Antonio Baños

Rap y capitalismo popular

Hace ya unos años aparecí como figurante en un videoclip de DJ Kun, un rapero argentino afincado en Lavapiés que obtuvo cierta notoriedad con el reality
Esta cocina es un infierno junto a Leticia Sabater. Las circunstancias que me llevaron hasta allí no vienen ahora al caso pero ya les aseguro que no ha sido el peor de mis trabajos. Vamos al asunto. Recuerdo claramente como en los descanso del rodaje, un auxiliar de iluminador permanecía enganchado a su móvil Estaba el currito ansioso esperando la apertura de Wall Street. Hablaba compulsivamente con su agente de bolsa sobre las opciones de un mercado recién globalizado.

Esta semana, en mi barrio compartí espera semafórica con un vecino. El también estaba pegado al móvil. "Los alemanes ya han dicho que aguantan hasta febrero. Sólo hay que ver las gráficas" y seguía "¿Has visto lo del Santander? ¡Qué fuerte!". Finalmente, se puso verde el semáforo y se alejó mientras advertía a su interlocutor en argot técnico: "¡Cuidadín, cuidadín!"
Estos caballeros representan un aspecto poco aireado del gran ciclo liberal iniciado en los 80. Son los miembros del llamado capitalismo popular. La tesis era: El mercado financiero es el mecanismo más eficiente, el lugar más transparente, la comunidad más justa. Por lo tanto el pueblo, en lugar de votar, era mejor que invirtiese. Bonos en lugar de votos. El mercado castigaría mediante la cotización a los servicios privatizados que no fuesen eficientes. El ocaso de la soberanía de Walter Riston fue el breviario de la época. Allí se puede leer: "Los mercados son las únicas máquinas electorales. Llevarán a cabo la voluntad popular por primera vez en la historia." Tal era la fe en el mercado que incluso los Laboristas ingleses, en su campaña del 97, lanzaron un lema: "Los negocios son más poderosos que el gobierno. Más rápidos. Más creativos" Hoy culpamos a los poderes ocultos y las agencias de rating del inmenso poder financiero. Pero no olvidemos que esos mercados fueron alimentados, desde los embriagadores tiempos del DJ Kun, por el sueño de miles de trabajadores que sacrificaron en ellos las pensiones, los ahorros y la soberanía.

Más Noticias