Puntadas sin hilo

Forrarnos

 

A ver si va a ser cierto que todos estamos en política para forrarnos. Porque ¿qué es forrarse, en tiempos de resignación y crisis?

¿No se forran los alcaldes y concejales, no uno ni dos sino muchos, que lo primero que hacen en los Plenos constituyentes de ayuntamientos es doblarse sus sueldos, o subírselos un 10, un 20, un 30 por ciento?

¿No es forrarse mucho bla bla bla pero no renunciar ni al coche ni al teléfono móvil que pagan los Organismos?

¿No lo es acaso conseguirse varios sueldos, por ejemplo, senador además de diputado autonómico?

¿No lo es estar integrado en varias comisiones en las que solo se cobran dietas de asistencia de modo que se cobre igual o más?

Y además de forraje sustancioso, ¿no es escarnio tantos y tantos ex, presidentes autonómicos incluidos, gran pensión vitalicia, para ellos y herederos, coche, despacho y secretaria?

O incorporarse de consejeros de magnífica retribución a empresas de las que no sabemos ni torta, aparte seguir cobrando, algunos, la estatal.

O recibir pisos, coches, bolsos, viajes para toda la familia, y demás bagatelas, en pleno ejercicio de sus actividades.

¿Y que aparezcan cuentas tuyas, o de tu mujer, en Suiza (que ya hace falta ser antiguo para seguir teniéndolas en Suiza)?

¿O viajar en grupitos políticos a la India o a Argentina ¡con lo bonitas que son, cómo no ir!, para qué y a gastos pagos)?

¿Qué decir de un viceconsejero de autonomía, o alcalde de pueblo de diez mil habitantes, o Presidente de Comunidad, o de las Cortes, o del Tribunal Supremo, o del Tribunal de Cuentas, o del Constitucional, y sigue la lista, que cobran mucho más que el Presidente del Gobierno? Claro, los anteriores ya lo cobraban.

¿Y obtener la canonjía de eurodiputado?

¿O ser elefante perpetuo en el cementerio del Consejo de Estado?

O tanta comisión recibida y escondida.

Y tanto ex enchufado, tanto hijo recomendado, tanto amigo colocado, o aún tanto cacique y recibir sus prebendas en diputaciones o donde sea.

O incluso apuntarse a un ERE falso.

O ser lo que sea con tal de ser algo, para el lento o precipitado forrarse.

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