Diario de un altermundista

Transformación por la paz

Hace poco tuve que escribir algo para el Campus per la Pau de Lleida donde tuve la oportunidad de participar en una de sus sesiones. Quizá no sea de actualidad, o quizá sí. Pero es una reflexión que compartiéndola cumple la función por la que fue escrita. Uno de los aspectos que tratamos fue que la transformación personal no implica solamente examinar nuestra vida y hacer cambios coherentes con las propias creencias, sino también identificar aquellos aspectos personales que puedan reforzar los sistemas de opresión de la sociedad. Porque al minimizar las relaciones opresivas propias se ayuda a reducir la opresión de los otros. Además, aunque la paz empieza en uno mismo, la guerra es un invento social, por lo que la paz requiere transformaciones a nivel mundial. En el proceso de conseguir la paz se necesita creer en la posibilidad de la paz, en el poder y eficacia de uno mismo y en la motivación para actuar, individual o colectivamente. Para creer en la posibilidad de la paz es necesario imaginarse cómo sería un mundo en paz. También es importante desmentir algunas argumentaciones descorazonadoras sobre la posibilidad de eliminar la violencia de nuestras vidas. Muchos se empeñan en afirmar que el ser humano es violento por naturaleza. Otros nos repiten sin cesar que las guerras son inevitables, porque la historia así lo demuestra. En el Manifiesto de Sevilla de 1986, en el que científicos de varias disciplinas de todo el mundo analizaron la violencia y la guerra, encontramos argumentos suficientes para desmentir tales afirmaciones. Estas jornadas concluyeron que la guerra y la violencia no son una fatalidad biológica y que tal y como nuestros antepasados inventaron la guerra, nosotros podemos inventar la paz.

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