Antonio Baños

Diada Colchonera

Ser catalán es, a menudo, como ser del Atlético de Madrid. Una fe con escasas recompensas. Y muchos sustos. Para ser catalán, además de nacer en el Principado, es muy conveniente que te vaya la marcha. Como los colchoneros, un catalán vive mejor si se instala en cierta renuncia cósmica y sabe extraer épica de las derrotas. Tal y como decía Gramsci, somos pesimistas en el espíritu y optimistas en la acción. A este complejo pack de actitudes de supervivencia le suelen llamar victimismo pero, en realidad, se trata más bien de una forma antigua y noble de fatalismo. Ahora que llevábamos un tiempecito tranquilos en el frente simbólico, nos podíamos concentrar en no caer enfermos, por no tener que pasar el trago de ir buscando un hospital sin recortes. Pero la judicatura española, con su ya tradicional sentido de la oportunidad, ha querido dotar de cachondo voltaje a la diada de este año anticipando la inminente gran operación recentralizadora.

Y como siempre que hay una campaña sobre el catalán, aparece el tema de la utilidad de las lenguas. Aquello del mundo globalizado y lo imprescindible que son las lenguas robustas aunque uno no vaya a salir del barrio. Y siempre recuerdo al escritor yidish y premio Nobel, Isaac Bashevis Singer. Singer era el paradigma del inútil lingüístico. La cultura yidish se fue diluyendo tras el Holocausto y bajo el peso oficial del hebreo. Para rematar el panorama, el hombre vivía en los Estados Unidos pero no escribió en inglés, desmintiendo esa tontería de las lenguas cosmopolitas y lenguas paletas. Creo que fue en uno de los actos de aceptación del Nobel que Bashevis Singer contestó la cuestión de por qué escribía en una lengua moribunda. "Cuando llegue el fin del mundo" vino a decir "Y resuciten los muertos, los hablantes de yidish del pasado se preguntarán: ¿Hay algún libro nuevo para leer? Y me leerán a mi" No sé si eso justifica la inmersión lingüística pero le da un poético sentido al estudio de las lenguas en dificultades.
Celebremos pues esta diada a la manera colchonera. Con el ay, ay, ay, en la lengua y la mano en la cartera. Y ya que Serrat y Sabina andan juntos de nuevo, quizá el Noi del Poble Sec podría pedirle prestado el Himno del Atleti al de Úbeda para sustituir a Els Segadors. Ya saben la letra: "Qué manera de aprender, que manera de sufrir, que manera de palmar...Nos viene al pelo. Feliz Diada

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