Ajedrez

Los grandes maestros del Grand Slam... Levon Aronián

Levon Aronián  (Ereván, Armenia, 1982).

Levon Aronián es el tercero del mundo en la lista del 1 de julio, y por eso ha recibido una invitación especial del Grand Slam para jugar la Final de Maestros Sao Paulo-Bilbao.

Cumplirá 29 años el 6 de octubre en Bilbao (donde ya triunfó en 2009), y los resultados indican que está en el mejor momento de su carrera: además de la citada Final de Maestros del Grand Slam, ha ganado la Copa del Mundo, el Gran Premio de la FIDE, Linares y Wijk aan Zee (dos veces); es el actual campeón del mundo de rápidas (cinco minutos) y dos veces campeón olímpico con Armenia. Su sencillez de carácter, estilo universal, la pertenencia a un país donde el ajedrez es una pasión nacional, y un sistema nervioso equilibrado configuran le reafirman como el tercero del mundo, y subiendo.

"No estoy preparado para enfrentarme a los grandes. Mi única ventaja sobre esas bestias es mi total ignorancia y frescura de pensamiento". Aronián se expresaba así en la navidad de 2005, pocos días después de ganar la Copa del Mundo en Siberia y unos días antes de debutar en el Torneo Corus de Wijk aan Zee (Holanda), donde compartió el 7º puesto de 14 participantes. Sólo un mes más tarde triunfó en Linares, el Wimbledon del ajedrez, de manera tan sorprendente como inapelable.

En realidad, esa sorpresa no era objetiva, y tenía mucho que ver con la modestia natural de Aronián. Quien hubiera seguido su trayectoria desde niño ya se habría fijado en su enorme talento, demostrado desde 1994, cuando fue campeón del mundo sub 12 en Szeged (Hungría), por delante de futuras estrellas, como Bacrot (Francia), Ponomáriov (Ucrania), Grischuk (Rusia) y Vallejo (España); y confirmado en 1996 con la medalla de plata en el Mundial sub 14 de Cala Galdana (Menorca), compartiendo el podio con el también armenio Sarguissián y el español Vallejo.

Aronián, segundo hijo de un matrimonio de científicos, aprendió a jugar a los cinco años, con su hermana; su madre ejercía como ingeniera especializada en explosiones y demoliciones; su padre, físico bielorruso, trabajaba como investigador especializado en tecnología láser. Ambos sacrificaron su prestigio profesional para emigrar a Berlín con el exclusivo fin de que Levon, quien tenía 18 años entonces, pudiese desarrollar al máximo su talento ajedrecístico, fichando por un equipo de la Bundesliga y estando más cerca de los grandes torneos europeos.

Pronto se vio que la decisión había sido acertada. Campeón del mundo juvenil en 2002, Aronián siguió progresando -aunque sin llamar mucho la atención- como ajedrecista y como persona. Habla armenio, ruso, inglés y algo de alemán, y le gusta chapurrear el español, bromeando con las palabras malsonantes. Disfruta mucho de los viajes, y siempre procura conocer el entorno y la cultura de los países que visita, como hizo en Bilbao en 2009. Antes era muy propenso al alto riesgo en sus partidas; ahora es más sólido. En todo caso, Aronián sigue siendo muy apreciado por los organizadores y aficionados, y no podía faltar, de nuevo, en la Final de Maestros de Bilbao con el claro objetivo de triunfar otra vez. Porque si hay alguien capaz de superar a Anand y Carlsen, es él.

Fuente: Grupo Proyección (http://www.proyeccion.tv).

 

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