inmediatas para que se desarrollen tales propuestas: los acuerdos entre los distintos agentes en la reforma

 Es fundamental que las autoridades educativas trabajen en estrecha colaboración con tres grupos cuya participación es clave para que el proyecto sea exitoso. Uno es el grupo del personal de los centros escolares, y muy en especial de sus docentes. Otro grupo es el de las asociaciones de padres y madres de los alumnos. Sin la plena participación de éstos, las medidas no serán exitosas. El último grupo es el de las autoridades públicas a nivel local o municipal. Sin su participación habrá problemas graves, pues necesitan estar en los procesos de toma de decisiones ya que su contribución (por ejemplo, en transporte) es también importante.

Un sector especial siempre olvidado: las escuelas de infancia

El grupo de criaturas más olvidado es el de los infantes de 0 a 3 años, que son 900.000 en España, 445.000 de los cuales no están escolarizados y que también necesitan tener atendidas sus necesidades emocionales, intelectuales y de socialización, preferiblemente de forma presencial, sin excluir la provisión digital de servicios en situaciones excepcionales. Estos servicios de atención y educación de la primera infancia están muy poco desarrollados en España, y es una de las causas más importantes de la limitada participación de la mujer en el mercado de trabajo. La situación en este nivel educativo ha adquirido unas dimensiones de auténtica crisis, pero parece ignorarse en el planteamiento de las necesidades de adaptación a la pandemia. De nuevo, las necesidades principales son de personal, que podría alcanzar la cifra de 143.000 nuevos puestos de trabajo a tiempo completo en caso de universalizar el acceso a estos servicios, como parte de una expansión del 4º Pilar del Estado del Bienestar, tal y como ya se está proponiendo por parte de movimientos sociales de diferentes sensibilidades políticas (ver El 4º Pilar del Estado del Bienestar: liberar a las mujeres y salvar las pensionesPúblico, 21 de enero de 2020).

La gran necesidad de reabrir las escuelas

Permítanme que concluya esta breve exposición con una breve nota que considero urgente y necesaria para apoyar el objetivo final de reabrir las escuelas. La enorme gravedad de la pandemia no puede paralizar o ralentizar el esfuerzo de abrir las escuelas. Antes al contrario. Tal reapertura es esencial. La necesidad de reabrir las escuelas se basa en criterios de justicia social y de eficiencia económica. Tenemos evidencia de que la docencia digital no presencial es menos educativa que la presencial. Los datos son claros, como también son claros y contundentes los que muestran que los estudiantes más perjudicados por el cierre de las aulas son los procedentes de familias con menos recursos, que tienen menos herramientas educativas a su alcance y entornos menos favorables para la formación en el domicilio. La docencia online en las condiciones actuales desmonta el principio básico de cualquier sistema democrático: el de proporcionar la igualdad de oportunidades a todos los infantes y jóvenes de un país, independientemente de su clase y origen social.

Es también importante porque la educación se basa en la socialización de los estudiantes, lo que fortalece su espíritu colectivo, solidario, así como los sentimientos de pertenencia a la sociedad y de ciudadanía a través de dicha socialización. No es por casualidad que uno de los mejores sistemas educativos de la UE-15 sea el finlandés, donde hay una verdadera transversalidad de clase social y heterogeneidad en la escuela (en la que, por ejemplo, el hijo del banquero y el del empleado de banca van a la misma escuela), lo cual caracteriza su exitoso sistema educativo. La polarización por clase social del sistema educativo, como ocurre en el español, es muy perjudicial para todas las clases sociales y un gran obstáculo para la cohesión social. El nivel educativo de las universidades estadounidenses, por ejemplo, descendió cuando el presidente Reagan acabó con las becas que permitían a estudiantes procedentes de las clases trabajadoras de bajos ingresos asistir a la universidad.

Y un tercer componente que justifica la urgencia de reabrir las escuelas es la necesidad de facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar, permitiendo la vuelta al trabajo y reduciendo así la enorme sobrecarga a la cual está especialmente sometida la mujer española (con el triple de incidencia de enfermedades debidas al estrés que los hombres), que aumentó alarmantemente con el cierre de las escuelas y que es insostenible de alargarse en el tiempo. La recuperación económica no será posible sin que se resuelva esta situación. Esta ha sido la experiencia en otros países y así ocurrirá en España. Así de claro.

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Una falsa dicotomía: salvar la salud de la población o facilitar la recuperación económica https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/08/19/una-falsa-dicotomia-salvar-la-salud-de-la-poblacion-o-facilitar-la-recuperacion-economica/ Wed, 19 Aug 2020 05:39:09 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5462 Continuar leyendo "Una falsa dicotomía: salvar la salud de la población o facilitar la recuperación económica"]]> Una sanitaria traslada a un paciente en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. EFE
Una sanitaria traslada a un paciente en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. EFE

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Profesor Política Social y Sanitaria, Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Dentro de los principales establishments económicos y financieros de España (y de aquellos establishments políticos y mediáticos que les son afines) existe una postura muy extendida de que hay un trade-off entre dar prioridad a intervenciones encaminadas a controlar la pandemia o, por el contrario, dar preferencia a facilitar el desarrollo y la recuperación económica del país. En esta manera de pensar se asume que el haber dado prioridad al control de la expansión de la pandemia de coronavirus ha estado afectando negativamente a la capacidad del país de recuperar su vida económica. De ahí que se concluya que es necesario y urgente dar prioridad a esta recuperación económica (que supuestamente afecta a la mayoría de la población), aunque ello sea a costa de diluir la intensidad de las medidas de contención y prevención de la pandemia (la cual se supone -según este razonamiento- que infecta solo a una minoría de la población, causando una mortalidad sobre un sector pequeño de esta minoría –predominantemente ancianos–).

El trumpismo en EEUU y en España

Una forma extrema de esta postura es la defendida por el presidente Trump en Estados Unidos, la cual, por cierto, está también presente primordialmente (aunque no exclusivamente) en amplios sectores de las derechas españolas (incluyendo las catalanas). Según éstas, hay que dar prioridad al desarrollo económico, poniendo el acento en las políticas públicas de recuperación económica, incluso a costa de relajar (o incluso dejar de lado) el control de la pandemia, cuya gravedad suele ser subestimada, considerándola un mal menor para la mayoría de la población (algo así como una gripe) de pronta y fácil solución con la próxima aparición de la vacuna.

Tal pensamiento es predominante en las organizaciones empresariales a los dos lados del Atlántico Norte, que temen que el parón de la economía como consecuencia de las medidas de confinamiento haya podido significar una pérdida de sus beneficios al haber reducido la disponibilidad de trabajadores (para realizar tareas en sus empresas) y de consumidores (para estimular la demanda de sus productos). De ahí su postura que defiende que la primera responsabilidad del Estado (en sus distintos niveles, ya sea central, autonómico o local) en estos momentos deba ser la de asegurar que los trabajadores vuelvan a su trabajo y los consumidores a sus tiendas, aunque sea a costa de una reavivación de la pandemia.

El gran error de este supuesto trumpiano (que es la máxima expresión del neoliberalismo)

El punto débil de tal supuesto es que sin una reducción notable del alcance de la pandemia no habrá recuperación económica posible. La evidencia empírica, que ya se ha ido acumulando durante estos meses de pandemia, no puede ser más contundente. Ninguno de los países que han enfatizado la recuperación económica sin primero intentar controlar la pandemia ha tenido éxito en sus intentos por recuperar su economía. Y el ejemplo más claro de ello es lo que ha ocurrido en EEUU, que siempre ha sido el modelo y el referente del pensamiento neoliberal, cuya expresión más extrema es el trumpismo. Analizando la experiencia de sus estados podemos ver que la creación de empleo y el crecimiento económico han sido menores en aquellos Estados (como Arizona, Georgia, Florida o Texas) donde no se dio prioridad o importancia a las medidas de control de la pandemia (tales como la utilización masiva de mascarillas, el respeto por mantener la distancia social o la ralentización del desconfinamiento para hacerlo lenta y pausadamente) que en aquellos Estados (como Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Massachusetts o Washington D.C.) donde dieron máxima prioridad a controlar la pandemia, permitiendo la aplicación de las medidas que facilitaron la recuperación económica solo cuando la pandemia estaba controlada.

En el lado trumpista, las medidas de control de la pandemia no se tomaron en serio, hasta tal punto que el gobernador del Estado de Georgia, el Sr. Brian Kemp, prohibió hasta día de hoy a los alcaldes de su Estado que hicieran obligatorio para la ciudadanía el uso de las mascarillas. Detrás de esta supuesta defensa de la "libertad" de los individuos (característica del liberalismo), existe un profundo sentimiento insolidario que es muy dañino para toda la población, incluyendo para las personas que, como consecuencia de su profunda ignorancia, quieren ser "libres" y no ponerse mascarilla. Este individualismo insolidario va acompañado de un edadismo (muy acentuado también en España) que desmerece las enfermedades que afectan predominantemente a los ancianos, como es el coronavirus. Este sentimiento discriminatorio alcanzó unas dimensiones enormes con las declaraciones del vicegobernador del Estado de Texas, el Sr. Dan Patrick, que pidió a los ancianos que aceptaran, por razones patrióticas y a fin de salvar el país, su posible muerte por coronavirus, permitiendo así frenar las medidas orientadas a controlar la pandemia que estaban dificultando la recuperación económica.

Este individualismo y edadismo van acompañados en EEUU de un inmovilismo a nivel del Gobierno Federal, indicando que son los estados (aquí en España, las CCAA) los que tienen que encargarse de tales "medidas antipandemia". En realidad, hay bastante consenso entre los expertos en salud pública en que la falta de liderazgo del Gobierno Federal ha sido una de las principales causas del preocupante estado de la pandemia en EEUU. Según Catherine Bosley y Reade Pickert, de Bloomberg Economics:

"La incapacidad de Estados Unidos para controlar la pandemia está frenando su recuperación en comparación con muchos países en Europa, donde muchos puntos calientes del virus lograron reanudar la actividad económica sin causar un aumento similar en las infecciones".

Una situación semejante ha ocurrido en España, donde las derechas se han caracterizado por una gran hostilidad hacia el gobierno de coalición de izquierdas, obstaculizando una respuesta del Estado central que permitiera un mayor control de la pandemia. Esta oposición se ha extendido también a otras opciones políticas, que incluso se han opuesto al establecimiento de un Centro Estatal de Salud Pública que permitiera la dirección y coordinación de las actividades salubristas de diecisiete servicios autonómicos de salud. La situación contrasta con la de Alemania, un estado federal en el que los Lander (regiones gobernadas por políticos de distintas sensibilidades) apoyaron y se beneficiaron de un liderazgo federal. Su labor de control de la pandemia y consiguiente recuperación económica han sido exitosas. No tanto en España, como consecuencia de que las derechas españolas son muy distintas de las derechas alemanas.

La importancia fundamental de los sectores sociales tanto para salvar vidas como para recuperar la economía

Una consecuencia de esta experiencia es que, a no ser que las autoridades públicas den prioridad a las intervenciones encaminadas a mantener la salud y el bienestar de la población, la recuperación económica no tendrá lugar y, de hacerlo, será mucho más lenta de lo que ya ocurre en aquellos países que están dando prioridad a los sectores sociales, como indiqué en un artículo anterior, basado en la presentación que realicé ante la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados (ver "Elementos esenciales pero olvidados de la reconstrucción social y económica", Público, 22.06.20). Tales sectores públicos, como son la sanidad y los servicios sociales (incluyendo el escasamente desarrollado Cuarto Pilar del Estado del Bienestar, que incluye los servicios de ayuda a las familias, como los servicios de atención y educación a la infancia y los servicios de atención a la dependencia) son clave para garantizar la salud y el bienestar de la población, así como el desarrollo económico orientado a optimizar el bien común. La evidencia científica es abrumadora sobre que estos sectores sociales son esenciales para garantizar la seguridad y el bienestar de la población, así como el buen hacer y eficiencia económica.

¿Qué quiere decir "recuperar la economía"? Volver a la normalidad no puede ser volver a la situación económica y social que existía antes

Para responder a esta pregunta hay que conocer y comprender las principales causas de la enorme extensión de la frecuencia y del tamaño de las pandemias. Solo desde el principio de este siglo hemos visto siete pandemias (Gripe aviar, SARS, MERS, Gripe A, Virus Zika, Ébola y Coronavirus) y no hay ninguna duda de que vendrán muchas más. Ha habido un gran número de voces en la comunidad científica que han estado alertando sobre toda esta situación, indicando además que todavía no hemos visto la peor – que podría incluir una pandemia que sería tan mortífera como lo fue la de ébola y tan contagiosa como es la actual. Todas estas voces han sido ignoradas. Como también han sido ignoradas, cuando no silenciadas, las voces que han denunciado las conocidas causas de este incremento de la frecuencia y letalidad de las pandemias, incluyendo, entre otras, las políticas económicas neoliberales que han conducido a una globalización económica con gran movilidad de personas, bienes y servicios a nivel mundial con muy escasa regulación, protección y prevención de tal movilidad y sus riesgos; a una gran deforestación y cambios en la naturaleza que afectan negativamente la relación de la población con las demás especies (incluidas las salvajes), cambios, de nuevo, muy poco controlados y regulados; y a la creación de enormes urbes, con grandes desigualdades donde junto a sectores pudientes conviven comunidades y barrios en situación de gran pobreza y carentes de las más mínimas condiciones higiénicas.

Además de éstas, otras consecuencias de las políticas económicas neoliberales han adquirido mayor visibilidad, como ha sido el escasísimo interés de la industria farmacéutica en producir vacunas y medicinas antivirales. Un ejemplo de ello es la falta de una vacuna universal contra el coronavirus y de medicamentos para curarlo. Nada menos que el Council of Economic Advisors del Gobierno Federal de EEUU ha señalado que las causas de este enorme déficit de vacunas y medicamentos es:

"Un claro desequilibrio entre los intereses comunes de la población y los de los inversores de la industria farmacéutica. La rentabilidad de las innovaciones farmacéuticas prioriza los productos que les garantizan rápidos beneficios inmediatos a costa de enfermedades futuras, inciertas y problemáticas, pues no se sabe cuándo, cómo y dónde ocurrirán".

Todos estos datos determinan que sea profundamente erróneo y arriesgado para una colectividad depositar su confianza y esperanza en industrias con grandes beneficios que han prestado tan poca atención a una de las mayores amenazas que vive hoy la humanidad: las pandemias. La raíz del problema es, sin embargo, política, concretamente el enorme poder político que tales industrias tienen. La industria farmacéutica es uno de los lobbies más poderosos e influyentes sobre el estado federal de EEUU y sobre la gran mayoría de países europeos. De ahí que la gran mayoría de productos farmacéuticos sean para tratar enfermedades crónicas predecibles y no enfermedades infecciosas agudas menos predecibles.

El gran error de querer continuar las políticas neoliberales

Las grandes crisis de nuestro tiempo, las crisis ambientales y las pandemias señalan cómo el orden económico internacional sigue con su único objetivo de optimizar los intereses y los beneficios de los grandes grupos financieros y económicos a costa del bien común, en buena parte gracias a que tienen un enorme poder político y mediático. Todos los problemas llamados económicos son, en realidad, problemas políticos que se basan en el enorme poder y concentración del poder económico, lo cual se acentuó todavía más con la aplicación de las políticas neoliberales tanto a nivel mundial, como a nivel europeo y nacional. De ahí que esta situación se haya reproducido también en España, donde la pandemia ha sido particularmente dañina y donde es posible que los repuntes vayan a ser también muy intensos. Ya he escrito extensamente sobre cómo las políticas neoliberales (reformas laborales regresivas y recortes del gasto público) dificultaron enormemente la capacidad de respuesta frente a la pandemia, al empobrecer al sistema sanitario y los servicios sociales, ya en sí poco financiados.

A esta situación hay que añadir el enorme impacto negativo que las políticas neoliberales produjeron en la eficiencia económica del país. Parece haberse olvidado que la crisis económica comenzó antes de que se paralizara la economía como consecuencia del confinamiento. En realidad, los datos económicos del Estado (concretamente el empleo) del mes de enero de este año fueron los peores desde 2013. La destrucción de empleo había sido muy acentuada. El deterioro tan marcado del mercado de trabajo causado por las reformas laborales del 2010 y del 2012 habían ya caracterizado la situación española.

De estos datos se deriva que volver a la normalidad no debería ser volver a la situación de enero. La enorme hostilidad de las derechas en España hacia el gobierno español es, por desgracia, previsible teniendo en cuenta la escasa cultura democrática que han demostrado tener desde el fin de la dictadura. Pero lo que es sorprendente es que dentro del nuevo gobierno de coalición de izquierdas parecen existir voces que desearían volver a una alianza con esas derechas a fin de recuperar las políticas neoliberales que han hecho tanto daño a la población española. No parecen ser conscientes de que el gran daño causado por la pandemia (uno de los mayores de la OCDE) fue, precisamente, consecuencia del deterioro que tales políticas causaron en el bienestar de la población y en la eficiencia de la economía española.

Parecen haber olvidado que España estaba sufriendo una gran desaceleración económica antes de la pandemia. Las reformas laborales de 2010 y 2012 deterioraron enormemente el mercado de trabajo español, una de las mayores causas del deterioro de la demanda doméstica, consecuencia del enorme descenso de las rentas derivadas del trabajo (a costa de que subieran las rentas del capital). Es más, el abaratamiento del trabajo afectó negativamente a la productividad, algo que el establishment financiero y económico es reacio a reconocer. Los salarios bajos son una de las principales causas de la baja productividad ya que reduce los incentivos del mundo empresarial para invertir en mejoras de dicha productividad. La agricultura española es un claro ejemplo de ello. Y un tanto igual ocurre con la industria, donde es frustrante ver que la automovilística continúa produciendo (hoy con la ayuda del Estado) coches contaminantes que quedaran pronto obsoletos.

Últimas observaciones: trumpismo, egoísmo y barbarie o solidaridad, bienestar y progreso

La realidad está imponiendo una necesidad de grandes cambios mayores en nuestra economía y bienestar social. La dinámica del orden financiero y económico dominante ha sido la de facilitar la globalización económica, por un lado, y garantizar el mantenimiento de la seguridad, por el otro, definiendo "seguridad" como mantenimiento de las relaciones de poder existentes a nivel internacional. Su eje ha sido una visión militar y policial del concepto de seguridad.

Esta visión está en profunda crisis. Está llevando a la humanidad a ver su posible fin dentro de este siglo. Pero todo ello era previsible. EEUU, el país que tiene más armamento en el mundo y más bases militares en el globo, tiene hoy una de las crisis sanitarias más profundas. Lo alertó ya nada menos que el jefe de las fuerzas armadas en EEUU, el General Eisenhower, que en su discurso de despedida como presidente de EEUU en 1961 dijo lo siguiente:

"Toda arma, todo crucero, toda artillería, todo torpedo, en resumen, todos los instrumentos llamados de defensa y de seguridad significan un coste social, que incluye la expansión del hambre, de los que no tienen techo, y no tiene ni para vestirse, al que se les dice que no hay dinero para ello. Pero en realidad estamos hablando más que de dinero. Estamos hablando del sueldo de los trabajadores, del genio de nuestros científicos, de la esperanza de nuestras criaturas, que están siendo malgastados con un coste social enorme, utilizándose una retórica muy altisonante, el defender la patria. ¿Qué patria? Mientras tanto, el coste de un avión de bombardeo que se construye es el coste de dos hospitales que no se construyen".

El presidente Trump es el que ha aumentado más el gasto público militar en tiempos de paz, a la vez que ha recortado más el gasto público social, dificultando el acceso de la población a los servicios sanitarios y sociales. En España (incluyendo en Catalunya), los gobiernos que se consideran a sí mismos más "patriotas" son los que más han recortado el gasto en tales servicios.

Y permítanme que termine este artículo con otra cita relevante, la de un gran luchador por los derechos humanos, Martin Luther King, que en su famoso discurso en Riverside en 1967, dijo:

"Una nación que continúe año tras año gastando dinero y más dinero en defensa y seguridad militar y policial, a la vez que esté recortando sus programas sociales está causando su muerte espiritual".

Hoy, en un mundo súper armado, los neoliberales tienen la osadía de decir que no hay dinero para proteger a la ciudadanía y darle auténtica seguridad. La seguridad y el bienestar sociales (y la propia supervivencia hoy de la mayoría de las poblaciones) depende de la existencia de estos servicios que aseguran la vida y el bienestar de la población. Sin esta supervivencia, todo lo demás deja de tener sentido para la mayoría de la población, pues son estos servicios los que son percibidos como los más importantes por parte de las clases populares que, en cualquier país, son la mayoría de la ciudadanía. Se requieren grandes movilizaciones de estas clases para conseguir un aumento masivo de los recursos públicos en estos servicios esenciales que centren y permitan la necesaria y urgente reestructuración económica del país, creando un New Deal Social que considere el bien común como el objetivo prioritario de la actividad económica.

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Las causas de la desconocida y ocultada pobreza infantil en Catalunya https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/08/11/las-causas-de-la-desconocida-y-ocultada-pobreza-infantil-en-catalunya/ Tue, 11 Aug 2020 05:52:57 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5447 Continuar leyendo "Las causas de la desconocida y ocultada pobreza infantil en Catalunya"]]> Varios niños pasean con sus padres en un parque en Barcelona. E.P./David Zorrakino
Varios niños pasean con sus padres en un parque en Barcelona. E.P./David Zorrakino

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; director del JHU-UPF Public Policy Center

Uno de los mayores problemas sociales que existen en Catalunya es la elevadísima tasa de riesgo de pobreza y exclusión social de las criaturas, niños y niñas y jóvenes adolescentes, una de las más elevadas de España y de la UE-15 (el grupo de países de un nivel de riqueza semejante en la Unión Europea). Una tercera parte de la población menor de 16 años está en esta situación (33% en Catalunya, 30% en España y 20,6% en el promedio de la UE-15, según los datos proporcionados por el Idescat y Eurostat para la tasa AROPE –At Risk of Poverty or Social Exclusion–, un indicador europeo que muestra qué porcentaje de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social).

Uno de los tipos de hogares que se caracteriza por tener este elevado nivel de riesgo de pobreza son los hogares monoparentales (que representan alrededor de un 10% de todas las familias en Catalunya). La gran mayoría de estos hogares están compuestos por mujeres y sus criaturas, con muy escasos recursos como consecuencia de no tener una ocupación en el mercado de trabajo o por tenerla en la economía informal o en la economía de los servicios, donde predominan los salarios bajos y la precariedad. En Catalunya, tener trabajo no quiere decir que no seas pobre. En realidad, el 12% de las personas ocupadas continúan estando en riesgo de pobreza. De ahí que, aun cuando la eliminación de la brecha salarial que existe entre las mujeres y los hombres es una medida urgente y necesaria, se trata de una medida insuficiente para salir de la pobreza, pues los salarios entre los hombres en tales sectores de la economía de los cuidados son muy bajos (de los más bajos de la UE-15), con lo cual la igualación de los salarios por género no permitiría a la mayoría de las mujeres de hogares pobres salir de la pobreza.

Esta situación se ha acentuado durante el periodo conocido como la Gran Recesión, como consecuencia de la aplicación de políticas públicas (como las reformas laborales de 2010 y 2012) aprobadas en la Cortes españolas (con el apoyo activo –votando a favor– o pasivo –absteniéndose, esto es, facilitando su aprobación– de los partidos gobernantes –CDC y UCD– en Catalunya) y también en el Parlament de Catalunya que debilitaron significativamente a los sindicatos, políticas responsables del crecimiento de la precariedad y de la limitación de los salarios, siendo estos (en los sectores donde las mujeres son mayoría) de los más bajos de la UE-15. Ello queda reflejado en el hecho de que el porcentaje de la fuerza laboral sindicalizada en Catalunya es de alrededor del 10%, de las más bajas en España (donde lo está el 13,6% de los trabajadores) y en la UE-15 (donde, como promedio, lo está el 33,6%).

La escasa ayuda a las familias por parte de la Generalitat de Catalunya (y que se ha visto claramente durante la pandemia)

Pero hay otra causa de la pobreza infantil, y es la limitada disponibilidad de los servicios públicos de ayuda a las familias, tales como los servicios de atención y educación a la infancia (llamados guarderías en Catalunya) y los servicios de atención a la dependencia (ya sean servicios domiciliarios o residenciales –como las residencias de ancianos–), servicios que se conocen en los países escandinavos como el Cuarto Pilar del Estado del Bienestar (y que complementa los otros tres grandes derechos sociales: el derecho a la sanidad, el derecho a la educación y el derecho a la jubilación).

Este derecho, el de acceso a los servicios del cuarto pilar, está muy limitado en Catalunya (y en España), y ello afecta muy negativamente a las familias catalanas. Y decir familias quiere decir, en las culturas latinas, mujeres. Es precisamente la debilidad de las mujeres en Catalunya y en el resto de España lo que explica las limitaciones en algunos casos, y la falta de derecho en otros, al acceso a estos servicios de ayuda a las familias, siendo ello una de las causas de la pobreza infantil, pues ello no permite o dificulta la integración de la mujer en el mercado de trabajo, una de las principales causas de la pobreza maternal y, por lo tanto, infantil. Hay más que evidencia suficiente en los abundantes estudios sobre esta materia de que para reducir la pobreza infantil es más eficaz promover estos servicios de ayuda a las familias que hacer transferencias asistenciales a los hogares pobres, además de promover la participación de la mujer en el mercado laboral.

La integración de la mujer en el mercado de trabajo es una condición necesaria para reducir su pobreza, aunque no suficiente. Hay que aumentar los salarios, y para ello hay que empoderar a los sindicatos, y a las mujeres dentro de ellos. Para la mayoría de las mujeres que pertenecen a las clases populares, la liberación requiere, pues, de su empoderamiento tanto como mujeres como trabajadoras. Las reivindicaciones de género y las reivindicaciones de clase social son fundamentales para resolver el problema de la pobreza infantil.

Las causas políticas de la pobreza infantil: Catalunya ha sido gobernada por partidos de derechas durante la mayor parte del periodo democrático

Esta relación preferencial entre la liberación de la mujer y la liberación de las clases populares ha sido, precisamente, la experiencia de los países escandinavos, donde han gobernado coaliciones de partidos de izquierdas durante la mayor parte del tiempo transcurrido desde la II Guerra Mundial. Tanto los partidos de izquierdas como los sindicatos son fuertes (el porcentaje de trabajadores sindicalizados es de un 67% en Suecia, un 66% en Dinamarca, un 60% en Finlandia y un 49% en Noruega). Como consecuencia, tienen el cuarto pilar del Estado del Bienestar más desarrollado en Europa, junto con las desigualdades sociales por género y por clase social más bajas, así como los niveles más bajos de pobreza infantil.

En Catalunya, sin embargo, las izquierdas han tenido escaso poder (gobernando la Generalitat de Catalunya solamente siete años durante el periodo democrático). Catalunya, junto con Castilla y León, ha sido la comunidad autónoma en España gobernada por las derechas durante más tiempo (33 años) a lo largo dicho periodo, con la excepción de Euskadi (37 años). En el caso de Castilla y León, ha sido gobernada por la derecha mayoritaria en España, el PP, y en el caso de Catalunya, esta ha sido gobernada primero por una coalición de un partido liberal (CDC) con un partido cristianodemócrata (UDC), y después por el mismo partido liberal (Junts per Catalunya, heredero de CDC) con un partido de centroizquierda (ERC), que ha dado, este último, prioridad a su estrategia nacional sobre la social. Así, ha justificado su apoyo a Junts per Catalunya (la fuerza mayoritaria dentro de la coalición de gobierno) al compartir un proyecto común prioritario para ambas formaciones políticas: la independencia de Catalunya.

El principal argumento de ERC a favor de tal proyecto, así como de Junts per Catalunya, es que el subdesarrollo social de Catalunya (su elevadísima pobreza infantil es un indicador de ello) se debe a su pertenencia y supeditación al Estado español. Puesto que los datos de subdesarrollo social de dicho Estado, aunque ligeramente mejores, son muy semejantes a los de Catalunya (ver mi artículo "El gran silencio ensordecedor sobre la pobreza en España", Público, 22.07.20), tal argumento, a primera vista, parece coherente y es promovido activamente por los medios públicos de información pertenecientes a la Generalitat de Catalunya (y, muy en especial, TV3 y Catalunya Ràdio). Al parecer, han convencido a una parte amplia del público catalán, que, aun siendo minoritaria, está muy movilizada, de manera que el proceso para conseguir la secesión de Catalunya ha centrado la vida política y mediática de Catalunya (y de España), ignorando u ocultando la enorme crisis social de Catalunya. Su demanda de alcanzar la independencia durante su mandato llevó desde el principio del "procés" a un gran enfrentamiento con el Estado español, el cual había conservado, con escasa renovación, sus aparatos represivos, incluyendo los de seguridad del Estado, así como el judicial. De los 16 miembros del temido Tribunal de Orden Público, diez pasaron a ser miembros de la Audiencia Nacional o del Tribunal Supremo (ver "El Tribunal de Orden Público y la Audiencia Nacional. De aquellos polvos estos lodos", de Enrique Roldán Cañizares, ZonazeroO, 03.11.17). Y las cloacas continuaron actuando en los aparatos represivos del Estado con la colaboración de los mayores medios de información, cuyo principal objetivo fue mantener las instituciones producidas por una transición muy poco modélica (resultado de un gran desequilibrio de fuerzas), que implicó la continuidad del personal procedente de la dictadura en gran parte de las instituciones del Estado y en sus grandes medios de información, hasta el punto de que un periódico que jugó un papel clave en dicha transición como fue El País fue dirigido por el que fuera el director de la televisión de la dictadura, el Sr. Juan Luis Cebrián (ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país, Anagrama, 2002).

Los dirigentes de los partidos independentistas sabían que el "procés" que habían diseñado no llegaría a su objetivo

Cualquier conocedor de la historia reciente de España con la capacidad crítica de cuestionar la imagen promovida por el establishment político-mediático español de que la transición de la dictadura a la democracia fue modélica podía prever que el Estado español actual, que no está basado en una ruptura con el Estado dictatorial anterior sino en una acomodación, no permitiría que hubiera un referéndum sobre una posible secesión de Catalunya. De ahí que, movilizar a sus bases electorales prometiendo que ello era posible, era pedir una imposibilidad de la cual es difícil aceptar que los líderes de los partidos independentistas no fueran conscientes. El hecho de que insistieran en ello respondió, pues, a otro proyecto, nunca hecho explícito: que hubiera un referéndum sobre la independencia realizado en unas condiciones favorables al "sí", que justificaran así su posterior declaración de independencia. Era obvio que el referéndum no tenía las suficientes garantías para que tuviera la base legal y legítima para conseguir la independencia (tal y como el lehendakari Urkullu le advirtió al president Puigdemont). Pero la predecible respuesta que le dio Puigdemont fue que ello era resultado de la prohibición del gobierno español, que no permitió tales garantías (lo cual ya sabían desde el principio). El Estado era, pues, el responsable de una posición que les permitía legitimar, en cierta manera, lo que hicieron: declarar la independencia basándose en los resultados del 1 de octubre.

La aplicación del artículo 155 de la Constitución era inevitable, y ello tuvo un efecto devastador para la gran mayoría del pueblo catalán que, por cierto, no es independentista. Las políticas de austeridad fueron aplicadas con toda fuerza por el gobierno del PP presidido por Rajoy.

Las consecuencias del "procés" liderado por los partidos independentistas

Es impensable, repito, que los dirigentes de los partidos independentistas no fueran conscientes de esta realidad (la existencia en España de un Estado altamente represivo, heredero de un Estado dictatorial anterior) y que no conocieran que su estrategia (desarrollada en su famoso "procés") llevaría a tal empeoramiento de la situación política y a tal elevada represión. De ahí que hay que asumir que consideraran que tal conflictividad era necesaria, con fines partidistas, para movilizar y expandir sus bases, siendo tal política rentable electoramente. Como un tanto cínicamente había dicho la consellera Irene Rigau (de CDC), "la principal productora de independentistas en Catalunya era la política represiva del Estado español". No hay duda de que el hecho que varios dirigentes independentistas estén hoy en la cárcel o en el exilio ha favorecido su movilización electoral. Pero tal conflictividad, que beneficia a los movimientos identitarios nacionalistas a ambos lados del Ebro, y muy en particular a los partidos de derechas –la españolista, el PP, y la independentista, CDC y el PDECat– (que, como siempre, intentan presentarse como los "grandes patriotas") ha hecho un daño enorme a las clases populares, cuya crisis social –incluida la elevadísima pobreza infantil– (creada precisamente por una alianza en temas económicos y sociales entre las derechas de los dos polos nacionales e identitarios) ha quedado totalmente ocultada.

La enorme, desconocida y ocultada pobreza infantil en Catalunya (y en España) podría resolverse, pero se requiere un cambio profundo del contexto político en ambas

Hoy la fuerza hegemónica dentro del independentismo continúa siendo la derecha heredera del pujolismo, que representa su visión más radicalizada e intransigente. Su argumento de que una Catalunya independiente sería más próspera ignora que lo que determina la calidad de vida de las clases populares en un país no es su nivel de riqueza (Catalunya es más rica que el promedio de la UE), sino la distribución de tal riqueza. EEUU –un punto de referencia de la ideología liberal– es el país más rico del mundo y, sin embargo, es uno de los países de la OCDE con peores indicadores de calidad de vida y con mayores desigualdades. El subdesarrollo social de Catalunya y del resto de España no se debe a que no exista suficiente riqueza, sino a que esta está pésimamente distribuida (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, 2009). Las políticas neoliberales que han sido aprobadas por las derechas catalanas en las Cortes españolas (desarrolladas en alianza con las derechas españolas), y la continua promoción de las sensibilidades económicas de esta orientación en los medios de persuasión que el gobierno de la Generalitat controla (siendo el economista más visible en los medios públicos de la Generalitat de Catalunya, tanto en TV3 como en Catalunya, uno de los economistas más ultraliberales de Europa, asesor de Davos, que privatizaría todo el Estado del Bienestar, incluyendo las pensiones), han sido responsables de que Catalunya sea uno de los países más desiguales, con una de las pobrezas infantiles más elevadas de la Unión Europea.

Parece que, por fin, se están escuchando algunas voces dentro del independentismo que reconocen que quizás se podría haber hecho algo mal. Lo que es obvio comienza a parecerles claro. La independencia deseada por tales partidos no puede ni debe ser realizada por una minoría de la población en Catalunya (por muy movilizada que esté), y todavía menos por una minoría que no tenga el apoyo de la gran mayoría de las clases populares. Sólo el 34 o 35% del censo electoral apoya la independencia (y, por cierto, el 20% del voto a partidos independentistas no es independentista, sino federalista, según el último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat de Catalunya). Sus representantes en el Parlament de Catalunya no tenían ni tienen el mandato democrático para declarar la independencia. Su estrategia era y es meramente partidista (a fin de conseguir su permanencia en el poder político y mediático del país), sin considerar ni tener en cuenta las necesidades actuales de la población, obstaculizando las medidas económicas y sociales, como la aprobación de los presupuestos generales del Estado, que habrían terminado con las políticas de recortes, beneficiando así a las clases populares de Catalunya y del resto de España. Una vez más, el "procés" ahoga e impide el progreso social.

Hoy es necesario para el bien del país que haya un cambio en las direcciones de tales partidos para poder establecer una alianza con las fuerzas políticas reformistas españolas que están luchando (en medio de una gran hostilidad por parte de las derechas españolas y catalanas) para cambiar el Estado español, estableciendo un nuevo orden social, con una visión policéntrica y poliédrica del Estado, con una mirada plurinacional que ponga la justicia social y la solidaridad en el centro de las intervenciones públicas, en el contexto de unas instituciones plenamente democráticas, con el reconocimiento del derecho a decidir sobre el nivel de articulación territorial entre sus distintas naciones. Creerse que Catalunya puede cambiar sin cambiar España es un error que solo conducirá a perpetuar realidades como la elevadísima pobreza infantil que hay en ambos territorios. Así de claro.

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Estado del bienestar,Pobreza
La politización de la pandemia por parte de las derechas en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/08/03/la-politizacion-de-la-pandemia-por-parte-de-las-derechas-en-espana/ Mon, 03 Aug 2020 07:21:38 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5427 alt -->   A principios de mayo recibí una invitación de la presidencia de la comisión para la Reconstrucción Social y Económica de las Cortes españolas para expresar mi opinión, como experto en políticas públicas y sociales, sobre cómo salir de la enorme crisis económica y social que existe en España como resultado de la expansión de … Continuar leyendo "La politización de la pandemia por parte de las derechas en España"]]> La politización de la pandemia por parte de las derechas en España

 

A principios de mayo recibí una invitación de la presidencia de la comisión para la Reconstrucción Social y Económica de las Cortes españolas para expresar mi opinión, como experto en políticas públicas y sociales, sobre cómo salir de la enorme crisis económica y social que existe en España como resultado de la expansión de la pandemia. Dicha invitación me llegó estando yo en Baltimore, EEUU, donde suelo dar un curso cada año en la Johns Hopkins University durante la primavera. Pero nunca pensé que una pandemia se propagaría rápidamente en España y pronto también en EEUU. Los vuelos transatlánticos se paralizaron y se impusieron cuarentenas a ambos lados del Atlántico Norte para los viajeros. Ante esta inesperada coyuntura, solicité que se me permitiera hacer la presentación por videoconferencia o, en caso contrario, que pudiera enviar mi testimonio por escrito y/o por vídeo, lo cual se me permitió (adjunto mi presentación oral y la presentación escrita de mi discurso). No se me permitió, sin embargo, que pudiera estar presente vía online y pudiera responder a las preguntas u observaciones de los diputados que asistían a mi presentación. Esto último me extrañó, pues durante mi larga carrera profesional he hecho -como experto- muchas presentaciones por videoconferencia en muchos parlamentos de muchos países, las cuales incluían la posibilidad de intercambiar opiniones o expandir mi presentación con los parlamentarios. Lamento que el parlamento español tuviera esta limitación al no poder estar presente físicamente en la sala.

El vídeo funcionó bien, y se pudo entender bien. Pero lo que siguió fue una experiencia nueva y excepcional, inesperada para mí, y que nunca antes había experimentado. Me sorprendió por la agresividad y hostilidad hacia mi presentación, manifestada por el diputado José María Figaredo Álvarez-Sala, del grupo parlamentario de Vox, que afirmó que mi presentación era "absolutamente surrealista", "una absoluta falacia", promoviendo "tesis comunistas", con una "tesis absolutamente falsa", entre una larga retahíla de insultos. Y por si esas descalificaciones no bastaran, la normativa de la cámara no permitía que yo pudiera contestarlas. Es más, tal diputado incluso intentó que mi presentación no constara en el acta de la comisión. ¡Fue toda una experiencia! He asesorado a muchísimos gobiernos y parlamentos a lo largo de mi vida profesional, y nunca había visto una respuesta semejante.

Francamente, me dolió, pues, después de todo, se trataba del parlamento de mi país, parlamento que, a pesar de sus limitaciones y deficiencias, debería ser reflejo de un sistema democrático por el cual mi familia y yo luchamos muchísimo, durante la dictadura, para hacerlo posible, sufriendo una dura represión que marcó nuestras vidas. Para mí era un momento emotivamente importante: me encontraba virtualmente en este parlamento (lo cual tenía un especial significado), por el cual tantos españoles habíamos luchado tanto, pero, a la vez, estaba siendo insultado, en el mismo parlamento, por un personaje de un partido de ultraderecha cuya ideología me recordaba a algunos elementos esenciales de la ideología de aquel régimen dictatorial. De todos los insultos hubo uno que no me tomé como tal, pues era y es un honor para mí haber participado, en los años de la dictadura, en la resistencia antifranquista, liderada por el Partido Comunista. E insultó además a mi familia, cuyos miembros aglutinaban muchas sensibilidades de izquierdas, incluyendo comunistas, personas que se distinguieron por su sacrificio en defensa de la democracia y por el establecimiento de un parlamento en el que un personaje como tal individuo pudiera incluso insultarnos.

Respuesta a las supuestas falsedades

Paso ahora a rebatir sus argumentos. Y es una lástima que utilizara ese tono agresivo, pues podría haberse establecido un debate (cosa que no me fue permitida) para proveer información que hubiera permitido profundizar en el tema. En mi presentación indiqué que muchos de los datos que presenté procedían de un estudio realizado por el JHU-UPF Public Policy Center, patrocinado por la Universitat Pompeu Fabra y la Johns Hopkins University, que analizaba la respuesta gubernamental a la pandemia por parte de los países a los dos lados del Atlántico Norte. Y en tal estudio vimos que los Estados que han podido responder mejor a la problemática sanitaria creada por la pandemia han sido aquellos que tienen un mayor desarrollo de su Estado del Bienestar, y muy en particular de sus servicios sanitarios y sociales, un desarrollo medido, entre otros indicadores, por el nivel de gasto y de gestión pública. De ahí que los países escandinavos hayan tenido una mortalidad por coronavirus menor que la de los países que, como España e Italia, tienen unos Estados del Bienestar poco financiados, caracterizados por una presencia muy amplia de los servicios privados en detrimento de los públicos. Puesto que las políticas de austeridad de gasto público, aplicadas mediante los recortes, fueron llevadas a cabo primordialmente por los gobiernos de partidos derechas, ahora representantes de tales espacios políticos han puesto el grito en el cielo, intentando mostrar que el bajo gasto público no ha sido la causa de la enorme mortalidad, pues, como indicó el diputado de Vox, otros países como Taiwán y Corea del Sur tienen un gasto público incluso menor y, aun así, han tenido una menor mortalidad por coronavirus.

Pero el hecho de que algunos países asiáticos hayan tenido éxito a pesar de tener un gasto público menor, no implica que en España e Italia la escasez de recursos no haya sido una causa muy importante de su incapacidad para responder frente a la pandemia. En estos y otros países asiáticos hay otros factores existentes, como por ejemplo, la experiencia adquirida por su frecuente exposición a las epidemias o el uso generalizado de medidas protectoras como las mascarillas contra enfermedades víricas como la gripe, que han mitigado el daño causado por la escasez de recursos en la sanidad pública. De ahí que en nuestro estudio nos centráramos en países de semejante nivel de desarrollo y de una cultura parecida, como los son los de Europa Occidental y América del Norte. Es importante que en estudios internacionales de esta naturaleza nos centremos en las características de cada país para entender la evolución de la pandemia. Y es ahí donde encontramos evidencia de que el desbordamiento e incapacidad mostrados por el sistema sanitario español frente a la pandemia estuvo relacionado con el hecho de que los recursos que tenía tal sistema no eran suficientes, siendo ello una de las mayores causas de la elevada mortalidad debida al coronavirus. Varios indicadores señalan la veracidad de esta hipótesis. Uno es el elevadísimo porcentaje de personal sanitario infectado (debido, en gran parte, a la falta de materia protector), de los más altos en los países a ambos lados del Atlántico Norte, situación que ocurrió también en los servicios de atención a las personas con dependencia, como las residencias de ancianos, donde el personal careció de tales materiales protectores (añadiéndose, en este último caso, unas condiciones laborales precarias). Tal déficit de recursos y de personal, así como de material como ventiladores, forzó a adoptar "protocolos de triaje salvajes" que claramente discriminaron a las personas mayores, siendo su elevada mortalidad (sobre todo, en las residencias privadas de ancianos) una consecuencia de tal escasez.

Todos estos datos son ignorados por los responsables de los "recortes del gasto público", que se realizaron para reducir el déficit público (e indirectamente para facilitar el aumento de los servicios privados), centrándose, en cambio, en criticar las políticas desarrolladas por el nuevo gobierno de coalición (PSOE-UP), denunciándolos (con una enorme hostilidad característica de las derechas extremas y de las extremas derechas) como responsables de tan elevada mortalidad, como consecuencia de un retraso en tomar medidas más contundentes. Este argumento ignora que otros países europeos respondieron más tarde que España y, en cambio, al disponer de más recursos, pudieron atajar mejor la pandemia.

Las fuerzas conservadoras responsables de los recortes y de la excesiva privatización de los servicios públicos son ahora responsables de obstaculizar la respuesta a la pandemia

Otro ejemplo de mi supuesta falta de credibilidad fue que el diputado de Vox negó que España fuera uno de los países con más gasto sanitario privado. Miren los datos de la OCDE y verán que así es si nos comparamos con los países de tal comunidad de naciones. España es, junto con Portugal, el que tiene un gasto privado mayor (España 1.015 dólares per cápita, y Portugal 1.191 dólares per cápita). Estados Unidos, al otro lado del Atlántico, tiene un gasto privado mayor (1.628 dólares per cápita), pero en la mayoría de los países de la UE-15 dicho gasto es menor al español: Reino Unido (953 dólares per cápita), Grecia (931 dólares per cápita) o Francia (843 dólares per cápita) son ejemplos de lo que digo. Estos datos son calculados, como debe hacerse en todos los estudios de políticas públicas comparadas, con dólares estandarizados, es decir, que su valor ha sido adaptado al nivel de vida de cada país para homologar el valor de su capacidad adquisitiva.

Pero en los estudios que hemos realizado, otro factor que en el caso de Italia y España (y también hoy de EEUU) ha contribuido a la elevada mortalidad es la gran descentralización de sus servicios nacionales de salud, que ha hecho difícil una respuesta a nivel de todo el país. Prueba de ello es que cuando las comunidades autónomas en España han recobrado su capacidad de gestión, la mortalidad elevada ha reaparecido. España tiene diecisiete servicios de salud (tantos como comunidades autónomas), todos ellos subfinanciados y con una gran variedad de capacidades y competencias. Y en el caso de EEUU, la falta de liderazgo de la administración Trump ha sido otra de las principales causas de su elevadísima mortalidad. El factor político juega, pues, en todos estos países, un papel clave. La politización de la pandemia, evitando que el gobierno central deba o pueda liderar la respuesta a ella en una situación tan excepcional, tal y como ha ocurrido en EEUU (donde el presidente Trump no ha liderado una respuesta federal a la pandemia) y en España (donde las derechas no han querido -por fines partidistas- que se diera una respuesta centralizada), ha dificultado la resolución del problema. La agresividad de las derechas en España frente a esta respuesta generalizada acorde con las evidencias científicas es un indicador de ello.

En una situación en la que la pandemia ha adquirido una dimensión tan globalizada es un gran error creerse que pueda resolverse solo a nivel autonómico o municipal. Ni que decir tiene que los gobiernos autonómicos y municipales deben tener un gran protagonismo en las decisiones y la gestión de las medidas necesarias para responder a la pandemia. Pero en las áreas de salud pública, sanidad y servicios sociales, es fundamental que, en países de gran movilidad interna e internacional, se desarrollen políticas para todo el territorio, con la autoridad para implementarlas fruto de un consenso entre las fuerzas políticas, guiadas en este caso por el asesoramiento científico. La falta de colaboración de las derechas en España está afectando negativamente a la resolución de un gravísimo problema sanitario, salubrista y social. Su hostilidad, claramente expuesta por el personaje de Vox frente a mi presentación, es un indicador más de ello.

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El gran silencio ensordecedor sobre la pobreza en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/07/22/el-gran-silencio-ensordecedor-sobre-la-pobreza-en-espana/ Wed, 22 Jul 2020 06:00:05 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5423 Continuar leyendo "El gran silencio ensordecedor sobre la pobreza en España"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Director del JHU-UPF Public Policy Center

Más de una cuarta parte de la población en España (un 26,1%) vive en condiciones de riesgo de pobreza y exclusión social, un dato que pone a este país entre los que tienen menor sensibilidad social en la Unión Europea de los Quince –UE-15– (el grupo de países más ricos de la UE). Y esta situación es incluso peor entre las criaturas, niños y niñas y adolescentes menores de 16 años, entre los cuales la pobreza es incluso mayor (28,8% de la población con estas edades). La diferencia entre los niveles de pobreza en todos estos grupos etarios en España y los niveles para cada grupo correspondiente con el promedio de la UE-15 es notable (en la UE-15 dichas tasas son, respectivamente, cinco y seis puntos más bajas). Y con los países con mayor sensibilidad social en la UE-15, como Suecia (uno de los países de tal comunidad de naciones con menos pobreza), la diferencia es enorme (en el caso de Suecia, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social es ocho puntos más baja que la española para el conjunto de la población, y para los menores de 16 años).

La pobreza silenciada y ocultada por el establishment político-mediático del país

Lo que llama la atención a los observadores y analistas de la situación social de este país es el silencio que existe sobre esta situación tan dramática (y no hay otra manera de definirla) en sus principales fórums políticos y mediáticos. Esta elevada pobreza es parte de la realidad ocultada que no aparece en el discurso oficial del establishment político-mediático del país. Tal establishment, ensimismado en su propia complacencia de que España, tras un proceso de transición de una dictadura a una democracia (considerado como modélico), se ha transformado en un país democrático homologable a cualquier otro país democrático de la UE-15, ignora esta realidad que, de conocerse, amargaría la imagen tan dulcificada que tiene de nuestro país (para un análisis detallado de la situación de la pobreza en España, en comparación con el promedio de la UE-15 y de Suecia, ver mi intervención "Las estrategias para lograr el fin de la pobreza" en los cursos de la UCM de El Escorial, 21.07.20).

La pobreza es un síntoma de la enorme desigualdad de renta y riqueza que tiene el país, una de las más altas de la UE-15

Este silencio sobre la pobreza oculta también en otro grave problema que existe en España, que es su elevadísima desigualdad de rentas, de nuevo, una de las más altas de la UE-15. Cualquier indicador de desigualdades de renta (escojan el que se quiera) muestra que somos bastante más desiguales que el promedio de la UE-15 y mucho, mucho más desiguales que los países menos desiguales de la UE-15, como por ejemplo Suecia. En realidad, hay una relación directa entre pobreza y desigualdades de clase (medidas por el nivel de renta). A mayor pobreza en un país, mayores son sus desigualdades de renta. Pero es también interesante subrayar que, a mayor pobreza en un país, encontramos no solo mayores desigualdades de renta, sino también mayores desigualdades de género. De ahí que Suecia, uno de los países con menor pobreza y con menos desigualdades de renta, sea también el país con menores desigualdades de género. En el otro extremo, España es uno de los países con mayor índice de pobreza, con mayores desigualdades de renta y también mayores desigualdades de género (en índice de desigualdad de género en España es casi el doble al existente en Suecia). Esta transversalidad en los distintos problemas sociales señala una causa común. Veamos por qué.

 

¿Cuál es la causa común de estos graves problemas sociales?

Vayamos por partes y comencemos por el análisis de las causas de la pobreza. Y lo primero que tenemos que aclarar es que el nivel de recursos de un hogar depende de su composición (cuántos ancianos, cuántos adultos y cuántas criaturas tiene) y de los ingresos que reciban los adultos, ya sean transferencias públicas o (para la gran mayoría de las clases populares) salarios.

Analizando la pobreza según los distintos modelos de familia, se ve inmediatamente cuál es la causa principal de la pobreza infantil. Las familias monoparentales, que representan el 10% de todas las familias (cifra que equivale a 1,8 millones de familias), es el grupo más importante de familias u hogares pobres. Y la gran mayoría de estas familias (un 80%) están encabezadas por mujeres y, entre ellas, las que trabajan lo hacen, por lo general, en puestos de trabajo mal retribuidos, con poca estabilidad laboral y muy precarios, o directamente no trabajan fuera de casa, pues deben atender y cuidar a sus criaturas, al no poder tener ayuda de la familia. Al no trabajar fuera de casa o tener ingresos muy limitados, caen en la pobreza. La falta de trabajo o su limitado trabajo es, pues, la causa de su pobreza. Y esta pobreza es dura y crea un enorme sufrimiento.

Los siguientes datos sobre las mujeres que encabezan las familias monomarentales y que perciben rentas mínimas hablan por sí mismos: el 23% de ellas trabajan en la economía sumergida; el 42% vive en casas con humedades, goteras o ventanas podridas; el 50% presenta graves dificultades para llegar a fin de mes; el 53% tiene recibos de servicios o de comunidad atrasados; el 35% afirma que su salud es regular o mala; el 58% admite que le cuesta conciliar el sueño; el 65% reconoce un bajo nivel de concentración y poco disfrute de la vida. Algunos de estos datos provienen del informe "Estudio sobre las familias monoparentales perceptoras de rentas mínimas", desarrollado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza.

Sabemos cómo resolverlo, pues otros países (como Suecia) lo han conseguido

De estos datos se debe deducir que una manera de reducir la pobreza infantil es facilitando que la mujer se integre en el mercado de trabajo y obtenga buenos trabajos. Sabemos que las mujeres más integradas en el mercado de trabajo son las mujeres con formación superior, siendo las menos integradas las mujeres de clase trabajadora no cualificadas. En realidad, a medida que las mujeres con estudios de grado superior van integrándose en el mercado de trabajo más rápidamente que las mujeres trabajadoras no cualificadas, y teniendo en cuenta que las familias de rentas superiores son más estables y más biparentales (lo que les permite contratar ayuda familiar que no puede recibir la madre soltera de clase trabajadora no cualificada) que las monomarentales, se van acentuando notablemente las desigualdades entre los hogares de rentas inferiores y sus criaturas, por un lado, y los hogares de rentas superiores y sus criaturas, por el otro, desigualdades que en el caso de las criaturas marcan de una manera muy clara sus oportunidades, pues el acceso a las escuelas de infancia por parte de las criaturas de hogares de rentas superiores las dota de un capital educativo que no tienen las criaturas de las familias monomarentales.

La necesaria y urgente necesidad de crear ocupación entre las mujeres de las clases populares

La elevada pobreza infantil está causada, en gran parte, por la baja tasa de ocupación de la mujer en España, de las más bajas en la UE-15 (61%). Suecia (con un 80,2%) es de las más altas. Este diferencial de ocupación ha tenido menos visibilidad mediática que la denominada "brecha salarial". Tal brecha es más acentuada en la cúspide que en la base de la estructura social. Así, en España la brecha salarial es importante que se corrija, pero no eliminaría la pobreza entre las mujeres, pues los salarios en general son bajos. Y no hay que olvidar que este país tiene una tasa de riesgo de pobreza entre trabajadores de casi el doble de la que existe en Suecia (12,9% contra 7%). De ahí la enorme importancia del aumento del SMI, pues el nivel salarial es muy bajo. Este bajo nivel de los salarios es, pues, una de las mayores causas (junto con la baja tasa de ocupación de la mujer) de la pobreza (incluida la infantil) y de las desigualdades de renta, y ello lleva a tener que considerar las causas políticas de la pobreza.

Las causas políticas de la pobreza

Una de ellas es el mayor poder sindical en Suecia que en España. El 67% de la fuerza laboral está sindicalizada en Suecia, por solo el 13,9% que lo está en España. De ahí la enorme necesidad de revertir y anular las reformas laborales aprobadas por los gobiernos españoles en los años 2010 y 2012, que fueron esenciales para debilitar a los sindicatos, lo que resultó en un gran aumento de la precariedad y del desempleo. Para disminuir la pobreza hará falta el empoderamiento de las instituciones que canalizan el poder de género, pero también el de clase. Puesto que la mayoría de las mujeres pertenece a las clases populares, es fundamental que se refuercen los instrumentos de poder de género y de clase, pues no se resolverán los grandes problemas de pobreza y desigualdad sin empoderar a la mujer trabajadora y de las clases populares, para que sea consciente de que la eliminación de la explotación de género no se resolverá sin que se elimine la explotación de clase. No olvidemos que durante los años de la Gran Recesión las rentas derivadas de la propiedad del capital y del mundo de las grandes empresas crecieron significativamente, a costa de que las rentas del trabajo disminuyeran, tema sobre el cual también hay un silencio ensordecedor. Todo ello me lleva a hablar del cuarto pilar del Estado del Bienestar.

 La urgente necesidad de establecer y expandir el cuarto pilar del Estado del Bienestar

En los países escandinavos, de tradición progresista, existe un derecho universal, de carácter individual, de acceso a los servicios de ayuda a las familias, que incluyen escuelas de infancia y servicios de atención a la dependencia (que, a su vez, incluyen servicios domiciliarios a personas con dependencia y servicios de atención a la dependencia de larga duración, como las residencias de ancianos). Este derecho complementa los otros tres derechos del Estado del Bienestar de tradición progresista escandinava: el acceso a la sanidad (1.er pilar); a la educación (2.º pilar); a la jubilación y las pensiones (3.er pilar); y a los servicios de ayuda a las familias (4.º pilar).

En España, este cuarto pilar del Estado del Bienestar está muy poco desarrollado (debido al escaso poder de la mujer y, muy en especial, de la mujer trabajadora). Este pilar ha sido fundamental en Suecia para corregir la pobreza infantil y la pobreza en general, así como para reducir las desigualdades de renta, de clase y de género. Siguiendo una estrategia basada en la expansión del Estado del Bienestar, se podrían crear 700.000 nuevos puestos de trabajo, facilitando además la integración de 1,5 millones de mujeres al mercado de trabajo. Ello permitiría también la reducción de la economía sumergida, generando ingresos por impuestos y aportaciones a la Seguridad Social debido al aumento del empleo.

Hay que reconocer el derecho del hombre a cuidar de su familia

El establecimiento del cuarto pilar del Estado del Bienestar implica la creación de unos servicios públicos suficientes y de calidad, con empleados públicos y a tiempo completo, garantizando a la vez la corresponsabilidad del hombre en el cuidado de la familia, reforzando su derecho a cuidar de su familia, lo cual requiere una reducción del tiempo de trabajo semanal, pasando de 40 a 35 horas, en cinco días, requisito indispensable, pues el trabajador en España es el que trabaja más horas por semana en la UE-15, lo que dificulta la conciliación de su responsabilidad laboral con su derecho a cuidar de su familia, un derecho fundamental para el propio desarrollo emotivo del hombre, mejorando la calidad de vida de la familia en su conjunto.

Hay que facilitar la igualdad de oportunidades disminuyendo las desigualdades

Este cuarto pilar del Estado del Bienestar es también esencial para garantizar una igualdad de oportunidades para las criaturas de familias trabajadoras de escasos recursos, que son las que en España tienen menos acceso a las escuelas de infancia, creando con ello un déficit educativo que los marca para el resto de sus vidas, poniéndolos en situación de desventaja con respecto a las criaturas que han podido acudir a estas escuelas de infancia. Por todas las razones expuestas anteriormente, tal derecho debería establecerse como un derecho fundamental en la Constitución Española, lo cual no existe en el documento marco de nuestra democracia.

Y sí, se pueden pagar los servicios del cuarto pilar del Estado del Bienestar, fundamentales para conseguir la igualdad de la mujer, mejorar la calidad de vida de las familias, reducir las desigualdades por clase social y por género, y resolver el enorme problema del desempleo en España

Por último, es justo subrayar que la no existencia de este derecho no se debe a causas económicas (falta de recursos), sino a causas políticas. El país dispone de recursos suficientes para financiar tal derecho. En el caso de los servicios de atención a la dependencia, aunque el coste total sería en 10 años de 11.680 millones de euros, en realidad a tal cantidad deberían sustraerse 4.719 millones, los cuales se obtendrían de los impuestos y cotizaciones sociales de la nueva población empleada, que podría llegar a ser de casi dos millones de personas, y también 2.140 millones que el Estado adquirirá al terminar con las desgravaciones relacionadas con la dependencia, que dejarían de existir para convertirse en servicios públicos. Ello determinaría que el coste total sería de 4.821 millones que, divididos en 10 años, equivaldrían a aproximadamente 500 millones anuales, una cantidad muy asumible por el Estado español (ver el documento "El cuarto pilar del Estado del Bienestar. Una propuesta para cubrir necesidades esenciales de cuidado, crear empleo y avanzar hacia la igualdad de género", propuesta preparada por el JHU-UPF Public Policy Center para el Grupo de Trabajo de Políticas Sociales y Sistema de Cuidados de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados).

No es un problema económico: es un problema político

A lo largo de esta exposición he mostrado la clara relación entre los dos principales problemas que tiene España: la elevadísima tasa de riesgo de pobreza y exclusión social (incluso más acentuada entre los menores de 16 años) y las enormes desigualdades por clase social y por género. Este artículo muestra cómo están claramente relacionados y responden a una causa común: el enorme poder que las fuerzas conservadoras tienen sobre el Estado español, que determina la aplicación de políticas públicas claramente regresivas que favorecen los intereses de las clases más pudientes a costa de los intereses de la mayoría de la población y, muy en particular, de sus clases populares. La mejora del bienestar de estas clases populares pasa por la movilización para cambiar y revertir las políticas regresivas y de austeridad que han dominado la vida pública del país y de la UE durante varias décadas. Tales políticas, de continuarse, llevarían a un incremento de la pobreza y de las desigualdades. La solución pasa por desarrollar políticas públicas redistributivas que mejoren la calidad del mercado de trabajo y aumenten la ocupación (y, sobre todo, la buena ocupación) mediante la expansión del estado del Bienestar, con pleno desarrollo de su cuarto pilar, para avanzar hacia la igualdad de género, el mejoramiento del empleo y ayudar a las olvidadas familias españolas a alcanzar el nivel de calidad de vida que se merecen.

Para hacerlo es importante tomar como punto de referencia la experiencia de los países escandinavos, que han sido gobernados por coaliciones de partidos progresistas de izquierdas durante la mayor parte del período posterior a la II Guerra Mundial. Sería aconsejable que, en estos momentos históricos en España en los que se está experimentando con un gobierno de coalición de izquierdas, se tomaran como punto de referencia tales experiencias, no para copiarlas, pero sí para darnos seguridad de que sí se puede hacer lo que pedimos, pues otros lo han hecho antes que nosotros. Hay que ser conscientes de que las derechas de siempre utilizarán los argumento de siempre: que no hay dinero, que arruinarán el país, etc. La respuesta es fácil: miren qué ha pasado en aquellos países gobernados por dichas coaliciones de izquierdas. Incluso el Foro de Davos, el Vaticano del neoliberalismo, ha reconocido que sus economías están entre las más eficientes hoy en el mundo. En realidad, la equidad social es fundamental para conseguir una economía al servicio de la gran mayoría de la sociedad. La evidencia científica que apoya esta observación es abrumadora, aunque no lo verán así en los principales medios de información y persuasión que existen en el país. Es triste ver que, en el debate en La Sexta Noche entre dos economistas, el que supuestamente es de izquierdas dijera que, a la larga, no había otra solución que recortar las pensiones así como los salarios y empleo públicos, que ya son de los más bajos que existen en la UE-15. Ahora bien, está claro que está surgiendo un deseo de cambio profundo que abre toda una serie de esperanzas y que constata que la solidaridad es más necesaria que nunca para salir de la pandemia y también de la profunda crisis económica que vive la población española y, muy en particular, sus clases populares.

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Estado del bienestar
Abrir las escuelas es más urgente y necesario para la recuperación económica que los aviones o los trenes de alta velocidad https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/07/16/abrir-las-escuelas-es-mas-urgente-y-necesario-para-la-recuperacion-economica-que-los-aviones-o-los-trenes-de-alta-velocidad/ Thu, 16 Jul 2020 05:03:06 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5409 Continuar leyendo "Abrir las escuelas es más urgente y necesario para la recuperación económica que los aviones o los trenes de alta velocidad"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Director del JHU-UPF Public Policy Center en Barcelona

Como he indicado en artículos anteriores, existe casi un consenso entre los gobernantes de los países a los dos lados del Atlántico Norte (América del Norte y Europa Occidental) de que hay que aumentar el gasto público en cantidades nunca vistas antes para, por ejemplo, ayudar a empresas privadas que se consideran clave con el objetivo de asegurar la movilidad de bienes y servicios necesarios para la recuperación económica. De ahí que se estén proveyendo gran cantidad de fondos públicos a las aerolíneas y a las empresas de comunicación digital, consideradas clave para tal recuperación económica. Ahora bien, hay algunas áreas que apenas han tenido visibilidad en los mayores medios de información y que, sin embargo, son mucho más importantes para agilizar tal recuperación que aquellas empresas.  Me estoy refiriendo a los servicios de atención y educación a las criaturas, niños y niñas, y adolescentes, cuyos déficits de recursos y de financiación están retrasando tal recuperación. Estamos viendo ya cómo el cierre de las escuelas durante los meses de confinamiento ha tenido un impacto paralizante sobre la economía española, al mantener a los padres y madres -la mayoría, trabajadores y trabajadoras- en su casa, atendiéndoles.

Qué pasa cuando las escuelas se cierran en un país

Durante varios meses, grandes sectores de la población han estado confinados en casa y, por lo tanto, la educación de criaturas, niños y niñas y jóvenes ha sido a distancia, es decir, por medios digitales. Pero esta situación ha tenido consecuencias enormemente negativas que explican la resistencia de la ciudadanía a continuar tales confinamientos. Entre ellas está el gran retraso escolar que ha causado la interrupción de la docencia presencial. El cambio obligado en el modelo de educación debido a la pandemia, de presencial a virtual, ha implicado, para grandes sectores del alumnado, un impacto negativo muy significativo para su desempeño escolar. En EEUU se ha cuantificado este retraso y supone, aproximadamente, el equivalente al contenido de todo un curso académico. Esta situación ha dañado primordialmente a aquellas criaturas, niños y niñas y adolescentes de familias con pocos recursos, que no disponen de ordenadores y/o conexiones estables y/o seguras a internet, a lo que se añade la tendencia a una menor capacidad de los padres y madres de esas familias para ayudarles en sus estudios, ya sea debido a un menor nivel adquirido de estudios o a una falta de tiempo causada por las largas jornadas de trabajo a las que están sometidos. Todo ello acentúa las enormes desigualdades de oportunidades que existen en España (acrecentadas por la dicotomía escuela pública versus privada-concertada que caracteriza el sistema escolar español), dañando así especialmente a las clases populares con menos recursos. Esta situación de desventaja educativa marca a esos estudiantes para el resto de sus vidas, violando el principio democrático de que todo ciudadano debería tener las mismas oportunidades para avanzar en nuestra sociedad.

Otras dimensiones del sistema escolar que han desaparecido con el cierre de las escuelas

Pero el daño no es solo educacional. El sistema educativo también incluye toda una gama de servicios, desde la alimentación a los servicios sanitarios (en muchos países, el proceso vacunal se realiza a través del sistema educativo), que quedan muy limitados en el contexto de la educación virtual, al diluirse la relación interpersonal intrínseca a la docencia presencial. La ausencia o limitación de estos servicios crea problemas gravísimos para las familias. Y en España, decir "familias" equivale a decir "mujeres". De ahí que la ausencia de estos servicios (desde la función de guardería a la alimentaria, además de la educativa) cree una problemática enorme para las mujeres (ya enormemente sobrecargadas) y para el resto de los miembros de las familias, forzándolos (y muy en especial a las mujeres) a hacer cambios en sus horarios de trabajo, que afectan enormemente a la dinámica de su vida laboral y, por lo tanto, a la vida económica del país. Sin lugar a duda, la retención de la mujer en las tareas familiares es una de las mayores causas de su escasa participación en el mercado de trabajo (62%) y, por lo tanto, del escaso desarrollo del país. Si su presencia en el mercado laboral fuera del 80%, como en Suecia, habría 2,5 millones más de trabajadores en España, creando riqueza, pagando impuestos y cotizando a la Seguridad Social, aumentando el nivel de vida de las familias y la demanda doméstica, que es el motor de la economía.

De ahí la urgencia de que las escuelas se reabran en septiembre

Hay un deseo enorme y comprensible de que se abran las escuelas y volver a la normalidad cuanto antes. Este deseo está generalizado. Pero existe un gran problema. Y es que hay una pandemia. Volver a la normalidad es imposible, si por normalidad se entiende hacer las cosas como se hacían antes de la pandemia. De ahí que, excepto en casos extremos (como ocurre con el gobierno Trump de EEUU, que exige la reapertura completa e inmediata de las escuelas, ignorando la gravedad de la pandemia), en la mayoría de los países del Atlántico Norte se ha generado una profunda reflexión sobre cómo hacer esta apertura de las escuelas, a fin de minimizar los riesgos de la propagación de la pandemia.

Para realizar bien esta reflexión, es importante conocer la naturaleza del riesgo para evitar la indiferencia, por un lado, o la excesiva alarma, por el otro. Y parece ser que el conocimiento epidemiológico más creíble indica que las posibilidades de que las escuelas se conviertan en grandes fuentes de contagio son limitadas. Según la American Academy of Pediatrics, el porcentaje de los casos conocidos de la enfermedad generada por el coronavirus que se dan en niños o niñas está muy por debajo del peso que la población de estas edades tiene en EEUU. Otra nota positiva es que su tasa de hospitalización es de 0,1 por cada 100.000 habitantes, comparada con la de 7,4 por cada 100.000 habitantes en la franja de edad de 50 a 64 años (ver el artículo "We Have to Focus on Opening Schools, Not Bars", de Jennifer B. Nuzzo y Joshua M. Sharfstein, New York Times, 01.07.2020). Y la tasa de mortalidad es muy, muy baja. En resumen, la evidencia científica parece confirmar que el coronavirus afecta a la infancia y a la niñez, pero en menor intensidad que al resto de la población. Es más, su rol como transmisora del virus es menor que el que tienen propagando la gripe. Es cierto que pueden contagiar, pero menos que en el caso de la gripe.

El profesor Joshua Sharfstein, de la John Hopkins University y miembro del JHU-UPF Public Policy Center (experto en el análisis de la expansión de la pandemia y sus consecuencias), tras un estudio exhaustivo de la incidencia y prevalencia de la enfermedad de la COVID-19 entre las criaturas y los niños y niñas, concluyó que el riesgo de propagación y contagio de la pandemia a través de la apertura de las escuelas es muy limitado. Pero (y es un pero importante) existe. Y ahí está el punto a resolver: cómo minimizar este riesgo para los niños y niñas y para otras personas que pudieran ser contagiadas por tales criaturas, lo cual nos lleva a analizar el significado de la "nueva normalidad", así como la importancia que este riesgo tiene para facilitar u obstaculizar la integración de la mujer en el mundo laboral. Y es ahí donde el Estado (ya sea a nivel central, autonómico o local) debe invertir recursos para minimizar tales riesgos.

Medidas que han mostrado ser eficaces en el establecimiento de una nueva normalidad

La experiencia internacional muestra claramente las intervenciones requeridas para alcanzar esta "nueva normalidad", y que han permitido abrir las escuelas en otros países. Austria, Dinamarca, Alemania y Noruega son casos exitosos en la limitación del riesgo de contagio. Y una medida importante ha sido limitar el tamaño de las aulas, adoptando medidas muy activas de prevención y control de las infecciones, tales como la distancia entre estudiantes y docentes, el uso obligatorio de mascarillas (con controles diarios de los síntomas de enfermedad y contagio entre los estudiantes, empleados y docentes) y la implementación de normas de comportamiento higiénico. También han mostrado la importancia de espaciar las aulas, impartiendo docencia en espacios al aire libre y/o habilitar espacios extra mediante módulos de montaje rápido (cuando sea necesario) para mantener la distancia requerida. Y siempre se hace imprescindible la planificación del año académico, para resolver los brotes que pudieran surgir y que puedan exigir medidas complementarias en casos excepcionales, como recurrir a la docencia online. Ni que decir tiene que todo ello implica un gran aumento de recursos, incluyendo de personal, que debe ser objeto de una ayuda extraordinaria por parte del Estado.

Y es esto lo que me devuelve al punto de partida del artículo: las prioridades en las ayudas de gasto público. Un elemento clave de la recuperación económica es corregir los enormes déficits que existen en el Estado del Bienestar español, déficits que, como he mostrado y señalado en otro artículo, están obstaculizando el desarrollo económico y social de España. ¡Repito lo que dije anteriormente! Existen amplios acuerdos entre las fuerzas democráticas de todos los colores que hay que reindustrializar el país para llevar a cabo una reconversión muy notable de su esfera productiva, yendo en la dirección, por ejemplo, de sustituir la dependencia de energías contaminantes por fuentes de energía renovables. Y en los centros progresistas, la expresión New Deal Verde está haciendo fortuna. Pero no hay igual sensibilidad en cuanto al New Deal Social, sin el cual no podrá garantizarse un desarrollo más justo, equitativo y liberalizador del que tenemos en la actualidad, y que nos lleva a un desastre humano, social y económico.

Se ha hablado mucho del impacto del confinamiento en la economía, pero se ha hablado muy poco del impacto que este confinamiento ha generado directamente en las criaturas, niños y niñas y adolescentes, e indirectamente en las familias, de las cuales la mayoría son personas normales y corrientes que adquieren sus ingresos a través de los salarios, y que antepondrán por encima de todo la salud de sus miembros, y muy en particular de los más vulnerables, particularmente sus mayores y sus criaturas, niños y niñas. De ahí que, si esto no se garantiza, la recuperación económica no se dará ni con la rapidez que se requiere ni en la dirección hacia una sociedad más justa que se necesita. Así de claro.

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De lo que la recuperación social y económica no puede olvidarse https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/07/08/de-lo-que-la-recuperacion-social-y-economica-no-puede-olvidarse/ Wed, 08 Jul 2020 05:50:39 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5400 Continuar leyendo "De lo que la recuperación social y económica no puede olvidarse"]]> Una de las características del Estado español (tanto a nivel central y autonómico como municipal) es la gran escasez de recursos. Tanto el gasto como el empleo público son de los más bajos de la UE-15, el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al español. Esta pobreza de recursos se hace visible en todas las dimensiones del Estado y, muy en especial, en los servicios del Estado del Bienestar, tales como la sanidad, la educación, los servicios de ayuda a las familias (escuelas de infancia y servicios a la dependencia, incluyendo los servicios domiciliarios y las residencias de ancianos), la vivienda y muchos otros.

Este bajo gasto y empleo públicos son consecuencia del enorme dominio que las fuerzas conservadoras tuvieron sobre el Estado español, instrumentalizándolo a favor de sus intereses económicos y financieros durante más de 40 años de dictadura, requiriendo una enorme represión para garantizar su superviviencia, lo cual explica que incluso hoy - y a pesar de los enormes avances que han habido en España durante la época democrática - todavía tiene uno de los mayores números de policías por cada 100.000 habitantes, y menos adultos que trabajan en su Estado del Bienestar (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias).

Los cambios que han tenido lugar en el Estado español durante la época democrática

Esta identificación del Estado con su carácter represivo ha ido reduciéndose (sin desaparecer) durante el periodo democrático y, muy en especial, durante los periodos de gobiernos socialistas en los años ochenta e inicios de los noventa, cuando se desarrollaron varias dimensiones del Estado del Bienestar, siendo la joya de la corona el establecimiento del Sistema Nacional de Salud. Como resultado de ello, se inició un cambio importante de la percepción que la ciudadanía tenía del sector público, el cual ha alcanzado su máximo exponente durante la pandemia, cuando tales servicios públicos (especialmente la sanidad y los servicios sociales) adquirieron un amplio reconocimiento y apoyo popular. La pandemia puso de manifiesto el enorme valor e importancia de la dimensión social del Estado, a la vez que mostró su escasez de recursos.

Pero el cambio de opinión popular sobre la naturaleza del Estado que ha tenido lugar durante el período democrático no ha alcanzado todavía a los establishments económicos y financieros de España, y tampoco a aquellos establishments políticos y mediáticos que están a su servicio. No existe plena consciencia en ellos de que el Estado ha desarrollado una dimensión social de enorme importancia y popularidad, que está ejerciendo un rol fundamental en el desarrollo económico y social del país. En realidad, tampoco hay plena consciencia de que el retraso económico de España, si lo comparamos con el promedio de la UE-15, se debe en gran medida al escaso desarrollo de su sector público. Persiste en tales establishments el pensamiento neoliberal que percibe a los servicios públicos como una carga asfixiante que dificulta el desarrollo de la economía.

Ya han aparecido voces neoliberales de nuevo, con gran resonancia mediática, diciendo que el gasto público tiene que reducirse para evitar el crecimiento del déficit público, el mismo mensaje que llevó al desastre – y no hay otra manera de definirlo - de las políticas de austeridad que hicieron tanto daño a la mayoría de la población española y, muy en particular, a la calidad de vida de las clases populares. Esas políticas se llevaron a cabo en contra de toda la evidencia que existía entonces y que señalaba que causarían el daño que han causado. Es más, todos los países que lideran los rankings de calidad de vida son los países escandinavos, que tienen la mayor tasa de gasto y empleo públicos de la Europa Occidental, a la vez que están entre los más eficientes y competitivos del mundo, tal como ha sido reconocido por el Vaticano del neoliberalismo: el Foro de Davos. Fíjense en Suecia, con un gasto público como porcentaje del PIB del 49,3%, en Dinamarca (49,6%), en Noruega (51,8%) o en Finlandia (53,3%). Recordemos que en España el gasto público es del 41,9% del PIB (Eurostat, 2019).

Continúa el enorme dominio del pensamiento neoliberal en la cultura económica del país

La bien conocida falta de diversidad de los medios de comunicación españoles determina que auténticas frivolidades se presenten como dogmas económicos. El gran dominio del capital financiero en configurar la cultura económica y sus medios explica la permanencia y promoción del neoliberalismo en España. El gran daño causado por su pensamiento e ideología neoliberal era fácilmente predecible, como algunos ya hicimos al inicio de la crisis, cuando presentamos alternativas que habrían podido evitar tanto daño y dolor (ver el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, escrito por Juan Torres, Alberto Garzón y Vicenç Navarro). Hoy este pensamiento neoliberal está en total descredito. Incluso el Financial Times subraya "la necesidad de revertir las políticas económicas de las últimas cuatro décadas". En España, sin embargo, todavía se continúa con la misma ideología en establishments políticos y mediáticos que, además de causar tanto daño (y un enorme aumento de las desigualdades) han promovido políticas enormemente ineficientes. El retraso económico de España se debe en gran parte a esa pobreza de su sector público, que es consecuencia y causa al mismo tiempo de su subdesarrollo.

Uno de los mayores problemas de España: la baja tasa de ocupación

En España, uno de los mayores problemas es el llamado desempleo. Sin embargo, se ha dado poca atención al bajo porcentaje de la población ocupada (la tasa de ocupación), resultado del escaso número de puestos de trabajo (incluso más acentuado en cuanto a "buenos" puestos de trabajo) en la economía española. El porcentaje de la población ocupada entre 20 y 64 años en España es del 68%, frente al 74,2% de promedio en la UE-15. Este diferencial es incluso más acentuado entre las mujeres: 61,2% en España versus 69,3% de promedio en la UE-15. Si lo comparamos con Suecia, país gobernado por coaliciones de izquierdas durante la mayor parte del período posterior a la Segunda Guerra Mundial, estos diferenciales son todavía mayores, con una tasa de ocupación del 82,1% y una tasa de ocupación femenina del 80% (Eurostat, 2019). Este déficit, así como el bajo nivel de los salarios, explican que la masa salarial sea baja y de que la demanda doméstica (el principal motor del desarrollo económico) lo sea también. Ello explica también, por cierto, el alto nivel de endeudamiento privado de la población. Estos son precisamente algunos de los puntos flacos de la economía española, los cuales se han acentuado todavía más durante la pandemia, y que más han dañado el bienestar de sus clases populares, que han vivido una etapa dura y difícil durante la Gran Recesión (crisis que sigue sin estar resuelta) y que ahora se agudiza todavía más por la enorme crisis causada por la pandemia.

La enorme urgencia de que el Estado cree ocupación

A la luz de estos hechos, es preocupante que no tenga mayor resonancia mediática y política la propuesta de crear empleo público por parte del gobierno actual, propuesta que adquiere incluso mayor influencia en la crisis económica y social actual debida al coronavirus. Lo que se ha hecho hasta ahora ha sido, predominantemente, proveer de ayudas económicas y financieras para facilitar que las empresas retengan a sus trabajadores durante esta crisis económica. No obstante, existen otras dos maneras de crear empleo. Una es la de repartir el trabajo mediante la reducción de la jornada laboral (del tiempo de trabajo de cada empleado), revirtiendo la situación actual donde el trabajador español es el que trabaja, de promedio, más horas en la UE-15. Aunque pocos se han atrevido a proveer una cifra exacta, existe un amplio consenso entre los expertos sobre que la reducción de la jornada laboral, pasando de 40 a 35 horas semanales en cinco días, sería una política que crearía una cantidad considerable de puestos de trabajo, sin mencionar el impacto positivo en términos de conciliación laboral-familiar, un derecho que no es plenamente reconocido ni en la Constitución ni en el ordenamiento jurídico español.

La segunda alternativa sería crear empleo público. Y de esto no se habla tanto como se debería por su urgencia, pues además de crear trabajo y riqueza, generando mayores ingresos para las arcas del Estado, la creación directa de empleo reduciría el enorme déficit de empleo público que ya he señalado al principio del artículo, mejorando así los servicios del Estado del Bienestar y, con ellos, la calidad de vida y bienestar de la población. No hay plena conciencia en los establishments financieros y económicos españoles, totalmente imbuidos por el dogma neoliberal de que la dimensión social del Estado es fundamental para garantizar el bienestar de la población y, a la vez, la eficiencia de su economía. Un ejemplo de esta falta de conciencia o ignorancia son las declaraciones del que fue el director de El País durante muchos años, el Sr. Juan Luis Cebrián, el cual en un artículo (Sobre cómo afrontar la crisis constituyente, El País, 15 de junio de 2020) ampliamente citado por el establishment conservador-liberal que tal rotativo representa, intentó infravalorar la medida propuesta por Unidas Podemos, aprobada por el gobierno de coalición y ratificada por el Congreso -el ingreso mínimo vital- minimizando la importancia de tal intervención, afirmando que era una medida que todos los países habían realizado, hasta el punto en que incluso el presidente Trump la había aplicado en EEUU. Juan Luís Cebrián ignora que la medida aprobada por el presidente Trump consistía en la distribución de cheques de dinero una sola vez y no cada mes, como en España. Sorprende que ningún economista haya denunciado tal ignorancia, agresividad y arrogancia que personajes como el señor Cebrián pontifican desde los fórums a su alcance. Yo lo hice enviando una carta a El País para que corrigieran tal afirmación la cual, como de costumbre, fue ignorada y no se publicó.

La urgente necesidad de establecer el 4º pilar del Estado del Bienestar

Entre todas las opciones a nuestro alcance, la que más ocupación crearía es la de desarrollar lo que se llama el 4º pilar del Estado del Bienestar, es decir, los servicios de ayuda a las familias, que incluyen los servicios de atención y educación de la primera infancia (0-3 años) y los servicios de atención a la dependencia. Según el reciente informe "El Cuarto Pilar del Estado del Bienestar: una propuesta para cubrir necesidades esenciales de cuidado, crear empleo y avanzar hacia la igualdad de género", los primeros (los servicios de atención y educación de la primera infancia), crearían 143.000 puestos de trabajo directos como profesionales del sistema educativo en la primera infancia (de 0 a 3 años); y, los segundos (los servicios de atención a la dependencia), entre 432.000 y 584.000 nuevos empleos, que corresponderían a (1) atención directa y cuidados, (2) funciones de hostelería en centros de día o residencias, (3) mantenimiento de centros y servicios, (4) personal especializado (médicos, trabajadores sociales, etc.), y (5) administración y gestión de los centros. Además de estos empleos directos, se generarían otros empleos indirectos consecuencia de la necesidad de ampliar y adaptar la red de infraestructuras necesarias para suministrar los servicios de forma adecuada y suficiente. De ahí que se generarían empleos indirectos en empresas proveedoras de productos y servicios relacionados con la actividad hotelera o de actividades relacionadas con la rehabilitación y cuidado de la salud. No debemos olvidar tampoco que tales servicios públicos contribuirían a la afloración de empleo sumergido y a la dignificación de miles de empleos, al convertirse el empleo privado precario en empleo público. Ni que decir tiene que tales cambios aumentarían las rentas disponibles de las familias empleadas, con el consiguiente aumento del consumo y de la demanda de empleo. Es todo un círculo virtuoso.

Los servicios del 4º pilar del Estado del Bienestar facilitan la integración de las mujeres en el mercado de trabajo

A la cantidad de empleo directo e indirecto creado en el sector de los cuidados, habría que añadir la incorporación al mercado de trabajo de las mujeres liberadas de parte de las tareas que realizan al percibir los servicios públicos de cuidados citados anteriormente. Si se aplicara el criterio de que por cada puesto de trabajo en los servicios de ayuda a las familias se facilita la integración de otras dos mujeres al mercado de trabajo, resulta que tal inversión puede llegar a facilitar un incremento de la ocupación de casi dos millones de personas más, además de la cantidad creada directamente, lo cual convierte esta inversión en la más eficaz que el Estado puede impulsar para facilitar la creación de empleo.

Qué nos ha enseñado la pandemia que no podemos olvidar

La pandemia ha mostrado claramente lo que ya había señalado la Gran Recesión. El Estado no puede continuar facilitando el liderazgo económico ofrecido por el mundo empresarial. Éste tiene sus objetivos legítimos dentro de un sistema democrático, pero no pueden confundirse tales objetivos -la acumulación de beneficios empresariales- con los objetivos del Estado, que deben regirse por la obtención del bien común. Y esto lo ha mostrado la pandemia de una forma muy clara. Aquellos países que no han protegido el bien común y han facilitado o cedido a los intereses empresariales han acabado en desastre. EEUU, el modelo neoliberal por excelencia, es un ejemplo de ello, mostrando claramente las consecuencias de anteponer el interés empresarial por encima de todo lo demás. Esta es la marca de la administración Trump.

Este compromiso con el bien común tiene que significar poner en el centro de la recuperación las inversiones sociales y, dentro de ellas, los servicios como la sanidad, la vivienda, la educación y otros servicios del Estado del Bienestar. Es más que preocupante ver que en las propuestas que se están haciendo para garantizar la recuperación de la economía española este tipo de inversiones se pongan casi al final de una larga lista, cuando deberían ser prioritarias y constituir el centro de tal reconstrucción. Se escribe, con razón, sobre la necesidad de priorizar la digitalización y la inversión verde en la reforma industrial, pero tales propuestas, aunque son necesarias, son también insuficientes. No es creíble pedir un mundo mejor que nos proteja del cambio climático cuando ya ahora se están muriendo miles y miles de personas por falta de servicios y atención. El New Deal Verde es insuficiente si no va acompañado y es parte de un New Deal Social, que incluya una inversión masiva sobre los servicios sanitarios y sociales, así como el establecimiento de la parte menos desarrollada del Estado del Bienestar español: el 4º pilar del Estado del Bienestar, es decir, de los servicios de ayuda a las familias. Éstos facilitan la liberación e igualdad de la mujer, así como el pleno desarrollo de cada miembro de la familia creando, con ello, una gran riqueza y demanda que nos permitirá salir de la crisis rápidamente y con notable incremento del bienestar. En este aspecto, es necesario ir más allá en las intervenciones del Estado, a fin de avanzar en el camino hacia una sociedad más justa y solidaria. No es suficiente ayudar a las empresas a que mantengan sus puestos de trabajo. Las ayudas deben condicionarse también a que se paguen buenos salarios y que se facilite la integración de las y los trabajadores en la dirección de las empresas. Y tampoco es suficiente que en la reconversión industrial se exija que haya inversiones verdes sin también exigir que haya inversiones sociales como, por ejemplo, construir aparatos de aire acondicionado que saneen los ambientes, eliminando la transmisión del virus o bacterias presentes en aerosoles, o que hagan mascarillas que aíslen al usuario transmitido por la misma vía. El muy necesario New Deal Verde necesita de un New Deal Social, pues el primero no conduce al segundo a no ser que esté diseñado para que así lo sea. Se tiene que utilizar el proceso de reconstrucción para mejorar la sociedad anterior a la pandemia en lugar de mantener la que teníamos pues ésta era enormemente insuficiente e injusta para millones de españoles. Así de claro.

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El olvido de las familias por parte del Estado español https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/06/29/el-olvido-de-las-familias-por-parte-del-estado-espanol/ Mon, 29 Jun 2020 05:20:45 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5385 Continuar leyendo "El olvido de las familias por parte del Estado español"]]> Vicenç Navarro

Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center 

Según la retórica dominante en los mayores establishments políticos, mediáticos y culturales del país, la familia es la unidad central de la sociedad española, pilar de todos los demás. Esta percepción, ampliamente promocionada por tales establishments, entra en conflicto, sin embargo, con el escasísimo apoyo que el Estado español ofrece a las familias en este país. En realidad, este apoyo, ya sea en términos de transferencias públicas o en número de servicios públicos orientados hacia las familias, es de los más bajos de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al español). Los datos hablan por sí solos. El gasto público en escuelas de infancia (en España, conocidas como "guarderías") es de los más austeros de la UE-15. Un tanto igual ocurre en cuanto al apoyo de gasto público para los servicios de atención a la dependencia, que incluyen desde los servicios domiciliarios de atención a las personas con discapacidades y gente de la tercera edad, hasta las residencias para atender los casos más graves de dependencia. La elevadísima mortalidad por coronavirus entre los ancianos en tales residencias, una de las más altas de la UE-15, es una de las consecuencias de estos enormes déficits (ver mi artículo "Elementos esenciales pero olvidados de la reconstrucción social y económica", Público, 22.06.20, para conocer el enorme déficit de gasto público en cada uno de los capítulos citados aquí).

¿Por qué los servicios de ayuda a las familias están tan poco financiados?

En realidad, estos servicios a las familias son los menos desarrollados del muy subfinanciado Estado del Bienestar español. Y la causa de este enorme déficit es el escasísimo poder que la mujer tiene en este país, siendo ésta la que suple la gran escasez de tales servicios. Familia, en España, equivale a decir mujer. Esta atiende a las criaturas, adolescentes y jóvenes que viven en casa hasta los 29 años como promedio, a sus parejas y a las personas mayores, a la vez que un 61% trabajan, además, en el mercado de trabajo. La mujer española está sobrecargada, y no es extraño, pues, que tenga tres veces más enfermedades derivadas del estrés que el hombre. 

Esta centralidad y sobrecarga de la mujer en las tareas familiares caracteriza a las familias españolas, y es promovida por las fuerzas conservadoras, que reproducen una cultura arraigada históricamente en una ideología religiosa que asigna a la mujer el papel de cuidadora de la familia. Pero por mucho que se intente justificar esta división de responsabilidades familiares, bien en base a principios religiosos o en base a una supuesta inclinación natural biológica, el hecho es que la evidencia internacional claramente muestra que tal sobrecarga familiar, facilitada por la falta de ayuda por parte del Estado, puede revertirse, beneficiándose con ello no solo a la mujer, sino a toda la familia. En realidad, se ha visto que en la medida en que la mujer adquiere más poder, la familia cambia, a fin de aliviarse de la enorme sobrecarga que la familia tradicional le supone. Y, como indicábamos, a medida que la mujer adquiere más poder la familia cambia, para el bien no solo de la mujer, sino también de los otros miembros de las familias, sean criaturas, jóvenes, parejas o ancianos. Un ejemplo de ello es lo que ha ocurrido en los países escandinavos, en general, y en Suecia, en particular, país que conozco bien, por haber vivido en él. 

¿Quién cuidaba a la madre de mi esposa en Suecia?

  El lector me permitirá aquí una nota personal. Viví en los años sesenta -cuando tuve que exiliarme de España por razones políticas- en Suecia. Y allí mi vida se enriqueció enormemente cuando conocí a la que se convirtió en mi esposa desde entonces. Mi esposa es sueca y mi suegra también. Ambas forman parte de una familia encantadora. Pues bien, hace treinta años mi suegra, de 82 años, se cayó y se rompió el fémur, situación muy común entre los ancianos y que le pasó también, por cierto, a mi madre, cuando tenía 92 años, años más tarde en Barcelona, lo cual me dio la oportunidad de comparar cómo España cuidaba a sus ancianos con la experiencia vivida en Suecia. 

 En Estocolmo, mi suegra recibía cinco visitas al día de los servicios domiciliarios, gestionados por el ayuntamiento y financiados por el ayuntamiento, por el gobierno regional y por el Estado central, además de su pensión. Estas cinco visitas diarias consistían en: una por la mañana, para levantarla y darle el desayuno; otra, al mediodía, para prepararle la comida; otra, a media tarde, para llevarle libros y/o a pasearla con una silla de ruedas; más tarde otra, para prepararle la cena; y otra, a las dos de la madrugada, para llevarla al baño. Repito, ¡cinco visitas al día! Y durante el tiempo que fuera necesario. Y cuando yo cené con el ministro de Salud y Asuntos Sociales (era conocido en Suecia y tenía amistades en el gobierno socialdemócrata, al cual asesoré hace años cuando se establecieron tales servicios, conocidos como el 4º pilar del Estado del Bienestar, que empoderaba a la ciudadanía con un derecho universal e individual: el derecho de acceso a los servicios de ayuda a las familias -que incluyen predominantemente la escuelas de infancia y los servicios de atención a la dependencia-) me dijo: "Vicenç, hacemos esto porque es uno de los programas más populares, de manera que cuando las derechas gobiernan -lo cual hacen de vez en cuando- no se atreven a cambiarlo. La otra razón es que es más económico tener a tu suegra en su casa que en el hospital. Y tercera, creamos empleo". Una de cada cuatro personas adultas en Suecia trabaja en el sector público, mayoritariamente en los servicios del Estado del Bienestar (es decir, en sanidad, en servicios sociales, en educación, en vivienda, y un largo etcétera). En España es una de cada ocho. Si tuviéramos el mismo porcentaje de empleo público que Suecia, tendríamos 3,2 millones más de personas pagando impuestos, y enriqueciendo el país, además de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y sus familias. Es más, estos servicios facilitan la integración de la mujer en el mercado de trabajo, compaginando su proyecto profesional con sus responsabilidades familiares. De ahí que el porcentaje de mujeres que trabajan en el mercado laboral sea de un 80%, mucho mayor que en España (solo un 61%). Y para entender el enorme impacto de tales servicios tienen en la creación de empleo hay que saber que se ha calculado que por cada persona empleada en estos servicios se facilita que dos mujeres más puedan integrarse en el mercado de trabajo. En realidad, no hay inversión pública más eficaz para crear empleo que la inversión en el 4º pilar del Estado del Bienestar. 

Ni que decir tiene que este cambio exige una revolución cultural, que incluye el cambio en la distribución de las responsabilidades familiares, con una activa participación del hombre en tales tareas de cuidado de las familias. La mujer sueca entonces trabajaba de 28 a 30 horas en tareas del hogar. Los hombres, 20-22. En España, la proporción era 42 y 8. Ni que decir tiene que la situación ha mejorado notablemente en nuestro país, aunque permanecen las diferencias notables entre mujeres y hombres en las tareas familiares. Así, por ejemplo, según datos del European Institute for Gender Equality para 2016, la mujer sueca dedica 11,9 horas a la semana a las tareas del hogar y el hombre 9,3, una diferencia de 2,6 horas. En cambio, en España las mujeres dedican 20,1 horas a la semana a las tareas del hogar, por 11,1 de los hombres (una diferencia de 9 horas). 

Tales cambios afectaban a todos los miembros de la familia, mejorando su vida. El hombre adquiría el derecho a cuidar a la familia y tener más tiempo para dedicarse al cuidado de las criaturas, niños y adolescentes, además de las personas mayores. Y ya en temprana edad, en las escuelas de infancia (de 0 a 3 años), se les enseñaba a las criaturas que no había tareas de mujer y tareas de hombre. Las niñas jugaban con camiones, los niños con muñecas, y viceversa. Naturalmente que el hombre debía tener tiempo para dedicarse a ello, tal y como la legislación señalaba y obligaba. Un resultado es que el nivel de satisfacción familiar en Suecia era y es mayor que en España. La prueba es que la tasa de fecundidad es mucho mayor en Suecia (1,76) que en España (1,26), que tiene la segunda tasa de fecundidad más baja del mundo. En ambos países, sin embargo, el número de hijos que desearían las familias es de 2, objetivo al que Suecia se acerca más que España.

¿Quién cuidaba de mi madre en España?

 Cuando mi madre se cayó, años más tarde, y se rompió el fémur, en Barcelona no había servicios comparables a los suecos.  El ayuntamiento, democrático y progresista, ofrecía unos servicios a la gente sin recursos y de una intensidad y duración mucho menor. Una visita cada dos días. Hacer esta observación no implica una crítica al ayuntamiento de Barcelona, uno de los más progresistas de España, pues un ayuntamiento no puede costear tales servicios. Había unos servicios comerciales que eran muy caros, que solo se podían permitir las familias pudientes (entre las que no se encontraba mi familia), con empleados (mujeres inmigrantes de América Latina muy mal pagadas) que venían y hacían su trabajo sin proveer ninguno de los servicios que proveían los servicios suecos. 

La pregunta, pues, persiste: ¿quién cuidaba a mi madre? El lector es probable que haya adivinado la respuesta: mi hermana, de mi edad. Como dije antes, la mujer, en España, era y continúa siendo la que provee estos servicios del Estado del Bienestar. Y de ahí su enorme sobrecarga. Es lógico que muchas feministas no quieran ni oír hablar de "responsabilidad familiar". Y las mujeres jóvenes de ahora no hacen lo que hicieron sus abuelas. Y me parece lógico, pero ello ha creado el enorme problema humano que se ha hecho evidente con toda claridad durante la pandemia. Hay una enorme falta de cuidado y atención a los infantes y a las personas mayores en nuestro país. En España, hay una enorme discriminación en contra de la población mayor, facilitada por las políticas públicas de las fuerzas conservadoras, todavía muy influyentes sobre los aparatos del Estado (a todos los niveles de tal Estado). En realidad, por muy crudo que parezca, las residencias de ancianos parecen ser el lugar donde se aparcan a los ancianos de avanzada edad, hasta que mueren. La falta de servicios públicos de ayuda a las familias golpea, pues, con especial dureza a las mujeres y las personas mayores. Y, en consecuencia, el mayor drama ocurrido en la pandemia ha sido el de las residencias de ancianos. Y ello se debe precisamente a la falta de desarrollo del 4º pilar del Estado del Bienestar, con el consiguiente desarrollo de los servicios privados. 

Las características del Estado del Bienestar español: su escasa financiación y su dualidad por clase social

En España, el edadismo va acompañado con el clasismo (discriminación por clase social). El gasto público social tan bajo genera la dualización de los servicios del Estado del Bienestar, incluyendo los servicios sanitarios, los educativos, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios, los lugares de residencia para ancianos y otros. Por un lado, hay los servicios privados, utilizados por las clases más adineradas y pudientes que pueden pagarlos, y por el otro los servicios públicos, utilizados por las clases populares. Esta dicotomía público/privado (más común en América Latina que en Europa) es un indicador del enorme poder que tienen las clases dominantes en este país, así como el escaso poder que las izquierdas transformadoras han tenido históricamente en España, situando a España en el polo opuesto a los países del norte, donde tales izquierdas han gobernado durante la mayor parte del periodo desde la II Guerra Mundial (años cuarenta en adelante), al revés de lo ocurrido en España. 

Y tal privatización no es buena ni para las clases pudientes ni para las clases populares, pues la experiencia internacional muestra que los servicios privados, movidos por el afán de lucro, y guiados según criterios comerciales, son más caros, más ineficientes y de menor calidad que los públicos. En España, lo que salvó al país durante la pandemia no fue la asistencia sanitaria privada, sino la pública. El ámbito privado, incluyendo las residencias de ancianos, tiene menos personal, y este, en su mayoría, está menos cualificado que en el ámbito público. Y esta ha sido, por cierto, una de las causas de la elevada mortalidad en las residencias de ancianos en España, y también en Suecia. 

Las consecuencias de la privatización de los servicios de ayuda a las familias: el caso sueco

El modelo sueco del 4º pilar del Estado del Bienestar se caracterizaba por ser un derecho individual y universal, público, gratuito, sin copago, financiado con impuestos locales, regionales y estatales. Este modelo fue establecido por gobiernos de coalición de izquierdas que gobernaron durante la mayoría del periodo post II Guerra Mundial hasta ahora. Y tal modelo, debido a su elevada popularidad, se había consensuado con las otras fuerzas políticas. Este modelo cambió, sin embargo, hace unos años, cuando los partidos conservadores y liberales, gobernando en coalición, iniciaron una serie de intervenciones que alteraron profundamente el modelo sueco. Lisa Pelling, en un reciente artículo en Social Europe, describía la naturaleza de estos cambios: privatizaciones y reducción del gasto y del personal en estos servicios, de manera tal que el 40% de los empleados en las residencias de ancianos son ahora empleados temporales con contratos de muy baja duración, que no tienen acceso a los servicios y equipamientos de protección y prevención de la infección (y que han contaminado extensamente a los ancianos residentes). Tales recortes de personal han incrementado el número de personas atendidas por empleado, reduciendo el reduciendo el tiempo de visitas. Ello explica, en gran parte, el elevado número de muertes debidas al coronavirus entre los ancianos en las residencias. El 90% de las muertes por coronavirus eran personas de más de 70 años. Un tanto igual ha ocurrido en Madrid, junto con Barcelona, en España, donde la gran mayoría de residencias de ancianos son privadas, habiéndose creado una situación semejante.

 Y las consecuencias de la privatización han quedado también ampliamente documentadas en EEUU, donde también tengo familia (mi hijo es médico en Nueva York, el epicentro de la pandemia en aquel país). Como bien dijo el gobernador del Estado de Nueva York, la financiación y gestión privada de los servicios sanitarios, motivados por una dinámica comercial, ha sido, además de sumamente caro, profundamente injusto y ha dificultado enormemente la respuesta solidaria, programada y eficaz que la pandemia requería.  El presidente Trump, máximo exponente de esta mentalidad comercial y privatizadora, ha contribuido a esta situación de "desastre", como la definió el gobernador Andrew Cuomo.

La necesaria transición del modelo familiar actual al 4º pilar del Estado del Bienestar

Urge la implementación del 4º pilar del Estado del Bienestar. Ahora bien, el cambio, urgente, no puede darse en 48 horas. Continuarán necesitándose, por ejemplo, las residencias de ancianos, pero con funciones distintas, potenciando los servicios domiciliarios, que ayudan a la familia y a la mujer a salir de su explotación. No es aconsejable, por lo tanto, continuar con las prácticas actuales de ofrecer ventajas fiscales a la provisión de servicios privados, pues se trata de enfatizar los servicios públicos, tanto en las escuelas de infancia como en los servicios de atención a la dependencia. Por lo demás, siempre habrá necesidad de tener residencias para las personas dependientes con necesidad de cuidados de larga duración, pero deben limitarse a que sean de máxima dependencia, pues gran parte de la dependencia puede ser atendida mediante los servicios domiciliarios. Y las residencias deben ser más pequeñas, con menos personas dependientes en el edificio, y con más espacios más amplios que una habitación, con características de hogar. Pero repito, el futuro debería ser la atención domiciliaria, facilitando la permanencia de los ancianos en su hogar, bajo la supervisión de servicios domiciliarios públicos que cubran gran parte de sus necesidades. Y ahí es importante que estos servicios sean realizados por los profesionales de la atención domiciliaria, tal y como ocurría en el modelo sueco. 

Acentúo este punto, porque en países de tradición cristianodemócrata como Alemania y España, se facilita que sea la mujer que atienda a los dependientes la que acabe recibiendo transferencias o ventajas fiscales para que ella sea la cuidadora, lo cual perpetúa la situación de la mujer como la responsable de la atención de cuidados, intensificando su sobrecarga. Hay que tener como objetivo facilitar la liberación de la mujer, integrándola en el mercado de trabajo, elemento clave para alcanzar la igualdad. No es por casualidad que, como bien me dijo en una ocasión Alva Myrdal (la mujer que tuvo mayor influencia en crear el 4º pilar del Estado del Bienestar sueco), la liberación de la mujer pasa por su integración en el mercado de trabajo, y fue la mujer trabajadora la que fue motor de cambio, empoderando a la mujer y a la clase trabajadora, lo que explica que Suecia sea el país con menos desigualdades por clase social y de género. Añadía Alva Myrdal que el socialismo es el proyecto de liberación frente a cualquier forma de explotación, cuyo objetivo es relacionar todas las luchas contra distintas formas de explotación para avanzar hacia la liberación (ver mi artículo "¿Cuál debería ser el objetivo de un proyecto emancipador? La relación entre las diferentes formas de explotación", enero de 2020). La liberación de la mujer no puede verse como una lucha separada de la lucha para eliminar otras formas de explotación, desarrollando movimientos de liberación conjunta que facilitan todas las luchas de emancipación (la unidad de acción hace la fuerza).  En realidad, la liberación de la mujer debería ir acompañada de la liberación del trabajador, la mayoría de los cuales son hombres, para facilitar el desarrollo del derecho del hombre a cuidar de la familia, para lo que se requiere una reducción del tiempo de trabajo de 40 a 35 horas semanales en 5 días.

En este sentido, sería un error ir en la dirección alemana de orientación cristianodemócrata. Y también sería un tremendo error, como he indicado anteriormente, seguir la línea estadounidense. EEUU simboliza el capitalismo neoliberal sin guantes, y los servicios sanitarios y sociales están privatizados (con un elevado peso de las compañías con afán de lucro); ello ha provocado que tales servicios, además de las escuelas de infancia, hayan mostrado tal conflicto intrínseco entre acumulación de beneficios empresariales y servicios a la ciudadanía. El darwinismo liberal, cuya máxima expresión es el presidente Trump, es un auténtico desastre. Y así lo ha mostrado la pandemia.

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Elementos esenciales pero olvidados de la reconstrucción social y económica https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/06/22/elementos-esenciales-pero-olvidados-de-la-reconstruccion-social-y-economica/ Mon, 22 Jun 2020 05:05:00 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5378 Continuar leyendo "Elementos esenciales pero olvidados de la reconstrucción social y económica"]]> Resumen de la presentación a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados

Señorías, la pandemia ha mostrado claramente las enormes deficiencias del Estado del Bienestar español (es decir, los servicios públicos como la sanidad, los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios de dependencia, las residencias de ancianos, la vivienda social y muchos otros servicios, así como las transferencias destinadas a prevenir la pobreza y la exclusión social, entre otras). Cada uno de estos servicios y transferencias citados están muy poco financiados, en comparación con el promedio de los países de la UE-15 (el grupo de países con un nivel de desarrollo económico semejante de tal comunidad de naciones). En 2018, el gasto público social (que abarca la mayoría de tales servicios y transferencias, junto con educación) fue de un 27,4% del PIB español, cuatro puntos menos del PIB (31,5%) que el promedio de la UE-15 y casi siete puntos menos que Suecia (34,1%), el país con mayor desarrollo social de la UE (y uno de los países más eficientes y competitivos económicamente, como ha tenido que reconocer el Foro de Davos -institución de clara sensibilidad neoliberal-). Lo que estos datos dicen es que nos gastamos casi 50.000 millones de euros menos de lo que deberíamos gastarnos para alcanzar el porcentaje medio de gasto público social de la UE-15 (80.500 millones menos para alcanzar el nivel de Suecia).   

Cuantificando los fondos que tendríamos que haber invertido en el Estado del Bienestar para alcanzar el promedio de la UE-15

Este déficit aparece en todos los servicios del Estado del Bienestar. Así, en sanidad, en 2018, el gasto público era de un 6% del PIB, mucho menos que el promedio de la UE-15 (7,2%), lo que implica que deberíamos haber gastado al menos 14.400 millones más de euros en tales servicios. Esta subfinanciación explica, en gran parte, la enorme crisis del sistema público sanitario durante la pandemia, el cual claramente se ha visto desbordado, contribuyendo a que se diera la elevada mortalidad debida al coronavirus. El déficit fue incluso mayor en las transferencias de la protección social, en las que se invirtió, en 2018, un 16,9% del PIB, mucho menos que el promedio de la UE-15 (19%) y que Suecia (19,5%), lo cual quiere decir que nos gastamos 25.240 millones de euros menos de lo que deberíamos haber gastado para alcanzar el promedio de la UE-15, y 31.250 millones menos den relación con Suecia. En educación, tales cantidades habrían tenido que ser de 8.415 millones de euros más para alcanzar el porcentaje de gasto de la UE-15, y de 34.865 millones más para alcanzar el porcentaje de gasto de Suecia. En vivienda hubieran sido 1.084 millones de euros más para alcanzar el porcentaje de gasto de la UE-15, y 2.167 millones de euros para alcanzar el porcentaje de gasto sueco. Y en gasto público en cuidados de larga duración el déficit fue de 11.618 millones de euros para alcanzar el porcentaje de gasto de la UE-15 y de 29.045 millones para alcanzar el porcentaje de gasto de Suecia. Y es importante señalar que tal pobreza de recursos incluye también un gran déficit de personal, muy acentuado en los servicios esenciales, ocupados en su mayoría por mujeres, que en España cuentan con escaso poder adquisitivo, trabajo inestable y mal remunerado, y con una elevada tasa de temporalidad.

La urgente necesidad del 4º pilar del Estado del Bienestar

Permítanme destacar que la parte menos desarrollada y financiada del Estado del Bienestar español es la que en otros países se llaman los servicios de ayuda a las familias, es decir, los servicios de educación y atención a la infancia, y los servicios de atención a la dependencia, servicios que deberían considerarse como parte de un derecho personal individual, complementando el derecho de acceso a la sanidad, el derecho de acceso a la educación y el derecho a la jubilación. De ahí su nombre -el 4º pilar del Estado del Bienestar-. Y quisiera añadir aquí que, aun siendo un derecho individual y personal de todo ciudadano o ciudadana español, beneficia a toda la familia, una unidad que en teoría es valorada a nivel popular pero que parece olvidada por el Estado. Tales servicios están muy poco desarrollados en España. Familia, en nuestro país, equivale a decir mujer, y de ahí que estén tan olvidados por el Estado. Estos servicios son, así pues, un elemento clave de la economía de los cuidados. Y tienen una gran importancia para facilitar la integración de la mujer en el mercado de trabajo, ya que le permiten compaginar su proyecto profesional con su responsabilidad familiar, que debería ser compartida con su pareja. En realidad, el escaso desarrollo del 4º pilar del Estado del Bienestar es una de las mayores causas del bajo porcentaje de mujeres que se encuentran en el mercado de trabajo, uno de los más bajos de la UE-15 (en España es del 61%, por un 68,6% en el promedio de la UE-15, y un 80,2% en el caso de Suecia).

 Ello es indicador del gran retraso social que tenemos. El gasto público y la cantidad de personal en escuelas de infancia y en servicios de atención a la dependencia, y las tasas de cobertura de estos servicios, continúan estando por debajo del promedio de los países de la UE-15 y muy por debajo de Suecia (en el caso de la tasa de escolarización de criaturas de 0 a 3 años, en España es del 36%, en Suecia del 47% y en Dinamarca del 55%; y en el caso de la tasa de cobertura de cuidados de larga duración para mayores de 64 años, esta es del 9,8 en España, del 15,7% en Noruega y del 16,2% en Suecia). Y como indiqué antes, el aumento de gasto y empleo públicos necesarios para alcanzar el promedio de la UE-15 y de Suecia en cuidados de larga duración es muy marcado.

Propuestas específicas para salir de la crisis: corregir el enorme déficit de gasto público social en España

Existe la necesidad de, además de corregir el enorme déficit de gasto público que creó los déficits de recursos en las áreas sanitarias y sociales (repito, y que explica, en parte, la elevada mortalidad por coronavirus en España), ayudar a que estos servicios estimulen la economía. Para ello, lo primero que se debería hacer es invertir en el sector social para llegar al promedio de la UE-15, lo cual, como ya hemos indicado, supondría un aumento de alrededor de 49.300 millones de euros en todos los servicios públicos del Estado del Bienestar (80.500 millones para alcanzar la inversión sueca). En realidad, este aumento debería incluir la creación de algo más de tres millones de puestos de trabajo en las distintas áreas de los servicios públicos y en distintas formas de contratación. Ello implicaría un aumento muy notable del sector público (poco desarrollado en nuestro país), el cual debería ser priorizado en las inversiones para la reconstrucción social y económica del país.

Corregir el déficit a base de gasto privado no es ni eficiente ni equitativo, pues aumenta las desigualdades e ineficacia de los servicios públicos sociales

Es importante recalcar que la clásica división de servicios privados para las rentas superiores y de servicios públicos para las clases populares no es un sistema eficiente y eficaz, tal y como ha mostrado la pandemia. Lo que permitió a España salir de la pandemia fue el protagonismo del sector público, tanto en los servicios sanitarios como en los sociales. No es por casualidad que el mejor sistema educativo en Europa, por ejemplo, sea el finlandés, donde el banquero y el hijo del empleado de la banca utilizan la misma escuela pública. Y la experiencia de EEUU frente a la pandemia, abordada desde un sistema sanitario mayoritariamente privatizado, ha demostrado la enorme ineficiencia del ámbito privado. El caso estadounidense ha sido un "desastre", como señaló recientemente el gobernador del Estado de Nueva York, el más afectado por la pandemia. Es una sanidad muy cara, con un grado de insatisfacción muy elevado y con unos indicadores de salud muy malos, con unos de los peores resultados en esperanza de vida y una de las mortalidades infantiles más altas de entre los países del Atlántico Norte. Los datos son ampliamente conocidos y convincentes.

 Las enormes ventajas del 4º pilar del bienestar

(Para una exposición detallada de esta sección, ver El cuarto pilar del bienestar: una propuesta para cubrir las necesidades esenciales de cuidados, crear empleo y avanzar hacia la igualdad de género, escrito por investigadores del JHU-UPF Public Policy Center que dirijo -Vicenç Navarro, María Pazos, Pol Carrión, Cristina Castellanos, María Martínez, Ferran Muntané y Mercedes Sastre García-)

Varias son las razones para desarrollar tal derecho personal y universal. Una de ellas es ayudar a la mujer, que está actualmente sobrecargada en sus responsabilidades familiares (cuidado de las criaturas y de los jóvenes, estos últimos en casa hasta que tienen 29 años como promedio, de las parejas y de los ancianos, y además de su trabajo en el mercado laboral, con un 61% de las mujeres españolas en situación de actividad). Esta sobrecarga tiene dos costes importantes. Primero, la mujer española tiene tres veces más enfermedades derivadas del estrés que el hombre español. Y la otra consecuencia es la baja fecundidad de la mujer, la segunda más baja del mundo (hecho derivado no sólo del estrés, sino del hecho de que tiene menos probabilidades de encontrar un trabajo estable, bien remunerado, que le permita vivir en una casa, bien sea de alquiler o de propiedad). De ahí que dicha tasa sea de 1,26 hijos por mujer, cuando las encuestas señalan que, de media, los españoles desearían tener 2 hijos, cifra muy parecida a la deseada por el promedio de los ciudadanos a los dos lados del Atlántico Norte.

Pero esta ayuda personal no debería ser para reforzar la dimensión de responsabilizar a la mujer del cuidado de la familia, sino para facilitar su integración en el mercado de trabajo, pues tal integración es una pieza clave para conseguir la homologación de sus derechos con los del hombre, lo cual requiere, además de estos derechos, la compartición y corresponsabilidad en las tareas domésticas, para facilitar la conciliación familiar de ambos cónyuges. Las consecuencias económicas de mejora y ampliación de tales servicios son enormes. Una es que la inversión en estos servicios implica no solo un gran aumento de la ocupación en tales servicios, sino que, como ya hemos indicado, también facilitan la integración de la mujer en el mercado de trabajo, con lo cual cada nuevo puesto de trabajo crea indirectamente la integración de otras dos mujeres en dicho mercado.

Y esta integración es también un elemento esencial para erradicar la pobreza de las mujeres y de las criaturas. España tiene una de las pobrezas infantiles más elevadas en la UE (del 28,8%, cuando en el conjunto de la UE-15 es del 22,5% y en Suecia del 20,6%). El profesor Sebastià Sarasa, de la UPF, ha mostrado cómo la estrategia más eficaz para erradicar esa pobreza infantil es la de integrar a la mujer en el mercado de trabajo a través del establecimiento de escuelas de infancia, algo mucho más eficaz que las transferencias públicas de tipo asistencial.

Sus componentes: la urgencia de terminar con las desigualdades de acceso por clase social a las escuelas de infancia

 Una característica de España es que, del total de gasto en la etapa de 0 a 3 años, el gasto público es solo ligeramente superior al privado (51% vs 49%), lo cual determina una desigualdad notable en tales servicios por clase social, siendo las criaturas de las familias de rentas bajas las que tienen menor tasa de escolarización, viéndose reducidas así sus oportunidades, lo que dificulta más la integración de la mujer de bajos ingresos en el mercado de trabajo. La subfinanciación y no gratuidad del sistema de educación infantil español provoca que exista una necesidad no cubierta de acceso a los servicios de atención a la primera infancia para muchas familias. Según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), "al 30,9% de las familias les hubiera gustado poder utilizar los servicios de centros de cuidado infantil o utilizarlos en mayor medida", y más de la mitad de éstas (el 52,4%) afirmaron que no lo hicieron porqué "no podían permitírselo".

El hecho de que la falta de recursos determine sobremanera la asistencia a estos centros provoca, en consecuencia, desigualdades de clase social, puesto que las familias con más recursos tienen una mayor capacidad para hacer frente al gasto derivado de los servicios de cuidado infantiles. Concretamente, los niños y niñas de hogares de "ingresos elevados" recibieron este tipo de cuidados en su mayoría (60,5%), mientras que la cobertura en el caso de niños y niñas de hogares con "ingresos bajos" fue muy minoritaria (25,3%).   El hecho de que estemos tan lejos del valor potencial tiene un impacto directo no sólo sobre los niños y niñas, sino también sobre el bienestar y la calidad de vida de las familias. Las que no pueden acceder a estos servicios se ven forzadas a sacrificar la carrera profesional de uno o ambos progenitores (sobre todo de las madres).

La urgente necesidad de corresponsabilizar las tareas familiares

Es evidente que existe un déficit en la oferta de servicios de cuidado por parte del Estado del Bienestar español. El sector público deja desatendidos a miles de hogares, con las consecuencias que ello tiene sobre el desarrollo de los más pequeños y sobre el bienestar y calidad de vida de las familias. Sin embargo, no debemos perder de vista otro de los déficits del sistema de cuidados español: la corresponsabilización de los hombres. Sin un reparto igualitario de los trabajos reproductivos y, en este caso, de las tareas de cuidado de los más pequeños, es imposible conseguir una sociedad verdaderamente igualitaria. En el documento citado anteriormente se detallan los cambios que deberían realizarse con los permisos parentales. Valga subrayar que es necesario también establecer el derecho del hombre a cuidar de su familia mediante la reducción de la jornada laboral de 40 a 35 horas en 5 días, reduciendo la sobrecarga de los trabajadores (la mayoría de los cuales son hombres), que son los que trabajan más horas al día en la UE-15. En España, de media, los trabajadores dedican 37,7 horas semanales a su ocupación principal, mientras que la media de la UE-15 es de 36,3 horas semanales.

La escasa sensibilidad del Estado hacia las personas con dependencia (incluyendo las personas de la avanzada tercera edad)

En el caso de los servicios para atender a las personas que por motivos de enfermedad crónica o discapacidad física y/o mental no son autónomas, España inició su despliegue en 2006, mucho más tarde que la mayoría de los países más desarrollados de la UE y de la OCDE. Esto, junto con el contexto de estallido de la crisis económica y de recortes en el gasto público social, ha conllevado que el Estado español se sitúe a la cola de los países europeos más desarrollados en cuanto a despliegue y robustez de estos servicios.

Así, según el informe Health at a Glance, publicado por la OCDE en 2019, España gasta solamente el 0,7% del PIB en cuidados de larga duración sanitarios y sociales, lo que la sitúa a la cola de la OCDE en cuanto a gasto en este ámbito. El promedio de la OCDE era del 1,7% (más de dos veces más que en el caso español), y en el caso de Suecia (paradigma del modelo nórdico de Estado del Bienestar) del 3,2% (cuatro veces más que en el caso español). Sin embargo, el gasto público no es el único dato que demuestra este retraso. En consonancia con el menor gasto España se encuentra también a la cola de los países de la OCDE en cuanto a porcentaje de personas mayores de 64 años que reciben cuidados de larga duración, con un 9,8%, mientras el promedio de la OCDE es del 10,8% y, en el caso de Suecia, casi el doble con un 16,2%.

 Por otro lado, las carencias del sistema de dependencia español también quedan reflejadas en el escaso número de trabajadores que desempeñan labores en este ámbito. Así, en España por cada 100 personas mayores de 64 años hay 4,5 trabajadores del sector de cuidados de larga duración, una cifra que, de nuevo, nos sitúa a la cola de la OCDE. El promedio para la OCDE es de 4,9 trabajadores y en el caso de Suecia es de 12,4 (tres veces más que en el caso español). Finalmente, España también se sitúa por debajo del promedio de la OCDE en cuanto a camas destinadas a cuidados de larga duración (en instituciones y hospitales) por cada 1.000 personas mayores de 64 años. En nuestro país este número asciende a 46,8, menos camas que en el promedio de la OCDE (47,2) y algo más de 24 camas por debajo de Suecia, donde hay 71,5 camas por cada 1.000 personas mayores de 64 años. Las notables insuficiencias explican las enormes listas de espera (más de 270.000 personas en 2016, el 30% de la población dependiente reconocida). En realidad, el número sería mucho mayor si hubiera un sistema de registro más elaborado, calculándose que hay 1,9 millones de mayores de 65 años con algún grado de dependencia. Ello implica que el porcentaje de personas que necesitan tales servicios y lo reciben es menor (52%) que el que indican los datos oficiales (70%).

Otra característica es que la atención a la dependencia está demasiado orientada hacia la prestación económica a las familias y poco a la provisión de servicios. El 36% de las prestaciones del sistema son ayudas para cuidados en el entorno familiar, por un 24% de servicios de ayuda domiciliaria y solo un 18% de atención residencial. Estas prioridades cronifican la carga familiar en la mujer, reproduciendo su rol tradicional y obstaculizando su integración en el mercado de trabajo. De ahí que este modelo diste mucho de ser el modelo encaminado a facilitar dicha integración. Es más, las desgravaciones fiscales que la familia recibe como parte de sus cuidados también cronifica este rol, desgravaciones fiscales, por cierto, que favorecen a las familias más pudientes a costa de las de menores ingresos.

 Todo ello hace que el modelo de dependencia diste mucho del modelo escandinavo, que se caracteriza por: 1) carácter público, 2) universalidad, 3) cobertura suficiente, 4) prestación directa de servicios, 5) empleo público, 6) gratuidad del cuidado, 7) equidad de género, y 8) equidad interterritorial.

 

Recomendaciones: resumen de propuestas

 Es urgente y prioritario que se haga un 1) restablecimiento de los servicios esenciales de cuidado (escuelas de infancia y servicios de atención a la dependencia) anulados o reducidos por la pandemia; 2) universalización del derecho a la atención suficiente y de calidad de los servicios públicos que componen el 4º pilar del Estado del Bienestar; 3) reversión gradual de los contratos con empresas privadas; 4) aumento de las prestaciones de los servicios públicos y 5) desaparición progresiva de las prestaciones y desgravaciones relacionadas con el cuidado. El compromiso para la implementación total debería ser de 5 años para educación/atención a la infancia y de 10 años para la atención a la dependencia.

Dentro del establecimiento de un nuevo sistema de atención/educación infantil (0-3 años) se deberían aprobar permisos igualitarios para cubrir los 8 primeros meses (escolarización temprana o servicio a domicilio en caso de familias monoparentales). Para ello se necesita una reforma del RD 6/2019 para permitir que, pasadas las dos primeras semanas, los progenitores se tomen el permiso a tiempo completo y sucesivamente. Se requiere también, el reconocimiento del derecho universal a una plaza escolar 1) en una escuela pública de calidad, 2) con horarios suficientes, 3) próxima al domicilio; y que haga innecesarios los cheques guardería.

También se requiere un nuevo sistema de atención a la dependencia, mediante el establecimiento de un derecho universal a la atención suficiente por parte de los servicios públicos a base de: 1) aumentar la cobertura para atender a toda la demanda sin contar con el cuidado familiar, 2) con solo servicios públicos de gestión y provisión pública: revirtiendo privatizaciones, y 3) eliminar prestaciones y desgravaciones relacionadas con la dependencia.

El incremento neto (incremento del coste menos retornos directos) del nuevo sistema de atención/educación a la infancia sería de 1.521 millones de euros, cantidad que se debería asumir durante el periodo de implementación de 5 años. Por otro lado, en los servicios de atención a la dependencia la propuesta permitiría atender a 800.000 nuevas personas. El incremento neto total del gasto público sería de 4.821 millones de euros, cantidad también asumible en el periodo de implementación de 10 años.

 Creación de empleo a través del 4º pilar del Estado del Bienestar. La inversión de gasto público que generará más empleo en España

 En el año 2017 solamente un 13,3% de la población activa española trabajaba en el sector público, lo que representaba unos 3 millones de puestos de trabajo. Se trata de una cifra escasa si la comparamos con la situación de Suecia. En aquel país, en 2017 el empleo público alcanzaba al 27,3% de la población activa, más del doble que en el caso español. La magnitud del impacto que podría tener en el mercado laboral español transitar hacia un escenario similar al sueco se hace patente con la siguiente cifra. Tener en España un porcentaje similar de la población activa trabajando en el sector público que en Suecia significaría la creación de nada más y nada menos que de 3,2 millones de puestos de trabajo, hasta alcanzar (con cifras de 2017) los 6,2 millones de trabajadores en el ámbito público.

La expansión y consolidación de los servicios asociados al 4º pilar del Estado del Bienestar tendría un papel fundamental en esa potencial creación de ocupación. La implantación total de un nuevo sistema de educación/atención infantil de primer ciclo gratuito y universal conllevaría la creación de unos 143.000 nuevos puestos de trabajo. Estos nuevos puestos de trabajo irían asociados a efectos positivos para la economía como el incremento de los salarios percibidos por las familias, de los ingresos a la Seguridad Social y de la recaudación por IRPF.

Sumado a la cifra anterior, al ámbito de la atención a la dependencia se podrían crear más de 508.000 empleos públicos a tiempo completo, los cuales corresponderían a las categorías de (1) atención directa y cuidados, (2) funciones de hostelería en centros de día o residencias, (3) mantenimiento de centros y servicios, (4) personal especializado (médicos, trabajadores sociales...), y (5) administración y gestión de los centros.

 Además de estos empleos directos, se generarían previsiblemente otros efectos sobre el empleo debidos a las siguientes razones: (i) necesidad de ampliar y adaptar la red de infraestructuras necesarias para suministrar los servicios de forma adecuada y suficiente, (ii) empleos indirectos en empresas proveedoras de productos relacionados con la actividad hotelera o de actividades relacionadas con la rehabilitación y cuidados de salud, (iii) afloración de empleo sumergido, al convertirse empleo privado precario en empleo público. También hay que señalar el efecto que un aumento en la renta disponible de determinadas familias tendría sobre el consumo y la demanda de empleo. Por otra parte, el hecho de que la mayor parte de las cuidadoras sean mujeres, y su posible incorporación al mercado laboral, independientemente de su cuantificación, tiene una importancia fundamental en la configuración de un sistema de cuidados que contribuya positivamente a la igualdad entre hombres y mujeres.

En total, 651.000 nuevos empleos públicos directos, no contaminantes y no deslocalizables, además de los empleos indirectos y del número de mujeres que, tras ser liberadas de sus cargas familiares, podrían incorporarse al mercado laboral (450.000 en base a estimaciones de acuerdo con varias experiencias internacionales), sumando un total de 1,1 millones de puestos de trabajo.

Los derechos sociales deberían ser fundamentales y no solo principios rectores de la política económica

Permítanme una última observación que va dirigida directamente a Uds., los legisladores del Estado español, basada en la experiencia acumulada en todos estos 42 años de democracia. Estarán de acuerdo en que hará falta una presión popular para que las autoridades y, muy en particular, Uds., legisladores, establezcan y desplieguen tales derechos, ya reconocidos en la Constitución española, una gran conquista de nuestra democracia. Sin embargo, la Constitución diferencia entre derechos fundamentales y otros que no lo son, entre ellos los que se definen como los principios rectores de la política social y económica. Derechos fundamentales son derechos como el derecho a la vida – artículo 15 –, que empodera a la persona a llevar a los tribunales a personas o instituciones que amenazan tal derecho. Este empoderamiento no existe, sin embargo, en los derechos sociales, tales como el acceso a la sanidad y a los servicios sociales, que precisamente garantizan la calidad de vida de la ciudadanía y que se reconocen como principios rectores de la política social y económica. Por mera coherencia, los derechos sociales deberían considerarse derechos fundamentales, pues aseguran y garantizan el derecho a la vida (evitando la muerte o protegiendo la calidad de vida y bienestar de la ciudadanía), tal y como se ha mostrado durante la pandemia. Sería deseable que ello ocurriera en un futuro próximo. La calidad de vida y el bienestar de la ciudadanía dependen de ello. Señorías, ustedes pueden contribuir en gran medida a que esto sea una realidad en nuestro país. Ojalá sea así. Gracias por su atención.

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Por qué apoyé a Pablo Iglesias y a la candidatura "Un Podemos contigo" y ahora a su candidata Conchi Abellán en Catalunya https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/06/12/por-que-apoye-a-pablo-iglesias-y-a-la-candidatura-un-podemos-contigo-y-ahora-a-su-candidata-conchi-abellan-en-catalunya/ Fri, 12 Jun 2020 05:34:14 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5370 Continuar leyendo "Por qué apoyé a Pablo Iglesias y a la candidatura "Un Podemos contigo" y ahora a su candidata Conchi Abellán en Catalunya"]]> Un eslogan que caracterizó en los últimos diez años a los gobiernos -tanto españoles como catalanes- que impusieron los grandes recortes de gasto público (que dañaron tanto los servicios y las transferencias públicos del Estado del Bienestar) fue que no había alternativas a tales recortes. El país supuestamente se estaba gastando demasiado, creando un gran déficit público que era insostenible. Juan Torres, Alberto Garzón y yo escribimos un libro (Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, Sequitur, 2011) que mostraba la falsedad de tal argumento. En lugar de congelar las pensiones para ahorrar 1.200 millones de euros, el gobierno Zapatero podría haber revertido la bajada de impuestos a las personas que ingresaban más de 120.000 euros al año, consiguiendo incluso más dinero (2.500 millones). Y más tarde, el gobierno Rajoy podría haber también revertido la bajada del impuesto de sociedades de las empresas que facturaban más de 150 millones de euros al año (que representaban entonces el 0,12% de todas las empresas), consiguiendo 5.300 millones de euros, que eran casi los 6.000 millones que consiguió al recortar los recursos para la sanidad. Tales recortes redujeron todavía más el gasto público social en sanidad, educación, servicios sociales, vivienda y muchos otros, que estaba entre los más bajos de la UE-15 (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al español).

Este libro (que había sido aprobado por la editorial de El País pero rechazado más tarde por ser demasiado crítico con la banca, y que tuvo que ser impreso a última hora por una editorial poco conocida) fue adoptado por el movimiento del 15-M como su punto de referencia en su primera manifestación en la Puerta del Sol de Madrid, mostrando a los periodistas del establishment mediático que estaban reproduciendo la falsedad de los argumentos del establishment político del país, justificando tales recortes. En realidad, ninguno de los gobiernos que los estaban imponiendo a la población había incluido en sus programas electorales el desarrollo e implementación de tales políticas de austeridad. Su comportamiento era un indicador más de su nula representatividad. El eslogan del 15-M "no nos representan" lo decía todo.

Colaboré estrechamente con el 15-M, un terremoto que tuvo gran impacto en la vida política del país. Respondiendo a la invitación de sus representantes, di clases en una plaza de Catalunya llena a rebosar, y también en la Ciutadella, frente al Parlamento de Catalunya, cuando este estuvo rodeado por el 15-M (forzando al presidente Mas a llegar en helicóptero) ante el temor de que se aprobaran los nefastos presupuestos de austeridad.

El nacimiento de la nueva izquierda transformadora

Fue así como surgió Podemos, enraizado en el 15-M. Su eslogan "sí se puede" era una respuesta al "no hay alternativas" que estaba difundiendo el establishment político-mediático, tanto en España como en Catalunya. Y era lógico que tal fuerza política nos pidiera a Juan Torres y a mí que les ayudáramos en la preparación de una propuesta de programa económico para dicha formación política. Y así lo hicimos. Se lo presentamos, y después de discutirlo, mejorarlo y ser aprobado por las distintas asambleas, se convirtió en el primer programa económico de tal formación política.

Juan Torres y yo aceptamos la invitación porque nos atrajo la línea política de Pablo Iglesias, el dirigente de Podemos, que nos pedía que diseñáramos un programa económico que fuera viable. La característica principal que se subrayaba era que no tenía sentido hacer grandes propuestas que supiéramos que no eran factibles en un futuro inmediato, como solían hacer los partidos de izquierdas más tradicionales. Su esencialismo los llevaba a hacer propuestas de máximos (como era la nacionalización de los medios de producción) que satisfacían a los que las proponían, pero que, al no ser aprobadas, no corregían los problemas inmensos e inmediatos de las clases populares, que requerían una atención urgente. La clara vocación de gobierno ha caracterizado la línea política de Podemos. El dicho "más vale pájaro en mano que ciento volando" aplicado a la estrategia política. Y parte de los conflictos internos de Podemos han derivado de este conflicto entre esencialistas (cuyas propuestas maximalistas imposibilitan la realización de las propuestas menores, pero urgentes y necesarias) y posibilistas. Este posibilismo no tiene por qué significar una renuncia a objetivos más ambiciosos, pero estos deben presentarse como parte de una estrategia aditiva de reformas más inmediatas y factibles dentro de las coordenadas de poder. Previsiblemente, el programa económico que presentamos (que fue tildado de extremista, "inspirado en la revolución chavista") era, en realidad, un programa socialdemócrata de sensibilidad sueca, país en el que hice, ya hace muchos años, mis primeros estudios de macroeconomía.

La situación en Catalunya   

Mi implicación con Podemos en Catalunya (Podem Catalunya) surgió cuando, habiendo sido el catalán más votado en Vistalegre II, se me pidió que dirigiera la gestora que se nombró en este partido, después de que Albano Dante dimitiera un día antes de que la Asamblea Ciudadana votara masivamente en contra de su permanencia como secretario general, mostrando su disconformidad con su estrategia política (aliándose con la CUP y otros elementos más radicales del secesionismo catalán), así como con su sistema de gobierno, purgando a todos los que no estaban de acuerdo con su línea política. Su hostilidad hacia Catalunya en Comú creó un gran número de tensiones entre las izquierdas, debilitándolas. Una vez expulsado, las derechas le ofrecieron todo tipo de cajas de resonancia -desde Catalunya Ràdio a TV3- para destruir a Pablo Iglesias y a su dirección.

La gestora que coordiné tuvo que convocar las primarias para escoger al nuevo secretario general, así como dirigir Podem Catalunya durante las elecciones al Parlament de Catalunya. Me alegra que, por primera vez en la historia de Podem Catalunya, lograra poder diluir las tensiones en su seno (algo que históricamente lo había debilitado enormemente) y posibilitar las elecciones del nuevo secretario general. Y un objetivo importante de la dirección de Podemos, de la cual yo era parte, era restablecer las bases de una colaboración y unidad de acción entre los dos movimientos catalanes nacidos del 15-M. Catalunya en Comú había surgido del movimiento vecinal, y Podem Catalunya de la agitación social en contra de la clase política. Era lógico que se fuera hacia una unidad de acción. Que Xavier Domènech saliera elegido secretario general de Podem Catalunya, y también como coordinador de Catalunya en Comú, facilitó esta unidad de acción, pasando a constituirse un grupo de gobierno de tal coalición con representantes de ambas formaciones políticas, bajo el nombre de En Comú Podem.

La sorprendente dimisión de Xavier Doménech por razones personales fue un paso muy negativo, pues se reavivaron las tensiones, y en las primarias ganó la que había sido la mano derecha de Albano Dante, Noelia Bail, por solo 19 votos de los más de 6.000 emitidos, que se impuso al candidato Jaume Durall, que lideraba la línea de unidad de acción con Catalunya en Comú (y que incluía distintas sensibilidades). Entonces las tensiones volvieron, hasta tal punto que, en las elecciones municipales, bajo la dirección de Noelia Bail, se presentaron candidaturas de Podem Catalunya que competían con Catalunya en Comú. Y decisión tras decisión, se tomaron sin la participación y en contra del deseo de la mayoría del Consejo Ciudadano de Podem Catalunya, la máxima autoridad de este partido entre asambleas, que abogaba por una mejor relación con Catalunya en Comú. Esto llevó a que el consejo pidiera, por gran mayoría, su dimisión, forzando unas primarias.

Por qué apoyo en estas primarias a "Un Podemos Contigo", liderada por Conchi Abellán con el respaldo de Pablo Iglesias

Mi apoyo actual a Conchi Abellán como candidata a coordinadora general es por mera coherencia. La candidatura Un Podemos Contigo, liderada por Pablo Iglesias, de la que Conchi Abellán es miembro, era la candidatura de aquellos que estamos hartos de tantas luchas internas, tanto de Podemos como de Podem Catalunya, las cuales han sido una de las causas del debilitamiento de Podemos, hasta el punto de que en Catalunya, Podem Catalunya ha caído casi en la irrelevancia. Lo que moviliza a Podem Catalunya en el territorio catalán es Podemos. Pablo y otros dirigentes de Podemos son, pues, los que movilizan a las bases electorales en Catalunya. Sin embargo, cuando Podem Catalunya aparece en los medios es por las luchas internas que lo dividen y que las derechas y sus medios utilizan para atacar a la dirección de Podemos. Y ya han comenzado a hacerlo de nuevo, incluso antes de que se iniciaran las primarias (vean sendos artículos en ARA, "La candidata d'Iglesias perd les primàries de Podem al Parlament", 22.05.20, y en la Vanguardia, "Noelia Bail gana las primarias de Podemos Catalunya para las elecciones al Parlament", 22.05.20).

La dirección actual de Podemos, por otra parte, está claramente comprometida con la unidad de acción de las fuerzas de las nuevas izquierdas transformadoras. La alianza Unidas Podemos ha sido una gran alianza que ha juntado dos sensibilidades políticas distintas (IU i Podemos) pero complementarias. Y con En Comú Podem y Galicia en Común se está hoy trabajando conjuntamente frente a la enrome hostilidad de las derechas, unidad que debería existir también en Catalunya, pues las tensiones en Catalunya dañan el proyecto conjunto a nivel del Estado.

Y es precisamente esta unidad de acción la que está posibilitando toda una serie de medidas que son sumamente necesarias en un momento histórico, cuando nuestra gente está sufriendo enormemente dentro de la peor crisis económica y social que jamás hayamos vivido. La unidad hace la fuerza. La unidad no quiere decir la uniformidad, y continúan existiendo las diferentes sensibilidades, pero dentro de una unidad de acción en la que existen lazos de camaradería y fraternidad con otras izquierdas, y muy en particular con Catalunya En Comú. Todas las medidas que el gobierno de coalición ha estado aportando –todas ellas de enorme valor para mejorar la calidad de vida de las clases populares– han tenido su origen en UP y sus alianzas. Y la unidad de todas ellas ha sido fundamental para poder resistir y vencer la enorme resistencia al necesario cambio.

Por qué votaré a Conchi Abellán como coordinadora general

Conozco muy bien a Conchi Abellán. Ella ha estado siempre comprometida con Podemos y con la línea ahora cristalizada en En Comú Podem. Procede de los movimientos sociales, y trabaja en colaboración con los movimientos sociales en otras partes de España. Es claramente mujer de clase trabajadora (que la derecha define como "las clases bajas"), "charnega" hasta la médula (como las derechas catalanas definen a los de familia de inmigrantes) y tiene dosis de liderazgo, coherencia y compromiso hacia los objetivos de Podemos y Podem Catalunya, habiendo sufrido una gran represión durante la época de Albano Dante-Noelia Bail, en un primer momento. Y defendió con intensidad y coherencia los puntos de vista de Podemos y Podem Catalunya cuando fue elegida miembro de la ejecutiva de Catalunya en Comú, cuando, bajo la dirección de Xavier Domènech, hubo un acercamiento muy notable entre los dos espacios políticos en Catalunya, certificado con la compartición de responsabilidades en dicha ejecutiva. Ella y yo fuimos elegidos para aquella ejecutiva y pude ver la coherencia, el compromiso, el tacto y el sentido común de su comportamiento. Sé que la gran mayoría de los que siempre han luchado dentro de Podem Catalunya están apoyándola. Y también apoyo a Conchi Abellán porque creo que la etapa de Noelia Bail cuando fue secretaria general fue excesivamente conflictiva y las relaciones con Catalunya en Comú se deterioraron enormemente, hasta tal punto de presentar distintas candidaturas compitiendo con Catalunya en Comú en las últimas municipales. Naturalmente que hay todavía dificultades entre ambos espacios políticos, Podem Catalunya y Catalunya en Comú, pero la manera de resolverlas no es el enfrentamiento, ni tampoco ninguneando al Consejo Ciudadano elegido durante el mandato de Xavier Domènech, creando su propio aparato para saltarse el existente. Esta realidad, desconocida por muchos de los que ahora han aparecido en Podem Catalunya, es la que es necesario cambiar. Referirse a la opción liderada por Conchi como la "oficialista" –tal y como hacen los medios de derechas- es un intento absurdo de presentar la candidatura de Conchi como parte de un establishment político, manipulado por el "gran dictador" Pablo Iglesias. Es la mala leche que caracteriza a las derechas en el país y que se reproducen ahora dentro de sectores dentro de Podem Catalunya. Conchi es parte de una sensibilidad política que compitió dentro de Podemos y ganó mayoritariamente a nivel del Estado, por las razones que he expuesto en el artículo, y creo que sería bueno para Podem Catalunya que ganara aquí en Catalunya también. En realidad, el grupo parlamentario Catalunya en Comú Podem ha funcionado bien y con contadas excepciones estoy de acuerdo con la mayoría de las decisiones tomadas, que naturalmente son decididas por ambos partidos. Desmerecer esta realidad, utilizando la expresión "oficialistas", es mantenerse en la mezquindad que ha caracterizado el reportaje sobre Podemos en los medios de derechas y que ahora se reproduce también dentro de Podem Catalunya por parte de los que quieren continuar con las tensiones de siempre. Un Podemos Contigo es la candidatura comprometida con la unidad de acción de todas las izquierdas transformadoras, responsables de que se haya mejorado ya notablemente la calidad de vida de la población española, de la cual la catalana es parte. Ni que decir tiene que otras candidaturas tienen gente valiosísima, como la tiene la candidatura de Un Podemos Contigo. Pero como ya indiqué en otras ocasiones, pido a todos y todas que consciente o inconscientemente no contribuyan a debilitar a los compañeros y compañeras que están luchando en condiciones dificilísimas para mejorar la calidad de vida de las clases populares de este país. Es fundamental que no se repita la historia de las izquierdas en España, incluyendo en Catalunya.

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No todos los políticos son iguales: crítica a los autores equidistantes https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/06/10/no-todos-los-politicos-son-iguales-critica-a-los-autores-equidistantes/ Wed, 10 Jun 2020 05:50:50 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5366 Continuar leyendo "No todos los políticos son iguales: crítica a los autores equidistantes"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

No existe suficiente conciencia en el mundo periodístico, político e intelectual del grado de derechización que hay en España, tanto en los medios de información como en la cultura política del país, resultado de una transición de la dictadura a la democracia que no fue modélica y tras la que, a pesar de los grandes avances que supuso, las fuerzas conservadoras continuaron y continúan ejerciendo un enorme poder sobre los aparatos del Estado y sobre los medios de comunicación de España. Ejemplos hay muchísimos. Lean los principales rotativos del país y compárenlos con otros de Suecia, el Reino Unido o EEUU, tres países en los que viví durante mi largo exilio. Verán que los contrastes son abrumadores. Permítanme un ejemplo. Un tema clave hoy en cualquier país a los dos lados del Atlántico Norte es cómo volver a la normalidad durante y después de la pandemia. Y vean lo que aparece en el Financial Times, el principal diario financiero británico (de clara y explícita orientación económica liberal), sobre lo que se debe hacer. El punto central de uno de sus artículos publicado en lugar prominente el día 26 de mayo, escrito por Rana Foroohar, era que los trabajadores tienen que ser los principales beneficiarios del necesario incremento del gasto público, pues han sido los más perjudicados por la pandemia. Subraya también que no es aconsejable que se siga el tradicional rescate de las grandes empresas, y sí en cambio que se centren los esfuerzos en el rescate de las pequeñas y medianas empresas y en la recuperación de la capacidad adquisitiva de la población. Su justificación para desaconsejar las ayudas a las grandes empresas es que suelen querer salir de la crisis a costa de sus trabajadores, despidiéndolos, tal como ocurrió en 2008, cuando los banqueros socializaron las pérdidas (mediante las ayudas de los Estados), pero no los beneficios. Y añade el artículo del Financial Times (insisto, periódico de orientación liberal) que la única justificación para ayudarlas sería que mantuvieran los puestos de trabajo de sus empleados. La postura defendida en este artículo aparece con frecuencia en este rotativo.

Es impensable, insisto, impensable, que cualquiera de los principales rotativos de este país, incluso aquellos que se definen como "liberales", publicara artículos semejantes. Y, por descontado, también es impensable que un partido que se definiera también como liberal hiciera semejante propuesta. Esta realidad muestra hasta qué punto el abanico ideológico en España está sesgado hacia la derecha. La derecha española (partidos conservadores y liberales), dentro del marco de la Europa Occidental, está claramente en el extremo de las derechas en Europa. Y tal sesgo se ve reflejado manifiestamente en su comportamiento y cultura. Vean las tertulias de La Sexta Noche cada sábado por la noche y observen quiénes interrumpen con mayor frecuencia a sus contertulios, con los cuales están en desacuerdo, sin apenas dejarlos hablar. Naturalmente que las izquierdas también realizan tales prácticas, pero, en general, es como defensa y en reacción a los ataques de las derechas. Hay múltiples ejemplos que muestran que las derechas españolas carecen de una cultura democrática, algo que queda patente a menudo en sus intervenciones. Un personaje característico que ilustra lo que digo es Eduardo Inda, que suele hacer gala de un comportamiento insultante, grosero y lleno de falsedades, que no recuerdo haber visto en los medios de los países en los que viví durante mi largo exilio. Ni siquiera en la FOX, la cadena de televisión de la extrema derecha estadounidense, aparecen individuos como tal personaje. Homologar a la izquierda con las derechas es un intento de ser neutral, poniendo a las víctimas y a los victimizadores en el mismo nivel. El mejor ejemplo de ello es la lectura que se ha dado del intercambio entre el vicepresidente segundo del gobierno, el Sr. Pablo Iglesias, y la portavoz del PP, la Sra. Cayetana Álvarez de Toledo.

No todos los políticos son iguales en España

Este reciente intercambio dialéctico entre el vicepresidente y la portavoz del PP, entre otros, ha sido utilizado como ejemplo de la falta de cultura democrática de los políticos, que se insultan constantemente, aumentando la crispación innecesariamente. De esta manera se ponen en la misma categoría a lo que se considera polos opuestos, proyectando así la imagen de que las derechas y las izquierdas tienen una responsabilidad compartida en la tensión y la crispación que se vive en el país. Periodistas tan conocidos y respetados como Iñaki Gabilondo o académicos de reconocido prestigio como Ignacio Sánchez-Cuenca han hecho tal acusación, recibiendo por ello un gran aplauso en los mayores medios de información. Dice Ignacio Sánchez-Cuenca en sus declaraciones en La Vanguardia (de la cual es colaborador habitual) que "hemos entrado en un juego de descalificaciones y adhesiones en los dos bandos que es brutal. Unos dicen que el gobierno son asesinos y los otros, que hay una especie de golpismo ultraderechista para echar al gobierno del poder. Y así resulta imposible tener un debate constructivo sobre las políticas que vamos a llevar a cabo porque queda enterrado bajo toda la palabrería y el griterío". Si uno no supiera ni lo que se dijo ni el contexto en el que se dijo, respondería con empatía al ruego de Ignacio Sánchez-Cuenca de denunciar tanto griterío por parte de los dos extremos. Pero cuando uno conoce el contexto, así como quién dijo qué, tal empatía desaparece, pues homologar los supuestos polos, en un intento de ser ecuánime, demuestra una limitada comprensión de lo que ocurrió y también una neutralidad que sustituye lo que debería haber sido una condena, sin paliativos, de lo que dijeron e hicieron las derechas del país, escasamente democráticas.

Veamos los datos, por lo visto, desconocidos –por tales voces supuestamente ecuánimes, y comencemos por la visión que algunos medios extranjeros tienen de nuestras derechas. Lo primero a resaltar es que un gran número de rotativos extranjeros han expresado su alarma por la radicalización de las derechas españolas (bien definidas por el miembro emérito del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín, como "las derechas extremas y la extrema derecha"), las cuales están utilizando todos los medios para intentar expulsar al gobierno de coalición de izquierdas, animadversión que se centra principalmente en  UP y, sobre todo, en su dirigente, Pablo Iglesias, la persona más odiada por las derechas españolas (esta animadversión y hostilidad es tan estridente y constante que uno tendría que asumir que Gabilondo e Ignacio Sánchez-Cuenca son conocedores de ello).

Tal odio llega a un nivel máximo con la acusación proferida por la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, sobre el padre de Pablo Iglesias, al que acusó nada menos que de terrorista por haber sido miembro de la resistencia antifranquista. Tal insulto es de una magnitud ofensiva hacia todos los que luchamos contra la dictadura, un comportamiento que, de haberse producido en cualquier otro país europeo, habría sido denunciado por la mayoría de los medios de comunicación demócratas, incluyendo los medios de información en Alemania y en Italia, países que sufrieron regímenes semejantes al fascismo español. Tal acusación de "terroristas" contra los luchadores antifascistas es la misma que utilizó el régimen totalitario de Franco, el más cruel y que mayor número de asesinatos políticos cometió como régimen político en la Europa Occidental (por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000, tal y como documentó el experto en fascismo europeo, el profesor Malefakis, de la Columbia University de Nueva York). E, incluso hoy, España es, después de Camboya, el país con un mayor porcentaje de desaparecidos por motivos políticos, todo ello justificado con el argumento de que eran terroristas. Y lo que es extraordinario es que tal personaje sea la portavoz del PP, cuyos orígenes tuvieron lugar en un partido fundado por personalidades de aquel régimen dictatorial anterior tan cruel e inhumano. Las fuerzas que luchamos contra el fascismo español teníamos toda la autoridad moral para utilizar medios pacíficos o armados para terminar con aquella dictadura.

Por otra parte, portavoces de Vox han acusado al gobierno de coalición de ser ilegítimo, repito, ilegítimo, acusación que parece haber hecho suya también el Sr. Pablo Casado. Me parece una acusación gravísima, pues frente al gobierno ilegítimo cualquier forma de respuesta, incluyendo un golpe de Estado, es posible y aconsejable. Son bien conocidas las relaciones de la derecha extrema y la extrema derecha con grupos de la policía patriótica, de las fuerzas armadas y de la judicatura.

Ante esta realidad, denunciar a Pablo Iglesias por decir lo que es obvio, poniéndolo al mismo nivel que el insulto de definir como terrorista a una persona que militó en la resistencia, me parece absurdo y de una gran falta de sensibilidad democrática, que da la apariencia de una neutralidad que puede parecer equidistante en un contexto tan derechizado como el que hay en la cultura mediática y política de este país. Es, hablando claro, un intento oportunista (y profundamente injusto hacia las izquierdas españolas) de presentarlas como una parte con la misma responsabilidad en la creación de la crispación que hay en España. Tales autores me decepcionaron profundamente. Hoy la máxima responsabilidad de la crispación recae en las derechas de siempre, que nunca rompieron con sus raíces, que fueron las fuerzas conservadoras que sostuvieron la cruel dictadura responsable del enorme subdesarrollo social que todavía tiene España.

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Cómo la crisis creada por la pandemia afecta a las familias españolas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/06/08/como-la-crisis-creada-por-la-pandemia-afecta-a-las-familias-espanolas/ Mon, 08 Jun 2020 05:10:22 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5348 Continuar leyendo "Cómo la crisis creada por la pandemia afecta a las familias españolas"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; y director del JHU-UPF Public Policy Center

La enorme crisis económica y social que estamos sufriendo, que no tiene precedentes en nuestra historia, está afectando muy negativamente a la calidad de vida y el bienestar de nuestra población, incidiendo con especial intensidad en las clases populares de nuestro país. Varios son los indicadores de esta realidad. Uno, de especial importancia, es el enorme aumento del desempleo. El porcentaje de la población adulta que desea un puesto de trabajo y no lo consigue está aumentando casi exponencialmente, hablándose de que podría llegar a alcanzar niveles nunca vistos antes en nuestro período democrático. El sistema de protección social existente en España no puede atender a tantos de nuestros conciudadanos. Ni que decir tiene que el real decreto-ley que establece el Ingreso Mínimo Vital ayudará a paliar tanto daño. Es una intervención pública de enorme valor. Pero necesita ser complementada con la creación de puestos de trabajo para reducir y anular el desempleo. De ahí la urgente necesidad de que se considere una responsabilidad pública de primera magnitud la de mantener y crear empleo, ayudando a los empleadores para que mantengan y expandan su población empleada, y creando empleo público en las muchas áreas y servicios donde hay un enorme déficit de personal, sin olvidar que otra medida de creación de empleo (raramente citada) es la reducción del tiempo de trabajo por trabajador. En realidad, las 40 horas semanales son claramente excesivas, atendiendo al enorme aumento de la productividad que ha tenido lugar en España durante el período en que ha estado vigente esta estructura de horas de trabajo (los trabajadores españoles son los cuartos en cuanto a horas trabajadas por semana en la UE-15, solo por detrás de los trabajadores griegos, portugueses y luxemburgueses). Y una de las áreas donde la inversión pública para crear empleo es más eficaz es, precisamente, en los servicios públicos de atención a las familias (escuelas de infancia y servicios a la dependencia), definidos como el 4º pilar del Estado del Bienestar y cuyo acceso debería ser un derecho ciudadano, que complementara los otros tres derechos que sostienen el Estado del Bienestar, a saber, el derecho a la salud y atención médica, el derecho a los servicios educativos y el derecho a la jubilación, todos ellos reconocidos en la Constitución Española. Estos servicios del 4º pilar del Estado del Bienestar están hoy poco desarrollados y tienen escasos recursos (incluyendo de personal), siendo uno de los países de la UE-15 con menos empleados en ellos. Ello explica la baja participación de la mujer en el mercado de trabajo, pues tal integración requiere de la existencia y accesibilidad a tales servicios. Se ha calculado que, por cada nuevo puesto de trabajo creado en estos servicios, se genera la posibilidad de que dos mujeres más se puedan integrar en el mercado de trabajo. En realidad, parte del retraso económico del país se debe a la baja participación de la mujer en el mercado de trabajo (62% en España frente al 80% en Suecia en la franja de edad de 20 a 64 años).

El incremento de las desigualdades familiares

Otro efecto negativo de la crisis actual está siendo el aumento todavía más marcado de las desigualdades por clase social y por género, hoy de las más acentuadas en la UE-15. En términos de desigualdad económica, y con datos de la OCDE (2016), España tiene un índice de Gini (representando el valor 0 una sociedad perfectamente igualitaria, y el valor 1 una sociedad perfectamente desigual) de 0,341, frente al 0,301 de media en la UE-15. En términos de desigualdad de género, según el Gender Inquality Index de la ONU (2016), España presenta un nivel de desigualdad del 8%, frente al 7,6% de media de la UE-15, y muy lejos de países como Suecia (4,4%), Finlandia (5,8%) o Dinamarca (4%).Las clases populares, así como las mujeres (la mayoría de las cuales pertenecen a la clase trabajadora), tienen menos recursos y menos oportunidades y posibilidades a su alcance que las clases medias de rentas altas y las clases pudientes, y que los hombres. Estas desigualdades, muy acentuadas en España ya antes de las crisis, se están incrementando todavía más, de una manera muy notable. La falta de puestos de trabajo y el deterioro de las condiciones laborales, con un claro aumento de la precariedad, se están generalizando en el mercado de trabajo. Y los recortes de servicios y transferencias públicos destinados a las familias –tanto en las mal llamadas "guarderías" como en los servicios de atención a la dependencia– están sobrecargando a las familias españolas y, muy en especial, a las mujeres (en España, decir "familia" equivale a decir "mujer"). Estas, que tienen tres veces más enfermedades derivadas del estrés que los hombres, van a estar todavía más estresadas, pues además de perder o ver muy reducidas las ayudas y servicios públicos (como los servicios y fondos de dependencia), están teniendo más dificultades para conseguir buenos trabajos. 

De ahí que, si bien todas las mujeres están sufriendo las consecuencias de la enorme crisis, las que se ven más afectadas son las mujeres de la clase trabajadora, que, como ya he indicado, constituyen la mayoría de las mujeres de las clases populares y que son además la mayoría en los sectores esenciales, como sanidad y servicios sociales, que fueron recortados por las fuerzas políticas que se presentan como las fuerzas más profamilia y más patriotas (confundiendo, como siempre, "patria" con los intereses de las personas pudientes y no con los intereses de la mayoría de la población). Este gran deterioro de las clases populares va acompañado de un gran crecimiento de la riqueza de las clases más pudientes, que alcanza dimensiones obviamente exageradas. Las 23 personas más ricas de España han visto crecer su riqueza un 16% durante estos dos meses y medio de gran crisis, mientras que la mayoría de la población la ha visto disminuir enormemente. Es sorprendente y, a su vez, significativo del gran dominio que el pensamiento conservador y neoliberal tiene en la cultura política y mediática del país, que la propuesta de crear un impuesto a las grandes fortunas en España, hecha por Unidas Podemos y sus confluencias, haya creado tal hostilidad por parte de la mayoría de esos medios.

Por qué las desigualdades de clase y género se están acentuando con la pandemia

  Existe un amplio consenso social que el Estado debería facilitar que todo ciudadano tenga las mismas oportunidades para poder desarrollar el enorme potencial que tiene cada ser humano. La igualdad de oportunidades es un objetivo ampliamente aceptado en el panorama político de cualquier país (al menos, en teoría). Se afirma que el hijo de un empleado de la banca debería tener las mismas oportunidades para prosperar que el hijo de un banquero. Ahora bien, el hijo de un banquero nace ya con una enorme ventaja sobre el hijo de un empleado de la banca. De ahí que las herencias familiares condicionen enormemente lo que cada persona pueda desear y aspirar. Como decía irónicamente Mark Twain, "la decisión más importante de tu vida es la elección de quiénes serán tus padres". El hecho de que dicha elección, en realidad, no sea tal, explica la injusticia de nuestras sociedades. Pero sí que pueden reducirse estas enormes desventajas de partida mediante toda una serie de intervenciones, desde una política fiscal más progresiva hasta un sistema de formación y educación más igualitario. Y ahí es donde la educación temprana juega ya un papel clave. Las que en la mayoría de los países se llaman "escuelas de infancia", y que en España se conocen como "guarderías" (lo que muestra que tales escuelas son percibidas como aparcamientos para las criaturas, mientras los padres trabajan), juegan un papel fundamental. Ni que decir tiene que el aspecto de guardar a las criaturas es un elemento importante, ya que facilitar a las madres integrarse en el mercado de trabajo es de una gran importancia (como se ha visto durante el período en el que todas las escuelas han estado cerradas mientras se han ido abriendo las empresas). Pero igualmente importante es el componente educativo en la edad comprendida entre los 0 y los 6 años (incluyendo la etapa de 0-3 años), que es clave para el desarrollo cognitivo y emocional de las criaturas. La evidencia de ello es abrumadora. Y si visitan una escuela de infancia en Suecia, lo podrán comprobar. Niños jugando con muñecas y niñas jugando con tractores, rompiendo los roles de género prestablecidos y los estereotipos de lo que se asume significa ser mujer y hombre. En España, los recursos públicos para estas escuelas de infancia han sido siempre muy limitados, lo cual ha empeorado todavía más durante la pandemia.

La conciliación familiar: una necesidad todavía no resuelta

La integración de la mujer en el mercado de trabajo requiere de la corresponsabilidad del hombre en las tareas familiares. Si ello no ocurre, las mujeres seguirán estando muy estresadas; y un indicador de tal estrés es la bajísima tasa de fertilidad, una de las más bajas del mundo. La mujer española es la que tiene hijos en edad más avanzada, lo que causa también su baja fertilidad (el número de nacimientos por mujer fértil es de 1,26, cuando debería ser de 2, según expresa la mayor parte de la población cuando se le pregunta cuántos hijos les gustaría tener). Las dificultades para desarrollar un proyecto de vida con acceso a un trabajo estable y con ingresos suficientes para una vida digna es una de las principales razones de esa baja fertilidad, a la que se añade el desequilibrio en las responsabilidades familiares. Y esta es otra consecuencia de la pandemia: el descenso de la fertilidad y, por lo tanto, del crecimiento demográfico, acentuado todavía más por la elevada mortalidad consecuencia de la pandemia. Estas son las consecuencias del contexto económico y político español, caracterizado por una gran desigualdad por clase social y por género, que ha aparecido con toda claridad durante la pandemia, lo cual ha mostrado el gran retraso social de este país.

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Las dos grandes visiones de la recuperación social y económica en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/05/29/las-dos-grandes-visiones-de-la-recuperacion-social-y-economica-en-espana/ Fri, 29 May 2020 05:45:48 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5338 Continuar leyendo "Las dos grandes visiones de la recuperación social y económica en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; Profesor de Health and Public Policy, The Johns Hopkins University

Estamos viendo hoy en España principalmente dos visiones de lo que debería ser la recuperación y vuelta a la normalidad durante y después de la pandemia. Una de ellas queda reflejada en el aplauso que cada día, a las 8 de la tarde, la ciudadanía de cualquier población española dedica, desde los balcones de su casa, a los profesionales y trabajadores de  los servicios sanitarios y sociales que están desempeñando su labor de salvar la vida de sus conciudadanos en unas condiciones que entrañan un alto riesgo de contagio, enfermedad y muerte, a causa de la escasez de recursos (concretamente, de instrumentos que los protejan) derivada de la gran subfinanciación de dichos servicios. Tal escasez es resultado de las políticas de austeridad impuestas (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales) a la población por los partidos gobernantes en España (y en la Generalitat de Catalunya), siendo el gobierno del Partido Popular (apoyado por Ciudadanos) y el gobierno de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), en Catalunya (apoyado por el PP catalán primero y por ERC después), los que recortaron más dicho gasto (Vox no tenía entonces representación parlamentaria, aunque de haberla tenido habría exigido incluso más recortes, privatizando, incluso con más dureza, los servicios sanitarios y sociales, tal y como promueve su programa electoral).

El aplauso a las víctimas (profesionales y trabajadores de los servicios sanitarios y sociales) lleva implícita una crítica a los gobiernos que llevaron a cabo tales políticas de austeridad, responsables de los riesgos a los que están expuestos aquellos profesionales y trabajadores de tales servicios, y dicha crítica, por mera coherencia, implica una demanda para que se eliminen los enormes déficits de gasto público sanitario y social, poniendo tal exigencia en el centro de las medidas que se están proponiendo para conseguir la recuperación económica y social del país, así como para contener la pandemia, medidas todas ellas que deberían tomarse bajo el consejo y asesoramiento de científicos conocedores de la evolución de las pandemias y de cómo controlarlas.

La necesidad del New Deal Social

De ello se deduce que el aumento del gasto y empleo público en los subfinanciados sectores sociales (sanidad y sectores sociales) debe ser parte de un aumento del gasto y empleo público para, entre otros objetivos, intentar corregir la enorme subida del desempleo que la parálisis de la actividad económica –resultado de la pandemia- ha creado y continuará creando. Hoy hay un amplio consenso entre los establishments financieros y económicos, así como en los gobiernos a los dos lados del Atlántico Norte, de la necesidad de un aumento significativo del gasto público. El gran debate, entre la mayoría de los partidos políticos, no es tanto si debe haber o no un aumento del gasto público, sino en qué sectores y cuándo se tiene que realizar tal gasto público. Y en la alternativa progresista se prioriza la inversión social –el llamado New Deal Social– que complemente el también necesario New Deal Verde, con una reconversión del sector industrial para hacerlo más sensible al bien común y no solo a satisfacer las necesidades del mercado, definidas por la capacidad adquisitiva de cada consumidor (ver mi último artículo, "Cómo y cuándo salir de la enorme crisis económica creada por la pandemia", Público, 20.05.20, para ver una explicación más extensa de esta alternativa).

La versión española de la visión trumpiana de la recuperación

La otra visión, alternativa a la anterior, se presenta en forma de protesta contra el confinamiento y otras medidas aprobadas por el nuevo gobierno de coalición de izquierdas, y se manifiesta con las caceroladas, como alternativa a los aplausos. Dicha visión quiere utilizar a los fallecidos por la pandemia con fines partidistas, acusando al gobierno de coalición de ser responsable de tanta muerte, ignorando y silenciando (con la colaboración de los grandes medios que apoyaron en su día las medidas de austeridad) los recortes de gasto público sanitario y social que sus representantes políticos impusieron cuando gobernaban. Su acusación al gobierno es la de "querer suprimir las libertades", así como la de "mentir", denunciando al presidente Sánchez por haber faltado a la verdad al indicar que España era el quinto país del mundo en realizar más pruebas de diagnóstico a la población. Este dato, sin embargo, es una verdad incontestable. Vean los datos que recoge STATISTA, que confirman que ahora España es ya, después de EEUU, Rusia y Alemania, el país que ha hecho más pruebas diagnósticas (cuando el presidente Sánchez lo mencionó era el quinto). En lo que Pedro Sánchez erró fue al citar la fuente de estos datos, que no fue la Johns Hopkins University como él dijo, sino la citada agencia, también de gran credibilidad científica (la JHU solo publica dicha información para los Estados de EEUU, pero no para otros países del mundo). Que esta inexactitud del presidente, Pedro Sánchez, al citar las fuentes sea presentada como parte de una campaña para ocultar la verdad es absurdo. Y el impacto mediático que dicha acusación ha tenido se explica por el sesgo derechista de gran parte de los medios de información y el clima de crispación creado por las derechas.

Otra maniobra para desacreditar al gobierno es querer responsabilizarlo de las muertes por culpa del retraso en su respuesta a la pandemia. Tal retraso fue un error. Pero dicha acusación ignora maliciosamente que la gran mayoría de gobiernos europeos también reaccionaron tarde, pues creían que la epidemia se centraría en Asia y no llegaría a Europa. En realidad, otros países, incluyendo Alemania, reaccionaron incluso más tarde que España y, sin embargo, su tasa de mortalidad ha sido mucho menor. España respondió tarde, como también lo hicieron la mayoría de los países no asiáticos. Pero cuando se respondió, se hizo con contundencia. La postura seguida por el gobierno desde entonces ha sido, en general, acertada, aun cuando se hayan cometido errores. Pero, en base a los argumentos utilizados por las derechas, es probable que las derechas extremas y la extrema derecha (como las define el magistrado José Antonio Martín Pallín, miembro emérito del Tribunal Supremo) lo hubieran hecho mucho peor, pues han mostrado, una vez más, su enorme insensibilidad social y su escasa, por no decir nula, credibilidad científica, y una abusiva manipulación en su comportamiento.

En realidad, su visión es semejante a la del trumpismo en EEUU, (que he detallado en otros artículos), el cual se caracteriza por su insistencia en desoír las advertencias realizadas por la comunidad científica, hecho que ha causado un gran aumento de la mortalidad, incluyendo la de los trabajadores esenciales, indispensables para la supervivencia del conjunto de la sociedad. En EEUU, el trumpismo está causando un enorme desastre, con sus privatizaciones y políticas de inversión pública sesgada hacia los grupos y lobbies económicos que lo favorecen, sin prestar ninguna atención al daño que sus políticas están causando a la calidad de vida y bienestar de las clases populares de aquel país.

La extensión del trumpismo en España

Este trumpismo en España va mucho más allá del que se presenta en Vox. En realidad, el trumpismo es la máxima expresión del neoliberalismo, con claros tintes darwinianos. De ahí que aparezca incluso en amplios sectores de la cultura política y mediática de nuestro país. Ejemplos hay muchos. El lector me permitirá que me refiera, como un ejemplo de ello, al programa televisivo La Sexta Noche, que intenta dar una visión de lo que es el debate político en base a una tertulia en la que lo habitual es el tono insultante y grosero, especialmente entre las derechas. En tal programa aparece invitado con frecuencia nada menos que el exdirigente socialista José Bono (que es conocido por su conservadurismo y hostilidad hacia las izquierdas, y uno de los políticos más visibles en tal fórum) acusó a Unidas Podemos de ser "defensora del autoritarismo comunista" y de querer establecer un régimen dictatorial al intentar promover la ocupación pública como manera de resolver el elevado desempleo, añadiendo como prueba de otro supuesto "extremismo" el que, según el Sr. Miguel Sebastián (que fue ministro de Industria), "casi todos los economistas, Keynesianos o no, pensamos que lo último que se debe hacer en una crisis económica es subir los impuestos" (ver "Otra vez el impuesto sobre patrimonio", El Español, 17.05.20).

Ante estas declaraciones caben dos posibles explicaciones. Una es que estén mintiendo, pues la evidencia de que no están en lo cierto es abrumadora. Me temo, sin embargo, que no están mintiendo. Para mentir, uno tiene que conocer la verdad. Y es obvio que no la conocen. De ahí que la segunda explicación sea la ignorancia, lo cual es sorprendente para personajes que han tenido tanto peso político en el país. En realidad, el consenso es en el sentido opuesto al indicado por el Sr. Bono y el Sr. Miguel Sebastián, un consenso no solo presente entre economistas progresistas, sino también entre conservadores y liberales; todos ellos consideran que, ante la enorme tasa de paro, el sector público tendrá que crear empleo masivamente. Paul Krugman, Joseph Stiglitz y una larga lista de Premios Nobel de Economía lo están pidiendo. Y un tanto igual en cuanto a la frivolidad (y no hay otra manera de decirlo), de que subir impuestos durante una crisis son, según el Sr. Bono y el Sr. Miguel Sebastián, "medidas sumamente radicales y extremistas". En realidad, se hace constantemente. Sin ir más lejos, el PP lo hizo y con bastante intensidad, por ejemplo, subiendo el tipo general del IVA del 18% al 21%, y el tipo reducido del 8% al 10% en 2012, así como el IRPF, entre 0,5 y 7 puntos, en plena crisis económica.

La enorme crisis económica y social requiere una intervención masiva del Estado (a todos los niveles: central, autonómico y local) para resolver el desempleo y la precariedad, que alcanzarán unos niveles elevadísimos con el consecuente deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población (golpeando especialmente a las clases populares), hecho que ya está ocurriendo en medio de una pandemia que está muy lejos de haberse controlado. De ahí que, además de la gran ampliación y mejora de los servicios sanitarios y sociales, haya una necesidad urgente del Estado de crear empleo, lo cual se puede hacer por tres medios, todos necesarios y muy urgentes: una es facilitar la recuperación de las empresas, con el consiguiente mantenimiento del empleo; otra es la creación masiva de empleo, con el New Deal Social y Verde; y otra es reducir significativamente el tiempo de trabajo por trabajador.

Y para que ello sea posible es indispensable derogar la reforma laboral del 2012, una de las causas principales del enorme deterioro del mercado de trabajo. Es, pues, condición indispensable para la recuperación económica la mejora de las condiciones laborales en España, de las más precarias de la UE-15, causa de su ineficiencia y escasa productividad. El gran descenso salarial (el porcentaje de las rentas del trabajo sobre todas las rentas nacionales ha ido bajando desde 2007) que ayudó a consolidar aquella reforma laboral es una de las mayores causas de la ineficiencia del sistema económico, con una demanda doméstica excesivamente limitada (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015). Y aquí, de nuevo, es un indicador del enorme desequilibrio de fuerzas que existe en el Estado y en los grandes medios del país que el pacto para derogar tal reforma laboral se presentara (también en La Sexta Noche) como un golpe de Estado comunista para instaurar una dictadura (¡Bono dixit!). Que tal estupidez (y, de nuevo, no hay otra posible definición) se presente como una proposición objetiva ilustra hasta qué punto la cultura mediática y política está sesgada hacia la derecha.

El nacionalismo para ocultar el trumpismo

El trumpismo intenta ocultar sus políticas neoliberales duras, crueles y que causan tanto daño a las clases populares en EEUU, utilizando un nacionalismo extremo, racial, hostil y bélico, con el que se intenta reavivar la Guerra Fría, presentando a China como responsable de que haya habido tantas muertes por coronavirus en EEUU por haber retenido información sobre la expansión de la epidemia de coronavirus en su territorio. De la misma manera, en España los trumpistas están presentándose como "los auténticos patriotas", defensores de la libertad, negada por los "social-comunistas" que obligan a los ciudadanos al confinamiento por su afán autoritario, detrás del cual se oculta su objetivo de establecer una dictadura. Y en Catalunya, el nacionalismo extremo también se está utilizando para ocultar las políticas neoliberales que el gobierno de la Generalitat ha estado imponiendo. Del "España nos roba" se ha pasado al "España nos mata", pues se promueve la idea de que la elevada mortalidad en Catalunya se debe a que no es un Estado independiente. Tal argumento ignora que el gobierno catalán ha sido el que ha estado aplicando unos de los recortes más severos en la UE-15. El partido dominante en el gobierno catalán era CDC, de tradición neoliberal y, como tal, fue responsable de dichos recortes. Es más, los medios públicos de la Generalitat –Catalunya Ràdio y TV3- han sido los máximos promotores del neoliberalismo, siendo su gurú económico un economista asesor de Davos que ha apoyado la privatización de las pensiones realizada por el General Pinochet en Chile, cuyo resultado fue un desastre.

Conclusión

Tal y como indicaba en un artículo anterior, hay dos alternativas para salir de la crisis en España. Una, la de las fuerzas profundamente conservadoras e incluso reaccionarias, con un nacionalismo extremo, las cuales desoyen las voces científicas y pretenden, por cualquier medio, mantener los privilegios que siempre han tenido, y que consideran España y Catalunya como de su propiedad. Las caceroladas son, como decía, un síntoma de esta visión.

La otra alternativa es la progresista, que va más allá de la tradicional división entre izquierda y derecha, y que se basa en la constatación de que la inversión social es fundamental para la supervivencia de la sociedad y de una economía orientada hacia el bien común de la población. Su máxima expresión son los aplausos de cada día a las 8 de la tarde. Estas son, en realidad, las dos alternativas.

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Cómo y cuándo salir de la enorme crisis económica creada por la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/05/20/como-y-cuando-salir-de-la-enorme-crisis-economica-creada-por-la-pandemia/ Wed, 20 May 2020 05:24:30 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5328 Continuar leyendo "Cómo y cuándo salir de la enorme crisis económica creada por la pandemia"]]> Varias personas, muchas con mascarilla, cruzan la calle cerca de la Plaza de Toros de Valencia. REUTERS/Nacho Doce
Varias personas, muchas con mascarilla, cruzan la calle cerca de la Plaza de Toros de Valencia. REUTERS/Nacho Doce

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Health and Public Policy, The Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

El hecho de que muchos países hayan conseguido reducir el crecimiento de la tasa de mortalidad causada por el coronavirus, mitigando así el impacto de la COVID-19, ha generado un optimismo que explica que muchos de ellos estén ya iniciando el proceso para intentar recuperar alguna forma de normalidad y reactivar la actividad económica, saliendo así de la mayor crisis económica que estos países hayan sufrido en los últimos cien años.

Ello ha originado un debate sobre cuándo y cómo debe llevarse a cabo dicha recuperación. Este artículo intentará resumir varias alternativas, hoy presentes a los dos lados del Atlántico Norte. Pero para evaluarlas hay que ser conscientes de que, en general, y desde el punto de vista científico, hay bastante consenso entre los expertos en salud pública sobre los criterios básicos que deberían regir esta recuperación. Unos de los más conocidos a nivel internacional son los criterios de la Johns Hopkins University, cuyo Center for Health Security ha señalado que para iniciar tal proceso hay que cumplir cuatro condiciones. La primera es que el país tiene que haber experimentado un descenso de la mortalidad debida al coronavirus durante, al menos, 14 días. Otra condición es que el país tenga suficiente capacidad para realizar pruebas de diagnóstico que le permitan cubrir, al menos, a todas las personas con síntomas de tener la COVID-19 (y también realizarlas a los contactos que estas personas hayan tenido) así como a las personas que trabajan en todos los servicios definidos como "esenciales". Una tercera condición es que el país tenga un sistema sanitario con capacidad suficiente para poder atender a todos los pacientes, y cuyo personal sanitario tenga todo el equipo de protección necesario que le permita atenderlos con el mínimo riesgo de contagio. Y, por último, la cuarta condición es que los servicios de salud pública del país tengan capacidad suficiente para llevar a cabo campañas de detección de nuevos casos de infección, así como controlar y diagnosticar a sus contactos para su confinamiento y aislamiento (ver "Public Health Principles for a Phased Reopening During COVID-19: Guidance for Governors", The Johns Hopkins University Center for Health Security, 17.04.20). La aplicación de estos cuatro principios, junto con las medidas de confinamiento selectivo, así como el uso generalizado de mascarillas y guantes, permiten el control y resolución de la pandemia. La experiencia así lo ha mostrado. Casos como el de Corea del Sur muestran claramente que la pandemia puede abordarse con éxito. Ello requiere un compromiso firme por parte del país y sus autoridades, dentro de una cultura cívica de solidaridad y compromiso con el bien común.

Estas condiciones no se están respetando en la gran mayoría de países que se están desconfinando

Ahora bien, el éxito que las campañas de confinamiento han tenido en muchos países para reducir el número de contagios, de enfermos y de muertes por coronavirus ha generado un optimismo que, sin que se den las condiciones previamente detalladas, ha animado a que se inicie en muchos de ellos un proceso de desconfinamiento y de paulatina recuperación económica. Es comprensible que este proceso esté ocurriendo, pues las medidas de contención de la pandemia y, muy en particular, el confinamiento de la mayoría de la población (que en un momento determinado fue de tres cuartas partes de toda la población que vive en las economías avanzadas), han representado y continúan representando un enorme sacrificio con el que la población, con razón, desea y ansía terminar. Es más, a favor del desconfinamiento existe el hecho de que el confinamiento también tiene costes para la salud de la población, entre ellos, causar un aumento de mortalidad por enfermedades distintas a la COVID-19, al no poder ser atendidas estas enfermedades por la saturación de los centros sanitarios desbordados de enfermos por coronavirus. Y no hay que olvidar tampoco que la propia crisis económica está deteriorando la salud y calidad de vida de grandes sectores de la mayoría de la población.

Pero, por muy comprensibles que sean los argumentos favorables a un pronto desconfinamiento, ello no quiere decir que sea aconsejable, ya que tal recuperación (dependiendo de cómo se haga) podría incluso empeorar la situación y agravar todavía más la crisis económica. Y la principal causa de que ello sea así es que la actividad productiva continúa basándose en la actividad humana, dependiendo su ejecución de la salud y la vida de sus agentes, lo cual hace que la viabilidad del sistema económico dependa de que se respeten los principios científicos y las condiciones indicadas al inicio del artículo. A no ser que los trabajadores estén vivos y sanos, el sistema económico se paraliza. Un desconfinamiento rápido puede conducir incluso a una mayor parálisis como consecuencia del crecimiento de la enfermedad entre los trabajadores, tal y como está ocurriendo, por ejemplo, en algunos Estados de EEUU, donde la pandemia está teniendo unos efectos devastadores.

Esta es la realidad de la que deben ser conscientes las autoridades que tienen que tomar las medidas sobre el desconfinamiento. Naturalmente que el deseo común es terminar con esta situación anómala. De ahí que la diferencia entre las distintas alternativas no sea tanto sobre desconfinamiento sí o no, sino sobre qué tipo de desconfinamiento, es decir, en qué condiciones debe realizarse, a fin de que se puedan minimizar los daños que dicho desconfinamiento podría causar a la población, incluida la laboral, lo que afectaría y retrasaría la recuperación económica.

Las distintas estrategias de recuperación económica existentes hoy a los dos lados del Atlántico Norte

Una estrategia de recuperación económica es la promovida por el gobierno federal estadounidense presidido por Donald Trump, y consiste en el masivo desconfinamiento de la mayoría de la población, a fin de recuperar la economía lo más pronto posible (y a ser posible, antes de las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre, en las que el presidente Trump se presenta para conseguir su relección). Esta alternativa es consciente de que ello implicará un riesgo muy elevado de contagio y muertes por coronavirus. En esta estrategia, la vuelta a la normalidad pasa a ser el objetivo urgente e inmediato para la recuperación. Y el elevado número de fallecidos se justifica por la necesidad de salvar la economía del país, salvación que en ocasiones se presenta en términos belicistas y patrióticos. Tal y como ha señalado el presidente Trump, "hay que salvar la patria en una guerra en la que los muertos son el precio para ganar y conseguir la victoria". Salvar la patria equivale a volver a la normalidad del período prepandemia. Esta posición trumpiana está bastante extendida en amplios sectores conservadores y liberales del mundo occidental, incluyendo España.

Esta estrategia ha sido muy criticada por la gran mayoría de la comunidad científica, incluyendo el comité de expertos que asesora a la Casa Blanca en el tema de la pandemia. Las tensiones entre el Sr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, (y otros miembros del comité científico), por un lado, y el propio presidente, por el otro, son bien conocidas. La elevada popularidad de este experto (la figura más reconocida hoy en EEUU) lo ha protegido de los intentos de la administración por apartarlo del cargo o del comité de expertos. La razón de este rechazo por parte de la comunidad científica es que la pandemia no se resolvería y podría agravarse todavía más, cronificándose y matando a un elevado número de ciudadanos que se considera inaceptable, pues la pandemia podría prolongarse durante un período muy largo, de hasta cinco o más años.

La esperada vacuna contra el virus no será una realidad próximamente

El argumento utilizado por los que se muestran favorables a la vuelta rápida a la "normalidad" para negar la posibilidad de que aumente la mortalidad de una manera muy marcada es que se espera que en el corto plazo de algunos meses ya haya disponible una vacuna para prevenir y curar la enfermedad de la COVID-19. Pero existe un gran escepticismo en amplios sectores de la comunidad científica de que esta vacuna pueda desarrollarse, producirse y distribuirse en los próximos meses. Ni que decir tiene que la industria farmacéutica es la mayor promotora de esta tesis, industria que es muy próxima al presidente Trump, cuyas propuestas favorables hacia ella son bien conocidas en aquel país. Aceptando la tesis del descubrimiento y amplio uso de la vacuna en un "futuro próximo", la administración Trump está intentando recuperar la economía inmediatamente, consciente del elevado coste en mortalidad que significará el abandono de los principios científicos enunciados anteriormente, con la suspensión masiva del confinamiento y del distanciamiento social, entre otras medidas salubristas. En esta visión trumpiana, la "recuperación de la normalidad" significa dar prioridad a las grandes inversiones de dinero público para favorecer la recuperación de los elevados niveles de beneficios de las grandes empresas y grupos económicos próximos a la administración Trump (sin condicionar tal ayuda pública masiva al mantenimiento del empleo).

La alternativa progresista a esta estrategia extremista

Frente a la alternativa trumpiana, hay una alternativa progresista que las encuestas muestran a los dos lados del Atlántico Norte que es la más popular, y que consiste en desconfinar gradualmente a la población, de manera que la reapertura esté relacionada con el cumplimiento y la mejora en cada una de las condiciones enumeradas al principio del artículo, de manera que cuanto más se cumpla cada condición, mayor sea el grado de apertura. Ello requiere que, como primer paso, se invierta masivamente en los sectores "esenciales" necesarios para el mantenimiento y la sostenibilidad de toda la sociedad y, por lo tanto, de la economía. Entre ellos merecen especial atención los servicios sanitarios y de salud pública, así como los servicios sociales y los de atención personal (conocidos también como la economía de los cuidados), incluyendo los servicios del cuarto pilar del Estado del Bienestar (escuelas de infancia y servicios de atención a la dependencia, entre otros), que son todos ellos necesarios para garantizar la supervivencia, el mantenimiento, la seguridad y el cuidado de la ciudadanía (tanto como trabajadores como consumidores), sin la cual la actividad económica no puede existir. Se propone así un New Deal Social que incluya una gran inversión en estos servicios y transferencias del Estado, inversión que, insisto, debería reforzar los servicios de supervivencia, mantenimiento y continuidad de la sociedad, incluida su economía, y que además sería una de las fuentes más importantes para crear empleo. Esta inversión garantizaría una recuperación que minimice la mortalidad y morbilidad (enfermedad), creando además un empleo necesario para facilitar tanto la seguridad y salud de la población como el estímulo para la recuperación económica. Por ejemplo, el desarrollo del 4º pilar del bienestar facilitaría la integración de la mujer en el mercado de trabajo, tal y como ha ocurrido en aquellos países donde existe dicho pilar (como es el caso de los países escandinavos, que tienen el mayor porcentaje de mujeres en el mercado de trabajo), ya que permite compaginar el proyecto personal a nivel laboral con la responsabilidad familiar (facilitada también por una revolución cultural, corresponsabilizando al hombre en tales tareas familiares). Estas políticas públicas están adquiriendo una gran urgencia hoy como consecuencia del confinamiento de las familias, con el cierre de las escuelas, incluidas las infantiles. El número de puestos de trabajo creados en el desarrollo de estos servicios sociales básicos sería muy grande. Si España tuviera el mismo porcentaje de la población adulta trabajando en estos sectores sociales del Estado del Bienestar (hoy, uno de cada diez) que tiene Suecia (uno de cada cinco), España crearía unos 3,5 millones de puestos de trabajo. De ahí la urgencia de que el Estado cree empleo. La muy necesaria renta mínima garantizada que asegure un ingreso mínimo vital debe ser complementada con la universalidad del derecho de acceso a los servicios sanitarios y sociales (incluyendo el 4º pilar del bienestar) que garanticen su vida, salud y bienestar social. El derecho al ingreso mínimo vital debería estar acompañado con el derecho de acceso a los servicios vitales universales.

Hoy existe un gran consenso popular, expresado en el aplauso a las 8 de la tarde hacia los trabajadores de los sectores sanitarios y sociales, sobre la urgente necesidad de cubrir el enorme déficit de personal y recursos en estos servicios. Esta inversión en el New Deal Social es una de las condiciones más importantes para los programas de recuperación económica a fin de resolver, por un lado, la pandemia y, por el otro, prevenir su reaparición, toda vez que se garantiza el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía (objetivo principal de cualquier política pública), así como la seguridad y el mantenimiento del quehacer económico. La pandemia y la enorme crisis que ha creado es la mejor prueba de la importancia de priorizar esta inversión social, siendo el centro de la recuperación.

La necesaria reorientación del sector industrial para orientarlo hacia el bien común

La recuperación económica tiene que incluir también una gran inversión pública para la recuperación del sector industrial, que debería utilizarse para reformarlo a fin de dar mayor prioridad a la producción orientada al bien común en lugar de estar centrado exclusivamente (como ha sido hasta ahora) en responder a la demanda del consumo individual, determinado por la capacidad adquisitiva de las personas, orientándose así hacia los sectores con mayor capacidad monetaria. Hay que producir respiradores que salven vidas, por ejemplo, en lugar de producir tantos automóviles, y hay que producir mascarillas en lugar de vestidos de lujo. Y hay que enfatizar las energías renovables en lugar de las contaminantes. El New Deal Verde tiene que complementar el New Deal Social. Y para asegurarse de que esta nueva orientación se cumple, el Estado tendría que utilizar la inversión pública, pasando a ser parte de la dirección de algunas empresas, conforme a la cantidad de apoyo financiero que haya aportado. No puede reproducirse lo que ocurrió con la salvación de la banca, que terminó con una enorme pérdida de 60.000 millones de euros públicos, sin haber sido utilizada aquella inversión para una modernización del sector bancario, a fin de que desarrollara una vocación de servicio al bien común, escasamente presente en este sector económico.

En realidad, una gran diferencia entre las dos alternativas -la trumpiana y la progresista- es que la primera, defensora del statu quo (al coste que fuere), ha percibido al Estado como un servidor de la economía, interviniendo solo cuando tiene que corregir los fallos del mercado. En la alternativa progresista, por el contrario, es la economía la que está al servicio de la sociedad y del bien común, con una activa intervención del Estado para garantizar que sea así. En este sentido, el Estado tiene que intervenir activamente en el proceso de reconversión económica. Un ejemplo, entre muchos otros, es el desarrollo de la digitalización y de la inteligencia artificial, que constantemente es presentada como un riesgo (según algunos) o una oportunidad (según otros) para la desaparición del trabajo humano. Que sea lo uno o lo otro depende del contexto político que dirija tal proceso y los objetivos deseados. El mérito o demérito de las nuevas tecnologías depende, pues, de quién las controla. Dejarlas en las manos del mercado, como proponen los conservadores y liberales (y cuya máxima expresión es el trumpismo), es optimizar el poder y beneficios de las empresas y grupos económicos que las controlan. Pero la experiencia también muestra cómo en países donde el Estado ha tenido un mayor protagonismo (como los países escandinavos) estas nuevas tecnologías han servido para redefinir las condiciones del trabajo y permitir una mayor satisfacción y creatividad del mundo trabajador, facilitando una considerable reducción del tiempo de trabajo (ver "Robots won’t make us redundant", de Lars Klingbeil y Henning Meyer, Social Europe, 14.05.2020).

¿Cómo se pagará esta reconversión? La necesaria reforma de la política fiscal

Por extraño que parezca, la respuesta a esta pregunta no es económica sino política. La pregunta debe reformularse para decir: ¿tiene la sociedad española recursos para financiar esta recuperación? Y la respuesta, apoyada por los datos existentes, creíbles y claros, es afirmativa. España tiene los recursos para pagar su New Deal Social (complementado con el New Deal Verde). El excesivo poder e influencia de las fuerzas conservadoras en la vida política y mediática de España explica la infrafinanciación de sus sectores esenciales, incluyendo, por ejemplo, la sanidad y los servicios de salud pública. España es uno de los países de la UE-15 que gasta menos en su Estado del Bienestar. En sanidad, por ejemplo, invierte solo un 6,4% del PIB, cuando la media en la Unión Europea es del 7,1% y en la UE-15 del 7,2%. Si tal gasto fuera el de la UE-15, tendríamos casi 10.000 millones de euros más para la sanidad.

Las enormes desigualdades de renta y de propiedad que existen en este país, unas de las más altas hoy en el mundo desarrollado, muestran que el problema no es la falta de recursos sino la redistribución de esos recursos, lo cual ocurre por cierto también en la Unión Europea (UE), cuya falta de solidaridad en respuesta a la pandemia está mostrando, una vez más, una carencia de sensibilidad social que podría significar su desaparición como consecuencia de la falta de apoyo popular. La Europa democrática, que fue el sueño y punto de referencia que nos motivó a la resistencia antifascista durante la dictadura, se está convirtiendo en una pesadilla. Que hoy, en medio de la mayor crisis económica que este continente haya experimentado, todavía se insista en la UE en las medidas neoliberales que hicieron tanto daño a las clases populares de este continente es un sinsentido. Hoy están claramente desfasadas, pues hay casi un consenso internacional en que la principal condición para salir de la crisis es precisamente una enorme inversión pública, y debe ser el Estado (desde sus diferentes niveles) el que invierta cantidades nunca vistas antes para esta recuperación.

De ahí que, además de políticas fiscales redistributivas, el crecimiento de la deuda pública sea necesario y urgente, pues sin ella no hay posibilidad de recuperación económica. Incluso el mayor ideólogo neoliberal, conocido por su insistencia en reducir el déficit público durante la Gran Recesión, el Sr. Kenneth Rogoff, de la Universidad de Harvard, no solo tolera, sino que es favorable a un gran aumento del déficit ("tanto como sea necesario para recuperar la actividad económica"). Y un tanto igual el presidente del Federal Reserve Board, Jerome H. Powell (institución equivalente al Banco Central Europeo y máximo promotor del neoliberalismo en EEUU), que ha pedido al Congreso de EEUU que continúe invirtiendo dinero público hasta que la economía se recupere, sin límite en su déficit. El tema a debate, pues, no es inversión pública sí o no, sino dónde, cuándo y cómo se hace tal inversión, y para el beneficio de quién: o se hace para salvar los intereses particulares del establishment financiero y económico, o para salvar la calidad de vida y el bienestar de la mayoría de la población, poniendo el bien común por encima de todo lo demás. Ahí es donde está el debate. Y de su resolución depende la vida de todos, incluida la del lector de este artículo.

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Pandemia
El redescubrimiento de la clase trabajadora como consecuencia de la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/05/14/el-redescubrimiento-de-la-clase-trabajadora-como-consecuencia-de-la-pandemia/ Thu, 14 May 2020 05:53:44 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5326 Continuar leyendo "El redescubrimiento de la clase trabajadora como consecuencia de la pandemia"]]> Gente con mascarillas en el metro de la estación de Atocha, Madrid. EFE/Chema Moya
Gente con mascarillas en el metro de la estación de Atocha, Madrid. EFE/Chema Moya

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Una interpretación de la estructura social de España muy generalizada en los establishments político-mediáticos del país es que la mayoría de la población en los países desarrollados (incluyendo España) pertenece a la clase media, a la que sitúan entre los "ricos", por arriba, y los "pobres", por abajo, reduciéndose así la tipología social a tres grupos sociales: la clase alta, la clase media y la clase baja. Y podría parecer que la percepción popular se corresponde con esta tipología. Así, cuando a la mayoría de la población se le pregunta si se consideran pertenecientes a la clase alta, a la clase media o a la clase baja, la gran mayoría responde definiéndose como clase media, con lo cual se confirma la percepción generalizada y promovida por aquellos establishments que configuran la sabiduría convencional del país. Según tal sabiduría, la clase trabajadora prácticamente ha desaparecido, asumiéndose que se ha ido transformando en clase media como consecuencia de la movilidad social existente en nuestras sociedades, que permite el ascenso hacia arriba de los miembros de tal clase trabajadora, pasando a ser miembros de la clase media.

Esta categorización social se inició en EEUU, sobre todo a partir de los años ochenta, cuando se inició, con el presidente Reagan, el gran cambio político conocido como la "revolución neoliberal" (sustituyendo así al keynesianismo, que había sido la ideología imperante en el período 1945-1978, conocido también como la "era dorada del capitalismo"). Fue a partir de entonces que el neoliberalismo –nacido en el mundo anglosajón– se extendió ampliamente también en la Europa occidental, siendo adaptado incluso por las formaciones de izquierdas gobernantes (y, muy en especial, por la socialdemocracia a través de la llamada Tercera Vía), lo que provocó posteriormente su declive electoral como resultado de la abstención de la clase trabajadora o del cambio de su intención de voto. El discurso de clase desapareció así del lenguaje político, incluso en la mayoría de las izquierdas gobernantes, que dejaron de hablar de y a la clase trabajadora, sustituyéndola por la clase media.

La pandemia como causa del reconocimiento de que la clase trabajadora existe

La pandemia en los países desarrollados (incluyendo España) ha mostrado claramente que existe una clase trabajadora, distinta de la clase media, que es esencial para el mantenimiento y supervivencia de todas las demás, así como para la sostenibilidad de la economía del país. Forma parte de esta clase social el sector de la población que trabaja en los servicios esenciales y que no se ha podido permitir el lujo de estar confinado en casa, viéndose obligado a continuar trabajando, exponiéndose al contagio, a la enfermedad y a la muerte. A partir de la pandemia, la población se ha dividido, pues, entre los que pueden trabajar desde casa (la mayoría, de clase media y clase alta) y los que no pueden (la mayoría, de clase trabajadora). Estos últimos trabajan primordialmente en los sectores esenciales, claves para que la sociedad haya continuado funcionando y que han jugado un papel insustituible para el sostenimiento, la seguridad y el mantenimiento de la sociedad. Son trabajadores de los servicios (la mayoría, públicos) sanitarios, de los servicios sociales, de los servicios domiciliarios y de dependencia, de los servicios de comercio, de los servicios de transporte, de los servicios de limpieza, de los servicios de seguridad, de los servicios de bomberos, de los servicios de energía y agua, de los sectores agrícolas, entre otros, sumando un porcentaje elevado (alrededor del 35%) de toda la población laboral en España.

Según datos de la Encuesta de Población Activa extraídos del INE, el 45% de estos trabajadores son mujeres, poco remuneradas y en condiciones de trabajo claramente precarias (el porcentaje es incluso mayor –76%– en los servicios sanitarios y sociales). A la mayoría de ellos no se les ha proveído del equipamiento necesario para su protección contra la pandemia, siendo la tasa de mortalidad debido a la pandemia, más elevada entre estos sectores laborales que entre los que han estado en casa. En realidad, ni siquiera los trabajadores de los sectores sanitarios y de atención social personal han tenido la protección suficiente que necesitaban para protegerse contra la pandemia. No es el virus el que causa la enfermedad y la muerte, sino la falta de protección frente a él lo que explica la elevada tasa de infección y la mayor mortalidad entre el personal sanitario. El 16% de personas diagnosticadas de COVID-19 son trabajadores y profesionales de este sector. Considerar a la mujer de la limpieza del hospital, con unos salarios muy bajos y con unas condiciones de trabajo muy precarias, como perteneciente a la clase media, me parece abusar y tergiversar la realidad. Y referirse a ella como de "clase baja" me parece ofensivo e insultante en extremo (una cosa es indicar que es una persona con bajos ingresos, y otra muy diferente es definirla como persona de clase baja).

La clase trabajadora (que trabaja, predominantemente, en el sector servicios) existe y ha jugado y continúa jugando un papel clave para la supervivencia de todas las otras clases. Y continúa siendo la que tiene salarios más bajos, la que tiene menor estabilidad laboral y la que trabaja con peores condiciones laborales. El hecho de que estos sectores laborales esenciales, tan importantes y fundamentales para la supervivencia del sistema económico, hayan tenido tan poca prioridad por los establishments que dirigen tal sistema muestra la escasa importancia que se da al bien común, dándole menos atención que a los intereses particulares de grupos y lobbies financieros y económicos que gozan de gran influencia y poder en la vida política del país.

La pandemia, sin embargo, ha mostrado claramente el gran error de mantener tales prioridades, pues todo el sistema económico necesita y depende de la existencia de estos sectores esenciales, entre ellos el sector sanitario y social, financiado primordialmente por fondos públicos. Las privatizaciones, en este sector, no solo no ayudaron, sino que debilitaron estos servicios, indispensables, insisto, para todos los sectores y clases sociales del país. La polarización de tales servicios (como la sanidad y los servicios sociales) por clase social como ocurre en España perjudica a todas las clases sociales, incluidas las más pudientes, como, de nuevo, la epidemia ha mostrado.

Cómo afecta la pandemia a la salud y calidad de vida de todos los componentes de la clase trabajadora

Hay clases sociales en España. Y la clase trabajadora es una de ellas. Dentro de ella, el componente de la economía de cuidados y de servicios a las personas ha ido expandiéndose considerablemente, habiéndose visto afectado muy negativamente por la pandemia. Pero no hay que olvidar otros sectores de la clase trabajadora, como la industrial y manufacturera, también lo están, pues muchos de estos trabajadores también carecen de material protector o sus condiciones de trabajo no les permiten la distancia social que se requiere para prevenir el contagio. Y será también un sector que se verá afectado por la gran crisis económica, reduciendo su tamaño, así como sus salarios y su protección social. Sus indicadores de salud y bienestar ya se están viendo afectados, reproduciendo así el diferencial de mortalidad que hay en este país según la clase social de las personas. En España, la diferencia de esperanza de vida entre personas de la población más pudiente y personas de la clase trabajadora con menos ingresos puede llegar a ser de unos 10 años (en la UE, es de 7 años, y en EEUU, de 15 años). Es más que probable que esta diferencia de mortalidad aumente con la pandemia.  A estos sectores laborales perjudicados por la pandemia hay que añadir a los jóvenes que ya tenían dificultades para incorporarse al mercado de trabajo, así como a profesionales de clase media en trabajos temporales y precarios, que forman parte de lo que se ha llamado la "proletarización" de la clase media, fenómeno derivado de la pérdida de su capacidad adquisitiva, su estabilidad laboral y su protección social. Todo ello implicará un gran aumento de las desigualdades sociales, acentuando incluso más las existentes en España (que están entre las mayores del mundo desarrollado occidental). Esta es una realidad poco cubierta en los medios de información en sus reportajes sobre la pandemia.

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Pandemia
Nunca ha habido una crisis económica como la actual https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/05/06/nunca-ha-habido-una-crisis-economica-como-la-actual/ Wed, 06 May 2020 05:34:21 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5310 Continuar leyendo "Nunca ha habido una crisis económica como la actual"]]> Un hombre con mascarilla parado en el conocido cruce de calles de Tokio frente a la estación de Shinjuku, prácticamente desértico por las medidas de emergencia decretadas por el gobierno japonés frente a la pandemia del coronavirus. REUTERS/Kim Kyung-Hoon
Un hombre con mascarilla parado en el conocido cruce de calles de Tokio frente a la estación de Shinjuku, prácticamente desértico por las medidas de emergencia decretadas por el gobierno japonés frente a la pandemia del coronavirus. REUTERS/Kim Kyung-Hoon

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Existe un gran debate en los círculos económicos a los dos lados del Atlántico Norte sobre la naturaleza de la crisis económica actual causada por la pandemia, crisis que ya ha empezado y que se asume tendrá características similares a las que tuvo la Gran Recesión, que ocurrió durante el período 2007-2015. De esa semejanza se derivan las distintas propuestas que se están realizando para intentar minimizar y resolver el daño causado por esta crisis, asumiendo que las políticas públicas aplicadas para mitigar el daño causado en aquella recesión serán válidas también para esta. Tal supuesto es profundamente erróneo, pues las causas y las características de la Gran Recesión fueron muy distintas a las causas y a las características de esta crisis causada por la pandemia. En realidad, nunca ha habido una crisis económica que tenga las características de la de ahora. Ni siquiera la Gran Depresión es una crisis semejante a la actual. Es importante y urgente que se entienda esta realidad, pues la ignorancia de ello puede tener unas consecuencias catastróficas para la pervivencia de las sociedades a los dos lados del Atlántico Norte.

Veamos las características de la crisis actual:

  • Esta crisis económica está causada por la necesidad de salvar a la población (evitar que enferme y que muera), predominantemente del mundo del trabajo, pues sin ella no hay ni producción ni distribución de los bienes y servicios consumidos por la población. Es una crisis inmediata, sin ser resultado de ningún proceso evolutivo anterior. No se debe al colapso del capital financiero como en la Gran Recesión ni a la supuesta necesidad de corregir la elevada inflación (como ocurrió en la recesión provocada en 1981 o en 1993), ni a una falta de demanda como en la Gran Depresión.
  • Tal parálisis de la mayoría de sectores de la actividad económica conlleva una crisis rápida con un gran descenso (sin precedentes) del crecimiento del PIB y un aumento del desempleo. La economía estadounidense, la mayor economía del Atlántico Norte, vio (en el primer trimestre de este año) descender el PIB un 12% según la oficina del presupuesto del Congreso de EEUU (Congressional Budget Office - CBO), un 10% según Goldman Sachs o un 12% según J.P. Morgan. Es el descenso más acentuado desde la Gran Depresión (-13%) y el peor desde la II Guerra Mundial. Este descenso producirá un aumento, también sin precedentes, del desempleo. Según la CBO, se alcanzará un nivel del 16%, el mayor desde el final de la II Guerra Mundial. En el caso de España, el PIB ha caído un 5,2% este primer trimestre de 2020, y se espera que caiga hasta un 9,2% a lo largo del año en curso, según el gobierno. Respecto a la afectación sobre los puestos de trabajo, la tasa de desempleo acumula una tasa variación trimestral del 3,79%, situándose al 14,41% en el mes de abril. El gobierno, por su parte, prevé que la tasa de desempleo llegue al 19% a finales de 2020 (es probable que estas cifras sean mayores). Y para el conjunto de la UE, la caída del PIB este primer trimestre ha sido del 3,5% (3,8% en la Zona Euro). Según las previsiones del FMI, esta caída se prolongará durante todo el 2020, acumulando una caída interanual del 7,1% (7,5% en la Zona Euro). Al mismo tiempo, según las mismas previsiones del FMI, la Zona Euro alcanzaría el 10,4% este 2020 (no ofrece datos para el conjunto de la UE).
  • Otra característica es la rapidez (casi inmediatez) de los efectos de la paralización de la mayoría de sectores laborales. En EEUU, un período de solo un mes (del 15 de marzo al 18 de abril) 30 millones de trabajadores (de un total de 150 millones) han pasado a estar en paro, según los datos de trabajadores que han pedido acogerse al subsidio de desempleo (que es muy limitado en EEUU). Esta inmediatez, intensidad y gravedad es la mayor de cualquier crisis habida en los siglos XX y XXI en EEUU. Como punto de comparación, la mayor pérdida de puestos de trabajo fue de 4 millones en cinco semanas durante la Gran Depresión. En el caso español, en solo dos meses prácticamente 3,4 millones de personas se han visto afectadas por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs), y solo en el mes de abril el paro registrado creció en casi 300.000 personas, cifra nunca alcanzada anteriormente en un solo mes.
  • La evolución de la crisis económica está predominantemente influenciada por el impacto de la pandemia en la mortalidad y morbilidad (enfermedad) de la población trabajadora, así como en el efecto de las medidas tomadas para controlar la pandemia (como el distanciamiento social o el cierre de escuelas) en el tamaño de la población ocupada. Un ejemplo de lo primero es que muchas empresas han tenido que interrumpir parcialmente, o en su totalidad, su actividad económica como resultado de la muerte y/o enfermedad de sus trabajadores. Y un ejemplo de lo segundo es que el cierre de las escuelas por parte de las autoridades públicas crea un grave problema que obstaculiza la conciliación de la vida laboral con la vida familiar de los padres y, sobre todo, de las madres, provocando problemas graves en la continuidad de la fuerza del trabajo, sobre todo de las mujeres, que son la mayoría en los servicios esenciales (servicios sanitarios y sociales, así como comercio, claves para la continuidad del sistema económico). En realidad, una de las causas de que los impactos de la crisis sean mayores en unos países que en otros se debe a limitaciones de los servicios sanitarios, sociales y personales, así como a la escasez de los servicios de apoyo a la población, tanto a nivel laboral como familiar. La falta de protección social y laboral que ha caracterizado a EEUU, Italia y España es una de las causas de que la crisis económica vaya a ser mayor en estos países (ver mis dos últimos artículos en Público: Alternativas económicas frente a la pandemia, 30.04.20, y La falsa dicotomía entre mantener la salud o salvar la economía, 16.04.20).

La viabilidad y supervivencia del sistema económico depende primordialmente del sector más afectado: el ámbito social de los sectores esenciales

  • Otra especificidad de esta crisis económica es que ha afectado más al sector servicios que al sector industrial o al de la construcción. Esto se debe a varios factores. Uno es que el sector económico más afectado ha sido, precisamente, el sector de los servicios esenciales, que incluye los servicios sanitarios y sociales, el servicio de transporte, los servicios comerciales, los servicios de limpieza y servicios personales, entre otros. Todos ellos tienen en común no haber tenido la opción de confinarse, estando por lo tanto más expuestos al contagio, a la enfermedad y/o a la muerte. Entre ellos, destacan los servicios que están, como parte de su trabajo, directamente en contacto con los enfermos de coronavirus, a los que cuidan (unos trabajadores que están siendo objeto del merecido homenaje de la ciudadanía). La gran mayoría de los trabajadores de estos sectores son mujeres, en condiciones de empleo precarias, sujetas a escasez de material protector y a situaciones enormemente estresantes y mal retribuidas.

Este sector de trabajadores y trabajadoras esenciales, que representa aproximadamente un 35% de la población ocupada, juega un papel clave en la economía y sostiene a toda la sociedad, con una función primordial para la seguridad del sistema. La pandemia ha mostrado claramente que la viabilidad del sistema económico depende en gran medida de este sector. No hay ningún otro sector que sea tan fundamental para la mera existencia de la sociedad. Como bien dicen las feministas, la economía de los cuidados es el pilar de todo el sistema. E, insisto, es el sector más feminizado, peor retribuido y más maltratado de la economía. No es, por lo tanto, una casualidad que sea el más afectado (a nivel de contagios, enfermos y muertos) por la pandemia, lo que muestra su enorme vulnerabilidad y riesgo.

La orientación comunitaria de tales servicios esenciales

  • Es también una característica de este sector social que la mayor parte de su actividad se realice en la comunidad, siendo un componente esencial de la misma, vital para la calidad de vida y bienestar de la población. Tales servicios están gestionados por las autoridades locales o por los Estados, regiones o autonomías. Son también una de las áreas económicas con mayor potencial de expansión en ocupación. El caso más claro es el cuarto pilar del bienestar (esto es, los servicios de ayuda a las familias: escuelas de infancia y servicios domiciliarios a los ancianos y otras personas dependientes), una de las áreas de mayor empleo en los países nórdicos, que explica que mientras uno de cada cinco adultos trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar en Suecia, en España es solo uno de cada diez. Ello es causa de la elevada integración de la mujer en el mercado de trabajo de aquel país nórdico, y de su baja integración en España.

Políticas públicas para salir de la crisis económica: la gran expansión en el sector social (los servicios y transferencias que garantizan la viabilidad y la seguridad de la población y de la economía)

De estas características definidas en los puntos anteriores se derivan las líneas estratégicas de intervención para salir de la crisis que, debido a las causas que la crearon, puede ser revertida también con gran rapidez, con el objetivo de que sea una crisis en forma de U y no en forma de L.  Ahora bien, para que ello ocurra es fundamental que no se repitan los grandes errores que se cometieron para salir de la Gran Recesión.  No pueden priorizarse (como se hizo entonces) los intereses particulares de poderes económicos y financieros (que habían, precisamente, causado la Gran Recesión) frente al bien común, representado por los servicios sanitarios y sociales, que fueron recortados y desabastecidos de forma dramática, con las consecuencias que hemos vistos estos días con la pandemia.

Hay que cambiar radicalmente las prioridades de la recuperación, expandiendo la inversión social, que, repito, favorece el bien común, con una gran expansión del empleo en estos servicios del Estado del Bienestar, es decir, los servicios y transferencias del Estado social (como sanidad, servicios sociales, vivienda social y los servicios del 4º pilar del bienestar), convirtiéndose en la inversión más importante del Estado a fin de garantizar la viabilidad y la seguridad de todo el sistema. Repito que ello debería incluir el establecimiento de los servicios a las familias (escuelas de infancia y servicios a la dependencia) que ayuden a integrar a la mujer en el mercado de trabajo. Se necesita, por lo tanto, un New Deal Social que refuerce la calidad de vida, bienestar y seguridad de la población; una seguridad que sería un profundo error definir como un concepto militar o policial (la pandemia en EEUU ha causado muchas más muertes que la guerra de Vietnam). La primera condición para la existencia de una sociedad es la seguridad del bienestar, siendo este el primer objetivo que debería tener cualquier política pública.

Otra gran urgencia: la necesaria reconversión industrial, el New Deal Social y el New Deal Verde

Otras políticas públicas que se deberían implementar deberían ser invertir en la reconversión del sector industrial para orientarlo hacia las necesidades del bien común, y muy en particular las necesidades del sector social, a fin de garantizar la existencia del material necesario para proteger y mejorar el bienestar de la población, estableciendo unas prioridades que pueden ser distintas a las definidas por el mercado, el cual siempre prioriza la capacidad adquisitiva del consumidor, pero no dicho bien común. Según el mismo principio, la reconversión industrial (incluyendo la construcción) tendría también que priorizar las medidas para proteger a la población de los cambios climáticos, que podrían causar posibles crisis, tanto o más severas que las pandemias. Se requiere, junto al New Deal Social, un New Deal Verde, a fin de garantizar tal bien común, tema a expandir en próximos artículos.

En este sentido, fue preocupante ver la reacción negativa que algunos sectores influyentes de la sociedad (incluyendo algunas opciones de las izquierdas) tuvieron hacia las reflexiones de la teniente de alcalde del ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, que indicó la necesidad de hacer cambios en el sector automovilístico del país en lo que era, en realidad, una llamada al sentido común, que pedía poner el bien común sobre el bien particular. España es uno de los países que producen más automóviles, un producto del cual hay muy poca escasez y excesiva abundancia. Hubiera sido mucho más necesario que tal industria fabricara respiradores, de los cuales ha habido una escasez enorme, lo que ha causado la muerte a miles de personas. Y, además de respiradores, hay muchísimos productos manufacturados que deberían fabricarse para mejorar la calidad de vida de la población; lo mismo aplica a la reconversión verde que debe darse como consecuencia de ese otro New Deal que debería conllevar una redefinición del sector industrial en base a nuevas formas de energía. Y lo mismo con la construcción, que debería especializarse mucho menos en el turismo y mucho más en la reconversión de los edificios para ser más eficientes energéticamente, así como también en desarrollar un urbanismo que construya comunidades que unan y no separen a la población. En este sentido, uno de los avances en los países escandinavos ha sido intentar terminar con la soledad de los ancianos, creando comunidades y edificios con gran diversidad social y etaria, que unan y no separen a los grupos sociales (ya sea por razones de edad o de tipología familiar). El hecho de que hubiera protestas contra Janet Sanz muestra lo mucho que queda por hacer para priorizar el bien común en este país.

Las condiciones políticas para salir de la crisis económica

Para salir de la crisis es fundamental que haya una mayoría de progreso que apoye o, al menos, simpatice con los puntos subrayados en este artículo. En realidad, cada una de las propuestas en él podrían ser aceptadas incluso por parte de fuerzas conservadoras que son conscientes de la gravedad de los tiempos que vivimos y que perciben que volver al pasado no es la solución a la enorme crisis económica actual. Sin embargo, el mayor problema es que las direcciones de los partidos conservadores y liberales españoles han mostrado una falta de cultura democrática que los ha diferenciado de sus homólogos políticos en muchos otros países europeos. Subrayo el término direcciones (y no incluyo a gran parte de sus votantes) porque varias encuestas creíbles muestran que la mayoría de estas propuestas gozan de una amplia aprobación por parte de la población española, incluyendo votantes conservadores y liberales. Pero para desgracia del país, hoy hay dirigentes políticos que, por meros objetivos partidistas, están obstaculizando la continuidad del estado de alarma, hecho que tendría resultados enormemente negativos, incluso catastróficos.

La otra medida necesaria ha sido la de establecer una dirección política única para responder a la pandemia, al menos en las líneas generales de actuación, aun cuando la aplicación de las medidas debería estar adaptada a las peculiaridades de cada parte del país. El problema en España es que, de nuevo, como consecuencia del escaso desarrollo democrático, algunos de los dirigentes de las comunidades autónomas, controladas por los partidos de la oposición, se resisten a ello, obstaculizando tal dirección. Esto ha ocurrido también en Italia, donde hubo grandes problemas debido a la descentralización del sistema sanitario, lo que también ha sucedido en Bélgica, donde la diversidad nacional ha obstaculizado una acción unitaria, hecho que ha sido responsable de su elevada mortalidad. Estos casos contrastan con Alemania, donde, a pesar de la descentralización de su sistema federal, ha habido una dirección central única encabezada por la Sra. Merkel, resultado de lo cual el país ha tenido una muy baja mortalidad.

¿Cómo se paga todo esto? ¿Puede el país conseguir los recursos para salir de la crisis?

En primer lugar, hay que entender que los argumento que los economistas conservadores y liberales continuamente utilizan de que no se puede pagar o de que es injusto defender la deuda pública porque la tendrán que pagar nuestros hijos y nietos, son falaces y carecen de credibilidad. Y los datos así lo muestran, como mostré en mi libro Ataque a la democracia y al bienestar, crítica al pensamiento económico dominante. Hoy, todos los países a los dos lados del Atlántico Norte disponen de los recursos necesarios para salir de la crisis siguiendo una vía opuesta a la que se siguió en la Gran Recesión. El problema de los recursos no es un problema económico: es, en realidad, político. Lo documentamos extensamente cuando Juan Torres, Alberto Garzón y yo publicamos el libro HAY ALTERNATIVAS. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, en el que mostramos con datos que sí que había recursos alternativos a los recortes. Tales recursos ya existen en el país. Lo que se requiere es una redistribución de tales recursos, revirtiendo el enorme crecimiento de las desigualdades, que es uno de los factores que obstaculizan más alcanzar no solo el bienestar de la mayoría de la ciudadanía, sino también la eficiencia económica. Se está llegando a un nivel de absurdidad tal que en el mundo occidental se invierte una enorme cantidad de recursos públicos en el sector militar para expandir la industria del armamento y de la muerte, para defendernos de un enemigo (que ahora se considera China) del que dependemos para conseguir materiales que permitan proteger a la ciudadanía, como mascarillas y respiradores. La seguridad no se basa en poder militar, sino en el poder social. Es más, no es la muerte, sino la vida, lo que une a la población mundial. Y la corriente de solidaridad que se ha generado durante la crisis debe verse reflejada en un sistema económico nuevo pospandemia que se base en esa solidaridad y en el bien común. Fue absurdo que, en España, por ejemplo, se destinaran 60.000 millones de euros públicos para salvar a la banca privada (que había sido, en gran parte, responsable de la crisis financiera en España) o que se gastaran 1.200 millones de dólares públicos en EEUU para financiar investigaciones farmacéuticas que no responden a las necesidades de la ciudadanía, sino que fueron fruto de decisiones que siguieron un criterio meramente mercantil para definir las prioridades de tal industria. La población ha hecho y continúa haciendo un enorme sacrificio y no debería tolerar la concentración de tantos despropósitos, que favorecen, como siempre, a unos intereses muy minoritarios frente a los intereses de la mayoría de la población. La solución a la pandemia no es volver al pasado, sino construir un nuevo futuro.

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Alternativas económicas frente a la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/04/30/alternativas-economicas-frente-a-la-pandemia/ Thu, 30 Apr 2020 05:45:59 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5298 Continuar leyendo "Alternativas económicas frente a la pandemia"]]> Pixabay.
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Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

No hay duda de que el mundo cambiará notablemente tras la aparición de la pandemia, el fenómeno que está teniendo y continuará teniendo mayor impacto en la vida económica y política del mundo occidental desde la II Guerra Mundial. En los países a los dos lados del Atlántico Norte habrá un gran cambio que ya se estaba configurando antes de la aparición de la pandemia, pero que alcanzará su pleno desarrollo durante y después de ella. Sin duda alguna, la COVID-19 ya está afectando muy negativamente la vida económica de los países de esta parte del mundo, creando una crisis sin precedentes.

El trumpismo como defensa del estabishment económico actual

Frente a esta crisis, se perfilan varias alternativas que surgieron ya antes de la pandemia. Una es la defensa a ultranza de los grandes grupos económicos y financieros que dominan la economía de cada país y que, a través de medidas antidemocráticas y autoritarias, quieren mantener su dominio sobre el orden económico actual. Su máximo valedor son las ultraderechas xenófobas, profundamente antidemocráticas y autoritarias, con tintes caudillistas, muy teológicas y poco (en realidad, anti) científicas, que, a través de un nacionalismo chauvinista, racista y machista, intentan movilizar apoyos populares, interpretando "patriotismo" como el compromiso con el mantenimiento del orden económico actual. Esta versión, en EEUU está representada por el trumpismo, que incluso llegó a cuestionar la existencia de la pandemia y que, en respuesta a la crisis económica, ha dado, como señaló un editorial reciente del New York Times (27.04.20) un "apoyo masivo (2 billones de dólares) a la banca, a las grandes empresas del país y a los superricos del país", negando a la vez ayuda financiera a los Estados, forzándolos a imponer políticas de austeridad que harán aumentar el desempleo, como ocurrió hace diez años al principio de la Gran Recesión. El objetivo de la austeridad promovida por el Partido Republicano es, según el New York Times, (en el mismo editorial), "aprovechar la crisis para reducir los salarios de los trabajadores, como también hicieron durante la Gran Recesión". Estas declaraciones son especialmente importantes, pues este rotativo es el principal diario liberal de EEUU (es un síntoma de la enorme derechización de los medios de comunicación españoles que sea impensable que un rotativo liberal español escribiera un editorial semejante al realizado por el New York Times). El trumpismo intenta movilizar a sectores de la población mediante un discurso nacionalista extremista, racista, xenófobo, antiinmigrante y "superpatriótico".

El trumpismo en España

En España, esta alternativa la representa predominantemente, pero no exclusivamente, Vox. Léanse su programa económico y lo verán. Es el ultraneoliberalismo extremo reaccionario. La dimensión ideológica y cultural del trumpismo está ampliamente extendida entre las derechas españolas, como pudimos ver en el programa televisivo La Sexta Noche cuando el director de La Razón, Francisco Marhuenda, acusó al gobierno español nada menos que de ser anticatólico al haber prohibido que la gente vaya a misa los domingos, ignorando que tal medida había sido propuesta por la comunidad científica a fin de evitar la agrupación de personas, con el objetivo de prevenir la expansión de la enfermedad. Ni siquiera Trump ha llegado tan lejos como Marhuenda, pues este ha aconsejado a los Estados prohibir todas las reuniones presenciales, incluyendo las religiosas.

La necesaria alternativa del bien común

Frente a esta alternativa, no creo que la continuidad del sistema económico y político actual (que ha quedado muy desacreditado -ya antes de la pandemia-, perdiendo legitimidad en la mayoría de los países, hecho que ha originado precisamente la aparición del trumpismo, apoyado por los intereses económicos y financieros dominantes que se sienten amenazados con la pérdida de legitimidad del sistema político) sea posible. La alternativa al trumpismo tampoco creo que vaya a ser, en España, un Frente Popular de izquierdas (que no tiene una mayoría amplia en el país), sino que probablemente será una amplia coalición de formaciones políticas y movimientos sociales que combinen su agitación social de protesta con la exigencia de la transformación de las instituciones democráticas (incluidas las representativas) dentro de un marco político (incluso con una reforma constitucional) que exija la materialización de la promesa incumplida del discurso democrático, es decir, que antepongan el bien común por encima de todo lo demás. Esta focalización en el bien común exigirá un cambio de prioridades e instrumentos, de manera que el bienestar y la calidad de vida de la mayoría de la población sean el objetivo principal de cualquier intervención pública, entendiéndose "patriotismo" como el compromiso para alcanzar dicho objetivo. Ello requerirá la participación y colaboración de fuerzas progresistas que no necesariamente sean de izquierdas. Esto será necesario no solo porque hace falta una gran mayoría para llevar a cabo el cambio requerido, sino también porque es importante poder movilizar personas a favor del cambio que estén de acuerdo con las propuestas, siempre y cuando no se las presente como parte de un proyecto de izquierdas, ya que han sido aleccionados para estar en contra. Es importante recordar que, según encuestas fiables, la mayoría de la población europea (países de la UE) está de acuerdo con el principio de que "los recursos deberían asignarse según la necesidad de cada ciudadano, y financiarse según la capacidad y habilidad de cada uno". Y están de acuerdo también que cada política pública debería evaluarse según este principio, definido políticamente por la ciudadanía a través de sus instituciones de democracia representativa y participativa (ver el libro Towards a social investment welfare state?: Ideas, policies and challenges, de Morel, Palier y Palme).  Agrupar y monopolizar tales políticas bajo la etiqueta de "socialistas" les hace perder su capacidad de atracción, al convertirse en un término ideológico que diluye su impacto. Y no hay que olvidar tampoco que la experiencia reciente de partidos políticos que se definían como socialistas (independientemente de su nombre), aplicando a la vez políticas públicas que afectaron negativamente el bien común de las clases populares, ha contribuido a quitar credibilidad y desacreditar este término.

Ni que decir tiene que los partidos y movimientos sociales de izquierda serán (ya lo son en España) de una gran importancia en la configuración de tales propuestas. Pero sería un error querer monopolizarlas, pues hay que crear una alianza mayor para priorizar el bien común; ello significa mejorar la calidad de vida y el bienestar de la mayoría de la población (repito, fin último de cualquier política pública), así como parar el enorme retroceso que representa el trumpismo. Hoy, la necesidad de desarrollar tales políticas para el bien común es enorme. Y en ellas, los servicios y transferencias del Estado del Bienestar (olvidados en la etapa pre-pandemia), deberán adquirir un papel central. La pandemia ha mostrado claramente que la dimensión social del Estado es una inversión enormemente importante en una sociedad, pues la parálisis económica de la pandemia se debe, en gran parte, a las insuficiencias del sector social (resultado de los recortes y subfinanciación) heredadas de la época pre-pandemia. El sufrimiento de la población durante la pandemia ha determinado una sana intolerancia a que ciertos intereses particulares (como aumentar los beneficios económicos de un sector minoritario de la población) determinen u obstaculicen las políticas públicas encaminadas a promover el bien común. La solidaridad deberá ser el eje principal de este período post-pandemia, solidaridad que ha sido, por cierto, esencial para poder resolver la gran crisis humanitaria creada por la pandemia.

La demanda de un nuevo orden económico

Las políticas neoliberales han debilitado el bienestar de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población, mediante reformas laborales que provocaron una disminución de los salarios y de la protección social, así como un aumento de la precariedad (que ha afectado, sobre todo, a las mujeres trabajadoras, que son la mayoría de trabajadores en los servicios esenciales, incluyendo sanidad, servicios sociales, restaurantes y comercios). Estas trabajadoras y trabajadores de los servicios esenciales, mal pagados y con escasa protección social, representan casi un 35% de la población laboral (los cuales han hecho un enorme sacrificio, arriesgando su vida para salvar la de miles de ciudadanos), e incluyen, además de servicios sanitarios y sociales, personal de comercio, restaurantes, productores y distribuidores de alimentos y transportes. Añádase a ello la cifra de desempleados, que puede alcanzar a más del 20% de la población laboral, cuya protección social es muy limitada, debiéndose añadir a ello un número indeterminado de personas que están en campos de inmigrantes ilegales, en prisiones, en campos agrícolas, gente sin hogar, etc. El déficit social es enorme y se exige una enorme inversión con mejoramiento del empleo y de las condiciones de trabajo, proveyéndoles de los instrumentos necesarios para poder realizar sus funciones.

Por otro lado, la globalización que el neoliberalismo promulgó aumentó la dependencia nacional de la producción internacional de bienes y servicios esenciales para tal protección, creando una gran dependencia que imposibilitó la accesibilidad a tales bienes y servicios esenciales al interrumpirse la cadena de suministros (desde productos químicos a materiales como ventiladores para evitar la muerte de los pacientes, o mascarillas, batas y guantes para proteger a los profesionales y ciudadanos de ser contagiados). El hecho de que China fuera casi el único fabricante de tales materiales muestra el gran déficit de seguridad y la falta de previsión que existía en la mayoría de los países. De ahí la necesidad de redefinir el sector productivo de la economía para dar prioridad al bien común, en lugar del poder particular que pone como su primer objetivo el aumento de sus beneficios.

Frente a estos déficits, nos encontraremos (en realidad, nos encontramos ya) con un incremento exponencial de las desigualdades económicas, hecho que representa una amenaza para la necesaria solidaridad. De ahí que haya una demanda de inversión social, centrándose en los ciudadanos, más que en las empresas, tal y como ha ocurrido en Dinamarca, que ha apoyado a los trabajadores, manteniendo su capacidad adquisitiva, políticas públicas también llevadas a cabo en Alemania, Australia y el Reino Unido.

Es irresponsable dejar en manos de las empresas privadas con afán de lucro la seguridad del país

En artículos anteriores ya mostré la evidencia de que las políticas públicas neoliberales impuestas a la población por los establishments políticos de la eurozona y del Estado español, con sus reformas laborales regresivas y sus recortes del gasto público social, debilitaron los servicios sanitarios y sociales (como fue el caso en España y en Italia), contribuyendo a que la mortalidad por coronavirus fuera tan elevada. Y ahora, estamos viendo la falta de recursos, como las vacunas anticoronavirus y medicamentos para hacer frente a la pandemia, debido al excesivo poder de la industria farmacéutica, que antepone sus intereses particulares (aumentando astronómicamente sus beneficios) a costa de la falta de estos recursos que favorecerían el bien común.

Hoy nos enfrentamos a un grave problema: no tenemos una vacuna que permita protegernos frente al coronavirus ni tampoco disponemos de medicinas que puedan curar la enfermedad causada por el virus. Ello podría significar que la única manera de protegernos durante varios años sea a través de medidas preventivas de distanciamiento social (lo cual no siempre es posible en amplios sectores de la economía), así como la utilización, en la vida cotidiana, de material protector como mascarillas y guantes. Pero podría haber sido diferente. Y ello se debe a cómo está organizada la producción de vacunas y medicamentos en nuestras sociedades. Tal producción es llevada a cabo por empresas privadas con afán de lucro, cuyo principal objetivo es optimizar sus beneficios. Es un gran error permitir la existencia de tal sistema de producción en este sector tan importante para la sociedad, pues su vida, salud y existencia están supeditadas al comportamiento de tales industrias, como ha quedado mostrado durante esta pandemia. Veamos los datos.

La industria farmacéutica, por ejemplo, no puede continuar tal y como está

Tal industria farmacéutica es la que obtiene mayores beneficios entre todas las empresas en el mundo occidental. En EEUU, sus beneficios son mucho más elevados que los conseguidos por el resto de las empresas más rentables en aquel país (500 empresas de la lista FORTUNE). Se centran exclusivamente en los productos farmacéuticos que les reportan mayores beneficios, como lo son los medicamentos para enfermedades crónicas, por ejemplo. Pero no han dado importancia al desarrollo de vacunas y medicamentos para infecciones víricas o bacterianas, que son minoritarias y tienen una demanda menor en tiempos normales. Solo un 1% (en 2018) del presupuesto destinado a investigación farmacéutica va a este tipo de enfermedades, según datos de Access to Medicine Foundation.

Se sabía, sin embargo, en círculos de salud pública que tendría lugar una pandemia. Aprovecho para aclarar que la gran promoción que se está dando a Bill Gates como profeta de la pandemia es debido al sesgo pro-personalidades millonarias filantrópicas y a la ignorancia de que gran número de expertos en salud pública habían alertado de la elevada probabilidad de tal suceso, siendo todas ellas desoídas por tal industria. En realidad, la OMS había denunciado el comportamiento de tal industria (siendo Trump uno de sus máximos defensores) por su falta de interés en priorizar la investigación para el descubrimiento de nuevas vacunas y medicinas antivirales (The New York Times, 29.04.20). El conocimiento por parte de la población en EEUU de tal tipo de comportamiento, así como el elevado coste de las medicinas, explica la baja popularidad de dicha industria (ver Annual gallups ranking puts pharmaceutical industry last in consumers confidence last year, 2019).

Las alertas de los expertos de salud pública propiciaron ya en el año 2002 que se gastaran 700 millones de dólares en investigación sobre coronavirus en el mayor centro de estudios sanitarios del gobierno federal de EEUU, el NIH, fondos que fueron recortados por la administración Trump. La aparición de la epidemia ha motivado un incremento de fondos para tal investigación (de 1.800 millones de dólares) en el NIH, propuesto y aprobado por el Congreso de EEUU (cuya mayoría pertenece al Partido Demócrata). Y el gobierno federal había subsidiado también a la propia industria farmacéutica para estudios sobre coronavirus, habiéndose esta comprometido a tener, en dos o tres años, una vacuna disponible. En ninguna parte tal subsidio se vio condicionado a que el precio de la vacuna anticoronavirus fuera accesible para la mayoría de la población. En realidad, el ministro de sanidad de la administración Trump, el Sr. Alex Azar (próximo a la industria farmacéutica), ha expresado su percepción de que el elevado precio de tal vacuna (que presumiblemente la industria exigirá) la hará inaccesible para amplios sectores de la población. Tales comportamientos deberían ser inaceptables, pues afectan directamente al bien común. De ahí que se esté creando un clima en defensa de tal bien común que exige una intervención pública que anteponga el interés general al resto, de manera que esta industria esté al servicio de toda la sociedad, y estimulando alternativas financieras de propiedad y gestión que sirvan a una mayoría.

¿Es ello posible?

Soy consciente de que la alternativa que creo necesaria pueda no verse factible en España, desmereciéndola y tildándola de utópica. Aconsejo a los que así opinen que miren lo que ha pasado a los dos lados del Atlántico Norte en momentos de gran crisis. La II Guerra Mundial significó para las poblaciones de los países democráticos que participaron en aquel conflicto un sacrificio que se justificó como necesario para un mundo mejor. Y el establecimiento y posterior expansión del Estado del Bienestar fue el resultado. En España, el fascismo no fue derrotado. Y ese es el origen de nuestro gran retraso social. La estructura oligárquica venció.

Pero fue la presión popular la que forzó una transición, que se hizo en términos muy favorables para los herederos de aquella dictadura. Ahora bien, las fuerzas democráticas, lideradas por las izquierdas, consiguieron forzar la instauración de un sistema democrático que, a pesar de sus enormes insuficiencias, permitió el desarrollo de un Estado del Bienestar cuya escasa financiación se explica por el dominio de los herederos de la dictadura durante el periodo democrático. Pero fue también la presión de las izquierdas la que obligó a que la Constitución (que era una síntesis de la correlación de fuerzas en aquel momento) incluyera una dimensión social muy ignorada por el establishment político-mediático español.

Es muy improbable que la ciudadanía acepte volver al pasado –período pre-pandemia–, pues tal orden económico ha impuesto, e impondrá, un gran sacrificio. En realidad, las derechas de siempre son conscientes de ello y de ahí su enorme hostilidad hacia el gobierno actual. Por eso el reto para las fuerzas democráticas es el de estar a la altura de las demandas populares que exigen un nuevo orden económico favorable al bien común. No hay que ignorar que los aplausos a los trabajadores del sector sanitario y social son también una profunda crítica al sistema económico y político que no los dotó de los instrumentos necesarios para protegerse a sí mismos, así como para curar a la población. Las fuerzas progresistas deberían ser conscientes de ello.

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Coronavirus,Pandemia
La falsa dicotomía entre mantener la salud o salvar la economía https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/04/16/la-falsa-dicotomia-entre-mantener-la-salud-o-salvar-la-economia/ Thu, 16 Apr 2020 05:43:31 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5284 Continuar leyendo "La falsa dicotomía entre mantener la salud o salvar la economía"]]> Cola de gente en California esperando para recibir comida de los servicios asistenciales.
Cola de gente en California esperando para recibir comida de los servicios asistenciales.

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Un argumento que están promoviendo opinadores y políticos de sensibilidad neoliberal próximos a sectores del mundo empresarial de la mayoría de los países a los dos lados del Atlántico Norte es que hay que terminar con las medidas de confinamiento (que algunos, incluso, subrayan que nunca tendrían que haberse iniciado), pues estas medidas están amenazando con colapsar la actividad económica del país. En su mayoría, dichos opinadores son conscientes de que tales medidas son necesarias para controlar la propagación del coronavirus, que está causando un gran número de muertes. Aun así, argumentan que tal número es relativamente bajo, pues la gran mayoría de personas contagiadas con tal virus sobreviven y solo entre los ancianos la mortalidad es elevada. Consideran, pues, que tales muertes significan un coste relativamente menor y asumible (pues la mayoría de la población no queda afectada), coste que, además, es necesario para salvar la economía. Como dijo el vicegobernador del Estado de Texas en EEUU, Dan Patrick, en una entrevista en el canal Fox News, los abuelos de ese país deberían aceptar su muerte a fin de salvar la economía para sus nietos. Y hay algunas de estas voces que incluso piensan (aunque no lo dicen) que esta alta mortalidad entre loa gente mayor facilitaría la salvación del sistema de pensiones público, que hoy consideran insostenible. El ministro de Finanzas japonés, Tarō Asō, así lo insinuó en una ocasión. Para tales voces, lo más importante ahora es salvar la economía y reanimarla para que continúe. De lo contrario, todos tendremos problemas más graves que la pandemia: el paro y la falta de trabajo. Como dijo el presidente de EEUU, Donald Trump, "no podemos permitir que la cura sea peor que el problema".

¿Cuál es la economía que se quiere salvar?

Tal argumento podría parecer lógico y coherente, pues la actividad económica es imprescindible en cualquier país. Pero tiene un fallo muy grave. Y es que lo que se quiere salvar (y que llaman "la economía") son las políticas económicas que han sido, en gran parte, la causa de las enormes tragedias que están amenazando la propia supervivencia del ser humano (tanto la crisis climática como la enormemente insuficiente respuesta a la epidemia), consecuencia del enorme debilitamiento de los servicios de protección social como resultado de la aplicación de las políticas públicas neoliberales (que incluyen medidas como las de austeridad, que han mermado sectores como el sanitario y los servicios sociales, y reformas laborales que han incrementado masivamente la precariedad), las cuales caracterizan la economía que quiere salvarse.

En realidad, el sistema económico dominante se basa, hoy, en una producción y distribución de bienes y servicios que se rige por unas leyes del mercado que priorizan sistemáticamente a aquellos individuos y sectores de la población que tienen mayor capacidad adquisitiva, a costa de todos los demás. Y todo ello para el beneficio de minorías propietarias y gestoras de los medios de producción y distribución, cuyos beneficios económicos –sus intereses particulares- se anteponen al bien común de toda la ciudadanía.

¿Quiénes son los ganadores y los perdedores en esta economía?

La pandemia ha mostrado con toda claridad las consecuencias de este sistema económico. Durante los últimos años de la Gran Recesión se optimizaron estos intereses particulares, de manera que los beneficios de las minorías que derivan sus rentas de la propiedad y gestión de tales medios de producción y distribución se conseguían a costa de la reducción de los ingresos de la gran mayoría de la población, que adquiere sus rentas a través del trabajo y ocupación en tales medios, predominantemente mediante salarios. Un ejemplo de ello es España, donde las primeras rentas (las del capital) subieron, pasando de representar un 42,8% de todas las rentas en 2008 a un 46,5% en 2019, mientras que las segundas (las del trabajo) descendían durante el mismo período de un 57,4% a un 53,5%. Y ello se consiguió, primordialmente, a costa de reformas laborales regresivas (que aumentaron la precariedad) y de unos recortes del gasto público, primordialmente social, que debilitaron enormemente el mundo del trabajo. Tales recortes causaron las enormes carencias del sector sanitario, incluyendo la falta de respiradores (que se necesitan para poder salvar vidas) y de equipamiento protector (como son las mascarillas, las batas, los guantes y un largo etcétera) para los profesionales y trabajadores del sector sanitario y de todos los servicios esenciales. Todos estos recortes y reformas laborales se hicieron para "salvar la economía" (es decir, los intereses del mundo del capital), interpretando la economía como un sistema que favorece a una minoría (las clases pudientes) a costa de la gran mayoría de la población. Hoy, los niveles de vida y la protección social de esta mayoría están peor que antes de que se iniciaran tales políticas neoliberales. Y estamos viendo ahora las mismas voces utilizando el mismo argumento, subrayando que hay que permitir que la gente (y muy en especial, los ancianos) se mueran para salvar tal economía (esto es, sus intereses).

El orden económico de España como causa de la elevadísima mortalidad por la pandemia

España está entre los países donde las desigualdades entre las minorías financieras y económicas que obtienen sus ingresos de la propiedad del capital, y la mayoría de la población, que los obtiene a partir de su trabajo, son mayores, unas desigualdades que son de las más altas de los países desarrollados. A su vez, el gasto social (incluido el sanitario) público es muy bajo y hay una gran escasez de recursos (ver mi artículo "Las políticas económicas neoliberales matan. Hay que cambiarlas", Público, 03.04.20). Estos son los resultados de la economía neoliberal que existe en este y otros países. ¿Es esta economía la que se desea recuperar?

La respuesta popular: los aplausos a las 8 de la tarde

Hoy estamos viendo una movilización diaria y masiva en apoyo a los bien definidos como "héroes" en esta guerra contra el virus. Cada día, a las 8 de la tarde, millones de ciudadanos españoles e italianos salen al balcón para aplaudir y agradecer a todos los profesionales y trabajadores que se están jugando la vida para el bien común de salvar la vida de las personas (la gran mayoría perteneciente a las clases populares). Estos aplausos llevan implícita una protesta frente al orden económico (sostenido por el sistema político-mediático del país) que, en una guerra contra el virus, ha enviado a estos soldados a las trincheras sin haberles dado las armas suficientes. La muerte de tantos profesionales y trabajadores del sector sanitario no está causada por el virus. Está causada por la falta de protección frente al virus.

Es un movimiento, pues, de protesta frente a los causantes de tanta insuficiencia y escasez, que son los que gobernaron el país durante tantos años en los que se aplicaron esas políticas públicas por parte de los establishments político-mediáticos influenciados por los poderes económicos y financieros que dirigen la economía que se intenta salvar ahora. En este sentido, hay que aplaudir los pasos realizados por el nuevo gobierno de coalición de izquierdas para cambiar las prioridades del Estado y dar mayor importancia al sector social, cuya primera prioridad es defender la calidad de vida y el bienestar de la población. Pero hay que alertar de que, como consecuencia del excesivo poder que grandes sectores del mundo empresarial tienen sobre el ejecutivo y el poder judicial en España, sería un gran error intentar continuar las políticas económicas de austeridad (dictadas por el establishment dirigente de la eurozona) que han hecho tanto daño a nuestro país.

El reto de la futura economía: poner lo social en el centro

Y es ahí donde se requiere una respuesta a las excelentes e impresionantes manifestaciones diarias y pasar de esta economía neoliberal a otra que ponga en su centro "la economía de los cuidados". Es urgente y necesario priorizar la producción y distribución de los bienes y servicios que favorezcan el bien común en lugar de intereses minoritarios particulares. No hace falta que se fabriquen tantos automóviles a costa de tan pocos respiradores. O tanta ropa para las clases pudientes cuando hacen falta mascarillas, batas y guantes. El Estado, en sus distintos niveles, como responsable del bien común, tiene la autoridad para incentivar, y si ello falla, ordenar la fabricación de productos y de regular los precios de productos esenciales para garantizar el bienestar de la población, priorizando lo social y común sobre beneficios económicos particulares. No se puede permitir que los productores de tales productos se estén aprovechando de la escasez (que mata a la gente) para incrementar el coste de sus productos.

Hoy hará falta que el Estado cree empleo. Y es ahí donde la necesaria expansión de los servicios del Estado del bienestar (desde los servicios de sanidad y sociales hasta la educación, la vivienda y otros servicios, además de la reconversión industrial y energética para protegernos también del cambio climático) es de una enorme importancia. En España, solo un adulto de cada diez (y en Catalunya, donde las medidas neoliberales se han impuesto incluso con mayor dureza por parte de la derecha neoliberal catalana, hoy secesionista, uno de cada once) trabaja en los servicios públicos (primordialmente, en los servicios del Estado del Bienestar). En Suecia es uno de cada cinco. Y Suecia, así como otros países escandinavos (que durante la mayor parte del periodo 1945-2020 han sido gobernados por partidos socialdemócratas en alianza con partidos a su izquierda), son los países que tienen menos desigualdades sociales (de clase social y género), mayor conciencia ambiental y mejores indicadores de calidad de vida en el mundo. Y mayor eficiencia económica, como incluso el Vaticano del neoliberalismo, Davos, ha tenido que reconocer en su informe The Global Competitiveness Report 2019 (ver mi artículo "Cómo el pensamiento económico dominante, causante de tanto sufrimiento, se reproduce: Davos", Público, 03.02.20). Concretamente, en dicho informe se reconoce que "Suecia, Dinamarca y Finlandia no sólo se han convertido en unas de las economías del mundo más avanzadas a nivel tecnológico, más innovadoras y dinámicas, sino que también proporcionan mejores condiciones de vida y mejor protección social, están más cohesionadas y son más sostenibles que sus iguales". No se podía decir más claro.

Es un error (motivado por razones ideológicas) considerar que las medidas neoliberales (neoliberalismo es la ideología del mundo del capital) son las más eficientes para recuperar la economía. Lo que ha ocurrido con la Gran Recesión es un claro ejemplo de ello. Cualquier evaluación hecha prueba que han sido un desastre (y no hay otra manera de definirlo) para la calidad de vida de las clases populares (que son la mayoría de la ciudadanía). Se necesitan políticas que vean la inversión social como algo central en la necesaria redefinición de la economía. Hoy, la salida de la crisis económica tiene que pasar por el aumento de la población empleada en los servicios públicos del Estado del Bienestar (expandiendo los ya existentes y creando nuevos como los del 4º pilar del bienestar –escuelas de infancia y servicios de atención a las personas dependientes–), muy poco desarrollados en nuestro país. Tal inversión, no solo estimularía la economía a través del aumento de la demanda, sino que reforzaría los servicios básicos para mejorar la seguridad, felicidad y bienestar de la población (que debería ser el objetivo principal de cualquier Estado), aumentando con ello la productividad económica, bajando a la vez el tiempo de trabajo semanal y mejorando los salarios, reforzando los instrumentos –como los sindicatos– garantes de la defensa de los derechos de la población trabajadora. En contra de lo que se ha creído, la experiencia muestra que la expansión del Estado del Bienestar (incluyendo la "economía de los cuidados") es una necesaria inversión en el desarrollo humano, social y económico de un país. Los datos así lo confirman.

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Por qué la mortalidad por coronavirus en España es de las mayores del mundo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/04/08/por-que-la-mortalidad-por-coronavirus-en-espana-es-de-las-mayores-del-mundo/ Wed, 08 Apr 2020 05:51:07 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5271 Continuar leyendo "Por qué la mortalidad por coronavirus en España es de las mayores del mundo"]]> Familiares siguen el coche fúnebre con los restos de uno de los fallecidos por el coronavirus, en un cementerio de Madrid. REUTERS/Susana Vera
Familiares siguen el coche fúnebre con los restos de uno de los fallecidos por el coronavirus, en un cementerio de Madrid. REUTERS/Susana Vera

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra, Profesor de Política Social y Sanitaria de la Escuela de Salud Pública de la Johns Hopkins University y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Estamos siendo testigos de la propagación de la pandemia a nivel mundial y un hecho que llama la atención es que la tasa de mortalidad debida a esta enfermedad varía mucho incluso entre países de semejante nivel de desarrollo económico (es decir, entre países considerados como países ricos, como son los países de la Europa Occidental y América del Norte). ¿A qué se deben estas diferencias?

Antes de responder a esta pregunta, tenemos que explicar primero qué se entiende por tasa de mortalidad debida al coronavirus, expresión muy utilizada tanto en el debate político como en los principales medios de información del mundo occidental. Una manera de definirla es tomando el porcentaje de toda la población que muere como consecuencia de tener la enfermedad causada por tal virus. Esta tasa se calcula poniendo el número de muertes causadas por el virus en el numerador, y el número de personas que viven en el país en el denominador. De ahí que cuando se calcula la tasa de mortalidad siguiendo esta fórmula, la composición demográfica de esta población sea de especial importancia, pues al saberse que los ancianos son más vulnerables que los jóvenes a caer enfermos y morir a causa de este virus, se concluye que las sociedades más envejecidas (es decir, con un porcentaje mayor de ancianos en la población) tendrán tasas de mortalidad más altas que los países con poblaciones de edades más jóvenes. De ahí que se haya utilizado este argumento frecuentemente para explicar la elevada tasa de mortalidad debida al virus en España (e Italia).

Ahora bien, tal argumento pierde peso cuando vemos que Alemania, que tiene una composición demográfica parecida a la española (son dos sociedades envejecidas) tiene una de las tasas de mortalidad por coronavirus más bajas del mundo (actualmente hay 17 muertos por cada millón de habitantes, por 265 en el caso español, una de las cifras más elevadas del mundo desarrollado). De ahí que la explicación demográfica no sea suficiente o no sea satisfactoria para explicar lo que nos preguntábamos al principio del artículo.

Qué otras causas podrían explicar la mortalidad tan alta en España

Otra manera de analizar la mortalidad de una enfermedad es calcular el porcentaje de personas contagiadas por el virus que mueren, lo que se conoce como "tasa de letalidad". En este cálculo el numerador de la tasa sigue siendo el número de fallecidos, pero el denominador es el número de contagiados y no habitantes. Y el problema grave es que la gran mayoría de países no disponen de este dato, el número real de contagiados. Las cifras que se utilizan son meras estimaciones, y varían según el modelo estadístico que se utilice. La realidad es que no ha habido ningún país que haya hecho pruebas diagnósticas a toda la población, aunque Corea del Sur y Alemania son los países que han conseguido mayores porcentajes de cobertura en la detección del virus. China lo ha conseguido para algunas provincias. Por lo demás, hay una enorme diferencia en cuanto a las estimaciones que se hacen entre los países.

Este dato, sin embargo, es de gran importancia, pues puede asumirse que, a menor el número de gente contagiada, menor debería ser la tasa de mortalidad. Este supuesto es lo que sostiene toda la estrategia del confinamiento, enfocada en aumentar el distanciamiento social y, con ello, el riesgo de contagio. Esta medida es necesaria para contener la pandemia, pero no es suficiente, pues es imposible tener confinada a toda la población. No todas las personas en una sociedad pueden "tener el lujo" de confinarse. Muchos deben continuar trabajando en los servicios esenciales para la sociedad –que incluyen, entre muchos otros, los servicios sanitarios y sociales, las industrias de la energía, el transporte público y de mercancías, los trabajadores agrícolas, y un largo etcétera–. En realidad, si tomamos la clasificación de las actividades esenciales decretadas por el gobierno español mediante el Estado de Alarma, casi el 35% de la población ocupada en una situación normal está empleada en estos sectores.

Pero otra razón para no limitarse a confinar a la población es que controlar la expansión de la pandemia y reducirla no es equivalente a que desaparezca. De hecho, el peligro de contagio continuará, lo cual requerirá que las medidas preventivas para evitar el contagio deban prolongarse durante un largo período, incluyendo la utilización, por ejemplo, de mascarillas y guantes por parte no solo de personas contagiadas, sino también de no contagiadas. De ahí la enorme importancia de que existan servicios preventivos, así como curativos, que permitan prevenir el contagio y curar la enfermedad, una de las condiciones más importantes para resolver el problema de las pandemias.

Uno de los determinantes más importantes de la tasa de mortalidad: los servicios de prevención y curación sanitarios y sociales

Existe bastante información sobre la importancia del impacto de los servicios preventivos y curativos para explicar la variabilidad en la tasa de mortalidad. La existencia de servicios y materiales que puedan prevenir el contagio de la enfermedad, tales como mascarillas, batas, guantes y otros, así como de servicios y materiales que puedan curarla, como respiradores, número de profesionales y camas hospitalarias disponibles en las unidades de cuidados intensivos, juegan un papel clave para determinar la tasa de mortalidad del Covid-19. Y es en esta variable donde sí que se encuentran grandes diferencias entre países, lo que explica en gran parte la mortalidad diferencial. El mejor ejemplo de ello son los tres países (Italia, España y ahora EEUU) que tienen mayores tasas de mortalidad a causa del virus en el mundo desarrollado. Estos países son los que han tenido una mayor propagación del contagio y los que tienen un menor desarrollo de los servicios públicos de sanidad y servicios sociales, incluyendo una mayor escasez de material protector y material curativo para atender la pandemia. Son también estos países los que tienen mayor porcentaje de profesionales y trabajadores de sanidad, servicios sociales y servicios esenciales contagiados por el virus. Los datos son contundentes.

El caso español es un claro ejemplo de ello. En realidad, el gasto público sanitario y social es de los más bajos de la Europa occidental, muy por debajo de lo que le correspondería por su nivel de desarrollo económico, creando una pobreza de recursos que se ha acentuado todavía más con los recortes aplicados por los sucesivos gobiernos españoles durante la época de la Gran Recesión. Según datos de la Global Health Expenditure Database (de la Organización Mundial de la Salud), entre 2009 y 2017 el gasto público sanitario gubernamental como porcentaje del PIB descendió en España de un 6,4% a un 5,9%, y en Italia de un 7% a un 6,5%, mientras que en EEUU –punto de inspiración del modelo neoliberal– apenas creció de un 4,2% a un 4,5%, con una cobertura sanitaria muy limitada, con casi 30 millones de estadounidenses sin protección sanitaria; por otro lado, según datos de la OCDE, entre 2008 y 2016 España redujo sus camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes de 3,2 a 2,97, Italia de 3,79 a 3,17 y los Estados Unidos de 3,13 a 2,77. Aquí en Catalunya, los recortes del gasto público sanitario fueron de los más acentuados en España y en la UE-15. Se recortaron 1.500 millones de euros, y se eliminaron 1.100 camas hospitalarias, reducciones que han afectado muy en particular a las clases populares, todo ello mientras se reducían los impuestos de sucesiones y de patrimonio para las clases de renta superior.

Los condicionantes políticos de la pandemia: las políticas de austeridad del gasto público social

Y es ahí donde las políticas públicas aplicadas por los gobiernos, que han creado estas situaciones de escasez, se rebelan como muy importantes para explicar su elevada mortalidad. La evidencia científica muestra que tales políticas públicas han debilitado enormemente la capacidad de respuesta a la pandemia, jugando un papel clave tanto en su propagación como en su escasa contención y en su deficiente abordaje. Ni que decir tiene que han intervenido otros factores. Se ha subrayado en España, por ejemplo, la gran descentralización de la gestión y parte de la financiación sanitaria en las CCAA, lo cual ha dificultado la respuesta unitaria frente a la pandemia, necesaria para la adquisición a nivel internacional de los materiales (como respiradores y mascarillas) que todas las CCAA necesitan. Y más concretamente, la descentralización en la compra, compitiendo cada CCAA por la adquisición de este material, lo que ha debilitado la resolución de tal déficit. En EEUU, esta descentralización de la compra de tales productos ha causado también un enorme problema, forzando una competitividad que ha beneficiado al productor a costa del comprador de los materiales necesitados. Pero esta descentralización (y falta de coordinación) ha sido más un factor contribuyente que no determinante en los problemas de escasez de material, pues el problema común de todas las CCAA es la escasa financiación de los sistemas sanitarios, acentuada todavía más por los enormes recortes de gasto público sanitario llevados a cabo por los gobiernos anteriores al que lidera ahora la respuesta a la pandemia. Querer responsabilizar al gobierno de coalición actual de la elevada mortalidad es injusto y sectario en extremo, hasta el punto de poderse calificar de cinismo, cuando no incoherencia, pues muchos de los acusadores son políticos pertenecientes a las formaciones conservadoras y liberales responsables de las políticas de austeridad, con los recortes de gasto público sanitario más acentuados en la UE-15.

La mayor parte de la investigación sobre la pandemia se ha basado, como era lógico, en el entendimiento de sus orígenes y de su expansión, dando gran relevancia a los estudios epidemiológicos, muy necesarios. Sin embargo, estos estudios deberían incluir también factores políticos, sociales y culturales que son determinantes para entender la variabilidad en los niveles de mortalidad. Y son estos factores los que suelen ignorarse en los análisis académicos, aunque ya se empiezan a tener en cuenta. Y una pregunta que se están haciendo millones de españoles es: ¿cómo puede ser que un país tan rico como España tenga un gasto público social y sanitario tan bajo (uno de los más bajos de la UE-15)?

La escasez de recursos crea una dualidad en la sanidad española (pública y privada) que explica, en parte, dicha escasez de recursos públicos

Si nos fijamos en las tasas de personas contagiadas por Covid-19 por clase social, vemos que el factor "clase social" tiene una gran importancia para conocer la distribución de tal pandemia. Las clases más afectadas son las clases populares, donde la tasa de infección es más alta, siendo la existente entre las clases medias de renta media-superior menor, y entre las clases pudientes mucho más inferior. Dos son los factores que explican esta situación. Uno es que el confinamiento preventivo es más común entre las dos últimas clases sociales que entre las primeras. Amplios sectores de las clases trabajadoras (incluidos gran parte de los trabajadores de los sectores esenciales, como sanidad, servicios sociales, servicios de transporte público y privado, correos y sectores industriales de sectores clave) son empleados con trabajos manuales que no pueden realizarse desde el domicilio. Ello dificulta, cuando no imposibilita, el confinamiento.

Otro factor a tener en cuenta son las características del vecindario y de la vivienda, que suele ser de dimensiones más reducidas entre las clases trabajadoras que entre las clases medias y clases pudientes. De ahí que, en todos los estudios sobre la propagación de la enfermedad, se ha visto que esta está mucho más extendida en los barrios obreros que en los barrios de clase media, siendo los barrios pudientes los que tienen menor índice de contagio. Así, en Barcelona, por ejemplo, excepto en un distrito (Ciutat Vella), la incidencia de la enfermedad (número de infectados por Covid-19 por cada 100.000 habitantes) es mayor en los distritos obreros como Nou Barris –235– y Sant Andreu –207– (que tienen un nivel de renta familiar disponible del 55% y el 75% de la renta media de Barcelona) que en los distritos de clase media como el Eixample –160– y Les Corts –124– (que tienen el 122% y 137%, respectivamente, del nivel de renta media de Barcelona), y mucho menos que en el distrito pudiente de Sarrià-Sant Gervasi –87– (con un 182% del nivel de renta media de Barcelona). Hay una relación inversamente proporcional entre nivel de renta e incidencia del Covid-19. A mayor la primera, menor la segunda. Esta situación es extrapolable a otras ciudades españolas. Ello justifica que los gobiernos municipales progresistas, como el de Barcelona, den prioridad a los barrios populares, que es donde se centra y se expresa con mayor intensidad la pandemia.

Esta situación se debe al enorme poder que tiene el 20% de la población con un elevado nivel de renta sobre las instituciones del Estado (sea a nivel central o autonómico), poder que ha llegado incluso a negar, en su discurso, la existencia de la "clase trabajadora", un término casi olvidado en el lenguaje político y mediático del país, pues se supone que ha desaparecido o se ha convertido en clase media. Este enorme poder político y mediático explica la dualidad de la sanidad española, con el 20% de la población recurriendo a la asistencia sanitaria privada y el 80% restante a la pública, enormemente subfinanciada. Pero esta dualidad perjudica también al mismo 20% de renta superior, como la pandemia está mostrando. La sanidad privada, que es más user friendly (con menos tiempo de espera y otras ventajas y beneficios), es, sin embargo, de menos calidad que la pública, debido a tener mayores carencias profesionales, como lo atestigua que las propias clínicas privadas transfieran sus pacientes a la pública cuando están gravemente enfermos. Y las grandes limitaciones de la sanidad privada han quedado en evidencia con esta pandemia, ya que está menos equipada para resolver problemas tan graves como los generados ahora. De ahí que este 20% se haya visto perjudicado, incluso con muertes. Sería bueno para el país que este 20% se diera cuenta de que la insolidaridad del sistema dual no es buena, ni siquiera para ellos. Lo que el país necesita es tener un sistema sanitario público que sirva a toda la población con los recursos necesarios para atender a las situaciones excepcionales como la actual. Pero ello requiere un gasto público sanitario mucho mayor que el que hay hoy. Bajar los impuestos (la tradicional respuesta de los grupos conservadores y liberales) debilita el establecimiento de esta sanidad pública de calidad, algo que perjudica incluso a aquellos ricos que creen que pagando menos impuestos y yendo a la privada resuelven sus problemas. Hacer, pues, recortes en la sanidad pública como se hizo en España durante la Gran Recesión es incluso suicida para las clases pudiente. Así de claro.

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Coronavirus
Las políticas económicas neoliberales matan. Hay que cambiarlas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/04/03/las-politicas-economicas-neoliberales-matan-hay-que-cambiarlas/ Fri, 03 Apr 2020 05:44:01 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5266 Continuar leyendo "Las políticas económicas neoliberales matan. Hay que cambiarlas"]]> Vicenç Navarro.
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra; y Director del Hopkins- UPF Public Policy Center

El impacto de la pandemia del coronavirus en el deterioro de la calidad de vida y bienestar de las poblaciones (y, muy en particular, de las clases populares), así como la respuesta de los Estados para intentar contenerla están afectando todas las dimensiones sociales, económicas, políticas y culturales de cada uno de los países impactados por este fenómeno. Poca gente podría haber imaginado hace solo cuatro meses que, hoy, casi una tercera parte de la población mundial estaría viviendo en condiciones de confinamiento, incluidas las tres cuartas partes de la población que viven en el mundo capitalista desarrollado. Y lo que es también extraordinario es que, como consecuencia de la pandemia y de las medidas tomadas contra ella, la economía mundial está sufriendo una crisis sin precedentes.

Como resultado de todo ello, es más que probable que la cultura económica del mundo post-pandemia sea diferente a la del mundo actual. Y uno de los cambios será (ya lo está siendo ahora) el gran descrédito de los dogmas que han orientado el pensamiento económico dominante en la época pre-pandemia –el neoliberalismo–, y cuya aplicación a través de la imposición de las políticas públicas (derivadas de tal dogma) está causando tanto sufrimiento. Dicho dogma (que continúa siendo dominante en los establishments político-mediáticos de la Unión Europea) ha mantenido la tesis de que el éxito de la actividad económica tenía que basarse en la austeridad del gasto público social, conseguida a base de recortes que han dejado a los países afectados por la pandemia sin los medios necesarios –como por ejemplo sanitarios y de servicios sociales– para protegerse frente a ella. No es sorprendente que, en general, aquellos países donde tales políticas neoliberales se han aplicado con mayor dureza sean hoy también los países donde el daño causado por la pandemia está siendo mayor (ver mi artículo "Las consecuencias del neoliberalismo en la pandemia actual", Público, 17.03.20). España, Italia y EEUU son claros ejemplos de ello. Son los países que tienen mayores índices de mortalidad debido a la pandemia hoy en el mundo, resultado en gran parte del debilitamiento de sus sectores sanitarios y sociales (así como otros esenciales), consecuencia del empobrecimiento del sector público y de la expansión del privado como resultado de las políticas de recortes del gasto público social llevadas a cabo por gobiernos conservadores, liberales y socioliberales. Es en estos tres países del mundo occidental donde está habiendo más muertes por coronavirus (en parte, debido a la gran escasez de respiradores) y donde hay un porcentaje mayor de profesionales y trabajadores del sector sanitario que han sido contagiados por el coronavirus, resultado de la escasez de material protector. Los datos hablan por sí mismos. Según datos de la Global Health Expenditure Database (de la Organización Mundial de la Salud), entre 2009 y 2017 el gasto público sanitario gubernamental como porcentaje del PIB descendió en España de un 6,4% a un 5,9%, y en Italia de un 7% a un 6,5%, mientras que en EEUU –punto de inspiración del modelo neoliberal– apenas creció de un 4,2% a un 4,5%, con una cobertura sanitaria muy limitada, con casi 30 millones de estadounidenses sin protección sanitaria; por otro lado, según datos de la OCDE, entre 2008 y 2016 España redujo sus camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes de 3,2 a 2,97, Italia de 3,79 a 3,17 y los Estados Unidos de 3,13 a 2,77. Aquí en Catalunya, los recortes del gasto público sanitario fueron de los más acentuados en España y en la UE-15. Se recortaron 1.500 millones de euros, y se eliminaron 1.100 camas hospitalarias, reducciones que han afectado muy en particular a las clases populares, todo ello mientras se reducían los impuestos de sucesiones y de patrimonio para las clases de renta superior. Los recortes más acentuados fueron los realizados por el gobierno de Convergència (partido neoliberal), hoy JxCat, siendo presidente de la Generalitat de Catalunya el Sr. Artur Mas y Consejero de Sanidad el Sr. Boi Ruiz, presidente de la Patronal Sanitaria privada, cuyas primeras declaraciones como máxima autoridad de la sanidad pública catalana fueron animar a la población a que contratara un seguro de sanidad privado. Toda esta realidad quedó ocultada por el llamado "procés" independentista, dirigido por tal partido, cuyo apoyo procede mayoritariamente de las clases de renta superior y media superior.

El neoliberalismo mata

Repito, la evidencia de que los países en el Atlántico Norte que han sufrido más debido a la pandemia son aquellos que han aplicado con mayor severidad las políticas de austeridad, así como reformas laborales regresivas, tales como los tres citados (ver mi artículo en Público "Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia", 24.03.20) es abrumadora.

La respuesta de dichos países a la pandemia ha sido intentar cubrir las enormes deficiencias de sus sistema público sanitario a base de comprar material para curar a los enfermos y para proteger a los profesionales del sector, pues es en estos países donde hay mayor demanda para que se obtengan dichos materiales, pero esta alternativa está resultando ser, como era previsible, insuficiente, incluso para alcanzar los objetivos limitados definidos por sus gobiernos, importantes (como conseguir mascarillas para todos los profesionales y trabajadores de los sectores esenciales), pero, repito, insuficientes, pues la medida correcta sería conseguir mascarillas para toda la población. La OMS, por fin, ha admitido que los países que han tenido más éxito para controlar la pandemia han sido aquellos, como Corea del Sur, donde las mascarillas fueron utilizadas por toda la población (así como los guantes) a fin de protegerse del contagio.

Es urgente cambiar el tipo de producción económica en el país

La primera respuesta de estos países a tales déficits ha sido, pues, intentar resolver la demanda por la vía mercantil, es decir, comprar los materiales en el mercado internacional, donde estamos viendo que hay una gran saturación provocada por una carencia global de tales productos, motivo por el cual sus precios se han disparado, alcanzando cifras astronómicas. Y como un signo del deterioro de tal mercado, se han establecido malas prácticas de todo tipo, incluyendo la devolución masiva de productos defectuosos ya adquiridos, tales como mascarillas (hecho que ha ocurrido con autoridades públicas en EEUU, España, Italia, Países Bajos y otros países importadores de dichos productos), provenientes en su mayoría de fábricas (muchas de ellas, ilegales) en China. Y, para complicar más las cosas, dentro de los mismos países importadores, varias autoridades a distintos niveles (sean CCAA en España, regiones en Italia o Estados en EEUU) han estado compitiendo entre ellas para conseguir cuanto antes estos materiales tan necesarios, competición que ha ido en contra de los intereses de los compradores y a favor de los intereses de los proveedores.

La enorme insuficiencia de este mecanismo mercantil está creando una protesta popular muy extendida, exigiendo a los Estados que cambien sus prioridades y resuelvan esta escasez de otras maneras. Ello explica la creciente presión para que haya una transformación profunda del sistema productivo industrial, dando prioridad al bien común sobre cualquier otra consideración, exigencia que puede tener un impacto enorme en el orden político y económico de estos países. Existe ya una creciente demanda popular (que se refleja en el aplauso diario de las 8 de la tarde en honor de los profesionales y trabajadores sanitarios de todos estos países –EEUU, España e Italia– que están arriesgando sus vidas para salvar las vidas de los enfermos de coronavirus) para exigir a las autoridades públicas que antepongan el bien común a todo lo demás, haciendo lo posible e imposible para obtener tales materiales. Así, estamos viendo ya cómo en Italia, bajo la presión popular, hay cambios en las políticas públicas exigiendo, por ejemplo, a industrias textiles del país que sustituyan la fabricación de vestidos de alta costura (destinados a la población de renta superior) por la producción de mascarillas, batas y otras prendas que se necesitan urgentemente entre los trabajadores y profesionales de la sanidad y de los servicios sociales, así como de otros servicios esenciales. Y en EEUU, bajo los poderes del Estado federal, la industria automovilística (y, muy en especial, General Motors) está sustituyendo la producción de coches por la producción de ventiladores, que pueden significar la diferencia entre la vida o la muerte para los enfermos graves de coronavirus en aquel país.

Ha sido la presión popular canalizada entre otros por el gobernador del Estado de Nueva York (el estado con más afectados de EEUU), Andrew Cuomo, lo que ha forzado al presidente Trump a utilizar la Ley de Alarma General para forzar a la industria manufacturera, incluyendo la automovilística, a producir dichos respiradores. El presidente Trump, representante de la ultraderecha neoliberal y el más acérrimo enemigo del Estado federal, se ha visto forzado a tomar esas decisiones debido, como digo, a la presión popular, unas medidas a las que se había opuesto en un principio argumentando, predeciblemente, que dicha intervención estatal transformaría EEUU en un país como Cuba o Venezuela, argumentos que se volvieron en su contra cuando el gobernador de Nueva York le respondió que el tema a discutir no era "intervención del estado federal sí o no", sino el "objetivo de tal intervención", pues EEUU es el país con mayor intervención federal en el desarrollo económico del país, intervención que se realiza a través del enorme gasto militar, incrementado todavía más por el presidente Trump, el cual ha utilizado la máxima ley de alarma en múltiples ocasiones para forzar al sector industrial a que produzca primordialmente para responder a las necesidades del establishment militar. Con el argumento de que el gobierno federal no debía intervenir para forzar al sector industrial a producir productos que prevendrían la muerte de ciudadanos, Trump mostraba de una manera clara su visión de lo que más le importa. Como lo acusó Cuomo, prefería más proteger los intereses del establishment militar y las grandes empresas de defensa que los intereses de la ciudadanía. La creciente popularidad de un movimiento social que se está expandiendo rápidamente en el país ha forzado a Trump a cambiar su estrategia, favoreciendo el intervencionismo federal en el sector industrial con finalidades sociales. Sería deseable que algo semejante ocurriera en España.

La importancia del bien común sobre el particular

Todos estos hechos muestran cómo, gracias a la presión popular, los Estados están tomando mayor protagonismo, interviniendo activamente en la reconversión industrial, anteponiendo el bien común a cualquier interés particular minoritario. Esta petición se está extendiendo a otros sectores, expresando un gran hartazgo popular contra las políticas neoliberales y los intereses económicos y financieros que las han promovido, y también contra los economistas a su servicio y su excesiva influencia sobre el Estado y sobre los medios de información y comunicación. Es por esta razón que el intento, en España, de  aprovechar el enorme sufrimiento ciudadano para intentar desgastar al gobierno de coalición de izquierdas que están haciendo los partidos conservadores (como el PP en España) o neoliberales (como Vox, Ciudadanos o JxCat), presentándose como los grandes defensores de la ciudadanía frente al gobierno, acusándolo de incompetente, es de un cinismo extremo, pues fueron ellos –y sus políticas de austeridad- los que causaron la indefensión de la población, debilitando los servicios públicos. La rebaja de impuestos a las rentas superiores, la privatización de los servicios públicos y los recortes del gasto público sanitario y social son los que causaron el exceso de mortalidad (mucho mayor que en otros países). Estos partidos políticos han sido responsables de la situación extrema a la que se ha llegado en este país. El gobierno de coalición ha abierto un nuevo capítulo de esperanza. Pero se requieren pasos más radicales, pues la tragedia es enorme. Y es ahí donde se debería redefinir la relación entre lo público y lo privado para priorizar lo primero sobre lo segundo, a fin de conseguir el bien común por encima de cualquier otra consideración. El gobierno de coalición ha estado tomando medidas de gran importancia, que se irán extendiendo como resultado de la presión popular, que siempre verá lo público y no lo privado como la mejor garantía para su salud, calidad de vida y bienestar. El orden económico actual, que prioriza lo privado sobre lo público, ha perdido toda la credibilidad, pues comparte la responsabilidad de que haya una mortalidad tan alta en este país. Así de claro.

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Coronavirus,neoliberalismo
Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/03/24/lo-que-se-esta-ocultando-en-el-debate-sobre-la-pandemia/ Tue, 24 Mar 2020 06:50:06 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5260 Continuar leyendo "Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra, y director del Hopkins-UPF Public Policy Center

Hace unos días hubo una reunión telemática de varios expertos, miembros de la International Association of Health Policy, procedentes de varios países y continentes para analizar la respuesta de los países en diferentes continentes a la pandemia actual de coronavirus. Eran profesionales procedentes de varias disciplinas, desde epidemiólogos y otros expertos en salud pública a economistas, politólogos y profesionales de otras ciencias sociales. La reunión, organizada por la revista International Journal of Health Services, tenía como propósito compartir información y conocimientos con un objetivo común: ayudar a las organizaciones internacionales y nacionales a resolver la enorme crisis social creada por la pandemia. De la reunión se extrajeron varias conclusiones que detallo a continuación.

La expansión de la pandemia era predecible y así se había alertado

En primer lugar, se repasaron varios estudios realizados durante los últimos años (el último en 2018) que habían predicho que tal pandemia ocurriría, habiéndose alertado que el mundo no estaba preparado para ello a no ser que se tomaran medidas urgentes para paliar sus efectos negativos. Tales alertas no solo no se atendieron e ignoraron, sino que muchos Estados a los dos lados del Atlántico Norte aplicaron políticas públicas que han deteriorado la infraestructura de servicios (a base de recortes de gasto público y privatizaciones), así como otras políticas públicas desreguladoras de mercados laborales que han disminuido la protección social de amplios sectores de la población, afectando primordialmente a las clases populares de tales países. La evidencia científica, ampliamente publicada en revistas académicas, ha puesto de manifiesto el enorme impacto negativo que tales políticas han tenido en la disponibilidad y calidad de los servicios sanitarios y sociales (con notables reducciones del número de camas hospitalarias y del número de médicos -por ejemplo, en Italia y España desde 2008-). Otros estudios han mostrado también el impacto de las reformas laborales neoliberales, que han deteriorado la calidad de vida de amplios sectores de las clases populares en estos y en muchos otros países (siendo el caso más conocido la reducción de la esperanza de vida entre amplios sectores de la clase trabajadora de EEUU, resultado del incremento de las enfermedades conocidas como "diseases of despair", enfermedades de la desesperación, tales como suicidios, alcoholismo, drogadicción y violencia interpersonal). Estas políticas (consistentes, como ya he indiciado, en recortes del gasto público social y reformas del mercado de trabajo que incrementaron la precariedad) fueron ampliamente aplicadas en muchos países y estimuladas por organismos internacionales (el FMI, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, entre otros), dejando sin protección a amplios sectores de la población y debilitando el sistema de protección social, pieza clave en la respuesta a la pandemia en tales países. Los enormes déficits de camas, de médicos y enfermeras, de mascarillas, de ventiladores y un largo etcétera se han hecho patentes en cada uno de estos países, donde la austeridad tuvo mayor impacto (de nuevo, como en Italia y en España, y ahora EEUU). Y déficits similares aparecen en los servicios sociales de atención a las personas mayores y a las personas dependientes, especialmente agudos en estos momentos de la pandemia.

Se sabían, y se continúan sabiendo, las causas de la pandemia y cómo responder a ella. Y se sabía y se sabe que hay en el mundo los recursos para controlarla y vencerla

La segunda observación que hicieron los expertos es que la causa de la pandemia era predecible, así como el modo de responder a ella. Y lo que también se sabía y se sabe es que hay recursos para contenerla y resolverla. Había un amplio acuerdo en que el mayor problema que existiría no sería la falta de recursos, sino las enormes desigualdades en la disponibilidad de estos recursos. No sería, pues, un problema económico, sino político. No había (y no ha habido) voluntad política para anular las condiciones que han causado la pandemia. Como ocurre con otro gran problema social existente también a nivel mundial –el cambio climático–, las causas son conocidas y los recursos para resolverlo existen, pero lo que no existe es la voluntad política de los Estados y de las agencias internacionales que los Estados hegemónicos dominan para eliminar las causas de tales crisis, lo cual lleva a la discusión de quiénes controlan dichos Estados y dichas agencias y organismos internacionales. El tema político es, por lo tanto, clave. Hay que preguntarse: ¿qué fuerzas económicas y financieras dominan los Estados? Y lo que hemos estado viendo es que las políticas económicas y sociales promovidas por la gran mayoría de tales Estados han sido aquellas políticas que representaban los intereses minoritarios de grupos económicos y financieros que antepusieron sus beneficios particulares al bien común. La evidencia empírica que apoya esta tesis es abrumadora.

Y un punto central de esta ideología neoliberal ha sido disminuir las intervenciones del Estado que favorezcan el bien común, hecho responsable del enorme descenso de la calidad de vida y bienestar de las poblaciones, contribuyendo con ello a crear la enorme crisis climática, por un lado, y a la pandemia, por el otro. De ahí la necesidad que han tenido las fuerzas políticas que secundan dicha ideología de negar e incluso ocultar la existencia de esas crisis. La administración Trump y sus aliados a nivel internacional son la versión más extrema de esta sensibilidad política (bastante extendida entre las derechas españolas, incluyendo las catalanas, sean estas secesionistas o no). A los dos lados del Atlántico Norte ha habido una gran derechización de la cultura e instituciones políticas, causa y consecuencia a la vez de la enorme desigualdad y del deterioro de las instituciones democráticas, lo que explica que nuestros países estén hoy en una situación muy vulnerable frente a la pandemia. Repito que Italia y España, en Europa, y EEUU en América del Norte, están en una situación que les ha hecho muy vulnerables a la propagación de la enfermedad el Covid-19 (ver mi artículo "Las consecuencias del neoliberalismo en la pandemia actual", Público, 17.03.20). De nuevo, hay una relación directa en esta parte del mundo entre desigualdad, calidad democrática, protección social y crisis sociales. En aquellos países del capitalismo desarrollado donde hay mayores desigualdades de clase, hay menor protección social (y mayores desigualdades de género), así como una menor atención a los problemas medioambientales y, ahora, una mayor dimensión de los efectos negativos de la pandemia.

El bien común sobre el beneficio privado: la importancia del Estado

Ni que decir tiene que la pandemia es un fenómeno mundial que requiere una respuesta también mundial. Otra observación de los expertos fue que se requería una colaboración entre los Estados, de manera que estos compartieran recursos y conocimientos para, en base a un proyecto común, desarrollar organismos internacionales que prioricen el bienestar de las poblaciones sobre cualquier otro objetivo. Continuar utilizando instituciones internacionales que priorizan exclusivamente intereses específicos, financieros o comerciales es desaconsejable, pues han jugado un papel clave en la configuración de la situación actual. Hay que desarrollar organizaciones alternativas o realizar cambios profundos en las actuales. Ahora bien, los expertos subrayaron que la importancia de la internacionalización de la respuesta no significaba debilitar el rol de los Estados en la resolución del problema creado por la pandemia. El grupo de expertos fue muy crítico con una percepción muy generalizada hoy en centros académicos y mediáticos influyentes de que los Estados están perdiendo poder y no pueden atender a problemas como las pandemias, actitud también presente en círculos progresistas tal y como muestran autores como Negri y compañía, que gozan de tener grandes cajas de resonancia en los medios.

El error de este posicionamiento queda reflejado en el hecho de que los países (sean grandes o pequeños) que han podido controlar la epidemia han sido aquellos donde el Estado ha ofrecido un liderazgo, priorizando las intervenciones públicas sobre las privadas (y supeditando las segundas a las primeras), enfrentándose, en caso de que fuese necesario, con grandes lobbies económicos y financieros que anteponían intereses particulares a los generales. Tal experiencia internacional muestra que aquellos Estados que han tenido un rol más activo y han liderado contundentemente la respuesta a la pandemia han sido más exitosos que aquellos (como EEUU) en los que el Estado está teniendo un rol más pasivo. Y un componente fundamental de este liderazgo ha sido no solo la adopción de medidas de distanciamiento social (necesarias, pero insuficientes), sino también su enfrentamiento con intereses particulares (repito, de lobbies financieros y económicos) que han estado ejerciendo una gran influencia en la vida política y mediática de tales países a fin de garantizar el bien común, por encima de los beneficios de unas minorías.

Hay que intervenir empresas privadas

En este sentido, es profundamente erróneo intentar resolver la gran escasez de material de protección para los profesionales del sector sanitario a base primordialmente y/o exclusivamente de la compra de tales productos en el mercado nacional o internacional. La realidad es que nos encontramos ante una escasez internacional de estos productos debido a su gran demanda, escasez que precisamente beneficia a sus productores, que aumentan los precios, aprovechándose de una situación excepcional. En una situación de guerra (y estamos en una de estas situaciones), el Estado hace lo que debe hacer para conseguir los materiales que necesita para armarse, confiscando y nacionalizando industrias si ello es necesario. Es digno de aplauso que algunos empresarios en España hayan ofrecido voluntariamente cubrir tales déficits cambiando incluso sus líneas de producción, tal y como aplaude Antón Costas en su artículo La pandemia como oportunidad, publicado en El Periódico el 13 de marzo. Pero tales medidas voluntarias son dramáticamente insuficientes. España tiene una industria textil muy desarrollada, y no hay falta de material para hacer mascarillas. Se tiene que obligar a las empresas a que las hagan, y pronto, solo por poner un ejemplo.

Ni que decir tiene que habría una gran oposición a esta línea de actuación por parte de las instituciones financiero-económicas que ejercen un enorme dominio sobre los Estados. Pero la experiencia muestra que tales medidas intervencionistas serían enormemente populares, si se mostrara que se realizan en defensa del bien común, que debe anteponerse al bien particular. En este sentido, la creciente impopularidad de Trump está basada precisamente en que es percibido como un mero instrumento de aquellos intereses, sin atreverse o tener la voluntad de ejercer el liderazgo que el país necesita.

El futuro que nos espera: la barbarie o el bien común

No hay duda de que el futuro será distinto: cambiará el mundo. Y la tolerancia hacia las coordenadas de poder existentes se desvanecerá. Estamos siendo testigos del fin del neoliberalismo, fruto de la urgencia de cambio. La pandemia está mostrando la necesidad de cambiar profundamente las correlaciones de fuerzas dentro los Estados, a fin de eliminar la excesiva influencia de unos intereses particulares que obstaculizan alcanzar el bien común. Ello requiere un cambio en cada Estado y también en la manera en cómo estos Estados se relacionan entre sí; se hace necesario cambiar la orientación de la globalización actual, basada en el control del llamado "mercado" por parte de unas pocas manos, reconociendo la interdependencia entre los países y la necesidad una respuesta colectiva basada en el conocimiento científico, la voluntad popular y el bien común. De ahí que los adversarios de estos cambios sean los mismos factores que crearon la crisis climática y la pandemia: el neoliberalismo, promotor de los intereses de una minoría, y el nacionalismo populista, que antepone sistemáticamente los intereses particulares a los del conjunto. La gravedad del problema actual requiere unos cambios más sustanciales en el ordenamiento económico y político de las sociedades en las que vivimos de los que ahora se están considerando. La evidencia de ello es abrumadora. Así de claro.

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Coronavirus,Sanidad
Las consecuencias del neoliberalismo en la pandemia actual https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/03/17/las-consecuencias-del-neoliberalismo-en-la-pandemia-actual/ Tue, 17 Mar 2020 06:55:02 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5251 Continuar leyendo "Las consecuencias del neoliberalismo en la pandemia actual"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra, y Director del Hopkins-UPF Public Policy Center

En un artículo reciente señalé elementos importantes que habían contribuido a la propagación de la epidemia –ahora pandemia– causada por el coronavirus, elementos a los que no se les había dado la visibilidad que merecían en los principales medios de información y que, de no entenderse y resolverse, crearían las condiciones para la aparición de otras epidemias, una vez esta estuviera resuelta (Lo que no se ha dicho de la epidemia de coronavirus, Público, 04.03.20). Entre estos elementos apuntaba el comportamiento de las grandes empresas farmacéuticas, que sistemáticamente anteponen su objetivo de optimizar sus beneficios a otros fines, como el prevenir y/o curar enfermedades que, al extenderse, pueden convertirse en pandemias, como ha ocurrido ahora. La importancia de esta comercialización y la sumisión de los intereses generales a los intereses privados en sectores tan importantes para la salud y calidad de vida de las poblaciones –como lo es la sanidad (incluyendo el sector farmacéutico)– ha sido la característica del período neoliberal, iniciado a partir de los años ochenta en el mundo occidental con la amplia privatización de tales sectores vitales para el bienestar de la población. Dichas prácticas fueron iniciadas a principios de los años ochenta por el presidente Reagan en EEUU y la primera ministra Thatcher en el Reino Unido, y continuadas más tarde en Europa por los gobiernos conservadores, liberales y socialdemócratas (que hicieron suyas, estos últimos, tales políticas, como fue el caso de los gobiernos presididos por Tony Blair en el Reino Unido, Gerard Schröder en Alemania y Zapatero –expandidas considerablemente por Rajoy– en España), convirtiéndose en la ideología hegemónica en las instituciones nacionales e internacionales (como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, y el Parlamento y la Comisión Europeos, entre otros). Las consecuencias de su aplicación han sido enromes, contribuyendo en gran medida al establecimiento de las bases que permitieron la expansión de la pandemia actual. Veamos los datos.

La contribución del neoliberalismo a la reducción de la capacidad de la sociedad para responder a las epidemias

La expansión del neoliberalismo ha contribuido a que, desde los años ochenta, el mundo haya visto nada menos que cuatro grandes epidemias (Ébola, SARS, MERS y ahora el COVID-19), siendo la aplicación de sus políticas (esto es, la desregulación de los mercados y su mundialización, así como las políticas de austeridad social) uno de los factores que más han contribuido a la expansión de tales enfermedades a los dos lados del Atlántico Norte (lo cual explica que adquirieran gran visibilidad mediática, pues ha habido también otras epidemias que, al no afectar a estos países y haberse limitado y contenido en los países subdesarrollados o en otros continentes, apenas han sido noticia).

De entre estas medidas, dos han tenido especial importancia: una ha sido, como acabo de citar, la desregulación del movimiento de capitales y del mundo del trabajo, creando una gran movilidad de personas y de productos de consumo a nivel global, con un debilitamiento de las políticas de protección del trabajador y del consumidor, así como una amplia desregulación de los mercados de trabajo. Y la otra intervención, perjudicial también para el bienestar de las clases populares, ha sido la reducción de servicios fundamentales para garantizar el bienestar de la población como los servicios sanitarios y los de salud pública, así como los servicios del 4º pilar del bienestar como escuelas de infancia y servicios a las personas dependientes como los ancianos, que son imprescindibles para aminorar el enorme impacto negativo de la epidemia en la calidad de vida de las poblaciones.

Los países del capitalismo más desarrollado que han aplicado con mayor dureza estas políticas neoliberales incluyen los EEUU (y de una manera muy especial, el gobierno del Partido Republicano presidido por Trump, que domina también la Cámara alta, el Senado), España (durante los gobiernos Zapatero y, de una manera incluso más acentuada, durante los gobiernos Rajoy, siendo a nivel autonómico el gobierno Artur Mas en Catalunya uno de los más duros en sus recortes) e Italia (y muy en particular durante la presencia en el gobierno de la ultraderecha de la Liga Norte  con su líder, Matteo Salvini).

La máxima expresión del neoliberalismo: los EEUU de Trump

Dos son las características que definen hoy EEUU. Una es el bajísimo nivel de protección social de las clases populares. El nivel de vida de la clase trabajadora se ha reducido enormemente como consecuencia del gran aumento de la precariedad y el pluriempleo en el mercado de trabajo estadounidense. Según un estudio reciente de la prestigiosa Brookings Institution, publicado en 2019, el 44% de los trabajadores en EEUU (más de 53 millones) son trabajadores con bajos salarios (con una mediana de salarios de algo menos de 18.000 dólares al año), con lo cual el informe concluye que "casi la mitad de los trabajadores obtiene unos salarios que no son suficientes para proveer una seguridad económica". Este porcentaje ha crecido muy notablemente durante la época Trump. Un indicador de esta escasa protección social es que la gran mayoría de trabajadores no tienen sick leave, es decir, que si no trabajan por estar enfermos, no reciben ningún salario o ayuda financiera, sea privada (proveída por su empleador) o pública (por la Seguridad Social). Ello implica que los trabajadores suelan resistirse mucho a dejar de trabajar porque ello les supondría interrumpir sus ingresos. Esta es la causa de que muchas personas enfermas, infectadas por el coronavirus, continúen trabajando y contagiando.

Pero la dimensión más dramática de esta escasa protección es que la mayoría de los servicios sanitarios son privados. Casi 30 millones de personas en EEUU no tienen ninguna cobertura sanitaria y otros 27 millones tienen una cobertura muy insuficiente. Como resultado del escaso desarrollo del sector público, EEUU es uno de los países con un número más bajo de camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes en la OCDE (el grupo de países más desarrollados del mundo capitalista), con lo que tiene un problema gravísimo para poder atender a la población.

La respuesta de Trump a la epidemia

La estrategia del gobierno del presidente Trump se ha centrado en negar que exista un problema, atribuyendo al Partido Demócrata la creación de una inexistente epidemia que, según él, está basada en la difusión de noticas falsas (fake news en inglés). Ha llegado incluso a ordenar a la máxima autoridad federal de salud pública, el Center for Disease Control and Prevention o CDC (cuyo presupuesto, el gobierno de Trump ha reducido en un 18% anual) que prohibiera las pruebas de identificación para mostrar si la persona está o no contagiada de COVID-19 (exceptuando las realizadas por el propio CDC), lo cual ha limitado tal número de pruebas a una cantidad mínima (sólo 26 pruebas de COVID-19 por cada millón de habitantes entre el 3 de enero y el 11 de marzo, según datos de la BBC, cuando Corea del Sur había realizado 4.000 pruebas por millón durante el mismo periodo) en un país de más de 300 millones de habitantes.

En realidad, el presidente Trump recortó en un 20% los Programas Federales para Urgencias Infecciosas, eliminado a la vez la unidad de pandemias dentro del Consejo de Seguridad Nacional, por lo que esta institución pasó a centrarse únicamente en la seguridad militar, dejando de lado la seguridad en el bienestar. Hizo grandes recortes en la investigación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), incluyendo investigaciones en los coronavirus (uno de los cuales ha sido el causante de la pandemia actual) que, de haberse completado, hubieran podido haber prevenido tal pandemia.

La enorme alarma popular ha forzado al presidente Trump a reconocer que sí que existe una epidemia, hecho del que se ha dado cuenta tras la caída de la bolsa en picado, más que del sufrimiento popular. Y a fin de estimular la economía, ha pedido reducir los salarios y bajar los impuestos y, muy en especial, las cotizaciones a la Seguridad Social (como parte del intento de Trump en EEUU de eliminar tal programa federal). Últimamente y, de nuevo, como resultado del gran enfado popular, ha ido tomando decisiones como respuesta a la actividad propositiva del Partido Demócrata y del Congreso de EEUU (hoy con mayoría de tal partido), que están utilizando la falta de respuesta del gobierno Trump a la epidemia como elemento clave para su derrota en las próximas elecciones. Por fin se está movilizando, utilizando un lenguaje ultranacionalista que llama a la movilización en contra del "virus extranjero" enviado por un país hostil, China.

La experiencia en países con cobertura sanitaria pública

Un gran número de países en el mundo tienen sistemas de cobertura sanitaria universal o casi universal, lo cual permite un mayor control del daño causado por la pandemia. Desde que empezó hace más de dos meses en China, la epidemia ha alcanzado ya a más de ciento cincuenta países con 175.000 casos de personas infectadas y 6.706 fallecidos. En un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud de febrero de este año se presentan datos de un gran interés sobre cómo se debería responder a esta pandemia y la relación con las condiciones de los servicios sanitarios y sociales para atender a la población. Y, entre las condiciones que favorecen una respuesta positiva a la pandemia están el nivel de solidez y madurez de tales sistemas sanitarios y sociales, así como la estrategia para atacar la epidemia. Ello incluye poder detectar a las personas infectadas y atender a los que tienen y desarrollan la enfermedad, asegurándose que se mantiene la capacidad del sistema sanitario a fin de atender adecuadamente el creciente número de pacientes, a la vez que se garantiza que se tienen los recursos profesionales suficientes para atender a toda la población. La existencia de cada una de estas características es un indicador del compromiso público y colectivo con la solidaridad ante a una amenaza común a la que la sociedad debe hacer frente. Y son unas buenas bases para evaluar la respuesta de los países a la epidemia.

Quiénes lo han hecho mejor

Siguiendo tal criterio, un reciente artículo en Lancet muestra cómo la exitosa estrategia de contención de Japón, Hong-Kong y Singapur (a los cuales deberían añadirse Corea del Sur), además de China, se ha sustentado en la existencia de estas prácticas. Ello ha permitido que los servicios públicos, altamente populares, hayan podido controlar la extensión de la epidemia y atender a la población enferma. Ahora bien, ha habido países a los que les ha faltado alguna de estas características, y algunas de estas deficiencias se deben a las políticas de neoliberales austeridad llevadas a cabo por los gobiernos. En el artículo "We need strong public health care to contain the global corona pandemic", escrito por Wim De Ceukelaire y Chiara Bodini, que pronto se publicará en la International Journal of Health Services, se señala que la privatización de los servicios que ha tenido lugar en muchos países europeos, como en Italia, junto con los recortes del gasto público sanitario, han dificultado la pronta resolución de la pandemia, convirtiéndose el caso italiano en el mejor ejemplo europeo de colapso del sistema sanitario.

Los autores señalan en este aspecto que en "Italia, el país hasta ahora más afectado en Europa, la regionalización de la atención sanitaria –como parte de una política mucho más amplia de desmantelamiento y privatización progresivos del Servicio Nacional de Salud– ha retrasado significativamente la adopción de medidas coherentes para contener la enfermedad y reforzar el sistema sanitario".

"En la medida que sus sistemas sanitarios no han sido capaces de coordinar las respuestas colectivas adecuadas, no debe sorprendernos que las medidas tomadas por los gobiernos europeos se centren en las responsabilidades individuales de la gente. El distanciamiento social de ha transformado en la pieza principal de sus planes de mitigación del COVID-19".

Ahora bien, los autores también señalan que aun cuando estas medidas que acentúan la responsabilidad individual son necesarias, el hecho es que son insuficientes. Hay que añadir las intervenciones colectivas, las cuales deben incluir la provisión de servicios públicos como, además de los servicios sanitarios, los servicios sociales y los servicios de ayuda a las familias englobados en el 4º pilar del bienestar (escuelas de infancia y servicios a las personas dependientes como los ancianos), así como garantizar los derechos laborales y sociales de la población para resolver los problemas creados por la pandemia en los mercados de trabajo y en las sociedades sometidas a ella.

La epidemia y su respuesta en España

La respuesta en España a la pandemia se ha producido en el contexto de un sistema sanitario prácticamente universal. Pero hay tres puntos débiles enormemente importantes para el tema que tratamos (la respuesta a los daños de la pandemia). Uno ha sido su enorme subfinanciación, que he denunciado repetidamente en mis libros y artículos (ver "Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante", Anagrama, 2015; y "El enorme daño causado por los economistas neoliberales", Público, 27.12.19). Los enormes recortes (de los más acentuados en la UE-15) han dejado a este sistema en una situación de escasa capacidad para responder al enorme daño que provocará la expansión inevitable de la enfermedad vírica. En realidad, tal subfinanciación explica la dualidad en los servicios sanitarios, con unos servicios privados (de mayor sensibilidad hacia el usuario, pero peor calidad en su atención) para el 20%-30% de la población de renta superior, y los servicios públicos para la mayoría (el 70-80% de la población). Los enormes recortes han aumentado el sector privado a costa de reducir el público, acentuando la polarización por clase social que caracteriza la sanidad española. De nuevo, los recortes en España han sido de los más acentuados en la UE-15. Según datos de Eurostat, el gasto sanitario pasó de representar el 6,8% del PIB en 2009 al 6,4% en 2014 (según el Servei Català de la Salut a partir de datos de la OCDE, en el mismo período y en dólares per cápita, el gasto pasó de 2.197$ a 2.140$, a la vez que en el promedio de la UE-15 se pasó de 3.008$ a 3.389$). Este bajo y reducido gasto sanitario se traduce en muchos otros indicadores. El número de médicos -según la OMS- ha pasado de 47 por cada 10.000 habitantes en 2009 a 40 en 2016 (un 14% menos). En Suecia pasó de 32 en 2007 a 54 en 2016. Y en cuanto a camas hospitalarias, a partir de datos de la OCDE se pasó de 3,3 camas a 3 por cada 1.000 habitantes, del 2007 al 2016. En Italia pasó de 3,7 a 3,2.

Y otra gran debilidad es el escaso poder que tienen en España las agencias de salud pública, sesgadas a favor de los intereses y lobbies económico-financieros a costa de los intereses de los usuarios, trabajadores y clases populares. Por regla general, los ayuntamientos (el nivel de gobierno donde se ubican gran parte de los departamentos de salud pública) tienen muy poco poder. Esto se ha visto en las luchas constantes que el ayuntamiento de Barcelona actual ha tenido con lobbies financieros y económicos para proteger la salud y los intereses de las clases populares, con desautorizaciones frecuentes por parte de los niveles superiores de gobierno o por el sistema judicial, profundamente conservador. La tercera debilidad es el escasísimo desarrollo de los servicios clave de ayuda a las personas dependientes y las escuelas de infancia, necesarios para la resolución de tal crisis, tal y como he señalado en la sección anterior de EEUU. En realidad, la escasísima protección que tienen las familias en España y el limitado desarrollo de los servicios de ayuda a estas familias (de nuevo, escuelas de infancia y servicios a las personas dependientes, como las personas mayores), consecuencia, a su vez, del escaso poder de la mujer, están deteriorando todavía más su bienestar (y muy en particular de la mujer de clase trabajadora y otros sectores de las clases populares), pues medidas como los cierres de las escuelas les crean problemas graves, ya que fuerzan a cambios enormes en la compaginación de tareas profesionales con las responsabilidades familiares, que continúan siendo realizadas por las mujeres, dificultando su integración en el mercado de trabajo.

En resumidas cuentas, la pandemia está mostrando las grandes insuficiencias del Estado del Bienestar español y sus servicios, resultado de su escasa financiación (de las más bajas de la UE-15) y su dualización por clase social, creando una polarización social que rompe con la necesaria solidaridad que se requiere para resolver los grandes problemas que la pandemia crea. El gran dominio que las fuerzas conservadoras (de sensibilidad neoliberal) han tenido y continúan teniendo sobre los aparatos del Estado y sobre el establishment político-mediático del país ha conducido a una situación que muestra los enormes déficits que persisten en España, y que han sido silenciados u ocultados por dicho establishment. Es necesario que se produzca una amplia movilización en la sociedad para exigir cambios sustanciales y profundos, con una expansión de tales servicios, presionando al nuevo gobierno  de coalición de izquierdas para que aproveche las circunstancias excepcionales para corregir tales déficits, intentando, entre otras medidas, movilizar los fondos y los poderes públicos al servicio de la ciudadanía, a base de una redistribución muy notable de la riqueza del país que contribuya a obtener los fondos requeridos, disminuyendo las desigualdades sociales que han estado deteriorando la calidad democrática del país y el bienestar de la población durante el largo período neoliberal. La continuación de las políticas neoliberales sería un suicidio para el país, incrementando todavía más el sufrimiento de las clases populares. El espléndido ejemplo de la movilización que ha tenido lugar para dar las gracias a los profesionales y trabajadores sanitarios es un ejemplo de la solidaridad que la población en España puede ofrecer en un momento en el que el bien común tiene que ser el único criterio de evaluación de las políticas del Estado. Espero que este artículo ayude a entender las consecuencias negativas que ha tenido el pensamiento económico dominante, que ha sido reproducido por los grandes medios de información, y que aparece con plena claridad durante la mayor crisis que la mayoría de países -incluyendo España- han sufrido en estos últimos años. Agradecería que este artículo se distribuyera ampliamente en el país.

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Coronavirus,neoliberalismo
El escandaloso problema del elevado coste del alquiler https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/03/11/el-escandaloso-problema-del-elevado-coste-del-alquiler/ Wed, 11 Mar 2020 06:53:33 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5239 Continuar leyendo "El escandaloso problema del elevado coste del alquiler"]]> Vista panorámica de Barcelona. E.P.
Vista panorámica de Barcelona. E.P.

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Una situación insostenible: la enorme crisis social urbana

Uno de los mayores problemas sociales que existen en España (y muy en especial en las grandes ciudades) es el elevado coste del alquiler. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), España es el país en la OCDE (el colectivo de países más ricos del mundo) que peor relación tiene (después de Polonia) entre los precios de la vivienda (incluyendo el alquiler) y los ingresos familiares. Según el Global Housing Watch del FMI, en España más del 40% (en Barcelona el 42,7%) de los ingresos familiares se dedican a pagar el alquiler, porcentajes mucho más altos, por ejemplo, que en Francia, Suiza o Alemania, donde tales porcentajes son del 16,5%, el 18,2% y el 23% respectivamente (para mayor información sobre las consecuencias sociales de la enorme carestía de viviendas de alquiler asequibles, ver mi artículo Uno de los derechos constitucionales más ignorados en España: el derecho a la vivienda, Público, 10.05.2018).

La ignorada y/o silenciada crisis social urbana

Esta enorme carga está significando un sacrificio enorme para las clases populares, que constituyen la mayoría de la población en las urbes más grandes del país, que ha visto como su capacidad de adquisitiva se reducía de una manera muy notable durante el fenómeno económico conocido como la Gran Recesión. Mientras los alquileres han subido a unos porcentajes elevadísimos (según un estudio del ayuntamiento de Barcelona, el precio del alquiler en los últimos cinco años ha aumentado un 40%), los salarios han bajado de tal manera que los salarios de los trabajadores de la región metropolitana de Barcelona –que representa el 43% de la población de Catalunya– siguen por debajo de los que había en el año 2010. Esta situación está creando una de las mayores crisis sociales de Barcelona, que paradójicamente es ignorada, cuando no silenciada, en los fórums del establishment político-mediático del país, que se centra en la gran recuperación que ha experimentado, en teoría, la economía española. Según los indicadores utilizados en las noticias económicas de tal establishment, la ciudad de Barcelona, hasta hace unos meses, estaba recuperándose magníficamente: el PIB creció nada menos que un 2,6% en 2018; el número de empresas exportadoras, un 4% en cinco años; la ocupación ha crecido un 13%; las tasas de paro se han reducido; y un largo etcétera. Pero el punto clave que define el nivel de vida, los salarios, sin embargo, han bajado y el alquiler ha subido, disminuyendo con ello de una manera significativamente la calidad de vida de la mayoría de las clases populares, que por fuerza están abandonando la ciudad. La gentrificación (que es la expulsión de la clase trabajadora de la ciudad) es la característica de la "deseada nueva" Barcelona soñada por el establishment político-mediático neoliberal de Catalunya y del resto de España.

La protesta popular

No es, pues, sorprendente, que haya habido una protesta generalizada por tal situación, liderada por unos movimientos sociales que fueron determinantes en el cambio que tuvo lugar en el ayuntamiento de Barcelona, encabezado desde 2015 por una alcaldesa, Ada Colau, que en su día había liderado dichos movimientos. También como resultado de este y otros movimientos sociales que se crearon como protesta hacia las políticas neoliberales (llevadas a cabo por el Estado central bajo los gobiernos Zapatero y Rajoy en Madrid, y primordialmente bajo Artur Mas y Puigdemont en Catalunya), como el 15-M, han aparecido nuevas formaciones políticas como Podemos, En Comú Podem y Galicia en Común que al establecer un espacio compartido, en alianza con una renovada IU, han alcanzado fuerza suficiente para establecer una coalición, con el también renovado PSOE, que gobierna hoy en España, con un programa que incluye una serie de medidas para corregir esta situación, que ha alcanzado niveles dramáticos en este país. Y una de ellas es regular el precio del alquiler. Como era también previsible, tales propuestas han generado una movilización de los economistas neoliberales (de distintas sensibilidades) cuyas políticas (que protegieron excesivamente al propietario a costa del inquilino) han sido responsables de la enorme crisis social derivada del aumento desmesurado del alquiler, y que ahora han utilizado las cajas de resonancia que les ofrecen la mayoría de los medios de información y persuasión en España (de clara tendencia neoliberal) para promover sus fake news a fin de desacreditar tales propuestas.

Las falsedades neoliberales

Una de las falsedades más reproducidas por tales gurús es que en aquellos países donde esta intervención (la regulación de los precios del alquiler) se ha llevado a cabo ha fracasado. Es interesante que tales fake news se hayan estado distribuyendo casi al mismo tiempo que haya ido creciendo el número de países donde se han ido aprobando leyes que permiten a las ciudades regular el precio de los alquileres. Uno de ellos es EEUU, el país que los neoliberales suelen tomar como punto de referencia. En realidad, este país tiene muchas ciudades que aplican un control de los alquileres, siendo el caso más conocido el de Nueva York, donde nada menos que el 50% de las viviendas de alquiler en aquella ciudad tiene regulado su precio. Tales medidas han sido reforzadas por el Estado de Nueva York hace solo unos meses frente a la oposición del sector inmobiliario, pero con un gran apoyo entre la mayoría de la población. El gobernador del Partido Demócrata de aquel Estado, el Sr. Cuomo, firmó una ley en esta línea, propuesta por el parlamento de dicho Estado. El objetivo de esta ley es, como indicó el presidente del Parlamento de Nueva York, "eliminar el excesivo poder del sector inmobiliario para ayudar y proteger al inquilino" (ver el artículo Landmark Deal Reached on Rent Protections For Tenants in New York, The New York Times, 19.06.2019). Les aseguro que ni el alcalde de Nueva York ni el gobernador del Estado del mismo nombre son extremistas radicales o "ultraizquierdistas", tal y como son definidos aquellos que en España sugieren medidas semejantes. Como he dicho, hay muchos Estados en Estados Unidos que permiten a las ciudades regular el precio del alquiler.

Y un tanto igual ocurre en muchos países de la UE. Naturalmente que hay varias formas de regulación o control del precio del alquiler, como las de Berlín, París, Viena, etc., ciudades todas ellas que tienen una legislación en cuanto a ello autorizada por sus respectivos Estados (que todavía no existe en España y es precisamente lo que está proponiendo el gobierno de coalición de izquierdas, definido como de "extrema izquierda" por las ultraderechas, que se definen de "centro"). El que aún no se haya hecho es debido al enorme dominio que el pensamiento neoliberal -que favorece los derechos de la propiedad por encima de todos los demás- tiene en los establishments político-mediáticos del país. Pero es necesario recordar a tales establishments que la tan manida y manipulada Constitución Española establece en su artículo 33 que los derechos de la propiedad privada estarán condicionados por la función social de tales derechos, y entre ellos está el artículo 47, que dice que "todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada". El Estado tiene que garantizar este derecho empoderando a las ciudades (como el Ayuntamiento de Barcelona) para que puedan aplicar medidas que lo garanticen. Así de claro.

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Barcelona
Lo que no se ha dicho de la epidemia de coronavirus https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/03/03/lo-que-no-se-ha-dicho-de-la-epidemia-de-coronavirus/ Tue, 03 Mar 2020 19:49:23 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5232 Continuar leyendo "Lo que no se ha dicho de la epidemia de coronavirus"]]> Una profesora imparte clase en un aula preparada para evitar el contagio del coronavirus en Taipei (Taiwán). EFE/ David Chang
Una profesora imparte clase en un aula preparada para evitar el contagio del coronavirus en Taipei (Taiwán). EFE/ David Chang

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Hay tres dimensiones de la propagación de la epidemia del Coronavirus (Covid-19) que apenas se han citado en los mayores medios de información y que tienen, sin embargo, una enorme importancia para poder prevenir y proteger a la población del gran daño que este tipo de fenómenos están causando.

Una de ellas es la creciente frecuencia de epidemias de virus. En un período relativamente corto hemos sido testigos de varias epidemias, algunas de ellas con potencial para convertirse en pandemias: Ébola, SARS, MERS y ahora el Coronavirus. Este crecimiento en la frecuencia ha sido objeto de gran atención por parte de expertos en salud pública, que en parte predijeron la epidemia actual en el año 2018. Según uno de ellos, Peter Daszak, presidente de la EcoHealth Alliance de Nueva York, la causa de este incremento es el aumento del contacto de los seres humanos con animales (todos ellos portadores de virus) como resultado de muchos factores, entre los cuales se incluyen, según Daszak, desde la agresión ecológica a la naturaleza (con un incremento del acceso a lugares antes inhóspitos) hasta una mayor movilidad de personas y animales a nivel mundial. La relación personas-animales es clave, pues todas estas epidemias están causadas por virus cuyo hábitat normal es entre los animales. Todas estas epidemias han comenzado, pues, con virus que viven en animales y que se adaptan al ser humano. Otro factor que contribuye a ello ha sido el escaso desarrollo de las medidas higiénicas, tanto de los animales como de los seres humanos, lo cual explica que todas estas epidemias se iniciaran en países en vías de desarrollo.

La respuesta predecible y errónea a la aparición de las epidemias

Ahora bien, como bien indica el mismo Daszak en su artículo en The New York Times, "Welcome to the age of pandemias" (28 de febrero de 2020), una de las principales causas del crecimiento de tales epidemias ha sido que las sociedades no están preparadas para hacerles frente, como demuestra la manera en cómo se está respondiendo a cada una de estas epidemias. La respuesta más común es intentar encontrar fármacos o vacunas que puedan prevenir o curar tales enfermedades, una vez estas han aparecido (asumiendo erróneamente que se pueden producir en cuestión de días). Cuando por fin se desarrollan, la epidemia ya se ha convertido en pandemia. Lo que debería hacerse es producir tales vacunas antes, no después de que ya se hubiera propagado la enfermedad. Esto es lo que no ocurre, y ahí está el gran error. La falta de preparación para evitar que la epidemia tenga lugar. Lo que urge hacer es desarrollar vacunas frente a los posibles virus que ya existen en la fauna animal, para estar preparados tan pronto como aparezcan los primeros casos. Ello, junto con la necesaria mejora de los servicios preventivos, tanto en salud humana como animal, sería un elemento fundamental para prevenir tales epidemias. Todas ellas han comenzado, como ya he mencionado antes, en animales sujetos a unas condiciones escasamente higiénicas, hecho característico de los países en vías de desarrollo. Y, de nuevo, no es por casualidad que todas estas epidemias comiencen en estos países, los cuales sufren condiciones de gran pobreza. Estas medidas, juntamente con el desarrollo de nuevas vacunas preventivas y nuevos tratamientos, podrían terminar con tales epidemias. En realidad, hoy es conocido que solo en los murciélagos hay aproximadamente 50 virus relacionados con el Coronavirus, algunos de los cuales podrían saltar a los seres humanos, y estos continúan siendo ignorados.

La parte más ignorada y más culpable de lo que ocurre: la falta de sensibilidad social de los fabricantes de fármacos y vacunas

Lo cual toca la tercera dimensión, ignorada en la descripción de tales epidemias: quién conduce y lidera la investigación farmacéutica y clínica hoy en el mundo. Los productores de tales sustancias (vacunas y fármacos) son las empresas farmacéuticas, en su mayoría radicadas en los países ricos, que tienen como objetivo principal optimizar sus beneficios, lo cual quiere decir que solo producen vacunas o fármacos para enfermedades que les son rentables, según el criterio de lo que llaman "mercados". Y, por lo general, no se obtienen grandes beneficios de enfermedades que afectan a sectores de la población con poca capacidad de consumo en países pobres. Es cierto que hoy, como estamos viendo, nadie se escapa de tales epidemias, pero para cuando llega el momento en el que se han expandido ya es tarde para desarrollar vacunas o fármacos. La previsión no es el punto fuerte de estas empresas, cuya rentabilidad tiene que ser inmediata para justificar tales inversiones. La indefensión de la población mundial está basada en el modus operandi de las empresas que controlan la producción de estos fármacos y vacunas. En realidad, la población debería concienciarse de que su salud y calidad de vida no pueden depender de empresas que, por definición, no tienen como principal objetivo mantener en buen estado esa salud y calidad de vida, sino que buscan ante todo, optimizar sus beneficios, característica del orden (o mejor dicho, desorden) económico internacional, que se reproduce en los mayores bloques económicos hoy existentes en el mundo, un "orden" responsable tanto de la crisis climática como de la crisis epidémicas que frecuentemente ocurren y que afectan primordialmente a las clases populares, tanto de los países pobres como de los países ricos. Así de claro.

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Coronavirus,Sanidad
Las consecuencias del escaso poder de la mujer en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/02/27/las-consecuencias-del-escaso-poder-de-la-mujer-en-espana/ Thu, 27 Feb 2020 06:45:16 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5223 Continuar leyendo "Las consecuencias del escaso poder de la mujer en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Es conocido entre los estudiosos de la situación de la mujer en Europa que donde esta tiene menos poder y menos derechos es en el sur del continente, lo que incluye a España. Si analizamos los derechos laborales, sociales y políticos de la mujer en los países europeos, vemos que estos derechos son mayores en los países del norte de Europa y menores en los países mediterráneos. Una de las consecuencias de este menor poder es el escasísimo desarrollo de los servicios de ayuda a las familias (y decir "familias" en el sur de Europa equivale a decir "mujeres"), que incluyen primordialmente las escuelas de infancia y los servicios de atención a las personas dependientes (esto es, ancianos/as y personas con discapacidades). En realidad, ha sido la existencia de estos servicios en los países nórdicos lo que ha permitido a las mujeres escandinavas incorporarse al mercado de trabajo, al poder conciliar su proyecto profesional con sus responsabilidades familiares, lo cual ha sido, a su vez, facilitado por la revolución cultural en la mentalidad del hombre, que se ha hecho corresponsable en este ámbito, y los datos hablan por sí solos. El hombre escandinavo es el que dedica más horas a las tareas familiares, que incluyen el cuidado de los hijos e hijas y de las personas con discapacidad, así como a la atención a las tareas domésticas como cocinar y ocuparse de la limpieza del hogar. Y los hombres del sur son los que menos horas dedican a ello. Así, según datos del European Institute for Gender Equality de 2018, la diferencia entre el tiempo que dedica la mujer sueca a las tareas del hogar y el hombre es de 3,6 horas; mientras, en España esa diferencia es de 8,6 horas. Es también en los países nórdicos donde el porcentaje de las mujeres en el mercado de trabajo es mayor, siendo menor en los países del sur. Así, según Eurostat, en Suecia un 84,8% de las mujeres de 20 a 64 años estaban trabajando o buscando trabajo en 2018, un porcentaje que en el caso español alcanzaba solamente el 73,2%.

En los países nórdicos, y muy en particular, en los países escandinavos, las escuelas de infancia y los servicios domiciliarios a las personas con dependencia se financian principalmente con fondos públicos –gobiernos central, regional y local– (y también con el copago de los usuarios) como parte de un derecho de ciudadanía (es decir, que son servicios universales para toda la población en lugar de servicios asistenciales dirigidos solamente a las personas con menos recursos). Y estos servicios complementan los otros tres grandes pilares de su Estado del Bienestar, es decir, el derecho de acceso a la sanidad, el derecho de acceso a la educación, y el derecho a la jubilación. De ahí que se los conozca como el 4º pilar del bienestar.

La educación de los niños y niñas (y de los/las adolescentes)

Las escuelas de infancia tienen que incluir las intervenciones encaminadas a educar a los niños y niñas como futuros integrantes de la sociedad, y deberían aplicar una concepción amplia de lo que es su educación. Ello implicaría un cambio de actitud y concepción en el desarrollo de tal nivel de educación, hoy excesivamente conservadora, que no permite el completo desarrollo emocional e intelectual de los niños y niñas. Estas limitaciones aparecen claramente cuando se define a tales escuelas como "guarderías", transmitiendo una concepción retrógrada que parece asumir que su principal misión es la del "aparcamiento de los niños y niñas, mientras sus madres trabajan". En realidad, toda la evidencia científica muestra que estas escuelas de infancia, en edades muy tempranas, de 0 a 3 años, son clave para su desarrollo emocional e intelectual. Ni que decir tiene que las madres y padres deben ser los principales protagonistas en esta función educativa, pero necesitan ser complementados, desde ya muy temprano (a mediados o finales del primer año), por tales escuelas de infancia. La educación provista solo por los padres (característica de las sociedades conservadoras de cultura religiosa) no es suficiente para un niño o niña. Los estudios científicos muestran la enorme necesidad de que los niños y niñas empiecen a socializarse a una edad muy temprana y se atienda profesionalmente sus necesidades educativas, emocionales y culturales.

Una extensión de esta dimensión del 4º pilar del bienestar son los servicios educativos dirigidos a los/las jóvenes y adolescentes, que están condicionados en gran medida por la educación recibida por los niños y niñas. Es ya en la infancia donde se configuran una gran parte de las actitudes y valores de los/las adolescentes. La socialización según roles de género (masculino y femenino) debería eliminarse en esta etapa infantil. Uno de los aspectos que me impresionó más del Estado del Bienestar en Suecia (país que conozco bien por haber vivido en él durante mi largo exilio y tener familia) en mi primera visita a aquel Estado fue ver a niños jugando con muñecas y niñas jugando con camiones en sus escuelas de infancia, rompiendo con los modelos tradicionales que existían (y que continúan existiendo en España). También me impresionó que a los niños y niñas se les enseñaba cómo preparar su comida sencilla, rompiendo la percepción (todavía existente en España) de que "eso de cocinar es para las mujeres". Hoy, en España, la gran mayoría de hombres jóvenes no saben en realidad cocinar y nunca han visto esta actividad como parte de su desarrollo, pues esa es una función asignada históricamente a la mujer. A ello contribuye que sean cuidados por sus madres, de media, hasta la edad de 29 años, cuando se independizan y/o se casan, pasando a ser cuidados por sus esposas o parejas. Esta situación es profundamente perjudicial para todas las personas que sufren las consecuencias de ello. Es cierto que se han producido cambios significativos en España, pero queda muchísimo por hacer.

El escaso desarrollo de la atención a los ancianos y ancianas, y a las personas dependientes

La segunda dimensión del 4º pilar del bienestar son los servicios sociales, y muy específicamente los servicios a los ancianos y ancianas (y a las personas con dependencia). Estos servicios deberían basarse en otra manera de ver la ancianidad, rompiendo con el edadismo, muy común en España y que determina dos de los mayores problemas que sufre la gente mayor: su soledad y su discriminación. Tal situación ha alcanzado unas dimensiones alarmantes, lo cual exige un rediseño de la sociedad para evitar tanta marginación y discriminación. Es en este cambio que España está muy retrasada. De nuevo, algunos experimentos muy interesantes (como condicionar el diseño de los bloques de pisos de manera que haya un mix de edades dentro de ellos) están teniendo lugar en los países escandinavos. Y también debería cambiarse la imagen de la ancianidad, en la que se confunde anciano con antiguo y/o anticuado. Hoy, en EEUU, el político que moviliza más a los jóvenes de aquel país, Bernie Sanders, es un anciano. Y sería aconsejable también que se dejara de llamar a los ancianos "abuelos", término con el que se intenta (en teoría) ser afectuoso (como también lo intentan ser los piropos a las mujeres) pero que es poco respetuoso. Siempre recordaré a mi padre, persona que sufrió represión durante la dictadura con una enorme dignidad, que cuando le llamaban "abuelo" respondía, sin enfado, pero con contundencia, "a mí me gusta que me llamen abuelo mis nietos, pero no Ud. Llámeme Sr. Vicente".

Y también hay que acabar con la excesiva proyección y difusión de unos cánones de belleza monopolizados por lo erótico y lo juvenil. En los países latinos, profundamente machistas, incluso las personas que presentan la información meteorológica (normalmente mujeres) tienen que aparecer vestidas de forma sexy y con un gran escote. En Suecia, hay mujeres de edad que presentan el tiempo o las noticias. El erotismo juvenil mediático es una de las muchas opresiones que sufren las mujeres y los ancianos.

El subdesarrollo social de España es consecuencia del limitado poder de la mujer

La escasez de los servicios que componen el 4º pilar del bienestar, que afecta negativamente a las mujeres, también perjudica a toda la familia y, por lo tanto, a los hombres y a toda la sociedad, siendo una de las causas del subdesarrollo social y económico del país. La calidad de vida de las mujeres y de las familias en España es muy mejorable. La mujer en nuestro país tiene tres veces más enfermedades derivadas del estrés que el hombre, lo cual es fácil de entender, pues cuida a los niños y niñas, a los y las jóvenes que viven en casa hasta los 29 años, a los esposos o parejas, y a los ancianos. Y el 67% también se encuentra ocupada en el mercado de trabajo. Es predecible, también, que España tenga una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo (1,26 hijos/as por mujer), mucho más baja que los países escandinavos, como Finlandia, con una tasa de fertilidad de 1,41 hijos/as por mujer, o Suecia, con 1,76 hijos/as por mujer (la segunda más alta de la UE-28). Y, por si no fuera poco, su atadura (simbólicamente hablando) a sus responsabilidades familiares no permite que la mujer se integre fácilmente en el mercado de trabajo, contribuyendo con ello al gran problema económico que existe en España: la escasa proporción de la población que trabaja. En realidad, si España tuviera el mismo porcentaje de mujeres de 20 a 64 años en el mercado de trabajo que tiene hoy Suecia (84,8%), tendría 1,65 millones más de mujeres activas, creando riqueza. La pobreza infantil en España se basa, en parte, en esta realidad, que explicaré más adelante en el artículo.

¿Por qué las mujeres escandinavas tienen lo que no tienen las españolas? La importancia del contexto político

La respuesta a esta pregunta es fácil: el hecho de que tengan tales derechos es porque partidos progresistas (predominantemente de izquierdas) han gobernado tales países durante la mayor parte del período posterior a la II Guerra Mundial. El contexto político es el factor determinante en el desarrollo de tales políticas públicas. Las coaliciones de partidos de izquierdas y progresistas han sido sensibles a todo tipo de explotación, incluyendo la explotación de género, además de la explotación de clase. Y la ideología socialista facilita la conexión entre las estrategias de liberación dentro de las clases populares, de las cuales tales partidos son representantes. Este dominio de las izquierdas no se ha producido en los países sureños, donde es urgente y necesario que el movimiento feminista articule su estrategia de liberación de género con la liberación de clase, pues la mayoría de mujeres son de clase trabajadora. En otros artículos he señalado que el feminismo socialista es distinto al feminismo neoliberal predominante en EEUU (ver mi artículo "¿Cuál debería ser el objetivo de un proyecto emancipador? La relación entre las diferentes formas de explotación", publicado en enero de 2020).

La debilidad de las izquierdas es la causa de que las mujeres más oprimidas en España sean las mujeres de clase trabajadora

Hay clases sociales entre las mujeres. Hay mujeres burguesas, pequeñoburguesas, de clase media y de clase trabajadora. Y la mayoría de mujeres pertenecen a la clase trabajadora y a las clases medias de renta baja. De ahí que haya que considerar que, para tal mayoría, al machismo (que las oprime) hay que añadirle el clasismo (que es muy extenso en los países del sur de Europa), clasismo del que también son víctimas los hombres de la misma clase que, como miembros de ella, comparten formas de explotación conjuntas. Esto hay que tenerlo en cuenta, pues a la necesaria demanda de que se corrija la brecha salarial entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo hay que añadirle la corrección en la escasa compensación salarial de ambos, mujeres y hombres. La reducción de la brecha salarial resuelve parte del problema, pero no todo el problema de los escasos ingresos de la mujer, pues los salarios en España son muy bajos, en realidad, de los más bajos de la UE-15. Ello explica que el ingreso familiar neto mediano (en paridad de poder de compra, PPS) en el caso de España también sea de los más bajos de la UE-15. Con 15.992 PPS, solo supera a Grecia (9.216 PPS) y a Portugal (10.871 PPS), y queda lejos de los 19.525 PPS de la media de la UE-15.

Las desigualdades de renta familiar son mucho más grandes que las desigualdades individuales de renta

De ahí que la mujer que está en peores condiciones sea la mujer perteneciente a la clase trabajadora (incluyendo a lo que se llamaba el "ama de casa"). El gran aumento de las desigualdades ha afectado sobre todo a la mujer que pertenece a dicha clase, y ello tiene consecuencias para las familias. La polarización de las rentas individuales se reproduce como polarización de las rentas familiares, polarización que es incluso más acentuada entre las familias que entre las personas, debido a que entre las mujeres de las clases sociales de renta media-alta y alta hay más mujeres casadas e integradas en el mercado de trabajo, tienen menos divorcios y habiendo menos madres solteras, y tienen esposos con mayor cualificación y salarios que las mujeres de clase trabajadora. De ahí que esta polarización de rentas familiares sea más acentuada que las diferencias de renta individuales.

Esta situación es la causa de la enorme pobreza infantil

Este crecimiento de las desigualdades de renta familiar explica que los niños, niñas y adolescentes de familias de clase trabajadora (sobre todo la no cualificada) cada vez estén más alejados a nivel socioeconómico de sus homólogos en las clases de renta superior, debilitándose las posibilidades del ascenso social que permitiría la famosa igualdad de oportunidades, que debería darse pero que no existe. Y entre estas posibilidades están los recursos intelectuales y culturales que explican que en los resultados del estudio PISA, España tenga resultados muy dispares según la clase social de la familia, siendo un problema grave no solo el elevado nivel de pobreza infantil (casi el 30%), sino también su estabilidad y constancia.

Dentro de esta categoría, la económica y socialmente más perjudicada es la mujer, madre soltera perteneciente a la clase obrera, situación que no ocurre prácticamente en los países escandinavos. No es de sorprender, por lo tanto, que la pobreza, incluyendo la infantil (que se está estancando), sea mucho mayor en España que en Suecia, por ejemplo. De ello se deriva la enorme importancia de que no solo se reduzca la brecha salarial, sino de que también aumente el nivel salarial (de las mujeres y los hombres), así como de que se ayude a la mujer a integrarse en el mercado de trabajo mediante el establecimiento del 4º pilar del bienestar, para lo que la existencia de escuelas de infancia es fundamental. Tal intervención pública es muy importante para corregir el déficit cultural e intelectual de los niños, niñas, jóvenes y adolescentes, empezando en la primera infancia: la necesaria atención maternal y paternal debe acompañarse –como he indicado antes– con la educación, comenzando con las escuelas de infancia, no solo a partir de los 3 años, sino antes. En este sentido, es espectacular la diferencia entre el porcentaje de niños de 0-3 años en tales escuelas si comparamos los países escandinavos (55% en Dinamarca, 47% en Suecia) con España (36%). Y lo que es también espectacular es la diferencia entre el número de niños y niñas por cuidador y docente, así como la formación profesional de estos últimos.

El urgente y necesario establecimiento del 4º pilar del Estado del Bienestar

La elección de un nuevo gobierno de izquierdas, con notable sensibilidad social, debería ser la oportunidad para corregir el enorme retraso social de España (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, año 2006), que se acentúa incluso más en los servicios dirigidos a las familias, lo que afecta con gran intensidad en España a la calidad de vida de las mujeres. Este subdesarollo se debe al enorme conservadurismo que todavía existe en este país, consecuencia del gran dominio de las derechas en la vida política durante más de ochenta años. Tal conservadurismo es el resultado de cuarenta años de una de las dictaduras más crueles, represivas y reaccionarias que hayan existido en Europa. No es sorprendente, pues, que en el sur de Europa exista este retraso en el desarrollo de los derechos sociales de la mujer, ya que en esta zona las dictaduras fascistas y fascistoides han gobernado durante largos periodos de tiempo.    En el caso de España, la dictadura acabó con una de las épocas de este país –la II República– durante la que se mejoró de una manera muy notable la situación de la mujer, convirtiéndose en punto de referencia a nivel europeo.

La recuperación de la democracia permitió cambios enormemente positivos para la calidad de vida de las familias, cambios liderados en su mayoría por las izquierdas del país. Entre estos cambios, uno de los más importantes fue el establecimiento del Servicio Nacional de Salud. Pero la incorporación del neoliberalismo en el argumentario y prácticas políticas de las corrientes mayoritarias dentro de las izquierdas retrasó e incluso revirtió algunos de estos cambios. De ahí que sea esencial que, además de revertir estos retrocesos, se amplíe tal Estado del Bienestar para mejorar la calidad de vida de las mujeres, de los hombres, de los niños y niñas, de los y las jóvenes y de los ancianos y ancianas. Pero ello no ocurrirá sin movilizaciones y la presión popular. La democracia representativa requiere de formas directas de presión que neutralicen la influencia de los lobbies conservadores que configuran el proceso de decisión de los gobiernos. La historia de España está llena de ejemplos.

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Por qué Trump podría volver a ganar las elecciones en EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/02/20/5206/ Thu, 20 Feb 2020 06:55:57 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5206 Continuar leyendo "Por qué Trump podría volver a ganar las elecciones en EEUU"]]> El presidente de EEUU, Donald J. Trump, a punto de subir al avión presidencial Air Force One. EFE/EPA/Stefani Reynolds
El presidente de EEUU, Donald J. Trump, a punto de subir al avión presidencial Air Force One. EFE/EPA/Stefani Reynolds

Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra y Director del JHU-UPF Public Policy Center

La mortalidad debida a lo que se conoce como "enfermedades de la desesperación" (tales como la drogodependencia, el alcoholismo, el suicidio, la violencia callejera, entre otros) ha estado aumentando de una manera muy marcada entre la clase trabajadora de raza blanca en EEUU, que constituye la mayoría de la clase trabajadora en aquel país. Ello se debe en gran parte al deterioro muy acentuado de su nivel de vida, consecuencia de los cambios que ha experimentado su mercado de trabajo, resultado de la aplicación de las políticas neoliberales iniciadas en la última etapa del gobierno federal presidido por el presidente Carter y continuadas y ampliadas por el presidente Reagan, que inició lo que se ha llamado la Revolución Neoliberal. Tal revolución fue la respuesta del mundo empresarial (liderado por los propietarios y gestores de las grandes corporaciones transnacionales estadounidenses, conocidas en EEUU como los componentes de la Corporate Class – la clase corporativa) frente a los avances del mundo del trabajo en su nivel de vida y en su conquista de derechos laborales y sociales ocurrida en el período 1945-1978, conocido como "la época dorada del capitalismo" en EEUU.

La Revolución Neoliberal causante de la Gran Recesión

Fue a partir de la Revolución Neoliberal que el porcentaje de las rentas derivadas de la propiedad del capital subieron de una manera muy notable, mientras que el de las rentas del trabajo, derivadas primordialmente de los salarios, descendieron marcadamente, pasando de representar el 70% de todas las rentas en 1978 a un 63,6% en el año 2012. Este descenso desencadenó la Gran Recesión, al provocar la caída de la demanda doméstica, que causó a su vez un enlentecimiento del crecimiento económico, así como un enorme endeudamiento de las familias y del Estado, con la gran expansión del capital financiero, que al invertir masivamente en los sectores especulativos, de mayor rentabilidad, crearon las burbujas que al explotar provocaron la crisis financiera, agravando la crisis económica (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica del pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

La aplicación del neoliberalismo (el pensamiento económico favorecido por la clase empresarial) se caracterizó por la desregulación de los mercados, facilitando y estimulando la movilidad de capitales, estableciéndose así una globalización (mundialización) de la actividad económica que dañó especialmente a los sectores industriales de EEUU, donde se concentraban los trabajadores de la manufactura que, como ocurre en la mayoría de países, constituían los mejor pagados y que, en su mayoría, eran trabajadores blancos. La gran destrucción de puestos de trabajo, juntamente con la precarización de los existentes, creó la gran crisis social que acompañó la Gran Recesión, y que explica la epidemia de "enfermedades de la desesperación" en amplios sectores de la clase trabajadora, primordialmente del sector industrial. La mortalidad en este sector aumentó y su esperanza de vida (años que vive una persona) descendió.

Los gobiernos del Partido Demócrata continuaron aplicando las políticas neoliberales que habían iniciado los gobiernos del Partido Republicano

Las políticas desreguladoras iniciadas por Reagan fueron continuadas, primero por Bush padre (republicano), luego por Clinton (demócrata), más tarde por Bush hijo (republicano), y finalmente por Obama (demócrata). La única diferencia entre ellos fue el alcance y la contundencia de las medidas. En realidad, los presidentes demócratas fueron incluso más desreguladores (respecto a la movilidad de capitales) que los republicanos. La ministra de Asuntos Exteriores del gobierno Obama, la Sra. Hillary Clinton (esposa del presidente Clinton) fue la promotora más entusiasta de la globalización neoliberal. No es de extrañar, pues, que el enfado de la clase trabajadora (que solía votar al Partido Demócrata) creciera exponencialmente, lo que se tradujo en un aumento muy notable de su abstención electoral (que, en condiciones normales, tal abstención ya incluye a la mayoría de la clase trabajadora en las elecciones al Congreso de EEUU, el parlamento federal) y de la canalización de su voto hacia las voces percibidas como antiestablishment neoliberal (que incluía a la clase política del gobierno federal), que al promover la globalización era percibido como el causante de su sufrimiento. Las principales voces antiestablishment neoliberal eran Trump en el Partido Republicano, y Bernie Sanders en el Partido Demócrata (el cual, según señalaban las encuestas en las primarias del 2016, podría haber ganado las elecciones, derrotando a Trump). El aparato del Partido Demócrata, controlado entonces (y todavía hoy) por los clintonianos, intentó destruir a Sanders en las primarias de aquel año.

La respuesta al presidente Trump por parte del Partido Demócrata: el fracaso del impeachment

La respuesta del Partido Demócrata al presidente Trump ha sido intentar echarlo de la Casa Blanca, movilizando los aparatos de tal Estado (incluyendo la policía federal, el FBI) para destruirlo en un proceso que él, astutamente, definió como una "caza de brujas" (haciendo referencia al McCartismo, del cual él había sido parte). Esto le ha facilitado presentarse a sí mismo como la víctima del establishment federal neoliberal tan odiado por las clases populares, reforzando así su popularidad, sobre todo entre las bases obreras de raza blanca, que perciben a tal establishment liberal como servidor de las "minorías" y "sectores supuestamente extremistas" del movimiento feminista (de sensibilidad de clase media-alta liberal). De ahí el mantenimiento de su popularidad. De hecho, el impeachment le ha ido bien, pues ha sido percibido por amplios sectores de la población como parte del intento del Partido Demócrata neoliberal de acabar con él. La excusa para justificar tal impeachment (mirar de encontrar información que pudiera desacreditar a su posible adversario electoral, el candidato Joe Biden) era considerada injusta, injustificada y en absoluto causa suficiente para acabar con su mandato presidencial. Como ocurre con gran frecuencia en cualquier país, incluido España, los establishments político-mediáticos menosprecian la inteligencia de las clases populares, y no se dan cuenta de que la ciudadanía tiene una gran información que le provee su práctica diaria y frecuentemente tiene una valoración negativa de la clase política. De ahí que den por descontado que la gran mayoría de políticos harían lo mismo que Trump si pudieran. La instrumentalización del Estado por parte de los políticos en EEUU para fines personales es una práctica común, alcanzando su máxima expresión con Trump. Es más, lo que se consideraría "corrupción" en Europa (la compra de favores por parte de empresas, pagando dinero a la campaña del político) es legal en aquel país y es práctica habitual en su vida política. La mayor parte de fondos utilizados en las campañas electorales proceden de lobbies económicos y financieros que configuran en gran medida las políticas públicas de los partidos gobernantes. Y aun cuando el presidente Trump instrumentalice el Estado para promover no solo su agenda política sino su agenda personal, la diferencia entre él y otros presidentes es la extensión de tal práctica más que en la práctica en sí, muy común en la vida política estadounidense.

Donde Trump, sin embargo, era y es más vulnerable políticamente es en los recortes de los derechos sociales y laborales de la población, que han tenido lugar durante su mandato. Pero el aparato dirigente del Partido Demócrata en el Congreso de EEUU, liderado por la congresista Nancy Pelosi, tiene escasa credibilidad en su denuncia de tales políticas, pues muchas de las de Trump son la continuación de las que ellos iniciaron.

La seducción de la ideología trumpista para amplios sectores de las poblaciones perjudicadas por la globalización

El discurso antiglobalización de Trump se caracteriza por un nacionalismo extremo y nostálgico (idealizando el pasado en su discurso), presentando (con una gran manipulación y falsificación de los datos) su mandato como enormemente exitoso desde el punto de vista económico y social, ridiculizando al establishment federal neoliberal y a la mayoría de medios de información, utilizando incluso un lenguaje obrerista. Es el candidato, además de Sanders, que utiliza más la expresión de "clase trabajadora" (a diferencia del término utilizado por aquel establishment liberal, que se refiere a la mayoría de la población como "clase media"), presentándose como su mayor defensor frente al establishment federal neoliberal. En la ideología trumpista, el Estado federal es el enemigo, instrumentalizado por las minorías negras y latinas y por el supuestamente "extremista" movimiento feminista (liderado en 2016 por Hillary Clinton).

El triunfo de Trump: las consecuencias de tener un Estado del Bienestar asistencial en lugar de universal

En esta visión del Estado hay dos realidades que dan pie a esta percepción. Una es la gran limitación del Estado del Bienestar estadounidense, carente de programas universales que han sido sustituidos por programas asistenciales que benefician predominantemente a poblaciones vulnerables (y, muy en especial, a los pobres), sin que existan derechos que se adquieran con la ciudadanía o residencia, como ocurre en la Europa Occidental. Tales derechos sociales están muy restringidos en EEUU y los servicios públicos se proveen, en general, a la población pobre y/o vulnerable económicamente (programas means-tested). Solo tienen derecho a la sanidad pública, por ejemplo, los miembros del Senado y de la Cámara Baja, los miembros de las Fuerzas Armadas y los pobres (el nivel de renta que se necesita para ser considerado pobre lo define cada Estado). Los ancianos tienen un programa que solo es financiado parcialmente por el sector público (Medicare). La mayoría de la población no tiene derecho a la cobertura sanitaria pública. Esta segmentación de la asistencia sanitaria contribuye a esta percepción de que el gobierno federal está solo al servicio de los pobres y las poblaciones vulnerables.

Un tanto igual ocurre en cuanto a las políticas antidiscriminatorias, que han beneficiado principalmente a las poblaciones negra y femenina pertenecientes a la clase media y media-alta (personas con educación superior). Pero tales medidas antidiscriminatorias no han afectado significativamente a las clases populares, entre las cuales la movilidad social vertical hacia clases de rentas superiores ha sido muy limitada. La clase trabajadora y los sectores de bajas rentas en las clases medias no se han beneficiado significativamente de éstas. Por otra parte, no hay, en EEUU, políticas antidiscriminatorias que intenten corregir la discriminación de clase, que es la más acentuada y la menos citada en los medios y espacios del establishment neoliberal.

Esta obvia discriminación de clase, acentuada aún más por la aplicación de las políticas neoliberales, explica que la mayoría de mujeres trabajadoras votaran a Trump en lugar de a la candidata feminista, Hillary Clinton. Esta limitación del Estado del Bienestar por su carácter asistencial explica la oposición de grandes sectores de la población que, pagando impuestos, no se ha beneficiado ni de los programas antidiscriminatorios ni de los programas asistenciales. De ahí la amplia oposición al gobierno federal, al cual también se le percibe como favorecedor de la globalización. Estos sentimientos son fundamentales para entender el poder de seducción de la ideología opuesta como la de Trump.

La escasa representatividad del "sistema representativo" estadounidense

Lo dicho anteriormente explica la composición social de la base electoral más fiel que tiene Trump. En las elecciones de 2016, los hombres votaron más a Trump que las mujeres; los ancianos más que los jóvenes; las personas de menor renta y las familias de menor renta (que ingresan menos de 30.000 dólares al año) más que las de rentas superiores; los blancos más que los negros y latinos; y los religiosos (y, muy en especial, evangelistas) más que las personas no religiosas. Y, en definitiva, los que sintieron que la globalización les había afectado negativamente más que los que no les había afectado; y aquellos que deseaban un cambio profundo más que aquellos que se consideraban moderados. Estos grupos eran el eje de su base electoral, que ha continuado siendo fiel a Trump y que - muy importante - ha permanecido movilizada. Ni que decir tiene que no eran los únicos que votaron a Trump. Aunque amplios sectores de la clase media y de renta superior también le votaron, la clave para que saliera elegido y de que siga habiendo una amplia movilización a su favor fue el grupo central que he descrito.

¿Cuáles podrían ser las alternativas a Trump?

Para responder esta pregunta hay que conocer las características del sistema electoral estadounidense, uno de los menos representativos que existen hoy en los países capitalistas desarrollados. El sistema electoral estadounidense es muy poco proporcional. Es un sistema bipartidista (el Partido Republicano y el Demócrata) en el que es prácticamente imposible introducir otro partido, ya que está diseñado de tal manera que imposibilita hacer cambios importantes que alteren la distribución del poder de clase, de género y de raza existente en EEUU. De estos partidos, el Partido Republicano es un partido conservador y el Demócrata un partido liberal (que fue durante muchos años próximo a la Internacional Liberal, a la cual pertenecen Ciudadanos y, hasta que fue expulsada por corrupción, Convergència Democràtica de Catalunya, CDC). El Partido Demócrata tiene una rama de centroizquierdas que tiene presencia mediática durante las primarias del partido. La enorme debilidad de la clase trabajadora en EEUU y el escaso desarrollo de su Estado del Bienestar se basan en esta realidad.

Este sesgo del panorama político hacia las derechas explica la gran abstención (predominantemente de la clase trabajadora) en el proceso electoral. En EEUU hay una correlación directa entre nivel de renta y participación electoral. A mayor nivel de renta, mayor participación electoral. Hasta el punto en que el nivel de participación en las elecciones federales es de alrededor de un 53% de la población, con un 47% (casi la mitad) que no vota, mitad a la cual pertenece gran parte de la clase trabajadora, la cual representa objetiva y subjetivamente la mayoría de la población. En EEUU, cuando a la población se le pregunta si pertenece a la clase alta, clase media o clase baja, responde clase media. Sin embargo, si se le pregunta si pertenece a la clase alta, clase media o clase trabajadora, la respuesta es distinta. Hay más personas en EEUU que se definen clase trabajadora que clase media (ver The Working Class Majority: America’s Best Kept Secret, de Michael Zweig, 2000).

Estas cifras explican que el debate electoral no se base en temas que afectan a la calidad de vida de la clase trabajadora, siendo el discurso político, en general, insensible a sus necesidades. De ahí que una condición para que las izquierdas aumenten su influencia electoral sea movilizar a la clase trabajadora abstencionista, así como a los segmentos de la clase trabajadora votante y a los sectores de las clases medias (cuyo nivel de vida está bajando). Los indicadores tradicionales del lenguaje económico, que intenta medir el éxito de una economía, utilizando indicadores tales como la tasa de desempleo, tienen escaso valor. El hecho de que EEUU, bajo la administración Trump, haya conseguido la menor tasa de empleo en los últimos diez años, no quiere decir que la población empleada viva mejor. En realidad, como también ocurre en España, la gran cantidad de puestos de trabajo creados por el gobierno Trump ha sido trabajo considerado como "alternativo", es decir, distinto al trabajo a pleno empleo, bien pagado y en condiciones de estabilidad. Un componente de esta categoría es el trabajo precario, y el trabajo uberizado, que explica el aumento de las "enfermedades de la desesperación, dato que es mucho más importante y significativo que el de la tasa de desempleo.

De ahí la necesidad de responder con alternativas creíbles para movilizar una alternativa al trumpismo. Y es ahí donde las izquierdas están proponiendo empoderar a los trabajadores y a las clases medias proletarizadas, reforzando a los sindicatos y proponiendo programas universales en lugar de asistenciales. Esta ha sido la estrategia del candidato Sanders, a fin de conseguir tal movilización y apoyo electoral de los trabajadores, de los jóvenes (por debajo de 35 años), de las mujeres y de las minorías. Es en estos sectores donde Sanders está ganando en las primarias, siendo la única alternativa que tendría la suficiente capacidad de movilización y apoyo electoral para ganar a Trump, canalizando el enfado contra el establishment neoliberal. Sanders, con un programa socialdemócrata de inspiración escandinava, está proponiendo políticas públicas que empoderan a las clases populares frente al establishment federal neoliberal, instrumentalizado por la clase corporativa, que la utiliza para optimizar sus intereses a costa de la los intereses de las clases populares. Las encuestas más fiables muestran que es el candidato favorito por las mujeres, de las personas menores de 35 años, de los estudiantes, y de las minorías negras y latinas (siendo estas últimas las más pro-sanderistas). Además, está consiguiendo que crezca el apoyo de los trabajadores blancos, que habían abandonado el Partido Demócrata. Ni que decir tiene que tal candidato representa una amenaza no solo al establishment trumpiano, sino también al establishment federal neoliberal, que es probable que prefiriera continuar con Trump que tener a Sanders como presidente. En este momento existe un candidato, Pete Buttigieg, promovido por amplios sectores de la clase corporativa, que le financia y que intenta parar a Sanders, que es presentado por la mayoría de los medios afines al establishment neoliberal como moderado y razonable, frente a Sanders, al cual consideran un demagogo y otros epítetos. Son los mismos adjetivos que dedicaron a Trump, y que se reproducen en gran número de medios españoles. Un ejemplo de ello es la televisión pública de la Generalitat de Catalunya – TV3 - (gobernada por una coalición independentista, liderada por un partido neoliberal y heredero de Convergència Democràtica de Catalunya, JuntsxCat), que también define a Sanders como demagogo.

Soy consciente que este artículo sorprenderá a bastantes lectores, pues difiere de la información que reciben de los principales medios de información, cuyos corresponsables se limitan a traducir al castellano lo que dicen los principales medios de comunicación de EEUU, reproduciendo incluso sus alabanzas y sus insultos. Les animo a que lean y vean revistas (como The Nation, In These Times, Counter Punch, entre otros) o canales de televisión como Democracy Now, que dan una visión más real y objetiva de lo que ocurre en aquel país.

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Donald Trump,EEUU,neoliberalismo
La ocultación del daño causado por la industria química a la salud de la población https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/02/13/la-ocultacion-del-dano-causado-por-la-industria-quimica-a-la-salud-de-la-poblacion/ Thu, 13 Feb 2020 06:40:05 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5191 Continuar leyendo "La ocultación del daño causado por la industria química a la salud de la población"]]> Las instalaciones dañadas tras una explosión en una planta de pesticidas en la provincia china de Jiangsu. REUTERS
Las instalaciones dañadas tras una explosión en una planta de pesticidas en la provincia china de Jiangsu. REUTERS

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Animo al lector a que vaya a ver la película Aguas Oscuras, que se está proyectando en los cines españoles estas semanas.  Describe un caso real. Muestra cómo la industria química Dupont mintió a la ciudadanía estadounidense produciendo y empleando una sustancia (que era utilizada ampliamente en aquel país y en el mundo) a sabiendas de que era cancerígena y tóxica, hasta tal punto que mató a miles y miles de personas. Les sugiero que la vean porque el lector debe ser consciente de que estas prácticas son comunes (en todo el mundo, incluyendo nuestro país), hecho que muestra que la población está escasamente protegida frente a tales industrias debido al enorme poder político que tienen para ocultarlo, con el fin de optimizar sus beneficios económicos.

En realidad, la película me recordó una serie de hechos que ocurrieron aquí en España, concretamente en Catalunya, hace ya muchos años, y que me afectaron negativamente, dificultando durante varios años mi reintegración en España tras un largo exilio. Al tener que dejar el país a principios de los años sesenta por razones políticas, como consecuencia de mi participación en la lucha contra la dictadura, viví en Suecia, en el Reino Unido y, más tarde, en EEUU. En España fui médico clínico, pero más adelante, durante mi exilio, cambié de profesión para formarme y conocer cómo mejorar la salud, el bienestar y la calidad de vida de las poblaciones, unos estudios que incluyeron la economía social y la salud pública.

Como profesional experto en estos temas, y siendo profesor de Salud Pública de uno de los centros sanitarios y salubristas más importantes de EEUU, la Johns Hopkins University, fui elegido por 50.000 profesionales de la Asociación Americana de Salud Pública como parte de su dirección. Como tal, tenía que presentar propuestas de esta asociación al parlamento de los EEUU (concretamente a la cámara baja del Congreso), la máxima autoridad legislativa de EEUU en temas de mejora la salud y la calidad de vida de la población. Y una de ellas fue que eliminaran varios productos tóxicos y cancerígenos utilizados en la industria química en el Estado de Delaware, donde está ubicado uno de los mayores centros de la industria química de EEUU. El Congreso atendió alguna de aquellas peticiones, lo cual me alegró pero a la vez me preocupó, pues sabía que tal producción dejaría de hacerse en Delaware pero probablemente se desplazaría a Tarragona, en Catalunya, donde los controles de dicha industria eran menores que en EEUU.

De ahí que viniera a Barcelona y avisara de ello a las autoridades públicas y a la ciudadanía, lo cual hice en el curso de una entrevista en directo en Catalunya Ràdio, la radio pública de la Generalitat de Catalunya, que me entrevistaba sobre otro tema. A pesar de ello, aproveché la ocasión para - forzando algo la dirección de la entrevista - informar del peligro que implicaba el hecho de que en Tarragona se pudieran producir sustancias tóxicas y cancerígenas prohibidas en EEUU, lo cual creó gran revuelo y un enorme enfado de la Generalitat de Catalunya, gobernada por una coalición de dos partidos de derechas (uno liberal, CDC, y el otro cristianodemócrata, UDC) presidida por Jordi Pujol. Tal coalición era conocida entre los profesionales de la salud pública por su proximidad y permisividad con la industria química de Tarragona. Por aquel entonces, el regidor encargado de temas ambientales en la ciudad de Tarragona pertenecía a CDC.

Como consecuencia de aquel enfado, el Sr. Pujol y Cía. se movilizaron para oponerse a la oferta que me iba a hacer la Universitat Autònoma de Barcelona para integrarme en ella como catedrático extraordinario. Conscientes de esta oposición, dos compañeros (de merecido prestigio en la comunidad científica de Catalunya) de cuando éramos los tres estudiantes de Medicina en la Facultad de la Universitat de Barcelona fueron a ver al Sr. Pujol (sin que yo se lo hubiera pedido) para pedirle que no obstaculizara tal oferta, petición a la cual él respondió, con toda claridad, indicando que no quería que "Navarro volviera a Catalunya para menoscabar la industria química". Y el proceso de mi nombramiento fue paralizado. El pujolismo es una red clientelar enorme que ha gobernado Catalunya durante la mayor parte del período democrático.

Quiero subrayar que, naturalmente, no era mi intención menoscabarla, sino regularla mucho más estrictamente de lo que lo estaba (y continúa estando) en Catalunya. Este país tiene excelentes profesionales de salud pública, y estructura sanitaria y de salud pública, pero con escaso poder para poder regular con mayor intensidad tal industria. La complicidad entre el poder económico y el poder político, tan característica de las instituciones llamadas representativas en nuestro país, ha dado como resultado un sistema de regulación de tal industria muy limitado, como la reciente explosión en Tarragona ha demostrado. De ahí la urgente necesidad de que la población se movilice en contra de tal maridaje entre la industria petroquímica y el poder político, pues sin tal presión no habrá cambio.

Y ahí está el punto débil de la película "Aguas Oscuras", pues presenta con gran detalle el excelente trabajo que realiza el abogado que defiende los intereses de las víctimas (a un coste elevado para su vida profesional) pero no cita o presenta la movilización ciudadana que tuvo lugar en EEUU en su apoyo y que determinó que la película termine bien, cosa que raramente ocurre en la vida real, a no ser que la ciudadanía se movilice. Mi larga experiencia en varios países muestra que la democracia llamada representativa no es realmente representativa a no ser que la ciudadanía se movilice y presione a sus supuestos representantes para contrarrestar la presión de los lobbies económicos que continúan teniendo una excesiva influencia en las instituciones políticas (y mediáticas) del país. Aconsejo al lector que lo haga, pues su salud y calidad de vida dependen de ello.

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No es cierto que la pobreza en el mundo esté descendiendo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/02/06/no-es-cierto-que-la-pobreza-en-el-mundo-este-descendiendo/ Thu, 06 Feb 2020 06:59:44 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5178 Continuar leyendo "No es cierto que la pobreza en el mundo esté descendiendo"]]> Tiendas para sintecho alineadas en una calle de Los Ángeles (California, EEUU). AFP/Frederic J. Bown
Tiendas para sintecho alineadas en una calle de Los Ángeles (California, EEUU). AFP/Frederic J. Bown

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Existe una percepción ampliamente sostenida y promovida por los establishments político-mediáticos de los países de elevado nivel de desarrollo económico (conocidos como "los países ricos") según la cual la pobreza en el mundo está disminuyendo de una manera muy marcada, hasta tal punto que se asume que la forma más extrema de la pobreza podrá erradicarse en el mundo en un futuro no muy lejano. Esta percepción es promovida, entre otros, por organismos internacionales como el Banco Mundial, por fundaciones financiadas por filántropos como Bill Gates y George Soros, así como por los periódicos de temas económicos más conocidos como The Economist.

La causa de que apareciera tal optimismo fueron los datos (la mayoría procedente del Banco Mundial) que publicaron las Naciones Unidas a raíz del establecimiento de los Millennium Development Goals, fijados en el año 2000 a partir de la Cumbre del Milenio, unos objetivos a partir de los cuales se establecían metas para el año 2015 en muchos indicadores sociales, incluyendo el de pobreza extrema. Para este tipo de pobreza se apostaba por una reducción del 1% anual, un objetivo que permitía albergar la esperanza de que fuera posible su eliminación en las décadas siguientes. En realidad estos objetivos del milenio fueron determinantes para el establecimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en el año 2015 por las Naciones Unidas y que está guiando las políticas públicas de muchos gobiernos hoy en el mundo, incluyendo el nuestro.

Tal programa internacional tiene una gran importancia, pues puede ayudar a establecer estrategias comunes, dentro y entre países, para avanzar en favor "de las personas, el planeta y la prosperidad", alcanzando, al menos, un mínimo bienestar. Se trata de un objetivo ambicioso y necesario que puede ayudar a sensibilizar a las autoridades públicas y a la sociedad civil sobre la interrelación entre las distintas áreas de intervención encaminadas a un bien común. Entre los 17 objetivos escogidos, el primero es el de erradicar la pobreza en sus distintas dimensiones en el mundo.

La importancia del contexto político en el desarrollo de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas

Ni que decir tiene que el desarrollo de tal plan de acción dependerá en gran medida del contexto político que lo determine, pues no es lo mismo que ese contexto tenga una orientación liberal y conservadora o una progresista (esto es, que priorice la justicia social y la democracia en las sociedades y en el mundo en el que vivimos). Y lo que es preocupante es que los Millennium Development Goals del año 2000, que inspiraron la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, estaban imbuidos de un pensamiento profundamente liberal que reflejaba el existente en los establishments políticos de las principales instituciones internacionales durante la última década del siglo XX, y que dejó su imprimátur en el informe. Veamos los datos.

El problema con el establishment liberal que dio pie a este gran optimismo es que el indicador de pobreza extrema que utilizó el Banco Mundial no medía en realidad la pobreza extrema

El indicador del Banco Mundial para medir la pobreza extrema es tener dinero suficiente para poder adquirir los alimentos necesarios para subsistir en un país pobre. Esa cantidad se calcula de la manera siguiente: primero se analiza el mínimo de alimentos que una persona necesita cada día en siete países pobres; se define así la cesta de alimentos que el individuo necesita para subsistir. Una vez hecho esto, se calcula cuál es el coste de comprar esta cesta de alimentos en un mercado de EEUU: tal coste ha sido establecido por el Banco Mundial en 1,9 dólares (casi dos dólares) diarios. Ahora bien, como los alimentos son más baratos en los países pobres que en los países ricos, se calcula cuántas unidades de la moneda local costaría conseguir aquella misma cesta de alimentos, una cantidad que suele ser mucho menor de lo que cuesta en EEUU (en la India tal valor es, en realidad, de 0,63 dólares norteamericanos –una cifra mucho menor que 1,9 dólares–). Esta es la cantidad mínima, pues, que una persona tiene que gastarse por día en la India –con monedas indias (rupias)– para no ser considerada en situación de pobreza extrema (el alimento es solo una tercera parte del consumo del individuo). Decir, pues, que aquellas personas que gastan 1,9 dólares o menos por día (tal como los medios de información indican) están en situación de pobreza extrema es erróneo, pues tal cantidad tiene que traducirse en la moneda local, estandarizada por el nivel de compra de esta moneda (lo que se llama paridad de poder de compra –PPP–), por lo que se trata de una cantidad mucho menor que los 1,9 dólares.

Por otra parte, los alimentos son solo una parte de los bienes necesarios para sobrevivir, pues también hay que considerar la ropa y la vivienda, entre otros bienes. De ahí que, utilizando el mismo método que tiene el Banco Mundial para calcular el umbral de la pobreza extrema, la cantidad necesaria para sobrevivir sería mucho mayor que 1,9 dólares por día. Se ha calculado que esta cantidad ascendería a unos 5 o 6 dólares por día. Si así fuera, se vería que el número de persona en situación de pobreza extrema es mucho mayor y que su descenso ha sido no solo más reducido, sino que incluso en algunos países ha aumentado. Tal metodología del Banco Mundial para calcular la pobreza (incluyendo la extrema) ha sido objeto de una amplia crítica, y cuando en la India se analizó un indicador más completo y adaptado a la realidad de aquel país, economistas de la agencia estatal india National Commission for Enterprises in the unorganized sector llegaron a la conclusión de que, en lugar de descender, la pobreza había aumentado en aquel país alcanzando la cifra de 836 millones de personas, que representaban el 77% de la población en el período 2004-2005.

¡Otro error! El supuesto erróneo de creer que el crecimiento económico reduce la pobreza

El segundo punto flaco del argumento del descenso de la pobreza es que otro indicador de desarrollo económico que utiliza el Banco Mundial es el PIB per cápita, asumiendo que si tal indicador crece, crece la riqueza y por lo tanto disminuye la pobreza. Ahora bien, tomar como indicador de desarrollo el PIB per cápita asume que cada cápita (cada ciudadano) tiene los mismos recursos, lo cual es profundamente falso. En realidad, China es hoy el país más desigual en el mundo, pues ha concentrado la riqueza en el extremo de renta superior de aquella sociedad, sin que la riqueza haya alcanzado de forma significativa a amplios sectores de la población (y muy en particular de las zonas rurales, que son la mayoría de la población). Para tener impacto sobre la pobreza, el crecimiento económico tiene que ir acompañado de medidas redistributivas que, de no llevarse a cabo, pueden incluso hacerla aumentar, incluyendo la extrema. Hoy en día no hay estudios que hayan podido documentar la evolución de la pobreza extrema en el gigante asiático. Sí que se sabe, en cambio, que los servicios públicos existentes en el período maoísta anterior han sido reducidos extensamente mediante su privatización (como la sanidad), lo cual ha sido una de las causas del empobrecimiento de la población.

No ha habido tampoco convergencia en nivel de vida entre países ricos y países pobres

Otro error frecuentemente cometido por el Banco Mundial es asumir que si un país pobre crece más rápidamente que un país rico es señal de que habrá una convergencia entre los dos países. Así, se asume que puesto que China crece económicamente (medido según su PIB per cápita) más rápidamente que EEUU, ambos países llegarán a alcanzar el mismo PIB per cápita, lo cual es un error. Si un país pobre pasa de 5.000 dólares per cápita a 5.500 (creciendo un 10%) en un año, mientras que un país rico pasa de 50.000 a 54.500 (creciendo un 9%, menos del 10%), el resultado final es que el rico consigue 4.000 dólares más que el pobre, que solo consigue 500 dólares más. El creer que porque crecen más rápidamente llegarán a converger con los ricos es otro error que continuamente se comete. En realidad, la distancia entre países ricos y pobres ha ido aumentando, no disminuyendo.

