Puntadas sin hilo

Carta de despedida de Zapatero

 

Estimados votantes del Partido Socialista Obrero Español, y españoles todos:

Quiero ofrecerles disculpas por el daño que haya podido causarles con mi acción como Presidente del Gobierno de España.

Tal vez debí dimitir cuando se volvió necesaria la toma de medidas económicas que Europa exigía y que estaban en clara contradicción con los mínimos postulados del socialismo. Creí que era lo mejor para España y un claro camino a abrir a quienes me sucedan en la dirección del Gobierno, sin apreciar que los votantes socialistas no lo iban a admitir por estimar que perjudicaban a los más desfavorecidos. Acepto que tienen razón. Ése es un error insubsanable y comprendo que los españoles hayan dejado de apreciarme.

También entiendo que alargué en demasía los preparativos para mi relevo al frente del Partido Socialista, así como el anuncio de mi decisión de no presentarme de nuevo como candidato, creando graves tensiones innecesarias a la sociedad española. Además, debí renunciar al cargo de Secretario General. No lo hice y ello nos ha llevado a una situación de España no confortable.

En las elecciones autonómicas y municipales también hemos fracasado muy ampliamente, y por supuesto asumo la responsabilidad que me corresponda, que seguramente es toda para una inmensa mayoría de españoles.

Muy próximamente llegarán las elecciones generales y los españoles tendrán la posibilidad de elegir a quienes consideren que serán los mejores para la conducción de nuestro país.

Sé que soy árbol caído y del criterio de los españoles dependerá la leña que quieran hacer.

Deseo firmemente de todo corazón que quienes lleguen al Gobierno de España consigan sacarla brillantemente de la crisis económica que aún sufre. Deseo también que los derechos y penosas situaciones de los españoles en trances difíciles no sean conculcados más de lo que yo los conculqué, por lo que, una vez más y a ellos especialísimamente, les pido perdón por no haber podido o sabido atenderles mejor. Deseo, pues, que los nuevos gobernantes los ayuden con la mayor de su generosidad social.

Finalmente, desearía que la crispación permanente en la que hemos vivido estos años desaparezca y así poder vivir en una democracia consensuada y dialogante.

Con afecto y hasta siempre,

José Luis Rodríguez Zapatero

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