Puntadas sin hilo

Más imaginaciones sobre Camps

 

Un avispado lector, que firma como Eutiquio1, mantiene que lo que no quiere Rajoy es que Camps le haga como Álvarez Cascos en Asturias y funde en Valencia un partido desgajado del PP. Es probable que Eutiquio lleve razón. También sabemos que Rajoy es un gran tragador de sapos.

En tal caso de ese nuevo partido, ¿quién ganaría en Valencia? Camps, sin duda, creo. ¿Aunque la alcaldesa Rita Barberá pasase a liderar el PP valenciano. Aun en ese caso, creo, sin tenerlo tan claro. Camps tiene la fuerza e intríngulis del aparato. Y la simpatía del pueblo valenciano por los juicios injustos.

En ese supuesto, ¿ganaría el PP, el nuevo partido, o recobraría fuerza el inexistente PSOE valenciano? Ahí no tengo duda: en ningún caso el PSOE, tal de ineficaz es la gestión de su conductor, Alarte. Pero no ocurrirá, Eutiquio, ya no ha ocurrido. Chico Camps y Rita Barberá se necesitan, como si fueran dibujos animados, sin falla que los quemara.

Y Rajoy los necesita. Precisamente en estos momentos en que se anuncia la grotesca y esperpéntica decisión de que el Partido Popular propondrá endurecer el Código Penal sobre corrupción, afirmando que "la lucha contra la corrupción se convierte en uno de los objetivos principales del PP. La respuesta ante los casos de corrupción tiene que ser contundente". Justo también cuando el juez del caso Gürtel, Pedreira, afea al Tribunal Superior del Justicia de la Comunidad Valenciana que no investigue las cuentas del PP.

Debo de ser el único español que en artículos anteriores ha defendido que Camps no tendría que dimitir al no estar abierto juicio oral en su contra, momento en que estimo que la presunción de inocencia se atenúa.

Pero una cosa es no dimitir y otra presentarse a la reelección, como si nada pasara. Y mucho más disuasorio es afirmar, como ha hecho Camps, que será candidato decida lo que decida la justicia. Esto le inhabilita política y moralmente y como ciudadano. Pasa a ser una bestia negra de la democracia.

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