Elecciones 9M

El Supremo está en campaña

SALOMÉ GARCÍA

En estos tiempos de interminable precampaña, hasta el Supremo parece querer echar leña al fuego electoral. ¿Qué otra cosa puede deducirse de la sentencia que condena a Juan María Atutxa a 18 meses de inhabilitación y una multa por haberse negado en su día a disolver el grupo Sozialista Abertzaleak en el Parlamento de Vitoria?

Atutxa, que cuando era responsable de Interior del Gobierno vasco aparecía entre los políticos favoritos de la derecha española por sus afición a detener a los malos, está ahora en el punto de mira de los conservadores más radicales aunque continúa pagando con falta de libertad personal y necesidad de escolta aquella firmeza antiterrorista.

Me inclino por que se cumplan casi todas las sentencias judiciales, pero no admito los dictámenes arbitrarios, aunque vengan del mismísimo Supremo. Y es que ese mismo tribunal estableció hace unas semanas que la acusación particular, sin respaldo de la Fiscalía y ejercida por un elemento ajeno a la causa en litigio, no basta para continuar un juicio.

De ese criterio, acertado, se benefició Emilio Botín, presidente del Banco Santander. También es el caso de Juan María Atutxa. ¿Por qué ahora se lo hurtan al ex presidente del Parlamento vasco? 

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