Principia Marsupia

Es necesario meterse en berenjenales

Es necesario meterse en berenjenales

Mark Twain

Gracias por vuestros emails y comentarios tan interesantes al post ¿Todas las civilizaciones tienen el mismo valor?
Pero, antes de responderos, permitid que salude a tres simpáticos amigos que acabo de conocer. Para vosotros, que habéis llenado mi email de insultos, tengo un lindo recuerdo de parte de Mark Twain:

"Es preferible no descender al barro para pelear con cerdos. Te pueden ganar, y, además, lo disfrutan".

Olvidemos a los gorrinos y vamos a lo importante: vuestras objeciones al post original.
Primera: ¿Alberto, cuál es el criterio para comparar civilizaciones?
Comparar el valor moral de sociedades y culturas es muy complicado. No creo que exista una métrica indiscutible que permita ordenar sociedades en un "ranking de decencia".
Pero aunque no haya una solución exacta, sí existen respuestas aproximadas con respecto a mis valores morales. Por ejemplo, otros elementos siendo iguales, considero más decente una sociedad que respeta los Derechos Humanos.
Segunda: Alberto, has usado un argumento que también utilizan los racistas.
Es verdad.
La proposición "no todas las civilizaciones tienen el mismo valor" es, a menudo, utilizada por racistas y xenófobos. (Por ejemplo, el ministro del interior francés, de cuyas declaraciones partía mi texto.)
Pero mi post defendía, precisamente, que la veracidad de esa proposición no justifica ni el racismo, ni la xenofobia, ni el colonialismo.

Por si había alguna duda: todas los seres humanos tienen el mismo valor, pertenezcan a la cultura que pertenezcan.
Sostener que un argumento es falso porque también lo utilizan personas estúpidas, es una falacia lógica. Se parece mucho a un argumento ad hominem (coño, para algo tenía que valer una carrera de ciencias).
Tercera: Alberto, no te metas en estos berenjenales.
Esta es la objeción que más me interesa. Las dos anteriores son, en cierto sentido, discusiones académicas que podríamos alargar ad infinitum (¡chumba! segunda perla en latín).
Para construir un mundo mejor, es necesario visitar berenjenales: defender lo uno piensa con honestidad y sin miedo. Callarse porque "alguien podría confundirme racista" me parece una actitud cobarde.
¿Acaso Galileo no se metió en berenjenales cuando, delante del Santo Tribunal de la Inquisición dijo aquello de "e pur si muove"? Estaba reventando la concepción del Universo que Occidente había mantenido durante 2000 años.
¿Acaso las mujeres que lucharon por el sufragio universal no se metieron en berenjenales? ¿Y los chicos y chicas que declararon en público su homosexualidad en la España de los 90?
En cuanto al relativismo cultural, el "me callo porque no es mi cultura" también equivale a tomar partido.
Pasé el verano de 2007 en Burkina Faso, dirigiendo un taller de teatro para chicos de un orfanato. Ví cómo pegaron una brutal palizas a dos críos. Cuando protesté, la respuesta fue: "tú eres europeo y no comprendes nuestra cultura. Mi padre me zurró para educarme. Y mi abuelo a mi padre". No me sorprendió, porque en España ocurrió lo mismo durante siglos.
En 2011, en la Universidad del Cairo, conocí a una chica que se enfrentaba a un dilema terrible: si se casaba con el chico del que estaba enamorada, su padre la expulsaría de la familia. El matrimonio negociado es una costumbre arraigada en muchísimas sociedades.
¿Es moral no meterse en berenjenales?
Y si alguien me convence de que "todas las civilizaciones tienen el mismo valor", cambiaré de opinión y no tendré ningún problema en reconocer mi error.
Prometo mantener las orejas y el corazón abiertos.

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