Puntadas sin hilo

¿Podemos cambiar el mundo?

 

 

Estados Unidos también está al borde de la insolvencia. Tendrán que fabricar más armamento y usarlo para salir de su crisis. Seguro que ya están en ello.

Porque, si hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y somos más pobres, ¿a dónde se ha ido la riqueza? Ésa es la cuestión. ¿Quién se la ha llevado, dónde está? Al contrario que la materia, la riqueza se crea pero no se destruye, se la llevan otros. La riqueza nacional, aun con tantas y tan seguidas crisis, apenas baja. Quienes sean, son unos ladrones, así de claro. ¿Qué se puede hacer frente a tan brutal desplazamiento de la riqueza? Es de temer que nada.

Algunos, muchísimos, quieren cambiar el mundo.

¿Podemos? ¿Queremos de verdad? ¿En qué?

El mundo es una coctelera de la que sale siempre el mismo cóctel: el de la injusticia, el de la resignación, ya no quedan cócteles molotov, solo sin alcohol.

Tantos david frente a tan pocos goliath. El mundo es ansí, solo unos retoquitos para que no digan, para que no protesten y si se portan ustedes bien, tenemos las porras y los dineros, y a vivir, que son poco más de dos días, la vida es breve, disfrútenla, si pueden, ¡si a los niños que mueren de hambre y sed no los ven ustedes!, aunque haya más hambrientos y pobres que mar en el planeta, es decir, tres quintas partes, ¿de qué se quejan si algunos de ustedes hasta tienen un apartamentito en la costa?

Pero ahora vivimos peor, dicen que por los mercados y los especuladores, esos fantasmas de sábana y secreto.

paparruchas, antes vivíamos mejor porque creíamos que éramos ricos, y solo lo somos unos pocos, además, ¿qué cambios o transformaciones  quieren hacer ustedes?, ¡si el comunismo, y el socialismo, y la socialdemocracia han fracasado!, ya no queda más que el capitalismo y los valores eternos, ¿de qué se quejan, de qué se quejan?, cosas de jóvenes, miren ese movimientito 15-M que ya comienza a diluirse, la rebeldía es un azucarillo, todo tiene un orden, enseguida nos hacemos mayores, ¡cambiar el mundo, qué chorrada!, dónde están los nuevos jesucristos, los nuevos roberspierres, los nuevos chesguevaras, y ya ven, los cubanos pasándolas putas, en cambio ustedes, tienen el fondo de protección social, a sus hijos ya no les interesa más que la playstation, y la violencia, y los teléfonos móviles, hoy se mata a voluntad en la videoconsola, la única revolución que les queda a ustedes es la del amor, que no está nada mal, ¡no pretenderán ustedes ser felices!, eso solo en la Otra Vida, ni siquiera lo somos nosotros, bueno, menos infelices que ustedes sí que somos, pero solo algo, ya saben, el dinero no da la felicidad,

pero aplaca los nervios, don Tiburón, respondió uno, si solo queremos comer o comer un poco más y mejor, y yo en todo este tiempo solo le he comprado a mi mujer una pulserita de bisutería por su cumpleaños, y, bueno, eso sí, los tres mil euros de la Primera Comunión del mayor para que no le dijeran nada en el colegio,

¿lo ve?, son ustedes unos privilegiados, no sean quejicas, si los pobres ya están acostumbrados, y hacemos lo que podemos por ellos, venga, venga, no se lamenten, están ustedes como rosas, hale, todos de cara a la pared y a escribir cien veces El mundo es como es porque así lo hicieron Dios y los mismo hombres, es la ley que se dieron. ¡Pero qué se habrán creído, pues no quieren cambiar el mundo! ¡Si total lo que queremos nosotros, que somos el veinte por ciento de la población mundial, es en lugar de tener el ochenta por ciento de la riqueza humana  aumentarla hasta el noventa por ciento!, tampoco es tanto.

Ya, ya voy entendiendo, respondió tembloroso el pececillo. ¿Qué podemos hacer, entonces?, le preguntó a los otros pececillos.

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