Al sur a la izquierda

Griñán se pone ecuménico

El presidente andaluz Pepe Griñán ha comenzado el año poniéndose estupendo. O para ser más precisos, poniéndose ecuménico, que es una de las muchas maneras que existen en política de ponerse estupendo. Tras el primer Consejo de Gobierno de 2013, el presidente anunció con solemnidad su intención de alcanzar un gran pacto por Andalucía del que sean partícipes todas las grandes fuerzas políticas, económicas y sociales de la comunidad. No dio Griñán muchas pistas de por dónde irán los dulces tiros de tan bella hermandad, pero sí puntualizó, por ejemplo, que el pacto debería incluir aspectos relativos a "cómo organizar la sanidad y la educación" o cómo conseguir que "el poder financiero aporte recursos al sistema económico, ya que se ha llevado recursos públicos". Descartando que hubiera bebido antes de comparecer ante los medios, cuesta adivinar cuáles son exactamente las cuentas que se ha hecho el presidente para suponer que tal cosa es posible en Andalucía. O como diría el propio himno de Andalucía, que tal cosa es posible en "Andalucía, España y la Humanidad".

El lunes próximo Griñán se reúne con el presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, para iniciar la ronda de contactos políticos. Bueno, para iniciar y para terminar, puesto que los contactos políticos empiezan y acaban en el PP dado que Izquierda Unida ya está virtualmente en ese gran pacto, pues para eso gobierna en coalición con los socialistas. El portavoz parlamentario del PP, Carlos Rojas, ya ha dado alguna indicación sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo: su partido lo intentará, ha dicho Rojas, pero no será fácil llegar a acuerdos con "el bipartido radical" que gobierna en Andalucía. Empezamos bien. Es como si Griñán hubiera dicho que haría lo posible integrar en el pacto "a los fachorros del PP", a los cuales, podría haber añadido por otra parte, les tiene un gran respeto.

Pero, aun sin dudar de la buena voluntad de las partes, el liderazgo de Zoido está demasiado poco asentado dentro del PP como para disponer de margen nada menos que para sellar un acuerdo del calado político y el alcance estratégico del propuesto por Griñán. Es dudoso que Zoido quiera ese pacto, pero es que aunque lo quisiera el líder regional del PP no manda lo suficiente en el partido como para imponerlo a sus compañeros, muchos de los cuales no lo quieren (el pacto, no a Zoido, aunque también). Y, como Griñán no puede dejar de saber, un gran pacto por Andalucía donde no esté el PP ni puede ser pacto ni, por supuesto, puede ser grande.

Y otra cosa: para alcanzar un acuerdo así todas las partes tendrían que ceder. De hecho, la manera de evaluar si un pacto es o no de verdad consiste en comprobar si las partes firmantes ceden mucho, bastante, poco o nada. Si todas ceden mucho es un gran pacto; si bastante es un buen pacto; si ceden poco no es casi nada; y si no ceden nada entonces es que el pacto no es nada. Zoido no está en disposición de ceder ni mucho ni poco ni nada, pero es que Griñán tampoco lo está en realidad: primero, porque gobierna con Izquierda Unida y eso reduce drásticamente su margen de cesión; y segundo, porque el PP se ha ido tan a la derecha en educación, sanidad o políticas económicas y laborales que es poco menos que imposible que la izquierda pueda consensuar con esa derecha una posición con un mínimo de contenido.

Difícil, pues, que los buenos propósitos del presidente andaluz para 2013 no se estrellen con la dura realidad antes de la primavera. Y eso como muy tarde. De hecho, fijar un plazo tan largo es una manera de ponerse estupendo, que para eso el año acaba de empezar. El gran Rubén de Luces de bohemia le aconsejaba a Max Estrella: "Max, no te pongas estupendo". El humilde Avendaño de Al sur a la izquierda le aconseja al presidente Griñán: "Pepe, no te pongas ecuménico".

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