La intención de no empadronar a las personas en situación irregular de Vic, es decir, de no considerar que tengan derecho a lo más básico, por no tener los papeles en regla, está llegando más lejos de lo que parecía. Me alegro, porque así debe ser, que después de una decisión política xenófoba e insolidaria reaccione la sociedad y se posicionen unos y otros a favor y en contra. Así sabemos de qué pie cojea cada uno. Quienes lo hacen a favor puede que lo hagan por réditos electorales, lo que diría muy poco de la sociedad española actual. Aunque me temo que ésta es una de las razones a las que se debe el comentario del líder del PP y es algo que sin duda "debemos de hacernos mirar". La inmigración es uno de los pocos indicadores políticos que todavía sirven para diferenciar a la derecha de la izquierda, si es que todavía está vigente esta distinción en la política actual. Lo que no tiene ninguna lógica es que un gobierno municipal como el de Vic no se haya ido al traste, al encontrarse en la coalición que lo conforma partidos en teoría defensores de los derechos y la igualdad (recordemos quienes son, para evitar confusiones: PSC y ERC). ¿Acaso esperan el PSC o ERC que al aceptar que el alcalde de CIU firme semejante propuesta van a conseguir más votos en las cercanas elecciones? No se equivoquen, quien saldrá beneficiado finalmente será el actual alcalde y además reforzará su posición el partido xenófobo por definición todavía en la oposición. O falta mucha coherencia en la política de este país o hay estadísticas en manos de estos señores que dicen que la sociedad española que vota a la izquierda no es lo que parece. Si el PSC y ERC no toman medidas y no se desmarcan con rotundidad de sus compañeros de partido de Vic, deberían ir cambiando alguna de las siglas de sus nombres.