Principia Marsupia

Notas de un finde en Wrocław

[Copia de un email que envié a mis amigos el 30 de Agosto de 2010]
#1.- En el vuelo de Ryanair, las azafatas venden (por este orden): periódicos, refrescos, pizzas, café, colonias, cigarrillos sin humo y tarjetas rasca-rasca. Mi propuesta: no dejen las cosas a medias, y cambien las azafatas por pescaderas. "Niña, ¡pero mira que merluza más fresca traigo!".
#2.- El único sitio abierto para cenar en el centro de Worcław es un Kentucky Fried Chicken. Del "Pacto de Varsovia" al "Menú Búfalo de Alitas Picantes". Delicioso.
#3.- En el hotel, turistas franceses quejándose. Tautología. En el hotel, turistas franceses.
#4.- La camarera me cuenta que hizo un Erasmus en Sevilla. Hecho curioso: el castellano, hablado con acentos polaco y andaluz a la vez, suena como a gallego. O quizás, era de Vigo, rubia y vacilona.
#5.- La plaza está repleta de carteles conmemorando a Lech Walesa. Líder sindicalista soviético del metal y amigo íntimo del Papa Wojtyla, que transformó un estado comunista al capitalismo. Ironías del materialismo histórico.
#6.- En la estación de tren, un grupo de chicos judíos que han venido a visitar Auschwitz. Al menos, esta vez podrán viajar sentados.
#7.- Los polacos son gentes relajadas. Con Alemania de un lado y Rusia del otro, si te tomas las cosas muy a pecho, te acabarías llevando un disgusto.
#8.- Esta es la ciudad de Nicolás Copernico. El astrónomo que descubrió, en el siglo XV, que la Tierra gira alrededor del Sol. Aquí seguimos Nicolás, orbitando. Y que dure.
#9.- La avenida principal de Wrocław se llama Oławska. Les pregunto porque no le pusieron Castełłanska. No pillan el chiste.

#10.- Siniestro Total por la megafonía del Zara de la calle Krawiecka. Propongo actualizar el panteón nacional. Olvidemos a Santiago Matamoros. Adoremos a Amancio Vendetelas.
#11.- Boda de italiano con polaca. La Mamma hace saber que hubiese preferido una nuera italiana. Daños colaterales de la Europa sin fronteras.
#12.- Boda de italiano con polaca. Tratando de suavizar la situación, le explico a la Mamma que, volteando la "p" de "polonia", te queda "bolonia". Mirado con la perspectiva adecuada, todo queda en casa. No le hace ni buta gracia.
#13.- Boda de italiano con polaca. "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el vodka". Estos curas del Este no fueron al mismo seminario que Rouco.
#14.- Boda de italiano con polaca. En la cena, los italianos de un lado, los polacos del otro, y en el centro nuestra mesa: un americano, un iraní, un sueco y un español. Estuvimos toda la noche intentando recordar el chiste.
#15.- Boda de italiano con polaca. Nuestro amigo Sarfraz posee las dos características que te permiten disfrutar de un tratamiento VIP en cualquier aeropuerto del mundo: ser físico nuclear y ser iraní.
#16.- Boda de italiano con polaca. Lo malo de ser el único español es que mis imitaciones del Risitas, con el diente fuera, no hacen gracia. Naufraga mi único talento lúdico festivo.
#17.- Boda de italiano con polaca. Abuela italiana, visiblemente perjudicada, que se levanta y propone un brindis por Don Silvio. Español, aún más perjudicado, que toma el relevo y propone un brindis por que Don Silvio le organize su despedida de soltero.
#18.- Boda de italiano con polaca. Vodkas más tarde, recuerdo una enseñanza de mi amigo Fran, el filósofo. "Albertito, hormonamos a los quince, y ahí seguimos".
#19.- Boda de italiano con polaca. El peligro de venirte arriba: desafías a chupitos al tío Jurek. El tío Jurek dice ser minero en Lodtz, pero podría pasar por foca monje en el Báltico.
#20.- Momento Sicilia: Sicilia mete las llaves dentro de la taquilla y cierra el candado. Momento recepción: "Disculpe, no tenemos copias de la llaves de los candados". Momento aterriza-como-puedas: Sicilia desmontando una taquilla metálica a destornillador y tenazas, una hora antes de que salga el avión.

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