El porqué de la promoción del optimismo

Estos y otros ejemplo muestran el sesgo deliberadamente optimista con el que se han analizado los datos, en un intento de mostrar cuán exitosas han sido las políticas neoliberales que se han generalizado a nivel mundial a partir del fin de la Guerra Fría, intento necesario para evitar la aparición de otras alternativas que puedan cuestionar el orden (o mejor dicho, desorden) económico existente. Seth Donelly, en su libro The Lie of Global Prosperity: How Neoliberals Distort Data to Mask Poverty and Exploitation (La mentira de la prosperidad mundial: cómo los Neoliberales distorsionan los datos para ocultar la pobreza y la explotación), presenta varios ejemplos de cómo los grandes promotores de los objetivos de desarrollo del milenio habían generado ese falso optimismo, con el objetivo de ocultar la gran crisis social –muy real– que las políticas neoliberales aplicadas por ellos habían creado.

¿Qué hay detrás de tanto optimismo? La ocultación de las causas de la enorme crisis social

Seth Donnelly responde a esta pregunta indicando que los promotores del neoliberalismo querían promover una visión optimista (la expansión del neoliberalismo causante del descenso y posible eliminación de la pobreza) sin reconocer que, en realidad, éstos estaban creando una enorme crisis social causada precisamente por las políticas neoliberales que aplicaron y promovieron. Pare ello muestra varios ejemplos. La Fundación Gates ha promovido el mensaje de que su ayuda ha sido clave para combatir el SIDA en países pobres. Pero la empresa de Bill Gates, Microsoft, ha sido clave también para mantener los derechos de propiedad que defiende la Organización Mundial del Comercio, derechos que han impedido que los países pobres puedan acceder a productos farmacéuticos que son mucho más baratos (genéricos en lugar de comerciales), protegiendo así una industria farmacéutica en la que Gates ha estado invirtiendo, precisamente en los mismos productos farmacéuticos utilizados para curar el SIDA. Los 6.000 millones de dólares que posee la Fundación Gates representan solo un 2% del valor de la empresa que la financia.

Otro ejemplo. El Banco Mundial ha sido una institución fundamental en la promoción de las grandes compañías agrícolas centradas en la exportación, empresas que desplazan del mercado a gran cantidad de pequeños agricultores y trabajadores del campo, muchos de ellos pobres, sin ser extremadamente pobres (según la propia definición del Banco Mundial). Al ser destruidos sus pequeños negocios por no poder competir con las grandes compañías agrícolas, tienen que dejar el campo y se van a las ciudades, donde sí que caen en la pobreza extrema, ya que el coste de los alimentos es más caro en las urbes que en el campo. El resultado, pues, es que aumenta el número de personas en situación de pobreza extrema.

Estos y muchos otros ejemplos muestran que no es correcta la imagen optimista que los grandes grupos económicos y financieros que configuran el sistema económico mundial están promoviendo. La realidad es muy diferente a la que promueven. De ahí que sea fundamental que la Agenda 2030 de las Naciones Unidas cambie su orientación y desarrolle alternativas, pues su despliegue podría ayudar a cambiar el dominio que el neoliberalismo todavía tiene en muchas agencias e instituciones nacionales e internacionales. Y la aparición en España de un gobierno de coalición de izquierdas puede contribuir en gran medida, junto con otros gobiernos similares presentes o futuros que haya en otros países, a desarrollar políticas públicas alternativas orientadas a eliminar cualquier forma de explotación, principal causa del enorme crecimiento de las desigualdades y de la pobreza en el mundo.

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Desigualdad,Pobreza
Cómo el pensamiento económico dominante, causante de tanto sufrimiento, se reproduce: Davos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/02/03/como-el-pensamiento-economico-dominante-causante-de-tanto-sufrimiento-se-reproduce-davos/ Mon, 03 Feb 2020 06:20:22 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5169 Continuar leyendo "Cómo el pensamiento económico dominante, causante de tanto sufrimiento, se reproduce: Davos"]]> Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas

Universitat Pompeu Fabra

A raíz del 50 aniversario del establecimiento del Foro Económico de Davos (World Economic Forum), el senior editor de la sección de opinión del New York Times, el Sr. Kevin J. Delaney, escribió, el pasado 21 de enero, un artículo titulado "Davos has a credibility problem" (Davos tiene un problema de credibilidad) que debería distribuirse ampliamente en España, donde en amplios círculos y esferas económicos, así como en los establishments políticos y mediáticos, Davos goza de gran prestigio y credibilidad, una virtud esta última que el Sr. Delaney demuestra –con gran detalle y contundencia– que tal fórum no posee.

Este año, alrededor de 3.000 hombres (solo una minoría son mujeres) de negocios, de los cuales (según el artículo del New York Times) 100 son milmillonarios ("billonarios" en inglés), junto con dirigentes políticos, predominantemente de gobiernos y partidos de derechas, y representantes de fundaciones y think tanks financiados en su gran mayoría por grandes empresarios filántropos, como Bill Gates, George Soros y otros, dedicados a promover los méritos del capitalismo, se han reunido (como hacen cada año)  en un bello rincón de los Alpes, Davos, para discutir los grandes temas del año, centrándose en aquellos que consideran una amenaza para el mundo (capitalista) y para la ideología que promueven, el neoliberalismo.

Según el artículo del New York Times, el fundador y director ejecutivo de dicho fórum, el Sr. Klaus Schwab (al cual la televisión pública TV3, de la Generalitat de Catalunya –gobernada por una coalición liderada por JxCat, un partido liberal–, le dedicó un reportaje favorable de una hora y media el pasado martes), parece ser consciente de que el orden económico internacional actual, que tiene a Davos como su referente, está sumido en una profunda crisis. Y la evidencia clara y convincente que muestra Kevin J. Delaney así lo prueba. Según una encuesta global de la compañía Edelman, el 56% de la población mundial cree que el sistema capitalista es más dañino (debido al gran sufrimiento que ha causado a la población) que beneficioso para sus intereses. Y un 50% indica que este capitalismo le ha afectado personalmente de una manera negativa. Es más, aunque el 82% de los entrevistados subraya que cree que el mundo empresarial debería pagar un salario digno, solo el 31% cree que así lo hace. Esta falta de confianza e impopularidad del mundo empresarial va acompañada de una desconfianza, incluso más acentuada, hacia las autoridades públicas (Estados y partidos gobernantes), al ser percibidas estas como excesivamente influenciadas por las élites económicas y financieras que constituyen aquel mundo empresarial.

En realidad, un informe realizado por el mismo Foro Económico de Davos, publicado la semana pasada, sobre el enorme crecimiento de las desigualdades en el mundo (considerado como uno de los mayores problemas hoy) indica que tal crecimiento ha generado un enorme aumento del rechazo del orden económico que ha generado una gran concentración de la riqueza, la cual se percibe que ha sido alcanzada a costa del bienestar de la mayoría de la población, que ha sufrido un aumento de su precariedad y una pérdida de la dignidad, debilitando con ello el orden social, al destruir la confianza en las instituciones y en los procesos políticos, erosionando con ello lo que el Sr. Kevin J. Delaney define como el "contrato social". Lo que no dice el informe del Foro de Davos, sin embargo, es que esta situación la creó precisamente la aplicación de las políticas neoliberales que han sido promovidas por el mismo, conocido coloquialmente como el Vaticano de la religión laica dominante en los mayores centros del pensamiento económico hoy en el mundo: el neoliberalismo.

¿Cuáles han sido, según Davos, las causas del éxito económico de un país? ¿Qué es lo que hace a un país más competitivo que otro?

Tras la retórica oficial de Davos (que pretende presentarse como una comunidad económica sensible a las necesidades del mundo) aparecen con claridad los valores reales que lo sostienen. En el informe más importante que publica cada año (Global Competitiveness Report 2019), donde evalúa la economía de todos los países del mundo, agrupándolos según su nivel de competitividad, coloca a los países que han sido gobernados durante más tiempo desde la II Guerra Mundial por coaliciones de partidos de izquierdas –los países escandinavos– al final de la lista, apareciendo como los peor valorados y definiéndolos como países que, a pesar de admitir que tienen economías exitosas, tienen puntos flacos que deberían corregir. Así se considera que países como Finlandia, Suecia, Dinamarca y Noruega tienen una excesiva rigidez en sus mercados laborales, por lo que se sitúan al final de tal indicador, mientras que EEUU, Reino Unido, Qatar y Arabia Saudí (países con sindicatos muy débiles o inexistentes) son considerados como los líderes en esta variable de flexibilidad laboral. Un tanto igual ocurre en la categoría de "protección del empleo" (hiring and firing practices), que permite situar a los países escandinavos de nuevo a la cola en cuanto a competitividad, al ser demasiado difícil despedir a los trabajadores. Un tanto igual ocurre en cuanto a los impuestos a la Seguridad Social de sus trabajadores, que el empresariado tiene que pagar, una variable considerada negativa para la competitividad, y así un largo etcétera. Este documento económico (que es, en realidad, un panfleto político) presenta de una manera clara y grosera lo que Davos considera que son los puntos débiles que existen en la economía que deberían cambiarse para mejorar su competitividad. No debería ser ninguna sorpresa que la mayoría de la población mundial, según la encuesta citada por el New York Times, rechace lo que Davos representa.

La respuesta de Davos a esta pérdida de legitimidad del capitalismo que representa: el trumpismo

Ni que decir tiene que al senior editor de opinión del New York Times le preocupa también la pérdida de legitimidad del sistema económico mundial y cree que para salvar el capitalismo actual hay que cambiar el comportamiento del gran mundo empresarial y redefinir sus objetivos, que no pueden ser solo el aumento de beneficios de los accionistas y/o gestores, sino que debe incluir el servicio a las comunidades donde están ubicados, una actitud que podría ser digna de aplauso, excepto que, como señala el Financial Times (el periódico más inteligente y astuto políticamente del mundo empresarial), esta petición de responsabilidad social es semejante a pedirle peras al olmo, pues la economía mundial está prácticamente paralizada en la actualidad, y no es el momento de pedir sacrificios a los centros de poder económico y financiero.

Frente a esta situación, amplios sectores de este mundo de las grandes empresas económicas y financieras, incluyendo su Vaticano, Davos, se sienten amenazados, y su respuesta, en este momento, parece estar más encaminada a intentar canalizar el enfado popular a través de los movimientos de ultraderecha –a fin de parar a las izquierdas– que no a hacer sacrificios para evitar o reducir el enfado popular. Hay que recordar que en los años treinta del siglo XX la ultraderecha representada por el fascismo fue la respuesta del mundo empresarial frente a la amenaza que representaban las izquierdas contestatarias con el sistema que estaba en crisis. Las ultraderechas utilizaron entonces y utilizan ahora los temas identitarios y culturales (el nacionalismo extremo, el imperialismo nostálgico, la homofobia, el odio al otro, el racismo y el machismo) para ocupar el espacio que ocupaba antes el conflicto central del mundo del trabajo contra el mundo del capital. Y esto es lo que está ocurriendo hoy. Para ocultar su clasismo, intentan desviar la atención del conflicto capital-trabajo hacia otras áreas que podrían tener capacidad de movilización en amplios sectores de la población en contra de las fuerzas contestatarias con el capitalismo.

En EEUU esta ultraderecha hoy es el trumpismo, que es la versión en el siglo XXI del fascismo del siglo XX. Y lo que es más que preocupante es que el apoyo al trumpismo se está extendiendo rápidamente en el mundo empresarial, como se vio por el caluroso recibimiento que la asamblea de los personajes más ricos del mundo dio al presidente estadounidense, el cual fue presentado por el citado fundador y actual director ejecutivo, Klaus Schwab, como "el Presidente que orienta sus políticas hacia crear ‘inclusiveness’ (es decir, inclusión, integración) para todo el pueblo americano". Esta frase provocó una protesta del editor antes citado del New York Times, que denunció la hipocresía y falta de credibilidad del Sr. Schwab, pues, al mismo tiempo que se presenta como el hombre que quiere humanizar el capitalismo, acoge a la persona que representa el mayor ejemplo del capitalismo extremo (esto es, de capitalismo sin guantes) responsable de que las desigualdades se hayan disparado, alcanzando niveles sin precedentes. En realidad, Donald Trump no ha dudado en desregular el ya muy poco regulado mercado de trabajo estadounidense (que a su vez adolece de una muy escasa protección social) o desmantelar el muy poco desarrollado Estado del Bienestar mediante unas reformas fiscales enormemente regresivas que provocaron que de los 335 mil millones de dólares de recortes surgidos de las reformas fiscales de 2017, 205 mil millones fueran a parar a manos del 20% de la población con más renta y solo 40 mil millones llegaran al 60% de la población con rentas más bajas. Definir a Trump como benefactor de toda la población estadounidense e integrador de todos sus componentes es de un cinismo superlativo, lo cual contrasta con la imagen que el programa de TV3 dio de Klaus Schwab: la de un hombre rico con buenas intenciones que podría ser seducido y convencido por Greenpeace para que haga algo en cuanto a la enorme crisis social y ambiental que sufre el mundo.

Una última observación: la frase característica del pensamiento económico dominante es que "no hay otra alternativa", cuando la realidad muestra que sí la hay

El reportaje favorable a Davos de la televisión pública TV3 (de clara sensibilidad neoliberal, además de secesionista) intentó transmitir el mensaje de que ese foro, a pesar de sus defectos, es una institución a la que las fuerzas progresistas tienen que intentar convencer en cuanto a la bondad de sus propias propuestas. Así, como acabo de citar, el programa termina con la portavoz de Greenpeace hablando con el fundador y director de Davos del mérito de sus propuestas. No excluyo la posibilidad de que, a nivel personal, toda persona tenga que ser considerada educable. Ahora bien, considero que el mensaje del programa de TV3 refleja un entendimiento limitado, cuando no incorrecto, de la realidad. Como ocurre con la mayoría de los temas económicos, estos esconden, en realidad, temas políticos. Y la gente normal y corriente lo sabe. De ahí que la máxima responsabilidad de lo ocurrido (y su mayor rechazo), como muestran las encuestas de opinión popular, recaiga en las autoridades políticas. La enorme crisis de legitimidad del capitalismo se debe a que se ha percibido que las instituciones políticas han sido instrumentalizadas por los poderes económicos, y ahí está el problema. Greenpeace debería acudir a estas instituciones políticas y denunciarlas por no representar sus intereses, denunciando a las formaciones políticas y medios de información que promueven el neoliberalismo hoy y el trumpismo mañana.

La historia de la humanidad demuestra que todos los problemas económicos (la Gran Depresión o la Gran Recesión, por ejemplo) son, en realidad, problemas políticos, determinados por el enorme dominio de grupos económicos y financieros que tienen un abusivo control de las instituciones políticas y mediáticas. En realidad, la enorme crisis económica (que continúa todavía) podría haberse previsto fácilmente (como hicimos algunos) como consecuencia de las políticas públicas iniciadas por el presidente Reagan en EEUU y la Sra. Thatcher en el Reino Unido, unas políticas que se hicieron suyas no solo partidos conservadores y liberales, sino incluso partidos socialdemócratas a través de la Tercera Vía. La correlación de fuerzas dentro del Estado está determinada por unas fuerzas políticas que utilizan el discurso económico en su intento de despolitizar lo que es profundamente político. La famosa frase de todos los neoliberales ha sido que "no hay alternativas", una afirmación que es muy fácil de demostrar (aunque muy difícil de presentar en los medios) que no es cierta. Hay siempre alternativas. Y para ello hay que romper con el "determinismo económico" (sustituido con gran frecuencia por el determinismo tecnológico) y luchar por esas alternativas. El mayor problema que existe hoy es la sensación de impotencia que tiene la población en contra de lo poderes económicos y financieros, los cuales están convencidos de que no hay otra manera de organizar las relaciones sociales y económicas. Pero España acaba de demostrar como en tan solo seis años un partido inexistente ha pasado a gobernar el Estado con otro partido de izquierdas, abriendo toda una serie de esperanzas que podrán materializarse si la población se moviliza.

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Las explotaciones de clase, de género y de medio ambiente tienen causas comunes https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/01/27/las-explotaciones-de-clase-de-genero-y-de-medio-ambiente-tienen-causas-muy-comunes/ Mon, 27 Jan 2020 21:50:44 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5146 Continuar leyendo "Las explotaciones de clase, de género y de medio ambiente tienen causas comunes"]]> Un hecho que caracteriza nuestros tiempos a los dos lados del Atlántico Norte ha sido el gran crecimiento de movimientos emancipadores que protestan contra las distintas formas de explotación (ya sean de clase social, de género, de raza o del medio ambiente) y que tienen como objetivo la liberación del ser humano en sus distintas dimensiones. La experiencia internacional muestra, sin embargo, que la eficacia de cada uno depende mucho de la estrategia seguida por cada movimiento y el contexto político en el que se desarrollan.

El modelo liberal estadounidense del "cada uno por su cuenta": la división de los movimientos sociales y la independencia de cada uno

En un extremo de esta experiencia internacional podemos ver a EEUU, donde hay un gran número de movimientos de emancipación (el movimiento obrero y sindical, el movimiento feminista, el movimiento de las minorías -predominantemente negras y latinas-, y el movimiento ecologista, entre otros). Todos tienen gran capacidad de movilización, pero a pesar de ello, su impacto sobre el Estado es muy limitado y los derechos adquiridos, en consecuencia, son muy escasos. Por ejemplo, el movimiento feminista más importante (NOW) de aquel país agrupa a millones de mujeres, con una extensa organización. Y a pesar de ello, los derechos de la mujer son muy limitados. La baja por maternidad, por ejemplo, es de solo dos semanas, y el número de mujeres en el Congreso o en el Senado es de los más bajos de los sistemas parlamentarios en el mundo capitalista desarrollado.

Un tanto igual ocurre con el movimiento a favor de las minorías (predominantemente negras y latinas), que tiene una organización extensa y también, como el feminista, tiene un gran poder de convocatoria entre las poblaciones que representan; y, sin embargo, y a pesar de haber tenido un presidente negro -Barack Obama-, la discriminación hacia esta población continúa siendo muy extensa. Esto que ocurre con los movimientos feministas y los movimientos de liberación de las minorías también sucede con el movimiento ecologista, que dispone de un gran número de medios a su alcance pero a pesar de ello su impacto sobre el Estado es muy limitado, por lo que las condiciones ambientales son claramente deficientes, con lo cual las crisis climáticas son muy frecuentes.

Las izquierdas son muy débiles también en el modelo liberal estadounidense

Los partidos de izquierdas han sido muy pequeños, pues el sistema electoral favorece un bipartidismo extremo en el cual hay solo dos grandes partidos, el conservador -el Partido Republicano- y el partido liberal -el Partido Demócrata- (próximo, como observador, a la Internacional Liberal). Como resultado, el movimiento obrero y sindical ha sido siempre muy débil en EEUU, y ello a partir, primordialmente, de la ley Taft-Hartley que no permite que los sindicatos actúen como sindicatos de clase, defendiendo los intereses de la totalidad de la clase trabajadora, sino que solo les permite actuar de una manera muy descentralizada, sector a sector, y lugar de trabajo a lugar de trabajo, representando solo a los trabajadores que se aseguran sindicalizándose,  habiendo leyes que dificultan claramente tal sindicalización. Una huelga general, por ejemplo, está prohibida, lo que convierte a los sindicatos en instrumentos corporativos ("business unionism"). Los derechos laborales, como consecuencia, son muy limitados en aquel país. Así, los empresarios tienen un gran poder para despedir a los trabajadores, lo que contribuye a que EEUU tenga el número más bajo de días perdidos debido a huelgas en el mundo capitalista desarrollado.

¿Por qué en EEUU los movimientos sociales son débiles?

Una característica de los movimientos sociales en EEUU es que cada uno es completamente independiente y autónomo del resto, y se centra única y exclusivamente en la defensa del grupo poblacional o de la causa específica que representa. En realidad, compiten entre ellos en cuanto a tener acceso al poder político, mediático y financiero se refiere. Cada grupo, pues, va por su cuenta. De ahí que ese comportamiento les debilite enormemente. Y la mayoría de sus dirigentes, pertenecientes a clases medias de renta superior con formación universitaria (excepto el movimiento sindical), son de sensibilidad liberal, que es la ideología dominante en el establishment político-mediático del país. El progresismo como cultura es débil, ya que EEUU es un país profundamente conservador, con unas estructuras políticas muy poco representativas (que explica la gran abstención en el proceso electoral) y con muy escasa protección social, y con derechos laborales, sociales y políticos muy limitados. Nos encontramos, pues, ante un capitalismo sin guantes en el que la explotación por clase social, por género, por raza y del medio ambiente es muy marcada. Nunca ha gobernado un partido de izquierdas de tradición socialista o socialdemócrata en EEUU. Ello no implica que no haya senadores (como Bernie Sanders) o congresistas (varios) que pertenezcan también al Partido Socialista. Pero la gran mayoría no lo son. En general, el término "socialismo" casi nunca aparece en el lenguaje político del establishment del país, excepto para demonizarlo.

El otro extremo de cómo se articulan tales movimientos: el modelo socialista de Suecia

Veamos, en cambio, lo que ocurre en los países escandinavos, tomando como ejemplo Suecia, país que conozco bien por haber vivido en él y tener familia. En aquella parte del mundo, los movimientos sociales no son necesariamente muy grandes, pero los derechos laborales, sociales y políticos para la totalidad de la ciudadanía son muy extensos. Para empezar, no existe baja por maternidad, sino baja parental, de manera que de 480 días, 90 están reservados al padre, 90 a la madre, y los 300 restantes se pueden repartir de forma flexible entre ambos progenitores, un reparto que el gobierno incentiva a que sea equitativo. A su vez, las mujeres representan casi un 50% de los parlamentarios. El movimiento sindical, por otro lado, es muy fuerte (alrededor de un 65% de los trabajadores están sindicalizados), como también lo ha sido históricamente el movimiento obrero, lo que ha dado como resultado unas izquierdas poderosas que han gobernado durante la mayor parte del período posterior a la II Guerra Mundial. El movimiento obrero, tanto sindical como político (la socialdemocracia y partidos a su izquierda, como el Partido Comunista), ha sido muy fuerte y se ha comprometido con el fin de la explotación, desarrollando una lucha transversal también contra la explotación de género y de raza, con una promoción de la agenda progresista, incluyendo la conciencia de protección ambiental. Ha habido un proyecto común que ha englobado las distintas causas y luchas frente a la explotación. La sensibilidad feminista y por la protección del medio ambiente han sido, por lo tanto, parte de este proyecto común. La unidad de acción ha sido el elemento clave frente a un proyecto común contra la explotación, no solo de clase sino también de otras formas de explotación, intentando crear y expandir el socialismo. Este hecho ha sido la causa fundamental de la fortaleza y eficacia de estos movimientos. La unidad hace la fuerza, ya que se reúnen bajo un mismo proyecto emancipador todas las luchas contra la explotación.

La interacción entre la explotación de género y la de clase: un punto clave, pues la mayoría de las mujeres pertenecen a las clases populares

Así como el género es una variable fundamental para explicar la distribución de poder en un país, también lo es la clase social. Y hay que concienciarse de que, dentro del feminismo, hay clases sociales. Por lo tanto, hay tantos feminismos como clases sociales existen. Y hay que ser conscientes de que la mayoría de mujeres pertenecen a las clases populares, dentro de las cuales la clase trabajadora es central. Esta clase continúa existiendo y los instrumentos políticos de tal clase en el mundo capitalista desarrollado han sido, predominantemente, los partidos socialistas (en todas sus variantes), pero también los partidos comunistas (también en todas sus variantes). En EEUU nunca ha gobernado ninguno de ellos a causa del enorme dominio de lo que en aquel país se llama la Corporate Class (la clase de los propietarios y gestores de las grandes corporaciones empresariales). De hecho, un indicador del poder de esta clase ha sido la desaparición del discurso de clase y el rechazo hacia cualquiera que hable sobre ello, proyectándose una imagen distorsionada de la estructura social, dividida en los ricos por arriba (la clase alta), los pobres (la clase baja) por abajo y la clase media, a la que pertenecen, supuestamente, todos los demás, es decir, la mayoría. En esta definición a la clase trabajadora se la llama clase baja (un término claramente ofensivo, muy frecuente en España, donde existe un enorme clasismo, tan acentuado como el machismo, y del cual se habla mucho menos).

En EEUU, sin embargo, el movimiento feminista más grande (NOW) ha sido dirigido por mujeres de clase media-alta, con formación universitaria, de sensibilidad liberal y profundamente anti-izquierdas. En las últimas elecciones en EEUU se vio la gran agresividad de la candidata feminista, Hillary Clinton (apoyada masivamente por NOW), contra el candidato socialista Bernie Sanders, que era el único que, según las encuestas, habría vencido a Donald Trump. Y la mayoría de las mujeres de clase trabajadora que votaron lo hicieron por Trump, que canalizó el enfado de la clase trabajadora blanca. El argumento que utilizó NOW de que Hilary Clinton no ganó por ser mujer no es sostenible. Hillary Clinton, como liberal que era (desde el gobierno Obama), favoreció políticas regresivas que dañaron a la clase trabajadora (de la cual las mujeres son la mayoría). En realidad, la nueva congresista Alexandria Ocasio-Cortez, de origen de clase trabajadora, que se define sin tapujos como socialista y promueve el socialismo y un feminismo socialista, es hoy, junto con Bernie Sanders, una de las figuras más populares en EEUU.

Los datos muestran que el socialismo, como vía transversal que favorece la unidad de acción, es un proyecto que fomenta las alianzas de varios movimientos emancipadores, empoderándolos conjuntamente. La experiencia internacional así lo muestra

En un estudio reciente realizado por un grupo de investigadores de la Universitat Pompeu Fabra publicado recientemente se ha mostrado, en los dos lados del Atlántico Norte, que, a mayor fuerza de los partidos de izquierdas en un país (medida por los años en los que han gobernado desde la II Guerra Mundial), menor es la explotación de clase (medida por la distribución de las rentas y de la propiedad), menor es la explotación de género (medida por el Gender Inequality Index, que incluye varios indicadores como mortalidad maternal, tasa en embarazos adolescentes, proporción de mujeres con al menos educación secundaria, proporción de mujeres en el parlamento o participación femenina en el mercado de trabajo) y mayor es la sensibilidad medioambiental de la población (basada en encuestas de actitud popular sobre protección del medio ambiente).

Los datos son contundentes. En una escala de 0 a 10, donde 10 es la máxima orientación hacia la izquierda, vemos que los países de tradición socialista (esto es, que han sido gobernados por coaliciones de izquierdas durante la mayor parte del período posterior a 1945), y que como promedio tienen el mayor nivel de izquierdismo (8) -Suecia, Finlandia y Dinamarca-, tienen menos desigualdades de renta, menos pobreza relativa y un índice de Gini menor (26,8%), lo que va acompañado por menos desigualdades y menos explotación de las mujeres y mayor sensibilidad ambiental. Estos países van seguidos por los países de tradición conservadora y/o cristianodemócrata (con un índice 6). Así, Alemania, Austria, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Francia tenían mayores desigualdades de clase, de género y menos conciencia medioambiental que los anteriores. Por detrás de este grupo, están los países del sur de Europa (regímenes postdictatoriales) como España, Italia, Portugal y Grecia, que tienen un índice 5 de orientación de izquierdas, y que se caracterizan por una gran explotación de clase y de género, y por una escasa sensibilidad ambiental. Y, por último, los países de tradición liberal (Reino Unido, Irlanda y EEUU), donde las izquierdas han sido muy débiles (en EEUU prácticamente inexistentes) y en las que el indicador de izquierdas es solo 3; en estos países es donde hay mayores desigualdades sociales y de género, y menor sensibilidad medioambiental.

Qué hay que hacer. La unión hace la fuerza

De esta información se deduce la necesidad de relacionar las distintas formas de explotación a fin de realizar alianzas transversales en sus estrategias de liberación, como parte de un proyecto común, que es el fin del enorme poder de la clase dominante, machista e insensible a las consecuencias del deterioro medioambiental. No es por casualidad que las fuerzas más clasistas sean también las más machistas y las que están negando incluso la crisis climática. Es, pues, urgente que las izquierdas desarrollen esta sensibilidad hacia otras formas de explotación, como el machismo y la explotación ambiental. Y es también urgente que estos movimientos sociales se conciencien de la necesidad de establecer conexiones con otros movimientos de liberación, estableciendo una unidad de acción como parte de un proyecto común de liberación. El modelo solidario y colectivo del norte de Europa es mucho más eficaz y liberador que el modelo liberal y competitivo de EEUU, en que cada movimiento va por su cuenta.

Notas aclaratorias para no dar pie a malentendidos

Nada de lo dicho, por cierto, implica que yo esté promoviendo la instrumentalización de los movimientos sociales por parte de los partidos de izquierdas, situación que históricamente ha ocurrido en ciertas sensibilidades políticas conocidas por su "entrismo". Tal estrategia ha sido históricamente un gran error. Lo que sugiero es que los movimientos sociales progresistas no vayan por su cuenta, como en EEUU, sino que establezcan una unidad de acción que optimice sus resultados. En España ya se están dando pasos en esta dirección y no hay duda de que los cambios políticos que están ocurriendo, con el gobierno de coalición de izquierdas, y con la fortaleza y constancia de los movimientos sociales, la mayoría de clara sensibilidad progresista, auguran una gran oportunidad para cambiar y revertir la orientación tan reaccionaria que ha guiado las intervenciones gubernamentales a los dos lados del Atlántico Norte, y que ha dañado tanto a las clases populares, a las mujeres, a las minorías, y al medio ambiente.

 

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El 4º pilar del bienestar: liberar a las mujeres y salvar las pensiones https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/01/21/el-4o-pilar-del-bienestar-liberar-a-las-mujeres-y-salvar-las-pensiones/ Tue, 21 Jan 2020 22:23:43 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5131 Continuar leyendo "El 4º pilar del bienestar: liberar a las mujeres y salvar las pensiones"]]> Cómo incrementar el número de trabajadores y cotizantes a la Seguridad Social

Una constante en las propuestas de intervención de los gobiernos españoles anteriores para resolver lo que ellos llaman el problema de "la falta de sostenibilidad de las pensiones debido en gran parte –según ellos- al envejecimiento de la población" ha sido retrasar la edad de jubilación y recortar las pensiones. Un indicador de cambio esperanzador es que el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el Sr. José Luis Escrivá, del nuevo gobierno de coalición de izquierdas, no haya acudido a las mismas recetas neoliberales de siempre y, en su lugar, haya aconsejado que se facilite la inmigración, ya que serían necesarias 270.000 personas inmigrantes al año hasta 2050 para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, dado que más trabajadores equivalen a más contribuyentes a la Seguridad Social. Es un buen comienzo, pues además de romper con la imagen promovida por las derechas de que los inmigrantes son una carga indeseada, los presenta como lo que son, grandes recursos para el país.

Habría que subrayar que otras medidas también necesarias y urgentes serían aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social mediante el aumento de los salarios, pues un elemento sumamente negativo durante el período neoliberal ha sido  el deterioro de estos salarios, hecho que, además de crear problemas graves de falta de demanda doméstica (el motor de la economía), ha significado también un descenso de los ingresos a la Seguridad Social, pues esta variable depende no solo del número de trabajadores cotizantes, sino también del tamaño de la cotización de cada uno de ellos, lo cual está determinado en gran parte por el nivel de los salarios.

El aumento de la integración de la mujer en el mercado de trabajo

Pero hay también otra medida, más común en los países del norte de Europa (tradicionalmente gobernados por gobiernos de coalición de izquierdas) que del sur de Europa, que es facilitar la integración de la mujer en el mercado de trabajo. Precisamente una de las características de estos países nórdicos es la de tener un elevado porcentaje de mujeres trabajando (Suecia 80,2%, Noruega 76,5%, Finlandia 74,5%, Dinamarca 73,9%). En España, en cambio, como en casi el resto de países del sur de Europa, es mucho más bajo (España 61%, Italia 53,1% y Grecia 49,1%). Para hacerse una idea de lo grande que es este déficit cabe resaltar que si España tuviera un porcentaje de mujeres trabajando en el mercado de trabajo como el que tiene Suecia, habría 2,7 millones más de personas trabajando (que es casi el número de parados que hay en España), cuyas cotizaciones se transformarían en ingresos para la Seguridad Social, aportando 16.650 millones de euros adicionales que casi cubrirían su déficit actual (18.286 millones de euros).

La necesidad del 4º pilar del bienestar: ¿qué es este pilar?

Para conseguir esto, los países nórdicos han desarrollado los servicios que ayudan a las mujeres a integrarse en el mercado de trabajo, y que es lo que llamé en su momento el 4º pilar del Estado del Bienestar (término que, por cierto, ha hecho fortuna). En España tenemos un Estado del Bienestar que es como una silla de cuatro patas a la cual le falta una (ver mi artículo "El cuarto pilar del bienestar", Público, 15.10.09, para explicar cómo surgió). La primera pata es el derecho a la sanidad, la segunda el derecho a la educación y la tercera el derecho a la jubilación. Pero no tenemos la cuarta pata: el derecho de acceso a los servicios de ayuda a las familias (que incluyen, predominantemente, las escuelas de infancia más los servicios domiciliarios de dependencia).

El lector permitirá que me refiera a una situación familiar que ilustra la enorme importancia de tal pata del Estado del Bienestar. Cuando tuve que irme de España por razones políticas en el año 1962, fui a Suecia, donde tuve la gran fortuna de encontrar la persona que ha sido mi esposa desde aquel año, que es sueca. Su madre, de 89 años entonces, también sueca, se rompió el fémur un día (hace unos treinta años), algo común entre los ancianos. La misma semana, mi madre (de 94 años), que vivía en Barcelona, también se rompió el fémur. Ello me permitió comparar cómo Suecia y España trataban a la gente mayor. En Suecia, mi suegra tenía derecho –por el mero hecho de ser ciudadana sueca– a recibir cinco visitas al día de los servicios domiciliarios, gestionados por el ayuntamiento de Estocolmo. Una persona la despertaba por la mañana, la ayudaba en sus cuidados personales y le preparaba el desayuno; otra venía al mediodía, para preparar la comida y dársela; otra acudía por la tarde y la llevaba a pasear con un carrito y le hacía compañía; otra por la noche le hacía la cena; y, finalmente, otra a las dos de la madrugada venía para llevarla al cuarto de baño. Estas cinco visitas al día se producían durante el tiempo que fuera necesario. Y cuando una vez tuve el placer de cenar con el ministro de Sanidad y Asuntos Sociales (ministerio al que yo estaba asesorando), este me dijo: "Vicenç, hacemos esto por tres razones: una es que es un programa muy popular, de manera que cuando las derechas gobiernan (lo cual hacen muy de vez en cuando) -el ministro era socialista- no se atreven ni a tocarlo; segundo, es más económico tener a tu suegra en su casa que en el hospital; y tercero, creamos empleo" (uno de cada cinco adultos en Suecia trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar, es decir, en sanidad, educación, servicios sociales, escuelas de infancia -mal llamadas guarderías en España-, servicios domiciliarios, vivienda y muchos otros).

La urgente necesidad de eliminar la explotación de la mujer en España y facilitar a la vez la expansión de las pensiones

En Barcelona (España), el municipio no proveía nada semejante. Había unos servicios (con una frecuencia de una visita al día) para personas muy pobres, y a su vez había unos servicios privados (proveídos, en su mayoría, por inmigrantes latinoamericanos, pésimamente pagados), aunque las empresas exigían unos precios prohibitivos por su alto coste, con lo cual solo un sector minoritario de la población se los podía permitir. Esta observación no es una crítica al ayuntamiento de Barcelona (uno de los más progresistas en el sur de Europa), pues un ayuntamiento no puede pagar tales servicios. En Suecia los pagaban el Estado central, la región, el ayuntamiento de Estocolmo, donde vivía, y la persona asistida (parte de la pensión, en el caso de mi suegra).

¿Quién cuidaba de mi madre en España? La respuesta es fácil de adivinar: mi hermana, de mi edad, lo cual muestra que los enormes déficits del Estado del Bienestar en España los cubre la mujer, a un coste elevado, pues esta se cuida de los niños, de los jóvenes (que viven en la casa familiar hasta que tienen 29 años como promedio) y de los ancianos, y además, el 61% compagina estas labores con un trabajo. No es extraño, pues, que las mujeres tengan tres veces más enfermedades debidas al estrés que los hombres. La enorme explotación de la mujer queda reflejada en esta situación.

La necesaria revolución cultural en España

El desarrollo del 4º pilar del bienestar requiere un cambio en la actitud del hombre, que tiene que hacerse corresponsable del trabajo familiar. Ello es imprescindible para facilitar que la mujer pueda integrarse en el mercado de trabajo conciliando su proyecto profesional con su responsabilidad familiar. Y esto no está ocurriendo. Según datos del European Institute for Gender Equality de 2018, la diferencia entre el tiempo que dedica la mujer sueca a las tareas del hogar y el hombre es de 3,6 horas; mientras, en España esa diferencia es de 8,6 horas. Y es ahí donde se necesita la revolución cultural. Las autoridades deben intervenir más intensamente para cambiar los valores machistas que reproducen la enorme explotación de la mujer. Y tal cambio tiene que trabajarse ya en la infancia. Si visitan las escuelas de infancia de Suecia, verán a niñas jugando con camiones y niños jugando con muñecas. Pero tal revolución tiene que darse también en la manera de pensar de los diseñadores de las políticas públicas, que deben darse cuenta de que el futuro de las pensiones depende, en gran medida, de la liberación de la mujer (y del hombre), para que conjuntamente cambien la sociedad para eliminar la explotación de género, que está muy determinada también por la explotación de clase. Ambas, explotación de género y de clase, están muy relacionadas. Y si no se lo creen verán que los partidos políticos que más se oponen a la liberación de la mujer son los mismos partidos que sostienen el enorme poder de las élites económicas y financieras, que tienen excesiva influencia en las instituciones políticas y mediáticas del país. No es por casualidad que Vox, el partido más machista del país, sea el más neoliberal, favoreciendo los intereses de las élites económicas y financieras promotoras del neoliberalismo dominante. Y el PP y C’s le siguen a la zaga.

Qué hay que hacer: las posibilidades con el nuevo gobierno de coalición de izquierdas

Ya se dieron algunos pasos durante el gobierno Zapatero. Asesoré hace años al candidato a la Secretaría General del PSOE y a la presidencia del gobierno, el Sr. Josep Borrell, el dirigente socialista con mayor sensibilidad social, que más tarde se opondría al pacto Zapatero-Rajoy que dio lugar a la reforma del artículo 135 de la Constitución. Le propuse a Borrell –y así lo aceptó– establecer el 4º pilar del bienestar, pero su renuncia en respuesta a la enorme agresividad y manipulaciones que recibió congeló la propuesta hasta que gobernó el PSOE de nuevo, con Zapatero, el cual se centró exclusivamente en el desarrollo de los servicios domiciliarios, que tuvieron una financiación muy limitada debido a las políticas de austeridad promovidas por su equipo económico, eliminando las escuelas de infancia (olvidando que son una institución clave para el desarrollo emotivo, psicológico e intelectual del infante).

El nuevo gobierno está reavivando esta propuesta con una visión más completa. Bajo la dirección de la vicepresidencia segunda, importantes ministerios de cariz social han sido asignados a Unidas Podemos, la cual, con la ayuda y colaboración de un renovado PSOE, podría hacer progresar uno de los sectores del Estado del Bienestar menos desarrollado en España. Será necesario para ello que se movilicen los movimientos sociales –desde el movimiento feminista hasta el movimiento de pensionistas (entre otros)– para presionar en esa dirección y neutralizar las derechas carpetovetónicas, herederas del franquismo, que, por desgracia, no han cambiado; continúan siendo las derechas de siempre. Un gran viento de esperanza se abre paso hoy en España.

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El intento de golpe de Estado por vía judicial https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/01/16/el-intento-de-golpe-de-estado-por-via-judicial/ Thu, 16 Jan 2020 06:03:52 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5116 Continuar leyendo "El intento de golpe de Estado por vía judicial"]]> Cuando escribí mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país (de la Editorial Anagrama, ampliamente distribuido al ser galardonado con el Premio Anagrama de Ensayo 2002), en el que cuestionaba la visión de la Transición de la dictadura a la democracia como "modélica", recibí una avalancha de críticas hostiles por parte de varios autores, como Santos Juliá y Javier Pradera, de El País, que habían promovido desde las páginas de tal rotativo esta visión idealizada de la Transición, muy extendida en los establishments políticos y mediáticos del país. A partir de entonces, El País decidió suspender mis colaboraciones, pasando a ser persona non grata, estatus que se ha extendido a otros medios con los cuales colaboraba con cierta periodicidad. Con menos agresividad, pero igual contundencia, recibí comentarios de personas de izquierdas que desaprobaban la tesis que había sostenido en mi libro de que la Transición había sido "inmodélica". En realidad, me costó la pérdida o distanciamiento de la amistad que tenía con personas que habían tenido un rol importante en tal transición y que estaban, muy justificadamente, orgullosos de aquel proceso y de su intervención en él, lo cual lamenté, pues no era mi intención infravalorar la manera en cómo se hizo dicho proceso (en el momento en el que escribí el libro ya había indicado que no veía otra manera de hacerla), sino la manera de presentarla, idealizándola con el término "modélica", pues asumía que aquella transición había producido un sistema democrático homologable a cualquier otro existente en la Europa Occidental, lo cual era difícil de sostener, al menos para aquellas personas, como era mi caso, conocedoras de otros sistemas democráticos europeos como consecuencia de haber vivido en ellos durante mis largos años de exilio (obligatorio primero y voluntario después). Es más, un estudio detallado del nuevo sistema democrático español producto de aquella transición (como intentaba serlo mi libro) mostraba claramente que las fuerzas conservadoras, que habían dominado la dictadura, continuaban teniendo una enorme influencia (cuando no control) en los aparatos del Estado, lo cual explicaba tanto el subdesarrollo social de España como el carácter uninacional del Estado (es decir, su insensibilidad hacia su plurinacionalidad). En realidad, lo que está ocurriendo ahora en España –tanto en el ámbito social como en el territorial– es un claro ejemplo de ello. Hoy existe, por un lado, una enorme crisis social, que entre otros indicadores queda reflejada en el hecho de que la juventud en España no vivirá mejor que sus padres, y por otro lado hay otra crisis del Estado en la que las tensiones entre ese Estado y el movimiento independentista catalán han alcanzado unas dimensiones desconocidas durante el período democrático.

La olvidada dimensión social de la Constitución

Ni que decir tiene que durante la Transición se consiguieron muchos avances, en gran parte debido a la presión realizada por la gran movilización popular en contra de la dictadura. Y la famosa y tan citada Constitución (el punto de referencia más importante para sintetizar aquel período) muestra claros ejemplos de la influencia que las fuerzas progresistas tuvieron en su redactado, tales como sus capítulos dedicados a derechos laborales, sociales, civiles y políticos, así como su reconocimiento, cuando habla de la propiedad, de que esta debe estar supeditada (incluso los grandes medios de producción) al bien común, aspecto que muchos autores de izquierdas han presentado, con razón, como ejemplo de la modernidad, además de la ejemplaridad, de tal documento. Así, la Constitución incluye entre sus artículos el derecho a la educación (artículo 27), al "[trabajo con] una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo" (artículo 35), a la "asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo" (artículo 41) "a la protección de la salud" (artículo 43), a "disfrutar de una vivienda digna y adecuada" (artículo 47) o a "la suficiencia económica (...) durante la tercera edad" (artículo 50), todos ellos grandes conquistas de las fuerzas democráticas progresistas. No hay duda de ello. Como también es enormemente positivo que la Carta Magna, en la sección Economía y Hacienda (artículo 129), determine que "los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en las empresas y fomentarán, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas [y] establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción".

Esta dimensión social de la Constitución está olvidada: el cinismo de las derechas

La enorme utilización de la Constitución por parte de quienes se presentan como sus grandes defensores, las derechas españolas (Vox, PP y C’s), muestra el grado de cinismo del que son capaces, pues, debido a la enorme influencia que tienen aún hoy las derechas sobre el Estado, los únicos artículos que interpretan y defienden son los que se refieren a la visión uninacional del Estado y al derecho a la propiedad privada –también de los medios de producción– (artículo 33), que anteponen a todos los demás. La evidencia de que ello es así es abrumadora, como intenté mostrar en mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias (Anagrama, 2006). Y un reflejo de su enorme poder sobre los aparatos del Estado, y en particular sobre su sistema judicial, son los únicos artículos que parecen tener carácter vinculante. Ni que decir tiene que cualquier gobierno con vocación transformadora, como es el que acaba de ser escogido en las Cortes, tendrá que cambiar el orden de prioridades y la interpretación y aplicación de la Constitución. Su credibilidad dependerá de que ello ocurra. Y para que ello suceda será muy necesario hacer cambios sustanciales en los aparatos del Estado.

El enorme control de las fuerzas conservadoras sobre los aparatos del Estado

Las tres ramas de cualquier Estado democrático son el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. El primero refleja la voluntad soberana que reside en la ciudadanía, y que se expresa a través de los representantes escogidos de acuerdo con el sistema electoral. El segundo es el ejecutivo, responsable de aplicar y desarrollar lo que la ciudadanía ha determinado que se tiene que hacer, a través del legislativo. Y el tercero es el que garantiza que la ley (síntesis de lo que la soberanía decide) se cumpla. El análisis de cada uno de estos poderes en España muestra su sesgo profundamente conservador. Se ha documentado extensamente tal sesgo en la ley electoral, que es la que determina la composición de las Cortes Españolas, y que ha beneficiado claramente a las derechas españolas, discriminando a las izquierdas (véase mi artículo "De lo que no se habla sobre la democracia española", Público, 13.01.20). Ello queda reflejado en la prepotencia de los gobiernos de las derechas y la gran moderación de los gobiernos de las izquierdas, moderación responsable del gran retraso social de España, causa de que sea uno de los países más desiguales que hay en la UE. El gasto público social continúa siendo de los más bajos de la Europa Occidental.

Pero donde el dominio de las derechas ha sido casi completo es en el poder judicial. La gran mayoría del personal profesional es profundamente conservador (muy de derechas). Según Joaquín Urías, profesor de derecho constitucional y ex-letrado del Tribunal Constitucional, bien conocedor del sistema judicial, "la inmensa mayoría de jueces son ultraderechistas. Los moderados defienden el ala dura del PP, y el resto a Vox" ("Está empezando una fase de guerra judicial", entrevista a J. Urías, Cuarto Poder, 11.01.20). Hay múltiples indicadores de ello. El más llamativo ha sido la oposición de las instancias superiores del sistema judicial a juzgar el franquismo, y ello a pesar de que, como ha señalado Paul Preston, no hay equivalencia en Europa Occidental de unas prácticas tan represivas, duraderas e intensas en el siglo XX, sin que haya habido ninguna penalización a los muchos responsables de tanta barbarie. Y tales instancias expulsaron al único juez que intentó juzgar dichas prácticas: Baltasar Garzón. La justificación que constantemente utilizan las derechas es que no es bueno para el país reabrir las heridas, lo cual es profundamente ofensivo para las víctimas de tanta represión, pues asumen que sus heridas han sido ya cerradas.

Otro indicador de la gran derechización del sistema judicial es su sesgo a favor de los grandes intereses económicos y financieros como la banca, que ha alcanzado tales niveles que incluso ha merecido la recriminación de la justicia europea en múltiples ocasiones, como es el caso de las cláusulas suelo que protegían a la banca en detrimento del consumidor. Y todavía otro indicador de esa derechización es la sanción enormemente desproporcionada que se ha impuesto a los dirigentes independentistas, con un claro acento represivo.

Es importante aprender de los errores de la Transición

Es cierto que se han ido produciendo cambios en el ámbito legislativo y ejecutivo, cambios generados por las protestas sociales, que alcanzaron su máxima expresión con el movimiento 15-M, que denunciaba la escasa representatividad de los gobiernos, que estaban aplicando políticas públicas carentes de mandato popular. Su "no nos representan" lo decía todo. Un ejemplo de estos cambios es que tan solo seis años después de su aparición en el panorama político, Podemos y sus confluencias –En Comú Podem y Galicia En Común– junto con IU, están cogobernando hoy el país.

Es esencial, sin embargo, que se aprenda de lo que ocurrió en la Transición, cuando las izquierdas, al llevar a cabo su necesaria integración en las instituciones del Estado, abandonaron las movilizaciones sociales que habían sido, como indiqué al principio, la principal causa de que se terminara el período dictatorial. Tal movilización es necesaria para presionar a fin de que se aplique el programa de gobierno ya pactado, el cual representa una apertura a un cambio que es muy urgente y necesario, rompiendo con la imagen que los grandes medios conservadores están promocionando de que hoy las dos Españas (la conservadora y la progresista) están muy igualadas entre sí, asumiendo erróneamente que la distribución de escaños en las Cortes refleja el sentir de la ciudadanía española. Los datos muestran que la gran mayoría de las clases populares (que constituyen la mayoría de la población) de los distintos pueblos y naciones de España están deseosas de estos cambios propuestos por el programa del gobierno de coalición.

Los cambios en el poder legislativo (con la desaparición del bipartidismo) y en el ejecutivo (con el primer gobierno de coalición de izquierdas desde 1939) han puesto a las derechas a la defensiva, mostrándose agresivas y hostilmente opuestas al gobierno de coalición de izquierdas, e intentando utilizar su abusivo control del estamento judicial para hacer caer al gobierno mediante un golpe de Estado utilizando no los medios militares como en 1936, sino los judiciales. Hoy, la estrategia de las derechas es expandir la judicialización de la política a todas las principales áreas de intervención gubernamental, trasladando la judicialización de los temas territoriales también a los temas sociales. Con su agresividad intentarán, conjuntamente con las cloacas del Estado (que permanecen inalteradas) y en colaboración con el periodismo basura (que continúa visible en los grandes medios), destruir los sectores y personajes más progresistas del gobierno de coalición. Lo han estado haciendo y lo seguirán haciendo. Así es la derecha española, que es continuadora de la derecha de siempre.

 

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De lo que no se habla sobre la democracia española https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/01/13/de-lo-que-no-se-habla-sobre-la-democracia-espanola/ Mon, 13 Jan 2020 06:25:05 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5112 Continuar leyendo "De lo que no se habla sobre la democracia española"]]> Un elemento básico del principio democrático es que cada ciudadano, independientemente de su clase social, género, raza o lugar de procedencia, debería tener la misma capacidad de intervenir e influenciar, a través de su voto, en el proceso electoral. Es decir, que el valor del voto de cada ciudadano debería ser el mismo. El problema en la mayoría de sistemas democráticos en el mundo capitalista desarrollado a los dos lados del Atlántico Norte es, sin embargo, que tal principio no se aplica, violando (unos países más que otros) aquel principio. En realidad, en la mayoría de estos sistemas democráticos, el valor de cada voto depende de toda una serie de características que definen al que emite el voto. Entre ellas, está el lugar donde vive (que a su vez está condicionado en gran medida por otras variables como la clase social a la cual pertenece el votante). Es sabido, por ejemplo, que el voto de ciudadanos de grandes ciudades pesa menos que el de los de ciudades menos grandes y territorios rurales o menos poblados. El resultado de ello es que, en un gran número de países, las áreas conservadoras (que suelen situarse en zonas rurales o ciudades pequeñas) tienen mayor peso electoral que las áreas más progresistas (que, en general, se sitúan en las grandes urbes). Es más, las fórmulas que se utilizan en los sistemas electorales para estimar el número de escaños en los parlamentos que corresponde a cada formación política por el número de votos recibido está sesgado para favorecer a unos territorios (en España, provincias) más que otros. Estas y otras muchas medidas explican que la composición de los parlamentos no refleje correctamente las distintas sensibilidades políticas en el país, lo cual limita considerablemente su representatividad. Esta realidad raramente se tiene en cuenta en la interpretación de los resultados electorales por parte de los mayores medios de información.

La manipulación (consciente o inconsciente) en la presentación de los datos electorales

Ejemplos recientes de ello hay muchos. El Brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea), por ejemplo, fue presentado por todos los medios como un reflejo del deseo del pueblo británico de salir de la Unión Europea. La "abrumadora", "impresionante", "gran" (adjetivos utilizados por los medios) victoria del candidato pro-Brexit, el Sr. Boris Johnson, era un ejemplo de la hipérbole que definió aquella situación, a pesar de que los datos no lo avalaban. En realidad, la mayoría de votantes apoyó a partidos no comprometidos con el Brexit. No es cierto, por lo tanto, que el electorado británico deseara tal Brexit. Los datos están ahí y son fácilmente accesibles.

Otro ejemplo, también en el Reino Unido: la derrota del Partido Laborista en aquel país se presentó (en la gran mayoría de medios) como resultado del rechazo de la población a la supuesta radicalidad de su programa, y algunos medios de información conservadores incluso sugirieron que dicho partido se moderara, recuperando la línea política del Sr. Tony Blair, que había ganado nada menos que tres elecciones consecutivas en etapas anteriores, consecuencia de su supuesta gran popularidad, así como de la popularidad de sus políticas públicas. Sin embargo, y de nuevo, los datos no apoyaban tales observaciones, ampliamente promovidas en los medios. Todo lo contrario. Ya he señalado en otro artículo reciente ("Por qué la clase trabajadora votó al partido del Brexit", Público, 16.12.19) que las encuestas no mostraban un rechazo hacia tales propuestas, lideradas por el Sr. Corbyn, líder del Partido Laborista. Al contrario, mostraban un gran apoyo popular a cada una de ellas, a pesar de ser supuestamente radicales. Y en cuanto a la pretendida popularidad del Sr. Blair, los datos del número y el porcentaje de votos que tal dirigente recibió fue descendiendo muy marcadamente ya desde su primera legislatura. El apoyo electoral al Partido Laborista, gobernado por el Sr. Blair, bajó espectacularmente durante su mandato, pasando de ser el 33% del electorado en 1997 a un 25% en 2001 y a un 22% en 2005. El hecho de que ganara consecutivamente tres elecciones se debió exclusivamente al colapso del Partido Conservador, debido a luchas internas que tenían que ver, primordialmente, con sus divisiones acerca de la postura de tal partido hacia la UE. De nuevo, los datos (ignorados en la gran mayoría de medios) hablan por sí mismos.

Otro ejemplo de la falta de representatividad es el sistema electoral de los EEUU, el menos proporcional de todos los sistemas electorales a los dos lados del Atlántico Norte y el que provoca también, por cierto, una mayor abstención electoral. Nada menos que el 44,6% (predominantemente población perteneciente a la clase trabajadora) del electorado se abstuvo en las elecciones presidenciales del año 2016, que ganó el candidato Donald Trump. Dicha victoria la obtuvo a pesar de conseguir 2,9 millones de votos menos que la candidata demócrata, la Sra. Hillary Clinton, que fue la que aun así perdió las elecciones.

La escasa representatividad del Parlamento Español

Esta escasa representatividad tiene lugar también en el sistema democrático español. La distribución de escaños en las Cortes Españolas no muestra la verdadera distribución de sensibilidades políticas existente en la ciudadanía española, pues no refleja la voluntad de la mayoría de la población, ni siquiera de la ciudadanía votante. Sé que esta observación puede ser leída como una exageración, o una provocación, o cualquier epíteto que el establishment político y mediático del país escoja para desmerecer la opinión de las voces críticas que apoyan sus observaciones con datos, tal como he hecho en mis escritos. Si miran los datos del informe que preparé con mis colegas Marta Tur y Maria Freixanet y que fue publicado en 2008 (aquí y aquí), verán que en la mayoría de las elecciones a las Cortes durante el periodo 1977-2008 los votos a los partidos de izquierda sumaban sustantivamente más que los votos a las derechas. La diferencia de votos entre las izquierdas y las derechas (incluyendo partidos que no obtuvieron representación parlamentaria, que eran más en las izquierdas que en las derechas) a favor de las primeras fue de 2.677.061 en las elecciones legislativas de 1982, de 1.460.497 en las de 1986, de 2.174.278 en las de 1989, de 2.014.027 en las de 1993, de 1.250.822 en las de 1996, de 2.152.514 en las de 2004 y de 1.486.896 en las de 2008. Esta situación se ha seguido dando en la mayoría de elecciones a las Cortes, en las que los votos a las izquierdas han sido mayores que los votos a las derechas, siendo la diferencia en abril de 2019 de 1,5 millones de votos, y de casi 1 millón en las elecciones de noviembre del mismo año. La interpretación de los resultados de tales elecciones (a partir de los cuales el candidato de izquierdas, el Sr. Pedro Sánchez, obtuvo la presidencia por solo 2 escaños de diferencia en las Cortes Españolas), fue, de nuevo, incorrecta, ya que se presentaron como indicador de que la ciudadanía española estaba dividida en dos mitades iguales, lo cual no era cierto. Los datos no permitían llegar a tal conclusión.

Lo mismo (o todavía peor) ha ocurrido en Catalunya, donde las derechas han gobernado la mayor parte del período democrático

Una situación semejante ha ocurrido en Catalunya, donde en las últimas elecciones legislativas del pasado noviembre, por ejemplo, las izquierdas consiguieron 1.282.242 votos más que las derechas. Y algo parecido ocurre en las elecciones al Parlament de Catalunya, regidas por un sistema electoral idéntico al español, que ha permitido a las derechas gobernar en Catalunya la mayor parte del período democrático a pesar de que la mayoría de la población catalana (según muestran las encuestas) se define de centroizquierda o izquierdas.

En ambos casos (en España y en Catalunya) los diseñadores de la ley electoral han conseguido lo que pretendían. En realidad, fueron las Cortes Franquistas (la máxima autoridad parlamentaria del movimiento franquista durante la dictadura) las que diseñaron los principios legales que debían regir la España democrática, cuya aprobación se había puesto como condición para su disolución. Y aunque la normativa electoral fue modificada al inicio del período democrático, no lo fue suficiente para corregir su enorme sesgo anti-izquierdas. Las fuerzas más perjudicadas fueron el Partido Comunista de España, así como más tarde IU, tal como deseaban sus autores. Así lo reconoció el Sr. Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, asesor de los expresidentes Suárez y Calvo-Sotelo: un objetivo clave era debilitar a las izquierdas y, muy en especial, al Partido Comunista, el cual había liderado la lucha en contra de la dictadura y constituía la fuerza política más temida por el establishment conservador. Y, como he indicado antes, la derecha catalana –el pujolismo– también se benefició de dicha ley, en su caso en el ámbito catalán, motivo por el que nunca aprovechó las oportunidades que tuvo para cambiar la normativa electoral.

Los resultados electorales y el número de escaños que estos determinan no reflejan apropiadamente el abanico de opiniones políticas existente en el país

Otra deficiencia del sistema electoral es que, en los sistemas llamados representativos, el votante vota a partidos, sin tener la posibilidad de votar separadamente por cada una de las propuestas de tal partido. El voto es "totalista", es decir, se asume que el votante apoya todas las medidas que ha sugerido el partido votado, lo cual no es cierto. Sabemos, por ejemplo, que en EEUU la mayoría de los votantes del presidente Reagan no estaban de acuerdo con sus propuestas en las áreas sociales (pensiones, sanidad, educación, salarios, etc). Pero, a pesar de ello, lo votaron por la elevada inflación, que consideraban que solo él sería capaz de contener.

Una situación idéntica ocurre en España. Sabemos que muchas de las propuestas progresistas que han hecho PSOE-UP cuentan también con el apoyo de grandes sectores de votantes de la derecha. Ello tiende a ocurrir en áreas sociales, donde las propuestas progresistas (como aumentar los impuestos a las clases pudientes, o la universalización de derechos sociales, laborales y políticos) gozan de un amplio apoyo entre las clases populares, que son la mayoría de la población. Sin ir más lejos, y según el barómetro Opinión pública y política fiscal del CIS de 2019, el 72% de los votantes del PNV estarían de acuerdo con que se mejoraran los servicios públicos aunque hubiera que pagar más impuestos. Lo mismo sucede con casi el 42% de los votantes del PP, el 41% de los votantes de C’s y el 40% de los votantes de Vox. De ahí que aquellos partidos que, cuando gobiernan, priorizan la promoción y expansión de tales derechos tienen mayor acogida que los que no lo hacen.

Los datos presentados en este artículo muestran que sería un gran error que el gobierno actual interpretara los resultados de las elecciones en las Cortes como una casi igualdad de fuerzas entre la España conservadora (muy de derechas) y la España progresista. La primera es mucho más reducida que la segunda, no solo en cuanto a votos, sino también en cuanto al hecho de que una mayoría de la población apoya las políticas públicas progresistas. De ahí que la "moderación" que de nuevo promueven los establishments político-mediáticos del país no se justifique a la luz de los datos disponibles. La evidencia muestra que hoy hay un gran apoyo mayoritario para llevar a cabo la gran mayoría de propuestas hechas por el nuevo gobierno de coalición PSOE-UP.

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El poder de los superricos: cómo actuarán a partir de hoy https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/01/06/el-poder-de-los-superricos-como-actuaran-a-partir-de-hoy/ Mon, 06 Jan 2020 22:10:22 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5101 Continuar leyendo "El poder de los superricos: cómo actuarán a partir de hoy"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Paul Krugman, Premio Nobel de Economía del año 2008, y articulista del New York Times, publicó recientemente un artículo "Big Money and America’s Lost Decade" (28-29, 12, 19) en el que indicaba cómo la gente muy rica de EEUU (que son una minoría de la población) influye desmesuradamente a los partidos políticos de tal país, configurando en gran medida su cultura política, promoviendo una ideología que favorece a sus intereses, presentando una enorme agresividad hacia aquellas fuerzas políticas que propongan reducir tales intereses. Mostraba, por ejemplo, su hostilidad hacia candidatos progresistas como Bernie Sanders y Elisabeth Warren, movilizando todos los recursos políticos y mediáticos a su alcance para debilitar y eliminar lo que ellos (la mayoría de los superricos son hombres) consideraban una amenaza. Lo que añadía gran interés a este artículo de Paul Krugman es que las tesis y observaciones que hacía para EEUU son aplicables casi en su totalidad a la situación existente en España.

Una manera que, según este autor, tienen los superricos de influenciar a los políticos y a sus partidos es contribuyendo legal (o ilegalmente) a su sostenibilidad económica, dándoles o prestándoles dinero (como hacen los bancos) en términos muy favorables. Aunque esta práctica alcanza niveles extremos en EEUU, donde la financiación de las elecciones es predominantemente privada, también ocurre en España, siendo en general más frecuente entre los partidos de derechas (ya que los ricos creen que defienden mejor sus intereses) que no entre partidos de izquierdas, siendo esta práctica incluso más común en las comunidades autónomas en las que las derechas han gobernado más tiempo durante el período democrático, como han sido la Comunidad de Madrid, la de Galicia y la de Catalunya.

La creación de la sabiduría convencional

Otra manera en que, según Paul Krugman, los ricos y superricos influencian a los partidos políticos es mediante la financiación de think-tanks, de grupos de investigación (sobre todo dedicados a temas económicos) y revistas "científicas", y otras instituciones que reciben donaciones de superricos y de sus instituciones, que declaran como filantrópicas y, con ello, reciben ventajas fiscales, con subvenciones del erario público. Ni que decir que todas ellas tienen como una función muy importante el crear un clima político, intelectual y cultural afín a sus intereses y que se presente y se perciba como "la sabiduría convencional del país" (es decir, lo que es respetable y lo que no lo es en el lenguaje y argumentario político hegemónico).

La elaboración de esta sabiduría convencional se distribuye por los medios de información (que son también medios de persuasión), en los que los superricos tienen también una enorme influencia, bien porque son sus propietarios o bien a través de su financiación, directa o indirectamente, mediante anuncios y otras relaciones comerciales que pueden alcanzar dimensiones de gran importancia para la supervivencia de éstos. Esta situación, por cierto, es incluso más acentuada en España, donde el abanico ideológico de los medios es sumamente limitado siendo, en su gran mayoría, medios de centro-derecha y de derecha, con algunos claramente de ultraderecha. No existe ningún gran medio radiofónico o televisivo en España que se pueda considerar de izquierdas. En cuestiones económicas, el dominio de los articulistas que, consciente o inconscientemente, reproducen la ideología de los superricos -el neoliberalismo- es muy grande, casi absoluta.

La enorme complicidad entre poder económico y poder político

Otro elemento que demuestra la gran influencia de los superricos, añade Paul Krugman, es la existencia de puertas giratorias entre las instituciones políticas y las grandes empresas económicas, financieras o de servicios del país. Es parte de la normalidad que los políticos, al dejar su puesto de responsabilidad, pasen a trabajar en grandes empresas, una situación muy común en la vida política de España. Esto es especialmente frecuente en las grandes empresas del sector energético, una de las causas de que sea uno de los sectores más monopolizados del país (que explica que tenemos en general un problema grave de carestía de la energía de este país). Por ejemplo, los expresidentes Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González acabaron en los consejos de administración de Naturgy, y José María Aznar en el de Endesa. Y junto a ellos, numerosos ministros y altos cargos de los principales partidos políticos del país. Del PSOE, Elena Salgado (Endesa), Rafael Escuredo (Abengoa), José Domínguez (Abengoa), Cristina Garmendia (Naturgy), Guzmán Solana Gómez (Naturgy), Víctor Pérez Pita (Naturgy), Narcís Serra (Naturgy), Javier Solana (Acciona), Manuel Marín (Iberdrola), Manuel Amigo (Iberdrola), Braulio Medel (Iberdrola), Felipe Romera (Iberdrola), Juan Pedro Hernández Moltó (Iberdrola) y Pedro Solbes (ENEL). Del PP, Luís de Guindos (Endesa), Manel Pizarro (Endesa), Pío Cabanillas Alonso (Endesa), Rodolfo Martín Villa (Endesa), Manuel Vicente-Tutor (Abengoa), Ricardo Martínez Rico (Abengoa), José Luís Olivas Martín (Enagás), Ana Palacio (Enagás), Carlos Espinosa de los Monteros (Acciona), Ángel Acebes (Iberdrola), Fernando Becker (Iberdrola), Ramón de Miguel (Iberdrola), José Luís Olivas (Iberdrola), Santiago Martínez Garrido (Iberdrola) y Ana Palacio (HC Energía). A este largo listado deben añadirse algunos consejeros, diputados y altos cargos autonómicos, como Miquel Roca (Endesa) y David Madi Cendrós (Endesa), de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), y Joseba Adoni Aurrekoetxea (Enagás) y Juan María Atutxa (Iberdrola) del PNV.

Es lógico que los políticos sean conscientes de que algún día dejarán de tener responsabilidades políticas y que algunos sean sensibles a sus futuras posibilidades de trabajar en el mundo de las grandes empresas. Pero también ocurre al revés. Muchos cargos políticos proceden del mundo de las grandes empresas. Algunos de ellos son Elena Salgado (PSOE), que formó parte del Consejo de Administración de Abertis Telecom; Luís de Guindos (PP), ex-miembro del Consejo Asesor del banco de inversión Lehman Brothers y del Consejo de Administración del banco Mare Nostrum, y ex-responsable de la división financiera de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC); o Román Escolano (PP), exdirector de relaciones institucionales del BBVA.

Las consecuencias de que una minoría – los superricos - tengan tanta influencia política y mediática: el empobrecimiento de la democracia

La evidencia de este enorme dominio de los superricos en la vida política es abrumadora. De ahí que el neoliberalismo sea la ideología dominante en los círculos del poder. Las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos han sido enormemente beneficiosas para las clases pudientes. No solo el número de superricos ha aumentado, sino que también lo ha hecho el nivel de su riqueza y de sus rentas, y ello conseguido a costa de que el nivel de rentas de las clases populares (clase trabajadora y clases medias de rentas medias y bajas) haya descendido de una manera muy marcada, siendo su nivel de vida mucho más bajo que al inicio de la imposición de aquellas políticas neoliberales. Este descenso ha afectado con especial intensidad a los jóvenes, los cuales, tanto en EEUU como en España, no vivirán mejor que sus padres, tal y como había ocurrido antes del período neoliberal. Como consecuencia, las desigualdades se han disparado, alcanzando niveles extremos. La aplicación de las políticas neoliberales en ambos lados del Atlántico Norte (como las reformas laborales, que favorecían a los empresarios a costa de debilitar a sus trabajadores y empleados, reduciendo sus derechos laborales; así como las políticas de austeridad, que han reducido también considerablemente sus derechos sociales) han sido resultado de la gran derechización de los partidos políticos gobernantes, derechización que se tradujo no solo en la vida política sino también en la cultural y social del país. En realidad, nunca durante el período democrático la sabiduría convencional del país había sido tan de derechas (rozando incluso la ultraderecha) como ahora.

La protesta y el rechazo de tal situación: la nueva esperanza que se abre

A lo largo de la historia de este país, se puede observar que la explotación siempre produce una respuesta y un rechazo. La última gran ofensiva neoliberal en España se topó con el 15 M, un movimiento político-social que denunció la imposición de tales políticas, acusando a las autoridades gubernamentales de falta de legitimidad y representatividad, pues estaban imponiendo políticas públicas neoliberales sin que tuvieran mandato popular para ello, ya que no estaban en sus ofertas electorales. En España, su "no nos representan" lo decía todo. Fue una reivindicación que exigía democracia, y que desde el inicio provocó gran temor a los superricos y a sus servidores políticos y mediáticos. La fuerza de este movimiento explica que, en solo cinco años, el movimiento social que se transformó en un partido político, Podemos y sus confluencias (En Comú Podem y En Marea), junto a una renovada IU, estableciera una alianza (Unidas Podemos) que hoy es más que probable que gobierne en coalición con un renovado PSOE. La oferta programática de tal coalición incluye propuestas de recuperación y expansión de los derechos políticos, civiles, laborales y sociales que se habían eliminado o reducido, junto con otras medidas progresistas de gran calado que podrían significar, de aplicarse, un cambio notable en el bienestar de las clases populares (que son la mayoría de la población), revirtiendo el descenso de su calidad de vida, lo cual necesariamente requeriría reducir y eliminar la excesiva y antidemocrática influencia política que los superricos tienen hoy en el país.

Ni que decir tiene que, tal y como Paul Krugman señala que está ocurriendo en EEUU, los superricos movilizarán su enorme y antidemocrático poder para, a través de todos los muchos medios de que disponen, sabotear tales propuestas. Se iniciará así una campaña, que se caracterizará por su mezquindad, falsedad y juego sucio (que han caracterizado su comportamiento) a fin de impedir los cambios necesarios y urgentes que el país necesita. En realidad, ya ha estado ocurriendo durante estos meses, durante el proceso electoral. Y sin lugar a dudas, las banderas de siempre se utilizarán por ambos lados para defender sus intereses de clase. Los mismos superricos que han hecho tanto daño al bienestar de la población se presentarán ahora, como siempre han hecho, como los defensores de la patria. No hay que olvidar que el anterior gobierno de coalición de fuerzas progresistas al que hoy se establece, fue interrumpido en 1936 por un golpe militar, estableciéndose un régimen enormemente reaccionario y represivo que condenó al país a un enorme subdesarrollo.

El contexto ha cambiado y es poco probable que algo semejante ocurra. Pero las derechas de hoy son las herederas de las de ayer, y su escasísima vocación democrática está bien documentada. No obstante, como asegura Krugman en EEUU, el cambio es posible, pues existe la esperanza de cambio por vía democrática (y ello a pesar de las enormes insuficiencias democráticas) bajo el empuje y presión de las movilizaciones ciudadanas (pensionistas, mareas, protestas y huelgas laborales, movimiento feminista, y muchos otros), que cuando se mueven pueden ganar, tal y como ha ocurrido en este momento histórico del país.

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La hostilidad de las derechas (Pilar Rahola and Co.) hacia las reformas tributarias https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/12/30/la-hostilidad-de-las-derechas-pilar-rahola-and-co-hacia-las-reformas-tributarias/ Mon, 30 Dec 2019 06:30:39 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5092 Continuar leyendo "La hostilidad de las derechas (Pilar Rahola and Co.) hacia las reformas tributarias"]]> Toda la evidencia existente muestra que la transición de la dictadura a la democracia en España no fue "modélica" (como los establishments político-mediáticos del país así la definen), pues dejó a las fuerzas conservadoras en posiciones de gran poder sobre las instituciones y aparatos del Estado responsables del gran subdesarrollo social del país, tal y como documenté en mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias (Anagrama, 2006). Ni que decir tiene que también ha habido grandes avances, pero estos avances no han corregido los enormes déficits que todavía existen después de más de cuarenta años de democracia. Aún hoy el gasto público social (que incluye los servicios del Estado del Bienestar como la sanidad, la educación, los servicios sociales, la vivienda pública, las escuelas de infancia y los servicios domiciliarios, entre otros, así como las transferencias públicas como las pensiones) por habitante o como porcentaje del PIB están entre los más bajos de la Europa Occidental. Y ello se debe a la pobreza de recursos del Estado como resultado de los bajos impuestos que este recibe, consecuencia de unas políticas fiscales regresivas responsables de que este país se gaste en su Estado del Bienestar mucho menos de lo que le correspondería por el nivel de desarrollo económico que tiene. Concretamente, ya antes de la crisis (conocida como la Gran Recesión) nos gastábamos 60.000 millones de euros menos de lo que deberíamos habernos gastado por la riqueza que teníamos.

La gran regresividad del sistema fiscal

La evidencia acumulada muestra que la causa de que el gasto público –incluyendo el social– sea tan bajo se debe a que los ingresos del Estado son también muy bajos. En realidad, estos ingresos son de los más bajos de la Europa Occidental. En España, tales ingresos representan el 39,2% del PIB, mucho menos que los ingresos en el conjunto de la UE-15 (el grupo de países dentro de la UE con un nivel semejante de riqueza al español), que son del 45,6% del PIB, y mucho menos que en Suecia (país en el que las izquierdas han gobernado durante más tiempo desde la 2ª Guerra Mundial), donde representan el 50,6% del PIB. España, por cierto, es el Estado donde han gobernado durante más tiempo las derechas desde la finalización de aquel conflicto.

Y una de las causas de esta pobreza es el comportamiento diferencial de las políticas recaudadoras del Estado, que favorecen a las rentas derivadas de la propiedad y del capital (bienes y servicios que generan renta, como pueden ser acciones, tierras u otras propiedades) a costa de las rentas derivadas del trabajo. Y dentro de estas últimas, las personas con mayor renta tienen más deducciones que las personas con menor renta. Es un sistema altamente regresivo (de los más regresivos en la Europa Occidental), lo cual contribuye a que España sea uno de los países con mayores desigualdades en este grupo de países.

Otra causa de este crecimiento de las desigualdades han sido las políticas neoliberales (como las reformas laborales que han debilitado a los sindicatos y las políticas de austeridad que han debilitado todavía más al infrafinanciado Estado del Bienestar) promovidas por los partidos gobernantes. Y junto con las desigualdades, otro problema grave es la falta de movilidad social, lo cual explica que la mejor variable para predecir la clase social de una persona sea la clase social en la que nace. Es cierto que hasta hace poco los hijos vivían mejor que sus padres (aunque esto ha dejado de ser así), pero era siempre dentro de la misma clase social. El ascensor social prácticamente ya no existe en España (incluyendo Catalunya).

El grito en el cielo de las derechas catalanas (tanto independentistas como españolistas) frente a las reformas tributarias progresivas de las izquierdas

En Catalunya se acaba de acordar una reforma fiscal entre En Comú Podem, por un lado, y el vicepresidente del gobierno de la Generalitat de Catalunya, perteneciente a ERC, por el otro, que intenta cambiar esta situación, reduciendo parte de la regresividad fiscal mediante (entre otras muchas medidas) un incremento del impuesto de la renta y del de sucesiones. Y como era predecible, la respuesta de las derechas ha sido estridente, mostrando una clara hostilidad hacia ella. Son ejemplos de ello la articulista Pilar Rahola y el economista ultraneoliberal Xavier Sala i Martín, ambos muy visibles en los medios públicos de la Generalitat de Catalunya (centrados en TV3 y Catalunya Ràdio), que les ofrecen grandes cajas de resonancia para su ideología neoliberal.

Pilar Rahola es la versión catalana de Eduardo Inda, que constantemente utiliza los amplios fórums a los que tiene acceso para insultar, con gran agresividad, grosería y mala educación (interrumpiendo constantemente al adversario al que ataca), a aquellas personas o políticas públicas que no comulgan con su dogma. Aduladora en su día del partido de ultraderecha italiano Liga Norte, hoy es una independentista perteneciente a la derecha neoliberal liderada por el Sr. Artur Mas, el presidente de la Generalitat que recortó más el gasto público social del gobierno catalán y aprobó en las Cortes Españolas la gran mayoría de políticas neoliberales propuestas por las derechas españolas. Reproduciendo el credo neoliberal de las derechas catalanistas (hoy independentistas), hizo unas declaraciones señalando que "Catalunya [es] uno de los territorios más impositivos del mundo", siendo particularmente hostil contra el incremento del impuesto de la renda de las personas que ingresan más de 90.000 euros al año y del impuesto de sucesiones, unas reformas que ha descrito como fruto de una "letanía populista profusamente abusada" basada en el supuesto de "que pague más el que más gane". Sin ir más lejos, según la Sra. Rahola este aumento de la carga fiscal "es un disparate que lesiona la competitividad económica" ya que afecta a los "profesionales con buenos sueldos" que "ya pagan barbaridades en fiscalidad".

Como ya es habitual, tales observaciones que acompañan a sus hipérboles y estridencias son falsas. Los impuestos sobre las clases adineradas (y 90.000 euros anuales están muy por encima de lo que gana el promedio de los catalanes, que son unos 25.000 euros) no son de los más elevados, sino de los más bajos del mundo capitalista desarrollado situado en la Europa Occidental. Está claro que tal personaje se mueve en círculos muy alejados de la mayoría de los catalanes. Por otro lado, Catalunya, junto con España, es uno de los países con mayores desigualdades por clase social, no solo en Europa, sino también en el mundo capitalista desarrollado. Y contribuye a ello la escasa capacidad redistributiva del Estado (tanto central como, en el caso de Catalunya, la Generalitat), resultado de la enorme influencia conservadora en tales instancias de gobierno. La regresividad del sistema tributario es muy acentuada, como así percibe la mayoría de la población, pues nada menos que el 86% no cree que "los que pagan más impuestos son los que tienen más dinero", también uno de los porcentajes más elevado del mundo capitalista desarrollado. Un porcentaje similar cree que los gobiernos se gastan poco en los servicios públicos y transferencias del Estado del Bienestar citados en un párrafo anterior.

La falta de progresividad fiscal y los déficits de financiación de aquellos servicios y transferencias contribuyen a la poca popularidad de la clase política (un 42% de la población no tienen confianza en los partidos políticos) y también, por cierto, del estamento judicial del país (incluyendo en Catalunya). El 54% no tiene confianza en el sistema judicial (lo que contrasta con el 16% en Suecia, uno de los países menos desiguales).

En cuanto a la imposición sobre las rentas medias y superiores (es decir, aquellos que ganan el 167% del salario medio del país), el tipo impositivo que se les aplica (y que resulta de sumar el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social a cargo del empleado, descontando las ayudas monetarias en efectivo) es, según datos de la OCDE citados en el diario Cinco Días, de un 33,8% de media en la UE-23, de un 47,9% en Bélgica, de un 43,8% en Alemania, de un 41,5% en Dinamarca, y de un 27% en España (incluyendo Catalunya). Al mismo tiempo, para el salario medio el tipo impositivo promedio en la UE-23 es del 28,4%, y de un 21,3% en España. En realidad, una de las consecuencias del dominio de las derechas en Catalunya es que se trata del territorio que tiene unos de los impuestos más bajos de la UE y de España entre las clases pudientes. Hay que subrayar de nuevo que la derecha que ha gobernado durante la mayor parte del periodo democrático la Generalitat de Catalunya (y a la que la Sra. Rahola ha apoyado) ha aprobado gran parte de las políticas fiscales beneficiosas para las rentas del capital y las rentas superiores impulsadas por las derechas en las Cortes españolas.

Y en relación con el impuesto de sucesiones, la fiscalidad de las herencias (algo necesario para reducir la enorme distancia entre las oportunidades de los ciudadanos según su origen social) catalanas dista mucho de ser de las más altas de Europa. Tal impuesto representa el 0,2% del PIB en España, muy lejos del 0,7% de Bélgica o del 0,5% de Francia.

En cuanto al segundo personaje, el Sr. Xavier Sala i Martín, es el economista más neoliberal del país, promovido por los establishments económicos y financieros españoles y catalanes. Es partidario de privatizar masivamente el escasamente financiado Estado del Bienestar, incluyendo las pensiones; en este sentido, aplaudió la privatización de las pensiones impuesta a la población chilena por el dictador Augusto Pinochet. Y es el gurú económico con mayor visibilidad de los medios de información públicos de Catalunya (TV3 y Catalunya Ràdio), desde donde sermonea sobre los grandes beneficios del neoliberalismo, insultando a los que no piensan como él, siendo el economista de referencia de los independentistas de derechas. Su sueño es aplicar sus políticas de austeridad cuando sea ministro de Economía de la Catalunya independiente dirigida por los postconvergentes.

Es más que sorprendente que en un reciente artículo publicado por Pilar Rahola ("Herejía", La Vanguardia, 27.12.19), esta se considere víctima de los "dogmáticos izquierdosos" que según ella dominan la cultura mediática del país, poniendo en la misma categoría de víctimas a Sala i Martín, cuando en realidad ambos son los típicos portavoces del establishment político y económico del país que ha estado marginando a las voces críticas con este establishment. Y para colmo, la derecha independentista catalana critica a ERC porque está haciendo una reforma tributaria conjuntamente con En Comú Podem, abandonando a la derecha catalana de siempre (el pujolismo), que es la principal responsable del enorme subdesarrollo social de Catalunya.

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El enorme daño causado por los economistas neoliberales https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/12/27/el-enorme-dano-causado-por-los-economistas-neoliberales/ Fri, 27 Dec 2019 06:55:16 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5085 Continuar leyendo "El enorme daño causado por los economistas neoliberales"]]> El Premio Nobel y profesor de la Universidad de Columbia, Joseph Stiglitz, en una conferencia en Pekín, en marzo pasado. AFP/THOMAS PETER
El Premio Nobel y profesor de la Universidad de Columbia, Joseph Stiglitz, en una conferencia en Pekín, en marzo pasado. AFP/THOMAS PETER

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Joseph Stiglitz (premio Nobel de Economía en el año 2001), escribió un artículo publicado en la revista Social Europe, The end of neoliberalism and the rebirth of history (26.11.19), en el que señalaba las consecuencias negativas de la aplicación de las políticas neoliberales (que incluían reformas laborales encaminadas a debilitar a los sindicatos y facilitar el despido de los trabajadores, así como políticas de austeridad con el intento de disminuir la protección social mediante recortes del gasto público social) en la calidad democrática de los países a los dos lados del Atlántico Norte (incluyendo España), así como en el bienestar de las clases populares de los países donde tales políticas se han estado aplicando. La evidencia de que ello ha sido así es clara y contundente.

El objetivo del artículo de Stiglitz era denunciar a los economistas que han promovido tal ideología política (el neoliberalismo), los cuales han alcanzado un dominio casi completo en fórums donde se reproduce la sabiduría convencional de los establishments políticos y mediáticos. Tal dominio ha sido promovido por las élites financieras y empresariales, así como por los sectores más pudientes de la población, que han ejercido (y continúan ejerciendo) una enorme influencia sobre tales establishments y que eran, y son, los que se benefician más de la aplicación de tales políticas, beneficios que están basados, según Stiglitz, en una enorme explotación de las clases populares, cuya calidad de vida ha empeorado considerablemente como resultado de la aplicación de esas políticas. Una de las consecuencias de esta realidad ha sido el enorme crecimiento de las desigualdades en la mayoría de estos países en los que tales políticas se han aplicado.

El principio básico del dogma neoliberal, según Stiglitz

Detrás de un lenguaje aparentemente científico, los economistas neoliberales han estado promoviendo un principio muy sencillo y que raramente aparece explícito en su argumentario. Tal principio es que "la eficiencia del sistema económico requiere incrementar la riqueza de los de arriba (las élites financieras y empresariales, así como las profesionales a su servicio), a fin de que tal riqueza vaya extendiéndose a los de abajo, que son todos los demás". Este principio ha estado vigente siempre en las "ciencias" económicas dominantes, habiendo alcanzado niveles extremos durante la Gran Recesión. Según dicho dogma (y no hay otra manera de definirlo), lo que beneficia a los propietarios y gestores del capital financiero, así como de las grandes empresas del país (que son una minoría de la población), beneficia automáticamente a la mayoría de la población.

El problema con tal ideología es que los datos no muestran esta realidad, pues las rentas de los primeros han ido creciendo muy significativamente durante todos estos años de neoliberalismo imperante, mientras que las de los segundos ha ido descendiendo. En todos estos países del capitalismo desarrollado, las rentas derivadas del trabajo han ido disminuyendo como porcentaje de todas las rentas, mientras que las rentas derivadas de la propiedad del capital han ido aumentando. Y dentro de la masa salarial, ha habido también una enorme polarización de los salarios, con una minoría que se ha visto muy beneficiada a costa de una mayoría que se ha visto muy perjudicada.

La abusiva promoción del neoliberalismo por parte de los establishments políticos y mediáticos

En este escenario, Stiglitz señala que tales economistas neoliberales eran los que aparecían (y añadiría yo que en España continúan apareciendo) en los mayores medios de información, monopolizando el área de lo que se presenta como "ciencias" económicas, marginando, impidiendo y silenciando las voces críticas que no comulgaban con las falacias que sostenían sus argumentos y propuestas. Los primeros eran los ortodoxos del dogma neoliberal, que marginaban a los heterodoxos, definidos como "ideólogos" o "demagogos".

Ahora bien, el fracaso del neoliberalismo es tan patente, claro y contundente que por fin se ha visto que "el rey estaba desnudo" y hoy, según Stiglitz, estamos viendo el fin del dogma neoliberal, que se había iniciado en los años ochenta del siglo pasado con la revolución neoliberal empezada por el presidente Ronald Reagan en EEUU y por la Sra. Margaret Thatcher en el Reino Unido, y que fue asimilada más tarde por lo que se definía como la Tercera Vía en EEUU (Clinton) y en la Unión Europea (Blair, Schröder y Zapatero). Esta revolución causó, en última instancia, la Gran Recesión, la cual acentuó todavía más los efectos negativos de tales políticas. Dicho fracaso es también la causa de la enorme crisis de legitimidad política que viven las democracias liberales en EEUU y en Europa. Esta conclusión de Stiglitz es, según mi parecer,  excesivamente optimista, pues si bien es cierto que tales políticas neoliberales están desacreditadas extensamente en gran parte de los círculos académicos y en algunas agencias internacionales, no lo está tanto en las esferas políticas y mediáticas de muchos países, siendo España uno de ellos.

El gran fracaso del neoliberalismo en España

Todo lo que Stiglitz define, critica y denuncia puede aplicarse totalmente a España. Este es uno de los países donde tales políticas se han aplicado más clara y contundentemente. Como consecuencia de ello, España está, en cuanto a indicadores de calidad de vida de las clases populares se refiere, a la cola de los países capitalistas desarrollados. Un indicador tras otro muestran que, en temas de bienestar, estamos a la cola de los países a los dos lados del Atlántico Norte. Los elevados porcentajes de precariedad en el mercado de trabajo, la elevada tasa de desempleo, el bajo nivel de los salarios, la elevada desigualdad en la distribución de la propiedad y de las rentas, el bajo gasto público social, la escasa protección social, etc., muestran que estamos entre los peores países. Miren los datos y lo verán (ver mi libro Ataque a la democracia y al Bienestar, Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Echen un vistazo a los gurús económicos que aparecen en los grandes medios (radiofónicos y televisivos) y verán que la única diferencia entre ellos es que unos proponen la versión dura del neoliberalismo y los otros su versión blanda, presentando inexactitudes (con gran pomposidad y arrogancia) como "verdades científicas", aunque en realidad sean falsedades que carecen de credibilidad. En tales fórums es muy infrecuente que aparezca una voz crítica con tal dogma.

Todo esto que está ocurriendo era muy predecible, y así lo hicimos unos pocos

Efectivamente, todo lo ocurrido fue predicho. Véase, como ejemplo, mi libro Neoliberalismo y Estado del Bienestar (Editorial Ariel Económica), escrito ya en 1997. En aquel libro indiqué que las políticas neoliberales que se estaban aplicando en los países capitalistas más avanzados causarían una enorme crisis económica. La derrota del mundo del trabajo, con la consiguiente disminución de los salarios y de la demanda doméstica, crearía dicha crisis, ya que forzaría a las familias y a las empresas pequeñas a endeudarse, lo que provocaría a su vez el gran crecimiento del sector financiero, que al invertir en los sectores de mayor rentabilidad como era el sector especulativo de la economía (del cual el inmobiliario era el más extendido) crearía burbujas que al explotar causarían una crisis financiera. Y todo lo que se predijo, ocurrió. Cuando la reina del Reino Unido pidió a un grupo de economistas cómo era posible que no hubieran sabido prevenir la crisis, el portavoz de dicho grupo, Luis Garicano, el gurú económico de Ciudadanos, no supo responder, cuando, en realidad, era muy fácil de ver si uno abandonaba la fe en el dogma neoliberal (siendo tal economista uno de sus más fervientes creyentes) para mirar simplemente la realidad que le rodeaba.

Los impactos sumamente negativos que presentaban tales políticas se justificaban bajo el lema de que "no había otras alternativas". Juan Torres, Alberto Garzón y yo mostramos la enorme falsedad de tales propuestas, señalando que por cada recorte de gasto público social que dañaba a las clases populares, se podría haber hecho otro recorte, sustituyendo al anterior, que hubiera afectado a las clases más pudientes. Y también mostramos que el hecho de que no se escogiera una alternativa y no la otra se debía precisamente a la enorme influencia que tales clases pudientes tenían sobre el Estado español y sus partidos gobernantes.

Así pues, y como ya he indicado antes, lo que ocurrió era muy predecible, así como también lo fue la protesta popular en contra de la aplicación de tal dogma. En España dicha protesta tomó la forma del 15-M, el movimiento de los indignados, que tuvo un enorme impacto en el país y que tenía como objetivo la denuncia de la nula representatividad de las instituciones que se definen a sí mismas como representativas. El eslogan "no nos representan" lo decía todo. Fue un auténtico tsunami. Y de ahí nació un movimiento político-social, Podemos. Así fue como nos pidieron a Juan Torres i a mí que hiciéramos un borrador de su programa económico, que elaboramos en base a nuestra obra Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España (Editorial Sequitur, 2011), realizada conjuntamente con Alberto Garzón. Dicho programa fue mejorado más tarde por las deliberaciones y las discusiones dentro de aquella formación política.

La respuesta de hostilidad por parte del establishment político-mediático hacia dicho programa fue enorme. Y como era predecible, lo intentaron destruir, mintiendo y presentándolo como "escrito en Venezuela" (antes, durante la Guerra Fría, se utilizaban otros puntos de referencia, como Moscú o Pequín), cuando en realidad era un programa de sensibilidad kaleckiana, que quiere decir socialdemócrata de raíces escandinavas. La escasa densidad intelectual de las fuerzas conservadoras y neoliberales hace que en España (incluyendo Catalunya) se sustituya el debate por el insulto, magnificado en las cajas de resonancia que proporcionan los medios.

Las clases populares son conscientes de esta situación, de ahí que la clase política y los medios de información estén en España entre los menos valorados en la Unión Europea.

Pero el cambio es posible, y para ello es importante romper el fatalismo de aquellos que se muestran pasivos porque dicen que hay muy poco que se pueda hacer. Y una cosa que deberían hacer los lectores que son conscientes de este enorme desequilibrio es escribir cartas de protesta a tales medios de información para mostrar el desacuerdo con lo que están diciendo. Porque el nivel de estos medios es tal que deberían ser definidos como medios de persuasión y manipulación. Lo peor que puede ocurrir es que la gente se mantenga pasiva, absorbida por una mentalidad según la cual no se puede hacer nada para cambiar esta situación. Y este es precisamente el mensaje que tales medios continúan promoviendo, acentuando que no hay alternativas o algo parecido. Pero la evidencia científica muestra claramente que sí que las hay, y que no se hayan llevado a cabo se debe a que las élites financieras y económicas del país son determinantes en las políticas gubernamentales. Es necesario y urgente que esto cambie, porque, insisto, de haber alternativas sí que las hay. Lo que ha faltado hasta hoy ha sido voluntad política para aplicarlas. Así de claro.

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neoliberalismo
Por qué la clase trabajadora votó al partido del brexit https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/12/16/por-que-la-clase-trabajadora-voto-al-partido-del-brexit/ Mon, 16 Dec 2019 08:14:56 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5074 Continuar leyendo "Por qué la clase trabajadora votó al partido del brexit"]]> La noticia más llamativa de las elecciones británicas de este pasado jueves 12 de diciembre es que la mayoría absoluta en el Parlamento Británico conseguida por el Partido Conservador no se habría producido sin el voto masivo de amplios sectores de la clase trabajadora británica a este partido, una situación semejante a la que ocurrió en EEUU en las elecciones presidenciales de noviembre de 2015, que dieron como resultado la victoria de Trump. La predecible respuesta del establishment mediático liberal español ha sido atribuir la victoria del Partido Conservador a un rechazo del programa del Partido Laborista, percibido como excesivamente izquierdoso (el editorial de El País del 14.12.19 lo definió como paleoizquierdista), alentando a las fuerzas progresistas a que aprendan de lo ocurrido y vuelvan al centro (que quiere decir al socioliberalismo).

Los datos, sin embargo, no confirman esta lectura de lo ocurrido. En realidad, las encuestas fiables afirmaban que la gran mayoría de las propuestas del Partido Laborista eran valoradas positivamente por la mayoría de la población. Según la encuesta de YouGOV (compañía altamente reputada en círculos de análisis de opinión), el 64% de la población estaba de acuerdo, por ejemplo, en subir los impuestos sobre la renta a las personas que ganan anualmente más de 80.000 libras (equivalentes a más de 95.000 euros). A su vez, el 56% estaba a favor de la nacionalización de los ferrocarriles y de las compañías de agua de energía y de gas (medida definida como antigualla por el articulista neoliberal de El País Xavier Vidal-Folch); el 54% estaba a favor de que los trabajadores y empleados de una empresa ocuparan un tercio del órgano ejecutivo de una empresa; el 81% apoyaba un aumento del gasto público sanitario de un 4,3%; un 73% apoyaba un crecimiento del salario mínimo a 10 libras esterlinas por hora (unos 12 euros); un 59% estaba a favor de un New Green Deal, y así un largo etcétera. No es creíble, por lo tanto, que el programa del Partido Laborista asustara a la población. Asustó a las clases pudientes, pero no a las clases populares.

¿Cuál, pues, fue la causa? Fue el Brexit, esto es, salir o no de la Unión Europea. Este fue el tema central de la campaña y la población lo sabía. Y el candidato conservador se centró casi exclusivamente en resaltar que llevaría a cabo la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), tal y como la población había votado en el referéndum del 23 de junio de 2016. Aquel día la sorpresa fue que la mayoría de la clase trabajadora votó a favor de salir de la UE. En realidad, el resultado entonces fue bastante equilibrado, con la mitad de la población de renta superior a favor de la permanencia, y con la mitad de la población de renta inferior en contra (el resultado global fue de un 51,9% de la población en contra de continuar en la UE, y de un 48,1% a favor de continuar en ella). Pero fue interesante ver que, dentro de la clase trabajadora, los que más favorecieron el Brexit fueron los parados y los que no tenían trabajo. En aquel referéndum se vio, así pues, una relación directa entre nivel de renta y apoyo a la permanencia en la UE. A más renta, mayor apoyo a dicha permanencia.

¿Por qué la clase trabajadora votó a favor del Brexit en el referéndum de 2016 y ahora ha apoyado al partido del Brexit?

La explicación más frecuente de este comportamiento en el referéndum (explicación que se ha sido dada también por algunos teóricos de izquierdas) es que las clases menos educadas votaron en contra de la permanencia y las más educadas votaron a favor. Tal visión –derivada de los trabajos sobre capital humano de Bourdieu en Europa y Lipset en EEUU– está muy generalizada en los círculos del establishment político-mediático del país y refleja un cierto desprecio hacia aquellos sectores de la población que no comulgan con la sabiduría convencional de dicho establishment (que estaba a favor de la permanencia en la UE), que son definidos como ignorantes o poco educados y carentes de cultura (el famoso capital humano).

El comportamiento electoral de la clase trabajadora es lógico y predecible

Pero no estamos ante una cuestión de capital humano. Veamos el porqué del rechazo a la UE. Y para ello hay que tener en cuenta que el proyecto de establecer la Unión Europea no ha sido popular entre las clases trabajadoras de la Europa Occidental. Solo hay que recordar que en prácticamente todos los países europeos donde se sometió a referéndum la fallida Constitución Europea (Francia, Países Bajos y Luxemburgo), la clase trabajadora votó en contra de forma muy mayoritaria. En Francia, el 79% de trabajadores manuales, el 67% de los trabajadores de servicios y el 98% de los trabajadores sindicalistas votaron en contra; en los Países Bajos lo hizo el 68% de los trabajadores; y en Luxemburgo el 69% de los trabajadores. Y lo que es también interesante es que en países donde no hubo referéndums pero se preguntó a la población qué hubiera votado en caso de haberlo se registraron cifras similares: en Alemania, el 68% de los trabajadores manuales y el 57% de los trabajadores de servicios estaban en contra de aquella constitución; en Dinamarca lo estaban el 72% de trabajadores manuales; y en Suecia lo estaban el 74% de trabajadores manuales y el 54% de los trabajadores de servicios. Y toda la evidencia existente muestra que esta animosidad hacia la UE no ha descendido. Al contrario, ha aumentado. Y lo que es también interesante es que las asociaciones patronales, el gran capital y las clases medias de renta alta y media alta (profesionales con educación superior) estaban entonces, y continúan estando ahora, a favor de la UE.

Repito, ello tiene muy poco que ver con el nivel de capital humano y con los que sostienen la tesis de que la clase trabajadora no está dotada de tal capital y, por lo tanto, es más vulnerable a ser engatusada por demagogos o figuras semejantes. Y si analizamos los datos en la distribución de las rentas vemos dos cosas. Una es que en cada uno de estos países –incluyendo el Reino Unido– ha habido un claro descenso desde que se fundó la UE del porcentaje de las rentas derivadas del trabajo sobre el total de rentas (siendo este hecho incluso más acentuado en los países de la Eurozona), hecho que se debe a la imposición de las políticas neoliberales (y digo imposición pues no estaban en sus programas electorales) por parte de los partidos gobernantes. El descenso de esta masa salarial fue el reflejo de un descenso de la estabilidad y de la calidad de los puestos de trabajo para la mayoría de los trabajadores, un descenso en el que la desregulación de la movilidad del capital y de la fuerza del trabajo que ha caracterizado el establecimiento de la UE jugó un papel clave.

Pero este descenso no fue uniforme, pues junto al aumento de las rentas derivadas del capital hubo un crecimiento de los salarios del sector profesional asalariado de alto nivel educativo, acentuándose todavía más la polarización social, siendo la clase media alta cosmopolita uno de los sectores beneficiados de tal movilidad y globalización (europeización), un fenómeno que afectó muy negativamente la calidad de vida y el bienestar de las clases populares, puesto que al deterioro de su salario y condiciones de trabajo, se añadía la destrucción y pérdida de la protección social como consecuencia de los recortes de sus derechos sociales (con los recortes del gasto público social) resultado del neoliberalismo imperante en las instituciones europeas. Es totalmente lógico (y nada tiene que ver con su supuesta falta de cultura o educación) que tales clases trabajadoras estén en contra de la globalización económica y contra la Unión Europea, y que tengan miedo de que los inmigrantes les quiten su puesto de trabajo (o que les abaraten el sueldo, pues es conocido que el empresario se aprovecha de tener trabajadores inmigrantes para bajar los salarios de su empresa).

Añádase a ello que otro elemento clave de su inseguridad es el miedo a perder su identidad. El nacionalismo es la respuesta identitaria previsible frente al internacionalismo de la globalización liberal. Hoy, el liberalismo, la ideología dominante, y la democracia liberal están deslegitimados en los sectores más victimizados por la aplicación de las políticas públicas neoliberales. Por lo tanto, era lógico y predecible que ganara el Brexit en el Reino Unido, algo que podría ocurrir en otros países también. De ahí que, como ya se ha indicado, sea comprensible el surgimiento de un nacionalismo identitario que representa el deseo de que no se diluya la identidad de uno, y todavía más si se ve a los inmigrantes como una variable que daña su seguridad. Así pues, el racismo y el clasismo no son la causa, sino la consecuencia de dicha inseguridad. Para revertir lo primero hay que resolver lo segundo. De lo que incluso amplios sectores de las izquierdas no parecen ser conscientes es que el auge de la ultraderecha no es consecuencia de un aumento del racismo, del nacionalismo y del machismo. Este aumento es la consecuencia y el síntoma de la principal causa: la inestabilidad e inseguridad de los sectores más vulnerables de la población. Sin ir más lejos, en Suecia surgió un partido de ultraderecha a partir de la aplicación que las derechas liberales y conservadoras hicieron de legislación neoliberal, la cual causó un gran deterioro del mercado laboral, origen del gran crecimiento de la ultraderecha.

Y esto explica en gran parte el Brexit. El establishment británico (desde la City al gran mundo empresarial, pasando por las clases medias profesionales) estaba a favor de la UE, mientras que gran parte de la clase trabajadora estaba en contra. El Partido Conservador ganó en partes del Reino Unido donde nunca antes lo habían hecho, ciudades y regiones con mayoría de clase trabajadora industrial (incluidas las cuencas mineras) del norte y oeste de Inglaterra (que habían votado a favor del Brexit). Ha sido, pues, una protesta de las víctimas del neoliberalismo, que las ha dañado. Parece paradójico que hayan votado al partido que ha llevado a cabo tales políticas, pero la gran astucia de Boris Johnson ha sido, precisamente, presentarse como el antiestablishment, incluso contra su partido, el Partido Conservador. Trump también se presentó (y ganó) como la voz del antiestablishment, tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata, y esa es la razón por la que lo votaron grandes sectores de la clase trabajadora.

Podría ocurrir el Brexit en otros países de la UE

La ideología neoliberal ha sido la dominante en las instituciones de gobernanza de la UE, desde el Consejo Europeo hasta el Banco Central Europeo, pasando por la Comisión Europea y el Parlamento Europeo. Y como era predecible, su aplicación a lo largo de esta comunidad ha tenido un impacto muy negativo en la calidad de vida y el bienestar de sus clases populares. La evidencia es clara. En un reciente estudio del profesor Javier Arregui, del UPF-JHU Public Policy Center, documenta y analiza quién ha ganado y quién ha perdido con el establecimiento de la UE ("Ganadores y perdedores en el proceso de integración: repensando la Unión desde una perspectiva de ciudadanía europea"), corroborando los resultados de estudios anteriores: las desigualdades sociales han crecido en prácticamente todos los Estados de la UE, con un aumento en el crecimiento de las rentas de las clases más pudientes a costa de un descenso en las rentas de las clases populares. Este es el fruto del neoliberalismo, que ha sido promovido por los mayores medios de información españoles durante todos estos años, los mismos que ahora acusan al Partido Laborista de tener un programa económico y social extremista -supuesta causa de su derrota-, silenciando que la principal causa fue la ambivalencia que este partido mostró hacia el Brexit. Mientras tales medios continúan aconsejando la aplicación de las políticas públicas neoliberales, que están causando el gran rechazo hacia la Unión Europea que ellos mismos han promovido. La única solución hubiera sido un cambio de 180º de las políticas realizadas por el establishment de la UE, lo cual es improbable que ocurra en un futuro próximo. En realidad, dicho establishment se está moviendo más y más hacia la derecha. La pérdida de legitimidad es inevitable, abriéndose un futuro muy incierto. Así de claro.

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Europa
Los costes sociales y territoriales de tener la monarquía en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/12/12/los-costes-sociales-y-territoriales-de-tener-la-monarquia-en-espana/ Thu, 12 Dec 2019 06:53:05 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5065 Continuar leyendo "Los costes sociales y territoriales de tener la monarquía en España"]]> Los reyes Felipe VI y Letizia, con la princesa Leonor y la infanta Sofía, en los actos previos de la entrega de los Premios Princesa de Asturias, en Ovieo. REUTERS
Los reyes Felipe VI y Letizia, con la princesa Leonor y la infanta Sofía, en los actos previos de la entrega de los Premios Princesa de Asturias, en Ovieo. REUTERS

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

A raíz de los artículos de Pablo Iglesias (¿Para qué sirve hoy la monarquía?) y Javier Cercas (¿Para qué sirve hoy la república?) publicados en El País (el primero, a favor de que se establezca en España una república, y el segundo, a favor de que se mantenga la monarquía borbónica en España) se ha reavivado un debate en este país sobre los pros y los contras de sustituir el sistema monárquico por el republicano. Las tesis de Javier Cercas (muy comunes entre los que favorecen mantener la monarquía en España) es que tal institución ha permitido a España tener un desarrollo democrático y económico con el que ha alcanzado un grado de madurez homologable al de otras democracias existentes en Europa. Le faltaba añadir (como hace el establishment político-mediático del país) que el establecimiento de la monarquía fue uno de los mayores éxitos de la Transición (considerada como modélica) de una dictadura a una democracia. Se indica que tal democracia fue, en gran parte, el resultado de la decisión de Juan Carlos I, que a pesar de haber sido nombrado por el dictador Franco, abandonó los poderes dictatoriales y se transformó así en un monarca más en Europa, como existen en Suecia, Noruega, Dinamarca y el Reino Unido. Esta homologación de monarquías es un punto que acentúa Cercas en su defensa de la permanencia del sistema monárquico en este país. Al referirse a aquellas monarquías, en países bien conocidos (sobre todo los tres primeros) por su desarrollo social y madurez democrática, Cercas intenta demostrar que un sistema monárquico no tiene por qué ser un anacronismo ni representar tampoco un obstáculo para que un país prospere y garantice bienestar a su población.

Hasta aquí los argumentos que los monárquicos esgrimen en defensa de la monarquía borbónica. Pero Cercas, que se define de izquierdas y republicano, va más allá e indica incluso que el Estado monárquico español es, en realidad, el continuador de la II República y de la causa republicana, aplaudiendo la heroicidad y compromiso con la democracia de los luchadores republicanos, realidad reconocida y promovida por el rey Felipe VI, como atestigua su homenaje a la famosa brigada Nueve republicana española, que liberó la ciudad de París al final de la II Guerra Mundial (homenaje que ocurrió, por cierto, en Francia, pero no en España).

La evidencia es contraria a las tesis de Cercas: el Estado monárquico ha contribuido al subdesarrollo social de España

Veamos primero si la monarquía ha favorecido el desarrollo democrático y el bienestar implícito que debe conllevar. Y para evaluarlo, tenemos que subrayar que la monarquía es el eje de un sistema de poder institucional centrado en el Estado, diseñado por el dictador para garantizar la continuidad del dominio de las fuerzas conservadoras sobre los aparatos de dicho Estado. Hay que recordar que durante la Transición no hubo una ruptura con el Estado anterior, ni hubo un cambio de los altos funcionarios del Estado que habían jugado un papel clave en el régimen dictatorial anterior. Desde las Fuerzas Armadas hasta la judicatura, pasando por los aparatos de seguridad, siguieron dominados (y, a mi modo de ver, continúan dominados) por una cultura de gobierno profundamente conservadora. Tres ejes ideológicos de esta cultura fueron (1) un nacionalismo extremo heredero de un imperio, (2) fundamentado en una estructura de poder radial centrada en la Capital del Reino, y (3) reforzado con un catolicismo excluyente, promovido por una institución, la Iglesia Católica, siempre próxima y defensora de los intereses económicos y financieros del país. El nacionalcatolicismo imperante durante la dictadura había sido la expresión extrema de esta cultura.

Ni que decir tiene que la presión popular, y muy en particular el movimiento obrero, jugó un papel esencial en forzar una transición en la que las fuerzas democráticas pudieron modificar ese Estado, pero no lo suficiente para establecer una discontinuidad con el anterior. Y la monarquía, impuesta por la dictadura, era la garantía de que los poderes económicos y financieros continuaran dominando, o al menos ejerciendo una enorme influencia, en las instituciones del Estado. Hay miles de indicadores sobre ello. La persistencia del Valle de los Caídos como monumento al régimen fascista a pesar de más de cuarenta años de democracia es uno de ellos.

Pero no es solo el Valle de los Caídos el que refleja el enorme poder de la clase dominante heredera del régimen anterior, y cuyo eje central es la monarquía. ¿Cómo se explica Cercas que en más de cuatro décadas de período democrático, España continúe teniendo uno de los Estados del Bienestar menos desarrollados de la Unión Europea de los Quince (UE-15)? ¿O que tengamos las desigualdades más grandes, o uno de los sistemas educativos y sanitarios más polarizados por clase social de tal comunidad? ¿O que el sistema fiscal esté entre los más regresivos, con uno de los ingresos al Estado más bajos? ¿O que el gasto público social sea tan bajo? La causa, bien documentada, de cada uno de estos hechos es que las relaciones de poder dentro del Estado están muy sesgadas a favor de las fuerzas conservadoras del país. El gran retraso social de España está basado en esta realidad. Miren los datos y lo verán (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, 2006). El conservadurismo de las instituciones del Estado se basa, precisamente, en la estructura institucional de poder cuyo eje es la monarquía.

La monarquía y la cultura del Estado que perpetúa favorecen el sistema radial y no policéntrico del Estado español

Este hecho también explica el otro gran problema (además del subdesarrollo social) sin resolver que existe en España y que es el tema territorial. El Estado monárquico borbónico ha sido el mayor promotor de una España uninacional, radial, centrada en la Capital del Reino, oponiéndose a una España plurinacional, poliédrica, sin ningún tipo de pleitesía y con pleno desarrollo de la soberanía popular en su totalidad y en cada uno de sus componentes. Y es la gran resistencia a aceptar la plurinacionalidad de España la que está creando la otra gran crisis, la crisis territorial. La evidencia de ello es también abrumadora. Es fácil ver que en lugar de la tan manoseada y falsa reconciliación, lo que estamos viendo son las consecuencias de una transición que distó mucho de ser modélica, pues el bando vencedor de la llamada Guerra Civil continúa dominando la vida política, económica y mediática de este país. Los escasos y tímidos intentos de recuperar la historia de España, corrigiendo las enormes tergiversaciones que todavía se enseñan en sus instituciones educativas y mediáticas, han sido abortados para supuestamente evitar que se abran de nuevo las heridas, asumiendo que se habían cerrado (es decir, que se había reconocido a las víctimas y sancionado a los victimizadores). Es más que probable que si el bando republicano hubiera ganado la Guerra Civil, hoy España sería más democrática, más justa y más social, y menos uninacional, menos radial y más policéntrica y plurinacional de lo que lo es hoy. Hay que recordar que el golpe militar (que venció debido al apoyo de los regímenes nazi alemán y fascista italiano) del 1936, fue apoyado por la clase dominante que incluía desde los propietarios y gestores de los mayores medios de producción, distribución y financieros, para evitar las muy necesarias reformas de la propiedad propuestas por una alianza de fuerzas progresistas (el Frente Popular) que habían afectado sus intereses así como los de la Iglesia, que habían siempre proveído el marco ideológico que sostenía una sociedad enormemente represiva. La evidencia de ello es abrumadora. El fin de la República y el mantenimiento de la monarquía en España tenía como objetivo mantener los intereses y beneficios de las clases dominantes en España, que fueron las vencedoras de la definida como Guerra Civil, intereses que, en general, se han mantenido bajo el Estado monárquico actual.

No es sorprendente, pues, que en España (uno de los países con desigualdades sociales más acentuadas en la UE-15) a mayor nivel de renta, mayor popularidad de la monarquía. Ni tampoco es sorprendente que la monarquía sea ampliamente impopular en Catalunya y en el País Vasco, pues el uninacionalismo característico de la monarquía y de los golpistas (que se definían como los nacionales) afectó especialmente a las naciones excluidas en aquella visión. Y tampoco es sorprendente que a mayor sesgo derechista del partido político, mayor es el apoyo a la monarquía, siendo la ultraderecha franquista, Vox, la más monárquica de todas las derechas (siendo este partido también el más ultraneoliberal, la ideología dominante y favorecida por las clases pudientes del país).

Es importante señalar que la mayoría de españoles está a favor de un referéndum sobre la posibilidad de instaurar una república, siendo los jóvenes los más favorables a ello. Concretamente, un 63% de los españoles entre 25 y 34 años, un 58% entre 15 y 24, quieren votar para decidir democráticamente sobre dicha cuestión. Y como era de esperar, los votantes de los partidos de izquierdas son mucho más favorables (IU 91%, Podemos 86% y el PSOE 57%) a este referéndum que no los de las derechas (C’s 33% y PP 25%), esto según una encuesta realizada entre marzo y abril de 2018 en la que no se incluía a Vox, aunque no sería de extrañar que este porcentaje no llegara a un 5% de sus votantes.

¿Es la monarquía borbónica equiparable a las monarquías escandinavas o británica?

Lo cual me lleva a la segunda tesis de Cercas. Repito que la monarquía borbónica española fue resultado de la victoria del bando vencedor de la Guerra Civil. No así en aquellos países donde la monarquía está enraizada en las luchas que el país, como colectivo, realizó. El dictador de uno de los regímenes más crueles que hayan existido en Europa, el general Franco, nombró al Rey Juan Carlos y promovió la monarquía borbónica, cuya continuo apoyo a las fuerzas más reaccionarias del país había sido una constante en su historia. La naturaleza de dicha monarquía borbónica, y su identificación con las clases dominantes españolas, desde que triunfó el golpe militar, (habiendo ejercido gran represión para mantener su dominio), contrasta con las monarquías en los países citados. Son monarquías que están enraizadas en un apoyo de las clases populares, sobre todo en momentos clave, como durante la II Guerra Mundial, y que representan (así son percibidas) a la gran mayoría de la población. El porcentaje de ciudadanos favorables a la abolición de la monarquía en aquellos países es mucho menor que no en España, donde la restauración de la monarquía fue el fruto de la victoria de un bando. La diferencia entre esta y aquellas monarquías no puede ser mayor.

Una última observación: el estilo insultante de Cercas

A nivel personal, tengo que admitir que nunca me gustaron los escritos de Javier Cercas. Hijo de una familia que apoyó la dictadura (según propia confesión), por lo visto, quiso corregir su pasado escribiendo una novela en la que el protagonista era un republicano que, en un intento por hacerlo parecer atractivo, lo presenta como un tipo muy campechano, que vive en campings y que toca el trasero de las monjas (amistosamente) cuando está ingresado en la residencia de ancianos. Sin pretenderlo, fue una novela profundamente ofensiva. Soy hijo de perdedores de la Guerra Civil, represaliados por el fascismo, y me ofendió.

Algo semejante ocurre en su artículo citado anteriormente, donde adopta un tono casi pedante, dándole lecciones a Pablo Iglesias, sugiriéndole que deje de criticar al rey  y que se dedique, en su lugar, a resolver los problemas de la población (algo que, supuestamente, no está haciendo). En otras palabras, "Pablo, dedícate más a resolver los grandes problemas y deja al rey en paz" (cosa que el rey le agradeció en público, interviniendo, por cierto, en política, algo que, según la sacrosanta Constitución, no le está permitido). Ni por un momento pensó que el rey representa una estructura de poder conservadora, heredada del régimen anterior, que está obstaculizando la resolución del problema social y territorial. Viví en Suecia y en Gran Bretaña durante mi largo exilio y no me imagino a los Reyes de aquel país interviniendo en política como lo han hecho e hicieron los Reyes Juan Carlos y Felipe VI en nuestro país. Y tampoco me imagino que los monarcas suecos o británicos hubieran expresado desaprobación o disconformidad hacia un partido o partidos que el monarca percibe contrarios a su permanencia en el poder, acusándoles de no obedecer la Constitución, olvidando con dicha acusación que tales fuerzas conservadoras la están desobedeciendo diariamente, saltándose a la torera todos los capítulos sociales de tal documento. Estas fuerzas solo ven en la Constitución española la defensa de la unidad de España, eslogan que ya utilizaron para justificar el golpe militar de 1936 y que ahora utilizan de nuevo para evitar los cambios profundos que necesita el país. En realidad, no están defendiendo la unidad de España, sino la visión clasista y uninacional de esta. A mi padre, los tribunales lo juzgaron y reprimieron por ser "rojo" y "separatista", cuando en realidad era un maestro progresista que enseñaba los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad a la juventud de este país. Y en cuanto a separatista, no tenía nada de ello. Amaba y dio su vida por una España republicana, más justa y solidaria, plurinacional y poliédrica. Para alcanzarla, será necesaria en España la sustitución del sistema monárquico y de la estructura de poder económico y financiero, religioso e ideológico que lo sustentan, y que están obstaculizando el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, que representan la mayoría de la población española.

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Monarquía
La escandalosa tergiversación de la historia europea (y española) https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/12/05/la-escandalosa-tergiversacion-de-la-historia-europea-y-espanola/ Thu, 05 Dec 2019 06:51:13 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5057 Continuar leyendo "La escandalosa tergiversación de la historia europea (y española)"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

La derechización del Parlamento Europeo

Estamos hoy asistiendo a una derechización del Parlamento Europeo, así como de otras instituciones del establishment de la Unión Europea, las cuales, en su supuesta defensa de los derechos humanos, están tergiversando la historia de este continente (incluyendo la historia de España) a unos niveles hasta ahora desconocidos en tales fórums. La entrada en la Unión Europea de los Estados del este de Europa, algunos gobernados por partidos de ultraderecha, ha reforzado a las derechas en tal parlamento (de manera semejante al efecto que ha tenido la irrupción del partido de ultraderecha española, Vox, en las Cortes españolas), generando unos comportamientos que han influenciado a la gran mayoría de sus partidos conservadores y liberales y también, sorprendentemente, a algunos partidos progresistas. Lo ocurrido hace unas semanas en el Parlamento Europeo es un ejemplo de ello. Dicha cámara acaba de aprobar por amplia mayoría (535 votos a favor, 66 en contra y 52 abstenciones) una resolución que condena el comunismo, alentando a los Estados miembros de la Unión Europea a que prohíban cualquier expresión de tal ideología política, incluyendo sus símbolos, homologando comunismo con nazismo, subrayando que ambos fueron igual de dañinos para los derechos humanos, cuya defensa supuestamente han caracterizado a la Comunidad Europea, reflejada en el Parlamento. En tal resolución, Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa, aprobada el 19 de septiembre de este año, se condena al estalinismo y a la ideología comunista, considerada homologable al nazismo, alentando a los Estados miembros a que prohíban la cultura y símbolos de ambos. Esta homologación es un mensaje que han promovido las derechas en España, que han adquirido su máxima expresión con Vox, una derecha que ha intentado incluso prohibir, vetar y sancionar cualquier manifestación y memoria de tal cultura y símbolos políticos comunistas (hecho que se materializó, hace unos días, con el derribo, en Rivas Vaciamadrid, del monumento a la que fue dirigente del Partido Comunista, Dolores Ibárruri, conocida como "la Pasionaria").

El argumentario utilizado por el Parlamento Europeo para justificar su resolución anticomunista

Tal resolución anticomunista se justificó con una serie de argumentos que denotan un profundo desconocimiento de la historia de Europa (y de España) y/o un fanatismo vergonzante, que claramente desacreditan y ponen en duda la vocación democrática que tal parlamento asume tener. Su condena es a la Unión Soviética, así como a los partidos comunistas existentes en Europa (y en el mundo), promotores de una ideología homologable al nazismo, alentando a la prohibición de cualquier manifestación de la ideología comunista, considerada intrínsecamente dañina para los derechos humanos.

Tanto en su argumentación como en su conclusión, se muestra una enorme ignorancia y/o extremismo que alcanza su máxima expresión en su afirmación de que la Unión Soviética fue la causante de la II Guerra. Y lo que es sorprendente es que tal documento haya sido aprobado por la gran mayoría del Parlamento Europeo, incluyendo el bloque socialista en el que está el PSOE (por lo visto, todavía sumergido en la doctrina de la Guerra Fría que tanto daño hizo a las clases populares de los países europeos), y los verdes (excepto el español Ernest Urtasun). Tal resolución sólo ha conseguido el voto en contra del bloque de izquierdas, que incluye a Unidas Podemos de España. Es también parte de esta ideología de la Guerra Fría que la resolución aprobada alaba y propone reforzar y expandir a la OTAN, la alianza militar, de 11 países en el año 1949, establecida y dirigida por el gobierno federal de EEUU, el cual hizo del anticomunismo el eje central de su política exterior, apoyando todo tipo de dictaduras fascistas en este continente "como barrera para parar la expansión de la Unión Soviética."

Esta mentalidad continúa presente en el establishment de la Unión Europea, tal como se desprende de las declaraciones de la nueva presidenta de la Comisión Europea, la conservadora alemana Ursula von der Leyen, dando un fuerte apoyo a la OTAN. La mejor prueba de la falsedad del argumento de que la OTAN defendía a Europa frente a la amenaza de la Unión Soviética, es que la OTAN continúa existiendo a pesar de que la Unión Soviética ha dejado de existir, y sin embargo, a partir de aquella fecha la OTAN ha aumentado de 12 a 29 miembros, expandiéndose incluso a Colombia (y probablemente a Brasil) en Latinoamérica. Ursula Von der Leyen, quien acaba de presentar la OTAN como necesaria para defender los intereses de los derechos humanos de la UE, ignora u oculta que la OTAN intervino en Yugoslavia en 1999 sin ninguna autorización de las Naciones Unidas, intervino en Afganistán en 2001 (donde todavía está estancada), invadió Libia en 2011 (creando una enorme emigración hacia Europa, con muchos muertos en el mar Mediterráneo), bombardeó a población civil en Kosovo, y un largo etcétera. A su vez, en Europa la OTAN fue un instrumento que fue utilizado para reprimir y eliminar movimientos en defensa de los derechos laborales y sociales de las clases populares, como en los casos de Grecia, Portugal, Italia y España. En estos países, los servicios secretos de la OTAN intentaron, destruir movimientos y sindicatos (dirigidos por el "enemigo" comunista) que estaban luchando para mejorar el bienestar de las poblaciones. En realidad, la dimensión social de Europa –como punto de referencia del Estado del Bienestar– fue resultado de la presión del bloque progresista y, en muchos países, de las alianzas de la socialdemocracia con los comunistas.

Respuesta a tantas falsedades: la Unión Soviética derrotó al nazismo en la II Guerra Mundial

Como reconoció incluso Winston Churchill, la Unión Soviética fue la fuerza determinante en la derrota del nazismo en Europa. No fue EEUU (a pesar de lo que diga Hollywood) sino la URSS la que jugó el papel determinante en la derrota del nazismo en Europa. EEUU jugó un papel clave en la victoria aliada frente al nazismo e imperialismo japonés en el Pacífico, pero no en Europa. Sin la URSS, el nazismo no habría sido derrotado. 20 millones de ciudadanos de aquel país perecieron en la II Guerra Mundial, frente a los poco más de 400.000 estadounidenses. La tergiversación tan grosera que aparece en el argumentario de la resolución del Parlamento Europeo de la historia de Europa explica que, cuando tuvo lugar la reunión que conmemoraba el 80 aniversario del inicio de la II Guerra Mundial, la mayoría de los países (ni siquiera Rusia) que habían constituido la URSS fue invitado al acto de celebración.

La Unión Soviética ayudó a la II República Española. No así los Estados supuestamente democráticos

Antes de la II Guerra Mundial, la Unión Soviética fue el único Estado (además de México) que ayudó a la II República Española. Ninguno de los Estados democráticos europeos la ayudó cuando se produjo el golpe fascista (que ganó debido a la ayuda recibida de la Alemania nazi y la Italia fascista, y con la inacción y pasividad de los Estados democráticos europeos), estableciéndose así una de las dictaduras más crueles que hayan existido en la Europa del siglo XX. En términos proporcionales, los asesinatos políticos del régimen fascista español (como porcentaje de toda la población) fueron de los mayores que hayan existido en Europa, y todavía España es el país que tiene (también en términos porcentuales) más personas desaparecidas por causas políticas después de Camboya. Y la fuerza política que lideró la lucha clandestina contra tal barbarie fue el Partido Comunista Español, cuya participación y compromiso con el desarrollo de un régimen democrático jugó un papel clave para que la democracia pudiera establecerse en España. Y en otros países europeos democráticos, los partidos comunistas se han distinguido (junto con la socialdemocracia) por su lucha en defensa de los derechos de la clase trabajadora, oponiéndose en varias ocasiones a regímenes dictatoriales ultraderechistas que han existido en Europa después de la II Guerra Mundial, como lo fueron los de Grecia, Portugal y España. Poner a tales partidos en la misma categoría que los partidos nazis y fascistas es no solo profundamente injusto, sino también muestra de un fanatismo anticomunista responsables de enormes crímenes y violaciones de derechos humanos ocurridos en el territorio europeo durante el siglo XX.

Que ambos sistemas (la Alemania nazi y la Unión Soviética) fueran dictatoriales no hace homologables sus ideologías

El argumentario utilizado para aprobar tal resolución anticomunista se centra solo en la dimensión represiva de la Unión Soviética, ocultando su dimensión social y emancipadora, sistemáticamente atribuyendo la primera a la ideología comunista y olvidando la segunda. La represión que caracterizó al estalinismo se atribuye así a la ideología comunista, razón suficiente para prohibirla. Ahora bien, según este razonamiento, el cristianismo debería también ser prohibido en Europa, pues no ha habido mayor causa de violación de los derechos humanos en la historia de Europa que la utilización de la ideología cristiana y sus símbolos para asesinar y reprimir brutalmente a las clases populares de este continente. El caso del nacionalcatolicismo en España (la versión española del fascismo europeo) es un claro ejemplo de ello.

En la homologación del comunismo con el nazismo no aparece ninguna mención sobre la dimensión emancipadora que pueda tener la primera ideología y su puesta en práctica. Si así se hiciera, sería difícil encontrar algo de emancipador en la ideología nazi, en la que explícitamente se remarcaba el supremacismo de unas razas sobre otras, con autoridad para eliminar algunas de ellas, todo ello por parte de un Estado que se definía a sí mismo como el Estado Racial. No así en la ideología comunista. En la Unión Soviética, la revolución bolchevique supuso un gran progreso para su población. Tal y como reconoce uno de los economistas y analistas políticos más conocidos (y nada sospechoso de tener simpatías comunistas) hoy en el mundo, Thomas Piketty, en su último libro Capital e ideología (págs. 697 y 698):

"En comparación con el poder zarista, el régimen soviético no tuvo gran dificultad para mostrarse como portador de un proyecto más prometedor para el país, igualitario y al mismo tiempo modernizador. De hecho, a pesar de la represión y de la visión hiperestatal y ultracentralizada del régimen de propiedad y de la organización social y económica, es evidente que las inversiones públicas realizadas a lo largo del período 1920-1950 lograron modernizar profundamente el país e iniciar la recuperación del retraso acumulado con los países de Europa occidental. Fue el caso de las infraestructuras, de los medios de transporte y, sobre todo, de la alfabetización y la inversión educativa, científica y sanitaria en general. Las fuentes disponibles permiten comprobar que la concentración de renta y riqueza sufrió una fuerte reducción durante las primeras décadas de poder soviético en relación con el régimen zarista, todo ello en un contexto de mejora relativa de las condiciones de vida en comparación con Europa occidental, al menos hasta la década de 1950."

Ningún régimen fascista logró tales cambios, pues su finalidad no fue cambiar el orden económico-social, sino defenderlo por todos los medios, incluyendo el terror. En este sentido, hay que denunciar los actos de violación de los derechos políticos de la ciudadanía realizados por las dictaduras, pero no se debe olvidar el contexto en el cual tales violaciones y represiones tuvieron lugar.

La resolución ignora qué quiere decir Derechos Humanos

El Parlamento Europeo parece desconocer la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aprobada en el año 1948, la cual define las diferentes dimensiones de los derechos humanos, que incluyen desde derechos económicos (tales como el derecho al trabajo y a una vida digna) a los derechos sociales (como el derecho a la sanidad y a la educación), así como los derechos cívicos y políticos (el derecho a la libertad de organización y de expresión). El presidente Roosevelt, que fue el presidente más popular de EEUU, enfatizó la necesidad de desarrollar los derechos humanos en todas sus dimensiones. Y es importante resaltar que fue un momento de gran interés cuando el presidente Obama, en su visita a Cuba, felicitó al gobierno cubano por el desarrollo de los derechos económicos y sociales en aquel país, criticando a la vez la ausencia de los derechos civiles y políticos, subrayando la enorme importancia que tenían tales derechos. Ahora bien, es importante señalar que a la declaración anterior añadió que aceptaba la crítica que podría hacerse a EEUU por las limitaciones en el desarrollo de los primeros derechos (los económicos y sociales) en ese país. Sería aconsejable que los que apoyaron tal resolución se leyeran el discurso del presidente Obama.

Homologar la represión de la URSS con la del nazismo (que carecía de elementos progresistas emancipadores) porque ambos regímenes eran dictatoriales altamente represivos es no solo olvidar el motivo y la razón de aquella represión, sino olvidar la dimensión progresista que tuvo la URSS. Como bien señala Enzo Traverso en su artículo El totalitarismo. Usos y Abusos de un concepto, la revolución bolchevique significaba el cambio profundo de unas estructuras –el zarismo- que era necesario que desaparecieran para desarrollar un potencial emancipador. La violencia utilizada, extrema en el caso del estalinismo, debe ser denunciada, pero incluso siendo denunciable, no puede homologarse a la violencia del nazismo, pues este (así como el fascismo) utilizó el terrorismo para defender unas estructuras económicas profundamente opresivas. De nuevo, el caso de España fue un claro ejemplo de ello.

En este sentido, hay que subrayar que las diferencias entre los nuevos fascismos (definidos erróneamente como populismos de ultraderecha) se basan más en las políticas económicas promovidas por tales partidos –el estatismo del partido de Le Pen en Francia, diferente al neoliberalismo extremo de Vox en España - que no en su función e ideología, que es la de defender a ultranza los grupos económicos y financieros existentes en cada país, ocultándolo con un nacionalismo extremo, excluyente, clasista, racista y machista, caudillista, autoritario y antidemocrático.

La necesaria denuncia y crítica al estalinismo no puede ser motivo de tergiversación de lo que el comunismo consiguió (a pesar de sus errores) en el siglo XX

En cuanto a la Unión Soviética, debe denunciarse la dimensión represiva que tuvo el comunismo soviético. El punto flaco del sistema soviético fue que el Partido Comunista se transformó en Estado, creándose las bases para que apareciera una nueva clase gobernante que, en ausencia de sistemas de control democrático, se transformó en un régimen que, aunque continuaba con la retórica socialista, ocultó una nueva sociedad de clases, siendo la Unión Soviética un ejemplo de ello a partir de los años 60. Esto lo documenté en mi libro Medicine and Social Security in the USSR, causa de que fuera declarado persona non grata en aquel país y que mis libros fueran confiscados en la frontera cuando alguien los traía a la URSS gobernada por el Sr. Breznev. Y ese ha sido el punto débil de la URSS. Pero el hecho de que ello ocurriera –confundiendo comunismo con estalinismo– no puede ser utilizado para homologar comunismo con nazismo. El hecho de que tanto el nazismo como el estalinismo fuesen dictaduras –algo que deben denunciarse– no permite homologarlas, pues las ideologías que las sostenían eran opuestas. Decir que la dictadura en Cuba es homologable a la dictadura de Pinochet, y con ello concluir que el comunismo es homologable al fascismo, es ignorar la enorme diferencia en la calidad de vida de las clases populares –la mayoría de la población– en Cuba (con universalidad de derechos laborales y sociales) y en el Chile de Pinochet, una dictadura fascista de orientación neoliberal (orientación esta última dominante en el Parlamento Europeo) donde la calidad de vida empeoró enormemente, algo frente a lo que hoy la población chilena ha salido a la calle (a pesar de llevar ya casi 30 años de democracia). Cualquier analista que compare las ideologías verá que, al menos en teoría, una de ellas propone solidaridad y extensión de derechos. El nazismo, en cambio, con su énfasis en el imperio, el nacionalismo excluyente, el clasismo, el racismo y el machismo, propone lo opuesto.

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Crítica a Thomas Piketty: ¿incremento de desigualdades o de explotación? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/11/28/critica-a-thomas-piketty-incremento-de-desigualdades-o-de-explotacion/ Thu, 28 Nov 2019 06:56:50 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5047 Continuar leyendo "Crítica a Thomas Piketty: ¿incremento de desigualdades o de explotación?"]]> Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

El aumento de las desigualdades de renta y de propiedad ha sido tan grande en la mayoría de países del mundo capitalista desarrollado que ha llamado la atención de los mayores fórums y medios de comunicación en tales países, así como en las instituciones internacionales. En realidad, el tema de las "desigualdades" se ha convertido casi en un tema de moda. Desde el Foro de Davos (el Vaticano del pensamiento neoliberal) hasta el Foro Social Mundial, todos hablan del tema de desigualdades.

Pero lo que es interesante (y diría yo también intrigante) es que apenas se habla de otro término (o concepto) que está claramente relacionado con el tema de desigualdades. Y me refiero al término (y concepto) de explotación, raramente citado y todavía menos analizado, por ser considerado demasiado polémico. Los datos, sin embargo, muestran que es casi imposible entender la enorme evolución de las desigualdades hoy en el mundo capitalista desarrollado sin hablar de explotación.

Qué es explotación

En realidad, el concepto explotación es muy fácil de definir: A explota a B cuando A vive mejor a costa de que B viva peor. Y A y B pueden ser clases sociales, géneros, razas, naciones o ambientes. Me explico: cuando a un trabajador se le paga menos de lo que contribuye con su producto o servicio a fin de que su empleador (el empresario) pueda aumentar más sus beneficios, hablamos de explotación de clase. Cuando una pareja (hombre y mujer) que viven juntos y trabajan los dos, llegan a casa al mismo tiempo y la mujer se va directamente a la cocina a preparar la cena para los dos mientras el marido se sienta para ver la televisión, hablamos de explotación de género. Cuando a un ciudadano negro se le paga menos que a un blanco por hacer el mismo trabajo, entonces indicamos que hay explotación de raza. Cuando un Estado–nación impone a otro más pobre las condiciones del comercio internacional que le favorecen, a costa de los intereses de esa nación pobre, hay explotación de nación. Y cuando la compañía Volkswagen era consciente del daño causado por sus automóviles, contaminando más de lo legalmente permitido, beneficiándose a costa de dañar la salud de la población, había un caso de explotación del medioambiente por parte de dicha empresa, a costa de la salud de la población.

El crecimiento de las desigualdades de clase causado por un aumento de la explotación

Portada del libro 'Capital e Ideología', de Thomas Piketty.
Portada del libro 'Capital e Ideología', de Thomas Piketty.

Pues bien, una de las desigualdades más acentuadas y que han aumentado más sustancialmente desde los años ochenta del pasado siglo han sido las desigualdades por clase social, y ello se debe al aumento de la explotación de clase, que explica en gran medida la evolución de estas desigualdades de clase, las cuales, a su vez, afectan a otros tipos de desigualdades (como las desigualdades de género originadas por otros tipos de explotación, como mostraré más adelante). La explotación de clase centra la dinámica de las sociedades capitalistas hasta tal punto que no se puede entender ni la génesis ni el desarrollo de la Gran Depresión o de la Gran Recesión en el mundo capitalista desarrollado sin analizar la evolución de tal explotación. Incluso un economista keynesiano como Paul Krugman ha reconocido últimamente esta realidad, señalando que el economista que explicó mejor la evolución de los ciclos económicos fue Michal Kalecki (que influenció a Keynes), que puso la explotación de clase y el conflicto generado por tal explotación en el centro de su análisis. Thomas Piketty, en su último libro Capital e ideología así también lo reconoce, aludiendo a la famosa cita de Karl Marx: "La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases".

La explotación de clase durante la Gran Recesión

Esta observación aplica claramente a España (incluyendo Catalunya), uno de los países de la UE con mayores desigualdades por clase social. Las rentas del trabajo han ido disminuyendo en España (incluyendo Catalunya), mientras que las rentas del capital han ido aumentando, siendo el ascenso de estas últimas a costa del descenso de las primeras. En España (incluyendo Catalunya) el conflicto de banderas (la borbónica por un lado y la estelada independentista por el otro) durante los años de la Gran Recesión ha ocultado esta realidad.  La enorme crisis de legitimidad del Estado se basa precisamente en esta realidad.

Uno de los elementos de estabilidad del sistema capitalista, que era la ideología de la meritocracia (que asumía que el mérito era el motor que definía la jerarquía social), ha perdido toda su credibilidad y capacidad cohesionadora, pues pocos se la creen. Y ahí está el problema para la reproducción del régimen político actual. Esta realidad muestra el poder de las ideologías en la configuración de las desigualdades, como concluye, con razón, Piketty en el libro anteriormente citado, Capital e ideología. Ahora bien, el gran error de Piketty es que concede excesiva autonomía a las ideologías, sin apercibirse de que las que él cita han sido creadas y promovidas para satisfacer los intereses de las clases que las originan. Piketty reconoce que Karl Marx llevaba razón (cuando ponía la lucha de clases en el centro de la explicación), pero añade inmediatamente después que hoy la lucha no es entre clases, sino entre ideologías. Por lo visto, Piketty no se da cuenta de que, como acabo de decir, las ideologías son sostenidas y promovidas como instrumentos del poder de clase. La meritocracia era una ideología promovida por los que estaban en la cúspide del poder, para justificar su derecho a dominar. Y el neoliberalismo ha sido la ideología de la clase capitalista dominante, como bien muestran los datos sobre la evolución de las rentas y su enorme concentración, lo cual ha ocurrido a costa de la clase trabajadora, cuyo nivel de vida ha ido empeorando. La evidencia de ello es clara y contundente (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Naturalmente que tales ideologías (de clase) no son las únicas, pues cada tipo de explotación genera diferentes ideologías. La explotación de género se sostiene gracias a la existencia de ideologías que reproducen tal explotación. Pero todas ellas están también influenciadas por las ideologías encaminadas a reproducir el dominio de clase. Hay muchos ejemplos de ello. Como ha escrito Rosalind Gill en su libro Cultura y subjetividad en tiempos neoliberales y posfeministas, el neoliberalismo (la ideología de la clase capitalista) influenció la expansión del erotismo en la moda femenina, a fin de empoderar a la mujer para competir en el mundo dominado por el hombre en términos que reproducían también el dominio del machismo, que veía a la mujer como objeto de deseo del hombre. Lo que la mujer (liberal) creía que era la libre expresión de su voluntad era, en realidad, la reafirmación de su opresión, presentándola como objeto de deseo.

Una situación semejante se da en las ideologías basadas en la explotación de raza (y de clase). El racismo ha jugado un papel clave en desempoderar al mundo del trabajo, dividiéndolo por raza. Es de sobras conocido que el racismo juega un papel clave en la desunión de la clase trabajadora., causa de que sea ampliamente promovido por la clase dominante. Como bien dijo Martin Luther King una semana antes de ser asesinado, "la lucha central en EEUU que afecta a todas las demás es la lucha de clases". Lo dicho anteriormente no es, como algunos estarán tentados de pensar, reduccionismo de clase, sino intentar recuperar y resaltar la importancia de la clase social como variable de poder en el análisis de la realidad, y no solo a nivel económico, algo que raramente se hace no solo en los medios, sino también en los análisis académicos.

La explotación requiere dominio, hegemonía y represión por parte de los explotadores

Y estas ideologías se sustentan a base también de una enorme represión. Basta ver qué está ocurriendo en varios países de Latinoamérica hoy. De ahí que considere enormemente ingenua la observación que hace Piketty en su crítica a Marx. Dice Piketty: "A diferencia de la lucha de clases, la lucha de ideologías está basada en el conocimiento y las experiencias compartidas, en el respeto al otro, en la deliberación y en la democracia." Tengo que admitir que tuve que leer este párrafo dos veces. Mis muchos años de experiencia y conocimiento de la realidad en los varios países en los que he vivido y he trabajado muestran que no es así. Piketty idealiza el sistema democrático. La prueba de ello es que el siglo XXI se está caracterizando por las enormes agitaciones sociales frente a las consecuencias de la aplicación de las políticas de clase impuestas por los grupos dominantes.

Hoy, la gran mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte están experimentando una enorme crisis de legitimidad de sus Estados, resultado en gran parte de la aplicación de las políticas públicas neoliberales impuestas por los partidos gobernantes, incluidos los partidos socialdemócratas cuyo compromiso y aplicación de políticas públicas del mismo signo han generado su enorme colapso e incluso desaparición, como ha sido el caso del partido socialista en Francia, país donde reside Thomas Piketty. El surgimiento de la ultraderecha en Europa y el gobierno de ultraderecha que gobierna EEUU son un indicador de tal crisis. Me parece incoherente que a la luz de estas realidades, Piketty concluya que los sistemas políticos actuales responden a la idealizada versión que caracteriza su definición de ellos. Hoy estamos viendo el fin de una etapa en la que el poder de las clases dominantes ha alcanzado un nivel tal que la propia supervivencia de los sistemas democráticos está en juego. La escasa atención que Piketty presta al contexto político del fenómeno económico (que es casi característica de los estudios económicos actuales) empobrece su análisis, pues hace poco creíble que las propuestas que hace puedan considerarse como factibles sin que exista un cambio más sustancial de lo que él considera.

Respecto a sus propuestas, admito reservas en cuanto al hecho de que la solución pase por gravar a las rentas superiores y a la clase de propietarios del capital y que se distribuya la renta a cada uno de los ciudadanos. Ya he expresado mis reservas en cuanto a priorizar una renta universal a costa de un cambio más significativo, que es utilizar los fondos adquiridos mediante la grabación del capital y de las rentas superiores para crear una sociedad en la que cada uno contribuya según sus habilidades y los recursos se distribuyan según sus necesidades. Habiendo dicho esto, no quiero desalentar al lector a que lea el libro de Thomas Piketty, que como siempre tiene información de gran interés.

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Desigualdad
Unamuno y la demonización de la República española https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/11/25/unamuno-y-la-demonizacion-de-la-republica-espanola/ Mon, 25 Nov 2019 06:00:07 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5029 Continuar leyendo "Unamuno y la demonización de la República española"]]> Estimulado por el buen recibimiento que tuvo en círculos progresistas del país la película Mientras dure la guerra, que se centra en la figura de Miguel de Unamuno (que había sido uno de los intelectuales más conocidos de España en los años treinta y Rector Perpetuo de la Universidad de Salamanca), fui al cine a verla. En general, en tales círculos se había valorado positivamente el mensaje que la película había transmitido. La película da una visión de cómo se preparó el golpe militar de 1936 en España, que según Miguel de Unamuno había tenido lugar para corregir los supuestos desmanes y el desorden creados por la II República, objetivo que él había compartido cuando tuvo lugar el golpe pero del cual se alejó más tarde, cuando vio que se desviaba de él, estando el generalato influenciado por el general Millán-Astray (de famosa crueldad), que se convirtió en el mayor promotor del general Franco, que por fin (y, al principio, a regañadientes) aceptó ser el Caudillo por la Gracia de Dios. Fue así como tal golpe dio inicio a una brutal represión, justificada por los golpistas (dicho en boca de Franco) porque el otro bando, el republicano, hacía lo mismo. Según la película, la creciente toma de conciencia de que los sublevados eran igual de represivos que los republicanos a los que sustituyeron es lo que llevó a Unamuno a su gran decepción y denuncia de los golpistas que anteriormente había apoyado (tras haber denunciado a la República por sus desmanes). El mensaje que se transmite en la película es, pues, que las dos Españas (representadas por dos personajes, Unamuno y un joven republicano en constante discusión como telón de fondo) eran igualmente represivas, incapaces de debatir, convencer y argumentar, ambas carentes de madurez democrática.

Admito que, en algunos círculos y en algunas partes de España, esta película puede verse como una película valiosa para la causa democrática, pues muestra la crueldad de los golpistas y las barbaridades que promovieron. Para aquellas personas que todavía crean que los golpistas militares de 1936 fueron necesarios para salvaguardar España de las hordas republicanas (y que son millones, como lo atestigua el éxito de Vox en varias partes del país) tal película es anatema. Y supongo que esta es la causa de que fuera valorada positivamente en círculos progresistas. Pero para aquellos que estamos en desacuerdo con la existencia de dos Españas igualmente represivas, y que somos herederos de aquellos que en su día denunciaron el apoyo de Unamuno al golpe fascista, la película es criticable, pues no es verídica en la naturaleza del conflicto conocido como la Guerra Civil. Y de esta deficiencia, un punto clave es la naturaleza del terror ejercido por el Estado.

 El terrorismo fue la característica del bando vencedor, el Estado fascista

La República nunca tuvo el terror como política de Estado. En cambio, el Estado fascista dictatorial sí que lo tuvo, pues era intrínseco a la naturaleza del régimen. La existencia del terror era parte esencial de aquel régimen generado por unas minorías conscientes de que tenían a la mayoría de las clases populares en contra. De ahí que el terror fuera necesario para su propia supervivencia. No así para la II República. El terror nunca fue una política del Estado republicano. Es más, intentó incluso controlar los desmanes de sectores de la población, recuperando y reconstruyendo las propiedades afectadas. Cuando, por ejemplo, algunos sectores del movimiento sindical obrero (que odiaban, con razón, al clero y a las autoridades eclesiásticas de la Iglesia católica, por su apoyo al enormemente opresivo régimen borbónico) comenzaron a quemar y a destruir las iglesias, fue el Estado republicano y, en Catalunya, el gobierno de la Generalitat, los que intentaron parar tales actos, e incluso reparar los daños causados a los edificios. El Estado republicano tuvo una política de restauración del daño a los edificios, como queda bien documentado en la exposición Arqueología en el exilio: el museo de Arqueología de Catalunya y la Guerra Civil española (1936-1939) que hay en dicho museo, que acredita el enorme sacrificio que hizo dicho Estado para proteger las iglesias y otros edificios religiosos. Asociar la República con la quema de iglesias, como hizo recientemente la presidenta de la Comunidad de Madrid, del PP, Isabel Díaz Ayuso, muestra el grado de ignorancia y/o manipulación de la que la derecha es capaz para justificar la enorme represión que todavía hoy es glorificada por parte de las derechas (y no solo por parte de Vox). Por el lado fascista, los asesinatos políticos eran parte de una política de Estado. Como ha señalado el mayor experto sobre el fascismo europeo, el Profesor Malefakis, de la Columbia University, en Nueva York, por cada asesinato político que cometió el régimen fascista italiano liderado por Benito Mussolini, el régimen fascista liderado por el General Franco cometió 10.000. Fue uno de los regímenes más crueles y terroristas que haya habido en Europa en el siglo XX. Fue el régimen que dio lugar a más asesinatos políticos, asesinados cuyos cuerpos continúan hoy en paradero desconocido, un número, el de desaparecidos por causas políticas, que es el mayor (en términos porcentuales) en el mundo, después de Camboya.

Los golpistas fueron explícitos en su comportamiento, promoviendo el terrorismo. Como dijo el general Emilio Mola "Hay que sembrar el terror... hay que dejar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilaciones a todos los que no piensan como nosotros. Nada de cobardía. Si vacilamos en el ejercicio del terror no ganamos la partida". El terror fue el eje de lo que Paul Preston ha llamado genocidio, con la ejecución o exilio de un millón de españoles como parte del Holocausto Español. Fue precisamente el rechazo popular al golpe militar lo que estableció la política de matanza en masa de civiles en cada pueblo y ciudad ocupados. La gran mayoría de víctimas pertenecían a las clases populares que habían rechazado el golpe. El terror sembrado por el fascismo tenía un componente de clase muy acentuado, como también lo tuvo su machismo, pues incluía la violación de la mujer como parte del terror. Queipo de Llano, responsable de la ocupación de los que se llamaban a sí mismos los "nacionales" (portadores de un uninacionalismo españolista imperialista, que odiaba una visión plurinacional de España) en Andalucía, había alentado tal comportamiento de castigo.

"Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombre de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen".

Este general está todavía hoy enterrado, con todos los honores, en la basílica sevillana de la Macarena y no solo Vox sino también el Partido Popular y Ciudadanos se han opuesto a su exhumación. Al clasismo y sexismo se añadía un terror racista definiendo a los que describían como "rojos" como seres de raza inferior, que, como había indicado José Antonio Primo de Rivera, el fundador del partido fascista, eran "bereberes (de supuestas raza y cultura inferiores) que estaban invadiendo España para destruir la civilización cristiana". Tal declaración se hizo en el Día de la Raza, y este personaje continúa enterrado en el monumento al fascismo: el Valle de los Caídos.

La ignorada u ocultada II República

La II República fue una experiencia positiva para España. Breve, pero importante. En realidad, de conocerse lo que realmente pasó en la II República, se rompería la creencia ampliamente extendida en Europa (favorecida por la imagen tan negativa que dio el régimen fascista) de que España es un país violento, ignorándose que la II República fue conocida por sus reformas progresistas, realizadas mucho antes que en otros países, como Francia (que se presentaba como un país más ilustrado). Aprobó, por ejemplo, el aborto (primero, por la Generalitat de Catalunya, y luego expandida al resto del Estado) años antes de que se hiciera en países como Francia (que estaba gobernada por las izquierdas). La II República fue una de las épocas más progresistas que ha vivido España y para las clases trabajadoras y las mujeres, significó una enorme ventana de libertades, pues la monarquía había sido siempre un sistema de gobierno preferido por la Iglesia, que mantenía sumisas e ignorantes a las mujeres. En los años 20 y 30 solo el 0,51% de las mujeres jóvenes cursaba estudios superiores. La República dio el derecho a voto a las mujeres el 1 de octubre de 1931 (el sufragio universal femenino no fue implantado en Francia hasta 1944, o en Bélgica hasta 1948), iniciando muchas reformas que dotaron de dignidad y oportunidades al colectivo femenino.

Y para las clases populares, la II República significó una enorme apertura, rompiendo con las condiciones –como su falta de educación- que las mantenían en la ignorancia. Dicha ignorancia no era una consecuencia del olvido, sino el resultado de un proyecto de opresión de las derechas, a fin de mantener su dependencia emotiva y psicológica de la Iglesia. En Catalunya, y en todos los territorios de España, las reformas educativas alcanzaron, durante la II República, sectores populares y territorios que jamás habían conocido lo que era un maestro. Miles de maestros (incluidos mi padre, mi madre y mis tíos y tías) fueron a partes remotas del territorio a dar clases, en lugares donde se podía ir solo en mulas. Y dieron clases no solo a los niños, sino a los adultos. En realidad, una de las acusaciones vertidas sobre mis padres por parte del tribunal fascista que los juzgó, los sentenció y expulsó del magisterio fue, entre muchas otras, el utilizar la escuela pública para dar clases a personas adultas.

Esta es la realidad: intentar dignificar a estos grupos que oprimieron a las clases populares llamándolas "la otra España" (una supuesta España de partes y bandos iguales) es ocultar que lo que estaba sucediendo era la lucha para conservar el poder de una clase muy minoritaria en contra de la gran mayoría de la población. Era una lucha de clases en la que las clases dominantes utilizaban toda la represión para mantenerse en el poder. Era muy fácil ver las causas del golpe militar, y de todo ello apenas se habla en la película.

En realidad, miles de españoles no compartieron la admiración por la figura de Unamuno que transmite el largometraje. Fue una figura patética, alejada de la realidad que lo rodeaba en unos momentos claves en la historia de este país y que jugó un papel importante en crear la cultura de la que surgió el nacional-catolicismo, la versión española del fascismo europeo. Su toma de conciencia de la crueldad de los golpistas y su denuncia es valiosa y hay que aplaudirla, pero es dramáticamente insuficiente. Lo que echo también en falta en la película es una explicación del por qué tuvo lugar el golpe militar y por qué era previsible que ocurriera. Y echo también en falta el significado de la denuncia que hizo Unamuno a los golpistas. El "viva la muerte y mueran los intelectuales" no era un exabrupto de Millán-Astray. Era una presentación de la política cultural del fascismo, habiendo sido tal general el responsable de la oficina de Prensa y Propaganda del régimen, y el fundador de Radio Nacional de España. Su intención era asesinar y eliminar la cultura democrática y republicana del país, sustituyéndola de arriba abajo.

En esta campaña, el terror fue un componente esencial, pues incluyó asesinatos, encarcelamientos y exilio para miles y miles de maestros y académicos, con medidas enormemente crueles encaminadas a eliminar a toda una cultura democrática y republicana, presente en las políticas públicas de los gobiernos progre. Solo un año después del golpe, en 1937, se había expedientado a 50.000 maestros, lo que conllevó en muchos casos asesinatos, prisión, expulsión y/o exilio. Y al final del golpe, más del 40% del profesorado universitario se vio afectado. La famosa quema de libros de la Gestapo en Alemania ocurrió también en España. Yo guardo en mi casa copia de un ejemplar de El Capital, que mi padre tenía y que pudo recuperar medio cortado y medio quemado, ejemplar que siempre tuvo en su despacho hasta que murió, para recordar lo que significó el fascismo.

Todas estas realidades han quedado ignoradas u ocultadas durante la época democrática como consecuencia de la excesiva adaptación de las izquierdas al sistema borbónico, habiendo establecido una complicidad con las derechas para no recuperar la historia real de este país, complicidad que ha llegado a un nivel vergonzoso cuando el Estado no ha anulado las sentencias de los tribunales fascistas contra las víctimas de tanto terrorismo. La democracia española tiene limitaciones enormes que explican desde el todavía extenso subdesarrollo social (el gasto público social per cápita continua siendo de los más bajos de la Unión Europea de los Quince) hasta la falta de reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, consecuencia de que no es una democracia heredera de la II República, sino heredera del régimen que la interrumpió. Sin desmerecer lo mucho conseguido, no hay plena conciencia en el establishment político, mediático y académico español de lo mucho que queda por hacer. E incluso hoy estamos viendo el peligro de que retrocedamos en aquello conseguido.

Las derechas españolas, que nunca aceptaron su responsabilidad por el enorme daño que crearon sus antecesores a las clases populares de este país, hoy se están radicalizando en su ya extenso derechismo, mirando incluso nostálgicamente a aquel pasado que ha sido dulcificado, lo que ha sido posible por la complicidad de las izquierdas gobernantes con sus tímidas y dramáticamente insuficientes políticas de memoria histórica. Así de claro.

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Por qué la ultraderecha está creciendo en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/11/14/por-que-la-ultraderecha-esta-creciendo-en-espana/ Thu, 14 Nov 2019 06:41:36 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5017 Continuar leyendo "Por qué la ultraderecha está creciendo en España"]]> El presidente de Vox, Santiago Abascal, con el secretario general del partido ultraderechista, Javier Ortega Smith, y su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. EFE/Mariscal
El presidente de Vox, Santiago Abascal, con el secretario general del partido ultraderechista, Javier Ortega Smith, y su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. EFE/Mariscal

Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Qué está pasando en España

Dos fenómenos han estado ocurriendo en los últimos diez años en España, y que han generado las condiciones para que se dieran los resultados de las elecciones del pasado domingo, incluyendo el gran crecimiento de Vox (la ultraderecha española de raíces franquistas).  Uno es el tema nacional (también llamado territorial), que se ha centrado en el conflicto entre el Estado central, por un lado, y el movimiento independentista catalán, por el otro. Este conflicto ha polarizado el panorama político español y ha centrado la mayor parte de la atención mediática del país durante el período electoral. Las tensiones derivadas de tal conflicto han facilitado el crecimiento de las bases electorales de ambos movimientos nacionalistas, el españolista borbónico, por un lado, y el secesionista catalán, por el otro. La sentencia del Tribunal Supremo impuesta a los líderes independentistas encarcelados, que se dio a conocer días antes de las elecciones ha sido un factor determinante en el aumento de tales tensiones, que han beneficiado a los nacionalismos extremos de sentidos opuestos.

El otro gran tema ha sido la enorme crisis social, sin precedentes en el período democrático, que ha afectado muy negativamente el bienestar de las clases populares, cuyo nivel de vida es hoy menor que el que tenía antes de que se iniciara la Gran Recesión. Esta crisis ha sido causada, en parte, por los partidos gobernantes en España y, en Catalunya, por el gobierno nacionalista (hoy secesionista) catalán de la Generalitat de Catalunya que, mientras que en las calles se enfrentaban enarbolando banderas (la borbónica, por parte del Estado español, y la estelada por parte de la Generalitat de Catalunya), en los corredores del poder aprobaban e imponían las mismas políticas neoliberales, tales como las reformas laborales (que empoderaron al mundo empresarial a costa de debilitar a la clase trabajadora) y los recortes del Estado del Bienestar (que dañaron de una manera muy significativa la calidad de vida de las clases populares).

El surgimiento del populismo ultraderechista y los costes de la desmemoria histórica

Esta última crisis, sin embargo, ha sido ignorada o silenciada por los partidos gobernantes, tanto en las Cortes españolas como en el Parlament de Catalunya. Pero su existencia e imposición por parte del establishment político-mediático español y catalán ha generado –como era predecible y algunos así lo advertimos- un enfado popular, generándose un sentimiento anti-clase política -que podría haberse resumido bajo el lema "que se vayan todos"- del cual la versión más conservadora (y que mira al pasado para su inspiración) es Vox, que se ha presentado en los medios como el "vencedor" de las elecciones. El pasado inspirador de Vox es nada menos que la dictadura fascista liderada por el General Franco, cuya cultura permanece ampliamente extendida en España, pues no ha habido un intento creíble por parte del Estado español de corregir la historia sesgada de España durante el período democrático. Hay que recordar que la transición hacia el Estado democrático actual no supuso una ruptura con el Estado dictatorial anterior, sino una transformación que dejó poco cambiados muchos aparatos del Estado y su cultura, que había sustituido al republicano (y el cual ha sido "demonizado" incluso por sectores de las izquierdas).  De ahí que la expansión de Vox y su mensaje antiestablishment fuera predecible. Andalucía había dado la señal de aviso. Y este movimiento de nostalgia fascista se extenderá incluso más, pues los factores que lo causaron persisten. Vox es el partido que ha utilizado más las banderas – la borbónica, signo de la visión jacobina basada en la capital del Reino, que conlleva una visión nacionalista que niega su diversidad y plurinacionalidad- para ocultar su extremismo económico, lo cual ha sido fácil, pues el debate electoral no se centró en el tema social y económico (que casi nunca apareció) sino en el nacional. En realidad, Vox sí que habló de la crisis social, presentándose a sí mismo como un PARTIDO PATRIÓTICO Y SOCIAL, denunciando al establishment político-mediático español, por haber causado la enorme crisis. De ahí su atractivo para sectores de las clases populares que han sido perjudicadas por las políticas públicas impuestas por los partidos gobernantes.

Esta protesta antiestablishment incluye un rechazo y hostilidad hacia el lenguaje políticamente correcto de dicho establishment, mostrando su racismo y machismo que moviliza a sectores populares que atribuyen su mala situación a la inmigración y al supuesto favoritismo del Estado a los inmigrantes, a las mujeres y a "otros". Sin embargo, a este racismo y machismo hay que añadir también otra característica definitoria de tal partido: su clasismo, pues es un instrumento extremista al servicio de importantes intereses financieros y económicos españoles que ejercen gran influencia sobre sectores importantes del Estado español. Vox concentra las dimensiones más extremistas de las derechas españolas (que siempre han estado más sesgadas hacia la derecha que sus partidos homólogos en Europa). Su antisocialismo y anticomunismo es su ADN, pues el origen del fascismo fue precisamente la eliminación de cualquier forma de progresismo. Tanto el nazismo en Alemania como el fascismo italiano fueron establecidos (y apoyados por grandes intereses económicos y financieros alemanes e italianos) para parar a las izquierdas. Y un tanto igual ha ocurrido en España. La alternativa a Podemos soñada por el establishment político-mediático era Ciudadanos (como dijo el presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu: "Necesitamos un Podemos de derechas"). Tal partido resultó ser incapaz para parar a las izquierdas. Es por ello que ha sido sustituido por una versión más dura, Vox, con unas propuestas -tanto en el área económica y social como en el área identitaria y nacional- que son una versión extrema de las de Ciudadanos. En este aspecto, es interesante subrayar que, en Barcelona, donde Vox consiguió más apoyo, fue en el distrito más pudiente de la ciudad, Sarrià-Sant Gervasi, y en el distrito más pobre, Nou Barris (que tiene un gran número inmigrantes). Los intereses económicos priman en el apoyo de las clases pudientes a Vox. Los problemas de precariedad laboral, desempleo, bajos salarios y, en definitiva, de bajón de nivel de vida, junto a los discursos que señalan a los inmigrantes como una amenaza, explican el apoyo a Vox. El nacionalismo extremo excluyente es un elemento clave para atraer a las clases populares que están perdiendo su identidad en el mundo globalizado. En este sentido, sus semejanzas con el trumpismo en EEUU son muy notables. El lenguaje antiestablishment de "que se vayan todos", de antigobierno, nacionalismo extremo y anti-inmigración es común en aquella formación política. Como ocurre con el trumpismo en EEUU, la base electoral de Vox incluye los extremos, desde sectores muy pudientes (a los cuales favorecen con sus políticas ultraneoliberales) a sectores muy pobres, siendo estos últimos los sectores más olvidados por parte del establishment político-mediático, claramente perjudicados por las políticas de globalización, incluyendo inmigración.

Las políticas económicas y sociales reaccionarias de Vox

Es extraordinario que en la mayoría de entrevistas a los dirigentes de Vox apenas han aparecido sus propuestas económicas y sociales. Sus dirigentes reproducen meras generalidades –como también hace Trump- sin especificar sus medidas, que sí que pueden verse, sin embargo, en sus programas, aun cuando estas estén en un nivel muy rudimentario. Estas están en la línea liberal de las derechas que se autodefinen como centroderecha: PP; o de centro, C’s. Representan el neoliberalismo radical de la economía y el desmantelamiento del Estado del bienestar. En cuanto al gasto público, proponen anular completamente el déficit y la deuda pública (medida extrema de la que, por otro lado, piden también los otros partidos en intensidades más moderadas). Quieren, con ello, impulsar un cambio radical dentro de un proyecto que los otros partidos de derecha comparten. Tal objetivo se conseguiría a través de unos recortes del gasto público muy notables que reducirían todavía más los insuficientes recursos del Estado del bienestar, y que dañarían enormemente a las clases populares.

Esta medida iría acompañada de una reducción de impuestos, que se justifica subrayando que la escasa capacidad adquisitiva de los trabajadores se debe primordialmente a la supuestamente excesiva carga fiscal. Bajarían los impuestos a todas las personas de todos los niveles de renta. Los más beneficiados serían los que ingresan más de 60.000 euros anuales, que pasarían de pagar el 45% actual a un 30%, así como las rentas empresariales con una reducción muy notable del impuesto de sociedades, que pasaría del 25% al 22%, eliminando a la vez los impuestos de sucesiones y de propiedad.

Son favorables también a la privatización de los servicios públicos, así como una desregulación masiva de aquellas normas que interfieren con la libertad del mercado. También están a favor de la privatización y dualización por clase social de los servicios públicos del Estado del bienestar, tales como la sanidad y la educación. Un tanto igual en cuanto a las transferencias públicas, como las pensiones, proponiendo la privatización de buena parte de tales transferencias, como ya propuso la escuela ultraliberal de Chicago en Chile, siendo aplicadas por el General Pinochet, al cual asesoraron. Tales políticas han sido también propuestas, por cierto, por el economista ultraliberal, el independentista Sala i Martín, economista promovido por los medios de comunicación del gobierno independentista catalán, TV3 y Catalunya Ràdio. Crearían así un sistema dual de pensiones, favorecedor de las pensiones privadas (con bonificaciones fiscales), incluyendo toda la vida laboral para calcular la pensión de jubilación (en lugar de los últimos años trabajados). Tales medidas se han aplicado en Chile y fueron una de las razones de que esté habiendo una revuelta popular. Vox también propone la recentralización de numerosas competencias autonómicas, tales como la sanidad, la educación y la justicia, eliminado gran número de competencias locales.

No es solo racista y sexista. Es también clasista ¿Quién se beneficiaría de la subida de Vox?

La evidencia es abrumadora en el sentido de que la aplicación de tales políticas beneficiaría muy marcadamente a las rentas de capital y del mundo empresarial, así como a las rentas superiores a costa de un gran descenso de las rentas de la clase trabajadora y de las clases populares. Es la máxima expresión del poder de clase en la lucha de clases que define en gran medida la realidad existente (y ocultada) en España.

En este aspecto, su visión no es solo racista y sexista, sino también clasista (punto que parece olvidado por los portavoces progresistas que priorizan sistemáticamente la denuncia a la discriminación de género y raza, olvidándose de la discriminación por clase social). Vox es la máxima expresión del poder de la clase dominante. Su nacionalismo extremo, basado en una concepción de superioridad nacional, su autoritarismo antidemocrático y chauvinista, y su anti-progresismo tienen un marcado componente clasista, a favor –por supuesto- de la clase dominante. Esto es lo que representaba el fascismo español y esto es lo que representan ahora sus herederos.

La "supuesta victoria de Vox"

La noticia que ocupó mayor espacio mediático en el día de las elecciones fue el gran crecimiento de Vox, alcanzando un número de escaños (52) que le da gran capacidad de influencia en las Cortes españolas, y que refuerza, dentro del bloque de las derechas, el tono agresivo de las políticas represivas del Estado en el tema nacional y promueve todavía más las medidas ultraliberales en el tema económico-social.

No hay que ignorar, sin embargo, que, como he indicado en varias ocasiones, una de las causas de tal supuesta victoria fue el clima de enfado que existe en este país hacia el establishment político-mediático y hacia la clase política. Pero, además de ello, hubo otros dos factores que contribuyeron en gran medida. Uno es el sistema electoral sesgado a fin de favorecer a las fuerzas conservadoras y, el otro factor, es la división y atomización de las izquierdas que ha caracterizado históricamente a las fuerzas progresistas del país (habiendo sido una de las causas de su derrota frente al golpe fascista de 1936).

El sistema electoral poco representativo

Vox consiguió menos votos que la suma de los votos obtenidos por Unidas Podemos y sus confluencias y Más País. Vox obtuvo 3.640.000 votos, 34.000 votos menos que Unidas Podemos y sus confluencias y Más País juntos (3.674.000 votos). Unidas Podemos y sus confluencias consiguieron 3.097.000 votos, y Más País 577.000. En cambio, el número de escaños para UP y confluencias y Más País fue de 38 en total (35 para UP y confluencias y 3 para Más País), un número mucho menor a los 52 escaños obtenidos por Vox. En realidad, un dato poco conocido es que, sumando todos los votos a partidos de izquierda (incluyendo aquellos que no consiguieron representación parlamentaria) el número total de votos es mucho mayor que el total de los votos a las derechas. En las elecciones anteriores (28-A) fueron 1,1 millones de votos más, número que descendió a 964.000 debido a que la abstención fue mayor entre las izquierdas que entre las derechas. Hay miles y miles de votos de izquierda que no tienen representación parlamentaria, lo cual daña a las izquierdas. El hecho de que un nuevo partido, Más País, se presentara en 18 provincias, sacando escaños en solo dos de ellas, significó no solo una pérdida de tales escaños, sino que perjudicó y penalizó a los otros partidos de izquierda con representación parlamentaria al dividir el voto. En Comú Podem perdió un escaño debido a la transferencia de lealtades a Más País que no consiguieron ningún escaño.

De ahí que la gran división y atomización de las izquierdas han sido muy negativas para las fuerzas progresistas, y muy en especial para las izquierdas. Su causa es la limitadísima proporcionalidad del sistema electoral español. El principio democrático de que cada voto vale lo mismo se viola en la ley española. En realidad, si hubiera sido un sistema proporcional (es decir, que el número de escaños fuera proporcional al número de votos obtenidos en el conjunto del Estado) y sin barrera electoral, la diferencia de escaños entre las derechas y las izquierdas sería mayor, pasando las izquierdas de 180 a 182 escaños, y las derechas de 170 a 168. Dentro de las izquierdas, el PSOE bajaría de 120 a 98 escaños (22 menos) y Unidas Podemos subiría de 35 a 45; los demás ganadores de la izquierda serían Más País, que pasaría de 3 a 8 escaños; la CUP, que pasaría de 2 a 4 escaños; BNG pasaría de 1 a 2; y el PACMA accedería al Congreso con 4 escaños, junto con Recortes Cero-GV, PUM+J y ARA-MÉS-ESQUERRA, que entrarían con un escaño cada uno.  Es decir, que no solo las izquierdas ganarían paso frente a las derechas, sino que las izquierdas a la izquierda del PSOE ganarían peso dentro del bloque de las izquierdas.

La escasa (por no decir nula) recuperación de la memoria histórica explica que se desconozca que la ley electoral española tiene sus orígenes en la aprobación de los principios de tal ley electoral por parte de la Asamblea Nacional (el órgano fascista que dirigía la vida política del régimen dictatorial) y que exigía que se aceptara por el nuevo régimen democrático como condición de que tal Asamblea desapareciera. Y aun cuando hubo cambios en las Cortes españolas democráticas, se mantuvieron intactos los principios de tal ley (consecuencia del enorme poder de las derechas en el nuevo Estado que no fue una ruptura sino una modificación del régimen anterior). Tal sesgo conservador explica también que cuando el gobierno de derechas nacionalista catalán (el pujolismo) tuvo oportunidad de cambiarla, no lo hizo (puesto que también le favorecía).

El gran potencial de expansión Vox: la mayor amenaza a la democracia

Existe un gran potencial de expansión de Vox porque el sentimiento antiestablishment de "que se vayan todos" se va extendiendo en España, donde no ha habido un cambio notable de la cultura dominante (de escasa sensibilidad democrática), que siempre ha utilizado el patriotismo como manera de defender una estructura profundamente clasista y conservadora. De ahí que la alternativa a este populismo antidemocrático sea restablecer la alianza antifascista que fue exitosa en la moción de censura al gobierno Rajoy y que es esencial para el progreso de España. Tal alianza debería ser el resultado de la colaboración de las fuerzas de izquierdas con los nacionalismos "periféricos", dentro de un marco que mantenga la plurinacionalidad en la que la unidad sea fruto de la voluntad popular de cada una de las naciones y pueblos que la constituyen, como así constó durante la resistencia antifascista, declarando que la democracia actual se considera continuadora de la que existió durante la II República, denunciando la dictadura y el daño que sus herederos hicieron -y han continuado haciendo- a las clases populares de este país.

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Ultraderecha,Vox
La necesidad de votar para posibilitar cambios urgentes, necesarios y profundos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/11/08/la-necesidad-de-votar-para-posibilitar-cambios-urgentes-necesarios-y-profundos/ Fri, 08 Nov 2019 06:00:58 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=5006 Continuar leyendo "La necesidad de votar para posibilitar cambios urgentes, necesarios y profundos"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

Las clases populares en España están sufriendo la mayor crisis social que haya existido durante el período democrático (1978-2019). Su estándar de vida y su bienestar social han descendido notablemente durante los últimos 12 años (2007-2019), período conocido como la Gran Recesión que, en contra de lo que dice el establishment político-mediático español, continúa. Y ello como consecuencia de la aplicación de políticas públicas (reformas laborales regresivas y recortes de los fondos públicos que financian los servicios públicos del Estado del Bienestar (como la sanidad, la educación, la vivienda, los servicios sociales, entre otros) y sus transferencias (como las pensiones), que ya antes de la Gran Recesión eran muy insuficientes, y que han descendido todavía más. Tales políticas han sido impuestas (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales) por los gobiernos de los partidos neoliberales, tales como el Partido Popular (con el apoyo de Convergència, hoy PDeCAT, y de Ciudadanos), y socioliberales, como el PSOE liderado por Zapatero (y en Catalunya por los gobiernos Mas, Puigdemont y Torra, con el apoyo de ERC). Estas políticas neoliberales han tenido un impacto muy negativo en la calidad de vida de las clases populares, que son la mayoría de la población.

La evidencia que apoya lo que afirmo es clara y convincente. Miren los datos y lo verán (ver mis recientes artículos La crisis nacional está agravando la olvidada crisis social, 22.10.2019, y La enorme crisis social en Catalunya ignorada u ocultada en el debate electoral, 06.11.2019). La crisis social es muy grave y sin precedentes, y las políticas impuestas por los gobiernos Zapatero y Rajoy en España (y Mas, Puigdemont y Torra en Catalunya) han sido un factor clave en su creación.

Las políticas neoliberales han favorecido a una minoría –los de arriba- a costa del bienestar de la mayoría –las clases populares-

Tales políticas, que han perjudicado a la mayoría de la población, han beneficiado, sin embargo, a una minoría que son los que las han defendido con mayor ahínco. La minoría es lo que en la terminología anglosajona se conoce como The Corporate Class: la clase de los propietarios y gestores de las grandes empresas financieras, industriales y de servicios que ejercen una gran influencia en las instituciones del Estado español (y de la Generalitat de Catalunya y otros gobiernos autonómicos), incluyendo a los partidos políticos y los mayores medios de información (prensa y televisión).

Esta clase social, definida también por el Premio Nobel Joseph Siglitz como el 1%, tiene a su servicio grandes sectores de las clases medias profesionales (de formación universitaria la mayoría) que constituyen los órganos de gestión y reproducción de las relaciones de poder existentes. De nuevo, la evidencia de ello es abrumadora. Miren la distribución de las rentas en España, y lo verán. Las rentas del trabajo han ido bajando y las rentas del capital han ido subiendo. Y, dentro de los propios salarios, también ha habido una polarización muy marcada, en la que una minoría ha visto crecer sus salarios exponencialmente, mientras que la gran mayoría ha visto como los suyos retrocedían. Esta es la mayor causa del gran aumento de las desigualdades. Las desigualdades por clase social son las mayores desigualdades sociales en España (y son las menos visibilizadas mediáticamente).

El gran deterioro de la democracia

Como consecuencia de este aumento de las desigualdades (propiciado por aquellas políticas) ha habido un deterioro muy notable del sistema democrático. La democracia española, ya de calidad limitada, resultado de una transición inmodélica que perpetuó el enorme dominio de las fuerzas conservadoras en el aparato del Estado (y no solo en los aparatos de seguridad y de justicia, sino en el resto de ellos también) y de un sistema electoral muy poco proporcional (y por lo tanto poco representativo), se ha ido deteriorando, limitando los derechos políticos, sociales y laborales de la ciudadanía, a base de políticas fiscales regresivas, políticas represivas y de control de la ciudadanía, además de una excesiva y abusiva legislación a favor de la propiedad (como el sistemático apoyo a los propietarios de viviendas, en detrimento de los inquilinos) y/o los empresarios (como el derecho empresarial al despido de los trabajadores, con bajas intermitentes aunque sean justificadas y sin indemnizaciones).

La protesta generalizada

Estas políticas provocaron la creación de un movimiento de protesta, llamado 15M, que supuso un tsunami político que cuestionó la legitimidad del sistema democrático. Su eslogan "no nos representan", enormemente popular, se extendió rápidamente. Y el movimiento político y social que originó –Podemos- tuvo un efecto revulsivo que afectó a todo el sistema democrático hasta el día de hoy. Predeciblemente, creó una resistencia enorme, en la que la represión por parte de la estructura de poder no tuvo límites, incluyendo las cloacas del Estado, con la colaboración de medios, personajes y periodistas que continúan operando con plena impunidad, síntoma de la baja calidad democrática del sistema (en otros países estas personas estarían encarcelados y tales medios eliminados).

La urgente necesidad del cambio

No hay una fuerza política a nivel del Estado que sea más reprimida por el Estado y por los grandes medios de información y persuasión que la alianza de Podemos con IU y sus confluencias como En Comú Podem y En Marea. De nuevo, la evidencia de ello es abrumadora. Su influencia inspiró otras fuerzas políticas como las bases del PSOE, que presionaron para que hubiera un cambio en la dirección de tal partido, con la elección de Pedro Sánchez como Secretario General que abrió un escenario de gran esperanza. Parecía posible que las políticas públicas neoliberales, que el PSOE de Zapatero había hecho suyas y que habían ocasionado tanto daño, fueran revertidas. Y sus primeros pasos parecían confirmarlo. Pero la gran sorpresa fue que, pronto después de salir elegido, dio un giro de 180 grados.

Aquellos que cuestionan que haya habido un cambio tan radical en las políticas de Sánchez hacen referencia al área de colaboración entre el PSOE e IU en la preparación del presupuesto, así como en la oferta de una vicepresidencia y tres ministerios, subrayando que el culpable de lo ocurrido no fue Sánchez, sino Pablo Iglesias, al cual se presenta como el causante de que haya habido necesidad de otras elecciones, abriendo la posibilidad de una reversión con victoria de las derechas, sesgadas todavía más hacia posturas liberales, como consecuencia del ultraliberalismo de Vox, que propone políticas públicas semejantes a las impuestas por el General Pinochet en Chile, que destruyó el sistema público de pensiones (entre otras medidas de desmantelamiento del Estado del bienestar), causa de las revueltas populares hoy en Chile.

El error de tales interpretaciones

Tal versión, tipificada por el comentario de Errejón de que "solamente con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no habría cambio posible y continuará el bloqueo", es reproducida en los medios pero implica una enorme y errónea simplificación de lo que está ocurriendo en este país. La personificación de la política es un reduccionismo, incapaz de explicar la realidad, con sus complejidades. Si negar el valor de las personas y los errores que por falta de experiencia hayan realizado los componentes del espacio UP y sus confluencias, los factores más determinantes de la situación actual, no han sido ni las personalidades de los individuos que han dirigido tales partidos ni las incompetencias, irresponsabilidades u otros adjetivos peyorativos que se han utilizado con excesiva frecuencia, predominantemente en contra de UP y sus confluencias.

Qué ha estado ocurriendo

Lo que hemos visto en este período es que UP y las confluencias han significado la amenaza más alarmante y creíble para el régimen del 1978, con la recuperación de las raíces republicanas de los movimientos progresistas, que han cuestionado muy profundamente el orden económico, político, social y mediático del país. En el plano económico, la amenaza vino con la posibilidad de revertir las políticas neoliberales, que son las políticas de la clase corporativa que ha ejercido su influencia política a través del sistema bipartidista, del cual el PSOE (y sobre todo, a partir de la clara conversión del PSOE al neoliberalismo, con la aprobación del artículo 135) se convirtió en la Tercera Vía en España (junto con Blair en el Reino Unido, Schröder en Alemania y Hollande en Francia), y que, el abandonar las bases electorales históricamente enraizadas en las clases populares, fue la causa de su enorme descenso electoral. La victoria del neoliberalismo y su adopción por parte de la socialdemocracia fue el inicio de su fin. Prueba de ello fue que la reversión del enorme declive del PSOE se debió precisamente a su giro a la izquierda (inspirado en el éxito de UP). De ahí que las bases del socialismo recordaron a Sánchez, que, "con Rivera no".

¿Por qué el cambio de Sánchez?

Es fácil de entender lo que ha ocurrido. Ha habido una enorme presión por parte de la Corporate Class, que transmite el mensaje de que "con Iglesias no". Los "volantazos" de Sánchez son cambios diarios de su postura, entre lo que sus bases exigen (un movimiento a la izquierda) y lo que los grupos de presión exigen (un movimiento a la derecha, con el PP y con Rivera). Acusar de inflexibilidad a la dirección de UP al no responder a la oferta de Pedro Sánchez es injusto. ¿Cómo podían UP y sus confluencias aceptar sin más una Vicepresidencia (con poderes sin definir), un ministerio relativamente menor -sanidad- que tiene delegadas la mayoría de sus atribuciones a las Comunidades Autónomas, y dos nuevos ministerios -que antes eran secretarías generales- con escasas responsabilidades? El Nuevo Ministerio de Vivienda no tendría potestad para regular el precio del alquiler, una de las principales demandas de UP y En Comú Podem. Y esta acusación es incluso más injusta teniendo en cuenta que cuando UP, En Comú Podem y En Marea lo aceptaron, con un extremo grado de generosidad, cediendo a la inflexibilidad del PSOE, Sánchez no lo aceptó. Atribuir la misma responsabilidad a UP, En Comú Podem y En Marea y confluencias a la que tuvo el PSOE por lo ocurrido es profundamente injusto.

Ha sido la dirección del PSOE que ha respondido a la presión de los poderosos minoritarios de siempre, bloqueando la alianza y coalición necesaria y que, de no haber un movimiento de sus bases en protesta y una victoria amplia de UP y sus confluencias, se continuarán las políticas neoliberales que han causado tanto daño. Por otra parte, la reversión de las políticas neoliberales requiere empoderar a las clases populares y facilitar su participación electoral a fin de forzar una amplia coalición de izquierdas. En realidad, un aspecto positivo es que las distintas sensibilidades dentro de un mismo espacio político (Unidas Podemos y sus confluencias) colaboraron en la elaboración de la estrategia del cambio, en el que las decisiones fueron consensuadas, lejos de la manipulada percepción de un personalismo dictatorial que, con una gran mezquindad, se ha intentado crear con la figura de Pablo Iglesias. Y tal decisión colectiva ha continuado existiendo en esta campaña también. La izquierda a la izquierda del PSOE se ha comportado con una camaradería y colegialidad que promete una unidad de acción sumamente positiva.

Una nota personal: recordar de dónde venimos

Las izquierdas han pasado épocas difíciles en momentos históricos anteriores, pero hay que recuperar la historia de nuestro país que la juventud desconoce. El gran drama de la democracia española es que las derechas nunca han tenido una cultura democrática. Y han continuado ejerciendo un control sobre los aparatos del Estado (y sobre los medios). Y todo intento de cambio se ha resistido por todos los medios, incluido el militar y/o policial. El golpe militar fascista de 1936 fue en respuesta a las propuestas reformistas del gobierno de alianzas de las fuerzas progresistas, el Frente Popular. Ahora ha habido un intento de revertir el neoliberalismo. Y todos los medios, incluyendo los represivos y antidemocráticos, se han movilizado para que ello no ocurra. Y parecería que lo están consiguiendo. Su victoria en 1936 fue la instauración de una de las dictaduras más reaccionarias y represivas de las existentes en Europa. El hecho de que hoy no se pueda incluso establecer esta alianza, significará la continuación de una de las mayores represiones con continuación del gran descenso de la calidad de vida de las clases populares. Y sería la extensión del trumpismo en España, bajo la influencia de Vox, la fuerza política más anti-clase trabajadora del país que, como hizo el fascismo, se presenta como su mayor defensor.

Hoy las banderas se han estado utilizando para defender intereses de clase. No es por casualidad que el amor a la patria se mida por el tamaño de la bandera borbónica, cuando el amor a la patria debería redefinirse como el amor a la mayoría de la población, que es la que en su vida cotidiana construye el país. El nacionalismo excluyente extremo, uninacional y jacobino, va en paralelo a su oposición a las reformas laborales que protegen a la clase trabajadora y a los servicios públicos del Estado del Bienestar. En este aspecto diferencias entre el PP, C’s y Vox son solo cuantitativas, no cualitativas. Es decir, en intensidad. Su nacionalismo españolista uninacional es el mismo. Y sus políticas económicas neoliberales también. Debería recordarse que sigue existiendo la posibilidad de que ellos pueden gobernar, y que el PSOE podría aliarse con dos de ellas. Hoy ello es una posibilidad real. Que no ocurra depende del lector y votante. La única garantía es que gane Unidas Podemos en España y sus confluencias, incluyendo a En Comú Podem en Catalunya. La alternativa es la continuación de la enorme crisis social.

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La enorme crisis social en Catalunya ignorada u ocultada en el debate electoral https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/11/06/la-enorme-crisis-social-en-catalunya-ignorada-u-ocultada-en-el-debate-electoral/ Wed, 06 Nov 2019 06:44:46 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4999 Continuar leyendo "La enorme crisis social en Catalunya ignorada u ocultada en el debate electoral"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Uno de los hechos más notorios que han ocurrido en Catalunya desde el inicio de la crisis económica y financiera (hace más de diez años) hasta ahora ha sido un declive muy notable (y sin precedentes en el período democrático) del bienestar y calidad de vida de las clases populares, que son la mayoría de la población en Catalunya. Y tal declive no se ha resuelto ni revertido, en contra de lo que los establishments político-mediáticos de Catalunya han estado diciendo. Veamos los datos, que hablan por sí mismos.

La tasa de riesgo de pobreza entre 2008 y 2018 pasó de un 16,6% de toda la población catalana a un 21,3%. Hoy, más de dos catalanes de cada diez están en esta situación. Este crecimiento ha ocurrido también entre trabajadores catalanes, pues sus salarios no son suficientes para salir de tal riesgo de pobreza. Y tal crecimiento ha sido incluso mayor entre la población sin trabajo (que se ha incrementado en un 80% -prácticamente 200.000 personas más- entre el último trimestre de 2007 y el último de 2018). Particularmente vulnerable ha sido la juventud (los menores de 18 años), ya que la que se encuentra en riesgo de pobreza ha crecido un 7% entre 2013 y 2018, esto es, casi 30.000 jóvenes han pasado a encontrarse en esta situación; ello se ha visto reflejado en la tasa de riesgo de pobreza de esta juventud, que ha pasado de un 29,5% a 31,2%, alcanzando a 439.800 catalanes jóvenes.

Otra característica de esta crisis es el enorme aumento de la precariedad, en este caso en forma de temporalidad. Entre 2008 y 2018 los contratos temporales pasaron de representar el 83% de todos los contratos registrados anualmente a un 86,1%. Este crecimiento no se debe primordialmente, como constantemente se insiste, a la mal llamada revolución robótica y a la automatización del proceso de trabajo, sino al enorme empoderamiento del mundo empresarial a costa del mundo sindical resultado de las reformas laborales del presidente Zapatero (aprobada en el Congreso con la ayuda de CiU) y del presidente Rajoy (que Ciudadanos ha hecho suya).

La enorme crisis del Estado del Bienestar catalán

Tales reformas laborales han ido acompañadas de las políticas de austeridad, con enormes recortes de gasto público, incluyendo el gasto público social que financia los servicios públicos (sanidad, educación, vivienda, protección y promoción social, fomento de la ocupación y otros). Durante el período 2010-2017 la Generalitat de Catalunya recortó 626 millones de euros en la educación pública, recorte incluso más acentuado en las escuelas públicas que en las concertadas. Hoy, el gasto público educativo es de 5.684,1 millones de euros, mucho más bajo que en 2010 (6.310,5 millones), y ello a pesar de que las necesidades educativas son ahora mayores. Un tanto igual ocurre en otras dimensiones del gasto público educativo, tales como las universidades, donde el deterioro institucional debido a la pobreza de recursos ha sido muy acentuado.

Una situación semejante se da en el gasto público en sanidad y salud pública, que ha descendido un 10,4% durante el mismo período (en educación el descenso fue de un 9,9%), pasando de ser de 9.903,5 millones de euros a 8.876.5 millones durante el mismo período, recortándose así 1.027 millones de euros que han tenido un impacto devastador en el sistema público sanitario, causa mayor de que el sector privado haya crecido, polarizándose así aún más la sanidad catalana, con un 30% de catalanes atendidos por la medicina privada y un 70% por la pública. La sanidad utilizada primordialmente por las clases populares catalanas –la pública– ha sufrido una enorme disminución de recursos. En realidad, tales recortes han respondido frecuentemente al deseo de las autoridades sanitarias de la Generalitat de Catalunya de favorecer la expansión de la sanidad privada, tal como en su día indicó el conseller de Sanidad del gobierno Mas, el Sr. Boi Ruiz, que antes de conseller había sido el presidente de la patronal sanitaria privada.

Vivienda (y otros servicios urbanos) también ha sufrido un gran descenso, de 723,9 millones de euros a 357,6 millones, un recorte de más de un 50% de los fondos disponibles para esta función esencial de las autoridades públicas –municipales y autonómicas–.

Finalmente, también se han producido otros tantos recortes en capítulos del gasto social que juegan un papel muy importante en garantizar el bienestar de la población, tales como protección social (un recorte de un 7,1%) promoción social (31%) y fomento de la ocupación (un 1,1%).

El gran crecimiento de las desigualdades en Catalunya

Todos estos datos muestran cómo los recursos disponibles y utilizados primordialmente por las clases populares han descendido muy marcadamente como consecuencia de las políticas de recortes del gasto público, a la vez que disminuían sus ingresos como consecuencia de la bajada de los salarios y el deterioro de las condiciones de trabajo, resultado de las reformas laborales. Tales políticas públicas han significado un enorme descenso del nivel de vida y calidad del bienestar de la población catalana que deriva sus ingresos de los salarios y de los servicios y fondos del Estado del Bienestar. Todo ello explica que el porcentaje de las rentas derivadas del trabajo sobre el total de todas las rentas haya disminuido (desde ya un muy bajo porcentaje) de un 50,1% en 2008 a un 47,1% en 2018, mientras que las rentas derivadas del capital (propiedad de medios que generan renta), que ya eran muy elevadas en 2008 (un 42,1%), pasaron a un 44,4% en 2018. Estos datos muestran el enorme poder de lo que en la terminología anglosajona se denomina la Corporate Class, las personas propietarias o gestoras de las grandes empresas económicas y financieras y de servicios, que contrasta con la debilidad del mundo del trabajo, acentuada todavía más por las reformas laborales que han tenido un impacto devastador en la calidad de vida de las clases populares. Ello ha determinado que Catalunya sea uno de los países con unas de las desigualdades de renta más elevadas, creciendo estas de una manera muy acentuada durante el período 2008-2018. Así, el 20% de catalanes que tiene rentas más altas (burguesía, pequeña burguesía y clase media profesional), que en 2007 tenía 4,8 veces más renta que el 20% de catalanes con las rentas más bajas, en 2018 pasaron a tener 5,2 veces más. Y estas desigualdades todavía eran mayores en cuanto a la propiedad.

El deterioro de la calidad de vida de las clases populares en Catalunya 

Detrás de cada uno de estos datos hay un enorme sufrimiento de las clases populares (que son la mayoría del pueblo catalán). El contraste entre los de abajo, las clases populares, que son la mayoría de la población catalana, y los de arriba -alrededor del 20%, una minoría (pocos, pero poderosos e influyentes)- es enorme. Por ejemplo, los años que una persona pueda esperar vivir (la esperanza de vida) son mucho, pero que mucho mayor (11,3 años), entre los de arriba (que viven en barrios bien) que incluyen directores, gerentes y profesionales universitarios, versus los que están abajo, (que viven en barrios que incluyen trabajadores manuales obreros).

Otros indicadores muestran desigualdades parecidas entre catalanes, según su clase social. Enfermedades debidas al estrés, por ejemplo, o al tipo de nutrición, son mucho más comunes entre los de abajo (que son la mayoría) que los de arriba. El porcentaje de diabéticos (enfermedad que está en parte determinada por el tipo de alimentación) es casi tres veces mayor en las clases populares que en la clase alta, y casi cuatro veces mayor en el caso del porcentaje de menores de 6 a 12 años con obesidad.

Y para las personas mayores de 15 años, las enfermedades debidas, en parte, al estrés, tienen mucha más incidencia entre las clases populares que entre la clase alta; es el caso del porcentaje de personas con la tensión arterial alta, que es casi el doble en las clases populares que en la clase alta. Y un tanto igual ocurre con la incidencia de otras enfermedades como la depresión severa y mayor, donde la diferencia es casi dos veces mayor entre las clases populares que entre las clases altas.

Tal deterioro de la calidad de vida afecta a todas las dimensiones del ser humano, y afecta, pues, su comportamiento. Ello es fácil de ver en los grupos que son especialmente vulnerables: los jóvenes y las mujeres. El deterioro tan notable del mercado del trabajo y el descenso de los recursos disponibles para los jóvenes catalanes explica que el porcentaje de estos jóvenes entre 16 y 29 años emancipados (es decir, que viven en lugar distinto a sus familiares) haya disminuido de un 31,6% en 2008 a un 23,8% en 2017, habiéndose incrementado de una manera muy significativa su edad de emancipación, siendo una de las más tardías de la UE.

Y este descenso del porcentaje de jóvenes emancipados ha sido también responsable del gran retroceso en la edad en la que las mujeres catalanas tienen su primer hijo o hija. En realidad, Catalunya es una de las regiones europeas en las que tal edad es más elevada (30,9 años), solo superada por la media en España y en Italia (en el conjunto de la UE es de 29,1 años). Y este retraso es también causa de un descenso de la tasa de fecundidad, que ha pasado de ser de 1,45 hijos en 2007 a un 1,39 en 2017, lo que constituye una gran insatisfacción en el desarrollo del proyecto vital, pues el número deseado de hijos entre hombres y mujeres de 20 a 49 años es de más de 2. La tasa de reemplazo biológico de la población es de 2,1 hijos por mujer, lo cual señala que, de no aumentar tal tasa, la población catalana descenderá o, para crecer, tendrá que favorecer unos porcentajes mayores de inmigración que los actuales.

La respuesta del establishment político-mediático catalán

Lo que es sorprendente es que esta enorme crisis que existe en Catalunya y que afecta primordialmente a las clases populares no aparezca en los grandes debates que están teniendo lugar en Catalunya y en el resto de España. Por el contrario, el tema de Catalunya –por "Catalunya" se entiende el tema nacional, y el conflicto entre el Estado español y el secesionismo catalán– absorbe un enorme espacio en el debate político y en las discusiones promovidas por los medios, y ello aunque los secesionistas, aun siendo una minoría muy grande y muy militante en su causa, no representan a la mayoría de la población catalana. Las encuestas muestran que la enorme crisis social es el tema que preocupa más a los catalanes en su vida cotidiana, mientras que estos abordan su relación con el gran tema "España-Catalunya" desde una frustración con la clase política, a la cual ven como insensible a sus necesidades y problemas.

Merece ser citado que algunos sectores dirigentes del movimiento independentista sí que reconocen que existe una crisis, pero la atribuyen a su pertenencia en España. Señalan que muchos elementos de tal crisis aparecen también en España, a la cual consideran responsable de ello. El mensaje de que "España nos roba" ha tenido cierto calado, pero, paradójicamente, ha tenido escaso impacto entre las clases populares. Esta escasa importancia se debe a la amplia percepción de que las derechas catalanas que han gobernado en Catalunya durante la mayor parte del período democrático han aprobado las leyes (como las reformas laborales) e impuesto los recortes que consideran responsables del deterioro de su bienestar y calidad de vida.

Ello explica la aparente paradoja (que niega la credibilidad del argumento de que España es la responsable de tal crisis) de que los sectores más populares no sean independentistas y no apoyen el secesionismo. Los datos (negados por los independentistas) son claros y convincentes.

Quiénes son independentistas y quiénes no

Los datos muestran que hay una clara correlación positiva entre el voto a partidos independentistas (ERC, CiU, PDeCAT y JxSí) y la pertenencia a grupos ocupacionales tales como "grandes empresarios/gerentes", "clero", "pequeños empresarios/granjeros" y "profesionales", y una correlación negativa entre voto a tales partidos y pertenencia a grupos ocupacionales como "trabajadores de la producción" y "trabajadores de servicios". Es decir, que a nivel descriptivo se puede afirmar que las clases trabajadoras (producción y servicios) votan menos (por debajo de la media) a los partidos independentistas que los pequeños y grandes empresarios, granjeros, clero y profesionales. Estos datos pertenecen a los barómetros del CIS y hacen referencia al período abril 2004-septiembre 2019 (con una muestra de 25.995 casos). Algunos estudios que se han realizado también para comparar el voto y el nivel de renta de los barrios en Barcelona muestran que las clases populares no son mayoritariamente secesionistas.

Todos estos datos cuestionan el argumento de que los catalanes son un solo pueblo, pues en Catalunya hay clases sociales que tienen una gran diversidad de intereses, frecuentemente en conflicto. Los datos muestran claramente que los de abajo no comparten las mismas posturas y los mismos intereses que los de arriba. Y el gran error de gran parte de las izquierdas es no darse cuenta de ello. Al estar imbuidas del debate nacional (que absorbe la atención de la clase política y de los medios) se alejan de sus bases electorales.

Así pues, la desaparición del tema social ha favorecido el monopolio del tema nacional, que está ocultando el primero para beneficio de aquellos que crearon el problema territorial, que incluyen tanto a las derechas (tanto unionistas como secesionistas) como a las izquierdas gobernantes. Así de claro.

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Los enormes costes de la desmemoria histórica https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/11/04/los-enormes-costes-de-la-desmemoria-historica/ Mon, 04 Nov 2019 07:00:45 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4994 Continuar leyendo "Los enormes costes de la desmemoria histórica"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Poíticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

El discurso que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dio a raíz de la exhumación del dictador Franco del monumento al Valle de los Caídos refleja la enorme actitud acrítica (con vocación sesgadora y, en ocasiones, ocultadora) que el establishment político-mediático español ha mostrado durante todo el período democrático para definir el sistema de gobierno existente en este país. Desde el período de la Transición (presentada como modélica) de la dictadura a la democracia hasta la retirada de la tumba del dictador de su mausoleo (acto considerado como el fin de la Guerra Civil), tal establishment ha presentado la democracia española como un régimen ejemplar, homologable a cualquier otra democracia europea. En realidad, el mismo Pedro Sánchez llegó a definir el sistema democrático español como uno de los mejores que hoy existen en el mundo.

Tales hipérboles expresan un desconocimiento abrumador de lo que ha estado ocurriendo en este país durante su período democrático, o un cierto cinismo utilizado frecuentemente en períodos electorales por personas que confunden "patriotismo" con la expresión de un orgullo de pertenencia a un sistema político que perpetua una enorme injusticia, definiéndolo como lo opuesto de lo que es a fin de ocultar la denunciable realidad en que vivimos. Toda la evidencia existente (pero no siempre dada a conocer) muestra que ni la Guerra Civil fue un conflicto entre las dos mitades de España (las famosas dos Españas), ni la Transición fue modélica, ni la exhumación de los restos del dictador implican el fin del franquismo en las instituciones del Estado español ni en la sociedad en la que vivimos. La mejor prueba de lo último es que un artículo como el que firmo no se publicaría en ninguno de los principales medios de comunicación –prensa y televisión- de este país, rechazándolo como "extremista". Y ello a pesar de que la evidencia de la certeza de lo que estoy diciendo es abrumadora y bien conocida en muchos países en los que viví durante mi largo exilio (Suecia, Reino Unido y EEUU). Es más, mi avanzada edad, y proviniendo de una familia republicana, represaliada por el régimen conocido en España como franquista (pero conocido internacionalmente como fascista), sé de lo que hablo, pues conocí de primera mano la realidad que describo (ver Una breve historia personal de Catalunya y España: entrevista a Vicenç Navarro de Elvira de Miguel, 2017).

Primera falsedad: la mal llamada Guerra Civil no fue una guerra fratricida entre españoles

En primer lugar, la Guerra Civil fue el intento de interrumpir, por parte de las oligarquías del país, un proceso transformador de las estructuras económicas, políticas y culturales de España llevado a cabo por un gobierno progresista, democráticamente elegido durante la II República. Tal intento fue exitoso porque el golpe militar fascista tuvo el apoyo masivo de las fuerzas militares del Estado nazi (liderado por Hitler) y del régimen fascista italiano (liderado por Mussolini). La resistencia frente al golpe militar (golpe que sus promotores habían calculado que se habría impuesto en cuestión de semanas) por parte de las clases populares duró tres años, y ello a pesar de que la ayuda militar a la República fue muy limitada, proveída solo por la Unión Soviética y México. Fue, como bien indicó el embajador de EEUU en España en aquel entonces, una minoría que contaba con el apoyo del Ejército, de la Iglesia y de los poderes oligárquicos que dominaban la vida económica del país, en contra de la gran mayoría de la población. En realidad, la enorme crueldad de los golpistas (que se autodefinieron como los "nacionales") mostrada tanto en la realización del golpe militar como en el período de la dictadura que le siguió era resultado de que eran conscientes que tenían a la mayoría de la población en contra. El dictador fue muy explícito en el objetivo de la brutal represión, instruyendo que se eliminara a todo el que no pensara como él, dando lugar, como consecuencia, a lo que Paul Preston ha definido como genocidio. Según el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia (Nueva York), el mayor experto en fascismo europeo, "por cada asesinato político que cometió el régimen de Mussolini, el de Franco cometió 10.000".

La segunda falsedad: la Transición no fue modélica

La segunda hipérbole del establishment político-mediático español fue definir la Transición como modélica (uno de cuyos promotores, Santos Juliá, de El País, falleció hace solo unos días, recibiendo un gran homenaje por sus servicios a la democracia española), cuando fue enormemente inmodélica, pues los franquistas controlaban los aparatos del Estado (así como la mayoría de medios de información), mientras que las fuerzas democráticas (lideradas por las izquierdas) estaban en la cárcel, en el exilio o en la clandestinidad. Es cierto que fueron las clases populares (y muy en especial las clases trabajadoras) las que, con sus huelgas políticas y movilizaciones, forzaron un cambio (España tuvo el mayor número de huelgas políticas en Europa desde 1974 a 1978, en términos proporcionales). Pero en las mesas de negociación y pacto, las ultraderechas dominaban todos los resortes del poder. Y como consecuencia, la democracia resultante fue muy limitada, dando lugar a un Estado del Bienestar muy insuficiente. Hay un dato que lo resume todo. Incluso hoy, España es uno de los países de la UE-15 que tiene más policías por cada 100.000 habitantes y, a la vez, menos adultos trabajando en los servicios públicos del Estado del bienestar (tales como sanidad, educación, servicios sociales, vivienda y un largo etcétera). Vean los datos (en mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país, Editorial Anagrama, 2002) y lo verán. La escasez de derechos políticos, laborales y sociales en un país siempre va acompañada de un gran desarrollo del aparato represivo del Estado. Y España es un claro ejemplo de ello.

Consecuencias del olvido histórico: la persistencia de la cultura franquista

El efecto de todo ello es que la cultura franquista continúa muy extendida. Casi el 80% de la población que vota al partido de las derechas españolistas, el PP (partido heredero de Alianza Popular, fundado por cinco ministros del gobierno dictatorial), por ejemplo, estaba en contra de la exhumación del dictador. Tal partido está claramente imbuido de la cultura franquista y ha sido uno de los dos partidos que han configurado la vida política del país. Y la Iglesia Católica, que fue, junto con el partido fascista, la Falange, el eje ideológico del régimen dictatorial, continúa teniendo un protagonismo y apoyo estatal inauditos en cualquier otro país democrático de la Unión Europea. Y a través del sistema escolar concertado, la Iglesia continúa teniendo un gran apoyo financiero del Estado, educando a través de tal sistema al sector de la población (alrededor del 30% de la juventud e infancia) proveniente de las clases más pudientes, con más recursos que las clases populares, educadas en el sistema público. Y desde el mundo universitario al mundo mediático, los hijos y nietos de los vencedores de la mal llamada Guerra Civil son la gran mayoría de los que dirigen tales instituciones. Miren los datos y lo verán.

La desmemoria de la memoria histórica

Otro de los indicadores de las grandes deficiencias y carencias de la democracia existente es que las leyes y sentencias del régimen dictatorial continúan vigentes. En este sentido, hay que subrayar que el aplauso al presidente Zapatero, hecho recientemente por varios comentaristas al aprobar este la Ley de Memoria Histórica, ignora la enorme timidez de sus reformas, pues tal ley se negó a derogar las sentencias y condenas del régimen fascista que afectó, entre miles de personas, a familiares míos. Como bien indicó en su día el magistrado emérito Martín Pallín, "la Ley de Memoria Histórica dejó sin alterar aquellas condenas". En realidad, dicha ley no incluyó la propuesta hecha por el diputado Llamazares, de Izquierda Unida, de que declararan nulas las sentencias y condenas emitidas por los consejos de guerra y por los tribunales de Franco, que habían violado sus derechos fundamentales. Los diputados del PSOE, liderados por el presidente Zapatero, respondieron indicando que "el gobierno no tiene intención de anular las sentencias de los juicios sumarísimos del franquismo, ya que supondría una ruptura del ordenamiento jurídico". En este sentido, la comparación con lo ocurrido en Alemania e Italia (donde las sentencias dictadas bajo los regímenes de Mussolini y Hitler fueron inmediatamente y radicalmente anuladas) muestra la enorme debilidad de la mal llamada Memoria Histórica Española; mientras tanto los desaparecidos continúan desaparecidos, siendo España el país, después de Camboya, que tiene mayor porcentaje de desaparecidos por causas políticas en el mundo. En realidad, la ley 52/2007 fue una experiencia fallida. Las víctimas continúan ignoradas. En realidad, tal ley proponía "facilitar" la búsqueda de desaparecidos, cuando, como bien dice Juan Miguel Baquero en su excelente libro El país de la desmemoria, lo que se necesitaba era, más que facilitar, garantizar que se hiciera, algo que no ha sucedido.

Pero lo que es incluso peor que la falta de sensibilidad democrática hacia las víctimas del fascismo (que son millones y no miles si se incluye la diáspora republicana esparcida por el mundo incluyendo, de nuevo, familiares míos) es que no ha habido un intento del Estado, supuestamente democrático, de corregir las falsificaciones de la historia de España que todavía se enseñan en las instituciones educativas en el país. La cultura dominante continúa explicando la Guerra Civil como un conflicto entre dos partes iguales, entre miembros en muchas ocasiones de la misma familia, convirtiéndose en una lucha entre hermanos que llama a ser solucionada con una reconciliación como solución a las tensiones entre los dos bandos.  Esta postura –que implica una supuesta neutralidad entre dos bandos opuestos– alcanzó un nivel máximo de obscenidad (no hay otra manera de decirlo) cuando el ministro de defensa del gobierno socialista Zapatero, José Bono, hizo desfilar, en el día de la Hispanidad, a luchadores derrotados en la defensa de la II República (pero vencedores en la II Guerra Mundial, que lucharon como parte de las fuerzas aliadas contra el nazismo) junto a personas que lucharon en el frente nazi europeo en contra de la URSS. No se ha enseñado en España lo que fue la II República (que continúa "demonizada" incluso por algunos sectores de las izquierdas), una de las épocas más creativas e innovadoras, convirtiendo a España en uno de los países más avanzados de Europa, aprobando legislación –como el derecho al aborto– mucho antes que Francia, Italia y otros países europeos. En realidad, muchas de sus reformas despertaron un gran interés en el resto de Europa (lo cual explica que los establishments políticos de tales países europeos no quisieran que sus gobiernos apoyaran a la II República, pues temían que tales medidas los "contaminaran" y aparecieran también en sus propios países). Esta fue una de las causas de que las democracias europeas no apoyaran militarmente a la II República.

¿Por qué las enormes deficiencias de la ley de memoria histórica?

Las limitaciones de la Ley de la Memoria Histórica son la mejor prueba de que la democracia continúa siendo muy limitada en España como consecuencia de la fortaleza de la cultura franquista en el país –que todavía persiste tras 41 años de régimen democrático–. Esta fortaleza explica también el comportamiento diferencial del Estado español en cuanto a la impunidad de los crímenes cometidos por los golpistas fascistas de 1936 y de la dictadura que se impuso, y en cuanto al desprecio del mismo Estado hacia sus víctimas. Pero entre ellas, las más olvidadas fueron las que murieron fuera de España o estuvieron en el exilio o encarceladas en las prisiones o campos de concentración nazis. Y, de nuevo, lo pude seguir de cerca, pues una tía mía, republicana, que luchó contra el golpe militar fascista en España, tuvo que dejar el país, derrotada, y una vez en Francia inició con otros españoles la resistencia antinazi, siendo deportada a un campo de concentración nazi. El gobierno francés del General De Gaulle la condecoró y recibió una pensión hasta el día de su muerte. Del Estado español, nada. Y cuando se pide que homenajee a los luchadores del lado republicano, se responde que es mejor no mirar al pasado, o que no hay que abrir las heridas, asumiendo erróneamente que están cerradas. El cinismo del poder no tiene límites.

A la luz de todo lo dicho, es sorprendente que algunas fuerzas políticas creyeran, por lo visto, que el Estado español era un Estado democrático (que lo es), homologable a cualquier otro país democrático (que no lo es). El hecho de que se escandalicen de la dureza de la sentencia del Tribunal Supremo parece transmitir una visión ingenua y falsa que tenían de lo que es el Estado español. Tal Estado no representó una ruptura, sino una apertura (sin duda muy importante, pero insuficiente en muchos aspectos) del Estado dictatorial anterior. Y los presos independentistas deberían haber sido plenamente conscientes de ello, pues algunos de ellos utilizaron el mismo Tribunal Supremo, dirigido también por el mismo juez que dictó esas duras sentencias, Manuel Marchena, para denunciar al movimiento 15-M por rodear el Parlament de Catalunya (forzando al entonces presidente de la Generalitat a llegar en helicóptero) el día que tenían que aprobarse los presupuestos de austeridad, consiguiendo que condenaran a 8 de sus dirigentes a 3 años de cárcel. El Sr. Homs, coordinador de las defensas de los líderes independentistas fue instrumental en conseguir tal pena.

Mi visión y mi experiencia es que tales fuerzas secesionistas están profundamente equivocadas y ello ha llevado al país a un desastre. Y lo que es peor es que ilusionaron a toda una juventud diciéndole que el cambio era posible ahora y unilaterlamente (y en contra de la mayoría de la ciudadanía de Catalunya). De ahí su enorme frustración. Aquel sueño se convirtió en una pesadilla, pesadilla para ellos y para todos los demás, que se podría haber evitado si se hubiera conocido la historia real del país. Han hecho un gran daño a las clases populares de Catalunya y del resto de España, pues han movilizado de nuevo a las derechas (que siempre han sido profundamente conservadoras, reaccionarias y represivas) dificultando así el progreso democrático, social y plurinacional de España. El hecho de que el Estado español sea el primer responsable de los problemas que existen en España, consecuencia de la persistencia del franquismo en amplios sectores del Estado y de la población, fruto de la desmemoria histórica, no diluye la responsabilidad de las fuerzas secesionistas en haber alcanzado la situación actual, donde el bienestar y calidad de vida de las clases populares de Catalunya y del resto de España ha alcanzado un deterioro sin precedentes.

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Lo que los grandes medios no están contando sobre EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/10/28/lo-que-los-grandes-medios-no-estan-contando-sobre-eeuu/ Mon, 28 Oct 2019 06:25:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4983 Continuar leyendo "Lo que los grandes medios no están contando sobre EEUU"]]> Vicenç Navarro
Catedrático emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy, The Johns Hopkins University

Si usted visita EEUU podrá ver la enorme atención que los principales medios de información de aquel país dedican al presidente Trump. En realidad, sus actividades centran las noticias políticas de la jornada, día tras día, desde el inicio de su mandato. Tal cobertura mediática tiende a ser negativa, criticándolo primordialmente por sus maneras, sus falsedades, sus groserías, sus salidas de tono muy poco presidenciales y un largo etcétera. Y lo mismo ocurre, por cierto, en los principales medios de información españoles, cuya cobertura de la situación política de aquel país es, con contadísimas excepciones, bastante deficiente. No soy yo alguien que valore positivamente la figura del presidente Trump. Todo lo contrario. Pero creo que es un gran error de tales medios de información que den tanta visibilidad y notoriedad a este personaje, pues contribuyen a crear la percepción de que el problema más importante que tiene EEUU es el comportamiento de Trump, olvidando que el mayor problema real de la vida política de aquel país es que un sector muy importante de la población le votó, y que muy probablemente le continuarán votando, no excluyéndose, por lo tanto, la posibilidad de que salga reelegido de nuevo en las próximas elecciones presidenciales.

Repito, pues, que por extraño que parezca, el mayor problema que tiene EEUU no es primordialmente Trump, sino que gran parte de la clase trabajadora blanca (que es la mayoría de la clase trabajadora) le votó y es probable que continúe votándole. Ni que decir tiene que muchos otros grupos y clases sociales también le votaron. Pero el grupo más decisorio y que jugó un papel clave en su victoria (especialmente en los Estados industriales de aquel país que determinaron dicho triunfo) fueron barrios obreros blancos, algunos de los cuales, por cierto, habían votado al candidato Obama en las anteriores elecciones. Y lo que es más que preocupante es que este sector de la clase trabajadora blanca continúa siéndole muy leal. Según encuestas recientes, un 80% de los que le votaron le votarían de nuevo. No hay ningún otro candidato que tenga un nivel tan alto de lealtad de sus votantes como Trump. Este es el gran problema que existe en el país, del cual los medios no hablan. Y lo que es igualmente preocupante es que durante estos años de gobierno Trump, el Partido Demócrata (que es el otro partido del sistema bipartidista estadounidense) apenas ha prestado atención a por qué este personaje ganó las elecciones que el Partido Demócrata perdió. En realidad, este último partido, que ridiculiza constantemente la figura de Trump en lugar de analizar por qué la gente le votó, ignora deliberadamente que fueron precisamente las políticas públicas aplicadas por los gobiernos del Partido Demócrata las que causaron que se votara a Trump. De ahí que se centren tanto en el personaje y muy poco en la enorme responsabilidad que el Partido Demócrata ha tenido en su victoria.

Las causas de la victoria de Trump: las políticas neoliberales del establishment demócrata

Toda la evidencia muestra que han sido las políticas públicas neoliberales aplicadas por el establishment político del Partido Demócrata las que han antagonizado a la gran mayoría de la clase trabajadora, que se siente totalmente ignorada por dicho establishment. En realidad, este establishment actuaba bajo el erróneo supuesto de que ya no existía una clase trabajadora en el país. En su ideario y argumentario su base social era y continúa siendo la clase media, pues asumían que la clase trabajadora o bien había desaparecido o se había transformado en clase media (algo parecido le ocurre, por cierto, a la socialdemocracia europea, incluyendo a la española, el PSOE). De ahí que el Partido Demócrata no haya digerido todavía la victoria de Trump y no entienda lo que está pasando entre sus bases electorales, incluyendo la clase trabajadora, que ha ido abandonando este partido desde hace ya años, el cual solía llamarse el Partido del Pueblo (the People’s Party)  y que ahora podría definirse como el partido del capital financiero (the Wall Street Party), siendo la banca (Wall Street) una de sus fuentes más importantes de financiación, incluyendo las candidaturas del presidente Clinton, del presidente Obama y de la presidenciable Hillary Clinton.

Las características del Partido Demócrata: su promoción de la globalización neoliberal

El Partido Demócrata, desde la época del presidente Clinton –que, junto con Tony Blair (del Partido Laborista británico), y Gerhard Schröder (del Partido Socialdemócrata alemán), fundó la Tercera Vía–, fue el abanderado de la globalización de la industria y del movimiento de capitales que han contribuido a la desindustrialización de EEUU (el sector con mayores salarios donde estaba empleada la clase trabajadora blanca). Este apoyo a las políticas globalizadoras era parte de su ideología neoliberal promovida por el mundo de las grandes empresas estadounidenses (que en EEUU se conoce como The Corporate Class, es decir, la clase de propietarios y gestores de las grandes corporaciones industriales y de servicios del país). Tal ideología representaba no solo un abandono de las políticas públicas keynesianas, sino también de aquellas que intentaban redistribuir los recursos a favor del mundo del trabajo. Es importante señalar, sin embargo, que Clinton no se presentó como neoliberal cuando fue elegido en 1992. Todo lo contrario. Ganó aquellas elecciones con un programa que tenía muchos componentes progresistas procedentes de la campaña de las izquierdas dentro del Partido Demócrata, lideradas por Jesse Jackson, del cual fui asesor, que casi ganó las primarias de tal partido en 1988 frente al candidato del aparato del Partido, Dukakis, gobernador de Massachusetts.

El gran éxito de Jackson y su Rainbow Coalition (repito, la alianza de las izquierdas del Partido Demócrata) explica que Clinton, astutamente, hiciera suyas muchas de sus propuestas progresistas, tales como establecer un Programa Nacional de Sanidad, todavía inexistente en EEUU. Estas propuestas contribuyeron a su victoria, propuestas que, sin embargo, tan pronto ganó, abandonó. En realidad, no solo abandonó gran número de las propuestas de la Rainbow Coalition que había hecho suyas, sino que incluso aprobó algunas de las propuestas más favorables al mundo empresarial (The Corporate Class) que había promovido el presidente Bush padre, que le precedió. Entre ellas, la más importante fue el Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México (NAFTA), que fue aprobado en el Congreso de EEUU en contra de la mayoría de demócratas y con el apoyo de los republicanos y los demócratas del sur de EEUU (el sector más conservador de tal partido). Esta medida creó un gran enfado y rechazo por parte de la clase trabajadora, que determinó su abstención en las elecciones al Congreso de 1994 (dos años después de la victoria de Clinton), lo que provocó que el Partido Republicano ganara la mayoría en dicha cámara, hablándose entonces de la "revolución republicana", cuando en realidad el resultado de aquellas elecciones fue la derrota del Partido Demócrata liderado por Clinton, más que la victoria de los republicanos.

Las consecuencias del neoliberalismo de la Tercera Vía

Como consecuencia de tal "revolución republicana", Clinton hizo suyas, de nuevo, las propuestas neoliberales promovidas por los republicanos. Como resultado de ello, los salarios y el poder adquisitivo de dicha clase trabajadora descendieron y han continuado descendiendo desde entonces (incluso durante el mandato del presidente Obama), de manera que el salario mínimo por hora en EEUU es de solo 7,25 dólares (estandarizados por unidades de poder de compra –UPP–), uno de los más bajos dentro del capitalismo desarrollado. El salario mínimo del promedio de los países de la UE-15 es de 9,2 dólares por hora (sin incluir Suecia, Dinamarca, Italia, Finlandia y Austria). El salario mínimo por hora en España es de 6,9 dólares estandarizados, uno de los más bajos de la UE-15.

Es importante señalar que una evolución semejante a la del nuevo Partido Demócrata clintoniano ocurrió en Europa con la socialdemocracia, que fue perdiendo su base electoral (primordialmente, la clase trabajadora) al convertirse al neoliberalismo, dejando de ser socialdemócrata para pasar a ser socioliberal, adoptando políticas públicas neoliberales que favorecieron claramente a sus Corporate Classes. Esta fue la causa del crecimiento de la ultraderecha, un fenómeno que ha caracterizado a muchos países a los dos lados del Atlántico Norte.

Esta transformación de la socialdemocracia al socioliberalismo se debe a muchas causas, pero una de especial interés es el cambio en la financiación de tales partidos (dependiendo cada vez más de los fondos procedentes de la Corporate Class), así como el cambio en la composición de su personal y de sus dirigentes, todos ellos pertenecientes a las clases medias de educación superior (la clase media ilustrada), que carecen de cualquier conexión con la clase trabajadora, a la cual ignoran.

La supuesta "modernización" del Partido Demócrata. La sustitución de las políticas redistributivas por las políticas de igualdad de oportunidades

El distanciamiento del Partido Demócrata de la clase trabajadora y su creciente acercamiento a la clase corporativa (característica de la Tercera Vía) explica su compromiso con la globalización neoliberal y con la redefinición de las políticas redistributivas, favoreciendo a partir de entonces a las rentas del capital y a los grupos pudientes, a costa del descenso de las rentas del trabajo. Así lo muestran los datos sobre la distribución de las rentas en aquel país: las rentas del trabajo descendieron, pasando de representar un 65,3% en 1993 (cuando Clinton comienza su presidencia) de todas las rentas del país, a un 60,5% en 2018. La continuación de tales políticas ha causado un enorme crecimiento de las desigualdades, de manera tal que, según un reciente estudio de Emmanuel Sáez y Gabriel Zucman, titulado The triumph of injustice, 400 familias pudientes acumulan más riqueza que el conjunto del 60% de renta inferior de todos los hogares. Y el 0,1% tiene más riqueza que el 80%. En realidad, un impuesto de un 2% sobre los ingresos a tales familias originaría suficientes ingresos para eliminar la pobreza en aquel país.

Esta transformación del Partido Demócrata ha ido acompañada de la desaparición de la categoría de clase social como variable para entender la realidad política y social del país. El enorme poder de la clase dominante (the Corporate Class en EEUU) explica la desaparición de la categoría de clase social en el análisis y discurso de un país (incluyendo los EEUU, donde el poder de la clase dominante es muy grande). En realidad, este fenómeno ocurre también en España, donde casi nadie habla de clases sociales. En su lugar, las categorías raza y género centran el tema de las desigualdades.

Este cambio en EEUU fue acompañado de otro: las políticas redistributivas pasaron a ser sustituidas por las políticas favorecedoras de la igualdad de oportunidades, con el objetivo de terminar con la discriminación racial y sexual (pero no por clase social). De esta manera el Partido Demócrata intentó y continúa presentándose como el partido de las oportunidades, garantizando que todo ciudadano estadounidense tenga la misma oportunidad de alcanzar la cúspide social. Su centro de acción es el área legislativa federal que sanciona y penaliza la discriminación por raza y género (repito, pero no por clase social), entre otros. Estas políticas han facilitado la movilidad vertical, sobre todo en el sentido de incorporar afroamericanos (y en menor medida, latinos) y mujeres en las instituciones públicas (y en menor grado, privadas) de EEUU. Su máxima expresión fue la elección de un afroamericano, el Sr. Obama, como presidente y la casi victoria de una mujer candidata a presidenta. Esta incorporación e integración  de las minorías y de las mujeres en las estructuras de poder político tuvo desde el principio un condicionante de clase social, pues en su gran mayoría, las personas integradas pertenecían a las clases medias profesionales, y solo muy raramente a las clases trabajadoras.

Crítica de Nancy Fraser y del concepto del neoliberalismo progresista

Se equivoca, sin embargo, Nancy Fraser al considerar el clintonismo como la alianza de los movimientos sociales –movimientos de los derechos civiles y feministas, entre otros- con el Partido Demócrata, definiendo tal alianza como el neoliberalismo progresista (ver su artículo "The end of progressive neoliberalism", Dissent, 02.01.17). Su intento de convertirse en un partido feminista, por ejemplo, se da en respuesta a la radicalización de amplios sectores de tales movimientos que crearon una alarma entre el establishment político estadounidense y, muy en particular, en el Partido Demócrata, el cual respondió a tal amenaza mediante el intento (en parte exitoso) de coaptación e instrumentalización de sus dirigentes, incorporándolos a la estructura de poder, dentro de un contexto definido por la correlación de fuerzas bajo el dominio de la Corporate Class. Se intentaba con ello diluir así cualquier amenaza de inestabilidad para el orden existente.

La radicalización de los movimientos sociales y el intento del Partido Demócrata de contenerla. El movimiento feminista

Véase lo ocurrido con el mayor movimiento feminista existente en EEUU (NOW), que apoyó activamente a Hillary Clinton como candidata a la presidencia (que fue la máxima defensora de la globalización neoliberal en la administración Obama). La dirección de NOW insuflaba una visión neoliberal en sus programas que representaba solo a un sector de las mujeres y del movimiento defensor de los derechos de las mujeres: el sector formado por personas pertenecientes a la clase media profesional con educación superior (la citada clase media ilustrada). Tal clase social y tal feminismo neoliberal en EEUU eran y son profundamente antisocialistas: la candidata Hillary Clinton intentó destruir al candidato socialista Bernie Sanders en las primarias del Partido Demócrata, que las encuestas mostraban que podría haber ganado las elecciones presidenciales. Esta hostilidad hacia las izquierdas incluyó también una fuerte oposición a las feministas contestatarias antiestablishment, que fueron marginadas y discriminadas. Las herederas de estos sectores de izquierdas, procedentes de las clases populares (como Alexandria Ocasio-Cortez, entre otras), representan el feminismo socialista, y se presentan sin tapujos como tales y como parte del movimiento socialista liderado por Bernie Sanders.

El movimiento de liberación de la población negra

Un tanto igual ocurrió con el movimiento de liberación negro que, en sus orígenes, vio asociada la liberación de la mayoría de la población negra con la liberación de la mayoría de la clase trabajadora, hasta tal punto que una semana antes de ser asesinado, Martin Luther King definió la "lucha de clases" como la realidad social que afectaba más la vida política, económica y social del país, esto es, como el punto esencial de la vida del país. De ahí que promoviera la alianza e incluso confluencia de todos los movimientos que defendían a las víctimas del sistema político, económico y cultural de EEUU, dominado por la Corporate Class y sus establishments políticos y mediáticos. Promovió así la convergencia del movimiento de derechos civiles con el movimiento obrero, relacionando así la liberación de ambos colectivos. La clase social era, para Martin Luther King, el elemento de transversalidad que facilitaba las alianzas, denunciando el racismo como el mecanismo e ideología que la Corporate Class utilizaba para dividir a la clase trabajadora del país.

Las políticas del Partido Demócrata, sin embargo, no apoyaron tal estrategia. Al contrario, desarrollaron estrategias y políticas que intentaban integrar dentro del sistema a cada grupo por separado. En el caso de la población negra, las políticas públicas de tipo asistencial, a fin de integrarla dentro de la estructura de poder (idea que alcanzó su máxima expresión con la elección del presidente Obama), mostraron las limitaciones de tal estrategia: el nivel de vida de la población negra no mejoró durante su mandato.

Hacer esta observación no implica desmerecer la importancia del factor simbólico. Su importancia depende, sin embargo, del contexto en el que aparece. El bienestar y la calidad de vida de la mayoría de la clase trabajadora, de raza negra en Baltimore, no ha mejorado al cambiar de raza la alcaldía, años atrás blanca, y ahora negra. Las políticas neoliberales se han continuado aplicando incluso con una alcaldesa, mujer y afroamericana, que vetó el aumento del salario mínimo en una ciudad donde la mayoría de la población es precisamente afroamericana. Así pues, la integración de las minorías y de las mujeres en diferentes estratos del Estado realizada por el Partido Demócrata neoliberal ha servido primordialmente para promover mejor el neoliberalismo.

Trump como consecuencia del rechazo al neoliberalismo progresista

El mal llamado neoliberalismo progresista fue precisamente el que creó un enorme rechazo entre los grupos más perjudicados por la aplicación de sus políticas, principalmente los sectores de las clases populares en general y la clase trabajadora en particular: y esa fue la cantera de apoyo a Trump. Sanders podría haber canalizado este enfado y ello ocurrió durante la campaña, pues sus máximos apoyos vinieron de la clase trabajadora y de los jóvenes, como también está ocurriendo ahora. El ataque sobre él y su destrucción como candidato por parte del aparato del Partido Demócrata contribuyó al éxito de Trump, que se presentó como el candidato antiestablishment. El votante más fiel a Trump es profundamente antiglobalización, y percibe al gobierno federal como el origen de sus problemas debido a su atención supuestamente exclusiva a las minorías y a las mujeres (de renta superior) a costa suya (sean hombres o mujeres), y a su excesiva tolerancia con la inmigración. Trump, que lejos de ser un inepto es enormemente astuto, alimenta esta percepción con un lenguaje muy accesible y muy popular, con grandes dosis de racismo y sexismo, y con un comportamiento antiestablishment que ayuda a ofuscar y ocultar sus políticas enormemente favorables al componente más reaccionario de la Corporate Class.

Su nacionalismo extremo, basado en un sentido de supremacismo racial (de la raza blanca), machista, profundamente antidemocrático, autoritario y caudillista, reúne las características del fascismo europeo, con una excepción. El fascismo europeo (que era también el instrumento de las clases dominantes para destruir el movimiento socialista y comunista) no era anti-Estado, pues competía con el movimiento obrero en la necesidad de cubrir las necesidades básicas de la clase obrera. En cambio, el trumpismo sí que es anti-Estado y anti políticas públicas sociales. Es un fascismo libertario más semejante a Vox que a Le Pen. Y representa una enorme amenaza para la democracia y el bienestar de las clases populares.

¿Cuál es la alternativa?

Una de las causas del enorme poder de la Corporate Class en EEUU es la atomización y autonomía de los movimientos de resistencia, hecho que ya está también ocurriendo en Europa. En EEUU, a diferencia de la Europa Occidental, no ha habido movimientos que favorecieran la transversalidad entre ellos. La Rainbow Coalition fue una excepción. Su objetivo era establecer una alianza de los movimientos sociales. Pero incluso tal alianza no tuvo una ideología que permitiera relacionar los distintos tipos de explotación para establecer un futuro y proyecto común. La ausencia de un proyecto socialista de masas que permita relacionar explotación de clase social, explotación racial y explotación de género, por ejemplo, ha debilitado cada uno de estos movimientos, que acaban compitiendo por el apoyo popular.

En la Europa Occidental, el socialismo tuvo una amplia base social que permitió avanzar en varias dimensiones de la liberación humana. No es por casualidad que los países donde la explotación de clase (y las desigualdades que genera), de género y de raza es menor sean los del norte de Europa, donde partidos pertenecientes a tal tradición política han gobernado durante la mayor parte del período transcurrido desde la II Guerra Mundial. No hay en esos países movimientos feministas muy fuertes. Sin embargo, las mujeres tienen muchos más derechos políticos, sociales y laborales que en EEUU, donde tales derechos están enormemente limitados. El contexto político es determinante, y este contexto en EEUU es muy desfavorable para la liberación de las distintas causas de la opresión, al no haber un proyecto común. Lo que es preocupante es que este modelo neoliberal se está extendiendo también en Europa. En realidad, en Europa, el crecimiento de la ultraderecha no ha alcanzado todavía las dimensiones de EEUU, donde el partido gobernante, el republicano, es ya un partido de ultraderecha con características fascistoides. Esto es nuevo en EEUU, y es muy preocupante. Trump es un síntoma, pero no la causa. Y el que no se vea así es el gran problema.

Los candidatos en el Partido Demócrata

La alternativa a este "neoliberalismo supuestamente progresista" (hoy representada por una mujer, líder del Partido Demócrata, Nancy Pelosi), ha sido Bernie Sanders, que se define sin tapujos como socialista, tomando como referencia las políticas públicas de carácter universal que empoderan a la ciudadanía en su totalidad. Es el equivalente al socialdemócrata nórdico escandinavo de hace veinte años. Y es enormemente popular entre los jóvenes y entre la clase trabajadora. Ni que decir tiene que es una de las personas más odiadas por el establishment político-mediático de EEUU, que utiliza todos los medios a su alcance para destruirlo. La otra candidata es Elizabeth Warren, un personaje curioso, pues aunque procede de una familia con escasos recursos, pasó a ser integrada rápidamente en las instituciones, convirtiéndose en profesora de Harvard. En esta etapa de rápido ascenso tuvo posturas neoliberales. Pero cambió y ha ido tomando posiciones más próximas a Sanders, aclarando sin embargo que no es socialista. En realidad, se define como feminista y "capitalista hasta la médula". Es popular, sobre todo, entre las clases medias con educación superior.

El que mejor representa la herencia Clinton en su versión más conservadora es Joe Biden, el que fuera vicepresidente con Obama, que claramente representa el Partido Demócrata tradicional y que, en contraste con Trump, da una imagen de tipo presidencial, heredera de la administración Obama. Este partido ha estado intentando destruir a Trump basándose en el comportamiento poco presidencial del hoy presidente. El objetivo central de su programa anti-Trump ha sido mostrar las conexiones de este con el gobierno ruso durante su etapa de hombre de negocios en asuntos inmobiliarios, y más tarde como presidenciable, con la petición de ayuda a Putin en su pugna electoral con la Sra. Clinton. Tal tema, sin embargo, no tiene particular importancia para el ciudadano normal y corriente, el cual sabe que el gobierno ha intervenido intensamente en las elecciones de otros países y encuentra normal (aunque no deseable) que otros países intenten intervenir en las elecciones de su país.

Y ahora, gran parte de la atención se centra en las conexiones de Trump con personajes y países extranjeros para que le ayuden en su próxima campaña electoral, proveyéndole información útil. La utilización del Estado como si fuera de su propiedad para fines personales es algo típico de Trump. Y es denunciable. Pero a su votante no le provoca tanto rechazo, pues sabe de la corrupción del sistema político. En realidad, el atractivo de Trump es que su comportamiento está fuera de lo normal, pues hace explícitamente lo que otros hacen ocultamente. Se salta a la torera todo el protocolo y los requisitos éticos de su mandato. Su antiestablishment es muy atrayente. Romper con todas las normas. Y su crítica a los medios es popular, pues estos son altamente impopulares.

Lo que el Partido Demócrata debería hacer, además de autocrítica, es ver cómo las políticas que está imponiendo están dañando a la población que le vota antes: la clase trabajadora. Pero para que ello suceda hace falta autocrítica de este partido, algo que es difícil (casi imposible) que ocurra. Y ahí está el problema. El sistema bipartidista estadounidense es muy poco democrático y las instituciones están claramente sesgadas en contra de cualquier cambio, tal como, por cierto, también ocurre en España. Y mucho me temo que, sin cambios en el Partido Demócrata, pocos cambios ocurrirán en EEUU.

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La crisis nacional está agravando la olvidada crisis social https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/10/22/la-crisis-nacional-esta-agravando-la-olvidada-crisis-social/ Tue, 22 Oct 2019 05:55:46 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4980 Continuar leyendo "La crisis nacional está agravando la olvidada crisis social"]]> Vicenç Navarro
Catedrático emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Ha pasado estos días algo que era sumamente fácil de predecir y que algunos, desde hace tiempo, estábamos alertando que ocurriría. En realidad, era tan fácil de predecir lo que está ocurriendo que cuesta creer que algunos de los protagonistas de los acontecimientos sucedidos no lo supieran y que, en lugar de evitarlo, lo hayan facilitado, pues creían, y continúan creyendo, que les beneficiaría política y electoralmente.  Y la realidad es que todas las encuestas electorales muestran que muchos de ellos están consiguiendo lo que siempre desearon.

Pero veamos primero qué ha estado ocurriendo en estos últimos días. Un acontecimiento es que el Tribunal Supremo ha dictado su sentencia con durísimas penas para los dirigentes independentistas, algunos de los cuales llevan encarcelados desde hace dos años antes de incluso iniciarse el juicio. El otro, que sigue al anterior, es que el presidente en funciones del gobierno español, el Sr. Pedro Sánchez, que está en plena campaña electoral, ha indicado que el gobierno hará cumplir las sentencias en su totalidad. Y el tercer acontecimiento es que, como consecuencia del primer hecho, en Catalunya se están produciendo movilizaciones de grandes sectores de la población en señal de protesta por la dureza de estas penas y en defensa de los derechos civiles de los presos, que consideran que han sido violados por su encarcelamiento y por la naturaleza de su sentencia. Ni que decir tiene que estos tres hechos están íntimamente relacionados. Y frente a ello es justo preguntarse por qué ocurren y por qué ahora. Se está escribiendo con gran detalle sobre cada uno de ellos. Pero creo que también es urgente que se hable de lo que hay detrás de cada hecho, algo que no siempre aparece con la claridad que la gravedad de situación exige.

La explicación oficial de los hechos

Esta explicación queda reflejada en las declaraciones de Pedro Sánchez, que considera que la sentencia del Tribunal Supremo es el resultado de un juicio ejemplar, característico de un Estado democrático al que considera como "uno de los más democráticos del mundo" y, por supuesto, homologable a cualquier otro Estado democrático europeo.

Encuentro esta declaración sorprendente, pues los indicadores de las grandes limitaciones democráticas del Estado español (por herencia del Estado anterior) son muy abundantes, como se ha documentado extensamente (ver, por ejemplo, mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002). En realidad, es uno de los Estados más represivos de Europa y con menor sensibilidad social, como demuestra el hecho de que tenga uno de los gastos públicos sociales más bajos de la UE-15, el grupo de países con un nivel de desarrollo económico similar al español. De ahí que también me sorprende que incluso los propios dirigentes del movimiento independentista se asombren de la extrema dureza de las sentencias del Tribunal Supremo. Parecería que habían asumido que el Estado español tenía la capacidad y la motivación de actuar de diferente manera.

En este aspecto, la interpretación de lo ocurrido por parte de gran número de dirigentes políticos independentistas e intelectuales soberanistas, definiendo la sentencia del Tribunal Supremo como una "venganza" del Estado, me parece también sorprendente, pues asume, repito, que tal tribunal, frente a la acusación de sedición, podría haber actuado de una manera distinta. Y es que no fue "venganza" lo que hizo tal tribunal. Fue represión dura para establecer un precedente. La dureza de las sentencias (después de descartar la rebelión, que los tribunales europeos habrían rechazado) era parte esencial del mensaje que se quería transmitir a la sociedad, en particular a la sociedad catalana, pero también al resto de la sociedad española. De ahí su gravedad, pues afecta a cualquier colectivo que desobedezca las leyes que sostienen el entramado de poder del país. Y esta dureza, repito, era enormemente predecible, dada la naturaleza del Estado, un Estado que no significó una ruptura sino una apertura del régimen dictatorial anterior, transformándose en un Estado democrático con enormes limitaciones en el que la cultura prevalente en muchos de sus aparatos es heredera de aquel régimen anterior. Así pues, como resultado de una Transición que distó mucho de ser modélica, tal cultura franquista está todavía muy extendida no solo en muchos aparatos del Estado, sino también en amplios sectores de la sociedad civil, incluidos los grandes medios de información.

Ley y democracia no son conceptos homologables

Homologar ley, orden y democracia es algo que suele hacer cualquier establishment político que domina, precisamente, el proceso de formación de dichas leyes. Y tal homologación apareció en la sentencia que condena a los políticos encarcelados. Esta visión penaliza por lo tanto la desobediencia civil, que históricamente se ha mostrado como necesaria para mejorar el sistema democrático en muchas ocasiones. El movimiento obrero, por ejemplo, no tendría muchos de los derechos laborales que tiene en la actualidad si no hubiera incurrido previamente en casos de desobediencia civil. Pero todo participante en movimientos de desobediencia civil tiene que ser consciente que sufrirá una sanción. La sanción en sí, por lo tanto, no tiene por qué sorprender. Pero para que un acto de desobediencia civil tenga eficacia y capacidad de persuasión tiene que sustentarse en un comportamiento basado en un principio que sea moralmente superior al que intenta sustituir, como puede ser la defensa de la democracia, entendiendo como tal la expresión de la soberanía popular. Y ahí está el problema en este caso.

Respeto a la ley no es lo mismo que respeto a la democracia

La justificación de la sentencia del Tribunal Supremo es que tal sentencia era necesaria para salvaguardar la democracia, cuyo marco de referencia es la Constitución (considerando tal documento como el punto de referencia de la expresión democrática). Todo el argumentario se intentaba sostener en base a la defensa de la democracia española. Por otro lado, gran parte de los dirigentes independentistas también utilizaron el argumento de que su desobediencia civil estaba basada en su compromiso democrático. Pero el punto débil de este argumento último es que cuando organizaron el acto del 1 de octubre de 2017, era supuestamente para llevar a cabo un referéndum que, aun cuando fue un magnífico acto de protesta frente al Estado español, no podía leerse o interpretarse como un referéndum. Y utilizaron el resultado de tal votación para legitimar la declaración de la independencia (no deseada por la mayoría de la población catalana). Y ahí está el punto flaco de su argumentación, del que creo que varios dirigentes independentistas eran conscientes y así algunos lo han reconocido.

Por otra parte, la dureza de las sanciones prueba el carácter político de la sentencia

El Tribunal Supremo ha tenido como objetivo someter y escarmentar a los líderes independentistas para mostrarles que la independencia no es posible dentro del Estado español, supuestamente "de los más democráticos del mundo". Y tal sentencia se justificó en base a una exigencia democrática. En cualquier caso, los dirigentes independentistas se lo pusieron fácil para poder presentarse como tal, pues se saltaron a la torera todas las normas (y me refiero a normas y principios democráticos, y no a leyes) declarando la independencia en nombre del pueblo catalán, cuando la mayoría de tal pueblo no era independentista. Y resalto lo de normas y principios, pues no comparto la veneración por la ley ni el concepto de obediencia civil. Repito que las democracias se han construido a base de desobediencias civiles. No hay conquista social sin desobediencia civil. Y estos dirigentes cometieron un acto de desobediencia civil, lo cual, predeciblemente, implicaría una sanción.

Pero, insisto, lo que debilitó su acto de desobediencia civil fue que violaron principios democráticos y desarrollaron un acto (que fue enormemente importante como crítica al Estado por su constante insensibilidad hacia la mal llamada "cuestión catalana") que se presentó como un referéndum (1-O), lo cual obviamente no era (y los dirigentes de la movilización lo sabían o deberían haberlo sabido), acto que utilizaron para justificar la independencia cuando, en realidad, no existía tal mandato, hecho reflejado por encuestas que demostraban que la mayoría no era favorable a dicha independencia. Y ese fue su gran error, pues dieron pie al Tribunal Supremo para justificar su condena a todas luces excesiva por haber violado la ley (que para ellos es la base de la democracia). Al realizar tales actos, aquellos dirigentes independentistas diluyeron el impacto moral (y su popularidad internacional) del hecho de estar encarcelados o en el exilio, presentándose como los defensores de la democracia cuando en realidad habían violado algunos de sus principios.

Por otra parte, una condena tan alta cuando la desobediencia civil fue pacífica confirma claramente que esta condena fue una decisión política tomada con objetivos políticos y que, por lo tanto, los presos y exiliados son presos y exiliados políticos. El hecho de que las penas sean tan desmesuradas se debe a un motivo claramente político, pues, repito, tienen un objetivo político, que es ni más ni menos que crear la imagen de que hay que castigar a los disidentes secesionistas para que no se extienda el independentismo. En realidad, la cultura franquista está tan extendida y normalizada que la gente que la reproduce ni siquiera es consciente de ello. Ahora bien, creer que el Estado haría algo distinto es no entender la Transición de la dictadura a la democracia y las condiciones en las que se hizo. La evidencia de que el Estado resultado de aquella transición se caracteriza por una democracia muy (pero que muy) limitada y un bienestar muy insuficiente es abrumadora. Miren los datos y lo verán.

La gran derechización del establishment español

En este aspecto, no hay plena conciencia de lo enormemente derechizada que está la vida política del país, donde la herencia del régimen anterior ha dejado una cultura escasamente democrática muy acentuada en las derechas españolas, como queda constancia en que nada menos que el 72% de los votantes del PP y el 46% de los de Ciudadanos consideran que debería mantenerse el monumento fascista del Valle de los Caídos, con el dictador enterrado en él con todos los honores que se le otorgan en tal monumento, algo impensable en un país con una cultura más democrática, sólida y madura.  ¿En qué país de la Europa Occidental sería imaginable que el Tribunal Supremo permitiera a un partido de ultraderecha, de clara vocación franquista, VOX, defensor del dictador más sangriento que haya existido en Europa (según el experto en fascismo europeo, el Sr. Malefakis, de la Universidad de Columbia –Nueva York–, por cada asesinato político que cometió el régimen de Mussolini, el de Franco cometió 10.000), ser parte de la acusación popular, o que el Sr. Marchena, de clara orientación derechista, presidiera tal tribunal? Definir todo el proceso como meramente judicial y, por ende, neutral, es insostenible, pues estaba imbuido de una cultura y de unas actitudes que permitían predecir fácilmente cómo terminaría. Son presos políticos y las penas son claramente políticas.

¿Y ahora qué? Se necesita ir más allá que la necesaria defensa de los derechos de las víctimas de la represión

Ni que decir tiene que hay que denunciar el carácter claramente político de la sentencia, totalmente desproporcionada, con penas de prisión que nunca deberían haberse dado. La denuncia de esta situación debe realizarse en defensa de los derechos humanos, exigiendo que salgan de la prisión inmediatamente. Ahora bien, no creo acertado utilizar esta protesta para promover el independentismo, como sus dirigentes, lógica y predeciblemente, están intentando en un período electoral. Y desde este punto de vista, la dureza de las sanciones tendrá lógicamente mayor capacidad de movilización. A mayor número de años de cárcel, mayor movilización. Desde el punto de vista electoral, la sanción del Tribunal Supremo no podría ser mejor propaganda para el independentismo. Y parece casi imposible que no supieran de las consecuencias de tal dureza. En realidad, la sanción facilita la movilización de los dos nacionalismos opuestos. Véanse las reacciones de los dirigentes del PP y de C’s para constatarlo. Su deseo de imponer el 155 responde también a causas electorales.

¿Qué sería deseable que pasara?

El enorme problema, mal llamado "problema catalán" (y digo mal llamado porque es un problema del Estado español), es imposible que se resuelva teniendo a gente en la cárcel. Y repito, aunque el Tribunal Supremo y las derechas (y algunas izquierdas españolas) no lo digan, seguro que lo saben. Pero se benefician de ello. El nacionalismo uninacional y radial españolista, basado en la capital del Reino, necesita el conflicto con los nacionalismos "periféricos" para su propia existencia. Y la historia reciente de España así lo demuestra. Las derechas españolas (que son muy de derechas según los parámetros europeos) siempre han utilizado el nacionalismo y el secesionismo, entre otras razones, para ocultar sus políticas sociales reaccionarias. La evidencia de ello es abrumadora, aunque nunca se hable de ello en los medios (ver mi artículo, El triunfo de las derechas con la ayuda de los independentistas, Público, 07.03.19).

De ahí que la solución al mal llamado problema territorial no pueda venir de las derechas y tenga que hacerlo, si es que llega, únicamente de mano de las izquierdas. Y las izquierdas mayoritarias en España (y también en Catalunya) tienen que reconocer que han dificultado enormemente la solución del problema territorial y social apoyando a las derechas nacionalistas sistemáticamente. El mal llamado conflicto territorial beneficia a las derechas a ambos lados del Ebro. En Catalunya, las izquierdas de ERC y la CUP han apoyado un gobierno liderado por la derecha y, en España, el PSOE está pidiendo una alianza con las derechas. Y ambos lados del espectro lo hacen para defender "la patria" (o la Constitución en el caso del nacionalismo españolista), lo que reducen el necesario debate a un debate "secesión sí/secesión no", cuando el futuro está marcado por un escenario más complejo, más variado y más democrático que el que hoy encontramos.

Y para llegar a este futuro, la única solución es que las izquierdas españolas (incluidas las izquierdas ahora secesionistas) se alíen para cambiar España, cambiando su Estado para que pueda redefinirse España, convirtiéndolo en un Estado plurinacional, unido desde la libertad que supone el derecho a decidir la pertenencia y articulación con dicho Estado, como soñamos desde la resistencia antifascista (incluyendo el PSOE) durante la dictadura. Hasta que ello ocurra no habrá un cambio en estas tensiones, porque ellas son la mejor manera de ocultar la enorme crisis social que los dirigentes de derechas que han liderado los dos bloques nacionalistas han generado y de la que son responsables. De ahí que con el gran ruido que el tema nacional está generando se persiga un objetivo que beneficia a las derechas españolas y las derechas independentistas. Hoy, cuando la enorme crisis social está afectando como nunca la calidad de vida de las clases populares, las banderas borbónicas, por un lado, y las esteladas, por el otro, ocultan todo lo demás. Ambos se benefician de las tensiones que estamos viendo. ¿Que no lo ven las izquierdas?

La enorme crisis social

Hoy la crisis social ha alcanzado unas dimensiones sin precedentes en el país, resultado de la aplicación por parte de los partidos gobernantes de políticas neoliberales (las reformas laborales regresivas y las políticas de austeridad), sin que ello aparezca en el debate político y mediático del país. Y las izquierdas gobernantes son también responsables de ello. De ahí que a no ser que haya un cambio profundo en su orientación, estamos condenados a continuar con las tensiones interterritoriales que ocultan que muchos jóvenes de este país no tienen perspectivas de vivir mejor que sus padres, que las desigualdades sociales son de las mayores en Europa Occidental y que la pobreza infantil es escandalosamente alta. ¿No se dan cuenta? Creerse que las izquierdas gobernantes no eran conscientes de lo que pasaría es poco creíble.

Ni que decir tiene que hay que protestar por las penas impuestas a los presos políticos. Y hay que protestar por las medidas represivas del Estado español, que son una de sus características. Pero también hay que denunciar las alianzas buscadas por la izquierda dominante en España y por la incompetencia e ingenuidad (o cinismo) de algunos de los principales dirigentes de los partidos de la izquierda independentista.

Hacer esta denuncia no es, como muchos independentistas acusan a los movimientos enraizados en el 15-M y a fuerzas progresistas como IU, ser equidistante o ambivalente, sino reconocer el reto que la fuerzas progresistas tienen a nivel del Estado borbónico para cambiarlo, y a su vez criticar el "procés" y la independencia exprés unilateral por el desastre (y no hay otro término para decirlo) al que nos están conduciendo. Ni que decir tiene que la gran mayoría de la población que se manifiesta responde a un noble deseo de cambio nacional, pero una fuerza progresista no puede nunca olvidar que el objetivo primordial tiene que ser mejorar el bienestar y la calidad de vida de las clases populares, y no puede ser que se utilicen las banderas y la causa nacional para ocultar el drama social que algunos de sus dirigentes han creado.

El reto electoral de las izquierdas

Hoy debería hablarse de que (1) la mayoría de españoles (incluyendo la mayoría de catalanes) viven peor que a principios del siglo XXI; (2) que casi la mitad de los trabajadores españoles, catalanes inclusive, trabajan en situaciones precarias; (3) que casi el 40% de la población catalana que vive de alquiler está en riesgo de pobreza; (4) que en España, incluyendo en Catalunya, el gasto público en sanidad, educación, pensiones, atención a las familias, vivienda social y un largo etcétera, está entre los más bajos de la UE-15 y es más bajo que en 2010; (5) que en Catalunya se gastan 626 millones de euros menos en educación, 1.027 millones menos en sanidad o 363 millones menos en vivienda que en 2010, y un largo etcétera. Y por si todo ello fuera poco, el 79% del suelo español está en peligro de desertización. Estos y otros temas que afectan enormemente la calidad de vida de la población a los dos lados del Ebro están siendo silenciados por las banderas en tiempo electoral. Y ello no es por casualidad.

Y aquellos en Catalunya que creen que tal crisis social se debe al hecho de que son parte del Estado español tienen que ser conscientes y saber que los gobiernos de derechas en Catalunya, apoyados por las izquierdas independentistas, fueron los que aprobaron y/o implementaron las leyes que contribuyeron a crear la crisis social (lo cual no se explica en los medios públicos de la Generalitat, incluyendo TV3, que promueven a gurús económicos de clara tendencia neoliberal como el asesor de Davos, que se presenta como un gran superpatriota catalán, el cual, a su vez, apoya políticas que han incrementado las desigualdades sociales a base de defender los intereses de las rentas superiores en detrimento del bienestar de la mayoría de catalanes). Esta es la realidad ocultada en el debate político y mediático del país. Así de claro.

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Por qué es esencial que las izquierdas desanimadas voten https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/10/07/por-que-es-esencial-que-las-izquierdas-desanimadas-voten/ Mon, 07 Oct 2019 06:00:38 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4968 Continuar leyendo "Por qué es esencial que las izquierdas desanimadas voten"]]> Toda la evidencia existente apunta que el establishment político-mediático del país (plenamente absorbido en el tema nacional e interterritorial) parece no ser plenamente consciente de dos de los mayores problemas que existen en España y que han sido ambos consecuencia, en parte, de las políticas públicas aplicadas por los sucesivos partidos políticos que han gobernado el Estado español durante el período democrático, y muy en particular durante el período conocido como la Gran Recesión. Uno es la gran crisis social que han sufrido, y continúan sufriendo, las clases populares, hecho que contradice el mensaje promovido por tal establishment de que haya existido una recuperación del bienestar de la población, habiendo salido ya de la crisis. Y el otro gran problema es el cambio climático, que está teniendo un enorme impacto negativo en las condiciones medioambientales de toda la población y que está teniendo incluso peores consecuencias para las clases populares; este cambio climático ha sido también propiciado, en parte, por las políticas públicas del Estado español, el cual se ha caracterizado por su enorme insensibilidad (cuando no indiferencia) hacia la gravedad de tal crisis climática. Veamos la evidencia de cada crisis y su causa común.

La responsabilidad del Estado en la creación y reproducción de la crisis social

Existe evidencia más que contundente de que tal crisis social continúa presente, crisis que es probable que, en caso de continuarse aplicando las políticas públicas que la causaron, podría alcanzar niveles insoportables para la mayoría de la población. Veamos algunos datos que cuestionan la versión oficial del Estado y medios afines al pensamiento neoliberal dominante que afirma que "la crisis social es cosa del pasado, habiéndose ya recuperado la economía". Para desmentir esta percepción basta ver que la tasa de riesgo de pobreza ha pasado del 19,8% en 2008, inicio de la Gran Recesión, a un 21,5% en 2018 (en Catalunya ha pasado de un 19,9 a un 21,3 durante el mismo período). Y que la tasa de desempleo ha pasado de un 9,6% en el primer trimestre de 2008 al 14% en el primer trimestre de 2019 (en Catalunya ha pasado de un 7,5% a un 11,2%). Otros indicadores tales como la precariedad, el trabajo temporal y parcial no deseado, y otros, muestran un deterioro semejante. Estas y otras realidades similares han causado un gran crecimiento de las desigualdades en ingresos, siendo España el país de la UE en el que estas han crecido más intensamente (después de Bulgaria), tal como señala el informe de Oxfam Intermon "Desigualdad 1 – Igualdad de oportunidades 0". La distancia entre el decil de hogares con mayores ingresos y el de menos ingresos ha pasado de ser 9,7 veces en 2008 a 12,8 veces en 2017. En realidad, el crecimiento económico ha beneficiado mucho más a las rentas superiores que a la mayoría de la población. Del aumento de la renta creado por el crecimiento, el 1% de renta superior de la población se ha quedado con un 12%, mientras que el 50% de la población se ha quedado solo con un 9%.

Existen un enorme dolor y sufrimiento como consecuencia de estos hechos que reflejan un gran deterioro de la calidad de vida de las clases populares. En realidad, la noticia más impactante en España es que, de seguir la aplicación de las políticas neoliberales que se han ido imponiendo, es más que probable que la mayoría de la juventud no pueda vivir mejor que sus padres en un futuro próximo.

Las causas de la crisis social

El enorme crecimiento de las desigualdades, con una gran concentración de poder económico y financiero, así como de poder político y poder mediático, ha originado la aplicación e imposición de políticas públicas que han reducido significativamente los derechos políticos, diluyendo el carácter representativo de las instituciones políticas, lo que ha causado a su vez un retroceso de los derechos sociales, laborales y medioambientales de la población. Hay que insistir en que las causas más importantes de la crisis social han sido políticas. Repito esta afirmación porque hay un intento de despolitizar las causas de tal crisis, atribuyéndola a un determinismo tecnológico que oculta la realidad política.

Las causas más importantes de este deterioro son las políticas públicas neoliberales (tales como las reformas laborales, las políticas de austeridad y las políticas fiscales regresivas, entre otras) que han sido aplicadas (con el estímulo de las autoridades de la Unión Europea) por los gobiernos españoles, primero por el PSOE liderado por el Sr. Zapatero y luego por el PP liderado por el Sr. Rajoy, con el apoyo este último de Ciudadanos. Estas medidas han reducido considerablemente las conquistas adquiridas por las clases populares en períodos anteriores a la Gran Recesión. En realidad, el objetivo principal de tales políticas neoliberales era precisamente la reducción del poder del mundo del trabajo en beneficio del mundo del capital y de las rentas superiores. Y lo consiguieron. Desde el punto de vista económico, es hoy ampliamente reconocido en amplios sectores académicos fuera de España que tales medidas han tenido un impacto muy negativo, no solo en el bienestar de las clases populares, sino también en la eficiencia económica del país.

La crisis climática y sus causas

Esta crisis climática también tiene causas políticas, pues la evidencia de que el cambio climático se debe a la intervención humana es clara y contundente. El cambio climático ha sido resultado de decisiones humanas realizadas, en gran parte, por instituciones políticas. Sin la participación de los Estados, esta crisis no se hubiera generado, una crisis que es enorme y tiene que ver con la propia supervivencia de la humanidad. Solo tres datos de documentos científicos publicados recientemente resumen la gravedad del momento histórico que vivimos: uno es que las temperaturas actuales se están acercando ya a las temperaturas de hace 120.000 años, cuando el nivel del mar era entre 6 y 9 metros más alto que ahora. Otro es que los glaciares están desapareciendo y desplazándose hacia el mar cinco veces más rápido que en la década de 1990. Un tercero es que el ritmo actual de desaparición de algunas especies no se había producido en los últimos 65 millones de años, cuando el impacto de un asteroide contra la Tierra provocó el último episodio de extinción masiva que hasta ahora había vivido nuestro planeta.

En realidad, el aumento de las temperaturas en los océanos está teniendo un impacto tremendo en el aumento de catástrofes naturales, como ocurrió recientemente con la gota fría en España. El huracán Dorian, que causó tanto daño en el este de EEUU, aceleró la denominada "corriente en chorro" del Atlántico Norte, lo que, a su vez, creó esa gota fría.

La gran vulnerabilidad medioambiental de España

Estos cambios afectarán (ya lo están haciendo) a la mayoría de la población, y muy en particular a las clases populares. El aumento de las temperaturas y el descenso del nivel de lluvias desde principios del siglo XX (un 15% menos) amenazan las reservas hidrográficas, facilitando la desertización. Según el propio ministerio de Medioambiente, el 74% del suelo español está en riesgo de desertización y se prevé que, del 26% restante, un 20% lo esté de aquí a 50 años.

Un tanto igual ocurre con el aumento del nivel del mar. Si tal aumento llegara a los 3 metros, una parte importante de ciudades españolas como Barcelona, Málaga, Santander o A Coruña se inundarían. Y este aumento puede ocurrir a finales de siglo.

La responsabilidad del Estado

Y en esta crisis climática, las decisiones de los Estados han jugado un papel fundamental. Han sido precisamente las instituciones actuales, fruto de una enorme concentración de poder económico, financiero, político, cultural y mediático, las que han tomado decisiones que han ido generando las crisis que aparecen ahora en unas dimensiones alarmantes. La situación a ambos lados del Atlántico Norte es clara. Las políticas neoliberales que promueven, en teoría, las "leyes del mercado" (controladas por monopolios y oligopolios) han sido determinantes en el crecimiento del modelo energético basado en los combustibles fósiles, no renovables (carbón, gas natural y petróleo). No es por casualidad que desde los años ochenta (con la revolución neoliberal promovida por el presidente Reagan en EEUU y la primera ministra Thatcher en el Reino Unido) el modelo económico neoliberal, basado en la energía no renovable, se haya expandido. Y han sido precisamente las derechas neoliberales las que han negado hasta hace muy poco que hubiera un cambio climático y, cuando por fin, han tenido que aceptar que sí lo hay, han negado que sea causado por decisiones humanas. Y en España este pensamiento neoliberal es dominante. Un ejemplo de ello es el economista ultraliberal Sala i Martín, que tiene una gran visibilidad mediática en los medios públicos de la Generalitat de Catalunya, y que es el gran asesor de Davos, que es el Vaticano de tal pensamiento.

La indiferencia hacia esta enorme crisis del Estado, ensimismado en el tema nacional y territorial, es más que preocupante. El 83% de la energía consumida en España proviene de la quema de combustibles fósiles o es de origen nuclear, y solo un 17% proviene de fuentes renovables, todo ello a pesar de que tenemos un enorme potencial de energía fotovoltaica. España, junto con cinco países de la UE, acumulan la emisión de cerca del 70% de todos los gases de efecto invernadero del continente. Y en lugar de reducirlos, España ha aumentado sus emisiones (un 21,8% desde 1990). De ahí que sea indignante que la última reforma que hizo el Estado del sector eléctrico haya frenado la producción de energías renovables, penalizando el autoconsumo y fomentando la extracción de petróleo y el fracking, que es sumamente contaminante.

La relación entre poder político y poder energético

El maridaje entre las industrias de la energía y la clase política gobernante es una de las características del sistema energético español. Si repasamos la siguiente lista se darán cuenta. Participan o han participado en el consejo de administración de Endesa políticos del PSOE (Elena Salgado), del PP (Luis de Guindos, José María Aznar, Manel Pizarro, Pío Cabanillas Alonso y Rodolfo Martín Villa) y de CDC (David Madí y Miquel Roca). En el caso de Abengoa ha habido también políticos del PSOE (Josep Borrell, Rafael Escudero y José Domínguez) y del PP (Manuel De Vicente-Tutor y Ricardo Martínez Rico). También en la empresa Naturgy –la antigua Gas Natural– han disfrutado de la presencia de políticos del PSOE (Felipe González, Cristina Garmendia, Guzmán Solana Gómez, Víctor Pérez Pita y Narcís Serra) y de UCD (Leopoldo Calvo Sotelo). En Enagas ha habido políticos del PP (José Luis Olivas Martín y Ana Palacio) y del PNV (Joseba Adoni Aurrekoetxea). En Acciona del PSOE (Javier Solana) y del PP (Carlos Espinosa de los Monteros). En Iberdrola del PSOE (Manuel Marín, Manuel Amigo, Braulio Medel, Felipe Romera y Juan Pedro Hernández Moltó), del PP (Ángel Acebes, Fernando Becker, Ramón de Miguel, José Luis Olivas y Santiago Martínez Garrido) y del PNV (Juan María Atutxa). En Enel del PSOE (Pedro Solbes) y, finalmente, en HC Energía, del PP (Ana Palacio).

Es lamentable que los pasos que tímidamente tomó el presidente Zapatero (del PSOE) a favor de la producción de energías renovables fuesen interrumpidos por el ministro neoliberal Miguel Sebastián, que desalentó el apoyo estatal al crecimiento de tales energías, promoviendo en su lugar las tradicionales, lo cual se expandió todavía más con Rajoy.

La urgencia del cambio y de la reversión urgente del neoliberalismo

Las causas comunes de ambas crisis exigen un giro de 180º en las políticas públicas que el Estado español ha estado imponiendo. Hay que ser conscientes de que los factores políticos son determinantes en la creación y reproducción de estas crisis. El hecho de negarlo y/u ocultarlo, el despolitizar lo que es profundamente político, es diluir responsabilidades y dificultar la solución de los problemas que conllevan tales crisis. En este sentido, en el buen programa en La Sexta, El Objetivo, de Ana Pastor, sobre las consecuencias del cambio climático, se hizo una presentación valiosa pero insuficiente y, en algunas partes, errónea, ya que después de señalar la naturaleza de la crisis, deliberadamente y predeciblemente se señaló que no podía ni debía politizarse el problema. Si por "politizarse" quiere decir ser instrumentalizado exclusivamente por un partido, tal observación podría estar justificada. Pero si por "politizar" entendemos denunciar las causas políticas de tales crisis y la propuesta de medidas por parte de las distintas formaciones para arreglarlas, apoyando a algunos espacios y partidos políticos que hacen propuestas necesarias y urgentes, entonces, esta politización es imprescindible. Y entre estas medidas, unas clave son las políticas opuestas a las implementadas por los partidos conservadores, liberales o socioliberales, todos ellos insensibles hacia la gravedad de dichas crisis. Es una obligación cívica y moral votar a partidos que, a pesar de sus errores, han mostrado su voluntad, audacia, coraje y compromiso político para enfrentarse con las fuerzas económicas, financieras, políticas y mediáticas responsables de las enormes crisis. Los cambios a realizar no son menores y requieren transformaciones en las instituciones llamadas democráticas, a fin de democratizarlas, con una reducción de sus limitaciones. A los que están desmotivados por los problemas derivados de la fallida investidura de Pedro Sánchez, hay que señalarles que las crisis son enormes y requieren un cambio mucho más profundo que lo que el partido gobernante, el PSOE, estaba proponiendo. Le ruego al lector que piense en cada uno de los datos que aquí presento y, luego, vote.

Una última observación

Me parece de una enorme frivolidad ver el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez como resultado de la falta de química entre él y Pablo Iglesias (la persona, esta última, más odiada por el establishment político-mediático del país). El problema es mucho, mucho mayor de lo que se trivializa como un conflicto de maneras de ser y pensar. No quiere verse que el problema es más profundo y más grave. Y es el conflicto entre dos visiones diferentes de dos espacios políticos que representan intereses distintos. El PSOE perdió su vocación transformadora al adoptar y hacer suyas las medidas neoliberales que han hecho tanto daño social, desoyendo también las señales de alarma que le habían advertido de la crisis climática. Pareció por un momento que ello podría haber cambiado con la nueva dirección de Pedro Sánchez. Está claro que este era el deseo de las bases del partido socialista, que dejaron bien claro que su deseo era un gobierno amplio de izquierdas.

Pero Pedro Sánchez falló. Demostró ser lo contrario de lo decía. Y no quiso seguir adelante pues este seguir hacia adelante hubiera significado un cambio de 180º en sus políticas económicas y climáticas, cambios que sin lugar a dudas lo hubieran enfrentado a las élites financieras y empresariales del país. Y ahí está la raíz del problema. La solución no pueden ser unos cambios aquí y allá, sino un cambio sustancial que la dirección de Pedro Sánchez, asesorado en su estrategia por Iván Redondo (que en su día asesoró al PP), no está dispuesta a hacer. Que UP cometió errores, sí, seguramente, pero menores, resultado de la brevedad del tiempo de negociación, principalmente. Pero la responsabilidad mayor es la de Pedro Sánchez, como bien señalan las encuestas. Aun así, la estructura de poder continuará demonizando a Pablo Iglesias y a UP, utilizando la candidatura de Errejón, entre otras medidas, para intentar parar a UP. No hay duda de que tal candidato debilitará enormemente a las izquierdas, por razones conocidas de la ley electoral. El partido de Errejón tendrá un impacto electoral entre las izquierdas similar al que Vox tuvo entre las derechas. Es una lástima, porque podría haberse convertido en un espacio complementario a UP, En Comú Podem, En Marea y otras fuerzas, pero en este momento, es un competidor para todas las izquierdas. Al votante debería concienciársele de lo difícil que es la tarea de cambiar el país. Y que los fracasos son solo obstáculos en una larga carrera en la que es sobre todo urgente que se cambien las políticas económicas, sociales y medioambientales ya desacreditadas a nivel internacional, pero todavía aplicadas en el país.

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Las ocultadas raíces de la gran crisis política actual https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/09/23/las-ocultadas-raices-de-la-gran-crisis-politica-actual/ Mon, 23 Sep 2019 06:07:57 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4958 Continuar leyendo "Las ocultadas raíces de la gran crisis política actual"]]> Hemos estado viendo desde hace años un creciente descrédito de las instituciones representativas del Estado español, que ya se hizo evidente con el surgimiento del movimiento de protesta 15M, cuyo lema "no nos representan" lo decía todo. El contraste entre lo que las clases populares del país (que constituyen la mayoría de la ciudadanía) deseaban y esperaban de su gobierno central y las políticas públicas (de austeridad y reformas laborales que dañaban su calidad de vida) que estos imponían (y digo imponían pues no estaban en sus programas electorales) era tan grande que originó una protesta popular que se extendió rápidamente a lo largo del territorio español.

La justificación dada por los gobiernos responsables de tales políticas era afirmar la necesidad de aplicar esas medidas al no haber otras posibles. La falsedad de tal argumentación, proveída por los partidos gobernantes (el PSOE dirigido por Zapatero primero, y el PP presidido por Rajoy después), era fácil de ver mirando la evidencia proveída por los datos, obtenidos sin gran dificultad aunque ignorados u ocultados por los mayores medios de información (ver Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, escrito por Juan Cruz, Alberto Garzón y Vicenç Navarro, Editorial Sequitur, 2011). El movimiento 15M inspiró toda una serie de partidos políticos basados en movimientos sociales de protesta (Podemos, En Comú Podem, En Marea, entre otros) que, junto y en alianza con la izquierda existente a la izquierda del PSOE (IU), establecieron Unidas Podemos, cuya principal exigencia era la democratización de la sociedad, empezando por la democratización del Estado, a fin de que este representara y defendiera los intereses de la mayoría de la población y no los intereses económicos y financieros que siempre habían dominado (y continúan dominando) al Estado español. Esta frase no es, como suelen responder las derechas, "retórica demagógica", sino que es una verdad como un templo. Y los datos así lo muestran. Es cierto que el sistema democrático existente en España permitió que tales nuevas fuerzas políticas llegaran a las instituciones, lo que llevó a la aparición de una nueva sensibilidad de izquierdas en las Cortes. Pero las enormes limitaciones de la democracia explican que no se les haya permitido gobernar, como siempre ha ocurrido en el período democrático con los partidos a la izquierda del PSOE.

Las causas estructurales de la crisis política actual

La desaprobación por parte de las clases populares hacia el establishment político-mediático del país se ha mostrado de nuevo con el aumento de la frustración de la población a causa del fracaso de la investidura del Sr. Sánchez como presidente del gobierno español. España ha sido gobernada durante varios años por gobiernos con prácticamente el mismo presupuesto del Estado (que ha mantenido las mismas políticas de austeridad), sin variaciones sustanciales. El índice de rechazo a los "políticos" ha ido creciendo hasta niveles alarmantes para la propia legitimidad de las instituciones representativas. Ni que decir tiene que la respuesta del establishment político-mediático frente a tal crisis ha sido siempre negar la crisis de dichas instituciones (creadas durante el proceso definido como la "modélica Transición"), atribuyendo la crisis política a los partidos y no a las instituciones (véase el editorial de El País "Irresponsabilidad consumada. El fracaso de la legislatura es de los partidos, no de las instituciones", 18.09.2019). La realidad muestra, sin embargo, que la causa de la crisis política actual es primordialmente estructural y afecta a las instituciones. El hecho de que las instituciones representativas del régimen del 78 estén en una crisis enorme se debe primordialmente a una causa enraizada en la manera en que se hizo aquella transición de la dictadura a la democracia.

Las consecuencias de la Transición inmodélica: la escasa representatividad de las instituciones representativas

 Hay que ser conscientes de que la Transición no significó una ruptura con el Estado dictatorial anterior, sino una apertura y transformación profunda que permitieron que permitieron que el sistema resultante fuera definido como democracia, aun cuando el enorme desequilibrio de fuerzas en aquel proceso de transición (con gran dominio de las fuerzas conservadoras en los aparatos del Estado y en la mayoría de los medios de comunicación) determinó que tal democracia tuviera enormes limitaciones. Y una de ellas fue la limitada representatividad de las instituciones llamadas representativas, con una clara discriminación en contra del partido que había liderado la resistencia frente a la dictadura y que estaba a la izquierda del PSOE (el cual cambió significativamente en la Transición, diluyendo su compromiso transformador y convirtiéndose en uno de los dos pilares que sostuvieron el régimen del 1978). El PP, heredero de las fuerzas que dominaron el Estado dictatorial, y el PSOE, supuestamente el mayor heredero de las fuerzas democráticas derrotadas por el golpe militar que estableció la dictadura, pasaron a constituir el bipartidismo dominante que caracterizó el nuevo régimen que siguió al régimen dictatorial anterior. El partido a la izquierda del PSOE, el PCE, fue discriminado, tanto con su escasísimo número de representantes en las Cortes, como con su marginación del gobierno. Ni que decir tiene que esta discriminación debilitó enormemente a las izquierdas en el país y su capacidad de transformación del sistema.

Sin minimizar la importancia de los avances que la deficiente democracia trajo a España (cuya joya de la corona incluyó el establecimiento del Servicio Nacional de Salud), el hecho es que las enormes limitaciones del Estado del bienestar (que he documentado extensamente en mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Editorial Anagrama, 2006) se deben precisamente a este dominio de las derechas, la escasa influencia de las izquierdas, y el deterioro de la vocación transformadora del PSOE (cuyos ministros de economía siempre fueron próximos al capital financiero y a la gran patronal, nombramientos hechos a fin de tranquilizar a los establishments financieros y económicos del país). La diferencia entre el PP y el PSOE fue primordialmente en las áreas sociales, culturales e identitarias, y no tanto en el área económica. Tal dilución de su vocación transformadora también se reflejó en el abandono de la visión plurinacional del Estado español que había tenido durante la clandestinidad, y en la reproducción de la visión uninacional, convirtiéndose en el máximo defensor (junto con el PP) del régimen borbónico del 78.

Los intentos de redefinición del Estado en una dirección plurinacional (promovidos por las izquierdas catalanas durante el tripartito) fueron reprimidos por el Tribunal Constitucional y por las derechas, causando la radicalización del nacionalismo catalán, comprometido ahora con la secesión. En definitiva, y como resultado del sesgo conservador de las instituciones representativas y del Estado, España siempre mantuvo durante el período democrático un gran subdesarrollo social y una orientación uninacional. La joya de la corona, el Servicio Nacional de Salud, siempre estuvo subfinanciado, y el sistema de transportes del Estado siempre fue predominantemente radial, centrado en la capital del reino, y nunca fue poliédrico.

El dominio del neoliberalismo en el área económica explica el subdesarrollo social

La adopción explícita del neoliberalismo dominante en las instituciones europeas por parte del gobierno Zapatero, que inició las políticas de austeridad y bajada de impuestos, así como las reformas laborales que causaron un gran daño a las clases populares, creó como respuesta una protesta general (el 15M) acusando, con razón, a los gobiernos y al Parlamento de falta de legitimidad por haberlas llevado a cabo sin ningún mandato para ello. Como indiqué antes, su "no nos representan" movilizó a millones de personas. Esta movilización (un tsunami político) determinó el primer paso del fin del régimen del 78, exigiendo que se completara la transición mediante la democratización de la sociedad, comenzando con el Estado. Y el primer paso fue la irrupción de nuevas fuerzas políticas como Podemos y sus confluencias, que supusieron el fin del bipartidismo. Los partidos tradicionales (el PSOE y el PP) perdieron mucha fuerza, causando la rebelión de sus bases, rebelión bien utilizada por Pedro Sánchez, que consiguió así revertir el descenso electoral de los socialistas; dicha rebelión fue estimulada por la fuerza política enraizada en el 15M, Podemos, y por su posterior alianza con IU. El movimiento a la izquierda del PSOE fue determinante para su recuperación electoral.

Este movimiento, sin embargo, se ha visto interrumpido al negarse a establecer una coalición con un espacio político situado a su izquierda. El gobierno de coalición hubiera podido significar el fin de la discriminación que las izquierdas a la izquierda del PSOE han sufrido durante todo el período democrático, rompiendo con ello una de las mayores características del régimen del 78, permitiendo así corregir el gran retraso social de España, y también la redefinición de España como un Estado plurinacional.

Los obstáculos para el cambio necesario: la no resolución del mal llamado "problema catalán"

Para tal redefinición, sin embargo, era fundamental el cambio de las izquierdas catalanas, incluyendo el partido de izquierdas del gobierno catalán, ERC. Los cambios más importantes que han ocurrido en Catalunya durante el período democrático, tanto en las áreas sociales como en las áreas nacionales, los han iniciado las izquierdas. El gasto público social aumentó durante el período del tripartito, y el Estatuto salido del Parlamento catalán, propuesto por el tripartito, había sido aprobado por todas las izquierdas en Catalunya.

El gran problema para España y para Catalunya fue que no fueron las izquierdas sino las derechas nacionalistas catalanas las que lideraron a posteriori el gobierno catalán y utilizaron el tema nacional para ocultar las políticas altamente regresivas en el tema social (además de ocultar su enorme corrupción). El gran error de ERC (y de la CUP) fue apoyar tal gobierno, liderado por la sección más reaccionaria, excluyente y antipática del independentismo, representada por el presidente Torra, uno de los políticos menos populares hoy en Catalunya.

Y el otro gran error de ERC fue precisamente no aprobar el presupuesto pactado entre PSOE y UP, origen de la crisis política actual. El hecho de que el PSOE no se fíe de ERC (en un momento de gran incertidumbre, que se acentuará con el fallo del Tribunal Supremo sobre los presos políticos) ha contribuido en gran medida a que no quisiera la coalición con UP, pues muchos de los cambios de España en dirección progresista (que beneficiarían a Catalunya) necesitarían el apoyo también de ERC, que no ha tenido en situaciones anteriores como en el caso del presupuesto mencionado. Por otra parte, la limitada vocación de diálogo del PSOE con las fuerzas independentistas y su temor (casi terror) a que las derechas, profundamente uninacionalistas, lo acusen de "traidor a la patria" explican (pero no justifican) que la alianza con UP, que como he dicho necesitaría también el apoyo de ERC, no dejara dormir a Sánchez. El gran error de Sánchez es no atreverse a redefinir el significado de "patriotismo", identificando como tal el amor y el compromiso con el bienestar y calidad de vida de la mayoría de la ciudadanía que son las clases populares. En su lugar, aceptó la visión reaccionaria que de este patriotismo tienen las derechas. Definir a las derechas españolistas como patriotas es una tergiversación del significado de patriotismo, pues históricamente estas derechas supuestamente patrióticas han sido (y continúan siendo) las máximas responsables del retraso social y económico del país. Y los datos lo documentan claramente (ver el citado libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Editorial Anagrama, 2006). En España el tema social y el tema nacional están muy relacionados, pues las derechas (incluyendo las catalanas) siempre han utilizado las banderas para esconder sus políticas públicas reaccionarias, así como su corrupción. De nuevo, los datos están ahí para los que quieran verlo.

Los auténticos patriotas en este país son los que perdieron la mal llamada Guerra Civil (que fue un golpe militar fascista frente a las necesarias reformas propuestas por un gobierno de coalición de izquierdas) y sus herederos. El abandono de la memoria histórica, liderado en España por las derechas, y, de una manera incomprensible, con la complicidad de las izquierdas gobernantes, está teniendo un enorme coste para entender lo que hoy está pasando en España. El amor hacia España no se mide por el tamaño de la bandera borbónica, sino por la corrección de la enorme subfinanciación del Estado del Bienestar, que siempre se ha dado durante el periodo democrático. La unidad de España no se defenderá a base de imposición y represión, sino a base de diálogo, comprensión y reconocimiento de la diversidad como una riqueza del país, diversidad que no tiene por qué romper la solidaridad entre las distintas naciones y pueblos de España, tal y como defendían las izquierdas (tanto el PSOE como el PCE) durante la clandestinidad. El abandono de aquel sueño nos ha llevado a la pesadilla actual.

¿Qué ha estado pasando en el PSOE?

Los pasos para atrás del nuevo PSOE liderado por Sánchez eran previsibles, tal como indiqué en artículos recientes. Sánchez quiere convertir al PSOE en el gran partido del centro (y transformarse en el Macron francés), atrayendo al votante de centro (la derecha civilizada) que está en desacuerdo con el movimiento a la ultraderecha de Ciudadanos, estimulado por la aparición de Vox. La reivindicación de la que más ha hecho bandera Ciudadanos ha sido un nacionalismo españolista exacerbado profundamente, carente de una visión plurinacional, y un neoliberalismo muy acentuado, junto con un rechazo al conservadurismo cultural y reaccionario representado por el PP. Es sorprendente que el intelectual orgánico de tal partido, Francisco de Carreras, haya descubierto hace solo unas semanas que este partido es profundamente nacionalista españolista, con una visión uninacional y jacobina extrema. Tal ignorancia es una buena muestra de la falta de entendimiento de tal autor en lo que se refiere a su país.

Los conflictos y estrategias duales de Sánchez

Ahora bien, el mayor problema de Sánchez son las bases del partido, que le apoyaron y que deseaban (y continúan deseando) un movimiento hacia la izquierda del PSOE. Y de ahí su deseo de jugar a dos bandas: una, conseguir el apoyo de UP en las áreas sociales, y otra, el de C’s en las áreas económicas. Tal estrategia, la supeditación de lo social a lo económico, ha sido siempre la característica principal del PSOE. La exclusión de las áreas económicas del gobierno en la brevísima propuesta (de solo 24 horas) del gobierno de coalición era consecuencia de ello.

Por otra parte, Sánchez salió elegido presidente del gobierno de España como resultado de la alianza de las fuerzas progresistas herederas de aquellos sectores democráticos que habían luchado en contra de la dictadura (y que incluían a los nacionalistas "periféricos"). De ahí su incomodidad con aquella alianza que le había permitido ser presidente. Su ruptura con el plurinacionalismo, después de haberlo defendido durante las primarias del PSOE, creó tal incomodidad. Ni que decir tiene que la radicalización secesionista de los nacionalistas y su probable agitación antiestatal a raíz de la muy probable sentencia condenatoria a sus líderes por parte del Tribunal Supremo, haría tal alianza poco estable, por no decir imposible, lo cual explica su preferencia por Ciudadanos, ya no solo por afinidad política, sino también para dar mayor estabilidad y salvar el régimen del 78, perpetuando con ello el gran subdesarrollo social de España, que solo se conseguirá revertir con un amplio gobierno de izquierdas.

Mientras, las izquierdas a la izquierda del PSOE necesitan una amplia coalición entre ellas, incluyendo la integración orgánica entre Podemos e IU, pues sus culturas políticas complementarias se enriquecen uniéndose, ofreciendo a la vez una coalición abierta a la colaboración de otros partidos y confluencias en un proyecto común. Las divisiones (y luchas partidistas entre ellas) han sido lo que las ha debilitado siempre. Fue un indicador muy positivo que, a pesar de las notables diferencias en la estrategia a seguir frente a las propuestas de Sánchez (diferencias muy legítimas y necesarias), las distintas sensibilidades, con gran sentido de compromiso y sacrificio, aceptaran un proyecto y una estrategia común a pesar de los desacuerdos. Ello ha abierto toda una serie de posibilidades. Y en Catalunya (y también en el resto de España) es esencial que el eje derechas–izquierdas vuelva a tener la centralidad en la vida política del país, para lo cual se requiere poner el tema social en el centro de las demandas de las izquierdas, además de establecer alianzas con el resto de las izquierdas españolas para redefinir la naturaleza del Estado y recuperar su plurinacionalidad.

Una última observación. El surgimiento de nuevas formaciones políticas dentro del espacio político de izquierdas no tendría que ser un obstáculo para el proyecto transformador, siempre y cuando se establecieran amplias alianzas electorales en un proyecto común. La historia de este país, incluyendo la más reciente, muestra que la división y atomización de las izquierdas han sido unas de las mayores causas de su debilidad y escasa influencia política. En realidad, la mayoría de votos en este país en la mayoría de elecciones a las Cortes Españolas han sido de izquierdas. En las últimas elecciones de abril fueron más de un millón de votos por encima del número de votos de las derechas. Es más, altos porcentajes de votantes del PP y de Ciudadanos están a favor de propuestas de izquierdas (como regular el precio del alquiler), lo que explica que la gran mayoría de la población esté más a la izquierda que los gobiernos de izquierdas que el país ha tenido durante su periodo democrático. En realidad, la lista de lo que la mayoría de la población desea que los gobiernos (tanto de derechas como de izquierdas) hicieran, y lo que estos no hacen, es enorme. Esta es la causa de la pérdida de legitimidad de las instituciones, causa mayo de la enorme frustración creciente hoy en España.

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Los falsos argumentos utilizados para no tener un gobierno de coalición https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/09/11/los-falsos-argumentos-utilizados-para-no-tener-un-gobierno-de-coalicion/ Wed, 11 Sep 2019 05:58:03 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4949 Continuar leyendo "Los falsos argumentos utilizados para no tener un gobierno de coalición"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Una característica del establishment político-mediático español es intentar relativizar la gravedad de los problemas políticos que existen en España, argumentando que tales problemas ocurren en todos los países de semejante nivel de desarrollo económico, como son los países de la Europa Occidental. La generalización del problema dificulta así identificar con claridad cuáles son las responsabilidades de las instituciones españolas en la creación de tales problemas, pues las causas parecen ser más continentales que nacionales.

Un ejemplo de ello es el argumento que tal establishment utiliza para explicar la aparente imposibilidad de que se establezca un gobierno de coalición basado en la alianza de dos espacios políticos de izquierdas: el PSOE y Unidas Podemos y sus confluencias. Las dificultades de entendimiento entre ambos espacios son presentadas como un reflejo de la imposibilidad de establecer gobiernos de coalición entre partidos definidos como socialdemócratas por un lado, y otro u otros partidos a su izquierda, por el otro, una imposibilidad que se asume ocurre en todos los países de la Europa Occidental. Se cita constantemente que en ningún país europeo ha habido tal tipo de gobiernos de coalición de izquierdas. Incluso un periodista tan reconocido como el Sr. Iñaki Gabilondo repetía tal argumento en la extensa entrevista que le realizaron en La Sexta Noche para explicar (en realidad, justificar) por qué el PSOE no acepta el establecimiento de un gobierno de coalición con Unidas Podemos, haciendo hincapié que en ninguna otra parte de Europa existe tal coalición. Según él, las causas no son programáticas, pues ambos partidos (PSOE y UP) tienen programas muy semejantes; las causas derivan del hecho que sus culturas políticas se consideran incompatibles –la reformista socialdemócrata, y la antisistema, comunista o anarquista o lo que fuera–.

En Europa ha habido y continúa habiendo gobiernos de coalición entre partidos socialdemócratas y partidos comunistas o de otras izquierdas

Lo que es sorprendente es que tal afirmación sobre la imposibilidad de coaliciones de izquierdas se reproduzca constantemente en los principales medios de información cuando la evidencia muestra todo lo contrario, pues ha habido, y continúan existiendo, muchos gobiernos de coalición entre partidos socialdemócratas y partidos a su izquierda. Y en Europa ello ha ocurrido precisamente en los países donde la socialdemocracia ha sido más fuerte y ha gobernado durante más tiempo desde la II Guerra Mundial: los países escandinavos, países que han alcanzado los mayores niveles de calidad de vida y bienestar de sus poblaciones como consecuencia, en gran parte, de las políticas públicas aplicadas por tales gobiernos de coalición. Lo documenté recientemente en un artículo ignorado por el establishment político-mediático español (ver "¿Por qué no es posible un gobierno PSOE-UP en España?", Público, 29.08.19). Lo repito aquí. Solo en los primeros años de este siglo XXI pudimos ver en Noruega una coalición del Partido Laborista (socialdemócrata) con un partido a su izquierda entre 2005 y 2013, concretamente con el Partido Socialista de la Izquierda; ambos partidos compartieron gobierno. Por otro lado, en Dinamarca hubo una experiencia similar entre 2011 y 2014, periodo durante el cual el Partido Socialdemócrata gobernó en coalición con el Partido Popular Socialista, partido este último proveniente de la órbita comunista. Y un tanto igual sucedió en Finlandia, donde durante el mismo periodo 2011-2014 el Partido Socialdemócrata gobernó el país juntamente con varios partidos, entre ellos la Alianza de la Izquierda, sucesora de la Liga Democrática Popular Finlandesa fundada en 1944 tras la abolición de la legislación anticomunista; esta alianza se ha repetido con el gobierno que desde este año encabeza Finlandia.

España ha sido también gobernada antes por coaliciones de partidos de izquierdas: la historia ignorada u ocultada de la II República

Pero ni siquiera hace falta que miremos a otros países. Es suficiente conocer la historia de la II República, ignorada en este país. La falta de corrección de la visión deformada (pero hegemónica) existente de lo que fue la II República explica este enorme desconocimiento, del cual las izquierdas gobernantes tienen gran responsabilidad por ello. Y es que la falta de atención por la recuperación de la memoria histórica es en gran parte la causante de tal olvido. Por desgracia, la ley de memoria histórica se ha interpretado exclusivamente como una ley reivindicativa, intentando reconocer y compensar a las víctimas de la dictadura que causó tanto daño a las clases populares de este país. Y aun cuando tales reivindicaciones son necesarias, son muy insuficientes, pues lo más importante es corregir la versión de lo que fue nuestro pasado, sin el cual es difícil entender el presente, como está ocurriendo ahora en relación con la supuesta incompatibilidad que comentábamos anteriormente.

En realidad, durante el período de la II República hubo cambios profundos. A pesar de su brevedad, fue un período enormemente innovador durante el que muchas de sus reformas –como el aborto o las reformas educativas– se convirtieron en un referente indiscutible para las fuerzas progresistas europeas. Y el programa propuesto por el Frente Popular en 1936 habría significado una transformación profunda de este país, convirtiéndolo en uno de los puntos de inspiración para el resto de Europa. Su principal propósito, en este sentido, era retomar donde se quedaron las reformas que habían impulsado los anteriores gobiernos de izquierdas durante el bienio 1931-1933 (reforma agraria, reforma de las relaciones laborales, reforma educativa, reforma del Ejército, etc.).

La victoria de este Frente Popular en 1936 dio como resultado un gobierno de coalición en el que, durante el periodo 1936-1939, el PSOE gobernó en distintas etapas con partidos como el Partido Comunista de España (PCE), el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Izquierda Republicana (IR) o Unión Republicana (UR), entre otros. Frente a dicha coalición las derechas españolas (representando como siempre los elementos más regresivos y reaccionarios del país, y cuyos intereses se habían visto afectados por las reformas propuestas por tal gobierno de coalición) realizaron un golpe militar, estableciendo una de las dictaduras más crueles que hayan existido en Europa (según el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia de Nueva York, uno de los mayores expertos sobre el fascismo europeo, por cada asesinato político que cometió el régimen de Mussolini, el de Franco cometió 10.000). La victoria de lo que en España se conoce como "franquismo" estableció una versión de la historia que demonizó la II República, demonización a la que las izquierdas gobernantes han contribuido al no haber intentado seriamente recuperar su historia. El hecho de que tales izquierdas se convirtieran en las principales valedoras de la monarquía significó que abandonaran cualquier intento de rescatar la historia real de nuestro pasado, sin el cual es difícil construir el presente. Los años del Frente Popular, a pesar de su brevedad, tuvieron un enorme impacto reformador, expandiendo los derechos políticos y sociales de la población en general, y de las clases populares en particular. La demonización de la II República, que continúa vigente en la España actual, ha dado mal nombre a la expresión "Frente Popular", cuando en realidad las coaliciones de izquierdas fueron un gran avance para la España de entonces.

Los elementos comunes entre nuestro pasado y nuestro presente

Naturalmente que el contexto es muy distinto ahora que entonces. Pero hay elementos en común de los que la derecha parece ser más consciente que las izquierdas. La derecha española, que es heredera de las derechas de siempre, inmediatamente ha definido la posible alianza PSOE-UP como "la reavivación del Frente Popular", consciente de que esta acusación le será rentable, pues inmediatamente reaviva la demonización de lo que fue la II República, que, como acabo de decir, ha continuado hasta hoy en este país. Las izquierdas parecen compartir esta lectura, pues les da un enorme temor reavivar el pasado, ya que la versión de tal pasado es controlada por la derecha. La realidad es que si el Frente Popular hubiera continuado y se hubiera derrotado a los golpistas fascistas, se hubieran llevado a cabo las reformas, y estaríamos hoy (como ha ocurrido en muchos países democráticos europeos) a la altura de la calidad de vida de los países nórdicos escandinavos. Es en aquellos países donde las izquierdas han sido más poderosas en Europa.

Las causas reales de la supuesta imposibilidad

La "imposibilidad" de establecer una coalición entre el PSOE y UP es fácil de entender, y se debe principalmente a dos factores. Uno es la enorme influencia que los poderes fácticos (financieros y económicos) tienen sobre los aparatos del Estado y sobre los grandes medios de persuasión del país. Y el otro es la renuncia del PSOE al proyecto tradicional de la socialdemocracia (que no es ni más ni menos que el socialismo en democracia, con el objetivo de eliminar cualquier forma de explotación, sea esta de clase social, de género, de raza o de nación; léanse los documentos constitutivos de tales formaciones políticas y lo verán). En cada una de estas formas de explotación, origen de las desigualdades, España está entre los países más desiguales de la Unión Europea de los Quince como resultado del enorme poder de las clases dominantes (que incluyen, además de los poderes económicos y financieros, a las élites políticas y mediáticas del país).

Este abandono por parte del PSOE de sus tradicionales posiciones socialdemócratas, que ha ido acompañado de la adopción de elementos clave del neoliberalismo, ha transformado a este partido en un partido socioliberal, el cual se diferencia de un partido liberal por definición (como lo es C’s, por ejemplo) por tener una cierta sensibilidad social (de tipo asistencial). Es la conversión de la socialdemocracia al socioliberalismo, que alcanzó su máxima expresión en la Tercera Vía, cuya versión española fue el gobierno Zapatero. Su bajada de impuestos (que no solo redujo la recaudación, sino que los hizo más regresivos), su modificación del impuesto de sociedades ­–favoreciendo claramente a los grandes grupos económicos–, su incremento de los impuestos indirectos y la reducción de los directos, su eliminación y/o reducción de los impuesto de sucesiones y patrimonio, entre otros, son solo algunos indicadores de su neoliberalismo.

En realidad, tales políticas públicas son responsables de su declive electoral, el cual fue en paralelo al triunfo de la rama más liberal dentro del aparato PSOE, que causó, por ejemplo, la gran derrota en las elecciones al parlamento de Andalucía. Su reavivación con Pedro Sánchez se ha debido a su movimiento hacia la izquierda, estimulado e inspirado por UP, adoptando incluso el lenguaje y muchos elementos de esta fuerza política. Tal cambio del PSOE dio lugar al surgimiento de una alianza de las fuerzas políticas progresistas que permitió desalojar a la derecha del poder, dando como resultado una etapa de colaboración de la que surgió la propuesta de presupuestos que todo el mundo conoce. Pero es precisamente esta experiencia la que determina la protesta de UP de que no se han cumplido elementos clave de tal programa político, exigiendo, como indicador de la seriedad en el compromiso, de que sea un programa dirigido y administrado por dos espacios políticos, establecidos en una coalición. De haberse dado, otro gallo cantaría. Y tales compromisos presupuestarios no se llevaron a cabo por los puntos mencionados anteriormente.

La contribución del socioliberalismo (el PSOE) al establecimiento de la gran crisis social que todavía vive España

El PSOE ha sido corresponsable de la gran crisis social en la España, que es semejante a la que ha sufrido Grecia. Hoy, según varios indicadores, la situación social es peor que la existente antes de la crisis (2007). Es cierto que estamos viendo una recuperación, pero es muy pequeña e insuficiente para corregir el enorme déficit social. Los números hablan por sí mismos. España continúa siendo el penúltimo Estado de la UE-15 en cuanto a gasto público social como porcentaje del PIB (año 2017), con un 27%, solo por delante de Irlanda (18,4%). El indicador español está alejado en 4,7 puntos del promedio de la UE-15, y en más de 10 puntos de los países con mayor gasto público social (Francia, con un 38,7%, y Finlandia, con un 38%). Un tanto igual sucede cuando analizamos el gasto público social per cápita. Y lo que es también preocupante es que en la etapa de recuperación bajo los gobiernos del PSOE y del PP, la tasa de crecimiento del gasto público social (medida por el gasto público social per cápita) fue mucho menor que en la mayoría de países de la UE-15.

Y tal situación alarmante ha tenido lugar en cada capítulo de este gasto público social. En vivienda, tal gasto descendió en mayor proporción que en el resto de países de la UE-15 (solo por detrás de Irlanda), con una reducción mayor que la del promedio de la UE-15. En sanidad, el gasto público continúa siendo de los más bajos de la UE-15 (6% del PIB), y es más bajo (solo por delante de de Grecia y Portugal) si se mide en gasto per cápita. Y de nuevo, el crecimiento de tal gasto ha sido mucho menor que el que ha habido en el promedio de la UE-15 durante el período 2007-2017. En educación, el gasto público español (4% del PIB) es también de los más bajos de la UE-15 (después de Irlanda, Italia y Grecia), muy por debajo del sueco, que fue el país con un mayor gasto público educativo (6,8% del PIB). En educación el crecimiento de tal gasto fue, también, uno de los menores de la UE-15, ya que se quedó en cero puntos del PIB y solamente unos 33 euros per cápita más en 2017 que en 2007.

Estos datos muestran las consecuencias del neoliberalismo de los gobiernos Zapatero y Rajoy (reflejado en las políticas de recortes del gasto público social, que fueron de los más acentuados en la UE-15) y su escasa sensibilidad social, incluyendo el PSOE. Es del todo justificado que, a la luz de esta experiencia, y ante la falta de credibilidad de sus proclamas, se haya creado un gran escepticismo hacia las promesas del nuevo PSOE que, de no ser por las constantes presiones de UP (y del temor que tal partido le arrebatara parte de su electorado), no habría hecho. La tradicional complicidad entre los poderes financieros y económicos y la dirección del PSOE continua vigente y explica su resistencia a establecer un gobierno de coalición con un espacio político situado a su izquierda.

Un tanto igual ocurre en cuanto al otro factor que explica la enorme crisis social, y que es el gran deterioro del mercado de trabajo, creado en gran parte por las reformas laborales del gobierno Zapatero y del gobierno Rajoy, a cuya revocación se opone el PSOE. Tales reformas han debilitado en gran medida a los sindicatos y a la clase trabajadora. En realidad, lo que está sucediendo es un indicador más de una muy limitada vocación transformadora que podría conducir a unas elecciones que serían un enorme fracaso, debido principalmente a la dirección del PSOE, que no ha acabado de romper con ese neoliberalismo, soñando con una alianza (que se podría dar después de las elecciones) entre el PSOE y Ciudadanos que es el sueño del establishment político-mediático de este país. Me temo que lo que está ocurriendo va a marcar la pauta de lo que sucederá durante muchos años, impidiendo que las clases populares de este país tengan la calidad de vida que podrían tener si se corrigiera el gran déficit social existente desde la Transición y acentuado durante la Gran Recesión.

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Gobierno de coalición
¿Por qué no es posible un gobierno PSOE-UP en España? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/08/29/por-que-no-es-posible-un-gobierno-psoe-up-en-espana/ Thu, 29 Aug 2019 05:59:38 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4934 Continuar leyendo "¿Por qué no es posible un gobierno PSOE-UP en España?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Pedro Sánchez recibe a Pablo Iglesias en la Moncloa a comienzos de mayo. EFE
Pedro Sánchez recibe a Pablo Iglesias en la Moncloa a comienzos de mayo. EFE

Es interesante resaltar que en España ha habido gobiernos de coalición a todos los niveles del Estado excepto en el Estado central. Las coaliciones que se han establecido a lo largo del territorio español tras las últimas elecciones autonómicas y municipales son un ejemplo de ello, con partidos de diversa sensibilidad política estableciendo gobiernos de esta índole, reproduciendo una práctica común extendida en España desde el inicio de la democracia hace ya más de cuarenta años. La única excepción a esta amplia existencia de gobiernos de coalición ha sido el Estado central. A este nivel no ha habido una coalición de partidos que haya gobernado España. El gobierno español ha sido siempre ejercido por un solo partido, el PP o el PSOE, pero nunca por una coalición de estos con otros partidos. Siempre han sido uno de estos dos partidos los que han gobernado solos. En realidad, la alternancia en el poder de los dos partidos mayoritarios, el PP (sucesor de las fuerzas políticas que controlaban los aparatos del Estado en la época dictatorial) y el PSOE (la fuerza mayoritaria dentro de las izquierdas), ha sido un elemento fundamental para promover la estabilidad política del país, una vez el PSOE renunció a elementos clave de su ideario (tales como su vocación republicana y su visión plurinacional de España) a fin de satisfacer a los poderes fácticos (tanto de tipo financiero y económico como político e institucional) que ejercían y han continuado ejerciendo una enorme influencia en la definición de los parámetros de la vida política del país que han permitido salvaguardar las relaciones de poder (de clase social, de género y de nación) dentro del Estado, evitando así una ruptura con el Estado anterior. Tal observación no quiere decir que la transición de la dictadura a la democracia fuera una mera modificación del régimen dictatorial anterior, como maliciosamente se me interpreta siempre que hago tal afirmación. He señalado repetidamente que la Transición significó un cambio importante en el Estado español, cambio, sin embargo, que no afectó significativamente a las coordenadas de poder dentro del Estado, por lo que, como consecuencia, algunos aparatos importantes del Estado continuaron operando bajo los parámetros de una cultura y modos de hacer heredados del Estado anterior (para una expansión de este tema ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país. Editorial Anagrama, año 2002).

La inmodélica Transición y sus consecuencias: la continua capacidad de veto de los poderes fácticos sobre el Estado español

Y una de tales coordenadas fue mantener el gran poder de decisión del Estado central. Es paradójico que un Estado al que el discurso oficial define como de los más descentralizados del mundo haya sido uno de los pocos Estados democráticos que no haya sido gobernado por una coalición.  De los 28 estados de la UE, 20 son gobernados por coaliciones. En realidad, si el Estado español fuera tan descentralizado como afirma el discurso del establishment político-mediático español, uno debería preguntarse: ¿cómo es que en las comunidades autónomas y en los municipios hay coaliciones de todos los colores y no así en el Estado central, que es monocolor y que es definido como un Estado muy descentralizado, en el que las principales competencias del Estado habrían sido, supuestamente, asumidas por los niveles autonómico y municipal, gobernados en su mayoría por gobiernos de coalición? En realidad, en España, el Estado central continúa siendo el punto clave de todo el Estado, que desde el centro configura el desarrollo de todos los demás niveles, considerados como "periféricos". Esta centralidad del Estado conlleva que sea la capital del reino (donde están ubicadas las instituciones básicas del Estado español, de donde parten y donde llegan las principales vías de comunicación del país, y en donde se toman las principales decisiones del Estado) donde reside la autoridad final y definitoria de tal Estado. Y de ahí que sea a este nivel (el central) donde el juego democrático tenga mayores limitaciones y donde la herencia del Estado anterior sea mayor. Desde el carácter muy poco representativo de su ley electoral hasta la nula policentralidad en las instituciones del Estado (todas ellas ubicadas en la capital del reino) son ejemplo de una democracia muy limitada, muy vigilada y muy insuficiente, características que se ven reflejadas también en los aparatos de promoción y reproducción del poder como son el sistema judicial y el sistema de seguridad y el conjunto de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. La judicialización de la política y la ampliamente conocida falta de independencia del aparato judicial respecto al aparato político es un claro ejemplo de ello. El sesgo profundamente conservador del Tribunal Supremo queda reflejado, por ejemplo, en hechos como que haya apoyado sistemáticamente el dominio de la vida política del país por parte de los poderes financieros y económicos, oponiéndose además al enjuiciamiento de los responsables de tanta represión durante la dictadura, así como al reconocimiento de las víctimas de aquel régimen. Es por ello que no debería haber ninguna duda de la dureza de las sanciones que se aplicarán a los presos políticos secesionistas hoy encarcelados, ignorando que la experiencia acumulada en los últimos años muestra claramente que tal dureza es el mejor aliado del secesionismo, pues estimula su crecimiento.

A la luz de estos hechos sorprende la continua referencia a la experiencia portuguesa como modelo para el tipo de alianza entre partidos con posibilidades de gobernar, pues ignora que en Portugal sí que hubo una ruptura con el Estado anterior resultado de la "Revolución de los Claveles", lo cual explica que se den las condiciones para que el parlamento pueda actuar e influenciar a la rama ejecutiva del Estado, lo cual es difícil de hacer en España, donde el ejecutivo tiene una enorme influencia sobre el poder legislativo y sobre el judicial. El que ello no ocurra en España justifica la demanda de Unidas Podemos y sus confluencias (UP) de formar parte del gobierno, pues en el Estado español, heredero del régimen dictatorial anterior, se requiere una presencia gubernamental fuerte de los partidos con vocación transformadora para hacer los cambios prometidos. El hecho de que el legislador tenga mucho menos poder que el poder ejecutivo justifica tal demanda.

Por qué los establishments financiero, económico, político y mediático del país no desean que UP esté en el gobierno

La respuesta es clara: se debe a que se percibe a UP como la fuerza más comprometida en redefinir las relaciones de poder en el país, en todas las dimensiones públicas en que tal poder se expresa. Esta es la causa de la enorme oposición a ello por parte de tales establishments, que alcanza niveles de hostilidad, pues ven a tal coalición de fuerzas políticas y movimientos sociales como una amenaza para su visión de España: una España de un enorme clasismo (hegemonía enorme de las clases dominantes), machismo y uninacionalismo. Tal clasismo explica el enorme retraso social de España (uno de los países de la UE-15 con mayores desigualdades); un machismo que se traduce en la poca atención a la economía de cuidados; y un uninacionalismo que considera la visión plurinacional de España (que defiende UP) como la anti-España (ver mi libro El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias. Editorial Anagrama, 2006. En realidad, la supuesta defensa de la unidad de España siempre ha sido el argumento de las derechas españolas para interrumpir y/o debilitar el proceso democrático.

La defensa de la unidad de España fue la justificación del golpe militar fascista de 1936. El comportamiento de las derechas en España es enormemente predecible y ahora se quiere interrumpir la posibilidad de establecer un gobierno de coalición de izquierdas argumentando que abriría y permitiría la ruptura de España. Lo que no lo es tanto es el cambio del PSOE, que, habiendo abandonado su vocación republicana y con ello su vocación transformadora, se ha adaptado al sistema borbónico uninacional, convirtiéndose en uno de sus máximos valedores. La resistencia del PSOE a permitir un gobierno de coalición se basa en el hecho de que el PSOE y UP tienen una visión distinta de España, como consecuencia del abandono, durante la Transición, que el PSOE hizo de la visión plurinacional de España que había sostenido en el período de alianzas de las fuerzas democráticas en su lucha contra la dictadura apoyando el derecho de autodeterminación para todas las naciones y pueblos de España a fin de sostener la unidad a través de la voluntad popular y no a través de la fuerza y la represión.

La falta de un gobierno de coalición no se debe, por lo tanto, a un problema de incompatibilidad de sus dirigentes o a la falta de "madurez" o "competencias", sino a la renuncia del PSOE a su compromiso reformador del Estado, tanto en el tema social (con el abandono de las políticas que se enfrentaban con los poderes fácticos) como en el nacional. Su fácil adaptación, en la época Zapatero, a las políticas neoliberales que han hecho tanto daño a las clases populares del país ha ido acompañada ahora de su renuncia a varias de las propuestas de cambio pactadas con UP, así como su aceptación de las propuestas del Tribunal Supremo, de claro corte derechista. Hubo un momento en el que parecía que la nueva dirección del PSOE, liderada por Sánchez, al desplazarse a la izquierda, recuperaba parte de sus raíces hablando de justicia social e incluso de plurinacionalidad, pero las ha abandonado de nuevo, cediendo al establishment financiero, económico, político y mediático que continúa definiendo los parámetros de las relaciones de poder del Estado central. Y ahí está el problema.

Pero el PSOE se equivoca profundamente, pues la ausencia de tal coalición representará un enorme coste para las clases populares de este país y también para su partido, pues la ausencia de las profundas reformas que el país necesita creará un enorme desencanto que acentuará, a la larga, el declive electoral que ha venido sufriendo como consecuencia de su derechización.

Por lo demás, en España tendría que mirarse al resto de Europa, donde las alianzas en forma de coalición son muy comunes. En realidad, la necesidad de ampliar y reforzar las posibilidades del cambio explica que los partidos socialdemócratas del norte de Europa (que han sido los que han gobernado durante más tiempo desde la II Guerra Mundial) hayan gobernado en coalición con partidos comunistas o partidos a su izquierda en prácticamente todos los países nórdicos. Como ejemplos recientes tenemos Noruega durante el período 2005-2013, Dinamarca durante el periodo 2011-2014 y Finlandia durante los periodos 1995-2003, 2011-2014 y de nuevo desde este año, 2019. Son estos países los que han alcanzado niveles de igualdad y de calidad de vida y bienestar más elevados hoy en el mundo capitalista desarrollado. Y la causa de ello ha sido precisamente la fuerza de las izquierdas y de las fuerzas democráticas que han podido llevar a cabo los cambios necesarios, facilitados por sistemas democráticos más justos, más abiertos, más representativos y más populares, que el de nuestro país. Y esta es la realidad que intenta ocultarse en el debate sobre el porqué es tan difícil que exista una coalición de izquierdas gobernándolo. Así de claro.

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España,Gobierno de coalición
Lo que no se está diciendo en los medios sobre la estrategia de Pedro Sánchez https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/08/19/lo-que-no-se-esta-diciendo-en-los-medios-sobre-la-estrategia-de-pedro-sanchez/ Mon, 19 Aug 2019 05:12:48 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4920 Continuar leyendo "Lo que no se está diciendo en los medios sobre la estrategia de Pedro Sánchez"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas
Universitat Pompeu Fabra

Está habiendo una avalancha mediática en España que intenta culpabilizar a Podemos en general, y a Pablo Iglesias en particular, por el fracaso de la investidura del candidato a la presidencia del gobierno, el Sr. Pedro Sánchez, atribuyéndoles unas prácticas negociadoras prepotentes y unas demandas desproporcionadas que no se corresponden con su peso electoral. Su petición de establecer un gobierno de coalición primero, y su supuesto rechazo después de los sillones que les ofrecía el equipo negociador de Pedro Sánchez (una vicepresidencia y tres ministerios) han sido mostrados como prueba de su irracionalidad.

Tal mensaje ha sido dominante en los grandes medios de información españoles, la mayoría de los cuales han sostenido posturas de clara hostilidad hacia Podemos y, muy en particular, hacia Pablo Iglesias, el dirigente de izquierdas más "demonizado" por el establishment mediático español en los últimos años. Lo que es sorprendente es que tal interpretación de las causas del fracaso de las negociaciones también haya sido promovida por algunos sectores de izquierdas, tanto dentro como fuera del PSOE. Entre estos últimos incluso se ha celebrado el fracaso del intento de establecer una coalición, pues ello parece abrir la posibilidad de que en lugar de un gobierno de coalición se establezca un pacto de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos que le permita al PSOE gobernar en solitario bajo el apoyo y supervisión de las izquierdas a la izquierda del PSOE. Aunque tal alternativa parecería razonable, parece olvidar algunos puntos importantes. Veámoslos.

Algunos de los consejeros más próximos a Pedro Sánchez consideran que uno de los retos más importantes en los próximos cuatro años será su expansión a base de atraer al votante de centro, que está siendo abandonado por Ciudadanos y por el PP. Hoy estamos viendo la enorme derechización de tales partidos como resultado de su alianza con Vox, partido de claras raíces franquistas, que está redefiniendo los parámetros ideológicos de las derechas españolas, dejando su imprimátur en dos dimensiones clave: una es su neoliberalismo sin tapujos, haciendo propuestas extremas en áreas económicas y sociales en las que se había alcanzado durante el periodo democrático un consenso dentro del establishment político-mediático del país de establecer un Estado Social, que se quiere ahora revertir con el objetivo de empequeñecer todavía más el ya reducido Estado del Bienestar español; y la otra dimensión característica de las derechas actuales es la defensa extrema y radical del Estado borbónico uninacional y radial aprobado en la Transición, la cual continúan definiendo como modélica pero que sirvió para perpetuar la cultura franquista dentro de un amplio sector de las estructuras del Estado. Su beligerancia nacionalista españolista, hostil a una visión de España poliédrica, pluricéntrica y plurinacional (a la que definen como la "anti-España") se ha reavivado, con una gran hostilidad hacia los nacionalismos "periféricos" y muy en especial al catalán. Ello ha implicado una radicalización de este último, facilitando el crecimiento del separatismo en amplios sectores del nacionalismo catalán, que ha generado a su vez la radicalización del nacionalismo españolista de las derechas españolas. Se ha establecido, de esta manera, un círculo vicioso en el que la radicalización de un polo supone automáticamente la radicalización del opuesto.

Esta derechización de los partidos que se definían como de centroderecha ha dejado un enorme vacío en lo que se llama el centro (que es, en realidad, la derecha democrática), que tales asesores de Sánchez quieren capturar de nuevo. Esta estrategia es clave para entender el comportamiento de Pedro Sánchez, para el cual la coalición con Unidas Podemos dificultaría enormemente esta estrategia de captación del centro.

El problema que tiene la estrategia de Pedro Sánchez

Ahora bien, para que esta estrategia tenga efecto, el mayor obstáculo que tiene Sánchez es la ilusión que su victoria en las primarias del PSOE (como consecuencia de la imagen que Sánchez dio de mover el PSOE a la izquierda, "podemizando" incluso su discurso) creó entre sus bases (causa de su victoria el 28 de abril y, más tarde, en las municipales de mayo). El deseo entre sus bases de que se establezca un gobierno de coalición con Unidas Podemos representa un problema para él. De ahí que fuera a última hora (48 horas antes del día de la investidura) cuando se inició la negociación, con el intento de dar la imagen que así intentaba alcanzar un acuerdo (sin, en realidad, desearlo). Con este propósito impuso durante las negociaciones unos términos que dificultaban dicho acuerdo. No se explica que tardara tanto en iniciar las negociaciones con Unidas Podemos, ni tampoco sus exigencias (como vetar a Pablo Iglesias en el posible gobierno de coalición), sin entender que la coalición no fue una alternativa considerada seriamente por Sánchez. Y su mayor sorpresa (y un problema para su estrategia) fue que Pablo Iglesias incluso cedió a su demanda y se retiró. Tal decisión le creó un problema que incluso se acrecentó en la medida que el equipo negociador de Unidas Podemos fue cediendo en muchas de sus propuestas. En realidad, en contra de la imagen que quisieron crear (de que a Unidas Podemos solo le interesaban los "sillones"), Sánchez era consciente de que no eran los cargos, sino las políticas concretas que proponía Unidas Podemos (como incrementar el salario mínimo, corregir el enorme desequilibrio en la negociación colectiva entre el mundo empresarial y el mundo laboral, el control del precio de los alquileres, y un largo etcétera), las que él no quería aceptar. De ahí que ninguno de los ministerios que Sánchez ofrecía a Unidas Podemos hubiera permitido hacer tales reformas. Ni que decir tiene que también hubo errores por parte del equipo negociador de Unidas Podemos. Pero tales fallos (derivados de la enorme urgencia y presión de tiempo, con una negociación de menos de 48 horas) no explican el fracaso de la investidura, pues el punto clave fue la resistencia de Sánchez a establecer una coalición con Unidas Podemos.

Creerse que un gobierno Sánchez aceptaría, a pie juntillas, un programa pactado con Unidas Podemos es poco creíble. Lo ocurrido con el presupuesto pactado es un ejemplo de ello. Ni que decir tiene que un gobierno Sánchez sería mejor que un gobierno del PP, C’s y Vox. Y ahí está el chantaje de Sánchez. Pero el coste para España sería también grande. De ahí la enorme importancia de movilizar las fuerzas progresistas, incluyendo las bases y las izquierdas dentro del PSOE (que existen y que desean un gobierno de coalición) para que presionen y denuncien el mensaje que Sánchez está dando de que él lo está "intentando". Este "intento" está, en realidad, lleno de triquiñuelas (como cambiar los textos usados en la negociación antes de enviárselos a los medios) y malas prácticas (incluyendo malinterpretaciones de lo dicho y expuesto, como el deseo de controlar todos los ingresos del Estado y el 50% del gasto (¿?!!)), pues la realidad es que el equipo negociador de Unidas Podemos había cedido tanto que casi estaban a punto de llegar a un acuerdo. Y miembros del equipo negociador del PSOE eran plenamente conscientes de ello. Era solo cuestión de horas, pero Sánchez no quiso. El tono insultante adoptado desde entonces con Unidas Podemos dificulta todavía más la posibilidad de un pacto con Unidas Podemos. De ahí que el próximo paso sea mostrar que esta coalición es posible, señalando con datos y sin insultos por qué es así. Para ello los miembros de los equipos negociadores deberían sentarse de nuevo y aceptar que sí se puede, en caso de que se desee. Para ello es fundamental que se dejen a un lado los insultos y el enfado, y que se antepongan los intereses del país a los intereses partidistas, que francamente creo que ha sido más la característica de una que no de las dos partes. Lo que ocurra en estas semanas definirá lo que suceda en los próximos diez años.

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La no resuelta relación entre el tema social y el tema nacional en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/08/12/la-no-resuelta-relacion-entre-el-tema-social-y-el-tema-nacional-en-espana/ Mon, 12 Aug 2019 08:06:23 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4917 Continuar leyendo "La no resuelta relación entre el tema social y el tema nacional en España"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

La gran crisis social ignorada por el establishment político-mediático del país

En España persisten dos problemas que la transición de la dictadura a la democracia dejó sin resolver. Uno es su retraso social, que explica que, tras cuarenta años de democracia, España continúe teniendo 1) uno de los gastos públicos sociales per cápita más bajos de la Unión Europea de los Quince –UE-15– (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al de España), un gasto muy por debajo de lo que correspondería por su nivel de riqueza económica; 2) unas de las relaciones laborales más sesgadas a favor de la patronal y en contra del mundo del trabajo existentes en la UE-15; y 3) una de las políticas fiscales más favorables a las rentas del capital y a las rentas superiores que hoy se conocen en aquella comunidad. Los datos son claros y hablan por sí mismos (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Este subdesarrollo social se ha acentuado todavía más durante la aplicación de las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos españoles (del PSOE primero y del Partido Popular después, apoyadas en este último caso por Ciudadanos), y aquí en Catalunya por el gobierno catalán (y muy en especial por los gobiernos de CDC, más tarde PDeCAT, apoyados por UDC primero y ERC después). Tales políticas –impuestas durante la Gran Recesión– han contribuido a acentuar todavía más el subdesarrollo social de España, causando una enorme crisis social que ha afectado con especial intensidad a las clases populares y a la juventud de este país. Se han creado, de esta manera, los determinantes para que, entre otros hechos, la juventud no vaya a vivir mejor que sus padres, alcanzando unos niveles nunca vistos antes en este país durante su período democrático. A pesar de su gravedad, el establishment político-mediático español (incluyendo el catalán) ha prestado poca atención a esta gran crisis social.

El problema nacional que centra la atención de tal establishment

El que sí lo centra es el otro gran problema, el mal llamado tema "territorial", y que incluye las tensiones entre el Estado central, por un lado, y el movimiento secesionista catalán, por el otro, que aun siendo minoritario en Catalunya tiene mayoría en su parlamento, habiendo adquirido una capacidad de movilización que es considerada por el establishment político español como una amenaza para la "unidad de España". Este es el "monotema catalán" que centra la mayor parte del debate político del país, y que adquirió gran atención de nuevo en el debate de investidura del candidato del PSOE a la presidencia del gobierno, el Sr. Pedro Sánchez, pues las denuncias de las derechas, PP y Cs (claramente influenciadas por la ultraderecha de Vox, heredera del franquismo), acusándolo de "traidor a la patria" (por contar con el apoyo indirecto de los secesionistas), fueron el elemento central del ataque a su candidatura. La respuesta del candidato fue reafirmar su compromiso con tal unidad, identificando patriotismo con la defensa de la visión dominante de España –la uninacional– que tiene el Estado español. En este debate sobre el tema territorial (que debería definirse como tema nacional) se ignoró la gran crisis social existente en el país, cuando, de no haberse ignorado, podría haberse mostrado fácilmente que fueron las derechas "superpatriotas" españolas y el propio gobierno anterior del PSOE –presidido por el Sr. Zapatero– los que habían causado tal crisis social. En realidad, una vez más, el tema "nacional" ocultó el tema social, evitando así mostrar y denunciar a los responsables de la gran crisis social, que son precisamente los "superpatriotas" que están liderando los nacionalismos opuestos, tanto el "unionista" como el "secesionista" (ver mi artículo "Cómo los ‘superpatriotas’ de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado", Público, 20.03.19).

La relación existente entre el tema nacional y el tema social

Ambos problemas, sin embargo, están relacionados, pues tienen una causa común, y esta es la naturaleza del Estado español, determinada por una transición de la dictadura a la democracia que, tal y como he mencionado al principio, dejó sin resolver los dos principales problemas de tal Estado. Sin menospreciar los grandes cambios que ocurrieron en él, el Estado democrático no se basó en una ruptura con el Estado anterior, sino en una modificación muy importante pero insuficiente en cuanto a su desarrollo democrático, social y plurinacional, causa de la "explosión" de estos dos problemas en estos años de la Gran Recesión. El Estado español continuó bajo la enorme influencia de las fuerzas conservadoras que habían dominado el Estado dictatorial y la mayoría de los medios de información del país. Así pues, las derechas (herederas, en su mayoría, de las fuerzas y sectores sociales que habían ganado la Guerra Civil) continuaron ejerciendo una enorme influencia sobre el Estado español borbónico, radial y basado en la capital del Reino -Madrid- (reproduciendo la visión uninacional de España y favoreciendo a las clases pudientes a costa de las clases populares). A causa de ello, los poderes económicos (incluyendo el IBEX-35, las asociaciones patronales y las profesionales) y los aparatos de reproducción ideológica (desde la Iglesia hasta los medios de información) continuaron ejerciendo una gran influencia en los aparatos del Estado (tales como la judicatura y los cuerpos y fuerzas de seguridad). Ello explica el subdesarrollo social del Estado y la falta de sensibilidad hacia la plurinacionalidad y diversidad de España. El Estado borbónico sostiene esta estructura de poder, y, por lo tanto, es la causa del subdesarrollo social. Y su rigidez y represión son la causa principal también del crecimiento del secesionismo en Catalunya, secesionismo que tiene como componente central ser anti-Estado central. Fue el veto del Tribunal Constitucional a elementos clave del Estatut de Catalunya lo que generó el gran crecimiento de dicho movimiento.

El gran error del movimiento independentista catalán

El gran error del independentismo, liderado por las derechas catalanas, fue creer que podía conseguir su objetivo –la independencia de Catalunya– unilateralmente y enfrentándose al Estado español. Su "procés", orientado a conseguir la "independencia exprés", consiguió todo lo contrario y generó la radicalización de las derechas españolas, con el surgimiento de la ultraderecha de Vox a nivel del Estado. Pero hay otra alternativa para resolver tanto el tema social como el nacional. Y es construir una estrategia basada en la experiencia de las fuerzas democráticas en su lucha contra la dictadura. Las izquierdas españolas relacionaron el necesario cambio social con el también necesario cambio del Estado español, pidiendo un Estado plurinacional y republicano. Las fuerzas progresistas en Catalunya y en otras partes de España deberían aliarse para cambiar el Estado español, a fin de que este pasara de una visión uninacional a una plurinacional, de radial a poliédrico y policéntrico, y de injusto a justo, dando prioridad a resolver el tema social, que es el tema transversal que uniría en un mismo proyecto a las fuerzas progresistas españolas con las catalanas, entre otras. Esta estrategia propuesta aquí sería alternativa a la estrategia que las derechas (tanto españolas como secesionistas) han seguido. En este sentido, solo las izquierdas pueden liderar este cambio que democratice España y su Estado. De ahí que sería aconsejable que las izquierdas nacionalistas españolistas y las catalanistas independentistas cambiaran su estrategia, que está dañando a toda España (y con ello Catalunya) sin conseguir ningún avance para resolver ninguno de los dos problemas. En este sentido, el discurso de Gabriel Rufián, de ERC, parecía alentador, al considerar al partido independentista (del cual es representante y portavoz) como parte de la alianza de las izquierdas españolas. Ello representaba un cambio que entraba en contradicción, sin embargo, con su veto al presupuesto pactado entre el PSOE y UP, así como a su propio apoyo a las derechas catalanas. Es importante recuperar el protagonismo de las izquierdas en España, dando mayor centralidad a la resolución del problema social, cambiando a su vez la visión de España, sustituyendo de esta manera la visión uninacional, que niega la plurinacionalidad.

La redefinición del Estado frente a otras estrategias

Dentro de esta situación se necesita un cambio sustancial en el discurso de las fuerzas tanto secesionistas (en las líneas citadas en el párrafo anterior) como no secesionistas. Estas últimas deben tener los pies en la tierra y ser más sensibles a la opinión de las clases populares de España (incluyendo Catalunya), cuya visión del tema nacional es diferente no solo a la de las derechas españolas, sino también a la de las izquierdas. El debate en estas últimas se ha producido entre federalistas y confederalistas, asumiendo que ambas alternativas son posibles en España en un futuro próximo, lo cual dudo. Cualquier cambio en España está facilitado o dificultado por la actitud que la mayoría de los españoles tengan hacia la alternativa propuesta. Y las dos alternativas propuestas hoy están lejos de la visión más común entre las clases populares. Es importante que se relacione el discurso de las izquierdas, muy rico en su contenido teórico, con las necesidades de las clases populares. Hay que demostrar que la configuración del Estado actual no responde a las necesidades de las clases populares de las distintas naciones y regiones de España.

Un ejemplo de ello es la excesiva radialidad del Estado monárquico, centrado en la capital del Reino. Salir o llegar a tal capital es el eje del sistema, como bien decía Antoni Castells en su reciente artículo en La Vanguardia (17.06.19): "[prevalece] el designio (...) de hacer de Madrid alfa y omega y centro de irradiación de la política y la economía españolas". Esta centralidad y radialidad es contraria al surgimiento de un sistema federal. Si Washington fuese Nueva York en EEUU, o si Ontario fuera Toronto en Canadá, no habría federalismo en ninguno de estos países. Un país federal, por definición, es poliédrico y policéntrico, es decir, tiene varios centros y no solo uno. El centralismo del Estado en España es enorme. Todo está en la capital del Reino (lo cual afecta incluso a la calidad de vida del pueblo madrileño). En EEUU (un Estado federal), por el contrario, el gobierno federal está por varios rincones del país: la seguridad social, por ejemplo, no está en Washington, está en Baltimore; la mayor agencia de salud pública (el CDC por sus siglas en inglés) del gobierno federal está en Atlanta. Y así un largo etcétera. Sería imposible en España construir un Estado federal con un Estado tan radial y tan poco poliédrico y policéntrico.

Y la segunda condición para tener hoy un sistema federal o confederal es que haya una demanda (o una tolerancia) de ello entre la población, lo cual no es el caso en España. Excepto en Catalunya y en el País Vasco, y en menor medida en Galicia y en las Islas Baleares, no hay un sentido de identidad nacional distinta a la española. De esta realidad se deriva que la vía más acertada sería la de desarrollar relaciones bilaterales, reconociendo la identidad nacional de cada una de estas naciones, y su derecho a decidir en un amplio abanico de alternativas -y no solo independencia sí o no-. Democracia es más que una elección binaria. Y naturalmente toda la población española debería y podría decidir. Al mismo tiempo, se debería favorecer el policentrismo y la España poliédrica. De estos comentarios es fácil deducir que la mejor manera de defender la "unidad de España" no es la represión o el centralismo del Estado, sino el desarrollo de unas estructuras y programas que favorezcan a la mayoría dentro de la diversidad. Así de claro.

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España
Los silencios ensordecedores de Pedro Sánchez https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/08/01/los-silencios-ensordecedores-de-pedro-sanchez/ Thu, 01 Aug 2019 05:55:36 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4905 Continuar leyendo "Los silencios ensordecedores de Pedro Sánchez"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

En los mayores medios de información de este país fue muy comentado el silencio del candidato Sánchez en su discurso de investidura en las Cortes españolas de la semana pasada sobre las tensiones existentes entre el Estado español, por un lado, y el gobierno de la Generalitat de Catalunya, por el otro, tensiones que definen lo que el establishment político-mediático español llama erróneamente el "problema catalán", cuando en realidad es un "problema español", pues se basa en dos visiones de lo que es España y debería ser su Estado, es decir, una España uninacional con un Estado monárquico radial, o una España plurinacional con un Estado republicano y poliédrico (como históricamente desearon las izquierdas españolas durante el período de lucha clandestina contra la dictadura). El silencio de Pedro Sánchez era un intento de no dar visibilidad a este monotema, a fin de evitar que centrara el debate de investidura, tal como ha ocurrido en la vida política reciente del país. Tal decisión fue, sin embargo, desacertada, pues el silencio se convirtió en ensordecedor, provocando a las derechas de siempre, que respondieron con gran agresividad y utilizaron, una vez más, el tema nacional a fin de ocultar el otro gran tema: la enorme crisis social que ellas contribuyeron en gran medida a establecer en todo el territorio español.

El candidato socialista, Pedro Sánchez, durante la segunda y definitiva votación de investidura en el pleno del Congreso de los Diputados. EFE/Emilio Naranjo
El candidato socialista, Pedro Sánchez, durante la segunda y definitiva votación de investidura en el pleno del Congreso de los Diputados. EFE/Emilio Naranjo

En realidad, el tema social fue el otro gran silencio, también ensordecedor, del discurso de Sánchez. Dijo muy poco sobre la extensión de la crisis social, que ha alcanzado en España (incluyendo Catalunya) unas dimensiones sin precedentes, crisis causada en gran parte por la aplicación de las políticas neoliberales que se han estado imponiendo a los dos lados del Ebro por parte de los partidos gobernantes en España y en la Generalitat de Catalunya, precisamente los mismos partidos gobernantes (PSOE y PP) en España, y CDC (más tarde PDeCAT) -con la ayuda de UDC y ERC- en Catalunya, que han liderado las tensiones nacionales en España (ver mi artículo Cómo los superpatriotas de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado, Público, 21.03.2019). Hoy, los establishments políticos español y catalán están ignorando u ocultando esta enorme crisis social cuyos responsables tienen nombres y apellidos, algunos de los cuales estaban presentes en el hemiciclo o entre la audiencia que seguía el acto por televisión.

La visión excesivamente optimista del país que dio el Sr. Sánchez en su discurso contrasta con la realidad de una enorme crisis social existente y con la percepción popular de ella

El discurso de investidura del Sr. Sánchez siguió los cánones de la ortodoxia de marketing político: dio una visión optimista del estado de la nación, presentando a España como un modelo de modernidad, con una democracia fuerte, madura y robusta, dotada de uno de los Estados más descentralizados hoy existentes entre las democracias actuales. Era un intento de recuperar el buen nombre del Estado español, fruto de la transición definida como "modélica", que nos permitió pasar de una dictadura (que duró casi 40 años) a un sistema democrático ejemplar, supuestamente homologable a cualquier otro sistema democrático existente en la Europa Occidental. El discurso de Pedro Sánchez intentaba estimular lo que antes se llamaba "orgullo patriótico", poniendo en valor lo mucho que el establishment político español (bien representado en el Congreso de los Diputados) había hecho durante el período democrático.

El problema con este tipo de discurso es que no refleja la realidad del país. Y las clases populares son conscientes de ello. Existe una amplia percepción entre amplios sectores de la población de que la situación en la que viven no coincide con aquella visión optimista del discurso de investidura. Un dato resume tal percepción popular: la mayoría de la población española no cree que sus hijos e hijas vayan a vivir en el futuro mejor que ellos (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Editorial Anagrama, 2015). Estos y otros muchos datos muestran que la distancia entre lo que la gente percibe, desea y considera importante y lo que el establishment político percibe, desea, decide y considera importante es enorme en España. De ahí que el porcentaje de la población que considera a la clase política como uno de los mayores problemas del país sea de los más elevados en la Unión Europea.

La realidad ignorada en el discurso del establishment político del país: la crisis social, sus causas y las limitadas respuestas a ella

Lo que el candidato Sánchez no indicó es que, como resultado de las reformas laborales aprobadas, primero por el gobierno del PSOE presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, y más tarde por el gobierno del PP dirigido por el Mariano Rajoy (que tenían como objetivo fortalecer al mundo empresarial a costa de debilitar al mundo sindical), y de las políticas de austeridad (que incluyeron unos de los recortes de gasto público social más acentuados en la UE-15, afectando muy negativamente el ya poco financiado Estado del Bienestar en España, uno de los menos financiados en tal comunidad), la calidad de vida y el bienestar de las clases populares fue deteriorándose de una manera muy marcada. España es hoy uno de los países donde la tasa de explotación del mundo del trabajo (la población asalariada) por el mundo del capital (el mundo empresarial que posee y gestiona la propiedad de las grandes empresas del país) es más alta, hecho responsable de que sea uno de los países con mayores desigualdades por clase social, no solo de la UE-15 sino también de la OCDE (el grupo de países más desarrollados en el mundo). De nuevo, los números hablan por sí solos. La ratio del nivel de renta del 20% más rico de la población (burguesía, pequeña burguesía y clases medias de renta superior) versus el 20% más pobre (clase trabajadora no cualificada y jóvenes de las clases populares, incluyendo de clases medias con educación superior) es de las más altas en la UE-15 (casi siete veces más alto). El promedio en la UE-15 es de alrededor de 4 veces.

Pero también hoy es uno de los países con mayores desigualdades sociales de género, según el Gender Inequality Index, que incluye datos sobre la salud de las mujeres (mortalidad maternal y embarazos entre adolescentes), sobre su empoderamiento (proporción de mujeres con al menos educación secundaria y proporción en las instituciones parlamentarias) y sobre su participación laboral (porcentaje de mujeres en el mercado laboral). Y lo que es también preocupante, por cierto,  es que en otro de los grandes problemas que tiene el país (la insuficiente respuesta a la crisis climática), España es también uno de los países a los dos lados del Atlántico Norte con menos sensibilidad en temas climáticos y ambientales (ver los datos presentados en mi intervención, en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid, Por una alianza entre emancipación y protección social, 12 de julio de 2019, San Lorenzo del Escorial, en mi blog www.vnavarro.org).

No hay percepción en el establishment político español de lo que ha estado ocurriendo en este país. La falta de autocrítica del PSOE

Es cierto que Pedro Sánchez hizo referencia en su discurso de investidura a algunos de los déficits sociales y medioambientales importantes que debían corregirse, y citó propuestas que podrían ir en la dirección correcta. Ahora bien, el otro silencio en su discurso es que en ninguna parte de su intervención hubo una autocrítica hacia los gobiernos socialistas anteriores, y ello a pesar de que el PSOE, sobre todo a partir del gobierno Zapatero (cuando hizo suyas las tesis neoliberales), contribuyó enormemente a la crisis social y medioambiental que estamos viviendo en España. El gobierno Zapatero representó en España la Tercera Vía (la vía que habían seguido Bill Clinton en EEUU, Tony Blair en el Reino Unido y Gerhard Schröder en Alemania), y que era la incorporación de la ideología neoliberal en las políticas de la socialdemocracia europea y del Partido Demócrata en EEUU. Tales políticas neoliberales, como las reformas laborales regresivas y las políticas de "austeridad" con recortes de los servicios y transferencias del Estado del Bienestar, se acentuaron todavía más a partir del segundo mandato de Zapatero (2008-2011), causando un enorme daño a las clases populares, lo cual fue precisamente la principal causa de su declive electoral. Es a partir de entonces que el PSOE ha ido perdiendo atractivo electoral, con un aumento muy notable de la abstención entre las clases populares. Tanto es así que el PSOE pasó de tener un 43,9% de los votos válidos en las elecciones generales de 2008, a un 28,7% en las del pasado mes de abril, esto es, una caída de más de 15 puntos en una década (tocando fondo en las elecciones de 2015, cuando obtuvo un 22% de los votos).

La Tercera Vía significó un cambio radical en el proyecto socialdemócrata, incluyendo el PSOE (que, al menos en sus documentos fundacionales, se definía como socialista, intentando conseguir el socialismo a través de la vía democrática), pues tal partido adoptó la ideología y la narrativa neoliberal (la ideología generada por el gran mundo empresarial en las órbitas financieras y económicas internacionales). Léanse los trabajos y artículos de Miguel Sebastián y Jordi Sevilla, dos de los economistas más influyentes en el gobierno Zapatero, y lo verán. Sevilla había escrito un libro, De nuevo socialismo, en el que ridiculizaba lo que él llamaba socialdemócratas tradicionales (la manera amable de decir "anticuados", entre los que aparecía yo en lugar destacado) por utilizar términos y categorías tan pasados de moda como "clase trabajadora" (en lugar de clase media) y de proponer, en este momento del siglo XXI, "la subida de los impuestos y el aumento del gasto público". Lo que se tenía que hacer, según Jordi Sevilla, era lo contrario: bajar impuestos y reducir el gasto público, dicho en el país –España– que tiene unos de los ingresos al Estado más bajos y de los servicios públicos menos financiados de la UE-15. Siguiendo tal ideología neoliberal, el Sr. Zapatero recortó los impuestos, creando un agujero enorme en las cuentas del Estado (agujero de 27.223 millones de euros) que, al aparecer en toda su intensidad como resultado del descenso del crecimiento económico al iniciarse la Gran Recesión, forzó a su gobierno (del PSOE) a llevar a cabo los recortes. Recortó, por ejemplo, 1.200 millones de euros congelando las pensiones (cuando habría conseguido más revirtiendo la bajada del impuestos de sucesiones, 2.552 millones) y así un largo etcétera (ver el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, que Juan Torres, Alberto Garzón y yo publicamos).

Lo que los "modernistas" del PSOE querían era hacer olvidar algunos conceptos y estrategias clave en el proyecto socialista, definiéndolos como "anticuados". Con ello ignoraban que los conceptos y principios científicos pueden ser muy antiguos y no por ello ser anticuados. La ley de la gravedad, por ejemplo, es muy antigua pero no por ello es anticuada. A los que no se lo crean, les sugiero que salten de un cuarto piso y lo verán. Y esto es los que le ha pasado al PSOE: que ha saltado del cuarto piso. Su apoyo electoral ha ido cayendo en picado (como también ha ocurrido en Europa).

Tal caída propició, pues, la victoria de las derechas. Ni que decir tiene que estas derechas "superpatriotas" (a ambos lados del Ebro) expandieron todavía más tales políticas neoliberales, deteriorando incluso más la calidad de vida de los españoles (incluyendo también la de los catalanes). Las políticas neoliberales de los gobiernos Rajoy, en España, y Mas y Puigdemont en Catalunya, hicieron también mucho daño a las clases populares. Sin conocer esta realidad no puede entenderse por qué el tema nacional (que ellos dirigen) a los dos lados del Ebro ha sido tan visible, ocultando la existencia de la enorme crisis social.

La revolución democrática del 15M y su impacto entre las bases del PSOE

Tales políticas neoliberales crearon un enorme enfado popular. El Sr. Mas tuvo que llegar al Parlament de Catalunya en helicóptero el día en el que el Parlament, controlado por las derechas, iba a aprobar los "recortes", y el Sr. Rajoy utilizó, a partir de entonces, el tema nacional (como también hizo el Sr. Mas), para movilizar a las fuerzas "superpatrióticas", intentando frenar al 15M. De tal movimiento 15M surgió Podemos, que, aliado con IU, constituyó un nuevo espacio que rápidamente (en dos años) se convirtió en la tercera fuerza política del país.

Fue precisamente el impulso de Podemos lo que originó un cambio muy importante en el PSOE: la rebelión de las bases del PSOE frente a la dirección y el aparato del partido, controlado por los socioliberales dentro del PSOE (liderados por Susana Díaz), que habían ganado las elecciones andaluzas y que estaban gobernando Andalucía con el apoyo de Ciudadanos (el partido más neoliberal existente en España después de Vox). La conversión del PSOE a la Tercera Vía, así como la irrupción de un movimiento político-social como Podemos, más tarde aliado con IU, tuvo un gran impacto en las bases del PSOE, que se rebelaron, expulsando a la dirección provisional de tal partido y eligiendo a Pedro Sánchez, que había liderado la rebelión contra el aparato. Sánchez se podemizó, moviéndose a la izquierda, utilizando incluso la narrativa de Podemos, incluyendo la necesidad de reconocer la plurinacionalidad del Estado español. Y en el día de las elecciones, el 28 de abril, cuando las bases del PSOE estaban celebrando, delante de la sede del partido, la victoria del PSOE y de Sánchez, indicaron el deseo de alianza con Podemos, repitiendo incluso el eslogan de este último: "sí se puede", rechazando a la vez una posible alianza con Albert Rivera al grito de "con Rivera no", que había sido siempre el deseo del aparato del partido: su elección creó una gran esperanza, pues no era reacio a entenderse con las izquierdas a la izquierda del PSOE, como lo habían sido sus anteriores Secretarios Generales.

Pero había dudas sobre la solidez de tal cambio en Unidos Podemos. No hay que olvidar lo que ya ocurrió en su día con Zapatero, que había sido el candidato rebelde a la Secretaría General del PSOE, en contra del candidato oficial del aparato, José Bono. En realidad, Zapatero recibió entonces también el apoyo del ala izquierda del PSOE, liderada por Matilde Fernández. Pero una vez en el gobierno, adoptó la forma más ortodoxa del neoliberalismo. De una manera semejante, Pedro Sánchez tuvo el apoyo, durante la campaña, de las izquierdas del PSOE, como Josep Borrell, el único dirigente del PSOE que más tarde se opuso al cambio del artículo 135 de la Constitución impulsado por el gobierno Zapatero (que obligaba al Estado español a dar máxima prioridad al pago de la deuda pública). Gente de su equipo (como Manuel Escudero, jefe del área de economía de su campaña en las primarias), habían dejado el PSOE de Zapatero, y se habían ofrecido para colaborar con Podemos. Cuando Sánchez se presentó, volvieron al PSOE y lo apoyaron.

La elección de Sánchez, como resultado de su podemización, abrió así unas grandes expectativas y grandes alegrías. De ahí que, en términos electorales, cuando el PSOE se presentó bajo su dirección, detuvo el retroceso electoral que el PSOE estaba sufriendo, aunque hay que reconocer que lo que se presentó como la "gran victoria" se alcanzó con casi los mismos votos, 7,5 millones, que había obtenido el PSOE en 2011 (7 millones), resultado que en aquel momento fue percibido como una gran derrota. Pero había conseguido más votos que en las elecciones anteriores: había una reversión. La podemización del PSOE era la principal causa de su reactivación.

Los dos grandes problemas que tiene España: el tema social y el tema nacional

Como he indicado en múltiples ocasiones, en España el tema nacional siempre se ha utilizado para ocultar y/o evitar la resolución del tema social. El intento más importante que ha habido en España de hacer reformas profundas en el país, con las propuestas del Frente Popular (durante la II República), fue interrumpido por las oligarquías españolas con un golpe militar para, supuestamente, defender la unidad de España. En realidad, era el intento de mantener sus privilegios. Y hace unos días vimos cómo el intento de establecer un gobierno de coalición de las fuerzas progresistas en España se vio interrumpido por el intento de defender la unidad de España. Lo que es más que preocupante es que, en esta ocasión, Pedro Sánchez, el dirigente del PSOE, parecía estar también preocupado por el hecho de que tal coalición PSOE-UP pudiera también facilitar la desunión de España, al no fiarse de que el líder de UP, Pablo iglesias, fuese suficientemente patriótico o democrático (¿!?).

En realidad, la unidad de España está siendo hoy amenazada por el propio Estado español y sus aparatos represivos. Es obvio que el Tribunal Supremo es una institución esencialmente de derechas, con una visión de España, como ocurre con la mayoría de aparatos del Estado, profundamente uninacional y radial, sin reconocer su carácter plurinacional y poliédrico. La resistencia a reconocer esta realidad es la que está estimulando los movimientos de secesión. En realidad, como he documentado extensamente, la transición de la dictadura a la democracia distó mucho de ser modélica. El desequilibrio de fuerzas era tal que era imposible que el resultado de tal transición fuera una democracia homologable al resto de democracias de la Europa Occidental. La prepotencia y preponderancia de las fuerzas conservadoras que controlaban el Estado (y la gran mayoría de los medios de información) creó un sistema democrático muy insuficiente, dando como resultado un bienestar muy limitado, que dejó sin resolver los dos problemas que aparecen ahora con toda intensidad: el tema social (cuarenta años de democracia no han resuelto el enorme déficit social de España) y el tema nacional (el Estado español no ha reconocido ni ha facilitado el desarrollo de su plurinacionalidad). El Estado continúa centrado en la capital del reino, construyendo un sistema radial, escasamente poliédrico.

La cultura franquista continúa instalada en amplios sectores del Estado, y muy en particular en los aparatos de seguridad y en el aparato judicial del Estado. El comportamiento del Poder Judicial, cuya máxima expresión es el Tribunal Supremo, da múltiples pruebas de ello: su oposición a anular las sentencias de los tribunales dictatoriales; su resistencia al traslado de los restos del dictador del monumento fascista que se erigió para honrar su memoria; su aceptación de Vox como acusación popular en el juicio a los líderes independentistas; el encarcelamiento sin juicio de los dirigentes independentistas, con petición de penas muy duras, cuando podrían y deberían utilizarse sanciones administrativas (en lugar de penales), tales como la inhabilitación, y así un largo etcétera. Estos presos son presos políticos, pues la naturaleza de los delitos que se les imputan, así como las condenas de cárcel que implican, son políticos. Y su encarcelamiento es un caso flagrante de violación de los derechos democráticos. Reconocer esto no quiere decir que no deban ser juzgados administrativamente, siendo la inhabilitación la sanción correcta. Han cometido un acto de desobediencia civil que merece, según las leyes actuales, una sanción. Pero tal desobediencia, desde el punto de vista democrático, no tiene por qué ser antidemocrática. La desobediencia de leyes o normas antidemocráticas no es necesariamente antidemocrática. El hecho de que llevaran a cabo un acto de protesta el 1-O no me parece censurable. Lo que sí es antidemocrático y censurable es que, en base a ello, declararan la independencia, pues ello iba en contra de los deseos de la mayoría de la población. Homologar democracia con el cumplimiento de la ley –como Sánchez y la ex-alcaldesa Carmena han indicado– es un error. El proyecto democrático ha requerido muchísimos actos de desobediencia civil que eran ilegales. Llegar incluso a cuestionar el compromiso democrático de Pablo Iglesias por definir a los presos independentistas como presos políticos es preocupante en extremo. Según tal argumento, Martin Luther King era un antidemócrata por haber violado las leyes discriminatorias del sur de EEUU cuando se las saltó.

La necesidad de recuperar la alianza de las fuerzas democráticas que lucharon contra la dictadura

La Guerra Civil fue principalmente el conflicto de las minorías que controlaban el Estado contra la gran mayoría de las clases populares de las distintas naciones y pueblos de España. La visión uninacional y radial, característica de la Monarquía española, era la existente entre las oligarquías financieras, empresariales y agrícolas del país. El fascismo fue la máxima expresión de esta visión de España, que reforzaba la enorme injusticia social en la que se basa. De ahí que, en la lucha contra el fascismo, hubo una identificación entre la lucha por conseguir la liberación de las clases populares y la redefinición del Estado, pidiendo un orden republicano y plurinacional.

Esta alianza –las izquierdas más los nacionalismos "periféricos"– fue la que sacó a las derechas herederas del franquismo –el PP– del gobierno. Y esta alianza tendría que haberse movilizado para establecer un nuevo gobierno de izquierdas en España. Sin embargo, hubo algunos obstáculos para que ello pudiese ocurrir. Uno fue la conversión del equipo de Sánchez hacia el uninacionalismo (empujado por las derechas y por el monopolio de lo que significa "patriotismo" en España). Su postura sobre el tema nacional es un síntoma de ello. Pero el otro obstáculo fue el comportamiento de las izquierdas nacionalistas catalanas (ERC), que han estado apoyando a las derechas independentistas en el gobierno catalán, y que, al negarse a apoyar el presupuesto pactado por el PSOE e UP, propició todo el proceso que llevó a unas elecciones y a la necesidad de que hubiera una investidura. El discurso de Rufián, subrayando la necesidad de la unidad de las izquierdas en España, entre las que se incluían, fue un paso positivo, pero habría sido más creíble si hubiera hecho una autocrítica de no solo su apoyo a las derechas catalanas pujolistas, sino de su oposición al presupuesto pactado entre el PSOE e UP que propició la necesidad de repetir las elecciones. Aun así, el paso de ERC es de una gran importancia, pues podría establecer una alianza de las izquierdas a lo largo del territorio español para conseguir la generalización de los derechos sociales, políticos, económicos y laborales para toda la población que vive en España, además de redefinir lo que es España. Esto finalmente parecía posible, pero ahora depende de quién gane dentro del PSOE, sus bases o los aparatos de siempre. Y no está claro. La fijación de Sánchez en conseguir la abstención del PP o de C’s es un signo de escasa credibilidad en su compromiso de llevar a cabo el cambio profundo que el país necesita. ¿Es que cree que C’s y PP le ayudarán a hacer ese cambio?

La injusticia de hablar de iguales responsabilidades en la investidura fallida

Equiparar al PSOE con Unidas Podemos en cuanto a responsabilidad por la investidura fallida es profundamente injusto. Ha sido el cambio de orientación del equipo de Sánchez, que pasó de ser favorable a la coalición a oponerse a ella, la causa principal de que la investidura no saliera adelante. En realidad, las cesiones de Unidas Podemos fueron sistemáticamente de una gran generosidad, mostrando a la vez que, en contra de la enorme campaña de descrédito liderada por el establishment financiero y económico y su establishment político-mediático, a fin de destruir a Unidas Podemos, no eran los ministerios (los famosos sillones), sino políticas concretas de enorme urgencia para resolver la crisis social, las que motivaron su posición negociadora. Es urgente que los militantes del PSOE que, en su día, se rebelaron frente a la antigua dirección del partido y los barones, se movilicen también ahora para presionar de nuevo y recordarle a Sánchez las promesas que hizo y las respuestas que dio al eslogan de "sí se puede" que utilizaron en el día de su victoria. Y es también urgente una gran movilización de los movimientos sociales y sindicatos para presionar, sobre todo, a Sánchez y al PSOE, para que recuperen su vocación transformadora y negociadora, estableciendo una coalición que sería la primera existente en España, continuadora de la alianza de las izquierdas durante la II República.

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Lo que los mayores medios de información no están contando sobre EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/07/11/lo-que-los-mayores-medios-de-comunicacion-no-estan-contando-sobre-eeuu/ Thu, 11 Jul 2019 05:03:33 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4889 Continuar leyendo "Lo que los mayores medios de información no están contando sobre EEUU"]]> Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Políticas Públicas de The Johns Hopkins University

Se están produciendo grandes cambios en EEUU que apenas han sido dados a conocer en España por parte de los mayores medios de información que, en su intento de informar a los españoles sobre la situación política en aquel país, se centran en presentar (y predominantemente ridiculizar) la figura del presidente Trump, comentando sus extravagancias y falsedades. Tal atención a la figura de Trump crea una percepción errónea de que el mayor problema que tiene EEUU es su presidente, ignorando que el problema real, apenas citado por los medios, es que la mayoría de la clase trabajadora de raza blanca (que es la mayoría de la clase trabajadora en EEUU) vota a Trump y, muy probablemente, continuará votándolo en el futuro (es interesante señalar, por las razones que citaré más adelante, que parece haber un redescubrimiento en aquel país de la clase trabajadora, a la que se había dado por desaparecida u olvidada, siendo sustituida por las clases medias.) Y es también interesante señalar que, aun cuando Trump ha sido votado por amplios sectores de la burguesía y la clase media, el hecho es que, sin el apoyo de la clase trabajadora de raza blanca, no habría sido elegido presidente de EEUU. En realidad, es incluso probable que sea reelegido de nuevo en 2020, y ello a pesar de que la mayoría de ciudadanos desaprueban su gestión. El sistema electoral de EEUU (que favorece a las fuerzas conservadoras), la enorme lealtad de sus votantes (el 82% de aquellos que lo votaron, volverían a hacerlo), y el desánimo y el rechazo de la clase trabajadora y de amplios sectores de las clases medias hacia el Partido Demócrata (que en su día se llamaba el Partido del Pueblo -the People’s Party­-, considerado, con una enorme generosidad, como el partido de izquierdas frente al partido de derechas, el Partido Republicano) son factores a favor de su reelección.

¿Por qué la clase trabajadora está votando a la ultraderecha? Por la misma razón que en Europa también lo hace

Tal como también ha ocurrido en Europa, el movimiento hacia la ultraderecha de votantes de la clase trabajadora se debe, en gran parte, al abandono por parte de los partidos de centroizquierda o izquierda de las políticas "labor friendly", es decir, de las políticas públicas redistributivas que los habían caracterizado (y que habían favorecido al mundo del trabajo). Tal abandono ha ido acompañado de la adopción de políticas públicas de sensibilidad neoliberal que han incluido medidas que han debilitado mucho el mundo del trabajo, tales como las reformas laborales regresivas que han causado un gran aumento de las desigualdades (alcanzando niveles que nunca se habían conocido en los últimos cuarenta años y que han causado un claro deterioro de la calidad de vida y el bienestar de la clase trabajadora y demás componentes de las clases populares). Tales políticas neoliberales fueron iniciadas por el presidente Reagan en EEUU y por la Sra. Thatcher en el Reino Unido, habiendo sido continuadas más tarde incluso por partidos gobernantes que se definían de centroizquierda o izquierda, como en los gobiernos de Clinton y Obama en EEUU, y Blair, Schröder y Zapatero en Europa.

De estas observaciones se deduce que el foco principal de la atención mediática debería ser el comportamiento de estos partidos gobernantes, intentando entender por qué sus bases electorales los han abandonado. Si hicieran esto, verían que los datos muestran claramente que fueron estas políticas neoliberales las que crearon una enorme crisis social que ha afectado sobre todo a las clases populares. Y es esta realidad la que el establishment político-mediático en EEUU ignora, enfatizando en su lugar las excelencias del modelo económico liberal de aquel país, mostrando su continuo crecimiento económico como mejor prueba de ello. Otros indicadores que también utilizan para mostrar la excelencia del modelo liberal estadounidense es la evolución de los indicadores tradicionales de eficiencia económica, tales como la tasa de desempleo, sin tener en cuenta que la gran mayoría de empleo nuevo es precario y temporal.

La falsedad del éxito del modelo económico neoliberal en EEUU

La tasa de desempleo en EEUU más divulgada en los mayores medios de información es, en teoría, muy baja (3,6% en mayo de 2019), y es la que el presidente Trump utiliza constantemente. También es la que los grandes medios de información españoles reproducen. Pero esta cifra es de escaso valor para conocer el estado del mercado de trabajo estadounidense. Una tasa más realista es la publicada por la Agencia de Estadísticas Laborales (US Bureau of Labor Statistics, cuadro A-15, en "The employment situation – May 2019") del gobierno federal, que utiliza la cifra de 7,1%, siendo mucho mayor para las personas con una educación inferior a la secundaria (que incluye la mayoría de la clase trabajadora no cualificada) y que es del 16% entre blancos y del 28% entre afroamericanos. Pero, además de la elevada tasa de desempleo, hay también una muy alta precariedad en el empleo, así como un proceso de uberización del mismo (es decir, la externalización de la relación laboral, pasando de ser empleado de una empresa a un autónomo, perdiendo así el trabajador toda capacidad de negociar los salarios y derechos laborales). Como consecuencia de estos hechos, ha habido un descenso de los salarios durante el período definido como "exitoso". Para los trabajadores no cualificados, el salario por hora ha descendido desde 1973 un 17%.

Las consecuencias de estos cambios en unas cifras vitales para la población se muestran con toda claridad. Lo que los medios de información no dicen es que han aumentado de una manera muy notable las enfermedades y muertes por desesperación ("diseases of despair") entre estos trabajadores no cualificados, incluyendo epidemias de consumo de opiáceos (habiendo crecido 17 veces el número de muertes por adicción a las drogas), epidemias de alcoholismo (causando tantos muertos en un año como el número de soldados muertos en las guerras de Corea y Vietnam), y así un largo etcétera.

El deterioro de la calidad de vida de las clases populares

Este deterioro, sin ser tan acentuado ahora como a principios del siglo XX, en los años 30 (durante la Gran Depresión), ha creado una enorme crisis de legitimidad del sistema liberal económico y de su establishment político-mediático. Y es esta crisis la que no se está analizando en los grandes medios y sobre la que no se está informando, lo cual es grave, porque sin entenderlo no se puede explicar el auge de la ultraderecha –representada por Trump– (que ha aparecido también en Europa por causas semejantes). Esta ultraderecha tiene características comunes con el fascismo, tales como un nacionalismo extremo y autoritario, una demonización y represión de las minorías y de los inmigrantes, una homofobia y machismo muy extremos, una narrativa antiestablishment que considera que el Estado está captado por las minorías raciales, un desprecio por el sistema parlamentario y por las instituciones representativas, un deseo de control de los medios de comunicación con intolerancia a la crítica, unas promesas de recuperar un pasado idealizado con eslóganes que contienen enormes promesas de imposible ejecución, un culto al líder al que se considera dotado de cualidades sobrehumanas, así como un canto a la fuerza, al orden y a la seguridad, con un ejercicio de la fuerza y la violencia sin frenos. Su gran agresividad, sin embargo, no aparece en forma de intervenciones militares (ya que son conscientes de los desastres que supusieron intervenciones previas de este tipo), sino en forma de bloqueos económicos como han sido los casos de Irán y Venezuela (que han provocado más muertos que los que hubiera habido en caso de conflicto armado). No hay duda de que el desarrollo y continuidad de tales políticas podrían llevar a un desastre.

Existe una diferencia, sin embargo, entre la ultraderecha gobernante en EEUU y el fascismo europeo en cuanto a sus políticas económicas. El fascismo conocido en Europa (y que era la defensa de la estructura del poder capitalista frente a la amenaza del socialismo y del comunismo) no era anti-Estado. Tenía un barniz social, con el cual intentaba llegar a la clase trabajadora. Así, el nacionalsocialismo era un intento de derivar a la derecha el enfado popular hacia el sistema capitalista. No así la ultraderecha actual en EEUU, que es profundamente anti-Estado, teniendo características del libertarismo. Vox ejemplifica en España el trumpismo, a diferencia de la ultraderecha francesa, por ejemplo, liderada por el partido de Le Pen.

Las limitaciones políticas de carácter identitario de lo "políticamente correcto"

Frente a esta amenaza, la estrategia de la izquierda estadounidense, a través del Partido Demócrata, fue enfatizar las políticas antidiscriminatorias de género y de raza, encaminadas a la integración de las mujeres y minorías en el establishment político-mediático del país. Se seguía una estrategia basada en lo "políticamente correcto", es decir, con unas prácticas y un lenguaje antidiscriminatorio focalizados en políticas públicas de afirmación identitaria (repito, fundamentadas en el género y la raza).

Tales intervenciones, sin embargo, aunque importantes, han sido insuficientes. Su falta de atención hacia la discriminación de clase (es decir, hacia la discriminación contra las clases populares) ha sido su gran punto flaco. El fracaso de esta estrategia, en el caso del mayor movimiento feminista en EEUU (NOW), se ve claramente en que la mayoría de mujeres de clase trabajadora (la mayoría de mujeres) no votaron a la candidata feminista, Hillary Clinton, sino a Trump. El supuesto de que el movimiento feminista estaba hablando en nombre y en defensa de todas las mujeres no convenció a muchas mujeres, incluyendo la mayoría de mujeres de la clase trabajadora, que no votaron por la candidata de NOW, sino por Trump, que se presentó como el candidato antiestablishment neoliberal, centrado –según él- en el Estado federal.

La discriminación olvidada: la discriminación de clase

Las mujeres, como los hombres, pertenecen a distintas clases sociales, cada una de las cuales sufre distintas formas de discriminación, sosteniendo intereses distintos e incluso opuestos. Y la realidad es que parte de las dirigentes del movimiento feminista son mujeres de clase media alta ilustrada (es decir, con titulación universitaria) cuyas propuestas y cuyo discurso no atrae a las mujeres de clase trabajadora, o no las atrae con suficiente fuerza para superar su identidad de clase. Como cualquier ser humano, las mujeres tienen varias identidades, una de ellas la de ser mujer. Pero tiene también otras identidades, como la de la clase social a la cual pertenecen. Y esta última define también cómo se expresa la identidad como mujer. La mujer liberal burguesa (de clase alta) por ejemplo, tiene una visión de "ser mujer" distinta a la visión de la mujer trabajadora. Y esta realidad queda ocultada, sin embargo, cuando las primeras se presentan como representantes de todas las mujeres. Lo que ha ocurrido en las últimas elecciones presidenciales en EEUU es un claro ejemplo de ello.

