Al sur a la izquierda

Zoido quiere que otros paguen sus copas

Se acercan las elecciones y de aquí al 20-N vamos a salir a guerra civil por semana. La última estalló ayer entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla, entre PSOE y PP, a propósito de haber sido designada Sevilla sede de la final de la Copa Davis que se va a jugar en diciembre. El Ayuntamiento hispalense sostiene que acoger una final de tenis como esta es un verdadero negociazo para la ciudad: en imagen, en turistas, en proyección mundial, en fin, un chollo como pocos, como las tómbolas de la feria, deprisita, señores, deprisita, que se me acaban los boletos para la rifa de una Copa Davis, que me los quitan de las manos, oiga.

Pero luego resulta que Sevilla es la única ciudad de España que ha comprado el boleto de la Davis, porque la otra interesada era Valencia pero la petición fue de la Federación de Tenis, no de las autoridades. O sea, una bicoca... que nadie quiere. La Federación Internacional de Tenis, que organiza la rifa, calcula que la ciudad organizadora ingresa 35 millones de euros ese fin de semana. Lo que no se entiende es cómo siendo una inversión tan rentabilísima los hosteleros de España no están dándose bofetadas y pujando al alza para que en su ciudad se celebre el evento. ¿Que por qué? Pues porque a lo mejor todo esto es un poco mentira. El alcalde Zoido y Javier Arenas exigen a la Junta que pague parte del millón largo de euros que le cuesta al Ayuntamiento el dichoso boleto premiado de la Copa Davis. Zoido pide las copas y luego le reclama a Griñán que las pague. Y si no lo hace lo acusa de sectario. Es difícil entender que alguien se enfade con otro porque este no quiere entrar en un negocio que el primero considera una mina.

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