12 de marzo de 2013.

Estoy un poco decepcionado. Ha pasado un año desde que llegamos al poder y no ha cambiado nada. Rajoy no hace más que hablar de la herencia recibida y de que todo estaba mucho peor de lo que imaginaba y que por eso son necesarios nuevos esfuerzos. Yo no sé hasta dónde nos van a exprimir.

La ministra del Interior, María Dolores de Cospedal, insiste en que el caso Faisán será la tumba política de Rubalcaba, pero la verdad, hay que reconocerlo, es que Rubalcaba Rubalcaba ya no está en política y es profesor de química. También dice que aportarán al Juzgado toda la documentación, pero aún no han aportado nada. No quiero ser malpensado pero a lo peor es que no hay más.

El paro no ha mejorado, incluso ha aumentado y ya estamos en el 22%, según las encuestas, que yo creo que mienten. ¡Qué tiempos aquellos en que Rajoy, especialmente en la hermosa Convención de Palma de Mallorca de 2011, decía que era una urgencia nacional y que era preciso cambiar de Gobierno! Y tenía razón, pero, claro, con el petróleo a 580 dólares, ¿qué se puede hacer? Se dice que van a limitar la velocidad en autovías a 40 km. Yo creo que es justo, hay que ahorrar. Y la inflación, y las hipotecas, todo, todo.

El nuevo líder del PSOE, que no me acuerdo de cómo se llama, no colabora en nada y se opone a todo. Y encima el tío acusa al Gobierno de engañar a los españoles y no decir la verdad. ¡Es el colmo! Así no se puede. Menos mal que hemos pactado con PNV y CIU, que para eso les apoyamos en las municipales.

En el caso Gürtel ya van 370.000 imputados, pero la Justicia sigue implacable su curso. ¡Cómo nos odian! Y eso que hemos cambiado al Fiscal General del Estado.

Yo creo que hay que seguir confiando en Rajoy. Y si no, tenemos a Camps, que continúa imputado, y a Esperanza, ya curada. A Gallardón no, porque la deuda del ayuntamiento de Madrid ha subido de 7.000 a 20.000 millones.

Estoy seguro de que Rajoy lo arreglará. Lo que hace falta es que los ciudadanos tengamos confianza en él. España es un gran país.