Los derechos políticos y sociales están muy determinados por los derechos económicos

El discurso identitario se ha centrado en EEUU principalmente en los derechos políticos y sociales (como por ejemplo los derechos de representación, puestos de poder ocupados por las personas discriminadas, sean estas mujeres o minorías), pero muy poco en los derechos económicos.

Más concretamente, el discurso identitario en EEUU se ha centrado en corregir la discriminación de las minorías y de las mujeres, con propuestas para facilitar la integración de dichas personas discriminadas en la estructura del poder actual, asumiendo que tal integración ayudaría a todas las mujeres o miembros de las minorías. En este sentido, la estrategia feminista se ha centrado en los temas identitarios, facilitando la integración político-social de los sectores discriminados, con un énfasis en el desarrollo de los derechos políticos y sociales de representatividad, tanto en la esfera pública como en la privada. Sin embargo, ha ofrecido una atención muy limitada a los derechos económicos (los derechos que centran la atención de las clases populares -mujeres y hombres- tales como el trabajo y los salarios dignos, el acceso a la sanidad, a la educación, a la vivienda, a la jubilación digna, etc.). Al centrarse en combatir las discriminaciones por raza o género, han olvidado la discriminación por clase, facilitando así la imagen de que el objetivo de la estrategia del Partido Demócrata era la supuesta captura del Estado federal por parte de las minorías y las mujeres. Y así lo han percibido las clases discriminadas. El Partido Demócrata, por ejemplo, ha dejado de estar liderado por hombres blancos, siendo estos sustituidos ahora por mujeres y afroamericanos (la mayoría de clase media ilustrada, es decir, con formación académica), que continúan imponiendo políticas neoliberales como por ejemplo el estímulo de la movilidad de capitales e inversiones -la odiada globalización- que ha dañado a las clases populares. La Sra. Clinton, líder feminista, era la mejor promotora, como ministra de Asuntos Exteriores del gobierno Obama, de la globalización del capital estadounidense, lo que facilitó la desindustrialización de EEUU y dañó a la clase trabajadora industrial, eje del apoyo a Trump.

El socialismo como ideología transversal

Esta orientación exclusivamente identitaria evitó la transversalidad que ofrecía el concepto de clase social, lo cual habría permitido relacionar los distintos movimientos identitarios, mostrando su relación e interdependencia. De ahí la novedad y atractivo del socialismo: un proyecto basado en la universalización de los derechos sociales y de los derechos económicos, que mejore la calidad de vida de las clases populares (en su distinta y variada composición de género y raza) a través de un proyecto de empoderamiento y emancipación que una las distintas luchas para disminuir y erradicar la explotación con un hilo conductor, utilizando las instituciones representativas y las movilizaciones sociales para alcanzar su objetivo.

Y este es el proyecto que Bernie Sanders anunció en la presentación de su candidatura en Washington D.C. Habló del socialismo democrático como la continuación del New Deal iniciado por el presidente más popular que haya tenido EEUU, el presidente Franklin D. Roosevelt. Fue este el que habló de la necesidad de que el Estado federal garantizara, junto a los derechos sociales y políticos (la libertad de expresión, de asamblea y de religión, de participación en el proceso electoral, de acceso a la información y de organización, entre otros) los derechos económicos y sociales (como el derecho al trabajo digno y bien remunerado, a los servicios sanitarios, a la salud, a la educación -desde escuelas de infancia a la universidad-, a la vivienda digna y confortable, a un medioambiente de calidad y a la jubilación -también digna y satisfactoria-, entre otros).

La materialización de tales derechos exigía un cambio sustancial de las políticas públicas que, como había denunciado el presidente Roosevelt antes y Martin Luther King más tarde, habían sido favorables a ofrecer todo tipo de ayudas públicas a las rentas del capital y de las clases pudientes (el "socialismo para los ricos y para el mundo empresarial", corporate socialism). España se podría haber añadido el socialismo bancario (por haber recibido la banca la ayuda pública más importante que el Estado haya hecho, con 60.000 millones de euros).

El socialismo para los ricos y el mundo empresarial

Lo que era necesario (según había apuntado Roosevelt) era un cambio de 180º en el tipo de socialismo. El socialismo democrático popular tenía que sustituir al "socialismo de las élites financieras y económicas", socialismo este último que había sido un desastre y estaba (está) llevando a EEUU a la "barbarie", forzando, como bien predijo Karl Marx, a tener que escoger entre "barbarie o socialismo". Y la realidad lo está demostrando hoy también. Actualmente existe un gran rechazo hacia el capitalismo salvaje (el socialismo de los ricos) que Trump representa. La gran mayoría de los jóvenes y de las mujeres (los dos grupos con peores condiciones económicas) preferirían vivir en un socialismo democrático que no el capitalismo actual. En un país donde el 1% de la población estadounidense posee el 92% de todas las acciones bancarias y en el que el director ejecutivo de la compañía comercial más grande, Walmart (que tenía a la Sra. Clinton en su dirección), gana más de mil veces más que uno de sus empleados medios, no es sorprendente que las clases populares estén enfadadas. Y todo esto queda ocultado con el énfasis en Trump. Lo que es prácticamente nuevo en EEUU es que grupos que han sido víctimas del sistema, intenten romper con la monopolización de su victimismo para coordinarse e incluso unirse en un proyecto común que favorezca a todos los amplios sectores de la población que están explotados y discriminados. Para entender el elemento de transversalidad en su estrategia unitaria, hay que recuperar el concepto de poder de clase y el significado del socialismo. Este hecho, que es lo más importante en EEUU, es lo que el establishment político-mediático español quiere ocultar.

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En defensa de la sanidad pública: el testimonio de mi hermano y miles como él https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/07/08/en-defensa-de-la-sanidad-publica-el-testimonio-de-mi-hermano-y-miles-como-el/ Mon, 08 Jul 2019 06:03:20 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4886 Continuar leyendo "En defensa de la sanidad pública: el testimonio de mi hermano y miles como él"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra y Profesor de Public Policy, The Johns Hopkins University

No tengo por costumbre escribir sobre mí mismo o sobre mi familia en mis artículos. Crecí en una familia en la que no se veía con buenos ojos que uno hablara sobre sí mismo y sobre los suyos. Pero, a raíz de la muerte de mi hermano Francesc (Francisco en catalán) siento la necesidad de hacerlo, pues creo que su vida como médico en el Sistema Nacional de Salud, completamente dedicada al servicio público, es representativa de la vida de la gran mayoría de profesionales de ese sistema que complementan su vocación de servicio a la población (a través de la provisión de servicios sanitarios) con un admirable compromiso de investigar en ciencias médicas, a la vez que forman profesionales en las distintas especialidades que constituyen la medicina. Permítaseme pues, que comience este artículo presentando a mi hermano, Francesc Navarro López.

Nació hace 86 años en Barcelona, hijo de padres maestros, represaliados por su lealtad a la II República. La represión en contra de los maestros republicanos durante la dictadura fue muy acentuada por parte de la Iglesia católica y de la Falange, que los acusó de ser responsables de promover los valores republicanos de libertad, democracia y justicia social que no eran permitidos por los golpistas, los cuales se autodefinieron como los "nacionales" (y que establecieron uno de los regímenes dictatoriales más represivos que hayan existido en la Europa Occidental en el siglo XX). Mi hermano vivió, como niño y adolescente, las consecuencias de aquella represión, sintiendo desde muy temprana edad gran admiración y gratitud por el enorme sacrificio que nuestros padres y familiares (y su generación) habían hecho para cambiar el país que tanto amaban. La vocación de servicio (en el área de Medicina en el caso de Francesc) se gestó en este ambiente. Y su dedicación completa al servicio público deriva de ello. Ello, junto con su enorme entrega a la docencia y a la investigación científica, marcaron su carrera.

Se especializó en cardiología en instituciones académicas de ambos lados del Atlántico Norte y trabajó, primordialmente, en el Hospital Clínico (que es el hospital universitario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, donde se había licenciado) como director del Servicio de Cardiología y Unidad Coronaria (1972-1998). Fue también director del Departamento de Medicina y decano de la Facultad (1988-1991), catedrático de Medicina, presidente de honor de la Sociedad Española de Cardiología, y fue considerado como uno de los cardiólogos españoles más conocidos y reputados a nivel mundial. Fue distinguido con infinidad de condecoraciones y honores a nivel nacional e internacional. Mucho se ha escrito sobre su trabajo científico (ver aquí y aquí). Pero quisiera resaltar que a su trabajo científico se añadió siempre su dimensión como ciudadano progresista, habiendo fundado junto con otros amigos y médicos en otros países, la Asociación Internacional de Médicos para la prevención de la Guerra Nuclear, la cual recibió en 1985 el Premio Nobel de la Paz.

A través de Francesc pude conocer a muchos profesionales sanitarios, igualmente motivados y con igual excelencia en su trabajo, tanto en la provisión de servicios como en su calidad investigadora, trabajando en el sector público a pleno empleo y sin ejercer la medicina privada, desarrollando su investigación (que fue reconocida no solo en revistas científicas, sino incluso en el caso de Francesc en diarios internacionales como el The New York Times, 06.05.82) en condiciones de gran escasez de recursos. Vi en una ocasión el asombro de un grupo de investigadores alemanes que visitaron el Hospital Clínico, que quedaron impresionados con la pobreza de recursos con los que se estaba haciendo una investigación enormemente importante y relevante. Y lo que es importante señalar es que hay miles y miles de científicos y clínicos sanitarios en el Servicio Nacional de Salud que están trabajando haciendo una labor extraordinaria con una gran escasez de recursos, debido a la insensibilidad de las autoridades políticas del país, tanto del gobierno español como de la Generalitat de Catalunya, hacia la extraordinaria labor que los profesionales en el sector público sanitario están realizando. Aquí en Catalunya el número de estos profesionales entre los galardonados con la Creu de Sant Jordi, el máximo galardón ofrecido por el gobierno de la Generalitat de Catalunya (durante la mayor parte del período democrático, de derechas), se puede contar con los dedos de las manos. Pero lo que es incluso más grave es la enorme subfinanciación del Sistema Nacional de Salud (SNS).

La escasa financiación del SNS

El gasto público sanitario por habitante es solo el 60% del promedio de los países de semejante nivel de desarrollo a España (UE-15), mientras que el PIB per cápita es ya el 94% de la UE-15. El déficit de gasto público sanitario es enorme. El problema no es que España no tenga dinero. El problema es que el Estado no lo recauda. Más del 70% del fraude fiscal viene de los sectores más adinerados y de las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año (el 0,12% de todas las empresas). Tal pobreza de recursos aparece en casi todas las dimensiones del SMS, y muy en particular en la investigación médica sanitaria. Y tal pobreza se ha acentuado extensamente con los recortes (los más importantes en la UE-15, recortes incluso mayores en Catalunya) del gasto público sanitario durante los últimos diez años.

En realidad, tal limitación de recursos públicos explica la polarización de los servicios sanitarios en España (incluso mayor en Catalunya), en la que, en general, el 20-30% de la población de mayor renta utiliza los servicios médicos privados y el 60-70% restante los servicios públicos. Tal polarización no es buena ni para los primeros ni para los segundos. Las personas que utilizan los servicios privados lo hacen para tener ventajas como menos listas de espera, y otras comodidades. Ahora bien, la evidencia muestra claramente que la calidad de los profesionales e infraestructura sanitarios es mucho mayor en la pública que en la privada, de manera que aconsejo al lector que, en caso de enfermedad grave, recurra a la sanidad pública, más que a la privada. Y me permito alertar a las autoridades sanitarias sobre la invasión de empresas aseguradoras privadas (muchas de ellas procedentes de EEUU) en la sanidad española, pues la experiencia en EEUU con tal aseguramiento sanitario privado ha sido un "desastre" (como bien lo definió un presidente republicano de EEUU, Richard Nixon, que era, por cierto, muy de derechas). El sistema sanitario estadounidense, primordialmente privado y gestionado por las compañías de seguros sanitarios privados, es el más caro y es el que, según las encuestas, deja más insatisfechos a los usuarios. De ahí que una de las propuestas de reforma sanitaria más populares en EEUU sea la de cambiar dicho sistema, eliminando las compañías de seguros, tal como ha propuesto el candidato a la presidencia de aquel país en 2020, el senador Bernie Sanders. 

Una última observación: la jubilación debería ser un derecho, no un deber

Una dimensión en la vida de Francesc, mi hermano, que afecta a todos los empleados públicos en este país (que considero enormemente injusta y errónea), es que le obligaron a jubilarse a los 65 años como empleado sanitario, y a los 70 como catedrático. En España, todos los empleados tienen que jubilarse a esa edad. Ver cómo una persona que goza de su trabajo, que está en plena forma, y que tiene una gran experiencia clínica e investigadora y docente, debe dejarlo todo, el año A, mes M y día D, me parece un gran error, casi una maldad, y un enorme despilfarro. La jubilación debería ser un derecho, no un deber. Me parece justo que una persona que desea jubilarse tras los años requeridos para recibir la pensión pueda hacerlo. Y estoy muy en contra de la última reforma regresiva de las pensiones, que alargó la edad obligatoria de la jubilación de 65 a 67 años. Ahora bien, aquellas personas que, tras los años de obligatoriedad en su contribución, quieran continuar trabajando, deberían tener el derecho a hacerlo. En EEUU es ilegal forzar a una persona a jubilarse, y si eres catedrático, como lo he sido durante muchos años en la Johns Hopkins University (uno de los centros sanitarios más importantes de aquel país), nadie te puede obligar a ello.

Se me dirá, como ya se me ha dicho en España, que hay que jubilarse para dejar paso a nuevas generaciones, en un sistema en el que hay un número limitado de plazas. Pero este argumento ignora que hay muchas maneras de diseñar un sistema de jubilación que sea gradual y/o variable, de manera que las responsabilidades puedan ir variando según los deseos del profesional y las necesidades de la institución. Eliminar súbitamente personal de tanto valor humano y científico me parece un gran error. Y es paradójico que el SNS, diseñado sobre los principios de solidaridad y humanidad, se comporte con tanta dureza con los que han dado tanto de su vida para convertirlo en uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo (a pesar de su subfinanciación). Si otros países consideran la jubilación como un derecho – tal como EEUU – España también puede (y debe) hacerlo. Así de claro (ver mi artículo "La enorme discriminación contra las personas mayores en España", Público, 23.08.18).

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El gran error de las izquierdas independentistas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/06/27/el-gran-error-de-las-izquierdas-independentistas/ Thu, 27 Jun 2019 05:55:24 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4875 Continuar leyendo "El gran error de las izquierdas independentistas"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

Procedo de una familia represaliada por su lealtad al proyecto democrático republicano que fue derrotado por el alzamiento militar fascista que sometió a España a una de las dictaduras más crueles que hayan existido en el siglo XX en la Europa Occidental (por cada asesinato político del régimen de Mussolini, el de Franco cometió 10.000, siendo todavía hoy el país del mundo, después de Camboya, que tiene un mayor porcentaje de personas desaparecidas por causas políticas). Siguiendo el compromiso con la libertad, la democracia y la justicia social de mis antecesores, participé en la lucha antifascista desde mi temprana juventud, participando y ayudando más tarde, cuando se estableció la democracia, a partidos políticos y movimientos sociales progresistas comprometidos con mejorar la calidad de vida y el bienestar de las clases populares de este país. Creo haber mostrado así a lo largo de mi vida mi compromiso con Catalunya y con el resto de España (ver Una breve historia personal de nuestro país: entrevista a Vicenç Navarro de Elvira de Miguel, en vnavarro.org).

Es debido a esta biografía que creo importante señalar que, considerándome catalán y sintiéndome también español, entiendo bien que una minoría muy grande (que alcanza casi la mitad de la población que vive y trabaja en Catalunya) esté a favor de su independencia, deseando la secesión de Catalunya del resto de España. Era predecible (y así lo indiqué en su día) que cuando el Estatut de Catalunya (propuesto por el Parlament catalán en 2005, modificado y recortado por las Cortes españolas en 2006, y aprobado en referéndum meses más tarde por la población catalana) fue vetado en partes importantes del texto (como en el reconocimiento de Catalunya como nación) por parte del Tribunal Constitucional, aumentaría rápidamente y exponencialmente el apoyo a la causa independentista. Era fácil de entender, pues, que el rechazo del Tribunal Constitucional a dicha propuesta de Estatut (en la que se reconocía y promulgaba la plurinacionalidad del Estado español) generaría tal auge del sentimiento secesionista. Era igualmente predecible que la reciente represión del Estado central hacia los dirigentes de los partidos independentistas (encarcelándolos o forzando su exilio), estimularía también la expansión del movimiento independentista. En ambos casos, la causa principal del gran auge de tal movimiento ha sido el comportamiento del Estado español, consecuencia de una transición inmodélica de la dictadura a la democracia. Esta transición no fue resultado de una ruptura con el Estado anterior, sino una modificación y apertura muy importante y significativa del régimen anterior, convirtiéndolo en un Estado democrático pero conservando en muchos de sus aparatos (incluyendo los aparatos de seguridad y la judicatura) una cultura franquista represiva (para documentarse sobre esta observación, ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país, Anagrama, 2002).

La represión del Estado español sobre los dirigentes independentistas

Habiendo subrayado el carácter represivo del Estado español como causa principal de las tensiones interterritoriales existentes en España, hay que reconocer también que la declaración unilateral de independencia (DUI) de Catalunya, propuesta por el bloque independentista y aprobada por éste en el Parlament de Catalunya,  en contra del deseo de la mayoría de la población catalana (justificándose en un "mandato" basado en un supuesto "referéndum" realizado el 1 de octubre de 2017 que, en realidad, no reunía las condiciones que requiere un referéndum), fue un acto de insensibilidad democrática que requería sanciones político-administrativas incluyendo (si fuera necesario) la inhabilitación de sus dirigentes para ocupar cargos políticos, aunque nunca deberían haber incluido su encarcelamiento u otras medidas que forzaran a su exilio. La desmesura en la represión del Estado central y su enjuiciamiento son profundamente antidemocráticos, como he indicado en un párrafo anterior, fruto de características del régimen anterior. Es más que una coincidencia que el mismo Tribunal Supremo que les ha estado juzgando haya permitido a un partido (Vox) claramente identificado con la dictadura franquista en España actuar como acusación popular. Y lo es también que en estas mismas fechas, el mismo Tribunal Supremo reconociera al General Franco como legítimo jefe del Estado desde el mismo año 1936 en el que se realizó el golpe militar fascista liderado por tal personaje (que es el responsable del mayor número de asesinados políticos contra españoles que haya habido en este país), el cual todavía goza de un monumento (El Valle de los caídos) como homenaje, algo impensable en cualquier otro país democrático europeo que hubiera tenido en su pasado un régimen fascista o nazi semejante al que sufrió nuestro país.

El hecho de que el principal adversario de un mayor desarrollo de la democracia en España continúe siendo el Estado borbónico español (lo cual no quiere decir que el Estado actual sea igual al anterior, como sistemáticamente se manipula y se interpreta, siempre que se subrayan los elementos de continuidad entre el Estado borbónico actual y el anterior) puede justificar la realización de actos de desobediencia civil, que lógica y previsiblemente generarán una serie de sanciones por parte del Estado. Pero en una sociedad con mayor madurez democrática, la desobediencia civil no acarrearía este tipo de sanciones, como el encarcelamiento de los dirigentes independentistas y su enjuiciamiento criminal. Repito que existen sanciones político-administrativas en cualquier sistema democrático que hacen innecesarias las medidas utilizadas por el sistema judicial español, claramente desproporcionadas. De la misma manera que las cargas policiales realizadas para aplacar la protesta civil contra el Estado borbónico el 1 de octubre de 2017 (en la que participé) fueron desmesuradas y profundamente antidemocráticas, el enjuiciamiento de los presos políticos es también desmesurado y profundamente antidemocrático.

Pero no se puede ignorar, en la necesaria protesta en contra del enjuiciamiento de la política, el comportamiento antidemocrático de los políticos independentistas que originó esta denunciable represión

Ahora bien, subrayando que hay que denunciar la represión antidemocrática del Estado, también hay que criticar el comportamiento antidemocrático de la estrategia del "procés" independentista en su intento de declarar la independencia unilateral vía exprés, sin contar con el apoyo mayoritario de la población catalana. Cualquier persona con conciencia democrática tiene que ser crítica con el comportamiento de los dirigentes de los partidos independentistas, sin que ello implique (como constantemente hacen los independentistas) que con esta denuncia se establezca una equidistancia en la atribución de responsabilidades por la situación asfixiante en la que se encuentra Catalunya y el resto de España. En este sentido, en amplios círculos de la intelectualidad catalana hay una excesiva tolerancia, cuando no simpatía, hacia el comportamiento de los partidos independentistas (PDeCAT y ERC, incluyendo también la CUP en muchas dimensiones), cuyas prácticas han sido claramente antidemocráticas, causando un enorme daño a las clases populares catalanas, e incluso a su propia causa, tanto la independentista como la soberanista. Aprovecho para aclarar que soberanismo es defender la capacidad de escoger el tipo de relación existente entre Catalunya y el resto de España, siendo la secesión una alternativa, pero no la única. Esto significa que todo independentista es soberanista, pero no todo soberanista es independentista. Las encuestas parecen señalar que la mayoría de la población en Catalunya está a favor del derecho a escoger, o, como se conoce en Catalunya, derecho a "decidir", aunque no escogería necesariamente la secesión como alternativa preferida.

El daño causado a las clases populares por parte del "procés" independentista unilateral "exprés"

He documentado extensamente cómo las políticas públicas y los presupuestos de los partidos gobernantes independentistas (CDC -después PDeCAT- y ERC) han tenido una clara orientación neoliberal al incluir recortes de gasto público que han empobrecido enormemente los servicios públicos del Estado del bienestar catalán (ver El enorme sufrimiento causado por el neoliberalismo y sus responsables, Público, 25.03.19, y Cómo los superpatriotas de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado, Público, 20.03.19). El partido hegemónico (CDC, hoy PDeCAT) dentro del bloque independentista también apoyó la reforma laboral causante de la enorme precariedad y deterioro del mercado de trabajo. Es, pues, más que sorprendente que partidos y movimientos que se autodefinen de izquierdas catalanas apoyen el "procés" independentista, liderado por tal formación política. La anteposición del tema nacional a todos los demás ha tenido un impacto sumamente negativo en el bienestar de las clases populares en Catalunya, una de las primeras víctimas del protagonismo del "procés" independentista. En realidad, es sorprendente la falta de atención al análisis de las consecuencias del "procés" en la calidad de vida de las clases populares de Catalunya y del resto de España. Es necesario preguntarse, repito, qué nivel de calidad de vida y el bienestar tenían las clases populares catalanas (y españolas) antes del "procés" que les fue impuesto, y ahora. Y también es importante preguntarse si tales partidos están más cerca de conseguir la independencia de Catalunya ahora que antes de que se iniciara el "procés". Estas son preguntas que pueden contestarse en base a datos empíricos ya existentes.

Y tales datos muestran claramente que la situación social y los servicios y transferencias del Estado del bienestar en Catalunya se ha deteriorado, debido en parte a las políticas neoliberales impuestas a la población por los partidos independentistas gobernantes (en alianza con los partidos gobernantes en España), algo que está siendo ignorado u ocultado por la centralidad del "procés" independentista en la vida política y mediática del país. De ahí la importancia de analizar los argumentos de los partidos y movimientos independistas, uno por uno.

La reactivación de las fuerzas reaccionarias en España

1.- La estrategia reflejada en el "procés", a favor de la independencia unilateral vía "exprés", asume que el conflicto entre el gobierno catalán independentista y el Estado español es, en realidad, un conflicto (negociable, según la tesis procesista) entre Catalunya (supuestamente deseosa de conseguir la secesión) y España (supuestamente imposible de cambiar). Tal supuesto ha llevado a un refuerzo de las derechas uninacionales borbónicas españolas, con la irrupción de Vox y su enorme influencia sobre las otras dos derechas: PP y Ciudadanos. Hoy hay miles de municipios, incluyendo algunos de los más grandes del país como Madrid, donde la ideología fascista, continuadora del régimen dictatorial anterior, es presentada y promovida explícitamente y sin tapujos por representantes políticos elegidos. Y los políticos de las derechas mayoritarias se han movido todavía más a la derecha, tanto en términos económicos como nacionales, durante este último período de agitación nacional. Esta situación y percepción (según los últimos datos del CIS) se ha producido todavía más en Ciudadanos, partido que ha hecho de su antiindependentismo su mayor eje doctrinal (junto con su neoliberalismo). Un tanto igual en cuanto a la aceptación de la Monarquía que, habiendo descendido desde hace veinte años, ha visto una reversión a partir (según el mismo CIS) de 2014, subiendo su popularidad, como garantía de "la unidad de España". Estos y otros muchos datos muestran que el argumento de los partidos o movimientos independentistas radicales que sostienen que el "procés" está debilitando al Estado central, deslegitimándolo, preparando su colapso, no tiene evidencia que lo apoye. Al contrario, la radicalización de las fuerzas reaccionarias en el resto de España ha aumentado enormemente, llegando al extremo de que posturas sexistas, homófobas, racistas y clasistas se están defendiendo abiertamente en instituciones y espacios públicos, habiendo incluso legitimado el discurso fascista.

2.- Hoy, la defensa de la plurinacionalidad en España es más difícil que antes, habiendo significado un coste elevado para las fuerzas políticas españolas que la han defendido, como Podemos antes y Unidas Podemos (UP) ahora. Parte del descenso del apoyo a UP se debe precisamente a su defensa del plurinacionalismo, presentándose por parte de los medios de una manera manipulada y errónea como promoción y/o defensa del independentismo. Esto ha ocurrido también dentro de Catalunya, donde la clase trabajadora dejó de apoyar a Unidas Podemos (UP) y dio en su lugar su voto (en las autonómicas) a Ciudadanos antes, y al PSC ahora, percibidos ambos como los partidos más antiindependentistas, confundiendo el soberanismo y el apoyo a la plurinacionalidad de España con el independentismo.

Grandes errores del "procés" independentista "exprés"

3.- En lugar de aceptar que su proyecto (cambiar Catalunya) requiere un cambio en España, los partidos independentistas, incluyendo sus izquierdas, consideraron que podrían cambiar Catalunya sin que cambiara España, hasta el punto de conseguir la independencia sin ello. Es más, la estrategia del "procés" se basaba precisamente en la promoción de la idea de que cambiar España era imposible, proyectando una imagen antipática de ésta, llegando incluso a considerar a los partidos de izquierdas como Unidas Podemos, favorables al plurinacionalismo, como uno de sus mayores adversarios. Véanse, por ejemplo, 1) la oposición de ERC a las principales propuestas del gobierno de En Comú Podem en Barcelona; 2) las recientes declaraciones del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, celebrando el supuesto "colapso" de Unidas Podemos, y 3) la postura hostil de la televisión pública catalana, TV3 (abusivamente instrumentalizada por el gobierno independentista), hacia Unidas Podemos a nivel estatal y hacia En Comú Podem en Catalunya, que alcanzó su máxima expresión en el programa "intelectual político" de los sábados (en horario de prime-time), Preguntes freqüents -FAQS-, que dedicó todo un programa a criticar hostilmente a Podemos, con la colaboración de representantes de la izquierda más afín al independentismo, como Albano Dante (que fue rechazado casi unánimemente por la gran mayoría del máximo órgano decisorio de Podem Catalunya, la Asamblea Ciudadana, por su proximidad con el "procés" y al cual, desde entonces, se le provee de grandes cajas de resonancia en los medios públicos de información de la Generalitat de Catalunya para promover su antipodemismo) y Josep Maria Antentas, dirigente de Revolta Global, conocido por su hostilidad hacia tal espacio político. No se invitó a nadie de Podem Catalunya, mintiendo la persona responsable de tal programa al decir que sí habían sido invitados. Ambos ponentes señalaron que Podemos había ya desaparecido y perdido toda influencia, precisamente en el mismo momento en el que el gobierno Sánchez estaba proponiendo el presupuesto más social desde hacía veinte años, resultado de un pacto con Unidas Podemos (UP).

4.- La anteposición del tema nacional en su estrategia sobre cualquier otro tema, se extiende y alimenta con las tensiones interterritoriales de carácter nacionalista, ignorando la enorme crisis social que vive Catalunya y el resto de España, que queda totalmente relegada, cuando no ocultada, por el tema nacional (la evidencia muestra que casi la mitad de la juventud en Catalunya y en el resto de España no vivirá mejor que sus padres, dato ignorado por los establishments políticos y mediáticos del país). El rechazo de los partidos independentistas a aprobar el presupuesto del Estado del gobierno Sánchez, resultado del pacto con UP (presupuesto que habría mejorado considerablemente el bienestar y la calidad de vida de las clases populares españolas, incluyendo las catalanas), al no conseguir un compromiso del gobierno Sánchez para hacer un gesto a favor de los presos (mediante una petición a la Fiscalía de rebaja de las acusaciones), es un ejemplo de ello. Esta decisión de no apoyar el presupuesto fue, además de negativa para el bienestar de la mayoría de las clases populares catalanas y españolas, enormemente torpe. Si los presos políticos hubieran aconsejado a los partidos independentistas el apoyo al presupuesto, indicando que lo hacían para favorecer el bienestar de las clases populares de Catalunya y de España, habrían conseguido una enorme simpatía popular, no solo en Catalunya, sino también en el resto de España, simpatía necesaria para poder establecer un programa de alianzas con las izquierdas españolas en un proyecto común: el cambio profundo de España, sin el cual es imposible hacer un referéndum en Catalunya.

El clasismo de su estrategia

5.- Otra característica de las políticas públicas del "procés", apoyado por las izquierdas independentistas, ha sido su clasismo, con una predecible falta de atención al drama social que viven las clases populares en Catalunya, al cual han contribuido las políticas neoliberales del gobierno de Junts per Catalunya –JxCat– (herederos del pujolismo), impuestas con el apoyo de ERC. Las derechas nacionalistas catalanas (hoy independentistas) han sido responsables de la polarización por clase social de los servicios del Estado del bienestar, como los servicios sanitarios y los servicios educativos. Catalunya es una de las partes de España donde la sanidad y la educación privadas (subvencionadas con fondos públicos) es más extensa a costa de una subfinanciación de la sanidad y de la educación públicas. Esta polarización de la educación ha sido también apoyada, paradójicamente, por partidos de izquierda (como el PSC, durante la consejería del Sr. Ernest Maragall, entonces del PSC y ahora de ERC). Este último partido, hoy en coalición con JxCat en el gobierno catalán independentista, es responsable de Educación, proponiendo medidas de externalización de los servicios públicos (incluyendo educación y sanidad) que polarizarán todavía más la escuela catalana. Hay que subrayar que, en sanidad, el gobierno independentista ha sido el más privatizador de España.
Esta polarización de los servicios favorece a las clases de rentas superiores a costa del bienestar de las clases populares. Esta polarización social coincide, al mismo tiempo, con una polarización en el tema nacional. Los datos muestran una clara polarización en cuanto a las simpatías o antipatías de la población catalana hacia el independentismo, lo cual aparece con toda claridad en Barcelona. El voto independentista, aun siendo minoritario en todos los distritos de la ciudad de Barcelona, es mucho menor en los distritos de nivel de renta inferior a la media de la población barcelonesa que en los distritos de renta superior (a excepción de Sants-Montjuïc y Ciutat Vella).

6.- La utilización de la causa de defensa de los derechos humanos para promover la causa independentista es otra constante en sus posturas. Los partidos independentistas utilizan sistemáticamente la necesaria defensa de los derechos humanos (denunciando el encarcelamiento de los presos políticos) para promover el secesionismo, acusando de ambivalencia a aquellas fuerzas políticas que defienden lo primero pero no lo segundo, acusación que vierten constantemente sobre Unidas Podemos y En Comú Podem (confundiendo defensa de los derechos humanos con independencia). Esta acusación, hecha por Albano, Antentas y muchas otras personas de izquierdas independentistas o próximas al independentismo, es insistente, resultado de un intento sectario de utilizar, como ya he indicado, una causa (la defensa de los derechos humanos) para promover otra (el independentismo).

La escasa sensibilidad democrática de los dirigentes independentistas

7.- Añádase a lo anterior su arrogante y ofensiva presentación de ellos mismos. Los independentistas, incluyendo sus izquierdas, se presentan constantemente como los auténticos catalanes, los más patriotas, los más demócratas, dividiendo Catalunya entre los "demócratas" y los "no demócratas", división que ha alcanzado unos extremos absurdos. Véanse las frases aparecidas en el programa de Xavier Graset en TV3 (que recibe 100.000 euros de fondos de la televisión pública de la Generalitat como salario), tales como "En Madrid gobernarán los del 155, el fascismo en estado puro. Una distancia de 625 quilómetros en coche y más de 50 años. ¿Un mismo país? ¡Bah! ‘La capital de Catalunya necesita ser efectivamente independentista!", o "Colau se llama con el Ibex 35?".

8.- Su supuesta superioridad democrática pierde credibilidad con sus prácticas antidemocráticas. Defienden el "procés" como fruto de su supuesto compromiso democrático, el cual violan constantemente. Un ejemplo, entre muchos otros, son las primeras declaraciones que hizo el candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, al ser el candidato que consiguió más votos (solo unos 5.000 más) diciendo que su mayor deseo era nombrar Barcelona la capital de la inexistente República Catalana, cuando la mayoría de barceloneses no son independentistas. La limitada cultura democrática de tales partidos es precisamente su principal característica. Otra prueba de su falta de compromiso democrático es la abusiva y asfixiante monopolización de todos los medios de comunicación públicos de la Generalitat por parte del bloque independentista, una manipulación extrema que nunca ha sido denunciada por ninguna fuerza independentista.

En vista de todo lo anterior, es más que sorprendente la enorme tolerancia de la intelectualidad catalana hacia el "procés" y su olvido o ignorancia del enorme sufrimiento que impone a la población. Ha sido un gran error de las izquierdas no independentistas catalanas y españolas (a la izquierda del PSC), de no ser más críticas con el "procés" independentista "exprés", basado en una serie de supuestos que podían mostrarse fácilmente erróneos. No hay duda de que algunos de tales dirigentes independentistas están privados de sus derechos fundamentales, cosa que debe denunciarse. Pero ello no puede ni debe suponer una falta de crítica e incluso denuncia del enorme daño que han causado a las clases populares de este país. Fueron precisamente las izquierdas catalanas las que se distinguieron por la defensa de los intereses de las clases populares y por la defensa de la identidad nacional de Catalunya, tal como el mismo Jordi Pujol reconoció. Estas izquierdas estuvieron hermanadas, durante la resistencia antifascista, en una lucha común para cambiar España. Siempre entendieron que el cambio en Catalunya era parte del cambio en España. Los dos estaban relacionados. El hecho de ignorar esta realidad nos ha llevado a una polarización y división de la cual solo la derecha reaccionaria española y también la derecha catalana se están beneficiando. Así de claro.

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El legado de Pasqual Maragall y su apropiación indebida por parte de ERC en Barcelona https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/06/19/el-legado-de-pasqual-maragall-y-su-apropiacion-indebida-por-parte-de-erc-en-barcelona/ Wed, 19 Jun 2019 05:48:34 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4865 Continuar leyendo "El legado de Pasqual Maragall y su apropiación indebida por parte de ERC en Barcelona"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Mi amistad con Pasqual Maragall (unos de los alcaldes de Barcelona más populares que esta ciudad haya conocido y uno de los presidentes de la Generalitat de Catalunya más queridos) se remonta a períodos de la clandestinidad durante la lucha antifascista. Más tarde, y estando yo viviendo en el exilio en EEUU, propuse que, siendo él un joven profesor de economía urbana en la Universitat Autònoma de Barcelona, fuera invitado como Visiting Scholar en el Centro de Asuntos Urbanos de la Johns Hopkins University (en la que yo trabajaba).

Su visita fue un éxito, y tuvo repercusiones positivas para Barcelona. Un proyecto que le impactó mucho en sus visitas a Baltimore, ciudad en la que se encuentra tal universidad, fue la remodelación del puerto, llevada a cabo por el ayuntamiento con la ayuda del Gobierno federal dirigido por el presidente Lyndon B. Johnson. Baltimore, como Barcelona, es una ciudad con un puerto enorme. De hecho, tiene uno de los puertos más grandes e importantes de la costa atlántica de EEUU, habiendo sido también, como Barcelona, una de las ciudades más industriales de aquel país. Antes de que se hiciera la remodelación, el puerto era un lugar clave para la economía de la ciudad, pero no ocupaba un lugar central en su vida social. Nadie iba a pasear al puerto, por ejemplo. Era un lugar lleno de almacenes. Esto cambió, sin embargo, con la remodelación, hasta tal punto que el puerto pasó a ser uno de los espacios más vivos de la ciudad, convirtiéndose en uno de los lugares más visitados, no solo de Baltimore, sino también de aquella parte del país.

Pasqual Maragall, aquel joven economista interesado en temas urbanos, quedó muy impresionado, hasta tal punto que, cuando años más tarde llegó a ser el alcalde de Barcelona, invitó a la compañía Rouse (The Rouse Company), que había diseñado la remodelación del puerto de Baltimore, para que le asesorara en la remodelación del puerto de Barcelona. Y el resultado se nota claramente para toda persona que conozca ambas ciudades. Desde el Aquarium hasta el edificio del Museo de Historia de Catalunya (un antiguo almacén del puerto), hay muchos elementos que reflejan tal influencia, habiendo incluso mejorado el diseño original de Baltimore. Como en aquella ciudad, un gran número de almacenes se conservan por fuera, recordando sus orígenes, pero albergando actualmente museos y otros servicios como oficinas y agencias oficiales.

A nivel personal, continué una larga y valiosa amistad que me permitió seguir su evolución como alcalde y como presidente de la Generalitat, llamándome frecuentemente para conocer mi opinión sobre temas puntuales en los que creía que yo era competente. De este conocimiento de Pasqual Maragall (primero como alcalde y después como presidente de la Generalitat) y de su experiencia deriva mi creencia de que sería un gran error el hecho de instrumentalizar su memoria por parte de cualquier partido político de izquierdas que hubiera formado parte de su gobierno. La trayectoria de sus gobiernos fue mucho más amplia y extensa que la que pudiera abarcar cualquiera de sus componentes, fueran estos el PSC, ICV·EUiA o ERC.

Su compromiso con la unidad de las izquierdas

De esta larga experiencia pueden deducirse algunos elementos que caracterizaron sus gobiernos, tanto el municipal como el autonómico. Uno de ellos fue su compromiso con la transversalidad política, incluyendo siempre otros partidos de izquierdas, además del suyo propio (el PSC), en su gobierno. Primero, como alcalde de Barcelona, con el bipartito PSC - PSUC, de 1982 a 1987, y PSC – ICV, de 1987 a 1995; y después con el tripartito (PSC – ICV - ERC) de 1995 a 1997. Más tarde, entre 2003 y 2006, y como presidente de la Generalitat de Catalunya, encabezó el tripartito (PSC, ICV·EUiA y ERC).

Como parte de esta transversalidad, Pasqual Maragall siempre intentó romper los bloques (independentistas versus no independentistas) logrando una alianza amplia de izquierdas que incluyera partidos no independentistas (PSC y ICV·EUiA), así como partidos independentistas (ERC). Como alcalde, un elemento común y transversal fue un claro compromiso de transformación de la ciudad de Barcelona, poniendo en el centro de su acción municipal atender a las necesidades cotidianas de las clases populares, haciendo gran hincapié en la dimensión social de su municipalismo. Su impacto fue enorme en los barrios populares de la ciudad, donde viven la mayoría de los ciudadanos de Barcelona. Sin lugar a dudas estos fueron los barrios que más se beneficiaron de su gobierno. A nivel del Gobierno de la Generalitat, el gobierno tripartito también propició una transformación profunda del país, con el gasto social más elevado que hubiera tenido jamás el gobierno de la Generalitat en su historia. Esta unión de las izquierdas fue siempre su deseo y compromiso, que fue esencial para conseguir la transformación tan profunda que experimentó la ciudad de Barcelona, primero, y Catalunya, después.

La animosidad y hostilidad hacia su gobierno por parte de la derecha nacionalista catalana, hoy independentista

Esta transformación no contó con la ayuda del pujolismo nacionalista conservador gobernante (CDC, que se convertiría más tarde en la derecha independentista bajo las siglas PDeCAT), que se opuso a casi cada una de las mayores propuestas que hizo Pasqual como alcalde y como presidente. El pujolismo fue su mayor adversario político, el cual mostró un enorme grado de animosidad, cuando no hostilidad, no solo hacia su gobierno, sino incluso hacia su persona (que llegó a casos extremos con la difusión de falsedades, forzando a su padre, el senador Jordi Maragall, del PSC, a denunciarlo). El pasqualmaragallismo siempre fue visto por el pujolismo como "la otra Catalunya", lo cual alcanzó su máxima expresión más tarde con la presidencia de la Generalitat de Catalunya del Sr. José Montilla (quien sucedió al presidente Maragall) una persona nacida fuera de Catalunya (en Andalucía), conocido despectivamente y con tono racista por parte del pujolismo como "charnego".

Su vocación de servicio a las clases populares

La otra gran característica de Maragall fue su claro compromiso con el bienestar y calidad de vida de las clases populares, entre cuya población fue enormemente popular. Eso quedó reflejado con la priorización de sus inversiones, favoreciendo a tales clases, con el mayor aumento del gasto e inversiones en los barrios obreros que hubiera visto Barcelona, primero, y la Generalitat de Catalunya, después. La estima hacia su persona en aquellos barrios era enorme. Barcelona se convirtió, bajo su mandato, en la "ciudad socialdemócrata por excelencia" de España. Así la definió Pasqual en muchísimas ocasiones, y así continuó bajo el mandato de su sucesor, Joan Clos.

A nivel personal, me permito una anécdota. Me honró siempre que la derecha nacionalista, ahora independentista, me considerara a mí también parte de "la otra Catalunya". Y no me sorprendió que en las pesquisas judiciales en busca del famoso 3% (Pasqual acusó al pujolismo, entonces CDC, por su corrupción, conocida ampliamente en Catalunya, lo cual forzó su cambio de nombre en una maniobra de marketing político), se encontrara un documento en la sede de CDC en el que constaban los que consideraban sus mayores "enemigos", entre los cuales me encontraba en un lugar prominente. Si no fuera porque rechazo cualquier forma de discriminación (estoy totalmente excluido de los mayores medios de información de las derechas catalanas, incluyendo TV3 y Catalunya Ràdio), lo consideraría casi un honor.

Su visión y liderazgo en recuperar la visión plurinacional de España: Pasqual Maragall no fue secesionista

La tercera característica del "pasqualmaragallismo" fue el establecimiento del Estatuto de Catalunya, que fue el primer intento de recuperar la visión plurinacional de España desde el establecimiento de la democracia, que siempre había caracterizado a las izquierdas catalanas y muy en particular al PSUC durante la clandestinidad. La aprobación del Estatuto por parte del Parlament de Catalunya en 2006 fue resultado directo de su liderazgo en este intento de redefinición de España. Este proyecto fue popular y se aprobó en el Parlament gracias a su tenacidad, aun cuando sus recortes por parte de las Cortes españolas y más tarde el veto del Tribunal Constitucional a elementos clave, como el reconocimiento de Catalunya como una nación, debilitaron enormemente su impacto. El Estatuto estuvo claramente identificado con su persona, habiendo recibido gran hostilidad por parte de los partidos que no aceptaron esta vía para alcanzar el reconocimiento nacional de Catalunya.

El concepto de plurinacionalidad era distinto (y opuesto) al de independencia o secesión. Pascual Maragall nunca fue, durante sus mandatos, independentista. En realidad, uno de los mayores éxitos en la remodelación de la ciudad fueron los Juegos Olímpicos de 1992, que se celebraron con la activa participación y ayuda económica y financiera del gobierno socialista español, presidido por Felipe González, que invirtió masivamente en Barcelona. La complicidad del Estado central con el gobierno municipal (bajo la pasividad, cuando no hostilidad, de la Generalitat pujolista) en el desarrollo de los Juegos Olímpicos fue esencial para el éxito del nuevo diseño de la ciudad.

La impropiedad de ERC, liderada por Ernest Maragall, al apropiarse de su memoria

En base a todos estos datos, no veo acertado y considero injusto, pues, que ERC intente ahora apropiarse de aquel legado. ERC fue un componente del tripartito durante parte del gobierno municipal de Pasqual Maragall y durante la mayoría del periodo de su gobierno de la Generalitat, excepto en su última fase, en la que los consejeros de ERC fueron cesados por pedir el "no" en el referéndum del Estatuto de Autonomía de Catalunya. Por lo demás, ERC sirvió con lealtad y eficiencia en áreas importantes de sus gobiernos.

Sin embargo, ERC cambió enormemente tanto sus objetivos como su estrategia durante el mandato de Oriol Junqueras, que diluyó el compromiso social (su lado de izquierdas) y acentuó el nacional (intentando alcanzar la "independencia unilateral express", a pesar de que la independencia de Catalunya no gozara del apoyo de la mayoría del pueblo catalán). Las implicaciones de ello han sido enormes, y el "procés" ha sido el eje central de su acción. Esto ha llevado a situaciones claramente opuestas e incoherentes con su propio pasado. Lo ocurrido estos días en Barcelona, a raíz de la elección de la alcaldía es un ejemplo de ello. ERC se ha opuesto (con una enorme hostilidad y agresividad) a la formación de un tripartito, aliándose con el PSC y Barcelona En Comú. Esta oposición se llevó a cabo a pesar de que en muchos otros municipios en Catalunya el gobierno municipal se conformó (con ERC en su gobierno) con el apoyo no solo de En Comú Podem (u otras fórmulas del espacio de los Comuns y/o de Podem Catalunya), sino también del PSC. El veto al PSC en Barcelona no fue generalizado a lo largo del territorio catalán. Es más, el supuesto "escándalo" de Barcelona, acusando a Ada Colau de aceptar los votos de Ciudadanos para ser alcaldesa, no parece haber sido tan "escandaloso" cuando ERC consiguió la alcaldía en otra población de Catalunya (Cabrera d’Anoia) donde tal partido aceptó el apoyo del partido Ciudadanos, situación que provocó que, como en Barcelona, Ciudadanos expulsara del partido más tarde a aquellos concejales que votaron a ERC. La doble moral (por no decir hipocresía) de esta formación política es conocida en este país. Ada Colau, por cierto, nunca solicitó o pactó ni con Ciudadanos ni con Valls el apoyo a su candidatura.

Diferencias mayores de ERC con el "pasqualmaragallismo"

ERC, liderado en Barcelona por Ernest Maragall (hermano de Pasqual Maragall), nunca aceptó el compromiso de Pasqual de redefinir España, considerando a España incambiable, además de ser supuestamente el origen de la mayoría de la problemas que tiene Catalunya, olvidando que (tal como he demostrado en mis trabajos, por ejemplo, en L’Estat del benestar a Catalunya, Diputació de Barcelona, 2003; y El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias, Anagrama 2006) una de las mayores causas del subdesarrollo social de Catalunya (la crisis social hoy en Catalunya es enorme, ocultada por el establishment político-mediático independentista catalán, que ha utilizado el tema nacional como medio para ocultar esta crisis) han sido las políticas públicas neoliberales (tales como los recortes de gasto público social) realizadas por la derecha catalana (CDC y después PDeCAT) con la cual ERC gobernado durante muchos años. Es paradójico (por decirlo de una forma amable) que ERC haya sido el partido político que ha dado mayor apoyo al gobierno liderado por los sucesores del pujolismo, el PDeCAT, promotores durante muchos años de las mismas políticas públicas (las neoliberales) que Ciudadanos, imponiendo (y digo imponiendo pues no estaba en su programa electoral) uno de los mayores recortes de gasto público social de la UE-15 (el grupo de países de la UE de mayor desarrollo económico), y que han sido históricamente los que más se opusieron al "pasqualmaragallismo".

La posible parálisis del "procés" exportada a nivel de la ciudad de Barcelona

Es más, su autoría del "procés" (que llevaba implícita la independencia unilateral) y el compromiso de ERC, junto con los herederos del pujolismo, de aprobar la independencia en contra de la voluntad de la mayoría de la población catalana, ha llevado al país a una parálisis, envuelto de tensiones nacionales, que se hubieran trasladado ahora al nivel municipal en caso de ganar ERC la alcaldía. Las primeras palabras del candidato de ERC a la alcaldía, el Sr. Ernest Maragall, tras haber conseguido solo unos cuantos votos más que Ada Colau, fueron para expresar su deseo de transformar Barcelona en la capital de la utópica e inexistente República Independiente Catalana (en contra de la voluntad de la gran mayoría de barceloneses que no apoyan la independencia). Esta oposición es incluso mayor en la gran mayoría de distritos populares (en la gran mayoría de distritos de nivel de renta por debajo de la mediana de la ciudad, el apoyo al independentismo es muy minoritario), base electoral de las izquierdas.

Esta ERC en Barcelona, liderada por Ernest Maragall, es muy diferente, casi opuesta, al liderazgo que caracterizó el gobierno municipal y catalán de Pasqual Maragall. La enorme hostilidad mostrada hacia la alcaldesa, Ada Colau (que apareció en toda nitidez en el odio expresado en la Plaça Sant Jaume, donde está ubicado el Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat) por la ANC y Òmnium Cultural (movimientos independentistas, apoyados y promocionados por el gobierno independentista catalán), se parece mucho a la hostilidad de las derechas catalanas hacia Pasqual Maragall. En realidad, la falta de apoyo, cuando no abiera hostilidad, de ERC a los cambios progresistas realizados por la alcaldesa Ada Colau en su primer mandato, ya caracterizó la política municipal de ERC en Barcelona.

Una última observación sobre las causas del daño causado a las clases populares

He documentado extensamente que la transición democrática española (ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país, Anagrama) no fue una ruptura con el Estado dictatorial anterior. Y aun reconociendo que para el Estado español significó una abertura notable y muy importante respecto a la situación de dictadura anterior, conservó y continúa conservando elementos herederos del régimen anterior donde la cultura represiva está claramente marcada por una continuidad. Creerse que tal Estado permitiría la secesión de Catalunya es un profundo error que ha estado haciendo mucho daño a las clases populares en Catalunya. La existencia de presos políticos y la aplicación del artículo 155 fueron consecuencia de ello. Pero esta realidad, que exige una protesta contundente, no puede ocultar otra realidad, y es el gran error de la estrategia que caracteriza el "procés" apoyado por el bloque independentista. La "independencia unilateral express" es profundamente antidemocrática, pues nunca tuvo el apoyo de la mayoría de la población, a la cual se ha condenado a sufrir las consecuencias de este error.

Hay que criticar la excesiva tolerancia que grandes sectores de la intelectualidad catalana que, en su simpatía por los presos políticos (que yo apoyo y comparto) ocultan o inhiben la crítica de lo que hicieron los dirigentes independentistas, causando un enorme daño a las clases populares de Catalunya. No es cierto, como los independentistas de izquierdas indican, que el movimiento independentista (como la ANC y Òmnium) fue una continuación del 15M. Al contrario, estos movimientos fueron estimulados por el gobierno Mas para precisamente parar al 15-M, como bien ha subrayado Enric Juliana en La Vanguardia (Madrid y Barcelona, más lejos, 16 de junio de 2019) y que algunos habíamos ya señalado antes. El temor que creó el 15M (que provocó que el presidente Mas tuviera que llegar al Parlament en helicóptero, pues el movimiento 15-M lo había rodeado en señal de protesta por los recortes) fue lo que motivó su apoyo masivo a tales movimientos. No hay que olvidar que algunos de los presos políticos, como Josep Rull o Jordi Turull, fueron los mismos que, cuando eran diputados, quisieron llevar al Tribunal Supremo (la misma institución que les ha condenado a ellos) a los dirigentes del 15-M.

No es probable que ERC cambie su actitud numantina en defensa de la "independencia express", pues necesita la tensión para expandir la movilización popular. No hay duda que la previsible sentencia sumamente represiva del Tribunal Supremo a los presos políticos independentistas origine una convocatoria de elecciones autonómicas que podrían darle la mayoría a los partidos independentistas, respondiendo a una mayoría electoral que legitimaría la línea de la DUI que continuarán promoviendo. Siempre y desde su principio, el mejor aliado de los independentistas ha sido el estado represivo español. Sin este, el independentismo continuaría siendo una voz muy minoritaria en Catalunya. Así de claro.

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Barcelona
La subfinanciada sanidad pública española y el mecenazgo de Amancio Ortega https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/06/13/la-subfinanciada-sanidad-publica-espanola-y-el-mecenazgo-de-amancio-ortega/ Thu, 13 Jun 2019 05:45:34 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4857 Continuar leyendo "La subfinanciada sanidad pública española y el mecenazgo de Amancio Ortega"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Uno de los mayores problemas que han afectado la calidad de vida de la población en España ha sido la disminución de los recursos asignados al sistema sanitario público, consecuencia de los enormes recortes del gasto público social (incluyendo el gasto público sanitario) que los gobiernos españoles y los autonómicos (y con especial ahínco el de la Generalitat de Catalunya) realizaron a fin de alcanzar la reducción del déficit público, sacrosanto objetivo del neoliberalismo imperante, cuya aplicación ha tenido consecuencias muy negativas para el sistema público sanitario, tales como la reducción del personal y de los equipamientos sanitarios.

Estos recortes respondían, así, a la ortodoxia neoliberal dominante durante el período conocido como la Gran Recesión, promovida por los grandes medios de información, incluido El País, siendo este rotativo uno de los mayores proponentes de tal ortodoxia, que se convirtió en hegemónica en el desarrollo de las políticas públicas de los gobiernos españoles y autonómicos. Estos recortes debilitaron todavía más el sistema sanitario, que había estado ya subfinanciado desde su establecimiento en 1986. En realidad, ya antes de la Gran Recesión España se gastaba mucho menos en sanidad de lo que le correspondía por el nivel de riqueza que tiene el país. Hoy en día, este país, la quinta economía de Europa, con un PIB per cápita que es el 86% del PIB promedio de la UE-15 (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo al de España), continúa gastándose en sanidad mucho menos de lo que le correspondería por el nivel de riqueza que tiene. En realidad, este retraso se ha incluso acentuado más durante los últimos diez años. Así, España continúa siendo uno de los países de la UE-15 que gasta menos en sanidad pública. Concretamente en 2017, último año con datos oficiales, según la OCDE se gastó 2.385,7 dólares constantes per cápita (lo cual quiere decir dólares con la misma capacidad adquisitiva), es decir 1.221,4 dólares per cápita menos que el promedio de los países de la UE-15, lo que situaba a España en el antepenúltimo lugar de la UE-15. Esta diferencia alcanzaba "solamente" los 816 dólares per cápita en 2009, justo antes del inicio de los recortes.

¿Por qué esta pobreza tan acentuada de recursos en el sector sanitario?

La respuesta a esta pregunta no la encontrará en los mayores medios de información españoles, incluyendo El País. Y, en cambio, es muy fácil de ver. La pobreza de recursos del Estado se debe, en parte, a la baja contribución a sus arcas de lo que en EEUU se llama la clase corporativa (the corporate class), que básicamente son los propietarios y gestores de los grandes grupos económicos y financieros del país. Y esta baja y limitada contribución al Estado por parte de tales grupos económicos y financieros del país se debe no solo a la evasión fiscal (aunque también, pues según Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda –GESTHA–, "el 70% del fraude fiscal es cometido por los grandes patrimonios y las grandes empresas de este país"), sino también a su escasa aportación (legalmente válida) en comparación con otros países con el mismo nivel de desarrollo. En realidad, la aportación de los grupos empresariales de mayor tamaño está muy por debajo de lo que pagan en otros países con el mismo nivel de riqueza.

Este grupo social (el gran empresariado) tiene una enorme influencia política (bien directamente, bien indirectamente a través de los mayores medios de información a los que influencian y/o controlan) en las instituciones representativas en este país. Ello es una de las mayores causas de la subfinanciación del Estado y, muy en particular, del gasto público social. La conexión y complicidad entre poder económico-financiero por un lado, y poder político-mediático por el otro, alcanza unas dimensiones sin precedentes en la mayoría de países de la UE-15. Y ello explica la pobreza del sector público, incluyendo su sanidad. El neoliberalismo (y sus políticas de austeridad) es la doctrina económica imperante en esta clase empresarial, pues es el grupo social que se beneficia más de su aplicación. Y la mejor prueba de ello es el impacto redistributivo que han tenido tales políticas neoliberales en las rentas del país. Miren los datos y lo verán. Durante este período neoliberal conocido como la Gran Recesión (2008-2018), las rentas del trabajo (los salarios) han bajado en España del 50,1% al 47,1% del PIB, mientras que las rentas derivadas de la propiedad del capital han subido del 41,7% al 42,4% del PIB (según datos de Eurostat). Una causa de esta redistribución regresiva de las rentas a favor de las rentas del capital es que mientras las rentas del trabajo descendieron, las otras aumentaron a costa del gran aumento de los beneficios empresariales, facilitados y estimulados por el gran descenso de su carga fiscal. Así, tal como resaltaba Oxfam Intermón en el informe Reparto desigual. Cómo distribuyen valor las empresas del IBEX-35, "si en el año 2000 [el conjunto de] las empresas pagaban el 22% [de tipo efectivo del impuesto de sociedades], en 2016 pagan la mitad, un 10,2%. Se trata de una tendencia global que se da en todo el mundo para el conjunto de empresas, al menos para las que han obtenido resultados positivos. Pero es bastante más pronunciado en las empresas de mayor tamaño que en las menores, ya que en España éstas últimas pasaron de pagar un 25,4% en 2000 a un 15,4% en 2016, mientras que el tipo efectivo de los grandes grupos empresariales cayó desde el 15,3% que pagaban en 2000 a un 6,14% en 2016, menos de la mitad".

La pobreza del sector público como resultado de la gran influencia del sector empresarial (incluyendo las empresas del filántropo Amancio Ortega) y su comportamiento

En realidad, el comportamiento de tales empresas y el neoliberalismo que promueven explican también el gran descenso de los salarios y el deterioro del mercado de trabajo. Y una de las maneras de hacerlo ha sido exportando puestos de trabajo a otros países, con lo cual disminuyen los salarios de los que trabajan (aceptando su descenso como medida preventiva para que no se vayan a otro país) y disminuye también el número de asalariados, con lo cual disminuye también el número de contribuyentes al Estado. El grupo empresarial del Sr. Amancio Ortega, Inditex, al que pertenece ZARA, es de los más conocidos por tal tipo de prácticas. Si concentraran toda su producción en España, el número de trabajadores y la capacidad adquisitiva de las familias trabajadoras aumentarían, y con ello aumentarían los ingresos al Estado.

Pero otra forma de empobrecer el Estado es a través de evitar pagar impuestos en España. Según el informe que Los Verdes europeos (The Greens-EFA) elaboraron en 2016, titulado Tax shopping. Exploring Zara’s tax avoidance business, Inditex ahorró 585 millones de euros en impuestos durante el período 2011-2014, "utilizando técnicas de elusión fiscal agresivas [es decir, al límite de la legalidad] sobre todo en los Países Bajos, Irlanda y Suiza". Lo que señalaba el informe era la utilización de filiales del grupo para canalizar fondos allí donde la presión fiscal era menor. Son ejemplo de ello los pagos en concepto de royalties a una filial holandesa (país en el que tributan al 15%), y que supusieron pérdidas de unos 218 millones de euros en la recaudación solo en España; los pagos a filiales irlandesas dedicadas a actividades financieras y al comercio electrónico (que tributan entre el 0% y el 12,5%); y los pagos a una filial suiza encargada de las compras al por mayor de piezas de ropa producidas en Bangladesh, Turquía o Marruecos, para luego venderlas a otras empresas del grupo empresarial (con un impuesto sobre los beneficios del 7,8%). No es extraño que Inditex sea uno de los grupos empresariales con mayores márgenes de beneficio neto del sector, con 2.900 millones de euros en 2015, y que estas filiales concentren enormes cantidades de ese beneficio. Sin ir más lejos, según el mismo informe, la filial holandesa obtuvo un beneficio neto de 1.700 millones de euros en 2014 con tan solo 203 trabajadores.

La respuesta de Inditex al informe de Los Verdes europeos

Cuando se publicó este informe, Inditex se apresuró en sacar un comunicado el mismo día desmintiendo tales acusaciones. Afirmaban que el grupo empresarial no incumplía la normativa fiscal de ninguno de los 93 países en los que está presente, lo cual no había sido puesto en duda por Los Verdes, que solo alertaban de estrategias para la elusión fiscal (y no evasión). También, en este mismo comunicado del grupo empresarial, se desmentía que España hubiese dejado de percibir 218 millones de euros entre 2011 y 2014 por unos supuestos pagos en concepto de derechos de propiedad industrial a una filial holandesa (ITX Merken), afirmando que sus empresas españolas no pagan por los derechos de propiedad. Respondiendo a este punto, Los Verdes reconocieron que no había información publicada sobre esas transacciones concretas, pero sí de los ingresos totales de ITX Merken (3.700 millones de euros entre 2011 y 2014) y sobre los pagos realizados por filiales italianas. Lo que hicieron Los Verdes fue estimar la parte de los ingresos de ITX Merken correspondientes a las empresas españolas, teniendo en cuenta su peso dentro del grupo empresarial, y calcularon el ahorro en impuestos para cada país. Para clarificar este punto Los Verdes pidieron en 2017 a Inditex que publicara los datos referentes al origen de los pagos en royalties a ITX Merken. Pese a presentarse como una empresa plenamente transparente, a día de hoy Inditex no ha hecho pública esta información.

Otro punto que trataba de desmentir el comunicado de Inditex es el referente a la elusión de impuestos asociada a la compra -por parte de ITX Merken- de derechos de marca por una cantidad de 1.470 millones de euros a empresas españolas del grupo. Inditex afirma que esa compra generó ingresos fiscales al Estado español, aunque eso no fue lo que criticaban Los Verdes. Lo que estos criticaban es que en los Países Bajos los derechos de marca están sujetos a beneficios fiscales, lo cual reporta al grupo empresarial un ahorro de 84 millones de euros en impuestos. Así, punto por punto, aunque sin desmentir con evidencia lo que señalaban Los Verdes, lo que hace Inditex es generar un clima de confusión para oscurecer la realidad de sus agresivas prácticas fiscales, que si bien no se han demostrado ilegales, sí constituyen un entramado que les reporta enormes beneficios.

¿Es loable el comportamiento del dueño de Zara? ¿Quién está haciendo demagogia, los críticos del mecenazgo del Sr. Amancio Ortega o el diario 'El País'?

A simple vista, como hace El País en su editorial Filantropía del 25 de mayo, parecería normal que fuera muy noble que el propietario de tal empresa diera 300 millones de euros a la sanidad española. Pero El País va más allá del elogio. Incluye el insulto a los críticos, llamándolos, como era predecible, "demagogos". En su editorial, define como demagogos a las personas que desaprueban estos actos de supuesto comportamiento cívico y generosidad del mundo empresarial, tales como Isa Serra, Diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid, y el Secretario General de esta formación política, Pablo Iglesias ("demagogo" es un término ampliamente utilizado por los establishments político-mediáticos del país para intentar desacreditar a aquellas voces que cuestionan la "sabiduría convencional" promovida por ellos).

Lo que El País no dice es que este acto es parte de una estrategia de promoción y lavado de imagen de su empresa para potenciar su imagen de responsabilidad civil. El gran descrédito de las instituciones políticas en España (claramente reflejada en el altamente popular eslogan del 15M "no nos representan") se basa precisamente en esta percepción, ampliamente sostenida por la mayoría de la ciudadanía, de que la clase política no representa tanto a la ciudadanía, sino a los poderes fácticos, instituciones financieras y económicas que ejercen una enorme presión sobre la clase política. Este entramado entre el poder económico y el poder político juega un papel clave en la configuración de las políticas públicas, tal como varios autores hemos mostrado en muchas publicaciones (véase, como ejemplo, Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, de Juan Torres, Alberto Garzón y yo mismo).

Otros países, donde este entramado no existe, o es mucho más débil, no existe apenas mecenazgo. Y es precisamente donde este maridaje es más intenso, como en EEUU, donde el mecenazgo está más extendido. El mecenazgo es un indicador, precisamente, de la fortaleza de la clase empresarial, y constituye el componente principal de marketing y relaciones públicas del mundo empresarial.

Una última observación: la escasísima diversidad ideológica del establishment mediático del país

La conocida falta de diversidad ideológica en los medios de comunicación españoles es consecuencia, precisamente, de este enorme poder. Un ejemplo es el debate que tuvo lugar en La Sexta Noche sobre el caso del mecenazgo del Sr. Ortega. Todos los participantes en el debate criticaron a los supuestos "demagogos". Ni uno, repito, ni uno, criticó a Amancio Ortega.

Y ello no es excepcional. Como ya indiqué hace bastantes años (véase mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en este país. Anagrama, 2002), la transición de la dictadura a la democracia en España distó mucho de ser modélica. Se hizo en términos muy favorables a las fuerzas conservadoras que controlaban los aparatos del Estado y la mayoría de medios de comunicación, manteniendo las coordenadas del poder financiero y económico del país salvaguardando su enorme influencia sobre las instituciones del Estado español, con gran dominio de la corporate class, y sus políticas públicas, causa principal de que, más de cuarenta años después de que se estableciera la democracia en España, todavía este país sea de los que tiene uno de los gastos públicos sanitarios (así como el gasto público educativo, el gasto público en servicios sociales, el gasto público en escuelas de infancia, el gasto público en servicios de atención domiciliaria, el gasto público en vivienda social, el gasto público en pensiones, el gasto público en ayudas públicas, y un largo etcétera) más bajos de la UE-15. Esta es la realidad ocultada en los medios.

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La urgente necesidad de un gobierno de coalición de izquierdas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/06/05/la-urgente-necesidad-de-un-gobierno-de-coalicion-de-izquierdas/ Wed, 05 Jun 2019 05:43:14 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4848 Continuar leyendo "La urgente necesidad de un gobierno de coalición de izquierdas"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante'

La respuesta a la pregunta "¿Por qué es necesario un gobierno de coalición de izquierdas en el país?" es fácil de ver, pues no es difícil entender qué es lo que los gobiernos españoles han estado haciendo mal durante estos últimos diez años. Las políticas económicas y sociales impuestas (y digo impuestas pues no estaban en los programas electorales de los partidos gobernantes) por el gobierno Zapatero (durante la segunda parte de su mandato, entre 2008 y 2011) y por el gobierno Rajoy (2011-2018) provocaron una crisis social de enormes dimensiones (que se refleja, entre otros indicadores, en que la mayoría de jóvenes en España no vivirán mejor que sus padres) que, en contra de lo que se anuncia por parte del establishment político-mediático del país, no se está resolviendo. En realidad, la temporalidad en los contratos ha continuado aumentando, siendo ya el doble en 2017 de la existente en el resto de la UE-15, el grupo de países con mayor desarrollo económico de la Unión Europea.

Causas del deterioro de la situación económica y social durante la Gran Recesión

Para entender las causas de este gran deterioro hay que saber que lo que ocurre en el mercado de trabajo en un país (incluyendo la distribución de las rentas derivadas del trabajo) es de una enorme importancia para entender qué está pasando en la economía. En realidad, las políticas públicas aplicadas por aquellos gobiernos (reformas laborales regresivas y recortes de gasto y empleo público como consecuencia de las políticas de austeridad) causaron un gran descenso de la masa salarial (es decir, de la cantidad de dinero que la gente recibe a través de los salarios, lo cual depende del nivel de los salarios y del número de personas asalariadas). Este descenso, a su vez, provocó un gran retroceso de la demanda doméstica, lo que creó dos problemas económicos graves. Uno fue el gran descenso del crecimiento económico, pues la demanda doméstica es uno de sus mayores determinantes. Y el otro problema fue el gran endeudamiento de las familias y del sector público, con el consiguiente incremento del capital financiero (y del sector bancario dentro de él) que, a fin de aumentar su rentabilidad, hizo crecer de forma exponencial sus inversiones de carácter especulativo, creando las burbujas cuya explosión originó la crisis financiera, algo que fue también facilitado por la desregulación de tal actividad financiera. Y esta situación no ha variado. De hecho, el Banco de España acaba de alertar de un nuevo crecimiento del crédito al consumo, que puede considerarse un efecto de la caída de la capacidad adquisitiva de la población. Este y otros muchos datos cuestionan la tan promovida supuesta recuperación.

El continuo deterioro del Estado del Bienestar en España

Por otra parte, las políticas de austeridad del gasto público social en los servicios del Estado del bienestar, tales como sanidad, educación, vivienda, servicios sociales, escuelas de infancia y servicios de atención a la dependencia, entre otros, así como en las transferencias públicas como las pensiones (cuya capacidad adquisitiva ha disminuido) han contribuido (junto con el crecimiento de las rentas del capital a costa del descenso de las rentas del trabajo) a un aumento muy notable de las desigualdades sociales, alcanzándose una polarización social de las más acentuadas de la Unión Europea, lo que perjudica enormemente la cohesión social, incrementando las tensiones sociales en todas sus dimensiones (incluyendo las territoriales). Un indicador de estas desigualdades es que la diferencia en el nivel de ingresos salariales entre el decil superior –el 10% más rico- del país y la mayoría de la población asalariada (más del 50% de asalariados) ha aumentado entre 2008 y 2017.

El descrédito de tales políticas neoliberales

Hoy comienza a existir una percepción generalizada, incluso en sectores del establishment político-mediático de los países a los dos lados del Atlántico Norte, de que no solo tales políticas eran innecesarias, sino que fueron fuertemente perjudiciales para la calidad de vida de las clases populares, así como para el desarrollo económico del país. Se está reconociendo con ello que gran parte de esas políticas fueron dañinas para el bienestar de la mayoría de la población, así como para el buen hacer de la economía. Hay muchos ejemplos de este reconocimiento: por ponerles nombre, el señor Jean-Claude Juncker (presidente de la Comisión Europea) ha hecho una autocrítica de las políticas de austeridad que él mismo promocionó y que, por ejemplo, en Grecia, han tenido consecuencias devastadoras para el bienestar de las clases populares; la señora Laurence Boone (economista jefe de la OCDE) ha señalado que la bajada de los salarios contribuyó al deterioro económico de España y que el incremento del salario mínimo a 900 euros, en lugar de destruir empleo, ha contribuido a "un crecimiento más inclusivo"; y la señora Christine Lagarde (directora del Fondo Monetario Internacional, el Vaticano del pensamiento neoliberal) ha indicado que la bajada de los salarios está retrasando la necesaria recuperación económica. En resumidas cuentas, el desastre de tales políticas está siendo reconocido incluso por personalidades importantes del establishment neoliberal. Este reconocimiento, sin embargo, no ha llegado todavía al establishment político-mediático español.

Es urgente y necesario revertir estas políticas neoliberales en España

Hay una gran necesidad de revertir estas políticas neoliberales, aumentando la capacidad adquisitiva de los salarios (y de las pensiones), así como el número de asalariados, corrigiendo a su vez las desigualdades de género mediante la incorporación de la mujer al mercado de trabajo en igualdad efectiva de condiciones con el hombre. Con este objetivo es esencial promover aquellos servicios que faciliten dicha integración y la corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidados, estableciendo como derechos universales el acceso a los servicios de cuidado, incluyendo las escuelas de infancia, servicios domiciliarios y otros servicios de atención a la dependencia, entre otros.

Ello requiere aumentar el gasto público social a fin de alcanzar los niveles de gasto y de empleo que tienen otros países de semejante nivel de desarrollo económico al nuestro. El gasto social en España es mucho menor de lo que le correspondería por su nivel de desarrollo económico (ya antes de la crisis España se gastaba 60.000 millones de euros menos de lo que le hubiera correspondido por  su nivel de desarrollo) y tiene un enorme déficit de personas empleadas en los servicios públicos del Estado del bienestar (solo uno de cada 10 adultos trabaja en tales servicios, mientras que en Suecia es de 1 de cada 5). Si la tasa española de personas empleadas en sanidad, educación, servicios sociales y otros fuera la que existe en Suecia, se crearían suficientes puestos de trabajo para eliminar prácticamente el desempleo en este país.

Los necesarios cambios de la estructura económica

Es también urgente hacer los cambios estructurales en la economía, favoreciendo la reconversión del sistema energético español, lo que podría crear 600.000 empleos netos solo en energías renovables y tecnologías verdes, y permitiría a España alcanzar un nivel de desarrollo energético comparable al de otros países de semejante nivel de desarrollo económico. Se requeriría también una apuesta por el sector del automóvil eléctrico y un impulso de la red ferroviaria, con una red poliédrica y policéntrica en vez de radial como existe actualmente en el sistema de transporte español, centrado en la capital del Reino. Existe, insisto, una necesidad urgente de cambiar el sistema radial hacia uno poliédrico y policéntrico que permita y facilite el desarrollo de las periferias. Por otro lado, se deberían anular también las concesiones públicas de las autopistas a agentes privados.

Otras medidas deberían incluir la rehabilitación de al menos 500.000 viviendas al año para mejorar su eficiencia energética, lo que reduciría la factura de la luz e impulsaría el sector de la construcción, decaído hoy en España. Y, muy importante, y a fin de resolver los grandes problemas de acceso al crédito, se requiere el establecimiento de una institución bancaria pública para facilitar los cambios aquí recomendados, así como para resolver la escasez de crédito que afecta a grandes sectores de la sociedad y al mundo de la pequeña empresa.

La urgente necesidad de aprobar un programa profundamente reformista y factible, y de establecer un gobierno de izquierdas de coalición

Estas y otras muchas medidas son urgentes y necesarias. Ahora bien, una condición necesaria para realizar estos cambios es un compromiso por parte del gobierno español para desarrollar una ambiciosa agenda de transformación de las políticas públicas en los próximos 4 años. Ni que decir tiene que el desarrollo de tal programa requeriría varias legislaturas. Pero es urgente que se inicie ya en estos próximos cuatro años. No se puede hacer una transformación así con medidas coyunturales mediante diferentes pactos con las distintas fuerzas políticas del amplio espectro político español. De ahí la necesidad de establecer esta alianza estable (que ya se inició con la negociación de los presupuestos de 2019, que fueron enormemente populares, lo que explica el gran crecimiento de la popularidad del PSOE, que ha revertido, como consecuencia, su anterior declive electoral).

Este cambio no habría ocurrido sin la ayuda de Unidas Podemos (UP), que fue determinante en la formulación de las propuestas que, aunque necesarias, son todavía insuficientes. Esta alianza debería convertirse en un gobierno de coalición que garantizara la estabilidad entre dos fuerzas políticas (el PSOE y Unidas Podemos) que comparten el compromiso de establecer estas reformas que serían imposibles mediante alianzas con partidos como Ciudadanos, que defiende unas políticas que han sido responsables de la creación de la crisis. Una condición para establecer dicho gobierno es la aprobación de un programa de acción. Sin ello, la incorporación del espacio de Unidas Podemos a él sería un mero intento de coaptación.

La respuesta hostil del establishment financiero y económico y del político-mediático al que influyen

No veo ninguna alternativa a esta alianza del PSOE con Unidas Podemos. Y según el CIS, la mayoría de ciudadanos son conscientes de ello y prefieren que esta alianza que se propone se lleve a cabo, pues ven la presencia de Unidas Podemos en el gobierno como garantía de que dichas reformas se llevarán a cabo. Es comprensible y predecible, pues, que los establishment financieros y económicos estén en contra de esta alianza.

Pero no es comprensible que a esta hostilidad de las derechas se unan algunas voces de izquierdas que intentan desacreditar a la dirección de UP precisamente en el momento de explorar esta posible alianza. Puede que haya habido errores de enfoque, y que algunas observaciones de dirigentes de Podemos hayan sido interpretadas erróneamente como un deseo de tener sillas en el Consejo de Ministros. De ahí que sea también fundamental que se establezca un programa de reformas profundas y factibles (todas ellas se realizan exitosamente ya en otros países de semejante nivel de desarrollo económico al español) como una condición para la conformación de un gobierno de coalición, pues tal coalición es la única garantía de que se desarrollen y lleven a cabo.

Hay que darse cuenta de que la historia de los gobiernos en España ha sido la historia de las promesas incumplidas. Y ya vimos los incumplimientos del gobierno Sánchez en relación con los pactos con UP, incumplimientos que fueron más allá de la aprobación de los presupuestos y que incluyeron también la ausencia de regulación de los precios del alquiler, la no revalorización de las pensiones con el IPC o la no retirada de las medallas a Billy el niño, entre muchos otros. Por cierto, que también ha habido incumplimientos en Portugal, donde el Partido Socialista gobernante se ha saltado a la torera muchos elementos del pacto con las otras fuerzas de izquierdas.

El daño causado por el sectarismo de izquierdas

Ni que decir tiene que es importante y necesario que haya un debate sobre cada uno de los puntos de esta propuesta. Es lógico y necesario que se debata si, una vez conseguido el acuerdo de programa (en caso de que se llegase a ello), es bueno entrar o no en el gobierno.

Ahora bien, sí que creo que es un gran error que precisamente en este momento, en el que se iniciará una negociación, se esté cuestionando la autoridad del secretario general, Pablo Iglesias, pues ello debilita la postura de Unidas Podemos en esta negociación. La tendencia a personificar la política y a asociar todos los fracasos o todos los éxitos con una persona es profundamente errónea y perjudicial, además de injusta y ofensiva hacia todos los votantes, simpatizantes y militantes de UP, pues olvida el enorme esfuerzo realizado por miles y miles de personas –militantes/simpatizantes– que condujo a tener 3,7 millones de votantes que desean que se haga lo que ahora estas voces quieren dificultar. El resultado decepcionante del 26 de mayo no niega lo conseguido el 28 de abril, y esto es lo que no quieren admitir las derechas y algunas voces de izquierdas que están intentando desacreditar el único proyecto de cambio que hoy existe en el país. Doy la bienvenida al debate, pero en el momento que sea mejor para todos y con un tono distinto a la agresividad que caracteriza a los medios hacia la coalición Unidas Podemos. Se hace un enorme daño a las clases populares de este país cuando uno de los pocos instrumentos que las defienden sufre intentos de ser destruido por parte de las derechas con la ayuda de algunas izquierdas. Así de claro.

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Gobierno de coalición
Las consecuencias de la escasa representatividad del sistema electoral estatal y municipal https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/05/30/las-consecuencias-de-la-escasa-representatividad-del-sistema-electoral-estatal-y-municipal/ Thu, 30 May 2019 05:55:43 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4842 Continuar leyendo "Las consecuencias de la escasa representatividad del sistema electoral estatal y municipal"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Uno de los mayores déficits democráticos del sistema español de democracia representativa (incluyendo el catalán) es, además de la escasa proporcionalidad del sistema electoral (que determina que el porcentaje de representantes de cada partido político en las cámaras legislativas no corresponda necesariamente con el porcentaje de votos que ha recibido), su sesgo a favor del bipartidismo, facilitando la alternancia entre los dos partidos mayoritarios como base del sistema. Esta realidad explica que el partido ganador sea casi siempre un partido que no goza del apoyo de la mayoría de la población votante, que no comparte necesariamente los valores y las políticas públicas del partido gobernante.

Esta situación crea frecuentemente un rechazo hacia los representantes gubernamentales por parte de los representados. La enorme crisis de confianza y legitimidad de las instituciones políticas se debe, en parte, a este hecho. Un ejemplo claro ha sido en Catalunya, donde la Generalitat está siendo gobernada por una coalición de dos partidos independentistas (uno de derechas, el PDeCAT, y otro de centroizquierda, ERC) que, aun cuando en teoría representan a la totalidad de la población catalana, en realidad solo fueron votados por una minoría (considerable, pero minoría). La mayoría de catalanes no votaron a favor de la independencia. A pesar de ello, el conflicto entre el gobierno de la Generalitat de Catalunya por un lado, y el gobierno (y el Estado) español por el otro (ambos, el catalán y el español, fueron elegidos por minorías), se presenta nada menos que como un conflicto entre Catalunya y España, cuando la mayoría de catalanes y españoles no les habían votado ni a unos ni a otros.

La candidata a la reelección por Barcelona en Comú, Ada Colau (i) y el candidato por ERC, Ernest Maragall, en un debate electoral organizado por la PAH. EFE/ Andreu Dalmau
La candidata a la reelección por Barcelona en Comú, Ada Colau (i) y el candidato por ERC, Ernest Maragall, en un debate electoral organizado por la PAH. EFE/ Andreu Dalmau

Una situación semejante se perfila ahora tras las elecciones municipales, como se observa en la situación creada en las elecciones a la alcaldía de Barcelona, donde un partido independentista, ERC, acaba de "ganar" las elecciones municipales con solo 4.833 votos más que el segundo partido más votado, Barcelona En Comú, con la intención de convertir Barcelona en la capital de la supuesta e inexistente República Catalana, y ello a pesar de representar solo un 21% de los votos válidos (es decir, con el 79%, la enorme mayoría de los votos, en contra). En realidad, la suma de todos los partidos a favor de la independencia (ERC, JxCat, CUP y Barcelona és Capital) es una cifra (297.512 votos) mucho menor que la suma de los votos a partidos no independentistas (453.858 votos), dato que es ignorado con gran frecuencia por los independentistas, que constantemente se presentan como representantes de toda Catalunya (y de Barcelona), cuando en realidad lo son de una minoría. Tal minoría, repito, quiere convertir ahora a Barcelona en la capital de su inexistente República, en contra de los deseos de la mayoría.

Por qué los medios enfatizan el conflicto entre secesionistas y unionistas

Esta interpretación errónea de los resultados electorales ha dominado la cultura del establishment mediático español (incluyendo el catalán) de tal manera que casi la totalidad del debate político presentado por los grandes medios ha sido sobre aquel supuesto "conflicto entre España y Catalunya", debate que ha alcanzado unos niveles de tensión que configura la vida política del país, dividiendo, en teoría, a toda la población entre secesionistas, por un lado, y unionistas, por el otro.

Esta polarización oculta, ignora o esconde otro debate que en mi opinión es mucho más urgente y necesario, que es el que se centra en el conflicto derechas versus izquierdas. En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, la suma de los votos a partidos de izquierda (ERC, Barcelona en Comú, PSC, CUP y otros partidos minoritarios) es mucho mayor (495.858 votos), casi el doble, que los votos a las derechas (C’s, JxCat, PP y otros partidos minoritarios), 255.512. La mayoría de la población barcelonesa que vive y está en Barcelona es de izquierdas (y también no independentista). Sería, por lo tanto, lógico que las discusiones y debates para formar el gobierno municipal se centraran en negociaciones entre los partidos de izquierdas. Y esto no está ocurriendo. El debate forzado por los medios es "secesionistas versus unionistas". Esta prominencia del tema nacional se está haciendo a costa del tema social, algo más que preocupante, pues la enorme crisis social que vivimos ha sido provocada por unas políticas públicas neoliberales (reformas laborales regresivas y políticas de austeridad) impuestas (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales) por las gobernantes derechas nacionalistas españolistas en España y nacionalistas catalanistas en Catalunya que han causado una situación sin precedentes en España: una gran parte de la juventud a los dos lados del Ebro no vivirá mejor que sus padres, dato ocultado bajo la movilización de banderas (la borbónica y la estelada). Mientras, toda evidencia muestra que la gran mayoría de la población en España, incluyendo Catalunya y Barcelona, da mucha más importancia a las "cosas de comer", tales como los temas sociales y económicos, que al tema nacional, precisamente lo opuesto a lo que los establishment político-mediáticos en España y en Catalunya consideran más relevante. No es sorprendente, PUES, el enorme desapego político que la población tiene hacia las instituciones representativas democráticas.

¿Quién sufre más las consecuencias de esta situación?

Si analizamos quién vota a quién, podemos ver, en primer lugar, que en todos los distritos de Barcelona los votos a partidos no independentistas superan a los votos a partidos independentistas. Ahora bien, en aquellos distritos de renta superior a la media de la ciudad es donde los independentistas obtienen más votos, mientras que en los distritos de renta inferior a la media es donde los independentistas obtienen menos votos (a excepción de Sants-Montjuïc y Ciutat Vella). Estos últimos son también los que votan más a los partidos de izquierda (entre los cuales Barcelona en Comú es el más votado, con la excepción de Nou Barris). Se olvida constantemente que España (incluyendo Catalunya) tiene clases sociales, realidad ignorada en el discurso dominante, que asume que la mayoría de la población es clase media (con los ricos por encima y con pobres por debajo de estas clases medias). Y la mayoría de la población (con un nivel de renta por debajo de la media) es de clase trabajadora y clases medias de renta baja, unas clases populares que no son secesionistas. Así, en el eje "unionistas-secesionistas" son más de los primeros que de los segundos, mientras que en el eje "izquierda-derecha" son más de izquierdas que de derechas. El gobierno municipal independentista antagonizará así a tales clases, pues con tal gobierno ERC intentará continuar su alianza con la derecha neoliberal independentista, responsable de la aplicación de aquellas políticas neoliberales que han dañado a las clases populares catalanas. Así pues, como resultado de un sistema no representativo, Catalunya está gobernada por una minoría que no es representativa de la mayoría de la población catalana, y Barcelona podría ahora estar gobernada por una minoría de la población barcelonesa que tampoco la representa. Esta es la realidad que determina el creciente rechazo de la población hacia los establishments político-mediáticos, los cuales están creando tensiones sobre el tema nacional a fin de ocultar la enorme crisis social que el país está viviendo. El mejor aliado de las fuerzas secesionistas es, precisamente, el Estado represivo, que con su actitud está facilitando y estimulando el enfrentamiento, dando impulso a la expansión de la población que vota a los partidos reprimidos, algo de lo que el Estado es consciente. Lo que podría ocurrir en Barcelona es lo que ha ocurrido en Catalunya, y mientras tanto la crisis social continúa acentuándose, ocultada por el enfrentamiento entre los nacionalismos opuestos.

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Barcelona
Por qué es tan importante que haya alcaldesas como Ada Colau en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/05/16/por-que-es-tan-importante-que-haya-alcaldesas-como-ada-colau-en-espana/ Thu, 16 May 2019 12:49:55 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4833 Continuar leyendo "Por qué es tan importante que haya alcaldesas como Ada Colau en España"]]> La enorme crisis social que España está sufriendo (y que ha tenido especial impacto en Catalunya) aparece con toda intensidad en las mayores ciudades del país, donde las autoridades locales tienen, en muchas ocasiones, escasos instrumentos a su alcance para poder resolver los efectos que se derivan de ella. De ahí que, para evaluar el potencial que cada partido político tiene para poder hacerlo, sea esencial que se conozcan sus propuestas, no solo a nivel municipal, sino también a nivel autonómico y a nivel estatal, pues estos niveles de gobierno pueden contribuir o dificultar en gran medida tal labor. Es importante, por lo tanto, ver qué es lo que los partidos han estado haciendo y/o proponiendo en áreas económicas y sociales que afectan directamente la calidad de vida y el bienestar de las poblaciones urbanas.

Y para hacer tal análisis nos encontramos con un gran problema, pues la gran prioridad y la gran cobertura mediática que se dio al tema nacional (también mal llamado tema territorial) el 28 de abril hizo que apenas se hablara de las políticas públicas causantes de la enorme crisis social que ha afectado a la sociedad española, incluso a sus ciudades. En realidad, tal crisis ni siquiera apareció en los medios.

¿Cuáles son los partidos más responsables de la crisis urbana?

La incuestionable y contundente evidencia es que el mayor causante de la gran crisis social que sufre la mayoría de la gente en España, y que aparece en toda intensidad en las principales ciudades españolas, es la imposición de las políticas neoliberales, es decir, de las reformas laborales que han deteriorado de una manera muy marcada el mercado de trabajo (con un gran aumento de la precariedad y una bajada de los salarios) y de las políticas de austeridad de gasto público social, con enormes recortes de los servicios del Estado del Bienestar así como sus transferencias públicas, como las pensiones.

Estas han sido las políticas promovidas primordialmente por las derechas a los dos lados del Ebro. A nivel del Estado español, PP, C’s y Vox son los mayores promotores del neoliberalismo, siendo Vox la formación más extrema en su neoliberalismo (quiere privatizar, por ejemplo, las pensiones, como Pinochet hizo en Chile, así como las escuelas públicas, favoreciendo la polarización del sistema escolar). El PP es la derecha de siempre, la cual ha ido cambiando su orientación económica y social, pasando del eje democratacristiano (que se autodefine de centro) al neoliberalismo puro, viraje iniciado por José María Aznar, entrando en clara competición con Ciudadanos (el partido promovido por el Ibex-35 para parar a Podemos), que defiende una visión bastante semejante aunque menos radical que la sostenida por Vox. Su máximo exponente es el Sr. Luis Garicano, cuyo último libro El contraataque liberal es la versión más ortodoxa de lo que se conoce como neoliberalismo reaganiano (inspirado en el presidente estadounidense Reagan). Sus propuestas (reformas laborales regresivas y recortes de gasto público social para reducir el déficit público) están ya bastante desacreditadas como consecuencia de su bien demostrado impacto negativo en el bienestar de la población (incluso voces dentro del Fondo Monetario Internacional –el Vaticano del neoliberalismo– han indicado que tales medidas características del neoliberalismo no solo han sido innecesarias, sino que han sido perjudiciales para la calidad de vida de la población). Las reformas laborales neoliberales de 2010 y 2012, por ejemplo, que empoderaron al mundo empresarial a costa del mundo laboral, han reducido enormemente la masa salarial, el mayor motor de la demanda doméstica en una economía. Al mismo tiempo, los recortes de gasto público han perjudicado, todavía más, la recuperación económica, realidades sobre las que se ha escrito extensamente y que, por lo visto, el Sr. Garicano desconoce u oculta. En Catalunya, el candidato del mismo partido (Ciudadanos) a la alcaldía de Barcelona, el Sr. Manuel Valls, pasó a ser uno de los políticos menos populares de Francia como consecuencia precisamente de las políticas neoliberales que impuso a la población francesa cuando dirigió el gobierno de aquel país. Creer que Ciudadanos puede ser solvente, como partido, para resolver los problemas de las ciudades es ignorar el impacto de sus políticas, generadoras del mayor sufrimiento y de la mayor polarización social y mayor desigualdad hoy existentes en la UE-15. Un tanto parecido podríamos decir del PP, que es, en realidad, el mayor responsable de la crisis municipal, pues es el único partido de las tres derechas que ha gobernado en España, la última vez entre 2011 y 2018.

El neoliberalismo ocultado por las derechas catalanas

Pero algo semejante ha estado ocurriendo en Catalunya, gobernada por una coalición independentista dirigida por un partido de derechas catalán de idéntica sensibilidad neoliberal que Ciudadanos, el cual ha impuesto políticas públicas semejantes con igual (o incluso mayor) contundencia que las derechas españolas. Tal formación política, Junts per Catalunya (JxCat) es, en realidad, la misma Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) fundada por Jordi Pujol, que en su día llegó incluso a definirse como socialdemócrata "a la sueca", para ir girando y convertirse, bajo la dirección de Artur Mas, en un partido claramente neoliberal, perteneciente al grupo parlamentario liberal europeo (hasta que fue expulsado de dicho partido por corrupción) al cual pertenece también Ciudadanos. El Sr. Rivera, la Sra. Arrimadas, el Sr. Puigdemont y el Sr. Torra, por paradójico que pueda parecer (pues parecen odiarse a nivel de las banderas), pertenecen todos ellos a la misma tradición política neoliberal. En España y en Europa, sus partidos promueven las mismas, repito, las mismas políticas neoliberales. Y en Catalunya el gobierno del Sr. Mas impuso los recortes de gasto social más acentuados que se hayan hecho en España, aprobando o facilitando (con su abstención) las dos reformas laborales aprobadas, una por el gobierno Zapatero y la otra por el PP.

Su principal figura económica en este momento es Elsa Artadi, gran admiradora del Sr. Sala i Martí (ha traducido varios de sus libros), que es, con mucho, el economista más ultraneoliberal que existe en España, gran admirador del presidente Reagan, el presidente de EEUU que recortó más el gasto social de EEUU y bajó con mayor intensidad los impuestos de las rentas más altas del país (aumentando, a la vez, los de todas las demás). Hoy, tales políticas neoliberales –las reformas laborales regresivas y los recortes de gasto público social– están siendo aplicadas por todavía más abusivo presidente Trump, que está desmontando la escasa protección social que existe en aquel país.

En Catalunya, la Generalitat, bajo el gobierno independentista, ha sido también uno de los mayores obstáculos para resolver el problema de la vivienda y el de la masificación turística. Y las pruebas de ello son contundentes. La famosa frase del vicepresidente Junqueras según la cual eran responsables del presupuesto más social de la historia se basa en una metodología incorrecta para calcular el gasto público social. En realidad, el gasto público social apenas se ha recuperado de los enormes recortes que tuvieron lugar durante el gobierno Mas.

Las propuestas de las izquierdas: el PSOE

A nivel del Estado, el PSOE tuvo (en su primera etapa de gobierno con Felipe González) una clara sensibilidad socialdemócrata, siendo el mayor motor en el desarrollo del todavía poco financiado Estado del Bienestar. De ahí su gran popularidad. Pero el cambio sufrido por el PSOE en la última etapa del gobierno Zapatero, cuando se convirtió en la versión española de la Tercera Vía, haciendo suyas (como hicieron Blair en Reino Unido y Schröder en Alemania) sus propuestas, provocó una modificación sustancial de sus políticas, proponiendo la primera reforma laboral, los primeros recortes y aprobando (con el apoyo del PP) la modificación del artículo 135 de la Constitución que obliga al Estado a dar máxima prioridad al pago de la deuda (que quieren decir pagar a los bancos la deuda pública), principio "sagrado" del neoliberalismo.

Como era previsible, la popularidad del PSOE cayó en picado a lo largo del territorio español, incluyendo en Catalunya. Fue precisamente dentro del PSC donde surgieron voces críticas hacia la orientación neoliberal de Zapatero. La otra izquierda era IU, que jugó un papel clave en defensa de los intereses de la clase trabajadora, pero bajo un sistema electoral que le era hostil, quedando marginada en la vida política del país.

ERC, que había formado parte del tripartito, el único gobierno progresista que haya tenido Catalunya durante el actual período democrático, cambió de orientación bajo una nueva dirección, y en materia económica se fue escorando hacia políticas de claro corte también neoliberal. Antepuso por delante de todo, y bajo la dirección de Junqueras, alcanzar la independencia "vía exprés". En las Cortes Españolas apoyó la mayor parte de las propuestas progresistas, pero la gran sorpresa (al menos para mí) fue que los documentos que prepararon para la futura República Catalana estaban llenos de propuestas neoliberales, y en el ayuntamiento de Barcelona no apoyaron la mayoría de propuestas progresistas hechas por Ada Colau. El Sr. Alfred Bosch, representante de ERC, dio muy poco apoyo a Ada Colau, pues siempre antepuso el objetivo partidista (la independencia exprés), convirtiéndose en el mayor aliado de las derechas independentistas catalanas (CDC, transformado ahora en JxCat), aprobando presupuestos y medidas claramente reaganianas a nivel catalán. El escándalo que originó la alianza PSOE-PP para aprobar la reforma constitucional del artículo 135 se dio también con la continua alianza CDC-ERC, un partido este último, ERC, al que recientemente se ha coaligado otro partido supuestamente de izquierdas y "soberanista" que en realidad es una alianza de los dos parlamentarios de Catalunya en Comú que dejaron tal partido, entre otras razones, por ser "demasiado de izquierdas", como así consta por escrito en algunos de sus documentos internos.

¿Cuál es la alternativa al neoliberalismo?

El neoliberalismo, que alcanzó su máxima expresión con el desarrollo de la Gran Recesión, creó un gran movimiento de protesta, el 15-M, que actuó como un tsunami en este país. Era una protesta enormemente popular en contra de la clase política (su "no nos representan" iba dirigido a ella), responsable de la imposición de las políticas neoliberales. En Catalunya alcanzó su máxima expresión cuando miembros del 15-M rodearon el Parlament de Catalunya el día que se tenía que aprobar el presupuesto de la austeridad (el presidente Mas había dicho que "la austeridad nos hacía fuertes"), lo cual hizo que el presidente tuviera que llegar al Parlament en helicóptero.

De este movimiento surgió Podemos en todo el territorio español, el cual, al aliarse con IU, constituyó Unidos Podemos, que en solo dos años se convirtió en la tercera fuerza política del país. Su versión en Catalunya surgió a raíz de las políticas neoliberales, llevadas a cabo por las derechas catalanas. Fue otro movimiento, enraizado también en el 15-M, En Comú, que en alianza con Podemos se convirtió en En Comú Podem. Su impacto fue enorme. Y la elección de Ada Colau, procedente del movimiento de protesta ciudadana, cambió notablemente la dirección de las políticas municipales en Barcelona, estancadas debido a la excesiva influencia de los lobbies financieros, económicos y corporativos. Su victoria frente a los poderes económicos y sociales, que han tenido históricamente excesiva influencia en la ciudad, fue una bocanada de aire fresco, aportando la valentía necesaria para plantar cara a tales intereses. Su administración ha sido la voz más contundente y crítica con el neoliberalismo imperante, habiendo sido la ciudad con mayor gasto social, habiendo aprobado una serie de medidas que no se consideraban posibles y a muchas de las cuales se opuso el gobierno neoliberal de la Generalitat. Un caso típico ha sido el voto de los partidos gobernantes de Catalunya en contra de la propuesta de Ada Colau a regular el precio del alquiler, una medida esencial para controlar su subida abusiva.

Una nota personal: por favor, no instrumentalicen y tergiversen la figura de Pasqual Maragall

Es una tergiversación presentar la candidatura de ERC como la continuadora de la labor de Pasqual Maragall. Conocí muy bien (desde los años cincuenta) a Pasqual, que me honró con una gran amistad. Y Pasqual, además de ser una persona claramente de izquierdas (lo cual se muestra, entre otros hechos, con el enorme cambio que experimentaron los barrios obreros de Barcelona bajo su mandato), fue y era el único socialista que lideró un intento de reforma del Estado español, la cual reconocía el carácter plurinacional del mismo, yendo hacia otro modelo de Estado y recuperando así la tradición de las izquierdas catalanas (y españolas) de defender la plurinacionalidad de España. Su figura fue determinante en el impulso del Estatut de Catalunya, que fue aprobado por una gran mayoría de la población votante. La oposición de las derechas españolas y la falta de valentía (y convicción) del PSOE diluyeron aquellas propuestas bajo el liderazgo del Tribunal Constitucional, controlado por las derechas. Este fue el origen del auge del independentismo, respuesta predecible y lógica, aunque yo no la comparta. Pero independientemente del mérito de tal respuesta, lo que sí que me parece obvio (y así lo muestran los datos) es que la vía seguida (la independencia exprés), que ha puesto como objetivo alcanzar la independencia por la vía rápida (saltándose la opinión y postura de la mayoría de la población catalana), por encima de todo lo demás, ha sido perjudicial para el país. Su responsabilidad en la creación de la crisis y la falta de atención que han prestado a su resolución, junto con la parálisis que ello ha conllevado, se extenderían ahora al gobierno de la ciudad de Barcelona (que ya ha sido afectado negativamente), trasladando a esta capital la parálisis que ha sufrido Catalunya. Es más, la postura tan negativa que ha tenido ERC hacia las izquierdas españolas (que ha incluido a Unidas Podemos) dificultarán todavía más la resolución de los problemas de los ciudadanos, pues es probable que estas izquierdas gobiernen en un futuro el Estado español.

Hoy En Comú Podem es la única fuerza que ha sido consistentemente antineoliberal en Catalunya, lo que aporta credibilidad a sus propuestas, pues ya ha mostrado con sus políticas su compromiso con el bienestar de las clases populares, exhibiendo gran valentía en su oposición hacia los poderes financieros. Y es la única fuerza que ha defendido la plurinacionalidad en España (junto con Unidas Podemos), con un compromiso republicano heredero de sus antepasados y del alcalde y más tarde presidente de Catalunya, Pasqual Maragall. Este, por cierto, dio una gran sorpresa cuando asistió a un acto de Podem Catalunya, celebrado en la Vall d’Hebron (en su polideportivo, inaugurado por Pasqual Maragall cuando lideró la organización de los Juegos Olímpicos), a raíz de la visita de Pablo Iglesias a la ciudad de Barcelona. El estadio estaba lleno a rebosar, que se puso en pie a aplaudir a Pasqual Maragall, al reconocerle entre el público, aplauso que El País, en un acto de manipulación extrema, presentó como abucheo al día siguiente. Conociendo a Pasqual, creo que la postura más próxima a la que él defendió en su día es la de defender la identidad nacional de Catalunya dentro de una España plurinacional, a la vez que denuncia la nueva versión del pujolismo actual que está llevando al país, con el "procés", a un futuro económico y social que será la continuación del presente Estado de Malestar con la parálisis que ha caracterizado al gobierno catalán en su respuesta a la gran crisis social. De ahí la urgencia y necesidad que ello no ocurra, apoyando y votando a alcaldesas como Ada Colau y su gente En Comú Podem que han mostrado ya su compromiso de resolver la gran crisis social, dando gran prioridad al desarrollo de políticas públicas con sensibilidad social, a la vez que luchan para conseguir la plurinacionalidad de España.

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Barcelona,España
Lo que no han dicho los medios: la derrota del neoliberalismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/05/13/lo-que-no-han-dicho-los-medios-la-derrota-del-neoliberalismo/ Mon, 13 May 2019 05:00:06 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4826 Continuar leyendo "Lo que no han dicho los medios: la derrota del neoliberalismo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

El debate en las elecciones legislativas del 28 de abril se centró primordialmente en el tema nacional (también conocido como el tema territorial) y no en la preocupante situación económica y social en la que vive el país, producto, en gran parte, de las políticas públicas de claro corte neoliberal impuestas a la ciudadanía (y digo impuestas pues no estaban incluidas en sus programas electorales) por los partidos gobernantes durante los últimos diez años. Como consecuencia de esta centralidad del tema nacional durante el período electoral, la mayoría de los medios de información han prestado ahora la mayor parte de su atención en analizar las implicaciones que tales resultados electorales puedan tener para la resolución de dicho conflicto, sin prestar mucha atención a otro gran tema como es el significado que estas elecciones puedan tener para las posibilidades de revertir aquellas políticas públicas responsables de la gran crisis social. El hecho de que los medios no prestaran atención a este tema es más que sorprendente, pues uno de los resultados electorales de mayor interés del 28 de abril fue el gran rechazo de la mayoría del electorado hacia las políticas económicas y sociales aplicadas en los últimos diez años, las cuales, repito, han sido responsables del gran deterioro de la situación social del país.

Existe abundante evidencia de que las reformas laborales del gobierno Zapatero en 2010, y del gobierno Rajoy en 2012, han creado una enorme precariedad y una bajada de salarios sin precedentes, lo cual ha dado lugar a algunas situaciones muy alarmantes, tales como el marcado deterioro del nivel de vida de las clases populares (que son la mayoría de la ciudadanía), siendo hoy más bajo que al inicio de la Gran Recesión en 2007 (solo a modo de ejemplo, la población en riesgo de pobreza en España pasó de un 23,3% en 2007 a un 26,6% en 2017, con un aumento de casi dos millones de personas en esta situación), o el hecho de que sectores muy amplios de la juventud no vivirán en España mejor que sus padres. Contribuyendo a este deterioro ha habido, además, grandes recortes del gasto público social (en temas tan importantes como la sanidad, la educación, la vivienda, los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios y muchos otros servicios), así como una reducción muy notable de las transferencias públicas (como las pensiones, que garantizan el bienestar de la población), políticas  que han sido también claramente rechazadas por el electorado español, sin que ello se comentara en los medios.

La falsedad de que las derechas y las izquierdas estuvieran igualadas

En realidad, tal rechazo ha quedado ignorado (cuando no ocultado) bajo la percepción, promovida por los mayores medios de información, de que España está dividida en dos grandes bloques (las derechas y las izquierdas) que supuestamente han tenido un número muy parecido de votos, argumentando que la victoria en escaños de las izquierdas se ha debido predominantemente a un sesgo de la ley electoral a su favor, que les ha beneficiado.

Es cierto que el sistema electoral está sesgado para facilitar el bipartidismo que ha caracterizado el periodo democrático hasta ahora. Y ello explica que el PSOE, en esta ocasión, haya tenido más parlamentarios de los que le corresponderían por el número de votos. Pero hay otro sesgo en la ley electoral, que es el que, desde el principio, ha discriminado a las clases populares urbanas, que son las que se oponen de forma más mayoritaria a las políticas neoliberales y las que votan en mayor medida a los partidos a la izquierda del PSOE. Este era el objetivo principal que se perseguía en el diseño de tal ley electoral (ver mi artículo "Cuestionando algunos de los análisis que se han hecho sobre las elecciones del 9 de marzo", El Viejo Topo, julio-agosto 2008). En la mayor parte de las elecciones legislativas la mayoría de votos han sido de izquierdas. Y las últimas del 28-A no fueron una excepción. Las izquierdas consiguieron algo más de 1,2 millones de votos más que las derechas.

De hecho, en un sistema estrictamente proporcional y sin "barreras" por circunscripción, las izquierdas (excepto el PSOE) habrían conseguido más escaños (ver mi último artículo "Lo que los medios de información no dijeron sobre las elecciones del 28-A", Público, 06.05.19). Sumando todos los votos a partidos que se oponen a tales políticas neoliberales, constituyeron una gran mayoría, y lo que también es muy notorio e importante es que las izquierdas (el PSOE) que habían gobernado antes aplicando políticas neoliberales (durante la etapa Zapatero), bajo el gobierno Sánchez han dejado de hacerlo, proponiendo un presupuesto (a instancias de Unidas Podemos) que significaba un cambio muy importante de este partido, y que fue la causa de que se revirtiera su descenso electoral. Los datos muestran que el resultado de las elecciones, con un triunfo de las izquierdas, significó un gran rechazo a las políticas neoliberales hasta ahora dominantes en las esferas del poder financiero, económico, político y mediático del país. Es más, las encuestas de opinión anteriores al periodo electoral señalaron que incluso entre un 30 y 40% de votantes tradicionales del PP y de C’s estaban en desacuerdo con las reformas laborales y las políticas de austeridad. De ahí que lo llamativo del 28-A fuera que no fuera noticia uno de los hechos más importantes de aquel día: ese rechazo del neoliberalismo por parte de la gran mayoría del electorado con la victoria de los partidos de izquierdas sobre los de derechas, resultado que en un sistema estrictamente proporcional hubiera dado mayor representatividad a los partidos, como Unidas Podemos y otras formaciones políticas, a la izquierda del PSOE (que en realidad es un partido de centroizquierda).

¿Por qué este silencio mediático?

La causa de este silencio es la misma causa de que se diera tanta visibilidad al tema nacional o territorial a costa del tema social. La gran crisis social de España se oculta detrás del debate nacional. No es casualidad que los partidos que han liderado los dos grandes bloques, el españolista y el independentista (PP y C’s por un lado, y CDC, hoy JxCat, por el otro), hayan sido los principales impulsores de las políticas neoliberales. El conflicto de banderas (la borbónica versus la estelada) ha ocultado una realidad de enorme importancia: la promoción de las mismas políticas económicas y sociales neoliberales, argumentando que eran las únicas posibles, cuando, en realidad, la evidencia científica mostraba que había otras políticas públicas que podían haberse utilizado y que habrían ahorrado tanto sufrimiento a las clases populares del país. Y lo que debería haber sido noticia también es que los dirigentes políticos (y economistas) que apoyaron tales políticas era conscientes del daño causado (lo que intentaron justificar, como acabo de indicar, con el argumento de que no había otras alternativas posibles). Sí que las había y no quisieron implementarlas, pues eran conscientes de que las políticas que hicieron tanto daño serían impopulares a nivel de calle, pero muy populares entre los establishments económicos y financieros a los que sirven. La enorme concentración de riqueza y el gran crecimiento de las desigualdades han sido una consecuencia directa de la aplicación de tales políticas. Y los dirigentes políticos y mediáticos eran plenamente conscientes de ello. Los datos así lo confirman (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015). De ahí que utilizaran el nacionalismo de ambos lados para conseguir la transversalidad y los apoyos de grupos (incluyendo de las clases populares) que, al votarles, estaban yendo claramente en contra de sus propios intereses. Como ya indiqué en un artículo previo, hay una correlación estadística positiva en España entre el supuesto "patriotismo" de los candidatos y su ultraneoliberalismo. El ejemplo más claro es Vox, que se presenta como el más patriota y máximo defensor de la "unidad de la patria", ocultando tras el discurso patriótico que es el partido más ultraneoliberal existente hoy en España, llegando incluso a proponer la completa privatización de las pensiones públicas, como hizo el general Pinochet en Chile, algo que ha resultado ser un auténtico desastre para las clases populares de aquel país. También Vox propone la privatización de las escuelas públicas (como hicieron las derechas suecas cuando gobernaban), lo cual causó un deterioro muy notable del nivel educativo del país y una gran polarización del sistema educativo.

¿Hay voluntad de cambio dentro de las izquierdas?

Este es el tema más importante que existe hoy en España. Es fácil de ver que el país necesita un cambio de dirección muy notable en sus políticas económicas y sociales. Y tal cambio, al que se oponen con intensidad, por cierto, los poderes fácticos financieros y económicos del país, no puede llevarse a cabo con una fuerza política de izquierdas (en realidad, repito, de centroizquierda) que en las Cortes españolas es minoritaria. No puede hacerse el cambio necesario y urgente que se necesita con un gobierno en minoría que no avance sin un rumbo claro y trazado, virando en función de las alianzas que sean posibles en cada momento, que es lo que el PSOE propone hoy a través de los medios. Ello implicaría una falta de compromiso y voluntad para llevar a cabo estos cambios, para los cuales se requiere un compromiso firme para cuatro años a fin de revertir las políticas que hicieron tanto daño. Para tal proyecto de transformación hace falta, pues, una situación estable con un programa pactado para toda una legislatura, con una dinámica de supervisión y gestión llevada a cabo por una coalición de partidos que esté al frente del gobierno central.

Una última observación a título personal

No hay duda de que la población movilizada detrás de las banderas tiene sentimientos nobles, que incluyen la defensa de la identidad nacional que fuere. Y en España hay razones sólidas para aceptar y promover su plurinacionalidad, convirtiendo el Estado en una institución poliédrica, en lugar de radial, que favorezca la diversidad dentro de la solidaridad. Las izquierdas en España (y también en Catalunya) siempre tuvieron una visión plurinacional, como lo muestran los documentos de la resistencia democrática antifranquista. La Transición inmodélica forzó un cambio, dejando sin resolver el tema nacional. Pero también dejó de resolver el tema social y democrático, de manera que España siempre ha tenido una democracia incompleta y un bienestar insuficiente, una realidad que todavía arrastramos (ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país, Anagrama, 2002). Es un error gravísimo potenciar el conflicto nacional para ocultar el conflicto social y democrático. En realidad, no se resuelve el primero sin resolver el segundo. De ahí que las derechas (de los dos lados), y muy en especial sus dirigentes, estén utilizando cínicamente las movilizaciones nacionales para que no se hable de la crisis social que han creado. Este artículo es una crítica y denuncia de tal cinismo.

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Lo que los medios de información no dijeron sobre las elecciones del 28-A https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/05/06/lo-que-los-medios-de-informacion-no-dijeron-sobre-las-elecciones-del-28-a/ Mon, 06 May 2019 06:05:01 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4818 Continuar leyendo "Lo que los medios de información no dijeron sobre las elecciones del 28-A"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

La gran mayoría de los medios radiofónicos, televisivos y prensa escrita en España mostraron los escaños conseguidos por los diferentes partidos en competencia electoral el 28 de abril como expresión de la postura política de la ciudadanía española. En definitiva, los parlamentarios pasaron a ser representantes de la voluntad popular, tomando el número y porcentaje de votantes de cada opción política y el número de escaños que les correspondía como indicadores de tal voluntad popular. De esta lectura de la realidad concluyeron que el PSOE había ganado las elecciones en España, pintando en sus mapas la casi totalidad del territorio español de color rojo, el color de dicho partido, excepto Catalunya, que cubrieron en amarillo, el color de ERC. Es más, en Catalunya se presentó, en general, el gran triunfo de ERC, junto con el mantenimiento (con ligero descenso del número de escaños) de Junts per Catalunya (JxCat), el otro partido independentista, como indicadores del sentimiento del supuesto apoyo mayoritario de la población a tales opciones políticas. La imagen que se daba con ello era que los independentistas habían alcanzado un gran éxito, el cual se atribuyó al deseo de reafirmar su proyecto secesionista, deseo reforzado por el temor a Vox, la voz del pasado fascista, que amenaza con hacernos retroceder a las tinieblas de un tiempo en el que el pensamiento de este partido fue impuesto a la fuerza a la población de todos los pueblos y naciones de España.

Todas estas conclusiones, sin embargo, estaban basadas en el altamente cuestionable supuesto de que las elecciones reflejaban la voluntad popular del conjunto de la ciudadanía. Es cierto que algunos medios señalaron que el aumento del número de escaños de las izquierdas, superior al número de escaños de las derechas, era consecuencia de una ley electoral que creían que les favorecía, puesto que el número de votantes de los dos lados del espectro político eran prácticamente iguales. La suma de votos de PP+C’s+Vox era solo ligeramente inferior a la suma de PSOE+Unidas Podemos (UP). Por lo demás, todo parecía estar en orden, mostrando así la eficiencia, eficacia y representatividad de la democracia española. Estos, pues, fueron los mensajes que se transmitieron y continúan transmitiéndose por los principales medios de información.

Los errores y las medias verdades de tal lectura mediática de las elecciones

Todos los mayores medios aceptaron, pues, el resultado de las elecciones como el reflejo de la opinión popular en cuanto al proyecto o línea política que desea que lleve a cabo su gobierno. Este mensaje ignora, sin embargo, el enorme sesgo conservador y poco representativo que tiene la ley electoral española, que fue diseñada precisamente para reducir el impacto de las áreas urbanas, donde se concentra la clase trabajadora, temida por los aparatos del Estado, sucesores del Estado fascista, y que explica que las derechas hayan estado casi siempre durante el período democrático (desde 1978) sobrerrepresentadas y las izquierdas infrarrepresentadas en las instituciones representativas de este país.

Un tanto igual ocurre, por cierto, aquí en Catalunya, puesto que el gobierno de derechas (que ha gobernado Catalunya la mayor parte del período democrático) tuvo la posibilidad de cambiar tal ley electoral, pero no lo hizo, lo que ha permitido a los independentistas, sucesores del pujolismo, gobernar en mayoría, cuando, en realidad, no tenían ni nunca han tenido la mayoría del voto popular ni el apoyo de la mayoría de la población adulta en Catalunya.

Los datos muestran claramente que la ley electoral dista mucho de ser proporcional. El principio básico, que debería regir un sistema democrático, de que todos los votos tienen la misma capacidad de decisión no se cumple en España. En este país no todos los ciudadanos somos iguales. El sistema electoral favorece, por ejemplo, más a las clases pudientes que a las clases populares, lo cual es una de las causas de que estas se abstengan en mayor proporción. Grandes sectores de estas clases populares han dejado de tener fe en el sistema electoral.

Ni que decir tiene que la explicación más promovida en los principales medios de información que reproducen la sabiduría convencional del país es que tal abstención se debe a los déficits democráticos de los no votantes, tales como la falta de educación, su ignorancia, o lo que fuera. Pero estos argumentos ignoran un hecho clave de nuestra limitada democracia española: la distancia entre lo que los establishments políticos y mediáticos discuten y debaten, y lo que las clases populares consideran más importante, es enorme (ver mi artículo "El gran escándalo que estamos viendo en estas elecciones con la complicidad de los medios", Público, 18.04.19). Es también uno de los países de la Unión Europea cuya ciudadanía tiene mayor desconfianza hacia su clase política y sus medios de información. Y ello es, precisamente, porque el sistema democrático discrimina a las clases populares, que son plenamente conscientes de ello, absteniéndose en mayores porcentajes que las clases altas.

¿Está dividida España en dos grandes bloques, la derecha y la izquierda, casi iguales? Esto es lo que dijeron los medios pero no es del todo cierto

Los datos, sin embargo, no apoyan esta percepción de los medios. Todo lo contrario. Los votos de los partidos de izquierdas (de los cuales hay más de 45 en el país) suman un número mucho mayor que el que suman los partidos de derechas. Concretamente, suman 13.634.731 votos, 1.264.510 votos más que todos los partidos de derechas (incluyo como partidos de izquierdas a aquellos que se oponen hoy a las políticas neoliberales -reformas laborales y políticas de austeridad-; incluyo, por lo tanto, al PSOE de Sánchez, puesto que en su propuesta de presupuestos del Estado -muy influenciado por Unidas Podemos- revertía aquellas políticas seguidas por los partidos gobernantes anteriores, incluido su propio partido durante el gobierno Zapatero). El hecho es que un elevado número de votos de izquierdas no se tradujeron en escaños por varias razones, siendo una de ellas el límite mínimo de votantes que un partido necesita para obtener representación en las Cortes (la barrera electoral) en la circunscripción donde tiene lugar la elección. Así, Unidas Podemos vio cómo más de medio millón de sus votos no se tradujeron en escaños. De haberse contabilizado todos estos votos, en un sistema proporcional de circunscripción única, las izquierdas (excepto el PSOE) habrían conseguido más escaños, siendo UP uno de los partidos que habría sido más favorecido por un sistema proporcional. En realidad, en estas condiciones la suma de Unidas Podemos, En Comú Podem y Compromís hubiera conseguido casi los mismos escaños que Ciudadanos (considerado el gran vencedor entre las derechas).

En Catalunya no ganaron los independentistas

Es importante subrayar el error de esta lectura, pues es  ofensivo para los catalanes que no son independentistas que los medios de información españoles constantemente presenten el conflicto entre el Estado central, gobernado hasta hace poco por partidos neoliberales (PSOE de Zapatero y PP, con el apoyo de Ciudadanos), por un lado, y la Generalitat de Catalunya (gobernada por el JxCat –también neoliberal-, continuación de CDC, apoyado por ERC), por el otro, como un conflicto entre España y Catalunya, asumiendo erróneamente que los partidos que gobiernan Catalunya representaban a la mayoría de la población. En realidad, si analizamos los votos a los partidos independentistas (los gobernantes ERC y JxCat, además de Front Republicà), estos representaron solo el 39,6%, frente a una gran mayoría no independentista (60,4%). Si en lugar de dividir los partidos en un eje unionistas versus separatistas, comparamos los votos de las izquierdas (ERC, PSC, ECP y otros partidos menores) frente a los votos de las derechas (JxCat, C’s, PP, Vox y otros), los primeros son una gran mayoría sobre los segundos (67,71% frente a 32,29%). Habiendo visto su historial reciente, ERC ha estado apoyando las políticas neoliberales de los gobiernos Mas, Puigdemont y Torra, todos ellos conocidos por su pertenencia a la familia liberal. Es más, la propuesta económica que ERC hizo desde el gobierno de la Generalitat encaja claramente en la filosofía neoliberal. De ahí que el gran interrogante en Catalunya sea qué hará ahora ERC, teniendo la posibilidad de independizarse de la fuerza dominante del bloque independentista: establecer una alianza de izquierdas, como hicieron sus antecesores con el tripartito de izquierdas, o continuar con su énfasis independentista a costa de las políticas sociales que Catalunya necesita.

Todos estos datos muestran la gran falacia de considerar las instituciones representativas en España como auténticas representantes de la ciudadanía, voluntad supuestamente expresada a través de los votos, lo que ignora que en España unos votos cuentan mucho más que otros, y que la clase política dista mucho de representar a la gran mayoría de la ciudadanía. El eslogan "no nos representan" del 15M continúa vigente.

El comportamiento de los medios de información durante la campaña electoral

Ni que decir tiene que todas estas realidades son sistemáticamente ignoradas por la mayoría de los medios, los cuales, el día de las elecciones, se centraron exclusivamente en los escaños, sin apenas hablar de la enorme falta de proporcionalidad de la ley electoral y de los abstencionistas, que son el elemento clave cuando hablamos de representatividad. El hecho de que se hayan estado aplicando políticas neoliberales altamente impopulares por parte de los partidos que han gobernado es una consecuencia directa de la falta de representatividad de los gobernantes.

Ahora bien, hay otro comportamiento de los medios de información, mostrado claramente en estos días de tertulias y debates, que merece también una crítica y una denuncia. Me estoy refiriendo a la confrontación antidemocrática que aparece constantemente en las tertulias y en los debates, que alcanzó su máxima expresión en los debates electorales de TVE y Atresmedia en España, y de TV3 aquí en Catalunya. Me explicaré.

La confrontación antidemocrática de los medios en el diseño de sus debates

Uno de los indicadores que muestra más claramente la falta de cultura democrática en una persona es su disposición a interrumpir a la persona a la que considera adversaria, sin permitirle exponer sus argumentos. Esta costumbre antidemocrática se repite constantemente en las tertulias y en los debates políticos que se emiten en los principales medios de comunicación, ya sean televisivos o radiofónicos. Es una práctica muy generalizada que empobrece todavía más la aún poco desarrollada cultura democrática del país. Estas interrupciones de la exposición del adversario suelen darse predominantemente en personajes (ya sean periodistas o políticos) de derechas, que además suelen añadir insultos y/o sarcasmos a sus interrupciones, anulando con ello cualquier posibilidad de auténtico debate. Es cierto que este comportamiento no es exclusivo de las derechas, pero es mucho más frecuente en estas. En un estudio reciente realizado informalmente por alumnos de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra, que analizaron la frecuencia y el origen de este comportamiento en las tertulias de La Sexta Noche (uno de los programas de mayor proyección mediática en temas políticos del país), se vio que más del 70% de las interrupciones las hacían los tertulianos de derechas, siendo Eduardo Inda (uno de los tertulianos que aparecen con más frecuencia en tal programa) el máximo exponente de la interrupción, del insulto y de la mala educación. Ni que decir tiene que estos comportamientos anulan cualquier posibilidad de que tal programa sea educativo, pues su componente teatral e histriónico es la característica principal del programa, lo que ha motivado que incluso algunos invitados, como el bien conocido catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla, Juan Torres, abandonara el programa como protesta frente a tal comportamiento. Por desgracia, da una imagen pésima de lo que se entiende en España por debate político. A lo largo de mi largo exilio, en el que he vivido en muchos países (principalmente en Suecia, Reino Unido y EEUU), jamás he visto tertulias semejantes, con un comportamiento tan poco democrático, tan agresivo, grosero y maleducado, con tantas interrupciones, como en La Sexta Noche. Ni la Fox, la cadena televisiva de la ultraderecha en EEUU, alcanza tales niveles. Por desgracia, en España (incluyendo Catalunya) esta práctica está generalizada.

La escasa cultura democrática en los debates electorales en TVE, Atresmedia y TV3

Lo que he expuesto hasta ahora es una introducción a los comentarios que me surgen a raíz de los tres debates televisivos que vi hace dos semanas a causa de de las elecciones legislativas del 28 de abril. Los dos primeros, en TVE y en Atresmedia a nivel estatal. Y en TV3, en el debate con los cabezas de lista de Barcelona. De nuevo, nunca había visto algo semejante. Con la sola excepción de Pablo Iglesias en las cadenas españolas, y de Jaume Asens en TV3, el debate fue un gallinero insoportable, insultante para la población que lo estaba viendo. Ver cómo las derechas, encarnadas por Pablo Casado y Albert Rivera, constantemente interrumpían sobre todo a Pedro Sánchez, pero también a Pablo Iglesias, con insultos (repitiendo el eslogan de que defendían la "unidad de España" frente al "traidor Sánchez") fue algo que no debería tolerarse en la televisión española. Es una lástima que la bronca que caracterizó el debate impidiera que se discutieran las propuestas de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, así como las de los supuestos defensores de la unidad de España. De haberse hecho una exposición detallada de los programas, se habría podido ver que tales eslóganes en defensa de la unidad de España ocultaban propuestas que defendían sustancialmente los intereses económicos y financieros de aquellos a los que sirven.

El peor mal llamado debate, sin embargo, tuvo lugar en TV3. Ahí el supuesto moderador, Vicent Sanchis, que es también director de TV3, hizo una labor pésima. Fue dificilísimo poder escuchar con calma y orden los argumentos de los candidatos, pues la tónica general fueron las interrupciones constantes, los insultos, los sarcasmos y la mala educación. Inés Arrimadas, de Ciudadanos, y Cayetana Álvarez de Toledo, del PP, junto con Gabriel Rufián, de ERC, atosigaron constantemente a sus adversarios sin siquiera dejarlos hablar. Jaume Asens, candidato de En Comú Podem, casi nunca pudo exponer sus argumentos.

Tanto por el contenido como por la forma, la gran mayoría de medios de información (la gran mayoría sesgados hacia la derecha, reproduciendo el pensamiento neoliberal) están obstaculizando el tan necesario cambio que necesita España, incluyendo Catalunya. La ausencia de medios críticos con el establishment político-mediático que domina tanto Catalunya como el resto de España empobrece enormemente la democracia española. Así de claro.

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Carta a la juventud no votante, a la que se ha robado su historia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/04/25/carta-a-la-juventud-no-votante-a-la-que-se-ha-robado-su-historia/ Thu, 25 Apr 2019 06:36:51 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4800 Continuar leyendo "Carta a la juventud no votante, a la que se ha robado su historia"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

En unos días va a haber unas elecciones que tendrán un enorme impacto en el bienestar de las clases populares de este país, y muy en particular, en el de sus jóvenes. Y lo digo con pleno conocimiento de causa. Mi profesión incluye el análisis del bienestar y calidad de vida de las poblaciones y el desarrollo de políticas públicas para mejorarlos. Y los datos disponibles no pueden ser más convincentes y contundentes. La crisis social del país ha alcanzado en estos últimos diez años unas dimensiones sin precedentes. Por primera vez en la historia reciente de España, la mayoría de jóvenes en el futuro no vivirán mejor que sus padres. El significado de este dato es enorme. Y sin embargo, este dato no se ha publicado en los principales medios de comunicación de este país, financiados por los partidos gobernantes que los instrumentalizan (en el caso de los medios públicos) o por poderes financieros (en el caso de los canales privados). Se mire como se mire, es un dato impactante que en cualquier país con una mejor calidad democrática que en el nuestro habría centrado el debate político. No ha sido el caso.

Las causas, como he documentado en mi libro Ataque a la democracia y al bienestar, y explicado recientemente en varios artículos ("El enorme sufrimiento causado por el neoliberalismo y sus responsables", por ejemplo, publicado en Público el 25.03.19), son las políticas públicas de sensibilidad neoliberal que se han estado aplicando por parte de los gobiernos españoles (y aquí en Catalunya, por parte del gobierno de la Generalitat) con el apoyo, estímulo y presión de las autoridades que gobiernan la Unión Europea. De nuevo, los datos son muy claros y contundentes: las reformas laborales y los recortes de gasto público social (que cubría la financiación de los servicios públicos del escasamente financiado Estado del Bienestar –como la sanidad, la educación, la vivienda social, los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios y otros servicios–, que juegan un papel determinante en configurar la calidad de vida de las clases populares), así como las reducciones de las transferencias públicas (como las pensiones, de las cuales las más importantes son las de vejez, que deberían garantizar –aunque no lo hacen– una vida digna a los ancianos), han hecho un daño enorme a tales clases populares. Y los jóvenes han sido uno de los colectivos más afectados negativamente por estas políticas.

La pregunta que debe hacerse: ¿por qué pasa todo esto?

Muchas son las respuestas que da el establishment político-mediático que rige el país para explicar por qué los jóvenes no vivirán mejor que sus padres. La más común es que la gente mayor tiene demasiado poder en España, poder que supuestamente se consigue a costa del desempoderamiento de los jóvenes. La "lucha de generaciones" se presenta como una lucha en la que los que ganan –los no jóvenes– lo hacen a costa de los que pierden –los jóvenes–. Este argumento, sin embargo, es falso. Y es fácil de demostrar. En realidad, la pobreza de recursos afecta a todos los grupos etarios. Aun cuando infantes y adolescentes tienen menos recursos que, por ejemplo, los ancianos, la realidad es que estos últimos también tienen muy pocos recursos. Los datos, de nuevo, así lo muestran. En contra de lo que dice y promueve la "sabiduría convencional", que es la visión que promueve aquel establishment político-mediático, la realidad es que las pensiones de vejez son más bajas en España que en el promedio de los países con un nivel semejante de desarrollo económico al nuestro (la Unión Europea de los Quince).

La gran visibilidad de este argumento de la "lucha de edades" se debe a que tal establishment intenta ocultar la causa real de la situación actual, que es ni más ni menos que una expresión silenciada por tal establishment, que la practica sin llamarla por su nombre: la "lucha de clases" existente desde siempre en este país, ocultada en la historia de España escrita por los vencedores, realidad que se ha ocultado a los jóvenes. Ocurre ahora y ocurrió antes. La causa de la gran subfinanciación del Estado del Bienestar en España y de la existencia de un mercado de trabajo muy sesgado a favor del mundo empresarial y en contra del mundo del trabajo es el enorme poder que una clase minoritaria tiene (y ha tenido siempre en nuestro país) sobre la mayoría de la población. Invito al joven lector a que recupere la historia de este país, que le ha sido robada durante todos estos años. Por fin están apareciendo libros que muestran lo sesgada que es la enseñanza de la historia reciente de este país, con una inclinación conservadora y derechista que oculta las causas reales de nuestro gran retraso social, económico y cultural. La historia de España que yo (tengo ochenta y dos años) viví (y como yo, millones de españoles) no es la que han enseñado en las escuelas de este país. No es la primera vez que cuando fuerzas progresistas quieren cambiar, por vías democráticas, la estructura de poder económico, mediático y político del país, los depositarios de ese poder levantan la bandera de la defensa de la "unidad de España". Veamos.

La breve historia de este país

Mi vida comienza con la Segunda República, donde por primera vez las clases populares tuvieron a su alcance los instrumentos para mejorar su bienestar. Hubo cambios, y muchos: desde la expansión de los derechos sociales como la Seguridad Social (las pensiones) hasta la universalización de la enseñanza, pasando por el establecimiento del divorcio, del aborto, del voto para las mujeres, las reformas agrarias y muchas, muchas otras reformas. Y como era de esperar, los grupos afectados por estas reformas –la banca, que se opuso a la expansión de la Seguridad Social; la Iglesia, que se opuso a la universalización de la escuela pública; la patronal, que estaba en contra del reforzamiento de los sindicatos; los terratenientes, que se opusieron a las reformas encaminadas a distribuir su propiedad, y un largo etcétera–, junto con otros grupos conservadores, presionaron al ejército para dar un golpe de Estado contra la gran mayoría de las clases populares, que triunfó con la ayuda de las tropas del régimen nazi de Hitler y del régimen fascista de Mussolini. Este golpe militar estuvo inspirado por una ideología claramente fascista, caracterizada por un nacionalismo étnico y racial extremo, una visión de España monárquica, radial y jacobina, con una concepción imperialista, acompañada de una brutal represión, que consideraba a la visión distinta, la republicana, democrática y plurinacional, comprometida con la justica social, como la "anti-España". Su eslogan y justificación de la guerra se basaba en la defensa de la patria (que era ni más ni menos que los intereses de la estructura de poder económico y financiero) contra los rojos y separatistas, que eran la anti-España. No fue una guerra civil, sino un conflicto de una minoría contra otra gran mayoría de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España.

Yo soy hijo de los vencidos. Mis padres eran maestros ilusionados con las reformas educativas de la República y de la Generalitat de Catalunya. Apoyaron al gobierno republicano de Companys –que, en contra de lo que han indicado muchos independentistas, era y se sentía profundamente español (como también se sentían mis padres)– dentro de una República Federal Española. Mis padres y mi familia, como millones de los vencidos, tenían una visión distinta de España, republicana, identificando patria con los intereses de las clases populares.

Mi padre, mi madre y mis tíos y tías fueron brutalmente represaliados. Mis padres fueron expulsados del pueblo (Gironella) donde era maestros, y mi padre fue expulsado del magisterio. Y mis tíos y tías –junto con millones de españoles– iniciaron la diáspora republicana. Muchos fueron a Francia, donde iniciaron la resistencia antinazi cuando las tropas de Hitler ocuparon aquel país. Una de mis tías fue deportada (como lo fueron cerca de 10.000 españoles) a campos nazis. Más tarde, fueron tropas republicanas españolas las que encabezaron la liberación de París (y por cierto, desarmaron las cargas explosivas con las que los alemanes querían volar la Torre Eiffel i la catedral de Notre Dame). Hay mucho de lo que los republicanos pueden estar orgullosos y que ha sido ocultado en nuestro país. Eran la "otra España", ignorada, vilipendiada, olvidada y marginada hasta hoy.

El golpe militar impuso una de las dictaduras más crueles (por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000) que hayan existido en la Europa Occidental. Esta enorme represión era resultado de la consciencia que tenía la estructura de poder de que tenía a la mayoría de la población en contra. En realidad, los promotores del golpe de Estado con la ayuda militar de la Alemania nazi i la Italia fascista creían que tomarían el poder en tres meses. Le costó tres años a causa de la gran resistencia popular, escasamente armada debido a la falta de apoyo que recibió la República de las democracias occidentales, incluyendo los EEUU. Tal golpe impuso también un enorme retraso al país: cuando tuvo lugar en 1936, España tenía el mismo nivel de desarrollo que Italia; al final de la dictadura, solo el 68% del nivel de riqueza de aquel país.

Pero siempre que haya explotación hay resistencia. Y a pesar de la enorme represión, se inició una resistencia pacífica. Recuerdo (puesto que participé) ya en los años cincuenta en las primeras huelgas de tranvías de Barcelona. Y esta resistencia fue aumentando en los años sesenta y más tarde en los años setenta, lo que forzó (bajo el liderazgo del movimiento obrero) el fin del régimen dictatorial, dando inicio al régimen democrático actual.  

El origen del actual régimen democrático caracterizado por una democracia incompleta que determina un bienestar insuficiente

Así pues, fueron el gran descontento de la población con el régimen dictatorial, que había impuesto un gran retraso social, y las movilizaciones lideradas por el movimiento obrero, los que forzaron el fin de aquella dictadura. Pero las derechas controlaban el Estado y todos los medios de comunicación. De ahí que la transición distara mucho de ser modélica, pues las derechas continuaron teniendo un gran poder sobre el Estado y en la sociedad civil. Ni que decir tiene que hubo cambios, y muy significativos, la mayoría durante los gobiernos socialistas. Pero el retraso social era tan grande al iniciarse el proceso democrático que en muchas áreas continuamos estando a la cola de la UE-15. El gasto público social continúa siendo de los más bajos. En realidad, la mayor causa de este retroceso social ha sido la excesiva influencia de las fuerzas conservadoras –herederas de aquellas que controlaron el Estado dictatorial– sobre el Estado español, el cual no se construyó sobre una ruptura con el anterior, sino sobre una apertura grande y significativa que conservó las estructuras represivas y de defensa del orden que llamaron constitucional, sesgado a su favor. Es importante señalar que la Constitución fue una síntesis de las relaciones de poder, y por lo tanto incluyó características de la ideología dominante en aquel Estado junto a otros elementos impulsados por las fuerzas progresistas. Unidas Podemos (UP) ha señalado esta realidad de una manera muy hábil e inteligente para denunciar, en el debate electoral actual, la monopolización de la Constitución por parte de las derechas a fin de defender su visión uninacional de España, olvidando los elementos progresistas de tal Constitución, que existen pero que se ignoran y ocultan sistemáticamente por parte de los tribunales de justicia y por el Estado.

Se me dirá que hoy sí que existe una amenaza a la unidad de España, de lo que se deduce que el eslogan de defender "la unidad de España" está justificado. Pero tal argumento oculta que el crecimiento del independentismo se debe primordialmente a la resistencia del Estado borbónico a admitir su plurinacionalidad, que incluso la Constitución admite. El secesionismo surgió a partir del veto del Tribunal Constitucional al Estatuto propuesto por las izquierdas catalanas en tiempos del gobierno tripartito, presidido por el que fue el mejor presidente de Catalunya después de Companys, Pasqual Maragall. Las derechas ahora están utilizando el mismo eslogan, "la unidad de España" para defender, como hicieron en 1936, los intereses de los poderes económicos y financiero que dominan la vida política del país, creando a la vez una gran crisis territorial que moviliza a sus bases, ocultando con ello la enorme crisis social.

¿El fin del régimen del 78?

El origen de la crisis social que tenemos, y que nos ha llevado a una realidad en la que los jóvenes no vivirán mejor que sus padres, se sitúa en el momento en el que los gobiernos españoles aceptaron la inevitabilidad de las reformas neoliberales, que eran propuestas por las autoridades gobernantes de la UE. En España, el neoliberalismo, en la segunda etapa del gobierno Zapatero, creó un gran desánimo y abstención entre las clases populares, lo que desembocó en la victoria de las derechas, herederas de los que lideraron el régimen dictatorial anterior. Y aplicaron incluso con mayor dureza esas medidas neoliberales que habían iniciado los gobiernos socialistas. El PSOE había aprobado políticas públicas socialdemócratas, introduciendo las más grandes reformas del período democrático. Yo les ayudé, y me alegra haber contribuido a introducir el concepto y la realidad del cuarto pilar del bienestar (aun cuando yo había sugerido que incluyera el derecho a las escuelas de infancia y a los servicios domiciliarios; solo aceptaron los servicios domiciliarios). Pero su conversión posterior al neoliberalismo generó una de las mayores protestas que España haya visto en su período democrático, el 15M, que denunció la falta de democracia, responsable de que se aplicaran las políticas públicas neoliberales que carecían de mandato. Su eslogan "no nos representan" lo decía todo.

El inicio del proceso de democratización del Estado

De ahí el gran apoyo que ofrecí al 15M, escribiendo el libro que hicimos Juan Torres y yo, Hay alternativas, que el 15M hizo suyo, un movimiento este que dio pie al surgimiento de Podemos. Fue un tsunami político. Cinco millones de votos en solo dos años. Era la voz de la protesta. Y lo continúa siendo. Con el añadido de que sus propuestas eran propuestas viables, como lo han mostrado donde han gobernado, como en Barcelona y en Madrid. En alianza con una Izquierda Unida renovada, la coalición UP y sus confluencias –En Comú Podem en Catalunya y En Marea en Galicia–, se han convertido en el mayor motor de cambio. Y una muestra de este cambio ha sido la influencia de UP en el PSOE, que causó una rebelión de sus bases, que eligieron a Sánchez, el candidato contra el aparato, el cual continúa fuerte y puede forzar una alianza con Ciudadanos, a no ser que UP aumente su base electoral para neutralizar esta posibilidad.

Como motor de cambio, UP y sus confluencias lideraron el rechazo a la corrupción del gobierno Rajoy que condujo a su caída. La expulsión del gobierno Rajoy, debido a su corrupción (que ha caracterizado a las derechas españolas gobernantes, incluyendo las catalanas), se dio como resultado de una alianza de todas las fuerzas que habían luchado contra la dictadura, en contra de los que eran los herederos del régimen de 1939, el PP (apoyados por la primera escisión de tal partido, que en realidad fue Ciudadanos, y que constituyen, entre ambos, la derecha neoliberal).

Por otra parte, esta victoria frente a los nacionales españolistas (tal como se definieron entonces y se definen ahora las derechas españolas) permitió a las fuerzas democráticas dar pie a que aparecieran otras alternativas a las que habían gobernado España durante tantos años. Y una petición de las izquierdas (liderada, de nuevo, por UP) ha sido que se reviertan las políticas neoliberales que han causado tanto daño. Ha sido, con ello, una reproducción de lo ocurrido en 1936. La apuesta por una agresiva "defensa de la unidad de España" por parte de la derecha oculta su defensa feroz del status quo, que es la continuación hoy del neoliberalismo. Vox es la versión más acentuada de lo que también sostienen los otros dos partidos neoliberales (PP y C’s). Su programa económico, de claro tono trumpiano, es el neoliberalismo fascista llevado al extremo. Son, así pues, la revitalización de los "nacionales", del fascismo que ganó en 1936 y puede ganar ahora.

A instancias de UP se intenta desarrollar la plurinacionalidad del Estado español. Ahora bien, un gran impedimento para que ello tuviera lugar ha sido la dirección del bloque independentista en Catalunya, que, en su estrategia del "procés", ha antepuesto sus intereses partidistas y su propia hostilidad hacia el concepto de plurinacionalidad (en España y en Catalunya), al proyecto reformista del Estado, propuesto por UP (y acompañado por la propuesta de presupuesto más progresista para Catalunya y el resto de España). Su oposición ha impedido poder conjugar la justicia social con la plurinacionalidad, proyecto republicano español que hoy solo defiende UP. De ahí la gran necesidad de apoyar a tal formación política.

Espero que estas líneas ayuden a la gente joven de todas las edades a recuperar la historia de este país, añadiendo su voz a la de los que lucharon tanto para llegar donde estamos hoy. Es esencial que Unidas Podemos y sus confluencias aumenten su capacidad de influencia en nuestra sociedad. A pesar de los errores, que han sido muchos, continúa siendo el único instrumento válido motor del cambio en nuestro país.

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El gran escándalo que estamos viendo en estas elecciones con la complicidad de los medios https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/04/18/el-gran-escandalo-que-estamos-viendo-en-estas-elecciones-con-la-complicidad-de-los-medios/ Thu, 18 Apr 2019 05:40:56 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4787 Continuar leyendo "El gran escándalo que estamos viendo en estas elecciones con la complicidad de los medios"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

España es uno de los países de la Unión Europea de los Quince (el grupo de países de la UE con mayor nivel de desarrollo económico) donde hay más distancia entre la percepción de lo que la mayoría de la población considera que son los principales problemas del país, y lo que los establishments políticos y mediáticos así consideran. Esta distancia entre lo que la gente normal y corriente cree que es más importante y lo que aquellos establishments valoran más es enorme y alcanza niveles sin precedentes. Veamos los datos.

Todas las encuestas creíbles (que no son muchas) señalan que el interés y las preocupaciones de las clases populares (que son la mayoría de la población) son la elevada tasa de paro (que alcanza unas dimensiones alarmantes entre las personas que desean trabajar y no encuentran trabajo), la excesiva precariedad entre gran parte de los que sí que lo encuentran, los bajos salarios (y, consecuentemente, la dificultad para llegar a fin de mes), la limitada accesibilidad al alquiler y a la vivienda, la reducción de la capacidad adquisitiva de las pensiones (sí, repito, en contra de lo que se publica en los mayores medios, de las más bajas de la UE-15), el crecimiento de las listas de espera en la sanidad, la subfinanciación del sistema educativo (con las tasas universitarias más altas de la UE) y otras realidades que señalan la enorme crisis social que existe en España, sin precedentes en la época democrática, como he documentado extensamente en mis trabajos (ver mi artículo El enorme sufrimiento causado por el neoliberalismo y sus responsables, Público, 26.03.19).

En cambio, en los grandes medios de comunicación y en los fórums políticos el GRAN TEMA que ha absorbido la gran mayoría del espacio y tiempo ha sido lo que se llama en ocasiones el "tema territorial", también conocido como el "tema nacional" o también "la relación entre España y Catalunya" (ignorando, en este último caso, que la mayoría de catalanes no desea la independencia). Tan alejada está la percepción de lo que es "más importante" por parte de los representantes políticos por un lado, y de los representados por el otro, que este alejamiento ha pasado a ser percibido por la mayoría de la población como un problema grave del país. Desde hace años se ha ido percibiendo que existe una clase política ensimismada y supertensa, absorbida en su propio discurso y temáticas, aislada de los problemas de la vida cotidiana de las clases populares. Mientras la tensión territorial entre el Estado español y la Generalitat de Catalunya ocupa la mayor parte del espacio político y mediático del país, apenas aparece entre las principales preocupaciones a nivel de las clases populares. Sí que aparece, en cambio, como problema, el comportamiento de la clase política. No hay duda de que ello está creando un problema de legitimidad del Estado, así como el crecimiento de la desorientación, el cansancio y la abstención.

¿Por qué existe esta distancia entre lo que preocupa a la gente y lo que preocupa a la clase política? ¿Y por qué no se habla de ello?

Para dar respuesta a esta pregunta hay que conocer dos cosas. Una es la principal causa de la gran crisis social que ha tenido lugar en el país. Y la causa de tal crisis es fácil de ver (aunque raramente leerá sobre ella o la verá en los mayores medios de información): es la aplicación de las políticas públicas neoliberales impuestas (y digo impuestas, pues no estaban en sus programas electorales) por los partidos gobernantes en España (y también en la Generalitat de Catalunya), las cuales han dañado enormemente la calidad de vida y el bienestar de la mayoría de la población (y muy en particular de sus clases populares). Tales políticas, como las reformas laborales del gobierno PSOE y del gobierno PP (con apoyo de Ciudadanos y de Convergència, rebautizada como PdeCAT) y los enormes recortes de gasto en transferencias (como las pensiones) y servicios públicos del escasamente financiado Estado del bienestar (como la sanidad, educación, vivienda social, servicios sociales, escuelas de infancia o servicios domiciliarios), realizados también por los partidos gobernantes en España y en Catalunya, han sido la causa de dicha crisis social. He escrito extensamente señalando con nombres y apellidos quiénes son los responsables, artículos que nunca se hubiera permitido que aparecieran en los mayores medios de comunicación (ver Cómo los ‘superpatriotas’ de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado, Público, 20.03.19).

La gran mayoría (aunque no todos) de tales responsables son partidos de derechas. No se subraya suficientemente que los partidos más neoliberales en el país, PP y C’s en España y CDC en Catalunya, son también los que dirigen los dos bloques que dominan el debate político del país y que hablan del tema nacional, liderando las "fuerzas patrióticas" de cada bando. Los "superpatriotas" que están enarbolando las banderas (la de la monarquía borbónica por un lado y la estelada secesionista por el otro) son los que en privado han aprobado las mismas leyes neoliberales aplicándolas cuando han gobernado. En realidad, hay una relación directa estadística entre la intensidad del discurso "patriótico" de un dirigente (de ambos lados, el españolista y el catalanista) y su neoliberalismo. Cuanto más neoliberal es el político, más patriótico y nacionalista es su discurso. En España, el partido más neoliberal (que llega a un extremismo dentro de la ultraderecha sin parangón en la UE), Vox, es también el que habla más de patria, seguido de Ciudadanos y del PP. Es el intento exitoso hasta ahora de desviar la atención pública de la crisis social y ocultar su responsabilidad por haberla creado. Y ello no hubiera ocurrido sin la complicidad de los grandes medios de información, que están controlados o bien por los partidos gobernantes o por intereses financieros y económicos que los financian (que son los mismos que financian a los partidos). La gran mayoría de los grandes medios de información han estado promocionando el neoliberalismo. Véanse los "gurús" económicos en sus páginas o en sus espacios televisivos.

¿Cuál es el mayor obstáculo para la resolución de la crisis social?

Lo cual nos lleva a la raíz del problema, un escándalo, que es, ni más ni menos, el gran maridaje y complicidad que existe entre poder financiero y económico por un lado, y los partidos políticos y los medios de información y persuasión por el otro, en la llamada democracia española. La evidencia de ello es abrumadora. Era lógico, por lo tanto, que surgiera el movimiento de protesta más poderoso que ha existido en la Europa occidental a inicios del siglo XXI. Me estoy refiriendo al movimiento de los indignados o 15M, que revolucionó la vida política del país. Su denuncia de la clase política, bien sintetizada en su eslogan "no nos representan", se extendió muy rápidamente por todo el territorio español. Las fuerzas políticas que tal movimiento generó, Podemos y sus confluencias, En Comú Podem y En Marea, representaban una gran amenaza para el orden establecido. De ahí la gran hostilidad que recibieron y continúan recibiendo por parte de tales establishments: el político y el mediático. Ninguna fuerza ha sido más "demonizada" en España (a los dos lados del Ebro) que tales fuerzas enraizadas en el 15M-. Y ningún líder ha sido tan atacado brutalmente como su secretario general, Pablo Iglesias.

Ahora bien, el enorme rechazo que tales establishments políticos y mediáticos generan en amplios sectores de las clases populares explica el gran éxito de tales fuerzas políticas, convirtiéndose (en alianza con IU) en el motor de cambio más poderoso hoy en España.

La hostilidad mediática en contra de Unidas Podemos

Tal hostilidad es escandalosa también, pues no tiene límites en cuanto a su vileza, manipulación y falta a la verdad, llevadas a cabo por ambos establishments, el político y el mediático. Se ha llegado a un nivel de manipulación extrema que yo nunca había visto en otros países en los que he vivido durante mi largo exilio (Suecia, Reino Unido y EEUU). El caso más claro, sin ser el único, es lo que ya podía sospecharse que estaba ocurriendo: la promoción de falsedades por parte de la policía patriótica ("patria" se utiliza en España con gran frecuencia para ocultar criminalidad) del Estado, dirigida por la presidencia del gobierno y sus ministros, para destruir a Podemos, con la complicidad de periodistas "estrella" que promovían mentiras como que estaba financiado por Venezuela o Irán. Y lo que es igualmente escandaloso es la escasa denuncia y puesta en marcha de medidas correctoras que tal acto ha originado. Por mucho menos, el presidente Nixon en EEUU tuvo que dimitir del cargo cuando se destapó el caso Watergate. En España, por el contrario, se ha incluso recompensado a los autores de tales actos.

Y tal mezquindad continúa diariamente en el intento de destrucción de la alianza Unidas Podemos y sus confluencias. Hace solo unos días, tal fabricación de noticias apareció en uno de los programas televisivos, La Sexta Noche, y en uno de los principales rotativos, El Periódico, cuando, a fin de desacreditar al primero de la lista de la alianza En Comú Podem, el Sr. Jaume Asens, se lo presentó no solo como independentista (que no lo es), sino nada menos que como "puigdemontista", añadiendo además que estaba entre sus más íntimos colaboradores (ignorando que el Sr. Jaume Asens había sido el abogado que precisamente había destapado la corrupción estructural y sistémica del partido de Artur Mas, Puigdemont y Torra, es decir, de Convergència, el partido que lidera el bloque independentista). Y lo que es todo un síntoma es que tal acusación fue hecha por el Sr. Xavier Sardà, que aparece en las tertulias de La Sexta Noche como un tertuliano de "izquierdas". El abanico político y mediático del país está tan sesgado a la derecha que una alianza de partidos reformistas de izquierda son acusados de bolivarianos y un dirigente de tal alianza es definido como un talibán "puigdemontista". Así es el panorama político y mediático en el país.

¿Ha habido una renovación en el PSOE? Veámoslo

No hay duda de que la aparición y crecimiento tan notable de Podemos ha tenido un gran impacto en los otros partidos, y muy en especial en el PSOE, causando una rebelión de sus bases frente al aparato del partido, controlado por los barones y liderado desde la sombra por Susana Díaz durante todos estos años de Gran Recesión (siendo la única diferencia entre el PP y el PSOE la dureza de tales medidas -reforma laboral y recortes- impuestas a la población, limitándose el PSOE a ser la versión neoliberal  light de la versión heavy del PP y Ciudadanos).La rebelión de las bases del PSOE posibilitó la victoria de Sánchez, que se rodeó de personas de la izquierda socialista, incluyendo algunos que habían colaborado con Podemos (decepcionados hasta entonces con la dirección del PSOE). Pero es preocupante que una vez en el gobierno, Sánchez, de nuevo, haya cambiado tales consejeros (sacándolos de su entorno), y aun cuando es sensible a la influencia de Podemos (como muestra que gran parte de la propuesta de presupuesto más progresista que haya habido en España incorporara las propuestas más importantes de Unidos Podemos), su resistencia al cambio implica que no haya aceptado algunas de las más eficaces, como la regulación del precio del alquiler, entre otras.

El silencio ensordecedor de los grandes medios sobre la crisis social

La polarización del debate político, centrándose en el tema nacional, y el control mediático del marco en el cual los temas deben debatirse, explica la dificultad de cambiar la temática del debate. Es casi imposible que el tema de la crisis social aparezca en el debate político. Si un dirigente de Unidas Podemos denuncia la crisis social en una entrevista, tal denuncia no aparece en la versión escrita o televisiva, dándole visibilidad en cambio a cualquier cita del tema territorial. Han sido los mayores medios los que han configurado este marco de lo aceptable o no en el debate político. Se han convertido en los principales responsables de la ocultación de la crisis social y sus responsables. De la misma manera que vemos en los partidos políticos que a mayor es su neoliberalismo, mayores son su "patriotismo" y su ondeo de las banderas, vemos en los medios que, a mayor neoliberalismo, mayor espacio dan al tema nacional. Y el problema es que en España no hay ningún gran medio ni de centroizquierdas ni de izquierdas. De ahí la gran visibilidad del tema territorial. Quieren evitar que el debate se presente en términos de derechas versus izquierdas, pues saben que sus aliados, las derechas, perderían si tal debate se presentara en estos términos. De ahí que quieran centrarse en el tema nacional. Ahora bien, sería muy fácil desmontar tal patraña, preguntándole en directo a los grandes "superpatriotas" del país "¿Cómo puede usted, Sr. Casado, Sr. Rivera, Sr. Abascal o Sr. Mas, Puigdemont, Torra, decir que aman tanto a su patria (España los primeros, y Catalunya los segundos) cuando a la vez han estado aplicando políticas que han dañado tanto a la población española y catalana, respectivamente? Tal pregunta obvia nunca se ha hecho en los principales medios de comunicación. Pregúntese, lector, por qué, y mire qué han estado haciendo tales medios durante todos estos años y su servilismo hacia las estructuras del poder. Naturalmente que obvia decir que hay también profesionales del periodismo que no merecen ser incluidos en esta crítica que hago en este artículo, pero lo que destaca, por un lado, es que sean tan pocos, y por el otro, que el cuerpo de periodistas tenga tan poco compromiso con la ética de su profesión, pues hay muchos manipuladores y falseadores de la realidad en los medios que deberían ser censurados por los organismos profesionales representativos de tal cuerpo, los cuales permanecen en silencio ante casos tan obvios de mala práctica y sinvergüencería. Así de claro.

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El neoliberalismo de Ciudadanos y de su candidato Manuel Valls https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/04/15/el-neoliberalismo-de-ciudadanos-y-de-su-candidato-manuel-valls/ Mon, 15 Apr 2019 05:57:17 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4781 Continuar leyendo "El neoliberalismo de Ciudadanos y de su candidato Manuel Valls"]]> Dos temas tienen gran importancia (pero diferente visibilidad) en el programa de Ciudadanos, partido perteneciente al grupo liberal del Parlamento Europeo (al cual también pertenecía hasta hace poco el PDeCAT, que es el partido CDC, que lidera el independentismo en Catalunya). Uno es su llamada a la "unidad de España" basada en su concepción uninacional, radial y borbónica del Estado español, profundamente hostil a cualquier concepción plurinacional, poliédrica y republicana del mismo. En realidad, solía presentarse (hasta que apareció Vox) como el máximo defensor de tal "unidad de España" que, al menos en el momento en el que se fundó, nadie o casi nadie estaba amenazando. Fue precisamente su agresiva oposición a la visión plurinacional y republicana de España (también característica del partido conservador, el Partido Popular) la que generó, entre otros factores, y en un período de tiempo muy corto, la expansión del secesionismo en Catalunya.

El otro tema de su programa (menos visible que el anterior) ha sido su neoliberalismo (que comparte con el PDeCAT), apoyando las medidas neoliberales que los sucesivos gobiernos españoles (incluyendo los catalanes) han aplicado en los últimos años (desde 2007 hasta ahora), y que han causado un gran deterioro del bienestar de las clasespopulares. Definido como el partido del Ibex-35, su aparición fue una respuesta a la amenaza que representaba para el establishment político-mediático del país (y para los establishments financieros y empresariales que lo apoyan y/o financian) la aparición del partido político Podemos y de otros como En Comú Podem y En Marea, enraizados todos ellos en el movimiento 15-M, que surgió previamente como protesta frente a las políticas públicas neoliberales impuestas a la poblaciónpor partidos gobernantes que fueron percibidos como que no representaban los intereses de la población. Su eslogan "no nos representan" fue muy popular.

La mayoría de los dirigentes de Ciudadanos proceden principalmente del PP y otros partidos conservadores, insatisfechos con el conservadurismo cultural del PP y sus afines. Solo una minoría del PSOE procedente de su sector liberal (descontento con lo que consideraba una excesiva tolerancia del PSOE hacia el concepto de plurinacionalidad y hacia el establecimiento de alianzas con Podemos) ha dejado tal partido para pasar a apoyar y/o militar en Ciudadanos.

La socialdemocracia europea: el fin del Partido Socialista francés y el declive de Manuel Valls en Francia

Una de las causas del gran retroceso electoral de la socialdemocracia europea ha sido precisamente su conversión alneoliberalismo,  imponiendo a la población políticas públicas neoliberales (como han sido las reformas laborales cuando han gobernado, que han deteriorado el mercado laboral, y los recortes de gasto público social, que han debilitado la protección social) que han afectado muy negativamente el bienestar de las clases populares. Estas clases populares habían sido, históricamente, la base electoral de los socialdemócratas, aunque dejaron de serlo como consecuencia de ser identificados con el daño causado por aquellas políticas. Este cambio y conversión de la socialdemocracia al neoliberalismo se debió a su vasallaje y complicidad con los establishments financieros y empresariales, únicos beneficiarios de tales políticas. La identificación de las cúpulas de tales partidos socialdemócratas con las mayores empresas financieras y económicas (entre las que se han establecido puertas giratorias) ha sido la causa y consecuencia de tal maridaje de intereses y de su conversión y defensa del neoliberalismo.

Un claro ejemplo de ello ha sido el Partido Socialista francés, bien sintetizado en la evolución de uno de sus máximos dirigentes, el Sr. Manuel Valls. Pocos personajes existen hoy en Europa que hayan encarnado con mayor claridad este declive de la socialdemocracia como él. El descrédito de sus políticas públicas neoliberales y su declive político en Francia han sido espectaculares. Habiendo alcanzado la cúspide del poder político en ese país (al ser nombrado primer ministro del gobierno socialista presidido por François Hollande), lideró la aplicación de aquellas políticas neoliberales (que causaron un enorme rechazo popular), por lo que vio caer su popularidad en picado, convirtiéndose su gobierno en uno de los menos populares que hayan existido en aquel país durante la Quinta República Francesa. En realidad, tras la debacle electoral municipal que había sufrido el Partido Socialista en 2014, Valls fue nombrado primer ministro, como redentor del gobierno Hollande, inspirándose en otra figura patética de la socialdemocracia europea, el líder de la tercera vía, el Sr. Tony Blair, al cual Valls admiraba profundamente. De ahí que una de sus primeras propuestas, cuando fue nombrado primer ministro, fue la de eliminar el término socialista para identificar a su gobierno. Fue, de esta manera, uno de los primeros ministros más aclamados por la patronal financiera, que lo puso por las nubes, al desmontar las conquistas sociales que gobiernos precedentes habían conseguido. De ahí que fuera definido por una de las mayores fortunas de Francia, y director de Le Figaro, como un "político que nos causaba una gran alegría y satisfacción... merecedora del apoyo de uno de los rotativos más conocidos por toda la gente". Además de las medidas citadas anteriormente, hubo también un intento de eliminar la ley de la vivienda que había permitido a los ayuntamientos regular el precio del alquiler, un intento que fue tan impopular que provocó que el Consejo de Estado de Francia, atemorizado, anulara dicha decisión.

Todas estas medidas causaron el mayor declive en popularidad que cualquier gobierno francés haya experimentado. Y Valls pasó a ser uno de los políticos más impopulares en Francia y en el Partido Socialista. De ahí que fuera derrotado fácilmente en las primarias de dicho partido para ser candidato a la presidencia de Francia por un candidato apenas conocido, lo cual provocó su abandono del Partido Socialista y un intento de reconocimiento e integración en el partido creado por el que había sido su ministro de Economía, el Sr. Emmanuel Macron, aunque este lo marginó, pues Valls se había ganado la reputación de arruinar cualquier proyecto en el que participara. No tenía ningún futuro en Francia. Dejó, pues, aquel país e intentó labrarse un futuro en España, comenzando por Barcelona, presentándose para el cargo de alcalde de tal ciudad, una ciudad que lo vio nacer pero en la que no ha vivido la mayor parte de su vida, volviendo a ella tan solo hace un año.

Oyéndolo hablar, es obvio que tiene un escaso conocimiento de la vida en Barcelona, así como un escasísimo conocimiento o incluso simpatía con la identidad nacional catalana. En realidad, fue una de las autoridades más responsables de un Estado, el francés, que nunca reconoció la identidad catalana, hasta tal punto que la Catalunya francesa dejó de hablar catalán hace ya tiempo, sin que aquel Estado hubiera reconocido nunca la especificidad nacional de aquella parte del territorio francés. En realidad, el modelo francés que Valls representa es el sueño de los mal llamados "constitucionalistas" del PP, Ciudadanos y Vox, que impedirían, si pudieran, que en Catalunya la lengua vehicular de la enseñanza fuera el catalán.

Las tres principales características de Valls presentes también en Ciudadanos

Una es, como ya he indicado, sus políticas neoliberales, que impuso con gran contundencia y agresividad. Esto último explica su segunda característica, su vocación represora. Algo que se olvida a menudo es que el neoliberalismo necesita un Estado fuerte para llevar a cabo la represión en contra de las movilizaciones populares que se oponen a sus políticas impopulares. Cuando Valls fue ministro del Interior, se distinguió por su represión en contra de las movilizaciones de los movimientos sociales (escudándose en la legislación antiterrorista, que fue primordialmente utilizada en contra de la población inmigrante). En realidad, las leyes utilizadas por el altamente impopular gobierno Macron en contra de las muy populares movilizaciones de oposición a su gobierno están siendo las leyes que aprobó Valls y que causaron incluso muertos durante su mandato, resultado de las cargas policiales en contra de aquellos movimientos sociales, como el activista Rémi Fraisse, muerto por una granada antidisturbios, en un acto de protesta ecologista.

La tercera característica de Valls es su proximidad y dependencia con las instituciones empresariales, habiendo sido un fiel servidor de los intereses de las élites poderosas, esté donde esté. Durante su gobierno, estuvo en contra de la reducción de la semana laboral a 35 horas y a favor del aumento del IVA,  del desmantelamiento del Estatuto de los Trabajadores y de dar facilidades al empresariado para despedir a los trabajadores (apoyando lo que definía como flexibilidad laboral). En realidad, su mayor propuesta para reducir el paro fue la ampliación de tal capacidad para despedir (a través de la ley del 24 de marzo de 2016). Su medida más impopular fue la reforma del Estatuto de los Trabajadores, que significó un notable retroceso en los derechos laborales y que creó una protesta inspirada en el movimiento de los indignados español. Estuvo también a favor del aumento de las tasas universitarias, así como de la inclusión del déficit cero en la Constitución –obligando al Estado a tener equilibrio presupuestario entre ingresos y gastos públicos–.

Su propia campaña en Barcelona es ya la mejor financiada, con amplia utilización de recursos mediáticos, lo que queda reflejado en el hecho de que su sede de campaña se encuentre en el Passeig de Gràcia, la avenida más lujosa de Barcelona. Mamère & Farbiaz, en su libro sobre Valls (del cual extraigo la mayoría de los datos que aquí presento), han detallado cómo algunos elementos del empresariado catalán, huérfano de padrinos políticos (al haberse convertido el PP en un partido marginal en Catalunya), promocionaron a Valls para liderar la campaña contra la alcaldesa actual, Ada Colau, dirigente de los movimientos vecinales, cuya aparición en el panorama político significó un tsunami para los intereses financieros, que habían ejercido históricamente gran poder en la ciudad. El sector de la burguesía en Catalunya de carácter borbónico (que tiene raíces en el franquismo) había encontrado por fin su candidato. El actual presidente de la asociación Societat Civil Catalana, conocida por su hostilidad hacia el catalanismo progresista, el Sr. Josep Ramon Bosch, participó en ceremonias de homenaje al golpismo militar de 1936 en actos organizados por la Fundación Francisco Franco. Según Mamère & Farbiaz, fue ese señor el que sugirió a Valls que se presentara a la alcaldía de Barcelona.

El hecho de que este sector de la burguesía catalana haya impulsado el aterrizaje y postulación para la alcaldía de Barcelona de una persona como Manuel Valls, que hace solamente tres años tenía intención de presentarse a la presidencia de Francia, es un reflejo de su grado de arrogancia. Habiendo sido un fracaso en su país, viene a presentarse para tal cargo después de haber vivido solamente un año en la ciudad. Esperar que la gente se crea la capacidad de dirigir la ciudad de este candidato cuando ha vivido en Barcelona no más de un año parece un insulto a la inteligencia de la ciudadanía. Pero la percepción de la gente acaudalada de lo que es la gente normal y corriente es ofensiva e insultante. La presentación de este candidato (que, repito, ha vivido solo un año de su vida adulta en Barcelona) como el líder del partido más neoliberal (después de Vox) existente en España dice mucho de la opinión que los dirigentes de tal partido tienen de los habitantes de Barcelona ahora, y de España más tarde.

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Barcelona,Ciudadanos,Tony Blair,Valls
La reactivación del fascismo en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/04/08/la-reactivacion-del-fascismo-en-espana/ Mon, 08 Apr 2019 05:00:19 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4761 Continuar leyendo "La reactivación del fascismo en España"]]> Hace ya años que hubo un debate entre politólogos de este país (que tuvo nula visibilidad mediática en los medios españoles) sobre si el régimen dictatorial existente en España desde 1939 a 1978 era un régimen político meramente autoritario de tipo caudillista o era mucho más, un régimen político totalitario, es decir, un régimen cohesionado por una ideología totalizante que abarcara todas las dimensiones del ser humano, impuesta por un Estado dictatorial que instruyera y obligara a la población a hacerla suya, con todas las consecuencias que ello acarreaba. Tal ideología sería impuesta no solo por los aparatos represivos del Estado, sino también por todos los aparatos de reproducción de valores, desde las escuelas y centros educativos hasta los medios de información, todos ellos controlados por el Estado totalitario. Según esta tipología, serían ejemplos de regímenes autoritarios los regímenes caudillistas populistas que han abundado en América Latina durante su historia. Y serían ejemplos de regímenes totalitarios los comunistas, el nazi o los fascistas.

¿Qué era el Estado dictatorial en España? ¿Un Estado meramente autoritario?

La visión más hegemónica entre los politólogos españoles era que el régimen dictatorial que había existido en España era de tipo autoritario caudillista. De ahí que se lo definiera como régimen franquista, al ser dirigido por un caudillo, el general Franco. El mayor intelectual que lideró y promovió tal interpretación fue el profesor Juan Linz de la Universidad de Yale, en EEUU, procedente de una de las familias que habían ganado la Guerra Civil española. Esta fue también la visión dominante en la comunidad politológica y en el establishment político-mediático del país. Dicha visión tenía su atractivo para los herederos de la dictadura, pues una característica que, según ellos, era propia de los regímenes autoritarios caudillistas era que, una vez desaparecía el caudillo, cambiaba el régimen, dándose la posibilidad de establecer un régimen democrático. En realidad, tal argumento era utilizado y citado frecuentemente en EEUU por el Departamento de Estado (el ministerio de Asuntos Exteriores de EEUU), influenciado por el profesor Linz, para justificar el apoyo del gobierno federal de aquel país a las dictaduras populistas de derechas de América Latina. Se asumía, por el contrario, que los regímenes totalitarios, como los comunistas, no podían transformarse en democráticos, pues su carácter totalizante abarcaba todas las dimensiones del Estado, lo que dificultaba enormemente su transformación. De ahí la oposición y hostilidad del gobierno federal de EEUU hacia los regímenes comunistas, pues eran percibidos como imposibles de cambiar, excepto a través de intervenciones militares o motines armados estimulados desde fuera del país.

 El régimen dictatorial español: ¿un Estado totalitario?

Frente a esta visión del régimen dictatorial como meramente autoritario, había otra visión, minoritaria, promovida por los herederos de los vencidos, que afirmábamos que el régimen había sido totalitario, con una ideología totalizante –el nacionalsindicalismo- merecedora de ser definida como fascista. Las características de tal ideología eran un nacionalismo (los vencedores de la Guerra Civil se autodefinieron como los "nacionales") extremo de carácter imperialista, promovido por un Estado muy centralizado represivo, dotado supuestamente de una supremacía racial (el día nacional se definía como el Día de la Raza), y que subsumía todas las clases sociales bajo la categoría de pueblo (negando la existencia de clases sociales con intereses opuestos), poniendo en los sindicatos verticales a la clase trabajadora bajo la dirección y dominio del empresariado y del Estado, favoreciendo así a los grupos económicos y financieros del país (que jugaron un papel esencial en su establecimiento). Tal ideología tenía también una visión patrimonial del sector público (que facilitó una enorme corrupción dentro del sistema), con un canto a la fuerza física y a la virilidad, situando a la mujer en una situación servil y dependiente, carente de los valores varoniles exigibles a la clase dirigente. Estas y otras características que aparecen desarrolladas en otro artículo mío (ver Franquismo o fascimo, Público, 15.12.17) definieron a los regímenes fascistas. El régimen dictatorial español, así pues, tenía todas estas características desde el principio hasta el final de su existencia. De ahí que lo definiéramos como un régimen fascista, pues el término correspondía mejor a lo que la abundante bibliografía científica que se había escrito sobre fascismo definía como tal. Y así fue también como se lo definió en las instituciones internacionales, como las Naciones Unidas, y en la mayoría de medios de información del mundo occidental. Así, cuando el Sr. Samaranch se desplazó a Atlanta para dirigir la inauguración de los Juegos Olímpicos que se celebraron en aquella ciudad en 1996, fue definido en su nota biográfica escrita por The New York Times como delegado de Deportes durante "el régimen fascista" liderado por el general Franco. En realidad, de la misma manera que fuera de España no se utilizan los términos "hitleriano" o "mussoliniano" para definir al nazismo alemán o al fascismo italiano, tampoco se utiliza el término franquismo para definir al fascismo español. En cambio, en España,  el establishment político-mediático nunca utiliza el término "fascista" para definir el régimen dictatorial español (que venció debido a la ayuda de los regímenes nazi y fascista de Alemania e Italia). En su lugar, utilizaron y continúan utilizando el término "franquista". Y que ello ocurra se debe a que dicha definición intenta acentuar solo su carácter autoritario, excluyendo el carácter totalitario de aquel régimen, señalando así que la Transición fue una ruptura con el régimen anterior, consecuencia de ser este meramente caudillista. Muerto el dictador, murió la dictadura.

 El Estado actual no fue una ruptura con el anterior

Pero la realidad fue otra. He escrito extensamente mostrando que la transición de la dictadura a la democracia no fue modélica, pues se hizo bajo el dominio de los herederos de los vencedores, que dejaron su imprimátur en el Estado y en la sociedad española. En realidad, la cultura que se llama "franquista" está ampliamente extendida en muchos sectores de la población española y sobre todo en los sectores más acaudalados y clases medias de renta media superior del país, de tendencia conservadora. Y el partido que ha heredado tal cultura ha sido el Partido Popular.

El dicho tan común de que España no tenía un movimiento de ultraderecha ignoraba que gran parte de la población con esta ideología votaba al PP, que ha sido un partido eje del régimen actual. Su amplia presencia en las instituciones representativas era y sigue siendo consecuencia de una ley electoral que les ha favorecido durante todo el período democrático, y cuya génesis está basada en una propuesta dictada por la Asamblea del Movimiento Nacional (el movimiento fascista) cuya aprobación por el Estado fue una condición para su aceptación (un tanto forzada) del cambio que ocurrió a partir de la muerte del dictador.

 Ni que decir tiene que sería absurdo considerar el sistema político actual como una mera sucesión del anterior. Ha habido cambios muy sustanciales gracias, predominantemente, a las movilizaciones sociales y a la aplicación de medidas propuestas primordialmente por los partidos gobernantes de izquierda. Estas movilizaciones han adquirido su máximo desarrollo en los últimos diez años, sobre todo a partir de la imposición de las políticas neoliberales (primero por el PSOE y más tarde por el PP) que han deteriorado extensamente la calidad de vida y el bienestar de las clases populares. De ahí el surgimiento de otras izquierdas a lo largo del territorio español como Podemos, así como En Comú Podem en Catalunya, En Marea en Galicia y otros, además del cambio y renovación de IU, que al aliarse con Podemos y sus confluencias se han convertido en un espacio político que ha conmocionado al país. Y cabe añadir también a estos movimientos, el movimiento de protesta en Catalunya por el veto del Tribunal Constitucional a elementos esenciales del Estatuto de Catalunya (propuesto por el tripartito de izquierdas catalán), el cual, aprobado por el Parlament, por las Cortes españolas y por la ciudadanía de Catalunya en un referéndum, habría significado la aceptación del carácter plurinacional del Estado español por parte del establishment político-mediático del país. El veto a elementos clave de tal documento estimuló el gran crecimiento del independentismo.

La raíz todos estos movimientos fue el enfado con las políticas impuestas a la población por un Estado cuya legitimidad era cuestionada en el eslogan popular del 15M "no nos representan". Las protestas estuvieron generadas por la enorme insensibilidad del Estado hacia las necesidades de las clases populares (el gasto público social español continúa siendo de los más bajos de la UE-15), hacia la justicia social (sigue siendo uno de los países más desiguales en la UE-15) y hacia la imposición de un Estado uninacional de carácter radial, con un nacionalismo extremo centrípeto (que no reconoce la plurinacionalidad y que se resiste a una España policéntrica y poliédrica). Han sido estos movimientos los que han alarmado al establishment político-mediático y los que han creado, como respuesta, la movilización de la ultraderecha que, insatisfecha con la escasa rotundidad que percibían en las derechas el viejo PP y el nuevo C’s frente a tal amenaza, ha dado impulso a un nuevo partido, Vox. Su gran peligro es que esté derechizando todavía más a esas derechas españolas, un hecho que está ocurriendo en varios países europeos que también sufrieron dictaduras fascistas, como Italia. Hemos visto hace unas semanas cómo nada menos que el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, dirigente de la Forza Italia –la derecha italiana fundada por Berlusconi (que se define de centro)– y pieza clave del grupo parlamentario conservador-neoliberal europeo, alabó al dictador fascista Mussolini por las muchas cosas que había hecho tal personaje.

La nueva ultraderecha tiene las mismas características  que la vieja

Cada una de las características del fascismo se presenta en esta nueva derecha: su nacionalismo radial extremo, con bases supremacistas de carácter racial, su canto a la fuerza y a la represión, su machismo, su defensa del statu quo y su dependencia del apoyo del sector reaccionario del mundo empresarial, de la jerarquía eclesiástica y de gran parte del generalato. Y es, como el fascismo anterior, apoyada por los grupos financieros y económicos que promueven un ultraneoliberalismo salvaje, ultraneoliberalismo que complementa su patrimonialismo Estatal (más cercano a Trump que a Le Pen), y que encaja con gran parte de la ultraderecha estadounidense, que la inspira. Su presencia ha afectado a las derechas españolas (PP y C’s) de tal manera que hoy hay un renacimiento de las características del fascismo en la vida política y mediática del país. La enorme atención que recibe por parte los mayores medios es un indicador de ello, reproduciéndose en España lo que ocurrió en EEUU con Trump. Su gran visibilidad mediática fue la principal causa de su éxito. Por lo demás, este fascismo –una vez reducida la parafernalia fascista del régimen dictatorial– es muy semejante al anterior.

¿Qué habría ocurrido si hubiera habido una ruptura con el régimen anterior?

Para dar respuesta a esta pregunta habría que estudiar qué pasó en otros países, como Alemania, que tuvieron dictaduras semejantes, y donde el fascismo fue derrotado, al revés de lo que ocurrió en España. Miremos, pues, qué habría ocurrido en España si se hubieran aplicado las políticas de desnazificación que se aplicaron en Alemania: (1) se habrían prohibido y liquidado todos los partidos, instituciones y asociaciones fascistas, fascistoides o próximas al fascismo, y sería considerado un acto delictivo y criminal tener monumentos como el Valle de los Caídos, esculturas u homenajes al régimen fascista (Vox no habría sido legalizado en Alemania); (2) los dirigentes del régimen dictatorial habrían sido encarcelados; (3) se habría destituido de todos los cargos políticos a las personas nombradas por el régimen anterior, o a los dirigentes de asociaciones, como la Iglesia Católica, que habían prestado apoyo al régimen (como ocurrió también en la Alemania nazi); (4) se habrían incautado todas las propiedades de las personalidades políticas del régimen fascista; (5) se habrían eliminado la ideología fascista o las muestras de simpatía fascista en toda la sociedad, desde las escuelas hasta los medios de información y medios culturales; (6) se habrían prohibido los símbolos fascistas.

Todo ello habría ido acompañado de un (7) enjuiciamiento de sus dirigentes (juicio de Núremberg) como denuncia de lo que fue el fascismo, con la (8) presentación de los horrores y represión que significó el fascismo. Así mismo, se hubiera (9) promovido el establecimiento de instituciones y medios de información y culturales que fomentaran los valores democráticos en la sociedad, se hubiera (10) recuperado la historia española con la presentación de la resistencia que hubo frente al fascismo, y se hubiera (11) reconocido a los represaliados y compensado su sacrificio. Todo esto ocurrió en Alemania.

 El patriotismo constitucional: ¿es esta la solución?

Un elemento clave en aquella política de desnazificación fue el establecimiento de una Constitución, con clara orientación democrática, en la que quedaron fijados los derechos políticos, sociales y laborales que garantizarían el bienestar de la ciudadanía alemana, estructurando el Estado como una federación democrática y social. El establecimiento de dicha Constitución era parte de un proyecto para dar origen a un "patriotismo constitucional" que sustituyera al patriotismo fascista (basado en características étnicas, raciales y supremacistas), enfatizando la democracia basada en la justicia social y en el reconocimiento de la diversidad, dentro de la unidad que constata tal documento.

Esta victoria de las fuerzas democráticas en Alemania y su vocación transformadora fue limitada más tarde, sin embargo, como consecuencia de la aparición de la Guerra Fría, que afectó a Alemania de una manera central.  A partir de 1948 la desnazificación fue puesta en segundo lugar, para dar promoción al anticomunismo, que diluyó el compromiso del Estado en contra del fascismo. En realidad, la derecha alemana, dirigida por Adenauer, reintegró a más de 300.000 funcionarios del régimen nazi a la administración pública. Como siempre ha ocurrido, el "anticomunismo" ha sido la excusa para reavivar el fascismo. Esto es, en parte, lo que está ocurriendo en España. El fascismo está siendo reavivado por las estructuras del poder para parar las fuerzas progresistas del país, utilizando, como así hicieron en 1936, el argumento de la defensa de la unidad de España para mantenerse en el poder.

En Alemania se inició a partir de la Guerra Fría un pacto de silencio con el que se intentó olvidar el pasado, iniciándose una nueva etapa en la que la historia del país comenzaba solo a partir de la aprobación de la nueva Constitución, promoviéndose el ya citado patriotismo constitucional, que debía sustituir al patriotismo nazi. Algo semejante se ha intentado en España al aprobar la Constitución, ignorando, sin embargo, la gran diferencia con lo ocurrido en Alemania. En esta última, la nueva Constitución fue resultado de la victoria de los aliados en la II Guerra Mundial sobre el nazismo (nazismo que había sido apoyado por la gran mayoría de la población alemana). No así en España, donde la Constitución se aprobó en un contexto en el que los herederos del régimen fascista continuaban teniendo un enorme poder sobre el Estado, mientras que las fuerzas democráticas acababan de salir de la clandestinidad. Ni que decir tiene que las movilizaciones antifascistas (y muy en particular, las del movimiento obrero) tuvieron también un gran impacto, incluyendo elementos muy progresistas en dicha constitución. Pero tales componentes, a pesar de su narrativa progresista, tienen escaso valor normativo, además de ser defendidos por un Tribunal Constitucional profundamente conservador. Ahora bien, en Alemania, a pesar de las limitaciones que se dieron a partir de la Guerra Fría, la desnazificación institucional se ha mantenido en su mayoría, lo cual explica que muchos actos todavía permitidos en España (como negar el holocausto o los homenajes al dictador) serían actos prohibidos y punibles en Alemania. De ahí que, a no ser que haya una redefinición del Estado español, con un cambio profundo de la Constitución en el que se exija una democratización profunda del Estado que incluya su transformación en un Estado republicano, con plenos derechos políticos, sociales y laborales, poniendo la justicia social en el centro de tal documento, y reconociendo a la vez su diversidad y plurinacionalidad, continuaremos estando a la cola del gasto público social y seguiremos con las tensiones territoriales y con una alineación frecuente de la población hacia lo que en teoría, pero no en la práctica, son sus instituciones representativas.

Para conseguir tales cambios harán falta movilizaciones que demanden radicalidad democrática con el objetivo de lograr una transformación profunda, peticiones que constantemente serán reprimidas por el establishment político-mediático del país con el argumento del "respeto a la ley" como condición de diálogo. Dicho "respeto a la ley" es el mejor indicador del enorme desequilibrio de fuerzas que tuvo lugar durante la Transición, ya que las derechas (en el espectro político europeo, las ultraderechas), que controlaban el Estado dictatorial, mantuvieron su ascendencia sobre el Estado democrático, sesgando las leyes (y la Constitución) a su favor. De ahí la confusión de equiparar democracia con el imperio de la ley. Muchas leyes, incluida la electoral, son profundamente antidemocráticas. Democracia es soberanía popular, y esta no se mide por el número de escaños o por la aplicación de la ley, sino por el número de votos en un contexto de libertad y variedad de opciones e información, lo cual no ocurre en España. En este sentido, la crítica que debe hacerse a los dirigentes independentistas no es que se saltaran la ley, sino que utilizaran para ello unas leyes (las leyes electorales) escasamente democráticas, que les daba mayoría cuando representaban a menos de la mitad de la población catalana. Perdieron credibilidad democrática cuando así lo hicieron, presentando unas aspiraciones meramente partidistas como un proyecto nacional y patriótico, comportándose como habían hecho y continúan haciendo los nacionalistas españolistas que, con una minoría muy marcada de votos, tienen mayoría absoluta en el Senado. Estas leyes son profundamente antidemocráticas.

Es importante notar que hoy hay, a lo largo del territorio español, incluyendo Catalunya, toda una serie de movilizaciones sociales (desde los movimientos anti-austeridad hasta los movimientos feministas, entre otros muchos) que se están concienciando que existe una coincidencia de frustraciones en dicho territorio que puede generar un deseo de cambio que permita una segunda transición donde se corrija el enorme sesgo que existe en las instituciones del Estrado (también las catalanas), de manera que se complete la construcción del proyecto que se había iniciado antes: el proyecto de una España justa, solidaria, policéntrica, diversa y plurinacional.

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El enorme poder político y mediático de la banca en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/04/03/el-enorme-poder-politico-y-mediatico-de-la-banca-en-espana/ Wed, 03 Apr 2019 05:55:01 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4754 Continuar leyendo "El enorme poder político y mediático de la banca en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

El sector bancario en España tiene un enorme poder político y mediático que limita de una manera muy marcada el desarrollo democrático del país. Un indicador de la excesiva influencia que ejerce sobre el Estado español es su tamaño desproporcionado, siendo el sector bancario español uno de los más grandes (en términos proporcionales) de los existentes en la Unión Europea, con un enorme predominio de la banca privada y un escasísimo desarrollo de la banca pública. España es uno de los países, no solo de la UE sino también de la OCDE (el club de países más ricos del mundo), donde la banca pública está menos desarrollada.

Otro indicador de la influencia política y mediática de la banca es que el organismo del Estado que debería regularla, el Banco de España, es, en realidad, un gran lobby de tal banca privada. Ello transforma a tal institución en uno de los mayores promotores de las políticas públicas neoliberales, es decir, de las reformas laborales que han deteriorado sobremanera la calidad del mercado de trabajo español, y de los recortes de gasto público social que han dañado enormemente el bienestar de la población en general, y de las clases populares en particular.

El Banco de España promueve políticas públicas que están dañando a las clases populares

Su última maniobra de acuerdo con el proyecto neoliberal no solo ha sido oponerse al necesario incremento del salario mínimo interprofesional (SMI), sino también al incremento de los salarios, cuya disminución ha obligado a las familias españolas a endeudarse enormemente (optimizando, de esta manera, los beneficios bancarios basados en la expansión de dicho endeudamiento). Tal bajada de salarios, además del endeudamiento, ha tenido un impacto muy negativo en la demanda doméstica, motor fundamental del crecimiento económico, lo cual explica que las inversiones bancarias se hayan ido desviando hacia actividades especulativas (como en el sector inmobiliario) que han generado más beneficios que las inversiones en los sectores de la economía productiva (donde se producen bienes y servicios). Así, la combinación de esta caída de las inversiones con la reducción de la demanda doméstica ha tenido un efecto sumamente negativo sobre   dicha economía productiva. Y han sido precisamente tales inversiones especulativas (como la mayoría de inversiones inmobiliarias) las que han creado las burbujas, cuya explosión derivó en la enorme crisis financiera, resuelta a base de subsidios públicos a la banca (que, según un balance del Banco de España publicado en noviembre de 2018, fueron de alrededor de 55.000 millones de euros), de los cuales 42.000 se calculó ya entonces que no se retornarían al erario público. El comportamiento del sector bancario es el mayor responsable de la crisis financiera que llegó a expulsar del mercado laboral a 3,6 millones de personas en España.

La banca recibe un trato preferencial por parte del Estado

Otra de las consecuencias de la excesiva influencia política de la banca ha sido el trato preferencial que recibe por parte del Estado. Además del enorme subsidio que acabo de citar (el más elevado de la UE), tiene un trato impositivo especial, pues es uno de los sectores con mayores beneficios y con menor carga impositiva dentro de la UE. Y cuando el gobierno español propuso un impuesto para recuperar parte del dinero que la banca recibía del Estado, la respuesta de ésta fue oponer una gran resistencia, movilizando los sectores del Estado, históricamente próximos a ella, como el cuerpo judicial, para que se frenara y obstaculizara la aplicación de tal tributo. Esta propuesta, que había sido sugerida en su día por el Fondo Monetario Internacional (FMI), fue definida como "extremista" por portavoces del sector bancario, que atribuyeron tal propuesta a la influencia de Podemos, definido también como "extremista", "populista", "nefasto para el país" y una larga retahíla de insultos. Los medios que transmitieron tales insultos no informaron de que dicho impuesto se había aplicado (incluso en niveles más altos) por parte de muchos países de la UE, incluyendo el gobierno conservador británico. Como resultado de tal oposición, el gobierno Sánchez, que había estado a favor de tal impuesto, se distanció finalmente de él.

La gran influencia mediática de la banca

La banca ejerce una gran influencia sobre los partidos políticos y los medios de comunicación, configurando el marco dentro del cual el debate político tiene lugar. De ahí el gran dominio del pensamiento neoliberal en la vida política y mediática del país. Todos los partidos políticos (excepto Podemos) han pedido créditos a la banca y todos ellos (excepto Podemos y ERC) están endeudados, como también lo están todos los grandes medios. Y es detrás de este endeudamiento que la banca ejerce su gran influencia. Una consecuencia de ello es la escasísima libertad de prensa y la falta de pluralidad mediática en los medios de comunicación (ya sea la radio, la prensa o la televisión) existente en este país. La discriminación contra partidos o autores de pensamiento crítico alcanza niveles desconocidos en los países de la UE. A día de hoy casi no hay medios de izquierdas en España, y hay miles de casos que así lo atestiguan.

La dificultad de voces críticas hacia el establishment político mediático del país para acceder a los medios

Conozco bien esta situación, pues la padezco. Un caso en el que fui víctima de tal discriminación (entre muchos otros) es el citado recientemente por Alberto Garzón en un excelente tuit en el que desarrolló las conexiones entre el Banco Santander, la judicatura, el diario El País, su editorial y un libro que iba a ser publicado por dicha editorial, escrito por Juan Torres, el mismo Alberto Garzón y yo, en el que criticábamos el argumento neoliberal utilizado por el gobierno Zapatero, y más tarde por el gobierno Rajoy, para justificar la imposición de sus políticas neoliberales (reforma laboral y recortes), aduciendo que no había alternativas a las que ellos aplicaron. El libro mostraba, con cifras y datos, que sí las había. A pesar de haber firmado un contrato para publicar el libro (y cuando estaba a punto de salir), la editorial decidió rescindirlo, como resultado de que los autores no quisimos hacer los cambios que a última hora había pedido la editorial, cambios que tenían por objetivo eliminar críticas (documentadas) hacia el sector bancario en general y hacia el Banco Santander en particular (que había sido uno de los agentes promotores de la ortodoxia neoliberal). Al negarnos a hacerlo, la editorial de El País, en respuesta a las presiones del Banco Santander, decidió no publicar el libro, teniendo nosotros que buscar rápidamente otra editorial, de menor capacidad de distribución. Sin embargo, el libro fue un gran éxito editorial, con diez ediciones en solo dos años, convirtiéndose en el libro de referencia del 15M. La movilización popular consiguió lo que la banca había intentado vetar. No hay duda de que hay autores vetados, y lamento ser uno de ellos. No verán artículos míos en ninguno de los mayores rotativos. Y no creo que se deba a no tener los méritos académicos o intelectuales para aparecer en ellos.

Un ejemplo entre otros: el Banco de Santander

Este banco tiene a su disposición muchos políticos y periodistas que contribuyen, estos últimos, a promocionar las políticas públicas realizadas e impuestas por los primeros. Tal banco ha tenido una relación muy  privilegiada con los gobiernos del PSOE, y, como señala Alberto Garzón en su tuit, muy en especial con la vicepresidenta Fernández de la Vega (que llamó a un dirigente de dicho banco para que tranquilizara al Sr. Botín en relación con las investigaciones que se estuvieron realizando, resultado de la venta de productos financieros para evitar el pago de 2.600 millones de euros en impuestos). Tal práctica se había detectado en el curso de otra investigación iniciada tras una querella del empresario especulador Ruiz-Mateos. Pero nunca pasó nada. Su influencia abarca también el mundo universitario, ejerciendo un gran poder en configurar la evolución y promoción del pensamiento económico dominante. La gran mayoría de las revistas "científicas" en el área económica están financiadas por la gran banca en España.

Y todos los grandes grupos mediáticos están endeudados. Cuatro grupos de comunicación, que controlan el 94% de la cuota del mercado televisivo (Corporación de Radio y Televisión Española -CRTVE-, Mediaset, Atresmedia y Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals -CCMA-) están endeudados. Un tanto igual ocurre, a su vez, en la radio, en la que cuatro cadenas controlan el 97% de la cuota del mercado radiofónico (la COPE, Onda Cero Rac1 y la Cadena SER), todas ellas endeudadas. Y lo mismo sucede con los cinco principales rotativos (El País, El Mundo, La Vanguardia, ABC y El Periódico), todos ellos endeudados. De ahí la enorme capacidad de movilización ideológica de la banca, pues cada uno de estos medios es consciente de que necesita a los bancos para su propia supervivencia. Y ahí está el problema. La democracia en nuestro país exige que se rompa este vínculo.

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El enorme sufrimiento causado por el neoliberalismo y sus responsables https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/03/25/el-enorme-sufrimiento-causado-por-el-neoliberalismo-y-sus-responsables/ Mon, 25 Mar 2019 06:00:20 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4749 Continuar leyendo "El enorme sufrimiento causado por el neoliberalismo y sus responsables"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

La aplicación de políticas públicas por parte de los partidos gobernantes en España durante el período conocido como la Gran Recesión ha tenido un impacto enormemente negativo en la calidad de vida de la gran mayoría de la población española, y muy en particular de las clases populares. Los datos muestran cómo los indicadores de su bienestar se han deteriorado de una manera muy marcada durante el período que va desde su inicio (2007) al último año que existen datos registrados homologables (año 2017).

El gran deterioro de la calidad de vida: el aumento del paro

Comencemos con el paro. Este pasó de afectar al 7,8% de la población de 20 a 64 años en 2007, a un 16,9% en 2017, un incremento del 116%, lo cual quiere decir que 2.083.900 personas se añadieron a la cifra de personas que ya estaban en paro. En el promedio de la UE-15 (el grupo de países de la UE con niveles de desarrollo económico semejantes a los de España) subió de un 6,6% al 8%, un incremento del 21%, mucho menor que en España.

Pero no solo el número y porcentaje de personas en paro aumentaron, sino que la duración del paro también creció enormemente. Las personas en paro estuvieron en esta situación durante mucho más tiempo al final del período que al principio. Los parados de larga duración (porcentaje de parados que llevan en el paro un año o más) pasaron de ser el 21,5% de todos los parados a un 45,5%, un incremento del 111%. En cifras redondas, ello quiere decir que 1.352.000 personas paradas en esta situación se añadieron a las que ya estaban en ella en 2007. Y lo que es incluso más dramático es que, dentro de esta categoría, los que estuvieron en paro más de dos años pasaron de un 10,5% de todos los parados en 2007 a un 31%, un incremento del 195%, lo que representa 992.000 personas más.

Después de Grecia, ningún otro país sufrió tanto como España. Estos datos, por fríos que parezcan, implican un enorme dolor y sufrimiento. Los grupos especialmente afectados fueron los y las jóvenes (de 20 a 29 años) y los trabajadores y trabajadoras maduros (de 50 a 64 años). La tasa de paro entre los primeros pasó de un 11,2% a un 27,5% entre 2007 y 2017, un incremento del 145% y entre los segundos pasó de un 6,2% a un 15,3%, un incremento del 146%. Las cifras son astronómicas. Para darnos cuenta de ello basta ver lo que ocurría en la UE-15, donde el incremento del paro entre los jóvenes fue de solo un 21,7% (en España, un 145%) y entre los trabajadores maduros de un 13% (en España un 146%).

El descenso del porcentaje de personas que trabajan

Otro grave problema del mercado de trabajo durante el período 2007-2017 ha sido la bajada del porcentaje de la población que trabaja, pasando de un 69,7% en 2007, a un 65,5% en 2017, una caída del 6%. En el promedio de la UE-15, por el contrario, subió durante el mismo período, pasando de un 70,9% a un 72,3%, un crecimiento del 2%. En realidad, España, en 2017, tenía la tasa de ocupación más baja de la UE-15 (tras Grecia e Italia). Si hubiera tenido la misma tasa que el promedio de la UE-15, España habría tenido casi dos millones más de trabajadores de los que tiene ahora. Y si hubiera tenido la misma que Suecia, el 81,8%, habría tenido unos 4,6 millones más. Un déficit muy marcado de empleo en España fue en los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como sanidad, educación y servicios sociales.

El aumento de la precariedad

Otra evolución negativa que se ha dado en el mercado de trabajo ha sido su falta de estabilidad, con un aumento de los contratos temporales y a tiempo parcial involuntarios (es decir, que tienen este tipo de contratos porque no encuentran trabajo a tiempo completo). Tales incrementos fueron muy notables como consecuencia de la aplicación de las dos reformas laborales aprobadas por los gobiernos españoles. Concretamente, desde el 2013 el número de personas con trabajo temporal precario aumentó de 3.198.200 personas a 4.091.800. Las tasas de temporalidad son hoy altísimas en España, más del doble que en el promedio de la UE-15. Particularmente acentuado es este aumento entre los jóvenes, las mujeres y las personas por encima de los 50 años.

El enorme crecimiento de las desigualdades de renta

Para entender esta dimensión de la crisis hay que entender que la mayor parte de la población adulta obtiene sus ingresos a partir, principalmente, de sus salarios. De ahí la gran importancia que tienen estos para analizar el bienestar de la población. Y lo que ha estado ocurriendo en el mercado de trabajo es, además del aumento del paro y el descenso de la población asalariada, la gran polarización de los salarios, de tal manera que ha habido un aumento muy significativo de los salarios altos en un sector minoritario de la población que contrasta con el descenso o estabilidad de los salarios de la gran mayoría de la población asalariada.

La otra fuente de ingresos es la propiedad de capital, es decir, de bienes y servicios que generan dinero (como la propiedad de acciones, tierras, pisos de alquiler y otros). Este grupo minoritario, cuyas rentas derivan, primordialmente, de la propiedad del capital, han visto aumentar sus rentas considerablemente, y junto con el grupo que recibe salarios altos que han crecido también rápidamente constituyen el sector de la población con mayor poder e influencia política y mediática en el país.

No a todos les ha ido mal. A una minoría le ha ido muy bien

Estos últimos datos muestran que no todos lo han pasado mal durante el período 2007-2017. Una minoría muy acaudalada lo ha pasado muy bien, mientras que la gran mayoría lo ha pasado (y continúa pasándolo) muy mal. Un dato resume esta situación. Mientras que las rentas del trabajo (como porcentaje del PIB) han disminuido durante el período de la Gran Recesión, pasando de un 48,3% del PIB en 2007 a un 46,9% en 2017 (justo lo contrario de lo que ocurrió en el promedio de la UE-15, donde las rentas del trabajo subieron de un 47% del PIB a un 47,8% durante el mismo período), y las de capital subieron de un 41,7% a un 42,8% (justo también lo contrario de lo que ocurrió en el promedio de la UE-15, donde estas rentas bajaron de un 41,4% del PIB a un 40,2%). Como consecuencia de esta mayor polarización de las rentas en España, el 20% de la población española más acaudalada pasó de tener 5,6 veces la renta del 20% más pobre en 2007, a 6,6 veces en 2017, hecho que no ocurrió en el promedio de la UE-15.

El grupo poblacional dominante es mayor que el 1% superior de la población

Estos datos muestran las enormes limitaciones de dividir a la población en dos grupos: uno es el 1% más acaudalado de la población y el otro, todos los demás, es decir, el 99%. Muchos movimientos sociales (como por ejemplo el Procés Constituent en Catalunya) asumen erróneamente que el gran conflicto en la sociedad es entre el 1% de renta superior y el 99% restante. Este deseo de representar al 99% de la población versus el 1% es una moda política, extendida en muchos movimientos populistas, que simplifica enormemente a la sociedad, pues la polarización no es solo entre los propietarios del capital versus los demás, sino que incluye también un sector muy importante de la población que comparte intereses económicos con el 1%, a los que da servicio. El 1% superior necesita toda una serie de profesionales que manejan, gestionan y promueven los intereses de este 1%. Y sus privilegios están ligados a la existencia y reproducción de este último grupo. Este sector, que incluye (además de grandes sectores de lo que antes se llamaba pequeña burguesía), a clases medias de renta superior,  representa entre un 15% o 20% de la población, que constituyen, junto con el 1%, el grupo social dominante en el país, que como indiqué anteriormente, tienen enorme influencia política y mediática en España (incluyendo en Catalunya).

La polarización social ha determinado la "proletarización" de amplios sectores de la clase media

La polarización de la sociedad ha afectado a toda la población, incluyendo a las clases medias, donde ha habido un sector minoritario con un creciente nivel de rentas, y otro, muy mayoritario, con un marcado descenso de sus rentas, en un proceso que definí en su día como "la proletarización de las clases medias". Como resultado de este proceso, la clase trabajadora ha aumentado en tamaño, habiendo sido esta última la más dañada durante el período 2007-2017.

Ni que decir tiene que esta polarización está teniendo un efecto devastador para la calidad de vida de las clases populares (la clase trabajadora y la mayor parte de la clase media), pues a la bajada de salarios cabe añadir el aumento de los precios de elementos básicos de su supervivencia, tales como la vivienda, fenómeno particularmente grave en las grandes urbes. A modo de ejemplo, en Barcelona el precio del alquiler ha aumentado desde principios de los años 2000 al 2017 un 114%, expulsando a grandes sectores de la clase trabajadora y clase media de renta mediana y baja (y sobre todo de los jóvenes) de las ciudades.

¿Por qué ha ocurrido y sigue ocurriendo todo esto que he descrito?

Existe una enorme industria de la ofuscación para ocultar lo que es sumamente fácil de entender: estos hechos no ocurren por casualidad, sino que tienen causas predominantemente políticas. Las variables más importantes para explicar tales cambios no son las tecnológicas, demográficas u otras, sino las variables políticas, que son, por cierto, las menos analizadas. Me estoy refiriendo a la aplicación de políticas neoliberales (como la reforma laboral y los recortes) que sistemáticamente han favorecido a unos grupos (15-20% de la población) a costa de otros (la gran mayoría). Las políticas neoliberales reproducen una visión del mundo y de la economía que favorece a los propietarios del capital y a las rentas superiores a costa de todos los demás. Y los datos lo muestran clarísimamente. Durante estos años de la Gran Recesión se han ido aprobando e imponiendo leyes que han causado tal daño y sufrimiento. En realidad, los causantes de tanto daño, sufrimiento y dolor tienen nombres concretos.

Veamos los datos, analizando las principales leyes e intervenciones públicas que han dañado a las clases populares y los partidos políticos que las han impuesto (y digo impuesto porque ninguna de estas medidas estaban en sus programas electorales):

1- La modificación, en 2009, de la ley de enjuiciamiento civil (1/2000 del 7 de enero), que facilitó el desahucio, favoreciendo claramente a los propietarios de la vivienda. Ello contribuyó a que los desahucios aumentaran enormemente, pasando de un 27.251 en 2008 a 69.693 en 2017. En Catalunya, el crecimiento fue incluso mayor: de 3.926 en 2008 a 13.626  en 2017. Sus responsables son el PSOE, gobernante entonces, el PP, CiU y el PNV.

2- La congelación de las pensiones, mediante el real decreto-ley 8/2010, de 20 de mayo, aprobado por el gobierno PSOE, con la abstención de CiU, CC y UPN, lo que permitió su aprobación.

3- La reforma laboral de 2010 del gobierno Zapatero, aprobada mediante el real decreto-ley 10/2010, de 16 de junio, aprobado por el PSOE con la abstención de PP, CiU, PNV, CC, UPN y UPyD, que la hicieron posible.

4- El cambio de la Constitución del año 2011, con la reforma del artículo 135, aprobado por el PSOE y el PP.

5- La reforma laboral de 2012, aprobada con el real decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero, aprobado por el PP, CiU, UPN y FAC.

6- Los recortes del real decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, aprobado por el gobierno Rajoy del PP y UPN.

7- Flexibilización del mercado de alquileres mediante la ley 4/2013, del 4 de junio, aprobada por el gobierno Rajoy.

En Catalunya, además de las políticas públicas aprobadas por partidos catalanes (el PSC, CDC y UDC) en las Cortes españolas, se aprobaron incluso más recortes de gasto público en el año 2011 (un recorte del 10% del presupuesto del 2010), bajo el gobierno Mas, con la abstención de PP, recortes que han continuado con el apoyo de JxCat, ERC y la CUP. En realidad, el tema nacional, que absorbe la vida política y mediática del país, ha ido ocultando las complicidades de los partidos "superpatriotas", que han ido aplicando tales leyes, todo ello ocultado por las banderas (ver mi artículo "Cómo los ‘superpatriotas’ de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado", Público, 20.03.19).

¿Cómo es que esto continúa y la gente no se rebela?

De nuevo, la respuesta es fácil, aunque el lector no lo verá en los mayores medios de información, los cuales ignoran la enorme crisis social que existe en este país. Hoy, como he denunciado, el gran tema en la vida política y mediática del país es el tema nacional. En la misma semana que he estado escribiendo estas líneas, la gran noticia en España y en Catalunya ha sido la negativa del gobierno Torra, sucesor del gobierno Puigdemont, sucesor a su vez del gobierno Mas (todos ellos miembros de la derecha catalana neoliberal), a retirar  los lazos amarillos de los edificios públicos de la Generalitat durante el período electoral. Mientras, el número de suicidios a causa de los desahucios ha continuado aumentando, debido a la imposibilidad de un elevado porcentaje de la población de pagar su alquiler, temas que dirigentes del partido de las derechas catalanas gobernantes han definido como temas secundarios.

En el otro lado del espectro "patriótico" vemos a las derechas españolas neoliberales de PP, Ciudadanos (y ahora Vox), que, enarbolando la bandera borbónica (frente a la estelada independentista), están liderando las movilizaciones anti-independentistas, utilizando el tema nacional para ocultar y esconder su responsabilidad en crear la gran crisis social. En realidad, la gran visibilidad del tema nacional se debe a su utilidad para ocultar y esconder el desastre social.

Una nota final de carácter personal

Cuando surgió el 15M, denunciando tales políticas públicas impuestas (pues no estaban en sus programas electorales) por los partidos gobernantes neoliberales,  acusándolos de no representar los intereses de las clases populares ("No nos representan"), la respuesta del establishment político-mediático español (incluyendo el catalán) fue afirmar que no había otras alternativas a tales políticas públicas. Antes este argumento, Juan Torres, Alberto Garzón y yo publicamos un libro titulado Hay alternativas: propuestas para crear empleo y bienestar social en España, documentando la falsedad de tal argumento: sí que las había. La respuesta de tal establishment fue de una enorme hostilidad hacia el libro y hacia nuestras personas, e incluso hoy, los autores tenemos difícil acceso a los medios como resultado de ello.

Pero la evidencia del daño causado por aquellas políticas es tan grande que incluso instituciones que las promovieron, como sectores del Fondo Monetario Internacional e incluso de la Comisión Europea, han reconocido que estaban equivocadas. Hoy se está admitiendo que tales políticas públicas no tenían que haberse aplicado pues han causado mucho daño, y todo para el beneficio de un sector minoritario de la población. En España (incluyendo Catalunya) el dogma neoliberal, sin embargo, continúa siendo dominante, a pesar de que la falsedad de sus argumentos es clara y evidente. En un país más democrático, tales gurús económicos (que continúan dominando los fórums mediáticos) deberían pedir perdón al pueblo español por lo que hicieron.

En lugar de ello, continúan apareciendo en los fórums mediáticos, promocionando sus falsedades. El caso más reciente es el del economista Luis Garicano, el gurú de Ciudadanos, el partido más neoliberal en España después de Vox (que quiere, este último, privatizar las pensiones como hizo el general Pinochet en Chile), que continúa promocionando las recetas que han hecho tanto daño. Si el deterioro tan acentuado de la calidad de vida de los españoles, que tuvo lugar en el período 2007-2017, hubiera sido consecuencia de la ocupación de España por parte de un poder extranjero, la  gente habría salido a la calle para salvar y liberar al país del poder ocupante. Pero la novedad es que los responsables de tanto daño son españoles que, además, para mayor insulto,  utilizan el discurso patriótico para ocultar el daño que ellas y ellos –y no un ejército extranjero– han infligido a la población. Como Mark Twain dijo en una ocasión "el discurso patriótico ha sido siempre el refugio de los que desean continuar dominando a sus pueblos". Lo que está ocurriendo en España, incluyendo Catalunya, es un claro ejemplo de ello. Así de claro.

Una última petición. Agradecería al lector que viera mérito en la información provista en este artículo, y que lo distribuyera lo más ampliamente posible, como ocurrió en su día con la gran difusión del libro Hay alternativas, resultado de la movilización del 15M, que lo utilizó ampliamente, distribuyéndolo en todo el país, rompiendo con el bloqueo y forzado silencio por parte de los grandes medios del país. Hoy la situación descrita en estas páginas requiere una respuesta semejante.

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Cómo los 'superpatriotas' de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/03/20/como-los-superpatriotas-de-ambos-lados-ocultan-la-enorme-crisis-social-que-han-creado/ Wed, 20 Mar 2019 06:55:12 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4743 Continuar leyendo "Cómo los 'superpatriotas' de ambos lados ocultan la enorme crisis social que han creado"]]> Una visión bastante extendida entre los partidos de izquierdas independentistas o próximos al independentismo catalán es percibir al movimiento independentista actual como una continuación del movimiento de los indignados o 15M, justificando así su apoyo al primero, presentándolo como continuación del segundo. La realidad, sin embargo, no avala tal supuesto. Las derechas catalanas gobernantes, que hoy hegemonizan el movimiento independentista, al sentirse amenazadas por el 15M (cuando este apareció en Catalunya) estimularon y promovieron las movilizaciones independentistas como manera de parar y sustituir al 15M. Veamos la evidencia que así lo muestra.

El origen del 15M: un movimiento contestatario que exigía la democratización de la política en España (incluyendo Catalunya)

Cualquier persona con capacidad de análisis objetivo del pasado reciente de nuestro país concluiría que el 15M fue un movimiento popular de protesta frente al establishment político-mediático español (que incluía también el establishment político-mediático catalán), el cual, a través de la aplicación de políticas públicas neoliberales (tales como las reformas laborales encaminadas a debilitar el mundo del trabajo y los recortes de gasto público social de los servicios públicos del Estado del Bienestar, a fin de debilitar y desempoderar a las clases populares, las clases sociales más dependientes de tales servicios), estaba causando un gran sufrimiento entre la mayoría de la población, y muy en particular de las clases populares de este país. Tales políticas neoliberales se estaban imponiendo sin mandato popular, pues no estaban en los programas electorales de los partidos gobernantes (el PSOE y el PP en España, y Convergència, gobernando en aquel período en alianza con Unió Democràtica en Catalunya). De ahí que el eslogan del movimiento de los indignados fuera una denuncia contra la falta de democracia del Estado (incluyendo de la Generalitat de Catalunya), gobernado por partidos que no seguían el mandato recibido de la ciudadanía. Su eslogan "No nos representan" se extendió por todo el territorio español (incluyendo el catalán), alarmando con ello a aquellos establishments político-mediáticos que dominaban la política y medios de información del país. El poder y legitimidad de tales establishments estaban siendo cuestionados por un movimiento (el 15M) altamente popular.

La indignación en Catalunya en contra del establishment político-mediático catalán

En Catalunya, el 15M tuvo un enorme impacto. Su movilización (que culminó el 15 de junio de 2011, cuando rodeó el Parlament de Catalunya el día que iba a aprobar unos presupuestos con los recortes de gasto público social más duros que se habían presentado en España) fue enorme. Y determinó que el Sr. Artur Mas, presidente de la Generalitat, tuviera que llegar a la explanada del Parlament en helicóptero. La propuesta económico-social de su gobierno había sido expresada meses antes, en marzo, cuando presentó al Parlament sus propuestas de austeridad. Como describió El Periódico (utilizando la narrativa neoliberal dominante en el establishment político-mediático catalán de aquel momento), el "presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha defendido en el Parlament su política de recortes para evitar que Catalunya vaya hacia el ‘colapso’ y ha puesto a Grecia como ejemplo de lo que le puede pasar al país si no se realizan los ajustes necesarios. Frente a las críticas de la oposición, el jefe del Govern ha elevado más el tono contra los socios del tripartito, a los que ha acusado de contribuir con su ‘derroche’ a la insostenibilidad de los servicios públicos", (ver "Mas justifica los recortes para evitar que Catalunya ‘se colapse’ como Grecia", El Periódico, 13.04.11). Había, pues, que salvar a Catalunya de la irresponsabilidad del tripartito catalán, la coalición de partidos de izquierdas que había gobernado en la Generalitat de Catalunya (aseveración hecha, por cierto, en el país que tenía uno de los gastos públicos sociales más bajos de la UE-15, el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al español), a fin de evitar el colapso económico. Como ya había proclamado unos meses antes, el Sr. Artur Mas consideraba que "La austeridad nos hará fuertes", frase que se hizo famosa en los círculos intelectuales del país.

Y para conseguir tal fortaleza llevó a cabo los mayores recortes de gasto público social que jamás se hayan llevado a cabo en Catalunya, y ello con el apoyo del Partido Popular, que era y continúa siendo, junto con Ciudadanos, la derecha española de clara orientación conservadora-neoliberal. En sanidad, por ejemplo, el Sr. Boi Ruiz, conseller del ramo del gobierno de Artur Mas (constituido por los "mejores", tal como lo definió el presidente), que antes de ser nombrado como máximo responsable de la sanidad pública había sido la máxima autoridad de la patronal del sector sanitario, llevó a cabo unos enormes recortes, aconsejando a la población que cubriera sus necesidades a través del aseguramiento sanitario privado. Tal gobierno Mas era la expresión más ortodoxa del neoliberalismo en el panorama político catalán, junto con Ciudadanos. Era lógico, por lo tanto, que se sintiera amenazado por el movimiento 15M, popular, democrático y antineoliberal, al que respondió con una gran represión (dirigida por el conseller de Interior, el Sr. Felip Puig) por –parte de la policía catalana, los Mossos d’Esquadra. Y el gobierno y el partido gobernante, Convergència, pidieron la cárcel para varios de sus miembros, llevándolos hasta el Tribunal Supremo (ver mi artículo "Los presos políticos de los que no se habla", Público, 12.02.19). El actual presidente de la Generalitat y máximo dirigente hoy del movimiento independentista, el Sr. Quim Torra, se refirió a tal movimiento en aquel momento como una "pandilla de memos (...) que nos lleva directamente al quinto mundo. (...) ni en Uzbekistán pasa esto, que es intolerable, democráticamente hablando" (ver Un dia de fúria i de vergonya, Matí Digital, 16.06.11).

La respuesta de las derechas catalanas nacionalistas, hoy independentistas, frente al 15M

Parte de tal respuesta de las derechas gobernantes fue la creación de un movimiento que sustituyera al 15M, pues de triunfar tal movimiento y su denuncia del neoliberalismo significaría el fin de su mandato. Convergència (apoyada entonces por Unió Democràtica de Catalunya) había gobernado la Generalitat como si fuera su finca, convirtiéndola en una red clientelar a través de la que controlaba y continúa controlando los servicios, aparatos y medios de comunicación públicos. El patrimonialismo de las derechas catalanas gobernantes no tenía nada que envidiar al patrimonialismo de las derechas españolas. En realidad, las raíces de la corrupción (extendida en ambos partidos) estaban, precisamente, basadas en este patrimonialismo.

El proyecto de Convergència era facilitar y estimular el crecimiento del movimiento independentista para que tuviera la suficiente capacidad de convocatoria para contrarrestar el movimiento de protesta democrática y social. Para alcanzar tal objetivo tenía que sustituir el tema social por el tema nacional, presentando al 15M como un cuerpo foráneo, no catalán. El hecho de que gran parte de ese movimiento estuviera formado por gente de las clases populares de habla castellana fue un hecho detectado y denunciado por muchos dirigentes del nacionalismo de derechas catalanas (Convergència) y también por personajes del movimiento independentista, todavía muy minoritario entonces. El movimiento 15M había mostrado animosidad hacia el gobierno nacionalista de las derechas catalanas, no solo por la implementación de sus medidas de austeridad, sino también por dividir a Catalunya entre los catalanes "auténticos" y todos los demás. Esta actitud hizo enfadar a dirigentes nacionalistas, incluidos algunos de ERC como Carod-Rovira, que denunciaron tal movimiento 15M por su supuesta falta de sensibilidad hacia el tema nacional. Se preguntaba así "¿Cómo se deben entender las muestras de rechazo a las banderas catalanas, esteladas y al uso del catalán que se ha producido en el centro neurálgico de la capital catalana?", Josep Lluís Carod-Rovira en su artículo Indignació espanyola, publicado en Naciódigital, 16.06.11.)

Más contundente fue el nacionalismo derechista de Convergència, que había expresado ya su gran alarma cuando el Sr. Montilla, no nacido en Catalunya, y procedente de Andalucía, llegó a ser presidente de la Generalitat. La agresividad hacia estos acontecimientos fue enorme, y reflejaba un sentimiento de amenaza a su concepto patrimonial del Estado. Vicenç Villatoro, que aspiraba a ser el ideólogo del nacionalismo, definió estos hechos como una "reversión e inflexión muy peligrosa, pues significaba la abolición del eje nacional como eje político significativo y la consagración de la confrontación entre derechas e izquierdas como relato central de la política catalana" (extracto del libro L’engany, 2007).

El neoliberalismo imperante desapareció bajo las banderas

Las políticas de austeridad se habían iniciado con los socialistas –el gobierno Zapatero– a finales de la primera década del siglo, lo cual causó una gran abstención de la clase trabajadora en Catalunya, motivo por el que ganó Convergència en Catalunya, poniendo a Artur Mas en la presidencia, el cual acentuó todavía más los recortes siguiendo su vocación neoliberal (bajo el lema, como he mencionado antes, de que "la austeridad nos hará fuertes"). Su gobierno contó con el apoyo del Partido Popular –el mayor partido neoliberal a nivel del Estado- para desarrollar sus políticas neoliberales, aprobando ambos más tarde, cuando Rajoy sucedió a Zapatero en el gobierno español, la reforma laboral (que tuvo un impacto desastroso en la calidad de vida de la clase trabajadora y las clases populares en Catalunya y en el resto de España).

La imposición de políticas neoliberales generó unas enormes protestas populares que culminaron en el movimiento de los indignados, que (como había ocurrido en Francia con el Mayo Francés) tuvo un enorme impacto en España, incluyendo Catalunya. El gobierno Mas, tal como he indicado antes, reaccionó con una enorme represión y con toda una batería de respuestas, encaminadas todas ellas a debilitar el movimiento antiestablishment que representaba el 15M, y que significaba una amenaza para su permanencia en el poder. Era, en realidad, la mayor protesta que había existido en Catalunya frente al abusivo control que Convergència había ejercido sobre los aparatos del Estado, controlados por el gobierno catalán nacionalista conservador-neoliberal (que había gobernado Catalunya durante la mayor parte del período democrático). Frente a una amenaza de las clases populares, había que presentar un proyecto que cuestionara la existencia de clases sociales en Catalunya, aduciendo que todos éramos un pueblo, cohesionado por la defensa de la nación frente a los enemigos internos y externos. Era el intento de distraer y reconducir el conflicto hacia el ámbito nacional, ocultando así el conflicto social, generado este último por el conflicto de intereses existente en Catalunya entre las clases populares, por un lado (la mayoría de la base social del 15M), y el establishment político-mediático catalán, por el otro. La lucha de naciones sustituiría así a la lucha de clases.

Para ello se lanzó una gran movilización de instrumentos, algunos de los cuales habían estado casi apagados durante muchos años. Es el caso de Òmnium Cultural, a la que se añadió la recientemente creada ANC. Òmnium, que hasta entonces había tenido una orientación predominantemente cultural, se convirtió, junto con la ANC, en un instrumento clave de liberación nacional. Detrás de todos estos instrumentos estaba y sigue estando el gobierno convergente, que se transformó en independentista. Todo ello permitió, como apunta Jordi Amat en su libro La conjura de los irresponsables, que "el poder siguiera en las manos de siempre".  Ni que decir tiene que esta estrategia fue enormemente facilitada por el exacerbado uninacionalismo del Estado central, controlado por el Partido Popular, cuyas políticas neoliberales habían también sido ocultadas por unas políticas agresivas en contra del reconocimiento de la plurinacionalidad de España.

El gran error de las izquierdas independentistas

La tesis central de las izquierdas independentistas es creer que  la gran crisis social se debe a la pertenencia de Catalunya a España, requiriendo la secesión para conseguir el bienestar de las clases populares catalanas, hoy supuestamente negado por el Estado español. Tal externalización de responsabilidades ignora u oculta las responsabilidades que el establishment conservador-neoliberal catalán tiene en la creación de la enorme crisis social que hoy tales clases sociales están experimentando. Su estrategia de anteponer la secesión por delante de todo lo demás ha reforzado el dominio de tal establishment en Catalunya (y en España). Esto ha sido reconocido incluso por dirigentes de la CUP como el Sr. Vidal Aragonés, que durante la campaña de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre de 2017 indicó: "Nosotros votamos unos presupuestos antisociales –los de la Generalitat de Catalunya, gobernada por Convergència (rebautizada como PdeCAT) apoyada por ERC–, para acelerar el proceso de construcción del referéndum". El último ejemplo de tal supeditación de las necesidades de las clases populares a los intereses partidistas del independentismo catalán, incluyendo sus izquierdas, se dio más recientemente con el veto a los presupuestos pactados entre PSOE y Unidos Podemos en las Cortes españolas, que hubieran sido un paso importante en la reversión del neoliberalismo (ver mi artículo El triunfo de las derechas con la ayuda de los independentistas, Público, 07.03.19).

Incluyo en esta crítica también a las izquierdas que se definen a sí mismas como revolucionarias y que consideran que la secesión es un elemento esencial de la derrota del Estado borbónico español, permitiendo así su sustitución por un Estado republicano. En realidad, cualquier persona con sensibilidad democrática y vocación republicana debería tener simpatía y ofrecer apoyo a tal objetivo. Pero lo que este supuesto ignora es que es imposible alcanzar su objetivo a través de una estrategia que ponga el conflicto España-Catalunya en su centro. El cambio en España no ocurrirá sin la participación activa de las clases populares españolas en el movimiento pro-republicano español, hecho que los movimientos supuestamente revolucionarios ignoran, y que con sus comportamientos (definiendo a España casi como el enemigo) dificultan.

En realidad, el mayor error de tales izquierdas supuestamente revolucionarias es el no darse cuenta de que una de las principales causas del subdesarrollo social de Catalunya es el dominio que el establishment político-mediático catalán, hoy independentista, tiene sobre las instituciones de la Generalitat, al cual están apoyando en sus políticas. Catalunya está hoy polarizada y la convivencia dañada, pues la clase trabajadora catalana no es mayoritariamente independentista. Y ahí está el tema clave que los "revolucionarios" no consideran.

La polarización unionistas versus secesionistas beneficia a los partidos de sus bloques pero perjudica a toda la población del país

El objetivo de la estrategia independentista ha sido la de crear una polarización entre independentistas y unionistas, objetivo compartido por estos últimos, pues muchos estaban en contra del proyecto plurinacional que había sido característico de las izquierdas no solo catalanas, sino también españolas. De ahí su intento de destruir a En Comú Podem en Catalunya. Tal como reconoció Lluís Salvadó: "Los de Colau están histéricos. Están jiñados (...).Están jiñados, porque los del movimiento de Colau están partiendo peras con el Estado español, la gente se va hacia un lado o hacia el otro y los del medio se quedan fulminados", (según lo expresado en conversaciones recogidas en los autos del juicio por el 1-O, recogidos por La Vanguardia, 21.11.17).

En su intento de movilización y polarización crearon un futuro imposible por su inmediatez. Es imposible pensar que se creyeran lo que decía el bloque independentista. Es difícil creer, por ejemplo, que el presidente Puigdemont creyera lo que expresó en una comparecencia ante el Parlament de Catalunya el 28 de septiembre de 2016: "Estaremos preparados porque ya se está trabajando desde hace tiempo con este objetivo. Y sería una irresponsabilidad grave, por parte del Gobierno y de los partidos que le apoyan, proponer la creación de un Estado propio y no preparar con el máximo cuidado esta creación y su funcionamiento inicial. Estamos preparados para este tránsito hacia el Estado independiente de manera ordenada, como decía, sin saltos en el vacío, con garantías por lo que se refiere, no solamente a la seguridad jurídica, sino también a la viabilidad económica. En definitiva, hacia junio de 2017 ya estaremos preparados para podernos desconectar del Estado español con plenas garantías".

La realidad actual ha mostrado la enorme falsedad de tal proyecto. Y más tarde, las declaraciones que afirmaban que Catalunya ya era una república eran abundantes y contundentes, todo ello como parte de una estrategia de movilización llena de falsedades, como al final muchos de sus líderes así lo reconocieron. Si no se lo creían (que es más que probable), la única explicación plausible es que intentaban algo que no aparecía escrito y que sí consiguieron: que no se hablara de las horribles consecuencias de la aplicación de sus políticas neoliberales. Incluso voces próximas al presidente Puigdemont reconocieron esta realidad. Uno de los miembros de su gobierno, Santi Vila, exconsejero de la Generalitat (en declaraciones al diario ARA del 15 de diciembre de 2014), indicó con una franqueza poco usual que "el procés independentista convierte en soportables los recortes", y "¿Alguien imagina que podríamos resistir un ajuste de 6.000 millones desde 2010, con los sacrificios que hemos pedido, si no hubiéramos tenido un tejido social muy fuerte y la esperanza y la ilusión que ha generado el proceso soberanista?". No se podría haber dicho más claro. Y lo que veremos en estas elecciones legislativas será más de lo mismo: el tema nacional ocultando el daño social causado por los "superpatriotas" de ambos lados. Así de claro. Y de ello no se habla en los mayores medios de información y persuasión del país.

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neoliberalismo
El triunfo de las derechas neoliberales con la ayuda de los independentistas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/03/07/el-triunfo-de-las-derechas-neoliberales-con-la-ayuda-de-los-independentistas/ Thu, 07 Mar 2019 06:00:41 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4737 Continuar leyendo "El triunfo de las derechas neoliberales con la ayuda de los independentistas"]]> Dos acontecimientos políticos están ocurriendo en España que marcarán el futuro de este país de una manera muy notable. Uno es el juicio de los presos políticos independentistas, que está contribuyendo a la polarización política del país entre unionistas y secesionistas (conocidos también como independentistas), polarización que errónea y maliciosamente se presenta como el conflicto entre España y Cataluña, ignorando, por cierto, que la mayoría de catalanes no son independentistas. Este juicio está siendo utilizado por las derechas españolas (PP y C’s), que se han ido derechizando cada vez más como consecuencia de la aparición electoral y mediática de Vox (que les está sustrayendo parte del electorado), y también por los secesionistas, como elemento clave de su campaña electoral, preparándose para las elecciones generales que el presidente Sánchez ha anunciado que se van a celebrar el 28 de abril, dentro de menos de dos meses. El discurso del presidente de ERC y exvicepresidente del gobierno independentista catalán, Oriol Junqueras, presentado como una serie de respuestas a las preguntas de su abogado durante su comparecencia en el juicio, encaja plenamente en esta línea estratégica movilizadora del voto a favor de la independencia, que incluye, por cierto, un sector importante de no independentistas indignados con la represión del Estado español y con la evidente falta de neutralidad de la sala segunda del Tribunal Supremo, presidida por el juez Marchena.

El enorme déficit democrático del Estado español

En realidad, tal juicio es un indicador del enorme déficit democrático del Estado español, producto de un proceso de transición de la dictadura a la democracia que distó mucho de ser modélico pues era el resultado de un gran desequilibrio de fuerzas entre los herederos de los vencedores de la Guerra Civil y los herederos de los vencidos. Los primeros tenían control de todos los aparatos del Estado y de la gran mayoría de medios de comunicación, y los segundos acababan de salir de la cárcel, o de volver del exilio, todos ellos recién salidos de la clandestinidad. Ni que decir tiene que las movilizaciones populares y muy en especial las del movimiento obrero (España tuvo el mayor número de días laborales perdidos debido a huelgas de Europa) durante el período anterior a la Transición fueron determinantes para provocar el fin de aquel régimen dictatorial. Pero las instituciones del Estado que canalizaron el cambio estaban dominadas por los sucesores del régimen, y estos tuvieron el poder para poder configurar el contexto dentro del cual se ejercía la vida política.

Ello explica que, a pesar de notables avances durante el período democrático, el hecho es que continua el gran subdesarrollo social de España y la permanencia de la visión uninacional del Estado central con una dimensión represiva muy acentuada y un compromiso social muy limitado, tal como documenté en mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país (escrito en 2002), y todavía hoy continúa siendo uno de los países de la UE-15 con mayor número de policías por cada 10.000 habitantes y, a la vez, con uno de los porcentajes más bajos de la población adulta trabajando en los servicios del Estado del bienestar, tales como sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, vivienda social y un largo etcétera.

Un claro ejemplo de este dominio conservador del Estado es su aparato judicial y su protagonismo en la vida política del país. Lo que ocurre estos días en el enjuiciamiento de los dirigentes independentistas es un indicador de ello. El Tribunal Supremo que juzga a tales presos políticos ha autorizado a un partido ultraderechista, VOX, a personarse como acusación popular contra los presos, legitimándolo (partido que debido a su identificación con el franquismo, estaría prohibido en un país democrático, como es Alemania, que tuvo un régimen, el nazismo, parecido al fascismo español).

Pero también hubo errores y actitudes no democráticos en el lado represaliado

 La indignación (justa y necesaria) contra el juicio no debería dar pie, sin embargo, a la "beatificación" de los presos, como está ocurriendo en amplios sectores democráticos de Catalunya. En realidad, algunos de tales presos (Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn) apoyaron políticas represivas llevadas a cabo por el gobierno de la Generalitat de Catalunya en contra del movimiento de los indignados – el 15-M-, cuando miembros de tal movimiento rodearon el Parlament de Catalunya en señal de protesta por los recortes de gasto público (los más acentuados en España) que dañaron enormemente a las clases populares catalanas. El Sr. Jordi Turull, como portavoz de la coalición gobernante, el Sr. Rull, como parlamentario de la mayoría gobernante, y Joquim Forn, como regidor de Convergència del Ayuntamiento de Barcelona, apoyaron la petición de encarcelamiento del gobierno catalán, que fue aceptada y aplicada en una sentencia del mismo juez del Tribunal Supremo, el juez Marchena, que ahora los está juzgando a ellos. Es justo recordar pues, que algunos de ellos y el partido que continúa gobernando la Generalitat de Catalunya utilizaron para reprimir al 15M los mismos medios y el mismo magistrado (el juez Marchena) y el mismo tribunal (El Tribunal Supremo) que ahora los está reprimiendo. (ver "Los presos políticos de los que no se habla", Público, 12.02.19).

Las contradicciones en dirigentes independentistas

Otra contradicción se dio entre el intento del Sr. Oriol Junqueras de presentarse como defensor de la democracia (y de "la utilización de las urnas para expresar el deseo popular") por un lado, y la declaración unilateral de independencia de Catalunya (un objetivo que la mayoría de los catalanes no compartía ni apoyaba, según mostraron repetidamente las encuestas más fiables en Catalunya) por el otro. En todas las elecciones autonómicas, el número de votos de apoyo a los partidos independentistas no era mayor que el de apoyo a los partidos no independentistas. Por el contrario, fue menor.  Muestra cierta arrogancia o falta de sensibilidad democrática insistir en que representan a la mayoría del electorado o de la población catalana. El grito que tipificó el 15M "No nos representan" aplicaba también al gobierno de la Generalitat cuyas políticas de austeridad y apoyo a la reforma laboral no estaba en su programa electoral.

Por otra parte, el Sr. Junqueras confundió (como suelen hacer con frecuencia los independentistas) soberanismo con independentismo. El soberanismo defiende la capacidad de decisión entre varias alternativas, de las cuales una puede ser la secesión. De nuevo, según las encuestas creíbles, parece ser que la mayoría de la población en Catalunya apoyaría el derecho a decidir sobre qué tipo de relación les gustaría tener con el resto de España, pero ello no implica que su preferencia fuera necesariamente la secesión. En realidad, históricamente las izquierdas catalanas habían defendido siempre el derecho de autodeterminación de las diferentes naciones que constituyen España, sin reclamar necesariamente la secesión, derecho de decisión también defendido, por cierto, por las izquierdas españolas, (incluyendo el PSOE y el PCE) durante la clandestinidad en la lucha contra la dictadura. Tal derecho era muestra de su aceptación de la plurinacionalidad del Estado español. Y durante el período democrático fueron las izquierdas catalanas las que promovieron el Estatut, aprobado en el 2005 por el parlamento catalán (y por las Cortes españolas y por referéndum en Catalunya en 2006), que iba en esta dirección, reconociendo a Catalunya como una nación dentro de España.

 Las causas del crecimiento del independentismo: la represión del Estado central y su rechazo de la plurinacionalidad de España

  Tal confusión entre soberanismo e independentismo es también promovida por las derechas unionistas, cuya visión de España es la uninacional y radial basada en la capital del Reino. Soberanismo e independentismo, sin embargo, son dos conceptos y realidades distintos. El unionismo derechista, cuya máxima expresión es el Estado monárquico, nunca ha aceptado tal distinción, lo cual es el origen del movimiento independentista. El porcentaje de catalanes a favor de la independencia subió enormemente cuando el Tribunal Constitucional vetó elementos clave del Estatut, propuesto por el gobierno tripartito progresista catalán (vetando incluso elementos que habían sido aceptados en otras autonomías). Así pues, la represión característica del Estado borbónico y la no aceptación de su plurinacionalidad ha sido el mayor generador de independentismo.

El hecho de que el Estado central uninacional y su intolerancia y represión hayan sido las mayores causas del crecimiento de las tensiones nacionales e internacionales no excusa, sin embargo, a los partidos independentistas gobernantes en Catalunya de haber alimentado tales tensiones en el curso de su "procés". En realidad, las medidas y discursos de la secesión "express" en una narrativa de enfrentamiento con España, confundiéndola con el Estado (narrativa común entre grandes sectores del independentismo) ha sido el mayor aliado de las derechas españolas.

 El veto independentista al presupuesto del Estado: el otro gran error

El otro acontecimiento de enorme importancia para el futuro de España, incluyendo Catalunya, ha sido el veto del independentismo al presupuesto presentado en las Cortes españolas por el gobierno socialista, presidido por el Sr. Sánchez. Tal presupuesto estaba basado (con cambios significativos) en el pacto del PSOE con UP (Unidos Podemos) y significaba un cambio muy sustancial en la política económica y social del Estado. Era un documento histórico, pues revertía en gran parte las políticas neoliberales que han dominado las intervenciones públicas del Estado español (y de sus autonomías, incluida la Generalitat de Catalunya, que se ha caracterizado por ser la más dura y ortodoxa en su neoliberalismo) y que han sido desastrosas para las clases populares de los distintos pueblos y naciones del país, incluyendo Catalunya. Las reformas laborales aplicadas por los gobiernos de Zapatero y Rajoy en España y por los gobiernos Mas y Puigdemont en Catalunya han causado un enorme incremento del porcentaje de trabajadores que cobra un salario igual o menor al salario mínimo interprofesional (SMI), pasando de 8,86% en 2008 (antes de que se aplicaran tales reformas) a un 12,56% en 2016 (un aumento del 41,8%). En realidad, las condiciones del mercado de trabajo y de las condiciones de vida de la clase trabajadora son mucho peores hoy que antes de que se iniciara la recesión en 2007. Como consecuencia, el porcentaje de las rentas del trabajo sobre el PIB disminuyó de un 55,6% en 2006 a un 53,7% en 2018, causa por cierto del enlentecimiento económico debida al gran descenso de la demanda doméstica (ver mi libro Ataque a la democracia y al Bienestar. Crítica del pensamiento económico dominante, 2015.)

La falsedad de la supuesta recuperación económica

Esta desastrosa realidad no ha ido desapareciendo como los portavoces neoliberales (y la mayoría de medios de información que, en España, incluyendo Catalunya, son de clara orientación neoliberal) afirman. La famosa "recuperación económica", que se refleja, según sus defensores, en un alto grado de creación de empleo (9,5% de crecimiento, casi el doble que en el promedio de la UE-15) se basa en un enorme aumento de la precariedad, la característica mayor del mercado laboral español (incluyendo el catalán). Así, por ejemplo, mientras que en la UE-15 el número de trabajadores temporales subió durante el mismo período (2013-2017) un 13%, en España, incluyendo Catalunya, tal porcentaje subió más del doble (28%).

Otros indicadores de tal desastre (y no hay otro término mejor para definir las consecuencias de la aplicación de tales políticas neoliberales, casi unánimemente aplaudidas y promovidas por los establishments financieros y económicos y sus instrumentos políticos, mediáticos y académicos-universitarios) son los indicadores económicos y sociales antes y después de la aplicación de tales políticas. Veamos algunos de ellos: la tasa de paro en España pasó de ser de un 8,2% en 2007 a 17,2% en 2017; el paro de larga duración pasó de un 20,4 % de todos los parados en 2007, a un 45,5% en 2017 (un incremento del 123%); la tasa de siniestralidad laboral ha alcanzado los niveles más altos del UE-15, con 2,3 muertos por cada 100.000 trabajadores (comparado con 0,5 en los Países Bajos, 0,73 en Suecia, 0,83 en el Reino Unido, 0,97 en Alemania, 1,02 en Dinamarca, etc.).

Tal situación desastrosa se da en todas las áreas sociales. El mercado inmobiliario, por ejemplo, resultado de las políticas neoliberales, ha imposibilitado el acceso a la vivienda de la mayoría de la población. España, incluyendo Catalunya, tiene uno de los mayores porcentajes de familias de menor renta en la UE-15 que destinan más del 40% de dichas rentas a la vivienda. Este porcentaje ha aumentado enormemente –consecuencia de tales políticas-, pasando de un 26% en 2007, a casi un 40% en 2017. Y tal desastre se acentúa también debido al enorme recorte del gasto público social (como en sanidad, educación, vivienda social, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales y un largo etcétera).

El presupuesto pactado PSOE-IU: la posibilidad de revertir el desastre neoliberal

La novedad del presupuesto pactado entre PSOE y UP era que, por primera vez, se revertía la orientación neoliberal del presupuesto del Estado. Ni que decir tiene que era un cambio que debería haber sido incluso más acentuado. Pero era un paso en la dirección correcta. Su aprobación habría mejorado notablemente la calidad de vida de las clases populares españolas (incluyendo las catalanas).

Pero fue vetado por una alianza de las derechas uninacionalistas neoliberales y reaccionarias (Vox incluso quiere privatizar la totalidad de las pensiones, como hizo Pinochet en Chile) con los partidos secesionistas (PDeCAT y ERC) una alianza en contra de las izquierdas, que eran y continúan siendo el motor del cambio. Hay que subrayar que tal veto fue el resultado de una alianza implícita en su comportamiento parlamentario, entre las derechas PP y C’s por un lado, y los partidos independentistas (PDeCat y ERC) por el otro, alianza en contra del gobierno Sánchez (y también en contra de todas las izquierdas), pues el PSOE de Sánchez había representado un movimiento hacia la izquierda de tal partido, iniciado con la victoria del candidato Sánchez en las primarias del PSOE frente a las derechas de tal partido (representadas por los barones y figuras históricas) lideradas por la Sra. Susana Díaz. Tal victoria fue resultado del movimiento de protesta que tuvo lugar en todo el país, generado por el 15-M y personificado en el surgimiento de Podemos, (el cual más tarde se aliaría con IU formando Unidos Podemos), una protesta que se tradujo también en la victoria de Sánchez, con un movimiento hacia la izquierda y un acercamiento a Unidos Podemos constantemente cuestionada por las derechas neoliberales dentro del PSOE, que consideran que la alianza natural del PSOE debería ser con Ciudadanos.

 El sectarismo partidista se puso por encima de las necesidades de las clases populares

Que el PP y C’s vetaran el presupuesto del Estado es coherente con su sensibilidad neoliberal. Ambos partidos de derechas han defendido los intereses de los grupos fácticos económicos y financieros que han ejercido una enorme influencia sobre el Estado español. El enorme crecimiento de las rentas derivadas del capital y de los grupos de renta superior, así como el gran descenso de las rentas del trabajo que ha tenido lugar durante su mandato es el mejor indicador de a quién sirven y benefician sus políticas. Y en el lado independentista, la derecha catalana (que hasta hace poco pertenecía a la misma familia política neoliberal europea que Ciudadanos) ha actuado también coherentemente con sus postulados neoliberales, pues en temas económicos ha sido siempre el gran aliado del PP (ver mi artículo "Cómo los partidos nacionalistas de polos opuestos han causado la ocultada crisis social", Diario Público, 04 de febrero de 2019). Una de las figuras más influyentes en esta derecha es la economista ultraliberal Elsa Artadi, que fue la gran promotora del economista más ultraliberal en Catalunya, el Sr. Sala i Martí.

La gran sorpresa en esta alianza entre PP, C’s, PDeCAT y ERC es el comportamiento de ERC, un partido de centroizquierda que había realizado una gran labor en temas sociales, cuando formó parte del tripartito, dirigido por el socialista Pasqual Maragall (el gobierno, junto con el gobierno Montilla, con mayor sensibilidad social que haya existido en Catalunya durante el período democrático). Pero tal sorpresa es relativa, pues bajo la dirección del Sr. Oriol Junqueras, ERC siempre ha antepuesto el tema nacional a cualquier otro tema, incluido el tema social (un tanto igual ha ocurrido con otro partido independentista, la CUP). El tema prioritario ha sido conseguir la independencia "express", a costa de aliarse con Convergència, que siempre ha sido la fuerza dominante y hegemónica dentro del independentismo, debido a su control abusivo de todos los aparatos de la Generalitat (incluyendo los aparatos de comunicación como TV3 y Catalunya Ràdio, puestos al servicio de su causa), y que se caracterizan por una gran hostilidad hacia las izquierdas, y muy en especial hacia Podem Catalunya, EnComú Podem, ICV, EUiA y otros). Los "grandes defensores de la democracia" que aparecen en el juicio se han comportado de una manera autoritaria, manipuladora y caciquil, ofensivamente antidemocrática con los medios de comunicación que controlan.

El daño que está causando tal veto

La crítica de las izquierdas no independentistas al PDeCat y a ERC por su veto al presupuesto se centra en el enorme daño que ello ha causado en inversiones y gasto público en Catalunya. Aunque acertada, tal observación es insuficiente, pues el mayor daño (al vetar el presupuesto) se ha hecho a los derechos laborales y sociales de los sectores de la población catalana y española más necesitados, que son la clase trabajadora, los ancianos, los niños y niñas y las mujeres de las clases populares, el grupo de la población en Catalunya que es, precisamente, menos independentista. En Catalunya, la mayoría de los sectores de la población que viven en barrios con una renta por debajo de la media no votan primordialmente a partidos independentistas, mientras que los que están en zonas con una renta por encima de la media son los que sí lo hacen.

Otro gran error del independentismo – al no votar a favor del presupuesto - ha sido aliarse en la práctica con la derecha impregnada de cultura franquista, rompiendo la alianza que echó a Rajoy del gobierno, alianza que es esencial no solo para revertir las políticas neoliberales que han causado tanto daño, sino también para avanzar en una resolución del tema nacional, admitiendo una plurinacionalidad hoy muy limitada en España. Tal error de ERC debilita enormemente cualquier posibilidad de cambio. Es más, no habrá cambio en Catalunya sin la colaboración de las fuerzas progresistas y de las izquierdas españolas, y su capacidad de movilización entre las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España. Su veto a un proyecto favorecido por la gran mayoría de las clases populares en España, incluyendo votantes de las derechas (el 55% de españoles apoyaron el presupuesto, incluyendo el 46% de votantes de Ciudadanos y un tercio del PP), ha dificultado que tales clases puedan ver a los independentistas como aliados en su lucha para cambiar el Estado español.

Hoy, el "procés" de las izquierdas independentistas ha hecho un enorme daño no solo a su propia causa, sino también al bienestar de las clases populares de Catalunya y del resto de España. Se mire como se mire, la calidad de vida y bienestar de la mayoría de tales clases están mucho peor ahora que hace diez años. Catalunya y España viven una enorme crisis social, consecuencia de la cual los jóvenes no vivirán mejor que sus padres. Y que ello sea así se debe al enorme poder de las fuerzas conservadoras sobre los aparatos del Estado, incluyendo la Generalitat de Catalunya y su alianza en la aplicación de las políticas neoliberales ocultado todo ello por el gran debate nacional. Así de claro.

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La creciente rebelión popular frente al neoliberalismo: Amazon en Nueva York https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/02/25/la-creciente-rebelion-popular-frente-al-neoliberalismo-amazon-en-nueva-york/ Mon, 25 Feb 2019 07:02:19 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4722 Continuar leyendo "La creciente rebelión popular frente al neoliberalismo: Amazon en Nueva York"]]> Hace unos días apareció en la portada de los mayores rotativos a los dos lados del Atlántico Norte una noticia que cayó como una bomba; veamos lo que ha ocurrido y la noticia que generó. Durante varios meses, una de las principales empresas tecnológicas del mundo, Amazon (dirigida por el hombre más rico del mundo), había anunciado que abriría una nueva sede en el distrito de Queens, en la ciudad de Nueva York, prometiendo generar nada menos que 25.000 nuevos puestos de trabajo. Queens es el distrito más pobre de la ciudad (que es mucho más extensa que su distrito más rico, Manhattan, que es en general la parte de Nueva York más visitada y prácticamente la única conocida por la gran mayoría de turistas que visitan esta ciudad). La inversión de Amazon en Queens iba a renovar, cambiar y modernizar significativamente aquella parte de la mayor urbe de EEUU. El establishment político neoyorquino, incluyendo el gobernador del Estado de Nueva York, el Sr. Cuomo (que a nivel popular había pasado a conocerse, en lugar de Andrew Cuomo, como Amazon Cuomo, del Partido Demócrata) así como el nuevo alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, dirigente del ala progresista del Partido Demócrata, había ofrecido todo tipo de incentivos, incluidos incentivos fiscales (equivalente a un subsidio de más de 3 mil millones de dólares), para atraer a Amazon y que viniera a establecerse a Queens, creando empleo y reavivando aquella parte de la ciudad. Las encuestas señalaban que, aun cuando casi la mitad de los encuestados en la ciudad de Nueva York consideraban el subsidio público excesivo, estaban de acuerdo con el plan que había diseñado y promovido el Partido Demócrata de aquel Estado y de la ciudad para atraer a Amazon.

Invito al lector a pensar qué ocurriría si, en una ciudad como Barcelona, Madrid, Bilbao, Sevilla o cualquier otra gran ciudad de España, el establishment político de dicha ciudad hubiera visto la oportunidad de atraer a Amazon a su urbe con la posibilidad de crear empleo (la frase que se utiliza más comúnmente para apoyar tales inversiones). Es más que probable que, al menos hasta hace poco, los establishments políticos y mediáticos (y sobre todo aquellos de orientación liberal) estuvieran movilizándose por tierra, mar y aire para conseguirlo. Parecería lógico, razonable y deseable que así ocurriera.

Amazon, sin embargo, se retiró. ¿Por qué?

Ahora bien, hace solo unos días, el 14 de febrero, la noticia bomba en primera página de los mayores rotativos a los dos lados del Atlántico Norte fue que Amazon anunciaba que no iba a establecer la sede ni en Queens, ni en ninguna otra parte de Nueva York, debido a la oposición que había encontrado entre la población y los representantes políticos del distrito más directamente afectado por el establecimiento de la sede de Amazon.

En realidad, hubo una gran oposición entre amplios sectores de Queens y sus representantes políticos. Y la razón es fácil de entender. La gente que actualmente vive en Queens no se habría beneficiado. Al contrario, le habría perjudicado. Así pues, los vecinos no compartieron la euforia del establishment político-mediático, debido a varias causas. Una es que Amazon es una empresa tecnológica, de las más conocidas por su resistencia y agresividad contra la sindicalización de sus trabajadores y empleados. Tal empresa es el prototipo de empresa neoliberal, citada como modelo por los economistas neoliberales. En las negociaciones con los sindicatos Amazon no solo mostró su fuerte oposición a que sus empleados se sindicalizaran (indicando que preferían tener una relación individual y personal con sus empleados), sino que insistió en que se opondría a que los sindicatos intentaran acceder a sus trabajadores, así como a que hubiera elecciones para que los empleados pudieran votar tener un sindicato, y anunció además que tomaría represalias contra sus empleados que intentaran hacerlo. Es más, al analizar otras dimensiones características de Amazon, se ve que es una empresa que está muy en contra de pagar impuestos y utiliza su gran influencia política y mediática para promover una cultura anti-impuestos (desde el de rentas personales al impuesto de sociedades), empobreciendo las arcas de la autoridad pública del barrio, distrito o Estado, como ha ocurrido en la ciudad de Seattle, donde tiene la otra sede. Por otra parte, los empleados mejor pagados de tal empresa no proceden, por lo general, del barrio o distrito donde se encuentra la sede, una zona que se gentrificaría rápidamente, lo que acabaría por expulsar a sus actuales vecinos de donde han vivido siempre. En realidad, con el anuncio de que Amazon se establecería en aquel distrito, los precios de la propiedad y del alquiler subieron espectacularmente, lo cual habría implicado un cambio profundo en las características sociales, de comercio y de política fiscal de la zona, todas ellas desfavorables a los ya residentes en él. La "renovación" y "modernización" del distrito se habrían hecho a costa de la "expulsión de la población que ahora vivía en él". Esta situación está sucediendo ya en todas las principales ciudades a los dos lados del Atlántico Norte.

La gentrificación de los barrios obreros

Lo que es nuevo es que la población se está rebelando contra el establishment político republicano y demócrata neoliberal, que se siente amenazado por un movimiento al que demonizan denominándolo "populista" y que se está extendiendo no solo en Queens y en Nueva York, sino también a lo largo de EEUU y también de Europa. Entre sus dirigentes está la nueva congresista Alexandria Ocasio-Cortez, que representa a una parte de Queens y el Bronx en el Congreso de EEUU. Este movimiento utiliza el eslogan "sí se puede cambiar la situación", semejante al "sí se puede" del 15-M en España. En su Twitter, Alexandria Ocasio-Cortez subrayó que "en contra de lo que ellos quieren que te creas, todo es posible". Y en el día en el que Amazon se retiró afirmó que "hoy es el día en el que un grupo de personas normales y corrientes, gente común, ciudadanos de Nueva York y sus distritos y barrios, han derrotado la avaricia sin límites de la corporación Amazon, la explotación de sus trabajadores y el poder del hombre más rico del mundo". Su oposición amplia y contundente (los vecinos del distrito tomaron las salas de la cámara del parlamento neoyorkino durante las sesiones en las que se discutía el caso Amazon) al establishment político-mediático le ha generado una gran simpatía popular, facilitada por la enorme arrogancia mostrada por Amazon en sus relaciones con los políticos locales de la zona, a los cuales ni siquiera quiso ver, asumiendo que serían los primeros en acogerlos cuando en realidad fueron los que más se les opusieron. Nadie tomó en serio a los vecinos del distrito hasta que se movilizaron. Uno de sus pósteres denunciaba el contraste entre, por un lado, los planes que Amazon, con la ayuda del gobierno de la ciudad, estaba desarrollando para construir pistas de aterrizaje para los helicópteros de los ejecutivos de esta empresa, –y el deterioro tan acentuado del metro de Queens, por el otro.

Algo parecido ha estado ocurriendo en las grandes ciudades de España. En Barcelona, Ada Colau y el movimiento vecinal que lideró ganaron las elecciones municipales –en contra de todas las predicciones oficiales- como resultado del enfado popular frente a los intereses financieros que estaban destruyendo los barrios populares, haciendo imposible el acceso a la vivienda por parte de la población común. Ello explica la enorme hostilidad de los medios y de las derechas (y algunas izquierdas confusas) hacia su mandato. En este sentido, es importante señalar que en la cobertura de la retirada de Amazon de Nueva York la gran mayoría de los rotativos españoles que han informado sobre ello han presentado la versión de los hechos dada por Amazon y el establishment político-mediático de la ciudad de Nueva York. En ninguna parte se ha presentado la versión de lo ocurrido por parte de las clases populares. Un ejemplo más del enorme sesgo a favor del statu quo, con falta de vocación crítica, de la cultura mediática hegemónica en España (incluyendo Catalunya). Así de claro.

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neoliberalismo
La promoción del neoliberalismo fascista a través de los videojuegos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/02/20/la-promocion-del-fascismo-neoliberalismo-a-traves-de-los-videojuegos/ Wed, 20 Feb 2019 06:55:03 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4710 Continuar leyendo "La promoción del neoliberalismo fascista a través de los videojuegos"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Poíticas y Políticas Públicas Universitat Pompeu Fabra

El cambio dramático del clima meteorológico y la toma de conciencia de los enormes daños causados a las poblaciones en su bienestar ha despertado una preocupación global sobre la necesidad de tomar medidas para paliar tal deterioro. Reuniones, congresos, artículos, películas, revistas, propuestas legislativas y un largo etcétera sobre el cambio de clima meteorológico son prueba de ello. Y como consecuencia, se percibe como un ignorante peligrosísimo a quien, como el presidente Trump, de EEUU, continúa negando que haya un cambio del clima meteorológico –como resultado de la intervención humana- que constituye una amenaza mundial.

Imagen del videojuego 'PlayerUnknown's Battlegrounds'
Imagen del videojuego 'PlayerUnknown's Battlegrounds'

Pero hay otro cambio de clima, también provocado por el ser humano, que está causando también un enorme daño y sobre el cual no se está haciendo nada. Me estoy refiriendo al cambio del clima cultural-ideológico que está teniendo lugar desde los años ochenta a los dos lados del Atlántico Norte, y que está deteriorando masivamente y de forma alarmante la calidad de vida de las poblaciones expuestas a él. A partir de los años ochenta hemos visto en los países de los continentes a los dos lados del Atlántico Norte (Norteamérica y Europa) un cambio muy significativo en los valores ideológicos y culturales hegemónicos en sus sociedades, de manera que se han ido sustituyendo los valores de solidaridad, así como de universalidad de derechos políticos, sociales, laborales y culturales (que habían surgido después de la derrota del nazismo y el fascismo en la II Guerra Mundial), por los valores de competitividad sin límites, con un individualismo feroz, en un proceso de selección darwiniano en el que la responsabilidad colectiva, pública y social es repudiada. Su objetivo es conseguir el máximo nivel de acumulación de riqueza, instrumentalizando el Estado para obtener tal fin, habiendo provocado una enorme concentración de la riqueza y de los ingresos a nivel nacional e internacional. En otras palabras, el triunfo del neoliberalismo, iniciado por el presidente Reagan en EEUU y la Sra. Thatcher en el Reino Unido, propició toda una nueva cultura que ha promovido tales valores intrínsecos a la ideología neoliberal.

Un elemento clave que ha garantizado la promoción y reproducción de tal cambio en el clima cultural-ideológico han sido los mayores medios de reproducción de valores – desde los sistemas educativos hasta los medios de información y persuasión – controlados por los intereses financieros y económicos que han promovido dicho cambio. Esta transformación ha sido muy acentuada en los medios audiovisuales y, de manera muy creciente, en la industria de los videojuegos, estos últimos orientados sobre todo hacia la infancia y la juventud, el tema principal de este artículo.

Los videojuegos violentos como cambio del clima cultural-ideológico: el neoliberalismo fascista en los medios

Un valor central que promueve esta cultura-ideología es, como acabo de indicar, el de la competitividad sin frenos, que se concreta en el objetivo de alcanzar mayor riqueza y mayores beneficios por parte del individuo que juega mediante el uso de todo tipo de intervenciones y comportamientos violentos y machistas, que han alcanzado unos niveles nunca vistos antes en cuanto a la intensidad de su crueldad y vileza. Es una especie de neoliberalismo darwiniano con características fascistas que incluye un canto a la fuerza física, al machismo (las mujeres son sistemáticamente presentadas como instrumentos de satisfacción erótica del hombre, merecedoras de ser violentadas y violadas) y a la violencia en cualquier forma, la cual va desde el asesinato hasta los robos, atropellos con vehículos, degollamientos, torturas y un largo etcétera.

Si usted, lector, no se lo cree, vea algunos de los videojuegos más vendidos en el mundo, tales como Grand Theft Auto, o PlayerUnknown’s Battlegrounds, el tercero y el quinto en este ranquin, respectivamente. Del primero se han distribuido 100 millones de copias, y del segundo 50 millones. En Grand Theft Auto, el tercero más vendido en el mundo, el jugador tiene por objetivo sobrevivir a costa de robos, asesinatos sin escrúpulos y estafas financieras, en una ciudad ficticia en la que no hay límites, ni para el enriquecimiento ni para los métodos para conseguirlo. Es la versión pura del neoliberalismo mafioso con características de una ultraderecha claramente fascistoide. Igual de violento es PlayerUnknown’s Battlegrounds, donde la violencia se expresa más a través del armamento militar, incluyendo armas de gran potencia. Aquí el objetivo es conseguir las armas y el equipamiento necesario para matar a todas las personas que han sido dejadas en una isla, hasta que solamente quede una en pie.

Manhunt, uno de los más viralizados por su sadismo (en sus versiones de 2003 y 2016), tiene como protagonista a un hombre despiadado y cruel que ejecuta a sus víctimas a través de distintos métodos, incluyendo hachazos, asfixia mediante bolsas de plástico o simplemente degollamientos. Mortal Kombat, otro de los juegos, añade otras acciones como arrancar la columna vertebral a las víctimas o aplastarles los genitales. Bully Game, en cambio, enseña cómo controlar un centro escolar mediante el bullying a alumnos y profesores. Y así, un largo etcétera.

La protesta en defensa de la vida frente a tanta violencia fascista y machista

La inclusión de tales prácticas violentas con el objetivo de optimizar el beneficio personal ha alarmado, por fin, a varias asociaciones internacionales de pediatría, medicina y psicología, así como a los consumidores, motivo por el que se ha creado un código internacional –el PEGI, Pan-European Game Information- para catalogar los videojuegos según su contenido, y que alude a la edad recomendada para su uso. Pero ello es dramáticamente insuficiente.

Una de las causas de esta creciente alarma es la evidencia que se está acumulando de que hay una relación directa entre actos de violencia y matanzas, por un lado, y la exposición a tales tipos de videojuegos, por el otro. Así pues, hay evidencias de que la exposición a los videojuegos violentos tiene relación directa con conductas, pensamientos y actitudes agresivas, así como con la disminución de comportamientos prosociales y de empatía hacia las víctimas. Uno de los estudios más relevantes es el llevado a cabo por Craig A. Anderson (2010), catedrático del Departamento de Psicología de la Iowa State University, titulado Violent video game effects on aggression, empathy, and prosocial behavior in Eastern and Western countries: A meta-analytic review, en el que, junto con otros autores, realiza un meta-análisis de 130 estudios experimentales y no experimentales hechos en EEUU y en Japón, que contienen una muestra acumulada de 130.000 individuos. Los principales resultados del estudio son:

  • La exposición a los videojuegos violentos está relacionada positivamente con comportamientos agresivos, cognición agresiva y actitudes agresivas. También está relacionada con la desensibilización, la falta de empatía y la falta de conductas prosociales. Los resultados son estadísticamente significativos en los estudios experimentales, los cross-culturales y los longitudinales.
  • Los efectos de los videojuegos violentos son significativos tanto en EEUU como en Japón.
  • Los estudios longitudinales afirman que los videojuegos violentos son un factor de causalidad de riesgo a largo plazo (conductas agresivas, empatía-desensibilización, etc).

En un estudio anterior de 2008, titulado Longitudinal Effects of Violence of Violent Video Games on Aggression, Empathy and Prosocial Behavior in Japan and the United States, Anderson y otros autores ya señalaron que el tiempo destinado al consumo de videojuegos en los EEUU pasó de 4 horas semanales a 16 en solo 20 años, y que los juegos favoritos de los niños/as y jóvenes tienen contenidos violentos, a pesar de las restricciones de la industria.

Y por si el grado de violencia del contenido de los videojuegos no fuera suficiente, no deberíamos ignorar que en la mayoría de ocasiones hablamos de jóvenes que se encierran en su habitación y pasan horas y horas conectados a la pantalla pero desconectados del mundo real, dejando en un segundo plano su vida social o familiar y sus estudios.

Clasismo, machismo y racismo en los videojuegos

Finalmente, cabe destacar también que la mayoría de estos videojuegos contienen, además, estereotipos muy claros de raza, clase social y género. En Grand Theft Auto, por ejemplo, que, como hemos señalado, es uno de los más vendidos, los ricos son blancos, viven en mansiones, van bien vestidos y peinados, y juegan al golf. Los delincuentes viven en los suburbios, son latinos y/o afroamericanos que escuchan música RAP, van mal vestidos y no están integrados socialmente. Las mujeres, como ya he indicado anteriormente, nunca son protagonistas. Solo aparecen como víctimas la mayoría de las veces, y siempre enmarcadas en situaciones de denigración y marginación: son prostitutas o strippers, aparecen con poca ropa y la mayoría son hispanas y/o afroamericanas. Su actitud es siempre sexual, vulgar y provocativa. La figura de la mujer es presentada como mero objeto sexual para placer y diversión del hombre, con la asociación de placer de uno a costa del dolor del otro.

El adoctrinamiento neoliberal y también de la violencia fascista en nuestra sociedad 

Ni que decir tiene que la gran mayoría de creadores de tales videojuegos violentos niegan que tengan ningún impacto entre sus jugadores. Tal argumento también fue utilizado en su día por los canales televisivos que proyectaban y promovían la violencia en sus películas. La evidencia acumulada ha mostrado su falsedad.

La amenaza existe, pues los videojuegos son una de las formas de ocio preferidas por niños y jóvenes, promovida por una industria que solo en España manejó 1.359 millones de euros en 2017, siendo este país el cuarto mercado de videojuegos en el ámbito europeo. Según la Asociación Española del Videojuego (AEVI), cerca de un 44% de la población española entre 6 y 64 años se declara jugador/a de videojuegos, con una dedicación semanal de 6,6 horas, siendo los videojuegos el 62% de todo el consumo de ocio audiovisual, mucho más que el cine (27%) y la música grabada (11%). Ni que decir tiene que los videojuegos pueden tener también fines educativos y ser utilizados de forma que no empobrezcan las relaciones interpersonales, gozando de las experiencias colectivamente, lo que puede convertirlos en una herramienta útil. Pero es más que preocupante que sean los medios de ocio más utilizados por los jóvenes y niños, y que algunos de los más populares – y de una manera creciente – sean los más violentos. Tal como ha denunciado Amnistía Internacional, la sistemática violación de los derechos humanos que tal tipo de videojuegos está promoviendo debe denunciarse. Como ya he indicado anteriormente, en EEUU el tiempo dedicado al consumo de videojuegos ha pasado de ser de 4 horas semanales a 16 en solo 20 años, y lo que es preocupante es que algunos de los juegos preferidos por niños y jóvenes sean los más violentos. De ahí que, en aquel país, donde tales programas han sido más extensos, la American Academy of Pediatrics, la American Psychology Association, la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, la American Medical Association, la American Psychiatric Association y el Ministerio de Salud del Gobierno Federal (el US Department of Health) hayan denunciado esta situación, exigiendo un control de tales productos, propuesta a la que se oponen, cómo no, las fuerzas neoliberales, que defienden lo que ellos llaman el derecho del consumidor en el mercado.

El neoliberalismo siempre ha utilizado su supuesta defensa de la libertad para desarrollar y promover las peores dimensiones del ser humano, habiendo defendido regímenes y Estados horribles a fin de defender lo que preservan como mercado, que no es ni más ni menos que la instrumentalización y manipulación de la ciudadanía para el beneficio de los intereses económico-financieros que controlan las instituciones políticas y mediáticas. La ciudadanía debe, pues, rebelarse, ya que tal epidemia de valores violentos está haciendo un daño enorme -y quizás irreparable- a la sociedad. Le ruego al lector que distribuya extensamente este artículo y que se movilice para parar y denunciar tal acoso.

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Fascismo,neoliberalismo
Los presos políticos de los que no se habla https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/02/12/los-presos-politicos-de-los-que-no-se-habla/ Tue, 12 Feb 2019 06:55:57 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4703 Continuar leyendo "Los presos políticos de los que no se habla"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Desde hace casi diez años, España, incluyendo Catalunya, ha estado sometida a una serie de políticas públicas de claro corte neoliberal (tales como las reformas laborales que han deteriorado enormemente el mercado de trabajo, extendiendo masivamente la precariedad y reduciendo los salarios, y los recortes de gasto público y, muy en especial, del gasto público social en sanidad, educación, vivienda social, escuelas de infancia –mal llamadas "guarderías" en España–, servicios domiciliarios y servicios sociales entre muchos otros) que han afectado muy negativamente la calidad de vida y el bienestar de las clases populares. Como consecuencia, las conocidas como "enfermedades de la desesperación" han aumentado muy notablemente, y los recortes, entre otros, en los fondos públicos para la sanidad, han provocado un notable deterioro del servicio público sanitario, habiéndose producido muertes a causa de la demora en las listas de espera para intervenciones mayores, tal y como han denunciado recientemente profesionales del sector sanitario público.

La protesta frente al neoliberalismo

Como era predecible, hubo una protesta generalizada a lo largo del territorio español, incluyendo en Catalunya, que denunció la falta de legitimidad que tenían tales políticas públicas, pues fueron impuestas a la población por partidos de sensibilidad neoliberal sin que hubiera ningún mandato popular para que se aplicaran. En realidad, ninguna de esas medidas estaba en los programas electorales de los partidos gobernantes en España (el gobierno Zapatero primero y el gobierno Rajoy más tarde) y en Catalunya (el gobierno Mas, posteriormente continuadas por el gobierno Puigdemont). En realidad, el gobierno catalán, dirigido por el partido de la derecha catalana (hoy independentista), Convergència, más tarde rebautizada como PdeCat, fue de los que aplicó con mayor dureza los recortes del gasto público con el que se financiaban servicios públicos del Estado del Bienestar catalán. Dicho partido, de tradición neoliberal, no había incluido en su programa electoral toda una serie de medidas, como la reforma laboral aprobada en el 2012 por el gobierno del PP, que Convergència apoyó en las Cortes españolas, ni tampoco los severos recortes de gasto público que se aplicaron según la Ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada en las Cortes españolas, propuesta por el PP, y que Convergència también aprobó.

El movimiento de los indignados: el 15-M en España, incluyendo Catalunya

Dicho movimiento de protesta se extendió por todo el territorio español. El eslogan que los hizo famosos y populares, "No nos representan", era una denuncia hacia el establishment político del país -la clase política- en general y de los gobiernos españoles (primero, el gobierno Zapatero, y más tarde el gobierno Rajoy) y catalanes (el gobierno de Convergència, presidido por el Sr. Mas, cuyas políticas neoliberales continuaron con el gobierno Puigdemont) en particular, acusándoles de no representar a las clases populares (que eran la gran mayoría de la población). El 15-M señaló la falsedad de los argumentos utilizados por tales formaciones políticas (y por la gran mayoría de medios de información afines) para justificar la aplicación de las políticas neoliberales (que no estaban en sus programas electorales) afirmando que "no había otras alternativas". Los datos, sin embargo, mostraban que ello no era cierto. En el libro Hay alternativas: propuestas para crear empleo y bienestar social en España que escribimos Juan Torres, Alberto Garzón y yo mismo, ampliamente utilizado por el movimiento 15-M (como muestra esta fotografía de la primera reunión del movimiento de los indignados en la Plaza del Sol, en Madrid), habíamos mostrado cómo el gobierno Zapatero, en lugar de intentar conseguir fondos para el Estado congelando las pensiones (1.200 millones de euros) podría haber conseguido incluso más, 2.500 millones, si, entre otras medidas, hubiera revertido su bajada de impuestos a las personas que ingresaban 120.000 euros al año, bajada de impuestos que había llevado a cabo dos años antes (en mitad de la burbuja especulativa inmobiliaria) bajo el lema de que "bajar impuestos era también de izquierdas". Y el presidente Rajoy hubiera conseguido 5.300 millones de euros revirtiendo, entre otras medidas, la bajada de impuesto de sociedades de las empresas que facturaban más de 150 millones de euros al año, que representaban un 0,12% de todas las empresas, pero en lugar de ello decidió recortar 6.000 millones de euros en sanidad y otros servicios públicos. Y tal movimiento 15-M en Catalunya hizo una denuncia semejante de las políticas de austeridad del gobierno Mas, señalando que sí había alternativas que hubieran podido generar muchos más recursos de los que se recortaron, gravando, por ejemplo, a grupos minoritarios adinerados con gran poder político y mediático. Los datos están ahí para todo el que quiera comprobarlo.

La confrontación del 15-M con el gobierno Mas y su brutal represión por parte de la policía catalana con la condena a prisión de varios miembros del 15-M por parte del Tribunal Supremo según sentencia dictada por el juez Manuel Marchena

El 15 de junio de 2011, el movimiento 15-M rodeó sin ninguna violencia el parque de la Ciutadella (que había sido cerrado por la policía catalana), dentro del que está el Parlament de Catalunya. El 15-M, al cual apoyé valorando su aparición en el panorama político-social de España, incluyendo Catalunya, como una entrada de aire fresco dentro de un clima político asfixiante, me invitó a dar una charla en una manifestación convocada al lado del parque de la Ciutadella (frente a la estación de Francia) para denunciar los recortes de gasto público social (que incluía sanidad, educación y otros servicios públicos vitales) que se iban a aprobar aquel día en el Parlament catalán por parte de los partidos gobernantes en coalición bajo la presidencia del Sr. Mas. La gran cantidad de gente que rodeaba el parque de la Ciutadella dificultaba pero no imposibilitaba el acceso al Parlament por parte de los parlamentarios. Pero tanto la cantidad de gente, como el enfado de la población reunida frente a la clase política, explican que el presidente Mas prefiriera llegar en helicóptero al Parlament en lugar de hacerlo en coche, como es habitual. Los Mossos atacaron con toda brutalidad a la población congregada imposibilitando la celebración del acto programado, que nunca tuvo lugar. Las cargas fueron de una enorme dureza y hubo varias detenciones.

El clima de linchamiento estimulado por el establishment político-mediático catalán

La derecha catalana, incluyendo la derecha independentista, se refirió a aquella manifestación como un golpe parecido al 23-F (cuando un grupo de personas armadas pertenecientes a la Guardia Civil habían asaltado e interrumpido las sesiones de las Cortes Españolas). Lean, entre otros,los artículos de José Antich, Pilar Rahola, Artur Mas en La Vanguardia, o Quim Torra en El Matí, y verán el nivel de hostilidad que el establishment político-mediático catalán, incluyendo las derechas independentistas gobernantes, tenía hacia aquellas manifestaciones primero y hacia los detenidos después. Se creó por parte de dirigentes e intelectuales del establishment político-mediático del país un clima de linchamiento con la intención de que las esperadas condenas contra los ocho procesados del 15-M fueran las más duras posibles. La gran sorpresa y decepción para tal establishment tuvo lugar cuando fueron absueltos por la Audiencia Nacional, hecho que fue recurrido al Tribunal Supremo a petición del gobierno de la Generalitat, del Parlament de Catalunya y del Ministerio Fiscal, consiguiendo una condena de tres años por un delito contra las instituciones del Estado (ver una descripción detallada de lo ocurrido en el excelente artículo publicado en Mientrastanto, Sobre el juicio del procés (III)" de José Luis Gordillo). Y el juez que dictó tal sentencia fue nada menos que Manuel Marchena, que recibió un gran reconocimiento y agradecimiento por parte del establishment político-mediático catalán, incluyendo el independentista, el mismo juez, por cierto, que hoy es odiado por el mismo establishment independentista por su acusación de rebelión y sedición (entre otros) en contra de los presos políticos independentistas. Es de suponer que los presos políticos de hoy, que fueron miembros del gobierno independentista del gobierno Mas como Joaquim Forn, Jordi Turull o Josep Rull, y que aplaudieron junto con otros miembros de Convergència y del gobierno catalán al juez Marchena, habrán cambiado de opinión sobre el mismo.

Hay que reconocer, pues, que algunos de los presos políticos de hoy fueron los justicieros de ayer, cuando pedían máxima prisión para los que se oponían a sus políticas neoliberales. Y hasta hoy, ninguna figura del establishment político-mediático catalán, incluyendo la derecha independentista gobernante, ha protestado frente a la represión que sufrieron (y continúan sufriendo) de aquellos que lucharon por conseguir una mejor calidad de vida para las clases populares de Catalunya y de España, y que fueron sentenciados por hacerlo. José Mª Vázquez, Francisco José López, Ángela Bergillos, Jordi Raymond, Ciro Morales, Olga Álvarez, Rubén Molina y Carlos Munter, continúan olvidados y criminalizados. Hasta que dejen de serlo, la condena (justa y necesaria) del comportamiento represivo del estado español y sus servidores, como el juez Marchena, por parte del establishment político-mediático independentista carecerá de credibilidad por el carácter partidista y selectivo de su denuncia, ya que olvidaron y algunos participaron en represiones políticas en casos anteriores. La necesaria oposición al carácter represivo del Estado español debe denunciarse, sean quienes sean las víctimas de tal represión, lo cual no ha ocurrido ni sigue ocurriendo, ni en Catalunya ni en el resto de España.

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Cómo los partidos nacionalistas de polos opuestos han causado la ocultada crisis social https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/02/04/como-los-partidos-nacionalistas-de-polos-opuestos-han-causado-la-ocultada-crisis-social/ Mon, 04 Feb 2019 07:00:55 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4695 Continuar leyendo "Cómo los partidos nacionalistas de polos opuestos han causado la ocultada crisis social"]]> Hoy el tema nacional, también llamado el tema territorial, acapara prácticamente la totalidad del debate político del país. España está dividida en tres bloques. El mayoritario incluye los partidos nacionalistas españolistas, cuya visión de España es uninacional, radial, centrada en la capital del Reino y del Estado borbónico, y cuya máxima expresión se materializó durante el régimen dictatorial –llamado franquista en España–. Tal visión pervive todavía en amplios sectores del territorio español. La otra visión, alternativa al nacionalismo españolista, es la plurinacional, que anhela una España que admita y promueva el reconocimiento de su diversidad nacional, una visión existente entre las izquierdas clandestinas (PSOE y PCE) durante la dictadura y que, habiendo sido reprimida por el Estado dictatorial e incluso, más tarde, en el período democrático, está resurgiendo y expandiéndose de nuevo, en parte como resultado de las limitaciones del sistema radial, que ha estado frenando el desarrollo de las "periferias", lo que ha generado el deseo del establecimiento de una España poliédrica en lugar de radial. Otra causa del crecimiento de la visión plurinacional de España es el reconocimiento de que es la única manera de mantener la unidad del país frente a la amenaza de la tercera visión, la secesionista, que está adquiriendo dimensiones desafiantes para el Estado borbónico y que se está expandiendo de una manera creciente en Catalunya como consecuencia de la rigidez y la represión del Estado borbónico, cuyo Tribunal Constitucional vetó el primer intento de establecer un Estado plurinacional a través de un Estatuto a pesar de que había sido aprobado por el Parlament de Catalunya, por las Cortes españolas y por el pueblo catalán en referéndum.

Por qué el tema nacional centra la atención político-mediática del país

Muchas son las causas de que el tema nacional continúe centrando la atención político-mediática del país. Pero una causa poco conocida y, en cambio, esencial, es que tal atención está ignorando e incluso ocultando otros temas que los dirigentes gobernantes de los nacionalismos opuestos, tanto el central como el secesionista, quieren ocultar. Quiero aclarar que no pertenezco a la tradición que percibe el desarrollo de los acontecimientos como resultado de conspiraciones. Ahora bien, es difícil no ver y reconocer que, hoy, el nacionalismo españolista por un lado, y el independentismo por el otro, están dirigidos por opciones de sensibilidad neoliberal que están imponiendo políticas neoliberales que están dañando a las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, sin que se hable de ello en el país. Permítanme que cite dos casos: Andalucía y Catalunya. Comencemos por Andalucía.

Andalucía: la victoria del neoliberalismo

El tema nacional fue utilizado por la derechas nacionalistas uninacionales españolistas de PP, Ciudadanos y Vox (con su defensa de la supuestamente amenazada "unidad de España") para acusar de "traidores a la patria" a las izquierdas (PSOE y Unidos Podemos), al aliarse éstas últimas con los secesionistas (Junts per Catalunya y ERC) en su moción de censura que terminó con el gobierno Rajoy. Su alegato en defensa de la "unidad de España", el eslogan que utilizó la derecha golpista en 1936 (de la cual el PP y Vox son descendientes), fue utilizado para llevar a cabo un programa económico-social de clara tendencia neoliberal que toda la evidencia ya existente muestra que ha estado perjudicando el bienestar y la calidad de vida de las clases populares, a fin de incrementar el bienestar de los sectores pudientes de la sociedad andaluza que ellos representan. Miren los datos y verán cómo han evolucionado las desigualdades en España (con un aumento muy significativo de las rentas derivadas del capital a costa del descenso muy acentuado de las rentas derivadas del trabajo), resultado de la aplicación de tales políticas neoliberales por parte de los gobiernos españoles (primero el PSOE y más tarde el PP con el apoyo de Ciudadanos) y también, por cierto, por Convergència (hoy, PDeCAT) en Catalunya.

Eduardo Garzón, uno de los mejores economistas de este país, documentó con gran detalle en su artículo "Pacto del PP y VOX: beneficios para los más ricos y menos dinero para los servicios públicos" (Público, 12.01.19) la naturaleza de estas medidas, la mayoría de los cuales, en las áreas económicas y sociales, ha hecho suyas también Ciudadanos. Todas ellas benefician sistemáticamente a los estratos sociales más adinerados, a los propietarios y gestores del capital, con rebajas de impuestos a tales sectores (personas que ingresan de media más de 103.000 euros al año), mediante, por ejemplo, reducciones del tramo autonómico del IRPF para tales grupos, la privatización de los servicios públicos, la desregulación del mercado de trabajo, la reducción del gasto público social, el apoyo a la escuela concertada a costa de la pública, y así un largo etcétera, temas que apenas han salido en el debate político, siendo ocultados y/o ignorados bajo el eslogan de "defender la unidad de España".

El neoliberalismo del gobierno independentista

En el otro extremo hemos visto cómo los otros "grandes patriotas" en Catalunya, supuestamente defensores de la patria catalana, dirigidos en el gobierno por un partido neoliberal (Convergència) perteneciente hasta hace poco al mismo grupo político europeo neoliberal que Ciudadanos, también han aplicado estas políticas neoliberales.

Las políticas aplicadas por el gobierno independentista de la Generalitat de Catalunya han sido las mismas (repito, las mismas) políticas públicas que las aplicadas por los "superpatriotas" españolistas. Convergència (1) aprobó la nefasta reforma laboral propuesta por el "superpatriota" españolista PP en 2012. Tal reforma ha tenido un impacto devastador en el mercado laboral español, incluyendo el catalán, reduciendo salarios y generando precariedad (de lo cual tal partido era plenamente consciente, pues era lo que precisamente deseaba); (2) aprobó también otra política neoliberal nefasta: la ley de estabilidad presupuestaria del PP, también en 2012; (3) aprobó la ley de amnistía fiscal del PP, también en 2012; y (4) aprobó el decreto de recortes del PP, también en 2012. En caso de que estos temas hubieran centrado el debate político en Catalunya, tal partido habría desaparecido del mapa político como ha ocurrido con Unió Democràtica. Sin embargo, tales temas apenas aparecieron. El tema nacional lo ocultó todo. Y les ha ido muy bien.

Y esta situación se continúa repitiendo diariamente. Hoy, gracias al juicio de los presos políticos independentistas, el tema nacional continúa abarcándolo todo, desconociéndose (pues los medios no han hablado de ello) que el gobierno de la antigua Convergència (llamada PDeCAT y también Junts per Catalunya) y de ERC votó, en el Parlament de Catalunya, junto con los "superpatriotas" españolistas, en contra de la reforma fiscal propuesta por Catalunya en Comú-Podem, la cual hubiera conseguido un incremento notable de ingresos de la Generalitat de Catalunya, elevando los impuestos de las clases más pudientes. Y hay probabilidades de que el gobierno independentista catalán vote junto con los superpatriotas españolistas contra del presupuesto pactado por el PSOE y Unidos Podemos, el cual beneficiaría enormemente el bienestar de las clases populares. Y esta es la realidad ignorada. ¿Cómo puede un partido decir que ama a su país cuando, a su vez, aprueba políticas públicas que hacen tanto daño a sus clases populares? Hoy, tanto en Catalunya como en el resto de España, la mayoría de la juventud no vivirá mejor que sus padres. Y todo ello como resultado de las políticas de los "superpatriotas" a los dos lados del Ebro, algo de lo que no se habla. Así de claro.

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La baja calidad de la democracia española: la pervivencia de la cultura franquista https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/01/28/la-baja-calidad-de-la-democracia-espanola-la-pervivencia-de-la-cultura-franquista/ Mon, 28 Jan 2019 07:00:51 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4680 Continuar leyendo "La baja calidad de la democracia española: la pervivencia de la cultura franquista"]]> La versión dominante de lo que fue la transición de la dictadura a la democracia, promovida por el establishment político-mediático español, es que esta fue resultado de un consenso democrático entre los herederos de los vencedores y de los vencidos en la Guerra Civil, dando como resultado el establecimiento de una democracia –guiada por la Constitución– homologable a cualquier otro régimen democrático existente en la Europa Occidental.

He criticado extensamente esta versión señalando que tal transición, lejos de ser modélica, fue resultado no de un consenso entre iguales sino fruto de una correlación de fuerzas enormemente desigual entre, por un lado, las fuerzas ultraconservadoras que dominaban el aparato del Estado y la gran mayoría de los medios de información y, por el otro, las fuerzas democráticas (lideradas por las izquierdas) que acababan de volver del exilio, salir de la prisión o dejar la clandestinidad. Ni que decir tiene que las movilizaciones sociales (y muy en particular las obreras) fueron determinantes para forzar el fin de la dictadura. Pero a nivel institucional, las izquierdas eran muy débiles: el resultado de aquella transición así lo ha mostrado.

Cuarenta años después de la transición, España continúa teniendo, entre otros muchos problemas, (1) uno de los Estados del bienestar de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo dentro de la UE) menos financiados, es decir, con menos recursos para los servicios públicos del Estado del bienestar (como sanidad, educación, vivienda social, servicios sociales, escuelas de infancia -mal llamadas guarderías en España-, servicios domiciliarios y otros) y para transferencias públicas (como pensiones y ayudas familiares, entre otras); (2) un sistema electoral poco proporcional y escasamente representativo que ha discriminado y marginado a las fuerzas políticas que lideraron la resistencia durante la dictadura, y que ha favorecido a las zonas conservadoras a costa de las progresistas; (3) un profundo conservadurismo en muchos aparatos del Estado, como la judicatura; (4) una escasísima diversidad ideológica de los medios de comunicación (entre los cuales no hay ni un gran rotativo de izquierdas); y (5) un sistema educativo claramente sesgado que favorece la versión conservadora de la historia de España; (6) una permanencia del franquismo y sus símbolos: el dictador que dirigió uno de los regímenes más represivos y sanguinarios que hayan existido en Europa en el siglo XX (por cada asesinato político que cometió el régimen fascista de Mussolini, el régimen de Franco cometió 10.000, siendo España, después de Camboya, el país que tiene un mayor porcentaje de personas desaparecidas por causas políticas en el mundo) ha continuado gozando de un gran monumento de homenaje durante cuarenta años de democracia y (7) la Iglesia Católica continúa gozando de enormes privilegios, reproduciendo una cultura franquista muy extendida en muchos y grandes sectores de la población.

La cultura franquista continúa muy extendida entre las derechas españolas

Y (8) el debate político raramente se plantea en términos democráticos: el insulto, la grosería y la mala educación son características del debate político español, características mucho más acentuadas en los personajes de derechas que en los personajes de izquierdas. Vean ustedes La Sexta Noche, programa en el que los tertulianos de derecha sistemáticamente interrumpen e insultan a los tertulianos de izquierdas. Ni que decir tiene que en muchas ocasiones, las izquierdas, contaminadas de tal comportamiento, también interrumpen. Pero la práctica es mucho más común entre las derechas. Me sorprende que tal canal televisivo promueva este tipo de intercambios, pues da una imagen muy negativa del escaso nivel democrático de la política española. He vivido y trabajado a lo largo de mi dilatado exilio en varios países (Suecia, Reino Unido y EEUU) y en ninguno he visto un programa televisivo con tanta agresividad y mala leche iniciada en su mayoría por los tertulianos de derechas. ¡Ni en la Fox de EEUU! ¿No se dan cuenta, los productores de este programa, del enorme daño que hacen a la democracia española, presentando el llamado debate político como un espectáculo mediático tan poco edificante? Invito a los lectores de este artículo a que vean programas de esta naturaleza en países a los dos lados del Atlántico Norte y verán que no existe nada semejante. La falta de cultura democrática es abrumadora en España. Es casi imposible exponer un argumento frente a una persona de derechas sin ser interrumpido.

Las derechas reproducen la cultura franquista

No solo en su comportamiento sino también en su ideología, las derechas españolas, tanto las tradicionales como el PP y su escindida rama VOX, como las nuevas, Ciudadanos, reproducen elementos esenciales de tal cultura. En realidad, el drama de la democracia española es que nunca ha tenido una derecha democrática. El mejor ejemplo de esta realidad es que tanto el PP como C’s no tienen inconvenientes en aliarse con Vox, para parar a los que ellos llaman "los rojos y separatistas" (tal como decía el franquismo), situación que es impensable que ocurriera en Francia o Alemania (países que tuvieron regímenes nazis o cómplices del nazismo). Su ideología y visión de España no es distinta a la del franquismo. En realidad, VOX es una escisión del PP y muchos de los dirigentes de Ciudadanos fueron en su día militantes o simpatizantes del PP. Estos son los graves problemas raramente discutidos y denunciados en los medios. El dictador murió pero la cultura franquista continúa viva en España.

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El porqué de la radicalización de las derechas: su hostilidad hacia las izquierdas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/01/25/el-porque-de-la-radicalizacion-de-las-derechas-su-hostilidad-hacia-las-izquierdas/ Fri, 25 Jan 2019 07:00:53 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4677 Continuar leyendo "El porqué de la radicalización de las derechas: su hostilidad hacia las izquierdas"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Dos hechos que han tenido lugar recientemente en España han tenido un gran impacto en la vida política del país. Uno es la salida del Partido Popular del Gobierno de España, como resultado de una moción de censura en las Cortes Españolas en su contra. Su sustitución por el gobierno socialista, liderado por Pedro Sánchez (que a su vez había ganado las primarias del PSOE como consecuencia de una revuelta de sus bases en contra del aparato de tal partido) marcó un cambio muy significativo en la dirección del país. Sin lugar a dudas, la fuerza política que jugó un papel determinante en este cambio fue Podemos (y sus confluencias En Marea y En Comú Podem), que, junto con IU en Unidos Podemos, lideró el establecimiento de las alianzas necesarias (entre las izquierdas del país y los partidos nacionalistas vascos y catalanes) para que ello pudiera ocurrir, terminando con el dominio de las derechas españolas (PP y Ciudadanos) en la gobernanza del país, habiendo sido estos dos partidos los máximos responsables de la aplicación de las políticas públicas que han causado tanto dolor entre las clases populares del país. Sin Podemos tales cambios no hubieran ocurrido. En realidad, incluso la victoria en las primarias del PSOE de las corrientes de izquierda de aquel partido frente a sus derechas (capitaneadas por Susana Díaz, la Secretaria General del PSOE andaluz) fue influenciada por el surgimiento de Podemos a nivel estatal.

El presupuesto pactado entre el PSOE y Unidos Podemos: una gran conquista y punto de referencia para las fuerzas progresistas en España

El otro gran acontecimiento, consecuencia del anterior, ha sido el presupuesto del Estado, pactado entre el gobierno socialista y Unidos Podemos, que significa un cambio sustancial (no solo para España sino también para la Unión Europea) de ruptura de la estrategia neoliberal y sus políticas, revirtiendo las reformas laborales y los recortes de gasto público (incluyendo el social) que causaron tanto daño al país. Tal pacto, de respetarse por parte del gobierno socialista, y también de aprobarse por la alianza izquierda-nacionalistas, significaría un enorme beneficio para la calidad de vida de las clases populares (que son la mayoría de la población española).

De nuevo, no creo que pueda cuestionarse que Podemos inspirara gran número de los elementos clave y sumamente importantes del presupuesto del Estado propuesto por un gobierno al que, en alianza con IU, Podemos ha seguido apoyando y sobre el que ha continuado ejerciendo presión para que no se diluyera lo pactado. En realidad, nunca antes Podemos, en sus casi cinco años de extraordinaria historia, tuvo tanta influencia legislativa como ahora. Resaltar el protagonismo de Unidos Podemos no significa desmerecer, sin embargo, la gran labor realizada por otros partidos políticos, y muy en particular, del propio PSOE y su dirección.

La previsible respuesta de las derechas

Las derechas perdedoras, con escasa cultura democrática, contestaron con una enorme hostilidad, con movimientos de protesta dentro del Partido Popular por la "supuesta tibieza" de su dirección frente a tales cambios, creándose una escisión con VOX. Nunca antes el PP había perdido tanto votos, pérdida compensada por el incremento de la otra derecha, Ciudadanos (establecida por los poderes fácticos financiero-económicos para parar a Podemos), varios de cuyos líderes habían pertenecido también al PP, de ahí que, aun cuando el PP no ha dejado de perder votos, elección tras elección, sus descendientes y aliados han ido creciendo, con lo cual la suma podría constituir la mayoría, sobre todo como consecuencia del sesgo favorable a las derechas mayoritarias que tiene la ley electoral española. Es interesante señalar que todas estas derechas se han ido radicalizando, virando más y más hacia la derecha y la ultraderecha, tanto en las áreas económicas como en las sociales, siendo homologables en muchas de sus políticas a las ultraderechas en el espectro europeo.

Los costes del olvido de la memoria histórica

Dos factores explican la radicalización de tales derechas. Uno es el cambio de los partidos nacionalistas catalanes hacia posturas independentistas que ha sido definido por las derechas como una amenaza a "la unidad de España" y todo lo que dicho eslogan significa en este país. El hecho de que esta transformación de tales partidos al secesionismo, resultado de la gran expansión del sentimiento secesionista entre la población catalana (de un 15% a un 48% del electorado), se deba al veto del Tribunal Constitucional a elementos esenciales del Estatuto de Autonomía propuesto por el gobierno de izquierdas de la Generalitat de Catalunya, presidido por el socialista Pasqual Maragall (tras ser aprobado por el Parlamento de Catalunya, las Cortes españolas y por el pueblo catalán en referéndum), es sistemáticamente ignorado por las derechas españolas, las cuales ponen todo el peso de la responsabilidad de las tensiones interterritoriales del país en los partidos independentistas. Ni que decir tiene que tales partidos han utilizado muy astutamente (con fines partidistas) la falta de sensibilidad del Estado español, incluyendo su aparato judicial, hacia el carácter plurinacional del Estado español, y han identificado Estado Español con España, construyendo así una estrategia (el famoso "procés") que se alimentaba con las tensiones entre Catalunya y España, olvidando (o ignorando) que la mayoría de catalanes se sienten españoles.

La visión uninacional de España que promueven las derechas, que alcanza su máxima expresión durante el régimen dictatorial franquista, está ampliamente extendida en este país, como resultado de cuarenta años de enorme adoctrinamiento de la población de un Estado nacionalista en extremo, y de un conservadurismo profundamente reaccionario y antidemocrático. Esta cultura persiste no solo en muchos aparatos del Estado, sino también en amplios sectores de la población. La falta de dedicación y compromiso por parte de las izquierdas gobernantes durante la mayoría del período democrático para corregir la tergiversada historia de España ha facilitado la continuidad de tal cultura antidemocrática. En realidad, el surgimiento de VOX no es nada sorprendente. El PP tuvo siempre una rama franquista muy desarrollada, que ahora se ha escindido, por considerar al equipo Rajoy débil no solo frente al independentismo, sino también frente al incremento del progresismo representado por Unidos Podemos.

¿Qué pasó en Andalucía?

El establishment político-mediático español, incluyendo el catalán, (así como algunos sectores dentro de las izquierdas) han interpretado la falta de movilización de votantes de izquierda (tanto de IU como de Podemos) en las últimas elecciones en Andalucía como un indicador del desencanto del electorado con Podemos y con Unidos Podemos, y muy en especial con su dirección estatal. Ello no deja de ser sorprendente, pues una característica de la campaña de Ahora Andalucía (AA), la versión andaluza de Unidos Podemos, fue precisamente la desvinculación y el distanciamiento de AA de las direcciones estatales, y muy en especial de la dirección estatal de Podemos. Es más, el tema central de la campaña de las derechas, con activa participación de todos los dirigentes estatales del PP y C’s, fue la defensa de la "unidad de España" (el eslogan que justificó el alzamiento militar). Es sorprendente que, frente a este eslogan, AA no movilizara el voto de izquierdas denunciando tanto la utilización de las banderas por parte de las derechas (PP y Ciudadanos) para ocultar el daño causado por ellas mismas a través de sus políticas a nivel del Estado, como la oposición de tales derechas al presupuesto pactado entre las izquierdas que, de aprobarse, hubiera revertido los efectos negativos de las políticas neoliberales que habían aprobado cuando gobernaron España.

Es cierto que las elecciones eran a nivel autonómico y no estatal, pero no es menos cierto que las políticas estatales neoliberales han tenido un enorme impacto negativo en el bienestar y calidad de vida de las clases populares en España, incluyendo las de Andalucía. Una situación semejante ha ocurrido en Catalunya, donde En Comú Podem ha ganado las dos últimas elecciones estatales y, en cambio, continúa perdiendo en las autonómicas, y ello como consecuencia del excesivo espacio que el tema nacional (andalucismo en Andalucía y catalanismo en Catalunya, frente al españolismo del Estado español) ocupa en la estrategia electoral a costa del tema social, y también por su falta de denuncia de la alianza de las derechas independentistas con las derechas gobernantes en el Estado en el desarrollo de las políticas neoliberales que han causado la gran crisis social en España, incluyendo Andalucía y Catalunya.

La agresividad anti-Podemos en los mayores medios de información y persuasión del país

Las tensiones en Podemos en Madrid han sido utilizadas por parte de todas las fuerzas derechistas (de todos los colores) para atacar y destruir lo que consideran la mayor amenaza a su perpetuación en el poder. A nivel del Estado, no ha habido ninguno de los principales rotativo que no haya promocionado el mensaje de que Podemos está desapareciendo. Y en Catalunya, el mayor canal de la televisión pública de la Generalitat, TV3, controlado de forma abusiva por la derecha independentista, dedicó todo un programa (Preguntes freqüents) a Podemos, con un mensaje que afirmaba que Podemos está "vacío", "colapsado", "muerto", y otros adjetivos claramente hostiles. Era y es la predecible respuesta de los defensores de la estructura de poder en su intento de destruir aquellas fuerzas políticas que han tenido un enorme impacto en el pasado reciente del país, que se ha acentuado incluso más durante este año. Así de claro.

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El gran error del independentismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/01/17/el-gran-error-del-independentismo/ Thu, 17 Jan 2019 06:00:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4659 Continuar leyendo "El gran error del independentismo"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Hoy en España el tema que absorbe prácticamente toda la atención política y mediática del país, generando enormes tensiones, es el tema que se conoce como el tema territorial, que toca la esencia de lo que se entiende por España. Este tema está polarizado por dos bloques. Uno es el nacionalista españolista, cuya máxima expresión son la derecha y la ultraderecha españolas (PP, Ciudadanos y VOX). El otro es el nacionalismo catalanista, que adquiere su máxima expresión en el independentismo (CDC, ERC y CUP), el cual, aun cuando minoritario, se ha ido ampliando y extendiendo significativamente a favor de la secesión de Catalunya del resto de España. He escrito extensamente acerca de las causas de este crecimiento, que responde primordialmente a la percepción de que el Estado español no aceptará en un futuro predecible su naturaleza plurinacional, señalando el veto sustancial, por parte del Tribunal Constitucional, a elementos muy importantes del Estatuto de Autonomía propuesto por el gobierno de la Generalitat de Catalunya (dirigido por una coalición de izquierdas presidida por el socialista Pasqual Maragall después de haber sido aprobado por el Parlament de Catalunya, por las Cortes Españolas y por la población catalana en referéndum) como prueba de ello. Ni que decir tiene que esta percepción de imposibilidad de cambio del Estado español ha sido hábilmente utilizada por los partidos independentistas para expandir su base electoral, de manera tal que, aun cuando estos no representan a la mayoría de la población o del electorado catalán, sí que representa a una minoría sustancial.

¿Quiénes son los partidos independentistas?

Tres son los partidos independentistas con representación en el Parlament de Catalunya. Uno es Convergència (CDC), que es la derecha catalana que ha gobernado durante la mayor parte del período democrático, que defiende un nacionalismo profundamente conservador y patrimonialista de las instituciones públicas de la Generalitat de Catalunya, y que se caracteriza por un culturalismo étnico, rozando el racismo (que en sus orígenes llamaba charnegos a los trabajadores procedente del sur de España, principalmente Andalucía y Murcia, palabra que tiene un componente casi étnico y también claramente clasista). Es un partido muy semejante al partido de la derecha española, el PP, también partido nacionalista (españolista) y patrimonialista de las instituciones públicas del Estado español. Y como el PP, CDC ha llevado a cabo políticas muy duras de claro corte neoliberal, apoyando la reforma laboral del gobierno español del PP (causante, junto con la reforma laboral del PSOE de 2010, de la enorme extensión de la precariedad y del deterioro del mercado de trabajo catalán) y los recortes del gasto público social, de los más acentuados en España, aplicando la ley de estabilidad presupuestaria del PP (del 2012) y también el decreto de recortes, también del PP, en el 2012. También aprobó la amnistía fiscal del PP del 2012. Es un partido de sensibilidad neoliberal, perteneciente hasta hace poco al mismo grupo parlamentario europeo que Ciudadanos hasta que fue expulsado por su historial de corrupción.

Este partido se convirtió al independentismo recientemente debido a varios factores, siendo uno de ellos el temor de perder apoyo electoral, intentando liderar desde el gobierno el bloque independentista (que lo constituyen, además de CDC, ERC y CUP). Utilizando su abusivo control de la Generalitat de Catalunya, potenció marcadamente movimientos nacionalistas ya existentes como la ANC y Òmnium Cultural, con el fin de que el centro de atención y agitación en Catalunya fuera el tema nacional en lugar del tema social. En realidad, tal como subraya Jordi Amat en su libro La conjura de los irresponsables (Anagrama, 2017), estos movimientos adquirieron mucha mayor visibilidad mediática y política poco después de que apareciera el Movimiento de los Indignados –el 15-M– que había asustado al gobierno nacionalista catalán (así como al gobierno español), pues había puesto la enorme crisis social generada por la aplicación de políticas neoliberales por parte de ambos gobiernos en el centro del debate político. Hay que recordar que el president Artur Mas tuvo que entrar al Parlament en helicóptero, pues el 15-M rodeó tal institución como protesta hacia los recortes sociales que estaba aprobando aquel gobierno. Jordi Turull, entonces portavoz de Convergència en el Parlament, fue uno de los que intentaron endurecer las penas judiciales a los detenidos del 15-M en aquella manifestación, interponiendo, junto con la Generalitat de Catalunya y la Fiscalía, un recurso ante el Tribunal Supremo contra el fallo de la Audiencia Nacional por no tener en cuenta las penas de prisión que pedían. Tal dirigente está hoy entre los presos políticos detenidos, y  critica a la misma institución (TS) por su encarcelamiento. Comparto tal crítica, pues considero denunciable que se encarcele a ciudadanos por sus opiniones. Pero hay que recordar que Jordi Turull y el gobierno catalán (nacionalista entonces e independentista ahora) querían mandar a la cárcel al 15-M por las mismas razones.

Aunque CDC (hoy rebautizado como PDeCAT) es la fuerza hegemónica dentro del bloque independentista, hay otras dos formaciones en él: ERC y la CUP. ERC es un partido de una gran variedad de sensibilidades políticas. Se define como un partido de centroizquierda y formó parte del gobierno tripartito de la Generalitat de Catalunya apoyando políticas progresistas que caracterizaron aquel gobierno. Sin embargo, el equipo de dirección de ERC, encabezado por Carod-Rovira, ha cambiado y, bajo la dirección de Oriol Junqueras, promueve hoy como prioritario el tema nacional, exigiendo la independencia unilateral, y formando gobierno con Convergència en la Generalitat de Catalunya, que ha situado la independencia de Catalunya como su objetivo primordial, anteponiendo en teoría este objetivo a todo lo demás. La CUP es un partido independentista radical que se autodefine como de izquierdas, característica que aun cuando aparece en sus gobiernos municipales, desaparece a nivel de Catalunya al anteponer sistemáticamente el proyecto independentista unilateral a todo lo demás, incluyendo al tema social. En realidad CDC, sin su apoyo, habría tenido que dejar el gobierno.

El futuro del independentismo

Dicho sentimiento independentista, tal como indiqué anteriormente, ha sido minoritario en Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático (alrededor de un 15% del electorado); ahora bien, adquirió gran potencia al negar el Tribunal Constitucional del Estado español elementos importantes del Estatut de Catalunya, tal como he mencionado previamente. A partir de entonces, el independentismo ha subido hasta un 48% del electorado, siendo la principal causa de tal crecimiento el enfado y rechazo de un amplio sector de la sociedad catalana hacia el Estado español por su rigidez y su falta de sensibilidad hacia la plurinacionalidad de España.

Los máximos beneficiarios del crecimiento de este independentismo han sido, como era de esperar, los partidos independentistas (CDC, ERC y la CUP), que han visto crecer su apoyo electoral marcadamente. De ahí que, como han reconocido algunos dirigentes de tales partidos, su principal ayuda haya sido el comportamiento represivo del Estado español. Tal dimensión represiva, antipática e insultante que ha mostrado el Estado español con su comportamiento hacia las reivindicaciones catalanistas es lo mejor que les ha podido pasar a los independentistas desde el punto de vista electoral. El Estado español ha mostrado una actitud rígida y represiva que explica tal rechazo. Y ha facilitado a los partidos independentistas  mostrar España (que se confunde con el Estado español) como un país rígido, represivo e insensible hacia la plurinacionalidad,  que nunca cambiará. Y esta postura, que ha sido un gran éxito desde el punto de vista partidista, ha significado también un gran obstáculo para su propio proyecto, pues ha antagonizado a la vez a los catalanes que se sienten españoles y que son la mayoría en Catalunya. El principal motivo de su equivocación es ignorar que España está dentro de Catalunya, es decir, que la mayoría de catalanes, como he dicho antes, se sienten españoles y más de la mitad de los catalanes no desean la independencia. Y esta mitad incluye a la mayoría de la clase trabajadora y de las clases populares en Catalunya, que están enraizadas en otras partes de España. En Barcelona, los distritos con nivel de renta superior a la media es donde, en general, los partidos independentistas consiguen más votos. En los de nivel por debajo de la media consiguen menos votos.

Y para acentuar todavía más este rechazo de los catalanes que se sienten españoles hacia la independencia, el bloque independentista está hegemonizado por la derecha catalana, que siempre ha gozado de escaso apoyo electoral entre la clase trabajadora catalana, resultado de su aplicación de políticas neoliberales (reforma laboral y recortes de gasto público social) que han dañado el bienestar y la calidad de vida de las clases populares en Catalunya.

En realidad, los gobiernos convergentes liderados por Artur Mas (2010-2015) y Puigdemont (2016-2017), recortaron de educación 626 millones de euros, de sanidad 1.027 millones, de vivienda 366 millones, de protección social 149 millones, de promoción social 31 millones, de fomento de ocupación 8,3 millones, con un total de 2.209 millones de euros, lo cual representa casi un 1% del PIB catalán.

Considerar a España como el principal adversario, en un contexto en el que la mayoría de catalanes se sienten también españoles, es un grave error para el proyecto independentista. Es más, aunque rentable desde el punto de vista electoral (pues la represión por parte del Estado tiene gran capacidad de movilización), su proceso unilateral es enormemente dañino para Catalunya y para España, pues ha movilizado a las fuerzas más reaccionarias, incluyendo el fascismo español, radicalizando a las derechas en España. Ello dificulta una alianza de las izquierdas y de los partidos nacionalistas vascos y los catalanes, que podría ser una alternativa al bloque reaccionario de ultraderecha que se está estableciendo. Es más, se han creado unas tensiones dentro de Catalunya que representan un enorme obstáculo y distracción del debate que debería existir sobre la situación social, a fin de mejorar la calidad de vida y bienestar de la población. Tal insensibilidad social del bloque independentista queda reflejada, una vez más, al oponerse a apoyar el presupuesto pactado PSOE-Unidos Podemos, que mejoraría notablemente el bienestar de las clases populares catalanas, anteponiendo sus intereses partidistas a los intereses generales del país.

¿Cuál es la alternativa para las fuerzas progresistas?

Hay que darse cuenta de que la correlación de fuerzas en el Estado español es un problema, no solo para Catalunya sino también para el bienestar de todos los pueblos y naciones de España. Naturalmente que desde el inicio de la democracia las fuerzas democráticas han mejorado el Estado español de una manera notable. Pero las insuficiencias del Estado democrático, resultado de una transición muy desequilibrada, son todavía enormes. Y amplios sectores de este Estado, como la judicatura, continúan bajo una cultura nacionalista españolista, característica de la cultura franquista. De ahí que la estrategia necesaria hubiera sido aliarse con aquellas fuerzas políticas en España que quieren cambiar el Estado actual, democratizándolo sustancialmente, lo cual requiere su transformación para aceptar la plurinacionalidad permitiendo el establecimiento de una España poliédrica, en lugar de centralista.

Pero en lugar de establecer dicha alianza, los partidos independentistas en muchas ocasiones han visto a tales fuerzas españolas, como por ejemplo Unidos Podemos, como el adversario (o incluso peor, pues al ofrecer una visión de España amable diluyen la actitud bélica que les favorece electoralmente). Y ha sido uno de sus objetivos intentar desacreditarlas, como se ha visto con la utilización de figuras políticas que o bien han dejado tales partidos, o bien aún permanecen en ellos pero son muy críticos, para atacarlos en los mayores medios de información y persuasión, que controlan abusivamente los independentistas, como TV3 y Catalunya Ràdio.

En estos casos, la crítica que tales personajes hacen es que En Comú Podem no es suficientemente próximo a los independentistas. Consideran que En Comú Podem tiene que ser menos de izquierdas y "más catalanista", con lo cual acentúan que el independentismo es la única alternativa al soberanismo. En esta postura se ignora que la historia de las izquierdas gobernantes ha venido marcada frecuentemente por un movimiento al centro y después a la derecha para representar a toda la población, una población mítica, sin clases sociales, constituida como el pueblo (el "poble" catalán) que siempre tiene un componente de clase media elevada, con amplios sectores de las zonas rurales y conservadoras (zonas donde los partidos CDC y ERC obtienen sus mejores resultados). La clase social desaparece de tal visión, dificultando así la conexión con las clases populares del resto de España. Y ahí está la raíz del problema. Así de claro.

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Debate sobre la Constitución entre las izquierdas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/01/14/debate-sobre-la-constitucion-entre-las-izquierdas/ Mon, 14 Jan 2019 06:00:18 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4652 Continuar leyendo "Debate sobre la Constitución entre las izquierdas"]]> Como indiqué en un artículo anterior (Las enormes carencias y limitaciones de los derechos sociales en la Constitución española, Público, 19.12.18), la Constitución es un documento que refleja y sintetiza las relaciones de poder (de clase, de género y de nación) existentes en el momento en el que se escribió. Gran parte de los actos que se han celebrado para conmemorar su 40º aniversario se han centrado en los personajes que han venido a llamarse los "padres de la Constitución" (parece ser que no existió ninguna madre en este pacto), asumiendo que ellos fueron los autores de aquel documento. La personalización de la historia tiene, sin embargo, sus limitaciones, pues cada uno de los "padres" representaba una visión del país que correspondía a intereses y fuerzas políticas existentes en aquel momento. Y todo ello en un contexto en el que el Estado del régimen dictatorial continuaba teniendo un enorme poder. Hablar de consenso entre iguales, como se está describiendo, es una frivolidad. La Constitución fue resultado de una correlación de fuerzas muy desiguales. Nunca me gustó la expresión utilizada por mi amigo Manuel Vázquez Montalbán, que definió la Transición como un pacto de impotencias resultado de una correlación de debilidades, pues esta percepción ignoraba que unos –los sucesores de los que ganaron la Guerra Civil– tenían mucha más potencia y mucho más poder que los sucesores de los vencidos en aquel conflicto. La realidad es que las derechas tenían mucho poder (controlaban los aparatos del Estado y los mayores medios de información y persuasión) y las fuerzas democráticas lideradas por las izquierdas tenían poco poder institucional: acababan de salir de la cárcel, de volver del exilio y de salir de la clandestinidad, con un dificilísimo acceso a los mayores canales de televisión y prensa escrita.

Ni que decir tiene que los movimientos sociales, y muy en particular el movimiento obrero, jugaron un papel determinante en el final de la dictadura, forzando muchos de los cambios que ocurrieron y jugando un papel clave en la inclusión en tal documento de conceptos y redactados que implicaban el reconocimiento de derechos que, de materializarse, hubieran significado un cambio sustancial en la calidad de vida de las clases populares de este país. El documento, por ejemplo, habla del derecho a la salud, a la vivienda, al empleo, y de un largo número de derechos que tal movimiento y otros han exigido históricamente siempre al Estado, un punto que ha sido utilizado por voces de izquierdas que gozan de gran estima y respeto, para criticar a las voces dentro de las mismas izquierdas que han criticado o desmerecido el valor de dicha Carta Magna. Se ha iniciado así un debate entre las izquierdas sobre la Constitución Española y su valor como referencia para poder facilitar las muy necesarias transformaciones y cambios que el país necesita. Este debate ha tenido especial intensidad en Catalunya, aunque existe también con viveza y gran interés en otras partes de España.

Entre las voces de izquierdas que han defendido la Constitución destaca Joan Coscubiela (que fue secretario general de CCOO en Catalunya durante muchos años, diputado en el Congreso y miembro del Parlament de Catalunya como portavoz de Catalunya Sí Que es Pot), que ha criticado la resolución aprobada por la coalición de izquierdas En Comú Podem hace unos días en el Parlament de Catalunya a propuesta de la CUP (un partido supuestamente de izquierdas radical), resolución parlamentaria que los mayores medios de información han presentado maliciosamente como una condena global de la Constitución. Una lectura detallada de tal resolución permite observar, sin embargo, que tal resolución es una denuncia de elementos clave de dicho documento, lo cual es distinto a denunciar toda la Constitución. Admito que el redactado del título es ambiguo y que es más que probable que la intención de la CUP fuera cargarse toda la Constitución (la resolución inicial –que el Parlament no aprobó– que este partido proponía así lo indicaba). Ahora bien, la parte que fue aprobada por parte del Parlament se refería solamente a cuatro puntos que eran denunciables, habiéndose rechazado muchos otros de la propuesta inicial, rechazo realizado por parte de En Comú Podem entre otras fuerzas políticas.

Las características del debate en Catalunya: la centralidad del tema nacional

Joan Coscubiela es una de las mentes más claras, coherentes y valientes que tienen las izquierdas catalanas. Y uno de los muchos servicios que ha hecho a este país ha sido una denuncia en el Parlament del comportamiento antidemocrático y abusivo del bloque independentista al querer imponer unilateralmente la independencia, bloque que controla el Parlament de Catalunya como resultado de una ley electoral (idéntica a la española, que la derecha catalana bajo el pujolismo hizo suya) que injustamente les da la mayoría, aun cuando no la tienen en el país, como consecuencia de que tal ley es muy poco proporcional y representativa, y que favorece a las zonas conservadoras a costa de las áreas progresistas de Catalunya. Proclamar la independencia cuando la mayoría de la ciudadanía no la desea es una medida profundamente –repito, profundamente– antidemocrática. Y aplaudo que Joan Coscubiela representara con gran elocuencia la voz de protesta de todas las fuerzas democráticas catalanas. La constante referencia de los partidos independentistas al 1º de Octubre como un mandato para declarar la independencia es insostenible, pues, además de no ser un referéndum (por carecer de las más mínimas condiciones democráticas para serlo), representa a una minoría (grande, pero minoría) del pueblo catalán.

Las palabras de Joan Coscubiela en el Parlament de Catalunya en defensa de la democracia fueron de las más poderosas y democráticas que se hayan pronunciado en aquel hemiciclo. Es de agradecer lo que dijo e hizo, y es un gran error (muestra de un intolerable sectarismo) la marginación de su persona, incluso dentro de grandes sectores de las izquierdas catalanas, que tienen excesivas e incomprensibles simpatías hacia el nacionalismo conservador neoliberal de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y sus distintas reencarnaciones (cambios de título resultado de su deseo de ocultar sus vergüenzas), que ha gobernado Catalunya prácticamente durante toda la etapa democrática, un partido que se ha convertido al independentismo para perpetuarse en el poder, manteniendo así el apoyo electoral de gran parte de sus bases. Sin ella, tal cambio (poniendo las banderas en el centro de su proyecto para desviar la atención de su responsabilidad en crear la enorme crisis social de Catalunya) habría desaparecido, como ocurrió con su aliado histórico Unió Democràtica de Catalunya (UDC).

La Constitución tiene elementos que son consecuencia de la presión popular

La postura de Joan Coscubiela respecto a la Constitución tiene mucho parecido a la postura que Nicolás Sartorius tiene acerca de la transición (ver mi artículo La transición española no fue modélica: respuesta a Nicolás Sartorius, Público, 25.10.18). Ambos fueron dirigentes de ­­CCOO (el mayor sindicato del país que ha sido siempre un movimiento social además de un sindicato) y que ha protagonizado las luchas obreras en el país, convirtiéndose en el motor del progreso en múltiples ocasiones. Y tal sindicato ha sido también, junto con el movimiento comunista, del cual formó parte, el mayor defensor del reconocimiento de Catalunya como nación durante la dictadura, como en su día tuvo que reconocer incluso el presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol.

Es lógico, por lo tanto, que Nicolás Sartorius antes y Joan Coscubiela ahora dirigentes de tal movimiento político-social se identifiquen con la Constitución y la consideren también, en parte, suya. Y llevan razón en que tal documento, como síntesis de una correlación de fuerzas en un proceso muy desequilibrado, tiene partes que sí se deben a la presión popular. Y Coscubiela señala como ejemplo el artículo 129.2, que dice que "los poderes públicos (...) establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción". No hay duda de que tal declaración es una victoria del movimiento obrero. Un tanto igual sucede con la declaración como derechos del acceso a la sanidad, a la educación, a la vivienda, a la protección social y un largo etcétera.

Ahora bien, tal reconocimiento de las "victorias" de las izquierdas tendría que ir acompañado del reconocimiento de que estas partes han quedado vacías en muchas áreas y capítulos de la Constitución, incluso en el propio redactado de la Carta Magna, tal y como he mostrado en el artículo mío citado anteriormente (Las enormes carencias y limitaciones de los derechos sociales en la Constitución española, Público, 19.12.18).

La gran mayoría de derechos progresistas (como los sociales) no son vinculantes en la Constitución

Los derechos al empleo (artículo 40), a la protección de la salud (artículo 43), a la vivienda digna (artículo 47) y un largo etcétera no son vinculantes, es decir, no son derechos que obliguen al Estado a garantizarlos. En la Constitución, bajo el Título I (Derechos y deberes fundamentales), hay una clara diferenciación (definida en su artículo 53) entre los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo 2º (como el derecho a la vida y a la libertad ideológica, entre otros), que se consideran vinculantes para todos los poderes públicos, y otros que no son vinculantes (como los derechos sociales recogidos en el Capítulo 3º). A estos últimos se los define como principios rectores de la política social y económica, pero no son vinculantes. Debido a la importancia de esta distinción, me siento en la necesidad de citar textualmente tal artículo 53. En el punto número 1 indica que "los derechos y libertades reconocidas en el Capítulo 2º vinculan a todos los poderes públicos". En otras palabras, tienen que implementarse si son deberes fundamentales descritos en el articulado anterior. En el punto 3, aclara, por el contrario, que los principios reconocidos en el Capítulo 3º (que incluye los derechos sociales) "tales derechos deben informar las políticas sociales y económicas", lo cual es diferente a vincular. Los verbos vincular e informar son distintos. En palabras llanas, tiene mucho menos valor normativo. Se convierten en buenas intenciones que pueden o no desarrollarse según lo decida el poder legislativo, supervisado además por el poder judicial que en España es profundamente conservador. Un tanto igual aparece en el artículo sobre la propiedad de los medios de producción por parte de los trabajadores. Tal cláusula está completamente ignorada, mientras que el respeto por la propiedad y la competitividad son constantemente citados por el aparato jurídico para apoyar sistemáticamente a los poderes financieros (como la banca) y económicos (como Telefónica) del país.

El gran deseo de cambio de la Constitución

Como consecuencia de ello hay que reconocer que aun siendo valioso que existan artículos progresistas en el redactado de la Constitución, ello es dramáticamente insuficiente, pues hay otros capítulos que son escasamente democráticos, o incluso antidemocráticos. Y entre ellos está la distribución de responsabilidades, asignando a las Fuerzas Armadas, por ejemplo, funciones que no le deberían corresponder, como es defender la uninacionalidad del Estado español negando la posibilidad de que se materialice una efectiva plurinacionalidad del Estado. Otro son las responsabilidades de la Corona (por definición hereditaria), asignándole nada menos que la Jefatura del Estado y de las Fuerzas Armadas. Añadido a esto, el hecho de que el Poder Judicial fue de los menos renovados de todos los poderes del Estado y que, junto con el Tribunal Constitucional, tiene como función interpretar las leyes y la ley de leyes, la Constitución. Estos y otros muchos puntos explican que las nuevas generaciones, sin el temor y miedo que tuvieron sus antecesores, pongan en duda elementos esenciales que las fuerzas conservadoras intentan mantener en esta Constitución. Hoy en día casi el 70% de la población española desea un cambio en la Constitución, y de este 70%, más de la mitad desean que este cambio sea importante o casi total.

El contexto en el que se produjo la aprobación de la moción del Parlament

Como indiqué antes, tal moción fue presentada por la CUP, un grupo parlamentario independentista radical que, en su compromiso con la independencia inmediata y unilateral, lidera la estrategia de tensionamiento, que ha sido parte de la estrategia del bloque independentista, dirigido en primera instancia por el partido de las derechas catalanas CDC (ahora PDeCAT). La CUP se autodefine como revolucionaria y anticapitalista, dimensión que aparece en su narrativa, pero no tanto en su práctica política, pues ha antepuesto siempre la causa independentista y su "procés" unilateral por encima de todo lo demás (apoyando al bloque independentista liderado por la derecha catalana, responsable, junto con el gobierno del PP en España, de la enorme crisis social de Catalunya).

Esta realidad explica que haya existido una disconformidad de amplios sectores de la izquierda no independentista con la aprobación de dicha moción, precisamente por su autoría. Es comprensible tal disconformidad, pues, con excesiva frecuencia, los medios han mostrado maliciosamente que En Comú Podem iba a remolque del bloque independentista, aceptando su liderazgo. Pero en esta ocasión, cuando el establishment político-mediático español y parte del catalán estaban celebrando acríticamente el 40º aniversario de la Constitución, era necesario hacer una crítica a tal documento, y la resolución aprobada era distinta a la inicialmente propuesta por la CUP. En realidad, debería haber sido En Comú Podem y otras fuerzas democráticas las que hubieran impulsado tal resolución. No se puede dejar en manos del bloque independentista el mensaje crítico con el Estado español y su Constitución. En realidad, las izquierdas tradicionales se han acomodado excesivamente al llamado orden constitucional, y no tendrían que haber dejado a las derechas nacionalistas antes, y a las independentistas ahora, el liderazgo de la protesta en contra tanto de la lectura que se da de la Constitución para defender las relaciones de poder existentes en el país, así como de los principios constitucionales (y sus artículos) que facilitan tal función.

Dicho esto, es también importante señalar que sería aconsejable que En Comú Podem sumara sus votos con otros partidos también no independentistas para denunciar la gran insensibilidad de la Generalitat de Catalunya hacia la enorme crisis social que se vive hoy en Catalunya y en el resto de España (la mayoría de los jóvenes no vivirán mejor que sus padres). Y otra moción que debería hacerse, aunque es improbable que fuera aceptada, es una con la denuncia tanto del anterior gobierno español del Partido Popular, como del mismo gobierno de la Generalitat por la aplicación de unas políticas impuestas a la población por las derechas gobernantes en España y también en Catalunya, que aun perteneciendo a sensibilidades nacionalistas opuestas, coinciden en unas políticas económicas y sociales que distan mucho de estar informadas por los derechos sociales que existen en la Constitución. Espero que lo hagan. En realidad, comenzaron ya a hacerlo al denunciar la independencia unilateral y podrían continuar denunciando la insensibilidad social de aquellos que propusieron tal unilateralidad. Así sería de desear.

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La propuesta de Presupuesto del Estado: la posible alternativa al desastre neoliberal https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/01/10/la-propuesta-de-presupuesto-del-estado-la-posible-alternativa-al-desastre-neoliberal/ Thu, 10 Jan 2019 06:00:49 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4635 Continuar leyendo "La propuesta de Presupuesto del Estado: la posible alternativa al desastre neoliberal"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra

El ataque neoliberal al bienestar de las clases populares

No hay plena consciencia del enorme daño causado por la aplicación de las políticas públicas neoliberales, impuestas (y digo impuestas pues no estaba en sus programas electorales) por los gobiernos españoles - primero por el gobierno Zapatero y después expandidas por el gobierno Rajoy (con el apoyo de Ciudadanos) -, sobre la calidad de vida y bienestar de las clases populares en España (hoy toda evidencia apunta a que la mayoría de jóvenes no vivirán mejor que sus padres). Un tanto igual ha ocurrido con las políticas públicas del mismo corte neoliberal impuestas a la población catalana por el partido neoliberal Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y sus nuevas versiones (con cambios de nombre), que ha gobernado en Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático, en alianza con Unió Democràtica de Catalunya (UDC) primero, y más tarde con ERC. Las reformas laborales, impulsadas la primera por PSOE, y la segunda por el PP (con el apoyo de CiU), han causado un enorme deterioro del mercado de trabajo, con una bajada de salarios, un descenso de la ocupación, un incremento del desempleo y la expansión de la precariedad. Junto a ello, los recortes de gasto público social, realizados con especial intensidad en Catalunya por el gobierno de la Generalitat, han causado un gran dolor. Los datos hablan por sí mismos (ver Vicente Navarro, Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Y la pregunta que debe hacerse es: ¿por qué tanto dolor? La respuesta que dio la ortodoxia neoliberal, dominante en los establishments político-mediáticos, tanto en Catalunya como en el resto de España, es que "no había otras políticas posibles". Esta frase fue la más repetida por tales establishments. Y se repitió constantemente, pese a que la evidencia mostraba todo lo contrario. Los datos mostraban que sí que eran posibles otras alternativas. En lugar de congelar las pensiones (a fin de conseguir 1.200 millones de euros), el gobierno Zapatero podía haber revertido la bajada del Impuesto sobre el Patrimonio (y conseguir alrededor de 2.100 millones de euros); o podría haber anulado la bajada del Impuesto de Sucesiones (consiguiendo 2.552 millones de euros); o podría haber revertido también la bajada del impuesto a las personas que ingresaban más de 120.000 euros al año (consiguiendo 2.500 millones). Y el gobierno Rajoy, en lugar de recortar 6.000 millones de euros en sanidad, podría haber conseguido casi la misma cantidad de dinero revertiendo la bajada del Impuesto de Sociedades de las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año. Juan Torres, Alberto Garzón y yo documentamos en nuestro libro (Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España. ATTAC, 2011) que sí había alternativas, mostrando la falsedad de los supuestos neoliberales. Nos alegró enormemente que el 15-M utilizara los datos que presentamos para demostrar la falacia de la doctrina neoliberal dominante en este país.

El neoliberalismo fue una farsa, vendida como "ciencia económica"

Todo el mal ocurrido durante la época llamada Gran Recesión era fácilmente predecible, y así lo señalamos unos pocos cuando se iban sembrando las semillas de la crisis como consecuencia de las políticas neoliberales que habían sido ya iniciadas en años anteriores - en la década de los ochenta - por parte del presidente Ronald Reagan en EEUU, la señora Margaret Thatcher en el Reino Unido, y más tarde, por Gerhard Schröder en Alemania y Tony Blair en el Reino Unido. En España fueron José María Aznar primero y, más tarde, Zapatero (ver Vicente Navarro, Neoliberalismo y Estado del Bienestar. Ariel Económica, 1997; y del mismo autor, Globalización económica, poder político y Estado del Bienestar. Ariel Económica, 2000) quienes principalmente introdujeron estas políticas, luego expandidas por Rajoy (así como Mas y Puigdemont en Catalunya).

Gran parte de la aplicación de tales políticas se debió a la enorme arrogancia e ignorancia, puesta al servicio de los grupos de presión financiera y económica, que existía en el pensamiento económico dominante, activamente promovido por los mayores medios, que excluían aquellas opiniones contrarias a la ortodoxia. Los "gurús" economistas que aparecían en las cajas de resonancia promovidas por aquellos intereses financieros y económicos, haciendo mera propaganda política bajo una fachada de neutralidad y objetividad, eran presentados como "expertos en ciencias económicas" cuando, en realidad, eran meros propagandistas de una postura reaccionaria cuya aplicación ha creado la mayor crisis social conocida en el periodo democrático. El principio básico del dogma neoliberal es que las políticas públicas que benefician a los de arriba (una minoría) acaban beneficiando a todos los demás. La realidad ha mostrado que, como era predecible, tales políticas han beneficiado a las minorías que derivan sus ingresos de la propiedad del capital a costa de todos los demás, la mayoría de los y las cuales reciben sus ingresos del trabajo. Y los datos así lo muestran. Las rentas del capital han ido subiendo a costa de que las rentas del trabajo hayan ido bajando, y puesto que la mayoría de la demanda doméstica procede de las rentas del trabajo, esto creó tres problemas: uno fue el gran crecimiento del endeudamiento, otro el enlentecimiento económico y por último, y como consecuencia de los anteriores, el descenso de la economía productiva a costa del aumento de la economía y finanzas especulativas, lo que fue la causa de la Gran Recesión. Aquellos que analizamos la evolución de las rentas en los años 90 podíamos ver que la aplicación de tales políticas llevaría a un desastre, tal como ha sucedido. Revisen los libros que cito y lo verán.

La enorme crisis política creada por tales políticas neoliberales

Como era lógico, aparecieron protestas populares de las cuales la que tuvo mayor fuerza fue el 15-M - citado ya anteriormente -  del cual surgió un nuevo movimiento políticosocial – Podemos - que se esparció a lo largo del territorio español bajo diferentes nombres en función de la Comunidad Autónoma, incluyendo En Marea, En Comú Podem y un largo etcétera a nivel municipal. Este movimiento también tuvo influencia sobre los partidos de izquierdas tradicionales, tanto sobre IU como sobre el mismo PSOE, que cambiaron sus equipos de dirección y establecieron nuevas alianzas. Es en este nuevo contexto que estas nuevas fuerzas políticas, aliadas con los partidos nacionalistas vascos y catalanes, sacaron al PP del poder. Recientemente, las primeras (el PSOE y Unidos Podemos), prepararon un presupuesto que podría ser el principio del fin del neoliberalismo extremo que ha existido en España bajo el dominio de la ortodoxia neoliberal.

El cambio que la aprobación de tal presupuesto podría significar, pues, es enorme. Podría conllevar el inicio de la reversión del deterioro del mercado laboral y de las políticas de austeridad: el aumento del salario mínimo a 900 euros mensuales; la revalorización de los convenios colectivos, dando mayor peso a los sindicatos; el aumento de la capacidad adquisitiva de los pensionistas; la eliminación de los copagos; un gran incremento del presupuesto en los servicios de dependencia; un aumento notable del gasto público en las transferencias y en los servicios públicos del escasamente financiado estado del bienestar; la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, facilitando el desarrollo del tan olvidado cuarto pilar del estado del bienestar -las escuelas de infancia (de 0 a 3 años)-; el aumento de las prestaciones por hijo a cargo; y así una larga lista de intervenciones que mejorarían notablemente la calidad de vida de las clases populares, las cuales componen la gran mayoría de la población. Ni que decir tiene que la propuesta de presupuesto es insuficiente en muchos temas, como las propuestas para resolver uno de los dramas mayores que tiene España, la vivienda, que no incluyen medidas como el control de los precios de los alquileres, como han hecho otros países. Pero, a pesar de estas limitaciones – que espero puedan desaparecer en el curso del debate parlamentario –, la aprobación del presupuesto sería un cambio significativo de la política presupuestaria del país.

La respuesta al presupuesto por la trinidad ultraderechista que podría gobernar España en el futuro

La previsible respuesta del PP ha sido de una enorme hostilidad, que también ha mostrado Ciudadanos (el partido del IBEX-35 que se creó precisamente para parar a Podemos), reproduciendo las características más acentuadas del neoliberalismo en sus propuestas. A ellas se añade, en sus propuestas territoriales, una visión que rechaza la plurinacionalidad que existe en España, con una visión nacionalista extrema, jacobina y centralista, propia del régimen anterior, cuya máxima expresión aparece en Vox (en realidad una escisión del PP que representa el voto nostálgico franquista, profundamente reaccionario). Una característica de esta trinidad de ultraderechas, además de su nacionalismo centralista (negador del carácter plurinacional de España) es su ultraneoliberalismo, continuador de las políticas que han hecho tanto daño. Como era también predecible, el argumento que utiliza esta tríada neoliberal en contra del presupuesto es que España no puede gastarse el dinero necesario para desarrollar este presupuesto, ignorando que, en realidad, España ya gastaba, antes de la crisis, 60.000 millones de euros menos en los servicios públicos del estado del bienestar de lo que le hubiera correspondido por el nivel de riqueza económica que tenía. Una vez más, las falsedades se presentan con la pomposidad y arrogancia que da el poder. En un momento en el que incluso portavoces del pensamiento neoliberal a los dos lados del Atlántico Norte reconocen que fue un error acentuar la bajada de los salarios y los recortes del gasto público, aquí en España nuestros neoliberales continúan con la receta que ha creado el desastre (véanse varios artículos del último número del Financial Times que admiten el error de tales políticas).

El problema existente dentro de la alianza necesaria para aprobar el presupuesto

El mayor obstáculo hoy para que se aprueben los presupuestos es la postura partidista de los partidos independentistas (y muy en especial de los neoconvergentes), que anteponen sus intereses de partido a los intereses del país, incluyendo los de las clases populares catalanas (facilitado por el hecho de que sus equipos económicos pertenecen también a la ortodoxia neoliberal). En realidad el bloque independentista está liderado por Convergència, ahora PDeCAT, que pertenecía hasta hace poco al grupo neoliberal del Parlamento Europeo (junto con Ciudadanos), y que lideró la imposición de políticas neoliberales en Catalunya. En realidad, este partido se convirtió al independentismo (cuyo crecimiento fue causado por el veto por parte del Tribunal Constitucional de elementos clave del Estatuto propuesto por el tripartito de izquierdas, aprobado por el Parlament catalán primero, las Cortes españolas después, y refrendado, por último, por la población catalana) a fin de sobrevivir como partido político, y que se ha beneficiado (como se han beneficiado el PP y Ciudadanos) de las tensiones interterritoriales entre España y Catalunya (ver mi artículo "Los enormes costes de las tensiones interterritoriales en España", Público, 8 de noviembre de 2018). Ahora bien, la torpeza del bloque independentista puede llevar al país no solo a negar la posibilidad de apoyar el presupuesto, sino también al establecimiento de un gobierno de ultraderechas que continuaría las políticas neoliberales que tanto dolor han provocado. Esta es la situación hoy en España, incluyendo en Catalunya. Así de claro.

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Las enormes carencias y limitaciones de los derechos sociales en la Constitución española https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/12/19/las-enormes-carencias-y-limitaciones-de-los-derechos-sociales-en-la-constitucion-espanola/ Wed, 19 Dec 2018 06:53:19 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4623 Continuar leyendo "Las enormes carencias y limitaciones de los derechos sociales en la Constitución española"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra

Estamos viendo estos días una gran movilización del establishment político del país para celebrar la aprobación de la Constitución Española hace cuarenta años, mostrando tal documento como el resultado de un consenso entre los que ganaron lo que en España se conoce como la Guerra Civil y los que la perdieron, dando pie a una época, nunca antes vista en España, de gran desarrollo del bienestar y calidad de vida de la población española. Tal celebración sirve también para continuar promoviendo la visión, que dicho establishment político ha estado afirmando desde el principio del periodo democrático, de que la Transición (que ocurrió a finales de la década de los setenta y principios de los años ochenta del pasado siglo) de un régimen dictatorial establecido por los vencedores del conflicto civil a un sistema democrático (supuestamente homologable al de cualquier otra democracia existente en la Europa Occidental) fue modélica.

Como he escrito extensamente (ver los libros Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002; y El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006) tal visión de la Transición "modélica" es una idealización de un proceso que distó mucho de ser ejemplar y modélico. Y una de las evidencias de que no lo fue es que la Constitución Española dista mucho de ser lo que el establishment político está sosteniendo en estos momentos de celebración. En realidad, tanto la Transición como la Constitución son resultado de un proceso desequilibrado, desarrollado en un contexto desigual en el que los herederos de los vencedores tenían un enorme poder institucional, particularmente sobre el Estado, mientras que los herederos de los vencidos tenían muy poco. Más que ser resultado de una "correlación de debilidades" (como lo definió, en su día, mi amigo Manuel Vázquez Montalbán), fue una consecuencia de una correlación de poderes en un contexto desequilibrado. El resultado final de este desequilibrio fue una democracia incompleta que ha producido un bienestar insuficiente, lo cual puede verse en el redactado de la Constitución.

Por favor, no me malinterpreten y me pongan en la categoría de anticonstitucionalista

Quisiera aclarar inmediatamente que sostener esta interpretación de lo que ha ocurrido en este país no quiere decir, en absoluto, que yo no valore positivamente aquella Transición; o que menosprecie la enorme movilización popular que determinó la necesidad de acabar con el régimen dictatorial (entre 1974 y 1978 España vio el mayor número de huelgas políticas en la Europa Occidental); o que no celebre el heroico esfuerzo de las fuerzas políticas y movimientos sociales que protagonizaron la resistencia frente a la dictadura conocida como franquista. Sin esas fuerzas no habría democracia en España. Celebro entonces la existencia de la Constitución que incorporó muchas de las demandas populares que se hicieron por parte de estas fuerzas políticas y movimientos.

Pero la realidad es que la debilidad institucional de las izquierdas (que lideraron las fuerzas democráticas), que acababan de salir de la clandestinidad o de volver del exilio, así como la práctica ausencia de grandes medios de información de izquierdas, determinaron una Transición y una Constitución en la que la clase social, el género y la nacionalidad dominantes quedaron claramente reflejadas en el producto de aquella Constitución y en la democracia que tal documento estableció. El clasismo, el machismo y el nacionalismo uninacional aparecen claramente en las enormes deficiencias que existen en la Constitución. En realidad, hay una relación clara entre cada una de estas deficiencias y limitaciones.

El clasismo (la discriminación por clase social) en la Constitución

Este clasismo ha sido uno de los elementos menos criticados de la Constitución y de la democracia española. El subdesarrollo de los servicios públicos y de las transferencias del Estado del bienestar en España (uno de los menos financiados en la Unión Europea de los Quince -UE-15-, el grupo de países de semejante desarrollo económico de la UE), que continúa cuarenta años después de la aprobación de la "ley de leyes", se basa en ese desequilibrio en la correlación de fuerzas que se plasmó en la Constitución. ¿Cómo se explica, si no, este subdesarrollo social (que incluye una gran subfinanciación), que aparece en cada uno de los capítulos de tal Estado del Bienestar (sanidad, educación, vivienda social, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, pensiones, y un largo etcétera)? ¿Cómo se explica, repito, que España tenga unos de los gastos públicos sociales per cápita más bajos en la UE-15, mucho más bajo de lo que le correspondería por su nivel de riqueza (ya antes de la crisis España se gastaba 60.000 millones de euros menos de lo que debería haberse gastado por el nivel de desarrollo que tenía)? Toda la evidencia empírica (vean los libros citados anteriormente) muestra que esta subfinanciación se debe precisamente a este enorme dominio de lo que antes se llamaban las "clases sociales dominantes". En realidad es precisamente un indicador de tal dominio de clase que en el lenguaje político y mediático del país la categoría analítica de clase social casi nunca aparezca. Es importante señalar que el subdesarrollo social de España se debe no solo a un dominio de clase, sino también de género –del cual se habla más estos días como resultado del surgimiento de un fuerte movimiento feminista–. Es también este dominio de clase (y de género) el que también explica la regresividad de la política fiscal de este país (si España tuviera la misma política fiscal que el promedio de la UE, el Estado español ingresaría alrededor de 80.000 millones de euros más de los que ingresa).

Este clasismo aparece también en la Constitución, no tanto en lo que se dice sino en la manera y en el lugar en el texto donde aparece. Surge, por ejemplo, en la distinción que se da en el título I de la Constitución, que regula los derechos y deberes fundamentales, entre "derechos fundamentales" propiamente dichos y los que se consideran meramente "principios rectores de la política social y económica". Concretamente en el capítulo 2º, sección 1ª, de dicho título se habla de esos derechos fundamentales, mientras que en el capítulo 3º, donde aparecen los derechos sociales, ya no se habla de "derechos" si no de "principios rectores". La distinción entre ambos, plasmada en el artículo 53 del mismo título I, significa que lo que se consideran derechos fundamentales en el capítulo 2º son vinculantes para el Estado, una vinculación que no se da en el caso de los derechos sociales recogidos en el capítulo 3º, los cuales solo informarán (es decir, guiarán) las políticas del Estado. En lenguaje llano, una persona no puede invocar estos derechos sociales para llevar a los tribunales al Estado por su no cumplimiento. Estos, pues, pasan a ser meros buenos deseos y meras buenas intenciones.

En base a esta distinción, lo que se plantea en el artículo 40 de "una política orientada al pleno empleo" queda como una esperanza y un deseo, sin ningún poder efectivo de realización (España es uno de los países con mayor desempleo de la UE-15). Un tanto igual sucede en el artículo 43 con el "derecho a la protección de la salud" (España tiene una de las mortalidades diferenciales por clase social más altas de la UE-15, hasta el punto de que el decil superior de renta vive 10 años más que el decil inferior, cuando el promedio de la UE-15 son 7 años más). Lo mismo en el artículo 47 con el "derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada" (España es uno de los países con mayor número de desahucios por ausencia de pago del alquiler). Un tanto igual en el artículo 45, que habla del "derecho a defender y restaurar el medio ambiente" (España es de los países más laxos en la protección de su medio ambiente). Y así un largo etcétera.

Tales supuestos derechos sociales terminan siendo una cáscara vacía. Comparen lo que ocurre con otros artículos de la Constitución, como el de la unidad de la patria o la uninacionalidad del Estado. Cuando se percibe (correcta o incorrectamente) que tal unidad y/o uninacionalidad están amenazadas, el Estado interviene inmediatamente con todo el peso represivo que tiene, que es mucho como resultado de una herencia del Estado anterior (España es uno de los países que tiene mayor número de policías por cada 10.000 habitantes y uno de los porcentajes más bajo de personas adultas trabajando en su Estado del Bienestar).

La situación social ha ido empeorando y cambios constitucionales han contribuido a ello

Tres intervenciones históricas han destacado en la evolución de la España social. Uno fue al inicio del periodo democrático, con una gran expansión del Estado del Bienestar, lo que se tradujo en un gran crecimiento del gasto social (especialmente durante el periodo de gobiernos socialistas). Tal gasto era muy bajo al terminar la dictadura, y el gran déficit social que España tenía en relación con el resto de países que más tarde constituirían la UE-15 se redujo a la mitad durante el periodo de gobierno del PSOE. Esta fue la época dorada del Estado social (cuando fue establecida una pieza clave de tal España social –el Servicio Nacional de Salud–, entre otros cambios).

La segunda intervención fue en el periodo en el que se estableció el euro, lo cual se consiguió a base de reducir el gasto público social (como parte de las medidas establecidas por el Tratado de Maastricht en el año 1993 para reducir el déficit público del 7% del PIB en 1995 al 3% en el año 1998 y más tarde al 0,4% en 2002, el año en el que entró en circulación el euro). La reducción del déficit fue claramente excesiva y se realizó a costa de empobrecer el Estado del Bienestar en España, pues el sector más afectado en esta reducción del déficit –que se logró a costa de reducciones en el gasto, en lugar de con un aumento de los ingresos al Estado– fueron los servicios públicos del Estado del Bienestar. Quiero aclarar que no estoy haciendo ninguna valoración sobre el mérito o desmérito del euro. Este es otro tema. Lo que estoy haciendo es una exposición crítica de la manera como se redujo el déficit del Estado para que el euro pudiera establecerse en España. El euro se estableció a costa de la reducción sobretodo del gasto público social. Y los datos son contundentes. El déficit de gasto público social per cápita entre España y la UE-15 aumentó de una manera muy considerable durante el periodo 1992-2004.

Y la tercera intervención se da con el intento de resolver la Gran Recesión, iniciada en 2007. La aplicación de las políticas de austeridad y de las reformas laborales tuvo un impacto muy negativo en la financiación de los servicios y transferencias del Estado del Bienestar. La evidencia de ello es abrumadora, y está bien documentada (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015). Y es en esta etapa que incluso a nivel constitucional se hizo uno de los poquísimos cambios que se han hecho en la Constitución, y que ha tenido como consecuencia vaciar el contenido social de la Constitución. Fue la modificación del artículo 135, en septiembre de 2011, cuando se dio un pacto entre los dos partidos que habían gobernado –en distintos periodos– el Estado español durante la etapa democrática (PSOE y PP), que antepusieron los derechos del capital financiero sobre todo lo demás, incluyendo los escasamente priorizados derechos sociales de la Constitución. Los derechos del capital financiero pasaron a ser prioritarios en la Constitución a costa de debilitar todavía más los derechos sociales (situación que contó con el beneplácito del Tribunal Constitucional, que avaló el procedimiento de reforma de dicho artículo 135). Por otro lado el Tribunal Supremo siempre ha avalado y apoyado a la banca, como demuestran algunas de sus decisiones recientes. Estos casos cuestionan claramente la separación de poderes y la independencia judicial.

Cada una de estas tres intervenciones fue resultado de la correlación de fuerzas, incluyendo la existente entre las distintas clases sociales (y grupos de presión entre ellas) que existen en el país. Ello explica en gran parte las políticas públicas, que se configuran mediante el grado de influencia que estas clases tienen sobre el Estado. Los partidos políticos son instrumentos de tales clases, y así se muestra mediante el análisis de quién se beneficia de la aplicación de cada una de las políticas que diseñan estos partidos. Las variaciones en la cultura económica que se dan en las instituciones del Estado también explican las distintas tonalidades que tales políticas públicas han ido adquiriendo. Hemos visto en España el gran dominio –en realidad, la hegemonía– que el pensamiento neoliberal ha tenido en tales instituciones, responsables del deterioro de la calidad de vida de las clases populares. El hecho de que una gran parte de la juventud en España no vivirá mejor que sus padres es un indicador de ello. El cambio constitucional del artículo 135, reflejo de aquel pensamiento económico neoliberal, ha contribuido a ello.

De ahí que la solución pase por una corrección muy notable del desequilibrio en la correlación de fuerzas existente en el Estado español. Hay que corregir las enormes desigualdades de riqueza, de rentas y de influencia política y mediática en el país, democratizándolo. El problema mayor que tienen el país y su Estado del bienestar no es el demográfico –como constantemente se acentúa en círculos conservadores y liberales–, ni tampoco el tecnológico –el supuesto mundo sin trabajo–, sino el político: la escasa representatividad que tienen las instituciones llamadas representativas. Ello está creando una enorme distancia entre lo que la gente normal y corriente siente y desea, y lo que recibe de sus "representantes", lo que está provocando una enorme crisis de legitimidad que aparece con mayor intensidad donde el desequilibrio de fuerzas es mayor. A mayor desequilibrio de fuerzas, mayor es la aplicación de las políticas neoliberales que han creado tales desigualdades, perjudicando a las clases populares, y mayor es el cuestionamiento del orden constitucional. El cambio que se requiere es profundo, y la resistencia a él es alta.

Y la población española es consciente de ello. Casi el 70% (69,6%) de la ciudadanía española considera necesario reformar en estos momentos la Constitución de 1978, y de estos, más de la mitad aboga por una reforma "importante" o, incluso, por una reforma "casi total" de la Carta Magna. Lo que se necesita es hacer lo opuesto a lo que se hizo con el artículo 135. Se tendrían que blindar los derechos sociales (135 a la inversa). Pero ello no ocurrirá sin que existan otros cambios constitucionales  que corrijan el enorme desequilibrio de fuerzas que existe en el Estado español y en su Constitución.  La democratización del Estado, todavía hoy muy insuficiente (insuficiencia que ha aumentado en estos últimos años de dominio neoliberal), requiere que las muy necesarias y urgentes reformas constitucionales garanticen un sistema electoral auténticamente representativo, un blindaje de los derechos sociales (tales como la sanidad y salud pública, la educación, la vivienda, la protección social, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios, el trabajo y el ocio, entre otros), una reforma fiscal que eliminara la regresividad, la prohibición de las puertas giratorias, la resolución política y no judicial de los problemas territoriales, y muchos otros elementos clave en esta Constitución reformada. Sin tal democratización de la Constitución y del Estado, el Estado Social continuará, como lo está hoy, subdesarrollado. Así de claro.

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Estado del bienestar
Cómo el tema nacional oculta el drama social: las elecciones andaluzas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/12/13/como-el-tema-nacional-oculta-el-drama-social-las-elecciones-andaluzas/ Thu, 13 Dec 2018 06:01:28 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4615 Continuar leyendo "Cómo el tema nacional oculta el drama social: las elecciones andaluzas"]]> Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

He documentado extensamente (ver Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015, y "La enorme crisis social creada por las políticas neoliberales de los gobiernos españoles y catalanes", Público, 27.11.18) el enorme drama social que existe en España, sin precedentes en el periodo democrático. La calidad de vida y el bienestar de la población, y muy en especial de las clases populares, están siendo afectados muy negativamente por tal crisis, ignorada en su mayor parte por el establishment político del país y por sus mayores medios de información, que centran su atención en las tensiones interterritoriales derivadas del no resuelto tema nacional.

Las dimensiones y consecuencias de tal crisis social son muchas y sus causas son fáciles de ver. En lugar prominente están las reformas laborales que han creado un gran deterioro del mercado laboral, y los recortes del gasto público social durante la Gran Recesión que han empobrecido de una manera muy marcada los servicios públicos del Estado del Bienestar (sanidad, educación, servicios sociales, vivienda social y servicios domiciliarios, entre otros), que ya estaban entre los menos financiados de la UE-15 (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo al de España) antes de que se iniciara la crisis (España se gastaba entonces 60.000 millones de euros menos de lo que debería haberse gastado en tales servicios por el nivel económico que tenía).

Y los responsables de tales políticas públicas son también conocidos: el gobierno del PSOE, liderado por el Sr. Zapatero, inició esas políticas de clara tendencia neoliberal, las cuales fueron expandidas más tarde por el gobierno Rajoy, apoyado por el partido Ciudadanos, liderado por el Sr. Rivera. En Catalunya fueron los gobiernos de la Generalitat liderados por el Sr. Mas y más tarde por el Sr. Puigdemont (cuando Convergencia Democràtica de Catalunya se transformó en el PDeCAT), con la ayuda primero de Unió Democràtica de Catalunya y más tarde de ERC, los que apoyaron y llevaron a cabo tales políticas.

La crisis continúa y no se ha resuelto

Y aun cuando el establishment político y mediático español está promocionando la percepción de que la crisis se ha resuelto, los datos muestran la falsedad de tal postura. Solo hace unos días el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) presentó los datos de empleo y paro registrado, mostrando la pervivencia y continuidad de la precariedad, una de las principales características del mercado de trabajo español, facilitada por las reformas laborales aprobadas. Los contratos indefinidos representaron solo el 10% de todos los nuevos contratos producidos, y de estos indefinidos, el 30% lo fueron a tiempo parcial. Y por si no fuera poco, el 26% de todos los contratos tienen una duración menor a siete días, cuando hace diez años estos contratos solo representaban el 14% del total. Esta precariedad quiere decir salarios bajos y peores condiciones de trabajo, no solo para los afectados sino también para la mayoría de los trabajadores, pues establece un clima y una cultura de inestabilidad que crea una gran inseguridad en la mayoría de la clase trabajadora.

Estos datos son sistemáticamente ignorados por el establishment político-mediático del país, que continúa mostrando el crecimiento del empleo como un indicador de la supuesta recuperación y resolución del tema social. Pero lo que tal argumento ignora es que la EPA (la Encuesta de Población Activa del Estado), en su reciente informe sobre la población empleada, señala que todavía falta por recuperar el 30% del empleo destruido desde 2007, el año del inicio de la crisis. En realidad, el desempleo continúa siendo de los más elevados en la UE-15. Y, reflejando no solo el clasismo sino también el machismo existente en la sociedad española, los indicadores del deterioro del mercado laboral son incluso más acentuados entre las mujeres.

Los recortes que han deteriorado el bienestar de las clases populares

Los recortes del gasto público han ocurrido en cada uno de los componentes del que ya era un subfinanciado Estado del Bienestar, lo que ha significado un gran descenso de la cantidad y calidad de tales servicios, con una reducción marcada del personal que trabaja en ellos. Las huelgas y manifestaciones de los trabajadores de tales servicios son la tónica general en una agitación social que se está expandiendo a lo largo del territorio español, sin que haya habido una gran cobertura mediática, agitación que ha sido especialmente acentuada en Catalunya, donde los recortes del gasto público realizados por los gobiernos independentistas presididos por el Sr. Mas y Puigdemont (y ahora Torra) han sido especialmente acentuados. Predeciblemente, el portavoz de Junts per Catalunya (la antigua Convergència), el Sr. Eduard Pujol, se refirió a la resolución de los problemas creados por tales recortes como un tema no esencial –y por lo tanto secundario– frente al objetivo del gobierno catalán de conseguir la secesión de España. Hay que subrayar que el partido hegemónico en la coalición del gobierno independentista catalán apoyó en las Cortes Españolas la mayoría de leyes (reforma laboral y recortes) propuestas por los partidos gobernantes en España (es el caso de la reforma laboral de 2012, de la ley de estabilidad presupuestaria del mismo año o del decreto de recortes, también de 2012, todos ellos apoyados por este partido).

En España continúan habiendo clases sociales y el deterioro del bienestar de las clases populares se ha hecho a costa de la enorme concentración de la riqueza y de los ingresos por parte de las clases y élites dominantes. Y lo mismo ha ocurrido en Catalunya

Esta breve reseña del impacto de la crisis en el nivel de vida de las clases populares no se puede terminar sin contrastar tal deterioro del bienestar de estas clases, que constituyen la mayoría de la población, con el crecimiento del nivel de vida de una minoría que no alcanzará a ser un 15-20% de la población (burguesía, pequeña burguesía y clase media profesional de renta superior al servicio de los dos grupos anteriores), que ha sido particularmente acentuado en la minoría (dentro de esta minoría) que deriva sus ingresos de la propiedad del capital (y muy en especial del capital financiero). Nunca antes en el periodo democrático las rentas del capital como porcentaje de todas las rentas habían sido tan altas y las rentas del trabajo habían sido tan bajas como ahora. Este grupo del 15-20% tiene una enorme influencia política y mediática en el país y es el que determina la agenda y discurso del establishment político-mediático. Y es a través de los medios de información (que son también de persuasión) que ejercen una enorme influencia en determinar la sabiduría convencional del país.

Este grupo social dominante siempre ha ejercido una enorme influencia sobre el Estado, debido, en parte, a la transición inmodélica que mantuvo su enorme influencia sobre la gran mayoría de los aparatos de dicho Estado. Su ideología, heredada del régimen dictatorial anterior, se caracteriza por su clasismo y su nacionalismo uninacional extremo. Su clasismo determina la gran regresividad de la fiscalidad española (si las políticas fiscales españolas fueran semejantes a las existentes en el promedio de la UE, el Estado español y sus autonomías ingresarían alrededor de 80.000 millones de euros más de los que ingresa hoy) y la gran pobreza de su Estado, incluyendo de su Estado del Bienestar, uno de los menos financiados de la UE-15. Y su nacionalismo uninacional se muestra también en la gran centralización del Estado (responsable del 50% del gasto público, siendo los municipios responsables solo de un 13% y las autonomías de un 32%). Y cuando en 2010 hubo un intento de redefinir esta relación, reconociendo el carácter plurinacional del Estado a través del Estatuto de Autonomía catalán (aprobado por el Parlament, por las Cortes y por el pueblo catalán en referéndum), este fue vetado por el Tribunal Constitucional (TC), iniciándose así el surgimiento del movimiento independentista como respuesta a la falta de sensibilidad por parte del Estado hacia la plurinacionalidad. Y desde entonces las crisis interterritoriales han sido el centro del debate político entre fuerzas que, por lo demás, han apoyado un mismo proyecto neoliberal.

Una vez más, el tema nacional ocultó el tema social: las elecciones en Andalucía

Lo que llamó la atención en las elecciones de Andalucía fue el enorme protagonismo que el tema nacional tuvo en el debate electoral, en el que las derechas (el PP y Ciudadanos), máximas valedoras del españolismo uninacional, llevaron la iniciativa, definiendo el terreno de la lucha electoral. En esta campaña sus dirigentes estatales (los Sres. Casado y Rivera) jugaron un papel clave, interesados en utilizar "la defensa de la unidad de la patria" para atacar al gobierno del PSOE y a su aliado Unidos Podemos (UP), presentándolos casi como "traidores a la patria". En realidad, de haberse centrado la campaña en el tema social, el debate hubiera girado en torno al presupuesto del gobierno del PSOE y de su aliado UP (que había sido el elemento clave en la preparación de tal presupuesto), unas cuentas que significarían una reversión muy notable de las políticas de austeridad, con una notable expansión del gasto público entre otras medidas sumamente urgentes y necesarias, como es el empoderar a las autoridades locales para poder resolver el enorme drama de la vivienda.

La escasa visibilidad de los respectivos dirigentes estatales en las campañas de las izquierdas andaluzas diluyó el espacio social en la campaña electoral, pues del presupuesto del Estado apenas se habló. Este alejamiento de los partidos de izquierda andaluces de sus compañeros y compañeras estatales fue resultado de un deseo de Susana Díaz y de Teresa Rodríguez y sus equipos, que querían distanciarse de tales dirigentes y de las políticas de tales partidos (PSOE y UP), subrayando su autonomía. Este distanciamiento les perjudicó electoralmente, pues dificultó el debate sobre el tema social, ya que evitó, como he indicado antes, que la campaña se centrara en el presupuesto propuesto por el gobierno Sánchez y realizado conjuntamente con UP. En caso de que el debate se hubiera centrado en el tema social a nivel estatal, el PP y C’s hubieran sido mostrados por lo que ambos son: los instrumentos del 15-20% de la población, incluyendo en Andalucía.

Susana Díaz perdió casi 400.000 votos. Representaba la derecha del PSOE, que echó a Sánchez para poder investir a Rajoy como presidente, que defendió con mayor ahínco la aplicación del 155 en Catalunya, que rompió con IU y se alió con Ciudadanos, y que siempre mostró su gran hostilidad hacia Podemos. Y en la campaña se distanció de la dirección del PSOE, y apenas tocó el tema social, principal debate a nivel del Estado, un presupuesto que representaría una revisión de las políticas de austeridad que ella misma ha aplicado en Andalucía.

Adelante Andalucía perdió casi 300.000 votos, recabando menos votos que la suma que Podemos e IU había aglutinado en las anteriores elecciones andaluzas. Como Susana Díaz, también se distanció del equipo dirigente estatal, entre otras razones para enfatizar su autonomismo. Su énfasis en señalar su identidad andaluza era su respuesta al nacionalismo españolista de las derechas. Pero al poner el tema nacional en el centro de su estrategia, le hicieron el juego, sin darse cuenta, a la derecha nacionalista españolista, desaprovechando la oportunidad de criticar a tal derecha estatal y andaluza por su oposición a la propuesta de presupuestos de la izquierda a nivel estatal. Al establecer esta dicotomía estatal versus autonómico diluyeron el mensaje social, pues gran parte de la crisis social se debe a intervenciones a nivel estatal (aprobadas también por las oligarquías andaluzas con las que Susana Díaz ha colaborado activamente).

En cierta manera reprodujeron la estrategia de las izquierdas catalanistas soberanistas, no independentistas (como En Comú Podem), que ganan en las elecciones estatales pero pierden (y mucho) en las autonómicas. El tema social andaluz y el catalán vienen determinados en su gran mayoría por políticas públicas que se realizan a nivel estatal (con el apoyo de las derechas andaluzas y catalanas, sean o no secesionistas). De ahí la importancia de que las izquierdas muestren la complicidad de las derechas autonómicas con las derechas estatales. Se tenía que haber mostrado que detrás del conflicto de banderas hay una conjunción de intereses de clase, que coinciden en la aplicación de las mismas políticas neoliberales. Y ello no puede hacerse sin que las izquierdas autonómicas y estatales se coordinen y complementen sus estrategias. No hacerlo es permitir el monopolio de lo estatal por parte de las derechas. Y esto es lo que ocurrió en Andalucía. Al no tocar el tema estatal (que hubiera sido el presupuesto social), el debate se centró en el tema nacional, dirigido por las derechas.

Una consecuencia de ello fue no solo la pérdida conjunta de casi 700.000 votos, sino la abstención del 41,35% de los electores. En realidad, las derechas (PP, C’s y Vox) consiguieron solo 1,8 millones de votos (de un electorado de más de 6 millones). Ello significa menos de un 30% del censo, y menos de un 7% del censo para Vox (que está beneficiándose enormemente de la visibilidad mediática que recibe, la cual ignora que no es más que la versión extrema de lo que las derechas llamadas constitucionalistas han sostenido). En realidad, la noticia principal no fue este 7%, sino el 41,35% que se abstuvo: la mayoría de las clases populares.

El previsible buen resultado de Vox es una consecuencia de la creciente radicalización de las derechas españolas en respuesta al proceso secesionista en Catalunya y a la aparición de una fuerza política a nivel de toda España que, además de tener una visión plurinacional de esta, tiene una clara identidad republicana, con propuestas y vocación transformadora de la estructura de poder en España, que pone el tema social en el centro de su estrategia. De ahí la enorme hostilidad hacia una nueva visión de España, poliédrica en lugar de radial, republicana en lugar de monárquica, con vocación transformadora, que exige justicia social y auténtica democratización política y económica del país. La derecha española, claramente enraizada en la cultura franquista, se ve amenazada, lo que explica su agresividad. Que utilice el eslogan de querer defender la igualdad de todos los españoles carece de credibilidad, pues su políticas neoliberales –el eje de su programa económico y social– es la mejor prueba de que su gobierno aumentaría todavía más las desigualdades creadas ya por el PP y C’s, a nivel de clase social, de género, de raza, de nación, de idioma y de de orientación sexual, entre otros. Han sido precisamente las políticas neoliberales las mayores responsables del crecimiento de las desigualdades entre españoles. Así de claro.

