Diario de un altermundista

¿Qué esconde el informe de armas de la UE?

Con motivo de la publicación del "Decimotercero Informe Anual sobre Control de Exportaciones de tecnología y equipos militares", que recoge los datos del año 2010, las organizaciones de la Red Europea Contra el Comercio de Armas ha sacado un comunicado pidiendo mayor transparencia e implicación de las instituciones europeas en este sentido, ya que dicho informe plantea muchas preguntas sobre la fiabilidad de los datos aportados y el compromiso de la UE para hacer eficaz el control de exportación de armas.

De hecho, este informe, de 470 páginas de tablas y datos, fue publicado el último día hábil del año (viernes 30 de diciembre de 2011), sin notificación ni en la página web del Consejo de la Unión Europea, que se encarga de su publicación, ni en la del Parlamento Europeo. Esto ciertamente sugiere que el informe es considerado como una mera necesidad burocrática, en lugar de un documento digno de un importante debate público por parte de los gobiernos de los Estados miembros o las instituciones de la UE. Además, ocho países-casi un tercio de los Estados miembros, entre ellos dos de los principales exportadores de armas del mundo, Alemania y Reino Unido-no han proporcionado datos completos sobre las entregas, lo que hace prácticamente imposible la realización de un análisis preciso de las exportaciones de armas reales de los países de la UE.

Según el informe, el valor total de las licencias de exportación de armas en 2010 disminuyó un 21% respecto al 2009, año en que se alcanzó un récord de 40.300 millones de euros. Sin embargo, la cifra para el año 2010, 31.700 millones de euros, es similar a la de 2008, de 33.500 millones de euros y sigue siendo una de las cifras más altas desde la puesta en práctica de la política común de la UE de exportación de armas en 1998. El valor de las exportaciones de armas con licencia para los países occidentales (principalmente la UE y EEUU) se redujo. En cambio, lo que resulta preocupante es que las exportaciones de armas a los países de economías emergentes y en desarrollo se elevó a 15.500 millones de euros, casi la mitad del total. Esto no incluye el valor de las exportaciones de armas a regímenes represivos en Oriente Medio y África del Norte, que disminuyó en comparación con los niveles récord de 2009, aunque persisten valores elevados: 8.300 millones de euros.

En relación a las exportaciones españolas, como ya señaló el Informe del Centro Delàs: El controvertido comercio de armas español, un negocio secreto 2001-2010, la deficiente transparencia informativa que rodea todo el proceso de autorización de las exportaciones impide el ejercicio de un verdadero control sobre la política de exportación de material de defensa del Gobierno español. En este sentido, sería necesario que el gobierno hiciera públicas las razones que llevaron en 2010 a autorizar exportaciones a un total de 15 países identificados como que estaban en conflicto armado por algunos de los centros más prestigiosos del mundo: Argelia, Colombia, Etiopía, Filipinas, India, Irak, Irán, Israel, Nigeria, Pakistán, República Centroafricana, Rusia, Tailandia, Turquía y el Chad. Sólo el hecho de que España haya vendido armas o material de doble uso a estos 15 países nos permite afirmar sin ambages que el Gobierno español incumple la legislación española y la normativa europea sobre comercio de armamento.

De acuerdo con el artículo 15 de la Posición Común de la UE sobre la exportación de tecnología y equipos militares, en 2012 se hará una revisión de la política de exportación de armas. Esta revisión sólo puede tener sentido si se basa en información coherente y completa, y en un debate público. El Parlamento Europeo debería realizar un debate sobre el "Decimotercer Informe Anual sobre Control de Exportaciones de tecnología y equipos militares", que incluya un análisis exhaustivo de sus deficiencias. Porque cuando miramos de cerca los datos que nos muestran los informes sobre el comercio de armas tanto de España como del conjunto de miembros de la UE, encontramos que Europa no es ese espacio desde el que se promueven los derechos humanos y la paz que nos quieren hacer creer, sino más bien al contrario. Porque si se venden armas a países en conflicto armado, no sólo estamos incumpliendo nuestra propia ley, sino que somos cómplices de las muertes y sufrimiento generados por la violencia armada.

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