Aquí no se fía

Los perdedores de la 'guerra de los cajeros'

Las guerras siempre las pierden los inocentes, y la de los cajeros seguro que la vamos a perder los usuarios. Les pongo en antecedentes. Allá por el mes de marzo, Caixabank empezó a cobrar dos euros a quienes utilizan sus cajeros sin ser clientes. A BBVA y Santander les faltó tiempo para aplaudir la idea, alegando que era la forma más justa de sufragar una infraestructura cuyo mantenimiento dice el sector que le cuesta 900 millones al año. Sin embargo, otras entidades, entre las que figuran Bankia y el Sabadell, ya anticiparon entonces sus dudas sobre la conveniencia de dar semejante paso y anteayer firmaron un acuerdo con las once adheridas al sistema Euro 6000 por el que se comprometen formalmente a no aplicarse entre sí la nueva comisión.

En la banca, como en tantos otros sitios, cada uno va a lo suyo; pero, hasta donde me alcanza la memoria, nunca antes se había producido una división tan pública y notoria. Y menos aún con dos bandos tan equilibrados, porque se da la circunstancia de que, a día de hoy, ambos controlan un porcentaje no igual pero sí aproximado de la red de cajeros (44% frente a 37%). Una red, por cierto, de la que siempre se ha dicho que es la más amplia del mundo, cosa que no puede extrañar a nadie que esté medianamente viajado.

Sobre el papel, esta llamada guerra de los cajeros va a tener como consecuencia que 20.754 de los 46.449 repartidos por el territorio nacional cobrarán dos euros a todos los titulares de tarjetas expedidas por otros bancos cuando vayan a sacar dinero, mientras que en 17.730 las condiciones serán igual que ahora. Lo cual entraña en sí mismo un trastorno, pues habrá que cuidar mucho qué dispensador automático se utiliza.

De todas formas, no nos engañemos. Hace tiempo que están gravadas las operaciones con terceros, sólo que las entidades se las cargan unas a otras, y hay quien luego las repercute a sus clientes y hay quien no. Entre las que alardean de no trasladar ningún tipo de comisiones ha destacado tradicionalmente ING y, desde no hace mucho, también EVO. Pero el resto hacen exenciones más o menos generalizadas, según la red a la que pertenezca, el perfil del cliente y el interés que haya por mantenerlo contento. El problema es que, a partir de ahora, esas exenciones quedarán en papel mojado si entran en juego Caixabank, BBVA o el Santander.

Para evitar que se produzca un doble cobro, tajantemente prohibido por las autoridades reguladoras, algún banco ha anunciado que renunciará a la comisión que viene endosando a su competencia, pero no a la nueva de dos euros que impondrá a los clientes de ésta a pie de cajero. Parece una decisión razonable, pero no lo es tanto, porque la actual muchas veces está claramente por debajo de esa cantidad.

De modo que, ya sea porque debamos peregrinar de cajero en cajero, ya sea porque vamos a pagar más, pueden ustedes imaginarse quiénes perderán con esta guerra.

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