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La enorme crisis social creada por las políticas neoliberales de los gobiernos españoles y catalanes https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/11/27/la-enorme-crisis-social-creada-por-las-politicas-neoliberales-de-los-gobiernos-espanoles-y-catalanes/ Tue, 27 Nov 2018 08:57:15 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4608 Continuar leyendo "La enorme crisis social creada por las políticas neoliberales de los gobiernos españoles y catalanes"]]> La aplicación de políticas neoliberales, como las reformas laborales que tenían como objetivo, en teoría, aumentar la flexibilidad laboral (lo cual consiguieron a costa de un enorme crecimiento de la precariedad, de la inestabilidad laboral y de la desprotección social), y como los recortes del gasto y empleo públicos que han afectado especialmente a las transferencias y servicios públicos del ya muy poco financiado Estado del Bienestar español, incluyendo el catalán (a fin de reducir el déficit público con la intención, en teoría, de tranquilizar a los mercados financieros), por parte de los gobiernos liderados en España por el Sr. Zapatero primero y por el Sr. Rajoy después (con el apoyo de Ciudadanos), y de los gobiernos del Sr. Mas y del Sr. Puigdemont –y ahora del Sr. Torra– (en alianza con Unió Democràtica y más tarde con ERC) en Catalunya, ha tenido un impacto devastador en la calidad de vida y el bienestar de las clases populares de España, incluyendo Catalunya. Nunca antes en el periodo democrático se había visto tal deterioro. Desde el inicio de la Gran Recesión –causada por la aplicación de tales políticas– en 2007 hasta el año pasado, 2017, la tasa de desempleo pasó de un 8,2% a un 17,2% (un crecimiento del 110%). En número de personas, significó pasar de tener 1.846.000 parados a tener 3.917.000 (2.071.000 personas más). Durante el mismo periodo de tiempo 2007-2017, el porcentaje de personas en paro de larga duración pasó de ser un 1,7% (377.000 personas) a un 7,7% (1.724.000 personas). El porcentaje de trabajadores que ganaron solo una tercera parte del salario medio pasó de ser el 21% a un 27% (en el caso de personas solteras sin hijos), y del 13% a un 14% en el caso de parejas con un salario y dos hijos. Y el porcentaje de trabajadores que ganaban menos del salario mínimo subió de un 8,8% a un 12%. Hoy España (incluyendo Catalunya) tiene una de las tasas de riesgo de pobreza más altas en la UE (un 22%), que es incluso mayor en el caso de los niños (32%).

La tasa de ocupación (porcentaje de la población que trabaja) entre la gente joven es hoy solo del 18% (en Catalunya el 25%), una situación dramática y que augura un futuro nivel de vida para los jóvenes que estará por debajo del de sus padres. Pero no solo los jóvenes están en una situación muy preocupante. Otro grupo etario con grandes dificultades es el trabajador "maduro" (por encima de 55 años), que representan el 14% del total de parados, habiendo crecido su desempleo un 293% durante el periodo 2007-2017. Esta situación tan deteriorada en el mundo del trabajo explica también el gran crecimiento de las desigualdades, siendo España (incluyendo Catalunya) el país que tiene unas desigualdades más acentuadas en la UE-15.

El desmantelamiento del Estado del Bienestar

Como consecuencia de los recortes, el porcentaje del PIB gastado en la sanidad pública bajó durante el periodo 2009-2015 de un 5,8% a un 5,4% en Catalunya, y de un 6,8% a un 6,5% en España, porcentajes de gasto sanitario público más bajos que en el promedio de la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países de la UE de mayor desarrollo económico, y mucho más bajos que en Suecia (donde subió durante el mismo periodo de un 7,3% a un 9,2%). Un tanto igual ocurrió con la educación, cuyo gasto bajó en Catalunya de un 4,21% a un 3,68% (durante el periodo 2009-2015), y en España de un 5,02% a un 4,16%, mucho más bajos que en la UE-15. Y así un largo y penoso descenso por cada uno de los capítulos del Estado del bienestar español, incluyendo el catalán.

Es importante destacar que las dimensiones más duras y antisociales de estas políticas neoliberales, tanto los recortes (como la ley de estabilidad presupuestaria de 2012 o el decreto de recortes del mismo año) como las reformas laborales y la amnistía fiscal, fueron aprobadas por los dos partidos gobernantes en España (el PP) y en Catalunya (CiU). CiU era una coalición de dos partidos: CDC, un partido liberal, y UDC, un partido cristianodemócrata. Más tarde CDC dejó de aliarse con UDC y pasó a gobernar con ERC, apoyado desde fuera del gobierno por la CUP. Tal partido (CDC, ahora PDeCAT) es un partido neoliberal que hasta hace unos días pertenecía a la misma familia política que Ciudadanos (otro partido político neoliberal), de la que fue expulsado por su historial de corrupción en su etapa pujolista. Este partido ha promocionado, como parte de su política neoliberal, la llamada declaración del Dia de l’Alliberament Fiscal, que expresa el deseo de establecer un límite en cuanto a la carga fiscal, distanciándose de garantizar los servicios básicos del Estado del Bienestar. Tal declaración es presentada en forma de moción de este partido en los ayuntamientos catalanes (inspirada por un movimiento semejante de la derecha en EEUU, conocido como Tax Freedom Day, que favorece la limitación de la carga fiscal junto con un cuestionamiento del compromiso estatal de garantizar el acceso a la sanidad y a la educación). En su día, Convergència fue responsable de los mayores recortes de gasto público sanitario conocidos en la UE-15 (promovidos por el conseller de Salud, Boi Ruiz, que había sido presidente de la patronal sanitaria privada antes de ser nombrado consejero, y que durante su mandato recomendó que la gente afectada por los recortes contratara un seguro sanitario privado).

Es también importante subrayar que tales partidos políticos neoliberales (PP, Ciudadanos y el PDeCAT) lideran los bloques nacionalistas –el españolista los dos primeros, y el catalanista, hoy independentista, el último (siendo partidos en polos opuestos en sus políticas nacionales)–. Todos ellos utilizan el nacionalismo para movilizar a sus bases a la vez que en los pasillos y despachos del poder –como en el Congreso de los Diputados– firman y apoyan las mismas políticas que han hecho un enorme daño a las clases populares a ambos lados del Ebro. Ni que decir tiene que detrás de su supuesto "amor a la patria y a la nación" hay un intento de ocultar el daño e impopularidad creada por la implementación forzosa (pues no estaban en sus programas electorales) de tales políticas neoliberales, las cuales han creado dicha enorme crisis social. Sin las movilizaciones de banderas –la borbónica por el lado españolista y la estelada por el lado independentista–, tales partidos habrían disminuido espectacularmente su apoyo electoral como ha ocurrido en la mayoría de países de la UE.

Gran parte de la población es consciente de la enorme crisis y atribuye a las políticas neoliberalres aplicadas su existencia

Como era de esperar, artículos publicados en revistas de signo neoliberal próximas a los nacionalistas de ambos lados han intentado convencer a la ciudadanía de que la situación se ha resuelto y que los recortes se han revertido alcanzando los niveles de gasto que España, incluyendo Catalunya, tenían antes de la crisis. Artículos titulados "La remisión de los recortes" o parecidos son comunes en tales medios. Pero los datos muestran la enorme falsedad de esos supuestos. En realidad, la gran mayoría de la ciudadanía es plenamente consciente de ello. En una encuesta reciente publicada en El País (11.11.18), la gran mayoría de españoles (82%), incluyendo los catalanes, no creen que España haya salido de la crisis. Y un porcentaje también muy elevado (66%) acusa a las políticas de la clase política (es decir, de los partidos gobernantes) de la crisis y de su continuidad como consecuencia de tales políticas. El 73,6% de los encuestados, que representan a la población española, creen (con razón) que España tiene mayor pobreza, un 77,9% que hay menor calidad en el empleo, el 67,4% que hay mayores desigualdades y el 58,5% que hay menor desarrollo económico. Las estadísticas muestran que tales percepciones responden claramente a una realidad. Casi un cuarto de la población sufre riesgo de pobreza y exclusión social, incluyendo gente asalariada. Y los ingresos y el nivel de vida de la mayoría de la población han disminuido. Es también importante señalar que además de responsabilizar a la clase política gobernante por la enorme crisis, también el 67,2% responsabiliza al Banco Central Europeo, al Fondo Monetario Internacional y a la Comisión Europea (comúnmente conocidos como la Troika) por haber promovido tales políticas.

Y hace solamente unos días el barómetro del CEO (Centro de Estudios de Opinión del la Generalitat de Catalunya) mostraba que los dos principales problemas (que están incluso por encima del desempleo) que la mayoría de la población catalana considera que hay en Catalunya son la insatisfacción con la política (que incluye las políticas públicas que se están aplicando) y las tensiones entre Catalunya y España (que en realidad quiere decir entre el bloque unionista y el separatista). En la misma encuesta, el 66% favorece la protesta social para lograr que "los políticos cambien de rumbo", y la gran mayoría suspende con claridad la gestión de los gobiernos catalán y español.

La respuesta popular a la enorme crisis

Como era de esperar, apareció un movimiento de protesta, el 15-M, cuyo principal eslogan era una denuncia de tales políticas y de los partidos gobernantes que las impusieron, indicando que la clase política carecía de legitimidad pues no estaba sirviendo a la población. El "no nos representan" era su denuncia, y el "sí se puede" era el camino para encontrar una solución. Era fundamental que se cuestionara el argumento del establishment neoliberal que justificaba la aplicación de tales políticas indicando que eran las únicas posibles. Tal movimiento mostró con datos (ver Navarro, V. Torres, J. Garzón, A. Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar en España. Sequitur, 2011) que sí se podían seguir otras alternativas. Y se estableció un movimiento político-social, Podemos, que ha tenido un gran impacto político en el país. De nuevo, en la encuesta de El País, una mayoría de la población (alrededor del 66%) cree que la aparición de Podemos fue consecuencia del rechazo a tales políticas. Entre otros cambios, el fin del bipartidismo es un resultado de ello.

La respuesta del establishment neoliberal

Hay que subrayar que tal crisis fue fácil de predecir. Algunos lo hicimos: en el libro Neoliberalismo y Estado del Bienestar (Ariel Económica, 1997) ya avancé que las políticas iniciadas en la década de los años ochenta a los dos lados del Atlántico Norte crearían una enorme crisis. Y así ocurrió. Tales políticas favorecieron sistemáticamente a las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo, creando unas enormes desigualdades que crearían una crisis económica y financiera, que a su vez originaría una gran crisis social y, por último, una gran crisis política que cuestionaría la legitimidad de las instituciones que sustentan la estructura de poder.

Por lo general, el establishment neoliberal está hoy a la defensiva, aun cuando el conflicto de banderas está en cierta medida alentado por los dos bandos, a fin de ocultar la crisis social y sus responsabilidades en su establecimiento. A mayor responsabilidad, mayor es el grito de las banderas. Por lo demás, su apoyo a tales políticas continúa.

Ahora bien, en el panorama político español ha habido cambios en gran parte como consecuencia de la movilización y protesta que ha aparecido en las calles. El PSOE ha sido sensible y ha sido receptivo a las propuestas de Unidos Podemos, siendo su resultado el establecimiento de una propuesta de presupuestos cuya aplicación sería el inicio del fin del neoliberalismo. Desde el incremento del salario mínimo (de los más bajos de la UE) hasta la regulación del precio del alquiler, hay toda una serie de propuestas que beneficiarían enormemente la calidad de vida y el bienestar de la población, y muy en particular de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España. Predeciblemente las derechas españolas (PP y Ciudadanos) se han opuesto a ello, aunque no ha sido la única oposición que está encontrando la propuesta de presupuestos.

Más sorprendente ha sido la oposición de las izquierdas independentistas, que han puesto la aprobación de los presupuestos como parte de una negociación con el gobierno socialista, subrayando que su apoyo a los presupuestos sería un favor al gobierno que no están dispuestos a realizar a no ser que este cambie en su política hacia los presos. Los presupuestos, que sin lugar a dudas beneficiarían a la mayoría de la población catalana, quedan, pues, supeditados a la resolución del tema de los presos.

Conscientes de que tal posición les podría suponer un coste electoral, algunas voces de tales izquierdas del bloque independentista han indicado que favorecen las medidas sociales que incluyen los presupuestos, ofreciéndose a apoyar tales cambios no como parte de unos presupuestos, sino como una suma de decretos-ley, cada uno de los cuales contendría una medida social. Según la Constitución, el gobierno está autorizado a establecer medidas presupuestarias excepcionales de apoyo a decretos-ley que el gobierno considere de especial interés. Y así lo ha propuesto el mismo gobierno Sánchez.

Los decretos-ley no son lo que se supone

El error de sustituir los presupuestos por decretos-ley es, sin embargo, creer que las medidas sociales de los presupuestos pueden sustituirse por una suma de tales decretos, lo cual es altamente cuestionable, tal como la experiencia demuestra. No hay duda de que las derechas neoliberales, el PP y Ciudadanos, llevarán esos decretos-ley al Tribunal Constitucional (TC), basándose en que una condición para su aprobación es su excepcionalidad. En otras palabras, los decretos-ley en los temas sociales enunciados tienen que responder a circunstancias de urgencia y excepcionalidad, categoría subjetiva que, sin lugar a dudas, dará pie a la intervención del TC, lo que llevará, además de a un gran retraso, a la posibilidad muy probable de que dichas medidas sean vetadas por tal tribunal. La judicialización de la política es una constante en la estrategia de las derechas en España, conscientes de que el poder judicial en este país está muy escorado a la derecha, como el juicio de los presos políticos está demostrando. De ahí que tal judicialización dificultará e incluso imposibilitará su aprobación. Así pasó con anteriores decretos-ley, como la declaración de inconstitucionalidad en el año 1997 de una reforma fiscal de 1992, o en el año 2016 de unos créditos extraordinarios aprobados en 2014. En ambos casos el TC indicó que unos cambios de tal naturaleza no podían seguir la vía extraordinaria, sino la ordinaria. Y así podría pasar, anulando la probabilidad de que tales medidas pudieran ser aprobadas.

La enorme responsabilidad de las izquierdas independentistas en perpetuar la enorme crisis social existente en Catalunya y en España

Es un gran error y una enorme incoherencia el ligar y relacionar la aprobación de los presupuestos (que significan un paso muy importante, ya que contienen medidas de gran calado que beneficiarían enormemente a las clases populares de Catalunya y de España) a cambios del gobierno español en el tema nacional. La continua supeditación de la resolución de la enorme crisis social a la resolución del tema nacional está convirtiendo a tales izquierdas en cómplices del enorme daño que los partidos neoliberales están imponiendo a la población.

Su comportamiento durante el "procés" está ahora alcanzando su máxima expresión en su oposición a la aprobación de tales medidas progresistas. Las clases populares están sufriendo y no pueden supeditarse las acciones encaminadas a eliminar o al menos disminuir tal dolor a acciones en otros ámbitos, anteponiendo el tema nacional (por muy noble que su causa les parezca) a la resolución de la brutal crisis social.

Hoy, la gran mayoría de la población catalana votaría a partidos de izquierdas. Según la última encuesta del CEO, la suma de los votos de ERC, PSC, Catalunya en Comú y la CUP sería mayoritaria entre la población (58,5%). Es lógico, pues, asumir que, conforme al principio de representatividad y solidaridad que debería guiar a las izquierdas, la mayoría de catalanes desea que estas medidas sean aprobadas. Ahora bien, las izquierdas independentistas (ERC y CUP) prefieren mantener la alianza con otros partidos independentistas (y por lo tanto con la derecha neoliberal del PDeCAT), una alianza que sería minoritaria (la suma de ERC, PDeCAT y CUP no alcanzaría el 50%, concretamente sería el 48,4%). Y la suma de las derechas (PDeCAT, Ciudadanos y PP) sería solo del 39,5%. Y, en cambio, los partidos neoliberales de derechas, claramente en minoría, serían los mayores beneficiarios del veto independentista a los presupuestos.

Las izquierdas independentistas deberían anteponer el deseo de las clases populares, en un momento de gran crisis social. Ignorar tal deseo (a favor de un futuro incierto) es un gran error que, por desgracia, se ha cometido durante un largo periodo de tiempo. Parecen no entender que la estrategia de tensión que están favoreciendo está llevando a una situación que está causando un enorme daño a la mayoría de la población, que no es para nada responsable ni de la situación, ni de los presos políticos, ni de la rigidez y represión del Estado central, ni de la torpeza del gobierno catalán. Así de claro.

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Vinceç Navarro
La iglesia católica española y el general Franco https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/11/19/la-iglesia-catolica-espanola-y-el-general-franco/ Mon, 19 Nov 2018 07:03:03 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4596 Continuar leyendo "La iglesia católica española y el general Franco"]]> La visión que el establishment político-mediático conservador español tiene del papel que la Iglesia Católica Española (ICE) ha jugado en la historia reciente de España es que tal institución apoyó el golpe militar de 1938 como respuesta a la hostilidad expresada por la Segunda República hacia sus intereses, estableciendo un régimen autoritario del que fue distanciándose más tarde, facilitando por último el proceso de transición hacia un régimen democrático homologable a cualquier otro régimen democrático existente en la Europa Occidental. Tal visión es, en general, la que se enseña en el sistema educativo de este país.

El gran error de las fuerzas progresistas y democráticas es no haber denunciado la enorme falsedad de tal visión, siendo su campaña de recuperación de la memoria histórica un proyecto muy limitado, caracterizado por la moderación y el temor a enfrentarse a la ICE, que continúa teniendo un enorme poder en el diseño y formulación de la política educativa del país. No quisiera minimizar, por cierto, el impacto positivo que la recuperación de la memoria histórica ha tenido en muchos ámbitos del país. Su campaña, por ejemplo, para prohibir homenajear a figuras de aquel régimen, definido como meramente autoritario, ha sido valiosa para, al menos, diluir y, en muchas ocasiones, eliminar la visibilidad de figuras representativas de aquella dictadura. Pero incluso ahí, la permanencia de un mausoleo, el Valle de los Caídos, en honor de la figura del dictador muestra la enorme timidez en esta corrección del pasado.

La gran insuficiencia de las campañas de memoria histórica para corregir las falsedades existentes en la historia oficial del país

Hay que reconocer que no ha habido una actitud crítica y de denuncia del papel de la ICE (incluyendo, por cierto, la Iglesia Católica Catalana) en la historia reciente de este país. Ningún medio televisivo, público o privado, se ha centrado en corregir la enorme falsedad de la visión oficial del papel de dicha institución en nuestra sociedad. En primer lugar, nunca ha habido un programa que mostrara el apoyo que tal institución proporcionó a las fuerzas conservadoras responsables del enorme retraso cultural, político y económico que impusieron a las clases populares de este país, y que explica la gran hostilidad que la ICE generó entre estas clases durante la Segunda República, hostilidad que dicha Iglesia nunca se ha preguntado por qué existía. En segundo lugar, la ICE fue parte integrante del golpe militar (que interrumpió un proceso democrático) y del régimen dictatorial que tal golpe impuso y estableció. En realidad, la expresión según la cual "la ICE apoyó la dictadura" no define bien la relación entre la ICE y aquella dictadura. No es que la ICE apoyara el régimen dictatorial. Fue mucho más que apoyo, la ICE era parte esencial de aquel régimen. Los sacerdotes eran pagados por el Estado con fondos públicos, y los obispos eran nombrados por el dictador. Y, como parte de aquel Estado, cumplieron una función, incluyendo la represora.

El papel de la ICE en la represión

La Falange y la Iglesia jugaron un papel determinante en la denuncia y selección de las personas e instituciones republicanas brutalmente reprimidas (con especial atención a los maestros fieles a la República, incluyendo mis padres y familiares), represión ocultada y nunca mostrada por los mayores medios de información españoles (lo que engloba a los medios catalanes) del supuestamente régimen democrático actual. El nacionalcatolicismo (mezcla de un nacionalismo imperialista extremo de carácter étnico-racista, con un catolicismo sumamente reaccionario y opresivo) condenó al país a su enorme subdesarrollo cultural y social. De nuevo, como resultado de la enorme influencia de la ICE, no ha habido programas educativos para corregir la enormemente sesgada "historia oficial del país" sobre dicha institución.

Y esta función represora, basada en una completa y total dedicación de la ICE a la permanencia del régimen, continuó hasta el último día del régimen. Baste leer las declaraciones del cardenal Tarancón a raíz de la muerte del dictador, en las que, en un acto realizado en aquel momento, dijo: "creo que nadie dudará en reconocer aquí conmigo la absoluta entrega, la obsesión diaria, incluso, con la que Francisco Franco se entregó a trabajar por España, por el engrandecimiento espiritual y material de nuestro país, con olvido incluso de su propia vida" (citado por Juan José Tamayo en el artículo "El santo sepulcro del dictador", publicado en El Periódico). Esto dicho en homenaje a uno de los dictadores que dirigió uno de los regímenes más represivos que hayan existido en la Europa Occidental del siglo XX. Como documentó en su día el principal experto en fascismo europeo, el entonces profesor Malefakis de la Columbia University de Nueva York, por cada asesinato político que cometió el régimen fascista italiano liderado por Mussolini, el régimen liderado por Franco cometió 10.000. Y en cuanto al supuesto "engrandecimiento" material, el régimen dictatorial fue responsable del enorme retraso económico y social del país (ver Navarro, V. El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006).

En realidad, la deificación del dictador fue una constante en el comportamiento de la ICE. Hasta el último día del régimen, el Caudillo entraba en las iglesias bajo palio, con los mismos honores que se daban al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, poniéndolo, como bien dice Juan José Tamayo, al mismo nivel que Dios. La ICE definió a tal personaje como "el dedo de Dios", definición que fue ampliamente reproducida por los mayores medios de información durante la dictadura. Nada menos que Luis Martínez de Galinsoga, director de La Vanguardia, indicó que "La vida de Franco ha sido conducida por el dedo de Dios", y las monedas españolas llevaban la imagen del dictador rodeado de un laurel en el que estaba escrito "Caudillo por la gracia de Dios", mostrando la gran complicidad entre la Iglesia y el sistema financiero de este país.

Y la historia continúa

 Debería ser obvio que una de las principales causas del retraso en la denuncia de la falsificada historia de nuestro país es precisamente el gran poder que la ICE continúa teniendo en España. La ICE ha sido una de las instituciones que más se han opuesto a sacar al dictador de su monumento: el Valle de los Caídos. Y ahora que, por fin, cuarenta años después de que se iniciara la democracia, se intenta así hacerlo, la vicepresidenta del gobierno español se ha tenido que desplazar al Vaticano para solicitar ayuda a las máximas autoridades de la Iglesia Católica para que permitieran el desplazamiento del dictador a un lugar donde no continúe teniendo gran prominencia, evitando así que sea enterrado nada menos que en la catedral de la capital del Reino, Madrid, como desean sus familiares. El argumento que la ICE está utilizando es que en términos morales, y según los principios de la religión católica, no se puede negar su entierro en el panteón que la familia del dictador compró. Tal respuesta, como bien dice Juan José Tamayo, carece de credibilidad: la Iglesia constantemente expulsa a las personas divorciadas, a las mujeres que han cometido aborto, y un largo etcétera. La mera coherencia exigiría expulsar al responsable del régimen que asesinó a más españoles en el siglo XX. Pero ello requiere que la ICE reconozca y admita que esto es lo que fue aquel personaje, caudillo de un régimen del cual tal institución (la ICE) fue una pieza clave.

Entiendo que haya personas religiosas católicas que pidan que la Iglesia Católica pida perdón al pueblo español por el daño tremendo que ha causado a las clases populares de este país. No soy contrario a ello, pero lo veo improbable y poco significante. La Iglesia Católica ha mostrado ya a lo largo de su historia escasa sensibilidad moral y democrática. En realidad, debería ser denunciada por el papel central que tuvo en aquel régimen dictatorial. Y habría que pedirle al papa Francisco, el papa "progre" de los "cristianos progres", que haga algo, y denunciara lo que la Iglesia ha hecho en este país. Pero tampoco creo que ocurra. La falta de moralidad de la Iglesia Católica es la tónica que define su historia en España.

Una última observación. En el término ICE incluyo predominantemente a las autoridades eclesiásticas de tal institución y no a la gente normal y corriente que es creyente y de la cual hay de todos los colores políticos, aun cuando dominan numéricamente las sensibilidades conservadoras. A todas ellas las animaría a que se rebelaran frente a tales autoridades, las cuales han dado amplias muestras de una gran falta de vocación democrática y excesivo apego a sus intereses corporativistas, en contra de los intereses de la mayoría de la población. Por el bien del país, por favor, háganlo.

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Franquismo
Los enormes costes sociales de las tensiones interterritoriales en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/11/08/los-enormes-costes-sociales-de-las-tensiones-interterritoriales-en-espana/ Thu, 08 Nov 2018 07:00:38 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4588 Continuar leyendo "Los enormes costes sociales de las tensiones interterritoriales en España"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante'. Anagrama, 2015

En Catalunya, el mayor conflicto político existente hoy es entre aquellos partidos políticos que se definen como soberanistas, y que desean la secesión de Catalunya del Estado español, y los unionistas que se oponen a tal secesión, y que defienden la continuidad del Estado español actual, cuya Constitución no permite tal secesión. Dicho conflicto ha creado una enorme tensión dentro de Catalunya entre los independentistas (que se definen como soberanistas, y así son presentados por los mayores medios de información) y los unionistas (que se definen a sí mismos como constitucionalistas). Fuera de Catalunya la tensión es entre el Estado español, gobernado durante todo el periodo democrático por partidos unionistas, y la Generalitat de Catalunya, que es gobernada por una coalición de partidos independentistas hegemonizada por un partido nacionalista (hoy independentista) conservador, el cual ha gobernado Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático.

Estos conflictos y tensiones están teniendo unas consecuencias muy negativas para la calidad de vida y el bienestar de las clases populares de Catalunya y del resto de España, las cuales están padeciendo una de las mayores crisis sociales que España (incluyendo Catalunya) haya sufrido en su periodo democrático, y ello como consecuencia de las políticas públicas aprobadas por los partidos unionistas gobernantes en España y por el partido secesionista mayoritario (CDC, más tarde PDeCAT) que ha gobernado en Catalunya durante la mayor parte de los años desde el establecimiento de la democracia. Tales políticas han tenido un claro corte neoliberal, como por ejemplo las reformas del mercado laboral que han generalizado la precariedad entre los trabajadores, los bajos salarios y la desprotección social, y los recortes de los derechos laborales y sociales (con una descenso muy marcado del gasto público social en el que ya era, antes de la Gran Recesión, uno de los Estados de Bienestar de la Unión Europea –UE– menos financiados).

Estas políticas públicas han contribuido en gran medida a aumentar las desigualdades sociales, con un gran incremento de las rentas derivadas de la propiedad y de la gestión de los bienes y servicios privados a costa de un notable descenso de las rentas derivadas del trabajo (predominantemente salarios). Ello ha implicado un gran descenso del bienestar de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población. Y aunque esta situación ha tenido lugar en la mayoría de los países europeos y norteamericanos que han aplicado tales políticas públicas neoliberales, creando un gran malestar popular, en España estas políticas han sido aplicadas con mayor dureza, siendo las consecuencias de su aplicación incluso más negativas en nuestro país.

La peculiaridad del caso español: los partidos que han aplicado las políticas públicas neoliberales en España y en Catalunya continúan gobernando

Ha habido, sin embargo, una diferencia entre lo ocurrido en aquellos países y lo que ha ocurrido en España, incluyendo Catalunya. Mientras que en los primeros países los partidos gobernantes que han impuesto tales políticas neoliberales (y digo impuestas porque no estaban anunciadas en sus programas electorales) han visto como su apoyo electoral disminuía marcadamente hasta el punto de ser expulsados del poder por el electorado, no ha sido así ni en España ni en Catalunya, donde los partidos neoliberales gobernantes (en España el PSOE, el PP y de nuevo el PSOE, y en Catalunya Convergència -redefinida como PDECat- en alianza primero con UDC y más tarde con ERC) continúan gobernando. Esta situación es única en Europa. Dos de los gobiernos más duros en la aplicación de sus políticas públicas neoliberales (el español y el catalán) han continuado en manos de los mismos partidos que siguieron aplicando dichas políticas (aun cuando el PSOE parece haberse distanciado algo como resultado de su alianza con Unidos Podemos y sus confluencias). ¿Por qué?

Sin lugar a dudas la causa de tal situación anómala es la tensión nacional a la que me refería al principio del artículo. Ambos bandos (los unionistas y los secesionistas) han estado dirigidos durante muchos años por partidos de derechas de clara vocación neoliberal. Por un lado el PP (apoyado por Ciudadanos, ambos partidos de derechas de clara orientación neoliberal), y por el otro Convergencia (cuyo equipo económico es también neoliberal). Ahora bien, esta realidad queda ocultada por el enorme espacio que ocupa el tema nacional, que absorbe toda la atención mediática. En realidad, las tensiones, interterritoriales, basadas en concepciones nacionalistas opuestas, juegan un papel clave en precisamente ocultar la responsabilidad de tales partidos en generar y reproducir la gran crisis social.

El tema nacional, que absorbe el debate político, oculta la crisis social creada por los dirigentes de ambos lados de la crisis nacional

En España sí que hubo un movimiento de protesta, el 15-M, que tuvo un impacto enorme en la vida política del país, y cuya dimensión política, Podemos (y sus confluencias En Comú Podem y En Marea), a la que se unió IU, ha tenido un mayor impacto en la vida política del país. Su denuncia del Estado era por la nula representatividad de la clase política dominante en aquel Estado. El eslogan "no nos representan" fue inmediatamente adoptado por millones de españoles (incluyendo catalanes), y fue el responsable del enorme éxito del movimiento político-social que generó (hoy Unidos Podemos), el cual ha provocado un cuestionamiento del Estado uninacional, cuestionamiento que ha ido expandiéndose, llegando a afectar el sistema monárquico, eje del Estado uninacional español.

Su demanda incluye una redefinición de la soberanía, es decir, del ejercicio del poder popular, y exige una democratización del Estado. El derecho a decidir es el derecho de la ciudadanía a escoger sobre cualquier dimensión de lo público que afecte a su bienestar y calidad de vida. De ahí que en esta visión de soberanía, lo social y lo nacional estén intensamente relacionados y sean parte del mismo concepto, tal como muy bien subraya Julio Rodríguez en su excelente libro Mi patria es la gente, de reciente publicación. La nación (vivida a nivel personal como la patria) es la gente. En la liga de patriotismo, el mejor patriota es el que lucha más para mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población, de la que la mayoría son las clases populares. Bajo este criterio, los partidos de derechas españoles (que lideran a los unionistas) y catalanes (que lideran a los secesionistas), que se presentan como los "superpatriotas", fallan estrepitosamente, pues han estado apoyando políticas públicas neoliberales que han dañado enormemente a la gente. Es sorprendente que nunca un periodista haya preguntado al Sr. Rajoy, al Sr. Mas, al Sr. Puigdemont o al Sr. Torra "¿cómo pueden ustedes presentarse como un grandes patriotas cuando está apoyando y aplicando políticas neoliberales, como los recortes, que han dañado a su pueblo?".

La respuesta que darían tales dirigentes independentistas a tal pregunta es que ellos desean la independencia para precisamente tener más poder para atender a la población. Pero este argumento tiene escasa credibilidad, pues gran parte de sus creencias y posturas son de sensibilidad neoliberal. Es más que dudoso que en una Catalunya gobernada por tal pensamiento la gente viviera mejor, por muchos más recursos que el país tuviera. Estados Unidos, donde el pensamiento neoliberal domina el país, es muy rico y en cambio la mayoría de la gente no tiene ni siquiera derechos tan elementales como tener acceso al sistema sanitario.

¿Qué es soberanía?

Hay, pues, que recuperar una comprensión popular de lo que es la soberanía, es decir, el derecho a decidir a todos los niveles, incluyendo, naturalmente, el nivel de decisión que se desee compartir. El derecho a decidir es el derecho a escoger, y a nivel nacional, incluye, en el caso de Catalunya (o de cualquier otra nación o pueblo), escoger la relación que tiene con el resto de España, elección que debe incluir otras formas, además de la secesión. En realidad, hay poca conciencia de que el independentismo raramente ha sido mayoritario en Catalunya. El presidente Companys (uno de los presidentes de la Generalitat de Catalunya más populares en Catalunya y en España) no era independentistas. Sus banderas no eran ni la estelada (la bandera independentista) ni la borbónica. Eran la senyera (la bandera catalana) y la bandera española republicana.

El independentismo en Catalunya es un producto de masas nuevo generado primordialmente por la enorme hostilidad del Estado central hacia el reconocimiento de la España plurinacional. Fue cuando el Estado central vetó elementos sensibles del Estatuto de Catalunya que el independentismo creció. Esta es la realidad ocultada en los medios españoles. Las tensiones interterritoriales han beneficiado predominantemente a las derechas a ambos lados del Ebro, y son los partidos más ultraderechistas (PP, Ciudadanos y Vox) los que son los más "patriotas", los más "nacionalistas" y los más "neoliberales". En este contexto, las condenas propuestas por la fiscalía del Estado incrementarán todavía más, sin lugar a dudas, estas tensiones y el independentismo.

Y un tanto igual ocurre en Catalunya. La más radical en su independentismo es la derecha conservadora, que sin la causa nacional habría desaparecido del espectro político. Se me dirá, con razón, que hay partidos radicales de izquierdas, que no son neoliberales, y que apoyan la independencia, los cuales asumen que tal causa es la mayor amenaza para el Estado borbónico español. No desmerezco la importancia de dicho argumento, pero lo creo equivocado, pues en realidad el independentismo que apoyan ha sido liderado en Catalunya por las derechas catalanas que han sido claramente antiespañolas (léanse los escritos del Sr. Torra, definiendo a los españoles con términos claramente ofensivos, o recuérdense las declaraciones del Sr. Pujol diciendo que los "charnegos" eran intelectualmente inferiores), las cuales han reforzado con su mensaje de que "España nos roba", actitudes que han generado un sentimiento de apoyo entre las clases populares españolas hacia los partidos nacionalistas más extremos y hacia sus instituciones como la Monarquía.

Soberanía no es lo mismo que independencia

Es más, la monopolización del concepto de soberanía por parte de los independentistas (de manera tal que soberanismo ha pasado a ser homologable a independentismo) ha eliminado las posibilidades de que se discutan y debatan otras formas de soberanía (federal, confederal o lo que fuere), que es lo que el independentismo ha deseado: la eliminación de otras propuestas soberanistas. Y es ahí donde los mal llamados "soberanistas" de En Comú Podem (liderados por la que fue portavoz parlamentaria de tal coalición política) están haciendo gran daño al propio soberanismo. La vía independentista es solo una versión del soberanismo, pues hay otras formas de éste (tales como la defensa de la soberanía popular, la soberanía federal, la soberanía confederal y un largo etcétera) que quedan olvidadas, cuando no ocultadas, en esta monopolización del concepto de soberanismo.

Asumir que el independentismo es la única forma de soberanismo es profundamente erróneo, pues dicho independentismo limita la soberanía a la realización de un referéndum (que además defiende que sea unilateral) binario en el que se escoja sí o no a la independencia, limitando de esta manera la soberanía popular. Por otra parte, acercarse a la corriente independentista (que es lo que están pidiendo los autodefinidos "soberanistas" rebeldes en Catalunya en Comú) es apoyar su visión esencialista de carácter exclusivamente identitario, que antagoniza a las clases populares que se siente españolas, y que son la mayoría de la población en Catalunya y en España. Lo que es necesario es un soberanismo popular, construido a partir de una alianza con otras naciones y pueblos de España, para establecer no solo una cultura sino también un Estado republicano, en el que se pueda ejercer la soberanía dentro de una fraternidad y solidaridad interterritorial. Esta es la vía de las fuerzas derivadas del 15-M, que fueron un vendaval de aire fresco en un ambiente asfixiante y que hoy representan la esperanza de construir otra España, con su diversidad y plurinacionalidad basadas en la solidaridad y la fraternidad.

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La transición española no fue modélica: respuesta a Nicolás Sartorius https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/10/25/la-transicion-espanola-no-fue-modelica-respuesta-a-nicolas-sartorius/ Thu, 25 Oct 2018 05:45:36 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4582 Continuar leyendo "La transición española no fue modélica: respuesta a Nicolás Sartorius"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

Una constante percepción que el establishment político español (basado en la capital del reino, Madrid) promueve a través de los muchos medios de información y persuasión que tiene a su alcance es que la transición de la dictadura a la democracia en este país fue modélica, dando como resultado un Estado democrático considerado homologable a cualquier Estado democrático en la Unión Europea. Tal interpretación de aquel proceso –que duró tres años– continúa hoy en el establishment político-mediático español, que se sorprende de la actitud crítica hacia el Estado español por parte de varios tribunales europeos en su tratamiento de los presos políticos de sensibilidad independentista, los cuales dicho establishment considera que están encarcelados no por causas políticas sino por causas meramente jurídicas.

Lo que es sorprendente es que esta postura sea también ampliamente compartida por una gran mayoría de las izquierdas españolas, incluyendo algunos dirigentes de lo que fue la resistencia antifranquista, como Nicolás Sartorius, fundador en su día de Comisiones Obreras y que fue dirigente del Partido Comunista durante la Transición, aun cuando hoy está más bien en la órbita del PSOE, siendo hasta hace poco vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas. En una reciente entrevista en eldiario.es (02.10.18) critica a las nuevas izquierdas (desde Podemos hasta En Marea, En Comú Podem y otros) por no haber entendido que la Transición –según él, y en contra de lo que dicen tales nuevas izquierdas– "fue una revolución porque la Constitución de 1978 representa una ruptura completa con las normas de la dictadura", creándose "una democracia homologable a cualquier democracia occidental". Tal Transición, que según Sartorius fue "una operación de éxito", terminó con la Constitución de 1978 cuando "el 6 de diciembre [de aquel año] el pueblo español vota una Constitución democrática. Los partidos políticos y los sindicatos son legales, hay libertad de expresión, de manifestación y huelga. Ahí acaba la transición de una dictadura a una democracia". Nicolás Sartorius reconoce el mérito en algunas críticas a la democracia, como su olvido de la memoria histórica, pero no admite que tales errores puedan estar enraizados en la Transición, a la que considera modélica y ejemplar, sino a los gobiernos que la siguieron, errores que él considera coyunturales y no estructurales del sistema democrático español.

Crítico con el independentismo catalán, apoya en tal entrevista la aplicación del 155 a la Generalitat de Catalunya por parte del gobierno de Mariano Rajoy, pues las decisiones tomadas por el Parlamento catalán el 6 y 7 de septiembre de 2017 rompieron con la Constitución española y con el Estatuto de Catalunya, mereciendo, por lo tanto, una sanción que considera necesaria. Es también crítico con las nuevas izquierdas y con el movimiento –el 15-M– que las generó. Según él "el 15-M no es causa de nada (...). Hay un gran descontento y los partidos tradicionales no dan respuestas". Y en este sentido fue "un revulsivo positivo", pero equivocado, pues, repite, no entendió ni la Transición ni la democracia establecida, que las nuevas izquierdas definen como el "régimen del 78", expresión que molesta a Sartorius, pues desmerece y cuestiona el carácter democrático del Estado actual (pues el término régimen parece insinuar un elemento de semejanza con el régimen anterior) producido por la modélica Transición.

Respuesta a Nicolás Sartorius: las declaraciones con las que estoy de acuerdo

Quisiera aclarar, ya desde el principio, que como miembro también de la resistencia antifranquista desde los años cincuenta y sesenta, estoy muy de acuerdo con lo que Nicolás Sartorius (al cual conozco y tengo gran respeto y estima) y Alberto Sabio, en su libro El final de la dictadura, escribieron mostrando la falacia de que la democracia la habían traído a España el rey Juan Carlos y el presidente Suárez. Tal libro documenta de una manera clara y convincente que fueron las movilizaciones de las clases populares en general y de la clase trabajadora en particular las que forzaron el final de la dictadura. La evidencia –deliberadamente ocultada por las derechas y olvidada por las izquierdas– es abrumadora en este sentido. Ambos autores hicieron un gran servicio a la causa democrática denunciando y mostrando la gran falsedad de quienes supuestamente trajeron la democracia, falsedad que continúa reproduciéndose por parte del establishment político-mediático español.

También subrayo y aplaudo la necesidad que resalta Nicolás Sartorius de recuperar la memoria histórica de uno de los regímenes más brutales y crueles que haya habido en la Europa Occidental durante el siglo XX. Según el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia, experto en fascismo europeo, por cada asesinato político que cometió el régimen liderado por Mussolini en Italia, el régimen de Franco cometió 10.000.

El contraste de la actuación de los gobiernos europeos democráticos en los países que sufrieron regímenes dictatoriales semejantes al español hacia los miembros de la resistencia antifascista en aquellos países, y la que mostró el gobierno democrático español hacia sus resistentes antifascistas es abrumadora, vergonzosa y un indicador de la escasa vocación democrática de este último. Ejemplos de ello hay miles. El Estado democrático francés, por ejemplo, honró a los españoles que (tras ser derrotados por las tropas fascistas en España) lucharon contra el nazismo en Francia. Muchos murieron (incluyendo familiares míos) sin que nunca el Estado supuestamente democrático español los reconociera y les diera las gracias por haber luchado por la democracia en este país. Y el máximo responsable de tanta represión, brutalidad y del gran retraso social, político y económico español (el general Franco), ha continuado teniendo un gran monumento en el Valle de los Caídos hasta el día de hoy. Aplaudo, por lo tanto, la crítica que Nicolás Sartorius hace al Estado español por su olvido. Pero me sorprende que, al llamar y definir como modélica aquella transición y al considerar como homologable la democracia existente con la que hay en la mayoría de países de la Europa occidental, no parece apercibirse que este olvido de las víctimas de la represión fascista está directamente relacionado con el excesivo poder que los herederos y sucesores de las fuerzas políticas que controlaron aquel régimen dictatorial tienen sobre el Estado democrático actual, consecuencia del enorme desequilibrio de fuerzas que hubo durante la Transición, con las derechas (en el panorama político europeo, equivalentes a las ultraderechas) ejerciendo una enorme influencia que determinó una democracia muy incompleta, la cual generó un bienestar muy insuficiente (ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta: sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2009, en el que documento tales limitaciones e insuficiencias).

Mis desacuerdos con Nicolás Sartorius y con la percepción generalizada de la Transición que tiene el establishment político-mediático español

Las movilizaciones obreras que Sartorius y Sabio documentan en su libro fueron esenciales para forzar el fin de la dictadura. Pero no fueron suficientemente fuertes como para romper con el Estado dictatorial. El Estado democrático se estableció sobre el Estado dictatorial que lo precedió. En realidad, las mismas fuerzas políticas que dominaban los aparatos del Estado dictatorial continuaron dominando el Estado: no solo las fuerzas armadas y los aparatos represores –la policía y la judicatura–, sino todos los aparatos de comunicación y persuasivos (bien directa o indirectamente a través de la intervención del Estado central). Tanto el Jefe del Estado –nombrado por el dictador– como toda la clase dirigente del Estado –el funcionariado– eran los mismos que habían jurado "lealtad al Movimiento". En las universidades, el cuerpo de catedráticos que tambié había hecho aquel juramento continuó funcionando con las redes establecidas durante la dictadura, y así un largo etcétera.

La Transición no fue ruptura con el régimen dictatorial anterior

Hablar de ruptura (la transición de un Estado dictatorial a un Estado democrático que se inició a partir de la aprobación de la Constitución) me parece un error mayúsculo que lleva a no entender bien lo que ha estado ocurriendo en España durante el periodo democrático, ni lo que está pasando ahora en Catalunya. Es bien cierto que aquel Estado se abrió y dio cabida a un bipartidismo, pero incluso dentro del bipartidismo la derecha española continuó dominando la gran mayoría del Estado, perpetuándose tal dominio a través de un sistema electoral muy poco proporcional y, por lo tanto, poco democrático. La evidencia de tal dominio es abrumadora. Tal como señala el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo en Crisis constitucional e impulso constituyente. Diálogos sobre España (Fundación Instituto 25 de Mayo para la Democracia, 2018; p. 15), "los elementos del sistema electoral del Congreso –es decir, el número total de escaños, su distribución por provincias con un mínimo de dos en cada una de ellas y la fórmula d’Hondt para la atribución de escaños– desequilibran el sistema en una doble dirección: hacia la derecha, por un lado, y hacia el bipartidismo, por otro. Por su parte, el Senado es materialmente anticonstitucional. No es formalmente anticonstitucional, porque está en la Constitución; pero sí lo es materialmente, porque supone una negación del principio de igualdad, que es lo que constituye un Estado como un Estado constitucional".

Ni que decir tiene que la Transición dio pie a cambios muy importantes

Ni que decir tiene que la Transición dio pie a que tuvieran lugar cambios de gran envergadura (sobre todo en los años de gobierno del PSOE). Sería absurdo desmerecer las grandes conquistas sociales, económicas y políticas conseguidas que se dieron en el periodo democrático postdicatorial. Pero igualmente absurdo sería negar que la democracia española continúa siendo muy incompleta, debido al desequilibrio de fuerzas existente en la Transición. La ley electoral no ha cambiado ni un ápice durante el periodo democrático. Como consecuencia las derechas tienen una enorme sobrerrepresentación en el aparato del Estado (incluyendo en Catalunya, cuando el pujolismo hizo suya tal ley electoral, escasamente democrática, cuando tuvo la posibilidad de cambiarla). Y el bienestar continúa siendo muy insuficiente. Cuarenta años de democracia y todavía estamos a la cola de la UE en el gasto público social per cápita, con uno de los menores gastos públicos en los servicios y transferencia del escasamente financiado Estado del Bienestar. España, por su nivel de riqueza, debería gastarse unos 66.000 millones de euros más en su Estado del Bienestar. Y España continúa siendo uno de los países con mayores desigualdades de la Europa occidental, como resultado del enorme poder de la clase capitalista (término que ya no se utiliza por ser considerado –por el establishment político español–  anticuado) a costa del escaso poder de las clases populares. Creerse que todo ello no tiene nada que ver con la manera como se hizo la Transición me parece un enorme error.

La uninacionalidad de España que caracteriza el Estado monárquico dificulta la resolución del mal llamado "problema catalán"

Esta visión de España, característica de las derechas españolas, ha sido la dominante, habiendo sido imposible de cambiar con la ley electoral actual, que determina que el Senado esté controlado por los herederos del régimen dictatorial anterior (con sólo un 33% del voto), y con la judicatura dominada también por las derechas. No simpatizo con el bloque independentista gobernante en la Generalitat de Catalunya, cuyo comportamiento he criticado extensamente (ver mi artículo "Fake news que aparecen en el discurso unionista e independentista", Público, 20.09.18), y considero la declaración de independencia profundamente antidemocrática (no solo por su unilateralidad, sino también por no tener el apoyo mayoritario de la población catalana). Pero castigar a toda la población catalana (que no apoyaba aquella declaración de independencia) con la aplicación del 155 me parece también profundamente antidemocrático, ya que la Generalitat pasó a ser gobernada por el Estado bajo la gestión del partido gobernante en España, el PP (un partido muy minoritario en Catalunya).

Los dirigentes independentistas que nos llevaron a tal situación deber ser sancionados pero no con prisión, ya que eso los transforma en presos políticos, "mártires" de la causa independentista, con una enorme capacidad de movilización (la torpeza del Estado español alcanza niveles abrumadores). Una sanción político-administrativa para no autorizarlos a que desarrollen sus propuestas a través de medidas claramente antidemocráticas hubiera sido más eficaz. En realidad, para el bloque independentista no hay nada que les vaya mejor que continuar con las tensiones. No hay plena conciencia en el establishment político-mediático español de que la principal causa del crecimiento del independentismo ha sido el Estado español. El comportamiento antidemocrático del Tribunal Constitucional, que vetó lo que se había aprobado por parte del Parlament, de las Cortes y por el 74% de los catalanes que participaron en el referéndum del Estatuto, originó tal crecimiento.

Este buen resumen de las enormes limitaciones democráticas del Estado español no puede terminarse sin hablar de la corrupción generalizada en el Estado español, que está también enraizada en la práctica dominante en el régimen dictatorial y que continuó en el Estado actual, práctica que existió desde el principio. Fue nada menos que el Jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, el que pidió al Sah de Persia diez millones de dólares para financiar la campaña del candidato Adolfo Suárez, mostrando su clara capacidad corruptora y antidemocrática. Otro síntoma, entre miles, del carácter antidemocrático de la monarquía española fue el traslado de poderes de Juan Carlos a Felipe VI, que se realizó primero en la esfera familiar y solo más tarde a nivel de las Cortes (ver el libro de Pablo Iglesias y Javier Pérez Royo Crisis constitucional e impulso constituyente. Diálogos sobre España. Fundación Instituto 25 de Mayo para la Democracia, 2018).

¿El fin del régimen del 78?

En contra de lo que considera Nicolás Sartorius, el 15-M fue un tsunami político en España que inició una nueva etapa que rompió el esquema bipartidista del régimen anterior, iniciándose cambios políticos, culturales y de expectativas populares que claramente están transformando España, generando toda una serie de demandas que exigen la resolución de lo dejado por resolver en la Transición que Sartorius define erróneamente como modélica. Uno de los ejes centrales en esas demandas es la democratización profunda que hubiera requerido una ruptura (que no ocurrió) en 1978. Ello, pues, demanda desde un cambio de las instituciones representativas para que sean auténticamente representativas, hasta un cambio en el sistema electoral y en la naturaleza del Estado y de sus aparatos, y naturalmente de la Constitución, para que esta recoja los derechos sociales, ambientales, económicos y políticos, eliminando cualquier freno a tal desarrollo -como el nefasto artículo 135- con mayor intervencionismo del Estado (sea este central, autonómico o local) en las áreas clave de la economía, desde el sistema financiero hasta el energético.

Y como parte de este cambio democrático radical hay que eliminar la estrecha relación entre los poderes fácticos y el poder político. La ligazón entre tales poderes financieros y económicos y el poder político ha alcanzado su máxima expresión en las derechas de España, incluyendo en Catalunya. Uno de los hombres de Endesa (una de las compañías energéticas responsables de que la energía en España sea de las más caras de la UE) en Catalunya fue el Sr. David Madí, uno de los cerebros del "procés" que estaba en el gobierno del Sr. Artur Mas, jefe del pujolismo en Catalunya (ver p. 40 en el libro de Pablo Iglesias y Javier Pérez Royo). Si se hubieran hecho estos cambios en 1978, España sería hoy muy distinta. Esto es lo que las nuevas izquierdas están intentando, con la colaboración de muchas otras fuerzas políticas y sociales que comparten esta visión. Así de claro.

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¿Populismo o/y socialismo? Crítica amistosa a Chantal Mouffe https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/10/18/populismo-o-y-socialismo-critica-amistosa-a-chantal-mouffe/ Thu, 18 Oct 2018 06:05:02 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4575 alt --> Vicenç Navarro Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra La victoria de EEUU sobre la Unión Soviética en la Guerra Fría y la agresiva respuesta (a partir de los años ochenta del siglo pasado) de las clases y grupos económicos y financieros dominantes en el mundo occidental (que ejercieron … Continuar leyendo "¿Populismo o/y socialismo? Crítica amistosa a Chantal Mouffe"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra

La victoria de EEUU sobre la Unión Soviética en la Guerra Fría y la agresiva respuesta (a partir de los años ochenta del siglo pasado) de las clases y grupos económicos y financieros dominantes en el mundo occidental (que ejercieron gran influencia sobre los partidos gobernantes) frente a la expansión de los derechos laborales y sociales, que había adquirido el mundo del trabajo en el periodo posterior a la II Guerra Mundial hasta finales de los años setenta en la mayoría de países capitalistas a los dos lados del Atlántico Norte, puso a las clases trabajadoras en estos países a la defensiva. Las políticas públicas neoliberales de los mismos Estados que habían ganado la Guerra Fría debilitaron y diluyeron aquellas conquistas laborales y sociales de una manera muy notable. Los datos hablan por sí mismos: las rentas del trabajo descendieron como porcentaje del PIB en la mayoría de tales países a costa de un gran aumento de las rentas del capital desde la década de los años ochenta hasta ahora, en la mayoría de tales países (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

¿Populismo o/y socialismo? Crítica amistosa a Chantal Mouffe

El neoliberalismo (el proyecto político de las clases dominantes) se convirtió así en el modelo hegemónico en el mundo occidental, tanto en Europa como en Norteamérica. Como consecuencia, se fue imponiendo un nuevo relato y discurso en el que los conceptos como clase capitalista y clase trabajadora (que caracterizaban el análisis y discurso socialista) prácticamente desaparecieron del lenguaje político y mediático. Este dominio intelectual explica que los dirigentes de los partidos de izquierdas dejaran de utilizar el lenguaje de clases. El concepto y relato de la "lucha de clases" desapareció, y la clase trabajadora desapareció de tal discurso, convertida en "clase media", transformándose la estratificación social en los ricos por arriba y los pobres por abajo, con todos los demás –la clase media– entre los dos. Incluso algunos autores afines a las izquierdas consideraron y continúan considerando positivo este hecho. Entre estos autores está Chantal Mouffe, que ha teorizado extensamente sobre las protestas ciudadanas y lo que ella define como movimientos populistas.

En su último libro For a Left Populism, publicado recientemente en el mundo anglosajón, considera que el declive de las izquierdas se debe, en realidad, "a su estancamiento en el análisis y propuestas de clase", sin apercibirse –dice tal autora– que el énfasis de las izquierdas en la lucha de clases ha sido un gran error, ya que ha menospreciado la importancia de otros conflictos. Chantal Mouffe considera que hoy hay toda una multitud de causas conflictivas que no tienen nada que ver con el conflicto de clases, las cuales generan una multiplicación de movimientos de protesta frente a "los de arriba" por parte de "los de abajo" (sin definir claramente quiénes son los de arriba y los de abajo, y sin aclarar o definir la relación entre los primeros y los segundos). El tema clave, según tal autora, es analizar los elementos en común y la transversalidad que los pueda unir. Dentro de este marco conceptual, define como populistas a todos aquellos que se oponen a los de arriba, incorporando una enorme variedad de movimientos donde incluye desde el movimiento liderado por Le Pen en Francia hasta el nuevo Partido Laborista en el Reino Unido o al partido Podemos en España.

Sí que acepta una diferenciación entre populismo de derechas y de izquierdas, siendo el último el que tiene como objetivo alcanzar la democracia y la igualdad (democratic and egalitarian objectives), sin definir tampoco cada uno de estos conceptos. Considera que la división entre socialismo y capitalismo tiene también escaso valor, sustituyendo socialismo por la categoría de democracia radical, que es el objetivo a alcanzar a través de la democracia liberal.

Respuesta a Chantal Mouffe: el populismo de izquierdas no es suficiente

Ni que decir tiene mucho de lo que subraya Chantal Mouffe tiene gran valor y no se puede desmerecer sin más. Pero su menosprecio por el socialismo y el análisis de clase le impide claramente entender lo que ha estado ocurriendo y lo que ahora está pasando en estos países que ella cree conocer bien. A la luz de lo que conocemos de los años transcurridos desde los años ochenta es difícil de aceptar que el declive electoral que han sufrido los partidos de izquierdas europeos y norteamericanos (el Partido Demócrata, que con gran generosidad puede definirse como la izquierda estadounidense, y los partidos socialistas y socialdemócratas en Europa) se deba a su "estancamiento" en el análisis y discurso de clases.

No sé en qué mundo vive Chantal Mouffe, pero en el que yo vivo (Europa Occidental y Norteamérica), desde hace ya muchos años prácticamente ningún dirigente de las izquierdas mayoritarias utiliza el término de "lucha de clases" o "clase trabajadora". Este último término ha sido sustituido por clases medias o clases populares. En realidad, hace ya mucho tiempo que dicha narrativa ha desaparecido del discurso oficial de las izquierdas. "Su fijación con clase social" (frase que utiliza la autora), que supuestamente ha causado su declive, no aparece en realidad por ninguna parte. Los grandes responsables del descenso electoral de las izquierdas (Clinton, Blair o Schröder, entre otros) nunca utilizaron tales términos o tales análisis. La gran despolitización del discurso socialista y socialdemócrata ha incluido el total abandono (u ocultación) del lenguaje de clases. En realidad, es fácil de documentar que el declive de las izquierdas mayoritarias tradicionales se basa primordialmente en su olvido de las clases trabajadoras, que las han ido abandonando, trasladando su apoyo a los movimientos populistas (ver mi artículo "Las causas del crecimiento del mal llamado populismo", Público, 04.10.18). Es más, la supuesta irrelevancia de la categoría de clase dificulta el entendimiento de otras formas de protesta. Dicha categoría –clase social– es necesaria para entender el comportamiento de muchos de estos movimientos contra los de arriba, como por ejemplo los movimientos feministas, pues hay clases sociales entre las mujeres y el carácter del movimiento feminista viene marcado, en gran parte, por la clase social de sus dirigentes, que configuran, en gran parte, la orientación de tales movimientos. La notable diferencia entre la evolución del movimiento feminista en EEUU y en España (mucho más progresista el último que el primero), por ejemplo, se basa en este hecho (ver mi artículo La importancia de las distintas tonalidades del feminismo, Público, 06.07.18).

La relevancia de categorías olvidadas como clase trabajadora (y socialismo)

A lo largo del siglo XX los movimientos populares que tuvieron mayor impacto en mejorar la calidad de vida y bienestar de las clases populares –que constituyen la mayoría de la población– en los países democráticos europeos fueron los enraizados en la ideología socialista, representada a través de las muchas sensibilidades que tal ideología sostiene. La evidencia de que ello es así es abrumadora. Dichos movimientos han tenido como base electoral a la clase trabajadora de cada país que, en alianza con otras clases, y muy en particular con las clases medias de renta media y baja, han constituido el eje de actuación de las clases populares, las cuales se diferencian de las clases medias de renta superior y de la pequeña y gran burguesía, cuyos comportamientos sociales y políticos han sido diferentes, por lo general, a los de las clases populares.

En sus orígenes, el objetivo del proyecto basado en la ideología socialista era el de transformar y sustituir el capitalismo por el socialismo, considerándose este como el proyecto que intenta anular la explotación predominantemente, pero no exclusivamente, de clase social, aun cuando incluyera también otras formas de explotación como la de género, habiendo sido las sociedades que han avanzado más en este proyecto socialista las que tienen menor explotación no solo de clase social, sino también de género. No son únicamente los trabajadores (de los cuales gran parte son mujeres), sino también las mujeres, en general, las que se han beneficiado más de la existencia de tales proyectos. Desde la existencia del derecho al aborto hasta los permisos de maternidad, pasando por los servicios de apoyo a las familias y el número de mujeres en posición de poder (entre muchos otros indicadores), la evidencia muestra que ha sido en países como Suecia, donde partidos de sensibilidad socialista han gobernado durante la mayor parte del tiempo desde la II Guerra Mundial, donde las mujeres han hecho más avances.

La necesaria transversalidad en las luchas de los distintos grupos

Es importante subrayar que en ninguno de estos países escandinavos hubo un partido feminista poderoso que hubiera sido determinante en el desarrollo de estos avances para las mujeres. Lo que sí hubo fue un movimiento socialista con gran sensibilidad feminista que, al tener como objetivo la eliminación de la explotación, tomó como suya la causa feminista, relacionándola con las otras formas de explotación, añadiendo con ello una gran capacidad de influencia a esta causa como parte de un todo que representaba varias causas y varias sensibilidades, un proyecto común. Sin lugar a dudas, el hecho de que gran parte de las clases populares fueran mujeres fue determinante para que en todas las reivindicaciones del movimiento socialista hubiera siempre una dimensión feminista.

EEUU como ejemplo de las limitaciones de la propuesta hecha por Chantal Mouffe

Contrasta esta situación en el norte de Europa con lo que ocurre en EEUU, el país capitalista desarrollado donde la clase empresarial y corporativista tiene más poder y la clase trabajadora tiene menos poder, diferencia que explica que sea el país con mayores desigualdades de riqueza, de rentas y de poder político entre las clases sociales, entre los géneros y entre las razas. Estas diferencias son enormes.

Y no es casualidad que sea de los pocos países democráticos en los que no ha habido un movimiento socialista de masas que tenga como objetivo la eliminación de la explotación de clase, de raza y de género. Sí que hay movimientos de liberación de la mujer como NOW, como también hay movimientos a favor de los derechos de los ancianos, y movimientos de los derechos civiles en defensa de las minorías, y un largo número de movimientos de defensa de causas específicas. Pero la situación que puede parecer paradójica es que NOW es un movimiento de millones de mujeres que ha existido desde hace muchos años ya, y, sin embargo, las mujeres estadounidenses tienen poquísimos derechos en comparación con los derechos de las mujeres en la mayoría de países de la Unión Europea. Y los pocos que tienen están a punto de perderlos, como el derecho al aborto (con el cambio reciente en la composición del Tribunal Supremo de EEUU).

La necesaria relación entre varios tipos de explotación: clase, género y raza

Un tanto igual ocurre, en general, con los ancianos. Las pensiones en EEUU son relativamente bajas en comparación con las pensiones en los países de la UE. Y su accesibilidad a la sanidad (a pesar del programa federal para los ancianos, Medicare) es limitada, lo que se traduce en una carga familiar significativa para poder ser atendidos por los servicios médicos del país. Y este retraso existe también entre los trabajadores, para los que la inseguridad laboral es una característica muy común, siendo el país donde es más fácil despedir a un trabajador. Y lo mismo ocurre entre la mayoría de la población negra, que está claramente discriminada en aquel país.

La evidencia de que en EEUU es donde la explotación de clase, de género, de edad y de raza es más acentuada es abrumadora, y ello a pesar de que hay movimientos encaminados a defender cada grupo vulnerable a la explotación, movimientos más grandes que en Europa. ¿Cómo es posible que en el país donde hay grandes movimientos en defensa de las mujeres, en defensa de los ancianos, en defensa de las minorías, en defensa de los discapacitados, en defensa de un largo etcétera, dichas mujeres, minorías, ancianos, etcétera, tengan tan pocos derechos?

La causa es bastante fácil de ver: la falta de un movimiento basado en una ideología transversal que relacione todos estos movimientos y que persiga la eliminación de cualquier forma de explotación. La falta de un movimiento socialista que pueda incluir y hacer suya cada una de las sensibilidades basadas en la explotación es la explicación de ello. En realidad, la gran diversidad de luchas reivindicativas, yendo cada una por su cuenta, las debilita enormemente. La evidencia de ello no deja lugar a dudas. En realidad, existe en EEUU incluso una competitividad entre las víctimas de explotación para conseguir la atención y los servicios de la sociedad y del Estado.

Y la clase empresarial y conservadora estadounidense, consciente de que la división de las víctimas favorece al victimizador, apoya tal división, dificultando y obstaculizando la transversalidad de tales movimientos, mostrando gran hostilidad hacia el proyecto socialista, que utiliza el concepto de clase social como el punto de partida de tal transversalidad. Dicho proyecto –la alianza de clases frente a la clase dominantes– es el más temido, ya que la transversalidad permitiría una unión de acciones que debilitaría a los sostenedores de dicha explotación. Cuando el candidato a la presidencia de EEUU en 1984, Jesse Jackson (al cual tuve el honor de asesorar), se presentó como el candidato de las minorías negras, el New York Times (la voz del establishment político y mediático) escribió un editorial extremadamente laudatorio. Cuando cuatro años más tarde, en 1988, se presentó como el candidato de la clase trabajadora en el movimiento arcoíris (The Rainbow Coalition, que unía a todas las razas y géneros de la clase trabajadora), el mismo periódico escribió un editorial acusándolo de "querer destruir EEUU". Cuando en las últimas elecciones de 1988 los periodistas le preguntaban a Jesse Jackson cómo pensaba conseguir el voto del obrero blanco de Baltimore (ciudad industrial) contestaba: "haciéndole ver que tiene más en común con el obrero negro, por ser obreros, que no con el propietario y gestor de su empresa, por ser blancos". Jesse Jackson ganó las primarias en Baltimore y casi ganó en EEUU, a pesar de la enorme oposición y hostilidad del establishment político y mediático, incluido del Partido Demócrata. Y cuando en las últimas elecciones en EEUU se presentó el candidato socialista Bernie Sanders, enfatizando la necesidad de unir en coalición los distintos componentes de las "familias trabajadoras estadounidenses", casi ganó las primarias, a pesar de la oposición del aparato del Partido Demócrata (incluyendo NOW, que apoyó a Hilary Clinton, la candidata de tal movimiento feminista mayoritario).

A raíz del auge de los mal llamados populismos basados en causas identitarias, es importante subrayar este punto. Promover el populismo con su gran diversidad de movimientos antiestablishment, celebrándose tal diversidad sin ninguna categorización entre ellos, y sin ningún criterio tampoco en cuanto a la transversalidad que pueda relacionar tales movimientos, es reproducir lo que ocurre en EEUU, el país de los movimientos sociales, excepto del movimiento socialista, y donde las izquierdas (y las mujeres y las minorías) son enormemente débiles.

El porqué de la necesaria transversalidad

Es cierto que uno de los elementos de transversalidad que podría unir a estos grupos diferentes es el nacionalismo. Ahora bien, el nacionalismo per se no tiene por qué permitir una movilización frente al responsable de la victimización, que puede ser de la misma nacionalidad. En Catalunya ello se ve claramente. Parte de la pérdida de calidad de vida de las clases populares catalanas  y de su bienestar (la mayoría de jóvenes no vivirán mejor que sus padres) se debe a las políticas públicas impuestas a la población catalana por los nacionalistas catalanes gobernantes en la Generalitat de Catalunya. El nacionalismo (como el patriotismo) es siempre utilizado por las clases dominantes para movilizar a las clases populares en contra de sus propios intereses. España, incluyendo Catalunya, es un claro ejemplo de ello.

¿Cuál podría ser otro elemento de transversalidad que englobara a la mayoría de las clases populares? Y es ahí donde la clase social adquiere una gran relevancia. La mayoría de mujeres, de negros y de ancianos, por ejemplo, en cualquier país capitalista desarrollado, son miembros de la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares (es interesante señalar que, no solo objetiva sino también subjetivamente, hay más personas en EEUU que se autodefinen de clase trabajadora que de clase media, según las encuestas más elaboradas que se han hecho preguntándole a la población por su pertenencia dentro de la estructura social). En realidad, la precariedad está alcanzando grandes dimensiones, no solo entre la clase trabajadora, sino también en amplios sectores profesionales, siguiendo un proceso de "proletarización" de grandes sectores de las clases medias. De ahí que el proyecto socialista (que prioriza el bienestar de las clases populares) requiere un lugar común donde estas causas se encuentran enraizadas, una comunalidad que incluso adquiere más importancia cuando el adversario común es la clase dominante, que también pertenece a la raza y género dominantes. Es importante subrayar, sin embargo, que el cambio de género y de raza de las élites no necesariamente beneficia a la mayoría de las mujeres (que son de clase trabajadora) y de los negros (que son también la mayoría de clase trabajadora). En este sentido, el nivel de vida de las clases populares negras en EEUU no cambió durante el mandato del presidente negro Obama, próximo al capital financiero del país.

La insensibilidad de muchos promotores del populismo hacia lo dicho en párrafos anteriores explica que en su estrategia de cambio no aparezca claramente quiénes son los de arriba, y por qué están arriba. Y ahí es donde, de nuevo, deben retomarse categorías olvidadas. En la mayoría de los países europeos y de Norteamérica son los propietarios del capital y los gestores del mismo los que establecen las normas del comportamiento económico, político y mediático del país. Y a mayor poder de estos establishments menor es la calidad democrática del país. Ahí de nuevo el país menos democrático de los países capitalistas desarrollados es, sin lugar a dudas, EEUU. La influencia de los componentes de lo que en EEUU se llama la corporate class (compuesta por los propietarios y gerentes de las grandes corporaciones en aquel país) en la vida política, mediática y cultural es enorme y casi absoluta. Y el hecho de que sean tan poderosos se debe, precisamente, a la enorme debilidad de la clase trabajadora. Es la fortaleza o debilidad de la clase trabajadora (mujeres y hombres, negros y blancos juntos) la que juega un papel clave en determinar los niveles de desigualdad no solo de clase, sino también de género (la mayoría de las clases populares son mujeres) y de raza (la mayoría de negros son de clase trabajadora).

La construcción y destrucción del socialismo

En los países capitalistas desarrollados la estrategia socialista más exitosa no ha sido la leninista, es decir, la de conquistar el Estado (el año A, el mes M y el día D), sino la de construir diariamente el socialismo. Cada vez que las instituciones llamadas representativas se interviene para responder a las necesidades de los ciudadanos según sus necesidades (democráticamente definidas), con los recursos obtenidos según las habilidades de cada ciudadano, se está construyendo el socialismo, independientemente de cómo se llame o de que se sea consciente de que ello es socialismo. Es interesante constatar que varias encuestas muestran que la mayoría de los principios socialistas ("a cada uno según su necesidad; y a cada uno según su habilidad") son aceptados por la gran mayoría de las clases populares en los países a los dos lados del Atlántico Norte, incluyendo, por cierto, EEUU.

Una condición sine qua non para que ello ocurra es que la clase trabajadora se empodere no solo en el mundo del trabajo, sino en todas las dimensiones de la sociedad civil y política. El país donde tal poder alcanzó mayor nivel, en los países capitalistas desarrollados, fue Suecia. Las reformas Meidner eran la máxima expresión de este poder, ya que llegaron a proponer la propiedad colectiva del capital (no solo a través del Estado, sino también a través de la extensión del cooperativismo), condición para alcanzar la plena democratización de la sociedad.

Lo que ha pasado en Suecia (lo que no se ha dicho de lo que ha ocurrido en aquel país)

Y aunque Suecia fue donde se alcanzó un mayor nivel de empoderamiento de las clases populares, también ocurrió en el resto de países a los dos lados del Atlántico Norte. En realidad, el neoliberalismo fue la respuesta del mundo del capital a esta amenaza del mundo del trabajo. Y tal respuesta se puso en marcha de manera que las conquistas de derechos laborales, sociales y políticos fueron destruyéndose. Un caso claro de ello fue, de nuevo, Suecia. En aquel país tuvieron lugar (en los últimos diez años) reformas laborales que establecieron distintos niveles de retribución, rompiendo con las reglas características de la socialdemocracia sueca, como por ejemplo que el nivel de retribución en el mundo del trabajo dependiera del tipo de trabajo, no de quién lo ocupara o el lugar donde estuviera, reglas que habían empoderado a la clase trabajadora. Las reformas neoliberales, que rompieron con tales reglas, abrieron la posibilidad de romper con la universalidad y solidaridad, estableciéndose distintos niveles de retribución, lo que introdujo un elemento de inseguridad y competición fundamental para que se generara la menor tolerancia hacia los inmigrantes.

Estas reformas fueron acompañadas en aquel país por la masiva privatización de los servicios públicos, y muy en particular de la sanidad y la educación, lo que conllevó un notable deterioro del bienestar de sus clases populares. Es más, dicha privatización fue también acompañada por la comercialización de tales servicios, dando lugar a distintos niveles de atención según el nivel de renta de la ciudadanía. Aquellas reformas fueron desarrolladas por las derechas gobernantes, pero algunas fueron iniciadas por el partido socialdemócrata. Y tal partido no ofreció una oposición clara a dichos cambios realizados más tarde por las derechas gobernantes. La respuesta de los movimientos de protesta apareció entonces, especialmente en los barrios obreros, unas protestas que tuvieron episodios de violencia y que alcanzaron su cénit con la llegada de un elevadísimo número de inmigrantes. Un país de menos de diez millones de habitantes aceptó a 300.000 inmigrantes desde 2014. El equivalente en EEUU hubieran sido unos 9 millones de personas llegadas al país en muy poco tiempo. Y así es como el socialismo se fue destruyendo. El Partido Socialdemócrata alcanzó el porcentaje más bajo de su historia en las últimas elecciones, hace unas semanas. Mientras, el partido de ultraderecha, antiinmigración y anti-UE, alcanzó un 17% de todos los votos, gran parte de los cuales fueron obreros.

La necesaria coalición de las fuerzas antiestablishment

De ahí la enorme importancia de que las distintas fuerzas y movimientos antiestablishments, conservando su autonomía, se unan en una coalición que comparta un deseo común, la sustitución de las relaciones de explotación características del sistema capitalista por las relaciones de liberación de clase, de raza, de género y de nación, basadas en la solidaridad y en la justicia social. Tal proyecto se lleva a cabo diariamente y puede construirse o deconstruirse según las relaciones de poder de clase social, de género, de raza y de nación que haya en cada momento, dentro de un proyecto común, el socialismo. Que esta obviedad se presente como una propuesta "anticuada" o "irresponsable" es el gran triunfo de las fuerzas conservadoras y neoliberales, responsables de tanto sufrimiento.

Una última nota de carácter personal

Soy plenamente consciente de que el asfixiante dominio que el pensamiento capitalista neoliberal tiene en la producción y reproducción de la cultura hegemónica del país (que define el discurso y relato que la reproduce) hace que términos y conceptos científicos hayan sido marginados y estereotipados para perder su atractivo popular. Ello determina que sea aconsejable, por razones tácticas, no utilizar ciertos términos o incluso símbolos a fin de poder alcanzar a aquellos que han sido adoctrinados por la ideología hegemónica, para mostrarles que "el Rey va desnudo". Estoy convencido de la sabiduría de tal tacticismo. Ahora bien, subrayar este punto es distinto a desechar o menospreciar los conceptos analíticos que ayudan a entender nuestras realidades, como hace Chantal Mouffe.

Ni que decir tiene que mucho de lo que dice Chantal Mouffe tiene gran valor. Y saludo su énfasis en la necesidad de reconocer la diversidad de conflictos que requieren atenciones diferenciadas. Pero este reconocimiento –que repito, apoyo– lo hace a costa de un menosprecio y falta de atención a categorías científicas –como clase social– que considero esenciales para entender las sociedades capitalistas, incluyendo los movimientos sociales que ella promueve y que yo apoyo.

En España, el movimiento 15-M fue una denuncia del establishment político español. Su "no nos representan" alcanzó rápidamente un enorme apoyo popular, señalando que no era cierto el argumento utilizado por las clases dominantes en este país (y sus servidores públicos en las instituciones democráticas) de que no había alternativas a las políticas neoliberales que se estaban imponiendo, incluso por parte del Partido Socialista. En realidad, Juan Torres, Alberto Garzón y yo escribimos Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, libro en el que mostrábamos que por cada política neoliberal que se imponía, dañando a las clases populares, había otras alternativas ignoradas por las clases gobernantes –la casta política– que beneficiaban a tales clases, libro que fue utilizado extensamente por tal movimiento para mostrar i documentar la falta de credibilidad del argumento de que no había alternativas. Sí que las había. El grito "si se puede" se convirtió en el grito de movilización de Podemos, enraizado en el 15-M.

Sus propuestas económicas y sociales eran precisamente un paso hacia asignar los recursos según las necesidades de cada ciudadano (democráticamente definidas), financiados según las habilidades de cada uno. Y esta formación política (junto con sus confluencias En Comú-Podem y En Marea), junto también a otra formación de izquierdas (IU), ha construido un bloque político que está transformando la sociedad, orientándola hacia tal dirección, convirtiéndose en el motor del cambio. En contra de lo que pueda parecer, esta afirmación no es partidista sino objetiva, en el sentido de que tal formación –en colaboración con otros movimientos y partidos políticos– puede ser el origen del cambio profundo que la sociedad española necesita.

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Las causas del crecimiento del mal llamado populismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/10/03/las-causas-del-crecimiento-del-mal-llamado-populismo/ Wed, 03 Oct 2018 06:01:14 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4569 Continuar leyendo "Las causas del crecimiento del mal llamado populismo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Uno de los documentos que ha tenido más influencia en el siglo XX, el Manifiesto Comunista, comienza con la famosa frase:

"Un espectro se cierne sobre Europa: el espectro del comunismo. Contra este espectro se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa, el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes. No hay un solo partido de oposición a quien los adversarios gobernantes no hayan motejado de comunistas".

A principios del siglo XXI se podría escribir un documento con un párrafo introductorio semejante, poniendo la palabra populismo en lugar de comunismo, y cambiando los nombres de los establishments políticos, económicos y religiosos que se sienten amenazados por el crecimiento de los movimientos que tales establishments definen como populistas. Este nuevo documento comenzaría con el siguiente relato:

"Un espectro se cierne sobre el capitalismo avanzado a los dos lados del Atlántico Norte: el espectro del populismo. Contra este espectro se ha conjurado una santa jauría, todos los establishments políticos y mediáticos de estos países y sus partidos políticos gobernantes, así como sus instituciones supranacionales. No hay un solo partido político de oposición a quien los adversarios gobernantes no hayan definido como populistas".

Como ocurrió en el siglo XX con el comunismo, el término populismo en el siglo XXI es utilizado en la narrativa política y mediática de las instituciones que reproducen las estructuras de poder político y mediático (así como de los poderes económicos y financieros que las sustentan) para definir cualquier movimiento o partido que cuestione su poder, su legitimidad y las políticas públicas neoliberales que han estado imponiendo a la población de los países a los dos lados del Atlántico Norte: Europa y Norteamérica. El objetivo de este artículo es analizar si tienen algo en común estos movimientos definidos como populistas, a fin de ver las principales causas de su expansión y movimiento, y en la segunda parte, analizar qué es lo que en ciencias políticas se define como populismo, y ver si a aquellos movimientos les corresponde ser definidos como tales.

Cuáles son los elementos que tienen en común estos movimientos

Aunque variados, la gran mayoría de partidos llamados populistas tienen algunos puntos en común. Uno de ellos es su oposición clara a la globalización e integración económica y a la homogeneización cultural y política que ellas conllevan y que es percibida como una amenaza a su propia identidad nacional. Este sentimiento aparece en muchas formas y dimensiones. Pero en todas ellas hay un nacionalismo que es definido por los establishments político-mediáticos responsables de tal globalización como "retrógrado", "provinciano", "proteccionista", "antimoderno", "anticuado", "irracional", "insolidario", "chauvinista" y un largo etcétera. Se intenta demonizar, con ello, a dicho nacionalismo, oponiéndolo a un supuesto internacionalismo modernizador y progresista.

Este deseo de recuperación de la identidad y control de las condiciones y recursos nacionales característicos del sentimiento nacionalista se basa primordialmente (aunque no exclusivamente) en la identificación de la globalización con el descenso de la calidad de vida y bienestar de las clases populares que ha ocurrido como consecuencia de tal globalización. Su nacionalismo es una respuesta lógica y previsible a su percepción de que dicha globalización es responsable del malestar en el que viven. De ahí que su rechazo a la globalización y a las instituciones y partidos que la promueven sea el que genere su nacionalismo. Miles de ejemplos así lo muestran. Uno de los más recientes es lo ocurrido en Baltimore, EEUU. El barrio obrero blanco de Dundalk (el barrio de los trabajadores de la siderurgia de tal ciudad) votó masivamente al candidato antiglobalización Trump, que denunció el traslado de los altos hornos del acero (uno de los mayores centros de empleo de la ciudad) a países con salarios más bajos y peores condiciones de trabajo, en contra de la candidata Hilary Clinton, que apoyó la globalización. Y ello ocurrió a lo largo de la mayoría de barrios obreros de EEUU. Un tanto semejante ocurrió en gran parte de los países de la Unión Europea. La evidencia empírica existente de que la movilidad de capitales a países con salarios bajos ha dañado sustancialmente el nivel de vida de la clase trabajadora de los países del capitalismo desarrollado del Atlántico Norte es abrumadora y convincente. Y también es abrumadora y convincente la evidencia que muestra que aun siendo la inmigración un factor positivo para los países capitalistas desarrollados, esta puede implicar unos costes (como la bajada de salarios) para sectores vulnerables de las clases populares que explican su rechazo.

La mayoría de los movimientos populistas son hostiles hacia los establishments políticos y mediático neoliberales

De ahí que el rechazo a la globalización e integración económica por parte de los partidos llamados populistas vaya acompañado de otra característica, la de ser movimientos antiestablishments, y muy en particular de los establishments políticos y mediáticos, a los cuales se considera responsables de la imposición de las políticas neoliberales, incluyendo la globalización. Su propuesta política se define como la defensa "de los de abajo" – el pueblo – frente "a los de arriba", las élites políticas responsables de dicha globalización.

Todo ello explica la tercera característica: el protagonismo de amplios sectores de la supuestamente desaparecida clase trabajadora entre las bases de estos movimientos. Tanto en EEUU como en el Reino Unido o en Suecia (países que creo conocer bien por haber vivido en ellos durante muchos años), así como en Francia y en Alemania entre muchos otros, grandes sectores de su clase trabajadora que habían votado a las izquierdas votan hoy a partidos populistas. Naturalmente que tales sectores no son los únicos votantes de estos partidos (ni tampoco son, en ocasiones, la mayoría de tales votantes), pero juegan un papel clave y central en estos movimientos antiestablishment populistas. En EEUU la clase trabajadora blanca (que es la gran mayoría de la clase trabajadora de aquel país) fue determinante en la elección del candidato Trump a la presidencia de EEUU. Lo mismo ocurrió en el Reino Unido, donde la clase trabajadora británica fue el eje del movimiento a favor del Brexit, que era un movimiento de protesta frente al establishment político y mediático de la UE. En Suecia, hace unas semanas, grandes sectores de la clase trabajadora votaron al partido llamado populista de ultraderechas (Demócratas de Suecia). En Francia, el cinturón rojo de París votó a Le Pen, y en Alemania el espectacular declive de la socialdemocracia ha ido acompañado – como ha ocurrido en la mayoría de países de la UE – de la expansión de partidos llamados populistas.

¿Por qué están creciendo estos movimientos? Las políticas neoliberales promovidas por los establishments político-mediáticos son la principal causa

Definir, sin más, a estos movimientos como chauvinistas y antiinmigrantes, atribuyendo su expansión a su supuesto racismo y oposición a la inmigración, es no entender lo que está detrás de estos sentimientos, pues estos sentimientos (que sí existen en varios de estos movimientos) son síntomas, no causas, de la aparición y extensión de tales movimientos. La causa real de su crecimiento es ni más ni menos que el enorme deterioro de las condiciones de vida de las clases populares en general, y de la clase trabajadora en particular, en cada uno de estos países, deterioro que se ha ido produciendo desde los años ochenta a ambos lados del Atlántico Norte. Y ello como consecuencia de la aplicación de las políticas neoliberales –que alcanzó su máxima expresión con el estallido de la Gran Recesión-, medidas que los políticos gobernantes neoliberales crearon deliberadamente a fin de derrotar al mundo del trabajo, lo cual han conseguido (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015). Los datos hablan por sí mismos. Las rentas del trabajo (las rentas derivadas, primordialmente, del trabajo, es decir, de los salarios) han ido disminuyendo en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte desde la aplicación de tales políticas (iniciadas a finales de los años setenta y principios de los ochenta), mientras que las rentas del capital han ido creciendo. Concretamente, en la década de 1970, la participación de los salarios en términos de compensación por empleado fue: en EEUU del 70% del PIB; en los países que serían más tarde la UE-15, este porcentaje era el 72,9%; en Alemania un 70,4%; en Francia un 74,3%; en Italia un 72,2%; en el Reino Unido un 74,3%; y en España un 72,4%. Estos porcentajes bajaron muy significativamente a partir de entonces. En 2012 tales porcentajes pasaron a representar: en EEUU el 63,6% del PIB; en los países de la UE-15 el 66,5%; en Alemania el 65,2%; en Francia el 68,2%; en Italia el 64,4%; en el Reino Unido el 72,7%; y en España el 58,4%. El descenso de las rentas del trabajo durante el periodo 1981-2012 fue, pues, de un 5,5% en EEUU, un 6,9% en la UE-15, un 5,4% en Alemania, un 8,5% en Francia, un 7,1% en Italia, un 1,9% en el Reino Unido y un 14,6% en España, siendo este último país donde tal descenso fue mayor. Detrás de estas cifras hay un crecimiento enorme de las desigualdades sociales, que han alcanzado su máxima expresión durante la Gran Recesión. Tal crecimiento es un tema visible en los grandes medios de comunicación, y ha alcanzado un nivel de preocupación y alarma en los centros de poder político por la previsible inestabilidad que conlleva, pues a nivel de calle (aunque no a nivel de la mayoría de los principales medios) tal crecimiento de las desigualdades se debe a que el enorme aumento de la riqueza y bienestar de las minorías pudientes se ha estado consiguiendo a costa del gran descenso del bienestar y nivel de vida de la mayoría de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población.

El gran crecimiento de las desigualdades como consecuencia de las políticas neoliberales

No es, por lo tanto, mera casualidad que tales movimientos – con base obrera – hayan aparecido con mayor intensidad durante la Gran Recesión. Explicar, repito, este crecimiento y expansión debido al crecimiento del sentimiento antiinmigrante o chauvinista, o lo que fuera, es no entender que fue el deterioro de la calidad de vida y del bienestar de las clases populares y de la clase trabajadora lo que explica el crecimiento de tales sentimientos. En realidad, en EEUU amplios sectores de la clase trabajadora blanca que habían votado anteriormente al candidato negro Obama votaron a Trump en las últimas elecciones. No niego que haya existido un crecimiento del sentimiento antiinmigración, aunque este sentimiento no siempre responde a un aumento notable de la población inmigrante. Tal aumento sí que ha ocurrido en Suecia y en Alemania, por ejemplo, pero no ha ocurrido en EEUU, ni en el Reino Unido, ni en Francia. Y, sin embargo, el crecimiento de estos movimientos ha sido casi idéntico en estos países. Es el deterioro de las condiciones de vida de las clases populares la causa principal del crecimiento de tales movimientos. Análisis detallados, país por país, así lo muestran. Los salarios, las condiciones de trabajo, la ocupación y el bienestar en cada uno de estos países se han deteriorado. Un indicador claro de este deterioro es el crecimiento de las enfermedades llamadas de la desesperación –"despair"–   (la adicción a las drogas o al alcohol, y las enfermedades relacionadas con el estrés) en la mayoría de estos países.

Las diferencias entre estos movimientos llamados populistas

Analizando la naturaleza de los movimientos populares del siglo XX (que continúan existiendo) y del siglo XXI, vemos que el comunismo y el socialismo tenían y tienen (al menos en teoría) una dimensión acusatoria y de denuncia (que se traducía en su oposición al establishment liberal y/o conservador, sostenedores del capitalismo) y una dimensión propositiva (sustituir el capitalismo por el socialismo). No así la mayoría de populismos, que tienen una dimensión antiestablishment pero que carecen de una dimensión propositiva. El comunismo y el socialismo tenían y tienen (de nuevo, al menos en teoría) una cohesión ideológica y, por lo general, un objetivo común. Y su visión afectaba y afecta todas las dimensiones de la actividad política, incluyendo elementos como el sentido nacionalista, identitario. La visión de izquierdas de la nación, por ejemplo, es distinta a la concepción de nación de las derechas (influenciadas por los establishments económicos y financieros dominantes). La nación, en su versión comunista o socialista, es la colectividad formada por gente normal y corriente cuyo bienestar es el objeto esencial de la función pública, asignándose los recursos según la necesidad, y exigiendo recursos según la habilidad de la ciudadanía. La extensión de los derechos sociales, laborales y políticos era un componente esencial para conseguir el empoderamiento de la clase trabajadora en su camino hacia el socialismo. Fue precisamente en aquellos países donde tales derechos fueron más universales, cubriendo a toda la población, donde se cuestionó la continuidad del capitalismo. El caso más claro fue Suecia, con las reformas Meidner, que hubieran podido alcanzar uno de los objetivos más importante del proyecto socialista: la propiedad colectiva de los medios de producción. El neoliberalismo fue la respuesta del mundo empresarial y financiero que fue aplicada por los gobiernos de derechas (aunque también por los gobiernos socialdemócratas), que consiguieron debilitar el universalismo, solidaridad y seguridad en el mercado laboral (como ampliar privatizaciones de su estado del bienestar y reformas laborales que rompieron con la seguridad y protección social del mundo del trabajo), lo que  creó la inseguridad, punto básico para el surgimiento de una ultraderecha de base obrera antiinmigrante, hecho facilitado por el enorme crecimiento de la inmigración, como ocurrió en Suecia, que alcanzó unos límites sin precedentes en aquel país. La inseguridad laboral y otras medidas neoliberales son condiciones necesarias para el crecimiento del movimiento antiinmigrante.

El nacionalismo (la defensa de la identidad nacional) de derechas tiene, sin embargo, otra orientación. Lo caracteriza una visión mística, totalitaria, excluyente, racista (o etnicista) y clasista, identificando los intereses nacionales con los intereses de las clases dominantes. Se me dirá, con razón, que el nazismo se definió como nacionalsocialismo. Y adoptó medidas como las políticas de pleno empleo, las cuales eliminaron el paro, entre otras. Pero la promoción de tales propuestas, así como la narrativa obrerista de su relato, era precisamente parte de su estrategia para parar y destruir el comunismo y el socialismo. De ahí el apoyo y financiación en los países donde surgió el nazismo (y, por cierto, también el fascismo) de tales movimientos por parte de las élites financieras y económicas. El nazismo y el fascismo salvaron el capitalismo y a los capitalistas de la amenaza del socialismo y del comunismo. Este fue su objetivo. El caso español es un claro ejemplo de ello. La Falange (el partido fascista), junto con la Iglesia, fue uno de las instituciones de mayor represión durante el régimen franquista contra el comunismo y el socialismo.

El gran fracaso de las izquierdas y su autoría en el desarrollo y expansión del neoliberalismo como causa del crecimiento del mal llamado populismo

Ante esta realidad, la pregunta que debe hacerse es: ¿cómo es que estos sectores de la clase trabajadora votan a la ultraderecha y no a los partidos tradicionalmente enraizados en las clases trabajadoras, como son la mayoría de partidos de izquierdas? Y la respuesta a la pregunta es muy fácil, pues gran parte de los partidos gobernantes de las izquierdas fueron también responsables de la aplicación de las políticas neoliberales, las cuales incluyen las políticas de reforma de los mercados laborales, las políticas de austeridad, los recortes y las políticas facilitadoras e incentivadoras de la globalización. De ahí que tales partidos, que han sido percibidos (correctamente) por estas clases populares como los responsables (junto con los partidos gobernantes de otras sensibilidades) de las políticas que les han hecho tanto daño, hayan ido perdiendo gran apoyo popular. La adaptación de los partidos socialistas o socialdemócratas al neoliberalismo ha sido una de las principales causas del crecimiento de tales movimientos populistas.

El descenso del apoyo popular y electoral a tales partidos de la izquierda y su sustitución por los partidos populistas explica que hayan estado surgiendo nuevas sensibilidades dentro de las izquierdas que estén intentando canalizar este enfado popular (que es justo, lógico y predecible), respondiendo a las demandas fruto de esta queja. Bernie Sanders en EEUU, Corbyn en el Reino Unido, el nuevo movimiento de izquierdas alemán Aufstehen, el PG de Mélenchon en Francia, y Podemos y sus confluencias en España (tales como En Marea y Catalunya en Comú) son un ejemplo de ello. Ahora bien, definir a estos movimientos como populistas es un gran error. Ni que decir tiene que la visión del populismo como "enfrentamiento del pueblo contras las élites" tiene validez, pero solo hasta cierto punto, pues el pueblo tiene clases sociales, géneros, razas y nacionalidades con intereses distintos que distan de ser coincidentes. Encontrar elementos en común es el gran reto de tales movimientos, pero dentro de un objetivo común que permita relacionar todos los tipos de explotación, para lo cual se requiere la transformación profunda de las sociedades capitalistas actuales para permitir y facilitar una nueva sociedad (que no llegará en el año A, més M, día D), sino que se irá construyendo (destruyendo) día a día según la correlación de poderes en cada país. Todos estos movimientos de la nueva izquierda salen y están enraizados en las izquierdas. Llamarlos populistas es un intento de identificarlos con otras formaciones de claro sentido derechista.

La situación en España

Todo lo que he dicho es aplicable a España. Si el PSOE no hubiera dejado de desarrollar medidas socialistas, es probable que no hubiera aparecido Podemos. Las políticas económicas aplicadas por el PSOE eran neoliberales en extremo (las recientes declaraciones del ministro de Economía más influyente en el PSOE, el Sr. Solchaga, criticando el movimiento de los pensionistas, acusándolos de ser injustos en sus demandas y en sus quejas, son un ejemplo de ello). Podemos ha sido y continúa siendo un punto de referencia internacional, pues España es uno de los países donde este mal llamado populismo ha sido de izquierdas. De ahí la importancia de lo que ocurre en tal formación política. El reciente artículo de Illueca, Monereo y Anguita en Cuarto Poder ("¿Fascismo en Italia? Decreto dignidad", 05.09.18) creó un gran revuelo, con críticas injustas en su mayoría, pues se malinterpretó como una defensa de la coalición de gobierno italiana, asignándole la definición de fascista. Es cierto que el título y el estilo provocadores del artículo no fueron suficientemente cuidadosos y dieron pie a tal confusión. Pero lo que el artículo señalaba era que las políticas discutidas de carácter proteccionista eran casi las mismas que estaban cuestionando la hegemonía neoliberal existente en el establishment político-mediático europeo. Ahora bien, dicho artículo generó una muy necesaria reflexión de que hoy hace falta otra izquierda que responda con mayor radicalidad al enfado existente entre las clases populares de estos países. El gobierno Trump, por cierto, también ha realizado propuestas copiadas de la izquierda de Bernie Sanders, como el proponer que el porcentaje de materiales utilizados en los automóviles que se produzcan en el país con materiales procedentes de él sea muy elevado. Ahora bien, definir a la coalición gobernante en Italia como fascista me parece poco riguroso, aunque sí que tiene – como la tienen muchas características del populismo de derechas – semejanzas al fascismo: la visión autoritaria escasamente democrática y el racismo nacionalista de la Liga Norte (partido de la coalición que influenció en su día a amplios sectores del pujolismo en Catalunya), son claramente antidemocráticos.

Los grandes límites del populismo: la necesidad de combinar lo nuevo con lo antiguo

La estrategia de defensa de los de abajo frente a los de arriba (o del pueblo frente a las élites), aunque necesaria, tanto electoralmente como tácticamente, es dramáticamente insuficiente, pues no reconoce, como acabo de indicar, que no todos los miembros del pueblo tienen intereses iguales. No hay duda de que los distintos sectores de la población tienen elementos en común, y es necesario capitalizar estos puntos en común. En realidad, la naturaleza tan profunda de la crisis acentúa más las condiciones que la población tiene en común. Los recortes de los derechos sociales y laborales son un ejemplo de ello; tales recortes afectan a la gran mayoría de la población, pero no de la misma manera. Y de ahí la importancia de tener en cuenta en la estrategia política la existencia de categorías analíticas como género, raza y también clase social, siendo esta última una categoría de enorme importancia, muy olvidada en España, donde se ha aceptado la definición de nuestro país como un país estratificado en tres clases (los ricos, la clase media y los pobres), sin que la clase trabajadora aparezca por ninguna parte, asumiendo que ha desaparecido o se ha convertido en la clase media. Los movimientos antiestablishment de base obrera han mostrado, sin embargo, que dicha clase existe y está muy frustrada.

Y es ahí donde, sin repetir los errores de la izquierda tradicional (que fueron muchos), hay que recuperar categorías de análisis hoy olvidadas u ocultadas, pues la realidad muestra que siguen teniendo valor. En realidad, el enorme espacio que las clases medias ilustradas (personas con educación superior) tienen en las instituciones representativas, incluidos los partidos políticos, facilitó su conversión al neoliberalismo. De ahí que las alianzas de lo nuevo con lo antiguo –incluidos algunos partidos anteriores– sean esenciales en los nuevos partidos. Antiguo no es sinónimo de anticuado. En ciencias (y no deberíamos abandonar el deseo de utilizar la ciencia como determinante de las políticas públicas) hay muchos principios fundamentales que son muy antiguos pero no anticuados. La ley de la gravedad es muy antigua y, sin embargo, no es anticuada. Si no se lo cree, salte de un cuarto piso y lo verá. Lo que le pasó a la socialdemocracia es que saltó del cuarto piso creyendo que eso de las clases sociales ya no serviría, y se estrelló. Lo antiguo da conocimiento de lo ocurrido y de dónde venimos. Echarlo por la borda es un error. Y ello tiene tanto que ver con la recuperación de la memoria histórica como con la narrativa y en el tipo de análisis que se utiliza para entender nuestra realidad. Olvidar categorías de poder como clase social o la relevancia del socialismo es semejante a negar la ley de la gravedad. Espero que estas notas contribuyan a corregir este error.

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neoliberalismo
Fake news que aparecen en el discurso unionista e independentista https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/09/20/fake-news-que-aparecen-en-el-discurso-unionista-e-independentista/ Thu, 20 Sep 2018 06:01:52 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4561 Continuar leyendo "Fake news que aparecen en el discurso unionista e independentista"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

A raíz del conflicto entre el estado borbónico español por un lado y el gobierno independentista catalán por el otro, han aparecido en los discursos de los nacionalistas de los dos polos – el españolista y el catalanista – toda una serie de aseveraciones que distorsionan claramente la realidad que nos rodea. Es necesario y urgente, por lo tanto, que se muestren tales aseveraciones como mera propaganda política que se promueven para defender sus intereses puramente partidistas (la movilización de sus bases) a costa del bien común, que sale perjudicado por el aumento de tales tensiones. En este artículo citaré varias de estas aseveraciones realizadas por cada bando (el unionista y el secesionista) que – tal como intentan las fake news – confunden y desfiguran lo que, en realidad, está ocurriendo en este país.

I. FAKE NEWS DEL ESTABLISHMENT UNIONISTA ESPAÑOL

  1. No hay presos políticos en España (?!)

Un argumento bastante extendido entre dirigentes del bando unionista (así como partes del aparato del Estado central y columnistas y articulistas afines a tal bando) es que no se puede hablar de presos políticos en España, ya que los dirigentes secesionistas que están en la cárcel o en el exilio no pueden considerarse como tal. Es más, incluso dirigentes de izquierdas que padecieron prisión en los calabozos de la dictadura franquista han señalado que tales personas "no son prisioneros políticos", pues las condiciones a las que están sujetos en nada se parecen a las que ellos o ellas vivieron. De ahí su conclusión de que no sean presos políticos.

Pero no puede concluirse, ni por la desemejanza en las condiciones carcelarias (ahora y durante la dictadura) ni por el contexto político en el que se realizaron las detenciones ahora y las que ocurrieron durante la dictadura, que los secesionistas presos no sean presos políticos. Es cierto que llevan razón aquellos que critican los actos en la prisión Modelo de Barcelona – donde se encarceló a la mayoría de resistentes antifranquistas – que realizaron los gobernantes secesionistas de la Generalitat de Catalunya para intentar establecer un paralelismo entre las detenciones y los encarcelamientos de entonces y los de ahora. En realidad, cualquier persona que haya padecido la represión del régimen fascista puede distinguir claramente que hay una diferencia entre la situación de entonces y la de ahora. Pero ello no niega que tanto los detenidos como los exiliados independentistas estén donde están por razones políticas, como consecuencia de una falta de sensibilidad y cultura democrática del Estado español, que intenta resolver un tema político mediante medidas represivas y punitivas de carácter policial y judicial, medidas que han sido de una torpeza inmensa, a todas luces extremas, pues los secesionistas las han utilizado astutamente para movilizar a sus bases y desacreditar internacionalmente al Estado español, lo cual han conseguido con bastante éxito (ver mi artículo "El porqué de la pobre imagen que el Estado español proyecta al exterior", Público, 22 de junio de 2018). Día tras día aparecen noticias del ridículo que está haciendo el Estado español y su judicatura, cuando tribunales europeos están señalando (y denunciando) el carácter político de la judicatura española. Solo esta semana hemos visto como en Bélgica un juez ha desestimado la sentencia de la Audiencia Nacional, ratificada por el Tribunal Supremo, contra el cantante Josep Miquel Arenas por "enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona y amenazas", concretamente a tres años y medio de cárcel en España, por las canciones insultantes hacia el Jefe del Estado español. Viví durante mi largo exilio en Suecia y Reino Unido (dos monarquías) y en Estados Unidos (una república), y no concibo que instituciones jurídicas homologables en aquellos países a las que han realizado tal sentencia se hubieran comportado como en España, de una forma tan represiva, claramente en contra de la libertad de expresión. Estuve trabajando en la Casa Blanca (en el grupo encargado de elaborar la reforma sanitaria de aquel país en la administración Clinton) durante el período del escándalo Lewinsky, que generó (con razón) una enorme avalancha de insultos hacia el presidente Clinton. Ni una persona en EEUU fue amonestada por tal comportamiento. Y en las monarquías sueca y británica los reyes recibían insultos sin que nadie fuera llevado a los tribunales. "Spain is different", sin embargo. Aquí se los sanciona, y ello se debe a razones políticas, reproduciendo una cultura política heredera del régimen anterior de nula sensibilidad democrática.

Un tanto igual sucede con la acusación de rebelión a los dirigentes independentistas que hicieron los actos de desobediencia civil del 1 de octubre, acusándolos nada menos de rebelión violenta, acusación considerada sin mérito por tribunales alemanes homologables a los españoles. Tal acusación de rebelión responde a una cultura represiva de carácter político, imbuida del nacionalismo españolista, intolerante hacia una visión plurinacional de España. Es una sentencia claramente política, hecha por cuerpos e instituciones judiciales enormemente politizados. Está claro que la opinión más extendida en Europa es que estas decisiones judiciales en España tienen una motivación política y, por lo tanto, sus víctimas son presos políticos.

  1. La desobediencia a la ley es un indicador de un comportamiento antidemocrático (?!)

Una constante en portavoces del establishment español es la acusación de que la desobediencia a la ley es un indicativo de un comportamiento contrario a la democracia. Esta confusión, asimilando ley y democracia, deriva de una visión profundamente conservadora a favor del statu quo. Pero la ley no es intrínsecamente análoga a democracia. Una ley puede dificultar el desarrollo democrático de un país. Por ejemplo, la ley que regula los procedimientos del sistema electoral español permite que un partido, con una minoría de votos notable, controle el Senado. El carácter sesgado de la ley española (que queda también reflejado en la ley electoral catalana) permite que una minoría tenga poder sobre una mayoría, y ello ocurre constantemente en el sistema representativo español (y catalán).

De ahí que desobedecer la ley no sea equivalente a ser antidemocrático. En realidad, la desobediencia civil ha sido una constante en el mejoramiento del sistema democrático. El hecho, además, de que tal desobediencia se quiera castigar con medidas represivas de tipo policial y judicial es, como indiqué en el párrafo anterior, característico de sistemas con una escasa cultura democrática. Dicha desobediencia debe tener una respuesta política y, si se da el caso, incluso administrativa (como las inhabilitaciones), pero no debe recurrirse a una respuesta policial, judicial o militar.

II. FAKE NEWS DEL ESTABLISHMENT INDEPENDENTISTA

Habiendo mostrado las falsedades que se reproducen en el discurso unionista dominante, paso a mostrar las falsedades en el discurso secesionista.

  1. Hay un mandato popular para que Catalunya se separe de España (?!)

La proclamación de la independencia no puede basarse en la existencia de un mandato popular, como constantemente acentúan líderes independentistas. Ni las elecciones (que les dieron una mayoría en el Parlament – 70 de 135 escaños – que no se corresponde con una mayoría electoral – 47,51% de votos independentistas, frente al 52,05% de votos no independentistas –, debido a una falta de proporcionalidad en el sistema parlamentario catalán) ni las encuestas muestran que la mayoría de la población catalana desee la independencia. Todo lo contrario, la evidencia apunta que la mayoría de la población catalana no desea la secesión. Este es el punto débil de su legitimación y justificación: no hay un mandato popular para la secesión. La declaración de independencia aprobada en el Parlament, que considera establecida la República Catalana, es profundamente antidemocrática, pues no refleja la voluntad de la mayoría.

Según datos del barómetro del CEO de junio de 2017, en Catalunya, en general, las personas con un nivel de renta familiar superior a 1.800 euros quieren la independencia, mientras que no la quieren los que pertenecen a tramos de renta inferior. Por lo tanto, los datos muestran que son precisamente las clases populares en general y la clase trabajadora en particular las que están más en desacuerdo con la secesión. Los datos están ahí para todo el que quiera verlos. Es el punto más flaco del procés. Su proceso hacia la independencia es profundamente antidemocrático, y están utilizando todos los medios – incluyendo medidas antidemocráticas como el abusivo control de los medios de comunicación públicos de la Generalitat – para alcanzar sus objetivos.

  1. El "referéndum" del 1 de octubre avala el mandato de secesión (?!)

Tal argumento parece desconocer lo que se requiere para que un referéndum sea considerado un referéndum. Una de las condiciones para que pueda hablarse de referéndum es que exista una pluralidad de opciones con plena capacidad de decisión y debate de alternativas, es decir, que se muestren todas las alternativas y que puedan ser debatidas. Debería estar claro que las condiciones en las que se realizó dicho referéndum – con control, utilización y masiva instrumentalización de los medios públicos por parte de la Generalitat – no garantizaron el debate y su credibilidad. Se confundió agitación con debate. Ahora bien, el hecho de que no pueda definirse como referéndum, no excluye que podría considerarse como un acto de protesta en contra en Estado central, como muchos participantes  hicieron, siendo en este sentido un acto efectivo de denuncia de su nula vocación democrática. Ello no justifica, sin embargo, que se considere  como un mandato popular para declarar la independencia. Incluso considerando como válidas las cifras dadas por la Generalitat, nos encontramos que solo un 38% del censo electoral votó a favor de la independencia en el día 1 de octubre. No puede tomarse este bajo porcentaje como muestra de un mandato popular. Es más, un número elevado de votantes votó para mostrar su oposición y desacuerdo con el gobierno Rajoy, situación que fue incluso más acentuada por la tarde de aquel día, cuando hubo gente, como yo, que salimos a la calle para votar como protesta frente a la brutalidad policial, que se había mostrado en las noticias del mediodía.

  1. Los dirigentes independentistas representan a toda la población catalana (?!)

La posición de los independentistas, que estaban ganando la batalla ideológica a nivel internacional, fue debilitada cuando se supo de la ideología que alimentaba el secesionismo del Sr. Torra, elegido presidente, pasando a ser el dirigente del movimiento independentista. El hecho de que definiera a los catalanes no catalanoparlantes (la mayoría de la clase trabajadora) como ciudadanos de segunda categoría tuvo un impacto internacional muy denigrante para este país. Su etnicismo (casi racista) identificó al  independentismo como un movimiento de ultraderecha xenófobo. Haber acusado al presidente Montilla de no ser merecedor de tal cargo al ser inmigrante y no suficiente catalán, fue un indicador de un pensamiento xenófobo que ha alarmado a la opinión internacional. Hay que subrayar que tal etnicismo, que ya se presentó en su día en el pujolismo, está asustando a gran parte de la opinión internacional, creando a la vez unas enormes tensiones dentro de Catalunya. Sin embargo, debe subrayarse también que este etnicismo, aunque característico de sectores dirigentes de la derecha catalana nacionalista, no es representativo de grandes sectores del independentismo republicano.

  1. El procés estimulará las posibilidades de cambio en España (?!)

Esta aseveración, utilizada frecuentemente por secesionistas, tiene poca evidencia que la avale. En realidad, el procés ha dañado considerablemente las posibilidades de cambio en España, pues al presentarla como "incambiable" ha ayudado a facilitar el distanciamiento de los españoles en contra de ellos, dificultando enormemente la posibilidad de cambio en España. En realidad, no hay evidencia de que tal movimiento represente una amenaza al régimen de 1978. Todo lo contrario, lo está reforzando, pues al polarizar la situación, presentándola como un conflicto entre la España opresora (que roba a los catalanes) y la Catalunya victimizada, refuerza el apoyo popular de los españoles al Estado central, que se presenta como el defensor de la unidad de España, impidiendo que cristalice una resistencia popular frente al estado monárquico a lo largo del territorio español, canalizando el sentir popular hacia la monarquía, presentándola como garante de tal unidad.

 Está claro que la monarquía y el gobierno Rajoy, al perder su apoyo popular, consecuencia del impacto negativo de sus políticas neoliberales impuestas a la población y de la amplia percepción de su corrupción, estuvieron utilizando el conflicto con los independentistas para recuperar tal apoyo. Lo mismo está ocurriendo, por cierto, en el bando secesionista. La conversión de Convergència – la derecha catalana – al independentismo es un claro ejemplo de oportunismo político para esconder su profunda corrupción y su complicidad en la implementación de aquellas políticas neoliberales.

  1. Soberanismo e independentismo es lo mismo (?!)

En realidad, el gran error del independentismo es el de identificar el derecho a decidir única y exclusivamente con la independencia. Ello anula la posibilidad de conseguir la soberanía que representa el derecho a decidir, pues la mayoría de catalanes es soberanista pero no secesionista. El derecho a decidir es el derecho a escoger entre varias alternativas. Hoy el uso del soberanismo por parte de los independentistas está dañando el secesionismo pues la monopolización de su uso lleva a una excesiva identificación entre soberanismo e independentismo. Tal monopolización, dando siempre protagonismo al independentismo, dificulta la defensa del derecho a decidir y de la democracia. Esta monopolización aparece también en la defensa de los presos y exiliados que se utiliza para promover siempre el independentismo, bajo la fachada de defender la democracia.

Una persona puede ser soberanista y, sin embargo, no independentista. Soberanía quiere decir que la población decide. Y puede decidir compartir con España elementos importantes de tal soberanía, lo cual puede también ocurrir sin afectar negativamente al bienestar de las poblaciones que viven en el sistema político que reúna varias soberanías. La evidencia de que el Estado español está excesivamente centralizado es abrumadora (ver mi último artículo "Las consecuencias negativas de la excesiva centralización del Estado español", Público, 30.08.18). De ahí que no solo deba descentralizarse, sino también redefinirse y cambiar su soberanía uninacional por una plurinacionalidad con distintas soberanías, que no quiere decir, como dicen los jacobinos, que se diluya la solidaridad entre las distintas poblaciones soberanas. El discurso y tensiones actuales están dificultando y obstaculizando el desarrollo de estas posibilidades. Y que ello ocurra se debe a intereses meramente partidistas de los dirigentes nacionalistas españoles y catalanes.

  1. Solo hay dos soluciones: la unión o la secesión (?!)

Esta ha sido hasta ahora la postura de los dirigentes de ambos bandos, lo cual favorece la movilización de sus bases. Su enorme dominio de los medios de comunicación favorece tal polarización, acusando de ambigüedad a los que se oponen a esta. No hay, sin embargo, ninguna ambigüedad. Hoy la postura más valiente, necesaria y más sensible a las necesidades de la gente normal y corriente es la de, en primer lugar, denunciar al Estado monárquico central, heredero del sistema dictatorial anterior, que aun siendo distinto a él, ha mantenido una cultura y unos comportamientos que exigen su denuncia. Oponerse al comportamiento antidemocrático del Estado español en su relación con los independentistas es una exigencia de cualquier persona o formación política democrática.

Pero por mera coherencia democrática debe también denunciarse el comportamiento antidemocrático del independentismo catalanista, pues no tiene un mandato de la población que vive y trabaja en Catalunya para establecer un Estado independiente. Tal denuncia debe ir acompañada con una clara denuncia de la complicidad del partido de derechas que ha gobernado Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático (primero con el apoyo de Unió Democràtica y después con el de ERC y la CUP) con el Estado español en el desarrollo de políticas que han dañado la calidad de vida y el bienestar de la mayoría de las clases populares, partido que, por cierto, no es menos corrupto que el PP en España. Hacer esta denuncia no es, como los independentistas subrayan, "equivalencia" en cuanto al comportamiento de los dos bloques. Cualquier crítica es ocultada respondiendo que es injusto atacar a las víctimas a la vez que a los victimarios. Este argumento – fake news – sirve para ocultar cualquier crítica. Y no puede tolerarse, pues, en contra de de lo que supone tal acusación, su victimismo les favorece desde el punto de vista partidista, además de olvidar que su comportamiento está victimizando a las clases populares, pues su atención sobre el tema nacional es una ocultación de su responsabilidad por haber creado la enorme crisis social en Catalunya, donde la mayoría de jóvenes ya no vivirá mejor que sus padres. Así de claro.

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La gran crisis social urbana en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/09/10/la-gran-crisis-social-urbana-en-espana/ Mon, 10 Sep 2018 07:28:46 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4555 Continuar leyendo "La gran crisis social urbana en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

La Barceloneta es un barrio portuario en Barcelona muy popular donde históricamente vivía y trabajaba la gente del mar (pescadores y trabajadores del puerto), el cual conserva todavía hoy un carácter marinero muy marcado, con una personalidad e identidad inconfundibles: es el barrio del mar y de la playa de la Barceloneta, la más concurrida de toda la costa catalana. Tiene una vida asociativa muy viva, con un orgullo de barrio muy marcado. Es el único barrio de Barcelona que tiene su propia bandera (azul y amarilla), la cual se encuentra ampliamente expuesta en los balcones del vecindario.

Hoy este vecindario de la Barceloneta está indignado y enfadado, y se ha movilizado contra lo que está pasando en su barrio. Y como parte de su movilización paralizaron el otro día el Cinturón del Litoral, que es una de las principales autopistas que rodean la ciudad. La causa de su enojo es el gran deterioro que están sufriendo en su calidad de vida y bienestar, resultado de una invasión masiva de turistas (vía pisos turísticos), de un comercio ilegal relacionado con el turismo y de una gran cantidad de poblaciones de paso que van y vienen de la playa. Y, como consecuencia, los hurtos y los robos callejeros, además de los residuos y el comportamiento incívico de los turistas y de la población flotante, han alcanzado unos niveles tales que explican que la población haya salido a la calle al grito de "¡Basta ya!".

Mi experiencia en carne propia: sufrí robo y violencia

Hace unas semanas pude experimentar de primera mano la violencia y los hurtos comunes en este barrio. Mi esposa y yo vivimos en el Poblenou, otro barrio popular vecino de la Barceloneta. Estábamos los dos a las 11 de la mañana caminando por una de las calles de la Barceloneta para ir al centro de la ciudad, y de pronto sentí que una persona me cogía por la espalda y por el cuello, casi ahogándome, a la vez que me arrancaba el reloj, lo cual hizo con gran celeridad, huyendo después. El susto fue enorme. Fue en plena calle, con gente alrededor que vio el acto de violencia y hurto. Cuando los vecinos que vieron el robo vinieron a preguntarme si estaba herido, me dijeron que pasaba casi cada día y en la mayoría de las calles del barrio. Me dijeron que tenían miedo de salir a la calle, sobre todo los ancianos (como lo somos mi mujer y yo). Mi esposa y yo nos sentimos enormemente vulnerables. Estaba claro que los vecinos tenían esta sensación constante, que reflejaba una cultura de inseguridad. Se sentían desprotegidos.

Me aconsejaron que fuera a la policía, que tiene una oficina en el mismo barrio, cosa que hice. Y fue una gran sorpresa cuando la policía catalana (los Mossos) me dijeron que no era en la comisaría de este barrio, sino de otro barrio (al final de las Ramblas), donde debía notificar el robo, pues ellos (los de la Barceloneta) solo se encargaban de ciertos tipos de robos, entre los cuales no encajaba el que yo había sufrido. Para declarar el robo violento tenía que ir a una comisaría en otra parte de la ciudad. Cansado y frustrado (y en un día que había huelga de taxis) abandoné el intento de hacer una denuncia en otra parte de la ciudad, sabiendo, además, que jamás encontrarían el reloj robado. Y los vecinos me comunicaron que ellos también estaban frustrados con la falta de policía en el barrio. Y han comenzado ya a movilizarse, de manera que hace unas semanas espontáneamente más de seiscientos vecinos salieron a la calle y cortaron a propósito el Cinturón del Litoral (una de las autopistas de circunvalación de Barcelona) como protesta. Su situación es intolerable. Mientras tanto, el gran tema en el establishment mediático de la ciudad es el de los lazos amarillos en la playa y otros espacios públicos. Una vez más el tema nacional oculta el gran drama social.

El problema tiene solución pero las autoridades locales no tienen los instrumentos más importantes para resolverlo

No hay duda de que las causas del deterioro muy marcado que sufren estos barrios populares son varias y múltiples: desde el empeoramiento del mercado de trabajo (resultado de las reformas laborales neoliberales) y los recortes del gasto público, hasta el problema escandaloso de los "pisos turísticos" y de alquiler por periodos cortos, ámbitos en los que, por desgracia, las autoridades locales tienen escaso poder de incidencia. En realidad, el ayuntamiento de Barcelona es el consistorio con más sensibilidad social en España. Y, en cambio, no tiene el poder para poder resolver este drama. Un ejemplo de ello es el problema de la vivienda, concretamente un fenómeno que está afectando a toda la población, y muy en particular a las clases populares: el precio del alquiler. Y es poco lo que el ayuntamiento puede hacer. Pero el problema tiene solución: los alquileres pueden regularse y así evitar los cambios bruscos (solo en Catalunya los alquileres han subido casi un 50% en cuatro años).

Estoy escribiendo estas notas desde Nueva York, donde vive y trabaja mi hijo. Más del 50% de los alquileres en esta ciudad están regulados, es decir, son definidos por el ayuntamiento. Tal política fue implementada durante la II Guerra Mundial por parte del presidente Roosevelt, una medida altamente popular que consistía en el control de los precios de los productos y servicios básicos para mantener el bienestar de la población, lo que incluía la vivienda. Después de la guerra, tal control de los precios de la vivienda (incluyendo los del alquiler) pasó a ser competencia de los Estados y de las grandes ciudades. En Nueva York siguió vigente, aunque hubo un intento por parte del gobierno del Estado de Nueva York para anular la medida. Las leyes electorales de tal Estado (como las de Catalunya) están sesgadas a favor de las zonas rurales y conservadoras del Estado, de ahí que, como en Catalunya, el parlamento del Estado sea controlado con gran frecuencia por las fuerzas neoliberales conservadoras, favorables a los propietarios y a la gente más pudiente (como, de nuevo, ocurre en Catalunya). Ahora bien, cuando el parlamento del Estado intentó hace años derogar la ley que permitía a los ayuntamientos regular el precio de la vivienda, hubo grandes manifestaciones en la ciudad, con protestas en contra de las autoridades del Estado. Y una asociación que se sumó a estas manifestaciones fue la Asociación de la Policía de Nueva York, que se opuso a que, entre sus funciones, estuviera el tener que desalojar a familias de sus casas por no poder pagar el alquiler. El Estado tuvo que mantener la ley tal como estaba (ver el libro The tenant movement in New York City, 1904-1984, de Ronald Lawson).

Qué pasa en Catalunya y en España

Catalunya ha sido gobernada durante la mayor parte del periodo democrático por las derechas dirigidas por un partido (Convergència) de sensibilidad liberal perteneciente a la familia liberal europea, que constantemente se han opuesto al control de los alquileres, apoyando sistemáticamente a los propietarios (que en su mayoría son bancos – incluida La Caixa – o empresas inmobiliarias) sobre los inquilinos. El último caso de una larga historia se dio en el año 2016, cuando Convergència i el PP se opusieron a regular el precio del alquiler, propuesta realizada por Catalunya Sí Que es Pot. Y el Estado central español ha favorecido siempre a estos sectores. Esta es una de las razones.

El ayuntamiento de Barcelona está gobernado por una fuerza política resultado de la rebelión de los barrios contra esta situación intolerable. Y es mucho lo que se está haciendo. Pero tiene poco poder. El porcentaje de la población con el alquiler regulado es menos del 3%. Sin un cambio muy notable del gobierno de la Generalitat y del comportamiento del gobierno central no habrá solución para el problema de las Barcelonetas de este país. Hoy la Generalitat de Catalunya ha centrado todos sus esfuerzos en conseguir los fines políticos de sus partidos gobernantes, de manera tal que el tema más sensible en el discurso mediático y político sobre la seguridad del país parece ser el de mantener los lazos amarillos por todas partes. Hay que tener partidos que gobiernen en Catalunya y en el resto de España que favorezcan el control del alquiler y que den prioridad a que las policías que dirigen (los Mossos, la Policía Nacional y la Guardia Civil) se centren en la seguridad de los barrios populares, además de revertir las reformas laborales que han tenido un impacto muy negativo en el nivel de vida de la clase trabajadora que trabaja en la Barceloneta. Y de especial importancia es que, además, desde el Estado y los gobiernos autonómicos se acepte la necesidad de reconocer que tiene que traspasar poderes, excesivamente centralizados, a los distintos gobiernos en el territorio español, y sobre todo a los municipios, permitiendo un control del precio de los alquileres, un cambio en la política de seguridad y una reversión de los recortes del gasto público, dando prioridad a los servicios vecinales.

Las consecuencias de las políticas neoliberales aplicadas por los gobiernos neoliberales, tanto español como catalán, en las Barcelonetas del país

Las reformas laborales y los recortes del gasto público han tenido un enorme impacto negativo en la calidad de vida y bienestar de la mayoría de la ciudadanía de las clases populares, como queda claro en los barrios como la Barceloneta. Pero deben incluirse también en estas medidas neoliberales las políticas de privatización de los espacios públicos, como ha ocurrido también en aquel barrio. El mejor ejemplo de ello es lo que ha ocurrido en el espacio del puerto que hay enfrente de la Barceloneta, llamado la Marina del Port Vell. Tal privatización de esta área del puerto fue impulsada por CiU y el PP (y seguro que si hubiera sido hoy, este proyecto hubiera sido apoyado también por Ciudadanos). La gran firma financiera del emirato de Qatar (emirato que financió al Barça durante muchos años), entre otras empresas internacionales, tiene un papel fundamental en este proyecto que tiene como objetivo incrementar los beneficios de tales negocios privados a través de favorecer servicios portuarios a los yates de los súper-ricos del mundo, la élite internacional, que ha vallado todo el muelle, excluyendo a la ciudadanía barcelonesa del acceso a este espacio, que había sido central en la vida económica de la Barceloneta y de la ciudad. Esta es la idea del desarrollo económico que tiene el pensamiento neoliberal dominante en Catalunya y en España: privatizar espacios públicos para uso y disfrute de las élites económicas y financieras del mundo, a pocos metros de un barrio popular al que están ignorando y/o destruyendo. Y así está garantizado hasta el año en el que termine la concesión, en 2036. Debería ser obvio que se requiere un cambio profundo a nivel del gobierno de la Generalitat y del Estado español para poder mejorar la calidad de vida de las poblaciones urbanas en este país.

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Las consecuencias negativas de la excesiva centralización del Estado español https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/08/30/las-consecuencias-negativas-de-la-excesiva-centralizacion-del-estado-espanol/ Thu, 30 Aug 2018 13:10:43 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4546 Continuar leyendo "Las consecuencias negativas de la excesiva centralización del Estado español"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pomepu Fabra

He escrito recientemente sobre la enorme centralización que existe en el Estado español, tanto en su poder ejecutivo como legislativo, centralización que se basa en una visión uninacional de España (característica históricamente de las fuerzas conservadoras españolas), propia de la visión borbónica del Estado. La falta de reconocimiento del carácter plurinacional de España va acompañada de una centralización del Estado y una falta de sensibilidad hacia la necesaria capacidad decisoria de los otros niveles de gobierno, y muy en particular del nivel local o municipal. Los datos son abrumadores en este sentido.

Uno de los indicadores más claros de tal centralización es la radialidad que se da en el transporte de este país, ya sea por carretera, ferroviario o aéreo, un modelo en el que la capital del Reino, Madrid, es el punto sobre el que se articulan todos estos sistemas de transporte. Esta centralización ha alcanzado un nivel extremo en la compañía aérea identificada con el Estado español, Iberia, en cuyo logotipo apareció hasta 2013 la corona real, que encabezaba su escudo. Tal compañía solo vuela principalmente desde Madrid. En Barcelona solo existe el puente aéreo, que comunica la capital de Catalunya con la capital del Reino de España, y algunos vuelos intercontinentales. Pero, por lo demás, no hay vuelos de Iberia a ninguna parte de España o de Europa. Lo hace, en su nombre, la compañía de bajo coste Vueling, que parece actuar como una subsidiaria de Iberia, una compañía cuya baja calidad se ve reflejada en los continuos retrasos y la falta de profesionalidad que emergen en cada temporada veraniega.

A esta situación se añade la escasa -por no decir nula- sensibilidad del Estado central hacia la defensa del consumidor o usuario, que alcanza niveles abusivos en el caso de las compañías aéreas low cost (entre las que destaca, de nuevo, Vueling), que operan la mayoría de los vuelos que salen del aeropuerto de Barcelona –en 2017 alrededor de un 65% de los pasajeros del Prat fueron transportados por estas compañías-, a diferencia de los de Madrid, la capital del Reino, donde solamente un 27% de los pasajeros del aeropuerto de Barajas fueron transportados por estas compañías (Fuente: Turespaña, diciembre 2017). Esta situación se repite en la mayoría de aeropuertos de las grandes ciudades "periféricas" de España.

Experiencia de primera mano

La última, pero no la única, experiencia que tuve con Iberia (y con Vueling) fue cuando tuve que volar de Barcelona a Estocolmo (Suecia), comprando los billetes de ida con SAS, la compañía nacional de Suecia y los otros países escandinavos, y los de vuelta con Iberia. En la ida a Estocolmo fue todo bien. El problema fue a la vuelta. Aunque había comprado los billetes a Iberia, vi al llegar al aeropuerto de aquella ciudad que el vuelo no era de Iberia sino de Vueling, que previsiblemente lo había retrasado una hora y media, retraso que no había sido comunicado a los pasajeros hasta el último momento. Pero mi frustración se acentuó todavía más cuando el personal del mostrador de Vueling no quería facturar mis maletas (con peso superior al autorizado por Vueling), a las cuales un cliente de Iberia tiene derecho. Tuve que insistir para que viniera el máximo responsable de la compañía para pedirle que respetaran mis derechos como cliente de Iberia. Por fin, la persona del mostrador tuvo que facturar mis maletas, lo cual hizo de una forma y con una actitud grosera y casi agresiva. Y cuando durante el vuelo pedí la comida a la cual el cliente de Iberia tiene derecho, me dieron cacahuetes. Al llegar al aeropuerto de Barcelona tuve que esperar casi una hora para recoger las maletas. Este es el coste de vivir y trabajar en la "periferia". Otro coste de tales compañías low cost es la masificación del turismo de Barcelona, que está desbordando y que afecta negativamente a la calidad de vida y el bienestar de sus clases populares. Y no se reconoce tampoco que su bajo coste ("low cost") se debe, primordialmente, a los bajos (misérrimos) salarios a sus empleados y trabajadores. Es un error querer estimular la economía de una ciudad a base de tales compañías.

El perjuicio para las ciudades "periféricas"

Por desgracia, el conflicto Catalunya-España, estimulado por los nacionalismos españolista por un lado, y catalanista por el otro (que absorbe todo el interés político y mediático del país), oculta otro problema mucho más generalizado en España y que afecta no solo a la gran mayoría de la población catalana, sino también a la del resto del Estado: la calidad de su vida queda afectada negativamente por este excesivo centralismo que está, además, empobreciendo a la totalidad del país (que vive en la periferia).

Quisiera aclarar que no soy antimadrileño. Todo lo contrario, me encanta Madrid, y me solidarizo con las clases y barrios populares de Madrid, víctimas ellas también de las consecuencias negativas del centralismo que denuncio. Pero es importante que el conflicto entre el Estado español y el gobierno secesionista catalán (el mal llamado "problema catalán") no oculte el problema que afecta a todas las clases populares de España, y que es el "problema español", derivado de la persistencia de un Estado excesivamente centralizado, el cual, como ya he dicho, está afectando a la mayoría de su ciudadanía. Es necesario, no solo por razones de calidad de vida y bienestar de la mayoría de la ciudadanía, sino también de eficiencia económica, que el Estado español sea más poliédrico y menos radial, favoreciendo la pluralidad mediante la promoción de sus distintos polos de desarrollo. Para ello, la configuración de las distintas modalidades de transporte es vital. Está claro que la compañía nacional Iberia, de inspiración y vocación borbónica, no está sirviendo a la mayoría de la población española.

El necesario cese de la centralización y su sustitución por la España policéntrica y plurinacional

No hay duda de que esta centralización está perjudicando a la mayoría de la población, que es y se siente periférica. En EEUU muchas ramas y agencias del Estado están ubicadas en otras ciudades, además de Washington. La sede de la Seguridad Social, por ejemplo, no está en Washington, sino en Baltimore. La Agencia Federal de Salud Pública está en Atlanta, y así un largo etcétera. Y muchas otras ciudades, como Nueva York, Chicago o Los Ángeles, tienen igual o incluso mayor importancia económica, financiera y cultural que Washington. Y ello ocurre en otros países de semejante nivel de desarrollo económico. Sería bueno que ello pasara también en España, dando mayor protagonismo político a otras ciudades y otros niveles de gobierno, y muy en especial al nivel municipal, claramente marginado en este país, y que se desarrollaran unos sistemas de transporte policéntricos, cambiando la centralización del Estado en la capital del Reino, que ha hecho mucho daño históricamente a este país.

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España
La enorme discriminación contra las personas mayores en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/08/23/la-enorme-discriminacion-contra-las-personas-mayores-en-espana/ Thu, 23 Aug 2018 06:00:04 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4533 Continuar leyendo "La enorme discriminación contra las personas mayores en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pomepu Fabra

Existe en España una discriminación muy acentuada contra las personas ancianas que, como ocurre en la mayoría de discriminaciones en este país, apenas es reconocida como tal por la mayoría de la población que la practica. En realidad, esta mayoría ni siquiera es consciente de ello, pues es un fenómeno tan generalizado que la gente ni se da cuenta de ello. Sin embargo, la discriminación es enorme, y afecta muy negativamente a las personas discriminadas, en este caso las mayores. Se oculta bajo una aparente cordialidad y amabilidad, tal y como ocurre también con la discriminación contra las mujeres, que frecuentemente intenta ser ocultada bajo la supuesta "caballerosidad" que el hombre mantiene frente a la mujer (a la cual discrimina). Esta supuesta amabilidad hacia los ancianos aparece cuando se les llama "abuelos", un término que aparenta ser cariñoso pero que no lo es, pues la mayoría de ancianos están satisfechos y les agrada que así les llamen sus nietos pero no necesariamente otras personas a las que ni siquiera conocen, y las encuestas así lo muestran.

Cómo aparece esta discriminación

Esta caracterización de las personas mayores como "abuelos" va acompañada de una visión de ellos como personas con menos habilidades y que están en un proceso de declive físico, intelectual y emocional hasta que se mueren, proceso que algunos economistas han llegado incluso a proponer que se acelere. Es bien conocida la frase de un Ministro de Economía de Japón, que indicó que "el deber patriótico de los viejos es que se mueran cuando les corresponda" (es decir, lo más pronto posible). Muchos economistas neoliberales piensan lo mismo, aunque no lo dicen tan claro. Utilizan narrativas un pelín más sofisticadas, como por ejemplo que "el alargamiento de los años que los ancianos viven está creando un enorme problema a la economía del país". Seguro que el lector ha leído frases semejantes en los principales medios de comunicación (ver la excelente exposición de la Dra. Paloma Navas de la Johns Hopkins University, Previniendo el envejecimiento imaginario en TEDx Madrid).

En centros académicos esta discriminación es más sutil, y aparece en el argumento de que la sociedad gasta demasiado en los ancianos, y muy poco en los jóvenes, siendo el supuesto "elevado gasto en los primeros" la causa de que se gaste tan poco en los segundos. Y sistemáticamente se subraya que las pensiones de vejez, por ejemplo, son "excesivamente generosas" en España, lo cual está causando "la insostenibilidad de la Seguridad Social del país". Frecuentemente se indica también que en España las pensiones son "las más generosas del mundo". La lista de gurús economistas neoliberales que gozan de gran visibilidad mediática en España y que han hecho tales declaraciones es enorme. La única diferencia entre ellos es que algunos dicen "del mundo" y otros un pelín más modestos dicen "de Europa". Pero todos –los unos y los otros- coinciden en que, además de la excesiva generosidad de las pensiones, el problema de España es que hay demasiados ancianos, siendo uno de los países del mundo (según  algunos) o de Europa (según otros) "que tiene más viejos".

Los datos (que raramente verán, oirán o leerán en los mayores medios de comunicación) muestran la gran falsedad de cada uno de estos argumentos

Veamos los datos.

  1. La sociedad española no es ni la más envejecida de Europa ni del mundo.

En realidad, según Eurostat, la agencia de datos de la UE, el porcentaje de la población anciana (personas con más de 65 años de edad) es prácticamente la misma en España (19%) que el promedio de los países de la UE-15 (19,03%) y ligeramente inferior a la de la UE-28 (19,4%). No es cierto, por lo tanto, que España sea uno de los países con "más viejos" o "más abuelos".

  1. El gasto en pensiones es más bajo en España que en el promedio de la UE-15 y la UE-28.

Y aun cuando el nivel de riqueza de España es mayor que el promedio de la UE-28, la renta de personas mayores de 65 años (medida en paridad de poder adquisitivo, es decir, ajustada a fin de que tengan la misma capacidad de compra, PPS) es más baja (17.792) que el promedio de la UE-28 (18.153). También el gasto en pensiones públicas para la vejez como porcentaje del PIB (que según el pensamiento económico neoliberal dominante en los mayores medios de comunicación del país, es de los más altos del mundo o de Europa) es más bajo (8%) que el promedio de la UE-15 (9,5%). Si además consideramos el total de las prestaciones públicas destinadas a la vejez (además de las pensiones) las rentas totales de los ancianos  de este país alcanzan solo el 63% de la media de la UE-15. No es cierto, por lo tanto, que las ayudas públicas a las personas mayores o que el gasto público en pensiones "sea de los más altos ni del mundo ni de Europa".

  1. La pensión media es más baja que el promedio de la UE-15 o de la UE-28.

No es tampoco cierta la acusación que constantemente se hace por parte de economistas e instituciones neoliberales de que el pensionista español es el que recibe las pensiones más altas del mundo o de Europa, señalando que recibe como promedio el 82% del salario anterior a su jubilación. Solo aquellos trabajadores que comenzaron a trabajar a los 20 años, y cotizando a la Seguridad Social de una manera ininterrumpida y completa desde entonces, recibe esta cantidad en concepto de pensión de jubilación, lo cual representa un porcentaje menor de todos los jubilados (porcentaje que incluso está decreciendo debido al retraso de la juventud en su incorporación al mercado de trabajo, y la gran extensión de la precariedad entre los trabajadores). En realidad, el porcentaje que la pensión representa sobre el salario (consecuencia de las reformas del gobierno Rajoy en 2013) será un 48% según el informe The 2015 Aging Report de la Comisión Europea. Pero lo que tampoco se cita cuando se habla de la elevada tasa de reemplazo del salario por parte de la pensión es que los salarios son muy bajos en España. De ahí que el indicador más importante para medir la generosidad de un sistema de pensiones sea medir la cantidad de dinero público que el pensionista recibe. Y ahí podemos ver que esta cantidad (las pensiones púbicas) están entre las más bajas de la UE-15. En España, dos millones de personas reciben entre 600 y 646 euros al mes (unas cifras inferiores al salario mínimo interprofesional) y 4,5 millones menos de 1.000 euros al mes (véase el libro de Vicenç Navarro y Juan Torres, Lo que debes saber para que no te roben la pensión, publicado en 2013; y el artículo de Vicenç Navarro Las falsedades sobre la supuesta generosidad de las pensiones, publicado en PÚBLICO, 2 de febrero de 2017).

  1. La integración de los ancianos a la sociedad en España es menor y su aislamiento y soledad son mayores que en la mayoría de países de la UE.

Hay muchos indicadores que lo demuestran. La cultura y los medios de comunicación están orientados casi exclusivamente a la juventud y a la gente de mediana edad. La gran mayoría de personas que presentan las noticias o la previsión del tiempo, los programas y series de televisión, así como las tertulias, son personas jóvenes. Y si son mujeres, tienen que mostrar pecho y aparecer sexis, reflejando la cultura machista de los medios (y de la sociedad). Casi nunca aparecen personas de edad avanzada, por ejemplo, en los programas de noticias, en la presentación del tiempo o en las tertulias. Los ancianos son prácticamente invisibles en los medios, tanto como presentadores como sujetos de noticias (con la excepción del tema de las pensiones, que se presenta, por lo general, como el gran problema causado por el enorme número de viejos).

Esta falta de visibilidad y participación viene acompañada de una falta de integración en la sociedad, una de las más limitadas de la UE-15. Según Eurostat, en España, un 83% de la población entre 15 y 75 años ha utilizado Internet durante los últimos tres meses (año 2016). En otros países su utilización es casi universal (Dinamarca, 96%; Suecia, Finlandia, Holanda, 93%). En cambio, en el grupo etario de 65 a 75 años, solo el 47% de los hombres y el 40% de las mujeres lo ha utilizado en España. La digitalización de la sociedad está teniendo un impacto devastador en el aislamiento de los ancianos, pues excluye a aquellos que no fueron introducidos a esta revolución. La soledad -resultado de su discriminación- es uno de los mayores problemas que las personas ancianas se encuentran a medida que avanza su edad.

Las pensiones en España no son un derecho (como lo son en otros países), sino una obligación

Este aislamiento es incentivado por una ley, paradójicamente aprobada por el gobierno socialista presidido por Zapatero, que le prohíbe al pensionista que continúe trabajando, imponiéndole el Estado uno de los regímenes de jubilación más regresivos que existe hoy en Europa. La jubilación en España es una obligación más que un derecho, cuando debería ser (como lo es en muchos países) al revés: más un derecho que una obligación. Conozco bien –resultado de un largo exilio- el mundo universitario de varios países (Suecia, Reino Unido y EE.UU.) y, como resultado de tal experiencia he concluido que el régimen de jubilación español es enormemente discriminatorio para los profesores universitarios. En EE.UU., por ejemplo, está prohibido jubilar a una persona obligatoriamente, y el profesorado, siempre y cuando reúna los criterios de productividad marcados por la institución, tiene el derecho de jubilarse cuando crea conveniente y necesario. En España tiene que ser a los 65 años, pasando de una gran actividad a ninguna en un solo día (el de su jubilación), lo cual afecta muy negativamente el estado emocional y psicológico del jubilado. Naturalmente que el mérito o demérito de la jubilación depende del trabajo que la persona realice antes de jubilarse. Para amplios sectores profesionales, cuyo trabajo es más intelectual que manual, este es una fuente de estímulo y placer, y que perciben la jubilación de una manera distinta a la de una persona cuyo trabajo no es necesariamente placentero o estimulante, que ve la jubilación como parte de su liberación. Tratar a los dos tipos de personas bajo el mismo criterio es profundamente injusto y debería cambiarse. No es justo, por ejemplo, que el personal de limpieza de la universidad, cuyo trabajo ofrece una posibilidad de gozo y creatividad muy limitada, se le obligue a trabajar dos años más (pasando su edad de jubilación de ser 65 a 67 años) para pagar la pensión de un catedrático que vivirá, como promedio, siete años más que la persona que trabaja en la limpieza de la universidad. Sería más lógico y razonable que el personal de limpieza no tuviera que jubilarse más tarde, como se ha hecho, facilitándole a la vez al catedrático que trabaje más si así lo desea, para contribuir en mayor grado a la Seguridad Social.

Hay que repetir, por lo tanto, que la jubilación es un derecho y no una obligación. El hecho de que no se esté ni siquiera considerando un cambio es un indicador más de la falta de atención que se da a los problemas que se presentan a las personas mayores, tales como la jubilación, por interpretarse como cosa de viejos. Lo único de lo que se habla es que "no se puede pagar" y que "el sistema es insostenible".

Les garantizo, sin embargo, que es más que sostenible. El gasto público social en España, que incluye los servicios públicos (como sanidad, educación, vivienda social, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales, entre otros) y las transferencias públicas (como las pensiones), es de los más bajos de la UE-15. Una cantidad muy por debajo (unos 80.000 millones de euros menos) de lo que se debería gastarse España por el nivel de riqueza que tiene. El enorme poder que las fuerzas conservadoras (las derechas) han tenido en España durante su historia (y que conservan hasta hoy día) explica el enorme retraso social, del cual los grupos más afectados son también los grupos con menor poder y más vulnerables como los ancianos, los infantes, las mujeres y los trabajadores. Así es España (incluyendo Catalunya que, por cierto, es de las CCAA con mayor retraso social, habiendo estado gobernada por estas fuerzas conservadoras durante la gran mayoría de su historia contemporánea). Así de claro.

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España,Estado del bienestar
Las falsedades de la supuesta recuperación económica promovida por el pensamiento neoliberal dominante https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/08/16/las-falsedades-de-la-supuesta-recuperacion-economica-promovida-por-el-pensamiento-neoliberal-dominante/ Thu, 16 Aug 2018 10:57:58 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4527 Continuar leyendo "Las falsedades de la supuesta recuperación económica promovida por el pensamiento neoliberal dominante"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pomepu Fabra

Se está creando la percepción en los países del capitalismo desarrollado de que la Gran Recesión -que ha causado un deterioro muy acentuado del bienestar y calidad de vida de la mayoría de sus poblaciones- es un hecho del pasado, consecuencia del supuesto éxito de las políticas neoliberales que los gobiernos de estos países han ido aplicando durante este período. Estas políticas han consistido en reformas laborales (supuestamente encaminadas a favorecer la flexibilidad de los mercados laborales) y recortes del gasto público, incluyendo del gasto público social (en servicios públicos como la sanidad, la educación, la vivienda social, los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios, y otros; y en transferencias públicas, como las pensiones) que se aplicaron para reducir el supuestamente excesivo déficit público que estaba "ahogando" a la economía, como consecuencia de una "excesiva generosidad de los derechos sociales" que tenía que corregirse y revertirse mediante la imposición de políticas de austeridad.

El "supuesto éxito" de las políticas públicas neoliberales

Según los establishments político-mediáticos que promueven la sabiduría convencional en cada país, estas medidas han tenido un gran éxito habiendo recuperado el rigor y la eficiencia de sus economías. Como prueba de ello, presentan indicadores que -según afirman- reflejan tal recuperación como, por ejemplo, el aumento del crecimiento económico y la disminución del paro. Esta promoción de las políticas neoliberales va acompañada, por lo general, de referencias al "supuesto gran éxito" de la economía estadounidense -máximo referente del pensamiento neoliberal-, que se atribuye a la gran flexibilidad de su mercado de trabajo y a su escaso gasto público (el más bajo, una vez descontado su gasto militar), muy acentuado en el caso del gasto público social (responsable de que EE.UU. sea el país capitalista desarrollado con menor protección social). Según explica la sabiduría convencional -de clara sensibilidad neoliberal- este país, después del colapso de su economía (de 2007 a 2009 su PIB bajó un 4%), recuperó, a partir del 2009, su tasa de crecimiento (un promedio de 2,1% anual), lo que provocó un gran descenso del paro, que de ser del 10% pasó a ser el más bajo del mundo capitalista desarrollado, con un 3,8%.

Lo que esconden los indicadores del "supuesto éxito": el deterioro muy notable del bienestar y calidad de vida de las clases populares

Lo que tales argumentos ocultan o desconocen es que, en gran parte de los países capitalistas desarrollados, las cifras del paro tienen un valor muy relativo para medir el grado de eficiencia del mercado laboral, pues excluyen a grandes sectores de la población que sufren las consecuencias del gran deterioro del mercado laboral (causado por tales políticas neoliberales), y que no quedan reflejados en la tasa de paro. Este indicador de paro no incluye, por ejemplo, la población que trabaja en situación parcial y temporal que querrían hacerlo a tiempo completo (la población empleada subocupada), un problema grave creado por las reformas laborales. Este sector ha sufrido un notable aumento, alcanzando su máxima expresión en el trabajo precario, muy generalizado hoy en la gran mayoría de países capitalistas desarrollados. En España se habla mucho (con razón) del elevadísimo paro, pero no se habla tanto del elevadísimo nivel de precariedad entre la población empleada. Los contratos más frecuentes en España son los que duran 15 días y una cuarta parte del total tiene una duración de 7 días, siendo este el tipo de contrato que ha aumentado más desde el inicio de la crisis en 2007. Desde que se inició la crisis, casi el 60% del empleo creado ha sido -precisamente- de carácter temporal y parcial.

Otro sector de la población que no se incluye en la tasa final del paro es la gente que ha abandonado la búsqueda de puestos de trabajo por no encontrarlo. En EE. UU., en caso de incluirse este sector de la población, la tasa de paro ascendería a un 7,6%. En realidad, si se sumaran los desempleados, los empleados subocupados y los que se han desanimado en su búsqueda de puestos de trabajo, la cifra de paro ascendería a un 10,9% (17,6 millones de personas). Esta trágica (y no hay otra manera realista de definirla) situación, muestra las limitaciones de utilizar la tasa de paro como el indicador principal de eficiencia del mercado de trabajo. El "éxito" en la reducción de la tasa de paro, se ha conseguido a costa de un enorme crecimiento del paro oculto, de la precariedad y del desánimo en el que se encuentran grandes sectores de las clases trabajadores en estos países, que representan la mayoría de las clases populares.

En el país modelo neoliberal, EE.UU., a estos datos debe sumarse otro factor raramente mencionado cuando se analiza el tema del paro: el elevadísimo porcentaje de la población que está encarcelada. Los presos de aquel país son 2,2 millones de personas, tres veces superior al promedio de los países de semejante nivel de desarrollo económico. Sin lugar a dudas, si el porcentaje de la población encarcelada fuera semejante a la existente en la mayoría de países de la UE, el número de personas sin trabajo y que lo están buscando (así como las tasas del paro oficial) sería incluso mucho mayor que el enunciado en las cifras oficiales de paro. En realidad, la elevada encarcelación es una de las causas de que el paro aparente ser tan bajo en EE.UU.

Los elevados costes de las reformas laborales y otras medidas neoliberales

En España, la aplicación de las políticas neoliberales creó un enorme deterioro del mercado laboral español. Todavía hoy, cuando se asume que la economía se ha recuperado, solo la mitad de los puestos de trabajo perdidos (3,8 millones) durante el inicio de la crisis (2008-2013) se han recuperado. Pero como en el caso de EE.UU., si sumamos a las personas que están en paro (17%) las personas que están subocupadas (personas que trabajan a tiempo parcial involuntario) y las que han abandonado la búsqueda de trabajo, desanimados en encontrarlo, la cifra de paro real aumentaría a un 28%, es decir, casi el doble.

Repito pues, una observación que, a pesar de su gran importancia, apenas es visible en los fórums mediáticos y políticos del país: el descenso del paro oculta el gran crecimiento del paro oculto, de la precariedad y del desánimo. Esta es la realidad que se desconoce e ignora, y que ha causado grandes protestas populares en todos los países, canalizadas por los movimientos antiestablishment.

¿Por qué los salarios no suben -e incluso continúan bajando- cuando el desempleo supuestamente se está reduciendo?

Estas cifras reales de personas desocupadas -que no quedan reflejadas en los indicadores de paro- explican que haya una enorme reserva de personas en necesidad de trabajo. Es más, a las personas que constituyen esta gran reserva de gente buscando trabajo hay que añadir los millones de trabajadores que existen en reserva en países menos desarrollados, cuyos trabajadores aceptan salarios mucho más bajos y las condiciones de trabajo mucho peores que en los países capitalistas desarrollados. De ahí que la desregulación del mercado de trabajo (una de las mayores medidas neoliberales) haya ido acompañada de otra gran medida neoliberal: la desregulación de la movilidad de capitales (con la globalización de las llamadas multinacionales) que está empoderando al mundo empresarial frente al mundo del trabajo. La amenaza del desplazamiento de empresas a países con salarios bajos es una de las medidas disciplinarias más comunes hoy en los países capitalistas desarrollados, en contra de los trabajadores.

Como parte de esta desregulación del movimiento de capitales se ha promovido la otra cara de la moneda, es decir, la promoción de la movilidad de los trabajadores, favoreciendo la inmigración como medida para garantizar la disponibilidad de trabajadores que, por la vulnerabilidad asociada a la condición de inmigrantes aceptan salarios más bajos y peores condiciones de trabajo.

Estos datos explican que, a pesar del descenso del nivel de paro oficial, los salarios no suban. Si tal cifra de paro fuera real, la clase trabajadora estaría más empoderada en su negociación con el mundo empresarial, a fin de obtener salarios más altos. El hecho de que ello no ocurra se debe al enorme debilitamiento de la case trabajadora y del mundo del trabajo, incluyendo sus sindicatos, que se traduce en la enorme disponibilidad de trabajadores potenciales, estén estos dentro o fuera del país. 

La gran debilidad del mundo del trabajo: el objetivo de las políticas neoliberales

Hemos visto así que uno de los principios del pensamiento económico dominante -el subrayar que el descenso del paro crea un aumento de los salarios- no se ha realizado: los salarios no han estado subiendo durante la recuperación. Antes al contrario, han estado descendiendo. De nuevo, mirando el modelo estadounidense vemos que el trabajador (no supervisor) de EE.UU. recibe hoy un salario que es un 4% más bajo que en el año 1972 -hace 46 años- y ello a pesar de que la productividad de este tipo de trabajador se ha más que doblado durante este período. La riqueza creada por este aumento de la productividad no ha beneficiado, sin embargo, al trabajador, sino a todos los demás que están por encima de él, desde sus supervisores, empresarios y equipos de dirección, así como a los financieros que manipulan el crédito y especulan con los beneficios empresariales conseguidos por el descenso de los salarios.

Esta situación se ha dado también en las economías europeas, incluida la española. En la gran mayoría de países europeos, el crecimiento de la productividad ha sido mayor que el crecimiento de los salarios, realidad que ha estado ocurriendo desde el inicio de período neoliberal, a finales de la década de los años setenta del pasado siglo, hasta ahora. En otras palabras, esta situación ha contribuido a que el PIB de tales países haya subido más rápidamente que los salarios (que en muchos países, como EE.UU., han incluso bajado) (ver: P. Dolack, Flat Wages ZCommunications, 2018).

Lo mismo o peor está ocurriendo en España

En España los salarios han bajado también. Ha sido un descenso del 10% durante el período de aplicación máximo de las políticas neoliberales (2008-2014) (afectando primordialmente a las mujeres y a los jóvenes), permaneciendo estables (o bajando en el sector privado), perdiendo así capacidad adquisitiva al crecer en menor grado que la inflación. En realidad, los salarios para los mismos puestos de trabajo, desde 2008 a 2015 descendieron un 12%. Ello ha estado ocurriendo a la vez que la productividad del trabajador (productividad real por hora trabajada) ha ido aumentando mucho más rápidamente que los salarios. El excedente se ha destinado a incrementar los beneficios empresariales, a las rentas superiores, aumentando con ello las desigualdades, siendo estas últimas de las más acentuadas en la Unión Europea.

Como resultado de ello, las rentas del trabajo han ido descendiendo en todos los países a la vez que las rentas del capital han ido subiendo. En España, este cambio en la distribución de las rentas ha sido uno de los más marcados. Como bien dijo en su día el magnate empresarial Warren Buffet, hay "una lucha de clases y la hemos estado ganando". Y esta victoria se extiende a todos los niveles, de tal manera que la ideología del gran mundo empresarial -el neoliberalismo- continúa siendo hegemónica en las instituciones políticas y mediáticas, a pesar del enorme fracaso de lo que han significado en el quehacer económico del país. Ahora bien, la expresión "desastre" es relativa, pues para el mundo del capital y de sus gestores, la economía ha ido muy bien. Y lo que deseaban, es decir, la disminución de los salarios, de las expectativas de los trabajadores y el descenso (y, en ocasiones, el desmantelamiento) de la protección social, ha sido su gran "éxito".

¿Cómo se ha conseguido la victoria neoliberal?

Lo que hemos visto es cómo la aplicación de las políticas públicas neoliberales ha debilitado los instrumentos creados por el mundo del trabajo para defender sus intereses, como los sindicatos. Las reformas laborales, por ejemplo, estaban encaminadas a "flexibilizar" el mundo del trabajo. El término flexibilizar quiere decir eliminar los derechos laborales y sociales conseguidos por los trabajadores durante la época dorada del capitalismo (1945-1980), donde un pacto social se había conseguido entre el mundo del capital y el mundo del trabajo. De ahí que la solución exigiría un cambio político, observación especialmente importante, pues las causas políticas del deterioro del mercado de trabajo se ignoran constantemente, atribuyendo tal deterioro a la automatización, a la robotización o a cualquier otro elemento, sin tener en cuenta que, a su vez, tales variantes técnicas son determinadas por el contexto político.

Parte de este debilitamiento del mundo del trabajo han sido los cambios en los partidos políticos que habían sido creados por este y que se han ido distanciando de su base electoral, haciendo suyas muchas de las medidas neoliberales que han contribuido a tal distanciamiento. El creciente control de estos partidos políticos (la mayoría de tradición socialdemócrata) por la clase media ilustrada (profesionales de formación universitaria que desarrollan intereses de clase propios, distintos a los que había sido su base electoral) explica su renuncia a políticas redistributivas y su conversión al neoliberalismo, tal y como ha ocurrido con los gobiernos Clinton, Obama, Blair, Schröder, Hollande, Zapatero, entre otros.  El colapso de la socialdemocracia y otras izquierdas es un indicador de ello.

Es lógico y predecible que los movimientos antiestablishment de base obrera hayan ido apareciendo como respuesta

Esta situación explica el surgimiento de los movimientos antiestablishment, que protestan por la pérdida de la calidad de vida de las clases populares, causada por las reformas laborales, por las políticas de austeridad y por la globalización. El abandono por parte de las fuerzas gobernantes de izquierdas de las políticas redistributivas que las caracterizaron en el pasado (aduciendo que eran "anticuadas" o "imposibles de realizar"), y su compromiso con el neoliberalismo, fue el responsable del surgimiento de tales movimientos. El establishment político-mediático neoliberal atribuye tales movimientos a un crecimiento del nacionalismo, racismo, chovinismo, o cualquier ismo que esté de moda en estos centros.

Y cada una de las características de estos movimientos es respuesta directa al ataque neoliberal. El nacionalismo, por ejemplo, es una protesta frente a la globalización. Su antiinmigración es un indicador de rechazo a la globalización del mundo del trabajo, en respuesta a su ansiedad y temor a la pérdida su empleo o a la dificultad en encontrarlo. Y su antiestablishment es consecuencia de verlo como responsable de las políticas que les perjudicaron. En EE.UU., por ejemplo, no hay evidencia de que el racismo se haya incrementado. En realidad, los votantes que hicieron posible la elección de Trump en el Colegio Electoral de EE.UU. procedían de barrios obreros en áreas desindustrializadas que habían votado a un negro, el candidato Obama, para la presidencia en las elecciones anteriores. Y en 2016, Trump ganó por que Clinton representaba al establishment, al ser Ministra de Asuntos Exteriores y máxima promotora de la globalización, responsable de las políticas públicas que habían estado dañando a la clase trabajadora.

La demonización de las protestas populares antiestablishment

Es característico del establishment político-mediático definir como "retrógrados" y "basura social" -como hizo la Sra. Clinton- estas protestas de los que se han opuesto a las medidas neoliberales que han dañado enormemente la calidad de vida de las clases populares. En realidad, era fácilmente predecible que Trump ganaría las elecciones (y así lo anunciamos algunos pocos cuando se iniciaron las primarias del Partido Republicano y más tarde cuando se eligió el Presidente). Las clases trabajadoras, dañadas por tales políticas, están mostrando su rechazo a los establishments político-mediáticos. La única alternativa que hubiera podido ganar a Trump era el candidato socialista Bernie Sanders, que pedía una revolución democrática, y así lo mostraban las encuestas. La destrucción de la candidatura Sanders por parte del partido demócrata, controlado por la candidata Clinton, fue un elemento clave en la victoria de Trump. Ni que decir tiene que las clases trabajadoras no son el único sector que presenta tal rechazo, aunque si que son las más movilizadas por ser también las más perjudicadas. Y lo mismo ha ocurrido en casi cada país europeo. Des del Brexit en el Reino Unido, al surgimiento de la ultraderecha a lo largo del territorio europeo son síntomas de ello. El abandono del proyecto auténticamente transformador por parte de los partidos de izquierda explica la canalización del enfado popular por parte de partidos radicales de ultraderecha.

En España, la aplicación de las políticas neoliberales de los gobiernos Zapatero primero y Rajoy después, afectaron muy negativamente al bienestar de las clases populares, que generó el movimiento de protesta y rechazo llamado 15-M, un soplo de aire fresco en el clima neoliberal promovido por los establishments político-mediáticos del país, y que cristalizó más tarde en Podemos. Este partido en poco tiempo se convirtió en una de las mayores fuerzas políticas del país, con un enorme impacto canalizando el enorme enfado y rechazo hacia las políticas neoliberales. Ello previno la movilización de la ultraderecha como instrumento de protesta, debido en gran parte a que esta estaba ya en el partido gobernante -el Partido Popular-, mayor impulsor del neoliberalismo (junto con Ciudadanos). De ahí que, el compromiso de tal partido con el neoliberalismo sea uno de los mayores obstáculos para que capitalice el enfado de las clases populares, por muy nacionalista y antiinmigración que se presente, como intenta su nuevo dirigente, Pablo Casado. Un tanto parecido ocurrirá con Ciudadanos, que está hoy utilizando su nacionalismo para ocultar su neoliberalismo.

La única salida a esta situación es que exista una amplia alianza de movimientos sociales y fuerzas políticas que rechacen el neoliberalismo, la globalización y la desregulación de los mercados laborales, así como de la movilidad de capitales y trabajadores a nivel internacional, que ha estado creando un enorme dolor a las clases populares. A no ser que exista este rechazo a las políticas neoliberales actuales, no veo posibilidades de cambio. Así de claro.

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Estado del bienestar,neoliberalismo
El excesivo poder del Estado central dificulta la resolución del problema de la vivienda y el transporte https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/08/06/el-excesivo-poder-del-estado-central-dificulta-la-resolucion-del-problema-de-la-vivienda-y-el-transporte/ Mon, 06 Aug 2018 06:00:52 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4514 Continuar leyendo "El excesivo poder del Estado central dificulta la resolución del problema de la vivienda y el transporte"]]> Uno de los argumentos que se da con mayor frecuencia por parte de aquellas sensibilidades políticas que se oponen a que el Estado central español, basado en la capital del reino, Madrid, descentralice sus responsabilidades, empoderando más a las comunidades autónomas (CCAA) y a las autoridades locales, es que dicho Estado ya está muy descentralizado, llegando incluso a afirmar que España es "uno de los países más descentralizados del mundo", como más de un dirigente jacobino (ansioso por mantener el poder centralizado en el Estado) ha llegado a afirmar (como por ejemplo hizo el secretario de Estado para las Administraciones Territoriales del Gobierno de Rajoy, el Sr. Roberto Bermúdez de Castro, el pasado noviembre). Entre estas voces hay también personalidades de la izquierda tradicional del país pertenecientes a las familias políticas socialista y comunista, que asumen que para poder redistribuir mejor los recursos públicos del país es mejor tener y mantener un Estado central fuerte, con muchas responsabilidades y con mucho poder, a fin de transferir fondos de las partes más ricas del país a las más pobres, con el objetivo de alcanzar la deseada igualdad. Este último argumento, junto con el anterior, les permite concluir a tales autoridades jacobinas que las grandes desigualdades del país (entre otros problemas sociales) se deben al escaso poder que se supone tiene el Estado central.

Los datos muestran el error de los jacobinos

Si miramos los datos vemos que el Estado central español, lejos de ser débil y estar en peligro de desaparición, continúa siendo, y con mucho, el nivel territorial de los tres (el central, el autonómico y el local) que maneja y gestiona un porcentaje mayor del gasto público realizado por estos tres niveles de gobierno (47,6% de todo este gasto en 2017, sin incluir la Seguridad Social, por encima del 37,7% de las CCAA y el 14,7% de los entes locales, según Eurostat). En realidad, en la comunidad que incluye a países de semejante nivel de desarrollo económico al español (la Unión Europea de los Quince) podemos ver que España es uno de los países que tiene un Estado central más grande (en el caso de Alemania, durante el mismo año el Estado central realizó el 37,5% de todo el gasto público llevado a cabo por los tres niveles de gobierno, mientras que los gobiernos regionales realizaron el 38,9% y los locales un 23,6%).

Y si en lugar de gasto queremos analizar la capacidad y responsabilidad en la toma de decisiones, vemos que, de nuevo, el Estado central tiene mucha más autoridad que los otros dos niveles de gobierno (el autonómico y el local, el cual tiene un poder limitadísimo y muy pocos recursos). Lo estamos viendo estos días en dos de los mayores problemas que tienen las ciudades del país: uno es el de la vivienda –que ha alcanzado dimensiones más que preocupantes en el caso del alquiler, hasta el punto de que amplios sectores de la población se están viendo expulsados de sus lugares de residencia habituales–, y el otro es la crisis del taxi. Ambos están recibiendo una gran atención por parte de los medios, y reflejan un gran malestar que existe entre las clases populares en el caso de la vivienda, y en sectores de la clase trabajadora en el caso del sector del taxi.

El Estado central es, en parte, responsable de tales crisis sociales

En ambos casos el Estado central tiene una gran responsabilidad en la existencia de estos problemas. Las autoridades municipales –que son el nivel de gobierno más próximo a la ciudadanía, y que en cualquier país es la autoridad más pública, más popular o menos impopular– tienen un escasísimo (por no decir nulo) poder para regular los alquileres en su territorio. La máxima autoridad es el Estado central. En otros países, como en Alemania o los Países Bajos, por ejemplo, los municipios (como Berlín o Ámsterdam) tienen mucho más poder para regular estos alquileres, resolviendo el enorme problema de la vivienda de una manera mucho más contundente y eficaz.

Un tanto igual ocurre con los elementos clave del transporte público, como por ejemplo los taxis, en los que todo depende de lo que diga el Estado central, que regula y normativiza este tipo de transporte. La huelga de los taxistas –que llevan bastante razón– incluye precisamente una demanda de que no sea el Estado central, sino los municipios, los que regulen tal tipo de transporte urbano, sustituyendo la situación actual –en la que el protagonista principal es el Estado central– que permite que corporaciones multinacionales como Uber o Cabify se expandan y compitan en términos muy desfavorables para los taxistas, ya que pagan una miseria a los conductores contratados por tales compañías, a los que o no provee ningún tipo de protección social, o bien lo hace de una manera muy limitada.

La centralización del Estado permite su instrumentalización por parte de los grandes grupos y lobbies económicos: el caso de Uber y Cabify

Uber y Cabify son dos multinacionales (la segunda con origen en España) cuya empresa matriz se encuentra en paraísos fiscales –en los Países Bajos en el primer caso, y en el Estado de Delaware (EEUU) en el segundo–, con lo que evitan pagar impuestos en los Estados donde proveen sus servicios. Y es que ejercen una enorme influencia política y mediática (los medios siempre son grandes defensores de los supuestos méritos del mercado), capturando el poder de los Estados centrales y expandiéndose por todo el mundo, incluyendo España.

Hay ya alrededor de 9.000 licencias de coches que están a disposición de tales compañías (4.300 en la Comunidad de Madrid, 1.478 en Andalucía y 1.457 en Catalunya). Tales coches son propiedad de individuos que se ofrecen a esas compañías (como autónomos) para proveer servicios de transporte. A primera vista parece una cosa normal y corriente, de la misma manera que parece una cosa normal y corriente y lógica que una persona propietaria de un piso lo alquile (en su totalidad o parcialmente) al turista que necesita un techo y una casa para unos días (como ocurre en el sector de la vivienda con Airbnb). Son dos ejemplos de lo que se llama economía colaborativa (ver mi artículo "Lo que se llama economía colaborativa no tiene nada de colaborativa", Público, 03.11.16).

¿Cuál es el problema con la economía colaborativa en el transporte público?

Estas compañías –Uber y Cabify– no tienen empleados con cuyos colectivos tengan que pactar –a través de convenios colectivos– las condiciones de trabajo, salarios, protección social o lo que sea. Las compañías contratan a las personas propietarias de los coches, a las que pagan cantidades muy inferiores a las que reciben los taxistas. Es más, la licencia para poder trabajar, que en el caso de los taxistas alcanza cifras de 200.000 euros, es solo de 20.000-30.000 euros en el caso de tales compañías. Y no ofrecen ninguna o muy poca seguridad al usuario del transporte (dato del que el usuario no es ni siquiera consciente, de manera que si hay un accidente, el usuario tiene escasísima protección). De ahí que la famosa "competencia" sea una farsa desde el principio. Es un ataque frontal a la industria del taxi, pues es difícil que esta pueda competir en estas condiciones.

La aplicación de este modelo a nivel de todos los sectores y servicios tendría un impacto enormemente negativo en la economía, pues los salarios y la protección social bajarían en picado, ya que siempre hay sectores de la población que aceptarán los salarios bajos dado que necesitan sobrevivir, creando un conflicto entre aquellos que ya tienen trabajo y protección social y aquellos que no los tienen. Esto es lo que está ocurriendo en muchos sectores de la economía. Y precisamente los medios de comunicación (la mayoría de los cuales están instrumentalizados por los grupos económicos que controlan el mercado) acusan a los primeros de egoístas y poco solidarios. La cobertura mediática muy desfavorable de la huelga de los taxis es un ejemplo de ello.

De la misma manera que la llamada economía colaborativa de los pisos turísticos realizada por compañías como Aribnb está destruyendo barrios enteros, el mismo tipo de economía en los transportes está destruyendo el transporte público realizado por los taxis. En realidad, en EEUU hay múltiples ejemplos de que cuando Uber ha prácticamente eliminado los taxis ha subido el precio del transporte con tarifas a niveles muy superiores a los proveídos antes por el taxi.

La raíz del problema: el escaso poder municipal

El excesivo poder del Estado central se hace sobre todo a costa del escasísimo poder de los ayuntamientos de las grandes ciudades, que hoy tienen problemas sociales enormes sin instrumentos que les permitan resolverlos, y ello debido a la enorme influencia que las fuerzas conservadoras han tenido históricamente en España sobre el Estado borbónico. No es por casualidad que en los países europeos donde históricamente las derechas han tenido mayor poder –como en el sur de Europa– sus Estados estén muy centralizados, otorgando poderes muy limitados a las autoridades locales, mientras que aquellos países donde las izquierdas democráticas han tenido más poder, como en los países nórdicos, tienen Estados centrales con menos responsabilidades y los municipios tienen más poder que en el sur de Europa.

Las fuerzas conservadoras desfavorecen la participación democrática popular en los procesos de toma de decisiones, y de ahí que se opongan a que los municipios, que son el nivel de decisión más próximo a la ciudadanía, tengan más poder. Los casos de la vivienda y del transporte público son un claro ejemplo de ello. Enfatizar el poder central es facilitar que los lobbies económicos multinacionales lo coopten e instrumentalicen como constantemente ocurre en España.

El Estado central español continúa, así pues, acumulando un número excesivo de responsabilidades, lo cual empobrece la democracia. Y no puede justificarse este centralismo argumentado que es necesario para garantizar la redistribución de recursos para alcanzar la deseada igualdad. En realidad España es uno de los países donde el Estado tiene mayor número de responsabilidades (siendo la fiscal una de ellas), y en cambio es uno de los países con mayores desigualdades sociales e interterritoriales. Suecia, por el contrario, es uno de los países en los que las autoridades locales tienen más poder y a la vez uno de los que tiene menos desigualdades sociales y regionales. Se pueden redistribuir los recursos mediante políticas públicas descentralizadas aceptadas por toda la población, y desarrolladas y puestas en marcha por los niveles más cercanos a esta población. Es lógico que sean los municipios los que tengan que tener la autoridad para resolver los problemas que afectan la calidad de vida de sus ciudadanos en temas como la vivienda y el transporte público, necesidad todavía más palpable en un país como España que es muy diverso en su composición, culturas e identidades.

No es por casualidad que hoy en España y en muchos otros países en Europa y en Norteamérica sean las ciudades las que estén liderando las reformas que están afectando más directamente el bienestar de las clases populares. Hoy Barcelona y Madrid, por ejemplo, están desarrollando nuevas iniciativas para solucionar los problemas de la vivienda y del tráfico, las cuales están claramente dificultadas por las políticas de las derechas que han controlado las palancas de poder para poder solucionarlos. Así de claro.

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Desempleo,Estado del bienestar
Lo que se ha ocultado detrás del conflicto de banderas: la borbónica y la independentista https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/07/26/lo-que-se-ha-ocultado-detras-del-conflicto-de-banderas-la-borbonica-y-la-independentista/ Thu, 26 Jul 2018 06:00:37 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4484 Continuar leyendo "Lo que se ha ocultado detrás del conflicto de banderas: la borbónica y la independentista"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

En España y en Catalunya el gran tema de sus establishments político-mediáticos es el tema interterritorial (también llamado nacional), que lo absorbe prácticamente todo. Tal tema centra la vida parlamentaria tanto en las Cortes Generales españolas como en el Parlament de Catalunya, así como en los mayores medios de información del país. Si se analiza, sin embargo, cuáles son los problemas reales de la gente normal y corriente, se ve fácilmente que los temas que les preocupan son otros. Y uno de los más importantes es el deterioro de la calidad de vida y bienestar de la mayoría de la población, que se ha ido produciendo en los últimos diez años como parte de lo que se conoce como la Gran Recesión, y que lejos de haber desaparecido continúa golpeando a las clases populares de una manera muy marcada. Pero no toda la población está sufriendo igual. En realidad, a algunos sectores les ha ido pero que muy bien durante tal período. Veamos los datos.

¿Cómo ha evolucionado la distribución de las rentas en España, incluyendo Catalunya?

Un indicador valioso para definir a quién le va bien y a quién no le va bien es la distribución de las rentas en el país. Y mirando esa distribución se puede ver que las rentas del trabajo (el dinero que la gente recibe del trabajo que realiza, predominantemente a través de los salarios) en España, incluyendo Catalunya, han ido bajando y bajando durante los años de la Gran Recesión, mientras que las rentas del capital (es decir, el dinero que los ricos y superricos obtienen de la propiedad de los bienes que generan renta, como por ejemplo acciones en el banco) han ido subiendo y subiendo durante el mismo periodo. Las primeras rentas –las del trabajo- han pasado de representar el 50,1% de todas las rentas en 2008 (primer año de la crisis) a un 47,3% en 2017, y en Catalunya han descendido incluso más, pasando de un 50,1% a un 45,9% durante el mismo periodo. Este descenso contrasta con lo que ha ocurrido en el promedio de la Unión Europea de los Quince (UE-15), que es el grupo de la UE que tiene mayor nivel de desarrollo económico. En esta comunidad -de la que formamos parte- las rentas del trabajo han subido ligeramente en vez de bajar, pasando de representar un 47,9% a un 48% durante el mismo período 2008-2017.

Este descenso de las rentas del trabajo ha ocurrido en España a la vez que hemos visto un incremento de las rentas del capital (de los superricos y ricos), que han pasado de representar un 41,7% de todas las rentas en 2008 a un 42,4% en 2017, incremento que en Catalunya ha sido incluso mayor, pasando de un 42,1% a un 44,5% durante el mismo período. En el promedio de la UE-15, por el contrario, las rentas del capital descendieron, en lugar de subir como en España, pasando de un 40,9% a un 40,1% en el período 2008-2017.

¿Qué ha causado esta redistribución de las rentas de abajo hacia arriba?

Varias son las causas de lo que acabo de describir. Pero una de las más importantes fue la aplicación de las políticas públicas neoliberales llevadas a cabo por los gobiernos españoles y catalanes durante el período 2009-2017, tales como las reformas laborales (que han empoderado al mundo empresarial a costa del mundo del trabajo), las reformas fiscales (que han favorecido a las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo) y las políticas de austeridad (que han dañado especialmente a las clases populares al reducirse los servicios públicos como la sanidad, la educación y otros a costa de favorecer a los servicios privados utilizados por la gente con más dinero). Tales políticas fueron impuestas a la población (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales) por los gobiernos españoles (el gobierno Zapatero del PSOE primero -2004/2010- y el gobierno Rajoy del Partido Popular después -2010/2018, y desde el 2015 con el apoyo de Ciudadanos-) y por los gobiernos catalanes (el gobierno Mas de Convergència i Unió desde 2010 a 2012, y con el apoyo de ERC de 2012 a 2015, seguido del gobierno Puigdemont –también de Convergència, que gobernó en alianza con ERC y con el apoyo de la CUP– durante el periodo 2015-2017).

Los equipos económicos del gobierno Zapatero eran de orientación neoliberal, siendo Jordi Sevilla el mayor ideólogo de aquel gobierno en áreas económicas (en el libro De nuevo socialismo, del mismo Jordi Sevilla, este se preguntaba si "alguien puede defender a estas alturas del siglo que un programa socialdemócrata debe ir a favor de más impuestos y más gasto público"), dicho en uno de los países que tiene uno de los gastos públicos y los ingresos más bajos de la UE-15. La sensibilidad neoliberal del gobierno español fue incluso más acentuada en el gobierno Rajoy. Y en Catalunya los equipos económicos del gobierno Mas primero, y de Puigdemont después, fueron claramente de orientación neoliberal, muy inspirados por uno de los economistas más ultraliberales de Catalunya, el Sr. Sala i Martín, uno de los principales consejeros de Davos, el Vaticano del pensamiento ultraliberal hoy en el mundo, y el gurú de TV3, la televisión pública controlada abusivamente por el gobierno independentista convergente. Tal ideología neoliberal ha estado presente en todas las consejerías del gobierno catalán, incluyendo en sanidad, cuyo consejero, Boi Ruíz (que había sido el jefe de la patronal sanitaria privada), privatizó masivamente la sanidad catalana (entre 2010 y 2016, cuando fue conceller de Salud). En coherencia con su ultraliberalismo, el gobierno catalán de Convergència fue uno de los gobiernos autonómicos en España (y en la UE-15) que hizo mayores recortes en los servicios públicos del Estado del Bienestar. Durante el período del gobierno convergente de Mas (2010-2015), y después, durante el gobierno independentista presidido por Puigdemont 2015-2017 (liderado por Convergència, con el apoyo de ERC dentro, y de la CUP fuera), el gasto público social de la Generalitat de Catalunya descendió un 11% (entre 2010 y 2017). En sanidad, el gasto sanitario pasó de representar un 5,8% del PIB en 2009 a un 5,2% en 2014. En España pasó del 6,8% al 6,4% en el mismo período. En educación pasó del 3,64% a un 3,60% (en España, de un 4,34% a un 4,15%). Y así un largo etcétera.

Si analizamos estos recortes desde el punto de vista del presupuesto de la Generalitat dentro de ese periodo 2010-2017 (gobernada primero por Mas y después por Puigdemont), el gasto público sanitario cayó un 10,4%, el educativo un 9,9%, el de vivienda un 50,6%, el de protección social un 7,1%, el de promoción social un 31% y así otro largo etcétera. Como ya hemos indicado, los recortes en España fueron de los más acentuados de la UE-15, y dentro de España, Catalunya fue la comunidad autónoma que tuvo mayores recortes.

Y, ¿cómo puede ser que tales gobiernos neoliberales continuaran gobernando durante tanto tiempo (y en Catalunya continúen gobernando)?

Una respuesta a esta pregunta es que el gobierno del PP en España y el gobierno independentista liderado por Convergència (que tienen a su disposición enormes aparatos de información y persuasión) han promovido la percepción de que la economía se ha recuperado y hemos salido ya de tal recesión. Los testarudos datos, sin embargo, cuestionan esta percepción. En realidad la tasa de paro en 2017 era un 110% mayor que en 2007; el porcentaje de personas en paro de larga duración era un 353% más grande; el porcentaje de trabajadores con salarios bajos (que cobran un 33% del salario medio por trabajador) era 24% más elevado en el caso de personas solteras sin hijos. Y así un largo etcétera. En realidad la tasa de riesgo de pobreza es hoy tanto en España (22%) como en Catalunya (19%) uno de los más altos de la UE-15 (16%). Y un tanto igual ocurre en cuanto a la pobreza infantil (25% en Catalunya y 31% en España).

Otros indicadores detrás de los cuales hay también un enorme sacrificio, dolor y malestar son las tasas de ocupación (gente que se encuentra trabajo) entre los jóvenes, de nuevo de las más bajas de la UE-15 (24% en Catalunya y 18% en España, mientras que en la UE-15 es de un 35%). Un tanto igual para las tasas de ocupación de las mujeres y de los hombres en general, siendo entre las primeras más bajo que entre los hombres. Todos estos datos atestiguan la falsedad de que España y Catalunya hayan recuperado los niveles de bienestar económico que existían antes de la crisis.

El enorme poder de los establishments político-mediáticos de España y Catalunya

Una de las causas de la continuidad de tales fuerzas políticas en el gobierno es su capacidad de desviar la atención política y mediática de la crisis social a la crisis interterritorial. La crisis social mostrada en este artículo está ocultada detrás del GRAN TEMA: EL INTERTERRITORIAL, que lo esconde todo. Un ejemplo de ello es lo ocurrido en los pasados días. La gran noticia de la semana es que el candidato vencedor en las primarias para escoger la presidencia del PP (el partido más de derechas en España, que en el espectro político europeo es la ultraderecha) ha sido el Sr. Pablo Casado. Pero lo que no se ha dicho es que su principal asesor económico es Daniel Lacalle, que en política fiscal está incluso más a la derecha que el presidente Trump de EEUU. Su intención es reducir todavía más el sector público (uno de los más subdesarrollados en infrafinanciados de la UE-15), incluyendo los servicios públicos como, entre otros, la sanidad, la educación y la vivienda social, y las transferencias públicas -como las pensiones-, privatizándolas lo máximo posible, junto con enormes bajadas de impuestos que beneficiarían en su mayoría a las rentas superiores. El pensamiento de tal economista es casi idéntico al sostenido por Sala i Martín, citado ya antes en el artículo, que ha sido el gurú de Convergència, y cuya portavoz es la economista Elsa Artadi, que ha sido traductora de sus libros. Es el gran triunfo del ultraneoliberalismo, ambos, insisto, más a la derecha que el equipo económico del presidente Trump. Mientras, en el último congreso de Convergència (ahora llamado PDeCAT) dos de las personas más aclamadas fueron el expresidente Mas y también el Sr. Puigdemont, ambos responsables de la aplicación de las políticas que han hecho tanto daño a las clases populares catalanas. Naturalmente que el aplauso no era por la aplicación de tales políticas. Tal como también ocurrió en el último congreso del PP, el aplauso a Casado y, en Convergència, a Mas y Puigdemont era por su nacionalismo extremo, que está dominando la vida política de este país, y cuyo conflicto de banderas está creando gran número de tensiones, con las cuales se ocultan otras realidades, y muy en especial, la gran crisis social creada precisamente por aquellos "superpatriotas" que hoy enarbolan con mayor frecuencia las banderas de los dos bandos nacionalistas del país: el borbónico y el independentista. Un caso claro de cómo el conflicto de banderas está ocultando y sustituyendo el conflicto entre las clases populares por un lado, y los de arriba de siempre por el otro, una lucha que continúa vigente en este país. Así de claro.

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Los grandes costes para las izquierdas gobernantes del olvido histórico al que han contribuido https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/07/18/los-grandes-costes-para-las-izquierdas-gobernantes-del-olvido-historico-al-que-han-contribuido/ Wed, 18 Jul 2018 05:00:33 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4473 Continuar leyendo "Los grandes costes para las izquierdas gobernantes del olvido histórico al que han contribuido"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Estamos viviendo en este periodo convulso de la vida política del país los costes que ha significado para la democracia española el olvido de la memoria histórica por parte de los distintos gobiernos de izquierdas que ha habido en España. La recuperación de tal memoria por parte de estos gobiernos se ha limitado predominantemente al cambio del nombre de las calles que homenajeaban a personas identificadas con el régimen dictatorial anterior (1939-1978), medida necesaria pero muy insuficiente para corregir la enorme tergiversación de la historia de España que se enseña en las escuelas españolas y que se reproduce en la gran mayoría de medios de información orales, escritos y televisivos del país. Esta tergiversación alimenta una visión de España heredada del régimen político anterior, que consiste en una España monárquica, uninacional y radial en la que el Estado central ve con malos ojos y reprime otras visiones de España, como la republicana, plurinacional y poliédrica, que frecuentemente es presentada como la "anti España". La primera visión, la uninacional, monárquica y radial, persiste hoy en España, y ello a pesar de que, por fin, la sepultura de uno de los dictadores más represivos que haya habido en Europa parece que va a sacarse del Valle de los Caídos, al mismo tiempo que el partido heredero de la cultura franquista (el Partido Popular) está experimentando una crisis profunda.

¿Por qué la visión uninacional de España continúa? El enorme dominio de las fuerzas conservadoras sobre el Estado español

Que esta visión de España haya continuado se debe al dominio que las fuerzas conservadoras que controlaron el Estado dictatorial tuvieron sobre el proceso de transición de la dictadura a la democracia, definido por el establishment político-mediático español como "modélico". Tal definición asume que el producto de tal Transición modélica fue una democracia también modélica, homologable a la existente en cualquier otro país de la Europa Occidental. Sin embargo, lejos de ser modélica, la democracia española es muy limitada, como consecuencia de la enorme influencia que aquellas fuerzas conservadoras han continuado teniendo sobre el Estado central durante todo el periodo democrático. Y una característica de las enormes limitaciones de dicha democracia es que se haya seguido promoviendo una historia tergiversada y una visión de España como un país monárquico, uniancional y radial, promovida en los medios de reproducción de valores (desde el sistema educativo hasta los mayores medios de información y persuasión).

Las consecuencias del olvido histórico: no se percibe que las causas de los dos mayores problemas que existen en España (el problema social y el nacional) deriven del punto anterior

Este olvido histórico ha debilitado enormemente a las fuerzas republicanas, forzándolas incluso a redefinir el lenguaje, la narrativa y el relato de su proyecto. Como consecuencia de ello las izquierdas han abandonado, en general, las categorías analíticas, normativas y los relatos que le eran propios, lo que ha dificultado mucho la comprensión de las causas políticas de los mayores problemas que existen en España: el problema social y el problema nacional (también llamado problema territorial).

El primer problema se evidencia por el gran retraso social de España. España tiene uno de los gastos públicos sociales (en sanidad, educación, vivienda social, servicios sociales, escuelas de infancia y guarderías, servicios domiciliarios y pensiones, entre otros servicios y transferencias públicos) per cápita más bajos de la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países de la UE con un desarrollo económico similar al español. Y las condiciones del mercado de trabajo están entre las peores en esta comunidad política. El informe reciente del European Trade Union Institute "Bad Jobs’ recovery? European Job Quality Index 2005-2015" pone a España como uno de los países que trata peor a sus trabajadores (ver mi artículo "España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo", Público, 25.02.18). Los datos del informe así lo muestran. Y la situación se ha deteriorado incluso más durante los últimos diez años, un periodo conocido como la Gran Recesión. Estos datos, por cierto, deberían estar en las portadas de los mayores medios de información, y no lo están.

Hay múltiples causas de esta realidad, pero en un lugar prominente está la enorme influencia que el establishment económico y financiero (los propietarios y gestores del gran capital) ha continuado teniendo sobre el Estado español. España es uno de los países de la UE-15 en el que las rentas derivadas del capital representan un porcentaje mayor del total de las rentas, y las rentas del trabajo un porcentaje menor. Es, por lo tanto, uno de los países de la UE-15 con mayores desigualdades de renta y de propiedad. Todo es resultado del hecho de que el Estado español actual no supuso una ruptura con el anterior, sino una apertura dentro de un marco heredado del régimen previo. El enorme conservadurismo de los aparatos del Estado es una consecuencia de ello.

Otra consecuencia: la demonización y/o olvido de la República

El olvido de la historia real del país explica que se perpetúe la tergiversada visión de la República y de lo que fue la llamada Guerra Civil. Se oculta, así, que la República significó un intento de cambiar la correlación de fuerzas políticas dentro del Estado español, produciendo toda una serie de reformas (las reformas agrarias, la introducción de la escuela pública, el establecimiento de la Seguridad Social, el empoderamiento de los sindicatos, el aborto, el divorcio, el voto de las mujeres, entre muchas otras reformas progresistas) que afectaron a los intereses de los principales grupos de poder –desde la banca hasta la Iglesia y al Ejército, pasando también por los terratenientes y grandes empresarios-, los cuales dieron un golpe militar (apoyados por el régimen nazi alemán y el fascista italiano, sin cuyo apoyo no hubiera sido exitoso) que estableció una de las dictaduras más sangrientas que hayan existido en este continente (por cada asesinato que cometió el régimen de Mussolini, el régimen de Franco perpetró 10.000). Nada de esto es conocido por la gran mayoría de la juventud de este país, como resultado del olvido de la memoria histórica. En realidad, la tergiversada historia es la que continúa enseñándose. De ahí que las causas del enorme subdesarrollo social del país –que se encuentran en el enorme dominio que los principales intereses económicos y financieros, así como los sectores sociales más pudientes, continúan teniendo sobre el Estado central español, heredero del anterior- no sean conocidas por la juventud del país, que no relacionan el presente con el pasado de su país. Esta ignorancia y desconocimiento debilitan enormemente su capacidad transformadora.

Las causas de la no resolución del problema nacional

La misma correlación de fuerzas dentro del Estado inmodélico, causa del enorme retraso social de España, es la responsable también de las tensiones interterritoriales que han alcanzado un nivel no visto antes durante el periodo democrático. El Estado borbónico no admite la plurinacionalidad de España. Habiendo impuesto la visión monárquica-borbónica, uninacional y radical de España, no tolera el reconocimiento y redefinición del Estado, y considera la visión plurinacional –que caracterizó la visión republicana- como la anti-España. "La unidad de España" es el eslogan de tal visión. Hoy, las voces a favor de la plurinacionalidad son marginadas en el debate nacional. Y esta intolerancia está estimulando el crecimiento de los movimientos favorables en Catalunya a la secesión.

La definición del régimen dictatorial como "franquista"

La continuación de la enorme influencia de las fuerzas herederas del régimen dictatorial español sobre el Estado español y sobre las instituciones reproductoras de valores en España (incluyendo la Iglesia y la Academia) explica también que tal régimen sea conocido como "franquista", siendo presentado así como un régimen autoritario caudillista, semejante a muchas de las dictaduras latinoamericanas que periódicamente interrumpieron los sistemas democráticos de aquellos países. Una figura académica (procedente de una familia fascista) que tuvo un papel fundamental en la promoción de esta visión fue el profesor Juan Linz, que reconoció el carácter autoritario del régimen español, negándole, sin embargo, cualquier carácter totalitario, es decir, portador de una ideología totalizante que afectara todas las dimensiones de la sociedad e invadiera todas las estructuras de valores del ser humano, como lo era, por ejemplo, el comunismo. De ahí que sea definido en el relato dominante como franquismo, que quiere decir caudillismo autoritario sin deseo de imponer una ideología totalizante.

Pero todo el que haya vivido aquella dictadura puede dar testimonio del carácter profundamente totalitario de aquel régimen, el cual promovía e imponía una ideología que abarcaba todas las dimensiones del ser humano (desde el lenguaje hasta cómo practicar el sexo). El nacionalismo extremo de carácter imperialista (con el uso del águila del imperio como uno de sus símbolos) basado en una supuesta superioridad étnica, racial y cultural (el día nacional se llamaba el Día de la Raza), que negaba la existencia de clases sociales y el conflicto entre ellas (mediante los sindicatos verticales) a la vez que exigía la supeditación de los intereses de la clase trabajadora a los intereses del Estado, controlado por los intereses financieros y económicos que el régimen defendía, eran, todos ellos, características del fascismo. No es casualidad que en el Valle de los Caídos esté la sepultura del dictador, acompañada de la sepultura del fundador de la Falange, el partido fascista (que así fue definido por su fundador). De ahí que aquel régimen sea conocido internacionalmente como un régimen fascista (ver mi artículo "Franquismo o fascismo", Público, 09.07.13), y que sea España el único país en el que el régimen dictatorial es definido como franquista. De la misma manera que no se llama régimen mussoliniano al régimen fascista italiano, o régimen hitleriano al régimen nazi, tampoco se debería llamar régimen franquista al régimen fascista español.

Naturalmente que tal ideología fascista también tenía un componente religioso importante, lo que explica, pero no justifica, que fuera llamada también nacionalcatolicismo, resaltando el maridaje entre el fascismo y el profundamente reaccionario y conservador catolicismo español, promovido por la Iglesia católica, que era parte de aquel Estado. Y lo era porque los sacerdotes estaban pagados por el Estado y los obispos eran nombrados por el dictador. Decir, como se dice con frecuencia, que la Iglesia "apoyó al régimen" es atribuirle una independencia y autonomía que no tenía. La Iglesia era parte del aparato del Estado fascista. Sin ir más lejos, la Iglesia utilizaba el saludo fascista en sus ceremonias y el dictador entraba en las iglesias bajo palio. Pero tal maridaje no debe ocultar el carácter fascista del régimen, al que hay que definir como tal, tal como se hace a nivel internacional. Cuando el diario New York Times (durante los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996) escribió la nota biográfica del Sr. Samaranch, Presidente del Comité Olímpico Internacional, lo describió como "delegado de Deportes del régimen fascista español liderado por el general Franco". Repito, fuera de España casi nadie define aquel régimen como franquista.

La complicidad entre la Monarquía y el fascismo

El Estado monárquico es un Estado producto de un golpe militar en el que desde el principio estuvieron entrelazados los dirigentes golpistas con la Monarquía, de tal manera que José Antonio Primo de Rivera fue nombrado duque (a título póstumo), Queipo de Llano marqués y Carrero Blanco duque (también a título póstumo), y así un largo etcétera. También la familia del dictador pasó a ser parte de la aristocracia, siendo el caso más conocido el de la esposa del dictador, Carmen Polo y Martínez-Valdés, que fue nombrada señora de Meirás. Y este entrelazamiento continuó en la época llamada democrática, de manera que el ministro de Justicia del Partido Popular, el partido heredero de las fuerzas que dominaron los aparatos del Estado dictatorial, guardianas de la cultura franquista a través de este ministro, Rafael Catalá, nombró a Carmen Martínez-Bordiú, la nieta del dictador, heredera del ducado de Franco. Tal complicidad entre la monarquía, la aristocracia y el Estado caracterizó al régimen dictatorial y al actual.

La batalla de los símbolos y la falta de ellos para las izquierdas: la bandera de la España progresista es la republicana, no la borbónica

 El resultado del olvido histórico es que, al abandonar la memoria histórica y la necesaria corrección de la tergiversación histórica de España (y de Catalunya), las izquierdas gobernantes han aceptado los símbolos del Estado borbónico como los símbolos de España, de manera que hoy están desnudos de símbolos que muestren posibles alternativas a este Estado. Esta situación es muy clara en Catalunya, donde hubo una cultura republicana amplia y extendida, y en donde las izquierdas fueron, durante la II República, las dirigentes en el desarrollo de esta otra España plurinacional, alternativa a la uninacional borbónica. De ahí que sea dificilísimo para las izquierdas catalanas identificarse con la bandera borbónica. Las fuerzas represivas fascistas llevaron a cabo una brutal represión contra las clases populares (como ocurrió en el resto de España) y contra la cultura catalana bajo los símbolos borbónicos (la bandera borbónica y el himno de la Marcha Real). Así, las tropas fascistas que ocuparon Catalunya lo hicieron bajo dicha bandera borbónica y con los tonos del dicho himno. Y la oposición a estos golpistas y a sus símbolos provino en Catalunya del gobierno republicano de la Generalitat de Catalunya, que enarbolaba en sus actos la senyera –la bandera catalana- y también la bandera republicana. Este era el símbolo de las fuerzas democráticas. El presidente Companys, uno de los presidentes de la Generalitat de Catalunya más populares (no solo en Catalunya sino también en España, habiendo sido director de una revista conocida como Nueva España), presidió frecuentemente sus actos con la bandera catalana y la republicana española.

Al haber abandonado tales símbolos hoy las izquierdas españolas (y catalanas no secesionistas) están faltadas de símbolos. Y ahí está el grave problema, que el sentimiento de ser español, además de catalán, tiene hoy como símbolo la bandera borbónica, lo cual es enormemente difícil de aceptar emocionalmente. Y ahí están los costes del olvido histórico. En su día Gramsci ya indicó que el que controla las banderas controla todo lo demás. Una fuerza política que abandone su pasado y el reconocimiento de sus antecesores y de sus raíces es débil por definición. En realidad, es un símbolo de tal debilidad que las izquierdas no enarbolen la bandera republicana. Hoy, dicha bandera es perseguida y temida por la estructura de poder del Estado español. Otro síntoma de debilidad es que las izquierdas apenas canten cuando se reúnen, pues incluso se han olvidado de las luchas y de los cánticos que sus antecesores vivieron y crearon en la larga lucha para conseguir la fraternidad, la libertad y la solidaridad de los pueblos y naciones de España.

Ni que decir tiene que el cerrarse en sus respectivas memorias puede ser también contraproducente, aislándolas del resto de la sociedad. Esto ocurrió en parte con el Partido Comunista de España (PCE), que habiendo sido la fuerza que lideró la resistencia antifascista, continuó con una cultura cerrada en sí misma que desgraciadamente lo aisló del conjunto social. Pero en España las izquierdas han llegado al otro extremo, y ese olvido de su memoria está teniendo un enorme coste. De ahí que en un momento de profunda crisis del Estado español y pérdida de apoyo popular de la Monarquía sea importante y urgente que se corrija la historia de este país, mostrando que las fuerzas progresistas siempre diseñaron alternativas al Estado borbónico –causa del retraso social y de la no resolución del llamado problema territorial–, estableciendo el Estado republicano que siempre mostró mayor vocación democrática, mayor sensibilidad social, y mayor ansia de justicia y solidaridad que el Estado al cual sustituyó.

De ahí el gran temor de la estructura del Estado borbónico a que los partidos políticos que lucharon contra el Estado dictatorial borbónico se aliaran recientemente en su estrategia para terminar con el gobierno del PP, los herederos del "franquismo". Esta alianza debería ser esencial para permitir los cambios en el Estado que faciliten el establecimiento de la democracia (todavía hoy muy limitada) y del bienestar de la población (todavía hoy muy insuficiente) que el Estado monárquico ha obstaculizado para evitar su realización. Se inicia con ello un periodo en la historia de este país, que ha sido causado por las grandes movilizaciones que han tenido lugar a lo largo del territorio español (que se habían iniciado ya con el 15-M), para estimular ese cambio profundo que permita una transición mayor de la que ocurrió en el 78. Hoy las encuestas muestran un crecimiento del deseo popular de cambio del régimen del 78, en el que el Estado borbónico es cada día más cuestionado.

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¿Es posible el compromiso histórico berlingueriano en Catalunya y en España? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/07/12/es-posible-el-compromiso-historico-berlingueriano-en-catalunya-y-en-espana/ Thu, 12 Jul 2018 05:00:37 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4469 Continuar leyendo "¿Es posible el compromiso histórico berlingueriano en Catalunya y en España?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Ignacio Sánchez-Cuenca, uno de los politólogos más interesantes del país, escribió hace unos días un artículo "Berlinguer en Catalunya"  (7 de julio de 2018) en La Vanguardia en el que presentaba la posible relevancia para los partidos gobernantes independentistas en Catalunya (en su "procés" hacia la independencia) de la estrategia desarrollada por el Partido Comunista Italiano (PCI), conocida como el "compromiso histórico". Tal estrategia consistía en una amplia alianza del PCI con grandes sectores de la democracia cristiana italiana, a fin de poder gobernar Italia y hacer cambios sustanciales en aquel país. La tesis del Secretario General de tal partido, Enrico Berlinguer, era que una fuerza minoritaria (aun cuando tuviera gran capacidad de movilización) no podía aplicar políticas públicas de gran calado a no ser que tuviera un apoyo amplio del electorado. De ahí que Sánchez-Cuenca concluya que, a no ser que las fuerzas independentistas (que son todavía minoritarias en Catalunya) consigan una base electoral más amplia, así como un mayor apoyo de otras fuerzas políticas que no sean independentistas, su proceso para conseguir tal objetivo será inviable.

¿Es posible el compromiso histórico en Catalunya? 

Es conocido que Enrico Berlinguer había desarrollado su tesis como consecuencia de su lectura de lo que había ocurrido en Chile con el Gobierno de la Unidad Popular presidido por Salvador Allende. En las elecciones de 1970, una coalición de partidos de izquierdas había ganado las elecciones en aquel país, recibiendo un 36,6% de los votos, con el mandato de llevar a cabo un programa transformador de la sociedad chilena, que fue obstaculizado por los partidos de la oposición que habían perdido las elecciones por un margen muy reducido. El hecho de que la distancia entre los vencedores y los vencidos fuera muy reducida explicaba que hubiera una gran oposición al programa del gobierno de Unidad Popular, polarizándose la sociedad, lo que facilitó que se realizara exitosamente el golpe militar liderado por el General Pinochet. Esta lectura de esta realidad llevó a Enrico Berlinguer a la conclusión de que no podían hacerse reformas tan sustanciales en un país por la vía democrática sin tener un apoyo electoral mucho mayor que el que Salvador Allende había obtenido. En realidad, Berlinguer acentuó que, incluso aunque hubiera alcanzado un 51%, tal mayoría no habría sido suficiente para realizar los cambios profundos deseados por el PCI, pues la otra mitad se opondría, dividiéndose el país en dos mitades. La mayoría tenía que ser mucho más grande, ya que en caso contrario se crearía una polarización de las dos mitades del país que imposibilitaría el cambio. De ahí que Ignacio Sánchez-Cuenca concluya su artículo advirtiendo a los partidos independentistas gobernantes en Catalunya de que estén atentos a lo que dijo Berlinguer, pues su intento de llevar a cabo su programa electoral –la secesión respecto de España- en ausencia de una amplia y clara mayoría (que fuera mucho más extensa que el 51%) crearía (como lo está creando ya) una gran polarización en Catalunya que generaría una respuesta altamente represiva del Estado (como ocurrió con el 155), la cual podría gozar de amplio apoyo entre la población catalana opuesta a la secesión.

Puigdemont no es, sin embargo, Allende, y el contexto político de Chile e Italia es distinto al español y al catalán

Como he escrito en varios artículos recientes estoy bastante de acuerdo con la tesis expuesta en el artículo de Sánchez-Cuenca. El "procés" independentista está polarizando a la población que vive y trabaja en Catalunya de una manera muy marcada, habiendo alcanzado un nivel que dificulta la cohesión necesaria para poder resolver algunos de los mayores problemas que tiene esta población, tales como la enorme crisis social, que ha determinado que casi la mitad de los jóvenes en Catalunya hoy no vivan mejor que sus padres. Es lógico concluir, pues, que a no ser que se establezca una amplia alianza con otros partidos y se amplíe considerablemente su base electoral, sus objetivos serán inalcanzables, creando en su lugar un drama político y social. Ahora bien, habiendo dicho esto, siento la necesidad de aclarar que hay diferencias notables entre lo que estaba ocurriendo en Italia y lo que está ocurriendo en Catalunya y España, pues las condiciones para que pudiera aplicarse el compromiso histórico en la Catalunya y en la España actuales son muy distintas a las que había en el Chile de Pinochet o en Italia (en tiempos de Berlinguer).

Creo haber conocido bien lo que ocurrió en el Chile de Allende y en la Italia de Berlinguer. Uno de los mayores privilegios que he tenido en mi vida es el haber sido asesor del gobierno de la Unidad Popular, presidido por el presidente Allende, en el desarrollo de su programa electoral, sobre todo en su reforma sanitaria. Y, por otra parte, uno de los mayores goces en mi vida personal y profesional fue conocer y ser muy amigo de Giovanni Berlinguer, con el que desarrollé además de una amistad sólida una actividad conjunta profesional muy intensa. Lo visité con gran frecuencia en Italia y él me visitó en Hopkins, escribiendo un libro sobre su visita (Un comunista visita a USA). A través de él tuve la oportunidad de conocer a su hermano Enrico, el Secretario General del Partido. Lo que los hermanos Berlinguer habían concluido de la experiencia chilena era que el PCI no podría gobernar y llevar a cabo sus reformas a no ser que tuvieran un apoyo claramente mayoritario de la población. Pero para conseguir tal apoyo se requería de unas amplias alianzas, incluyendo alianzas de la clase trabajadora (que era la base electoral del PCI) con las clases medias, e incluso sectores de la pequeña burguesía. Era una alianza de "los de abajo" con sectores de "los de arriba". A nivel político, tal alianza política incluía en lugar prominente sectores de la democracia cristiana italiana que había gobernado Italia durante la mayor parte del periodo democrático desde el final de la II Guerra Mundial. Tal alianza, sin embargo, no iba a ser fácil.

El compromiso histórico: la Internacional cantada con música gregoriana

Esta estrategia fue recibida por algunos con sorpresa e, incluso, escepticismo. Recordaré siempre una anécdota que creo que es significativa. Giovanni me invitaba frecuentemente a participar en las campañas electorales del PCI, y asistí junto con él a un mitin de la campaña en Roma, organizada por los sindicatos del sector ferroviario de la CGIL. En la cena que siguió, varios de los dirigentes vinieron a la mesa donde estábamos nosotros y me dijeron "Vicente, vamos a cantarte el Compromiso Histórico". Y comenzaron a cantar La Internacional como si fuera un canto gregoriano. Fue una experiencia que nunca olvidaré. Oír a casi dos mil obreros y obreras ferroviarios cantar la Internacional con tono de música gregoriana es algo que te marca para mucho tiempo. La clase trabajadora mostraba su aceptación de la estrategia propuesta por su dirección con cierto escepticismo e ironía. Como detalle de la lealtad hacia su dirección, resultado de la gran credibilidad que esta tenía entre las bases del partido y de su electorado, los primeros pasos fueron aceptados y llevados a cabo, y dieron buen resultado. Ahora bien, hay dos elementos claves para entender las diferencias y los riesgos de esta estrategia necesaria. Uno era que en Italia la impulsaba un partido en la oposición, no en el gobierno. Y esto limitaba enormemente lo que podía o no proponerse o hacerse. Y otro riesgo es que en cualquier estrategia transversal hay que cuidar la base central del partido, no sustituyéndola por otras bases. Y esto es lo que más tarde ocurrió con el PCI. Ocurrió cuando Berlinguer y otros dirigentes que habían participado y/o eran herederos de la resistencia antifascista fueron sustituidos por las nuevas generaciones, pertenecientes en su mayoría a las clases medias ilustradas (clases medias de educación superior), que interpretaron la transversalidad como un cambio en las bases electorales en lugar de una expansión. El movimiento hacia el centro y centroderecha se hizo abandonando a la clase trabajadora (la cual erróneamente se creía que estaba disminuyendo o desapareciendo), por lo que el PCI pasó a definirse como el partido de las clases medias (en un proceso que puede describirse como la americanización de las izquierdas), de tal manera que dicho partido llegó a desaparecer, siendo sustituido por el Partido Demócrata Italiano, cuyo hasta hace poco líder, Matteo Renzi, apoya hoy a Macron en Francia. Y mientras la clase trabajadora ha ido canalizando su enfado a través de la ultraderecha. Es lo mismo que ha ocurrido con las izquierdas gobernantes en Europa.

La situación en Catalunya es diferente a la italiana (y a la chilena)

En Catalunya, los partidos independentistas gobernantes tienen predominantemente el apoyo electoral de la población con niveles de renta superiores a la media, la cual habla predominantemente el catalán. Su área posible de expansión es la clase trabajadora, que en su mayoría es de habla castellana y de nivel de renta inferior a la media. Esto es esencial para entender Catalunya. En realidad, siempre ha habido dos Catalunyas (según la Encuesta de usos lingüísticos de la población 2013, desarrollada conjuntamente por la Dirección General de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya y por el Instituto de Estadística de Catalunya, las clases medias de renta media superior tienen como lengua mayoritaria habitual el catalán, mientras que la clase trabajadora tiene como lengua mayoritaria habitual el castellano).

En Catalunya, el partido hegemónico en el bloque independentista es la "derecha de siempre", el pujolismo, que ha sido responsable de las políticas neoliberales (votadas en las Cortes Españolas con el PP) que han dañado extensamente a las clases populares y trabajadoras catalanas. Es difícil que se establezca una alianza entre el bloque independentista actual, dirigido por la derecha, y las fuerzas políticas enraizadas históricamente en la clase trabajadora como el PSC, o con aquellas fuerzas que la clase trabajadora considera erróneamente que defienden sus intereses, como Ciudadanos. Los barrios obreros consideran que su mayor adversario en España es el PP, y han votado a En Comú Podem, pues lo perciben como el mayor y más creíble contrincante frente a la derecha de siempre en España. Pero en las autonómicas el adversario de siempre es la derecha catalana, el pujolismo, y votan a Ciudadanos, que es visto como el más hostil y antagónico con tal establishment. Es difícil que el compromiso histórico pueda ocurrir, a no ser que fuera la izquierda independentista (realizando políticas distintas de las neoliberales) la que dirigiera el proceso. Los obreros de Glasgow votaron al Partido Nacional Escocés, no por su secesionismo, sino porque sus propuestas estaban más a la izquierda que las del Partido Laborista. Con Corbyn a la cabeza de este partido, el apoyo bajó. Y ahí está la gran diferencia también con Catalunya y con España.  Es muy difícil que se expanda este apoyo al independentismo entre la clase obrera que Sánchez-Cuenca considera necesario para que el independentismo pueda vencer. Los dirigentes del gobierno son de la derecha neoliberal dura. La consejera de Presidencia y portavoz del gobierno catalán, Elsa Artadi, una de las personas más influyentes en este gabinete, es una fiel seguidora (y traductora) de los trabajados del principal ultra liberal que existe en Catalunya y en España, Sala i Martí. Y la mayoría de economistas del equipo gobernante pertenecen a la tradición neoliberal. Este es uno de los mayores obstáculos para el establecimiento de tales alianzas. El bloque independentista gobernante es visto como el establishment político-mediático catalán responsable en gran parte del enorme deterioro social de las clases populares. El tema nacional ha ocultado la importancia del tema social, pero este todavía existe y condiciona cómo el tema nacional se reproduce y persiste. Aquellas nuevas fuerzas políticas que, donde gobiernan, como en Barcelona, son conocidas por su defensa de los intereses de las clases populares, como En Comú Podem, son las mayores proponentes de una amplia alianza de las fuerzas progresistas que quiere incluir tanto a las izquierdas independentistas como a las no independentistas, pero el dominio del tema nacional, hegemonizado en España hasta hace unos días por el Partido Popular (los herederos de las fuerzas que controlaron el Estado dictatorial) y en Catalunya por el pujolismo (que ha controlado las instituciones de Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático), ha dificultado la resolución del enorme problema social. Esta es la realidad poco comentada en los mayores medios de información y persuasión del país.

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La importancia de las distintas tonalidades del feminismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/07/06/la-importancia-de-las-distintas-tonalidades-del-feminismo/ Fri, 06 Jul 2018 06:00:46 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4457 Continuar leyendo "La importancia de las distintas tonalidades del feminismo"]]> Uno de los movimientos sociales que, junto con la protesta de los pensionistas, ha tenido mayor influencia en la vida política del país este año es el movimiento feminista, que está adquiriendo mayor intensidad como consecuencia, entre otros factores, de la creciente conciencia sobre el sesgo profundamente conservador y machista de sectores de la judicatura española, claramente expresado en su tolerancia hacia la violación masiva en el caso de "La Manada", que ha indignado a la mayoría de la población española.

Aunque este movimiento ha alcanzado una visibilidad mediática y una movilización muy notoria en los pasados meses, es un movimiento de larga historia que lleva mucho tiempo luchando por intentar conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer, exigiendo el fin de la explotación de la mujer por parte del hombre. Desde la protesta frente a la violencia machista hasta la demanda de eliminar la brecha salarial, este movimiento está hoy adquiriendo una gran extensión cubriendo una amplia gama de demandas. Es un movimiento enormemente positivo que está mejorando la sociedad, rompiendo con el conservadurismo tan extendido en este país.

Su impacto es considerable. No hay duda de que sin la marcha del 8 de Marzo hoy no habría un gobierno en España en el que la mayoría son mujeres, las cuales ocupan ministerios de gran poder y capacidad de influencia. Y es importante también resaltar que tal movimiento está influenciando a todas las sensibilidades políticas en el país, como lo demuestra que en las primarias a la presidencia del partido más conservador que existe en España, dos de las personas que tienen más posibilidades de ganar son mujeres.

Las tonalidades del movimiento feminista

El feminismo se está expandiendo y penetrando en todos los sectores de la sociedad española, adquiriendo distintas tonalidades y exigiendo diferentes propuestas dependiendo del sector y fuerza política que lo promueva. Lo cual nos lleva a hacer una observación que, aun siendo una obviedad, raramente se menciona. Y es que de la misma manera que entre los hombres hay clases sociales, las mujeres también están divididas por clases sociales. Una mujer burguesa tiene elementos en común con la mujer trabajadora derivados del hecho de que, al ser mujer, ambas están sujetas a la discriminación consecuencia del machismo existente en la sociedad. Ahora bien, tal experiencia y la manera como se expresa, así como las consecuencias que de ello se derivan y las propuestas que se realizan (incluyendo las políticas necesarias para proteger a la mujer y eliminar dicha discriminación) es probable que sean distintas. Y esta realidad es de una enorme importancia.

Las demandas de políticas públicas feministas dependen de quién las haga

Pude ver esta realidad en los años ochenta en EEUU, cuando tuve el gran honor de asesorar al dirigente del movimiento de izquierdas estadounidense –The Rainbow Coalition- Jesse Jackson senior, y también de ser elegido para la dirección de tal movimiento, que incluye los mayores movimientos sociales en aquel país, desde los sindicatos y el movimiento de derechos civiles –The Civil Rights Movement- hasta el mayor movimiento feminista de EEUU, NOW. Pude entonces ver que las peticiones realizadas por la dirección de este movimiento –mujeres de clase media profesional-, muy necesarias, eran medidas muy relevantes para mujeres de clase media/media-alta pero no tan relevantes para mujeres de raza negra pertenecientes al sector de clase trabajadora no cualificada, de renta muy baja. Las leyes del divorcio, para prevenir el cambio sustancial del nivel de renta de un ama de casa (pasando de clase media y media alta de renta alta a pobreza, cuando se divorcia), son de una enorme importancia. Pero para la mujer cuyo esposo está en paro, con un nivel de renta bajísimo, viviendo en gran pobreza, la pensión que el marido tiene que pagar a la mujer en un divorcio tiene un impacto mucho menor y es de menor relevancia para impedir la pobreza en la que la mujer está ya sumergida.

Este comportamiento diferenciado por clase social es una constante en el análisis de propuestas de políticas públicas. Lo es para los hombres y lo es también para las mujeres. Las propuestas feministas que afectan el bienestar de las mujeres pueden tener orientaciones muy distintas en función de quién las diseñe y las proponga. Las escuelas de infancia para niños de 0 a 3 años (que en España se llama "guarderías") son muy importantes, por ejemplo, para las familias españolas (y decir familia en España quiere decir mujer), pero para las mujeres de clase trabajadora lo son mucho más que no para las mujeres de renta alta, que pueden contratar ayudas en personal de atención que cuiden a los infantes que no tiene la mayoría de mujeres, que pertenecen a las clases populares. Y lo mismo con un largo listado de propuestas.

De ahí que haya distintos feminismos

De ahí que el impacto que las políticas públicas que se propongan dependa mucho no solo de género sino también de la composición por clase social de la fuerza política que la proponga. Y, no me estoy refiriendo a la clase social del político específico que las promueve (aun cuando este factor tampoco puede olvidarse), sino de la clase social de las mujeres que representa. De ahí que las propuestas feministas derivadas de los partidos conservadores (próximos a las clases sociales de mayor renta) o de los movimientos feministas dirigidos o representantes de las mujeres de mayor renta es probable que sean distintas a las propuestas de los movimientos feministas dirigidos o representantes de las mujeres de las clases populares. En España, la gran fortuna del movimiento feminista es que las mujeres que lo han establecido y liderado, como se vio en la marcha del 8 de Marzo, eran personas claramente de izquierdas que, en la convocatoria de la manifestación definieron bien las causas de la explotación de la mujer: el patriarcado y el capitalismo depredador que tiene como objetivo la acumulación del capital a costa del bienestar de la mayoría de la población, que son mujeres. Esta percepción es una de sus fortalezas del feminismo español pues permite, favorece y estimula toda una serie de alianzas y colaboraciones con fuerzas políticas y movimientos sociales dedicados al fin de toda forma de explotación.

El contraste con el mayor movimiento feminista de EEUU

Una de las características del movimiento feminista de EEUU (dirigido por personas de clase media profesional, de educación superior) fue, en los años noventa y principios del siglo XXI, dar prioridad a las políticas de integración de las mujeres en la sociedad, a través de las medidas antidiscriminación del gobierno federal. Estas políticas eran muy necesarias en un país en el que la discriminación por raza, grupo étnico y género es muy acentuada. De ahí que el gobierno federal, presionado por el movimiento feminista y por el movimiento de defensa de los derechos civiles de la población negra, haya aprobado políticas públicas antidiscriminatorias que han tenido un impacto muy positivo y destacable. Como consecuencia de ello, ha habido un aumento muy notable de mujeres en los espacios de decisión de las instituciones públicas (y en menor medida en las privadas). Tras la elección de Obama, una persona negra como presidente de EEUU, faltaba ahora elegir a la candidata Hilary Clinton, para ser la primera mujer presidenta de EEUU. Hilary Clinton era la candidata feminista y presentó su campaña como feminista. Su orientación económica, sin ambargo, era profundamente favorable a continuar y expandir el neoliberalismo. Fue, por ejemplo, como Ministra de Asuntos Exteriores, una gran influencia en la expansión de la globalización económica que estaba debilitando a las clases trabajadoras estadounidenses. Como consecuencia, la gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora blanca no se sintieron representadas por ella y votaron a Trump, que canalizó el enfado de la clase trabajadora blanca (hombres y mujeres) hacia el establishment político-mediático neoliberal, representado por la Sra. Clinton. El voto por Trump fue predominantemente un voto en contra del establishment neoliberal. Los intereses de clase de las mujeres trabajadoras blancas (que erróneamente asumieron que defendería el candidato Trump) prevalecieron sobre sus intereses como mujer, tal como lo presentaba la Sra. Clinton. No existe en EEUU un partido de izquierdas con vocación transformadora del capitalismo darwinista existente en aquel país, muy limitado en la protección social que el estado ofrece a la ciudadanía, la mayoría de la cual son mujeres. El permiso de maternidad en aquel país es de dos semanas, comparado con un año en Suecia.

Es importante que se establezca una prioridad en las políticas públicas feministas

En España, tal como está evolucionando la situación política, nos podríamos encontrar en una realidad paradójica en la que las mujeres sean mayoría en el gobierno central (como ya ocurre) y, sin embargo, el nivel de vida de las mujeres, la mayoría pertenecientes a las clases populares no cambie o incluso empeore, a no ser que cambien las políticas neoliberales llevadas a cabo por los gobiernos anteriores. La atención al tema de la brecha salarial es necesario y urgente para mejorar el nivel de vida de las mujeres trabajadoras. Ahora bien, es muy insuficiente (ver: "La necesaria corrección de  la brecha salarial es insuficiente", Público, 28 de febrero de 2018). En realidad, la brecha salarial, aun cuando importante, no es de las peores de la UE. Las mujeres trabajadoras reciben salarios menores que los hombres. Pero lo que es importante subrayar –y que no se subraya en los medios- es que los salarios de las mujeres trabajadoras (y de los hombres trabajadores) son de los más bajos de la UE. De ahí que luchar por cerrar la brecha salarial es necesario pero insuficiente. Lo que se necesita es complementar la reivindicación de conseguir igualdad, de género, con la demanda de terminar con la explotación laboral, pues la mayoría de las mujeres son trabajadoras con salarios muy bajos.

Tener mujeres en la estructura de poder es necesario pero no suficiente para mejorar su bienestar

La experiencia estadounidense muestra las consecuencias de seguir la estrategia del movimiento feminista liderado por NOW y por la Sra. Clinton, y podría ocurrir en España. El hecho de que la nueva ministra de Economía (una economista de conocida predicación neoliberal) en España sea mujer tiene importancia desde el punto de vista simbólico, lo cual es importante. Pero la mujer de clase trabajadora no se beneficiará mucho de ello. La Ministra Nadia Calviño es de una gran ortodoxia neoliberal y la aplicación de dichas políticas neoliberales dañará a las clases populares, en las cuales las mujeres son mayoría. Lo más relevante para el bienestar de las mujeres de las clases populares es que las políticas públicas no sean de carácter neoliberal. Repito que el hecho de ser mujer tiene una importancia simbólica importante y entiendo el gran impacto que ha tenido. Lo aplaudo. Pero, siendo conocedor de las consecuencias tan dañinas del neoliberalismo, tengo mis reservas que no solo para la mayoría de mujeres, sino también para la causa feminista, sea bueno que el principal personaje para llevar a cabo tales políticas nefastas sea esta economista. Seguro que hay otras mujeres de diferente sensibilidad económica que serían más sensibles a las necesidades de la mujer perteneciente a las clases populares.

Lo dicho hasta ahora tiene también relevancia para entender por qué, en general, la experiencia internacional muestra que los derechos de las mujeres y su integración en las instituciones representativas son mayores en los países gobernados históricamente por partidos progresistas cuya base electoral es predominantemente de clases populares en general y la clase trabajadora en particular, como por ejemplo los países escandinavos, tales como Suecia y Noruega. Son precisamente los países como EEUU, donde los partidos progresistas de izquierda son más débiles y donde la mayoría de las clases populares no vota (la abstención en las elecciones federales alcanza casi la mitad del electorado, habiendo una relación inversa entre participación electoral y nivel de renta del país), donde las mujeres (así como los hombres) tienen menos derechos civiles, y ello a pesar de tener movimientos feministas grandes y de visibilidad mediática mayor. En las últimas elecciones, NOW apoyó mucho más a Hilary Clinton que a Bernie Sanders, el candidato socialista, que fue claramente marginado por el aparato del partido Demócrata, controlado por Hilary Clinton.

Estos datos prueban que la articulación de las demandas y de los movimientos feministas que las generan con las demandas de cambio profundo en la sociedad son más eficaces para conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer que no la completa independencia del movimiento feminista, no relacionado y sin formar parte del cambio profundo de la sociedad, como ocurre en EEUU. El movimiento feminista estadounidense es un movimiento muy grande, y sin embargo, los derechos civiles de las mujeres (y de los hombres) son muy limitados. Y continuará siendo muy limitado a no ser que los distintos movimientos reivindicativos existentes en aquel país, incluyendo el feminista, se coordinen y/o sean parte de un movimiento más amplio de transformación, como ha ocurrido en los países escandinavos, donde las izquierdas han gobernado durante la mayor parte del periodo post II Guerra Mundial. Hay todavía mucho por hacer en estos países para alcanzar la igualdad entre el hombre y la mujer. Pero, en una cultura que favorece la igualdad, la desigualdad entre las mujeres es mucho menor que no en EEUU. Esta realidad es importante que se conozca pues su relevancia para el bienestar de las mujeres españolas es enorme. Es importante y urgente que todos los movimientos reivindicativos (incluyendo el de la mujer) se alíen y colaboren en la transformación profunda de nuestra sociedad para eliminar la explotación de la mujer junto con otras explotaciones, como la explotación de clase que también afecta a la mayoría de las mujeres que pertenecen a las clases populares. Desde este punto de vista, el movimiento feminista actual en España representa un punto de referencia internacional pues su horizonte es claro –cambiar profundamente la sociedad- en alianza y no en contraposición a otras fuerzas y movimientos sociales y políticos reivindicativos que comparten tal objetivo.

Una última observación: la importancia del tema social en las propuestas feministas españolas

Una de las grandes aportaciones del movimiento feminista en España ha sido el poner el tema social en el centro del debate político y económico. Y ello es consecuencia de la identificación de la causa feminista con los deseos y aspiraciones de la mujer de clase popular, y que beneficia a todas las mujeres (y a todos los hombres). Hoy el énfasis por ejemplo en la economía de los cuidados es fundamental para mejorar la calidad de vida de la población así como mejorar la eficiencia económica. Si en España hubiera una persona de cada cuatro (como ocurre en Suecia) que trabajara en los servicios públicos del Estado del bienestar (sanidad, educación, servicios comunitarios, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales, vivienda social, programas de integración del inmigrante y prevención de la pobreza, entre otros) en lugar de uno de cada diez, habrían en España 3 millones y medio más de puestos de trabajo, eliminando el desempleo en España. Esto no lo harán las feministas neoliberales o conservadores sino las feministas progresistas movilizada para presionar a las estructuras del poder masculino para que cambien, y se transformen en instituciones al servicio y al cuidado de la mayoría de la población, que son mujeres. Así de claro.

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La continua tergiversación de la República española y de la Generalitat republicana en Catalunya https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/07/04/la-continua-tergiversacion-de-la-republica-espanola-y-de-la-generalitat-republicana-en-catalunya/ Wed, 04 Jul 2018 06:00:56 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4442 Continuar leyendo "La continua tergiversación de la República española y de la Generalitat republicana en Catalunya"]]> Vicenç Navarro
Catedrático emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

 

El olvido de la memoria histórica ha permitido la continuación de una versión tergiversada de la historia de este país promovida por los partidos conservadores (que, a nivel de calle, se conocen como las derechas) que presenta la República como un periodo oscuro, liderado por unos políticos y partidos incompetentes e instrumentalizados por la Unión Soviética –tales como Juan Negrín- y por los comunistas –como el PSUC en Catalunya-, todos ellos responsables de un enorme dolor que se impuso a la población y muy en especial a los combatientes de la Guerra Civil. La última versión de tal tergiversación se ha reproducido en amplios sectores conservadores del nacionalismo catalán, conocidos por su profundo anti-izquierdismo. Sus máximos enemigos fueron los llamados nacionales –los golpistas fascistas- y, al mismo nivel de responsabilidad, los gobiernos republicanos progresistas españoles –como el presidido por Juan Negrín-, así como el gobierno de izquierdas de la Generalitat de Catalunya presidido por Lluís Companys. Esta visión se presenta en varias versiones. Pero lo que considero también preocupante es que algunos sectores del socialismo español –pertenecientes a la sensibilidad largocaballerista- también consideraron que el fin de la República fue determinado o acelerado por las políticas del gobierno republicano de Juan Negrín, el cual es presentado como un mero títere en manos de la Unión Soviética liderada por Stalin.

Cómo estas tesis aparecen en una de las obras de teatro más exitosas en Catalunya: "In Memoriam. La Quinta del Biberón"

Un ejemplo del primer tipo de tergiversación, consecuencia de su profundo anticomunismo, es la obra que lleva tal nombre, que ha sido un gran éxito esta primavera en el Teatre Lliure de Barcelona, que termina cada noche con una ovación a cuerpo levantado de la audiencia (de clase media de renta media-superior), que llena a rebosar el teatro. La obra parece a primera instancia un merecido homenaje a los soldados de la Quinta del Biberón (llamada así por estar compuesta por soldados muy jóvenes) que lucharon duramente en el frente del Ebro, defendiendo un territorio que, según el narrador de la obra de teatro, "todos sabían que perderían". En definitiva, se les asignó un objetivo inalcanzable: batallar en una guerra en la que no podían vencer.

El escenario de tal obra de teatro es la presentación por parte de un grupo de soldados pertenecientes a la Quinta del Biberón del sufrimiento que padecieron y de la inutilidad de su sacrificio. La tesis del autor de la obra teatral, Lluís Pasqual i Sánchez (director también del Teatre Lliure), es que los causantes de tanto sacrificio (que incluye también el sacrificio que sufrieron los combatientes en los dos bandos de la Guerra Civil) fueron los gobiernos de estos dos bandos, tanto el del bando fascista –definido también en la obra teatral como el bando nacional- como el del bando republicano. Esta equidistancia de responsabilidades es un elemento clave en la obra. A cada personaje, a cada frase retórica, a cada canción de un bando que aparece en la pantalla que hay en el escenario, hay otra del otro bando. Así, en la lista de culpables aparece no solo Franco, sino también Negrín, el presidente del Gobierno español, y Lluís Companys, el presidente de la Generalitat; no solo Queipo de Llano, sino también el general Líster, y no solo los nazis y fascistas italianos, sino también los comisarios soviéticos y sus aliados comunistas. En realidad, cada vez que aparece un dirigente fascista, en la pantalla grande (que sirve para describir el contexto histórico) aparece inmediatamente después un dirigente republicano: cada vez que aparece una frase del lado golpista aparece también críticamente una frase del lado republicano. Esta equidistancia requiere poner a los republicanos del gobierno Negrín y a los comunistas al mismo nivel que los fascistas. Su anticomunismo -que satisface a las derechas conservadoras y a los socialistas largocaballeristas por igual- aparece constantemente en la obra, al atribuirles gran responsabilidad por el enorme sufrimiento.

La equivalencia del comunismo con el fascismo

Esta tesis de equidistancia y equivalencia entre fascismo y comunismo es una característica del pensamiento dominante hoy en España y en gran parte de Europa. Esta equidistancia es esencial para sostener la tesis central de esta obra teatral, que es la tesis de un humanismo pacifista muy atrayente, que denuncia la insensibilidad del poder –los gobiernos tanto fascistas como comunistas y/o republicanos- hacia la vida de los jóvenes a los que envía al frente y a la muerte. Es un mensaje poderoso, muy bien presentado, que moviliza al público que llena el teatro noche tras noche, aplaudiendo al final de pie.

La única vez que la obra se adentra en el contexto político de lo que está presentando, analizando la naturaleza del conflicto, es cuando aparece descrita la causa de dicho conflicto militar como el conflicto del Estado fascista en contra de Catalunya. Y aun cuando ello corresponde a una realidad, no existe ningún intento de explicar tal conflicto más allá del eje nacional, ya que nunca se hace referencia a que este conflicto era predominantemente (y a nivel de toda España) una clara lucha de clases entre la estructura de poder económica y política que había dominado siempre la vida del país por un lado, y las fuerzas representantes de las clases populares por el otro, las cuales, con sus reformas, afectaron los intereses de las clases pudientes, que apoyaron el golpe militar y el conflicto que se llama Guerra Civil. La República Española, ante el golpe militar, tenía el derecho de tomar las armas, y los errores que hubieran ocurrido en el campo militar no pueden borrar tal realidad y con ello hacernos ahora pacifistas. El Réquiem y el coro casi religioso del final, con el que la obra termina, presentan un acento humanista que, en voz de uno de los soldados, define todas las guerras –la Guerra Civil incluida- como inútiles, crueles y carentes de sentido, lo que parece negar tal derecho.

Los silencios y falsedades de las tesis centrales que se reproducen en la tergiversada historia de España y Catalunya, y en "In Memoriam"

Ni que decir tiene que la obra hace una buena labor en presentar los horrores de cualquier guerra en general y de la Guerra Civil en particular. Y presenta también información de la brutal represión que siguió a la victoria fascista, estableciendo una de las dictaduras más sangrientas que haya habido en el siglo XX, aunque podría haber añadido más datos, como por ejemplo (tal como ha documentado uno de los mayores conocedores del fascismo europeo, el profesor Malefakis de la Universidad de Columbia de Nueva York) que por cada asesinato político que hizo Mussolini, Franco hizo 10.000 (¡!). En la descripción de la represión, como hijo de maestros represaliados por el fascismo, me sorprendió agradablemente el reconocimiento que hace la obra de la represión contra los maestros republicanos (apenas conocida) que ocurrió durante la dictadura.

Ahora bien, el problema que tiene la obra es que en ninguna parte hay una explicación del porqué la Guerra Civil ocurrió. En su intento de responsabilizar a los dos bandos por la violencia en el frente, jamás cita qué significaban y representaban cada uno de los bandos. En tal mensaje se demoniza a la República y a su gobierno, el cual había sido responsable de algunos de los cambios más significativos que tuvieron lugar en España y en Catalunya en la primera mitad del siglo XX. La República, a pesar del poco tiempo que tuvo, instauró la escuela pública, la seguridad social, dos reformas agrarias, el divorcio, el voto femenino, reforzó a los sindicatos, y una larga lista de reformas, todas ellas medidas que estaban cambiando la correlación de fuerzas en España, incluyendo en Catalunya, y que causaron el golpe militar fascista. Es más, se estaba configurando una nueva visión de España, rompiendo con el Estado monárquico jacobino uninacional que había sido el mayor responsable del enrome retraso económico, político, social y cultural de España y de Catalunya.

Ni que decir tiene que hubo muchos errores, pero estos no pueden ocultar los grandes logros que se habían alcanzado para las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España. Poner a los gobernantes republicanos en la misma categoría que los golpistas fascistas (que habían interrumpido aquel período democrático en defensa de sus intereses) es profundamente ofensivo para todos los participantes en aquellos eventos, incluyendo a los que dieron su vida en defensa de la República, entre ellos los miembros de la Quinta del Biberón. El hecho de que la Quinta del Biberón fuera derrotada no convierte su muerte en inútil. Y es criticable que los autores de la obra utilicen el enorme dolor y sacrificio de los combatientes para promover su mensaje pacifista humanitario, sin nunca explicar las consecuencias que habría tenido para la República abandonar las armas.

La supuesta atribución de alargar la guerra a la Unión Soviética y a su supuesto títere, el presidente Negrín

Este argumento, reproducido ad nauseam por las derechas en España, incluyendo en Catalunya, y también por algunas izquierdas anticomunistas, que atribuye el desastroso final de la República al supuesto dominio del Gobierno de Negrín por parte de la Unión Soviética, ha sido cuestionado extensamente en la historiografía actual, señalando su falta de veracidad. Durante la dictadura (1939-1978) y durante la democracia que se estableció como consecuencia de una transición inmodélica (debido al enorme dominio que las derechas herederas del fascismo tuvieron en el proceso de transición y en la democracia que le siguió) tal versión del fin de la República fue la dominante en amplios círculos del establishment político-mediático del país. Repito que la evidencia que se ha ido acumulando y que alcanza dimensiones considerables muestra, sin embargo, la enorme falsedad de este argumento.

La obra de teatro culpabiliza a Negrín de la política de continuar la resistencia ("resistir y resistir"), el mismo Negrín que la historiografía dominante hoy en España considera un mero instrumento de la Unión Soviética. Esta tesis se ha basado en una serie de supuestos cada uno de los cuales han sido mostrado como una falsedad por la evidencia que se ha ido produciendo (ver, entre otros, los libros del historiador –que no puede presentarse como filocomunista y/o filosoviético- Ángel Viñas El escudo de la República. El oro de España, la apuesta soviética y los hechos de mayo de 1937, publicado en 2010, y La República en guerra. Contra Franco, Hitler, Mussolini y la hostilidad borbónica, publicado en 2012, del mismo autor).

A la luz de esta evidencia, acusar a la Unión Soviética y a los comunistas de ser responsable de gran número de los males descritos en In Memoriam es injusto. Quisiera aquí aclarar, para protegerme de la mala leche y manipulación muy común en las tertulias y en la vida política española (incluyendo la catalana), que mis libros (y muy en particular mi libro crítico con la Unión Soviética y su evolución bajo Stalin –que escribí durante mi largo exilio-) estuvieron prohibidos en la Unión Soviética, siendo yo una persona declarada non grata por la URSS de Breznev. Tengo, pues, credenciales suficientes para no ser puesto en la categoría de prosoviético. Pero negar que la Unión Soviética jugó un papel determinante en la derrota del nazismo durante la II Guerra Mundial –como tuvo que reconocer Winston Churchill-, o que la Unión Soviética fue el único poder que ayudó a la República en su lucha contra el fascismo por motivos de solidaridad es, repito, injusto. Y esto último es lo que no reconoce In Memoriam. Pero lo peor no es la falsedad que comunica, sino los silencios que mantiene. En realidad, los silencios ensordecedores son también culpables. En ninguna parte aparece la enorme pasividad de las llamadas democracias en apoyo de la República Española. Aparecen Hitler y Mussolini en la obra, pero nunca aparecen los dirigentes de las democracias occidentales que negaron su apoyo a la República. Franco ganó debido a la ayuda que recibió de Hitler y Mussolini, y la República perdió por la falta de defensa recibida de las supuestas democracias. En realidad, la esperanza de Negrín era que la predecible II Guerra Mundial, provocada por la expansión del nazismo, forzaría a tales gobiernos, por fin, a defender a la República. Tal esperanza, compartida por la Unión Soviética, fue un error, como bien se mostró cuando la II Guerra Mundial se inició. Ahora bien, presentar este error como una inmoralidad me parece injusto. Es más, parte del deseo de resistir era retrasar la enorme matanza que se sabía que ocurriría, dando tiempo para que se salvaran tanto los bienes como las personas que garantizarían la continuidad de la República, una vez terminado el conflicto militar. Los intentos fallidos de rendición pactada que ya habían ocurrido habían mostrado el error de la alternativa, ahora promovida en In Memoriam.

Negrín no fue un títere de la URSS

En realidad, hubo desacuerdos entre Negrín y Stalin. Y como documenta, entre otros, Ángel Viñas, Negrín era plenamente consciente que el gobierno soviético también respondía a sus intereses geopolíticos en el diseño de su agenda. Pero no es justo minimizar que un componente importante de tal agenda fuera expresión de una muy necesaria solidaridad que la URSS dio y que las supuestas democracias occidentales, sin embargo, no dieron.

Ni que decir tiene que la Unión Soviética y el partido comunista cometieron actos sectarios (como el asesinato de Nin por el que Negrín protestó y que desaprobó, protegiendo a la dirección del POUM) y otras intervenciones denunciables. Pero ello, aunque diluye, no invalida el gran papel –más positivo que negativo- que tuvieron durante la Guerra Civil tanto la URSS como el Partido Comunista –PSUC en Catalunya-, partido este último que destacó claramente más tarde durante la dictadura fascista en la resistencia antifascista. Nada de ello aparece en la obra. Lo único que aparece críticamente es la actitud de los comisarios rusos y de los comunistas disciplinando a las tropas, haciendo la vida imposible a los soldados de la Quinta del Biberón.  

El humanismo pacifista es también una posición política muy rentable de sostener en la España de hoy, en la que se vende el mensaje de que todos eran culpables

Que hubo errores militares, entre muchos otros, no hay duda. Pero utilizar estos errores para culpabilizar al gobierno de la República y al gobierno de la Generalitat (diciendo que enviaban soldados a la muerte sabiendo que no servía para nada) es profundamente erróneo, además de ser injusto y ofensivo para todos los que sufrieron y murieron defendiendo la República, incluyendo a los que lucharon en el frente del Ebro que incluyó, además de la Quinta del Biberón, otras fuerzas del Ejército Republicano y de las Brigadas Internacionales. Decir que la pérdida de sus vidas fue inútil, por no haber conseguido lo que deseaban (la libertad, la justicia y la democracia), al haber perdido la guerra, es absurdo. Bajo este criterio solo los vencedores pueden justificar su sacrificio.

El folleto de promoción de la obra termina con la frase "de que muchos de los combatientes de la quinta del biberón creyeron que luchaban por la libertad", frase que casi aparece con un tono irónico a la vista del contenido de la obra de teatro, que transmite el mensaje de que, en realidad, su sacrificio no sirvió para nada. Perder una batalla o incluso una guerra, sin embargo, no es el fin de una causa. Y la lucha por la libertad, por la democracia y por la justicia social se ha ido construyendo a lo largo del siglo XX a base de la continuidad en las luchas para conseguirlas. El sacrificio de muchas personas ha inspirado a otras, que han continuado su lucha. Incluso hoy la bandera republicana aparece frecuentemente en las movilizaciones frente al Estado borbónico español. De ahí que las fuerzas que se oponen al cambio hayan hecho todo lo posible para que no se conozca el enorme sacrificio que hicieron nuestros antepasados. La desmemoria histórica que existe en España, incluyendo Catalunya, no es casual o inocente. Ha tenido un propósito: olvidar lo que fue la República.

Aunque esta no es su intención, In Memoriam niega a las víctimas el significado de su sacrificio. Me parece legítimo que se haga una crítica de una estrategia militar (la de resistencia) y de los errores que hubo en ella. Pero que se haga una crítica de esta estrategia, supuestamente errónea, utilizándola no solo para ignorar y ocultar lo que fue y representaba el gobierno republicano que estableció dicha estrategia (homologándolo al gobierno fascista) sino también para promover una postura "humanitaria pacifista", me parece una manipulación que, por mucho que se esté haciendo hoy en los fórums intelectuales dominantes, debe ser denunciada por lo que fue: la aceptación y resignación sin más del terror fascista.

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El porqué de la pobre imagen que el Estado español proyecta en el exterior https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/06/22/el-porque-de-la-pobre-imagen-que-el-estado-espanol-proyecta-en-el-exterior/ Fri, 22 Jun 2018 05:55:53 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4434 Continuar leyendo "El porqué de la pobre imagen que el Estado español proyecta en el exterior"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Como reconocía el que hoy es Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español actual, el Sr. Josep Borrell, el Estado español ha ido perdiendo la batalla de la imagen en la lucha ideológica con los independentistas catalanes. El comportamiento claramente represivo del sistema judicial español y la incapacidad de los partidos políticos gobernantes en España de responder al desafío expresado al Estado español por una minoría del electorado catalán (que alcanza casi la mitad de este) por medios de negociación política ha mostrado la escasa cultura democrática de los partidos gobernantes del país, así como el sesgo profundamente conservador del Estado español. El comportamiento excesivamente represivo del sistema judicial, por ejemplo, quedó reflejado en una serie de decisiones que no fueron ni replicadas ni aprobadas por los sistemas judiciales de otros países europeos, que rechazaron seguir los deseos de sus colegas españoles, los cuales solicitaban la devolución de los políticos independentistas que se exiliaron para escapar de las autoridades judiciales que los habían acusado de "rebelión", siguiendo un criterio para apoyar dicha acusación que no fue compartido por los tribunales de los países europeos que tenían que ocuparse de esa devolución.

¿De dónde deriva el Estado español su imagen de profundo conservadurismo?

Como persona que ha visitado muchos centros académicos a los dos lados del Atlántico Norte durante los últimos años, coincido con el Sr. Borrell en cuanto a la percepción que en los mayores ambientes intelectuales europeos y norteamericanos se tiene sobre el Estado español y su escasa sensibilidad democrática. Tal percepción, sin embargo, antecede los hechos recientes que originaron el exilio voluntario de los políticos independentistas, aunque, sin lugar a dudas, tales eventos acentuaron todavía más dicha percepción. En realidad, es fácil de ver y documentar que existe una limitación muy marcada de cultura democrática entre las fuerzas conservadoras que han dominado el Estado español, como consecuencia de que tal Estado no es un Estado basado en una ruptura con el Estado dictatorial anterior sino en una transformación de aquel Estado, con una considerable apertura hacia las fuerzas democráticas bajo un marco, sin embargo, donde las derechas herederas del franquismo conservaron un gran poder –el mayoritario- sobre tal Estado.

Hoy tal sesgo profundamente conservador ha dejado un imprimátur fácilmente detectable tanto en la estructura como en el modus operandi de los distintos aparatos del Estado. En realidad, este imprimátur aparece claramente cuando se compara el comportamiento del Estado español con el de otros países democráticos a los dos lados del Atlántico Norte. El problema que existe en España es que no hay, sin embargo, plena conciencia ni en el establishment político-mediático español ni en la opinión mayoritaria del país de su enorme déficit democrático, que ha causado la pervivencia de los dos grandes problemas que continúan existiendo en España: el problema social y el problema llamado territorial. El primero se expresa en un gran retraso social, reflejado en el hecho de que España sea uno de los países con menor cantidad de recursos en las distintas dimensiones del Estado del Bienestar, retraso que es precisamente una consecuencia del gran déficit democrático del país (ver V. Navarro, El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias Anagrama, 2006). Todavía hoy, casi cuarenta años después del fin de la dictadura, España tiene uno de los gastos públicos sociales per cápita más bajos de la UE-15, el grupo de países de la UE de semejante nivel de riqueza que España.

El otro gran problema es el conflicto entre distintos territorios en España, consecuencia del enorme dominio que el nacionalismo borbónico uninacional, heredero del que dominó al régimen dictatorial anterior continúa teninendo en el Estado español. Como he indicado en otros escritos, los dos problemas responden a un hecho común: el enorme dominio de las fuerzas conservadoras (herederas de las fuerzas que gobernaron el régimen anterior) en el Estado actual, cuyo eje es la monarquía borbónica (ver V. Navarro, Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002). 

El déficit democrático aparece claramente en las instituciones representativas españolas

El enorme sesgo conservador de las instituciones del Estado monárquico favorece a las fuerzas conservadoras a costa de las fuerzas progresistas. La configuración de las instituciones representativas es un claro ejemplo de ello. El abusivo control por parte de las derechas más rancias del país (herederas de las fuerzas políticas dominantes durante la dictadura) del Senado (que tiene gran poder y responsabilidad, en la reproducción de una visión muy uninacional y uniforme centralista del conservadurismo español) es consecuencia de una ley electoral especialmente diseñada para que un partido heredero de la dictadura, con una minoría de votos, también tenga el control completo de tal cámara. Con tal mayoría (que no corresponde a una mayoría electoral) es imposible cambiar la visión uninacional de España, heredera del régimen anterior.

La constante llamada al respeto a la ley caracteriza la visión conservadora de lo que es democracia, ocultando que tal ley es sesgada a favor de sus intereses y en contra de los intereses de la mayoría de la población

Tal situación muestra el escaso respeto hacia la cultura democrática que un país auténticamente democrático debiera tener. Constantemente se hace referencia por parte de las fuerzas conservadoras a la necesaria obligatoriedad de la Ley, presentando sesgada y erróneamente el cumplimiento de la Ley (una Ley que sistemáticamente les favorece, como consecuencia del gran dominio que las fuerzas conservadoras tuvieron en el proceso de transición de la dictadura a la democracia) como un indicador de pureza democrática. Este respeto a la Ley como característica del sistema democrático es un argumento profundamente conservador de limitada credibilidad como indicador de vocación democrática, pues es esta misma vocación la que puede exigir precisamente la desobediencia civil. Son los poderosos los que siempre utilizan la obediencia a la ley como un indicador de democracia. Ahora bien, lo que frecuentemente motiva las movilizaciones populares de protesta, como el movimiento de los pensionistas o el de las mujeres, es precisamente su profundo desacuerdo con las leyes (y/o los comportamientos que las sustentan) vigentes en el país, que consideran injustas al violar el espíritu democrático que debería alimentar al Estado.

Los dos grandes problemas que persisten en España –el social y el territorial- están claramente relacionados entre sí

He demostrado extensamente cómo el gran dominio de las derechas (repito, herederas de las fuerzas políticas que controlaban el Estado dictatorial) en el proceso de transición de la dictadura a la democracia ha sido la causa de las enormes insuficiencias de la democracia española, y de la pervivencia de los dos grandes problemas pendientes en España: el social y el territorial. La definición de aquel periodo como modélico (que la mayoría de los medios, dirigidos por El País y sus intelectuales como los Antonio Elorza, Santos Juliá, Javier Pradera y otros) era parte de un proceso de mitificación que ha dominado todo el periodo democrático, el cual ha sido parcialmente exitoso en el país, como resultado de la falta de diversidad de los medios (muy sesgados hacia los poderes conservadores). 

En esta presentación de la Transición como modélica, se intentó convencer a la población en España que el producto final de tal Transición había sido también modélico: la democracia española era homologable a cualquier otra democracia en la Unión Europea. Sin embargo, esta imagen  no  fue suficientemente aceptada en las instituciones progresistas europeas y norteamericanas. Existían miles de indicadores del enorme déficit democrático y social del país. Entre los primeros estaba el homenaje al dictador responsable de uno de los mayores números de asesinatos por motivaciones políticas, dictador que no hubiera triunfado sin el apoyo de Hitler y Mussolini. Sería impensable que un monumento semejante al Valle de los Caídos existiera en Alemania, Italia o Francia, que tuvieron regímenes semejantes al español durante los años treinta y principios de los cuarenta.

La historia tergiversada de España enseñada en las escuelas españolas

Dentro de España había, de nuevo, miles de indicadores de la pervivencia de una visión tergiversada de lo que había sido el pasado y el presente de este país. Y uno de los mayores escándalos, que también ha sido sujeto de desaprobación internacional, ha sido la historia enseñada en las escuelas tanto públicas como privadas en este país.

El profesor Enrique Javier Díez Gutiérrez, de la Universidad de León, coordinador del estudio La mejoría democrática de la escuela, ha documentado el grado de tergiversación que existe en la enseñanza de lo que se llama Guerra Civil y la dictadura que el golpe militar impuso. El máximo cambio de tal tergiversación ha sido cambiar la versión promovida por el dictador que definía a los "nacionales" como los buenos y a los republicanos como los malos, a otra en la que no había ni buenos ni malos pues los dos bandos hicieron cosas buenas y malas. Esta equidistancia moral sirvió y continúa sirviendo como un llamamiento a la reconciliación de los dos bandos de una lucha que se considera "fratricida".

Uno de los problemas con tal supuesta equidistancia moral es que la historia real de España es más conocida fuera que no dentro de España. La llamada Guerra Civil fue predominantemente una lucha de clases (concepto prácticamente prohibido "en el lenguaje oficial del país") en la que las élites gobernantes y dominantes (cuyos intereses derivaban de la propiedad de los mayores medios de producción), afectados por las reformas redistributivas de las izquierdas gobernantes, dieron un golpe militar apoyados por las fuerzas militares alemanas y fascistas italianas, que impusieron una de las dictaduras más sanguinarias que hayan existido en la Europa occidental en el siglo XX. Según el profesor Malefakis, experto en el fascismo europeo, por cada asesinato político que cometió Mussolini, el régimen liderado por Franco cometió 10.000 (!!). La dictadura fue una dictadura de clase en la que hubo un maridaje y complicidad del mundo empresarial con el Estado en contra del mundo del trabajo. El origen del déficit democrático, del déficit social y de la extendida corrupción del Estado es precisamente esta complicidad de aquel Estado con el mundo empresarial, que continúa en el Estado actual aun cuando tal maridaje y complicidad es menos visible, menos grosera y menos intensa que durante la dictadura, aunque todavía persiste de una manera clara como hechos recientes han demostrado.

Nada de esto se explica en las escuelas públicas, en un intento por ocultar la realidad de un conflicto en el que se asume una equidistancia moral de las dos partes. Ello es consecuencia, en parte, de que la estructura de poder del Estado la ocupan los descendientes del lado golpista. Y ni que decir tiene que todo el aparato mediático (incluyendo a la mayoría del académico) se ha movilizado para diluir la percepción del golpe militar y la dictadura que estableció como fascistas, habiendo llegado a decirse incluso que la Falange no era un partido de inspiración fascista, y ello a pesar de las propias declaraciones de su fundador, José Antonio Primo de Rivera, cuyo cadáver es homenajeado al lado del Caudillo en el Valle de los Caídos (ver V. Navarro, Franquismo o fascismo, Público, 09.07.13).

La llamada Guerra Civil fue, además de una lucha de clases, una lucha entre dos visiones del Estado Español, la borbónica y uninacional y la republicana plurinacional

El Estado borbónico actual es continuador de los Estados anteriores borbónicos, pues su ideología es intrínseca en el Estado español, un Estado uninacional que nunca ha permitido la plurinacionalidad, considerando esta otra versión como la anti España. Esta mentalidad está imbuida de la visión conservadora de lo que es España, y que constituye el eje del nacionalismo españolista. Frente a ella, la versión republicana fue la que abrió la posibilidad de otra versión de España que surgió más de la periferia que no del centro de España. El Presidente Companys de la Generalitat de Catalunya, por ejemplo, fue y se sentía español, pero con una concepción distinta de lo que era España, una España respetuosa con la diversidad.

Lejos de ser el independentista que los independentistas actuales en Catalunya lo presentan, el Presidente Companys, se sentía español, dirigió una revista llamada la Nueva España, y era sumamente popular en el resto de España. Su salida de la cárcel en Cádiz, y vuelta a Barcelona, le forzó a pararse en varias estaciones a lo largo de su itinerario a fin de responder a grandes manifestaciones de estima y aprecio. El Presidente Companys siempre terminó con el grito de ¡Visca Catalunya y visca la República!, siendo la bandera republicana la que siempre acompañó a la bandera catalana, la Senyera.

Esta visión plurinacional apareció de nuevo durante la dictadura en la resistencia antifranquista liderada por las izquierdas. Era una lucha por otra España distinta y opuesta a la España uninacional y borbónica, la España plurinacional y republicana. Y tanto el PSOE como el PCE aceptaron esta plurinacionalidad con el respeto a la autodeterminación para los distintos pueblos y naciones de España. Y es esta realidad, la de la lucha contra la dictadura y ahora contra sus herederos, lo que hizo posible hace unas semanas la alianza de las izquierdas con los nacionalismos periféricos, la cual permitió echar del poder a la derecha heredera de la dictadura. Ni que decir tiene que esta visión será rechazada y opuesta (utilizando la expresión que utiliza Josep Borrell) "por las carpetovetónicas actitudes de la España unitaria de matriz castellana que se niega a sacar las consecuencias de la diversidad, (...) actitudes que están contribuyendo a agravar las grietas que amenazan la estabilidad del territorio español". Es bien conocido que el gobierno español liderado por el Sr. Rajoy fue la principal causa del crecimiento del secesionismo en Catalunya.

Y también tendrá la oposición de algunas voces dominantes del secesionismo catalán, que continuarán reproduciendo la imagen de una España incambiable y reaccionaria, ignorando los cambios tan notables que están ocurriendo a lo largo del territorio español motivados por fuerzas republicanas que conjugan su vocación transformadora –tanto en el área social como en el área nacional- con la lucha para conseguir una España justa, democrática y plurinacional, unida por la voluntad y no por la fuerza. Pero para conseguir esto no puede forzarse a la población, imponiendo soluciones unilaterales que no tienen el apoyo popular. Los que se oponen al modelo actual del Estado no pueden utilizar los mismos medios que este, pues si así lo hacen pierden cualquier credibilidad para llamarse demócratas. Esto es lo que está pasando ahora en Catalunya. Así de claro.

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Las raíces del mal llamado populismo en EEUU (y en Europa incluyendo España) https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/06/15/las-raices-del-mal-llamado-populismo-en-eeuu-y-en-europa-incluyendo-espana/ Fri, 15 Jun 2018 07:11:26 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4428 Continuar leyendo "Las raíces del mal llamado populismo en EEUU (y en Europa incluyendo España)"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

El mayor problema en EEUU no es Trump: el problema es que la mayoría de la clase trabajadora le vota.

Leyendo la prensa española se llega a la conclusión de que el mayor problema que existe en EEUU es Donald Trump, una figura que se ridiculiza constantemente en los principales medios de información (como ocurre también en EEUU) presentándolo como un individuo incompetente, y fácilmente ridiculizable por sus comportamientos atípicos dentro de lo que se considera aceptable en la sabiduría convencional del país. Este énfasis exclusivo en Trump obstaculiza, sin embargo, la comprensión de lo que está ocurriendo en EEUU. Por extraño que parezca, el mayor problema que tiene EEUU  no es Trump, sino el hecho de que la mayoría de un sector grande de la población muy olvidado en dicho país, la clase trabajadora blanca, le ha votado y que es probable que le vote de nuevo. Las encuestas muestran una impresionante lealtad electoral a tal figura por parte de aquellos que emitieron su voto a favor suyo. Aunque su popularidad entre la población en general es muy limitada, no lo es entre la mayoría de la población que le votó. Y no está claro que en las próximas elecciones al Congreso de EEUU (este noviembre) el Partido Republicano vaya a perder el control de la Cámara Baja o incluso del Senado, eliminando con ello la posibilidad de ser apartado de la Presidencia mediante un impeachment. Parece, por lo tanto, que va a haber Trump para mucho tiempo. Y su impacto en la sociedad estadounidense y en las relaciones internacionales está siendo enorme.

¿Por qué Trump fue elegido Presidente y puede que sea reelegido de nuevo?

La respuesta a esta pregunta es, en realidad, muy fácil de entender aun cuando no es fácil que usted pueda leerla o verla en los mayores medios de información españoles. Para ello, tenemos que observar qué ha estado pasando no tanto a la derecha sino a la izquierda del abanico electoral. Hay que ver qué ha pasado en EEUU durante estos años, analizando los cambios que le han ido ocurriendo a la izquierda estadounidense, es decir, al Partido Demócrata. Históricamente, el binomio izquierda-derecha en EEUU quedaba reflejado  en el conflicto entre el Partido Demócrata –que en su día se auto definía como el Partido del Pueblo (People’s Party)-, que representaba sobre todo a la clase trabajadora y a otros sectores de las clases populares, y el Partido Republicano, que representaba a las derechas, muy cercanas al mundo empresarial. En este escenario, el mayor debate político se centraba predominantemente en la distribución de las rentas (y, en menor medida, de propiedad) entre el mundo del trabajo y el mundo del capital. El dominio en la vida política estadounidense durante el período de la postguerra (1945-1978) por parte del Partido Demócrata determinó que las rentas del trabajo crecieran notablemente a costa del descenso de las rentas del capital. Las primeras alcanzaron su máximo nivel al final de tal periodo llegando a constituir el 70% en 1979 de todas las rentas. Fue cuando se habló de "la época dorada del capitalismo". Una situación semejante ocurrió en los otros países del mundo capitalista desarrollado a los dos lados del Atlántico Norte.

La contrareforma neoliberal que comienza en los años 80: el triunfo del capital

La respuesta de los propietarios y gestores del capital, a los que solía llamárseles los miembros de la "clase capitalista", (término que no se utiliza hoy por considerarse "anticuado"), no tardó en presentarse. Fue la revolución neoliberal liderada por el Presidente Reagan que fue, ni más ni menos, que una lucha frontal contra la clase trabajadora estadounidense. Hay que recordar que la primera intervención pública que hizo tal presidente fue precisamente la destrucción de un sindicato: el sindicato de los controladores de vuelos en los aeropuertos. El eje de estas políticas neoliberales era debilitar a los sindicatos, desregular los mercados laborales y dar plena libertada a la movilización de capitales, expandiéndose el proceso de globalización, medidas todas ellas mantenidas más tarde por los gobiernos republicanos y también por los gobiernos demócratas. Entre estos últimos, el Presidente Clinton, fundador de lo que se llamaría posteriormente la Tercera Vía (representada en Europa por Tony Blair en el Reino Unido y Gerhard Schröeder en Alemania) abandonó las políticas redistributivas, haciendo suyas las políticas neoliberales iniciadas por Reagan y Bush senior.

A partir de entonces, la dicotomía izquierda-derecha no se basó en políticas redistributivas centradas en el conflicto entre los intereses de las clases populares, por un lado, y los intereses de las élites financieras y económicas que constituirían lo que en EEUU se llama la corporate class (la clase de los que poseen y/o gestionan las grandes corporaciones del país), por el otro. En su lugar, el conflicto se centró en si incluir o no a los grupos discriminados (afroamericanos, predominantemente, y mujeres) dentro de la estructura del poder de la cual habían sido excluidos, marginados y discriminados. Las políticas de inclusión e identidad sustituyeron el conflicto capital-trabajo. El éxito de tales políticas se tradujo en un aumento muy notable de afroamericanos y mujeres en las instituciones públicas (y, en menor grado, privadas) que alcanzó su zénit con la elección de un afroamericano, Barack Obama, como presidente de EEUU (en enero de 2009) y se esperaba que se completara con la elección  de una mujer, Hilary Clinton, como presidenta. Esta última, basó su campaña en movilizar predominantemente a las mujeres y a las minorías. Las políticas públicas federales del Partido Demócrata enfatizaron la identidad y la antidiscriminación, generando una considerable expansión de afroamericanos y mujeres en las estructuras de poder político del país. Pero en políticas económicas el Partido Demócrata básicamente continuó las políticas neoliberales. En realidad, el primer presidente afroamericano de EEUU siguió las mismas políticas neoliberales que había seguido Clinton, los dos Bush y Reagan. De hecho, una de las personas más entusiastas de la globalización había sido su Ministra de Asuntos Exteriores, la Sra. Clinton, proponente de los tratados de libre comercio.

Las consecuencias de tales políticas neoliberales: el deterioro del nivel de vida de la clase trabajadora

La aplicación de tales políticas neoliberales tuvo un impacto devastador en el nivel de vida de la clase trabajadora. Las rentas del trabajo descendieron pasando de un 70% (en 1979) a un 63% (en 2014). Y los grupos más afectados fueron los miembros de la clase trabajadora en los sectores industriales, que eran los mejor pagados (y en su gran mayoría personas blancas), en parte debido a que habían tenido sindicatos fuertes. Las políticas federales favorables a la globalización provocaron un desplazamiento muy marcado de las industrias a países subdesarrollados, en busca de salarios bajos. Barrios blancos, de obreros industriales, han quedado destruidos por esta movilidad. Baltimore, por ejemplo, una de las ciudades más industriales de aquel país, quedó enormemente afectada cuando los Altos Hornos del Acero (uno de los mayores centros de empleo en tal  urbe) dejó la ciudad. El barrio obrero blanco más grande de Baltimore (Dandork) es hoy un barrio deteriorado en extremo. Casi el 100% del electorado en este barrio votó a Trump, lo cual es lógico, pues identificaron la gran pérdida de su nivel de vida con las políticas federales que estimularon la globalización. Es más, percibían al gobierno federal como defensor de los afroamericanos y de las mujeres (de clase alta y media alta), ignorándolos a ellos, los obreros blancos. De ahí que la gran mayoría de mujeres de clase trabajadora votara a Trump. Y no puede atribuirse este hecho a un crecimiento del racismo, pues muchos de estos barrios blancos habían votado  a Obama en elecciones anteriores. En realidad, los delegados al Colegio Electoral que dieron la mayoría a Trump procedían de barrios obreros que habían votado a Obama en 2009. Este enorme descenso del nivel de vida de la clase trabajadora blanca se ha traducido en el descenso de su esperanza de vida, como consecuencia del incremento de la mortalidad causado por el crecimiento de las enfermedades típicas del deterioro social.

¿Quién canalizó este enfado?

Este enfado se dirigió hacia el establishment político mediático del Este de EEUU, basado en el gobierno federal, y muy en particular hacia el que había sido el Partido del Pueblo. La canalización de este enfado antiestablishment, (que incluyó también un rechazo al establishment republicano) benefició a la ultraderecha, liderada por Trump, un personaje de una enorme astucia política, que sabe muy bien cómo comunicarse con los sectores abandonados por tal establishment, incluyendo a la clase trabajadora blanca y las zonas rurales, muy conservadoras en el país, que jugaron un papel clave en la victoria de Trump. Lejos de ser un incompetente, Trump es extremadamente astuto en su discurso iconoclasta, grosero e insultante (en contra de lo "políticamente correcto") y que conecta muy bien con sus bases electorales que le son sumamente leales. Y la constante crítica por parte de los medios, le beneficia, pues los mayores medios de información son también altamente impopulares.

Ahora bien, se está exagerando el rol del personaje Trump. No fue Trump el que creó el movimiento antiestablisment. Fue al revés. Este último creó a Trump. Solo Bernie Sandres, el candidato socialista, podría haber representado una alternativa progresista a Trump. En realidad, las encuestas indicaban que Sanders habría podido ganar las elecciones a Trump. Pero el aparato del Partido Demócrata destruyó a Sanders. Y la victoria de Trump era inevitable. Hoy el Partido Demócrata está en una crisis enorme y todo parece indicar que no entienden (o que no quieren entender) las causas de su derrota. Hoy el aparato de tal Partido continúa controlado por la clase media ilustrada (personas con educación superior), con conexiones con el mundo empresarial y muy en particular con el financiero, muy alejado de su base electoral tradicional.

Algo parecido está ocurriendo en Europa (y en España)

El control de los partidos de izquierda por componentes de esta nueva clase social (la clase media ilustrada), que se han distanciado claramente de sus bases de clase trabajadora, ha estado creando situaciones semejantes en Europa y en España. Barrios obreros que habían votado a las izquierdas, están votando a la ultraderecha en país tras país en Europa. Y ello es resultado de la conversión de los partidos de izquierda a las políticas neoliberales (globalización y políticas de austeridad) que han hecho un daño tremendo a sus bases populares. El surgimiento del nacionalismo, del deseo de proteccionismo, de la recuperación de la soberanía nacional y el rechazo a la austeridad, son los ingredientes que caracterizan a los movimientos de rechazo y del mal llamado "populismo antiestablishment". Las características de este mal llamado populismo varían. Pero es interesante resaltar la importancia del nacionalismo soberanista anti-globalización (antieuropeización) que, instrumentalizado por la ultraderecha en EEUU, juega un papel clave en las políticas "populistas". Tal nacionalismo es especialmente atractivo para la clase trabajadora que atribuye el descenso de su nivel de vida a estas políticas llevadas a cabo por aquellos que en su día ellos apoyaron. Y la mayor base social de estos movimientos son sectores muy precarizados de la clase trabajadora así como amplios sectores  de las clases medias proletarizadas que están viendo sus rentas disminuir notablemente.

Los movimientos antiestablishment a lo largo de Europa están  tomando también un cariz antieuropeización que es comprensible pues  identifican al estalishment europeo con las políticas de austeridad y las reformas neoliberales que han dañado, claramente, su calidad de vida y bienestar. Y cada uno de los sectores más perjudicados de las clases populares en general, y de la clase trabajadora en particular, son las bases más importantes de estos movimientos.

Una excepción en esta canalización del enfado por parte de la ultraderecha ha sido España donde Podemos fue un terremoto político que barrió el panorama político español convirtiéndose más tarde, junto con Izquierda Unida, la segunda fuerza de la oposición en un período muy corto. Existe, sin embargo, una versión de ultraderecha, Ciudadanos, con claro compromiso neoliberal, que está utilizando un nacionalismo jacobino muy agresivo, que intenta apelar a la clase trabajadora utilizando una narrativa de apelación a tal clase (es uno de los pocos partidos en España que explícitamente habla y apela a la clase trabajadora) que está creciendo enormemente, sobre todo en Cataluña donde tal nacionalismo españolista uninacional se presenta como el único capaz de evitar lo que definen como "ruptura de España" frente a un establishment gobernante en Cataluña, también de derechas y también nacionalista pero de sentido contrario. De ahí el reto de que las izquierdas, además de dirigirse a las clases populares en general y a la clase trabajadora en particular, deban desarrollar una visión distinta y opuesta a la visión de las derechas españolas y catalanas, ambas uninacionales presentando en su lugar una concepción de España plurinacional. Este es el reto de las fuerzas progresistas en Cataluña y en el resto de España.

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Respuesta al dogma conservador que afirma que los móviles nunca pueden ser un riesgo a la salud https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/06/08/respuesta-al-dogma-conservador-que-afirma-que-los-moviles-nunca-pueden-ser-un-riesgo-a-la-salud/ Fri, 08 Jun 2018 05:00:21 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4421 Continuar leyendo "Respuesta al dogma conservador que afirma que los móviles nunca pueden ser un riesgo a la salud"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

La escasa cultura democrática que existe en España explica que la predecible respuesta del pensamiento conservador dominante en el país a las voces críticas que cuestionan la "sabiduría convencional" (que es la sabiduría promovida por la estructura del poder económico y político del país) sea ningunear tales voces, ridiculizándolas o presentándolas como irrelevantes, con el propósito de expulsarlas del debate, atribuyéndoles una nula credibilidad. La respuesta de Álvaro Bayón Medrano (a partir de ahora ABM), "Compromiso con la verdad. Respuesta a Vicenç Navarro sobre el peligro de los móviles", (Público, 04.06.2018) en su intento de trivializar el artículo que escribí ("Lo que se está ocultando a los usuarios de los móviles: su salud puede peligrar", Público, 17.05.2018) sobre el posible riesgo que la utilización de los móviles pueda tener para la salud de la población, es muestra de este tipo de comportamiento. ABM, que promueve el dogma actual de que no hay ningún riesgo en el uso de los móviles, intenta cuestionar mi credibilidad científica negando mi autoridad para hablar de estos temas, refiriéndose a mi persona como "el politólogo de turno", supuestamente una persona que al ser politólogo no tiene la capacidad de entender el tema tratado –el impacto de las nuevas tecnologías en la salud- acusándome, a la vez, de ser partícipe de una conspiración dirigida a asustar y confundir a la población (términos que ABM utiliza para calificar lo que hago en mi artículo).

¿Quién carece de credibilidad?

No soy dado a hablar de mi persona en mis escritos, pero puesto que ABM afirma que no tengo la autoridad para escribir sobre este tema (que es un tema predominantemente de salud pública) he de  aclarar que además de ser politólogo (y economista), fui médico y también fui y continúo siendo experto en salud pública habiendo sido también profesor de salud pública de la Johns Hopkins School of Public Health (una de las escuelas de salud pública  más conocidas y de mayor prestigio en EEUU) por muchos años y que en su día (desde 1974 a 1978) fui elegido por los científicos miembros de la American Public Health Association (alrededor de 50.000) como su representante en el Executive Board de la Asociación.

Una de las áreas de mi trabajo ha sido precisamente el análisis de los determinantes económicos, políticos y sociales de la calidad de vida, bienestar y salud de las poblaciones. Y como parte de esta área de trabajo, he escrito en muchos artículos y libros (traducidos algunos a varios idiomas) sobre cómo los poderes económicos y financieros en la sociedad están influyendo en las instituciones políticas y científicas a fin de optimizar sus intereses, incluso a costa, en muchas ocasiones, de los intereses de la población. Mi artículo en Público es, en parte, un resumen del interesante estudio de cómo la poderosísima industria del móvil ha intentado influir a aquellas instituciones, escrito por Mark Hertsgaard y Mark Dowie y publicado en el conocido semanario estadounidense The Nation ("How Big Wireless Made Us Think That Cell Phones Are Safe: A Special Investigation", The Nation, 29.03.18). Tal tema encaja perfectamente en el área de conocimiento científico en la que he trabajado por muchos años. El ser politólogo y también economista me ha ayudado muchísimo a entender el problema que analizaban los dos autores de aquel artículo. Creo pues tener las credenciales para poder hablar del tema. He buscado, sin embargo, en la bibliografía científica y no he encontrado ningún artículo en una revista científica sobre salud pública (o cualquier otra relacionada con salud) que haya publicado ABM.

Según mi acusador ABM, a los críticos, como mi persona, hay que marginarlos y/o expulsarlos

Pero ABM va más allá que el insulto personal. Ha estado promoviendo una campaña en las redes sociales que intenta desacreditarme. Ha incluso acusado al diario Público de "violar las mínimas reglas de decencia periodística" al haber publicado mi artículo. En una versión extendida del artículo publicada en Naukas (03.06.2018) y titulado "Compromiso con la verdad" (ampliamente difundido en las redes), acusa a Público "de violar el primer compromiso ético de un periodista, que es el respeto a la verdad", permitiendo la publicación de un "panfleto alarmista" como el mío. En resumidas cuentas, según ABM mi artículo no debiera haber aparecido jamás en las páginas de un rotativo que "que quiera ser honesto" (utilizo sus términos). Tengo que admitir que, a pesar de mis muchos años de experiencia en estos temas, este tono me ha sorprendido por su grosería y hostilidad. Las fuerzas conservadoras defensoras de la "sabiduría dominante" en este país siempre han sido intolerantes con las voces críticas. Me ocurrió ya hace años en  1962 cuando tuve que exiliarme de España por ser una persona "prohibida", y lamento ver ahora que tal mentalidad todavía perdura queriéndoseme expulsar de las páginas de los medios.

La necesidad de ser escéptico sobre las posturas defendidas y promovidas por la industria del móvil

ABM se define en su biografía como biólogo y divulgador científico difundiendo y promocionando la postura promovida por la industria del móvil. Niega categóricamente que haya ningún impacto negativo que pueda derivarse de la utilización de los móviles. Pero el punto que merece destacarse es que, en su crítica insultante a mi artículo, no se refiere a los trabajos científicos que se citan en el artículo de The Nation (y que yo resumo en el mío) que cuestionan su tesis. En realidad, el artículo que escribí no se centraba tanto en el posible impacto de los móviles en la salud (materia que ha sido debatida y documentada en la literatura científica y a la cual me referiré más adelante) sino sobre los intentos bastante exitosos de una de las industrias más poderosas existentes hoy en el mundo –la de los móviles- en su intento de negar que tal utilización pueda tener un posible impacto negativo.

La tesis del artículo de The Nation, y del mío, es que en temas tan importantes como el que estamos tratando es fundamental que los trabajos de investigación, sean epidemiológicos (o sean del área de conocimiento que sea) no estén influenciados por las empresas que tienen mucho que ganar o perder según el resultado de tales investigaciones. Y en el análisis de esta evidencia, el artículo en The Nation cita un estudio, replicado más tarde (en 2007) en la revista Environmental Health Perspectives, que mostró que "los trabajos científicos financiados en todo o en la parte por empresas el móvil (o por científicos próximos a tales empresas) concluían con mucho mayor frecuencia que las no financiadas o próximas a las empresas que no había ningún riesgo" en su utilización. ABM no toca ninguno de estos temas. Acepta acríticamente la posición de la industria y de los trabajos científicos que asume le avalan. Según él, la verdad (término que con cierta pomposidad ABM usa) es que no hay ningún peligro al utilizar los móviles.

En Ciencia no hay dogmas o verdades. Solo hay evidencias

En ciencia, sin embargo, no hay dogmas ni verdades. Lo que sí existe es evidencia, que él sistemáticamente ignora. El único caso que cita es un artículo publicado en el boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2003 "Qué son los campos electromagnéticos" en el que la única evidencia que presenta en  apoyo a su "verdad" es un trabajo de investigación realizado en 1996, en el que se concluía que "sus resultados no confirman que la exposición a campos electromagnéticos de baja intensidad produzca ninguna consecuencia para la salud". Añadía tal artículo (escrito hace 20 años describiendo un estudio científico de hace 25 años), sin embargo, que "los conocimientos sobre los efectos biológicos presentan algunas lagunas que requieren más investigación", observación que ABM no cita. Repito que este artículo fue escrito en 2003, basado en un estudio de 1996. Desde entonces, algunas lagunas se han ido descubriendo a base de nuevos estudios citados en The Nation y en mi artículo que ABM ignora. En un estudio posterior, patrocinado por la OMS, y publicado en el International Journal of Epidemiology vol. 39, 2010 pp. 675-694, se indica que "aun cuando no había evidencia de un incremento de un tumor de localización cerebral (glioma) entre las utilizadores de móviles, sí que lo había, sin embargo entre los que los utilizaban con gran frecuencia...". Ello llevó a dicho estudio a concluir que "como consecuencia de este hallazgo, los posibles efectos de largo y elevado uso de los móviles debieran continuar haciéndose".

Ello fue causa, por cierto, de que un estudio masivo de tal impacto se hiciera entre ratones, exponiéndoles a tales radiaciones, con distintas frecuencias y distintas intensidades. Y en este estudio, publicado en 2016 en la revista científica Scientific American ("Major Cell Phone Radiations Study Reignites Cancer Questions", May 27, 2016, Dina Fine Maron) sí que se mostró de manera clara que había una relación entre intensidad y frecuencia de tales radiaciones y la aparición del glioma. Ni qué decir tiene que el hecho que se pueda producir en animales no significa que se dé también en seres humanos. Pero la realidad es que ya tenemos evidencia de que sí  puede haber en la utilización de los móviles un riesgo para la salud.

La responsabilidad del científico

Hay que acentuar que para los profesionales que trabajan en salud pública, hay siempre que tener en cuenta que la "ausencia de evidencias concluyentes de que una tecnología nueva pueda tener efectos negativos en la salud no significa que haya ausencia de riesgo", como bien dijo la Dra. Annie Sasco, ex directora de Epidemiología para la prevención del cáncer, del Instituto Nacional de Salud e Investigación del Estado francés. De ahí, basándose en la evidencia existente, aunque no sea definitiva, varias autoridades sanitarias como la francesa han tomado las medidas necesarias para proteger a las poblaciones vulnerables como infantes. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha  alertado también del posible peligro de la radiación de los distintos grados de los campos electromagnéticos pidiendo a los Estados que tomen medidas. Y en EEUU, varias asociaciones médicas profesionales como la American Pediatric Association han pedido que se tomen también medidas (que expliqué en mi artículo anterior) para proteger a infantes de tales radiaciones. Hoy hay evidencia de que en ciertas condiciones y en ciertas poblaciones puede haber un riesgo que las personas debieran conocer y que las industrias del móvil y los Estados debieran actuar para prevenirlo. Esto no se está haciendo en España, donde continúa dominando "la sabiduría convencional" conservadora en defensa del statu quo que intenta dejar todo tal como está, instrumentalizando la ciencia para alcanzar el objetivo de optimizar los intereses de la industria del móvil. Es probable que ABM ni siquiera sea consciente de ello, pero su idealización de cómo se produce el conocimiento científico le hace muy vulnerable a promover tesis y posturas que están al servicio de empresas que anteponen sus intereses al bien común.

Quisiera terminar estas notas aclarando que no estoy en contra de los móviles ni de los instrumentos que los sustentan. Pero sí que estoy en contra de que se oculten y/o ignoren sus posibles efectos nocivos para la salud y que no se tomen medidas que reduzcan y/o eliminen tales riesgos por parte de las autoridades públicas ni otras para informar a la población. La evidencia científica está mostrando de una manera creciente que hay riesgos en su utilización que deben reducirse o eliminarse. Y el Estado español, repito, no lo está haciendo.

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Cómo los 'súper patriotas' están ocultando la enorme crisis social que crearon https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/05/30/como-los-super-patriotas-estan-ocultando-la-enorme-crisis-social-que-crearon/ Wed, 30 May 2018 05:50:46 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4413 Continuar leyendo "Cómo los 'súper patriotas' están ocultando la enorme crisis social que crearon"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

El triunfo de los "súper patriotas" (nacionalistas de derechas) a los dos lados del Ebro

Las declaraciones de claro tono etnicista, xenófobo, supremacista y antiespañol del nuevo presidente de la Generalitat, el Sr. Quim Torra, han creado, como era lógico y predecible, un gran revuelo en Catalunya, contribuyendo a una polarización entre los catalanes que se sienten españoles y aquellos que no, polarización que ha alcanzado un nivel muy acentuado desde que gobierna en Catalunya una coalición a favor de la independencia liderada por el partido nacionalista de derechas, hoy llamado PDeCAT. También predecible ha sido la respuesta inmediata del presidente Torra frente al gran rechazo por parte de amplios sectores de la población de sus declaraciones y escritos. El ahora presidente ha intentado minimizar su importancia, alegando que ha sido malinterpretado, lo cual ha hecho con todo el apoyo mediático del establishment nacionalista conservador que ha dominado la vida política e institucional catalana desde casi el principio de la etapa democrática.

En realidad, tales declaraciones de un dirigente nacionalista de derechas no hubieran tenido que crear esta sorpresa pues lo que el presidente Torra dijo está ampliamente asumido en tal establishment nacionalista conservador, enraizado en la tradición política conocida como pujolismo y que (a pesar de las maniobras de marketing político, con cambio de nombre incluido) ha hegemonizado las instituciones gobernadas y/o influenciadas por la Generalitat de Catalunya durante la mayor parte del período democrático. La novedad de tales declaraciones no es tanto su contenido sino su forma, pues este etnicismo chovinista antiespañol ha sido una característica del pujolismo desde sus inicios, cuando se llamaba "charnego" al ciudadano español trabajador venido a Catalunya predominantemente de Murcia y Andalucía. Tal adjetivo peyorativo para definir a personas que vivían en Barcelona, pero que habían nacido fuera de Catalunya, procedentes del sur de España, era muy común en la cultura nacionalista de derechas liderada durante la mayoría del periodo democrático catalán por el Sr. Jordi Pujol.

El "charneguismo" es un concepto etnicista, xenófobo y supremacista, utilizado por el nacionalismo catalanista de derechas

Es sorprendente que se niegue por parte del establishment nacionalista catalanista de derechas que las expresiones utilizadas por el presidente Torra sean etnicistas, xenófobas y supremacistas. El hecho de que la Real Academia Española no utilice este término no significa que no exista el concepto. La lengua inglesa, que es más funcional que las lenguas derivadas del latín, claramente señala que es supremacista "aquel que cree que un grupo de personas debe liderar o tener el control sobre otro tipo de grupos de personas porque piensa que son mejores". La línea divisoria que define al grupo de personas puede ser racial, étnica y/o cultural. Creerse que un grupo de personas (los charnegos) deben tener menos poder porque pertenecen a otra etnia o cultura es supremacismo puro y duro. Vi esta manera de pensar y actuar cuando a principios de los años sesenta fui médico del Somorrostro, el barrio de "charnegos", donde tales trabajadores, recién llegados a Catalunya, vivían en condiciones miserables en uno de los barrios más pobres de la ciudad. La definición de aquellos ciudadanos como "charnegos" por parte de los nacionalistas catalanes de derechas me hacía a mí el "médico de los charnegos", título que era supuestamente un insulto pero que siempre consideré un honor. El Sr. Pujol llegó incluso a afirmar explícitamente que los "charnegos" –mis pacientes- tenían un coeficiente intelectual menor que los catalanes, declaraciones que más tarde -como ha hecho el presidente Torra ahora- desmereció y por las que también (respondiendo a la cultura cristiana que caracteriza a la mayoría de sus dirigentes) pidió perdón-. En realidad, con la astucia política que lo definía, Jordi Pujol intentó más tarde cubrir este flanco y protegerse de la acusación de xenófobo incluyendo en su entorno a figuras conocidas de habla castellana, como fue Paco Candel, presentándolos como representativos de la "otra Catalunya", supuestamente amigos de la familia nacionalista conservadora. La preocupación y cautela del Sr. Pujol por no caer en los insultos etnicistas quedaba frecuentemente al descubierto por las declaraciones de su esposa, la Sra. Ferrusola, que mostraba la cara más pura del etnicismo, chovinismo y supremacismo pujolista. Sus declaraciones cuestionando la catalanidad del candidato (charnego) Montilla, a raíz de su elección como Presidente de la Generalitat de Catalunya, eran casi idénticas a las declaraciones más recientes del ahora presidente Torra sobre la supuesta falta de catalanidad del presidente Montilla y su idoneidad para ocupar tal cargo.

El patrimonialismo del nacionalismo conservador pujolista

Otra característica del etnicismo del nacionalismo de derechas, relacionado con su supremacismo,  fue su sentido patrimonialista del Estado autonómico que controlaban, gobernando Catalunya con un caciquismo parecido al caciquismo de la democracia cristiana del sur de Italia: el clientelismo y la corrupción han sido siempre elementos claves de esta tradición política (en realidad es el partido catalán más parecido al PP en España). Y tal patrimonio del Estado era una fuente importante de mantenimiento y sostenibilidad para gran parte de los medios intelectuales catalanes, pues la gran mayoría de revistas, diarios o cadenas televisivas con sede en Catalunya estaban subvencionados e influenciados por el partido gobernante en la Generalitat. En realidad su propia existencia dependía de las subvenciones de la Generalitat. Su influencia era, en el caso de los medios públicos de la Generalitat (como TV3 y Catalunya Ràdio) de absoluto control (semejante al que el partido gobernante español, el Partido Popular, ejerce sobre TVE). Esta era (y continúa siendo) la Catalunya predominantemente de sectores de la burguesía (aunque no toda), de la pequeña burguesía y de los pequeños comerciantes ("els botiguers") y de amplios sectores de las clases medias de renta superior, incluyendo sectores importantes de las clases medias ilustradas (la clase media de educación avanzada) que han jugado un papel clave en la reproducción de la hegemonía de tal ideología. Esta era la Catalunya presentada como la Catalunya real de composición social variada pero con dominio de las clases sociales de renta por encima del nivel de renta media del país. Ni que decir tiene que también tenía y tiene componentes populares –y muy en particular en las zonas rurales-, la mayoría de creencias religiosas católicas. Pero la mayoría de sus militantes y votantes no pertenecen a la clase trabajadora catalana. Es cierto que algunos dirigentes del PDeCAT proceden de la UGT, pero más del aparato de la UGT que de las bases de tal sindicato.

Los instrumentos políticos de este nacionalismo catalanista de derechas

Sus instrumentos políticos eran CDC (de tendencia liberal) y UDC (la democracia cristiana próxima a la Iglesia catalana centrada en Montserrat, el monasterio benedictino que ofreció el aval religioso a este nacionalismo étnico). Ni que decir tiene que hay otras versiones nacionalistas distintas a la pujolista, pero esta última ha tenido una influencia mayor en la vida política, cultural e intelectual de Catalunya, y muy en particular en el movimiento secesionista, el cual, aun cuando no fue creado por el pujolismo, sí que este se adaptó rápidamente a su expansión. Tal expansión fue la respuesta al creciente rechazo que se dio en Catalunya en relación con los vetos del Tribunal Constitucional a elementos claves del Estatuto propuesto por el gobierno tripartito catalán, así como hacia las políticas hostiles del partido gobernante en España (el Partido Popular) hacia Catalunya.

Su control del aparato de la Generalitat y de los medios de comunicación públicos de esta permitieron a este nacionalismo conservador convertirse en la fuerza hegemónica y dominante del bloque secesionista, que adoptó elementos característicos del pujolismo, como su actitud profundamente antiespañola basada en creencias un tanto chovinistas, tales como su percepción, ampliamente promovida para defender su secesionismo, de que España es incambiable, confundiendo Estado con población, y atribuyendo a la población española una incapacidad de cambio. Esta percepción es el obstáculo mayor hacia el necesario transversalismo que debería existir en Catalunya entre las fuerzas progresistas para sacar del gobierno a los partidos gobernantes (PP con ayuda de Ciudadanos en España, y PDeCAT en Catalunya).

El único polo opuesto al pujolismo y a sus aliados fueron, durante el periodo democrático, el socialismo y, en su día, el comunismo catalanes, que gobernaban en la mayoría de las grandes ciudades de Catalunya, siendo el ayuntamiento de Barcelona el centro de la oposición a tal nacionalismo durante la mayor parte de ese período. Hoy el sueño del nacionalismo conservador y sus aliados es llegar a gobernar Barcelona, convirtiéndola en la capital de la inexistente República Catalana.

El enorme coste del procesismo: la gran crisis social en Catalunya y en el resto de España

El enorme coste del "procesismo" liderado por las fuerzas secesionistas es la continuación de la enorme crisis social, resultado de la aplicación de políticas públicas neoliberales impuestas por los partidos nacionalistas de derechas gobernantes tanto en España como en Catalunya, cuya responsabilidad queda ocultada detrás del debate nacional. En realidad las políticas públicas impuestas por el PP, con el apoyo de Ciudadanos, por un lado, y del PDeCAT, por el otro, han jugado un papel clave en crear la enorme crisis social. Estos tres partidos son profundamente nacionalistas de derechas. El PDeCAT es hoy la versión esencialista del nacionalismo secesionista catalán de derechas, mientras que el PP y Ciudadanos son profundamente nacionalistas conservadores y herederos del nacionalismo españolista, presentándose a sí mismos como los defensores de una España uninacional, también excluyente de cualquier otra nación en España y profundamente supremacista (incluso racista, pues durante muchos periodos de su historia, su existencia se basaba en la superioridad de la raza -el día nacional, el 12 de octubre, que conmemoraba la conquista de América Latina, se conocía como el día de la Raza-), el cual alcanzó su máxima expresión durante la dictadura fascista. Esta visión de España, excluyente de otras visiones de España (a las cuales definen como anti España), es hoy hegemónica y aparece en su versión más esencialista en el PP (partido enraizado en la clase dirigente del régimen dictatorial) y en Ciudadanos (partido creado por el establishment empresarial español, incluyendo el catalán, para parar a Podemos, una nueva fuerza política enraizada en el movimiento 15-M que se caracterizó por tener una visión distinta de España: una España plurinacional, más justa y más democrática que la actual, cuyas raíces estaban en el progresismo republicano y en la lucha de la resistencia antifascista).

Luchan sobre banderas pero implementan las mismas políticas anti clases populares

Estos tres partidos son partidos nacionalistas de derechas (unos españolistas y el otro catalanista) que han estado imponiendo (y digo imponiendo porque no estaban en sus ofertas electorales) a la población las políticas de claro corte neoliberal, las cuales incluían políticas de recortes del gasto público y, muy en especial, del gasto público social (como parte de sus políticas de austeridad), así como reformas laborales que deterioraron marcadamente el mercado de trabajo, con una reducción de los salarios y un gran crecimiento de la precariedad. Como consecuencia, el nivel de vida y capacidad adquisitiva de las clases populares descendieron marcadamente, mientras que las rentas superiores (y las rentas de la propiedad del capital) aumentaron de forma muy destacable. Los datos hablan por sí mismos: en Catalunya, las rentas del trabajo (como porcentaje del PIB) pasaron de representar un 50% en 2008 a un 45,8% en 2017, mientras que las rentas del capital subieron un 42% a un 44,5% durante el mismo periodo 2008-2017 (esta evolución contrasta con la que se ha dado en el conjunto del Estado español, donde las rentas del trabajo "solo" descendieron del 50,1% al 47,3% del PIB, mientas que las del capital pasaron del 41,7% al 42,4%). Como consecuencia, en Catalunya el nivel de renta del 20% de renta superior (que vive en la parte "alta" de las ciudades) ha pasado de ser 5,6 veces el nivel de renta del 20% de renta inferior en 2009 a ser de 6 veces en 2016. Una situación semejante ha ocurrido en el resto de España.

En realidad, el número de "ricos" en Catalunya (gente que declara sobre una base imponible de más de 1 millón de euros) ha aumentado durante la crisis. Solo del 2014 al 2015 hubo 577 personas más ricas (con un total de 31.951 personas en 2015). Mientras tanto, en la "otra Catalunya", el 46,7% de los parados catalanes llevaban más de un año buscando trabajo (un incremento de 29,9 puntos porcentuales en el peso de este colectivo desde el 2008, cuando era solo el 16,8% de todos los parados). Ello significa que ha habido un aumento de 178.200 personas más en esta situación en el año 2016 respecto al 2008. En realidad, Catalunya es una de las partes de la UE-15 que tiene más parados de larga duración.

Y lo que es incluso peor es que el 72,1% (es decir, 365.700 personas) de las personas en situación de desempleo no tienen ninguna prestación en concepto de paro. Y para terminar esta lista de indicadores negativos, el salario del 10% de trabajadores con los salarios más bajos se redujo del 2008 al 2015 un 12%. Esta es la condición en la que se encuentran grandes sectores de la otra Catalunya de habla castellana. Son los "charnegos" de hoy, que vienen de lugares diversos en España y en el extranjero.

La utilización vergonzosa de las banderas por los supuestos súper patriotas para ocultar sus vergüenzas

Esta realidad mostrada en estos datos es la ignorada en el debate sobre el tema nacional. Nunca antes las banderas han sido utilizadas con mayor desvergüenza para ocultar el enorme drama social. Las tres fuerzas políticas hoy en España que se presentan como las más "patriotas" (unas en "defensa de la unidad de España", y la otra "en defensa de la nación catalana en contra de la España que le roba") son las que están aplicando políticas que han hecho mayor daño a las clases populares tanto en Catalunya como en España. El miedo del PSOE a que se le acuse de "antipatriota" explica que se alíe con el PP y con Ciudadanos. Y un tanto igual ocurre en Catalunya con ERC y con la CUP. Ambos partidos, que se consideran de izquierdas, apoyan el liderazgo del pujolismo en el bloque secesionista (corresponsable con el PP y Ciudadanos de la gran crisis social que viven las clases populares de Catalunya, que son la mayoría del pueblo catalán). ERC y la CUP, al anteponer el tema nacional –aliados y bajo la dirección de la derecha– al tema social están perjudicando a tales clases populares. Es más, y como dije anteriormente, al afirmar la imposibilidad de cambiar España, están reproduciendo el argumento etnicista según el cual "hay algo en la manera de ser de los españoles que no los hace sensibles al cambio".

Tales partidos súper patriotas de derechas a los dos lados del Ebro han causado la enorme crisis social

Las políticas neoliberales (las reformas laborales y las políticas de austeridad) han tenido un impacto muy negativo en la calidad de vida y bienestar de la población catalana. Además del descenso salarial y del aumento de la precariedad, los recortes en los servicios públicos (de los más acentuados en España) han tenido unas consecuencias muy negativas. En educación el gasto de la Generalitat ha bajado durante el periodo 2010-2017 en 626 millones de euros (un 10% menos), en sanidad en 1.026,97 millones (un 10,33% menos), en vivienda un 50% menos (-366,28 millones), en protección social un 7,1% menos (-149,9 millones), en promoción social un 30,9% (-31,16 millones) y así un largo etcétera. Y el PdeCAT, junto con el PP y Ciudadanos, ha apoyado la legislación que hizo posibles tales recortes. En realidad, el PDeCAT ha sido uno de los partidos en las Cortes Españolas que han ayudado más al PP para que este consiguiera sus grandes parcelas de poder. Sus votos han sido determinantes no solo para aprobar la legislación neoliberal, sino también para elegir a figuras clave como la Presidenta de las Cortes Españolas, la Sra. Ana Pastor.

Estas políticas de austeridad se han desarrollado como parte de una estrategia para favorecer la privatización de los servicios públicos, siendo la sanidad y la educación un claro ejemplo de ello. El ex consejero de Salud, Boi Ruiz (que había sido la cabeza de la patronal sanitaria privada), hizo declaraciones explícitas en este sentido. Y la ex consejera de Educación favoreció a las escuelas privadas a costa de las escuelas públicas.

Pero estas políticas, favorecedoras de los servicios privados, fueron acompañadas de un intervencionismo favorable con los propietarios de los servicios privados a costa de los usuarios, política que ha tenido un impacto devastador en la vivienda, siendo el elevado precio del alquiler una de sus consecuencias, habiendo alcanzado un drama social. Los desahucios de personas y familias que no pueden pagar el alquiler han llegado a niveles escandalosos (ver "Uno de los derechos constitucionales más ignorados en España: el derecho a la vivienda", Público, 10.05.18). Y para acentuarlo todavía más, los "súper patriotas" como el PP, Ciudadanos o el PDeCAT han aprobado, junto con el PNV, el "desahucio exprés", facilitando que el período de desahucio se reduzca a dos meses, medida que afectaría a millones de catalanes que incluso sin estar desahuciados estarían bajo el enorme temor de poder estarlo. ¿Cómo pueden presentarse estos partidos neoliberales como defensores de la patria cuando están dañando a la gente que son componentes claves de tal patria?

En realidad, los partidos secesionistas han atribuido la crisis social a la pertenencia de Catalunya a España, y a la falta de soberanía de la primera para poder realizar sus propias políticas públicas de desarrollo. Identificando España como el Estado español, tal argumento ha atraído a sectores de la población catalana que no son particularmente secesionistas pero sí creen que será imposible para Catalunya resolver su enorme crisis social sin separarse de España e independizándose del Estado español. Tal argumento podría ser coherente en caso de que los que lideraran el proceso de secesión fueran fuerzas políticas comprometidas con otras políticas distintas y opuestas a las que se están aplicando en Catalunya y en España. Y ahí está el punto flaco del argumento secesionista progresista, pues la fuerza política que lidera hoy el movimiento independentista representa una opción conservadora neoliberal responsable de la crisis actual. Es poco creíble que el PDeCAT hiciera una política distinta a la que ha realizado hasta ahora. En realidad, sus dirigentes y pensadores en temas económicos (promovidos por los medios públicos de la Generalitat) son conocidas figuras neoliberales. Y como se demostró en la transición española, el que controla la transición controla el producto final.

Qué debería hacerse: centrarse en el tema social

En realidad, la solución es fácil de ver: el eje social debería centrar el debate político y mediático, poniendo la resolución del enorme problema social de las clases populares en el centro del debate. Ello implicaría resolver el enorme problema social ahora, y sin esperar a una incierta independencia o cualquier otro proyecto, que de realizarse, no se haría ni hoy ni mañana ni en un futuro inmediato. Y este proyecto no puede realizarse hoy en Catalunya bajo el liderazgo del gobierno controlado por los de siempre. Es una condición esencial para poder cambiar Catalunya el cambiar España, en alianza con las fuerzas progresistas que han estado surgiendo a lo largo del territorio español que, junto con fuerzas renovadas de la izquierda tradicional, tienen una clara vocación democrática profunda, comprometidas con el bienestar de las clases populares y con la calidad de vida de la población y con una visión distinta y opuesta a la esencialista uninacional: una España plurinacional, solidaria y profundamente democrática. Ver que ello es imposible (como creen las fuerzas secesionistas) es caer en el etnicismo chovinista que está obstaculizando el desarrollo de la muy necesaria transversalidad. Es urgente que las fuerzas republicanas progresistas a los dos lados del Ebro colaboren y se alíen para cambiar Catalunya y España. Pero para que ello ocurra son necesarias movilizaciones que exijan una solución inmediata de la gran crisis social. Y aquí de nuevo la calle está y va muy por delante de las instituciones políticas. La solución al problema social exige cambios profundos en España (con el cambio del gobierno) y también en Catalunya (con el cambio de quien gobierna la Generalitat). Con los de siempre controlando los gobiernos español y catalán, el problema no se resolverá. Así de claro.

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La continua hostilidad contra Podemos de los mayores medios de información y persuasión españoles https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/05/24/la-continua-hostilidad-contra-podemos-de-los-mayores-medios-de-informacion-y-persuasion-espanoles/ Thu, 24 May 2018 06:15:04 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4406 Continuar leyendo "La continua hostilidad contra Podemos de los mayores medios de información y persuasión españoles"]]> A lo largo de mi vida he vivido y trabajado en varios países (España, Reino Unido y EEUU) y en ninguno he visto una falta de diversidad ideológica tan marcada en sus mayores medios de información como en España (sesgados en su mayoría hacia la derecha, e incluso hacia la ultraderecha), los cuales perpetúan una cultura escasamente democrática. La evidencia de ello es abrumadora. No es por casualidad que España sea uno de los países de la Unión Europea (UE) en el que el índice de confianza de la población hacia los medios de información es más bajo (según el Eurobarómetro, en el caso de la televisión -36% de confianza-, la prensa -40% de confianza- y la radio -52% de confianza- los españoles tienen, respectivamente, la segunda, la séptima i la sexta confianzas más bajas del conjunto de países de la UE).

He escrito sobre este tema extensamente, mostrando que esta falta de diversidad ideológica en los medios es consecuencia del enorme poder que las fuerzas conservadoras que dominaron el Estado dictatorial han continuado teniendo sobre el Estado y sobre la sociedad durante el periodo democrático. Como he indicado en varios escritos (ver Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002), la transición de la dictadura a la democracia no significó una ruptura con el Estado dictatorial anterior, sino una reforma que, aun siendo muy importante, pues significó un gran avance para el país, dejó una huella en la sociedad española en sus escasamente democráticas instituciones representativas, en sus medios de comunicación y en su escaso desarrollo social. No es por casualidad que la democracia española, una de las que tiene mayores déficits democráticos en la Unión Europea de los Quince (UE-15), sea también una de las que tiene un Estado del Bienestar menos financiado y menos desarrollado. Cuarenta años después de la Transición el gasto público social por habitante continúa siendo de los más bajos de la UE-15. El déficit político explica el déficit social (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006). Y los medios de información, que son también de persuasión, juegan un papel clave en la reproducción de las relaciones de poder de clase social y de género, ya que están sesgados a favor de las fuerzas conservadoras del país.

El 15-M como un vendaval de aire freso que generó gran resistencia y hostilidad por parte de las estructuras de poder del país

En este contexto profundamente conservador apareció, al iniciarse la mayor crisis social que la España democrática ha vivido –la Gran Recesión–, un movimiento de protesta generalizada, el 15-M, que dio origen más tarde a un movimiento político-social, Podemos, que cuestionó las credenciales del establishment político del país ("no nos representan"), así como el retraso democrático y social del mismo, exigiendo políticas públicas alternativas (tomando, entre otros, el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, de Juan Torres, Alberto Garzón y yo mismo, como referencia) y enfatizando que, en contra de lo que decía el establishment político-mediático del país (que insistía en que no había otras políticas públicas alternativas), sí que las había. El eslogan "sí se puede" era una clara denuncia del pensamiento conservador-neoliberal, hegemonizado por aquel establishment.

Como era predecible, tal establishment político-mediático respondió a ese movimiento político-social con una enorme hostilidad que yo nunca había visto en ninguno de los países en los que viví antes de volver de mi largo exilio. La agresividad del Estado y de los mayores medios de comunicación hacia esta nueva formación política fue enorme, mostrando estos últimos que su función no era la de informar, si no la persuadir y la mera propaganda política. Ser de Podemos, en la vida política, era ser eje de una hostilidad mediática en la que las más mínimas normas de profesionalidad y decencia periodística eran ignoradas. Estaba claro, además, que había un proyecto planeado en parte en las cloacas del Estado, con la colaboración de periodistas basura carentes de las mínimas normas de decencia profesional (y a los cuales se les continua dando gran visibilidad mediática), para destruir Podemos.

Incluso los medios que se consideraban medios "responsables" participaron en aquella campaña, llegando a extremos insospechados en su tergiversación de las noticias. Uno de los casos más claros de tal tergiversación fue que el periodista Francesco Manetto de El País presentara como abucheo al ex alcalde y ex presidente Maragall (cuando inesperadamente se presentó en un acto en el pabellón de la Vall d’Hebrón que celebraba la primera visita de la dirección de Podemos a Barcelona liderada por Pablo Iglesias) lo que en realidad fue una gran ovación. Ni que decir tiene que, al día siguiente, toda la prensa "responsable" catalana reprodujo la falsedad de El País, esto es, que los podemitas habían abucheado a Pasqual Maragall cuando en realidad había recibido una gran ovación (ver mi artículo Manipulaciones y mentiras en El País, Público, 29.12.14).

Mi experiencia como coordinador de la Gestora de Podem en Catalunya

Esta hostilidad ha sido una constante. La percibí de nuevo cuando, habiendo sido el catalán más votado en Vistalegre II, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, propuso mi nombre para que dirigiera la gestora provisional de Podem Catalunya. La cantidad de falsedades e insultos que pude observar durante tal mandato fue enorme, algunos realizados con la complicidad de seguidores del antiguo secretario general de Podem Catalunya (que utilizaron todo tipo de falsedades para intentar desacreditar a la nueva dirección). Ni que decir tiene que estas voces gozaron de todas las cajas de resonancia en los medios, cajas negadas a los insultados en dicha campaña. Una de las falsedades más promovidas fue que el secretario general de Podem había sido expulsado por Pablo Iglesias. La realidad es que la máxima autoridad de Podem Catalunya, los inscritos, actuando como Asamblea Ciudadana, votaron masivamente contra la dirección saliente. Ningún rotativo aclaró este punto, asumiendo que aquellos que lo hicieron (72% de los participantes) eran meros títeres del secretario general de Podemos. Y así constantemente.

La agresividad continúa en contra de Podem Catalunya

De nuevo, la hostilidad ha continuado, ahora hacia el nuevo secretario general, Xavier Domènech, el cual también ha sido presentado por los mismos medios de persuasión como nombrado a dedo por, de nuevo, Pablo Iglesias, ignorando y/o ocultando que Xavier Domènech fue elegido por el mayor número de votantes que hayan elegido a un secretario general en Podem Catalunya. Podría añadir múltiples ejemplos de manipulación, falsedades y errores. El último ha sido el artículo de Maite Gutiérrez en La Vanguardia, titulado "Podem inicia la confluencia con Colau para las municipales", que de nuevo en su reportaje de la reunión del Consell Ciutadà Català para diseñar la política de alianzas de Podem Catalunya desinforma, atribuyendo a Xavier Domènech frases (poniéndolas entre comillas) que jamás pronunció y hablando de una gran convulsión y tensiones cuando el informe de la dirección fue aprobado casi unánimemente y con solo un voto en contra, dentro de un debate que se caracterizó precisamente por un comportamiento de gran madurez política.

La hostilidad llega ahora a su extremo con el intento de destrucción de la dirección de Pablo Iglesias e Irene Montero

No hay otro caso de hostilidad más masiva y orquestada contra una figura política en España que la que se ha manifestado contra el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, un ataque personal sin límitesY la causa de ello es que este dirigente es el que, de una manera más consistente y coherente, ha defendido unas políticas factibles alternativas a las que se han estado imponiendo a la población por parte del establishment político-mediático del país, y que han causado la mayor crisis social que ha vivido el país desde que se inició la democracia. Un ejemplo de ello se está dando en estos días, cuando Podemos está impulsando una propuesta de ley para que se resuelva el enorme drama de la vivienda, posibilitando que los ayuntamientos y otros niveles del Estado puedan regular el precio de los alquileres. Y es en este contexto cuando aparece el "famoso escándalo del chalet". En realidad, el establishment político-mediático lleva tiempo intentando destruir a Pablo Iglesias, estereotipándolo y presentándolo como una figura rígida, dogmática, caudillista y otros atributos, en busca constante de figuras alternativas en Podemos que consideran más afines y moldeables. Este es el background del famoso caso del "chalet". Quisiera aquí añadir una nota personal. He conocido a muchos dirigentes de fuerzas progresistas en muchos países a lo largo de mi vida. Y Pablo iglesias, al cual conozco desde hace tiempo cuando no era todavía una figura política, siempre me impresionó por su compromiso político, valentía, integridad y vocación de servicio hacia el bienestar de las clases populares, cualidades que no quedan disminuidas un milímetro por haberse comprado una casa, dentro de un pueblo tranquilo, por la cual paga 800 euros al mes (más los 800 euros de su compañera Irene Montero, otra persona a la cual ya también se intentó destruir cuando presentó la moción de censura al PP). Tengamos claro que la compra de una casa no es el tema. El tema, sin más, es el intento mediático de destrucción de la dirección de Podemos. La constante persecución contra Pablo Iglesias y ahora Irene Montero en su vida cotidiana (vida que está escasamente protegida en el barrio madrileño donde viven) les expone (peligro que asumen cada día) y que no pueden imponer a sus hijos. Dejar un barrio popular no implica ningún abandono de las clases populares que lo habitan. Es poder hacerlo mejor en condiciones de mayor seguridad. El fascismo está vivo en España y vive en plena libertad con la ayuda de las cloacas del Estado y sus periodistas. No hay ningún otro ejemplo hoy en la Unión Europea de los Quince en el que se haya llegado a tal nivel de bajeza y mezquindad. Y es sorprendente el silencio y falta de protestas por parte de las grandes figuras del mundo intelectual español en cuanto a esta situación. De ahí que, como respuesta, sería bueno que hubiera un voto masivo a favor de la continuidad de Pablo Iglesias e Irene Montero, lo que sería también un voto masivo de protesta en contra del comportamiento profundamente antidemocrático de los medios de desinformación y propaganda que dominan el panorama político y mediático del país. De ahí que invite no solo a los votantes e inscritos de Podemos, sino a todas las personas de sensibilidad democrática a añadir su voz a la protesta frente al intento de asesinato político-mediático que estamos viendo. Ha sido una constante en la cultura mediática del país mostrar una gran hostilidad hacia los dirigentes de las izquierdas. Esta agresividad ha alcanzado su máxima expresión en el caso de Pablo Iglesias. De ahí la necesaria movilización social denunciando esta represión mediática resultado de una falta de diversidad y cultura democrática en el país, en el que las fuerzas progresistas carecen de medios para poder mostrar y denunciar estos comportamientos. Y a eso lo llaman democracia.

 

 

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Lo que se está ocultando a los usuarios de los móviles: su salud puede peligrar https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/05/17/lo-que-se-esta-ocultando-a-los-usuarios-de-los-moviles-su-salud-puede-peligrar/ Thu, 17 May 2018 06:12:51 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4394 Continuar leyendo "Lo que se está ocultando a los usuarios de los móviles: su salud puede peligrar"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

 

La revista estadounidense The Nation, que goza de gran prestigio en el mundo intelectual de EEUU por su rigor y por su actitud crítica hacia la "sabiduría convencional del país", publicó un artículo ("How Big Wireless Made Us Think That Cell Phones Are Safe: A Special Investigation", The Nation, 29.03.18) de un enorme interés que está causando un gran debate en aquel y otros países, debate que lamentablemente no se ha dado en España. En este artículo sus autores, Mark Hertsgaard y Mark Dowie, detallan cómo la industria de los móviles (cell phones) ha sistemáticamente menospreciado la evidencia de que los móviles pueden producir cáncer de cerebro en los seres humanos que los utilizan. Y documentan que, debido al gran poder de esta industria y su gran influencia sobre organismos nacionales e internacionales como el gobierno de EEUU, gran número de los gobiernos de los países de la Unión Europea, la Comisión Europea e, incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS), se está minimizando el riesgo que la utilización de tales móviles tiene para la salud de la población, y muy en particular para la salud de niños y niñas y adolescentes (aconsejo la lectura de este artículo, del cual extraigo la mayor parte de datos presentados en este ensayo).

La historia parece repetirse: recuerden lo que pasó con el tabaco y con las energías no renovables

Es de sobras conocido que la industria tabacalera jugó un papel clave en negar primero y trivializar después la evidencia de los impactos negativos en la salud de la gente (incluyendo la producción de cáncer de pulmón) al fumar tabaco. Tal campaña retrasó el reconocimiento de este daño durante varias décadas, aplazando con ello las medidas públicas de intervención para disminuir y eliminar el enorme perjuicio causado por el tabaco en la salud de la población. Una situación semejante ocurrió con la utilización del carbón, petróleo y gas, cuyas industrias productivas y distribuidoras negaron (y algunas continúan negando) que la utilización de tales sustancias estuvieran elevando el nivel del calentamiento del planeta a niveles alarmantes. En ambos caso, sin embargo, la evidencia científica acumulada ha ido dando la razón a los que ya hace años alertaron de los perjuicios que el consumo de tales sustancias podría generar en la salud del planeta y de su población. Parece que, según apunta este artículo, algo semejante podría estar ocurriendo ahora con los teléfonos móviles. Hay evidencia de que su utilización puede tener efectos nocivos, incluyendo la generación de cánceres de cerebro en el lado donde se utiliza el móvil.

Cómo comenzó a notarse que podía haber un problema con los móviles

La historia comenzó cuando se introdujeron y se permitió su uso en el mercado estadounidense en 1983. Diez años más tarde, 1993, había seis subscripciones a móviles por cada 100 habitantes en EEUU. Era el inicio de una enorme expansión. Fue en este año, sin embargo, cuando un ciudadano David Reynard llevó a los tribunales a la NEC American Company alegando que la utilización del móvil había causado a su mujer el cáncer de cerebro que había adquirido. Cuando el caso apareció en los medios, incluyendo en la televisión, creó una enorme alarma y el valor de tales compañías en la bolsa bajó en picado.

Fue entonces que la industria respondió y creó, dos años más tarde, el Wireless Technology Research Project (WTR), el centro de investigación más grande (financiado con 28 millones de dólares) para investigar la seguridad (safety) en la utilización de los móviles. La creación de tal agencia privada de investigación fue acogida con grandes reservas por parte de la comunidad científica, pues es de sobras conocido que cuando tales institutos de investigación están financiados por las industrias que se benefician de la venta de los productos analizados tienen escasa credibilidad, ya que sus estudios casi siempre acaban avalando los puntos de vista de las empresas que los financian.

La predecible respuesta de la industria del móvil

La experiencia de lo que ocurrió con el tabaco y con las "energías no renovables" enseñó a las industrias que, frente a la evidencia científica que cuestiona la salubridad de sus productos es aconsejable no negar tal evidencia pero en su lugar señalar que la evidencia no es suficientemente concluyente. Así, frente a cada estudio que presenta evidencia que sí que crean alteraciones biológicas como cánceres, la industria presenta otros tantos que no muestran tal evidencia, creando así la impresión de que no se puede llegar a una conclusión. Así, según el artículo, cuando el investigador Henry Lai analizó 326 estudios realizados entre 1990 y 2005, vio que un 56% mostraban que había un efecto biológico en el usuario como resultado de la radicación producida por el móvil, pero a la vez señalaba que un 44% concluyeron que no lo había. Pero cuando Lai recategorizó los estudios según estuvieran o no financiados por la industria, dichos porcentajes variaron: un 67% de los estudios financiados de forma independiente encontraron un efecto biológico, mientras que tan solo el 28% de los estudios financiados por la industria llegaron a la misma conclusión. Tal estudio fue replicado y publicado en la revista Environmental Health Perspectives, la cual concluyó que los estudios financiados por la industria eran 2,5 veces menos favorables a la tesis de daño que los no financiados por la industria.

El objetivo de la industria era y es mostrar que la evidencia del daño que podría causarse no es definitiva

Ahora bien, lo importante para la industria es promover la opinión de que la evidencia no es concluyente. Pero en cualquier caso, cabe resaltar, como señalan los autores del artículo, que las compañías de seguros no han querido asegurar a las compañías de producción y distribución de móviles en cuanto a daños biológicos (cáncer o cambios genéticos) producidos por los móviles se refiere.

Como bien reconocen los autores del artículo citado, no hay pruebas definitivas de tal daño. En realidad, su artículo no está orientado a presentar la evidencia existente sobre tal daño, sino a cómo la industria del móvil está oponiéndose a que se informe objetivamente a la población, pues lo que es fundamental es que se sepa que hay un riesgo frente al cual la población puede protegerse. Citan así a la Dra. Annie Sasco, la ex directora de epidemiología para la prevención del cáncer del Instituto Nacional de Salud e Investigación Sanitaria del Estado francés, la que ha indicado que "la ausencia de evidencias concluyentes de que una nueva tecnología pueda tener efectos nocivos no significa que no haya ausencia de riesgo". De ahí que, en base a que exista tal riesgo, Francia haya tomado toda una serie de medidas para proteger a los grupos más vulnerables como la infancia y la adolescencia. Y medidas semejantes han sido tomadas en el Reino Unido.

En EEUU, sin embargo, la enorme influencia de un grupo industrial (que incluye nombres tan notables como Apple, AT&T, Motorola, Ericsson, Nokia, Samsung, Sony, GSMA y Deutsche Telekom) sobre el gobierno federal explica que su agencia reguladora, la Federal Communications Commission, no haya favorecido la adopción de medidas correctivas –como ha aconsejado la Academia Americana de Pediatría-, como la de prevenir el efecto nocivo en los niños y mujeres embarazadas.

La evidencia es que el móvil puede ser un factor de riesgo para la salud y esto no se comunica

Hoy 95 de cada 100 adultos en EEUU tienen un móvil, en una industria que solo en 2016 tuvo unas ventas de 440.000 millones de dólares en el mundo. Y los gobiernos y organismos internacionales han sido especialmente pasivos en cuanto a este tema. La Organización Mundial de la Salud clasificó por fin el móvil como un "posible" carcinógeno humano en 2011, aun cuando tal organización conocía de esta circunstancia desde mucho antes. En realidad, había estado estudiando desde 1996 los efectos nocivos de los campos magnéticos de origen eléctrico, habiendo establecido para ello el estudio Interphone (financiado con 24 millones de dólares, de los cuales 4,7 millones venían de la industria de los móviles). Este estudio había ya indicado que las personas que hacían un uso muy elevado de los móviles tenían un 80% más de probabilidades de contraer glioma que los usuarios que los utilizaban con menor frecuencia.

Es urgente y necesario, pues, que la información que exista sea transmitida a la población y que el Estado tome las medidas necesarias para proteger la salud de la población, pues esta es su función más importante. Ni que decir tiene que el móvil es un instrumento de gran valor y utilidad. Pero es una responsabilidad esencial que se informe a la población de los riesgos que puede conllevar, y que los Estados tomen las medidas pertinentes para prevenirlos. No se trata de prohibir la utilización de tales aparatos para la mayoría de la población sino que las empresas que los fabrican informen a la población de los riesgos a su salud que su utilización implica, y que los Estados establezcan medidas preventivas para minimizar el daño e incluso evitarlo. Y esto tampoco se está haciendo. 

Pasos que se han estado tomando en España y en varios países

Una de las instituciones que ha prestado mayor atención a este tema ha sido la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. En su resolución 1815 "Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y su efecto en el medioambiente" de 2011 alertó del peligro del gran incremento de los distintos grados de los campos electromagnéticos. Y ello incluía desde Internet hasta los teléfonos móviles. Según la misma resolución, se deberían averiguar ya los niveles de tolerancia del cuerpo humano en la exposición a dichos campos, y también los niveles y grupos vulnerables a tal exposición, indicando ya entonces lo que la evidencia científica ha señalado repetidamente: los niños y niñas y adolescentes.

En España, los parlamentos vasco y navarro han pedido a sus gobiernos que apliquen tal resolución (que tiene recomendaciones concretas), petición que ha sido desoída. En 2013, el Defensor del Pueblo Vasco también pidió al Departamento de Salud que implementara medidas para reducir los niveles de emisión de radiofrecuencias en las escuelas.

El parlamento navarro también pidió en 2014 la aplicación de la resolución del Consejo de Europa, lo cual solicitó no solo al gobierno navarro, sino también al español, pidiendo que se aplicaran tales recomendaciones, hecho totalmente ignorado por el último también, mostrando su bien conocida insensibilidad hacia la defensa del usuario y del consumidor. El Estado español es de los que ha dado menos atención a la prevención ante riesgos de la salud creados por la utilización de los móviles.

En Francia en cambio, y como indiqué al principio, el Estado tomó medidas en 2015 que prohibió la utilización de redes Wifi y teléfonos inalámbricos en los espacios utilizados para la actividad y descaso de los infantes por debajo de 3 años. Y en 2016 el Estado estableció los límites de exposición (según la intensidad de los campos electromagnéticos) para la salud de los trabajadores, sobre todo para las mujeres embarazadas.

En Italia, en 2017, el tribunal italiano de Ivrea reconocía una relación causal entre el uso del teléfono móvil y el tumor cerebral (el primer tribunal del mundo en reconocer este vínculo causal). 

Una última observación

En medio del entusiasmo creado por la revolución digital se están olvidando los costes de toda supuesta revolución, ocultando a la población los riesgos de los aparatos realizados y promovidos por tal revolución.  Es sorprendente el silencio de los medios sobre el enorme riesgo que tales instrumentos aparatos, como los móviles, suponen para la población. En realidad, podrían tomarse ya medidas que podrían reducir sensiblemente tales daños. Pero el anteponer los intereses comerciales de las empresas a los derechos y necesidades humanos está haciendo un daño enorme. La constante ocultación de información a los usuarios, en muchas ocasiones en complicidad con el poder político puesto a su servicio, es una de las causas de que puede que nos enfrentemos a una de las crisis más importantes en el tiempo que vivimos. Tendría que haber una movilización popular que forzara a los Estados a tomar medidas que podrían prevenir tal crisis. Que ello ocurra depende primordialmente de la voluntad política de los que se llaman a sí mismos "representantes de la ciudadanía". Invito a la ciudadanía a que se movilice para que sus representantes hagan algo, porque no es un tema menor. Sepa el lector que es probable que sus representantes, tanto a nivel nacional como europeo, estén ya recibiendo información para mostrar la seguridad y la falta de riesgo de lo que venden las empresas. De ahí la urgencia de que oigan también la voz de la población, que es a la que en definitiva representan.

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Uno de los derechos constitucionales más ignorados en España: el derecho a la vivienda https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/05/10/uno-de-los-derechos-constitucionales-mas-ignorados-en-espana-el-derecho-a-la-vivienda/ Thu, 10 May 2018 08:20:30 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4386 Continuar leyendo "Uno de los derechos constitucionales más ignorados en España: el derecho a la vivienda"]]> Estamos hoy viendo en España cómo diferentes políticos están encarcelados por ser sospechosos de violar la Constitución Española. Sin ni siquiera haber sido juzgados, se los ha puesto ya en prisión. Tal celeridad contrasta con la invisibilidad, olvido o clara violación de otro mandato constitucional, violación que ocurre diariamente por parte tanto del estado central como de varias comunidades autónomas, incluyendo la Generalitat de Catalunya. Me estoy refiriendo al derecho a la vivienda. En realidad, tal violación ha convertido dicha falta de acceso a la vivienda en uno de los dramas sociales más importantes que hoy existen en los mayores centros urbanos del país, y que afecta con mayor dureza a las clases populares.

El mandato constitucional ignorado masivamente por el Estado español

El artículo 47 de la Constitución Española (el documento que sirve de justificación para encarcelar a los políticos que supuestamente no la respetan) dice textualmente que "todos los españoles tienen derechos a disfrutar de una vivienda digna y adecuada".  Y una vez establecido el derecho, el artículo instruye a "los poderes públicos [a promover] las condiciones necesarias y [establecer] las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho". Entre estas normas está la de "regular la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación". Es más, en su artículo 33 que habla del derecho a la propiedad (en este caso de la vivienda que se vende o que se alquila), la Constitución establece que los derechos de la propiedad privada estarán condicionados por la función social de estos derechos. En otras palabras, lo que la Constitución Española está diciendo es que el derecho a la propiedad está supeditado a la función social que realiza. Es decir, la Constitución reconoce que la vivienda no es solo un bien económico sino también social, tema en el que el Estado, con su enorme insensibilidad hacia el drama social que crea su desobediencia a tal mandato constitucional en España, muestra una enorme desatención.

¿Quiénes son los responsables de este drama social?

La Constitución asigna al Estado central la mayor responsabilidad para aplicar aquellos artículos que en teoría deberían garantizar tal derecho. Y así lo ha interpretado la práctica jurídica. En España es solo el estado central el que tiene la máxima autoridad para obligar al cumplimiento del mandato constitucional (que ignora). El establishment político español, que continuamente promueve la visión de España como "el estado más descentralizado del mundo", subraya que tal autoridad la tiene solo el Estado central, relegando a la autoridad municipal (que también es Estado) una responsabilidad muy menor. Y ahí está la raíz del problema, pues el Estado español, heredero del Estado dictatorial que lo precedió, está altamente influenciado por poderes financieros e inmobiliarios que, a través de los partidos conservadores y liberales (que a nivel popular se definen como las derechas), condicionan las políticas públicas sesgadas a favor de los propietarios de las viviendas a costa de los usuarios de tales bienes.

Esta realidad está sistemáticamente ocultada en la movilización de las derechas en España y Catalunya contra los ayuntamientos de Barcelona y Madrid gobernados por partidos progresistas, acusándoles de no haber resuelto problemas como el de los desahucios, mientras que son estos partidos de derechas (y muy en particular el PP y Ciudadanos) los que a través de su influencia sobre las ramas ejecutivas y legislativas, así como sobre los aparatos del Estado como el jurídico, tienen mayor responsabilidad por la falta de soluciones a estos problemas. En realidad, tales ayuntamientos han llevado a cabo políticas públicas (que analizaré en este texto) que han podido paliar parte del drama social del difícil (cuando no imposible) acceso a la vivienda sin poder resolverlo, pues ello requiere cambios muy sustanciales por parte del gobierno español y también, en parte, de la Generalitat (en el caso de Catalunya), que no están ocurriendo.

Causas del enorme problema social: el excesivo precio de los alquileres

Hoy estamos viendo una burbuja enorme, predominantemente del alquiler. Los precios de los alquileres están creciendo a una velocidad desmesurada. Según la agencia Fotocasa, el precio del alquiler se ha incrementado un 49% en Catalunya y un 27% en Madrid desde 2013, aumento que desborda la capacidad adquisitiva de la población, seriamente afectada por el descenso de los salarios y de las tasas de ocupación de las clases populares que se ha venido produciendo durante todos estos años de la Gran Recesión. Ello explica que el 42% de la población de Barcelona que vive de alquiler lo haga en hogares para los que los gastos del hogar representan el 40% o más de sus ingresos. Según el Fondo Monetario Internacional España es el país de la OCDE (el club de países más ricos del mundo) que peor relación tiene (después de Polonia) entre los precios de la vivienda y los ingresos del hogar (Global Housing Watch FMI). Ello aplica también en el precio de los alquileres. Estos altísimos porcentajes (más del 40%) de los ingresos familiares que se dedican a pagar los alquileres (en el caso del 42,7% de la población de Barcelona que vive de alquiler) contrasta con los existentes en países europeos tales como Francia, Suiza o Alemania donde tales porcentajes son mucho más bajos, 16,5%, 18,2% y un 23% respectivamente.

La gravedad de la situación de los desahucios

Una consecuencia de esta realidad es el elevadísimo número de desahucios en España. Durante 2017 se produjeron en España casi 100 desahucios cada día del año (según el Consejo General del Poder Judicial) por no poder pagar el alquiler. En el año 2016 estos desahucios fueron en un número mayor (34.193) que los desahucios por no poder pagar la hipoteca (20.397). Y es también en este capítulo donde se ve más claramente el sesgo a favor de la propiedad y en contra del usuario. En realidad, las leyes aprobadas por el Estado central, altamente influenciadas por intereses financieros e inmobiliarios, son abusivas en su excesivo empoderamiento del propietario a costa de los derechos de los usuarios, lo cual ha ocurrido con particular dureza durante el gobierno del PP. Fue en 2013 cuando la duración de los contratos de alquiler pasó de ser de cinco años a tres años, y la prórroga máxima de tres a un año, sin que exista ninguna protección del usuario en cuanto al tamaño del incremento del alquiler en el momento de la renovación del contrato. La ley de los desahucios vigente fue incluso propuesta anteriormente, en 2008, por la derecha catalana –Convergència- y aprobada en 2009 en las Cortes con el apoyo del resto de las derechas, la española, el PP, la vasca, el PNV y firmada por el gobierno del PSOE (Ley 19/2009).

La desprotección del usuario en España es tal que el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Civiles de la ONU (CESCER) ha condenado (el año pasado) al Estado español por violar el derecho de la vivienda de las familias desahuciadas. Pero tal situación continúa, y ha sido, de nuevo, la misma derecha catalana (ahora rebautizada como PDeCAT) la que ha propuesto ahora incluso endurecer todavía más tal sesgo pro propiedad de la Ley de Enjuiciamiento Civil, de manera tal que su propuesta en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados permitirá, cuando sea definitivamente aprobada, el "desahucio exprés", forzando la expulsión de los inquilinos de la propiedad en cuestión de dos meses, autorizando así que las personas propietarias de piso, sociedades sin ánimo de lucro y agencias públicas de vivienda aceleren el desahucio. Es importante señalar que el PP y Ciudadanos incluso intentaron expandir tal derecho de "desahucio exprés" a la banca y a los fondos de inversión, que necesitan tales pisos vacíos para poder movilizarlos masivamente y conseguir mejorar su rentabilidad.  

Otras causas del crecimiento del precio de los alquileres

Una causa importante del crecimiento de los alquileres es la escasa oferta de pisos en alquiler, insuficiente para cubrir la demanda. Y ahí en este tema, el Estado ha hecho muy, pero que muy poco para incrementar tal oferta. Algunos datos muestran esta realidad. Solo el 2,5% del total de la vivienda en España es vivienda pública de alquiler social, encaminada a ofrecer acceso a la vivienda a los grupos más necesitados. Este bajísimo porcentaje contrasta con porcentajes mucho más elevados como un 17% en Francia, 21% en Dinamarca, 30% en los Países bajos y un largo etcétera. De nuevo, y una vez más, España está a la cola de Europa en porcentaje de vivienda en régimen de alquiler social. En realidad, el partido gobernante (Partido Popular) en España ha ido privatizando la vivienda pública en gran número de municipios y autonomías donde gobierna. Así el gobierno de la Comunidad de Madrid vendió en 2013 alrededor de 5.000 viviendas de alquiler social a fondos de inversión, entre ellos Goldman Sachs y Blackstone, fondos conocidos por el carácter especulativo de sus inversiones, siendo su comportamiento uno de los contribuyentes a la carestía de la vivienda y al incremento de los alquileres. Blackstone, por ejemplo, ha comprado las carteras de inmuebles de Catalunya Caixa y del Santander, entre otros, acumulando la estratosférica cifra de 5.100 millones de euros en bienes inmuebles. Lo mismo ocurre con Testa, que tiene 2.000 millones en activos, empresa participada por Acciona, Santander y el BBVA entre otras entidades financieras. Es precisamente el enorme dominio de tales entidades financieras en el mercado inmobiliario, y la escasa presencia del sector público, una de las mayores causas al problema de la escasa oferta de alquileres a precios asequibles. Es más, su comportamiento especulativo se traduce en la retención de largas cantidades de pisos vacíos por grupos bancarios y/o inversiones de capital riesgo, los cuales limitan la oferta para conseguir un incremento de los alquileres. El número de pisos vacíos, sin embargo, disminuyó debido, en parte, a la intervención de los ayuntamientos como el de Barcelona, que no les permite mantener tales pisos vacíos. Otra causa de la reducción de pisos vacíos es la masiva introducción de estos fondos (llamados de alto riesgo) en el alquiler dedicado a los pisos turísticos. La expansión de este mercado turístico ha sido, a su vez, una de las principales causas de la disminución de la oferta de pisos de alquiler para gente normal y corriente.

Otra medida, junto con la escasa dimensión del sector público de la vivienda, es la escasa subvención pública a los alquileres (sociales) en la que España está también por detrás de la mayoría de países de la UE-15. Como ejemplo, Francia destina a este capítulo 6.000 millones de euros al año, mientras que España solo 300 millones.

La expansión de los pisos turísticos

Este sesgo a favor del propietario explica también el gran crecimiento de los pisos turísticos, pues al propietario le es mucho más rentable alquilar un piso por periodos cortos a turistas que no a un ciudadano normal y corriente por un año o varios años. De ahí la aparición de empresas que se presentan como promotores de lo que llaman economía colaborativa, como Airbnb, que están creando una enorme escasez en la oferta de pisos de alquiler. Hoy hay unas 17.800 viviendas de uso turístico en Barcelona (según el informe "Impacte del lloguer vacacional en el mercat de lloguer residencial de Barcelona" de la Dirección de Turismo del ayuntamiento), administrados muchos de ellos por tales compañías, que además se caracterizan por sus prácticas ilegales, sin ninguna autorización municipal. Estos pisos turísticos, que suelen aparecer en zonas urbanas de gran densidad, tienen un impacto muy negativo en la calidad de vida de los vecinos y de la comunidad, pues los turistas son una población transeúnte constante que diluye el espíritu de comunidad, necesario en un barrio o vecindario, perdiendo la identidad y solidaridad vecinales. Este daño que causan explica las medidas encaminadas a reducir su existencia y expansión por parte de los municipios, tales como limitar la contratación de alquiler por periodos cortos (característica de los pisos turísticos), o no permitir contratación por propietarios que no vivan en el piso alquilado o supeditar la existencia del piso turístico a la autorización por parte de los vecinos de la finca donde se propone tener pisos turístico, entre otros. E incluso, prohibir la existencia de tales pisos turísticos en zonas enteras de la ciudad.

Es en estas medidas intervencionistas por parte de los municipios donde nos encontramos con que los municipios – que son los que sufren el drama social desde más de cerca- tienen escaso poder, concentrándose este en el estado central. Por extraño que parezca, los municipios no tienen poder para poder hacer lo que más se necesita para resolver este problema: la regulación de las políticas de alquiler. Por paradójico que parezca, en el "estado supuestamente más descentralizado del mundo", solo el estado central puede hacerlo. Y puesto que tal estado  ha estado gobernado por partidos que comulgan con la sensibilidad neoliberal –que da prioridad a las leyes del mercado y de la propiedad– nos encontramos con el drama social que tenemos. Y ahí está, como indicaba al principio del artículo, la raíz del problema.

El contexto político del drama social: el caso español

El lector habrá notado que a lo largo de este texto y en prácticamente en todos los indicadores de accesibilidad a la vivienda de alquiler he indicado que España está a la cola de la UE y, en muchos aspectos, incluso peor respecto a los países de la OCDE. El derecho a la vivienda que supuestamente garantiza la sacrosanta Constitución es ignorado por el Estado español (sin que, por cierto, nadie haya ido a la cárcel o haya recibido sanción alguna por ello). Y el resultado de ello se debe, como he indicado y mostrado, a la enorme influencia que los intereses financieros e inmobiliarios tienen sobre el Estado español, muy centralizado, heredero de una dictadura muy jacobina, dominada por aquellos intereses. El Estado democrático fue resultado de una Transición inmodélica en la que las fuerzas conservadoras dominaron aquel proceso. En consecuencia, las derechas (que incluyen los partidos conservadores y liberales) continúan teniendo un enorme poder en los aparatos del Estado, cuyos representantes han sido elegidos por sistemas electorales escasamente proporcionales, que han sesgado el proceso electoral a favor de las derechas a costa de las izquierdas. Y esta situación se ha reproducido en gran número de CCAA como ha sido Catalunya, la CCAA española que ha sido gobernada por más tiempo (después de Galicia, Castilla y León, y el País Vasco) por las derechas (catalanas).

La experiencia internacional frente a la especulación inmobiliaria

Estamos viendo una serie de respuestas a esta crisis por parte de gran número de ciudades europeas y estadounidenses. Ahora bien, qué hayan podido hacer depende de su habilidad política y también del contexto político en el que el gobierno municipal se encuentra. Un punto clave en este contexto es la relación entre el municipio, el gobierno regional y el estado central. Cabe señalar, en este sentido, a la ciudad de Berlín, que ha desarrollado un índice de precios que se actualiza cada dos años y que a partir del 2015 es vinculante. Ello ha sido facilitado por el gobierno federal, que estableció una ley permitiendo a los municipios tomar tales medidas de regulación y control. Una situación semejante existe en Ámsterdam, en que una ley estatal ha permitido tal tipo de intervención. En otras ciudades como en Viena, se ha dado gran prioridad a la construcción de vivienda social, que ha contado con la activa colaboración del gobierno central (el 21% del parque de vivienda en Austria es vivienda social).

En EEUU la mayoría de grandes ciudades tienen poder de intervención, mucho mayor que en España, poder delegado en muchos estados del gobierno estatal (equivalente al autonómico). En la ciudad de New York el ayuntamiento tiene capacidad de intervenir, un poder que va desde prohibir alquileres de menos de 30 días hasta sancionar duramente a los propietarios que permiten la aparición de compañías como Airbnb sin su consentimiento y autorización. Es más, Nueva York impone un impuesto a todas las compras de vivienda de más de 1 millón de dólares (un 1% del coste) que se dedica a viviendas sociales (ver mi artículo "Las consecuencias de la gentrificación y de la turistificación de las ciudades en EEUU y España", Público, 22.09.16).

En realidad, la gran mayoría de ciudades están hoy tratando de regular los negocios de alquileres de pisos turísticos, como Airbnb, con medidas que van desde prohibirlos hasta limitarlos en su ubicación y expansión. Ello explica que tales empresas hayan movilizado a sus lobbies, para ejercer presión en Bruselas, a fin de que las autoridades europeas frenen el deseo de controlarlas de los municipios más sensibles hacia la gravedad del problema, como ha sido el gobierno municipal de Ada Colau en Barcelona. La orientación neoliberal de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo hace a estas instituciones especialmente sensibles al impacto de tales lobbies.

La situación en Barcelona: el motivo de la hostilidad de las derechas hacia el gobierno de Ada Colau

El gobierno de la ciudad de Barcelona es, sin lugar a dudas, el gobierno más progresista y más social que España tiene hoy. Sucesor en muchos aspectos de los años del gobierno municipal presidido por Pasqual Maragall, se ha distinguido por su claro compromiso con el mejoramiento de las clases populares barcelonesas, lo que le ha llevado a tener que enfrentarse con muchos de los intereses financieros y corporativos que han dominado Barcelona y Catalunya durante la gran mayoría del periodo llamado democrático. La enorme hostilidad que el partido gobernante en la ciudad de Barcelona está sufriendo desde gran parte de los medios en Catalunya y en España refleja esta realidad.

Pero a pesar de las limitaciones impuestas por el orden constitucional (que da muy poco poder a los municipios), ha tomado una serie de medidas que la colocan entre las ciudades europeas  más progresistas. Entre ellas hay el intento de influenciar el precio de los alquileres, impidiendo su crecimiento desbordado. Para ello ha creado un índice de precios que es orientativo. Pero, el problema es que no tiene capacidad sancionadora, como la tienen por ejemplo Berlín y Ámsterdam y, en parte, París. En España solo el Estado central tiene tal autoridad, que no utiliza pues no se identifica con los intereses de los usuarios.

Otra medida del gobierno municipal de Barcelona que merece ser destacada es regular, controlar y evitar (en áreas específicas) los pisos turísticos que habían estado desregulados durante mucho tiempo. El Ayuntamiento también ha sancionado pisos vacíos y ha aumentado la liberación de recursos. Pero, de nuevo, su escaso poder limita su acción en este campo. Son la comunidad autónoma y el Estado central los que deberían ser más activos en estas intervenciones. Sin su activa participación en defensa del usuario, el problema es de difícil resolución.

En resumidas cuentas, toda la evidencia muestra que las derechas conservadoras y liberales que nos gobiernan, tanto a nivel del Estado español como la derecha hegemónica en el bloque gobernante en Catalunya, son el mayor obstáculo para resolver hoy este problema. Ello es un claro ejemplo de cómo la  centralización del poder en España es un obstáculo para el progreso social, pues tal Estado central está capturado por fuerzas conservadoras y neoliberales próximas al capital financiero e inmobiliario que se oponen a las medidas públicas que podrían resolver el problema. Y hoy están utilizando una vez más las banderas (presentándose como los defensores de la patria) para ocultar el enorme daño que sus políticas están causando a la gente normal y corriente de este país. Así de claro.

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Las falsedades del supuesto apocalipsis robótico: ¿el fin del trabajo? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/05/01/las-falsedades-del-supuesto-apocalipsis-robotico-el-fin-del-trabajo/ Tue, 01 May 2018 05:55:32 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4380 Continuar leyendo "Las falsedades del supuesto apocalipsis robótico: ¿el fin del trabajo?"]]>

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Toda la evidencia existente muestra que los mayores problemas que tienen las clases populares en España –tales como el elevado desempleo, la baja tasa de ocupación, la disminución de la protección social, la bajada de salarios, el aumento de la precariedad, el deterioro de los servicios públicos y el descenso de la capacidad adquisitiva de las pensiones- derivan predominantemente del gran deterioro del mercado de trabajo y de las medidas de austeridad que se han ido imponiendo a la población (a través de recortes del gasto público en las transferencias públicas –como las pensiones- y en los servicios públicos del Estado del Bienestar –tales como la sanidad, la educación, los servicios sociales, la vivienda y otros) por parte del Estado (predominantemente por el Estado central, pero también por los gobiernos autonómicos como la Generalitat de Catalunya). Los datos son claros y contundentes y están ahí para todo el que quiera verlo (ver, por ejemplo, mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015).

¿Por qué el deterioro de la calidad de vida de las clases populares?

La misma evidencia muestra también que la principal causa de estos cambios reside en la aplicación de políticas públicas de sensibilidad neoliberal –tales como las reformas laborales (de las más duras entre las aplicadas en la Unión Europea de los Quince -UE-15- el grupo de países de la UE de semejante nivel económico al español) y la aprobación de políticas fiscales y presupuestarias regresivas (de las más acentuadas en la UE-15)- que han tenido un impacto muy negativo en el bienestar de las clases populares, (las cuales representan, por cierto, la mayoría de la población española). Un dato refleja la naturaleza de tal impacto: aquí en Catalunya el 40% de la población no vive mejor que sus padres, y de hacerse estudios semejantes en el resto de España es probable que el porcentaje fuera parecido.

La aplicación de tales políticas neoliberales es consecuencia del enorme poder que las élites dominantes en la vida económica y financiera del país tienen sobre los partidos políticos gobernantes, consiguiendo con ello un enorme incremento de sus beneficios a costa del descenso de los ingresos de la población obtenidos a través del mundo del trabajo –salarios– y también de las transferencias públicas del Estado. Ni que decir tiene que tales establishments económico-financieros que dominan la vida política de España, y los establishments político-mediáticos que les sirven (responsables de la aplicación, difusión y promoción de tales políticas), no aceptan esta explicación que los responsabiliza por lo que está pasando. De ahí que inviertan una enorme cantidad de recursos a través de los medios de información y persuasión del país a fin de ofuscar y ocultar las causas políticas del enorme daño que están causando. En su lugar, intentan explicar que tal deterioro se debe a una revolución tecnológica –que llaman la Cuarta Revolución Industrial- que es ni más ni menos que la automatización y robotización que está ocurriendo en los mercados de trabajo en particular, y en la sociedad en general. Muchos artículos y libros aparecen promoviendo dicha argumentación.

La intensidad del mensaje es tal que incluso se reproduce en fórums progresistas, como ejemplifica el caso del artículo La robotización amenaza a uno de cada siete puestos de trabajo en todo el mundo, escrito por Diego Herranz, aparecido en Público (16.04.2018). Según la OCDE (uno de los vaticanos del dogma neoliberal hoy en el mundo), del cual Herranz saca sus datos, más de 65 millones de puestos de trabajo serán sustituidos en diez años por los efectos de la automatización. En realidad, se está ya llegando a la conclusión de que el trabajo asalariado desaparecerá, tal como apunta el último trabajo de Daron Acemoglu de MIT y de Pascual Restrepo de la Boston University (Robots and Jobs: Evidence from US Labor Markets, National Bureau of Economic Research Working Paper No. 23285, March 2017). Esta visión de lo que podríamos llamar Apocalipsis Robótico se está generalizando, y la única diferencia ante esta supuesta realidad es que algunos la aplauden y otros la lamentan. En realidad, algunos de los primeros, incluyendo voces prominentes del World Economic Forum o WEF (más conocido como "Davos"), intentan minimizar sus posibles impactos negativos, proponiendo medidas como la Renta Básica Universal (RBU), que sustituiría al supuestamente inviable e insostenible Estado del Bienestar. Así, Martin Schwab, fundador del WEF, asume que el fin del trabajo significa el fin del Estado del Bienestar que está hoy financiado por las rentas del trabajo, proponiendo como alternativa la RBU.

¿Es la revolución robótica la mayor causa del deterioro del mercado de trabajo, creando desempleo y precarización? 

La evidencia científica existente cuestiona que la revolución robótica haya sido una causa mayor del deterioro del mercado de trabajo (ver mi artículo "La falacia del futuro sin trabajo y de la revolución digital como causa del precariado", Público, 12.07.2016). Ni que decir tiene que tal revolución digital puede eliminar puestos de trabajo, aunque en general en niveles menores de los que se indican. Pero lo que se olvida es que tal revolución digital también puede facilitar la creación de empleo. Que haga una cosa o la otra depende que quién controle el diseño, el uso y la utilización de la automatización. Es decir, depende de las relaciones de poder en el proceso de producción y distribución de bienes y servicios, así como de los medios de información. En otras palabras, el impacto que tal Cuarta Revolución tenga dependerá del contexto político en donde se establezca. De ahí que mientras en un contexto la robótica puede disminuir e incluso facilitar la reducción del tiempo de trabajo y aumentar el goce y placer del mismo, en otro contexto puede tener un impacto contrario. En las fábricas de automóviles de países donde el mundo del trabajo es débil (como en EEUU, en España o en países subdesarrollados) la automatización, a la vez que está destruyendo trabajo para algunos, está forzando el pluriempleo y la expansión de las horas de trabajo para otros. En EEUU, en el año 2014, el tiempo semanal de trabajo necesario para que la población saliera de la pobreza (para el 10% más bajo de los salarios) subió de una manera muy notable, siendo de 45 horas para una sola persona, 55 horas para una persona con dos niños y 61 horas para una pareja con dos niños (Working Hours to Escape Poverty, OCDE).

Por el contrario, en países donde el mundo del trabajo es fuerte, la automatización permite una notable reducción del tiempo de trabajo, siendo, en realidad, una bendición que libera al trabajador de una sobrecarga. Suecia, por ejemplo, donde históricamente los instrumentos del mundo del trabajo (como los partidos de izquierdas y los sindicatos –casi el 80% de los trabajadores están sindicalizados–) han sido fuertes, ha sido pionera en utilizar el aumento de la productividad (en parte, pero solo en parte, como resultado de la automatización) para reducir en muchos sectores económicos las horas de trabajo a seis horas diarias, permitiendo una gran flexibilidad en el tiempo y en las condiciones del trabajo (ver Hardee Matharu "Employers in Sweden introduce six-hour work day", The Independent). El grado de satisfacción de los trabajadores y empleados con el trabajo, así como también la productividad, por cierto, han aumentado en los sectores de la economía que han liderado estos cambios, como es el caso de los servicios sanitarios y otros servicios públicos ("Six-hour working day ‘boosts productivity and makes people happier’", The Independent).

En resumidas cuentas, la revolución digital puede ser un instrumento de liberación o de opresión, dependiendo de quién la controle. Bajo las condiciones salvajes del mundo neoliberal, puede empeorar la calidad de vida de la ciudadanía, tanto como trabajadores y empleados como usuarios y consumidores. Es de sobras conocido en EEUU que, como resultado de la masiva automatización de las empresas telefónicas, es un suplicio intentar hablar con un empleado de la empresa para resolver problemas catalogados en su abanico de posibilidades. Y puede tener un impacto súper dañino como en el caso de la industria del móvil, que ha sustituido a la televisiva como el punto de referencia de la información y educación para la población. De nuevo el caso de EEUU es paradigmático. El control de la industria del móvil por parte de instituciones que tienen como objetivo aumentar su rentabilidad es un peligro y amenaza para la salud mental y para la madurez política de la ciudadanía.

Los argumentos contra el Apocalipsis Robótico

Lawrence Mishel y Josh Bivens, del Economic Policy Institute  en Washington, han hecho una contundente crítica del artículo de Daron Acemoglu del MIT y de Pascual Restrepo de la Boston University, citado anteriormente (The zombie robot argument lurches on. There is no evidence that automation leads to joblessness o inequality, Economic Policy Institute). Según tales autores, tales argumentos contra el Apocalipsis Robótico pueden resumirse en que:

  1. Aceptando incluso los datos de destrucción de empleo como resultado de la automatización (que ninguno de estos dos autores acepta), el hecho es que el número de puestos de trabajo destruidos en EEUU debido a la automatización es cuatro veces menor que el número de puestos de trabajo perdidos debido a las importaciones de productos provenientes de China, con mano de obra mucho más barata.
  1. Mientras hay casos de destrucción de empleo, también hay casos de creación de empleo, pues el crecimiento de la actividad económica generada por la automatización también genera puestos de trabajo.
  1. No existe ninguna correlación histórica entre el incremento de la automatización y la reducción salarial o el crecimiento de las desigualdades. En EEUU, la automatización creció muy rápidamente a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, a la vez que existía un gran crecimiento de la ocupación y de los salarios.
  1. No existe evidencia de que haya habido un crecimiento muy notable de automatización durante la Gran Recesión. En realidad, tal tasa ha disminuido.
  1. Dichos autores, en cambio, muestran que las crisis social y del mundo del trabajo estadounidense (que ha tenido como impacto el descenso de la esperanza de vida de la mayoría de la clase trabajadora –que es de raza blanca-) se deben a las políticas públicas llevadas a cabo por los Estados (tanto el federal como los federados), que han consistido en un ataque masivo y exitoso hacia el mundo del trabajo. El éxito de tales políticas es que las rentas del trabajo han ido disminuyendo y las rentas del capital han ido aumentando. Concretamente en el caso de Estados Unidos, el peso ajustado de los salarios sobre el PIB pasó de representar un 69,1% en 1970 a un 60,8% en 2017, una caída de 8,3 puntos porcentuales, una tendencia que también se ha dado en países europeos como Alemania (de un 68,4% a un 62,7%), Francia (de un 71,4% a un 67%), Italia (de un 66,9% a un 60,5%) o España (de un 70,1% a un 60,7%).

La confusión de algunas izquierdas

La aceptación del dogma neoliberal por parte de voces que se consideran de izquierdas –como Clinton en EEUU, Blair en el Reino Unido, Schröder en Alemania, Hollande y Valls en Francia y Zapatero en España- explica que hicieran también suya la explicación del porqué de la crisis social, atribuyéndola también a los cambios tecnológicos. De ahí que propusieran la educación de los trabajadores (aumentando su nivel de cualificación) como solución al problema de la robotización, pues los trabajos de escasa formación eran los vulnerables a su automatización, medida necesaria pero dramáticamente insuficiente. Y sectores de la izquierda radical presentaron la Renta Básica Universal (RBU) como solución para el mundo del trabajo, asumiendo que el mercado de trabajo desaparecería y con ello la financiación del Estado del Bienestar (que se sostiene en base a los impuestos sobre el trabajo). De esta lectura de la realidad se concluyó que la solución pasaría por garantizar unos ingresos a toda la población, como derecho de ciudadanía y/o residencia: la RBU como sustituto del Estado del Bienestar. Ni que decir tiene que las medidas de las izquierdas que aceptaron el neoliberalismo (que pasaron a ser definidas como socioliberales) fracasaron profundamente, a la vez que alienaron a sus bases electorales, predominantemente de clase trabajadora, que dejaron de votarles, pues no tocaron las raíces del problema.

Renta Básica Universal o Servicios Básicos Universales

Sin desmerecer el mérito de la Renta Básica Universal, hay que tener en mente que tal RBU toca una dimensión –la falta de renta- importante pero limitada en el desarrollo de la calidad de vida y bienestar de la población. Es más, la cantidad de renta que se utiliza para asignar como derecho de ciudadanía no es suficiente para cubrir necesidades básicas de la población, y que dicha RBU no puede reemplazar. En el estudio Social prosperity for the future: A proposal for Universal Basic Services que realizó el Institute for Global Prosperity (IGP) del Reino Unido, calculó que el coste de la RBU (en una cantidad de 73,10 libras esterlinas por ciudadano, que era la cantidad de la Jobseekers Allowance) sería equivalente al 13% del PIB del Reino Unido y representaría el 30% del presupuesto del gobierno británico. De ahí que lo más urgente (pero complementario, según el mismo IGP) sería desarrollar unos Servicios Básicos Universales (SBU) que incluirían sanidad, educación, vivienda, alimento, transporte e información, así como derechos democráticos y legales. Tales derechos serían esenciales –como sanidad, vivienda y alimentación- y también necesarios para su articulación con otros derechos como la educación, el transporte o la información, además de los derechos democráticos y legales. El coste de estos servicios per cápita es mucho mayor que el asignado por la RBU, con lo cual, la medida de sustituir los servicios básicos por la RBU (como algunos liberales están sugiriendo) dañaría enormemente el bienestar de la población. La RBU es una medida necesaria una vez los SBU están garantizados. De ahí que no haya una dicotomía para elegir entre RBU o SBU, sino que la opción debería ser incluir SBU y RBU, introduciendo esta renta universal gradualmente, como se está proponiendo en los Programas de Renta Garantizada. Pedir la aplicación inmediata de la RBU (en su totalidad y a todos los ciudadanos) en el contexto político conservador-liberal existente hoy en España y en Europa es, quiérase o no, una distracción de la enorme urgencia para cubrir la gran subfinanciación de las transferencias públicas y servicios públicos del Estado del Bienestar.

Lo que es más urgente es que el Estado (central, autonómico y municipal) garantice el desarrollo de los derechos de la ciudadanía a la sanidad, a la educación, a la vivienda, a la alimentación, al transporte y a la información (proveyendo en este caso los instrumentos que permitan recibir y participar en el proceso informativo y comunicativo). Y por desgracia no hay plena conciencia en los establishments políticos y mediáticos del país del enrome subdesarrollo y subfinanciación de tales servicios. El gasto público social por habitante en España es de los más bajos de la Unión Europea de los Quince, subfinanciación que se ha incluso acentuado más durante la Gran Recesión. Este enorme retraso social en España se ha incrementado todavía más debido a las reformas laborales regresivas que han provocado una disminución de los salarios y de las tasas de ocupación, a la vez que un aumento de las tasas de desocupación y precariedad.

La necesaria creación de empleo

La causa principal de que ocurran estos hechos son las relaciones de poder de clase y de género que existen en España. El determinismo tecnológico es un argumento alternativo que intenta ocultar esa realidad. De ahí la gran urgencia de un cambio de 180º en la dirección de las políticas públicas. Y entre ellas está la creación de empleo. Las áreas de mayor creación de empleo son los servicios del Estado del Bienestar, repito, muy poco financiados y desarrollados en España, y muy en particular los servicios de cuidados, incluidos en el cuarto pilar del bienestar (ver "El cuarto pilar del estado del bienestar", Público, 15.10.09). La necesidad de expansión de estos sectores es enorme. Y en España estamos muy por detrás de otros países de la UE-15, muy por detrás incluso de lo que nos correspondería por el nivel de desarrollo económico que tenemos. Así, mientras en Suecia uno de cada cinco adultos trabaja en los servicios públicos del Estado del bienestar, en España es solo uno de cada diez. Si fuera uno de cada cinco, tendríamos 3,5 millones más de puestos de trabajo (ver El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, 2006). Este subdesarrollo se debe al escaso poder de las mujeres en España, pues gran parte de estos servicios hoy son provistos por las familias, lo cual quiere decir, en España, por la mujer.

El otro gran déficit de empleo se da en la conversión energética necesaria en el país. La Organización Internacional del Trabajo ha publicado un detallado informe, "Empleos verdes para el desarrollo sostenible. El caso español", que muestra claramente el enorme potencial del sector. Dicho informe indica que si las energías renovables representaran el 20% de la producción primaria de energía (algo perfectamente factible ya que es una de las metas de la estrategia Europa 2020), podrían generar 125.265 empleos hasta el 2020. El transporte sostenible podría llegar hasta los 770.000 empleos (incluyendo servicios, actividades industriales y la construcción de infraestructuras relacionadas). Pasaría lo mismo con  la construcción: rehabilitar 25 millones de viviendas para mejorar su eficiencia energética podría llegar a generar 1,37 millones de empleos.

Es en estos dos temas y áreas donde debería centrarse la creación de trabajo y empleo. Ello, junto con el mejoramiento de los salarios, de la protección del trabajador, de la estabilidad laboral y de las condiciones del trabajo, es fundamental tanto para mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población como la eficiencia económica del país. Así de claro.

NOTA: Este artículo es una modificación y expansión de otro artículo publicado en la revista 'LA CIRCULAR'.

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Desempleo
¿Pensionistas egoístas y demagogos? Respuesta a un demagogo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/04/20/pensionistas-egoistas-y-demagogos-respuesta-a-un-demagogo/ Fri, 20 Apr 2018 05:00:39 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4373 Continuar leyendo "¿Pensionistas egoístas y demagogos? Respuesta a un demagogo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

La salida de los pensionistas a la calle en protesta por la bajada de la capacidad adquisitiva de sus pensiones ha creado una respuesta del establishment conservador-neoliberal, próximo al capital financiero, de clara hostilidad (expresada en los medios de información que controlan y/o influencian) hacia los pensionistas, acusándolos de todo. Un ejemplo fue un reciente programa sobre las pensiones en La Sexta Noche donde el economista del programa, el Sr. Gonzalo Bernardos (cuya mayor "aportación" había sido el negar en 2004 que habría una burbuja inmobiliaria de carácter especulativo, poco antes de que esta explotara), riñó a los dirigentes del movimiento de protesta de los pensionistas (presentes en el programa) criticándolos por desear más dinero público cuando ya tenían más que suficiente, mucho más –según él- que lo que tenían los pensionistas de los países de la Unión Europea. Lo que caracterizó aquel intercambio fue el tono pedante que el economista utilizó para ridiculizar a los pensionistas, dirigiéndose hacia ellos –gente normal y corriente– con un tono condescendiente y ofensivo. Los acusaba de ignorantes y de escasa sensibilidad hacia los demás, que estaban en una situación peor.

En un artículo ampliamente documentado, mostré que, en realidad, los pensionistas estaban mucho mejor informados sobre la situación de las pensiones que el "supuesto" experto. El conocimiento que la vida cotidiana da a los pensionistas, en muchas ocasiones, es mayor que el que adquieren profesionales que obtienen sus datos de instituciones próximas a los grupos financieros opuestos a las transferencias públicas del Estado –como las pensiones- (ver mi artículo "La falsedad de la supuesta ‘excesiva’ generosidad de las pensiones en España", Público, 02.02.2018). Los datos objetivos y creíbles muestran que eran los pensionistas –y no el supuesto experto- los que llevaban razón. Como muestro en el artículo citado, las pensiones en España son bajas en relación con las existentes en los otros países de la UE-15.

Otro artículo ofensivo hacia los pensionistas

Otro ejemplo más reciente es el artículo de nada menos que de un catedrático de Sociología de la Universidad Complutense, Julio Carabaña, en el que, con el mismo tono beligerante, insulta a los pensionistas, llamándolos egoístas y demagogos ("Pensionistas, egoístas y demagogos", publicado con toda visibilidad en lugar preferente en El País, 09.04.2018). Presenta a los pensionistas que han salido a la calle para protestar como "egoístas dirigidos por demagogos" que mienten, tergiversando la realidad, ocultando que en realidad "los pensionistas nunca han estado mejor que ahora". Llamarlos egoístas se justifica, según el autor, porque este elevado bienestar se ha conseguido a costa de un mayor sacrificio de las personas que trabajan (y que contribuyen a la Seguridad Social), cuyo nivel de vida ha descendido.

En general, este tipo de artículos (que pertenecerían más a la órbita de La Razón, ABC o El Mundo que a lo que era antes El País) no merecen una contestación. Pero al ser firmado por un catedrático de Sociología, Julio Carabaña, que utiliza toda una serie de datos en un intento de añadir credibilidad a su mensaje, exige una respuesta. Lamento que no fuese consciente de la existencia de tal artículo hasta hace un par de días. Por lo visto ha sido ampliamente difundido por instrumentos próximos a la banca, a las compañías de seguros y a la gran patronal (que es decir, por un extenso número de medios del país).

En general los argumentos son parecidos a los que el economista del programa de La Sexta Noche utilizó en su intento de ridiculizar a los pensionistas, acusándolos también de oportunistas y de exagerados pues las pensiones son supergenorosas en España, mucho más que en otros países de nuestro entorno.

Las falacias y "fake news" sobre las pensiones

Veamos pues lo que el artículo de Carabaña dice. El artículo se inicia con la contundente frase "nunca los pensionistas han estado mejor que ahora". De ahí que concluya en el artículo que no tienen razón en su queja, la cual está llenando las calles. Pero la falsedad de tal dictamen es muy fácil de demostrar. El poder adquisitivo de las pensiones contributivas ha bajado en los últimos años durante el mandato del gobierno de Rajoy. Desde 1997 a 2010 la capacidad adquisitiva de las pensiones (la diferencia entre la revalorización acumulada de las pensiones y la subida acumulada del IPC) aumentó. En otras palabras, las pensiones aumentaron más que la inflación. En cambio, a partir del 2012, con el gobierno Rajoy, tal capacidad adquisitiva disminuyó ya que las pensiones crecieron menos que la inflación. En lenguaje plano quiere decir que vivieron peor, no mejor, que en los años anteriores. ¿De dónde saca el Profesor Carabaña que los pensionistas viven mejor? Los datos muestran claramente que están cargados de razón para salir a la calle.

Pero no satisfecho en acusar a los pensionistas de "quejosos sin razón" (pues están viviendo mucho mejor, lo cual es fácil de mostrar, como acabo de hacerlo que no es cierto), los acusa también de egoístas pues en realidad la pobreza entre pensionistas (población con 65 años o más) ha ido bajando y bajando mientras que la pobreza entre la población de 16 a 64 años ha ido subiendo. Además de quejosos, los pensionistas son, pues, insensibles hacia la situación de los demás.

Pero ahí, de nuevo, el profesor Carabaña también confunde los datos y su interpretación. La tasa de pobreza relativa de Eurostat se calcula como el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de las personas. Por lo tanto, esto quiere decir que aumenta y disminuye en función de lo que pase con la mediana de los ingresos. Al disminuir los ingresos generales de la población también disminuye la tasa de pobreza de Eurostat. Los jubilados han mantenido ingresos estables durante la crisis, y por eso salen mejor parados que el resto de los colectivos, pero esto solo es debido a que los demás se han empobrecido mucho más. Además, según el informe "La crisis económica y la solidaridad familiar de los mayores", publicado por la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) en marzo de 2014, seis de cada diez personas mayores (59,5%) ayudan económicamente a familiares o amigos en los peores años de la crisis. Dicho porcentaje ha experimentado un incremento de 19,1 puntos con respecto a 2012 y de 44,4 con respecto a 2010. A su vez, ocho de cada diez mayores (81,5%) ayudan a los hijos e hijas. Siete de cada diez mayores (69,6%) proporcionan una ayuda que es imprescindible para que los beneficiarios que la reciben puedan vivir dignamente. Así pues, aunque han mantenido sus ingresos, los usan para ayudar a toda la familia, lo cual distorsiona el cálculo de la unidad de consumo, dando una visión sesgada y poco realista de la situación real de esos ingresos.

 Y ello lleva a la absurdidad de la acusación de ser egoístas asumiendo erróneamente que sus mejoras ocurren a costa del empeoramiento de la situación de los demás. Aunque es cierto que los pensionistas han resistido mejor a la pobreza respecto al resto de la población, esto no significa que sean egoístas por protestar porque haya gente aún en peor situación. ¿Qué pasa si los comparamos, en cambio, con los que mejor les ha ido durante la crisis? El último informe de Oxfam Intermón "¿Realidad o ficción? La recuperación económica, en manos de una minoría?", publicado a finales de 2017, señala que mientras el 10% más pobre ha visto disminuir un 17% su participación en la renta nacional durante la década de la Gran Recesión (años 2007 a 2016), el 10% más rico la ha visto incrementada en un 5%. Y el 1% más rico, en un 9%. A su vez, el 10% más rico concentra más de la mitad de la riqueza total del país (un 53,8%), más que el 90% restante, i el 1% de ricos entre los ricos posee la cuarta parte de la riqueza, casi el mismo porcentaje que el 70% de toda la población. Al mismo tiempo, en el último año contabilizado, de 2016 a 2017, el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada, mientras el 50% más pobre apenas consiguió repartirse un 7% de ese crecimiento. En cambio, en España dos millones de pensionistas reciben entre 600 y 646 euros al mes (que son unas cifras menores que el salario mínimo interprofesional, fijado en 735,90 euros para 2018), y 4,5 millones menos de 1.000 euros al mes (ver Lo que debes saber para que no te roben la pensión escrito por Juan Torres y yo, Espasa 2013). ¿Son egoístas los pensionistas por protestar para que se redistribuya la riqueza, pidiendo nuevas formas de financiación de las pensiones tal como están exigiendo?

España se gasta menos, no más que la UE

En realidad, España se gasta en pensiones mucho menos de lo que debería gastarse por su estructura demográfica (que es muy semejante a la del promedio de la UE-15) y por su nivel de riqueza. Así, según Eurostat, la población con 65 años o más representa en España un 18,5% del total (el mismo porcentaje que en el promedio de la UE-15). Sin embargo, el gasto en pensiones de jubilación asciende en España a un 8% del PIB, el tercer gasto más bajo de los países de la UE-15, cuando el promedio de la UE-15 es del 9,5% del PIB. En el caso de países concretos, Austria, con el mismo porcentaje de población con 65 años o más (18,5%), se gasta un 3% más del PIB en pensiones de jubilación que España (un 11% contra un 8%).

Es más, la Comisión Europea, en su informe The 2015 Ageing Report, ha calculado que la tasa de reemplazo de las pensiones españolas podría caer al 48% en 2060, lo que hace evidente el proceso de deterioro en el que está entrando el sistema español de pensiones debido a las carencias actuales del mercado laboral y a la reforma de las pensiones de 2013. En resumen, lo que estamos viendo en España es la pérdida de un derecho colectivo constitucional. Es una cuestión de derechos y de modelo, no de cuantía relativa con respecto a la gente que lo está pasando peor.

