Puntadas sin hilo

¿Pero qué quieren cambiar ustedes de la Constitución?

 

Hay como una epidemia de ciudadanos que quieren cambiar la Constitución y lo manifiestan permanentemente. Van desde los que abominan de la Monarquía y desean una República hasta los que exigen la independencia de Euskadi, o plantean un Estado confederal, o suprimirla lisa y llanamente, o los que quieren cambiarla como un latiguillo ante el descontento sin precisar en qué. Incluso hay quien exige referéndums casi todos los años para que la democracia sea participativa, como por ejemplo para consultar al pueblo la Ley antitabaco o de reducción de la velocidad.

Alegan que fue redactada por unos que o ya no viven o ya no los representan ante las generaciones renovadas y las nuevas circunstancias sociales.

Aducen también que fue aprobada por el pueblo, especialmente la Monarquía con un rey designado a dedo por Franco, bajo la coacción de los continuadores del anterior sistema político y entre el miedo al ruido de sables.

Miren, yo he nacido en una guerra civil y mi infancia transcurrió en la posguerra. Ustedes no pueden imaginar lo que es una guerra civil ni una posguerra de miedo, hambre y represión. Por eso me aterra la sola posibilidad de un nuevo enfrentamiento civil. No digo que ocurriese en los supuestos reclamados de cambios sustanciales en la Carta de convivencia. Con la que tan mal no nos ha ido ni nos va. No digo que no se puedan pedir y conseguir reformas sensatas y no perturbadoras. Pero sí digo que, si se introdujeran esos cambios esenciales, surgirían tensiones fortísimas y alarmantes. ¿Creen ustedes que la parte más conservadora de nuestra sociedad, y el Ejército, permitirían por ejemplo la independencia del País Vasco? No digo que no se pueda amoldar a las nuevas exigencias sociales. Pero digo que no se deben hacer gratuitamente y porque hayan pasado treinta años. ¿Cuántos lleva la Constitución de los Estados Unidos y qué anulaciones se han hecho de su contenido que no sean enmiendas añadidas o no tratadas?

IU arrecia ahora en sus críticas, con motivo del incidente del Rey con periodistas, y exige un referéndum sobre la monarquía. ¡Cómo si España no tuviera otra cosa que hacer en estos momentos!

Yo lo único que sé es que este señor en la ya afortunadamente lejana noche del 23-F salió en televisión y nos dijo a los españoles que había ordenado a los golpistas que no actuasen. Eso es lo que vimos los españoles, pese a las múltiples interpretaciones de periodistas e historiadores puedan decir. Y creo que, aunque solo fuera por eso, ya se legitimó plenamente y debería gozar de nuestro reconocimiento. A muchos nos habrían rebanado el pescuezo de no ser por su intervención.

Pienso que es mejor una república. Pero también pienso que se debe hacer excepción con la actual monarquía española. Juan Carlos fue designado por Franco, pero refrendado por el pueblo español en la Constitución. Por otra parte, y esto es esencial, es un rey sin funciones ejecutivas de gobierno, a diferencia de anteriores monarcas.  Su gasto está asignado por el Parlamento. Y no creo que sea superior al que originaría una Presidencia de república. El príncipe Felipe parece que va por buen camino, pero habrá que vigilar su futura conducta democrática de rey y si no fuera correcta, habría que apartarlo. Tal vez los reyes deberían estar sujetos a jubilación (no abdicación) a los, digamos, 75 años; no alteraría la esencia monárquica. ¿En qué mejoraría España económica o ideológicamente si se constituyese en República? La Historia viene como viene, nada es eterno, ni siquiera la monarquía española. Pero ahora no se puede demoler nuestro sistema constitucional, nada menos que reformando el modelo de Estado.

Así pues, hacer cambios trascendentes sin acuerdo y sin respetar las propias normas que la propia Constitución establece para su reforma constituye, en mi opinión, una invitación al suicidio. Pero, naturalmente, son ustedes quienes tienen la palabra, para el tema de la monarquía o de cualquier otro. Porque, en definitiva, ¿qué quieren ustedes cambiar de la Constitución? ¿Aceptarían también  los cambios que otros propusieran?

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