Puntadas sin hilo

¿Existe separación de poderes en España?

 

Una enorme cantidad de ciudadanos, muchos de ellos en este blog, alegan la inexistencia división de poderes para explicar la falta de equidad y justicia en la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la legalización de Bildu.

No sé yo si se comprende bien en qué consiste la separación de poderes entre Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Si lo que se pretende es que no haya la más mínima conexión o contacto, como si fueran mundos estancos y realidades distintas, evidentemente no lo hay. Nadie vive abstraído en su campana al vacío. Pero si lo que se pretende decir es que influyen, e incluso coaccionan, afortunadamente no existen tales injerencias. Nadie es tan miserable y ruin como para vender su voto por causa del origen de su nombramiento, arruinando su conciencia y su honorabilidad profesional. Teniendo en cuenta, además, que una vez producido el nombramiento, el nombrado es inamovible e independiente en sus decisiones. Hablar de estómagos agradecidos es altamente inmoral por parte de quien tal cosa dice, y no hace más que aclarar su estatus mental y moral, sea ciudadano o político en ejercicio. Por ello habría que recordar que si Jorge Luis Borges viviera debería ampliar su Historia universal de la infamia para dar cabida a lo dicho por el infame Vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, sobre los seis magistrados del Tribunal Constitucional que votaron a favor de la legalización de Bildu que "con buen sueldo y escolta es fácil decir que se presente Batasuna y quedar como demócrata mundial". Los huesos de Francisco Tomás y Valiente, presidente del Tribunal Constitucional asesinado por ETA, se habrán removido. También debería Borges aprovechar su salida de la tumba para incluir al eurodiputado Jaime Mayor Oreja con su declaración de que "el Gobierno impulsa un proceso pactado con ETA". Se ve que en su época de ministro de Interior actuaba así en sus relaciones con los tribunales, que, curiosamente, entonces eran muy buenos y ahora son muy malos. Y seguro que cierra el capítulo con los Grandes Infames Aznar y Aguirre, acuñadores del leitmotiv que dominará la campaña: "El Gobierno es el culpable de que ETA esté en las instituciones".

Volviendo a los ciudadanos comunes, resulta triste el desconocimiento de lo que dijo Montesquieu sobre la separación de poderes que alegan, en una época absolutista, así como el daño inferido por el pimpinelo Alfonso Guerra con la sandez de que Montesquieu ha muerto, transponiéndolo a nuestro tiempo.

En cuanto a lo muy comentado de que "se sabía qué iban a votar", yo podría decir con seguridad qué votarían todos y cada uno de ustedes a juzgar por sus comentarios y tendencias ideológicas, pero no les descalifico por tales hipotéticas decisiones en su voto y opiniones, que no dudo son honestas y reflejan lo que piensan con independencia de criterio.

Muchísimo más cuestionable sería la división de poderes entre Ejecutivo y Legislativo. Ello tiene causa en la exigida sumisión la disciplina de partido, en todos ellos, y que es una cuestión que debiera reformarse para acercarnos a democracias de desarrollos más perfectos como EEUU y Reino Unido, aunque no en todos los supuestos de este último, porque al final y por mucho que discrepes libremente, si no acatas no serás incluido en la organización del partido. De todos modos, en el caso español el poder legislativo hace lo que marca el Ejecutivo, es decir, el Gobierno, pero con el apoyo de las fuerzas de otros partidos, que, si lo estiman, pueden impedir las decisiones del Ejecutivo, como en todas las democracias europeas. De ahí, aprovecho, el peligro de las mayorías absolutas.

Se produce además la enorme paradoja de que ¡se achaca al Gobierno una injerencia a favor de una decisión que electoralmente les deja maltrechos!

Destruir, sospechar, negar, es lo popular y comercial, ustedes perdonen. Y lo fácil. Y es gratis. Lo difícil es el uso de la razón desapasionada y no manipulada.

Pero estamos en lo de siempre: Si usted fuera magistrado del Tribunal Constitucional, o de cualquier otro tribunal, ¿sería un estómago agradecido y votaría en contra de su propio criterio? ¿O es que solo ustedes son honrados y los jueces del Constitucional no?

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