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Por qué Podem Catalunya necesita un cambio profundo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/04/07/por-que-podem-catalunya-necesita-un-cambio-profundo/ Sat, 07 Apr 2018 13:33:58 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4364 Continuar leyendo "Por qué Podem Catalunya necesita un cambio profundo"]]> Creo que en este momento Podem se está jugando su existencia y su razón de ser. Y digo esto no porque haya peligro de que desaparezca sino porque continúe en una línea meramente testimonial, que reúne la gente que está hasta la coronilla con la sociedad en la que vive, sin la capacidad de incidir en ella para cambiarla profundamente. Podem Catalunya ha entrado en los últimos años en una línea constante de protesta pero su incidencia en la transformación de las instituciones representativas Catalanas ha sido relativamente menor. Y es ahí donde necesita un cambio profundo, para poder hacer cambios profundos en ellas.

Permitidme pues que como persona que ha estado en Podem y Podemos desde el principio, hable de mis experiencias en este movimiento, y como he llegado a esta conclusión. En realidad, algunos estuvimos en Podem y Podemos incluso antes de que comenzara a existir. Estuvimos en las entrañas del cuerpo que lo gestó y lo estableció. Me estoy refiriendo al 15-M, al movimiento de protesta y agitación que canalizó el enorme enfado frente a aquellos que se presentaron como los "representantes del pueblo catalán" a la vez que, desde las instituciones que llamaban representativas, aplicaban políticas públicas que estaban dañando la calidad de vida y bienestar de las clases populares de este país, políticas que respondían a los intereses de las élites financieras y económicas que lo gobiernan y no a los deseos de la gente común, que es la mayoría de la población.

Es más, aquellas políticas públicas, -reformas laborales reaccionarias y recortes de servicios del Estado del bienestar-, todas ellas medidas altamente impopulares, se presentaban como las únicas posibles lo cual era fácil de mostrar que ello no era cierto. Y me alegro enormemente que el libro que Juan Torres, Alberto Garzón y yo escribimos, HAY ALTERNATIVAS, en el que documentamos que sí que había alternativas (mostrando y documentando con datos que sí las había) se convirtió en un punto de referencia mayor de aquel movimiento. Si que las había. Y ello dio motivo a que al lado de la protesta hubo una petición de cambio señalando que sí que se podía hacer el cambio. El grito de "SI SE PUEDE" se transformó en nuestro grito de guerra. Era la exigencia de cambio frente a aquellos que "NO NOS REPRESENTAN".

Y esta movilización, enormemente popular, movilizó a todo un país. Y fue a base de agitación y movilización que fuimos politizando a nuestra población, ilusionándola que sí que se podía y debía cambiar la sociedad. Recuerdo experiencias vivas y extraordinarias, impresionantes, como fue la de dar clases en la Plaza Catalunya llena de gente o frente al Parlament, rodeados de helicópteros y rodeados de los Mossos.

La aparición de Podemos y Podem Catalunya

Pero la protesta no se quedó allí: instrumentos políticos se establecieron. Podemos a nivel de España y Podem a nivel de Catalunya que, en un tiempo nunca antes conocido, pasaron a intervenir en las instituciones del Estado, iniciándose una estrategia de cambio dual, con un pie en la calle, y otro pie en las instituciones. El surgir de tales movimientos contestatarios creó una enorme hostilidad y represión por parte de los establishments políticos y mediáticos, hostilidad y represión que continúan.

A pesar de su falta de experiencia, Podemos tuvo rápidamente gran influencia no solo en la calle pero también en las instituciones llamadas representativas. Es cierto también, que signo de su escasa experiencia, tuvo también momentos de grandes tensiones. Pero, no hay que olvidar que los logros a nivel del Estado fueron considerables. Y aprendimos también de nuestros errores. Los que vivimos en Vistalegre II, recordaremos siempre la solidaridad, la empatía y la ilusión que se creó al ir abriendo nuevas vías.

Mi experiencia en Podemos en España

A nivel personal me sorprendió y me dio gran alegría que la labor de formación que yo modestamente hacía día tras día escribiendo mi blog, estaba siendo conocida y reconocida, siendo elegido el número cinco en Vistalegre II tras tres compañeros y una compañera a los que siempre tuve en gran estima: Pablo Iglesias, Pablo Echenique, Íñigo Errejón e Irene Montero. ¡Y qué grupo de compañeros y compañeras fueron elegidos en el que hoy es el Consejo de Ciudadanos al cual pertenezco! De mis muchos años de vida en España y en el exilio, ayudando a las fuerzas políticas comprometidas en el servicio de mejorar el bienestar de sus pueblos, esta era una de aquellas fuerzas políticas con las que yo me sentí más a gusto. Cierto que militar en Podemos, si es auténtica y sentida tu entrega, te crea también muchos problemas y dolores de cabeza, pues siempre cuando trabajas al servicio del oprimido generas hostilidad del opresor que tiene enormes redes de poder y puede hacerte la vida difícil. Y muchas veces hay incomprensión y pierdes algunos amigos. Pero ganas muchos otros: gente común desconocida que cuando te ven te sonríen y te animan a que continuemos batallando y escribiendo. Y así sigo. Y fue un honor de nuevo cuando Pablo Iglesias me pidió que le ayudara en el Gobierno en la Sombra.

Mi experiencia en Podem Catalunya

En Catalunya, sin embargo, mi relación con Podem fue muy difícil. Nunca me encontré cómodo del todo. Y una de las razones era las continuas luchas internas que no podían definirse de ninguna otra manera que luchas por el poder, luchas que me repugnan y que nos hacen muchísimo daño. Son generalmente luchas entre camarillas y aparatos que terminaban siempre con expulsiones de los perdedores por parte de los ganadores. Intenté, junto con otros amigos y compañeros, que Podem se aliara con otro producto del 15M, Barcelona En Comú. La experiencia de alianzas entre Barcelona En Comú y Podem dirigida por Xavi Domènech había sido muy exitosa, pues no sólo una sino dos veces en las elecciones españolas En Comú Podem las ganó. Esta alianza de las nuevas izquierdas, En Comú Podem, a la que se adhirieron también las izquierdas renovadas, ICV-EUiA, eran el eje de un nuevo espacio político, a la izquierda del PSC, un gran partido que, al seguir la dirección del PSOE, diluyó y disminuyó su vocación transformadora.  

Este intento de alianza de Podem con Comú no cristalizó a nivel de las instituciones llamadas representativas en Catalunya y en las elecciones catalanas no reprodujimos el éxito de las españolas. Las causas son múltiples. Pero una importante es que, mientras a nivel del Estado español las clases populares en general y la clase trabajadora en particular nos ven a En Comú Podem como el instrumento más crítico y eficaz en la lucha contra el PP y las derechas españolas, no nos vieron en cambio en Catalunya como el instrumento más eficaz frente a la derecha catalana, que rebautizada como independentista, dividía al pueblo catalán, por clase social y por identidad nacional e idioma.

El hecho de que Podem Catalunya se alinease con el independentismo, hegemonizado por las derechas, contribuyó al enfado de las bases –los inscritos- y a las tensiones  entre las izquierdas. Teníamos que haber sido percibidos por las clases populares como su instrumento, no solo en su lucha contra la derecha española sino también contra la derecha catalana. Y fue una lástima y un grave error, pues no hay partido más semejante al PP en Catalunya que Convergència. Ambos son corruptos hasta la médula y ambos utilizan las banderas (la borbónica y la estelada) para ocultar sus vergüenzas y sus responsabilidades por haber creado la mayor crisis social que ha habido en Catalunya y en España durante el período democrático.

Estamos pues en una lucha de banderas detrás de la cual hay una lucha de clases brutal. Como consecuencia, el 40% de los catalanes no viven mejor que sus padres.

Las luchas internas en Podem Catalunya están haciendo un gran daño

Y frente a esta realidad, no se puede aceptar que Podem Catalunya esté dando esta imagen de luchas internas por el poder, imagen real pero también ficticia en parte pues está amplificada por los medios de información que controla el adversario para destruir a Podem. Es lamentable que tales medios estén utilizando a los albanistas, dentro y fuera de Podem para destruirlo y todo lo hacen bajo la excusa de "intentar salvar a Podem". ¿Salvarlo de qué? ¿De dejar de ser un aliado de los independentistas? Es indignante ver a ex dirigentes de Podem, atacando a Podem en las cajas de resonancia proveídas por los mismos medios que están sirviendo a las derechas catalanas que les ofrecen todo tipo de accesos y facilidades a fin de combatir a las izquierdas no independentistas a las cuales niegan todo espacio.

Pero también es insultante e indignante ver el esfuerzo de otras voces, conocidas por su oportunismo y carrerismo, que están intentando judicializar lo que es un hecho político. Como también hace Rajoy, intentan utilizar los tribunales para aplicar decisiones políticas. La judicialización de la política es lo que tanto Rajoy como los y las oportunistas dentro de Podem están haciendo. Estamos viendo el intento de tales voces de evitar que los inscritos tengan la oportunidad de poder votar por un candidato, Xavier Domènech, una de las personas de Podem que ha estado más comprometido con Podem, defendiéndolo y representándolo por muchos años, tanto en las Cortes como ahora en el Parlament. Son los inscritos (la máxima autoridad de Podem Catalunya, la Asamblea Ciudadana) y no los jueces los que tienen que decidir si quieren o no a Xavier Domènech. Estas voces están dañando enormemente a Podem y a Podemos intentando conseguir a través de los tribunales lo que no pueden conseguir a través del proceso democrático.

Una nota personal

No quisiera terminar estas notas sin añadir una observación personal. He tenido el honor de coordinar la Gestora provisional de Podem Catalunya por varios meses a partir del momento en el que el Secretario General dimitió debido al voto masivo de la Asamblea Ciudadana en contra de su línea política. En un momento de considerables dificultades, la dirección de Podemos me pidió a mí, el catalán más votado en Vistalegre, que dirigiera esta Gestora. Y fue una experiencia que valoro muy positivamente pues pude ver como sensibilidades políticas distintas –acostumbradas a pelearse- podrían trabajar conjuntamente en la Gestora en un espíritu no sólo de colegialidad sino también de camaradería. Y todo ello al servicio de las clases populares en general y de la clase trabajadora en particular. Fue una etapa difícil en la Campaña Electoral pues sólo a último momento pudimos dar visibilidad a la enorme crisis social, amagada y ocultada por la crisis nacional.

Pero los enemigos de Podem intentaron destruirnos con todo tipo de calumnias, como falta de transparencia (cuando en realidad fue la única Gestora que publicó todas las actas de sus reuniones), o de lo que fuera. Pero tuve también la oportunidad de visitar muchos círculos y a mucha gente, teniendo el enorme honor de representar a Podem Catalunya. Mi labor ahora está prácticamente terminada cuando la nueva dirección haya sido elegida. Pero espero que por el bien de Cataluña y de Podem haya un cambio profundo que incluya todas las sensibilidades que antepongan un proyecto común -de profunda transformación de Catalunya- a las rencillas internas, a fin de que la experiencia muy positiva de las estatales puede reproducirse en las autonómicas y municipales. De ahí que mi voto como individuo y militante irá a Xavier Domènech (que representó a toda y a todos en estos años y cuya capacidad dialogante y espíritu de entrega y sacrificio ha quedado ampliamente probado en estos años de servicio)  pues veo en él y en su equipo (que reúne todas las familias políticas dentro de Podem) al mejor candidato para Secretario General y al mejor equipo para dirigir Podem Catalunya. No me queda ninguna duda que bajo su dirección Podem Catalunya será más fuerte y más influyente en el quehacer cotidiano de mejorar la calidad de vida y el bienestar de las clases populares en Catalunya, hoy muy deterioradas debido a la permanencia en el poder institucional de las derechas de siempre, que claramente están utilizando las banderas para ocultar su responsabilidad en tal deterioro. Así de claro.

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Las consecuencias de la Transición inmodélica: las crisis social y nacional https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/04/05/las-consecuencias-de-la-transicion-inmodelica-las-crisis-social-y-nacional/ Thu, 05 Apr 2018 06:10:17 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4358 Continuar leyendo "Las consecuencias de la Transición inmodélica: las crisis social y nacional"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

España está hoy experimentando dos de las mayores crisis que haya tenido en su período democrático (1978-2018). Una es la crisis social, que aun cuando no tiene mucha visibilidad mediática, es enorme y queda reflejada en el último informe del European Trade Union Institute (Bad jobs revovery? European Job Quality Index 2005-2015), que muestra que las condiciones del mercado de trabajo en España (de donde la gran mayoría de la población adulta adquiere su sustento) son de las peores de los 28 países que constituyen la Unión Europea, informe que ha pasado desapercibido en los mayores medios de información españoles y que apenas ha llamado la atención en los fórums del establishment político de España, incluyendo Catalunya (ver mi artículo España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo" en Público, 22.02.18).

A nivel de calle, sin embargo, la realidad que presenta tal informe es ampliamente conocida, pues es la gente normal y corriente la que está sufriendo tal crisis. Y ello explica cómo, según señalan las encuestas, para la mayoría de la población, los temas que se consideran más importantes y que son percibidos como más preocupantes son precisamente los relacionados con el trabajo y con la calidad de vida y bienestar de las personas y sus familias, tales como el desempleo, la precariedad, los bajos salarios, preocupaciones que también incluyen el deterioro de los servicios del subfinanciado Estado del bienestar tales como la sanidad, las transferencias públicas como las pensiones (ver, entre otros, los barómetros del CIS, estudios número 3.198 y 3.205).

El otro gran problema que tiene España y que sí que tiene una gran visibilidad es el tema nacional, definido por el establishment político-mediático español como el "problema catalán", que es en realidad uno de los problemas más graves que tiene el Estado español, habiendo alcanzado unas dimensiones desconocidas en el período democrático y que están preocupando al Estado español por la inestabilidad que le genera y por el gravísimo problema de imagen que le está creando a nivel internacional. Tal debate nacional es el que centra la atención del establishment político-mediático del país. Los mayores partícipes en este debate son las élites de los establishments políticos a los dos lados del Ebro (el español y el catalán). Y lo que es interesante constatar es que a pesar de las grandes cajas de resonancia que los mayores medios les ofrecen, tal tema no ha aparecido a nivel de calle como un problema grave para la gente normal y corriente. Los porcentajes de la población que expresan preocupación sobre el tema nacional y las tensiones entre Catalunya y España son muy bajos. En ninguna encuesta de opinión popular tal tema aparece una preocupación alta a nivel popular (ver, entre otras, las mismas encuestas del CIS mencionadas anteriormente). Esta enorme distancia entre la opinión de la gran mayoría de la población (y muy en especial entre las clases populares) sobre qué temas son más importantes y lo que los establishments políticos y mediáticos del país así definen está creando un problema grave de legitimidad de los segundos desde el punto de vista de los primeros, surgiendo una distancia enorme entre la calle y tales establishments que explica el creciente grado de desconfianza de las clases populares (que son la mayoría de la población) hacia las clases políticas gobernantes y hacia los medios de información, habiéndose alcanzado uno de los niveles más elevado de desafección en la Unión Europea. A modo de ejemplo, y según el último Eurobarómetro del otoño de 2017, en España solamente un 22% de los encuestados respondió que "tendía a confiar" en el gobierno (el sexto porcentaje más bajo de la UE-28, solo por detrás de Grecia, Croacia, Italia, Eslovenia y Rumanía), y solo un 8% afirmó tender a confiar en los partidos políticos (el segundo porcentaje más bajo de la UE-28, solo por detrás de Grecia, y al mismo nivel que Francia, Chipre y Eslovenia). En cuanto a los medio de comunicación, en sus distintas variantes, España registró también algunos de los niveles más bajos de confianza en la UE-28; en el caso de la televisión (36% de confianza), la prensa (40% de confianza) y la radio (52% de confianza) los españoles tenían, respectivamente, la segunda, la séptima y la sexta confianzas más bajas del conjunto de países de la UE-28.

Cómo los establishments político-mediáticos explican tales crisis

A primera vista parecería que las dos crisis -la crisis social y la crisis nacional- no están relacionadas. La gravedad de la primera crisis -la social- constantemente se relativiza por voces del establishment político-mediático del país diciendo que en todos los países de la UE se ha dado tal crisis y que no hay nada prácticamente nuevo en la manera como se ha presentado en España que pueda atribuirse a los factores internos dentro de este país. De ahí que se atribuya la crisis a factores externos, tales como la integración europea y/o la globalización, sobre los cuales poco se puede hacer. De hecho, la externalización de responsabilidades siempre ha sido una característica de la respuesta de las estructuras de poder a situaciones y políticas impopulares. El establishment español traslada las responsabilidades a Bruselas y/o Frankfurt, y el establishment catalán a Madrid.

Y en cuanto al supuesto "problema catalán", el establishment político-mediático lo atribuye al insaciable apetito por el poder del nacionalismo catalán, que "siempre quiere más", y que ha alcanzado tal nivel intolerable de demandas que debe ser parado. El ¡Basta ya! del establishment españolista es la respuesta del Estado a las demandas del independentismo, al que, aun cuando se le permite expresar sus ideas, no se le permite desarrollarlas, pues las leyes que el Estado español ha dictado no lo autorizan.

Las dos crisis tienen, en realidad, una causa común: la Transición inmodélica

Las enormes crisis social y nacional están, sin embargo, íntimamente relacionadas, aunque en signo opuesto al que, por lo general, se considera. Las dos crisis están enraizadas en una realidad común: el hecho de que el Estado democrático español no se construyera sobre las bases de una ruptura con el Estado dictatorial anterior, sino sobre una cierta continuidad, muy acentuada en los aparatos encargados de la seguridad y del mantenimiento y reproducción del orden y de la ley. Es parte de la narrativa oficial su énfasis en el respeto a la Ley y al Orden, a los cuales se interpreta sistemáticamente con un sesgo que favorece los intereses de los vencedores de la Guerra Civil, que fueron los que dominaron el proceso de Transición de la dictadura a la democracia y que dejaron su imprimátur en el orden jurídico del Estado, incluyendo la Constitución.

Como he documentado en escritos anteriores, la transición distó mucho de ser modélica. El gran dominio en aquel proceso de las fuerzas conservadoras, enraizadas en la dictadura, dejó su huella en el "nuevo" Estado, de manera que las cámaras legislativas y los aparatos de la seguridad y del orden estaban y continúan estando sesgados a favor de mantener el orden y las coordenadas de poder económico, financiero, político y mediático que existían y continúan existiendo en el país (ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta: sobre lo que no se habla en nuestro país, Anagrama, 2009). No hubo una purga del personal de las altas esferas del Estado como ocurrió en otros países que habían sufrido dictaduras semejantes, como fue el caso de Alemania, Francia e Italia. El funcionariado continuó imbuido de la ideología del régimen puesto que no se cambió ni al personal ni a la ideología del Estado, el cual continuó centrado en la Monarquía borbónica, que pasó a ser un símbolo del continuismo. El nivel de servilismo a la Corona (como las ceremonias de besamanos en cada visita del Monarca) es el típico de un sistema profundamente jerárquico, autoritario, radial, uninacional e intolerante, que define como anti-España cualquier alternativa que pudiera considerarse a la Monarquía. España y Monarquía borbónica son consideradas conceptos y realidades idénticas.

Uno de los elementos de continuismo es la dureza y represión no solo física, sino ideológica y cultural, a la que se ha sometido a cualquier intento de cambiar la ideología dominante en el Estado, la borbónica uninacional, radial y excluyente, intentos que han sido siempre reprimidos duramente. Tal represión y dureza es fácil de demostrar, catalogando como delitos mayores hechos que no se definirían como tal en otros países de la UE. Para ello se utiliza un sesgo profundamente conservador (de ultraderecha) para interpretar leyes a su antojo. De esta manera su supuesta defensa de la ley y/o de la Constitución es solo aplicable a algunos componentes que afectan sus intereses. Así la corrupción, que significa una ruptura de la ley, es ignorada sistemáticamente. Y lo mismo ocurre con la Constitución, siendo esta ignorada sistemáticamente en los apartados en los que exige la realización de los derechos sociales, algo que continuamente es violado en la práctica legalista de los supuestos partidos constitucionalistas. En realidad, algunos de los partidos españoles que se autodefinen como constitucionalistas son los que sistemáticamente ignoran con mayor frecuencia los mandatos constitucionales que exigen, como derechos de ciudadanía, el acceso al trabajo o a la vivienda, entre otros. De estos sesgos en las leyes y en su lectura y aplicación, dos han sido particularmente importantes. Uno es el clasismo, es decir, la continuación del dominio de clase existente en España, reproducido a través de las instituciones del Estado, incluyendo la Ley (y la Constitución). Y el otro es el uninacionalismo, intrínseco al aparato y a la ideología del Estado.

El clasismo del Estado español y sus consecuencias: la crisis social

La dictadura se caracterizó por la exigencia de sumisión de la clase trabajadora al poder del Estado. Los sindicatos verticales, conocidos por su ideología nacional sindicalista, negaban la existencia de intereses opuestos entre la patronal y los trabajadores. Suponían, en la práctica, el control y dominio de la clase trabajadora por parte de la patronal. Ello implicó un enorme dominio de las élites económicas y financieras sobre la clase trabajadora a través del Estado, lo cual explica que una de sus características fuese el maridaje y la complicidad entre Estado y Patronal. De ahí que la corrupción en los aparatos del Estado sea sistemática y estructural. Pero tan o más importante que la corrupción ha sido el sesgo propatronal (y a favor de la propiedad) de las políticas públicas del Estado, causa del gran retraso social de España con la enorme subfinanciación del Estado del Bienestar. Incluso antes que empezara la crisis (2007), las transferencias (como las pensiones) y los servicios del Estado del bienestar (como sanidad, educación, vivienda y servicios sociales) estaban entre los menos financiados de la UE-15, el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al español. España, por ejemplo, empleaba en 2015 solo el 4,1% del PIB en gasto público en educación, solo el 6,2% en sanidad, solo el 8% en pensiones de jubilación (según Eurostat), etc., porcentajes menores que el promedio de la UE-15 (4,8%, 7,3% y 9,5% respectivamente). Tal subfinanciación ha aumentado todavía más como consecuencia de las políticas de austeridad, las más duras entre los países de la UE-15. Es precisamente el todavía persistente clasismo del Estado la mayor causa de la enorme crisis social en España (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015).

El uninacionalismo del Estado español: la causa del problema nacional

Otra característica del Estado español (junto con el clasismo) ha sido la continuidad de una visión hegemónica uninacional que excluía las otras naciones existentes en España. Ello fue facilitado por la falta de corrección de la historia de España (lo que se llama la memoria histórica) por parte de los establishments político-mediáticos del país, incluyendo el PSOE. No ha habido un compromiso ni por parte de las derechas ni por parte de las izquierdas gobernantes (PSOE) de plantearse realizar tal corrección al pensamiento hegemónico borbónico uninacional. Tal como indicó en una declaración el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, "los republicanos nos sentimos muy bien representados en esta monarquía parlamentaria". De ahí que indicara que el PSOE votaría en contra de juzgar los crímenes franquistas para no tocar la Transición.  Desde la continuidad del Valle de los Caídos al silencio sobre el mayor porcentaje de personas desaparecidas por motivos políticos (después de Camboya) muestran la falta de compromiso con el cuestionamiento del dominio y hegemonía de la ideología del régimen en España.

Los problemas acarreados por el olvido histórico

Esta resistencia a recuperar la historia aparece también en amplios sectores de las izquierdas, debido a su temor a ser acusados de "guerracivilistas" o de "nostálgicos". Pero hay que ser conscientes que esta resistencia a recuperar el pasado ha facilitado la persistencia de la cultura hegemónica borbónica. Tal debilidad ha aparecido últimamente a raíz de la utilización de la bandera borbónica como el símbolo de las personas españolas opuestas al secesionismo catalán. No se ha reconocido que hay otra bandera -la española republicana- que tenía más credibilidad y validez para representar los intereses de las clases populares españolas. Al olvidarse de la bandera republicana, los españoles de izquierdas no pudieron enarbolar este símbolo alternativo al borbónico, del cual consciente o inconscientemente las izquierdas son herederas. En realidad, a no ser que se recupere la historia real de España y de la República, las izquierdas estarán huérfanas de símbolos y puntos de referencias. Es notable acentuar, por cierto, que una realidad muy visible, tanto en la marcha feminista del 8 de marzo como en la de los pensionistas, fue que las banderas republicanas aparecieran de nuevo como alternativa a la bandera borbónica (y en Catalunya a la bandera estelada).

Este Estado uninacional es el mismo Estado instrumentalizado por los poderes económicos y financieros dominantes en España, responsables de su enorme subdesarrollo social. En realidad, la centralización del Estado, uninacional, era una necesidad para poder instrumentalizar el Estado. De ahí deriva el gran error de sectores importantes de las izquierdas uninacionales, que defienden el centralismo como necesario para aplicar medidas redistributivas y así disminuir las desigualdades regionales. Tal supuesto asume erróneamente que este Estado uninacional borbónico tiene una voluntad redistribuidora, algo que los hechos –las altamente regresivas políticas fiscales y presupuestarias- muestran que no es cierto. No hay, ni en España ni en Europa, evidencia de una relación entre poder del Estado central y nivel de desigualdades del país. En contra de lo que se dice en España, el Estado está muy centralizado. En este país, por ejemplo, ni los ayuntamientos ni los gobiernos autonómicos tienen el poder de regular el precio de los alquileres. Solo el Estado central puede hacerlo. Y como consecuencia, las dificultades y desigualdades en el acceso a la vivienda han alcanzado dimensiones extremas. Esta centralización del poder es una de las principales causas de las grandes desigualdades en el país. Por paradójico que parezca, no es necesario que exista una centralización del poder estatal para reducir las desigualdades en un país. Depende de quién controle tal Estado. Suecia, por ejemplo, tiene una gran descentralización en las políticas presupuestarias y fiscales, y es el país con menores desigualdades sociales y regionales.

La interdependencia entre el uninacionalismo centralista de España y el secesionismo: los dos se necesitan

Frente al Estado español, el movimiento de mayor visibilidad mediática en Catalunya ha sido el movimiento independentista, que desde el principio debió su crecimiento a la intolerancia y oposición a la diversidad nacional por parte del Estado central. La historia es conocida. La resistencia a aceptar el Estatuto de Catalunya, aprobado por el Parlament, por las Cortes Españolas y por un referéndum por el pueblo catalán, creó el gran crecimiento del independentismo. La existencia de esta realidad explica la estrategia del "procés" independentista, que ha tenido como objetivo beneficiarse de las tensiones con el Estado central a fin de que su represión movilice el mayor apoyo popular. La estrategia del crecimiento de las tensiones fue uno de los motores del "procés", y así lo han reconocido dirigentes del movimiento independentista.

Esta estrategia de tensionamiento es coherente pero sumamente arriesgada, pues parece construirse sobre una serie de supuestos altamente cuestionables. Uno de tales supuestos es asumir que el Estado, frente a la continua presión, aceptaría el diálogo y el debate. Parte de este supuesto ha sido creer que Europa añadiría su voz y presión. Esta visión que parece existir en sectores del sector independentista transmite un enorme desconocimiento o una ingenuidad de lo que es el Estado español. Existe, por otra parte, una variante más radical de esta estrategia que asume que la tensión en sí haría colapsar tal Estado, denunciado o presionado también por la Comunidad Internacional (véanse las declaraciones de Carles Riera, portavoz de la CUP, en diario digital independentista El Nacional el 27.03.2018). En ambos casos, la estrategia reconoce que el deseado fin –el independentismo- es a largo plazo. Ni que decir tiene que esta estrategia basada en la dualidad tensión-represión conlleva un coste elevado para el Estado español, pues, a nivel internacional, este está apareciendo más y más como el Estado heredero de la dictadura. Ahora bien, en una España claramente derechizada es muy cuestionable que el elemento de presión fuera suficiente para que tal Estado aceptara la secesión. Mientras, la situación social de la población en Catalunya se está deteriorando, situación que gran número de dirigentes independentistas parecen desconocer, ignorar u ocultar. Contribuye a esta ocultación el que la formación política que hegemoniza el independentismo (Convergència) es la que ha dominado la vida política y mediática de Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático, siendo en gran parte responsable de las políticas neoliberales que han afectado muy significativamente el bienestar de las clases populares.

¿Qué se podría haber hecho?

La respuesta era y es fácil de ver: relacionar la lucha para cambiar Catalunya con la de cambiar España, estrategia que nunca fue considerada por parte del bloque independentista, pues su estrategia necesitaba de una visión de España como algo incambiable, fea, explotadora y antipática. Esta visión era esencial para desarrollar su estrategia. En realidad, el bloque independentista siempre sintió hostilidad hacia En Comú Podem, pues veían que el crecimiento de una vía alternativa, con la posibilidad de cambio de España amenazaba su estrategia. No es por casualidad que desde el principio, cuando Pablo Iglesias se presentó (el 20.12.2014) en la Vall d’Hebron, el independentismo mostrara una gran agresividad hacia Podemos, presentándolo como anticatalanista. Joan B. Culla, el intelectual orgánico del pujolismo, escribió maliciosamente en el artículo "Vino viejo en odres nuevos" (El País, 24.12.2014) que el presidente Pasqual Maragall, que asistió al evento, había sido abucheado en dicho acto (noticia errónea y también maliciosa presentada por El País el 21.12.2014, ya que en realidad recibió una enorme ovación en el estadio). El independentismo siempre presentó gran hostilidad hacia las nuevas izquierdas catalanas.

En realidad, En Comú Podem ha sido objeto de hostilidad constante por parte de diarios digitales independentistas como Vilaweb, Nació Digital y otros, que lo perciben como el mayor peligro para el independentismo pues su éxito implicaría un descenso del independentismo. La reconversión de Albano Dante, el ex Secretario General de Podem Catalunya, en uno de los mejores aliados de la política de los independentistas (acercamiento que creó un rechazo por parte de los inscritos de Podem Catalunya, lo que originó su dimisión) hizo que pasase a ser ampliamente utilizado –mediante mentiras y manipulaciones- por parte de instrumentos del independentismo, citados anteriormente, para desacreditar a Podem y a Podemos, transformándose en su mayor atacante en los mayores órganos del establishment independentista catalán (TV3, RAC1 o Catalunya Ràdio) y convirtiéndose para algunos de estos medios en su "periodista", pagándole así sus servicios.

La única posibilidad de cambio en Catalunya es que haya cambio también en España. Pero que haya cambio en España también preocupa a los independentistas, pues necesitan de una España "incambiable" para poder movilizar a más gente. Y de ahí las constantes tensiones entre los partidos independentistas y En Comú Podem, y las falsas acusaciones de "equidistancia", "ambivalencia" u otras frivolidades de las que los primeros acusan a los segundos. En realidad, si la estrategia del independentismo fuera el soberanismo (que es un concepto distinto al independentismo, y qe consiste en defender el derecho a decidir –y por lo tanto a escoger– por parte de la población catalana) entonces su estrategia habría cambiado sustancialmente, no intentando instrumentalizar –como lo han estado haciendo– los movimientos que existen en Catalunya para recuperar y extender los derechos políticos, sociales y laborales del pueblo catalán. Su constante deseo de controlarlos, siguiendo prácticas antidemocráticas (y que siempre han impedido el surgimiento de un movimiento amplio más transversal que el independentismo), dificulta una amplia alianza con otras fuerzas políticas en Catalunya y en España, deseosas de establecer un Estado republicano y plurinacional que podría favorecer un cambio mayor y más posible en Catalunya. De momento, esta posibilidad está todavía lejana, pero es la única salida al "problema catalán" que es (como siempre fue) el problema español. Así de claro.

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Transición
La propuesta de Cs para eliminar la precariedad es un ataque a la clase trabajadora https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/03/26/la-propuesta-de-cs-para-eliminar-la-precariedad-es-un-ataque-a-la-clase-trabajadora/ Mon, 26 Mar 2018 05:00:44 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4344 Continuar leyendo "La propuesta de Cs para eliminar la precariedad es un ataque a la clase trabajadora"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Ciudadanos es un partido que ha pasado a gozar de una gran visibilidad mediática a partir de su rápido crecimiento no solo en Catalunya, sino también en el resto de España, como consecuencia de su clara hostilidad hacia los partidos secesionistas catalanes liderados por el PDeCAT, del cual el ex presidente Puigdemont es su máxima autoridad. La máxima tensión se presenta en los medios en la confrontación entre Ciudadanos, por un lado, gran defensor de la unidad de la Patria Española, y el PDeCAT, que hegemoniza el bloque secesionista, por el otro. Este supuesto conflicto entre banderas (la estelada por un lado, y la borbónica por el otro) oculta, sin embargo, un hecho que apenas ha sido noticia: en materia de políticas económicas ambos partidos aplican recetas casi idénticas. Ciudadanos y el PDeCAT pertenecen a la misma familia política, la familia europea liberal. Es, pues, lógico y predecible que, como hace cualquier partido liberal, Ciudadanos (y también el PDeCAT) hayan estado aplicando las mismas políticas económicas y sociales favorables al mundo empresarial que caracterizan a esta tradición política. En realidad, todos los partidos liberales existentes en Europa fueron establecidos y/o apoyados por el mundo empresarial a fin de defender sus intereses. Y Ciudadanos es un claro ejemplo de ello. Tal partido fue promocionado por la estructura de poder financiero, económico y político español como respuesta al surgimiento de Podemos y sus confluencias, surgimiento que por el carácter contestatario de tales partidos alarmó al poder empresarial del país. Como bien dijo uno de los mayores banqueros del país, el Sr. Josep Oliu, presidente del Banco de Sabadell, era necesario crear "una especie de Podemos de derechas". Y así fue como se impulsó a Ciudadanos, que predeciblemente ha contado con un enorme apoyo y visibilidad mediática, resultado de la enorme (y antidemocrática) influencia del mundo empresarial (y muy en particular del mundo financiero) sobre los mayores medios de información y persuasión del país.

Al principio de su existencia, Ciudadanos tuvo un escaso atractivo electoral. Su apoyo en las urnas, sin embargo, ha aumentado enormemente como consecuencia del crecimiento del movimiento secesionista en Catalunya que ha generado, como respuesta, la movilización del nacionalismo españolista, y con ello el crecimiento electoral de este partido, el cual se definió, desde el principio, como máximo valedor de este tipo de nacionalismo centralista, uninacional y opuesto a la diversidad nacional del Estado español. En Catalunya, barrios obreros que votan a En Comú Podem en las elecciones legislativas a las Cortes Españolas, votan a Ciudadanos en las elecciones autonómicas como protesta frente al bloque independentista, que controla los aparatos de la Generalitat y sus medios, dirigido por PDeCAT (ver mi artículo "Por qué la clase trabajadora catalana cambia de voto en las elecciones españolas y catalanas", Público, 19.01.18).

El cambio de imagen de Ciudadanos

A fin de atraer el apoyo de los barrios obreros, además de utilizar su nacionalismo uninacional centralista, Ciudadanos está utilizando un lenguaje y una narrativa casi "obrerista". En realidad es uno de los poquísimos partidos españoles que explícitamente habla y utiliza el término "clase trabajadora". Su lenguaje, para referirse a sus deseadas bases electorales, incluye siempre el término de clase trabajadora, presentándose como el defensor de los intereses de los grupos más vulnerables de estas clases. El reciente discurso de Inés Arrimadas en el Parlament de Catalunya ejemplifica este énfasis en temas sociales, rodeado de una narrativa obrerista.

De ahí que haya introducido una propuesta de ley en las Cortes Españolas (la Ley en contra de la precariedad) que se presenta como la solución a unos de los mayores problemas que tiene la clase trabajadora hoy en España: la precariedad. Su intención es nada menos que eliminar los contratos temporales y sustituirlos por contratos fijos. Según dicha propuesta, todos los contratos pasarían a ser contratos indefinidos, aumentando así la protección de los trabajadores, ya que la indemnización por despido pasaría en su propuesta de 12 a 20 días por año trabajado. Es decir, que cuando el empresario despidiera a un trabajador que tiene ahora un contrato temporal, tendría que pagarle (si tal ley se aprobara en las Cortes) el dinero equivalente a 20 días por año trabajado en lugar de 12 días, como ahora. Si este trabajador fuera ahora un trabajador temporal, ganaría con tal propuesta ocho (20-12) días por año trabajado, lo cual, además de favorecer al trabajador temporal, frenaría que el empresario lo despidiera, pues le sería más caro hacerlo que ahora. Hasta aquí lo que Ciudadanos dice proponer.

A primera vista, por lo tanto, tal propuesta parece una medida que favorecerá a los trabajadores temporales, que tienen este tipo de contratos porque no pueden encontrar trabajos fijos. Podría, pues, ser un paso adelante, aunque no resolvería el problema de la precariedad, pues la propuesta no aborda otras causas y consecuencias de esta precariedad.

Lo que Ciudadanos no cita en la promoción de su ley

Lo que no se cita sobre tal propuesta de Ciudadanos es que esta tiene que ver no solo con los ahora definidos como contratos temporales, sino también con los contratos ahora definidos como fijos. Y para estos últimos contratos la propuesta es que cobren como indemnización los mismos días que recibirían los contratos temporales, es decir, 20 días por año trabajado. Y ello significa que dicha propuesta tiene dos enormes regalos a los empresarios: uno es que en lugar de tener que pagar 33 días cuando despiden a un trabajador fijo, como tienen que hacer ahora, tendrían que pagarle solo 20 días por año cuando la ley se aprobara; y el otro gran regalo es que la propuesta de ley hace mucho más fácil, en comparación con ahora, que el empresario despida a un trabajador fijo. Es suficiente que el empresario considere que el puesto de trabajo no es necesario, o que debe modificarse, o que duplica el trabajo de otro trabajador, o "lo que fuera" para que él despida al trabajador. En otras palabras, el empresario puede alegar cualquier motivo (cambiar su estrategia empresarial, su actividad, su oferta de productos y/o servicios, su adquisición de nuevas tecnologías, su cambio de clientes, o del mercado, etc., etc.) para despedir al trabajador. Lean la ley y lo verán: "Se considerará que la amortización estará justificada cuando las funciones desempeñadas por el puesto de trabajo no respondan a una necesidad de trabajo de carácter estructural y permanente dentro de la actividad normal de la empresa. En todo caso, se entenderá que no responden a dicha necesidad los puestos de trabajo cuyas funciones hubiesen devenido innecesarias o redundantes con las que estos puestos de trabajo [...] o como resultado de cambios en el objeto social de la empresa o en su estrategia empresarial, en su estructura organizativa, en su actividad, en su oferta de productos o servicios o en la composición de su cartera de clientes o proveedores, o a resultas de la aplicación de una innovación tecnológica o de alternaciones significativas del mercado".

Tal ley afectaría también a los "trabajadores públicos de las administraciones y de empresas públicas". Como bien ha indicado Lola Santillana, secretaria de Empleo de CCOO, la propuesta de Ciudadanos "es una barbaridad [ya que] supone introducir en nuestra legislación el despido libre sin causa". Es lo que la gran patronal ha deseado siempre: el máximo de flexibilidad para poder despedir al trabajador cuando quiera. Así de claro.

Cómo incentiva Ciudadanos a los empresarios para que no despidan

Como también se hizo con las reformas laborales del gobierno PSOE y del gobierno PP, estas medidas se presentan como necesarias para flexibilizar el mercado laboral, siendo, en realidad, la causa mayor de su enorme deterioro. Una de las primeras medidas que Ciudadanos hizo cuando apareció en las Cortes Españolas fue apoyar tales reformas laborales, que han hecho un daño enorme al bienestar y calidad de vida de la clase trabajadora. Tales reformas favorecieron enormemente al mundo empresarial, traduciéndose en un enorme crecimiento de sus rentas a costa de un gran descenso de las rentas del trabajo. Las rentas del capital nunca habían alcanzado unos niveles tan altos y las rentas del trabajo unos niveles tan bajos como ha ocurrido durante estos años de supuesta crisis (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama 2015).

La agresiva y hostil avalancha empresarial que ya ocurrió con las reformas laborales de Zapatero y Rajoy alcanzaría su zénit con la aprobación de tal ley, pues destruiría la escasa estabilidad laboral existente en el mercado laboral, el más deteriorado de la UE-28 (ver mi artículo "España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo", Público, 22.02.18). Ciudadanos es consciente de ello, pues adelanta una posible solución al problema creado por tal ley. Frente al enorme crecimiento de la inseguridad e inestabilidad laboral que su propuesta acarrearía, Ciudadanos propone premiar (dándoles dinero) a las empresas que no despidan. Aquellas que hicieran escasa rotación en su fuerza laboral recibirían ayudas y subsidios del Estado. Esta vía de corregir el desastre que crearían es reflejo de su intento de mantener siempre buenas relaciones con la patronal. Como bien dice Nacho Álvarez, asesor económico de Podemos, frente al "bonus" que ofrece Ciudadanos, debería hacerse un "malus", mediante la penalización fiscal por excesiva rotación.

Lo que está claro es que la ley propuesta por Ciudadanos acentuaría todavía más el deterioro del mercado de trabajo y empeoraría la precariedad y los bajos salarios, pues precarizaría los contratos fijos, además de no abordar un gran número de otras causas de la precariedad, como es el establecimiento de falsos autónomos, con millones de trabajadores que han dejado de estar cubiertos por el Estatuto de los trabajadores y las regulaciones laborales al pasar a ser considerados como autónomos, siendo entonces el derecho mercantil, en lugar del laboral, el que cubre su trabajo, con la desaparición de derecho que ello implica. A todo ello Ciudadanos no dice ni pío, ya que favorece el surgimiento de este cambio.

Por qué continúa creciendo Ciudadanos

Una de las mayores causas del crecimiento de Ciudadanos es el enorme desprestigio del Partido Popular (causado en gran parte por su sistemática corrupción), así como el nacionalismo españolista, radial y de carácter monárquico borbónico (que se opone a muerte a cualquier visión alternativa de una España plurinacional, policéntrica y republicana), de los naranjas, esencial para continuar el maridaje entre poder económico y financiero por un lado, y poder político-mediático por el otro, y que ha crecido espectacularmente como consecuencia del crecimiento del secesionismo en Catalunya. Ello explica que la clase trabajadora catalana –de habla castellana en su mayoría- vote a Ciudadanos como protesta hacia el independentismo, voto que va claramente en  contra de sus intereses de clase, pues la aplicación de tales políticas liberales está teniendo unas consecuencias muy negativas sobre la calidad de vida y el bienestar de tal clase  que la ley propuesta sobre la precariedad acentuaría. Nunca antes se había visto más claramente la utilización de la bandera borbónica española para defender los intereses de los grupos empresariales que apoyan a Ciudadanos.

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Cómo el tema nacional oculta el problema social: el sistema escolar en Catalunya y en el resto de España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/03/19/como-el-tema-nacional-oculta-el-problema-social-el-sistema-escolar-en-catalunya-y-en-el-resto-de-espana/ Mon, 19 Mar 2018 06:00:19 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4338 Continuar leyendo "Cómo el tema nacional oculta el problema social: el sistema escolar en Catalunya y en el resto de España"]]> Cualquier observador, mínimamente objetivo, de la realidad en este país puede ver cómo el tema nacional está siendo utilizado por las derechas catalanas y por las españolas para ocultar la enorme crisis social que existe en Catalunya y en España, y que ellas han creado. Un ejemplo de ello es el debate sobre la escuela pública en Catalunya, que se centra, una vez más, en el tema identitario a costa de ocultar e ignorar el tema social. El gran debate hoy en Catalunya y en el resto de España es la utilización del idioma en las escuelas catalanas. A diferencia del País Vasco, no hay escuelas de habla en eusquera y escuelas en lengua castellana. En Catalunya todas las escuelas son bilingües, con el catalán como lengua principal. Tal medida fue iniciada por las izquierdas catalanas, que siempre compaginaron la defensa de la clase trabajadora con la defensa de la identidad catalana. Ello ha contribuido a que se conserve la identidad catalana (en una parte de España donde la mayoría de los medios de información son de habla castellana) y que se hayan integrado las poblaciones procedentes de todas partes de España y que vinieron a vivir y a trabajar en Catalunya. No desarrollar esta política en un país con gran dominio del castellano hubiera podido abocar a una situación parecida a la ocurrida en Francia, donde en la Catalunya francesa la lengua y la cultura catalanas han prácticamente desaparecido.

Este sistema ha funcionado bien y nunca había habido ninguna tensión en Catalunya sobre este tema. Pero todo ello cambió con el gobierno PP, la mayor fuerza productora de independentistas en Catalunya. Cuando Rajoy ganó las elecciones en 2011, solo el 28% de catalanes favorecía la independencia. Estos días es entre el 46% y el 48%. El gobierno Rajoy, y su ministro Wert, decidió castellanizar los niños catalanes, utilizando el término "españolizar", asumiendo por lo visto que el catalán no era español. Y ahí aparecieron las tensiones. El gobierno Rajoy era el máximo exponente (entonces, antes de que apareciera Ciudadanos) del nacionalismo españolista, el nacionalismo que adquirió mayor expresión durante la dictadura. Su visión de España, representada en su nacionalismo uninacional, pervivió extensamente en el Estado español, heredero del Estado dictatorial. Y aquel nacionalismo uninacional castellanizante siguió siendo hegemónico en la mayoría de España. Tal uninacionalismo jacobino, centrado en la capital del Reino, caracterizó siempre a las derechas españolas y al régimen monárquico borbónico que siempre apoyaron. De ahí que tales derechas siempre se saquen de la manga su "antiplurinacionalismo" y su anticatalanismo para movilizar el voto españolista en momentos de crisis social. Y así ha estado sucediendo ahora.

Quiénes son los responsables de las tensiones identitarias

La mayor fuente de tensiones identitarias ha sido el Estado español,el cual no fue una auténtica ruptura con el sistema dictatorial anterior, sino una adaptación de aquel Estado a una cierta abertura, necesaria para ser admitido en la Unión Europea. Ha sido un gran error de las izquierdas definir la transición del Estado dictatorial al Estado supuestamente democrático como modélica, pues de modélica tuvo muy poco. Y gran número del Estado anterior, incluyendo su visión de España, borbónica, radial y uninacional, continuaron en el Estado actual.

Ahora bien, el que la mayor causa de las tensiones en España se deba al Estado central y a los partidos (PP y PSOE) que lo han gestionado no quiere decir que no hayan contribuido a ellas los partidos independentistas, que han sacado tajada de la situación actual, pues Rajoy es lo mejor que les ha caído del cielo. No es ninguna casualidad, que en la moción de censura promovida por Unidos Podemos, Convergència (la derecha catalana de siempre) se abstuviera. Hacer esta observación, que refleja una obviedad, no es -como los independentistas siempre responden a la crítica que se hace de su "procés" hacia la independencia- un indicador de equidistancia. Decir que los independentistas han contribuido también a las tensiones no es negar que el Estado españoles el mayor responsable de ellas, pues ha sido el factor dominante en su desarrollo. Han sido los partidos gobernantes del Estado central los que han aprobado las leyes -profundamente antidemocráticas (como es el caso de las aprobadas en el Senado, dominado por una fuerza conservadora, el PP, que solo tiene una minoría electoral a quien representar)- que nos han llevado a la situación actual. Su demanda de respeto a la ley es, por definición, aceptar las coordenadas de poder, altamente sesgadas a favor de las fuerzas conservadoras, que configuraron la ley.La sacralización de la ley (y de la Constitución) es característico de los grupos de presión -sean económicos, financieros, políticos y/o mediáticos- que, siendo minoritarios, no representativos de la población, imponen sus intereses sobre los intereses generales. Una situación semejante ocurre, por cierto, en Catalunya, donde el mal llamado referéndum del 1 de octubre se presentapor los independentistas como justificación para aprobar la DUI en el Parlament, basándose en una mayoría parlamentaria que no se corresponde con una mayoría electoral.

Cómo el debate identitario cubre el gran problema social: la polarización por clase social del sistema escolar

Estas tensiones -de las cuales el Estado es el principal responsable- están ocultando la enorme crisis de la escuela catalana, resultado de las políticas llevadas a cabo por las derechas representantes del nacionalismo españolista y por las derechas (ahora independentistas) catalanas, que han dominado las instituciones de la Generalitat de Catalunya. Estas derechas -caciquiles, corruptas y escasamente democráticas- han representado en su mayoría los intereses de la burguesía, pequeña burguesía y clase media de renta superior (y las clases medias de educación superior), las cualesrepresentan alrededor de un 25-30% de la población. Últimamente, parte de la burguesía financiera e industrial (con lazos con el capital internacional) se han distanciado de Convergència -que ha ido cambiando su nombre en varias ocasiones para ocultar sus vergüenzas- debido a su reciente conversión al secesionismo.

Estas clases utilizan las escuelas privadas (la mayoría concertadas) y las clases populares utilizan las escuelas públicas. Esta polarización por clase social caracteriza el sistema escolar catalán y partes de la escuela española, como en la Comunidad de Madrid. El gran dominio de las derechas en el gobierno de la Generalitat durante la mayor parte del periodo democrático ha determinado que el gasto público en educación sea el más bajo en España (después de la Comunidad de Madrid). Es solo de un 2,95% del PIB. Tal escasez aparece también cuando se utiliza el indicador del gasto público por alumno, uno de los más bajos de España y uno de los más bajos de la Unión Europea-15. Esta escasez se ha acentuado todavía más con los recortes del gasto público educativo (de los más acentuados en España y en la Unión Europea), pasando el gasto público por alumno de ser 5.383 euros en 2009 a 4.746 euros en 2014 (Sistema estatal de indicadores de la educación, Edición 2017. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2017). El gasto educativo en Catalunya fue uno de los mayores sectores afectados por los recortes, descendiendo dicho gasto 13 puntos porcentuales durante el período 2009-2015. Tales recortes fueron menores en la escuela privada concertada que en la pública (Enseñanza educativa durante la crisis. CCOO, 2017). El gasto educativo por alumno es mayor en las escuelas privadas concertadas que reciben un subsidio público -llamado concierto- y que absorbe el 18,47% del gasto público educativo, siendo una de las comunidades autonómicas que gastan más en este capítulo (junto con la Comunidad de Madrid, Illes Balears, Navarra y el País Vasco).

Tal "clasismo" se da también en la educación superior. Los recortes en el gasto público universitario han sido también muy notables, recortes que han ido acompañados con un aumento del precio de las matrículas universitarias, de las más caras en la UE-15. Tales precios han aumentado un 93,8% desde 2008 (pasando de un precio medio de 800 euros a más de 1.500 en 2016), aumento que ha discriminado a las clases populares, dificultando su acceso a la educación superior (La universidad española en cifras 2015-20016. Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas).

La enorme polarización por clase social de la escuela catalana

Catalunya es una de las comunidades autónomas con mayor polarización por clase social en la escuela (solo superada por la Comunidad de Madrid). Según el índice de Gorard (indicador que mide la proporción de estudiantes procedentes de un grupo –en este caso de familias agrupadas por nivel socioeconómico– existente en una escuela en comparación con la proporción de ese mismo grupo en una área geográfica concreta -por ejemplo una CCAA-) Catalunya es el territorio con mayor segregaciónen la escuela por nivel socioeconómico (superada sólo por la Comunidad de Madrid). La educación en Catalunya es clasista en extremo, con una gran polarización de resultados. Uno de cada cinco alumnos catalanes abandona la educación secundaria obligatoria prematuramente (L’escola no és per a tu. Fundació Jaume Bofill).

Este breve resumen del clasismo en la educación catalana no puede terminar sin señalar la enorme falta de escuelas de infancia en Catalunya, llamadas en España y en Catalunya "guarderías" (indicando que son una especie de aparcamientos para niños mientras sus padres y madres trabajan). Tal déficit aparece también por clase social, siendo particularmente acuciante en los barrios con menos ingresos. El municipio de Barcelona, bajo el nuevo equipo municipal, ha estado insistiendo en este déficit educativo, sin contar con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, que se ha caracterizado por su insensibilidad hacia este tipo de educación. En realidad, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha condenado a la Generalitat de Catalunya a indemnizar a varios ayuntamientos por los impagos a las escuelas de infancia de tales municipios. Dicha insensibilidad se ha mostrado también en la desviación de fondos asignados a tales escuelas (81 millones de euros) para incrementar el subsidio a las escuelas privadas concertadas, práctica que ha ocurrido repetidamente. En 2012 y en 2014 se desviaron, respectivamente, 42,75 y 39 millones asignados a tales escuelas de infancia para pagar los sueldos de las escuelas privadas concertadas.

Últimas observaciones

Teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora es importante concluir con varias observaciones. Una de ellas es que las propuestas de castellanizar las escuelas públicas tendrían como consecuencia el polarizar todavía más la escuela pública por clase social, ya que el idioma significaría un elemento más de división por clase social del sistema educativo. El catalán -que es el idioma más utilizado en la escuela privada concertada- sería una línea divisoria, con el castellano siendo el idioma más utilizado en la pública. La clase trabajadora es ya en su mayoría de habla castellana. Dificultar su acceso al conocimiento del catalán dificultaría su integración en la sociedad catalana.

La otra observación es el enorme error de las izquierdas al haber obviado o ignorado las categorías de análisis -como clase social- en su estudio de la realidad que nos rodea. La clase social es la categoría analítica más importante para analizar el sistema educativo catalán. La visión posmoderna que domina hoy las "ciencias" sociales es el triunfo de la ideología liberal en tales disciplinas académicas. Y otro error de las izquierdas es la visión extendida en ciertos sectores políticos de que el mayor conflicto social existente en España y en Catalunya es el que supuestamente se da entre el 99% de la población y el 1% superior. El problema, sin embargo, es mucho mayor que el 1%. No solo lo son los propietarios del capital, sino también los gestores del capital y las clases sociales que juegan un papel clave en la reproducción del sistema, incluida la clase media ilustrada –clase media de educación superior-, puesta al servicio de tal reproducción. No darse cuenta de la existencia de clases hoy en España y en Catalunya lleva a un suicidio político de las izquierdas. El voto de las clases trabajadoras a Trump en EEUU, al Brexit en el Reino Unido, a la ultraderecha en Francia, Alemania y Austria, y a Ciudadanos en España, es un indicador de ello. En todos estos países la causa es la misma: el abandono de las sensibilidades de izquierdas hacia tales clases, abandono que se hizo por considerarse tales categorías como "anticuadas". Pero se olvida que una categoría científica puede ser muy antigua y no necesariamente anticuada. La ley de la gravedad es muy antigua pero no es anticuada. Si no se lo cree salte de un cuarto piso y lo verá. Esto es lo que está pasando a muchas izquierdas, que están saltando del 4º piso. Y así les va.

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El desconocido y/o ocultado origen del día internacional de la mujer https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/03/14/el-desconocido-y-o-ocultado-origen-del-dia-internacional-de-la-mujer/ Wed, 14 Mar 2018 07:00:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4331 Continuar leyendo "El desconocido y/o ocultado origen del día internacional de la mujer"]]> Es una lástima que no se haya explicado en los mayores medios de información españoles los orígenes de la celebración del 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer (DIM), aunque a la luz del enorme énfasis en despolitizar la fiesta y el movimiento feminista que ha existido en tales medios puede entenderse dicho silencio. En realidad, las mujeres que iniciaron el movimiento que condujo a que el 8 de marzo fuera el día que a nivel mundial celebrara la causa feminista fueron mujeres profundamente politizadas, de fuertes convicciones socialistas, que querían celebrar la lucha de las mujeres trabajadoras contra su opresión y doble explotación, como mujeres y como trabajadoras. Tales mujeres, que iniciaron dicho movimiento, vieron que la lucha por la emancipación de la mujer estaba relacionada con la lucha por la liberación de la clase trabajadora. Sostuvieron que, bajo el capitalismo, la explotación de género y la explotación de clase estaban nítidamente relacionadas.

¿Qué pasó en un 8 de marzo?

El 8 de marzo de 1908, las trabajadoras de la fábrica textil Cotton, en Nueva York, se declararon en huelga para protestar por las pésimas condiciones de trabajo, cerrándose en la fábrica. El dueño cerró las puertas de la fábrica y se prendió fuego al edificio, en un acto que causó la muerte de 129 mujeres trabajadoras.  El humo del incendio era violeta, el mismo color de las telas que trabajaban las mujeres. Ello explica que tal color sea el color de la enseña del movimiento feminista.

Fue así como se inició la lucha para conseguir el derecho de las mujeres a sindicalizarse, consiguiéndolo un año después. Las mujeres socialistas que lo consiguieron habían también hecho suya la lucha para conseguir el voto para la mujer.

La heroica lucha de las trabajadoras norteamericanas se dio a conocer en todo el mundo. Y fue más tarde cuando tal fecha fue declarada como el Día Internacional de la Mujer, para recordar la lucha de aquellas mujeres. Las que primero lo propusieron fueron mujeres socialistas europeas, mujeres pertenecientes a la II Internacional Socialista, que se constituyeron en una asociación, dentro de dicha Internacional, llamada International Socialist Women’s Conference (ISWC). Fue en 1910 que tal ISWC propuso que el 8 de marzo fuera declarado el Día Internacional de la Mujer, lo cual fue aprobado por la II Internacional Socialista.

Las raíces socialistas del DIM

Tal día -8 de marzo- y tal fiesta tuvieron un significado especial en 1917, en Rusia, pues aquel día mujeres trabajadoras en la ciudad de Petrogrado, celebrando el día internacional de la mujer, salieron a la calle pidiendo paz y pan, lo que originó una huelga global en aquella ciudad que se convirtió en una insurrección, iniciándose los pasos para que ocurriera más tarde la Revolución Bolchevique. Pravda, el diario bolchevique, escribió que tal movimiento de las mujeres fue la chispa que inició la revolución. Decía Pravda que "el primer día de la revolución fue  el día de la mujer... las mujeres... decidieron el destino de las tropas; fueron ellas las que fueron a los barracones, hablaron con los soldados, y estos se unieron a la Revolución... ¡Mujeres, las saludamos!".

Y más tarde en 1922, en honor de los hechos del 8 de marzo de 1917, el Estado soviético declaró el 8 de marzo como el día internacional de la mujer (DIM), un día que fue establecido como festivo nacional desde entonces en todos los países socialistas. Más tarde fue aceptado como DIM por las Naciones Unidas.  

Tal día también fue celebrado por los partidos de sensibilidad socialdemócrata (que más tarde tuvieron su máxima expresión en los países escandinavos), donde las mujeres socialistas jugaron un papel clave en el desarrollo de lo que las feministas de hoy llamarían los servicios públicos del cuidado. Una de estas personas fue Alva Myrdal, que tuvo un enorme impacto en el desarrollo de esta dimensión del Estado del bienestar en Suecia, dimensión que en España recibiría el nombre de servicios de atención a la familia, como las escuelas de infancia de infancia y los servicios domiciliarios (y que yo he llamado el cuarto pilar del bienestar, completando los otros tres pilares: el derecho a la sanidad, a la educación y a las pensiones), que han caracterizado a estos países del norte de Europa (ver "El cuarto pilar del estado del bienestar", Público, 15.10.09).

El modelo feminista liberal y sus limitaciones

Donde los derechos de las mujeres (y de los trabajadores) fueron siempre más limitados fue en EEUU. El inicio de la Guerra Fría tuvo un impacto negativo sobre la conmemoración de tal día, pues dejó de celebrarse en gran número de países cuyos gobiernos identificaron esa festividad con la tradición socialista (bien fuera la leninista o la socialdemócrata). También se dejó de celebrar el 1º de Mayo como el día del trabajo. Y ha sido solo desde hace unos veinte años que tal día (8 de marzo) ha pasado a ser, de nuevo, un día de celebración y reivindicación (no así el 1º de Mayo, que continúa prohibido). Como bien dice Mary Davis, profesora de historia del trabajo de la University of London, en su artículo del cual he extraído parte de los hechos citados en este artículo, "The origins of International Women’s Day", publicado en la revista People’s World (08.03.18), tal fecha fue una fecha que intentaba homenajear a todas las mujeres que lucharon para liberar a la mujer trabajadora de su doble explotación, como mujer y como trabajadora.

La ausencia de una cultura socialista en la vida política y cultural de Estados Unidos explica, en parte, su escasa politización en grupos y movimientos sociales de carácter contestatario y profundamente transformador. Sus logros en cuanto al desarrollo de políticas públicas que benefician a las mujeres han sido enormemente limitados. Los derechos de la mujer (y de los trabajadores) son muy escasos.

Las organizadoras de la Huelga de Mujeres eran herederas de las que fundaron el 8 de marzo como DIM

El manifiesto convocando a la huelga feminista en España es heredero de tales movimientos. Convocar la huelga del 8 de marzo de este año estaba claramente inspirado por los orígenes de las mujeres que establecieron el 8 de marzo como el DMI. Su identificación del patriarcado y el capitalismo como los adversarios de la liberación de la mujer encaja perfectamente con los orígenes de este movimiento. Y tal definición está cargada de razón. La idea fundamental del proyecto socialista es el establecimiento de una sociedad en la que el principio básico sea "a cada persona según su necesidad, y de cada persona según su habilidad". Este principio es opuesto al principio capitalista liberal que sostiene que a cada persona según sus ingresos, siendo el mercado, y no el conjunto de la sociedad, el que define la distribución de los recursos. De ello se derivan diferencias muy notables entre las políticas públicas con objetivos feministas inspiradas por los partidos de tradición socialista (sean socialdemócratas o comunistas), que enfatizan la intervención del Estado, y las políticas públicas feministas inspiradas por partidos conservadores y liberales, las cuales priorizan su carácter privado y en defensa del mercado. Los datos empíricos fácilmente accesibles muestran las diferencias en las políticas públicas seguidas por las sensibilidades socialistas, por un lado, y las capitalistas liberales, por el otro. Han sido los primeros -los partidos de tradición socialista-  los que siempre han hecho suyos la universalidad de beneficios para hombres y para mujeres, incluyendo los derechos laborales, sociales y políticos de la ciudadanía, y los que, como parte de su compromiso con la igualdad, han sido más sensibles hacia la causa feminista. De ahí que tales derechos estén más desarrollados en los países nórdicos de Europa, donde aquellos partidos han gobernado durante periodos más largos de tiempo. Y han sido los partidos conservadores y liberales los que han promovido menos derechos para la mujer y para las trabajadoras. El caso citado de EEUU es un claro ejemplo de ello. Es el país con menos derechos para las mujeres en el mundo capitalista desarrollado. Solo un ejemplo: el derecho a la baja por maternidad con sueldo completo apenas existe, y tiene el tiempo y el salario más bajos de tales países.

Como ya he dicho anteriormente, es bien sabido que una de las políticas públicas que ha sido promovida con mayor intensidad por las feministas socialistas es lo que definí en su momento como el cuarto pilar del bienestar, que incluye las escuelas de infancia y los servicios domiciliarios (que permitan a la mujer combinar su proyecto profesional con su responsabilidad familiar). Estas y otras políticas públicas están muy desarrolladas en los países del norte de Europa, y en cambio están poco desarrolladas en el sur y en EEUU. Y así, muchas otras intervenciones. De ahí que las autoras del manifiesto convocando la huelga la semana pasada del 8 de marzo llevaban toda la razón. Ni que decir tiene que mucho queda por hacer en los países donde las izquierdas son más poderosas, pero es un error ignorar que las coordenadas políticas juegan un papel clave en la configuración de los derechos de las mujeres (y de los hombres). Querer despolitizar estos movimientos es querer cambiar sus orígenes y su carácter transformador.

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La coronación del fracasado neoliberalismo: De Guindos al BCE https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/03/10/la-coronacion-del-fracasado-neoliberalismo-de-guindos-al-bce/ Sat, 10 Mar 2018 05:30:05 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4325 Continuar leyendo "La coronación del fracasado neoliberalismo: De Guindos al BCE"]]> De alguna manera, el nombramiento del Ministro de Economía, Industria y Competitividad del gobierno Rajoy, el Sr. Luis De Guindos, como vicepresidente del Banco Central Europeo puede verse como el "premio" que el establishment financiero y económico que gobierna la Unión Europea da a la ortodoxia neoliberal promovida por tal economista (ortodoxia que ha caracterizado también a todos los Ministros de Economía y Finanzas de los gobiernos anteriores, incluyendo los del gobierno del PSOE, presidido por el Sr. Zapatero). Dicho nombramiento es el intento de promover las políticas públicas neoliberales, tales como las reformas laborales y las políticas de austeridad y recortes del gasto público, impuestas a la población española por el gobierno Rajoy, las cuales quieren presentarse por parte de aquel establishment financiero y económico europeo como punto de referencia para el resto de países de la Unión Europea. Con este nombramiento se señala la coronación de tales políticas neoliberales y de uno de sus arquitectos, el Sr. Luis de Guindos, que pasa a ser el segundo de a bordo del Banco Central Europeo.

En realidad, pocas figuras representan tan bien el ser miembro de la estructura de poder que domina el Estado español como el Sr. Luis de Guindos. Ha trabajado en gran número de puestos en la administración pública, iniciándose como director general de Política Económica y Defensa de la Competencia con el Sr. Aznar. Y también predeciblemente pasó a servir a los grandes grupos empresariales, habiendo sido director para España y Portugal del fallido Lehman Brothers, así como ejecutivo de PriceWaterhouseCoopers y consejero de Endesa y del Banco Mare Nostrum. Como ministro ha jugado un papel crucial en promover las políticas neoliberales, causa de que sea, junto con el ministro Montoro, uno de los ministros más impopulares del gobierno Rajoy. Entre el establishment político-mediático liberal ha sido enormemente popular al ser considerado como el ideólogo de tales políticas, responsable del supuesto saneamiento de la economía y de la tan promovida recuperación económica, tal como lo presentó recientemente Rubén Amón en las páginas del mayor rotativo de aquel establishment, El País ("‘Action Man’ llega a Frankfurt", 04.03.18).

Las falsedades del neoliberalismo

El enorme dominio que los principales grupos financieros tienen sobre los mayores medios de comunicación explica que las enormes falsedades que sustentan el dogma neoliberal hayan podido mantenerse en una posición dominante, y ello a pesar de que la evidencia científica que apoya los supuestos que sustentan el edificio ideológico neoliberal es prácticamente nula. En realidad, el conocimiento científico, reflejado en datos fácilmente accesibles, muestra la enorme falsedad de dichos supuestos. Veamos los datos.

1ª falsedad. Las políticas neoliberales han sido muy exitosas. La supuesta recuperación económica expresada en un gran crecimiento económico avala la efectividad de tales políticas

En primer lugar, hay que señalar que fueron precisamente las políticas neoliberales –las reformas laborales de los gobiernos Zapatero y Rajoy, así como sus políticas de austeridad con los enormes recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social- las que contribuyeron en gran medida a la profundidad de la Gran Recesión, que causó el mayor deterioro social que España ha vivido durante su periodo democrático (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015). El elevadísimo desempleo, el enorme aumento de la precariedad, el descenso salarial, la inestabilidad laboral, la gran reducción de la protección social, el deterioro de la sanidad y educación públicas (y de los otros servicios públicos del Estado del bienestar), así como el descenso de las transferencias públicas como las pensiones, junto con la reducción de los derechos laborales, sociales y políticos son todos ellos resultado de las medidas neoliberales impuestas por los gobiernos, tanto del PSOE como del PP (con el apoyo de Ciudadanos en España, y de Convergència –rebautizada en varias ocasiones para ocultar sus vergüenzas- en Catalunya). Y repito, digo impuestas pues ninguna de estas políticas públicas estaba en sus programas electorales. El hecho de que haya habido un ligero descenso del desempleo (debido a causas en gran parte ajenas a las políticas seguidas por el gobierno Rajoy) no puede exculpar la enorme responsabilidad que tales formaciones políticas tienen en la creación de esta Gran Crisis Social. Fueron ellas las que la crearon.

La enorme crisis social generada por la aplicación de las políticas neoliberales

El desempleo hoy continúa en España siendo de los más altos de la UE-28 y de la OCDE. En 2017 fue de un 17% (siendo más del doble de esta cifra entre los jóvenes), y ello a pesar que 1,7 millones de personas han emigrado de este país durante este periodo de crisis. Según el último informe del FMI (IMF Country Report Nº 17/319), alrededor del 45% de desempleados lleva sin trabajar más de un año. El porcentaje de personas que están en situación de pobreza es de casi un 28%, siendo el porcentaje de trabajadores en pobreza el más alto de la UE-28 (después de Rumanía y Grecia). La mayoría de nuevos trabajos creados son trabajos temporales. El crecimiento de los contratos temporales (porcentaje de variación interanual) fue de un 7% en el segundo trimestre de 2017, frente a un 2% de los contratos indefinidos. En el mismo informe del FMI mencionado, se alerta sobre que más de una cuarta parte de los trabajadores están bajo contratos temporales y sobre que el empleo involuntario a tiempo parcial permanece extremadamente alto (un 60% de los españoles con contrato temporal, lo tiene de manera involuntaria), muy por encima de la media de la UE (un 28%). Y una consecuencia de todo ello es el gran crecimiento de las desigualdades, pasando a ser uno de los países con desigualdades más grandes hoy en la UE-28. El ingreso entre el 20% superior de renta y el 20% inferior es 6,6 veces mayor. Y ello como consecuencia primordialmente del elevado desempleo y falta de trabajo entre las clases populares.

El enorme fracaso de la devaluación doméstica

La mayor excusa que se ha dado para aplicar las reformas laborales que han deteriorado enormemente el mundo del trabajo ha sido que el descenso salarial (que era el mayor objetivo de tales reformas laborales) era necesario para incrementar las exportaciones, haciéndonos más competitivos en una era marcada por la globalización (ver mi artículo: "España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo", Público, 22.02.18). Según tal explicación, la famosa devaluación doméstica (que quiere decir bajar salarios) era condición para hacernos más competitivos. Los datos, sin embargo, muestran la falsedad de dicho supuesto. Si miramos el crecimiento neto de las exportaciones (que es el diferencial entre exportaciones e importaciones) vemos que apenas creció, pues aun cuando las exportaciones subieron, también lo hicieron las importaciones, con lo cual el estímulo a la economía que pudiera representar el incremento del neto de las exportaciones ha sido muy limitado. En un reciente artículo sobre la economía española ("Notes on Spain’s Economic Recovery"), del bien conocido economista Mark Weisbrot, se muestran los datos, extraídos del FMI, del impacto tan limitado que el crecimiento neto de las exportaciones ha tenido sobre la supuesta recuperación de la economía española.

Pero la mayor evidencia del error de la tesis de reducir la demanda doméstica (reduciendo los salarios y el gasto público) a fin de poder competir en el mundo globalizado es la experiencia de los países escandinavos. El pequeño tamaño de cada uno de ellas hace que estén altamente integrados en la economía globalizada (la suma de las exportaciones e importaciones sobre el PIB es de los más elevados en el mundo). Y en cambio tienen salarios muy elevados (de los más altos en la UE-28) y un extenso Estado del bienestar. ¿Cómo puede ser esto, cuando han seguido políticas opuestas a lo que propone el dogma neoliberal? En realidad, la aplicación de tales políticas neoliberales, como la devaluación doméstica, ha sido un fracaso enorme, causa del gran deterioro social. Los únicos que se beneficiaron fueron los grupos empresariales (los propietarios y gestores del mundo empresarial), que han visto crecer sus rentas del capital a costa del descenso de los salarios. Durante la época de la Gran Recesión, las rentas derivadas de la propiedad crecieron astronómicamente mientras que las rentas derivadas del trabajo bajaron. Es a los primeros a los cuales las políticas neoliberales sirven. Esta es la realidad ocultada por la gran mayoría de los medios que han estado promoviendo tal dogma.

El objetivo del neoliberalismo no era recuperar la economía deprimida, sino aumentar los beneficios empresariales

Y mientras la ocultación continúa, los beneficios del mundo del capital han alcanzado unos niveles sin precedentes a costa de reducir los salarios de los trabajadores o de la apropiación de los recursos monetarios de las clases populares mediante el forzamiento de precios abusivos que reducen su capacidad adquisitiva. Un ejemplo, entre miles, es el caso escandaloso de ENDESA (que fue privatizada por el gobierno del Partido Popular), que obtuvo durante la Gran Crisis Económica unos beneficios sin precedentes, a la vez que el Estado le permitía exigir los precios más altos de la energía que existen en la Unión Europea. Como bien cita Juan Torres en su artículo "La recuperación de Rajoy no da para subir las pensiones" (eldiario.es, 04.03.18), en 2014 repartió el mayor dividendo de la historia de España, 14.600 millones. Y otro resultado del maridaje entre tales compañías eléctricas y el Estado es que España, el país con más sol en Europa, tiene doce veces menos energía solar que Alemania.

Este maridaje y complicidad entre el mundo financiero y económico por un lado, y el Estado español por el otro, es la principal característica de la escasez democrática de tal Estado. En casi ningún otro Estado de la UE-15 existe el nivel de complicidad que hay en España, lo cual afecta muy negativamente a los intereses de las clases populares españolas. Así los seis mayores bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter) no han pagado desde el inicio de la crisis ningún impuesto de sociedades, pese a haber tenido unos beneficios de 84.000 millones. Si, como indica Juan Torres en el citado artículo, hubieran pagado el 10% de estos beneficios al Estado, este podría haber dado 1.600 euros a los 5,22 millones de pensionistas españoles que tienen una pensión de menos de 1.000 euros al mes. Y mientras, la comunidad bancaria recibió 54.353 millones de euros como ayuda pública durante la crisis, un préstamo del que el Estado solo recuperará, según los informes más optimistas, 15.000 millones. Y así una larga lista de indicadores de la complicidad entre el mundo del capital y el Estado que está en la raíz de los problemas de la llamada insostenibilidad del Estado del Bienestar español (uno de los menos financiados en la UE-15) y de sus pensiones.

2ª Falsedad. Los recortes del gasto público para conseguir la reducción del déficit público eran necesarios para que los intereses de la deuda pública fueran bajos

Igualmente falsas han sido las políticas de austeridad. La justificación de que tenía que recortarse el gasto público se basaba en tranquilizar al capital financiero, (reduciendo el déficit público), que así, una vez tranquilizado, podría prestar dinero al Estado. Por lo visto, se nos decía que reducir el déficit era la condición para que los intereses de la deuda pública fueran bajos. Este dogma se mostró también falso. Hoy los intereses de la deuda pública son de los más bajos que hayan existido durante muchos años. Los intereses de los bonos públicos a 10 años son solo de un 1,5%, (más bajos que la inflación) sin que ello tenga nada que ver con el tamaño o reducción del déficit público. En realidad, el hecho de que estos intereses sean incluso más bajos que la inflación hace que el Estado pudiera endeudarse fácilmente. Este crecimiento de la deuda permitiría -como acentúa Mark Weisbrot en su artículo- una notable expansión del muy poco financiado sector público, creando empleo.

El hecho de que los intereses sean tan bajos se debe a la política del BCE de garantizar los bonos públicos del Estado español (lo cual ha bajado sus intereses) y también al "quantitative easing", que significa un préstamo masivo (incluyendo al Estado) que ha estimulado la economía, la española inclusive. La reducción del gasto público como resultado de las políticas de austeridad, junto con la reducción de los salarios, han tenido un impacto muy negativo al reducir la demanda doméstica y, con ello, el estímulo y el crecimiento económicos. La llamada recuperación respondió a causas externas, tales como las citadas en este artículo, habiendo sido las políticas neoliberales las responsables de la enorme caída de la actividad económica y de la Gran Crisis Social. Y lo que es lamentable es que los partidos neoliberales (PP, Ciudadanos y el PDeCAT) y socioliberales como el PSOE, no han hecho ninguna autocrítica de sus políticas públicas que han causado y continúan causando tanto dolor. Y lo que es peor es que las políticas públicas que están proponiendo continúan dentro del marco neoliberal. Lo que hemos estado viendo todos estos años es la aplicación de políticas diseñadas para beneficiar a una minoría de la población a costa de la mayoría, y muy en particular de la calidad de vida y bienestar de las clases populares. Así de claro.

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Las falsas causas biológicas de la discriminación de género y de edad https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/03/08/las-falsas-causas-biologicas-de-la-discriminacion-de-genero-y-de-edad/ Thu, 08 Mar 2018 06:00:05 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4322 Continuar leyendo "Las falsas causas biológicas de la discriminación de género y de edad"]]> Hoy se está extendiendo de nuevo la agitación social como protesta frente a las políticas públicas que se han ido aplicando por parte de los distintos gobiernos españoles (bien a nivel central o autonómico) que han causado un gran deterioro del bienestar de las clases populares de España (ver mis artículos "España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo", Público, 22.02.2018, y "La falsedad de la supuesta excesiva generosidad de las pensiones", Público, 02.02.18). En realidad era predecible que ello ocurriera, pues los indicadores de calidad de vida en estas clases sociales han alcanzado tales niveles que han forzado a grupos especialmente vulnerables de la población, como son los ancianos y las mujeres, a salir a la calle y denunciar la situación en la que se encuentran. Estos movimientos han alcanzado un nivel de movilización tal que el establishment político del país ha comenzado a estar preocupado, respondiendo, por un lado, con medidas represivas y, por el otro, con la avalancha ideológica a través de los medios de información que controlan o influencian para falsificar la realidad, negando que haya mérito en las denuncias, atribuyendo su situación de insostenibilidad (en el caso de las pensiones) a la transición demográfica y no a la aplicación de las políticas públicas impuestas a la población por aquel establishment, y en el caso de la desigualdad de género a causas naturales de tipo biológico como el embarazo o la maternidad. Su principal intención es despolitizar el conflicto social, diluyendo y negando así la responsabilidad de aquel establishment en la creación y reproducción de tal malestar social. Así, atribuyen lo que dicho establishment político-mediático define como el "problema de las pensiones" a la transición demográfica, es decir, a que haya cada vez más ancianos y menos jóvenes, lo cual determina que no habrá fondos (generados por los segundos) para pagar las pensiones (que reciben los primeros). Tal argumento se presenta constantemente, y con la pomposidad que da el poder, como si fuera una obviedad. Y el enorme sesgo derechista de los mayores medios de información españoles (con ausencia de voces críticas) explica que tales argumentos se acepten como dogmas.

Ahora bien, como todo dogma este se base en fe y no en evidencia científica. En realidad, es muy fácil mostrar su falsedad. España no tiene ningún problema de falta de jóvenes. En realidad, hemos exportado casi un millón de personas (incluyendo jóvenes) en los últimos años y ello como consecuencia de falta de empleo. Es más, el desempleo en España entre jóvenes es enorme (38%). A la luz de estos datos hablar de falta de jóvenes es una frivolidad.

Son causas políticas, no biológicas, las que hacen insostenibles las pensiones

El problema de la supuesta inviabilidad de las pensiones no es ni biológico ni demográfico. El problema es primordialmente político, es decir, es causado por la excesiva influencia que ciertos grupos (el capital financiero) y ciertas clases sociales (el 20% de la población con renta superior del país) tienen sobre el Estado (sea central o autonómico). Ahí está la raíz del problema. España tiene la suficiente riqueza para pagar e incluso expandir las pensiones. Y sin embargo se gasta poco en pensiones, cuando su estructura demográfica es bastante semejante a la de la mayoría de países de un nivel de desarrollo económico parecido. En realidad, como consecuencia del elevado nivel de riqueza, debería gastarse mucho más en pensiones. En lugar de un 8% del PIB (la cifra más baja de la UE-15, el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico, después de Irlanda y Luxemburgo), debería gastarse al menos lo que gastan los países en pensiones el promedio de los países de la UE-15 (9,5%), la cual tiene una estructura demográfica semejante con un porcentaje de la población anciana muy parecido (18,5% de la población con 65 años o más en ambos casos). En realidad, esta subfinanciación de las pensiones ocurre en todas las transferencias públicas y servicios públicos del Estado del bienestar, y ello no se debe a causas biológicas y demográficas sino a causas políticas. Concretamente, a los escasos ingresos del Estado como consecuencia de la excesiva y antidemocrática influencia sobre él (ya sea central o autonómico) del 20% de renta superior del país, que paga muchos menos impuestos que sus homólogos en la UE-15. Ahí está el problema.

El falso determinismo biológico como causa de la brecha de género

Una situación semejante a la de las pensiones ocurre con la explicación de la brecha de género. Hemos escuchado estos días a voces conservadoras y liberales que están explicando tal brecha como consecuencia de un fenómeno biológico: la maternidad. Se dice que la mujer es la que biológicamente queda embarazada y da a luz y la que, como parte de su determinante biológico, desarrolla las labores de maternidad. Como consecuencia de ello, "familia" en España quiere decir "mujer". De ahí se deduce que la maternidad es la causa del retroceso social y laboral, explicando así, por ejemplo, la brecha de género (incluyendo la brecha salarial) entre hombres y mujeres. Esta explicación, ampliamente extendida en España y promovida por el mismo establishment político-mediático que atribuye la supuesta insostenibilidad de las pensiones a la transición demográfica, despolitiza un hecho como lo es la "maternidad" (cómo se realiza y en qué condiciones), que es profundamente político, es decir, que es el resultado del contexto político que traduce relaciones de poder, y muy en especial relaciones de poder de género y de poder de clase social.

En realidad, si la causa de la brecha salarial fuera biológica, tendríamos que encontrar una relación entre número de infantes por mujer en un país y tamaño de la brecha salarial. Es decir, que a mayor número de nacimientos mayor debería ser la brecha salarial. Pues bien, los datos no muestran esta relación. Así, los países nórdicos de Europa (Noruega y Suecia, por ejemplo) tienen un número mayor de nacidos por mujer fértil (1,85 y 1,88 respectivamente) que España (1,5), según los datos de The World Fact Book, y sin embargo tienen una brecha de género, incluyendo salarial, menor. En realidad, España tiene una de las tasas de fertilidad más bajas de Europa y una de las mayores causas de este diferencial se debe al contexto político (es decir, qué fuerzas políticas han gobernado durante más tiempo en cada país, muy diferentes en el norte que en el sur de Europa). Los países nórdicos han sido gobernados durante la mayor parte del tiempo desde la II Guerra Mundial por fuerzas políticas de sensibilidad socialista (alianzas de partidos socialdemócratas con partidos comunistas y/o verdes) que han desarrollado y llevado a cabo políticas públicas de apoyo a las familias, facilitando la compatibilidad de las responsabilidades familiares con el proyecto profesional de la mujer como parte de su ideología a favor de la equidad y de la igualdad. En realidad hay muchísimas más mujeres trabajando en el mercado de trabajo en aquellos países (75% de media entre Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia) que no en España (58%) y a pesar de ello el número de niños por mujer fértil es mucho mayor en aquellos países que en España. La amplia disponibilidad de lo que definí en su día como el 4º pilar de Bienestar -escuelas de infancia y servicios domiciliarios- (ver mi artículo "El cuarto pilar del Estado del Bienestar", Público, 15.10.2009) y la corresponsabilidad en las labores familiares con participación del hombre en tales tareas (por ejemplo, según datos del European Institute for Gender Equality, la mujer sueca dedica 11,6 horas a la semana a cocinar y a las tareas del hogar y el hombre 8, una diferencia de 3,6 horas) explican que el significado y las consecuencias de la maternidad sean muy distintas en Suecia que en España, donde las mujeres dedican 19,2 horas a la semana a cocinar y a las tareas del hogar, por 10,6 de los hombres (una diferencia de 8,6 horas). Y es por ello que las fuerzas conservadoras (PP) y liberales (Ciudadanos y el PDeCAT) quieren despolitizar la discriminación contra la mujer, para ocultar sus políticas, que hacen un daño enorme a la mujer. Es tan sencillo como esto.

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La necesaria corrección de la brecha salarial es insuficiente https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/02/28/la-necesaria-correccion-de-la-brecha-salarial-es-insuficiente/ Wed, 28 Feb 2018 12:53:15 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4313 Continuar leyendo "La necesaria corrección de la brecha salarial es insuficiente"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Como parte del surgimiento de un movimiento feminista en España que está adquiriendo una muy positiva influencia en las instituciones políticas y mediáticas del país, ha aparecido una petición para que se equilibren los salarios y las condiciones de trabajo de manera que se corrijan las grandes diferencias que existen en el mercado de trabajo entre hombres y mujeres, diferencias que se deben a la discriminación de la mujer en la sociedad española, muy acentuada debido al extenso dominio que las fuerzas conservadoras de raíz cristiana han tenido y continúan teniendo en nuestra vida política, mediática y cultural. Como consecuencia, la cultura dominante del país ha dado más poder al hombre que a la mujer. Un indicador de tal discriminación es precisamente la brecha salarial, es decir, la diferencia entre los salarios de los hombres y de las mujeres que están trabajando en los mismos puestos de trabajo y con semejantes tiempos de trabajo. Esta brecha salarial es parte de la brecha de género, que se da con particular intensidad en los países del sur de Europa incluyendo España. Veamos los datos.

Una visión internacional de la brecha de género

En un análisis de la extensión de tal fenómeno, la primera observación que debe hacerse es que hay una gran diferencia en esta brecha entre los países nórdicos de Europa versus los países del sur. Así tal brecha es mucho más baja en Suecia, Noruega y Finlandia que en España, Italia y Grecia. En realidad, los derechos de la mujer son mucho más reducidos en los países del sur que del norte de Europa. Solo para darse una idea, valga comparar los permisos de maternidad en un país como Noruega, por ejemplo (46 semanas de baja con el 100% del sueldo para la madre, y 12 semanas, también con el 100% de su salario, para los padres), con los permisos de maternidad en España (16 semanas para las madres y 4 semanas para los padres). Tal como se indica en el artículo "El modelo de bienestar nórdico" (publicado en el blog El orden mundial en el siglo XXI) en Noruega, desde el nacimiento de un hijo hasta que cumple los 18 años, cada familia recibe 125 euros mensuales por hijo y las guarderías son gratuitas hasta los 3 años, pero si se prefiere tener al hijo en casa las ayudas familiares pueden llegar a los 5.000 euros. Una situación semejante ocurre en Suecia, y nada semejante ocurre en España.

En este análisis del diferencial de derechos de género es también importante señalar que en su dimensión salarial (la brecha salarial) el problema es incluso mayor, pues los países nórdicos tienen mayores salarios y mejores condiciones de trabajo que los países del sur, tanto para los trabajadores como para las trabajadoras. Como he documentado en un artículo reciente (ver: España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo, Público, 27 de febrero de 2018), el contraste entre los países nórdicos y España en cada uno de los indicadores de calidad de empleo es enorme, repito, enorme. Mientras que en los países nórdicos es donde las condiciones de empleo (salarios, condiciones de trabajo, paridad de empleo, limitación de horas extras) son mejores, España es el país de la Unión Europea de los 28 que las tiene peores. Es un auténtico escándalo ver no solo las pobrísimas condiciones de trabajo en España, sino el silencio mediático que existe sobre ello. La publicación hace unas semanas del informe comparativo más desarrollado que se ha escrito sobre la calidad de empleo en los países de la Unión Europea ("Bad Jobs" recovery? European Job Quality Index 2005-2015), mostrando la situación escandalosa (y no hay otra manera de definirlo) en la que se encuentran los trabajadores y trabajadoras de este país, ha ido acompañado de un silencio ensordecedor por parte de los mayores medios de comunicación. ¡Una vergüenza nacional! Tal informe es una crítica devastadora del Estado español (incluyendo su clase política), que no solo ha permitido sino facilitado, a través de sus políticas públicas, el desarrollo de las peores condiciones de trabajo en la Unión Europea de los 28. Repito, ¡una vergüenza nacional!

Aunque no hubiera brecha salarial, los salarios de las mujeres españolas serían los más bajos de la UE-28

El citado informe muestra que aunque la mujer española recibiera el mismo salario que el hombre, continuaría teniendo las condiciones de trabajo peores de la UE-28, con, entre otros indicadores, el mayor porcentaje de trabajadoras y trabajadores pobres. Este silencio ensordecedor de los grandes medios de información muestra que la sociedad española está profundamente enferma.

Tal brecha salarial es parte de una brecha más amplia que incluye no sólo los salarios, sino otros aspectos que condicionan la calidad de vida como las ya citadas condiciones de trabajo, el nivel educativo, la participación en el lugar de trabajo y la salud (todos ellos componentes del famoso Global Gender Gap, según el cual los países nórdicos están, de nuevo, en los niveles más altos de igualdad). Un tanto semejante ocurre cuando se utiliza otro indicador de igualdad de género, el Gender Equality Index, que mide el complejo concepto de igualdad de género y ayuda a controlar su progreso a lo largo del tiempo: combina las dimensiones de trabajo (posición en el mercado de trabajo), dinero (desigualdad de ingresos), educación, tiempo (tipos de trabajo), poder (representación política) y salud (estado de salud, acceso a servicios, etc.). Este indicador sitúa a Suecia como el país más igualitario de la UE, seguido de Dinamarca y Finlandia. Estos países vuelven a liderar la puntuación en mejora de este indicador entre los años 2005 y 2015. España está lejos de tales niveles de igualdad. En realidad, en indicadores, tales como pobreza entre las trabajadoras, España está en el nivel más alto de la UE-15.

¿Por qué estas diferencias de derechos de las mujeres y de los hombres?

La mayor causa de estas diferencias es el contexto político, que refleja no solo la relación de fuerzas existente en el país entre mujeres y hombres, sino también las diferencias de poder que se dan entre cada una de las clases sociales que existen en la sociedad y los instrumentos políticos que dichas clases tienen a su alcance. Históricamente, la clase trabajadora ha sido fuerte en los países nórdicos. Partidos políticos enraizados en el mundo del trabajo, como los partidos socialdemócratas, los partidos comunistas y otros han gobernado estos países durante la mayor parte del periodo que va desde el final de la II Guerra Mundial hasta principios de este siglo. Suecia ha sido gobernada por partidos de izquierdas durante 44 años desde 1945, y Noruega 40 años. Y a pesar de no tener movimientos feministas fuertes, las mujeres tienen muchos más derechos y menos desigualdades con los hombres que en los países del sur, donde fuerzas conservadoras han dominado la vida política durante el mismo periodo de tiempo. La inclusión de una mentalidad progresista dentro del movimiento obrero –el socialismo-, motivada por un deseo de erradicar la explotación de clase, género, y raza, explica esta situación. La articulación del proyecto de liberación de la mujer con los otros proyectos de liberación fue lo que hizo posible tales avances. Ni que decir tiene que hay mucho por hacer. Pero están mucho más avanzados que no en el sur de Europa debido a este hecho.

El movimiento feminista necesita articularse con otros movimientos de liberación

Por extraño que parezca, no existe relación entre la presencia de un movimiento feminista en un país y el grado de derechos de las mujeres de dicho territorio. El país que tiene un movimiento feminista más grande del mundo (no solo en términos absolutos, sino también proporcionales) es EEUU, el cual incluye a millones de mujeres. Tal movimiento (NOW) tiene millones de personas afiliadas a él. Y sin embargo, EEUU es uno de los países desarrollados donde las mujeres tienen menos derechos laborales, sociales y políticos. El permiso de maternidad es sumamente reducido, de solo unas pocas semanas sin derecho al pago completo del salario. Y el número de senadores y congresistas que son mujeres es bajísimo.

La causa de dicha debilidad es la excesiva sectorialización de los movimientos de liberación en aquel país. Hay movimientos de liberación de la mujer, movimientos de liberación de los afroamericanos, movimientos de liberación de los latinos, y un largo etcétera. Tal atomización de los movimientos liberadores es una característica de las sociedades enraizadas en la cultura liberal, atomización favorecida por el establishment económico, político y mediático que facilita y estimula la competitividad entre tales movimientos para conseguir el favor del Estado. La solidaridad entre los movimientos sociales para alcanzar los derechos de cada grupo dentro de un proyecto común está especialmente desincentivada en EEUU. No hay un movimiento o proyecto inclusivo que una a todos los movimientos de liberación en EEUU. Y ahí está el problema. No hay partidos progresistas que unan todas las reivindicaciones en un proyecto común. Y cuando Bernie Sanders, el candidato socialista dentro del Partido Demócrata, intentó crearlo, enfatizando que la liberación de clase podría relacionar a la mayoría de las bases de los distintos movimientos de liberación (la mayoría de mujeres, negros y latinos pertenecen a la clase trabajadora), algunos dirigentes de los movimientos feministas y de liberación de los negros le acusaron de racista y sexista, pues veían amenazado su protagonismo dentro de un proyecto más amplio común. De esta manera, el deseo de monopolizar el victimismo dificulta enormemente su propia liberación. Martin Luther King, días antes de ser asesinado, indicó que la vía de liberación de los negros era su integración en la lucha de clases que silenciosamente estaba ocurriendo en el país. Aplaudo, por lo tanto, la convocatoria de la huelga del 8 de marzo, que acentúa la raíz del problema, la alianza del patriarcado con el capitalismo, porque relaciona claramente la explotación de género con la explotación de clase, llamando a poner fin a ambas, a través de un proyecto común.

Es predecible que las derechas liberales, como Ciudadanos, que siempre miran al modelo liberal de EEUU como su punto de referencia, no quieran promover la alianza del movimiento feminista con otros movimientos contestatarios con los cuales comparten objetivos comunes como es la transformación de la sociedad española en una sociedad menos desigual, más justa y más democrática en la que la distribución de recursos sea según las necesidades de cada persona, en lugar de según su capacidad de adquisición, expresada a través de la dinámica de los mercados (tal como consta en el ideario liberal). EEUU es un ejemplo de lo que significa tal modelo. Es una de las sociedades capitalistas desarrolladas más injustas, más desiguales, menos democráticas, y con menos derechos para las mujeres.

Última observación:

La necesaria colaboración de los distintos movimientos de liberación en un país dentro de un proyecto común no es lo mismo que la instrumentalización política de tales movimientos por uno o varios partidos políticos que compartan tal proyecto común. El concepto política es mucho más amplio que partido político. En realidad, tal instrumentalización de los movimientos sociales por parte de partidos políticos ha llevado frecuentemente a la desmovilización de tales movimientos. Lo que sí que se necesita, sin embargo, es encontrar elementos comunes que permitan alcanzar dinámicas de unidad que puedan cambiar profundamente la sociedad venciendo las enormes resistencias que cualquier movimiento de liberación se encuentra. Sin vocación auténticamente transformadora y sin vocación solidaria los movimientos sociales están condenados a victorias muy parciales y reversibles. La historia está llena de ellas. El gran triunfo del capitalismo actual es el de atomizar y dividir cualquier proyecto de rebeldía, alcanzando la individualización de la protesta. Debería ser parte de un proyecto liberador alcanzar esta solidaridad basada en la comprensión de que hay un adversario común para cada una de las opresiones existentes.

Y el mejor ejemplo de ello es la brecha salarial. La mujer española continuará estando en la cola de la Unión Europea en sus condiciones de trabajo, a no ser que el movimiento de liberación feminista sea parte de un proyecto más amplio de transformación de la sociedad que intente mejorar las condiciones de la mayoría de las mujeres, que pertenecen a las clases populares, como parte de un proyecto político de transformación que requiera una amplia alianza en una coalición que podría ser liderada por tal movimiento feminista. Las mujeres nórdicas han alcanzado cuotas de poder mucho mayores que las mujeres españolas y estadounidenses porque su lucha se integró dentro de un proyecto de transformación más profundo.

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España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/02/22/espana-es-el-pais-de-la-union-europea-con-peores-condiciones-de-trabajo/ Thu, 22 Feb 2018 06:55:45 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4305 Continuar leyendo "España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

El conocido y prestigioso European Trade Union Institute ha publicado un informe ("Bad Jobs" recovery? European Job Quality Index 2005-2015) sobre la calidad del empleo en los 28 países de la Unión Europea que es demoledor para España. Si consideramos que una de las responsabilidades del Estado en cualquier país es asegurarse que la población pueda aspirar a desarrollar su gran potencial a través del trabajo, entonces la conclusión rotunda de este informe es que el Estado español está fracasando rotundamente. La Constitución Española, cuya supuesta violación está siendo la causa de encarcelamiento por parte de los tribunales de este país, contiene en el artículo 35.1 el siguiente mandato "Todos los españoles tienen el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia", mandato constitucional que se está violando masivamente en España, como bien documenta el informe. En la mayoría de los indicadores de calidad de empleo utilizados en este excelente estudio -(1) salarios, (2) formas de empleo y seguridad laboral, (3) tiempo de trabajo y equilibrio trabajo-vida, (4) condiciones de trabajo, (5) habilidades y desarrollo en su carrera laboral, y (6) representación sindical-, España aparece en el informe a la cola (repito, a la cola) de toda la Unión Europea, sólo después de Rumanía y Grecia (Figura 2, p.11 del informe). En una puntuación de 1 (peor) a 10 (mejor), recibe un 3 de en el Job Quality Index (la más baja después de los dos países citados), mientras que los países nórdicos de la UE, Suecia, Finlandia y Dinamarca, reciben, respectivamente, un 7,5, un 8 y un 9 (las más altas). España, cuyo establishment político-mediático se enorgullece de tener una de las economías más fuertes y desarrolladas de la UE (la quinta economía de la UE), con un nivel de riqueza (23.200 euros en PIB per cápita en 2015, según Eurostat) semejante al promedio de la UE (28.900 euros en PIB per cápita en 2015, también según Eurostat), es de los países que peor trata a sus trabajadores, dato que apenas aparece en los mayores medios de información. Y ello ocurre en cada componente que configura dicho indicador de calidad del empleo. Veamos los datos.

España no es sólo el país de la UE donde hay mayor precariedad, sino que es también el país donde el crecimiento de la precariedad ha sido mayor durante el periodo 2010-2015

España tiene uno de los mayores porcentajes de la población laboral con inestabilidad, con temporalidad indeseada y con dificultad para encontrar empleo indefinido (principales componentes de la definición de precariedad) en la UE (Figura 4, p.13). Este porcentaje es incluso mayor entre las mujeres trabajadoras, y también es el país donde el porcentaje de trabajadores y trabajadores en precario ha crecido más durante el período 2010-2015 (conocido como la Gran Recesión). 

España es el país donde las condiciones de trabajo son peores (en la UE-15)

Es también interesante subrayar que el elevadísimo nivel de desempleo (de nuevo, uno de los más altos de la UE) va acompañado con uno de los porcentajes mayores de horas extras. Los trabajadores y trabajadoras españoles son los que hacen más horas extras, lo que afecta a su vida personal (lo que el informe define como "equilibrio entre vida personal y laboral") (Figura 5, p.14). En realidad solo en Grecia los trabajadores y trabajadoras están en peor situación que los españoles, es decir, tienen jornadas de trabajo que se alargan todavía más allá de las horas acordadas. Es también importante subrayar que las mujeres trabajadoras incluso trabajan más horas extras que los hombres trabajadores. En este punto cabe señalar el bien conocido hecho entre salubristas de que las mujeres españolas son de las que tienen mayores enfermedades relacionadas con el estrés en la Unión Europea debido a su enorme sobrecarga entre la familia y el trabajo. 

España tiene el porcentaje mayor de trabajadores pobres en la UE 

En 2015, España tenía también el porcentaje mayor (después de Rumanía y Grecia) de trabajadores en pobreza. Uno de cada diez trabajadores se encontraba por debajo del umbral de la pobreza (es decir, por debajo del 60% de la mediana nacional de ingresos después de transferencias sociales).

En el informe se nos da también una comparativa de salarios entre países. Si miramos el promedio de ingresos mensuales netos del trabajador remunerado ajustado a los precios de cada país, en España es aproximadamente de unos 1.300 euros, un nivel por debajo del promedio de la UE, aunque más alto que países como Hungría o Bulgaria (Figura 3, p.12). Ahora bien, cuando comparamos el porcentaje de los trabajadores (empleados o autónomos) que están por debajo del 60% de la mediana nacional (incluso después de transferencias públicas sociales) sobre el total de trabajadores, España se encuentra incluso peor que estos dos países.

Estos datos nos indican que aun cuando España no tenga como promedio los peores salarios en términos absolutos, sí que tiene el mayor porcentaje de trabajadores pobres, después de Rumania y Grecia.  Esto es resultado de la gran pobreza de los salarios, la gran pobreza de las trasferencias públicas y las grandes limitaciones de las políticas redistributivas del Estado Español, causas determinantes del elevadísimo nivel de pobreza laboral que existe en España.

España está entre los que tienen peores condiciones de trabajo en la UE

España es también uno de los países con peores condiciones laborales (después de Hungría y Chipre), que alcanzan su cenit en sectores como la agricultura y la construcción (Tabla A4, p.42). Este es una de los indicadores de calidad del empleo más estudiado y detallado en el informe, que incluye gran número de variables (veinte ítems) que analizan cómo y en qué entorno se realiza el trabajo. Está compuesto por tres sub-dimensiones: intensidad del trabajo; autonomía del trabajo; y factores de riesgo físicos. España se encuentra a la cola en prácticamente cada uno de estos subindicadores, y muy especialmente en los citados anteriormente (Figura 6, p.16).

España está entre los países que menos atención prestan al mejoramiento del conocimiento y la educación laboral   

Por último llama la atención como también España está fallando estrepitosamente en la capacitación de sus trabajadores (en el informe se registra el porcentaje de la población adulta -de 25 a 64 años- que participó en educación o capacitación en las cuatro semanas anteriores a la encuesta). Además se pregunta a los trabajadores si están de acuerdo con la afirmación "Mi trabajo ofrece buenas perspectivas de progreso profesional". Como promedio, uno de cada cuarto trabajadores en la UE participó en alguna capacitación en el mes anterior y / o consideró que su trabajo ofrecía buenas perspectivas para el desarrollo de carrera. Lo interesante es que se comparan los datos de 2005-2010 y 2015 para ver la reacción después de la crisis. En el conjunto de la UE ha habido un gran avance en la mejora de las habilidades y el desarrollo profesional de los trabajadores, pero no así en España, que destaca entre los países con peores resultados en la mejora de capacitación de sus trabajadores durante este período (Figura 22, p.31) (junto al Reino Unido y Bélgica, que son países con un mercado de educación muy desregulado y privatizado, mientras que los países con mejores puntuaciones son los nórdicos, que son los que tienen la mayor inversión en educación pública).    

¿Cuáles son las causas de esta deplorable situación? 

La respuesta a esta pregunta no es difícil. Naturalmente que no hay solo una causa. Hay muchas causas que, por regla general, aparecen en las páginas económicas de los mayores medios de comunicación, en las pocas veces que estos problemas son tratados por tales medios. Pero las causas más importantes (que son las causas políticas y la distribución de poder dentro del país) no aparecen casi nunca en dichos medios. Y ello no es por casualidad. Tales causas permanecen ocultadas y silenciadas en esos medios pues la mayoría de ellos están controlados por los mismos grupos empresariales que forman parte de las élites económicas y financieras, las cuales, a través de la enorme influencia que tienen sobre los aparatos del Estado y las instituciones mal llamadas representativas, imponen y fuerzan a la población políticas públicas que promueven sus intereses en contra de los derechos de los trabajadores. En otras palabras, la clase empresarial (lo que antes se llamaba la clase capitalista, término que ahora no se utiliza porque parece un término "anticuado") tiene en España mucho, pero que mucho mayor poder político y mediático que la clase trabajadora. Y ello explica que en España se permita que existan tales condiciones deplorables, promoviendo reformas laborales como las que aplicó el gobierno Zapatero primero y después Rajoy en el conjunto del Estado, y los gobierno de Mas y Puigdemont en Catalunya, las cuales debilitaron al mundo del trabajo de una manera muy notable. Este debilitamiento ha ido acompañado de una gran reducción de los derechos laborales, políticos y sociales (con los recortes del gasto público social) que ha empeorado la calidad de vida de las clases populares en general y de la clase trabajadora en particular.

Estas políticas públicas neoliberales, cuyos máximos promotores son los partidos neoliberales como el PP, Ciudadanos (que es el más neoliberal de todos ellos), el PDeCAT y los partidos socioliberales (como el PSOE), han contribuido a este gran deterioro de las condiciones de empleo. En realidad las políticas neoliberales tienen como objetivo precisamente aumentar el poder del mundo empresarial a costa de disminuir el del mundo del trabajo. Y lo han conseguido.

Ni que decir tiene que este excesivo poder político-mediático del mundo empresarial viene de lejos. Ha sido una constante en la historia de España. El gran subdesarrollo social de España está basado precisamente en la enorme concentración de poder político y mediático que ha existido en este país y que la Transición de la dictadura a la democracia no cambió (ver mi libro El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias, editorial Anagrama, 2006). 

La Constitución, el patriotismo y la calidad del empleo 

Hoy estamos viendo un gran debate sobre el MONOTEMA NACIONAL en el que unos y otros están utilizando la Constitución Española (definiéndose como los constitucionalistas) como el principal punto de referencia para sancionar a sus adversarios, incluyendo su encarcelación. Convierten así la Constitución en un documento sagrado al que hay que respetar y obedecer. Es más, algunos constitucionalistas (como el PP y Ciudadanos) incluso exigen su aceptación como prueba de patriotismo. Según tal argumento, la Constitución es el documento que garantiza la unión y el bienestar de los españoles. Esta postura es también promocionada activamente por los medios de información, que deliberadamente promueven los artículos de la Constitución que les favorecen, e ignoran aquellos que les desfavorecen, como el artículo 35.1.

En el debate "nacional" sobre quién es más patriota se ignora y oculta, sin embargo, que estas mismas fuerzas políticas súper-patriotas son también las mayores defensoras de las políticas neoliberales que van en contra precisamente del derecho-mandato explicitado también en la misma Constitución por aquel artículo. En realidad, es un signo de una enorme hipocresía que a la vez que sacralizan la Constitución, presentándose como los grandes patriotas, hayan estado proponiendo y aplicando políticas públicas que han dañado enormemente a las clases populares de este país, que constituyen la mayoría de la nación y de la patria. Si el concepto de patria incluye (como debería incluir) a la población que vive en su territorio, entonces está claro que tales partidos están utilizando el sentimiento patriótico para movilizar a la población para fines distintos y contrarios a los que indican, ocultando que son las políticas públicas neoliberales las que están violando el artículo 35.1 de la Constitución y el bienestar de las clases populares, componente central de la nación y de la patria.

Un tanto parecido ocurre en el otro lado del debate nacional. Los independentistas están hegemonizados por el PDeCAT, la derecha catalana de siempre, que ha estado imponiendo y forzando políticas neoliberales idénticas a las aprobadas por el PP y Ciudadanos (en realidad, los recortes han sido incluso más extensos en Catalunya que en el resto de España), realidad ignorada bajo su llamada al patriotismo, olvidando también que las clases populares son o deberían ser el centro de dicha patria y nación. No puede amarse la nación, la patria, un país, y a la vez dañar la calidad de vida de la población que vive en ella. Y esto es lo que está ocurriendo (y ha estado ocurriendo) en España y en Catalunya durante bastante tiempo. Los nobles sentimientos patrióticos se han estado manipulando y utilizando para ocultar el daño que los falsos patriotas han estado imponiendo a la población. Así de claro.

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Desempleo
El clasismo (discriminación de clase) que aparece en el lenguaje dominante en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/02/16/el-clasismo-discriminacion-de-clase-que-aparece-en-el-lenguaje-dominante-en-espana/ Fri, 16 Feb 2018 06:45:40 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4298 Continuar leyendo "El clasismo (discriminación de clase) que aparece en el lenguaje dominante en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

En el año 2011, uno de los más interesantes críticos de la sabiduría convencional en el Reino Unido, Owen Jones, escribió un libro CHAVS: The Demonization of the Working Class (CHAVS: la demonización de la clase obrera) en el que describió la discriminación tan marcada que existía en aquel país en contra de la clase trabajadora, mostrando cómo tal discriminación aparecía en todas las dimensiones de la sociedad británica, incluyendo en el lenguaje hablado y escrito en las instituciones del establishment político-mediático del país. Dicho establishment constantemente utilizaba en su lenguaje expresiones, al referirse a la clase trabajadora, que eran claramente ofensivas. Tal lenguaje se reproducía también entre las clases más pudientes de la sociedad, desde la burguesía y pequeña burguesía, hasta amplios sectores de las clases medias con educación superior.

Este libro, claramente de denuncia, tuvo un impacto considerable no solo en el Reino Unido (país con un sistema monárquico, donde las fuerzas conservadoras han tenido siempre un gran dominio en las instituciones llamadas democráticas) sino en muchos otros países a los dos lados del Atlántico Norte. El libro, sin embargo, pasó prácticamente desapercibido en España en los mayores medios de información, excepto en algunos círculos muy limitados en los que tal libro se presentó como una curiosidad.

La causa de este silencio es fácil de ver, pues en España la discriminación en el lenguaje y en las actitudes contra la clase trabajadora es tan extensa y generalizada, y está tan imbricada en las instituciones del establishment político-mediático español (y en los mayores medios de comunicación), que la gente apenas se da cuenta. Como ocurre con otras formas de discriminación (como el sexismo y el racismo), cuando estas están muy generalizadas, el que discrimina ni siquiera se da cuenta, pues lo considera como un hecho natural. 

El clasismo en el lenguaje de los distintos idiomas que existen en España (castellano, catalán, euskera y gallego) 

El mayor indicador de dicha discriminación es que incluso el término clase trabajadora ha casi desaparecido en la narrativa política del país. En realidad, lo que pasa en España demuestra la veracidad del bien conocido principio en los análisis politológicos de las sociedades capitalistas de mayor desarrollo económico que señala que un indicador del poder de la clase dominante en un país es que a mayor fuerza y poder mediático y político de tal clase, menor uso existe de las categorías de clase social por parte de los medios (incluyendo académicos) de información para analizar la realidad que nos rodea. El caso español es paradigmático. Casi nadie utiliza la expresión "clase trabajadora" y todavía menos expresiones como "lucha de clases". La expresión de dichos términos en las rarísimas ocasiones en las que se utilizan crea inmediatamente en las tertulias o donde sea, una reacción de rechazo, hostilidad o algo peor. Y ello a pesar de que la evidencia de que hay clases sociales (burguesía, pequeña burguesía, clase media y clase trabajadora) en España y de que estas clases tienen intereses distintos y, en muchas ocasiones, opuestos, es abrumadora. (Un ejemplo de ello es que las rentas derivadas de la propiedad y gestión del capital –las rentas de la clase capitalista- han ido creciendo en este país a costa de las rentas del trabajo –las rentas de la clase trabajadora-).

La redefinición de las clases sociales

En España ya no se utilizan ni tales categorías ni tales términos. En su lugar, se habla de tres clases: la clase alta, la clase baja y, en medio, las clases medias, donde estamos supuestamente la mayoría. Al utilizar dichos términos se asume que la clase trabajadora o bien se ha transformado en clase media, o se considera que el mejor término para definirla es clase baja. En realidad, en muchos centros del establishment político-mediático español (incluyendo en Catalunya) constantemente se define a la clase trabajadora como "clase baja", término que es profundamente ofensivo, pero ni siquiera es percibido como tal (una cosa es decir clase de rentas bajas –lo cual no es ofensivo- y otra decir clase baja –que es ofensivo-). En esta nueva categorización, España se ha convertido en una sociedad de castas: la superior, la media y la inferior.

La subjetividad como justificación del uso de tales términos

Supuestamente la mayoría de la población se define como clase media. En realidad, en estadísticas oficiales de los ministerios y de las consejerías de la Generalitat se utilizan incluso subcategorías, hablando de clase alta, clase media-alta, clase media-media, clase media-baja y clase baja. Ello sería entendible si se quisiera agrupar a la población por niveles de renta. Pero si fuera así deberían llamarse "grupos de renta", no clases sociales, pues lo que define la clase no es el nivel de renta, sino, entre otras variables, el origen de estas rentas.

La justificación que se utiliza en muchas ocasiones para decir que la mayoría de los españoles son de clase media es el argumento de que así se define tal población cuando se le pregunta a qué clase pertenece. Pero la pregunta es tan sesgada "¿Es usted de clase alta, de clase media o de clase baja?", que hace inevitable que la gente así se defina. A nadie le gusta definirse como clase baja. Si se le pregunta al mismo ciudadano si es de clase alta, de clase media o de clase trabajadora, la respuesta es probable que varíe. En encuestas que se han hecho dando como opciones de respuesta estas preguntas, resulta que hay más personas en muchos países a los dos lados del Atlántico Norte que se definen de clase trabajadora que de clase media. Predeciblemente no tales encuestas se han hecho en España.

El clasismo en las investigaciones económicas y sociales en las universidades españolas

Tal clasismo tiene lugar en todas las instituciones de la sociedad, incluyendo en los centros académicos, donde el porcentaje de estudiantes procedentes de la clase trabajadora es siempre menor que el procedente de las clases más adineradas. Pero tal discriminación aparece también en los centros de investigación. Por ejemplo, en estudios de análisis económico raramente se utilizan datos producidos por los sindicatos (por considerarlos poco rigurosos) y, en cambio, se utilizan normalmente datos de instituciones bancarias cuya credibilidad (como la crisis financiera ha demostrado) debería ser muy limitada. Estos centros financian gran parte de la investigación económica en España, con los resultados conocidos. Ningún centro académico español predijo la Gran Recesión. Y gran número de economistas "especializados" en temas de vivienda no predijeron la burbuja inmobiliaria.

Los insultos del jugador del Club de Fútbol Barcelona, Sr. Piqué como ejemplos de clasismo

Un caso reciente de clasismo se produjo cuando un jugador del Fútbol Club Barcelona, el Sr. Piqué, intentó ridiculizar a su adversario, el Club Deportivo Espanyol, definiéndolo como el "club de fútbol de Cornellà", una de las ciudades donde vive gran parte de la clase trabajadora catalana. En realidad el Sr. Piqué, producto típico de la burguesía catalana (la que vive en las zonas acomodadas de Barcelona y cercanías) arrogante y narcisista, al que le encanta ser el enfant terrible (el ídolo de muchos seguidores del Barça insultando a otros equipos a los cuales considera sus adversarios o enemigos), estaba diciendo que el Club Deportivo Espanyol era un club mediocre, al estar en un barrio o comunidad obreros. Al llamar al Espanyol el "club de de futbol de Cornellà", indicaba que nada bueno podría esperarse de un club que está en un barrio obrero. Y lo que es incluso más llamativo es que ninguna de las críticas que tal personaje recibió en los mayores medios de información hizo referencia a la naturaleza claramente clasista de sus declaraciones. Imagínese que hoy en día hubiera intentado ridiculizar a un equipo diciendo que era un equipo de mujeres. La sabiduría convencional lo habría denunciado como machista, digno del oprobio general. Solo Joan Coscubiela, que fue en su día Secretario General de Comisiones Obreras de Catalunya, lo definió y lo denunció como un ejemplo claro de clasismo. Por lo demás, un silencio ensordecedor sobre el clasismo del Sr. Piqué. Así es hoy Catalunya y el resto de España.

Una última observación. Debido a mi actitud crítica de la sabiduría convencional de este país mis escritos no son bienvenidos en los mayores medios de información y persuasión de este país. De ahí que me permita pedirle al lector que coincida conmigo en que la discriminación en contra de la clase trabajadora (el clasismo tan cotidiano) es una de las mayores lacras en España, distribuya extensamente este artículo.

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El gran error de las izquierdas radicales independentistas en Catalunya https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/02/13/el-gran-error-de-las-izquierdas-radicales-independentistas-en-catalunya/ Tue, 13 Feb 2018 07:00:48 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4287 Continuar leyendo "El gran error de las izquierdas radicales independentistas en Catalunya"]]> Vicenç Navarro

Cuando era joven, a finales de los años cincuenta y principios de los años sesenta, participé en la resistencia antifranquista y viví una experiencia que creo relevante para la situación actual que estamos viviendo en este país. A  raíz de la visita a Barcelona del dictador, el general Franco, varios miembros de la organización clandestina a la que pertenecía propusieron a la dirección del partido organizar un atentado contra el dictador. A los pocos días se les comunicó, también clandestinamente, en los términos claros y contundentes característicos de la narrativa de aquellos tiempos, que "las condiciones objetivas no eran favorables a realizar tal acción". Es más, se subrayaba que esa decisión sería contraproducente pues, en el caso poco probable de que tal acto fuera exitoso, no existían posibilidades de que a dicha  acción siguiera una movilización popular que forzara el cambio de régimen. Lo más probable, se les dijo, es que dicho acto creara una enorme respuesta represiva que haría un gran daño a la infraestructura de la resistencia antifranquista, que estaba desarrollándose y se encontraba  todavía en fases iniciales.

Recuerdo el desencanto y la frustración que tal orden generó entre los miembros jóvenes que tenían una visión distinta de "las condiciones objetivas" que les decían los mayores. Naturalmente que se obedeció la orden, a pesar del desacuerdo, aunque más tarde se llegó a la conclusión de que la dirección del partido estaba cargada de razón. Este acto hubiera originado en realidad toda una serie de pasos por parte del Estado represor fascista que, en lugar de ayudar a avanzar, hubieran servido para retroceder en  el proceso de liberar al país de aquella dictadura tan represiva.

Cito esta anécdota de un acto que ocurrió hace más de medio siglo porque es un caso muy significativo, pues un acto puede percibirse como necesario en un movimiento de liberación, pero al ser evaluado en un contexto más amplio, puede tener un efecto precisamente opuesto al deseado, frenando, debilitando y haciendo retroceder al mismo proceso de liberación que se desea realizar. En una estrategia de cambio, la lectura correcta de la correlación de fuerzas en cada momento es clave.

 Las consecuencias de la estrategia independentista (llamada en Catalunya el "procés") apoyada por las izquierdas radicales independentistas

Esta observación viene a cuento a raíz de las propuestas hechas por partidos independentistas de sensibilidad de izquierdas (que se definen explícita o implícitamente como revolucionarios) en su estrategia de conseguir lo que consideran una "liberación nacional". Ni qué decir tiene que las condiciones entre hoy (año 2018) y entonces, son muy disímiles pues, entre otras diferencias, hay que subrayar que España estaba entonces, en mi juventud, bajo una de las dictaduras más represivas que hayan existido en Europa Occidental en el siglo XX (según el Profesor Malekafis de la Universidad de Columbia en Nueva York, uno de los mayores expertos en el fascismo europeo, por cada asesinato político que hizo Mussolini, Franco hizo 10.000), mientras que hoy el régimen español del 1978 es una democracia que aun siendo enormemente limitada (con aparatos del Estado claramente influenciados por la cultura del régimen anterior), tiene un  nivel de represión que no es comparable al régimen dictatorial anterior. Y, para subrayar más diferencias entre entonces y ahora, está el hecho de que el acto que se proponía en aquel momento era un acto de naturaleza militar mientras que las acciones realizadas por la izquierda radical independentista han sido siempre actos de desobediencia civil pacífica, lo cual aplaudo.

Ahora bien, a pesar de las enormes diferencias hay también elementos comunes que merecen ser resaltados, pues se puede ver que hay un elemento común que se aplica en muchas situaciones. No tengo dudas de la honorabilidad y nobleza de la causa defendida (la cual respeto pero no comparto) pero, en los dos casos, la aplicación de las medidas y estrategias para alcanzar los objetivos era previsible que llevaría a un resultado opuesto al deseado, y ello como consecuencia de no haberse entendido y/o considerado la correlación de fuerzas que definía lo que era o no posible que ocurriera. Creo que es obvio que la aplicación de la estrategia de la izquierda independentista (conocida como el "procés"), realizada significativamente con otros partidos independentistas, ha llevado a una situación precisamente opuesta a la deseada. Hoy la respuesta del Estado central español ha sido de una represión que ha incluido la pérdida de la capacidad del gobierno de la Generalitat de poder gestionar su ya limitada autonomía, así como una considerable pérdida de derechos políticos, laborales y sociales. Lo que es extraordinario es que tales fuerzas políticas no parece que se dieran cuenta de las consecuencias de sus resultados (ver "Los independentistas son también responsables de la enorme crisis en Catalunya", Público, 8 de diciembre de 2017).

Y lo que es también muy significativo, es que tal "procés" ha creado una inmensa polarización dentro de Catalunya, en la que la mayoría de la clase trabajadora catalana (que es principalmente de habla castellana) está movilizada no a favor sino en contra de su estrategia autodefinida como de liberación. Esta oposición debiera ser un motivo de máxima preocupación, pues debiera ser claro y obvio que sin el respaldo  de la clase trabajadora un proyecto emancipador tiene poquísimas posibilidades de éxito. El apoyo material para un proyecto de transformación nacional y social (que consta en sus propuestas de cambio) requiere del apoyo de la clase trabajadora. La experiencia histórica así lo demuestra. Creo pues que era fácil ver que tal "procés" nos llevaría a una situación en la que un alto porcentaje de tal clase acabaría apoyando a una fuerza política, Ciudadanos, que es la más hostil al proyecto de liberación nacional (y la más agresiva en la aplicación de medidas económicas reaccionarias como el endurecimiento de la reforma laboral o los recortes de gasto público) que dañarán a las clases populares catalanas.

Y lo que ha pasado desapercibido, a pesar de ser enormemente inquietante, es que las derechas ultraliberales se han reforzado considerablemente en la situación actual. Nunca antes los partidos más ultraliberales (no solo Ciudadanos sino también PDeCAT, ambos de la familia política ultraliberal) habían estado en posición de mayor fuerza. El equipo económico de Ciudadanos es lo más parecido que España haya tenido al reaganismo (padre del trumpismo) mientras que en el PDeCAT la candidata a la Presidencia Elsa Artadi es una economista, discípula entusiasta del economista más ultraliberal en Catalunya, en España y en Europa, defensor de las políticas públicas reaganianas, Xavier Sala i Martín, cuyos libros ha traducido al catalán. En realidad, no hay nada tan semejante (desde la perspectiva económica) a un neoliberal de Ciudadanos como un neoliberal del grupo Sala i Martín. Y lo que alcanza niveles de difícil comprensión es que partidos que se consideran de izquierdas, como ERC y la CUP, apoyen que tal persona sea presidenta del gobierno catalán. La incoherencia ha llegado a unos niveles extremos.

El reforzamiento de la ultraderecha

Y por si no fuera poco, hay que señalar que tal "procés" ha reforzado al nacionalismo españolista extremo en España, despertando de nuevo al fascismo, como bien ha señalado Pablo Iglesias. Su estrategia de liberación nacional, que ignora los cambios positivos que estaban ocurriendo en España (donde casi el 50% de la población adulta estaba a favor de un referéndum pactado), presentándola como "incambiable", ha creado una hostilidad generalizada entre las clases populares españolas que ha debilitado a las izquierdas españolas, herederas del 15M. Éstas estaban luchando para conseguir una España plurinacional que respetara el derecho de autodeterminación, derecho que, por cierto, durante la clandestinidad no sólo las izquierdas catalanas sino también las españolas -como el PSOE- habían incluido en sus programas para cuando la deseada España plurinacional y democrática se consiguiera. Tal aceptación del principio de autodeterminación para los distintos pueblos y naciones en España por fuerzas políticas que se consideraban españolas no era para romper España sino para facilitar el establecimiento de otra España, plurinacional, justa socialmente y más democrática, donde la unión se consiguiera por voluntad y no por la fuerza.

Es cierto que tal compromiso se abandonó por parte del PSOE durante la transición inmodélica de la dictadura a la democracia, resultado de la enorme y antidemocrática influencia de la ultraderecha (que controlaba todos los aparatos del Estado, convirtiéndose el PSOE en una columna esencial del régimen del 78). Pero los pueblos tienen memoria y como consecuencia del cuestionamiento de tal régimen por parte del 15M y, más tarde, del surgimiento del movimiento político-social que le siguió –Podemos- en la aparición en el panorama político de otras fuerzas también estimuladas por el 15M a lo largo del territorio español, muchos cambios han estado ocurriendo, del cual el más relevante es su cuestionamiento del régimen monárquico del 78 y su compromiso con el establecimiento de una España plurinacional que permitiera recuperar el principio y la práctica de la autodeterminación.

Lo que es sorprendente, y que traduce una visión enormemente sectaria, es que en lugar de aliarse con tales nuevas izquierdas españolas para intentar cambiar España, las izquierdas presuntamente revolucionarias las consideraron como parte de esta España, supuestamente incambiable, intentando conseguir su objetivo, la secesión en contra de España (teniendo además a gran parte de la clase trabajadora catalana en contra). Tal visión llegó a extremos como que en una asamblea de la CUP, partido central en esta estrategia, se llegó a abuchear al Secretario General de Unidos Podemos por considerarlo parte del problema en lugar de parte de la solución. En realidad, expresaban con su abucheo la versión ampliamente extendida entre todas las fuerzas independentistas de que les era favorable para su estrategia del "procés" presentar a toda España como antipática y opresora, facilitando tensiones que favorecieran la polarización de Catalunya y España.

La realidad ha mostrado el enorme error y falsedad de tal percepción. Hoy las izquierdas españolas plurinacionales están pagando un coste político enorme por haber luchado por un proyecto que habría posibilitado alcanzar uno de los objetivos de la izquierda independentista, la realización del referéndum. El enorme retroceso que el "procés" ha significado no solo para Catalunya sino también para el resto de España no podía ser mayor. Y ello era muy pero que muy predecible. Soy testigo de reuniones habidas entre las izquierdas independentistas radicales y las nuevas izquierdas españolas en las que estas últimas señalaron a las primeras que, de tirar adelante la independencia exprés, ocurriría lo que ha ocurrido. Y paso por paso así ha ocurrido. ¿Es esto lo que querían? Hoy las clases populares de Catalunya y de España están mucho peor que antes del inicio del fracaso de la línea exprés al independentismo. Su responsabilidad histórica es considerable. Y confirman que no es revolucionario el que se define a sí mismo como revolucionario sino el o la que, en sus acciones, crea las condiciones para que pueda realizarse el proyecto de transformación profunda deseada. ¿En realidad creen que hoy estas condiciones son más favorables para este cambio profundo? Dudo que lo crean.

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El ocultado e ignorado incremento de la violencia laboral https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/02/07/el-ocultado-e-ignorado-incremento-de-la-violencia-laboral/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/02/07/el-ocultado-e-ignorado-incremento-de-la-violencia-laboral/#respond Wed, 07 Feb 2018 11:49:33 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4278 Continuar leyendo "El ocultado e ignorado incremento de la violencia laboral"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra y autor de 'El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias'

Un tema que merecidamente está recibiendo gran atención en España es el tema de la violencia de género (en otras palabras, la violencia machista), que es una lacra en nuestra sociedad. En 2017, 49 mujeres fueron asesinadas como consecuencia de la violencia machista, según el dato oficial del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Pero por fin hay una creciente concienciación de que tal violencia debe denunciarse, con un incremento de las demandas para que se apliquen medidas a fin de su erradicación. Hay que aplaudir esta concienciación que expresa una gran movilización para la eliminación de esta lacra social.

Hay otra violencia, sin embargo, que causa incluso más muertos que la violencia machista, y que permanece casi ocultada, con nula visibilidad mediática: me refiero a la violencia laboral, es decir, a la violencia ejercida en el lugar de trabajo sobre el trabajador o trabajadora que están sometidos a unas condiciones que dañan su bienestar. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social contabiliza 524 muertes solo de enero a octubre de 2017, un 2,9% más que en el mismo periodo del año pasado, pero los sindicatos hablan de alrededor de 700 en 2017. Y este número de muertos es solo la punta del iceberg, pues tales muertes son la máxima expresión de un problema mucho más extenso: el de los mal llamados "accidentes" laborales, que ocurren en el transcurso del trabajo, y que son un número mucho mayor (490.000 entre enero y octubre de 2017). Un número que ha ido en aumento siendo 25.000 más que en el mismo período del año anterior (según datos del avance de estadísticas correspondientes al periodo enero-octubre de 2017 publicados en la web del mismo Ministerio). Es importante señalar que la gran mayoría de estas muertes y "accidentes" laborales son prevenibles, es decir, pueden evitarse. En realidad, su número se puede calcular con anterioridad a que ocurran y así lo hacen los empresarios y las compañías de seguros cuando estiman el coste que les supone tales "accidentes" y muertos, que pasan a ser considerados como meros costes de producción.

Por qué el número es tan elevado y continúa aumentando

Su aumento durante los últimos años no se debe (como constantemente indican las autoridades del gobierno Rajoy en España o de los gobiernos Mas o Puigdemont en Catalunya) a la supuesta recuperación económica, ni al crecimiento del número de trabajadores, pues el número de accidentes laborales ha estado aumentando mucho más rápidamente que el número de personas que trabajan. En realidad, las mayores causas del incremento de este daño y sufrimiento son el continuo debilitamiento de la clase trabajadora y de sus sindicatos, que ha ido ocurriendo a consecuencia de las reformas laborales que, además de incrementar el desempleo y la precariedad, han debilitado de una manera muy marcada a los trabajadores y trabajadoras, y a sus instituciones y puestos de trabajo. Como bien ha dicho Pedro J. Linares, el Secretario de Salud Laboral de CCOO: "En España estamos sufriendo un severo retroceso en los niveles de protección de la clase trabajadora" que origina "la falta de inversión en prevención en las empresas, el recorte de políticas públicas activas, las reformas laborales y la apuesta por políticas de austeridad como salida a la crisis han causado un deterioro profundo del sistema preventivo español del que el incremento de la siniestralidad laboral no es más que [la] consecuencia más visible". La evidencia científica que sostiene tal explicación es abrumadora y contundente. Las políticas neoliberales apoyadas, repito, por los gobiernos Zapatero y Rajoy con el respaldo de Ciudadanos en España, y por los gobiernos Mas y Puigdemont en Catalunya, han tenido un impacto enorme en el empoderamiento del mundo empresarial a costa del debilitamiento del mundo del trabajo. El trabajador y trabajadora hoy aceptan unos salarios, una inestabilidad laboral y unas pésimas condiciones de trabajo que les hacen muy vulnerables a ser dañados y/o perjudicados por tales condiciones, causa de los mal llamados "accidentes laborales".

Las causas políticas de esta violencia laboral

Esta vulnerabilidad y debilidad responde a políticas públicas impuestas (y digo impuestas pues muchas de las medidas indicadas en los párrafos anteriores no estaban en las ofertas electorales de los partidos gobernantes) y forzadas por los gobiernos (no solo estatales sino también autonómicos, como ha sido el caso de la Generalitat de Catalunya) y por el mundo empresarial. Es más, para debilitar todavía más a los trabajadores y trabajadoras, se les niega en muchas ocasiones la protección sindical contratándolos como autónomos, lo cual en España (incluyendo a Catalunya) es legal. Es la uberización del mundo trabajador, presentándose este proceso de convertir trabajadores asalariados en autónomos como un incremento de la flexibilidad y de la autonomía de las relaciones laborales. Flexibilidad es el término que utiliza siempre el mundo empresarial (y sus aliados, los economistas neoliberales) para justificar el debilitamiento del mundo del trabajo.

La realidad es que de lo que nunca se habla es precisamente de las causas de lo que se llama erróneamente accidentalidad laboral, la mayoría producto de la excesiva influencia política que el mundo empresarial tiene sobre las instituciones representativas responsables de aquellas políticas públicas (como las reformas laborales y los recortes en protección social) que causan el crecimiento de las vulnerabilidades en las condiciones de trabajo y que provocan lo que se llaman "accidentes" laborales. Hay que subrayar, por lo tanto, que las reformas laborales neoliberales realizadas por el PSOE y por el Partido Popular, con el apoyo de Ciudadanos y el PDeCAT, son las responsables del deterioro de las condiciones de trabajo en España, incluyendo en Catalunya. En contra de lo que parezca, esta aseveración no es una consideración partidista, pues es fácil de demostrar que la aplicación de las políticas públicas que han impuesto estos partidos son la causa del incremento de la mal llamada accidentabilidad laboral.

España (incluyendo Catalunya) es uno de los países con mayor violencia laboral

Estamos entre los países en la Unión Europea de los 15 (los países de la Unión Europea de semejante nivel de desarrollo económico que España) que tienen mayor violencia laboral. Y ello es debido al gran poder de la clase empresarial. La experiencia internacional muestra que a mayor fuerza de los sindicatos en un país, menor es la mortalidad y "accidentabilidad" en el mercado de trabajo. Los datos así lo muestran. Mientras que en España por cada 100.00 trabajadores hay 3 muertes, en Finlandia hay 1,2 en Alemania 1,4, en Suecia 1,5 y en el Reino Unido 1,6 (datos de Eurostat, índice de siniestralidad laboral para el año 2014). De ahí que debiera concluirse que el término "accidente" es excesivamente eufemístico. Las relaciones laborales están caracterizadas en España por un desequilibrio de las relaciones de fuerza entre el mundo empresarial y el del trabajo, siendo los enormes beneficios de los primeros obtenidos a costa de un debilitamiento de los segundos. Esta es la realidad ocultada en el discurso político y mediático en España, incluyendo en Catalunya. Este desequilibrio está basado en la fuerza y en el dominio de los que controlan los puestos de trabajo, que generan los mal llamados "accidentes" y las muertes laborales. Estos son claramente resultado de una violencia intrínseca en el desequilibrio de las relaciones de poder, que justifica la utilización del término violencia laboral. El debilitamiento de la clase trabajadora, objetivo principal de las políticas neoliberales, es la causa del continuo daño (que puede terminar con sus vidas) impuesto a los trabajadores y trabajadoras.

Los sectores donde la violencia laboral sucede con mayor impunidad

Uno de los sectores donde existe mayor violencia laboral es el sector agropecuario, muy bien mostrado en el último programa de Salvados ("Stranger Pigs" emitido el día 04/02/2018). Felicito a Jordi Évole por haber mostrado las condiciones de esclavitud a las que están sometidos grandes sectores de la clase trabajadora en la industria cárnica en España (incluyendo Catalunya) bajo la complicidad del Estado español (y del gobierno catalán en Catalunya). Explica la enorme influencia de las fuerzas conservadoras y neoliberales en los medios de información que tal tipo de programa haya tardado tanto en hacerse y que sea tan infrecuente. La agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, es el sector en que los "accidentes laborales" ocurren con mayor frecuencia (después de la construcción) y donde ha habido mayores incrementos. En él los trabajadores son más vulnerables, al ser más débiles y sin instituciones que los defiendan. En este sector continúa aumentando la siniestralidad, con el resultado de 41 muertos en los primeros seis meses de 2017 (según datos del Ministerio de Empleo). En este sector la siniestralidad ha alcanzado números extremos: 5 de cada 100 trabajadores han tenido un accidente laboral. El otro sector de mayor siniestralidad es la construcción, donde el número de siniestros fue incluso mayor (64), 23 más que en el año anterior. ¡Un aumento del 45%! Y los grandes medios no han dicho nada.

Y mientras, el monotema del país es el TEMA NACIONAL. Aquí los tres grandes partidos, el PP, Ciudadanos y PDeCAT (los tres de ideología neoliberal), están protagonizando la batalla de las banderas: los primeros, PP y Ciudadanos, enarbolando la bandera borbónica; y PDeCAT enarbolando la estelada; eludiendo todos ellos su responsabilidad en el deterioro de las condiciones de trabajo en España, incluyendo Catalunya. Así de claro.

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La falsedad de la supuesta “excesiva” generosidad de las pensiones en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/02/02/la-falsedad-de-la-supuesta-excesiva-generosidad-de-las-pensiones-en-espana/ Fri, 02 Feb 2018 11:20:30 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4268 Continuar leyendo "La falsedad de la supuesta “excesiva” generosidad de las pensiones en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, y autor, con Juan Torres de 'Lo que debes saber para que no te roben la pensión' 

Una de las acusaciones que se reproducen con mayor frecuencia en este país, promovidas por economistas de tendencia neoliberal (que son la gran mayoría de los "gurús economistas" que aparecen con frecuencia en los mayores medios de información, los cuales debieran ser conocidos también como medios de persuasión), es que el gasto público en los ancianos es, en España, excesivo, tomando las pensiones públicas de vejez como ejemplo de ello. Constantemente se acentúa que las pensiones públicas para la vejez son demasiado generosas. Y como indicador de ello se repite constantemente que la tasa de reemplazo del salario por las pensiones es nada menos que de un 82%. Es decir, que cuando la persona se jubila, recibe, como promedio, el 82% de su salario previo a la jubilación, porcentaje que se considera uno de los más elevados del mundo desarrollado.

Como consecuencia de esta percepción (que se ha convertido en un elemento clave de la sabiduría convencional, que es, ni más ni menos, que la sabiduría que el establishment financiero y económico así como el establishment político-mediático que está a su servicio promueven y desean que la población haga suya), se están intentando hoy desacreditar las protestas de pensionistas que están teniendo lugar a lo largo del territorio español (incluyendo en Catalunya, donde apenas se habla de este tema y donde toda la atención mediática se centra en el monotema nacional) debido a la bajada tan notable de sus beneficios, acusándolos, directa o indirectamente, de "privilegiados" carentes de credibilidad, presentándolos (a los que protestan) como meros instrumentos de fuerzas políticas que están intentando pescar en río revuelto para fines meramente políticos.

Un ejemplo de ello fue lo ocurrido hace unos días (20.01.17) en el programa La Sexta Noche, cuando el economista de turno, el Sr. Gonzalo Bernardos, avergonzó a unos pensionistas que estaban participando en estas protestas (y que estaban presentes en el programa televisivo) acusándolos de privilegiados, utilizando como evidencia de ello la famosa tasa de reemplazo, el 82%, acentuando –como siempre se hace- "que es de las mayores tasas de reemplazo del mundo desarrollado". 

El error de la sabiduría convencional sobre la excesiva generosidad de las pensiones: el método para definir la supuesta exuberancia 

Los pensionistas, sin embargo, eran los que llevaban razón y el economista era el que estaba equivocado. Veamos los datos. En primer lugar, el programa televisivo tenía que haber indicado quién era el economista que hacía tal acusación, el Sr. Gonzalo Bernardos. En realidad, la principal área de competencia del economista no son las pensiones, ni el gasto público, ni el Estado del bienestar. Sin implicar ninguna falta de respeto, hay que señalar que Bernardos está especializado en la economía del sector inmobiliario, y fue, por cierto, uno de los economistas relacionado con este sector que en el año 2004, según el programa de TVE Esta es mi historia, creía que "no hay razones para hablar de burbuja especulativa", lo cual se vio que fue un gran error de predicción, pues sí que la hubo, y tuvo consecuencias enormemente negativas para la economía.

Referente al tema de las pensiones, el Sr. Bernardos, para añadir credibilidad a su tesis de "exuberancia" de las pensiones, citó un informe de la OCDE Pensions at a Glance que hace la misma aseveración, utilizando también la famosa tasa de reemplazo. La OCDE, por cierto, es conocida entre los expertos en temas de política social como el "Vaticano de la economía neoliberal".

¿Cómo se calcula la famosa tasa de reemplazo de las pensiones?

Para llegar a este famoso porcentaje de reemplazo de las pensiones españolas según el cual el pensionista recibe como promedio el 82% del salario del que se jubiló se tiene que asumir que esta persona tiene que comenzar a trabajar y cotizar a la Seguridad Social a la temprana edad de 20 años y cubrir por completo su periodo de cotización. La OCDE en su informe Pensions at a Glance (2017) dice: "Las futuras teóricas tasas de reemplazo de las pensiones se calculan con el supuesto que la persona tiene una vida laboral completa a partir de los veinte años hasta que alcanza la edad de jubilación en el país". Cualquier persona que conozca bien el mercado de trabajo español puede fácilmente concluir que el supuesto sobre el cual se basa la famosa tasa de reemplazo (el 82%) se da en poquísimas (repito poquísimas) personas, como bien demuestra un excelente informe producido por el sindicato UGT (Las pensiones españolas no son ni excesivamente generosas ni insostenibles, publicado el 16 de enero de 2018). Para empezar, en España, el 70% de los jóvenes (entre 20 y 24 años) no trabaja y por tanto no cotiza, y según otro informe de la UGT (Panorama del empleo joven, realizado con datos de la Encuesta de Población Activa -EPA- del 1r trimestre de 2017), de los que cotizan, el 73% tienen trabajo temporal, porcentaje que baja algo, a 56%, cuando incluimos todos aquellos jóvenes que trabajan y que tienen menos de treinta años. La situación no es halagüeña y, todavía peor, se está deteriorando. Según la última estimación del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), el 92% de todas las nuevas contrataciones en el primer semestre del 2017 a los jóvenes por debajo de los 29 años eran contratos temporales, con solo el 8% indefinidos (Observatorio de Emancipación, nº 14, primer semestre de 2017). En realidad, una de las características del mercado de trabajo, consecuencia de las reformas laborales llevadas a cabo por los gobiernos Zapatero y Rajoy, ha sido la enorme precarización del trabajo. En realidad, alcanzar estas elevadas tasas de precarización era uno de los objetivos de tales reformas laborales. Era imposible que los diseñadores de dichas reformas no supieran que tal elevadísima precariedad sería una consecuencia de ellas. Era muy fácil predecirlo, como algunos ya señalamos y denunciamos en aquel momento (ver la evidencia de ello en mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante). Resultado de todo ello es que la entrada y salida del mercado de trabajo por periodos cortos está alcanzando dimensiones epidémicas. Debido a ello y a la reforma de las pensiones del 2013 es más que probable que en el año 2060 la tasa de reemplazo sea un 48% (según calcula el informe The 2015 Ageing Report de la Comisión Europea).

La enorme variabilidad y escasa credibilidad de la famosa tasa de reemplazo

Otra observación que debe hacerse cuando se habla de la elevada tasa de reemplazo de las pensiones es que una característica del mercado de trabajo español es el bajo nivel de los salarios, de los más bajos en la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al español). El elevado desempleo y los bajos salarios han sido una constante en España. Y ello no es causado por la baja productividad de la economía española como constantemente indican los economistas neoliberales. En contra de lo que la sabiduría convencional promueve, los salarios bajos no son resultado de la baja productividad, sino al revés, la baja productividad es consecuencia de los bajos salarios. Estos no incentivan al empresario (o al Estado) a invertir para aumentar la productividad de cada trabajador, pues le es más económico pagar salarios bajos. Si los salarios fueran altos como en los países nórdicos, el empresariado (o el Estado) se vería forzado a invertir para conseguir mayor productividad.

Los bajos salarios han sido una constante en España, lo que explica que la tasa de reemplazo de las pensiones sea alta. Una pensión baja en un salario muy bajo, determina una tasa de reemplazo alta. Entre dos países de semejante nivel de desarrollo económico, con idénticas pensiones, el que tiene salarios más bajos tiene una tasa de reemplazo mayor. La famosa "exuberancia" de las pensiones en España se basa en los nunca citados bajísimos salarios, repito, uno de los más bajos de la UE-15. De ahí que un indicador mucho más importante para medir el nivel de las pensiones en un país que la irrelevante tasa de reposición de las pensiones sea cuánto dinero recibe el pensionista cuando le llega la pensión. Y ahí podemos ver que las pensiones públicas están entre las más bajas en la UE-15. En España dos millones de pensionistas reciben entre 600 y 646 euros al mes (que son unas cifras menores que el salario mínimo interprofesional, fijado en 735,90 euros para 2018), y 4,5 millones menos de 1000 euros al mes. Hablar de altas tasas de reemplazo para salarios pobres, no hace a las pensiones ricas, sino también pobres. En realidad, lo que hemos visto es que durante la crisis conocida como la Gran Recesión la tasa de reemplazo subió lo cual no tenía nada que ver con el incremento de la supuesta "generosidad" de las pensiones sino con el gran descenso de los salarios. Cuando tomamos en consideración todas las prestaciones públicas asociadas a la vejez, no solo las pensiones, las rentas totales de los ancianos en este país solo alcanzan el 63% de la media de la UE-15. Basados en estos datos, uno debe preguntarse ¿dónde está la excesiva generosidad de la ayuda pública a los ancianos? Definir esta situación como de excesiva generosidad y exuberancia es un sinsentido, digno del nivel de propaganda y frivolidad al que nos tiene acostumbrados la sabiduría convencional del país.

Otra gran falsedad: utilizan una inexistente lucha de generaciones para ocultar la lucha de clases, a la que consideran inexistente en España

Otra falsedad que constantemente se propaga por economistas neoliberales o socioliberales es que las supuestamente elevadas pensiones se pagan a costa del escaso financiamiento público a los infantes y gente joven en España. Se critica así el "egoísmo" de los ancianos que les están "robando" fondos públicos a las generaciones jóvenes. Por regla general, utilizan expresiones menos agresivas que el término "robar", pero el mensaje es el mismo. Se quiere crear así un clima de animosidad a los ancianos, haciéndolos responsables de la pobreza de fondos públicos a los infantes y jóvenes.

Creo haber sido uno de los expertos que ha mostrado y denunciado con mayor frecuencia la miseria de fondos públicos a los infantes y jóvenes en este país (léase mi libro El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias). Ahora bien, acusar a los ancianos de esta miseria de fondos es de un cinismo o de ignorancia extrema pues es muy fácil de ver por qué los servicios y transferencias a los infantes y jóvenes (así como la mayoría de servicios públicos del Estado del bienestar, como la sanidad, la educación, los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios, la vivienda social, y un largo etcétera) están subfinanciados en España. La causa de esta subfinanciación se debe a que el gasto público social (que incluye todas las transferencias y servicios públicos de tal Estado del bienestar) es de los más bajos de la UE-15, gastando España mucho menos (66.000 millones menos) de lo que debería gastarse por su nivel de riqueza.

Y ello se debe al enorme y excesivo poder que los lobbies financieros y económicos y las clases pudientes tienen sobre el Estado español (incluyendo los gobiernos autonómicos, como la Generalitat de Catalunya). Tal excesivo poder se realiza a través de los partidos gobernantes, conservadores y neoliberales (y socioliberales) que aplican políticas públicas que benefician a los propietarios y gestores de las grandes empresas y del mundo empresarial, así como a los sectores más pudientes de la sociedad, a costa de las rentas de las clases populares, que reciben sus rentas mayoritariamente de los salarios.

Y los datos no pueden ser más convincentes. Desde que estas políticas públicas neoliberales (reformas laborales que debilitan a los trabajadores y bajan salarios y aumentan la precariedad, políticas fiscales regresivas que favorecen a las rentas superiores, recortes de transferencias y servicios públicos, y un largo etcétera) se han ido aplicando masivamente en Europa y muy especialmente en el sur (incluyendo España), hemos visto cómo las rentas derivadas del capital (propiedad que genera renta) han aumentado de una manera muy marcada a costa del descenso de las rentas del trabajo, siendo ello una de las mayores causas del enorme crecimiento de las desigualdades en este país (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar).

Basados en estos datos es fácil de entender que la enorme disminución de las rentas del trabajo ha tenido un impacto muy negativo en las pensiones pues se financian a base de gravar estas rentas. De ahí que la solución de la falta de financiación de las pensiones debiera incluir un notable cambio en la distribución de las rentas, con aumento de las rentas del trabajo a costa de las excesivas e injustificadas altas rentas del capital. Esta es una más de las razones de que, a fin de mejorar la calidad de vida y bienestar de las clases populares en España, y a la vez mejorar la eficiencia económica del país, sea necesario corregir radicalmente estas desigualdades. Así de claro.

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Estado del bienestar
La hipocresía del establishment mediático: el tratamiento a Churchill versus Trump https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/01/29/la-hipocresia-del-establishment-mediatico-el-tratamiento-a-churchill-versus-trump/ Mon, 29 Jan 2018 11:32:39 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4265 Continuar leyendo "La hipocresía del establishment mediático: el tratamiento a Churchill versus Trump"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Las declaraciones del presidente Trump de EEUU en relación con el tema de inmigración, de una naturaleza claramente racista, rodeadas de una agresividad y grosería insultante hacia aquellos inmigrantes de origen no europeo, han causado un escándalo a nivel nacional e internacional que ha llegado incluso a inquietar al establishment político-mediático del gobierno federal de EEUU. El Departamento de Estado (el Ministerio de Asuntos Exteriores de EEUU) se ha movilizado para intentar paliar el daño causado a la reputación de EEUU que han creado las declaraciones de Trump sobre los inmigrantes y los continentes de donde derivan (excepto Europa), sea América Latina, Asia o África. Constantemente se pueden leer artículos en los mayores medios de comunicación (como el New York Times) horrorizados con la imagen tan negativa que el presidente Trump está dando de la presidencia de EEUU.

Aplaudo esta denuncia que se está haciendo de las declaraciones de Trump sobre la inmigración, tan ofensivas y groseras para millones de seres humanos en el mundo. Ahora bien, encuentro de una enorme hipocresía que a la vez que se denuncia a Trump por tal comportamiento, se esté promoviendo por el mismo establishment mediático occidental una película que es un canto a Winston Churchill, presentado como el gran defensor de los valores del mismo mundo occidental (que se definen acríticamente como la libertad y la democracia) frente al comunismo, cuando en realidad dicho personaje fue mucho más racista (si cabe) y más vil y maligno para la comunidad humana que el Sr. Trump.

El ignorado y ocultado Winston Churchill 

Winston Churchill fue la máxima expresión del imperialismo británico y de su racismo. Declarado ferviente seguidor del darwinismo humano, consideró que su objetivo, como dirigente del imperio británico, era mantener la pureza de lo que el definió como la raza británica, diseminando toda una serie de propuestas para –según él- mejorar la raza británica, llegando incluso a establecer campos de concentración en la Gran Bretaña para personas con discapacidades, incluidas discapacidades mentales, prohibiendo su casamiento y forzando su esterilización. Alertó frecuentemente del gran deterioro que significaba para la Gran Bretaña el que se permitiera la existencia y reproducción de tales individuos, promoviendo su aislamiento con el objetivo de proteger el declive de la raza británica. A nivel internacional, defendió el derecho de lo que consideraba las razas superiores a dominar a las razas inferiores. Defendió por ello el genocidio que tuvo lugar en EEUU en contra de los indios nativos de aquel país. También defendió la subyugación del pueblo palestino, refiriéndose a tal pueblo como "hordas bárbaras comedoras de mierda de camello".

Opuesto a la independencia de la India, indicó que odiaba a los indios, considerándolos no como humanos sino como "bestias (beastly people) con una religión para animales". Defendió el uso de todo tipo de armas contra los oponentes al Imperio Británico, incluyendo el uso de armas químicas, indicando que no entendía las dudas sobre utilizar el uso de gas en la guerra: "Estoy a favor del uso de gas tóxico contra tribus incivilizadas... difundiría un terror vivaz", declaraciones que hizo cuando los kurdos se rebelaron frente al Imperio británico en 1920, en el noreste de Irak.

Nada de esto aparece se muestra en la película El instante más oscuro (Darkest Hour), donde el personaje Churchill aparece como el gran defensor de la democracia y del mundo libre primero frente al fascismo y luego frente al comunismo, lo cual tampoco fue cierto en el caso del fascismo. No solo mostró clara simpatía hacia el golpismo fascista liderado por el General Franco (que se sublevó en contra de un régimen democrático, la II República, en 1936, que triunfó gracias a la ayuda militar provista por Hitler y Mussolini), sino que escribió en términos muy laudatorios acerca de Mussolini y de su persona ("¡qué hombre más extraordinario!") y también de su régimen ("El fascismo ha prestado un gran servicio al mundo... Si yo fuera italiano, habría estado a tu lado [de Mussolini] completamente"). Y en 1935, escribió sobre Hitler, en términos igualmente laudatorios. Su agradecimiento a Franco, a Hitler y a Mussolini era primordialmente haber parado el comunismo. Se convirtió más tarde al antifascismo, cuando vio que el expansionismo de la Alemania nazi entraba en conflicto con los intereses del Imperio Británico.

De nuevo, de todo esto no aparece nada en una película que, sin lugar a dudas, recibirá todo tipo de premios. En realidad, el establishment mediático y cinematográfico estadounidense (Hollywood) que se horroriza de los insultos de Trump a los inmigrantes, le acaba de escoger como candidato a un Oscar.

Su éxito, de nuevo, es un indicador más de la enorme derechización que el mundo occidental está sufriendo, por la que mensajes extremos como el del imperialista Churchill aparecen como normales. Hay que agradecer que personas como Callum Alexandre Scott hayan publicado todos estos datos, de los que extraigo el material que utilizo en este artículo, en el excelente artículo What ‘Darkest Hour’ doesn’t tell you about Winston Churchill en Morning Star (12.01.18). Se agradecería que, en aras del objetivo de denunciar la idealización del racismo y del imperialismo, el lector distribuyera este artículo: aún mejor el original del cual extraigo los datos.

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Donald Trump,Fascismo
Por qué en EEUU hay Trump para mucho tiempo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/01/24/por-que-en-eeuu-hay-trump-para-mucho-tiempo/ Wed, 24 Jan 2018 07:07:00 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4257 Continuar leyendo "Por qué en EEUU hay Trump para mucho tiempo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra

La gran atención de los mayores medios de información en los países situados a los dos lados del Atlántico Norte, en su cobertura del aniversario de la elección del candidato republicano Trump al cargo de Presidente de EEUU se ha centrado en la figura del Presidente Trump, que antes de ser elegido Presidente era uno de los empresarios más importantes en el negocio inmobiliario de aquel país, uno de los más especulativos de la economía estadounidense. A pesar de no  haber nunca ocupado un cargo electo antes de ser elegido, conocía bien el funcionamiento del Estado (tanto federal, como estatal y municipal) pues en gran parte su éxito como empresario había dependido de sus conexiones políticas, incluida "la compra de políticos". El sistema electoral, de financiación predominantemente privada, favorece lo que en EEUU se llama "la compra de políticos" que pasan a representar los intereses de los que los financian. En realidad, Trump es un personaje bastante representativo del mundo empresarial especulativo de EEUU, que conjuga una enorme ignorancia de la política internacional, un desdén hacia el mundo intelectual y mediático con el cual se encuentra altamente incómodo, una hostilidad hacia el establishment federal y una gran astucia política. Es profundo conocedor de los gustos y opiniones de amplios sectores de las clases populares blancas con los que comparte un lenguaje lleno de estereotipos que le hace enormemente popular entre sus bases electorales. Su comportamiento aparentemente errático, que rompe todos los moldes de la respetabilidad burguesa, le  convierte en un personaje carismático  entre su electorado, que es, en su mayoría, de clase trabajadora y clase media de raza blanca, que comparte sus opiniones y prejuicios.

Por otra parte, el hecho de que tal comportamiento no encaje en los moldes tradicionales del establishment político-mediático del país explica que este último tenga grandes recelos sobre su habilidad para dirigirlo. Trump no salió del aparato del Partido Republicano ni de los círculos políticos de Washington, lo que le hace una figura muy atípica en el mundo político estadounidense. De ahí la animosidad de gran parte de los mayores medios de comunicación, que le dedican una enorme atención mediática muy orientada hacia desacreditarle, lo cual acentúa más su popularidad, no tanto entre la población general (donde es muy baja), sino entre la población que le vota, que odia al establishment político-mediático del país. Todas las encuestas destacan la gran lealtad de sus bases electorales, habiéndose establecido una alianza de sectores importantes del mundo empresarial relacionado con el capital especulativo (sector inmobiliario y capital financiero) y amplios sectores populares, de raza blanca, cohesionados y unidos por una ideología caracterizada por dos componentes básicos.

¿Cuál es la ideología de lo que ha venido a llamarse erróneamente como Trumpismo?

Digo erróneamente, pues no es Trump el que ha creado esta ideología, sino al revés: la ideología antiestablishment ampliamente extendida en amplios sectores de las clases populares es la que ha posibilitado la victoria de Trump. Tal ideología se caracteriza por dos  componentes típicos del antiestablishment presentes entre grandes sectores de las clases populares, a los cuales hay que añadir un tercer componente, este sí, específico de Trump. El primero es, como ya he subrayado, un antiestablishment federal, basado en Washington, al que se le percibe como instrumentalizado por el Partido Demócrata, cuyas políticas públicas supuestamente han favorecido sistemáticamente a las minorías afroamericanas (y, en menor lugar, a las latinas), a costa del propio bienestar de las clases populares de raza blanca. En esta ideología se percibe a este establishment federal como también utilizado por las grandes empresas industriales, que a través de los Tratados de Libre Comercio, están deslocalizando puestos de trabajo bien pagados de la manufactura a países con salarios mucho más bajos. Esta exportación de puestos de trabajo está dañando el bienestar de la clase trabajadora blanca, que ocupaba la mayoría de estos buenos puestos.

El segundo componente de esta ideología (íntimamente relacionado con la anterior) es un profundo nacionalismo, que, en parte, idealiza el pasado de EEUU, y que quiere recuperar aquel mundo en el que se vivía mejor. Este nacionalismo está basado en una lectura profundamente errónea de la política exterior de EEUU, que ve al gobierno federal motivado por un deseo de promover la libertad y la democracia a nivel mundial. De esta lectura se derivan las propuestas de este tipo de nacionalismo que cree que el gobierno de EEUU debería abandonar su "altruismo" y dar más atención a los intereses de EEUU sobre todos los demás. Tal énfasis en poner los intereses de EEUU por encima de todos los demás como el mayor objetivo de la política exterior no difiere, sin embargo, de los objetivos de la política exterior de gobiernos anteriores (que, naturalmente, también imponían los intereses de EEUU por delante de todos los demás) sino de cómo se definen tales intereses. El énfasis de Trump en el exitoso eslogan "America First" ("poner a EEUU primero") es un intento de revitalizar la economía estadounidense, centrándose en crear puestos de trabajo en el país. Esta diferencia se presenta erróneamente como un conflicto entre liberalización de la economía, por un lado (llamados los globalistas) o proteccionismo, por el otro (definidos como los nacionalistas) dicotomía que solo tiene un componente de verdad, pues la enorme economía estadounidense siempre ha sido altamente proteccionista e intervencionista, puesto que a través de su elevado gasto militar ha configurado de gran manera al sector industrial de aquel país. La evidencia empírica que muestra que la mayoría de los avances tecnológicos ocurridos en el sector industrial de EEUU han sido financiados y/o realizados en instituciones públicas, es abrumadora.

A estos dos componentes hay que añadirles un tercero, que es característico de la ideología dominante en la Administración Trump: la visión empresarial de que el Estado debe dirigirse y gestionarse como si fuera una gran empresa, siguiendo los cánones de la cultura empresarial que domina la clase corporativa (the Corporate Class) de EEUU. En esta ideología hay también un elemento elevado de aprovechamiento personal y familiar de sus negocios particulares. Las líneas entre beneficio personal y beneficio colectivo y nacional están poco definidas y muy entrelazadas, habiendo alcanzado un nivel que está creando una protesta general en las dos cámaras legislativas (Congreso y Senado) del Estado federal. No es la primera vez que un hombre de negocios llega a ser Presidente de EEUU. Pero es nueva la manera en que Trump gobierna este entramado utilizando lo público para el enriquecimiento privado, sin rubor y con todo el descaro.

El gran error de enfatizar tanto la figura de Trump 

El enorme énfasis en la figura de Trump dificulta la comprensión de lo que ocurre en EEUU, pues lo más preocupante de la situación política de EEUU no es que un personaje como Trump se haya convertido en el Presidente de EEUU, sino que casi la mitad del electorado estadounidense le votara, cosa que continuará ocurriendo a no ser que se conozca por qué tal sector del electorado blanco (que constituye el mayor porcentaje de población perteneciente a la clase trabajadora estadounidense) votó por Trump. Sin comprender esta realidad, y sin actuar sobre las causas de este hecho, Trump y personajes como él continuarán siendo elegidos por muchos años. En realidad, en las elecciones parciales al Congreso de EEUU en los distritos en los que ha habido elecciones, los congresistas próximos a Trump han continuado ganando y todo ello como consecuencia de que aun cuando la popularidad del Presidente es baja entre la mayoría de la ciudadanía, es muy alta entre sus seguidores, una lealtad a su figura que alcanza cifras récord de más de un 90% de sus votantes. En la última encuesta sobre popularidad del Presidente Trump, publicada en el New York Times (14 de enero de 2018), el dato más llamativo es que mientras su popularidad está descendiendo en grandes sectores de la población, permanece en cambio enormemente alta entre los que lo votaron. Y aquí está el dato más importante que se ignora constantemente. De ahí que la pregunta más importante que debería hacerse, y no se hace, es ¿por qué la mayoría de la clase trabajadora estadounidense blanca (que es la mayoría de la clase trabajadora) votó a Trump?

¿Por qué ganó las elecciones el candidato Trump?

La respuesta a esa pregunta es, en realidad, sumamente fácil de responder si uno analiza lo que ha ido pasando en EEUU desde la elección del Presidente Reagan en los años ochenta, con el surgimiento y expansión del neoliberalismo (que es ni más ni menos que la ideología de la clase corporativa  -The corporate class- formada por los propietarios y gestores de las grandes empresas del país) y que se ha convertido en dominante, no sólo en los círculos financieros y económicos, sino también en los círculos políticos y mediáticos que aquéllos dominan, controlan e influencian. El eje de las políticas públicas neoliberales es, ni más ni menos, un ataque frontal al mundo del trabajo, políticas que han sido enormemente exitosas (no para la mayoría, sino para la élite beneficiada). El mejor dato que ilustra este hecho es que el porcentaje de las rentas derivadas del trabajo ha ido descendiendo de una manera muy marcada en EEUU desde 1979, pasando de representar un 70% de todas las rentas en 1979, a un 63% en 2014. Este descenso ha sido a costa de un enorme aumento en las rentas derivadas del capital durante el mismo período.

Este descenso de las rentas del trabajo no habría podido ocurrir sin el cambio del Partido Demócrata (partido que se definía en los años treinta del siglo XX como el Partido del Pueblo), el cual, a partir del Presidente Clinton, se convirtió también en partido neoliberal (pasando a ser la versión light del neoliberalismo del Partido Republicano). Clinton fundó la Tercera Vía, reproducida por Tony Blair en el Reino Unido, Schröder en Alemania y Felipe González en España. (ver mis artículos Tony Blair y el declive de la Tercera Via, Sistema, 16.11.12, y Blair, Zapatero, la Tercera Vía y el declive de la socialdemocracia, Público, 20.01.14).

Los cambios en el Partido Demócrata

Esta reconversión implicó el distanciamiento de la clase trabajadora blanca hacia el Partido Demócrata. Subrayo blanca, porque la raza juega un papel clave en la vida política en EEUU. El Partido Demócrata había sido el instrumento de las clases populares frente al mundo empresarial representado por el Partido Republicano. Pero el acercamiento del Partido Demócrata al mundo empresarial, diluyó esta relación e identificación de manera tal que las políticas públicas del Partido Demócrata se distanciaron más y más de su intervencionismo con sensibilidad de clase social, orientándose más y más a la integración de los sectores discriminados -minorías y mujeres- en la estructura de poder. De esa manera, las políticas identitarias pasaron a ser las que establecieron los parámetros del conflicto, entre las derechas, en contra de tales políticas y las izquierdas, a favor de ellas. La victoria del Presidente Obama, un afroamericano, era una victoria de estas políticas identitarias. Para culminar su éxito, solo faltaba la victoria de Hillary Clinton, una mujer. Pero tanto la izquierda como la derecha institucional gobernante aplicaron políticas de clase (políticas neoliberales) que afectaron negativamente al bienestar de las clases populares (la mayoría de las cuales pertenecen a la raza blanca), hasta tal punto que la esperanza de vida de la clase trabajadora blanca ha ido disminuyendo como consecuencia de un gran deterioro de su calidad de vida.

Es, pues, lógico y predecible que las clases populares de raza blanca se rebelaran y apoyaran a los candidatos antiestablishment (Bernie Sanders y Donald Trump). Bernie Sanders, socialista, y Trump, un personaje de ultraderecha. En la presentación de la realidad electoral estadounidense se ignora u oculta que la gran mayoría de las encuestas señalaban que Sanders hubiera ganado las elecciones a Trump en el caso de que hubiese ganado las primarias del Partido Demócrata. El establishment del Partido Demócrata, sin embargo, lo destruyó, consiguiendo que no fuese electo en esas primarias, ganando en su lugar Hillary Clinton, la persona que representa el establishment político de Washington, del cual ha sido figura prominente desde que su esposo ganó las elecciones a la Presidencia en el año 1992. Su elección en las primarias del Partido Demócrata dejó a Trump como única alternativa para canalizar el enfado contra el establishment político-mediático.

¿Qué está pasando en la Casa Blanca? ¿Una situación crítica debido a un personaje supuestamente temperamental o en conflicto profundo entre las bases del trumpismo y el nuevo establishment constituido por el capital financiero y especulativo? 

Esta alianza del movimiento antiestablishment (predominantemente de clase trabajadora y clases medias de renta baja) con amplios sectores del capital financiero y especulativo, profundamente contrarios al gobierno federal, se tradujo en una gran diversidad de sensibilidades políticas dentro del equipo Trump en la Casa Blanca, que ha generado una percepción de desorden que, en realidad, era el conflicto entre aquellos que representaban el movimiento antiestablishment liderado por el ideólogo de la altamente exitosa campaña electoral del candidato Trump, Steve Bannon, y los que representaban los intereses del capital financiero, liderados por Gary Cohn, que fue presidente de Goldman Sachs (y que dirige el equipo económico de la Casa Blanca y que es, por cierto, del Partido Demócrata) y el sector inmobiliario (que dirige su yerno Jared Kushner). Ese conflicto se resolvió con la victoria del capital financiero e inmobiliario sobre los representantes del movimiento antiestablishment, cuando Steve Bannon tuvo que salir de la Casa Blanca. Es sintomático que cuando se dio la noticia, la bolsa situada en Wall Street la aplaudiera a rabiar.

Bannon había sido el ideólogo del movimiento que promovió Trump en las primarias, movimiento que tiene una ideología racista y machista extrema, que utiliza una narrativa, un lenguaje y un discurso claramente de clase, denunciando la situación más que preocupante del deterioro del bienestar de la clase trabajadora (y muy en especial del sector manufacturero) que se ha visto afectada muy negativamente por la movilidad de los sectores industriales a otros países, facilitada por los Tratados de Libre Comercio, apoyados tanto por el Partido Demócrata como por el Partido Republicano. El abandono del Partido Demócrata de políticas de sensibilidad de clase a favor de las clases populares,  centrándose en su lugar en las políticas de identidad, favoreció el apoyo de las clases populares a la ultraderecha. Bannon lo subrayó explícitamente cuando declaró en una ocasión que la mejor estrategia para su movimiento era que "el Partido Demócrata ponga todo su énfasis en los temas identitarios, y nosotros nos centraremos en los temas económicos de clase". Como bien decía Gideon Rachman, responsable de asuntos internacionales del Financial Times: "Bannon deseaba que se reproduzca el racismo y la guerra entre las clases populares blancas y el Estado federal, presentado como controlado por los globalistas a nivel internacional y por las minorías a nivel doméstico" (Financial Times, 23.08.17, pag.9). Esta era la visión de Bannon. Para Bannon era importante facilitar que los demócratas se centren en la paridad de raza y género, permitiéndoles a él y al Partido Republicano centrarse en el mejoramiento económico de las clases populares, utilizando para ello un discurso parecido al de "la lucha de clases" de antaño. Y aunque Bannon ha sido expulsado del establishment trumpiano, su ideología permanece popular entre amplios sectores de la clase trabajadora blanca estadounidense.

De ahí que lo que las fuerzas progresistas deberían hacer en EEUU es romper esta dicotomía raza o clase social, para convertirla en raza, género y también clase social. Pero ello requiere un redescubrimiento de la importancia de las categorías de clase social que no se detecta por parte de la dirección del Partido Demócrata. En realidad, tal dirección llegó incluso a acusar al candidato Sanders de "racista" porque, aunque no ignoraba la necesidad de corregir la discriminación de raza, se centraba en temas como la  explotación de clase social. Esta relación entre discriminación de raza y género y explotación de clase es esencial para que las izquierdas en EEUU vuelvan a recuperar su poder (y su proyecto histórico). Como ha ocurrido en la mayoría de países europeos, el triunfo de la ultraderecha ha sido precisamente consecuencia del abandono por parte de los partidos de izquierda de su orientación y servicio a las clases populares, acercándose más y más a la clase corporativa (The Corporate Class), estableciendo una complicidad con ella, creándose un vacío que ha llenado la ultraderecha. El caso de Francia, con el gran apoyo a la ultraderecha por parte de la clase trabajadora, es el más significativo pero no es el único en Europa.

Por qué el Partido Demócrata tiene un problema grave

Es importante señalar que este desplazamiento hacia la derecha de tales partidos, incluido el Partido Demócrata, ha ido acompañado con un cambio en su lenguaje, dejando de hablar de y a la clase trabajadora (que tal Partido asume que ha desaparecido) y hablar de y a las clases medias (que asumen erróneamente que han sustituido a la clase trabajadora). Es muy común oír entre dirigentes de izquierda que la clase trabajadora está desapareciendo objetivamente y/o subjetivamente, al considerarse a sí misma como clase media en lugar de clase trabajadora. Los datos, sin embargo, no avalan tal supuesto. Según la encuesta más detallada de la estructura social de EEUU, The Class Structure of the United States, realizada a principios de este siglo XXI, hay más estadounidenses que se definen clase trabajadora que clase media. Lo que ocurre no es que la clase trabajadora haya desaparecido sino que, desencantada con el sistema político, se ha ido absteniendo, con el resultado de que la mayoría de tal clase no participa en las elecciones, con lo cual, los partidos de izquierda, en lugar de intentar revertir esta abstención (lo cual requeriría unas propuestas electorales más radicales) se centran en las clases medias, compitiendo con los partidos de derecha y de centro para conseguir su respaldo. De ahí surge el apoyo electoral por parte de la clase trabajadora a las ultraderechas que con su mensaje antiestablishment van movilizando a estos sectores populares. En realidad, es muy fácil entender lo que pasa en EEUU y en Europa, aunque raramente se explica en los mayores medios de información y persuasión.

La adaptación del discurso de la ultraderecha al discurso que solía ser de izquierdas 

Un análisis de las ultraderechas, como el candidato y ahora Presidente Trump, muestra que ha copiado bastante el discurso y las propuestas de las izquierdas, tales como la oposición al libre comercio, que tenía muy poco de "libre" y mucho de apoyo a las grandes empresas; su énfasis en una gran inversión en la infraestructura del país (hoy muy en decaída); el rechazo a los programas sociales dirigidos directamente a las poblaciones pobres, sustituyéndolo por programas supuestamente universales; el fin de la confrontación con la antigua Unión Soviética (con el acercamiento entre Trump y Putin, deseado por ambos), entre otros, son ejemplos de ello. Tales propuestas se acompañan de un discurso de confrontación con el establishment federal que se presenta como instrumentalizado por la clase corporativa. Este discurso recuerda componentes del nacionalsocialismo (la manera académica de definir el nazismo) que dominó en la mayoría de países europeos en los años treinta y cuarenta del siglo XX. Esta dimensión supuestamente "socialista" es lo que explica que algunos sectores de la federación de los sindicatos mayoritarios de EEUU, AFL-CIO, hayan aplaudido algunas de las propuestas de la administración Trump, como ha sido la de invertir en la infraestructura del país.

El discurso casi "obrerista" de Trump contrasta, sin embargo, con la manera cómo piensa aplicar sus propuestas, todas ellas profundamente anti-Estado federal. Es este anti-Estado lo que constituye la mayor diferencia entre él y el nazismo, y donde aparecen más claramente los intereses del sector especulativo (no productivo) del capital. Su programa de invertir en la infraestructura del país, por ejemplo, es un enorme subsidio público a las grandes empresas constructoras que recibirán enormes ayudas públicas para el usufructo privado, privatizando, por ejemplo, las carreteras públicas, que pasarán a tener sistemas de peaje de beneficio privado. Esta inversión de un trillón de dólares (que es de un billón de dólares en la contabilidad europea), de la que Trump habla, será financiada a base de bonos privados, subvencionados por el Estado. Sería la privatización más masiva que haya jamás existido en EEUU. Y un tanto igual en cuanto a la posición universal de los servicios sanitarios (que no existe, y que Obama no resolvió con su programa Obamacare de financiación sanitaria). Trump tampoco lo resolverá. En realidad, lo empeorará, al eliminar programas para poblaciones pobres (de las cuales la gran mayoría son blancos), sin expandir los derechos sanitarios de la población, sumamente limitados. Trump reducirá todavía más los derechos sociales, laborales y políticos, garantizados hoy por el gobierno federal, desmantelando el ya muy insuficiente Estado del Bienestar estadounidense. Será, en muchas maneras, el nacionalismo libertario la ideología real detrás de las políticas de Trump, que por cierto,  encaja bien con la cultura individualista que está en el centro de la cultura popular en EEUU. Y de ahí su gran atractivo en sectores populares. Ese es el gran drama político que existe hoy en EEUU. Trump, como expresión máxima del americanismo nacionalista libertario, está, mediante un lenguaje obrerista, nacionalista, racista y machista, movilizando a sus bases a fin de mantenerse en el poder. Y todo ello debido al abandono, por parte de las supuestas izquierdas, de los valores de solidaridad y justicia social que las habían caracterizado y que habían generado su gran apoyo electoral hoy desaparecido. Así de claro.

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Donald Trump,EEUU
Por qué la clase trabajadora catalana cambia de voto en las elecciones españolas y en las catalanas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/01/19/por-que-la-clase-trabajadora-catalana-cambia-de-voto-en-las-elecciones-espanolas-y-en-las-catalanas/ Fri, 19 Jan 2018 07:05:09 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4251 Continuar leyendo "Por qué la clase trabajadora catalana cambia de voto en las elecciones españolas y en las catalanas"]]> Una noticia que gran parte de los medios de información españoles (incluyendo catalanes) consideran como extraña o paradójica es que un gran número de barrios populares que votan a En Comú Podem en las elecciones generales, donde se eligen a los miembros de las Cortes Españolas, voten, en cambio, a Ciudadanos en las elecciones autonómicas catalanas, donde se eligen a los miembros del Parlament de Catalunya. Puesto que ambas formaciones políticas están, en realidad, en polos opuestos en el abanico político del país (tanto en Catalunya como en España), tal comportamiento se presenta como extraño, comportamiento que algunos tertulianos de fórums conocidos han incluso definido como esquizofrénico. E incluso en algunos círculos un pelín pedantes que existen en algunos ámbitos universitarios, lo han catalogado de irracional, un signo de inmadurez del electorado popular.

En realidad, si uno es capaz de aplicar objetividad en el análisis, es extraordinariamente fácil de entender por qué tales barrios populares votan a En Comú Podem en las elecciones españolas y a Ciudadanos en las catalanas. Para entenderlo, sin embargo, hay que comprender primero dos cosas. Una es que en Catalunya y en España existen clases sociales, es decir, burguesía, pequeña burguesía, clases medias y clases trabajadoras. La imagen sobre la estructura social de Catalunya más extendida hoy en este país es que la mayoría de catalanes son y se sienten de "clase media", observación que se presenta como obvia, carente de ideología. De esta manera se clasifica a la población en tres sectores (las clases altas o ricos, las clases medias, la mayoría, y las clases bajas, los pobres). Esta visión de la composición social de Catalunya es una enorme simplificación, lo cual no es un obstáculo para que se repita constantemente, habiéndose convertido en un dogma reproducido en la sabiduría convencional del país (que es el conocimiento que la estructura de poder desea que la población haga suyo y lo reproduzca) que se distribuye a través de los mayores medios de comunicación.

Hay clases sociales en Catalunya y en España. Y las políticas de los partidos gobernantes, tanto en Catalunya como en España, han favorecido a unas clases a costa de otras

La evidencia muestra claramente que, aun cuando cada clase social ha ido variando en su composición, las clases sociales descritas anteriormente continúan existiendo y actúan en muchas ocasiones de una manera predecible, como es el caso del comportamiento diferencial entre las elecciones españolas y las catalanas. Según las encuestas actuales de apoyo electoral a distintas formaciones políticas, parece ser que en las elecciones españolas el mayor adversario de la mayoría de la clase trabajadora catalana (que constituye el principal sector de las clases populares en Catalunya) es el partido conservador-neoliberal (las derechas) que representa mayoritariamente los intereses de las clases más pudientes: el Partido Popular.

Esta observación parecería partidista, pero no lo es. La evidencia científica muestra de manera abrumadora el enorme impacto negativo que han tenido las políticas públicas impuestas (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales) por el gobierno del Partido Popular en la calidad de vida y bienestar de las clases trabajadoras de los distintos pueblos y naciones de España, incluyendo las catalanas. Tanto las reformas laborales como las medidas de austeridad, con los recortes del gasto público (políticas iniciadas por el PSOE bajo el mandato del presidente Zapatero y expandidas por el gobierno Rajoy), han tenido un impacto devastador, que continúa a pesar de las proclamas de recuperación. Los datos así lo muestran. En 2017, los salarios siguieron estancados; la remuneración siguió manteniéndose constante. En realidad, tener un trabajo ya no es garantía de poder salir de la pobreza; el 70% de los hogares no percibió en 2017 efectos positivos de la recuperación económica; el 28% de la población española sigue en riesgo de pobreza y exclusión social; la pobreza laboral se cronifica con un 14,1% de la población empleada en situación de pobreza; continúan sin recuperarse casi la mitad de los 3,8 millones de empleos perdidos entre 2007-2014; la gran mayoría de nuevos puestos de trabajo son temporales, el 57% de los empleos creados desde el II trimestre de 2014 hasta hoy lo son (con un período de contratación cada vez menor, con el tipo de contrato más frecuente inferior a 15 días, y una cuarta parte de menos de 7 días) y así un largo etcétera. Por no hablar de la brecha salarial de género que sigue manteniéndose en unas cotas elevadísimas del 14,9%.

Ahora bien, a la vez que tales reformas de claro corte neoliberal están dañado al mundo del trabajo han tenido un impacto muy positivo en los beneficios empresariales, que han aumentado considerablemente. De nuevo, los datos son abrumadores. Las rentas del trabajo como porcentaje del PIB en España han continuado bajando (20.000 millones de euros al año) a costa de un gran incremento de los beneficios: las rentas derivadas de la propiedad han continuado aumentando. La llamada recuperación está muy sesgada a favor de las rentas superiores a costa de las rentas de las clases populares. Los datos así lo demuestran.

Es lógico y muy racional, por lo tanto, que, como protesta ante esta realidad, las víctimas de estas políticas en Catalunya, que es sobre todo la mayoría de la clase trabajadora, votaran en las elecciones legislativas españolas del 2015 a la fuerza política que lleva a cabo una oposición mayor y más creíble hacia dicho gobierno, es decir, a En Comú Podem. Y el hecho de que, según las encuestas actuales, tal coalición continuaría siendo la fuerza política mayor votada en Catalunya en las estatales en los barrios populares parece reflejar que dicha formación política continúa siendo percibida por las clases populares como la más crítica con el partido causante de su malestar a nivel del Estado.

¿Por qué votan, en cambio, a Ciudadanos en las catalanas?

Ahora bien, las mismas encuestas electorales muestran que en las elecciones catalanas el adversario principal de las clases populares no es la derecha española, sino la derecha catalana que ha gobernado Catalunya durante la gran mayoría del periodo democrático. Es Convergència, rebautizada dos veces en el periodo de dos años, que antes con la colaboración de UDC (la derecha cristianodemócrata), y ahora con la colaboración de ERC y también la CUP, ha gobernado Catalunya durante más de treinta años. Esta derecha ha seguido políticas públicas neoliberales que han dañado también claramente el bienestar de la clase trabajadora. Las reformas laborales (aprobadas en las Cortes Españolas también con los votos de las derechas catalanas), así como los recortes del gasto público (de los más acentuados en España) han antagonizado claramente a tales clases populares. El gobierno convergente (y sus aliados) lideró en España los recortes del gasto sanitario; Catalunya tiene el gasto público educativo más bajo de toda la Unión Europea (con un 2,8%) y muy lejos de lo que marca la Ley de Educación catalana (un 6%). Catalunya es también una de las regiones europeas con mayores desigualdades sociales, incluyendo desigualdades de género (las mujeres catalanas cobran por término medio un 26% menos que los hombres). El trabajo ha dejado de ser un pasaporte de ciudadanía que garantice una vida digna a los catalanes y las catalanas: más de medio millón de trabajadores no tienen un salario que les permita tener tal tipo de vida, habiendo aumentado la pobreza laboral, hasta un 12% en 2016. En Catalunya hay, pues, 385.000 trabajadores pobres que continúan creciendo en su extensión y profundidad en la pobreza. Un tanto semejante con la infancia en situación de pobreza severa. Los infantes que viven en familias con ingresos menores a 6.444 euros anuales, ha aumentado en Catalunya un 23% entre 2013 y 2015, pasando de un 7,7% (212.431) de los niños catalanes en 2013 al 11,7% (261.970) en 2015. Catalunya es también la comunidad autónoma en la que se han practicado más desahucios: el 21,5% de todos los ejecutados en España (sólo en el segundo trimestre de 2017). Entre 2011 y 2016 la población con sobrecarga de gasto para la vivienda (quienes dedican más del 40% de su renta a cubrir los costos de la vivienda) se ha incrementado significativamente, especialmente entre los jóvenes. La gran labor realizada por el Ayuntamiento de Barcelona, el ayuntamiento con mayor sensibilidad social en España con el mayor crecimiento del gasto social por habitante, queda limitada por la falta de apoyo del gobierno catalán independentista y del partido gobernante en España para resolver éste y los otros graves problemas sociales.

¿Dónde está la recuperación?

Cada uno de estos datos, entre muchos otros, cuestiona la imagen de recuperación que los portavoces del gobierno independentista trasmitieron durante las elecciones. Ahora bien, el punto final que ha incrementado el antagonismo de las clases populares respecto a las derechas gobernantes ha sido la conversión de dicha fuerza política (y del gobierno catalán que preside) al independentismo, lo cual ha dividido de una manera muy marcada a la población catalana según su identidad nacional, lo que, obviamente, representa una amenaza hacia la clase trabajadora, la mayor parte de la cual es de habla castellana. De ahí que este gobierno independentista fuera percibido en las elecciones del 21D como el adversario número uno para la mayoría de la clase trabajadora catalana y otros componentes de las clases populares.

Y de ahí se explica que el partido al que apoyaron electoramente sea el partido que es percibido como el máximo adversario de dicho gobierno independentista, que no es En Comú Podem sino Ciudadanos. Ciudadanos nació en Catalunya y desde el principio fue percibido como un partido contrario al nacionalismo catalán, y ha hecho de su clara hostilidad hacia el independentismo catalán su marca. Es lógico y predecible, por lo tanto, que las clases populares lo voten en las catalanas. En el comportamiento electoral el "estar en contra" cuenta tanto como el "estar a favor". Y el adversario mayor varía de una elección a otra.

La difícil situación de las izquierdas no independentistas en Catalunya

Pero en este voto a Ciudadanos hay una crítica a las izquierdas no independentistas, incluyendo a En Comú y a Podem (que estuvieron separados durante la mayor parte del periodo preelectoral). La dirección de Podem tomó una posición cercana a la CUP y a ERC, lo que alienó a grandes sectores de los votantes y de los inscritos de Podem (la máxima autoridad de Podem), que es el grupo de votantes más concienciado políticamente de Podem; tal es así que a la primera oportunidad que tales inscritos tuvieron de votar, expresaron su claro rechazo hacia dicha línea política. El voto no pudo ser más masivo en contra de la opción seguida por la dirección anterior del partido. Su claro rechazo a la línea política independentista explica la dimisión del Secretario General un día antes de conocerse el resultado de la elección, al ver la participación tan masiva de los inscritos, para los cuales era difícil de entender y apoyar la deriva de Podem hacia el independentismo. En este sentido, no es cierto que fuese Pablo Iglesias el que expulsara a la dirección de Podem, como tendenciosamente se ha presentado en los medios. Fue la máxima autoridad de Podem Catalunya –los inscritos-, en una votación masiva sin precedentes, los que eligieron un cambio. Esta es la realidad ignorada por los medios de información independentistas próximos a la dirección anterior de Podem.

Por otra parte, parte de la coalición En Comú intentó apostar por recuperar al "independentista frustrado", mostrando las falsedades y limitaciones del famoso "procés". La mayoría de la coalición Catalunya En Comú-Podem, sin embargo, intentó conseguir el apoyo de las clases populares, criticando al gobierno independentista por su aplicación de las políticas responsables de la enorme crisis social de Catalunya, claramente reflejada en el hecho que el 40% de los catalanes no viven ya mejor que sus padres. En esta estrategia se criticó la utilización de las banderas (la estelada por los independentistas y la borbónica por parte de los monárquicos) para ocultar las responsabilidades que tanto el gobierno español como el catalán tenían en haber creado la enorme crisis social, y fue este énfasis en el tema social, acentuado en la segunda parte de la campaña, lo que permitió una ligera recuperación. El nuevo Podem dio su total apoyo a esta estrategia. Ahora bien, el mensaje "patriótico" español, que era la defensa de la identidad española en Catalunya, lo ganó Ciudadanos.

Hay todavía mucho por hacer

Y ahí está el desafío de las izquierdas no independentistas. Como he indicado en un artículo reciente (ver "Lo que no se ha contado sobre las elecciones catalanas", Público, 05.01.18), uno de los mayores problemas que las izquierdas (incluyendo las catalanas) tienen en el tema nacional es presentar una visión alternativa de lo que es España, siendo la visión actual monárquica la heredada de la dictadura. La visión de España en la calle es la visión monárquica de España. Y ahí está el problema, pues es ello lo que hace posible que un partido de derecha "dura" como Ciudadanos pueda canalizar el sentido de pertenencia e identidad españoles, presentándose como el defensor de la unidad de España frente a los separatistas. En realidad, tal como mostré en aquel artículo, las propuestas políticas neoliberales de Ciudadanos son de las más duras de la bancada neoliberal, y afectarían todavía más negativamente la calidad de vida y bienestar de las clases populares, desfavoreciendo las rentas del trabajo a costa de favorecer las rentas del capital. Pero esto quedó ocultado por el propio Ciudadanos y por la mayoría de medios de información españoles en Catalunya, favorables al crecimiento de dicho partido.

Y este es el reto de las izquierdas no independentistas catalanas: el de expresar su "españolismo" sin promover la visión de España heredada del franquismo. La alianza a favor del 155 era también la alianza de los partidos monárquicos y de los partidos a favor del 135 (que exige como prioridad del Estado el pago de los intereses a la banca); aunque Ciudadanos no votó a favor del artículo 135 porque no estaba en el Congreso en el momento de su aprobación, sí que ha dado apoyo político a los partidos que impulsaron su reforma. El reto de las izquierdas era presentar otra visión de España, contraponiendo la España de la austeridad con la España social, y la visión monárquica con la visión republicana. La ausencia de esta última alternativa permitió a las derechas monopolizar el símbolo, confirmando así el famoso dicho de Gramsci, de que quien controla la bandera, lo controla prácticamente todo.

En este aspecto, la ausencia de la recuperación de la memoria histórica ha tenido un coste enorme. No ha habido plena conciencia de ello por parte no sólo de las nuevas izquierdas, sino de todas las fuerzas democráticas. Esta es la causa de que Ciudadanos continúe ganando frente al independentismo, porque han monopolizado la visión de España, al no haber una alternativa a la visión monárquica de ésta, encontrándose así las izquierdas no independentistas en un callejón sin salida. De ahí que conceptos como la plurinacionalidad sean muy importantes. Pero ellos deben formar parte de una nueva concepción de España que vaya más allá de la configuración del Estado y que tiene que ver con la propia concepción de lo que es patria o nación. La lucha para redefinir España pasa en parte por la recuperación de la memoria histórica y de la cultura republicana. Y, por otra, por la propia redefinición de lo que es patria y nación. Y ahí hay mucho por hacer.

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Lo que no se ha contado sobre las elecciones catalanas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/01/05/lo-que-no-se-ha-contado-sobre-las-elecciones-catalanas/ Fri, 05 Jan 2018 06:00:10 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4232 Continuar leyendo "Lo que no se ha contado sobre las elecciones catalanas"]]> Una realidad que ha pasado desapercibida en los múltiples análisis que se han hecho en los mayores medios de comunicación españoles, incluyendo catalanes, de las votaciones que tuvieron lugar en Catalunya el 21 de diciembre es que lo que ha sucedido en Catalunya tiene algunos puntos de semejanza con lo que ha estado ocurriendo en otros países a los dos lados del Atlántico Norte. Me estoy refiriendo al resurgimiento de amplios sectores de la clase trabajadora como nuevo agente de cambio a favor de opciones de derecha o incluso ultraderecha. En EEUU, por ejemplo, esta clase social –la clase trabajadora- (que círculos del establishment político mediático estadounidense apenas reconocían su existencia, asumiendo que había desaparecido o se había convertido en clases medias) jugó un papel determinante en la elección del candidato Trump, un candidato de la ultraderecha estadounidense que se había presentado como el candidato antiestablishment, salvador de la patria, frente al neoliberalismo y globalización promovidos por el Partido Demócrata gobernante, que supuestamente estaba debilitando la identidad nacional del país.

En Francia, fue también la olvidada clase trabajadora la que fue el apoyo electoral mayor de la ultraderecha francesa, dirigida por Marine Le Pen, en protesta a las políticas neoliberales del Partido Socialista presidido por el Sr. Hollande (que habían afectado muy negativamente la calidad de vida y bienestar de tal clase), y también en rechazo a la dilución y pérdida de la identidad francesa amenazada por la integración europea promovida por el gobierno Hollande. El cinturón rojo de París dejó así de apoyar a las izquierdas y votó en su lugar a la ultraderecha. Una situación casi idéntica apareció en la Gran Bretaña. En aquel país fue también la clase trabajadora la que apoyó masivamente la salida del país de la Unión Europea como oposición al establishment neoliberal europeo y como consecuencia de su deseo de recuperar la identidad británica. Como bien escribió Owen Jones, autor de Chavs. La demonización de la clase obrera (Capitán Swing, 2012), la ignorada o supuestamente desaparecida clase trabajadora, existía y su protesta estaba abrumando a las estructuras de poder británico, lo que culminó más tarde en el Brexit.

¿Ha pasado algo semejante en Catalunya? La aparición de la clase trabajadora como actor político en las elecciones del 21D

No puede dudarse que, en base a los datos disponibles y fácilmente accesibles, el hecho más notorio que ocurrió aquel día de las elecciones del 21D no fue solo la elección -de nuevo- de la coalición independentista, liderada por Convergència (conocida después como PDeCAT y últimamente como Junts per Catalunya, que ha gobernado Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático), sino también el apoyo electoral de grandes sectores de la clase trabajadora a Ciudadanos, uno de los partidos políticos más opuestos a Convergència, y al establishment político mediático catalán que ha  controlado durante la gran mayoría al periodo democrático todos los aparatos de la Generalitat de Catalunya. Este voto a Ciudadanos ha sido un voto de protesta al establishment político mediático (nacionalista primero e independentista después) que gobierna la Generalitat de Catalunya promoviendo a través de los medios públicos de la Generalitat, como TV3 y Catalunya Ràdio, así como de los medios privados (todos ellos subvencionados por fondos públicos), un nacionalismo conservador –el pujolismo-, recientemente convertido en independentismo, que polariza Catalunya según el sentido de identidad nacional de sus ciudadanos y, a lo cual, la clase trabajadora, de mayoría castellanoparlante, se opone.

Pero el rechazo a Convergència (Junts per Catalunya) incluye no sólo el aspecto identitario. Convergència (en sus distintas versiones PDeCAT y Junts per Catalunya) es un partido de orientación liberal (es decir, neoliberal en lo económico) que gobernó Catalunya por muchos años con un partido cristianodemócrata, Unión Democrática (integrada hoy en el PSC), y más tarde con ERC (en alianza en el gobierno Junts pel Sí) y con la ayuda de la CUP, un partido este último que se define como revolucionario pero que siempre antepone el proyecto nacional al social (como también hace ERC). Su sucesor, el PDeCAT (y su última versión Junts per Catalunya) ha sido un defensor de las políticas neoliberales, tanto en su reforma laboral como en sus recortes de gasto público, siendo los más extensos ocurridos en España. Ni qué decir tiene que la gran crisis que la aplicación de tales políticas ha provocado en Catalunya, ha creado una gran desazón en la clase trabajadora. Y la gran astucia de Ciudadanos ha sido canalizar este enfado antiestablishment político-mediático independentista, ocultando su neoliberalismo, presentándose como el más antiindependentista y más antinacionalista catalán y el más español. Y, por lo visto, lo consiguió.

El apoyo electoral de la clase trabajadora catalana a Ciudadanos

 El voto a Ciudadanos fue muy acentuado en los barrios obreros de Barcelona y Tarragona, provincias que concentran la gran mayoría de la clase trabajadora en Catalunya. El análisis electoral muestra que aquellos barrios por debajo de los niveles medianos de renta del municipio votaron por Ciudadanos. Un análisis sobre la procedencia del apoyo a Ciudadanos muestra claramente que provino predominantemente de los barrios obreros, y muy en especial de Barcelona y Tarragona, alcanzando ahí porcentajes del voto electoral de casi el 35-40% del electorado. Ejemplos son Ciudad Meridiana, Trinitat Nova, La Marina del Prat-Zona Franca, Vallbona, Trinitat Vella, Torre Baró, Les Roquetes o el Turó de la Peira, entre otros, todos ellos con un nivel de renta inferior a la mediana de la ciudad de Barcelona. Pero incluso en barrios obreros populares, con elevada densidad de la clase trabajadora con niveles de renta semejantes e incluso ligeramente superiores al promedio de la ciudad, como la Sagrera, el porcentaje de voto fue elevado (un 25%) garantizando que fuera el primer ganador en la mayoría de barrios de clase trabajadora.

De lo que no se dijo sobre Ciudadanos durante la campaña electoral: su filosofía económica es neoliberal, idéntica al PDeCAT

Ahora bien, lo que merece ser citado es que durante la campaña electoral el carácter neoliberal de tal partido –Ciudadanos- apenas apareció. En realidad, Ciudadanos es de la misma familia política que Convergència (que se rebautizó como PDeCAT y últimamente como Junts per Catalunya), lo cual casi nunca apareció en la campaña electoral. La evidencia de que sus políticas neoliberales (como la reducción de gasto público, la reducción de impuestos, su oposición al incremento del salario mínimo, entre otras) dañarían a las clases trabajadoras que les votaron es abrumadora. La escasa experiencia de gobierno del partido Ciudadanos en Catalunya,  la muy buena prensa que recibieron de los mayores medios de comunicación españoles, y la gran cantidad de recursos para promocionarse en la campaña, explican que este componente de su doctrina económica neoliberal apenas fuera conocido por sus votantes (ver mi artículo "La utilización de las banderas para ocultar las políticas responsables de la gran crisis social" en Público, 18 de diciembre de 2017). Pero esta orientación neoliberal, sin embargo, no pasó desapercibida por las clases más pudientes catalanas que sí consideraron correctamente a Ciudadanos como el más sensible a sus intereses. La gran paradoja del electorado favorable a Ciudadanos fue su curva en forma de U, siendo muy acentuada entre las rentas inferiores –clase trabajadora- por un lado, y entre las clases pudientes de mayor renta, por el otro. El barrio barcelonés donde Ciudadanos consiguió un mayor porcentaje de voto fue el más rico de Barcelona, Pedralbes (un 42%). Las clases dominantes tienen siempre una conciencia de clase más desarrollada que cualquier otro grupo o clase social. El apoyo de las clases pudientes a Ciudadanos era lógico y predecible pues respondía a sus intereses. No así, sin embargo, el apoyo recibido por tal partido por la clase trabajadora, que vería afectada negativamente su bienestar económico y social por la aplicación de tales políticas.

Lo mismo ocurrió, por cierto, en EEUU. Los mayores porcentajes de apoyo a Trump (que era el candidato que representaba con mayor crudeza a la clase empresarial estadounidense, profundamente antisindical) provenían de los barrios blancos más pobres (de clase trabajadora) y también de los barrios más pudientes. La coherencia en el comportamiento electoral de las clases pudientes (que correctamente leyeron quiénes defendían mejor sus intereses de clase) contrastó también en aquel país con la incoherencia del comportamiento electoral de las clases trabajadoras subalternas que priorizaron la expresión de su enfado y su nacionalismo identitario sobre sus intereses de clase.

Había gran interés en que el tema nacional acaparara todo el tema electoral

 La centralidad del tema nacional identitario ocultó e hizo irrelevante la importancia del tema social. Y esa fue la gran victoria de las derechas el día 21D. Los dos partidos mayoritarios, vencedores de las elecciones, uno liderando el futuro gobierno mayoritario independentista (la antigua Convergència con el nombre de Junts per Catalunya), el otro liderando la oposición (Ciudadanos), eran ambos miembros del grupo europeo liberal, cuya más reciente aportación al Parlamento Europeo fue proteger los paraísos fiscales existentes en Europa. La centralidad en la temática de las banderas fue su gran éxito.

 Lo cierto es que el debate de las banderas fue un diseño bien ejecutado por las fuerzas dirigentes del Estado español por un lado (el PP, Ciudadanos y el PSOE) y de la Generalitat de Catalunya, por el otro (PDeCAT o Junts per Catalunya, con la ayuda de ERC), para no hablar de sus responsabilidades en haber causado la gran crisis social de Catalunya (y de España). La rigidez y falta de sensibilidad del PP hacia las demandas nacionales procedentes de Catalunya, le suponía réditos electorales en el resto de España. Y el "procés" diseñado por los independentistas hacia la independencia exprés, así como las tensiones generadas, eran necesarias para aumentar sus bases electorales, que lograron  ampliar. Las detenciones y "exilios" movilizaron el apoyo electoral al independentismo. Y puesto que a ambos partidos tampoco les interesaba que se reavivara el eje derechas versus izquierdas (por su gran vulnerabilidad si ello hubiera ocurrido) no hubo interés en salirse del tema nacional.

 La enorme dificultad de cambiar el tema electoral pasando del tema nacional al tema social

En estas circunstancias, las izquierdas catalanas como Catalunya En Comú-Podem lo tuvieron muy difícil para romper esta polarización, pues a todos los otros partidos (que todos ellos, excepto la CUP, habían realizado y puesto en marcha políticas neoliberales) les hubiera perjudicado el cambiar de tema centrándose en la enorme crisis social existente en Catalunya. Tanto el PP como el PDeCAT (Junts per Catalunya) habían sido protagonistas de las reformas neoliberales como la reforma laboral y los enormes recortes al gasto público social.  En cuanto al PSC, su credibilidad estaba también limitada pues su partido hermano, el PSOE, había iniciado las políticas neoliberales y no ha habido hasta hoy una crítica seria de tal pasado. Referente a ERC y a la CUP, tales partidos siempre, en su apoyo al independentismo, habían antepuesto el tema independentista sobre cualquier otro, apoyando unos presupuestos que reprodujeron gran parte de las políticas neoliberales.

 ¿Por qué ahora la clase trabajadora catalana votó a la derecha ultraliberal?

La respuesta a esta es relativamente fácil. En realidad, es fácil de entender por qué el cinturón rojo de Barcelona ha votado naranja dejando de votar rojo o morado en estas elecciones. No hay ninguna duda de que, de la misma manera que el PP ha sido el mayor fabricante de independentistas, el gobierno independentista de Junts pel Sí ha sido el mayor fabricante de Ciudadanos en Catalunya. Cada vez que la coalición gobernante en Catalunya de Junts pel Sí se define como representante del pueblo catalán hiere los sentimientos identitarios de muchos de los catalanes no independentistas que reclaman también ser españoles y que, por cierto, son la mayoría de ciudadanos que vive en Catalunya. No hay duda que la máxima causa de que grandes sectores de la clase trabajadora en Catalunya votara a Ciudadanos se debe al éxito de canalizar el sentimiento español a través suyo.

 En la misma manera en que, nunca antes en Catalunya, los independentistas habían mostrado mayor agresividad en el desarrollo de su "procés", nunca antes había habido una respuesta igualmente contundente por el sentido de pertenencia a España. Tenía que haber sido claro desde el principio para las izquierdas catalanas no independentistas que un adversario mayor para ellas sería Ciudadanos que utilizaría la defensa de la españolidad para movilizar ampliamente a la clase trabajadora a su favor. Debiera haber sido necesario mostrar que detrás del supuesto "patriotismo" español estaba la versión más "dura" del neoliberalismo. Y los datos así lo muestran claramente. El trasvase de votos desde las izquierdas no independentistas a Ciudadanos ha sido importante y significativo. Más de un 25% del voto a Catalunya En Comú-Podem y cerca del 36% del voto al PSC en 2015 fueron a Ciudadanos el 21D. Naturalmente que hubo también una transferencia en sentido contrario, pero mucho menor (Toni Rodon, "On han anat els vots del 27-S aquest 21-D?", Naciódigital, 24 de diciembre de 2017).

Pero existió otro problema del que tampoco se habla

Pero el problema mayor que tienen las izquierdas catalanas no independentistas es su dificultad a la hora de canalizar el sentimiento de ser español porque la visión hegemónica hoy en este país del Estado español es la versión monárquica y ello como resultado del gran dominio que las derechas tuvieron durante la Transición, ayudadas por el transformado PSOE que abandonó parte de su bagaje ideológico durante ésta, resultado de las presiones del Ejército y de la Monarquía. El bipartidismo era el eje de un sistema monárquico que el PSOE hizo suyo.

La visión monárquica de España, sin embargo, nunca fue popular en Catalunya. Por mucho que las izquierdas catalanas estuvieran en desacuerdo no sólo con la secesión propuesta por los independentistas sino también en la manera tan irresponsable que los independentistas habían propuesto alcanzarla, no les era fácil salir en defensa del Estado español, incluyendo de la bandera borbónica, una bandera muy semejante a la que enarbolaron y el mismo himno que las tropas franquistas –que se llamaron a sí mismas los nacionales- cuando ocuparon el territorio catalán. Cuando la marcha en oposición a la independencia se organizó, fueron los partidos monárquicos los que la lideraron. Era difícil para un español republicano sentirse cómodo con tal identificación.

El enorme coste de la desmemoria histórica y la necesidad de las izquierdas de redefinir España

Y ahí nos lleva al punto clave de la respuesta a la pregunta que inicia tal sección: grandes sectores de las izquierdas catalanas no se sienten identificados con esta España monárquica. La lucha por la plurinacionalidad de España es fundamental y, además, tenemos que crear otro sentimiento de pertenencia a un proyecto común y para ello las izquierdas necesitan recuperar temas olvidados o dejados de lado en la insuficiente recuperación de la memoria histórica. Esta falta de recuperación explica que, paradójicamente, las dos banderas (la estelada y la borbónica) más utilizadas por los dos bandos durante la campaña electoral, sean banderas partidistas en extremo. Pero hay que darse cuenta que para la mayoría de catalanes la bandera catalana no es la estelada sino la "senyera". Y muchos catalanes que nos sentimos españoles no nos sentimos identificados con la bandera que representa el Estado monárquico. La bandera española para millones de españoles y catalanes era, y continúa siendo, la bandera republicana.

Soy consciente del argumento, que encuentro también razonable, de que la juventud ha sido socializada (a través del fútbol y otras competiciones) identificando la bandera borbónica como la española, y que introducir la republicana puede retrotraernos a una época pasada.

Pero hay que ser conscientes, por otra parte, que mantener la monárquica como la única representante para definir España (aunque es lo que instruye la ley y la Constitución) es contribuir a una pérdida de identidad. Supone también la desaparición de un punto de referencia en la consideración de alternativas al proyecto monárquico actual. No es por casualidad que el Estado sea tan intolerante hacia el uso de tal bandera republicana. Basta recordar al súperpatriota españolista, Presidente de las Cortes Españolas, el socialista José Bono, prohibiendo a los combatientes republicanos que visitaron tal institución, enarbolaran la republicana.

De ahí que se necesite un respeto tanto a las personas que ya han sido socializadas a considerar la bandera borbónica como la española, como a aquellos que consideran la republicana como la suya, recuperando un significado y una visión de España distinta a la actual. Aplaudo en este sentido la excelente presentación del senador de Podem Catalunya, Óscar Guardingo, en su intervención en el Senado, en la comisión sobre la aplicación del 155, con una crítica convincente del comportamiento de los herederos del franquismo, cuando resaltó que había otra España, terminando su presentación con los colores de la bandera republicana. Era una crítica a una versión dominante de lo que es España, a la cual se le recordaba que el espíritu de la España republicana continuaba existiendo.

Las banderas republicanas españolas tenían que haber aparecido en las marchas en Catalunya frente al neoliberalismo y frente al independentismo. Sin complejos, herederos de aquellos que han hecho más por este país, sintiéndonos españoles no monárquicos, y descontentos con el Estado español controlado por la derecha española de siempre, así como con la Generalitat de Catalunya, que continúa controlada también por la derecha catalana de siempre. No ser conscientes de ello lleva a una situación en la que los dos partidos mayoritarios en Catalunya son el gobierno de Junts per Catalunya por un lado, y Ciudadanos por el otro, ambos de la misma familia política neoliberal. El primero ocultando sus políticas detrás de la estelada y el segundo ocultando sus políticas neoliberales bajo la bandera borbónica.

Pero en esta redefinición, lo más importante no son los colores de las banderas sino el significado de los conceptos. Patria tiene que decir calidad de vida, y nación el bienestar de las clases populares que la constituyen. Y sí, utilizando estos criterios pueden hacerse listas de quién es más patriota en este país. No es el que la tiene más larga (la bandera) sino el que ha beneficiado más a la mayoría de la población a través de las políticas públicas que mejoren su calidad de vida y su bienestar. Y hoy las derechas "súperpatriotas" de los dos lados del Ebro suspenden dramáticamente. El deterioro de la calidad de vida, resultado de la enorme crisis social que existe tanto en Catalunya como en el resto de España, es resultado de los años de gobiernos de derecha "súperpatriotas" en este país. Y, en cambio, de ello ni siquiera se pudo hablar durante la campaña. Y ahí está el triunfo de los de siempre. Así de claro.

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Memoria histórica
Los mismos que crearon la gran crisis social han creado la crisis nacional https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/12/20/los-mismos-que-crearon-la-gran-crisis-social-han-creado-la-crisis-nacional/ Wed, 20 Dec 2017 16:13:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4227 Continuar leyendo "Los mismos que crearon la gran crisis social han creado la crisis nacional"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

La noticia más importante hoy en Catalunya es la enorme crisis social, una crisis de tales magnitudes que no tiene precedente en la época democrática de nuestro país. Y no hay plena conciencia de ello en el establishment político-mediático de Catalunya  (todavía menos en el de España) de la gravedad de la situación. Por el contrario, este establishment catalán, como también lo hace el establishment español, está promoviendo la imagen de la recuperación económica, intentando difundir  que estamos "saliendo de la recesión". Para mostrarlo utilizan indicadores de carácter macroeconómico, como el indicador del crecimiento económico, pero lo que no dicen es que el crecimiento de la riqueza beneficia sólo a unos pocos sin que beneficie a la gran mayoría de la población. En realidad, durante 2016, el último año del gobierno de Junts pel Sí (la alianza de dos partidos independentistas PDeCAT –la antigua Convergència- y ERC),   la pobreza, la pobreza laboral (pobreza entre trabajadores), la precariedad y las desigualdades sociales han continuado subiendo en Cataluña, resultado de las políticas neoliberales aplicadas por el gobierno Rajoy en España, y por el gobierno Puigdemont en Cataluña. Un dato resume la enorme crisis social que está afectando a la población catalana. Hoy en Cataluña, el 40% de los catalanes no vive mejor que sus padres. El enorme sueño de esperanza, que los hijos vivirían mejor que sus padres, ya no es verdad para el 40% de los catalanes.

Esta crisis social no ha centrado la campaña electoral

Sin embargo, esta enorme crisis social no ha aparecido ni en la primera ni en la última página de los mayores medios de comunicación. De hecho, no aparece casi en ninguna parte, lo cual es sorprendente. Y pongo sorprendente porque lo más lógico es que fuera noticia de primera página. En realidad debiera centrar el debate electoral que ha existido en Cataluña. En cambio, el tema central de la campaña no ha sido el desastre social. En su lugar, ha sido el tema nacional. Las banderas ha ocupado la centralidad del debate: en un lado, los independentistas enarbolando la bandera independentista –la estelada-; y por el otro el lado unionista, cuya bandera es la de la monarquía, es decir, la bandera borbónica. Repito, por un lado los partidos independentistas, PDeCAT, ERC y la CUP, que desean separarse de España y que a fin de alcanzar tal objetivo declararon ya la independencia, en nombre, en teoría, del pueblo catalán, aun cuando la mayoría del pueblo catalán nunca ha votado a favor de la independencia. Los votantes a favor de los partidos independentistas han sido siempre una minoría, que ha conseguido la mayoría parlamentaria, como consecuencia de una Ley electoral que discrimina a la clase trabajadora (ley diseñada en la época predemocrática por la Asamblea del Movimiento Nacional que impuso esta norma como condición para que desapareciera, ley que fue modificada más tarde por el Estado democrático español aunque tal Estado, temeroso también del poder de dicha clase, hizo pocas variaciones para corregir esta discriminación. Más tarde, el señor Pujol y su partido, la hizo suya con el mismo objetivo: el de discriminar a la clase trabajadora la cual, en su mayoría en Catalunya, es de habla castellana y nunca fue favorable al pujolismo ni lo es ahora al independentismo).

Los unionistas además de ser monárquicos y favorables al 155, también apoyaron al 135: la máxima expresión del neoliberalismo

Por el otro lado, están los partidos que dicen defender la unidad de España, la ley 155, que ha significado que el Presidente Rajoy, dirigente de un partido minoritario en Catalunya, sea en la práctica presidente de Catalunya. Estos partidos son Ciudadanos, el PP y el PSC-PSOE. Hay que tener en cuenta que son también los que apoyaron el artículo 135 de la Constitución que fue aprobado con nocturnidad y alevosía por el gobierno Zapatero y por el Partido Popular, con el posterior apoyo de Ciudadanos. A partir de este cambio en la Constitución, los partidos "súper patriotas españolistas" firmaron un artículo de la Constitución forzando al Estado español a que diera prioridad al pago de los intereses a la banca extranjera por delante  del gasto público requerido para atender las necesidades de la población española. Y estos "súper patriotas" han llevado a cabo toda una serie de políticas neoliberales, como las reformas laborales, que han disminuido los salarios y han aumentado la precariedad, imponiendo también recortes a los fondos públicos para los servicios (como sanidad, educación, vivienda social, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios a personas con dependencia y otros) y transferencias (como las pensiones) públicas del Estado del bienestar, causas todas ellas de la enorme crisis social en Catalunya y en España. Estos partidos apoyan ahora el 155, como ayer apoyaron al 135. El PP y Ciudadanos son las derechas de siempre (que en el panorama de la derecha europea encajan en la ultraderecha). En esta categoría de unionista y de neoliberal (en realidad social liberal) está también el PSC-PSOE que en realidad fue el gobierno que inició tales políticas neoliberales.

El lado independentista (Junts pel Sí) también comulgó con el neoliberalismo

El gran secreto en Catalunya es que en el lado independentista la derecha catalana representada por Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) (que ha gobernado la mayoría del período democrático, en alianza con Unió Democràtica –UD- hoy en la lista del PSC)  lidera la coalición con ERC, un partido que se define de centroizquierda, pero ha aprobado unos presupuestos que reproducen las políticas neoliberales. Todo ello con el apoyo también de un partido que se autodefine como revolucionario, que como consecuencia de anteponer siempre el objetivo de la independencia por delante del bienestar de las clases populares, ha sostenido al gobierno Junts pel Sí. Ello ha incluido apoyo a la derecha catalana, hoy rebautizada como PDeCAT, el partido más parecido al PP en Catalunya: es un partido clientelar, con un nacionalismo patrimonialista, que considera el Estado de la Generalitat como propiedad suya, corrupto hasta la médula y financiado como el PP, a base del famoso 3%.

Las incongruencias del debate de las banderas

Esta realidad, reflejada en la lucha de las banderas, alcanza una situación que aparenta un conflicto, en el que se excluye a la mayoría de la población. En realidad, la estelada no es la bandera de la mayoría de los catalanes. Ésta es la senyera. Y la borbónica, para millones de españoles, no es su bandera tampoco, pues se sienten emotivamente más ligados a la bandera republicana que a la bandera monárquica.

La otra situación es que las banderas están siendo utilizadas por las fuerzas neoliberales para ocultar sus políticas claramente dañinas al bienestar de la población. No es por casualidad que los dos líderes en Catalunya que lideran las banderas (Ciudadanos el unionista y PDeCAT el secesionista) son miembros de la misma familia liberal europea. Oponen sus banderas a la vez que, en privado, firman las mismas leyes neoliberales.

Y la tercera situación es que las únicas fuerzas que han sido coherentes y siempre han denunciado las políticas neoliberales, y que han aplicado políticas alternativas cuando han gobernado, como en el caso del Ayuntamiento de Barcelona, han sido las mismas izquierdas que se presentaron como Catalunya en Comú-Podem y lo que es importante subrayar es que fueron y continúan siendo las herederas de las izquierdas que conjugaron siempre en Catalunya la lucha por la identidad catalana, con la lucha por el bienestar y justicia social, considerando la lucha por la identidad catalana, y por la justicia social, parte de una misma lucha. La dificultad que tuvieron estas nuevas izquierdas fue la de no tener los recursos incluyendo medios de comunicación para poder equilibrar y revertir la temática central de la campaña electoral, forzaron una visibilidad del tema social pero sin que ello se convirtiera en el tema central. Y las banderas continuaron ondeando.

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La utilización de las banderas para ocultar las políticas responsables de la gran crisis social https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/12/17/la-utilizacion-de-las-banderas-para-ocultar-las-politicas-responsables-de-la-gran-crisis-social/ Sun, 17 Dec 2017 08:26:29 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4218 Continuar leyendo "La utilización de las banderas para ocultar las políticas responsables de la gran crisis social"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

En estos días vamos a ver en Catalunya una situación que es bastante común hoy en España: grandes sectores de las clases populares y, muy en particular, de la clase trabajadora van a votar a partidos de persuasión liberal cuyas propuestas económicas neoliberales son claramente contrarias y opuestas a sus intereses.  Uno de ellos es el partido más ultraliberal de España (muy próximo al mundo de las grandes empresas del Ibex 35) y que en algunos temas económicos está incluso más a la derecha que el Partido Popular, yendo incluso más allá que lo que hoy están diciendo algunas figuras del establishment político-mediático de la Unión Europea que, por fin, se han dado cuenta del enorme daño que tales políticas han hecho a la población de los países europeos, cuyos gobiernos las han estado aplicando. La evidencia de que tales políticas, como las reformas laborales (que han sido responsables del enorme descenso salarial y aumento de la precariedad) y de los recortes del gasto público (causa del gran deterioro de los servicios públicos, como sanidad, educación, vivienda social, servicios sociales, servicios domiciliarios, entre otros y de las transferencias, como pensiones, del Estado del Bienestar) han dañado la calidad de vida de las clases trabajadoras es abrumadora. Nada menos que el Sr. Juncker, Presidente de la Comisión Europea dijo hace unos días que "las políticas de recortes y austeridad del gasto público social ha sido quizás el mayor error europeo en la crisis" (El País, 19.11.2017).

Pues bien, el partido Ciudadanos ha sido el más neoliberal de todos los partidos liberales que existen en España (Ciudadanos, PP y PDeCAT). Para aquellos lectores que crean que estoy exagerando les aconsejo que se lean las propuestas que Ciudadanos ha hecho a nivel Estado. Y de esta lectura se deducen sus puntos esenciales.

El programa neoliberal estatal de Ciudadanos

  1. Política Fiscal. Ciudadanos propone a la vez cumplir los objetivos neoliberales de déficit de la Comisión Europea con el ritmo asfixiante que la ortodoxia económica propone al tiempo que quiere hacer una reforma fiscal de reducción impositiva (reducción en la recaudación de 2.000 millones de euros en el IRPF).

Ciudadanos propone una reducción fiscal cuando a pesar de que el verdadero problema fiscal de nuestro país no es de gastos excesivos, sino de ingresos insuficientes, Ciudadanos, como también han declarado otros partidos liberales, aboga por bajar impuestos en la próxima legislatura. En este momento la distancia de recaudación fiscal que nos separa con la Eurozona es de más de 8 puntos porcentuales del PIB. La propuesta de reforma fiscal de Ciudadanos cuesta dinero a los contribuyentes, tiene efectos regresivos y no soluciona el principal problema de nuestro sistema tributario (su débil capacidad recaudatoria). Ciudadanos realiza un trilema imposible. Propone tres objetivos de política económica que son imposibles de realizar a la vez: reducir el déficit público al ritmo al que exige Bruselas, impulsar rebajas fiscales para los contribuyentes y garantizar los servicios básicos del Estado del Bienestar. De ahí que Ciudadanos, igual que ha hecho el Partido Popular, haya optado en realidad por los dos primeros y en contra del último. En definitiva, reducir impuestos más mantener objetivos déficit es igual a recortes del Estado del Bienestar. 

  1. 2. Política laboral. Ciudadanos no establece ninguna medida para incrementar el salario mínimo de la economía (En realidad se niega a incrementar el SMI) y también se opone a empoderar a los sindicatos negándose a restablecer una negociación colectiva. También propone un contrato único en lugar de contrato indefinido y temporal como hoy existe. Con el contrato único, Ciudadanos pretende eliminar la "rigidez" que introducen los trabajadores indefinidos, pues sus "derechos" impiden que se les pueda despedir y/o que se pueda reducir su salario. Se soluciona la "dualidad", y por tanto el problema del desempleo.

Pero la realidad muestra que la propuesta de C’s de contrato único, en lugar de revertir esta tendencia la mantiene y refuerza, convirtiendo de facto todos los contratos en temporales: aunque se les cuelgue la etiqueta de  indefinidos podrán ser rescindidos en cualquier momento con un coste mucho inferior al actual.  La apuesta de C’s –bajo la falsa excusa de que hay una parte de la población con "demasiados" derechos que impide que el mercado laboral sea flexible- es repartir "equitativamente" la precariedad, igualando a la baja las condiciones de todos los contratos y haciendo sostenible en el tiempo algo que habría que erradicar si queremos modernizar la economía española: la temporalidad y el fraude de ley asociado a la misma.

  1. Recorte de gasto público. Plantean reducir casi 4 puntos el peso del gasto en el PIB (del 43,3% al 39,4%)

Esta cifra es claramente insuficiente para dar credibilidad a cualquier "agenda social" o a la reversión de los recortes aplicados en estos años. Ciudadanos propone, en suma, consolidar los recortes ya practicados esta legislatura por el Partido Popular.

  1. Mantenimiento del Art. 135 CE. Ciudadanos promete cumplir con el artículo 135 de la constitución tal y como está actualmente (firmada en nocturnidad y alevosía por el Presidente Zapatero y por el líder de la oposición en aquel momento, el señor Rajoy) que fuerza al Estado a dar prioridad a pagar los intereses a la banca sobre cualquier otra intervención. 

Mantener el art. 135 es mantener el principio jurídico neoliberal de subordinar el Estado del Bienestar a los intereses del capital financiero.

Ni que decir tiene que Ciudadanos, como hacen los otros partidos de la derecha liberal, presentan sus programas sin nunca aclarar las consecuencias de sus propuestas, endulzándolas con todo tipo de lenguajes seductores que siguen las últimas técnicas de marketing político. Así hablan de "libertad" de "mercados", de "competitividad" y otros, detrás de los cuales, hay una realidad de enorme explotación que favorece a un sector minoritario de la población (los ricos y super ricos -que derivan sus ingresos de las rentas de la propiedad y gestión de la propiedad de bienes y servicios- y las clases medias ilustradas que les sirven) a costa de la gran mayoría de la población que son las clases populares y las clases trabajadoras. Y los datos así lo demuestran. Las rentas del capital como porcentaje de todas las rentas del país han aumentado espectacularmente en todos los países que estas políticas se han aplicado a costa de un descenso muy notable de las rentas derivadas del trabajo. En realidad, este hecho es el causante de la enorme crisis social que tales países, como España, están teniendo.

¿Cómo puede ser que grandes sectores de la clase trabajadora van a votarles?

La respuesta es muy fácil y las elecciones catalanas lo muestran. El "frente patriótico españolista" liderado por Ciudadanos en Cataluña ha utilizado la bandera española para ocultar sus políticas neoliberales. Por cierto, lo mismo ha estado haciendo el gobierno Puigdemont (utilizando en este caso la bandera esteleda independentista). Las banderas hoy en Cataluña y en España están ocultando a los responsables de tanto daño a las clases populares. El sano amor al país en los dos lados del Ebro está siendo movilizado por las derechas neoliberales españolas y neoliberales catalanas para ocultar sus políticas neoliberales, ocultadas bajo las banderas.

En Cataluña tenemos por un lado el frente patriótico españolista, llamado unionista, que les une, no solo en el apoyo al 155 de la Constitución Española sino también el apoyo al artículo 135. Todos ellos (el PP, Ciudadanos y el PSC-PSOE) apoyaron la ley 135 (Ciudadanos no la votó pero hoy la defiende) que fuerza al estado español a dar prioridad a pagar los intereses a los bancos sobre atender a las necesidades de la población. Es el bando unionista y neoliberal. Pero en el otro bando, el independentista, llamado también secesionista –PDeCAT, ERC y CUP- está liderado por el PDeCAT, el superpatriota catalán, que se oponen al 155 pero en cambio, el PDeCAT no se opusó al 135. Es probable que la mayoría de la clase trabajadora catalana (de habla castellana) vote al primer grupo, por creerse que son los que defiende su identidad como españoles, además de catalanes. Pero tal defensa de la identidad les supondá un coste en su bienestar. La evidencia histórica es abrumadora, realidad que es incluso más clara, si este bloque "superpatriótico", está liderado por Ciudadanos, el más ultraliberal.

Por otro lado, es probable que las clases de renta media y alta voten a los independentistas, para defender su identidad catalana que ven limitada, cuando no negada por el Estado español. Pero, la gran mayoría también verán afectada su calidad de vida por la aplicación de las políticas neoliberales que fueron impuestas (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales) por el partido que ha gobernado Cataluña durante la mayoría del período democrático, Convergencia (que es de la misma familia liberal europea que Ciudadanos). Hay que recordar que Convergencia gobernó en coalición con Unió Democrática (hoy en las listas del PSC) que tampoco se opusieron al 135.

Y ahí está el problema. El tema nacional ha ocultado el tema social. Hoy las únicas fuerzas que se oponen (como se han opuesto desde principio) al neoliberalismo (incluyendo el 135), poniendo las necesidades de las clases populares, ahora y no solo en el futuro como prioridad, es la coalición Catalunya en Comú-Podem. Sé que algunos me indicaran que la CUP también lo ha hecho. Pero tal partido ha siempre antepuesto el tema nacional sobre el tema social, habiéndose convertido en un apéndice de Junts Pel Si, apoyando al sucesor de Artur Mas y lo que tal partido representa.

Una última observación. Las voces críticas en este país tienen grandes dificultades en poder ser oídas consecuencias del enorme control de los medios de información por partidos con sensibilidad neoliberal o socioliberal (en el caso de los medios públicos) o por parte de los intereses financieros (en el caso de medios privados) y este control aparece claramente en estos días de elecciones, donde el dinero juega un papel determinante en el marketing político que caracterizas a las elecciones. Ciudadanos en Cataluña se está gastando millones para seducir a la clase trabajadora. En cambio las voces y partidos que pueden mostrar con datos que como bien dice el refrán "por mucho que se vista de seda, mona se queda", no tienen tales medios. Y es a esto que le llaman democracia. Yo le ruego al lector, que si está de acuerdo conmigo, distribuya este artículo entre las poblaciones de barrios populares en Cataluña (y en el resto de España).

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Franquismo o fascismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/12/15/franquismo-o-fascismo-2/ Fri, 15 Dec 2017 14:40:31 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4212 Continuar leyendo "Franquismo o fascismo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Hace ya años hubo un debate muy vivo e intenso en círculos politológicos en nuestro país sobre el tipo de régimen político que existía en España durante el periodo 1939-1978. Algunos politólogos, como el Sr. Juan Linz, de la Universidad de Yale (muy influyente en España, maestro de muchos de los profesores de Ciencias Políticas más conocidos en este país), sostenían que aquel régimen había sido un régimen autoritario, o lo que podría llamarse una dictadura a secas, sin más. Su misión era mantener el orden y la autoridad, siendo su dimensión represiva la más acentuada. Dirigida por un caudillo al que el régimen consideraba que tenía dotes casi sobrehumanas ("Caudillo por la gracia de Dios", se decía en España para definir al Caudillo), tal tipo de Estado recibía el nombre de caudillista, siendo la forma de dictadura más común en América Latina, y que, según tales autores, incluía también la dictadura en España llamada franquista.

Esta visión de la dictadura fue la más común en el establishment político-mediático (es decir, la estructura de poder político y mediático) español, que la promovió extensamente no solo en sus medios de comunicación, sino también en las instituciones educativas del país. Parte del atractivo que esta visión tenía para dicho establishment era que estas dictaduras autoritarias iban debilitando su autoritarismo a medida que se desarrollaba la sociedad y aparecían unas clases sociales -como las clases medias- que, al añadir estabilidad al sistema político, hacían menos necesaria la represión, convirtiéndose más tarde en democracias, tal como el establishment político-mediático creyó que había ocurrido en España. Esta visión fue la preferida por los vencedores de la Guerra Civil, pues justificaba veladamente el golpe militar del 1936 y la dictadura que generó, ya que su autoritarismo era necesario para permitir el desarrollo del país, autoritarismo que fue diluyéndose con el paso del tiempo. De ahí la definición de aquel régimen como franquista, el término más utilizado en España para definir dicho régimen.

El régimen, sin embargo, fue mucho más que autoritario; fue también totalitario

La otra visión de aquel régimen creía que este fue mucho más que autoritario. Consideraba que fue totalitario, es decir, que intentó cambiar toda la sociedad creando un "nuevo hombre" (en aquel entonces la mujer no contaba mucho). Según el Sr. Juan Linz, los regímenes totalitarios eran aquellos que intentaban cambiar la sociedad a través de la imposición de una ideología totalizante (es decir, que afectaba todas las dimensiones del ser humano), como por ejemplo el comunismo, que utilizaba todos los instrumentos a su alcance (desde los educativos hasta los represores) para imponer sus valores. Este tipo de sociedades, decía Linz, eran incambiables, pues no tenían la capacidad de transformarse en democracias. Esta visión de las sociedades comunistas -como regímenes incambiables- fue utilizada durante muchos años por el gobierno federal de EEUU para justificar su gran tolerancia y apoyo a las dictaduras caudillistas latinoamericanas, y su hostilidad hacia las dictaduras comunistas.

Ni que decir tiene que el establishment político-mediático español nunca ha aceptado que el régimen que llamaba franquista fuera totalitario. Pero aquellos que vivimos y sufrimos aquel régimen, sin embargo, podemos dar testimonio de que el régimen dictatorial español fue enormemente represivo no solo físicamente y emocionalmente, sino también ideológicamente. El Estado controlaba todos los sistemas productores de valores, desde la educación hasta todos los medios de comunicación, con el objetivo no solo de mantener el orden y la autoridad, sino también y sobre todo de promover su ideología. Y tal ideología era totalizante en extremo, pues intervenía en todas las dimensiones del ser humano, desde el idioma que uno debía utilizar para comunicarse hasta la manera de realizar y conseguir el orgasmo. Es difícil encontrar una ideología más totalizante que la que existía durante la dictadura del general Franco.

¿Cuál era la ideología totalizante?

Y ahí es donde está el quid de la cuestión. ¿Cuál era la ideología de tal régimen? Naturalmente que aquellos que sostienen la teoría de que el régimen era meramente autoritario, sostienen también que no tenía ideología, lo cual contrasta con la experiencia de cualquier persona que haya sufrido aquel régimen. A mí, cuando era niño, en Barcelona, un policía franquista (se llamaban los grises) me pegó una bofetada por hablar catalán, mi lengua materna, gritándome "no hables como un perro, habla en cristiano". Y la masturbación estaba prohibida. Si no se lo creen, pregúntenselo a sus abuelos (ver mi biografía personal "Una breve historia personal de nuestro país: biografía de Vicenç Navarro", en vnavarro.org, 26.09.17)

Varias eran las características de su ideología. Una era la sumisión del mundo del trabajo al mundo empresarial (que se benefició extensamente del tal régimen) a través de los sindicatos verticales. No se ha enfatizado suficientemente el clasismo elevado (dominio y reproducción de clase) como característica de aquel régimen dictatorial, lo cual es sorprendente pues un objetivo mayor del golpe militar que lo creó y enalteció en 1936 fue precisamente la defensa de los intereses y principios de la clase dominante (incluyendo las élites económicas y financieras del país) frente a los avances sociales que la II República había estado consiguiendo como resultado de las presiones realizadas por las clases populares.

Otra característica era la sumisión (en realidad, eliminación) de los nacionalismos periféricos (catalán, vasco y gallego) al nacionalismo españolista uninacional enraizado en la monarquía y su pasado imperial. Esta característica definió también aquel régimen cuyo enaltecimiento fue creado bajo el lema de defender la "unidad de España", unidad que, por cierto, no había estado amenazada, difundiéndose bajo este lema, no la unidad de España sino la continuidad de un estado monárquico borbónico, jerárquico, radial (centrado en la capital del Reino, que tuvo poco que ver con el Madrid popular) y uninacional, que consideraba como "antiEspaña" a la visión plurinacional de España, poliédrica, no radial, con una convivencia consensuada y no forzada por el Ejército.

Estas características, clasismo y nacionalismo extremo, eran características de las ideologías totalizantes conocidas en el siglo XX como nazismo y fascismo, y que se presentaron claramente en el golpe militar del 1936 que no hubiera sido posible sin la ayuda del nazismo alemán y del fascismo italiano. Y así fue percibido por la mayoría de las instituciones internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, lo cual explica que fuera de España no se utilice el término franquista para definir el régimen dictatorial español, sino el término fascista. Cuando el Sr. Samaranch fue en el año 1996 a EEUU a inaugurar los Juegos Olímpicos de Atlanta, el New York Times, en su nota biográfica, lo definió como "el delegado de deportes del régimen fascista español liderado por el general Franco". No era su intento insultarle, pues el término con el que se definió aquel régimen en la mayoría de los medios de comunicación occidentales fue el de fascismo. En realidad, el único país en el que no se utiliza el término fascismo es España, y ello no es por casualidad, pues le conviene al establishment político-mediático presentarlo como un caudillismo, ya que una vez desaparecido el caudillo, la dictadura desapareció.

La falacia que el término "dictadura franquista" oculta

Pero la realidad actual muestra el error de tal definición, pues muchos de los elementos de aquella ideología dominante durante la dictadura aparecen también hoy en la cultura dominante de este país, incluyendo el clasismo y el nacionalismo extremo uninacional.

Referente al clasismo, hay que recordar que muchas de las grandes empresas del Ibex 35 proceden del franquismo, como bien ha documentado Rubén Juste. Y su gran poder –junto con el de la Gran Patronal- explica este poder no sólo en lo económico sino también en lo político y mediático, ejerciendo una influencia sobre el estado que implica que los salarios continúan siendo de los más bajos de la Unión Europea de los Quince (UE-15), que el porcentaje de las rentas del trabajo sobre la totalidad de las rentas nacionales sea de los más bajas de la UE-15 (mientras que el porcentaje de las rentas del capital sean de las más elevadas); que los ingresos públicos del estado sean de los más bajos de la UE-15 y que el gasto público social en los servicios públicos como sanidad, educación, escuelas de infancia, vivienda social, servicios asistenciales, en las transferencias sea de los más bajos en tal comunidad europea (ver mi libro El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias, editorial Anagrama, 2006).

Elementos de continuidad dentro del Estado

Es sorprendente también ver la continuidad en las élites dirigentes del estado (desde el jefe de Estado a ministros y dirigentes estatales). Gran cantidad de funcionarios del Estado dictatorial y sus descendientes han ocupado y continúan ocupando puestos de gran responsabilidad. En realidad, los herederos de los vencedores de la Guerra Civil son muchos más en las cúspides del poder estatal, que no los herederos de los vencidos. La gran resistencia a corregir la tergiversación de la historia de España que continúa enseñándose en las escuelas tanto públicas como privadas es las comunidades históricamente dominadas por los primeros, la oposición a legislar la impunidad de los crímenes del franquismo, la intolerancia cuando no apoyo a monumentos al fascismo (como el Valle de los Caídos), la relación privilegiada del estado con la Iglesia, el enorme conservadurismo de la administración pública, la gran corrupción, la utilización de los aparatos del estado para fines partidistas, y muchos otros hechos, son indicadores de la continuación de la ideología mal llamada franquista.

El enorme énfasis en el "respeto a la ley y al orden" (en España, que es uno de los países de la UE-15 que tiene más policías por 100.000 habitantes y menos adultos trabajando en sanidad y educación) que existe en España, y el excesivo poder de la clase empresarial, (síntomas del clasismo heredado de la dictadura anterior), conseguido a costa del escaso poder del mundo sindical (que se traduce también en el escaso desarrollo de la cogestión en las empresas), y su movilización centrada en la bandera y el himno borbónico del lado vencedor, consideradas como los símbolos nacionales, son claro ejemplo de la legitimación de la ideología de aquel régimen. Ni que decir tiene que la forma y el contexto de tales características han ido variando sustancialmente. Pero estos cambios no ha significado su eliminación como indiqué en un artículo reciente, señalando que no ha habido una desnazificación o desfasticización de España como ocurrió en otros países que tuvieron regímenes parecidos como Alemania, Italia y la Francia de Vichy (ver en Público 21 de noviembre de 2017, "Franco no ha muerto").

Ni que decir tiene que el Estado español y la sociedad española en la que tal estado ha estado ubicado ha cambiado muchísimo durante los casi cuarenta años que han pasado desde el fin de la dictadura. Y mucho bueno ha ocurrido en el reconocimiento de los derechos laborales y sociales, en el mejoramiento de las instituciones políticas y en la sensibilidad de la administración pública. Ahora bien, estos cambios, por muy significativos que hayan sido, no han alterado elementos clave y definitorios del estado anterior, que han continuado reproduciéndose en los aparatos del estado y en muchas de las políticas públicas aprobadas y desarrolladas por tal estado que son resultado de la continuidad de lo que se llama "cultura franquista" que tiene claros componentes de las características que definieron la ideología dominante del régimen dictatorial. Sin ello, no se explica que, por ejemplo, como consecuencia del clasismo extremo (cuyas formas de expresión han variado, pero que mantienen un gran dominio de los propietarios y gestores del mundo empresarial en la vida política del país), España continúe teniendo, cuarenta años después del fin de la dictadura, unos de los salarios y uno de los gastos públicos sociales más bajos de la UE-15. Lo que se llama continuación de la cultura franquista se refleja también con clara represión hacia ideologías distintas a la promovida por el Estado y su constitución en los grandes sectores de los aparatos del Estado como los aparatos policiales y judiciales del Estado central.

El continuismo de esta ideología uninacional y autoritaria en el comportamiento judicial en el caso de los presos políticos actuales

Prueba de lo dicho anteriormente es comparar el enjuiciamiento del ex Presidente Puigdemont en las cortes belgas con las cortes españolas. Independientemente de la valoración y opinión que uno tenga del comportamiento del gobierno Junts pel Sí y su estrategia para alcanzar la independencia, conocida en Catalunya como el "procés", (y que yo he sido muy crítico en este artículo "Los independentistas son también responsables de la enorme crisis en Catalunya", Público, 8 de diciembre de 2017). Cualquier lector objetivo puede comparar la dureza y extremismo del sistema judicial español hacia el ex Presidente Puigdemont con el sistema judicial belga. La petición del sistema judicial español de que se detuviera al Presidente Puigdemont y a sus consejeros por los supuestos delitos de rebelión y sedición que la juez de la Audiencia Nacional, la Sra. Carmen Lamela, había dictado fueron prácticamente desautorizados al considerar tales acusaciones exageradas e infundadas, entendiendo solo que los acusados habrían desobedecido, cuya pena no implicaba prisión. El temor a que el tribunal belga reafirmara esta conclusión, asustó al juez del Tribunal Supremo, el Sr. Pablo Llarena, y determinó que eliminara y borrara la petición de extradición pues sabía que el tribunal belga mostraría el carácter claramente político y represivo de la justicia española, clara herencia de la cultura que en España se continúa llamando franquista. No podía haberse mostrado de una manera más clara.

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Los independentistas son también responsables de la enorme crisis en Catalunya https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/12/08/los-independentistas-son-tambien-responsables-de-la-enorme-crisis-en-catalunya/ Fri, 08 Dec 2017 10:55:20 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4207 Continuar leyendo "Los independentistas son también responsables de la enorme crisis en Catalunya"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Cualquier analista mínimamente objetivo de la situación política de este país tiene que admitir que una de las fuerzas políticas que han sido más críticas con el tratamiento del tema nacional por parte del Gobierno Rajoy ha sido Unidos Podemos a nivel de toda España y En Comú-Podem en Catalunya. La evidencia de ello es abrumadora. El último ejemplo ocurrió el domingo pasado en Barcelona cuando el Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias, en su presentación del candidato de Catalunya en Comú-Podem, Xavier Domènech, se refirió al gobierno Rajoy como el máximo responsable de las crisis nacional (y social) de España.

La manipulada e injusta acusación de los independentistas a Unidos Podemos, y a Catalunya En Comú-Podem de ser equidistantes

Ahora bien, Pablo Iglesias también indicó que la estrategia seguida por los partidos independentistas gobernantes en la Generalitat de Catalunya, para conseguir la independencia unilateral (lo que se llama el "procés"), también había hecho muchas cosas mal, criticando su estrategia, que ha dividido a la población dentro y fuera de Catalunya, propiciando una polarización que ha facilitado a nivel de España el resurgimiento y reforzamiento de posturas extremas del nacionalismo españolista uninacional, como el fascismo, siempre latente en la derecha española.

Esta crítica al "procés" ha sido respondida, con gran hostilidad,  por portavoces de los partidos independentistas, que han acusado a Pablo Iglesias de "equidistante", poniendo en el mismo nivel de responsabilidad por la situación actual en Catalunya al gobierno de Rajoy, por un lado, y al gobierno independentista de Junts pel Sí y a la CUP, por el otro. Según tales portavoces, Pablo Iglesias estaría colocando a las víctimas  (tal como los partidos independentistas se autodefinen) al mismo nivel de responsabilidad que el victimizador, el gobierno Rajoy. Este argumento es continuamente utilizado por los independentistas frente a cualquier crítica que se haga de su "procés".

La resistencia de los partidos independentistas a aceptar su responsabilidad en la enorme crisis catalana

Tal argumento implica, sin embargo, un desconocimiento de lo que quiere decir equidistancia o, lo que es más probable, una escasa sensibilidad ética en la manipulación de argumentos, mostrada frecuentemente por tales portavoces del independentismo. Veamos los datos. Según la Real Academia Española, "equidistancia es la igualdad de distancia entre varios puntos u objetos". Pues bien, no hay ninguna evidencia de que Unidos Podemos en España, ni Catalunya en Comú-Podem en Catalunya, ni Pablo Iglesias, hayan dicho jamás que el gobierno de Rajoy y el gobierno de Junts pel Sí sean igualmente responsables de lo que está ocurriendo en Catalunya. Es cierto que los dos extremos se retroalimentan el uno al otro pero también es cierto que la principal responsabilidad de lo que está ocurriendo recae en el Gobierno Rajoy, como lo muestra que el mayor crecimiento del independentismo en Catalunya haya sido precisamente durante el periodo del Gobierno Rajoy. La causalidad está más sesgada en un lado que en el otro. Pero que ello sea así no quiere decir que los partidos independentistas no hayan tenido también una gran responsabilidad en crear la enorme crisis actual.

El enorme daño causado en Cataluña

Lo que este falso argumento de la equidistancia está ocultando es la gran resistencia de Junts pel Sí, y su aliado la CUP, a reconocer que su independentismo unilateral (DUI), y su manera de intentar conseguirlo ("el procés"), ha creado una enorme crisis en Catalunya, con una enorme polarización social y política que ha beneficiado predominantemente al nacionalismo españolista uninacional en España (incluyendo en Catalunya), que ha canalizado el temor e indignación de grandes sectores de la población (y muy especialmente de la mayoría de la clase trabajadora catalana, que es de habla castellana) que se ha sentido amenazada con el discurso independentista, claramente excluyente, pues, al insistir que ellos hablaban en nombre del pueblo catalán (ignorando que la mayoría de catalanes no son independentistas), ofendieron a los no independentistas, utilizando además en su estrategia de alcanzar la independencia unilateral prácticas claramente antidemocráticas como saltarse a la torera el Estatut de Autonomía aprobado, en referéndum, por la población en Catalunya. En realidad,  era más que previsible (como algunos predijimos) que aquel enfrentamiento conduciría a esta situación en Catalunya. Es imposible que los partidos independentistas no fueran conscientes de que el estado español respondería como ha respondido y que el resultado sería tan malo como el que ha ocurrido. El nivel de ingenuidad o ignorancia o falsedad de los supuestos que sostenían su estrategia ("el procés") es asombroso. Creerse que el estado español (que no se había establecido con base en una ruptura con el estado dictatorial anterior, sino con base en unas reformas continuistas que habían cambiado muy poco en grandes secciones de sus aparatos de seguridad, policial y judicial) no respondería con la dureza que ha respondido, o asumir que la Unión Europea (gobernada por las derechas que han dado muchas muestras de insensibilidad democrática) les daría su apoyo, o que la independencia podría conseguirse pacíficamente, cuando ni siquiera tenían el apoyo mayoritario de las clases populares catalanas, o que la inestabilidad política creada no afectaría negativamente a la economía catalana, es creerse lo inverosímil.

La consecuencia de tal ingenuidad, falsedad o irresponsabilidad ha sido la pérdida de derechos políticos y sociales en Catalunya, derechos que habían costado muchísimo conseguir gracias a largos períodos de luchas ciudadanas llevadas a cabo por otras fuerzas políticas en épocas anteriores. Que el máximo responsable de este retroceso sea el estado central español en general y el gobierno Rajoy en particular no niega que fuera el gobierno independentista de Junts pel Sí, con el apoyo de la CUP, el que con su comportamiento y estrategia de querer alcanzar la independencia exprés, facilitara y estimulara la aplicación de las políticas represivas y regresivas que el nacionalismo español extremista siempre deseó aplicar. Y el hecho condenable de que algunos de los responsables estén todavía en la cárcel o en el exilio no les excusa de tener que dar explicaciones al pueblo catalán por su increíble ingenuidad, ignorancia o insensibilidad democrática (al querer aprobar la DUI sin contar con el apoyo de la mayoría de la población en Catalunya), que ha tenido unos costes enormes para las clases populares catalanas.

El daño causado también en España

Pero el enorme daño ha ocurrido también en España, donde la estrategia desarrollada por los independentistas para realizar el referéndum no se hizo en colaboración con las fuerzas políticas españolas que deseaban cambiar el estado español, sino enfrentándose a  ellas, ofendiendo a la vez a la población española, cuando como parte de su estrategia de movilización se utilizaron eslóganes como "España nos roba". La imagen opresora y antipática de España (insistiendo además que España era incambiable, presentándola como la causa del deterioro social de Catalunya sin nunca citar la gran contribución que los gobiernos de derechas catalanes, hoy independentistas, habían hecho en crear tal crisis social) movilizó al nacionalismo españolista uninacional, y su forma más extrema, el fascismo. La estrategia independentista necesitaba para movilizar a sus bases a un adversario opresor, España. Era pues más que previsible que aparecieran las respuestas extremas del nacionalismo españolista uninacional. En realidad, el "procés" fue lo mejor que le ocurrió al nacionalismo españolista uninacional, pues en defensa de la "unidad de España" (el mismo argumento utilizado por el golpe militar fascista de 1936), se reavivó y convirtió en popular un nacionalismo españolista extremo uninacional que nunca había conseguido tanto apoyo como ahora. La monarquía borbónica y el himno real se convirtieron en símbolos populares, incluso en barrios obreros en Catalunya donde tales símbolos casi nunca se habían visto u oído. Y como parte de este "fervor patriótico", veremos en las próximas elecciones que grandes sectores de la clase trabajadora catalana votarán a Ciudadanos, la máxima expresión del españolismo uninacional, y al PP en el resto de España, partidos que se presentan como "súper patriotas", imponiendo a la vez políticas económicas y sociales neoliberales que harán un enorme daño a las mismas clases populares que les votarán. Como siempre, las banderas se están utilizando para defender intereses de clase. A la luz de estos hechos la observación de Pablo Iglesias de que el "procés" ha reavivado el nacionalismo extremista españolista uninacional y su expresión más acentuada, el fascismo,  es más que acertada. Naturalmente que no todo el nacionalismo españolista extremo uninacional es fascista pero el fascismo y su expresión violenta florece en la cultura creada por tal forma de nacionalismo. Y lo que está pasando en Catalunya y en el resto de España es un claro ejemplo de ello.

Hubo siempre otras alternativas al "procés"

Si en lugar de presentar el conflicto entre Catalunya y España (que significaba también el conflicto dentro de Catalunya entre los que se sienten españoles y los que se sienten solo catalanes) se hubiera presentado el conflicto entre las clases populares de Catalunya (junto con las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España), por un lado, y los establishments políticos-mediáticos españoles y catalanes, por el otro, no estaría pasando lo que estamos viviendo. Es decir, si se hubiera unido a las clases populares de ambos lados del Ebro en un proceso para redefinir España, luchando por el establecimiento de una República poliédrica, en lugar de un estado borbónico radial centrado en la capital del Reino (que tiene poco que ver con el Madrid popular), con reconocimiento de su plurinacionalidad y diversidad (que permitiera la libre expresión de referendos pactados), compatible con la solidaridad y fraternidad, el resultado hubiera sido muy diferente. Pero no se quiso y no se hizo. Se deseaba el "referéndum exprés" para alcanzar la "independencia exprés". Y estamos viendo ahora los costes que han sido enormes para las clases populares de Catalunya y de España. Y lo que es incluso más indignante es que el tema nacional ha ocultado completamente el tema social. Las derechas neoliberales y conservadoras españolas y catalanas (el PP y el PDeCAT), que batallan en campos opuestos, están utilizando las banderas para ocultar tanto su corrupción como el impacto negativo que sus políticas económicas han tenido en el bienestar de las clases populares.  

La enorme ignorancia de algunos portavoces independentistas

Una última observación. Es lamentable la falta de autocrítica de los portavoces del independentismo que se consideran de izquierdas en Catalunya. Uno de sus portavoces, conocido por su hipérbole, expresada con escasa densidad argumentativa, ha acusado (como parte del argumento de equidistancia) a Pablo Iglesias de que, al indicar este último que la estrategia seguida por los partidos independentistas había reavivado el nacionalismo españolista extremo, era equivalente –según el portavoz- a asumir que el acto de desobediencia de Rosa Parks había incitado el racismo. Tal acusación, digna de tal personaje (similar a su afirmación que el vicepresidente Junqueras no tenía por qué dar explicaciones a nadie de lo que había hecho), ignora un hecho elemental: la enorme diferencia seguida en las estrategias elegidas por los partidos independentistas y por el movimiento de liberación racial en EEUU. La lucha contra el racismo, a la que el acto de desobediencia de Rosa Parks contribuyó en EEUU, se realizó a base de convencer a las clases populares estadounidenses que los ciudadanos blancos compartían con los ciudadanos negros un adversario común. El racismo –según Rosa Parks y el movimiento en defensa de los derechos civiles- dividía y debilitaba a la clase trabajadora. Rosa Parks, próxima al Partido Comunista estadounidense, no dijo nunca que EEUU era incambiable. Por el  contrario, era muy consciente que, sin el apoyo de las clases populares blancas, los negros tendrían muy difícil liberarse. Fue precisamente Martin Luther King, quien dos semanas antes de ser asesinado dijo que la lucha de clases en EEUU estaba íntimamente ligada y relacionada con la lucha por la igualdad racial, pues el racismo estaba dividiendo a la clase trabajadora en EEUU, debilitándola.

Tal realidad  debiera haber sido obvia a aquellos que hablan retóricamente de la liberación nacional, pues esta hubiera sido más factible si hubiera contado con la ayuda y el soporte de las clases populares en Catalunya y en el resto de España. Hoy, querer imponer tal liberación, sin el apoyo de la mayoría de la clase trabajadora en Catalunya (dato que los independentistas constantemente niegan y ocultan) y en los distintos pueblos y naciones de España, es un profundo error. Lo que se necesita es una alianza de las clases dominadas a lo largo del territorio español para cambiar el estado español y también la Generalitat de Catalunya, estableciendo una España plurinacional que permita a la ciudadanía escoger el grado de articulación que cada parte tenga con el conjunto. Saltarse todo esto siguiendo la vía exprés ha resultado ser (como era fácil de prever) un error gravísimo, que ha creado una situación opuesta a la deseada. La ignorancia sobre la historia de EEUU y sobre la historia de Catalunya que aparece en las manifestaciones del hiperbólico portavoz independentista lleva a estas consecuencias. Tendrían que conocer mejor la historia de este y otros países. Tal ignorancia está teniendo costes elevadísimos para la población a la cual claman servir.

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De lo que no se habla en las elecciones catalanas, silencio que beneficia tanto a las derechas españolistas como a las independentistas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/12/06/de-lo-que-no-se-habla-en-las-elecciones-catalanas-silencio-que-beneficia-tanto-a-las-derechas-espanolistas-como-a-las-independentistas/ Wed, 06 Dec 2017 10:45:07 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4200 Continuar leyendo "De lo que no se habla en las elecciones catalanas, silencio que beneficia tanto a las derechas españolistas como a las independentistas"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

No hay plena conciencia en nuestro país que las derechas españolas gobernantes están situadas, en el panorama político europeo, en la ultraderecha, siendo las políticas neoliberales que imponen de las más duras y con consecuencias más negativas para el bienestar de la población dentro de la comunidad europea. Sus políticas de recortes de las transferencias públicas del Estado del Bienestar, como las pensiones, son las más acentuadas en la Unión Europea (cuya mayoría de gobiernos, por cierto, son también de derechas). Si no se lo creen léanse un informe de la Comisión Europea (liderada, por cierto, también por las derechas europeas) titulado Ageing Report 2018, en el que se detalla la situación de las pensiones en la Unión Europea (UE). Y verá que de todas las reformas de las pensiones realizadas por los gobiernos de la UE, las que han impuesto medidas más drásticas y más antisociales son las hechas por el gobierno del Partido Popular, presidido por el Sr. Rajoy. Como consecuencia, España es prácticamente el único país de la UE que actualiza las pensiones cada año siguiendo una fórmula que no tiene en cuenta ni la evaluación del nivel de vida del país (incluyendo el nivel de inflación), ni la evolución de los salarios. La única variable que tal fórmula considera es el estado de las finanzas de la Seguridad Social, estableciéndose un límite en el incremento de las pensiones que no puede nunca superar el IPC más de un 0,5% ni ser inferior a un 0,25% de dicho índice. Dentro de estos límites, la variación del nivel de las pensiones dependerá de la lectura que se dé al estado de las finanzas. Puesto que la mayoría de los ingresos a la Seguridad Social proceden de las cotizaciones sociales, cuyo número y cantidad depende en gran medida de los salarios y de la cantidad de asalariados y contribuyentes, el descenso de estos tendrá un impacto devastador en la sostenibilidad de las pensiones. Las mismas derechas españolas que han desarrollado reformas tan antisociales de los beneficios del sistema de pensiones, son las que han realizado reformas del mercado laboral conducentes a bajar los salarios y a aumentar la precariedad. Ningún otro país ha aplicado medidas tan draconianas. En la mayoría de los países de la UE, la actualización de las pensiones se realiza según, entre otras variables, la evolución de la inflación. No así en España.

Hay que subrayar que todos aquellos partidos políticos miembros de las familias conservadoras y liberales europeas (como el PP, Ciudadanos y el PDeCAT) han promovido recortes de los fondos públicos del Estado del Bienestar, privatizando sus servicios públicos. Un claro ejemplo es el gobierno de Convergència (ahora PDeCAT), que ha gobernado Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático, primero con Unió Democràtica (que ahora es parte de la candidatura del PSC) y últimamente con ERC, y que ha sido uno de los gobiernos que han realizado los recortes y privatizaciones más acentuadas de los servicios públicos del Estado del Bienestar, como la sanidad, en España. Pero, de las políticas neoliberales, las más duras han sido las realizadas por el gobierno Rajoy (seguidas de las propuestas por Ciudadanos y el PDeCAT). 

El ataque frontal a las pensiones

Como consecuencia de estos cambios aprobados por el gobierno Rajoy, la Autoridad Fiscal, una agencia estatal independiente de control fiscal, ha indicado que las pensiones en España perderán un 7% de su poder adquisitivo en 2022. CCOO calcula que será incluso más del doble de este porcentaje en los próximos 10 años: un 15%. En realidad, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la pérdida será de un 30% en 2050 para los nuevos pensionistas. Sea como sea, este porcentaje, según la fórmula aprobada por las derechas españolas, conservadoras y neoliberales (una de las más conservadoras y neoliberales en la UE), define un futuro para los pensionistas más que preocupante. Repito, una vez más, que en ningún país ha habido un ataque tan brutal a las pensiones como en España. Y lo que es también más que notable es que esta realidad apenas ha tenido visibilidad mediática, ya que los medios se han centrado en temas que para el establishment político-mediático del país son esenciales, como el conflicto de banderas y nacionalismos entre el gobierno central y los periféricos. Mientras tanto, los pensionistas españoles y catalanes tendrán un futuro más que cuestionable.

Los principales afectados por estas políticas neoliberales son los que votan en mayor porcentaje a los partidos que las realizan

La otra realidad digna de mencionar es que los sectores de la población que votan más a las derechas (todas ellas neoliberales) son los grupos –los ancianos- más negativamente afectados por las reformas de las pensiones, que los están dañando. En esta situación, los grupos más afectados por las políticas públicas neoliberales del PP y de Ciudadanos son los que les votan más masivamente. ¿Por qué?

Dos son las razones. Una es que la gran mayoría no están informados de lo que está ocurriendo. La mayoría de la población anciana conoce la realidad a través de las televisiones, que están instrumentalizadas predominantemente por las derechas. Y la otra es el mal llamado "patriotismo" que creen garantizado por las derechas, a las cuales consideran erróneamente como las que mejor defienden la "unidad de España" (o "la felicidad en el futuro independiente"). En este aspecto, la identificación de los distintos nacionalismos con las derechas da una enorme ventaja a las derechas. Las izquierdas, supuestamente internacionalistas, van dejando frecuentemente el tema nacional a las derechas. De ahí que la justa indignación hacia la pérdida de identidad resultante de la globalización, o de la europeización, o de las amenazas nacionalistas de todo tipo, vaya canalizándose a través de los partidos de derechas.

La solución a este hecho no es separar el tema social (tema de izquierdas) del tema nacional (tema de derechas), sino entrar en el tema nacional a través del tema social. Es decir, redefinir lo que es patria y nación, identificando ambas con los intereses de la población (de la cual las clases populares son la mayoría), equiparando nación y patria a seguridad, bienestar y calidad de vida de la mayoría de la población.

Las preguntas que las izquierdas deberían promover son: ¿cómo pueden las derechas españolas y catalanas presentarse como defensoras de la nación o de la patria española o catalana cuando sus políticas públicas están, a la vez que beneficiando a las rentas superiores, dañando el bienestar de la mayoría de la población tanto en Catalunya como en el resto de España?; ¿cómo pueden considerarse superpatriotas cuando sus reformas están dañando tanto a los pensionistas del país, a los que recortan las pensiones tras toda una vida de trabajo, cuando han construido este país?; ¿cómo pueden las derechas hablar de superpatriotismo cuando recortaron y privatizaron los servicios públicos de las clases populares tanto en Catalunya como en el resto de España? Es precisamente la denuncia de la utilización de las banderas por parte de los intereses económicos y financieros lo que debería ser la estrategia electoral de las izquierdas. Así de claro.

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La desmemoria histórica de los nacionalistas españolistas por un lado, y de los independentistas por el otro https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/12/04/la-desmemoria-historica-de-los-nacionalistas-espanolistas-por-un-lado-y-de-los-independentistas-por-el-otro/ Mon, 04 Dec 2017 13:40:07 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4195 Continuar leyendo "La desmemoria histórica de los nacionalistas españolistas por un lado, y de los independentistas por el otro"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Hace unas semanas el vicepresidente de Òmnium Cultural, el Sr. Marcel Mauri, clausuraba un acto de dicha entidad celebrado en la prisión Modelo, conocida institución penal en Catalunya (que jugó un papel clave en el encarcelamiento de presos políticos detenidos en la lucha contra el fascismo), en el que se pidió la libertad de los dos Jordis, el presidente de Òmnium, el Sr. Jordi Cuixart, y el presidente de la ANC (Asamblea Nacional Catalana), el Sr. Jordi Sánchez, y de los miembros del gobierno independentista de Junts pel Sí detenidos, a los que definió como presos políticos. En su discurso el Sr. Mauri presentaba estas detenciones y encarcelamientos como semejantes a las que ocurrieron durante el régimen franquista, intentando homologar el Estado español actual con el Estado dictatorial que lo precedió. Este intento de homologación ha originado una respuesta por parte de muchas voces que consideran que, como consecuencia de una Transición modélica de la dictadura a la democracia, el Estado actual no tiene nada que ver con el anterior. De aquí que tales voces consideren que equiparar a los encarcelados actuales con los encarcelados entonces por la dictadura es un sinsentido que debe denunciarse.

Sí, los Jordis y los consellers son presos políticos

En esta crítica a la utilización del término "presos políticos" para definir a los Jordis, así como a los miembros del gobierno catalán, se confunden, sin embargo, varios hechos que deben diferenciarse. Que los ingresados en prisión puedan definirse como prisioneros políticos no depende de la similitud del régimen actual con el anterior. Que pueda utilizarse este término o no depende única y exclusivamente de si el encarcelamiento responde a causas políticas o no y, en este caso, es difícil de sostener que tanto la motivación del encarcelamiento como la manera como se realizó no fueran políticas. La rapidez del enjuiciamiento, la clara falta de proporcionalidad al aplicar una sanción de prisión preventiva, así como el propio comportamiento de los jueces y fiscales que emitieron las órdenes de encarcelamiento son claramente políticos, realizados por aparatos del Estado profundamente conservadores, hostiles a la causa política de los encarcelados.

Los aparatos del Estado, el policial y el judicial, que han llevado a cabo tal encarcelamiento son instancias politizadas en extremo en España, aparatos que además son parte de un Estado que no se construyó sobre la ruptura con el anterior, sino sobre la continuidad de muchos de sus aparatos, los cuales continuaron reproduciendo una cultura heredada del régimen anterior. Decir esto no quiere decir que tal cultura sea una mera reproducción de la existente durante la dictadura. Basta que la actual tenga muchos elementos semejantes con la anterior (como su visión uninacional y autoritaria del Estado) para justificar su definición como heredera de la cultura franquista. En realidad, dicha cultura franquista es lo que también explica la utilización de la policía política para destruir a los adversarios de los partidos soberanistas. Basta comparar la enorme tolerancia hacia estas claras intervenciones políticas del sistema judicial, con la extraña rapidez y contundencia hacia los dirigentes independentistas. Negar que estas últimas acciones responden a causas políticas es absurdo. Que los Jordis y los consellers encarcelados son presos políticos es una obviedad, reconocida fuera de España pero negada en este país por una especie de "patriotismo" españolista mal entendido que considera patriótico cubrir las desvergüenzas del país.

La selectiva desmemoria histórica del gobierno independentista 

Ahora bien, es igualmente injusto que Òmnium y el establishment independentista intenten presentar a los Jordis y a los consellers encarcelados como sucesores de las víctimas de la represión franquista que ocurrió en la cárcel Modelo, y es injusto por dos razones. Una es que definir la represión política realizada por el Estado actual como idéntica a la represión realizada por el Estado dictatorial es trivializar el horror y brutalidad de esta última represión. Aquellos que pudimos ver lo que pasaba durante la dictadura en la Modelo, comparándolo con lo que pasa en las prisiones donde están alojados los dos Jordis y los consellers encarcelados es absurdo en extremo. Por lo visto, los que hacen tal comparación no tienen ni idea de lo que fue la represión de aquel régimen. Pero lo que considero profundamente injusto es otra manipulación que el gobierno independentista de Junts pel Sí hizo en la exposición sobre la represión en la prisión Modelo que dicho gobierno impulsó, donde el grupo mayor de víctimas de aquella represión no aparecía en la historia que se mostraba en la Modelo.

La manipulación que se produjo en el acto de Òmnium para homenajear a los presos políticos independentistas, silenciando a presos anteriores, se hace patente cuando uno es consciente de que semanas antes del homenaje, la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo –junto con otras asociaciones que promueven la memoria histórica- realizaron un acto de protesta en la misma cárcel Modelo contra el silencio que se producía en la exposición sobre los muchos prisioneros comunistas (entre otras tradiciones olvidadas) que estuvieron encarcelados allí. Y tampoco la exposición incluyó a ninguna mujer en su recordatorio, cuando la Modelo fue también una cárcel de mujeres, incluyendo presas políticas. Fue un acto silenciado en los medios públicos y privados en Cataluña. En protesta, los miembros de la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo leyeron un poema de Marcos Ana –un comunista que fue el preso político que pasó más tiempo, 23 años, en las cárceles franquistas-.

La manipulación de la memoria histórica

La exclusión de la lista de encarcelados de prisioneros comunistas y de otras sensibilidades políticas era un acto político de primera magnitud denunciable por su oportunismo político y por su intento de tergiversar la historia de este país. El gobierno independentista de Junts pel Sí, liderado por la derecha catalana (el pujolismo) y apoyado ahora por ERC y desde fuera por la CUP, ha manipulado constantemente esta memoria. Su Departamento de Justicia, que diseñó tal exposición, debería corregir y pedir perdón a la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo por tal tergiversación de la historia de Catalunya. En realidad, fueron los comunistas –el PSUC- los que más defendieron la identidad catalana durante la resistencia antifranquista, como tuvo que reconocerlo el mismo presidente Jordi Pujol, mientras el Sr. Artur Mas (como había hecho también el Sr. Aznar, otro "súper patriota" de signo contrario) estaba preparando sus oposiciones. En realidad, los nacionalistas catalanes apenas participaron en la lucha clandestina contra el régimen dictatorial. Es, pues, de una enorme osadía (a nivel popular podía decirse caradura) que ahora mientan utilizando la memoria de aquellas víctimas para homenajear a los suyos. ¡Homenajeen a los suyos, señores independentistas, pero, por favor, no tergiversen e ignoren la historia heroica de otros que han hecho más para defender la identidad de la nación catalana que ustedes en periodos sumamente represivos!

Una última observación. El comisario de la exposición a cargo de quien estuvo el diseñó de su contenido tan sesgado fue Agustí Alcoberro, profesor de Historia Moderna en la Universidad de Barcelona y director del Museo de Historia de Catalunya entre 2008 y 2014. Es vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana, actuando de facto como su presidente después de que Jordi Sánchez, el entonces presidente de dicha asociación, fuera encarcelado el día 16 de octubre. Espero que la distribución de esta nota contribuya a la corrección de un dislate monumental en la exposición sobre la historia de la prisión Modelo, que cerró sus puertas el pasado 26 de noviembre. Las víctimas del silencio en la exposición diseñada por el actual vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana están ahora doblemente agraviadas por este veto injusto y manipulador, el cual resta credibilidad al acto preparado por Òmnium Cultural en necesaria denuncia por el encarcelamiento de los Jordis y de los consellers, que toda persona con sensibilidad democrática en Catalunya y en España debería exigir, como también debería demandar que los prisioneros de la Modelo silenciados tengan reconocido su nombre.

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Memoria histórica
Por qué apoyo a Podemos, al nuevo Podem Catalunya y a En Comú Podem https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/11/30/por-que-apoyo-a-podemos-al-nuevo-podem-catalunya-y-a-en-comu-podem/ Thu, 30 Nov 2017 07:00:40 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4186 Continuar leyendo "Por qué apoyo a Podemos, al nuevo Podem Catalunya y a En Comú Podem"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Como estudioso de la situación social de España he estado más que preocupado por el deterioro del bienestar y calidad de vida de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población española (incluyendo la catalana), deterioro que ha ocurrido durante estos años de crisis conocidos como la Gran Recesión (que para millones de españoles ha significado la Gran Depresión), y que debería también titularse la Gran Crisis Social, pues ha sido (y por mucho) la mayor crisis social que España (incluyendo Catalunya) ha sufrido durante su periodo democrático. He documentado extensamente este deterioro en mis escritos, tanto académicos (Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Ed. Anagrama, 2015) como en prensa general (ver "El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social", Público, 30.06.2017 y "El nuevo régimen social de España", Público, 23.06.2017).

El deterioro es tal que por primera vez en el periodo democrático los hijos están teniendo un nivel de vida inferior al de sus padres. En Catalunya, por ejemplo, el 40% de la población tiene un nivel de vida (medido en unidades de compra estandarizadas) menor que el de sus padres. Y relacionado con este hecho, vemos también otro fenómeno preocupante: el número de personas que ascienden en la escala de movilidad social es, en Catalunya, inferior al número de personas que desciende en tal escala. Ahora bien, no a todos les va igual de mal. En realidad, a algunos les ha ido bastante bien. Así, en Catalunya los ingresos del quintil superior en nivel de renta (el 20% de renta superior, un grupo de enorme poder político y mediático) ha visto crecer sus ingresos considerablemente mientras la mayoría de la población los ha visto reducir, habiendo alcanzado Catalunya (y España) una de las desigualdades mayores en la Unión Europea. En nuestro país, las clases populares están sufriendo. De ahí que la imagen que los establishments financieros y económicos están promoviendo, con la ayuda de los establishments políticos y mediáticos del país (tanto en España como también en Catalunya), de que estamos ya "recuperándonos" no describe acertadamente lo que está ocurriendo. Si asumimos que recuperación quiere decir volver a los niveles de vida y renta anteriores a la crisis, entonces los datos muestran la falsedad de este supuesto. Hoy ser mileurista (que era un término para definir escasez antes de la crisis) ha pasado ya a ser un sueño para millones de catalanes y españoles. 

Por qué esta gran crisis social

En realidad, por extraño que parezca las causas de tal crisis son bastante fáciles de ver, aun cuando es más que probable que el lector no las vea, ni las oiga, ni las lea en los mayores medios de comunicación del país. Las causas han sido las políticas públicas realizadas por los partidos gobernantes, tanto en España como en Catalunya, durante todos estos años, y que responden a un ideario neoliberal que ha dominado el pensamiento económico catalán, español y europeo, ideario promovido también durante muchos años por los establishments europeos como el Consejo Europeo, la Comisión Europea, el Ecofin (los ministros de Economía y Hacienda de la UE), el Banco Central Europeo (BCE) y también el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas políticas han incluido reformas laborales que han debilitado a los sindicatos y que han creado un gran deterioro de los salarios (un 10% como promedio desde 2007) y la calidad del trabajo, con aumentos masivo de la precariedad en el empleo, como demuestran los datos: el 57% de los empleos creados entre el 2º trimestre de 2014 y el 2º trimestre de 2017 son temporales, en donde los contratos más frecuentes son solo de 15 días, así como un aumento elevadísimo del desempleo, que ha llegado a alcanzar un 52% entre los jóvenes y ello a pesar de que un millón y medio de ellos han dejado España, siendo nuestro país uno de los que exporta más jóvenes al extranjero.

El otro gran componente de estas políticas públicas neoliberales han sido las políticas de recortes del gasto público, muy acentuadas en las transferencias públicas como las pensiones (que, producto de estos recortes, se calcula se reducirán en un 30% de aquí a unos treinta años) y las ayudas a las familias, así como en los servicios públicos del Estado del bienestar como sanidad, educación, servicios sociales, servicios destinados a ayudar a las personas con dependencia y vivienda social, entre muchos otros. Estos recortes, junto con las privatizaciones en tales servicios, han contribuido a la dramática reducción del bienestar y calidad de vida de las clases populares. La gente normal y corriente lo está pasando muy mal, y puesto que estas clases populares constituyen la mayoría de la población uno esperaría que esta crisis social centrara la atención del debate político en estas elecciones del 21 de diciembre. Y, en cambio, no lo centra. ¿Por qué no? Para entender esto tenemos que entender quiénes son los que imponen (y digo imponen porque ninguna de estas políticas públicas neoliberales estaba en los programas electorales de los partidos gobernantes) y cuánto poder político y mediático tienen. 

¿Quién aplica estas políticas?

La respuesta a esta pregunta es también muy fácil de ver, aunque tampoco el lector la verá, oirá o leerá en los medios. La respuesta es tan fácil que a los responsables de estas políticas se los puede describir con nombres y apellidos, todos ellos con gran proyección mediática, aunque ninguno de ellos aparezca en los medios por su responsabilidad por haber creado la enorme Gran Crisis Social. Hagamos una lista de los partidos neoliberales.

En primer lugar hay que poner al gobierno Rajoy, que ha aplicado con gran dureza tales políticas –reformas laborales y recortes- que han causado tanto sufrimiento. Junto al PP hay que poner a Ciudadanos, que es incluso más papista que el Papa. Es hoy el partido más neoliberal existente en España. Conocido como la "rama política del Ibex-35", su compromiso con tales políticas es muy acusado y ello a pesar de que hay cada vez más voces dentro de la ortodoxia neoliberal que comienzan a dudar de la sabiduría y conveniencia de tales políticas. Nada menos que el Sr. Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, ha admitido recientemente que las políticas de austeridad ("recortes") han sido un error para la Unión Europea, y el Sr. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, y la Sra. Lagarde, presidenta del Fondo Monetario Internacional, han indicado que los salarios en España (incluyendo Catalunya) son demasiado bajos. Y en España incluso El País, que es el mayor órgano de difusión del neoliberalismo, editorializó recientemente que puede que los salarios sean demasiado bajos. La derecha dura española, el PP y Ciudadanos, sin embargo, permanece fiel a su dogma neoliberal, pase lo que pase. Después de todo, los intereses económicos que los financian lo están pasando muy bien. Los beneficios del Ibex-35 nunca habían alcanzado niveles tan altos. El dato más indicativo de ello es que mientras que las rentas del trabajo (sobre el total de rentas) han ido disminuyendo durante la Gran Crisis Social, las rentas del capital han ido subiendo.

En Catalunya, el partido neoliberal más importante es Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), ahora rebautizado como PDeCAT, un partido clientelar, con un largo historial de corrupción, perteneciente a la misma familia política europea que Ciudadanos; ambos se presentan como de centro cuando en realidad han sido de los partidos que han propuesto y/o votado más leyes neoliberales en las Cortes Españolas.

Y por extraño que parezca hay que incluir al PSOE de Zapatero en esta categoría, pues fue tal gobierno el que comenzó las políticas neoliberales que fueron más tarde continuadas y expandidas por las derechas gobernantes que lo sucedieron. E incluyo en esta categoría al PSC, pues aun cuando sus bases (a diferencia del PP, Ciudadanos y el PDeCAT) son de gente de izquierdas (que prioriza políticas antineoliberales), las direcciones y aparatos de ambos partidos han reaccionado a la crisis financiera con políticas neoliberales de libro de texto. Hay que reconocer y aplaudir que el PSOE y el PSC jugaran un papel clave en el establecimiento del Estado del Bienestar en España. Pero, repito, su respuesta a la crisis fue típicamente neoliberal y no hay indicios de que Pedro Sánchez esté comprometido en romper con el neoliberalismo. Me encantaría estar equivocado. El PSOE tiene economistas de gran valía, de tradición socialdemócrata, pero todavía hoy los que han asesorado a los gobiernos socialistas han sido de claro corte socioliberal (la versión light del neoliberalismo). Hasta ahora, Pedro Sánchez parece haber renunciado, una vez más, a su compromiso de aliarse con otras fuerzas progresistas como Unidos Podemos para realizar el cambio tan urgente que el país necesita. 

La situación de las izquierdas catalanas

En Catalunya, ERC fue uno de los componentes de la coalición de izquierda –el Tripartit-, que ha sido el único gobierno de izquierdas que Catalunya ha tenido en su periodo democrático. Es un partido que es un paraguas de muchas sensibilidades políticas, desde marxistas a liberales: lo único o lo más importante que las une es su independentismo. Ahora bien, me apena que su equipo económico parezca compartir las tesis del dogma neoliberal. Varios indicadores refuerzan mi impresión. La Ley de Presupuesto aprobada por Junts Pel Sí fue una continuación de los presupuestos anteriores de Convergència i Unió, sin cambios significativos. Sus políticas asistenciales (como combatir la pobreza energética) iban por buen camino pero han sido insuficientes. Pero en temas clave no ha habido una ruptura con el neoliberalismo, dejando intactas las mayores intervenciones realizadas por Convergència (hoy PDeCAT) que han dañado al mundo del trabajo y al Estado del Bienestar. Es también sorprendente y decepcionante que en el famoso debate Borrell-Junqueras en TV3, este último tomara como su punto de referencia al gurú ultraliberal del movimiento independentista, el Sr. Sala i Martín.  Parecen estar mal aconsejados si se dejan influenciar por tal economista, el economista más promocionado por el mayor instrumento mediático del gobierno de Junts pel Sí, TV3, pagado por los contribuyentes catalanes, la gran mayoría de los cuales no comparte la ideología neoliberal promocionada por tal economista en la televisión pública catalana en estos días preparatorios para las elecciones.

Por último, la CUP, aun cuando se presenta de izquierdas y muy radical en su mensaje, en realidad siempre antepone el tema nacional al tema social, convirtiéndose en la práctica en un aliado imprescindible de Junts pel Sí.

En este resumen del panorama político en Catalunya y España puedo predecir que a no ser que haya un cambio significativo en las políticas públicas del PSOE, PSC y ERC, será muy difícil que se salga de la Gran Crisis. Esperar que cambien las derechas me parece un error. Ello me lleva a explicar por qué apoyo a Podemos, IU, En Marea, Catalunya en Comú-Podem y Podem Catalunya. La respuesta es muy lógica: son los únicos partidos que se han opuesto al neoliberalismo, y donde han gobernado han mostrado que otras políticas alternativas eran y son posibles. La evidencia de ello es abrumadora. Donde gobiernan estas fuerzas políticas se aplican políticas diferentes y opuestas a las neoliberales, como en las principales ciudades de España. 

Pero hay también otras razones de por qué las apoyo. La plurinacionalidad de España

Pero hay otra razón. Como catalán y español, que vengo de una familia represaliada por su apoyo y compromiso con el bienestar de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, así como por su visión republicana y no borbónica del Estado, me siento identificado con el único espacio político (Unidos Podemos, En Comú Podem, En Marea) que considero heredero de esta tradición y cultura republicana. Su reconocimiento del plurinacionalismo de España es una característica que lo hace atractivo a todos aquellos que quieren vivir juntos en España, en fraternidad, solidaridad, con respeto a la diversidad y plurinacionalidad, construyendo una España policéntrica y no radial, como ahora.

Hoy esta visión variada y plurinacional es más necesaria que nunca pues los nacionalismos extremos -el nacionalismo borbónico por un lado, y los secesionistas independentistas por el otro- están llevando el país a un desastre no solo social, sino también nacional. No es casualidad, por cierto, que los mismos partidos que quieren imponer su visión uninacional de España, el PP y Ciudadanos (liderando el nacionalismo españolista), y el PDeCAT (liderando el nacionalismo independentista) sean también los partidos más neoliberales. Están todos ellos utilizando las banderas para esconder su neoliberalismo, lo que constituye un caso típico de esconderse detrás de las banderas para ocultar unas políticas que están causando tanto daño. La evidencia de que existe dicha utilización de las banderas (la borbónica por los primeros, y la estelada por los segundos) para ocultar su defensa de los grandes intereses económicos y financieros que representan es abrumadora. Es doloroso ver cómo Ciudadanos, cuyas políticas neoliberales están dañando a la clase trabajadora en Catalunya y en España, sea el que consiga más apoyo en los barrios obreros debido a su defensa de la "unidad de España". 

Últimas observaciones sobre Podem Catalunya

Una de las causas del enorme poder de las derechas en España y en Catalunya se debe a la gran división de las izquierdas  (ver "La desunión de las izquierdas: una de las mayores causas de la gran crisis social", Público, 08.11.2017). De ahí la enorme necesidad de que las izquierdas catalanas, muy divididas, establezcan coaliciones tendentes hacia una unidad. Ello ha sido posible a nivel del Estado cuando se estableció En Comú/Podem, que ganó las elecciones generales en Catalunya dos veces. Es la unión de Barcelona en Comú, ICV y EUiA con Podem, la rama catalana de Podemos. Esta coalición, sin embargo, no se ha establecido en Catalunya hasta ahora.

Y es ahí donde deben entenderse varios puntos pues, como era de esperar, los medios –en su campaña de hostilidad hacia esta izquierda- han estado tergiversando las noticias sobre el cambio de liderazgo en Podem Catalunya. No son ciertos varios hechos. No es cierto que Pablo Iglesias haya intervenido en Podem Catalunya de la misma manera que Rajoy ha intervenido el Gobierno catalán. Esta versión, interesadamente promovida por la dirección saliente de Podem, es falsa, pues no fue "Madrid" sino la máxima autoridad de Podem Catalunya, los inscritos, los que votaron masivamente en contra de la dirección anterior y a favor de la coalición con Catalunya en Comú. En realidad, el descontento de muchos miembros de Podem con la dirección política del equipo anterior, próximo a la CUP y a ERC, era bien conocido y la gran participación –que batió todos los récords-, con un no a la política de la dirección saliente y un sí rotundo a la coalición, era previsible.

Por otra parte, la convocatoria inmediata de elecciones el 21D por parte del gobierno Rajoy creó problemas de calendario que imposibilitaron los procedimientos característicos de culturas participativas como la de Podem, como son las primarias y la preparación de las listas electorales, lo cual explica que no solo Podem sino muchas otras formaciones políticas no pudieran seguir tales procedimientos. Es más, Podemos nombró una gestora integrada por personas conocidas, a las cuales se reconocía como favorables al mandato del nivel más soberano de Podem, los inscritos. Esta gestora se estableció después de haber hecho la lista electoral, pues su función era distinta: preparar la campaña electoral junto con Catalunya en Comú y también preparar la Asamblea Ciudadana para elegir la nueva dirección de Podem. Y, como era de esperar, hay miembros que, coherentes con su desacuerdo con el mandato de los inscritos, están dejando Podem Catalunya, lo que queda compensado por un número mayor de miembros que se están movilizando para establecer el nuevo Podem, cumpliendo así el objetivo de la unidad de las fuerzas progresistas que Catalunya necesita como el aire que respira. Y, un primer paso para ello, es el establecimiento de la coalición Catalunya en Comú-Podem que es la única fuerza política hoy en Catalunya que combina una crítica al neoliberalismo, que ha dañado tanto a la mayoría de la población catalana, con propuestas alternativas que han mostrado su factibilidad donde han gobernado, junto con un reconocimiento de la plurinacionalidad de España con una propuesta real y realizable para llevarla a cabo.

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Franco no ha muerto https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/11/21/franco-no-ha-muerto/ Tue, 21 Nov 2017 07:00:05 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4177 Continuar leyendo "Franco no ha muerto"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

En un editorial reciente, titulado "Franco ha muerto"  (12.11.17), el rotativo El País indicaba que la afirmación hecha por Pablo Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique del partido Podemos de que las personas encarceladas por la Audiencia Nacional (los dirigentes de Òmnium Cultural y de la Asamblea Nacional Catalana -ANC-, así como el vicepresident y algunos de los consellers del gobierno catalán) eran presos políticos debía considerarse como "extemporánea" y "absurda", cualificaciones también aplicables a las declaraciones de dirigentes políticos europeos como el ex primer ministro socialista del gobierno belga, el Sr. Elio Di Rupo, que habían utilizado la misma expresión para definir tales presos. En realidad, este último había incluso acusado al Sr. Rajoy, presidente del Gobierno, de "franquista autoritario", algo que el editorial de El País consideraba como una afirmación intolerable y digna del máximo desprecio. El editorial consideraba ofensivo para España y fuera de lugar el utilizar expresiones que pudieran asimilar estos encarcelamientos realizados por el Estado español ahora con los ocurridos durante la dictadura que en España se llama franquista y que tuvo lugar durante el periodo 1939-1978. Asumir semejanzas entre lo ocurrido ahora y lo que ocurrió en aquel pasado ignoraba –según aquel editorial– que la democracia actual en España no tenía nada que ver con la dictadura que la precedió. De ahí que, de nuevo, según tal editorial, definir hoy como franquistas acciones del Estado español era tan absurdo como que tales términos fueran utilizados en referencia al gobierno alemán, que tuvo en su pasado una dictadura semejante. Escribía El País que utilizar el término franquista para definir el comportamiento del gobierno español presidido por el Sr. Rajoy era tan absurdo como lo sería utilizar el término nazi para definir comportamientos del gobierno alemán presidido por la Sra. Merkel. Hasta aquí el punto sostenido por el rotativo de mayor tirada del país y que refleja bien la opinión del establishment político-mediático del país.

Comparar, sin embargo, la relación del gobierno Merkel en Alemania con su pasado, y la del gobierno Rajoy con el suyo, llegando a la conclusión que ambos pasados son semejantes, refleja una enorme ignorancia de la historia de ambos países.

Alemania experimentó una desnazificación. España, no

El País parece desconocer cómo se hizo la transición de la dictadura a la democracia en Alemania, pues hay una enorme diferencia entre cómo Alemania pasó de la dictadura nazi a la democracia, y cómo España pasó de una dictadura fascista a la situación actual. El nazismo fue erradicado de las instituciones alemanas después de la II Guerra Mundial. En aquel país, la llegada de la democracia significó una ruptura con el estado nazi anterior, habiendo realizado el Estado democrático una campaña de desnazificación profunda y masiva. Ello no ocurrió en España. Todo lo contrario.

El Estado democrático español no supuso una ruptura con el anterior

El Estado democrático en España no significó una ruptura sino una apertura de un Estado dictatorial imbuido de una ideología totalizante, la cual incluía un nacionalismo extremo uninacional que no admitía la plurinacionalidad de la España real, reprimiendo brutalmente a todos los que tenían una visión de España distinta a dicha visión uninacional, siendo definidos como la anti España. No ha sido reconocido –incluso hoy– por parte del Estado español que la dictadura fascista fue una de las más represivas que hayan existido en E​uropa en el siglo XX. Según el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia de Nueva York, en EEUU, experto en el fascismo europeo, por cada asesinato político que cometió el régimen liderado por Mussolini, el dirigido por el general Franco cometió 10.000. En la apertura que significó el establecimiento de la democracia (que naturalmente significó un gran avance para el país) se mantuvieron, sin embargo, los aparatos represivos del Estado, que variaron poco respecto a los del Estado anterior. Es más, la cultura franquista, con su visión uninacional extrema, persistió en tales aparatos, que mantuvieron una continuidad considerable respecto a su situación anterior. Y como consecuencia de la función represora del Estado, todavía hoy España es uno de los países de la UE que tiene más policías por cada 100.000 habitantes, y, en cambio, menos personas adultas que trabajan en los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como sanidad, educación y escuelas de infancia, entre otros (ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país. Premio Anagrama de Ensayo, 2002).

El contraste de la transición del nazismo a la democracia en Alemania con la transición (mal llamada modélica) en España

Tal diferencia entre la transición de la dictadura en España y la que tuvo lugar en Alemania es enorme. En Alemania la desnazificación tuvo lugar inmediatamente después de terminar la dictadura nazi: los Juicios de Núremberg, de 1945 a 1946, que se realizaron inmediatamente después de la caída del régimen nazi, juzgaron a gobernantes nazis que tuvieron que responder ante un tribunal por los actos represivos que dicho régimen había realizado contra los sectores de la población alemana y de los países ocupados que se opusieron a él. Las élites gobernantes del régimen nazi fueron juzgadas y sentenciadas en tales juicios. Nada semejante a ello ocurrió en España, donde las élites gobernantes continuaron ocupando posiciones prominentes en el régimen que sucedió a la dictadura. En realidad, muchos de los dirigentes del aparato del régimen dictatorial continuaron en posiciones dirigentes del sistema democrático, siendo su influencia sobre el proceso de transición enormemente poderosa, dejando su imprimátur en gran número de resoluciones adoptadas por el Estado, el cual se estableció no a base de una ruptura con el Estado anterior, sino como una adaptación y apertura a nuevos actores dentro del Estado, suficiente para que pudiera presentarse como un Estado democrático que le permitiese ser aceptado en la Unión Europea.

Ni que decir tiene esta apertura fue enormemente importante y permitió la canalización de los deseos populares a través de partidos políticos, con alternancia en el poder, estableciéndose, entre otras cosas, el Estado del Bienestar. Pero estas conquistas sociales llevadas a cabo primordialmente por las fuerzas progresistas del país no niegan que el Estado democrático fuera construido sobre uno anterior cuyas estructuras y cultura (como la ideología extrema uninacional) fueron mantenidas y variaron poco respecto a las que ya existían. Y entre estas estructuras están los aparatos represivos del Estado, que van desde los cuerpos de seguridad (incluyendo la policía) hasta el sistema judicial. La cultura existente en tales aparatos todavía contiene y responde a comportamientos heredados del régimen anterior. Es más, el principal partido del Estado, el PP, fue fundado por personalidades pertenecientes a las élites del régimen dictatorial, y gran parte de su comportamiento (como la elevada corrupción, los tics autoritarios, la escasa cultura democrática, su provincialismo y escaso desarrollo cultural, su supuesto "súper patriotismo", su abusiva utilización de la movilización nacionalista españolista de la bandera borbónica para ocultar sus políticas impopulares, y su masiva utilización de las ramas del Estado como la policía y los aparatos de seguridad como si fueran parte de su propio patrimonio, a fin de destruir a sus adversarios) es una expresión de una cultura basada en la cultura franquista que la precedió.

No ha habido una política semejante a la desnazificación alemana en el Estado español

En Alemania, por el contrario, hubo una gran campaña educativa para erradicar la cultura propia del nazismo, campaña que ha sufrido altibajos pero que ha sido masiva a todos los niveles. Se ha prohibido reconocer o promover cualquier memoria política de aquel régimen, erigiéndose monumentos a lo largo del territorio alemán para recordar a sus víctimas, con actos frecuentes para homenajearlas. Y lo que es también digno de señalar es que ha sido predominantemente la juventud, educada en valores democráticos, la que ha liderado la demanda de que se denuncien y se descubran las atrocidades del nazismo. En este aspecto, el movimiento de rebeldía de los estudiantes en 1968 fue muy determinante en Alemania para que se vencieran las resistencias a analizar críticamente el pasado. Y una de las personas más respetadas y queridas en Alemania fue el canciller Willy Brandt (que había sido miembro de la resistencia antinazi), el cual, a finales de 1970, pidió perdón, en nombre del Estado alemán, por el enorme daño realizado por dicho Estado en contra de sus víctimas en Alemania y otros países. Y en las escuelas la enseñanza está orientada a una condena contundente de tales autoridades y del régimen nazi.

Nada de ello ha ocurrido en España. No ha habido una campaña educativa encaminada a enseñar a la juventud lo que fue la dictadura y sus consecuencias enormemente negativas para la vida política, económica y cultural del país. Y a pesar de que, como indiqué antes, fue uno de los regímenes más represivos del siglo XX en Europa, no ha habido ni denuncias ni encarcelamientos de los victimizadores ni homenaje a las víctimas, de las cuales 150.000 continúan desaparecidas. España es el segundo país, después de Camboya, que tiene un mayor porcentaje de personas desaparecidas por causas políticas, sin que el Estado haya tomado ninguna medida para encontrarlos y homenajearlos.

Los presos son políticos

Ni que decir tiene que la represión política del Estado hoy en España adquiere una forma muy distinta a la que adquirió durante la dictadura. Los que vivimos durante aquella época y luchamos contra la dictadura pudimos ver y experimentar la enorme brutalidad de la represión de aquel régimen. Tal brutalidad en la represión del Estado franquista es distinta, sin embargo, a la que aparece ahora en las ramas del Estado encargadas de la función represora. Es mucho menos intensiva, lo cual hay que enfatizar, pues no hacerlo es trivializar lo que fue el fascismo. Ahora bien, dicho esto, también es necesario añadir que tales aparatos son los herederos de los que existieron durante aquel régimen, y, por lo tanto, algunas conductas y culturas de aquel régimen continúan persistiendo en España, incluyendo la existencia de presos políticos, aun cuando en mucho menor cantidad e intensidad que en aquel entonces. Pero no hay que ignorar u olvidar que la utilización de dichos aparatos, como la policía o los tribunales, para misiones y objetivos políticos es una característica del Estado español. Ejemplos de ello hay miles. La utilización de policía política, en connivencia con periodistas basura que gozan de gran prominencia en los medios, para destruir al adversario es una práctica común en el partido fundado por los franquistas (el PP). No definir tales actos y tales presos como políticos es ser excesivamente complaciente con las dimensiones franquistas que todavía existen en el Estado español.

Es conocida mi crítica e incluso denuncia del movimiento independentista por su comportamiento antidemocrático, intentando alcanzar un objetivo para el que, además de no respetar los sentimientos de la mayoría del pueblo catalán que se siente español y no es secesionista, se saltó las reglas del juego democrático. Pero hay que insistir, por muy impopular que sea para el establishment político-mediático español y sus medios, incluyendo El País (fundado en gran parte por élites de aquel régimen y dirigido, entre otros, por el que había sido jefe de servicios informativos de la televisión de aquel régimen), que la mayor causa de las tensiones entre nacionalismos en España es la persistencia del nacionalismo extremo excluyente que está destruyendo España al no reconocer la plurinacionalidad que existe en su seno. Y esta persistencia en grandes sectores de la población española es una herencia del régimen dictatorial anterior. Su enorme hostilidad hacia lo que considera los "nacionalismos periféricos" (ocultando su propio nacionalismo españolista excluyente) y su intento de destruir a las izquierdas contestatarias del régimen bipartidista actual (que alcanza dimensiones enfermizas) son producto directo de la cultura franquista que todavía persiste en España.

Una última observación. Una consecuencia del enorme dominio que las élites dominantes en la dictadura han continuado teniendo en España es la gran falta de diversidad ideológica en los mayores medios de información españoles, que es incluso más limitada en temas y áreas de gran relevancia para el país -como el tema nacional-. El nacionalismo español extremista es la ideología hegemónica en España, de donde se deriva la hostilidad hacia otra visión distinta de la "oficial". Un ejemplo de ello es que un artículo como este es impensable que pudiera ser publicado en El País o cualquier otro mayor medio. Ello es un indicador de la falta de diversidad ideológica de los medios, que permite a estos decir auténticas barbaridades sin que puedan ser contrastadas con los hechos fácilmente accesibles pero no presentes en dichos medios. El más claro ejemplo de esta manipulación es presentar la denuncia de la persistencia de la cultura franquista en aparatos del Estado español como resultado de la manipulación cibernética rusa de las noticas en este país. Creo haber sido una de las voces más vetadas en los medios de comunicación en España que ha sido más crítica con la Rusia actual y con la última etapa de la Unión Soviética que la precedió. Atribuir la crítica de los que luchamos contra el fascismo contra un Estado que no ha roto con el anterior a la influencia rusa es alcanzar unos niveles de falsedad, tal como está haciendo El País, dignos de la mezquindad a la que ha llegado su equipo director, encabezado por el Sr. Antonio Caño. Mientras, ruego al lector con sensibilidad democrática que  distribuya este artículo.

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Franquismo
De lo que no se habla en España, incluyendo en Catalunya, y que el tema nacional está ocultando https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/11/16/de-lo-que-no-se-habla-en-espana-incluyendo-en-catalunya-y-que-el-tema-nacional-esta-ocultando/ Thu, 16 Nov 2017 07:00:34 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4170 Continuar leyendo "De lo que no se habla en España, incluyendo en Catalunya, y que el tema nacional está ocultando"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Durante los diez años del periodo conocido como la Gran Recesión (que para millones de personas ha sido la Gran Depresión) el bienestar social y calidad de vida de las clases populares de España han alcanzado unos niveles de deterioro que deberían ser el principal elemento en el discurso y debate político del país y en la cobertura mediática de la realidad española. Y en cambio, no lo son. El monotema hoy en el establishment político-mediático del país es el conflicto entre los nacionalismos, el españolista liderado por el Partido Popular, presidido por el Sr. Mariano Rajoy, y el catalanista, liderado por el gobierno de Junts Pel Sí, presidido por el Sr. Puigdemont, dirigente del partido hegemónico en el gobierno (el PDeCAT) que ha gobernado Catalunya (con el nombre de Convergencia) durante la mayor parte del período democrático. Ambos partidos están hoy siendo investigados por casos de corrupción que implicarían financiación ilegal (caso Gürtel en el PP o caso Millet en CDC), juicios que no aparecen ni en las primeras páginas de los rotativos ni en lugares destacados de los mayores canales televisivos ni de las cadenas de radio.

En realidad, en Catalunya el caso Millet y sus conexiones con la financiación ilegal de CDC ni siquiera aparecen en las últimas páginas de los rotativos catalanes, en la televisión pública TV3, o en los canales privados. Y en España hace unos días el inspector jefe de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal), encargada de la investigación del caso Gürtel, declaró en el Congreso de Diputados (en respuesta a las preguntas que le hicieron en una sesión de la comisión de investigación sobre la presunta financiación irregular del PP) que el presidente de España, el Sr. Rajoy, había recibo dinero negro (en sobres) de la Gürtel. Y a pesar de la enorme importancia de la noticia, ningún gran periódico español (El País, El Mundo, el ABC, La Razón, La Vanguardia o El Periódico, entre otros) lo publicó en portada al día siguiente. He vivido un largo tiempo en Suecia, Reino Unido y EE.UU., y he trabajado en varios países, y no me imagino que si tal hecho hubiera ocurrido en cualquiera de ellos no hubiera sido la noticia del día. En cambio aquí, en España (incluyendo Catalunya), se ignoró, mostrando, una vez más, la escasa calidad de la democracia española y de sus mayores medios de comunicación.

La falsedad de la supuesta recuperación

Según los últimos datos disponibles, el desempleo en España ha permanecido elevadísimo en los llamados "años de la recuperación". En 2016 el promedio fue un 18%, uno de los más elevados de la Unión Europea. En realidad, tal porcentaje sería incluso mayor si no fuera porque 1,7 millones de españoles (jóvenes en su gran mayoría) han abandonado el país en busca de trabajo. Hoy España es uno de países que exporta mayor número de jóvenes al año. Y lo que es incluso más alarmante es que nada menos que el 43% de las personas desempleadas (que están en paro) llevan más de un año buscando empleo. Incluso el FMI (Fondo Monetario Internacional) ha alertado de la situación, que merece llamarse catastrófica, en la que este grupo se encuentra. En realidad, cerca del 30% de españoles están riesgo de pobreza (casi un tercio de la población española, situación que en Catalunya es casi idéntica).

Una de las causas mayores de este crecimiento de la pobreza de la población es el gran deterioro del mercado laboral, que ha configurado un gran crecimiento del desempleo y de la precariedad, con una bajada de la tasa de ocupación sin precedentes en la época democrática. El porcentaje de la población ocupada cayó un 20% desde 2008 a 2013. Y los salarios han descendido un 10% durante los años de la crisis 2008-2015. La mayoría de puestos de trabajo creados son temporales y precarios.

Como consecuencia de ello, las desigualdades han aumentado de una manera alarmante. España (incluyendo Catalunya) es uno de los países que tienen mayores desigualdades en la Unión Europea. Las rentas del 20% de la población con más renta son nada menos que 7,5% superiores a las del 20% de la población con menor renta, un record en la UE.

El enfado popular frente a los establishment político-mediático españoles y catalanes

Las encuestas muestran que este gran deterioro social es la preocupación mayor que señala la población De hecho, el desempleo lleva ocupando ya por muchos años el número uno de la lista de inquietudes y problemas que tiene la población española, incluyendo la catalana.

Otro tema grave en España es la corrupción generalizada, que alcanza su máxima expresión en el partido gobernante en España, el PP, y en Catalunya en Convergència Democràtica, renombrada como Partit Demòcrata de Catalunya (PDeCAT), que ha gobernado treinta de los treinta y siete años de autonomía, primero en alianza con Unió Democrática (UDC) y desde 2012 con ERC. Estos partidos (PP y CDC) han estado en el centro de la corrupción, reflejo del maridaje que ambos partidos tienen con los poderes fácticos financieros y económicos que ejercen una enorme influencia en los mayores medios de información, tanto públicos como privados. Ambos gobiernos han impulsado las mayores leyes neoliberales (desde las reformas laborales a las fiscales, pasando por las presupuestarias), incluyendo las que causaron las políticas de recortes del gasto público social que han causado la Gran Crisis Social.

La ocultación del tema social por parte del tema nacional

Estos partidos, que coinciden en la mayoría de sus políticas económicas y sociales (debido a su pertenencia a las familias políticas conservadores y neoliberales), lideran los movimientos nacionalistas de signo contrario y cuyo conflicto (deliberadamente diseñado) ha ido centrando el debate político, creando tensiones, con el objetivo altamente exitoso de ocultar su responsabilidad tanto en la aplicación de las políticas neoliberales (causantes, repito, de la Gran Crisis Social) como en la corrupción masiva de sus partidos. Como consecuencia de ello, este mes, por primera vez, la preocupación por el tema del conflicto España-Catalunya por parte de la población ha sido mayor que el de la corrupción (último CIS disponible), mostrando que han sido exitosos en su intento de dejar en segundo plano mediático la crisis social y la corrupción. Como indiqué al principio, el llamado Tema Nacional ha ocultado y ha hecho desaparecer el Tema Social. Ello ha ido acompañado de un incremento de la distancia y desconfianza entre las clases populares y los establishments político-mediáticos, lo cual puede determinar una gran abstención que favorecería a las fuerzas conservadoras y neoliberales que ejercen una gran influencia en los medios de información. Vean TVE (en Madrid) y TV3 (en Barcelona) y verán lo que indico.

Esta desmovilización podría revertirse en España bien a través de la movilización de las banderas (defendiendo la unidad de España frente a su ruptura), como están intentando hacer nacionalistas españolistas, o mediante la denuncia social, reajustando el eje del conflicto para que se transite de un conflicto nacional a un conflicto social, recuperando el eje izquierda/derecha, algo de difícil realización pues el PSOE se ha convertido en pieza clave del bloque del nacionalismo españolista y ERC lo ha pasado a ser del bloque nacionalista catalanista; el primero apoyando al PP y al 155, y el segundo apostando por la independencia unilateral.

La situación en Catalunya

Esta distancia hacia el establishment político-mediático existe también en Catalunya, aunque en grado algo menor, como consecuencia de la percepción -promovida por los independentistas- que la crisis social se debe a la pertenencia de Catalunya a España. De ahí la impresión que si Catalunya se separara de España, podría elaborar políticas públicas destinadas a resolver la crisis. Tal argumento, sin embargo, ignora que dichas políticas fueron aprobadas en las Cortes Españolas por los dos partidos, el PP y el PDeCAT, que hoy lideran el conflicto de las banderas. Ambos partidos nacionalistas (el españolista y el catalanista) pertenecen a la sensibilidad conservadora y neoliberal que ha impuesto tales políticas.

Que debería hacerse

En realidad, hoy tanto el Estado como la Generalitat de Catalunya tendrían que haber hecho casi lo opuesto a lo que han estado haciendo. El problema mayor de España y Catalunya es la enorme desigualdad en la distribución de las rentas; las rentas del capital han ido creciendo muy rápidamente a costa de una gran reducción de las rentas del trabajo, creando un enorme problema de falta de demanda doméstica, causa de la escasa ocupación, problema acentuado con el descenso del gasto público y de la inversión. Hoy incluso el FMI admite que los salarios son demasiado bajos y la austeridad ha sido excesiva. Y a pesar de ello los economistas del PP, del PSOE, de ERC y del PDeCAT continúan  en la ortodoxia neoliberal.

Hoy se debería producir un aumento de los salarios y un gran crecimiento de la ocupación, con políticas de creación de empleo en áreas muy deficitarias tales como la transición energética, la economía verde y el Estado del Bienestar. Y el Estado tendría que gastar mucho más, como bien señala Mark Weisbrot. El gobierno español debería endeudarse más, pues los intereses de los bonos (a 10 años) son solo un 1,6%, inferiores a la inflación. El Estado debería invertir en más empleo y un buen empleo en las áreas sociales. Pero muestra el grado de derechización del país, consecuencia del dominio del tema nacional, que se consideren "radicales", "antisistema" u otras frivolidades propuestas típicamente reformistas encaminadas a empoderar a las clases populares para corregir el enorme desequilibrio que hoy existe entre las fuerzas político-mediáticas del capital frente a las del trabajo. La enorme visibilidad del tema nacional ha empoderado a las derechas en España y debilitado a las izquierdas, que deberían enfatizar el tema social redefiniendo el tema nacional, indicando que el punto central de cada nación son los intereses de las clases populares, que son la mayoría de la población, para las cuales el tema social –su calidad de vida y bienestar social- es el tema más importante. Se tiene que desarrollar un patriómetro que pueda medir el grado de patriotismo y compromiso identitario de una fuerza política midiendo cómo contribuyen sus intervenciones a la felicidad de las clases populares. Y ahí las fuerzas conservadoras y neoliberales ya han mostrado sus grandes insuficiencias. La evidencia de que en España los "súper patriotas" a ambos lados del Ebro son también los más corruptos y los que han aplicado las políticas antisociales es abrumadora. Así de claro.

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La desunión de las izquierdas: una de las mayores causas de la gran crisis social https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/11/08/la-desunion-de-las-izquierdas-una-de-las-mayores-causas-de-la-gran-crisis-social/ Wed, 08 Nov 2017 11:30:19 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4164 Continuar leyendo "La desunión de las izquierdas: una de las mayores causas de la gran crisis social"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra

La desunión de las izquierdas es uno de los mayores problemas políticos que tienen Catalunya y España. Y es en parte responsable de la continuación de la enorme crisis social que existe a lo largo del territorio español. En realidad no parece haber plena conciencia en amplios círculos políticos y mediáticos españoles (incluyendo catalanes) de la profundidad de tal crisis que se presenta a los dos lados del Ebro. Indicador tras indicador muestran la enorme gravedad de una situación que está causando un gran deterioro del bienestar de la población y, muy en particular, de sus clases populares. Hoy, en España (incluyendo en Catalunya) casi la tercera parte de la población está en riesgo de pobreza y/o exclusión social; más de la mitad de la población que está en paro lo ha estado por más de un año; la tasa de suicidio ha aumentado considerablemente; el consumo de los antidepresivos se ha disparado; y así un largo etcétera.

Las causas de esta gran crisis son fáciles de ver. Todas ellas son resultado de la aplicación de políticas públicas neoliberales,  tales como la reforma laboral (que ha forzado  un aumento de la precariedad y del desempleo, y un descenso muy marcado de los salarios y de la protección social). Dichas políticas han incluido también intervenciones del Estado con un elevado incremento de los recortes de gasto público social, lo que ha reducido de una manera muy marcada el gasto en los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como educación, sanidad, servicios sociales, vivienda pública, escuelas de infancia (mal llamadas guarderías) y servicios domiciliarios para las persona con discapacidad. Este descenso del gasto público también ha repercutido negativamente en las transferencias públicas a las familias,  en el seguro de desempleo,  y en las pensiones de vejez y de viudedad, entre otros. En realidad, el Estado del bienestar se ha ido desmantelando y privatizando de una manera muy marcada, afectando negativamente  la calidad de vida de las clases populares.

Quiénes han sido los responsables de esta gran crisis social

Estas políticas públicas han sido impuestas (digo impuestas, pues no estaban en sus programas electorales) por los gobiernos liderados por la derecha catalana ahora independentista, Convergència Democràtica (CDC) -en la actualidad Partit Demòcrata Català (PDeCAT)-, en Catalunya (que ha gobernado esta comunidad autónoma durante la mayor parte del período democrático en alianza con la desaparecida Unió Democrática -UDC- antes, y ahora con Esquerra Republicana -ERC-), y por la derecha nacionalista españolista, el Partido Popular (PP), en alianza con Ciudadanos (un partido incluso más neoliberal y más nacionalista españolista que el PP) en España. Ambos partidos políticos, PDeCAT y PP, adversarios en el tema nacional, han sido aliados en los temas económicos y sociales, aplicando políticas públicas neoliberales que han causado una  gran polarización de las rentas, alcanzándose unos niveles de desigualdad en España (incluyendo Catalunya) nunca vistos antes en la época democrática,  siendo de los más altos en la Unión Europea. Los datos son claros (ver mi artículo "El nuevo régimen social de España", Público, 23.06.2017). El maridaje entre poder económico y financiero, por un lado, con poder político y mediático, por el otro (que ha generado también una cultura de corrupción extendida en ambos partidos, CDC y PP), ha generado una victoria del mundo de la gran empresa y de los sectores más pudientes de la población contra el mundo del trabajo, del cual la mayoría de la población deriva sus rentas. El porcentaje de las rentas derivadas del capital sobre la renta total ha aumentado enormemente durante la Gran Crisis Social a costa del gran descenso de las rentas derivadas del trabajo.

El rechazo a tales políticas: el 15M y las nuevas izquierdas

Ni que decir tiene que estas políticas crearon movimientos de rechazo, de los cuales el más importante fue el 15M (inspirado por las primaveras árabes), cuando la población salió a la calle, denunciado al establishment político del país por no representar los intereses de la ciudadanía. Su eslogan "no nos representan" se expandió por todo el territorio español, al hacerlo suyos grandes sectores de las clases populares. Era un movimiento profundamente democrático que denunciaba la falta de representatividad de las instituciones democráticas, a las cuales se las veía instrumentalizadas por entidades económicas y financieras, unidas en un entramado de complicidades y corrupción que dio pie a otro altamente popular eslogan "no hay pan para tanto chorizo" en España.

Este movimiento generó nuevos espacios y partidos de izquierdas (Podemos, En Comú, En Marea y otros) que, junto con una renovada Izquierda Unida, establecieron una alianza llamada Unidos Podemos (UP) y sus aliados, que en menos de cuatro años se ha convertido en el segundo partido de la oposición en España, gobernando ya en las mayores ciudades de España, como Barcelona, Madrid, Zaragoza, A Coruña, Santiago y Cádiz, entre otras. El reto de estas fuerzas era aliarse con el partido que dirigía la oposición, el PSOE, para poder generar un proyecto de cambio, lo cual no ha sido posible primordialmente debido a la oposición de la vieja guardia del aparato del PSOE (sus dirigentes y los barones regionales, liderados por Susana Díaz, que preside el gobierno andaluz), que consideró a Unidos Podemos como su mayor adversario político.

El apoyo del PSOE a las derechas

Tal "quinta columna" dentro del PSOE continua ejerciendo un enorme poder, de manera tal que cuando el candidato que venció en las últimas primarias de este partido, Pedro Sánchez (victoria debido a la rebelión de las bases de izquierdas de tal partido), declaró su intento de establecer una relación preferencial con Podemos -en respuesta a un deseo generalizado de tales bases del PSOE-, consiguieron que ello no ocurriera y que parezca improbable que ocurra. La quinta columna en el PSOE prefiere que continúe gobernando el PP a que el PSOE tenga que depender de una coalición con las nuevas izquierdas. Contribuye a esta situación de escasa colaboración el hecho de que el equipo económico del PSOE haya estado compuesto por economistas de clara orientación neoliberal (al menos antes de la reelección de Pedro Sánchez). En realidad, el PSOE fue el que inició las políticas neoliberales (reforma laboral regresiva y políticas de austeridad) durante el gobierno Zapatero.

Y una tercera causa de que no se estableciera la unidad de acción entre el PSOE y Podemos fue la cuestión nacional. El PSOE abandonó su compromiso con la plurinacionalidad de España (que tenía durante la lucha antifascista, en la clandestinidad) debido a las presiones del Ejército y del Monarca durante la transición, convirtiéndose en uno de los pilares del régimen monárquico, que se ha basado en el bipartidismo y la alternancia en el poder en base a unos principios inmutables, incluida la uninacionalidad. Es más, hoy tal partido, junto con el PP y Ciudadanos, se ha convertido en la pieza clave del régimen actual, imposibilitando el cambio tan urgente y necesario para resolver el tema social. El temor de su quinta columna a establecer una alianza con Podemos y su defensa a ultranza de la uninacionalidad implica su apoyo al PP, el cual debe su permanencia en el poder al apoyo del PSOE, habiendo su dirigente Pedro Sánchez abandonado las promesas que realizó en base a las cuales ganó su puesto de Secretario General en las primarias. El comportamiento de dicho partido es uno de los mayores causantes de que no se resuelva el enorme problema social. El tema nacional es hoy la mayor causa de que el PSOE no respete su compromiso adquirido en las primarias de desarrollar conjuntamente con UP un proyecto de cambio. La única esperanza es que las bases del PSOE (que son claramente de izquierdas) se rebelen de nuevo presionando para la aplicación de las promesas del nuevo Secretario General, y que gran parte de las bases y gran parte de los representantes del PSC (que están más a la izquierda que los del PSOE) fuercen cambios también en el PSC.

¿Por qué las izquierdas catalanas no se unen tampoco?

La mayor separación entre las izquierdas en Catalunya es también el tema nacional, dividiéndose entre los independentistas y los no independentistas. Las izquierdas independentistas (ERC y la CUP)  han sido influyentes en las políticas públicas del gobierno catalán, el primero como parte de Junts pel Sí y el segundo, la CUP, como elemento esencial y necesario para que la coalición Junts pel Sí contara con mayoría en el Parlament. Ambos han sistemáticamente considerado alcanzar la independencia como su objetivo principal, pues consideran la independencia como condición sine qua non para resolver la Gran Crisis Social. Y  para conseguirlo, ambos partidos de izquierdas se han aliado con la derecha catalana, CDC,  que ha gobernado  Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático, y cuyas políticas públicas son, como he dicho en un párrafo anterior, responsables en gran parte de la Gran Crisis Social. En otro artículo he documentado este hecho (ver mi artículo El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social, Público, 30.06.2017).

Este bloque (PDeCAT, ERC y CUP) ha  desarrollado el llamado "procés",  basado en unos supuestos que la realidad ha mostrado que son erróneos. En consecuencia Catalunya está viviendo uno de los peores momentos del periodo democrático desde 1978, ha perdido su autonomía y está intervenida por el Gobierno español,  dirigido por el PP (que en Catalunya es un partido muy minoritario) desde Madrid. Y  sus dirigentes están en el exilio o en prisión. La intervención del Estado central a través del 155 ha disminuido todavía más el gasto en protección social. Una de las primeras medidas del Gobierno Rajoy y de su ministro Montoro  ha sido recortar todavía más el gasto público social de la Generalitat de Catalunya, dato que apenas ha salido en los medios de comunicación.

En esta situación, la mayor responsabilidad de la Gran Crisis Social recae en las políticas del Gobierno central (primero el PSOE y después el PP), pero no hay que minusvalorar la gran responsabilidad en el desarrollo de la Gran Crisis Social de CDC (ahora PDeCAT) y del gobierno Junts Pel Sí, liderado por PDeCAT y su presidente, el Sr. Puigdemont, pues podría predecirse (como ya predije) que cada uno de los pasos del "procés" que han ido ocurriendo llevaría a la situación actual. Su ingenuidad o torpeza ha causado la pérdida de libertades y el descenso del bienestar de las clases populares. Y su apoyo a la derecha catalana,  que controla los aparatos (incluyendo los medios públicos de información) de la Generalitat,  ha debilitado el Estado del bienestar, facilitando la falta de atención al déficit social de Catalunya, déficit que apenas aparece en sus medios. Hoy el tema nacional absorbe toda la atención mediática, a costa del tema social. Y como consecuencia la pobreza, la inseguridad y la polarización social han ido aumentando. Y continuarán aumentando a no ser que la dirección y línea política de tales izquierdas independentistas cambie.

Las izquierdas catalanas no independentistas

En este grupo caben dos grandes espacios. Uno es el socialista,  representado por el PSC, que históricamente ha estado más a la izquierda (y por lo tanto ha sido más sensible al tema social) que el PSOE. Ahora  bien, como también ocurrió con el PSOE, su dimensión social (responsable del establecimiento del Estado del bienestar en España y en Catalunya) quedó diluida en su respuesta a la crisis económica, cuando adoptó el neoliberalismo a través de su aceptación de la Tercera Vía. Todavía hoy no ha desarrollado una alternativa a las políticas neoliberales. Y su apoyo al PSOE y a sus políticas de alianza en el Estado español está dificultando la solución del problema social. La gran esperanza que se había creado con la elección de Pedro Sánchez, con el apoyo del PSC, para sacar a Rajoy del gobierno, se ha diluido hasta casi desaparecer. La dirección del PSC se ha aliado con la del PSOE, reproduciendo las mismas propuestas que son muy insuficientes para resolver el problema social (y nacional) del país. Dicha situación está creando incomodidad entre amplios sectores del PSC, con tensiones internas cuya resolución tiene claras implicaciones para facilitar o dificultar una alianza con el segundo gran espacio de la izquierda no independentista, las nuevas izquierdas.

Las nuevas izquierdas

El tsunami político creado por las nuevas formaciones de izquierdas en España ocurrió también en Catalunya. Un partido inexistente hace solo 3 años, Barcelona en Comú, gobierna hoy Barcelona, y tal fuerza ha sido un motor, junto con Podemos  a nivel del Estado, y de Podem, su sección catalana, para incentivar en Catalunya la alianza de las izquierdas que están situadas a la izquierda del PSC. Esta  alianza de En Comu Podem  ha incluido también a ICV y EUiA, creando un espacio que representa la única alianza que conjuga dos características que la hacen única en Catalunya. Una  es su enfrentamiento de oposición a las políticas neoliberales llevadas a cabo por los gobiernos españoles y catalanes. Su  oposición a tales políticas, con la aplicación en el municipio de Barcelona de políticas alternativas al neoliberalismo, sensibles a las necesidades populares,  ha caracterizado este nuevo espacio político.

Y  la otra característica ha sido  su rechazo al uninacionalismo  del Estado español y la demanda de reconocimiento y construcción de un Estado plurinacional  que permita el desarrollo del derecho decidir en Catalunya y otras partes de España,   consecuencia de un deseo de cambio y profundización democrática en Catalunya y en España. No hay ninguna fuerza política en Catalunya que una su anti-neoliberalismo con un compromiso con la plurinacionalidad, plurinacionalidad deseada tanto en España como en Catalunya, en un espacio catalán y español, aliado con formaciones hermanas a lo largo de todo el territorio español. Un supuesto de tal espacio político es que el necesario cambio en Catalunya será enormemente facilitado por un cambio, igualmente profundo, en el Estado español.

La necesidad de cambio en Podem

Este espacio político, En Comú Podem,  ha ganado las elecciones legislativas dos veces en Catalunya. Ahora  bien, aparecieron tensiones fuertes en la sección catalana de Podemos, bajo la dirección de Albano Dante,  el cual,  aun cuando había firmado un acuerdo con En Comú  para integrarse en el nuevo espacio de Catalunya en Comú (que incluía también a ICV, EUiA y BenC),  decidió junto a su dirección no aplicar dicho acuerdo y separarse, acercándose (en la práctica cada vez más) a la izquierda independentista en su política de alianzas. Aunque esta alianza fue negada por la dirección,  en realidad existía, y una prueba de ello es que los medios de información controlados por el Gobierno independentista catalán ofrecieron a la dirección de Podem todo tipo de fórums y plataformas para atacar y criticar a las otras izquierdas no independentistas, y muy en especial a Catalunya en Comú. Las tribunas ofrecidas a Podem (que últimamente incluso criticó con malicia a Podemos y a su Secretario General, Pablo Iglesias) por la derecha fueron ampliamente utilizadas por la dirección de Podem.

Ello ha creado una rebelión de amplios sectores de Podem que no estaban de acuerdo ni con la línea política de Albano Dante Fachín ni con su estilo de gestión, la cual originó, por un lado, un éxodo considerable de militantes a otras opciones políticas y, por el otro, la presión para que se hiciera un referéndum sobre el tipo de alianzas. El resultado abrumador (72% a favor) con una cifra de participación récord (17.000 inscritos) ha mostrado que en las bases de tal partido en Catalunya hay un deseo claro y contundente de recuperar el proyecto inicial de alianza con En Comú y su relación con Podemos, pasos necesarios para poder establecer de nuevo En Comú Podem, cosa que abra toda una serie de oportunidades, incluyendo el poner el olvidado tema social en el centro de la próxima campaña electoral del 21 de diciembre.

Una última observación: error de la mal llamada vía revolucionaria

La justificación de la línea política de la dirección de Podem era el de favorecer el desarrollo de una situación prerrevolucionaria, postura también sostenida por la corriente política conocida como los anticapitalistas y por la CUP. En esta estrategia, la línea a seguir era alcanzar una insurrección que pudiera expandirse a lo largo del territorio catalán que forzara al Estado español a la aceptación de la independencia de Catalunya. Es más, se asumía que esta insurrección podría expandirse a España, generando un cambio también en aquel país que pudiera conducir a un cambio revolucionario.

Esta estrategia, sin embargo, está basada en una serie de supuestos que son altamente cuestionables, siendo el mayor el asumir que la correlación de fuerzas es favorable a los insurrectos. Tal supuesto implica una enorme ingenuidad o irrealismo, producto de desconocer el enorme poder del Estado. En realidad, lo ocurrido en estas semanas ha mostrado el enorme fracaso de dicha estrategia. Hoy Catalunya ha perdido toda su autonomía, la crisis social ha continuado profundizándose, las derechas reaccionarias están enormemente movilizadas, y más fuertes que nunca en el periodo democrático. Intentar generar un proceso revolucionario en la situación actual es un error enorme, que como ha ocurrido en otros momentos históricos en nuestro país y en otros países ha conducido a auténticos desastres, tal como ha pasado ahora en Catalunya y en España.

Nunca antes durante el periodo democrático habíamos visto a las derechas tan envalentonadas. Esta  estrategia ha creado una situación tal que la bandera borbónica ha pasado a ser la española, incluso a nivel popular. En el resto de España, una vez más se ha confirmado que no es revolucionario el que se define a sí mismo como tal, sino aquel que crea las condiciones para realizar un cambio profundo. Y lo ocurrido es precisamente lo opuesto. Hoy, las clases populares de Catalunya y del resto de España están sufriendo, y ello en parte debido al gran reforzamiento de las derechas resultado de las políticas del "procés" y de la división de las izquierdas. Hoy, el tema nacional ha ganado al tema social, las derechas han ganado a las izquierdas y la gran crisis social continua profundizándose. ¿Que no se dan cuenta?

 

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La fabricación de las falsedades sobre Podemos y su supuesto proindependentismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/11/03/fabricacion-falsedades-sobre-podemos-y-su-supuesto-proindependentismo/ Fri, 03 Nov 2017 07:00:08 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4147 Continuar leyendo "La fabricación de las falsedades sobre Podemos y su supuesto proindependentismo"]]> Vicenç Navarro

Por qué tanta hostilidad hacia Podemos

Hoy, Podemos, un partido que no existía hace sólo cuatro años, ha alcanzado tales dimensiones a lo largo del territorio español (junto con otros nuevos partidos políticos como En Comú en Cataluña, En Marea en Galicia, y otros renovados como Izquierda Unida y Equo) desarrollando un nuevo espacio político con una clara vocación transformadora de España que ha asustado a las  estructuras del poder económico y financiero y a sus instrumentos políticos que temen perder sus privilegios. De ahí que la mayoría de medios de información que están a su servicio hayan mostrado una enorme hostilidad hacia tal nuevo espacio político y hacía su dirigente, Pablo Iglesias (una de las personas más agredidas y vilipendiadas por los poderes fácticos que dominan la vida económica y política del país), mediante una campaña de desprestigio en la que las falsedades,  manipulaciones e insultos se prodigan extensamente en su intento de destrucción al que consideran como "el enemigo" (y utilizo este término bélico pues su comportamiento traduce una cultura de escasa sensibilidad democrática).

La más reciente construcción de falsedades sobre tal formación política ha sido el presentar a Podemos como favorable a la independencia y próximo a los partidos que aspiran a alcanzarla. En consecuencia se presenta tal espacio político como parte de la "anti-España",  en una campaña que tiene parecido a las que existieron en épocas históricas anteriores en las que a los movimientos político-sociales que proponían enriquecer a España, aceptando su plurinacionalidad, se les definió también por los defensores de la España uninacional como los anti-España, y tengo experiencia en ello.  Mis padres,  que amaban intensamente  a Catalunya y España,  y que dieron lo mejor de su vida  para mejorarlas,  fueron brutalmente represaliados (cuando los militares golpistas ganaron la Guerra Civil) por "separatistas" (además de rojos) cuando en realidad lo que deseaban era otra España, una España republicana, mucho más justa y más sensible a la plurinacionalidad del país que la que tenía la España uninacional monárquica.

Un ejemplo de tal fabricación

En una situación semejante estamos viendo como se está intentando presentar a Podemos como un partido de simpatías separatistas y por lo tanto antipatriota. El caso más reciente es el artículo de una de las editoras de El País (uno de los rotativos más hostiles a Podemos), la Sra Gabriela Cañas,  titulado  "Podemos, él ni-ni  de la política" (31.10.17),  que contiene una gran cantidad de mentiras,  falsedades  y manipulaciones en su intento de presentar a Podemos cómo  secesionista. Con este objetivo,  la Sra. Cañas  muestra las declaraciones pro-independencia de una diputada de Podem Catalunya en el Parlament Catalá, la Sr. Angels Martínez Castells, que declaró su apoyo al independentismo y a la República Catalana (a través de sus aplausos, declaraciones y tweets) como representativas de la política de Podemos, ignorando y ocultando las críticas y amonestaciones que la dirección de tal partido, incluyendo Pablo iglesias, han hecho para repudiar ese comportamiento en múltiples ocasiones. La Sra. Cañas  sabe de ello, pues todos estos hechos son conocidos en el establishment político-mediático del país, pero ha preferido no citarlo.

La postura de Podem Catalunya ha sido utilizada extensa y erróneamente para reforzar esa imagen manipulada de Podemos.

Entre los hechos que los medios han utilizado para desacreditar a Podemos y a su Secretario General hay que incluir el comportamiento de la dirección de Podem Catalunya que actuando por su cuenta, sin previa consulta con la dirección de Podemos, ha estado colaborando con los partidos independentistas y sus medios de información (que le han ofrecido altavoces mediáticos para exponer sus puntos de vista favorables a las izquierdas independentistas y muy críticas a las izquierdas no secesionistas como En Comú e incluso Podemos). Es difícil de creer que la dirección de Podem no fuera consciente de que estaban  siendo utilizados para desprestigiar a las izquierdas no secesionistas tanto en Cataluña (En Comú) como en España (Podemos). La línea de alianzas de Podem ha sido también criticada en múltiples ocasiones por Pablo iglesias y por la dirección de Podemos. Pero lo que es menos conocido (y que también ha sido ignorado en los medios) ha sido el hecho de que muchos militantes en Podem Catalunya han dejado el partido. Se ha iniciado una rebelión por parte de los militantes y de los inscritos de Podem que está llevando a un rechazo a la estrategia y el discurso de la dirección de Podem, con peticiones a una Asamblea General que cambie la dirección y la línea política de Podem,  recuperando el espíritu inicial de Podem: ser parte de Podemos y aliarse con las izquierdas no secesionistas que defiendan la plurinacionalidad de España. Estas tensiones dentro de Podem se han presentado en los medios como un conflicto entre la dirección de Podem y la dirección de Podemos, ignorando que gran parte del conflicto estaba y está dentro de Podem.

La presentación de Pablo Iglesias como independentista

Estos medios de comunicación no tienen tampoco ningún reparo en atacar injustificadamente a Pablo Iglesias, siendo el artículo de la Sra. Gabriela Cañas el máximo ejemplo de ello. Miente a mansalva cuando escribe que el discurso que Pablo iglesias dio en el día de la Diada (día nacional de Cataluña) en Santa Coloma de Gramenet, terminó con la expresión "Visca Catalunya Lliure" que es el eslogan de los partidos independentistas. ¡Eso no es cierto! Yo estaba sentado en la primera fila, como invitado de la fiesta, y a pocos metros de Pablo Iglesias. Y puedo dar testimonio, como también puedan atestiguar las miles de personas presentes en el acto, que Pablo Iglesias, jamás utilizó esa expresión, lo que dijo fue "Visca Catalunya", sin añadir el eslogan independentistas.

Cómo garantizar la unidad de España

Frente a la enorme crisis que existe en Catalunya y España, hay dos alternativas. Una, la represión que ha estado imponiendo el gobierno Rajoy con las judicializaciones y encarcelamientos a dirigentes del movimiento independentista y que aparece en su plena magnitud en la aplicación de la ley 155 que anula toda la potestad de dirigir las instituciones democráticas catalanas por parte de las autoridades elegidas en Cataluña. Tal medida, profundamente ofensiva a Cataluña se añade a la represión policial realizada por la Policía Nacional, que con su brutalidad, produjo casi 900 personas que necesitaron asistencia sanitaria (datos generados por los propios servicios sanitarios). Sin lugar a dudas, estas políticas represivas hacen crecer el sentimiento secesionista en Cataluña. Y los datos lo muestran. El apoyo al secesionismo en Cataluña ha crecido significativamente (como indica el último barómetro del CEO, Octubre 2017), y continuará creciendo. Creerse que España puede continuar unida mediante la represión es no conocer la historia de este país. Estas políticas llevadas a cabo desde el estado central romperán España. En realidad, la están ya rompiendo y los datos lo muestra: el movimiento independentista que representaba aproximadamente el 15% de la población catalana cuando el Gobierno Rajoy inició su mandato ha alcanzado ya el 48%. Más de dos millones de catalanes. Esta es la muestra de su fracaso.

La otra alternativa, es la que proponen las nuevas izquierdas en España, incluido Podemos: reconocer la diversidad y plurinacionalidad de España, permitiendo que las diferencias se respetan y que cambie la orientación uninacional del Estado para que se permitan la diversidad nacional, manteniendo e incluso reforzando la solidaridad y fraternidad entre los distintos pueblos y naciones que conforman España. En realidad, indicadores de cómo medir el amor y compromiso de una fuerza política a la nación y a la patria de su país, muestran fácilmente que las derechas "superpatriotas" españolistas y catalanistas suspenden espectacularmente. Si analizamos el impacto de las políticas públicas llevadas a cabo por las derechas nacionalistas españolas y catalanas, que se presentan con enorme arrogancia como las defensoras de la patria, se ve claramente que han sido ellas las que han estado imponiendo las políticas neoliberales que han dañado enormemente la calidad de vida y bienestar de las clases populares que son la mayoría de la población española y catalana. El PP y el PSOE que se presentan como los defensores de la unidad de España han hecho un enorme daño con la aplicación de reformas laborales y recortes de gasto público en la población. Y una situación idéntica ha ocurrido en Cataluña con el partido del Sr. Artur Mas y su discípulo, Puigdemont, que controlan los aparatos de la Generalitat de Catalunya, incluyendo sus medios de comunicación. Ambos partidos han utilizado las banderas para promover los intereses de las minorías privilegiadas que tienen un enorme poder en la vida económica, política y mediática del país.  Sus equipos económicos son de clara sensibilidad neoliberal que es la ideología del mundo empresarial frente al mundo del trabajo. No por casualidad, estos días de gran tensión nacional, TV3 promovía de forma expresa tal neoliberalismo, a través de un programa de promoción del neoliberalismo dirigido por el economista más neoliberal e independentista del establishment catalán. Una vez más, las derechas que se presentan como las defensoras de la patria, han utilizado sus banderas para distraer a la ciudadanía y que esta se centre en los temas nacionales a costa de los sociales. Así de claro.


NOTA:

La periodista Ana Cabanillas, de El Independiente, ha colgado un tweet en el que me ataca por críticar "injustamente" a la periodista de El País, Gabriela Cañas al indicar que, en su intento de presentar a Pablo Iglesias como próximo al secesionismo, le atribuía una frase con la que terminaba su discurso en Santa Coloma de Gramanet que era "Visca Catalunya Lliure" que todo el mundo sabe que es el eslogan del movimiento independentista catalán. Pues bien, Ana Cabanillas para mostrar lo falso de mi acusación invita al lector a escuchar el vídeo que incluye solo la parte final y conclusión del discurso de Iglesias, suponiendo erróneamente que dice lo que Cañas había escrito.

Véanlo y verán sin embargo que Pablo Iglesias dice algo distinto. Si ven la totalidad del discurso que Cabanillas no presenta y el contexto en el cual se da, verán que él no termina diciendo "Visca Catalunya Lliure", que se asocia con el movimiento independista, sino otra cosa similar pero distinta: "Visca Catalunya Lliure i soberana", llamando además a la fraternidad entre los pueblos de España. Y lo hace después de hacer una llamada a sentirse profundamente español en una Catalunya libre y soberana dentro de una España plurinacional. No puede deducirse de ello que Pablo Iglesias estaba promoviendo el punto de vista independentista como la autora del artículo insinuaba.

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El mal cálculo de los independentistas: los errores de su estrategia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/10/25/el-mal-calculo-de-los-independentistas-los-errores-de-su-estrategia/ Wed, 25 Oct 2017 12:15:16 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4140 Continuar leyendo "El mal cálculo de los independentistas: los errores de su estrategia"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Por lo visto, no calcularon los costes económicos de la transición a la independencia

Es sorprendente la falta de atención que el movimiento independentista en Cataluña ha dado a las posibles consecuencias negativas que pueda tener para la economía de Cataluña el desarrollo de su estrategia (lo que llaman "el procés") para alcanzar su objetivo: la secesión de Cataluña del resto de España. En un artículo reciente en el diario pro independencia catalán ARA ("El coste de independizarse", 21.10.17), el economista que escribe con mayor frecuencia en sus páginas, el Sr. Miquel Puig, señalaba que ningún economista perteneciente a tal sensibilidad política se había dado cuenta de los posibles costes que la Transición de la Cataluña actual a la futura Cataluña independiente significaría para la economía catalana. El artículo del Sr. Puig daba la razón a un editorial del mismo rotativo, escrito dos días antes, que se quejaba de que parecía que entre los independentistas no se hubiera pensado en el posible impacto negativo que tal transición podría tener en el desarrollo económico del país. En realidad, el autor de tal editorial era bastante generoso en su crítica a los economistas independentistas pues la realidad era incluso peor de lo que indicaba tal editorial, pues no solo no habían pensado en los costes de la Transición sino que, al contrario, habían promocionado una visión de tal Transición excesivamente optimista, presentando el procés como un camino de rosas que llevaría a una Cataluña más prospera; prosperidad que ocurriría casi al día siguiente que el Parlament de Catalunya aprobará la declaración unilateral de independencia. Las exageraciones (e incluso falsedades) del equipo económico del gobierno de Junts Pel Sí eran notorias como he señalado y mostrado en un artículo anterior ("Los problemas y los errores del independentismo" Público, 13.10.2017). Un comportamiento semejante ocurrió entre economistas próximos al Gobierno Junts Pel Si, como Sala i Marti (el gurú económico de la televisión pública TV3). Cualquier persona con un mínimo de objetividad, conocedora de la realidad del país, podía detectar fácilmente las exageraciones y falsedades promovidas por tales voces del independentismo.

Es importante señalar que los mismos economistas que ocultaron y/o  falsearon los costes de la Transición y de la independencia catalana (la gran mayoría de sensibilidad neoliberal), habían antes  también ocultado y falseado los costes de las políticas neoliberales que el gobierno Junts Pel Sí (y de Convergencia i Unió en periodos anteriores) habían estado imponiendo a la población catalana, y que habían causado y continúan causando un gran deterioro del bienestar social y calidad de vida de la población catalana y muy en particular de sus clases populares (ver "El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social" Público, 30.06.2017).

Los no calculados costes políticos de la estrategia independentista

Pero la falta de previsibilidad de Junts Pel Si ha caracterizado no solo sus cálculos y estimaciones económicas sino también sus proyecciones políticas. Es más que sorprendente, que el gobierno de Junts Pel Si así como la CUP (y los movimientos sociales independentistas que ellos influencian, como la ANC y Ómnium Cultural) no conocieran ni predijeran que su estrategia de confrontación con el Estado español conduciría a una situación en la que el Estado Central destituiría a todo el Gobierno Junts pel Si, y que la Generalitat de Catalunya pasaría a ser gobernada desde Madrid por el gobierno del Partido Popular, un partido que obtiene un apoyo electoral muy minoritario en Cataluña (solo un 8% del electorado). Tal estrategia podría incluso conducir a la detención del President Puigdemont y otros dirigentes de su gobierno, en caso de que se declare la independencia unilateral en el Parlament de Catalunya. Cada uno de estos pasos que serán enormemente negativos para Cataluña (y para España) podrían haberse predicho fácilmente.

Se me dirá -como ya se me ha dicho-, que gran parte de los dirigentes del movimiento independentista sí que eran conscientes de que todos estos hechos podrían ocurrir, lo cual aceptaron pues creían que la predecible represión por parte del Estado Central crearía olas de simpatía hacia su causa y peticiones al gobierno Rajoy por parte de gobiernos extranjeros estimulándole a que se sentara y dialogara con el Gobierno Puigdemont.

¿Era posible que tal estrategia fuera exitosa? La credibilidad limitada del argumentario independentista

Hay varios datos, que sin embargo  cuestionan la sabiduría de esta estrategia. El primero es que en contra de lo que anunciaba el Sr. Puigdemont, en su carta al Presidente Rajoy, él no tenía un mandato del pueblo de Cataluña, expresado en el referéndum del 1º de octubre, de declarar la independencia. Además de que tal referéndum no ofrecía las garantías democráticas necesarias para que se pudiera aceptar como válido (y no me estoy refiriendo solo a si era o no legal, sino a otras garantías que no fueron respetadas), el hecho es que la mayoría del pueblo catalán no participó en el referéndum (votaron solo el 43% de un censo poco fiable). No había pues un mandato popular para declarar la independencia. Es más, el Sr. Puigdemont añadió en su carta al Presidente Rajoy un par de datos para subrayar que este 43% del electorado que había votado en el referéndum del 1 de Octubre (1-O) era un porcentaje de participación válido y suficiente, para atribuirse un mandato popular, pues tal porcentaje era superior al que había tenido el referéndum en la Gran Bretaña que condujo al Brexit, lo cual no era cierto. La tasa de participación fue en aquel referéndum un 72,2% (un porcentaje mucho mayor que el 43% del 1-O) Y el otro dato que Puigdemont presentó, también en la carta al Presidente Rajoy, creyendo erróneamente (intentando justificar que el 43% que se había obtenido el 1-O era suficiente) que el número de participantes en el 1-O era superior al que aprobó el Estatuto de Autonomía del 2006, lo cual tampoco es cierto, pues el número de votos fue de 2.286.217 en el 1-O del 2017 (un 43%) un número menor al conseguido en 2006, 2.594.167 votos (un 48,85%). En realidad, según una encuesta reciente, la mayoría de catalanes (60%) no creen que el referéndum del 1-O reuniera las garantías necesarias para considerar vinculante su resultado y el 55% no cree tampoco que con los resultados del referéndum del 1-O el Parlamento está legitimado para declarar la independencia (El Periódico, 21.10.17). Por tanto, nunca hubo el mandato para declarar tal independencia. Y la población lo sabe.

La mayoría del pueblo catalán nunca ha votado ni por la independencia ni por los partidos independentistas. Su mayoría en el Parlament no corresponde con la mayoría de votos, y ello como consecuencia del sesgo de la Ley electoral que favorece las zonas rurales y conservadoras a costa de las áreas urbanas y progresistas, situación que ocurre también en el resto de España. Es más, lo que es también muy importante es que el apoyo al independentismo varía según la clase social de la población catalana. En las grandes ciudades como Barcelona, los votos a favor de partidos pro-independencia son más elevados en los barrios por encima del nivel de renta promedio de la ciudad que los que están por debajo, dato también confirmado por los datos provenientes por la agencia de análisis sociológico y demográfico del Gobierno de la Generalitat de Catalunya (barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), Julio 2017)

Las consecuencias del 155: los independentistas subestimaron la respuesta del Gobierno Rajoy

Tal estrategia seguida por los independentistas (el procés) está dañando a la mayoría de la población que está viendo reducido sus derechos políticos, como consecuencia de la estrategia fallida, resultado de haber subestimado la capacidad de respuesta del Estado Español. Parece que el "procés"  no ha sido consciente, ni de la naturaleza del Estado Español ni la del Gobierno Rajoy. En muchas ocasiones he señalado el carácter inmodélico de la transición, resultado de un enorme desequilibrio de fuerzas en aquel momento histórico, en el que las derechas controlaban el aparato del Estado y la mayoría de los medios de comunicación,  mientras que las izquierdas (que lideraban las fuerzas democráticas) tenían muy poca fuerza pues acababan de salir de la prisión y/o de la clandestinidad, y/o del exilio. . Es más, no hay plena conciencia ni en Cataluña ni en España que las derechas de España son equivalentes a la ultraderecha en Europa. Esta es la causa, por cierto, de que no haya un gran movimiento o partido de ultraderecha en España, pues, tal movimiento está dentro del PP, representado por un gran número de sus dirigentes.

Es más, la ideología dominante de este Estado tiene muchos puntos en común con la ideología dominante en el Estado dictatorial anterior, tal como su nacionalismo extremo uninacional, de raíces imperialistas, de carácter religioso-militar, con gran componente cultural, étnico y racial (durante muchos años, el día nacional –el 12 de Octubre- se conocía como el día de la Raza). Tal nacionalismo ha mostrado gran hostilidad a la plurinacionalidad de España que existe en muchos de los aparatos del Estado, incluyendo  en la judicatura, los estamentos militares y policiales.

Tal nacionalismo uninacional del Estado Monárquico como la mayor causa del crecimiento del independentismo

Tal aparato estatal, centrado en la Monarquía Borbónica, tiene un enorme poder no solo en España sino a nivel europeo. Era por lo tanto muy predecible que tal Estado Central, dirigido por una formación política (el PP), heredera de las derechas que controlaban el estado dictatorial, actuara como ha actuado. La transición inmodélica condujo a un Estado que no era una ruptura, sino una adaptación, conservando el enorme poder de las derechas en los aparatos del Estado. De ahí que el PP tiene la mayor influencia sobre los aparatos del Estado. Y la ley electoral está diseñada para perpetuar tal poder. Así, la cámara legislativa (el Senado) que aprobará la ocupación (y no hay otra manera de definirla) de Cataluña, tiene un sistema electoral que conduce a que el PP que consiguió en las últimas elecciones un 29.96%  de votos del electorado, consiguieron mayoría absoluta en tal cámara -¡consiguiendo el 62,5% de los escaños: más del doble que su resultado electoral!-. Este es resultado del enorme poder de las derechas sobre el Estado. La constante referencia a la necesidad de respetar la Ley que utilizan las derechas y las izquierdas gobernantes es, en realidad, siempre la defensa de un profundamente injusto status quo. Es el enorme desequilibrio de las fuerzas políticas dentro del Estado Español (facilitado por la cooptación del equipo dirigente del PSOE en tal Estado) la causa de que vamos a ver a Catalunya gobernada directamente por un partido, el PP, que es marginal en el espectro político catalán.

Que pasará ahora: el surgimiento de un movimiento democrático en Cataluña

La brutal represión por parte del Estado tendrá una respuesta popular de considerables dimensiones. La mayoría de la población se movilizará en contra de la aprobación de la Ley 155, que, según la encuesta citada, cuenta con la oposición de un 66% de la población catalana. Pero para que tales movilizaciones puedan ser exitosas, tienen que variar en su orientación y en su liderazgo, sustituyendo la demanda de secesión por otra exigiendo democracia y fin de la represión. Este cambio, que se está ya dando, está siendo resistido por los independentistas, pues no quieren diluir su protagonismo. Pero tal cambio es necesario. Tal cambio, además de expandir la población movilizable, tendría otro componente esencial: su articulación con movimientos pro-democracia ya existentes en España, articulación que no era posible cuando el objetivo de tal movimiento ciudadano en Cataluña era la independencia liderado por independentistas.

Este movimiento pro-democracia existe ya en Cataluña y está liderado ahora por un amplio abanico de partidos y movimientos (tales como sindicatos, patronal, movimientos vecinales, asociaciones profesionales, entre muchos otros). Tanto independentistas como no independentistas están movilizando a la población a favor de las libertades y los derechos que serán afectados negativamente por la ocupación de Cataluña. Esta estrategia ya ha mostrado su gran valor y eficacia en la organización del paro general del 3 de Octubre. En tal día, toda Cataluña paró como acto de protesta frente a la brutalidad de la policía estatal. Tal paro no se hubiera conseguido sin el apoyo de la gran mayoría del pueblo catalán, que no es independentista. Este paro fue organizado por la Mesa Democrática, que no fue liderada por el movimiento independentista sino por el movimiento pro-democracia que es mucho mayor. A ello se sumaron sectores de la población –sobre todo barrios populares- que no se había movilizado el 1-O en el referéndum independentista. El movimiento independentista solo no podría haber conseguido un paro general. El movimiento pro-democracia si lo consiguió. Es este movimiento que junto con otros movimientos semejantes en el resto de España pueden conseguir una mayor transformación en Cataluña y en España.

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Por qué las derechas y muchas izquierdas españolas no entienden o no quieren entender lo que pasa en Catalunya https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/10/18/por-que-las-derechas-y-muchas-izquierdas-espanolas-no-entienden-o-no-quieren-entender-lo-que-pasa-en-catalunya/ Wed, 18 Oct 2017 06:00:25 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4132 Continuar leyendo "Por qué las derechas y muchas izquierdas españolas no entienden o no quieren entender lo que pasa en Catalunya"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Una de las razones que se dan con mayor frecuencia en círculos del establishment político-mediático español para explicar el crecimiento del independentismo en Catalunya es que la mayoría de la población catalana ha sido sujeta a un lavado de cerebro durante la mayoría de los años de gobierno en Catalunya por partidos nacionalistas catalanistas, lo que explica su creciente deseo de separarse del resto de España, deseo que sería fruto de su supuesto adoctrinamiento en un sentimiento anti-español. Ha habido voces, predominantemente de la derecha catalana, de orientación conservadora y/o neoliberal, que han ayudado a que se creara esta percepción a través de mensajes y eslóganes como "España nos roba", con los que han contribuido a la extensión en España de tal lectura de lo que está ocurriendo en Catalunya. Las declaraciones en La Sexta Noche del que fue presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, y Ministro de Defensa durante el gobierno del PSOE (dirigido por el Sr. Zapatero), el Sr. José Bono, son un caso claro de este pensamiento dominante que atribuye lo que pasa en Catalunya a una manipulación de los sistemas públicos de información y de las instituciones públicas de reproducción de valores por parte de los partidos gobernantes en la Generalitat de Catalunya.

Sin negar la instrumentalización de tales medios por los gobiernos Pujol, Mas y Puigdemont (que yo he criticado extensamente), que se presenta incluso con mayor intensidad en las otras comunidades autónomas de España (donde los medios de información están también instrumentalizadas por los partidos gobernantes), tal hecho es insuficiente para explicar el creciente deseo que existe entre grandes sectores de la población catalana de separarse de España. Dicha manipulación de los medios de información por parte de los gobiernos nacionalistas catalanistas de la Generalitat de Catalunya ha sido constante durante más de treinta años de mandato y, sin embargo, el crecimiento del independentismo se ha dado solo recientemente y de una manera muy rápida, y muy en especial, desde que el Tribunal Constitucional del Estado español rechazó elementos muy importantes del Estatut propuesto por el gobierno catalán tripartito presidido por el socialista Pasqual Maragall (durante los pocos años que Catalunya ha estado gobernada por las izquierdas), y que fue aprobado por el Parlament, por las Cortes Españolas y refrendado, más tarde, por el pueblo de Catalunya.

Las causas verdaderas del crecimiento del independentismo en Catalunya: el nacionalismo uninacional del Estado español Borbónico y del establishment político-mediático español

El hecho de que las derechas y muchas izquierdas españolas asignen la responsabilidad de tal crecimiento a las políticas informativas y educativas del gobierno catalán, se debe a su deseo de negar cualquier responsabilidad del Estado español en el crecimiento del independentismo, que es precisamente la causa mayor del aumento en grandes sectores de la población catalana del deseo de separarse de España. La causa de este crecimiento no se encuentra, pues, en Catalunya, sino primordialmente en las políticas públicas del Estado central basado en la capital del Reino (que tiene poco que ver con el Madrid popular), centro del nacionalismo españolista, que es la primera y más importante causa de aquel crecimiento. Debería ser obvio que para entender qué pasa en Catalunya hay que conocer el pasado oculto (olvidado deliberadamente en la historia oficial del país) y el presente sesgadamente mostrado por el establishment político-mediático del país, del cual el Sr. Bono es representativo. Hoy tal nacionalismo uninacional, cuya máxima expresión fue la dictadura franquista que existió en España durante cuarenta años y cuya cultura ha permanecido en la democracia que le siguió, y que pervive como consecuencia de que la transición (mal llamada modélica) de la dictadura a la democracia no fue una ruptura con el Estado anterior, sino una apertura para poder incorporar elementos de democracia que le permitieran entrar en la Unión Europea, elementos que eran muy insuficientes para poder homologar la democracia existente en España a la de la mayoría de los países de dicha comunidad político-administrativa.

El nacionalismo uninacional españolista que no se define como nacionalismo

El Estado español ha sido siempre el máximo instrumento de ese nacionalismo españolista, vehiculado por la Monarquía Borbónica. Esta visión uninacional es también dominante en la intelectualidad española. Y es tan poderosa y tan generalizada que los autores que la reproducen ni siquiera son conscientes de ello. Es característico de cualquier discurso dominante discriminatorio que el que lo reproduce ni se dé cuenta de ello. En una cultura machista, por ejemplo, las expresiones machistas que se utilizan en el lenguaje ni siquiera son reconocidas como tales por las personas que las utilizan, pues ni siquiera son conscientes de ello. Tales términos están tan integrados en el lenguaje y manera de pensar dominante que ni siquiera son considerados ideológicos: se consideran como un lenguaje neutral, razonable y/o lógico. Lo mismo ocurre, pues, con el nacionalismo españolista, que ni siquiera se considera nacionalismo. Dicho término, "nacionalismo", se utiliza para definir a los nacionalismos periféricos como el catalán, el vasco o el gallego. Pero nunca para definir el nacionalismo españolista. Oír a un Vargas Llosa, o a un Fernando Sabater o a un José Bono diciendo que los nacionalismos son malos, definiendo como tales solo a los periféricos, sin reconocer que ellos son, a su vez, profundamente nacionalistas, imponiendo su nacionalismo a todos los demás, es característico de lo que ocurre hoy en España. Todos ellos han publicado artículos o hecho declaraciones demonizando a los nacionalismos periféricos con argumentos típicos del nacionalismo españolista, acentuando la uninacionalidad de España, mensajes transmitidos en El País y otros medios del establishment político-mediático del Estado borbónico.

Este nacionalismo uninacional fue impuesto a sangre y fuego en Catalunya durante la Guerra Civil. No se quiere reconocer que, por ejemplo, el idioma catalán fue prohibido por los ocupantes de Catalunya (solo tolerado en el ambiente familiar), permitiéndose hablar solo "la lengua del imperio", como se definió al castellano. El fascismo, máxima expresión del nacionalismo españolista, significó una opresión no solo de clase social, sino también de nación. Esto último nunca se reconoce o admite, y se olvida deliberadamente su enorme brutalidad, que incluso sorprendió a dirigentes del nazismo alemán y del fascismo italiano, de visita a Barcelona durante la ocupación (ver el capítulo X, "La llarga nit del franquisme", en Josep Fontana, La formació d’una identitat. Una historia de Catalunya). El terror fue una táctica impuesta por los golpistas que interrumpieron un sistema democrático republicano, pues las fuerzas ocupantes del nacionalismo españolista sabían que tenían a la mayoría de la población en contra. (Ver "Una breve historia personal de nuestro país" en www.vnavarro.org, 26.09.17)

La imposición del nacionalismo uninacional españolista

En Catalunya hubo un intento de genocidio cultural, hecho desconocido, ignorado, ocultado o ninguneado por el nacionalismo españolista. Hubo una represión brutal que se sumó al terror extendido a lo largo de toda España, impuesto por las oligarquías y élites de la estructura de poder en contra de la mayoría de las clases populares, terror causado por las mismas minorías que actuaron en contra de la cultura catalana. De ahí que las izquierdas catalanas siempre defendieran que la lucha por la liberación de las clases populares y de la nación catalana eran la misma, hecho que incluso la derecha nacionalista catalana dirigida por el Sr. Pujol tuvo que reconocer.

En España la gran influencia del nacionalismo españolista explica que cualquier defensa de la identidad catalana y de la plurinacionalidad del Estado haya sido vista siempre como secesionismo. La marginación de Pasqual Maragall, presidente socialista de la Generalitat de Catalunya, por parte de la dirección del PSOE bajo el mandato del presidente Zapatero y su equipo, incluyendo a su Ministro de Defensa, el Sr. Bono, debido a su intento de recuperar los derechos de Catalunya como nación, ejemplifica dicha influencia. El ministro Bono lo acusó de simpatías secesionistas. En realidad, el reconocimiento de Catalunya nunca respondió a un objetivo secesionista. Fue un reconocimiento profundamente solidario y basado en una visión plurinacional, con un claro compromiso por la justicia social y la democracia para toda España. Fue el presidente Companys (que fue director de una revista titulada Nueva España) el que murió fusilado por secesionista por las "tropas nacionales" golpistas. Companys invitó a las fuerzas progresistas españolas (entre las cuales él era sumamente popular) a que asentaran sus bases en Catalunya para poder resistir la situación que estaba sufriendo España. En Catalunya el independentismo solo ha surgido cuando la plurinacionalidad del Estado no ha sido aceptada por el Estado central. Y el caso actual es un ejemplo de ello.

Los símbolos borbónicos nunca han sido populares en Catalunya 

La enorme brutalidad con la que el nacionalismo españolista se impuso en Catalunya explica, por ejemplo, que la bandera borbónica española, máxima expresión de tal nacionalismo, nunca haya sido muy popular en en este territorio, hecho que es presentado maliciosamente por el nacionalismo españolista como el reflejo de un sentimiento anti-España, sentimiento que en realidad no existe en Catalunya. Hay que entender que cuando las tropas golpistas –que se llamaban a sí mismas los "nacionales" (que se caracterizaron por una enorme brutalidad y represión)- ocuparon Catalunya, lo hicieron  enarbolando la bandera borbónica y tocando la Marcha Real como himno nacional. ¿Cómo quiere el establishment político-mediático que tales símbolos sean populares en Catalunya? ¿No se dan cuenta de que la gente tiene memoria? En Catalunya la bandera rojigualda ha sido popular solo en los barrios pudientes, donde tal bandera representaba a aquellos que recuperaron sus intereses. Pero, a nivel de calle, la bandera española era la republicana, bandera que, junto con la senyera en Catalunya, llevaban los soldados que defendían el sistema democrático en el frente. Miles de catalanes tienen en su tumba la senyera y la bandera española, que era, y emotivamente continúa siendo, la republicana.

Y lo que es de gran interés es que en las últimas manifestaciones, como la del 3 de octubre, además de muchísimas esteladas (la bandera independentista) había también, por parte de los que se sentían españoles y estaban en contra del Estado español borbónico, la bandera republicana (además de la senyera). La bandera española para las personas catalanas con memoria es la bandera republicana, la bandera de los que lucharon por otra España. Es indicador de bajeza y mezquindad, así como de fanatismo nacionalista españolista, que en el homenaje a los que lucharon por la República, el Sr. Bono, presidente de las Cortes Españolas, no les dejara llevar tal bandera. Y otro indicador de la bajeza moral de tal personaje es que manipulara en la entrevista que se le hizo en La Sexta las declaraciones que hace años hizo Pablo Iglesias, cuando este expresó no sentirse representado por la bandera borbónica española, a lo cual Bono indicó que, por lo visto, el Sr. Iglesias habría preferido la bandera de Afganistán (sí, dijo Afganistán. Venezuela no había aparecido todavía en su imaginario). No se le ocurrió al Sr. Bono que para miles de españoles de distinta procedencia familiar a la suya (procede de una familia falangista), emotivamente su bandera española es la republicana. En realidad, sería de desear que en la medida que exista un mayor rechazo a la Monarquía, se utilizaran extensamente los símbolos republicanos.

La crítica del supuesto victimismo en Catalunya

Otra característica del establishment político-mediático español es acusar al nacionalismo catalán de victimismo, presentándolo como si sufriera un complejo un tanto paranoico de ser víctima en esta relación, infundado según ellos, pues Catalunya siempre ha recibido un trato preferencial por parte del Estado español. Un análisis objetivo de lo que ocurrió con el Estatut del 2006 (cuyo veto en partes esenciales por parte del Tribunal Constitucional inició el crecimiento del independentismo) muestra la falsedad de dicha acusación. Una persona, no sospechosa de simpatías secesionistas, como Josep Borrell, que fue Presidente del Parlamento Europeo y Ministro en el gobierno PSOE presidido por Felipe González, ha hecho una breve lista de los agravios y ofensas a Catalunya. En 2005, el gobierno de izquierdas del tripartito, liderado por el socialista Pasqual Maragall, propuso un Estatut que redefiniera la relación del gobierno de la Generalitat con el Estado español, proponiendo, entre otros elementos, el reconocimiento de Catalunya como una nación dentro de un Estado plurinacional. Tal Estatut, como indiqué antes, fue aprobado por el Parlament de Catalunya, más tarde (modificado) aprobado por las Cortes Españolas, y por último, aprobado por el pueblo catalán en un referéndum. Ahora bien, todo este proceso acumulativo de decisiones tomadas por distintas soberanías fue completamente ignorado. Borrell señala que elementos importantes de tal Estatut fueron vetados por el Tribunal Constitucional, controlado por el PP, en un hecho que el catedrático Javier Pérez Royo ha definido como un golpe de Estado, saltándose todo tipo de soberanías debido a intereses partidistas. Y para mayor ofensa, se eliminaron elementos, como señala también Borrell, que ya habían sido aprobados en otras Comunidades Autonómicas, como es Andalucía. ¿Dónde está la paranoia?

Otro ejemplo citado por Josep Borrell es el constante silencio a las continuas peticiones de que se respete el concepto de ordinalidad, que no es una demanda insolidaria con otras CCAA, sino un deseo de que la aceptada solidaridad no revierta negativamente en el potencial de desarrollo de la autonomía catalana, un principio aceptado en muchos países de configuración semejante a la española.

Añade Borrell como promesas incumplidas el ofrecer 4.200 millones de euros en inversiones para acelerar el corredor mediterráneo, inversión que nunca apareció en los Presupuestos Generales del Estado. En realidad, el diseño de este corredor mediterráneo ha alcanzado en ocasiones, tal como señala de nuevo Josep Borrell, dimensiones absurdas, como fue la propuesta apoyada por la presidenta de Andalucía, la Sra. Susana Díaz, de que tal corredor pasara por Madrid.

Ni que decir tiene que el mundo independentista ha basado su argumentario en esta discriminación, exagerándola en algunos componentes, como hacer constante referencia a un supuesto déficit fiscal (que definen como robo) de nada menos que 16.000 millones de euros, aproximadamente un 8% del PIB, cifra que es muy superior a la real, que es de 4.000 millones de euros. Estas exageraciones son innecesarias, pues la realidad en sí ya muestra una situación que es intolerable; ahora bien, al caer en la exageración se pierde la credibilidad, que siempre es necesaria en un tema que fácilmente hiere las sensibilidades. Borrell admite que la situación actual sostiene muchas injusticias, concluyendo que hay cambios necesarios que deberían hacerse. La negación de esta realidad tan obvia y tan olvidada es una constante en el establishment político-mediático español.

Y esta actitud es constante. ¿Cómo puede interpretarse una movilización de homenaje a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, causantes de 900 víctimas en su actuación del 1 de Octubre que necesitaron asistencia médica, sino como un acto de nacionalismo españolista, pues estos cuerpos de seguridad actuaron como instrumentos del Estado español para imponer su ley? Y nadie en tal cuerpo pidió disculpas por el daño causado. ¿No se dan cuenta de que tal homenaje contribuye a ofender a un gran número de catalanes?

El excesivo énfasis en la necesidad de respetar a Ley –otro de los argumentos más utilizados por el nacionalismo uninacional español- ignora que la Ley –como la Constitución- estuvo escrita en el momento de la transición por los poderosos en una situación claramente desequilibrada y desigual, donde los vencedores de la Guerra Civil (que controlaban el aparato del Estado y la mayoría de los medios de comunicación) tenían todo el poder, y los vencidos de tal conflicto tenían escaso poder (recién salidos de la cárcel, del exilio o de la clandestinidad). La continua referencia a respetar la Ley es el mensaje de aquellos que quieren continuar con tal desequilibrio en las relaciones de poder. Es una mera excusa para defender el estatus quo.

Y en cuanto al argumento de que la aprobación de la Constitución por parte de la población española legitimó que se considerara como el punto de referencia de todos los demócratas hay que señalar que tal argumento ignora que las dos alternativas posibles que se presentaron a la población fueron o bien inaugurar la democracia (reflejada en la Constitución) o continuar en la dictadura. Entre tales opciones era claro que la población eligiera la primera alternativa sobre la segunda. En realidad, el hecho de que Catalunya fuera la Comunidad donde la aprobación de la Constitución fue mayor se debió, no tanto al entusiasmo por la Constitución, sino por el gran rechazo a la dictadura. Aprobar tal referéndum fue la única salida a tal situación intolerable.

Nota final

Es hoy muy difícil para aquellos catalanes que  nos sentimos también españoles promover posturas alternativas al secesionismo, pues la imagen que hoy viene de España es muy poco atrayente. Y es ahí donde es sumamente positivo que estén apareciendo a lo largo del territorio español unas nuevas fuerzas progresistas que tienen una visión plurinacional, pues son ellas las únicas que podrían salvar a España, pues la represión y constante ofensa de Catalunya por parte del Estado español ya casi ha conseguido lo que el independentismo ha deseado: el rechazo tan notable en grandes sectores de la sociedad  catalana hacia el Estado español y hacia España (facilitado esto último por el silencio y apatía hacia tal discriminación, que ha mostrado gran parte del establishment político-intelectual español). Hoy hace más falta que nunca acentuar que hay otra España posible, plurinacional y republicana, en la que la nueva Catalunya pueda ser parte de ella. La continuación del constante dominio del Estado borbónica actual ha conducido al secesionismo emocional de grandes sectores del pueblo catalán.

