De todo de todo de todo lo ocurrido en esta legislatura lo más grave y repugnante son las declaraciones periódicas de la señora Cospedal, que ayer acusó sin pruebas al PSOE de espiar al PP con detectives privados. En 2009 ya alcanzó cima al acusar a policía, Guardia Civil, jueces y fiscales de espiar al PP, y que vivimos en un estado policial, ello también sin pruebas. ¿Sabe la señora Cospedal qué es un estado policial?

No es ni mínimamente tolerable que, refugiándose en su inmunidad parlamentaria, puedan hacerse estas manifestaciones que envilecen nuestra dignidad de ciudadanos, por encima de cualquier otro avatar económico, político o social.

Sé que a ustedes les resultará molesto y que un articulista no debe explicitar sus cuitas, pero siento la necesidad de decir que yo me dejaría cortar las manos antes de votar al PP, al menos mientras la señora Cospedal esté en sus filas. Y a propósito, la prueba de que no vivimos en un estado policial es que yo puedo escribir este artículo.

Que se sepa, el PSOE aún no ha llevado al juzgado estas declaraciones, entrando en el juego de las amenazas vagas y la gracieta nada graciosa de Elena Valenciano contestando que Cospedal es una persona a la que no se puede tomar en serio.

Si el PSOE no exige y recibe inmediatamente una rectificación parlamentaria, que "innaturalmente" no se producirá, y no acude en ese momento al juzgado, será sospechoso de que lo dicho por la señora Cospedal es cierto. No empuerquen más nuestras vidas, unos y otros. ¡Ojalá tenga razón Cospedal y aporte pruebas! Prefiero que el PSOE pague por su tropelía detectivesca a que lo manifestado por Cospedal se confirme como una villanía y se constate que lo dicho, en 2009 y ahora, es la quintaesencia de la mierda que periódicamente suelta esta señora.