Ajedrez

Los grandes maestros del Grand Slam... Magnus Carlsen

Magnus Carlsen (Tonsberg, Noruega, 1990).

Magnus Carlsen, actual ‘número uno’ del mundo, ha jugado los tres torneos clasificatorios para la Final de Maestros del Grand Slam de la temporada 2010-2011: ganó el Pearl Springs de Nankín (China) y el Torneo de los Reyes de Bazna (Rumanía), y fue el 3º en el Tata de Wijk aan Zee (Holanda).

Está claro que Magnus Carlsen es genial, como Viswanathan Anand. De hecho, el noruego es de nuevo el número uno del mundo, por sexta vez, a los 20 años. Pero renunció a disputar el Torneo de Candidatos al Mundial, por discrepancias con la Federación Internacional (FIDE). Todo ello plantea la gran duda de quién de los dos es el más fuerte. Se despejará o no entre Sao Paulo y Bilbao, pero el enfrentamiento será apasionante en todo caso.

Genio: capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables, dice la Real Academia. Basta disfrutar de las partidas de Carlsen (o de Anand), para comprobar que responde a esa definición. Aunque él mismo aportó otra el 17 de enero de 2008, cuando murió el carismático estadounidense Bobby Fischer, campeón del mundo en 1972: "Lo que más admiró en él es su capacidad para que nos parezca fácil lo que en realidad es muy difícil. Yo intento imitarle".

Pero tampoco hay duda de que Carlsen es un superdotado en general, no sólo para el ajedrez, aunque él no quiera saber su cociente de inteligencia. Por citar sólo una muestra, a los cinco años memorizó las capitales, la superficie y el número de habitantes de casi todos los países del mundo, y datos similares de todos los municipios de Noruega.

En principio, un superdotado es un privilegio para sus padres, pero también puede ser una pesadilla si se aburre mucho en clase y no se adapta a un mundo organizado para personas de mucha menor capacidad mental. Los padres de Magnus acertaron al llevarle, junto a sus hermanas, a viajar por el mundo durante un año cuando tenía 13. Si viajar es siempre una excelente escuela de vida, mucho más en un caso como el suyo. Para entonces ya era el gran maestro (título similar al doctorado universitario) más joven del mundo, por lo que acudió con su selección nacional a la Olimpiada de Ajedrez de 2004 en Calviá (Mallorca), donde las azafatas no le dejaban pasar al escenario porque no creían que aquel niño fuera el mejor jugador de Noruega.

Los superdotados tienden a huir de las masas y a ser muy tímidos. Hace cuatro años, Magnus apenas hablaba con nadie que no perteneciera a su entorno más íntimo. Ahora, tras recorrer muchos miles de kilómetros, jugando cientos de partidas por todo el mundo y atendiendo –a regañadientes, eso sí- a multitud de periodistas, el precoz número uno ha comprendido que atender a la prensa forma parte de sus obligaciones, aunque lo haga con cuentagotas, y ha sido modelo publicitario de la marca de ropa juvenil G-Star.

A pesar de que los tópicos hagan pensar lo contrario, la mayoría de los ajedrecistas de élite son bastante sociables. Carlsen es una de las pocas excepciones, a pesar de ser ya un ídolo nacional, y huye cuanto puede de la exposición a los seres humanos que no forman parte de su círculo más próximo. Los juegos con otros ajedrecistas, sin salir del hotel, suelen ser la única manera de verle fuera de su habitación o de la sala del torneo.
Vive en su mundo, muy basado en Internet: partidos del Real Madrid de sus amores, torneos de póquer, conversaciones con sus amigos y lecturas de periódicos a través de la red. Parece razonablemente feliz, quizá porque sabe que millones de aficionados aprecian mucho la belleza y profundidad de sus partidas. Aunque habla un inglés perfecto, su idioma natural es el ajedrez, y en él ha volcado su asombrosa inteligencia, que en realidad le importa un bledo, como a Anand.

Fuente: Grupo Proyección (http://www.proyeccion.tv).

 

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