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Los problemas y errores del independentismo catalán https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/10/13/los-problemas-y-errores-del-independentismo-catalan/ Fri, 13 Oct 2017 05:00:20 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4125 Continuar leyendo "Los problemas y errores del independentismo catalán"]]> Por Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Catalunya está viviendo la mayor crisis social, política, y pronto veremos la económica, que haya existido en la época democrática. He mostrado con detalle en otro artículo las dimensiones de la gran crisis social en Catalunya, la mayor en este siglo y finales del anterior ("El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social" Público, 30 de Junio 2017). Y a esta crisis social se le ha  añadido la enorme crisis política en la que las instituciones de la Generalitat eran intervenidas por el Estado central, con la posibilidad (que tiene elevada probabilidad) de que se reduzcan todavía más las capacidades de decisión y gestión de las instituciones públicas de Catalunya por parte del Gobierno catalán. Por otra parte, el temor de que las grandes tensiones políticas que están ocurriendo en Catalunya afecten a las grandes empresas basadas en Catalunya ha determinado una huida masiva de muchas empresas, desplazándose a otras partes de España, creándose con ello la crisis económica.

Ni que decir tiene que la mayor responsabilidad de lo que ocurre en Catalunya se debe a las políticas desarrolladas, aplicadas e impuestas por el Estado central español, gobernado por el Partido Popular liderado por el Sr. Mariano Rajoy. Ahora bien, sin implicar una igualdad de responsabilidades o equidistancia de razones, el hecho es que el gobierno de Junts Pel Sí, es también, responsable de cada una de estas crisis, hecho que, aun cuando se acentúa (e incluso se exagera) en los medios basados en Madrid, se ignora en gran número de los medios basados en Barcelona, controlados (los públicos), y altamente influenciados (los privados debido a generosas subvenciones públicas) por el gobierno independentista de la Generalitat de Catalunya. Puesto que ya he analizado críticamente el Estado central y el gobierno Rajoy en otros artículos (ver "La necesaria movilización de las fuerzas democráticas frente a los herederos del franquismo" Público, 28 de Septiembre 2017), intento ahora centrarme en el comportamiento del gobierno Junts Pel Sí, mostrando que tiene su parte de responsabilidad en las enormes crisis que cito al inicio del artículo.

No me voy a extender en la crisis social, pues creo ya haber demostrado que las políticas de claro corte neoliberal (como la reforma laboral, que ha incrementado el desempleo y la precariedad y disminuido los salarios y la protección social) y los enormes recortes del gasto público social y las privatizaciones en los servicios públicos del Estado del Bienestar catalán realizadas por los gobiernos de Convergencia (con Unió Democrática hasta el año 2015 y con ERC después), han jugado un papel esencial en el gran deterioro de la calidad de vida y bienestar social de las clases populares en Catalunya. Estas políticas neoliberales fueron aprobadas en las Cortes Españolas (junto con el PP, otro partido neoliberal), por el partido Convergència (ahora llamado PDeCAT que ha gobernado Catalunya por la mayoría del periodo democrático).

La crisis política: consecuencia del llamado "procés"

 En cuanto a la crisis política, causa importante de tal crisis ha sido la estrategia diseñada para alcanzar la independencia "exprés" desarrollado, por Convergència que ha liderado la coalición Junts Pel Sí, en colaboración con el partido ERC y con la ayuda de la CUP, un partido muy minoritario pero con considerable influencia debido a que sin él, Junts Pel Sí no alcanzaría la mayoría en el Parlament. Es importante señalar que tal mayoría parlamentaria debe su estatus de mayoría a una ley electoral inicialmente diseñada en época predemocrática (con el objetivo de discriminar a la clase trabajadora) que, cuando el gobierno Pujol pudo cambiarla, la dejó tal como estaba, favoreciendo a las zonas rurales y pequeños centros urbanos a costa de las grandes ciudades donde vivía tal clase. Como consecuencia de ello, tal mayoría parlamentaria no se corresponde a una mayoría de votos. En realidad, los votos a los partidos independentistas, nunca han sumado una mayoría del electorado en Catalunya.

Tal estrategia, conocida como el "procés" ha incluido varios componentes. Uno de ellos ha sido el calendario de intervenciones en las que alcanzar la secesión era un objetivo inmediato y siempre prioritario, anteponiéndolo a todos los demás (en realdad, la actividad legislativa del Parlamento bajo esta mayoría ha sido muy limitada). El President Puigdemont aseguró que el Parlament aprobaría 45 leyes en los 18 meses de legislatura. En realidad, hasta ahora han visto la luz verde solo 23 (18 este año y 5 el año pasado). En el principio de la legislatura anterior, durante un período parecido fueron aprobadas 47 leyes. (La baja productividad se debe a la importancia otorgada a la función agitacional, en lugar de la legislativa).

Lo que el govern catalán deseaba era centrarse en conseguir la independencia "exprés". Como parte de este proceso rápido se fue escalando el nivel de intervenciones, bien en la narrativa de su discurso, bien en el argumentario utilizado para justificar sus intervenciones, bien en las acciones tomadas por el govern catalán que produjeron un incremento de la tensión con el Estado central, tensión que tenía el intento de movilizar la opinión popular en apoyo del Govern. En realidad, algunos dirigentes de Junts Pel Sí así lo indicaron en varias ocasiones. Su meta era radicalizar el discurso para conseguir una mayor movilización.

La monopolización del soberanismo por el independentismo

 La otra característica de este proceso ha sido monopolizar el significado de soberanismo (el derecho a decidir) con el de independentismo (la secesión de Catalunya del resto de España) haciendo los dos conceptos y términos intercambiables e idénticos. La dicotomía presentada en su estrategia era, pues, el limitar las alternativas posibles a independentismo o a lo que los independentistas llamaban el unionismo, definiendo como tal a todas las opciones que no eran secesionistas. Esta estrategia limitaba enormemente las alternativas, reduciéndolas solo a dos posibles. Una era conseguir la independencia o la otra, la de continuar en el presente estatus quo, dicotomía que favorecía a la primera opción, pues el comportamiento represivo e insensible a la identidad catalana y al no reconocimiento de Cataluña como nación del gobierno Rajoy debilitaba cada vez más el atractivo de la segunda alternativa. En esta estrategia del independentismo, era esencial presentar a toda España como incambiable y hostil a Catalunya. En realidad en esta estrategia independentista el movimiento político social en Cataluña, conocido como En Comú Podem, liderado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el movimiento político social en España, Unidos Podemos, eran percibidos como obstáculos para sus fines, pues presentaban una imagen amable y atractiva de España. La elección de En Comú Podem en las dos últimas elecciones legislativas en Cataluña creó gran desazón en los sectores más conservadores y liberales de Junts Pel Sí. En realidad, Convergència (PDeCAT), no votó la moción de censura al gobierno Rajoy presentada por Podemos.

Ambas formaciones políticas –En Comú Podem y Unidos Podemos–, apoyaban el derecho a decidir del pueblo catalán, derecho que incluye el derecho a escoger entre varias alternativas, una de las cuales sería la secesión, aun cuando no era la alternativa preferida por ninguno de estas dos coaliciones. La mayoría de la población catalana es soberanista (es decir, apoya el derecho a decidir) pero no es independentista. Todo independentista es soberanista pero no todo soberanista es independentista. Esta clarificación nunca la hicieron los independentistas, faltando a la verdad cuando indicaron que "el pueblo catalán desea la independencia", a no ser que se limite el significado catalán, porque los datos muestran que la mayoría del electorado no es independentista.

El mal llamado referéndum como instrumento de movilización

 Otra característica del "procés", relacionada con la anterior (la  identificación del referéndum con independentismo), fue la exclusión de las organizaciones no independentistas en la gestión de la campaña del referéndum. En realidad, marginaron la organización del Pacto Nacional, que incluía, además de los partidos soberanistas (independentistas y no independentistas) a las mayores instituciones de la sociedad civil, tales como sindicatos, asociaciones de vecinos, de profesionales, de campesinos, de la pequeña empresa y un largo etcétera. Y la máxima expresión de esta monopolización apareció en la organización de las fiestas de la Diada de este año (cuando la población sale a la calle en una manifestación colectiva en homenaje de aquellos que murieron defendiendo los derechos de Cataluña en el año 1714 en su lucha contra el Monarca Borbón Felipe V), que fue un canto a la independencia, protestando la falta de libertad existente en España, ignorando a su vez la falta de libertad y pluralidad existente en los actos gestionados por el gobierno Junts Pel Sí y en sus medios de información (TV3 y Catalunya Ràdio) abusivamente instrumentalizados por Junts Pel Sí. La Diada, día nacional de Catalunya, fue un canto al SI en la campaña electoral de lo que erróneamente llamaron como referéndum. Ello explica que mucha gente, como yo, que cada año íbamos a celebrar el día nacional de Catalunya en las manifestaciones mutitudinarias, no fuéramos, ofendidos por el carácter tan partidista y sectario del acto. Como consecuencia de ello, el número de participantes este año bajó en comparación con años previos.

La causa  movilizadora: del independentismo a la democracia

La carga policial en la mañana del 1 de Octubre cambió la naturaleza y objetivo de la movilización. La carga policial explica que mucha gente que no pensaba participar en el referéndum salió a la calle para votar, mostrando su rechazo a aquel acto y a la actitud claramente represiva y antidemocrática del Estado Central. Y lo que es de especial interés es que este aumento de participación en el referéndum fue más acentuado en los barrios obreros del cinturón rojo de Barcelona que en otras partes de Barcelona y Catalunya. La manifestación pasó de ser un movimiento pro independencia a un movimiento pro democracia, paso que quedó refrendado por lo ocurrido el día 3 de octubre cuando Catalunya (y muy en especial Barcelona) paró. Hubo un paro general organizado y gestionado por la Taula Demòcrata (la Mesa Demócrata), compuesta por las mayores asociaciones de la sociedad civil, desde los sindicatos mayoritarios a las asociaciones de campesinos, asociaciones de vecinos, asociaciones profesionales, de los pequeños empresarios, y un largo etcétera. Fue un paro generalizado en toda Catalunya. Esto cambió la orientación del movimiento, y a pesar del intento del gobierno Junts Pel Sí, y sus instrumentos como Omnium y ANC, la Mesa Demócrata adquirió un protagonismo que molestó a los partidos independentistas que consideraban el cambio como una dilución de su causa.

La clase trabajadora catalana no es independentista

Otro gran error del independentismo fue la falta de atractivo del independentismo entre la clase trabajadora de Cataluña. La evidencia de ello, aunque constantemente negada por los partidos independentistas, es conocida. La clase trabajadora no es independentista en Cataluña, por varias razones. Una es que el movimiento independentista está liderado por una coalición dirigida por el partido del Sr. Mas, es decir, por la derecha catalana, cuyas políticas neoliberales son percibidas, con razón, por la clase trabajadora como dañinas a sus intereses. La proximidad del Presidente Puigdemont con Mas es conocida, y Mas nunca fue popular entre las clases trabajadoras catalanas. Y la otra causa de la falta de apoyo al independentismo por parte de las clases populares es que la mayoría son de procedencia de partes de España y emotivamente se consideran españoles y se oponen a la secesión. La mayoría de la clase trabajadora en Cataluña es de habla castellana. La evidencia en este fenómeno es clara, como por ejemplo muestran los datos provenientes de la Encuesta del CEO (CIS de la Generalitat) de Junio de 2017, donde se puede ver que a más ingresos por hogar más apoyo a la independencia, y a la inversa, mientras menos ingresos haya por hogar menos apoyo a la independencia. Además en Cataluña las personas que se autoconsideran de clase popular (clases de renta media-baja y renta baja) claramente no apoyan la independencia: el 56,15% de las clases populares no apoyan la independencia mientras que solo un 33% sí la apoyan.

Ello explica porque el independentismo nunca ha sido mayoritario y continuará sin serlo, pues la independencia en sí no motiva a la mayoría de la población. Solo en caso de que este proyecto independentista tuviera un contenido fuertemente social, existiría tal posibilidad. Pero tal tema social estaba ausente en el proyecto independentista. Solo vagas generalizaciones, con escasa credibilidad, marcaron el discurso social del independentismo con promesas un tanto hiperbólicas, carentes de credibilidad. Un caso claro era la afirmación hecha por dirigentes de Junts Pel Sí y economistas afines, incluyendo el gurú económico de TV3 (la televisión pública de la Generalitat de Cataluña), el Sr. Xala i Marti, que las pensiones no sufrirían con la Transición a la independencia, lo cual es una obvia falsedad pues en el período de Transitoriedad Jurídica es necesaria la colaboración del Estado español, y de su Seguridad Social, que de no obtenerse se crearía un enorme problema para los pensionistas catalanes. En agosto de 2017, Cataluña tenía 1.704692 pensionistas con una prestación media de 957 euros, financiada en parte por 3.294.418 afiliados. Estas contribuciones no son suficientes creándose un déficit de 4.700 millones de euros (una cifra superior de la citada por los secesionistas). Tal dinero tendría que venir de la propia Generalitat, año tras año, acumulándose una deuda considerable, pues el Estado español, podría no pagar a los pensionistas catalanes. Los problemas de la transición que afectarían a tales pensionistas serían enormes y de varios años (y no solo seis meses, como algunos portavoces del independentismo han profetizado).

En este aspecto, tales partidos rozaron la irresponsabilidad, pues hicieron promesas claramente irrealizables, como que no habría sacrificios en la transición, el mantenimiento de las pensiones y otras transferencias y servicios públicos. Ahora bien, de todas las exageraciones, las más grandes eran las que asumían que se conseguiría la independencia en seis meses. Es difícil creerse que los que hacían tales declaraciones creyeran lo que decían.

La realidad es que en su campaña a favor de la independencia, Junts Pel Sí ha minimizado los costes de la independencia exprés, llegando a niveles de exageración e hipérbole, que pasaron como verdades en un contexto mediático carente de capacidad crítica. Constantemente enfatizaron el mensaje de que todo –desde las pensiones hasta la sanidad- sería mucho mejor en la Catalunya independiente, y todo ello en contra de la evidencia que señala un periodo largo de escasez que a la ciudadanía no se le ha indicado que ocurriría (y que la huida de las empresas refleja la génesis de la crisis económica que se avecina). La evidencia de tales falsedades es enorme.

 A qué nos lleva la situación actual

 Es imposible que los dirigentes del movimiento independentista liderado por el gobierno catalán no vieran que este procés llevara a la situación actual que está creando una enorme frustración y dolor. Muchas eran las razones para que tal estrategia no fuera posible. Una era el Estado español, heredero del Estado dictatorial y la fuerza del nacionalismo españolista que había calado (como consecuencia de cuarenta años de dictadura y cuarenta años de democracia supervisada e incompleta) entre grandes sectores de la población Española. La correlación de fuerzas en España ha sido muy desfavorable a las fuerzas independentistas. Al enorme desequilibrio de fuerzas en España se suma la nulidad de apoyos en la Unión Europea. Es más, al considerar España como incambiable el independentismo no relacionó la transformación de Catalunya con la existente transformación que está ocurriendo en España. En realidad su campaña anti España, dificultó que grandes sectores de la población española pudieran hacer suya la lucha por una nueva Cataluña.

Resultado de todo ello es que su estrategia está llevando a Catalunya a una situación donde veremos la pérdida total de la autonomía y pérdida de derechos. En realidad, la torpeza del independentismo ha sido hábilmente utilizada por el Estado español para hacer perder a Cataluña los derechos que había conseguido, facilitando a su vez una enorme involución a lo largo del territorio español, despertando, y envalentonando a la caverna. Y lo que es enormemente frustrante es que era fácilmente predecible ver que tal hecho ocurriría. La única razón que podría explicar el hecho de que, a pesar de la evidencia existente que hacía fácil prever lo que ocurriría, los dirigentes independentistas continuaran insistiendo en ello, era que, en realidad lo que querían era capitalizar electoralmente la enorme movilización en las elecciones que tendrán lugar en Cataluña próximamente.

Otra alternativa hubiera sido posible

 Otra alternativa hubiera sido desenfatizar la independencia y enfatizar, en su lugar, la creación de una nueva Catalunya en colaboración con las izquierdas españolas que están intentando cambiar España. La creación de la nueva Catalunya hubiera podido ser el punto de inicio del cambio en España, ayudando al pueblo español a que percibiera que la lucha por el derecho a decidir en Catalunya era también la lucha para transformar España. La estrategia a seguir hubiera sido la democratización de Catalunya y de España, en un proyecto de profunda transformación democrática, poniendo la resolución de la Gran Crisis Social en el centro de las luchas para conseguir la plurinacionalidad. El paro general del 3 de Octubre, liderado por fuerzas que pusieron como objetivo la propuesta democrática, era un indicador de que tal estrategia era posible. El hecho de que no se hiciera así ha hecho un daño irreparable a Cataluña y a España. El hecho de que se haya enfatizado tanto el tema nacional, polarizando la sociedad entre independentistas y defensores de la "unidad nacional", está debilitando enormemente a las fuerzas progresistas democráticas y muy en particular a las izquierdas, facilitando con ello, la reproducción de las sensibilidades neoliberales que han estado liderando los dos polos en esta polarización.

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La represión mediática de 'El País' https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/10/10/la-represion-mediatica-de-el-pais/ Tue, 10 Oct 2017 15:41:43 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4113 Continuar leyendo "La represión mediática de 'El País'"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Bajo la dirección de Antonio Caño, El País está alcanzando un nivel de sectarismo, manipulación y promoción de falsedades que está convirtiendo a tal rotativo en un mero instrumento de propaganda en defensa del status quo, especialmente hostil a las nuevas formaciones progresistas que lo cuestionan, utilizando todos los medios para destruir a los que la dirección de tal rotativo considera sus adversarios.

Ya denuncié en su día tal comportamiento, que alcanzó su máxima expresión cuando presentó la ovación que recibió el ex alcalde Pasqual Maragall en el estadio de la Vall d’Hebrón (totalmente abarrotado de gente -3.500 personas- para escuchar a Pablo Iglesias) como un abucheo. El gran aplauso que el popular ex alcalde de Barcelona recibió al entrar en el estadio se convirtió en un abucheo en el informe escrito al día siguiente por el corresponsal de tal rotativo, el Sr. Francesco Manetto. Y, como era de esperar, esta noticia fue reproducida en muchas otras contribuciones en tal diario, como en la columna del intelectual orgánico del pujolismo, el Sr. Joan B. Culla, que se refirió a tal supuesto abucheo como un claro indicador del supuesto anticatalanismo de Podemos. Escribí al rotativo pidiendo que corrigieran dicha información, sin recibir respuesta alguna. Jamás hicieron la corrección (ver mi artículo Manipulaciones y Mentiras en El ‘País’. 30.12.14). Yo he sido víctima de insultos y falsedades frecuentemente, sin que nunca hayan publicado mis respuestas.

La última manipulación y falsificación de El País: la cobertura de lo que pasa en Catalunya

Pero voy a referirme solo a una noticia en la que soy, una vez más, víctima de una manipulación grosera, carente de la más mínima ética periodística cuando se refieren a mi persona como uno de los "intelectuales que lleva años defendiendo con vehemencia la secesión de Catalunya de España". Tengo que decir que incluso para los estándares de mentira y manipulación a los que nos tiene acostumbrados El País bajo Antonio Caño, esta mentira y manipulación consigue ser un récord. Me tuve que leer el artículo dos veces, pues la osadía (en lenguaje popular, la cara dura) alcanzó un récord. Pero miremos primero lo que se dice y cómo se dice. En un artículo que se titula "Los profesores activistas del independentismo", subtitulado "Un grupo de docentes catalanes en Estados Unidos lleva años defendiendo la secesión" (09.10.17), aparece mi nombre como uno de tales secesionistas, junto con nada menos que el economista más ultraliberal, más independentista y que aparece con más frecuencia en los medios de información del gobierno de Junts Pel Sí, el Sr. Sala i Martín, que es precisamente una de las personas que más he criticado en Catalunya y en España por su neoliberalismo extremista y por la escasa credibilidad y rigor que presenta en sus argumentos, incluyendo falacias económicas a favor de la secesión. El grado de ignorancia de mi postura y de mi trabajo que muestra el corresponsal de tal rotativo, Joan Faus, que escribe el artículo, es enorme, pues mi crítica e incluso denuncia de tal economista y sus falsificaciones en su campaña independentista es bien conocida y ha sido publicada extensamente, tanto en Catalunya y en España como en EEUU.

Pero, por si fuera poco, la prueba de que el Sr. Joan Faus muestra como ejemplo de mi sensibilidad supuestamente secesionista es que firmé una "Carta abierta sobre la represión política en Catalunya" junto con mi amigo Noam Chomsky y otros 47 profesores. Dicha carta, sin embargo, no habla nada de la secesión. Lo que hace es denunciar la represión que el Estado español está imponiendo a la población y a las autoridades catalanas, represión que alcanzó su máxima expresión en la brutal agresión que las instituciones públicas de la Generalitat, incluyendo las Universidades públicas catalanas, recibieron, hechos denunciados por la prensa y por la comunidad internacional, en el 1 de Octubre. Tal represión, y más tarde brutalidad policial del 1 de octubre, tenían elementos comunes a la represión policial del régimen dictatorial que yo viví en los años cincuenta en Barcelona, cuando participé en la resistencia antifasicsta. Es, además, conocido que soy miembro del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos y de la Ejecutiva de Catalunya en Comú, ambos críticos con el referéndum, aun cuando defienden el derecho de la ciudadanía de Catalunya a decidir su articulación con el Estado español, lo que les ha llevado a apoyar tal movilización como acto de afirmación de ese derecho, sin con ello reconocer tal movilización como un referéndum.

El referéndum es un instrumento para ejercer el derecho a decidir pero tal derecho incluye el derecho a escoger entre varias alternativas, una de las cuales es la secesión, alternativa que ni yo ni ninguna de estas formaciones política favorece. Además fuera el que fuera el resultado del referéndum del 1 de Octubre (que no podría definirse como tal, pues no estaba pactado con el Estado central, no teniendo, por lo tanto, las garantías que requiere un referéndum), tal resultado debería negociarse con el gobierno central. Estar a favor del derecho a decidir –soberanismo- no es sinónimo de pedir la secesión de Catalunya. Existe una diferencia entre el soberanismo y el independentismo, distinción  que parece demasiado compleja y difícil de entender para un rotativo de carácter tan propagandista a favor del status quo (que nos ha llevado a la situación actual) como es El País.

Una última observación. Tengo que pedir a mis lectores que me ayuden a difundir este artículo que intenta corregir las mentiras y falsedades que aparecen constantemente en El País, y que denuncien tal comportamiento; y si comparten mi enojo, escriban al director de El País criticándolo, como yo mismo he hecho. Aquí reproduzco la nota que le envié a El País:

En su artículo de hoy, "Los académicos activistas del independentismo"; (9/10/2017, p.26), me sorprende enormemente ver mi nombre en dicha lista, pues yo no soy secesionista. La carta que firmé, a la que el artículo hace referencia, no pedía la secesión, sino que protestaba por la represión del Estado, impidiendo el desarrollo de un referéndum, represión que alcanzó su máxima expresión el 1 de octubre. El artículo confunde la demanda de un referéndum, que apoya la mayoría de la población en Catalunya, con la demanda de secesión. En realidad, creo haber sido uno de los profesores más críticos de los autores independentistas que ustedes citan. Su corresponsal tendría que haberse informado mejor de mi trabajo.

Vicenç Navarro
10 de octubre de 2017
Barcelona 

Espero (aunque con cierto escepticismo) que El País rectifiqué estas falsedades por dignidad y  ética periodística.

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El inicio del fin del régimen del 78 https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/10/06/el-inicio-del-fin-del-regimen-del-78/ Fri, 06 Oct 2017 11:02:25 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4110 Continuar leyendo "El inicio del fin del régimen del 78"]]> Vicenç Navarro

Como indiqué en un artículo anterior reciente (La necesaria movilización de las fuerzas democráticas frente a los herederos del franquismo, Público, 28.09.17), ha habido siempre dos visiones de lo que es España. Una ha sido la dominante, que alcanzó su máximo desarrollo durante la dictadura franquista, y que ha continuado durante todo el periodo postdictatorial democrático, como consecuencia del gran dominio que las fuerzas conservadoras tuvieron sobre el aparato del Estado y sobre la gran mayoría de los medios de información en el proceso de transición de la dictadura a la democracia, mal definido como modélico. Tal visión es la uninacional, presentando a España como la única nación existente de la península ibérica no portuguesa, y que se encuentra reflejada en un Estado monárquico centrado en la capital del Reino, Madrid (que tiene poco que ver con el Madrid popular), de la cual irradian todas las otras regiones, situación claramente reflejada en su sistema de transporte radial, tomando la capital como punto de llegada y de salida de cualquier vía de trasporte. Tal visión de España ha sido históricamente la característica de las derechas españolas. Ni que decir tiene que han ocurrido cambios importantes en este Estado uninacional que han diluido algo su centralismo. Pero, por lo general, este ha mantenido las principales características del Estado uninacional, en cuyos aparatos continúa reinando la cultura heredada del régimen dictatorial anterior, incluyendo su uninacionalidad.

La otra visión es la plurinacional, que piensa que en España hay varias naciones con distintos idiomas y culturas que deben asociarse voluntariamente y no por la fuerza, con soberanías que puedan compartirse si así lo desean. Esta última visión es la más arraigada en la cultura republicana, promovida históricamente por las izquierdas. Alcanzó su máxima expresión durante la II República, que fue interrumpida por un golpe militar (ayudado por tropas del régimen nazi alemán y del fascista italiano) estimulado por las derechas, realizado por unas tropas que se definieron a sí mismas como las "nacionales", que dijeron defender la Unidad de España, unidad que, por cierto, nadie estaba cuestionando. Lo que el president Companys de la Generalitat de Catalunya estaba pidiendo no era la desunión, sino la redefinición de España. El president Companys, lejos de ser secesionista, se consideraba español y quería ayudar a establecer una nueva España. Era altamente popular, no solo en Catalunya, sino también en el resto de España. Un indicador de ello es que cuando fue liberado de la cárcel de Cádiz, fue aclamado por la población de las distintas ciudades españolas que tuvo que atravesar en su vuelta a Barcelona. Esta visión plurinacional fue brutalmente reprimida (el president Companys fue fusilado) durante la dictadura, siendo considerada como la anti-España. Tal visión plurinacional fue también la que estaba en los programas de todos los partidos de izquierda, tanto catalanes como españoles, durante la resistencia antifascista. Todos ellos apoyaron el derecho de autodeterminación (lo que ahora se llama el derecho a decidir), garantizando así una unión voluntaria y no forzada de los distintos pueblos y naciones de España.

La imposición por parte del Monarca y del Ejército de la visión uninacional en el periodo democrático

Dicha visión fue abandonada, sin embargo, durante la transición debido al veto que pusieron el Monarca y el Ejército. Las izquierdas catalanas, sin embargo, nunca abandonaron tal compromiso.  Y el gobierno tripartito dirigido por el socialista Pasqual Maragall propuso un Estatut en 2005 que definía a Catalunya como nación dentro del Estado español, Estatut que, a pesar de haber sido votado y aprobado por el Parlament, por las Cortes Españolas (con sustanciales recortes) y por la población catalana en un referéndum, fue vetado por las derechas españolas, lideradas por el PP, que controlaban (y continúan controlando) el Tribunal Constitucional. Fue, como bien señala el conocido y reputado catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo, en su reciente artículo L’obligació de Rajoy, ARA (04.10.17), "un golpe de Estado" en el que se violaba la llamada soberanía popular (expresada en la aprobación del Estatut en el Parlament, en las Cortes Españolas y en el referéndum que tuvo lugar en Catalunya) por parte de un tribunal (el Tribunal Constitucional) controlado por las derechas herederas del Estado franquista, vetándolo. Y todo ello bajo el acuerdo constitucional, sancionado por la inmodélica transición. De ahí surgió, como también señala Javier Pérez Royo, la rebelión que ha llevado al 1 de octubre. A ello ha contribuido la enorme pasividad y el silencio ensordecedor del PSOE y de la gran mayoría de la intelectualidad española. Esta rebelión fue radicalizándose a medida que el gobierno Rajoy, máxima expresión e instrumento de los vencedores de la Guerra Civil y de las fuerzas que dominaron la transición, ignoró, desoyó y despreció las propuestas que le hicieron los sucesivos gobiernos de la Generalitat para redefinir su relación con el Estado español. Era, pues, inevitable que lo que está pasando, pasara. Los partidos independentistas, principalmente dos bajo la alianza de Junts Pel Sí, no habían sido independentistas hasta recientemente, siguiendo un proceso bastante predecible: la gran mayoría de ellos (CDC y ERC) habían sido antes federalistas, transformándose en independentistas cuando no vieron ninguna posibilidad de cambio dentro del Estado actual.

Las raíces franquistas de las derechas españolas (muchas de las cuales se definen como de centro o centroderecha)

Está claro que la mayor responsable de la gran crisis existente hoy en España es la pervivencia de la cultura franquista en los aparatos del Estado. Hay que recordar que el PP fue fundado en 1977 bajo el nombre de Alianza Popular, una alianza de las asociaciones políticas de ultraderecha franquista de las cuales las más destacadas fueron: Reforma Democrática, liderada por Fraga Iribarne, ministro del Estado dictatorial franquista durante el periodo 1962-1969 y 1975-1976; Unión del Pueblo Español, liderada por Cruz Martínez Esteruelas, ministro entre 1974-1976; Acción Democrática Española, liderada por Federico Silva Muñoz, ministro en 1965-1970; Democracia Social, liderada por Licinio de la Fuente y de la Fuente, ministro en 1969-1975, y vicepresidente del gobierno durante el periodo 1974-1975; Acción Regional, liderado por Laureano López Rodó, ministro en 1965-1967, 1967-1973 y 1973-1974; Unión Social Popular, liderado por Enrique Thomas de Carranza, gobernador de Toledo en 1965-1969 y procurador de las Cortes Españolas en 1971-1977, miembro de Fuerza Nueva; y Unión Nacional Española, ministro en 1970-1974. Todos ellos eran fundadores de dicha fuerza política. Hoy la relación entre tal partido y aquel régimen se reproduce leyendo la biografía de gran número de sus dirigentes. Un ejemplo es Rafael Hernando, actual portavoz parlamentario del PP en el Congreso de los Diputados, que fue miembro de Alianza Popular desde los años ochenta, y que según algunas informaciones periodísticas habría mostrado simpatías hacia el partido de ultraderecha Fuerza Nueva.

Ni que decir tiene que dicho partido es una especie de paraguas bajo el cual hay diversas sensibilidades, desde la fascista (que explica que en España no haya un partido ultraderechista de masas) hasta la cristianodemócrata y la liberal. Pero su cultura hegemónica es claramente franquista, y su nacionalismo uninacional extremo es heredero del existente durante la dictadura. Esta visión, tanto en la versión extrema como en la versión más moderada, es la que domina la intelectualidad española, basada en la capital del Reino. Han contribuido a ello los mayores medios de información, incluyendo El País, que fue establecido por algunos personajes dentro de la dictadura que se consideraron reformadores, tales como Fraga Iribarne, quien fichó a Juan Luis Cebrián para que lo gestionara. Juan Luis Cebrián (cuyo padre fue el director del diario Arriba, el diario oficial del régimen fascista) había sido director de los servicios informativos de la Radio Televisión Española en 1974, que era el mayor instrumento propagandístico del régimen dictatorial. Ni que decir tiene que El País fue abriéndose, permitiendo cierta pluralidad en sus páginas, de las cuales fueron excluidas, con notables excepciones, las izquierdas y los que cuestionaron la visión uninacional del Estado, convirtiéndose en el máximo valedor de la Monarquía y de tal Estado. Su respuesta a la crisis actual ha sido un furibundo ataque a las nuevas izquierdas y a los partidos independentistas (el último ejemplo es el artículo de uno de sus intelectuales, el Sr. Santos Juliá, que, predeciblemente, atribuye todo lo que ocurre en Catalunya a la CUP, un partido independentista que obtuvo solo un 8% de los votos validos en las elecciones de 2015).

El establishment uninacional, heredero del franquismo, pone todo el peso de su argumentario en defensa de su visión uninacional (que justifica la represión llevada a cabo por los aparatos judiciales y de seguridad del Estado en Catalunya) en el respeto a la ley y a la Constitución, leyes y Constitución que en gran medida fueron elaboradas en un proceso altamente desigual (que propagandística y erróneamente se definió como modélico), dominado por las derechas.

Ni que decir tiene que, incluso en el caso de que se aceptara que la ley refleja la soberanía popular (supuesto altamente cuestionable), hay que señalar que el gobierno Rajoy se ha saltado las leyes españolas constantemente, siendo uno de los partidos políticos con mayor corrupción en España. Y, de nuevo, incluso aceptando que la ley fuera resultado de la soberanía popular (que no lo es), su aplicación es constantemente sesgada a favor de los intereses económicos, financieros, religiosos, partidistas y de clase que ejercen un enorme dominio sobre el aparato judicial; el caso Millet en Catalunya y el caso Púnica en España son un ejemplo de ello. El enorme conservadurismo y corporativismo del estamento judicial es de sobras conocido.

La incapacidad de comprender qué pasa en Catalunya (y en España) 

Otra característica del pensamiento uninacional típico del régimen del 78 es su incapacidad para entender lo que ocurre en Catalunya, atribuyendo el movimiento de rebeldía en defensa de la identidad y la nación catalanas a la propaganda y capacidad de movilización de los partidos gobernantes en la Generalitat de Catalunya, antes Convergència i Unió (alianza de un partido liberal y un partido cristianodemócrata) y ahora el mismo partido Convergència con ERC. En dicha interpretación se olvida que el primer partido, Convergència, ha caído en gran descrédito debido a haberse conocido la gran corrupción de su dirección, que utilizó la Generalitat de Catalunya como si fuera de su propiedad para su beneficio personal (situación que Pablo Iglesias ha definido, con acierto, como el nacional-patrimonialismo del PP, y que puede atribuirse igualmente a CDC), teniendo incluso que cambiar su nombre a PDeCAT. El otro partido de la coalición CiU, Unió Democràtica, ha desaparecido.

Se olvida u oculta también que los que propusieron el Estatut de Catalunya del 2005 fueron las izquierdas (el tripartito dirigido por Pasqual Maragall). Y también se ignora que las movilizaciones iniciales fueron para defender tal Estatut. Su posterior radicalización es responsabilidad de la insensibilidad democrática y de la falta de respeto a la plurinacionalidad por parte del Estado central. Es sorprendente que la mayoría de artículos sobre la crisis publicados, por ejemplo, en El País, hayan sido críticos con Junts Pel Sí y pocos con el gobierno Rajoy.

El sectarismo del establishment intelectual-mediático español

Creo haber sido uno de los autores catalanes y españoles que más ha criticado en España y en Catalunya al gobierno de Junts Pel Sí de la Generalitat de Catalunya por sus políticas económicas y sociales, que pertenecían claramente a la sensibilidad neoliberal, la misma, por cierto, que inspiró al gobierno del PP (en realidad, las tensiones nacionales entre el gobierno del PP y Junts Pel Sí están ocultando la enorme crisis social que sus políticas económicas han provocado; la evidencia de ello es abrumadora). Y también he criticado el comportamiento antidemocrático de Junts Pel Sí, mostrado en su manipulación sectaria del Parlament de Catalunya, como bien denunció el parlamentario Joan Coscubiela, de la coalición Catalunya Sí que es Pot.

Ahora bien, es de un sectarismo denunciable el comportamiento del establishment político-mediático español y de su intelectualidad (incluyendo grandes sectores de la intelectualidad de la izquierda española), que mientras denuncian en varias páginas de El País (uno de los rotativos más sectarios hoy en España, eje del establishment mediático uninacional, profundamente hostil a los nacionalismos "periféricos" y a las nuevas izquierdas, y defensor a ultranza del régimen del 78, definiendo la transición como modélica) el comportamiento antidemocrático de Junts Pel Sí, permanecen callados, en un silencio ensordecedor, frente a la enorme represión que ha ocurrido en Catalunya (alrededor de 900 heridos). Es interesante señalar que la atribución de la mayor responsabilidad por la gran crisis política del país al gobierno catalán es característica del uninacionalismo franquista vigente que apareció también en el discurso del rey Felipe VI. Una postura más equilibrada, pero también errónea, es la que atribuye la responsabilidad en igualdad de condiciones al gobierno central y al gobierno catalán, y digo errónea porque es fácil de demostrar que ha sido la versión uninacional franquista, presente no solo en el gobierno Rajoy, sino también en el establishment político-mediático español, la causante de la gran crisis política del país.

Una última observación: el error de algunas voces de izquierdas 

Una postura bastante extendida en amplios sectores de las izquierdas españolas es considerar estas discusiones y tensiones como resultado del protagonismo de los nacionalismos en la vida política del país, que están ocultando la enorme crisis social del país. Esta percepción, a la cual me he referido en varias ocasiones, tiene un gran elemento de verdad. Describe parte de la situación actual. Es, pues, necesario subrayar la importancia de este argumento. Ahora bien, un argumento puede ser necesario pero no suficiente, ya que el mismo Estado uninacional que prohíbe y persigue el plurinacionalismo en España es también (como he documentado ampliamente) el Estado responsable de la crisis social actual. Esto es una realidad obvia, de manera que el tema social está íntimamente ligado al tema nacional. De ahí que históricamente las izquierdas, no solo las catalanas, sino también las españolas, hubieran incorporado en sus proyectos de gobierno el apoyo a un Estado republicano plurinacional. Hay que recuperar la validez del proyecto republicano social y plurinacional. Y me alegra constatar que ello está ya ocurriendo. En Catalunya, en las movilizaciones, pueden verse más y más banderas republicanas. Y lo mismo está ocurriendo a lo largo del territorio español.

Hay una creciente constatación en Catalunya que para conseguir un cambio social y nacional hay que favorecer y defender la reestructuración del Estado español, por el bien de España y por el bien de Catalunya. Las nuevas izquierdas están hoy cuestionando la uninacionalidad de España. Su iniciativa de invitar a todas las fuerzas democráticas a actuar de forma colaborativa para trasformar España (incluyendo Catalunya) es de una enorme trascendencia e importancia.

Ni que decir tiene que las derechas postfranquistas están acusando a tales nuevas izquierdas de ayudar al independentismo. Y dicho mensaje aparece extensamente hoy en el establishment uninacional español, alcanzando niveles grotescos en su promoción internacional. Nada menos que el director de la oficina en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (European Council of Foreign Relations), escribió hace unos días un artículo que define al movimiento de rebelión en Catalunya frente al Estado central como un movimiento racista (sí, ha leído bien, racista) que considera a los españoles como inferiores, y acusando, por si no fuera poco, a Podemos de proindependentista, utilizando "tácticas insurreccionales" (tal personaje se llama Francisco de Borja Lasheras; su artículo aparece en Social Europe). Y lo que es más lamentable es que algunas izquierdas están contribuyendo a esta campaña. Pero cualquier persona que conozca la realidad (pasada y presente) de este país puede ver que la única solución para mantener España unida hoy es precisamente pidiendo una alianza de todas las fuerzas democráticas en oposición al establishment heredero del franquismo. La vía actual defendida por el Rey y por Rajoy creará la ruptura de España.

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Monarquía
La necesaria movilización de las fuerzas democráticas frente a los herederos del franquismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/09/28/la-necesaria-movilizacion-de-las-fuerzas-democraticas-frente-a-los-herederos-del-franquismo/ Thu, 28 Sep 2017 06:00:58 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4101 Continuar leyendo "La necesaria movilización de las fuerzas democráticas frente a los herederos del franquismo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

El coste de la desmemoria histórica

La escasa recuperación de la Memoria Histórica en los círculos políticos, mediáticos e incluso académicos españoles explica que no se haya corregido la tergiversada historia de este país, tergiversación que continúa dominando el relato del pasado y del presente. No hay plena conciencia ni hay pleno reconocimiento, por ejemplo, de que la Guerra Civil fue un golpe militar contra un sistema democrático gobernado por unas fuerzas políticas promotoras de reformas urgentes y necesarias que estaban afectando los intereses de las clases privilegiadas y dominantes que, siendo una minoría de la población, necesitaron de una enorme y cruel represión frente a la mayoría de la población, que eran las clases populares. De no ser por la enorme resistencia popular en la mayor parte de los territorios españoles, aquel golpe militar se hubiera impuesto en cuestión de dos o tres meses. Pero a pesar de la ayuda de las tropas nazis alemanas y fascistas italianas, y de la escasa ayuda militar que el gobierno republicano recibió de los supuestamente democráticos gobiernos occidentales (temerosos estos de que las reformas altamente populares del Frente Popular contaminaran a sus propias clases populares), no pudieron conseguir someter a la mayoría de la población hasta tres años más tarde, estableciendo uno de los regímenes más represivos, crueles y terroristas (es decir, que el terror era una política del Estado) que hayan existido en Europa durante el siglo XX. Nunca hay que olvidar que por cada asesinato que cometió Mussolini, el régimen de Franco cometió diez mil.

La Guerra Civil fue una lucha de clases. Pero también fue una lucha de dos visiones de lo que es España 

No hay duda de que la Guerra Civil fue una lucha de clases, de las oligarquías y de las burguesías en contra de la clase trabajadora de los distintos pueblos y naciones de España. Los vencedores de aquella lucha de clases establecieron el Estado dictatorial, y, cuarenta años más tarde, fueron las fuerzas dominantes en la transición de la dictadura a la democracia, definida erróneamente como modélica. Y digo erróneamente porque el desequilibrio de fuerzas en aquel proceso fue tan grande a favor de los vencedores de la Guerra Civil y en contra de los vencidos (las izquierdas que lideraban las fuerzas democráticas) que era imposible que el resultado de aquella transición fuera modélico. Su producto, la democracia española, era y continúa siendo enormemente limitada y el Estado del Bienestar fue y continúa siendo muy insuficiente. Los datos que avalan tal observación están ahí para el que quiera verlos. Los muestro en mis libros (ver Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002; y El subdesarrollo social de España: causas y consecuencias. Anagrama, 2006). 

Ahora bien, hay otra parte de la desmemoria histórica que está incluso más ocultada. Es poco conocido hoy en España que además de la lucha de clases que apareció en la mayoría de los pueblos y naciones de España, hubo otra lucha que se sintió con especial énfasis en las naciones "periféricas", como Catalunya y el País Vasco (y también en Galicia). La represión en contra de la cultura e identidad nacional en Catalunya fue una característica de aquel golpe militar y del régimen que estableció. Puedo dar constancia de ello, como catalán que soy. No soy muy dado a referirme a experiencias personales, pero me permito hacer una excepción en este artículo en mi intento de explicar una dimensión poco conocida del pasado de nuestro país a mis amigos al sur del Ebro, a quien está dirigido predominantemente este artículo. Cuando yo era un niño, alrededor de los 10-11 años, un gris (la policía franquista) en Barcelona se molestó por dirigirme a él, en la calle, en catalán –mi lengua materna- diciéndome "no hables como un perro, habla como un cristiano". Recuerdo bien la frase, a la que respondí escupiéndole en la cara. Además de la paliza y el bofetón que me dio, me llevó al cuartelillo de la policía, desde donde llamaron a mis padres, maestros republicanos que fueron brutalmente represaliados por su apoyo a las reformas educativas de la República y a la Generalitat de Catalunya (ver Una breve historia personal de nuestro país. biografía de Vicenç Navarro, en www.vnavarro.org). Mi padre me acarició la cabeza, y hablando para sí mismo dijo "Tan jove, ja" (tan  joven, ya), y mi madre, delante de los grises, me dio uno de los besos más grandes y más políticos que una madre haya dado a su hijo en Catalunya, mostrando lo enormemente orgullosa que estaba de mí.

En muchas partes de España parece no conocerse que siempre ha habido en Catalunya un sentimiento de identidad que no tiene por qué ser excluyente o insolidario. Es cierto que este sentimiento puede lamentablemente traducirse en un nacionalismo excluyente. Así pasó con Jordi Pujol, el mayor punto de referencia político del nacionalismo catalanista conservador, cuando escribía que los "inmigrantes" murcianos y andaluces que venía a trabajar a Catalunya (a los que la burguesía catalana y los nacionalistas pujolianos llamaban "charnegos") tenían una capacidad intelectual inferior a la de los catalanes. Ahora bien, siempre hubo otro sentimiento identitario solidario característico de las izquierdas catalanas, opuesto al anterior. En el mismo periodo que Jordi Pujol promovía aquel nacionalismo, yo escogí ser médico de los "charnegos" en el barrio más pobre de Barcelona, el Somorrostro. La resistencia antifascista que se había infiltrado en el sindicato fascista, el SEU, fundó el SUT (el Servicio Universitario del Trabajo), que había establecido el único centro sanitario en aquel barrio y cuyos habitantes representaban la clase trabajadora venida de otras parte de España que estaba construyendo el país y luchando, muchos de ellos, en la resistencia antifascista. Las izquierdas catalanas siempre vimos que la lucha social y la lucha por la recuperación de la identidad catalana estaban unidas, pues la causa de su opresión era la misma: el Estado fascista. Y esta diversidad de identidades regionales y nacionales era la riqueza del país. Nuestro deseo era que tal diversidad quedara reflejada en la configuración del Estado cuando se estableciera la democracia.

La España plurinacional fue siempre la visión preferente dentro de las izquierdas catalanas y españolas

La tergiversada historia de España, heredada de la dictadura, ha ocultado que siempre ha habido dos versiones de España. Una, la uninacional, de las derechas españolas, cuya máxima expresión se dio durante el fascismo. Esta visión de España es la visión de los vencedores de la Guerra Civil. Pero la de los vencidos era la visión plurinacional y pluri-identitaria, característica de las izquierdas. No se conoce en España que tanto el PSOE como el PCE, durante la resistencia antifascista, tenían en su programa el reconocimiento de dicha plurinacionalidad, garantizada por el derecho de decisión o autodeterminación, que aseguraba que la deseada unión de España estuviera basada en la voluntad de las distintas regiones y naciones de España, en lugar de estar unidas por la fuerza, tal como exige la actual Constitución Española, que asigna nada menos que al Ejercito la función de asegurar tal unión (cláusula impuesta por el Monarca y el Ejército en el redactado de la Constitución). En esta última versión, la uninacional, se consideraba a la visión plurinacional como la anti-España, siendo brutalmente reprimida por el régimen dictatorial, y todavía ocultada o discriminada durante el régimen del 78 iniciado en la inmodélica transición, como resultado de la pervivencia de la cultura franquista, todavía muy extendida en los aparatos del Estado español, incluyendo su judicatura y sus órganos de seguridad.

La represión fascista contra los que la dictadura definió como rojos y separatistas

La mayor represión fruto del golpe militar fascista y del régimen que le siguió fue dirigida a los que fueron definidos como rojos y separatistas, categorías que incluían en Catalunya a aquellas personas que habían luchado por una España justa, libre y democrática (a las que definían como rojos), y a aquellas personas que luchaban por una España plurinacional (a las que definían como separatistas). Y lo peor de esta represión era que a uno se le definiera como rojo y separatista, como lo fue gran parte de mi familia, incluyendo mi padre, al que se le supuso separatista por haber sido secretario de la Asociación en Defensa de la República Catalana en la Federación Española. Mi padre era federalista, no secesionista. Y amaba profundamente a España y a Catalunya. Era valenciano de origen y maestro ilusionado, junto con mi madre, también maestra ilusionada, con las reformas docentes realizadas por la Generalitat de Catalunya y por la II República. Que los considerasen a ellos, mis padres (y mis tíos y tías que tuvieron que dejar España y más tarde luchar contra el nazismo en la Francia ocupada) como anti-España, es absurdo y ofensivo en extremo, pues lucharon y dieron lo mejor de su vida por otra España diferente a la España monárquica borbónica, centrada en la capital del Reino, Madrid (que no tenía nada que ver con el Madrid popular), radial, jerárquica, corrupta e injusta. Su España era republicana, democrática, justa y plurinacional. Pero para los "nacionales" (así se definían a sí mismas las fuerzas fascistas), los que apoyaban la otra visión de España eran antiespañoles. Para ellos, separatistas eran todos aquellos que no compartían su visión uninacional. El president Companys (al que los fascistas fusilaron), que había sido director de una revista titulada Nueva España, y que fue Ministro del gobierno español republicano, era un federalista, no un secesionista. Y sorprenderá también a muchos lectores saber que los mártires y héroes cuya vida y muerte se homenajea el día nacional de Catalunya, el 11 de septiembre, por defender los derechos de Catalunya frente a Felipe V, de la realeza borbónica, también luchaban por el bien de España, dato que las derechas nacionalistas españolistas y los independentistas siempre ocultan en su historia tergiversada de España. Cito textualmente las palabras del General Villarroel, que dirigió a los luchadores que se enfrentaron a las fuerzas borbónicas que los derrotaron, eliminando los derechos de la nación catalana: "Señores, hijos y hermanos: hoy es el día en que se han de acordar del valor y gloriosas acciones que en todos tiempos ha ejecutado nuestra nación. No diga la malicia o la envidia que no somos dignos de ser catalanes e hijos legítimos de nuestros mayores. ¡Por nosotros y POR LA NACIÓN ESPAÑOLA PELEAMOS! Hoy es el día de morir o vencer" (el original no está en mayúsculas, las añado para que se pueda leer bien). Queda claro que los héroes masacrados por las tropas borbónicas luchaban por otra visión de España, claramente plurinacional, cuya memoria es recordada el 11 de septiembre, la Fiesta Nacional de Catalunya. El Día Nacional en la primera versión de España –la uninacional borbónica- es el día de la Raza (tal como se llamaba) en el que se celebra la victoria y conquista de un nuevo continente. En Catalunya, sin embargo, el Día Nacional es un homenaje a los derrotados defendiendo otra visión de Catalunya y de España.

El renacer del plurinacionalismo

Esta visión plurinacional ha continuado viva en las izquierdas catalanas durante la época democrática. Fue precisamente un gobierno de izquierdas -el gobierno tripartito del socialista Pasqual Maragall- el que preparó el Estatut de Catalunya que fue vetado, después de ser aprobado por el Parlament de Catalunya, por las Cortes Españolas y refrendado por la población en Catalunya, por el Tribunal Constitucional (TC), controlado por el PP. Tal veto (de partes esenciales de aquel Estatut, como considerar a Catalunya como una nación) y la pasividad del PSOE han creado la situación actual. La derecha española en general, y el PP en particular, han sido una fábrica de independentistas. El nacionalismo españolista y su versión y expresión uninacional son la mayor causa del crecimiento del independentismo.

Dicho esto, me niego a creer que el gobierno Rajoy esté aplicando claras políticas represivas que están incrementando el independentismo como resultado de su incompetencia, como algunas voces de izquierdas están indicando. El Sr. Rajoy encaja perfectamente en el molde extremista del nacionalismo uninacional heredado del franquismo. Cree, como también creen muchas personas de derechas, e incluso de izquierdas, que los partidos independentistas son los responsables de haber creado este enorme movimiento en Catalunya, sin querer darse cuenta de que la realidad es precisamente lo contrario. Ha sido el hecho de ver desoídas las justas demandas de redefinición de España lo que ha convertido el deseo de reconocimiento en un deseo de separación. Y el hecho de que la visión uninacional sea todavía la dominante en España, en parte debido a la renuncia por parte de las izquierdas tradicionales de su visión plurinacional, explica el comportamiento electoralista de Rajoy, totalmente comprensible desde el punto de vista electoral, pues lo beneficia a nivel de votos.

La demanda por un referéndum

En Catalunya, según las encuestas, la mayoría favorece una consulta o un referéndum sobre si Catalunya debería separarse o  no de España. Tal apoyo va (según la encuesta) de un 70 a un 80%. Sin embargo, la mayoría no es favorable a la independencia. La prohibición del "referéndum" por parte del Estado y del gobierno Rajoy, consecuente con su historia de falta de sensibilidad hacia las peticiones provenientes de Catalunya, ha generado una gran protesta, claramente instrumentalizada por los partidos independentistas que gobiernan Catalunya, que han utilizado a su vez métodos sectarios y antidemocráticos en su instrumentalización del referéndum, el cual se ha transformado más en un plebiscito de apoyo a la independencia que en un auténtico proceso de debate democrático sobre los méritos o deméritos de tal opción, libremente expresados en los medios públicos de la Generalitat. En realidad, tales medios han sido meros instrumentos independentistas.

Esto ha dado pie a desarrollar una enorme represión contra las instituciones de la Generalitat de Catalunya que está siendo llevada a cabo por los aparatos del Estado uninacional (el judicial y el policial) bajo el gobierno Rajoy, represión que están afectando los derechos políticos y civiles de toda la población mediante medidas que, como han  indicado varios juristas y constitucionalistas de conocido prestigio (como el Sr. José Antonio Martín Pallín, fiscal y magistrado emérito del Tribunal Supremo, el Sr. Baltasar Garzón o el profesor Javier Pérez Royo), son ilegales.

Crítica a algunas respuestas de sectores de izquierdas

Ante esta situación es sorprendente el silencio de la intelectualidad española. Me parece bien que unas personas de izquierdas publicaran en El País (hoy uno de los diarios más hostiles a la transformación social y nacional de España) una carta indicando que el referéndum no es un referéndum. Debo ser una de las personas en Catalunya que ha sido más crítica con Junts Pel Sí y su mal llamado referéndum. Ahora bien, me parece muy mal que no critiquen la continua y agresiva intervención del Estado, tanto por parte del gobierno como por parte de los aparatos del Estado, dirigidos por un coronel de la Guardia Civil, procedente de una familia de Fuerza Nueva y hermano de un ex miembro del TC, hecho ampliamente conocido en Catalunya. El sistema judicial y constitucional español dista mucho de ser el sistema democrático que el país tendría si hubiera habido una ruptura con el Estado anterior. Y lo mismo ocurre con las fuerzas de seguridad. Es preocupante que miembros de la Guardia Civil saludaran a miembros de la ultraderecha que los vitoreaban cuando estaban reprimiendo manifestaciones totalmente pacíficas y no violentas. Hemos visto estos días la llegada a Barcelona de grupos civiles fascistas que están intentando agredir a la población, que se está manifestando pacíficamente. Estos mismos grupos fascistas rodearon el centro de Zaragoza, donde fuerzas democráticas estaban reunidas para realizar un acto político que pudiera contribuir a resolver uno de los mayores problemas que hoy existen en España. No ha habido ninguna detención de miembros de dichos grupos. Y los políticos que acudieron al acto tuvieron que encerrarse en el lugar donde éste se realizaba. 

La llamada a la movilización democrática

Cualquier persona democrática, sea o no catalana, consciente de la historia real y no tergiversada del país, necesita movilizarse y decir NO a esta ocupación de Catalunya por los aparatos del Estado central, dirigidos por un gobierno corrupto que utiliza el Estado y sus aparatos de represión para fines partidistas y personales. Escribir ahora diciendo que el referéndum propuesto por la Generalitat de Catalunya no es legal me parece insuficiente. Lo que estamos viendo hoy es la movilización de las fuerzas herederas del fascismo, los súper patriotas de siempre, que están, como también hicieron en el 36, recurriendo a una represión que (por desgracia y como resultado de la insuficiente recuperación de la memoria histórica está contando con la simpatía de amplios sectores de la población española), reforzando así su dominio sobre España y su Estado. La victoria de Rajoy en su enfrentamiento con la Generalitat de Catalunya (conseguida, una vez más, con la pasividad del PSOE) debilitará enormemente a las fuerzas democráticas en España. De ahí la importancia de las fuerzas españolas que se reunieron en Zaragoza representando esa otra España, la plurinacional, sin la cual será también imposible resolver el gran problema social creado a su vez por el mismo Estado uninacional (también con la pasividad del PSOE). La democracia en España está en peligro y el máximo responsable de ello es la persistencia de la cultura franquista en el Estado español.

El movimiento democrático iniciado en Catalunya que debería extenderse al resto de España 

La represión ha movilizado a la mayoría de las asociaciones progresistas de la sociedad civil, desde los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT, hasta los movimientos vecinales, asociaciones de pequeños empresarios, clubs de fútbol, etc. que se están organizando para oponerse a tanta represión. La gran mayoría de dichas asociaciones no son independentistas, pero se sienten ofendidas por la brutal represión que está hoy teniendo lugar en Catalunya. Y un elemento muy importante es que se ha diluido el protagonismo que los partidos independentistas y los movimientos afines como la ANC y OMNIUM CULTURAL han tenido hasta ahora, dirigiendo las movilizaciones. Los sindicatos son las asociaciones civiles más grandes de Catalunya, y  junto con la clase trabajadora, que no es independentista y no se movilizó en las campañas independentistas, se están ahora movilizando para defender las instituciones catalanas y la democracia. Es significativo que los trabajadores del puerto no estén abasteciendo a los barcos que han utilizado las tropas enviadas a Catalunya para ocuparla. El movimiento pro-independentista grande, pero no mayoritario, se está ampliando en un movimiento más grande a favor de la democracia, de las instituciones catalanas y de la plurinacionalidad de España. Hoy, significativamente reunidos en el Museo de Historia de Catalunya, han aprobado un manifiesto en el que se convoca a la sociedad civil catalana a defender la democracia en Catalunya, violada ahora por el intervencionismo judicial y político del Estado español. Por el bien de Catalunya y de España es importante que se haga esta movilización de todas las fuerzas democráticas en contra de las políticas antidemocráticas y represoras que están siguiendo los herederos de la dictadura que oprimió tanto a las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España.

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La amenaza a la democracia: la vuelta al franquismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/09/19/la-amenaza-a-la-democracia-la-vuelta-al-franquismo/ Tue, 19 Sep 2017 15:12:49 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4093 Continuar leyendo "La amenaza a la democracia: la vuelta al franquismo"]]> Vicenç Navarro

Dos hechos que han ocurrido en las últimas semanas muestran el grado de derechización que se ha alcanzado en las instituciones políticas y mediáticas españolas en estos años de gobierno Rajoy. Uno de estos hechos, que ha pasado casi desapercibido, es el otorgamiento por la Editorial Espasa del premio que lleva su nombre a Stanley G. Payne por su libro En defensa de España: desmontando mitos y leyendas negras, que es una defensa del régimen dictatorial que existió en España desde 1939 hasta 1978, considerando al general Franco, que lo lideró, como (y lo cito textualmente) "el mayor modernizador de su país y el líder que alcanzó mayor éxito de todos los aspirantes a las dictaduras de desarrollo del siglo XX". El libro es una defensa del golpe militar de 1936 y del régimen dictatorial español existente en este país.

Su autor, Stanley G. Payne, es profesor emérito de la Universidad de Wisconsin-Madison, en EEUU, donde dirige la Cátedra Vicens Vives, y pertenece a la categoría de hispanistas anglosajones próximos a las derechas españolas. Gran defensor de la manera cómo se hizo la transición en España de la dictadura a la democracia, considerándola como modélica, es contrario a la re-evaluación de tal proceso que están haciendo las nuevas izquierdas, como Unidos Podemos, En Comú Podem y En Marea, a las que considera como nefastas, como define también a las fuerzas republicanas de los años treinta, cuyas acciones, según él, hicieron necesario el golpe militar de los "nacionales" (el entrecomillado es mío). En realidad, Stanley G. Payne ha alertado a la sociedad española de una posible alianza del PSOE con Unidos Podemos, que reproduciría el Frente Popular que él abomina. La última ocasión en la que repitió este comentario fue nada menos que en el Centro de Estudios de la Defensa Nacional del Ministerio de Defensa del Estado español.

Dicho personaje ha recibido múltiples galardones del establishment español, habiendo sido elegido miembro de la Real Academia de Historia y de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de España, receptor de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, y nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad Rey Juan Carlos. Es un académico del establishment conservador, cuyas opiniones y discursos resuenan y son aplaudidos por las derechas españolas, que en el panorama europeo son equivalentes a las ultraderechas. No me imagino que un libro semejante que hablara positivamente (tal como Payne hace de Franco) de Hitler, de Mussolini o incluso del mariscal Pétain recibiera tal reconocimiento en Alemania, en Italia o en Francia respectivamente, países que sufrieron dictaduras fascistas o nazis semejantes a la que sufrió España.

Pero en España no solo es posible, sino que es frecuente. En este aspecto, es importante también conocer qué es la Editorial Planeta, creada por el Sr. José Manuel Lara Hernández, que luchó en la llamada Guerra Civil en el lado golpista como capitán de la Legión, a la que se pasó tras conocer al famoso (por su crueldad) general Yagüe. Participó activamente en la represión política franquista cuando los militares ocuparon Barcelona, y fue, más tarde, jefe del sindicato fascista vertical de Artes Gráficas. En 1949 fundó la Editorial Planeta, convirtiéndose, como resultado de su entramado con el Estado, en una de las casas editoriales más importantes de España. Fue más tarde nombrado Marqués del Pedroso de Lara. Su hijo, José Manuel Lara Bosch, heredero de una de las editoriales más grandes (con unos ingresos anuales de 1.600 millones de euros) de España (y del mundo), expandió sus negocios a los medios de información, llegando a presidir la corporación Atresmedia (a la que pertenecen, entre otras, Antena 3, La Sexta, Onda Cero, Europa FM y Melodía FM). El Grupo Planeta es también el mayor accionista del diario de ultraderecha La Razón. Su gran poder mediático explica la docilidad hacia tal figura por parte del establishment político, lo cual explica sus muchos honores recibidos de autoridades públicas, incluyendo la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura del Estado español, la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid de la Sra. Esperanza Aguirre, el título de hijo adoptivo de Sevilla, y la Cruz de Sant Jordi, máxima condecoración de la Generalitat de Catalunya, y un largo etcétera. Sus relaciones fueron siempre cordiales con los principales partidos políticos gobernantes, primordialmente con las derechas del PP y Convergència, pero también con el PSOE.

Pero la burguesía representada por el Sr. Lara ha estado muy inquieta con el surgimiento de la nueva izquierda, que parece más difícil de domar. De ahí el galardón a Payne, en un intento de reforzar "la cultura franquista" todavía hegemónica en las estructuras de poder en este país. Tal burguesía parece estar alarmada, pues en la promoción de la elección del libro de Payne, el jurado del Premio Espasa subraya que tal libro provoca y desmonta los mitos y leyendas negras existentes en España sobre la Guerra Civil y sobre Franco, como si dicha visión favorable a la dictadura fuera minoritaria (casi prohibida) en España, habiendo sido reemplazada por una visión republicana, "roja" y "separatista", que supuestamente, y según Payne, domina el mundo intelectual del país. En realidad su visión de España y de su historia, lejos de ser prohibida, es la hegemónica en gran parte de los aparatos del Estado y del establishment político y mediático del país. La transición no significó una ruptura con el Estado franquista, sino una adaptación y una apertura de este para legitimarse como Estado democrático, pero conservando y reproduciendo grandes elementos de la cultura franquista que continúan siendo hegemónicos en el país. La España uninacional, centrada en un Estado radial, es la dominante en los aparatos del Estado, y lo que está ocurriendo en España estos días es un ejemplo de ello, lo cual me lleva al segundo hecho ocurrido esta semana.

Pero antes quisiera subrayar que la evidencia existente muestra claramente que Franco tuvo poco de modernizador. Una persona profundamente conservadora y reaccionaria, cruel en extremo (según el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia en Nueva York, experto en el fascismo europeo, por cada asesinato que cometió el régimen de Mussolini, el régimen de Franco cometió 10.000), responsable del enorme retraso político, cultural y económico del país, es lo opuesto a modernizador. Solo dos datos muestran la falacia de ese argumento. Cuando ocurrió el golpe militar, España e Italia tenían el mismo PIB per cápita. Cuando la dictadura terminó, el PIB per cápita en España era solo el 64% del PIB de Italia. Y el 68% de la población adulta tenía menos de seis años de educación.

La represión que está ocurriendo en Catalunya

El Estado central, cuyo Jefe de Estado nunca ha hecho una declaración en contra de tal general (ni la hará), ni en contra de la dictadura (que tampoco hará), y cuyo partido gobernante, fundado por un ministro de Franco, nunca ha denunciado explícitamente aquel régimen, está hoy reprimiendo por la fuerza, con una enorme agresividad y falta de sensibilidad democrática (característica del franquismo), reuniones, discursos, material escrito, revistas y muchos otros actos, lo cual sería impensable en cualquier país democrático. Aquí y ahora, en Catalunya, bajo este régimen considerado democrático, ha reaparecido una represión política que (para aquellos que vivimos aquel horror y luchamos contra él) recuerda la dictadura intentando crear miedo entre la población con campañas masivas de intimidación, y saltándose leyes del mismo Estado, como bien ha denunciado el fiscal y magistrado emérito del Tribunal Supremo, el Sr. José Antonio Martín Pallín. El hecho de que los partidos independentistas que gobiernan la Generalitat se hayan saltado las leyes, violando el propio Estatut de Catalunya (como he denunciado en otros artículos), no justifica que el Estado central también lo esté haciendo.

Tal represión es para defender una visión de España, repito, uninacional, jerárquica, escasamente democrática, con un escaso compromiso con los derechos políticos, sociales y culturales de los ciudadanos del país, oprimiéndose a aquellos que tienen una visión distinta de España, definiéndolos como anti-España, tal como aquella dictadura hizo, dirigida por los llamados "nacionales". Ello exige, de todas las fuerzas democráticas, una movilización para denunciar la represión franquista y también para resolver las causas que están creando una enorme tensión entre los distintos pueblos y naciones de España, lo que dificulta, entre otros temas, la resolución del enorme problema social en el que vive el país, en el que la mayoría de los jóvenes que desean trabajar no pueden encontrarlo, y donde casi el 40% de las familias monoparentales apenas llegan a fin de mes. Este es el mayor problema que tiene el país, y que está siendo ignorado, cuando no ocultado, por aquellos que han sido responsables, a los dos lados del Ebro, de la enorme crisis social, escondiéndose ahora detrás de las banderas, como frecuentemente ha ocurrido en la historia de este país.

Los herederos del franquismo están ocupando Catalunya

Dicha represión es la máxima expresión del predominio de la cultura y prácticas franquistas que ha mostrado el gobierno Rajoy hacia las sucesivas demandas expresadas democráticamente por el gobierno catalán, pidiendo que se reconozca la personalidad e identidad de Catalunya dentro del Estado español, siendo el último caso el Estatut del año 2006 impulsado por el gobierno Maragall (una alianza de un partido socialista, un partido comunista, un partido verde y un partido independentista de izquierdas). Aquel Estatut no pidió la escisión, sino el reconocimiento de la identidad de Catalunya después de haber sido aprobado por el Parlament catalán, por las Cortes Españolas y por el pueblo catalán en un referéndum, el cual fue vetado (en algunos de sus elementos esenciales) por el Tribunal Constitucional, que ha sido en gran parte un instrumento conservador, hegemonizado por el PP.

Y es de ahí de donde se genera una movilización de miles de personas en Catalunya que se consideraban españolas, y que han dejado de sentirse como tales, haciéndose favorables a las tesis secesionistas. Es a partir de entonces que grandes multitudes de catalanes salen cada año el día de la Diada a la calle. La enorme rigidez del gobierno Rajoy ha sido el mayor factor para que el independentismo se haya doblado; y a no ser que haya cambios, pasará a ser mayoritario en Catalunya. Esta es la raíz del problema, que no puede resolverse a través de la represión, a la que debemos oponernos y debe ser denunciada, pues la victoria a través de la represión es lo peor que puede ocurrir, tanto en Catalunya como en España. Ni que decir tiene que parte del problema es que los partidos independentistas en Catalunya están intentando instrumentalizar este enfado popular actuando de una manera claramente denunciable (como he escrito en muchos artículos, tales como "Cómo el tema nacional y el tema social se relacionan en Catalunya", Público, 15.09.17 y "La desunión de las izquierdas: un mayor obstáculo para resolver la gran crisis social en Catalunya". Público, 06.09.17). Pero la mayor causa de las tensiones es el gobierno Rajoy.

Esto no puede continuar así: los partidos y movimientos democráticos deben movilizarse

Esta situación es intolerable, pues condena al país a estar batallando sobre temas nacionales, olvidando el mayor tema social, lo que se traduce en el aumento del deterioro de la calidad de vida y el bienestar. De ahí que algo debe hacerse, y rápido, y lo primero es terminar la represión que destruye los derechos de la ciudadanía en Catalunya y que provoca lo opuesto a lo deseado.

Hoy el conflicto, no solo en Catalunya, sino en toda España, no es sobre si habrá o no independencia, sino sobre si se violan las reglas de la democracia o no, primordialmente por parte del gobierno español (lo cual forma parte de su ADN político), gobierno que ha llegado a utilizar el Ministerio de Justicia, en alianza con periodistas basura, para dañar y eliminar a sus adversarios políticos. Este es el debate que adquiere especial relevancia hoy. Si el gobierno Rajoy consigue sus fines inmediatos, multiplicará todavía más la inestabilidad en España, recuperando, a su vez, el centralismo, que dificultará la resolución del problema nacional. De ahí la urgencia de que, además de parar la represión, se fuerce un diálogo y un debate entre todas las fuerzas democráticas para ver cómo rebajar tales tensiones. Y como parte de este objetivo, se debería permitir un referéndum pactado (que como varios constitucionalistas han afirmado es posible incluso en la presente Constitución) para posibilitar la libre expresión de la opinión de los catalanes sobre su conexión con el resto de España con garantías, garantías que no han sido respetadas por el gobierno Rajoy (ni tampoco por el gobierno Puigdemont). Entre estas garantías debería incluirse la elección entre varias alternativas, no limitándose a independencia SÍ o NO, pues dicha dicotomía en Catalunya está sesgada a favor del SÍ, pues el NO es claramente inaceptable para la gran mayoría de catalanes ya que significa continuar en la situación actual. Es el reto de las fuerzas democráticas no independentistas desarrollar alternativas (como lo fue en su día el Estatut propuesto por el gobierno Maragall) que compitan con la secesión como manera de resolver tales problemas que no fueron resueltos en la primera transición por imposición del Monarca y del Ejército. Ello requiere una reflexión sobre la necesidad de un proceso constituyente para redefinir España y el Estado español, haciéndolo más democrático, más justo, equitativo y plurinacional. Es imperativo que el problema nacional no continúe ocultando el enorme problema social tan agudo que persiste en el país, pues el problema nacional y social están causados por el enorme dominio que los herederos de la dictadura continúan teniendo sobre el Estado español. De ahí que aplauda la iniciativa de las nuevas izquierdas de convocar una Asamblea de autoridades parlamentarias y municipales, pertenecientes a partidos y movimientos sociales democráticos, para dialogar y proponer salidas a la situación actual.

Y en este proceso, hay que considerar que es urgente que el Partido Popular (causa de las mayores tensiones) deje de gobernar el país. Hoy, numéricamente, es posible sustituirlo, creando a nivel del Estado una alianza entre los partidos de izquierdas y los partidos nacionalistas. Y a nivel de Catalunya los números también muestran que podría establecerse un gobierno de izquierdas que sustituyera al gobierno actual dirigido por Convergència, que ha dominado la Generalitat durante la mayor parte del periodo democrático, y que con el PP ha sido corresponsable de la gran crisis social existente en Catalunya y en España. Esto podría ocurrir ya, pero los movimientos sociales deberían movilizarse y presionar para que ello ocurriera. Me temo que uno de los mayores obstáculos vendrá no solo del aparato central del Estado, sino también del PSOE, pues no ha aceptado todavía el plurinacionalismo que sus antecesores, durante la resistencia antifascista, habían apoyado. Su temor a que desaparezca el bipartidismo en España y la existencia de la resistencia del aparato que perdió en las elecciones a Secretario General (pero continúa siendo potente en su seno) está dificultando esta posibilidad. Espero que una movilización de sus bases pueda una vez más forzar los cambios que permitan hacer la segunda transición, resolviendo los grandes problemas que quedaron sin solventar en la primera. Así lo espero por el bien de Catalunya y de España.

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Franquismo
Cómo el tema nacional y el tema social se relacionan en Catalunya y en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/09/15/como-el-tema-nacional-y-el-tema-social-se-relacionan-en-catalunya-y-en-espana/ Fri, 15 Sep 2017 06:00:02 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4072 Continuar leyendo "Cómo el tema nacional y el tema social se relacionan en Catalunya y en España"]]> Hoy existen dos problemas graves en España, que están relacionados pero en situación distinta a lo que se creen muchas voces, incluyendo de izquierdas. Uno es el problema social, que es el mayor y más urgente, pues la calidad de vida y bienestar de las clases populares se ha estado deteriorando de una manera muy marcada durante estos años de la Gran Recesión (ver El nuevo régimen social de España, Público. 21.06.17; El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social, Público, 30.06.17; y ¿Qué pasa en Catalunya? Lo que no se dice en los medios ni en Catalunya ni en España, Público, 11.09.17). Tal problema debería ser motivo de movilización y respuesta prioritaria por parte de las izquierdas, pues históricamente han sido los instrumentos políticos creados para defender sus intereses.

El otro problema es el problema nacional, resultado en parte de una transición inmodélica que perpetuó un Estado uninacional borbónico, claramente centralizado y radial, origen de las tensiones territoriales que han alcanzado su máxima expresión estos días, en el conflicto entre el Estado español (representante del nacionalismo uninacional españolista) por un lado, y la Generalitat de Catalunya (representante de la versión independentista del nacionalismo catalanista) por el otro.

Las causas de la enorme crisis social

Las causas de la crisis social son fáciles de ver, aunque el lector no las verá, oirá o leerá en los mayores medios de información del país. Como he mostrado en mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante (Anagrama, 2015) tales causas son las políticas neoliberales que los gobiernos españoles, incluyendo los catalanes, han ido imponiendo a la población (y digo imponiendo porque no están en sus ofertas electorales) durante estos años, y que incluyen desde las reformas laborales (que han causado un gran descenso de los salarios y un  gran crecimiento del desempleo y la precariedad) a los enormes recortes en las transferencias públicas (como las pensiones) y servicios públicos del Estado del Bienestar (como la sanidad, la educación, los servicios sociales, las escuelas de infancia –mal llamadas guarderías en España– los servicios domiciliarios a la población con discapacidades, la vivienda, y muchos otros).

Y lo que es importante de subrayar es que los responsables de tales políticas tienen nombres y apellidos: han sido los partidos gobernantes en España, específicamente el PSOE, que las inició (y que nunca ha hecho una autocrítica por ello), y el PP que las continuó y expandió. En Catalunya, el mayor responsable ha sido Convergència Democrática de Catalunya, CDC, que ha gobernado la Generalitat de Catalunya durante la mayoría del periodo democrático (30 de 37 años), en alianza con Unió Democràtica hasta el 2015, y luego con ERC, en la coalición Junts Pel Sí, liderado por CDC. En realidad, CDC es el partido catalán más parecido al PP en España, con el cual, por cierto, siempre ha tenido, en temas económicos y sociales, gran afinidad al pertenecer a la misma familia política, la neoliberal conservadora. Su enorme poder institucional y mediático (este último resultado de la instrumentalización en términos abusivos de los medios de información públicos, y de los medios privados a través de subvenciones clientelares y corruptibles) aparece en todas las dimensiones de la vida política del país, en un sistema caciquil, fundado por la familia Pujol, que continúa, aunque bajo un nombre diferente, con el Partit Demòcrata de Catalunya o PDeCAT. La sustitución del presidente Mas por el presidente Puigdemont es mero marketing político que no ha cambiado la ideología y modus operandi de tal partido.

La ideología hegemónica en los aparatos de la Generalitat de Catalunya gobernados por Convergència

Su ideología es un nacionalismo conservador que en su día tenía una concepción etnicista e incluso racista (Hay que recordar, que Pujol había llegado a decir que los trabajadores que venían de Andalucía y/o Murcia, definidos como "charnegos", tenían un coeficiente intelectual más bajo que los catalanes, hecho que sorprendentemente no tuvo respuesta y denuncia en Catalunya, excepto por unas pocas voces, incluyendo la mía, cuando era yo entonces precisamente el médico de los llamados "charnegos" en el barrio más pobre de Barcelona, el Somorrostro). Este elemento de superioridad e identidad ya no se basa tanto ahora en un elemento étnico y racial (aunque al escuchar a la esposa de Pujol, la Sra. Ferrusola, no parece claro que esta visión haya desaparecido) sino un elemento cultural. Este nacionalismo profundamente conservador, mezcla de neoliberalismo con apuntes de democracia cristiana y cultura montserratina, es todavía dominante en tal partido. Esta ideología –también conocida como pujolismo– ha tenido un enorme impacto en la vida política y mediática, y continúa teniéndolo. Y los partidos que la sostenían son CDC y UDC, los mayores corresponsables del subdesarrollo social de Catalunya. Son también instrumentos políticos que sirven primordialmente los intereses económicos y financieros de la estructura del poder catalana. Este servicio no se hace solo como mero instrumento de tales intereses, sino también como transmisión de la ideología neoliberal (CDC) y conservadora (UDC) que les beneficia.

Una anécdota refleja lo que digo. Cuando volví del exilio, dirigí un estudio del Estado del Bienestar catalán en donde se mostraban sus enormes déficits como resultado de las políticas públicas aplicadas por el gobierno catalán conservador neoliberal (y por el Estado español). Tal estudio fue más tarde distribuido ampliamente, a través de videos, por una persona anónima, sin conocerlo yo, y que tuvo un gran impacto. El portavoz de CDC, el Sr. Felip Puig, lo denunció en el Parlament, acusándome de que yo había vuelto a Catalunya para generar una lucha de clases, a lo cual respondí que yo solo estaba fotografiando la realidad social catalana, a través del estudio, añadiendo que eran ellos –los gobernantes de Catalunya-  los mayores corresponsables del gran retraso social de Catalunya.

Desde entonces soy una de las personas más vetadas en los medios catalanes de información. Hoy esta lucha de clases continúa en Catalunya, y las políticas de recortes y privatizaciones masivas y las reformas laborales, aprobadas ambas por CDC, tanto en las Cortes Españolas (en alianza con el PP), como en el Parlament de Catalunya, son las responsables del subdesarrollo social de las clases populares. Un dato refleja muy bien lo que estoy diciendo. Durante la Gran Recesión (2008-2016) las rentas del capital han aumentado en Catalunya de un 42% a un 45% (el mayor aumento en la época democrática), mientras que las rentas del trabajo han ido disminuyendo de un 50% a un 46% durante el mismo periodo.

¿Cómo están relacionados el tema nacional y el tema social?

En teoría, todas las opciones políticas afirman retóricamente que su objetivo final es mejorar la calidad de vida y bienestar de la población. Y ello ocurre especialmente en el caso de los partidos independentistas, que señalan su compromiso con el tema social argumentando que el problema social en Catalunya solo puede resolverse mediante la secesión de tal país de España, pues el problema social está causado por España (porque, en su versión más belicista, "España roba a Catalunya"). De ahí que concluyen que la resolución del problema nacional tiene que ser prioritario dejando la solución de lo social a después, una vez se tenga la independencia. Y aún cuando retóricamente se dice en su argumentario que el tema nacional y el social siempre van juntos, en realidad anteponen siempre el tema nacional al tema social. Y ello ocurre también con las izquierdas independentistas (ERC y CUP) que así justifican su alianza con las derechas (lo cual dificulta la resolución rápida del problema social, relegado a un futuro lejano, a cuando seamos independientes).

El coste social de algunas izquierdas al aliarse con las derechas independentistas

Ello lleva a tales izquierdas independentistas a aliarse con las derechas en un proyecto dirigido por el PDeCAT para conseguir la ruptura con España, partido que, al controlar la gran mayoría del aparato de la Generalitat, jugaría un papel clave en la transición hacia el desarrollo de tal secesión. Ahora bien, tal alianza está imposibilitando la resolución el problema social. En este aspecto no es cierto lo que el Sr. Oriol Junqueras, Vicepresidente de Junts Pel Sí, y dirigente de ERC, dijera en el programa de Ana Pastor en La Sexta este pasado domingo que, según él, el presupuesto aprobado por Junts Pel Sí "haya sido el más social de los que hayan existido durante el periodo democrático".

Los datos muestran lo contrario. El gasto público social del presupuesto de la Generalitat para el año 2017, aprobado por Junts Pel Sí con el apoyo de la CUP, era un 11,1% más bajo del que se había aprobado en el último año del gobierno tripartito de izquierdas 2010 (y del cual, por cierto, ERC era miembro). Y ello pasó en prácticamente todos los capítulos del Estado del Bienestar (un 9,9% menos en educación, un 10,4% menos en sanidad, un 56% menos en vivienda, un 7,1% menos en protección social, y así capítulo por capítulo). Por otra parte, la Renta de Garantía Ciudadana, que provenía de una Iniciativa Legislativa Popular (y que fue aprobada en el Parlament) fue recortada significativamente hace solo unos días por el gobierno independentista, sin apenas discusión o debate y sin alboroto mediático. Y un tanto similar ocurrió con la reciente propuesta escrita en el proyecto de Decreto de Turismo (que el Conseller de Empresa y Conocimiento y el Govern quieren aprobar para finales de 2017), en donde propone, nada más y nada menos, que cualquier vivienda pueda convertirse en turística sin límite de días al año (tirando por tierra toda la lucha del Gobierno municipal de Ada Colau contra el alquiler turístico ilegal). Frente a tal expansión de los pisos turísticos (que están expulsando a las clases populares de su barrio), hubo un silencio ensordecedor por parte de los medios, absorbidos todos ellos en el tema nacional.

Estos datos muestran que la alianza con la derecha catalana para conseguir la secesión se realiza a costa de la continuación del deterioro social. Es cierto que la presencia de ERC en el gobierno Junts Pel Sí ha disminuido la intensidad de los recortes de gasto público. Pero no hay duda de que si se hubiera aliado con las izquierdas En Comú Podem y el PSC (como lo hizo en el tripartito), se podría haber establecido un gobierno que habría podido disminuir la enormidad del problema social. Hoy las encuestas muestran que de haber una elección, este tripartito de izquierdas podría gobernar Catalunya. Esta alternativa ni siquiera es considerada en el planteamiento independentista, dando pie para que PDeCAT utilice el tema nacional para ocultar el problema social, tal como hace también la derecha españolista, el PP, que son también profundamente nacionalistas, herederos de los que se definieron como los nacionales, interrumpiendo un Estado democrático -la II República- con un golpe militar, y del cual hablaré en la parte final del artículo.

Por qué la clase trabajadora no es independentista

El hecho de que el proceso proindependentista esté dirigido por las mismas derechas responsables del gran problema social explica el escaso atractivo de tal proyecto por parte de las clases populares, que no apoyan la secesión. De ahí que cuando los secesionistas hablan de que el pueblo catalán quiere la independencia, están faltando a la verdad. La mayoría de la población catalana no desea la independencia. Es más, la monopolización del soberanismo (que es el apoyo al derecho a decidir) por el independentismo (que es el apoyo a la secesión) está dificultando seriamente el desarrollo del soberanismo, pues la manera tan poco democrática con que Junts Pel Sí está actuando está desacreditando el soberanismo. Poner las urnas para que la población vote es una condición necesaria, pero no suficiente, para definir la hoja de ruta como democrática. Democracia requiere una diversidad de opiniones expresadas a nivel de los medios públicos de información, hoy totalmente controlados por el gobierno de la Generalitat. La falta de garantías para realizar el referéndum no está causada únicamente por el Estado central, pues hay muchas garantías que son responsabilidad exclusiva de la Generalitat. de Catalunya que siempre ha mostrado escasa conciencia democrática. En Catalunya, como en el resto de España, existe casi una dictadura mediática con práctica exclusión de voces de izquierda, excepto las independentistas, como las CUP, o las que apoyan su hoja de ruta, como el Podem dirigido por Albano Dante.

Tales izquierdas son fuerzas muy minoritarias en los barrios obreros, pues son percibidas en este caso como que están apoyando una movilización a favor del mal llamado referéndum dirigida por el responsable de la crisis social que les ha dañado tanto. Tal punto de vista quedó muy claro cuando una mujer trabajadora del barrio obrero de Nou Barris en la reunión de la Coordinadora de Catalunya en Comú, indicó que "el cuerpo me pide ir y sumarme a una manifestación que es anti PP. Pero el corazón me lo impide porque las tripas se me revuelven cuando veo a Puigdemont, el dirigente de los que nos han hecho tanto daño, liderándolo. No, compañeros, no podemos apoyar tal proyecto. Son los que siempre nos han hecho daño". Presentar que las únicas alternativas probables son Rajoy o Puigdemont es un abuso que permite una enorme manipulación, como están haciendo Junts Pel Sí y la CUP hoy en Catalunya. La pluralidad nacional existe ya en Catalunya. De ahí que el problema nacional no se resolverá a no ser que sea apoyado por las clases populares, que constituyen la gran mayoría de la población catalana. A no ser que dichas clases vean que tal cambio les beneficiará, no se movilizarán a su favor. Y es difícil que vean que se beneficiarán si los dirigentes y partidos políticos que hegemonizan tales movimientos son de derechas. Solo en el caso de que el movimiento de transformación nacional lo dirijan las fuerzas políticas que hayan mostrado su compromiso con las clases populares (a través de políticas públicas  que les favorezcan), habrá tal movilización. La experiencia escocesa muestra claramente esta situación. El partido nacionalista escocés fue votado incluso en Glasgow (la Barcelona de Escocia), al estar más a la izquierda que el Partido Laborista. Cuando acentuó su independentismo, perdió votos.

La solución de los problemas sociales y nacionales en Catalunya y en España

La evidencia es clara que el enorme problema social de España y de Catalunya responde a causas comunes: el enorme dominio del Estado español y de la Generalitat de Catalunya por parte de las derechas, que explica el subdesarrollo social tanto de España como de Catalunya. Los datos así lo muestran. Y las políticas económicas y sociales que han estado aplicando son muy semejantes, correspondiendo a su sensibilidad neoliberal conservadora. He documentado que el argumento que utilizan para justificar la aplicación de tales políticas (de que no hay otras alternativas) no es sostenible. Hay alternativas.

Otro elemento común de estas derechas es que las dos, la española y la catalana, son nacionalistas conservadoras pero de características muy distintas: una es el nacionalismo españolista, que es el más fuerte y dominante, de raíces imperialistas (que fundó el imperio español), de carácter racista (el día nacional, el 12 de Octubre, era el día de la Raza) y enormemente opresivo y asfixiante. Su máxima expresión apareció durante la dictadura fascista, que fue una dictadura no solo autoritaria, sino también totalitaria, es decir, que intentaba crear un nuevo "hombre" (las mujeres no cuentan en el fascismo), imponiendo sus normas, incluidas en las áreas más personales –como el sexo o el idioma– para configurar una nueva sociedad, creando una cultura –la cultura franquista– que reproducía su ideología que, en forma diluida, continúa reproduciéndose en y por el Estado español y su intelectualidad.

Impuesta por los "nacionales", presentó a cualquier otra visión de España, contraria a la uninacionalidad que la caracterizaba, como "la anti-España". De ahí que reprimiera cualquier otra visión de España, como la visión plurinacional, que admitía la existencia de otras naciones dentro del Estado español. Esta expresión fue particularmente acentuada en Catalunya, en el País Vasco y en Galicia. De ahí que la lucha por recuperar la libertad y democracia, incluía la lucha para redefinir España, aceptando su plurinacionalidad y el derecho a la autodeterminación como garantía de que la unidad del Estado era voluntaria y no forzada. Las izquierdas hicieron surgir esta visión. Y tanto el Partido Comunista como el Partido Socialista tenían en sus programas durante la clandestinidad este compromiso, que fue abandonado debido a la imposición del Monarca y del Ejército, que vetaron tal propuesta. El enorme desequilibrio de fuerzas que hubo durante la transición, entre las derechas españolas (que controlaban el aparato del Estado y los medios de información), y las izquierdas que habían liderado las fuerzas democráticas (que acababan de salir de la clandestinidad o vuelto del exilio), no podía ser mayor. Resultado de aquella transición desequilibrada e inmodélica, salió la Constitución, el marco legal de la democracia española, que se presentó propagandísticamente como homologable a cualquier democracia europea, lo cual es incorrecto.

La escasa cultura democrática existente en España, la escasa diversidad ideológica en los medios, el subdesarrollo social de España, la escasa financiación de su Estado del Bienestar y la perpetuación de la cultura franquista, incluida su visión uninacional, represiva de la plurinacionalidad, su centralizado poder político sin posibilidades de democracia directa, como referendos, y un largo etcétera, se deben a este desequilibrio de fuerzas que continúa existiendo en el Estado borbónico español, cuya negación de la plurinacionalidad alcanzó ya su expresión en 1714, cuando un Borbón, Felipe V, por la fuerza de las armas destruyó los derechos de Catalunya, utilizando, como siempre, el argumento de prevenir la unidad de España, cuando los dirigentes de la resistencia catalana estaban luchando, además de por los derechos catalanes, por el bien de España (cita textual). Fue también la justificación del golpe fascista (exitoso debido a la ayuda de Hitler y Mussolini), para defender la unidad de España cuando, en realidad, nadie la estaba cuestionando.

El otro nacionalismo: el catalanista

Tal nacionalismo catalanista raramente fue secesionista. En realidad, los dirigentes definidos como separatistas, eran federalistas, pues pedían establecer el Estado catalán dentro de una federación republicana, imposible de realizar dentro del Estado borbónica. Y fueron las izquierdas –como en su día reconoció Jordi Pujol– las que defendieron con mayor riesgo, con mayor intensidad y con mayor coherencia la identidad catalana, relacionando claramente el tema social con el tema nacional. Fueron estas izquierdas las que mantuvieron viva la identidad catalana (que incluso algunas voces de la izquierda española confunden con separatismo), tanto durante la dictadura como después, durante la democracia. No fue el conservador Pujol, sino el socialista Maragall, el que lideró el Estatut donde cristalizaba el reconocimiento de Catalunya como nación (y todo lo que ello conlleva). Y fue el PP, el nacionalismo españolista, el que lo vetó (aquellos puntos clave en los que se definía lo esencial). Y fueron ahora las izquierdas catalanas –En Comú, Podem, ICV, EUiA– las que pidieron el referéndum, y no las derechas. Y en España fueron las nuevas izquierdas las que pidieron la plurinacionalidad.

Es más, la Diada -que este año fue capturada e instrumentalizada por los independentistas- olvidó a la mayoría de catalanes, a los que dejó aparte o silenció.

El movimiento contestatario frente al PP y al Estado central es muy necesario y positivo

Ni que decir tiene que la existencia de un movimiento contestatario frente al gobierno central es un hecho muy positivo que hay que apoyar. Pero su instrumentalización por el gobierno Junts Pel Sí liderado por la derecha, es negativa, pues deja de lado la mayoría de la población catalana y la gran mayoría de las clases populares, sin las cuales no se puede garantizar que una nueva Catalunya fuera la Catalunya progresista y social que se necesita. España ya ha mostrado que el que controla la transición controla el producto de tal transición. Tener una Catalunya independiente con Ministros de Economía ultraliberales, como son los que aparecen como los gurús mediáticos en los programas de la televisión catalana actual, no es tranquilizador.

A no ser que tal transición la hiciera una coalición de izquierdas, dudo que la nueva Catalunya fuera mejor para las clases populares que la existente. Ahora bien, tal coalición es posible pues no solo en Catalunya sino también en el resto de España, están apareciendo nuevas izquierdas, que junto con las tradicionales (ahora renovadas) puedan establecer una amplia coalición que transforme Catalunya y España. En Catalunya el mayor problema es la desunión de las izquierdas, pues podrían ya hoy gobernar si se unieran. Según las encuestas más recientes, si se suman los votos y también los escaños en el Parlament (a pesar del sesgo de la ley electoral anti-izquierdas), los votos de ERC, Catalunya Sí que es Pot, PSC, y la CUP, podrían gobernar Catalunya, ayudando a resolver la enorme crisis social. Lo que es igualmente importante es que esta coalición, tomando la resolución del tema social como el punto de partida para resolver el tema nacional, podría movilizar a la clase trabajadora y otros elementos de las clases populares, presionando al socialismo español para que aceptara la plurinacionalidad y el referéndum. Una nueva Catalunya social dirigida por los representantes de las clases populares que, junto con fuerzas políticas hermanadas en el resto de España, podría realizarse, sobre todo si España cambiara también de gobierno, pasando este a ser una coalición de izquierda y nacionalistas, donde tal proyecto fuera posible. El punto clave es si el PNV o el PDeCAT desearían sustituir a Rajoy por un gobierno amplio de coalición entre izquierdas y nacionalistas. La experiencia muestra que, paradójicamente, parecen preferir un gobierno Rajoy tal como ocurrió con la negativa a votar Podemos (por parte de PDeCAT) en la última moción de censura.

Termino así esta exposición. La hoja de ruta de Junts Pel Sí, dirigido por las derechas catalanas contra las derechas españolas no nos llevará a los cambios necesarios ni en Catalunya ni en España. Ni que decir tiene que como manifestación de un sentido popular merece ser apoyada, aunque está pésimamente dirigida; aun así, hay que oponerse a un intento deliberado de incrementar el conflicto entre Catalunya y España. Es obvio que los dos nacionalismos, el españolista y el catalanista, se necesitan uno al otro y se retroalimentan. Los dirigentes de tales nacionalismos están intentando mantener este enfrentamiento, pues en las próximas elecciones les será de gran utilidad. Su enfrentamiento es parte de una altamente exitosa estrategia electoral. Pero nos alejará de la solución del problema social y nacional.

Una última observación. Cuando varias personas fundamos el Procés Constituent, estaba claro que nuestro enfrentamiento no era solo con el Estado central, sino también con la Generalitat de Catalunya. El "no nos representan" del 15-M aplicaba tanto a las instituciones del Estado español como a las instituciones de la Generalitat de Catalunya. Hay que recordar que el 15-M, inspirador del Procés Constituent, rodeó el Parlament de Catalunya para exigir que se interrumpieran las políticas de austeridad que estaban imponiendo a las clases populares de Catalunya. El president del Govern de derechas, el Sr. Mas, tuvo que entrar con helicóptero. Ahora bien, sería ridículo que tengamos que rodear el Parlament ahora para defender a su sucesor, el Sr. Puigdemont, para continuar haciendo las mismas políticas. De ahí que a la oposición al gobierno Rajoy hay que añadir la oposición al gobierno Puigdemont, lo cual no quiere decir, como maliciosamente se interpreta, que se les considere equivalentes (pues Rajoy es el problema mayor), pero sí que se debe criticar a Junts Pel Sí como corresponsables de la enorme crisis social. No debemos olvidar ni el "no nos representan", ni los principios del 15-M. Y este olvido típico y característico ocurre cuando el tema nacional va por encima de todo, incluido el tema social. Para resolver los dos, hay que centrarse en el tema social para movilizar a las clases populares en el intento de resolver el tema nacional. Y para ello, un gobierno de izquierdas en Catalunya y otro, también de izquierdas, en España, son esenciales. Así de claro.

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La desunión de las izquierdas: un mayor obstáculo para resolver la gran crisis social en Catalunya https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/09/06/la-desunion-de-las-izquierdas-un-mayor-obstaculo-para-resolver-la-gran-crisis-social-en-catalunya/ Wed, 06 Sep 2017 06:00:12 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4062 Continuar leyendo "La desunión de las izquierdas: un mayor obstáculo para resolver la gran crisis social en Catalunya"]]> Vicenç Navarro

Como he documentado en artículos anteriores, el problema mayor que existe en Catalunya es el enorme deterioro de la calidad de vida de la población que ha ocurrido durante el periodo conocido como la Gran Recesión (ver "El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social", Público, 30.06.17). Un dato que resume la gravedad de tal deterioro es que la tasa de mortalidad en Catalunya, que había ido descendiendo antes de que se iniciara la Gran Recesión, ha aumentado sustancialmente a partir del 2010 (un 10,1%). Como he indicado recientemente, una situación semejante ha aparecido en el resto de España durante el mismo periodo (ver El nuevo régimen social de España, Público, 23.06.17).

Las causas de este deterioro son fáciles de ver aun cuando los mayores medios de comunicación no informen de ello. Las responsables de esta situación son las políticas públicas neoliberales, que incluyen las reformas laborales que han debilitado enormemente al mundo del trabajo, como los sindicatos (causando el descenso de los salarios, de la ocupación, de la calidad de los puestos de trabajo y de la protección social) y los enormes recortes del gasto en las transferencias públicas como las pensiones –que están siendo reducidas significativamente– y  los servicios públicos del Estado del Bienestar (como sanidad, educación, servicios sociales, vivienda social, escuelas de infancia, servicios domiciliarios para personas con dependencias, y prevención de la pobreza y de la exclusión social, entre otros). Tales políticas neoliberales alcanzaron su máximo desarrollo durante los periodos que Catalunya y España han estado gobernadas por partidos de clara sensibilidad conservadora y neoliberal: Convergència Democràtica de Catalunya, hoy redefinido como Partit Demòcrata Català, en Catalunya, y el Partido Popular, en España. La evidencia  del enorme impacto negativo de esas políticas en el bienestar de las clases populares es abrumadora (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

La respuesta popular a la Gran Recesión: el 15-M en Catalunya y en el resto de España

Durante todos estos años de lo que debiera llamarse la Gran Crisis Social, el pensamiento neoliberal dominante en los establishments públicos mediáticos gobernantes en Catalunya y en España, canalizado a través de los mayores medios de información (estando los públicos claramente controlados por los partidos gobernantes y los privados por intereses financieros), fueron transmitiendo la imagen de que tales políticas neoliberales eran las únicas posibles debido al contexto europeo e internacional. Esta explicación, transmitida desde arriba, contrastaba, sin embargo, con la información que la gente normal y corriente recibía en base a su propia experiencia cotidiana, que le daba una visión diferente y opuesta a dicha información sesgada y manipulada desde arriba. De ahí que cuando apareció el 15-M, cuestionando la sabiduría convencional de que no había alternativas, sus denuncias fueran inmediatamente muy populares. Las encuestas detallaban que la mayoría de catalanes y españoles estaban en desacuerdo con el pensamiento dominante que afirmaba que no había alternativas, coincidiendo, en cambio, con una de las principales tesis del 15-M, que era afirmar que sí que había alternativas. Fue un motivo de gran orgullo para mí que en su primera manifestación en la Puerta del Sol en Madrid el movimiento 15-M mostrase, enfrente de los medios que cubrían tal evento, el libro que Juan Torres, Alberto Garzón y yo habíamos escrito titulado Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España (Sequitur, 2011), en el que documentábamos que, en contra de lo que sostenía el pensamiento neoliberal dominante, había otras políticas alternativas que, de aplicarse, hubieran podido prevenir el enorme daño que las políticas públicas inspiradas en tal pensamiento, impuestas por los partidos gobernantes en España y en Catalunya, estaban causando al bienestar de las clases populares, corrigiendo, a la vez, las enormes injusticias y desigualdades que existían y continúan existiendo en el país (ver fotografía aquí).

El hecho de que estas políticas alternativas no se aplicaran se debía a que aquellos partidos gobernantes no estaban representando a las clases populares. En su lugar, estaban representando los intereses financieros y económicos que dominan la vida política y mediática del país, a través de un entramado de poder que obstaculizaba y continúa obstaculizando el desarrollo democrático de las instituciones llamadas "representativas". El eslogan del 15-M "no nos representan" fue enormemente popular a lo largo del territorio español, incluyendo en Catalunya, como también lo fue otro eslogan, "no hay pan para tanto chorizo", que denunciaba la extendida corrupción en las instituciones políticas, resultado de la existencia de aquel entramado de poder político-económico-financiero.

El tsunami político que le siguió

Tal movimiento 15-M generó un tsunami político, apareciendo movimientos político-sociales a lo largo del país que constituyeron una amplia coalición de nuevos partidos políticos (Podemos, En Marea y En Comú Podem) a la que se unió una reformada Izquierda Unida y Equo. El éxito electoral de esta coalición no tenía precedentes en Europa. En menos de dos años llegó casi a ser la segunda fuerza política del país.

Su gran impacto en la vida política proviene de representar un deseo de cambio profundo en la sociedad española (incluyendo en la sociedad catalana) y en sus instituciones político-mediáticas, lo cual creó una predecible hostilidad por parte de los establishments político-mediáticos existentes tanto en Catalunya como en España hacia esta coalición de nuevas izquierdas que estaba exigiendo una reversión de las políticas de austeridad, una anulación de las reformas laborales, una democratización masiva de las instituciones del Estado (fuera este central, autonómico o local), así como otras muchas otras propuestas, entre las cuales destacaba la demanda de una visión plurinacional de España, distinta y opuesta a la visión uninacional y jacobina del Estado español que siempre ha caracterizado a las derechas españolas. Su aparición en la vida política del país y su rápida expansión determinaron toda una serie de hechos de gran transcendencia, que incluyeron, entre muchos otros eventos, la renuncia del monarca Juan Carlos I; la denuncia a la corrupción generalizada en las instituciones del Estado; la redefinición de España, con la creciente aceptación de la plurinacionalidad del Estado español; la rebelión de las bases militantes del PSOE frente al aparato y dirección de tal partido (exigiendo la unidad de las izquierdas para parar a las derechas), y otros muchos hechos incluyendo el gran debilitamiento del bipartidismo. Y en Catalunya este impacto fue incluso más allá, terminando con el bipartidismo, con un cuestionamiento del pujolismo y su absoluto control sobre los aparatos de la Generalitat de Catalunya.

Las nuevas izquierdas en Catalunya

En Catalunya, como consecuencia del tsunami político que representó el 15-M, aparecieron nuevas fuerzas políticas como En Comú y la rama catalana de Podemos (Podem), que al aliarse ganaron las elecciones legislativas en Catalunya, creando un revuelo y gran oposición por parte de los partidos tradicionales (incluidos partidos de la izquierda catalana). Y en la ciudad de Barcelona  un movimiento ciudadano de carácter vecinal, liderado por una mujer joven, Ada Colau, activista en los barrios populares contra  los desahucios, ganó las elecciones municipales en contra de todo pronóstico, mostrando la nueva alcaldesa de la ciudad un gran coraje y valentía en su enfrentamiento con las estructuras de poder que habían gobernado Barcelona y Catalunya durante muchos años. Tal coraje la ha convertido en una de las dirigentes políticas más populares de Catalunya. Esta popularidad fue paralela a la popularidad que Podemos despertó, a nivel de todo el Estado, incluyendo a Catalunya, generando un gran crecimiento de la rama catalana de Podemos. De ahí que la alianza En Comú Podem fuera esencial para conseguir el amplio apoyo electoral que explica sus consecutivas victorias en las legislativas, convirtiéndose en una fuerza política determinante tanto en Catalunya como en España. La alianza entre En Comú y Podem fue clave para conseguir el amplio apoyo electoral que explica su victoria en las legislativas. Nunca antes, durante el periodo democrático posdictatorial, se había visto un caso semejante en Catalunya.

La enorme oposición a las nuevas izquierdas en Catalunya

Predeciblemente, hubo inmediatamente una oposición y hostilidad hacia En Comú Podem por parte de los mayores medios de información en Catalunya y por parte también del gobierno de la Generalitat de Catalunya, cuyos aparatos han sido controlados abrumadoramente por la antigua Convergència durante la mayor parte del periodo democrático. Este partido, representante de la derecha catalana (ahora bautizada de nuevo como Partit Demòcrata Europeu Catalá), es la misma derecha responsable de la aplicación de las políticas neoliberales que generaron la enorme crisis social en la que viven las clases populares en Catalunya. Sus políticas económicas y sociales eran casi idénticas a las impuestas por el Partido Popular, y ello no se debía (como los independentistas de derechas indican) a que el Estado español se lo impusiera, sino a que ambos partidos (el PP y CDC) pertenecían a la misma familia política conservadora-neoliberal. En realidad, los recortes de gasto público social y las privatizaciones de los servicios públicos del Estado del Bienestar (sanidad, educación, servicios sociales, vivienda, escuelas de infancia y servicios domiciliarios, entre otros) fueron más masivos en Catalunya que en España.

Y dentro de las izquierdas, algunos sectores de ERC –un partido de centroizquierda- vieron también a En Comú Podem como su mayor adversario. De la misma manera que el PSOE había indicado explícitamente que su mayor adversario no era el PP, sino Unidos Podemos, algunos dirigentes de ERC indicaron que su adversario mayor no era la derecha catalana, sino En Comú Podem. En realidad, ERC fue incluso más allá que el PSOE. Aun cuando fue en una posición subalterna, ERC formó gobierno con CDC. Esta alianza contra natura, entre un partido de derechas neoliberales y un partido que se autodefine de centro-izquierda, está hoy gobernando Catalunya, siendo el punto de unión entre ambos partidos el tema nacional, promoviendo la secesión de Catalunya del resto de España como tema principal, aduciendo que el enorme problema social se resolverá una vez se haya alcanzado tal secesión. Para ambos partidos (que predeciblemente anuncian que el tema nacional y el social van juntos) la resolución de la Gran Crisis Social se pospone hasta que se haya conseguido la independencia: el tema nacional toma prioridad sobre el tema social.

La desunión de las nuevas izquierdas catalanas

Un deseo intenso por parte del gobierno de Junts Pel Sí (que ha priorizado, como parte de su estrategia política, la resolución del tema nacional) ha sido debilitar a En Comú Podem, rompiendo la alianza entre En Comú y Podem, que es una coalición entre dos fuerzas políticas soberanistas, pero no independentistas. Soberanismo es el compromiso de un partido con el derecho a decidir, concepto distinto al independentismo, que es el compromiso de una fuerza política con la secesión de Catalunya de España. Tal distinción entre soberanismo e independentismo nunca se hace. Todo lo contrario, de una manera un tanto manipuladora, ambos conceptos son considerados, en el discurso tanto del nacionalismo españolista como del independentista, idénticos e intercambiables. Pero tal distinción aparece claramente en el hecho de que la mayoría de la población catalana desea poder ejercer el derecho a decidir, pero solo una minoría (grande, pero minoría) desea la secesión. Constantemente se olvida (o se quiere olvidar) que todo independentista es soberanista, pero que no todo soberanista es independentista. En Comú Podem es una coalición soberanista pero no independentista, que ha hecho de la resolución del tema social su tema central, ahora y sin esperar a después. Y ahí hay una gran diferencia entre Junts Pel Sí, aliado con la CUP, por un lado, y Catalunya en Comú y Podemos, incluyendo a Podem, por el otro.

Las divisiones dentro de Podem

La situación actual de tensiones dentro de las nuevas izquierdas catalanas (que las está debilitando enormemente, y que está también haciendo mucho daño a Podemos a nivel del Estado) está consiguiendo lo que Junts Pel Sí siempre ha deseado, es decir, debilitar a En Comú Podem, pues la rama catalana de Podemos (Podem) se ha distanciado de En Comú, precisamente en el momento en el que hay un intento en Catalunya de consolidar una amplia alianza que incluya las nuevas izquierdas y las ya existentes, como ICV y EUiA, confluyendo en una nueva formación política. Naturalmente, y como sería de esperar (en cualquier país y en cualquier lugar, resultado de diferencias de cultura política e incluso de personalidades), hay diferencias entre lo nuevo y lo no tan nuevo. Pero el paso tomado en España por Podemos, por un lado, e Izquierda Unida, por el otro, para establecer Unidos Podemos atestigua que sí que se pueden trascender estas diferencias, si los líderes de tales formaciones anteponen la necesidad común del país  a las necesidades partidistas y/o personales. Había, pues, que intentar tal alianza.

Este entendimiento de la necesidad de mantener la unión explica que hubiera serios intentos de evitar la desunión entre la dirección de Podem y la de En Comú, intentos en los que participé activamente y gracias a los cuales se firmó un acuerdo que luego no se  cumplió al oponerse a ello la dirección de Podem. Creo que ello fue un gran error para Podem que le afectará negativamente como también afectará negativamente a Catalunya en Comú. Al distanciarse Podem de En Comú, perdió la posibilidad de influenciar a tal coalición de partidos en la dirección deseada por Podem. En Comú necesita a Podem, pero Podem necesita también a En Comú. Sin dicha alianza, y sin apoyo de Podemos, Podem será como máximo otro grupo minoritario que perderá capacidad de influencia en la vida política catalana. Y ello sería una enorme (repito, enorme) pérdida para el país, pues Podem, como parte de Podemos, ofrecía un gran potencial de transformación. Pero la mayoría de votantes votan a Podemos en su totalidad, y de ahí también deriva el gran atractivo que ha ofrecido Podem en el pasado.

Es más, la separación y creciente hostilidad de Podem hacia Catalunya en Comú, acusándola injustamente de inmovilista entre otras cosas, está creando unas enormes tensiones dentro del propio partido Podem que no están siendo resueltas como deberían resolverse, a través del diálogo, sino a través de medidas expeditivas, purgando y excluyendo a más y más gente en un comportamiento que recuerda una práctica que siempre han llevado a los que las practican a ser fuerzas muy minoritarias.

Las consultas para ser creíbles no pueden percibirse como instrumentos de afirmación de lo que la dirección y el aparato del partido desea. En el primer redactado de la pregunta que va a preguntarse a los inscritos para saber su opinión y decisión sobre el mal llamado referéndum daba claramente la impresión que estaba sesgada para que los inscritos votarán a favor de la decisión previamente firmada por la Dirección y gran parte del aparato del partido. La protesta desde las bases ha forzado un cambio que es menos sesgado que el anterior. Pero los cambios deben ser mucho más sustanciales, pues el futuro de Podem viene condicionado por su capacidad de expansión, siendo inclusivo en lugar de exclusivo, tal como fue Vistalegre II, donde las minorías continúen enriqueciendo a Podemos con la diversidad, continuando en la dirección. En realidad, Podemos nunca ha sido más diverso que ahora, con varias sensibilidades presentes en la dirección. Lo opuesto está ocurriendo en Podem. Y esto predice mal para el futuro. Catalunya necesita de Podem, y que además pase a ser parte de esta nueva alianza de las izquierdas que se está estableciendo en Catalunya. Debería ser obvio que se podrá influenciar esta nueva fuerza política desde dentro mucho más que desde fuera de ella.

Lamento que la dirección de Podem no lo vea así, y lo que es más lamentable y censurable es que la gran visibilidad mediática que se está dando a la dirección actual de Podem por parte de los medios de información controlados por el gobierno de la Generalitat y medios afines, está siendo utilizada para debilitar a Catalunya en Comú y a Podemos, convirtiéndose  en cómplice de las fuerzas que se han opuesto a las nuevas izquierdas, complicidad que ha alcanzado en algunos momentos niveles extremos como cuando se escoge como fórum para atacar a Podemos al diario El País, el rotativo que ha dirigido la campaña mediática masiva contra Podemos y su Secretario General.

¿Qué está pasando en Catalunya? El referéndum no es un referéndum

Hoy, uno de los movimientos más positivos que existen en Catalunya es un amplio movimiento de rechazo hacia el Estado central español (controlado por el PP con la ayuda, hasta hace poco, del PSOE), movimiento generado en gran parte por la Gran Crisis Social que Catalunya está viviendo, y también por la enorme insensibilidad y hostilidad del Estado español (especialmente cuando es gobernado por los herederos del franquismo, el PP, el máximo exponente del nacionalismo españolista uninacional) hacia la nación catalana, que ha sido una constante desde que el Tribunal Constitucional vetó elementos importantes del Estatuto propuesto por el gobierno Maragall de la Generalitat de Catalunya después de ser aprobado por el Parlament, las Cortes Españolas y refrendado por la población catalana.

Este gran movimiento de rechazo, sin embargo, lo está hoy dirigiendo institucionalmente el gobierno de la Generalitat de Catalunya, hegemonizado por el partido de las derechas catalanas (CDC), las mismas que, como he indicado en varias ocasiones, han controlado durante la mayor parte del periodo democrático todos los aparatos de la Generalitat. Tal partido, corrupto hasta la médula, es la versión catalana del PP, y es el corresponsable, junto con tal partido, de las políticas neoliberales causantes de la enorme crisis social de Catalunya. Este dominio está hoy facilitado por ERC (partido al que le han sido cedidas partes del aparato de la Generalitat, tales como Catalunya Ràdio –permaneciendo TV3 en manos de CDC–), quien atribuye tal enorme crisis social al "expolio" realizado por España, lo cual oculta la causa real de su enorme retraso social, que no es el déficit fiscal, sino las leyes aprobadas por las derechas catalanas y españolas, tanto en Catalunya como en España.

En realidad, si no fuera por el enorme peso del tema nacional en la vida política catalana hoy veríamos un rechazo generalizado hacia el régimen pujolista que ha dominado Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático. Es un enorme error creer que con la desaparición del clan Pujol ha desaparecido el pujolismo en Catalunya. Toda la estructura de poder institucional de la Generalitat de Catalunya está imbuida de la ideología nacionalista conservadora que caracteriza el pujolismo. Esta crisis del régimen pujolista, sin embargo, no se está dando. Todo lo contrario, se está reforzando debido al liderazgo que está ejerciendo en este proceso de secesión.

Hacer esta observación no quiere decir, como maliciosamente se interpreta constantemente cuando hago esta observación, que yo crea que CDC (con la ayuda de ERC) hayan generado el movimiento independentista. Este es un movimiento de importantes sectores de la sociedad civil catalana con gran autonomía (aun cuando son conocidas las relaciones entre CDC y Òmnium Cultural). Pero es de una enorme ingenuidad no ver que CDC (ahora PDeCAT) está intentando liderar tal movimiento, pues su futuro depende de la posibilidad de que mantenga su liderazgo en tal movimiento. Y su influencia en el movimiento independentista no ha sido menor. El president Puigdemont es el dirigente institucional del movimiento independentista, y detrás está el expresident Mas, líder en la sombra de tal movimiento.

Recuerdo vivamente que en las manifestaciones del 11 de septiembre de los pasados años, los dirigentes del movimiento independentista liderados por Convergència abucheaban las manifestaciones dirigidas por el Procés Constituent (movimiento soberanista de izquierdas). Y hemos visto en estos meses cómo el Pacto Nacional por el Referéndum, que incluía la mayoría de los movimientos soberanistas en Catalunya, incluyendo los sindicatos, fue marginado por el gobierno catalán en la preparación de lo que se llamaba el proceso constituyente. Es este dominio de Junts pel Sí de  tal proceso lo que está precisamente dificultando la plena realización del soberanismo (la celebración de un referéndum). Y no me estoy refiriendo predominantemente a la condicionalidad de que sea pactado con el Estado central (la historia de los movimientos progresistas está llena de desobediencia civil), sino a la necesaria movilización de las clases populares a favor de tal movimiento, condición esencial para conseguir el establecimiento de una nueva Catalunya, sea esta o no independiente.

Una nueva Catalunya es necesaria para resolver la Gran Crisis Social

Como consecuencia de la Gran Crisis Social, hoy habría posibilidades de movilizar a las clases populares en un movimiento de oposición tanto al Estado central como a la Generalitat de Catalunya. Hay que recordar que los que fundamos el Procés Constituent (movimiento en el cual estaban algunas de las figuras hoy más conocidas de las izquierdas catalanas, como Gerardo Pisarello, Xavier Domènech, Jaume Asens, Albano Dante, entre otros) teníamos como eslogan "el Estado español (a diferencia del pueblo español) no es el nuestro", pero "la Generalitat de Catalunya de hoy tampoco". El "no nos representan" aplicaba tanto a las Cortes como al Parlament. Y los datos así lo muestran. Hoy los independentistas tienen una mayoría parlamentaria que no corresponde a una mayoría electoral. No es cierto que, Junts Pel Sí, con el apoyo de la CUP, estén hablando en nombre del pueblo catalán. Están utilizando al pueblo catalán para conseguir sus objetivos partidistas. Y están intentando transformar el conflicto de los de abajo frente a los de arriba (tanto en Catalunya como en España) en un conflicto entre dos Estados, el español dominado por las derechas y el catalán (la Generalitat) bajo el control mayoritario de las derechas catalanas. Y lo están consiguiendo. Este es el gran error de las izquierdas que están apoyando la hoja de ruta del gobierno actual de la Generalitat dominado por la antigua Convergencia. 

Una nueva Catalunya no puede hacerse sin el apoyo de la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares

La necesaria transformación de Catalunya hacia una nueva Catalunya constituida desde abajo hacia arriba no puede estar liderada por las fuerzas de siempre que han controlado aquellos aparatos de la Generalitat de Catalunya. Dicha transformación tiene que ser liderada por fuerzas políticas comprometidas primordialmente con las clases populares. De no ser así, estas clases no apoyarán la necesaria transformación del país, y la Catalunya resultante no será muy distinta de la actual. Los datos muestran que en las últimas elecciones al Parlament de Catalunya la suma de los votos a los partidos independentistas alcanzó la mayoría en los barrios barceloneses cuyo nivel de renta estaba por encima de la media de la ciudad, mientras que los no independentistas sumaban mayoría en los barrios por debajo de la media, todos ellos barrios populares. Hoy la mayoría de la clase trabajadora catalana no es independentista. ¿Cómo pueden entonces algunas izquierdas aceptar las condiciones que se ponen a la convocatoria del 1 de Octubre, en el que será vinculante la decisión en un proceso -el referéndum- en el que casi seguro que el voto a favor de la independencia no representará más que un tercio de la población que podría votar en Catalunya? ¿Cómo puede sostenerse tal postura antidemocrática? Si los porcentajes de participación fueran semejantes a los del 9-N (y es más que probable que así sea), esta sería la situación. ¿Cómo puede una persona con conciencia democrática aceptar tal propuesta (en el que, además, no se reúnen las más mínimas normas de comportamiento democrático, como es la pluralidad de los medios públicos de la Generalitat, lo cual no se debe, única y exclusivamente, al gobierno central, sino también al gobierno de la Generalitat que controla abusivamente sus medios públicos de información) violando las más mínimas reglas democráticas?

¿Cómo pueden voces de izquierdas aceptar estas condiciones, que indudablemente (y tal como está diseñado) dará un resultado abrumador a favor de la independencia, cuando la mayoría de las clases populares –incluyendo la clase trabajadora– no están a favor de la independencia? Es de una enorme arrogancia, además de sectarismo, decir que el pueblo catalán desea la secesión, manipulando sectariamente la interpretación del "pueblo". Por favor, vean los datos. Incluso entre los sindicalistas (el sector más politizado de la clase trabajadora) la mayoría no son independentistas. ¿Qué no ven los datos? Cuando dirigentes independentistas dicen con toda solemnidad que la mayoría del pueblo catalán desea la independencia que digan cuál es la fuente de tales datos. La única evidencia que muestran es su mayoría en el Parlament, resultado de una ley electoral de claro sesgo en contra de la clase trabajadora, que en sus orígenes había diseñado el Movimiento Nacional como condición para disolverse. Tal ley diseñada en el periodo predemocrático fue modificada más tarde durante la Transición, pero sin alterar su sesgo anti clase trabajadora. Y cuando se le dio al gobierno de la Generalitat de Catalunya la oportunidad de cambiarla, el pujolismo lo mantuvo.

El conflicto de los de abajo frente a los de arriba no puede convertirse en un conflicto entre Estados, ambos dirigidos por los de arriba

El reto para las izquierdas no es solo denunciar al gobierno del PP por su oposición a reconocer a Catalunya como nación y a su pueblo como soberano, sino también a aquellos que, siendo responsables de la Gran Crisis Social, hoy están utilizando un gran movimiento de liberación nacional con fines claramente partidistas y excluyentes, lo que implica que alcanzar la secesión no significaría un cambio y fin de la Gran Crisis Social. Una transición a la nueva Catalunya bajo el dominio de los aparatos de la Generalitat, controlados por el pujolismo, no nos llevaría a la nueva Catalunya, sino a una en la que las clases populares no tendrían ningún protagonismo. Estoy de acuerdo con mi buen amigo Joan Tardà, de la izquierda de ERC, al cual aplaudí en las Cortes Españolas desde la tribuna de invitados (discurso también aplaudido desde el grupo de Unidos Podemos), en la moción de censura al gobierno Rajoy, en cuyo discurso resaltó que el cambio en Catalunya ayudaría al cambio en España, haciendo también suya la causa de la liberación de todo el país. Ahora bien, el punto de desacuerdo es que no creo que haya un cambio notable en Catalunya (y en España) sin la participación masiva de aquellos sectores de la población que están por debajo del nivel de renta media del país, que son la gran mayoría de las clases populares.

Sectores dirigentes de Podem están intentando maliciosamente reforzar su postura presentando su desacuerdo como un conflicto entre Catalunya y España 

Lo cual me lleva a mi última observación. Querer convertir el desacuerdo entre Podem y Podemos en uno de Catalunya contra Madrid es falso y malicioso, pues el desacuerdo entre el uno y el otro no se basa en catalanismo o no (en realidad, según los estatutos de Podemos, el Secretario General puede destituir a la dirección de Podem, pero no lo ha hecho, ni ha utilizado tal amenaza, en contra de lo que se ha dicho, publicado y magnificado en los medios como parte de las hostilidades mediáticas hacia Podemos y su Secretario General), sino que es un desacuerdo entre catalanes sobre la estrategia a seguir en la campaña del 1 de Octubre y sobre sí hacer o no la alianza con En Comú Podem que hasta ahora ha sido enormemente exitosa. La propuesta (que no es un mandato de Podemos a Podem) es animar a que Podem sea plural y que pueda continuar expandiéndose, dentro de una coalición de izquierdas, que ya se ha visto que es factible a nivel estatal y que sería bueno para todos que funcionara a nivel catalán. Si a nivel del Estado, Podemos está en alianza con En Comú, es difícil de entender por qué no puede también tal alianza funcionar a nivel de Catalunya. Por otra parte, me consta que en Catalunya en Comú está a favor de apoyar las movilizaciones en contra del PP y a favor del soberanismo, y en este sentido, entiende el 1-O como un posible acto de afirmación de derechos pero no entrará a validar una hoja de ruta que en la manera que se ha desarrollado no es percibido como el paso para alcanzar esta nueva Catalunya que todos deseamos. Podemos, a diferencia de la dirección de Podem, está totalmente de acuerdo con esta postura. Lamento que algunos buenos amigos y amigas de Podem y otras fuerzas de las izquierdas catalanas no lo vean así.

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La politización del dolor de las víctimas del terrorismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/08/30/la-politizacion-del-dolor-de-las-victimas-del-terrorismo/ Wed, 30 Aug 2017 13:21:50 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4050 Continuar leyendo "La politización del dolor de las víctimas del terrorismo"]]> Vicenç Navarro

A raíz del ataque terrorista en Barcelona y en otros centros urbanos y pueblos de Catalunya, hemos visto durante estos últimos días varios hechos que merecen destacarse. Uno es el espíritu de solidaridad, auténticamente ejemplar, entre las distintas culturas existentes en Catalunya, que alcanzó su máxima expresión cuando en Ripoll se pidió que fuera Hafida Oukabir, la persona musulmana hermana de dos de los terroristas (uno muerto y el otro en prisión), la que resumiera el sentir del dolor y del rechazo hacia el terrorismo que la población de Ripoll sentía. Y en Barcelona, otra persona, también musulmana, Miriam Hatibi, fue una de las dos personas escogidas para leer el manifiesto de protesta y solidaridad, ampliamente aplaudido por el medio millón de personas presentes. El grito espontáneo surgido de la ciudadanía, No Tenim Por! (¡No tenemos miedo!) representaba el sentimiento generalizado de la población barcelonesa de no permitir que el miedo configurara el futuro de la ciudad. La Alcaldesa Colau definió de una manera muy clara y emotiva lo que este grito significaba: era la llamada "a que Barcelona continuara siendo lo que siempre fue y continúa deseando ser, es decir, una ciudad abierta, plural, diversa y solidaria".

Pero también hubo aspectos no tan positivos durante estos días de gran dolor, que aparecieron tanto en Catalunya como en el resto de España, que merecen señalarse también y que, en cambio (y de un manera predecible) no aparecieron en los mayores medios de comunicación del país, altamente controlados, bien por intereses financieros (los medios privados) o por los partidos gobernantes (los medios públicos). En este aspecto, es importantes señalar que el excelente discurso hecho por Hafida Oukabir en Ripoll incluía un ruego (diría yo exigencia) de que las instituciones catalanas hicieran una autocrítica  sobre el comportamiento que habían tenido todos estos años que antecedieron al ataque terrorista, ruego que ha pasado desapercibido y desatendido por completo. Por desgracia, la autocrítica no es una virtud ampliamente practicada en los medios del establishment político-mediático del país, ni de Catalunya ni de España. Resultado de cuarenta años de una dictadura enormemente represiva (convirtiéndose en el régimen gobernante de España que ha atemorizado y asesinado al mayor número de españoles que haya existido en su reciente historia) y de una transición inmodélica, existe hoy en tales medios una cultura democrática poco desarrollada. Y la respuesta a la crisis creada por el terrorismo por parte de tales establishments fue una clara prueba de ello. Veamos algunos ejemplos.

La clara politización por los partidos y movimientos políticos de los hechos acaecidos

Un mensaje hecho con gran contundencia en la manifestación del sábado 26 de agosto (que se centró en una denuncia del terrorismo y una demanda para que exista la paz) fue un rechazo por parte de amplios sectores de la manifestación a la Monarquía Borbónica por su relación privilegiada con la familia real de Arabia Saudí (una de las cinco monarquías absolutas todavía existentes en el mundo), y al partido gobernante en España (el Partido Popular), por su activa y masiva venta de armas españolas a aquel Estado. Aplaudo esta crítica, y solo lamento que no se hubiera hecho mucho antes. Pero me apena que muchos de los protagonistas  de estas protestas hayan tenido escasa credibilidad, pues era obvio que su máximo interés era desacreditar a los receptores del mensaje –el Monarca y el gobierno Rajoy- pero, en cambio, parecía importarles poco el argumento que utilizaban para denunciarlos, es decir, la ayuda a los Estados (en este caso, Arabia Saudí) que financiaban el terrorismo. Como indiqué en otro artículo reciente (Ver "Lo que no se está diciendo a raíz del ataque terrorista en Barcelona", Público, 24.08.17) tales voces, supuestamente escandalizadas con el comportamiento del Rey y del gobierno Rajoy, han mantenido un silencio ensordecedor sobre el apoyo que una institución enormemente importante en Catalunya ha dado a otra dictadura tan absolutista y medieval (y esclavista) como la de Arabia Saudí, que es Qatar, y que es también una de  las mayores financiadoras de movimientos yihadistas. Esta institución, protegida por el silencio, es nada menos que el Club de Fútbol de Barcelona que, a través de las camisetas de los jugadores ha estado promocionando al Estado de Qatar, una de las monarquías más absolutas y una de las dictaduras más crueles existentes en el mundo, que también ha estado financiando al terrorismo yihadista. Me parece bien que un conocido militante independentista apareciera casi al lado del rey Felipe VI con una pancarta en que se leía "Felipe, quien quiere la paz no trafica en armas" (en catalán). Pero tal protesta hubiera tenido más credibilidad si aquel y otros miles de independentistas, así como otros que denunciaban al Rey y al gobierno Rajoy hubieran denunciado al Barça en cada partido de fútbol que se jugaba en su campo, por promocionar Qatar. Nunca vimos tal denuncia o abucheo en el campo del Barça, y ello a pesar de que estuviera lleno de banderas independentistas. ¿Por qué callaron tanto tiempo?

La doble moral de los mayores medios de comunicación

Y esta incoherencia se mostró también, como era predecible, en los mayores medios de comunicación catalanes. Prácticamente ninguno de ellos denunció la transformación del Barça (al que, con razón, se le presentó durante la dictadura como de "ser más que un club" por facilitar que la gente canalizara su rechazo a la dictadura a través del fútbol, siendo la única expresión colectiva permitida), en un mero instrumento propagandista del Estado de Qatar, una de las dictaduras más crueles, opresivas, esclavistas y apoyadores del terrorismo existentes hoy en el mundo. Este silencio se convirtió en veto cuando envié a los tres rotativos más importantes de Catalunya un artículo denunciando al Barça por ello, sin que nunca lo publicaran (ver el artículo "El Barça, ¿más que un club?". ARA, 06.06.16). La censura fue su respuesta. Y tampoco apareció tal denuncia en los mayores canales televisivos de Catalunya, que también han silenciado aquella transformación que, mírese como se mire, es una ofensa a todos los que lucharon por la democracia y justicia social durante la dictadura, que ven ahora cómo los propietarios del Barça transformaron tal club defensor de la libertad y de la democracia en el promotor de una dictadura cruel y terrorista. Aconsejo a los lectores que vean el excelente documental sobre la transformación política del Barça, presentado a nivel internacional por un canal público de la televisión sueca, mostrando lo que fue y lo que representó el Barça durante la dictadura franquista, y lo que ha llegado a ser estos últimos años. (Verlo colgado en mi blog www.vnavarro.org). Me alegra ver que Jordi Évole en su artículo semanal en El Periódico, días después de que yo denunciara el silencio sobre el Barça, publicara la primera denuncia del Barça en los medios que he visto en la prensa escrita en papel en este país.

La instrumentalización política del dolor de las víctimas por parte de los mayores medios de información

La falta de cultura democrática que caracterizó la cultura mediática española, que incluye la catalana, apareció una vez más en la manera cómo se cubrieron los hechos dramáticos ocurridos en Barcelona. Tal sesgo alcanzó niveles vergonzosos en la presentación de las figuras protagonistas del evento: las autoridades políticas de carácter institucional. A nivel del Estado central la noticia preferente de los mayores medios próximos al partido gobernante en el Estado español era mostrar el deseo de unidad y prevención de la secesión, dando gran hincapié a la necesidad de mantener una coordinación dentro de la unidad, mostrando, de nuevo, gran incoherencia (hipocresía), pues había sido el Estado central el que había mostrado menos cooperación, consecuencia de su jacobismo, ocultando información a las autoridades catalanas que hubiera sido de gran ayuda, tal como ha documentado la prensa internacional. Pero los medios públicos de la Generalitat de Catalunya también mostraron claros signos del sesgo informativo -al cual nos tienen acostumbrados- intentando negar la importancia de un aviso recibido de Bruselas sobre el Imán, bajo la pobre excusa de que era una mera nota "informal".

Pero esta utilización de los mayores medios públicos de la Generalitat de Catalunya, y sobre todo de TV3, para promover la secesión de Catalunya fue la visibilidad preferencial que tal canal dio a la figura del President Puigdemont y al Vicepresident Oriol Junqueras, dejando muy en segundo plano a la alcaldesa Ada Colau. La única diferencia con la televisión pública española es que en aquel canal el Monarca y Rajoy absorbieron la mayoría de visibilidad mediática. En ella la alcaldesa Colau tampoco apareció de una manera muy visible. En cualquier otro país demócrata la alcaldesa de la ciudad hubiera liderado la manifestación ciudadana. No así en España. Y la utilización de TV3  para promover el secesionismo alcanzó niveles extremos, como las entrevistas hechas durante la marcha del 26 de agosto en homenaje a las víctimas, a los dos dirigentes del movimiento proindependencia, el Presidente de la ANC y el de Omnium, dándoles un protagonismo que no se le dio a ninguna otra asociación, a pesar de que tenían mucha más centralidad en la crisis terrorista que estos personajes políticos. Creo que a la audiencia le hubiera gustado más que se entrevistara a personal del sistema sanitario de urgencias, por ejemplo (que probablemente se habrían quejado, con razón, de la falta de recursos, resultado de los recortes sanitarios del gobierno Junts Pel Sí), que no a tales dirigentes de movimientos secesionistas que aparecen continuamente en tales medios promoviendo la secesión.

Y también debería hacerse una crítica a las Iglesias, incluyendo las musulmanas, que no se hizo

Pero las críticas deberían también extenderse, como bien pedía Hafida Oukabir, a las comunidades religiosas, que actuaron con gran solidaridad durante la crisis, lo cual aplaudo, pero olvidaron en el periodo pre-crisis la responsabilidad que todas ellas tuvieron en contribuir a crear las condiciones para que tal ataque ocurriera. Y es ahí donde debería criticarse a las religiones, o mejor dicho, a las Iglesias (las instituciones humanas que gestionan las religiones) por su actitud moralizante, arrogante y escasamente democrática. El lector me permitirá hacer una reflexión muy local y que espero aclare lo que digo. Si usted va al bello pueblo de Cadaqués en el Alt Empordà, verá que en un lugar muy prominente de la fachada de la Iglesia hay un reloj de sol. Y bajo tal reloj hay una frase que lo resume todo. Dice "Yo (el reloj de sol) sin sol no soy nada. Tú sin fe no eres nada". Esta frase es enormemente insultante para los que no somos creyentes, al definirnos como parte de la nada. Bajo este lema de superioridad moral, que se presenta en todas las religiones, las Iglesias se han atribuido la potestad de dominar, explotar y violar todos los derechos humanos imaginables. Y la historia de nuestro país es un ejemplo de ello. Hubo épocas en Catalunya, en España y en Europa, en que el terrorismo de la Iglesia Católica –como en la época de la Inquisición- o durante su apoyo a la dictadura, estaba generalizado. Esto no se ha enseñado en nuestras escuelas y debería haberse hecho.

El Estado debería respetar las religiones, pero regular a sus Iglesias

Y el otro punto que debería también criticarse es la excesiva permisividad del Estado español (sea central, autonómico o local) hacia las Iglesias. Y estoy hablando de todas las Iglesias, que a través de la enseñanza y normativa moral que promueven alcanzar una enorme influencia sobre la población. En realidad, uno de los instrumentos más importantes que utilizó la dictadura franquista para mantenerse en el poder fue la Iglesia Católica, que era una rama del Estado (los sacerdotes eran pagados por el Estado y los obispos eran nombrados por el dictador), y que adoctrinó durante cuarenta años a toda la población. Incluso hoy la Iglesia Católica continúa ejerciendo una enorme influencia en la cultura general del Estado, siendo una de las máximas promotoras, por ejemplo, de la uninacionalidad del Estado y del machismo en el país.

En la España actual, las Iglesias (todas) están en situación privilegiada, la católica mucho más que cualquier otra, siendo ello una consecuencia directa, en el caso de la Iglesia Católica, de la continuación de la cultura franquista en las instituciones del Estado. Y este privilegio incluye una tolerancia excesiva que tiene componentes antidemocráticos, lo cual repercute negativamente sobre la formación y educación de la ciudadanía. Y ello aplica también a la Iglesia musulmana existente en España. Los Imanes -como educadores de sus feligreses- deberían estar regulados, aprobados y registrados por el Estado (sea este central, autonómico o local), asegurándose de que comparten los valores democráticos del país. No puede ser que algunas Iglesias Musulmanas sean "islas de otros países" dentro del país, financiadas desde fuera, transmitiendo una cultura distinta a la del lugar donde residen y viven sus feligreses. Es más, los Imanes deberían hablar el lenguaje de sus feligreses y tener los valores democráticos de la sociedad donde se ubican. Esta normativa, existente ya en otros países, debería aplicarse a todas las Iglesias, y también a la musulmana en España. Y las comunidades musulmanas necesitan presionar para que ello ocurra.

La integración de los jóvenes musulmanes a la sociedad 

Pero tales comunidades deberían presionar (junto con toda la sociedad) para que se integre a los jóvenes en la sociedad. Lo que es más importante conocer, de todo lo que ha ocurrido, es saber por qué unos jóvenes que parecían integrados en la sociedad catalana se convirtieron en terroristas. Este es el gran tema del que apenas se ha hablado. Cargar todas las culpas en el Imán es insuficiente. Tan importante es el mensaje como el mensajero. ¿Qué es lo que se estuvo transmitiendo a los jóvenes? ¿Era la transmisión de las brutalidades que se están cometiendo en los países de mayoría musulmana en los que los gobiernos occidentales, como España, están bombardeando o ayudando a bombardear a sus poblaciones? ¿O fue su motivación religiosa la de matar a los infieles? ¿O puede el deseo de recuperar Andalucía remontarnos entonces a la época medieval? Estas son preguntas que deben responderse, pues ello puede llevarnos a una reflexión general, muy necesaria, sobre cuál es el papel de las Iglesias en una sociedad democrática, dentro de otro debate, incluso más urgente y necesario, de cuál es la función de los medios de comunicación en nuestro país, que más que ser de información son de persuasión. La libertad y la democracia dependen, en parte, de ello.

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Lo que no se está diciendo a raíz del ataque terrorista en Barcelona https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/08/24/lo-que-no-se-esta-diciendo-a-raiz-del-ataque-terrorista-en-barcelona/ Thu, 24 Aug 2017 05:55:07 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4035 Continuar leyendo "Lo que no se está diciendo a raíz del ataque terrorista en Barcelona"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante'

A raíz del atentado terrorista en Barcelona, se han escrito muchos artículos de gran utilidad, explicando brevemente el origen del Estado islámico y su expansión, muy notable a partir de la invasión de Irak por el Ejército de EEUU y de sus aliados, incluyendo España. Lo que es importante subrayar es que a lo largo de los últimos cuarenta años no es la primera vez que un movimiento musulmán terrorista se establece y expande gracias a intervenciones (muchas de ellas militares) del gobierno federal de EEUU y de otros gobiernos occidentales (los de Gran Bretaña y Francia han sido dos de los más activos) que han estimulado el establecimiento y/o la expansión de tales movimientos. Y en cada caso, el motivo de tales  intervenciones de los gobiernos occidentales tenía como objetivo eliminar y/o destruir fuerzas políticas nativas, muchas de ellas de carácter progresista, que los gobiernos occidentales consideraban contrarias a sus intereses. La evidencia acumulada de ello es abrumadora.

Uno de los casos recientes más conocidos es Afganistán, donde el gobierno de EEUU ayudó intensamente, financiando y armando al movimiento creado por nada menos que Osama Bin Laden, que se caracterizaba por su primitivismo y fanatismo religioso. Por extraño que parezca, Bin Laden estuvo financiado por la CIA, agencia del gobierno federal de EEUU. Tal movimiento, Al Qaeda, consideraba como su enemigo número uno a las fuerzas socialistas laicas -apoyadas entonces por la Unión Soviética- que intentaban hacer las reformas económicas, sociales y culturales que aquel país necesitaba para romper con su subdesarrollo, su pobreza y su asfixiante y reaccionario ambiente religioso y cultural que mantenía al país en una situación desesperante para la gran mayoría de su población. No hay que olvidar que fue el Gobierno de EEUU el que ayudó a la expansión de uno de los movimientos más fanáticos y reaccionarios entonces existentes, alabados por algunos miembros del Congreso de EEUU por su profunda religiosidad. Lo que tal Gobierno no se esperaba fue que una vez derrotadas las fuerzas socialistas, Al Qaeda se rebelara en contra de sus mentores, iniciando una campaña terrorista en contra de Occidente que alcanzó su máximo nivel el 11 de septiembre, con la voladura de las Torres Gemelas.

Pero esto fue solo el inicio. A Al Qaeda le siguieron muchos otros movimientos, uno de los cuales los yihadistas del Estado Islámico, que pudieron surgir con gran empuje mediante el vacío de poder que se creó con la caída de Sadam Hussein en Irak, consecuencia de la invasión estadounidense. Y un tanto igual está ocurriendo en Siria, en el intento de derrotar a otro dictador, el presidente Bashar Al-Assad de Siria. Es la guerra de Siria lo que está generando predominantemente el terrorismo en Europa. Este terrorismo también se ha expandido en Libia, donde la caída del coronel Gadafi –resultado de la intervención militar de EEUU y sus aliados europeos-  ha destruido Libia, permitiendo la expansión del ISIS en el Norte de África. Tanto en Siria como en Libia, ni Sadam Hussein ni el coronel Gadafi representaban fuerzas progresistas, pero sí que significaban un parapeto y freno a la expansión del yihadismo. Es interesante indicar que tanto el uno como el otro habían sido apoyados por EEUU y el mundo occidental cuando fuerzas progresistas intentaron cambiar el país.

¿Quién está financiando el yihadismo?

Este es uno de los capítulos del terrorismo más estudiados, y sobre el cual más se ha escrito. Pero una fuente de información valiosa han sido los papeles del Departamento de Estado de EEUU, publicados por Wikileaks, y que aparecieron durante la campaña electoral a la Presidencia de aquel país. Ahí aparecen datos que confirman lo que se ha ido sospechando desde hace tiempo. Según la Secretaria de Estado del gobierno Obama (la figura equivalente a Ministro de Asuntos Exteriores) –la Sra. Hillary Clinton-, algunas de  las fuentes más importantes de financiación del yihadismo han sido el gobierno de Qatar y el de Arabia Saudita, afirmación que la Secretaria hacía con todo énfasis, descartando que fuera alguno de los príncipes de las Casas Reales que dominan tales gobiernos. La Sra. Clinton afirmaba que eran los gobiernos de aquellos Estados con pleno conocimiento y aprobación los que lo estaban financiando.

Esta relación es ampliamente conocida en la diplomacia internacional y también en España, lo que ha dado pie a muchas denuncias del comportamiento de la Casa Real española, por su conocida amistad y soporte a las casas reales de aquellos países, que constituyen los gobiernos que dirigen sus Estados. Un ejemplo de ello es el argumento utilizado por el partido político independentista catalán, la CUP, en su oposición a que el Monarca español presida el acto de homenaje a las víctimas del ataque terrorista en España, por considerar impropia la relación de la Monarquía Española con las casas reales que gobiernan aquellos países, argumento que ha resonado intensamente en la sociedad catalana. Considero la postura de la CUP coherente y entiendo la amplia receptividad de este argumento en Catalunya. Ahora bien, existe cierta contradicción en tal denuncia (que yo comparto) pues parece olvidar que gran número de instituciones catalanas están implicadas y entrelazadas con Qatar, y que no han sido denunciadas; incluyendo nada menos que Futbol Club Barcelona, que hasta hace poco era el mayor promotor, a través de su camiseta, del Estado de Qatar (del cual dependía la aerolínea que promocionaba, Qatar Airways). En realidad, raramente se denuncia al Barça por su promoción masiva de un Estado que financiaba y continúa financiando movimientos que incluyen actos terroristas en su estrategia militar, como el que ocurrió en Barcelona hace solo unos días (ver mi artículo sobre el Barça, "El Barça, més que un club", en el diario ARA). En realidad Qatar, uno de los estados más represivos del mundo están muy presente en la ciudad de Barcelona a través de gran número de inversiones, incluyendo inmobiliarias.

Dos últimas observaciones. La respuesta al ataque terrorista mostró uno de los problemas mayores que tiene el Estado español: su excesivo centralismo

Una nota generalizada en los medios de comunicación ha sido el aplaudir la eficiencia de la Policía catalana, los Mossos, en respuesta a los ataques terroristas. No quiero yo desmerecer con mi observación el valor de tal aplauso, bien merecido. Pero quisiera hacer dos apuntes que se basan en hechos reales, pero poco conocidos. Uno es que como consecuencia de que el Estado español fue resultado, no de una ruptura con el régimen dictatorial anterior (basado en la represión), sino de una apertura y adaptación de tal Estado para incluir dimensiones democráticas, tenemos una enorme cantidad de cuerpos de policías, que sumando sus efectivos, resulta que somos el país en Europa con el número mayor de policías por cada 100.000 habitantes (y en contraste el que tiene un número menor de personas adultas trabajando en los servicios públicos del Estado del Bienestar, como educación, sanidad, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, entre otros). Es probable que la proporción de todo el cuerpo de policías sea muy desigual entre los distintos cuerpos. Pero me parece que en el caso del terrorismo, que tiende a ocurrir en las ciudades, sería importante dar mayor presencia y protagonismo a las fuerzas locales que a las centrales. Lo cual me lleva a otro tema, relacionado con lo anterior.

El escaso poder de los municipios

Una nota que ha destacado en la respuesta de los tres niveles del Estado (el central, el autonómico y el municipal) en estos días de crisis, es el enorme protagonismo institucional que se ha dado en los medios al gobierno central y al gobierno autonómico. Pero el papel del Ayuntamiento de Barcelona y el de la alcaldesa Colau ha sido mostrado (errónea y manipuladoramente) como menor, mostrando un perjuicio, heredado de la época anterior durante el régimen dictatorial, en que las autoridades locales contaban poco. Resultado de tal visión jacobina del Estado, el Ayuntamiento tiene poco poder para resolver los mayores problemas de la sociedad (que es en su mayoría urbana) y que los ayuntamientos carecen de autoridad y recursos para resolverlos. En los países de Sur de Europa (España, Grecia, Portugal e Italia), donde las derechas han sido más poderosas y las izquierdas más divididas y con menor poder, es donde los ayuntamientos tienen menos poder. Son los niveles del Estado (el Estado local) más popular (o menos impopular), al estar más cercanos a donde la ciudadanía vive y trabaja, y es, en cambio, el nivel con menor poder. Es precisamente donde las izquierdas han sido más poderosas –el Norte de Europa- donde tienen más poder.

Es el Ayuntamiento el  nivel más cercano y más conocedor de la realidad social y económica en la que la ciudadanía vive. Y es  quien conoce mejor los barrios, los lugares de trabajo y ocio, las viviendas, los centros sanitarios, las escuelas y otros servicios sobre los cuales tienen poco poder y recursos. Y el ataque terrorista lo ha confirmado.

La popularidad de la actual alcaldesa, la Sra. Ada Colau, se debe primordialmente a su ambición de cambiar Barcelona, con la valentía que se requiere para enfrentarse con los enormes poderes (incluyendo los intereses de Qatar), que han tenido en el pasado reciente un excesivo poder en la ciudad. Es denunciable que otros partidos que se definen de izquierda no hayan apoyado sistemáticamente un programa unido para  cambiar Barcelona. Y es un insulto a la ciudad que, por razones políticas coyunturales, se quiere dar una imagen de unidad, bajo la batuta del Rey, de Rajoy y de Puigdemont, poniendo en el último hoyo de la pantalla a la alcaldesa Ada Colau. Impensable que ello ocurriera en Suecia, donde las izquierdas siempre tuvieron poder.

La prevención del terrorismo no ocurrirá a no ser que las comunidades participen activamente en tales campañas, pues es una característica común de todos los atentados, que los terroristas son personas que viven en tales comunidades. Lo local es importante para resolver los mayores problemas sociales, incluyendo la seguridad. Y uno de los hechos más notables estos días y que ha generado un aplauso general a nivel mundial es el comportamiento modélico de la ciudadanía de Barcelona, mostrando una gran madurez política y un comportamiento democrático ejemplar. De ahí que en el reconocimiento y acto público sea esta ciudadanía, representada por la Alcaldesa Colau, la que debiera tener el protagonismo, y no las figuras de siempre promovidas por los medios de persuasión que financian. Así de claro.

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El intento exitoso de reavivar la Guerra Fría en EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/08/10/el-intento-exitoso-de-reavivar-la-guerra-fria-en-eeuu/ Thu, 10 Aug 2017 06:00:14 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4027 Continuar leyendo "El intento exitoso de reavivar la Guerra Fría en EEUU"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Si usted viaja a EEUU este verano y lee los rotativos más importantes del país como el New York Times, el Washington Post o Los Angeles Times, o ve las cadenas de televisión más vistas como CBS, ABC o NBC, verá que el gran tema que indigna al establishment político-mediático del país son las interferencias del gobierno ruso presidido por el Sr. Putin o de agencias próximas a él en las últimas elecciones presidenciales de EEUU, mediante las cuales supuestamente proveyeron toda la información posible, conseguida ilegalmente (a través del hackeo de las instituciones del Partido Demócrata), a los miembros del equipo electoral del candidato Trump, facilitando su victoria sobre la candidata demócrata, la Sra. Hillary Clinton. Dicho establishment está escandalizado porque un país extranjero estuviera influenciando las elecciones estadounidenses, práctica que denuncian intensamente, acusando al gobierno ruso de todo tipo de comportamientos, llamándole de todo. En realidad, están intentando reavivar la Guerra Fría entre EEUU y la Unión Soviética (ahora Rusia).

Quisiera aclarar de entrada que mi simpatía por el gobierno Putin y por el gobierno Trump es nula. Ahora bien, considero de una enorme hipocresía que tal establishment político-mediático (que constantemente presenta la política exterior de su país como "la máxima fuerza promotora de la democracia en el mundo", tal como la definió el viceministro de Asuntos Exteriores durante la administración Obama, el Sr. Tom Malinowski) se escandalice por lo que hace el gobierno Putin, a la vez que ha apoyado todo tipo de intervenciones del gobierno federal estadounidense en otros países para cambiar gobiernos, convirtiéndolo en el Estado más intervencionista conocido, utilizando todo tipo de acciones, desde asesinatos políticos e intervenciones militares, a financiación de partidos y movimientos políticos y sociales. Melvin Goodman ha provisto una lista de estas supuestas intervenciones para defender y promover la democracia en el último número de Counterpunch (27.07.17), una de las revistas progresistas de mayor difusión en aquel país. Paso a resumir algunas de las mayores intervenciones del gobierno estadounidense en el exterior:

  • En 1953, EEUU y el Reino Unido intervinieron en Irán para expulsar al gobierno democráticamente elegido de Mohammed Mossadegh.
  • En 1954 el gobierno de EEUU apoyó un golpe militar en Guatemala que instauró una de las dictaduras más crueles de las que han existido en Centroamérica. Esto ocurrió durante la presidencia del general Eisenhower.
  • El mismo gobierno presidido por Eisenhower apoyó la campaña para asesinar a Patrice Lumumba en el Congo, dando pie al establecimiento de una de las dictaduras más brutales en la historia de África, la dictadura de Sese Seku Mobutu.
  • El gobierno del presidente Kennedy apoyó la invasión de la Bahía de los Cochinos en Cuba, financiada por la CIA.
  • El gobierno del presidente Nixon apoyó el golpe militar del general Pinochet en contra del gobierno democráticamente elegido del presidente Allende, argumentando, en boca de su ministro de Asuntos Exteriores, el Sr. Henry Kissinger, que "EEUU no podía permitir que Chile fuera tan estúpido como para escoger a un gobierno comunista".
  • El gobierno estadounidense ha intentado asesinar a los presidentes de Cuba, República Dominicana y Vietnam, asesinatos programados por la CIA, que al descubrirse crearon un rechazo popular que forzó a que el Congreso apoyara una ley prohibiendo la participación del Estado de EEUU en tal tipo de intervenciones a mediados de los 70.
  • Dicha ley, sin embargo, ha dejado de respetarse en muchísimas ocasiones, como lo fue en el caso del asesinato y golpe militar contra el coronel Gadafi en Libia, promocionado por la ministra de Asuntos Exteriores de EEUU, la Sra. Clinton, que orgullosamente utilizó la famosa frase "fuimos a ver qué pasaba y en consecuencia él murió". Desde entonces, Libia se ha sumido en el caos, convirtiéndose en uno de los centros del yihadismo.
  • El gobierno Bush invadió Irak para expulsar a Saddam Hussein, argumentando que tenía armas de destrucción masiva (lo cual el gobierno sabía que no era cierto). Es importante señalar que fue el mismo gobierno de EEUU el que ayudó en el golpe en contra del coronel Abdul Kassem, que facilitó el establecimiento de Saddam Hussein.

Intervenciones en Europa

  • En Europa, el gobierno estadounidense intervino en múltiples ocasiones para desestabilizar Polonia en los años 80, Georgia en los años 90 y más recientemente Ucrania.
  • Su intervención en Italia fue una constante, apoyando al gobierno cristianodemócrata, temeroso del poder del Partido Comunista Italiano.
  • Y en España, los gobiernos estadounidenses, que en su día habían jugado un papel clave (bajo la administración Eisenhower) en promover a uno de los regímenes dictatoriales más sangrientos que haya habido en Europa, la España de Franco, intervinieron activamente durante la transición, muy temerosos de que la Revolución de los Claveles contagiara a la oposición democrática española.

¿Por qué tanta sensibilidad ante el tema ruso?

Las causas de la enorme sensibilidad mediática ante el supuesto intervencionismo ruso en las elecciones estadounidenses son múltiples, como por ejemplo el deseo por parte del complejo político-militar de EEUU de reavivar la Guerra Fría, necesaria para continuar el enorme gasto militar que alimenta a dicho complejo. Tal complejo, enormemente influyente en EEUU, necesita un enemigo, y Rusia cumple esa función.

Pero otra causa es el deseo de expulsar al presidente Trump del poder. Es conocido que el hombre de negocios Trump, uno de los titanes del capital especulativo inmobiliario, hizo grandes negocios en Rusia, en colaboración con la oligarquía rusa, dirigida por el Sr. Putin. Y es más que seguro que estas conexiones incluyan gran cantidad de trabajos sucios, característicos de la actividad económica empresarial y muy en especial de la financiera y de la inmobiliaria. Y es ahí donde el establishment del Partido Demócrata y un número creciente de figuras del establishment político-mediático estadounidense, alarmados por lo que ellos consideran incompetencia y la manera errática de comportarse característica hoy de la rama ejecutiva del Estado federal (ver mi artículo El capitalismo de amiguetes: Coca-Cola y el presidente Trump, Público, 27.07.17), están intentando hurgar para poder expulsarlo del poder. Pero es improbable que el impeachment de Trump ocurra, pues el Congreso está controlado por el Partido Republicano, hoy controlado por la ultraderecha libertaria. La única posibilidad es que este partido pierda el control del Congreso en las próximas elecciones a dicha institución, lo cual es también improbable, ya que el Partido Demócrata no ha entendido lo que ha ocurrido en EEUU (ver mi artículo "Es sorprendente que se considere sorprendente la victoria de Trump", Público, 11.11.16), y Trump continúa ganando elecciones. El futuro es muy oscuro en EEUU.

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Donald Trump,EEUU
La hipocresía del establishment político-mediático español que se define como profamiliar https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/08/03/la-hipocresia-del-establishment-politico-mediatico-espanol-que-se-define-como-profamiliar/ Thu, 03 Aug 2017 06:00:49 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4021 Continuar leyendo "La hipocresía del establishment político-mediático español que se define como profamiliar"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

La cultura conservadora que continúa muy extendida a lo largo del territorio español sostiene toda una serie de posiciones que quedan fácilmente cuestionadas y negadas cuando miramos la evidencia existente en este continente: Europa. Por ejemplo, es ampliamente creído en círculos conservadores que es bueno que la mujer se centre en cuidar de la familia, manteniéndose en casa, atendiendo a los infantes, adolescentes y ancianos, sacrificando su carrera profesional a fin de garantizar la felicidad familiar. Este discurso considera que la característica de la cultura y de la sociedad española es la centralidad de la familia, considerada como el pilar de la sociedad, situación que, supuestamente, es envidiada por la mayoría de países a nivel mundial. Ni que decir tiene que por familia se entiende la familia tradicional. Esta es la visión conservadora de la situación actual.

Los testarudos datos, sin embargo, muestran que España es uno de los países en la Unión Europea donde las familias (desde las tradicionales hasta los nuevos tipos de familia) están más olvidadas y desatendidas. En un estudio reciente, que tiene gran interés (y que, como siempre, es desconocido o ignorado por los grandes medios de información españoles), publicado y resumido por sus autoras Maria Alessandra Antonelli y Valeria de Bonis en la revista Social Europe (‘How Do European Welfare States Perform?’, 19.07.17) las autoras muestran cómo son precisamente los países mediterráneos (España, Portugal, Italia y Grecia) y los países del este de Europa que tienen más en olvido a sus familias, con un muy limitado desarrollo de las intervenciones del Estado (sean éstas centrales, regionales o municipales) en atención a las familias. En todos ellos el porcentaje de mujeres integradas en el mercado de trabajo es bajo, y en todos ellos (y parece sorprendente a primera vista) la tasa de fertilidad (el número de niños y niñas por mujer fértil) es baja. En estos países las medidas públicas para ayudar a que la mujer compatibilice sus responsabilidades familiares con sus proyectos personales son muy limitadas. Las escuelas de infancia abiertas y disponibles casi todo el día (accesibles como derecho social) y los servicios domiciliarios para ayudar a las familias a cuidar de personas con dependencia (entre otras medidas públicas) son muy limitados. Es también en estos países donde el hombre participa menos en sus responsabilidades familiares.

Es en los países nórdicos en Europa, por el contrario, donde tales servicios están más desarrollados, donde el porcentaje de mujeres en el mercado de trabajo es mayor, donde la fertilidad es mayor, y donde los hombres participan más en las tareas familiares.

El cuidado de los dos polos etarios, infantes y ancianos 

Esta atención diferencial a las familias aparece también no solo en los servicios educativos (escuelas de infancia para niños y niñas) y domiciliarios (predominantemente para ancianos y personas dependientes), sino también en las transferencias públicas, como en las ayudas familiares y en las pensiones. En los países mediterráneos, donde las familias supuestamente representan el eje central de la sociedad, tales transferencias son bajas, de las más bajas de la Unión Europea. De especial interés es la baja cantidad de las pensiones en comparación con las pensiones de los países nórdicos y céntricos de Europa, dato que sorprenderá al lector, que habrá leído extensamente que las pensiones en España son muy elevadas por la tasa de reemplazo del salario que tienen dichas pensiones, que es muy elevado, ignorando en este argumento que el porcentaje de reemplazo del salario es alto, pero los salarios son muy bajos, con lo cual la cantidad recibida es muy baja. En 2016 la mitad del total de pensionistas estaban recibiendo pensiones que los mantenían por debajo del umbral de la pobreza, mientras que las pensiones no contributivas eran incluso más bajas (369 euros al mes, mucho más bajas que las contributivas). No así en los países nórdicos donde las transferencias públicas y las pensiones son más elevadas que en el sur de Europa.

¿A qué se debe este diferencial entre norte y sur de Europa? 

La respuesta a esta buena pregunta es fácil de ver, aunque raramente la verá en los medios. Y tiene que ver con dos variables. Una es el poder de clase y la otra es el poder de género. Se preguntará el lector qué es el poder de clase. Tal poder es el poder que tienen las clases pudientes del país (que pagan muy pocos impuestos y odian que se apliquen políticas redistributivas y políticas fiscales progresistas que aumenten su contribución a las arcas del Estado). Como consecuencia de la pobreza del Estado (que tiene unos ingresos menores a los que España debería tener por su nivel de desarrollo económico), el gasto público, incluyendo el gasto público social, es muy bajo. De nuevo, los países mediterráneos (que han sido gobernados por dictaduras de ultraderecha durante muchas décadas, y más tarde, en el periodo postdictatorial, por partidos de tradición conservadora y neoliberal, y también por partidos socio-liberales que, aun cuando expandieron el gasto público social, no corrigieron el déficit de este gasto) tienen un gasto que continúa siendo muy bajo. El más bajo de la UE, después de los países del este de Europa.

En tales países las clases populares tienen poco poder. Sus izquierdas, próximas al mundo del trabajo, han estado divididas y han gobernado poco tiempo (esto es, por cierto, también la causa del gran retraso social en Catalunya, realidad ocultada por aquellos que intentan explicar tal subdesarrollo social por su pertenencia a España). En los países del norte, por el contrario, han gobernado durante la mayor parte del periodo posterior a la II Guerra Mundial partidos que han sido instrumentos del mundo del trabajo.

Además de poder de clase, hay que entender el poder de género como causa del subdesarrollo social de España (incluyendo Catalunya) 

Pero dentro del Estado del Bienestar, los servicios menos financiados en España son los servicios y transferencias del Estado a las familias, y ello es debido predominantemente a la debilidad de la mujer en España. En este país, familia quiere decir mujer. Esta es la raíz del escaso desarrollo de los servicios de la llamada economía de los cuidados.

Y es este escaso desarrollo lo que explica también el escaso desarrollo de la economía española. Sé que esta afirmación creará un revuelo en este país. Pero los datos son muy claros. En España hay un enorme déficit de puestos de trabajo en este sector tan importante de la economía. Si España tuviera en lugar de un adulto de cada diez trabajando en los servicios del Estado del Bienestar (como servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sanitarios, prevención de la exclusión social y de la pobreza, integración de los inmigrantes, educación y formación profesional, formación de educación continuada, entre otras), uno de cada cinco como en Suecia, en España se crearían unos 3,5 millones de puestos de trabajo, eliminando gran parte del desempleo.

Ahora bien, la estructura del poder político y mediático en España está conformada por hombres de clase alta y media-alta que creen que es más importante construir AVEs que escuelas de infancia. Lo sé por experiencia, porque cuando yo he tenido la oportunidad de hablar con ministros de Economía y Hacienda españoles y consellers de Economía de Catalunya y aconsejarles que inviertan mucho más en lo que se llama el Cuarto Pilar del Bienestar que en el AVE, me miran como si no pudieran creer lo que les estoy sugiriendo (ver "El cuarto pilar del Estado del Bienestar", Público, 15.10.09). Se requiere una revolución cultural en este país para que se perciba la economía de cuidados, o lo que las feministas llaman, con acierto, la economía reproductiva, como una actividad central del país, tanto por razones sociales como económicas. El conservadurismo que domina la derecha y amplios sectores de las izquierdas están obstaculizando que se resuelva uno de los mayores problemas que existen hoy en España, incluyendo Catalunya, que es su crisis social. Así de claro.

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No es cierto que la austeridad haya terminado: el techo de gasto muestra lo contrario https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/07/25/no-es-cierto-que-la-austeridad-haya-terminado-el-techo-de-gasto-muestra-lo-contrario/ Tue, 25 Jul 2017 11:49:46 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4012 Continuar leyendo "No es cierto que la austeridad haya terminado: el techo de gasto muestra lo contrario"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pomepeu Fabra

Estamos hoy viendo en España que, una vez más, la gran atención mediática en el país está en lo que se llama el tema nacional o territorial, utilizado, como siempre, por el gobierno español de turno para movilizar a la población para defender "la unidad de la patria", el eslogan que las derechas españolas siempre han utilizado para defender los intereses económicos que las financian, utilizando el sentir patriótico de la gente para sus fines particulares. Un ejemplo claro de ello es la situación actual.

El problema mayor que tiene hoy España es el enorme problema social (ver mi artículo "El nuevo régimen social de España", Público, 23.06.17), que es ni más ni menos que el gran deterioro de la calidad de vida de las clases populares (que constituyen la gran mayoría de la población española), resultado directo de las políticas neoliberales (como las reformas laborales y los enormes recortes del gasto público que financian las transferencias sociales, como las pensiones, y los servicios públicos del Estado del Bienestar tales como la sanidad, la educación, la vivienda social, los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios y otros) iniciadas por el gobierno de Zapatero y expandidas por el gobierno de Rajoy. He documentado extensamente a lo largo de estos años la naturaleza y extensión de esta crisis sin precedentes en el periodo democrático postdictatorial (ver Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

La gran falsedad promovida por el establishment político-mediático del país es que las crisis económicas y financieras, que determinaron la crisis política, ya han terminado. Se justifica tal optimismo con la aparición del crecimiento económico, lo cual se atribuye a las medidas aplicadas por el gobierno de Rajoy. La evidencia científica, fácilmente accesible para el que quiera verla, muestra, sin embargo, que la reversión del declive del crecimiento económico (que caracterizó la Gran Recesión) no se ha debido primordialmente a las medidas tomadas por el gobierno Rajoy sino (como han reconocido el Fondo Monetario Internacional e, incluso, el Banco de España) a factores externos (fundamentalmente la bajada de los precios del petróleo y los bajos tipos de interés debido a la política monetaria del BCE), que tienen poco que ver con las medidas tomadas por el gobierno de Rajoy. Y la misma evidencia científica muestra que la enorme crisis social continúa en España, donde hay nada menos que 2,3 millones de empleos menos hoy que antes de que se iniciara la Gran Recesión; donde la precariedad laboral es lo que define la creación de empleo; donde el PIB per cápita no ha recuperado los niveles existentes en 2007; donde el 28% de la población vive en riesgo de pobreza o exclusión social, incluyendo el alarmante fenómeno de la pobreza laboral, es decir, pobreza entre personas que están trabajando a tiempo completo (15% de la población ocupada); y donde el 70% de los hogares continúan sin mejoras en sus condiciones de vida.

Pero la otra gran falsedad promovida por el establishment político-mediático español es que las políticas de austeridad impuestas por el gobierno de Rajoy han dejado de aplicarse, lo cual, no es cierto, pues tales políticas han continuado. Y la mejor prueba de ello es la aprobación del techo de gasto del Estado que ocurrió hace unos días en las Cortes Españolas. Tal medida fue una propuesta del gobierno Rajoy aprobada por las derechas españolas que incluyen, además del PP y su Frente de Juventudes (Ciudadanos), a las derechas vascas (PNV) y canarias (Coalición Canaria), así como a la "izquierda" canaria de Nueva Canarias (NC).

¿Qué es el techo de gasto público?

A primera vista tal término aparece como un concepto económico que la gente normal y corriente no entiende o aparentemente no le interesa, y ello a pesar de su enorme importancia. En realidad, las escuelas de sus niños, la sanidad de sus enfermos, la educación de sus jóvenes y adultos, la vivienda social, las escuelas de infancia y los servicios domiciliarios y una larga lista de servicios públicos, así como las transferencias públicas, tales como las pensiones, dependen en parte del techo de gasto público, que quiere decir del límite de gasto público del que el Estado puede disponer. Es uno de los indicadores más importantes para medir el compromiso del Estado con el desarrollo de sus funciones, incluyendo la provisión de servicios y transferencias a la sociedad, que quiere decir, a usted, lector.

Pues bien, tal techo de gasto público, es decir, techo de la cantidad que el Gobierno de Rajoy ha definido como el máximo dinero que el Estado se puede gastar es clara y excesivamente bajo, lo cual se hace para cumplir los famosos objetivos de estabilidad presupuestaria, que en lenguaje llano quiere decir bajar el gasto en transferencias públicas y en los servicios del Estado del Bienestar para reducir el déficit de las cuentas del Estado (es decir, la diferencia entre sus ingresos y sus gastos).

La pobreza del gasto público del Estado Español

El gasto público en España es muy bajo, mucho más bajo que en el promedio de la Eurozona (los países de la UE que utilizan el euro como su unidad monetaria). Y este bajo gasto público se debe en gran medida a que los ingresos públicos al Estado son también muy bajos; en realidad, de los más bajos de la UE-15. Pero la situación es incluso peor, pues no solo es de los más bajos, sino que desde el 2007 al 2015, mientras tales ingresos al Estado aumentaron en el promedio de la UE-15 un 1,2% del PIB, en España disminuyeron un 2,7%. Un dato que hay que tener muy en cuenta es que la mayoría de tal gasto es el gasto público social, es decir, el gasto en las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar a los que me referí al principio del artículo. En realidad, el hecho de que los servicios sanitarios públicos, las escuelas públicas, la vivienda social, las escuelas de infancia, los servicios domiciliarios, los servicios sociales y otros (que son todos ellos esenciales para garantizar la calidad de vida y bienestar de las familias en España) tengan pocos recursos en este país, se debe a que este gasto público social sea cinco puntos del PIB más bajo que el promedio de los países de la Eurozona. Los datos están ahí para el que quiera verlos.

Y una de las razones de que sea tan bajo es que los ingresos al Estado son también muy bajos. En realidad, de los más bajos de la Eurozona. Tales ingresos al Estado son nada menos que ocho puntos del PIB más bajos que en el promedio de la Eurozona. Y a pesar de esta gran pobreza de los ingresos al Estado, la derecha, tanto la de siempre, el PP, como la nueva, Ciudadanos, hacen gala de sus propuestas de bajar tales ingresos, reduciendo los impuestos (algo que sistemáticamente beneficia más a las rentas superiores que a las medias e inferiores).

Y una de las mayores causas de la pobreza de recursos se debe a la regresividad de la política fiscal, que conlleva que las grandes empresas, las grandes fortunas y los más pudientes no aporten al Estado lo que deberían. Este déficit no es fácil de ver cuando se analiza lo que la población debería pagar en impuestos, según el tipo nominal impositivo, es decir, lo que en teoría deberían de pagar según su nivel de ingresos (que es parecido a los de la UE-15). Ahora bien, si en lugar del tipo nominal analizamos el tipo efectivo (es decir, lo que en realidad la gente paga en impuestos), entonces vemos que es muy bajo y ello es debido a la enorme cantidad de deducciones fiscales que caracterizan al sistema fiscal regresivo español. Ni que decir tiene que las deducciones son mucho más utilizadas por las rentas superiores que por las rentas medias e inferiores. La diferencia entre lo que nominalmente deberían pagar las grandes empresas y las rentas superiores, y lo que pagan, es nada menos que 37.000 millones de euros (solo en IRPF y en el IVA) que el Estado deja de ingresar, aproximadamente el déficit estructural que tiene la economía española (el déficit estructural contabiliza los gastos no-coyunturales del Estado, es decir, el déficit no producido en momentos de crisis, sino el déficit permanente del Estado).

Si sumamos a este déficit fiscal (37.000 millones), el fraude fiscal (al que el 80% es producido por los súper ricos y las grandes empresas, según datos de técnicos de Hacienda) que representa 90.000 millones de euros (según Carlos Cruzado, presidente de los técnicos del Ministerio de Hacienda), más los fondos que el Estado no recibe debido a la reducción de los impuestos al patrimonio y a la herencia, y lo que el IBEX-35 deja de pagar (que nominalmente debería ser un 25%, y en cambio paga solo un 7%, según reconoció recientemente el ministro Cristóbal Montoro), nos encontramos con una situación de injusticia fiscal enorme. Esta injusticia contribuye a deteriorar aún más dos fenómenos: uno es el aumento de la desigualdad en España, en donde el 1% de la población española con mayor patrimonio acaparaba en 2016 más de una cuarta parte de la riqueza del país (27,4%), mientras que el 20% más pobre se queda con un 0,1%, o que la fortuna de las 3 personas más ricas en nuestro país equivale a la del 30% más pobre. Y el segundo fenómeno es que en España son los trabajadores los que paguen la gran mayoría de los impuestos y los que sostienen el Estado del Bienestar. Nada menos que el 85% del esfuerzo fiscal en España recae sobre las rentas del trabajo. Puesto que del 2008 al 2016, las rentas del trabajo han caído un 6,1% (33.679M€), mientras que las rentas del capital han aumentado un 1,7% (7.850M€), es lógico que los ingresos del Estado también se hayan reducido.

Este fenómeno es bien percibido por la ciudadanía española, según el último barómetro del CIS sobre fiscalidad (julio 2016), ante la pregunta de ¿cree que los impuestos se cobran con justicia y pagan más los que más tienen? Un abrumador 86,6% cree que se cobran con injusticia. De hecho, la opinión mayoritaria de los españoles es que es preferible mejorar los servicios públicos aunque haya que pagar más impuestos (44,7%) que pagar menos impuestos aunque haya que reducir servicios públicos (solo 15,8%). No hay duda de que por el bien del país y de la población que vive en él, hay que terminar con la austeridad. Y para ello hay que aumentar los impuestos, pero no a las rentas del trabajo (a la mayoría de la población) sino a las rentas de capital (las minorías privilegiadas).

¿Y por qué el techo de gasto es tan importante?

La respuesta es fácil, pues el techo de gasto público es el máximo que el Estado pueda gastarse. Un Estado pobre tanto en su gasto público social y como en sus ingresos fiscales, está condenado a una subfinanciación continua y eterna. Pues bien, el techo de gasto aprobado el martes 11 de julio en las Cortes Españolas impone que el máximo que el Estado se podrá gastar en el 2018 (ya en esta España supuestamente recuperada) es de 119.834 millones de euros, que es mucho menor (en realidad, 62.000 millones de euros) del que había en 2010 (ocho años antes).

Es más, el crecimiento de tal gasto máximo (1,3%) será mucho menor que el crecimiento de la economía que el gobierno calcula (4,3%). Ello determina que el gasto máximo que el gobierno permitirá, expresado como porcentaje del PIB, será el más bajo desde 2005 (repito, ¡desde 2005!). Ello quiere decir que el nivel máximo del gasto es semejante al que teníamos doce años atrás, a la vez que las necesidades del país han ido aumentando considerablemente. En base a estas cifras, concluir (como hace el establishment político-mediático) que ha llegado el fin de la austeridad es sencillamente una farsa.

Sí que hay alternativas a la austeridad

Es preocupante constatar que el establishment político-mediático del país guarda un silencio ensordecedor sobre este tema, presentándolo como un tema meramente técnico y económico, cuando en realidad es un tema profundamente político (como son la mayoría de temas económicos). Es urgente que se rompa tal silencio, pues para revertir las políticas de austeridad es necesario cuestionar y negar la lógica del techo de gasto, que distorsiona el debate sobre la política presupuestaria, desarrollando a la vez un marco alternativo basado en un concepto opuesto y distinto al concepto de techo de gasto, que es el establecimiento de un suelo de ingresos, es decir, que en lugar de fijarse tanto en el límite de gasto, se enfatice una cantidad de ingresos del Estado, que no pueda caer por debajo de ese suelo. Hay que aplaudir que por primera vez una fuerza política en el Congreso de los Diputados (Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea) haya iniciado este debate, introduciendo el concepto del "suelo de ingresos" (que unos días después hizo también suyo el PSOE), lo cual es de enorme importancia. Esta fuerza política también ha hecho la propuesta de expandir el techo de gasto, añadiendo 19.500 millones de euros al conjunto de los fondos asignados a Administraciones Públicas. Estos 19.500 millones más (que se podrían haber conseguido fácilmente gracias a mejorar los ingresos públicos) hubieran servido para: subir las pensiones no contributivas (850M€); para actualizar las pensiones al nivel de precios de consumo, considerando la inflación (1.600M€), lo cual no se está haciendo hoy en España; para recuperar los sueldos de los funcionarios (400M€), para aumentar la dotación en becas (75M€); para un ambicioso Plan de Renta Garantizada (3.200M€); para una prestación por hijo a cargo (400M€); y para financiar el ineludible Plan Nacional de Transición Energética (1.500M€). Estas propuestas que aquella fuerza política realizó son razonables y totalmente factibles, aunque predeciblemente fueron denunciadas por las voces neoliberales que todavía predominan en gran parte de la cultura económica y política del país como gastos imposibles de aceptar, pues, según ellos, romperían con las arcas del Estado, siendo esta la frase predecible que se utiliza en el dogma neoliberal que todavía domina hoy el establishment político-mediático que existe en el país, y que ahora nos vende el mensaje de que ya hemos salido de la crisis y que ya hemos dejado la austeridad atrás. Su desfachatez no tiene límites.

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La avalancha contra Catalunya en Comú y Podemos sobre el llamado referéndum https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/07/18/la-avalancha-contra-catalunya-en-comu-y-podemos-sobre-el-llamado-referendum/ Tue, 18 Jul 2017 18:22:48 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=4005 Continuar leyendo "La avalancha contra Catalunya en Comú y Podemos sobre el llamado referéndum"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante

A raíz de las declaraciones críticas con el referéndum propuesto por el gobierno de la Generalitat de Catalunya, hechas el pasado 5 de julio por el Coordinadora Nacional de Catalunya en Comú y, días después, por Pablo Iglesias, Secretario General de Podemos, indicando que si él fuese catalán no votaría en dicho referéndum, ha habido una avalancha en contra de tales partidos (Catalunya En Comú y Podemos) por parte de voces próximas a los partidos independentistas gobernantes en la Generalitat de Catalunya [primordialmente Convergència (PDeCAT) y ERC], y de la CUP, acusándolos de todo, desde "traición" a "cambio de chaqueta", pasando por "estar confusos y ser ambivalentes" o algo peor. El ejemplo más representativo es la ofensiva y grosera entrevista de la siempre presente figura en los medios, la Sra. Pilar Rahola (en el estilo característico de los Eduardo Indas de este país), al dirigente de Catalunya En Comú, Xavier Domènech. Era una entrevista parecida a las de La Sexta Noche en la que el papel de Eduardo Inda lo jugaba la Sra. Pilar Rahola, con la notable diferencia de que en el programa donde se realizó la llamada entrevista el sesgo era incluso mayor en contra de aquellos partidos que en La Sexta Noche, con la audiencia del programa aplaudiendo cada insulto y grosería que la Sra. Rahola propinaba al Sr. Xavier Domènech. Ni en La Sexta Noche se ha visto tal espectáculo.

Otras críticas, sin embargo, no han tenido un tono hostil, sino más bien de decepción, resultado –según los autores de tales críticas- de considerar que Catalunya En Comú y Podemos se han echado atrás, revirtiendo lo que habían dicho antes apoyando el referéndum. Un ejemplo de ello es un artículo en el diario ARA, firmado por Xavier Bosch, titulado "No m’ho esperava de vosaltres" (14.07.17), que quiere decir, en catalán, "No me lo esperaba de vosotros". El autor citaba en su artículo, como muestra de tal supuesta reversión, las declaraciones anteriores de Pablo Iglesias, el cual había indicado recientemente lo que ha dicho repetidamente, es decir, que él y Podemos estaban a favor de un referéndum en Catalunya que permitiera a su población decidir sobre su futuro (señalando, además, que aprobaría tal referéndum incluso en el caso de que su resultado fuera favorable a la independencia, opción que Podemos no compartía pero que aceptaría por mero compromiso democrático). Xavier Bosch concluye en su artículo que la negativa ahora de Pablo Iglesias a votar en el referéndum propuesto por el gobierno catalán es una clara señal de que ha cambiado, denunciando con ello tal reversión. En casi idénticos términos se ha criticado también a la alcaldesa Ada Colau y al dirigente de Catalunya En Comú, Xavier Domènech, que han indicado que no consideran tal referéndum como el referéndum que ellos apoyarían.

Y, como era de esperar, las derechas de siempre, que incluyen ahora, además de Convergència y el PP, a Ciudadanos, han aprovechado esta interpretación de los hechos para atacar, como siempre, a ambos partidos y a sus dirigentes, incluyendo a Pablo Iglesias, considerado como su enemigo número 1. Es sintomático de esta hostilidad que Convergència (PDeCAT) prefiriera mantener al supuestamente odiado gobierno Rajoy con su abstención que apoyar la moción de censura contra el gobierno PP hecha por Podemos.

Ni que decir tiene que tales acusaciones han tenido unas enormes cajas de resonancia no solo en Catalunya, sino también a lo largo del territorio español, por parte de los mayores medios de información, cuya hostilidad hacia Unidos Podemos, Catalunya en Comú y En Marea es bien conocida. Y así ha ido calando la sensación de que las nuevas izquierdas no son creíbles, y que no son de fiar por su comportamiento supuestamente errático. En toda esta campaña la manipulación, la falsificación y, en lenguaje plano, la mala leche han sido constantes, desinformando no solo sobre lo ocurrido, sino también sobre la situación y postura real de tales formaciones políticas.

¿Quién es incoherente con lo que ha estado sosteniendo: Catalunya en Comú y Podemos, o la gran mayoría de sus críticos?

Veamos ahora quién es incoherente y quién está faltando a la verdad. Y miremos las hemerotecas y quién dijo qué, y el significado de lo que se dijo. Y veamos en primer lugar lo que han dicho las nuevas izquierdas y lo que se les supone haber dicho. Los críticos critican que tales partidos y tales dirigentes han cambiado de postura, pues habían dicho que apoyarían el referéndum y cuando el gobierno independentista de la Generalitat de Catalunya lo ha propuesto, han cambiado de opinión, revirtiendo lo dicho. Y toda la avalancha de acusaciones, insultos y mala lecha se basa en esta interpretación sumamente sesgada de lo que ha ocurrido.

Tales voces, sin embargo, nunca han considerado una explicación alternativa. Es decir, que no han sido aquellos partidos de la nueva izquierda los que han cambiado de opinión, sino que ha sido el gobierno de la Generalitat de Catalunya el que ha propuesto un referéndum que no cumple con las más mínimas reglas democráticas, diseñado para conseguir un resultado conocido a priori, con el objetivo de legitimar una decisión ya tomada, que no contará con la aprobación de la mayoría de la población catalana. Tal posibilidad no ha sido nunca considerada por ninguno de los autores que ha criticado la incoherencia, traición o lo que fuera de aquellos partidos. A pesar de la evidencia que muestra lo contrario, asumen que el referéndum es válido y democrático, identificando urnas con democracia, sin nunca hacer referencia a las necesarias garantías democráticas para hacer posible que el proceso y el resultado sean el sentir de la mayoría de la población.

Es cierto que algunos portavoces del gobierno de la Generalitat de Catalunya parecen reconocer que tales garantías son difíciles, cuando no imposibles de cumplir, debido a la oposición del Estado central a que se realice el referéndum. Ni que decir tiene que tal oposición del Estado central dificulta enormemente muchas de las garantías necesarias para realizar el referéndum en condiciones democráticas. Pero muchas no quiere decir todas. No es justo externalizar las responsabilidades, como siempre hacen la mayoría de portavoces independentistas, atribuyendo al Estado español lo que es, en muchas ocasiones, responsabilidad de la Generalitat de Catalunya. Y ello se aplica también a la falta de garantías democráticas en el referéndum. El gobierno del PP es el mayor responsable de que no haya garantías democráticas. Pero ello no quiere decir que el gobierno de la Generalitat no comparta también alguna responsabilidad. La Ley del Referéndum propuesta por el gobierno de la Generalitat de Catalunya, por ejemplo, es muy poco democrática, como también lo es la falta de diversidad ideológica de los medios públicos de la Generalitat de Catalunya, abusivamente utilizados por los partidos gobernantes en Catalunya para promover el independentismo. Y así muchos otros casos –que mostraré más adelante–que son una muestra de la limitadísima concepción democrática que hay en el diseño del proceso. De ahí que sea precisamente una exigencia democrática indicar que no es un referéndum lo que se presenta como tal, pues toda la evidencia apunta, repito, a que el proceso parece estar organizando como un plebiscito que, tal como está diseñado, gestionado y organizado, intenta legitimar un resultado conocido a priori.

¿Qué es lo que Junts Pel Sí y la CUP están proponiendo? 

Como he indicado en otros artículos, parece que la mayoría de gente que critica a Catalunya en Comú y a Podemos parece no haber leído la Ley del Referéndum propuesta por el gobierno independentista. En tal propuesta, el resultado del referéndum será vinculante, independientemente del número de participantes y de votos a favor de la independencia. La experiencia de referéndum más semejante a esta propuesta es la que ocurrió el 9-N, donde la tasa de participación fue solo de un 33% sobre el total de la población adulta que podía votar. La gran mayoría de los participantes en el 9-N que votaron lo hicieron, como era predecible, a favor de la independencia. Pero la participación fue tan baja que los que votaron a favor de la independencia eran un porcentaje muy bajo de la población catalana (un tercio). Es muy probable que lo que ocurriría el 1-O fuera semejante, con lo que solo un tercio de la población decidiría, de ser vinculante, que Catalunya pasara a ser independiente en cuarenta y ocho horas tras el referéndum, en caso de que el sí a la independencia fuera mayoritario, y ello a pesar de que dos tercios de la población no votara a favor de esta importante medida. Esto es  lo que propone el gobierno de la Generalitat. Es más que preocupante que a los que apoyan el referéndum parece no inquietarles el significado de estos datos. Ni que decir tiene que de darse tal resultado, habría inmediatamente enormes tensiones procedentes de los no independentistas –la mayoría–, que protestarían por tal decisión.

Todo ello queda en segundo término, pues todo el aparato del Estado de la Generalitat, incluyendo sus medios, continúan promoviendo el independentismo, atribuyendo la enorme crisis social que existe en Catalunya a su pertenencia al Estado español (ocultando, de nuevo, la enorme responsabilidad que los gobiernos de la Generalitat de Catalunya han tenido en el desarrollo de tal crisis, como he señalado en mis escritos, tal como se puede ver en el artículo "El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social", Público, 30.06.17). Y como más muestras de su escasa sensibilidad democrática, el gobierno Junts Pel Sí, con el apoyo de la CUP, aprueba leyes que, en la práctica, ignoran el Estatut de Catalunya, lo cual pueden hacer aprovechando que son mayoría en el Parlament de Catalunya, mayoría parlamentaria, por cierto, que no corresponde a una mayoría electoral, pues la primera se la ha dado una ley que fue diseñada al principio de la Transición de la dictadura a la democracia para favorecer a las zonas territoriales conservadoras, marginando y discriminando, a su vez, a las zonas urbanas, donde vivían y viven las clases trabajadoras. Tal ley fue adoptada por Catalunya ya hace muchos años, y no fue cambiada por el gobierno catalán de Convergència (ahora PDeCAT) pues beneficiaba, aquí también, a las fuerzas conservadoras gobernantes, y discriminaba a las clases populares en centros urbanos.

Este sesgo de la ley electoral es particularmente importante, pues el compromiso con el proyecto independentista varía según la clase social en Catalunya. El resultado de las últimas elecciones autonómicas, definidas como plebiscitarias por los independentistas, muestra en los distritos de la ciudad de Barcelona que tenían como promedio un nivel de renta superior a la media de la ciudad de Barcelona (Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts, l’Eixample y Gràcia) los votos a favor del tripartito independentista [Convergència (PDeCAT), ERC y la CUP] eran mayores que los votos a los partidos no independentistas, mientras que la situación fue al revés en los distritos que tenían como promedio un nivel de renta inferior a la media de la ciudad (Sant Martí, Ciutat Vella, Horta-Guinardó, Sants-Montjuïc, Sant Andreu y Nou Barris), donde los partidos independentistas consiguieron menos votos que los no independentistas.

La escasa vocación democrática de Junts Pel Sí

Otra gran limitación de la democracia gestionada por Junts Pel Sí es el abusivo control de los medios de información por parte de la Generalitat, lo que imposibilita el necesario debate sobre tal importante propuesta, habiéndose ocultado los problemas que podrían presentarse (como en el pago de las pensiones) en la Transición hacia una independencia como la que está proponiendo el gobierno de Junts Pel Sí. En base a toda esta evidencia, es sorprendente que estas voces del tripartito y sus aliados critiquen a Catalunya En Comú y a Podemos por no ser democráticos, ocultando e ignorando en su crítica que las leyes electorales que les dan una mayoría tienen escasa credibilidad democrática, utilizándolas para proponer leyes que carecen de las más mínimas garantías de desarrollo democrático. Es más que incoherente que ahora tales fuerzas se presenten como los defensores de la democracia, homologando urnas con democracia.

Catalunya En Comú y Podemos, por otra parte, siempre han indicado su compromiso con la celebración de un referéndum democrático. Y mírese como se mire, este referéndum no puede definirse como democrático. Las declaraciones de Pablo Iglesias son coherentes con lo que Podemos ha sostenido siempre Una cosa es el derecho democrático a decidir, y otra es lo que el gobierno de la Generalitat está cocinando. No hay ninguna incoherencia entre lo que decían Catalunya En Comú y Podemos antes, y lo que dicen ahora. La incoherencia está en los que les acusan, pues presentan claramente como democrático un proceso que dista mucho de serlo. Y no todo puede atribuirse al Estado central, que, siendo un responsable mayor, no es el único.

¿Qué ocurrió en la Coordinadora Nacional de Catalunya en Comú? 

Que lo que propone el gobierno no es un referéndum está ampliamente consensuado en Catalunya en Comú y en Podemos. Ahora bien, en la reunión de la Coordinadora Nacional de Catalunya en Comú hubo una propuesta según la cual, a pesar de esta percepción del referéndum, se proponía que Catalunya en Comú se sumara a la campaña para el referéndum. Tal alternativa consiguió pocos votos (29 votos, frente a 85 votos de la propuesta finalmente aprobada). Hubo otra propuesta, que era no participar en las movilizaciones generadas por la llamada al referéndum, que fue retirada al aceptar un posición de consenso, quedando claro, a su vez, que tal referéndum, tal como se propone ahora, no es el referéndum que Catalunya En Comú o Podemos pueden aceptar y que, por lo tanto, no pueden con sus acciones legitimar tal referéndum como referéndum vinculante, sino, si acaso, como acto de afirmación a favor del derecho a decidir. Esta decisión es totalmente coherente y no expresa ninguna confusión. Como tampoco es incoherente afirmar el compromiso de apoyar todas las movilizaciones que ocurran bajo el lema de defender el derecho a decidir, las movilizaciones en oposición a las medidas represoras del gobierno Rajoy, o las movilizaciones necesarias en defensa de las instituciones catalanas.

El futuro: hay alternativas a la independencia exprés

Creo que lo más importante y notorio en los últimos cinco años ha sido el surgimiento de nuevas fuerzas políticas a lo largo del territorio español que se han caracterizado por dos hechos de enorme importancia. Uno es el claro rechazo a las políticas neoliberales llevadas a cabo por el establishment político-mediático español (que incluye el establishment político-mediático en Catalunya, entre otros), las cuales han tenido un impacto devastador en la calidad de vida y bienestar de las clases populares. Las reformas laborales y los recortes de las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar han creado una dramática crisis social en las distintas naciones y pueblos del Estado español. Y el otro hecho ha sido su rechazo al Estado uninacional español, exigiendo que el Estado acepte el carácter plurinacional de España, permitiendo que las distintas naciones y pueblos de España y, naturalmente, Catalunya, tengan el derecho a decidir el tipo y grado de su articulación con el Estado.

La enorme oposición a estas nuevas izquierdas

Ni que decir tiene que estas fuerzas han encontrado la clara hostilidad del establishment financiero y económico dominante en España, y del establishment político-mediático, claramente influenciado por el primero. El maridaje del primero con el segundo ha constituido el eje del Estado borbónico del país. El sorprendente crecimiento de tales fuerzas políticas, sin precedentes en Europa, ha alarmado al establishment político-mediático español (basado en la capital del Reino, que no tiene nada que ver con el Madrid popular) y sus aliados.

El soberanismo es diferente al independentismo 

Esta llamada al poder de decidir por parte de la población es esencial para garantizar esta plurinacionalidad. Ahora bien, tal derecho a decidir, que es la reafirmación de la soberanía de las distintas naciones y pueblos de España, no es, como se presenta manipuladamente por las derechas por un lado, y por los independentistas por el otro, equivalente y/o homologable a secesionismo. Y ahí está una de las raíces del problema. Esta confusión de considerar soberanismo e independentismo como lo mismo es lo que crea las infundadas acusaciones de traición, incoherencia o lo que fuera. En Catalunya el partido Catalunya En Comú, y en España Podemos, apoyan el soberanismo, el derecho a que la población escoja la articulación con el Estado, siendo la secesión una de las alternativas, pero no la única. Naturalmente que todos los independentistas son soberanistas, pero no todos los soberanistas son independentistas. Y ahí está la raíz de la confusión de los medios y de los que critican ahora a Catalunya en Comú y a Podemos. La mayoría de la ciudadanía en Catalunya es soberanista, es decir, favorece el derecho a decidir. Pero es solo una minoría la que escogería la secesión.

Lo que el tripartito independentista (PDeCAT, ERC y la CUP) está haciendo es saltarse el soberanismo para ir directamente al independentismo. Quieren la independencia exprés, lo cual quieren conseguir por medios que son claramente no democráticos. Y esto último no se debe única y exclusivamente a la oposición del Estado central, sino a la manera como han diseñado su vía hacia la independencia, que es a través de lo que llaman un referéndum, que es todo, excepto un referéndum. En realidad es una llamada a la movilización (basándose en la prevenible oposición y represión del Estado central), presentando la independencia como la única alternativa. El objetivo no es la independencia, sino la victoria masiva de los partidos independentistas en las próximas elecciones, que serán pronto, después del 1 de octubre. El peligro es que al identificar el independentismo con el secesionismo, se está quemando la posibilidad de movilizar a la población en el futuro para conseguir la celebración de un referéndum en condiciones democráticas que refleje la voluntad de la mayoría de la población en Catalunya.

Para que ello pudiera ocurrir ya ahora se requeriría una mayor movilización de la población, y muy en especial de las clases populares, a favor del soberanismo, lo cual no ocurrirá en una situación actual en la que tal movimiento está liderado institucionalmente por una coalición en la que la fuerza dirigente son los herederos del pujolismo, que son responsables del retraso social de Catalunya y de la enorme crisis social. Tal movimiento independentista no movilizará a las clases populares de renta por debajo de la media a no ser que la resolución del enorme problema social se perciba como ligada a la resolución del tema nacional, lo cual es difícil de creer en un proceso liderado y hegemonizado por Junts Pel Sí. El famoso eslogan que lo nacional y lo social van juntos es un eslogan vacío, pues lo que estamos viendo ahora es que el tema nacional está siendo utilizado tanto por el gobierno central como por el gobierno independentista para ocultar el problema social, que continúa siendo el mayor problema existente en Catalunya (y en España). De ahí la enorme esperanza que representan las nuevas izquierdas, que se han ganado su credibilidad mostrando su compromiso con el tema social, facilitando con ello el surgimiento del tema nacional. Querer saltarse todo ello con el independentismo exprés es dificultar el surgimiento de la solución del tema social, y con ello del tema nacional.

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El poder del Banco de Santander en el mundo artístico https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/07/14/el-poder-del-banco-de-santander-en-el-mundo-artistico/ Fri, 14 Jul 2017 05:00:16 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3999 Continuar leyendo "El poder del Banco de Santander en el mundo artístico"]]> VICENÇ NAVARRO
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

El New York Times del 5 de julio publica un artículo en primera página sobre un tema que apenas ha sido noticia en España: la construcción de un monumento a la familia Botín, propietarios del mayor banco de España, monumento instalado frente a la sede de su banco, el Banco de Santander, en la ciudad que da nombre al banco, Santander. El monumento es, en teoría, un museo de arte, pero en la práctica, y como bien subraya el artículo, parece "reflejar más la cultura del dinero que la cultura del arte". Construido en uno de los barrios más pudientes de la ciudad, el edificio simula dos cajas enormes de cristal, muy altas, y que penetran sobre el mar, rompiendo abusivamente los contornos de la costa y del paseo marítimo. El proyecto, que inició su construcción en el momento de la crisis bancaria, ha costado 80 millones de euros, pagados por la familia Botín. Tal monumento intenta ser la alternativa al museo Guggenheim, en Bilbao, que fue construido en los barrios más deprimidos de aquella ciudad. No así este en Santander que, como indiqué antes, se ha construido en la parte más residencial de la ciudad. Como bien señala el New York Times, este museo muestra y transmite la sensación de poder, que es, por lo visto, la intención de la construcción de tal monumento.

Y este poder del Banco de Santander, que se muestra en todas las instituciones políticas llamadas representativas, incluyendo las municipales y autonómicas, explica que la construcción de dicho edificio, que rompe con todas las normas estéticas y ecológicas, interrumpiendo un paisaje costero suave, fuera aprobada por todas las autoridades pertinentes, a pesar de las constantes protestas del movimiento ecologista y movimientos sociales y vecinales en contra de la construcción de tal edificio, el cual "claramente viola las normas municipales, construido para el engrandecimiento del Banco de Santander, signo de la opulencia bancaria". Estas protestas llegaron a todos los niveles jurídicos, incluyendo el Tribunal Supremo, y fueron todas ellas desoídas. El artículo cita a Carlos García, presidente de la asociación ambientalista ARCA, que protesta no solo por el desastre ecológico que tal edificio representa, sino también por su ubicación, que es "donde los romanos desembarcaron por primera vez y donde la ciudad de Santander empezó". Tales movimientos han llevado sus protestas al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Como era predecible, el museo fue inaugurado por el Rey Felipe VI, con la apertura de dos salas, mostrando cuadros prestados por el Museo del Prado de Madrid que, por cierto, es un museo pagado por todos los contribuyentes españoles. Una de las dos grandes salas contiene una colección de los cuadros de Goya. El articulista del New York Times señala, con cierta ironía, que uno de los mayores temas de los cuadros de Goya era la protesta social en contra de la injusticia reinante en su periodo. Cito directamente del artículo: "Uno de los temas más importantes [en los cuadros] de Goya fue el tema de la injusticia social, mostrando imágenes de la aristocracia decadente, contrastándola con dibujos de hambre y sufrimiento entre las clases populares". Uno de tales cuadros, titulado "Ellos comen mucho", muestra a un fraile defecando tras una gran comilona. El artículo termina indicando que parece que los cuadros de Goya parecen bastante aptos para los tiempos que vivimos. No me imagino un artículo como este apareciendo en los mayores rotativos del país, sobre los cuales el poder de la banca no tiene límites. Y a esto se le llama en España libertad de expresión.

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¿Qué pasa en Catalunya?: lo que no se dice en los medios, ni en Catalunya ni en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/07/11/que-pasa-en-catalunya-lo-que-no-se-dice-en-los-medios-ni-en-catalunya-ni-en-espana/ Tue, 11 Jul 2017 15:12:30 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3990 Continuar leyendo "¿Qué pasa en Catalunya?: lo que no se dice en los medios, ni en Catalunya ni en España"]]> VICENÇ NAVARRO
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante

Como mostré recientemente en un artículo presentado en este rotativo ("El mayor problema que tiene Catalunya del cual no se habla: la crisis social", Público, 30.06.17), la crisis social en Catalunya ha adquirido unas proporciones dramáticas, desconocidas antes durante el periodo democrático. Nunca antes, desde que la democracia se restableció en 1978, las clases populares catalanas habían visto su calidad de vida y bienestar deteriorarse de una manera tan acentuada como ha ocurrido durante los años de crisis económica y financiera conocidos como la Gran Recesión. El desempleo, la baja tasa de ocupación, la precariedad en el trabajo, el descenso de los salarios y el empeoramiento de las condiciones de trabajo caracterizan el mercado de trabajo catalán, afectando muy negativamente el nivel de vida de las clases populares, que representan la mayoría de la población en Catalunya. Tales condiciones están teniendo un impacto devastador entre la juventud, que está perdiendo la esperanza de tener un mundo mejor que el de sus padres. Sus ingresos en términos proporcionales son menores (en su capacidad adquisitiva) que los que sus padres tenían a su edad, determinando con ello un descenso generacional en su estándar de vida.

Esta enorme crisis, resultado del gran deterioro del mercado de trabajo, que ha tenido un efecto devastador en la calidad de vida de las clases populares, ha ido acompañada de unos recortes de los fondos públicos disponibles para financiar las trasferencias y los servicios públicos del Estado del Bienestar en Catalunya (tales como sanidad, educación, servicios sociales, vivienda social, escuelas de infancia –mal llamadas guarderías-, servicios domiciliarios, servicios y transferencias para la prevención de la pobreza y de la exclusión social, entre otros). En realidad, los recortes del gasto público social, que incluye el gasto en tales transferencias y servicios públicos, realizados por el gobierno de la Generalitat de Catalunya han sido de los más acentuados en España y en la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al existente en Catalunya y en el resto de España.

Es muy importante señalar que estos recortes se han hecho por el gobierno catalán en unas transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar que estaban ya muy poco financiados, con lo cual, tales recortes han tenido un impacto muy negativo en dichas transferencias y servicios, permaneciendo, como consecuencia de ello, entre los Estados del Bienestar menos financiados en España y en la UE-15, muy por debajo de lo que la economía catalana permitiría (ya antes de la crisis Catalunya tenía un gasto social de casi 20.000 millones de euros menos de lo que le correspondía por su nivel de riqueza).

¿Por qué este subdesarrollo social y esta crisis social?

Una de las respuestas más frecuentes a estas preguntas en el establishment político-mediático catalán es que tal subdesarrollo social (siendo el gasto público social en Catalunya uno de los más bajos de la UE-15) y tal crisis social (unos de los recortes de gasto público social más acentuados y uno de los niveles de desempleo y precariedad más altos de la UE-15), con uno de los niveles salariales más bajos de tal comunidad europea, es resultado de la articulación de Catalunya dentro del Estado español. La culpa de todo ello es del Estado central. Esta externalización de responsabilidades es muy común en la cultura existente en el territorio ibérico. El gobierno español justifica la aplicación (e imposición) de políticas altamente impopulares indicando que no tiene otras alternativas, pues así se lo instruyen Bruselas, o Frankfurt o lo que sea. Y en Barcelona, el gobierno de la Generalitat de Catalunya añade, además de Bruselas y Frankfurt, Madrid.

Esta explicación pasa de puntillas y deliberadamente oculta una de las mayores causas del subdesarrollo social de Catalunya y de la enorme crisis social en la que esta se encuentra, y que es ni más ni menos que el enorme dominio que las derechas (partidos conservadores y liberales) han tenido en las instituciones económicas, financieras, mediáticas y representativas de Catalunya durante todo el periodo democrático. La coalición de un partido de derechas perteneciente a la familia liberal europea, Convergència Democràtica de Catalunya, CDC, y de un partido de derechas perteneciente a la familia conservadora democratacristiana, Unió Democrática de Catalunya, UDC, ha gobernado Catalunya durante la mayor parte de tal periodo. En realidad, Catalunya ha estado gobernada 30 de 37 años por las derechas, es decir, 9 de 11 legislaturas, mostrando la gran hegemonía de las derechas (solo superada en España por Galicia y Castilla y León, gobernadas por el PP, y el País Vasco, gobernado por el PNV).

Dentro de esta coalición gobernante en Catalunya ahora, CDC (ahora llamada PDeCAT) ha sido la fuerza hegemónica. Y esta fuerza política continúa ahora siendo hegemónica en la mayoría de los aparatos de la Generalitat de Catalunya, presididos por el Sr. Carles Puigdemont, dirigente del PDeCAT, partido que es a su vez presidido por el ex presidente Artur Mas. Es cierto que la coalición Junts Pel Sí incluye, además de CDC, primordialmente a ERC (un partido hoy independentista), así como personas independientes no afiliadas a ningún partido. Pero la herencia de 30 años de ideología nacionalista conservadora es todavía clara en la cultura política promovida por la Generalitat de Catalunya. Ni que decir tiene que ERC es un partido amplio de sensibilidades políticas diferentes, incluyendo la izquierda, unidas todas ellas por un compromiso por la independencia, ideología que respeto y que es totalmente legítima, aunque yo no la comparta, aclarando que no me opondría a ella, naturalmente, si ello fuera el deseo de la mayoría de la población en Catalunya, lo cual es obvio que no se da en la situación actual. Dicha aclaración no diluye mi percepción de que el movimiento independentista esta hoy institucionalmente dirigido por el gobierno de Junts Pel Sí, coalición dentro de la cual el PDeCAT es la primera fuerza. De ahí que es importante que se informe sobre qué es CDC y su sucesor, el PDeCAT, lo cual no puede reducirse a una mera definición de ser un partido nacionalista conservador, ahora pro independencia.

Los herederos del pujolismo, ideología y modus operandi que continúa

Para entender Catalunya, hay que conocer a dicho partido, CDC, fundado por Jordi Pujol y que ha sido el eje del pujolismo, una ideología nacionalista conservadora que siempre ha considerado la Generalitat de Catalunya como su propiedad individual, familiar y colectiva, extendiendo su influencia a través de unas políticas de tipo clientelar, con prácticas intensamente corruptas. Era, y continúa siendo, la versión catalana del caciquismo en su expresión más primaria. En realidad, tiene grandes semejanzas con el Partido Popular en el resto de España. Ambos eran y son partidos nacionalistas  (españolista el PP, y catalanista CDC) y patrimonialistas (que consideran el Estado que gestionan como suyo). Es lo que Pablo Iglesias ha definido acertadamente como nacionalpatrimonialismo. Su largo dominio en el gobierno se debe a su claro encaje en la estructura de poder económico, financiero y mediático del país. Su dominio sobre los medios públicos de información de la Generalitat es casi absoluto. E influencia también en gran manera a los privados a base de subvenciones amplias (a modo de ejemplo, en 2015 la Generalitat de Catalunya otorgó 810.719 euros a La Vanguardia; 463.987 a El Periódico de Catalunya; El Punt Avui recibió 457.496; y el diario Ara, 313.495 euros). En consonancia con esta práctica, ya ha amenazado a los medios de comunicación con no proveer de tal subsidio en caso de que no promuevan su ideario a raíz del mal llamado referéndum. En TV3, sus programas económicos son de orientación ultraliberal, los cuales son conducidos por uno de los gurús económicos de CDC y sectores de ERC, el economista Sala i Martín, economista catalán, de nacionalidad estadounidense, que apoya en EEUU al Partido Libertario, un partido de ultraderecha que tiene gran influencia hoy en el Partido Republicano de aquel país. Es más que probable que el Ministro de Economía y Finanzas de la Catalunya independiente gobernada por una coalición liderada por el PDeCAT fuese tal personaje, o alguien próximo a él en su orientación política.

Las complicidades del establishment político-mediático catalán con el establishment político-mediático español

El nacionalpatrimonialismo pujolista continúa ejerciendo gran influencia en las instituciones de la Generalitat, y a través de estas, la vida intelectual política y mediática de Catalunya. Su partido ha sido uno de los mayores instrumentos políticos responsables de la aplicación de las políticas públicas neoliberales causantes del subdesarrollo social en Catalunya (incluyendo el resto de España), y de la crisis social creada por la Gran Recesión. CDC apoyó las reformas laborales del PSOE y del PP que causaron el deterioro del mercado de trabajo, así como la austeridad del gasto público que guió los recortes al Estado del Bienestar, y todo ello de una manera coherente con su ideología liberal (bien explicada por el Sr. Sala i Martín en su programa de TV3).

Las consecuencias del neoliberalismo

Como resultado de la aplicación de tales políticas, las rentas del trabajo en Catalunya han descendido, pasando de ser un 50% a un 46% de todas las rentas, durante el periodo de la crisis, 2008-2016, mientras que las rentas del capital han aumentado, pasando de un 42% a un 45% durante el mismo periodo. Que ello pasaría era entonces fácilmente predecible, como denuncié en su día. Como también era predecible, se ha producido un gran crecimiento de las desigualdades, que se han disparado, habiéndose incrementado la distancia entre el 20% de la población más rica y el 20% más pobre de 5 a 6 veces durante el mismo periodo. Estas políticas neoliberales se han hecho en colaboración con el PP, estableciéndose una complicidad no solo en las áreas económicas y sociales, sino también en las políticas, complicidades que han permitido el control por parte del PP de las Cortes Españolas, cuya presidenta, Ana Pastor, fue elegida con el apoyo de CDC, y cuya abstención en la moción de censura contra el gobierno del PP contribuyó a mantener al "supuestamente odiado" Rajoy en el poder. Los intereses de clase siempre toman prioridad sobre los intereses de nación en las derechas nacionalistas catalanas, para las cuales el mayor enemigo son las nuevas izquierdas. Y lo que pasa en los pasillos de las Cortes Española es un claro ejemplo de ello.

El silencio mediático sobre las causas de la enorme crisis social catalana

Como era de esperar, de todo esto no se habla o se escribe hoy en Catalunya. Este es el gran éxito del establishment político-mediático hegemonizado por los herederos del pujolismo, y ello con la ayuda de grandes sectores de la intelectualidad catalana, incluyendo algunas figuras que se consideran de izquierdas. CDC (PDeCAT) continúa hegemonizando la Generalitat de Catalunya, intentando influenciar sobre la movilización político-social que promueve el referéndum, centrándose en la confrontación entre el gobierno Rajoy, por un lado, y el gobierno de Junts Pel Sí, por el otro. Esta dualidad, presentada como el enfrentamiento entre España y Catalunya, es clave para su intento de movilización.

La aceptación de esta estrategia es resultado de la enorme insensibilidad del Estado borbónico hacia el carácter plurinacional de España, Estado que ha sido el mayor promotor del independentismo en Catalunya. Ni que decir tiene que este enfrentamiento asume la invariabilidad del Estado español, tesis fuertemente sostenida cuya intensidad alcanza niveles de clara hostilidad hacia los que no están de acuerdo con dicha estrategia, siendo acusados de antidemocráticos o, peor aún, de tener un escaso compromiso con Catalunya, tal como hizo Pilar Rahola, el personaje mediático más parecido a Eduardo Inda en Catalunya (grosera, maleducada, que no deja hablar al adversario y que manipula en extremo), con Xavier Domènech. Y algunas voces de izquierdas han llegado incluso a presentar tal llamada a votar en el referéndum como una continuación del 15-M en su lucha por la democracia. Tales voces parecen ignorar que el 15-M rodeó el Parlament de Catalunya, forzando al president Mas a acceder al Parlament en helicóptero, en protesta por las políticas neoliberales. Viví aquella situación, pues el 15-M me invitó a dar una charla delante del Parlament (cuando este estaba rodeado de manifestantes del 15-M) en protesta por las políticas que el gobierno había propuesto y que el Parlament iba a votar. No se pudo hacer la charla porque la policía nos expulsó. Es paradójico que ahora se pida al 15-M que rodee el Parlament, dirigido por los sucesores de Mas, para protegerlo. Además de incoherente, es absurdo que el 15-M se presente como un precedente a la movilización que se presenta mediáticamente como dirigida por un gobierno liderado por los continuadores del president Mas. Naturalmente que soy consciente que el Parlament estaría ocupado por muchas otras fuerzas políticas además del PDeCAT, pero dicho Parlament seguiría liderado por un gobierno en el que los herederos del pujolismo de siempre serían la fuerza hegemónica.

El llamado referéndum no es un referéndum

Mis comentarios críticos no son a favor o en contra de la independencia, sino sobre la manera como esta se está proponiendo, y que en parte (y solo en parte) se debe a la oposición del Estado central. La realización del referéndum requiere toda una serie de condiciones que garanticen que se realice en un contexto democrático. Democracia es mucho más que votar en unas urnas: requiere libertad democrática con pleno acceso a los medios de información por parte de las distintas opciones consideradas en el proceso de decisión que debe realizarse en el momento de votación. Existe hoy, sin embargo, una muy acentuada falta de diversidad en los medios públicos de la  Generalitat Catalunya, realidad que, por lo visto, no han percibido algunos compañeros de viaje de izquierda, que han visto recompensadas su apoyo al referéndum y su crítica a aquellas fuerzas, como Catalunya en Comú (que lo critican), gozando de un amplio espacio mediático poco accesible a las opciones que cuestionan el referéndum. En realidad, el gobierno de la Generalitat está hoy utilizando su comportamiento clientelar (dando amplios recursos financieros a los medios privados) a fin de promocionar su estrategia política. Es un caso abusivo de utilización de los medios públicos para fines partidistas.

Otra condición para que el referéndum sea considerado democrático es el principio de la mayoría, un eje rector de cualquier proceso democrático (hecho subvertido por la propuesta de Referéndum de Independencia del Govern, que convierte el principio de la mayoría por el principio de la minoría, tal como señalaré más adelante). Otras condiciones violadas por el proyecto del referéndum es el de haberse saltado el propio Estatut de Catalunya, así como el Parlament de Catalunya, que hasta ahora no ha sido consultado, basándose en una mayoría parlamentaria que no representa a la mayoría de la población catalana.

La vía antidemocrática hacia la independencia

La mayoría que el tripartito independentista (PDeCAT, ERC y la CUP) tiene en el Parlament está basada en una ley electoral que es la misma, repito, la misma, que fue transferida de España a Catalunya, sin que Convergència deseara cambiarla (como tampoco quiso cambiarla el PP). Tal ley es escasamente proporcional, y debido al sesgo conservador, dio la mayoría a unos partidos que en realidad representaban a una minoría. Tal tripartito recibió un número de votos menor que los no independentistas. Atribuirse la representación de la mayoría de la población es faltar a la verdad. Sumando los votos de los tres partidos independentistas en las elecciones del 27 de septiembre de 2015, se obtiene una cifra menor (1.966.508 votos) que sumando los votos de los no independentistas (2.147.736 votos). La mayoría proindependentista en el Parlament no se corresponde con la mayoría popular, que no es independentista.

Pero esta situación escasamente democrática alcanza su forma extrema en la Ley del Referéndum, en la cual se indica que el resultado del referéndum es vinculante (artículo 4.3), sin especificar el porcentaje mínimo de votantes. En realidad, tal ley aclara que ganará el que sume más votos (sin indicar un mínimo de participación), proclamándose la independencia cuarenta y ocho horas después de conocerse el resultado del referéndum en caso de que sea afirmativo. Lo que ello implica es que si se consiguiera el mismo porcentaje de votos a favor de la independencia sobre el número de catalanes que podrían votar que se logró el 9-N (1.861.753 votos del SÍ-SÍ sobre 5,4 millones de personas), resultaría que el número de votos a favor del SÍ representaría solo un 34% de toda la población que pudiera votar, lo cual querría decir que prácticamente dos terceras partes de los catalanes no habrían dicho SÍ a la independencia. En base a este bajísimo porcentaje se declararía la independencia en 48 horas. Ello sería un acto profundamente antidemocrático carente de credibilidad internacional.

No es un referéndum

La manera como se está utilizando el mal llamado referéndum por parte de los partidos gobernantes en la Generalitat de Catalunya conseguiría que del 80% al 90% del voto fuera a favor de la independencia, en un proceso de muy baja participación. Ocurriría lo mismo que ocurrió en el 9-N, que fue el proceso electoral en Catalunya con menor participación durante el período democrático postfranquista. Solo un 36,6% de catalanes votaron, mucho más bajo que en las elecciones autonómicas del 2012 (67,7%), que en las elecciones generales del 2011 (un 66,8%), que en el referéndum del Estatut del 2006 (48,8%) y que en las elecciones europeas del 2014 (47,6%). Que solo un tercio de los catalanes decidiera el establecimiento de la independencia no puede ser la base para que ocurra un hecho tan significativo como este. Y crearía un estallido social en Catalunya. Creerse que la mayoría de la población catalana aceptaría una decisión de tal envergadura votada solo por un tercio de la población que podría votar, es no conocer Catalunya. La pregunta que debería hacerse es por qué habría una participación tan baja en dicho referéndum, y una de las causas de ello es la identificación institucional del independentismo con el gobierno de la Generalitat de Catalunya que ha sido responsable de la crisis social que ha afectado tanto a las clases populares en Catalunya.

Naturalmente que el movimiento independentista también recoge una protesta frente a la crisis social descrita en este artículo, pero el hecho de que sea el PDeCAT hoy la fuerza dirigente en el gobierno de la Generalitat que dirige tal movilización tendría influencia en esta elevada abstención. Las clases populares son conscientes de que detrás de un supuesto conflicto España-Catalunya ha habido una alianza de las derechas españolas y catalanas que ha provocado el deterioro de su calidad de vida y bienestar. Y de ahí el enorme silencio sobre este tema en Catalunya y en España, silencio que tiene como función dar mayor visibilidad al tema nacional asumiendo que la independencia resolvería en sí la enorme crisis social, considerando, erróneamente, que el nuevo Estado tendría una vocación resolutiva de dicha crisis, lo cual es altamente cuestionable, pues dependería de los partidos que gobernaran esta Catalunya independiente. Una transición que fuera una continuación del dominio de las derechas en el Estado catalán sería la continuación de la crisis. La evidencia de que ello sería así es abrumadora.

Todas estas consideraciones quedan olvidadas en un proceso de transición claramente idealizado en el que los enormes problemas que podrían crearse, y que podrían afectar a las clases populares, quedan marginados. Es así como la derecha catalana intenta utilizar el mal llamado referéndum como una táctica electoral que se beneficia de las elevadas tensiones entre Catalunya y España, a fin de movilizar su apoyo electoral.

Esta afirmación no implica, en absoluto, que la movilización que está teniendo lugar en Catalunya a favor de la independencia sea un mero instrumento creado por los partidos gobernantes, lectura generalizada en el establishment político-mediático español. Dicho movimiento incluye muchísimas sensibilidades políticas, y como movimiento contestatario lo valoro positivamente. Ahora bien, no hay duda, desde mi punto de vista, que la manera como la Generalitat de Catalunya está intentando dirigirlo incluye un deseo de instrumentalizarlo que disminuye dramáticamente su potencial de cambio. En realidad, el independentismo, al monopolizar el soberanismo o derecho a decidir, está haciendo un flaco favor a la posibilidad de una amplia movilización de las clases populares, que no siendo independentistas, desean un cambio profundo en Catalunya y en España. El independentismo no será vehículo para realizar tales cambios.

¿Cuál debería ser la alternativa?

Creo que debería mostrarse que es imposible crear una nueva sociedad democrática a través de un instrumento claramente antidemocrático como está resultando ser el mal llamado referéndum. Considero que es esencial que las fuerzas que creen en el referéndum democrático presenten y defiendan una alternativa, ilusionante y creíble que presente una propuesta de futura Catalunya, poniendo la resolución del tema social como central en la discusión del tema nacional, indicando que aquellos que son responsables del enorme retraso social de Catalunya no pueden liderar el proceso de cambio en Catalunya, pues la nueva Catalunya que promueven sería una continuación de la ya existente. Creo que para las izquierdas es fundamental que se defina el concepto de nación, identificando nación primordialmente con la población, de la que las clases populares son la mayoría, afirmando que aquellos que aman más a Catalunya son aquellos que hacen más por las clases populares, denunciando a aquellos que se autodefinen como superpatriotas y a la vez están dañando el bienestar de la mayoría de la ciudadanía. En contra de lo que se cree, sí que hay un barómetro para definir el grado de compromiso con un país.

De ahí que es importante que las fuerzas progresistas que prioricen la justicia social, la democracia y la plurinacionalidad de España y favorables al desarrollo de un referéndum auténticamente democrático desarrollen una campaña alternativa que movilice al conjunto de la sociedad catalana y de las diferentes sociedades en el territorio español para cambiar tanto el Estado Catalán como el Estado Español de tal forma que resuelva al fin la cuestión social y nacional. Esta campaña debiera de contar con actos a los que se invite a hermanos y hermanas de las nuevas izquierdas de otras partes de España, para señalar que el derecho a decidir tenemos que ganarlo a través de la movilización de la mayoría (y no solo de una minoría) de la población catalana para crear una nueva Catalunya, y abriendo la posibilidad de realizar un cambio profundo, que tenga el apoyo de las clases populares. Para que ello ocurra, es necesario poner la resolución del tema social como prioritario, y no de una manera genérica e indirecta a través de conseguir una no realizable independencia, sino muy concreta, oponiéndose a las políticas que han sido promocionadas por el Estado español por un lado, y por la Generalitat de Catalunya por el otro. Sin un apoyo generalizado entre la clase trabajadora y otros elementos de las clases populares, no se podrá tener un auténtico referéndum democrático con una petición de cambio masivo. Este cambio será facilitado por las campañas que ya existen a lo largo del territorio español para crear una España social, justa, democrática y plurinacional. De ahí que es fundamental que, para que el proceso de cambio en Catalunya ocurra (yendo o no hacia la independencia según desee la mayoría de la población en Catalunya), haya una nueva dirección y otro liderazgo del movimiento por el derecho a decidir, basada en una amplia coalición de fuerzas de izquierdas y progresistas que defienda un programa de transformación de Catalunya (y de España). Esto no es lo que está ocurriendo ahora en Catalunya.

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Las Leyes españolas (incluyendo la Constitución) reflejan el enorme dominio que las fuerzas conservadoras tienen en el Estado español https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/07/07/las-leyes-espanolas-incluyendo-la-constitucion-reflejan-el-enorme-dominio-que-las-fuerzas-conservadoras-tienen-en-el-estado-espanol/ Fri, 07 Jul 2017 13:55:47 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3981 Continuar leyendo "Las Leyes españolas (incluyendo la Constitución) reflejan el enorme dominio que las fuerzas conservadoras tienen en el Estado español"]]> Vicenç Navarro

Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Me parece una obviedad resaltar que la transición de la dictadura a la democracia se hizo en términos muy favorables a las fuerzas conservadoras, que controlaban el aparato del Estado dictatorial y la gran mayoría de los medios de información en el país. Las fuerzas democráticas, lideradas por las izquierdas, por el contrario, acababan de salir de la clandestinidad y estaban en una situación de claro desequilibrio de fuerzas en las mesas de negociación donde se pactaba la transición. Ni que decir tiene que las movilizaciones obreras en los grandes centros urbanos del país jugaron un papel clave en el fin de aquella dictadura, forzándola a abrirse. Pero no tuvieron la suficiente fuerza para romper con el régimen anterior, y a nivel político-institucional los partidos democráticos, incluyendo los partidos de izquierda, estaban poco desarrollados (con la parcial excepción del Partido Comunista, que lideró la lucha contra el régimen dictatorial, y que era el enemigo nº 1 de las fuerzas conservadoras, que tenían como objetivo su marginación).

Como resultado de aquel enorme desequilibrio entre los partidos conservadores por un lado, y los paridos demócratas liderados por las izquierdas, por el otro, las leyes y la Constitución Española, producto de aquella transición, estuvieron sesgadas a favor de los primeros a costa de los segundos desde el principio. Todavía hoy, cuarenta años después de la transición, medidas como la posibilidad de hacer referéndums a nivel estatal, autonómico y municipal son extremadamente limitadas, sujetas siempre a la aprobación por el Estado central. Y el Estado del Bienestar resultado de aquella transición es un Estado poco financiado, con un gasto público social (que incluye el dinero público asignado a sanidad, educación, servicios sociales, vivienda social, escuelas de infancia –mal llamadas guarderías-, servicios domiciliarios y un largo etcétera) por habitante que continúa siendo de los más bajos de la Unión Europea de los Quince -UE-15-, el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al español (ver mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002).

La constante referencia a la necesidad de respetar la ley en la democracia

 Una de las consecuencias del dominio que las fuerzas conservadoras han tenido en el desarrollo de las leyes en España (y en el aparato jurídico que las sustenta) es la constante referencia a la ley como punto de autoridad, ley que sistemáticamente las favorece. Lo hemos visto en múltiples ocasiones durante el periodo democrático. Y el caso más reciente ha sido la respuesta del establishment político-mediático del país, centrado en la capital del Reino (que tiene muy poco que ver con el Madrid popular), el cual, frente a las demandas expresadas por el gobierno de la Generalitat de Catalunya de realizar un referéndum en el que se pudiera expresar la voluntad de la ciudadanía española que vive en Catalunya sobre su articulación con el resto de España, ha prohibido a esta de realizarlo, utilizando gran número de medidas represivas.

Y el justificante para tal represión es, una vez más, la necesidad de respetar la ley (que, como resultado de su enorme poder, está jugando a su favor). De ahí el enorme respeto hacia el orden y la ley dentro del discurso conservador, lo cual ocurre en la mayoría de países occidentales. Pocos saben en Europa, por ejemplo, que el 1º de Mayo, celebrado en todo el mundo como el día del trabajo (en homenaje a los trabajadores de Chicago que fueron asesinados por las fuerzas policiales del orden, en su defensa de lo que se transformó en norma de trabajo -trabajar 8 horas al día-), se conoce en EEUU, según una ley aprobada por el Congreso Estadounidense, como el día del Orden y de la Ley, siendo el único país en el mundo en el que no se celebra el 1º de Mayo.

La llamada al orden y a la obediencia a la ley por parte del Monarca

Ley y orden han sido siempre los reclamos del poder. Quedó claro en el discurso profundamente conservador del Monarca Felipe VI en el día de la celebración de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura. El elemento destacado en su discurso fue su llamada al respeto y al cumplimiento de la ley en un momento de gran agitación social, resultado de un gran descontento y rechazo hacia las políticas neoliberales impuestas a la población por el gobierno conservador presidido por el Sr. Rajoy (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales), y de movilización popular en Catalunya pidiendo un referéndum para consultarle a la población su parecer sobre si desea o no seguir perteneciendo al Estado español borbónico. Aun cuando el discurso no hizo ninguna referencia explícita a tal agitación social, el mensaje principal era la necesidad de respetar el orden y la ley, mensaje dirigido a aquellas opciones políticas consideradas potencialmente como la mayor amenaza a su permanencia en el poder, categoría en la cual se colocan las izquierdas y los partidos nacionalistas llamados "periféricos". El Monarca no citó que dicho orden y dicha ley han estado discriminando a tales partidos, produciendo durante el periodo democrático una enorme sub-representación parlamentaria del Partido Comunista y de sus alianzas (como IU) y una continua imposición de una visión uninacional del Estado español, en la que el establecimiento de las CCAA era visto como un paso (el café para todos) para impedir el desarrollo de la plurinacionalidad del Estado español.

Las leyes no representan la voluntad popular, sino las relaciones de poder en el momento en que se aprueban

Este sesgo en las leyes (incluyendo en la Constitución) a favor de las fuerzas conservadoras en el país ha continuado durante todo el periodo postdictatorial. Cualquier observador de los sistemas democráticos existentes en los países capitalistas con un nivel de desarrollo económico semejante al español, puede fácilmente detectar las muchas limitaciones que se perciben en la democracia española, las cuales reducen en gran medida las posibilidades de decisión y participación de la ciudadanía en el campo de tales leyes, que consideran injustas. Esta llamada al acato a la ley se justifica con el argumento de que la ley siempre es el producto de la soberanía popular, y que, como tal, traduce los deseos de la ciudadanía. Pero la evidencia cuestiona este supuesto de que la ley representa la voluntad popular, mostrando que en realidad es la síntesis de las coordenadas de poder reflejadas en el momento en el que la ley es aprobada. Y estas coordenadas de poder, en el sistema llamado democrático español, distan mucho de reflejar la voluntad de la ciudadanía, lo cual requeriría que cada ciudadano debería tener la misma capacidad de decidir sobre el quehacer público. La evidencia de que ello no es así es clara, contundente y abundante. Los gobiernos españoles (y autonómicos, como es el caso de Catalunya) constantemente aprueban leyes que no tienen la mayoría de los ciudadanos a su favor, debido a la escasa proporcionalidad de las leyes electorales del país. En realidad, las fuerzas liberales (el partido Convergencia Democrática –CDC–, hoy PDeCAT) y conservadoras (el partido cristianodemócrata Unió Democràtica –UDC-, hoy desaparecido) que han gobernado Catalunya durante la mayoría del periodo democrático han mantenido, sin cambiarlas, muchas de las leyes transferidas del Estado español, como la ley electoral, a fin de mantener su escasa proporcionalidad, que favorece a los partidos gobernantes. Como consecuencia de ello, la coalición de partidos independentistas Convergència (ahora PDeCAT), ERC y la CUP, que constituyen la mayoría del Parlament de Catalunya, representan una minoría del electorado, que gobierna en contra de la mayoría de la población catalana. Sumando los votos de los tres partidos independentistas, dan una cifra menor (1.966.508 votos) que sumando los votos de los no independentistas (2.147.736 votos).

Pero el problema es incluso más grave que lo descrito hasta ahora, debido a la enorme influencia que los grupos de presión tienen sobre el proceso legislativo, lo que claramente sesga el resultado de dicho proceso a su favor. Y el caso más claro se produjo precisamente durante la aprobación de la supuesta sacrosanta Constitución. La gran mayoría de la ciudadanía española deseaba el fin de la dictadura y el inicio de la democracia. Y aun cuando tal Constitución contenía muchos elementos de escasa popularidad –como el mantenimiento de la Monarquía-, fueron aceptados pues la alternativa que se presentaba era la continuación de la dictadura. El continuo temor hacia el establishment político-militar, que marcó el contexto en el que se aprobó la Constitución, explica su aprobación por la ciudadanía. Es lógico, por lo tanto, que nuevas generaciones que han perdido el miedo y el temor deseen cambios sustanciales en el sistema democrático español y en su Constitución que recojan el sentir de las nuevas generaciones en un nuevo contexto en el que el miedo y el temor ya no existan.

 

Relevancia de lo dicho para entender la situación en Catalunya

 La oposición por parte del gobierno de Rajoy a lo que se llama el referéndum de Catalunya, aduciendo que la Constitución no lo permite, es predecible. Tal prohibición no permite entonces realizar un referéndum, pues las garantías que configuran el contexto democrático necesario para realizar un referéndum no son posibles en tal situación. Desde el establecimiento de un censo electoral hasta la necesidad de apoyo institucional por parte de los municipios, además de la necesaria diversidad en los medios públicos que refleje todas las opiniones existentes en el debate (cosa que no ocurre hoy), son requisitos para el desarrollo de un contexto auténticamente democrático que permita el referéndum. Un proceso democrático es mucho más que votar en unas urnas, hecho que deliberadamente se olvida o manipula en el argumentario de muchas fuerzas pro-independentistas. En realidad, la prohibición de realizar el referéndum y alcanzar un pacto permite, e incluso favorece, que tales fuerzas actúen sin dichas garantías, instrumentalizando en exceso tal proceso de consulta, transformándolo en algo distinto a un referéndum, dejando a este fuera de juego, siendo sustituido por algo distinto: un proceso de movilización popular a favor de la independencia (liderada por aquellos partidos) que probablemente concluya con unas elecciones. Es, pues, más una estrategia electoralista que no una consulta o referéndum, dentro de una ley electoral escasamente representativa, que, como he indicado anteriormente, les da una mayoría parlamentaria que no es representativa de la mayoría del electorado.

Esta situación, escasamente democrática, se acentúa todavía más por la exclusión de otros partidos y movimientos sociales, como los sindicatos, favorables al referéndum (reunidos en el Pacto Nacional), en la gestión del proceso. Su gestión del proceso alcanza niveles de clara manipulación, pues controlan todos los aparatos de la Generalitat de Catalunya, incluyendo sus medios de comunicación. Es más, en contra de lo que aparenta, los partidos independentistas son los más favorecidos por la prohibición del referéndum, convirtiendo el mal llamado referéndum en una campaña de movilización en apoyo de tales partidos. Nos encontramos, pues, con que la captura del soberanismo (que es el derecho a decidir) por parte del independentismo está haciendo un flaco favor a tal soberanismo, pues el posible fracaso del independentismo se interpretará y presentará como el fracaso del soberanismo. Ahora bien, los que están a favor del referéndum tendrán que comenzar de nuevo el día 2 de octubre, recuperando el proyecto soberanista, colaborando con otras fuerzas hermanas a lo largo del territorio español en cambiar España, facilitando así que, en una redefinición de España, pueda aceptarse la plurinacionalidad, y con ello el derecho a decidir de todos los pueblos y naciones de España. Y esto no es lo que desea el PDeCAT, el partido que lidera Junts pel Sí. Hay que recordar que el PDeCAT no votó a favor de expulsar al gobierno Rajoy en la moción de censura hecha por Unidos Podemos. Lo que más desea tal partido, por encima de todo, es continuar en el poder, y seguir controlando la mayoría de los aparatos de la Generalitat de Catalunya, haciendo olvidar la enorme responsabilidad que ha tenido en el deterioro social de las clases populares de Catalunya (ver mi artículo "El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social", Público, 30.06.17).

Debería ser obvio, pues, que sin un cambio en España será dificilísimo realizar un referéndum en Catalunya en condiciones democráticas. Ni que decir tiene que este cambio se presenta como imposible por las direcciones del movimiento independentista. Se ignoran así hechos como el enorme crecimiento de nuevas fuerzas políticas a lo largo del territorio español, de clara vocación republicana, y de compromiso con la plurinacionalidad del Estado español, las cuales han mostrado ya su compromiso con el ejercicio del derecho a decidir. Ignorar esta realidad es esencial para aquellas fuerzas políticas que quieren movilizar y expandir sus bases electorales a base de aumentar la tensión entre Catalunya y España. La transformación de Catalunya está ligada a la transformación del Estado español. Los que no lo vean así, desde los dos polos opuestos en el espectro político y nacional, están retrasando la solución de la enorme crisis social y política que tienen tanto Catalunya como España.

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El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/06/30/el-mayor-problema-que-tiene-hoy-catalunya-del-cual-no-se-habla-la-crisis-social/ Fri, 30 Jun 2017 10:43:21 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3976 Continuar leyendo "El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

El mayor problema que existe hoy en Catalunya es la enorme crisis social que afecta muy negativamente la calidad de vida y bienestar de sus clases populares. Tal crisis social raramente aparece en los mayores medios de comunicación en Catalunya, tanto en los públicos –instrumentalizados en su mayoría por el gobierno de la Generalitat de Catalunya- como en los privados, claramente influenciados por poderes económicos y financieros que definen los parámetros de lo que es aceptable en el panorama mediático catalán.

Ahora bien, esta enorme crisis social no abarca a todos los sectores de la población por igual. Está centrada primordialmente en las clases populares catalanas, las cuales derivan sus rentas fundamentalmente del mundo del Trabajo. Pero lo que es menos conocido y apenas tiene visibilidad mediática es que al sector minoritario de la población que deriva sus rentas primordialmente de la propiedad y/o de la gestión del  capital (propiedad que genera renta) le ha ido muy bien. Los datos hablan por sí mismos. Entre 2008 y 2016 (el periodo de la Gran Recesión), las rentas del Trabajo como porcentaje de todas las rentas en Catalunya bajaron del 50% al 46%, mientras que las rentas del capital subieron durante el mismo periodo del 42% al 45%. En otras palabras, mientras que las clases populares vieron como sus rentas disminuían, los super-ricos, los ricos y las personas pudientes con elevados recursos las vieron aumentar.

Como consecuencia de ello, las desigualdades de renta en Catalunya se dispararon de manera que el 20% de la población con más ingresos (super-ricos, ricos y clases medias profesionales de renta alta), que tenía al principio de la crisis un nivel de ingresos promedio cinco veces superior al del 20% de renta inferior, vio como dicha diferencia se ampliaba hasta ser seis veces superior en 2016, convirtiendo a Catalunya en uno de los países más desiguales de la UE-15 (el grupo de quince países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al de España). En realidad, 20 super-ricos en Catalunya tienen en total una riqueza de 22.400 millones de euros, cantidad casi equivalente al 11% del PIB catalán. El patrimonio del catalán más rico es equivalente a la renta anual de 150.0000 familias medias catalanas. Estos son datos que, junto con otros, muestran que durante la mayor crisis social que Catalunya ha vivido durante la época democrática, los catalanes más pudientes no solo no han visto disminuir sus rentas y su propiedad, sino que, al contrario, las han visto subir considerablemente.

Las causas del crecimiento de las desigualdades en Catalunya 

Un elemento importante para entender este crecimiento de las desigualdades ha sido el gran deterioro del mercado de trabajo catalán. En 2016 el 53% de las personas desocupadas llevaban buscando trabajo durante un año o más, siendo Catalunya uno de los países de la UE-15 que tiene el porcentaje mayor de este tipo de desocupados. Tal porcentaje era solo del 16% en 2008, habiéndose añadido a este grupo de desocupados, durante el periodo 2008-2016, 259.700 personas que están desesperadas por encontrar trabajo. Y para hacer más agudo el dolor, el 71% de las personas en paro no reciben ninguna prestación o subsidio en concepto de paro. La gran mayoría de ellos son trabajadores que habían ocupado puestos de trabajo de salarios bajos.

Esta situación es particularmente aguda entre las personas jóvenes, siendo Catalunya el país con mayor desempleo juvenil de la UE-15 junto con el resto de España, Grecia e Italia. Este elevado desempleo se ha producido junto con otros indicadores de deterioro del mercado de trabajo, como es el elevado nivel de precariedad, de nuevo, uno de los más altos de la UE-15. Y de particular importancia ha sido el descenso salarial, que ha sido muy marcado entre los trabajadores con salarios bajos. Si en 2008 el 10% de la fuerza laboral percibía salarios por debajo de los 9.221 euros brutos anuales, en 2016 este 10% percibía salarios por debajo de los 7.841 euros brutos anuales (un descenso del 15% de su salario).

Los recortes del gasto público social en Catalunya 

Este enorme deterioro del mercado laboral afectó muy negativamente la calidad de vida de la clase trabajadora, que junto con amplios sectores de las clases medias constituyen la gran mayoría de las clases populares catalanas. Sus dificultades fueron incluso más acentuadas debido a los recortes de las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar catalán realizados por el gobierno de la Generalitat de Catalunya bajo el mandato de una coalición de un partido liberal (CDC, hoy conocido como PDeCAT) y otro cristianodemócrata (UDC), y más tarde (tras la desaparición de los cristianodemócratas) con un partido independentista de centroizquierda, ERC.

Estos recortes del gasto público social (en las transferencias y servicios públicos de la Generalitat, que han estado subfinanciados durante la mayor parte del periodo democrático, y bajo el gobierno de la coalición CDC-UDC) fueron muy sustanciales durante el periodo 2010-2015, en el que Catalunya continuó siendo gobernada por dicha coalición. Durante tal periodo ocurrieron varios hechos: 1) el gasto público social de la Generalitat se redujo en 3.456 millones de euros, lo que significó una reducción de un 17%, pasando de gastarse 19.881 millones en 2010 a 16.424 en 2015; 2) el gasto público educativo se redujo un 17%, pasando de 6.310 millones a 5.234 millones en 2015; 3) el gasto sanitario público del gobierno de la Generalitat se redujo un 14%, pasando de 9.903 millones de euros a 8.464 millones de euros. Además de estos recortes, hubo una privatización masiva de la gestión de los servicios públicos así como una externalización de tales servicios al sector privado; 4) el gasto público en vivienda y otras actuaciones urbanas de la Generalitat se redujo un 60% pasando de ser 723 millones a 289 millones; 5) el gasto de protección social del gobierno de la Generalitat se redujo un 14%, pasando de 2.110 millones a 1.823 millones; 6) el gasto en promoción social del gobierno de la Generalitat se redujo un 39%, pasando de 100 millones a 61 millones; 7) el gasto de fomento de la ocupación se redujo un 25%, pasando de 732 millones a 551 millones.

Todos estos datos, sacados de los presupuestos de la Generalitat de Catalunya, muestran, como ya hemos indicado antes, un descenso en la financiación de los servicios fundamentales del Estado del Bienestar del 17%. Tales recortes han sido de los más acentuados en España y en la UE-15. Estas medidas se justificaron, según la ideología liberal dominante en tal coalición de gobierno, argumentando que todas ellas eran necesarias para "recuperar la economía", subrayando –como indicó el entonces presidente Mas- que "la austeridad nos hará fuertes".

El aumento de la pobreza y de la exclusión social en Catalunya 

        La reducción salarial, el aumento de la precariedad, el aumento del desempleo y la reducción de las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar tuvieron un impacto devastador en el bienestar de las clases populares. Y uno de ellos es el elevadísimo nivel de pobreza y exclusión social. Los datos hablan por sí mismos: 1) la renta media neta de los hogares catalanes descendió un 5,2% entre 2009 y 2016 (pasando de 33.064 euros a 31.339 euros); 2) en 2016 el 40% de los hogares de un adulto con uno o más hijos estaban en riesgo de pobreza. Durante este periodo de la Gran Recesión, dicho porcentaje ha subido un 22%; 3) la población total en hogares sin ningún tipo de ingreso subió un 52%, pasando de 112.100 a 176.200 personas (2008-2017); 4) el porcentaje de personas en riesgo de pobreza o exclusión social en el periodo 2008-2015 pasó de un 15% de la población total a un 20%, un incremento del 27%; y 5) la población en situación de privación material severa (un 5,5% de la población) aumentó un 250%. Estos datos muestran la enorme crisis social que existe en Catalunya, la mayor durante el periodo democrático.

El tema nacional en Catalunya (y en España) oculta el tema social en Catalunya (y en España) 

A pesar de su gran importancia, la crisis social en Catalunya no ocupa la centralidad mediática. En Catalunya, como en el resto de España (cuya crisis social tiene muchos elementos comunes con lo que ocurre en Catalunya, como he documentado en el artículo reciente "El nuevo régimen social de España", Público, 21.06.17), la centralidad mediática no la tiene el tema social, sino el tema nacional, que acapara la mayor atención de los principales medios de información a los dos lados del Ebro. Tales medios enfatizan constantemente el supuesto "choque de trenes" entre el nacionalismo españolista, liderado por el gobierno del Partido Popular (un partido de sensibilidad conservadora liberal) presidido por el Sr. Rajoy, y el nacionalismo catalanista secesionista, liderado por el PDeCAT (también un partido de sensibilidad conservadora liberal) y su presidente, el Sr. Puigdemont (que gobierna en coalición con ERC). Estos dos últimos partidos son independentistas que centran su atención en el tema nacional. En su argumentario, la enorme crisis social aparece solo indirectamente, al atribuirla a la pertenencia de Catalunya al Estado español. Constantemente se indica que la secesión de Catalunya de España y su independencia permitirán eliminar dicha crisis social. El argumento que responsabiliza al Estado español de la crisis social de Catalunya tiene parte de razón, pues la enorme crisis social de Catalunya es muy parecida (aun cuando en bastantes indicadores es incluso peor) a la existente en el resto de España. De ahí que se asuma, por parte de estos partidos y por la mayoría del movimiento independentista, que tal crisis social en Catalunya ha sido impuesta a la población catalana por las políticas públicas aprobadas por el Estado español. Esta externalización de responsabilidades, atribuyendo la crisis social única y exclusivamente al Estado español, es, sin embargo, insuficiente.

La responsabilidad de la crisis social hay que buscarla también en Catalunya, pues el primer argumento oculta que la gran mayoría de leyes de sensibilidad liberal (en realidad neoliberal, como las reformas laborales del gobierno Zapatero y del gobierno Rajoy, las reformas fiscales regresivas y los recortes del gasto público social, entre otros acuerdos sociales y laborales) que han tenido un impacto muy negativo generando la crisis y dañando enormemente el bienestar de las clases populares catalanas, han sido aprobadas en las Cortes Españolas (o en el Parlament catalán) por partidos catalanes, y muy especialmente por Convergència (hoy PDeCAT), que ha liderado el gobierno de la Generalitat durante la gran mayoría del periodo democrático en una coalición con otro partido conservador, el partido democratacristiano UDC. Tales partidos comparten gran responsabilidad, tanto en la subfinanciación del Estado del Bienestar catalán como en la imposición de políticas neoliberales que causaron la crisis social. Tales partidos han apoyado sistemáticamente (tanto en las Cortes Españolas como en el Parlament catalán) políticas públicas que causaron la subfinanciación y la crisis del Estado del Bienestar catalán. La evidencia de ello es abrumadora, aunque el lector raramente lo leerá, verá u oirá en los grandes medios de comunicación catalanes.

Las limitaciones y exageraciones del argumento de que la independencia determinaría la eliminación de la crisis social 

La futura Catalunya, en caso de alcanzarse la independencia, dependería mucho de las fuerzas políticas que lideraran el proceso de transición de la Catalunya actual a la futura. La transición española de una dictadura a una democracia mostró claramente que las fuerzas que controlaban la transición (las derechas, que a su vez controlaban el aparato del Estado) tuvieron una influencia determinante en la configuración del sistema democrático (conocido por sus enormes limitaciones) y de su Estado del Bienestar (escasamente financiado). Y un tanto igual ocurriría en la transición a la futura Catalunya. Esta es precisamente una de las causas del escepticismo o incredulidad que grandes sectores de las clases populares (y muy en particular las que viven en zonas urbanas) tienen hacia el argumento de que la independencia resolvería la gran crisis social. La clase trabajadora catalana no es independentista y este es el mayor punto flaco del independentismo. Es precisamente en barrios obreros (en los que la crisis social es más acentuada) donde el apoyo al independentismo es menor. El liderazgo del movimiento independentista por parte del mismo gobierno que ha sido responsable de las políticas neoliberales causantes de las crisis genera esta duda y escepticismo hacia la bondad del independentismo, dirigido, institucionalmente, por un gobierno de coalición liderado por tal partido conservador y liberal. Ello no quiere decir que el movimiento independentista en sí no sea un movimiento auténticamente popular que canaliza, en parte, la protesta por la situación social. Pero la escasa pluralidad en su dirección debilita su representatividad y, sobre todo, la movilización entre grandes sectores de las clases populares.

La necesaria transformación de Catalunya (y de España) 

La única alternativa para conseguir el apoyo de la mayoría de las clases populares al desarrollo del derecho a decidir (el soberanismo) es que haya una alianza de fuerzas políticas con un claro compromiso hacia la resolución de la crisis social tanto en Catalunya como en España. El soberanismo no es el independentismo. La secesión es una alternativa ofrecida a la población en su derecho a decidir. Hoy, según las encuestas, la gran mayoría de la población desea ejercer este derecho a decidir, pero la mayoría no es secesionista.

El proyecto soberanista en Catalunya necesita establecer una alianza con fuerzas progresistas en España que luchan para conseguir resolver el problema social y el problema nacional de España (consecuencia, este último, de su negativa a reconocer su plurinacionalidad). El obstáculo mayor hoy para resolver el tema social en España (y en Catalunya) es la alianza de las fuerzas conservadoras y neoliberales nacionalistas españolistas (que gobiernan España) y de los conservadores y liberales (ahora convertidos al independentismo, que lideran el gobierno catalán) en su defensa del modelo neoliberal y de las políticas neoliberales. Su dominio y hegemonía en los aparatos del Estado, tanto en España como en Catalunya, representa el principal reto a superar. La abstención de PDeCAT en la moción de censura en contra del gobierno Rajoy ejemplifica esta alianza, mostrada múltiples veces en las Cortes Españolas. De ahí que se requiera una alianza entre los que desean un cambio profundo (social y nacional) en ambos lados del Ebro. Quedó bien expresado en el discurso de presentación de ERC (a cargo del Sr. Joan Tardà) en la misma sesión, cuando expresó su hermandad con las fuerzas políticas, Unidos Podemos y sus aliados, En Comú Podem y En Marea, en su lucha para transformar España, terminando su discurso con el saludo ¡Viva la República Española!, a lo cual las nuevas izquierdas procedentes de distintas partes de España respondieron con un fuerte aplauso. Ahí estaban las bases de una nueva Catalunya y de una nueva España.

Pero esta visión del Sr. Tardà no es la hegemónica en grandes sectores del independentismo catalán, que considera que España es el problema y ve a Unidos Podemos y sus aliados como uno de sus mayores adversarios, pues representa la cara amable de España, que no desean reconocer, pues les interesa más la cara antipática que puede movilizar a sus bases. Ahí está otro de los problemas.

¿Qué debería hacerse para resolver el mayor problema que tienen las clases populares en Catalunya? 

La respuesta es fácil de ver. Poner el tema social en el centro del debate, denunciando la incoherencia del PDeCAT al presentarse como el gran defensor de Catalunya, a la vez que apoya medidas económicas y sociales que dañan a las clases populares en Catalunya. Este tema debería ir acompañado con la defensa del derecho a decidir (que estuvo siempre en el ADN de las izquierdas catalanas), denunciando la instrumentalización del famoso proceso constituyente por parte del PDeCAT y Junts Pel Sí, que con su comportamiento antidemocrático están evitando que se alcance la plena realización de tal derecho. Ni que decir tiene que el Estado central, con su comportamiento represivo, está, además de incrementando el independentismo, facilitando tal instrumentalización. Con ello se está ayudando a que las mismas fuerzas que han gobernado siempre Catalunya (y que son responsables de su gran subdesarrollo social), continúen configurando el futuro, empeorando incluso más la situación social. La resolución del problema social y nacional en Catalunya será de difícil realización sin un cambio en España y sin un liderazgo en el movimiento constituyente catalán que ponga la resolución del tema social en el centro de su estrategia, movilizando con ello a las clases populares catalanas, ejerciendo su derecho a decidir en condiciones auténticamente democráticas.

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El nuevo régimen social de España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/06/23/el-nuevo-regimen-social-de-espana/ Fri, 23 Jun 2017 05:00:22 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3967 Continuar leyendo "El nuevo régimen social de España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Director del JHU-UPF Public Policy Center

España ha sufrido una de las más importantes crisis económicas y financieras durante su periodo democrático, crisis que también ha determinado una crisis social, y, como era predecible, una gran crisis de legitimidad del Estado y del establishment político y mediático del país. La respuesta de tal establishment ha sido que todos estos sacrificios eran necesarios para poder salir de la crisis, que, según este establishment, se está resolviendo.

Ahora bien, en este argumentario se olvida que, en realidad, la crisis (la Gran Recesión) y la respuesta que se ha dado a ella estaban configuradas y determinadas por un contexto político que favoreció estructuralmente a unos a costa de otros. Los primeros eran aquellos sectores del mundo del capital (las grandes empresas financieras, y las grandes corporaciones productoras de bienes y servicios) que dominan el Estado español y la gran mayoría de medios públicos y privados de información del país. Y las perdedoras han sido, predominantemente, las clases populares, que constituyen la mayoría de la población. Mientras que los primeros derivan sus rentas predominantemente de la propiedad del capital y de su gestión, los segundos lo hacen del mundo del trabajo, sobre todo de los salarios y de los beneficios sociales.

La evidencia de ello es abrumadora. Veamos algunos datos: 1) Des de el inicio de la crisis (2008) hasta el año pasado (2016), las rentas del trabajo han caído un 6,1% (33.679M€), mientras que las rentas del capital han aumentado un 1,7% (7.850M€). En suma, en el periodo 2008-2016 el peso de los salarios en la economía ha bajado 2,9 puntos, de 54,6% al 52,7%; 2) La participación de los beneficios de las empresas no financieras en España está por encima del de la zona euro (42,6% frente a 40,6%); 3) Las empresas no financieras españolas han aumentado su participación en el VAB (valor añadido bruto) del 37,7% hasta el 42,6% entre el periodo 2007-2015: el segundo país de toda la UE que más ha aumentado; 4) La polarización social (S80/20) se ha incrementado en un 11,8% desde 2009 (de 5,9 en 2009 a 6,6 en 2016), es decir, el 20% más rico dispone de 6,6 veces más ingresos que el 20% más pobre. Somos el 3º país con mayor polarización de toda la UE (después de Rumanía y Bulgaria); 5) La desigualdad ha sufrido uno de los mayores incrementos de toda la OCDE desde 2009, y el índice de Gini alcanzó los 34,5 en 2016: 3,5 puntos por encima de la media europea (31 en 2015); 6) En los últimos 15 años el 30% de la población que vive en riesgo de exclusión ha visto cómo sus activos netos apenas crecían un 3%, mientras que los del 10% más rico se disparaban un 56%; 7) El 1% de la población española con mayor patrimonio acaparaba en 2016 más de una cuarta parte de la riqueza del país (27,4%), mientras que el 20% más pobre se quedaba con un 0,1%; 8) La fortuna de las 3 personas más ricas en nuestro país equivale a la del 30% más pobre.

Todos estos hechos han sido, en gran parte, consecuencia de toda una serie de intervenciones por parte del Estado que han provocado un enorme deterioro del mercado laboral. Esto ha sido particularmente acentuado a partir de las reforma laborales del gobierno Zapatero, primero, y de las más intensas del gobierno Rajoy. Indicadores de tal deterioro del mercado laboral muestran que: 1) El 41,5% de los desempleados llevan más de 2 años en paro (1,8 millones de personas); 2) El 24,7% de los desempleados llevan más de 4 años en paro (1,1 millones); 3) Más de 4 de cada 10 jóvenes que buscan trabajo están en paro; 4) Un 15,3% de las jornadas laborales son a tiempo parcial; 5) Más de uno de cada cuatro empleos es temporal (26,5%); 6) En los últimos cinco años se ha acumulado una caída del poder adquisitivo de la remuneración media en un 4,5% (912 € menos); 7) El 34,4% de los asalariados (seis millones de personas) cobran menos del salario mínimo interprofesional.

El desmontaje del Estado del Bienestar 

Han contribuido a este enorme crecimiento de las desigualdades las políticas públicas de los partidos gobernantes del Estado español, las cuales han debilitado el ya escasamente financiado Estado del Bienestar. De hecho, España dedica menos recursos a los servicios públicos y transferencias del Estado del Bienestar que la gran mayoría de los países de la UE. 1) España tiene el gasto público social como porcentaje del PIB (24,6%) de los más bajos de la UE-15; 2) España tiene el gasto público social por habitante de los más bajos de la UE y ha disminuido durante los años de la gran recesión, consecuencia de los grandes recortes; 3) España tiene uno de los porcentajes de la población adulta que trabaja en los servicios públicos más bajos de la UE-15 (el grupo de países de semejante riqueza), por ejemplo 1 de cada 10 habitantes en comparación con 1 de cada 4 en Suecia. Si España tuviera el porcentaje de la población adulta trabajando en los servicios públicos del Estado del Bienestar como en Suecia (de 1 de cada 10 a 1 de cada 4) reduciría significativamente el desempleo; 4) El gasto público en España es uno de los más bajos de Europa, representa el 43,6% de su PIB; la media del conjunto de los 28 países europeos es 48,1%; 5) España es uno de los países que dedican menor gastos en protección social: 2,7 puntos menos del PIB que la media de países de la Eurozona (17,6% frente al 20,3 de la UE); 6) Esta subfinanciación ocurre en todas las dimensiones del Estado del Bienestar excepto en el gasto en desempleo. Este retraso se ha acentuado con los recortes de gasto público social que ha ocurrido en todos los servicios: 6.a) El gasto autonómico de sanidad por habitante se redujo un 14,2% entre el periodo 2009-2016. (1.195€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 1.393€); 6.b) El gasto autonómico de educación por habitante se redujo un 5,87% entre el periodo 2009-2016. (785€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 834€); 6.c) El gasto público total consolidado en Servicios Sociales fue de 16.000 millones de euros en 2016, aproximadamente 1.000 millones menos que en 2010; 6.d) El gasto autonómico de servicios sociales por habitante se redujo un 1,55% entre el periodo 2009-2016. (254€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 258€).; 6.e) Mientras que, el gasto autonómico en deuda pública por habitante aumentó 381,8% entre el periodo 2009-2016. (582€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 121€); 7) El Estado del Bienestar es de los menos redistributivos de Europa: la tasa de pobreza se reduce antes de transferencias sociales en España del 29,5% en 2016 al 22,3% después de transferencias sociales. Mientras que en la UE se pasa de un 26% en 2015 baja al 17,3% de reducción de pobreza (8,7% de reducción en la UE frente a 7,2% en España).

La pobreza del Estado del Bienestar en España es consecuencia de una fiscalidad débil y regresiva que se ha acentuado todavía más con las reformas de los gobiernos Zapatero y Rajoy. Como consecuencia, los ingresos fiscales en España son inferiores a los de los países de nuestro entorno. Las facilidades que tienen las grandes empresas y fortunas para pagar menos de lo que tienen establecido, gracias a un entramado de desgravaciones y exenciones, hace que la carga fiscal recaiga sobre las clases medias y trabajadoras a través del IRPF y de los impuestos al consumo. Más datos: 1) En España el 85% del esfuerzo fiscal recae sobre las rentas del trabajo; 2) 17 de las 35 empresas del IBEX no pagan el impuesto de sociedades en España, cuando tan solo 3 compañías cerraron 2014 con pérdidas.

La pobreza se ha incrementado 

Resultado de todo lo anterior es que la pobreza está ya incluida como parte integrante del sistema económico. No es coyuntural, sino estructural. En otras palabras, la pobreza se ha instalado en la sociedad española, afectando a personas y familias que cada vez ven más difícil salir de su situación. La transmisión intergeneracional dará lugar a nuevas generaciones que van a reproducir la pobreza y que cada vez van a tener más difícil salir de ella. De nuevo, más datos: 1) La renta media de los hogares se ha reducido un 11% desde 2009 (30.045€) a 2016 (26.730€); 2) Hay más de 2,5 millones de trabajadores/as están por debajo del umbral de la pobreza: un aumento del 21,55% desde 2009 (11,6% en 2009 frente a 14,1% en 2016); 3) España ha registrado la cifra más alta de pobreza desde 2005: más de 10 millones de personas en España están por debajo del umbral de la pobreza (el 22,3% de la población); 4) Pese a la ‘recuperación económica’ la tasa de pobreza ha continuado aumentado respecto al año pasado (2015= 22,1%; 2016= 22,3%); 5) El 42,2% de los hogares de 1 adulto con 1 o más niños dependientes está en situación de pobreza; 6) El 30,6% de los hogares con niños dependientes están en situación de pobreza; 7) Casi 650.000 hogares, más de 1 millón de personas, no tienen ningún ingreso (3,52% de los hogares); 8) La pobreza persistente (personas que permanecen en riesgo de pobreza 2 de los 3 últimos años) es de 15,8 en España (2015) frente a 11,5 en la Eurozona (2015), 4,3 puntos menos, de las más altas de Europa; 9) La mala alimentación por motivos económicos y, en ocasiones, el hambre, son situaciones reales que afectan a más de 1 millón de personas en España; 10) La Tasa Arope, que es el indicador utilizado por la Unión Europea para medir la exclusión social, sitúa a España 4,9 puntos por encima de la media de la eurozona (27,9 frente al 23%): una de las más altas de la UE; 11) En 1 de cada 10 hogares se pasa frío o excesivo calor por no poder mantener la vivienda a temperatura adecuada; 12) En 4 de cada 10 hogares no se puede permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año; 13) El 15,3% de los hogares tienen mucha dificultad para llegar a fin de mes; 14) El 8,4% de los hogares tienen retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal; 15) 2,6 millones de personas sufren carencia material severa (5,8% de la población); 16) 4 de cada 10 personas viven en hogares sin capacidad para afrontar gastos imprevistos; 17) Al menos 6 millones de personas, sin ser pobres, se encuentran en situación económica precaria.

Conclusión. El resultado de las políticas neoliberales que han sido seguidas hasta ahora por parte de los gobiernos del PSOE y del PP a nivel central, y por los partidos de derechas (tales como CiU, que ahora se llama PDeCAT) y socialistas que han gobernado en las autonomías 

Espero no haberles aturdido con tantos datos. Pero les ruego que consideren que detrás de cada dato hay un enorme, repito, enorme, dolor impuesto a las clases populares de España. Pero este daño se ha conseguido a costa de una gran transferencia de fondos del mundo del Trabajo al mundo de los beneficios de los grandes propietarios del capital, de los más elevados de la Eurozona. Esta realidad permanece ocultada en los mayores medios de información y persuasión del país.

Ante esta realidad hay que entender que las pequeñas variaciones de los indicadores económicos, que se presentan por los partidos gobernantes como el PP como indicadores de recuperación económica, se realizan dentro de un marco estructural caracterizado por estos datos. Lo que ha ocurrido estos años en España es un cambio dentro del régimen capitalista, que ha pasado de blando a duro, y ello como resultado de la victoria en un conflicto político que ocurre entre una minoría económica, financiera, mediática y política, por un lado, y las clases populares, que son la mayoría de la población, por el otro. Así de claro.

(Agradezco a mi colega Eduardo González de Molina la ayuda en la provisión de la mayoría de estos datos).

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El porqué de la oposición y la abstención a la moción de censura del gobierno Rajoy hecha por Unidos Podemos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/06/15/el-porque-de-la-oposicion-y-la-abstencion-a-la-mocion-de-censura-del-gobierno-rajoy-hecha-por-unidos-podemos/ Thu, 15 Jun 2017 10:37:09 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3964 Continuar leyendo "El porqué de la oposición y la abstención a la moción de censura del gobierno Rajoy hecha por Unidos Podemos"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante'. 

Tres problemas graves que tiene España Y que motivaron, entre otros, la moción de censura contra el gobierno Rajoy por parte de Unidos Podemos son el problema social, reflejado por los indicadores del deterioro de la calidad de vida y bienestar social que experimenta la mayoría de la población, indicadores que están entre los peores de la Unión Europea de los Quince, UE-15 (el grupo de países de tal unión con mayor nivel de desarrollo económico); el problema nacional, que se conoce también en España como el problema territorial (que aparece –entre otros hechos- en el llamado "choque de trenes" entre el Estado español, gobernado por el Partido Popular, y el gobierno de la Generalitat, gobernado por una coalición liderada por el partido sucesor de CiU, ahora PDeCAT; y el problema democrático, que se muestra por las grandes limitaciones que tiene la democracia española, una de las menos desarrolladas en la UE-15. Y, lo que es importante señalar, es que cada uno de estos problemas se ha ido acentuando durante las crisis financieras y económicas (conocidas como la Gran Recesión), que han golpeado España de una manera muy acentuada. Tal recesión ha deteriorado la situación social de una manera muy marcada, lo que ha generado una gran agitación social, a la vez que ha incrementado todavía más las tensiones interterritoriales, generando, como respuesta por parte del Estado central, un aumento de la represión y una reducción de las ya muy limitadas posibilidades de participación ciudadana en el proceso democrático.

Estos tres problemas –el social, el nacional y el democrático-  están claramente relacionados, pues tienen causas comunes, entre las cuales, las más importantes son el enorme dominio que las fuerzas conservadoras y los grandes poderes financieros y económicos del país han tenido y continúan teniendo sobre el Estado español. El maridaje tan acentuado entre unos y otros –base también de la enorme corrupción que caracteriza tal Estado- es la raíz de cada uno de estos problemas.

La ocultada enorme crisis social del país

La enorme influencia que estos poderes financieros y económicos del país ejercen sobre los mayores medios de información privados, así como la gran influencia que los partidos gobernantes tienen sobre los medios de información públicos (radiofónicos y televisivos) determinan una percepción de la realidad sesgada que promueve la visión favorable a dichos intereses financieros y económicos. Un ejemplo de ello es la imagen que tales medios están promoviendo de que la economía española se está recuperando, liderando además la supuesta recuperación de la Eurozona.

Los testarudos datos muestran, sin embargo, no solo que el enorme drama social que España vive continúa, sino que el deterioro tan notable sigue aumentando. Como bien señaló Pablo Iglesias, el candidato a la presidencia del gobierno en la moción de censura, en esta España gobernada por el Partido Popular, los beneficios de las empresas, tanto financieras como no financieras, han ido aumentando por encima de los de la zona euro, mientras que las rentas del trabajo han continuado descendiendo, habiéndose alcanzado un nivel de desigualdad de rentas nunca antes visto durante el periodo democrático (siendo el nivel de desigualdades parecido al que se registró en el momento álgido y más represivo de la dictadura). Tales desigualdades continúan aumentando, desigualdades que son incluso mayores cuando hablamos no de rentas, sino de propiedad del capital, habiéndose alcanzado también un nivel récord en la Eurozona. El 1% de la población española con mayor patrimonio poseía el año pasado más de una cuarta parte de la riqueza del país, mientras que el 20% más pobre se quedaba sólo con un 0,1% de la riqueza.

El otro gran problema es el nacional que ocupa gran espacio mediático y que oculta el problema social 

Si uno analiza la prensa y la televisión del país no verá, sin embargo, tal enorme crisis social ni el gran crecimiento de las desigualdades y de la concentración de la riqueza en España. En su lugar, el tema con mayor visibilidad mediática que hoy existe en este país es el conflicto entre el Estado español (gobernado por el Partido Popular), por un lado, y la gran mayoría de la población de Catalunya que desea poder ejercer el derecho a decidir sobre su articulación con el resto de España, en el que hay que incluir un sector minoritario, pero grande, que desea el independentismo, liderado este último por una coalición de un partido liberal conservador (PDeCAT) y un partido (ERC) que se define como socialdemócrata radical (ambos partidos de sensibilidad independentista) que, bajo el nombre de Junts Pel Sí, gobiernan la Generalitat de Catalunya. El primero de estos dos partidos, PDeCAT, es el sucesor de Convergència, que ha gobernado Catalunya (junto con un partido conservador cristiano-demócrata, UD, hoy desaparecido) durante la gran mayoría del periodo democrático. Tal partido es hoy el que lidera la coalición del gobierno catalán.

Es importante señalar que las fuerzas conservadoras de sensibilidad neoliberal que protagonizan estas tensiones (el PP y el PDeCAT) son partidos conservadores nacionalistas de signo contrario (el españolista, por un lado, y el catalanista, por el otro) que, aún cuando están en polos opuestos en el tema nacional, coinciden en la aprobación de muchas de las leyes y reformas (en realidad contrarreformas) que conjuntamente han apoyado en las Cortes Españolas (que cubren desde las reformas laborales que han debilitado a los sindicatos, facilitando con ello el descenso de los salarios y el aumento del desempleo, a las reformas fiscales, altamente regresivas, que han facilitado la concentración de las rentas y de la propiedad del capital, así como los grandes recortes de gasto público social). Ambas están utilizando el tema nacional para movilizar sus bases con gran éxito. A nivel de España, los dos partidos están sumergidos en juicios que parecen demostrar un profundo grado de corrupción. Y, sin embargo, a ninguno de los dos parece que tal corrupción les haya afectado tan negativamente como uno esperaría. La todavía elevada popularidad del Partido Popular, a pesar de su elevadísimo grado de corrupción y de sus políticas de austeridad y regresividad fiscal, se debe, en gran parte, a la identificación de tal partido con la supuesta "defensa de la unidad de España" (expresión muy característica de la cultura franquista, todavía persistente en amplios sectores de la población española que niega la plurinacionalidad de España).

Ahora bien, esta visión uninacional de España nunca ha sido popular en las mal llamadas "periferias", incluida Catalunya, donde las fuerzas democráticas que lucharon contra la dictadura, lideradas por las izquierdas, siempre habían tenido una visión plurinacional de España,  basada en un derecho a decidir que garantizara una unión fraternal y deseada, y no forzada, rompiendo con el Estado uninacional de carácter jacobino que históricamente caracterizó al Estado monárquico español. Derecho a decidir incluía, como garantía de que tal unión fuera deseada, la posibilidad de secesión. En esta breve nota histórica es importante subrayar dos hechos. Uno que fue reconocido incluso por el ex presidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol, punto de referencia para CDC, era que el soberanismo estaba en el ADN de las izquierdas catalanas. Mucho más, por cierto, que entre los nacionalismos catalanes. Y el otro hecho es que esta soberanía era demandada no solo por las izquierdas catalanas, sino también por las izquierdas españolas, incluido el PSOE, el cual abandonó tal postura en la transición, debido a la presión del Monarca (los Borbones fueron siempre los máximos valedores de la visión jacobina del Estado) y del Ejército. Como en otros abandonos, el PSOE no ha explicado nunca el porqué de su abandono de su compromiso con el derecho de autodeterminación, convirtiéndose, junto con el PP, en el máximo valedor del Estado actual borbónico. Tal derecho era el derecho de decisión, afirmando así su identidad y soberanía nacional.

La confusión, tanto entre los nacionalistas españolistas como entre los independentistas, entre lo que es soberanía, por un lado, y lo que es secesión o independentismo, por el otro

En realidad, no fueron las derechas nacionalistas catalanas (CDC y UD), que, como indiqué antes, gobernaron Catalunya la mayoría del periodo democrático, las que intentaron recuperar el soberanismo (el derecho a decidir) en Catalunya, sino las izquierdas catalanas –el Gobierno tripartito de la Generalitat de Catalunya, presidido por Pasqual Maragall- las que sí lo hicieron con el Estatut de Catalunya que, incluso después de ser refrendado por el Parlament de Catalunya y por las Cortes Españolas, fue recortado sustancialmente por el Tribunal Constitucional en los elementos esenciales definitorios de la identidad y soberanía catalanas. El silencio frente a tal recorte por parte del establishment político-mediático  español (incluyendo el PSOE), fue la mayor causa del crecimiento del independentismo, transformando parte del soberanismo en independentismo, siendo los partidos independentistas, a partir de entonces, los que se beneficiaron más de tal enfado popular, que se tradujo en grandes movilizaciones populares. En realidad, es a partir de este periodo que CDC, que nunca había sido independentista, se transformó en independentista, intentando liderar tal movimiento. Fue una muy hábil maniobra para intentar dejar en segundo plano su enorme corrupción, conocida pero silenciada tanto por los medios en Catalunya como por el establishment político, mediático e intelectual catalán. Convergència (junto con UD) gobernó la Generalitat de Catalunya, de una manera clientelar, utilizando las instituciones para su beneficio personal y partidista conforme el nacionalismo patrimonialista, que Pablo Iglesias definió (en su presentación en el debate de censura) como característico de las derechas españolas. La derecha catalana hizo lo mismo en Catalunya, siendo igual de corrupta. Poquísimas voces (en las que me incluyo yo) en Catalunya, sin embargo, denunciamos tal corrupción, siendo "mal vistos", e incluso vetados, por la intelectualidad  nacionalista, conservadora y hegemónica que gozaba del absoluto control de los medios públicos de información y de una considerable influencia en los privados, influencia que se ejercía, entre otras intervenciones, a través de los abundantes fondos que proveía la Generalitat de Catalunya a los medios (y que continúan proveyendo), con los que compraba su complicidad.

Este control patrimonial del Estado por parte del partido nacionalista conservador ha creado un ambiente político, intelectual y cultural profundamente conservador en las instituciones de la Generalitat de Catalunya. Y un resultado de ello ha sido, a partir de su conversión al independentismo, la monopolización del concepto de soberanismo por parte del independentismo, identificación que ha sido también usada manipuladamente por el Estado central como manera de eliminar el concepto del soberanismo, identificándolo solo y exclusivamente con el secesionismo. Soberanismo y secesión o independentismo son, sin embargo, dos conceptos distintos. El primero es la capacidad de decidir, el segundo se limita a decidir por una opción, que es la secesión. La prensa jacobina como El País constantemente se refiere a los independentistas como soberanistas, tal como hacen también los independentistas. Sin embargo, los soberanistas son el 80% de la población (la gran mayoría de los catalanes) que considera que es el pueblo catalán el que debe decidir. Los que desean la independencia son una minoría (grande, pero minoría).

El famoso "procés independentista" como estrategia electoral

Es interesante señalar que esta captación del soberanismo por parte del secesionismo ha sido muy rentable electoralmente, pues presenta la demanda por el referéndum (el derecho a decidir) como su marca electoral, identificando democracia (la puesta de las urnas) con secesionismo, identificación que se promueve en los medios (tanto en los favorables como en los no favorables al independentismo). Ni que decir tiene que un referéndum es la propuesta coherente con la defensa del soberanismo (es decir, el deseo al derecho a decidir). Ahora bien, un proceso como un referéndum necesita, para ser creíble, reunir las condiciones para cualquier ejercicio democrático, incluyendo, entre otras condiciones, la pluralidad de medios que permitan un acceso a todas las posturas refrendadas. Pero estas condiciones no existen hoy en Catalunya. En las condiciones actuales hoy en Catalunya de limitadísima democracia, con un control e instrumentalización de las instituciones de la Generalitat de Catalunya y sus medios por parte del gobierno secesionista, daría como resultado la victoria del independentismo, debido a que habría una movilización masiva del voto independentista, con una clara abstención de una población catalana cuya mayoría es soberanista, pero muy escéptica hacia la credibilidad democrática del proceso hacia la secesión, incredulidad que se acentúa todavía más a medida que el proceso continúa. Es lógico, por lo tanto, que gran parte de las fuerzas políticas de izquierdas catalanas no apoyen completamente tal proceso, pues apoyarlo en estas condiciones, que no son suficientemente democráticas, sería legitimarlo.

Esta resistencia a legitimarlo –tal como se ha estado desarrollando- procede de las izquierdas soberanistas, como Un País en Comú, liderado por Ada Colau y Xavier Domènech, y también de los no soberanistas, como el PSC, que, habiendo sido uno de los mayores proponentes del soberanismo durante el gobierno tripartito presidido por Pasqual Maragall, ha pasado –debido a las presiones del PSOE- a ser opuesto al soberanismo. A nivel del Estado, la mayor fuerza política que apoya el soberanismo y el referéndum, realizado en condiciones democráticas, evitando que sea (y se perciba a nivel nacional e internacional) como un ejercicio democrático carente de credibilidad es la coalición Unidos Podemos, que ha apoyado a Catalunya en Comú en su apoyo al referéndum realizado en condiciones democráticas.

El proceso a una nueva Catalunya no puede ser liderado por las derechas nacionalistas, de la misma manera que el proceso a una nueva España plurinacional no puede ser liderado por la derecha conservadora neoliberal

Hoy, la derecha nacionalista conservadora que lidera el gobierno independentista de la Generalitat de Catalunya -PDeCAT- presenta la independencia como la solución al enorme problema social de Catalunya (Catalunya es uno de los países de la UE-15 con mayor pobreza infantil, mayor precariedad y menor gasto público social, siendo uno de los países cuyo gobierno –la Generalitat de Catalunya- ha recortado más el gasto público social durante la Gran Recesión), argumentando que la causa de tal problema no son los más de treinta años de gobiernos de derechas que Catalunya ha tenido, sino la articulación de Catalunya con el Estado español, ocultando que las políticas públicas que han determinado la crisis social fueron aprobadas con el apoyo de estas mismas derechas (CDC convertida a PDeCAT), ahora independentistas. Sin reconocer tal realidad, presentan la independencia como la solución de la crisis social, bajo la dirección de los economistas gurús del partido hegemónico en el gobierno, el PDeCAT, que constantemente aparecen en los medios públicos que ellos controlan, como el ultraliberal Sala i Martín.

Es obvio que esta fuerza hegemónica dentro del gobierno catalán está utilizando el referéndum como medida de agitación electoral, pues cuando el referéndum no se permita llamará a la población a unas elecciones que se presentarán manipuladamente como el conflicto entre el soberanismo catalán y el autoritarismo antidemocrático del Estado Central, logrando así una gran capacidad de movilización. El objetivo del proceso para la dirección de la derecha independentista PDeCAT es, por mucho que lo niegan, claramente electoralista. Ni que decir tiene que me estoy refiriendo a la dirección de tal partido, herederos del pujolismo, y no a sus militantes o votantes, cuya motivación responde a un sentido noble de apoyo a la identidad y soberanía catalanas, que incluye su preferencia por la secesión.

Observaciones amistosas a los partidos independentistas de izquierda

Pero tal estrategia independentista tendrá un coste elevado para el proyecto político que dicen defender, pues, aún cuando tenga una rentabilidad electoral elevada, retrasará todavía más alcanzar su objetivo de soberanía que permitiría el desarrollo del independentismo. La experiencia en otros países, como Escocia, es abrumadora. La hegemonización del proceso independentista por parte de las derechas como ocurre hoy en Catalunya, nunca conseguirá el apoyo mayoritario de la clase trabajadora en Catalunya y otros sectores de las clases populares, que si bien apoyan el soberanismo (el derecho a decidir) no apoyan el independentismo. De ahí se deriva una observación que me permito dirigir, con gran respeto y estima, a los independentistas de izquierda, y muy en particular a ERC y a la CUP. Hubiera sido mejor para estas fuerzas apostar en este momento por el soberanismo en lugar del independentismo, dirigiendo el proceso junto con otras fuerzas soberanistas sin identificarlo como independentismo, enfatizando la necesidad de resolver el problema social, asociando el concepto de soberanismo con la democratización de toda la sociedad, de manera que la población identificara claramente ya ahora y no después, el proceso de cambio social, colaborando en este proceso con otras fuerzas que están emergiendo en el resto de España y que están exigiendo (con considerable apoyo popular) una redefinición de España, con la aceptación del plurinacionalismo. Centrar el proceso en la secesión y el enfrentamiento con España provocará que nunca se alcance la independencia, y no tanto porque el Estado central no permita el referéndum (lo cual hay que continuar denunciando con toda intensidad y contundencia), sino, mucho más importante, porque la mayoría de las clases populares en Catalunya no lo apoyarán. De ahí mi consejo a ERC, que es un partido de izquierdas y que ha hecho mucho (como en la época del tripartito) para mejorar el bienestar de la población en Catalunya (y también, por cierto, por el bienestar de la población española en Las Cortes Españolas, votando a favor de las políticas públicas progresistas) que no se alíe con PDeCAT, sino con las izquierdas catalanas para cambiar Catalunya y romper con el subdesarrollo social de Catalunya, luchando para conseguir el soberanismo, lo cual es posible debido al surgimiento de fuerzas políticas de izquierda, como Unidos Podemos, Catalunya en Comú, En Marea, Compromís, y otras que están redefiniendo España, además de luchar por la justicia social. Como he señalado en repetidas ocasiones, para resolver el tema nacional hay que anteponer el tema social, a fin de movilizar a la mayoría de las clases populares. El partido independentista escocés barrió electoralmente los mayores barrios obreros en Escocia, cuando enfatizó el tema social. Bajó tal apoyo, cuando se centró en el tema independentista. Sin una amplia coalición de fuerzas de izquierda no habrá soberanismo en Catalunya. La evidencia es abrumadora. 

El tercer mayor problema en España: las enormes limitaciones de la democracia española 

Lo cual nos lleva al último problema en España, el enorme déficit democrático, también esencial para entender por qué el deterioro social de España, incluyendo Catalunya, está continuando. Y tiene que ver con las enormes limitaciones de la democracia española, algo de lo cual la ciudadanía española es plenamente consciente, pues la gran mayoría está de acuerdo con los eslóganes del 15-M "no nos representan" y "no hay pan para tanto chorizo". El 15-M fue una bocanada de aire fresco en una situación asfixiante. Hoy en España gobierna un partido sumamente corrupto, y responsable en gran parte de las políticas públicas impuestas a la población, las cuales están dañando la calidad de vida y el bienestar social de las clases populares, políticas que son altamente impopulares (como muy bien ilustró la excelente presentación de la portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, en la presentación de la moción de censura en contra del Gobierno Rajoy en las Cortes Españolas). Además de un partido corrupto, es sumamente represivo, mostrando claras tendencias de autoritarismo y totalitarismo, fieles herederos de los que controlaron la dictadura. Es un partido apoyado por una minoría de la población. Pero hay que entender que la mayor causa de que hoy esté gobernando este partido se debe a la desunión de las fuerzas democráticas herederas en su mayoría de las que fueron derrotadas en 1939.

Pero esta desunión está estimulada y programada por los grandes intereses financieros y económicos que continúan ejerciendo un enorme poder en España, que realizan todo tipo de maniobras para defender sus intereses. Y para tales poderes, el enemigo número uno en España es hoy Unidos Podemos y sus fuerzas aliadas –Catalunya en Comú y En Marea-, pues es visto, con razón, como el instrumento de las clases populares, algo que les atemoriza más, pues está claro que es la fuerza que ha liderado la oposición a las políticas públicas neoliberales que han hecho tanto daño a estas clases populares. En realidad, su existencia explica que España haya sido el único país en el que el rechazo popular hacia tales políticas no haya sido canalizado por las ultraderechas progresistas, sino por las izquierdas. Por cierto, el argumento tan extendido de que la dicotomía derecha versus izquierda no tiene ya validez, asume erróneamente que había izquierdas, lo cual es fácil de demostrar que no es cierto, pues las fuerzas mayoritarias de izquierdas, al adoptar el neoliberalismo, habían dejado de ser izquierdas. No es, pues, que el término de izquierda deje de tener significado; es que había dejado de existir. El proyecto de emancipación y lucha contra la explotación que ha caracterizado a las izquierdas siempre existirá mientras que exista explotación. Es un error no considerarse herederos de las enormes luchas en España lideradas por las izquierdas en contra de la explotación de clase, a la cual hay que añadir explotación de género, de raza y de nación.

Y hasta que apareció Podemos (cuyo espectacular crecimiento es muestra del enorme rechazo al establishment político-mediático del país) no hubo una fuerza mayoritaria que se opusiera a tales políticas neoliberales. En realidad, el PSOE fue el que inició tales políticas. Y esta es la gran línea divisoria entre las fuerzas que se oponen al gobierno Rajoy. Se vio claramente en 2016 cuando hubo posibilidades de que Rajoy fuera desalojado del gobierno. En contra de la visión promovida por los medios, el que no ocurriera no fue debido a Podemos o a su secretario general, Pablo Iglesias (la medida fue aprobada por todas las sensibilidades políticas dentro de Podemos), sino precisamente a la oposición del aparato del PSOE, tal como ha reconocido el propio dirigente de dicho partido, Pedro Sánchez. El aparato del PSOE se opuso tajantemente a que hubiera una alianza con Podemos, siendo ello un mandato. La alianza con Ciudadanos era un indicador, entre otros, de esta imposición. Y era la garantía de la continuación de las políticas neoliberales. Porque el PSOE no intentó aliarse con Podemos, y sí que lo hizo Ciudadanos. Es importante insistir en ello, pues el establishment político-mediático ha sido exitoso en convencer a amplios sectores de la población, incluida población de izquierdas, de que fue debido a Podemos y/o Pablo Iglesias que Sánchez no fuera ya Presidente de España. Tengo amigos a los que tengo gran estima y respeto que así lo creen. Entiendo que así sea pero la evidencia que yo vi, y la que escuché de personas que estuvieron en las reuniones me llevaron a otra conclusión. Como reconoció el candidato Sánchez en el programa Salvados, el aparato del PSOE lo vetó. 

Y de ahí el enfado de las bases de tal Partido, el PSOE. Sin tal enfado, no se explican los resultados de sus primarias. (En realidad, sin la existencia del 15-M primero, de Podemos después, y de la alianza Unidos Podemos más tarde, no habrían ocurrido los grandes cambios que han estado ocurriendo en España). Ahora bien, una vez derrotado por mandato de la militancia, el aparato del partido del PSOE continuará presionando en contra. Y Sánchez ya dio en el pasado muestras de su excesiva flexibilidad. Y, por desgracia, los primeros signos de Sánchez no fueron prometedores. Atribuyéndose un derecho patrimonial de los votantes a Podemos, subrayó que quería recuperarlos, como si fueran propiedad suya y hubieran sido robados por la dirección de Podemos, la cual continua siendo "demonizada", refiriéndose a ella como inmadura, no presidenciable, y otra retahíla de insultos que no ayudan a la necesaria camaradería entre aliados del proyecto de cambiar España.

Ahora bien, el debate en las Cortes a raíz de la moción de censura, abrió un nuevo espacio de deseada colaboración y alianza, y lo que había iniciado Unidos Podemos cuando, con una generosidad ejemplar ofreció a la nueva dirección del PSOE retirar su moción de censura si Sánchez se comprometía a presentarla en un futuro no lejano. A primera vista, esta negativa podría atribuirse a que tal candidato necesita estabilizarse en la dirección. Pero hay muchas maneras de comunicar un compromiso que Sánchez no ha mostrado. A la luz de estos datos, está claro que el mandato contundente de la militancia (que no hay otra manera de leer como un deseo profundo de una alianza con Podemos para echar a Rajoy) continúa en parte condicionado por el aparato que, por lo visto, no ha desaparecido. Es entendible la llamada a la unidad dentro del PSOE, pero es algo preocupante, pues tal unidad puede ahora repercutir negativamente en las posibilidades de aliarse con UP. Parece que ya ha ocurrido, pues, a lo máximo a lo que el PSOE ha llegado ha sido a la abstención, cuando podría votar a favor de la moción de censura, presentando un bloque claro de oposición a Rajoy por parte de las fuerzas de izquierda.

La moción de censura de Unidos Podemos no ganó en votos. Pero sí que ganó en cuanto a abrir toda una serie de posibilidades. En realidad, mostró que ya hay una posibilidad de que (tal como había propuesto UP en las últimas elecciones cuando la suma de las izquierdas más los nacionalismos podían entonces (y pueden ahora) sacar al PP del gobierno. Pero el que tiene que definirse es Sánchez y su equipo. Sin un cambio cualitativo en el comportamiento del PSOE, tenemos Rajoy para rato.

Por otra parte, la abstención de la derecha vasca (PNV) y catalana (PDeCAT) era y es sumamente predecible, pues siempre han antepuestos sus intereses de clase a sus  intereses nacionales. Por cierto, alcanza unos niveles elevadísimos de incoherencia que el partido que lidera el gobierno, Junts Pel Sí (que ha definido al gobierno Rajoy como el máximo enemigo al derecho a decidir en Catalunya), no votara en contra de Rajoy. Pero esta incoherencia es constante, solo hay que recordar que, como bien señaló Pablo Iglesias, la Presidencia del Congreso pertenece al PP gracias al apoyo de la derecha nacionalista catalana, que intenta movilizar a la población catalana por razones electorales en contra del gobierno del PP. La razón de que se abstuviera en la votación se debe que tanto para el PDeCat como para el PP, Unidos Podemos es el enemigo o el adversario principal. Hay que subrayar, una vez más, que siempre votaron juntos a favor de las políticas neoliberales. 

Las propuestas de gobierno, que Pablo Iglesias hizo con gran detalle, coherencia y credibilidad, están en las antípodas de lo que han hecho PDeCAT y el PP. En su presentación, hizo una propuesta de gobierno que es sumamente creíble. En una excelente presentación, documentó el enorme daño que el gobierno Rajoy ha hecho a la calidad de vida y bienestar de las clases populares de las distintas naciones y pueblos de España, y a la convivencia y solidaridad entre españoles. Y presentó un programa de gobierno muy necesario, con propuestas creíbles, señalando que la mayoría ya se han aplicado en otros países o se están aplicando ahora, por ejemplo en Portugal (por una coalición de izquierdas que podría también establecerse en España y en Catalunya), que revertiría las políticas neoliberales, permitiendo recuperar y expandir el bienestar de la población, incrementando la equidad y la eficiencia económica, mostrando la complementariedad de estos dos principios. Y lo que fue también importante es que, consciente de la crítica que las derechas siempre hacen, acusando a Unidos Podemos de utópico y poco realista, mostró, medida por medida, cómo se pagaría cada propuesta. Fue una lección de gobernabilidad, responsabilidad y relevancia. De ahí la enorme agresividad que Pablo Iglesias, UP y sus aliados En Comú y En Marea recibieron en sus presentaciones en el debate, agresividad que los que vieron el debate por televisión no pudieron ni ver ni oír. Estuve yo presente, desde la Tribuna, en el debate, y pude ver tal hostilidad con un comportamiento chulesco, arrogante, maleducado y grosero sin límites, que se presentó en gran abundancia por parte de la bancada de las derechas de siempre, y que señala la nula cultura democrática que los herederos del franquismo siempre han mostrado. Tal alborozo contrastó con el comportamiento de las nuevas fuerzas democráticas que, en su discurso y en sus propuestas, abrieron toda una serie de esperanzas, mostrando que si las nuevas fuerzas democráticas y las que ya existían se juntaran, otra España (incluyendo otra Catalunya) sería posible. Fueron un par de días de clara significación histórica.

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No se está entendiendo por qué ganó Trump https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/06/06/no-se-esta-entendiendo-por-que-gano-trump/ Tue, 06 Jun 2017 11:46:31 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3957 Continuar leyendo "No se está entendiendo por qué ganó Trump"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra y Director del JHU/UPF Public Policy Center

En la cobertura mediática del tsunami político que ocurre en EEUU se hace excesivo hincapié sobre la figura de Trump y su idiosincrasia y comportamiento atípico como presidente del país, sin analizar el contexto político que determinó tal elección, lo que hace que no se esté entendiendo por qué ocurrió tal tsunami. Atribuir este hecho –su elección como presidente- predominante a su figura es un error de primera magnitud, pues hay algo mucho más importante que Trump para comprender lo que está pasando en EEUU, y es entender por qué más de sesenta millones de personas votaron por él (casi el 50% de las personas que fueron a votar lo hicieron por él). Y lo que es incluso más importante es entender por qué la gran mayoría de la clase trabajadora blanca, que constituye la mayoría de la clase trabajadora estadounidense, lo votó. En realidad, la clase trabajadora blanca fue el centro de su base electoral. Este es el punto más importante que hay que entender. Sin comprender este hecho, habrá muchos Trumps como presidentes en las próximas décadas en EEUU.

¿Por qué la clase trabajadora votó a Trump? 

En primer lugar, tenemos que hacer una aclaración, que es obvia, pero que parece desconocida, ignorada u ocultada en los grandes medios de información. En EEUU (como en todos los países de Europa) hay una clase trabajadora distinta a la clase media. En realidad, hay más estadounidenses que se definen como pertenecientes a la clase trabajadora que a la clase media. Los datos están ahí para aquellos que quieran verlos. Y lo mismo, por cierto, ocurre en la mayoría de países de la Unión Europea, incluyendo España.

Esta clase trabajadora en EEUU ha ido perdiendo capacidad adquisitiva en los últimos treinta años, desde los años ochenta, con la elección del presidente Reagan, que inició las políticas neoliberales que constituían un ataque frontal a la clase trabajadora. Las rentas del trabajo como porcentaje de las rentas totales del país han ido descendiendo, pasando de un 70% de todas las rentas a finales de los años setenta, a un 63% en el año 2012. El enorme endeudamiento de las familias estadounidenses (y el gran crecimiento del sistema crediticio financiero) se basa en este hecho. Este descenso de las rentas del trabajo creó un problema, al disminuir la demanda y el crecimiento económico (puesto que la mayor parte de la demanda procede del consumo originado por las rentas del trabajo). Por otra parte, el crecimiento del sector financiero (que, como acabo de decir, fue también consecuencia del descenso de las rentas del trabajo) y la escasa rentabilidad de las inversiones en el sector productivo de la economía (donde se producen los bienes y servicios) explican que crecieran las inversiones especulativas, creando las burbujas cuya explosión (sobre todo la inmobiliaria) creó la Gran Recesión, consecuencia del comportamiento especulativo del capital, facilitado por las políticas desreguladoras del capital financiero.

La desregulación del comercio y de la movilidad de capitales inversores que perjudicó a la clase trabajadora 

Las políticas neoliberales, en su objetivo de incrementar la rentabilidad del capital, facilitaron la movilidad de las industrias manufactureras a países con salarios más bajos y con peores condiciones laborales. Ello causó una gran destrucción de puestos de trabajo bien pagados en el sector manufacturero de EEUU, ocupados en su mayoría por la clase trabajadora blanca. En realidad, bastaba que los dueños y gestores de las industrias manufactureras amenazaran a sus trabajadores con el traslado a otro país, para conseguir rebajas salariales y la aceptación de peores condiciones de trabajo. Es lógico, pues, que la clase trabajadora, afectada por tal movilidad de industrias a otros países con salarios mucho más bajos, odiara los tratados de libre comercio y a los gobiernos que los promovían. En realidad, los efectos de tal movilidad aparecen claramente en los barrios  donde viven los trabajadores metalúrgicos en la ciudad de Baltimore (tales como Dundalk), uno de los centros industriales más importantes de EEUU. El traslado de los altos hornos del acero (Bethlehem Steel Corporation) a otro país creó un enorme deterioro en tales barrios. Estas políticas neoliberales han sido llevadas a cabo por todos los gobiernos federales, desde Reagan hasta Obama, siendo, por cierto, más acentuadas y promovidas por los presidentes demócratas Clinton y Obama, que por los republicanos.

Otra causa del enfado de la clase trabajadora: Las limitaciones de los programas sociales federales 

El Estado del Bienestar en EEUU está muy poco desarrollado. Como resultado del enorme poder que los propietarios y gestores de las grandes corporaciones financieras, industriales y servicios tienen sobre el Estado federal (lo que en aquel país se llama la Corporate Class), los derechos sociales y laborales están muy poco desarrollados. No hay, por ejemplo, el derecho de acceso a los servicios sanitarios. En realidad, en EEUU hay más muertes debidas a falta de atención médica que a la enfermedad del SIDA. Un indicador de la crudeza e insuficiencia del sistema sanitario estadounidense es que el 44% de las personas que se están muriendo (es decir, que tienen enfermedades terminales) indican que están preocupadas por cómo ellas o sus familiares podrán pagar sus facturas médicas. No hay plena consciencia en Europa de que EEUU es el capitalismo sin guantes.

No existe en EEUU la universalidad de derechos, es decir, que una persona, por ser ciudadana o residente, tenga un derecho en concreto. La provisión de servicios sanitarios, por ejemplo, depende de la renta de una persona, siendo los programas sanitarios del gobierno federal (como Medicaid) de tipo asistencial, es decir, de ayuda a los pobres, que, erróneamente, se cree que son los negros (en realidad, la gran mayoría de pobres en EEUU son blancos, aunque los negros son los más pobres entre los pobres). Pero en el imaginario popular, entre la clase trabajadora blanca, se considera que son los negros los que se benefician más de estos programas federales, cuyos gastos se cubren primordialmente con los impuestos que pagan las clases populares. De esta percepción (errónea) se crea el antagonismo de la clase trabajadora blanca (que no se beneficia de estas políticas federales asistenciales) hacia el gobierno federal, por pagar, con sus impuestos, la asistencia sanitaria a los pobres (que consideran que son los negros). De ahí la elevada impopularidad entre la clase trabajadora blanca de los programas antipobreza federales (que Trump quiere disminuir radicalmente).

¿Qué ha estado haciendo el partido supuestamente de izquierdas, el Partido Demócrata?: Las limitaciones de las políticas de identidad antidiscriminatorias 

Uno de los atractivos del modelo americano ha sido la posibilidad de ascender en la escala social. La movilidad vertical era la base del sueño americano (The American Dream). Esta percepción daba pie a relativizar la clase social en la que un ciudadano nacía, puesto que se asumía que podría ascender a las otras clases sociales, incluyendo la que se llamaba la clase alta.

Se reconocía, sin embargo, que tal movilidad social estaba perjudicada por la discriminación que las minorías (como las afroamericanas) y las mujeres sufrían. De ahí que, a partir de la legislación de derechos civiles, iniciada por el presidente Johnson (en respuesta al movimiento liderado por Martin Luther King en defensa de los derechos civiles), el gobierno federal estableciera las políticas antidiscriminatorias, como el punto central de sus políticas sociales, que tenían como objetivo facilitar la integración de los sectores discriminados dentro de la movilidad vertical, favoreciendo a minorías y mujeres, aumentando con ello su número en las estructuras de poder político y mediático. La elección de un afroamericano, Barak Obama, como presidente, culminó este proceso entre los negros, y el intento de la candidata Clinton hubiera tenido el mismo significado para las mujeres.

Ahora bien, la mayor discriminación que existe en EEUU es la discriminación por clase social. La mortalidad diferencial por clase social es mucho mayor, por ejemplo, que la mortalidad diferencial por raza o género. Es más, la mortalidad diferencial por raza tiene poco que ver con la raza, sino con racismo. La discriminación racial pone a la mayoría de negros en la clase trabajadora no cualificada y peor pagada. Tal discriminación de clase relativiza el sueño americano, pues la movilidad social, que permite el paso de la clase trabajadora a las clases más pudientes, ha sido siempre –en contra del  mito del sueño americano- muy limitada y menor, por cierto, que en países como los escandinavos, donde los instrumentos de la clase trabajadora (como los partidos de izquierdas y los sindicatos) han sido más poderosos.

La falta de sensibilidad hacia la discriminación de clase explica que la clase trabajadora blanca tenga poca simpatía por los programas antidiscriminatorios, los cuales no la benefician directamente. En realidad, el aumento de negros y mujeres en las estructuras de poder ha tenido muy escaso impacto en la mayoría de negros y mujeres que pertenecen a la clase trabajadora. El estándar de vida de la clase trabajadora negra no aumentó durante el gobierno Obama. Y lo mismo hubiera ocurrido con las mujeres si hubiera ganado las elecciones la Sra. Clinton. Su insensibilidad hacia la discriminación de clase y la necesidad de incorporar la variable de clase en sus políticas (llegando incluso a insultar a la gente trabajadora seguidora de Trump) explica que la mayoría de mujeres de clase trabajadora no votaran por ella, sino a Trump.

Las únicas voces dirigidas a la clase trabajadora: Sanders y Trump 

Las únicas voces que hablaron a y de la clase trabajadora fueron el candidato demócrata Bernie Sanders y el candidato republicano Donald Trump. El primero, un senador socialista conocido por su integridad y continua defensa del mundo del trabajo, criticó las políticas neoliberales que habían afectado muy negativamente el nivel de vida de la clase trabajadora, denunciando los tratados de libre comercio que habían promovido los gobiernos demócratas de Clinton y de Obama, siendo una de sus máximos defensores la Sra. Hillary Clinton, primero como esposa del presidente Clinton, y más tarde como Secretaria de Estado (cargo semejante al de Ministro de Asuntos Exteriores). Criticó también las reformas laborales realizadas por los sucesivos gobiernos, las cuales descentralizaron los ya muy descentralizados convenios colectivos, debilitando a los sindicatos. Su grito de batalla electoral era que EEUU necesitaba una revolución política, rompiendo con el maridaje del poder económico y financiero con el poder político, maridaje que es favorecido por la financiación privada del proceso electoral, mediante la cual los lobbies financieros y económicos financian a los candidatos sin ningún freno en la cantidad de dinero que estos candidatos puedan recibir, para, entre otras cosas, comprar espacio televisivo, que está completamente desregulado, disponible para el mayor comprador. Sanders propuso la financiación pública del proceso electoral, reduciendo o incluso eliminando la financiación privada derivada de los lobbies financieros, económicos y profesionales. Ganó en 22 de los 50 Estados durante las primarias del Partido Demócrata, siendo el más popular entre la gente joven y la trabajadora. Las encuestas mostraban que hubiera ganado las elecciones a Trump.

Pero el aparato del Partido Demócrata, claramente controlado por los Clinton y los Obama, se movilizó para destruirlo, siendo el adversario principal del partido. La victoria de Hillary Clinton sobre Sanders aumentó la abstención de un porcentaje muy elevado de los jóvenes, y causó un flujo de votantes antiestablishment hacia Trump. Las clases populares querían primordialmente mostrar su gran rechazo al establishment político-mediático centrado en Washington, la sede del gobierno federal.

La derrota de Sanders promovida por el Partido Demócrata facilitó la victoria de Trump 

La derrota de Bernie Sanders facilitó la victoria de Trump. Pero la mayor causa de su éxito fue la movilización del movimiento libertario, dirigido por el Tea Party, que había ido infiltrando y controlando las bases del Partido Republicano, en su lucha contra el establishment político de Washington, incluyendo el establishment republicano. Este movimiento, claramente financiado por intereses financieros de carácter especulativo (como los hermanos Koch), tenía como su objetivo central eliminar la presencia del Estado federal en la escasamente regulada actividad financiera, como por ejemplo en los sectores inmobiliarios, los sectores de casinos y juego, y la actividad especulativa de la banca. Estos sectores se aliaron con la clase trabajadora blanca que, por las razones indicadas anteriormente, se oponía al Estado federal. Fue esta alianza la que constituyó la base del movimiento libertario, un movimiento de ultraderecha que sembró el campo para el éxito de la candidatura de Trump. Este diseñó su campaña con un programa para anular los tratados de libre comercio y favorecer las rentas del capital, bajando espectacularmente los impuestos de sociedades de un 35% a un 15% y eliminando los programas antipobreza y los programas antidiscriminatorios con una narrativa racista y machista. El suyo es un programa libertario como máxima expresión del neoliberalismo, intentando eliminar la influencia del sector público y de las intervenciones públicas mediante la privatización de los programas públicos.

¿Es Trump un fascista? 

Trump tiene características de la ideología fascista, tales como un nacionalismo extremo basado en un sentido de superioridad de raza y de género (un machismo muy acentuado), con un canto a la fuerza y a la intervención militar, con una concepción no solo autoritaria, sino también totalitaria del poder, deseoso de controlar los mayores medios de información y reproducción de valores (desde la prensa y la televisión, hasta al mundo universitario), profundamente antidemocrático, presentándose como el salvador de las víctimas del sistema político corrupto.

Ahora bien, también hay que subrayar las características que le diferencian del fascismo. Una es que Trump no creó un movimiento y partido, sino que fue al revés: el movimiento popular antiestablishment creó a Trump. La segunda característica que le aleja del fascismo es que está en contra del Estado (a la vez que lo instrumentaliza para optimizar sus intereses particulares y los intereses del mundo del capital), siendo su postura un libertarismo neoliberal extremo. En realidad, es la expresión máxima del neoliberalismo. Definir a tal movimiento como populista es no entender los EEUU. En realidad, han existido partidos semejantes al Tea Party que tuvieron características parecidas al actual. Nada menos que Henry Wallace, el vicepresidente progresista del presidente Roosevelt, alertó de la posibilidad que surgiera un fascismo americano, con características propias, que en defensa del ciudadano común se convertiría en el máximo exponente de los intereses del mundo del capital, el cual es siempre proclive a movimientos autoritarios y totalitarios, intentando establecer un orden altamente represivo que impida el surgimiento de movimientos que amenacen las estructuras de poder. Trump es un ejemplo de ello.

El término populismo, utilizado por el establishment político mediático para definir cualquier movimiento contestatario, tiene escasísima capacidad analítica para entender lo que está pasando en EEUU (y en Europa). En EEUU es un movimiento libertario extremo con características totalitarias semejantes (pero no idénticas) al fascismo que votó unánimemente contra el establishment político-mediático -el Partido Demócrata-, representado por Hillary Clinton apoyando en su lugar a Trump que, astutamente utilizó una narrativa antiestablishment, presentándose como la alternativa a tal rechazado establishment. Definir este fenómeno como populismo tiene poco valor explicativo. Es lógico que el establishment político-mediático lo defina como tal, pues es la manera de caricaturizarle, dificultando su comprensión, pero no tiene ningún valor ni científico ni explicativo, pues dificulta la comprensión del fenómeno que se analiza.

¿Qué pasará en EEUU? 

En realidad, la evidencia apunta a que el establishment político-mediático estadounidense tampoco entiende lo que está pasando en aquel país. Su obsesión con la figura de Donald Trump, sin analizar y actuar sobre las causas de que casi la mitad del electorado le votase, es un indicador de ello. Y la respuesta del Partido Demócrata a este hecho es dramáticamente insuficiente: sus propuestas son continuadoras de las que propusieron las últimas administraciones de tal partido (Clinton y Obama), sin que haya incurrido en la más mínima autocrítica. Asumen que la falta de popularidad del presidente Trump forzará un cambio, incluyendo su posible impeachment, ignorando que lo que determina la victoria de un candidato no es su popularidad en el país, sino el nivel de apoyo que consigue entre el electorado que lo vota en relación con otras alternativas. Y lo que está predeciblemente ocurriendo es que mientras la popularidad general del presidente Trump está descendiendo (nunca fue muy popular), la que tiene entre sus votantes es extraordinariamente alta. Vemos que, en contraste con lo que ocurre en el Partido Demócrata, la lealtad del votante a Trump es elevadísima. Es visto, por parte de las bases electorales, como el antipolítico, sujeto a una gran hostilidad por parte de los mayores medios de información, a los cuales sus votantes detestan.

Referente a las posibilidades de ser expulsado de su cargo (impeachment), estas son pequeñas, pues ello dependería de una acción del Congreso, hoy controlado por el Partido Republicano, donde el movimiento libertario de ultraderecha tiene un enorme poder. En ausencia de un cambio improbable en el Partido Demócrata, las próximas elecciones al Congreso verán un enorme aumento de la abstención (ya siempre muy elevada) que permitiría mantener el Congreso y el Senado en manos del Partido Republicano. Solo en caso de que este perdiera el control del Congreso podría ocurrir el impeachment. De ahí que lo que ocurra va a depender no solo de lo que suceda en la administración Trump, sino también de lo que pase en el Partido Demócrata que pueda movilizar el voto abstencionista. El sistema electoral estadounidense imposibilita la aparición de un nuevo partido. De ahí que la crisis del bipartidismo que hemos visto en Europa no se dará en EEUU. 

El panorama futuro de EEUU es más que preocupante. Pero no hay que olvidar que la enorme crisis política que tiene el país ha sido causada por la políticas neoliberales realizadas desde los años ochenta, iniciadas por el presidente Reagan y continuadas por todos los demás, Bush senior, Clinton, Bush junior y Obama. No hay que olvidar que el enorme desencanto creado por el presidente Obama favoreció la victoria de Trump. El "Yes, we can!" (¡Sí, nosotros podemos!) quedó en un eslogan que no se materializó en la medida en que las expectativas que había generado no se cumplieron, destacando su complicidad con los grandes poderes financieros (centrados en Wall Street), los cuales frenaron significativamente su vocación transformadora.

En realidad, ha ocurrido en EEUU lo que también se ha dado en Europa. La aplicación de las políticas neoliberales ha creado esta enorme crisis y un rechazo (al cual también se le define erróneamente como populismo) que está predominantemente centrado en las clases populares y que, debido a la adaptación de las izquierdas tradicionales al neoliberalismo, ha sido canalizado por partidos de ultraderecha, con características semejantes al fascismo. Las políticas neoliberales de Trump continuarán imponiéndose, paradójicamente envueltas en una narrativa "obrerista" y "proteccionista" que entra en claro conflicto con las políticas de la administración Trump, que son profundamente hostiles hacia el mundo del trabajo a costa de un tratamiento claramente preferencial hacia el mundo del capital. Y con unas políticas comerciales que continuarán la dinámica de la globalización neoliberal, realizada no a base de tratados de libre comercio que incluyen varios países, sino a través de tratados bilaterales que permitan a EEUU tener mayor control de los términos de tales tratados. Trump representa así la máxima expresión del neoliberalismo. De ahí su enorme capacidad de dañar el bienestar de las clases populares del mundo, incluyendo las clases populares de EEUU, las primeras víctimas del capitalismo sin guantes, con una concepción darwiniana caracterizada por su enorme insensibilidad social y carente de solidaridad, con un canto a la acumulación de capital sin freno, sin límites en su comportamiento para así alcanzarlo. Lo que está ocurriendo muestra que, como bien indicó Rosa Luxemburg, las alternativas entre las que la humanidad debería escoger serían el barbarismo (al cual la evolución del capitalismo podría llevar) o el socialismo. El neoliberalismo y su máxima expresión nos están llevando claramente a la primera de esas alternativas. Así de claro.

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Donald Trump,EEUU
El retorno de Karl Marx para entender lo que está pasando en el capitalismo avanzado https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/05/30/el-retorno-de-karl-marx-para-entender-lo-que-esta-pasando-en-el-capitalismo-avanzado/ Tue, 30 May 2017 05:00:02 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3943 Continuar leyendo "El retorno de Karl Marx para entender lo que está pasando en el capitalismo avanzado"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

En una de las columnas más conocidas del semanario The Economist, la columna Bagehot (a cargo de Adrian Wooldridge), se acaba de publicar un artículo en su número del 13 de mayo que sería impensable que apareciera en las páginas de cualquier revista económica de España de semejante orientación liberal a la que tiene tal semanario. En realidad, no solo en cualquier revista económica, sino en cualquiera de los mayores medios de información de este país (incluyendo Catalunya) tal tipo de artículo nunca podría haberse publicado.

Bajo el título El momento marxista, y el subtítulo Los laboristas llevan razón: Karl Marx tiene mucho que enseñar a los políticos de hoy en día, la columna Bagehot analiza el debate existente entre el dirigente del Partido Laborista del Reino Unido, el Sr. Jeremy Corbyn, y su ministro de Economía y Hacienda en la sombra, el Sr. John McDonnell, por un lado, y los dirigentes del Partido Conservador así como los rotativos conservadores Daily Telegraph y Daily Mail, por el otro. Definir tal intercambio como debate es, sin embargo, excesivamente generoso por parte de la columna Bagehot, pues la respuesta de los rotativos conservadores y de los dirigentes conservadores a los dirigentes laboristas es una burda, grosera e ignorante demonización de Marx y del marxismo, confundiendo marxismo con estalinismo, cosa que también se hace constantemente en los mayores medios de comunicación españoles, en su mayoría también de orientación conservadora o neoliberal.

Los aciertos de Marx según Bagehot, de The Economist

Una vez descartados los argumentos de la derecha británica, la columna Bagehot pasa a discutir lo que considera las grandes profecías de Karl Marx (y así las define) para entender lo que está ocurriendo hoy en el mundo capitalista desarrollado, señalando que muchas de sus predicciones han resultado ser ciertas. Entre ellas señala que:

1. La clase capitalista (que en la columna Bagehot se insiste que continúa existiendo, aunque no se utilice tal término para definirla), que es la clase de los propietarios y gestores del gran capital productivo, está siendo sustituida –como anunció Marx- cada vez más por los propietarios y gestores del capital especulativo y financiero, que Marx (y la columna Bagehot) consideran parasitarios de la riqueza creada por el capital productivo. Esta clase parasitaria es la que, según dicha columna, domina al mundo del Capital, siendo tal situación la mayor responsable del "abusivo" y "escandaloso" (término que Bagehot utiliza) crecimiento de las desigualdades. Los primeros han conseguido cada vez más beneficios a costa de todos los demás. Y para mostrarlo, el columnista del The Economist señala que mientras en 1980 los chief executives de las 100 empresas británicas más importantes ingresaban 25 veces más que el típico empleado de sus empresas, hoy ganan 130 veces más. Los equipos dirigentes de tales entidades inflaron sus ingresos a costa de sus empleados, recibiendo a la vez pagos (además del salario), de las empresas a través de acciones, pensiones y otros privilegios y beneficios. De nuevo, la columna Bagehot, señala que Marx ya lo predijo y así ocurrió. Es más, la columna Bagehot descarta el argumento que tales remuneraciones se deban a lo que el mercado de talentos exige, pues la mayoría de estos salarios escandalosos de los ejecutivos se los han atribuido ellos mismos, a través del contacto que tienen en los Comités Ejecutivos (Executive Boards) de las empresas.

Marx llevaba bastante razón

2. Marx y Bagehot cuestionan la legitimidad de los estados, instrumentalizados por los poderes financieros y económicos. La evidencia acumulada muestra que el maridaje del poder económico y político ha caracterizado la naturaleza de los Estados. La columna Bagehot hace referencia, por ejemplo, al caso Blair (dirigente de la 3ª Vía), que de dirigente del Partido Laborista, una vez dejado el cargo político, pasó a ser asesor de entidades financieras y de regímenes impresentables. En España podríamos añadir una larga lista de expolíticos que hoy trabajan para las grandes empresas, poniendo a su servicio todo el conocimiento y contactos adquiridos durante su cargo político.

3. Otra característica del capitalismo predecida por Marx –según la columna Bagehot- es la creciente monopolización del capital, tanto productivo como especulativo, que está ocurriendo en los países capitalistas más desarrollados. Bagehot señala como tal monopolización ha ido ocurriendo.

4. Y, por si no fuera poco, Bagehot señala que Marx también llevaba razón cuando señaló que el capitalismo por sí mismo crea la pobreza a través del descenso salarial. En realidad, Bagehot aclara que Marx hablaba de "inmiseración", que es –según el columnista- un término algo exagerado pero cierto en su esencia, pues según tal columnista los salarios han ido bajando y bajando desde que empezó la crisis en 2008, de manera tal que, al ritmo actual, la tan cacareada recuperación no permitirá que se alcancen los niveles de empleo y nivel salarial de antes de la Gran Recesión en muchos años.

Es más, además de estas grandes predicciones, la columna Bagehot afirma que la presente crisis no se puede entender sin entender los cambios dentro del capital, por un lado, y el crecimiento de la explotación de la clase trabajadora, por el otro, tal como señaló Marx.

¿Se imagina el lector a algún gran diario español, sea o no económico, que hubiera permitido un artículo como este? The Economist es el semanario liberal más importante del mundo. Y promueve tal ideología. Pero algunos de sus principales columnistas son capaces de aceptar que, después de todo, Marx, el mayor crítico que ha tenido el capitalismo, llevaba bastante razón. Sería, repito, impensable que en este país, tan escorado a la derecha como resultado de una transición inmodélica de una dictadura fascista a una democracia tan limitada, no solo un rotativo liberal, sino cualquier mayor rotativo, publicara tal artículo con el tono y análisis que lo hace una de las mayores columnas de tal rotativo, firmada por uno de los liberales más activos y conocidos. Esta columna y la persona que está a cargo de ella, sin embargo, no se han convertido al marxismo. Pero reconocen que el marxismo –que en este país ha sido definido por algunas voces como anticuado, irrelevante o cosas peores- es una herramienta esencial para entender la crisis actual. En realidad, no son los primeros que lo han hecho. Otros economistas han reconocido esta realidad aunque, por regla general, tales economistas no se enmarcan en la sensibilidad liberal. Paul Krugman, uno de los economistas keynesianos más conocidos hoy en el mundo, dijo recientemente que el economista que mejor había predicho y analizado las periódicas crisis del capitalismo, como la actual, había sido Michał Kalecki, que perteneció a tal tradición.

Donde la columna Bagehot se equivoca, sin embargo, es al final del artículo, cuando atribuye a Marx políticas llevadas a cabo por algunos de sus seguidores. Confundiendo marxismo con leninismo, la columna concluye que la respuesta histórica y la solución que Marx propone serían un desastre. Ahora bien, que el leninismo tuviera una base en el marxismo no quiere decir que todo marxismo fuera leninista, error frecuentemente cometido por autores poco familiarizados con la literatura científica de dicha tradición. En realidad, Marx dejó para el final su tercer volumen, que tenía que centrarse precisamente en el análisis del Estado. Por desgracia, nunca pudo iniciarlo. Pero lo que sí que escribió sobre la naturaleza del capitalismo ha resultado bastante acertado, de manera tal que no se puede entender la crisis sin recurrir a sus categorías analíticas. La evidencia de ello es claramente contundente y el gran interés que ha aparecido en el mundo académico e intelectual anglosajón, y sobre todo en EEUU y el Reino Unido (donde se publica The Economist), es un indicador de ello. Pero me temo que lo que está ocurriendo en aquellas partes del mundo no lo verá en este país, donde los mayores medios de información son predominantemente de desinformación y persuasión.

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Por qué la moción de censura al Gobierno Rajoy es necesaria https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/05/18/por-que-la-mocion-de-censura-al-gobierno-rajoy-es-necesaria/ Thu, 18 May 2017 05:00:27 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3932 Continuar leyendo "Por qué la moción de censura al Gobierno Rajoy es necesaria"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la Democracia y al Bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante

Dos de los eslóganes del movimiento 15-M (conocido también como el Movimiento de los Indignados) contaron con gran aprobación por parte de la mayoría de la población española. Uno fue "no hay pan para tanto chorizo", y el otro "no nos representan". Estos dos eslóganes, que tuvieron un amplio apoyo popular, reflejan muy bien lo que ha estado ocurriendo en este país. La evidencia de la abundancia de casos de corrupción en el partido gobernante de este país es abrumadora, una corrupción que ha llegado a un nivel que debería escandalizar a cualquier persona con sensibilidad democrática. Más de un analista español y extranjero ha señalado que el PP es uno de los partidos que existen hoy en Europa occidental donde se han dado más casos de corrupción. La evidencia muestra que ha habido una captura del Estado por parte de dirigentes que lo han estado utilizando para su propio enriquecimiento. Y aunque también sea cierto que tal corrupción se ha dado en otros partidos que han gobernado, ya sea en el Estado central, autonómico o local, el hecho es que el nivel de corrupción de muchos de los máximos dirigentes del PP y de otras derechas (en las que incluyo a CiU en Catalunya, que ha gobernado en aquella Comunidad Autónoma durante la mayor parte del periodo democrático) ha sido mucho mayor que el que se ha encontrado entre dirigentes de los partidos de izquierdas. La evidencia es clara para todo el que quiera verlo. Por mucho que los mayores medios intenten establecer un equilibrio e igualdad en los dos lados del espectro político, equilibrio que presentan como parte de su deseo de aparecer neutrales y equilibrados, los datos muestran que la corrupción en partidos políticos es más fuerte entre las derechas que entre las izquierdas. Quisiera aclarar que creo que la mayoría de personas militantes del PP no son corruptas, pero es sorprendente su tolerancia hacia aquellos de sus dirigentes que han estado parasitando el Estado durante tanto tiempo.

¿A qué se debe tanta corrupción?

El hecho de que el partido gobernante en España, el PP, cuente con tantos casos de corrupción es comprensible, pues el Estado actual no significó una ruptura con el Estado dictatorial (en el que la corrupción era la característica de aquel Estado, dirigido por uno de los dictadores que, como ha documentado el historiador Ángel Viñas en su detallado libro La otra cara del caudillo – y en contra de lo que se ha estado ocultando durante muchos años–, ha sido de los más corruptos que hayan existido en la Unión Europea), sino una modificación en la que muchos de los herederos de los que habían controlado y/o se habían beneficiado de aquel Estado continuaron dominándolo. Ni que decir tiene que la transición de la dictadura a la democracia fue un paso enormemente importante y fue una victoria significativa para las fuerzas democráticas, resultado de las grandes movilizaciones (sobre todo del movimiento obrero) que forzaron aquel cambio. Pero la fuerza de tales movilizaciones no fue suficiente para conseguir una ruptura con el Estado dictatorial, lo que explica que las fuerzas conservadoras continuaran ejerciendo una enorme influencia y un comportamiento clientelar y parasitario dentro del Estado.

A la luz de estos hechos, definir aquella transición como modélica es un profundo error, pues da la impresión de que el producto de aquella transición –la democracia española– fue modélico, lo cual es fácil de demostrar que no fue así. La democracia es muy limitada (de ahí el éxito del eslogan "no nos representan"), y la corrupción continúa siendo rampante en los partidos gobernantes, y muy en especial en los de derechas (lo que explica el apoyo popular a esta denuncia utilizando el eslogan "no hay pan para tanto chorizo"). En esta cultura de tolerancia hacia la corrupción no es de extrañar que nada menos que el mismísimo presidente del gobierno, el Sr. Mariano Rajoy, que lo es también del PP, diera ánimos al ex tesorero del PP, que terminó en la cárcel por corrupción.

La continuación de la cultura franquista

Pero otra característica de la inmodélica Transición ha sido la continuación de la cultura franquista, que transmite y reproduce esta enorme tolerancia hacia la corrupción. La ciudadanía acepta que tal práctica es intrínseca al Estado y a sus instrumentos. La desaprueban, pero la toleran. Y ahí está uno de los mayores problemas de la democracia: la inmunidad de la corrupción basada en la continuación de la cultura franquista.

Pero esta tolerancia se está acabando, pues nuevos hechos están siendo presentados. Uno de ellos es que el nivel de corrupción que se ha estado mostrando ha alcanzado unos niveles que no se habían visto antes. Ello no quiere decir que no existieran, pero ahora son conocidos. Permanecer callados es una situación que afecta a la dignidad democrática del país, y no es bueno para su salud democrática. No puede tolerarse que España continúe siendo gobernada por un partido en el que haya existido (y se tolere tanto) la corrupción, tan extensa como los recientes hechos van documentando.

El PSOE tiene que dejar de apoyar a ese partido

Pero otro hecho nuevo es que, por primera vez en la democracia, el PSOE es el primer defensor de dicho gobierno. Esto nunca había ocurrido antes. Y ello sucede porque el PSOE no quiso enfrentarse con otras elecciones que lo hubieran dejado en tercer lugar en las Cortes Españolas. Quería desesperadamente mantener el bipartidismo, considerando a Podemos como su mayor adversario (en realidad, por la agresividad expresada, se podría decir su enemigo). Y así lo han indicado sus dirigentes.

Soy consciente de que un argumento que ha calado en amplios sectores de la intelectualidad española es que Unidos Podemos (UP) no es coherente al pedir la moción de censura para expulsar al PP del gobierno, pues podía haberlo expulsado hace un año y no lo hizo. Se dice que entonces Podemos podría haber sustituido a Rajoy por Pedro Sánchez. La pregunta que se hacen es: ¿si no lo hicieron entonces, por qué lo hacen ahora? Tengo amigos a los que tengo estima y respeto que así piensan. Pero este argumento ignora o desconoce que fue el propio aparato del PSOE el que se opuso a tal alianza con Podemos. Incluso el candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, así lo admitió en el programa Salvados. Y las condiciones puestas a Podemos por parte del PSOE estaban hechas precisamente para hacer imposible tal alianza. Lean la excelente respuesta de Nacho Álvarez, la persona que dirigió el programa económico de Unidos Podemos, al libro de Jordi Sevilla, con el mismo cargo en el PSOE (ver "Para muestra, un botón", en eldiario.es, 16.04.17). Y tal oposición persiste. Es el aparato del PSOE el que no puede ver ni en pintura a Unidos Podemos. Y ahí está el gran problema de las izquierdas en España: que el aparato del PSOE (en contra del deseo de su militancia y de su electorado) no desea y se opone a una alianza entre este partido y Unidos Podemos. Y, de nuevo, el argumento promovido por el establishment político-mediático del país acaba imponiéndose: el argumento que se repite continuamente es que la coalición Unidos Podemos y sus aliados es una coalición inmadura, oportunista, deseosa de ocupar sillones, y dirigida por un líder errático, e incluso peligroso, Pablo Iglesias.

La realidad, sin embargo es otra. Es público que UP ha invitado a que, frente a tanta corrupción, las bases del PSOE, así como de todos los partidos, incluyendo los de derechas, se movilicen para exigir a todas las fuerzas políticas representadas en las Cortes que apoyaran una moción de censura al gobierno Rajoy, mostrando que la situación actual no es tolerable. Y para mostrar la falsedad del argumento del oportunismo, Unidos Podemos incluso ha ofrecido la candidatura que encabezaría la moción de censura a un miembro o simpatizante del PSOE, si así pudiera pactarse. Por desgracia, sería imposible que lo contrario –que el PSOE aceptara un candidato propuesto por UP- ocurriera. Y ahí está la raíz del problema que se intenta evitar en los constantes reproches a UP por parte del PSOE.

La otra cara de la moción

El dominio de las fuerzas conservadoras sobre el Estado ha tenido otras consecuencias (además de la corrupción) para el bienestar de las clases populares. España no es solo el país donde la corrupción es mayor, sino que es el país (en la Europa occidental) donde la democracia es más limitada, donde el Estado del Bienestar está menos desarrollado, donde la pobreza infantil es mayor y donde las desigualdades son más acentuadas. Todo ello está íntimamente relacionado, como he documentado en mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y Consecuencias. Ni que decir tiene que mucho se ha hecho y avanzado durante los años de democracia (más cuando han gobernado las izquierdas que cuando lo han hecho las derechas). Pero los límites de la transición han quedado claros en estos años de Gran Recesión, cuando los dos partidos mayoritarios han estado aplicando políticas neoliberales que han afectado muy negativamente a la calidad de vida y al bienestar de la población, y muy en particular de las clases populares. Y tales políticas fueron impuestas indicando que no había otras alternativas posibles, argumentario que Juan Torres, Alberto Garzón y yo mostramos con datos que no era cierto (ver nuestro libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España).

Sí que había alternativas, y continúa habiéndolas. Si España tuviera uno de cada cinco adultos trabajando en los servicios públicos del Estado del Bienestar como ocurre en Suecia, en lugar de uno de cada diez, se habría terminado con una parte muy significativa del paro. Y tal cambio se puede financiar; hay datos fácilmente accesibles que así lo demuestran. De ahí la enorme importancia de romper con las políticas neoliberales que dominan hoy la UE y que transmiten las políticas económicas del PP, del PSOE y de Ciudadanos, políticas que es más que probable que los votantes de tales partidos desaprobaran si supieran de las posibles alternativas, lo cual no es fácil debido al enorme control de los medios, sesgados hacia posturas conservadoras y liberales.

Se necesita una segunda transición

Y estas políticas se han acentuado de una manera muy marcada durante los años de gobierno del PP. Desde 2008 hemos estado viendo una avalancha de políticas que han estado causando un enorme daño a la población en España. Durante los años de gobierno de un partido con tantos casos de corrupción hemos visto un gran deterioro del mercado laboral, con un enorme incremento de la precariedad, de la temporalidad y de la desocupación, además de una gran bajada de los salarios. Hemos visto también un gran deterioro del escasamente financiado Estado del Bienestar, a la vez que se ha producido un gran debilitamiento de los derechos laborales y sociales, con políticas orientadas a debilitar a los sindicatos y los movimientos sociales reivindicativos y contestatarios, con un aumento de la represión (con tintes franquistas) frente a la protesta y un control abusivo de los medios, tanto públicos como privados, a fin de "demonizar" a las fuerzas de oposición contestataria, hartas de tanta corrupción, tanta austeridad y tantas reformas reaccionarias, reprimiéndose a la vez cualquier redefinición de España que permitiera la expresión de su plurinacionalidad. De ahí que sea urgente que todas las fuerzas democráticas, sean del color que sean, se movilicen y protesten –en defensa de la dignidad democrática– frente a un partido en el que amplios sectores de su dirección han captado el Estado para su usufructo personal y partidista. La salud de la democracia requiere tal cambio.

Una última observación de tipo personal. A raíz de una falsa noticia (que era yo el candidato propuesto por UP para la moción de censura), facilitada por uno de los medios de información de España, he sido invadido por notas, mensajes de apoyo y felicitaciones (y también, predeciblemente, insultos) que no son merecidos, pues tal noticia es falsa, lo cual en España ocurre con excesiva frecuencia, y que explica la falta de credibilidad de los medios. No soy el candidato, aunque tengo mi propio candidato, que espero que lo sea, pero, como siempre, esta personalización de lo político (que caracteriza la cultura mediática del país) no es lo más importante. Lo que sí lo es es la movilización a favor de que se sume el máximo número de personas, movimientos sociales y partidos políticos, de todos los colores, en la defensa de la dignidad democrática, y que digan: ¡Basta ya! Así lo espero.

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Las ocultadas causas políticas del crecimiento de las desigualdades https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/05/04/las-ocultadas-causas-politicas-del-crecimiento-de-las-desigualdades/ Thu, 04 May 2017 05:00:12 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3919 Continuar leyendo "Las ocultadas causas políticas del crecimiento de las desigualdades"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Una de las características del tiempo que vivimos es el crecimiento de las desigualdades económicas, sociales, políticas y culturales, tanto entre como dentro de la mayoría de países capitalistas desarrollados. En este artículo me centraré en las causas del crecimiento de las desigualdades económicas, analizando las desigualdades salariales, las desigualdades en los ingresos familiares y las desigualdades en la propiedad del capital (productos que generan renta), analizando tales desigualdades en Estados Unidos, por dos razones: una, por ser representativo del capitalismo más avanzado y desarrollado del mundo capitalista occidental (punto de referencia para el pensamiento liberal); y otra, porque lo que estamos viendo desde los años ochenta, a partir de la revolución neoliberal iniciada por el presidente Reagan, es la "americanización de Europa", expresión que refleja el dominio del pensamiento liberal a los dos lados del Atlántico Norte. En realidad, tal crecimiento de las desigualdades económicas se debe primordialmente a la aplicación (e imposición) de las políticas neoliberales en la gran mayoría de tales países, siguiendo el modelo neoliberal estadounidense.

Las desigualdades salariales

Si analizamos la evolución de los salarios, ya sea considerando el salario por hora, ya sea el salario anual, podemos ver que los salarios del decil superior han crecido de una manera muy marcada, casi exponencial a partir de la década de los años ochenta (cuando se inició la revolución o, mejor dicho, contrarrevolución neoliberal), mientras que los salarios de los cuatro deciles inferiores han ido creciendo muy lentamente desde entonces (e incluso han descendido durante la Gran Recesión 2007-2015, lo cual nunca ocurrió en el decil superior, cuyos salarios continuaron aumentando durante la Gran Recesión). Y lo que sí que disminuyó en la gran mayoría de la población asalariada fueron los beneficios sociales, relacionados con los sueldos. Así, por ejemplo, el porcentaje de la población laboral que tenía alguna cobertura de beneficios sanitarios, financiados conjuntamente por los empresarios y por los trabajadores y empleados (la mayoría de la financiación del aseguramiento sanitario privado en EEUU proviene del lugar de trabajo a través de aportaciones de empleadores y empleados) descendió durante el mismo periodo de tiempo considerablemente, descenso mucho más marcado entre los deciles salariales inferiores, pasando de un 42% en 1980 a un 25% en 2010, que en el decil superior (de un 92% a un 78%). Una situación semejante ocurrió con las pensiones privadas financiadas a través de puestos de trabajo (la mayoría de los datos presentados en este artículo proceden del documento Three Key Economic Distributions, del profesor John Schmitt, del Washington Center for Equitable Growth).

Ingresos familiares

En los ingresos familiares vemos también, durante el mismo periodo 1980-2015, un crecimiento muy acentuado de los ingresos de las familias del decil superior de ingresos familiares. En cambio, en los deciles inferiores hemos visto un crecimiento muy lento de los ingresos familiares desde 1980, crecimiento interrumpido, sin embargo, durante la Gran Recesión. La causa de que los ingresos familiares no hayan descendido (como descendieron los salarios) en los deciles inferiores se debe al incremento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, más acentuado en los deciles inferiores que en los deciles superiores, en los que el crecimiento de los ingresos familiares se debe al crecimiento tan marcado de los ingresos salariales de las mujeres pertenecientes a las clases de ingresos superiores.

De estos datos de deriva que los deciles superiores, y muy en particular el decil más alto, han visto crecer sus ingresos de una manera muy acentuada durante la contrarrevolución neoliberal, crecimiento muy marcado a medida que el nivel de renta subía. Así, el 1% de mayor renta salarial pasó de tener el 10% de toda la renta del país en 1980 a un 23% en 2015.

El crecimiento de las desigualdades en la distribución de la propiedad

Si en lugar de la distribución de las rentas analizamos la distribución de la propiedad, vemos que esta última se ha ido concentrando mucho más. En realidad, el 1% de propietarios ha pasado de tener el 34% de toda la propiedad en 1980 a un 37% en 2013 (y pasó de tener el 10% de toda la renta al 20%). En realidad, el 20% de propietarios tiene el 88% de toda la propiedad (y el 61% de toda la renta), mientras que el 40% no solo no tiene propiedades, sino que debe dinero para pagarlas. Es decir, están endeudados, primordialmente pagando su vivienda. Es la población hipotecada. Este porcentaje de endeudamiento y la profundidad del mismo crecieron espectacularmente durante la Gran Recesión. Este 40% tiene solo el 9% de toda la renta del país.

El crecimiento de los ingresos del decil superior se debe al crecimiento de los sueldos de los grandes propietarios y gestores de las empresas, que ha sido casi exponencial en las rentas superiores, y al crecimiento de las rentas derivadas de la propiedad que poseen. El ligero crecimiento, estancamiento o descenso de las rentas inferiores (del 40% de la población laboral en EEUU) se debe al ligero crecimiento, estancamiento o descenso de los salarios, y al crecimiento del endeudamiento de dichas rentas inferiores.

La disminución de la movilidad vertical 

A raíz de estos datos, se puede concluir que las desigualdades inherentes al sistema capitalista han crecido notablemente en el periodo 1980-2015. Pero un fenómeno igualmente importante y que apenas ha tenido visibilidad mediática ha sido el descenso de la movilidad vertical. Uno de los argumentos que han sido utilizados con mayor frecuencia por parte de los economistas neoliberales ha sido que la estabilidad política del capitalismo avanzado está basada en la movilidad social, es decir, que una persona de origen "humilde" (expresión que se utiliza para definir a las familias de rentas inferiores) pueda alcanzar los niveles superiores de poder económico y/o político. Y se señala como prueba de ello que EEUU ha tenido dos presidentes, Clinton y Obama, de origen "humilde". En realidad, se considera a EEUU como uno de los países con mayor movilidad vertical, y ello como resultado de las grandes oportunidades que ofrece el modelo económico liberal.

Esta supuesta movilidad vertical también se expresa en que, aparentemente, los hijos e hijas tienen mayor nivel de rentas que sus padres. La movilidad intergeneracional se presenta como una muestra del "sueño americano", causa mayor de la estabilidad política del país y del atractivo del modelo liberal estadounidense. El único problema con tal supuesto es que no es verdad. Los datos no avalan esta percepción, promovida por el establishment político-mediático del país. Los datos muestran que la movilidad vertical, incluida la intergeneracional, es mucho más limitada de lo que se ha supuesto.

En realidad, EEUU es uno de los países con menos movilidad social. Como bien ha señalado Paul Krugman, EEUU (y el Reino Unido) son los países con menor movilidad social vertical de entre los que se ha estudiado la extensión de tal movilidad (Francia, Japón, Alemania, Nueva Zelanda, Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca). En estos países se analizaba el nivel de renta de los hijos comparándolo con el de sus padres (a la misma edad y con la misma capacidad de compra de la moneda utilizada), viéndose que EEUU era en el que menos se daba el supuesto de que los hijos vivían mejor que los padres, siendo en los países escandinavos donde la movilidad intergeneracional era mayor.

Y lo que es importante señalar es que durante el periodo neoliberal ha descendido la movilidad vertical, a la vez que han crecido las desigualdades de ingresos, de renta y de propiedad.

Las ocultadas causas políticas del crecimiento de las desigualdades

Mucho se ha escrito sobre las causas de tal crecimiento de las desigualdades, desde la revolución digital a la globalización, entre muchos otros factores. En esta discusión se oculta o ignora el elemento político, que es el determinante de dicho crecimiento y que configura todas las otras causas a la que se atribuye tal crecimiento. Qué forma tienen la revolución tecnológica o la globalización depende del contexto político que configura cada una de ellas. Los datos muestran que el crecimiento de las desigualdades adquiere una dimensión mayor a partir de la década de los años ochenta, que es cuando se aplican las políticas neoliberales, que son las políticas que el mundo de las grandes empresas (lo que en EEUU se llama la corporate class) aplica a través de las instituciones políticas, frente y en contra del mundo del trabajo.

Las políticas públicas de corte neoliberal como responsables del crecimiento de las desigualdades

Como consecuencia de ello han tenido lugar los siguientes hechos, todos ellos indicadores del poder de clase del mundo empresarial:

  • La disminución, desde 1980, del poder adquisitivo del salario mínimo, establecido por ley por el Estado.
  • Descenso de la población laboral sindicalizada, que ha pasado de ser el 30% de la población laboral en 1980 a un 12% en 2014, como resultado del enorme descenso de la sindicalización en el sector privado, que hoy no llega ni al 9% (en el sector público se mantiene en el 38%), y ello a pesar de que la mayoría de los trabajadores señalan, a través de las encuestas, que les agradaría tener sindicatos que defendieran sus intereses. Este descenso, pues, no se debe a la falta de interés, sino a las crecientes dificultades que el mundo empresarial, con ayuda del Estado, impone para que los trabajadores puedan sindicalizarse, siendo EEUU uno de los países donde la sindicalización es más difícil de llevar a cabo.

Esta realidad -la creciente dificultad en poder sindicalizarse- produce el crecimiento de la capacidad de decisión, así como de la  influencia política y mediática, del mundo empresarial, lo que ha determinado un enorme debilitamiento de las clases populares, y muy en particular de la clase trabajadora. En realidad, hay una relación inversa entre el nivel de sindicalización en el sector privado y el crecimiento de las desigualdades de renta -tanto individuales como familiares-, tal como ha documentado el respetado y conocido Economic Policy Institute de Washington. Y también está documentado el crecimiento de la brecha salarial dentro de una misma empresa cuanto menor sea la sindicalización y la fuerza de la clase trabajadora dentro de la misma. En realidad, desde 1980 la diferencia salarial entre los ejecutivos de las grandes empresas y los salarios (mediana) de los empleados y trabajadores ha crecido, pasando de ser en 1980 de 29 veces, a 303 en 2015.

La desregulación de los mercados de trabajo

Otra medida neoliberal que tenía como objetivo debilitar al mundo del trabajo han sido las reformas laborales orientadas a desregular el mercado de trabajo, lo cual ha conseguido disminuir los salarios y la protección social de los trabajadores.

 La privatización de los servicios públicos

La privatización de los servicios tiene como objetivo el cambio de las relaciones laborales, dificultando la sindicalización y protección de los empleados y trabajadores, menor en el sector privado que en el público. La subcontratación y externalización de actividades y servicios de las empresas (tanto públicas como privadas) tienen como objetivo el debilitamiento de la población empleada, pues en las empresas subcontratadas hay menor protección social y salarios más bajos que en las empresas que subcontratan.

La globalización en el contexto político actual

La movilidad de capitales busca la apertura de los mercados y el abaratamiento de los costes de producción, entre los cuales los costes salariales juegan un papel determinante. De ahí que los tratados mal llamados de libre comercio que regulan la movilidad de capitales tengan como principal objetivo el garantizar las inversiones en países con menores costes laborales, movilidad que se hace a costa de destruir puestos de trabajo con salarios altos en EEUU. La evidencia de ello es abrumadora, habiendo sido tal movilidad una de las mayores causas del descenso de la cantidad de puestos de trabajo en la manufactura en EEUU. La popularidad de tales tratados en el mundo empresarial contrasta con su gran impopularidad entre la clase trabajadora.

La inmigración apoyada por el mundo empresarial 

La inmigración ha contribuido a la bajada de los salarios, pues el precio del trabajo depende, en cierta manera, de la demanda de puestos de trabajo y de la oferta de tales puestos. A mayor número de demandantes -de personas que buscan trabajo- menor es el salario ofrecido por los empresarios. De ahí que el mundo empresarial favorezca la entrada de inmigrantes, no solo para aumentar el número de personas que quieren trabajar, sino también por su disponibilidad para aceptar salarios más bajos y en peores condiciones que los nativos.

¿Qué tiene que hacerse?

A la luz de estos datos es lógico que la solución sea precisamente el desarrollo de políticas opuestas a las neoliberales, empoderando a las clases populares a través de los instrumentos disponibles, para revertir el deterioro de su bienestar. Tales medidas pasan por: aumentar el salario mínimo; aumentar la ocupación y la creación de buen empleo; dificultar la creación de mal empleo orientando la revolución tecnológica a la supresión de tal tipo de trabajos; facilitar la sindicalización, alcanzando los niveles del norte de Europa; regular el mercado de trabajo para reforzar al mundo del trabajo en su negociación con el mundo empresarial; desprivatizar los servicios, y extender la responsabilidad pública a los sectores de la energía, las finanzas y sociales (desde sanidad a educación, pasando por servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, vivienda, seguridad y protección social); desanimar y desfavorecer la subcontratación prohibiendo este fenómeno en los servicios públicos, a no ser que los contratantes se comprometan a respetar los derechos laborales (salarios y protección social) existentes en el sector público; desarrollar medidas proteccionistas en la movilidad de capitales y de personas; sindicalizar a la población inmigrante; facilitar la integración de la mujer en el mercado del trabajo, en lugar de enfatizar la inmigración; y eliminar las desigualdades sociales entre géneros y entre razas en el país. Y, naturalmente, políticas fiscales auténticamente progresivas que tengan como objetivo aumentar las rentas del trabajo a costa de reducir las rentas del capital, incluyendo medidas de control público de la propiedad y de la gestión en sectores clave de la economía. Estas son las líneas generales de lo que debe hacerse para reducir las desigualdades, empoderando a las clases populares para que vayan aumentando su nivel de exigencias, de manera que puedan transcender las coordenadas de poder existentes hoy en los países capitalistas de elevado nivel económico. Estas medidas son tan aplicables en EEUU como en España, así como en cualquier otro país a los dos lados del Atlántico Norte que han estado sufriendo las políticas neoliberales implementadas por las clases dominantes. Así de claro.

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La alcaldesa Ada Colau lleva razón en su conflicto con Airbnb: los pisos turísticos están destruyendo los barrios https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/04/11/la-alcaldesa-ada-colau-lleva-razon-en-su-conflicto-con-airbnd-los-pisos-turisticos-estan-destruyendo-los-barrios/ Tue, 11 Apr 2017 12:36:38 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3910 Continuar leyendo "La alcaldesa Ada Colau lleva razón en su conflicto con Airbnb: los pisos turísticos están destruyendo los barrios"]]>  

Vicenç Navarro
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Uno de los hechos económicos más extendidos en las grandes urbes de atractivo turístico ha sido el enorme desarrollo de los pisos turísticos, que se presentan como un ejemplo de lo que se conoce como economía colaborativa, en la que la relación entre el comprador de servicios (el turista que busca hospedarse por tiempos cortos) y la persona que los ofrece (el dueño del piso) se hace directamente a través de una agencia que los pone en contacto, y no a través de la industria hotelera, a la cual sustituye. En teoría parecería una relación razonable, e incluso progresista (y así se ha presentado incluso en algunos medios de información de tal orientación política). Por un lado, tenemos las personas que tienen habitaciones o pisos disponibles que quieren aumentar sus ingresos alquilando tales espacios a turistas, y por el otro lado, el turista que busca un espacio más económico que el hotel y/o residencia. En esta relación, la institución necesaria es una compañía que ponga en contacto a las dos partes –al turista y al propietario de la casa o habitación-, compañías que se han extendido enormemente, y de las cuales Airbnb es la más conocida.

Hasta aquí la descripción de lo que debería pasar en teoría. Y, ¿quién se puede oponer a que una familia pueda conseguir unos ingresos extra a base de alquilar un espacio de su propia casa o de su propiedad? Se presenta así una alternativa a las grandes corporaciones hoteleras, que hasta ahora habían controlado la distribución de los espacios de hospedaje de tales ciudades turísticas.

La rebelión ciudadana en contra de los pisos turísticos

Como en el caso de otros ejemplos de "economía colaborativa" (como la compañía de transportes UBER, entre otros), nos encontramos que la distancia entre la teoría y la realidad es enorme, hasta tal punto que ha surgido una gran protesta ciudadana en todas las ciudades en las que los pisos turísticos se han expandido. Y muchas de estas ciudades están considerando no solo regularlos intensamente, sino incluso prohibirlos. ¿Por qué?

La respuesta es fácil de ver. En primer lugar, la existencia de tales pisos significa una gran molestia para las fincas y para los barrios donde existen estos pisos turísticos, pues es una población transeúnte, no ligada o conectada con el bario o fincas cuya movilidad y/o comportamiento y rompe con la cohesión y espíritu comunitario del lugar. La evidencia de ello es abrumadora. Hay barrios enteros en Barcelona, por ejemplo, que corren el peligro de diluir su carácter vecinal debido al elevado número de tales pisos.

Y para complicar todavía más esta situación, gran parte de estos pisos turísticos no están ni identificados, operan sin ningún tipo de regulación o protección del usuario y de los vecinos, y no ofrecen ninguna garantía ni de seguridad ni de calidad. En general no hay protección frente a dicha actividad mercantil, que contribuye muy poco al erario público, pues un gran número de estos pisos actúan ilegalmente, y no contribuyen, a través del pago de impuestos, a cubrir los gastos extras que su existencia implica. No es de extrañar, por lo tanto, que haya constantemente protestas ciudadanas en lugares donde existen estos pisos turísticos.

Y por si ello no fuera poco, la utilización de pisos turísticos disminuye la oferta de pisos de alquiler para gente normal y corriente, disparándose los precios de los alquileres. En Barcelona, desde 2015, estos alquileres han experimentado un crecimiento muy acentuado (un 15% anual), que es insostenible para la mayoría de la población, cuyos ingresos crecen mucho más lentamente. Hay una relación directa entre el número de pisos turísticos en un barrio, el crecimiento del precio de los alquileres, y el éxodo de vecinos a otros barrios con menos pisos turísticos.

Una protesta internacional. ¿Qué puede hacerse?

El equipo del profesor John Whitlow, de la City University of New York (también profesor visitante del JHU-UPF Public Policy Center), acaba de publicar un interesante estudio sobre cómo ciudades turísticas en EEUU (como Nueva York, San Francisco, Nueva Orleans, Seattle, Los Ángeles y Miami) están respondiendo a esta amenaza a la calidad de vida de los vecinos y a la identidad de los barrios. Entre tales intervenciones municipales están:

  1. Limitaciones del número de días al año que una persona propietaria puede poner su piso o habitación a disposición de alquileres cortos. El número varía de 30 a 90 días. Todas las ciudades citadas, excepto Miami, aplican esta norma.
  2. Provisión de permisos para establecer pisos turísticos solo en ciertos barrios de la ciudad, tal como exigen Miami y Nueva Orleans.
  3. Exigencia de licencia y registro. Todas las ciudades exigen que tanto la agencia Airbnb (y otras agencias similares), así como las personas que alquilan sus espacios, estén licenciadas y registradas, exigiéndoles, además, que garanticen el cumplimiento de la normativa de seguridad e higiene.
  4. Deben pagar impuestos, exigencia presente en todas las ciudades, como condición para ejercer tal tipo de actividad comercial.
  5. Notificación al ayuntamiento de las personas que alquilan estos espacios y de los inquilinos que ocupan tales espacios.
  6. Aprobación por parte del ayuntamiento del tipo de vivienda que puede ponerse al mercado como piso turístico, estableciendo normas de espacio. Solo Nueva Orleans excluye este requerimiento. Todas las demás lo tienen.
  7. Todas las personas que ofrecen pisos turísticos tienen que ser residentes de la ciudad. Las personas no residentes no pueden comercializar su vivienda para pisos turísticos. Esta regulación tiene como objetivo dificultar que empresas de capital-riego compren propiedad inmobiliaria para transformarla en pisos turísticos.

Y el informe termina indicando que el nivel de requerimientos está expandiéndose rápidamente, a medida que la ciudadanía se está quejando más y más por las molestias que tales pisos turísticos están creando. En realidad, una ley muy popular que se está expandiendo es que los vecinos de una finca puedan votar sobre permitir o no que hayan pisos turísticos en aquella finca. Cuando tal ley se aplica tiene un impacto muy inmediato, parando y revirtiendo dicha expansión. En realidad, el enfado ciudadano está alcanzando tal nivel, que el tipo de sanciones por violaciones de las normas definidas anteriormente está aumentado. Entre ellas, en todas las ciudades citadas (excepto en Los Ángeles) se multa a los propietarios de pisos y a Airbnb con entre 500 y 2.000 dólares por día en casos de violación de las normas municipales. Y el propietario puede ser llevado a los tribunales en caso de que los vecinos de quejen de las molestias originadas por los pisos turísticos. El informe (puesto en mi web www.vnavarro.org) detalla, ciudad por ciudad, las normas y regulaciones. Todo ello parece indicar que no es descartable, en un futuro próximo, que tal enfado alcance niveles de indignación y que pasen a aprobarse leyes de prohibición de la existencia de tales pisos turísticos, pues no hay duda que su existencia está deteriorando el bienestar y la calidad de vida de los barrios en las ciudades. Su existencia es una prueba más del impacto sumamente negativo de las políticas neoliberales aplicadas en el diseño del desarrollo urbano. La mercantilización de todas las dimensiones de la actividad humana está llevando a un deterioro muy notable de la calidad de vida de la ciudadanía. Y lo que es sorprendente es que a este desarrollo algunas voces que se definen como progresistas lo llamen "progreso".

La debilidad de los ayuntamientos en Catalunya y en el resto de España

Una de las mayores diferencias entre el poder municipal en Catalunya y España, y el poder municipal en EEUU, es la enorme debilidad de los ayuntamientos catalanes y españoles, debilidad que caracteriza a los Estados del sur de Europa, donde las fuerzas conservadoras han dominado tales Estados por periodos más largos de tiempo en los siglos XX y XXI. Es precisamente donde las izquierdas han gobernado durante más tiempo (como en los países escandinavos) donde los ayuntamientos tienen mayor poder, mientras que es en el sur de Europa, donde las derechas han sido más poderosas, donde los ayuntamientos son más débiles. Esta falta de poder en el nivel del Estado más próximo a la ciudadanía limita enormemente la incidencia de la ciudadanía en el desarrollo de las políticas públicas que afectan con mayor intensidad a su calidad de vida y bienestar.

Considerando la debilidad de los ayuntamientos en España, es de aplaudir que el Ayuntamiento de Barcelona haya ofrecido un liderazgo, reconocido internacionalmente, para limitar el daño creado por los pisos turísticos a la calidad de vida de los vecinos en Barcelona. Predeciblemente las fuerzas conservadoras y neoliberales, que continúan teniendo un enorme poder político y mediático en España (incluyendo Catalunya), y Airbnb han intentado demonizar al ayuntamiento, manipulando y mintiendo, presentando las acciones de este como excesivamente radicales, motivadas por razones ideológicas anticuadas, ocultando que en otras ciudades tales medidas ya se han desarrollado y han probado ser altamente populares. El mérito del Ayuntamiento de Barcelona es el de haberse enfrentado a tales intereses, con el coraje que caracteriza a la alcaldesa Ada Colau, que ha sido aplaudido en muchas otras ciudades, las cuales se han inspirado en ella. Este aplauso debe ir acompañado de la denuncia a la Generalitat de Catalunya, controlada por las fuerzas conservadoras y neoliberales (y cuyos medios públicos de información y persuasión promueven Airbnb), que predeciblemente ha dificultado los pasos que el ayuntamiento deseaba tomar y que la ciudad se merecía. ¿Hasta cuándo continuará ignorando un clamor popular frente a esta situación que se está convirtiendo en una pesadilla para miles y miles de ciudadanos?

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La urgente y necesaria unidad de las izquierdas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/04/07/la-urgente-y-necesaria-unidad-de-las-izquierdas/ Fri, 07 Apr 2017 12:17:14 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3904 Continuar leyendo "La urgente y necesaria unidad de las izquierdas"]]> Entrevista al Profesor Vicenç Navarro en 'Public' sobre la unidad de las izquierdas en Catalunya

¿Por qué motivo un profesor universitario como usted cree que en este momento quiere formar parte de la dirección política de un nuevo partido como En Comú Podem?
Durante toda mi vida profesional he intentado poner el conocimiento científico al servicio de aquellas fuerzas políticas y gobiernos que intentan mejorar la calidad de vida de las clases populares, las cuales, en cualquier país, son la mayoría de la población. Lo he hecho en organismos internacionales y en muchos gobiernos progresistas en varios países del mundo, y es, por lo tanto, coherente que lo haga ahora en el mío. Cuando ya hace bastante tiempo Xavier Domènech, hoy el coordinador y mayor promotor de este nuevo espacio En Comú Podem, me pidió que lo ayudara, no podía decirle que no. Estamos en un momento claramente histórico aquí en Catalunya, en el cual las fuerzas políticas conservadoras y neoliberales que la han gobernado durante la mayor parte del periodo democrático están en proceso de descomposición. Una, de tradición cristianodemócrata (UDC), ya ha desaparecido, y la otra, de sensibilidad neoliberal (CDC), a pesar de que todavía controla los aparatos de la Generalitat y sus medios de información, electoralmente se está convirtiendo en un partido minoritario. Estamos viendo el fin del régimen de la Transición y del bipartidismo también aquí en Catalunya. Y por este motivo es muy importante que las izquierdas se unan, para responder al deseo generalizado hoy en Catalunya de que haya un cambio profundo, porque las clases populares no pueden continuar en la situación en la que están. La crisis social en Catalunya es enorme. Ante este escenario, es obvio que tengo que hacer todo lo que pueda para ayudar a aquellas fuerzas con las cuales siempre he colaborado.

Entiendo que En Comú Podem es un nuevo intento de unificación de fuerzas de la izquierda catalana para conseguir un cambio en las políticas públicas. ¿Cree que se dan las condiciones para conseguir la hegemonía de la izquierda?
Los indicadores de la gran crisis económica y social en Catalunya son contundentes. La esperanza de vida de los catalanes -que son los años de vida que, de media, la población vive- tiene una tasa de crecimiento cada vez más baja, es decir, el tiempo que se gana de esperanza de vida de un año a otro cada vez es menor. Los indicadores del malestar son muchísimos. El elevado paro y la enorme precariedad, la bajada del nivel de vida de las clases populares, el descenso salarial, el empeoramiento de la capacidad adquisitiva de la población, la desesperación de los jóvenes sin futuro, que vivirán peor que sus padres, y otros muchos indicadores muestran las dimensiones de esta crisis social. Es por esta razón que esta crisis también ha creado una crisis política profunda. Las estructuras de poder, tanto financiero y económico, como político y mediático, están perdiendo la legitimidad para gobernar. Y la gente normal y corriente está muy frustrada y enfadada con las instituciones del Estado, ya sea el Estado central o la Generalitat. Hay un descontento al que las fuerzas políticas progresistas tienen que ser sensibles, puesto que están al servicio de las poblaciones afectadas por esta situación económica y social. Aquí en Catalunya todas las encuestas muestran que la población está perdiendo confianza hacia lo que en terminología anglosajona se diría el establishment político-mediático, que está claramente instrumentalizado por el poder económico y financiero, lo que se expresa en muchos efectos como por ejemplo la corrupción, entre otros. El caso de Convergència es un caso claro. De aquí que aquel famoso eslogan del 15-M de "no nos representan", y el eslogan "no hay pan para tanto chorizo", sean ampliamente aceptados por la mayoría de la población en Catalunya y en el resto de España.

¿Qué importancia política y social cree que puede llegar a tener la llegada de esta nueva fuerza al Gobierno de la Generalitat?
Hasta ahora este descontento popular se ha canalizado, en parte, a través de presentar el conflicto como un conflicto entre Catalunya y España, lo que ha sido fácil de hacer porque el Estado español fue una transformación pero no una ruptura con el régimen anterior. El control de los aparatos del Estado y de los medios de información españoles por parte, predominantemente, de las fuerzas herederas de aquel régimen, ha facilitado que el conflicto se presente como un enfrentamiento entre España y Catalunya. El Estado español ha sido el mayor fabricante de independentistas. Ahora bien, esta dicotomía España versus Catalunya esconde y oculta varias realidades: una es que España y el Estado español son dos entidades diferentes. Tanto en España como en Catalunya existen clases sociales diferentes, que tienen intereses en conflicto. Hay muchas Catalunyas y muchas Españas, tantas como clases sociales tienen cada una. Y el conflicto más importante que existe dentro de Catalunya y dentro de España es entre las clases populares, por un lado, y las minorías de poder político y mediático instrumentalizadas por el poder económico y financiero, por otro. Y estas últimas han impuesto las políticas públicas neoliberales que están afectando muy negativamente la calidad de vida de la mayoría de la población catalana (y en España, a las clases populares españolas). La evidencia de esto es enorme. Las políticas públicas neoliberales responsables de la situación tan deteriorada del mercado de trabajo en Catalunya, los recortes de gasto público social (los más intensos, en Catalunya) por parte del gobierno catalán, y la privatización de los servicios públicos han sido aprobados y llevados a cabo por partidos de la derecha catalana, tanto en las Cortes Españolas como en el Parlament de Catalunya. Por esta razón es muy necesario que haya cambios profundos tanto en la Generalitat como en el Estado español, y hoy hay una posibilidad que esto pase, debido al hecho que a nivel de todo el Estado hay nuevas fuerzas de izquierda que están cuestionando no sólo la credibilidad, sino también la legitimidad de las fuerzas gobernantes a los dos lados del Ebro. Las políticas neoliberales han sido impuestas a la población, pues no estaban en los programas electorales de los partidos gobernantes.

¿En qué medida cree que pueden cambiar las relaciones sociales en Catalunya como consecuencia de una victoria electoral clara de Els Comuns?
Tenemos que tener en cuenta que Catalunya, excepto un periodo relativamente corto (7 años), nunca ha sido gobernada por las izquierdas, y esta es la causa más importante de su retraso social. El tripartito hizo cambios importantes, pero su gran error fue que, cuando la crisis se inició, la respuesta fue de tipo neoliberal bajo el argumento de que no había alternativas, lo cual, como hemos mostrado Juan Torres, Alberto Garzón y yo en el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, no era cierto. En contra de lo que siempre se dice a la gente normal y corriente, siempre hay alternativas. En lugar de congelar las pensiones para conseguir 1.200 millones de euros, el Sr. Zapatero hubiera podido anular la bajada del impuesto de sucesiones o de patrimonio que hizo, consiguiendo incluso más dinero. Y el Sr. Rajoy, que ha recortado 6.000 millones de euros en la sanidad española, hubiera podido revertir la bajada del impuesto sobre sociedades a las empresas que facturan más de 150 millones de euros el año, con lo cual hubiera conseguido 5.300 millones de euros. Una situación idéntica ha pasado en Catalunya con el gobierno CiU, donde los recortes no sólo eran innecesarios, sino que han perjudicado el desarrollo económico de Catalunya, y la bajada de salarios ha dificultado la recuperación económica. La evidencia científica de esto es abrumadora, como he escrito extensamente. Es por esta razón que se tiene que mostrar a la ciudadanía que sí que hay alternativas, rompiendo esta visión que el conflicto esencial es entre Catalunya y España. El conflicto es entre la mayoría de la población y una minoría que tiene un enorme poder político y mediático y que ha visto sus intereses financieros y económicos aumentar a expensas de la calidad de vida de las clases populares. Y esto pasa en Catalunya y también pasa en España. De nuevo, la evidencia es abrumadora, aunque no salga en los medios, instrumentalizados por estos poderes económicos y financieros.

¿Qué repercusión cree que puede tener la consolidación de esta nueva fuerza en el llamado 'proceso' soberanista?
Aquí quiero enfatizar que siempre han sido las izquierdas las que han luchado por el reconocimiento de Catalunya como nación. Las fuerzas más importantes de las izquierdas catalanas siempre habían pedido el derecho a decidir de Catalunya. Nadie puede dar lecciones de defensa de Catalunya a las izquierdas catalanas. Incluso Jordi Pujol, el líder de las derechas catalanas, lo reconoció. Por lo tanto, la defensa del derecho a decidir está en el ADN de las izquierdas catalanas. Ahora bien, hay dos visiones de nación. Para las izquierdas, la nación es la población del país, de la que la mayoría son las clases populares. No se puede decir que se defiende la nación catalana cuando se aplican políticas que hacen daño a estas clases populares, y aquí está la gran diferencia entre derechas e izquierdas en su concepción de nación. Por otra parte, este derecho a decidir tiene que darse en situaciones de libertad y democracia que hoy no existen en Catalunya. En realidad, una transición a una nueva Catalunya que fuera independiente, realizada bajo las condiciones que existen hoy en día en Catalunya, daría como resultado un nuevo país controlado por las mismas fuerzas que lo controlan hoy. El ejemplo de la transición española es un ejemplo claro: aquel que controla la transición controla el producto. Creerse que una Catalunya independiente, con las coordenadas de poder de clase que hay hoy en día en Catalunya, resolvería el problema social, es una falacia enorme, puesto que probablemente el Ministro de Economía sería un ultraliberal de los muchos que promueve TV3, la cadena pública de la Generalitat de Catalunya. El proceso soberanista ha sido utilizado de una manera agotadora por parte del gobierno catalán existente, hegemonizado por las derechas, olvidando y escondiendo la crisis social.

No parece, de momento, que otras fuerzas que se reivindican de izquierdas, como el PSC, ERC o la CUP, piensen en participar en algún momento en un proceso de confluencia como el que se inaugura con la asamblea de este sábado. ¿No le parece indispensable una ampliación de este proceso? ¿Considera posible un acercamiento al PSC? ¿Y a ERC? ¿Y a la CUP?
Creo que es muy urgente que se haga esta unidad entre En Comú, Podem, ICV y EUiA. Todos estos partidos políticos tienen en común una vocación de servicio a las clases populares y el compromiso con una transformación profunda de la estructura política, económica y mediática del país. El maridaje entre poder económico, financiero, político y mediático es asfixiante en Catalunya. Una vez establecido este nuevo espacio, es muy importante que se explore la posibilidad de establecer alianzas amplias con otras fuerzas políticas que tienen una base social claramente arraigada en las clases populares. ERC tiene que revitalizar sus raíces, recuperando la figura de Companys como punto de referencia, no sólo como personalidad sino como representante de unas políticas públicas que estaban claramente al servicio de las clases populares de Catalunya. La actual alianza con la derecha catalana en la que participa ERC es una alianza contra natura. Y la CUP, que tiene un gran potencial como agente transformador, dificulta esta transformación cuando siempre antepone la demanda de la independencia por encima de todo lo demás, ignorando además que soberanía es un concepto diferente a independencia. Soberanía quiere decir que es el pueblo el que decide, y la decisión puede ser la secesión o la no secesión. Por otra parte el tema más urgente que hay que solucionar es la crisis social, y como he dicho antes, no se puede asumir que la independencia resuelva la enorme crisis social de Catalunya. No es cierto que se tenga que resolver el tema nacional para resolver el tema social; es precisamente a la inversa. Y no se puede decir, como siempre se dice, que los dos van juntos. El gobierno actual también lo dice, y en cambio en la práctica siempre pone su versión del tema nacional por encima del resto. Y en cuanto al PSC, que ha sido una fuerza muy positiva a la historia de Catalunya, sus bases se tienen que concienciar que su articulación con el PSOE actual ha convertido su vocación de cambio en una defensa del orden vigente, convirtiéndose así en un problema en lugar de ser parte de la solución.

