Aquí no se fía

El guiño de Montoro a los votantes del PP

Uno de cada cuatro españoles con derecho a voto ha cumplido ya los 65 años. En esa franja de edad, el partido con más tirón es el PP, que tiene ahí dos tercios de su electorado. Su atractivo entre los mayores parece inmune a las muchas trastadas que les ha gastado durante los últimos tiempos. Congelación -cuando no pérdida- del poder adquisitivo de las pensiones, copago sanitario en algunas comunidades autónomas donde gobierna, inaplicación por falta de presupuesto de la ley de dependencia... Medidas todas ellas que no han hecho sino agravar la situación de un segmento de la población obligado a soportar buena parte de los costes de la crisis económica.

Como en política no existe la mala conciencia, pero sí el miedo a las facturas electorales, el PP está en la senda de reparar los atropellos que ha cometido, aunque sin que se note todavía demasiado. Obsérvese, si no, el anuncio realizado esta misma semana por Cristóbal Montoro sobre la posibilidad de hacer un guiño a los contribuyentes de "cierta edad" en la rebaja del IRPF que negocia con Ciudadanos. Dicho de otra manera, lo que el ministro de Hacienda pretende, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, no es otra cosa que congraciarse con una parte esencial de sus electores. Sobre todo ahora que tantos indicios apuntan a un adelanto de las generales tras la cita con las urnas del 21 de diciembre en Cataluña.

Desde este espacio he denunciado el injusto castigo que los recortes han infligido a algunos colectivos, y no seré yo quien critique que se les compense por aquel daño. Pero no acabo de entender el criterio de la edad en el reparto de las cargas que entre todos tenemos que soportar, al menos a través del IRPF. Si cada español debe contribuir al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica, como establece la Constitución, lo relevante a efectos fiscales ha de ser el nivel de renta, no su procedencia y menos aún si se trata de un joven o de una persona mayor. Porque en este país hay trabajadores -y no sólo los recién incorporados al mercado laboral- que cobran menos incluso que bastantes jubilados.

¿Tiene sentido que, a igualdad de ingresos, tribute más por IRPF quien vive de un sueldo que quien vive de una pensión? Es verdad que a "cierta edad" se incurre en gastos que no se tienen de joven, pero también ocurre al revés. Compra de vivienda, educación de los hijos... ¿No sería más lógico, por tanto, que el guiño se lo hiciera Montoro a los contribuyentes con menos renta, independientemente de su edad? Yo creo que no sólo sería más lógico, sino también más justo. El problema es que el PP no cosecha en ese colectivo el mismo volumen de electores que entre las personas mayores. Y eso cuenta.

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