Ajedrez

Los grandes maestros del Grand Slam... Hiraku Nakamura

Hiraku Nakamura. (Hirakata, Japón, 1987).

Ha saltado al 6º puesto del mundo a pesar de que no tiene un entrenador, si por tal entendemos un gran maestro especializado. Y, aunque ahora trabaja con mucha más seriedad que antes, se entrena bastante menos que sus colegas de la élite. La conclusión lógica es clara: Hikaru Nakamura posee un enorme talento natural, desarrollado en un entorno muy favorable desde que, a los dos años, llegó a EEUU desde Japón. El flamante triunfador en Tata-Wijk aan Zee 2011 tiene 23, y cabe preguntarse hasta dónde puede llegar un autodidacta superdotado.

"Es cierto que no tengo entrenador, salvo que llamemos así a mi amigo Kris Littlejohn, encargado de la parte informática de mi entrenamiento, que es fundamental. Y apenas he leído libros de ajedrez", explica Nakamura.

Hay un cambio radical en su actitud profesional, la prioridad hasta hace pocos años eran las partidas rápidas (especialmente las de un minuto) en Internet, donde se le considera el mejor del mundo en la modalidad: "Ahora juego menos en la red, y básicamente por diversión". En todo caso, quede claro que la nueva estrella del ajedrez no se mata a trabajar: "Mi dedicación no tiene nada que ver con la de Ivanchuk, por ejemplo". Y además participa en torneos de póquer. A Nakamura no le cuesta reconocer que es un superdotado: "Está claro que debo mucho a mi talento". Pero su talento, aunque innato, fue cultivado desde la infancia.

Hikaru nació en Hirakata (prefectura de Osaka, Japón), el 9 de diciembre de 1987, de madre estadounidense y padre japonés. Emigró a los dos años a California y más tarde a White Plains (Nueva York); ahora vive solo en San Luis, donde ejerce de portavoz y relaciones públicas de uno de los mejores clubes de EEUU. Conoció el ajedrez a los cinco años gracias a su hermano, Asuka, varias veces campeón escolar nacional. Y fue muy bien entrenado desde pequeño por su padrastro, el MF Sunil Weeramantry, un gran experto en ajedrez infantil, de origen ceilandés (gentilicio de Sri Lanka).

Su trayectoria es muy impresionante: fue el estadounidense más joven de la historia en ganar a un MI y a un GM (ambos a los 10 años), lo que le supuso una entrevista en uno de los programas de televisión más populares del canal CBS; y el más joven desde Fischer en ser campeón nacional sub 20 (a los 14) y absoluto (18); fue MF a los 12, MI a los 13 y GM a los 15, batiendo el récord de Fischer por tres meses. A ello hay que añadir la medalla de plata en el Mundial sub 14 de Oropesa (Castellón) 2001.

Es lógico deducir que su llegada a la élite hubiera sido más temprana con un entrenamiento adecuado. Tras varios éxitos en torneos de rápidas –en Cap D’Agde 2008 eliminó a Kárpov e Ivanchuk; y en Noruega 2009 venció a Carlsen por 3 a 1- y algunos triunfos aislados en ajedrez clásico –Barcelona 2007 y Gibraltar 2008, así como el bronce con EEUU en las Olimpiadas de Turín 2006 y Dresde 2008-, el cambio de actitud profesional empieza en 2009, cuando gana otra vez el Campeonato de EEUU y pasa de 2.700 puntos Elo antes de ganar también el torneo de San Sebastián y el de la modalidad ajedrez 960 (o sistema Fischer) en Mainz (Alemania), lo que corrobora su inmenso talento natural. Al año siguiente logra el oro individual y la plata con EEUU en el Mundial por Naciones de Bursa (Turquía). Convencido ya –hasta entonces no lo estaba- de que su profesión será el ajedrez, Hikaru ha subido desde entonces como la espuma, y su objetivo (tal vez demasiado ambicioso) es pasar de 2.800 a finales de este año (el 1 de julio tenía 2.770).

Educado en casa por su madre (profesora y música) y su padrastro, acudiendo al colegio sólo para los exámenes (como hicieron las hermanas Polgar), siempre mostró un especial interés en las matemáticas y la historia. Hoy sigue con atención los mercados financieros y juega con frecuencia al tenis; también es asiduo, como espectador, al béisbol y el hockey sobre hielo. Y confiesa que uno de los placeres más relajantes tras su gran éxito en Holanda fue conducir su deportivo descapotable de San Luis a Memphis con la música a todo volumen.

Ciertamente, no es el perfil de ajedrecista muy brillante al que estamos acostumbrados. Quizá por eso resulta muy estimulante y esperanzador.

Fuente: Grupo Proyección (http://www.proyeccion.tv).

 

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