El socialismo es republicano

Si la unidad de la izquierda es necesaria, ¿por qué no la conseguimos?

Recientemente he leído unas palabras de Juan Torres que ponen en el punto de mira el problema de la división en la izquierda. Cuenta que, tanto IU como Podemos, lo han llamado para colaborar en la elaboración de su programa económico. Se pregunta cómo es posible que dos formaciones con objetivos tan similares no sean capaces de confluir. Lamentablemente, esa confluencia parece hoy por hoy imposible.

Hace semanas que escribí sobre la falta de unidad en la izquierda, señalando algunas de las causas que, a mi modo de ver, provocaban esta situación. Tristemente, según se van acercando las convocatorias electorales, se va alejando más la posibilidad de llegar a candidaturas de unidad en el sentido amplio del término. Viejas rencillas, sectarismo y afán de protagonismo son los principales pecados en esta nuestra orilla. Buscar pequeñas victorias nos impide enfocar con estrategia y largo alcance. Mientras, la derecha, con su nuevo traje, Ciudadanos, se frota las manos ante nuestra inoperancia.

En un panorama convulso, tanto en lo social como en lo político, para el común de la ciudadanía es virtualmente imposible diferenciar las churras de las merinas. La prensa vendida al R-78, dominante en nuestro país, se cuida muy mucho de ayudar a discernir a su público, al que mantiene conscientemente en la indigencia política. El cénit de la intoxicación lo ha protagonizado Inda, afirmando que "a Franco lo eligió el pueblo español" y que "Franco convocaba elecciones". Lo que nos quedaba por oír, "Franco, ese gran demócrata" (ironic mode off). Por muy pacifista que se sea, entran ganas de ser violenta ante tamañas insidias.

Cualquier persona sensata pensaría que, ante el momento histórico que estamos viviendo, lo lógico y deseable sería aprovechar las circunstancias y buscar candidaturas unitarias de progreso. Pero no, se está haciendo justo lo contrario. Cada agente político tira para su lado, veamos cómo:

La primera en mover ficha ha sido IU, muy tocada tras la irrupción de Podemos en el panorama político hace un año. Metidos en sus guerras internas, parece que, salvo excepciones locales, IU se resiste a perder su identidad en candidaturas de unidad popular, lo que les vale la censura de las asambleas ciudadanas. Los resultados en las elecciones europeas supusieron un terremoto en su seno, dando como resultado la elección de Garzón como candidato para las próximas generales y la victoria por la mínima en las Primarias de la CAM del sector renovador. Sin embargo, el alma dividida de IU (tradicionales frente a renovadores), ha terminado estallando por los aires. Los viejos elementos de Madrid se negaron a dar un paso atrás, provocando finalmente el abandono de la formación por parte de Tania Sánchez y un numeroso grupo de militantes renovadores. No contentos con romper en pedazos IU en Madrid, esos dinamiteros arremeten ahora sin escrúpulos contra Alberto Garzón. Parece que IU tiene el enemigo dentro.

En cuanto a Podemos, sabedores de su débil estructura, han optado por unirse a las candidaturas ciudadanas para las elecciones municipales. Saben que en sus filas no todo es trigo limpio, por lo que prefieren no arriesgar su marca. Por eso exigen que la forma jurídica no sea una coalición. Su poder de negociación se basa en los datos de las encuestas, que les dan unos pronósticos muy favorables. Ante sus exigencias, la mayoría de los "Ganemos" no han tenido más remedio que ceder, pues saben que lo mejor es una candidatura unitaria. Dentro de estas candidaturas ciudadanas se encuentran algunos partidos de implantación estatal, como Alternativa Socialista o Equo, pequeños partidos locales y numerosas organizaciones sociales. Sin embargo, algunos "Ganemos" se resisten a ceder ante la apisonadora de Podemos. Veremos en que para la cosa. Creo que es más útil permanecer en la candidatura unitaria, sea cual sea su forma jurídica. Lo importante es ganar los ayuntamientos, poder levantar las alfombras y abrir los cajones, destapar el entramado de corrupción de las administraciones locales y denunciar el gran saqueo.

En cuanto al PSOE, qué decir que no se haya escrito y hablado ya. Si IU tiene el alma dividida, el PSOE tiene su alma vendida al poder. Lamento tener que decir esto, pero es la realidad. Por mucho que gentes de bien crean que todavía puede salvarse, día tras día sus dirigentes nos demuestran lo contrario. La pelea interna, mal disimulada, entre Sánchez y Díaz ha tenido estos días un episodio asombroso con la destitución de Tomás Gómez y la defenestración de la FSM. El pretexto ha sido la posible imputación de Gómez en un caso de corrupción municipal. Sin embargo, el pretexto no se sostiene desde el momento en que no se destituye también a Chaves y Griñán, por los mismos motivos de posible imputación. Para colmo de autoritarismo, Sánchez ha decidido que el candidato a la CA de Madrid sea un hombre de su confianza, Gabilondo, sin permitir la elección por parte de los militantes entre este y los demás candidatos postulados.  Y todo ello impulsado por el miedo a perder su granero tradicional de votos, que se les están escapando hacia Podemos, trufando sus apariciones estelares de actos denigrantes, como el pacto antiterrorista firmado con el PP. Me niego a incluir a este partido tan autoritario dentro de La Izquierda. No respeta los más mínimos valores que los demás defendemos. Si alguien cree todavía en los modos democráticos dentro del PSOE, que se lo haga mirar.

Nos encontramos ante un panorama desestructurado y confuso. Con el PSOE no se puede contar, aunque sí con sus gentes de bien, si aciertan a ver con claridad el camino. Con Podemos se cuenta como fuerza de tiro, es quien arrastra a las masas. Los partidos medianos y pequeños que andan en la confluencia serán los garantes de que las posturas minoritarias existan. Pero el pegamento necesario para que esta operación salga bien solo puede ser IU. Hoy por hoy no parece que vaya a funcionar correctamente. Queda muy poco tiempo y va perdiendo fuerzas por las peleas internas. Sin embargo, son los únicos capaces de hablar de tú a tú a Podemos, los únicos que tienen historia suficiente para modular esa indefinición ideológica que a tanta gente nos da grima de Podemos. Tal vez la victoria de la izquierda pase por el centro y esa sea la estrategia de Podemos, pero hay que dar el contrapunto. Si IU no se apresura a recomponerse, puede que pierda el tren, y con ello la oportunidad de influir para siempre.

Sin embargo, puede que en un futuro no muy lejano, los socialistas de bien nos reorganicemos en una federación de partidos socialistas, proyecto que ya existe. Opino que sería necesario para el panorama político en general y para el de la confluencia de la izquierda en particular. Confío en que sea una realidad en pocos meses. Las personas socialistas, al margen del PSOE, tenemos mucho que decir y mucho que ofrecer a nuestra sociedad.

Como conclusión voy a lanzar una idea: si cada militante analiza qué es lo mejor para el conjunto de la sociedad, admitirá que es la unidad de todas las fuerzas progresistas. Si cada formación preguntara a sus militantes, sin dejarse llevar por afán de protagonismo o sectarismo, la respuesta sería obvia: las personas queremos la confluencia. Busquemos el consenso, seamos generosas, pues. Es una oportunidad de oro que nos presenta la Historia. Si la desperdiciamos, nos mereceremos el oprobio.

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