A ojo

Por verse

Seis meses le tomó a la OTAN, la Organización del Atlántico Norte, que es la coalición militar más poderosa que ha existido en la historia, conquistar Libia para derrocar al dictador de opereta Muamar Gadafi. Hace ochenta años, Mussolini lo hizo en un mes. Hace 2.000, lo hizo Pompeyo en ocho días. Lo de ahora necesitó más de 20.000 incursiones de bombardeo de aviones de guerra de Francia, Italia, Gran Bretaña y Estados Unidos (con ayudantes colaterales), cañoneos desde buques en el mar y lanzamientos de cohetes a un costo –dice la prensa– de un millón de euros cada uno. Fue necesario aprovisionar por paracaídas de armas ligeras a los rebeldes y cortar a la vez el rutinario suministro de armas pesadas al tirano. Y bloquearle sus fondos depositados en los bancos británicos y suizos, que ahora acaban de ser descongelados para que los rebeldes victoriosos tengan con qué pagar el armamento recibido y el costo de los bombardeos "humanitarios" destinados a proteger a la población civil. Cuando esto escribo, muchos comentaristas de prensa y no pocos jefes de Estado de Occidente aseguran satisfechos que ha triunfado la democracia y que el pueblo libio ha tomado en sus manos su destino.
Lo de la democracia está por verse. Lo del pueblo libio también.

Tal vez cuando salga publicada esta nota se hayan aclarado ya los puntos más oscuros de esta historia: el paradero de Gadafi y de sus hijos, la participación en los combates de mercenarios extranjeros y de tropas especiales francesas y británicas. Pero desde ya se nota que, así como la victoria militar sobre el terreno fue de las fuerzas de la OTAN y no de los improvisados y desorganizados grupos insurgentes, tampoco la victoria política de esta guerrita de sainete va a ser del pueblo libio. Ya rompió aguas Franco Frattini, ministro italiano de Asuntos Exteriores, anunciando que quien "tendrá un papel fundamental en el futuro del país africano" que acaba de ser liberado del tirano Gadafi, será la ENI: la petrolera estatal italiana. Y otro papel igual van a jugar Total de Francia y la British Petroleum de Reino Unido y Repsol de España y otras menores norteamericanas como Marathon y Conoco.
No parece que la OTAN tenga por el momento la intención de venir en ayuda de los rebeldes contra la dictadura de la vecina Siria. Pero es que en Siria no hay petróleo.

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