Apuntes peripatéticos

Homofobia rampante

Leo en The Guardian Weekly –que recomiendo a los deseosos de saborear cada semana un excelente inglés periodístico– que una boda gay en Buenos Aires, celebrada hace unos días, está provocando una enconada controversia "en toda América del Sur", espacio, como se sabe, donde campa a sus anchas el machismo más radical. Alex Freyre y José María Di Bello son dos gays no sólo simpáticos sino muy inteligentes, combativos y valientes. No se callan y no se amilanan. Según el diario de marras, los adalides de la Iglesia católica rioplatense están clamando al cielo que el enlace atenta contra "los valores familiares tradicionales del continente". Vaya por Dios.

En otra página del diario hay un artículo sobre la homofobia que hoy impera en el British Commonwealth, legado del devastador puritanismo protestante del siglo XIX (y después). Resulta que, si bien unos 80 países alrededor del mundo proscriben la homosexualidad, más de la mitad de ellos son ex colonias de Su Majestad. Y no sólo esto sino que, según Peter Thatchell, autor del artículo, algunos países del Commonwealth son hoy los más homofóbicos del mundo (Uganda y Bangladesh, por ejemplo), con castigos que van desde la cárcel y los azotes hasta la cadena perpetua y la muerte. Bonita herencia que han dejado atrás los reverendos y los jueces anglicanos.

Alrededor del mundo los matones religiosos siguen, como siempre, torturando, machachando y matando en nombre de sus dogmas inhumanos. Aquí tampoco faltan Torquemadas actualizados que, si pudiesen, nos devolverían cuanto antes a la caverna. Con ellos, tolerancia mínima.

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