Apuntes peripatéticos

Atinando en Tinedo

La noche oscura de la historia del siglo XIX español, y los momentos luminosos, de amanecer, que dieron esperanzas, luego hundidas, a quienes soñaban con la libertad! Las Cortes de Cádiz y su Constitución tan magnánima, cuyo bicentenario se va a conmemorar ahora; la epopeya del asturiano Riego (aquellos tres años estelares barridos por los Cien Hijos de San Luis, con la vuelta, otra vez, del nefasto Fernando VII); el sacrificio de Torrijos y los suyos en la playa de Málaga; "La Gloriosa" de 1868 y el sexenio que desembocó en la efímera Primera República de la que hoy no habla nadie, como si no hubiera existido, pero que fue semillero de la Segunda...: Gerald Brenan lo llamó laberinto español, y la metáfora ha hecho fortuna. Pero quizás el concepto que más en-
globa el siglo en su conjunto es el de conflictividad, de permanente lucha entre español y español, reflejada en el Duelo a garrotazos de Goya (retomado por Saura en Llanto por un bandido).

Sólo hace falta echar un vistazo a los debates parlamentarios de hoy para percatarse de que sigue impertérrito tan perdurable encono, tan visceral renuencia a transigir, a pactar. Por ello, qué acierto la reciente y compartida concesión a Patxi López y Antonio Basagoiti del Premio a las Libertades Rafael de Riego. La entrega tuvo lugar en Tineo, cerca de la casa natal del mártir.
No sé si soy un ingenuo, pero los buenos modales y el buen hacer de los galardonados, el ejemplo que dan de entente cordiale, me parecen trascendentes para el país en estos momentos de crispación.

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