Me consta que usted ha hecho un esfuerzo importante para intentar que la dirección de Podem en Catalunya no renunciara a participar en la asamblea de este sábado. No lo ha conseguido. ¿Qué tiene que pasar, en su opinión, para que esta fuerza decida implicarse en la construcción del nuevo sujeto político en Catalunya? (Por parte de Podem y por parte del resto de fuerzas que sí participan en la confluencia).
Como usted sabe, yo apoyé intensamente al movimiento del 15-M, que tuvo un impacto enorme en la vida política e intelectual del país, tanto en Catalunya como en España. Me alegró mucho que cogieran nuestro libro Hay alternativas como un punto de referencia importante para ellos. Como usted sabe, acepté la invitación de Pablo Iglesias, al que tengo un gran aprecio y estima, de ser parte de su lista, siendo escogido integrante del Consejo Ciudadano de aquel partido. Más tarde, Pablo Iglesias me invitó a ser parte del gobierno en la sombra de Podemos. Considero a Podemos un movimiento político-social de una enorme importancia para poder vehicular los cambios tan profundos y necesarios que tienen que tener lugar en el Estado español, incluyendo aquí en Catalunya. Creo que es muy urgente e importando que haya un Podem influyente y decisivo en Catalunya, pero esto no se puede conseguir yendo por su lado y compitiendo con las otras izquierdas hermanas. Esto sería un enorme error de dimensiones históricas. Por eso estoy totalmente de acuerdo con Pablo Iglesias de que este movimiento político-social se tiene que integrar en este nuevo espacio, pasando a ser una sensibilidad, junto con otras, en el establecimiento de esta nueva fuerza política en Catalunya. Es cierto que juntar partidos políticos de culturas muy diferentes es una tarea muy difícil, y estoy muy de acuerdo con muchas de las propuestas que Podemos ha hecho en Catalunya para intentar que este nuevo espacio sea auténticamente una fuerza transformadora. Pero esto se tiene que hacer desde dentro, y no desde fuera, y también con humildad, sin prepotencia y sin monopolizar la visión moral de la política. Ahora bien, es también fundamental que los otros partidos hermanos compartan esta manera de ser y de comportarse, y no siempre lo han hecho. En este momento histórico la unidad tiene que ser la prioridad. Aprovecho para aclarar que aunque físicamente yo no esté el 8 de abril, porque estoy dando un curso en Hopkins, Baltimore (Estados Unidos), estaré emotivamente y políticamente en esta asamblea, habiendo participado activamente en la preparación de los documentos, con los cuales estoy mayoritariamente de acuerdo. Por eso quiero remarcar que apoyo completamente a Xavier Domènech, que ya ha hecho una tarea extraordinaria. Él sabe que puede contar plenamente conmigo en el desarrollo de este proyecto. No tengo ninguna duda que la mayoría de compañeros y compañeras de Podem Catalunya acabarán apoyando y siendo parte de este movimiento. Este es el sentir de la gran mayoría de Podemos a nivel de España. Aplaudo la gran sensibilidad que ha mostrado Pablo Iglesias al respetar la autonomía de Podem en Catalunya, pero animo a los compañeros y compañeras no sólo inscritos, sino también militantes de Podemos, a que abran una reflexión profunda para acabar con las tensiones internas y divisiones que debilitan a Podem y, por lo tanto, debilitan también a todas las izquierdas catalanas. Los problemas no se resuelven expulsando y purgando, sino dialogando e integrando. El gran grito de Vistalegre II era "unidad". Espero que gane esta mentalidad y que podamos establecer un nuevo espacio de izquierdas en Catalunya. La historia no empieza ahora desde zero. Somos los herederos de otras muchas generaciones que han luchado haciendo un sacrificio enorme para poder llegar donde estamos. No las podemos defraudar. Y el enorme sufrimiento que tiene la gente se tiene que resolver. Rápido y ahora, y creo que sí se puede.

 

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La pervivencia de la cultura franquista en el Estado español y en los medios de información: El caso Cassandra https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/04/04/la-pervivencia-de-la-cultura-franquista-en-el-estado-espanol-y-en-los-medios-de-informacion-el-caso-cassandra/ Tue, 04 Apr 2017 17:32:33 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3895 Continuar leyendo "La pervivencia de la cultura franquista en el Estado español y en los medios de información: El caso Cassandra"]]> Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

En los últimos días han ocurrido unos hechos que muestran la pervivencia de la cultura franquista en la sociedad española, incluyendo el Estado y sus distintas ramas, entre ellas la judicial, así como en los mayores medios de información. Veamos los datos.

Hace unos días se dictó una sentencia condenando a la Sra. Cassandra Vera a un año de cárcel y siete de inhabilitación absoluta por haber tuiteado chistes sobre el atentado que terminó con la vida del almirante Carrero Blanco, presidente del gobierno en el Estado liderado por el General Franco. Tal condena fue dictada por la Audiencia Nacional, al considerar que tales tuits presentaban "una actitud irrespetuosa y humillante (hacia el almirante Carrero Blanco) que encaja dentro del delito de humillación a las víctimas (del terrorismo)", considerando a tal personaje como víctima de un acto terrorista. Tengo que admitir que tuve que leer esta sentencia más de una vez, pues me era difícil comprender y aceptar lo que estaba leyendo.

En tal dictamen se considera como víctima al presidente de una de las dictaduras más sangrientas y represivas que ha habido en Europa. Según el profesor Malefakis de la Universidad de Columbia (Nueva York), experto en fascismo europeo, por cada asesinato político que cometió el régimen liderado por el dictador fascista italiano Mussolini, el régimen liderado por Franco, del cual el almirante Carrero Blanco era su máxima autoridad después del propio general, cometió 10.000 (tal cifra no incluye a las personas muertas en el conflicto bélico). El almirante Carrero Blanco fue figura clave en un régimen responsable de las enormes atrocidades cometidas bajo su mandato. En realidad, tal régimen gobernó a base de atemorizar a la población, siendo el terror parte de su estrategia para mantenerse en el poder. Fue un régimen dictatorial que hizo amplio uso de acciones terroristas que merecieron la denuncia no solo de las Naciones Unidas, sino de muchísimas organizaciones internacionales en defensa de los derechos humanos. Los datos muestran que fue uno de los regímenes dictatoriales más represivos y sangrientos que hayan existido en Europa, y fue el Estado que asesinó a más españoles, quedando todavía ahora más de 120.000 personas asesinadas que siguen desaparecidas, sin conocerse su paradero. En términos proporcionales, solo Camboya superó a España en el número de asesinados políticos desaparecidos. Fue, por lo tanto, una medida moral y justa que se atentara exitosamente en contra de una figura responsable de tanta brutalidad. Todas las sensibilidades morales admiten el derecho de rebelión, sea o no armada, frente a un régimen dictatorial que oprime a la población civil. Léanse la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y lo verán.

Alcanza, pues, el extremo de insensibilidad democrática que la muerte de este personaje sea presentada por la Audiencia Nacional del Estado español como un acto "terrorista" y a él como "víctima del terrorismo", siendo tal supuesta víctima una de las responsables de uno de los Estados dictatoriales más terroristas que hayan existido en Europa. Era predecible que dicho acto se definiera como terrorista por parte del régimen dictatorial. Ahora bien, es una aberración que muestra la continuidad de la cultura dominante de aquel régimen en el Estado español que tal eliminación física del presidente del gobierno de aquella dictadura sangrienta se presente ahora también por el Estado español como un acto terrorista, de la misma manera que lo definió la dictadura franquista.

Los grandes déficits en la cultura democrática del Estado español

En realidad, en cualquier país con cultura democrática, tal asesinato sería presentado como un acto loable y noble para eliminar al dictador y a sus secuaces, siendo probablemente sus autores homenajeados como héroes por las autoridades del sistema democrático. Así ocurrió en otros países que fueron gobernados por partidos nazis o fascistas, antes de que fueran liberados y se les permitiera vivir en democracia. Sería impensable que alguien que hubiera intentado asesinar a Hitler o a Mussolini fuera considerado un terrorista, y que los dictadores que hubieran sido asesinados fueran considerados víctimas del terrorismo. En España, sin embargo, la transición de la dictadura a la democracia no significó una ruptura, lo que implicó que se continúe reproduciendo y promoviendo una cultura que está basada en los valores e incluso narrativa del régimen anterior, diferenciando a España del resto de la Europa occidental. Lean lo que escriben la prensa europea y norteamericana sobre la decisión de la Audiencia Nacional, y sentirán la indignación y vergüenza que tal sentencia y tal narrativa deberían generar en España.

La cultura franquista perdura en amplios sectores del sistema judicial

En realidad, los jueces o fiscales que hubieran actuado en Alemania como lo ha hecho la Audiencia Nacional, habrían sido sancionados por el cuerpo judicial y, probablemente, expulsados de él, para extirpar este tipo de pensamiento del cuerpo judicial. Hoy está totalmente prohibido en Alemania ensalzar el nazismo o la figura de Hitler o sus secuaces. Definir el atentado al dictador o a sus colaboradores como un acto terrorista está prohibido en Alemania, No en la España actual. El sistema judicial no ha reconocido todavía hoy, tras casi cuarenta años de democracia, a las víctimas del régimen dictatorial terrorista imperante en España durante otros casi cuarenta años. En realidad, el sistema judicial español, salvo contadísimas excepciones, no ha exigido un homenaje y reparación a las víctimas del régimen dictatorial, víctimas que permanecen en cunetas, olvidadas y deshonradas. ¿Qué autoridad moral se tiene para hablar de defensa de las víctimas del terrorismo, cuando se ha estado callado durante tanto tiempo sobre las víctimas del terrorismo franquista?

¿Qué es terrorismo? Lo que es terrorismo en un contexto no lo es en otro

Otro ejemplo de la pervivencia del franquismo es asumir que el asesinato fue terrorismo, aduciendo como prueba que fue realizado por una organización, ETA, definida como terrorista. El hecho de que el atentado exitoso en contra del almirante Carrero Blanco fuera realizado por ETA no convierte aquel acto en un acto terrorista. Que un acto sea o no terrorista depende del contexto en el que se realiza tal acción. Terminar con la vida de uno de los personajes responsables de la mayor represión que se haya conocido en España no es un acto terrorista, independientemente del que lo haga. La resistencia antifascista en España intentó en varias ocasiones eliminar físicamente al dictador, como también ocurrió en la dictadura fascista italiana, y en la nazi. Hoy los que lo intentaron son homenajeados en aquellos países.

Sé que maliciosamente y erróneamente se me acusará, por parte de las derechas en España, de defender el terrorismo de ETA, cuando en realidad, lo que estoy diciendo es que el asesinato de Carrero Blanco no fue un acto terrorista. Durante la resistencia antifascista en los años cincuenta y sesenta no favorecí la lucha armada contra la dictadura, y no la favorecí porque creaba como respuesta incluso una mayor represión, lo que apareció incluso más claramente durante el periodo democrático en que las acciones de ETA reforzaron los elementos más reaccionarios dentro del Estado español. La violencia por parte de ETA debilitó muchísimo a las izquierdas, no solo en el País Vasco, sino en el resto de España. Y así lo han reconocido sus sucesores. A través de la vía democrática están consiguiendo mucho más.

De ahí que haya una diferencia enorme entre atentar contra la vida de un personaje clave en la dictadura, durante el régimen terrorista dictatorial español, y atentar contra el adversario en un contexto democrático (por muy limitada que sea tal democracia). Tal medida en democracia es profundamente antidemocrática y merece todo tipo denuncia (como he hecho en más de una ocasión). Pero también deben denunciarse los asesinatos de miles de españoles durante la dictadura, víctimas que han sido olvidadas debido a la enorme fuerza y poder que los herederos de aquella dictadura y la cultura de aquel régimen todavía tienen en los aparatos del Estado español. Pero en la terminología oficial del Estado, reproducida por la Audiencia Nacional, "víctimas" son solo las producidas por ETA, pero no los asesinados por el régimen, de los cuales ellos son herederos. Así es la España actual.

Una última observación. Me sorprendió enormemente que el PSOE no protestara por el comportamiento de la Audiencia Nacional. Hubo miles y miles de socialistas (incluidos mis padres) víctimas de la brutal represión de la dictadura que, de estar vivos, se considerarían profundamente ofendidos e indignados, no solo por el comportamiento de la Audiencia Nacional, sino por el silencio ensordecedor de la dirección del PSOE ante tal caso de insensibilidad democrática. ¿Cómo puede el PSOE estar callado ante tanta barbaridad? ¿No se dan cuenta de la incoherencia que representa tal silencio? ¿Y de la vergüenza que supone que hoy en España continué dándose esta imagen tan antidemocrática? Le aconsejo a la dirección el PSOE que se lea lo que se comenta sobre este caso fuera de España, y lo verán.

Y, para terminar, el espectáculo en los medios ha sido también indicador de que la cultura democrática está sumamente limitada. Desde Iñaki Gabilondo en El País a los mal llamados debates en La Sexta, el punto de atención era sobre si se podían escribir o no comentarios ofensivos sobre las víctimas, asumiendo todos los medios que el almirante había sido una víctima del terrorismo, tal como lo definió el régimen terrorista del General Franco y del Almirante Carrero Blanco. ¿Se imaginan esto ocurriendo hoy en los medios de información de Alemania o Italia? Pues sí, pasa en España. ¿Hasta cuándo?

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Fascismo
La difícil pero necesaria unidad de las izquierdas en Catalunya (parte II) https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/03/31/la-dificil-pero-necesaria-unidad-de-las-izquierdas-en-catalunya-parte-ii/ Fri, 31 Mar 2017 12:30:21 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3890 Continuar leyendo "La difícil pero necesaria unidad de las izquierdas en Catalunya (parte II)"]]> Director de la colección 'L’Estat del Benestar a Catalunya'

Hace unos días publiqué un artículo, tanto en catalán (en el diario Públic) como en castellano (en Público), que titulé Hay también necesidad de unidad en las izquierdas catalanas en el que señalaba la importancia para la Catalunya presente y del futuro de que se unieran las izquierdas en un proyecto común que tuviera primordialmente tres objetivos. Uno sería corregir el enorme déficit social de Catalunya; su gasto público social por habitante, en las diferentes dimensiones del Estado del Bienestar catalán, tanto los servicios públicos (como sanidad, educación, servicios sociales, escuelas de infancia -mal llamadas guarderías-, servicios domiciliarios a personas con dependencia, vivienda social, prevención de la pobreza y de la exclusión social) como las transferencias públicas (como pensiones, seguro de desempleo, ayudas a las familias, entre otras), está entre los más bajos de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al de Catalunya y España). Esta pobreza de recursos está dañando la calidad de vida, el bienestar social y la salud de las clases populares de este país (como he señalado en otro artículo reciente, Las desigualdades sociales matan, Público, 25.03.17).

Para conseguir este objetivo era esencial que se alcanzara otro objetivo: una movilización ciudadana que aunara los ya existentes movimientos antiausteridad, que se han manifestado en todo tipo de mareas de todos los colores (blanca, morada, roja o del color que fuera), así como las instituciones que históricamente han defendido los intereses de las clases populares, tales como los sindicatos o los excesivamente divididos partidos de izquierdas. Esta movilización es esencial para vencer el enorme poder político y mediático que tienen las derechas (y sus aliados) en las instituciones conocidas como representativas, como la Generalitat de Catalunya, y en las instituciones mediáticas del país. Esta movilización es requerida para conseguir una profunda democratización de tales instituciones.

Y el tercer objetivo, y como parte de esta profunda transformación democrática, es conseguir un reconocimiento de Catalunya como nación, con pleno derecho de decisión, dentro de una España plurinacional, en caso de que así la población catalana lo deseara.

En aquel artículo mostré el enorme retraso social de Catalunya y sus causas, que no son otras que el enorme dominio de las derechas (cuarenta años de dictadura, seguidos de casi cuarenta años –excepto siete del tripartito de izquierdas- de un gobierno, durante el periodo democrático, formado por una coalición de un partido liberal, CDC, perteneciente a la Internacional Liberal, y un partido conservador cristianodemócrata, UDC, de la misma familia política que el Partido Popular de España, es decir, de la Internacional conservadora o Unión Internacional Demócrata, en las instituciones políticas y mediáticas del país). Y esta fortaleza de las derechas era resultado, a su vez, de su gran dominio durante la transición de la dictadura a la democracia en España (incluyendo Catalunya), determinando, como consecuencia, una democracia sumamente limitada, con un Estado del Bienestar muy insuficiente, y con una visión del Estado español sumamente insensible a su plurinacionalidad, tal como está documentado en la colección que yo dirigí titulada L’Estat del Benestar a Catalunya. Es interesante señalar que cuando se publicó tal análisis, la coalición gobernante en la Generalitat de Catalunya, CiU, a través de su portavoz, el Sr. Felip Puig, declaró en el Parlament de Catalunya que yo había vuelto del exilio "para estimular la lucha de clases en Catalunya", a lo cual yo respondí que lo único que yo, con la ayuda de mis colaboradores, había hecho, era fotografiarlo y documentarlo, mostrando con datos que sí que había una lucha de clases en Catalunya, en la que el partido gobernante, representando a los grandes intereses financieros y económicos del país, estaba ganando diariamente tales luchas, siendo ello la causa del gran retraso social de Catalunya, que continúa hasta hoy. La polarización por clase social de la sanidad y de la educación del país es un claro síntoma de ello. Catalunya tiene la sanidad y la educación privada más desarrollada y con mayores subsidios públicos que en cualquier lugar de España y de la UE-15, siendo su gasto público por habitante en estos (y otros) servicios de los más bajos de la UE-15. No puedo terminar esta nota sin citar que, como era de esperar, el Sr. Puig, predeciblemente, aparecerá pronto envuelto en los escándalos de financiación "irregular" de su partido, organización que aparecerá como uno de los partidos más corruptos que haya existido en España.

¿Cómo puede ser que las derechas hayan gobernado por tanto tiempo?

Las causas son diversas, pero una de ellas ha sido la división de las izquierdas (en un sistema electoral que favorece a las derechas). De ahí que es imposible no concluir que es necesaria la unión de todas las fuerzas de izquierda, estableciendo una amplia alianza para facilitar el cambio que debería incluir también a los movimientos sociales y contestatarios que enriquecen la sociedad civil de Catalunya.

De ahí que varias personas con distintas historias y biografías, procedentes de distintas sensibilidades políticas, nos reuniéramos con cierta frecuencia y en distintos fórums para explorar la posibilidad de establecer amplias alianzas o confluencias de estas izquierdas, pertenecientes a distintas opciones políticas y movimientos sociales, tarea difícil, debido a la gran diversidad de sensibilidades y culturas políticas existentes en Catalunya, que cubren un enorme abanico de posturas política, y que van desde el anarquismo al comunismo (con sus distintas ramas), pasando por el socialismo y/o la socialdemocracia, con sus diferentes  versiones.

Los primeros intentos en los últimos diez años fueron en la formación de Catalunya Sí que es Pot, resultado de la alianza entre Podem, por un lado, e ICV, EUiA y Equo por el otro, alianza que en aquel momento no contó con el apoyo de Barcelona En Comú, y con el apoyo solo parcial del Procés Constituent. Este último movimiento –el Procés Constituent- había jugado un papel importante en el desarrollo de una nueva cultura que intentara estimular una amplia coalición unida por un compromiso hacia el soberanismo (expresado en su defensa del derecho de autodeterminación), concepto distinto al de secesionismo, junto con una demanda de que se estimulara una revolución político-social de carácter democrático y político que implicara una transformación profunda de las instituciones políticas, lo que requeriría y exigiría un cambio político en la formación y comportamiento de los partidos políticos. Junto con mis amigos Arcadi Oliveres y Teresa Forcades fundamos tal movimiento, que ha sido  lugar de encuentro de muchísimas de las personas  (Gerardo Pisarello, Xavier Domènech, Albano Dante, Esther Vivas, Marta Sibina y un largo etcétera) que han sido claves en el desarrollo de este deseo de unidad. Mi distanciamiento del Procés Constituent (PC) más tarde fue, en parte, consecuencia de la divergencia, dentro de la dirección del PC, en cuanto a participar en Catalunya Sí que es Pot. Yo a favor, y Arcadi y Teresa en contra. Un motor de esta alianza de Catalunya Sí que se Pot (CSQP) fue el crecimiento de Podemos que, en su versión catalana, Podem, tuvo desde sus inicios conflictos internos de notable envergadura. Su crecimiento fue a pesar de tales tensiones, pues más que Podem fue Podemos los que generaban su apoyo electoral en Catalunya.

La aparición de En Comú

La otra familia política fue En Comú, resultado de las movilizaciones sociales, primordialmente, pero no exclusivamente, de la PAH, siendo la agitación social el motor de tal movimiento. Recelosa al principio de las otras fuerzas políticas (lo que explica su distanciamiento de Catalunya Sí que es Pot), fue favorable más tarde a la confluencia con otras fuerzas políticas, que ayudaron a su expansión, facilitada por el liderazgo de su dirigente, Ada Colau. Su victoria representó un tsunami político, y su buena relación con Pablo Iglesias a nivel estatal, y también la gran estima y respeto entre Pablo Iglesias y Xavier Domènech, facilitó la gran coalición de En Comú Podem, siendo hoy el deseo de las dos formaciones políticas que confluyan en un espacio común.

Las dificultades de aunar las distintas culturas

Es inevitable que haya dificultades en el desarrollo de este nuevo espacio, pues su objetivo es pasar de ser una coalición de partidos a convertirse en una nueva formación política, con distintas sensibilidades. Las culturas políticas de tales sensibilidades eran y son muy distintas. Y esta diversidad y riqueza pueden ser también su debilidad. Es importante subrayar estas diferencias y dificultades, pues los mayores medios de información en Catalunya, como en el resto de España, tienen la tendencia (en parte, como consecuencia de su muy limitada cultura y experiencia democrática) a personalizar constantemente las distintas sensibilidades políticas, diluyendo, cuando no anulando, el elemento más importante, que son las diferencias que cada partido político tiene en su cultura política. De ahí que, erróneamente y de una manera tendenciosa, con un claro objetivo manipulador, se presenten las tensiones interpartidistas como una lucha por el poder personal, intentando desacreditar todas las alternativas de izquierdas.

Ni que decir tiene que también hay tales luchas de poder, bien personales, bien de aparatos de partidos, lógicas y legítimas en este último caso, pues un nuevo sujeto y espacio político puede diluir y/o debilitar tales aparatos, algunos de los cuales están dirigidos por lo que en el Chile de Allende se llamaban los "culos de hierro", que estaban pegados a su sillón, del cual era imposible sacarlos. Es urgente que esta realidad y esta imagen cambien, pues recuerdan demasiado a la vieja política. Pero reducir las tensiones inevitables a meras luchas por el poder es reduccionista. Y no ayuda a entender lo que ha estado ocurriendo en el surgimiento de este nuevo espacio político, ni tampoco ayuda a comprender por qué una de las candidaturas que se presentan para dirigirlo haya escogido como nombre el de "En Comú Podem", nombre que, por cierto, yo apoyo.

Ahora bien, lo que era muy positivo era que, a pesar de tales diferencias, parecía que podía llegarse a un acuerdo. En realidad, como participante de este proceso de intentar la unificación de las izquierdas, puedo dar constancia que, en términos comparativos con otros procesos parecidos anteriores que he podido vivir en primera persona, la evolución de las negociaciones fue difícil pero positiva hasta hacer solo un par de días. En realidad, desde el principio, vi que las diferencias existentes eran solubles y así se lo comuniqué a los interlocutores que me pidieron mi opinión. Y en este proceso es de justicia destacar la paciencia, coherencia, sensibilidad y capacidad de escuchar y a la vez de dialogar,  que mostró Xavier Doménech a lo largo del proceso, mostrando su habilidad de dirigir un proceso difícil y complejo. Tal habilidad no siempre apareció, sin embargo, en todos los dirigentes de los distintos partidos. Pero el hecho es que se podía (y continúa pudiéndose) alcanzar esta unidad. Continúo creyendo que podrían (y deberían) resolverse todas las diferencias, considerando un error grave la retirada de la dirección de Podemos, pues podría haber tenido mayor influencia e impacto estando dentro que fuera de este espacio común. Millones de catalanes y españoles desean unidad de las izquierdas. Se vio en Vistalegre II y lamento que los compañeros y compañeras de la dirección de Podem no lo vean igual. Esta separación, de no resolverse, dañará enormemente a las clases populares de Catalunya, a las cuales todas las izquierdas deben servir. Y debilitará mucho a las izquierdas (incluyendo a Podem en Catalunya y Podemos en España), empoderando a las derechas. Así se lo comuniqué a las bases de Podem en la presentación que hice hace unos días en Cerdanyola del Vallés (13.03.17). Y así lo continúo creyendo. Como ya dije antes, no es bueno, ni para Catalunya ni para España, que la dirección de Podem esté fuera de este espacio común.

Una última observación

Y por último, una nota personal. Puesto que mi nombre ha aparecido extensamente estos días en los medios de comunicación, quisiera aclarar también varios puntos. Uno es que desde que me incorporé de nuevo a la vida académica catalana, he intentado apoyar a todas las fuerzas progresistas en Catalunya y en España que me han pedido ayuda. Cuando surgió el 15-M fui de los pocos académicos que lo apoyé con toda intensidad, y cuando surgió Podemos lo apoyé inmediatamente, y continúo apoyándolo, alegrándome que se haya aliado con IU para constituir Unidos Podemos. Conozco bien la dirección de Podemos (que constituye uno de los colectivos con mayor compromiso con un cambio radical y profundo del país, y con mayor integridad y decencia políticas). De ahí mi plena dedicación como miembro del Consejo Ciudadano y del Gobierno en la sombra.

En Catalunya he apoyado también a todas las opciones políticas de izquierdas, compartiendo una gran frustración por el ambiente asfixiante que sufre Catalunya. Y desde el principio he intentado una unidad de todas las izquierdas, que explica que cuando las fuerzas progresistas, partidos de izquierdas, sindicatos y movimientos sociales, establecieron un proyecto común, la UPEC (Universidad Progresista de Verano de Catalunya, por sus siglas en catalán), me pidieran que yo lo dirigiera; este es hoy uno de los pocos espacios institucionales donde las izquierdas colaboran. Como parte de este intento de facilitar la unión, animé a Xavier Domènech y a su equipo a establecer este nuevo espacio, y de ahí que fuera lógico que aceptara su petición de sumarme al proyecto. Cuando comuniqué a Pablo Iglesias que pensaba aceptar la propuesta de Xavier, Pablo me animó a que respondiera positivamente. Es sabido que Podemos y su dirección consideran esencial que se forme este nuevo espacio, que sería la formación hermanada con Podemos a nivel del Estado. Y soy consciente de que Pablo Iglesias ha mostrado una gran sensibilidad al respetar la autonomía de Podem dentro de Podemos.

Aclarados estos puntos, solo me resta añadir que intentaré servir a los dos espacios políticos hermanos, En Comú Podem y Podemos, poniendo a su disposición el conocimiento que he ido adquiriendo durante años de experiencia académica y también política. Necesito ir rápido, pues a mis ochenta años quiero ver pronto, por el bien de Catalunya y de España, una Catalunya presidida por Xavier Domènech y un gobierno español presidido por Pablo Iglesias. Creo que lo veré. Así espero.

Y una nota final a la juventud (de todas las edades). Vengo de una familia en donde se encuentran representadas todas las sensibilidades progresistas que han existido en Catalunya. Parte de ella tuvo que exiliarse, y algunas terminaron en campos de concentración nazis. Y tengo un póster de aquellos tiempos en el que se ve a un niño mirando a gente mayor, con uniformes de las distintas fuerzas armadas del Ejército Republicano, a las cuales les pregunta "¿Por qué os peleáis entre vosotros?" Aquellas luchas contribuyeron a su derrota. Y nos tenemos ahora que preguntar: ¿Hasta cuándo continuarán las izquierdas divididas?

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Las desigualdades sociales matan https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/03/25/las-desigualdades-sociales-matan/ Sat, 25 Mar 2017 07:00:27 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3878 Continuar leyendo "Las desigualdades sociales matan"]]> Las desigualdades sociales han experimentado un crecimiento enorme en el periodo histórico (desde los años ochenta del siglo pasado) en el que el neoliberalismo ha sido el pensamiento dominante en el mundo capitalista, liberado de cualquier freno como resultado de la derrota del otro polo en la Guerra Fría, la Unión Soviética. En este último país, la derrota significó un coste humano enorme sin precedentes en tiempos de paz. La transición desde lo que se llamaba "socialismo real" al capitalismo, y las enormes desigualdades creadas en tal proceso, costaron más muertos que los que han causado las Guerras Calientes de Irak y Siria puestas juntas. Solo en el periodo 1990-95, el incremento en el número de muertes en lo que había sido la Unión Soviética fue de casi dos millones de personas. Y durante toda la década de los años noventa fue de cuatro millones, algo que fue consecuencia, repito, del enorme crecimiento de las desigualdades causadas por la transición, como se ha documentado extensamente en la literatura científica (ver Shkolnikov, V. M., y Cornia, G. A., Population Crisis and Rising Mortality in Transitional Russia, en The mortality crisis in transitional economies, Oxford University Press, 2000). Mientras la esperanza de vida (años que una persona vive) de las personas con elevadas rentas y niveles de estudios superiores continuaba aumentando en lo que había sido la Unión Soviética, la mortalidad entre las clases populares en aquel país sufrió un elevadísimo incremento como resultado de las políticas públicas de masiva privatización de los mayores medios de producción y de la destrucción de la protección social, que incrementaron espectacularmente las desigualdades sociales. Esta realidad apenas ha sido reflejada en los mayores medios de información del mundo occidental. No hay duda de que si hubiera ocurrido en un país en el que la transición hubiera sido del "capitalismo real" al socialismo, tales hechos hubieran sido la noticia del siglo. Lo fue en dirección contraria, y apenas fue noticia en los mayores medios de información.

Pero el enorme coste humano del neoliberalismo aparece también dentro del propio capitalismo, como consecuencia de la imposición de las políticas neoliberales. En EEUU las políticas de tal sensibilidad neoliberal, aplicadas por la mayoría de los gobiernos federales en EEUU a partir del presidido por el Sr. Ronald Reagan, también han tenido un elevado coste humano. La esperanza de vida de la clase trabajadora blanca (tanto para hombres como para mujeres) ha ido descendiendo. Y, como consecuencia, la esperanza de vida promedio de toda la población se ha estancado y ha dejado de crecer.

La gran mayoría de las políticas antidiscriminatorias no han mejorado el bienestar de las clases populares, pues tales políticas no estaban orientadas a ellas

Es interesante señalar que esta situación detallada en los párrafos anteriores se ha producido en EEUU a la vez que las políticas antidiscriminatorias federales, que intentan corregir las desigualdades por raza y por género, se han establecido y desarrollado, lo cual parecería ser paradójico, ya que, a la vez que se intenta favorecer a los grupos discriminados en la sociedad (y por lo tanto más vulnerables), la calidad de vida, bienestar y salud de las clases populares se habría ido deteriorando, como lo prueban las cifras de esperanza de vida que he citado anteriormente. Esta paradoja se aclara, sin embargo, si uno se da cuenta que en el diseño y aplicación de estas políticas antidiscriminatorias no se tuvo en cuenta la categoría de clase social, centrándose solo en raza y género. Como consecuencia de ello, los grupos sociales que se han beneficiado más de tales políticas antidiscriminatorias han sido los pertenecientes a las clases de renta alta y media alta. La estructura de poder ha cambiado y diversificado su color y su género (hay más afroamericanos y latino, y más mujeres, en las instituciones representativas de EEUU y en las instituciones de poder decisorio en la sociedad civil), sin que ello haya beneficiado sustancialmente a las clases populares (incluidos los grupos discriminados, la mayoría de los cuales pertenecen a tales clases populares).

Las implicaciones de esta realidad son enormes, pues la plutocracia que manda en el país (la casta política y el entramado existente entre los poderes financieros y económicos por un lado, y las instituciones políticas y mediáticas, por el otro) puede ser diversa y variada en cuanto a color y género, y sin embargo, no mejorar el bienestar de las clases populares; solo en el caso de que las políticas públicas incluyan en su diseño y desarrollo el intento de cambiar las relaciones de clase, además de género y raza, habrá un mejoramiento del bienestar de las clases populares.

Las limitaciones de las políticas antidiscriminatorias

Lo dicho en el apartado anterior debería llevarnos a ver la desigualdad como un concepto multidimensional, analizando las desigualdades en base a la ubicación de la persona en la estructura social, consecuencia de una discriminación hacia el grupo al cual el individuo pertenece; por ejemplo, que una persona negra o una mujer sufra mayor desigualdad por el hecho de que él o ella pertenezcan a tal grupo discriminado. La mayoría de políticas antidiscriminatorias tienen como objetivo disminuir la distancia social, y están encaminadas a integrar al sujeto discriminado en el orden existente. Las políticas públicas de la candidata demócrata Hillary Clinton iban en esta dirección. Pero el hecho de que en su campaña no empleara un discurso ni promoviera políticas públicas que se centraran en la clase social como sujeto de intervención, explica que la mayoría de mujeres de las clases populares no votaran su candidatura, haciéndolo en su lugar por los candidatos Sanders y Trump, que enfatizaron el discurso de clase social, además de raza y género, aun cuando la utilización de estas dos categorías (raza y género) fue diametralmente diferente y opuesta entre estos dos candidatos. Trump recurrió a un discurso, además de clasista (presentándose como defensor de los trabajadores olvidados), racista y misógino, mientras que Sanders fue, además de un defensor de la clase trabajadora, defensor de las mujeres y de las minorías. Las encuestas mostraban que el único candidato del Partido Demócrata que podría haber vencido al candidato Trump era el socialista Sanders.

Explotación como generador de desigualdad

La segunda dimensión de la desigualdad es, además de la discriminación, la explotación, concepto raramente discutido o presentado en los medios por poner en evidencia al orden establecido, y del que, comprensible y predeciblemente, los beneficiarios de tal orden no quieren ni oír hablar. Es interesante ver que, ahora, cuando el tema de las desigualdades parece estar de moda (incluso Davos, centro del pensamiento reaccionario neoliberal, decidió centrarse en este tema), la palabra explotación no aparezca por ninguna parte. Y ello a pesar de que es sumamente fácil de detectar. El agente A explota al agente B cuando A vive mejor a costa de que B viva peor (A y B pueden ser clase social, género, raza, nación, o lo que fuera).

Cuando un empresario paga a su empleado o trabajador un salario menor en valor monetario al valor que el trabajador ha aportado al producto o servicio, lo está explotando. Y cuando una pareja, en la que ambos trabajan, llega a casa y uno de ellos se sienta a ver la televisión, mientras que el otro va a la cocina a preparar la cena, el primero explota también al segundo. La explotación es una de las realidades más fáciles de detectar, y sobre la cual se habla (y escribe) menos. Y ahí, la intervención no es la integración en el sistema, sino el cambio del sistema explotador. Y de ahí que el Estado sea mucho más reacio a intervenir en esta dirección de las desigualdades generadas por la discriminación de clase que en las otras formas de discriminación, pues la explotación de clase es el centro del "capitalismo real".

Lo mismo está ocurriendo en Catalunya y en el resto de España

Una situación semejante está ocurriendo también en Catalunya y en el resto de España. En realidad, tanto una como la otra sufren un retraso político y cultural considerable (resultado de haber sufrido cuarenta años de una dictadura ultraderechista, que científicamente debería ser definida como fascista) en comparación con la mayoría de países europeos, lo que se traduce en el retraso en el surgimiento de movimientos progresistas como el movimiento de liberación de la mujer. Solo ahora está surgiendo un movimiento feminista de gran importancia que, sin lugar a dudas, tendrá un efecto positivo para toda la sociedad. Pero el debilitamiento de los partidos históricamente enraizados en la clase trabajadora explica que la respuesta de las estructuras de poder económico, financiero, político y mediático frente a estos movimientos feministas haya estado más orientada hacia su integración en el sistema de poder que no hacia el fin de la explotación de género y de clase.

Como resultado de ello, nos encontramos, de nuevo, con la situación paradójica que a la vez que hay más mujeres (predominantemente de clase social de renta alta o mediana-alta) en las instituciones, hay un gran crecimiento de las desigualdades por clase social como resultado de la aplicación e imposición de las políticas neoliberales, siendo Catalunya y España el lugar donde han sido impuestas con mayor ahínco y dureza dentro de la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países más ricos de la Unión Europea. A modo de ejemplo, en Catalunya se vio un descenso en el aumento de la tasa de crecimiento de la esperanza de vida con el estallido de la Gran Recesión, algo que sucedió a partir de 2007. En realidad, la tasa de mortalidad en Catalunya creció un 10%, pasando de 7,98 a 8,77 defunciones por cada 1.000 habitantes entre 2010 y 2015 (cuando había descendido en años anteriores). Una situación semejante ha ocurrido en el promedio de España, tanto en el descenso de la tasa de crecimiento de la esperanza de vida como en el aumento de la tasa de mortalidad.

Estos cambios han ocurrido a la vez que aumentaban las desigualdades de mortalidad entre ciudades (de distintos niveles económicos) y entre barrios (también de niveles económicos diferentes) dentro de las mismas ciudades. En Catalunya, la diferencia de esperanza de vida de ciudades de elevada renta como Sant Cugat del Vallès era de ocho años más que en ciudades obreras del cinturón de Barcelona como El Prat de Llobregat o Sant Adrià de Besòs. Y dentro de Barcelona, los barrios con rentas superiores como Pedralbes registraron durante el periodo 2009-2013 una esperanza de vida de 11 años más que el barrio obrero de Torre Baró, que tiene la esperanza de vida más baja de Barcelona.

Y es ahí donde los partidos progresistas deberían tomar como bandera la reducción de las desigualdades sociales, enfatizando las desigualdades por clase social, además de las desigualdades por género y raza. Y ahí hay todavía mucho camino por recorrer. Pero hay que reconocer y aplaudir aquellas autoridades políticas, como las nuevas izquierdas que gobiernan los mayores centros urbanos de España, que están haciendo pasos en esta dirección. Y esto no es un comentario partidista, sino científico. Vean las políticas públicas que se están llevando a cabo y lo verán. En contra de lo que se está diciendo, la dicotomía izquierda versus derecha continúa siendo muy válida cuando se analizan las políticas públicas desarrolladas por las distintas sensibilidades políticas existentes en el país. En Europa se ve claramente que, a mayor poder político de las izquierdas (el norte de Europa), las políticas son más redistributivas que en aquellos países donde las izquierdas son más débiles, como en el sur de Europa. Y las desigualdades sociales son mucho menores en el norte que no en el sur. Así de claro.

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¿Quién acosa a quién? La desvergüenza de ‘El País’ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/03/15/quien-acosa-a-quien-la-desverguenza-de-el-pais/ Wed, 15 Mar 2017 10:34:32 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3860 Continuar leyendo "¿Quién acosa a quién? La desvergüenza de ‘El País’"]]> Vicenç Navarro
Autor del artículo 'La desinformación y manipulación de los medios sobre Vistalegre'

El día 7 de marzo de 2017 El País escribió un editorial en el que hacía suyas las acusaciones –que había hecho el día anterior la Asociación de la Prensa de Madrid- al partido Podemos por acoso a los periodistas que proveían información desfavorable a los intereses de tal formación política. En la siguiente página donde se publicó tal editorial, aparecía una columna que intentaba mostrar ejemplos de dicho acoso, incluyendo en aquella lista un artículo que escribí el pasado 14 de febrero en Público, titulado La desinformación y manipulación de los medios sobre Vistalegre.

Aconsejo al lector que se lea tal artículo (que adjunto aquí), en el que hago una crítica de informaciones aparecidas en los mayores rotativos, incluyendo El País, en su cobertura del Congreso de Vistalegre II de Podemos. También, por cierto, le aconsejo que lea artículos anteriores en los que critico detalladamente el comportamiento del equipo editorial y periodistas de El País (véase Las manipulaciones y mentiras en 'El País', 30.12.14).

 Verá el lector que en ninguna parte de mis textos hay ningún insulto o amenaza o cualquier otro comportamiento que pueda encajar en la categoría de acoso. Lo que hago es mostrar la falta de veracidad de sus informaciones, y su tono claramente ofensivo en muchos de sus reportajes cuya intención no es la de informar sino la de persuadir, creando un clima hostil hacia Podemos.

La falta de veracidad de 'El País'

El caso más claro de falta de veracidad es cuando El País publicó una noticia informando que Pasqual Maragall (que fue primero alcalde de Barcelona y presidente de la Generalitat de Catalunya más tarde) fue abucheado cuando entró en el Pavelló de la Vall d’Hebron (lleno a rebosar) donde se iba a celebrar un acto de Podemos, con una presentación por parte de Pablo Iglesias. Los miles de personas que abarrotaban el recinto fueron testigos de la enorme falta de veracidad de aquella noticia, pues no solo no fue un abucheo, sino que fue precisamente lo contrario: una gran ovación a uno de los alcaldes más populares que Barcelona haya tenido, popularidad incluso más acentuada en los barrios obreros como la Vall d’Hebron. Pero esta falta de veracidad fue acompañada de un intento de ocultación, rechazando la publicación de una carta de corrección que escribí al director del rotativo con la esperanza de que la falsa noticia fuera un error del periodista (resultado de, puede, no saber distinguir entre abucheo y ovación). En esta carta no había tampoco insultos ni amenazas (que me desagradan profundamente, como bien sabe cualquier lector familiarizado con mis escritos), o ningún tipo de acoso. Pedí que hicieran una corrección, que se negaron a hacer. Es ahí que pude ver que no era un error sino una grosera manipulación, indigna de tal rotativo.

La enorme agresividad y manipulación

Esta falta de veracidad va acompañada de un comportamiento abusivo e insultante que apareció en su cobertura de los debates que han existido en Podemos y en el momento del Congreso de Vistalegre II. Las legítimas diferencias entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón sobre la estrategia política a seguir fueron presentadas como una mera lucha por el sillón, presentándolas nada menos que como algo parecido a la lucha entre Stalin y Trostky, que terminó con el asesinato del segundo por parte del primero. Es imposible, por muy ignorante de la historia que fuera, que el autor de tal analogía no supiera que esa comparación era abusiva en extremo, publicada única y exclusivamente con el deseo de crear animosidad hacia el supuesto asesino potencial, el Sr. Pablo Iglesias. Critiqué dicho comportamiento agresivo en el articulo "La desinformación y manipulación de los medios sobre Vistalegre", artículo presentado por El País como un ejemplo de acoso a los autores de tales falsedades y manipulaciones, acusándome a mí en las páginas del rotativo de atacar a la libertad de prensa y al derecho de información.

Ante tal acusación, escribí una carta al Director (ver aquí). El País no quiso publicar la carta. En su lugar publicó tres cartas que apoyaban a El País y añadían más insultos a Podemos. Cabe entonces preguntarle a dicho diario: ¿quién está violando las normas básicas de un fórum que dice defender la libertad de prensa? Es El País el que está violando las más mínimas reglas de conducta profesional, manipulando, falseando e insultando a aquellos a los que considera sus adversarios. Junto con un gran número de rotativos, es un instrumento de batalla y propaganda que carece de vocación y compromiso de respetar y promover la diversidad de opiniones, esencial en un fórum que aspira a ser portavoz de la libertad de expresión que sistemáticamente viola. Es obvio que ese rotativo ha dejado de serlo desde hace ya tiempo, alcanzando niveles extremos bajo la dirección de Antonio Caño (Ver "El sesgo profundamente derechista de Antonio Caño, el nuevo director de El País", Público, 24.02.14, o "La supuesta imparcialidad del director de El País, Antonio Caño", El Plural, 11.08.14). Ello explica el temor que existe entre los políticos e intelectuales de este país, que no se atreven a enfrentarse al Cuarto Poder (mero instrumento de intereses financieros y económicos) que, sin ningún reparo, milita y batalla para reducir la diversidad de opiniones, no solo en sus páginas, sino también en la sociedad, incluyendo a aquellas fuerzas políticas y voces críticas con el orden establecido por aquellos poderes fácticos que los poseen y/o influencian. De ahí la importancia de mostrar tales medios por lo que son. Y aplaudo a los pocos políticos que se atreven a enfrentárseles denunciando su comportamiento profundamente antidemocrático.

Sería muy deseable que hubiera en España asociaciones en defensa de la libertad de prensa que sistemáticamente presentaran casos claros de manipulaciones, mentiras y errores de los medios, tal como ocurre en EEUU con Extra o Fair. La muy limitada democracia en España (incluyendo Catalunya) los necesita como el aire que respiramos.

¿A dónde va 'El País'?

 Creo que es evidente que El País se ha ido moviendo más y más hacia posturas de derechas, e incluso de ultraderecha, mostrando comportamientos que hasta entonces habían caracterizado a  La Razón o al ABC, y que en las áreas económicas ha significado un apoyo claro a las políticas públicas de claro corte neoliberal (reformas laborales y recortes del gasto público) que han llevado al país a un desastre. Apoyó las medidas iniciadas en esta dirección por el PSOE, justificándolas como "necesarias debido a la extrema gravedad de la situación" (13.05.2010). La crisis estaba afectando al país y al rotativo que llevaba su nombre, de manera que las acciones de dicha empresa (el grupo PRISA) cayeron un 87% y su deuda llegó a los 5.000 millones de euros. Las políticas desarrolladas para rellenar este vacío condujeron a lo que Marina Vallejo Valcárcel ha llamado la financiarización de El País. El accionariado del diario pasó de ser propiedad de la familia Polanco (que en 2009 tenía el 71% de todas las acciones), a solo el 19% en 2010. Grandes bloques financieros pasaron a ser sus propietarios. El grupo Liberty pasó a poseer más del 50% de las acciones, tal como documenta Marina Vallejo (en un interesante informe, La deriva ideológica de El País: del socialismo a Ciudadanos, realizado para la Facultad de Comunicaciones de la UPF, del cual extraigo la mayoría de os datos que aquí presento). Entre el nuevo accionariado de PRISA destaca el sultán catarí Ghanim Al Hodaifi Al Kuwati, que inyectó 75 millones de euros, consiguiendo el 10% de las acciones; el banco británico HSBC (9,6% de las acciones); el empresario mejicano Roberto Alcántara (9,3% de las acciones); Caixabank (9%); Banco Santander (4,6%) y Telefónica (4,5%). Esta financiarización reforzó este enorme sesgo neoliberal del rotativo, que Marina Vallejo muestra analizando los titulares y fotografías de las portadas del rotativo. El número de portadas favorables al PP y de "noticias favorables al PP y al Sr. Rajoy" aumentaron más tarde significativamente. Este sesgo fue acompañado de una gran hostilidad hacia el 15-M, al cual intentó comparar desde el principio con ETA (sí, leyó bien, nada menos que con ETA), movilizaciones dirigidas por Bildu. Las noticias sobre el 15-M, con fotografías incluidas, aparecían (¿por casualidad?) al lado de noticias sobre Bildu y lo que definía como su preocupante ascenso. Ello ocurrió, como muestra Marina Vallejo, los días 16 y 21 de mayo, mostrando marchas y manifestaciones del 15-M al lado (y también en portada) de las manifestaciones de Bildu. Como indica la autora "Este hecho podría dar a entender que El País quería relacionar el 15-M con extremistas de izquierda o alteradores de lo público, pues incluso en la portada del 16 de mayo, un breve pie de foto informa de lo ocurrido, y anuncia principalmente los arrestos y altercados".

El cambio lo lideró el director Cebrián, que se hizo impopular incluso dentro de la plantilla del rotativo por despedir a 149 trabajadores –un tercio de la plantilla-, a la vez que ingresaba 13 millones de euros (35.600 euros diarios) en 2011, como indicaba la carta del Comité de Empresa. Cebrián reforzó todavía más el sesgo neoliberal cuando nombró a Antonio Caño nuevo Director de El País (ver mis artículos sobre Caño), el cual empezó su hostilidad hacia Podemos, definiéndolo en una entrevista con Ana Pastor como un partido "antisistema democrático. Sus dirigentes creen en otro sistema que probablemente no es democrático", continuando y reforzando así la línea anti-Podemos que había señalado Cebrián, el cual se refirió a "el no disimulado escalofrío que recorre a los círuclos dirigentes y a amplios sectores de las clases acomodadas ante la noticia de que un partido como Podemos encabeza la lista de los eventualmente más votados en las elecciones (...)", definiendo a Podemos como "una expresión populista de las enfermedades infantiles del socialismo". Y más tarde, y como parte de la campaña de alertar del peligro que representaba para la economía española el programa económico de Podemos, propusieron que el lector se leyera el informe del IBEX-35 para estimular la economía, que consistía en una serie de medidas neoliberales que han dañado tanto a las clases populares. No es de extrañar, pues, que Cebrián y El País  se opusieran a cualquier coalición de Pedro Sánchez con Podemos, indiciándole que si hacían tal pacto, PRISA iniciaría "una guerra contra él". La guerra contra Podemos, pues, continúa viva, presentándose El País a la vez como el gran defensor de la libertad de prensa, dando a todas las opciones políticas la misma cobertura mediática, informando a la población de una manera equilibrada sobre todos ellos. A la vez que se autodefine con declaraciones altisonantes, planea la destrucción de aquellos que considera sus enemigos. Así es El País.

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Hay también necesidad de unidad en las izquierdas catalanas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/03/10/hay-tambien-necesidad-de-unidad-en-las-izquierdas-catalanas/ Fri, 10 Mar 2017 06:00:00 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3851 Continuar leyendo "Hay también necesidad de unidad en las izquierdas catalanas"]]> Director de la colección L’Estat del Benestar a Catalunya

PARTE I. El mayor problema de Catalunya

El mayor problema que tienen las clases populares (que constituyen la mayoría de la población) de Catalunya es el gran deterioro de su calidad de vida y bienestar. La crisis social en Catalunya es enorme. Y, sin embargo, este tema no centra la atención mediática del país, excepto cuando los partidos independentistas atribuyen tal crisis social a lo que en tono bélico definen como "el expolio de Catalunya por España".

Los datos, sin embargo, no avalan dicha declaración. Y es fácil de mostrar que la principal causa del subdesarrollo social de Catalunya no es tal supuesto expolio, sino la sensibilidad política de sus gobernantes. En Europa hay una clara relación directa entre los años de gobernanza de un país por parte de partidos enraizados en el mundo del trabajo y el nivel de desarrollo de su Estado del Bienestar. Este ha alcanzado un elevado desarrollo en los países escandinavos como consecuencia de haber sido gobernados durante la mayor parte del tiempo desde la II Guerra Mundial por tal tipo de partidos (solos o en alianza con otras fuerzas políticas), es decir, partidos de izquierdas que han expandido los derechos laborales, sociales y políticos de las clases populares a través de la universalización de tales derechos. Por el contrario, el gran retraso del Estado del Bienestar en los países del sur de Europa ha sido debido al dominio del Estado por parte de fuerzas conservadoras próximas al mundo empresarial. La evidencia que avala esta aseveración es extensa y contundente.

Y ahí está la raíz de que el gasto público social (que incluye el gasto público en los servicios y transferencias públicas del Estado del Bienestar), en Catalunya (y en España) sea de los más bajos de la UE-15 (el grupo de países con semejante nivel de desarrollo económico al de España). Catalunya ha estado gobernada por las derechas desde 1939. Primero por una dictadura fascista y más tarde, desde 1980 (a excepción de los años del tripartito, por una coalición de un partido liberal, CDC, y un partido democratacristiano, UDC. Y esta derecha se ha aliado con la derecha española para defender los intereses del mundo empresarial a costa de los intereses del mundo del trabajo. Repito que ahí está la raíz del problema del subdesarrollo social de Catalunya.

Se ha establecido así una estructura de poder enormemente concentrada, con un Estado caciquil y enormemente corrupto, que se reprodujo a través de políticas de tipo clientelar. Las derechas han sido muy fuertes y las izquierdas muy débiles en Catalunya.

La división de las izquierdas 

Una causa de la debilidad de las izquierdas en Catalunya ha sido su división y competitividad para conseguir el apoyo de su base social: las clases populares. El partido mayoritario dentro de las izquierdas durante la mayor parte del periodo democrático ha sido el PSC, que tuvo su poder institucional centrado en el poder municipal. Gobernó en coalición con ICV-EUiA y ERC durante siete años, con los dos tripartitos gobernados por Pasqual Maragall (el primero) y José Montilla (el segundo). Estos gobiernos dejaron su imprimátur en las políticas públicas de la Generalitat, y entre otros efectos cabe destacar un notable incremento del gasto público social. En realidad, el gasto público social creció sustancialmente y se pusieron en marcha reformas mayores, enfrentándose el gobierno tripartito catalán en ocasiones con el gobierno socialista español (cuando, por ejemplo, Zapatero bajó los impuestos, que contó con la oposición de todo el gobierno tripartito). Pero, por desgracia, la respuesta a la crisis del equipo económico del Partido Socialista gobernante en Catalunya fue típicamente liberal, apoyando la reforma laboral de Zapatero (que no fue aprobada por sus socios de ERC e ICV-EUiA, sus dos aliados en el gobierno) y los recortes del gasto público, siguiendo las políticas impuestas por el gobierno PSOE. Ello fue causa de su derrota electoral.

La otra gran fuerza política en las izquierdas fue la alianza de ICV con EUiA. La primera, que había sido la sucesora del PSUC, pronto se transformó en un partido verde (que pertenece a la familia europea verde), y se alió con EUiA, que es la rama catalana de IU de España (perteneciente al grupo de izquierdas en el Parlamento Europeo). Su estancamiento, cuando no descenso, se debió en parte a su excesiva institucionalización, viéndose como parte de las instituciones del establishment, percepción injustificada, pero extendida entre las clases populares.

PARTE II. La necesidad de la unidad de las nuevas izquierdas 

Las profundas crisis económicas y financieras, conocidas como la Gran Recesión, que han afectado muy negativamente la calidad de vida y bienestar de las clases populares catalanas, han generado una gran crisis política, con la aparición de movimientos políticos y sociales de protesta y rechazo hacia las políticas públicas impuestas (y digo impuestas pues no estaban en sus ofertas electorales) por los partidos gobernantes de la Generalitat de Catalunya (en alianza con los partidos gobernantes en el Estado español). El incremento tan notable del desempleo, de la precariedad y el descenso de los salarios, así como los grandes recortes del gasto público en los servicios y transferencias del Estado del Bienestar en Catalunya (incluyendo el descenso de la capacidad adquisitiva de las pensiones) han generado un tsunami de movilizaciones, iniciadas por el 15-M, que, como en España, tuvieron un impacto mayor en el panorama político del país. Sus eslóganes "no nos representan" (hay que recordar que el presidente Artur Mas, máxima autoridad del establishment político de Catalunya, tuvo que dejar el Parlament en helicóptero) y "no hay pan para tanto chorizo" (los casos Pujol y Palau de la Música, entre otros, muestran que hace falta también mucho pan para tanto chorizo catalán) han tenido la versión catalana definida por tal eslogan, mostrando que el famoso oasis catalán era un maloliente y putrefacto charco.

El 15-M generó también las mareas blancas y amarillas. La Plataforma de los Afectados por la Hipoteca (PAH) tuvo un enorme impacto, reavivando un movimiento ciudadano vecinal de enormes consecuencias, siendo la más importante la victoria de Barcelona En Comú, liderado por una mujer activista, Ada Colau, que había liderado la PAH (totalmente desconocida por el establishment político, que entró en shock), en las elecciones municipales en Barcelona. Un punto a destacar es que tal nueva fuerza política era ya una coalición de nuevos partidos, como Podem, con otros como ICV y EUiA, que habían sido revitalizados y se sumaron a tal movilización. Posteriormente se creó una alianza semejante que apareció nueva en el Parlament, Catalunya Sí que es Pot. Era lógico y predecible, pues, que estas dinámicas de coalición y aparición de nuevas fuerzas convergieran en un intento de confluencia hacia un mismo espacio político que, respetando la diversidad, se uniera alrededor de un programa y un proyecto auténticamente transformador.

Redefiniendo Catalunya (y España) 

El éxito de estas fuerzas se ha basado en interpretar y canalizar el rechazo popular frente a un establishment político-mediático basado en un bipartidismo agotado y deslegitimado, percibido por las clases populares como responsable de las políticas públicas neoliberales (como las reformas laborales que han deteriorado los salarios y la calidad del trabajo, aumentando exponencialmente la precariedad y el paro, o los recortes del gasto púbico social) que fueron aprobadas también con el apoyo de las derechas catalanas, Convergència i Unió. El "no nos representan" y "no hay pan para tanto chorizo" reflejan bien el sentido popular frente a tal establishment bipartidista y sus instrumentos mediáticos.

Y un elemento clave de este movimiento ha sido su compromiso con la redefinición de España, rompiendo con el uninacionalismo jacobino que caracteriza a las derechas españolas, y que alcanzó su máxima expresión durante la dictadura fascista, un uninacionalismo al que se acomodó el PSOE (excepto el PSC), el cual había aceptado durante la clandestinidad, en la lucha contra la dictadura, la plurinacionalidad del Estado español, aprobando la autodeterminación de los distintos pueblos y naciones de España. Este derecho de autodeterminación era el precursor del derecho a decidir el tipo de articulación de cada nación con el conjunto del Estado, incluyendo la secesión. Aquí hay que aclarar que lo que los independentistas intentan ocultar es que soberanismo y derecho a decidir no es lo mismo que independencia. Secesionismo y soberanismo son dos conceptos y realidades distintas, mezcladas y manipuladas por el pensamiento hegemónico independentista en Catalunya. Y uno de los desarrollos más importantes y positivos en España es la aparición de nuevas izquierdas como Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís y otras que comparten esta visión plurinacional de España, y que apoyan al soberanismo catalán.

La cuestión nacional en Catalunya 

Este derecho a decidir ha sido la característica de las izquierdas catalanas, no solo durante la resistencia antifascista, sino después. Refleja un deseo de reconocimiento de Catalunya como nación que apareció en la mayoría de formaciones políticas de carácter mayoritario, siendo el tripartito, bajo la dirección de Pasqual Maragall, el motor de aquella demanda (rompiendo con el acomodamiento del pujolismo con el establishment español, del cual CiU pasó a formar parte), que fue diluida, desapareciendo más tarde, debido a las presiones del PSOE, que había renunciado (como había renunciado a muchos otros principios durante la inmodélica Transición) a la plurinacionalidad del Estado. Fue precisamente la oposición del Estado español (del PP, con la colaboración del PSOE) la que motivó el paso del soberanismo al secesionismo en sectores del movimiento de protesta. Este paso lo lideró ERC, un partido de centroizquierda, que colaboró con el PSC e ICV-EUiA en el tripartito, partido al que el hecho de anteponer siempre la causa nacional a la social lo ha llevado ahora a aliarse con la derecha catalana, que pasó de ser colaboracionista con la derecha española, al independentismo, perdiendo a UDC en el camino.

La hegemonización del movimiento independentista por parte de esta derecha explica, en parte, el escaso apoyo de la clase trabajadora al secesionismo. La CUP, más a la izquierda que ERC, ha intentado movilizar a la clase trabajadora, con escaso éxito debido también a que antepone la secesión a cualquier otro proyecto (como se mostró en su apoyo a los presupuestos de Junts pel Sí). Tal fuerza política tiene un gran potencial para contribuir a la transformación profunda de Catalunya, potencial que está frenado por los supuestos que configuran su estrategia política, tales como creerse que una nueva Catalunya sería una Catalunya gobernada por las izquierdas, ignorando que una nueva Catalunya no puede ser de izquierdas con una transición gobernada por las derechas. Una Catalunya nueva sería más de izquierdas si la clase trabajadora (la base esencial de las izquierdas) la apoyara –lo cual no hace- y la transición se hiciera bajo la hegemonía y el gobierno de las izquierdas, lo cual no es el caso hoy en día, cuando el economista más promovido por los medios públicos de la Generalitat es un ultraliberal, el Sr. Sala i Martín.

PARTE III. La personalidad del nuevo partido 

De todo lo dicho se concluye que la personalidad de este nuevo espacio político (Un País en Comú, o cualquier otro nombre que se escoja) se caracteriza por su profundo compromiso social, teniendo como objetivo una profunda transformación de Catalunya, con la intención de conseguir una mayor calidad de vida, bienestar y felicidad de las clases populares, con una ruptura con el establishment político-mediático que ha gobernado en la práctica este país durante la mayor parte del periodo democrático (y en muchos aspectos también durante la dictadura que le precedió). Tal tema y objetivo social es prioritario, puesto que todo lo demás, desde la economía a la cultura, son medios para que las clases populares (clase trabajadora y clases medias que se están "proletarizando" debido a la pérdida de su capacidad adquisitiva y el deterioro de su entorno laboral) sean felices y tengan un elevado bienestar.

La segunda característica de tal espacio político es el reconocimiento de Catalunya como nación con el derecho a decidir como muestra de su soberanía compartida –si así el pueblo catalán lo decidiera- con los otros pueblos y naciones de España, en un Estado plurinacional. El crecimiento de las nuevas izquierdas en España, hermanadas con el nuevo espacio político, favorecería tanto el proyecto social como el nacional en Catalunya.

Para alcanzar estos objetivos se requiere un cambio de la hegemonía política y cultural, rompiendo con el nacionalismo conservador excluyente y asfixiante que hoy existe en Catalunya (y al que algunos sectores de las izquierdas tradicionales se habían supeditado), y exigiendo la recuperación de la historia de Catalunya, claramente tergiversada por las instituciones reproductoras de valores, con un cambio muy profundo en los medios públicos, rompiendo con su escasísima diversidad ideológica, presentando la diversidad real del país.

Condiciones para que ello ocurra 

El camino es largo y a veces lento, puesto que a veces, si se quiere ir lejos, hay que andar despacio. Pero no hay tiempo que perder. Y hay que facilitar por todos los medios que se establezca este espacio nuevo que una todas las diferentes sensibilidades, proyecto que está liderando Xavier Domènech con habilidad y compromiso. Quisiera añadir una nota personal que puede tener importancia por su significado político. Conozco a Xavier Domènech desde que ambos trabajamos en el Procés Constituent, del cual fui uno de los fundadores. Tal movimiento era predominantemente un proyecto de cambio social y nacional. No era, como erróneamente se lo ha definido, un movimiento secesionista. Era un movimiento soberanista, lo cual, como he clarificado antes, es diferente. Xavier Domènech mostró siempre un gran compromiso personal, impresionándome siempre por su voluntad de servicio, sin ansias de protagonismo, con una enorme decencia e integridad, y con un claro compromiso con el proyecto transformador mediante la vía democrática. Francamente, no puede haber mejor persona para dirigir este proyecto.

De ahí que, a nivel personal, quisiera dejar por escrito y lo más público posible, que apoyo completamente el liderazgo de Xavier Domènech en este proyecto. Entiendo que en un proyecto de esta envergadura haya ciertas resistencias de no perder poder por parte de los aparatos de los partidos envueltos en las confluencias. Es lógico y natural. Pero mi larga experiencia me muestra que hay momentos como ahora en que los intereses de partido, por muy legítimos que sean, deben ser secundarios para crear un espacio común, que tiene que ser el objetivo prioritario. No puede ser que, en defensa de intereses partidistas, no se alcance la unidad, y los que fueren responsables de que ello ocurriera incurrirían en un error histórico de enormes dimensiones. Sería impensable que este nuevo espacio político naciera sin Podem. Pero sería también un error histórico que Podem no se sumara a tal proyecto, que debe aunar todas las fuerzas comprometidas con un cambio y una ruptura con el Estado de Malestar vigente en Catalunya hoy.

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La escandalosa complicidad de la banca privada y el estado: el caso de las cláusulas suelo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/02/17/la-escandalosa-complicidad-de-la-banca-privada-y-el-estado-el-caso-de-las-clausulas-suelo/ Fri, 17 Feb 2017 14:58:19 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3844 Continuar leyendo "La escandalosa complicidad de la banca privada y el estado: el caso de las cláusulas suelo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Desde que me reintegré de nuevo al mundo académico de España, he escrito extensamente sobre el excesivo poder que la banca privada tiene sobre las instituciones representativas del Estado (incluidos los partidos políticos) y sobre su desmesurada influencia en los medios de información, todos ellos, por cierto, profundamente endeudados con la banca privada, que utiliza los préstamos a los medios y a los partidos como manera de ejercer presión. En ninguno de los países en los que he vivido o trabajado durante mi largo exilio la banca tiene tanto poder como en este país, un poder que debilita y corrompe la ya muy insuficiente y limitada democracia española. Tal influencia se extiende a casi todas las instituciones reproductoras de valores, incluidas, por cierto, las universitarias, donde la banca privada ejerce su gran influencia a base de financiar grupos de investigación y centros académicos que predeciblemente siempre sesgan sus estudios para favorecer sus intereses (pero nunca financian a economistas críticos). El dominio del pensamiento liberal y del dogma económico neoliberal en la cultura económica y mediática de España es un claro indicador de ello.

El Banco de España es un lobby de la banca

La complicidad entre la banca y el Estado alcanza su máxima expresión en el Banco de España, la institución que debería supervisar y regular la banca privada, habiéndose convertido, en su lugar, en el mayor lobby de dicha banca. Y si no se lo cree, entérese de lo que ha pasado con las cláusulas suelo, que son ni más ni menos que el pago de una cantidad extra por parte de la persona que pide un préstamo hipotecario para garantizar que el banco nunca perderá dinero. Cuando usted pide una hipoteca, el banco le pide unos intereses que pueden variar según el precio del dinero, pero los intereses que terminará pagando no siempre seguirán las reglas del mercado, ya que según las mismas reglas del mercado, si los intereses bajaran mucho, ello debería verlo usted reflejado, pero el banco no tendrá esto en cuenta y continuará cobrando unos intereses más altos que los que el mercado indique, pues lo último que el banco desea es perder dinero. Esta regla –la cláusula suelo– quiere decir que el banco nunca perderá dinero, digan lo que digan las llamadas reglas del mercado.

Como usted es probable que sepa, los economistas y políticos liberales siempre hablan de la supremacía del mercado. Pero lo que nunca dicen es que, como acabo de decirle, raramente lo que ellos definen como mercado funciona, en realidad, como un mercado. En un mercado –según los libros de texto– debe haber ganadores y perdedores. Pues bien, las cláusulas suelo son el pago extra que hace el prestatario (es decir, el que toma dinero a préstamo) para asegurar al banco que nunca perderá. Es una práctica desconocida en la mayoría de países (que son muchos) en los que viví o trabajé durante muchos años. En realidad, es conocido fuera de España que la banca española goza de muchísimos privilegios que la banca no tiene en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte, EEUU y Canadá, por un lado, y la UE por el otro.

Es por esta excepcionalidad (resultado del poder de la banca privada sobre las instituciones políticas y sus partidos –la mayoría financiados por ella–) que el tribunal de justicia más importante de la UE, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), ordenó que se eliminara tal privilegio de la banca, exigiendo que devolviera a los ciudadanos el dinero que pagaron como consecuencia de dichas cláusulas desde el momento que estas cláusulas se incluyeron en el contrato entre el prestamista (es decir, la banca) y el ciudadano (el que contrata una hipoteca).

Las voces aliadas de la banca

El coro de protesta a favor de la banca y en contra de la instrucción del TJUE ha sido extenso. Una de las primeras voces de este coro fue, predeciblemente, el gobierno del PP (al cual, por su enorme proximidad con la banca privada, debería llamarse "la banca en las Cortes"), que inmediatamente indicó que tenía que limitarse la devolución del dinero a la población que se consideraba afectada (1 millón y medio de clientes, un número probablemente inferior al real) pues de no ser así los bancos colapsarían, a no ser que, de nuevo, el Estado (es decir, usted, lector) los ayudara financieramente.

Otra voz fue el Banco de España (que como he dicho antes es un lobby de la banca), que indicó que tal pago de la banca privada a la población afectada "crearía graves trastornos en la estabilidad financiera de España", el mismo argumento que tal Banco y el gobierno español siempre utilizaron para ayudar a la banca privada cuando estuvo a punto de colapsar debido a sus inversiones especulativas, creando la burbuja inmobiliaria. El Banco de España y los gobiernos españoles justifican la ayuda escandalosa a la banca utilizando una narrativa aparentemente más neutra, refiriéndose a la necesidad de "mantener la estabilidad financiera", que, en realidad, se basa en una explotación cruda y grosera de la ciudadanía, una explotación, en este caso de cláusulas suelo, de nada menos que de casi 10.000 millones de euros, y ello sin contar con los millones de españoles que ni siquiera son conscientes de que tienen cláusulas suelo en sus contratos. En realidad, la estrategia de la banca ha sido tratar de ocultar al máximo la situación profundamente injusta pero legal (como consecuencia de su poder político) que esta ha estado imponiendo a la ciudadanía, con la complicidad del gobierno del Estado y del Banco de España.

En realidad, la respuesta de tales instituciones a la sentencia del TJUE que se devuelva el dinero obtenido a través de tales cláusulas suelo al cliente del banco, restituyéndolo al prestatario, ha sido la de retrasar y dificultar tal recuperación del dinero por parte del ciudadano. El Real Decreto del gobierno (aprobado también, además del PP, predeciblemente por el PSOE y Ciudadanos, y por el PNV y Coalición Canaria) concedió un plazo de tres meses para que los bancos negocien acuerdos con los clientes abusados y estafados (que habían sido forzados a pagar una cantidad extra que en otros países no se paga). Tal como está redactado parece, pues, asumir que la cantidad que el banco privado debe pagar es negociable, es decir, que tiene que negociarse con el cliente, lo cual no tiene por qué ser el caso. Como bien ha indicado la diputada de Podemos (de los pocos partidos que no reciben ninguna ayuda o préstamo de la banca) en el Congreso de los Diputados, la Sra. Lucía Martín, no hay nada que negociar. La cantidad que tiene que pagarse es conocida, y hay que ayudar a la ciudadanía frente a los bancos para que estos paguen. No hay que negociar nada y los bancos deben hacer inmediatamente el pago. Y ahí está la situación escandalosa desde el punto de vista democrático, pues el Real Decreto no obliga a los bancos a comunicar a los que tienen hipotecas si tienen una cláusula suelo en sus contratos. En realidad, la asociación de consumidores de Asturias ha hecho una encuesta y ha podido comprobar que casi la mitad de las personas que tenían tales cláusulas suelo en sus hipotecas no eran conscientes de ello. Y los bancos lo saben y se callan. En realidad solo un 10% de los afectados reclama.

El Banco de España, una de las instituciones más reaccionarias de España

La evidencia es clara y contundente. El Banco de España ha apoyado continuamente las políticas públicas más reaccionarias del país, que dañan sistemáticamente el bienestar y la calidad de vida de las clases populares. Tal banco ha apoyado las reformas laborales que han disminuido los salarios y aumentado espectacularmente la precariedad en el mercado laboral; ha apoyado la reducción del gasto público y muy en particular de los servicios públicos del Estado del Bienestar; ha promovido siempre el aumento de la edad de jubilación, añadiendo siempre tres o cuatro años más a la vigente, sea esta la que sea; ha favorecido los planes privados de pensiones (cuya eficiencia, por cierto, es mucho menor que la del aseguramiento público); y así constantemente. Todos estos temas, en los que participa activamente, son, por cierto, temas que el Banco de España no tiene autoridad para comentar, pues caen fuera de su jurisdicción, que es única y exclusivamente regular el sector bancario, tarea en la que ha mostrado una notable dejadez, incompetencia y sesgo probancario que alcanza niveles criminales.

La necesidad de cambiar 180º esta institución pública, el Banco de España

El sistema financiero español está excesivamente sesgado a favor de los banqueros, cuyas elevadas remuneraciones (de las más altas de la UE) no pueden justificarse a la vista de su escaso y muy limitado servicio a la ciudadanía, discriminando sistemáticamente a las clases populares, que son las que sufren más las consecuencias de su comportamiento claramente antidemocrático. Según la Autoridad Bancaria Europea, los 125 ejecutivos españoles mejor pagados del sector financiero consiguieron, como promedio, unos ingresos anuales de alrededor de 2,4 millones de euros por ejecutivo en 2011, los más altos de la Unión Europea. Mientras, el usuario del sistema bancario español es el que recibe más abusos y peores servicios entre los usuarios de los sistemas financieros europeos (ver "El maridaje entre la banca, el Estado español y las autoridades europeas", Sistema digital, 04.04.14).

Y una institución clave dentro de tal sistema es el Banco de España, que, como indiqué antes, es más un lobby de la banca privada que una institución reguladora que trabaje a favor de la ciudadanía (que es la que paga y sostiene su existencia) y muy en particular de la mayoría de la ciudadanía –que son las clases populares–.

Este sesgo del Estado favorable a la banca privada, que aparece con gran claridad en el comportamiento del Banco de España, explica la masiva inyección de fondos públicos a la banca, siendo el sector bancario español el que ha recibido más ayuda de fondos públicos en la UE. Frente a esta realidad, los cambios necesarios son profundos. La gran cantidad de estos fondos públicos no deberían haber ido a ayudar a la banca privada, sino a agrandar el sector público bancario (que es uno de los más reducidos de la UE). España tiene un sector bancario privado hipertrofiado, muy poco eficiente y con una nula vocación de servicio público. En realidad, la banca privada debería realizar una función pública, sin la cual no tendría derecho a su existencia. Función pública no quiere decir nacionalizarla, sino que significa establecer unas normas y comportamientos de servicio público (de la misma manera que los taxis son privados pero realizan un servicio público). El profesor Juan Torres y yo planteamos esta medida en nuestra propuesta económica que preparamos a petición de Podemos. Tal medida no debería excluir, sin embargo, las nacionalizaciones, como debería haberse hecho con Bankia, en lugar de privatizarla. Lo que sí está claro es que el sistema bancario, tal como está hoy constituido, está dificultando el desarrollo económico del país y el bienestar de la población. Así de claro.

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La desinformación y manipulación de los medios sobre Vistalegre https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/02/14/la-desinformacion-y-manipulacion-de-los-medios-sobre-vistalegre/ Tue, 14 Feb 2017 13:48:22 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3838 Continuar leyendo "La desinformación y manipulación de los medios sobre Vistalegre"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante'

Este fin de semana he estado en la II Asamblea Ciudadana de Podemos en Vistalegre y he podido ver desde el primer minuto hasta el último lo que estaba ocurriendo. Creo conocer bien, pues, lo que ha pasado allí y que coincide muy poco con lo que he estado leyendo en la prensa, oyendo en la radio o viendo en la televisión sobre Vistalegre durante este fin de semana (y en días anteriores). Claramente ha habido estos días dos Vistalegres: el real (lo que ocurrió en Vistalegre) y el mediático, es decir, el Vistalegre que los medios (que se autodefinen como de información) intentaron presentar con una abundante manipulación, escasa veracidad y gran hostilidad hacia Podemos. Una vez más, es fácil de ver que uno de los mayores problemas que tiene la muy limitada democracia española es la falta de libertad de prensa, con una escasísima diversidad ideológica y con una ausencia de medios progresistas que puedan mostrar y denunciar su enorme sesgo derechista. En lugar de medios de información, lo son de persuasión y propaganda. Veamos los datos, y primero hablemos del Vistalegre real.

Qué ocurrió en el Vistalegre real

En Vistalegre vi un gran debate que se inició ya hace varias semanas sobre temas esenciales para el país, tales como la estrategia para alcanzar un país más justo, más democrático, más solidario y más plurinacional. Una fuerza política que no existía hace solo tres años se había convertido en la segunda fuerza del país (en alianza con IU), convirtiéndose en la oposición real a la coalición PP-PSOE-Ciudadanos, comprometidos estos últimos en continuar las políticas que se han estado imponiendo a la población española sin que hubiera un mandato para ello. Tales políticas –reformas laborales encaminadas a reducir los salarios y la protección social del mundo del trabajo, y recortes del gasto público social destinados a reducir y debilitar los servicios (como sanidad, educación, vivienda social, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios a personas con dependencia, prevención de la pobreza y exclusión social, entre otros) y de las transferencias del Estado del Bienestar (como pensiones)- han tenido un impacto sumamente negativo en la calidad de vida y bienestar social de las clases populares. Los datos que documentan esta realidad son claros y convincentes. No es sorprendente, pues, que estas clases hayan canalizado su enfado y frustración a través de nuevas fuerzas políticas a lo largo del territorio español, dentro de las cuales Podemos y su aliado, IU, junto con las confluencias como En Comú Podem, En Marea, Compromís y otros han sido las más importantes.

Y es de gran importancia e interés observar que, mientras este rechazo y enfado hacia el establishment (es decir, la estructura de poder político) se ha canalizado a través de partidos políticos de extrema derecha en países como EEUU (Trump) y Francia (Le Pen), en España han sido partidos claramente progresistas, enraizados en las izquierdas, los que han sabido oír y verbalizar dicha protesta y rechazo, y responder con propuestas auténticamente transformadoras cuya aplicación significaría predeciblemente una amenaza para tales establishments políticos y los intereses financieros y económicos que representan. El empuje de estos movimientos ha significado un tsunami político que se está expandiendo a nivel no solo central, sino también autonómico y municipal. Y todo ello ha ocurrido en un periodo de tiempo extraordinariamente corto.

La importancia de Vistalegre II

No es, por lo tanto, de extrañar que en un movimiento político-social que ha crecido de una manera tan rápida haya tenido que ir resolviendo problemas surgidos como consecuencia de su limitada experiencia y de la enormidad de la labor a realizar. De ahí la necesidad de los grandes debates sobre temas esenciales en un partido como Podemos, que aparecieron en los documentos que las tres principales sensibilidades existentes dentro de Podemos presentaron en el congreso, y que contenían sus propuestas de orientación política (de dónde venimos y a dónde queremos ir), de forma organizativa, de planteamiento ético y sus propuestas de cómo alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. La lectura de cada uno de estos documentos era fundamental para entender tal movimiento político-social y los debates en Vistalegre.

A lo largo de mi larga vida en varios países y en más de un continente (como asesor y/o participante en movimientos con vocación de servicio a las clases populares y con intención transformadora), he participado en muchos congresos y he leído muchos documentos congresuales, y puedo dar constancia (como economista y como politólogo) que en Vistalegre cada uno de estos documentos reflejaba un elevado grado de compromiso con el cambio, con una gran calidad de exposición y con una feliz mezcla de idealismo con realismo. Y lo que es también importante de resaltar es que los intensos debates que existieron entre las distintas sensibilidades se realizaron con gran madurez y sin insultos. Estuve con mi esposa todos lo dos días, sin ausentarme de Vistalegre ni un minuto, y pude escuchar todas las presentaciones. Y puedo dar testimonio que no vi ningún sarcasmo, ningún insulto y ningún síntoma de la famosa mala leche ibérica que aparece con excesiva frecuencia en reuniones políticas de tal naturaleza. Y ello ocurrió, repito, en pleno ejercicio de un debate intenso con claras opiniones contrapuestas y con críticas muy fuertes hacia posturas contrarias. En realidad, el deseo de encontrar puntos comunes y establecer un proyecto unitario caracterizó a la asamblea, que transcurrió durante toda la reunión con el claro objetivo, manifestado por la gran mayoría de los presentes de, respetando la diversidad, reforzar la unidad.

Fue un placer para mi esposa y para mí estar estos dos días con gente de todas partes de España, de todas las clases sociales (con clara mayoría de clases populares), y ver, entre otros miles de ejemplos de camaradería, a una trabajadora de Coca-Cola, en huelga, fraternizar con un general del ejército, o a una enfermera con un guarda civil, todos ellos en un proyecto común: transformar profundamente este país. La única crítica que yo haría es que el excelente sentido de fraternidad que se vivía no se reflejara con una cultura del canto, desaprovechando la enorme gama de canciones populares de protesta, amor y esperanza que existe en este país. Me encanta L’Estaca, que se cantó al final, pero fue de las poquísimas que se cantaron. Espero que en Vistalegre III se cante mucho más. Hasta aquí mi informe sobre Vistalegre sobre lo que vi. Pero nada de esto apareció en lo que se presentó al público por parte de los grandes medios.

El Vistalegre de los medios

Este otro Vistalegre, el que apareció en los grandes medios de información, fue muy diferente. En primer lugar, no hubo ningún gran rotativo, o programa radiofónico o de televisión, que presentara los documentos que se debatieron en el congreso. Repito, ni uno. En su lugar, las simplificaciones que intentaban resumir las diferencias alcanzaron niveles de auténtica frivolidad. En lugar de analizar tales propuestas, prácticamente todos los medios continuaron presentando el congreso de Vistalegre como la culminación del conflicto entre dos dirigentes, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, que terminaría con la expulsión de uno de ellos de la dirección, o incluso de Podemos. Todos acentuaron la inevitabilidad de la división y de la escisión, presentando el debate como una mera lucha por el poder, asumiendo, además, que luchaban para conseguir el sillón o los privilegios que conlleva el poder, concluyendo maliciosamente que se comportaban como todos los dirigentes de los otros partidos. En esta presentación llegaron a unos niveles de una enorme mezquindad, con ataques a nivel personal. En realidad, la banalización de la presentación de tales debates por los medios llegó a niveles absurdos, haciendo por ejemplo referencia a datos extremadamente personales y claramente insultantes, como las parejas y cambios de parejas, manipulaciones dignas de los Eduardo Indas de este país. Nunca, sin embargo, presentaron los debates por lo que, en realidad, eran: legítimas e importantes diferencias de estrategia en los necesarios cambios que tiene que tener España.

Los medios de información en España como medios de persuasión y de propaganda

No hay duda de que el intento de tal reportaje sobre Vistalegre era debilitar o incluso destruir a Podemos y a sus dirigentes. Esta mezquindad, manipulación y mentiras de los medios son, por cierto, una constante que, por desgracia, las izquierdas no denuncian. Honra a los dirigentes, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, que se excusaran por haber aireado sus diferencias en público, haciéndoles enormemente vulnerables a ser utilizados por unos medios que tienen asignada la función de destruirlos. Y así lo intentaron los medios, mintiendo a mansalva, presentando estas diferencias como cuchilladas del uno al otro que llevarían al exterminio del enemigo, significando la derrota y desaparición de uno a costa del otro. Como dije antes, la escisión se presentaba como una situación inevitable (cuando en realidad jamás tal posibilidad existió). Ejemplos de esta presentación hay a montones. El País, que lideró esta mezquindad, publicó que el conflicto se asemejaba a la lucha entre Stalin y Trotsky; El Periódico (Iolanda Mármol) indicó que la asamblea comenzó "con el alma en vilo y el barro hasta las rodillas", presentando la lista de miembros del Consejo Ciudadano propuesta por Iglesias como "una ‘camarilla’ que le tienen ‘secuestrado’"; La Vanguardia, que profetizó el colapso de Podemos, presentó a Iglesias como un bolchevique dispuesto a realizar purgas; y así un largo etcétera. Y no digamos ya de los reportajes de la ultraderecha como La Razón, el ABC y otros. Fue una obscenidad, una confusión en la que algunas voces de izquierda, por desgracia, cayeron también. Tales voces criticaron, con razón, a Pablo Iglesias y a Íñigo Errejón por discutir en público sus diferencias, pero no dijeron nada crítico hacia los medios, que en realidad fueron los mayores responsables de crear esta falsa imagen de escisión, con purgas incluidas. Repito que nunca hubo posibilidad de escisión, y no va a haber ninguna purga de Errejón, tal como maliciosamente se está interpretando el hecho de que Errejón deje de ser, probablemente, secretario político, pues tal cargo no existe en ningún otro partido, ya que tal responsabilidad recae en el secretario general. Dicho nombramiento era una anomalía que tenía que corregirse, pues crea confusión. Ahora bien, seguro que los medios continuarán hablando con la simplicidad que han usado, sin ningún respeto a la veracidad.

Desde que me reintegré hace ya bastantes años en la vida académica y política de este país, he ido señalando, criticando y denunciando la falta de pluralidad en los medios y su función propagandista. La cacareada libertad de prensa es la libertad de sus dueños en los medios privados y de los partidos gobernantes en los medios públicos que los instrumentalizan. Son todos ellos instrumentos al servicio del poder, y todos ellos comparten su hostilidad hacia las fuerzas política que consideran amenazantes para el poder que sostienen. Ello no es único de España, pero es mucho más acentuado en este país, que tiene prácticamente una dictadura mediática, algo bien demostrado en el hecho de que no ha habido ni un medio de información que haya presentado de forma medianamente objetiva lo ocurrido en Vistalegre.

La inmunidad de los medios y de su corrupción

Esta dictadura mediática tiene atemorizados a los dirigentes progresistas del país. Pocos dirigentes políticos de izquierdas los denuncien. Aplaudo, por lo tanto, la crítica que hizo Pablo Iglesias al programa de la SER de Pepa Bueno por las manipulaciones, falta a la verdad y vetos de este programa (pueden escucharlo en http://play.cadenaser.com/widget/audio/001RD010000004454179/), y a La Sexta Noche por no solo mantener sino promover a periodistas de sistemática y documentada manipulación y mentira, algunos de ellos cómplices con policías que falsificaron documentos para destruir a Podemos. Refleja bien la inmunidad de los medios y del Estado que los policías que falsificaron evidencias en contra de Pablo Iglesias no hayan sido expedientados y continúen trabajando, y que el periodista cómplice en la distribución de tales falsedades continúe en La Sexta Noche. La inmunidad de la que goza este tipo de corrupción en España es abrumadora y la población es consciente de esta labor de desinformación de los medios de persuasión, lo cual refleja su escasa credibilidad y su baja popularidad. Hoy criticar a los medios, pieza clave del establishment (que existe en España u en otros países como en EEUU) financiero y económico, y a sus instrumentos políticos, debe incluir también el rechazo a sus medios de persuasión. Hay un silencio ensordecedor, basado en el miedo, que debe romperse.

El popular rechazo a los medios

Una figura política que captó rápidamente esta realidad fue el candidato Trump, que en contra de lo que los medios han presentado no tiene nada de payaso. Es una persona de una enorme astucia política y con una enorme capacidad de conexión con las clases populares. Consciente de la impopularidad de los medios entre la clase trabajadora, hizo de su denuncia un punto central de su campaña. En realidad fueron los propios medios, por extraño que parezca, los que habían promocionado al principio de las primarias al candidato Trump, como manera de anular al enemigo no. 1 del establishment estadounidense, el candidato socialista Bernie Sanders, que fue el primero en denunciar el sesgo y manipulación de la mayoría de dichos medios. Una vez anulado Sanders, Trump se les fue de las manos. Nada menos que el director de la cadena CBS había dicho que Trump daba grandes audiencias, lo que representaba unos grandes beneficios empresariales, aun cuando era consciente de que sería un desastre para el país. Pero no fue Trump el que inició o se caracterizó por su denuncia de los medios. Fueron las izquierdas en EEUU las que documentaron la sistemática manipulación y sesgo de la realidad por tales medios. Fue la campaña de Bernie Sanders, por ejemplo, la que documentó las falsedades del Washington Post en su campaña de difamación de su candidatura. El director de El País, Antonio Caño, que en su día como corresponsal de tal rotativo en EEUU promocionó en sus artículos el partido de ultraderecha Tea Party (que jugó más tarde un papel clave en el surgimiento de Trump) (ver mi artículo El sesgo profundamente derechista de Antonio Caño, el nuevo director de ‘El País, Público, 24.02.14), y que definió a Podemos como la fuerza política hermana de Trump (ver mi artículo Por qué apoyo a Pablo Iglesias, a Podemos y a Unidos Podemos, Público, 09.02.17), intentó presentar el justificado enfado de Podemos hacia El País como una muestra de pertenecer a la misma familia política que Trump, que critica a los medios. En realidad, la mayoría de partidos que rechazan a los establishments financieros y económicos, y a sus instrumentos políticos, también rechazan a sus medios de propaganda y desinformación, como ha sido El País y otros medios en su cobertura de Podemos.

Sé que es costumbre añadir en esta crítica a los medios la frase estándar de que hay muchos buenos profesionales trabajando en ellos, lo cual es cierto, pero es frustrante su silencio, repito, ensordecedor sobre lo que sus diarios están haciendo al servicio del poder. De ahí que considere que es poco creíble, por ejemplo, la crítica de Iñaki Gabilondo (persona que goza de gran respeto en entornos progresistas) a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, y en cambio no diga nada de la campaña de los medios en los que trabaja, tales como El País y la Cadena SER, en contra de Podemos, contribuyendo a la inmunidad de la que gozan tales medios, que es sumamente dañina para la democracia española. Seguro que son conscientes de ello.

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Lo importante que pasa en Podemos no es lo que aparece en los medios https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/01/31/lo-importante-que-pasa-en-podemos-no-es-lo-que-aparece-en-los-medios/ Tue, 31 Jan 2017 06:00:25 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3830 Continuar leyendo "Lo importante que pasa en Podemos no es lo que aparece en los medios"]]> Por Vicenç Navarro

Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

La evolución en los últimos años de la vida política del país permite visibilizar el principio del fin del régimen bipartidista en España, el régimen iniciado en el proceso de transición de la dictadura a la democracia, proceso que, al realizarse bajo el enorme dominio de las fuerzas conservadoras (herederas de las que controlaron el régimen dictatorial) sobre el aparato del Estado, estableció una democracia muy limitada que produjo, como consecuencia, un Estado del Bienestar muy poco financiado y poco desarrollado. Los servicios públicos (como sanidad, educación, servicios sociales, vivienda, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, y prevención de la exclusión social y de la pobreza), así como las transferencias públicas (como las pensiones y transferencias de ayuda a las familias), estaban ya antes de la Gran Recesión entre los menos desarrollados y financiados en la Unión Europea de los Quince (UE-15), que es el grupo de países de la UE más semejantes a España por su nivel de desarrollo económico. Otra consecuencia de este dominio conservador sobre el aparado del Estado fue la perpetuación de una visión uninacional de España, con muy escasa sensibilidad hacia su carácter plurinacional.

Ni que decir tiene que ocurrieron cambios importantes durante el periodo democrático, y muy en especial durante los gobiernos del PSOE, partido perteneciente entonces a la sensibilidad socialdemócrata. El establecimiento del Servicio Nacional de Salud es un indicador de ello. Pero las grandes limitaciones del sistema democrático (producto de la manera como se hizo la Transición), junto con la adaptación e integración de la dirección del aparato del PSOE en la estructura de poder económico, financiero y mediático del país (convirtiéndose en parte del establishment político-mediático de España, diluyendo con ello su compromiso transformador), explica el todavía considerable retraso social y político del país, retraso que se acentuó todavía más durante el periodo conocido como la Gran Recesión, cuando el PSOE perdió ya su personalidad socialdemócrata, aceptando y promoviendo las políticas neoliberales, tales como las reformas laborales y las políticas de austeridad y sus programas de ortodoxia liberal fiscal que dañaron el bienestar y calidad de vida de las clases populares. La evidencia empírica que apoya esta observación es clara y contundente (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar, Anagrama, 2015).

La aparición del 15-M

 No es de extrañar, por lo tanto, que surgiera un movimiento de protesta denunciando las enormes limitaciones de las instituciones supuestamente democráticas, que estaban imponiendo unas políticas públicas que no se encontraban en los programas electorales de los partidos gobernantes, denuncias expresadas por eslóganes populares tales como "No nos representan" (o "No hay pan para tanto chorizo"), que rápidamente se extendieron a lo largo del territorio español con gran aprobación popular. Tal movimiento –el 15-M- exigía la democratización del Estado, corrigiendo sus enormes deficiencias y expandiendo, a la vez, el significado del concepto de democracia para incluir, además de formas de democracia representativa, también formas de democracia directa, y no solo en las instituciones políticas, sino también en las económicas, en las financieras y en las mediáticas. El gran descontento popular con las políticas neoliberales que se estaban imponiendo y que claramente dañaban su calidad de vida, fue el caldo de cultivo sobre el que fermentó el tsunami político conocido como el Movimiento de los Indignados. La novedad de este movimiento, además del éxito de su gran movilización, fue que generara toda una serie de nuevas fuerzas políticas, como Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís y otras, que intentaban conseguir el cambio democrático que había exigido el 15-M. El enorme éxito electoral de tales fuerzas fue una enorme sorpresa y predeciblemente determinó una gran hostilidad por parte del establishment político-mediático del país establecido durante la Transición, pues este se sintió amenazado por el creciente éxito de estas nuevas fuerzas políticas. Ha sido un objetivo de dicho establishment el destruirlas por todos los medios posibles. El trato recibido por tales fuerzas políticas por parte del Estado y por parte de los mayores medios de información muestra claramente el carácter represivo del primero y el carácter propagandístico de los segundos.

Ahora bien, a pesar de la gran represión estatal y de la manipulación y falsificación de la realidad por parte de los medios de información (que son predominantemente medios de persuasión y propaganda política, hecho particularmente acentuado en España, como han señalado varios organismos internacionales y que yo he descrito en mis artículos), Podemos y las fuerzas políticas derivadas del 15-M tuvieron un éxito electoral extraordinario, lo cual se debe primordialmente al amplio sentido popular de rechazo hacia tal establishment político-mediático, cuyas políticas son percibidas correctamente como el causante del descenso de su bienestar social. El éxito electoral es resultado, pues, de haber interpretado correctamente este sentido popular (y ello a pesar de los muchos errores de tales fuerzas, como por ejemplo que Podemos se definiera como un movimiento populista, lo cual facilitó la identificación de tal movimiento de protesta con otros movimientos populistas, la gran mayoría de los cuales son de derechas y caudillistas).

¿Qué está pasando ahora en Podemos?

 Era también predecible que una vez terminada la fase electoral, Podemos debería organizarse para convertirse en un movimiento político-social a favor del cambio profundo que España necesita, frente a un bloque de gobierno (PP y PSOE, con la ayuda de Ciudadanos) cuyos aparatos dirigentes intentan destruir a Podemos y mantener las coordenadas de poder establecidas en el periodo post-transicional, manteniendo para ello las políticas públicas (políticas neoliberales y socioliberales) que se han ido implementando durante los años de la Gran Recesión.

Es lógico y necesario, por lo tanto, que, como consecuencia de su clara vocación transformadora y de la enorme oposición y resistencia que tales nuevas fuerzas políticas están encontrando, exista un gran debate entre los herederos del 15-M y que en Podemos aparezcan al menos dos visiones distintas de cómo configurar esta nueva fuerza política, dos visiones distintas que, por cierto, no son nuevas, pues se han dado en otros momentos y en otros países en situaciones semejantes a las que España vive hoy. Llevo suficientes años ayudando y participando en proyectos de transformación profunda en varios países para recordar situaciones que tienen puntos de similitud con lo que ocurre en este país. Naturalmente que la historia nunca se repite. Pero sí que hay elementos comunes que nos hace falta conocer.

De estas dos visiones hay una que prioriza la lucha dentro del Estado a fin de conseguir la capacidad de gobernar el país, dando gran hincapié a los cambios en los aparatos del Estado. Esta estrategia es lógica, razonable y necesaria, y requiere lo que se ha llamado la transversalidad, es decir, la expansión del apoyo electoral a otros sectores de la población que procedan de otras sensibilidades políticas o de la abstención. Dudo que pueda haber personas en Podemos o en cualquier fuerza política con vocación transformadora que puedan estar en desacuerdo con la necesidad de convencer a aquellos que no están convencidos de la necesidad de proyectos transformadores, adaptando su programa para conseguir tal adhesión y expansión de su apoyo electoral.

Ni que decir tiene que esta transversalidad puede requerir un cambio en la estrategia política y electoral, cambio que abarca desde los términos del discurso político hasta cambiar sus prioridades con el fin de intentar ser lo máximo de inclusive. Hay que darse cuenta de que conseguir un cambio de las dimensiones que el país requiere no puede hacerse desde la oposición o con un gobierno minoritario. La experiencia de la Unidad Popular, presidida por el Sr. Allende, muestra los problemas de intentar cambios significativos siendo un gobierno minoritario. De ahí el famoso cambio del Partido Comunista Italiano, consecuencia de la lectura  que su Secretario General, el Sr. Enrico Berlinguer, dio a los hechos ocurridos en Chile, acentuando la necesidad de crear una amplia alianza (el "compromiso histórico"), diluyendo tácticamente y provisionalmente parte de sus compromisos y discurso.

Habiendo dicho todo lo anterior, siento la necesidad de indicar que creo conocer bien a la mayoría de dirigentes de las mayores opciones progresistas dentro y fuera de Podemos, y no conozco a nadie de ellos que esté en desacuerdo con la importancia de participar activamente en la estrategia parlamentaria para promover sus objetivos. ¿Por qué aparecen, pues, tensiones sobredimensionadas por los mayores medios de información y desinformación?

 Los límites de la vía parlamentaria

Y la respuesta creo que se basa en que puede que no haya suficiente consciencia por parte de las voces que apoyan la estrategia de la vía parlamentaria de los límites de esta vía, pues esta tiene también problemas, como también se ha visto en otros países y en otras situaciones. Estos problemas son, en parte, resultado de los problemas de centrarse única y exclusivamente en la vía parlamentaria, problemas que mi amigo Ralph Miliband señaló con gran detalle y elocuencia en su libro Parliamentary Socialism. Existe, en este sentido, el peligro de la adaptación de las fuerzas comprometidas con el cambio al sistema político que se desea cambiar. El ejemplo más claro de ello ha ocurrido con la socialdemocracia en Europa. Hoy la mayoría de los partidos socialdemócratas, integrados claramente en las coordenadas de poder, han perdido su vocación transformadora, convirtiéndose en parte del problema en lugar de parte de la solución.

Tales partidos jugaron un papel clave en Europa con el establecimiento del Estado del Bienestar, que empoderó sustancialmente a las clases populares, de donde tales partidos conseguían la mayoría de su apoyo electoral. Sin embargo, los aparatos de estos partidos se adaptaron al sistema de poder económico y financiero, convirtiéndose en parte del establishment del país, perdiendo con ello el apoyo electoral de las clases populares. El descenso del apoyo electoral no se debe –como tales partidos señalan erróneamente- a la supuesta e inexistente desaparición de la clase trabajadora, sino a su abandono de esta clase, debido a sus complicidades e integración en las estructuras del poder, tanto estatal (sea central, autonómico o local), como económico o financiero, abandonando el proyecto de transformación.

La pérdida de apoyo de los partidos socialdemócratas

Es importante subrayar que es casi un dogma en tales partidos creer que la clase trabajadora o ha desaparecido o se ha ido transformando en clases medias, redefiniéndose así la estructura social del capitalismo avanzado en tres estamentos sociales: uno los ricos y super-ricos, que son una minoría; el otro grupo minoritario son los pobres, en el polo opuesto de los ricos y super-ricos; y entre los dos grupos, la mayoría de la población, que definen como clases medias. Esta redefinición de la estructura social ignora o desconoce que, en realidad, desde los años ochenta (de manera muy acentuada en estos años de Gran Recesión) ha ido ocurriendo un cambio en sentido contrario. En lugar de que la clase trabajadora se fuera transformando en clases medias, hemos visto como las condiciones de trabajo y los salarios de las clases medias se han ido acercando más y más al de las clases trabajadoras, siguiendo el proceso llamado "la proletarización de las clases medias" (incluyendo la proletarización de las clases medias profesionales). Los datos muestran claramente que los salarios y las condiciones de vida de los profesionales (muchos de ellos con educación universitaria) se están deteriorando, asemejándose más y más a las condiciones y salarios de la clase trabajadora. Este hecho es precisamente lo que explica el elevado número de personas de esta clase media profesional proletarizada presentes en los aparatos y círculos de Podemos: es el surgimiento de una nueva clase social distinta, pero aliada de la clase trabajadora tradicional. Esta alianza entre las clases medias y la clase trabajadora debería ser la base electoral de la alianza Unidos Podemos, junto con otros componentes de las clases populares.

Las limitaciones de la estrategia parlamentaria

 Pero otro problema con la vía parlamentaria es consecuencia de las propias limitaciones de la democracia parlamentaria, una democracia delegada en la que el electorado es llamado para escoger una opción política. Pero aun cuando a las direcciones de los partidos (sobre todo de los ganadores en el proceso electoral) les agrada interpretar el resultado de las elecciones como un mandato para llevar a cabo la totalidad de su programa, la realidad (que se ve a través, por ejemplo, de encuestas) no es así. Los electores pueden votar por un partido por muchas razones, una de ellas, por ejemplo, porque se identifican con un componente y propuesta que consideran importante en su propia oferta electoral, sin que ello suponga que están de acuerdo con todo el programa.

Pero la parte más débil del sistema parlamentario es su limitada representatividad, que en España alcanza dimensiones muy elevadas. El sistema electoral español favorece sistemáticamente a unos grupos y clases sociales a costa de otros. El caso más escandaloso fue la escasa presencia parlamentaria del Partido Comunista y más tarde de IU, la fuerza política que tenía mayor compromiso con un cambio profundo de la sociedad y que estuvo siempre muy sub-representada en el Parlamento, al revés de lo que ocurrió con el Partido Conservador, que fue el mayor beneficiario de la sesgada Ley Electoral. Pero además de esta escasa representatividad, consecuencia de la limitada proporcionalidad del sistema electoral, nos encontramos con unas leyes parlamentarias que permiten mayorías absolutas con bajos porcentajes electorales. Todas las políticas de austeridad se han ido aplicando por parte de partidos gobernantes que nunca alcanzaron más de una minoría de la población que votó, minoría que era incluso menor si se consideraba como denominador del porcentaje toda la población que estaba en condiciones de votar (es decir, votantes y no votantes). El sistema parlamentario español es de muy baja calidad y permite a fuerzas políticas con apoyo minoritario conseguir ampliar mayorías en el sistema representativo.

Estos, y muchos otros, son los grandes defectos de lo que se llama la democracia liberal, la cual se centra, en teoría, en el individuo, sin que, a la vez, permita que cada voto individual tenga el mismo peso. Mérito aparte en este listado de deficiencias es el casi absoluto control de los medios de información, con escasísima pluralidad, siendo las voces críticas sistemáticamente excluidas o marginadas. Son estas limitaciones las que generaron estrategias alternativas como la resistencial.

La llamada estrategia resistencial

 Esta estrategia es la que siguieron en su mayoría los partidos comunistas, que una vez abandonada la estrategia insurreccional en los países capitalistas desarrollados (donde la conquista del Palacio de Invierno no se veía posible), se transformaron en instrumentos políticos de defensa de la clase trabajadora, ejerciendo una considerable influencia entre los sindicatos y los movimientos sociales. Su estrategia parlamentaria con vocación de oposición iba acompañada de una agitación social, origen precisamente de su fuerza. No hay que olvidar que sus grandes logros, como el haber forzado el fin de la dictadura en España, fueron el resultado de tal agitación. Hay que recordar siempre que Franco murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle. Ahora bien, el error del Partido Comunista fue que desde el principio de la Transición el PC dio prioridad casi exclusiva a la vía parlamentaria, a costa de la agitacional, transformándose en una fuerza instalada en las instituciones democráticas, convirtiéndose así en la izquierda del PSOE, siguiendo un discurso y narrativa casi revolucionarios que contrastaban con su práctica dentro de las instituciones representativas. En realidad, su narrativa y discurso se alejaban de la mayoría de la población, sujeta esta al pensamiento hegemónico dominante promovido por los amplios medios de persuasión al servicio del estalbishment político-mediático.

Ni que decir tiene que las clases populares en España se han beneficiado mucho de la existencia del Partido Comunista antes, y de IU después, representando la parte de las izquierdas que, heredera de las fuerzas progresistas que perdieron la Guerra Civil, mantuvo siempre viva la necesidad de un cambio más profundo del que derivaba del bipartidismo existente. En estas condiciones era casi inevitable que se creara una cultura de resistencia, necesaria, por cierto, cuanto tal fuerza política era brutalmente y antidemocráticamente discriminada por el sistema político. Es profundamente injusto que aquellas voces de Podemos que están enfatizando la primera estrategia parlamentaria, favoreciendo la transversalidad, desmerezcan tal cultura de resistencia, la cual permitió sobrevivir a dicho partido o coalición de partidos por tanto tiempo. Pero, dicho esto, también es cierto que tal cultura dificultó la expansión de su influencia, sobre todo en un país, como España, en el que la hegemonía de las derechas es casi absoluta en los medios.

El reto actual para las izquierdas

El reto que hoy tienen las izquierdas a lo largo del territorio español, y muy en particular la alianza de Unidos Podemos y sus aliados, es establecer un bloque alternativo al PP, PSOE y C’s, que incluya no solo distintas sensibilidades e incluso partidos (sin excluir grandes sectores de las bases del PSOE o un PSOE reformado, lo cual no parece probable en la situación actual), sino también movimientos sociales (que vayan de movimientos vecinales a movimientos sindicales), combinando la vía parlamentaria con la vía agitacional, combinando las luchas y movilizaciones (sin estar instrumentalizadas por los partidos políticos) en la sociedad civil con las que llevan a cabo tales partidos en las instituciones del Estado. Ello implica una combinación de la vía parlamentaria con la vía agitacional, pues el peligro que debe evitarse es lo que le pasó al PCI cuando se transformó en el Partido Democrático de la Izquierda, que en su transversalidad perdió el apoyo de su base electoral. Este partido fue mucho menor e incidió con mucho menor impacto en la sociedad italiana del que tuvo el PCI de antaño. Este es el gran peligro de la transversalidad, que tiene que hacerse, pero tiene riesgos, pues nunca debería perderse el apoyo esencial de las clases populares. Expandirse no quiere decir sustituirse. En realidad, el PCI mostró que un partido grande y fuerte, con gran capacidad de movilización, puede influenciar notablemente al Estado, incluso en la oposición. Gran parte de la legislación social italiana fue en respuesta a la presión del PCI.

Hoy el gran deterioro del bienestar y calidad de vida de las clases populares, resultado, en parte, de las políticas públicas llevadas a cabo por partidos gobernantes de sensibilidad conservadora, liberal y socialdemócrata, ha creado movimientos de protesta, con una gran crisis de los sistemas parlamentarios. De ahí que la vía parlamentaria haya perdido legitimidad, con una sensación generalizada de que hay un deseo "que se vayan todos". Este deseo es particularmente acentuado entre la clase trabajadora (y otros elementos de las clases populares), la misma clase que parecía que había desaparecido. Y este rechazo lo están capitalizando las ultraderechas, como consecuencia de la pérdida de credibilidad de las izquierdas. Unas fuerzas transformadoras no pueden repetir los errores de las izquierdas que dejaron de serlo. De ahí que las nuevas izquierdas (y las históricas renovadas) no deban centrarse solo en una estrategia: la necesaria vía parlamentaria debe ir acompañada de la vía agitacional, característica de la estrategia de resistencia, pues, como bien señaló mi estimado amigo Ralph Miliband, la via parlamentaria será predeciblemente insuficiente.

¿Qué tipo de partido se necesita?

 Ni que decir tiene que un movimiento político-social como estoy proponiendo se debe caracterizar por su diversidad. Pero diversidad dentro de un programa común y con un sentido de compromiso de cambio que requiere también una gran capacidad de sacrificio, generosidad, y también de solidaridad y fraternidad. La hostilidad que esta fuerza encontrará será siempre enorme (como ya estamos viendo). En contra de lo que parece estar extendido entre algunos intelectuales y académicos (que tienen la tendencia de bendecir o maldecir desde la distancia a partidos o dirigentes políticos que están sujetos a una brutal hostilidad), aplaudo la militancia (y aliento a mis estudiantes a que militen en partidos y organizaciones), comprometiéndose con otros que piensen igual, no solo para analizar, sino también para cambiar la realidad que los rodea. Pero cuando digo militancia digo más que apuntarse a una lista. Esto es dramáticamente insuficiente. En este sentido no favorezco el concepto de que el partido pertenece a los votantes, pues ello, además de reflejar un reduccionismo parlamentario, es la manera como los dirigentes ignoran a sus militantes, como se ve claramente hoy en la gestora del PSOE.

Y aquí permítaseme una observación personal. Hay que desarrollar culturas de fraternidad entre militantes de opciones políticas distintas. Ya hace años, a petición de los partidos de izquierdas y de los sindicatos en Catalunya, fundé y establecí (junto con otros compañeros y compañeras) la Universidad Progresista de Verano de Catalunya (UPEC por sus siglas en catalán), donde las distintas fuerzas políticas se reunían y discutían, con fines comunes, contribuyendo a crear una cultura de izquierdas. Se necesitan miles y miles de estas instituciones. Hay que erradicar el sectarismo en las izquierdas, la peor patología que han tenido siempre las izquierdas en este país (resultado, en parte, del hecho generalizado de confundir la política con la religión). Terminaría este apartado con otra observación. Tal movimiento político-social requiere el desarrollo de culturas democráticas basadas en las culturas de generaciones anteriores. Es fundamental recuperar la historia de este país y ver el nuevo movimiento político-social como heredero de los que ya han existido en los distintos pueblos y naciones que lo constituyen.

Una última observación

La escasísima cultura democrática existente en este país (que es prácticamente nula en los mayores medios de información) explica que los enormemente importantes debates que están ocurriendo en Podemos apenas se conozcan, pues los medios no informan, presentándolos como una mera lucha por el poder personal, debido, en parte, a una manipulación política encaminada a desacreditar a Podemos, aun cuando no excluyo la posibilidad de que no solo sea manipulación política, sino también mera incompetencia, de la cual el panorama  mediático español está lleno. Estos debates son enormemente importantes, y de su resolución depende el futuro de este país.

En defensa de Unidos Podemos

Sin negar errores importantes, en parte consecuencia de su inexperiencia, es importante señalar la actitud colegial y de camaradería en estos dirigentes de Podemos, en la expresión de desacuerdos entre los principales miembros de la dirección de este partido, puesto que hay plena conciencia de que las dos estrategias, la parlamentaria y la agitacional, son necesarias y complementarias. Ver estas discusiones ​como​ meras luchas por el poder es no entender nada, que es lo que les pasa​ a los medios de información. Son, bien por manipulación, bien por incompetencia, parte del gran problema que este país tiene. Hoy los ataques al bienestar de la población continúan. Y hay que dar voz al gran movimiento de protesta y rechazo. Y esto es lo que los herederos del 15-M tienen que continuar haciendo, participando activamente tanto en las instituciones representativas como en el resto de la sociedad, defendiendo siempre los intereses de las clases populares, que son la mayoría de la población de los distintos pueblos y naciones de España.

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Los remanentes del pujolismo: Convergència Democràtica y ahora Partit Demócrata https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/12/27/los-remanentes-del-pujolismo-convergencia-democratica-y-ahora-partit-democrata/ Tue, 27 Dec 2016 06:00:32 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3818 Continuar leyendo "Los remanentes del pujolismo: Convergència Democràtica y ahora Partit Demócrata"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'L’Estat del Benestar a Catalunya', y Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

En la investigación policial que se llevó a cabo sobre la corrupción en el principal partido de las derechas catalanas, el partido liberal Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), que ha estado gobernando Catalunya (junto con Unió Democràtica, un partido cristianodemócrata) durante la mayor parte del periodo democrático, se descubrieron, en la Fundación de este partido (Fundació CatDem), unos documentos en los cuales se clasificaban los intelectuales catalanes según su afinidad al ideario del partido, ideario que confunde los intereses particulares y empresariales que representa con los intereses de Catalunya, y que se presenta como la defensa de Catalunya frente a España. Esta lista incluía cuatro categorías: "afines", "simpatizantes", "dudosos", "contrincantes y adversarios" (en realidad, según el tono del documento, "enemigos"), situándome a mí en esta última categoría. No me sorprendió estar en la lista negra de la derecha catalana. Desde que volví del exilio, hace ya muchos años, he estado vetado en todos los medios de comunicación públicos, radiofónicos, escritos y televisivos, instrumentalizados o cercanos a aquel partido (que son la gran mayoría en Catalunya). Sabía, por lo tanto, que estaba en la lista negra del establishment político-mediático de Catalunya. Si no fuera por la enorme frustración de sentirme discriminado en mi propio país, casi hubiera sido un honor estar en esta lista, en la que estábamos cinco.

Lo que sí me sorprendió, sin embargo, fue el nivel de sectarismo, desfachatez, ignorancia y manipulación que reflejaba esta clasificación, puesto que, además de incluir muchos errores, me situaban en la misma categoría de autores con los que he expresado mi profundo desacuerdo, como por ejemplo el catedrático Francesc de Carreras, tipificándome como "nacionalista español" y "anticatalán". Y esto a pesar de que he sido uno de los autores en Catalunya y en España que ha sido más crítico con el nacionalismo españolista. Es más, mi biografía –que conocen por las razones que explicaré- muestra que mi concepción plurinacional de España es opuesta a la del nacionalismo españolista. Procedo, además, de una familia que defendió a la República española y a la nación catalana (siendo brutalmente represaliada por ello), identificándome, política e intelectualmente, con el presidente Companys (una de las figuras de la historia de Catalunya más incómodas para el pujolismo). Fui, además, junto con mis amigos Teresa Forcades y Arcadi Oliveres, fundador del movimiento Procés Constituent, habiendo siempre subrayado mi profunda oposición al Estado español (lo cual es diferente a oponerse a España), resultado de una Transición inmodélica, puesto que no considero este Estado como representante de los distintos pueblos y naciones que constituyen este país.

Mi relación con el pujolismo

Conocí el Sr. Jordi Pujol en la Facultad de Medicina. No me cayó bien desde el principio. De formación germánica, lo vi siempre muy autoritario y, lo que es más importante, estaba en el polo opuesto al mío en cuanto al significado de Catalunya. Pujol, hijo de la burguesía, tenía, en aquel momento, una visión racista de Catalunya. Definía (junto con los sectores más reaccionarios de la burguesía catalana) a los inmigrantes procedentes del sur de España como "charnegos", como intelectualmente inferiores. Yo, por el contrario, hijo de una familia de izquierdas, represaliada por el fascismo, escogí trabajar como médico del Somorrostro, el barrio más pobre de Barcelona, donde vivían los "charnegos". Fui, pues, y con gran honor, el médico de los charnegos.

Quiero aclarar que respeto y valoro positivamente la participación de Jordi Pujol en la lucha antifascista. Pero dicho esto, fue de las poquísimas personas de la derecha catalana que lo hizo, mientras que muchos catalanes trabajamos durante años en la resistencia, resistencia de izquierdas que, como Pujol tuvo que reconocer, fue la que hizo más para defender la identidad catalana. Las derechas catalanas participaron muy poco en la lucha contra la dictadura.

Convergència Democràtica, que ha estado gobernando Catalunya junto con Unió Democràtica durante la mayor parte del periodo democrático, ha sido, a semejanza de las derechas italianas, un partido de claro comportamiento clientelista, que compró e incluyó en sus redes de corruptela a grandes sectores de la sociedad y de la intelectualidad. Incluso hoy esto se puede ver en la composición de la casta de tertulianos en sus medios de comunicación, lo que Gramsci denominaría los intelectuales orgánicos del nacionalismo burgués, muchos de los cuales pasaron durante su juventud por el sarampión de ser de izquierdas, siendo hoy muchos de ellos los principales promotores de la visión neoliberal en Catalunya.

Este partido, claramente de derechas, se convirtió al independentismo recientemente, debido en parte a un oportunismo político, a causa del comportamiento del Estado central y su oposición al Estatuto de 2006 iniciado no por Pujol, sino por el socialista Maragall (con el cual me une una gran amistad), siéndole muy provechoso que el bipartidismo en el Estado español presentara una cara muy antipática que generó el crecimiento del independentismo. No creo que se pueda dudar que este crecimiento se debe al crecimiento del nacionalismo españolista, que ha alcanzado su máxima expresión con el gobierno del PP. El desplazamiento hacia el independentismo ha sido su salvación electoral, porque habría disminuido o incluso desaparecido (como le ha pasado a Unió Democràtica) si se hubiera limitado a defender los intereses de la burguesía catalana, tarea en la que compiten electoralmente con el PP y Ciudadanos.

Siempre hubo otro catalanismo

Como he dicho antes, durante la dictadura no fueron las derechas catalanas las que se distinguieron por su defensa de Catalunya (incluyendo su identidad), sino las izquierdas catalanas. Y así fue no sólo durante la dictadura, sino también después, durante la democracia. Pero es aquí donde el significado de Catalunya varía. Querría subrayar que no menosprecio el trabajo que el pujolismo hizo durante su largo periodo de gobierno para intentar recuperar la cultura y la simbología catalanas. Pero lo hizo dentro de un concepto clasista que contribuyó a descohesionar Catalunya, tal como se documenta en el trabajo L’Estat del Benestar a Catalunya que dirigí. La polarización de la escuela catalana por clase social fue "su gran contribución a hacer país". Fueron las izquierdas y el gobierno tripartito, satanizado por los medios cercanos o controlados por las derechas catalanas, los que intentaron cambiar el clasismo de las políticas públicas de la Generalitat, incrementando el gasto público social para que disminuyera la descohesión social.

Y cuando surgió el 15M (y aquí en Catalunya el Procés Constituent), aparecieron movimientos que no solo querían romper con el Estado español (que es diferente a romper con España), sino también con la Generalitat de Catalunya existente, creándose el Procés Constituent, que tenía como objetivo contribuir a crear una nueva constitución para una Catalunya republicana, resultado de una participación ciudadana, construyéndola de abajo arriba. Un proceso constituyente es construir una Catalunya soberana, esto es, una Catalunya donde la población catalana sea la que decida. Soberanismo, sin embargo, no es independentismo, diferencia que interesadamente los partidos independentistas nunca aceptan, puesto que insisten en su identificación asumiendo erróneamente que la población catalana, en un proceso auténticamente democrático, escogería la independencia.

Soberanismo no es lo mismo que secesionismo 

Un elemento central de este otro catalanismo fue la identificación del tema nacional con el tema social, esto es, que la lucha por el reconocimiento de la soberanía de la nación catalana, que tenía como componente importante de este proceso el establecimiento del derecho a decidir (tal como las izquierdas catalanas y también, por cierto, las izquierdas españolas, habían defendido durante la resistencia antifascista), fuera paralela e inseparable del proceso de transformación del Estado de Catalunya, aliándose con las clases populares –de las que la clase trabajadora es el elemento central- frente a la burguesía (con cierta simplificación, el eslogan del Procés Constituent era construir la Catalunya del 99%). Fue una experiencia interesante, y personalmente muy valiosa, porque conocí a personas que se convirtieron en grandes amistades. En realidad, muchas de las personas que están hoy en la dirección de nuevos movimientos como Barcelona en Comú surgieron del Procés Constituent. Marché del Procés Constituent, sin embargo, cuando vi que el énfasis nacional absorbía la mayor parte del proyecto, cuando mi primer objetivo, aunque no el único, es la dimensión social.

No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que para resolver el problema social hay que resolver primero el tema nacional. Creo que es un error, como está haciendo la CUP (partido por el que en el tema social siento gran aprecio y simpatía), enfatizar primordialmente el tema nacional, estableciendo, en el caso de la CUP, una alianza con la derecha catalana (responsable de los enormes recortes y reformas laborales que han hecho un enorme daño a las clases populares de Catalunya). Por este motivo veo con gran simpatía movimientos como En Comú Podem, porque, luchando por el reconocimiento del derecho a decidir, ponen esta demanda dentro de un programa social que permita la movilización social y nacional que, en mi opinión, son necesarias para conseguir la liberación de Catalunya, en alianza con otros pueblos y naciones de España, los cuales, además de sentirme emocionalmente identificado con ellos, son condición importante para conseguir la liberación social y nacional en Catalunya. Todos ellos comparten un adversario común, que es el nacionalismo españolista que nos asfixia a todos.

Pero también están asfixiando a Catalunya las derechas independentistas, que han impuesto una dictadura mediática, siendo el grupo más excluido las izquierdas (excepto, de forma muy minoritaria, la CUP). No es por casualidad que la lista secreta de la Fundació CatDem definiera el ultraderechista Sala y Martín como un gran patriota catalán, al que se le dieron 400.000 euros (más IVA) para producir un programa (de pésima calidad y rigor, y abusiva manipulación) para promover el ultraliberalismo, además de tener un espacio de televisión y otro de radio en programas insignia de los medios públicos catalanes. Y, como era predecible, yo era considerado un enemigo (destinado a no aparecer nunca). Prácticamente nadie que esté a la izquierda de lo que consideran el centroizquierda respetable aparece en estos medios.

Este sectarismo logró su máxima expresión cuando la Sra. Rigau, dirigente del partido gobernante en la Generalitat de Catalunya y muy influyente dentro del pujolismo, creyendo que podía actuar con toda impunidad, tuvo la desfachatez de quejarse a la rectora de mi universidad -la Universitat Pompeu Fabra-, la Sra. Mª Rosa Virós, de mis trabajos científicos críticos con la política social de la Generalitat, lo que la rectora, con la integridad que la caracterizaba, le dijo que no era una conversación ni una observación adecuadas para su cargo. La Sra. Virós, por cierto, fue la que me invitó a integrarme en la Universitat Pompeu Fabra. La causa de la ira de CDC era que había aparecido en Internet un vídeo que era en realidad un libro que yo había dirigido, denunciando el atraso social de Catalunya, vídeo que yo no era consciente que se hubiera hecho, y que tuvo un gran impacto en las elecciones, contribuyendo a la derrota de CiU en las elecciones de 2003.

Podemos como el enemigo

Los talibanes de la derecha independentista (que abundan en Convergència, ahora Partit Demòcrata) odian a Podemos, al que consideran como el principal enemigo, puesto que es la cara amable y fraternal de España que más teme este tipo de independentismo. Como que su objetivo es perpetuarse en el poder, son conscientes de que siempre que exista la cara antipática, hostil y asfixiante de España lo tendrán fácil para hacerlo, aunque esto sea a expensas de no conseguir nunca la independencia. Tendría que ser obvio que ellos solos, y con la clase trabajadora en contra, nunca conseguirán la independencia. Pero por extraño que parezca, esto parece que les va muy bien, puesto que el elemento clave es permanecer en el poder. Y para ello utilizan tanto la bandera catalana como el sentimiento noble y positivo de amor hacia Catalunya de amplios sectores de la sociedad catalana, defendiendo, no a Catalunya, sino su asfixiante poder institucional. Son tan obstáculo para conseguir la soberanía catalana como lo es el nacionalismo españolista, que es su mayor aliado en esta empresa, nacionalismo que, como he indicado en varias ocasiones, tiene un objetivo idéntico: también perpetuarse en el poder.

Una última nota

Aplaudo y comparto el apoyo que las izquierdas están dando a la presidenta del Parlament de Catalunya, la Sra. Carme Forcadell, y al que fue presidente de la Generalitat de Catalunya, el Sr. Artur Mas (al cual he criticado ampliamente), por la persecución judicial a la que están siendo sometidos, una protesta que tendría que movilizar a todas las fuerzas democráticas en Catalunya y en el resto de España en contra de esta represión. El oportunismo político de la derecha española (homologable a la ultraderecha en Europa) la lleva a intentar explotar el anticatalanismo, que por desgracia todavía está ampliamente extendido al centro de España, para crear un enfrentamiento que la está beneficiando electoralmente, como también está beneficiando a la derecha catalana. En este enfrentamiento, las más mínimas reglas de decencia democrática están siendo violadas, primordialmente por la derecha española, cosa que se tiene que denunciar por mera coherencia democrática. Así de claro.

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El redescubrimiento de la clase trabajadora en los países a los dos lados del Atlántico Norte https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/12/19/el-redescubrimiento-de-la-clase-trabajadora-en-los-paises-a-los-dos-lados-del-atlantico-norte/ Mon, 19 Dec 2016 06:00:43 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3812 Continuar leyendo "El redescubrimiento de la clase trabajadora en los países a los dos lados del Atlántico Norte"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Pompeu Fabra

Independientemente del mérito o demérito que pueda tener la palabra populismo para definir lo que está ocurriendo en gran parte de los países de la Unión Europea y en EEUU (tema para otro artículo), la realidad es que este término se está empleando para ocultar un fenómeno mucho más llamativo e importante, que es la necesidad de recuperar categorías analíticas que ayuden a entender la realidad que nos rodea y que han sido deliberadamente marginadas por los establishments político-mediáticos de tales países desde los años ochenta, tales como los conceptos y términos de clases sociales y conflicto de clases. En cada uno de los mayores eventos que han supuesto verdaderos tsunamis políticos en los países a los dos lados del Atlántico Norte (los cuales han cogido por sorpresa a sus establishments político-mediáticos), tales como la victoria del candidato republicano Trump en EEUU o el Brexit en el Reino Unido, ha habido un elemento en común: la movilización de la clase trabajadora (clase social que supuestamente había desaparecido en el análisis y la narrativa de tales establishments) en contra de políticas públicas neoliberales impuestas (y digo impuestas pues no estaban en sus ofertas electorales) por partidos gobernantes que han estado aplicando dichas políticas, las cuales han estado dañando enormemente el bienestar y calidad de vida de las clases populares, hasta tal punto que en EEUU, por ejemplo, su esperanza de vida ha ido descendiendo como resultado de la aplicación de dichas políticas.

En estos países, mediante los movimientos que sus establishments político-mediáticos definen como populistas, la clase trabajadora ha jugado un papel clave en el rechazo y movilización contra tales políticas públicas, rechazo que se ha hecho extensivo a dichos establishments, percibidos correctamente como sensibles hacia los intereses de los poderes financieros y económicos, y espectacularmente insensibles hacia el bienestar de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población. De ahí que una característica de estos movimientos de rechazo haya sido su profundo malestar con las instituciones llamadas representativas, así como con los instrumentos políticos que históricamente habían estado al servicio de la clase trabajadora (donde se habían originado), los cuales han sido percibidos como parte de aquellos establishments (y que cuando han gobernado han aplicado las mismas políticas que las de sus adversarios políticos, representantes de los partidos próximos -y derivados- de las clases dominantes). Ni que decir tiene que otras clases han intervenido en estos movimientos también, incluidos sectores de las clases profesionales y amplios sectores de las clases medias que se han ido proletarizando, consecuencia de las políticas públicas neoliberales que han afectado también negativamente su bienestar y calidad de vida. Pero la movilización de la clase trabajadora frente a las políticas llevadas a cabo por los gobiernos e instancias superiores (como las instituciones de gobernanza de la Unión Europea en el caso de Europa, instrumentos de las clases dominantes) ha sido determinante en tales movimientos llamados populistas.

El redescubrimiento de la clase trabajadora por las derechas y ultraderechas

En realidad, la concienciación sobre este hecho explica la respuesta de las estructuras de poder frente al protagonismo de la clase trabajadora, llegando al nivel de que el Partido Conservador británico, dirigido por la nueva primera ministra del Reino Unido, la Sra. Theresa May (uno de los partidos gobernantes en la Unión Europea que ha aplicado con mayor intensidad las políticas neoliberales), se ha erigido en el partido de la clase trabajadora (sí, ha leído bien, así lo definió la Sra. May), recuperando, en su discurso, la narrativa de la lucha de clases (la clase trabajadora frente a los establishments político-mediáticos británicos y europeos) que incluso las izquierdas tradicionales habían abandonado. La utilización de un mensaje soberanista frente a los poderes fácticos extranjeros, con un discurso claramente antiestablishment con marcado acento de conflicto con las estructuras del poder, está caracterizando a esta derecha, convertida en la ultraderecha, en una situación con ribetes parecidos a lo que ocurrió en los años treinta del siglo pasado, cuando aparecieron y se expandieron el nazismo y fascismo, que hay que recordar que se llamaron a sí mismos nacionalsocialistas.

Una situación semejante ha ocurrido en EEUU, donde la movilización de la clase trabajadora blanca (que es la mayoría de la clase trabajadora estadounidense) ha jugado un papel determinante en la victoria de un candidato, Donald Trump, que se presentó como su representante ("I love the little people, forgotten in this country") frente a un establishment político-mediático altamente impopular, y con un programa que tenía elementos atractivos para dicha clase trabajadora, como la eliminación de los tratados de libre comercio, que han facilitado la pérdida de puestos de trabajo en EEUU.

Esta situación de pujanza de este discurso de clase es un indicador más del enorme coste que ha significado para las izquierdas tradicionales su abandono del discurso de clases, un vacío que han llenando las nuevas derechas que hábilmente lo han recuperado para fines electorales que han sido altamente exitosos. La copia mimética por parte de las izquierdas de los términos utilizados por las derechas, refiriéndose a la mayoría de la población como personas pertenecientes a las "clases medias", sin hacer referencia a la clase trabajadora (que continúa siendo la gran mayoría de las clases populares) ha tenido sus costes, hábilmente utilizados por las derechas, convertidas en ultraderechas.

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Es sorprendente que se considere sorprendente la victoria de Trump https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/11/11/es-sorprendente-que-se-considere-sorprendente-la-victoria-de-trump/ Fri, 11 Nov 2016 15:04:50 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3797 Continuar leyendo "Es sorprendente que se considere sorprendente la victoria de Trump"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Director del JHU-UPF Public Policy Center

Lo que ha ocurrido en EEUU con la elección del candidato republicano, el Sr. Donald Trump, era predecible. Y así lo había yo indicado en un artículo reciente (ver "De lo que no se informa y/o se conoce sobre las elecciones en EEUU", Público, 18.10.16). En realidad, la posibilidad de que ocurriera lo que ha ocurrido se ha ido fraguando desde los años noventa, cuando el partido Demócrata, bajo la presidencia del Sr. Bill Clinton, aplicó toda una serie de políticas de clara sensibilidad neoliberal (hasta entonces patrimonio del Partido Republicano), algo que también ocurrió en el Reino Unido cuando el Sr. Tony Blair, dirigente del Partido Laborista, adoptó las medidas neoliberales que había propuesto la Sra. Thatcher, dirigente del Partido Conservador. En realidad, y tal como he documentado en otro artículo, la Tercera Vía del gobierno Blair estaba muy inspirada en las políticas llevadas a cabo por la Administración Clinton (ver "El fracaso del nuevo laborismo y del socioliberalismo". Sistema, 21.05.10).

La derechización del Partido Demócrata: el origen de la Tercera Vía

Estas políticas neoliberales significaron un cambio notable de las políticas del Partido Demócrata heredadas del New Deal establecido por el presidente Roosevelt, y que justificaban que tal partido se presentara como el "partido del pueblo llano" frente al instrumento político del gran empresariado, representado por el Partido Republicano. Tales políticas del New Deal (y más tarde de la Great Society) fueron sustituidas por políticas neoliberales llevadas a cabo por el presidente Clinton, las cuales incluyeron la desregulación en la movilidad del comercio y del capital financiero, iniciándose toda una serie de tratados referidos como tratados de libre comercio, de los cuales el más importante fue el Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México, conocido en inglés como NAFTA. Tal tratado era altamente impopular entre los sindicatos y entre las bases electorales del Partido Demócrata, lo cual explica que la mayoría de los miembros del Partido Demócrata en el Congreso no votaran a su favor. Solo los procedentes del sur de EEUU (que suelen ser los más conservadores) apoyaron dicho tratado, junto con la mayoría de los miembros del Partido Republicano. Tal aprobación significó un giro importante en las políticas del supuesto "partido del pueblo", el cual dañó, como era predecible, a los trabajadores de los sectores manufactureros (los sectores mejor pagados dentro de la fuerza laboral en EEUU), pues vieron sus trabajos desplazados a Méjico cuando sus empresas se trasladaron a aquel país, perdiéndose con ello millones de buenos empleos en EEUU. Fue así como el Partido Demócrata favoreció extensamente el tipo de globalización económica que hemos conocido desde los años ochenta y noventa (iniciado por Ronald Reagan y Margaret Thatcher). Este globalismo ha sido uno de los elementos que ha debilitado más a la clase trabajadora, pues el mundo empresarial ha utilizado contra el mundo de trabajo la amenaza de desplazarse a otros países en caso de no obtener concesiones en forma de bajada de salarios, de recortes en su protección social y de deterioro de sus condiciones de trabajo.

Tal globalización contribuyó al alejamiento de la clase trabajadora del Partido Demócrata. En realidad, la pérdida de la mayoría del Partido Demócrata en el Congreso (incluyendo el Senado) se debió a la masiva abstención de la clase trabajadora en las elecciones al Congreso del 1994, después de que el presidente Clinton aprobara en 1993 el NAFTA con el apoyo mayoritario del Partido Republicano. Fue entonces cuando ya se inició el enfado de la clase trabajadora. Como bien ha comentado el politólogo Thomas Frank en su libro Listen, Liberal, a medida que el Partido Demócrata fue distanciándose de la clase trabajadora, fue aumentando la influencia de la clase media profesional (personas con estudios superiores, incluyendo los universitarios) en los aparatos de tal partido. En realidad, fue el crecimiento de esta influencia, ejemplificada por la Administración Clinton, la que causó el distanciamiento de la clase trabajadora, algo semejante a lo que ha estado ocurriendo con los partidos socialdemócratas en Europa.

El continuismo del neoliberalismo con Obama

Tales políticas han sido seguidas por el Presidente Obama, e incluso expandidas durante su mandato para incluir el proyectado tratado de libre comercio con los países del Pacífico y el intento de establecer otro con la Unión Europea (UE). No hay que olvidar que una de sus promesas electorales, realizadas en su primera elección, había sido modificar el NAFTA, lo cual no hizo. La propuesta de los sindicatos era la de su eliminación, a lo cual el presidente Obama no accedió, sin ni siquiera modificarlo. Como consecuencia, los datos fácilmente accesibles muestran un gran descenso de los salarios y de la protección social, mayores causas de que las rentas del trabajo como porcentaje de las rentas totales continuaran descendiendo, proceso que se había iniciado en los años ochenta, adquiriendo mayor descenso a partir de la plena expansión del proceso de globalización. Mientras las rentas del trabajo disminuían, las rentas derivadas del capital fueron subiendo, habiendo alcanzado niveles nunca vistos desde los años treinta del siglo XX (causa, por cierto, de la Gran Depresión).

La segunda mayor ofensa a las clases populares por parte del socioliberalismo: la desregulación de la banca

Otra política pública introducida por el presidente Clinton fue la desregulación de la banca, eliminando la separación entre la banca comercial y la banca de inversión (y que exigía la Ley Glass-Steagall aprobada durante el mandato del presidente Roosevelt), medida propuesta por su Secretario del Tesoro (equivalente al Ministro de Finanzas), el Sr. Robert Rubin, que había sido codirector de la banca Goldman Sachs antes de incorporarse al gobierno del presidente Clinton. Esta medida desreguladora tuvo dos impactos sumamente negativos para el bienestar de las clases populares (y de la economía). Tal desregulación del capital financiero favoreció las burbujas especulativas, de las cuales la inmobiliaria afectó particularmente a la clase trabajadora y a las clases medias de renta baja, que tuvieron que endeudarse profundamente para pagar precios abusivos de las viviendas, resultado del carácter especulativo de las inversiones inmobiliarias. Esta desregulación bancaria era resultado de la complicidad nueva que se estableció entre Wall Street y el Partido Demócrata, que ha sido una constante de la Tercera Vía, iniciada por Clinton y continuada por Obama.

El resultado de tal complicidad es el rescate que el gobierno federal hizo de la banca cuando las burbujas especulativas estallaron, poniendo en peligro la viabilidad del sistema financiero, que estaba metido en la especulación hasta la médula. Es significativo resaltar que ningún banquero haya ido a la cárcel, a pesar de haber cometido delitos graves que afectaron muy negativamente el bienestar de las clases populares. En realidad, el enorme crecimiento de las rentas del capital se debe, en parte, a la gran expansión del capital financiero basada en un enorme endeudamiento de las clases populares, consecuencia a su vez del descenso de las rentas del trabajo. Hay que señalar que dirigentes de la empresa Enron terminaron en la cárcel durante la Administración Bush. No así los dirigentes de la banca en la Administración Obama.

El justificado y predecible enfado de la clase trabajadora

Era obvio que se estaba acumulando un enfado que podía apercibirse en el enorme descrédito de las instituciones llamadas representativas en aquel país, y que son ocupadas por una de las clases políticas más estables en el mundo capitalista avanzado, resultado del sistema de financiación, predominantemente privado, del proceso electoral de aquel país, en un sistema bipartidista carente de proporcionalidad y que prácticamente imposibilita la entrada de nuevos partidos.

Tal pérdida de legitimidad se traduce en que la mayoría de la clase trabajadora no vota en EEUU. Tal clase representa aproximadamente el 52% de la población estadounidense (un número bastante próximo a lo que la población señala como su pertenencia, cuando se le pregunta si se considera de la clase alta, la clase media o la clase trabajadora). Al haber una relación inversa entre nivel de renta y participación en el proceso electoral, se deduce que la mitad de la población estadounidense, por debajo de la media, es la que no vota (en EEUU solo votan entre un 52% y un 54% de la población que podría hacerlo), y pertenece a la clase trabajadora. En realidad, el descenso electoral del Partido Demócrata está muy marcado por el creciente grado de abstención de la población obrera identificada con este partido. El cambio del Congreso de demócrata a republicano que tuvo lugar en el año 1994, que he citado en un párrafo anterior, fue resultado del crecimiento de la abstención obrera en respuesta a la aprobación del NAFTA.

La marginación de la clase trabajadora

El cambio de los partidos que electoralmente tenían como base central la clase trabajadora y otros componentes de las clases populares hacia otros sectores y clases sociales (definiéndose a sí mismos como partidos de las clases medias) fue resultado del cambio de composición de los aparatos de tales partidos, con un claro dominio de las clases profesionales, personas con educación superior que asumían que o bien la clase trabajadora estaba despareciendo, o bien se estaba convirtiendo en clases medias. Esta llamada "modernización" de tales partidos incluyó la adopción por su parte de elementos de la ideología neoliberal, que había sido transmitida desde los años ochenta por los partidos conservadores y liberales. En realidad, el Partido Demócrata hoy está próximo (sin estar afiliado) a la Internacional Liberal. Clinton fijó esta nueva línea. Tal neoliberalismo económico, por cierto, redefinió la política social, enfatizando la importancia de la empresa privada (financiada públicamente) en la gestión de los servicios públicos, tema que trataré en una sección posterior de este artículo.

Los costes de ignorar a la clase trabajadora

La desaparición de clase social como categoría sociopolítica por parte del Partido Demócrata (como también ha ocurrido con la socialdemocracia) implicó el abandono de las políticas redistributivas. El Partido Demócrata (considerado con excesiva generosidad como la izquierda en EEUU) enfatizó, en lugar de políticas de clase, políticas encaminadas a integrar a las minorías y a las mujeres en el sistema político, basando su estrategia política en combatir la discriminación en contra de las minorías (negras y latinas) y en contra de las mujeres. Estas políticas fueron, en parte, exitosas en incorporar estos grupos discriminados dentro de las instituciones políticas de carácter representativo y en la administración pública. Pero las mayores beneficiarias de estas políticas fueron personas de clase media de renta alta, sin que en general afectaran al bienestar económico y social de la mayoría de minorías y mujeres, que pertenecían a la clase trabajadora. El intento de integrar a las mujeres y a los negros (y en parte también a los latinos) en el sueño americano no afectó al bienestar de las clases populares. Las políticas de identidad sin sensibilidad de clase (supuestamente desaparecida) no cambiaron el poder de la clase dominante del país. Solo cambiaron el color y el género de las clases medias de renta alta. La victoria del presidente Obama, una persona negra, no afectó al bienestar económico de la clase trabajadora negra, mostrando los límites de tal estrategia identitaria, en ausencia de unas medidas de tipo clasista.

Y las elecciones del pasado 8 de noviembre han mostrado como la gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora ha votado por Trump, que fue, de los dos candidatos (Trump y Clinton), el que acentuó más el discurso de clase. Trump se presentó como el defensor del mundo del trabajo, haciendo referencia constante a que su gente eran las personas con escasa educación, a las cuales el establishment político del país denominaba como "white trash" (basura blanca). Y el primer punto que subrayó en su discurso en la noche de las elecciones fue que él representaba a las personas olvidadas por el sistema. Viéndole en aquel momento, me recordaba el discurso de la líder del Partido Conservador británico, la Sra. Theresa May, que tras otra gran sorpresa del establishment, el Brexit, promovió a partir de entonces que el Partido Conservador tenía que ser el partido de la clase trabajadora del Reino Unido. Mientras, la Sra. Clinton apelaba a las mujeres, habiendo definido a los seguidores de Trump como "deplorables", un adjetivo parecido a "basura".

Siempre había alternativas que el establishment político-mediático vetó

En las últimas elecciones hubo la alternativa a Hillary Clinton, que había apoyado todas las políticas de su esposo durante su mandato Se llamaba Bernie Sanders, el candidato en las primarias demócratas, socialista sin complejos, que siempre defendió los intereses de la clase trabajadora, Bernie Sanders, conocido por su integridad y compromiso con las clases trabajadoras, y que apostaba explícitamente por una "revolución política" encaminada a democratizar las instituciones políticas y económicas del país, movilizando a grandes sectores de la clase trabajadora y a la juventud del país. Fue un terremoto dentro del Partido Demócrata, y el aparato de tal partido se movilizó por todos los medios para parar tal candidatura, y ello a costa de perder las elecciones. La gran mayoría de encuestas mostraban que Sanders, cuando aparecía frente a Trump, sacaba mucho más apoyo popular que el que Clinton conseguía frente al candidato republicano. Sanders era la única posibilidad de parar a Trump. Y su lenguaje, el de Sanders, era clasista, subrayado la conjunción de intereses de todas las razas y de todos los géneros, unidos en sus reivindicaciones basadas en su clase. Este mensaje hubiera sido imbatible. Pero el nuevo Partido Demócrata era incapaz de presentar esta imagen, pues el aparato estaba claramente conectado con la clase que se sentía amenazada con este enfoque de clase del candidato Sanders. La victoria de Clinton en las primarias desmovilizó a los votantes de Sanders, aumentando significativamente la abstención, un aumento que ha sido fatal para Clinton, pues su adversario tenía movilizada a la clase trabajadora blanca y a los grupos extremistas claramente racistas, que apoyaron masivamente a su candidato, y en cambio la candidata Clinton tenía a sus bases desmovilizadas.

Clase o raza y género, o clase, raza y género: los orígenes históricos de este debate en EEUU

 El desconocido precedente de Sanders fue la candidatura del reverendo Jesse Jackson en 1988. Tal candidato en las primarias del Partido Demócrata enfatizó, en las primarias anteriores, en 1984, la necesidad de integrar a la población negra en la sociedad estadounidense. Su eslogan fue "Our time has come" (nuestro tiempo ha llegado). Presentándose como discípulo de Martin Luther King y como "la conciencia de EEUU", la recepción del establishment político-mediático fue sumamente favorable. El New York Times escribió un editorial sumamente positivo. Fui asesor suyo en temas sociales y económicos en aquella campaña, y ello a pesar de mi desacuerdo con la orientación de la misma, pues si la intención era llegar a ser presidente de EEUU, presentándose como la voz de las minorías, no era el mejor método para llega a tal puesto.

En el año 1988, en cambio, se presentó como el candidato de la clase trabajadora, siguiendo el consejo de algunos de sus asesores, incluyéndome a mí. Formó así el movimiento Arco Iris (la Rainbow Coalition), que era la manera gráfica de mostrar que cuando los trabajadores negros, los amarillos, los verdes y los blancos se unen, forman la mayoría. Y cuando en Baltimore, ciudad industrial, con una amplia clase trabajadora dividida por razas (obreros negros y obreros blancos), le preguntaron "¿cómo conseguirá usted el voto del obrero blanco?", respondió "haciéndole ver que tiene más común con el obrero negro, por ser los dos obreros, que con su empresario por ser blanco". Con ello recuperó el mensaje de Martin Luther King expresado una semana antes de ser asesinado, cuando aseguró que el conflicto clave en EEUU era un conflicto de clases entre una minoría y una gran mayoría de la población compuesta por diferentes razas y etnias. Jesse Jackson consiguió con ello casi la mitad de los delegados en la Convención del Partido Demócrata en Atlanta. Su programa incluía "propuestas universalistas", como el establecimiento del Programa Nacional de Salud que, debido a la presión del Rainbow, fueron incluidas en la campaña del Partido Demócrata del 1988.

Ahora bien, la fuerza de las izquierdas asustó al Partido Demócrata y el gobernador Clinton del Estado de Arkansas lideró la campaña para parar a las izquierdas, a la vez que hizo suya, en las elecciones en el año 1992, la petición de establecer un programa nacional de salud, que había sido muy movilizadora en la campaña de Jackson del 1988. De ahí que, después de ganar, estableciera un grupo de trabajo, liderado por su esposa, Hillary Clinton, del que Jesse Jackson y líderes sindicales insistieron que yo formara parte, invitándoseme a que les representara en tal grupo de trabajo. La Sra. Clinton, sin embargo, no apoyó la propuesta de las izquierdas, que pedían que la gestión del sistema sanitario (que deseábamos que fuera universal) se hiciera por parte del sector público en lugar de que lo hicieran las compañías de aseguramiento sanitario privado, como ocurrió y continúa ocurriendo ahora. El mantenimiento del enorme poder de tales compañías en el sistema sanitario estadounidense es el origen del enorme gasto sanitario por un lado (19% del PIB), y de la gran impopularidad del programa (el 62% de estadounidenses están insatisfechos con la manera como se financia y gestiona la sanidad), incluido el Obamacare. Mi año de experiencia en la Casa Blanca, trabajando en aquel grupo de trabajo liderado por la Sra. Clinton, fue enormemente frustrante, pero de gran valor para entender cómo funciona el poder en Washington, concluyendo que la complicidad de Washington con lo que se llama "clase corporativa" vacía de sentido aquella famosa frase que aparece en la Constitución de EEUU, "We, the people", debiéndose añadir que no es el pueblo, sino las grandes compañías que dominan la economía estadounidense, las que deciden en el gobierno. Y el Partido Demócrata es una fuerza clave en tal entramado. De ahí la necesidad de hacer una revolución política, para democratizar el país. La marginación del único candidato, Bernie Sanders, que hizo tal propuesta, enormemente popular, augura una continuidad de la extrema derecha en el gobierno.

Una última observación

Como era predecible, los grandes medios de información no han explicado ni han entendido lo que está ocurriendo en EEUU. Durante toda la campaña se han centrado en la figura de Trump, presentándolo como un payaso. Es extraordinaria la enorme atención que dieron a este personaje, intentando ridiculizarlo. Pero estos ataques movilizaron todavía más a las clases populares que odian a los establishments mediáticos, hecho del cual Trump es consciente. Ni que decir tiene que Trump era y es una persona de gran astucia política, que sabe bien cómo canalizar el enorme enfado popular contra el establishment político-mediático del país. Pero si no hubiera habido Trump, hubiera habido otro personaje, tan o incluso más a la derecha que él. En realidad, algunos de los candidatos que derrotó en la campaña electoral en las primarias eran incluso más reaccionarios, queriendo prohibir, por ejemplo, el aborto.

Este excesivo énfasis en los personajes, frivolizando la política, es la característica de lo que se conoce como medios de información. Pero para entender lo que está pasando, hay que entender y conocer lo que ha estado pasando en EEUU, y que, por desgracia, los medios no citan. Presentar lo ocurrido, como he leído en más de un reportaje, como una traición de las mujeres trabajadoras a la causa feminista, es no entender nada de lo que pasa en EEUU. Es urgente que las izquierdas, incluyendo los movimientos progresistas en defensa de las minorías y también los movimientos feministas, recuperen el concepto de clase en sus proyectos, pues la mayoría de cada uno de sus sujetos pertenecen a la clase trabajadora y clases medias de rentas medias y bajas, que constituyen la mayoría de la población en EEUU y en cualquier país de capitalismo desarrollado. Olvidarse de la clase trabajadora ha sido lo que ha llevado al tsunami que estamos viendo a los dos lados del Atlántico Norte. Así de claro.

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Hablando claro: ¿Quién es responsable de que Rajoy continúe gobernando España? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/10/31/hablando-claro-quien-es-responsable-de-que-rajoy-continue-gobernando-espana/ Mon, 31 Oct 2016 13:17:01 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3783 Continuar leyendo "Hablando claro: ¿Quién es responsable de que Rajoy continúe gobernando España?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Uno de los argumentos que se ha utilizado con mayor frecuencia e intensidad por parte de dirigentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y por el diario El País es que el responsable de que Rajoy continúe en el gobierno es Podemos (y muy en especial su Secretario General, el Sr. Pablo Iglesias) por no haber apoyado después de las elecciones del 2015 el pacto PSOE-Ciudadanos, permitiendo que el Sr. Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, fuera investido presidente del gobierno español, sustituyendo al gobierno Rajoy, situación que era deseada por la mayoría de los partidos políticos representados en las Cortes Españolas. Ni que decir tiene que este argumento es utilizado por la dirección del PSOE y por El País para desacreditar a Podemos (y muy en especial a Pablo Iglesias) en su intento de debilitar su atractivo electoral, presentándolo como causante de la continuidad de un gobierno detestado por la gran mayoría de fuerzas y movimientos progresistas del país.

Esta acusación, sin embargo, deliberadamente ignora la situación actual en la que se encuentra España, caracterizada por una gran crisis de legitimidad del Estado que resultó de la transición inmodélica que tuvo lugar en este país, pasando de una dictadura (de las más crueles y reaccionarias que hayan existido en Europa) a una democracia muy limitada, con escasa sensibilidad social (todavía hoy España tiene uno de los gastos públicos sociales por habitante más bajos de la UE-15, el grupo de países dentro de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al español), y con una visión uninacional y radial del Estado español centrado en la capital del reino (capital que tiene poco que ver con el Madrid popular). Sé que esta última observación referente al grado de centralismo del Estado español despertará toda una serie de protestas, alegando que "España es uno de los países más descentralizados de Europa", o como también se ha dicho que "España es ya en la práctica un Estado federal". Ya he escrito mostrando evidencias empíricas que cuestionan tales argumentos, evidencias que aparecen diariamente, siendo el último caso la revocación de la ley aprobada por el Parlament de Catalunya prohibiendo las corridas de toros en aquella Comunidad Autónoma. He vivido a lo largo de mi vida en varios países federales, incluido EEUU, donde actos como este serían inimaginables por parte del Estado federal.

Las grandes deficiencias del Estado español inmodélico han aparecido durante la Gran Recesión

Las deficiencias de este Estado democrático, resultado del dominio que las fuerzas conservadoras, que controlaban el Estado dictatorial, tuvieron en el proceso de transición, han aparecido con toda intensidad durante estos años de crisis. La Gran Recesión (que para millones de españoles ha sido la Gran Depresión) ha creado un enorme problema social, consecuencia de la aplicación de políticas neoliberales por parte de los gobiernos Zapatero y Rajoy, que han originado un marcado descenso de la calidad de vida de las clases populares, problema que ha agudizado e intensificado el problema nacional (mal llamado problema territorial), con la intensificación a lo largo del territorio español de los procesos de centralización e imposición de la uninacionalidad del Estado español. Tales problemas –el social y el nacional– han adquirido mayor intensidad durante el gobierno del PP (heredero de las fuerzas políticas que controlaron el Estado dictatorial), que ha llevado a cabo políticas neoliberales que han dañado el bienestar de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, y que ha recentralizado el Estado, mostrando una gran hostilidad hacia la plurinacionalidad del país (estimulando con ello el deseo de secesión por parte de las naciones "periféricas").

Era, pues, lógico y predecible que las nuevas fuerzas emergentes como Podemos, la renovada IU y las nuevas izquierdas en la "periferia" (Catalunya, País Vasco, Galicia, Valencia y Baleares) fueran anti Estado neoliberal y anti Estado uninacional, creándose una visión alternativa de una España más justa, solidaria y plurinacional, una visión que, por cierto, había sido apoyada históricamente por todas las fuerzas democráticas progresistas que lucharon contra el fascismo (incluyendo el PSOE). Este Estado central, que es percibido por tales fuerzas emergentes como corrupto, opresivo, insensible a las necesidades de las clases populares, y hostil hacia el reconocimiento de la plurinacionalidad de España, está en profunda crisis.

Las elecciones de 2015: ¿por qué el PSOE nunca consideró que había una alternativa posible liderada por las izquierdas?

Las elecciones del 2015 hubieran permitido iniciar un cambio, tanto en la dirección de resolver el tema social como en la dirección de resolver el tema nacional, pues ambos problemas están relacionados y, por lo tanto, sus soluciones también deben estar relacionadas. No es casualidad que en España las fuerzas más reaccionarias, conservadoras y neoliberales (fuerzas herederas directa o indirectamente del franquismo), responsables de las políticas neoliberales que han causado un gran daño a las clases populares, sean también las mayores defensoras del uninacionalismo. Sumando PSOE, Podemos, IU, En Marea, En Comú Podem y Compromís junto con PNV, CDC, ERC y Bildu, habría sido posible establecer una alternativa (estando a favor unos, absteniéndose otros) liderada por el PSOE y por Podemos, en alianza este último con Izquierda Unida.

El PSOE, sin embargo, nunca consideró esta alternativa, que hubiera permitido iniciar un cambio fundamental de régimen en la dirección de aquella España deseada, más democrática, más justa, más solidaria y plurinacional. El aparato del PSOE y los barones de siempre (incluyendo sus dirigentes pasados, los Sres. Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Luis Rodríguez Zapatero),  dirigidos por la Presidenta de la Junta de Andalucía, la Sra. Susana Díaz, se opusieron frontalmente a este cambio, utilizando una vez más el eslogan de "salvar la unidad de España", el eslogan del nacionalismo españolista, el nacionalismo más poderoso y asfixiante de los que existen en España, nacionalismo que siempre ha utilizado este eslogan para defender el statu quo económico y social de España. En realidad, el aparato del PSOE nunca consideró seriamente la posibilidad de aliarse con Podemos, desestimando la oferta que hizo Podemos inmediatamente después de realizarse las elecciones del 2015. Predeciblemente, tanto el PSOE como El País maliciosamente acusaron a Pablo Iglesias y a Podemos de interesarles solo los sillones del poder, cuando la oferta de alianza y coalición no podía ser más clara y transparente.

En su lugar, la dirección del PSOE intentó y consiguió establecer un pacto con Ciudadanos (el cual deseaba establecer una gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos), y una vez establecido tal pacto (PSOE-Ciudadanos) invitaron a Podemos a que, de manera subsidiaria, ofreciera su apoyo al establecimiento de un gobierno alternativo bajo la hegemonía de aquellas dos fuerzas, el PSOE y Ciudadanos (máximo exponente, este último, del neoliberalismo y del uninacionalismo). Es difícil de creer que las direcciones de ambos partidos –el PSOE y Ciudadanos– creyeran que Podemos podría aceptar estos términos (y según testimonios de participantes en la reunión del PSOE con Ciudadanos y Podemos, era clara la hostilidad de los segundos contra los terceros). Aceptarlos hubiera supuesto un enorme coste a Podemos, pues el elemento definitorio de tal partido político era un amplio movimiento en que su programa económico-social y su programa nacional (claramente a favor de la plurinacionalidad de España) son precisamente los opuestos a los sostenidos por Ciudadanos y también por los barones del PSOE, todavía anclados en las políticas económicas neoliberales y en su visión uninacional de España. La aceptación por parte de Podemos del pacto y del gobierno PSOE-Ciudadanos hubiera podido significar una rebelión dentro de las nuevas izquierdas en la "periferia". Y esto el PSOE y Ciudadanos lo sabían. De ahí que cuando el PSOE y Ciudadanos hicieron la invitación a Podemos de apoyar el Pacto, sabían que era prácticamente imposible que Podemos aceptara hacer posible aquel gobierno alternativo a Rajoy basado en una coalición PSOE-Ciudadanos que reproducía el frente neoliberal y uninacional que hubiera hecho imposible el inicio de un cambio de políticas económicas y sociales, y el fin del desbloqueo del tema nacional.

Una alternativa al gobierno Rajoy (basada en una coalición que hubiera permitido un gobierno con mayor conciencia social y deseo de redefinición de España), sin embargo, era posible. Ahora bien, a Pedro Sánchez los intereses económicos y financieros (liderados por el IBEX-35) y los grupos mediáticos conservadores y/o neoliberales que ejercen una enorme influencia sobre el PP y el PSOE (los dos partidos que habían gobernado España, producto de la inmodélica Transición) nunca le permitieron aliarse con Podemos para explorar tal alternativa, que hubiera podido iniciar un cambio urgente y necesario en el tema social (rompiendo con las políticas de austeridad) y desbloquear el tema nacional, iniciándose un diálogo con los "nacionalismos periféricos".

Otras alternativas eran también posibles en 2016

Y una situación semejante apareció después de las elecciones del 2016. Ni que decir tiene que la formación de una alternativa hubiera sido más difícil que en 2015. Pero, aunque más difícil, era posible, puesto que además de la alianza del PSOE con Unidos Podemos, se podría haber obtenido el apoyo de varios partidos nacionalistas vascos y catalanes que habían indicado su apoyo (bien por activa, bien por pasiva) para permitir formar un gobierno alternativo al gobierno Rajoy. El continuo argumento utilizado por El País de que los números no salían fue una mera excusa para no explorarla.

De ahí que debería estar claro que fueron los barones (las figuras históricas) y parte del aparato del PSOE los que se opusieron a tal alternativa que hubiera cambiado el rumbo de España, tanto en lo social como en lo nacional, en dirección contraria a la que ellos deseaban. Su argumento de que no querían tener, por el bien de España, unas nuevas elecciones, era utilizar "la patria" (como siempre habían hecho antes las derechas) para defender sus intereses, intereses que hubieran sido afectados muy negativamente, al pasar probablemente el PSOE a un tercer puesto en la carrera electoral, siendo sobrepasados por Unidos Podemos, que era lo último que el aparato del PSOE, figuras históricas y los barones, querían ver.

Una última observación: ¿Por qué ha tardado tanto que Pedro Sánchez reconociera lo que era obvio?

 Escribí este artículo este domingo por la tarde, antes de escuchar la entrevista de Jordi Évole a Pedro Sánchez en el programa "Salvados". Y tengo que reconocer que ver la entrevista me creó una sensación de alegría y esperanza por un lado, pero también de tristeza y frustración por el otro. Por una parte, es de agradecer que, por fin, el que fue Secretario General del PSOE, confirmara lo que era evidente, y que yo había escrito en este artículo antes de que escuchara sus declaraciones: el que no hubiera un gobierno alternativo, ni en 2015 ni en 2016 era la oposición de la estructura de poder económico-financiero-mediático y político a que el PSOE se aliara con Podemos para establecer un gobierno alternativo, liderado por las izquierdas, gobierno que hubiera iniciado los cambios que este país necesita como el aire que respira, y que incluya políticas de expansión en lugar de austeridad, con pleno desarrollo de su Estado del Bienestar, alcanzando el nivel de bienestar que su riqueza económica permite (el gasto público social continúa siendo uno de los más bajos de la UE-15) con reestructuración de su estructura industrial y energética, facilitando un mayor rol del sector público, en unas políticas que lleven a alcanzar el pleno empleo, no a base de la reducción de salarios y precariedad, sino a base de un buen empleo, siguiendo políticas de redistribución de la propiedad y de las rentas impidiendo su concentración, lo cual ha ocurrido en España a un coste elevadísimo a su sistema democrático, como muestra la excesiva influencia política y mediática de los sectores que concentran tal riqueza y que han imposibilitado el establecimiento de un gobierno alternativo que por mera lógica democrática hubiera reducido (y a ser posible, eliminado) su influencia claramente antidemocrática (pues nadie los ha elegido).

Las declaraciones de Pedro Sánchez confirman lo que era fácil de ver. Ha ocurrido un "golpe de Estado civil" en el que grupos financieros, económicos y mediáticos han imposibilitado (utilizando medios antidemocráticos que incluyen la manipulación, desinformación, mentira y represión intelectual) vetando una alternativa progresista al gobierno más corrupto y reaccionario hoy existente en la UE-15. Y el aparato del PSOE, las figuras históricas y gran parte de los barones liderados por Susana Díaz, han sido cómplices ejecutores de tal golpe de Estado civil. La lástima, una enorme lástima es que a Pedro Sánchez le ha faltado la valentía (que ha mostrado ahora) para haber hecho estas declaraciones mucho antes. Si ello hubiera ocurrido, es probable que la era Rajoy hubiera ya terminado. Así de claro.

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Lo que no se dijo en los reportajes sobre el huracán Matthew, que destruyó Haití https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/10/25/lo-que-no-se-dijo-en-los-reportajes-sobre-el-huracan-matthew-que-destruyo-haiti/ Tue, 25 Oct 2016 05:00:54 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3774 Continuar leyendo "Lo que no se dijo en los reportajes sobre el huracán Matthew, que destruyó Haití"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Hace unos días la atención mediática se centró en el paso del huracán Matthew por el Caribe, llamando la atención su enorme capacidad destructiva, consecuencia de la intensidad del viento, siendo uno de los más potentes conocidos en aquella parte del mundo. Como era predecible, mucho se escribió sobre el porqué de la extraordinaria fuerza del huracán, señalando, con razón, que tal intensidad es un síntoma más del notable cambio climático, cuyas consecuencias pueden ser enormemente dañinas para millones y millones de personas expuestas a este cambio. La creciente concienciación sobre estas consecuencias ha creado, lógicamente, un estado de alarma, con un aumento del interés en estudiar y analizar cómo los países pueden acomodarse a las consecuencias de este cambio climático que, a todas luces, parece irreversible. Y lo que pasó con este huracán nos ha dado ya señales de la posible incompatibilidad entre las políticas económicas que se promueven en el mundo en vías de desarrollo y la prevención de daños a las poblaciones frente a tales cambios climáticos.

Hay un consenso generalizado de que el huracán significó un auténtico desastre para Haití, con alrededor de mil muertos y la destrucción de su infraestructura económica y social, que incluye desde elementos tan básicos de mera supervivencia como el agua potable, los alimentos básicos, los techos de las casas y las camas, hasta los propios medios de producción agrícola del país, sustento de su economía. Los reportajes de los mayores medios occidentales se centraron, como era lógico y predecible, en el enorme drama inmediato que ocurrió en solo unos días en aquel país. Muchas de las imágenes fueron auténticamente desgarradoras.

Ahora bien, dos hechos llamaron la atención, no tanto por lo que se dijo, sino por lo que no se dijo. Y ello incluye en primer lugar el análisis del porqué tanto daño humano. ¿Por qué alrededor de mil muertos y muchos más que vendrán debido a las secuelas de lo ocurrido durante el huracán? Se vio el daño, pero no se comentaron las causas de tanto daño, centrándose solo en la tormenta. Pero otros países, como Cuba, también sufrieron la misma tormenta y no murió ni una persona. ¿Por qué?

¿Por qué tanta destrucción y tanta muerte en Haití?

Y la respuesta a esta pregunta es de enorme importancia, pues da en el clavo del porqué tanta destrucción y tanta desgracia en ese país, causas que quedan ocultadas al definirse la "pobreza" como el motivo de dicha destrucción y desgracia. Es más que comprensible que bastantes voces en Haití protestaran porque la presentación de lo ocurrido se presentara por parte de los grandes medios televisivos como un "show" teatral, impresionante, dramático, que ponía la piel de gallina al espectador, confirmando con ello que la pobreza masiva puede ser un gran espectáculo televisivo de primera magnitud en los países de capitalismo avanzado. Y lo fue en el caso del impacto del huracán Matthew en Haití.

Pero en esta descripción de lo que pasaba en dicho país no se analizaron las causas de la pobreza. Y ahí está el silencio ensordecedor en medio de tanto ruido. No es suficiente mostrar el dolor y la pobreza. Hay que comprender el porqué del dolor y la pobreza. Y créanme que si se quiere, no es nada difícil ver las causas de tanta muerte: la enorme concentración de la riqueza del país en manos de una oligarquía nativa y sus aliados, empresas extranjeras predominantemente de Estados Unidos y de Europa, con un claro intervencionismo externo que no ha dejado que aquel país coja las riendas de su destino y su desarrollo. Para cualquier observador objetivo de la realidad económica y social de Haití es obvio que el modelo de desarrollo en dicho país sigue las pautas neoliberales que le han estado imponiendo EEUU y la Unión Europea (UE), así como organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, que rompen con cualquier cultura de solidaridad, dificultando el sentido de colectividad y la rápida respuesta del Estado y de la sociedad a los huracanes, entre otros fenómenos climáticos predecibles.

Y esta realidad nunca apareció en el "show" mediático de la pobreza. La prensa internacional basada en Europa y en Norteamérica es conocida por intentar mostrar compasión por los niños huérfanos de padres que han sucumbido frente a fuerzas económicas y políticas promovidas por los mismos medios. De ahí que el gobierno de Haití, mero instrumento de las grandes fortunas nacionales e internacionales, no tuviera ningún plan de respuesta hacia tales huracanes, aunque el país está en una de las zonas más expuestas a estos cambios climáticos de naturaleza aguda, como tormentas y huracanes.

La silenciada y ocultada experiencia cubana

El otro silencio en el "show" teatral sobre el huracán fue el silencio sobre lo ocurrido en Cuba (afectada por el paso del huracán entre los días 4 y 5 de octubre). Excepto un artículo en Público, ningún medio en España dijo nada sobre lo ocurrido en aquel país, donde también hubo grandes destrozos, pero ni un muerto. Y no es la primera vez. Se conoce que el sistema de Defensa Civil en aquel país es ejemplar, y, por lo general, hay pocos muertos como consecuencia de tormentas y huracanes. Existe una estructura organizada, con una gran participación de la ciudadanía en la organización dirigida por la agencia de Defensa Civil. Existen planes detallados de lo que debe hacerse en cada momento de la evolución y llegada de una tormenta o un huracán (Cuba ha sufrido 15 huracanes en lo que va de siglo). Y cada ciudadano tiene asignado un lugar de refugio, sea en la casa de un vecino, sea en una escuela, o en un edificio resistente, donde la persona desplazada de su casa encuentra agua, alimentos y algún tipo de atención médica en caso necesario (solo en la provincia de Guantánamo más de 227.000 personas fueron evacuadas, de las cuales el 80% fueron alojadas en casas de familiares o amigos, y el resto en edificios públicos).

Y la ciudadanía organizada como Defensa Civil tiene derecho a utilizar todos los medios públicos y privados disponibles para la movilidad de la población y de los recursos, medios de transporte que tienen circulación y movilidad prioritaria. Nadie puede quedarse en zonas consideradas como peligrosas, priorizando la vida humana sobre cualquier otra consideración. Y ahí la prueba de su éxito reconocido internacionalmente. El contraste con Haití es enorme.

Sé que los Eduardos Inda o los Franciscos Marhuenda de este país, conocidos por su escaso o nulo profesionalismo y meros portavoces de la ultraderecha, interpretarán estas líneas como propaganda política, con insultos y sarcasmos, como ocurrió con el excelente artículo publicado en Público. Pero hago el ruego de que el lector no demonice a Cuba pues, independientemente de la valoración que se haga de tal régimen, toda la evidencia muestra que en temas de prevención frente a los agudos cambios climáticos, esta es muy superior a la existente en otros países del Caribe. Y los datos así lo muestran. La solidaridad frente al peligro, tanto por parte de la sociedad como por parte del Estado, es mucho más eficiente para prevenir desastres que el individualismo promovido por el neoliberalismo, con un escasísimo desarrollo de la responsabilidad pública. Así de claro.

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Lo que no se ha dicho sobre Bob Dylan, el premio Nobel de Literatura de este año https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/10/19/lo-que-no-se-ha-dicho-sobre-bob-dylan/ Wed, 19 Oct 2016 05:00:10 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3768 Continuar leyendo "Lo que no se ha dicho sobre Bob Dylan, el premio Nobel de Literatura de este año"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

No me agrada ser un aguafiestas, pero en el momento en el que muchos celebran el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, quisiera hacer algunas aclaraciones sobre su evolución, corrigiendo así una idealización de su figura que tiende a ser una práctica generalizada en los grandes medios de información españoles. De ahí que me permita publicar de nuevo un artículo ligeramente modificado que ya se publico en El Plural el 03.03.14 y que publico de nuevo ahora en Público.

A lo largo de mi vida he visto en múltiples ocasiones la evolución que siguen muchos personajes que, siendo en su juventud críticos con las estructuras del poder en los países que viven, se acomodan más tarde a estas estructuras, convirtiéndose en sus portavoces. En realidad, esta evolución es muy común. Es tan común que un dicho que se repite con gran frecuencia (sobre todo por voces conservadoras) es que "la persona que no ha sido radical contestatario en su juventud es que no tiene corazón. Pero la que continúa siéndolo más tarde, es que no tiene cabeza". Ello ocurre en todas las áreas de actividad humana, incluso entre los músicos. Un ejemplo de esto es Bob Dylan.

Bob Dylan, en su juventud, fue uno de los cantantes más críticos con el establishment estadounidense. Fue, junto con Joan Baez, la voz del movimiento estudiantil anti Guerra del Vietnam. Representaba la cultura pacifista y antisistema, muy generalizada en los campus universitarios de los años sesenta. Era un movimiento iniciado por los estudiantes de las universidades, que en su gran mayoría procedían de las familias con más recursos en EEUU. Era, como la definió Bruce Springsteen, una cultura de privilegio, que se oponía y rebelaba frente al establishment que dominaban sus padres.

Springsteen, por el contrario, representaba un movimiento anti sistema de origen de clase trabajadora, que cuestionaba y criticaba el narcisismo y hedonismo presentes entre los "flower children" de Berkeley y otros centros académicos. El conflicto entre las dos culturas era una especie de lucha de clases dentro del movimiento anti establishment, tal como detallé en otro artículo "Lo que no se dijo en España sobre Springsteen", Público (28 de junio 2013). Estados Unidos, en contra de lo que se dice y escribe en España, es un país donde la categoría de clase social es determinante para entender aquel país. Y ello en la gran mayoría de los componentes de aquella sociedad, que van desde la música hasta el deporte. Así, los dos grandes deportes en EEUU son el baseball (de origen predominantemente de clase trabajadora) y el "futbol americano", que no es el futbol europeo sino una especie de rugby (de origen de clase media alta, que se inició en los campus universitarios).

La final de la liga del futbol americano fue el pasado 2 de febrero, en la Super Bowl, cuando millones de estadounidenses se pasan casi todo el día frente a la televisión. Es uno de los días en que cuesta más dinero poner un anuncio en la televisión, debido al elevado número de televidentes. Pues bien, el anuncio que creó más sorpresa y más enojo entre las fuerzas progresistas de EEUU fue un anuncio de la empresa productora de coches Chrysler en el que, con un chauvinismo ofensivo para muchos otros países, se indicaba que para ciertos productos de consumo, importantes pero no esenciales, los americanos pueden depender de productos extranjeros (la cerveza hecha en Alemania, los relojes hechos en Suiza, o los móviles que se producen en Asia). Pero para productos esenciales, es decir, para los automóviles, los mejores productos son los americanos, apareciendo entonces la última versión de los coches Chrysler. Y el que hacía el anuncio era ni más ni menos que el mismísimo Bob Dylan.

El anuncio creó gran revuelo e interés (que era lo que Chrysler intentaba), pero enojó a muchísimos estadounidenses que están cada vez más hartos del chauvinismo americano. Señalaron –entre otros hechos- que 1) Chrysler no es una empresa americana, sino italiana. Es propiedad de FIAT (antes lo había sido de Mercedes-Benz); 2) que el pueblo alemán hace muchas más cosas que la cerveza, incluyendo automóviles más eficientes y de mayor calidad que empresas estadounidenses; 3) que los pueblos asiáticos están hoy entre los más avanzados en áreas tecnológicas, y así un largo etcétera. Y, por cierto, que el término americano que se utiliza constantemente en el lenguaje cotidiano incluye a la mayoría de americanos (que viven en el sur y centro en lugar del norte de las Américas).

Bob Dylan, que había sido una de las voces de los años sesenta que denunciaba el chauvinismo del establishment americano, se había convertido, años más tarde, en su promotor y portavoz. Y a esta evolución, los conservadores la definen como "madurez y utilizar la cabeza", cuando lo que quieren decir es "abandonar los principios para poder ganar dinero sin ningún tipo de escrúpulos". A esto le llaman madurez. Mientras, el nivel de popularidad y respeto por Bob Dylan ha disminuido notablemente en Estados Unidos.

Termino aquí lo que dije en marzo de 2014. Me parece bien que se celebre al Bob Dylan de su juventud, a pesar de las limitaciones que tenían sus canciones, resultado de un contexto político distinto, por ejemplo, al de Bruce Springsteen. Pero lamento que facetas más tardías de su vida no aparezcan en sus notas biográficas. Es importante que la historia, incluida la literaria y la musical, se presente tal como fue, y no como desearía que hubiera sido el que la escribe.

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De lo que no se informa y/o se conoce sobre las elecciones en EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/10/18/de-lo-que-no-se-informa-yo-se-conoce-sobre-las-elecciones-en-eeuu/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/10/18/de-lo-que-no-se-informa-yo-se-conoce-sobre-las-elecciones-en-eeuu/#respond Tue, 18 Oct 2016 05:00:24 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3762 Continuar leyendo "De lo que no se informa y/o se conoce sobre las elecciones en EEUU"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Está claro que las grandes instituciones representativas del Estado federal de EEUU y los mayores medios de información de aquel país (lo que se llama el establishment político-mediático estadounidense) no entienden lo que está pasando en EEUU. La aparición de las candidaturas de Donald Trump en el Partido Republicano y de Bernie Sanders en el Partido Demócrata ha cogido por sorpresa a tal establishment. El candidato Trump ha alcanzado en algunos momentos de la campaña electoral unos niveles de popularidad cercanos a los de la candidata demócrata Hillary Clinton, y el candidato Sanders casi venció en las primarias del Partido Demócrata (ganó en 22 de los 50 Estados), y ello a pesar de la clara y documentada hostilidad del aparato del Partido Demócrata, que utilizó todas las malas artes en la campaña para derrotarlo.

Y uno de los elementos de lo que está ocurriendo que ha sorprendido más al establishment político-mediático ha sido el apoyo a tales candidatos, Trump y Sanders, por parte de la clase trabajadora (de raza blanca), un sector de la población que tales establishments creían que ya no existía en aquel país, pues su percepción de la estructura social del país había sustituido incluso el término de "clase trabajadora" por el de "clase media", definiendo como tal a toda la población  que ni es rica ni es pobre. Según la percepción generalizada que tiene el establishment político-mediático de la realidad estadounidense, las categorías de clase social prácticamente han desaparecido, pues la mayoría de la población es y se siente  de clase media. En esta visión de Estados Unidos, la clase trabajadora o bien ha desaparecido, o se ha convertido en clase media (por extraño que parezca, esta percepción de la estructura social de los países capitalistas desarrollados también está generalizada en el establishment político-mediático español).

Las limitaciones de centrarse solo en las medidas antidiscriminatorias a favor de las minorías (negros y latinos) y de la mayoría de la población (las mujeres)

Dentro de este esquema, se considera que la igualdad de oportunidades (que se asume existe en EEUU) ha actuado como un ascensor social vertical, permitiendo a los ciudadanos alcanzar los niveles que su mérito y esfuerzo permiten. Se reconoce que el racismo y el machismo prevalentes en la sociedad (y la consecuente discriminación fuerte que determinan) dificulta para tales grupos –los afroamericanos, los hispanos (procedentes de Latinoamérica) y las mujeres- el ascensor social. De ahí que lo que en EEUU se presenta como el partido de centro-izquierda (el Partido Demócrata) acentúe, como punto central de su programa, las políticas antidiscriminatorias a favor de los afroamericanos, de los latinos y de las mujeres. Su objetivo es la integración de estos sectores en el sueño americano que les permita ser miembros de la clase media y alcanzar las metas personales que se propongan. La victoria electoral de un ciudadano de raza negra en las últimas elecciones presidenciales, encarnada en la figura del Presidente Obama, era un hito esencial de esta estrategia de integración. Y la posible victoria de la Sra. Clinton significaría otra gran victoria de esta estrategia de integración de los discriminados (mujeres, en su caso) en el sistema político-económico del país.

El Partido Demócrata y la insuficiencia de las políticas identitarias integradoras

 El Partido Demócrata es el partido postmodernista que ha estado enfatizando los temas de identidad como centrales de su estrategia, orientada a conseguir el apoyo electoral de las minorías –los negros y los latinos- y de las mayorías -las mujeres-. La clase social no juega un papel esencial en dicha estrategia, excepto en el énfasis de mantener el nivel de vida de las clases medias, que asume constituyen la mayoría de la población. Hasta aquí la visión del establishment político-mediático del país y sus consecuencias para la estrategia electoral del Partido Demócrata.

El problema con tal visión es que es profundamente limitada e insuficiente. Y lo que está pasando en EEUU es un indicador de ello. Estas estrategias basadas en la identidad han tenido escaso efecto en cambiar las condiciones de vida de la mayoría de las clases populares, que incluyen la mayoría de minorías negras y latinas y la mayoría de mujeres. La clase trabajadora de raza negra ha visto su nivel de vida continuar descendiendo durante el mandado del Presidente Obama, que es una persona perteneciente a tal raza. En realidad, el fenómeno más llamativo que ha ocurrido en EEUU es el espectacular deterioro del bienestar y calidad de vida de la clase trabajadora y de sus diferentes componentes, incluyendo la clase trabajadora de raza negra.

La clase social es una de las variables más importantes para explicar la dinámica política y electoral de aquel país (y que apenas aparece en el análisis de la realidad estadounidense)

En contra de lo que asume aquella visión del establishment político-mediático del país, las clases sociales continúan existiendo en aquel país (tal como también continúan existiendo en los países europeos, incluyendo España). En realidad, las cifras del censo estadounidense muestran claramente que la estructura social de EEUU es bastante semejante a la existente en la mayoría de países de la Unión Europea (UE). Existe, en primer lugar, lo que solía llamarse la clase capitalista, y que ahora se llama el 1% (el sector de la población que posee o gestiona las grandes empresas del país). En EEUU, el término más utilizado para definir esta clase (los super-ricos) es el de Corporate Class, la clase corporativa (que la componen los propietarios y gestores de las grandes empresas transnacionales basadas en EEUU).

Le sigue la pequeña burguesía, la clase media y la clase trabajadora, la cual, en contra de lo que se cree y presenta en los mayores medios de información y persuasión, constituye la mayoría de la población estadounidense (el 52%). Esta clase trabajadora es muy variada, tanto en su composición racial como en su nivel de cualificación. La clase trabajadora de raza blanca es la mejor pagada dentro de tal clase, y está sobrerepresentada (es decir, ocupa un porcentaje superior al que representa en el conjunto de la población) en el sector laboral mejor pagado (predominantemente en la manufactura), mientras que los trabajadores afroamericanos e hispanos (los que proceden de América Latina) están sobrerepresentados en los sectores peor pagados.

Esta división por raza dentro de la clase trabajadora juega un papel muy importante en la división de tal clase en EEUU. Tradicionalmente, las derechas y el mundo empresarial han utilizado el racismo para dividir y debilitar a la clase trabajadora. Fue nada menos que Martin Luther King, quien subrayó, semanas antes de que fuera asesinado, que el conflicto mayor que existía en EEUU era el conflicto de clases, siendo el racismo la ideología promovida por la clase dominante para perpetuarse en el poder, dividiendo a la clase trabajadora. De ahí que su discípulo, Jesse Jackson Senior, estableciera la Rainbow Coalition (la Coalición Arcoíris), que intentó establecer una amplia alianza de todas las razas existentes dentro de las clases populares, frente al establishment político-mediático del país.

El gran descenso del nivel de vida de la clase trabajadora en EEUU

La clase trabajadora de raza blanca ha visto su nivel de vida reducido muy seriamente como consecuencia de que los sectores donde trabajaba, como el metalúrgico (donde los sueldos son más elevados), han sido los más afectados negativamente por los Tratados de Libre Comercio. El Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México (NAFTA), por ejemplo, tuvo un impacto devastador en los puestos de trabajo de las grandes empresas localizadas en EEUU y que se desplazaron a México. Un tanto semejante ha ocurrido con los Tratados entre EEUU y China. En consecuencia, en los últimos veinte años, EEUU ha perdido seis millones de puestos de trabajo en el sector manufacturero. Pero el impacto negativo es incluso mayor que el que presentan estos datos, pues la exportación de puestos de trabajo debilita a los sindicatos estadounidenses, con lo cual, los salarios de los puestos de trabajo de la manufactura que permanecen en EEUU han bajado significativamente. En los últimos quince años, tales salarios han bajado un 10%. Y ello como resultado del enorme debilitamiento de los sindicatos. Tal descenso de los ingresos al mundo del trabajo ha creado la ampliamente generalizada percepción que existe en EEUU de que "los hijos vivirán peor que sus padres".

Es lógico y previsible que hoy tales sectores de la clase trabajadora, como los que pertenecen a la raza blanca, que ha sufrido un enorme bajón en su nivel de vida y en su bienestar (es el único grupo poblacional que ha visto descender su esperanza de vida), estén enfurecidos con el establisment financiero-político estadounidense, y muy en particular con el gobierno federal, al cual responsabilizan por haber facilitado, mediante sus políticas, tal exportación de puestos de trabajo (lo cual es cierto, debido a la gran influencia del 1% de la población, la más pudiente, sobre el Estado federal).

Pero parte del enfado de este sector de la población blanca hacia el Estado federal se debe también a muchas de las políticas antidiscriminatorias del Estado federal, las cuales discriminan positivamente a favor de los negros, de los latinos y de las mujeres, situación (para corregir la discriminación histórica que tales grupos han recibido) que es resentida por los blancos, incrementando las tensiones interraciales y entre género. El hecho de que las políticas sociales en EEUU no sean universales (es decir, que no beneficien a todo ciudadano y/o residente por igual), sino benéficas asistenciales (que benefician, por ejemplo, solo a los pobres) hacen que los programas antipobreza (financiados con impuestos de toda la clase trabajadora) no sean muy populares. Ni que decir tiene que esta percepción de que el gobierno federal está transfiriendo fondos públicos a través de sus programas antipobreza a los negros, por ejemplo, olvida que la mayoría de los pobres en EEUU son blancos, no son negros. Pero la percepción que se promueve es que la mayoría de pobres son negros (que son los más pobres entre los pobres).

Las políticas identitarias olvidan que hay clases dentro de las minorías y dentro de las mujeres

Los programas antidiscriminación (que tienen lugar individualmente, persona por persona) han beneficiado primordialmente a sectores minoritarios de las minorías negras y latinas, y de las mujeres, sectores pertenecientes en su mayoría a la clase de renta media y media-alta (dentro de cada grupo discriminado). Ahora bien, la mayoría de los negros, latinos y mujeres (que pertenecen a las clases trabajadoras) no se han beneficiado, por lo general (tal como indiqué anteriormente) de estas medidas antidiscriminatorias, debido a que tales políticas antidiscriminatorias no están orientadas hacia la clase trabajadora. De ahí que, aun cuando hoy en EEUU haya más miembros de minorías que estén en posiciones de mayor nivel social y mayor poder (y lo mismo en cuanto a las mujeres), ello no quiere decir que la mayoría de las minorías y mujeres se hayan beneficiado de tales políticas antidiscriminatorias. La clase trabajadora de raza negra ha visto también como se reducía su nivel de vida durante el mandato del gobierno Obama. De ahí que la mayoría de jóvenes, incluyendo trabajadores negros y la mayoría de mujeres jóvenes por debajo de 40 años, apoyaran en las primarias del Partido Demócrata a Bernie Sanders (que enfatizó clase social) y no a Hillary Clinton (que enfatizó políticas de integración de las minorías). Clinton contó con el apoyo de las asociaciones a favor de las minorías y de las mujeres, asociaciones lideradas, en su mayoría, por personas de clase media alta, integradas en el aparato del Partido Demócrata. Pero la candidatura de Sanders tuvo su mayor apoyo entre la clase trabajadora y entre los jóvenes, incluyendo jóvenes negros, jóvenes latinos y mujeres jóvenes. Y su fortaleza forzó que el programa electoral del Partido Demócrata incorporara elementos importantes claramente progresistas que, de implementarse, mejorarían el bienestar de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población estadounidense.

Las dos estrategias electorales que han seguido los candidatos

En definitiva, lo que hemos visto en EEUU durante la campaña electoral ha sido el conflicto de estrategias electorales que reflejan dos visiones distintas de la estructura social de EEUU. La Sra. Clinton (una figura que representa claramente el establishment político-mediático del país) ha enfatizado las políticas identitarias (de carácter anti-discriminatorio, encaminadas a favorecer la integración de las minorías y de las mujeres en el "sueño americano"). Y la otra estrategia ha sido la de movilizar a las clases populares (centradas en la clase trabajadora) frente al establishment político-mediático.

Dentro de esta última estrategia, ha habido una gran diferencia entre Bernie Sanders y Donald Trump. El primero Bernie Sanders, presentó que la movilización popular debía ser contra el 1% que controla los mayores centros del poder financiero y económico, así como al Estado y a los medios de información y persuasión. Su estrategia (la de Sanders) incluía un discurso de clase (las clases populares frente a la Corporate Class), presentando a Clinton como agente e instrumento de la clase corporativa. Trump, por el contrario, acentuó su animosidad hacia el Estado federal, sin nunca citar a la Corporate Class (de la cual es miembro prominente). En este aspecto, Trump representaba una sensibilidad política semejante a la ultraderecha francesa liderada por Le Pen, que tiene puntos en común con el nazismo y el fascismo, que hay que recordar, se definieron a sí mismos como nacional-socialismo el primero, y nacional-sindicalismo el segundo. En España, el partido fascista, la Falange, se definió y continúa definiéndose como un partido de izquierdas, y sus colores (rojo y negro) eran y son los colores del anarquismo.

La desaparición de Sanders, sin embargo, ha limitado el conflicto electoral entre el candidato Trump y la candidata Clinton. El descenso en el atractivo electoral de Trump, en parte debido a la movilización mediática en contra de sus grandes excesos que le hacen sumamente vulnerable, ha dado un alivio al establishment político-mediático del país. Ahora bien, la posible derrota de Trump dejará intacto el enorme problema que existe hoy en EEUU y del que el establishment político-mediático parece no ser consciente. La candidatura Trump representa –como lo fue el nazismo y el fascismo- el intento de crear una alianza de sectores oligárquicos del establishment financiero y económico (los mayores financiadores de su campaña) con sectores de las clases populares, en frente de aquellas políticas del Estado federal que favorecen a las minorías y a las mujeres, estimulando el racismo y el machismo que dividen a la clase trabajadora, y dentro de una cultura jerárquica, autoritaria y antidemocrática que, en realidad, dañaría profundamente el bienestar de las mismas clases que dicen representar, es decir, las clases trabajadoras. De ahí la importancia de que el candidato Trump no consiga la presidencia.

Ahora bien, el gran problema que permanecerá después de las elecciones es que la victoria de la Sra. Clinton (victoria necesaria en este momento) no cambiará el contexto que determinó la aparición de Trump. La otra alternativa hubiera sido que el rechazo a tal establishment político-mediático pudiera haber sido canalizado por una opción política, como hizo el candidato Sanders, que cambiara la relación de clases existente en aquel país. Para que ello ocurriera, todas las fuerzas progresistas deberían aliarse, dando prioridad al mejoramiento del bienestar de todas las clases populares siguiendo una estrategia de movilización, respetando a su vez las diferentes identidades, subrayando los puntos que las unen (clase social) en su estrategia y en la defensa de sus intereses. El futuro de EEUU (y el mundo) depende de que ello ocurra.

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¿Por qué está pasando lo que está pasando en España? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/10/05/por-que-esta-pasando-lo-que-esta-pasando-en-espana/ Wed, 05 Oct 2016 05:00:13 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3754 Continuar leyendo "¿Por qué está pasando lo que está pasando en España?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Creo que el periodo que estamos viviendo en España puede definirse como histórico, en el que existe una crisis profunda del régimen que se inició en el proceso de Transición del Estado español (pasando de una dictadura a una democracia), un proceso dominado por las fuerzas conservadoras que controlaban los aparatos del Estado, las cuales configuraron el Estado democrático en términos muy favorables a sus intereses, causando como consecuencia un Estado escasamente democrático y con un gran subdesarrollo de su Estado del Bienestar. Hoy el sistema electoral es muy poco representativo (algo bien denunciado en el famoso eslogan "no nos representan" del movimiento de los indignados, eslogan con el cual la mayoría de españoles está de acuerdo), y la dimensión social del Estado está poco desarrollada, siendo uno de los países de la Unión Europea de los Quince (UE-15) (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al español) con uno de los gastos públicos sociales (que incluyen los servicios públicos tales como sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales, vivienda social, programas de prevención de la pobreza y de la exclusión social, programas de integración de inmigrantes y transferencias públicas, como pensiones, ayudas a las familias, ayudas a los trabajadores en paro, entre otros) per cápita (en el caso de la prestación por desempleo, por trabajador) más bajos de esta comunidad (ver mi libro Bienestar insuficiente. Democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país. Anagrama, 2002).

El establecimiento del régimen iniciado en la Transición

Tal aparato del Estado ha sido gobernado primordialmente por dos fuerzas políticas, una neoliberal en la esfera económica y profundamente conservadora en la dimensión político-cultural, semejante a la ultraderecha europea (como muestra la defensa realizada por la dirigente de tal partido, la Sra. Esperanza Aguirre, del General Millán-Astray, uno de los generales golpistas que lideró una de las represiones más sangrientas que hayan existido en Europa). La otra fuerza política ha sido el PSOE, un partido perteneciente a la sensibilidad política socialdemócrata, que se integró fácilmente en el aparato del Estado dominado por las fuerzas conservadoras, ocupando un lugar subalterno dentro de ese Estado. Fue esta fuerza política la que fue corrigiendo el enorme déficit social existente en España, heredado de la España dictatorial. Cuando el dictador murió, en 1975, el gasto público social como porcentaje del PIB era solo del 14%, con mucho, el más bajo (junto con Grecia y Portugal) de los países que más tarde pasarían a ser la UE-15 (cuyo promedio era del 22%). En 1993, había pasado a ser de casi el 25% del PIB, y ello como consecuencia de las políticas públicas llevadas a cabo por los gobiernos del PSOE, sin que con ello se eliminara, sin embargo, tal déficit social (España continuaba teniendo uno de los gastos públicos sociales por habitante más bajos de la UE-15). En realidad, este déficit aumentó a partir de tal fecha como consecuencia de los recortes del gasto público para conseguir que el déficit público del Estado bajara de un 6% del PIB a un 3%, como instruía y mandaba el Tratado de Maastricht, condición para la entrada y permanencia de España en el euro. En realidad, el euro se estableció en España a un elevado coste para las clases populares del país, que fueron las que sufrieron las consecuencias de la reducción del gasto público social, el mayor componente del gasto público (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006).

Las causas de la Gran Recesión

Una situación semejante apareció durante la Gran Recesión, que fue presentada por el establishment político-mediático del país, incluyendo el gobierno del PSOE, como resultado de un supuestamente excesivo gasto público y unos costes laborales muy elevados. De esta lectura (profundamente errónea, pues en el inicio de la Gran Recesión el Estado español estaba en superávit, no en déficit, y los salarios por aquel entonces estaban entre los más bajos de la UE-15) salieron las políticas de recortes del gasto público social que han empobrecido enormemente el Estado del Bienestar español, y las reformas laborales que tenían como objetivo bajar los salarios a base de desregular el mercado de trabajo.

En realidad, no era el inexistente crecimiento exagerado del gasto público, sino los limitadísimos ingresos a las arcas del Estado, lo que creó el déficit público. El Presidente Zapatero, del PSOE, congeló las pensiones públicas para rellenar el agujero de 1.200 millones de euros que había causado la rebaja del impuesto de patrimonio (2.100 millones) y/o la bajada del de sucesiones (2.552 millones), entre otros, siguiendo su famoso dicho de que "bajar impuestos es de izquierdas" (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Ni que decir tiene que la aplicación de tales políticas causó un gran descenso del apoyo electoral del PSOE (no solo en las elecciones generales, sino también en las autonómicas -incluyendo en Andalucía, presidida por la Sra. Susana Díaz-) que ha continuado en la medida en que no ha habido ni un cambio de orientación política ni una autocrítica en tal partido. En realidad, en Andalucía el PSOE nunca había conseguido un porcentaje de votos más bajo en unas elecciones autonómicas que con la Sra. Díaz (en las elecciones autonómicas de 2015 Susana Díaz obtuvo el 35,43% de los votos; el PSOE había registrado hasta entonces su mínimo histórico en las elecciones de 1994, con un 38,71% de los votos).

¿Por qué el PSOE ha ido realizando tales políticas neoliberales?

Para contestar esta pregunta hay que entender que este fenómeno de descenso electoral del partido socialdemócrata, aunque particularmente acentuado en España, ocurre en la mayoría de países de la UE-15. Y una causa importante es la evolución de los aparatos de estos partidos. El análisis de la composición de tales aparatos muestra un gran dominio de estos por parte de profesionales con educación superior, incluyendo universitaria, que han desarrollado una relación intensa con las empresas financieras, económicas y mediáticas que ejercen una enorme influencia sobre los Estados, estableciéndose así puertas giratorias entre instituciones financieras, económicas y mediáticas por un lado, e instituciones políticas por el otro.

Como bien alertaba ya el gran politólogo Ralph Miliband en su libro Parliamentary Socialism, esta nueva clase (algunos utilizan el término "casta") política había desarrollado una serie de privilegios, y asumía que la clase trabajadora estaba o bien desapareciendo, o se estaba transformando en las clases medias, a las que ellos consideraban representar, y cuya función era votarles cada cuatro años.

Su poder dejaba de depender de los militantes (a los que se consideraba como agentes pasivos que aprobaban lo que la dirección quería), desaconsejando el rol de la militancia dentro del proceso de decisión, y enfatizando, en su lugar, su sustitución por la movilización mediática realizada a través de los medios televisivos y radiofónicos. La militancia de tales partidos disminuyó como consecuencia, limitándose esta a aquellos que estaban en situación de aprendizaje, para pasar a tener con posterioridad cargos en el aparato y/o en las instituciones representativas.

Y los datos muestran la consecuencia de estos hechos. El electorado socialista y los militantes de tales partidos han ido descendiendo. La prensa digital progresista ha documentado extensamente la conexión entre el aparato del PSOE y los intereses financieros, económicos y mediáticos. El último ejemplo de ello es el nombramiento de Rubalcaba, el ex secretario general del PSOE y sucesor de Zapatero, y ligado al felipismo, como miembro del consejo editorial de El País (consejo al cual pertenece también Felipe González), rotativo que se ha destacado por su defensa del neoliberalismo y su hostilidad hacia el cambio.

¿Qué ha pasado en las elecciones del 2015 y del 2016?

 El PSOE estaba dividido desde el principio del proceso electoral entre la vieja guardia, que controlaba el aparato y que deseaba continuar con el bipartidismo, por un lado, y la militancia, que deseaba una coalición de izquierdas, por el otro. Y en medio estaba Pedro Sánchez, que habiendo sido elegido por la militancia estaba muy limitado por el aparato, que confabulaba contra él. Fue precisamente por tal influencia que Pedro Sánchez nunca respondió a la propuesta de Podemos en 2015, y de Unidos Podemos en 2016, de hacer un pacto que estableciera una coalición y buscara más apoyos a partir de esta coalición. La vieja guardia nunca aceptó esta posibilidad, que hubiera permitido sacar a Rajoy y a su partido del gobierno y establecer un nuevo gobierno liderado por las izquierdas. Ahora bien, Pedro Sánchez, en lugar de ser sensible, tras las elecciones del 2015, a esta propuesta, se alió primero con Ciudadanos a través de un pacto, para luego invitar a Podemos en una situación subalterna.

En el 2016 Pedro Sánchez nunca ha respondido a las peticiones de Unidos Podemos para explorar la posibilidad de establecer un gobierno alternativo, que siempre ha existido, pero siempre se ha ignorado cuando no ocultado (con la gran colaboración de los medios, liderados por El País, cuyo grado de manipulación ha alcanzado los niveles de La Razón). Pero el aparato del PSOE (dirigido por los barones) se ha opuesto por todos los medios a ello, pues siempre prefirió la continuación del bipartidismo, que pasa por el apoyo al PP en la investidura, a abrir una posibilidad de gobierno en la que esté Podemos. Y han depuesto a Sánchez, que había visto, por fin, que la única opción era crear una alternativa basada en una coalición con Podemos. Puesto que Ciudadanos siempre prefirió una alianza con Rajoy, no le quedaba otro remedio que explorar la alternativa que había sugerido Unidos Podemos de conseguir alianzas con los partidos nacionalistas.

El problema español que en España se conoce como el problema catalán

Las mismas fuerzas financieras, económicas, políticas y mediáticas que han estado promocionando el neoliberalismo han estado imponiendo la visión uninacional de España. Y ello ha incluido al aparato del PSOE, siendo ello también causa de su gran deterioro en las naciones históricas que existen en España -Catalunya, País Vasco y Galicia-, donde el PSOE ha pasado a ser un partido minoritario casi residual. En estas naciones han aparecido fuerzas de izquierdas que han recuperado la visión republicana de España, que había caracterizado no solo a las izquierdas catalanas, vascas y gallegas, sino también a las españolas.

Un hecho ocultado, cuando no silenciado por el aparato del PSOE, ha sido su apoyo a la autodeterminación de los distintos pueblos y naciones en España durante la resistencia antifascista. La falta de sensibilidad de los dos partidos mayoritarios en España hacia la plurinacionalidad de España ha sido la causa del surgimiento de partidos de izquierdas con vocación transformadora, claramente antineoliberales, con otra visión de España, plurinacional, justa, democrática y solidaria, que han canalizado el voto de descontento de la población, y muy específicamente de los jóvenes y la clase trabajadora. La articulación de estos movimientos y partidos ha ido sustituyendo a las fuerzas nacionalistas periféricas conservadoras (que habían jugado un papel clave en la reproducción del bipartidismo a nivel del Estado), de orientación cristianodemócrata y liberal, conjugando el rechazo al neoliberalismo con el rechazo a la visión uninacional de España.

Este fenómeno coincidió con la aparición de un movimiento político-social iniciado en el movimiento 15-M, que se convirtió en un partido nuevo, Podemos, que hizo suya también esta visión plurinacional de España, habiéndose convertido en un periodo de tiempo muy breve (menos de dos años) en una de las fuerzas políticas de mayor peso y presencia en Las Cortes. Se alió con la renovada IU, estableciéndose la coalición Unidos Podemos, que significa una amenaza para los defensores del statu quo.

La crisis dentro del PSOE

La defensa a ultranza del statu quo hizo que la vieja guardia del PSOE (Felipe González, José Bono, Alfredo Pérez Rubalcaba, Susana Díaz, y otros) se opusiera a que el PSOE se aliara con Podemos y con los que definieron como independentistas. Y han depurado, en un ejercicio golpista, al candidato Sánchez, que había sido elegido por la militancia y que había llamado a un referéndum entre los militantes para encontrar apoyo a su propuesta de negación a la investidura de Rajoy y recuperación de alternativas que pasaban, en primer lugar, por una alianza con Podemos. Esto fue lo que motivó el golpe del aparato frente a la militancia, que claramente favorecía a tal alternativa.

Expulsado el secretario general, Pedro Sánchez, se ha nombrado presidente de la gestora al presidente de Asturias, el Sr. Javier Fernández, próximo a Alfredo Pérez Rubalcaba y a Susana Díaz, y que había hecho de su postura "no a Podemos y no a los secesionistas" su mayor leitmotiv. La aceptación de Pedro Sánchez de la exigencia de Susana Díaz de que se votara a mano alzada (sin voto secreto) fue el síntoma de que el aparato había ganado, pues la mayoría de miembros del Comité Federal son funcionarios que ocupan cargos que dependen de los barones. Fue el triunfo del aparato frente a la militancia. Leyendo El País y sus editoriales, y escuchando a García Ferreras (próximo a Zapatero) en La Sexta cubriendo la jornada, puede verse el contubernio político-mediático movilizado para destruir a Pedro Sánchez. Una vez más, la defensa de la "unidad de España" ha servido para salvaguardar los intereses financieros, económicos y mediáticos del establishment español, dejando la vía abierta para (tras cesiones simbólicas) permitir la investidura del corrupto Rajoy y su corrupto partido.

Consecuencias para las izquierdas

Lo ocurrido el sábado es enormemente negativo para las izquierdas en España y para el bienestar de las clases populares, ya que facilitará la permanencia en el poder del partido más reaccionario que existe en España, expandiendo todavía más su plan económico y financiero neoliberal, y su ultraderechismo reaccionario. Se esperan al menos cuatro años más de un Estado represivo e insensible a las necesidades populares, Estado que continuará dominado por el bipartidismo, con el apoyo de Ciudadanos y las derechas nacionalistas. Ha sido, una vez más, la victoria de los de siempre. Frente a esta situación se necesita una amplia coalición y movilización de todas las fuerzas progresistas que confronte las políticas del gobierno Rajoy y sus aliados, tanto a través de la agitación social (más necesaria que nunca) como a través de la lucha parlamentaria, ayudando a la vez a las bases del PSOE a rebelarse frente a unos barones y un aparato que han continuado imponiendo una visión uninacional del Estado español, a la vez que han perpetuado un gobierno que está dañando a las clases populares de todos los pueblos y naciones de España. Así de claro.

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Por qué la manera como se estableció el euro es un enorme obstáculo para la economía española https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/09/12/por-que-la-manera-como-se-establecio-el-euro-es-un-enorme-obstaculo-para-la-economia-espanola/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/09/12/por-que-la-manera-como-se-establecio-el-euro-es-un-enorme-obstaculo-para-la-economia-espanola/#respond Mon, 12 Sep 2016 05:00:55 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3748 Continuar leyendo "Por qué la manera como se estableció el euro es un enorme obstáculo para la economía española"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

No existe plena conciencia entre la población en España de que la manera como está estructurado el sistema financiero en Europa (directamente relacionado con la manera como está estructurado el Banco Central Europeo, sus funciones y el sistema de gobernanza) está obstaculizando enormemente el desarrollo económico y social del país. Ello se debe, en parte, a la excesiva influencia que el capital financiero (máximo beneficiario de tal sistema financiero) tiene sobre los mayores medios de información y persuasión en España. Estos medios han jugado y continúan jugando un papel clave en la idealización y ocultación de lo que ha significado el euro para España.

Para entender lo que estoy diciendo y sus consecuencias para España, el lector me permitirá que haga una comparación del sistema financiero de España dentro de la Eurozona con el que existe en el Estado de California, dentro de EEUU. California es un Estado con más de 39 millones de habitantes, semejante al tamaño demográfico de España, que, como esta, tiene su economía basada en un potente sector financiero, un sector inmobiliario importante, y una industria de la construcción extensa, un sector turístico de gran valor y una agricultura potente, entre otras características. Tanto California como España tienen también un programa extenso de incentivos para atraer industrias y otras empresas al país.

Es importante ver qué ha pasado en California durante la Gran Recesión y compararlo con lo que ha ocurrido en España durante el mismo período (2008-2016). Y un primer paso en esta comparación es ver cómo ambos países respondieron a la crisis creada a partir del año 2008, año en el que se inició en muchos países la Gran Recesión, resultado, en ambos casos, del colapso de las burbujas inmobiliarias, que afectó de una manera muy marcada al sector inmobiliario y a la industria de la construcción, dos sectores muy importantes en las economías de los dos países. En EEUU, el Estado de California pudo conseguir fondos públicos inmediatamente del Banco Central Estadounidense, llamado Federal Reserve Board (FRB). En España, en cambio, esto no ocurrió. El Estado español no pudo recibir fondos del Banco Central Europeo (BCE). Tuvo que intentar conseguirlos de lo que se llama el mercado financiero (que quiere decir, de los bancos privados), los cuales, sabiendo de la vulnerabilidad del Estado español (que no tenía apoyo del Banco Central Europeo), exigían unos intereses de los préstamos a todas luces exagerados, lo cual llevó al Estado a tener un déficit y una deuda pública enormes, alcanzado casi la bancarrota. Ello determinó que el Estado español recortara millones y millones de euros en su gasto público, reduciendo las pensiones y otras transferencias públicas, así como el gasto en servicios públicos, como la sanidad, la educación los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios asistenciales o la vivienda social, entre otros. En todos estos sectores sociales hubo recortes muy acentuados. En California, en cambio, el FRB proveyó el préstamo, garantizando así la estabilidad financiera del Estado, sin tener que ir desesperado a la banca privada para poder cubrir el gran agujero que representaba la recesión económica para las arcas del Estado.

¿Por qué el BCE no ayudó a los Estados en la Eurozona?

A la luz de estos datos ampliamente documentados, el lector se preguntará ¿por qué entonces el BCE no hace como hace el FRB en EEUU? Y la respuesta es sumamente fácil de ver y entender. No lo hace porque el BCE está bajo la enorme influencia de los bancos (y muy en especial de los bancos alemanes), a los cuales les va súper bien que los Estados tengan que depender de ellos para conseguir prestado dinero, consiguiendo pingües beneficios en estos préstamos. En realidad, el BCE está en Frankfurt, a escasa distancia del Banco Central Alemán, el Deutsche Bundesbank, bajo su sombra. Y es importante recordar que fueron los bancos alemanes (junto con los franceses) los que proveyeron, directa e indirectamente, la mayoría del crédito que alimentó la burbuja inmobiliaria en España, bancos que financiaron predominantemente a través de sus préstamos a la banca española.

Hay que entender, pues, que la unidad monetaria que estableció el euro beneficia sobre todo a las instituciones financieras a costa de la economía productiva y del bienestar y calidad de vida de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población en los países de la Eurozona (y que son las mayores beneficiarias de las transferencias públicas y las que utilizan los servicios públicos del Estado del Bienestar). El sistema financiero, pues, no podía estar mejor diseñado para favorecer al capital financiero a costa de perjudicar a las clases populares. Los recortes de gasto público, incluyendo el gasto público social, eran necesarios para cubrir las bajadas de impuestos que aprobaron los gobiernos neoliberales, y para pagar la deuda contraída en su gran mayoría en los bancos.

¿Por qué se reproduce esta situación?

Por varias razones. Una de las mayores causas es la enorme influencia antidemocrática del capital financiero sobre el establishment político-mediático (que está profundamente endeudado y no quiere antagonizar a los que los financian). Otra es su financiación de los mayores centros de estudios e investigación académica del país, y de las revistas económicas que hacen propaganda y promocionan el sistema financiero actual. Y otra causa es la complicidad que tiene con las grandes empresas industriales y de servicios, que dependen, en parte, del sistema financiero, y también porque las propuestas que el sector financiero está realizando –tales como las bajadas de salarios, o las reformas laborales que debilitan el mundo del trabajo- las benefician también. El IBEX-35 tiene todo tipo de empresas, representando el eje del establishment financiero y económico del país. No hay duda de que tal sistema financiero, basado en el euro, está perjudicando a España y a otros países de la periferia de la Eurozona. No puede dejarse tal como está, pues es imposible que con este sistema España pueda desarrollarse y converger con los otros países de la Unión Europea. La evidencia de ello es abrumadora. Los recortes, la austeridad y la precariedad laboral serán lo habitual en la economía española, siempre y cuando el sistema financiero europeo siga estructurado como hasta ahora.

¿Qué puede hacerse?

Lo primero que debe indicarse es que de todas las alternativas posibles, la peor es no hacer nada y continuar con la situación actual. Por desgracia, el PP, Ciudadanos y parece ser el PSOE están hoy en esta dirección: continuar con las mismas políticas.

Ahora bien, es importante señalar la diferencia entre reconocer el enorme daño que tal diseño del sistema del euro está haciendo a España, y otro es que la solución sea salirse del euro. El establecimiento de esta moneda fue un error, resultado del enorme poder del capital financiero, pero de esta observación no se deriva que la solución sea salirse del euro. Puede o no que esta sea la solución, dependiendo del contexto político del país, y cómo hacer la transición al no-euro es un tema del cual apenas se habla.

Pero otra alternativa sería establecer una alianza de gobiernos que estén en desacuerdo con las políticas neoliberales que impone el establishment gobernante del euro y que cuestionen tanto las bases que justifican las medidas regresivas que se están implementando, como su aplicación. Esta alternativa es casi inevitable, pues el número de gobiernos contrarios al continuismo crecerá con los años. Esta alianza es esencial, y de gran utilidad para cualquier vía que se considere. La protesta comenzará en la periferia y acabará afectando al establishment político-financiero, liderado por el alemán.

El reto de las fuerzas progresistas es establecer estas alianzas internacionales en lugar de supranacionales. Es decir, que los movimientos progresistas (como las instituciones que defienden el mundo del trabajo) de cada Estado se alíen entre ellos para conseguir los cambios necesarios en la gobernanza de la Eurozona y en las políticas aplicadas. Mi desacuerdo, expresado en dos artículos recientes en Público ("¿Está el Estado del Bienestar muerto? Crítica a Yanis Varoufakis", 08.08.16, y "Respuesta de Vicenç Navarro a Varoufakis: inter-nacional no es lo mismo que supra-nacional", 08.09.16), con Varoufakis es que este cree que los Estados son anticuados (dejando un espacio muy importante, la defensa de la soberanía nacional, en manos de la ultraderecha) cuando yo creo que son las unidades base para democratizar la Unión Europea y la gobernanza del euro. Sin cambios en cada Estado y sin movilizaciones dentro de cada nación aliada con fuerzas progresistas basadas en otra nación, no se producirán cambios en Europa. El trabajador alemán tiene más en común con el trabajador español o griego que con el establishment financiero-político-mediático de su país, cuyas reformas Hertz dañaron a todos.

El éxito del movimiento anti TTIP muestra precisamente cómo se pueden ganar batallas y vencer al establishment financiero-político europeo. El análisis de estos hechos muestra que el rechazo hacia tal tratado tiene lugar no solo en las calles, sino también en los parlamentos nacionales, cuyas movilizaciones explican la retirada del tratado de libre comercio entre EEUU y la UE.

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Los programas económicos de Trump y de Clinton, y su interés para España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/08/31/los-programas-economicos-de-trump-y-de-clinton-y-su-interes-para-espana/ Wed, 31 Aug 2016 05:30:18 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3733 Continuar leyendo "Los programas económicos de Trump y de Clinton, y su interés para España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

El programa económico del candidato republicano, Donald Trump, es neoliberalismo puro, característico, en muchos aspectos, de los programas del Partido Republicano: incluye unos grandes recortes de impuestos que favorecerían enormemente a las rendas superiores y a las rendas derivadas del capital. El número de tramos, por ejemplo, se reduciría a tres (12%, 25% y 33%), con una rebaja considerable en cada tramo. Esto significaría que, para una persona perteneciente al 1% de mayor nivel de renta del país (que ingresa como promedio dos millones y medio de dólares al año y que paga nominalmente un 39,6% en impuestos), tal rebaja supondría un ahorro de 120.000 dólares al año. Y, para el tramo súper superior (el 0,1%), el ahorro sería incluso mucho mayor, casi de 700.000 dólares al año. El impuesto de sociedades bajaría también, pasando de un 25% a un 15%, con lo cual el estado federal dejaría de ingresar más de 100.000 millones de dólares, una cantidad más que respetable incluso para el estado federal de EEUU.

Otra medida predecible del programa republicano del Sr. Donald Trump es el compromiso de eliminar y/o reducir gran cantidad de regulaciones laborales, medioambientales y en defensa del consumidor, que el mundo de las grandes empresas siempre ha deseado reducir o incluso eliminar. La gran desregulación que propone el candidato republicano debilitaría muchísimo la capacidad del gobierno federal de proteger al trabajador, al consumidor y al medioambiente estadounidense. Donald Trump también eliminaría el Obamacare, el programa de aseguramiento de asistencia sanitaria que se ha extendido considerablemente a un porcentaje mayor de población estadounidense (sin alcanzar, sin embargo, la universalidad, es decir, la cobertura a toda la población). El candidato republicano eliminaría los subsidios públicos que han facilitado tal expansión, lo que comportaría la privatización masiva de la sanidad estadounidense, disminuyendo muy marcadamente la cobertura y el gasto público sanitario.

Todas estas políticas, de claro corte neoliberal, encajan claramente dentro del ideario que aparece (en distintas formas, de distintas maneras y en diferentes niveles) también en los programas económicos de los partidos de sensibilidad neoliberal en Europa, incluyendo España, tales como el PP, Ciudadanos y Convergencia Democrática de Catalunya (ahora Partido Demócrata Catalán), partidos todos ellos pertenecientes a las familias políticas conservadoras y/o liberales europeas.

Ahora bien, hay dos propuestas del programa de Trump que son claramente diferentes y que no aparecen en el ideario neoliberal, y que han tenido gran atractivo y capacidad de movilización entre las clases populares, y muy en particular entre la clase trabajadora (sobre todo de raza blanca). Las dos propuestas pertenecen más a la sensibilidad socialdemócrata (antes de que la mayoría de estos partidos dejaran de ser socialdemócratas y se convirtieran en partidos socioliberales) y son, repito, sumamente populares entre la clase trabajadora de aquel país.

Las propuestas nuevas del candidato Donald Trump

Una de estas propuestas nuevas consiste en establecer un programa activo de inversiones públicas en las infraestructuras del país como medida de creación de empleo. A primera vista, puede parecer paradójico que un político de extrema derecha haga esta propuesta. Pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que el nazismo y/o el fascismo (que se autodefinieron como partidos nacional-socialistas) incluyeron en sus programas propuestas de carácter socialista que tenían, como objetivo, atraer a la clase obrera, compitiendo con los partidos socialistas y comunistas por el apoyo de tal clase. Una situación semejante está ocurriendo ahora en EEUU. En realidad, el candidato que lideró primero estas propuestas en la campaña electoral fue el candidato socialista Bernie Sanders, que generó gran apoyo entre los jóvenes y entre la clase trabajadora (por debajo de 45 años). El candidato Trump (cuya ideología tiene muchos componentes del fascismo populista europeo, tales como el nacionalismo extremo, el racismo, la xenofobia, el caudillismo, el antidemocratismo, autoritarismo y el canto a la fuerza –al militarismo) hizo suyas tales propuestas, siendo una de las medidas que ha generado mayor movilización popular y apoyo, tanto a Donald Trump como al candidato socialista Bernie Sanders, que compitió en las primarias del Partido Demócrata.

El otro gran capítulo nuevo para un candidato republicano ha sido la oposición de Trump a los tratados de libre comercio, sumamente impopulares en EEUU por haber sido una de los mayores causas de destrucción de empleo en el sector manufacturero estadounidense. Tal sector es el que concentra los puestos de trabajo mejor pagados y más estables del mercado de trabajo estadunidense, y que ocupan, en su gran mayoría, obreros de raza blanca. Al destruirse tales puestos de trabajo, el grupo más afectado es precisamente la clase trabajadora blanca.

La movilidad de las empresas manufactureras a países como México y China ha tenido un impacto sumamente negativo en los estados industriales de EEUU (Ohio, Michigan y Pennsylvania, entre otros), lo que explica el gran atractivo de esta propuesta entre tal clase trabajadora. En este capítulo, de nuevo, fue el candidato demócrata Bernie Sanders el que presentó una serie de propuestas exigiendo el fin de los tratados mencionados, propuestas sumamente populares y que hizo suyas también el candidato Trump.

Las propuestas del Partido Demócrata

Las dos grandes propuestas citadas (la inversión pública masiva como medida de creación de empleo y la oposición a los tratados de libre comercio), apoyadas por el candidato demócrata Bernie Sanders (un miembro del Partido Socialista de EEUU y candidato independiente a la Presidencia del Partido Demócrata), y por el candidato republicano Donald Trump, han tenido un gran impacto en Partido Demócrata. Hoy el programa de tal partido ha virado claramente a la izquierda, debido a la candidatura Sanders (que ganó en 22 de los 50 Estados) y del temor a Donald Trump. Hilary Clinton, vencedora de las primarias del Partidos Demócrata, es plenamente consciente de que, sin el apoyo de los sanderistas, no podrá ganar las elecciones. De ahí que haya un acuerdo, que llega a nivel de consenso, de que, para salir de la Gran Recesión, se necesita una inversión masiva federal de gasto público para producir empleo y un rechazo a los mal llamados tratados de libre comercio, que están excesivamente influenciados por los intereses de los lobbies empresariales a costa del bienestar de las clases populares.

Es interesante señalar que en Europa han comenzado a aparecer propuestas semejantes (gran inversión pública y oposición al Tratado TTIP) por parte de movimientos sociales y políticos, siendo en España Unidos Podemos el único partido que ha propuesto medidas semejantes, que, como era predecible, ha sido acusado por las fuerzas conservadoras y liberales como utópico e irrealizable. Europa continúa estancada en el dogma neoliberal que está condenando a la Unión Europea, y muy en especial a los países periféricos de la Eurozona, como España, a un estancamiento del cual será difícil salir a no ser que cambien radicalmente las políticas públicas neoliberales que han causado la Gran Recesión, que todavía no se ha resuelto (por mucho que el gobierno y sus aliados, así como los grandes medios, así lo digan). Y, si no se lo creen, esperen y lo verán.

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Por qué las derechas continúan gobernando https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/08/22/por-que-las-derechas-continuan-gobernando/ Mon, 22 Aug 2016 06:00:27 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3726 Continuar leyendo "Por qué las derechas continúan gobernando"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Los establishments financieros y económicos del país, a través del establishment mediático (los grandes medios de información y persuasión) que influencian, están intentado crear un clima político en el que se vea como inevitable la continuación en el gobierno de Rajoy y el partido que lidera (PP), con la ayuda de Ciudadanos, con el cual comparte tanto las líneas generales de la política económica (que Rajoy ha llevado a cabo durante su mandato), como la visión uninacional de España (heredada de la visión uninacional, existente durante la dictadura que rigió este país durante cuarenta años), y la cultura franquista profundamente conservadora (continuadora de la existente en aquel régimen político). Ambas (la visión uninacional y la cultura franquista), persisten y ninguno de estos partidos de derechas (ni el PP, heredero de las derechas que dominaron el aparato del estado dictatorial y de la Transición que le siguió, ni Ciudadanos, surgido en parte de las entrañas del PP) se plantea cambiar. Los dos partidos han liderado la resistencia frente a la recuperación de la memoria histórica y la promoción de los valores republicanos, mostrando, a la vez, una gran hostilidad a la visión plurinacional del Estado español.

¿Qué une hoy en día a las derechas españolas?

Tales dos partidos comparten, pues, tres elementos claves que garantizarían un continuismo de las políticas económicas (que favorecen a los intereses de las élites financieras y económicas, quienes tienen una excesiva influencia en la vida política y mediática del país, y ejercen su poder en contra del mundo del trabajo y del bienestar de las clases populares), de las políticas nacionales (en contra, y con gran hostilidad, del establecimiento de un estado plurinacional), y de las políticas antidemocráticas (oponiéndose a la recuperación de la cultura democrática proveniente de la República –promoviendo sus valores y la historia progresista del país). Es difícil, en base a esta alianza PP-Ciudadanos, concluir que este gobierno del Partido Popular, presidido por el presidente de uno de los partidos más reaccionarios y corruptos que existen actualmente en la UE, pueda presentarse como un gobierno de cambio.

Los silencios del establishment político-mediático

Esta campaña mediático-política, que intenta promover la investidura del sr. Rajoy como presidente del Gobierno español, ha estado silenciando que siempre había otra alternativa de gobierno, la cual es fácil de demostrar que sería mejor, para la salud económica, política y social de España, que el gobierno Rajoy, y que implicaría un cambio en cada uno de los tres elementos claves que he citado anteriormente. En lo que refiere a la política económica, se podría haber terminado con las políticas de austeridad que han hecho tanto daño a las clases populares; en política nacional, se podría haber iniciado el establecimiento de un estado plurinacional; y, en política democrática, se podría haber facilitado la desaparición de la cultura franquista y, en su lugar, iniciar la promoción de los valores democráticos republicanos que han existido y persistieron entre las fuerzas democráticas que combatieron la dictadura y que podrían haber sido la base de una alianza que habría posibilitado la formación de un gobierno progresista. La alianza de todas las fuerzas de izquierda con los nacionalistas catalanes y vascos (todas ellas fuerzas políticas que lucharon contra la dictadura para establecer un orden democrático) hubiera permitido que se fuera en la dirección de estos cambios.

¿Por qué ello no ha estado ocurriendo?

Varias son las causas de que esto no esté ocurriendo. Una de gran importancia, es el enorme poder de las élites financieras y económicas que, como indiqué antes, ejercen una influencia claramente excesiva y antidemocrática entre los mayores medios de información y persuasión del país y sobre los aparatos del Estado central. Esta gran complicidad entre el poder financiero y económico, por un lado, y los poderes mediáticos y políticos, por el otro, es una de las características más importantes de la vida política del país. El control del primero sobre la esfera mediática y política es casi absoluto.

Otra causa de lo que está ocurriendo es derivada de la anterior. Tal influencia financiera y económica ha sido especialmente aguda en el Estado central bipartidista, y ha incluido al aparato del partido mayoritario de izquierdas, el PSOE. Las declaraciones realizadas a favor de la investidura del candidato del PP por parte de sus figuras históricas muestra su complicidad con las mencionadas instituciones financieras y económicas, apareciendo con toda claridad al observar sus relaciones y entramado de intereses con tales empresas. No es por casualidad que sean estas figuras históricas las que se oponen con mayor intensidad (podría decirse agresividad) a explorar esta alternativa progresista de gobierno. Su argumentario -la supuesta necesidad de garantizar la  estabilidad gubernamental o defender la unidad de España- oculta razones de tipo económico que son, ni más ni menos, su profunda oposición a establecer cualquier tipo de colaboración y alianza con Unidos Podemos, cuyas propuestas económicas, nacionales y democráticas amenazarían claramente los intereses de aquellos establishments financieros y económicos y, por lo tanto, de sus propios intereses.

¿Es posible la relación entre el PSOE y UP?

Es lógico y predecible que haya un temor en el aparato del PSOE hacia la expansión de tal nueva coalición política (Unidos Podemos) que, en parte, se ha hecho a costa del descenso del apoyo electoral del POSE. Pero es un profundo error que, tal temor, sea fuente de tanta hostilidad hacia UP, ya que asegura la persistencia de la derecha en el gobierno del país durante muchos años. Tal hostilidad parece traducir una visión que asume que la victoria de unos exige la derrota de los otros. Esta visión tiene consecuencias enormemente negativas para España, pues, repito, garantizará el gobierno de las derechas durante muchos años.

España, en su enorme variedad de culturas, tiene necesidad, no solo de una, sino de muchas sensibilidades de izquierda. Hay hoy, por ejemplo, un renacimiento de las izquierdas, portadoras de otra visión de España, exigiendo una España más democrática, más justa y más plurinacional. Esta visión está surgiendo de lo que los jacobinos definen como "las periferias". Estas fuerzas están aliadas con otra fuerza política nueva, Podemos, cuyo surgimiento representa una fuerza con vocación claramente transformadora y también portavoz de esta nueva visión de España que, junto con la reconvertida IU, se ha convertido en el mayor motor de cambio en cada una de las tres dimensiones citadas al principio del artículo: la económica, la nacional y la democrática. El votante del PSOE no puede ver este hecho como una amenaza, sino como el surgimiento de una gran coalición que puede ayudar a hacer el cambio que el PSOE, en sus orígenes e incluso en la primera parte del periodo democrático, exigía.

Es predecible que el aparato de tal partido se resista, pues ven tal surgimiento como una pérdida de poder. Pero, más allá de los partidismos (predecibles pero siempre negativos), el proyecto auténticamente transformador se ha hecho (por primera vez en el periodo democrático) posible. El enfado del militante y votante del PSOE no debería ser hacia las nuevas izquierdas emergentes sino hacia los elementos de dentro de tal aparato (reforzados por las figuras históricas) que están ahora obstaculizando el cambio en las políticas públicas que las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España urgentemente necesitan.

Las responsabilidades del aparato del PSOE en la situación actual

Muchos de los que esperábamos y deseábamos un sorpasso al PSOE por parte de UP no basábamos nuestro deseo en un afán partidista de aumentar los espacios institucionales de UP. Lo que deseábamos era, precisamente, evitar lo que está ocurriendo ahora, es decir, que el aparato del PSOE no prefiriera hacer un gobierno progresista, aliándose con UP y otras fuerzas progresistas. Si UP hubiera logrado el sorpasso, hoy estaríamos discutiendo sobre cómo realizar tal gobierno alternativo. De ahí la necesidad de que ocurriera el sorpasso.

Siempre que se mantengan las coordenadas de poder actualmente existentes en el aparato del PSOE, nos encontraremos en una situación parecida, condenando a España a continuar con gobiernos de derechas. Hace falta un cambio en el PSOE, con la movilización de sus bases, para recuperar la vocación reformadora y transformadora que tuvo en su día. En realidad, es sorprendente la falta de movilización de sus bases en vista de lo que está ocurriendo en la mayoría de los partidos socialdemócratas europeos que han estado experimentando rebeliones en sus senos frente a sus direcciones. Estamos viendo, en Europa, como el descenso del apoyo electoral a tales partidos, que se autodefinen como socialdemócratas, ha creado una movilización de protesta frente a las políticas neoliberales aplicadas por sus direcciones, y que ha alcanzado su máxima expresión en el Partido Laborista Británico. ¿Por qué no está pasando algo semejante en España? El futuro de España puede que dependa de ello.

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¿Está el Estado del Bienestar muerto? Crítica a Yanis Varoufakis https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/08/08/esta-el-estado-del-bienestar-muerto-critica-a-yanis-varoufakis/ Mon, 08 Aug 2016 06:00:16 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3715 Continuar leyendo "¿Está el Estado del Bienestar muerto? Crítica a Yanis Varoufakis"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Siempre leo con gran interés los escritos de Yanis Varoufakis. Y frecuentemente cuelgo en mi blog sus entrevistas o conferencias que me llegan, tanto aquellas con las que estoy de acuerdo como aquellas con las que estoy en desacuerdo. Naturalmente que coincido con sus críticas a la Troika y al comportamiento del Eurogrupo (los ministros de Economía y Finanzas de los países de la Eurozona), y muy en especial en el caso griego, aunque en este último caso difiero respecto a algún componente de su crítica y de las conclusiones a las que llega en base a tal crítica, como consta en el artículo escrito hace ya casi un año en Público ("Crítica amistosa a Varoufakis y a sectores de las izquierdas sobre lo ocurrido en Grecia", 19.10.15). Saludo también el establecimiento de un movimiento europeo que él ha fundado, y que ahora lidera, cuyo objetivo es la democratización de la gobernanza de Europa, gobernanza carente hoy de las más mínimas reglas de convivencia democrática, aunque ahí tenga yo también algunas diferencias con él. Tales diferencias alcanzan su máximo nivel cuando en una conferencia reciente, que detallaré más tarde en el artículo, ha hecho la acusación de que los Estado del Bienestar en los países capitalistas desarrollados están ya muertos, junto con los partidos socialdemócratas que los establecieron, proponiendo en su lugar que se establezca la Renta Básica Universal (RBU), de la que es uno de los máximos promotores. No hay duda de que la socialdemocracia en Europa está en declive. Pero asumir que el Estado del Bienestar está también muerto me parece un gran error. En ambas "muertes" Varoufakis atribuye tal situación a que los Estados-nación ya no pintan nada, pues han perdido toda soberanía. Y ahí está la raíz de nuestro desacuerdo.

 

¿Ha muerto el Estado-nación?

Creo que una de las raíces de este desacuerdo es su visión de los Estados-nación, a los que considera carentes de poder y capacidad de decisión, especialmente aquellos que forman parte de la Eurozona. Así, en un interesante libro publicado en 2016, Un plan para Europa, de Icaria Editorial (escrito conjuntamente con Gerardo Pisarello –una de las mentes más claras en el movimiento progresista catalán–, con  cuyas tesis estoy totalmente de acuerdo), Varoufakis, en la parte del libro en la que expone sus tesis en forma de entrevista, indica que los Estados-nación han perdido toda su soberanía, habiéndose convertido en parte del problema en lugar de la solución. Así, señala que los gobiernos hoy "transmiten a los parlamentos lo que queda decidido a nivel del Eurogrupo (o de la Cámara Europea o del Consejo Europeo) y los parlamentos solo están para que se les ordene lo que deben hacer" (p. 66).

Ni que decir tiene que la pertenencia de España al Eurogrupo establece unas limitaciones graves en cuanto a lo que el Estado español puede hacer o dejar de hacer. Pero encuentro su posición extrema (aunque comprensible por su experiencia en el caso de Grecia), pues los Estados-nación continúan jugando un papel clave. El Estado alemán, por ejemplo, juega un papel determinante y dominante entre los Estados-nación de la Eurozona. Y la relación inter-Estados juega también una labor esencial. La supeditación y docilidad del gobierno Rajoy hacia el gobierno alemán se expresa en su interdependencia con las políticas realizadas por tales Estados.

Lo que parece olvidarse con excesiva frecuencia es que los Estados continúan reproduciendo las relaciones de poder existentes en un país, incluyendo las relaciones de poder de clase social. Es importante recuperar las categorías analíticas que han desaparecido en gran parte de los estudios de lo que está ocurriendo en la Eurozona. Las clases sociales y el conflicto entre ellas, dentro de cada Estado, son esenciales para entender el comportamiento de tales Estados. Las ausencias de estas variables en los análisis de Varoufakis limitan su comprensión de la supuesta pérdida de soberanía de los Estados. Hay que concienciarse de que la burguesía española, por ejemplo, tiene más cosas en común, en cuanto a sus intereses, con la burguesía alemana, que con las clases populares españolas. De ahí que el Estado español, hoy instrumentalizado por la burguesía española, esté aplicando políticas auténticamente reaccionarias bajo el argumento de que no tiene libertad para llevar a cabo otras (como Varoufakis parece creer), cuando es obvio que sí que hay políticas alternativas. En España, por ejemplo, el presidente socialista Zapatero congeló las pensiones para conseguir 1.200 millones de euros, a fin de corregir el déficit del Estado, cuando podría haber conseguido muchos más revirtiendo la bajada de impuestos de sucesiones (2.552 millones) o manteniendo el de patrimonio (2.100 millones). Y el presidente conservador Rajoy podría haberse evitado recortar 6.000 millones de euros de la sanidad pública revirtiendo la bajada del impuesto de sociedades de las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, y que representan solo el 0,12% de todas las empresas. El Estado siempre aplica políticas de clase, y el tema fundamental es de qué clase social. No es cierto, pues, que el Estado-nación no pueda hacer nada. Decir que los Estados-nación no pueden hacer nada es darle la razón a Zapatero o a Rajoy cuando dicen que no hay otras políticas públicas posibles. ¡Sí que las hay! ¡Hay alternativas a las políticas de austeridad! El gran problema de Grecia es, como subrayé en el artículo citado anteriormente, que era un Estado pequeño y fallido, que lo hizo enormemente vulnerable a las presiones del Estado alemán. Y además de ser un Estado muy débil, estaba muy solo. Pero hoy ya hay un número creciente de Estados, con mayor peso, que pueden variar estas políticas. Y parte de la solución serían las alianzas entre Estados en contra de estas políticas, que no ocurrirán a no ser que cambien las relaciones de poder dentro de cada Estado.  

 

La externalización de responsabilidades como justificación de las políticas impopulares

Pero existe otro punto de desacuerdo con Varoufakis, relacionado con el desacuerdo anterior. El ningunear al Estado-nación lleva a abandonar una lucha a nivel de dicho Estado-nación, creando un vacío que lo están aprovechando movimientos nacionalistas de ultraderecha, algunos de claro carácter fascista y/o nazi. Hoy, como el mismo Varoufakis ha acentuado, uno de los mayores peligros existentes en la Unión Europea es la eclosión de movimientos nacionalistas de ultraderecha en cada uno de sus países. Y una de las causas de que ello esté ocurriendo es precisamente la desatención que las izquierdas han dado a algunos de los temas más movilizadores entre las clases populares, que solían ser la base de su apoyo electoral. No solo los partidos conservadores y liberales, sino también los partidos socialdemócratas, por ejemplo, justifican las políticas de austeridad y las reformas reaccionarias de los mercados de trabajo bajo el argumento de que son las únicas posibles, pues otras son de imposible aplicación debido a la globalización, o a la integración europea, o a cualquier factor externo. La externalización de responsabilidades es la medida más común hoy utilizada por los gobiernos de sensibilidad liberal o socioliberal (que son la mayoría). Admiten que sus políticas son impopulares pero subrayan que son las que exigen Bruselas o Frankfurt. Y aquí en Catalunya, el gobierno de derechas catalán indica que la culpa es de Madrid. No es extraño, pues, que veamos hoy votantes del Partido Comunista votar a partidos de ultraderecha. Los cinturones rojos de las grandes ciudades en Francia que votaban al PCF han pasado a votar a Le Pen. Pero esto no solo ocurre en el país galo, pues una de las causas de esta situación es precisamente el auge del nacionalismo en muchos países de la Unión Europea, es decir, el incremento del sentido identitario nacional frente al establishment político-mediático que gobierna la Eurozona, que es percibido como el responsable de la pérdida de identidad y poder de decisión conocido como soberanía nacional, cedida a dicho establishment europeo por las clases dominantes de cada país, que consiguen el desmantelamiento del Estado del Bienestar y el descenso salarial a través de aquel establishment europeo, lo que no podían conseguir a nivel estatal.

 

La supuesta muerte de la socialdemocracia y de su Estado del Bienestar

De esta percepción del Estado-nación como carente de capacidad de decisión, Varoufakis concluye que la socialdemocracia y el Estado del Bienestar que creó están muertos y sin capacidad de reacción. Permítanme que resuma su último discurso (que incluyo en este enlace) sobre este tema. Comienza haciendo aseveraciones que, tanto en su tono como en su contenido, pueden considerarse provocadoras (lo cual parece ser de su agrado, pues le gusta hacerlo con gran frecuencia). La primera es la de afirmar que las políticas públicas que han caracterizado a la socialdemocracia occidental (o el New Deal en EEUU) son demodé, es decir, no tienen futuro, pues son políticas insostenibles. De ahí que señale que "la socialdemocracia está muerta". La segunda provocación (que se deriva de la anterior) es su afirmación de que "el Estado del Bienestar está (también) muerto", ya que las transferencias públicas y los servicios públicos del Estado del Bienestar no pueden financiarse y mantenerse, pues al estar financiados con las rentas del trabajo (es decir, con las cotizaciones sociales derivadas del salario) y su financiación depender de la existencia de puestos de trabajo, ello determina que la desaparición de un número significativo de tales puestos de trabajo (como resultado de la revolución digital, incluyendo intervenciones tecnológicas, como la robótica, que está causando la destrucción masiva de gran parte de los puestos de trabajo), haga insostenible tal Estado del Bienestar. Esta destrucción de los generadores de los fondos con los cuales sostener tales transferencias y servicios públicos es la causa de que el Estado del Bienestar no tenga futuro, pues no puede financiarse. De ahí la necesidad de responder a la enorme crisis social que se ha ido desarrollando en estos años de recesión (que alcanza niveles de depresión en los países del sur de Europa como España, Grecia y Portugal) a través de la Renta Básica Universal, que es la distribución de una renta básica por parte del Estado a todos los ciudadanos y residentes de un país.

 

Las consecuencias de la financiarización de la economía

Otra razón que –según Varoufakis- justifica el establecimiento de la RBU es la financiarización de la economía en el capitalismo actual. Durante estos años hemos estado viendo la expansión del sector financiero a costa de la economía productiva, lo cual complica todavía más la sostenibilidad del Estado del Bienestar, pues al disminuir la economía productiva disminuye también la fuerza laboral, que es la que financia el Estado del Bienestar. Según Varoufakis, la actividad financiera está, pues, sustituyendo a la producción de bienes y al consumo, sujetos de la economía real o productiva, y con ello a los puestos de trabajo y a los trabajadores, dificultando todavía más la financiación del Estado del Bienestar, basada –como se ha señalado antes- en la gravación de las rentas del trabajo. En EEUU, esta transformación del capitalismo aparece en el traslado del centro de poder de Chicago (centro manufacturero) a Wall Street (centro financiero). Esta financiarización de la economía determina que al disminuir el trabajo disponible, también disminuye la demanda, causa del decrecimiento económico que conocemos como la Gran Recesión.

La solución a esta gran crisis social y económica es –de nuevo, según Varoufakis- gravar a las rentas superiores (derivadas en gran parte de la gran expansión del sector financiero), distribuyendo los ingresos públicos obtenidos a partir de esta medida a todos los ciudadanos y residentes, asignando a cada persona la misma cantidad, una renta básica que permita a la persona vivir con dignidad. La aplicación de esta medida tendría –según él- varias consecuencias. Una sería la de eliminar la pobreza y reducir las desigualdades sociales. Otra, la de incentivar la demanda (pues las clases populares consumen más que ahorran, ya que tienen una gran cantidad de necesidades insatisfechas, mientras que las clases más pudientes ahorran más que consumen). Y una tercera consecuencia, de gran importancia también, sería el empoderamiento de la población trabajadora, pues la RBU la haría más resistente frente a las demandas de los empleadores, ya que sus necesidades mínimas estarían ya cubiertas. Hasta aquí el resumen de su argumentación a favor de la RBU.

 

¿Cuáles son los problemas de esta argumentación?

Antes de comenzar la crítica debo subrayar que hay elementos de este análisis, como la creciente financiarización de la economía, con los que estoy totalmente de acuerdo. Pero con otros no. Y uno de ellos consiste en sus observaciones sobre lo que él considera los límites y la imposibilidad de desarrollar políticas socialdemócratas, así como políticas de expansión del Estado del Bienestar, a los dos lados del Atlántico Norte. Esta tesis está basada, en parte, en la pérdida de soberanía de los Estados, y, en parte, en su criterio (erróneo a mi manera de ver) para definir socialdemocracia y Estado del Bienestar. Me explicaré, comenzando con la discusión de los supuestos límites de la socialdemocracia. Pero para ello es necesario señalar que el gran fracaso de los partidos socialdemócratas (que, recordemos, estaban enraizados en el mundo del trabajo en su objetivo de establecer el socialismo) no se debe a la socialdemocracia en sí, sino más bien lo contrario, es decir, a su abandono. Es una realidad bien documentada que a partir de Blair & Co. (aunque algunos podrían indicar que se había iniciado ya con Mitterrand) hubo un claro abandono del proyecto socialdemócrata. El socialismo era y continúa siendo el proyecto de establecer una sociedad cuyo objetivo es distribuir los recursos según la necesidad de los ciudadanos, financiados según la habilidad y capacidad de cada ciudadano, siendo necesidad, habilidad y capacidad definidas democráticamente. Este objetivo continúa siendo vigente y aplicable. Casi el 78% de la ciudadanía de los países de la UE está de acuerdo con el principio de que "a cada uno según su necesidad, y de cada uno según su habilidad y capacidad". Y estamos viendo a los dos lados del Atlántico Norte la aparición de movimientos político-sociales, como el movimiento liderado por el candidato Sanders en EEUU, y los movimientos contestatarios en Europa, como Unidos Podemos, que están adquiriendo gran importancia, y que están comprometidos claramente con este principio socialista, a alcanzar a través de la vía democrática, proponiendo políticas públicas que solían identificarse con la socialdemocracia antes de que esta dejara de serlo.

 

El Estado del Bienestar que describe Varoufakis es el cristianodemócrata, no el socialista

Varoufakis parece desconocer que hay varios tipos de Estados del Bienestar. Y el que describe no es el Estado del Bienestar enraizado en la tradición socialdemócrata. Bismarck fue el fundador del Estado del Bienestar que Varoufakis describe y define erróneamente como  "el Estado del Bienestar". En este Estado del Bienestar, el de Bismarck, la financiación corre a cargo de las cotizaciones sociales basadas en el mercado del trabajo. Es este Estado del Bienestar cuya sostenibilidad depende de la situación del mercado de trabajo. Y el deterioro de este mercado de trabajo crea un problema de sostenibilidad grave, como estamos viendo hoy en España.

Pero en los países escandinavos del norte de Europa, de tradición socialdemócrata, donde el mundo del trabajo históricamente ha sido fuerte, la financiación de la mayoría de transferencias y servicios del Estado del Bienestar no viene de las cotizaciones sociales basadas en el mercado de trabajo, sino de los fondos generales del Estado, y por lo tanto de la voluntad popular. Dependiendo del grado de influencia que los distintos actores de la sociedad (entre los cuales los más determinantes son el mundo del capital y el mundo del trabajo) tienen sobre el Estado, encontramos Estados del Bienestar bien desarrollados, y otros poco financiados. En general, a mayor influencia del mundo del capital, menores son los ingresos al Estado, y, como consecuencia, el Estado del Bienestar está menos desarrollado, tal como ocurre en el sur de Europa. Es fácil de entender que el nivel de gravamen de las rentas del capital es una variable política, es decir, que depende de las relaciones de poder en cada país. En todos los países del sur de Europa, sus Estados del Bienestar están subfinanciados, asignando el Estado a los temas sociales muchos menos recursos públicos de los que debería y podría gastar. En realidad, todos ellos tienen los recursos para financiar mejor sus Estados del Bienestar. Tienen el dinero, pero el Estado no tiene la voluntad de recogerlo. Y ahí está uno de los desacuerdos entre Varoufakis y yo. Varoufakis asume que los Estados-nación no tienen alternativas a las políticas neoliberales que se les imponen, y yo creo que sí que las tienen. Que graven más o menos depende de las relaciones de poder de cada país. Asumir, como hace Varoufakis, que los Estados-nación no tienen poder de decisión, habiendo perdido toda soberanía, es, como he dicho antes, dar la razón a los gobiernos que imponen políticas de austeridad altamente impopulares, cuando las justifican diciendo que no tienen otras alternativas.

 

¿Qué soluciones hay?

Cualquier solución a la crisis actual pasa por un aumento de los ingresos al Estado, lo que requiere un cambio en los actores que configuran las políticas públicas de tales Estados. No creo que haya mucho desacuerdo en este punto. El desacuerdo, pues, es probable que radique no tanto en los ingresos, sino en los gastos. Y es ahí donde Varoufakis desatiende el Estado del Bienestar demasiado rápidamente. Según él, el dinero debe ir a cada ciudadano o residente, siéndole transferida la misma cantidad de dinero a cada persona, sea ciudadano o residente. Pero, ¿por qué la misma cantidad? Si el objetivo de la RBU es reducir la pobreza, es fácil mostrar que los países que han sido más exitosos en reducir la pobreza han sido aquellos países escandinavos que han seguido precisamente las políticas de tradición socialdemócrata, mediante transferencias y servicios públicos, lo cual implica también garantizar unos ingresos a cada ciudadano que le permitan una vida digna mediante la transferencia de fondos y servicios públicos que representan una cantidad superior a la que recibiría mediante la RBU.

Un tanto igual ocurre en cuanto a la reducción de las desigualdades. Los países que han sido más exitosos, y que han conseguido alcanzar los niveles de desigualdades más bajos en la UE y en Norteamérica, han sido aquellos que han utilizado las medidas redistributivas y han utilizado las políticas laborales y sociales para alcanzar tal fin. Si se quiere reducir la pobreza y las desigualdades, no tiene sentido dar la misma cantidad de dinero al pobre que a todos los demás. Se le debería dar más. Por otra parte, el coste de la RBU sería considerable: muy probablemente unos porcentajes del PIB de varios puntos. Añádase a esta consideración el hecho de que el déficit social de los países del sur de Europa es enorme. ¿Sería la RBU además o en lugar de la corrección de este enorme déficit social? Pedir como prioritaria la implementación de la RBU hoy en estos países es dejar de cubrir el enorme déficit social que tienen. Podría argumentarse que la RBU podría tener sentido una vez los elementos básicos del Estado del Bienestar estuvieran satisfechos. Pero en el sur de Europa distan mucho de serlo. ¿No cree Varoufakis que en estos países es mucho más urgente resolver este enorme déficit social que implementar la RBU? Esperaría que pudiéramos estar de acuerdo en ello.

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Marx llevaba bastante razón https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/08/01/marx-llevaba-bastante-razon/ Mon, 01 Aug 2016 05:00:17 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3709 Continuar leyendo "Marx llevaba bastante razón"]]>  

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Como consecuencia del enorme dominio que las fuerzas conservadoras tienen en los mayores medios de difusión y comunicación, incluso académicos, en España (incluyendo Catalunya), el grado de desconocimiento de las distintas teorías económicas derivadas de los escritos de Karl Marx en estos medios es abrumador. Por ejemplo, si alguien sugiere que para salir de la Gran Recesión se necesita estimular la demanda, inmediatamente le ponen a uno la etiqueta de ser un keynesiano, neo-keynesiano o "lo que fuera" keynesiano. En realidad, tal medida pertenece no tanto a Keynes, sino a las teorías de Kalecki, el gran pensador polaco, claramente enraizado en la tradición marxista, que, según el economista keynesiano más conocido hoy en el mundo, Paul Krugman, es el pensador que ha analizado y predicho mejor el capitalismo, y cuyos trabajos sirven mejor para entender no solo la Gran Depresión, sino también la Gran Recesión. En realidad, según Joan Robinson, profesora de Economía en la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y discípula predilecta de Keynes, este conocía y, según Robinson, fue influenciado en gran medida por los trabajos de Kalecki.

Ahora bien, como Keynes es más tolerado que Marx en el mundo académico universitario, a muchos académicos les asusta estar o ser percibidos como marxistas y prefieren camuflarse bajo el término de keynesianos. El camuflaje es una forma de lucha por la supervivencia en ambientes tan profundamente derechistas, como ocurre en España, incluyendo Catalunya, donde cuarenta años de dictadura fascista y otros tantos de democracia supervisada por los poderes fácticos de siempre han dejado su marca. Al lector que se crea que exagero le invito a la siguiente reflexión. Suponga que yo, en una entrevista televisiva (que es más que improbable que ocurra en los medios altamente controlados que nos rodean), dijera que "la lucha de clases, con la victoria de la clase capitalista sobre la clase trabajadora, es esencial para entender la situación social y económica en España y en Catalunya"; es más que probable que el entrevistador y el oyente me mirasen con cara de incredulidad, pensando que lo que estaría diciendo sería tan anticuado que sería penoso que yo todavía estuviera diciendo tales sandeces. Ahora bien, en el lenguaje del establishment español (incluyendo el catalán) se suele confundir antiguo con anticuado, sin darse cuenta de que una idea o un principio pueden ser muy antiguos, pero no necesariamente anticuados. La ley de la gravedad es muy, pero que muy antigua, y sin embargo, no es anticuada. Si no se lo cree, salte de un cuarto piso y lo verá.

 

La lucha de clases existe

Pues bien, la existencia de clases es un principio muy antiguo en todas las tradiciones analíticas sociológicas. Repito, en todas. Y lo mismo en cuanto al conflicto de clases. Todos, repito, todos los mayores pensadores que han analizado la estructura social de nuestras sociedades –desde Weber a Marx- hablan de lucha de clases. La única diferencia entre Weber y Marx es que, mientras que en Weber el conflicto entre clases es coyuntural, en Marx, en cambio, es estructural, y es intrínseco a la existencia del capitalismo. En otras palabras, mientras Weber habla de dominio de una clase por la otra, Marx habla de explotación. Un agente (sea una clase, una raza, un género o una nación) explota a otro cuando vive mejor a costa de que el otro viva peor. Es todo un reto negar que haya enormes explotaciones en las sociedades en las que vivimos. Pero decir que hay lucha de clases no quiere decir que uno sea o deje de ser marxista. Todas las tradiciones sociológicas sostienen su existencia.

 

Las teorías de Kalecki

Kalecki es el que indicó que, como señaló Marx, la propia dinámica del conflicto Capital-Trabajo lleva a la situación que creó la Gran Depresión, pues la victoria del capital lleva a una reducción de las rentas del trabajo que crea graves problemas de demanda. No soy muy favorable a la cultura talmúdica de recurrir a citas de los grandes textos, pero me veo en la necesidad de hacerlo en esta ocasión. Marx escribió en El Capital lo siguiente: "Los trabajadores son importantes para los mercados como compradores de bienes y servicios. Ahora bien, la dinámica del capitalismo lleva a que los salarios –el precio de un trabajo- bajen cada vez más, motivo por el que se crea un problema de falta de demanda de aquellos bienes y servicios producidos por el sistema capitalista, con lo cual hay un problema, no solo en la producción, sino en la realización de los bienes y servicios. Y este es el problema fundamental en la dinámica capitalista que lleva a un empobrecimiento de la población, que obstaculiza a la vez la realización de la producción y su realización". Más claro, el agua. Esto no es Keynes, es Karl Marx. De ahí la necesidad de trascender el capitalismo estableciendo una dinámica opuesta en la que la producción respondiera a una lógica distinta, en realidad, opuesta, encaminada a satisfacer las necesidades de la población, determinadas no por el mercado y por la acumulación del capital, sino por la voluntad política de los trabajadores.

De ahí se derivan varios principios. Uno de ellos, revertir las políticas derivadas del domino del capital (tema sobre el cual Keynes no habla nada), aumentando los salarios, en lugar de reducirlos, a fin de crear un aumento de la demanda (de lo cual Keynes sí que habla) a través del aumento de las rentas del trabajo, vía crecimiento de los salarios o del gasto público social, que incluye el Estado del bienestar y la protección social que Kalecki define como el salario social.

Mirando los datos se ve claramente que hoy las políticas neoliberales realizadas para el beneficio del capital han sido responsables de que desde los años ochenta las rentas del capital hayan aumentado a costa de disminuir las rentas del trabajo (ver mi artículo "Capital-Trabajo: el origen de la crisis actual" en Le Monde Diplomatique, julio 2013), lo cual ha creado un grave problema de demanda, que tardó en expresarse en forma de crisis debido al enorme endeudamiento de la clase trabajadora y otros componentes de las clases populares (y de las pequeñas y medianas empresas). Tal endeudamiento creó la gran expansión del capital financiero (la banca), la cual invirtió en actividades especulativas, pues sus inversiones financieras en las áreas de la economía productiva (donde se producen los bienes y servicios de consumo) eran de baja rentabilidad precisamente como consecuencia de la escasa demanda. Las inversiones especulativas crearon las burbujas que, al estallar, crearon la crisis actual conocida como la Gran Depresión. Esta es la evidencia de lo que ha estado ocurriendo (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015)

De ahí que la salida de la Gran Crisis (en la que todavía estamos inmersos) pase por una reversión de tales políticas, empoderando a las rentas del trabajo a costa de las rentas del capital. Esta es la gran contribución de Kalecki, que muestra no solo lo que está pasando, sino por dónde deberían orientar las fuerzas progresistas sus propuestas de salida de esta crisis, y que requieren un gran cambio en las relaciones de fuerza Capital-Trabajo en cada país. El hecho de que no se hable mucho de ello responde a que las fuerzas conservadoras dominan el mundo del pensamiento económico y no permiten la exposición de visiones alternativas. Y así estamos, yendo de mal en peor. Las cifras económicas últimas son las peores que hemos visto últimamente.

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¿Es el crecimiento del desempleo y de la precariedad consecuencia de la revolución digital? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/26/es-el-crecimiento-del-desempleo-y-de-la-precariedad-consecuencia-de-la-revolucion-digital/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/26/es-el-crecimiento-del-desempleo-y-de-la-precariedad-consecuencia-de-la-revolucion-digital/#respond Tue, 26 Jul 2016 05:00:41 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3700 Continuar leyendo "¿Es el crecimiento del desempleo y de la precariedad consecuencia de la revolución digital?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Hace unos días que publiqué un artículo (La falacia del futuro sin trabajo y de la revolución digital como causa del precariado, Público, 12.07.16) en el que indicaba que los datos empíricos existentes no avalan la ampliamente extendida creencia de que la revolución digital es una de las causas (sino la mayor causa) del elevado desempleo y precariedad en los mercados de trabajo de los países capitalistas más desarrollados, creencia que vaticina que en un futuro próximo casi el 50% de los puestos de trabajo existentes hoy habrán sido destruidos, creando un futuro sin trabajo. En el artículo mostré datos que no apoyaban tal creencia.

Como era de esperar, el artículo creó una predecible avalancha de comentarios, algunos favorables y otros desfavorables. Algunos estaban basados en una tergiversada lectura de mi artículo, pues no negué en él que la revolución digital podría destruir empleo. En realidad señalé que sí que podría destruir empleo, señalando los sectores económicos donde ello podría ocurrir. Ahora bien, indiqué que si bien tal revolución digital (como la robótica) puede destruir trabajo, lo cierto es que también puede crear empleo. Por regla general la robótica ha permitido abaratar los precios de los productos, con lo cual se crea en el mismo o en otros sectores un aumento de la demanda específica o general, que contribuye al crecimiento de la actividad económica y a la creación de empleo. Por otra parte, la misma aplicación de la robótica requiere la creación de empleo. Todas las revoluciones tecnológicas anteriores, desde la introducción de las cadenas de montaje y las máquinas de vapor, hasta la introducción de la electricidad, han ido acompañadas de un aumento de la actividad económica y de la creación de empleo.

Como indiqué en el artículo, la evidencia científica acumulada durante todos estos años muestra que el impacto de la revolución digital sobre el empleo (y sobre los salarios) depende primordialmente del contexto político que configura la aplicación de tal revolución tecnológica. La robótica, por ejemplo, puede destruir empleo o puede permitir sustituir trabajo repetitivo por otro más intelectualmente estimulante, o puede facilitar la reducción del tiempo de trabajo, pasando a ser de 30 horas en lugar de las 40 horas de trabajo semanales.

¿Ha aumentado la productividad durante el periodo de la supuesta revolución digital?

Pero la crítica que creo que merece mayor atención es aquella que reconoce que, si bien en el pasado las nuevas tecnologías, como las máquinas de vapor o la electricidad, no habían destruido empleo, esta revolución –la digital– sí que ha destruido empleo, pues al aumentar la productividad (ahora un trabajador puede hacer el trabajo de muchos antes) se aumenta la destrucción de puestos de trabajo, y con ello aumenta el desempleo. Y frente a los datos que yo mostraba en el artículo de que, durante los años conocidos de revolución digital, la productividad apenas había aumentado, permaneciendo en unos niveles muy bajos, mis críticos señalaban que yo estaba errado, pues si hubiera incluido un periodo mayor hubiera visto un aumento muy marcado de la productividad a partir de la década de los años noventa en el pasado siglo XX. En tal crítica se reconocía que el crecimiento de la productividad fue muy bajo (1,7% de crecimiento anual) durante la década de los años setenta (1971-1980), y también muy bajo (1,7%) en los años ochenta (1981-1990). Ahora bien, los autores de tal crítica añadieron que el crecimiento fue mucho más rápido (2,3%) en la siguiente década (1991-2000), crecimiento que se mantuvo alto (2,4%) en la siguiente década (2001-2010). Y dichos autores atribuían tal expansión de la productividad a la revolución digital.

El problema en este argumento es que al tomar el cambio anual de la productividad medido por décadas (la de los años setenta versus los años ochenta, versus los años noventa, versus la primera década del siglo XXI), no estamos comparando manzanas con manzanas, sino con rábanos. Hay que comparar los datos del crecimiento de la productividad anual por ciclos económicos y no por décadas. El periodo 2000-2010, por ejemplo, incluye un periodo de fuerte crecimiento de la economía y de la productividad al principio de la década, seguido de otro periodo caracterizado por un crecimiento económico y un aumento de la productividad muy débil, que no alcanzó a ser del 1,0%. En realidad, tanto el crecimiento económico como el crecimiento de la productividad fueron mucho más bajos después del 2005 que los que hubo durante todo el periodo 1975-1995. Si se analiza el crecimiento de la productividad en los sectores no agrícolas de EEUU, puede verse (U.S. Bureau of Labor Statistics) que tal crecimiento es muy bajo. Si la revolución digital hubiera sido tan efectiva y extendida como mis críticos sostienen, tendríamos que haber visto un gran crecimiento de la productividad. No lo vimos.

¿Cómo se explica el desacoplamiento del crecimiento de la productividad y el crecimiento de empleo?

Otro argumento que se aduce a favor del impacto negativo de la revolución digital en el empleo es que mientras que los periodos anteriores de gran crecimiento económico y de gran aumento de la productividad fueron acompañados de una gran creación de empleo, a partir del año 2000 el crecimiento económico y de la productividad no ha ido acompañado de un crecimiento de ese empleo. Y ello se atribuye, de nuevo, a la revolución digital.

Pero tal como acabo de indicar (y expandí en mi artículo anterior), el crecimiento de la productividad no ha sido mayor, sino al revés, ha sido menor que en épocas anteriores. Podría argumentarse que ello se debe a que tal revolución digital ha sido menos extensa de lo que se asume, o que el impacto de esta revolución digital depende de otras variables, de las cuales las políticas –como yo sostengo en mi tesis- son las determinantes. Es siempre necesario no confundir el crecimiento de la productividad en un sector de la economía con el crecimiento de la productividad promedio en toda la economía. Una cosa es el establecimiento de una tecnología y otra es su difusión. Por otra parte, toda la evidencia apunta a que las variables políticas, y muy en particular la relación capital-trabajo (lo que solía llamarse la lucha de clases), son determinantes para entender la evolución del empleo.

La precariedad en España

Los datos muestran claramente que la precariedad en el mercado español ha crecido masivamente durante los años de la Gran Recesión. Tal fenómeno ha ocurrido con especial intensidad en el sur de Europa (y muy en especial en Grecia, España y también en Portugal), donde el mundo empresarial ha tenido históricamente un gran poder, mientras que el mundo del trabajo ha sido débil (con sindicatos débiles y con partidos de izquierdas divididos y en conflicto). Estas son las raíces del enorme crecimiento del desempleo, de la baja tasa de ocupación, del gran deterioro del mercado de trabajo y del descenso de los ya muy bajos salarios. Y son también estos países los que tienen unos de los gastos públicos por habitante en las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar más bajos de la UE-15 (el grupo de países económicamente más avanzados de la UE). En ninguna de estas situaciones la revolución digital ha tenido mucho que ver con tales hechos. En realidad, tal revolución digital está mucho más atrasada en el sur que en el norte de Europa.

¿La recuperación económica? La precariedad continúa siendo altísima

He escrito extensamente mostrando que las políticas públicas neoliberales (las políticas de austeridad, causa de los enormes recortes del gasto público social, y las reformas laborales, responsables del enorme deterioro del mercado del trabajo) han tenido un impacto muy negativo en el mundo del trabajo, causando una disminución de las rentas del trabajo a costa del crecimiento de las rentas del capital (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Editorial Anagrama, 2015). España es uno de los países de la UE-15 que tiene unas de las rentas del trabajo más bajas. En este país, los ingresos salariales han alcanzado un récord a la baja: en el año 2013 representaron solo un 47,2% del PIB. A principios de la crisis, en 2007, eran casi el 50% del PIB.

Últimamente el gobierno español alardea de que España es el país de la UE-15 que crea más empleo, sin aclarar que la gran mayoría de este empleo es precario, precariedad que alcanza dimensiones masivas entre los jóvenes que consiguen tener trabajo. En realidad, la situación entre los jóvenes es incluso peor de lo que señalan estos datos, en sí deprimentes. Y ello se debe a que estas cifras ocultan que un número muy elevado de jóvenes ha tenido que exiliarse para encontrar trabajo y otros han abandonado la búsqueda de trabajo, alargando deliberadamente el periodo de estudios.

Una nota importante que cabe señalar es que la precariedad aparece tanto entre los trabajadores con elevadas cualificaciones como entre los poco cualificados. La precariedad se presenta no solo en el comercio, la construcción, el turismo, los servicios domésticos y el trabajo agrícola, sino también en sectores de elevada cualificación y en personal cualificado, tales como los médicos, los ingenieros, los arquitectos, los abogados o los maestros. Los contratos cortos, temporales, con salarios bajos, se han estado expandiendo en estos sectores, que se consideraban protegidos. Y, de nuevo, ello tiene poco que ver con la revolución digital, y sí mucho que ver con la debilidad del mundo sindical o asociativo.

El ataque al mundo del trabajo

Esta debilidad del mundo laboral explica también la gran pérdida de protección social entre los trabajadores. Entre 2010 y 2014, el gasto en prestaciones por desempleo se ha reducido casi en un 25% a pesar del gran crecimiento del desempleo. Según datos de la EPA, las personas que llevan dos años o más en el paro representan casi el 45% del total de los desempleados, con más de 1,6 millones de hogares en los que ninguno de sus miembros tiene trabajo. Y entre los trabajadores, solo entre 2010 y 2013 el salario medio había descendido en 600 euros. En realidad, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el número de trabajadores pobres (es decir, que ingresan menos de lo que se considera el umbral de pobreza en España) ha pasado a ser uno de los más altos de la UE-15. La disminución de los salarios y del empleo ha sido la mayor causa del crecimiento de la pobreza, ya en sí muy alta antes de la Gran Recesión. Casi el 30% de la población española está en situación de riesgo de pobreza. La media de ingresos familiares es en España de 26.775 euros, y la media de los ingresos individuales es de 10.531 euros, habiendo descendido (en ambos casos desde 2009) un 11% en las rentas familiares y un 7% en las individuales. De nuevo, la revolución digital ha tenido muy poco que ver con estos hechos. La principal causa ha sido la avalancha del mundo del capital (que ha sido el promotor de las políticas neoliberales) en contra del mundo del trabajo, que ha ido perdiendo en este conflicto.

Y las consecuencias económicas, sociales y humanas han sido enormes. En realidad, estas políticas de austeridad y de reformas laborales han creado un enorme problema de falta de demanda, la principal causa del escaso crecimiento de la UE y de España. El descenso de los ingresos al Estado es el resultado de ello, como bien muestran los datos. A pesar del "enorme" aumento del número de cotizantes a la Seguridad Social (que es presentado errónea y maliciosamente por parte del gobierno Rajoy como señal de su éxito en la creación de empleo), los ingresos a la Seguridad Social apenas han crecido. Mientras, la cuantía del gasto público dedicado a crear empleo se ha visto reducida a la mitad durante la Gran Recesión, y como he indicado anteriormente, el gasto en el seguro público de desempleo ha disminuido (desde 2010) casi un 25%. Todo ello ha tenido un coste humano tremendo. Es bien conocido que las crisis económicas tienen un coste elevadísimo para la salud, la calidad de vida y el bienestar de las poblaciones. Esta realidad está bien documentada (ver el libro de Vicenç Navarro y Carles Muntaner, The Financial and Economic Crises and Their Impact On Health and Social Well-Being, Baywood, 2014).

En España la situación es incluso más acentuada. La siniestralidad laboral creció un 3,3% en los primeros seis meses del año, una situación en la que casi dos trabajadores mueren, como promedio, por condiciones laborales cada día. La "violencia" laboral es mayor que cualquier tipo de violencia en España. Y digo violencia porque un gran número de tales muertes, aunque son evitables, no se evitan. Esta violencia es resultado del miedo que el trabajador precario tiene a perder el empleo. Y, de nuevo, esto tiene poco que ver con la revolución digital.

 

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https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/26/es-el-crecimiento-del-desempleo-y-de-la-precariedad-consecuencia-de-la-revolucion-digital/feed/ 0 Desempleo
¿Es España una democracia? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/18/es-espana-una-democracia/ Mon, 18 Jul 2016 05:00:02 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3695 Continuar leyendo "¿Es España una democracia?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante', Anagrama, 2015

A primera vista, esta pregunta podría parecer una provocación, pues es obvio que España tiene unas instituciones representativas y un sistema de elecciones que permite a la ciudadanía escoger a sus representantes, características indispensables para que un país pueda definirse como democrático. Pero se olvida que estas condiciones son necesarias pero no suficientes para que a un país se le pueda considerar democrático. Y no me estoy refiriendo solo a la escasa representatividad que tienen nuestros representantes (consecuencia de una ley electoral muy poco proporcional, diseñada originalmente por las fuerzas conservadoras que controlaban el Estado durante la Transición, y cuyo objetivo –como varios historiadores han reconocido– era discriminar a la clase trabajadora, la mayor cantera de los votos a opciones de izquierda), sino a otro elemento clave, que es la pluralidad de los medios de información, sin la cual la población no goza de un derecho democrático: tener el derecho a estar informado, con acceso a distintos puntos de vista que le presenten y expliquen la realidad que la rodea. En ausencia de esta pluralidad ideológica que garantice tal derecho, no hay democracia posible, pues la información sobre la cual la población decide su voto está sesgada a favor de los intereses políticos y/o económicos y financieros de aquellos que controlan los medios de información (que son también medios de persuasión).

¿Es posible la democracia en ausencia de la pluralidad de los medios?

Se me dirá que en España hay diversidad de opiniones en los medios. La Razón y El País, por ejemplo, dan versiones diferentes de lo que ocurre en el país. Y de ahí se deriva que España sea un país democrático. Ahora bien, el problema que existe en esta percepción es que, en general, ambos rotativos informan dentro de un marco común, lo cual explica que, muy frecuentemente, den la misma versión de los hechos en aspectos muy importantes de la realidad que nos rodea, o adopten posturas comunes. Así, por ejemplo, los dos periódicos (y todos los otros grandes medios de comunicación) están transmitiendo mensajes (a través de sus editoriales, de los artículos de opinión que promueven, de sus encuestas que siempre concluyen con las opiniones que cada rotativo favorece, entre otras medidas) que contienen una gran hostilidad hacia Podemos y ahora hacia Unidos Podemos (también mostrada por la gran mayoría de los principales medios de información). Y tal sesgo anti izquierdas (que también se manifestó contra IU) aparece constantemente en diferentes formas.

Una de ellas es el continuo énfasis que las únicas alternativas que tiene el PSOE en este proceso de investidura son apoyar, bien por activa o bien por pasiva (absteniéndose), al Sr. Rajoy, o enfrentarse a unas terceras elecciones, que consideran que sería un paso enormemente negativo para la democracia española. Este mensaje es transmitido por tierra, mar y aire, las veinticuatro horas del día, por la gran mayoría de los medios de información. Sin embargo, esta imagen no es cierta, como tampoco era cierta la lectura de lo que se consideró posible después de las elecciones de diciembre del 2015, cuando también hubo consenso en que las únicas alternativas posibles en el proceso de investidura eran o investir a Pedro Sánchez (tras un pacto con Ciudadanos), o convocar elecciones, alternativa ya considerada en aquel momento.

Nunca se citó que había otras alternativas posibles. Como tampoco se señaló que hay otras alternativas posibles ahora. Tanto entonces como ahora había otras alternativas en las que las izquierdas hubieran sido las fuerzas mayoritarias en la alianza que hubiera podido investir a Pedro Sánchez como presidente del gobierno. Los datos lo muestran claramente. Sumando los 90 diputados del PSOE, los 69 de Podemos y los 2 de IU, más los 6 del PNV, da 167, un número mayor que la suma del PP, 123, más Ciudadanos, 40, que da 163. Los partidos nacionalistas se hubieran abstenido, pues es conocida su animadversión hacia el PP, y con ello el Sr. Sánchez hubiera podido ser investido. Pues bien, lo que es extraordinario es que esta alternativa nunca, repito, nunca, se debatió en los medios. En realidad, la población ni siquiera fue consciente de que existía. ¿Por qué?

Cómo lo mismo ocurre ahora

Un tanto igual aparece ahora, después de las elecciones del 26-J. Sumando los escaños del PSOE, 85, con los de Unidos Podemos, 71, más los del PNV, 5, los 9 de ERC y los 8 de CDC dan suficientes escaños para que Sánchez sea investido. ¿Cómo es que esta alternativa nunca se ha considerado o se ha discutido en los medios?

En ambos años, 2015 y 2016, los números salían. Y la pregunta que cualquier demócrata debería hacerse es: ¿por qué no fue ni siquiera presentada tal alternativa? La respuesta es fácil de ver. Porque, en ambos casos, las izquierdas hubieran podido gobernar. Y ello es precisamente lo que los intereses económicos y financieros que controlan los medios de información y persuasión no querían que ocurriera, pues se oponen a que Unidos Podemos y sus confluencias tengan alguna influencia en el gobierno liderado por el candidato investido. La explicación que han dado los medios por no haber ni siquiera informado de que existía tal alternativa es que el aparato del PSOE no quería considerarla, pues no querían colaborar con los partidos nacionalistas. Pero este argumento carece de credibilidad, pues el aliado del PSOE, el PSC en Catalunya, ha gobernado en el pasado con ERC (en el tripartito en Catalunya) y también ha contado con el apoyo de CDC en las Cortes Españolas. ¿Por qué ahora dice lo que dice, y no entonces, cuando gobernó y/o colaboró con ellos? ¿No cree el lector que presentar la razón por la cual tal aparato, el del PSOE, no quería considerar esta alternativa (cuando ha contado con la colaboración de loa partidos nacionalistas en periodos anteriores) era materia que merecía la atención de los medios? En su lugar, ignoraron la noticia y prefirieron informar, errónea y maliciosamente, que Podemos era responsable de que continuáramos siendo gobernados por Rajoy después de diciembre de 2015 y también ahora.

El sesgo derechista de los medios de información

Otro indicador de la falta de diversidad de los medios en España aparece también en el conflicto que existe sobre lo que es permisible o no en los medios que ha aparecido en el enfado de El País con La Sexta. El País, que ha alcanzado un nivel de derechización desconocido en su pasado (y que ha liderado la campaña de hostilidad mediática contra Podemos), ha criticado a La Sexta por invitar a dirigentes de Podemos a sus tertulias (en programas, por ejemplo, como La Sexta Noche y Al Rojo Vivo), presentando a este canal televisivo como la cadena que ha estado polarizando el debate político del país, promoviendo el "extremismo" de Podemos. Presenta así a La Sexta como un canal de las izquierdas extremistas (ver el editorial "Una gran impostura" en El País, 05.06.16), que está promoviendo en sus tertulias, como La Sexta Noche y Al Rojo Vivo, la visión extremista de Podemos. Esta acusación muestra un comportamiento profundamente antidemocrático. El País, que sistemáticamente excluye colaboraciones de autores de izquierdas (antes de IU, y ahora de Podemos y de Unidos Podemos), acusa a otro medio de permitir que tales voces aparezcan en sus tertulias en las que, por cierto, la mayoría de tertulianos son de derechas y donde los dos tertulianos que aparecen más tiempo en uno de ellos, La Sexta Noche, son dos voces de ultraderecha (Eduardo Inda y Francisco Marhuenda). Estos personajes aparecen muchísimas veces con mayor frecuencia que las voces de Podemos. Y tal acusación aparece incluso más absurda cuando uno puede ver que en las secciones económicas de tales programas la gran mayoría de economistas son de tendencia neoliberal o socioliberal, siendo el que aparece más habitualmente el Sr. José Carlos Díez, que es el economista que El País promueve con mayor frecuencia.

Ahora bien, para El País lo que es intolerable es que personas de Podemos aparezcan en tales programas. Deberían ser vetadas, según este periódico. Es interesante remarcar que el Sr. Antonio García Ferreras, director de Al Rojo Vivo, señaló que Podemos estaba vetado en muchos medios, incluyendo hasta recientemente La Sexta, añadiendo –en tono defensivo- que "ahora damos las mismas oportunidades a Podemos que a los demás", alardeando, además, de que en su programa es donde se entrevista con mayor dureza a dirigentes de Podemos. Cualquier persona con sensibilidad democrática puede constatar la enorme agresividad de la gran mayoría de los medios hacia las izquierdas en este país, como se ha visto y continúa viéndose en el tratamiento mediático de Unidos Podemos ("Ferreras: ‘Antes había una orden de no entrevistar a Podemos’", entrevista en Zeleb TV, 11.07.16).

Una última observación: respuesta a José Ignacio Torreblanca, jefe de opinión de El País

 Cuando terminé de escribir el artículo, leí un artículo del Sr. José Ignacio Torreblanca, titulado "Derechización" (14.07.16), en el que, tras ridiculizar a las izquierdas insultando la inteligencia del lector (atribuyendo a la izquierda comentarios de gran vulgaridad, presentándolos como representativos, sin ni siquiera citar quién está diciendo lo que él les atribuye), desmerece la observación que han hecho no solo las izquierdas, sino amplias zonas de la población española, de que El País se ha estado derechizando, atribuyendo esta percepción a un tipo de paranoia que, por lo visto, afecta a gran parte del pueblo español. Probablemente, para "probar" lo infundado de tal observación, El País se sacará de la manga en un futuro próximo una encuesta que muestre como El País es un periódico percibido como ejemplar en su compromiso con la libertad de prensa y con la democracia.

Y para rematar su artículo en el que niega tal derechización, pregunta a sus críticos que le digan cuándo ha ocurrido tal derechización, asumiendo que no le pueden contestar, pues –según él- no ha habido tal derechización. Pues invito al Sr. Torreblanca, jefe de opinión de El País, a que mire el número de colaboradores de izquierdas que han tenido a lo largo de sus cuarenta años de existencia en las páginas de Opinión, y que compare el número de cuando Joaquín Estefanía era director y cuando el Sr. Caño lo es ahora. Este cálculo ha sido hecho por estudiantes de periodismo de la UPF y la diferencia es abrumadora. Un tanto igual ocurre con el tema nacional. El País ha liderado la defensa de la uninacionalidad de España, oponiéndose (con un tono agresivo) a la visión plurinacional de ésta, identificando a aquellas voces que piden tal plurinacionalidad como defensoras de la ruptura de España, en un estilo y contenido semejantes a los de la ideología franquista.

En realidad, muchas son las causas de esta indudable derechización, pero una de ellas es su creciente dependencia de las instituciones financieras como resultado de su enorme deuda. Su apoyo a los regímenes más derechistas de América Latina bajo la batuta del Sr. Vargas Llosa es uno de los indicadores de tal dependencia. Dicha derechización ha tenido un impacto en su calidad y credibilidad, algo de lo cual el Sr. Torreblanca no parece ser consciente. Es una lástima (para ejemplos de tal limitada credibilidad, ver mi artículo "Manipulaciones y mentiras en El País", Público, 30.12.14).

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La falacia del futuro sin trabajo y de la revolución digital como causa del precariado https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/12/la-falacia-del-futuro-sin-trabajo-y-de-la-revolucion-digital-como-causa-del-precariado/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/12/la-falacia-del-futuro-sin-trabajo-y-de-la-revolucion-digital-como-causa-del-precariado/#respond Tue, 12 Jul 2016 05:00:58 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3686 Continuar leyendo "La falacia del futuro sin trabajo y de la revolución digital como causa del precariado"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Existe una percepción bastante generalizada de que las nuevas tecnologías de automatización, biotecnología, digitalización e inteligencia artificial están revolucionando los puestos de trabajo, con enormes implicaciones en el número de trabajos disponibles, pues todas estas innovaciones permiten, a través de un enorme crecimiento de la productividad, realizar las mismas tareas con un número mucho más reducido de trabajadores. Se supone que la sustitución de trabajadores por máquinas y robots es un fenómeno generalizado hoy en los países del capitalismo avanzado, atribuyéndose la disminución de la población que trabaja, así como los cambios que están experimentando aquellos que continúan trabajando, a la introducción de todos esos cambios que componen lo que se conoce como la revolución digital. Tal revolución no solo ha eliminado puestos de trabajo, sino que ha configurado los que permanecen, al permitir una gran flexibilidad del mercado laboral, sustituyendo trabajos estables por otros inestables. En esta percepción de lo que está ocurriendo en los modernos mercados de trabajo, se asume que de la misma manera que la cadena de montaje (propia del fordismo -que caracterizó la revolución industrial-) produjo a la clase trabajadora, la robótica y la inteligencia artificial propia de la llamada revolución digital están creando el precariado (mezcla de los términos "precario" y "proletariado").

En esta lectura de la realidad, la clase trabajadora industrial está siendo sustituida por el precariado, trabajadores que tienen unas condiciones de trabajo muy precarias, con trabajos poco estables y muy flexibles, con bajos salarios y contratos muy cortos. En esta situación se asume que el mercado de trabajo estará compuesto por una minoría con trabajos estables y salarios altos, poseedores de elevado conocimiento especializado, que dirigirán las empresas digitalizadas, un número mayor de trabajadores poco especializados y con bajos salarios, y una gran mayoría que no tendrá trabajo, pues la revolución digital irá haciendo innecesario el trabajo que requiere una intervención humana. De ahí la imagen de que nos encontraremos en un futuro muy próximo con que casi la mitad de puestos de trabajo habrá desaparecido.

Esta interpretación de los cambios que supuestamente están ocurriendo en el mercado laboral ha generado un gran debate sobre muchas de las supuestas consecuencias que este futuro sin trabajo tendrá para la mayoría de la población. El autor que ha introducido el concepto de precariado, Guy Standing, en su libro The Precariat. The New Dangerous Class, ha llegado a sostener que este precariado es, en realidad, una nueva clase social distinta a la clase trabajadora, con intereses en ocasiones contrapuestos. El trabajador con contrato fijo, estable y que trabaja siempre para el mismo empresario está dejando de existir, según Standing. En su lugar, el tipo de trabajor más frecuente será –como consecuencia de la revolución digital- el trabajador con contrato precario, corto, inestable, variable, en una rotación continua, trabajando a lo largo de su vida profesional en muchos lugares y puestos de trabajo, dependiendo de varios empleadores con los cuales firma el contrato a nivel individual y no colectivo. Serán trabajadores con escasos poderes y pocos derechos sociales, laborales y políticos. Esta nueva clase social incluye gran parte de la población inmigrante, y en dicha clase las mujeres están claramente sobrerrepresentadas (para una crítica de este libro, leer el artículo "Politics Lost", John Schmitt, Dissent, Summer 2016).

¿Hay una revolución digital? Y, si la hay, ¿nos conducirá a un mundo sin trabajo?

La cifra frecuentemente citada de que la revolución digital eliminará casi el 50% de los puestos de trabajo (en el capitalismo avanzado) procede del artículo de los profesores Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne (ambos de la Universidad de Oxford, Reino Unido), publicado el 17 de septiembre de 2013, y titulado "The Future of Employment: How susceptible are jobs to computerisation?". En este artículo los autores indican que, según su estudio, el 47% de los puestos de trabajo en EEUU están en riesgo de desaparecer como consecuencia de la introducción de las nuevas técnicas digitales, como la computarización de los puestos de trabajo, incluyendo su robotización, indicando además que los puestos con mayor riesgo de desaparecer son los que requieren menos educación y reciben salarios más bajos. Los autores analizan tal riesgo en 702 tipos distintos de ocupaciones. Este estudio tuvo un enorme impacto y originó esta percepción de que la revolución tecnológica que estamos viendo ahora –la revolución digital- es una de las revoluciones más importantes que ha habido históricamente en la evolución del capitalismo avanzado y que tendrá mayor impacto en sus mercados de trabajo.

Problemas graves con el determinismo tecnológico que existe en estas teorías del fin del trabajo

Desde que el artículo de Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne se escribió en 2013, muchos trabajos académicos han cuestionado sus tesis. Por desgracia, tal material parece ser desconocido en los medios de mayor difusión de España, lo cual explica la repetición en tales medios de las tesis del fin del trabajo debido a la revolución digital, a pesar de la enorme evidencia científica que las cuestiona. Una de las mentes económicas más perspicaces en EEUU, Dean Baker, codirector del conocido Center for Economic and Policy Research (CEPR) de Washington D.C., por ejemplo, ha cuestionado que la revolución digital –en la medida en que exista tal revolución- haya sido una mayor causa de la destrucción de empleo en EEUU. Como él señala, si, como tales autores postulan, la revolución tecnológica, tal como la robótica, hubiera sido una de las causas más importantes de la destrucción de empleo en EEUU, tendríamos que haber visto también un crecimiento muy notable de la productividad en ese país, lo cual no es cierto. En realidad, el crecimiento de la productividad en EEUU en los últimos diez años ha sido muy bajo (solo un 1,4% al año), comparado con un 3% en el periodo 1947-1973 (durante "la época dorada del capitalismo"), cuando, como Dean Baker acentúa, aquel gran crecimiento de la productividad estuvo asociado con un desempleo muy bajo y unos salarios muy altos. Comparar lo que ocurrió entonces, en el periodo 1947-1973, en el que hubo un gran crecimiento de la productividad (junto con un desempleo muy bajo, una tasa de ocupación alta y unos salarios altos), con lo que ha ocurrido en los últimos diez años, cuando el crecimiento de la productividad ha sido muy bajo (junto con un desempleo alto, una tasa de ocupación baja y unos salarios muy bajos) nos fuerza a hacernos la siguiente pregunta: ¿por qué el gran crecimiento de la productividad en aquel periodo generó altos salarios y gran número de puestos de trabajo, y en cambio ahora un aumento de la productividad (que es mucho menor que entonces) estaría destruyendo muchos puestos de trabajo y produciendo salarios mucho más bajos? Es más, también según Dean Baker, desde el año 2000 la demanda de trabajadores poco cualificados y con salarios bajos (que representan el 30% de la parte de renta baja de la fuerza laboral) ha sido mucho mayor que la demanda de trabajadores especializados y con salarios altos.

A la luz de estos datos es difícil concluir que los robots y la inteligencia artificial, así como otros elementos de la revolución digital, sean responsables del enorme aumento de la precarización de la clase trabajadora. En realidad, Dean Baker señala que la atención a la revolución digital como causa de la pérdida de puestos de trabajo estables bien pagados se está utilizando para evitar que se analicen las causas reales de la precarización, que no son tecnológicas, sino políticas, concretamente la gran debilidad del mundo del trabajo en EEUU, que claramente aparece en el tipo de intervenciones públicas que realiza el Estado (muy influenciado por el mundo empresarial), las cuales se están imponiendo a la población. Entre ellas están las políticas públicas encaminadas a debilitar a los sindicatos, medidas aplicadas desde los años ochenta que han afectado muy negativamente la calidad del mercado de trabajo, su estabilidad y sus salarios (Dean Baker, "The job-killing-robot myth", 06.05.15). No es la revolución digital, sino la contrarrevolución neoliberal, lo que está causando la destrucción de puestos de trabajo y la precariedad del trabajo existente.

Las causas políticas del deterioro del mercado de trabajo

Trabajos realizados por el ya citado Center for Economic and Policy Research de Washington D.C., EEUU, han mostrado claramente que la tecnología sustituyó a los trabajadores a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, creando problemas graves, pues ello determinó una enorme bajada de los salarios y una crisis de demanda enorme que contribuyó a la Gran Depresión. Ahora bien, la causa de esta situación no fue la introducción de la tecnología, sino la inexistencia de instrumentos en defensa del mundo del trabajo. Y fue esta debilidad del mundo del trabajo lo que permitió la introducción de la tecnología que causó el deterioro del mundo del trabajo. En cambio, después de la II Guerra Mundial, en el período conocido como "la época dorada del capitalismo" (1947-1973), cuando el mundo del trabajo tenía tales instrumentos, como los sindicatos y los partidos políticos enraizados (como los partidos socialistas) o próximos (como el Partido Demócrata) al mundo del trabajo, fue cuando la introducción de la tecnología no significó la bajada de salarios, sino al contrario, permitió la subida de salarios y también la creación de puestos de trabajo. Y, por cierto, la productividad creció mucho más que en los periodos anteriores. Fue precisamente esta expansión del poder del mundo del trabajo en el mundo capitalista desarrollado lo que creó la respuesta del mundo del capital, con el neoliberalismo iniciado por el Presidente Reagan en EEUU, y por la Sra. Thatcher y por la Tercera Vía fundada por el Sr. Blair en Europa. A partir de entonces la tecnología sirvió para reforzar al mundo del capital, de manera que el aumento de la productividad benefició particularmente a este a costa del mundo del trabajo. Así apareció el precariado. Y es ahí donde la digitalización ha contribuido al enorme crecimiento de las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo, situación bien documentada en la gran mayoría de países de la OCDE, lo cual no debe atribuirse a la digitalización, sino a la victoria diaria del mundo del capital sobre el mundo del trabajo.

¿Qué está, pues, ocurriendo en el mercado de trabajo en el capitalismo avanzado? ¿Habrá reducción de puestos de trabajo?

Hoy en EUUU, según el profesor Dani Rodrik, de la Harvard University ("Innovation Is Not Enough", 09.06.16), los sectores que están experimentando mayor demanda de trabajadores no son los sectores donde tales cambios tecnológicos son más utilizados (áreas informáticas y comunicación, que representan unos porcentajes de la economía bastante menores –el 10% del PIB-), sino las áreas como servicios sanitarios y áreas de salud, educación, vivienda y otras grandes áreas del Estado del Bienestar, así como transportes y comercio, donde las innovaciones tecnológicas no se han aplicado masivamente, y que representan más del 60% del PIB. Solo los servicios sanitarios y sociales representan ya el 25% del PIB, y en tales servicios, la dependencia de la tecnología robótica es mucho menor que en los primeros sectores. Y la difusión de tal tecnología, aunque notable, no ha sido tan importante como en las industrias informáticas y de comunicación. Es más, es en estos sectores mayoritarios en los que se centra la ocupación, donde ha habido un gran crecimiento del empleo, no solo de personal especializado, sino (incluso más) de personal de escasa cualificación.

En base a estos datos, Dani Rodrik concluye que, en contra de lo que se está diciendo, la tecnología digital tiene menos impacto en el mercado de trabajo que otras tecnologías introducidas en periodos anteriores, como la introducción de la electricidad, del automóvil, el aire acondicionado, el avión y otras muchas. En los sectores como en los servicios públicos del Estado del Bienestar, que son los que emplean mayor número de trabajadores, la naturaleza del trabajo los hace menos receptivos que otros sectores a la utilización de esta revolución digital como manera de ahorrar trabajadores. En realidad, los sectores que están demandando más empleo son los de las áreas sociales y las áreas de economía verde, muy poco desarrolladas, por cierto, en España.

Los últimos datos sobre la creación de empleo en EEUU no confirman las tesis del futuro sin trabajo

Confirmando lo sostenido en este artículo, acaban de publicarse los datos del Council of Economic Advisers, sobre el impacto de la revolución digital en el mercado de trabajo. Su presidente, Jason Furman, presentó los datos el 7 de julio de este año (The Social and Economic Implications of Artificial Intelligence Technologies in the Near-Term), enfatizando que si bien la robótica permite la sustitución de trabajadores por nuevas tecnologías, esta introducción no ha sido determinante en los cambios que están ocurriendo en la fuerza laboral estadounidense. Las nuevas tecnologías destruyen, pero también crean puestos de trabajo. Es más, el elemento clave que configura lo uno y lo otro no son las tecnologías per se, sino cómo se diseñan, para qué y con qué objetivos.

Comprensiblemente, al tratarse de un alto oficial del gobierno federal, el Sr. Furman no analiza en este informe la importancia del contexto político para entender el diseño e introducción de las tecnologías, pues es un área muy sensible, por lo general evitada en las altas esferas del gobierno federal, aunque sí señala la importancia del Estado federal para configurar el desarrollo y aplicación de un gran número de tecnologías, indicando que las influencias políticas sobre el Estado tienen mucho que ver con el tipo de tecnologías utilizadas en el mercado de trabajo. Por ejemplo, la aprobación de patentes, permitiendo comportamientos monopolistas, juegan un papel clave en la configuración de las nuevas tecnologías. Dean Baker, menos inhibido por su cargo, habla sin tapujos, subrayando lo que muchos de nosotros hemos estado enfatizando durante mucho tiempo: los mal llamados problemas económicos son, en realidad, problemas políticos. Como siempre ha ocurrido en todos los periodos anteriores, las variables más importantes que explican que una nueva tecnología pueda dañar o beneficiar a las clases populares son las variables políticas, es decir, quién la controla y diseña, con qué objetivo la diseña, cómo y cuándo se aplica, dependen en gran medida del Estado y de qué fuerzas configuran e influencian su creación y difusión.

La gran precariedad existente hoy tiene poquísimo que ver con la introducción de nuevas tecnologías, y mucho con el enorme poder que tiene el mundo del capital frente al mundo del trabajo, hecho que, como he dicho anteriormente, ha estado ocurriendo desde el inicio, no de la revolución digital, sino de la contrarrevolución neoliberal en los años ochenta. La enorme influencia del primero sobre el Estado explica esta situación. Las fuerzas progresistas no deberían aceptar el determinismo tecnológico que oculta las causas políticas responsables de la precariedad. Como señalé en el párrafo anterior, gran parte de la revolución digital fue originada en el sector público y luego puesta a disposición del gran capital, que lo utilizó, como era predecible, para optimizar su objetivo de incrementar sus beneficios a costa del bienestar y calidad de vida de la mayoría de la población (ver "Los mitos neoliberales sobre la superioridad de lo privado sobre lo público", Público, 07.07.16).

Última nota: la importancia de utilizar la revolución digital a favor y no en contra de las clases populares

Es interesante acentuar que los puestos de trabajo que se están mecanizando son los puestos de trabajo de baja cualificación, y ello se debe en parte a que la clase trabajadora tiene menos poder y, por lo tanto, menos capacidad de oponerse a la destrucción de sus puestos de trabajo, al contrario que los puestos de trabajo más especializados, aun cuando estos puestos podrían también ser sustituidos, lo cual ocurre porque tienen mayor poder de resistencia. Pero podría ocurrir también, y en parte esto está también sucediendo.

Ahora bien, el problema no es la sustitución de trabajadores por robots, pues debería ser considerado positivo que todo tipo de trabajo repetitivo fuera sustituido. El problema es cómo se está haciendo, y con qué consecuencias. Hay una enorme necesidad y urgencia de disminuir el tiempo del trabajo, así como de crear puestos de trabajo, e incrementar su contenido estimulante e intelectual, en áreas de gran importancia y necesidad, hoy claramente desatendidas, como son las áreas de atención a las personas y a los grupos más vulnerables, como los infantes y ancianos, o bien el reciclaje de toda la economía hacia fuentes de energía sostenibles. Decir que no habrá trabajo es asumir que todas las necesidades humanas estarán ya cubiertas, lo cual es obviamente falso. Y ahí radica el punto más débil de la tesis de que habrá un futuro sin trabajo. Por otra parte, el que haya mayor o menor precariedad en un país depende del poder de las instituciones que defienden a la clase trabajadora, tales como sindicatos y partidos laboristas (llámense estos como se llamen). El hecho de que la precariedad sea menos extendida en el norte que en el sur de Europa se debe precisamente a que en el sur la clase trabajadora es débil y está dividida, y en el norte los partidos que tienen su raíz en la clase trabajadora son fuertes. La evidencia científica de ello es abrumadora.

 

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La urgente y necesaria movilización para salvar la escasa democracia que tenemos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/08/la-urgente-y-necesaria-movilizacion-para-salvar-la-escasa-democracia-que-tenemos/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/08/la-urgente-y-necesaria-movilizacion-para-salvar-la-escasa-democracia-que-tenemos/#respond Fri, 08 Jul 2016 12:28:36 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3679 Continuar leyendo "La urgente y necesaria movilización para salvar la escasa democracia que tenemos"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar' (Anagrama, 2015)

Estamos viendo la masiva movilización del establishment político-mediático del país (detrás de la cual está el establishment financiero y económico) con el objetivo de asegurarse que el gobierno PP, liderado por el Sr. Rajoy, continúe gobernando en España, impidiendo así que haya un gobierno progresista que pueda sustituirlo. Parte de esta movilización es promover la imagen, a través de prácticamente todos los mayores medios de información, de que Rajoy ha ganado las elecciones y, por lo tanto, sería antidemocrático negarle la investidura. Algunas voces poderosas dentro del PSOE están añadiendo su voz a este coro mediático, utilizando también este argumento, alentando a la dirección de su partido –el PSOE- a que no obstaculice que el Sr. Rajoy pase de ser presidente en funciones a presidente con plenas responsabilidades para asumir tal cargo.

Detrás de este argumento hay otro objetivo, menos explícito, pero igual de claro: el de evitar por todos los medios posibles que Unidos Podemos pueda alcanzar una alianza con el PSOE que, aun cuando facilitaría la investidura del dirigente socialista Pedro Sánchez como presidente, tendría el riesgo de que pudiera significar la entrada de Unidos Podemos en el gobierno, lo cual es totalmente inaceptable. Los seis meses de campaña mostraron claramente que, para el establishment político y mediático, el enemigo número uno del país es Unidos Podemos, identificando "país" con sus intereses particulares, que sienten que están amenazados por tal formación política.

Y en su campaña anti Unidos Podemos, tales voces dentro de PSOE, incluyendo su dirección, han enfatizado que Podemos es el partido responsable de que Pedro Sánchez no haya sustituido a Rajoy como presidente, al haberse opuesto a la alianza PSOE-Ciudadanos-Podemos, presentando tal alianza como la única alternativa que había para la investidura del candidato socialista. Este mensaje se ha ido transmitiendo machaconamente por tierra, mar y aire, con la activa colaboración de los mayores medios de información, en contra de Podemos entonces, y en contra de Unidos Podemos ahora. Y ha calado entre personas que votaron a Podemos en 2015, las cuales aceptaron el mensaje promovido por la dirección del PSOE de que Podemos había sido el responsable de mantener a Rajoy en el poder, tal como señalé en mi último artículo "El comportamiento antidemocrático del Estado y de los mayores medios y sus consecuencias en las elecciones", Público, 05.07.16.

La gran falsedad de las voces conservadoras dentro del PSOE

 Es fácil de ver que tal acusación es falsa. Siempre hubo otra alternativa que hubiera permitido investir a Pedro Sánchez como presidente de un gobierno de coalición, con mayoría de izquierdas, y con el apoyo del PNV. Sumando 90 escaños del PSOE con 71 de Podemos, sus aliados e IU, y los 6 del PNV, da un número de 167, superior al número que daba la suma del PP con Ciudadanos, 163. En la segunda votación es más que probable que los partidos nacionalistas ERC, CDC y Bildu no hubieran votado en contra de la coalición del PSOE, Podemos y sus confluencias, IU y PNV, permitiendo así la formación de un gobierno con mayoría de izquierdas que hubiera podido revertir el gran número de políticas reaccionarias que han hecho un gran daño al bienestar de las clases populares y que, debido a su intolerancia hacia la aceptación de la plurinacionalidad, han activado las tensiones entre los distintos pueblos y naciones de España, incluyendo el crecimiento del independentismo. El diálogo del gobierno central con las fuerzas que se han convertido al independentismo recientemente (como consecuencia de la intolerancia primordialmente del PP) es esencial para que se resuelva el mal llamado problema catalán. Y digo mal llamado porque es básicamente un problema grave español, creado primordialmente por el Estado español, exacerbado cuando ha gobernado el PP. Debido al gran antagonismo de ERC y CDC con el PP, tales fuerzas nunca habrían votado por la investidura de Rajoy y se habrían abstenido en la investidura de Pedro Sánchez. De ahí que la alianza del PSOE, Podemos y sus confluencias, IU y PNV hubiera permitido la investidura de Pedro Sánchez.

Las voces conservadoras del PSOE se opusieron, pues básicamente no querían aliarse con Podemos, utilizando el eterno argumento de "defender la unidad de España" (que nadie estaba amenazando en la coalición PSOE-Podemos-PNV) como justificación para no considerar dicha alternativa. El manoseado argumento de que no querían depender del voto de los independentistas (que nadie pedía, pues no se pedía el voto a tales fuerzas, sino su abstención) queda desacreditado, pues el PSOE ha colaborado con tales fuerzas aprobando conjuntamente muchas leyes en las Cortes. Es más, en Catalunya el PSC gobernó en coalición con ERC, siendo tal partido un componente leal del programa del tripartito (el mejor gobierno que ha tenido Catalunya), que no incluía ningún paso hacia la secesión de Catalunya de España.

¿Qué pasó en la fallida alianza PSOE-Ciudadanos-Podemos?

Igualmente falsa es la acusación de que Podemos hizo fracasar el proyecto de alianza PSOE-Ciudadanos-Podemos. En esta acusación se manipula la información, pues no fue una propuesta de alianza tripartita, sino una alianza (en realidad, más que alianza, fue incluso un pacto) entre el PSOE y Ciudadanos a la cual, una vez ya se había firmado el pacto, se invitó a Podemos a añadirse, en una situación subalterna, pues el pacto PSOE-Ciudadanos era el punto de referencia. Es imposible que la dirección del PSOE no fuera consciente de que la manera como estaba diseñando el proyecto destinaba a este al fracaso, fracaso que muchas voces en el PSOE deseaban.

Podría haberse hecho un pacto PSOE-Podemos, y entonces invitar a Ciudadanos a sumarse. En caso de que este no se hubiera sumado, hubiera aparecido este, Ciudadanos, como el responsable de mantener a Rajoy en el gobierno. Pero esto no era lo que los conservadores en el PSOE deseaban, pues lo que querían era utilizar el pacto con Ciudadanos para mostrar que era Podemos el responsable del fracaso. Su objetivo era destruir a Podemos, al cual la dirección del PSOE continuó presentando como el adversario (cuando no el enemigo principal).

 Pero de todas las falsedades, ahora la mayor es que Rajoy ganó las elecciones

 Las mismas voces conservadoras del PSOE ahora acentúan que debe reconocerse que Rajoy ganó las elecciones de junio. Pero ello no es cierto. Rajoy no ganó las elecciones. Unas elecciones a un parlamento no son una liga de fútbol. En un sistema pluripartidista gana el que consigue más votos y escaños para que pueda formar gobierno, no el partido minoritario que consigue más votos. Es profundamente antidemocrático asumir que el partido minoritario que consiguió más votos es el ganador. Es un insulto a la mayoría del electorado que no votó a Rajoy (15.257.732 personas, que votaron a los otros partidos con representación en el Congreso) decir que este ganó y/o que los representa (con solo 7.906.185 de votos). Solo en una cultura democrática de tan baja calidad como la española (incluyendo la catalana) se puede presentar en base a estos datos que Rajoy ganó las elecciones. En realidad, tenemos ya evidencia de que la gran mayoría del electorado y de los españoles no desean que Rajoy (la derecha dura con ribetes franquistas) continúe de presidente. Así lo han indicado no solo Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sino también Albert Rivera (que lo repitió machaconamente durante las elecciones) y los dirigentes de casi todos los otros partidos (PNV, ERC, CDC y Bildu). No puede ser, pues, que salga escogido presidente de España el que todos los demás no desean.

Este deseo generalizado en contra de Rajoy y su partido se debe a que la gente tiene memoria histórica y sabe qué es y lo que representa el PP, fundado por ministros de la dictadura, siendo hoy uno de los partidos más corruptos, más antidemocráticos y más reaccionarios que existen en la UE, continuador y sostenedor de la cultura franquista todavía extendida a lo largo de amplias áreas del territorio español. La gran mayoría de partidos políticos en las Cortes (excepto Ciudadanos) participaron en la lucha antidictatorial y se consideran antifranquistas. El PP nunca rompió con los lazos que le unen a sus fundadores, próximos, cuando no ligados, al anterior régimen. Es percibido como la ultraderecha dura, antidemocrática y corrupta, por la mayoría de fuerzas democráticas enraizadas en las formaciones que participaron en contra de la dictadura.

De ahí que se necesite una alianza de todas las fuerzas democráticas frente a los herederos de la dictadura. El hecho de que el Presidente Rajoy no haya condenado el comportamiento fascista del Ministro del Interior, el cual ha sido apoyado por el PP, además de mostrar su complacencia con la corrupción masiva en su partido, es indicador de su carácter antidemocrático. De ahí que, tal como hicieron en el año 1936, las fuerzas democráticas deben aliarse frente a la continuidad en el poder de los herederos del franquismo, bajo el mismo lema que utilizaron sus antecesores de "No pasarán". Naturalmente que Ciudadanos, Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís y otros partidos son partidos nuevos. Pero algunos están enraizados en fuerzas progresistas. Y otros han mostrado a lo largo de su corta vida un comportamiento democrático que se ha distinguido del del PP.

Hay todavía alternativas

Hay que señalar, tal como ocurrió en 2015, que hoy continúa habiendo alternativas al gobierno Rajoy, si pudiera establecerse una alianza de todas las fuerzas democráticas para evitar su permanencia en el poder. Los votos al PSOE y Unidos Podemos (10.474.443) suman más que los votos al PP (7.906.185). Y los escaños de PSOE-Unidos Podemos (156) suman más que los escaños del PP (137). Faltaría que Ciudadanos (que ha dicho repetidamente en la campaña electoral que nunca votaría o facilitaría la investidura de Rajoy) votara en contra de Rajoy y a favor de Pedro Sánchez, o se abstuviera en la investidura de este último para que Pedro Sánchez sustituyera a Rajoy. Es más, Unidos Podemos podría apoyar la investidura de Pedro Sánchez en base a una alianza, tomando como punto de referencia el programa electoral del PSOE, sobre el cual trabajar un acuerdo. Para ello se necesitaría que el PSOE dejara de considerar a Unidos Podemos como el adversario (casi el enemigo), viéndolo como un partido clave para poder proteger los logros alcanzados en las áreas sociales, e incluso expandirlos, impidiendo su retroceso. Y el otro requerimiento sería que Ciudadanos cumpliera sus promesas y que, por lo tanto, además de no votar a Rajoy permitiera que Pedro Sánchez gobernara, absteniéndose. Ciudadanos es, después de todo, el partido que ha perdido más escaños. En el caso de que este partido votara en contra de Pedro Sánchez, quedaría claro que es Ciudadanos el responsable de la permanencia de Rajoy en el gobierno.

Otra alternativa sería que la coalición PSOE-Unidos Podemos fuera apoyada por el PNV y ERC (170), que sí sumarían más escaños que la suma PP + Ciudadanos (169). Ello facilitaría la resolución no solo del tema social, sino del tema nacional, abriendo un muy necesario diálogo con las fuerzas nacionalistas.

¿Son tales alianzas posibles?

 La respuesta de la dirección el PSOE a cada una de estas alternativas sería el test de si PSOE quiere o no gobernar en coalición o en alianza con Unidos Podemos. Soy escéptico en cuanto a que el PSOE aceptara ninguna de estas alternativas, permitiendo al final la permanencia del PP. Pero si renuncian a cualquiera de las alternativas, estará claro que, en 2016, tal como ya ocurrió en 2015, habrá sido el PSOE y no Podemos el responsable de la permanencia de Rajoy. Esta es la única manera de probar que no es Unidos Podemos, sino el PSOE, el responsable de que continúe gobernando Rajoy.

Si dice no a cada una de estas alternativas, es este partido el que claramente no quiere ninguna relación con Unidos Podemos, incluso a costa de mantener a Rajoy en el poder. Termino invitando a los dirigentes del PSOE a que consideren las consecuencias de su comportamiento. La clase trabajadora y las clases populares de España no pueden aguantar más el enorme dolor que están causando las políticas impuestas al pueblo español por el PP. El PSOE, el heredero de millones de personas, incluidos mis padres, que lucharon para defender el gobierno democrático de unidad popular durante la Segunda República para conseguir una España justa, democrática y plurinacional, no puede por activa o por pasiva hacer posible que continúe en el poder el heredero de aquellas fuerzas que impidieron la obtención de aquel objetivo. Y otra consecuencia que deberían considerar es que el triunfo de Rajoy será la agudización de lo que se llama el "problema catalán", que es, en realidad, el "problema español", que será enorme si sigue gobernando el PP. No hay duda de que la elección de Rajoy, heredero de las derechas que ganaron la Guerra Civil y establecieron la dictadura contra los "rojos" y "separatistas", agudizará los problemas mal llamados territoriales. Y es más que seguro que el porcentaje de la población catalana que desea separarse de España (hoy el 48%) llegaría a ser la mayoría. Los que están pidiendo dentro del PSOE que no se dificulte que Rajoy gobierne serán responsables de todo ello.

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El comportamiento antidemocrático del Estado y de los mayores medios, y sus consecuencias en las elecciones https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/05/el-comportamiento-antidemocratico-del-estado-y-de-los-mayores-medios-y-sus-consecuencias-en-las-elecciones/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/05/el-comportamiento-antidemocratico-del-estado-y-de-los-mayores-medios-y-sus-consecuencias-en-las-elecciones/#respond Tue, 05 Jul 2016 05:00:40 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3668 Continuar leyendo "El comportamiento antidemocrático del Estado y de los mayores medios, y sus consecuencias en las elecciones"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

¿Qué está pasando en España? El comportamiento fascistoide de los aparatos del Estado

Me temo que no hay suficiente conciencia en este país de la enorme importancia de conocer nuestro pasado para entender nuestro presente. Y por pasado quiero decir la historia reciente de este país, que todavía no se ha recuperado debido a la muy limitada atención que se ha dado en recuperarla. Y por presente me refiero a los mayores eventos que han ocurrido en las pasadas semanas, y que incluyen desde la publicación por parte de Público de la evidencia que prueba la existencia de entramados dentro del Estado para destruir a los que son considerados sus "enemigos", hasta el sorprendente resultado de las elecciones del pasado 26 de junio.

Comencemos por el entramado (referido como las cloacas del Estado) y su funcionamiento. He indicado en múltiples ocasiones que, como consecuencia del gran dominio que los herederos de los que realizaron el golpe militar en el año 1936 (en contra de la Segunda República) tuvieron en el proceso de la transición de la dictadura a la democracia, el nuevo Estado español no supuso una ruptura, sino una adaptación y reforma del Estado anterior a la transición, con lo cual tal nuevo Estado dista mucho de ser homologable a los Estados democráticos de la Europa Occidental. La imagen falsa e idealizada que han dado de tal transición los mayores medios de información (liderados por El País, y dentro de él por los Santos Juliá de turno), definiéndola como "modélica", ha ocultado la escasísima cultura democrática existente en el Estado español, todavía hoy dominado por fuerzas profundamente conservadoras, herederas de las derechas que establecieron una de las dictaduras más represivas y sangrientas que hayan existido en la Europa Occidental.

La herencia del Estado franquista

Los hechos acaecidos en las últimas semanas, publicados, repito, en Público, han permitido a la ciudadanía española no solo  leer, sino también oír (a través de los registros reales de las conversaciones) cómo un aparato del Estado, el Ministerio del Interior, se movilizaba para (utilizando otra rama del Estado, la Oficina Antifraude de Catalunya (OAC), contando también con la complicidad de otra rama del Estado, la Fiscalía General del Estado, y con la ayuda de un cuerpo especial del Estado, llamado la Policía patriótica) "destruir al enemigo" (expresión utilizada en su conversación por los dos personajes principales del entramado, el Ministro del Interior, el sr. Jorge Fernández Díaz, y el sr. Daniel de Alfonso, director de la OAC). Tal "enemigo" eran dirigentes políticos y partidos políticos legales y legítimos, con representación parlamentaria en las Cortes Españolas y en el Parlament de Catalunya. Dicha destrucción del enemigo consistía en la producción de informes por parte de la policía "patriótica", muchos de ellos falsos, que se publicaban con la complicidad de periodistas de gran visibilidad mediática como Eduardo Inda, entonces de El Mundo, y Francisco Marhuenda, de La Razón (ver las series de artículos publicados en El Triangle sobre este tema) que continúan hoy teniendo gran visibilidad y acceso mediático a través del canal La Sexta, tanto en el programa Al Rojo Vivo como en La Sexta Noche.

Este entramado dentro del Estado sigue al pie de la letra las prácticas de los Estados fascistas y nazis, con la diferencia que durante el fascismo español las víctimas de tal entramado terminaban, además de ser depuradas de su posición social, en la cárcel o en el paredón. Tal comportamiento, incluso su narrativa, es una copia de lo que ocurría durante la dictadura que existió en España durante casi cuarenta años.

Para aquellos que crean que exagero, me limito al estilo de la conversación entre el ministro y el director de la OAC. El tono de este último encaja perfectamente en la narrativa del fascismo español (también llamado nacionalcatolicismo). Dicho personaje, en su servilismo a la autoridad, utilizó términos tales como "Yo a sus órdenes, ministro", "Todo lo que usted decida, bien decidido está, ministro", "Las ideas son suyas", "Considérame un cabo de tu Cuerpo Nacional", "Les hemos destrozado (al enemigo) el sistema sanitario", "Yo, ministro, soy partidario de asestar el golpe cuando el golpe va a acabar con el animal (el enemigo)", y así un largo etcétera. Este "cabo de tu Cuerpo Nacional" era nada menos que el director de la Oficina Antifraude de Catalunya, institución que tiene como objetivo "fortalecer la integridad en el sector público catalán, previniendo e investigando la corrupción", lo cual se convirtió  en cómo investigar y destruir al enemigo, creándose incluso evidencias falsas para alcanzar ese objetivo.

La enorme inmunidad, otro indicador de la mala calidad democrática en la cultura mediática y política del país

Y lo que es incluso más escandaloso es que nadie envuelto en este entramado haya sido sancionado. En realidad, el presidente Rajoy, que dirige el Partido Popular, así como el gobierno español, ha aprobado y defendido a tal ministro, el cual continúa en su cargo. Es más que probable que el presidente conociera y aprobara dicha campaña de destrucción del enemigo. Y aunque el sr. Daniel de Alfonso, director de la OAC, ha sido depuesto de su cargo por el Parlament de Catalunya, continúa siendo juez, sin que el cuerpo o asociación de tales funcionarios haya movido un dedo para expulsarle de la carrera judicial, considerando, por lo tanto, que nada de lo que tal personaje haya hecho merece sanción.

En cuanto a los policías y periodistas patrióticos, ninguna sanción está siendo considerada. En realidad aquellos periodistas, cómplices de aquella campaña de desprestigio del enemigo, continúan teniendo una gran visibilidad en los medios, sin que ningún colegio de periodistas (que en teoría son responsables de garantizar la ética profesional en su profesión) les haya sancionado, o incluso criticado, por ser casos claros de mala práctica periodística (el distribuir información falsa).

La reproducción de la baja cultura democrática en los medios

Otra consecuencia del domino de las fuerzas conservadora en la Transición inmodélica ha sido la falta de diversidad de los grandes medios de información españoles, claramente escorados hacia la ultraderecha, la derecha y el centroderecha. No hay en España un gran medio de información, sea de prensa o televisivo, de izquierdas. Y los grandes medios de información y persuasión discriminan a las voces críticas y de izquierdas en el país. Es interesante en este aspecto señalar que el único rotativo que tenía la reputación de centrista, El País, ha ido claramente evolucionando a la derecha, con escasa receptividad hacia voces de izquierdas. Es un reflejo de hasta qué punto se ha derechizado este rotativo, que en un reciente editorial (que no tiene desperdicio) acusara a La Sexta de ser un canal televisivo de izquierdas que había creado a Podemos, a base de promocionar a sus líderes. En realidad, lo que ha hecho La Sexta (en La Sexta Noche y en Al Rojo Vivo) y que ha originado el enfado de El País es permitir que haya en sus tertulias comentaristas de izquierdas junto con otros tertulianos, la mayoría de los cuales son de derechas. Es más, los dos programas citados anteriormente cuentan con la presencia de economistas neoliberales, incluyendo el "economista de la casa", el sr. José Carlos Díez, que apoyó la reforma laboral del sr. Zapatero, así como las políticas de austeridad del sr. Zapatero y del sr. Rajoy, era defensor (hasta hace poco) de la ortodoxia liberal, asesor del PSOE, y que define a la clase trabajadora como la "clase baja". Tal economista es también, por cierto, el economista de cabecera de El País.

La avalancha contra "el enemigo" en los grandes medios de información

En la gran mayoría de los grandes medios de información se reproduce una cultura generalizada en amplios sectores de la población, heredada de la dictadura, que es enormemente agresiva y hostil hacia aquellos que tienen una visión de España distinta a la uninacional dominante en la cultura política y mediática del país. Junto a esta visión existe también otra profundamente adversa hacia las visiones de izquierdas que difieren de la visión más moderada, que se ha ido adaptando al régimen actual, y que está representada por el PSOE. La agresividad que caracterizó a la dictadura frente a los que esta definió como "rojos" y "separatistas" ha continuado en los grandes medios de comunicación y persuasión de España. Los partidos "separatistas" son considerados como el "enemigo", al no compartir la visión de España hoy dominante en el Estado. Ha sido precisamente la rigidez y falta de sensibilidad democrática del Estado español y de los mayores medios de información españoles lo que ha estimulado su conversión a partidos independentistas. Ni ERC ni Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) habían apoyado la separación de España hasta una época reciente. Y, muy probablemente, la continuación del gobierno Rajoy aumentaría el deseo de la población en Catalunya de separarse de España, alcanzando la mayoría.

La hostilidad hacia los "rojos" de la cultura franquista continúa en el Estado y en la mayoría de los medios de información y persuasión

Hemos visto, por ejemplo, durante la campaña electoral la gran hostilidad de la gran mayoría de los grandes medios hacia Podemos en general y Pablo Iglesias en particular, hostilidad que ha sido facilitada y estimulada por el entramado franquista existente en el Estado que cité al principio del artículo. Desde el informe PISA intentando encontrar actividad delictiva en el Secretario General de Podemos (Pablo Iglesias), hasta el intento de encontrar financiación extranjera (venezolana) del partido Podemos, entre muchos otros casos de infamia, calumnia y mentiras, los grandes medios de información han intentado también "destruir al enemigo rojo", llegando al extremo, como el del diario El País, de indicar que la población presente en el estadio abarrotado la primera vez que Pablo Iglesias vino a Barcelona, había abucheado al sr. Pasqual Maragall, ex alcalde de Barcelona, cuando en realidad recibió una ovación que duró varios minutos (ver mi artículo "Manipulaciones y mentiras en El País", Público, 30.12.14). Nunca había visto tal nivel de manipulación, mentira y mendacidad como en aquel caso, que es todo un récord de infamia mediática, infamia que no se corrigió a pesar de ser el rotativo conocedor del error cometido por su corresponsal.

En todos estos casos, todos los rotativos se hicieron eco de las acusaciones que procedían de las cloacas del Estado, presentándolas como verídicas y certeras cuando eran falsas y erróneas, hecho que muchos de ellos sabían, lo cual no impidió que continuaran promoviéndolas. Y los periodistas que publicaron esta información procedente de los aparatos del Estado continúan con tales falsedades, sin que sean corregidos, sancionados o denunciados por las asociaciones profesionales encargadas de velar por el comportamiento ético de sus profesionales. La inmunidad de las prácticas antidemocráticas y/o fascistoides es absoluta, con unos medios de información y persuasión que pueden destruir al enemigo (los rojos y separatistas) a su antojo, sin ningún tipo de protección.

Como consecuencia, hoy la cultura franquista del régimen resultado de la primera transición inmodélica es reproducida, no solo por la represión física, sino también a través de la destrucción de lo que el régimen y los aparatos del Estado consideran "enemigos", contando con la complicidad de los grandes medios de información para tal tarea. El cuarto poder es cómplice del Estado en su ataque brutal a la democracia y a los demócratas. Ni que decir tiene que esta campaña mediática contra "rojos" y "separatistas", alimentada por las cloacas del Estado, tuvo gran impacto cuando varias falsedades fueron distribuidas y promovidas por tales medios -como la financiación de Podemos por Venezuela, entre otras- con el intento parcialmente exitoso de desalentar el voto favorable a Podemos.

Cómo la cultura franquista afectó a las elecciones del 26 de junio

Una pregunta que se han hecho millones de personas con sensibilidad democrática es: ¿cómo puede ser que un partido tan corrupto como el PP (cuyo presidente, que lo es también del gobierno español, aprobó la existencia de tal cloaca así como la extensísima corrupción existente en tal partido) fuera votado de nuevo?. En realidad, donde la corrupción fue más extensa fue precisamente donde tuvo lugar el aumento del voto al PP.

La explicación de este hecho no es complicada y es relativamente fácil de ver. Es parte del ideario popular heredado de la experiencia del nacionalcatolicismo, profundamente antidemocrático, el asumir que todos los políticos roban, pues así pasó durante la dictadura, cuando la corrupción era muy extensa entre los cargos públicos. En sí, esta corrupción se ve como intrínseca a la función pública y al mundo político, pues todos roban. La denuncia de tal corrupción del PP, sobre todo en la última parte de la campaña (incluyendo la corrupción política), se vio por parte de los votantes del PP como un ataque a su partido, hecho única y exclusivamente con fines electorales por los adversarios de tal partido, lo que determinó la movilización masiva del electorado a su favor (esto pasa también, por cierto, entre los seguidores de Le Pen en Francia y Donald Trump en EEUU, que son impermeables a cualquier información contraria a sus líderes). El hecho de que las conversaciones del ministro aparecieran días antes de las elecciones tuvo un impacto movilizador de la población de ultraderecha que compartía los objetivos del ministerio: destruir a los que atacan la Unidad de España. Tal material, publicado en Público, se vio primordialmente y paradójicamente como un juego sucio para destruir al PP, y tuvo un impacto opuesto al que se suponía que iba a tener. La corrupción era marca de aquel régimen dictatorial. Y su aceptación era un componente de aquella cultura. Su pensamiento es que "puesto que todos lo hacen, hay que defender a los nuestros cuando intentan destruirlos por una práctica que todos llevan a cabo". La inmoralidad es parte de la cultura franquista, y la tolerancia hacia ella es intrínseca en dicha cultura.

La cultura franquista no ha muerto

Un tanto igual ocurrió en el caso de las conversaciones del ministro. La cultura franquista odia a los "rojos" y "secesionistas", incluyendo como secesionistas a aquellos que defienden el reconocimiento de una España plurinacional, distinta a la uninacional, la única que –según ellos- debe aceptarse. Y su máximo enemigo es el partido que cuestiona tanto la uninacionalidad como lo que la cultura franquista llama la "unidad de España". Hay que recordar que esta fue la justificación del alzamiento fascista del 1936: la defensa de la unidad de España frente a los rojos y a los secesionistas. Y causaron la muerte de 400.000 personas en defensa de tal causa. Es esta la cultura que aparece en la conversación entre el ministro Jorge Fernández Díaz y el director de la OAC, el sr. Daniel de Alfonso. Este último justifica lo que está haciendo definiéndose a sí mismo como un "patriota español", utilizando una narrativa claramente militar franquista ("a tus órdenes") que nos recuerda mucho aquel periodo. Según los votantes del PP, todo lo que hacían aquellos personajes  era un acto patriótico, realizado por policías que se llamaban "patriotas", y que lo hacían por una causa patriótica (ver mi artículo "¿Qué hay detrás de la defensa de la ‘unidad de España’?", Público, 30.12.15). El comportamiento del ministro fue percibido, por parte de la cultura franquista, como un acto patriótico que no afectó negativamente el voto del PP. Todo lo contrario, lo favoreció. Hay que notar que el PP defendió al ministro y se opuso a la destitución del sr. Daniel de Alfonso.

¿Por qué Unidos Podemos perdió más de un millón de votos?

Era de esperar que tal masiva movilización de los medios tuviera un impacto negativo en la atracción que Unidos Podemos (UP) había tenido, pues esta movilización fue máxima al ver que tal coalición podría haber ganado las elecciones. De ahí que en la medida en que las encuestas mostraban que tal coalición (UP) podía ganar, la movilización fue mucho mayor que en las elecciones anteriores. Y así se vio, el día de las elecciones, a partir de las nueve de la noche, cuando el ministerio liderado por el mismo sr. Fernández Díaz, dio los datos que, en contra de todas las expectativas, eran casi opuestos a los esperados. El PP subió mucho por el miedo de las derechas al triunfo de la coalición UP, un miedo que provocó como resultado un aumento de su movilización, temerosas de que el PP pudiera sufrir un enorme bajón como consecuencia de los descubrimientos de la extensa corrupción y de las entrevistas del ministro.

Por qué el bajón de Unidos Podemos

Es probable que la mayor parte del descenso del voto a Unidos Podemos (UP) se deba a muchos factores, incluidos algunos procedentes de la propia UP (aunque creo que se han exagerado estos últimos errores). Hay dos causas externas, sin embargo, que sí que creo que han sido importantes. Una ha sido la percepción de votantes de Podemos (que habían votado al PSOE en las elecciones anteriores a las del 2015), que fueron convencidos por el propio PSOE y por la gran mayoría de medios, de que Podemos había sido responsable de que Rajoy no dejara de ser presidente del país, al haberse opuesto al pacto PSOE-Ciudadanos, imposibilitando que Pedro Sánchez lo sustituyera. Este mensaje, repetido por tierra, mar y aire, caló. Y de ahí que el PSOE esté insistiendo en ello miles de veces. Se acepta así que Podemos (y en particular "el supuesto deseo de tener sillones de poder por parte del malo de la película, Pablo Iglesias") fue el responsable de que Pedro Sánchez no sustituyera a Mariano Rajoy, mensaje que tuvo impacto en amplios sectores de ex votantes del PSOE. El hecho de que hubiera habido otra alternativa después del 20D de formar gobierno con una amplia coalición de izquierdas fue prácticamente silenciado por el PSOE y por la mayoría de los medios.

La otra causa fue la gran dificultad de compatibilizar dos culturas distintas, la de Podemos y la de IU. He hablado de ello en  artículos. Establecer dicha coalición en un periodo de tiempo muy corto era difícil. Y como consecuencia, hubo sectores de IU que se sintieron molestos por la manera como se hizo tal coalición. Y se quedaron en casa como protesta. Ahora bien, considero que en este tema el mayor problema no fue una inexistente insensibilidad por parte de los responsables de la coalición, sino la falta de tiempo para poder manejar estas dos culturas en una coalición. En este sentido, la constante distinción que se hace entre transversalismo versus unidad de izquierda, o entre los de abajo frente a los de arriba, es de utilidad limitada, pues la transversalidad tiene que ser respetuosa con la especificidad de las distintas culturas existentes en la coalición. Las izquierdas han sido históricamente las defensoras de los de abajo (los oprimidos y los explotados) frente a los opresores y explotadores. Puesto que la mayoría de la población pertenece a la primera categoría, el reto de las fuerzas progresistas es hacer ver los elementos comunes que los distintos sectores de la mayoría tienen en su enfrentamiento con la minoría. De ahí que la necesaria transversalidad tiene una serie de requerimientos, tales como ser sensibles a cada una de estas poblaciones oprimidas, que han desarrollado sus propias culturas. En España la situación se complica todavía más debido a que a la existente explotación de clase, se le añade también la explotación de género y de nación, esta última negada sistemáticamente por la cultura franquista. Pero esta transversalidad tiene que ser extraordinariamente sensible a no diluir la cultura de cada grupo explotado. Y esto requiere especial atención hacia el grupo, como IU, que es la fuerza que ha mantenido siempre la cultura de resistencia frente a la opresión predominantemente de clase social. Tal resistencia exige un respeto especial, pues son también el enlace con la historia de resistencia en este país. Me consta que la dirección de UP es consciente de ello, pero el desarrollo de culturas comunes lleva su tiempo.

¿Qué hay que hacer ahora?

 La autocrítica es necesaria pero sería mejor que se hiciera en el momento en que el proceso de investidura terminara. Hay que ser consciente que todavía no hay gobierno, y UP debería todavía influenciar en dicho proceso. O al menos sacar rentabilidad política de lo que se deje de hacer por parte del PSOE. Por ejemplo, hay que señalar que todavía es posible realizar un gobierno progresista, alternativo al del PP. Un gobierno de progreso es posible con el apoyo del PSOE, UP y las confluencias, y de los nacionalistas vascos y catalanes, o incluso una alianza PSOE, UP y C’s, alianza que sería distinta de la coalición PSOE, C's y UP que el PSOE consideró (el orden de los factores altera el producto). El PSOE y UP podrían acordar un pacto e invitar a C’s a que se sumara a él con medidas que no cuestionaran la esencia de dicho pacto PSOE-UP, tal como hizo el PSOE antes cuando pactó primero con C’s y luego invitó a Podemos a unírseles, pero cambiando el orden y la secuencia de los contactos. Es más que probable que el PSOE no aceptara tal alianza, pues, en realidad, nunca quiso aliarse con Podemos. Pero es importante mostrar a la ciudadanía española que fue el PSOE el que nunca quiso aliarse con las izquierdas, prefiriendo hacerlo con las derechas, aunque ello tuviera como consecuencia que tengamos en España a un personaje y a un partido de la cultura franquista en el poder.

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https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/05/el-comportamiento-antidemocratico-del-estado-y-de-los-mayores-medios-y-sus-consecuencias-en-las-elecciones/feed/ 0
Lo que los medios no dicen sobre las causas del Brexit https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/25/lo-que-los-medios-no-dicen-sobre-las-causas-del-brexit/ Sat, 25 Jun 2016 06:24:20 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3657 Continuar leyendo "Lo que los medios no dicen sobre las causas del Brexit"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

No hay pleno conocimiento y conciencia en las estructuras de poder político y mediático (que en terminología anglosajona se llama el establishment político-mediático) que gobiernan las instituciones de la Unión Europea, así como las que gobiernan en la mayoría de países que constituyen tal Unión, de lo que ha estado ocurriendo en la UE y las consecuencias que las políticas propuestas e impuestas por tales establishments han estado teniendo en las clases populares de los países miembros. Durante estos años, después del establecimiento de la Unión, se ha ido germinando un descontento entre estas clases populares (es decir, entre las clases trabajadoras y las clases medias de renta media y baja) que aparece constantemente y que amenaza la viabilidad de la UE.

El rechazo de las clases populares a la UE

Indicadores de tal descontento han aparecido ya en muchas ocasiones. Una de las primeras fue el resultado del referéndum que se realizó en varios países de la UE que, por mandato constitucional, tenían que hacer para poder aprobar la Constitución europea. En todos los países donde se realizó el referéndum, la clase trabajadora votó en contra. Los datos son claros y contundentes. En Francia, votaron en contra el 79% de trabajadores manuales, el 67% de los trabajadores en servicios y el 98% de los trabajadores sindicalizados; en Holanda, el 68% de los trabajadores; y en Luxemburgo, el 69%. Incluso en los países en los que no hubo referéndum, las encuestas señalaban que, por ejemplo en Alemania, el 68% de los trabajadores manuales y el 57% de los trabajadores en servicios hubieran votado en contra. Unos porcentajes parecidos se dieron también en Suecia, donde el 74% de los trabajadores manuales y el 54% de los trabajadores en servicios también hubieran votado en contra. Y lo mismo ocurrió en Dinamarca, donde el 72% de los trabajadores manuales hubieran también votado en contra.

El rechazo a la UE por parte de la clase trabajadora ha ido aumentando

Otro dato que muestra tal rechazo fue el surgimiento de partidos que explícitamente rechazaron la Unión Europea, partidos cuya base electoral fue precisamente la clase obrera y otros segmentos de las clases populares que antes, históricamente, habían votado a partidos de izquierdas, siendo el caso más conocido (pero no el único) el del partido liderado por Le Pen y que, según las encuestas, podría ganar las próximas elecciones en Francia. En realidad, la identificación de los partidos de izquierda tradicionales con la Unión Europea (y con las políticas neoliberales promovidas por el establishment de tal Unión) ha sido una de las mayores causas del enorme bajón electoral de estos partidos en la UE (y, muy en particular, entre las bases electorales que les habían sido más fieles, es decir, entre las clases trabajadoras). Para que baste un ejemplo, en Francia, si la mitad de los votos (predominantemente de la clase trabajadora) que habían apoyado al partido de Le Pen hubieran sido para la candidata socialista Ségolène Royal, ésta hubiera sido elegida Presidenta de Francia. En paralelo con la pérdida de apoyo electoral, los partidos socialdemócratas en la UE perdieron también gran número de sus militantes. El caso más dramático fue el del Partido socialdemócrata alemán que, junto con la pérdida de apoyo electoral, perdió casi la mitad de sus militantes, de 400.000 en 1997 a 280.000 miembros en 2008.

La evidencia es pues abrumadora que la identificación de tales partidos de izquierda (la mayoría de los cuales han sido partidos gobernantes socialdemócratas que han jugado un papel clave en el desarrollo de las políticas públicas promovidas por la UE) con la Unión ha sido una de las principales causas de su enorme deterioro electoral y de la pérdida de su militancia.

El rechazo a la UE ha ido aumentando más y más entre las clases populares, a la vez que ha ido aumentado el apoyo entre las clases más pudientes

Por desgracia, las encuestas creíbles y fiables sobre la UE (que son la minoría, pues la gran mayoría están realizadas o financiadas por organismos de la UE o financiadas por instituciones próximas) no recogen los datos de la opinión popular sobre la UE según la clase social. Sí que los recogen por país, y lo que aparece claramente en estas encuestas es que la popularidad de la UE está bajando en picado. Según la encuesta de la Pew Research Center, las personas que tienen una visión favorable de la UE ha bajado en la gran mayoría de los 10 mayores países de la UE (excepto en Polonia). Este descenso, desde 2004 a 2016, ha sido menor en Alemania (de un 58% a un 50%) pero mayor en Francia (de un 78% a un 38%), en España (de un 80% a un 47%). Grecia es el país que tiene un porcentaje menor de opiniones favorables a la UE (un 27%).

Ahora bien, aunque raramente se recoge información por clase social, sí que se ha recogido el distinto grado de popularidad que la UE tiene según el nivel de renta familiar. Y, allí, los datos muestran que hay un gradiente, de manera que a mayor renda familiar, mayor es el apoyo a la UE. Es razonable, pues, suponer que la parte de la población que tiene una visión más desfavorable de la UE es la clase trabajadora y otros componentes de las clases populares.

Y lo que también aparece claro en varias encuestas es que una de las mayores causas de tal rechazo es la percepción que las clases populares tienen del impacto negativo que tiene, sobre su bienestar, la aplicación de las políticas propuestas por el establishment político-mediático de la UE. Esta percepción es mucho más negativa entre las clases populares (clase trabajadora y clases medias, de renda media y baja) que no entre las clases más pudientes. En realidad, el rechazo, siempre especialmente agudo entre las clases populares, es claramente mayoritario entre la gran mayoría de la población. Ahí vemos que, según la encuesta Pew, el 92% de la población en Grecia desaprueba la manera como la UE ha gestionado la crisis existente en Europa; tal porcentaje es de 68% en Italia, el 66% en Francia y el 65% en España, países donde precisamente el descenso del porcentaje de población con la opinión favorable de la UE ha sido mayor.

Este rechazo a la UE existe también entre la clase trabajadora del Reino Unido

Es en este contexto descrito en la sección anterior, que debe entenderse el rechazo de las clases populares del Reino Unido, rechazo que ha ido claramente acentuándose en los barrios obreros de aquel país, y muy en especial en Inglaterra y el País de Gales. El voto de rechazo a la permanencia en la UE procede en su mayoría de las clases populares. Y ha sido un voto no solo anti-UE pero también (y sobre todo) un voto anti-establishment británico y, muy en particular, anti-establishment inglés, siendo este último el centro del establishment británico, pues concentra los mayores centros financieros y económicos del país. El establishment británico y el establishment de la UE habían movilizado todo tipo de presiones (por tierra, mar y aire) a fin de que el referéndum fuera favorable a la pertenencia. De esta manera, es un claro signo de afirmación y poder que las clases populares se opusieran y ganaran al establishment. Por otra parte, los datos mostraban que lo que ha ocurrido, iba a ocurrir. La popularidad de la UE en el Reino Unido pasó de ser un 54% (ya uno de los más bajos de la UE) en 2004 a un 44% en 2016 (según Pew). En realidad, el Reino Unido es el país donde el porcentaje de población opuesta a dar mayor poder a la UE es mayor (65%) después de Grecia (68%) Y, según otras encuestas, el sector menos entusiasta con la UE eran las clases populares, que gradualmente han ido transfiriendo su apoyo electoral del Partido Laborista al partido UKIP (el partido anti EU).

La supuesta excepcionalidad de España

Es un dicho común en los mayores medios de comunicación que España es uno de los países más pro-EU, lo cual es cierto, pero solo en parte (lo mismo era cierto con Grecia). Es lógico que Europa, percibida durante muchos años como el continente punto de referencia para las fuerzas democráticas, por su condición democrática y su sensibilidad social, se convirtiera en el "modelo" a seguir por países como España, Portugal y Grecia, que sufrieron durante muchos años dictaduras de la ultraderecha, seriamente represivas y con escasísima conciencia social. Para los que luchamos contra la dictadura, Europa Occidental era un sueño a alcanzar.

Pero, debido al control o excesiva influencia del pensamiento neoliberal en el establishment político mediático de la UE (muy próximo al capital financiero y al capital exportador alemán, que ha estado configurando las políticas públicas neoliberales que los establishment político-mediáticos de cada país de la UE han hecho suyas), este sueño se ha convertido en una pesadilla para las clases populares, particularmente dañadas por tales políticas neoliberales. Las reformas laborales que han dañado el estándar de vida de estas clases y los recortes de gasto público, con el  debilitamiento de la protección social y del estado del bienestar, así como la desregulación en la movilidad del capital y del trabajo, han sido un ataque frontal a la democracia y al bienestar de las clases trabajadoras, realidad muy bien documentada (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015). La pérdida de soberanía nacional que conlleva la UE ha significado la pérdida de soberanía popular, causa del deterioro de su bienestar. La evidencia de que ello es así es contundente, clara y convincente. Es más que obvio que esta Europa no es la Europa de los pueblos, sino la Europa de las empresas financieras y de los grandes conglomerados económicos.

¡No es chauvinismo lo que causa el rechazo a la UE!

Ante esta situación, el establishment político-mediático europeo quiere presentar este rechazo como consecuencia de un retraso cultural de las clases populares, todavía estancadas en un nacionalismo retrógrado, que incluye un chauvinismo anti-inmigrante que merece ser denunciado. John Carlin, en el El País, 24.06.16, define este rechazo (Brexit) como resultado "de la mezquindad, ignorancia, carácter retrógrado, xenofobia y tribal" de los que votaron en contra de la permanencia. Y así se está interpretando, por parte de la mayoría de los medios de comunicación europeos, el voto de rechazo a la UE por parte de las clases populares británicas. Este mensaje intenta ocultar las causas reales de tal rechazo, causas que he descrito en este artículo. Olvidan que, si bien todos los xenófobos votaron a favor de la salida del Reino Unido de la UE, no todos los que así votaron eran xenófobos.

En esta manipulación están participando poderes de la socialdemocracia europea que no han entendido todavía lo que está ocurriendo entre lo que solían ser sus bases. No quieren entender que el rechazo que está ocurriendo es hacia esta Europa que la socialdemocracia ha contribuido a crear, una Europa que carece de vocación democrática y sensibilidad social. El maridaje de los aparatos dirigentes de las socialdemocracias con los intereses financieros y económicos dominantes en la UE (y en cada país miembro) ha sido la causa de su gran declive, que todavía no entienden porque no quieren entenderlo. Lo que pasa en Francia, dónde hay un gobierno socialdemócrata que está intentando destruir a los sindicatos (como la señora Thatcher hizo en el Reino Unido), o en España, dónde el PSOE fue el que inició las políticas de austeridad, son indicadores de esta falta de comprensión de lo que está ocurriendo en la UE, y que es el fracaso de las izquierdas para atender a las necesidades de las clases populares. De ahí la transferencia de lealtades que están ocurriendo, en lo que refiere a los partidos.

Es lógico y predecible que las políticas neoliberales y los partidos que las aplican sean rechazados por las clases populares, pues son éstas las que sufren más cada una de estas políticas, incluyendo la desregulación de la movilidad de capitales y del trabajo. Regiones enteras en el Reino Unido han sido devastadas, siendo sus industrias trasladadas al este de Europa, creando un gran desempleo en las regiones. Y la desregulación del mundo del trabajo, acompañada de la dilución, cuando no destrucción, de la protección social, ha creado una gran inestabilidad  y falta de seguridad laboral. En realidad, fueron las políticas del gobierno Blair y del gobierno Brown (1997-2010) las que sentaron las bases para este rechazo generalizado hacia la UE. Tales gobiernos de la Tercera Vía facilitaron la llegada de inmigrantes a los que los empresarios contrataron con salarios más bajos. Y así se inició el desapego con la Unión Europea (ver "Don’t blame Corbyn if Brexit wins", Denis McShane).

En España, frente al descrédito del partido socialdemócrata (PSOE) debido, entre otras razones a su participación en la construcción de esta Europa, han aparecido una serie de fuerzas políticas, tanto en la periferia como en el centro (Unidos Podemos y confluencias), que están canalizando este desencanto popular acentuando, con razón, que esta no es tampoco nuestra Europa, y que se requieren cambios profundos para recuperar la Europa democrática y social a la que aspiramos y que debe construirse. Así de claro.

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Carta a los ciudadanos jóvenes (de todas las edades) de este país https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/24/carta-a-los-ciudadanos-jovenes-de-todas-las-edades-de-este-pais/ Fri, 24 Jun 2016 05:00:54 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3649 Continuar leyendo "Carta a los ciudadanos jóvenes (de todas las edades) de este país"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

La importancia de las elecciones de este domingo me fuerza a cambiar el tono y estilo de este artículo. Desde que me integré de nuevo a la vida académica en España, he escrito artículos con la intención de popularizar el conocimiento científico, presentando datos que cuestionan la sabiduría convencional que promueven la estructura de poder financiero, económico, político y mediático que dominan la sociedad española. Hoy, sin embargo, el lector me tendrá que permitir que escriba una carta personal dirigida directamente a los jóvenes (de todas las edades), ciudadanos cuyo voto dictaminará el futuro de este país este próximo domingo. Y creo que tengo la biografía y el conocimiento para subrayar a este ciudadano que, él o ella, está viviendo un periodo histórico, puesto que estas elecciones pueden ser determinantes para poder acabar con el enorme deterioro de la calidad de vida y el bienestar de las clases populares, que son la mayoría de la población española, y abrir la puerta para hacer posible otra España por la que millones de españoles de varias generaciones han luchado a fin de conseguir un país más democrático, más justo, más solidario, más libre y más plurinacional. Esta posibilidad hoy existe, y escribo ahora la carta.

Querido joven ciudadano/a,

 Cuando hace ya muchos años volví a España, de la cual me tuve que ir por razones políticas a principios de los años sesenta, me sorprendió mucho lo que vi. La vuelta de un exiliado a su país es siempre muy compleja. Por un lado, eres feliz de encontrarte de nuevo entre tu gente. Siempre recordaré cuando por las mañanas me sentaba en la terraza de un bar en la Sagrera, el barrio obrero por excelencia de mi ciudad de Barcelona, y miraba a mi alrededor con la serenidad y satisfacción de haber podido, por fin, encontrarme donde había vivido y también luchado contra la dictadura. Pero, por otro lado, también encontré muchas cosas que me dolieron, y una de ellas fue ver que mis estudiantes en la Universidad no tenían ni idea sobre la historia de su país, ni sabían lo que había sido la dictadura. Les habían robado la historia de su país en un intento de adoctrinamiento de la población por parte de aquel odiado régimen que controlaba, junto con la Iglesia, el sistema educativo y todos los mayores medios de información del país, desde los diarios deportivos a los libros de texto. Y tampoco tenían conocimiento de la enorme represión, aun habiendo sido aquella dictadura una de las más sangrientas que existieron en la Europa Occidental en el siglo XX, generando un temor que persistiría.

Muchos años después, incluso durante el periodo democrático, la gente de mayor edad, cuando hablaba de lo que había pasado, lo hacía en voz baja. Tenían todavía miedo, pues los responsables de tanta crueldad continuaban teniendo un gran poder. No se homenajeaba ni se reconocía a las víctimas de aquel régimen, pues los victimizadores continuaban ejerciendo un enorme poder. Mis lectores recordarán el artículo que escribí sobre mi experiencia en el homenaje a los maestros republicanos en aquella bella población de la falda de los Pirineos catalanes, Gironella, por sus discípulos (ya de edad avanzada), los cuales antes de dejar este mundo, querían homenajear a sus maestros, que habían sido represaliados por aquella dictadura. Y que ello pasara cuarenta años después de que la democracia se iniciara en este país era un indicador de la pervivencia del temor. No había ocurrido antes porque la gente continuaba teniendo miedo, y así lo he constatado en mis viajes a lo largo de España. De la misma manera que hay herederos de las víctimas, hay también herederos de los victimizadores, que continúan teniendo un enorme poder.

La necesidad de romper con el miedo y abrirse a la esperanza

La esperanza de los que luchamos en aquellos tiempos pasados es que los jóvenes recuperen su historia, sin la cual no podrán entender el presente ni se podrán preparar para el futuro. Y los victimizadores son conscientes de ello, de ahí que robaran su historia. Pero, ciudadanos jóvenes, tenéis que recuperarla, porque tenéis que saber que las luchas de hoy son la continuación de otras anteriores, pues la historia es una sucesión de eventos relacionados y que hay que conocer cómo están relacionados para poder incidir en ellos. Hoy, los que estáis en el proyecto de cambio de este país, sois los sucesores de nuestros padres y abuelos, que lucharon para sostener un gobierno popular republicano, cuyas reformas afectaron los intereses de los que siempre dominaron y dominan España, y que respondieron con el golpe militar de 1936, que fue posible debido al apoyo militar de Hitler y Mussolini.

Aquel golpe inició cuarenta años que impusieron a España un enorme retraso económico, social, cultural y político, retraso que todavía hoy estamos sufriendo. Pero las clases populares se rebelaron y la juventud de entonces perdió el miedo e inició las mayores movilizaciones, del 1974 al 1978, que han existido en Europa. Fueron las clases populares, lideradas por el movimiento obrero, las que forzaron un cambio, conocido como la Transición, que distó de ser modélico pues, aun cuando las movilizaciones habían forzado una respuesta importante del Estado dictatorial, las derechas (herederas de los golpistas) controlaban el Estado y la gran mayoría de los medios de información. Por todo esto, en la mesa de negociación, ellos, las derechas, tuvieron mucho poder, y otros, las izquierdas, que acababan de salir de la clandestinidad, tuvieron poco. De ahí que la democracia fruto de aquella transición sea muy limitada y el Estado del Bienestar muy poco financiado, situación que continúa hoy.

Tales limitaciones aparecen hoy con toda claridad debido a la Gran Recesión. Por todas estas razones es necesario llevar a cabo la segunda Transición

Mucho se hizo en el periodo democrático, pero el retraso era tan grande que quedó mucho por hacer, y ello como resultado de que los poderes fácticos, y sobre todo los grupos financieros y económicos que dominan el país, ejercían una enorme influencia sobre el Estado y sobre los principales medios de comunicación. Hay que recordar que el Estado democrático no se basó en una ruptura respecto el Estado anterior dictatorial, sino en una modificación. La enorme corrupción actual es un reflejo de la continuidad de las prácticas generalizadas en aquel Estado profundamente corrupto, dirigido por un General corrupto hasta la médula. Así, las cloacas del Estado continuaron funcionando, incluso para proteger a los corruptos, como ocurrió con el Sr. Pujol cuando era Presidente de la Generalitat de Catalunya que, en recompensa por su colaboración con el Estado Central (el ABC le escogió como el español del año), le protegieron, impidiendo que se conociera su corrupción. Ahora bien, cuando Pujol y su partido se convirtieron en independentistas, las mismas cloacas de poder se movilizaron para destruirles a él y al partido que él fundó. Y las mismas cloacas del Estado se han movilizado para destruir a Podemos (con la colaboración de los grandes medios) cuando vieron que alcanzaba un nivel de popularidad amenazante para la estructura de poder a la cual servía este Estado. 

La importancia de salirse de la gran crisis creada por las políticas neoliberales impuestas por los partidos conservadores, liberales y socioliberales

Ha sido el maridaje entre los intereses financieros y económicos, por un lado, y las instituciones del Estado y del establishment mediático, por el otro, lo que ha generado la mayor crisis que España ha conocido. Y es importante señalar que esta crisis ha afectado de una manera especialmente dura a las clases populares, que vieron como sus rentas disminuían espectacularmente a costa de un enorme incremento de las rentas del mundo empresarial. Tanto sufrimiento ha ocurrido a fin de garantizar los beneficios de una minoría a costa del bienestar de la gran mayoría de los distintos pueblos y naciones del país. De ahí la importancia de movilizarse para parar tanto daño que era innecesario y podía haberse evitado. Y los únicos que pueden hacerlo son aquellos que protestaron en las calles con el 15-M y que mostraron con su ejemplo su compromiso con la calidad de vida y el bienestar de nuestro pueblo. La coalición de fuerzas alrededor de Unidos Podemos y sus confluencias ofrecen una posibilidad de cambio que permitiría una segunda Transición desde una democracia muy incompleta, con un bienestar muy insuficiente, a una nueva España más justa, más democrática, más solidaria, más libre y más plurinacional en la que los distintos pueblos y naciones de España puedan expresar su identidad dentro de un proyecto común, escogido por voluntad y no impuesto por la fuerza. Así lo espero.

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Por qué las propuestas económicas de Unidos Podemos son urgentes para España y Europa https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/22/por-que-las-propuestas-economicas-de-unidos-podemos-son-urgentes-para-espana-y-europa/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/22/por-que-las-propuestas-economicas-de-unidos-podemos-son-urgentes-para-espana-y-europa/#respond Wed, 22 Jun 2016 05:00:34 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3641 Continuar leyendo "Por qué las propuestas económicas de Unidos Podemos son urgentes para España y Europa"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

En contra de lo que se podría deducir leyendo las noticias y la prensa económica de nuestro país, las causas de la mayor crisis financiera y económica que se haya conocido en los últimos treinta años a los dos lados del Atlántico Norte (conocida como la Gran Recesión), y que ha tenido consecuencias particularmente negativas en España (y también en Grecia y Portugal), son fáciles de ver. Y el hecho de que no se hayan visto antes era porque los economistas y analistas del establishment político-mediático del país no miraban dónde se cocía la crisis, es decir, no miraban en el lugar adecuado, esto es, en la distribución de las rentas del país y en el enorme crecimiento de las desigualdades de renta y de propiedad en la mayoría de los países a los dos lados del Atlántico Norte, que causaron la crisis.

El crecimiento de las desigualdades

Las rentas de un país pueden derivar del trabajo o pueden derivar de la propiedad del capital (es decir, de la propiedad que genera rentas). Durante lo que se llama la "época dorada del capitalismo" (1945-1980), las rentas del trabajo significaban, en general, entre un 70% y un 75% de las rentas totales de un país, y las rentas del capital representaban aproximadamente entre un 25% y un 30% de todas las rentas.

Las reformas neoliberales iniciadas a principios de la década de los años ochenta por el Presidente Reagan en EEUU y antes, a finales de los años setenta, por la Sra. Thatcher en el Reino Unido, y que fueron reproducidas más tarde por la Tercera Vía (el Sr. Blair en el Reino Unido y el Sr. Schröder en Alemania) dentro de la socialdemocracia, redujeron significativamente las rentas del trabajo, a costa de que subieran las rentas del capital. Los datos hablan por sí mismos. Al terminar los años setenta del siglo XX, antes de que se iniciaran las reformas neoliberales, las rentas del trabajo representaban un 72,9% de todas las rentas en los países que más tarde se constituirían en los países de la UE-15 (el grupo de países más ricos de la UE); un 70,4% en Alemania; un 74,3% en Francia; un 72,2% en Italia; un 74,3% en el Reino Unido; un 70% en EEUU; y un 72,4% en España. Estos porcentajes bajaron muy significativamente a partir de los años 80, de manera que en el año 2012 habían descendido a 66,5% en los países de la UE-15; un 65,2% en Alemania; un 68,2% en Francia; un 64,4% en Italia; un 72,7% en el Reino Unido; un 63,6% en EEUU; y un 58,4% en España. Y ahí está la raíz del problema (ver mi reciente libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Este descenso de las rentas del trabajo tuvo un efecto devastador en la demanda doméstica en cada uno de estos países, puesto que tal demanda procede en su mayoría de las rentas del trabajo, de manera que al bajar estas rentas, bajaron también el consumo y la demanda doméstica, disminuyendo el estímulo económico y, con ello, generándose un decrecimiento económico y una destrucción de empleo (con el consiguiente aumento de la tasa de desempleo y el descenso de la tasa de ocupación). Y, repito, ahí está la raíz del problema. En los países donde estas rentas del trabajo bajaron más, como en España (en 2015, las rentas del trabajo llegaron a ser tan bajas como un 51,2% de todas las rentas), la crisis fue mayor.

¿Por qué la crisis no comenzó antes?

Es importante señalar que este descenso de la demanda doméstica fue ocurriendo paulatinamente, y su efecto negativo no apareció tan rápidamente como hubiera ocurrido si no hubiera sido por dos eventos que retrasaron la aparición de la crisis. Uno fue en Europa, y fue la unión de Alemania, la cual generó un enorme aumento del gasto público en aquel país (pasando el país de estar en superávit –un 0,1% del PIB- a un déficit de un 3,4%) en su intento de estimular la economía de la Alemania del este (cuyo PIB per cápita era mucho menor que el existente en la Alemania occidental), estímulo que afectó la demanda no solo en toda Alemania, sino en toda Europa, como consecuencia de la centralidad de la economía alemana dentro de la economía europea.

Y el otro hecho que aminoró el impacto negativo del descenso de las rentas del trabajo (como porcentaje de las rentas totales del país) sobre la demanda doméstica fue el endeudamiento. Las familias se tuvieron que endeudar para mantener su nivel de vida. Este endeudamiento explica el gran crecimiento de la banca, que fue mayor en aquellos países donde las rentas del trabajo habían bajado más y donde la población tenía mayor necesidad de endeudarse, como fue el caso de España. En realidad, nuestro país tiene un sector bancario hipertrofiado, tres veces mayor (proporcionalmente) que en EEUU.

Este crecimiento del endeudamiento disminuyó y retrasó el impacto negativo que la disminución de las rentas del trabajo hubiera tenido en el consumo y, por lo tanto, en la demanda doméstica. Retrasarlo, sin embargo, no es lo mismo que eliminarlo. En realidad, el descenso del crecimiento económico continuó, pero no tanto como hubiera descendido si el endeudamiento no hubiera permitido continuar el consumo, aunque este fuera a menos año tras año. Consecuencia de ello es que las inversiones financieras bajaron su rentabilidad en el sector de la economía productiva, es decir, donde se producen los bienes y servicios que la población consume. De ahí que el capital financiero (predominantemente la banca) invirtiera, en lugar de en la economía productiva (en donde se producen los bienes de consumo) en la economía especulativa, en la cual el sector inmobiliario era particularmente beneficioso. Estas inversiones especulativas fueron responsables de las burbujas. Y entre ellas, en España, hubo la burbuja inmobiliaria que consumió una enorme cantidad de recursos y que cuando explotó creó la enorme crisis financiera. De ahí que cuando estas burbujas inmobiliarias explotaron (haciéndolo primero en EEUU, pero expandiéndose a Europa enseguida) crearon un gravísimo problema al sistema bancario europeo, y muy en particular al español. Y así comenzó la crisis financiera que estaba basada en la crisis económica, resultado del enorme crecimiento de las desigualdades sociales, con el descenso de las rentas del trabajo, a costa del aumento de las rentas del capital.

¿Por qué los recortes?

Cuando la economía estaba bajo el efecto de la burbuja inmobiliaria, se creó una falsa sensación de bonanza que se tradujo en la conocida frase del presidente Aznar de que "España iba bien", a lo cual el presidente Pujol en Catalunya añadía que "Catalunya incluso iba mejor". Los gobiernos españoles respondieron a esta falsa bonanza con la reducción de los impuestos, lo cual creó un agujero en las arcas del Estado de 27.000 millones de euros (consecuencia de la bajada de impuestos del gobierno Zapatero). Cuando la burbuja inmobiliaria explotó, se hizo patente el tamaño del agujero, forzando la necesidad de reducir el gasto público (mediante los recortes en los servicios y transferencias públicos del Estado del Bienestar) para llenar tal agujero.

Estos recortes de gasto público social para reducir el déficit, junto con la reducción de los salarios causada por las reformas laborales del gobierno Zapatero y del gobierno Rajoy, crearon el colapso de la demanda doméstica (que se había gestado desde los años 80), creando la Gran Recesión. Tales políticas neoliberales fueron promovidas e impuestas (y digo impuestas, pues no estaban en los programas electorales de los partidos gobernantes, PSOE, PP y CiU) por la Troika (el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo) y el Eurogrupo, y han creado una enorme crisis, no solo económica y financiera, sino también social, afectando negativamente al bienestar de las poblaciones de los países de la Eurozona, y muy en particular de las clases populares de los países del sur de Europa, incluyendo España.

¿Qué debería hacerse?

Es obvio que lo que debería hacerse es revertir los recortes del gasto público, expandiéndolo para estimular la economía y aumentar los salarios y el porcentaje de la población ocupada para así estimular la demanda doméstica y generar el crecimiento económico, enfatizando, a la vez, un cambio en el sistema productivo, estableciendo una economía basada en las energías renovables, expandiendo la infraestructura social del país (muy poco desarrollada debido a la enorme subfinanciación del Estado del Bienestar en España) y la infraestructura física y tecnológica, excesivamente orientada hacia las rentas superiores, y poco a la mayoría de la población. Tales expansiones pueden financiarse fácilmente a base de una corrección muy marcada del sistema tributario del país, en el cual, mientras los asalariados que derivan sus rentas del trabajo pagan impuestos que representan aproximadamente el 78% de lo que pagan sus homólogos de la UE-15, los que derivan sus rentas de la propiedad del capital pagan solo nominalmente el 20% de lo que pagan sus homólogos en aquella comunidad. En realidad, pagan incluso menos, el 8%. Otra fuente de ingresos seria la corrección del excesivo fraude fiscal, muy centrado en tres grupos: las grandes fortunas, la banca y las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, y que representan solo el 0,12% de todas las empresas.

Tales medidas no son utópicas, como constantemente las definen las derechas

En realidad, estas medidas propuestas por el programa económico de Unidos Podemos se han llevado a cabo en ocasiones anteriores en otros países. La Gran Depresión a principios del siglo XX se resolvió en EEUU con un enorme crecimiento del gasto público –el New Deal- y un crecimiento de los salarios, estimulado por el apoyo que la administración Roosevelt dio a la sindicalización de la fuerza laboral. Y un tanto semejante ocurrió en Europa al terminar la II Guerra Mundial, cuando el estado de las economías era precario. Se salió de él mediante una gran expansión del gasto público (incluyendo el social, con el establecimiento del Estado del Bienestar en los países de la Europa occidental), estimulada en parte por el Plan Marshall. Y ahora, cuando para millones de españoles y de europeos la situación es desesperada, estando en situaciones semejantes a la Gran Depresión, los gobiernos españoles (incluyendo el catalán) y el establishment financiero-económico y político que gobierna la UE y la Eurozona, están aplicando los primeros (los gobiernos nacionales) y proponiendo los segundos (las instituciones que gobiernan la Eurozona) medidas precisamente opuestas a las que deberían aplicarse, continuando con unas políticas que han mostrado claramente que conducen a España y a los otros países de la Eurozona a un desastre.

La explicación para que continúen tales políticas aparece en los datos. Las rentas del trabajo han descendido para que pudieran subir las rentas del capital. Nunca estas últimas habían sido tan elevadas como porcentaje de todas las rentas. En España, hecho desconocido antes en la UE-15, las rentas del capital han alcanzado a ser casi la mitad de todas las rentas del país. Y dentro de ellas, las rentas del capital financiero, como la banca, nunca habían sido tan elevadas. Mientras que para la mayoría de la población tales políticas han sido nefastas, para una minoría han sido muy, pero que muy beneficiosas. Ello es consecuencia de que los propietarios de capital tienen mucha más influencia sobre las instituciones llamadas representativas y sobre los grandes medios de información que no aquellos que obtienen sus rentas a partir del trabajo.

¿Quién está proponiendo esta reversión de políticas en España?

En el panorama político español, los partidos conservadores y liberales (como el PP y CiU) que han gobernado España tienen la mayor responsabilidad en la aplicación de las políticas neoliberales que han dañado tanto el bienestar de la población y la eficiencia del quehacer económico. Y es lamentable que el partido llamado socialdemócrata (el PSOE) fuera precisamente el que iniciara tales políticas, como la reforma laboral del 2010 y los recortes que fueron expandidos notablemente por los gobiernos del Partido Popular en España y por CiU en Catalunya. El partido Ciudadanos, que pertenece a la misma familia política que Convergència Democrática de Catalunya (CDC), aplaudió y aprobó tanto las reformas laborales del 2010 y del 2012, como los recortes que seguían el libro de recetas de la ortodoxia liberal.

Las únicas fuerzas a nivel estatal que se oponen a tales políticas son los componentes de la coalición Unidos Podemos, que incluye además de Podemos e IU, otros partidos (En Comú Podem, En Marea, Compromís o Units Podem Més), los cuales han propuesto la reversión de las políticas neoliberales que han causado tanto daño a la mayoría de la población, proponiendo un cambio sustancial en la política económica del país, basado en medidas ya conocidas y experimentadas en otros países y en otros momentos históricos, y que tienen como componentes esenciales los puntos descritos en uno de los párrafos anteriores.

En la preparación de su propuesta económica, han participado conocidos economistas españoles, catedráticos de Políticas Públicas y/o Economía de varios centros docentes españoles y extranjeros, como Thomas Piketty de la Universidad de Paris; James Galbraith de la Universidad de Texas, EEUU; Robert Pollin, de la Universidad de Massachusetts, asesor del Presidente Obama; Lourdes Benería, de la Universidad de Cornell; y Ann Pettifor, asesora de Jeremy Corbyn del Partido Laborista británico. Dicha propuesta económica ha sido apoyada por más de 177 expertos nacionales y extranjeros de conocido prestigio en las distintas áreas del programa económico (ver el documento).

Sí que se pueden aplicar tales políticas

Ni que decir tiene que las propuestas hechas por el programa económico de Unidos Podemos han creado una enorme hostilidad, especialmente aguda en los fórums próximos al capital financiero, uno de los agentes más responsables de la crisis financiera, agentes que promueven el dogma neoliberal a favor de un no intervencionismo estatal, alertando de la imposibilidad de expandir el gasto público en la medida que la coalición Unidos Podemos propone.

Es importante subrayar la contradicción e incoherencia que supone que la banca en este país, beneficiaria del mayor acto de "beneficencia" del Estado, a través de su rescate público, se oponga ahora, mediante los medios y fórums que controla, a que haya un incremento del gasto público para rescatar la economía y a la población que sufre las consecuencias de las políticas neoliberales que la banca ha propuesto. Esta incoherencia (que podría llamarse hipocresía) alcanza niveles elevadísimos cuando portavoces del Banco de España (que es en realidad un lobby de la banca) están exigiendo bajadas de los salarios, de la protección social, de las transferencias públicas, y recortes del gasto público social, y a la vez piden y obtienen unas enormes cantidades de fondos para salvar la banca, resistiéndose ahora a que sean las autoridades públicas las que gobiernen tales instituciones rescatadas, pidiendo que se les devuelva lo que ahora no es suyo.

Uno de los argumentos que tanto sectores de derechas como de algunas voces de izquierdas utilizan para criticar tal programa económico de Unidos Podemos es que las propuestas que esta coalición hace no pueden realizarse hoy en la Eurozona, pues las instituciones que la gobiernan, comenzando por la Troika, no lo permitirían. Tales voces citan lo que le ocurrió al gobierno Syriza, en Grecia, como ejemplo de que tal gobierno no pudo hacer lo que estaba en su programa, y por lo tanto, Unidos Podemos tampoco podrían llevarlo a cabo. Es una manipulación constante, que hacen las derechas en este país, presentar lo que pasa en Grecia como ejemplo de lo que pasaría en España si gobernara Unidos Podemos.

La gran crisis que está teniendo lugar en Grecia se debe precisamente a la imposición de las políticas neoliberales a aquel país por parte de la Troika y del Eurogrupo, bajo el dominio, este último, del gobierno alemán. No es Syriza la responsable de los recortes, sino aquellas instituciones controladas por partidos y personajes de clara orientación conservadora y liberal, que pertenecen a las mismas familias políticas que las derechas en España (PP, Ciudadanos, CDC y UDC) y a las familias socioliberales (como los partidos que se autodefinen como socialdemócratas).

