Antonio Baños

Bienvenido Mister Chance

¿Os imagináis que Rajoy siguiese así incluso cuando sea presidente? Me refiero a que siguiese callado, sin dar ni una sola opinión. Mantenido en su atronador silencio institucional, político y gallego. ¿Qué pasaría? Algunas tardes, con el gazpacho aleteando aún juguetón por mi píloro, dejo volar la imaginación y veo a Mariano Rajoy como un trasunto de Peter Sellers en Bienvenido Mister Chance (Hal Ashby 1979). Si no la tienen en mente les recuerdo el argumento. Chance es un jardinero un poco simple que sólo tiene conocimiento del mundo a través de la televisión. Precisamente su simplicidad, sus silencios y las obviedades catódicas con las que argumenta, le van aupando hasta llegar a intimar con los inquilinos de la Casa Blanca.

El título original en inglés disipa toda duda sobre la intención metafórica del filme: Being there, estar ahí. Un mérito muy rajoyesco, por otra parte. No se trata de ningún insulto ni una minusvaloración de los talentos de Rajoy, al contrario. Me encantaría pensar que, en las cumbres internacionales, se comportará como el personaje de Sellers. "Ya veremos" "Igual escampa" "Un jardín necesita de muchos cuidados y cariño" Y así, entre silencios, titulares del Marca y sabiduría dilatoria a veces sueño que convence a Merkel, que doblega a Sarko y que hace llorar de emoción a Obama. La cosa no es nueva, Bertrand Russell en su texto "El conocimiento inútil" ya destacaba la superioridad de la inacción frente una acción poco calculada. Se trataría de una aplicación ibérica del célebre wu-wei, la no acción de los taoístas. Un principio que nos evita el dolor que conlleva cualquier decisión. Quizá ahora que todo el mundo reclama a sus líderes medidas enérgicas y dinámicas, la solución verdadera esté en Mariano. Ahí, sentadico leyendo el Marca, en un sesteante silencio mientras los mercados se desesperan y las agencias de rating caen en la histeria ante la falta de medidas que salen de la Moncloa. Un presidente que afronte los vaivenes crueles del mercado con un lacónico mireusté. El Mariano que conocemos pero a lo bestia, full time. Díganme. ¿Debo cambiar la marca blanca de mi gazpacho?

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