Cantando cisnemente

Serrat, Sabina y Pepa

Nos enseñaron a preferir los caminos a las fronteras. Nos ponían hablando de Madrid y siendo anarquistas de ceñido pantalón. Te lo digo a ti, Pepa. Que tienes nombre de constitución y que el otro día me invitaste a doscientos whiskys. Ahora Serrat y Sabina cantan juntos otra vez. Será un estupendo disco.

Pero para escucharlo tendré que irme al pluripabellón ultradeportivo de Megamadrid, o como se llame. Y no pienso ir a un sitio con ese nombre. Cuando conocí a Sabina, lo despedían de TVE junto a Javier Krahe por cantar Cuervo ingenuo. Era una canción que criticaba la felonía o felación de Felipe González metiendo a España en la OTAN. Más que canción protesta, era canción coñesca. Los jóvenes nos reíamos y a Sabina y Krahe los censuraban. Sabina tardó 20 años en volver a la tele y Krahe no volvió más. Serrat, por su parte, pasó un buen tiempo exiliado por otros motivos.
Ninguno de ellos quería ser canción protesta. Pero para nosotros, adolescentes, su protesta era la única canción. Ahora tienen el dinero y la belleza de ser libres, y hacen discos hermosos que palpitan. Pero no sé por qué a mí me dan más ganas de que se pongan otra vez a cantar cantos de protesta y esperanza en La menor y Mi mayor, en plan viejuno y en universidades clandestinas. Aquel fascismo franquista contra el que cantaron era incluso más inocuo que este inicuo posfascismo de los bancos y S&P contra el que no cantan. Ahora que la libertad se ha hecho más joven que nosotros, ¿no os parece que sería divertido escribir y disparar un par de canciones protesta? En La menor, Joaquín, Joan Manuel... Y luego acorde de Mi. O de Tú. O de Ellos.

Más Noticias