Aquí no se fía

Un atraco más de Rajoy a los pensionistas

Rajoy cortejó descaradamente a los jubilados mientras hubo citas electorales pendientes. Pero, tras las autonómicas catalanas del 25 de noviembre, no ha tenido el menor reparo en dejarlos en la estacada. Pese a que prometió adecuar las pensiones al aumento del IPC, el presidente ha decidido dejar en suspenso la revalorización automática prevista en la ley. Y, por lo tanto, quienes viven de ellas van a sufrir en 2012 una notable pérdida de poder adquisitivo, que se suma a la infligida por otras medidas del Gobierno.

 
Este nuevo incumplimiento privará de unos 430 euros de media a la menguada economía de los pensionistas, que hoy son el sostén de cientos de miles de familias. A cambio, la Seguridad Social se ahorrará 3.800 millones, menos de una décima parte del dinero solicitado a la Unión Europea para el rescate bancario. Un rescate, por cierto, para el que Rajoy no ha dudado en engordar sumisamente nuestra deuda pública y del que respondemos todos los españoles, incluidos –claro está– los jubilados.

 

Con el único propósito de guardar las apariencias, el Gobierno ha anunciado al mismo tiempo que las pensiones inferiores a mil euros mensuales subirán en 2013 un 2%, en lugar del 1% establecido con carácter general. Aunque es mejor que nada, habrá que ver si ese 2% cubre la inflación. Lo que no conseguirá, en ningún caso, es compensar la pérdida de poder adquisitivo de los últimos años. La veda contra la actualización automática de las pensiones la abrió Zapatero en 2010, dejando a salvo sólo las mínimas y las no contributivas.

 
Pese a las buenas palabras que suele dedicarles, Rajoy ha tomado varias medidas especialmente lesivas para el bolsillo de los jubilados desde que llegó al Gobierno. Entre ellas, la derogación de facto de la ley de Dependencia, la subida del IVA y el repago sanitario, que en algunas comunidades se ha visto agravado con la imposición del euro por receta. Todo eso sin contar los perjuicios derivados del retroceso general de los servicios públicos y abusos fiscales como el injustificado aumento del IBI en muchos municipios.

 
El atraco perpetrado ahora es, pues, uno más en la creciente lista de los que han sufrido los pensionistas a manos de Rajoy. Y probablemente no será el último, sobre todo teniendo en cuenta que en el futuro inmediato no hay nuevas elecciones a la vista.

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