Principia Marsupia

Cambridge y yo

[Copia de un email que envié a mis amigos el 10 de Marzo de 2009, tras aceptar la oferta de trabajo en la Universidad de Cambridge]
Queridos amigos,
Una época de terrible oscuridad y caos se cierne sobre el futuro de la Humanidad. Mucho más grave que la crisis del sistema financiero, más preocupante que el calentamiento global, más alarmante que la sequía goleadora del pipa Higuaín.
Las tinieblas envuelven los cimientos de la civilización. Ciencia y la Razón han sido cegadas.
Completa la serie de grandes pensadores en la historia de la Universidad de Cambridge: Francis Bacon, Isaac Newton, James Clerk Maxwell, Charles Darwin, Alan Turing, Bertrand Russell, Niels Bohr, Stephen Hawking y ....
Sí, amigos, sí. La pesadilla se confirma. Cambridge University me ha contratado a mí.

Ochocientos años y 83 Premios Nobel más tarde, la credibilidad de una de las instituciones más prestigiosas del mundo se derrumba con estrépito.
Numerosos rumores tratan de justificar el escándalo. Pero una hipótesis toma fuerza: Stephen Hawking necesita un porno chacho.
Mis dudas se multiplican: Stephen Hawking,  ¿va a pilas, o tengo que enchufarlo? Y en tal caso, ¿qué hacer si pierdo el cargador?
¿Tendré que aprender, yo también, a resolver ecuaciones moviendo sólo las pupilas? ¿Me prestará la silla para fardar en las discotecas? ¿Podré tunearla?
Pero sobre todo: ¿que ocurriría si Stephen Hawking habla, mejor dicho, comprende el castellano y alguno de vosotros le reenvia este email?
¿Me perseguirá con su mirada?

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