Puntadas sin hilo

El crucifijo en las escuelas

 

La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos avala la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas y sentencia que no viola el derecho de los padres a asegurar la educación de sus hijos de acuerdo con sus convicciones.

La diferencia entre los intransigente y quienes no lo somos es que yo acepto esta sentencia no porque no tenga más remedio que acatarla, que es distinto de aceptarla, sino porque puedo estar equivocado, aun no compartiéndola. Frente a los cantos exultantes de victoria fácilmente previsibles, ¿qué dirían los intransigentes si la sentencia hubiese sido de signo contrario, como por ejemplo lo fue en el primer recurso ante el mismo tribunal? ¿La aceptarían sin hacer un casus belli?

Bertrand Russell escribió que el progreso ha sido la excepción y no la regla. Yo entiendo que esta sentencia, alusiva solo a Italia pero extensible al resto de países europeos, supone un retraso en el progreso de la humanidad. La presencia constante de este símbolo ante millones de escolares adolescentes – no olvidemos que adole-scente significa que adolece de ciencia – creo que condicionará sus vidas, por mucho que el Tribunal diga que es un elemento cultural de la tradición porque también dice que es un claro símbolo religioso. O sea, que es una forma hábil de potenciar una religión.

En mi opinión es una paradoja brutal que, en un país constitucionalmente aconfesional, según su artículo 16.3, se dé preferencia a otro precepto constitucional cual es su artículo 27.3 al señalar que "los poderes públicos garantizan el derecho de los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". Pero ¿qué tiene que ver el derecho a esa formación religiosa con la presencia obligatoria de un crucifijo presidiendo las aulas? ¿No se maltratan los derechos – hablamos de escuelas públicas o concertadas – de los padres que no están de acuerdo por sus propias convicciones en que sus hijos no deban estudiar bajo la luz o la sombra de un crucifijo?

En todo caso, conceptos distintos son la cultura y la religión.

Acepto, como he dicho,  la sentencia y espero que los intransigentes no lo sean con mis humildes argumentos.

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