Entonces, si como afirman tantísimos comentaristas y movimientos sociales, esto no es una democracia, ¿qué es?  Y sobre todo, ¿qué hay que hacer para que lo sea?  ¿O preferimos un sistema político distinto? ¿Cuál?

Con los ánimos bastante encendidos, unos dicen frontalmente que no lo es; otros, que es una mierda; algunos, que es una dictadura del capital; bastantes, que no es participativa porque se reduce a votar cada cuatro años; otros, que es una farsa; o quienes dicen que nació enferma; o matizan que no lo es porque la Constitución fue aprobada a la fuerza; o los que defienden que hay que cambiar las reglas, pero no explican en qué consistirían los arreglos; o los que sostienen que es una democracia tutelada; y quienes mantienen que no será una democracia mientras  no se reforme la Ley electoral y todos los votos valgan igual; y los que dicen que ahora en otoño se va a acabar al iniciarse la revolución; los utópicos, felices con sus sueños. Y así docenas de negaciones y descalificaciones.

No les basta con que digas que es una democracia herida, pero democracia. Ni varada, ni estancada, ni imperfecta, ni mejorable. No; no es una democracia y punto. Le llaman democracia y no lo es, feliz eslogan, como el 15-M, que empieza a no saberse ni de dónde vienen ni a dónde van. Democracia real YA, como si todos supiéramos qué es. Es lo que no es esto, dirán. ¿O sea que todo lo que no es esto es una democracia? No sé, no sé, los sábados cursillo de democracia, impartido por quien o quienes quieran.

Porque, repito, si esto no es una democracia, ¿qué es?

Y sobre todo, ¿qué hay que hacer para que lo sea?   ¿O queremos un sistema político distinto?  ¿Cuál?

Me siento en primera fila con cuaderno y boli.