Puntadas sin hilo

Zapatero, el gran impulsor de Izquierda Unida

 

Propios méritos de IU aparte, la política económica de Zapatero ha sido un error histórico y antológico, que, en parte ha derivado al electorado hacia el desencanto, otra pequeña parte es fácil razonar que se ha pasado al PP,  y en gran parte ha impulsado a sus antiguos votantes hacia Izquierda Unida.

Se ha aliado, o simpatizado, con la clase poderosa de banqueros y empresarios importantes, en un alarde de ingenuidad de creer que son unos angelitos generosos que le ayudarán y no se van a ayudar exclusivamente ellos.

Parlamentariamente se alió con el PNV y CIU, eximios representantes de la derecha, civilizados pero siempre desde sus legítimas aspiraciones nacionalistas, y que no dan algo si no es a cambio de algo, sin que les preocupe tanto como a Zapatero el bien del país.

Cedió con la Iglesia en lo fundamental, que es lo económico, ya de por vida financiada por el Estado.

Se enemistó con trabajadores y sindicatos, haciéndoles pagar, en un acto de soberbia tozudez, con su triste anuncio de "lo haré, cueste lo que cueste". Pues le va a costar la derrota del PSOE hasta que salga de la situación de podredumbre en que se encuentra. Luego hizo unos intentos de componendas y los sindicatos recogieron las migajas.

Y con IU tuvo una relación fría, distante y de superioridad moral. Cierto que IU es extremadamente dura y fuera de toda posibilidad en algunas posiciones – cumplimiento obligaciones internacionales, situación delicada en el Sahara, nacionalización sectores estratégicos, defensa a ultranza de lo público, República... -, pero no en lo económico, mucho más en sintonía con los deseos de los débiles socialmente, y por tanto coherente. Y tampoco llegó a arreglos con ninguno de "los verdes", fuerza ascendente, cosa que sí hizo Izquierda Unida.

Y en todo caso IU es un partido de izquierda, y no la contranatura con la que Zapatero se avino. Por eso la subida de IU es una predicción fácil, aun con el handicap de la Ley Electoral que tanto le perjudica. Pero su número de votantes crecerá: son, además de los que son, todos los que no quieren participar de lo que simbólicamente podríamos llamar delito de leso partido, cometido por Zapatero. 

Y una cuestioncilla final: Los partidarios de IU casi nunca admiten la crítica.

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