Diario de un altermundista

El sabio Fernández Ordóñez

El gobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez tuvo ayer, curiosamente un día antes de la comparecencia de Zapatero para explicar las medidas de recorte del déficit, una intervención memorable, digna de un economista de su altura. Tras supuestas sesudas reflexiones, ha advertido que la reducción del desempleo contribuirá a reducir el déficit "porque se pagaría menos en prestaciones y además porque la gente con empleo consume más, paga más impuestos y contribuye a dinamizar la economía". La verdad, no sé cómo no se nos había ocurrido antes. Pero claro, esta perogrullada la dijo en un seminario organizado conjuntamente por la entidad que dirige y el FMI. La recomendación que seguía a su advertencia no se hizo esperar: "la reforma del mercado laboral es la más necesaria de las reformas estructurales". Es decir, aprovechando la crisis, la patronal sigue utilizando toda su artillería pesada para reducir los derechos laborales conseguidos con tanta dificultad por la clase trabajadora. Sin embargo, Fernández Ordóñez no habló de limitar los beneficios empresariales en años de bonanza para mantener los puestos de trabajo en crisis como la actual, ni mencionó la reducción de las diferencias salariales que permiten despedir a quienes menos cobran mientras mantienen astronómicos ingresos los directivos de grandes empresas. Tampoco dijo el señor gobernador por qué antes del estallido de la crisis financiera, el paro era la mitad del actual y el mercado laboral se regía por las mismas normas que ahora. Al menos obtenemos de su intervención un interesante dato, el de que el gasto en desempleo en 2009 supuso 30.000 millones de euros, el 3% del PIB, lo que tampoco es tanto, sobre todo si lo comparamos con el gasto militar español en 2009, no inferior a 19.000 millones de euros. Y cuidado con el FMI, que además de una reforma laboral, aconseja que se descentralice la negociación colectiva y sea trasladada al seno de cada empresa, aduciendo una buena razón, que con la negociación colectiva las empresas pequeñas se ven perjudicadas. Al economista jefe del FMI le faltó un pequeña matización, porque donde dijo empresas quiso decir empresarios, sin incluir a los trabajadores, claro está. Tras todas estas recomendaciones se esconde el sueño de todo patrón, de contratar y despedir a su antojo, sin leyes que le incomoden, o de pagar el salario que en cada momento le venga en gana, sin convenios que seguir. Quizá lo dicho no es ninguna novedad, pero cabe tener presente en todo momento al servicio de quien están el FMI y el Banco de España, al menos, para interpretar sus recomendaciones.

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