Principia Marsupia

Feliz Cumple, Cariño

Feliz Cumple, Cariño

La historia entre Stevie y yo viene de atrás. Stevie es especialista en agujeros negros.

Ayer se celebró el 70 cumpleaños del profesor Hawking. La gente del Centro de Cosmología Teórica de la Universidad de Cambridge organizó un seminario en su honor. Echad un vistazo a los videos cuando los pongan en la web, porque Martin Rees y Kip Thorpe suelen dar charlas deliciosas.

Por cierto, la charla de Thorne se titula "La edad de oro de los agujeros negros", pero no es un documental sobre la última década del siglo XX en el barrio de Chueca.

Durante mis años en Cambridge invité a Stevie a compartir actividades: las clases de salsa, los entrenamientos de rugby, los ensayos en el teatro. Por algún motivo que nunca comprendí, siempre me rechazó.

Te quiero igual, Stevie.

Este amor no es, sin embargo, compartido por la mayoría de físicos teóricos. Todos reconocen sus importantes contribuciones a la Cosmología: los teoremas sobre singularidades gravitaciones en Relatividad General y la formulación termodinámica de la radiación de los agujeros negros.

Los resquemores hacia Hawking son consecuencia de su fama mundial. Hay teóricos mucho más potentes (Ed Witten o Juan Maldacena, por ejemplo) a quienes no conoce ni Dios Padre fuera de "La Comunidad". Además, Hawking es un tipo muy tozudo; en ocasiones, ha tardado años en reconocer errores en sus teorías, cuando había observaciones experimentales que las refutaban.

En lo que no hay polémica, es en reconocer su inmensa valentía como ser humano.

Después de una juventud corriente, Hawking fue diagnosticado con ELA a los 21 años. Año tras año, su cuerpo se fue apagando: primero los dedos de los pies, luego las piernas, el tronco, el cuello y el rostro. Cuando perdió la habilidad de escribir, desarrolló una astucia mental para realizar cálculos matemáticos imaginando figuras geométricas. Su voz también le abandonó y ahora se comunica con un ordenador que dirige con sus pupilas.

El 1 de Octubre de 2009 será recordado para siempre en la historia de la Universidad de Cambridge:  Stephen Hawking renunció a la Cátedra Lucassiana de Física Teórica. Unas horas más tarde, un servidor firmó su contrato. Un suceso digno de la Historia Universal de la Infamia.

[h/t para Dani del Pino por recordarme la onomástica.]

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