Ahora bien, Grecia es un país pequeño, con una economía muy limitada, y un Estado fallido, que además estaba y está aislada hoy. Pero España es la cuarta economía de la Eurozona, y lo es en un momento que hay revueltas a lo largo de todo el continente europeo en contra de estas políticas, con una oposición creciente –de todos los signos políticos- en cada Estado. El gobierno Renzi, en Italia, ya ha expresado su oposición a tales políticas, el gobierno portugués también ha interrumpido las políticas de austeridad, y en el Reino Unido el Partido Laborista está dirigido por un equipo opuesto a tales políticas. Y así un largo etcétera. No debería ignorarse que existe hoy una situación nueva que permite mayores espacios (sin olvidar los cambios políticos que están ocurriendo a lo largo de la Unión Europea) cada vez más favorables a la redefinición de la Eurozona y de su sistema de gobierno.

La victoria electoral de Unidos Podemos abriría toda una serie de posibilidades que ayudarían a transformar no solo España, sino también Europa. De ahí la urgencia en la movilización y apoyo electoral a tal coalición para el bien de la mayoría de la población en España y en los países de la Eurozona, cuya calidad de vida y bienestar han sido tan afectados por las políticas neoliberales que deben ser interrumpidas y revertidas para el bien común de los pueblos.

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Santos Juliá, 'El País' y su postura anti Unidos Podemos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/20/santos-julia-el-pais-y-su-postura-anti-unidos-podemos/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/20/santos-julia-el-pais-y-su-postura-anti-unidos-podemos/#respond Mon, 20 Jun 2016 05:00:12 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3625 Continuar leyendo "Santos Juliá, 'El País' y su postura anti Unidos Podemos"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Santos Juliá fue durante muchos años el ideólogo con mayor proyección mediática de la visión de España como un Estado uninacional, centrado en la capital del Reino (que no tiene nada que ver con el Madrid popular), promovida desde sus inicios como rotativo por El País, del cual era y continúa siendo una de las voces más afines a favor de tal Estado monárquico borbónico. Como parte de su labor propagandística de dicha visión de España y de su Estado uninacional, presentó la Transición de la dictadura a la democracia como "modélica", proponiendo el modelo español de transición a la democracia a muchos países bajo dictaduras militares en América Latina a fin de que las fuerzas progresistas en aquel continente se inspiraran en lo que había ocurrido en España.

Puesto que había sido, como muchos otros articulistas de El País, una persona de izquierdas en su juventud, quiso mantener una coherencia, presentando la Constitución española, producto de aquella supuestamente modélica transición, como la más progresista de todas las constituciones habidas en los países capitalistas desarrollados, y de esta manera mostrar que su apoyo a la monarquía no entraba en contradicción con su progresismo. Para ello inventó aquella percepción (amparada por El País, que nunca permitió ninguna visión crítica de la monarquía o del monarca en sus páginas) de que, en realidad, el propio rey Juan Carlos era también republicano.

Próximo al PSOE, y al felipismo dentro de él, presentó a tal partido como una organización que había conseguido una "estructura federativa común" que permitió la diversidad en su seno de lo que él define como "grupos identificados con las distintas partes de España", estructura federativa común que, según Santos Juliá, copió incluso más tarde el PP (ver su artículo "¿Qué hay de lo nuestro?", El País, 18.06.16).

La identificación de la Transición como modélica

Tras esta visión idealizada de la Transición, así como del Estado borbónico, del PSOE y del PP, se ocultaba una realidad muy diferente a la mostrada por él. La Transición distó mucho de ser modélica, pues era imposible que lo fuera, al ser las dos partes (los herederos de los vencedores y los herederos de los vencidos en la Guerra Civil) que negociaron todos los elementos de la Transición muy desiguales en el poder institucional que configuró lo que era y no era posible en aquel proceso. Los primeros -las derechas- controlaban el aparato del Estado y la gran mayoría de los medios de información (que eran también de persuasión), mientras que las izquierdas, que lideraron las fuerzas democráticas, acababan de salir de la clandestinidad, y muchas estaban recién llegadas del exilio. La relación de fuerzas no podía ser más desigual.

Ello resultó en una democracia enormemente limitada y en un Estado del Bienestar muy poco financiado y desarrollado. Y sin negar los avances que se han hecho durante el periodo democrático, el hecho es que todavía hoy la democracia española continúa siendo muy limitada, con una ley electoral que favorece a las derechas, y con un Estado que continúa bajo la enorme influencia de los poderes fácticos financieros y económicos, los cuales han dejado su imprimátur en la orientación conservadora y neoliberal de muchas de sus políticas públicas (como la política tributaria), lo que explica que, todavía hoy, España sea uno de los países más desiguales en el mundo capitalista desarrollado, desigualdades que son perpetuadas por la enorme subfinanciación de uno de los Estados del Bienestar menos financiados de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al español).

La relación entre lo social y lo nacional en España

Y como muestra de la relación existente en España entre lo social y lo nacional, vemos cómo el gran retraso social de este país está ligado a la perpetuación del Estado uninacional, con el diseño radial, basado en la capital del Reino, cuyo carácter plurinacional continúa siendo reprimido. Es interesante observar que una de las justificaciones que se utilizan para defender este Estado radial uninacional es que un Estado central permite una mejor redistribución de los recursos, argumento que entra en contradicción con la realidad de que España es uno de los países más desiguales, tanto por clase social como por género y por región y nación. El Estado uninacional ha estado dominado por los intereses financieros y económicos a los que se ha aludido en un párrafo anterior, responsables de las enormes desigualdades, lo que muestra que la Transición no fue una ruptura con el Estado del régimen anterior, sino una evolución donde el dominio de los poderes financieros y económicos ha continuado. Para que ello ocurriera, la adaptación del PSOE a aquel Estado era esencial, de modo que el bipartidismo se convirtiera en la expresión política de aquel Estado.

Documenté todo lo dicho en los párrafos anteriores, cuestionando la visión modélica de la Transición, y las consecuencias de que fuera inmodélica, en mi libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país, el cual obtuvo el premio Anagrama de ensayo de 2002 y que generó una respuesta hostil por parte del establishment político-mediático español. El gran dominio de las derechas sobre el Estado durante el periodo democrático ha conllevado la continuación de lo que Paul Preston ha llamado, con razón, el franquismo sociológico, resultado del adoctrinamiento que tuvo lugar bajo la dictadura a través del absoluto control que esta tuvo sobre los medios de comunicación, el sistema escolar y la Iglesia. La permanencia de este franquismo sociológico se debe a que no hubo un "proceso de desnazificación" como ocurrió en Alemania y en otros países gobernados por dictaduras nazis o fascistas, resistiéndose el Estado a recuperar la historia real del país (conocido como la recuperación de la memoria histórica). En este sentido, los intentos del PSOE cuando gobernó fueron excesivamente moderados para cambiar ese franquismo sociológico.

¿Fue el PSOE un partido federal?

El PP, fundado en sus orígenes por personajes y ministros de la dictadura, fue el continuador de ese franquismo sociológico que continuó dominando los aparatos del Estado heredado de la dictadura. En su adaptación al Estado, el PSOE, en cambio, tuvo que abandonar muchos de sus principios, lo cual inició ya en el momento de la Transición. Y uno de ellos fue el compromiso con la defensa del plurinacionalismo que existe en España, que las izquierdas, tanto el PSOE como el PCE, habían sostenido durante la lucha clandestina contra la dictadura. Los dirigentes del PSOE parecen haber olvidado que durante la clandestinidad este partido se comprometió con el derecho a decidir (que se llamaba derecho de autodeterminación) de los distintos pueblos y naciones de España, un derecho que el Monarca y el Ejército prohibieron, forzando al PSOE a tal renuncia. En realidad, esta renuncia apareció de nuevo cuando hubo el fallido golpe militar de 1981, lo que obligó al PSOE a dejar de reconocer tal plurinacionalidad de España en el seno del partido. El ​Partido de los Socialistas de Catalunya (​PSC​)​, por ejemplo, tenía un grupo parlamentario propio que dejó de tener a partir de aquel fallido golpe militar, el cual concienció al establishment político-mediático español de que el Ejército, la Monarquía y el Estado español no querían aceptar otra configuración o visión de España que la uninacional. Lo que Santos Juliá define como grupos eran, en realidad, representantes socialistas de la nación catalana, que habían conseguido tener una representación propia, hermanada pero distinta a la del PSOE. Y fue el "republicano" Juan Carlos I el que comunicó a los partidos estatales que esto no era aceptable. Y así desapareció el germen del plurinacionalismo dentro de las estructuras partidistas, lo que, como siempre ha sido históricamente, fue impuesto por la fuerza militar.

La recuperación de esta visión plurinacional

Los enormes déficits del Estado, resultado de la inmodélica Transición (tanto su gran déficit democrático como su subdesarrollado Estado social), han aparecido con toda su magnitud durante la Gran Recesión, que ha sido particularmente dura en España, como resultado de estos déficits. No era, pues, de extrañar que aparecieran movimientos político-sociales contestatarios con el Estado español (responsable tanto del subdesarrollo social como de la continuación del Estado uninacional radial) a lo largo y ancho del territorio español, los cuales exigían un Estado más justo, más democrático, más respetuoso con la plurinacionalidad, y menos radial y más poliédrico, movimientos que aparecieron en la periferia (Galicia, País Vasco, Catalunya, Valencia y en el Madrid popular). Y de ahí surgió la coalición de partidos, todos ellos claramente de izquierdas y plurinacionales, que se presentaron en las últimas elecciones del 20D bajo los nombres de Podemos, En Comú Podem, En Marea y Compromís, coalición a la cual se ha unido para las próximas elecciones IU, que históricamente ha reconocido la plurinacionalidad de España.

La demanda de una España más justa, democrática y plurinacional, exigiendo una nueva Transición

Y como resultado de esta diferente visión de España estas fuerzas políticas exigen, con razón, tener sus propios grupos parlamentarios, para señalar su representatividad en cuanto a su soberanía, dentro de una coalición fraternal solidaria con un programa común. La enorme oposición que el establishment político-mediático ha mostrado recientemente, negando el establecimiento de tales grupos parlamentarios en la coalición de izquierdas, poniendo a esta coalición en el gallinero de las Cortes, refleja la represión de los poderes fácticos, representados por los partidos presentes en las Cortes, a esta otra visión que ven como una amenaza para sus intereses. La enorme hostilidad de El País, que alcanza niveles panfletarios, es parte de esta defensa de sus intereses. El País, el instrumento de la intelectualidad española uninacional, ligado a intereses financieros bien conocidos, está liderando la movilización más vulgar y grosera vista desde el inicio del periodo democrático en contra de esta redefinición de España, presentando tal redefinición como equivalente a la ruptura de España, como hicieron los golpistas de 1936, que también justificaron aquel golpe para defender una unidad de España que en realidad nadie estaba cuestionando. El presidente Companys de la Generalitat de Catalunya, asesinado por los golpistas, que había sido director de una revista llamada Nueva España, estaba pidiendo una redefinición, no una ruptura, de España, proponiendo una federación de sus distintos pueblos y naciones. Algo semejante está ocurriendo en este momento.

Una paradoja de la que parecen no ser conscientes estos uninacionalistas es que es precisamente su oposición cerril la que está estimulando el sentimiento de secesión y ruptura. Su ceguera intelectual y su dogmatismo les impiden ver lo que debería ser obvio. La unión de los pueblos y naciones tiene que ser escogida, no forzada, y mientras no se permita esta expresión, habrá unas continuas tensiones aprovechadas por las derechas de todos los colores para separar a la población española. Lo estamos incluso ahora viendo en la campaña electoral, donde defensores de la uninacionalidad del Estado español están deliberadamente creando divisiones y tensiones entre los distintos pueblos de España, algo a lo que El País y Santos Juliá, como siempre hicieron, contribuyen con su aportación. Así de claro.

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Las mentiras, falsedades y calumnias de Albert Rivera https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/15/las-mentiras-falsedades-y-calumnias-de-albert-rivera/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/15/las-mentiras-falsedades-y-calumnias-de-albert-rivera/#respond Wed, 15 Jun 2016 05:00:21 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3619 Continuar leyendo "Las mentiras, falsedades y calumnias de Albert Rivera"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante'. Anagrama. 2015

Los fundadores de Ciudadanos son bien conocidos en Catalunya. La mayoría proceden de las filas del PP, y su surgimiento está directamente relacionado con el descenso del PP en Catalunya, el cual es hoy un partido residual. El PP tiene poco poder y presencia municipal, comarcal o en el parlamento catalán. La derecha dominante en Catalunya fue el pujolismo, estructurado alrededor de una coalición entre un partido liberal (en términos económicos, neoliberal), Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), y un partido cristianodemócrata, Unió Democràtica de Catalunya (UDC), coalición conocida como CiU. Tal alianza ha estado marcada por la corrupción identificada con el pujolismo, corrupción que era conocida, pero que fue ocultada por los medios de información de Catalunya durante muchos años (presentando la falsa imagen del oasis catalán) y que al conocerse ha contribuido muy notablemente a la desaparición de UDC y al descenso electoral de CDC, forzándoles a refundarse mediante una campaña de marketing.

Fue su gran descenso lo que explica su desesperada y tardía conversión al independentismo (a fin de capitalizar el enfado de un elevado sector de la población de Catalunya con el Estado español), movimiento que asustó al mundo empresarial, que siempre le había dado su apoyo. De esta manera, tal empresariado se quedaba sin sus instrumentos políticos. Esta situación creó un pánico que se incrementó con el surgimiento de nuevas fuerzas políticas en la izquierda, las cuales estaban ganando considerables esferas de poder, comenzando por los grandes municipios de Catalunya, incluyendo Barcelona.

Por qué adquiere gran visibilidad Ciudadanos

 De ahí el grito desesperado de que se necesitaba un "Podemos de derechas", hecho por el presidente del Banco Sabadell, el Sr. Josep Oliu, apoyando a un partido hasta entonces muy minoritario, Ciudadanos, un partido liberal (en realidad, neoliberal) que pertenece a la misma familia política que CDC, la derecha hoy independentista, pero que ha hecho bandera de una visión de Catalunya distinta a la de Convergència, considerándola una región de España, negándole su identidad nacional. Sus orígenes, que radican en el nacionalismo españolista que niega la plurinacionalidad de España, son idénticos a los del PP, y su negativa inicial a condenar la dictadura liderada por el General Franco (que contó con el apoyo del empresariado y la Iglesia de Catalunya) representaba una posición idéntica a la del PP.

Ciudadanos como la gran esperanza del establishment financiero y económico

Ni que decir tiene que los mayores medios de información (excepto los públicos de la Generalitat, controlados primordialmente por CDC), tanto en Catalunya como en el resto de España, les dieron su total apoyo, convirtiéndose en el partido preferido por el IBEX-35, un grupo empresarial que había financiado el blog Nada es gratis, fundado, entre otros, por el Sr. Luis Garicano, hoy jefe del equipo económico de Ciudadanos. Tal partido ha apoyado las reformas laborales que han causado el enorme deterioro del mercado de trabajo, y los recortes del gasto público social que han dañado la protección social y los servicios públicos del Estado del Bienestar. En realidad, es la versión más ortodoxa del neoliberalismo, habiendo propuesto el contrato único, que ningún otro partido de derechas se había atrevido a proponer, contrato que es el que más favorece el despido del trabajador por parte del empresariado, de todas las propuestas hechas.

Como corresponde a la derecha en España, su comportamiento es de una enorme agresividad, mintiendo y manipulando a sabiendas, sin dejar que se les conteste. La derecha interrumpe, insulta y miente a unos niveles que indican una limitadísima cultura democrática. Un ejemplo de ello son las declaraciones que su candidato Albert Rivera hizo en el debate del lunes 13 de junio de los candidatos de los cuatro partidos estatales. Mintió a sabiendas, como hace constantemente en su intento de desacreditar a su adversario (tratándolo como enemigo). Los ejemplos fueron continuos.

Las canalladas de Albert Rivera

Acusó a la alcaldesa de Barcelona de ser independentista, lo cual no es cierto. Y dijo y repitió tal falsedad varias veces. Acusó a la coalición Unidos Podemos de querer la salida de España del euro, acusación que ha hecho de Podemos en el pasado en varias ocasiones. Esta falsedad alcanza niveles de canallada, pues se le ha corregido y mostrado la evidencia que manifiesta lo contrario. En realidad, es muy fácil ver el nivel de vileza al que Albert Rivera es capaz de llegar leyendo el programa de tal coalición. Mírenlo y verán que está mintiendo. Dicha coalición es de varios partidos, uno de los cuales sí apoya la salida del euro. Pero la coalición no la pide. En los gobiernos tripartitos catalanes, presididos por los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, había en la coalición un partido independentista, ERC, pero en ningún momento tal gobierno pidió la independencia. Esta distinción es deliberadamente olvidada y manipulada por tal personaje, que no tiene límites en su calumnia y difamación.

Albert Rivera es lo más próximo a Eduardo Inda que hay en la clase política. Y como Eduardo Inda, también acusó a Podemos de estar financiado por el gobierno venezolano presidido por el Sr. Maduro, acusación que nunca ha sido probada por los que intentaron crear esta percepción, habiendo sido archivada por varios tribunales de justicia por inválida y carente de credibilidad.

Hoy Ciudadanos, la voz del mundo de la gran patronal y del capital financiero, muestra una gran agresividad hacia Podemos, haciendo la función que se le asigna de pararlo. De ahí la coalición que el PSOE hizo con Ciudadanos en el intento de investidura que, lógicamente, Podemos no apoyó. Pero la realidad que Pedro Sánchez ocultó es que hoy hubiera podido ser ya el presidente del gobierno si se hubiera aliado con Podemos y con el PNV, en lugar de aliarse con Ciudadanos. Esta realidad continúa siendo ocultada por los medios y por el aparato del PSOE, que intenta responsabilizar a Podemos de que Pedro Sánchez hoy no sea presidente.

Veo difícil que el aparato del PSOE y sus barones se alíen con Podemos para establecer un gobierno de coalición de las fuerzas progresistas. Pero sería de desear que hubiera una rebelión de sectores del PSOE pidiendo un referéndum entre las bases de tal partido, que predeciblemente escogerían la alianza del PSOE con Podemos sobre otras alternativas, tal como muestran las encuestas, la cuales indican que esta sería la alternativa preferida por la mayoría de la población de España, deseo que entra en conflicto con la voluntad del establishment financiero-económico-mediático-político del país y la gran mayoría de medios de información y persuasión, afines a tales establishments. De ahí que tales medios estén trabajando 48 horas al día para cambiar este deseo y opinión, dando visibilidad y cancha a Albert Rivera y su partido.

El enorme bajón del PP y su gran descrédito explica que hoy la clase dominante de este país haya estado promocionando a su sustituto, Ciudadanos, cuyas políticas económicas y sociales son una mera continuación de las que han estado vigentes en España antes y durante la Gran Recesión, y que han causado un enorme dolor a las clases populares de España.

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¿Qué es patriotismo y qué es España? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/14/que-es-el-patriotismo-en-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/14/que-es-el-patriotismo-en-espana/#respond Tue, 14 Jun 2016 05:00:37 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3612 Continuar leyendo "¿Qué es patriotismo y qué es España?"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país'. Anagrama, 2002

El patriotismo ha sido uno de los sentimientos más utilizados por las derechas de este país a fin de movilizar a la población en defensa de sus intereses particulares. Su supuesto patriotismo ha sido la coartada emocional para justificar las intervenciones del Estado (sobre el cual ejercen una enorme influencia) para mantener sus privilegios, presentando sus acciones como resultado de su supuesto "amor a la Patria". En esta versión, la Patria y los intereses económicos, financieros y corporativos representados por las fuerzas políticas conservadoras y neoliberales (que a nivel de calle se las conoce como las derechas) son categorías y conceptos homologables.

El caso más claro de esta situación en la historia reciente de este país fue el golpe militar patriótico del año 1936 (apoyado por las fuerzas del nazismo alemán y del fascismo italiano, sin cuya ayuda tal golpe no hubiera sido exitoso) que interrumpió la democracia española, presente en la II República. Este golpe tuvo como objetivo principal proteger la propiedad de grupos financieros (como la banca) y empresariales (como  los grandes terratenientes y la gran patronal), así como de grupos corporativos (como la Iglesia y el Ejército) cuyos beneficios habían sido reducidos por las reformas realizadas y/o propuestas por el gobierno republicano popular, medidas que afectaron también a las clases sociales pudientes, que dominaban la vida política y mediática del país, de las cuales los grupos e instituciones citados anteriormente formaban parte.

¿Qué quería decir "salvar la Patria" en el golpe militar supuestamente patriótico de 1936?

El eslogan de los golpistas era la llamada patriótica a "salvar la Patria Española" de los "rojos" y "separatistas", identificando la Patria con sus intereses. Tal golpe estableció, al resultar vencedores los golpistas (en parte como consecuencia de la falta de ayuda militar procedente de los otros países europeos, excepto la Unión Soviética, que sí ayudó), una de las dictaduras más sangrientas que existieron en la Europa Occidental en el siglo XX. Según el mayor experto en fascismo europeo, el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia de la ciudad de Nueva York, por cada asesinato político que cometió el régimen fascista liderado por Mussolini, el régimen dictatorial del General Franco cometió 10.000. En total, más de 400.000 militares y civiles perecieron en aquel conflicto, originado por aquel supuestamente patriótico golpe militar. Y todavía hoy España es el país del mundo, después de Camboya, que tiene mayor porcentaje de personas desaparecidas por motivos políticos, el paradero del los cuales es todavía desconocido.

Dicho régimen dictatorial era consciente de que tenía a la mayoría de la población en contra, lo cual explica que el terror fuera una política de Estado (terror aplicado para salvar la Patria), alcanzando unas dimensiones que se han definido correctamente como genocidio. Fue un genocidio de clase, en contra de la clase trabajadora y de las clases populares, realizado en defensa de los privilegios de unas minorías que controlaban aquel Estado. Fue un régimen enormemente represivo y corrupto dirigido por un General responsable del mayor número de asesinatos de españoles de la historia de este país, un General, además, enormemente corrupto como bien se ha documentado. Es una desvergüenza nacional que este personaje tenga todo un monumento nacional.

¿Qué quería decir la defensa patriótica de la "unidad de España"?

La justificación del golpe militar patriótico fue mantener la "unidad de España", unidad que, por cierto, nadie estaba cuestionando, pues las voces que supuestamente abogaban por su ruptura estaban, en realidad, deseando establecer otra visión de España, que fuera plurinacional, donde se respetaran los distintos pueblos y naciones unidos por consenso democrático y no por la fuerza militar. El Presidente de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys, definido por los golpistas como secesionista y asesinado por ello, no era separatista. En realidad fue en su día director de una revista llamada Nueva España, y lo que proponía era una redefinición de España, pidiendo la federación de sus distintos pueblos y naciones, reflejando la diversidad que la enriquece.

En realidad, las dos fuerzas mayoritarias de las izquierdas españolas, el PSOE y el PCE, durante la lucha en contra de la dictadura, defendieron esta visión plurinacional de España, incluyendo el derecho de cada una de sus naciones a decidir sobre su articulación dentro del Estado español. Tal derecho a decidir fue abandonado por la oposición del Ejército y del Monarca durante la Transición, proceso de transición que se desarrolló bajo su supervisión y con un gran domino de las fuerzas conservadoras que controlaban el Estado y que configuraron el producto final, incluso el redactado de la Constitución. Ni que decir tiene que las izquierdas y otras fuerzas democráticas también pudieron dejar su imprimátur en dicho documento, pero el desequilibrio de fuerzas en el periodo de transición era tal que las derechas tenían mucho más poder e influencia sobre el Estado que las izquierdas, que acababan de salir de la clandestinidad. Y ello quedó reflejado en el documento llamado Constitución. Cuando las derechas, así como El País (y el PSOE) hablan de patriotismo constitucional, están, en realidad, promoviendo una perpetuación de las relaciones de poder desequilibradas, sintetizadas en aquel documento, producto de un proceso en el que las derechas tenían mucho poder y las izquierdas muy poco. La Constitución tiene elementos positivos, pero también otros muy negativos de difícil cambio debido al sesgo enormemente favorable a las derechas que determina la configuración del Senado, que tiene la clave del cambio constitucional. Ahora bien, muy difícil no quiere decir imposible, pero el sesgo está bien claro como resultado de aquel desequilibrio de fuerzas al que hice referencia antes en mi observación sobre la Transición.

Los enormes costes de este tipo de patriotismo y de esta visión de España

El dominio del Estado dictatorial por parte de las fuerzas conservadoras fue la mayor causa del enorme retraso económico, social, político y cultural de España. Cuando ocurrió el golpe militar patriótico en 1936, España tenía un nivel de desarrollo y riqueza (medida por el PIB per cápita) semejante al que tenía Italia. Al final de la dictadura, casi cuarenta años más tarde, España tenía un PIB (indicador del nivel de riqueza) per cápita que era solo el 64% del de Italia. Y el Estado del Bienestar era, el año de la muerte del dictador, 1975, uno de los menos financiados en Europa (junto con Grecia y Portugal, que habían sido también gobernados por dictaduras ultraconservadoras). Estas fueron las consecuencias del patriotismo de derechas, que antepuso la defensa de sus privilegios a los intereses de la mayoría de la población. El domino de las derechas sobre el Estado español explica pues, como ya indiqué, el gran retraso económico, político y social de España, que incluso continúa en el día de hoy, siendo España uno de los países que tiene el gasto social por habitante más bajo de la UE-15 (el grupo de países con un nivel de desarrollo similar al español), y ello a pesar de los indudables progresos conseguidos durante sel periodo democrático (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006).

La otra España y el patriotismo popular

Frente a este patriotismo de las derechas ha existido siempre otra visión de España y de la Patria, la cual identifica Patria con la gente normal y corriente, y patriotismo con la defensa de sus intereses. Desde esta perspectiva, patriotismo era y es el sentido de pertenencia a un colectivo que a través del ejercicio de su soberanía configura y desarrolla su propia identidad. Patriotismo popular es, pues, a diferencia del patriotismo elitista, el garantizar y expandir la calidad de vida de la población, constituida en los diferentes pueblos y naciones existentes en España (respetar esta diversidad no es lo mismo, como maliciosamente presentar los sostenedores del patriotismo de derechas, conseguir privilegios especiales).

En esta visión, un acto patriótico es, por ejemplo, establecer programas universales de atención sanitaria a la población, o garantizar la buena educación a toda la infancia, adolescencia, adultos y personas de edad avanzada, o ayudar a las familias en su desarrollo, o asegurar una jubilación digna a todos los ciudadanos cuando, por razones de edad o de lo que fuera, una persona se retira de su trabajo, o facilitar que todo ciudadano tenga un trabajo satisfactorio y bien remunerado, y así una larga lista de compromisos e intervenciones que ayudan a crear una conciencia de identidad, pertenencia y soliaridad. Esta visión surge de una concepción del poder derivada de la soberanía popular y entra en conflicto con la otra visión casi mística del concepto de Patria, en la que esta es identificada con los intereses particulares de los grupos económicos, financieros, políticos, corporativos y mediáticos dominantes.

La visión popular de la Patria y el patriotismo se construye siendo parte integrante de la formación de la colectividad, en contraposición con el concepto elitista de Patria de las derechas, que la identifican con símbolos, narrativas e instituciones que se equiparan con las estructuras del poder. Es un síntoma saludable que esta visión popular, profundamente democrática, que había caracterizado la visión de España del patriotismo de las izquierdas, sea recuperada ahora por los herederos del 15-M, contraponiéndola a la visión elitista de derechas que domina en los establishments políticos y mediáticos del país. El 15-M era una denuncia del sistema democrático español precisamente por su falta de democracia ("no nos representan") como consecuencia del maridaje entre el poder financiero y económico por un lado, y el poder político y mediático por el otro. Sus eslóganes hablaban claro. "Esta España no es nuestra España", y llevaban razón.

La utilización, de nuevo, del argumento de la defensa de la "unidad de España"

Predeciblemente, estamos viendo una enorme resistencia y hostil oposición a la redefinición de España, que incluye el derecho a  decidir, derecho apoyado por la gran mayoría de la población de Catalunya. Según las sucesivas encuestas, unos porcentajes elevados de la población que vive en Catalunya desean ejercer tal derecho. Derecho a decidir implica, naturalmente, el derecho a escoger, siendo una de las alternativas la de la secesión de Catalunya de España. Pero no es la única alternativa. Esta resistencia a esta posibilidad es justificada por parte de los establishments políticos y mediáticos españolistas porque asumen que ello conllevaría la secesión de Catalunya (oposición al referéndum es, según ellos, oposición a la secesión). Es interesante indicar que este supuesto asume que la mayoría de los catalanes desean separarse de España, lo cual las encuestas señalan que no es cierto. Pero no deja de ser interesante que tales establishments asuman este deseo de separación, pues, si eso fuera cierto, están –con su negativa a permitir tal derecho a elegir- decidiendo continuar con la situación actual a base de fuerza militar (garantizada por el Ejército, según declara la Constitución), pues parecen admitir que el deseo de los catalanes es separarse, pero no tienen que permitirles que lo hagan, percepción que precisamente es la mayor causa del crecimiento del independentismo. La mejor manera de prevenir la secesión es, precisamente, hacer el referéndum, con la plena expresión democrática. Ni que decir tiene que, en el caso improbable de que la población catalana mostrara un claro apoyo mayoritario por la secesión (posibilidad que yo creo que sería menor si se permitiera la plena expresión democrática del sentir de la población catalana, pero que sería más que probable en el caso de que la intolerancia antidemocrática continuara por parte del Estado español), tal deseo de separación de Catalunya debería consensuarse con el Estado español.

En realidad, este Estado está siendo cuestionado por fuerzas progresistas a lo largo del territorio español que comparten con las fuerzas de izquierdas progresistas de Catalunya la visión plurinacional, habiéndose establecido una alianza y coalición con Podemos e IU (que a su vez comparten esta visión plurinacional) que probablemente, en su acción coordinada, expresada democráticamente, permitirá y forzará un cambio. Hoy los deseos de justicia social (con la exigencia de un cambio y reversión de las nefastas políticas de austeridad) y de democracia van de la mano en esta redefinición de España.

El limitado compromiso de las derechas con la soberanía popular

Esta defensa de los intereses de la mayoría (y no solo de la minoría) de la población exige una concepción más popular y extensa del patriotismo, homologándola al concepto de soberanía popular. La falta de sensibilidad hacia esta soberanía popular es lo que ha ocurrido en dos sentidos. Uno es el claro abandono de la soberanía en el apoyo por parte del PP, Ciudadanos y CDC a los tratados de libre comercio, como el TTIP (que favorecen predominantemente a los grupos financieros y  empresariales, representados por las derechas, pero perjudican a la mayoría de la población). Anteponer los intereses minoritarios sobre los mayoritarios es un ejemplo claro de falta de patriotismo, imposibilitando el ejercicio de la soberanía popular, al trasladar las decisiones a niveles supranacionales, lejanos e indiferentes a tal soberanía. Y otro ejemplo de la violación de los derechos de decisión y soberanía popular es también la práctica de las derechas (PP, Ciudadanos y Convergència) de mostrar una gran docilidad hacia el gobierno alemán (representante del capital financiero alemán) y sus políticas neoliberales, y ello para beneficio del capital financiero y la gran patronal españoles, que se benefician de las políticas impuestas por aquel gobierno y por el español, que representan los mismos intereses dentro de la Eurozona. Y ahí está el quid de la cuestión. Pero, mírese como se mire, es difícil sostener que las derechas en España puedan hoy presentarse como las fuerzas patrióticas que la han salvado. En realidad, si España es, como debería verse, la suma de las poblaciones (de las cuales la mayoría son las clases populares) de sus distintos pueblos y naciones, entonces es fácil de ver que su compromiso con España tiene escasa credibilidad, pues sus políticas públicas la han dañado enormemente, tanto en su calidad de vida como en su integridad. Así de claro.

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La coalición Unidos Podemos tiene que ser más que un “casamiento de conveniencia” https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/10/la-coalicion-unidos-podemos-tiene-que-ser-mas-que-un-casamiento-de-conveniencia/ Fri, 10 Jun 2016 05:00:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3609 Continuar leyendo "La coalición Unidos Podemos tiene que ser más que un “casamiento de conveniencia”"]]> Por Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama 2015

Los que conocen mi trabajo y mis escritos saben que no se me da ni la hipérbole, ni la exageración ni el insulto. De ahí que espero que se me crea cuando digo que estamos en estos días frente a una ocasión histórica, pues las próximas elecciones del 26 de junio pueden abrir la posibilidad de que ganen las fuerzas progresistas comprometidas con un cambio sustancial que termine lo que se inició en la transición de la dictadura a la democracia, definida erróneamente como modélica. El enorme dominio que las fuerzas conservadoras tuvieron en aquel proceso, resultado del gran desequilibrio de fuerzas que existía en aquel momento (en el que las derechas -herederas de las fuerzas que realizaron el golpe militar de 1936, y que establecieron una de las dictaduras más sangrientas que hayan existido en Europa- controlaban el Estado y la mayoría de los medios de comunicación, mientras que las izquierdas -que habían liderado las fuerzas democráticas- estaban apenas saliendo de la clandestinidad, de la cárcel donde habían estado presos, o del exilio), se refleja en el producto que salió de aquel proceso: una democracia muy incompleta (con un sesgo muy marcado a favor de las fuerzas conservadoras que continuaron controlando la gran mayoría de los aparatos del Estado) y con un Estado del Bienestar muy poco desarrollado (con uno de los gastos públicos sociales per cápita más bajos de la UE-15, el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al de España). Ni que decir tiene que en el nuevo periodo democrático se hicieron muchos cambios, y muy en especial durante los gobiernos del PSOE que, siguiendo la tradición socialdemócrata en Europa, expandieron los servicios públicos del Estado del Bienestar (tales como el establecimiento del Sistema Nacional de Salud), muy poco desarrollados en este país. Mucho se hizo, pero mucho quedaba por hacer. Y lo que no se hizo se debió, en parte, a la aceptación e integración del PSOE en el aparato del Estado, convirtiéndose en el mayor pilar, después del PP, de aquel Estado, un Estado pobre (los ingresos al Estado español son de los más bajos de la UE-15), con escasa conciencia social (el gasto público social como porcentaje del PIB, que incluye el gasto público en sanidad, educación, servicios sociales, vivienda social, escuelas de infancia o servicios domiciliarios, entre otros, es también de los más bajos de la UE-15), muy poco redistributivo (el impacto de las transferencias públicas en el porcentaje de la población en riesgo de pobreza es de los menos eficaces y menos redistributivos en la UE-15) y uninacional (es decir, que niega su plurinacionalidad). Estas grandes deficiencias se acentuaron durante la Gran Recesión (2007-2015) bajo el mandato del gobierno del PSOE y más tarde del gobierno del PP (y bajo el mandato de CiU primero y de Convergència después en Catalunya), los cuales llevaron a cabo políticas sumamente impopulares que pertenecían a la sensibilidad neoliberal.

El rechazo popular a las políticas neoliberales

Era, pues, de esperar que surgiera un movimiento de rechazo hacia este Estado que, como consecuencia del maridaje entre los poderes económico y financiero por un lado, y las instituciones representativas y mediáticas por el otro, había diluido su vocación y función de representatividad. El eslogan "no nos representan" del movimiento 15-M reflejó muy bien esta percepción generalizada, de manera que el 82% de la población lo compartió. El otro eslogan "no hay pan para tanto chorizo" denunciaba la corrupción resultado de aquel maridaje, y que fue especialmente acentuada en el Partido Popular, el heredero de las derechas que habían dominado la dictadura fascista y que continuaron las prácticas corruptas que caracterizaron aquella dictadura dirigida por el gran corrupto y corruptor, el General Franco.

Era lógico que dicho movimiento, el 15-M, diera pie también a varios partidos políticos a lo largo del territorio español que, a su vez, radicalizaron a otros ya existentes. La alianza de estos partidos podría ganar las próximas elecciones, sobre todo si parte de las bases electorales del PSOE, simpatizantes con esta demanda generalizada de cambio y ruptura con las políticas neoliberales (que han sido impuestas, por el gobierno Zapatero y por el gobierno Rajoy, y que no estaban en sus ofertas electorales), fuerzan un cambio en su dirección, impidiendo, con su apoyo a la coalición progresista, que continúe gobernando el Partido Popular.

Requisitos para el cambio real de España

Pero para que el cambio real ocurra hace falta, en primer lugar, movilizar a toda la población, que en gran parte estaba de acuerdo con los eslóganes del 15-M, para ganar las elecciones. Pero, por importante que ello sea, no será suficiente con ganar las elecciones. La alianza y coalición electoral de las distintas fuerzas y movimientos políticos progresistas es necesaria y también muy importante, pero no es suficiente. Lo que se necesita es mucho más que una coalición electoral o, como algunos han dicho, mucho más que "un casamiento de conveniencia". La oposición al cambio va a ser enorme. La derecha (que en España se define como el centro) es la heredera de los que ganaron la Guerra Civil, y se les nota. Su cultura democrática es escasísima, como su práctica diaria atestigua. Véase la cobertura mediática de las elecciones por parte de El País, donde, sistemáticamente, manipulan e insultan a la coalición Unidos Podemos, y sobre todo a su candidato, Pablo Iglesias, presentado como el enemigo (no adversario, sino enemigo) nº 1 de España. Intentan atemorizar a la población, definiendo el programa electoral de tal coalición como extremista, homologando además la victoria de tal coalición con la desunión de España. Es difícil alcanzar niveles más extremos de mala leche.

Estas acusaciones realizadas por El País y por los mayores rotativos del Estado ocultan que las políticas que han apoyado tales rotativos han causado a las clases populares un dolor sin precedentes en el periodo democrático. Sus políticas supuestamente "moderadas" y "realistas" han puesto a 13,5 millones de españoles en riesgo de pobreza y exclusión social, tres millones más que cuando se inició la crisis, siendo el crecimiento de tal situación el mayor de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al de España). Ello significa que 1 de cada 3 niños y 1 de cada 4 jóvenes están en esta situación. Y así un largo etcétera.

Y mientras, acusan al programa económico de Podemos (que intenta parar este desastre) de "extremista" y "utópico", aun cuando atestiguo, como uno de los economistas que definieron el marco en el cual se desarrolló el programa de Unidos Podemos, que es un programa de claro corte socialdemócrata (cuando los partidos socialdemócratas eran socialdemócratas). En realidad, habiendo asesorado a todos los gobiernos socialistas durante el periodo democrático, me alejé de tales gobiernos al distanciarse estos, en su respuesta a la crisis, de tal tradición. La ausencia de autocrítica del PSOE es una causa de la enorme decepción que los jóvenes han mostrado hacia este partido. Su dirección forma parte del establishment responsable de tanto dolor. De ahí la importancia que las bases de tal partido se rebelen frente a su dirección y se opongan al apoyo de su partido a la continuación de las mismas políticas neoliberales realizadas por el gobierno del PP y por el gobierno del PSOE, y aplaudidas por Ciudadanos.

Hoy, la estrategia electoral del PSOE es presentar a Unidos Podemos, y muy en particular a su dirigente, Pablo Iglesias, como responsable de que hoy todavía gobierne en España el Partido Popular, ocultando que fue precisamente el PSOE el que se opuso a una coalición antiausteridad, con mayoría de izquierdas, que era enormemente factible, y que fue descartada, aliándose en su lugar con Ciudadanos, el partido neoliberal que es una versión modificada del PP, partido con el cual Ciudadanos quería establecer una alianza. Es un indicador de que el PSOE no conoce lo que ocurre en el país, que asumiera que Podemos podía aceptar este pacto PSOE-C’s. Y hoy todo el establishment político-mediático intenta demonizar a Pablo Iglesias, responsabilizándole de la continuidad de Rajoy en el gobierno.

La necesaria movilización

 Hay que recordar que el gran error de las izquierdas en la primera transición fue la desmovilización de las grandes manifestaciones que, lideradas por el movimiento obrero, forzaron el fin de la dictadura. Desde 1974 hasta 1978 España tuvo el mayor número de huelgas políticas (ilegales) y manifestaciones sociales, a nivel de calle, que se haya visto en Europa durante la segunda mitad del siglo XX. Fue un gran error de las izquierdas centrarse única y exclusivamente en la vía electoral (donde precisamente los aparatos y partidos de izquierdas eran muy débiles), abandonando, cuando no desalentando, tales movilizaciones populares.

De ahí la importancia de que la sociedad civil esté viva y agitada, pues la oposición al cambio por parte del establishment político-mediático del país será enorme (y la represión será acentuada). De ahí que se remarque la necesidad de desarrollar una unidad de acción (unidad respetando la diversidad, pues no hay que confundir unidad con uniformidad), generando una cultura de acción común, lo cual requiere mucho más que un "casamiento de conveniencia". Es necesaria una continua unidad de acción.

Y para que ello ocurra, es necesario que los equipos de los distintos partidos que están unidos en alianza no desmovilicen a los movimientos sociales que en su día generaron o fueron beneficiarios de ellos. La vía parlamentaria es esencial, pero debe ir complementada e incluso generada por una participación y movilización máxima de las clases populares en su enorme diversidad de dimensiones. Centrase en la vida parlamentaria tiene estos riesgos. Es, pues, necesario diseñar ya, ahora, la intervención y conexión de estos movimientos con el grupo parlamentario de tal coalición. En España hay un enorme déficit de cultura progresista transversal que permita aunar y celebrar esfuerzos partidistas. El conseguir un apoyo mayoritario quiere decir que, por definición, hay una gran variedad de sensibilidades en la coalición electoral y las bases que la apoyan. El punto común debería ser el programa y la confianza en los instrumentos que canalicen estos esfuerzos a nivel político. Pero es el programa, y no la ideología, lo que debería cohesionar tales alianzas. Y ya en la campaña electoral hacer actos conjuntos de todas las sensibilidades, partidos y movimientos, desarrollando un espíritu de colegialidad y fraternidad dentro de un proyecto común.

En este esfuerzo, el reto en la coalición Unidos Podemos es cómo conjugar dos culturas distintas. Una siempre mantuvo el compromiso con el cambio profundo del país, incluso en tiempos muy difíciles. De ahí que, como consecuencia de la agresividad y discriminación que sufrió, haya desarrollado una cultura de resistencia necesaria para sobrevivir, pero que debe abrirse tanto en su narrativa como en su actitud hacia el resto de la sociedad, puesto que su cultura de resistencia puede distanciarla de los sectores mayoritarios de la población. Y la otra cultura está, al contrario, caracterizada por una enorme abertura y flexibilidad, limitada en su experiencia, no solo de gobierno, sino de conjugar la representatividad parlamentaria con una cultura asamblearia. Estas dos culturas, y otras, necesitan desarrollar muchos elementos en común para dar pie a relaciones, repito, fraternales, sintiéndose parte de un mismo proyecto definido en su programa de profunda transformación. Y la experiencia ya existe. Los ayuntamientos gobernados por tales coaliciones han mostrado claramente que son posibles otras políticas públicas mucho más afines a beneficiar a las clases populares que las que han sustituido. Y la evidencia esta allí para los que quieran verlo.

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Contestación a Susana Díaz: ¿Qué es la socialdemocracia? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/08/contestacion-a-susana-diaz-que-es-la-socialdemocracia/ Wed, 08 Jun 2016 05:00:19 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3598 Continuar leyendo "Contestación a Susana Díaz: ¿Qué es la socialdemocracia?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universitat Pompeu Fabra, y autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante' (Anagrama, 2015)

La Presidenta de Andalucía, que provisionalmente apoya al candidato del PSOE para la presidencia del gobierno español, el Sr. Pedro Sánchez, acusó a Podemos en general, y a Pablo Iglesias en particular, de haberse presentado en un denunciable ejercicio de camuflaje como la nueva socialdemocracia, subrayando que el socialdemócrata de verdad es el PSOE, siendo Podemos un impostor. Y como un indicador de tal impostura señaló que Marx y Engels –presentados por Pablo Iglesias como socialdemócratas- no habían sido en realidad socialdemócratas. Esta declaración por parte de una persona (Susana Díaz) que aspira a ser la Secretaria General del PSOE es sorprendente y preocupante. Marx y Engels fueron  fundadores del proyecto político encaminado a establecer el socialismo, objetivo que podía alcanzarse bien a través de la vía democrática (los orígenes de la socialdemocracia), o bien a través de la vía revolucionaria (el marxismo leninismo o comunismo). Ambas tradiciones políticas han estado basadas en el marxismo, y por lo tanto ambas pueden atribuirse el haber establecido sus bases ideológicas en los escritos de tales autores. Es más, incluso cuando el PSOE renunció al marxismo como ideología de partido, promovió en sus escritos mantenerlo como instrumento de análisis crítico y teórico (véanse los documentos del Congreso Extraordinario de 1979).

La vía leninista se realizó más en los países subdesarrollados (la Unión Soviética, China o Cuba, entre otros) que en los países desarrollados, donde la vía socialdemócrata fue la que prevaleció. En Europa, el Estado del Bienestar (componente importante del socialismo) se alcanzó por la vía democrática, siendo la socialdemocracia uno de los máximos responsables del desarrollo de la Europa Social. Alcanzó su máximo desarrollo en los países escandinavos, que fueron gobernados durante la mayor parte del periodo 1945-1990 por partidos socialdemócratas aliados con partidos comunistas y/o verdes y/o agrarios. Quisiera acentuar que el motor de tal proyecto siempre fue el de desarrollar una sociedad en la que se distribuyeran los recursos según el principio de "a cada persona según su necesidad, y de cada persona según su habilidad y capacidad", necesidad y habilidad definidas democráticamente. Hoy tales países, gobernados por la socialdemocracia durante más tiempo (los países escandinavos), son los países que tienen menos desigualdades de clase y de género, mayor gasto público social por habitante, mayor progresividad fiscal, y cuyo Estado es más redistributivo, más transparente y más participativo. Son también, por cierto, los Estados más descentralizados con mayor protagonismo del poder local y municipal (ver Democratic Class Struggle, de Walter Korpi).

¿Qué ha pasado con la socialdemocracia española?

 El PSOE ha sido, durante el período democrático, el partido que más ha expandido el Estado del Bienestar, históricamente poco desarrollado y poco financiado. Pero su adaptación al Estado heredado de la dictadura tuvo costes elevados, incluyendo su moderación. Y su integración en el establishment político-mediático significó su acatamiento y complicidad con los establishments financieros y económicos, que solidificaron su creciente moderación, abandonando en su camino muchos principios y muchas demandas, y convirtiéndose en una organización cada vez más vertical, autoritaria y poco democrática. Y lo sé porque lo vi con mis propios ojos.

Desde que volví del exilio he asesorado a todos los gobiernos progresistas (a nivel estatal, autonómico y local) que me lo han pedido. Y en esta condición he asesorado a todos los gobiernos socialistas que ha habido durante el período democrático, sobre todo en áreas de política social, pero también en áreas de políticas económicas. Creo que contribuí sustancialmente al establecimiento del cuarto pilar del Estado el Bienestar (ver mi artículo "El cuarto pilar del Estado del Bienestar", Público, 15.10.09).

Ahora bien, mi distanciamiento apareció a raíz de la respuesta que el gobierno Zapatero le dio al inicio de la crisis. Fue entonces cuando se interrumpió mi relación de asesoría al PSOE, pues su respuesta era típica del pensamiento neoliberal, equivocándose en su diagnóstico y en sus recetas. Y dentro del PSOE fue la victoria de los liberales, liderados en parte por Jordi Sevilla, al cual conocí bien, y con el cual tuve muchos desacuerdos debido a su postura explícitamente liberal. Fue bajo su consejo que Zapatero indicó que bajar impuestos era de izquierdas (ver mi artículo " El referéndum es una excusa del PSOE y de las derechas para que no se establezca un gobierno de izquierdas", Público, 18.02.16). Hoy dirige el equipo económico del Sr. Pedro Sánchez. En su respuesta a la Gran Recesión el PSOE dejó definitivamente de ser socialdemócrata, y antepuso el proyecto liberal al proyecto socialdemócrata. Ello era fruto y consecuencia del maridaje entre el aparato del PSOE y el establishment financiero-económico.

Continué colaborando con la revista Temas para el debate, dirigida por lo que se llamaban "guerristas", que subrayaban el deseo de estar abiertos, dar la bienvenida y ofrecer colaboración a todas las voces críticas de izquierdas, reputación que no respetaron cuando me vetaron por escribir un artículo crítico con la respuesta del PSOE a la crisis (ver "La ausencia de la necesaria autocrítica en la socialdemocracia", Público, 13.05.14). Antes había tenido ya tensiones por un artículo escrito donde había defendido una visión plurinacional y no jacobina de España. Su tolerancia hacia tal artículo fue nula, dentro de una sensibilidad (la guerrista) que consideraba que el presidente socialista de la Generalitat, José Montilla, y la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, estaban "contaminados de nacionalismo". Y ahí está el problema. No hay izquierda hoy dentro del aparato del PSOE. Este partido es un aparato, parte de la casta, que está defendiendo sus intereses de aparato a ultranza. Es sorprendente la falta de diversidad y debate dentro del PSOE, y también la falta de protesta entre sus bases por su comportamiento. De ahí la interrupción de mi colaboración y asesoramiento. Conocí a gente excelente pero que escogieron permanecer en silencio, por un sentido de lealtad mal aplicado. Las bases del PSOE son claramente de izquierdas, y el gran retroceso electoral de la socialdemocracia en España y en Europa se debe precisamente a la adaptación al neoliberalismo por parte de tales aparatos. El último caso es lo que está sucediendo en Francia.

La aparición de Podemos y mi asesoramiento a tal partido

 Debido a lo narrado anteriormente era, pues, lógico que saludara con gran alegría el 15-M, cuyo éxito fue debido a que pudo comunicarse con las clases populares, canalizando su descontento. Sus demandas no eran demandas a favor de la revolución socialista o del fin del capitalismo. Influenciadas por la Primavera Árabe, sus demandas eran mucho más sencillas y mucho más amenazantes para la estructura de poder. Cuando rodearon las Cortes Españolas y el Parlament de Catalunya (en mi presencia, pues me habían invitado a dar una charla en tales actos) pedían democracia, una demanda que implicaba una denuncia precisamente de la falta de democracia en las instituciones representativas del país. Sus eslóganes fueron muy populares. "No nos representan" lo decía todo. Y el 82% de la población española estaba de acuerdo. "No hay pan para tanto chorizo" era otro eslogan, también muy popular, que señalaba la extendida corrupción del Estado, basada en el maridaje entre el poder financiero y económico por un lado y el poder político-mediático por el otro.

Fue precisamente la certeza del diagnóstico por un lado, y la sencillez y accesibilidad de su discurso por el otro, lo que explica su enorme capacidad de movilización. Y utilizaron ampliamente el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España (escrito por Juan Torres, Alberto Garzón y yo mismo) como un punto de referencia. El libro mostraba, por ejemplo, que Zapatero congeló las pensiones cuando podría haber conseguido más dinero manteniendo el impuesto de patrimonio o anulando la rebaja del de sucesiones, o que Rajoy podía haber revertido la bajada del impuesto de sociedades de las empresas que facturaban 150 millones de euros al año y que representaban menos del 0,12% de todas las empresas, consiguiendo con ello casi el mismo dinero que el que consiguió recortando 6.000 millones de euros de la sanidad pública. Se habrían evitado los recortes si hubieran seguido las alternativas que nosotros sugeríamos. Estos datos, fácilmente entendibles, mostraban claramente la falsedad del argumento de que no había alternativas, argumento utilizado por la estructura del poder para defender políticas sumamente impopulares. Se mostraba así que el PSOE había dejado de ser socialdemócrata. Y es ahí donde el maridaje entre el aparato del partido y los lobbies financieros y económicos apareció en toda su crudeza, en la aplicación de las políticas de austeridad y de reforma laboral que inició el gobierno del PSOE, y que más tarde el gobierno del PP continuó y expandió.

Hacía falta una nueva fuerza política basada en el rechazo a tales políticas, y que recuperara el proyecto de establecer una sociedad más justa y más solidaria que había sido abandonado por el PSOE. Era, pues, predecible que nos invitaran a mí, junto con el profesor Juan Torres, autores del libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España junto con Alberto Garzón, para que los dos escribiéramos el marco estratégico de sus políticas económicas. Y así surgió "Un proyecto económico para la gente" (ver el documento "Democratizar la economía para salir de la crisis mejorando la equidad, el bienestar y la calidad de vida. Una propuesta de debate para solucionar los problemas de la economía española"). Este plan era de clara sensibilidad socialdemócrata, con acento escandinavo. El programa final de Podemos, y ahora el de Unidos Podemos, encaja, en su gran mayoría, con este marco que definimos.

Referirse a tal propuesta como bolivariana, utópica, irrealizable, y otros epítetos, define más al que insulta que al insultado. Es absurdo, demagógico y profundamente deshonesto. Ellos lo saben, y deberían avergonzarse de tanto insulto. En mi vida he asesorado a muchísimos gobiernos, desde los gobiernos Allende y Fidel Castro (en su reforma sanitaria), por un lado, a los gobiernos socialdemócratas suecos, a la Casa Blanca (en la reforma sanitaria dirigida por la Sra. Clinton), al gobierno Felipe González, así como al tripartito de Pasqual Maragall. Y nunca había encontrado tanta hostilidad (casi odio) como en el caso de este programa, consecuencia de que las derechas (y ahora el PSOE) tienen una cultura democrática muy limitada.

En defensa de Pablo Iglesias

 Y aprovecho para defender a Pablo Iglesias, hoy considerado no el adversario, sino el enemigo nº 1 del establishment financiero-económico-político-mediático del país. El grado de odio expresado hacia Podemos en general, y hacia Pablo Iglesias en particular, es extremo y, francamente, repugnante. Léanse el editorial de El País del pasado domingo 5 de junio, y verán lo que digo. Me apena que profesionales que respeto de ese rotativo hayan permanecido callados delante de tanta mala leche y bajeza. Y verán que pronto los Eduardo Indas de turno "descubrirán" que Pablo Iglesias estuvo envuelto en el asesinato del presidente Kennedy.

Se habla constantemente de la agresividad de Pablo Iglesias hacia el PSOE, con la famosa ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­"cal viva" refiriéndose a Felipe González. Pero no se dice que esta expresión de Pablo Iglesias fue en respuesta a la gran agresividad de Pedro Sánchez, expresada minutos antes en el debate parlamentario, cuando acusó a Podemos de apoyar a ETA, y solo un par de días después de que Felipe González acusara a Podemos de recibir dinero y apoyar a un gobierno dictatorial peor que el liderado por el General Pinochet. Es difícil alcanzar un nivel más alto de mala leche. Y El País nunca se ha referido a la agresividad de tales señores, a los cuales Pablo Iglesias respondía. Y ya no digamos de La Razón o el ABC.

Habiendo demonizado a Pablo Iglesias, ahora la estrategia del PSOE es centrarse en Pablo Iglesias como el responsable directo de que Rajoy continúe en el gobierno, ocultando que había otra alternativa, la alianza de las izquierdas con el PNV, que hubiera terminado con las políticas neoliberales, nefastas para este país.

Una vez más se utiliza la llamada a la Unidad de España para defender intereses financieros y económicos específicos  

La realidad es que la llamada a la Unidad de España se repite una vez más para defender los intereses económicos y financieros que resultarían afectados por la aplicación de las políticas socialdemócratas que propone ahora Unidos Podemos. Hoy el tema nacional y el tema social están íntimamente ligados. Son los que defienden la España uninacional los mismos que están aplicando las políticas neoliberales que dañan a España. Pero otra versión de España, la España plurinacional, está surgiendo desde la periferia hasta el centro. La alianza de todas estas fuerzas, reflejada en la alianza Unidos Podemos, representa una gran posibilidad de cambio profundo en España, revirtiendo las políticas neoliberales que han sido tan dañinas para la calidad de vida y el bienestar de las clases populares de este país.

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La crueldad y/o incompetencia del Banco de España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/07/la-crueldad-yo-incompetencia-del-banco-de-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/07/la-crueldad-yo-incompetencia-del-banco-de-espana/#respond Tue, 07 Jun 2016 05:00:14 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3585 Continuar leyendo "La crueldad y/o incompetencia del Banco de España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universidad Pompeu Fabra. Ex Catedrático de Economía, Universidad de Barcelona. Autor, junto con Juan Torres, del libro 'Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero'

En un momento de gran descrédito de las políticas públicas neoliberales que se han estado imponiendo (y digo imponiendo, pues no estaban en los programas electorales de los partidos gobernantes) en los países de la Eurozona, incluyendo España, el Banco de España (el Vaticano del neoliberalismo en este país), que actúa más como el lobby de la banca privada que como un banco central, acaba de publicar un informe sobre la situación económica de España en el que, una vez más, aparece el mismo recetario de propuestas que se han ido aplicando durante todos estos años de gobernanza del país por parte del Partido Popular, y que ha tenido unas consecuencias desastrosas para el bienestar de las clases populares (que han sufrido enormemente con la aplicación de tales políticas). Hoy, una de cada tres personas menores y cuatro de cada diez jóvenes están en riesgo de pobreza, siendo esta tasa de riesgo de pobreza seis puntos por encima de la media europea. Casi el 40% de las familias monoparentales están también en situación de riesgo de pobreza.

Completando esta fotografía deprimente de la realidad, nos encontramos con un gran deterioro del Estado del Bienestar. Es ampliamente reconocido que los servicios públicos como la sanidad y la educación se han deteriorado como resultado de los "recortes" del gasto público. Los salarios han bajado y la precariedad ha subido como consecuencia de las reformas laborales, sin que aumentara el porcentaje de la población ocupada, habiendo alcanzado España el nivel más elevado de desempleo en la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al español) después de Grecia. El salario mínimo (en porcentaje sobre el salario medio) está muy por debajo de la media europea.

Pero al impacto sumamente negativo sobre el bienestar y calidad de vida de las clases populares que han tenido las políticas promovidas por el Banco de España y por el gobierno Rajoy, hay que sumarle el enorme daño al quehacer económico. El Estado español, que estaba en superávit cuando se inició la crisis (2007), y que tenía una deuda pública de solo algo más de un 30% del PIB, hoy tiene un elevado déficit y en un nivel de deuda pública que sobrepasa ya el 100% del PIB. A la luz de estos datos, es sorprendente el grado de adhesión del Banco de España al dogma liberal, cuando las políticas inspiradas por este dogma han sido claramente desacreditadas al analizar sus resultados. Es difícil sostener que tales políticas hayan conseguido lo que proclamaban que deseaban. En realidad, tales políticas han causado un gran dolor entre las clases populares, consiguiendo lo opuesto a lo que en teoría decían desear.

Y a pesar de esta obviedad, continúan perjudicándonos, con la impunidad y pomposidad que les da el poder (y las grandes cajas de resonancia que les proveen los mayores medios de información y persuasión), señalando que hay que continuar flexibilizando el mercado de trabajo, bajando los salarios y recortando el gasto público (y específicamente el gasto público social). Este mensaje de que hay que privatizar y desmantelar el Estado del Bienestar nos llega a Catalunya (y a todos los pueblos y naciones de España) a través no solo del gobernador del Banco de España, sino también de los miembros del consejo de gobierno de tal institución, a los que se les ofrecen grandes cajas de resonancia en sus afirmaciones de que nos gastamos demasiado en el bienestar público.

La teoría neoliberal y sus errores

La teoría que utiliza el equipo de dirección del Banco de España (incluyendo su gobernador, el Sr. Luis María Linde) es que el mayor problema de España es su supuesta falta de competitividad. De esta lectura derivan que hay que disminuir los salarios para vender los productos más baratos en el exterior, basando su estrategia de recuperación y estímulo de la economía en la necesidad de expandir el crecimiento de las exportaciones. Pero este mensaje se ha mostrado poco creíble en base a los datos procedentes tanto de España como de otros países –sobre todo en Latinoamérica- que quisieron salir de la crisis a base de las exportaciones, devaluando la demanda doméstica a base de bajar los salarios. En todos ellos esta estrategia ha fracasado, y por causas muy comprensibles. En realidad, durante los años de gran crisis las exportaciones en España han ido bien, sin descender. Es más, subieron sin que ello significara una salida de la crisis. Y ello es fácil de entender.

El mayor estímulo de la economía no procede de las exportaciones, sino de la demanda doméstica, que a su vez procede de dos factores: el número de asalariados y el nivel de sus salarios, por un lado, y el gato público por el otro. Estos dos factores son claves para entender el consumo y la demanda doméstica, el crecimiento económico y la producción de buen empleo.

La evidencia de ello es clara y contundente. La manera como EEUU salió de la Gran Depresión fue a base de un gran aumento del gasto público y una expansión de la población ocupada y de los salarios (mediante el estímulo de la sindicalización, incentivada por las políticas del gobierno federal). Algo parecido ocurrió inmediatamente después de la II Guerra Mundial en Europa, en donde las economías estaban en recesión. La solución fue un gran aumento del gasto público (estimulado por el Plan Marshall), el establecimiento del Estado del Bienestar y un crecimiento de los sindicatos. Y ahora que estamos en una situación que para millones de españoles es semejante a la Gran Depresión, el Banco de España aconseja bajar los salarios y reducir y desmantelar el Estado del Bienestar.

Está claro que o son incompetentes (lo cual no descarto para el equipo de dirección del Banco de España), o son tan fanáticos con su dogma neoliberal que a pesar de todo siguen siendo insensibles al enorme daño que están causando. En realidad es justa la pregunta de cómo pueden ser tan insensibles. Y la respuesta es también fácil de ver. Es su servilismo y docilidad hacia el capital financiero (a la banca privada) y hacia el mundo empresarial, que están consiguiendo lo que siempre desearon. Hoy las rentas del capital en España (como porcentaje de las rentas totales) son ya superiores a las rentas del trabajo. Una situación única en la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al que tiene España). Y ahí está la raíz del problema. La pobreza de la demanda y la pobreza de la población y del sector público se deben a que la mayoría de ingresos al Estado proceden de las rentas del trabajo. Al descender estas, desciende la demanda y aumenta la pobreza. Pero el Banco de España prefiere ignorar esta situación. Quiere que continúen la precariedad, los bajos salarios y los recortes. Y todo ello propuesto por un gobernador y unos consejeros que tienen los contratos más rígidos y más estables, y unos de los salarios más altos que hay en España, los cuales, desde la élite y casta donde viven, aconsejan que se haga lo opuesto para todos los demás. Así es el Banco de España.

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El gran error y el gran dolor causado por el neoliberalismo promovido por los partidos conservadores, liberales y socioliberales https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/06/el-gran-error-y-el-gran-dolor-causado-por-el-neoliberalismo-promovido-por-los-partidos-conservadores-liberales-y-socioliberales/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/06/el-gran-error-y-el-gran-dolor-causado-por-el-neoliberalismo-promovido-por-los-partidos-conservadores-liberales-y-socioliberales/#respond Mon, 06 Jun 2016 05:00:15 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3573 Continuar leyendo "El gran error y el gran dolor causado por el neoliberalismo promovido por los partidos conservadores, liberales y socioliberales"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al Pensamiento económico dominante'. Anagrama 2015

Si usted, lector, lee la prensa económica o las páginas económicas de la prensa en general, habrá visto que en bastantes países se han introducido prácticas bancarias mediante las que las instituciones financieras, en lugar de pagar intereses por el dinero que el ciudadano deposita en el banco, cobran  a este para guardarle el dinero. Es lo que llaman intereses negativos. Y usted se preguntará: ¿por qué lo hacen? Y la respuesta a esta pregunta varía según el economista al cual usted pregunte. Las llamadas "ciencias económicas" no son tan científicas como la mayoría de la población cree. La respuesta a la pregunta que usted se hace dependerá de los valores que tenga el economista que le responda.

Una respuesta muy frecuente que le darán es que hoy hay en el mundo muchísimo dinero. En realidad, hay tanto que no se sabe qué hacer con él. Y, para los ricos, es más seguro tener el dinero depositado en el banco que tenerlo debajo de la almohada en su domicilio. Y tendrá que admitir que la respuesta tiene cierta lógica. Ahora bien, lo que usted es probable que hiciera si tuviera mucho dinero sería que, en lugar de poner su dinero debajo de la almohada o en un banco, intentaría utilizarlo, bien invirtiéndolo, bien comprando propiedades que le generaran renta ahora o más adelante, o aumentando el consumo. Y esto es precisamente lo que la mayoría de economistas también le dirán. Y puesto que el problema mayor que tienen hoy las economías desarrolladas es la escasa demanda, parece lógico que se tomen medidas para aumentar el consumo. De ahí que las autoridades públicas intenten que, en lugar de guardar el dinero, la gente lo utilice comprando. Es importante, por lo tanto, que los bancos, en lugar de pagarle unos intereses por sus depósitos, incrementando el ahorro, le cobren a usted cuando usted quiera guardar su dinero en el banco, porque lo que el Estado quiere es que usted lo gaste en lugar de guardarlo.

Esta explicación parece lógica. Pero hay un gran fallo, y es asumir que el que no aumente el consumo en el país sea porque no hay suficiente dinero en circulación, lo cual no es difícil de ver que no es cierto. En realidad los bancos centrales, incluyendo el BCE, han estado imprimiendo más y más dinero (miles de millones de euros) y, en cambio, la economía permanece estancada. A decir verdad, los bancos ya han estado proveyendo dinero con préstamos a intereses negativos durante mucho tiempo. Si los intereses del dinero que usted ha depositado en el banco son más bajos que la inflación (que es lo que ha ocurrido durante bastante tiempo), usted está perdiendo dinero en su depósito bancario. Los bancos le estaban prestando dinero a unos intereses negativos.

Por qué la política monetaria es dramáticamente insuficiente

Y ahí el gran error de los talibanes neoliberales. Creerse que la economía puede configurarse a base de la cantidad de dinero que hay en el mercado (que depende, entre otros factores, de la cantidad de dinero que imprime el Banco Central, que es lo que se llama política monetaria) es estar profundamente equivocado. Ello no quiere decir que sea completamente erróneo. Hay un elemento de verdad, pero solo un elemento, y ahora es un elemento muy poco importante. Lo cual no quiere decir que los bancos no pudieran ayudar en el estímulo de la economía. Pero hoy, la banca privada no lo hace. Lo que debería hacer el Banco Central es dar (es decir, darlo a intereses muy bajos) dinero a los Estados (una cantidad que pueda regularse) y que estos prestaran directamente a las familias y a las pequeñas y medianas empresas a intereses bajísimo, lo cual no hacen, pues todo lo hacen a través de la banca privada, que en su mayor parte utiliza este dinero para fines especulativos.

Y ello lo hace no porque los banqueros sean mala gente (aunque muchos sí que lo son, por ser súper avariciosos y no siempre honestos con sus clientes), sino porque la rentabilidad de la inversión es mucho mayor en estas inversiones especulativas que no en lo que se llama inversiones productivas (en la producción de bienes y servicios). Y además no se fían de las pequeñas y medianas empresas, pues no las ven muy seguras.    En otras palabras, el problema no es la falta de dinero sino los canales por los que se distribuye tal dinero. En realidad las grandes empresas nunca han tenido tanto dinero. Pero tienen un gran problema: no tienen donde depositarlo. Y de ahí que los bancos les pidan dinero para guardárselo.

¿Cuál es, pues, el problema?

Créame que, aunque usted, lector, no lo verá frecuentemente en los medios (porque estos están controlados por los bancos, al estar muy endeudados), el problema mayor es la falta de demanda de bienes y servicios, porque la población no tiene dinero para comprarlos. Y el que no tenga dinero es porque la mayoría de la población consigue sus ingresos a base del trabajo, es decir, en forma de salarios u otras formas de compensación relacionadas con el trabajo. Ahí está el punto clave. Las rentas derivadas del trabajo (como porcentaje de todas las rentas) han ido descendiendo, mientras que las rentas del capital han ido creciendo. Y este es el problema gravísimo, más silenciado y ocultado hoy en la prensa española. Y si cree que soy paranoico, muéstreme dónde ha leído usted artículos que hablen de ello. Puede que lo haya visto en algún artículo solitario, pero es la excepción que confirma la regla.

Y que no lo haya visto no se debe a que los periodistas sepan la verdad y la oculten. Esto pasa, pero no es lo más frecuente. Es más la ignorancia que la mentira lo que predomina en los medios económicos (aunque en algunos fórums es al revés). Es muy fácil de ver lo que está ocurriendo. En realidad yo ya predije lo que pasaría en mi libro de Ariel Sociedad Económica en el año 1997 (Neoliberalismo y Estado del bienestar). Que no haya suficiente demanda no es porque los salarios sean demasiado altos (supuestamente frenando la competitividad), sino porque, al revés, son demasiado bajos. Y contribuyen a ello los recortes de gasto y empleo públicos (que en España son de los más bajos de la UE-15, el grupo de países con semejante nivel de desarrollo al nuestro). En realidad, tales recortes disminuyen la demanda de una manera muy sustancial. Hoy la escasez de la demanda es el mayor problema en la Eurozona (y muy en especial en el sur de Europa), y es responsable del estancamiento económico y el bajísimo crecimiento económico. Y este estancamiento económico está causado, a su vez, por la bajada en picado de la inversión productiva (en la UE-15 ha bajado un 8,4% en el año 2000 a un 6,8% en el 2014, y en España todavía peor, de un 7,5% a un 5,7% durante el mismo periodo). El descenso en áreas como la investigación y el desarrollo ha sido también muy notable. En realidad, las políticas de reformas laborales (llevadas a cabo por los gobiernos PSOE y PP, y aplaudidas por el partido Ciudadanos), que han tenido como consecuencia la bajada de salarios y el aumento de la precariedad, y las políticas de austeridad y recortes realizadas y aplaudidas por tales partidos han tenido un impacto muy, pero que muy negativo, causando primero la Gran Recesión, y retrasando más tarde, la recuperación económica.

¿Está cambiando la sabiduría convencional neoliberal?

Sí, fuera, pero no en España, donde hay un retraso muy notable, debido al enorme dominio de los medios de información por parte de fuerzas conservadoras y neoliberales. Tanto la dirección del FMI como incluso el Presidente del BCE han indicado que las políticas monetarias son insuficientes, y que se requiere estimular la economía mediante medidas fiscales. Ahora bien, lo que entienden por medidas fiscales es reducir los impuestos, con lo cual consideran que estimularán la economía, lo cual es cierto, pero solo hasta cierto punto, puesto que las bajadas de impuestos por regla general benefician más a las rentas superiores que a la mayoría de la población, y los primeros tienen ya tanto dinero que lo que reciben como bajada de impuestos lo guardan y no lo consumen, al contrario que la mayoría de la población, que tiene mucho menos y gasta casi todo lo extra que recibe. De ahí que la mejor manera de estimular la economía sea revertir casi 180º las reformas contraproducentes que se han estado imponiendo a la población. En realidad, el Presidente Roosevelt sacó a EEUU de la Gran Depresión con un incremento enorme del gasto público, mediante inversiones públicas muy necesarias en el país, el establecimiento de la Seguridad Social y facilitando la sindicalización para que aumentaran los salarios. Hoy esto es lo que se necesita en España. Y por desgracia, ni el PP, ni el PSOE, ni Ciudadanos están proponiendo algo semejante a ello. Y las propuestas del PSOE no se distancian suficientemente de las políticas públicas que siguieron sus antecesores. Y ahí está el problema. Hoy la necesidad mayor de a economía es estimular la economía mediante un aumento muy notable de la inversión pública en las áreas sociales, energéticas e industriales, creando buen empleo. Y un aumento muy notable de los salarios, revirtiendo las reformas laborales para reforzar a los sindicatos en lugar de debilitarlos, como han hecho las reformas laborales del PSOE y del PP, aplaudidas por Ciudadanos. De no hacerlo, iremos en el mismo camino de Grecia, a la cual han impuesto la continuidad de ls reformas neoliberales. Y tal cambio de políticas es posible en contra de lo que se indica en los círculos económicos y políticos donde se reproduce la sabiduría convencional. Portugal es un ejemplo donde la coalición gobernante de izquierdas ha parado tales políticas. Y España podría ser otro. En realidad, los días de la austeridad están contados pues existe hoy una rebelión en los países de la Eurozona (véase lo que ocurre en Francia) frente a tales políticas que han dañado tanto a las clases populares. La victoria en las próximas elecciones del 26 de junio de una coalición de partidos progresistas antiausteridad sería un paso muy importante para revertir el austericidio presente. Piénseselo, puesto que su voto puede determinar que se continúe con estas políticas desastrosas o que se reviertan en dirección contraria a la que se ha estado imponiendo. Así de claro.

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La desaparición de los derechos sociales en la UE https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/04/la-desaparicion-de-los-derechos-sociales-en-la-ue/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/06/04/la-desaparicion-de-los-derechos-sociales-en-la-ue/#respond Sat, 04 Jun 2016 05:00:48 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3565 Continuar leyendo "La desaparición de los derechos sociales en la UE"]]> Vicenç Navarro

Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Uno de los principios básicos que Jacques Delors había enunciado para crear un sentido de pertenencia a la UE era crear una comunidad europea, identificando la pertenencia a tal comunidad con el ejercicio de derechos sociales aplicados a toda ella. Incluso el concepto de establecer un pasaporte europeo tenía como objetivo el de ir avanzando en esta línea en el desarrollo de tal comunidad.

Hoy, sin embargo, la Unión Europea está yendo en dirección contraria, es decir, se está diluyendo y destruyendo esta percepción de pertenencia. Uno de los primeros pasos en esta dirección ha sido la aceptación por parte de las autoridades europeas correspondientes de la demanda del gobierno conservador británico, liderado por el Sr. Cameron, como condición para permanecer en la Unión Europea, de que los ciudadanos de la Unión Europea que emigren y trabajen en el Reino Unido no tengan los mismos derechos sociales, como el seguro de desempleo, hasta después de una larga estancia en el país. Se establece así la categoría de trabajador extranjero, dentro de la UE, con distintos derechos a los que tienen los trabajadores locales.

Esta medida ya ha dado pie a otra propuesta, incluso más dura, por parte –nada menos- que del gobierno Merkel, en Alemania, el país que, por cierto, se ha beneficiado más de la supuesta libre circulación de trabajadores dentro de la UE. Nada menos que la Ministra de Trabajo y Asuntos Sociales, la socialdemócrata Andrea Nahles (que fue, en su día, la dirigente de las juventudes del Partido Socialdemócrata, y gran esperanza de las izquierdas de tal partido), ha propuesto que los trabajadores extranjeros procedentes de otros países de la UE tengan que haber vivido en Alemania durante cinco años antes de recibir los derechos sociales relacionados con el trabajo. Y, con cierto cinismo, ha dicho que "yo apoyo completamente la libertad de movimientos, pero no la libertad de acceso a los derechos sociales, lo cual es distinto".

De esta manera se establecen tres tipos de trabajadores. Uno, los trabajadores locales. Otro los extranjeros procedentes de la UE. Y un tercero que incluye los refugiados, inmigrantes de países que no son de la UE. Ni que decir tiene que esta división reforzará el mundo empresarial, pues la falta de unidad de derechos imposibilita la unidad de acción de los instrumentos en defensa de la clase trabajadora, tales como los sindicatos, que se sienten debilitados con estas divisiones, aprovechadas cínica y constantemente por el mundo empresarial.

El ataque frontal al mundo del trabajo

Pero esta disolución de los derechos sociales ha alcanzado su máxima expresión en la nefasta (y no hay otra manera de definirlo) decisión de la Tribunal de Justicia de la UE, tomada en el periodo 2007-2008, que indica que la libertad económica de los empresarios en Europa tiene prioridad sobre los derechos sindicales a los convenios colectivos. Es sorprendente (y es un indicador de la enorme debilidad de los sindicatos) que no haya habido movilizaciones generales frente a tal decisión (ver Esther Lynch, "If Europe Takes Trade Union Rights For Granted... We Risk Losing Them", Social Europe Journal, 09.05.16). Ni que decir tiene que tal decisión de dicho tribunal viola la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948, que indica que "toda persona tiene el derecho a formar y/o formar parte de un sindicato para la protección de sus intereses". Ahora bien, la Europa que era el sueño de las fuerzas progresistas se está transformando en una pesadilla.

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La desvergüenza y complicidad del Estado español con la ocultación de los crímenes del fascismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/31/la-desverguenza-y-complicidad-del-estado-espanol-con-la-ocultacion-de-los-crimenes-del-fascismo/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/31/la-desverguenza-y-complicidad-del-estado-espanol-con-la-ocultacion-de-los-crimenes-del-fascismo/#respond Tue, 31 May 2016 05:00:06 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3557 Continuar leyendo "La desvergüenza y complicidad del Estado español con la ocultación de los crímenes del fascismo"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

La desatención, cuando no ocultación, de los crímenes realizados por el régimen dictatorial fascista que gobernó España durante casi cuarenta años (1939-1978) constituye un escándalo internacional desconocido, y también ocultado, por los grandes medios de información, que se han hecho cómplices de esta desvergüenza e ignominia. Aquel régimen asesinó a más de 400.000 personas civiles. Y todavía hoy hay más de 2.000 fosas comunes sin exhumar, y más de 88.000 personas asesinadas desaparecidas, sin que el Estado se haya responsabilizado de exhumar y encontrar a tales desaparecidos, convirtiendo a España en el país del mundo, después de Camboya, donde hay un mayor porcentaje de personas desaparecidas por motivos políticos y cuyos cuerpos no se han encontrado. No hay ningún otro país en el mundo donde no haya habido un enjuiciamiento contra responsables de tanta represión al terminar la dictadura.

Esta situación ha sido denunciada sistemáticamente por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que ha exigido que se derogue la Ley de Amnistía del año 1977 y que se lleve a los tribunales a los responsables de tantos asesinatos y crímenes contra la humanidad, crímenes cuya dimensión es tal que varios historiadores extranjeros lo han definido como genocidio. Y para oprobio y vergüenza nacional, los responsables de tanto dolor, el dictador General Franco y el fundador del partido fascista, el señor José Antonio Primo de Rivera, tienen, todavía hoy, uno de los mayores mausoleos al fascismo que existe hoy en Europa, el Valle de los Caídos, construido por prisioneros políticos antifascistas, donde hay enterrados 33.847 cadáveres de personas, que incluyeron aquellas que lucharon frente a tal régimen sangriento, y cuyos cuerpos fueron desplazados a dicho mausoleo construido para honrar al dictador, sin el permiso de sus familiares.

Y todos los aparatos del Estado, desde la monarquía hasta las ramas ejecutivas y legislativas, así como la judicial, son cómplices de este ocultamiento e insensibilidad hacia los derechos humanos de tantas y tantas víctimas españolas. En realidad, el aparato judicial inhabilitó al único juez, el señor Baltasar Garzón, que intentó abrir un sumario para investigar y depurar tantos crímenes en contra de la humanidad. La hipocresía, pomposidad, arrogancia y cinismo de tales aparatos del Estado, en su proclama de defensores de los derechos humanos y protectores de las víctimas, carece de credibilidad. Y la comunidad internacional es consciente de ello.

La querella argentina

Tal olvido y complicidad es uno de los muchos indicadores de lo inmodélica que fue la Transición de la dictadura a la democracia en España, transición que se hizo bajo el tutelaje y supervisión de las fuerzas conservadoras que controlaban el Estado fascista, tutelaje y supervisión que dejaron su imprimátur en el producto de aquella transición, es decir, una democracia enormemente limitada y de bajísima calidad. El Partido Popular, heredero de aquellas fuerzas (fundado por ministros de la dictadura), ha sido el máximo agente (junto con el Ejército y la Iglesia –ambos herederos del Ejército y de la Iglesia que existieron durante aquel régimen-, y el mundo empresarial) en esta ocultación y protección de los responsables de aquel régimen. Un caso claro de ello son las enormes dificultades que ha puesto para que se enjuicie a aquellos responsables.

El día 14 de abril del año 2010 –el mismo día que se proclamó la II República Española hacía 79 años- se presentó en Buenos Aires lo que ha pasado a conocerse como la querella argentina por parte del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, de Darío Rivas e Inés García Holgado –dos personas con familiares asesinados por el régimen fascista-, y más de veinte organizaciones en defensa de los derechos humanos. Familiares de otros desaparecidos se han sumado a la querella y más tarde también lo ha hecho el partido político catalán ERC, que ha exigido el enjuiciamiento a los responsables del asesinato del President de la Generalitat de Catalunya, el señor Lluís Companys.

La jueza argentina, María Servini de Cubría, lleva el caso y, como parte del proceso, se ha desplazado a España para interrogar a las personas a las que se acusa de tales crímenes, lo cual no ha podido realizar debido a la oposición de la judicatura española y del gobierno Rajoy. Como consecuencia de la investigación realizada bajo la dirección de tal juez, 19 personas han sido imputadas por la justicia argentina. Tales personajes incluyen varios exministros de aquel régimen, tales como Rodolfo Martín Villa, Antonio Carro, Licinio de la Fuente (ya fallecido), Antonio Barrera de Irimo (también fallecido), Alfonso Osorio, José Utrera Molina y Fernando Suárez. Todos ellos están protegidos por el Estado español, pero no fuera de España. En realidad, todos ellos pueden ser detenidos en el extranjero a petición de la justicia argentina, tal como le ocurrió al General Pinochet en el Reino Unido.

Las fuerzas democráticas deben gratitud a la jueza argentina, que está haciendo lo que la mal llamada "justicia" española debería haber hecho. Y otros partidos, además de ERC, deberían añadirse a esta querella, y muy en especial aquellos partidos como el PSOE y el PCE, que tuvieron gran número de miembros asesinados por aquel régimen fascista. Es más, se ha constituido una coordinadora española para apoyar tal querella (CEAQUA).

Pero también debería haber una movilización a lo largo del territorio español, exigiendo que se haga justicia con las víctimas del terrorismo fascista, pasando resoluciones a nivel municipal y autonómico para exigir el enjuiciamiento de los responsables de las víctimas de tal terrorismo existentes en cada municipio y comunidad autónoma. Es de aplaudir, en este sentido, la aprobación por parte del plenario del Ayuntamiento de Tarragona, en el pasado mes de marzo, de que establecerá una querella inicial para aclarar el asesinato de 62 personas con residencia en la ciudad -algunas asesinadas en la cárcel de Pilats (ver el excelente artículo La querella argentina en El Triangle del 25.05.16)-. La recuperación de la memoria histórica no es ni más ni menos que la corrección de la versión sesgada de la historia de España que, en su versión oficial, ha querido olvidar esta historia a fin de ocultar a los victimizadores de las víctimas silenciadas. Así de claro.

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https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/31/la-desverguenza-y-complicidad-del-estado-espanol-con-la-ocultacion-de-los-crimenes-del-fascismo/feed/ 0 Fascismo
¿Es Ciudadanos un partido de centro? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/30/es-ciudadanos-un-partido-de-centro-2/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/30/es-ciudadanos-un-partido-de-centro-2/#respond Mon, 30 May 2016 05:00:01 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3551 Continuar leyendo "¿Es Ciudadanos un partido de centro?"]]> Vicenç Navarro

Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama 2015

 

Una peculiaridad de España, incluyendo Catalunya, es que, a consecuencia del enorme descrédito de las derechas en este país (acentuado sobre todo a partir del fin de la dictadura de derechas que gobernó España durante casi cuarenta años), no hay ningún partido que se presente como partido de derechas. De ahí que las derechas deseen presentarse como partidos de centro. Parecería, pues, que en España un partido se presenta como de centro cuando le avergüenza presentarse como un partido de derechas. Es así, pues, como se definen a sí mismos el PP y Convergència, y ahora también Ciudadanos, que es la versión renovada del PP (refiriéndose a él, a nivel de calle, como el "Frente de Juventudes del PP"). Objetivamente, el PP pertenece, en el Parlamento Europeo, a la familia conservadora-liberal, y Ciudadanos y Convergència a la misma familia liberal. Fuera de España, sin embargo, a las familias políticas conservadoras y a las liberales se las conoce como derechas. No así en este país, donde se las conoce e identifica como centro.

 

Esta diferente manera de definir los partidos políticos, sin embargo, crea bastantes confusiones. Por ejemplo, miembros del Parlament de Catalunya pertenecientes a Ciudadanos y al PP forman parte de la Asociación Catalana de Comunicación, Investigación y Estrategia Políticas (ACCIEP), que está promoviendo la fundación estadounidense The American Enterprise Institute, que es conocida en EEUU por su proximidad al Partido Republicano, un partido claramente de derechas (en realidad de ultraderecha). Su director es Arthur C. Brooks, autor de la Biblia de la ultraderecha estadounidense llamada Camino a la libertad: cómo ganar la lucha a favor de la libre empresa (The Road to Freedom: How to Win the Fight for Free Enterprise), un panfleto a favor del capitalismo sin guantes, en su versión más pura. Dicho libro es hoy el punto de referencia intelectual de la ultraderecha estadounidense y de América Latina.

 

Este señor fue invitado por la tal asociación a dar sus puntos de vista sobre Catalunya, conferencia en la cual definió los problemas de España y Catalunya y las posibles soluciones para este país. Según el Sr. Arthur C. Brooks, el problema de España (incluyendo Catalunya) es que el capitalismo de aquí es demasiado blando, con excesivas reglas y protecciones: se necesita un capitalismo más puro y más duro. Según él, hay demasiados impedimentos para que este pueda expresarse tal como es. También dijo que Europa debería "americanizarse", que quiere decir adoptar el sistema económico y social de aquel país que, se caracteriza por su escasísima protección social.

 

En respuesta al "peligro" de que las nuevas fuerzas progresistas emergentes llegaran a gobernar, subrayó que permitir que España (incluyendo Catalunya) se convirtiera en país socialdemócrata sería una enorme pérdida para el mundo. Y hablando de Catalunya, su consejo fue que Catalunya debería transformarse en el Hong Kong de Europa. Hong Kong es la ex colonia británica situada en el continente chino que tiene menos protección social y laboral en aquel continente. Supongo que, para Ciudadanos (y para el PP), las declaraciones de tal personaje son declaraciones de una persona de centro.

 

La hipocresía de Ciudadanos (y del PP)

 

Una última observación. Muestra la baja talla intelectual de la derecha española (PP y Ciudadanos) que esté intentando centrar su estrategia electoral en la situación venezolana, en un intento de identificar la coalición Unidos Podemos con el gobierno que ha sido elegido en aquel país, y que según las derechas se ha transformado en una dictadura. La complicidad de los grandes medios de información y persuasión en promover esta percepción de lo que ocurre es absoluta, campaña dirigida por El País, un rotativo que también, por cierto, se define de centro. Tal diario también ha intentado convencer (como también lo han hecho el PP y Ciudadanos) a su decreciente audiencia de que Podemos está financiado por el gobierno venezolano, en contra de la evidencia existente y confirmada por los tribunales españoles, que han concluido, todos ellos, que ello no es cierto.

 

Independientemente de las simpatías que uno tenga por aquel gobierno, es necesario recordar dos hechos que muestran la enorme hipocresía de las derechas en España. Uno es que todos los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos indican que es en Honduras donde tales derechos están siendo violados diariamente, con asesinatos continuados de dirigentes de movimientos sociales, periodistas y sindicalistas, realizados con la autoría y/o complicidad del Estado y de los partidos gobernantes que pertenecen a las mismas familias políticas –la conservadora y la liberal- a las cuales pertenecen el PP y Ciudadanos. Incluso en el caso (más que improbable) de que las acusaciones de violaciones de los derechos humanos hechas por las derechas españolas en contra del gobierno venezolano fueran ciertas, tales violaciones  palidecen frene a las que están ocurriendo en Honduras. Pues bien, tales partidos y tales medios (que se definen todos ellos de centro y grandes defensores de los derechos humanos) han permanecido en un silencio ensordecedor sobre lo que ocurre en Honduras, mostrando, con este silencio, que en realidad los derechos humanos no les importan en absoluto. Lo que les importa es utilizarlos vergonzosamente para atacar a Unidos Podemos en España. Su interés en Venezuela parece traducir su deseo de alejarse de España, donde la aplicación de las políticas de austeridad que el PP y Convergència han estado imponiendo a España y a Catalunya, con el aplauso de Ciudadanos, ha dañado enormemente los derechos laborales y sociales de sus clases populares. De ahí su interés de que la atención se desplace hacia Venezuela. Así de claro.

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Los falsos dogmas del neoliberalismo y por qué la gente los rechaza https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/27/los-falsos-dogmas-del-neoliberalismo-y-por-que-la-gente-los-rechaza/ Fri, 27 May 2016 05:00:36 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3530 Continuar leyendo "Los falsos dogmas del neoliberalismo y por qué la gente los rechaza"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Uno de los dogmas que el pensamiento neoliberal (que domina los fórums económicos y políticos del país) promueve es que la globalización del comercio beneficia a todos los países que forman parte de los tratados que se han establecido para facilitarlo (WTO, NAFTA, TPP, y el próximo TTIP).

Constantemente se acentúa que entre los más beneficiados están los países mal llamados pobres, que consiguen un flujo de inversiones que les ayuda a salir de la pobreza. En realidad, y para reforzar la importancia del libre comercio, se acentúa que la práctica comercial conocida como proteccionismo (presentado como el polo opuesto al libre comercio) ha sido una de las causas de su estancamiento en la pobreza. Y se hace referencia frecuentemente a países como China, y ahora Vietnam, que eran altamente proteccionistas, y que, tras incorporarse a los tratados de libre comercio, han conseguido enormes tasas de crecimiento que no se habían conseguido con el proteccionismo que los caracterizaba en sus regímenes anteriores. Hasta aquí el dogma neoliberal, y lo defino como dogma porque se reproduce a base de fe y no a base de evidencia científica.

Pero antes de mostrar esta evidencia, quiero aclarar por qué hice la observación de "los mal llamados países pobres". Los datos muestran que, por muy extraño que parezca, hoy no hay países pobres. Lo que sí que hay son países donde la mayoría de la población es pobre. Pero ello no quiere decir que estos países sean pobres. Haití y Bangladesh, dos de los países con un PIB per cápita más bajo, tienen los suficientes recursos para que la mayoría de la población no fuera pobre. Uno de los mayores problemas de estos dos países, por ejemplo, es la malnutrición. Y sin embargo, cada uno de ellos tiene la suficiente cantidad de tierra productiva para alimentar varias veces el tamaño actual de su población. El problema real en estos países no es, pues, la falta de recursos, sino el control de estos recursos, especialmente el control del mayor recurso en el caso agrícola, es decir de la tierra, que está en muy pocas manos, aliadas con intereses de los países ricos. Y esto no es –como los neoliberales insisten- un mero eslogan izquierdista, sino una realidad ampliamente documentada.

La escasa popularidad de tales tratados neoliberales

El segundo punto que hay que subrayar es que los tratados llamados "de libre comercio" son sumamente impopulares en los países desarrollados. Sí que son populares entre las élites financieras, económicas y políticas de tales países, pero sumamente impopulares entre sus clases populares. La popularidad de los candidatos anti-establishment en EEUU, como Trump en la derecha y Sanders en la izquierda, se basa precisamente en la oposición de ambos candidatos (Trump republicano y Sanders demócrata) a tales tratados. La globalización, facilitada por dichos tratados, y el traslado de industrias a países mal llamados pobres, están destruyendo millones de puestos de trabajo en EEUU. La movilidad de empresas de EEUU a países subdesarrollados en busca de trabajadores con salarios más baratos provoca una gran destrucción de puestos de trabajo en EEUU y el colapso y desaparición de zonas industriales y de servicios previamente ricas, lo que ha creado este enfado popular contra el establishment político –tanto el republicano como el demócrata- que apoyó tales tratados. De ahí que la base electoral de Trump y de Sanders sea la clase trabajadora, cuyas condiciones de vida se han deteriorado dramáticamente estos años en la medida que se han ido extendiendo los tratados de libre comercio.

¿Resuelve el libre comercio el subdesarrollo en los países pobres?

Frente a esta situación, los autores neoliberales (como el economista de cabecera de la televisión pública catalana, el Sr. Sala i Martín y otros que participan en las tertulias y los programas de difusión de información económica) señalan que el libre comercio está ayudando a los países pobres, creando puestos de trabajo y facilitando el crecimiento de la riqueza. Y utilizando este argumento, atribuyen a los tratados de libre comercio el desarrollo económico de los países pobres, citando, como dije antes, China y, ahora, Vietnam. Este es parte del dogma neoliberal que se reproduce y promueve en los medios de comunicación diariamente. Pero, de nuevo, los datos no confirman este supuesto. Mirémoslos. Y vayamos por partes.

1. No hay ningún país desarrollado en el mundo que no haya alcanzado el nivel de desarrollo actual sin que haya seguido políticas proteccionistas. EEUU ha sido y continúa siendo enormemente proteccionista (y un tanto igual ocurre entre los países de la Unión Europea). La industria aeronáutica, la industria automovilística, la industria agropecuaria, entre muchas otras, han contado siempre con enormes ayudas y subsidios del Estado federal, incluyendo inversiones masivas en la industria del automóvil y en la aeronáutica por parte del Departamento de Defensa. Como reconoció el Ministro de Defensa del Presidente Reagan, el Sr. Caspar Weinberger, EEUU tiene la política industrial más avanzada en el mundo occidental hoy. Y los subsidios federales a la agricultura son otro ejemplo.

2. Un tanto semejante ocurre con China. China continúa siendo altamente proteccionista. La mayoría de la banca, por ejemplo, está nacionalizada, siendo el Estado chino un Estado altamente intervencionista y proteccionista. Y un tanto parecido está ocurriendo en Vietnam. El gran crecimiento de China y Vietnam tuvo lugar en la época en la que la apertura al comercio internacional se hizo respetando y manteniendo grandes dosis de proteccionismo. Ahora bien, como bien ha indicado el gran analista del comercio internacional, el Profesor Dani Rodrik, en su artículo A Progressive Logic of Trade (Social Europe Journal, 15.04.16), el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP en sus siglas en inglés), el nuevo Tratado del Pacífico, al forzar a Vietnam a disminuir tal intervencionismo, debilitará, en lugar de facilitar, su crecimiento económico. La desaparición de este proteccionismo creará un enlentecimiento de su crecimiento económico. Si no se lo creen, esperen y lo verán.

El impacto negativo del libre comercio

3. Para aquellos países subdesarrollados que no tuvieron tales medidas proteccionistas, los tratados de libre comercio han tenido un impacto enormemente negativo, pues han provocado la destrucción de gran cantidad de puestos de trabajo, un número mayor de los que han sido creados por las inversiones facilitadas por los tratados de libre comercio. México es un ejemplo de ello. La pobreza y el desempleo han aumentado en este país como consecuencia del NAFTA (el Tratado de Libre Comercio entre Canadá, EEUU y México), no al revés. Ahí están los datos para que los vean.

4. Las supuestas ventajas del libre comercio en los países pobres afectan positivamente a las rentas superiores relacionadas con el sector exportador (por regla general controlado por inversores extranjeros) y negativamente a las clases populares, pues el dinero público se invierte para facilitar la inversión extranjera a costa de inversiones orientadas a crear empleo en los sectores domésticos. De ahí que, aun cuando aparentemente haya un crecimiento económico notable, ello no quiere decir que el estándar de vida de las clases populares haya aumentado.

5. Un tanto igual ocurre en los países ricos. Los tratados de libre comercio son causa del crecimiento de las desigualdades de aquellos países, beneficiando a las rentas superiores (de aquellos profesionales cuyo trabajo no se traslada a otros países) pero desfavoreciendo a la mayoría de los trabajadores. EEUU y Alemania son un ejemplo de ello. El sector exterior está muy desarrollado a costa del sector doméstico, poco desarrollado, en parte como consecuencia del descenso de la demanda doméstica, resultado del descenso de los salarios.

La evidencia acumulada que apoya abundantemente cada uno de estos puntos muestra la falsedad del dogma neoliberal. El hecho de que, a pesar de ello, continúe promocionándose, es porque tales tratados benefician a las elites financieras e industriales de los países ricos así como a sus aliados en los países pobres (las clases de rentas altas de los países pobres que dependen de las inversiones extranjeras y del sector exterior para el sostenimiento de sus necesidades). Es esta alianza de clases la responsable de que el estándar de vida de las clases populares, tanto de los países ricos como de los pobres, esté estancado. Se necesitaría una alianza entre ellas para cambiar el sentido de tales tratados. Así de claro.

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Cómo el crecimiento de las desigualdades causó la Gran Recesión https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/25/como-el-crecimiento-de-las-desigualdades-causo-la-gran-recesion/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/25/como-el-crecimiento-de-las-desigualdades-causo-la-gran-recesion/#respond Wed, 25 May 2016 05:00:11 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3524 Continuar leyendo "Cómo el crecimiento de las desigualdades causó la Gran Recesión"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Una de las causas más importantes de que ocurriera la Gran Recesión y de que esta fuera tan larga, fue el gran crecimiento de las desigualdades, resultado de la aplicación de las políticas públicas que se conocen como políticas neoliberales. Tales políticas públicas incluyeron, por un lado, las reformas laborales que tenían como objetivo la reducción de los salarios, y por el otro, la aplicación de la ortodoxia liberal encaminada a reducir los déficits públicos mediante medidas de austeridad y reducción del gasto público. Ambas políticas determinaron el enorme problema de la falta de demanda doméstica y, como consecuencia, el escaso crecimiento económico.

Por otra parte, la reducción de la capacidad adquisitiva de la población causó el elevado endeudamiento de las familias trabajadoras y de las medianas y pequeñas empresas, con la consiguiente expansión e hipertrofia de la banca (caso muy claro en España, donde el tamaño del sector es tres veces más grande –en términos proporcionales– que en EEUU), que invirtió predominantemente en actividades especulativas (debido a la menor rentabilidad de la economía productiva, resultado del escaso crecimiento económico) que ha consumido recursos que podrían haberse aplicado a fines más productivos y necesarios que los especulativos que han dominado, como he indicado, el comportamiento de tal sector financiero.

Esta situación podía prevenirse, pero el establishment político-mediático no lo permitió

La evidencia empírica y científica que apoya la tesis expuesta en el párrafo anterior es abrumadora y contundente, lo cual explica que incluso un gran número de organismos internacionales, responsables de haber promovido tales políticas, como el Fondo Monetario Internacional o la OCDE, estén, por fin, cuestionando la aplicación de tales medidas neoliberales, que todavía se reproducen y promueven en la mayoría de países de la Eurozona. En España tal cuestionamiento no ha ocurrido todavía, en parte debido a la muy limitada diversidad ideológica de los mayores medios de información y persuasión.

La enorme falta de diversidad ideológica de estos grandes medios (claramente influenciados por la banca -cuyos créditos los sostienen-) explica que en España todavía la sabiduría convencional esté estancada en tal pensamiento. Es extraordinario que aún hoy los gurús económicos mediáticos de clara orientación neoliberal (con chaquetas llamativas, o sin ellas) continúen siendo promovidos en aquellos medios, cuando la falsedad de sus teorías es tan fácil de ver mirando la realidad que nos rodea.

Los datos, fácilmente accesibles, están ahí para todo aquel que quiera verlos. En la gran mayoría de países en Norteamérica y en la Unión Europea, las desigualdades han crecido enormemente. Las rentas del trabajo (de las que deriva la mayoría de la demanda) han ido bajando como porcentaje de la renta total de los países, mientras que las rentas del capital han ido subiendo, un fenómeno generalizado, como acabo de indicar, en los países a los dos lados del Atlántico Norte (EEUU y la Eurozona), pero con especial intensidad en los del sur de Europa, incluyendo España.

La continuidad en la aplicación de estas políticas explica el escaso impacto que las medidas tomadas por los Estados, y promovidas por el establishment europeo (el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Eurogrupo) y el Banco Central Europeo, han tenido en recuperar el buen funcionamiento de la economía de la Eurozona. En realidad, tales medidas (el deterioro del mercado de trabajo y la austeridad del gasto público) han aumentado todavía más las desigualdades y han retrasado todavía más la recuperación económica de estos países.

Las medidas monetarias: la falsa solución de los neoliberales

En su mayor parte, las intervenciones de tales establishments europeos han sido de tipo monetario. Es decir, el Banco Central Europeo ha imprimido mucho y mucho dinero y lo ha distribuido a través del sistema financiero, que quiere decir predominantemente a través de los bancos, a unos intereses bajísimos, creyendo que el mayor problema de la economía era que no había suficiente dinero para que la población comprara y aumentara la demanda. Pero esta estrategia ignoraba que los canales que utilizaba para distribuir tal dinero –es decir, la banca privada- no compartían el mismo objetivo, puesto que su mayor objetivo era aumentar sus beneficios, y no necesariamente resolver los problemas de las familias o de las pequeñas y medianas empresas.

La banca utilizó tal dinero (además de para aumentar sus propios beneficios) para especular, comprando, por ejemplo, deuda pública, con la confianza que, en caso de que las burbujas creadas por tales comportamientos (como las burbujas inmobiliarias y las de deuda pública) explotaran, el Estado la rescataría, como así ha ocurrido. Las fuerzas conservadoras y liberales, que siempre critican las intervenciones del Estado para garantizar el bienestar de la ciudadanía, aplaudieron y dieron apoyo al mayor acto de beneficencia pública que haya ocurrido en el siglo XXI: la beneficencia a la banca, conocido como "el rescate a la banca".

El BCE, consciente de que sus medidas de imprimir dinero no repercutían en el ciudadano, estimuló la banca, proveyéndola con incluso más beneficio si aseguraba la disponibilidad de crédito, asumiendo que el problema para las empresas era su dificultad para poder conseguir dinero prestado. Y aun cuando había un elemento de verdad en esta interpretación del bajo crecimiento económico, el mayor problema no era este para las pequeñas y medianas empresa (que es la que produce mayor empleo). En realidad, si los empresarios no creaban empleo era, en gran medida, porque no había suficiente demanda de sus productos y servicios. Y ahí estaba y continúa estando el problema. En realidad, la deflación (el fenómeno de que los precios estén bajando por debajo del nivel considerado aconsejable) también es consecuencia de esta falta de capacidad adquisitiva de la gran mayoría de la población, que adquiere sus rentas a partir de su trabajo.

¿La "conversión" del Sr. Draghi del Banco Central Europeo?

De ahí que incluso ahora el Sr. Draghi, Presidente del Banco Central Europeo, comience a preocuparse y haya comenzado a proponer a los Estados y al Eurogrupo que se establezcan políticas fiscales para estimular la economía, aceptando las limitaciones que las políticas monetarias tienen para conseguir tal estímulo. Por políticas fiscales se entienden aquellas intervenciones que expanden el consumo y la demanda, bien a través del aumento del gasto público, bien a través de la rebaja de impuestos.

Predeciblemente, los neoliberales, como el Sr. Draghi, se centran primordialmente en esta última medida (que, por regla general, es la preferida por los partidos liberales y conservadores, como el PP, Ciudadanos y Convergència), ignorando con ello la abrumadora evidencia de que esta medida (estimular la economía a través de la reducción de impuestos) es poco eficaz para estimular la economía, mucho menos eficaz que la inversión pública encaminada a crear empleo, medida que por lo general es desfavorecida por tales partidos, aunque la evidencia muestra que es la más eficaz para estimular la economía.

Y ahí está precisamente la solución que ni el PP, ni Ciudadanos  (ni tampoco el PSOE) consideran, pues están estancados en el dogma neoliberal promovido por el gobierno alemán que está creando tanto dolor y sufrimiento entre las clases populares de los países de la Eurozona. Que el PP y Ciudadanos lo hagan es coherente con su ideología neoliberal promovida por el sector financiero. Pero la conversión del PSOE a este dogma ha sido la causa de su bajón electoral, como ha ocurrido con la socialdemocracia en Europa. El apoyo a la austeridad ha sido el austericidio de la socialdemocracia.

La rebaja de impuestos que estos partidos favorecen tiende a favorecer a las rentas superiores (que pagan más impuestos) que a las rentas inferiores (que pagan menos). De ahí que estas medidas suelan incrementar todavía más las desigualdades, causa del problema económico. Lo que debería hacerse es una mayor redistribución de los recursos mediante políticas impositivas de carácter redistributivo e inversiones públicas (encaminadas a crear buen empleo, estable y bien pagado), en la infraestructura social, energética y física del país. Fue así como la Administración Roosevelt sacó a EEUU de la Gran Depresión. Fue así también como los gobiernos de la Europa Occidental salieron de la gran crisis económica que existía en Europa al terminar la II Guerra Mundial (estimulados por el Plan Marshall), y debería ser así como tendríamos que salir de la crisis ahora. La solución es fácil de ver. Y en cambio se está continuando con las mismas políticas neoliberales que han sido un auténtico desastre.

Y la pregunta que debe hacerse es ¿por qué tales políticas continúan aplicándose? Podría argumentarse que parte del problema es la incompetencia de los llamados expertos económicos neoliberales. Pero tal explicación es insuficiente. La causa real es que tales políticas, aunque perjudican enormemente al bienestar de las clases populares, beneficia enormemente a los componentes de lo que en EEUU se llama la Corporate Class, la clase de los propietarios y gestores de las grandes empresas (equivalente en cada país al IBEX-35), que dominan la vida económica, política y mediática del país. Como he indicado en un párrafo anterior, en todos estos países donde se han estado aplicando estas políticas, el porcentaje de las rentas derivadas del capital ha incrementado a costa de que las rentas derivadas del trabajo hayan disminuido.

Hoy el mundo empresarial está consiguiendo lo que siempre soñó. Y ello como consecuencia de las políticas neoliberales que ha estado promoviendo, y que han sido impuestas (y digo impuestas, pues no estaban en su programa electoral) por partidos gobernantes a la población, claramente influenciados por aquel mundo empresarial con el cual tales partidos tienen una complicidad preocupante. Hasta que no se rompa esta complicidad, España (incluyendo Catalunya) no saldrá de la Gran Recesión. Así de claro.

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Homenaje a los maestros represaliados por el fascismo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/24/homenaje-a-los-maestros-represaliados-por-el-fascismo/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/24/homenaje-a-los-maestros-represaliados-por-el-fascismo/#respond Tue, 24 May 2016 05:00:57 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3520 Continuar leyendo "Homenaje a los maestros represaliados por el fascismo"]]> Vicenç Navarro
Hijo de maestros represaliados y Catedrático Emérito de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra

*Discurso del Profesor Navarro en el homenaje a los maestros republicanos represaliados en Gironella, provincia de Barcelona, el día 21 de mayo de 2016. El discurso original fue en catalán, y está expuesto en la sección catalana del blog del profesor Navarro (www.vnavarro.org).

Hoy nos reunimos aquí, vecinos y amigos de la villa de Gironella, en el Berguedà, para homenajear a los maestros de la villa que fueron represaliados por las tropas fascistas que la ocuparon la noche del 1 de febrero de 1939. Eran las mismas tropas que establecieron en Catalunya y en el resto de España una de las dictaduras más sangrientas que ha habido en Europa durante el siglo XX. Nunca deberíamos olvidar que por cada asesinato político que cometió el régimen fascista italiano liderado por el Mariscal Mussolini, el régimen fascista español liderado por el General Franco cometió 10.000.

Ante esta realidad, tenemos que preguntarnos por qué tanta represión. Y la respuesta a esta pregunta es fácil de ver. El hecho que fuera una dictadura que implantó el terror como política de Estado se debió al hecho de que la dictadura era consciente y sabía que la mayoría de la población, y muy en particular de las clases populares, estaban en su contra, situación que era evidente aquí en Catalunya, donde reprimieron brutalmente la cultura y la identidad nacional de todo un pueblo. Por este motivo aquel régimen se caracterizó por el terror que impuso a la población. El recuerdo de esta represión y el temor que dejó en la población explican que incluso hoy, casi cuarenta años después del establecimiento de la democracia, mucha gente de edad avanzada todavía tenga temor a explicar lo que pasó entonces.

La represión contra los maestros republicanos

Un sector de la población que sufrió una represión especial fue el de los maestros de las escuelas públicas de la República. Y de nuevo tenemos que preguntarnos por qué esta especial represión en contra de los maestros republicanos. Y la respuesta es que aquellos maestros eran percibidos por el régimen fascista como sumamente peligrosos, porque estaban sembrando las semillas de un país democrático, de un país más justo y más solidario, que recuperara su cultura y su identidad como nación. Esto es lo que hacían con gran ilusión estos maestros represaliados a los cuales hoy estamos homenajeando. Y es por eso que fueron represaliados, siendo expulsados de Gironella, humillados y separados de sus discípulos a los cuales tanto amaron. Y tengo constancia que los amaron muchísimo, puesto que mis padres, que están entre los que hoy homenajeamos, siempre nos lo dijeron. Y sabemos también, porque así lo expresaron sus discípulos, que el amor y aprecio eran recíprocos.

Durante la República, mi padre era el director de la Escuela Pública de niños de Gironella y mi madre la directora de la Escuela Pública de niñas. Los dos se conocieron y se casaron aquí. Y por este motivo sus tres hijos nacimos aquí. Amaban la docencia, amaban a sus discípulos y amaban los valores que transmitían: libertad, democracia, solidaridad y justicia. Y eran conscientes de que la escuela era la cuna de la nueva sociedad que deseaban. Y sabían que sus discípulos eran, para ellos, personas muy importantes, porque eran ciudadanos del futuro en el que creían. Eran republicanos orgullosos de ser maestros, que creyeron y defendieron la Escuela Pública Republicana.

La dictadura eliminó estos valores que ellos defendían, y los expulsó de la Escuela Pública y de Gironella, delatados por una maestra, Rosa Jornet, perteneciente al partido fascista, la Falange, que los denunció y pasó a ocupar el cargo que tenía mi madre, Francesca López. Mis padres, a partir de entonces, y como todos los otros maestros represaliados, sufrieron mucho. Mi padre fue expulsado del magisterio, y trabajó de oficinista en una empresa textil en Barcelona, viviendo en La Sagrera, el barrio obrero más conocido de Barcelona y que se distinguió por su lucha contra la dictadura. Y mi madre, expulsada de Gironella y degradada de su escalafón, tuvo que trabajar en otros pueblos de Catalunya, separada de mi padre por razones laborales. Nosotros, mi hermano, mi hermana y yo, vivimos con nuestra madre hasta los 10 años, y después fuimos a vivir con nuestro padre en Barcelona, donde estudiamos el Bachillerato. Nuestros padres estuvieron separados por razones laborales, debido a causas políticas, durante la mayor parte de nuestra niñez y nuestra juventud.

Tenemos que recuperar la memoria que ha sido ocultada a nuestra juventud

Tenemos que recordar lo que fue la República, lo que fue la dictadura y lo que fue la represión. Y tenemos que hacerlo por varias razones. En primer lugar por un sentido elemental de justicia. No puede ser que unas personas que dieron tanto de su vida por la libertad y la democracia sean olvidadas. No se puede permitir que se los olvide, hay que recuperarlos como parte esencial de nuestra historia, puesto que su sacrificio tendría que ser un punto de referencia para las nuevas generaciones. La juventud tiene que saber que los "crímenes" por los cuales se los castigó, según la denuncia escrita, incluían, entre otras causas, haberse casado por lo civil, que mi padre fuera miembro y secretario del Comité Provisional de la República Catalana de la Federación Española, y que mi madre hubiera dado clases a los adultos en la escuela y en sus casas, todas ellas faltas que tenían que ser sancionadas por el régimen fascista.

La segunda razón es que hay que corregir la versión fascista de nuestra historia que, por desgracia, no se ha eliminado del todo. Estos maestros fueron presentados por la dictadura como la "mala gente" (terminología sacada de los documentos oficiales del régimen) que supuestamente habían dañado a España. Aquel régimen satanizó a los maestros republicanos. En realidad, la peor parte de la represión fue precisamente la psicológica. Nuestros padres nunca hablaron de todo lo que sufrieron, ni tampoco de lo que habían hecho. Callaron sobre sus vidas, y lo hicieron para protegernos a nosotros, sus hijos. Por ejemplo, nosotros no supimos, hasta muy tarde, que nuestros tíos, hermanos y cuñados de mis padres, también maestros algunos de ellos, habían sido del PSUC, habían huido a Francia y, como miles de catalanes y españoles, empezaron la resistencia antinazi en Francia. Tampoco supimos que una tía nuestra había sido detenida por los nazis y había estado en un campo de concentración nazi. Tampoco supimos que nuestra tía había vuelto y vivido en clandestinidad en Catalunya. Y tampoco supimos que después se juntaron con la diáspora republicana, y que emigraron a América Latina, creando nuestras tías una escuela de arte en Venezuela.

La tergiversación de la historia

¿Cómo es que estos hechos, que ennoblecen a una persona, a una familia y a un país, se ocultaban? La respuesta a esta pregunta es también clara. Para el fascismo todos estos hechos eran hechos criminales y denunciables. Eran parte de la demonización de la República y de sus maestros. De ahí que no supimos de estos hechos hasta más tarde, porque nuestros padres querían protegernos a nosotros, puesto que si, como niños, hubiéramos hablado de ellos en público, hubiéramos puesto a toda la familia en peligro. El régimen terrorista quería constantemente presentar a los republicanos como personas que habían hecho mucho daño, habían dañado el país –la "patria española", como decían ellos-, gente que había que marginar, cuando no eliminar física o intelectualmente. Y nosotros, hijos de la "mala gente", teníamos que estar callados.

Pero Catalunya y España han callado durante demasiado tiempo. ¿Por qué hemos esperado casi cuarenta años para homenajear a estos maestros, y a miles como ellos? Y ahí, de nuevo, la respuesta es también clara. La transición de la dictadura a la democracia se hizo en términos muy favorables a las fuerzas que controlaron el Estado fascista. Y aún hay miedo.

Estamos aquí reunidos ciudadanos, amigos unos, desconocidos otros, y también discípulos, así como los hijos y nietos de los maestros republicanos represaliados, las víctimas de aquel régimen terrorista. Somos los herederos de aquellas víctimas. Pero también hay los herederos de los victimizadores, de las instituciones que apoyaron el fascismo, que incluyeron la jerarquía de la Iglesia Católica, que quería recuperar su control sobre el sistema educativo y que, junto con el partido fascista, la Falange, lideró la represión contra los maestros republicanos. No fue casualidad que el que dirigió el infame y nefasto informe sobre los maestros republicanos represaliados aquí en Gironella fuera un vecino de esta localidad, un tal Domingo Sanz Canal, miembro de la Junta Provisional de las Escuelas de los Hermanos de la Doctrina Cristiana, institución que, según consta en los documentos, ofrecía las máximas garantías de zelo y adhesión al "Glorioso Movimiento Nacional". Este documento pasó a ser el documento central en la Comisión Depuradora del Magisterio de la Provincia de Barcelona. Pero la Iglesia y la Falange no fueron los únicos que participaron en este proceso depurador. Colaboraron otras fuerzas del Estado fascista, como por ejemplo el Ejército, las grandes fortunas, grupos empresariales y financieros, así como las fuerzas políticas o movimientos sociales que constituyeron y continúan constituyendo las derechas de este país, tanto en Catalunya como en España, que siguen teniendo mucho poder tanto en las instituciones económicas y financieras como en las instituciones representativas y mediáticas de Catalunya y de España. Y es debido a esta situación que persiste el temor.

La enorme urgencia de romper el silencio y abandonar el temor

Este acto es, por lo tanto, muy importante, pues rompe con el miedo. Porque muestra que ya nos hemos librado del miedo. Y cuando un pueblo no tiene miedo, es invencible. Celebramos a aquellos que lucharon y sufrieron tanto para que viviéramos en libertad. Sus sucesores no queremos revancha. Queremos justicia, reconocimiento de nuestros antepasados y celebración de los valores por los cuales ellos lucharon. Y queremos ayudar a transmitir estos valores a las nuevas generaciones.

Este es uno de los primeros homenajes que se han hecho en Catalunya a los maestros republicanos represaliados. Nos tenemos que movilizar para que estos homenajes se generalicen como parte de la recuperación de nuestra historia. Agradezco que este acto sea presidido por el alcalde de Gironella, y veo a representantes políticos de la ciudadanía en la audiencia, en esta sala de este precioso edificio, llena a rebosar. Lamento que este homenaje haya tardado tanto. Pero os pido a todos los representantes políticos que, por la salud democrática de nuestro país, vosotros, nuestros representantes, exijáis en el Parlamento de Catalunya que se haga este homenaje a todos los maestros represaliados de la República. Hoy hemos añadido nuestra voz a un movimiento creciente que empodera a las clases populares, al ver que, por fin, se ha perdido el miedo y se homenajea a sus maestros republicanos y a los valores que ellos promovieron, es decir, la libertad, la democracia, la justicia, la solidaridad y la identidad y nacionalidad catalana, que fueron suyos y ahora son nuestros. Esta lucha por nuestro futuro nos hará fuertes si reconocemos y homenajeamos a los que nos precedieron, en condiciones dificilísimas, en esta labor.

Y es aquí donde, en este acto, quiero dar las gracias a los discípulos de mi padre –Vicenç Navarro Ibáñez- y de mi madre –Francesca López Buenaposada- y de los otros maestros represaliados –Heribert Rutllan Claret y Josep Bernaus Araña, y otros desaparecidos- que se han movilizado a una edad ya avanzada para asegurarse que se hiciera justicia y que tuviera lugar el homenaje de hoy. También, y muy especialmente, quiero dar las gracias a Gemma Valls, sin cuya persistencia y compromiso este acto no hubiera tenido lugar. Y también a todas las personas voluntarias y a los historiadores que nos han ayudado a recuperar parte de aquella memoria que nunca se tendría que haber perdido. Gracias a todos. Y os invito a que en su memoria todos gritemos, en voz alta, en su honor: ¡viva la Escuela Pública Republicana, y viva la República!

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La caza de brujas macartista de los años cuarenta en EEUU y ahora en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/18/la-caza-de-brujas-macartista-de-los-anos-cuarenta-en-eeuu-y-ahora-en-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/18/la-caza-de-brujas-macartista-de-los-anos-cuarenta-en-eeuu-y-ahora-en-espana/#respond Wed, 18 May 2016 07:39:25 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3512 Continuar leyendo "La caza de brujas macartista de los años cuarenta en EEUU y ahora en España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
El pasado domingo 8 de mayo, día lluvioso, fuimos mi esposa y yo al cine a ver la película Trumbo, que es la historia de la caza de brujas en Hollywood (centro de la industria cinematográfica de EEUU), centrándose en la figura de unos de los afectados más directamente por aquella página oscura de la historia de EEUU, cuando, bajo la dirección del comité del Congreso llamado House Un-American Activities Committee y del Permanent Subcommittee on Investigations del Government Operations Committee del Senado presidido por el tristemente famoso Joseph McCarthy, se intentó exitosamente suprimir las voces críticas con el capitalismo estadounidense, presentándolas como agentes de la Unión Soviética, país que había pasado de ser aliado de EEUU en la lucha contra el nazismo a ser su enemigo número 1 con la aparición de la Guerra Fría a mediados de los años cuarenta. En todo el país, incluyendo en Hollywood, personas de militancia o simpatías comunistas (como fueron la mayoría de voluntarios en las Brigadas Internacionales que lucharon en España defendiendo la democracia española frente al fascismo) fueron encarceladas y expulsadas de su trabajo, pasando a ser brutalmente silenciadas y marginadas en su propia sociedad.

La película narra la vida de una de ellas, el guionista Dalton Trumbo, que de ser uno de los guionistas más conocidos y mejor pagados en Hollywood, pasó a perderlo todo, a ser encarcelado y a tener que trabajar de manera clandestina, bajo otro nombre. Es probable que al espectador español la película basada en este personaje le diga poco. Pero es importante que se sepa lo que fue el macartismo y lo que supuso la Guerra Fría, que algunos están intentando reavivar ahora, tanto en EEUU como en España.

Trumbo es una buena película y aconsejo al lector que vaya a verla. Pero es una lástima que no cubra el período en el que Dalton Trumbo (que nació el 9 de diciembre de 1905 y murió el 10 de septiembre de 1976) vivió exiliado en México, porque allí trabajó también con Luis Buñuel en sus películas "The Young One" y "Robinson Crusoe", y fue allí también donde conoció, además de a Buñuel, a Bertolt Brecht, Miguel Covarrubias, B. Traven, Marilyn Monroe, Frida Kahlo, Diego Rivera y Nieves Orozco, además de interactuar con republicanos españoles exilados en México. Esta dimensión habría hecho más interesante para el público español la vida de Trumbo.

La represión contra los miembros de las Brigadas Internacionales que lucharon en contra del fascismo en España

Que la película se centre en un personaje famoso tiene la desventaja de que no informa sobre la represión masiva que sufrieron miles de personas desconocidas, es decir, la represión de gente normal y corriente, que no tenían la prominencia de los directores y guionistas de Hollywood. Entre estas personas la represión fue brutal. Yo lo pude ver en EEUU el año 1965, cuando, invitado por la Johns Hopkins University, llegué a aquel país para integrarme a aquel centro académico. Me explicaré.

Mi padre, que luchó para defender la República Española y perdió la guerra, nos había pedido a nosotros, sus hijos, que si a lo largo de nuestra vida y viajes encontrábamos a alguien que hubiera luchado en las Brigadas Internacionales, le invitáramos siempre a nuestra casa, ofreciéndole siempre el agradecimiento por su lucha contra el fascismo y en defensa de la República democrática. De ahí que, cuando llegué a EEUU en 1965, intenté ver y saludar a alguien que hubiera sido miembro de las Brigadas Internacionales. Y no fue nada fácil. En realidad me costó muchísimo. Y cuando, por fin, encontré a uno, un hombre que distribuía la leche a las siete de la mañana cada día a los hogares de un barrio de Baltimore, este desconfió mucho de mí. ¿Por qué quería yo verle? Cuando le expliqué que para mí él era un héroe, que quería saludarle y agradecerle su defensa de la República Española, comenzó a relajarse y a contarme su vida. Y así pude saber de una represión horrible. Un indicador de ello es que todavía entonces no quería que diera a conocer su nombre.

Había sido miembro del Partido Comunista, y como miles de ellos, fue a ayudar a la República Española en las Brigadas Internacionales. Más tarde, al volver a EEUU, los miembros de la Brigadas Internacionales fueron marginados y más tarde, perseguidos, en una represión que incluyó la cárcel en muchos casos, y la imposibilidad de encontrar trabajo. Fueron personas vetadas, además de marginadas, y muchas de ellas cambiaron su nombre. La Guerra Fría, que más que fría fue caliente dentro de EEUU, supuso una persecución brutal hacia cualquier voz crítica con un sistema capitalista sin guantes, de una dureza que en muchas dimensiones, por cierto, continúa ahora. El capitalismo de EEUU continúa sin guantes. Un dato poco conocido es que en aquel país, el 42% de las personas con enfermedades terminales están preocupadas, además de tener que enfrentarse a la muerte, por cómo ellos o sus familiares pagarán sus facturas médicas.

Los miembros de las Brigadas Internacionales fueron prematuros antinazis

Fue a partir de este contacto que fui conociendo a miembros del Partido Comunista de EEUU, personas que mostraban un extraordinario compromiso político y que, en condiciones de casi clandestinidad, estaban siempre participando en cualquier lucha por los derechos laborales, sociales y civiles en aquel país. Los reconocí cuando estuve asesorando al reverendo Jesse Jackson (discípulo predilecto de Martin Luther King) en los años ochenta, cuando este estableció el movimiento Rainbow Coalition (la Coalición Arcoíris), que reunió en un movimiento a todas las fuerzas progresistas del país, desde los sindicatos hasta los movimientos pro derechos civiles de las minorías, incluyendo también el movimiento feminista Now y el movimiento ecologista. Tuve así la oportunidad de conocer a la persona que pensé era la más discriminada en EEUU, la Sra. Meredith Mercer, discriminada por ser negra, por ser mujer, por ser anciana (tenía 78 años), por vivir en Mississippi (el sur conservador y racista profundo) y por ser miembro del Partido Comunista. Era difícil reunir más condiciones discriminatorias. Fueron personas como ella, gente de gran compromiso y de gran dedicación a mejorar su país, las que consiguieron, con otras fuerzas políticas, conquistar un gran número de derechos laborales y sociales en EEUU. De ahí que, aun cuando fui crítico con la dirección de tal partido (sobre todo por su gran apoyo acrítico a la Unión Soviética -donde mis libros críticos con aquel régimen fueron prohibidos-), siempre saludé el nivel de compromiso y dedicación al bienestar de la clase trabajadora de su país que sus miembros expresaron, compromiso digno de elogio. Fue precisamente Martin Luther King quien, una semana antes de ser asesinado, les homenajeó indirectamente, indicando que la lucha central en EEUU era la lucha de clases, rindiendo tributo a todos aquellos que en este conflicto estaban al lado del mundo del trabajo frente al mundo del capital, siendo los comunistas estadounidenses los que se distinguieron en esta lucha. Y fue en la inauguración de la Presidencia del Sr. Obama, un afroamericano, cuando por primera vez, y en su presencia, Pete Seeger (que había sido miembro del Partido Comunista) y Bruce Springsteen (que fue su alumno) cantaron por primera vez la canción completa, incluidas las partes que en su momento habían sido prohibidas del himno de las izquierdas estadounidenses, This Land is Your Land, escrito por Woody Guthrie de puño y letra, el cantante del Partido Comunista de los años treinta. La película Trumbo es un homenaje a todos ellos.

El nuevo macartismo ahora en España

Lo cual me lleva a hablar de España, donde hay una avalancha  en contra de la alianza de Podemos con IU, presentando a IU como comunistas peligrosos y/o anticuados, siempre utilizando el término comunista como un insulto, intentando reavivar la narrativa utilizada por la dictadura fascista que asfixió España durante casi cuarenta años. No deja de ser paradójico que las derechas en este país, herederas en su mayoría de las derechas que establecieron una dictadura, apoyada por Hitler y Mussolini, tengan la desfachatez, hoy, en el año 2016, de utilizar el término "comunista" como un término derogatorio, pues tal partido lideró la resistencia antifascista en contra de la dictadura. Es más, siempre que ha habido una movilización en defensa de la gente que se gana el pan con el sudor de su frente, he visto que había comunistas entre los que organizaban y ayudaban a estas movilizaciones, acciones que cualquier demócrata debería aplaudir. En cambio, en sentido opuesto, siempre veo que detrás de las políticas neoliberales que han hecho tanto daño hay los mismos grupos e intereses fácticos que también en su día trajeron la dictadura, y que más tarde han ido defendiendo políticas que han hecho un daño tremendo a las clases populares. Independientemente del mérito o demérito de la ideología que sustentan, los comunistas merecen un agradecimiento, pues no hay duda de que sin ellos y ellas España estaría hoy peor, una observación que lamento no poder hacer sobre las derechas con escasísima conciencia democrática en este país, tanto en el pasado como hoy. Los que deben avergonzarse de su pasado e historia son las derechas, no las izquierdas, incluyendo las enraizadas en la tradición comunista. Ni que decir tiene que tal tradición hizo errores que deben criticarse, labor a la que he contribuido. Pero los elementos positivos son mucho mayores que los negativos, lo cual es precisamente opuesto en el caso de las derechas. Y si no se lo creen, lean la historia real de España (incluyendo Cataluña) y lo verán.

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El candidato Trump podría ganar las elecciones en EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/17/el-candidato-trump-podria-ganar-las-elecciones-en-eeuu/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/17/el-candidato-trump-podria-ganar-las-elecciones-en-eeuu/#respond Tue, 17 May 2016 05:00:25 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3508 Continuar leyendo "El candidato Trump podría ganar las elecciones en EEUU"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, i Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

 

Es sorprendente y preocupante ver el grado de desconocimiento e ignorancia que el establishment político-mediático de EEUU tiene sobre lo que ocurre en su propio país. Era muy fácil ver el nivel de rechazo, enfado y frustración que la clase trabajadora estadounidense ha ido acumulando durante estos últimos años, causado por el descenso tan marcado de su nivel de vida como consecuencia del enorme deterioro del mercado de trabajo estadounidense, resultado de la aplicación de las políticas neoliberales llevadas a cabo por los sucesivos gobiernos federales, fueran éstos republicanos (Bush padre y Bush hijo) o demócratas (Clinton, y ahora Obama). En realidad, tal establishment ni siquiera reconoce la existencia de la clase trabajadora (como también ocurre en España), refiriéndose a ella como "clase media", lo cual no deja de ser también sorprendente, pues (también como en España) hay más ciudadanos estadounidenses que se autodefinen como "clase trabajadora" que como "clase media". Pero el establishment político-mediático (como también ocurre en España) evita por todos los medios utilizar tales términos (que los presentan como "anticuados") a fin de diluir cualquier conciencia de clase que pueda existir entre las clases populares del país.

Uno de los elementos que han influenciado más a la clase trabajadora en EEUU ha sido el desplazamiento de grandes empresas estadounidenses a países donde los salarios son mucho más bajos que en EEUU y donde la protección social es muy limitada o inexistente. Diariamente, empresas industriales se desplazan a México y a otros países de América Latina, así como a países asiáticos, destruyendo empleos en EEUU bien remunerados y estables, arruinando con ello regiones enteras del país. No sorprende, pues, el enorme enfado de las clases populares hacia el Estado federal y hacia el bipartidismo que lo sostiene, pues ambos partidos -el republicano y el demócrata (financiados por lo que en EEUU se conoce como "corporate class", la clase corporativa, formada por, ni más ni menos, que los propietarios y gestores de las mayores empresas financieras e industriales del país, el IBEX-35 de EEUU)-, han facilitado, mediante exenciones fiscales, entre otras medidas, la exportación de tales industrias.

 

Era de prever, como algunos hicimos, que Trump (que hizo de su rechazo al establishment político-mediático del país y su antagonismo al gobierno federal, tanto a su rama ejecutiva como a la legislativa, el eje de su campaña electoral) ganaría las primarias del Partido Republicano, lo cual ha sido un shock inesperado a la estructura de poder económico y político del país, incluyendo el establishment del Partido Republicano. La base electoral de Trump ha sido precisamente la clase trabajadora de raza blanca (cuya esperanza de vida, por cierto, ha disminuido, consecuencia de la enorme crisis que está viviendo), que se ha movilizado en niveles no vistos desde la Gran Depresión. La masiva victoria de Trump en las primarias del Estado de Indiana (uno de los Estados más industriales del país, que ha sufrido una desindustrialización muy masiva) ha sido el último ejemplo de tal movilización obrera en apoyo de Trump. (durante los días de la campaña de tal Estado, la compañía Carrier anunció su traslado a México). El mensaje de Trump consistió en atacar a los gobiernos de los países donde se desplazaban tales compañías, acusándoles de robar puestos de trabajo a EEUU, y culpando también al Estado federal por su complicidad en el robo.

 

La respuesta a Trump del Partido Demócrata

 

Frente a Trump, la candidata que se perfila ganadora de las primarias del Partido Demócrata, la Sra. Hillary Clinton, es muy vulnerable, pues siendo la primera dama durante la Administración de su esposo, el Presidente Clinton dio enormes facilidades a las compañías que se desplazaron al extranjero, y más tarde como senadora, apoyó tratados de libre comercio que facilitaron tal movilidad de empresas. De ahí que aparezca casi como prototipo del establishment político-mediático rechazado por la clase trabajadora. La estrategia seguida por la candidata Clinton y por el aparato del Partido Demócrata es movilizar a los votantes afroamericanos y latinos y a las mujeres, intentando, por una parte, movilizar a estos grupos en contra de Trump, algo fácil de lograr habiendo visto la hostilidad de Trump hacia tales grupos étnicos y de género. Pero, por otra parte, la Sra. Clinton intenta también enfatizar los programas antidiscriminatorios encaminados a facilitar la integración de las minorías y de las mujeres en las estructuras de poder de EEUU. Es interesante notar que este mensaje es exitoso primordialmente en aquellas partes del país, como en el sur, donde la discriminación es particularmente acentuada. Tal mensaje es también más exitoso entre las personas de mayor edad en aquella zona que en el resto del país. De ahí que las mayores asociaciones aliadas a la candidata Clinton sean las asociaciones antidiscriminatorias de los negros, latinos y mujeres, lideradas por personas de clase media alta pertenecientes a estos grupos, asociaciones que están integradas dentro del aparato del Partido Demócrata, que masivamente apoyan a la Sra. Clinton. Ahora bien, tales mensajes tienen menos capacidad de movilización entre las personas más jóvenes y entre la clase trabajadora, que por lo general, han apoyado al candidato alternativo demócrata, el senador Bernie Sanders, que no habla tanto de la integración en el sistema sino del cambio de tal sistema. Entre las personas menores de 45 años, este último candidato es el que consigue más apoyo.

 

La Sra. Clinton puede perder las elecciones

 

Frente a la alternativa Trump-Clinton, Trump podría ganar. En realidad, la última encuesta de la compañía de encuestas Rasmussen muestra que entre las personas que probablemente votarían, Trump ganaría (41% versus 39%) a Hillary Clinton. Y ahí está el drama del Partido Demócrata, al cual le está entrando auténtico pánico. Como era también predecible, el Partido Republicano ya ha apoyado a Trump, reconociéndole como su candidato, aun cuando algunas figuras republicanas como la familia Bush han indicado que no le votarán. Pero la mayoría del aparato le apoyará, pues su primer objetivo es expulsar al Partido Demócrata del poder.

 

La única alternativa para el Partido Demócrata sería el candidato Sanders. Todas las encuestas muestran que Sanders ganaría a Trump por amplios márgenes. El aparato del Partido Demócrata, sin embargo, está en contra del candidato Sanders, que se ha presentado a las primarias del partido sin ser miembro del mismo. En EEUU, el sistema bipartidista está diseñado de tal manera que es imposible para un tercer partido competir en las elecciones con posibilidades de ganar. En realidad, la mayoría del electorado no es demócrata ni es republicano. Es independiente. Y la mayoría de independientes favorecen al candidato Sanders. Pero no pueden participar en las primarias del Partido Demócrata, excepto en algunos Estados. En aquellos que sí pueden, Sanders ha ganado. Si EEUU tuviera un sistema proporcional, Sanders barrería. Al no ser proporcional y excluir a los independientes, gana las primarias el que tiene el apoyo del aparato y el de los miembros del Partido Demócrata.

 

Bernie Sanders ha sido siempre coherente con sus posturas en defensa de la clase trabajadora. Es también el único candidato que habla explícitamente de la clase trabajadora y ha reivindicado siempre sus intereses. Se opone ahora, como siempre lo hizo, a los tratados de libre comercio, que interpreta correctamente como tratados sesgados a favor del mundo empresarial a costa del mundo del trabajo. Sus propuestas para dificultar el movimiento de industrias fuera de EEUU incluyen revertir las ventajas fiscales provistas por el gobierno federal a las que dejan el país. Y un dato muy importante en su propuesta es que el Estado Federal no contratará a ninguna empresa (sea del tipo que sea) a no ser que esta pague buenos salarios y se comprometa a no irse del país. También exige a todas las empresas estadounidenses ubicadas en otros países el cese de las ventajas fiscales, además de reclamar que paguen impuestos como si estuvieran en EEUU, desincentivando su salida del país. El hecho de que Sanders continúe ganando a Trump en la mayoría de encuestas está debilitando a su vez a la Sra. Clinton, a la cual se la ve como el prototipo del establishment. Hoy es difícil  prever qué ocurrirá en aquel país.

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Las incoherencias del dirigente del PSOE, Pedro Sánchez, sobre el Senado https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/13/las-incoherencias-del-dirigente-del-psoe-pedro-sanchez-sobre-el-senado/ Fri, 13 May 2016 13:13:42 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3503 Continuar leyendo "Las incoherencias del dirigente del PSOE, Pedro Sánchez, sobre el Senado"]]> Vicenç Navarro

Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

La dirección actual del PSOE, liderado por Pedro Sánchez y por el Comité Federal del partido, en su intento por frenar el crecimiento de los sectores de la población de Catalunya a favor del independentismo, ha propuesto como alternativa al referéndum (presentado incorrectamente por el PSOE como un referéndum independentista -y digo incorrectamente porque las encuestas muestran que la mayoría de los catalanes votarían en contra de la independencia-) una reforma constitucional que, según tal partido, permitiría el establecimiento de un Estado federal, sensible a la diversidad y plurinacionalidad de España, hoy escasamente representada en la Constitución española. El Partido Socialista de Catalunya (el PSC), que en su día había apoyado la realización de un referéndum en Catalunya para saber la opinión de la mayoría de catalanes sobre la articulación deseada con el Estado español, ha abandonado tal propuesta para también sustituirla por la reforma constitucional que hoy apoya la dirección del PSOE.

Ahora bien, el hecho de que la llamada de Pedro Sánchez a la reforma constitucional esté teniendo poco impacto disuasorio en Catalunya se debe al enorme escepticismo respecto a que el PSOE esté, en realidad, comprometido con esta reforma, pues todo el mundo sabe (tanto en Catalunya como en el resto de España) que el Senado, controlado por el PP (que es el que tendría la última palabra en dicha reforma constitucional) no lo permitiría. Y me temo que el comportamiento de estos días de Pedro Sánchez, rechazando la propuesta de establecer una alianza con Podemos para el Senado, está dando claras señales de que este escepticismo está justificado. Veamos los datos.

El enorme dominio que las fuerzas conservadoras tuvieron en el proceso de la Transición de la dictadura a la democracia explica el enorme sesgo conservador (es decir, que favorece a las derechas) que tiene todo el sistema electoral español, que alcanza su máxima expresión en el Senado. El Senado, según la Constitución actual, tiene que aprobar cualquier cambio de la Constitución. Y este hecho responde a un proyecto político claro: hacer muy difícil, casi imposible, cambiar la Constitución. El artículo publicado hoy en Público por el Profesor Francesc Pallarés, de la Universidad Pompeu Fabra, uno de los politólogos que ha estudiado con mayor detalle y rigor el sistema electoral español, detalla esta realidad.

Quién y cómo se escogen los senadores

 La unidad básica del sistema electoral español para la elección del Senado es la provincia. Cada provincia escoge el mismo número de senadores (4), independientemente del tamaño de la población de la provincia. Una provincia rural y pequeña tiene el mismo número de senadores que una provincia cincuenta y dos veces mayor en términos de población, que sea industrial y urbana. Soria, que tiene 77.000 electores, elige el mismo número de senadores que Barcelona (con cerca de 4 millones) o Madrid (con cerca de 5 millones). Puesto que la elección de los senadores no está relacionada con el tamaño de la población, el Senado es la cámara menos representativa de todas las cámaras. El famoso eslogan del 15-M "no nos representan" adquiere su máxima expresión en el Senado.

Pero, a fin de hacerla todavía menos representativa, los cuatro senadores por provincia son los cuatro candidatos más votados, con lo cual tres de los cuatros senadores suelen ser del partido más votado en la provincia (partido que, por otra parte, consigue un apoyo electoral que no es necesariamente mayoritario dentro del electorado). Si se suman las dos características descritas puede así entenderse que el Senado sea, por lo general, incluso más conservador (es decir, más sesgado a favor de las derechas) que el Congreso de los Diputados. Como señala el profesor Pallarés, en 2015 el PP, consiguiendo solo el 28% de los votos en el Senado, obtuvo nada menos que el 60% de los escaños elegibles (¡!). De esta manera, el PP ha sido el que ha dominado el Senado desde el año 1996, consiguiéndose así lo que los fundadores del sistema electoral querían. No suele conocerse, por cierto, que considerar la provincia como unidad electoral fue la condición para que el Movimiento Nacional (el partido fascista) aceptara desaparecer, permitiendo la Transición de la dictadura a la democracia. Tal Movimiento Nacional quería dar protagonismo a las zonas rurales sobre las zonas urbanas e industriales, pues temía que las bases electorales de las izquierdas, es decir, la clase trabajadora, ejercieran una gran influencia en el sistema político español. Y ahí está el origen de que "no nos representan". El temor a las izquierdas, y muy en particular al comunismo, que había liderado la resistencia antifascista, fue un motor importante de la reacción que limitó extraordinariamente la democracia.

El cambio del Senado

De ahí que cualquier cambio constitucional, que en teoría el PSOE está pidiendo, no ocurrirá a no ser que haya un cambio en el Senado. La propuesta de Podemos de establecer una alianza con el PSOE era precisamente necesaria para poder permitir tal cambio. Sin dicha alianza, es muy difícil que el PP deje de dominar el Senado y, por lo tanto, se vuelve imposible que pueda hacerse la tan cacareada reforma constitucional. De ahí que el escepticismo continúe dominando el debate alternativo al independentismo, pues Pedro Sánchez está dando señales de que no está interesado en tal reforma. Si prefiere pactarla con el PP o con Ciudadanos, sabemos todos que tal reforma nunca se llevará a cabo. Y luego se preguntan por qué el independentismo está aumentando. Su esperanza –la de los nacionalistas españolistas- es que el independentismo se desinfle, sin darse cuenta de que siempre y cuando no haya respeto por la plurinacionalidad en España las tensiones continuarán exacerbadas.

Una última observación. El veto de Pedro Sánchez a la propuesta del Presidente de la Generalitat Valenciana, el Sr. Ximo Puig, que es el máximo dirigente del PSOE en la Comunidad Valenciana (y que gobierna en coalición con Compromís, aliado de Podemos), es un indicador de la falsedad de su propuesta federal, pues recuerda los peores momentos del centralismo que caracteriza el nacionalismo españolista. ¿Qué no se dan cuenta de que así no cambiará España?

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¡Unidos se puede! https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/11/unidos-se-puede/ Wed, 11 May 2016 05:00:43 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3492 Continuar leyendo "¡Unidos se puede!"]]>  

Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015

Estamos hoy viviendo en España un periodo que creo justo definir como histórico. Lo que ocurra en los próximos meses definirá claramente el futuro de este país. Y si hay una movilización de la mayoría de las clases populares podría iniciarse una transformación profunda hacia una España mucho más justa y democrática, que reconozca y celebre la plurinacionalidad del Estado español. Hará casi cuarenta años desde que hubo una transición de una de las dictaduras más represivas que hayan existido en Europa (según el experto en fascismo europeo de la Universidad de Columbia en Nueva York, el Profesor Malefakis, por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000), a una democracia muy limitada y a un Estado del Bienestar poco desarrollado. Hoy hay posibilidades de que se haga otra transición.

Aquella primera transición ocurrió en un contexto político en el que había un enorme desequilibrio de fuerzas, pues en un lado estaban las fuerzas conservadoras que dominaban el Estado español y la gran mayoría de los grandes medios de información y persuasión, mientras que en el otro estaban las izquierdas, que lideraban las fuerzas democráticas y que acababan de salir de la clandestinidad, de la cárcel o de la vuelta del exilio. No podía haber un desequilibrio más marcado, y el dominio del proceso de transición por parte de las derechas dejó su imprimátur en el proceso y en su Constitución.

El Estado resultado de aquella transición no era producto de una ruptura con el anterior, ya que hubo ramas importantes del aparato del Estado que se mantuvieron claramente bajo el control de los herederos de los que establecieron la dictadura. Son consecuencia de ello la limitada democracia y la baja calidad de la cultura democrática, el gran retraso social que vive este país, así como la visión uninacional, radial, represiva de su plurinacionalidad (asignando al Ejército la defensa de la siempre presente "unidad de España" -el eslogan de los que realizaron el golpe militar fascista del 1936 contra la República democrática-, unidad que, por cierto, no había sido cuestionada por ninguna fuerza política republicana, puesto que no es lo mismo la redefinición que la desunión de España). El President Companys, asesinado por las tropas fascistas por separatista, quería redefinir, no desunir, España, estableciendo una España plurinacional, poliédrica (en lugar de radial, centrada en la capital del Reino –que tiene muy poco que ver con el Madrid popular, víctima también de aquella visión borbónica del Estado), en la que los distintos pueblos y naciones de España tuvieran la capacidad de decisión sobre su articulación con el Estado, expresada democráticamente, sin que fuera impuesta por el Ejército una unión forzada, como instruye la Constitución de 1978.

La supuesta defensa de la "unidad de España"

Esta defensa de la "unidad de España" era un eslogan y una excusa para mantenerse en el poder, perpetuando las oligarquías financieras y empresariales y su claramente abusiva influencia sobre las instituciones llamadas representativas y mediáticas del país. Como consecuencia de ello, España, todavía hoy, casi cuarenta años después de iniciarse tal democracia, es uno de los países con mayores desigualdades sociales en Europa, con menor gasto público social (en sanidad, en educación, en servicios sociales, en escuelas de infancia, en servicios domiciliarios, en vivienda social, en transferencias a las familias, en programas antipobreza, en prevención de la exclusión social, entre otros) por habitante, y con un Estado con escasa capacidad redistributiva.

Ni que decir tiene que mucho se ha hecho durante el período democrático, y muy en particular durante el periodo de gobierno de partidos de izquierdas, en especial del PSOE, a nivel del Estado central. Se hicieron avances importantes, con el establecimiento, por ejemplo, del Sistema Nacional de Salud, entre otros.

Pero, sin desmerecer lo conseguido, el hecho es que aunque el enorme retraso social se redujo, tal retraso continúa. Ya antes de la crisis, España se gastaba 66.000 millones de euros menos de lo que debía invertir en gasto público social por el nivel de desarrollo económico que tenía. Si nos gastáramos lo que se gastan los países nórdicos de Europa -donde el mundo del trabajo ha tenido mayor poder político en Europa desde la II Guerra Mundial-, y este gasto público social se invirtiera creando empleo, tendríamos unos tres millones y medio de puesto de trabajo más de los que tenemos, eliminando una gran parte del desempleo en el país (en Suecia, alrededor de uno de cada cuatro adultos trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar; en España no llega ni a uno de cada diez). Y ello es consecuencia de la gran debilidad del mundo del trabajo en España (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006). La integración del aparato del PSOE en la estructura del Estado, sobre el cual el poder financiero y económico tiene una enorme influencia, diluyó, en gran medida, su vocación transformadora. Y cuando se presentó la crisis, la respuesta del PSOE fue típicamente neoliberal, como también ocurrió con la mayoría de partidos socialdemócratas en Europa.

El movimiento 15-M y su impacto en España

Era, por lo tanto, predecible que surgiera un movimiento generalizado de protesta, que hizo de su denuncia de este maridaje del poder financiero-económico con el poder político y mediático el centro de su movilización. Rodearon los Parlamentos, incluyendo las Cortes Españolas, señalando que no representaban a la población de los distintos pueblos y naciones de España. Sus famosos eslóganes "no nos representan" y "no hay pan para tanto chorizo" se extendieron por todo el país. El 82% de la población, como mostraron las encuestas, señaló que estaba de acuerdo con tales eslóganes. El hecho de que fuera tan eficaz en su denuncia fue por su especificidad y credibilidad. El eslogan de la estructura del poder de que no había otras alternativas a las políticas de austeridad que estaban imponiendo (y digo imponiendo, pues no estaban en sus ofertas electorales) contrastaba con datos que indicaban que sí que las había. En realidad, en las primeras manifestaciones en la Plaza del Sol varios manifestantes mostraban, en tono desafiante, a los medios de información que cubrían el evento, el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, que Juan Torres, Alberto Garzón y yo habíamos escrito, mostrando que sí que había alternativas (ver la imagen).

Se señalaba en aquel libro y en aquel mensaje que el Sr. Zapatero había congelado las pensiones (subrayando que no había otra alternativa) para conseguir 1.200 millones de euros, cuando podía haber conseguido casi el doble, 2.100 millones de euros, eliminando la bajada del impuesto de patrimonio (que benefició a la gente con patrimonio). Y un tanto semejante ocurrió con los recortes de 6.000 millones de euros en la sanidad que impuso Rajoy, millones que podrían haberse conseguido sin recortes, eliminando la bajada del Impuesto de Sociedades de las empresas que facturaban más de 150 millones de euros al año, y que representaban solo el 0,12% de todas las empresas de España.

Sus consecuencias

El 15-M fue la movilización más importante, y la que fue más eficaz en resaltar la pomposidad del poder, señalando la enorme hipocresía y falsedad del discurso oficial del establishment político-mediático, una denuncia que cuajó a lo largo del territorio español. Mostró claramente el maridaje del poder financiero-económico con el poder político-mediático, elementos clave de la estructura del poder que utilizaban un discurso carente de credibilidad. Frente a su "súper patriotismo", se mostró su enorme servilismo hacia las políticas neoliberales promovidas por el gobierno alemán y el establishment político-financiero neoliberal que gobierna la Eurozona y el Parlamento europeo, abandonando la soberanía española para el beneficio de los grupos financieros y económicos que estaban consiguiendo lo que siempre habían deseado, a saber, la disminución de los salarios y el desmantelamiento del Estado del Bienestar. Presentarse como los defensores de España, un discurso que alcanza su máxima expresión en la narrativa del Partido Popular, fundado por ministros del Estado fascista, un partido corrupto hasta la médula, era de una falsedad clara, aun cuando estuviera sostenida y ocultada por los mayores medios, influenciados por aquellos poderes fácticos, como el capital financiero y otras empresas del IBEX-35 (cuyo nivel de pago de impuesto es de los más bajos de España).

Una decisión clave de muchísimos participantes del 15-M fue que tal movimiento no podía limitarse a ser un movimiento de protesta de carácter testimonial. Tenía que convertirse en un movimiento con vocación transformadora, lo cual exigía una intervención en aquel Estado a través de, entre otras instituciones, movimientos claramente políticos que exigieran una nueva forma de hacer política y un cambio profundo de dicho Estado, anteponiendo los intereses de las clases populares a los intereses representados por aquellos que tenían una complicidad con los poderes financieros y económicos (y que denunciaba el eslogan de que "no nos representan"). Y así surgieron ya en las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015 muchos partidos (en su mayoría coaliciones de partidos nuevos y otros no tan nuevos, pero con clara vocación de cambio dentro de un proyecto común) que querían conseguir una democracia mucho más completa que la existente, y además interrumpir las políticas neoliberales que estaban dañando tanto a las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, revirtiendo tales políticas, y también cambiar España, exigiendo el respeto y establecimiento de una España plurinacional y poliédrica. En estos nuevos movimientos el tema social y el tema nacional estaban claramente interrelacionados. Estas formaciones iniciadas en las periferias, como por ejemplo En Marea, Barcelona en Comú o Compromís, se aliaron con una nueva fuerza política, Podemos, y de manera reciente con nuevas corrientes dentro de IU que posibilitaron el gran cambio del 20-D.

El pánico del establishment político-mediático del país se hizo patente ya entonces en el hecho de que la alianza con estos movimientos fue vetada por dicho establishment. La expansión ahora de tal alianza de todos estos partidos, incluida IU, ha creado un enorme pánico en las derechas (PP y C’s) y en el aparato del PSOE, los cuales ha respondido con el mismo eslogan que las derechas en España siempre han utilizado: la defensa de la "unidad de España" contra rojos y separatistas. La historia se repite, con la novedad de que esta vez la dirección del PSOE está en el otro lado del que estuvo en el 1936.

El reto de las fuerzas democráticas y progresistas

 Hay que conseguir una gran alianza de las fuerzas -incluyendo de las bases del socialismo español- que se oponen al ataque al bienestar y a la democracia que ha estado ocurriendo en España por parte de aquellos partidos, habiéndose iniciado con el gobierno Zapatero, extendido con el PP y aplaudido por C’s. Hay que revertir estas políticas. Ni que decir tiene que las derechas machacarán repitiendo que ello no es posible. Y también, predeciblemente, algunas voces confusas de izquierdas podrán también añadir que hay que ser realistas y no ser utópicos o pedir lo irrealizable. Otros dirán que las propuestas hechas por las fuerzas progresistas no son creíbles, y así, una larga lista de insultos y epítetos.

Pero la evidencia es que sí que hay alternativas. En realidad están ocurriendo cambios ya en Europa que indican el agotamiento  y el rechazo hacia estas políticas neoliberales. Y ahí es donde hay que señalar que los llamados utópicos, antisistema y una larga retahíla de insultos, son los más realistas, son los más creíbles, son los más comprometidos con la soberanía popular, y, sí, hay que decirlo, los mayores defensores de esta España justa, democrática y plurinacional, frente a las fuerzas de la reacción que desean continuar con las políticas que han causado tanto daño a la gente normal y corriente de este país. Así de claro.

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Lo que no se ha dicho sobre por qué no hay Gobierno alternativo al de Rajoy hoy en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/04/lo-que-no-se-ha-dicho-sobre-por-que-no-hay-gobierno-alternativo-al-de-rajoy-hoy-en-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/04/lo-que-no-se-ha-dicho-sobre-por-que-no-hay-gobierno-alternativo-al-de-rajoy-hoy-en-espana/#respond Wed, 04 May 2016 05:00:29 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3475 Continuar leyendo "Lo que no se ha dicho sobre por qué no hay Gobierno alternativo al de Rajoy hoy en España"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante'. Anagrama, 2015

La causa de que no haya un gobierno alternativo al del Sr. Rajoy hoy en España –según la dirección del PSOE y de los medios afines a tal partido, tales como El País y los informativos de La Sexta– es que Podemos en general, y Pablo Iglesias en particular, se opusieron incluso a explorar la propuesta que había hecho Pedro Sánchez de establecer una alianza PSOE-C’s-Podemos, basada en el pacto PSOE-C’s, al cual se invitó a Podemos a sumarse, una vez alcanzado el pacto. Ha habido una enorme movilización del mundo mediático, y de intelectuales próximos al PSOE, para responsabilizar a Podemos en general, y a Pablo Iglesias en particular, de que hoy no haya un gobierno alternativo al de Rajoy. Incluso personas claramente de izquierdas han hecho y continúan haciendo declaraciones o firmado manifiestos en los que se repite esta argumentación, insinuando la enorme irresponsabilidad de Pablo Iglesias y de Podemos (presentado como mero seguidor del líder) en obstaculizar el establecimiento de un gobierno alternativo al de Rajoy.

Tengo que admitir que me ha costado entender la intensidad y repetitividad de este argumento a la luz de una evidencia tan clara de que sí que había otra alternativa para sacar al PP del gobierno a la que proponía el PSOE. Solo la falta de diversidad ideológica de los mayores medios de información de este país puede explicar esta situación, pues estos medios han silenciado e incluso ocultado tal alternativa. Pero, una vez convocadas ya las nuevas elecciones, parece que el Sr. Pedro Sánchez decidió referirse, por fin, a que sí que había otra alternativa, desfigurándola y faltando a la verdad en el proceso de reconocimiento de tal alternativa. En unas declaraciones publicadas en El País (27.04.16), tal dirigente del PSOE dijo lo siguiente: "siempre dije que no iba a hacer descansar el gobierno de España en fuerzas políticas que quieren romper España, y con respeto a las mismas no contaré con ellas".

La famosa defensa de la "unidad de España" como argumento para no aceptar una alternativa de izquierdas

Ahí está el punto clave del que nunca se habló abiertamente durante la campaña, excepto en insinuaciones y manipulaciones que se repetían también en los mayores rotativos, como El País, que presentaban a Podemos y a sus aliados como una amenaza para la "unidad de España", con aliados como En Comú Podem, que eran descritos sistemáticamente como independentistas. Es práctica común en El País referirse a En Comú Podem como independentistas. Solo un ejemplo entre miles. Los corresponsales de El País Anabel Díez y Pere Ríos, en su informe publicado en primera página el día 04.04.11, titulado "Líderes del PSOE advierten a Iceta de que no ceda al independentismo", definen a En Comú Podem como un partido con posiciones independentistas, lo cual se hace continuamente. Y también El País y sus informadores se refieren al referéndum que Podemos y En Comú Podem proponían que se realizara en Catalunya como referéndum independentista.

La falsedad de tales aseveraciones aparece con toda claridad cuando se leen los programas electorales de estos partidos. Ninguno de estos partidos es independentista. De ahí que se debe concluir que los corresponsales de El País o son incompetentes, o están mintiendo. Una situación semejante ocurre en cuanto al referéndum. El referéndum es para que la población en Catalunya pueda votar si quiere o no separarse de España, referéndum que es más que probable que hoy resultara en una mayoría a favor de su permanencia en España. En realidad, una de las principales razones del crecimiento del independentismo es, precisamente, la negativa a que la población catalana pueda expresar sus preferencias. El referéndum en sí no está ni a favor ni en contra, es un mero instrumento democrático para que la población exprese sus sentimientos.

Tales afirmaciones de Pedro Sánchez y de los medios próximos a él eran y continúan siendo manipulaciones y mentiras que muestran el grado de mezquindad al cual se ha llegado en la campaña que intenta promover odio (sí, promover odio) hacia Podemos y Pablo Iglesias, y hacia a sus aliados, presentándolos como anti-España. Los estándares de comportamiento de los mayores rotativos alcanzaron ya las dimensiones de las derechas latinoamericanas, que no tienen límites en su intento no solo de vencer, sino de destruir al adversario, al cual se le ve como el enemigo.

Qué es la famosa defensa de la "unidad de España"

Veamos cuál era la alternativa que apoyaba Podemos, En Comú Podem, en Marea, Compromís e IU. Y verán que ninguna de estas fuerzas está llamando a la ruptura de España. La otra fuerza política a la que se proponía invitar a sumarse a esta alianza era el PNV, que no es tampoco un partido independentista. ¿Por qué Sánchez está mintiendo y los rotativos están mintiendo con toda desfachatez? Y la respuesta está clara. Porque quieren movilizar el sentimiento patriótico del nacionalismo españolista, todavía ampliamente extendido en España, para defender, como siempre han hecho las derechas en España, "la unidad de España", un pretexto bajo el cual se oculta la intención de defender los intereses económicos de la estructura de poder de este país. La historia se repite. Las oligarquías económicas y financieras que dominaban la vida económica del país, ante el terror de ver sus privilegios afectados negativamente, realizaron un golpe militar el 18 de julio de 1936 para defender sus intereses bajo la llamada para defender la "unidad de España", que, por cierto, nadie estaba amenazando.

No es la desunión, sino la redefinición de España

Los tres partidos proponentes del nacionalismo españolista (el PP, el PSOE y C’s) están defendiendo las políticas neoliberales que han estado imponiendo a la población española utilizando el argumento de que están defendiendo la "unidad de España", unidad que, ahora, como en 1936, el gobierno alternativo no hubiera amenazado. Se está deliberadamente confundiendo la redefinición con la desunión de España. El argumento, entonces y ahora, en contra de los "rojos" (ahora llamados utópicos o irrealistas) y "separatistas" es la gran argumentación en defensa de sus intereses económicos y financieros.

El PNV es un partido nacionalista cristianodemócrata. Y para una persona progresista, las políticas económicas y sociales  cristianodemócratas son en general más aceptables que las propuestas por los partidos neoliberales como Ciudadanos. El PSOE (y, sobre todo, su equipo económico de clara orientación neoliberal) prefirió a Ciudadanos (tal como también escribió Jordi Sevilla en El País el 28.04.16) bajo el argumento de que los dos defienden la "unidad de España".

El nuevo gobierno hubiera sido el resultado del apoyo y la alianza de una mayoría de fuerzas políticas que quieren romper con las políticas neoliberales que han llevado a las clases populares de España a un desastre. Es urgente que se establezca este frente amplio en contra del neoliberalismo. Teniendo en cuenta la enorme impopularidad de las políticas neoliberales iniciadas por el PSOE, expandidas por el PP y aplaudidas por C’s, hoy existe la posibilidad de establecer un amplio abanico de alianzas. Llamar independentista a este nuevo gobierno basado en la alianza de las izquierdas con el PNV es simplemente de una mala leche y mezquindad extraordinarias, pues ninguno de ellos defiende o propone ninguna secesión.

¿Dónde está el independentismo?

Ahora bien, se dirá que para la investidura del gobierno alternativo se requería, no la aprobación, sino la abstención de partidos independentistas catalanistas, como ERC y Democràcia i Llibertat, lo cual previsiblemente ocurriría, pues para ambos partidos el gobierno del PP ha sido también una pesadilla. Pero esta abstención se presenta, de nuevo, como consecuencia de las simpatías independentistas de Podemos y de IU. Más mala leche. Estos partidos independentistas son todos ellos claramente democráticos, y tienen toda la legitimidad para proponer lo que deseen, incluyendo la secesión de España de sus comunidades. ERC fue, por cierto, un leal colaborador del gobierno tripartito en Catalunya. Y en las Cortes ha aprobado leyes que han beneficiado mucho más el bienestar de las clases populares que las leyes votadas por el PP, el PSOE y C’s. Ahora bien, el nuevo gobierno alternativo no les hubiera pedido su apoyo, que quiere decir que voten sí a la investidura. Era lógico que se hubieran abstenido (como ya habían insinuado) porque el peor gobierno español para Catalunya, sea ésta un Estado independiente o un Estado autonómico, era y es el gobierno del PP. ¿Cuál es la objeción a tal abstención?

¿Qué ocurrirá?

La derecha (PP y C’s) intentará, una vez más, poner como el eje central de las próximas elecciones "la defensa de la unidad de España", como hicieron en el conjunto del Estado para movilizar la bandera española contra los radicales utópicos, y contra los separatistas, mensaje que en la España uninacional, radial y antiplurinacional se vende bien, como han mostrado las sucesivas elecciones.

La otra alternativa debería ser poner en el eje central el tema económico-social, estableciendo un frente antineoliberal que puede abarcar una amplia coalición no solo de las izquierdas (que necesitan aliarse respetando la diversidad institucional), sino de otras formaciones políticas que son antineoliberales y que deberían incluir sectores del PSOE que se rebelen contra la alianza con C’s. No es casualidad que las medidas ultraliberales sean promovidas por las derechas españolas que intentarán, una vez más, utilizar el tema nacional para esconder y ocultar el desastre social al que han llevado al país. Y en esta movilización antineoliberal, es importante subrayar que los que siempre han defendido la soberanía popular han sido las fuerzas auténticamente democráticas de este país, soberanía hoy abandonada por las mismas fuerzas que lo han estado dañando tanto. Son estas mismas fuerzas las que han adoptado una actitud dócil y servil al Estado alemán y al establishment financiero-económico-político de la Eurozona, así como la aceptación y promoción del tratado de libre comercio entre EEUU y la UE (el TTIP), que significa la pérdida de la soberanía de los Estados frente a los poderes económicos y financieros, sin ningún freno. Y estos partidos tienen la desfachatez de presentarse como los grandes patriotas defensores de la "unidad de España".

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El cinismo del FMI en el caso de Grecia https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/02/el-cinismo-del-fmi-en-el-caso-de-grecia/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/05/02/el-cinismo-del-fmi-en-el-caso-de-grecia/#respond Mon, 02 May 2016 05:00:16 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3466 Continuar leyendo "El cinismo del FMI en el caso de Grecia"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

En agosto del pasado año 2015, y después de ocho meses de negociaciones entre el gobierno griego de Syriza y la Troika (el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea), el gobierno griego aceptó el rescate de 86.000 millones de euros, imponiendo medidas de enorme austeridad.

Hay que aclarar inmediatamente que los 86.000 millones de euros no eran para ayudar a Greca, aunque predeciblemente se ofrecieron a Grecia bajo esta falsa pretensión de ayudarla. Estos 86.000 millones eran para pagar los intereses de la deuda pública griega, propiedad del FMI, de los bancos europeos y de los Estados europeos (incluido el español), que habían comprado tal deuda durante los años 2012, 2011 y antes. Y la Troika, para que le fueran devueltos por parte de Grecia estos 86.000 millones de euros, exigió del gobierno Syriza hacer unos enormes recortes de gasto público para conseguir el dinero con el que pagar el mal llamado rescate. Estas medidas incluyeron recortes en las pensiones, así como un incremento de los impuestos (sobre todo a las rentas inferiores, pues la Troika exigía que en lugar de subir los impuestos de los ricos se ampliara la base impositiva, lo cual quería decir, en lenguaje plano, que las rentas inferiores que no pagaban impuestos, los pagarían ahora).

También exigía un descenso de los salarios y más recortes de los servicios y el empleo públicos, además de vender las propiedades públicas, como aeropuertos, centros portuarios, compañías de electricidad y un largo etcétera. Exigía, además, que el déficit público del Estado se eliminara, pasando a tener un superávit equivalente a un 3,5% del PIB en 2018.

El gobierno Syriza intentó cumplir con estas exigencias. Su presidente, Alexis Tsipras, ha indicado que la expansión del gravamen impositivo significará un crecimiento de los ingresos al Estado equivalente a un 1% del PIB. Y las reformas de las pensiones, con recortes notables, también supondrán un aumento de ingresos de aproximadamente otro 1,5% del PIB. Y, como era fácil de predecir, tales recortes han creado un auténtico desastre. Una vez más, el sueño neoliberal se ha transformado en la pesadilla de las clases populares en Grecia. En lugar de ayudar a que la economía griega se recuperara, la ha derribado todavía más, lo cual era extraordinariamente predecible. Las medidas de austeridad han conducido al austericidio. Una exposición detallada de ello aparece en el excelente libro de Mark Weisbrot, uno de los economistas más lúcidos en el mundo occidental, cuyo reciente volumen se titula Fracaso. Los que los "expertos" no entendieron de la economía global (publicado por Akal), y que les aseguro será ignorado por las páginas económicas de los mayores rotativos y por la prensa económica. La evidencia que Mark Weisbrot presenta es abrumadora. El problema económico mayor que tiene Grecia, y la Eurozona, es la falta de demanda. Y los dramáticos recortes de gasto público en tal país redujeron todavía más esta escasa demanda. Grecia nunca se recuperará, y el superávit del 3,5% del PIB (una cifra absurda y claramente inalcanzable) nunca se alcanzará. Y, mientras, el Estado continúa en déficit público. Y siguiendo el dogma neoliberal, la Troika continúa insistiendo en que haya más y más recortes.

Los papeles de WikiLeaks: el cinismo del FMI

 WikiLeaks acaba de publicar la conversación, que era supuestamente secreta, entre oficiales del FMI en sus sedes de Washington y Europa. Y, como era también predecible, refleja el cinismo de tales personajes. A pesar del claro deterioro de la economía griega, del cual son plenamente conscientes (resultado, como he dicho en el párrafo anterior, del colapso de su demanda domestica, como consecuencia del descenso de los salarios y de los recortes del gasto público), los personajes del FMI insisten en que el gobierno griego tiene que continuar y expandir las medidas neoliberales. Pero, conscientes de la impopularidad de estas medidas, tales personajes concluían que para que el gobierno griego continuara con los recortes y las bajadas de salarios había que aumentar la presión sobre el gobierno Tsipras para que aceptara continuar con las medidas de mayor austeridad.

En la conversación, tales personales se quejaban de que la Comisión Europea no estaba cooperando con la mano dura que estaba proponiendo el FMI y, para colmo, la Comisión estaba incluso explorando la posibilidad de que hubiera un recorte en los intereses de la deuda pública griega para facilitar el pago de tales intereses por parte del Estado griego. El FMI insistía en que, por el contrario, se debía obligar al gobierno Syriza a que hiciera estos cambios en la línea de mayor austeridad antes del mes de julio de 2016, por dos razones. Una es que –de seguir las cosas como estaban- Grecia no podría pagar los intereses de su deuda pública antes de esta fecha, y ello coincidiría con otro evento, con el que el FMI estaba súper preocupado: el referéndum del 23 de junio de este año en que la población del Reino Unido decidirá si se va o se queda en la Unión Europea. Si Grecia no pagara la cuota de intereses que le toca en aquella fecha y el Reino Unido votara salirse de la UE, habría una demanda de que Grecia también saliera de la Unión Europea, lo cual el FMI valora como muy negativo. De ahí la urgencia que los personajes del FMI veían en que se llegara a un acuerdo con el gobierno griego antes de la fecha fatídica del 23 de junio. Ni que decir tiene que el Sr. Wolfgang Schäuble, Ministro de Finanzas del gobierno alemán, estaba muy en contra de la reducción de los intereses de la deuda pública griega que la Comisión Europea estaba sugiriendo, y exigía que se obedeciera al FMI y que fuera esta institución la que designara y supervisara el rescate griego de su deuda.

Puesto que WikiLeaks distribuyó las conversaciones de tales oficiales del FMI, esta institución no puede negar el contenido de su plan para presionar a Grecia, que es de una dureza y de un cinismo extremo. Es obvio que lo que le interesa más y preocupa más al FMI no es Grecia, sino que se pague la deuda pública a sus acreedores, sin más. Que con ello destruyan a Grecia, parece que les importa un comino. Así de claro.

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Lo que no se está leyendo en los mayores rotativos españoles sobre lo que pasa en las primarias de EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/29/lo-que-no-se-esta-leyendo-en-los-mayores-rotativos-espanoles-sobre-lo-que-pasa-en-las-primarias-de-eeuu/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/29/lo-que-no-se-esta-leyendo-en-los-mayores-rotativos-espanoles-sobre-lo-que-pasa-en-las-primarias-de-eeuu/#respond Fri, 29 Apr 2016 08:19:01 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3450 Continuar leyendo "Lo que no se está leyendo en los mayores rotativos españoles sobre lo que pasa en las primarias de EEUU"]]> Vicenç Navarro

Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy en la The Johns Hopkins University

La cobertura de la realidad estadounidense por parte de la prensa escrita se realiza, por lo general, a través de corresponsales que se limitan a traducir al castellano lo que dicen la mayoría de los grandes rotativos de EEUU, lo cual puede llevar a conclusiones que son cuestionables. Un ejemplo de ello es la lectura de las últimas elecciones primarias en el Estado de Nueva York, ganadas por el Sr. Trump en el Partido Republicano y por la Sra. Clinton en el Partido Demócrata, victorias que parecen haber colocado a ambos candidatos en posición de convertirse en los aspirantes de cada uno de los partidos para competir por la Presidencia de EEUU.

A primera vista, los datos parecerían confirmar que esta lectura no es del todo desacertada. En el día de hoy, Trump parece que terminará teniendo suficientes delegados para ser nombrado candidato republicano para competir con el candidato o candidata del Partido Demócrata para tal cargo.

Y, según los medios, es la Sra. Clinton la que más probablemente será la candidata. Y por los números de delegados así lo parecería. La Sra. Clinton tenía, después de las elecciones que tuvieron lugar en EEUU el día que se realizaron en Nueva York, 1.429 delegados elegidos en las primarias, a los cuales había que sumar 469 súperdelegados que tienen derecho a participar en la votación por el cargo que tienen, sean congresistas o senadores, u otros cargos electos del Partido Demócrata, sumando así 1.883 delegados, un número ya relativamente cercano para alcanzar los 2.383 necesarios para conseguir la mayoría. El Sr. Bernie Sanders tenía 1.149 delegados y tenía el apoyo de solo 31 súperdelegados, ganando un total de 1.180. La diferencia es notable y parecería que el Sr. Sanders no tiene muchas probabilidades de ser el candidato del Partido Demócrata.

Lo que no se conoce tanto en España

Ahora bien, hay varios datos que deberían conocerse y que no se han publicado en España. Uno de ellos es que la mayor causa de la diferencia de delegados fue el inicio de la campaña en los Estados del sur, los más conservadores en aquel país. En aquellos Estados, el aparato del Partido Demócrata jugó un papel clave en la movilización del electorado de este partido, canalizando el voto a través de las asociaciones de afroamericanos y latinos, que eran, en la práctica, ramas del aparato del Partido Demócrata, aparato que estaba claramente a favor de la Sra. Clinton, ansiosos y temerosos del Sr. Sanders y su socialismo. De ahí el énfasis de la candidata Clinton en acentuar las discriminaciones por raza y grupo étnico, así como por género, que existen en EEUU, y su necesidad de corregirlas para facilitar una mayor integración de los afroamericanos, de los latinos y de las mujeres en el sistema económico y político estadounidense. La estrategia de la Sra. Clinton es facilitar la integración de los grupos discriminados –negros, latinos y mujeres- en la estructura de poder estadounidense. De ahí que la mayoría de aquellas asociaciones –lideradas por personas negras, latinas y mujeres de clase media alta– apoyaran a la Sra. Clinton.

El Sr. Sanders, por el contrario, enfatizó los temas transversales, mostrando sentido e identificación de clase social, pues su intención no es conseguir su integración en el sistema, sino el cambio de este. El Sr. Sanders cuestiona la estructura de poder, y por lo tanto, el sistema económico y político estadounidense basado en el maridaje y complicidad entre el poder financiero y económico, por un lado, y el poder político y mediático, por el otro. La estrategia de los movimientos civiles en defensa de los negros y de los movimientos feministas había conseguido que variara la composición de las estructuras de poder, incluyendo a las minorías negras, latinas y las mujeres, sin que el nivel de vida de la mayoría de negros, latinos y mujeres hubiera aumentado. En realidad, el Presidente Clinton, esposo de la candidata Clinton, había facilitado la integración de negros, latinos y mujeres en su Administración, a la vez que aprobó leyes de claro sentido clasista (es decir, que beneficiaron al mundo empresarial) que causaron el crecimiento de la pobreza en EEUU, también entre los negros, los latinos y las mujeres. El Presidente Obama, el primer presidente afroamericano, no ha mejorado el estándar de vida de la clase trabajadora afroamericana, la clase mayoritaria dentro de la población negra. Es una de las diferencias clave entre la candidata Clinton y el candidato Sanders. La Sra. Clinton enfatiza las políticas de identidad, de raza, de grupo cultural y étnico y de mujer, y el Sr.  Sanders enfatiza las de clase social.

El socialismo de Sanders

Para Sanders el mayor problema de la democracia estadounidense es la instrumentalización del poder político por parte del poder financiero y económico, haciendo una llamada explícitamente a la Revolución Política del pueblo estadounidense frente a la minoría financiera y económica, que él llama la "billionaire class" (la clase de billonarios) que controla la vida política, económica y mediática del país. Su concepto de socialismo no es el de la nacionalización de los medios de producción, sino el de la democratización del sistema político, rompiendo el maridaje entre el poder financiero y económico y el poder político. Su llamada a la movilización de clase (redefiniendo la clase trabajadora como la mayoría de la población que trabaja, a la cual Sanders define como "las clases medias y las familias trabajadoras") ha sido sorprendentemente exitosa. Ha movilizado sobre todo a la gente joven y a la clase trabajadora en EEUU. De ahí que fuera en las primarias que tuvieron lugar en los Estados más industrializados y más urbanos cuando su estrategia de clase fue más efectiva, ganando en muchos de estos Estados, venciendo además con grandes mayorías. Y es en estos Estados donde el aparato del Partido Demócrata ha tenido menor capacidad de movilización. Y ahí, en estos Estados, la Sra. Clinton tiene una imagen de ser un miembro prominente del establishment, algo que le daña. Ha recibido casi tres millones de dólares por dar 12 conferencias en los bancos de Wall Street, eje del capital financiero, que ha pagado gran parte de sus campañas. Así, la Sra. Clinton es especialmente vulnerable, pues se la ve como una figura del establishment en un momento en el que la población tiene un claro rechazo hacia el mismo, el cual es visto como controlador del Partido Demócrata. Ello explica la gran pérdida de personas pertenecientes al Partido Demócrata, cantidad que ha pasado de representar el 38% de la población adulta en 1988, al 29% en 2014. El Partido Republicano ha tenido una pérdida semejante de miembros, pasando de un 33% a un 26% en el mismo periodo, mientras que los independientes han subido, de un 31% en 1988 a un 42% en 2014. Es entre los independientes donde Sanders está consiguiendo más apoyo.

Los problemas de Hillary Clinton

Hillary Clinton, persona percibida claramente como miembro del establishment, tiene un elevado porcentaje de voto negativo (uno de los más altos, el 52%). Si se suman, pues, estas dos variables: una el bajo porcentaje de personas que se consideran demócratas, y dos el elevado grado de opinión desfavorable de Clinton entre la población, la candidatura de Clinton tiene un grave problema. En realidad, todas las encuestas muestran que Sanders podría derrotar a Trump con porcentajes mayores que Clinton, porcentajes que son incluso mayores entre los jóvenes, por debajo de los 35 años, y entre la clase trabajadora. En realidad, lo que está sucediendo en esta campaña es el resurgir de la clase trabajadora estadounidense como sujeto político. El gran rechazo por parte de tal clase hacia las estructuras políticas a las cuales se consideran como responsables del gran deterioro económico, es uno de los datos de mayor interés en EEUU, y que apenas ha aparecido en España.

Tal movilización es lo que explica el otro inesperado éxito, el del candidato Trump, cuyo apoyo procede en su mayoría de la clase trabajadora, predominantemente blanca. Y aun cuando, como he indicado en otros artículos, Trump es la versión Le Pen, la versión fascista en EEUU, sería injusto definir a sus seguidores como tales. Son obreros que rechazan profundamente el establishment político-mediático, hecho que Trump explota y capitaliza en su campaña. Un componente que atrae gran interés es que Trump, al comienzo de cada una de sus conferencias, ridiculiza el análisis político que han hecho los gurús mediáticos el día anterior en sus informativos.

El futuro incierto en el plano político en EEUU: el resurgimiento de la clase trabajadora como agente político

El bipartidismo está también en crisis profunda en EEUU. El descenso de la población que se identifica con ambos partidos es muy marcado. Y es probable que este descenso continúe. Y, mientras, el porcentaje de la población que se define como independiente (es decir, ni demócrata ni republicana) está aumentando de una manera muy notable. Durante las primarias en el Partido Demócrata votan solo los miembros del Partido Demócrata en algunos Estados, pero en otros pueden hacerlo también los independientes. Y es en estos Estados donde, por regla general, Sanders  (que tiene su mayor apoyo entre los independientes) gana. De ahí que en los primeros Estados (en los que solo votan los demócratas, como en el Estado de Nueva York) consigue peores resultados. Pero no así cuando los independientes pueden votar. De ahí que en las encuestas para predecir el resultado de las elecciones generales, el candidato Sanders consiga unos porcentajes de voto sobre Trump mayores que los que consigue la Sra. Clinton.

Si la elección fuera Donald Trump versus Hillary Clinton, el resultado sería más incierto, pues Trump presentaría su candidatura intentando capitalizar sobre él el profundo sentimiento antiestablishment que aparece en aquel país frente a una figura que representa claramente a este establishment. Y aun cuando sería predecible que la mayoría de personas que han apoyado al candidato Sanders durante las elecciones primarias votaran a la Sra. Clinton, es también probable que un porcentaje elevado se abstuviera. No se puede subestimar el rechazo de la juventud (la mayoría de personas por debajo de 35 años simpatiza con Sanders) y de la clase trabajadora hacia el establishment. La percepción de que los dos partidos mayoritarios están instrumentalizados por intereses financieros y económicos está muy generalizada en EEUU, sobre todo entre las clases populares. Y no son insensibles a las llamadas a la necesidad de una revolución política que hace el candidato socialista. Desde la decisión de la Corte Suprema de EEUU en el año 2012 ("Citizen United Versus Federal Election Commission"), la cantidad y origen del dinero que pueden recibir los candidatos es ilimitada, con lo cual el 40% de los fondos que recogen los políticos (en terminología actual, la casta política) procede del 0,01% de la población.

Mientras, el promedio de los ingresos familiares, ajustado por la inflación, es hoy más bajo que en el año 2008. Y aun cuando el desempleo ha descendido bajo la Administración Obama, el porcentaje de la población adulta que trabaja ha disminuido. De ahí que el futuro sea hoy muy incierto en aquel país. No es fácil hacer predicciones, pues lo que caracteriza a la vida política de Estados Unidos es su gran rechazo hacia el establishment financiero, económico, político y mediático del país. Y ahí está la cuestión, que los grandes medios de información y persuasión españoles apenas citan.

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El cinismo de 'El País' y los otros mayores rotativos en España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/27/el-cinismo-de-el-pais-y-los-otros-mayores-rotativos-en-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/27/el-cinismo-de-el-pais-y-los-otros-mayores-rotativos-en-espana/#respond Wed, 27 Apr 2016 08:00:26 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3445 Continuar leyendo "El cinismo de 'El País' y los otros mayores rotativos en España"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015

En una conferencia dada hace unos días por el Secretario General de Podemos, el Sr. Pablo Iglesias, en la Universidad Complutense, este hizo una crítica en general a la mayoría de periodistas que mediáticamente cubren la actualidad de este partido, tomando como referencia a un periodista del rotativo El Mundo, aunque podía haber escogido cualquier otro. Criticó el sesgo anti-Podemos de la mayoría de tales profesionales, empleados o contratados por los mayores rotativos del país, que han mostrado una gran hostilidad en general hacia Podemos, y hacia Pablo Iglesias en particular.

Predeciblemente, al día siguiente todos los mayores rotativos escribieron editoriales denunciando este comportamiento del Secretario General de Podemos. De especial interés es el escrito por El País, titulado "Iglesias ataca a la prensa", en el que acusa, una vez más, al dirigente de aquel partido de mostrar actitudes que el rotativo define como bolivarianas, contrastándolas con la neutralidad y veracidad de la prensa española, escribiendo que "la regla de juego básica de la prensa en una democracia es la veracidad, y que su labor fundamental es el control del poder para evitar abusos, corrupciones o agresiones gratuitas como la suya". El artículo comienza con la frase de que uno de los principios básicos de cualquier democracia es la defensa de la libertad de información, presentando a El País como un ejemplo de ello.

El sesgo anti-Podemos es tan obvio en la mayoría de los grandes rotativos españoles, incluyendo El País, que es difícil de creer que el editorialista se crea lo que está escribiendo. Es muy fácil de ver y de reconocer el apoyo de este rotativo a la dirección del PSOE y también (y muy en particular) a la de Ciudadanos, lo que contrasta con la abierta hostilidad hacia Podemos en general, y muy en especial hacia Pablo Iglesias, actitud que es común no solo en El País, sino en los mayores rotativos del país que son de sensibilidad conservadora y/o liberal (que a nivel popular quiere decir de derechas o de centroderecha). No hay en España ningún gran rotativo de izquierdas. Hacer esta observación no quiere decir que no haya colaboradores o periodistas de izquierdas, pero son una gran minoría y una excepción. Los equipos de dirección de los grandes rotativos no solo son de derechas, sino que, como caracteriza a las derechas en España, son profundamente anti-izquierdas. Durante el periodo postdictatorial, el PCE primero, IU más tarde, y Podemos ahora han tenido muy mala prensa. La evidencia de ello es abrumadora.

Quisiera aclarar, por cierto, que el hecho de que un rotativo en su editorial apoye un partido político no es, en sí, censurable. Ahora bien, sí que es censurable y denunciable que sus simpatías lo lleven a tergiversar la realidad (manipulando o incluso mintiendo) para favorecer a tales partidos y/o desfavorecer a los que consideran como sus adversarios, lo cual es una práctica muy común en estos grandes rotativos. En realidad, en un país con una conciencia democrática más avanzada, tales comportamientos serían no solo criticables y denunciables, sino también sancionables. Veamos los datos.

Evidencia diaria de falsificaciones y tergiversaciones

Los ejemplos de estos comportamientos son múltiples y aparecen diariamente. En los mismos días que El País publicaba tal editorial, dicho rotativo sesgaba la presentación de una noticia, utilizando una narrativa que falseaba la realidad. Es conocido que El País se opone a la realización del referéndum en Catalunya, a lo cual es libre de oponerse. Pero lo que no es libre de expresar es que se refiera a tal referéndum como un referéndum independentista, pues quiere, con la utilización de tal término, determinar una respuesta negativa a dicho referéndum. El referéndum no es, sin embargo, independentista. Es un referéndum democrático que pregunta a la población en Catalunya si prefiere continuar en España o separarse de ella. Es, en sí, un referéndum democrático, ni más ni menos. En realidad, si hoy tuviera lugar este referéndum en Catalunya, lo más probable es que no ganara la independencia. Pero esto es irrelevante para El País, que lo que quiere es que no se celebre el referéndum, y de ahí que, con el objetivo de crear sentimientos negativos hacia este, lo adjetive de independentista. La realidad, por cierto, es precisamente lo opuesto, pues si la población en Catalunya tuviera la posibilidad de votar, es más que probable que el deseo por la secesión en Catalunya disminuyera. No permitir el referéndum, como lo hacen El País y la mayoría de grandes rotativos, está estimulando el crecimiento del movimiento independentista. Ahora bien, para El País el objetivo de la manipulación es prejuzgar el resultado del referéndum a fin de crear hostilidad hacia él. Se diga como se diga, esta práctica es manipulación, carente de la más mínima ética profesional.

Su hostilidad hacia la plurinacionalidad de España

Otro sesgo y manipulación aparecen cuando El País define a En Comú Podem (una coalición de partidos, aliada de Podemos) como independentista o proindependentista, lo cual es también una falsedad, como puede comprobarse leyendo el programa de tal coalición de partidos. El País, a través de sus reportajes y sus editoriales, quiere dar la impresión de que Podemos y sus aliados son peligrosos para España, pues parecen cuestionar la unidad de España, cuando lo que tal partido (y demás partidos de la coalición que se presentan conjuntamente) desean no es romperla, sino redefinirla, cambiando la visión hegemónica de España para que se transite de una España uninacional, radial y escasamente democrática, a una España plurinacional, poliédrica y más democrática. La falta de equilibrio de los artículos publicados en sus páginas de opinión sobre lo que El País define como "cuestión territorial" muestra claramente este sesgo nacionalista españolista, expresión que nunca utiliza el rotativo, que se reserva la utilización del término nacionalista para definir a los nacionalismos "periféricos", pero no al central que, por cierto, es el más poderoso de todos ellos, y que aparece por todos los lados de aquel rotativo.

El sesgo neoliberal del rotativo y su agresividad hacia el programa económico de las izquierdas

Tal sesgo aparece también en El País constantemente y casi diariamente en el espacio ofrecido a los economistas responsables del diseño de las propuestas económicas de los distintos partidos. Mientras que economistas próximos al PP, al PSOE y a Ciudadanos aparecen con gran frecuencia en sus páginas (repetidamente con insultos y sarcasmos dirigidos a los programas económicos de los partidos de izquierdas, y muy en especial a Podemos e Izquierda Unida), los responsables y asesores en temas económicos de estos últimos partidos casi nunca aparecen. Incluso cuando estos son insultados, El País no les ofrece la posibilidad de responder. Ello es una práctica común. De nuevo, El País no es la excepción. Ocurre también en los otros grandes rotativos del país. Este sesgo y estas prácticas reflejan el carácter no tanto informativo, sino propagandístico de El País (y de la gran mayoría de rotativos), que llegan no solo a falsificar el programa de los partidos de izquierdas, sino también la realidad en sí.

No solo manipulación, sino también mentiras

 He citado el ejemplo de la manipulación (sutil a veces, grosera en otros casos), resultado del sesgo tan marcado en contra de Podemos y de IU, que aparece en El País y los otros grandes rotativos. En realidad, La Razón y el ABC son ya la forma extrema de esta manipulación. Ahora bien, en otras circunstancias se va más allá y se practica la mentira. Uno de los casos más groseros de los muchos que he visto ocurrió en la cobertura mediática de la primera visita de Pablo Iglesias a la ciudad de Barcelona. Fue en un pabellón deportivo en un barrio obrero, lleno a rebosar. La sorpresa es que el altamente popular exalcalde de Barcelona, el Sr. Pasqual Maragall, estaba entre los asistentes en el pabellón. Al cerciorarse de su presencia, el estadio entero le dio una ovación que duró varios minutos. Lo pude ver y oír, pues estaba sentado muy cerca de donde estaba Pasqual Maragall. Cuál fue mi sorpresa que al día siguiente El País publicó, con una mezquindad sin parangón, que el público del estadio había abucheado al exalcalde Maragall. Tengo que reconocer que me costó aceptar lo que estaba viendo. ¡Era ya demasiado! Escribí una carta al director, pidiéndoles que publicaran una corrección. No era una carta hostil. Mi carta no tuvo respuesta, como tampoco han tenido respuesta otras cartas respondiendo a insultos o tergiversaciones de mis libros y escritos por parte de economistas de El País, que pueden leer en mi artículo "Manipulaciones y mentiras en El País" (Público, 30.12.14). Nunca había visto tal nivel de desfachatez en un rotativo en los muchos países en los que me ha tocado vivir durante mi largo exilio.

La manipulación como práctica común

 Pero lo que protege esta manipulación y falta de ética profesional es que estas prácticas antidemocráticas son comunes en los medios de información y persuasión españoles, conocidos internacionalmente por su falta de diversidad ideológica y su limitada profesionalidad. Así lo han reconocido medios internacionales como The New York Times (denuncia que generó otra respuesta de El País, con otra pomposa declaración del carácter ejemplar de la prensa española) que señaló la falta de libertad de prensa en España debido a la influencia que los poderes financieros (la banca) y los gobiernos tienen sobre los mayores rotativos españoles (ver mi artículo "El New York Times lleva razón: no existe pluralidad en los medios", Público, 19.11.15). Predeciblemente, todos los mayores rotativos (incluyendo en primera línea El País), junto con la Asociación de Editores de Diarios Españoles, inmediatamente respondieron indicando que el New York Times estaba guiado por prejuicios que le habían llevado a conclusiones erróneas, carentes de objetividad y rigor, acentuando que España "se caracteriza por la pluralidad mediática (...) como resultado del claro compromiso de los medios de información españoles con la libertad de prensa de España". Lo cual quiere decir que, en contra de toda la extensa y contundente evidencia de lo contrario, tales rotativos tienen la osadía de presumir de que no discriminan a las izquierdas en el país, ni tampoco manipulan sus noticas en una clara muestra de su hostilidad. Es difícil que se lo crean, pues son prácticas diarias que muestran claramente lo contrario. Cuenten ustedes los artículos favorables a las políticas propuestas por el PP o por Ciudadanos o por el PSOE y comparen con los artículos favorables a las de Podemos y a las de IU, y lo verán. Y si en lugar de artículos cuentan editoriales, verán que la situación es incluso peor, por no hablar de la prensa económica , donde los puntos de vista de las izquierdas no aparecen ni una vez, excepto en contadísimas ocasiones para ridiculizarlas.

La población española no se fía de los medios

No es sorprendente, pues, que según un estudio de las percepciones de la población hacia los medios de información en doce países con regímenes democráticos de elevado nivel de desarrollo económico, la población española fuera una de las que confiaba menos en la información provista por los medios de información, solo el 32% de los usuarios. En Finlandia era un 68%, en Alemania un 60%, en el Reino Unido un 51% (...) y España era casi la última (ver el artículo "Trust in the News" sobre el excelente informe de los medios de información en 12 países, el Reuters Institute Digital News Report 2015, del Reuters Institute for the Study of Journalism, University of Oxford, 2015). Los rotativos españoles están mucho más comprometidos con la persuasión que con la comunicación. En realidad, la falta de diversidad ideológica en los medios y su escasa profesionalidad son unos de los mayores problemas que tiene la democracia española.

Las asociaciones de periodistas

 La falta de comportamiento ético de los mayores rotativos y de sus profesionales ("que tienen que ganarse la vida") es silenciada por sus asociaciones profesionales corporativas. Ni que decir tiene que hay profesionales de gran talla, y respetuosos con su deber de servir a la población informándola. Pero son la excepción. Como era predecible, las asociaciones profesionales respondieron con gran hostilidad a las declaraciones de Pablo Iglesias. La Asociación de la Prensa de Madrid condenó dichas declaraciones por "atacar de esa manera totalitaria (supongo que el portavoz de tal asociación quería decir bolivariana) el ejercicio de la libre información". Por lo visto no se dan cuenta de que tales asociaciones también han perdido credibilidad en su crítica, pues esas asociaciones han permanecido en un silencio ensordecedor hacia las continuas falsedades y manipulaciones de la prensa en Madrid, incluyendo El País. Es más, ¿cómo puede ser que tales asociaciones no hayan dicho nada sobre las prácticas de uno de los periodistas más visibles mediáticamente en este país, que utiliza su información, supuestamente provista por grupos de ultraderecha que existen en la Policía Nacional, para acusar a personalidades políticas, como el exalcalde de Barcelona, el Sr. Trías (un nacionalista "periférico"), de tener fondos en Suiza, o más tarde anunciando miles y miles de veces que Podemos está financiado nada menos que por Irán y Venezuela, sin que exista ninguna evidencia de ello? ¿No creen que tales asociaciones tienen el deber moral de denunciar casos tan flagrantes de comportamiento antidemocrático? ¿Qué dirían de un Colegio de Médicos que conociera que un médico estuviera matando a pacientes debido a una mala práctica y que tal Colegio profesional permaneciera callado?

Dos últimas observaciones. La población española es mayoritariamente consciente de que la mayoría de medios de información está al servicio de la estructura de poder económico y financiero que financia y/o influencia las instituciones mediáticas y políticas del país. Al famoso eslogan del 15-M "no nos representan" podría añadírsele "no nos informan". La mayoría de la población así lo cree. Ahora bien, como en muchos otros temas, la población, que no se fía de los medios, adopta una posición fatalista de que nada se puede hacer para cambiar esta situación. Este fatalismo es esencial para que se perpetúe la situación actual. De ahí que sea importante que la población pierda esta pasividad y se movilice. Es hora de que haya denuncias y se abra un debate sobre ello. Y es por ello que agradezco a Pablo Iglesias que hiciera un gran favor al país denunciando los comportamientos de la prensa y gran número de sus profesionales. Es urgente para la salud democrática de España que se inicie un debate no solo sobre la prensa escrita (los grandes rotativos), sino también sobre los medios radiofónicos y televisivos, públicos y privados, para denunciar sus comportamientos escasamente democráticos e iniciar un proceso de cambio de modo que tanto los unos como los otros garanticen la libertad de expresión a la cual retóricamente apoyan, mientras que la violan en sus prácticas diarias. De ahí que me sorprenda que haya habido tantas pocas voces defendiendo a Pablo Iglesias. El silencio ensordecedor es síntoma del poder de aquellos medios que han establecido una cultura antidemocrática de miedo, tanto entre los mismos periodistas como entre sus colaboradores. La crítica al cuarto poder es probable que tenga costes personales, creando temor y miedo que explica el silencio ensordecedor sobre su claro comportamiento antidemocrático. Y a eso lo llaman libertad de expresión.

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Los papeles de Panamá no se están distribuyendo enteramente. ¿Por qué? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/26/los-papeles-de-panama-no-se-estan-distribuyendo-enteramente-por-que/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/26/los-papeles-de-panama-no-se-estan-distribuyendo-enteramente-por-que/#respond Tue, 26 Apr 2016 05:00:34 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3440 Continuar leyendo "Los papeles de Panamá no se están distribuyendo enteramente. ¿Por qué?"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015

Aunque usted, lector, no lo haya leído en la prensa escrita en papel en España (me estoy refiriendo a los grandes rotativos del país), hay una crítica bastante generalizada en los países de Norteamérica y del norte de Europa hacia el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (International Consortium of Investigative Journalists, ICIJ) por no distribuir todo el material que se ha obtenido sobre los Papeles de Panamá. En lugar de ello, el ICIJ solo provee información con cuentagotas a medios de confianza que –según ellos- tienen que explicar cuáles son sus intereses y para qué fin desean tal información (ver artículo de Adam Johnson "Panama Papers’ Publishers Don’t Need to Sell Out WikiLeaks", Fair, 05.04.2016). Según sus críticos, entre los que yo me incluyo, el ICIJ debería liberar toda la información, tal como hace WikiLeaks, dirigido por Julian Assange, que distribuye todos los documentos automáticamente cuando los recibe y analiza.

El argumento del ICIJ para no hacerlo es que distribuir toda la información que han recibido podría dañar a gente decente, poniéndolos a todos bajo el mismo prisma que a los indecentes. Su argumento es, pues, el de intentar proteger a las personas decentes (es decir, inocentes).

Pero tal argumento parece menospreciar al público en sí, pues este tiene ya el suficiente criterio para poder discernir al decente del indecente. Asumir que sea el mismo ICIJ el único que puede hacer tal distinción es arrogancia profesional, pues la población puede discernir ya qué es decencia y qué no lo es. Que sea el ICIJ el que insista en ser el que lo defina parece sospechoso, pues puede creerse que están ocultando una información valiosísima para fines políticos (dando más promoción a unos casos que a otros), tanto por parte del ICIJ como de los mayores medios de comunicación que canalizan dicha información, como ha sido en el caso español, conocido por la escasa credibilidad y limitadísima variedad ideológica de sus medios. Véase el informe Reuters sobre, entre otros aspectos, la credibilidad que tienen los medios en 12 países industrializados con regímenes democráticos, publicado por el Reuters Institute for the Study of Journalism de la Universidad de Oxford. La población española es de las que desconfían más de los medios de información.

El debate sobre WikiLeaks y sobre el ICIJ

La distribución de todo el material liberado por WikiLeaks ha tenido un impacto enorme, incluso mayor del que WikiLeaks creía que tendría. La distribución de los documentos secretos del Pentágono y del Departamento de Estado en el año 2010 (que consiguió la soldado Chelsea Manning, hoy en prisión) mostró la gran cantidad de falsedades sobre las muertes de civiles causadas por el ejército estadounidense en su invasión de Irak. Tal información incrementó la presión para que tal ejército se retirara de Irak.

Paradójicamente el ICIJ ha criticado a WikiLeaks, indicando que tal comportamiento es irresponsable, pues puede dañar a inocentes, hecho que incluso el Pentágono ha negado que hubiera ocurrido al subrayar, en el juicio a la soldado Manning que había enviado a WikiLeaks tal material, que nadie había sido afectado negativamente o había visto su vida amenazada por la publicación de dichos papeles secretos.

La pregunta que debe hacerse al ICIJ es a quién considera tal asociación decente en el caso de los Papeles de Panamá. ¿Cuál es la necesidad que una persona decente deposite sus fondos en un lugar secreto, conocido por su laxitud fiscal? ¿No es el objetivo de tener un paraíso fiscal el esconder dinero? ¿A quién se intenta proteger? Y de ahí mi preocupación, que expresé en un artículo anterior ("Lo que no se dice ni se dirá de los papeles de Panamá", Público, 11.04.2016). ¿A quién está intentando proteger el ICIJ? ¿Y  a quién están intentando proteger los medios españoles? Parece ser que quieren proteger a la banca, que está metida en el fraude fiscal y en los paraísos fiscales hasta la médula, y de la cual depende en gran medida la viabilidad de dichos medios, todos ellos profundamente endeudados.

De ahí la importancia de la información que yo ya presenté en aquel artículo. Como decía yo, el ICIJ está financiado primordialmente por el Center for Public Integrity de EEUU, financiado a su vez por la Ford Foundation, el Carnegie Endowment, el Rockefeller Family Fund, la WK Kellog Foundation y George Soros, uno de las financieros que han hecho mayor fortuna a base de la especulación monetaria. Con el apoyo de este tipo de instituciones y de este tipo de personajes no es extraño concluir, como así hace el que fuera embajador del Reino Unido en Uzbekistán, Craig Murray, en su artículo "Corporate Media Gatekeepers Protect Western 1% from Panama Leak", que "no espere el lector un reportaje auténtico y genuino. Los sucios secretos de las entrañas del mundo empresarial de las grandes corporaciones permanecerá desconocido". Y así me temo pasará también en España.

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La situación del Partido Socialista en Francia (y en España) https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/25/la-situacion-del-partido-socialista-en-francia-y-en-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/25/la-situacion-del-partido-socialista-en-francia-y-en-espana/#respond Mon, 25 Apr 2016 05:00:55 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3436 Continuar leyendo "La situación del Partido Socialista en Francia (y en España)"]]> Vicenç Navarro. Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015

Una de las noticias que llegan al público español a través de los mayores rotativos y grandes cadenas de televisión es que Francia está viviendo una situación de gran agitación social, dirigida en parte por los mayores sindicatos y los mayores movimientos sociales de sensibilidad progresista, que gozan de un considerable apoyo, muy en particular entre los jóvenes, que han iniciado un movimiento muy semejante al movimiento de los indignados en España que se está extendiendo por todo el país.

La causa inmediata de esta agitación social ha sido la propuesta de reforma laboral del gobierno socialista del Sr. Hollande (uno de los presidentes menos populares que haya tenido aquel país), una reforma que, en muchos aspectos, parece inspirarse en la reforma laboral del gobierno del PP, presidido por el Sr. Rajoy, que fue, en su día, iniciada por el gobierno socialista del PSOE, presidido por el Sr. Zapatero. Las principales características de esta reforma son que facilita el despido de los trabajadores por parte de los empresarios (lo que se define como facilitar la "flexibilidad" del mercado de trabajo) y descentraliza los convenios colectivos a nivel de empresa, además de otras medidas que debilitan a los convenios colectivos y a los sindicatos. El argumento que se utiliza para justificar esta reforma es el de que el elevado desempleo en Francia, un 10,4% (Fuente: EUROSTAT, Unemployment rate by sex and age, annual average, %), es atribuible a la excesiva rigidez del mercado de trabajo, reproduciendo el argumentario que tanto el PSOE como el PP (y ahora también Ciudadanos) han estado promoviendo en España. Tales prácticas asumen que dicha supuesta rigidez hace muy difícil para los jóvenes entrar en el mercado de trabajo, permaneciendo como "outsiders" frente a los "insiders", que son los que tienen trabajos fijos. La propuesta del contrato único de Ciudadanos (a la que ni siquiera el PP se atrevió) aparece en forma modificada en el pacto PSOE-C’s.

Apoyando tales medidas están la patronal así como las grandes empresas, tanto de carácter financiero como las empresas manufactureras y de servicios (el IBEX-35 francés). Y, como era de esperar, el establishment académico e intelectual de las llamadas "ciencias" económicas están promoviendo esa reforma laboral a través de los medios de información y persuasión financiados por aquellas empresas. Entre tales economistas del establishment están el que fue  economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Sr. Olivier Blanchard, y el Premio Nobel de Economía, el Sr. Jean Tirole.

Oponiéndose a estas medidas están, además de los mayores sindicatos (como la CGT), los mayores movimientos sociales progresistas, los partidos de izquierdas -incluyendo la izquierda del Partido Socialista (un sector que ha dejado de existir dentro del PSOE, como se muestra con el apoyo del guerrismo al pacto PSOE-C’s) y los supuestos beneficiarios de la reforma, los jóvenes, que han iniciado el movimiento 15-M en Francia. En el mundo académico económico Thomas Piketty, que ha sido asesor de Podemos, se opone a tales reformas, acentuando que el elevado desempleo en Francia tiene mucho más que ver con la falta de crecimiento económico que con las supuestas rigideces del mercado de trabajo, tal como unas pocas voces críticas con la sabiduría convencional del pensamiento económico neoliberal (dominante en el establishment financiero-político-mediático español) hemos estado acentuando en España (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015).

El neoliberalismo del Partido Socialista francés (y del español)

En realidad, el ejemplo de España no puede ser más convincente de la veracidad de este diagnóstico: las reformas laborales del PSOE y del PP (apoyadas por C’s) han tenido un impacto sumamente negativo en el mercado de trabajo, sin que ello haya significado un descenso notable del desempleo. En realidad, lo que ha ocurrido ha sido un deterioro de la calidad de todo el empleo y un descenso salarial muy notable, el cual ha contribuido al descenso de la demanda y, con ello, a la ausencia de crecimiento económico. Como bien propone Thomas Piketty, lo que se necesita es un gran estímulo económico que, en contra de lo que la sabiduría convencional neoliberal indica, es  posible, incluso dentro de la limitadísima (casi inexistente) democracia que rige hoy el sistema de gobernanza de la Eurozona.

En contra de lo que asume el mensaje profundamente conservador neoliberal, que insiste que no hay otras alternativas, la experiencia muestra que sí las hay. Y ahí está el gran error histórico del PSOE: aliarse con Ciudadanos, que es un partido neoliberal, instrumento promovido por el establishment financiero-económico del país, cuando podría haberse aliado con los partidos de izquierdas. Si hoy en España el PSOE hubiera escogido aliarse con las izquierdas y con el PNV, con la más que probable abstención de ERC y Democràcia i Llibertat, hoy tal cambio podría haber ocurrido, rompiendo con las profundamente dañinas políticas de austeridad y las reformas laborales que están deteriorando el nivel de vida de las clases populares. Y un tanto igual ocurre en Francia. El problema es el maridaje y complicidad de los aparatos del Partido Socialista francés y español con los establishments económicos y financieros que dominan su comportamiento.

La diferencia del Partido Socialista francés con el Partido Socialista español

Una diferencia entre los dos partidos socialistas es que, frente a la uniformidad del partido español, el francés tiene una variedad interna, con una izquierda dentro de él que, además de tener amplia presencia institucional, tiene también voz propia, con figuras bien conocidas que no tienen reservas en expresar su desacuerdo, situación que es impensable en el PSOE de hoy. Las diferencias entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, las dos posiciones polares dentro del socialismo español, coinciden plenamente en su compromiso continuista con el neoliberalismo y su visión socioliberal (que quiere decir la visión light del liberalismo, frente a la heavy, presente en Ciudadanos). Ninguno de ellos ha hecho ninguna autocrítica de las políticas del gobierno Zapatero, que iniciaron las reformas laborales y los recortes de gasto público que causaron el gran bajón de la demanda doméstica y provocaron la Gran Recesión.

Hoy, el PSOE no tiene un sector crítico de izquierdas, como aparentaba ser el guerrismo. El patético apoyo al pacto PSOE-Ciudadanos, y su gran hostilidad hacia Podemos y otros sectores de las izquierdas, es un indicador más de que es un nuevo sector dócil y servil al aparato de tal partido.

En cambio, un elemento político a tener en cuenta es la renovación de la dirección de la UGT, históricamente próxima al PSOE pero que probablemente cambie de postura con la nueva secretaría general, más cercana a las fuerzas emergentes y más sensible a la redefinición de España, y que contribuya a una segunda Transición, pasando de una democracia de escasa calidad, con un gran retraso social y con una visión uninacional, a otra más democrática, más participativa, más justa y más plurinacional.

En realidad el gran reto, tanto en Francia como en España, es cómo los nuevos movimientos, claramente pro-democráticos y anti-establishment, serán recibidos por los sindicatos y los movimientos sociales más tradicionales. En España ha sido uno de casi hostilidad, aunque signos de cambios parecen aparecer. En Francia esta relación es todavía inexistente. Las últimas huelgas y los últimos movimientos de protesta frente a la reforma laboral, liderados por los sindicatos, fueron acompañados por el surgimiento del movimiento francés 15M. Es fundamental que los dos movimientos se entiendan. De que lo hagan o no depende el futuro de Francia. Así de claro.

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https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/25/la-situacion-del-partido-socialista-en-francia-y-en-espana/feed/ 0 Europa
Una de las mayores noticias en los papeles de Panamá que usted no conocerá https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/20/una-de-las-mayores-noticias-en-los-papeles-de-panama-que-usted-no-conocera/ Wed, 20 Apr 2016 05:00:23 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3429 Continuar leyendo "Una de las mayores noticias en los papeles de Panamá que usted no conocerá"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015

Como era de esperar, las noticias generadas por la publicación de los papeles de Panamá están creando un gran revuelo. Y puesto que hay 11,5 millones de documentos que han sido hechos públicos que antes eran confidenciales, hay mucho tema y más noticias para publicar sobre tales papeles. Ahora bien, es sorprendente que elementos clave ya conocidos, de gran significado político, apenas se conozcan o se ignoren completamente (ver mi artículo "Lo que no se dice ni se dirá de los papeles de Panamá", Público, 11.04.16). Por ejemplo, ¿quién es y quiénes son los fundadores de la firma de abogados Mossack Fonseca, que mantenía toda esta información? Es curioso que apenas se haya analizado este hecho. Emile Schepers, de la revista World News, que goza de gran credibilidad, ha publicado un artículo de gran interés, "Panama Papers and Latin America: The elephant in the room" (11.04.16), que detalla datos que son de una enorme importancia y que no he leído en los mayores medios de información españoles. Veamos en primer lugar los datos.

Un miembro fundador de la firma de abogados Mossack Fonseca es el Sr. Jürgen Mossack, el cual es hijo de un miembro de las enormemente represivas SS del Partido Nazi alemán, que tras escapar de Alemania al terminar la II Guerra Mundial se fue a Panamá, y allí se estableció. El hijo es miembro prominente del partido de la derecha panameña, el Partido Panameñista, muy activo en el establishment económico-político-mediático de aquel país, con conocidas conexiones con la derecha y la ultraderecha latinoamericana. El presidente de este partido ha sido hasta hace muy poco el partner del Sr. Mossack en la firma de abogados, el Sr. Ramón Fonseca Mora.

El centro de ocultación de la financiación de las derechas y ultraderechas latinoamericanas

De ahí que gran parte de los negocios de tal firma incluyan el ser depositaria de grandes fondos ocultados, procedentes y de propiedad de instituciones y de personajes prominentes de la derecha y ultraderecha latinoamericana, que incluye políticos y/o gobiernos de sensibilidad conservadora y liberal (que constituyen los grandes ejes de la gran derecha latinoamericana). Según Schepers, dicha lista incluye hoy a los políticos más prominentes de esta derecha, desde el hoy presidente argentino, el Sr. Mauricio Macri, hasta la familia Fujimori de Perú, pasando por el presidente Enrique Peña Nieto, de México (del PRI), y el presidente de la Cámara Baja brasileña, el congresista Eduardo Cunha, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) que hoy ha roto su alianza con el Partido de los Trabajadores que gobierna Brasil, a fin de facilitar el impeachment de la presidenta del país. De nuevo, segúun el artículo del Sr. Schepers, tal personaje, el Sr. Cunha, parece haber recibido alrededor de 5 millones de dólares de un consorcio de construcción portugués que intentaba conseguir un contrato con la compañía petrolera pública Petrobas, hoy el centro de un gran escándalo en Brasil.

Tratándose de las derechas y ultraderechas latinoamericanas, no podía faltar entre los que ocultaban dinero en la firma de abogados Mossack Fonseca, la institución que más ha participado en la promoción y defensa de tales grupos de América Latina: nada menos que la CIA del gobierno federal de EEUU. Según el autor del citado artículo, el origen de la firma Mossack Fonseca, así como otras compañías fantasmas panameñas, estaba relacionado con las actividades de la CIA. Por lo visto, tal firma de abogados era la base también de los fondos ocultos destinados por la CIA para desestabilizar a todos los gobiernos de izquierdas de América Latina, desde Cuba hasta Brasil, Bolivia, Argentina, Perú, Nicaragua, El Salvador y una larga lista.

La doble moral de los grandes medios de información

La CIA, fundada en 1947, ha tenido un presupuesto que se ha mantenido secreto, no conocido ni por la población estadounidense ni por el Congreso de EEUU. Se calcula que son alrededor de 52.000 millones de dólares, que incluyen la financiación, también secreta, de actividades desestabilizadoras de los gobiernos que el gobierno federal de EEUU (y, sobre todo, las grandes empresas financieras e industriales que ejercen una excesiva influencia sobre tal gobierno) considera contrario a sus intereses. Una de sus primeras acciones fue el golpe militar contra el presidente Jacobo Arbenz de Guatemala en 1954. Entre los colaboradores de la CIA se encontraba el dictador de Panamá, Manuel Noriega. Desde entonces, Panamá ha sido uno de los focos financieros de la intervención desestabilizadora de esta agencia. Panamá también ha sido, no solo un lugar donde esconder dinero, sino también donde traficar con dinero escondido procedente del tráfico de armas y el comercio de las drogas.

Supongo que el lector estará de acuerdo en que de haberse descubierto que tal firma de abogados era una de las sedes financieras establecidas por el gobierno cubano para desestabilizar los gobiernos de derecha en América Latina, ello habría sido una noticia mayúscula, apareciendo en la primera página de El País. Pues bien, no solo no ha aparecido en la primera, sino tampoco en la última página de El País. ¿No le parece al lector esta situación más que preocupante para la salud de la democracia española? En su lugar, la gran noticia que apareció en su día era la supuesta financiación del Partido político Podemos por parte de Venezuela e Irán, sin que se haya mostrado ni un ápice de evidencia sobre ello. Pero esto nunca ha sido un hándicap para los grandes medios de información y persuasión de este país, que continúan la distribución y promoción de tal acusación.

Mientras, los mismos medios silencian y ocultan la documentada financiación (parte de la cual está basada en Panamá) de la CIA a grupos opositores a los gobiernos de izquierdas en América Latina, que están recurriendo a métodos antidemocráticos en su intento por interrumpir el proceso democrático y que el Presidente Obama, en su reciente visita a América Latina, tuvo la gran nobleza (impensable entre los dirigentes del Estado español) de reconocer y excusarse de tales intervenciones llevadas a cabo por muchos gobiernos estadounidenses para desestabilizar gobiernos progresistas en aquel continente. En España, por el contrario, la gran mayoría de medios de información están contribuyendo a crear una gran hostilidad contra tales gobiernos. Los recientes casos de Argentina, Brasil y Venezuela, entre otros, son clara muestra de su doble moral, que, a nivel popular, se llama correctamente hipocresía.

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Respuesta al exfiscal Carlos Jiménez Villarejo sobre Podemos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/13/respuesta-al-exfiscal-carlos-jimenez-villarejo-sobre-podemos/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/13/respuesta-al-exfiscal-carlos-jimenez-villarejo-sobre-podemos/#respond Wed, 13 Apr 2016 05:00:37 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3415 Continuar leyendo "Respuesta al exfiscal Carlos Jiménez Villarejo sobre Podemos"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015

Antes de contestar las críticas a Podemos de Carlos Jiménez Villarejo  me siento en la necesidad de hacer tres aclaraciones. Una es que le tengo gran estima, le considero un amigo y un gran catalán y español, que ha hecho muchísimo por Catalunya, mostrando la enorme corrupción del establishment político que ha gobernado Catalunya durante la mayoría de años desde el fin de la dictadura, con la excepción del periodo corto del tripartito.

Habiendo dicho esto, también tengo que subrayar que estoy en desacuerdo, no solo con los argumentos que está utilizando frente a Podemos, sino con la manera y con la forma en la que los expresa, así como en los fórums en donde los presenta. Un intelectual de izquierdas tiene que ser siempre cuidadoso de que sus críticas a las izquierdas no puedan ser utilizadas parar reforzar las derechas, tal como él está haciendo, sin lugar a dudas de una manera inconsciente. Pero lo está haciendo. No es de extrañar que medios claramente hostiles a las izquierdas en general y a Podemos en particular, como El País, le estén publicando entrevistas que refuerzan la sabiduría convencional del establishment político-mediático contra Podemos, el movimiento político al que quieren destruir.

La tercera clarificación que siento la necesidad de hacer es que no soy miembro de ningún partido político. Y aun cuando aconsejo a mis estudiantes a los dos lados del Atlántico Norte que militen en partidos, decidí a la vuelta del exilio, al reintegrarme en la vida académica y política del país, apoyar a todas las fuerzas progresistas que me pidieran ayuda. Y así lo he hecho. Asesoré a muchos gobiernos del PSOE, ayudé a gobiernos municipales de IU, y en Catalunya he asesorado prácticamente a todos los partidos y movimientos progresistas. Y ha sido un placer para mí asesorar al movimiento-partido Podemos que considero una de las mayores esperanzas para el cambio que este país necesita. De ahí que sienta la necesidad de defender a Podemos frente a ataques injustos como los que Villarejo hace en sus frecuentes declaraciones recientes, pues, a pesar de los errores y debilidades de Podemos (que son menos de los que se magnifican en los medios), Podemos es hoy la mayor fuerza transformadora a nivel de España, junto con otros partidos – como En Comú Podem, En Marea, Compromís– con los cuales se ha aliado en un proyecto común, y con otros con los que también debería aliarse, como IU. Ni que decir tiene que las opiniones que expreso son las mías, pues tal partido Podemos tiene mejores portavoces y más elocuentes que yo en su defensa. Paso ahora a analizar los argumentos, tal como Villarejo los ha ido presentando.

Critica nº 1. El hecho de que Podemos no apoye la coalición PSOE-Ciudadanos significa que es responsable de la continuación del gobierno Rajoy

Este argumento ha sido empleado miles de veces por el PSOE, por Ciudadanos y por El País (que sistemáticamente apoya a Ciudadanos), entre muchos otros. Pero tal supuesto asume erróneamente que la coalición PSOE-Ciudadanos es la única posible. Y ello no es cierto. Siempre ha habido otra alternativa que sería mucho más transformadora que la alternativa que todos ellos apoyan, y es que se formara un gobierno de coalición de las izquierdas –PSOE, Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís e IU– con el apoyo del PNV, y sin el apoyo pero con la abstención de ERC y Convergència (he detallado en otro artículo cómo ello podría ocurrir; ver "En defensa de Podemos: sí hay alternativas", Público, 08.03.16). Esta alternativa nunca ha sido considerada en serio por el PSOE. La evidencia de que ello ha sido así es abrumadora. No se puede ignorar u ocultar este hecho.

Las razones por las cuales no se ha considerado esta alternativa son varias. Pero la más importante es el hecho de que la dirección del PSOE, y sobre todo de su equipo económico, está estancada en la cultura liberal y en las políticas neoliberales que la mayoría de la socialdemocracia en Europa ha hecho suyas, estancamiento que se debe al maridaje y a la complicidad de la dirección del PSOE con el establishment financiero y económico del país. Y esto no es un mero eslogan izquierdista. Es una realidad ampliamente documentada. Y sus políticas económicas, así como el equipo económico que las configuró, son un ejemplo de ello.

Mi área de trabajo son las políticas públicas, que es un área de conocimiento que mezcla macroeconomía, economía política y ciencias políticas, y sé de lo que hablo. La reacción del gobierno Zapatero frente a la crisis de 2008 fue una respuesta neoliberal de libro de texto, lo cual podía predecirse analizando su equipo económico. He escrito extensamente sobre ello. Y el PSOE nunca ha hecho una autocrítica sobre la aplicación de sus políticas neoliberales, tanto de su reforma laboral (que inició el descenso salarial y el debilitamiento de los sindicatos, con el notable deterioro del mercado de trabajo) como de sus recortes de gasto público social, políticas públicas que fueron continuadas y expandidas por el PP. Hoy su equipo económico está dirigido por un economista que en su día estaba en contra de subir los impuestos y el gasto público (ver mi artículo "El fracaso del socialismo liberal", Público, 23.08.13), en uno de los países que tiene uno de los gastos públicos per cápita más bajos de la UE-15 (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo al español).

Este equipo económico del PSOE es mucho más próximo al equipo económico de Ciudadanos (cuyo dirigente es el economista, también neoliberal, Luis Garicano, uno de los fundadores del blog de Nada es gratis -financiado durante mucho tiempo por el IBEX-35-, y que ha apoyado la reforma laboral sumamente regresiva del Partido Popular) que al equipo económico de Podemos.

La alianza PSOE-Ciudadanos no permitiría el cambio que el país necesita

El hecho de que el equipo económico del PSOE esté estancado en el pensamiento neoliberal explica que desde el principio y después del 20D, el PSOE escogiera la alianza con Ciudadanos en detrimento de Podemos, poniendo a este último partido en una situación subalterna y de apéndice del pacto PSOE-Ciudadanos. Decir ahora que no ha habido una alternativa al gobierno de Rajoy por culpa de Podemos es injusto e insostenible. La alianza del PSOE con Ciudadanos es coherente con la experiencia del PSOE en su respuesta a la crisis. Hoy el tema clave en España y en Europa es si se continúan las políticas de austeridad, de recortes y de bajadas de salarios, o no. Lo peligroso de Rajoy han sido sus políticas, que, en su esencia, se continuarían con la alianza PSOE-Ciudadanos.

Villarejo y el manifiesto Es posible y necesario un gobierno del cambio (promovido primordialmente por círculos afines al PSOE) detallan correctamente la enorme crisis social que España está viviendo, pero por lo visto no son conscientes de que este deterioro se debe precisamente a las políticas neoliberales que el PSOE inició, que el PP expandió con el aplauso de Ciudadanos, y que ahora no variarán con la alianza PSOE-Ciudadanos. Lo que se necesita es un cambio de políticas públicas, revirtiendo las actuales. Pero ello requiere que el PSOE hubiera, desde el principio, explorado una alianza con Podemos, y no con Ciudadanos. Aliarse con este partido, de clara tendencia neoliberal, para luego pedir el apoyo de Podemos (que es lo que ha ocurrido) es incluso ofensivo para este último partido. Y es lógico que Podemos no quiera aceptarlo. El pacto PSOE-Ciudadanos ya limita las posibilidades de cambio, por mucho que Podemos cediera (que, por cierto, ha cedido en áreas muy importantes, como el estímulo económico). La única alternativa es que el PSOE hubiera indicado sus interés sincero por aliarse con Podemos primero, lo cual nunca hizo.

Crítica nº 2. Pablo Iglesias es responsable del no acuerdo con el PSOE por su insulto a Felipe González y Cía.

Creerse que el PSOE quería explorar seriamente la posibilidad de aliarse con Podemos, pero que no lo hizo porque Pablo Iglesias tomó una actitud ofensiva hacia el PSOE, es ignorar no solo lo dicho anteriormente, sino también la enorme avalancha hostil hacia Podemos por parte del PSOE. ¿Qué no se acuerdan de los insultos de Felipe González, entre otros, presentando a Podemos como "un satélite de Venezuela, controlado por un gobierno que es peor que el de Pinochet"? La lista de insultos era y es enorme. El País, en cuyas páginas Villarejo hace las acusaciones, había descrito en un editorial reciente el programa de Podemos como un panfleto utópico e irrelevante, definiendo además a sus aliados, como es el caso de "En Comú Podem", como partidos independentistas ansiosos por separarse de España, y presentando el "referéndum" como un referéndum separatista. Es difícil encontrar tanto sectarismo.

El referéndum es en realidad el mejor instrumento para resolver el tema secesionista. Miren lo que está pasando en el País Vasco, donde Podemos, que no es secesionista pero defiende el referéndum, (como también ocurre en Catalunya), se ha convertido también allí en el primer partido del país en votos, por encima de los secesionistas. Los que se oponen al derecho a decidir no parecen darse cuenta que el derecho a decidir es, por definición, el derecho a escoger, y una alternativa, entre otras, es la secesión, pero no la única. La negativa a la probabilidad de hacer un referéndum es precisamente lo que está llevando al deseo de independencia. Y en cuanto al programa económico, voces más creíbles y neutrales que El País lo han definido como lo que España necesita (ver mi artículo "El director asociado del ‘Financial Times’ apoya las políticas económicas de Podemos", Público, 25.11.14). Por cierto, el argumento de que el PSOE no respondió positivamente a Podemos por considerarse ofendido con las referencias de Pablo Iglesias al pasado de Felipe González no es creíble, vista la experiencia de la dirección del PSOE cuando Zapatero gobernaba, que no tuvo ningún inconveniente en sentarse con Rajoy, para nada menos que cambiar la Constitución para garantizar los intereses del capital financiero, y ello a pesar de que el PP había acusado al PSOE de "traicionar a las víctimas del terrorismo". El PSOE ofrece una sensibilidad muy variable y una capacidad de ser ofendido muy diferente según los intereses que defiende.

¿Por qué Villarejo y otros no consideran posible la alternativa de izquierdas?

Un punto clave para que se establezca una alternativa de izquierdas es desarrollar otra visión de España distinta a la del nacionalismo españolista (utilizo esta expresión sin ningún tono peyorativo, para diferenciarlo, por ejemplo, del nacionalismo catalanista). Ni el PSOE ni Ciudadanos ni Villarejo quieren modificar su visión de España. Villarejo se ha opuesto siempre al derecho a decidir bajo argumentos constitucionalistas. Esta fue la causa de que dejara ICV. Y esta es una de las causas de que deje ahora Podemos. No se distanció de Podemos antes porque la postura de Podemos ha ido evolucionando y es ahora clara y sin ambivalencias a favor del derecho a decidir, lo cual sobrepasa el nivel de tolerancia de los nacionalistas españolistas. Hoy la visión de España de Podemos es claramente la de la España plurinacional (en lugar de una España uninacional), la misma versión, por cierto, que las izquierdas habían tenido durante la lucha en contra de la dictadura. El PSOE se ha olvidado que había pedido el derecho a decidir durante la resistencia en contra de la dictadura. De ahí que yo respete pero no comparta la visión de Villarejo sobre España ni tampoco sobre la Constitución.

Crítica nº 3. La Constitución no permite los cambios sugeridos y propuestos por Podemos

La importancia de este argumento depende de la visión que se tenga de la Transición y del proceso que creó tal documento. No estoy de acuerdo con la versión idealizada de la Transición (ni tampoco de la Constitución), que presenta tal proceso como resultado de un consenso entre los herederos de los vencedores y los herederos de los vencidos de la Guerra Civil, que debería replicarse de nuevo ahora. Se olvida que ese supuesto consenso no era entre iguales, puesto que los herederos de los vencedores lo tenían casi todo (incluyendo el control de los aparatos del Estado y de la mayoría de los medios de información y persuasión), mientras que los herederos de los vencidos salían de la cárcel o de la clandestinidad, o volvían del exilio. No podía haber mayor desequilibrio de fuerzas. Y la Constitución reflejó este desequilibrio.

La visión de España en la Constitución es primordialmente la visión de los vencedores de la Guerra Civil. Y ello fue consecuencia de una serie de renuncias de las izquierdas. Y, por si fuera poco, la lectura de tal Constitución la controla el aparato constitucional y jurídico heredado de la dictadura, que ha dado múltiples muestras del sesgo de su lectura de las leyes, entre las cuales está la Constitución. No fue casualidad que el desencanto con el Estado español en Catalunya se acentuara cuando el Tribunal Constitucional vetó elementos importantes que habían sido aprobados por la población catalana en referéndum.

Y aunque mucho se ha hecho para corregir los enormes déficits sociales y democráticos del Estado español, el hecho es que España, tras casi cuarenta años en democracia, tiene una de las democracias más limitadas en la UE-15 y tiene también uno de los gastos públicos sociales per cápita más bajos de la UE-15, síntoma del enorme poder que las derechas han tenido y continúan teniendo sobre el Estado español. En realidad un porcentaje elevado de catalanes votaron a favor de la secesión no porque fueran independentistas (que no lo son), sino porque no se identificaban con el Estado español, situación que es probable que aumente, en la medida que los partidos mayoritarios y gobernantes en España sean partidos que gocen de un apoyo muy minoritario en Catalunya. La única medida preventiva de que tal sentimiento secesionista no continúe extendiéndose es que gobiernen en España fuerzas políticas que gocen de un amplio apoyo en Catalunya (y en lo que definen en la capital del Reino como "la periferia").

Me parece obvio que España necesita otra transición, resultado de otro contexto político, con una correlación de fuerzas distinta y más equilibrada que la que tuvo lugar en la primera transición. Considerar el pacto PSOE-Ciudadanos como el eje impulsor del cambio, cuando ambos partidos se oponen al cambio social (con una ruptura con las políticas neoliberales) y nacional (con su oposición a la España plurinacional), es un profundo error de proporciones históricas. La única solución habría sido que el PSOE hubiera dado prioridad a desarrollar una alianza con las izquierdas auténticamente transformadoras. Aliarse con Ciudadanos va precisamente en sentido opuesto al que debería haberse tomado en caso de que el PSOE hubiera tenido una vocación transformadora.

Crítica nº 4. En España se necesita un compromiso histórico a la italiana, que quiere decir aliarse con todas las fuerzas democráticas, incluyendo las derechas

Villarejo critica a Podemos por no ser capaz de alianzas transversales, tal como ocurrió en la Transición, y en el Compromiso Histórico Italiano. Ya he indicado que la alianza que nos trajo la Transición fue fruto de un enorme desequilibrio de fuerzas. Decir esto no es proponer que no se hicieran tales alianzas, pues probablemente no había otra alternativa. Pero las fuerzas progresistas tienen que darse cuenta de que pagaron un coste elevado debido a su debilidad, que deberían corregir cuando adquirieran mayor poder.

Por otra parte viví de cerca el Compromiso Histórico en Italia, pues viví la experiencia chilena de primera mano cuando asesoré al gobierno de la Unidad Popular en Chile, que tuvo un impacto enorme en el Partido Comunista Italiano (PCI) y en la dirección de tal partido, en la cual conocí a su Secretario General, Enrico Berlinguer, a través de su hermano Giovanni, que también estuvo en la dirección del PCI y que era (hasta hace unos meses, cuando murió) uno de mis mejores amigos en Europa. Pude, por lo tanto, seguir de cerca las reflexiones de aquel partido en aquel momento histórico, resultado de la concienciación de que una política auténticamente transformadora requiere el apoyo de una gran mayoría, basada en amplias alianzas. Pero de ahí no se deriva que Podemos debería aliarse con Ciudadanos y con el PSOE en las condiciones impuestas por tal dúo, como Villarejo y otros asumen. El contexto italiano era entonces muy diferente al español ahora. La alianza del PCI con la Democracia Cristiana era para defender al Estado democrático frente a sus enemigos internos que querían destruirlo. No así en España (por mucho que las derechas así intenten presentarlo). En España la dicotomía no es tener un Estado democrático o tener una dictadura, sino la continuación o no de las políticas neoliberales que están dañando enormemente a las clases populares, bajo la excusa de defender la "unidad de España", que es, ni más ni menos, que la defensa de la España radial y uninacional, que niega su plurinacionalidad. Aliarse con aquellos que son responsables de la continuación de tales políticas es perpetuar una situación que cierra por muchas generaciones la posibilidad del cambio. Y hacerlo cuando además hay una posible alternativa auténticamente reformadora es también un error de proporciones históricas. Es el PSOE el que, al escoger a Ciudadanos, condenó al país a continuar este desastre, facilitando a la vez la ruptura de España. Si no se lo creen, esperen y lo verán.

Crítica nº 5. Podemos está demostrando que le interesa más el poder que las necesidades de los ciudadanos

Encuentro esta acusación no solo injusta, sino de "bajo fondo". De nuevo, esto es de lo que el establishment político-mediático está acusando a Podemos con el fin de desacreditarlo, atribuyendo sus demandas de participar en el gobierno a un deseo de poder personal para ocupar sillones y privilegios. Es comprensible que el establishment político conservador y liberal tenga esta percepción de Podemos, pues, como dice el refranero popular, "cree el ladrón que todos son de su condición". Pero la petición de la dirección de Podemos era para subrayar que su objetivo era desarrollar un gobierno de coalición, un gobierno entre casi iguales, señalando las áreas de responsabilidad dentro del gobierno para cada partido. No lo veo como un acto de interés personal en busca de privilegios, sino como un compromiso para asegurarse que lo que el PSOE prometiera se realizara. La falta de credibilidad del PSOE es bien notoria. Léanse los programas electorales del PSOE y verán los grandes vacíos e incumplimientos. Desde hace ya muchas elecciones el programa del PSOE se comprometió en gravar las rentas del capital de la misma manera que las del trabajo, lo cual nunca ha ocurrido. Y así otras muchas medidas.

No veo, repito, en el equipo de dirección de Podemos un deseo de adquirir privilegios en el mando. En realidad, su atractivo ha sido precisamente el de mostrar la función política como un servicio al público, sin privilegios. Pero lo que veo más sorprendente es que esta acusación la haga Villarejo, la persona que conoce al equipo de dirección de Podemos desde casi el principio. Si, en realidad, cree que tales personajes están ahí para conseguir beneficios personales, ¿cómo es que no lo notó y denunció antes? El oportunismo político es algo que puede detectarse fácilmente. ¿Por qué no lo detectó antes? Es extraño que lo haga ahora, lo cual hace dudar de que se lo crea. Yo, por mi parte, creo conocer bien al equipo de dirección de Podemos y no coincido con esta visión. En realidad, aplaudo el enorme sacrificio de la mayoría de sus dirigentes, ya que han recibido la mayor hostilidad que cualquier fuerza política haya recibido en España. He vivido en muchos países y en ninguno he visto tanta hostilidad hacia un partido político como contra Podemos en España. Es ahí donde Villarejo pierde credibilidad. Como también ocurre cuando condena a Pablo Iglesias por dar su bienvenida a Otegui, declarando que para él (Villarejo) su libertad no fue motivo de "orgullo", asumiendo erróneamente que sí lo fue para Pablo Iglesias. Este, sin embargo, nunca dijo nada semejante. Lo que dijo, y yo aplaudo, fue que era bueno para la solución del problema vasco tener libre a una voz que está en contra de la continuación de la vía armada.

Una última observación

Esta defensa de Podemos no quiere decir que no haya críticas que puedan y deban hacerse. Y una de ellas es su relación con IU, que es francamente mejorable. Podemos no puede permitir que un millón de votos progresistas se transforme en solo dos votos en el Parlamento. Esto debilita al proyecto transformador, y debe resolverse. Debe establecerse una alianza respetando la identidad institucional de IU, como ha ocurrido en Catalunya con Esquerra Unida i Alternativa. Pero esta resolución depende no solo de Podemos, sino también de IU. Y ahí también soy optimista, y creo que ocurrirá. Y así termino. Espero que estas notas críticas con mi amigo Villarejo no afecten a nuestra amistad. Por mi parte no hay peligro, pues mi estima es enorme e impermeable a los desacuerdos. Pero estos deben expresarse abiertamente con la estima y el respeto que se debe a los amigos y compañeros de luchas y proyectos. Espero que así lo haya yo hecho.

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Lo que no se dice ni se dirá de los papeles de Panamá https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/11/lo-que-no-se-dice-ni-se-dira-de-los-papeles-de-panama/ Mon, 11 Apr 2016 05:00:00 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3410 Continuar leyendo "Lo que no se dice ni se dirá de los papeles de Panamá"]]> Vincenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

La publicación por parte de los mayores medios de comunicación del mundo occidental de las empresas ficticias establecidas con la ayuda de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca ha creado un gran revuelo, pues documenta lo que todo el mundo ya conoce, a saber, que el 1% de la población mundial (y el 1% de la gente más rica en cada país) deposita su dinero en paraísos fiscales a fin de esconderlo y/o evitar pagar impuestos en su propio país. Tal descubrimiento, por lo tanto, no es una novedad. La gran mayoría de la población sabe que los "super-ricos" tienen su dinero en paraísos fiscales. Lo que no saben, sin embargo, es que esta situación sería fácilmente corregible si hubiera voluntad para resolverla. Que no se resuelva se debe a que las personas que podrían hacerlo están ellas mismas implicadas en la transferencia de fondos a estos paraísos fiscales, o pertenecen a instituciones (representativas o no representativas) sumamente dependientes e influenciadas por los grupos financieros o empresariales, que son los que se benefician de tales paraísos. Es también ampliamente conocido que los mayores bancos en cada país, incluido en España, están metidos hasta la médula en este proceso de falsificación de empresas en dichos paraísos. Hasta aquí todo esto es conocido.

Ahora bien, lo que despierta gran interés y también curiosidad es ver los nombres concretos de los personajes relacionados con estos paraísos fiscales. Que ahora se vaya conociendo quién depositó allí sus fondos es una buena noticia. Y, sin embargo, tiene un gran problema que no se cita. Y este problema es que la enorme cantidad de información que se está descubriendo está siendo canalizada por los mismos medios de comunicación que han sido cómplices con el silencio ensordecedor que ha existido sobre este tema. Veamos, pues, los datos.

¿Quién obtuvo estos datos?

La investigación conocida ahora como "Panamá Papers" la ha realizado el International Consortium of Investigative Journalists (el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación), que ha sido financiado por varias instituciones estadounidenses tales como la Ford Foundation, el Carnegie Endowment, el Rockefeller Family Fund, la WK Kellog Foundation y la Open Society Foundation (financiada por el filántropo George Soros). Y tal información ha sido canalizada a través de los mayores rotativos a los dos lados del Atlántico Norte, y muy en particular los medios de la Unión Europea y de EEUU, que tienen su propia agenda en la distribución de tal información. En realidad, el periódico alemán Süddeutsche Zeitung (SZ) fue el primer receptor de parte de aquella información que también fue recogida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, distribuyéndose a partir de entonces a través de The Guardian y otros medios. Son estos medios los que controlan esta información, habiendo mostrado solo una parte de los 11,5 millones de documentos recogidos. Esta situación es particularmente preocupante en España, donde los mayores medios de información tienen una relación muy estrecha, de dependencia financiera, con los grandes bancos del país (como el BBVA, el Santander y otros), bancos que han jugado un papel fundamental en canalizar dinero hacia otros paraísos fiscales, incluyendo Panamá. Es bien conocido que la gran prensa de España carece de diversidad ideológica, consecuencia, en parte, de la dependencia de tales medios de la gran banca que los financia.

La promoción del neoliberalismo por parte de la Gran Prensa y su silencio sobre la Banca

En este país, los grandes bancos, a través de su enorme influencia en los medios de información y persuasión, así como en los centros de investigación y propaganda como las fundaciones y revistas económicas, son los grandes promotores de las políticas neoliberales, incluyendo los recortes de gasto público social con el fin de reducir el déficit público y la deuda pública. A la vez, estos bancos han estado facilitando la utilización de paraísos fiscales para que las grandes  empresas, las grandes familias y los super-ricos no paguen impuestos, generando así el déficit público. En realidad, si no hubiera habido este fraude fiscal, no habría habido ninguna necesidad de recortar en servicios públicos como sanidad, educación, servicios domiciliarios y un largo etcétera. El poder de la banca en España es enorme. Y de ahí que les aseguro a los lectores de este artículo que no verán en los medios españoles (incluyendo, naturalmente, los catalanes), tanto públicos como privados, sean escritos, orales o televisivos, un análisis de cómo los grandes bancos juegan un papel clave en el establecimiento de los paraísos fiscales. Esperen y lo verán. Y me sabe muy mal llevar razón en este punto, pero les garantizo que va a haber un silencio ensordecedor sobre cómo el BBVA o el Santander, entre otros (que promueven los recortes), están facilitando que se vaya el dinero a Panamá.

Otras observaciones

Esta canalización de las noticias explica también la gran atención que se ha dado a la figura de Putin, el actual presidente de Rusia, el supuesto enemigo nº 1 de Occidente, que ha sido objeto de un gran ataque mediático, presentándolo como el responsable de la inestabilidad en la Europa oriental y en Siria. He escrito críticamente sobre tal personaje (incluso antes de que colapsara la Unión Soviética) y la clase corrupta que representa, continuadora de aquella que controló el Estado Soviético (ver mi libro Social Security and Medicine in the USSR, escrito en 1977). Como consecuencia de tal crítica, mi libro fue prohibido y yo declarado persona non grata en aquel país. Cualquiera que haya leído mis trabajos sobre la Unión Soviética y su colapso entenderá que Putin no sea santo de mi devoción. Ahora bien, este dirigente ruso no es el único responsable de tales tensiones que estamos viendo en Ucrania o en Siria. En realidad, la mayor parte de las tensiones se derivan del comportamiento de la OTAN. Y entre los aliados de tal organización están algunas de las dictaduras más horribles hoy en el mundo, mucho peores que la rusa, como la de Arabia Saudí, profundamente corruptas, con amplias inversiones no solo en Panamá sino en España, sin que los mayores medios de información y persuasión españoles hayan analizado nunca estas inversiones y estas amistades con el establishment financiero-político-mediático español. Verán ustedes cómo aparecen muchos artículos sobre Putin (cuyo nombre, por cierto, no aparece en ninguno de los papeles) y muy pocos sobre los dirigentes de Arabia Saudí y su relación con los bancos españoles.

Una última observación. Es más que probable que en la lista de nombres que depositaban su dinero en Panamá no aparezcan ciudadanos o residentes estadounidenses, lo cual tiene que ver primordialmente con el hecho de que los paraísos fiscales que utilizan los super-ricos de EEUU están en el propio país (Wyoming, Delaware o Nevada). Los super-ricos estadounidenses no necesitan Panamá, Suiza u otros paraísos conocidos. Los tienen en su propio país. Sería interesante que se analizaran estos paraísos. También se sorprenderían de lo que verían. Pero es probable que tampoco lo vean. La libertad de prensa es la libertad de los que la poseen y controlan. Así de claro.

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La hipocresía de los liberales españoles, como el señor Rivera de C's, sobre los derechos humanos https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/08/la-hipocresia-de-los-liberales-espanoles-como-el-senor-rivera-de-cs-sobre-los-derechos-humanos/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/08/la-hipocresia-de-los-liberales-espanoles-como-el-senor-rivera-de-cs-sobre-los-derechos-humanos/#respond Fri, 08 Apr 2016 05:00:34 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3407 Continuar leyendo "La hipocresía de los liberales españoles, como el señor Rivera de C's, sobre los derechos humanos"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro 'Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante', Anagrama, 2015

Una postura ampliamente promovida por portavoces de los partidos pertenecientes a la Internacional Liberal, como lo es Ciudadanos (así como autores cercanos a ella, como Mario Vargas Llosa), es presentar a Venezuela como uno de los países en América Latina que comete mayor número de violaciones de los derechos humanos, presentándose ellos mismos como los grandes defensores de tales derechos. Intentan con ello identificar el liberalismo con la defensa de los derechos de los individuos frente a la opresión del Estado. Y esta percepción se está generalizando con la ayuda de los mayores medios de información españoles, la gran mayoría de tendencia conservadora o liberal, próximos a la Gran Banca, la gran promotora del neoliberalismo en este país que los financia. De esta manera, esta identificación de los derechos humanos con el liberalismo (también conocido como neoliberalismo) se acepta como evidente, asumiendo que tales partidos liberales ponen la libertad y la demanda de derechos humanos como principio básico de su posicionamiento ideológico. Siguiendo tal costumbre (la de atribuirse el ser defensores de los derechos humanos), vimos anteayer al Sr. Rivera, en el Congreso de los Diputados, presentarse una vez más como tal gran defensor, mostrando su crítica a Venezuela y su propuesta al Congreso de que se analice la ausencia de tales derechos humanos en aquel país como un indicador más de su defensa de los derechos humanos.

El conocimiento de la realidad en América Latina, sin embargo, permite cuestionar dicho supuesto compromiso con los derechos humanos de los liberales en España en general, y del Presidente del partido neoliberal Ciudadanos en particular. En primer lugar, el adjetivo ampliamente utilizado por este señor en contra de sus adversarios, definiéndolos como "demagogos" (término ampliamente muy utilizado por las derechas en este país para descalificar a aquellos con los cuales están en desacuerdo), se aplica claramente a sus propios argumentos, pues la falta de credibilidad y certeza en su descripción de la realidad, tergiversándola para alcanzar sus fines políticos (característico de la demagogia), es fácil de demostrar, aun cuando me gustaría pensar que ello es más consecuencia de su ignorancia que de su demagogia. Pero la repetitividad de tal práctica, con el empleo incluso de mentiras, insultos y sarcasmos (característicos de la derecha española), hace difícil atribuir dicho comportamiento a mera ignorancia (ver mi artículo "Las mentiras y falsedades de Albert Rivera, Presidente de Ciudadanos, en La Sexta Columna", Público, 14.04.15).

Existe un extenso debate sobre el significado de los derechos humanos hoy en la literatura científica, pero en sentido contrario al significado reduccionista que utiliza el Sr. Rivera. En realidad, tal debate aparece incluso a nivel político con un nivel de rigor y seriedad ausente en España. De hecho, el mejor documento sobre los derechos humanos es la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aprobada en el año 1948, la cual definía las diferentes dimensiones de los derechos humanos, que incluían desde derechos económicos (tales como el derecho al trabajo y a una vida digna) a los derechos sociales (como el derecho a la sanidad y a la educación), así como los derechos cívicos y políticos (el derecho a la libertad de organización y de expresión). El Presidente Roosevelt, que ha sido el presidente más popular de EEUU, enfatizó la necesidad de desarrollar los derechos humanos en todas sus dimensiones. Y es importante resaltar que fue un momento de gran interés cuando el Presidente Obama, en su visita a Cuba, felicitó al gobierno cubano por el desarrollo de los derechos económicos y sociales en aquel país, criticando a la vez la ausencia de los derechos civiles y políticos en Cuba, subrayando la enorme importancia que tenían tales derechos. Ahora bien, es importante señalar que a la declaración anterior añadió que aceptaba la crítica que podría hacerse a EEUU por las limitaciones en el desarrollo de los primeros derechos (los económicos y sociales) en ese país. No imagino a ningún dirigente político liberal, como el Sr. Rivera, hacer tal tipo de autocrítica, que sería muy necesaria en España, donde hay una limitación muy marcada de los derechos humanos (de todo tipo, económicos, sociales, cívicos y políticos).

Lo que el Sr. Rivera entiende como derechos humanos

La defensa de los derechos humanos de los partidos liberales se limita a los últimos, es decir, a los derechos civiles y políticos, derechos necesarios (repito, muy necesarios) pero muy insuficientes. Repito que tales derechos son fundamentales. Tengo una biografía para mostrar mi compromiso con el desarrollo de estos derechos, todavía muy limitados en España. Por lo visto, el Sr. Rivera no es plenamente consciente de que hay muchos más canales televisivos y rotativos de derechas en Venezuela (que supuestamente están bajo una dictadura de izquierdas) que canales de televisión y rotativos de izquierdas en España (supuestamente un país democrático, definición cuestionable como consecuencia de la escasísima diversidad en los medios de información). La persecución de opositores y la detención de dirigentes políticos debe ser denunciada. Pero para tener credibilidad, esta denuncia tiene que afectar a todos los gobiernos que incurran en tales prácticas, y no solo a aquellos gobiernos a los que el Sr. Rivera considera sus enemigos o adversarios. Y la ausencia de esta práctica en el caso de los liberales como Rivera muestra su doble moral, o mejor dicho, su hipocresía, utilizando su mal llamada defensa de los derechos humanos para fines única y exclusivamente políticos, característica de los demagogos.

El silencio ensordecedor de los liberales como Rivera sobre el modelo liberal de Honduras

Hoy el país donde todos los derechos humanos (los económicos, los sociales, los cívicos y los políticos) han sido violados más sistemáticamente en Latinoamérica ha sido y continúa siendo Honduras, gobernado por un tiempo por un partido liberal perteneciente precisamente a la misma familia política del partido Ciudadanos, del cual el Sr. Rivera es el Presidente. Y tal gobierno liberal fue resultado de un golpe militar en el año 2009 contra el gobierno del presidente Zelaya, democráticamente elegido. Tal golpe ocurrió en el año 2009, instalándose un gobierno del partido liberal que intentó legitimar su mandato recurriendo a unas elecciones fraudulentas denunciadas internacionalmente. Tal partido impuso en 2010 unas leyes de propiedad rural que afectaron muy negativamente a los intereses de los pequeños agricultores, indígenas la mayoría, que pasaron a ser brutalmente reprimidos por el Ejército y la policía, aumentando de una manera muy notable el asesinato de sus dirigentes y de las voces críticas frente a tal matanza. Dicho gobierno y sus sucesores han aplicado políticas de carácter represivo, con una clara violación de todos los derechos humanos, incluyendo los derechos cívicos y políticos, siendo considerado este país por parte de organizaciones internacionales de defensa de derechos humanos, como el país hoy en América Latina que tiene el mayor número (en términos proporcionales) de asesinatos políticos, no solo en América Latina, sino en todo el mundo, siendo a la vez uno de los países con mayores desigualdades sociales y mayor pobreza de ese continente. En realidad, esta situación determina que Honduras se haya convertido en el país origen del mayor número de niños y adolescentes que huyen de Latinoamérica como refugiados a EEUU, habiéndose transformado este caso en un escándalo internacional, aunque el lector español no lo sabrá si se limita a ver solo la prensa española (conocida internacionalmente por su escasa diversidad ideológica, lo cual ha sido denunciado incluso por The New York Times).

Ni que decir tiene que ni el Sr. Rivera ni su partido Ciudadanos, ni el PP, ni el PSOE, ni el Sr. Vargas Llosa, ni los otros liberales que tienen grandes cajas de resonancia, han dicho nada ni han expresado ninguna denuncia hacia esta brutal represión de los derechos humanos, guardando un silencio ensordecedor frente a tanto asesinato político. El último asesinato es el de Berta Cáceres, dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, seguido de otro asesinato, dos semanas más tarde, de otro dirigente, Nelson García, y así un largo etcétera, habiéndose generado una protesta internacional que ha determinado una investigación del Congreso de EEUU (véase Congressional Briefing: "The Assassination of Berta Cáceres and Ongoing Killings and Attacks Targeting Social Activists in Honduras", March 30, 2016). Según PEN International, tales asesinatos se realizan con plena impunidad, sin que nadie sea juzgado por ellos. 100 miembros del Congreso de EEUU han denunciado este asesinato sistemático de campesinos y sus defensores. Mientras, las Cortes Españolas están a punto de juzgar a Venezuela a propuesta del partido del Sr. Rivera, supuestamente el gran defensor de los derechos humanos. Y, cómo no, con las cajas de resonancia provistas por los grandes medios, incluido El País, a el gran promotor de Ciudadanos, que nunca ha dicho ni pio sobre las matanzas que ocurren en Honduras. Y todo ello bajo la supuesta defensa de los derechos humanos, derechos sistemáticamente violados en Honduras, y, por cierto, también en España, sin que ello se denuncie en este país. El nivel de hipocresía alcanza niveles enfermizos cuando la evidencia muestra que tales fuerzas políticas están jugando un papel clave y determinante para dicha violación de los derechos que retóricamente dicen defender.

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Las ignoradas causas de la enorme crisis que estamos viviendo https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/03/28/las-ignoradas-causas-de-la-enorme-crisis-que-estamos-viviendo/ Sun, 27 Mar 2016 22:00:20 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3400 Continuar leyendo "Las ignoradas causas de la enorme crisis que estamos viviendo"]]> Por Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Por extraño que parezca, poco se ha escrito sobre las causas reales de la enorme crisis económica y financiera que se conoce como la Gran Recesión (que para millones de españoles es la Gran Depresión), crisis que continúa existiendo. Soy consciente de que esta afirmación producirá sorpresa entre muchos lectores, pues se ha escrito muchísimo sobre esta Gran Recesión que, además, se presenta como un hecho pasado, pues se asume que ya hemos salido de ella. Pero veamos los datos.

La Gran Recesión se ha ido gestando desde los años ochenta y está causada por la enorme concentración de la riqueza y de las rentas en la gran mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte, lo que ha estado ocurriendo a costa del descenso de la riqueza y de las rentas de la mayoría de la población, que deriva sus ingresos del mundo de trabajo. En realidad, desde los años ochenta ha habido una redistribución de las rentas con una gran transferencia de fondos de la mayoría de la población a una minoría muy reducida de esta, fenómeno que ha causado la crisis (ver mi artículo "Capital-Trabajo: el origen de la crisis actual", Le Monde Diplomatique, julio 2013).

La distribución de las rentas en la "época dorada del capitalismo" (1945-1979)

Comencemos por analizar la situación en EEUU (cuyo gobierno federal es uno de los que recoge con mayor detalle la información sobre la distribución de las rentas) y la evolución de las rentas durante el periodo 1945-2014, que dividiremos en dos periodos. El primero va desde la II Guerra Mundial hasta el año 1979-1980. Durante este periodo hubo una redistribución de las rentas, de manera que el 80% de la población (los cuatro quintiles inferiores) vio crecer año tras año sus ingresos un 2,3% anual como promedio, siendo tal crecimiento en las rentas inferiores (2,5%) mayor que en las renta superiores (2,2%). En realidad, el grupo que vio crecer menos sus rentas fue el 5% superior de la población (los súper ricos). Su tasa de crecimiento anual promedio fue de un 1,9%. Durante aquel periodo, los salarios crecieron paralelamente al crecimiento de la productividad. El país iba creciendo, pero las rentas de la mayoría de la población iban creciendo más y más rápido que las rentas superiores (ver Elise Gould, Debates on Income Inequality and Social Cohesion, Economic Policy Institute, February 2016).

La reacción neoliberal (1979-2014)

Pero a partir de los años ochenta, cuando se llevaron a cabo las políticas neoliberales iniciadas por el Presidente Reagan en EEUU y la Sra. Thatcher en el Reino Unido, y más tarde hechas suyas por la Tercera Vía en el socialismo europeo, esto cambió y se revirtió. A partir de entonces, el crecimiento de las rentas superiores, el 5% superior de la población, fue mucho más rápido (un 2%) que el de las del resto de la población. En realidad, el 40% (los dos quintiles inferiores de la población, que constituyen la clase trabajadora de EEUU) apenas vio crecer sus ingresos durante el periodo 1979-2007 (un promedio del 0,2%). Y en el periodo de la Gran Recesión (2007-2015), que no ha terminado, sufrió un descenso en sus ingresos de un 2,4%. La bajada de la capacidad adquisitiva de la gran mayoría de la población (la clase trabajadora y las clases medias de renta media y baja) ha sido muy dramática durante esta crisis. Durante este periodo, el crecimiento de los salarios ha sido muy inferior al crecimiento de la productividad. Así, mientras en el periodo 1948-1973 el crecimiento de los salarios (un 91,3% de crecimiento acumulado) fue parecido al crecimiento de la productividad (un crecimiento acumulado del 96,7%), en el periodo 1973-2014 el crecimiento de los salarios fue solo de un 9,2%, mientras que el de la productividad fue del 72,2% (los salarios son la compensación laboral por hora, y todos los datos son acumulativos para el periodo definido. Véase Understanding the Historic Divergence Between Productivity and a Typical Worker’s Pay, Economic Policy Institute, September 2015).

Las consecuencias del crecimiento de las desigualdades de renta

Las consecuencias de este crecimiento de las desigualdades de renta son muchas. A nivel humano (que es el nivel que debería ser más importante), estas desigualdades han tenido un enorme impacto en la calidad de vida, salud y bienestar de las poblaciones. La esperanza de vida (años de vida de la persona) de las personas con niveles de ingreso iguales o superiores a la media ha subido, durante el período neoliberal 1972-2001, casi siete años. En cambio, para las personas de nivel de ingresos inferior a la media (la mitad inferior de la población estadounidense), ha subido solo 1,9 años. En realidad, para las mujeres de clase trabajadora la esperanza de vida ha descendido 3 años, un descenso más que considerable.

Pero lo que es igualmente importante es que cuando analizamos el impacto de este crecimiento de las desigualdades de renta en las áreas económicas, es cuando vemos las causas de la crisis actual. La reducción de la capacidad adquisitiva de la gran mayoría de la población (al ser el crecimiento de los ingresos mucho menor, e incluso negativo) determinó una bajada muy marcada de la demanda de bienes y servicios, generando un enorme descenso del crecimiento económico, alcanzando incluso niveles negativos como hemos estado viendo en el sur de Europa, incluyendo España. La reducción de los salarios (así como la reducción del gasto público, incluyendo el social) ha sido una de las mayores causas de la Gran Recesión. La evidencia científica de ello es abrumadora y se podía ver fácilmente que las políticas de austeridad y las reformas laborales que caracterizan las políticas liberales (conocidas como neoliberales), encaminadas a reducir los salarios estaban creando un grave problema económico, como ya indiqué en mi libro Neoliberalismo y Estado del Bienestar, escrito en 1997. Hoy, por fin, incluso el último informe de la OCDE y el grupo de investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI) han admitido el error de tales políticas, aunque los economistas neoliberales que monopolizan los espacios mediáticos en España, con chaquetas llamativas o normales, todavía no lo reconocen, aferrados a su dogma liberal.

Cómo se generó la crisis financiera

Pero este descenso de la demanda ha generado a su vez otros dos graves problemas. Uno es que la población, que veía disminuir sus ingresos, intentó mantener su nivel de vida a base de endeudarse. Tanto la población como las empresas y el Estado se endeudaron más y más, con lo cual, el capital financiero (es decir, la banca) creció considerablemente. Pero aquel descenso salarial creó otro problema: el descenso de la demanda de productos y servicios, disminuyendo con ello la rentabilidad de las inversiones en las áreas de la economía productiva, es decir, donde se producen los bienes y servicios cuyo consumo ha disminuido. De ahí que el gran capital (los súper ricos) fuera invirtiendo más y más en actividades especulativas (tales como en el sector inmobiliario) que tienen una elevada rentabilidad. Un resultado de ello es que la actividad especulativa ha ido sustituyendo la actividad productiva, apareciendo así el capitalismo del casino. De ahí que hemos visto que el capital financiero, además de crecer debido al endeudamiento de la población, también ha crecido debido al enorme desarrollo de tal actividad especulativa, puesto que las instituciones financieras se han ido especializando más y más en inversiones especulativas. Hoy tal sector (que es sumamente negativo para la economía) está hipertrofiado en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte, y significa asimismo una enorme absorción de recursos que deberían utilizarse en la economía productiva. España, donde el sector bancario es (en relación con el PIB) uno de los más grandes de la UE-15, es un claro ejemplo de ello.

Pero además de absorber recursos que deberían haberse invertido en áreas productivas (donde se producen bienes y servicios) en el país, la expansión del capital financiero creó una enorme inestabilidad, pues toda actividad especulativa (que crea enormes burbujas, como la inmobiliaria que hemos vivido en España) conlleva un riesgo. Toda burbuja explota, con consecuencias negativas para la economía y, más importante, para el bienestar de la población, como hemos visto en España. Ahora bien, lo que es importante subrayar es que el riesgo no lo asume la banca, pues cuando está en dificultades (es decir, cuando corre el peligro de colapsar) inmediatamente viene el Estado (es decir, los ciudadanos que pagamos impuestos) y la "rescata", con lo cual la banca nunca se arriesga, pues sabe que el Estado benefactor la salvará. Se ha creado así una complicidad banca-Estado que está en la raíz de la crisis financiera.

¿Qué es lo que debería hacerse?

A la luz de esta evidencia está muy claro qué es lo que debería hacerse, y que se resume en hacer casi lo opuesto a lo que la mayoría de gobiernos a los dos lados del Atlántico Norte (Norteamérica y la UE) han estado haciendo. Las soluciones desde el punto de vista de política económica son muy fáciles de entender, aunque, por desgracia, no son fáciles de ver o de leer en los medios españoles, debido al abusivo control de estos medios por parte de los grupos económicos y financieros que han originado la crisis y se han beneficiado de ella. Es probable que usted, lector, no haya leído esta explicación en los medios porque la mayoría de ellos están influenciados, cuando no controlados, por los grupos económicos y financieros que dominan la economía de estos países. Y ello ocurre no solo en los medios privados (poseídos por grupos empresariales privados), sino también en los públicos (controlados por partidos políticos próximos, cuando no financiados, por tales grupos).

El mayor obstáculo para resolver el grave problema actual no es económico, sino político, pues el cambio propuesto implica un enfrentamiento con grupos muy poderosos: en primer lugar, nos encontramos con el enorme poder del 1% de la población de más renta (los súper ricos), al cual hay que sumar, en segundo lugar, el 10 ó el 15% de renta superior, es decir, de la clase media de renta alta, la clase media profesional, que está al servicio de aquel 1%, gestionando los aparatos de la reproducción del sistema a través de la difusión de valores, percepciones, creencias, recursos e instituciones que sostienen el dominio político y la hegemonía ideológica cultural en tales países.

Estos cambios pueden hacerse en España

Quisiera hacer aquí una reflexión, motivada por el hecho de que percibo que se está extendiendo en España una percepción que está creciendo rápidamente, incluso en círculos progresistas, de que tales cambios hoy no se pueden hacer a nivel nacional, pues se considera que la globalización económica en general y la europeización de la economía española en particular imposibilitan tales cambios, a no ser que haya un cambio a nivel mundial o, en el caso español, a nivel de la UE o al menos de la Eurozona.

Ni que decir tiene que hay elementos de tal opinión que son acertados, excepto cuando concluyen –como lo hacen a menudo- que no hay nada que hacer hasta que se cambie lo supranacional. En esta percepción, los Estados-nación han desaparecido o deberían desaparecer (algo en lo que autores como Toni Negri continúan insistiendo). El argumento de la globalización (que los conservadores y liberales -y Negri- aplauden) ignora que la economía mundial ha estado siempre globalizada. En realidad, estaba más globalizada a principios del siglo XX que ahora. Y también ignora que algunos de los países más globalizados, como los países nórdicos europeos (que son los que tienen mayores indicadores de globalización), son los que tradicionalmente han tenido salarios más altos y Estados del Bienestar más desarrollados. El conflicto Capital-Trabajo (que solía llamarse "lucha de clases") tiene lugar predominantemente (pero no exclusivamente) a nivel de Estado-nación. Y ello continúa siendo así. En realidad, el problema no es la globalización, sino el tipo de globalización, que sistemáticamente favorece a los Estados-nación más dominantes en el área internacional o en la Eurozona. Hoy los Estados-nación juegan un papel clave en la reproducción del orden (mejor dicho, desorden) internacional. No hay empresas multinacionales. Son empresas transnacionales.

Naturalmente que se necesita llevar las estrategias de cambio a nivel global y/o a nivel de la Eurozona. Pero esta estrategia conlleva la articulación de las luchas que tienen lugar a nivel de cada Estado-nación con las luchas a nivel de las instituciones europeas, unas instituciones que –de nuevo- son controladas y hegemonizadas por los grupos económicos y financieros dominantes de los Estados-nación como Alemania, aliados con los establishments financieros y económicos de cada país. El establishment financiero-económico español, a través del gobierno Rajoy, está consiguiendo lo que siempre ha deseado (la reducción salarial, y el desmantelamiento del Estado del Bienestar) con la inestimable ayuda del gobierno Merkel en Alemania, que representa los intereses financieros y económicos dominantes de aquel país. En contra de lo que se está diciendo, los Estados-nación juegan un papel clave en la reproducción de aquel dominio. La evidencia científica que apoya tal tesis es abrumadora. Las empresas mal llamadas multinacionales, son en realidad transnacionales, es decir, están basadas en un Estado-nación. Telefónica, prototipo de lo que se define como una multinacional, es una empresa española. El hecho de que su producción y distribución ocurra en varios países, no quiere decir que sea propiedad de varios países. En realidad, para entender el comportamiento de Telefónica, hay que entender la relación entre aquella empresa y el Estado español. Son, pues, los Estados los que continúan teniendo un gran protagonismo en la esfera mundial. Atribuir la continuidad de las políticas neoliberales por parte del Estado español a la imposibilidad de cambiarlas debido a la europeización de la economía española es hacerle el juego al argumentario de las élites dominantes en el país. Naturalmente que el sistema de gobernanza de la UE dificulta enormemente la posibilidad de cambios en cada país. No hay duda de ello. Pero que sea difícil no quiere decir que sea imposible. Hay que romper con un determinismo globalizador que está paralizando a las izquierdas, mostrando que sí que hay alternativas, tal como Juan Torres, Alberto Garzón y yo mostramos en su día, cuando escribimos el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España (2011).

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Las enormes limitaciones del modelo neoliberal: el caso de la sanidad estadounidense https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/03/22/las-enormes-limitaciones-del-modelo-neoliberal-el-caso-de-la-sanidad-estadounidense/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/03/22/las-enormes-limitaciones-del-modelo-neoliberal-el-caso-de-la-sanidad-estadounidense/#respond Tue, 22 Mar 2016 06:00:38 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3393 Continuar leyendo "Las enormes limitaciones del modelo neoliberal: el caso de la sanidad estadounidense"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Polícy. The Johns Hopkins University

Una de las características del pensamiento económico y social neoliberal es creer en la superioridad del sector privado sobre el público, favoreciendo la privatización y mercantilización de los bienes y servicios, atribuyendo a tal mercantilización una mayor eficiencia de la distribución de recursos que la que existe en la esfera pública. Como bien dijo el gran referente del pensamiento neoliberal, el Presidente Reagan de EEUU, "el Estado no es nunca la solución. En realidad, es siempre el problema".

Esta visión y creencia se extiende en dicho pensamiento a todos los sectores de la sociedad, incluyendo los servicios e instituciones sanitarios, mostrando la sanidad estadounidense (donde la propiedad, financiación y gestión de las instituciones sanitarias es primordialmente privada) como modelo de eficiencia y de eficacia. En aquel país la mercantilización de la medicina ha alcanzado su máximo desarrollo, considerándose tal mercantilización como la responsable de su gran supuesta eficiencia, y presentándose como ejemplo de ello las grandes instituciones hospitalarias estadounidenses, la mayoría privadas, reconocidas por su gran renombre y prestigio (como Hopkins, la Mayo Clinic, el Mount Sinai Hospital en Nueva York y un largo etcétera).

Esta visión, muy generalizada en España, es, sin embargo, profundamente errónea. Y los datos están ahí para demostrarlo. Basta comparar indicadores de eficiencia y eficacia de la sanidad estadounidense con la de otros países, incluido España, de semejante desarrollo económico, con financiación pública de su sistema sanitario, para ver que el pensamiento neoliberal está idealizando el modelo neoliberal. Veamos primero cuánto se gasta EEUU en sanidad para ver más tarde qué es lo que consigue con este gasto.

Una característica de la sanidad estadounidense es lo enormemente cara que es la atención médica. La sociedad estadounidense se gasta muchísimo más per cápita en sanidad, 8.713 dólares, que cualquier otro país capitalista desarrollado. Canadá se gasta 4.351 $, Francia 4.123 $, Alemania 4.818 $, Japón 3.713 $, Suecia 4.904 $, Reino Unido 3.234 $ y España (la que se gasta menos) 2.898 $. En todos estos países la financiación de la atención médica es predominantemente pública (la mayoría de datos proveídos en este artículo proceden de la base de datos de la OCDE: Health Expenditure and Financing; Health Care Utilisation, Consultations; Health Care Resources, Nurses; Health Care Utilisation, Hospital average length of stay by diagnostic categories; and Demography and Population. También proceden de los informes anuales de Physicians for a National Health Program).

¿Por qué el gasto sanitario es tan elevado?

Los pensadores liberales han intentado argumentar que el hecho de que el gasto sanitario en EEUU sea mucho más alto que en el resto de países a los dos lados del Atlántico Norte se debe a que los estadounidenses utilizan el sector sanitario mucho más frecuentemente que la población de los otros países. Los datos, sin embargo, muestran lo contrario. El número de visitas al médico por habitante durante el año 2012 fue en EEUU de solo 4 visitas, el  número más bajo de visitas entre países comparables por su nivel de desarrollo económico. En Australia fue de 6,9 visitas; en Canadá 7,7 visitas; en Dinamarca 4,7 visitas; en Francia 6,7 visitas; en Japón 12,9 visitas; en Reino Unido 5 visitas; y en España 7,4 visitas. España es uno de los países con mayor número de visitas por habitante (fuente: OCDE, Health Care Utilisations and Consultations).

Una situación semejante ocurre en cuanto a la utilización hospitalaria. El promedio de días que los enfermos pasan en el hospital en EEUU es uno de los más bajos en los países de semejante nivel de desarrollo, 4,8 días en el hospital por enfermo,     más bajo que en Australia con 5,7 días, que en Francia con 5,6 días, que en Suecia con 8,6 días, y que en España con 6,7 días. No es cierto, por lo tanto, que EEUU gaste mucho más que cualquier otro país debido a que la población utilice más los servicios que en otros países. En realidad, los datos muestran que los utilizan menos, y no más, que aquellos países que tienen financiación pública.

Otro argumento que se utiliza para justificar y/o explicar el elevado gasto sanitario por habitante es el supuesto elevado número de profesionales trabajando en el sector. De nuevo, los datos muestran lo contrario. EEUU es uno de los países con menos profesionales sanitarios, un número que en algunas profesiones, como enfermería, es especialmente bajo. Tiene, por ejemplo, 11,1 enfermeros por cada 1.000 habitantes, un número por debajo del existente en Dinamarca con 16,3, en Alemania con 12,61 y en Noruega con 16,53. En España, por cierto, es incluso más bajo que EEUU. Solo 5,24 enfermeros por 1.000 habitantes, dato que debería considerarse preocupante debido a la enorme importancia que la enfermería tiene para garantizar la atención continuada a la población.

Por último, otra explicación (incorrecta) que se ha dado de este elevado gasto sanitario es el gran porcentaje de la población que tiene más de 65 años, el sector de la población que consume más recursos sanitarios. Pero de nuevo, los datos muestran que EEUU es el país con un porcentaje de personas por encima de los 65 años más bajo. Concretamente, solo el 13,7% de la población son personas de más de 65 años, comparado con Canadá 14,9%, Francia 17,5%, Alemania 20,7%, Italia 20,6%, Japón 24,1%, Suecia 19% y España 17,5%.

Las causas reales del elevado gasto sanitario

La mayor causa de este elevado gasto sanitario en EEUU es la financiación, provisión y gestión privada de la sanidad y la mercantilización de la medicina. La financiación de los servicios médicos y su gestión es primordialmente privada, realizándose a través de las compañías de seguros médicos, que controlan la financiación y gestión del sistema. Y estas compañías son enormemente rentables, habiendo creado una estructura administrativa enorme como resultado del pago por diagnóstico, que conlleva una enorme carga administrativa. Son estas estructuras administrativas (la burocracia privada) las que consumen gran cantidad de recursos, estando los dirigentes de estos conglomerados del aseguramiento privado entre los empresarios mejor pagados del país. El director de una de las compañías de seguros médicos más grandes de EEUU, United Health Group, es un tal Stephen Hemsley, que recibe una compensación de 66 millones de dólares al año (o 254.328 dólares al día). El número de administradores ha crecido desde el año 1990 exponencialmente, mucho más rápidamente que el crecimiento de profesionales en el sector.

Otro sector enormemente rentable –además de las compañías  de seguros médicos- es el de la industria farmacéutica, que es la industria que genera mayores beneficios en EEUU.

Características del modelo sanitario liberal: limitadísima eficiencia y eficacia

Además de su enorme carestía, el sistema sanitario estadounidense es sumamente impopular. En realidad, EEUU es uno de los países donde la población está más insatisfecha con el sistema de financiación y organización de las instituciones sanitarias. Al paciente le gusta el médico y el hospital, pero no le gusta nada cómo se financian y cómo se gestionan. El porcentaje de la población estadounidense que está harta de la privatización de la medicina es el más elevado entre los países a ambos lados del Atlántico Norte. Nada menos que el 40% de dicha población desearía un cambio profundo y radical del sistema sanitario, comparado con solo un 12% en Canadá y en el Reino Unido.

Además, a pesar del enorme gasto, la cobertura sanitaria es muy ineficaz. La mercantilización de la medicina determina una sobreutilización de los servicios sanitarios por parte de los profesionales y de las instituciones médicas. EEUU es el sistema sanitario que tiene mayor número de intervenciones quirúrgicas que  son inapropiadas y/o innecesarias. Y un indicador que resume dramáticamente el nivel de inhumanidad a la cual llega dicha mercantilización es que el 38% de pacientes con enfermedades terminales (es decir, que se están muriendo) expresan gran preocupación sobre cómo ellos o sus familiares podrán pagar las facturas médicas.

Ante este hecho, ¿cómo es que el sistema sanitario no cambia?

A primera vista, parece una paradoja que la gente no esté satisfecha con el sistema de financiación y gestión privada de la sanidad, y en cambio la clase política no cambie el sistema. En un sistema que se define como democrático tendría que suponerse que la clase política decide e implementa lo que la mayoría de la ciudadanía desea. Pues bien, esto no ocurre en EEUU, donde el proceso electoral también se financia con fondos privados. El Congreso de EEUU está financiado principalmente por aquellos intereses económicos (tales como las compañías de seguros médicos y las industrias farmacéuticas) que consiguen grandes beneficios de financiación de la sanidad. De ahí que el Congreso, que está controlado por tales intereses financieros y económicos, se oponga a esos cambios. La financiación tanto de los servicios sanitarios como del proceso electoral es la nueva expresión, no del famoso mercado, sino de los grupos de poder financiero y económico que controlan el país.

De ahí que sus consecuencias hayan sido y continúen siendo sumamente negativas para la salud y bienestar de las poblaciones expuestas a tales privatizaciones y la calidad de sus instituciones democráticas. La extensión de las privatizaciones que han realizado los partidos conservadores y liberales en España (incluyendo en Catalunya), el PP y Convergència, a los que hay que añadir ahora Ciudadanos, dañará la sanidad española, cuyo mayor problema es su enorme subfinanciación pública. Las voces, próximas al capital financiero –la banca y las compañías de seguro- que constantemente promueven (con la ayuda de las cajas de resonancia que les proveen los medios) la percepción de que el gasto público sanitario es excesivo o satisfactorio, están contribuyendo a mantener una situación que debería considerarse como inaceptable.

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En defensa de Podemos: sí hay alternativas https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/03/08/en-defensa-de-podemos-si-hay-alternativas/ Tue, 08 Mar 2016 06:00:08 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3379 Continuar leyendo "En defensa de Podemos: sí hay alternativas"]]> Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015.

Estamos hoy viendo una gran movilización mediática (en la que participa activamente El País) que, en su intento de debilitar e incluso destruir al nuevo partido Podemos, está promoviendo la visión de que tal partido es el responsable de que aún no haya un gobierno estable en España, habiendo obstaculizado por todos los medios la constitución de un nuevo gobierno presidido por el Sr. Pedro Sánchez que sustituya al actual presidido por el Sr. Rajoy. A esta visión se le ha añadido otra, también publicada ampliamente en los medios (incluyendo El País), promovida por voces de izquierdas que acusan igualmente a Podemos de que con su comportamiento es responsable de la continuidad del gobierno Rajoy, al fracasar la alternativa propuesta por Pedro Sánchez. Esta última visión se basa en el supuesto de que la única alternativa posible al gobierno del PP es la coalición PSOE-Ciudadanos presidida por el Sr. Sánchez.

Sin dudar de la integridad y honestidad de tales voces de izquierdas (que incluyen la de mi buen amigo Carlos Jiménez Villarejo en sus declaraciones a El País), siento la necesidad de indicar (aun siendo consciente de que no tengo acceso a las mismas cajas de resonancia mediática que ellas) que están equivocadas, y que están haciéndole el juego (sin lugar a dudas, inconscientemente) al establishment político-mediático español que desesperadamente quiere hacer triunfar la coalición PSOE-Ciudadanos. Por lo visto, tales voces de izquierdas parecen no ser conscientes de que el criterio de evaluación de una propuesta no es solo si esta –en este caso, el pacto PSOE-Ciudadanos- es mejor que la existente (es decir, las políticas del gobierno Rajoy), sino también si tal propuesta es mejor que la que podría ser ofrecida por otra posible alternativa que, en el caso español, sería, en esta situación concreta, la que resultaría de una alianza de partidos de izquierdas, opción que, en contra de lo que tales voces dicen, sí que es posible. Veamos los datos.

Los datos muestran que sí podría establecerse un gobierno de izquierdas

La alianza de PSOE, Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís e Izquierda Unida suma 161 escaños, que es un número mayor que la suma de PSOE y Ciudadanos (130 escaños). Si se sumaran los votos del PNV (6 escaños), el número aumentaría a 167 escaños. El PNV, un partido de tradición cristianodemócrata, de claro compromiso democrático, que colaboró con las izquierdas durante la clandestinidad, es más probable que apoyara a una coalición de izquierdas, con una visión plurinacional y poliédrica de España, que a una coalición con un programa de derechas, que mantendría una visión uninacional y radial del Estado. Es, pues, factible que pudiera apoyar a la alternativa de izquierdas, votando a su favor (6 escaños), sumando, como he indicado antes, 167 escaños. Con ello, bastaría tener la abstención de ERC y DiL para permitir al candidato que encabezara tal alternativa ser investido. En realidad, ERC y DiL han dicho repetidamente que preferirían más un gobierno de izquierdas que no la continuación de un gobierno del PP. ERC es un partido de centroizquierda que ha votado en las Cortes Españolas a favor de aprobar políticas públicas claramente de izquierdas, beneficiando a las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España (con mayor frecuencia, por cierto, que los "súper patriotas españoles" del PP y Ciudadanos, y de la derecha dentro del PSOE). ERC fue también parte del gobierno "tripartito" de Catalunya presidido por los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla (dos de los mejores presidentes que la Generalitat de Catalunya haya tenido), mostrando lealtad en su compromiso hacia el proyecto reformista de aquellos gobiernos, contribuyendo con ello a que dichos gobiernos (que tuvieron muy mala prensa en los medios de información en Catalunya por ser estos de derechas) fueran, con mucho, los que realizaron un mayor número de intervenciones para mejorar la calidad de vida de la población en Catalunya. Tal gobierno tripartito fue el primer gobierno de izquierdas que existía en Catalunya desde hacía setenta años. Y ERC fue uno de los tres partidos de tal coalición, y como consecuencia de ello, el pueblo catalán tuvo mayor bienestar que con los gobiernos anteriores. Y los datos así lo muestran. El gasto público social creció como nunca había pasado antes, y el enorme déficit social de Catalunya se fue corrigiendo durante su mandato.

En cuanto a la coalición de derechas catalanas DiL (Democràcia i Llibertat), es suficientemente astuta políticamente para saber que la continuidad de Rajoy y su visión de España están alcanzando niveles de asfixia para cualquier otra visión existente en este país. Es, por lo tanto, muy probable que dificultara la reelección de un gobierno del PP, más que la de un gobierno de izquierdas.

¿Por qué el PSOE no dio prioridad a explorar las posibilidades de establecer un gobierno de izquierdas cuando podía haberlo conseguido?

La respuesta a esta pregunta es fácil de ver. Para ello hay que entender lo que ha estado ocurriendo en el PSOE. Hoy, el equipo económico de este partido está convencido de la necesidad de continuar con las políticas de austeridad que se están aplicando en la mayoría de países de la Unión Europea, y como consecuencia, se opone a revertir tales políticas. Ni que decir tiene que los componentes de su programa económico son distintos a los del PP, e incluso a los de Ciudadanos, pero en lo esencial sus propuestas económicas coinciden con las del PP y Ciudadanos, pues tampoco quieren revertir estas políticas de austeridad; ello se debe, en parte, a que comulgan con el dogma neoliberal. Todos ellos se definen como liberales, y están ligados intelectual y profesionalmente a los grupos económicos y financieros que dominan la vida económica del país y que ejercen una excesiva influencia en su vida política y mediática. De ahí sus grandes coincidencias con el equipo económico de Ciudadanos, que representa la visión más ortodoxa del neoliberalismo existente hoy en España.

Las voces que relativizan este hecho, diluyendo su gravedad, parecen no ser conscientes de la enorme urgencia de que cambien tales políticas, que están causando un enorme daño a las clases populares del país. La propuesta de "rescate social" incluida en el pacto PSOE-Ciudadanos, que ambos partidos muestran como un reflejo de su pedigrí social, no resolverá el enorme problema de la pobreza en España, pues las políticas que proponen no son suficientemente distintas a las políticas neoliberales que han causado el incremento de esta pobreza, y los datos están ahí para el que lo quiera ver, aunque es posible que no los pueda ver ni entender debido al sesgo tan marcado de los medios de información (que más que de información son de persuasión), masivamente anti-Podemos y anti-izquierdas.

Lo que ocurre es fácil de entender por mucho que los establishments mediáticos manipulen la realidad que nos rodea

Podemos representa una demanda popular para revertir tales políticas que benefician enormemente a las élites financieras y económicas que dominan el Estado central español, eje de las clases dominantes (lo que en terminología actual se llama el 1%, al cual hay que añadir el 10% de renta superior, que mantiene y gestiona los aparatos públicos e instituciones privadas que facilitan la existencia y reproducción de aquel 1%). De ahí la enorme hostilidad expresada hacia esta fuerza política, nunca vista antes en contra de un partido político en lo que se llama época democrática. Tal hostilidad se traduce en un "odio de clase" que es expresado no solo por los Eduardo Inda y Francisco Marhuenda de turno, sino incluso, por desgracia, por algunos de los personajes históricos del PSOE, cuya animadversión ha alcanzado niveles sin precedentes, tales como los de Felipe González, que presentó a la dirección de Podemos como "mero instrumento del gobierno venezolano" del cual, además, añadió que es peor que el gobierno del General Pinochet en Chile. Es paradójico que ahora el Sr. Felipe González acuse a Podemos de expresar "odio y rabia", cuando la agresividad, el grado de hostilidad, mala educación, vulgaridad y mezquindad a los que se están llegando frente a tal partido -no solo por parte de los partidos de derechas, sino también por el PSOE- alcanzan niveles que no he visto en ningún otro país de los muchos en los que he vivido o visitado. A lo largo de mi vida profesional he asesorado a gobiernos de muchos países y también a muchos partidos, y nunca he visto tanta hostilidad por parte del establishment financiero-económico-político-mediático de un país dirigida a un partido, tal como está ocurriendo en España con Podemos.

¿Es la redefinición de España el problema?

Esta hostilidad refleja una oposición a que exista una coalición de izquierdas que cambie la política económica actual, con la cual están comprometidos los partidos conservadores, los partidos liberales y el partido socioliberal, es decir, el PSOE (ver mi artículo "¿Por qué no se establece un pacto de izquierdas", Público, 25.02.16). Pero conocedores de la gran impopularidad de las políticas neoliberales, aquellos partidos justifican su oposición a Podemos y a la coalición de izquierdas refiriéndose a un supuesto intento de Podemos de desunir España. Se presentan así como los defensores de la "unidad de España", eslogan siempre utilizado por las derechas para promover su visión uninacional y radial de España, unidad que, por cierto, ni Podemos (ni En Comú Podem, ni En Marea, ni Compromís, ni IU) están amenazando. El argumento de defender la "unidad de España" es una gran manipulación para movilizar a las clases populares. En realidad, la evidencia existente permite mostrar que ha sido precisamente la excesiva rigidez de las fuerzas políticas herederas de la dictadura, en la defensa de su visión uninacional y radial de España, la que ha estado facilitando el crecimiento del sentimiento secesionista o independentista. Las voces dentro del PSOE que reflejan tal visión son las más eficaces en la disgregación de España. Decir que las izquierdas (Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís e IU) están defendiendo la "desunión de España" es de una mezquindad (o mejor dicho, mala leche) sin precedentes, solo entendible en una España que no rompió con el estado dictatorial anterior, reproduciendo, en sus formas regresivas, la gran arrogancia de que son ellos los que "aman a España" y los que defienden la Patria, típico eslogan de las derechas, que consideran a los que tienen otra visión como anti-España.

En realidad, lo que está ocurriendo hoy en este país es el renacer de otra visión de España, una visión poliédrica, plurinacional y mucho más democrática, que está resurgiendo de la periferia en colaboración y alianza con nuevas fuerzas populares en el centro del territorio, que constituyen una amenaza no a la unidad de España, sino a la visión uninacional y radial del Estado, cuya máxima expresión la alcanzó el Estado español durante el régimen fascista (algo con lo que el Estado español que lo sucedió, siendo diferente, no rompió completamente). Si esta nueva España no se establece, España se desunirá, algo que el PP y el PSOE están generando como consecuencia de su rigidez, dogmatismo y escasa cultura democrática. Esta constante referencia a la "unidad de España" para defender el pacto neoliberal PSOE-Ciudadanos refleja una enorme arrogancia por parte de los que quieren presentarse como los defensores de España, arrogancia que ignora que sus políticas, no solo en el tema nacional sino también en el tema económico, están haciendo un enorme daño a las clases populares de las distintas naciones existentes en este país al cual dicen que aman. Dicen amar a España a la vez que aplican políticas que están dañando a sus pueblos. El creciente declive del PSOE está basado precisamente en esta realidad.

La oposición del PSOE a la unidad de las izquierdas

Hoy, que haya un gobierno de izquierdas depende en gran medida del PSOE, y ahí está el gran problema. ¿Es el PSOE de izquierdas? Recibo críticas frecuentes de lectores de mis escritos por continuar definiendo al PSOE como un partido de izquierdas. Lo hago porque me parece que es evidente que las bases electorales del socialismo español son de izquierdas. Ahora bien, debería también estar claro que sus equipos económicos y gran parte del aparato de Ferraz no lo son. Son aparatos que defienden sus intereses corporativistas por encima de todo lo demás. Es cierto que ello no es exclusivo de tal partido, pero es especialmente acentuado en él. La continuidad de este aparato se muestra en su nula capacidad para hacer una autocrítica de su comportamiento, el cual se ha caracterizado, en las áreas económicas, por su integración en el pensamiento dominante, justificando sus políticas claramente regresivas bajo el argumento de que eran las únicas posibles. Ello le ha ido distanciando de sus bases populares.

Este partido se está, por desgracia, convirtiendo en un partido de cargos electos, más aquellos que están esperando para ocupar tales cargos una vez desaparezcan los actuales inquilinos del sillón. Y ello es una enorme desgracia política. No comparto la visión ni el deseo de que el PSOE se convierta en el PASOK. Pero va en este camino si no hay una rebelión de las bases arraigadas en las clases populares para forzar un cambio. La decisión de Pedro Sánchez de tomar como punto de partida de sus nuevas negociaciones con las izquierdas el documento pactado con Ciudadanos es casi una provocación, que augura un mal presagio para el establecimiento de una coalición de izquierdas.

Las derechas y ahora el PSOE están rompiendo España

En este contexto es injusto que se centre la crítica en Podemos, cuando es obvio que el mayor impedimento para establecer una coalición de izquierdas es la dirección del PSOE. Los errores de Podemos no son la causa de que no haya un gobierno de izquierdas. Su estrategia durante el proceso para la investidura me parece acertada. En realidad, los problemas de Podemos se deben a su enrome crecimiento en un periodo muy corto. El tema organizativo continúa siendo su gran reto, como se ha visto en Catalunya. En cuanto a su relación con IU, es obvio que es mejorable, y debe mejorarse. Pero para ello IU también debería hacer cambios notables que parece que pueden ocurrir. En este sentido, el deseo de confluencia de las izquierdas que está apareciendo en Catalunya es un paso positivo que espero inspire cambios semejantes en otros lugares de España.

Por lo demás, y tal como he indicado, estoy de acuerdo en la estrategia seguida por Podemos, e incluso con su tono de respuesta a la enorme hostilidad que recibe. Están haciendo un gran servicio a todos los pueblos y naciones de España, como también lo están haciendo otros partidos como En Comú Podem, En Marea, Compromís e IU, que están alcanzando un nivel de unidad que es muy positivo. La única voz discordante es el PSOE. Y este está intentando excusar su desunión con las izquierdas usando el argumento nacional como recurso.

Con ello no quiero indicar que no haya miembros o votantes del PSOE que de verdad se crean que la amplia coalición de izquierdas (excepto el PSOE) favorezca el secesionismo y la ruptura de España. Pero aquellos que de buena fe se lo creen, tienen que darse cuenta de que están empeorando aquel eslogan que utilizaron las derechas, que llegaron a admitir que preferían una España "roja" a una España "rota". Ahora están sustituyendo los términos, indicando que prefieren una España de derechas a una España "rota". Y ahí está su gran error, pues la única manera de mantener unida España es reconociendo su diversidad y plurinacionalidad, transformándola en un Estado mucho más democrático, en el que la unidad de los pueblos y naciones se deba a la voluntad y al consenso, y no a la fuerza. Y es ahí donde las izquierdas son las únicas que, aliadas con otras fuerzas democráticas, y aplicando políticas económicas y sociales contrarias a las políticas de austeridad, pueden movilizar a las clases populares para crear otra España. Continuar con la estrategia de las derechas, a las cuales se suma ahora el PSOE, es precisamente garantizar su ruptura. Ha sido precisamente durante el gobierno del PP cuando el secesionismo ha crecido más rápidamente.

De ahí que a las personas de izquierdas que no estén a favor de la unidad de estas por miedo a facilitar la desunión de España, les invito a recordar que en los momentos más difíciles y heroicos de la lucha contra la dictadura fascista, todas las fuerzas de izquierdas, incluyendo el PSOE, lucharon para conseguir una España democrática, justa y solidaria que reconociera la plurinacionalidad del Estado español, con el derecho a decidir (que se llamaba el derecho a la autodeterminación) de los distintos pueblos y naciones de España, a fin de garantizar una unidad voluntaria y no una unidad impuesta. El dominio de las derechas en la Transición explica el abandono del PSOE de esta y muchas otras promesas. Ha llegado el momento de que tal partido recupere sus valores y sus compromisos por los que tantos lucharon y sufrieron. De no resolverse el conflicto nacional, las élites gobernantes continuarán utilizando el tema nacional para ocultar el tema social, cuya gravedad ellos han creado. Esto es lo que está hoy ocurriendo en este país.

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El cambio climático es peor de lo que se ha dicho https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/23/el-cambio-climatico-es-peor-de-lo-que-se-ha-dicho/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/23/el-cambio-climatico-es-peor-de-lo-que-se-ha-dicho/#respond Tue, 23 Feb 2016 06:00:27 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3375 Continuar leyendo "El cambio climático es peor de lo que se ha dicho"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Professor of Public Policy. The Johns Hopkins University

Por muchos años ha existido la negativa por parte de fuerzas políticas conservadoras y liberales en reconocer que la población mundial está sufriendo las consecuencias negativas de un cambio climático irreversible que está dañando el bienestar y calidad de vida de amplios sectores de tal población. Y cuando por fin, ante la enorme evidencia científica que se ha ido acumulando de que sí estamos experimentando tal cambio climático, los negativistas lo han aceptado, pero (y es un importante pero) lo han atribuido a cambios naturales de carácter cíclico, negando ahora que tal cambio se debiera a intervención humana.

Pero esta percepción, procedente de círculos conservadores y neoliberales, ha ido acompañada de otra existente en fórums más sensibles a la evidencia científica, y que han aceptado no solo la existencia del cambio climático, sino también que éste se debe primordialmente a las consecuencias negativas del elevado consumo de las energías basadas en productos fósiles, que generan gases cuya acumulación provoca el cambio del clima.

Cada vez más gobiernos en el mundo están llegando a esta conclusión. Pero muchos de ellos, incluyendo las potencias económicas mundiales más poderosas (y mayores generadoras de tales gases) creen que la comunidad internacional ya está respondiendo de manera adecuada a los retos que representa el cambio climático, mostrando como indicador de ello la reciente Conferencia de París, que se ha presentado como un gran éxito, asumiendo que las medidas tomadas en aquel cónclave internacional permitirán, no solo frenar el cambio climático, sino incluso revertirlo.

Hemos podido leer en los mayores medios de información referirse a tal conferencia como "el mayor éxito diplomático internacional jamás conocido", frase que utilizó el rotativo británico The Guardian (uno de los periódicos que goza de mayor prestigio y credibilidad en el mundo de habla inglesa), y que ha hecho fortuna al subrayar que la comunidad internacional supo estar en aquella reunión a la altura de las circunstancias. Para no ser menos, el Secretario General de Naciones Unidas, el Sr. Ban Ki-moon, presentó dicha conferencia como la mejor contribución de la comunidad internacional al futuro de las siguientes generaciones. "Hoy podemos mirar a los ojos a nuestros hijos y nietos y decirles que hemos juntado esfuerzos para un mundo más habitable y visible para ellos".

La realidad muestra, sin embargo, una situación muy diferente. Y añadiría yo, preocupante, pues todavía parece no haber plena conciencia entre las estructuras de poder del mundo (y las instituciones que las reproducen) de que el cambio climático es peor de lo que creen, que este cambio es irreversible y que sus consecuencias son mucho más negativas de lo que piensan. En realidad, las medidas que se tomaron en París son muy insuficientes, muy por detrás de las que deberían haberse tomado. Y me temo que no se tomarán, a no ser que haya un cambio muy significativo en las coordenadas de poder existentes a día de hoy en las instituciones nacionales e internacionales donde se están tomando las decisiones cuya aplicación está creando el gran deterioro del clima.

El excesivo optimismo de la Conferencia de Paris

Veamos los datos. Y asumo que el lector está, a grandes rasgos, informado de lo que los grandes medios de comunicación escribieron sobre la Conferencia de París, que se presentó como un gran éxito de la diplomacia francesa. Esta percepción fue facilitada por la exclusión de voces críticas que querían protestar durante la Conferencia de París y que el gobierno francés apartó de la Conferencia bajo la excusa de que tenía que extremar las medidas de seguridad tomadas a partir de los atentados terroristas de ISIS, ocurridos el pasado noviembre. Nunca antes se había visto un caso más claro de utilizar la lucha antiterrorista para apagar las voces críticas. El gobierno francés utilizó claramente tales medidas para impedir cualquier movimiento de protesta en París  frente al optimismo oficial.

Recordará el lector que, según los mayores medios de información, el supuesto gran éxito de la Conferencia era haber alcanzado el acuerdo de todos los 196 países participantes para que, a partir de ahora, se tomaran medidas con el fin de que la temperatura terrestre no subiera más de 2º centígrados para final de siglo. Y para enfatizar la enorme importancia de este hecho y la inteligencia colectiva en tal Conferencia, se presentó también como signo de otro éxito el que se aprobara también que se intentaría que este incremento fuera incluso menor, es decir, un incremento de no más de 1,5º centígrados. Tal petición la habían hecho los países más pobres y más vulnerables al cambio climático. Estos dos eran supuestamente los grandes éxitos de la Conferencia.

Los enormes límites de la Conferencia de París

Lo que es probable que usted no conozca es que tales objetivos no tenían ningún valor normativo. Era un desiderátum, sin que se tomaran medidas (incluyendo las sancionadoras) que estimularan a que se alcanzase tal objetivo. En realidad, voces científicas creíbles han calculado que, sumando todas las medidas a las que cada país participante en la Conferencia se comprometió a realizar para alcanzar el objetivo aprobado, (no más de 2ºC de aumento), el objetivo final sería mucho peor, pues el crecimiento de la temperatura global sería de 3,5º centígrados, un aumento auténticamente catastrófico que pondría en cuestión la propia viabilidad del colectivo humano (ver "The Irreversible Climate Change", Monthly Review, vol. 67 N.9, february 2016).

Otra debilidad de la Conferencia fue que dicho acuerdo no dijo nada sobre los límites de las emisiones de CO2, que deberían  reducirse drásticamente para alcanzar el famoso tope de 2ºC. Las soluciones propuestas, vagamente expresadas, se basan en supuestos excesivamente optimistas. Por ejemplo, aún cuando recomiendan la sustitución de los recursos fósiles por  renovables, el hecho es que todavía hoy evitan referirse a la necesidad de eliminar la dependencia energética en el primer tipo de recursos, argumentando que siempre y cuando se desarrollen medidas que absorban el CO2, la producción de tales gases puede compensarse con el crecimiento de estas últimas medidas absorbentes.

Ejemplos de tales medidas son, por ejemplo, el crecimiento de los bosques, o la utilización de nuevas tecnologías que se asume se inventarán (supuesto que se ha presentado por voces críticas como la tecno-utopía), que realizarán tal labor de absorción y limpieza de tales gases. Otra gran limitación del documento es que en ninguna parte se hace mención del grave problema que representan las emisiones de gases derivadas del tráfico aéreo y marítimo internacionales, a pesar de que ello es una de las mayores causas de la acumulación de los gases causantes del problema. Y, por sorprendente que parezca, no se dijo nada sobre el hecho de desincentivar el uso del petróleo y otros derivados fósiles. En realidad, los gobiernos de las grandes potencias mundiales lucharon para defender sus intereses, anteponiendo los intereses de las industrias energéticas que utilizan combustibles fósiles, a los de sus propias poblaciones y los de la población mundial.

Los obstáculos políticos para que se resuelva el problema

Las soluciones al enorme problema creado por el cambio climático son fáciles de ver. Hay que parar la producción, consumo y distribución de tales fuentes de energía fósiles, sustituirlas por otras renovables, y adaptar la sociedad a estos cambios climáticos. La aplicación de estos principios podrían constituir cambios muy importantes, que beneficiarían a todas las poblaciones, facilitando el establecimiento de nuevas sociedades, con un mayor bienestar al actual. Y ello no pasa por las "políticas de austeridad" o por el control demográfico (como algunos sectores del movimiento ecológico están proponiendo), sino por una intervención masiva y conjunta de los Estados, así como los organismos internacionales, para desarrollar políticas públicas en la dirección apuntada en este párrafo.

La sustitución de las energías fósiles por las renovables es totalmente factible, así como  la adaptación de las economías a otras formas de energía, creando una gran actividad económica (con una enorme producción de puestos de trabajo). Creerse que la "mano invisible del mercado" resolverá este enorme problema es de una ingenuidad o dogmatismo neoliberal suicida. Las soluciones requerirán más intervenciones públicas que tengan como objetivo el bienestar de las poblaciones en lugar de los intereses económicos y financieros que hoy dominan gran número de Estados y organismos internacionales, como ocurre en España y en la Eurozona. La democratización de estos Estados y de estas instituciones supranacionales es la condición sine que non de que se resuelva el problema creado por el irreversible cambio climático. Así de claro.

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https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/23/el-cambio-climatico-es-peor-de-lo-que-se-ha-dicho/feed/ 0 Cambio climático
Dalí, arte y política https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/13/dali-arte-y-politica/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/13/dali-arte-y-politica/#respond Sat, 13 Feb 2016 08:26:10 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3367 Continuar leyendo "Dalí, arte y política"]]> A raíz de debate que se ha creado sobre la posibilidad de que no haya ninguna calle en Madrid que lleve el nombre de Dalí, el profesor Navarro publica de nuevo un artículo que se publicó en este rotativo en diciembre de 2011 en el que se describe brevemente la colaboración de aquel personaje con la dictadura que alcanzó niveles claramente deleznables.

En los últimos meses ha habido conmemoraciones de tres figuras relacionadas con el arte pictórico que merecen especial atención por su significado político, oculto e ignorado en dos de ellas. La primera es Gertrude Stein, figura prominente en la vida artística europea, mecenas del mundo cosmopolita artístico parisino. En estos días su nombre ha aparecido en la prensa internacional a raíz de la exposición de las pinturas que acumuló a lo largo de sus años en París (La aventura de los Stein en el Grand Palais de París). Tal exposición se mostrará posteriormente en el Metropolitan de Nueva York y en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, y no cabe duda de que pasará en algún momento por algún museo español. Como es costumbre, la exposición va acompañada de libros y artículos sobre Gertrude Stein.

Lo que el lector no leerá en ninguno de estos documentos y artículos es quién era Stein y cómo se posicionó durante el periodo histórico que le tocó vivir en París. El silencio sobre ello se debe a que Gertrude Stein (procedente de una de las familias judías más adineradas de EEUU) tenía claras simpatías fascistas. Gran admiradora del general Pétain –jefe de Estado de un Gobierno títere de la ocupación nazi–, tradujo al inglés y publicó 32 discursos de tal general, incluso aquellos en los que justificaba la exclusión de los judíos de puestos de responsabilidad, alabando la colaboración del régimen de Vichy con la dictadura nazi liderada por Hitler (en 1944, a sólo 30 millas de donde vivía Gertrude Stein, 44 niños judíos fueron deportados a Auschwitz: todos ellos fueron asesinados). En su admiración por el general Pétain, llegó a definirlo como el "general Washington de Francia que restauraría en Francia los valores occidentales". Apoyó el golpe militar de Franco y defendió la dictadura fascista que este estableció. Profundamente anticomunista, justificó el rechazo al judaísmo europeo por lo que ella consideraba simpatías comunistas. Detestaba al presidente Roosevelt y el New Deal, el programa de intervención pública que expandió notablemente los derechos sociales y laborales del pueblo estadounidense.

El otro caso cuyo pasado fascista ha permanecido oculto es el de Salvador Dalí. Tal personaje fue una de las voces que defendió a la dictadura fascista (que en España se llama franquista) con mayor insistencia en los círculos artísticos internacionales. Dalí mostró gran simpatía por la Falange, el partido fascista, utilizando en su discurso la narrativa fascista, tal como documenta Ian Gibson en su libro The Shameful Life of Salvador Dalí (del cual extraigo la mayoría de datos). Su proximidad a la cúpula del partido fascista era bien conocida y su servilismo y adulación hacia el dictador alcanzó niveles nauseabundos. Se refirió a uno de los dictadores más sangrientos conocidos en Europa (por cada asesinato que perpetró Mussolini, Franco ordenó 10.000), el general Franco, como "el político clarividente que impuso la verdad, la claridad y el orden en el país en un momento de gran confusión y anarquía en el mundo". Su apoyo al fascismo se mantuvo hasta el final de la dictadura, y mostró su máxima expresión en la defensa del dictador y de la dictadura frente a la protesta nacional e internacional por la ejecución, el 27 se septiembre de 1975, de cinco prisioneros políticos. En declaraciones a la Agencia France-Press, indicó que "dos millones de españoles salieron a la calle aplaudiendo al mayor héroe existente en España, el general Franco, mostrando que todo el pueblo español está con él (...). Es una persona maravillosa. Y su acto garantiza que la monarquía que le suceda sea un éxito. En realidad se necesitan tres veces más ejecuciones de las que han ocurrido". Tales declaraciones ampliamente distribuidas en la prensa internacional fueron determinantes para que se generara un gran desprecio por su figura, pasando de ser un genio a un despreciable ser humano. No así en Catalunya y en España, donde Dalí tiene un monumento en la plaza mayor de Cadaqués, donde veranea la burguesía catalana, para la cual Dalí continúa siendo el gran genio al cual se le dedican incluso óperas en el Teatro del Liceo de Barcelona.

Este olvido del pasado comienza a perderse. Lo cual me lleva a Josep Subirats, un pintor extraordinario que ha permanecido olvidado por haber sido miembro activo de la lucha popular en contra del golpe fascista. En otra sociedad, con claro espíritu democrático, Dalí sería aborrecido y Subirats sería un punto de referencia fundamental en la cultura artística del país. El único de los tres personajes aquí citados que no tiene un pasado a ocultar permanece oculto porque la burguesía continúa dominando la cultura artística del país.

Subirats fue desde su juventud un pintor dedicado a las clases populares con las cuales se sintió identificado. Analizar sus pinturas es comprender y estimar la enorme lucha del pueblo catalán y español en su lucha contra el fascismo. Desde el póster de la UGT que animaba a los campesinos a apoyar a la República, a la llamada de apoyo en Catalunya al pueblo madrileño que estaba resistiendo al asedio fascista, pasando por los dibujos de los campos de concentración donde estuvo preso, y la descripción gráfica de las barracas donde vivían los trabajadores después de la guerra. En todos ellos puede verse con gran belleza y expresión la historia del pueblo catalán y español. La expresión visual de un compromiso es lo que explica su represión y veto. Por fin, tras años y años de silencio, su obra pictórica se mostró en el Museu d’Història de Catalunya, del 4 de octubre al 20 de noviembre de 2011. Sería de desear que se mostrara a lo largo de todo el territorio español.

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Lo que se oculta o ignora en la prensa y en la televisión sobre las elecciones de EEUU https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/08/lo-que-se-oculta-o-se-ignora-en-la-prensa-y-en-la-television-sobre-las-elecciones-de-eeuu/ Mon, 08 Feb 2016 06:00:34 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3351 Continuar leyendo "Lo que se oculta o ignora en la prensa y en la televisión sobre las elecciones de EEUU"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Professor of Public Policy. The Johns Hopkins University

La cobertura de lo que está ocurriendo en las elecciones primarias para el cargo de Presidente de EEUU por parte de los mayores medios de información españoles es, con limitadísimas excepciones, muy sesgada, traduciendo la orientación conservadora y/o neoliberal que caracteriza a la gran mayoría de tales medios. La bien conocida (a nivel internacional) falta de diversidad ideológica en la televisión y radio españolas, así como en la prensa escrita, con escasísima presencia de voces críticas de sensibilidad progresistas de izquierdas, se refleja en su presentación de lo que está ocurriendo en aquel país. Sus corresponsales en EEUU se limitan, por lo general, a traducir al castellano (o al catalán en Catalunya) lo que dicen los mayores medios de información estadounidenses, sin ir más allá y sin profundizar críticamente en lo que dicen aquellos medios. Y para complicar más las cosas, en su traducción de lo que dice la prensa estadounidense al español, copian literalmente lo que se escribe en tales medios, sin darse cuenta de que algunos términos tienen un significado opuesto a los dos lados del Atlántico. Así, el término "liberal" en EEUU se utiliza en aquel país para definir a un político que apoya el intervencionismo del Estado en la actividad económica, proponiendo medidas redistributivas y expansión del gasto público. Liberal, en EEUU, quiere decir lo que en Europa se conoce como socialdemócrata, mientras que en este continente, y por lo tanto en España, liberal define a un político que está en contra del intervencionismo del Estado, desfavorece las políticas redistributivas, y promueve la privatización de lo público. Definir en los medios españoles a los políticos de la izquierda estadounidense como liberales crea enormes confusiones en España (ver, como ejemplo de este error, el artículo de la corresponsal de El País en Washington, Amanda Mars, "Sanders centra su estrategia en asociar a Clinton con el poder financiero", El País, 06/02/2016).

¿Qué pasa en EEUU?

Hoy, la noticia mayor que existe en EEUU es que un candidato a la Presidencia del país, que se presenta (sin tapujos y orgulloso de serlo) como socialista, y que pide una revolución política, utilizando esta expresión en cada uno de sus actos electorales, está causando un tsunami político semejante al que ha ocurrido en España con Podemos o con el candidato laborista británico, el Sr. Corbyn, en el Reino Unido. En las primeras elecciones primarias en el país para el cargo de Presidente de EEUU, que tuvieron lugar hace unos días en el Estado de Iowa, tal candidato socialista empató con la candidata claramente apoyada por el aparato del Partido Demócrata, la Sra. Hillary Clinton, que contaba con el claro apoyo, no solo de aquel aparato, sino también del establishment político mediático de aquel partido. Y esta casi victoria del Sr. Bernie Sanders, que es el candidato socialista, ocurrió a pesar de la clara hostilidad que sufrió su candidatura por parte de los mayores medios de información (prensa y televisión) de aquel país (tal como también ocurrió con Podemos en España y con el Sr. Corbin en el Reino Unido). Predeciblemente, tal hostilidad o animosidad ha aparecido, no solo en los mayores medios de información de EEUU, sino también de España, cuya cobertura mediática de la vida política de EEUU, como he dicho en el párrafo anterior, se limita, la mayoría de las veces, a la mera traducción al castellano (o al catalán en Catalunya) de lo que dicen los mayores medios de información estadounidenses.

El surgimiento de este movimiento antiestablishment, liderado por Bernie Sanders, tiene características semejantes a lo que ha estado pasando en España y en Reino Unido, y responde a una situación común en los tres países: las clases populares están hartas del maridaje entre los intereses económicos y financieros de las grandes empresas que constituyen la clase corporativa (the corporate class) por un lado, y las instituciones representativas por el otro, que las han transformado en meros instrumentos de tal clase. Tal situación ha sido posible por la privatización del proceso electoral en EEUU, donde todo candidato a un cargo electoral puede recibir tanto dinero como pueda generar y, a través de lo que se llaman Super PACs, financiar su campaña, comprando tanto espacio televisivo como quiera, sin que exista ninguna regulación al acceso a tales medios. La mayoría de los fondos que la clase política (lo que se llamaría casta en España) recibe, procede de las grandes empresas de la corporate class, el 1% top de la sociedad por su nivel de renta que controla o tiene una enorme influencia, también en la mayoría de los medios de información y persuasión del país.

La consecuencia de este maridaje entre el mundo del capital y las instituciones políticas es que las políticas aprobadas por el Congreso de EEUU (hoy controlado por la ultraderecha estadounidense, financiada masivamente por los elementos estadounidenses comparables al IBEX-35 de España), sistemáticamente favorecen sus intereses a costa de los del mundo del trabajo, que constituye la mayoría de las clases populares de EEUU.

Tal situación también afecta a gran parte del Partido Demócrata. Fue precisamente el Presidente Clinton el que desreguló la banca (siendo su Ministro de Finanzas Robert Rubin, que era en su vida privada uno de los mayores banqueros de Wall Street, el centro financiero de EEUU), creando las bases para que se diera la mayor crisis financiera que el país ha vivido desde la Gran Depresión, crisis que ha creado un gran descenso del nivel de vida de las clases populares, a la vez que ha acentuado un incremento incluso más intenso de las desigualdades existentes en EEUU. Como constantemente señala Bernie Sanders, "una décima parte del 1% superior de la población controla el 90% de la riqueza del país". Y los datos, fácilmente accesibles, señalan la veracidad y credibilidad de su mensaje.

La revuelta popular en contra del establishment político-mediático

Resultado de esta situación, la legitimidad y popularidad de las instituciones políticas están por los suelos. La enorme abstención en el proceso electoral de la población, (y muy en particular de las clases populares), es un indicador de esta pérdida de fe en ellas. El "no nos representan" del 15M tuvo una gran resonancia también en EEUU a través del movimiento Occupy Wall Street, inspirado, en parte, por el 15M español. De ahí que la llamada del candidato Bernie Sanders a una revolución política que rompa este maridaje entre la corporate class y las instituciones que se definen, sin serlo, como demócratas, son un elemento central de su mensaje. Su tesis, fácilmente sostenible, es que sin tal revolución política no se darán los cambios políticos que está proponiendo, que son, ni más ni menos, que propuestas características de la socialdemocracia, antes de que ésta se transformara en social-liberalismo como ha ocurrido en la mayoría de países europeos, incluyendo España. Un indicador de esta situación es que el candidato Pedro Sánchez a Presidente del Gobierno por parte del Partido Socialista, pidiera el asesoramiento de Larry Summers, que fue, junto con Robert Rubin, el arquitecto de la desregulación financiera cuando fue nombrado Ministro de Finanzas (Secretary of the Treasury) como sucesor de Rubin en aquel cargo bajo el Presidente Clinton.

Las propuestas del candidato socialista

Entre las propuestas de Sanders, se encuentra la de romper con los grandes bancos, dividiéndolos en entidades más pequeñas que, además, devuelvan el rescate de fondos públicos que los salvó del colapso (con intereses incluidos) medidas todas ellas altamente populares. Tiene también en su programa, como medidas estrella, hacer una inversión masiva en obras públicas, facilitando la transición de las fuentes de energía, pasando de ser fósiles a renovables (proponiendo crear 13 millones de puestos de trabajo) y establecer una reforma sanitaria, para garantizar la universalidad del acceso al sistema sanitario (hoy, en EEUU, hay más muertes por falta de acceso a los servicios sanitarios, y no poder pagar las facturas médicas, que por Sida). Y el grado de cobertura sanitaria es muy insuficiente: el 45% de personas que se están muriendo (es decir, con enfermedades terminales) expresan preocupación de que no saben cómo ellos o sus familiares pagarán sus facturas médicas.

Otra propuesta muy popular del candidato Sanders es llevar a cabo las reformas que permitan el acceso a todos los niveles del sistema educativo (desde las escuelas de infancia a las universidades), a todos los niños y jóvenes independientemente de la clase social de sus padres, medida muy popular y necesaria pues, debido al enorme encarecimiento tanto de las escuelas de infancia como de las matrículas universitarias (tanto públicas como privadas), el acceso a tales centros por parte de las clases populares ha disminuido de una manera muy marcada. De ahí que el 80% de las personas de 18 a 30 años apoyaron a Sanders en las primarias de Iowa. Y lo mismo ocurrirá mañana en New Hampshire. Y a nivel nacional, según la mayoría de encuestas, un porcentaje semejante de jóvenes apoya a Sanders. Por otra parte, según los últimos sondeos de apoyo popular, citados por el Financial Times (06/02/2016), los candidatos Clinton y Sanders están hoy muy igualados en apoyo entre los miembros del Partido Demócrata (Clinton 44%, Sanders 42%).

¿Podría un socialista llegar a ser Presidente de EEUU?

Existe una percepción bastante extendida en los mayores medios de información de que un candidato socialista no podrá ganar las elecciones de EEUU. En realidad, algunos dirigentes del Partido Demócrata, incluyendo la Sra. Clinton, consideran que la victoria del candidato socialista en las primarias del Partido Demócrata sería el mejor regalo que se le podría dar al Partido Republicano, al hacerle muy fácil el camino de este último hacia su victoria, debido a la enorme vulnerabilidad que representa el hecho de que Sanders sea socialista y se enorgullezca de su socialismo.

Tal opinión a primera vista parecería razonable teniendo en cuenta los estereotipos que se reproducen en los medios sobre EEUU. Ahora bien, tal línea de argumentación ignora que según las principales encuestas (la última, Real Clear Politics Average), el candidato Sanders ganaría a Donald Trump y Ted Cruz -los dos candidatos republicanos con mayor apoyo electoral- con un margen de victoria sobre estos candidatos mayor que el sostenido por la otra candidata del Partido Demócrata, la Sra. Hillary Clinton, que cuenta con el claro apoyo del establishment del Partido Demócrata.

¿Permitiría el Congreso de EEUU que se aplicaran las propuestas de Sanders?

Ni que decir tiene que este supuesto sería cierto en caso de que el Congreso estuviera controlado por la ultraderecha que domina hoy el Partido Republicano. Ahora bien, si el candidato Sanders ganara, sería un indicador de que habría creado un movimiento a lo largo del país que se traduciría en un cambio en la configuración del mismo Congreso en el día de las elecciones presidenciales, que coinciden con las elecciones al Congreso. El candidato Sanders, durante su campaña, ha señalado repetidamente la importancia de crear un movimiento progresista de profundas convicciones demócratas, claramente comprometido con un cambio político revolucionario, anulando, por ejemplo, la enorme influencia (que alcanza niveles de control) que la clase corporativa (the corporate class), el 1% de la población con mayores ingresos (la clase de billonarios como la llama Sanders), tiene sobre el proceso electoral y sobre las instituciones representativas.

¿Podrían pagarse las propuestas de Sanders?

Este argumento se reitera constantemente, en cualquier país, por voces conservadoras y neoliberales, como objeción a medidas que requieran una expansión del gasto público social. Es interesante subrayar que nunca se hizo la pregunta, por parte de las mismas voces que señalan que no hay recursos para la expansión del gasto social, si el país tenía dinero para pagar el rescate de sus bancos. De haberse hecho ésta, se podría haber contestado ahora de la misma forma. Si el país tuvo dinero para rescatar a los bancos, también lo tenía para rescatar a la población (y la misma respuesta aplica a España).

Y en EEUU (y en España) los fondos existen. Y así lo muestra el candidato Sanders: reduciendo el gasto militar significativamente, prohibiendo las inversiones de las empresas (del organismo equivalente al IBEX-35) en los paraísos fiscales haciendo que paguen impuestos como todos los demás, y aumentado la carga fiscal de las grandes fortunas, entre otras medidas. Con ellos se generarían recursos más que suficientes para asumir tales gastos. La no existencia de estos fondos ahora se debe a causas políticas (el maridaje poder económico-poder político) no a causas económicas.

El grupo de economistas del candidato Sanders ha publicado cómo se pagarían cada una de las reformas que él propone. Por ejemplo, el programa de universalización de los servicios sanitarios (conocido como single payer) sustituiría la financiación privada del sistema sanitario estadounidense (que se basa en el pago de pólizas a los seguros privados, pólizas que alcanzan unos niveles prohibitivos para millones de personas y que determina que tengan muchas dificultades para poder recibir atención sanitaria) por una financiación pública, de manera que la ciudadanía, en lugar de pagar a las compañías de seguro privadas (que ofrecen una cobertura insuficiente), lo harían en una cantidad mucho menor a una agencia pública, que les garantizaría una cobertura sanitaria completa, tal como ocurre en Canadá (cuya popularidad del sistema sanitario es mucho mayor que la del sistema privado estadounidense). En realidad, los impuestos para la mayoría de la población no aumentarían, pues la expansión de los servicios públicos sería a base del aumento de los niveles impositivos de los billonarios, que hoy apenas pagan impuestos, y cambios en las prioridades del gasto público, transfiriendo fondos de las áreas militares hacia las sociales.

¿No es Sanders demasiado "viejo"?

Por vulgar que parezca este argumento también se ha utilizado para desacreditar a Sanders como si ancianidad quisiera decir menos habilidad. Este argumento también ha aparecido en más de un rotativo español. Sanders, que está en sus 70, goza de buena salud y, como ha mostrado a lo largo de la campaña, capaz de llevar a cabo una vida activa, sin frenos o incapacidades. En realidad, la edad es un punto a su favor, pues muestra la coherencia en su vida política, siempre puesta al servicio de las clases populares, habiendo ganado con ello una credibilidad que otros no alcanzan por su escasa experiencia o sus constantes vaivenes en sus posturas y creencias.

Sanders, el político de mayor edad en el Senado de EEUU, y a la vez, el político más popular entre los jóvenes en aquel país, siempre apoyó activamente todas las causas progresistas en EEUU, empezando por su apoyo a la campaña de Martin Luther King a favor de la liberación de los negros. Y ha sido alcalde, miembro del Congreso y del Senado, distinguiéndose siempre por haber apoyado al movimiento sindical, a los movimientos sociales, feministas, y ambientales, habiendo también liderado la campaña de concienciación del cambio climático. Es precisamente esta historia la que le hace especialmente atrayente a la gente joven, que tiene ansia y deseo de liberación, integridad y compromiso.

¿Tiene Sanders experiencia en política exterior?

Esta pregunta, por regla general, se la hacen los asesores dela candidata Sra. Hillary Clinton, que fue Ministra de Asuntos Exteriores (Secretary of State) del gobierno federal de EEUU. Como bien ha respondido Sanders, lo que importa, sin embargo, no es la experiencia, sino el criterio y el juicio que tenga el que diseña y configura la política exterior en EEUU. Y ahí, el candidato Sanders ha mostrado tener mejor juicio y criterio que la candidata Clinton en decisiones clave que ha tomado el gobierno de EEUU. Por ejemplo, Sanders se opuso a la invasión de Irak, mientras que Clinton la apoyó. Sanders se opuso al bombardeo de Libia y al golpe contra Moammar al-Gadaffi. Hillary Clinton lo apoyó. Sanders se opone a seguir una política de confrontación con Rusia e Irán. Hillary Clinton la favorece. Sanders se opone al Tratado TTIP. Hillary Clinton lo apoyaba (aunque últimamente se ha distanciado de tal tratado).

¿Es Sanders excesivamente utópico y poco realista?

Esta postura es idéntica a la que se ha utilizado contra Podemos, contra el nuevo laborismo británico, y otras fuerzas políticas contestatarias que se oponen al status quo actual. Ni que decir tiene que el establishment llama por definición "utópico" y "poco realista" a todas aquellas fuerzas políticas que cuestionan su poder. Pasa en España y pasa en EEUU. Pero lo que propone Sanders es ampliamente reconocido por los expertos como necesario. Por ejemplo, una medida de gran importancia propuesta por Sanders es el desmembramiento  de los grandes bancos (que fueron rescatados con dinero público) evitando que el propio tamaño de la empresa financiera sea un elemento negativo al procurar que el sistema económico dependa de un número excesivamente limitado de entidades bancarias. Hillary Clinton no apoya tal medida. El hecho de que sea o no realista depende primordialmente de la voluntad política. Por lo demás, técnica y científicamente, es fácil de realizar y aconsejable de llevar a cabo.

Una situación semejante ocurre en cuanto al retraso de la edad de jubilación (que es 67 años en EEUU), propuesta a la que se opone Sanders pero que no descarta la Sra. Clinton. Ni que decir tiene que la Sra. Clinton es una alternativa mucho mejor que cualquiera de los candidatos republicanos. Pero para una persona progresista, Sanders cubre mejor la papeleta.

¿Permitiría el establisment político-mediático que Sanders fuese Presidente?

Esta observación, procedente de grupos escépticos en las izquierdas, tiene mucho peso. Es una realidad que el establishment muestra enorme hostilidad a la candidatura de Sanders. Los mayores canales de televisión ABC, CBS y NBC, por ejemplo, dan mucha más cobertura a los otros candidatos que a Sanders. Según el análisis de tiempo de cobertura de los candidatos (The Tyndall Report), tales canales ofrecieron en el año 2015 dieciséis veces más tiempo de exposición televisiva al candidato republicano Trump que al candidato demócrata Sanders, que goza de mayor apoyo popular que Trump. Similar discriminación ocurrió en España, comparando el tiempo de exposición y presentación favorable a Albert Rivera versus Pablo Iglesias en las elecciones últimas.

Hacerse esta pregunta lleva al centro del problema: la captación de las instituciones democráticas por los intereses económicos y financieros corrompen el significado de democracia. De ahí que la llamada a que cambien las instituciones políticas (y mediáticas) que Sanders define como Revolución Política sea la misma que la llamada a un nuevo orden económico, justo y solidario. Y este es el gran reto que hoy tienen tanto EEUU como España. Sin lugar a duda, estamos en un periodo histórico, en el que estamos viviendo el fin de una época con los albores de una nueva, de la cual no conocemos todavía su posible configuración. El enorme enfado de las clases populares puede canalizarse por fuerzas políticas profundamente reaccionarias (como Trump en EEUU) o profundamente democráticas (como Sanders). Ahora bien, el futuro a favor de las alternativas democráticas y progresistas dependerá de las movilizaciones populares que presionen para que ello ocurra. Así de claro.

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Lo que no se conoce sobre el dirigente que lidera la campaña de la austeridad contra Grecia y España https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/02/lo-que-no-se-conoce-sobre-el-dirigente-que-lidera-la-campana-de-la-austeridad-contra-grecia-y-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/02/02/lo-que-no-se-conoce-sobre-el-dirigente-que-lidera-la-campana-de-la-austeridad-contra-grecia-y-espana/#respond Tue, 02 Feb 2016 06:00:31 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3343 Continuar leyendo "Lo que no se conoce sobre el dirigente que lidera la campaña de la austeridad contra Grecia y España"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Cualquier lector que haya seguido de cerca las noticias sobre Grecia recordará que una figura clave de la imposición de las políticas de austeridad al pueblo griego, que han tenido un impacto devastador para aquel país, fue el Presidente del Eurogrupo, el Ministro de Finanzas de Holanda, el Sr. Jeroen Dijsselbloem, que lideró el ataque (y no hay otra manera de decirlo) a Grecia, forzándola a que aplicara las recetas neoliberales que han causado tanto daño, no solo a las clases populares griegas, sino a las de todos los países -incluyendo España- cuyos gobiernos han aplicado dichas recetas.

Tal personaje fue especialmente duro en las exigencias fiscales, acusando al gobierno Syriza de no hacer el trabajo que tenía que hacer, a saber, recoger fondos públicos para pagar las deudas que el gobierno griego había heredado del gobierno conservador liberal anterior. Y este mismo señor ha estado presionando con particular insistencia y mano dura al gobierno español para que haga más recortes y ajustes del gasto público, aplicando las mismas políticas públicas que causaron un enorme daño al pueblo griego, liderando el sector más duro del Eurogrupo, el cual forman los Ministros de Economía y Finanzas de los países de la Eurozona, que él preside. Después de Grecia, Dijsselbloem ha escogido España como su punto de mira, exigiéndole unos recortes de nada menos que de 9.000 millones de euros, que desmantelarían todavía más el ya muy subfinanciado Estado del Bienestar español.

España es uno de los países con un gasto público social por habitante en sanidad, en educación, en escuelas de infancia, en servicios domiciliarios, en vivienda social, en servicios sociales y un largo etcétera, más bajos de la UE-15. Pero tal personaje ha puesto como prioridad de su labor el que se gaste incluso menos, pues según él, el déficit público de España es hoy el problema mayor que tiene este país, punto de vista que, por cierto, es ampliamente sostenido por la mayoría de economistas neoliberales que tienen gran proyección mediática en los medios de información y persuasión españoles (incluyendo los catalanes).

¿Quién es este personaje, el Sr. Dijsselbloem?

Lo que no se conoce –porque no se ha publicado en ninguno de los mayores medios de información- es quién es este señor. Dicho personaje ha jugado un papel clave en convertir Holanda en un paraíso fiscal en el que las mayores empresas europeas (incluyendo españolas) y norteamericanas evitan pagar sus impuestos en los países donde se realiza la producción, la distribución o el consumo de sus productos. La política impositiva de tal país está diseñada para atraer a compañías multinacionales que establecen su sede en Holanda. Las ventajas fiscales y subsidios públicos, así como su tratamiento sumamente favorable a las rentas del capital, son bien conocidos en el mundo financiero y empresarial.

Ello explica que haya muchas compañías que establezcan su sede en Holanda (desde la compañía minera canadiense Gold Eldorado a la estadounidense Starbucks, la lista es enorme). En realidad, algunas de estas compañías solo tienen en Holanda una dirección postal, sin edificio siquiera, como es el caso de los grupos musicales Rolling Stones o U2, del Sr. Bono, que se ha hecho famoso y rico a base de supuestamente defender a los pobres del mundo (ver el artículo de David Hollanders What Europe Needs to Know About The Dutch Tax Haven, Social Europe Journal, 05.01.16). En realidad, muchos de los beneficios fiscales y subsidios, así como las transacciones financieras no son públicos, e incluso miembros del Parlamento holandés no tienen acceso a esa información.

Es sorprendente que Holanda, sin embargo, no aparezca en la lista de paraísos fiscales. Y ello se debe a la activa movilización de la coalición gobernante en Holanda, formada por el partido socialdemócrata, al cual pertenece el Ministro de Finanzas, el Sr. Dijsselbloem, dirigiendo la política económica y financiera del país, y el partido radical de derechas, que aprobaron una ley en el año 2013 en la que se indicaba que Holanda no era un paraíso fiscal, por mucho que se le pareciera.

El gobierno prácticamente prohibió el uso de tal término, lo cual no fue un obstáculo para que el gobierno holandés haya apoyado la realización de seminarios para empresarios extranjeros (realizados en el extranjero, el último en Ucrania) para enseñarles cómo evitar pagar impuestos en Holanda.

Como bien indica David Hollanders, Holanda es un ejemplo de libro de texto de lo que es un paraíso fiscal. Como muestra tal autor, hay 12.000 empresas (que manejan un total de 4 billones de euros) que tienen una sede postal en Holanda, que incluyen el 80% de las cien empresas más grandes del mundo y el 48% de las mayores compañías que aparecen en la revista Fortune.

Entre tales empresas con sede postal en Holanda hay empresas portuguesas, españolas (como la empresa que se benefició de la privatización de la empresa pública Aigües Ter Llobregat por la Generalitat de Catalunya —ver Tots els camins porten a Holanda, El Triangle, 23.12.15), griegas y otras, lo cual implica que Grecia, España, Portugal y otros países dejan de ingresar impuestos (millones y millones de euros) a las arcas del Estado debido a las políticas aprobadas por el gobierno holandés, del cual el Sr. Dijsselbloem es uno de los mayores responsables y arquitectos, el mismo personaje que acusa a Grecia y a España de tener excesivos déficits públicos, déficits públicos que no existirían si las grandes empresas pagaran los impuestos que tendrían que pagar si no tuvieran sus sedes fuera del país, incluyendo Holanda, situación favorecida y facilitada por tal señor.

Se sabe que el Sr. Jean-Claude Juncker, hoy Presidente de la Comisión Europea, es otro personaje que hacía lo mismo cuando era Presidente y Ministro de Finanzas de Luxemburgo, otro paraíso fiscal donde un gran número de empresas internacionales, incluyendo españolas, tienen su sede. El Sr. Jean-Claude Juncker es también de los que presiona por todos los medios para que se apliquen las políticas de austeridad en Grecia y en España. Pero no se sabía tanto de este otro personaje, el Sr. Dijsselbloem. El cinismo y la indecencia, por no decir falta de ética, de tales personajes alcanzan ya niveles sin precedentes. Y esta es la Europa a la que se nos pide que pertenezcamos.

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Las renuncias e incoherencias de la dirección del PSOE en la situación actual https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/01/19/las-renuncias-e-incoherencias-de-la-direccion-del-psoe-en-la-situacion-actual/ Tue, 19 Jan 2016 06:00:29 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3334 Continuar leyendo "Las renuncias e incoherencias de la dirección del PSOE en la situación actual"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Como he escrito en anteriores ocasiones (ver "El enorme coste del olvido histórico", Público, 07.01.16), el abandono del proyecto de recuperar la memoria histórica y corregir la percepción de nuestro pasado, claramente tergiversado por la dictadura y por el régimen democrático postfranquista que le siguió (que promovieron una versión favorable a las fuerzas conservadoras que dominaron tanto la dictadura como la transición), ha facilitado que no se conozca lo ocurrido en este país, dificultando enormemente la comprensión del presente. La discusión actual sobre la oposición del PSOE al establecimiento de los cuatro grupos parlamentarios relacionados con Podemos es un ejemplo de ello.

Veamos, primero, la historia desconocida (ignorada u ocultada) del PSOE. Tal partido había aceptado la plurinacionalidad de España, luchando contra la dictadura, con el objetivo, entre otros, de establecer un Estado democrático que así lo reconociera. Y así consta en los documentos del Congreso de Suresnes, en Francia, en los que está escrito que "la definitiva solución del problema de las nacionalidades y regiones que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas, que comporta la facultad de que cada nacionalidad y región pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español" (Resolución sobre nacionalidades y regiones). Y más tarde, en el 27 Congreso del PSOE en diciembre de 1976, se aprobó que "el Partido Socialista propugnará el ejercicio libre del derecho a la autodeterminación por la totalidad de las nacionalidades y regionalidades que compondrán en pie de igualdad el Estado federal que preconizamos... La Constitución garantizará el derecho de autodeterminación", manteniendo que "el análisis histórico nos dice que en la actual coyuntura la lucha por la liberación de las nacionalidades... no es opuesta, sino complementaria con el internacionalismo de la clase trabajadora". Es difícil escribirlo de una manera más clara. Se reconoce en estos documentos el derecho de autodeterminación, que es el derecho a decidir sobre la articulación deseada por parte de las naciones y regiones con el Estado, incluyendo como una alternativa, entre otras, la separación. La reclamación del derecho a decidir no es, como constantemente y maliciosamente se presenta, homologable a la demanda de independencia, pues hay otras alternativas, además de la separación, que la población pueda desear. El caso más claro es el que existe en Catalunya hoy, donde la gran mayoría de catalanes desean ejercer el derecho a decidir, sin que ello implique que esta mayoría quiera separarse de España (el 48% sí que lo desea, pero el 52% ha votado a partidos no separatistas en las últimas elecciones autonómicas catalanas). Lo que hay detrás del derecho a decidir es el deseo de que se respete la capacidad de decisión del pueblo catalán. En otras palabras, la mayoría de los catalanes son soberanistas, pero no independentistas.

¿Por qué el PSOE abandonó la visión plurinacional?

Como he subrayado en otro artículo (ver mi artículo "Qué hay detrás de la defensa de la 'unidad de España'", Público, 30.12.15), la razón de que el PSOE abandonara tal compromiso fue ni más ni menos que una imposición del Ejército y del Monarca durante la Transición, forzando a que se aceptara la visión característica del nacionalismo conservador español, heredero de un nacionalismo imperialista borbónico, que concebía un Estado uninacional y radial basado en la capital del Reino, y que negaba la existencia de otras naciones en España. El sistema de transporte radial en España refleja, incluso hoy, la visión de este nacionalismo, el único nacionalismo que hoy no se define a sí mismo como nacionalismo (a pesar de que los conservadores que promueven esta visión de España son herederos de los golpistas que la impusieron militarmente, definiéndose a sí mismos como los nacionales).

El PSOE aceptó al principio del periodo democrático la existencia de grupos parlamentarios, incluso dentro de su seno

Ahora bien, a pesar de que el PSOE abandonó el compromiso de establecer una España en la que las distintas naciones estuvieran unidas voluntariamente y no por la fuerza, el PSOE mantuvo un cierto reconocimiento de esta plurinacionalidad, cuando aprobó la existencia de un Partido Socialista de Catalunya, el PSC (resultado este de una coalición amplia de partidos políticos catalanes), y de un Partido Socialista Vasco (que reunió a los socialistas vascos y navarros), cada uno de los cuales tuvieron un grupo parlamentario propio, que perdieron más tarde, resultado de la presión realizada por el Monarca y por el Ejército. Tal como ha señalado Enric Juliana en su artículo reciente en La Vanguardia ("Cuando el PSOE tenía tres grupos", 15.01.16), la reforma parlamentaria que prohibía la existencia de tales grupos fue aprobada el 13 de abril de 1981, solo tres meses más tarde de que ocurriera el intento del golpe militar el 23 de febrero del mismo año (la aprobación definitiva por las Cortes fue reafirmada en febrero de 1982). De nuevo se ha olvidado, ignorado u ocultado un hecho histórico de capital importancia. Tal intento de golpe militar (que contó con una amplia simpatía en el Ejército) tuvo un enorme impacto negativo en la vida política del país, atemorizando a las instituciones políticas, alertándolas del gran poder que continuaban teniendo las Fuerzas Armadas, que no querían que apareciera ninguna indicación de la plurinacionalidad del Estado. Hay también que recordar que en la primera reunión después del intento del golpe militar que tuvo el Rey con los dirigentes de la mayoría de partidos políticos (con la exclusión de los partidos nacionalistas periféricos) de las Cortes Españolas, este enfatizó la necesidad de remarcar la uninacionalidad de España. Una vez más, el Ejército y el Monarca impusieron la uninacionalidad de España.

Y el PSOE, una vez más, se acomodó fácilmente a esta imposición, abandonando lo poco de plurinacional que había conservado. Ni que decir tiene que el aparato central de este partido también se benefició de dicha medida, pues aumentaba su poder sobre las periferias. El PSC se convirtió así en la rama catalana del PSOE, origen de su enorme declive electoral en Catalunya. Las políticas económicas y sociales del PSC pasaron a ser meras correas de transmisión del PSOE. El PSC, que históricamente había estado más a la izquierda que el PSOE, pasó a llevar a cabo las políticas menos transformadoras del PSOE, siendo su respuesta a la crisis económica una mera copia de la respuesta del gobierno Zapatero. De ahí que los dos partidos, PSC y PSOE, cayeran electoralmente en picado. Es más, la transformación del PSC en rama del PSOE permitió a los nacionalistas catalanes, hegemonizados por las derechas (CDC y UDC), presentarse en las Cortes Españolas como los únicos defensores de Catalunya frente al Estado español.

La repetición de la historia

 Hoy estamos viendo una situación parecida. El PSOE, que continúa oponiéndose a que el PSC tenga su propio grupo parlamentario, también se opone a que las coaliciones de partidos de izquierda que se han ido formando en distintas partes de España, surgiendo, la mayoría, de lo que tendenciosamente se considera "la periferia", tengan sus propios grupos parlamentarios, alegando incorrectamente y maliciosamente que son meras ramas de un mismo partido, situación negada por los dirigentes de Podemos, conocidos por su claro compromiso con la plurinacionalidad de España, y que han liderado, a nivel del Estado, esta recuperación de la otra visión de España, la España poliédrica, plurinacional, profundamente democrática, en la que los distintos pueblos y naciones estén unidos por consenso y no por la fuerza.

Y para mayor inri, el PSOE se ha aliado con la derecha nacionalista españolista (PP y Ciudadanos) negándose a que En Comú Podem, Compromís-Podemos y En Marea tengan su propio grupo parlamentario. Esta negación ha sido un enorme error y torpeza, pues el mismo PSOE que ha facilitado (en teoría, por mero compromiso democrático) el establecimiento de los grupos parlamentarios a dos partidos secesionistas catalanes (DiLl y ERC), permitiéndoles que tengan voz propia en el Senado (medida que considero positiva), ha prohibido a la vez que las izquierdas no separatistas de estas naciones y pueblos puedan tenerla en las Cortes. Este favoritismo a favor de los partidos independentistas y en contra de los partidos soberanistas (portadores de otra visión de España) solo puede explicarse por el estancamiento del PSOE en su visión uninacional, que prefiere que el debate de las Cortes se centre en la independencia de Catalunya que en la redefinición de España. Facilitar que los secesionistas catalanes sean los que se presenten como la única voz de Catalunya es un enorme favor que se les está haciendo, negándoles, a la vez, la voz a los catalanes soberanistas no secesionistas en las Cortes Españolas. ¿Es que no se dan cuenta de su incoherencia? En realidad, es difícil pensar que ello se deba a mera torpeza. Parece más ser una medida calculada para que el PSOE se presente como el defensor de España (la España uninacional) frente a los secesionistas, lo que, como el PP y Ciudadanos han mostrado, es sumamente rentable electoralmente en el resto de España. Si el debate se centrara, en cambio, sobre cuál es la España o la Catalunya que se desea, se vería entonces que el PSOE está al lado de la España y de la Catalunya que de una manera creciente la población está rechazando. De ahí que prefieran centrarse en el primer tema, dificultando el muy necesario debate sobre el segundo.

Observaciones sobre el programa "El Objetivo" de este domingo

 Escribí este artículo el domingo por la mañana. Por la noche vi el programa El Objetivo de La Sexta sobre el debate generado en la vida política del país como consecuencia de la negativa de la Mesa de las Cortes a establecer los grupos parlamentarios de En Comú Podem, Compromís-Podemos y En Marea, debate que por desgracia era previsible. Como ocurre frecuentemente en este programa, la explicación de la realidad fue insuficiente, presentada dentro de una discusión (definida como un debate) en la que las más mínimas normas democráticas no se respetaron. Como ocurre en todos los mal llamados debates en los grandes medios televisivos y radiofónicos, los participantes de los partidos conservadores, liberales y socioliberales (representantes del PP, Ciudadanos y PSOE) constantemente interrumpían, insultaban y no permitían presentar sus posturas a los representantes de izquierdas (Podemos y ERC), puestos siempre en una situación defensiva. Este estilo, que alcanza en La Sexta Noche dimensiones auténticamente ofensivas, es profundamente antidemocrático. Es el indicador de la escasísima cultura democrática del establishment político-mediático español. Comparen tales "debates" con los que aparecen en la BBC en el Reino Unido, o en la PBS en EEUU, y verán. En realidad, ni en la Fox en EEUU se alcanzan estos niveles de mala educación y grosería.

Pero este no es el motivo de mi observación. El que sí lo es, es que el programa hizo una buena labor mostrando la mentira (o más probable, la ignorancia) del Sr. Pedro Sánchez, al indicar que el PSOE había ofrecido voluntariamente la desaparición del Grupo Parlamentario del PSC y el del Partido Socialista Vasco a fin de facilitar la gobernabilidad de España. El programa mostró que, en realidad, el PSOE se había opuesto vivamente a este cambio. Ahora bien, esta información era profundamente incompleta, pues ignoraba (u ocultaba), a su vez, que la razón más importante de que desaparecieran estos grupos fue el fallido golpe militar y la presión que realizó, forzando tales cambios como he señalado en este artículo. Este dato fue ocultado, lo cual es práctica común en los medios de información y persuasión de este país.

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¿Socialismo en EEUU? https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/01/12/socialismo-en-eeuu/ Tue, 12 Jan 2016 06:00:57 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3329 Continuar leyendo "¿Socialismo en EEUU?"]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Políticas Públicas. The Johns Hopkins University

El movimiento de los indignados –el 15M- en España tuvo una gran influencia internacional e inspiró movimientos similares en otros países, como el Occupy Wall Street (OWS) en EEUU. Ni que decir tiene que otros hechos internacionales y nacionales contribuyeron también a que apareciera tal movimiento que denunció al establishment político-mediático de aquel país, presentándolo como un mero instrumento de la élite financiero-económica (que el Premio Nobel Joseph Stiglitz había definido como el 1% de la población), que ejerce una excesiva influencia en la gobernanza del país.

La enorme crisis conocida como la Gran Recesión, resultado de la aplicación de las políticas neoliberales a ambos lados del Atlántico Norte, había creado un enorme malestar popular que el OWS canalizó. A partir de los años 2011 y 2012, aparecieron en muchas ciudades estadounidenses acampadas en numerosas plazas públicas, en donde se denunciaba la enorme concentración de las riquezas y de las rentas en EEUU, con el consecuente crecimiento de las desigualdades y el deterioro del bienestar de la gran mayoría de la población estadounidense. Tal deterioro era consecuencia de la aplicación de políticas públicas que facilitaron la concentración de la riqueza y de las rentas, favoreciendo a las rentas derivadas de la propiedad del capital a costa de las rentas procedentes del mundo del trabajo. El OWS presentó tales hechos como la lucha de clases del siglo XXI, es decir la lucha del 1% más rica en contra del bienestar del 99% restante, confirmando lo que había reconocido nada menos que una de las personas más ricas de EEUU, el Sr. Warren Buffet, cuando indicó que tal lucha era "la victoria de la élite de billonarios a costa de todos los demás". Este movimiento, el OWS, definía Wall Street, el centro financiero de EEUU, como el centro del poder económico, político y mediático del país, base del 1% de la población más rica de EEUU.

El impacto del OWS en EEUU fue, como el del 15M en España, enorme, situando el tema de las desigualdades en el centro del debate político. Ni que decir tiene que la primera reacción del establishment político-mediático fue intentar reprimir tal movimiento, incluso físicamente. Las avalanchas policiales frente a los campamentos fueron especialmente brutales en Nueva York y en Boston. Y, como era de suponer,  los mayores medios de comunicación –altamente influenciados por el capital financiero- intentaron desacreditarlo. Pero la insistencia y el espíritu de lucha y compromiso de tal movimiento, así como la enorme simpatía popular que creó, forzaron a que el tema de las desigualdades pasara a centrar la atención mediática, hasta tal punto que el Presidente Obama tuvo que reconocer que "el escandaloso crecimiento de las desigualdades era el mayor problema existente en EEUU". Tanto en The New York Times como en el Washington Post, la palabra "desigualdades" a partir de aquellas manifestaciones apareció con mucha mayor frecuencia, gracias a la aparición del  OWS.

La creciente popularidad del socialismo

Estas movilizaciones ayudaron, en EEUU, a desacreditar y a deslegitimar las instituciones políticas, llamadas democráticas, a las que se percibía como meros instrumentos de los grandes grupos financieros y económicos dominantes. La aplicación de las altamente impopulares políticas neoliberales estaba alterando la visión generalizada anterior al inicio de  la crisis, de que "EEUU era el país de las grandes oportunidades". La realidad mostraba que ello no era cierto, y ya en diciembre de 2011, una encuesta de la altamente respetada compañía de encuestas PEW mostraba que el 49% de las jóvenes de EEUU (de 18 a 29 años) tenían una opinión favorable del socialismo, un porcentaje superior al de los que la tenían favorable del capitalismo (el 46%). También lo que era muy interesante es que el 55% de los ciudadanos afroamericanos y el 44% de hispanos y latinos eran favorables al socialismo (en contraste con tan solo el 24% de blancos). Otra encuesta elaborada por el mismo centro durante el mismo mes mostraba que el 77% de estadounidenses (incluyendo el 53% de los Republicanos, la derecha de EEUU) creían que había en EEUU una excesiva concentración de poder en manos de un grupo muy minoritario de la población y de un número muy reducido de grandes empresas transnacionales, basadas en EEUU pero distribuidas por todo el mundo.

El candidato socialista a la Presidencia de EEUU

Es en este contexto en el que apareció, como candidato a la Presidencia de EEUU, una persona conocida desde hace muchos años (durante su carrera política en un Estado, Vermont, paradójicamente rural y muy conservador) como socialista, sin que nunca ocultara su compromiso político con el socialismo democrático. Y lo más llamativo de esta persona, Bernie Sanders, es que era uno de los dos senadores que representaban aquel Estado de Vermont (antes fue alcalde de Burlington, la ciudad más grande de ese Estado, y más tarde fue elegido representante de Vermont, cargo que ocupó desde 1990 hasta 2006, año en el que fue designado senador). Lejos de presentar una imagen defensiva, el senador Sanders siempre ha sido conocido como un crítico acérrimo del capitalismo estadounidense y de las instituciones llamadas democráticas, excesivamente instrumentalizadas e influenciadas por las grandes empresas y corporaciones conocidas en EEUU como la Corporate Class, y que Sanders define como la "élite de billonarios". Su gran punto de referencia es Eugene Debs, el dirigente socialista que fue candidato para la Presidencia de EEUU cinco veces durante el periodo 1900-1920, y que preside su despacho en el Senado. Lejos de presentar el socialismo como una sensibilidad foránea y no estadounidense, Sanders acentúa que la gran mayoría de intervenciones federales, altamente populares, que han mejorado el bienestar de la población estadounidense desde el New Deal del Presidente Roosevelt hasta las conquistas laborales, civiles y políticas de los años sesenta y setenta han sido diseñadas o influenciadas por socialistas.

Uno de sus grandes retos ha sido neutralizar la propaganda procedente de los grupos más reaccionarios del país (como la Heritage Foundation), promotores de la Guerra Fría, que incluso hoy, están intentando presentar el socialismo como equivalente al estalinismo. Sanders ha clarificado (procurando con ello diluir la imagen que de él intenta presentar la también candidata para la Presidencia de EEUU, Hillary Clinton) que su objetivo no es ni nacionalizar los grandes medios de producción ni la tienda de comercio de la esquina. Los puntos de referencia que utiliza Sanders son los países escandinavos, habiéndose referido a Dinamarca Y Suecia como una "experiencia especialmente interesante" e "incluso relevante" para EEUU, lo cual ha sido criticado por la Sra. Clinton, que ha señalado que EEUU no es ni Dinamarca ni Suecia. El senador Bernie Sanders, admirador de Olof Palme, el asesinado primer ministro socialdemócrata sueco (1982-1986), se define como socialista convencido y orgulloso de pertenecer a esta tradición política enraizada también en la historia de EEUU. Otras voces críticas de Sanders, como la del diario Huffington Post, han ido incluso más allá y han intentado desacreditarlo al identificarlo como el Hugo Chávez de EEUU, comentario hecho sin ninguna intención positiva y laudatoria.

Ni que decir tiene que grupos izquierdistas también han intentado desacreditarlo, presentándolo como no suficientemente revolucionario o como un socialdemócrata tradicional (observación que intenta ser insultante), que solo "intenta humanizar el capitalismo", expresión característica de elementos muy minoritarios, sin apoyo popular, y de carácter predominantemente testimonial y nula incidencia política, ignorando que el socialismo no es un proyecto que ocurre el año A y día D (la famosa toma del Palacio de Invierno), sino que se construye o destruye diariamente, con medidas políticas públicas que distribuyen los recursos según las necesidades de la población, recursos que son financiados según las habilidades y capacidades de cada ciudadano, atendiendo al principio de "a cada uno según su necesidad, de cada uno según su capacidad".

La mayoría de las izquierdas, sin embargo, incluyendo la mayoría del movimiento OWS lo apoya, trabajando activamente en su programa. El intelectual más conocido dentro de la izquierda estadounidense, mi amigo Noam Chomsky, lo ha apoyado, pues su candidatura está movilizando a muchísima gente. Y si esta movilización continúa y puede mantenerse después de las elecciones, el movimiento podría convertirse en el movimiento popular que facilitaría la necesaria transformación de aquel país.

¿Puede ser un socialista el nuevo Presidente de EEUU?

Ni que decir tiene que las posibilidades de que Sanders pueda ganar son muy limitadas debido al enorme control que los aparatos del Partido Demócrata tienen sobre la campaña electoral. Además, la privatización del proceso electoral en EEUU, así como la falta de regulación de los medios de información en cuanto a la emisión de propaganda electoral (el candidato puede comprar tanto tiempo mediático como quiera y pueda según el dinero que obtenga) hace difícil conseguir la exposición mediática del mensaje socialista en EEUU. La campaña de Sanders está financiada con pequeñas donaciones sin ningún apoyo de las grandes compañías. Ha conseguido hasta ahora 42 millones de dólares (frente a los 120 millones de Hillary Clinton) procedentes de 681.000 donantes.

Se argumenta también, con cierta razón, que aunque ganara (caso poco probable), el Congreso no le permitiría hacer los cambios necesarios. Ahora bien, hay que ser conscientes de que la gran movilización que su campaña ha causado ha tenido un efecto considerable en el sentido de que ha aumentado sustancialmente el apoyo hacia el socialismo, rompiendo el tabú que existía hacia tal sensibilidad política. En realidad, la última encuesta del New York Times/CBS Poll (Noviembre, 2015) muestra que el 56% de los miembros del Partido Demócrata que participarán en las primarias de tal partido tienen una opinión favorable del socialismo, y solo el 29% la tienen negativa. Lo que es también muy importante es que su apoyo entre la clase trabajadora blanca ha estado creciendo a costa del votante trabajador al Sr. Donald Trump, el candidato ultraderechista republicano con tintes fascistas. Los sindicatos progresistas en EEUU lo apoyan, aunque la federación mayoritaria sindical (AFL-CIO) no haya tomado partido entre Hillary Clinton y Bernie Sanders. Ahora bien, lo que es más importante es que el propio Bernie Sanders ha acentuado la "necesidad de no limitarse solo a las campañas electorales, consciente de que el cambio no ocurrirá a no ser que exista un movimiento comprometido en ir más allá que el proceso electoral, estableciéndose así un movimiento político-social".

Ni que decir tiene que hay también algunas áreas en las que la candidatura de Sanders es limitada, incluyendo algunas de las políticas que ha apoyado, y otras que no. Entre estas últimas está su resistencia a recuperar para el sector público empresas privatizadas (como bancos rescatados con fondos federales). En este aspecto, su mayor énfasis es en la redistribución de los recursos más que en cambiar las relaciones de propiedad. Pretende alcanzar la redistribución mediante el aumento sustancial de la carga fiscal a las rentas superiores y a las rentas del capital; aumento del nivel salarial subiendo el salario mínimo (a 15 dólares por hora frente a los 12 dólares que propone Hillary Clinton); facilitando la sindicalización de la fuerza laboral para aumentar los salarios, hacer una inversión masiva para mejorar las infraestructuras del país (de 1 billón de dólares en cinco años) y reconvertir la economía pasándola de basarse en las energías fósiles a basarse en las energías renovables, medidas todas ellas que tendrían un enorme impacto positivo en el bienestar de las clases populares. Por todo ello, y sin desmerecer algunas de las críticas que se le han hecho, el hecho es que, como Chomsky ha indicado, Sanders ha abierto un nuevo espacio que ofrece posibilidades y que puede contribuir a un muy necesario cambio en EEUU.

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Qué hay detrás de la defensa de la "unidad de España" https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2015/12/30/que-hay-detras-de-la-defensa-de-la-unidad-de-espana/ https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2015/12/30/que-hay-detras-de-la-defensa-de-la-unidad-de-espana/#respond Wed, 30 Dec 2015 06:00:37 +0000 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/?p=3322 Continuar leyendo "Qué hay detrás de la defensa de la "unidad de España""]]> Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Una vez más, se está utilizando el eslogan de defender la "unidad de España" para imponer una visión uninacional de España que ha sido causa constante de tensiones en la historia de este país. En 1936, las estructuras de poder, amenazadas por las políticas públicas propuestas por el democráticamente elegido gobierno republicano del Frente Popular, estimularon un golpe militar a fin de impedir las necesarias y urgentes reformas (que hubieran afectado negativamente a sus intereses económicos y financieros), intentando justificar tal golpe con el argumento de que estaban defendiendo la unidad de España, unidad que, por cierto, nadie estaba amenazando. En contra de lo que las derechas golpistas y sus herederas han sostenido siempre, el President Companys y el gobierno de la Generalitat que él presidía no eran separatistas y no querían desunir España, sino redefinirla, exigiendo que el Estado español reflejara su plurinacionalidad, reconociendo la identidad nacional de Catalunya dentro de una federación española. En realidad, el independentismo históricamente ha sido un movimiento minoritario en Catalunya. El hecho de que, aun siendo una minoría, haya alcanzado hoy un porcentaje tan elevado se debe primordialmente a la intransigencia del Estado central (hoy gobernado por un partido que tiene sus raíces históricas en las fuerzas políticas que dominaron la dictadura que siguió al golpe militar) a reconocer la plurinacionalidad de España y la identidad de Catalunya como nación. Y es inevitable que, de persistir esta resistencia, rigidez e intransigencia, esta minoría pueda convertirse en una mayoría, abriéndose así la posibilidad de una desunión de España. Hoy, los máximos facilitadores de la desunión de España son precisamente los que justifican su intolerancia y dogmatismo bajo el eslogan de "defender la unidad de España".

Los resultados de la Transición inmodélica

Las enormes tensiones que vive hoy España son resultado de que la mal llamada "cuestión territorial" no fuera resuelta durante la transición inmodélica, una transición que fue resultado de un enorme desequilibrio de fuerzas que existía en aquel momento entre los herederos de los vencedores y los herederos de los vencidos de la Guerra Civil. Los primeros impusieron su modelo uninacional (centrado en la capital del Reino, que tiene poco que ver con el Madrid popular), reprimiendo la visión plurinacional de España. En este sentido, los famosos artículos 2 y 8 de la Constitución fueron impuestos por la Corona y por el Ejército (ver mi artículo "Franco ganó la guerra, la postguerra y la transición", Público, 26.11.15).

Ahora bien, estamos viendo el fin de aquel modelo de Estado uninacional. Los crecientes movimientos contestatarios hacia el Estado uninacional español que han aparecido en Catalunya, en el País Vasco, en Asturias, en Galicia, en el País Valenciano, en Cantabria, en Navarra, en las Islas Canarias y también en Madrid, entre otros, están exigiendo otro Estado que, basado en la profundización de la democracia, acepte el derecho a decidir de los distintos pueblos y naciones de España, tal como las izquierdas habían pedido durante la clandestinidad, en su lucha contra la dictadura de los vencedores de la Guerra Civil.

La redefinición de España

Es en este contexto que hay que evaluar lo que está ocurriendo estos días después de las elecciones del 20D, cuando se está maliciosamente señalando que, tal como ocurrió en 1936, la demanda de las izquierdas (excepto el PSOE) de redefinir España es, en realidad, una llamada a romperla. Es importante señalar que, aun cuando esta respuesta es predecible en las derechas españolas, caracterizadas por su limitadísima cultura democrática y por su visión centralista del poder, es incoherente y opuesta a la sostenida por el PSOE de la clandestinidad, que durante la heroica lucha de la resistencia antifascista había exigido el derecho a decidir para Catalunya y para otras naciones y pueblos de España, tal como consta en los documentos de sus congresos. Fue durante la Transición cuando el PSOE se adaptó al Estado uninacional español, pasando a formar parte de él, estableciéndose así un bipartidismo que ha gobernado las instituciones del Estado central hasta la fecha. Esta adaptación del PSOE se hizo a costa de renunciar a los principios sostenidos por sus antecesores.

El bipartidismo en el Estado español (favorecido por una ley electoral muy poco proporcional) surgió dentro de un contexto en el que las derechas continuaron siendo enormemente poderosas. Y este poder incluyó el poder de reprimir la recuperación de la memoria histórica, es decir, de la historia de este país, continuando una tergiversación que ocultaba lo que había pasado en el país, reprimiendo la otra visión de España, a la que se continuó presentando como la "anti España", cuando en realidad esta era la España real y popular, la España plurinacional, que está emergiendo ahora de nuevo. Es importante subrayar que esta España popular y plurinacional conjugaba un compromiso con el bienestar social de la población con un respeto y apoyo a su diversidad plurinacional. No es coincidencia que el Estado uninacional que ha persistido durante el periodo 1978-2015 haya sido también un Estado con escasísima dimensión social, siendo uno de los Estados con menor gasto público social por habitante, con menor gasto público, con políticas fiscales más regresivas y con mayores desigualdades de la Unión Europea.

Ni que decir tiene que el PSOE, cuando gobernó, redujo el enorme déficit de gasto público social que heredó de la dictadura, aunque sin eliminarlo. El enorme dominio de las derechas en el aparato del Estado llamado democrático, continuador del Estado dictatorial, imposibilitó la eliminación de tal enorme déficit del gasto público social de España. Y la respuesta del gobierno PSOE a la crisis fue el inicio de las reformas laborales regresivas y de los recortes de gasto público social que el PP expandió, reformas y recortes que  contribuyeron enormemente a profundizar la crisis y al gran retraso de su insignificante recuperación. De ahí su enorme pérdida de popularidad. Su inexistente autocrítica, tanto en las áreas económicas (donde el candidato Pedro Sánchez nombró como su mayor asesor económico a Jordi Sevilla, bien conocido neoliberal que aconsejó las bajadas de impuestos en la época de Zapatero, y a Larry Summers, principal ideólogo de la desregulación financiera durante el gobierno Clinton, responsable de la enorme crisis bancaria estadounidense) (ver el documental Inside Job) como en las áreas políticas (continuando con la defensa del Estado uninacional), está llevando al PSOE a una situación enormemente problemática. La defensa de la "unidad de España" es, en este contexto, la defensa del Estado bipartidista que ha gobernado la España uninacional. Cuestionar la España uninacional es debilitar al Estado bipartidista.

La defensa por parte del PSOE del Estado uninacional es la defensa del bipartidismo

Al adoptar el argumento de defender la unidad de España, el PSOE está, junto con el PP y con Ciudadanos (el partido del IBEX-35), defendiendo el Estado uninacional responsable del retraso social de España. No es por casualidad que hoy en España las fuerzas más comprometidas con los cambios en la esfera social sean también las más comprometidas en establecer una España plurinacional. Los programas electorales están ahí para el que los quiera ver. Hoy, las izquierdas auténticamente transformadoras están pidiendo una revolución social y democrática, orientada a mejorar el bienestar de las clases populares, junto con una revolución política, exigiendo una transformación radical de las mal llamadas instituciones representativas que incluya la incorporación del derecho a decidir como medida profundizadora de la deseada democracia. Son estas fuerzas políticas favorables al cambio las que están generando una enorme resistencia liderada por el Estado uninacional gobernado por el bipartidismo, que ve en esta demanda una amenaza no a la unidad de España, sino a la perpetuación de dicho bipartidismo.

El discurso del Rey: más de lo mismo

En este aspecto, el discurso del Rey fue sumamente predecible, no variando ni un ápice el discurso característico de la visión uninacional, insistiendo en la necesidad de obedecer la Constitución y las leyes, sin hacer referencia ni a las enormes crisis económicas y financieras (consecuencia de la aplicación de las políticas públicas que los gobiernos españoles han impuesto a los distintos pueblos y naciones de España) ni al deseo de cambio del Estado, centrándose, en su lugar, en el deber de los españoles de defender a la nación española, alertando de que la desobediencia a las leyes será seriamente castigada, pues (confundiendo leyes con democracia) indicó que el deber del ciudadano es obedecer las leyes, haciendo caer sobre aquellos que desobedezcan estas leyes y la Constitución (el marco de todas las normas) todo el peso del Estado. Y para remarcar esta alerta, el monarca dio su discurso desde el Palacio Real, sede del poder borbónico, remarcando el simbolismo de que se escogiera tal espacio, un espacio central en la historia del imperio español, imperio conseguido a base de las armas. De ahí que, según la Constitución, el Jefe del Estado (y nunca mejor utilizada la expresión de "Jefe del Estado"), el monarca, sea también el Jefe del Ejército.

Por lo visto, se le escapó al monarca la paradoja que significó que en su discurso se refiriera a las consecuencias negativas que había tenido para España la falta de respeto a la ley consensuada por la totalidad de la sociedad, y que lo hiciera precisamente en el lugar -sede del Poder Real- donde simbólicamente se había consumado el mayor acto de desobediencia al poder democrático que ocurrió en España en el siglo XX, cuando una minoría, en el año 1936, se había impuesto a la mayoría, bajo la presión de las armas. Fue en este lugar donde el golpista mayor, el General Franco, se declaró Generalísimo, y también fue en este lugar que se consumó la transición a la democracia cuando se estableció la Monarquía, incorporada en la Constitución en un proceso que el Rey definió como fruto de una gran generosidad, sin aclarar que tal supuesta generosidad (es decir, los que cedieron más en la Transición, que fueron las izquierdas) fue fruto de que estas no tenían ninguna otra alternativa si deseaban la democracia.

Este discurso predecible del Rey señala la dificultad de cambiar el Estado español. Hablar de diálogo, y a la vez dar tal discurso, es de una contradicción elevada que cuestiona la sinceridad de la llamada al diálogo. Parece que está orientado más a estimular la generosidad de los herederos de los vencidos, borrando el punto de inicio del debate. El enorme dominio de las fuerzas que pilotaron la Transición explica la dificultad en admitir que hay otra España, reprimida durante todos estos años, que exige una transformación política y social del país. Oponerse a esta transformación aduciendo el argumento de defensa de la "unidad de España" es, una vez más, ocultar la resistencia de estas fuerzas a perder su poder por encima de todo. Y así estamos.   

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