Apuntes peripatéticos

Nuevo curso

Ya está a la vuelta de la esquina la rentrée, como dicen nuestros vecinos suprapirenaicos. Y la lucha política del nuevo curso se prevé fea y turbulenta aquí abajo porque, si la situación económica empieza a mejorar en breve, y parece ser que hay esperanzas fundadas de que así sea, y si Zapatero lo hace bien en Europa –estamos a unos meses de la inauguración de la presidencia española–, podría ocurrir que el PP lo tuviera de repente mucho más difícil. Y bien que lo sabe.

Entretanto, a mi juicio, lo están haciendo con suma torpeza. Parece ser incluso que sus representantes en Bruselas les han llamado la atención por lo de las escuchas, de la alegada persecución, asunto que el liderazgo del partido está amenazando con llevar a Estrasburgo, haciendo alarde una vez más de su pronunciado infantilismo. En cuanto al acto de Valencia, va a ser, si no me equivoco, un esperpento digno del mejor Valle-Inclán (a propósito, a los militantes peperos no les vendría nada mal una lectura, o relectura, de Luces de Bohemia).

La oposición quiere volver al poder cuanto antes, como es lógico. Lo que debe hacer, en consecuencia, es elaborar un programa alternativo capaz de ilusionar e írselo proponiendo al electorado. En vez de dedicar tanta energía a la tarea de acosar y derribar como sea a quienes detentan actual y legítimamente el poder. Rajoy ha tenido la decencia de decir que apoya al Gobierno en el asunto del terrorismo, y seguramente muchos simpatizantes moderados se lo agradecen. Es la línea a seguir. Estemos atentos.

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