Diario de un altermundista

Trabajar por la paz en 2014

Este es el año en que se recuerda que han pasado cien años desde el inicio de la Primera Guerra Mundial, que nos hace llegar a una simbólica fecha para hacer balance sobre un siglo de guerras, conflictos no resueltos, militarismo, escalda armamentista, desigualdades y pobreza en el mundo, pero también para dar valor al trabajo por la paz que desde todos los ámbitos de la sociedad se ha hecho y se sigue haciendo, para cambiar la ilógica de la violencia. Para ello, se realizará un encuentro de pacifistas del 6 al 9 de junio en Sarajevo escenario del detonante que hizo estallar la Primera Guerra Mundial, bajo el nombre el Peace Event de Sarajevo, de Un Mundo de Guerra y Violencia a una Cultura de Paz y Noviolencia en el que miles de personas de infinidad de grupos, colectivos y organizaciones pacifistas de todo el planeta realizarán conferencias, reuniones, asambleas y lanzarán un claro mensaje de paz al mundo.

En todo este tiempo, frente a los tristes acontecimientos bélicos y la profundización en un sistema injusto que golpea con más fuerza a los más débiles, la sociedad civil organizada ha luchado sin descanso por la construcción de una cultura de paz. La globalización del modelo capitalista y la nueva ofensiva neoliberal basada en la privatización de los servicios básicos a escala mundial supone el principal escollo para acabar con la violencia en el mundo.

Sin embargo, esta globalización también ha generado espacios de esperanza para que exista una respuesta global desde el pacifismo, que consiga deshacer la hegemonía de los violentos. Son cada vez más las redes de pacifistas, algunas de ellas legendarias, que hoy en día tienen una mayor presencia internacional gracias a la facilitación de las comunicaciones. Destacan entre ellas el Internacional Peace Bureau (IPB), primer premio Nobel de la Paz cuya principal campaña para los próximos años es Desarme por Desarrollo, en la que se propone que con urgencia se reduzca el gasto militar anual (valorado en 1,7 billones de dólares anuales en todo el mundo) y que estos recursos se dediquen al desarrollo de las zonas más empobrecidas del planeta. Otra de las redes internacionales de mayor presencia es la Internacional de Resistentes a la Guerra (WRI, en sus siglas en inglés) que además de trabajar por el derecho a la objeción de conciencia y la insumisión al servicio militar, ha lanzado la iniciativa global contra quienes se benefician de las guerras, aquellos gobiernos y empresas que hacen negocio con el armamentismo, el militarismo y los conflictos armados.

Por otro lado encontramos las campañas internacionales que han trabajado por la abolición de algunas de las armas con efectos más terribles sobre la población civil. Se trata de la ICBL (siglas en inglés de Campaña Internacional por la Abolición de las Minas Antipersona) y de la Coalición sobre las Bombas de Racimo (CMC, en sus siglas en inglés), que todavía siguen trabajando por hacer que se cumplan los convenios internacionales existentes al respecto y por que cada vez sean más países los que los hayan firmado. Desde la ICBL-CMC se trabaja también por la prohibición de la financiación a las empresas que fabriquen estas armas con la campaña Stop Inversiones Explosivas, con la que acertadamente se corresponsabiliza también a los bancos que prestan su apoyo financiero a las empresas de armas. Del mismo modo que está ocurriendo en varios países europeos, en los que existen campañas como la de Banca Armada en España, que denuncian las inversiones en armamento de las entidades financieras.

Otra de las campañas que tendrán un mayor recorrido los próximos años serán las que persiguen la abolición de las armas nucleares, quizá el armamento por cuya eliminación existe mayor consenso social. La campaña de mayor presencia en este sentido es el ICAN (siglas en inglés de Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares) que pretende que cada vez sean más las organizaciones que presionen a sus gobiernos para que firmen un tratado internacional que prohiba las armas nucleares. Cabe mencionar también el trabajo contra el comercio de armas, que ha conseguido una de sus fitas en 2013, con la firma del Tratado Internacional que regula el Comercio de Armas, pero que deberá seguir trabajando duro para que las exportaciones de armas no cesen de aumentar año tras año.

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